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Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
no puede ser me quede en shock con el capitulo fue lo mejor estubo super bueno, me quede super emocionadisima sakura tan linda protegiendo a naruto lo ame!!!!!! espero con ansias en proximo capitulo espero lo subas pronto!!!!
LIRISECUEVAS- Novato
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
la verdad es que estoy un tanto confundido. veras, las actitudes de Menma en contra de naruto siempre fueron de destruccion. siempre intento causarle el peor daño y hacerlo sufrir hasta la muerte.
sin embargo, el capitulo estuvo basado en una negociacion sin sentido. si menma sabia lo del pozo, ¿para que preguntar por las estrellas a naruto? simple....
-llega naruto...(menma lo espera para atraerlo a que se debilite)
-asesina a la gennin arrojandola al pozo.
-inmoviliza o inutiliza a naruto (al menos lo intenta)
-asesina a sakura frente a naruto para hacerlo sufrir.
me parece una secuencia mucho mas realista de lo que Menma ha demostrado como personaje hasta el momento.
////////////////
el asunto del fenix es algo que esta por verse, (asi como la identidad del jefe de menma) pero comienzo a no entender por que tanta desesperacion por desatar esa fuerza que los mismos malos admiten, es tan incontrolable como el juubi mismo. nada puramente bueno o declaradamente malo puede traer un beneficio. pero supongo que lo deberan entender a la mala.
con sinceridad....(y esto lo digo con la confianza de que somos amigos) al narusaku le falta algo. es demasiado meloso por momentos y demasiado perfecto en un marco donde naruto esta inestable por sus pesadillas y encuentros con menma. mientras que sakura esta condicionada mentalmente por no poder tener hijos.
el comienzo de la segunda temporada fue muy prometedor, pero siento que todo eso se ha perdido.
me hubiera gustado otro enfoque de Menma y su odio por naruto. pero claro esta, todos tenemos opiniones diversas sobre lo mismo.
saludos y espero continuacion.
P/D: algun dia tenia que llegar "tochopost" nivel arminius. XD
sin embargo, el capitulo estuvo basado en una negociacion sin sentido. si menma sabia lo del pozo, ¿para que preguntar por las estrellas a naruto? simple....
-llega naruto...(menma lo espera para atraerlo a que se debilite)
-asesina a la gennin arrojandola al pozo.
-inmoviliza o inutiliza a naruto (al menos lo intenta)
-asesina a sakura frente a naruto para hacerlo sufrir.
me parece una secuencia mucho mas realista de lo que Menma ha demostrado como personaje hasta el momento.
////////////////
el asunto del fenix es algo que esta por verse, (asi como la identidad del jefe de menma) pero comienzo a no entender por que tanta desesperacion por desatar esa fuerza que los mismos malos admiten, es tan incontrolable como el juubi mismo. nada puramente bueno o declaradamente malo puede traer un beneficio. pero supongo que lo deberan entender a la mala.
con sinceridad....(y esto lo digo con la confianza de que somos amigos) al narusaku le falta algo. es demasiado meloso por momentos y demasiado perfecto en un marco donde naruto esta inestable por sus pesadillas y encuentros con menma. mientras que sakura esta condicionada mentalmente por no poder tener hijos.
el comienzo de la segunda temporada fue muy prometedor, pero siento que todo eso se ha perdido.
me hubiera gustado otro enfoque de Menma y su odio por naruto. pero claro esta, todos tenemos opiniones diversas sobre lo mismo.
saludos y espero continuacion.
P/D: algun dia tenia que llegar "tochopost" nivel arminius. XD
arminius- Clan Seiryuu
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Me quede en What?!! Quien rayos es el tal maestro de Menma? Que no se supone que es el tal Shin? Entonces porque dijo eso y aparentemente quiere negociar y hasta los ayuda? Yo no entender esto!
Las peleas y tecnicas estuvieron muy buenas, Naruto y Sakura han tenido un gran crecimiento, aunque siento que no hemos visto todo aun de ambos.
Segun a lo que entendi ese mapa le mostro a Menma donde estan las estrellas, y lo que seguiria es que ira a buscarlas. Al parecer Naruto salvara a Yuna, pero en que condiciones y que efectos tendran todos despues de esto?
Conti!
Las peleas y tecnicas estuvieron muy buenas, Naruto y Sakura han tenido un gran crecimiento, aunque siento que no hemos visto todo aun de ambos.
Segun a lo que entendi ese mapa le mostro a Menma donde estan las estrellas, y lo que seguiria es que ira a buscarlas. Al parecer Naruto salvara a Yuna, pero en que condiciones y que efectos tendran todos despues de esto?
Conti!
hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
¡Hola! ^^
¿Cómo estás? ¿Te la pasaste bien en las Fiestas Navideñas y en Año Nuevo? Espero que sí y que hayas disfrutado junto a las personas que querías, recibiendo muchos regalos y si pediste deseos que se te cumplan todos. Uno de mis deseos es que cuando termine la temporada de Hakitori II, el autor no sea tan malvado como para traer la siguiente temporada quién sabe cuando. Una lectora se sentiría super deprimida.
Pasando al capítulo. Wow! Ya sabes que me encanta tu manera de escribir, se me cae la baba (vaya elocuencia xD). La acción se te da muy bien. Naruto y Sakura luchando han estado estupendos. Y si supiera expresarme aunque sea la mitad de como lo haces tú, este review tendría mas consistencia para que supieras que siempre me dejas tremendamente emocionada.
Pero al terminar de leerlo tengo la impresión de que la temporada podría terminar justo en el prólogo de Hakitori I. Ha sido mostrado el mapa y la ubicación de cada estrella. Es obvio que Konoha ahora está en peligro por ser uno de esos lugares, ahora blanco de Shuha. Ugh... lo que se avecina con Hikaru... Otra ubicación decía "Templo", ¿se referira al que se encuentra en el País de la Nieve? Recuerdo que Sakura conoció a un misterioso monje en su camino al País de los Pantanos para su entrenamiento con las babosas, llamado Tayo. Era uno de los miembros que se encontraba en aquella reunión con el líder de la secta cuando Shion los espiaba. Espero no equivocarme ¬_¬. ¿Que pasará con los Kages? Ahora no es que Naru se lleve muy bien con ellos, ¿verdad? Y ya le habían advertido algo, de una fuerza moviéndose.
Oye, ¿qué le pasa a Nanaitsumi con su propuesta indecorosa?:
Sólo porque está buenísimo el desgraciado ¿ella iba a correr a sus brazos?, más encima, lo que la hizo sufrir junto con el rubio por su bebé. Es un idiota. Claro, hay detalles que dan a entender que su corazón siente cosas, especialmente por la esposa del Hokage. Pero tambien ha dicho que no dudaría en matarla y todo por ver sufrir a Naruto. O sea, sí pero no. Es todo un caso de bipolaridad (aunque no creo que sea exactamente eso ¿o sí? ). También le encanta hablar, no cabe duda de que él y el Uzumaki son bros xD.
Y el maestro de Nanaitsumi ¿quién carambas es? ¿es el mismísimo Shin-sama? Contigo no se sabe, Septimo. @_@ Me confundes (en general confundes a los pobres e inocentes lectores, no hay duda de que somos tus víctimas).
Quien sabe si ya vas a actualizar prontito ¿o podría ser un regalo de los Reyes Magos? Ay, pero es que al mismo tiempo cada capi significa que ya va a terminar...
Ya me despido. Cuidate y Saludos, niño. ^^
¿Cómo estás? ¿Te la pasaste bien en las Fiestas Navideñas y en Año Nuevo? Espero que sí y que hayas disfrutado junto a las personas que querías, recibiendo muchos regalos y si pediste deseos que se te cumplan todos. Uno de mis deseos es que cuando termine la temporada de Hakitori II, el autor no sea tan malvado como para traer la siguiente temporada quién sabe cuando. Una lectora se sentiría super deprimida.
Pasando al capítulo. Wow! Ya sabes que me encanta tu manera de escribir, se me cae la baba (vaya elocuencia xD). La acción se te da muy bien. Naruto y Sakura luchando han estado estupendos. Y si supiera expresarme aunque sea la mitad de como lo haces tú, este review tendría mas consistencia para que supieras que siempre me dejas tremendamente emocionada.
Pero al terminar de leerlo tengo la impresión de que la temporada podría terminar justo en el prólogo de Hakitori I. Ha sido mostrado el mapa y la ubicación de cada estrella. Es obvio que Konoha ahora está en peligro por ser uno de esos lugares, ahora blanco de Shuha. Ugh... lo que se avecina con Hikaru... Otra ubicación decía "Templo", ¿se referira al que se encuentra en el País de la Nieve? Recuerdo que Sakura conoció a un misterioso monje en su camino al País de los Pantanos para su entrenamiento con las babosas, llamado Tayo. Era uno de los miembros que se encontraba en aquella reunión con el líder de la secta cuando Shion los espiaba. Espero no equivocarme ¬_¬. ¿Que pasará con los Kages? Ahora no es que Naru se lleve muy bien con ellos, ¿verdad? Y ya le habían advertido algo, de una fuerza moviéndose.
Oye, ¿qué le pasa a Nanaitsumi con su propuesta indecorosa?:
- Spoiler:
- - Sakura, te doy la oportunidad de salvarte – advirtió Nanaitsumi.- Únete a mí y ninguno sufriréis. Yo te protegeré como si fuera Naruto.
Sólo porque está buenísimo el desgraciado ¿ella iba a correr a sus brazos?, más encima, lo que la hizo sufrir junto con el rubio por su bebé. Es un idiota. Claro, hay detalles que dan a entender que su corazón siente cosas, especialmente por la esposa del Hokage. Pero tambien ha dicho que no dudaría en matarla y todo por ver sufrir a Naruto. O sea, sí pero no. Es todo un caso de bipolaridad (aunque no creo que sea exactamente eso ¿o sí? ). También le encanta hablar, no cabe duda de que él y el Uzumaki son bros xD.
Y el maestro de Nanaitsumi ¿quién carambas es? ¿es el mismísimo Shin-sama? Contigo no se sabe, Septimo. @_@ Me confundes (en general confundes a los pobres e inocentes lectores, no hay duda de que somos tus víctimas).
Quien sabe si ya vas a actualizar prontito ¿o podría ser un regalo de los Reyes Magos? Ay, pero es que al mismo tiempo cada capi significa que ya va a terminar...
Ya me despido. Cuidate y Saludos, niño. ^^
Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
No es por presionar y se que debes tener tus motivos pero, Septi para cuando la conti! Ya va para casi 2 meses, ya fue mucho castigo. Aplaca tu ira poderoso Séptimo sólo con los que no pasan a dejar su comentario no tengas compasión XD. Espero que actualices pronto aunque sea un capítulo, siiiiii ;P
hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Me uno al comentario anterior. Por favor, continúa con Hakitori. TT^TT A D O R O esta historia. Desde que me registré en la página siempre te he dejado un comentario y, obvio, me gustaría que tuvieras más porque te los mereces. Así que si por casualidad alguien lee esto y también adora la historia del Sr. Septimo Hokage, dejenle sus impresiones y motivenlo.
En serio, espero que estés bien de salud, que te vaya estupendo en tus estudios y todo lo demás. ¡VIVA NARUTO HAKITORI!
En serio, espero que estés bien de salud, que te vaya estupendo en tus estudios y todo lo demás. ¡VIVA NARUTO HAKITORI!
Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
ADVERTENCIA: Septimo Hokage no se responsabiliza de las subidas de tensión, infartos y otras enermedades cardiovasculare así como de otras consecuencias que pueda producir la lectura de este capítulo jodidamente épico (o, intento de ello).
Hola a todos!!! Muchas gracias por seguir tan fielmente Hakitori, me llena de orgullo y alegría ver que esta pequeña parte de mí os guste tanto. Es un esfuerzo que merece la pena. Gracias a todos por hacerlo posible.
Quiero agradeceros a hikari y a ramen-dono vuestro apoyo y que me hayáis presionado (en el buen sentido, gracias por animarme, en serio) para continua. A Arminius le agradezco sus críticas, siempre son bien recibidas aunque lamento haberte decepcionado, pero para mí es la historia que quiero contar.
Os dejo la lectura, ¡disfrutadla!
CAPÍTULO 25: EL PODER DE NIRVANA
Hola a todos!!! Muchas gracias por seguir tan fielmente Hakitori, me llena de orgullo y alegría ver que esta pequeña parte de mí os guste tanto. Es un esfuerzo que merece la pena. Gracias a todos por hacerlo posible.
Quiero agradeceros a hikari y a ramen-dono vuestro apoyo y que me hayáis presionado (en el buen sentido, gracias por animarme, en serio) para continua. A Arminius le agradezco sus críticas, siempre son bien recibidas aunque lamento haberte decepcionado, pero para mí es la historia que quiero contar.
Os dejo la lectura, ¡disfrutadla!
CAPÍTULO 25: EL PODER DE NIRVANA
- Spoiler:
- Hikaru y Sora encontraron a Sakura tendida en el suelo, inconsciente.
—Hemos tardado mucho—exclamó Hikaru.
—No creo que hubiéramos sido de ayuda, quizás, hubiésemos supuesto una distracción.
—Puede ser… pero me siento tan impotente.
Habían salido corriendo hacia el Monte Tayto casi al segundo de ver desaparecer a su maestro y a Sakura. Sin embargo, la distancia entre la capital y la gigantesca montaña era demasiado grande cómo para poder alcanzarlos. No les fue difícil dar con la puerta de la Casa de la Eternidad. La silueta de dos gigantescas aves sobrevolando un punto en concreto les sirvió de guía. Cuando llegaron ya no quedaba rastro de su maestro ni de su esposa, aunque sí que quedaba un indicador. La puerta había sido destruida y las piezas metálicas de aquellas dos aves gigantescas constataban que habían pasado por ahí. Se habían internado en el templo y tras recorrer un eterno y oscuro pasillo habían dado con aquella sala que sólo albergaba el cuerpo de Sakura, que en posición fetal, dormía inconsciente.
La sala presentaba evidentes signos de que en aquel lugar había tenido una pelea entre el Hokage de los Dos Soles y quien fuera que hubiera secuestrado a Yuna, un tal Nanaitsumi. Las paredes estaban quemadas y había siete cadáveres calcinados, todavía humeantes. Los azulejos del suelo estaban destrozados, levantados y muchos de ellos presentaban un tizne negro, como consecuencia del fuego. Naruto nunca les había mostrado su kekke genkai, pero era de sobra conocido que le llamaban el Hokage de los Dos Soles por poseer el elemento solar como una técnica propia.
Entre ambos incorporaron a Sakura, que seguía sumida en un reparador sueño. De su vientre salían tres cadenas de chackra que brillaban intermitentemente. Sora las examinó con atención. Nunca había visto una técnica así. Era muy extraña. Acercó levemente su mano y al tocarla sintió una oleada de reparadora energía buscando su cuerpo.
Se echó hacia atrás con una exclamación. “¡Cuánto chackra!” pensó observándolas con detenimiento. Se fijó en que cada eslabón estaba pintado con runas y kanjis que para él carecían de significado y brillaban levemente, con el color del sol al amanecer.
—¿Dónde están Naruto-sensei y Yuna-chan?
Sora buscó con la mirada con rapidez. Sus ojos, rápidos e inquisitivos, recorrieron toda la sala.
No contempló la gigantesca cúpula que se extendía hacia el infinito en un mar de tintineantes y distintas estrellas de luz fría y sobrenatural. Sus ojos no prestaron atención a las cinco estatuas que tiempo atrás, antes de que llegara Naruto, sostuvieron entre sus manos las cinco estrellas que buscaba Nanaitsumi, algo que desconocía. No se pararon en examinar el rostro de piedra de tres ojos, del cual parecía que nunca hubiera invocado al espíritu del dios de la muerte. Por más que buscó, no encontró nada.
—No lo sé – reconoció asustado.
Hikaru miró a Sora, también preocupado.
—Deberíamos despertar a Sakura.
El otro gennin asintió con la cabeza. Extrajo de su pequeño botiquín una hierba que todo shinobi debía poseer. Era una plante medicinal que se recogía únicamente en las zonas más apartadas del País del Fuego, zona objeto de disputa en el pasado por las grandes potencias, y que dependiendo podía ser utilizada para sumir al objetivo en un profundo sueño que podía conducir a la muerte si la dosis era excesiva o bien podía acelerar la actividad cerebral para incitar al dormido a despertarse. Eran dos efectos muy útiles para un ninja. Sora la mezcló con una pequeña dosis de sodio y agua salada. Empezó a desprender un asqueroso y repugnante aroma que respiró Sakura en cuanto Sora se la acercó a la nariz.
—Naruto…—murmuró desorientada.
—Sakura-hime—la llamó Sora.
—Sora-kun… ¿Qué hacéis aquí?
—Eso ahora no es importante—respondió serio.—¿Dónde están Naruto-sensei o Yuna-chan?
Sakura abrió los ojos como platos. Su rostro reflejó la preocupación y la angustia. Había vuelto a la realidad, a la dura realidad. Estaban en la Casa de la Eternidad. Se levantó sin pedir la ayuda de los dos gennin y se acercó al borde de aquella plataforma. Sora y Hikaru la imitaron. Su rostro se iluminó con el fantasmagórico resplandor verde.
Sora tragó saliva. Ya sabía dónde estaban.
* * *
Naruto había sentido pánico durante los primeros minutos al bucear y no encontrar a Yuna temiendo que se le acabara el aliento. Sin embargo, pronto pudo comprender que en aquel lugar el tiempo no era una realidad y que cuestiones tan físicas como la respiración eran insignificantes.
El agua estaba realmente fría y todo estaba oscuro a pesar de que se trataba de un líquido incoloro. Sintió el sabor de la carne podrida en su boca, y tuvo que esforzarse para contener las náuseas y dejarse llevar. Sintió como si cientos de brazos tiraran de él, como si miles de tentáculos entraran por los orificios de su nariz y llegaran hasta el interior de su pecho, donde su corazón, como una bomba de fuego, los inflamaba haciendo que ardieran y quemándola por dentro.
Abrió los ojos y pudo ver un infinito mundo de luces, sombras y colores. Sentía cómo le escocían los ojos debido a la elevada cantidad de sal que contenía aquella puerta a lo que estaba por suceder y a lo que había pasado. Aquel extraño mundo que se extendía ante él presentaba de manera miles de formas cambiantes. Naruto sabía que cada forma era una vida. A veces aparecían, otras veces cambiaban y otras muchas veces desaparecían.
Naruto se entregó a aquel mundo. Era extraño. Parecía como si se hubiera lanzado con su cuerpo entero a una poza. Caía. Caía. Caía. Caía. Unos segundos en aquel mundo podían ser unos siglos y viceversa. Debía extremar las precauciones.
El pozo de las ánimas era una infinita dimensión que hacía que la mente lo asemejara al agua, aunque nada allí era real. Las luces estaban deformadas, parecían distantes y brillaban de una forma totalmente artificiosa. Las sombras parecían tener vida propia y a la vez parecían emitir un brillo capaz de absorber la luz, algo realmente raro. La sensación de ingravidez era muy distinta a la que se podía sentir al bucear.
Naruto nadaba con todas sus fuerzas. A lo lejos podía ver el cuerpo de Yuna hundiéndose mientras unos fantasmales brazos tiraban de ella, mucho más rápido de lo que Naruto era capaz de nadar.
Aquel lugar parecía una realidad alternativa. No había ninguna ley física que pudiera aplicársele y parecía infinita en su abyecta inmensidad. Naruto escuchaba risas tétricas, lamentos de almas en pena y una extraña canción que ya había escuchado. Era una melodía triste y única que había escuchado durante su breve estancia entre los muertos, melodía que le trajo a la vida. Sin embargo, aquí era acompañada por cientos de voces que la tapaban y la convertían más en un murmullo.
Ante sí pudo ver las mismas escenas de su pasado con total nitidez, a diferencia de las pesadillas que habían marcado sus sueños en los últimos meses, su historia más reciente y un mundo lleno de posibilidades.
Pudo ver a sus padres entregando su vida por él y para proteger Konoha; cómo Kurama era encerrado en su interior; cómo vivía solo sin que nadie le quisiera; cómo él luchaba por ganarse su afecto; cómo sólo empezaron a reconocerle a medida que se hizo más fuerte; cómo perdía a su primer amigo; cómo hería a Sakura al perder el control de su bijuu; cómo perdía a Jiraiya, su mentor y el que fuera como un padre; cómo Sakura estaba con él; cómo se enfrentaba a Pain y a todo Akatsuki por defender su tierra; cómo después disfrutaba de su recompensa y cómo Sakura le reconocía; cómo los dos eran felices y cómo su matrimonio se resquebrajaba tras ser víctimas del ataque de Nanaitsumi; cómo veía crecer a sus amigos y a las nuevas generaciones… Toda su vida pasaba ante él, queriendo distraerle.
Sin embargo, él no podía permitirse aquellas distracciones. Yuna era arrastrada hacia un abismo y cuanto más se alejaba de él más tenía la sensación de que iba perdiendo a su alumna. Recordaba el mismo día en que la había llevado a Konoha. Había sido por culpa de Shuha por la que había perdido su hogar y él había intentado que ella aprendiera a defenderse y sin embargo, no lo había conseguido. No sólo era su deber como Hokage para con la extinta aldea de Izumo, sino para con ella como su profesor.
Miró hacia arriba y pudo ver la superficie, lejana. No parecía haber encima de ellos una impresionante cueva que era la Casa de la Eternidad. Reunió todas sus fuerzas y dio otra brazada intentando alcanzar a su alumna que no dejaba de alejarse.
“Naruto. Ten cuidado. ¿Es que acaso no sientes cómo funciona este lugar?” Le preguntó Kurama
Claro que lo sabía. Lo sabía desde que se había tirado. Aquel lugar se llamaba el pozo de ánimas. Era una puerta al mundo de los muertos y allí moraban las almas (o ánimas) de quienes no se atrevían o no podían o no querían hacer el viaje definitivo. No conocía todas las leyendas, pero Nhis, el señor Feudal, le había hablado de aquel lugar en concreto. Era un gran experto en leyendas antiguas y su conversación siempre amena y aquel lugar daba para muchas leyendas.
El pozo de ánimas fue creado con las almas de todos aquellos que murieron enfrentándose al Juubi antes de que Rikudou Sennin lo sellara en la luna. Morir asesinados por la bestia de la destrucción era lo mismo que ser condenado a vagar por el mundo cual alma en pena. Rikuduo Sennn bendijo aquel lugar permitiendo que todo aquel que estuviera dispuesto a pagar un precio conociera la verdad de la pregunta que formulara. Los Cinco Hermanos, años más tardes encerraron allí las cinco estrellas que se requerían para invocar a Fennisuku y crearon todas aquellas trampas para proteger el acceso porque cualquiera que llegara a la sala del Pozo de Ánimas e hiciera la pregunta de cómo resucitar al Fénix
La mente de Naruto rápidamente se hizo la pregunta de por qué Nanaitsumi no la había hecho. Sólo podía suponerse que sabía cómo convocar al Fénix y que ahora que tenía el mapa que le conduciría a las estrellas, su plan estaba cada vez más cerca. “Sólo las cinco aldeas—pensó el Hokage—se interponen entre su victoria final.” Sin embargo, la acuciante necesidad de salvar a Yuna era superior. Ya podrían salvar el mundo después.
El pozo de ánimas funcionaba con almas. Las almas era aquella especie de líquido. Aquel lugar atemporal y espiritual que era la Casa de la Eternidad, que sólo los Hermanos sabían cómo habían creado algo así en el mundo físico, plasmaba algo inmaterial como las almas en algo físico como era el líquido en el que nadaba, que nada tenía que ver con el agua.
“Nada más rápido, Naruto, idiota” Se ordenaba.
Cuanto más tiempo estuviera allí peor sería para él. A eso se refería Kurama. Aquellas almas entre las que nadaba iban absorbiendo su juventud. Él era un Uzumaki, viviría más que cualquier otro y podría aguantar más que una persona normal, pero no podía permanecer allí indefinidamente. Sentía cómo iba perdiendo su chackra. No temía tanto por él cómo por Yuna. A él le protegía el chackra de Kurama que había forjado una armadura dorada que ralentizaba el efecto del pozo. Yuna no contaba con esa protección.
Se dio impulso y nadó con más fuerza. Cada brazada era una agonía. Se sentía extenuado. El veneno que había ingerido, la lucha contra Nanaitsumi y defenderse de aquella mortal trampa inevitable eran tres hándicaps insuperables.
De repente una presencia pasó ante sus ojos. Delante de él apareció una de figura cubierta con su fantasmagórica capa que traslucía la luz fantasmagórica que escasamente traspasaba el agua. Su rostro estaba parcialmente oculto por la capucha, pero tenía y se dejaba intuir bajo aquella capucha, feo y retorcido. De la capa surgió una mano gris, viscosa y con apestosas pústulas, como las de un cadáver en descomposición bajo el agua.
—¡Menma…—susurró con su voz desgarrada y chillona como el metal.
—Te estábamos esperando—se le unió otra enseñando su lengua viscosa y bífida, como si fuera una serpiente.
Naruto se vio rodeado por aquellas cosas que iban siendo cada vez más y más. El miedo se apoderó de él. No tenía por qué temerles. Él había vencido a numerosos y más temibles enemigos. Sin embargo, había un rival contra el que no se podía ganar: la muerte.
—Ven con nosotros, no-muerto.
—Sí…
Escondieron la mano entre los pliegues de la negra tela. Entonces aspiró larga, lenta, ruidosamente como si quisiera succionar más que aire. Un frío aún mayor que él que la niebla había traído consigo se extendió por su cuerpo. Naruto empezó a retener el aire en el pecho. No había aire. No había frío. No había nada. Estaban en un lugar donde las leyes físicas no regían y él se sentía debilitar por aquella cosa. El frío penetraba más allá de su piel, en todos sus músculos, hasta agarrotar su propio corazón.
No se iba a dejar vencer. Yuna, Hikaru y Sora le necesitaban. Sakura y… le necesitaban también. “Aunque sea lo último que haga, lo veré en este mundo” Se prometió.
Naruto cerró los ojos. Juntó las manos y empezó a liberar su chackra. En su mente se formaban las palabras del anciano Hiraishin que había conocido tanto tiempo atrás. Todo en su mente estaba. Si no estaba en el mundo físico, significaba que podía llega a Nirvana, la realidad que le había mostrado Hiraishin tanto tiempo atrás. No supo por qué su mente le trajo todos aquellos recuerdos, pero se aprovechó de ellos.
Al volver a abrir los ojos, estos brillaban como el sol y Naruto se convirtió en una auténtica estatua ígnea que brillaba con la fuerza de dos soles, dos soles que le esperaban en la superficie. Separó las manos y comenzó a girar hasta que alcanzó tal velocidad que pareció ser una auténtica esfera, como el astro rey.
Aquellos seres venidos del mundo de los muertos, tal y como aventuraba Naruto, salieron huyendo despavoridos, presos del pánico que les provocaba la luz, la luz del Hokage de los Dos Soles. Naruto se miró las manos y vio como su piel empezaba a oscurecerse y a arrugarse. Demasiada energía.
El Hokage de los Dos Soles aprovechó aquella energía para llegar hasta Yuna. Cerró los ojos y volvió a acudir hasta aquella realidad llamada Nirvana, realidad a la que solo él podía acceder. “Si este lugar no se rige por leyes físicas, sólo puede significar que yo soy quien lo controla” Desechó todo el miedo de su interior y no se imaginó en un lugar tétrico y fantasmal, puerta al mundo de los espíritus, sino en el mundo de luz y cristal que era el Nirvana.
* * *
Sakura miraba preocupada, mientras Sora y Hikaru compartían su estado de nervios.
—Llevan demasiado tiempo. ¿Y si se han ahogado?
—No… ¡No se pueden haber ahogado!—Negó la Princesa de las Babosas.
—¿Cómo lo sabes, hime?—preguntó Sora, buscando el consuelo de la seguridad que debía trasmitir un adulto.
La joven se llevó la mano al vientre y se apretó con fuerza la camisa que llevaba…
Antes de que pudiera responder la cueva entera tembló. La oscuridad desapareció y la luz, proveniente del agua acabó con aquel tenue y mortecino resplandor verde. Era el poder del sol, era el poder de Naruto. La piedra empezó a cambiar y en su lugar apareció un lugar de cristal. Una sensación de paz les invadió a los tres por igual. Sintieron la calidez de los rayos de sol y la pureza de un aire virgen y no contaminado. No podía ser… Hacía años que Naruto no empleaba aquello.
—¿Qué demonios ocurre?—Protestó Hikaru armándose con su kunai.
—Nada malo, Nirvana…
—¿Qué es Nirvana?
Sakura dudó si explicárselo.
—Sólo significa que no piensa dejar escapar a Yuna-chan.—“Y que está realmente en problemas” pensó angustiada.
* * *
El agua desapareció y en su lugar Naruto se encontró en una superficie totalmente seca, sobre la que se podía correr. Y así lo hizo.
Persiguió a aquellos brazos que tiraban de Yuna con todas sus fuerzas. La canción y los lamentos se incrementaban a medida que más se alejaba de la superficie. Los gritos de aquellos espíritus que habían intentado atacarle estaban detrás de él, esperando la más mínima oportunidad para completar su misión: salvar a Yuna, a cualquier precio. Gritaban un nombre: Menma; él no era Menma, él era Naruto.
A medida que lo hacía más notaba cómo su vida se escapaba entre sus dedos. Cuanta más energía empleaba y más se acercaba a Yuna más le faltaban las fuerzas para volver. No podía permitirse tener miedo. El miedo hacía fuertes a aquellas criaturas, la determinación las combatía y la esperanza de volver las derrotaba. Esperanza. Verde. Verde como los ojos de Sakura. Sólo pensaba en esos ojos… y en los ojos que podría tener.
“¡Naruto!” Le llamó la atención Kurama. “Apenas me queda chackra que prestarte, me encargo de sobrevivir por los dos, retrocede y vuelve con Sakura, no hay nada que puedas hacer”
“No voy a rendirme” Él era Naruto Uzumaki y nunca se rendía. Nunca. Daba igual la adversidad. Cuanto mayor era el resto mayor era su resolución. Gracias a Kurama había conseguido no caer muerto tras la prueba a la que le habían sometido y últimamente sus fuerzas se veían reducidas tras los desmayos y los extraños sueños. “Verde, verde, como los ojos de Sakura, así es la esperanza, no la pierdas” se decía. “Vamos, Naruto”.
Y con todas sus fuerzas realizó los sellos que tanto empleara el Yondaime Hokage y apareció tan cerca de Yuna como le fue posible. De su cuerpo salieron seis brazos de chackra que impactaron en las manos pútridas e infectas que se aferraban a Yuna.
Naruto perdió las energías que le quedaban y aquella armadura que era el modo bijuu desapareció. Al mirar sus manos se sorprendió al ver las manos de un anciano, huesudas, totalmente arrugadas y llenas de manchas. Todo el Nirvana desapareció. El agua volvió a inundarlo todo. La cueva cristalina desapareció y Naruto sentía cómo la luz desaparecía poco a poco. El verde del agua era como la muerte, no como la esperanza de los ojos de Sakura.
Cogió a Yuna y empezó a ascender.
Su corazón había envejecido y le costaba nadar. Las leyes físicas empezaban a regir en aquel mundo y sentía cómo sus pulmones se cansaban de aguantar sin respirar, aunque en ningún momento le pedían más oxígeno. La agonía se vio incrementada. El miedo le perseguía y empezaba a aferrarse a su pierna. Su contacto era como tocar gélidas e hirientes cuchillas.
Escuchaba cómo muy cerca de él aquellos demonios del mundo de los muertos se aproximaban sigilosa y letalmente. Lanzó a Yuna, realizó los sellos y una corriente de aire con toda la fuerza que le quedaba la empujó hacia la superficie.
Los ojos de Naruto quedaron completamente en blanco, un blanco como el color de la niebla. No podía ver nada. Eso era la muerte. Pero aún estaba vivo. Sentía su corazón latir, cada vez más lentamente. Se quedó sin oído. Notó cómo una cadena se enroscó en torno a su mano derecha. Luego otra a la izquierda. Dos más a los pies. La última y más violentamente en torno al cuello.
Tiraban de él con demasiada fuerza. Se notaba anciano y desprotegido.
Y entonces, a lo lejos escuchó los gritos de cientos de personas que aterrorizados suplicaban la salvación de la condena a la que habían sido sometidas de la misma manera que él. Quería ayudarles, pero las cadenas le pesaban demasiado. Intentó mover los brazos. Patalear. Luchar. Intentó pedir auxilio pero ya no le quedaba casi aire. Sólo le quedan sus recuerdos y aquella criatura, con sus huesudas y mortecinas manos estaba esculcando todos sus recuerdos. Se llevaba los alegres y sólo dejaba los que le podían inducir a la tristeza o a la desesperación.
El miedo blanco y mortecino que lo rodeaba y que había traído a aquellas criaturas, entró dentro de él. La muerte le llamaba
“¡NO!”
* * *
Yuna salió disparada hacia arriba. Sora no tardó ni un segundo en saltar, cogerla en el aire y volver al suelo. Estaba empapada y le echó su camiseta y su chaleco seco, al igual que Hikaru. El mayor de los dos gennin abrazó a Yuna mientras se decía que todo pasaría.
Sin embargo, Naruto no salía. Pasó un largo minuto. ¿Por qué no salía?
—¡Voy a entrar!—Decidió finalmente. “No te dejaré que te vayas, no, ahora no”.
No tuvo que hacerlo. Una mano huesuda se agarró al borde de la plataforma. Sakura se preparó para lo peor, pero pronto comprendió de quién era aquella mano. Corrió para ayudarle a subir. Lo cogió con fuerza y lo notó ligero, como si fuera el peso de un niño. Aunque no se encontró con un niño, sino con un anciano, decrépito y moribundo. Su piel estaba oscurecida por el paso de una eternidad, llena de manchas y muy arrugada. El azul de sus ojos se había apagado por completo. Su pelo había pasado a ser blanco como la nieve. Fue su sonrisa al verla bien, lo que hizo que Sakura se diese cuenta de que era Naruto.
Naruto se dejó caer sobre ella y cuando lo hizo exhaló su último aliento.
Sakura abrió los ojos como platos, pero no tardó en recomponerse. Él se había enfrentado a la muerte en aquel lugar y ella no se consentiría no apoyarle para que terminara de derrotarle. No podía volver a pasarle. Lo dejó sobre el suelo, ante la atónita mirada de Sora y de Hikaru. Puso sus manos sobre su corazón y liberando todo su chackra se lo trasmitió hasta que el pecho de Naruto se inflamó y volvió a respirar. La piel empezó a rejuvenecerse y sus canas desaparecieron.
Respiró aliviada.
Sakura lo miró preocupado al ver que no despertaba a pesar de todo el chackra que le había suministrado.
Se llevó una mano a la boca en gesto de preocupación. Nanaitsumi sabía dónde estaban las estrellas y si el Hokage no despertaba, tenía vía libre.
CONTINUARÁ...
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Septi sólo puedo decir que me alegra que hayas actualizado al fin. No tengo mucho que comentar del capítulo ya que son más dudas las que tengo, como el porque le llamaban a él Menma sino lo es, si con esto Naruto ya sabe o sospecha su conexión. Me alegra que ambos hayan podido salir de ahí fue horrible. A esperar los siguientes movimientos.
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Hola a todos! Os dejo aquí otro capítulo de Hakitori. Esperemos que este tenga más audiencia, porque ya SÓLO QUEDAN 4 CAPÍTULOS para el desenlace de la temporada y la cosa se está poniendo que arde... Nos acercamos cada vez más al prólogo (chan-chan-chan). Espero que os guste este capítulo, que como su nombre indica, os dará toda la información que necesitáis, aunque aún quedan algunas preguntitas por resolver. Atentos al próximo.
Disfrutad de la lectura:
CAPÍTULO 26: LA OTRA PARTE DE LA VERDAD
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CAPÍTULO 26: LA OTRA PARTE DE LA VERDAD
- Spoiler:
- Yuki tenía la sensación de que se estaban riendo de él.
Sai-taicho, Konohamaru, Shino y él llevaban un mes encerrados… en donde se supusiera que estuviesen. Todo un mes había transcurrido desde que se infiltraran en la Necrópolis de los Diez Mil Hijos del Dragón. A pesar de que tenían total libertad para moverse, eran prisioneros. Sobre todo él.
Hiraishin, el extraño anciano que se ocupaba de ellos, le daba auténtico terror. Sabía más de lo que decía. No necesitaba abrir sus ojos, que siempre parecía llevar cerrados, para poder leer su alma y eso era algo que le provocaba escalofríos. Era fácil de percibir que sabía más de lo que decía. No era un enemigo, les trataba como sus huéspedes, pero tampoco era un aliado. Solía ir de un lado a otro caminando con paso corto y hablando de una peculiar forma. Siempre se acompañaba de su bastón y de un viejo candil, lo cual daba a su aspecto una presencia para nada afable.
El otro shinobi que les había salvado la vida, Izumi Shion de Kirigakure, pasaba la mayor parte del tiempo entrenando. Era bastante esquivo. Su carácter serio invitaba a no establecer ningún tipo de contacto humano con él y Yuki tenía necesidad de saber por qué estaban retenidos allí, porque, a pesar de que insistiera el anciano en que podían marcharse, se encontraban en un laberinto subterráneo del que no sabían escapar.
La huida de la Necrópolis había transcurrido en el eterno segundo de un parpadeo. Durante unos instantes habían visto como Kakashi-sama se preparaba para combatir a Nanaitsumi, un enemigo más que temible que a punto había estado de matarles y a los instantes siguientes se habían encontrado en aquel lugar. Las explicaciones del anciano de que se encontraban en un Templo de Fennisuku no le bastaban. No sabía de aquellos templos nada, salvo que era algo que alguna vez había mentado el Hokage, pero nunca de manera insistente. No sabía cómo habían llegado ni cómo escapar.
Además, el anciano monje había desarrollado un especial interés en él. Se había empeñado en que mejorase sus técnicas de sellado y en que incrementara su nivel de chackra, su energía física y espiritual y que meditara. Decía que la clave para obtener las respuestas era para meditar. Había intentado seguir su juego, pero era algo desquiciante pues cuanto mayor era el silencio de la meditación, más eran las voces que en su cabeza formulaban preguntas, preguntas que tenían respuesta, preguntas a las que podía buscar respuesta meditando y preguntas que generaban más preguntas.
Sai-taicho no parecía interesado en abandonar aquel lugar. Pasaba largos ratos con el anciano, hablando de cualquier cosa. En alguna ocasión les había espiado y sus conversaciones a pesar de no decir nada, tenían gran contenido, contenido que no alcanzaba a comprender. Shino, siempre silencioso, no objetaba y a Konohamaru, por ser el más joven, nadie le hacía caso, aunque imaginaba que sentía su impaciencia.
No habían tenido noticias de Konoha, ni de Naruto, ni de Kakashi. Estaban aislados y sólo a él parecía importarle.
Se encontraba meditando cuando tocaban a la puerta. Todos los días aquel mismo “jueguecito”. El monje entraba tras un rato. Al principio Yuki Tami le daba paso, pero conforme pasaban los días y no conseguía nada decidió intentar estar solo, sin embargo, tras un rato terminaba por entrar. Iluminaba su oscuridad con aquella tenue luz, le ofrecía una especie de té que llamaba de la verdad, que difería en poco de cualquier otro tipo de té que hubiera tomado con anterioridad e intentaba conversar con él.
Siempre le preguntaba:
—¿Descubierto algo nuevo has?
Al principio le respondía que no, pero que intentaba hacerlo. Sin embargo, se cansó. Ya no se molestaba en responder. Cerraba los ojos y volvía a la oscuridad, era lo único que tenía y sentía que era lo único que tendría. Daba igual cuantos planes trazara, nunca tenía valor para llevarlos a cabo. El oscuro laberinto de aquel Templo de Fennisuku le superaba.
—Por buen camino no andas y entre nuestras manos escapa el tiempo—Respondía todos los días.—Tomar este té tú deberías, bueno para la mente es, luego bueno para el cuerpo también.
—Déjelo ahí—le contestaba enfadado.
—Enfado conmigo estás, observar puedo.
—La libertad me es demasiado preciada para estar aquí encerrado. Debería estar ayudando a Naruto-sama, no aquí, sin saber qué estoy haciendo. Da igual que de domine ya las técnicas de los Uzumaki, da igual que pudiera sellarle ahí dentro. No podría salir.
—Sólo porque no ves, porque no quieres ver. Libre de marcharte eres.
Sin embargo, no lo era, por más que quisiera no lo era. Hiraishin extrajo de entre uno de los pliegues de su capa unos polvos y se quedó contemplándolos al fuego. Empezó a murmurar algo entre dientes, algo que Yuki no escuchó. Lo vertió en la taza de terracota que humeaba y después sin despedirse abandonó la estancia.
Y tras aquello, Yuki siempre terminaba tendido en la cama maldiciendo al anciano y maldiciéndose así mismo. Nunca tomaba de aquel té. Lo tiraba y se sentaba a esperar la cena, escasa aunque tan nutritiva que saciaba el hambre. A veces salía e intentaba recorrer aquel laberinto. Andaba durante horas, a veces corría para no perder forma, otras veces sólo intentaba utilizar sus instintos. Era indiferente. Terminaba apareciendo en aquella jaula sin barrotes que era su dormitorio.
Aquel día, no fue como otros. Yuki podría haberse tirado sobre la cama y no obedecer al anciano. La juventud, siempre había escuchado de su sensei, era algo que se pasaba con los años donde a base de experiencia y meditación se terminaba comprendiendo que se era un ignorante. Aquella era la máxima sabiduría: conocer los límites de cada uno. Una persona joven era impaciente, todo lo tenía sabido y por eso no soportaba las monsergas de un anciano. Así se sentía siempre Yuki con Hiraishin y a pesar de recordar a su maestro, que cayó durante la boda de Naruto y Sakura, creía que en aquella ocasión él era quien tenía razón.
No lo hizo. Cogió la pequeña taza de terracota y comenzó a beber.
No pudo terminar de tomar todo el contenido. A medida que lo fue ingeriendo comenzaron a pesarle los parpados y a nublársele la vista. Intentó mantenerse despierto, pero todo empeño resultó en vano. Comprendió que lo que Hiraishin le había dado era una potente droga y con ese sentimiento amargo de creerse traicionado, quedó completamente dormido.
Yuki no lo sabía, pero no era el primero en ser víctimas de los efectos del té de la verdad. Todo su vida pasó en sentido inverso. Huyo de la Necrópolis de los Diez Mil Hijos del Dragón. Peleó contra Nanaitsumi. La exploró con Konohamaru. Recorrió el camino desde el este hasta Konoha. Revivió todos sus años de servicio a Naruto. Volvió a sentir la adrenalina del combate en sus venas al pelear durante el ataque que sufrieron durante la boda de Naruto y Sakura. Se despidió de su maestro moribundo. Volvió a vivir todo su entrenamiento, desaprendiendo lo aprendido hasta nacer y ver los ojos de su hermana, a la que llevaba buscando toda la vida, como su primer recuerdo.
Los efectos del té de la verdad se hicieron mucho más fuertes. Desaparecieron sus recuerdos y sólo quedó una informe masa de oscuridad. Nada más que pequeñas chispas de luz. Sin embargo, empezaron a reaccionar y a interactuar. Saltaban de un lado a otro y pudo vivir los recuerdos de su padre, los recuerdos de su abuelo, de su bisabuelo y cada vez se iba remontando en su línea genealógica. Iba saltando de las vidas de hombres a las de mujeres y siempre en sentido ascendente.
Cada vez era más rápido. No comprendía ni una centésima parte de lo que vivía. Aquellas vidas que no le pertenecían pasaban a la velocidad misma de la luz. Estaba viajando en el tiempo sin cambiar de realidad. Cada vez los recuerdos eran mucho más confusos hasta que se detuvo en la vida de su primer ancestro, cuando Uzushiogakure aún era una aldea. Pudo ver cómo todos los shinobis de la aldea ponían su nombre en un pergamino. Siguó retrocediendo. Pudo ver la verdad de aquel mundo a través de seis prismas. Pudo escuchar el canto de un ave, un canto que nunca había imaginado y empezó a arder, a ser devorado por el fuego.
Yuki se despertó. Estaba jadeando. Sudaba mucho. Seguía estando en aquel mundo y todo le parecía exactamente igual. Sin embargo, sus sueños le habían parecido tan reales… Se miró la piel de sus manos que creía haber sentido arder con la fuerza de un fuego purificador. Miró a su alrededor. Se dio cuenta cómo el mundo también había cambiado. La oscuridad ya no era la misma. No parecía tan abrumadora, tan opresiva, tan insalvable…
Se tiró sobre la cama de nuevo. Estaba exhausto. No comprendía exactamente qué había pretendido el anciano con aquella droga tan extraña… Sin embargo, parecía cosa de magia. Aquello era algo que un shinobi cualquiera no podría preparar. Todo el tiempo había perdido su sentido y había empezado a andar en sentido contrario y luego había trascendido de su propia existencia viendo—o soñando más bien— vidas que no le pertenecían. No tenía hambre cuando se quedó dormido
—Y bien, ¿cuál tu nombre es?—le despertó la pregunta del anciano a la mañana siguiente.
Yuki se sorprendió al ver al anciano. No había notado su presencia. Como un buen ninja que era, solia dormir con un ojo abierto. Sin embargo, el cansancio acumulado y los efectos del té de la verdad le habían agotado hasta tal extremo que se había olvidado de esa regla de supervivencia. El anciano parecía esbozar una pequeña sonrisa entre sus múltiples arrugas. Al joven le costó abrir los ojos con la luz que venía de todos lados.
Sus labios parecieron moverse solos cuando respondió:
—Uzumaki.
—Uzumaki Yuki tú eres—se rió el anciano.
Se sorprendió al revelar aquello. El único que lo sabía era Naruto. Cualquier observador sabría que el color tan intenso del rojo de su pelo le evidenciaba como uno de los últimos de aquel linaje. Sin embargo, después de que le separaran de su hermana, ambos habían mantenido su identidad en secreto, adoptando el nombre de otras familias.
Yuki nació en Kusagakure en el seno de una familia de exiliados, aunque por aquel tiempo no lo sabía. Era todavía un alumno de la Academia cuando su hermana desapareció en Konoha, en el examen de acceso a chunnin en el que murió el benévolo Sandaime Hokage. Por aquel entonces ya se encontraba solo y tras la pérdida de su hermana mayor tuvo que verse obligado a convertirse en el discípulo del líder de la aldea que le había visto nacer.
A medida que fue avanzando en su entrenamiento a Yuki se le fueron revelando ciertos aspectos de su pasado y el que más le había marcado fue el nombre de su madre. Sus ansias por encontrar entonces su identidad se incrementaron y su maestro, comprendiendo que era lo mejor para él, decidió adiestrarlo para que algún día pudiera conocer al último Uzumaki.
En mitad de su entrenamiento, Akatsuki declaró la guerra a todas las naciones civilizadas y en cuestión de meses, Yuki se vio sumido en la guerra. Kusagakure no participó activametne aunque si envió algunos escuadrones. Él tuvo la suerte de no acudir a aquel horror que fue el campo de batalla contra el odio, como siempre decía Naruto cuando hablaban.
Naruto era una gran persona. “Él es el único que puede ayudarte, yo mismo le pediré que te tome a su cargo. Konoha y Kusa son ahora aliadas. No me importa que te conviertas en un shinobi de Konoha si encuentras tu camino en la vida” le había dicho Hishidate-sensei poco antes de acudir a la boda del Hokage en la que luego había muerto. Su acceso a Konoha fue poco ortodoxo, pero en el momento en que Naruto ató cabos, vio el color de su pelo y éste le contó la verdad, lo aceptó como a un hermano, pues en el fondo, eran familia.
—¿Cuándo ha aparecido esta luz?—Fue lo único que pudo preguntar.
—Siempre estado ahí ha, sin embargo, sólo disponible para aquellos que la verdad aceptando han—explicó Hiraishin— Este templo, un templo donde sólo los que puro el corazón tienen pueden entrar es. Si cualquiera que oscuridad en su corazón albergare, sólo tinieblas hallaría.
—¿La verdad?
—La verdad de tu propia existencia, jeje.
El anciano le indicó que bebiera del contenido de una pequeña tazita de terracota y que se alimentara con un dulce y rico plato de frutos de la época. Mientras que Yuki comía le preguntó:
—¿De mi propia existencia? No le entiendo nada, anciano.
—Yuki Uzumaki eres. ¿De tu linaje su historia conoces?
—Sí… Sí lo conozco.
—Entonces, que una parte Rikudou Sennin vive en ti sabrás, ¿no así es?
—Sólo son leyendas—respondió escéptico el joven.
—El té de la verdad elaborado con una flor que ya no existe es. El dios-árbol cada primavera las lucía y ofrecía a los mortales. Bebiendo el té que con ellas se realizaba, conocimiento y poder se obtenía. Estos templos para beberlo construidos fueron.
—¿Quieres decir que este té proporciona el don de la clarividencia?
—Sólo sabiendo quiénes somos en nuestra sabiduría avanzar podemos. Desconozco si real o no es, pero mi padre, tanto tiempo atrás, que un origen todos teníamos me explicó.
Yuki no sabía hasta qué punto dar por ciertas las palabras del anciano.
—¿Por qué quierías que aceptase quién soy?
—Viejo y cansado estoy. Una promesa tiempo atrás hice y cumpliéndola ahora estoy.
—¿Y qué quieres de mí?—le dijo directamente Yuki.
—Que a Naruto ayudes.
—Ya lo estaba haciendo y lo estaría haciendo de no estar encerrado aquí, en este templo— respondió enfadado.
—Una explicación como los otros mereces.
—¿Los otros? Se refiere a Sai-taicho y mis compañeros.
—No, a los otros hermanos… ¿Del Sabio viste sus restos?—Preguntó con cierta tristeza.
Yuki aceptó. Ante sí evocó aquella visión que había compartido con Sai de la herencia de Rikodou Sennin hacia sus siete hijos.
—Procuraré hablar como lo hacéis vosotros, pues mi historia larga y compleja puede hacérsete…
“Uchiha el primer hijo fue. Cuando el Sabio su herencia entre sus hijos repartió, a él nada le otorgó. Aunque quería continuar con la misión de su padre, su ambición desmedida era. Creía que en la fuerza la solución se hallaba. Al ser el primogénito con mayor derecho se creía y empezó una guerra contra su hermano menor, Senju. Así fue durante años hasta que fue derrotado finalmente y a los confines del mundo exiliado”
“Los hijos del Sabio no fueron inmortales como sí su padre lo hubiera sido, pues era hijo del sol y de la luna. Todos se comprometieron a proteger el mundo y consagraron a sus familias a hacerlo con la herencia que su padre les había dejado. Sin embargo, el mayor el camino a la inmortalidad encontró. Entregando su propia alma consiguió vencer a la muerte. Sólo un sacrificio requería, sangre por sangre, vida por vida. Y así les sobrevivió a todos.
“Pasaron los años y Uchiha fue trazando su plan, con la calma y la paciencia que la eternidad le estaban inculcando. Decidió convertirse en el único heredero de Rikudou Sennin y para eso planeó qué debía hacer. Una a una fue acabando con las distintas familias de las que sólo quedan hoy hijos diseminados por el mundo.
“Su empeño no es otro que reunir el poder del yin y del yang y convertirse en el único dios y señor de este mundo e imponer su paz. Para ello requiere del poder del Juubi y de Fennisuku, los dos grandes dioses-demonio que el Sabio había encerrado a uno en su cuerpo y a otro en el propio sol.
“Hace cien años contactó con su último descendiente, uno al que aborrecéis, uno que causó toda la destrucción que ha marcado el mundo: Madara Uchiha. Le hizo partícipe de sus planes y lo convirtió en su adalid. Sin embargo, Madara tenía sus propios planes y aprovechando sus nuevos conocimientos planeó todo lo que ya bien sabes.
“El plan de Uchiha se consumó a la perfección. Cuando Naruto derrotó a la bestia de las diez colas su poder despertó la maldición del padre. En este mundo donde luz hay sombras debe haber. Liberado el Juubi, el yin, sólo faltaba liberar el yang, Fennisuku. Para eso Uchiha se sirvió de una pobre alma en pena, de alguien a quien moldeó a su voluntad para convertirlo en su voz y en su puño de hierro, alguien a quien obligó a portar la maldita máscara de los siete rostros, a Nanaitsumi. Fundó Shuha y con más adeptos para su causa se hizo: todos unidos por un mismo objetivo y a la vez separados por intentar cumplir sus propias metas.
—Me estás diciendo que… ¿uno de los hijos de Rikodou Sennin es Shin, el supuesto líder de Shuha?
—Una buena síntesis es, sí.
—Y entonces, cuando Naruto intenta parar a Shuha, ¿no está haciendo lo correcto?
—Una respuesta de doble signo te ofrezco: sí y no. Aunque te la daré cuando quieras acompañarme a verlo con tus propios ojos.
—Sea así.
Yuki se levantó tras terminar el desayuno y acompañó al anciano. Todo el templo pareció cambiar por completo. No tenía nada que ver con el sitio por el que se había perdido durante días intentando escapar. Se daba cuenta de que aquello había funcionado como una especie de metáfora de sí mismo. Cuanto menos se preocupaba por la verdad y más por huir de ella, más se había oscurecido.
Por el camino, el anciano le explicó el intrincado mecanismo que era necesario activar para liberar a Fennisuku y Yuki se preocupó al ver cómo de avanzado estaba el plan del enemigo. Haciéndose con las estrellas tendría en su poder al ave fénix.
—Dijo que quería que comprendiese mi verdad para ayudar a Naruto y que la forma en la que podía hacerlo era ésa. ¿Por qué?
—Un día, cada vez más próximo, en el que Naruto necesite de los Siete hermanos. Konoha y todo el mundo necesitará de los Siete Hermanos. Izumi y Sasuke comprendido lo han, aunque tú el más aventajado eres. Menos tiempo has requerido, jeje.
Yuki le miró con recelo. Había dicho Sasuke. ¿No se llamaba así el amigo de Naruto, el temido shinobi que había muerto en la batalla final redimiéndose así de sus pecados y crímenes?
—Y hasta que ese día llegue, ¿estaré aquí encerrado?
—No, por supuesto que no. Mientras tú y yo hablamos, un ejército no visto desde los tiempos en que la Princesa paró la guerra, se dispone a embarcar rumbo al oeste, a vuestro hogar.
—Lo sé, envíamos la información a Naruto. La Confederación de Naciones estará preparada.
El anciano se rió.
—Esta guerra que se aproxima sólo tendrá un vencedor y el mismo será tanto para un bando como para otro
—¿Nadie?—pensó que se refería a que la guerra no beneficiaba a nadie.
—No, Shin.
Yuki frunció el cejo.
—Naruto cree que esta guerra debía evitarse a cualquier precio—recordó.—Siempre dice que algo así sólo podría despertar al Juubi.
—Que una guerra, aun tan cruenta y grande como ésta se presenta, mucho me hace dudar en que a la bestia encerrada despierte. No obstante, nuestro objetivo impedir que el enemigo con las estrellas se haga. Toda esta gran guerra una distracción será.
—Comprendo.
—Mientras tú y yo hablamos, el enemigo envía a sus hombres a recuperar las estrellas aunque nosotros quietos no estamos, jeje.
Abandonaron aquel laberinto de pasadizos y túneles y salieron a la luz. Se encontraban en mitad de las montañas. Hacía bastante frío. Las vistas eran impresionantes, en especial, por la altura del lugar, sin embargo, lo que más llamó la atención a Yuki no fue eso, sino una gigantesca nube negra que se extendía más allá de donde podía ver la vista.
—La oscuridad. Eso, si el poder de Fennisuku no libertado es, nos aguardará.
—Esa nube negra no es normal, ¿verdad?
—Ésa es la maldición de nuestro mundo. Donde hay luz, oscuridad debe haber y viceversa. Si sólo hay oscuridad, ésta todo lo cubrirá y volveremos a la nada.
Yuki comprendió el sí y no que le había dado por respuesta. No podían dejar que Uchiha se saliera con la suya y que se conviriteran en un dios, pero estaban obligados a liberar al Fénix para su propia supervivencia.
—Comprendo… ¿Qué es lo que debemos hacer?
—Mientras Sasuke e Izumi a nuestros aliados preparan, tú y tus compañeros acompañarme a Uzushio deberéis. Allí aguarda la herencia que te corresponde.
—Cuanto tiempo nos queda.
—Esperemos que el suficiente para Kyūseishu.
—¿Quién es ése Kyūseishu?
El anciano sólo se dio la vuelta y entró en el templo.
Yuki lo miró con desconfianza. Bajo ese rostro afable y anciano, había detrás una brillante y astuta mente. No confiaba en él aunque en sus palabras no había mentira alguna. Algo en su interior le decía que no le había engañado, pero que tampoco le había dicho toda la verdad. El monje guardaba algo para sí.
CONTINUARÁ...
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
muchas gracias por volve me quede esperando los capitulos encerio un infierno por dejarnos con la duda.....
pero te quedo grandioso el capitulo de regreso encerio no se como le hacer pero me encanta ya falta poco para l final y estoy como en varias dudas espero poder resolverlas jejejee y espero que no nos dejes otra vez!!!!!!
pero te quedo grandioso el capitulo de regreso encerio no se como le hacer pero me encanta ya falta poco para l final y estoy como en varias dudas espero poder resolverlas jejejee y espero que no nos dejes otra vez!!!!!!
LIRISECUEVAS- Novato
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Septi cada vez me dejas con más dudas, intrigas y deducciones muy locas que nose si serán o no posibles! Pero es lo que.más me gusta de tus fic.
Bien al parecer ese anciano loco no se va quedando atrás, me alegra que.finalmente Yuki sea el tercer hermano. Al parecer cada uno de los chicos va encontrando su verdad. Ya no quedan dudas que Sasuke esta vivo, espero saber como fue eso.
Conti!
Bien al parecer ese anciano loco no se va quedando atrás, me alegra que.finalmente Yuki sea el tercer hermano. Al parecer cada uno de los chicos va encontrando su verdad. Ya no quedan dudas que Sasuke esta vivo, espero saber como fue eso.
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hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Por fin pude leer la continuación excelentes capitulos no se que tendrá planeado el anciano que pasara con naruto después de haber salvado ha yuna cada vez se va acercando el final que emoción ojala para cuando pongas la continuación la pueda leer de inmediato espero el próximo capítulo.
aduzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Hola a todos! Muchísimas gracias a las tres personas que habéis comentado. Si pudiera expresar lo feliz que me hacéis cuando comentáis con algo más que con ese "muchísimas gracias" lo haría.
Bien, el capítulo de hoy es largo y puede que algo complejo, porque aunque veáis muchos puntos de vista, realmente el personaje es uno (excepto el último, obvio, también cuando lo leáis). Es extraño, pero espero que lo entendáis cuando lo leáis. Este capítulo, además, es la antesala del apoteósico final que tengo pensado para Naruto Hakitori 2, donde resolveremos todos los misterios planteados en el 1 (parte ya se resolvieron), donde resolveremos algunos del 2, y dejaremos encaminada la historia para su conclusión final en la tercera temporada. Por favor, id al cardiólogo, porque no vamos a parar ni un minuto quietos.
En fin, disfrutad de la lectura (recomendad Hakitori D:)
CAPÍTULO 27: SIETE ROSTROS
Bien, el capítulo de hoy es largo y puede que algo complejo, porque aunque veáis muchos puntos de vista, realmente el personaje es uno (excepto el último, obvio, también cuando lo leáis). Es extraño, pero espero que lo entendáis cuando lo leáis. Este capítulo, además, es la antesala del apoteósico final que tengo pensado para Naruto Hakitori 2, donde resolveremos todos los misterios planteados en el 1 (parte ya se resolvieron), donde resolveremos algunos del 2, y dejaremos encaminada la historia para su conclusión final en la tercera temporada. Por favor, id al cardiólogo, porque no vamos a parar ni un minuto quietos.
En fin, disfrutad de la lectura (recomendad Hakitori D:)
CAPÍTULO 27: SIETE ROSTROS
- Spoiler:
- Un mes después
El día había llegado.
Las vistas desde la Torre de Hierro que dominaba toda la ciudad eran impresionantes. La Ciudad Capital del País del Fuego era una ciudad enorme y muy avanzada, de eso no cabía duda. Sin embargo, no habían escogido con acierto el emplazamiento de la ciudad más próspera del País del Fuego. Nanaitsumi contemplaba con admiración el Monte Taiyô. Allí se resolvería todo, allí Shin-sama alcanzaría la eternidad.
—Sólo necesitamos que estalle la guerra. Con ella, el advenimiento del nuevo mundo será cuestión de tiempo—se había despedido de él antes de encomendarle la que debía ser su última misión.
Que Naruto se hubiera anticipado a Nanaitsumi y hubiera cogido las estrellas antes que él sólo había supuesto un pequeño contratiempo. Hacía tiempo que la guerra había empezado. Las batallas sólo era cuestión de tiempo. Por esa razón, que las cinco aldeas tuvieran las estrellas era el motivo necesario para poder iniciar la última fase del plan que durante quince años había compartido con su señor… desde que abandonara a Mikono, la mujer que le había criado como un hijo y que había sacrificado a su propio hijo por él, su meta había sido cumplir la voluntad de Shin-sama.
“No puedes vacilar” se repetía desde hacía tiempo. Sin embargo, cuanto más crecía el vínculo con Naruto más le costaba seguir la auténtica fe que tenía en su señor, el todopoderoso Shin.
—Es el vínculo que os unió al nacer el que hace que ambos poseáis el mismo poder, el que os convierte en aptos para tener el poder del Kyuubi en vuestro interior, el que hace que podáis estar interconectados, el que podáis vivir lo que vive el otro, el que te da algo de Naruto y por el que tú le das algo de ti. Mientras ese vínculo exista, tu fe se debilitará—le había explicado Shin en más de una ocasión.
Y a pesar de tener esa explicación, se sentía un traidor. Sin que su amo lo supiera, Nanaitsumi mantenía el contacto con otro sujeto que conspiraba contra él. Siempre se preguntaba por qué y la única respuesta que encontraba no le agradaba. Sentía la necesidad de estar más con él y a la vez se sentía cómo un sucio y asqueroso traidor. No quería traicionar a su señor, pero eran tan tentadoras las promesas que le ofrecñía…
Lo había conocido hacía poco menos de dos meses y se preguntaba cuánto tiempo tardaría Shin en descubrirle y cuál sería su castigo. No le mataría. Nanaitsumi era la mejor arma de Shin. Sin embargo, había castigos peores que la muerte. Por eso no debía fracasar.
Sólo tres semanas le había costado preparar a sus tropas. Había informado a los líderes de los países del este del mundo que embarcaran el gran ejército que durante los últimos diez años habían armado. Por su suerte, el Señor Feudal ya había preparado al Ejército de la Confederación. No había delcarado la guerra, esperaba al ataque para hacerlo, pero eso se arreglaría pronto.
Sin embargo, antes de que iniciaran la guerra, tenía que recuperar las cinco estrellas y la única manera de hacerlo era empleando los poderes de la Máscar de Bakemono, la máscara de los siete rostros. Nanaitsumi sabía que cuanto más lo hacía más sentía su vida menguar. Sólo sobrevivía gracias a la energía que extraía de su vínculo con Naruto. Su plan para conseguir toda la energía de Naruto al obligarle a sumergirse en el Pozo de ánimas había sido un fracaso, Sakura le había traído a la vida, y a pesar de ello, sentía algo extraño y no era el odio y las ganas de asesinar a Naruto… ¿Era alivio? No se lo podía permitir.
El odio le permitía dominar los siete rostros, le permitía dominar a Shuha. El odio generaba miedo y el miedo era poder.
Había amanecido pronto un día resplandeciente, un buen amanecer para un día en el que se proclamaría glorioso, pero aquél era el amanecer de un nuevo tiempo. Era una nueva era. Una nueva Fe se impondría en todo el mundo y todo gracias a él. “Eres un necio, lo has tenido delante de ti durante dos años y no te has dado cuenta” pensó en Naruto cuando se dejó impresionar por la grandiosidad del gran monte Taytô.
Desde la cima de la Torre de Hierro el viento soplaba con algo más de determinación. Todo estaba preparado. El líder de Shuha miró hacia sus pies. Cuatro hombres y tres mujeres. Sólo era eso lo que necesitaba y todo el mundo renacería. Había tenido que seguir el camino largo, pero ya estaba cerca de ser un dios, un dios de los shinobis. Aquellos siete desconocidos que Shin le había presentado obtenían su poder de él. De la máscara a la que él daba vida.
Liberó siete sellos y un intenso chakra. Uno a otro, los siete rostros de la máscara de Bakemono comenzaron a expulsar un vómito negro sobre los cadáveres mientras que sus ojos rojos como la sangre que brillaba luciendo el Sharingan destilaban un gran poder. Nanaitsumi se hincó de rodillas a la vez que él mismo comenzaba a vomitar sangre. El precio del poder.
Sus propios esputos se mezclaron con el vómito negro de la máscara de Bakemono. Aquél era uno de los tres jutsus prohibidos de los Uzumaki. Si a los Uchiha se les había vedado el Izanagi, a los Uzumaki se les había prohibido emplear las dos máscaras. Según decían las leyendas, Uzumaki, el tercer hermano se había enfrentado al rey de los demonios, Hashin, durante su periplo por el mundo y había dividido su poder en siete sellándolo en aquella máscara, la máscara de Bakemono.
Comenzaron a tomar forma poco a poco. Al principio, sólo eran una masa informe de composición misteriosa. Luego, mientras que Nanaitsumi empezaba a toser sangre, las formas iban tomando cuerpo y aparecieron, totalmente desnudos, sus siete discípulos. En ese momento, los cuatro hombres y las tres mujeres seguían siendo los mismos, aunque los pecados que encarnaban las siete máscaras les convertían en nuevas personas. Desarrollaban su chakra y hacía que sus propias personalidades se viesen afectadas. Nanaistsumi no solía retirarles aquel don a no ser que hubiesen fracasado o le hubiesen desobedecido.
Sin embargo, aquel día todo iba a ser diferente. La máscara de Kami que había incrustrado en su pecho empezó a brillar cuando dio la orden expulsó siete cadenas que se clavaron en el pecho de cada uno de los siete discípulos de Shuha. Desaparecieron al instante y cuando Nanaitsumi abrió los ojos recibió la información de sus propios ojos y las de los siete cuerpos. Había oído algo así sobre el Rinnegan, aunque la diferencia era que era la máscara de Kami, la que al actuar con la de Bakemono permitía aquello. Nanaitsumi no poseía ninguno de los caminos del rinnegan.
—Pareces cansado, Menma— dijo a sus espaldas la voz del monje Tayo, quien había estado observando.
Nanaitsumi le miró y dejó que la máscara mostrara su auténtico rostro. Menma palideció del miedo ante su expresión. Tayo comenzó a levitar por la fuerza del poder del portador de la máscara de Bakemono. Se llevó las manos a la garganta como si una fuerza mágica le asfixiara. Aunque sólo se trataba de un genjutsu, creía que estaba siendo asfixiado. Su maestro liberó el gentjutsu.
—Cállate o yo mismo te destruiré. Todavía no comprendo por qué Shin-sama os necesita.
Desde que fallara tras el atentado de la boda Shin había acudido a sus otros discípulos: un monje del País de las Nieves, el señor feudal del País del Fuego, un general de uno de los países con los que negociaba y una shinobi descendiente del clan Uzumaki. Ellos eran Tayo, Nhis, Gigamesh y Arimi. Nanaitsumi nunca había sabido muy bien qué hacían pero parecían útiles para Shin-sama. Comprendía que quisiera manipular al señor feudal para tener los dos ejércitos bajo su control, pero, ¿y los demás para qué?
—Recuerda que tienes una misión y que si fracasas, aunque sólo sea en un lugar, tendremos que iniciar la guerra para recuperar las estrellas—le recordó Gigamesh.
—Y vosotros, ¿qué vais a hacer?
—Estos dos prepararán la entrada de nuestras tropas. Yo me encargaré de allanar el camino hasta la ciudad Capital—respondió enigmática Arimi.
—Creo que siete ataques en el mismo día y a la vez es demasiado para mí.
—Shin-sama dijo que le daba igual los medios que emplearas. Si tienes que liberar el modo tsumi, hazlo—zanjó la discusión Tayo.
“Esto cada vez me agota más de lo que creía. Madre lo sabía y me lo advirtió. No te sobreesfuerzes, me dijo, incluso cuando la visitaba para torturarla…”.
“Has matado a tu madre”—le torturó la voz de su conciencia
“Se lo merecía. No me dijo la verdad. Mi existencia es una mentira”
El Señor de los Siete Rostros se sentó.
—Shuha, está preparada. Liberemos la nueva Fe.
Cerró los ojos y todos los discípulos desaparecieron. Escuchó atentamente y notó cómo los otros agentes de Shin-sama desaparecían. El tomaría el control de los siete para llevar a cabo su misión. Era una difícil misión, una misión que Shin-sama le había encargado a él, sólo a él. No podía fracasar.
* * *
Yasashi apareció a las afueras de Kumogakure, en uno de los muchos picos abruptos que plagaban el paisaje. El paisaje era sobrecogedor y nadie podría afirmar que diez años atrás había sido arrasada por la furia descontrolada del Juubi. La aldea había resurgido de sus cenizas… para volver a caer. Saltó de cumbre en cumbre hasta aproximarse a las murallas que protegían a la aldea escondida entre las nubes.
Sus ojos otearon el horizonte y luego analizaron con rapidez las defensas de Kumogakure. Parejas de shinobis guardaban los puntos estratégicos. Un pequeño destacamento guardaba la entrada. El resto de las defensas las confiaban a su privilegiada posición entre las nubes. El habitual ruido de la aldea llegó hasta sus oídos. Se sentía como un dios que impartiría justicia, superior a todos los mortales y con un poder que no comprendían.
Tomó aire, contuvo la respiración y cerró los ojos. Buscó en su interior y encontró el poder que había aprendido del pergamino de Hiraishin: el soraton. No era un elemento en cuanto a tal, era el nexo de todos los elementos y no tenía ninguna utilidad ofensiva. Sin embargo, le permitiría encontrar dónde estaban las estrellas. Al abrir los ojos ya no había luz alguna. Sólo un rastro dorado hacia la estrella del rayo.
Se deslizó por los tejados con felina agilidad, tanta que podía asustar. Yasashi era extremadamente ágil y el más poderoso y soberbio de los siete discípulos de Shuha, por esa razón, Yasashi había sido enviado a Kumogakure. Un Jinchuuriki y uno de los seis kage (Naruto entraba dentro del grupo) que había derrotado a Akatsuki. Nanaitsumi nunca había visto a Akatsuki en acción, pero Shin siempre describía a su promotor, Madara, como un joven demasiado ambicioso que creyendo ir por su cuenta había contribuido a su plan maestro. Fuese como fuere, Yasashi había escogido la aldea más peligrosa, descartando Konoha.
El rastro lo condujo hasta el palacio del Raikage, un gigantesco edificio construido en las entrañas de una de las montañitas de la aldea y con apartamentos en los diversos lados. La estrella se encontraba dentro, a varios metros de profundidad dentro de la tierra.
Yasashi se coló por la parte superior y se escabulló entre los extremos del palacio. Nanaitsumi, que controlaba a Yasashi, podía sentir la diversión del discípulo. Quería enfrentarse al Raikage pero quería demostrarle que había podido infiltrarse delante de sus narices. Avanzó acabando al instante con la vida de los ninjas de Kumogakure que intentaron avisarle.
Empleando el soraton quedaba ciego temporalmente, pero no le fue necesaria la vista, porque al poco tiempo encontró la estancia donde el Raikage había atesorado la estrella que Naruto le ofrecía. Yasashi la contempló con detenimiento: cada estrella contenía el poder de uno de los elementos de la creación. Todas ellas permitían despertar a Fennisuku si se empleaban en el lugar adecuado. Sin embargo, también podían emplearse por sí mismas. Hacía nueve años robaron los pergaminos que permitían su control. Ahora tenían que controlar.
Cuando sus dedos rozaron la esfera no tuvo del tiempo necesario para evitar el mortal ataque combinado de los hermanos más poderosos de Kumogakure: el Raikage y Killer Bee.
* * *
Kenkyo aprovechó el fuerte viento que golpeaba Sunagakure. Se ocultó entre la arena del desierto para pasar inadvertido. La tormenta de arena fue su aliado.
En aquellos días oscuros cuando el viento del desierto soplaba del poniente y la arena se levantaba como enemiga del lugar al que protegía, los habitantes de Sunagakure se encerraban en sus casas. Todos, sin excepción, se escondían y esperaban que la tormenta amainara. No había, por tanto, ningún shinobi de Suna esperando a ver a Kenkyo entrar.
No necesitaba ver nada, pues para él, empleando el poder de Soraton sólo había una estela dorada, la estela que conducía a la estrella del viento. Aprovechando el imnato don de la levitación se dejaba guiar por el viento mientras la arena arañaba su cara.
El poder del soraton permitía a su poseedor seguir el camino de los hermanos y eso significaba encontrar las estrellas. El pergamino del cuál había extraído sus poderes había sido el más difícil de descifrar, pero lo había conseguido. El viejo monje Hiraishin había encriptado bien su legado, pero no había servido de nada, igual que tampoco le había servido aquella conversación que habían tenido… “No te distraigas” se reprendió. Cuanto más vivía, más se cuestionaba su fe y se preguntaba si estaba obrando bien.
Kenkyo se dejó caer donde acaba el rastro. Era una gran puerta excavada en las paredes de piedra de los muros naturales que rodeaban toda la aldea. La arena le raspaba al golpearle, pero no sentía nada. Sólo podía ver cómo la luz dorada de la estrella del viento le guiaba hasta un templo, donde tiempo atrás descansaban los venerables ancianos de la villa.
Aquel macabro personaje se rió misteriosamente e imprudentemente. Nadie le escucharía, pensaba. Sin embargo, desconocía que en Sunagakure había uno que nunca dormía y al que la arena siempre obedecía. Se internó en el templo echando la puerta abajo con una huracanada ráfaga de viento.
El soraton condujo a Nanaitsumi, a través de su herramiento, Kenkyo hasta la cámara, bajo la atenta mirada de los anteriores kazekages convertidos en una estatua de hierro negro y de una del espíritu del Sukakku. Había sido tan fácil…
Cogió la estrella y miró a los kazekage que con sus ojos huecos le miraban reprochándole estar allí. Había ganado. Tenía dos estrellas. Sólo tenía que desaparecer y volver a la Torre del Hierro de la Ciudad Capital. No era el punto más alto, pero sí el punto más alto que mejor permitía trasmitir el chackra a grandes distancias. Shin le había advertido que la máscara de Bakemono podía emplearse a distancia, como los caminos del rinnegan, pero requería de mayor ámbito de amplitud y por desgracia, no había forma de produir receptores de chackra.
Realizó los sellos para abandonar y cuando su cuerpo empezó a desmaterializarse para aparecer en la Ciudad Capital del País del Fuego, a una velocidad mayor que la descomposición molecular empezóa arder. Sentía cómo el calor abrasaba su cuerpo a la velocidad del reyo. Pero no era fuego, no era el propio sol… ¡Era el tayton de Naruto! Kenkyo tuvo que tomar la decisión de abortar aquel escape. Canceló la técnica y volvió a aparecer en aquella cripta.
Su cuerpo estaba completamente destruido a más de un treinta por cierto. Había perdido su brazo izquierdo y parte de su pierna izquierda. Estaba mutilado y el calor del fuego del Kyuubi le abrasaba. Empezó a reírse descontroladamente cuando de repente alguien le sorprendió:
—Vamos, llama a tu hermanito a jugar. Nos lo vamos a pasar muy bien. Vamos a completar lo que Naruto no ha podido con su técnica.
Kenkyo se dio la vuelta y pudo ver al Kazekage y a sus dos hermanos.
* * *
No dejaba nada a su paso.
Nintai avanzaba por la calle principal hacia las catacumbas de Iwagakure. Había sido un día completamente normal, como cualquier otro, hasta que apareció él. Derribó las puertas con insultante facilidad, empleando buena parte de su poder. Al instante las fuerzas especiales de Iwa se lanzaraon al ataque y no les sirvió de nada. Sus defensas eran impenetrables.
Avanzaba lentamente, con sosiego y paciencia mientras que respondía a los ataques de sus enemigos con poderosas técnicas nunca antes cumplidas. Su maestría del douton sólo era equiparable a la de la Yondaime Tsuchikage. Sin embargo, ésta no había aparecido. Le daba absolutamente igual, mientras fuese él, Nintai, nadie podría pararle.
Desviaba los ataques de sus enemigos y con ellos causaba el caos. La gente corría asustada. Sólo esperaba que no se interpusieran en su camino. Matar inocentes era molesto. El rastro dorado le guiaba hasta las catacumbas, en busca del rastro de la estrela de la tierra. Naruto había sido ciertamente inteligente al separar las estrellas, pero no contaba con que pudiera dominar a los siete discípulos a la vez.
Un chiquillo se tropezó contra él mientras huía, desorientado y llorando. Nanaitsumi le miró con los ojos de Nintai. Shin-sama decía que había que hacer lo que fuera por el renacer del mundo… “Pregúntatelo de esta manera, Nanaitsumi, ¿qué vale más la vida de un inocente o la vida de cientos de inocentes?” La lógica decía que una vida valía menos que la de cientos. Sin embargo tras haber alzado el puño para liberar su ataque… se detuvo y rodeó aquel obstáculo. No supo bien por qué.
—¡Detente!
Nintai se dio la vuelta. Al abrir los ojos perdió el rastro que llevaba a la estrella de la tierra en las catacumbas. Pudo ver a la joven Tsuchikage, la nieta de Oonoki, preparada para enfrentarle. Detrás de ella estaba un equipo ANBU de Iwagakure. La mirada de la joven era la misma que había visto siempre en Naruto: protegería su aldea, al precio que fuese. Ser el líder de una aldea parecía exigir dedicación y la férrea voluntad de proteger a todos aquellos que estaban bajo sus órdenes.
—No es mi intención destruirte, Tsuchikage.
—Ni la mía permitirte avanzar.
—No voy a perder tiempo contigo.
Nintai chocó las palmas de sus manos y apareció un clon que empezó a ser tragado por la tierra. La Yondaime Tsuchikage, joven aunque recordaba los horrores de la guerra, se vio sorprendida al ver la misma técnica que empleara el escurridizo esbirro de Madara y que durante años habían custodiado un ser inmortal que llevaba la voluntad de Madara Uchiha, el prisionero número catorce, el que fue liberado tras la muerte de Oonoki: Zetsu.
El miembro de Shuha esbozó una sonrisa. Mientras tanto, todo el odio, el resentimiento de Nanaitsumi, comenzaron a dar poder a Nintai. La tierra empezó a temblar y a hundirse a sus pies. Crecía y crecía.
* * *
—¿Creías que no íbamos a darnos cuenta de que alguien se introducía en nuestras fronteras?
Shizuzeka se vio obligada a detenerse. La niebla que rodeaba Kirigakure no había servido para ocultar su presencia. Cerró los ojos y detuvo la técnica del Soraton. Nintai y ella habían encontrado resistencia. Al volver a abrirlos se hizo la luz y desapareció el rastro dorado de la estrella del agua, que la había conducido a un gran manantial, llamado el manantial de la juventud y del que se decía que extraía la Godaime Mizukage su belleza, una simple leyenda.
Frente a ella se encontraba siete shinobis, cada uno portando una espada. A dos de ellos los conocía. Uno había participado activamente durante las batallas finales de la Cuarta Gran Guerra Ninja, el otro era el escolta personal de la Mizukage. Desconocía sus nombres, pero el guardasespaldas de las lentes era el capitán de aquel escuadrón. Recordó su nombre: los Siete Espadachines de la Niebla.
Volvió a contarlos. Todos perfectamente armados, con sus espadas en ristre, esperando la orden de su capitán.
—Apartaos y no sufriréis una horrible muerte.
—Sakura-sama de Konoha nos advirtió de que esto sucedería. Son órdenes de la Mizukage.
A pesar de que Shizuzeka era una mujer entrada en carnes y siempre procuraba disimularlas vistiendo grandes y pesados ropajes confeccionados con piel de animal, era extremadamente ágil. Era su principal fortaleza, engañaba a sus atacantes. Juntó las manos y empezó a liberar su chackra. Los espadachines la imitaron y sus armas empezaron a reflejar el poder que le proporcionaban sus armas.
El primer ataque le vino desde el frente. Un mortífero filo resplandeciente entre la niebla la atacó. Shizuzeka tuvo que retroceder para evitar ser alcanzada. Sin embargo, a pesar del salto, tuvo que agacharse hasta el punto de romperse para evitar el ataque de aquella katana que se alargaba a la voluntad de su portador. Era cierto que las armas de los Siete Espadachines eran armas legendarias y armas que desafiaban a la realidad siendo casi mágicas.
No pudo reincorporarse lo suficientemetne a tiempo antes de ser golpeada por una fuerte ráfaga de aire que notó cómo cortaba su carne por numerosas zonas y cómo la sangre empezaba a manchar sus ropas. Shizuzeka aprovechó aquello para caer cerca del manantial. Sus técnicas se basaban en el elemento agua y necesitaba de una fuente de agua. Cuanto más cerca estuviera más poderosos serían sus ataques.
Antes de caer en el agua, otro de los espadachines ya caía con su espada cuyas chispas anunciaban que iba a liberar un potente jutsu basado en el raiton. Shizuzeka fue mucho más rápida que él y realizó los sellos que le permitieron crear una esfera en torno a ella de agua. Era una variante de la prisión de agua. La reforzó con su chackra para aislarla de cualquier ataque eléctrico. Cuando esl espadachín cayó sobre ella sintió el filo traspasar el agua, aunque no su electrizante tajo. Miró preocupada al ver cómo introducía su mano y realizaba unos sellos que eran claramente ofensivos.
Shizuzeka levantó una gran ola que hizo salir volando al shinobi de tan peligrosa espada. Otros dos se lanzaron contra ellos. Uno no llevaba nada, el otro llevaba la esapda que se alargaba. En esta ocasión Shizuzeka retrocedió unos pasos hasta situarse sobre el agua. La hoja de la espada que se alargaba se bifurcó en dos. Como si de dos serpientes se trataran atacaron cada uno por un lado mientras que el shinobi que no llevaba nada cayó empuñando su arma.
Tuvo el tiempo justo de que con su jutsu apareciera un gigantesco tornado de agua que paró los ataques y le dio el tiempo suficiente para pensar una estrategia. El agua no serviría contra el rayo de las espadas. Otra se alargaba y otra era invisible… La mejor manera de parar la espada invsible, la más dañina por no poder calibrarse correctamente cuándo se podía ser atacado, era hacerla visible. Realizó rápidamente sus técnicas y enfrío el ambiente de tal manera que la niebla se condensó y se pegó en forma de gotitas de vapor en la espada.
Una lluvia de kunais cayó sobre ella a la orden del capitán que atacó con su mortífera espada de colosales dimensiones. La espada fue creciendo a medida que cargaba entre la lluvia de aquellos kunais. El escudo de agua no pudo evitar que algunos de aquellos cuchillos la traspasara y se le clavara. Levantó una gigantesca ola. La espada pareció cortar la ola y atravesó la protección de agua. De no haber sido por el simple e inesperado jutsu del cambiazo estaría ensartada por esa monstruosidad de espada.
Las cosas se pusieron más serias cuando se vio rodeada por las siete espadas y empezaron a acosarla en una mortal danza en la que sólo podía terminar muriendo. Los ataques provenían de todos los flancos y a pesar de ser extremadamente ágil, tanto como para intentar devolver algunos ataques y romper el círculo que habían formado con ella como centro, no podía permanecer mucho así. Sus sentidos estaban dispersos en siete puntos distintos. A pesar de que no sentía el dolor de las heridas que cada vez iban infrigiendo con más acierto, en especial la espada invisible que al parecer estaba recubierta de pinchos, como si fuera el tallo de una rosa, llegaría un momento en que el cuerpo no pudiera seguir.
Por eso, cuando finalmente, las siete espada atravesarn su cuerpo, juntó las palmas de las manos.
* * *
Una mujer se había adentrado en los arrabales más sucios de la Ciudad Capital. Allí la esperaba su contacto. Vestía como una ciudadana normal, vaqueros, un abrigo que la resguardaba del fuerte viento que soplaba por aquel lugar y procuraba tener su cabello, rojo como el fuego, escondido en una gorra. Constantemente se ajustaba sus lentes.
En mitad de la calle se encontró a un niño sentado, solitario. Sólo tenía un pequeño pajarillo con el que parecía conversar. La mujer miró al niño y le dijo:
—Ya ha comenzado.
El niño la miró con unos ojos que expresaban sabiduría y quietud, aunque encerraban locura, sólo asintió. El pajarillo, la mujer pudo apreciar que era un periquito, salió volando.
Abandonó a aquel niño y aquellos suburbios. Se cercioró de que nadie la había seguido. Trabajar como una agente triple era un riesgo constante para su seguridad. No sabía bien cómo había acabado allí, pero se decía que era la primera vez que podía ser realmente de utilidad, la primera vez en la que hacía algo que beneficiaría a muchos y la primera vez que se lo pedía la persona a la que amaba.
Al principio comenzó trabajando para la Geisha, aunque tras su muerte, la única razón por la que había seguido arriesgándose había sido porque toda la información que había reunido le había permitido saber que o se luchaba contra Shin o se estaba con él. Durante ocho años había trabajado para él y ahora el esfuerzo de su trabajo le permitía mandarle información tanto a él como a Konoha, aunque de forma indirecta. Sin la ayuda de aquel antiguo aliado que parecía un niño no hubiera sido posible.
Se quitó el gorro y extrajo su capa blanca con un sol dorado y usando las técnicas que tiempo atrás le enseñaran, se movió entre las sombras para abandonar su posición y continuar con su misión como espía.
Se situó en una balaustrada antes de seguir y pudo ver cómo una bandada de cuervos alzaba un revoltoso vuelo, cada uno graznando y abandonando su posición con destino a un lugar distinto. El periquito había llegado hasta el mensajero.
Ella era una kunoichi, una kunoichi que había nacido en un hogar extraño al de sus ancestros y que ahora colaboraba con el último miembro de su clan, aunque sin que éste lo supeira. Arimi, la mujer que pertenecía a Shuha era la única informadora de Naruto.
CONTINUARÁ...
Septimo Hokage- Consejo de escritores
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Me quedé con cara de @_@
Ya empezó todo, al mensaje estaban preparados y advertidos, espero que en realidad de ventaja. Que riesgo ser triple agente supongo que siendo Uzumaki tendría que ser así. Todo esto esta tan enredado, lleno de traiciones, secretos y sólo contribuyen a la destrucción desde el lado que se vea.
Conti!
Ya empezó todo, al mensaje estaban preparados y advertidos, espero que en realidad de ventaja. Que riesgo ser triple agente supongo que siendo Uzumaki tendría que ser así. Todo esto esta tan enredado, lleno de traiciones, secretos y sólo contribuyen a la destrucción desde el lado que se vea.
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hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
WTF y ahora que pasara joder cada capitulo que pasa las cosas se ponen más interesantes esperare ansiosa la continuación ahora que ya ha comenzado el plan de nanaitsumi.
aduzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Hola! Muchísimas gracias a las dos por vuestros comentarios! Últimamente andamos escasos de comentarios, pero se agradece vuestra fidelidad. Quedan 3 capítulos para el final, ¿qué pasará? Cualquier cosa. Estad pegados a la pantalla, que habrá continuación muy muy pronto.
Aquí os dejo el capítulo, disfrutad de la lectura:
CAPÍTULO 28: UNA VOZ DEL PASADO
Aquí os dejo el capítulo, disfrutad de la lectura:
CAPÍTULO 28: UNA VOZ DEL PASADO
- Spoiler:
- Yuki miró con gesto preocupado cómo la guerra estaba lista.
Más de seiscientas embarcaciones esperaban para zarpar del gigantesco puerto de Doreigakure. Había calculado que si cada barco podía llevar unos doscientos tripulantes, al menos, aquél mismo día partirían hacia las tierras del País del Fuego unos doce mil soldados. No sabía cuántos más lo harían en los próximos días.
—Hay que advertir a Konoha—concluyó Konohamaru.
—Sí, puede que aún quede suficiente tiempo cómo para preparar las defensas de las cinco aldeas.
—De todas formas, el viejo y Sai-taicho sabrán qué hacer.
Siempre confiaba en su capitán y en el anciano, pero temía que llegara el día en que aquello no fuera suficiente. Siempre se le había dado bien cumplir órdenes. Tenía cierta inventiva pero siempre dentro de los parámetros de las órdenes de otros. Él no valía para ser Hokage, él servía para servir.
Habían abandonado el templo pocos días antes, cuando la oscuridad estuvo tan cerca de alcanzarlos que hubiera desatado sus oscuras consecuencias. Hiraishin les había explicado el origen de la niebla. El mundo se dividía en dos realidades, cualquiera que fuera su manifestación: luz y oscuridad, día y noche, verano e invierno, vida y muerte, etc. No podía existir ninguna sin la otra y en cada una de ellas se podía encontrar algo de la otra. El Juubi era la máxima expresión de una, pero sin su antagonista y complementario, Fennisuku, el mundo se vería dominado por la oscuridad hasta desaparecer. Yuki había oído hablar de Madara y de sus planes… ¿Había sido aquello lo que se proponía?
Fuera como fuese, tenían que impedirlo. Hiraishin tenía a dos discípulos más trabajando para él. Por un lado, estaba Sasuke Uchiha, algo que se presentaba como imposible, pues las crónicas atestiguaban su muerte. No lo había visto, pero sabía que llevaba meses en el oeste, viajando por los distintos países, sondeando los ánimos, reuniendo información e intentando frustrar los planes del enemigo. Por otro, Izumi Shion, un ninja de Kiragakure que había vuelto a su hogar para preparar a su aldea.
Konohamaru y él regresaron hasta su pequeño piso franco. Era un cuchitril vacío en el que se habían asentado mientras reunían toda la información posible sobre el enemigo. Si iba a haber una guerra, y tras la última las fuerzas de las cinco naciones habían disminuido hasta niveles de la Primera Gran Guerra Ninja, la clave para sobrevivir era saber a qué se enfrentaban.
Shino, siempre silencioso y que no parecía estar allí, Konohamaru y él habían espiado en los cuarteles de la ciudad, habían investigado en los domicilios de los magnates que financiarían la guerra y Sai se había infiltraro en el ejército enemigo. Habían llevado a la conclusión de que sus enemigos eran muchos, un total de más de doscientos mil, aunque sólo tenían noticia de que el ataque sería realizado por unos cincuenta mil hombres. Estaban bien armados aunque bastante pobres en el uso del ninjutsu.
Su objetivo era el País del Fuego. Tomar el país más rico y poderoso de la recién creada Confederación de Naciones era derrotarles. Para tomar el País era necesario antes tomar su principal defensa: Konohagakure. Sin embargo, no querían conquistar la plaza, querían arrasarla, que no quedara nada del sueño de Senjus y Uchihas.
Sabía que Nanaitsumi era el comandante en jefe de aquel ejército, aunque por debajo de él se encontraban dos generales a cuyas órdenes estaba todo el ejército. Sólo sabían sus nombres: Tayo y Gigamesh. Podían ser dos ordinarios mercenarios… o dos poderosos y terribles shinobis. Además de ellos, gracias a Kakashi y su sacrificio sabían cómo derrotar a Nanaitsumi.
Sin embargo, toda esa información sólo sería útil si ellos se la daban a los aliados. Quizás la calidad compensara al número, pero Konoha y la Alianza Shinobi necesitaban esa información. Aquello debían estar discutiendo Sai y Hiraishin cuando regresaron.
—Me he retrasado dos meses en esta situación. Naruto, Sakura y Konoha están en peligro. No debo demorarme más—se negaba Sai.
—Sólo una semana más te pido. Además, oído has por este amiguito —tenía un cuervo sobre sus hombros— que el enemigo atacando las otras aldeas encuéntrase. No a la llamada de Konoha responderán. Sin embargo, si a mi petición accedes, ganar la batalla podríamos.
—¿De qué hablais?—Preguntó Konohamaru.
—Hiraishin quiere que tomemos un desvío.
Yuki le lanzó un reproche al anciano. Sabía que no era de fíar.
—Así que era eso, estás compinchado con el enemigo. No quieres que regresmos a tiempo.
—Jejeje, precipitado en tus conlusiones te has, joven Uzumaki. Que a tiempo lleguemos quiero: ni antes ni después. Más bien a Konoha haremos llegando cuando la luz se apague que antes de ello.
—Tus palabras siempre son oscuras anciano. Siempre juegas con el lenguaje. No mientes ni dices la verdad—reprochó. Todavía había algo en él que no le gustaba.
—¡Silencio, todos!—Ordenó el capitán. No necesitaba dar una voz para imponerse. Siempre frío, tan sólo demostraba sus sentimientos cuando estaba con Naruto y Sakura.—¿Hay alguna forma de que Konoha reciba la información.
—Más que probable que Konoha siendo también atacada esté.
—¿Y para qué es todo este ejército si ya está siendo atacada?
—Para los sueños de Naruto destruir. Sin Konoha, sin sensei, sin amigos, sin Sakura… Naruto de Naruto dejará de ser. Este posible ataque que sufriendo esté para recuperar las estrellas será.
Sai se acarició la barbilla. Yuki pudo ver en su gesto preocupación. A pesar de su carácter, sólo había dos personas, que supiera, que le importaran tanto cómo para perturbar su impenetrable e impertérrito rostro. Naruto y Sakura eran sus dos únicos amigos y aunque no lo demostrara, eran las únicas personas por las que moriría. Sai era un ninja silencioso y poco dado a palabras y sin embargo, al hablar de ellos dos, sólo mostraba afecto y agradecimiento.
—Está bien. Lo haremos a tu manera. Saldremos esta misma tarde.
—¿Y a dónde vamos a ir?—Inquirió entusiasmado Konohamaru.
Cuando los viejos ojos cerrados de Hiraishin le traspasaron, Yuki supo la respuesta:
—A Uzushiogakure.
* * *
Shizuzeka había liberado a una enorme bestia: a sí misma. Al emplear el modo Tsumi todos y cada uno de los discípulos cambiaban su forma. Cada una de las personalidades de Nanaitsumi encarnaba uno de los siete pecados y cuando liberaban el modo tsumi, aquella oscura parte les dominaba y deformaba a la vista de sus oscuros poderes.
Nintai se convertía en un gigante indestructible que arrasaba todo a su paso y sin que nada ni nadie pudiera obstaculizarse. Yasashi adquiría dos poderosas alas y su cuerpo se revestía con las plumas de un cuervo como un extraño traje. Kenkkyo unía sus dos cuerpos convirtiéndose en un oscuro personaje de una fuerza sobrecogedora e inteligencia malvada. Ella se convertía en una gigantesca y amorfa criatura de dimensiones exageradas.
En aquellos momentos los cuatro discípulos estaban empleando el modo Tsumi en sus correspondientes peleas. No podía comprender cómo ni siquiera empleando tal cantidad de poder no podía superar a los siete espadachines de la niebla. