Cazadores [Capítulo 46: 10/11/13]

Ya anochecía, y en la plaza central de Konoha ya estaban reunidos para comenzar la noche todos los cazadores… todos menos uno.

Ino llevándose las manos a las caderas: Y Naruto?

Gaara: Pensé que estaría contigo, Sakura!

Sakura: No… no lo volví a ver desde la comida, lo estuve esperando toda la tarde! Ninguno lo ha visto? – todos negaron con la cabeza. La pelirrosa agachó la cabeza con preocupación.

Lee: No pongas esa cara, mujer!! A Naruto no puede pasarle nada malo, verdad que no?

Sasuke: Ja! Tal vez se ha perdido en el bosque

Sai interrumpió: Como... te pasó a ti?

Sasuke: Eh! Tú de parte de quién estás? – el otro moreno simplemente hizo una mueca de burla, y el Uchiha se cruzó de brazos enfurruñado

Sakura cruzando las manos sobre su pecho: Pero… no es normal… - se calló al oír un grito que se le hacía familiar

Naruto: Ehhhh Sakura-chan!!! – llegando a la carrera, frenó en seco y se quedó unos segundos agachado, apoyándose sobre sus rodillas mientras recuperaba en aliento – Hola a todos!! Perdonad el retraso!!

Hinata: N-Naruto-k-kun… Q-qué… es lo q-qué…

Sasuke: Sí, qué te ha pasado? – todos lo miraron mal por haber interrumpido la frase de la Hyuga, Él miró a su alrededor con sorpresa y algo de prepotencia – Qué? Ya me canso de esperar hasta que esta chica logra terminar una frase!!

Temari: Quieres ser un poquito más sensible!!!??? – dándole un capirotazo en la frente. Hinata se rió tímidamente

Hinata: No pasa nada Temari-san… ya… me he acostumbrado a él… - sonriendo al moreno

Sasuke: Je! Lo veis? Pues eso, qué pasó?

Naruto: Ahh nada en realidad! Me entretuve más de lo que creí, y cuando regresé sólo me dejé caer en la cama pero… - riendo mientras se rascaba la nuca – se ve que me dormí - a todos les cayó una gota por la nuca.

Neji: Bueno, ya basta de charla no?

Gaara: Sí, tenemos que marcharnos, ya ha caído la noche

Lee alzando el puño: Es hora de patear culos de Curse!!!!! – y todos se alejaron del lugar, tomando cada equipo el rumbo que ya era habitual en ellos.

El equipo cinco ya llevaba un buen rato recorriendo la zona en silencio, pero la pelirrosa no podía evitar recordar el modo extraño en el que se había comportado el rubio, y no siendo capaz de aguantar más tiempo en silencio…

Sakura: Naruto…

Naruto sin mirarla: Sí…?

Sakura: Oye… me dirás que es lo que pasó antes?

Naruto: Antes… cuándo? – la pelirrosa se llevó las manos a las caderas, mirándolo desafiante, aunque él continuaba sin mirarla.

Sakura: Eh! No te hagas el tonto conmigo! Estuviste raro durante la comida, lo sabes muy bien! No piensas decirme qué pasa? – el rubio la miró un segundo y volvió a desviar su vista, para no perder detalle de lo que pudiera ocurrir a su alrededor.

Naruto: Yo intenté que vinieras a ver a Konohamaru y no lo hiciste. Es así de simple

Sakura: Ah… es que… te has enfadado por eso?

Naruto suspiró: No… claro que no me he enfadado. Sólo es que me hubiera gustado… que hubieras venido hoy…

Sakura: Vaya… pues lo siento… Pero puedo ir mañana si quieres! – el rubio giró la cabeza y la miró sorprendido

Naruto: No!!

Sakura extrañada: Eh? Ahora no quieres que vaya?

Naruto: Eh… no es eso, de veras! Sólo es que hoy discutí con él, creo que lo mejor durante unos días es que vaya solo, ya sabes, hasta que las cosas vuelvan a la normalidad…

Sakura alzó una ceja: Seguro que va todo bien? – el rubio asintió sonriendo, entonces ella suspiró y se encogió de hombros – Está bien… supongo que es una de esas cosas “entre hermanos” que sólo vosotros entendéis, no? – el chico la miró con una gran sonrisa

Naruto: Podría decirse que sí! – en ese momento se escuchó como el crujido de una rama, y Naruto desvió su atención hacia el lugar de donde venía el sonido – Uff parece que no ha sido nada… - se calló al volver a mirar al frente, ante la horrible visión que se encontraba frente a él. Ahí estaba Sakura, aprisionada por un Curse enorme, que la atrapaba con una especie de tentáculos, con los que la pegaba completamente contra él.

Curse: Shhhh ni un movimiento pequeño, o aquí la fresita lo pagará

Naruto: Sakura-chan… - entonces clavó su mirada en la de ella, que simplemente le sonrió guiñándole un ojo. El rubio comprendió que ella misma se veía capaz de salir de la situación y consiguió relajar la tensión que segundos antes le había atravesado cada célula de su cuerpo. El Curse, ajeno a esto, continuaba con su charla…

Curse: Y éstos son los “grandes cazadores”? Si más bien parecíais una parejita dando un paseo! – miró directamente al rubio – O tal vez también lo seáis…? – el chico lo miraba frunciendo el ceño y apretando los puños

Curse: Ohhh sí que lo sois! No puede ser! Esto es demasiado bueno para ser verdad!! Entonces… supongo que te enfadará si hago esto… - movió uno de sus tentáculos para retirar el pelo que cubría el cuello de la chica, y comenzó a deslizar su gelatinosa extremidad por el fino cuello de la pelirrosa.

Naruto: Ehh!! Qué crees que estás haciendo?

Curse: Verdad que te cabrea, chaval? Pues no he hecho más que empezar… - continuó moviendo ese tentáculo más hacia delante, llegando al cuello de la camiseta de la chica. El rubio no pudo contenerse y comenzó a acercarse a la carrera. Entonces el Curse enrolló su otro tentáculo, enredándolo en el muslo de la chica.

Curse: Aaaalto ahí! Tan sólo necesito aplicar algo más de fuerza para convertirla en batido de fresa! – el rubio frenó en seco ante ese comentario. Miró a la pelirrosa, que le hizo un gesto con la cabeza que parecía intentar calmarlo.

Curse: Veo que lo has entendido!! Muy bien, entonces quédate quietecito y podrás mirar como tu amiguita pasa por el cielo… antes de enviarla al infierno! – mientras empezaba a deslizar uno de sus tentáculos por debajo de la camiseta de la pelirrosa.

Curse: Deja que me deleite con este momento… - en ese momento ella logró alcanzar la pistola que tenía sujeta a su cintura, pero el rubio estalló y gritó:

Naruto: Aléjate de ella!!!! – el Curse levantó la cabeza para volver a responderle algo intimidatorio, pero al hacerlo sólo se encontró con la oscuridad del bosque frente a él.

Sakura: Naruto…? – entonces sintió como se aflojaba el agarre sobre ella, se separó sin ningún problema y miró tras ella, totalmente confundida. Allí se topó con Naruto, que sostenía un kunai ensangrentado, pero lo que más le llamó la atención a la pelirrosa fue la mirada de auténtico desprecio en los mismos ojos en que hasta entonces sólo había encontrado inocencia y cariño.

Sin comprender aún, miró a su lado y vio al Curse que la había atacado, vio que tenía el cuello seccionado hasta el punto en que resultaba sorprendente que no hubiera muerto. Se llevaba la mano sobre la profunda herida, convulsionándose violentamente. La sangre salía a borbotones de aquel cuerpo que ya era incapaz de acertar en sus movimientos.

Naruto: Y ahora qué, ¿eh? ¿Ya no te ríes?

Sakura: N-Naruto… - entonces terminó de sacar su pistola y la apuntó hacia el Curse. El rubio posó su mano sobre la de ella para detenerla.

Naruto: No, Sakura-chan, deja que se “deleite con este momento”… ¡si es que puede! - la pelirrosa abrió mucho los ojos, sorprendida. Se giró hacia aquella criatura casi desangrada que emitía unos gemidos agónicos, lo miró un segundo casi con lástima y entonces se zafó del agarre del rubio, y aún mirando al Curse dijo:

Sakura: Lo siento… - y disparó, notando una mirada casi agradecida por parte de aquella criatura. Cuando aquel cuerpo sin vida cayó al suelo, el chico se dirigió hacia él arremangándose y utilizando el poder de Gaara, lo hizo desaparecer. Al terminar se puso de pie y sacudiéndose las manos…

Naruto: Bueno… - no pudo continuar ya que la palma de la pelirrosa le cruzó la cara en una sonora bofetada - ¡Eh! ¿A qué ha venido eso?

Sakura: Naruto… lo que acabas de hacer ha sido…

Naruto interrumpió: Ha sido justo, nada más

Sakura: ¡No! ¡Ha sido cruel!

Naruto: Pero él… - la pelirrosa puso dos dedos sobre sus labios para callarlo mientras negaba con la cabeza

Sakura: ¿Sabes por qué no utilizo el poder que desarrolle a partir del de Shikamaru? – el rubio movió lentamente la cara hacia ambos lados – Ese poder… absorbe la vida… de cada célula del cuerpo de cualquier ser vivo. Es… ¡es una auténtica tortura! Por humanidad, no puedo ir utilizándolo así como así… todo ese sufrimiento no lo quiero… ¡ni siquiera para los Curses!

Naruto: Pero eso, ¿qué tiene que ver? Tú estás libre y él está muerto, todo ha ido bien, de veras!

Sakura: ¡Yo podía liberarme sola, así que él iba a morir de todas formas! Lo que has hecho… ha sido hacerlo sufrir a propósito… ¡y has disfrutado con ello!

