Star Wars: La Guerra por la Fuerza

Dentro de un Destructor Imperial había un hombre con unas ropas simples. En su mano llevaba un sable laser de color morado. Tenía el pelo totalmente negro un poco despeinado. Era bastante alto y además tenía un tatuaje en el rostro, donde el ojo derecho. Sus ojos eran de color café.

En el suelo rodeándole había varios cadáveres de soldados imperiales abatidos por él. Movió su sable colocándolo detrás de él. Movió una mano hacia un pelotón enemigo.

- ¡Atacad! – Ordenó el.

Un escuadrón de cuarenta Soldados de la República empezó a disparar hacia todos los enemigos. La batalla en el interior del Destructor estaba siendo bastante reñida. Pero estaban dominando la situación.

Se dispersaron por la nave tomando los puntos clave. Había mas de 300 soldados en su interior, pero ellos estaban tomando las posiciones poco a poco y minimizando las bajas. Con el Jedi a la cabeza estaban llegando ya al puente de mando.

Los soldados de la República tenían la armadura típica. Sin embargo en la zona del pecho había una pequeña insignia metálica en la que estaba escrito el número 501. El Jedi llevaba unas chapas colgando del cuello con el mismo número.

Mataron a los oficiales y a todos los pilotos del puente de mando. Algunos de los soldados llevaban varias cargas explosivas que fueron depositando en puntos clave de la nave. El puente de mando fue uno de ellos.

Cuando terminaron su trabajo volvieron al hangar principal, para subir a la nave con la que habían abordado el Destructor. Era una nave de carga de la República. Fueron subiendo todos, el Jedi subió el último.

- Sácanos de aquí, Kara. – Dijo el Jedi poniéndose junto a la piloto de la nave.
- ¡Agarraos! – Dijo la mujer encendiendo los motores.

El Jedi puso una mano en el hombro de la mujer. Ella era realmente bella. Sin embargo no parecía una damisela en apuros precisamente. Era normal si estaba alistada al ejército.

Spoiler:

La nave salió del hangar. Fuera había decenas de cazas de la República atacando sin descanso a las naves Imperiales. También había varios bombarderos descargando sus bombas contra el Destructor.

Pero en cuanto los soldados activaron sus cargas explosivas no hizo falta continuar con el bombardeo pues el Destructor empezó a explotar por dentro destrozando todos los sistemas de navegación y prácticamente partiéndolo en dos.

El resto de naves de menor tamaño fueron destruidas por los pilotos de la República. Kara, manejaba con maestría entre los disparos de los enemigos. Su misión era devolver sanos y a salvo a los soldados que habían acabado con el Buque Enemigo.

Cuando llegó al Crucero Estelar de la República aterrizó sobre el hangar. La misión había terminado para ellos. Ahora solo restaba esperar a que los cazas enemigos fueran abatidos. Los soldados empezaron a descender de la nave. Quedándose los últimos el Jedi y la piloto.

- Ha sido un buen trabajo el de hoy. – Le dijo sentándose al lado de la chica.
- Hoy me ha tocado una parte muy aburrida… habría preferido estar pilotando un caza o un bombardero. – Dijo Kara levantándose de su asiento.

Caminó dos pasos y se volvió a sentar, esta vez sobre las piernas del Jedi. Que la abrazó rodeándola con sus brazos.

- Ryo… queda raro que me abraces así mientras la batalla sigue en el espacio. – Dijo la colocando sus manos sobre los brazos de su esposo.
- Nuestra parte ya ha acabado… hemos vencido otra batalla fácilmente. – Dijo Ryo relajándose.
- Era una misión muy sencilla de todos modos. El Capitán querrá vernos. – Dijo después levantándose.

Ryo se levantó tras ella y antes de salir de la nave se besaron. Era normal, eran marido y mujer al fin y al cabo. Y no podían evitar sentirse muy preocupados en las batallas. Pero, era algo que tenían que hacer.

Bajaron juntos de la nave, los Cazas ya estaban aterrizando. La batalla había acabado ya. Frente a todos los soldados estaba un hombre de mediana edad. Tenía algunas canas y varias cicatrices por sus rostros. Tenía unas facciones muy duras.

- Tenéis exactamente cinco horas para descansar. – Dijo mirándoles a todos. – Estamos dirigiendo el rumbo hacia nuestra próxima batalla.

Parecía algo excesivo, pero ninguno de los soldados parecía quejarse. Como si ya estuviesen acostumbrados. Y como si aquello les pareciese bien.

- Aprovechadlas bien Legión 501. En cinco horas y media tendremos nuestra próxima victoria.

Los soldados empezaron a repartirse por el Crucero Estelar rumbo a sus habitaciones. Unas pocas horas de sueño serian bien recibidas. Ryo y Kara fueron juntos a su habitación compartida. En el centro había dos camas individuales juntas. Era lo mejor que habían podido conseguir, el Capitán les hacia el favor de dejarles compartir habitación.

- No deberías preocuparte tanto… - Dijo la mujer quedándose más cómoda y tumbándose en la cama.
- No puedo evitarlo…
- Sabes que soy la mejor piloto de toda la República. – Dijo ella sin pelos en la lengua.
- Lo sé, pero es algo inevitable. ¿Tú no tienes miedo?
- No, confío en ti.
- Eso ha sido un golpe bajo, yo también confío en ti. – Dijo frunciendo el ceño y tumbándose a su lado.
- Solo bromeaba. – Respondió ella sonriendo.

Se abrazaron y se quedaron juntos todo el rato que pudieron. Tenían que aprovechar aquellas benditas horas que les habían regalado para descansar todo lo que pudiesen. Al fin y al cabo tendrían que volver a la batalla en breve.

------------------------------------------------------------------------------------ En la Superficie de Beris

Naruto y Sakura habían salido solos del Halcón de Ébano II. William no tenía mucho interés mientras que Kiba pensaba que quizás Maestro y Padawan querrían estar solos ahora. Eso y que no iba a dejar a William solo en la nave.

Aterrizaron cerca de lo que antiguamente fuera la capital de aquel planeta. Ahora mismo estaba totalmente deshabitado. Aunque el planeta era considerado parte de la Republica. Este no estaba en condiciones de ayudar en absoluto en la guerra. Todavía no se recuperaban de la pérdida de su ciudad más importante.

Los dos estaban descendiendo por el cráter, no era muy profundo. Pero si increíblemente amplio. Al fin y al cabo la explosión cubrió la capital entera.

A lo lejos ya podían sentir un gran poder del Lado Oscuro. Incluso ver que era lo que lo emitía. Ahí seguía, intacta. Como si no hubiese pasado el tiempo. Los restos de la Bomba Mental creada por Sakura.

Era una esfera casi tan grande como una persona. Tenía tonos negros, rojos y violetas que iban danzando por la superficie de la esfera. Parecía sólida y a la vez parecía que se fuese a deshacer por tocarla. Caminaron hasta quedarse a unos centímetros de ella.

Sakura empezó a alzar la mano, como si pretendiese tocar aquella esfera que emitía un sutil pero molesto zumbido en sus oídos. Naruto sujetó su mano, impidiendo que lo hiciese. Después negó con la cabeza.

- He de hacerlo. – Dijo Sakura muy decidida.

Naruto suspiró. Después soltó la mano de Sakura. En aquel momento ella empezó a moverse de nuevo hasta poner su mano sobre la esfera. En el mismo instante en el que lo hizo pudo notar como su vista se nublaba volviéndose todo oscuro. A la vez que empezaba a escuchar decenas de susurros oscuros, alaridos desesperados y lamentos que perturbarían a cualquiera.

Tuvo que retirar la mano volviendo todo a la normalidad. Su vista volvió. Los gritos cesaron. Pero no podía quitarse de la cabeza aquella sensación.

- Entonces es verdad… sus almas… están aquí atrapadas. Para siempre… - Dijo Sakura apretando su puño con fuerza.
- La Bomba Mental no es más que una gran acumulación de poder del Lado Oscuro. Tan grande que es capaz de alterar el flujo de la Fuerza. Atrapando entre sus paredes las almas de los Jedi y los Sith a su paso. – Dijo Naruto sin mirar a Sakura.
- Dices que solo es una gran acumulación del Lado Oscuro de la fuerza. Entonces… ¿Se podría…? – Preguntó Sakura.
- Exacto. – Dijo Naruto levantando su mano.
- Espera Maestro… quiero… deseo intentarlo yo. – Dijo Sakura mirándole fijamente. – Crear esto… es la prueba de que un día estuve hundida en el Lado Oscuro… deshacerlo sería la prueba de que por fin he alcanzado el Lado Luminoso.

Sakura había entendido a la perfección lo que Naruto quería decir. La esfera podría ser disuelta por alguien que caminase por el sendero Luminoso de la Fuerza. Para Naruto seria sencillo. Para Sakura sería una verdadera prueba.

Naruto se hizo a un lado. Sakura se sentó en posición de meditación a escasos centímetros de la esfera. Su Maestro podría haberle dado algún consejo. Prefería que Sakura lo hiciese sola. Empezó a concentrarse. La forma de estar en mayor armonía con el Lado Luminoso era alcanzar un estado de calma total.

Además Naruto dejó su mente totalmente despejada. De hecho se puso a pensar en todo tipo de cosas. Su intención era separarse totalmente de Sakura para no afectarla en lo más mínimo. Quería poder decirle que lo había hecho completamente sola.

Sakura estaba recordando todo lo que había aprendido con Naruto. Dejar de lado todos sus sentidos, sentir solo la Fuerza que la rodeaba. Sentirlo en todos los lugares de la galaxia a la vez. Ahora estaba sintiendo los pensamientos erráticos de Naruto.

Incluso sentía algunas emociones y pensamientos provenientes del Halcón de Ébano II. Pero ahora debía ignorarlos, debía concentrarse solo en lo que tenía delante.

Aquello parecía una batalla. Por un lado se sentía a sí misma. Por otro lado sentía una pequeña luz que parecía poder alcanzar si estiraba su brazo. Y para acabar estaba el enorme cúmulo Oscuro que parecía arrastrarla. Era como si su corazón estuviese luchando por llegar a la Luz mientras la Oscuridad la sujetaba con fuerza.

“Todo depende de ti… y solo de ti…” Aquella frase resonó en la cabeza de Sakura. Pero no era de Naruto hablándole a través de la Cadena. Era un pequeño recuerdo de una de sus primeras clases junto a su Maestro.

- Todo depende de mí… - Dijo Sakura en voz alta, Naruto sonrió complacido.

De repente aquella pequeña Luz empezó a crecer con fuerza inundando todos los pensamientos de Sakura. Ella reconocía aquel sentimiento. Aquella sensación fue como cando Naruto curó su herida. A la vez que la Luz empezaba a crecer sintió también como la Oscuridad empezaba a desvanecerse hasta que se agotó por completo.

Sakura abrió los ojos de nuevo. La esfera frente a ella había dejado de oscilar en tonos oscuros. Ahora empezaba a iluminarse con un color azul claro. Cuando el azul hubo cubierto toda la esfera esta empezó a desvanecerse. El molesto zumbido cesó. La asfixiante sensación había desaparecido.

- ¡Lo he hecho! – Dijo Sakura muy contenta girándose para ver a su Maestro.

Naruto por fin empezó a conectarse con ella de nuevo. Pudo sentir como realmente estaba feliz. En calma y rebosante de alegría. Ella estaba sonriendo. Naruto empezó a caminar hacia ella, sujetó su rostro con sus manos y la besó.

Sakura se sonrojó mucho por aquel acto de Naruto. Pero después rodeó el cuello de su Maestro y correspondió aquel beso. Al separarse Sakura se quedó muy sonrojada a pocos centímetros de Naruto.

- ¿Por qué me besas? – Preguntó ella mordiéndose un labio.
- Quería comprobar… una cosa sobre lo que sentí ayer cuando me besaste tú. – Dijo Naruto recordando que ella fue la primera en hacerlo.
- ¿Y qué has comprobado? – Pregunto Sakura mientras Naruto le sonreía.

Naruto volvió a recorrer la distancia y volvió a besarla. Ella se sintió muy feliz en aquel momento. Naruto se separó de ella, pero sin soltar su rostro.

- Te dije… que si llegaba el día que me enamorase… no escondería mis sentimientos. Que los aceptaría sin dudarlo. – Dijo Naruto. – Besarte me ha hecho darme cuenta de que mi amor por ti va más allá de nuestra relación de Maestro y Alumno.
- ¿Estás enamorado de mí? – Preguntó Sakura muy sonrojada. Naruto suspiró.
- Sé que es posible que tú no correspondas mis sentimientos. No debes preocuparte por mí. Yo lo aceptaré sin ningún probl… - No pudo terminar por que fue Sakura quien le beso esta vez.
- El otro día te dije que te quería a mi lado para siempre… ¿No lo entendiste? – Preguntó Sakura al separarse.
- Creo que no en ese sentido. ¿Entonces tu…? – Preguntó Naruto.
- Al principio me caíste mal… muy mal. – Dijo Sakura. – Pero ahora se… que te quiero. Eres la persona más importante de mi vida… Naruto… yo te quiero. – Dijo Sakura sintiendo que decir aquello era fácil, porque sabía lo que Naruto sentía por ella.

Naruto se acercó a ella una vez más. Cuatro besos en diez minutos, y cada uno era mejor que el anterior. Cuando se separaron se cogieron de las manos y juntos empezaron a caminar de regreso al Halcón de Ébano. En Beris no tenían ya nada que hacer.

CONTINUARA…

Como ya dije en otro capitulo me gustaria recordar que para recompensar a aquellas personas que me ayudaron a desarrollar la idea les di la oportunidad de crear un personaje para que estuviese en mi historia. En el capitulo de hoy ha aparecido el quinto y ultimo personaje invitado.

Ryo: Moi-Yoyo
William Wyrm: Kaiser_Nwo
Arturia Leblanc: the.grim.reaper
Kracian Dragonstar: Septimo Hokage
Darth Hart: Layla-Chan

Espero que sus personajes os gusten tanto como a mi ^^

Naruto y Sakura estaban en el Halcón de Ébano. Estaban en el dormitorio que al final entre unas cosas y otras se había vuelto el de ellos dos. Pues Kiba dormía en el otro y William había estado pasando estas noches en la cama de la enfermería.

Los dos estaban en el suelo sentados. Estaban con los ojos cerrados mientras apoyaban sus espaldas juntas. Así que estaban mirando en direcciones opuestas.

- Entonces… ¿Es esto lo que deseabas? – Preguntó Naruto sin moverse.

Ambos estaban concentrándose esta vez solamente en sentir al otro. Al principio la Cadena que los unía parecía una molestia más que otra cosa. Sin embargo poco a poco se había convertido en algo agradable. Era como si la presencia del otro fuese siempre algo inamovible.

La Fuerza puede cambiar según el lugar donde estés. También las personas, el entorno y todo. Menos ellos. Siempre estaban allí, era algo que jamás les abandonaría. Era una sensación realmente reconfortante.

- No entiendo… - Dijo Sakura abriendo los ojos.
- Puedo sentirlo… y tú también. Ya no estas más en el umbral… ya no tienes un pie a cada lado. Has alcanzado el Lado Luminoso de la Fuerza. Y yo te pregunto. ¿Estas satisfecha? – Preguntó Naruto apoyando su cabeza contra la de Sakura.
- Te lo dije después de la batalla en Corellia. Esto era sin duda lo que quería. Y no me arrepiento de nada. Nunca he sido tan feliz conmigo misma. NI me he encontrado tan bien.
- Sakura… si el Consejo Jedi siguiese activo y tuviésemos una Orden. Habría acudido ante el para pedir que te nombrasen Caballero Jedi. Pero como no tenemos todo esos formalismos… quiero que a partir de ahora te consideres como tal.
- ¿Crees que de verdad he mejorado tanto? – Preguntó Sakura un poco sorprendida.
- Claro que lo creo. Es evidente Sakura.
- Entonces… será porque tengo un gran Maestro. – Dijo Sakura sonriendo.
- No hace falta que me hagas la pelota. – Dijo Naruto riendo un poco. – Nunca menosprecies tus habilidades. Sobrestimarse es un gran error. Pero subestimarse lo es aún peor. Nunca olvides quien eres y que puedes hacer.

Se quedaron unos segundos en silencio. Sakura estaba contenta, Naruto podía notarlo perfectamente. Podía leer sus sentimientos y emociones como si estuviese mirando un libro. Los pensamientos de Sakura se habían convertido en una compañía casi tan grande como los suyos propios.

- Maestro.
- Dime. – Contestó Naruto.
- He estado pensando en una cosa que nos dijo el Maestro Atton. Cuando nos dijo que una Cadena como la nuestra siempre se crea por algún motivo.
- ¿Y qué has pensado? ¬– Preguntó Naruto abriendo los ojos, sentía curiosidad.
- Creo… que nosotros nos unimos en el momento en el que me ofreciste ir contigo. El día que tepe di que me matases… y tú te negaste a hacerlo. En aquel momento no lo supe… pero me salvaste. Aquello… fue lo más importante que alguien ha hecho por mí. Y por eso… mi cuerpo y mi alma trataron de unirse a ti para no perderte nunca…

Naruto se separó de Sakura, levantándose del suelo. Luego se dio media vuelta y vio que ella seguía de espaldas. Se volvió a sentar, pero esta vez mirando hacia ella. Apoyando su pecho en la espalda de la chica. Después usó sus brazos para rodearla. Abrazándola por la zona del vientre y apoyando su cabeza en el hombro derecho de ella.

- Yo también te debo mucho Sakura. Dicen que los buenos alumnos son aquellos que enseñan a sus Maestros. Y he aprendido mucho de ti. Si no fuese por ti seguiría perdido en alguna jungla esperando algo que no llegaría nunca. Podríamos decir… que nos hemos salvado mutuamente.

Naruto separó uno de sus brazos mostrándole a Sakura la palma de su mano. Ella la cogió sujetándola con fuerza mientras ponía su otra mano sobre el brazo de Naruto que aun la abrazaba.

- Hace unos días te dije que quería dejar de ser Jedi cuando ganásemos la guerra. Ahora eso ya no es verdad. Cuando todo termine quiero continuar siendo Jedi. Quiero estar junto a ti…
- Podrías estar junto a mi aunque dejases de ser Jedi… - Dijo Naruto besando el hombro de la chica.
- Lo se… pero ya no podría dejar de serlo. Además que no puedo dejar el futuro de los Jedi en las manos de un bruto Guardián como tú. – Dijo Sakura riendo un poco.
- ¿Eso piensas de mí? – Preguntó Naruto deprimido.
- Solo bromeaba. – Dijo Sakura sonriendo. – Yo te admiro Maestro. Creo que eres la definición viviente de lo que debe ser un Jedi. – Concluyó llevando su cabeza hacia atrás, apoyándola en el pecho de Naruto.

Naruto soltó la mano de Sakura y después la llevó hacia su rostro. Indicándole que se girase para así poder besarla. Aquel beso fue diferente a los de la mañana. Fue igual que el que se dieron la noche anterior antes de dormir.

Ya que al estar concentrado en sentir a Sakura pudo experimentar también todos sus sentimientos. Su alegría por estar siendo besada. Todo el amor que realmente sentía por él. Era una sensación indescriptible la de poder percibir los sentimientos de la persona que te ama.

Y a Sakura le pasaba lo mismo. De hecho sentir las emociones de Naruto incrementaba las suyas propias. Provocando que Naruto lo sintiese también y estuviese cada vez mejor. Era como una espiral infinita.

Se acabaron separando, no por falta de oxígeno. Si no porque estaban empezando a sentir cosas tan exageradamente intensas que sus cerebros casi no podían asimilarlo bien. Los dos estaban sonrojados y con la respiración entrecortada.

Sakura se acercó a Naruto y se abrazó a él. Hasta apoyar su cabeza en el hombro de Naruto. Este rodeó su cuerpo apoyando sus brazos en la espalda de ella.

- Te importa si… cuando estemos juntos de esta manera ¿Te llamo por tu nombre? Me resulta un poco violento llamarte Maestro si no estamos dando clase. – Sakura tenía los ojos cerrados.
- Claro que no Sakura… puedes llamarme como tu prefieras. – Contestó Naruto sonriendo.

Sakura se separó de Naruto y le dio un cortó beso a Naruto que casi no le dio tiempo a corresponder por su velocidad.

- Me alegro mucho de haberme enamorado de ti… porque creo que de haber sido otra persona… jamás le habría querido tanto como a ti… y jamás me habría sentido tan unida a él como contigo. – Dijo Sakura mirándole a los ojos.
- Se exactamente a que te refieres. – Contestó Naruto sonriendo.

Naruto puso una mano en cada lado de las caderas de Sakura. Ella se sonrojó ante ese contacto, aunque era muy agradable. En aquel momento pudo leer algo en Naruto, algo nuevo completamente.

No solo podía sentir el amor y la alegría de Naruto. También podía experimentar en su propio cuerpo y mente el deseo que el sentía por ella y que acababa de hacerse latente en ese mismo instante.

Ella se puso muy nerviosa y avergonzada, porque eso significa que Naruto llevaba ya un rato percibiendo el deseo que ella sentía por él. Y lo más curioso de todo es que vivir el deseo de Naruto hacia que el suyo propio creciese también.

Sus emociones y sensaciones estaban empezando a entremezclarse mientras que la línea que les separaba como individuos estaba difuminándose. Estaba empezando a costar diferenciar a quien pertenecían las sensaciones que sentían.

Pero en realidad daba completamente igual. Naruto vivía los sentimientos y emociones de Sakura con la misma intensidad que los suyos propios. Y a ella le pasaba lo mismo. Así que no importaba si no se podía diferenciar.

Y lo mejor de todo es que poco a poco se estaba volviendo más intenso. Probablemente ahora mismo deberían ser la envidia de todas las parejas del universo.

- Naruto… - Susurró Sakura separándose de sus labios y abrazándose a su cuerpo.

Sakura empezó a sentir como su cuerpo estaba siendo elevado del suelo. Naruto la había sujetado pasando sus brazos por debajo de su trasero. Ella se abrazó a su cintura con las piernas y a su cuello con los brazos, dejándose llevar completamente mientras hundía su rostro en el hombro de Naruto.

Había seis camas en aquella habitación. Naruto fue caminando hasta la más cercana de todas. Cuando llegó soltó suavemente a Sakura haciendo que se sentase en ella. Se tumbó en la cama y como ella estaba abrazada con las piernas también, Naruto se quedó encima de ella entre sus piernas.

Continuaron besándose durante minutos, sin ningún tipo de descanso mientras Sakura abrazaba a Naruto rodeándole la espalda y mientras el ponía una mano en la cintura de la chica y la otra en su cuello.

Sus emociones y sensaciones habían chocado violentamente para convertirse en una vorágine de excitación y amor que se incrementaba sin límite a cada segundo que pasaba. Si sentir el amor de la persona que te quiere era increíble. Sentir la excitación de la persona que te desea no se quedaba atrás.

Poder vivir el amor, la felicidad y el deseo de tu pareja como si fuese tuyo. Viendo cómo se entremezcla con tus propias emociones y haciendo que sientas todo de una manera mucho más intensa era sin duda lo más cercano a estar en el paraíso.

Sakura se sonrojó al máximo cuando un pensamiento perdido en la mente de Naruto viajó hasta la suya propia. Escuchar en tu cabeza todo lo que tu pareja estaba pensando en hacerte era bastante vergonzoso y excitante.

- Adelante… - Dijo Sakura, Naruto comprendió que ella conocía completamente sus deseos ahora.

Se incorporó un poco y se quitó su camiseta quedándose desnudo de cintura para arriba. Sakura no pudo evitar llevar sus manos hacia los abdominales de Naruto. Él se puso muy rojo.

- No pienses esas cosas… - Dijo Naruto avergonzado.
- Mira quien fue a hablar. – Se defendió sonrojada.
- Entonces… ¿Quieres que también me quite…?
- ¡¡No lo digas así!! – Dijo Sakura cerrando los ojos por la vergüenza. – Si ya lo sabes…

Naruto no pudo evitar reír un poco por esa reacción. Naruto se llevó las manos hacia sus pantalones. Provocando que Sakura abriese solo un ojo. Como si abrir los dos fuese demasiado descarado.

Se tuvo que cambiar de posición para quedarse completamente desnudo. Pero Sakura no quiso perderse ni un detalle. Después de que Sakura le mirase de arriba abajo, en todo su esplendor, Naruto no pudo evitar sentirse satisfecho. Sakura se tapó la cara con sus manos.

- No te avergüences… - Le suplicó Naruto. – Piensa que me haces feliz pensando esas cosas.
- ¿Te hace feliz que me guste lo que veo? – Preguntó Sakura separando sus dedos para poder ver parcialmente a través de ellos.
- Pues claro. ¿Cómo no iba a gustarme? – Preguntó Naruto tumbándose sobre ella. Aunque ahora él estaba totalmente desnudo.

Naruto devolvió su mano a la cintura de Sakura mientras acariciaba su rostro con la otra a la vez que volvía a besarla. Esta vez en la zona del cuello. Haciendo que Sakura suspirase de placer. Naruto por un instante sintió un placentero escalofrió en su cuello.

Sin duda la fuerza de la Cadena estaba creciendo cada vez más, ya que incluso ahora estaban empezando a poder sentir las sensaciones físicas, y no solo las emocionales. Aunque también era normal. Si podían sentir el dolor era lógico pensar que también podrían sentir el placer.

- Deja de pensarlo… y pídemelo… - Dijo Sakura abrazando a Naruto.
- Si ya lo sabes… ¿Por qué me haces decirlo? – Preguntó Naruto avergonzado.
- Quiero oírlo de tus labios… - Dijo Sakura besándole.
- Yo también quiero… poder verte desnuda. – Dijo Naruto besando el oído de Sakura.

Sakura acarició la espalda de Naruto desde arriba hasta abajo. En ese momento pudo sentir como si ella misma estuviese siendo acariciada. Sintió como toda su espalda se estremecía. Sonrió un poco al saber que era lo mismo que estaba sintiendo él.

Naruto se separó de ella. Sakura empezó desvestirse como él le había casi suplicado. Naruto no podía evitar ayudarla a desvestirse cuanto antes.

Sakura se frenó un poco cuando estaba a punto de quitarse el sujetador de tela que llevaba. Pero los pensamientos suplicantes de Naruto que no pudo evitar leer en su mente hicieron que terminase del todo.

- ¡Pervertido! – Gritó Sakura tapándose el pecho con los brazos.
- No es peor que las cosas que pensaste tú antes cuando me viste. – Dijo Naruto pegando su frente a la de Sakura.

Sakura iba a responder cuando Naruto acarició su rostro y después la besó.

- Sakura, a mí me encanta saber lo que piensas. Sentir lo que sientes. No lo cambiaría por nada del mundo. ¿Tú no lo ves igual? – Preguntó Naruto acariciándola.
- Si, si es maravilloso… pero… me da vergüenza que sepas todo lo que pienso… - Dijo Sakura sonrojada.

Naruto la volvió a besar mientras empezaba a acariciar todo el torso de Sakura. Su piel era muy suave, Sakura empezó a dejarse llevar tratando de no apabullarse por todos los pensamientos pervertidos de Naruto. De hecho, estaban empezando a gustarle mucho.

Se volvieron a separar unos segundos. Naruto miró a los ojos a Sakura y ella asintió. Naruto llevó sus manos hacia el pantalón de tela de Sakura, empezando a desvestirla también de cintura para abajo.

Naruto no pudo evitar sonreír un poco cuando Sakura pensó que quería que también le despojase de la ropa interior. Obviamente Naruto le hizo caso por supuesto.

Cuando los dos ya estaban totalmente sin ropa, Naruto volvió a tumbarse sobre ella, comenzando a besarla. Se separaron un instante y se miraron a los ojos. Por un instante no pudieron evitar sonrojarse y sonreír un poco. Ya que los dos acababan de pensar exactamente lo mismo y a la vez.

- ¿Segura? – Preguntó Naruto mirándola.
- Sabes que si… - Contestó Sakura acariciándole el pecho. – Lo acabas de escuchar… justo cuando tú estabas pensando en hacer lo mismo.

Naruto volvió a colocarse entre las piernas de la persona a la que amaba. Si, los dos habían pensado que se necesitaban el uno al otro. Naruto colocó sus manos sobre el colchón, una a cada lado del a cabeza de Sakura.

Empezó a entrar poco a poco en ella. Sakura entrecerró los ojos en aquel momento. Naruto se vio forzado a detenerse a mitad del camino. Era realmente extraño pues estaba empezando a sentir un dolor en una parte del cuerpo que, como hombre, no poseía. Pero sabía que aquel era el dolor que Sakura estaba sintiendo por ser su primera vez.

Era muy curioso porque los dos estaban sintiendo a la vez el dolor que sentía Sakura. Con el placer que experimentaba Naruto. Mezclándose los dos en una confusa sensación.

Estuvieron quietos unos cuantos segundos. Sin moverse un solo milímetro mientras permanecían abrazados. Poco a poco el dolor estaba empezando a desvanecerse, quedándose en segunda posición ante una devastadora oleada de placer.

Naruto empezó a moverse muy lentamente, todo lo que su cuerpo le dejaba. Realmente estaba sintiendo algo indescriptible. Era increíble, de hecho ni siquiera podía ya diferencia que sentía el de lo que sentía Sakura. Era como si estuviese sintiendo algo que simplemente era superior a ellos dos.

Sakura se aferró con fuerza a la espalda de Naruto. Como si necesitase sujetarse, como si al soltarse fuese a caerse al vacío infinito que la rodeaba. Pues ahora mismo para ella solo estaba Naruto y nada más, no era capaz de percibir otra cosa.

Los movimientos de Naruto eran muy erráticos, pues realmente ni siquiera podía concentrarse en mantener un ritmo constante. Pero daba completamente igual, cada pequeño movimiento desataba explosiones de placer en ambos.

No había pasado ni un minuto cuando Naruto se sintió totalmente paralizado, su cuerpo no podía moverse más. Naruto explotó casi de forma literal. Todo empezó a incrementarse en el momento en el que Sakura sintió en su propio cuerpo el orgasmo de su pareja.

Provocando a la vez que ella no aguantase más y terminase también. Sintiendo como se juntaba el placer sentido por su orgasmo, y el de Naruto.

En el momento en el que Sakura terminó, una segunda ola de placer recorrió su cuerpo, Naruto no pudo aguantar más aquellas sensaciones y terminó por caer sobre el cuerpo de Sakura, no podía mantenerse firme ante todo lo que estaba sintiendo.

Se quedaron inmóviles prácticamente más tiempo del que habían estado haciendo el amor. Estaba tratando de recuperar el aliento y recomponer sus pensamientos. Naruto terminó por poder moverse un poco y tumbarse al lado de Sakura.

Llevó su mano hasta una fina sabana que había en la cama. Si alguien entrase en la habitación era mejor que les viesen tapados. Pero lo que tenía claro es que no podía moverse para nada más. Cuando se hubieron tapado, Naruto abrazó a Sakura.

- Naruto… - Susurró Sakura tratando de girarse un poco para mirarle.
- ¿Si? – Preguntó el, abrazándola.
- Te quiero… mucho. Quiero estar siempre contigo… - Dijo Sakura apoyando su frente sobre el pecho del hombre que amaba.
- Sakura, siempre estaré contigo. Eso no lo dudes ni un segundo. – Respondió apoyando su frente sobre la cabeza de Sakura.

El cansancio no les dejó decir mucho más. Acabaron por rendirse totalmente al sueño y se quedaron dormidos prácticamente a la vez.

CONTINUARA…

Sasuke acababa de llegar a Korriban desde Dxun, lo primero que hizo fue ir a su propia habitación en las instalaciones imperiales. Allí había una pequeña caja fuerte que abrió con un sencillo movimiento de mano utilizando la Fuerza.

Dentro había un holocrón, de sus ropas sacó uno más. El de Darth Revan, y lo colocó junto al que ya había conseguido hacía meses.

Tras dejarlos a buen recaudo salió del edificio y empezó a caminar por el desértico paisaje del planeta. Caminó diez minutos hasta llegar al valle donde estaban las tumbas de algunos de los lores Sith más poderosos de la historia.

Todas estaban bastante derruidas, pero había cuatro de ellas que eran más grandes que las demás. Pero ahora mismo a Sasuke Uchiha solo le interesaba una de ellas, la Tumba de Ajunta Pall.

La entrada estaba en malas condiciones, aquel edificio de forma piramidal estaba construido hace más de 7.000 años. Pero sin duda parecía que la entrada había sido forzada y se podía acceder fácilmente al interior.

Unos cuantos pasos bastaron para que se adentrase en el lugar, el aire en el interior de la Tumba estaba muy cargado y había una fuerte presencia del Lado Oscuro en su interior. Pero aquella no era una sensación que fuese a amedrentarle obviamente.

Tras caminar por un pequeño laberinto, cuya resolución ya había sido indicada en forma de señales por los esbirros de Sasuke, acabó llegando a una última y gigantesca puerta de roca. Allí había un pequeño campamento de los excavadores. De los treinta que entraron en la tumba solo tres habían sobrevivido.

- Señor. – Dijo uno de ellos al verle llegar.
- Marchaos, ya no hacéis falta aquí. – Ordenó Sasuke dejando a cuadros a los tres Sith.
- Pero…

Fue silenciado por la fría mirada de Sasuke. No habría felicitaciones ni gloria compartida. Cando entendieron aquello se marcharon del lugar sin decir ni una palabra.

La cámara funeraria estaba cerrada de la misma manera que el Templo de Darth Revan. Una enorme y pesada puerta que solo un usuario extremadamente poderoso de la Fuerza podría abrir.

Levantó sus manos dirigiéndolas hacia ella y empezó a moverla, dando paso al lugar de descanso del Lord Sith. Una gélida sensación recorrió todo su cuerpo en el momento en el que se abriesen las puertas.

Cuando terminó empezó a caminar. Frente a él había un largo pasillo de más de cincuenta metros. Por el suelo había casi una veintena de cadáveres. Algunos de ellos solo eran huesos, otros estaban en mejor estado. Parecían haber sido destruidos en varias ocasiones.

- “Un nuevo visitante…” – Se escuchó por todo el pasillo. Sasuke solo respondió con media sonrisa. - “De nuevo la codicia ha guiado a alguien a las mismísimas fauces de la muerte… bien… que empiece el juego entonces.”

La puerta detrás de Sasuke se cerró sola. Y todos los cadáveres que había esparcidos en el suelo empezaron a alzarse cobrando vida propia y brillando en una tenue luz roja. Sus ojos brillaban con un rojo intenso como la sangre.

Sasuke activó su sable laser rojo sujetándolo con decisión. La mayoría de no-muertos portaban sables laser entre sus restos. El Uchiha empezó a avanzar por todo el pasillo eliminando a los oponentes que se levantaban ante él.

Aunque no eran rivales débiles precisamente. En vida debieron ser Siths poderosos, pues en sus demacrados cuerpos había retazos de gran habilidad. Aunque sin posibilidad de utilizar la Fuerza no tardaron mucho en ser abatidos por la maestría de Sasuke.

Continuó avanzando a cada metro eliminando a todos los enemigos que se enfrentaron a él. Ahora comprendía que aquello era solo una prueba. Aquellos cuerpos seguramente luchasen contra todos los intrusos que profanasen la cámara funeraria. Un cruel destino para unas almas atadas a un lugar tan oscuro.

Una nueva puerta se erigía ante él. Sin embargo esta vez se abrió sola, quizás el maestro de aquella tumba tenía ganas de divertirse un rato.

- “Has vencido a mis guardianes. Quizás tengas la habilidad para entretenerme un rato.” – Volvió a resonar por todo el lugar.

Frente a Sasuke ahora había una enorme habitación. En el centro había una especie de fuente. Estaba apagada, pero al llegar el a su lado empezó a brotar sangre de las tuberías de aquella fuente. Era algo macabro.

La sangre de la fuente empezó a arremolinarse frente a Sasuke. Incluyendo también huesos de cadáveres cercanos y restos de la tumba. Empezando a formar una retorcida figura.

- Alquimia Sith… ¿Eh? – Preguntó Sasuke activando de nuevo su sable laser.

Una enorme y horrenda criatura estaba empezando a crearse ante los ojos de Sasuke. Producto de la antigua y temida Alquimia Sith. Tenía forma humanoide pero media dos metros. Su piel era completamente roja. Tenía cuatro brazos que en lugar de acabar en manos terminaban en oxidadas y afiladas cuchillas.

Aunque tenía cabeza, no tenía rostro alguno y sus piernas eran grandes y recubiertas de metal. Además estaba rodeado por una siniestra e intensa energía parecida a la Fuerza.

Sasuke lanzó su sable laser apuntando hacia su cabeza, pero fue repelido por el aura rojiza que lo recubría. No sería tan sencillo vencerle.

La criatura arremetió contra Sasuke con sus dos brazos derechos. Dio un salto hacia atrás evadiendo el golpe, las garras metálicas se clavaron en el suelo haciendo un enorme agujero. Su fuerza era descomunal.

Sasuke ya había recuperado su Sable Laser y atacó sin dudarlo a la abominación, saltó para clavar su sable contra su pecho. Empezó a atravesar la barrera poco a poco. Pero su rival le golpeó con uno de los brazos haciendo que se chocase contra una estatua de piedra.

No tuvo tiempo para nada mas, ya que tuvo que levantarse ágilmente para evitar un nuevo golpe que destrozó la icónica estatua de Ajunta Pall. Sasuke levantó sus manos y desató una tormenta de relámpagos que chocó contra el cuerpo de aquella criatura.

Esta empezó a retorcerse de dolor, sin embargo parecía no detenerse pues seguía caminando hacia el Sith. Cuando estaba cerca, Sasuke saltó hacia él. Los rayos habían disminuido el poder de la barrera y aprovechó para decapitar al engendro.

Pero Sasuke fue golpeado de nuevo tal como cayó al suelo. Se giró y vio que aquella criatura continuaba moviéndose aun sin cabeza. Sasuke se quejó mientras se levantaba.

- Se acabaron los juegos pues… - Susurró enfurecido.

Sasuke empezó a correr rápidamente hacia él, esquivando unos cuantos golpes de manera acrobática. Saltó hacia una de las piernas cortándola fácilmente con su sable. Luego volvió a saltar hacia arriba haciendo un doloroso corte en la espalda.

Con su voluntad guiada por la ira y su fuerza incrementada por la rabia no tardó ni medio minuto en descuartizar a aquel abominable ser cuyos desmembradas partes seguían retorciéndose en el suelo con vida propia. Pero ya no podía atacar.

Sasuke guardó su sable laser en su cinturón, y continuó avanzando por los pasillos de aquel lugar. Rumbo a la última sala que se abrió ante él.

- “Eres poderoso… eso me gusta…” – Escuchó mientras entraba en la última cámara.

La última habitación tenía un sarcófago en el centro. Pero el suelo empezó a temblar mientras frente a Sasuke se acumulaba un espectral ser rojizo con forma humana. Aunque solo estaba la mitad superior de su cuerpo, mirando fijamente a Sasuke.

- Ajunta Pall… - Sentenció el Uchiha.
- De nuevo alguien supera las pruebas y ansía mi poder. Ahora dime… ¿Para qué lo quieres? – Preguntó mirando los ojos de Sasuke.
- ¿Para qué lo quiero? ¿Qué es lo que ansío? Es sencillo… todo. – Dijo Sasuke sin dejarse amedrentar.
- Sin duda será divertido ver que será más poderosa. ¿Tu voluntad o mi poder? – Dijo el espectro haciéndose a un lado.

El sarcófago empezó a abrirse. Mostrando los restos momificados de Ajunta Pall. Sobre el había un sable laser. Sasuke caminó hacia allí y lo sujetó con su mano. Solo al cogerlo pudo notar el poder que tenía, intentando controlarle.

Lo activó. Emitía una intensa y apagada luz negra. El único sable laser negro que quedaba sin destruir. Sasuke sonrió complacido.

- Si fracasas… volverás aquí a dejar el sable en su lugar… y me servirás para toda la eternidad. – Dijo el espectro mirando como Sasuke se marchaba del lugar.

Sasuke volvió de nuevo a los recintos imperiales. Yendo directamente a su habitación. De nuevo abrió la caja de seguridad donde tenía los dos Holocrones. Sasuke miró el sable laser que tenía en la mano.

“Soy el que estrangula el corazón en el miedo. Trae la noche y silencia la luz. Eso fue escrito en una de mis espadas, mucho… Hace mucho.” – Sasuke recordaba aquello de sus días de alumnos. Algunas de las últimas palabras de Ajunta Pall antes de morir.

Después dirigió su mirada al Holocrón de Tulak Hord.

“Si tú te enfrentases al antiguo lord Sith en combate, aprenderías que nosotros seriamos como niños jugando con juguetes comparado con el valor del antiguo maestro.” – Aquellas fueron las palabras que uno de los profesores de Sasuke le dijo cuándo estudiaron a Tulak Hord.

Y por último miró el Holocrón de Darth Revan.

“Revan era poder, era como mirar al mismísimo corazón de la Fuerza.” – Aquellas eran unas palabras que estaban escritas en los libros de historia Sith.

Ahora Sasuke sería la nueva Leyenda. Pronto seria invencible.

CONTINUARA…