Naruto: Y… ¿qué hay de malo en ello? Podría decirse que disfruto con mi “trabajo” – la chica agachó la cabeza con pesadez y se alejó un par de pasos. Se agachó para recoger la pistola que había caído en la hierba, y al levantarse miró al rubio de medio lado

Sakura: Llevo dos años enfrentándome sola a centenares de Curses… Y tú… acabas de hablar como uno de ellos – y dándole la espalda continuó con el camino que estaban siguiendo antes de que pasara nada, dejando al chico shockeado un rato hasta que fue capaz de reaccionar y seguirla.

…………………………………………………………..

Más tarde en Konoha…

Casi amanecía cuando un pelirrojo entraba caminando tranquilamente en la plaza central. Allí estaba sentado un moreno que frotaba sus manos con energía sobre sus piernas, y al verlo aparecer se puso en pie de un salto.

Lee señalando a Gaara: ¡Sí! ¡Soy el mejor! ¡He vuelto a vencerte! – el pelirrojo lo miró tan severamente que el moreno deseó no haber dicho nada. Pero para su tranquilidad, se limitó a suspirar y hablarle de forma condescendiente:

Gaara: ¿Cuántas veces te he dicho que no me has vencido? No puedes vencerme si yo no participo, y a mí… me importan una mierda tus estúpidas competiciones – el moreno se apoyó en la pared del edificio más cercano con un aura de depresión

Lee: ¡Eres cruel! – entonces se separó y lo miró con un brillo en los ojos - ¡Ya sé! Sólo dices eso porque ¡envidias mi victoria! – al pelirrojo le cayó una gota por la nuca

Gaara: Sólo por curiosidad… según tú, ¿cómo vamos en nuestra “competición”? – su compañero apartó la mirada con un leve sonrojo

Lee: 33 a 26… ganas tú…

Gaara: ¡¿Quéee?! Yo ni siquiera participo, ¿¡y aún así gano!?

Lee: Si no participas, ¡entonces no puede decirse que ganes!

Gaara imitando la pose de su compañero: “Sólo dices eso porque ¡envidias mi victoria!” – el moreno se cubrió los ojos con el brazo y empezó a llorar exageradamente

Lee: ¡¡Eres cruel!!

Gaara: ¡Ja! Si en realidad... – se quedó callado de pronto – Eh… ¿Qué pasa ahí? – Lee levantó la cabeza para ver como llegaban Naruto y Sakura a la otra esquina de la plaza. Ella andaba sin prestarle atención, mientras que él parecía estar suplicando que lo escuchara. Finalmente la chica se detuvo y dijo algo con expresión muy seria, que hizo que el rubio dejara de insistir. Entonces ella se alejó ante la desanimada vista de él, que simplemente desapareció.

Lee: Qué raro…

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Un par de horas después comenzaba la reunión de cada día en el gimnasio. El capitán peligris entró con varias bolsas que parecía que fueran a reventar por lo llenas que estaban. Las dejó en el suelo junto a él y se dirigió a los cazadores, en línea recta frente a él, como siempre.

Kakashi: ¿Ha pasado algo relevante esta noche? – NaruSaku se miraron. Él esperaba que ella dijera algo sobre lo que había ocurrido, mientras que la pelirrosa sólo parecía analizar la expresión de Naruto. Tras unos segundos, Kakashi continuó:

Kakashi: Está bien, entonces pasaremos directamente al gran momento. Vamos a pelear hasta el final… así que sólo como protección… - mientras llevaba la mano hacia el interior de una de las bolsas.


CONTINUARÁ...

Kakashi: Está bien, entonces pasaremos directamente al gran momento. Vamos a pelear hasta el final… así que sólo como protección… - mientras llevaba la mano hacia el interior de una de las bolsas. Todos lo miraban con mucha atención, y entonces vieron como el capitán sacaba el contenido de la primera bolsa: un chaleco que a simple vista recordaba a los chalecos antibalas de las películas policíacas. Sin mediar palabra, el peligris se lo puso sobre la ropa, ciñendo fuertemente los tirantes. De la siguiente bolsa sacó varias piezas del mismo gris que el chaleco. Se colocó dos de ellas sobre los brazos, cubriéndose desde el codo hasta la muñeca. Y las otras dos se las puso a modo de rodilleras. Entonces cogió las dos bolsas que había vaciado y las echó hacia atrás.

Sakura: Er… ¿has terminado?

Kakashi: Yo sí. Esto es para vosotros – lanzando la otra bolsa hacia la pelirrosa – Poneos uno cada uno.

Sakura metió la mano y sacó de ella una especie de reloj, pero la esfera estaba en blanco y era mucho más grande de lo normal. No entendía bien qué era eso, pero se lo puso en la muñeca y le pasó la bolsa a Naruto, que estaba a su lado. El rubio repitió la operación, y siguieron así sucesivamente hasta que todos ellos tenían uno de aquellos objetos.

Sasuke: ¿Soy el único al que le parece que esto está un poco descompensado? – todos lo miraron confusos – Bueno, él se ha forrado como si estuviera en el Pressing Catch, y a nosotros nos ha dado el juguete del Happy Meal… - a todos les cayó una gota por la nuca

Kakashi: Aunque ahora no te lo parezca, estáis vosotros más protegidos que yo. Esto que me he puesto es un aislante

Lee confundido: ¿Un aislante? ¿Aislante de qué?

Kakashi levantando el brazo izquierdo: Éste es capaz de absorber el fuego… - levantando el derecho – Y éste, la electricidad

Sasuke/Temari: ¡¿Qué!? ¡Pero eso no es justo!

Kakashi: Pero sólo funcionarán si los utilizo correctamente, y sois 10 contra 1, deberíais ser capaces de pillarme de improviso, y entonces no me servirían de nada.

Neji mirando el objeto en su muñeca: Has dicho que nosotros estamos más protegidos… ¿qué es esto exactamente?

Kakashi: Veréis, yo debo reaccionar a tiempo para protegerme, pero vosotros no necesitaréis eso – lo miraron extrañados – Creo que será mejor que os lo muestre…

Se llevó una mano a la espalda y entonces todo ocurrió en un segundo: sacó un par de shurikens y antes de que pudieran reaccionar ya los había lanzado. Hinata ni siquiera se dio cuenta de que se dirigían hacia ella, hasta que ya estaban tan cerca que sería imposible esquivarlos. Y entonces… una especie de luz azul salió disparada desde su muñeca, interponiéndose entre ella y los shurikens, que chocaron contra esa especie de escudo, y cayeron al suelo dejando como único sonido el choque metálico contra las tablas del gimnasio. La luz se replegó hasta que volvió a desaparecer en la muñeca de la morena con la misma velocidad con que había aparecido. Y entonces se escuchó otro sonido: el que produjo el cuerpo de la Hyuga al desplomarse en el suelo.

Ino: ¡¡Hinata!! – se agachó y la levantó un poco, después de comprobar cómo estaba suspiró con fuerza – Gracias a dios, sólo se ha desmayado

Lee enfadado: ¿Por qué ha hecho eso?

Kakashi con una gota por la nuca: Yo… ¡no pensé que le afectaría así! Ino, haz el favor de ponerla tras las gradas – la rubia asintió y obedeció, poniendo así a la morena en el punto más lejano de donde se encontraba el peligris, bajo las gradas que estaban en el fondo del gimnasio.

En cuanto Ino regresó con los demás, apenas pudo distinguir un kunai que se dirigía directamente hacia su cabeza. Por suerte fue capaz de desviarlo con su poder en el último segundo, aunque no pudo evitar llevarse un ligero corte en la mejilla.
Todos miraron shockeados al peligris.

Ino: ¿Q-qué… ha sido… eso?

Kakashi: “Eso” ha sido una advertencia. Debéis tomaros esto en serio… muy en serio. Así que Ino, me da igual lo feo que te parezca, pero ponte lo que acabo de daros – la rubia sacó del bolsillo aquella especie de reloj y se lo puso de mala gana

Ino: ¿Contento? – preguntó sarcásticamente

Kakashi: Mucho… Bien, ahora sois 9 contra 1… Oh, espera… - estiró el brazo, con la palma de la mano abierta, en dirección a Neji. En menos de un segundo el moreno cayó inconsciente al suelo – Bien, ahora sois 8 contra 1

Sasuke: Pero… ¿qué demonios…?

Lee: ¡Eso es jugar sucio!

Kakashi: No… sólo juego con las cartas que tengo. Vosotros deberíais empezar a hacer lo mismo. – se giró y miró al rubio, que estaba apoyado en una pared como si lo que pasaba no fuera con él – Naruto, ahora mismo estás a cargo de ellos, ¿no deberías hacer algo?

Naruto murmuró: Temari… - la rubia lo miró intrigada – Lánzale algo… algo ardiendo, por favor

Temari asintió y llevándose las manos al estuche sujeto a su cadera, sacó varias pequeñas piedras y las colocó entre sus dedos. Al instante todos pudieron ver como las piedras se envolvían en llamas.

Temari: ¡¡¡A ver qué haces con esto!!! – lanzándolas a diferentes alturas, desde el tobillo hasta la cabeza del capitán. Con un movimiento impresionantemente ágil , Kakashi consiguió que todas ellas impactaran contra el aislante que se había colocado en el brazo izquierdo, que absorbió tanto los impactos como el fuego.

Kakashi: Mal… muy mal. Ya os he dicho que eso no hará nada contra mí. Y tampoco la electricidad.

Naruto incorporándose: Sólo quería ver cómo funcionaba – dijo sonriendo, dejando shockeado al peligris – Muy bien chicos, lo que ha usado con Neji sólo puede utilizarlo una vez, lo sé porque yo también sé hacerlo

Ino: ¿¿¿Qué sabes hacerlo??? Y… ¿no te parece un buen momento para usarlo?

Gaara: No digas tonterías. Sea lo que sea, no puede utilizarse contra alguien que también sepa hacerlo. Si no, Kakashi-taicho habría ido directamente a por Naruto!!

Naruto: Te equivocas Gaara… - todos lo miraron sorprendidos – Sí podría haberlo usado conmigo. Pero también quiere ponerme a prueba como líder, estoy seguro de ello, ¡de veras!

Sasuke: Pues ya está, haz eso y a casa

Naruto: ¿Crees que él no sabrá como evitar su propia técnica?

Sai: Sí, Naruto tiene razón esta vez… Tenemos que pensar otra cosa.

Naruto pensando: ¿”Está vez”? – cruzando los brazos enfurruñado

Sakura: A ver, estáis pasando por alto algo – todos se volvieron hacia ella – Seguramente no noqueó a Naruto para examinarlo pero… ¿por qué Neji?

Lee: ¡Es cierto! ¡Qué lista eres, Sakura-san!

Sakura: Eh… sí sí, gracias… - ese tipo de comentarios de parte de Lee siempre ponían nerviosa a la pelirrosa, que inconscientemente dio un paso para acercarse a Naruto, quien al notarlo sonrió ampliamente.

Sasuke mirando a Naruto: ¿Qué pasa? ¿Tienes un plan o qué?

Naruto intentando disimular: Eh… no… bueno sí… Quiero decir… Si dejó fuera de combate a Neji en cuanto pudo, es que no quería que pudiéramos volvernos invisibles. Eso sería un gran problema para él…

Temari: ¿Qué? Pero estando tú, podemos hacerlo igualmente, ¿no?

Naruto negando con la cabeza: Yo no tengo los poderes desarrollados en la misma medida que “el original”, puedo volverme invisible, pero no puedo hacer que lo seamos todos.

Kakashi: Esto… odio interrumpir, pero… - todos se separaron un poco y miraron al capitán, a unos pocos metros de ellos - ¿Habéis acabado con vuestra reunión? Porque yo mientras he estado entretenido… - señalando hacia el suelo.

Todos los cazadores miraron y vieron que todo el gimnasio se había llenado de grandes pinchos que les llegarían por la cintura.

Kakashi: Por supuesto, están debidamente envenenados, así que ni se os ocurra tocarlos, porque el protector de vuestra muñeca sólo os ayuda con los ataques externos, no si os ponéis a jugar a los suicidas.

Temari: ¡¡Mierda!!

Naruto: ¡¡¡Sakura-chan!!! – la pelirrosa asintió y desenfundó las dos pistolas que llevaba ceñidas a ambas piernas

Sakura: ¡Entendido! – mientras comenzaba a correr hacia el peligris, atravesando los pinchos como si no estuvieran allí.

Naruto: Bien, ahora escuchad… - el capitán intentó escuchar las palabras del rubio, pero enseguida le fue imposible, ya que tenía que poner toda su atención en esquivar los certeros disparos de la pelirrosa.

Kakashi: ¡Joder!

Sakura: Lo siento Kakashi, tengo que ayudar al grupo… - volviendo a disparar. En ese momento…

Gaara/Lee/Sasuke/Sai/Temari/Ino: ¡¡¡De acuerdo!!! ¡Vamos! – entonces la pelirrosa dejó de disparar al peligris, y lo miró con una irónica sonrisa

Sakura: Parece que Naruto no lo hace tan mal, ¿verdad? – al decir estas palabras el ambiente comenzó a hacerse terriblemente frío… Kakashi miró hacia el grupo y vio como Temari estaba terminando de congelar hasta el último de los pinchos que él había creado.

Kakashi sorprendido: Los ha congelado… ¿Sin tocarlos?

Temari sonriendo: Más bien ha sido tocando algo que estaba en contacto con ellos… el suelo, claro!

Kakashi: Eso ha sido… - se calló de pronto, con la sensación de que algo no iba bien. Entonces suspiró, dándose cuenta de algo – Oh mierda… Sakura no era la única que podía evitar los pinchos, claro

Miró encima de él justo para ver como una pierna se acercaba a toda velocidad… ¡Ni siquiera se había dado cuenta de cuándo Sai se había separado del grupo!
Reaccionó justo a tiempo para agarrar la pierna del moreno, evitando así la patada. Entonces, de un rápido movimiento, lanzó al chico con tanta fuerza que cayó a varios metros de distancia, en un estrepitoso golpe.

Sin molestarse siquiera en mirar hacia atrás, levantó una mano, sobre la que inmediatamente chocó una pierna que aparecía de la nada, cubierta por una malla verde.

Kakashi: Sois predecibles – y repitiendo el movimiento, arrojó a Lee cerca de donde lo había hecho con Sai.

Temari: ¡¡¡Sai, Lee!!! – corriendo hacia él - ¿Estáis bien? ¡¡Decid algo!!

Sai susurrando: N-no… no puedo moverme!!

Lee: Ni… yo…

Kakashi: Ambos están paralizados. Ya sabes Naruto, que el efecto se pasará cuando yo me aleje de ellos – el rubio asintió muy serio

Kakashi: De todas formas ha sido un buen intento. Descubriste que quería conseguir no perderos de vista, y utilizaste las mejores bazas que tenías, por lo difícil que resulta seguirlos. No está mal, pero sois 6 contra 1… pero vuestros mejores ataques ahora mismo no sirven de nada contra mí.

Naruto sonriendo: ¿Eso crees…? – poniéndose muy serio - ¡¡¡Ahora!!!

CONTINUARÁ...

Naruto sonriendo: ¿Eso crees…? – poniéndose muy serio - ¡¡¡Ahora!!!


En ese momento, el peligris pudo ver que tanto Sasuke como Naruto ponían una mano sobre los pinchos congelados que llenaban el gimnasio. De sus manos salió una gran descarga eléctrica, que cogía aún más fuerza al desplazarse a través del hielo… Justo antes de que lo alcanzara, Kakashi dio un gran salto y logró evitarlo, pero en medio de ese salto se sorprendió a si mismo perdiendo el control de su propio cuerpo.

Kakashi: ¿Pero qué…? – al mirar hacia el suelo vio cómo Ino lo miraba concentrada

Ino: Iahhhh! – con un movimiento de su mano hizo que el peligris se estrellara contra uno de los pinchos congelados. El violento golpe hizo que salieran volando cientos de fragmentos de hielo.

Sasuke: ¡Hay que asegurarse! – y repitiendo el gesto que había hecho antes, provocó una densa corriente eléctrica que se dirigió a toda velocidad hacia el cuerpo del capitán. Cuando alcanzó su objetivo lo único que pudieron ver fue una nube de humo negro que se extendió rápidamente en el lugar en que había caído el peligris.

Sakura: Joder! ¡Te has pasado! – acercándose a él con preocupación. Pero entonces empezó a distinguir cierto movimiento en el centro de aquel humo negro… Una figura intentaba ponerse en pie con cierta dificultad, sobre unos escombros de hielo.

Kakashi: Eso… ha estado muy bien… - empezó a sacudir el brazo derecho, para dispersar el humo. Entonces pudieron ver como aquel humo se concentraba totalmente en el protector de su brazo, la electricidad no había llegado a alcanzar su cuerpo.

Kakashi: Ya os he dicho que mientras tenga estos protectores…

Naruto interrumpió: Lo sé – sonriendo de medio lado, dejando al peligris sorprendido… pero fue aún mayor su sorpresa al comprobar que de nuevo no era él quien controlaba su propio cuerpo. Miró a Ino, era evidente que había vuelto a ser ella quien impidiera que se moviera con libertad.

Kakashi pensando: “¿Otra vez el mismo truco?... No puede ser… Ha dicho que sabe que con los protectores están en desventaja, así que tienen que tener algo planeado” – abrió mucho los ojos de golpe, y miró en todas direcciones – Mierda!! Aquí falta…

En ese momento, una figura se situó detrás del peligris.

Gaara: Hola, capitán – pronunció en un ronco susurro, tan calmado que por sí sólo ya ponía los pelos de punta - Tranquilo, esto no le dolerá… o eso creo – llevó su mano, visiblemente preparada ya que se había tornado incandescente, hacia uno de los brazos de Kakashi… para volatilizar esos protectores que tanto los molestaban.

Se produjo un resplandor que cubrió todo el gimnasio. Naruto, Sasuke y Temari se preparaban para lanzar sus ataques en cuanto vieran al peligris sin los protectores. Sakura sólo contemplaba expectante los frutos de la acción conjunta de Ino y Gaara… Y entonces pasó, un tremendo golpe se escuchó a la derecha del lugar en que se encontraba el capitán, donde se había originado aquel resplandor. Pero en un instante… un golpe de la misma intensidad, o aún mayor, se produjo a la izquierda del mismo lugar… Antes de que pudieran preguntarse nada más, el resplandor se extinguió, dejando ver a un Kakashi jadeante por el esfuerzo en el centro del gimnasio.

Kakashi: Arf… ahora… cuatro contra uno…

Sasuke/Temari: ¿¿¿Qué… qué ha sido eso??? – el rubio lo contemplaba boquiabierto

Naruto: Eso… es el único poder de Kakashi que no pude asimilar…

Sakura continuó: La reversión del poder… - todos la miraron sorprendidos

Naruto: ¿Tú lo conoces? – la pelirrosa asintió

Sakura: Le vi usarlo… una vez. Pero nunca con dos personas al tiempo!

Temari: ¿¡Os importaría explicárnoslo!?

Naruto suspiró: La reversión del poder, hace que cuando alguien está utilizando su poder contra ti, puedas volverlo en su contra. Pero requiere mucha energía y concentración en un momento en que es difícil pensar…

Sasuke: Ahhh vale, entonces ya entiendo porqué no pudiste aprenderlo – al rubio se le hinchó la vena de la frente y se lanzó a por el moreno, pero en el último segundo la pelirrosa lo frenó, prácticamente en el aire. A su vez, Temari agarró al moreno para evitar que se lanzara contra Naruto

Sakura: Vamos, calmaos!!! ¡¡No es momento para tonterías!! Si Kakashi ha utilizado algo como eso, que es peligroso tanto para él como para nosotros, es que… pretende ganar, sea como sea

Kakashi: Muy bien Sakura. Siempre fuiste muy inteligente – todos pudieron distinguir las palabras del peligris, pero ninguno fue capaz de verlo a tiempo… ninguno fue capaz de ver cómo se había teletransportado detrás de donde Temari mantenía agarrado a Sasuke… Sin embargo, lo que todos pudieron ver fue cómo sacaba rápidamente dos kunais y cortaba a ambos con ellos, provocándole a cada uno una profunda herida en la base del cuello. Seccionando el músculo, haciendo que ambos cayeran al suelo agarrándose el cuello con desesperación… con la agónica convicción de que la cabeza iba a desprenderse de su lugar.

Naruto y Sakura contemplaron la escena congelados por el terror. El peligris miró hacia ellos con una macabra sonrisa.

Kakashi: Y ahora… dos contra uno, ¿qué os parece?

Naruto: Pero… ¡¿cómo has podido hacer algo así!?

Kakashi: Sois demasiado blandos… ¡¡En la guerra, no existe la piedad!! Y de todas formas, sobrevivirán, no pienses que soy un monstruo…

El rubio apretaba los puños con rabia mientras posaba su vista en sus compañeros. Hinata, al otro extremo del gimnasio, desmayada por la fuerte impresión. Neji, cerca de la primera, inconsciente por la técnica del peligris. Sai y Lee, en medio del gimnasio, totalmente paralizados, sin otra cosa que poder hacer que observar lo que les estaba pasando a sus amigos. Gaara e Ino, algo más próximos de donde se encontraba ahora, ambos sin conocimiento y seguramente bastante graves. Más cerca, Sasuke y Temari, con pequeñas convulsiones por la brutal herida que les había causado Kakashi. Y a su lado, totalmente incrédula, se encontraba la pelirrosa, que observaba la escena con los ojos a punto de salirse de sus órbitas.

Naruto apretaba ya con tanta fuerza sus puños que un fino hilo de sangre empezó a deslizarse entre sus dedos.

Naruto: ¡¡Tú!! – y lanzó una descarga eléctrica en dirección al peligris, cargada de ira. El capitán no tuvo ningún problema en esquivarla.

Kakashi: Yo… ¿qué? ¿Crees que con eso vas a vencerme? – dio un paso hacia el rubio - ¿O con fuego tal vez? Eso no te servirá de nada, ya lo sabes… - dando otro paso – Y el poder de Gaara no te funcionará a ti solo, con alguien que puede transportarse instantáneamente… ¿Qué más tienes?

El rubio se sentía ya algo intimidado, pero en ese momento se le vino a la cabeza otro de los poderes del grupo de cazadores, y levantó su mano firmemente, frente al peligris.

Kakashi: ¿Y ahora intentas detenerme con el poder de Ino? – con cierta dificultad, finalmente logró dar un paso más – Cuando tú usas esos poderes, son más débiles que cuando los usa el original… Y acabo de superar dos veces al original! ¡¡Jamás podrás vencer de esa forma, Naruto!! ¿Es que acaso lo único que tienes es el poder de los demás? ¡¡Busca tu propio poder!! – diciendo esto, ya se colocó a un solo paso del rubio

Kakashi: ¡Muéstrame tu propia fuerza! – al terminar de pronunciar estas palabras, el peligris sólo pudo girar violentamente la cabeza, como consecuencia del tremendo puñetazo que Naruto le había propinado en la cara. Kakashi se llevó dos dedos al labio, ahora cortado, y comprobó que emanaba sangre del corte. Al verlo, sonrió casi complacido y miró al chico.

Kakashi: Al menos no te has achantado… Sin embargo, ¡no es suficiente! – tras decir esto, levantó el brazo y de un rápido movimiento lanzó al rubio contra la pared de enfrente. Antes de que pudiera incorporarse, el peligris se había situado de nuevo frente a él. En un movimiento desesperado, Naruto alzó ambas piernas, parecía que su objetivo eran las rodillas del capitán. Pero las manos de Kakashi impidieron que alcanzaran ese objetivo.

Kakashi: ¿Qué crees que haces?

Naruto: ¡Partirte las piernas! – exclamó con toda su rabia

Kakashi: ¿En serio? ¿Algo… así, dices? – entonces hizo que las piernas del chico se doblaran en el sentido contrario a la articulación normal de la rodilla, provocando un grito de dolor por parte del rubio. El peligris lo levantó de nuevo por las piernas y lo arrojó con fuerza a pocos metros de distancia, haciendo que recibiera todo el golpe en la espalda. Entonces se acercó otra vez a él y pisó ligeramente el cuello de Naruto.

Kakashi: No estáis preparados en absoluto

Naruto: ¡No es justo! Tú conoces todos nuestros movimientos… Entre ellos, no habrá nadie con esa ventaja!! Agh…

Kakashi apretando un poco más: No Naruto. Era una prueba… érais 10 contra uno y ahora no queda nadie para luchar contra mí…

Naruto con dificultad: Agh… Aún… queda alguien… - el peligris se sorprendió ante las palabras del rubio. Giró lentamente la cabeza, mirando a la pelirrosa, y sonrió.

Kakashi: ¿Eso crees? – el rubio asintió como buenamente pudo – Bien. Déjame mostrarte algo…

El peligris se situó justo frente a la pelirrosa, y comenzó a deshacerse de sus protectores, dejándolos caer al suelo. Y finalmente se quitó también el chaleco que lo protegía.

Kakashi: Vamos – la pelirrosa lo miraba aún en shock. El capitán vio que la chica todavía tenía un arma en la mano, y tomó él mismo la mano de la pelirrosa, llevando la boca de la pistola a su propia frente. Y en un tono indiferente dijo – Venga, dispara

Sakura: P-pero… lo mataría… - el peligris suspiró

Kakashi: Bien, algo más fácil entonces. Dispárame en una pierna. Si no puedo moverme, también habríais ganado, ¿no? – la chica se quedó inmóvil unos segundos

Kakashi: Ya sé, no vas a dispararme a bocajarro… - se alejó un par de pasos - ¿Mejor? – sólo obtuvo el silencio por respuesta, ante la atónita mirada del rubio.

Kakashi: Oh vamos, tus compañeros están heridos o inconscientes… eso sin contar que el poder de Gaara, al haberse vuelto en su contra, ni siquiera podemos saber el alcance de los daños… Tal vez alguno de ellos no viva para contarlo, Sakura. Y el único causante he sido yo. Vamos, dispárame, adelante!

La pelirrosa se mantuvo de nuevo en silencio unos momentos, apuntando hacia la pierna izquierda de Kakashi. Sin embargo su brazo iba perdiendo consistencia, hasta que comenzó a temblar notablemente. Finalmente suspiró muy hondo, bajó el arma y la dejó caer al suelo, agachando la cabeza

Sakura: No voy a dispararte… y lo sabes

Kakashi asintió: Lo sé – se giró entonces hacia el rubio y se agachó ligeramente a la altura de su cara – Mientras hubo equipo para luchar, ella os apoyaba hasta el final. Pero no así… - suspiró – Todo lo que puedas saber de tu oponente, y utilizarlo en su contra, es parte vital de la lucha, Naruto. Así son las cosas…

Se levantó y comenzó a alejarse, hasta que al fin desapareció tras la puerta del gimnasio.
Con la salida del peligris, Lee y Sai recuperaron la movilidad. Sin mediar palabra, poco a poco se levantaron y se acercaron a donde estaba la pelirrosa, que trataba de sostener la mirada acusadora de Naruto. Lee puso una mano en el hombro de la chica.

Lee: Te ayudaremos a llevarlos a todos al hospital

……………………………………………………………………………

Lejos de allí, en una oscura cueva…

Zabuza: ¡¡¿¿Quéeee??!! ¿Pensáis que me voy a enfrentar a él yo solo? ¡Ni de coña! Si me habíais llamado para eso, ya podéis olvidarlo – dándose la vuelta muy serio, entre la indignación y el miedo

Kurenai: No contestes tan a la ligera, ¿es que acaso no lo has comprendido aún? – el castaño miró intrigado a la Curse, y entonces…

Minato: Exacto, ahora es cuando comienza tu verdadera misión, Zabuza. En dos días atacaremos. Lo que tienes que hacer durante el ataque es…

……………………………………………………………………..


De nuevo en Konoha, en el exterior del gimnasio, el peligris se apoyaba sobre la pared, cerrando los ojos con fuerza, hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

¿?: No debes culparte – Kakashi abrió los ojos con sorpresa en dirección hacia quien se dirigía a él

Kakashi: Claro que sí, Jiraiya… Acabo de cometer una atrocidad…

Jiraiya: Pero el enemigo cometería unas cien veces peores. Tienen que estar preparados para lo que van a tener que enfrentar. Y como poco… les falta confianza. La confianza que sólo tú puedes darles.

Kakashi extrañado: ¿Qué quieres decir?

Jiraiya mostró una ligera sonrisa: Que ahora mismo nuestra esperanza, la de esos chicos y la de todos nosotros… es que estás a nuestro lado

El peligris lo miró sorprendido unos segundos y entonces dejó caer la cabeza con pesadez. Jiraiya posó una consoladora mano sobre su hombro, a lo que Kakashi respondió asintiendo ligeramente con la cabeza, mostrando toda la culpa y la responsabilidad que cargaba sobre sus espaldas.

……………………………………………………………………..


Minato: … mantener alejado a Kakashi


CONTINUARÁ...

En una apenas iluminada habitación de hospital, una pelirrosa estaba sentada al lado de la ventana, con los pies subidos al asiento de la silla para permitirse abrazar sus propias rodillas.
Vuelta hacia la ventana aunque con la mirada y los sentidos más perdidos en sus recuerdos que en lo que había al otro lado del cristal.


FLASHBACK

Tras la pelea con Kakashi, Lee y Sai tomaron en primer lugar a Temari y Sasuke y los llevaron al hospital. Viendo el ritmo al que sangraban, les parecía que cada segundo podía ser vital.

Naruto se quedó mirando a Sakura fijamente, aunque la reacción de la chica frente a Kakashi le sorprendió de la peor manera, gracias a su empatía podía comprender los sentimientos de la pelirrosa. Su confianza y lealtad acérrimas hacia Kakashi, y además su gran corazón, la prohibían dispararlo, más aún estando desarmado, aunque acabara de dañar a sus amigos. Incluso aunque hubiese significado ganar aquella extraña batalla.

Sin saber qué decir, Naruto sólo podía mirarla. No tenía sentido preguntarle por qué no le había disparado, ni recriminarla nada, ya que sus intenciones en ningún momento fueron malas. Ella sostenía su mirada como podía, avergonzada de no haber sido capaz de al menos, darles una victoria a sus compañeros.

De pronto, Naruto emitió un gemido de dolor, y de una de sus heridas empezó a salir sangre a una velocidad alarmante. Sakura se acercó corriendo hacia él, aunque ya estaba inconsciente cuando ella cargó con dificultad su cuerpo sobre la espalda, para dirigirse rápidamente al hospital.

END FLASHBACK


El recuerdo hizo que la pelirrosa se abrazara con más fuerzas las rodillas, no sabía si Naruto estaría enfadado con ella, pero realmente sentía que no podía haber actuado de otra forma. La idea de discutir con él, o peor aún, de decepcionarle, la tenía más afectada de lo que esperaba.

-Sa…ku… - murmuró el rubio desde la cama, sobresaltando a la chica.

-¡Naruto! – exclamó levantándose de un salto - ¿Cómo te encuentras? – preguntó mientras le ponía una mano en la frente.

- Como si me hubieran dado una paliza – contestó irónicamente, provocando que un escalofrío recorriera el cuerpo de la pelirrosa. Que pensara en eso un segundo después de despertarse no era una buena señal.

- Yo,… Te diría que lo siento, pero… - el tacto de la mano del rubio sobre la que ella tenía apoyada en la cama la detuvo.

-No Sakura-chan, no tienes que disculparte por haber actuado con el corazón. – sonrió – De hecho agradezco que a veces te dejes llevar por tus emociones, porque si no… - soltó una pequeña risa con algo de dificultad.

Sakura sonrió algo más aliviada y se agachó para darle un pequeño beso.

-Iré a avisar de que estás despierto – dijo ella haciendo ademán de levantarse del lado de la cama en que se había sentado. Sin embargo, de nuevo una mano de Naruto la detuvo.

-Espera – dijo él, haciendo que Sakura se girara de nuevo para mirarlo. - ¿Están todos bien? – la pelirrosa asintió, lo que hizo exhalar profundamente a Naruto. Una preocupación menos, aunque no era la única -¿Cuánto tiempo llevo en el hospital?

-Pues… - giró la muñeca para ver su reloj y se quedó pensativa unos momentos. – Casi un día… 23 horas, desde que ingresaste.

-¡¡¿Qué!!? – exclamó el rubio, incorporándose de golpe hasta quedar sentado en la cama. En seguida una sensación de asfixia se apoderó de sus pulmones, tensando su pecho y agarrotando su garganta, por lo que apenas conseguía respirar.

-Tranquilo – Sakura intentó disimular su preocupación mientras con una mano en su pecho le hacía tumbarse de nuevo. – Shizune dijo que cuando despertaras, necesitarías aún un par de horas de reposo para recuperarte.

-…- Naruto frunció el ceño disgustado, y giró la cara. Una actitud que a Sakura le pareció algo extraña en él, hasta que… - ¿Y si dijera que ya me encuentro bien? – preguntó con un brillo en los ojos como un cachorro pidiendo que jueguen con él.

-Naruto, ¿cómo vas a estar bien si hace un segundo no podías ni respirar?

-Que sí, que sí… - apartando la sábana. Y en realidad no supo si sus heridas le causaron un pinchazo de nuevo, o si Sakura había vuelto a hacerle tumbarse aunque de forma más brusca. El caso es que ese momento de dolor fue suficiente para que él mismo, aunque sonrojado y fastidiado, decidiera permanecer en la cama mientras ella iba a avisar.

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En la guarida de los Curses,…

-¿Me ha mandado llamar? – dijo Zabuza. Una pregunta más que obvia, pero ya se había dado cuenta de que ante el jefe de los curses cualquier precaución es poca.

-Siéntate

Fue toda la respuesta que obtuvo de aquel ser, que sentado en el extremo de una mesa tan grande como deteriorada le indicó el otro extremo para que lo acompañara. Zabuza obedeció. El jefe de los Curses se detuvo entonces unos momentos a mirarlo, muy seriamente, con las manos cruzadas frente al área despejada de su cara. Acostumbraba a hacer eso para hacer aflorar los verdaderos pensamientos de alguien. Una extraña estancia, en un incómodo silencio y bajo la presión de su atenta mirada, cualquier cosa que hubiera pretendido ocultar en los recovecos de su mente para intentar esconderlo de él, terminaría por aflorar.
Cómo le gustaban aquellos momentos en que sabía que la persona que tenía en frente no podía hacer nada, absolutamente nada en su contra. Porque si lo intentara, lo sabría antes de que hiciera un movimiento y lo mataría.
En este caso, no averiguó más de lo que ya sabía: en la mente de Zabuza había pensamientos de codicia, violencia casi generalizada, algo de repugnancia por hacer tratos con los Curses, pero sobre todo miedo de su jefe. Complacido, decidió comenzar a explicarse:

-Mañana atacaremos Konoha.

-Sí, lo sé.

-Será el segundo grupo de élite, -empezó a explicarse el jefe - aunque seguramente ellos crean que son nuestros mejores soldados, el primer grupo se quedará aquí… por ahora. Con Kiba y nuestro infiltrado en Konoha no necesitaremos más ayuda. Con una salvedad: Kakashi no deberá estar allí. Las fuerzas que tendríamos que desplegar serían muy distintas por su mera presencia.

-Pero si los cazadores dan la alarma, ¡Kakashi se teletransportará enseguida allí…!

-Tú te llevarás a Kakashi y te encargarás de que no pueda responder a la alarma.

-…- Zabuza sabía que no había nada que negociar con las órdenes de aquel ser, y ya intentaba trazar un plan para cumplirlas.

-Ten – interrumpió sus pensamientos arrojando una carpeta frente a él. – No quiero correr riesgos, creo que ése es el plan más efectivo para llevar a cabo tu misión.

Zabuza abrió la carpeta y vio varios papeles. Comenzó a leer el primero cuando se detuvo en seco, asustado.

-Pero… si hago esto, ¡Kakashi terminará dándose cuenta y me matará!- agitando nervioso el papel.

-Mira la última hoja antes de lloriquear como un bebé.

Le obedeció, con el orgullo herido, pero con miedo e intriga de todas formas. Al hacerlo, se llevó una gran sorpresa al descubrir que esa hoja era ni más ni menos que un mapa.

-Observa esa zona… consigue llegar hasta allí, y para cuando Kakashi se dé cuenta, no tendrá ninguna posibilidad contra ti.

-¿Quiere decir que ese lugar…? – el Jefe lo interrumpió, asintiendo ligeramente con la cabeza.

-Así es. En esa zona tienes una gran ventaja contra casi cualquier oponente. – Zabuza bajó la vista de nuevo al papel, mientras una gran y sádica sonrisa se extendía por su rostro, al verse por primera vez capaz de hacer frente a Kakashi por sus propios medios. Bueno, casi por sus propios medios.

-Tu misión no termina ahí. Si regresas con vida, deberás traerme el cuerpo de Kakashi. Sería un desperdicio científico dejarlo allí. Después recibirás más instrucciones.

-Si ya he matado a Kakashi, no veo porqué tendría que aceptar más órdenes. – la prepotencia, siempre arriesgando el pellejo por nosotros.

-Para que no te mate, básicamente. – un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Zabuza, pero antes de que pudiera reaccionar le pareció oír algo fuera de la sala en que se encontraban, lo que hizo que se pusiera en pie de golpe, llevándose la mano a los kunais que colgaban de su cintura.

-Tranquilo – dijo el jefe de los Curses, más como una orden que como un consejo. –Simplemente… nos estaban espiando. – Zabuza abrió mucho los ojos, sorprendido de que se lo tomara tan a la ligera. – Los invitados siempre son demasiado curiosos.

A unos metros de allí, se alejaba Kiba sin preocuparse de no hacer ruido. Total, él ya sabría que estaba escuchando.
-“Aunque todos saben de los tratos con Zabuza, se encierra con él en ese lugar lúgubre y apartado… Maldito…” – pensaba Kiba mientras apretaba cada vez más los puños – “¡Lo único que busca es intimidar a todo el mundo! Lo peor no es que pueda leer la mente de la gente… es que con el miedo que provoca… la controla.”


CONTINUARÁ.

-¡Kakashi! – gritó Zabuza entrando de golpe en el despacho del capitán de los cazadores de Konoha.

El aludido dio un brinco sobre su silla, sobresaltado.

- ¡Zabuza! ¡Casi me da un infarto!
- ¿Todo un capitán se asusta tan fácilmente...? - preguntó desconfiado
- A lo mejor estaba haciendo algo importante, ¿sabes? - le reprochó mientras cerraba un cajón de su escritorio. El moreno estiró un poco el cuello y pudo distinguir las palabras "Icha Icha" antes de que se cerrara el cajón.
- Ya, ocupado, ya...
- Bueno, ¿por qué entrabas tan deprisa? - Kakashi intentaba retomar el hilo de la conversación, aunque viendo los escasos resultados que había estado dando el trabajo de Zabuza, ya no se lo tomaba demasiado en serio.

- ¡Kakashi! - gritó Zabuza golpeando la mesa del peligris con ambas manos. - ¡He descubierto algo importante!
- ¿Sobre qué?
- ¿Cómo que sobre qué? Sobre lo que me tenías investigando, claro! - Kakashi desvió la mirada a unos papeles sobre su escritorio, al parecer restándole importancia a Zabuza, lo que a él le moslestó muchísimo, y reclamó su atención tirando todos los papeles que tenía sobre el escritorio.
- ¿Se puede saber qué te pasa? - exclamó Kakashi, levantándose de su silla con el ceño fruncido.
- ¡Los Curses! ¡Van a atacar!
- ¿Ya estamos igual que siempre? Atacan a gente cada día, Zabuza.
- ¡No hablo de gente! ¡Van a atacar la Cumbre* MAÑANA!
- ¿La Cumbre? Mañana hay una reunión, Jiraiya acudirá... - se quedó pensando unos momentos - ¡Si hacen eso desestructurarían nuestra organización en todo el país! ¡Tengo que hablar con Jiraiya! - rodeó la mesa mientras continuaba - Y después debemos ir allí a avisar inmediatamente...
- ¡Espera! - interrumpió Zabuza - He oído que tienen infiltrados allí...
- ¿Cómo van a tener infiltrados en la Cumbre? ¡Eso es imposible! - exclamó Kakashi, casi indignado.
- No lo sé, Kakashi. ¿Cómo pueden existir personas con superpoderes, y cómo algunas de ellas después de ser asesinadas con un gas venenoso pudieron resucitar convertidas en seres casi-demoníacos? ¡Las cosas pasan!

A veces los argumentos más simples son los únicos que llegan a resultar convincentes. Después de mirarlo unos momentos como analizándolo, Kakashi asintió.

Tras una pequeña discusión, Zabuza consiguió convencerlo de que en ese caso no sería posible averiguar quién es el infiltrado, y ante la duda era mejor no avisar a nadie, ya que no podría saber si la persona con quien hablara está implicado o no.
La única solución era ir hasta allí.

Kakashi llegó a la conclusión de que si Zabuza era quien mejor se había enterado de la situación, debía ir. Pero Jiraiya nunca querría ir con él, así que sería el propio Kakashi quien fuera. Al fin y al cabo, él era la otra cabeza visible de Konoha y allí no resultaría raro que él acudiera en lugar de Jiraiya.
El peligris fue a informar, de manera confidencial, a Jiraiya mientras Zabuza se quedaba en su despacho esperándolo... con una sonrisa de oreja a oreja.


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Algo más tarde, en casa de Ino...

- ¡Un brindis por el recién salido del hospital! - gritó Lee, poniéndose de pie con su vaso de agua en la mano.

Naruto sonrió, agachando un poco la cabeza. Le alegraba que todos estuvieran bien, aunque se lamentaba por lo que había ocurrido.

- Da mala suerte brindar con agua - criticó Gaara.
- ¿Sugieres que bebamos alcohol? - preguntó Temari - Eres demasiado pequeño. - El pelirrojo levantó la cabeza, ofendido.
- Eh, eh - interrumpió Ino. - No vayamos a discutir por detalles. Después de todo, todos nos alegramos de estar de nuevo el grupo al completo, ¿no?

Quien más, quien menos, dio muestras de alegría con el comentario de Ino. Aunque por supuesto, hubo quien se limitó a hacer como si nada.
Durante toda la comida el rubio tenía una sonrisa dibujada en su rostro, pero había una persona que no terminaba de creerse esa actitud…

- Naruto – murmuró Sakura - ¿Irás a ver a Konohamaru ahora? Si quieres, puedo acompañarte – se ofreció con su mejor sonrisa, decidida a buscar la ocasión para hablar con él. Pero para su sorpresa, después de pensarlo unos instantes, él se negó.
- Gracias Sakura-chan. Pero ayer estaba inconsciente, así que no pude ir a verlo. Y hoy se preocupará aun más cuando note que no estoy recuperado del todo… - explicó levantando su mano izquierda, en la que llevaba una de ésas muñequeras grandes que tienen una banda alrededor del dedo gordo.
- De acuerdo… Pero prométeme que cuando vuelvas irás a verme.
- ¡Eso está hecho! – respondió él alegremente - ¡Claro que prometo que iré a verte!

En cuanto terminó, Naruto se despidió y salió, no quería tardar demasiado. Ya en la calle, se sujetaba la muñeca izquierda que aún le molestaba, cuando alguien se interpuso en su camino.

- A ti te quería ver… - se oyó en tono amenazador. El rubio alzó la cabeza extrañado, al estar perdido en sus pensamientos no se había dado cuenta de su presencia.
- ¿Sora?
- Te dije… que el tiempo pondría a todo el mundo en su lugar… Y tu tiempo está muy cerca…
- ¿Qué? – en su línea, no se enteraba de nada. Sólo se desconcertaba por la rabia que sentía por parte de Sora.
- He oído a tus amigos celebrar tu vuelta y todo eso… ¿Estás cómodo, a que sí? Convertido en el líder de los cazadores mientras yo soy un simple e inofensivo miembro más de Konoha…
- ¿Cómodo? Yo sólo… intento hacer las cosas bien…
- Yo no quiero tus explicaciones. Sólo quería que supieras que todo esto no te va a durar demasiado. – dijo con prepotencia, y pasó de largo mirándolo por encima del hombro.

Naruto sacudió la cabeza, cuando no se entiende algo es mejor no pensar mucho en ello… Entonces se miró de nuevo la muñeca y tiró de la muñequera, pensando que era la mejor forma de que no se notara tanto que no estaba aún en perfecta forma.
Pero al hacerlo, un flash apareció en su mente…


FLASH FORWARD

Apenas a un paso de él estaba un Curse muy corpulento, moreno con el pelo revuelto. Lo miraba quieto, jadeando, parecía muy cansado, e incluso herido.

- ¡Eh! – una voz tras de sí llamó su atención, y Naruto se vio a si mismo girándose para identificar su procedencia. Al hacerlo, se encontró de frente con Sora, con la vista clavada en él con la misma expresión de odio.
- Te lo dije. – fue todo lo que pronunció el extraño chico del pelo azul.

END FLASH FORWARD


- ¡¿Eh…!? ¿Eso ha sido una visión del futuro…? – guardó la muñequera en el bolsillo, ahora tenía dos cosas más en la cabeza, el contenido de lo que acababa de ver y… - “Al final será verdad… que estar cerca del dueño de un poder, haga que aumente ese poder en mí…”

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En la guarida de los Curses…


- ¿Toda la Segunda División se está preparando ya? –preguntó MInato a un Curse bastante joven y menudo.
- Agh. No me gusta ocuparme de estas cosas ¿Por qué tengo que hacerlo yo? – al contrario de lo que pudiera parecer, este tipo de respuesta no molestó al Jefe de los Curses. De hecho, una de las pocas cosas que parecía agradarle es que en su presencia se dijera exactamente lo que se estaba pensando. Siempre que no se pensara nada en su contra, claro.
- No olvides que Kurenai es miembro de la Segunda División. – se cruzó de brazos impacientemente. A quien no es capaz de retener más de tres palabras en la memoria, es difícil sonsacarle información por telepatía… - ¿Lo has comprobado?
- Eh… - levantó un papel que llevaba en la mano.- Kurenai estaba casi lista, y no los encontré a todos, ni siquiera sé dónde están sus habitaciones. Pero Kurenai me dijo que al menos comprobara a un par que podría dar problemas.

El Jefe resopló. La paciencia no estaba precisamente entre sus virtudes…

- ¿Y bien…?
- ¡Ah! Sí, sí… Kiba lleva esperando un rato… y Suigetsu y Onimaru estaban preparándose ya.
- Bien… - miró su reloj - Saldremos a la hora prevista. – dándose la vuelta.
- Esto… perdone… ¿eso quieres decir que usted también va a Konoha? – Minato ni se giró para responder, sólo dijo:

-Por supuesto.


CONTINUARÁ...

*N/A: La Cumbre es el lugar donde se reúnen los responsable de las distintas comunidades, donde Kakashi había ido en algún capítulo anterior a hablar sobre el asunto de los cadáveres de Curses.

- ¿Estáis todos listos? - preguntaba Naruto, en posición de líder de los cazadores, cuando caía la tarde sobre Konoha.

Sus compañeros estaban en fila delante de él, todos se llevaron la mano al intercomunicador para comprobar que estuviera encendido y dijeron al unísono

-¡Hai! - No por nada su capitán había sido un alto cargo militar.
- Naruto... ¿Seguro que estás bien para salir de caza esta noche? - murmuró Sakura, algo preocupada. Él se limitó a asentir con la cabeza, con lo que ella decidió no insistir más.

Apenas un par de horas antes, cuando Naruto regresó y como prometió fue a buscarla a su casa, Kakashi apareció en la puerta y les resumió los motivos de su inmediata partida hacia La Cumbre. La pareja de cazadores se quedó bastante sorprendida por la noticia, y fue lo primero que les explicaron al resto de sus compañeros antes de salir aquella tarde. Ya que cuando Kakashi estaba fuera, reforzaban al máximo las comunicaciones entre ellos como precaución.

Estaba siendo una noche bastante movida para todos los cazadores. Realmente no se encontraron con ningún Curse demasiado duro, pero sí se encontraron con una gran cantidad de ellos, especialmente cerca de las ciudades. Al fin y al cabo ahora que habían tenido algunos encuentros con la élite de los Curses, no era de extrañar que la eterna batalla entre ambos bandos se estuviera volviendo cada vez más intensa. Kakashi y Jiraiya ya les habían avisado para que estuvieran preparados.

Ya estaba amaneciendo, cuando Sasuke se desplomó. De no haber sido porque Hinata lo sujetó, apoyándolo sobre su hombro como pudo, se hubiera dado un buen golpe contra el suelo.

- ¿Sasuke-kun...? ¿Estás bien...? - preguntó, poniendo su mano delicadamente sobre el rostro del chico, aún más pálido que de costumbre.  
- ¿Qué...? - sacudió un poco la cabeza, estaba desorientado y parecía no darse cuenta de dónde estaba ni de lo que le había pasado.
- Parece que te desmayaste... Ha sido una noche muy complicada, estás agotado...
- ¿Que estoy agotado? ¡No sabes lo que dices, Hinata! - intentó erguirse para demostrar lo entero que estaba, pero las piernas le fallaron y por segunda vez la Hyuga tuvo que sostenerlo para que no se partiera la crisma contra el empedrado suelo.
- Volvamos a Konoha... - se limitó a decir ella, en un tono casi maternal, para intentar evitar discutir con Sasuke. Interpretó el silencio de él como un asentimiento, y lo ayudó a emprender la marcha hacia Konoha.


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Ya algo lejos de Konoha…

- ¿Estás seguro de que sabes por dónde estamos yendo? – preguntó Kakashi algo reticente.
- Que sí, ¡pesado! Sólo intento que nuestro rastro no sea muy fácil de seguir, por precacución… - justificó Zabuza, mientras se aseguraba de que realmente, su rastro fuera difícil de seguir.

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En la guarida de los Curses...


Un grupo de seres estaban alineados frente a la salida, esperando órdenes de su Jefe, que delante de todos ellos se ponía unos guantes negros con total tranquilidad.

- ¿Piensas retrasarlo mucho? - bufó Kiba, impaciente porque todo aquello acabase.
- El momento apropiado es cuando yo estoy preparado. - terminó de estirar uno de los pliegues de la piel del guante sobre su muñeca - En marcha.

Con un movimiento de su mano, toda la formación caminó hacia fuera. Marcharon varios metros como un ejército, encabezado por Minato.

- ¡Konan! – una azulada cabeza asintió, y al momento todos se redujeron a hojas de papel que parecían aletear a toda velocidad, atravesando prácticamente todo el frondoso bosque en un par de minutos.

A algo más de cien metros de la enorme valla que rodeaba Konoha, las hojas empezaron a formar una especie de torbellino, acercándose cada vez más unas a otras, tomando de nuevo la forma de los seres que habían salido poco antes de su guarida.

- Como esperábamos, no hemos sido detectados. – confirmó Kurenai.
- Bien. – dijo, casi a modo de felicitación el Jefe de los Curses. – ¡Adelante!

Dos de los miembros del grupo dieron un gran salto separándose de los demás.

Al poco, pudieron ver unos pequeños reflejos provenientes de la entrada de Konoha, eso significaba que ya se habían encargado de los guardias. Así que se acercaron. Al llegar, Kiba se fijó en los cuerpos de los dos guardias, que yacían en el suelo.

- ¿Están muertos? ¿Tan fácil? – preguntó a los dos que se habían adelantado.
- ¿Fácil? -preguntó indignado Haku.
- Haku, Sasori. – llamó el jefe de los Curses - Vigilad. En algún momento echarán de menos a los guardias, y llegarán los cazadores. Avisadnos.
- ¡Hai! – exclamaron al retroceder y ocultarse ayudados por la oscuridad de la noche.
- Suigetsu, Kakuzu, Shino y Konan. Desplegaos. Mantened la calma, queremos pasar desapercibidos hasta que lleguen los cazadores. Si os encontráis con alguien acabad rápido con él. Pero cuidado, sabéis a quienes buscamos vivos…

Todos ellos asintieron y se repartieron por toda Konoha.

- Kurenai. Oculta a los dos guardias y estate alerta, si éstos matan a alguien oculta rápido los cuerpos. – ella respondió con un escueto “Entendido” y desapareció.
- Kiba. Tú ven conmigo. – el chico lo miró desconfiado, ni siquiera acababa de entender qué pintaba él allí, lo había convencido para ir a una misión de la que no le había explicado nada, con la excusa de que encontraría algunas respuestas interesantes. Así que de momento le pareció buena idea observar, y permaneció con Minato.


Mientras tanto…

- Vale ya, Hinata. Puedo caminar por mí mismo. – dijo Sasuke secamente, separándose de la chica.
- Lo sé… Sólo quiero ayudar… - se justificó ella, mientras se acercaban a la valla que rodeaba Konoha. – Un momento…
- ¿Dónde están los guardias? – terminó Sasuke, mirando desconcertado por toda la entrada.

En ese momento, hacia el interior de Konoha se proyectó un reflejo intermitente.

- Han llegado dos… - murmuró Kurenai desde su escondite al ver la señal.

Todos habían visto el aviso de Haku, pero sabían más o menos dónde estaban los demás, por lo que los que estaban más lejos de allí ni se inmutaron. Siguieron a lo suyo, aunque siempre pendientes de algún nuevo aviso.

- Vaya, vaya… - pensó Konan deteniéndose frente a un edificio con un letrero destartalado en el que a duras penas podía distinguirse la palabra "Hotel". Se lo quedó mirando, examinándolo minuciosamente. - Así que aquí... es donde están los niños.

En Konoha, poca gente se conocía de antes. No había familias reales, por lo que los niños que había, aunque apenas eran una docena, no podían vivir con sus padres. Tampoco había matrimonios ni parejas que ya existieran antes del encierro -cuando se liberó el gas-, y nadie pudo ni quiso asumir la responsabilidad de hacerse cargo de los niños.
Así que al final decidieron acondicionar la primera de las dos plantas del pequeño hotel de la localidad con todo lo que pudieran necesitar. Algunas personas, entre las que estaban Ino o Hinata, se turnaban para garantizar que comieran bien, para jugar un rato, etc. Shizune se acercaba cada semana para revisarlos, aunque rara vez encontraba que tuvieran más de un raspón o dos por cabeza. Sin duda el que más iba era Iruka, que ya había sido maestro en su vida normal y, aunque con bastante esfuerzo, procuraba que a pesar de las extrañas condiciones, esos niños tuvieran una educación.
Y ahora una Curse estaba frente a aquel edificio, habitado por once pequeños para los que los Curses eran algo peor que el demonio...


- Sasuke-kun... - murmuró Hinata, observando como el moreno se quedaba totalmente parado, con la cabeza algo agachada, como tratando de oír algo. Él sólo movió una mano para hacerla callar.

Y entonces...

- ¡¡Cuidado!! - exclamó Sasuke, lanzándose hacia donde estaba la Hyuga, haciéndola retroceder varios metros.

Ella quedó tendida en el suelo, al lado del Uchiha, que se levantó rápidamente y de espaldas a ella preguntó:

- ¿Estás bien?
- S-sí... pero... ¿qué...? - titubeaba ella, hasta que vio frente a ella, más alla de donde estaba Sasuke, una hilera de rocas clavadas en el suelo, la primera en el lugar en que estaban hasta hace unos momentos y la última, casi rozando su pie izquierdo.
- Has sido rápido... - se oyó una voz extraña, apenas un susurro. Entonces se dejó ver un Curse alto y moreno, con una gabardina gris con el cuello subido y con gafas de sol.

Sasuke se puso en posición defensiva y automáticamente, sin saber siquiera de donde venían, cayó una segunda oleada de rocas. Sasuke se movió rápidamente y consiguió proteger a Hinata, pero no pudo evitar recibir más de un impacto.

- Sa-Sasuke-kun... - murmuró la chica, medio incorporada, recostando con cuidado el cuerpo de su compañero, castigado por el agotamiento y los golpes.

Apoyó una mano sobre el costado del chico, donde su camiseta blanca se había teñido de rojo. Pero la mano de él retiró con cuidado la de la morena, con una mirada que intentaba aparentar tranquilidad.

- Estoy bien...
- ¿Pensáis quedaros mucho rato ahí? ¿Tan fácil me lo pensáis poner? - bramó su atacante.
- Hinata, escúchame bien - dijo el Uchiha tomándola de ambos hombros - Ahora mismo no puedo luchar contra él y protegerte a la vez... Tienes que irte, donde de verdad te necesitan... Ve a proteger a los niños, no sabemos si éste ha venido solo.

Ella sabía que no iba a poder hacerle cambiar de idea, y que alguien tendría que ir con los niños antes de que tuvieran problemas. Aunque no podía evitar preocuparse por su compañero, y vagamente volvió a intentarlo.

- Pero Sasuke, ¡tú no puedes...!
- Eh, sigo siendo yo - interrumpió muy decidido.

Así que Hinata simplemente asintió, y salió corriendo a toda velocidad hacia el interior de Konoha.

- ¿Dónde crees que vas? - exclamó en tono burlesco el Curse que los había atacado, levantando una mano. Lo que Sasuke interpretó como la señal de que iba a lanzar su ataque.

En ese momento un rayo impactó con el árbol que estaba justo detrás del Curse, arrancando la base de una gran rama que se abatió sobre la pequeña parte que aún tenía sujeta al árbol, dando un tremendo golpe de lleno al Curse en la cara y el pecho.
Permaneció quieto unos segundos y entonces con ambas manos terminó de arrancar la rama y se la tiró a Sasuke, que lanzó una fuerte descarga hacia ella, reduciéndola a cenizas.
El Curse tenía la cara destrozada, completamente ensangrentada y su ropa estaba toda rajada y manchada de sangre. Había recibido un buen golpe, así al menos Sasuke había equilibrado un poco las fuerzas.

El Uchiha chasqueó los dedos originando una pequeña descarga alrededor de sus dedos. El otro dio un pequeño paso hacia atrás, movimiento reflejo por lo que acababa de causarle un solo rayo. Enseguida se detuvo y mantuvo su mirada desafiante.

- Yo no ardo tan fácil como un trozo de madera. - pronunció con bastante dificultad. El moreno sólo sonrió de medio lado, si no le gustaba hablar demasiado, menos aún delante de un enemigo, aunque sólo fuera para evitar dar pistas.

En lugar de eso, aumentó la carga, haciendo que unos largos y zigzageantes rayos salieran de su mano. Ese punto de luz apenas era visible desde la distancia, pero fue suficiente para que los demás Curses supieran que la batalla había comenzado, por lo que la mayoría se apresuró en ocultarse, para no perder completamente el factor sorpresa.
Konan, por su parte, supuso que tarde o temprano alguien se preocuparía por los niños, así que decidió entrar en el hotel sin hacer ruido… y esperar.

Una nueva tanda de rocas puntiagudas se acercaba a Sasuke, al que apenas le dio tiempo a utilizar su poder y reducirlas a arena. Estuvo tan cerca que toda esa arena cayó sobre él.

- Te estás cansando – se burló el Curse. – Pronto estarás tan agotado que no te quedará electricidad que usar contra mí.
- Pareces… muy seguro… - dijo Sasuke con dificultad, entrecortado por los jadeos. El Curse asintió con su ahora ensangrentada cara.
- Además puedo disfrutarlo, tengo tiempo…– señalando los montones de arena que había entre ambos, la prueba de que llevaban peleando de esta manera ya un rato. – Por eso me encargaron luchar contra ti, ¿sabes? – Sasuke abrió mucho los ojos al oír eso – Porque la piedra apenas conduce la electricidad.
- Veo que sabes muchas cosas. – dijo secamente el Uchiha, algo que pareció halagar al Curse. – Yo también sé algunas cosas. Sé que un solo Curse no entraría en Konoha, así que debe haber más de los tuyos por aquí. Sé que si te encargaron luchar contra mí, habrá otros esperando a mis compañeros, uno por uno, dependiendo de cuál sea su poder.
- Vaya, creo que se terminó la diversión… si te has dado cuenta de todo eso debo matarte ya. – y alzó una mano, que provocó una lluvia de rocas mucho más rápida y numerosa que las anteriores.

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- Noto algo raro… - murmuró Gaara a su compañero, mientras se acercaban por el bosque rumbo a la entrada de Konoha.
- ¿Qué dices? – preguntó Lee, girando la cabeza con bastante pereza. Pero para su sorpresa… no encontró a nadie allí. Ni rastro de Gaara. Empezó a mirar por todas partes, y decidió retroceder un poco sobre sus pasos para buscar a su pelirrojo amigo.

Varios metros más arriba…

Gaara se encontró a una altura equivalente a la de un sexto piso, encerrado en una pequeña prisión de cristal, frente a un Curse. Fue a concentrarse en activar su poder, pero el Curse negó exageradamente con la cabeza.

- Yo controlo el cristal, pero no vuelo. Y hasta donde sé, tú tampoco. Si te deshaces de mí o del cristal, te espera una caída mortal y supongo que bastante desagradable. – señalando hacia el suelo, donde apenas se distinguía a Lee, buscando.
- Ahora debo volver a mi tarea de vigilancia – siguió el Curse. – Sólo me queda advertirte que este cristal tiene dos características bastante singulares: no puede oirse fuera ningún sonido que se produzca dentro, y… es tremendamente frágil, así que no te muevas mucho.

Dicho eso, abrió un agujero en el cristal.

- Te reservaré aquí, tu poder los sorprendió bastante a todos, así que después tu cabeza será mi trofeo para impresionar al Jefe – al oír eso, Gaara lo agarró de las ropas y susurró:
- Eso lo veremos. – el Curse se soltó y salió por el agujero que había hecho en el cristal, teniendo cuidado de cerrarlo de nuevo.

Mientras se alejaba subido en uno de sus cristales, se alegró mucho de haber podido pillar por sorpresa a Gaara, porque así resultó más fácil encerrarlo.
De lo que no se dio cuenta fue que al agarrarlo, Gaara aprovechó la oportunidad para colocar en sus ropas su comunicador, apretando el botón de Llamar a todos.


CONTINUARÁ...

- ¿Qué demonios…? – Temari se llevó la mano al comunicador, pero antes de que lo sacara de la funda, su compañero ya había comprobado el suyo.
- Es Gaara. Pero no se oye apenas nada – fue a darle al botón que le permitiría hablar con la persona al otro lado del comunicador, pero Temari se lo arrancó de un manotazo.
- ¿Qué pasa? – preguntó confundido Sai.
- ¿Cuántas veces recuerdas que haya llamado Gaara? – el moreno ladeó un poco la cabeza, pensando la respuesta: nunca. Gaara no necesitaba que nadie le ayudara a ocultar cuerpos u otras cosas, que era la razón más habitual entre los demás para llamar. Alguna vez había llamado Lee, generalmente por tonterías, pero nunca Gaara.
- Sube el volumen al máximo, a ver si podemos oír algo. – Sai recogió su comunicador e hizo lo que Temari le había indicado, mientras ambos se acercaron lo más posible al aparato.

Sólo se oía ruido, pero al cabo de un poco…:

- “Ah, Haku, ya has vuelto.”- dijo con indiferencia una voz seca, desconocida para ellos.
- “Sí… he neutralizado al que dijo el Jefe, el otro creo que estará corriendo en círculos un rato, buscándolo”.
- “Bien” – Sai y Temari se miraron incrédulos.
- ¿Han atacado a Gaara y Lee? – dijo la rubia, llevándose sorprendida una mano a la boca.
- No entiendo cómo es posible que hayan podido con Gaara… y tan rápido que ni siquiera Lee se haya dado cuenta… Dijo neutralizado, ¡tenemos que encontrarlo mientras haya tiempo! – ella le dio un golpecito en el hombro.
- Calla, se oye algo más…
- “¿Ha matado ya Shino al chico de los rayos?” –preguntó como si nada una de las voces.

Los dos cazadores se quedaron muy serios, Temari miraba a su compañero sin saber qué decir. Entonces Sai apagó el comunicador para no oír nada más.

- Gaara… y ahora Sasuke... Están en Konoha. – concluyó el moreno. Tiró el comunicador al suelo y salió volando a toda velocidad.
- ¡ESPERA! – gritó la rubia, pero Sai ya había desaparecido. – ¿Se va a meter de cabeza en la trampa? Tal vez le gusten las trampas… - dijo sarcásticamente recogiendo el comunicador y comprobando que aún se encendía – Le prepararemos una por su cumpleaños.

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- Pues tenías razón en que pasaba algo raro… - murmuró Ino, apagando el comunicador tras haber escuchado una pequeña parte de la pista de Gaara.

Aunque Neji ya les había vuelto invisibles a ambos, la chica se escondió por instinto detrás de unos arbustos, a pocos metros de la valla que rodeaba Konoha.

- Claro que tenía razón. Algo olía mal desde hace rato. – la rubia alzó la nariz haciendo como que olisqueaba, hasta que se dio cuenta de que él no podía verla.
- Ah… ya. ¿Y qué hacemos?
- …
- ¿Neji?
- No lo sé.

Entonces vieron un pequeño resplandor, que para alguien que no lo conociera podría ser cualquier cosa. Pero para ellos no. Ellos reconocieron perfectamente el tipo de resplandor que se producía cuando un rayo de Sasuke impactaba demasiado cerca de él mismo.

- ¡Mierda! – exclamó Ino.
- Tenemos que ayudarlo, ¡vamos!
- ¿Estáis seguros de eso? – preguntó en tono de burla una voz tras ellos. Ambos se giraron sobresaltados - ¿Sorprendidos de verme? O mejor dicho..., ¿sorprendidos de que os vea? – rió una silueta de la que apenas podían distinguir sus cabellos rojizos.
- ¿Quién eres? – preguntó Neji.
- ¿Mi nombre? – en ese momento la escasa luz de antes del amanecer les permitió ver que se trataba de un Curse. - Vaya, creo que es la primera vez que un humano lo pregunta… Mi nombre es Sasori.

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Desde una posición más alejada, Minato y Kiba se mantenían a la espera.

- Kiba. Ve al hotel.
- ¿Al hotel…? – repitió, sin comprender
- Ahí guardan a los niños. Seguro que alguno de los nuestros ha sentido el impulso de ir a por ellos. Tienes que llegar antes de que lo descubran y alerten a todos con sus gritos.
- ¿Y qué se supone que debo hacer para evitar eso?
- ¿No es obvio?... Matarlos mientras duermen. – lo miró unos segundos, en silencio – Vamos, ya sabías que era un monstruo, no acabas de descubrirlo. Igual que ya sabes que no sirve de nada llevarme la contraria, así que ve.
-… - Kiba se quedó pensando unos momentos – Iré… pero no prometo nada. – Y se alejó del Jefe.
- Bien… -murmuró, una vez que se quedó solo. – Es mejor probarle ahora, que cuando llegue Naruto…


En el hotel…

Kiba abrió la puerta y entró en un movimiento muy rápido. Avanzó entre la oscuridad, revisando el lugar, hasta que comprobó que en la planta baja no había nada. Se plantó frente a las escaleras y empezó a subir lentamente, con la espalda pegada a la pared para no dejar ángulos muertos.
Una vez arriba, le pareció oír algo, como un par de golpes y un pequeño arrastre. Demasiado ruido para un Curse o un cazador intentando pasar desapercibido, así que dio por sentado que eran los niños procurando ser sigilosos.

- Eso significa que saben algo… - dijo Kiba, para sí mismo. – Pero si estuvieran solos habrían salido corriendo, y si estuviera un Curse con ellos no habrían hecho ningún ruido. Porque estarían demasiado asustados… o muertos… ¿Quién demonios está con ellos entonces?


CONTINUARÁ...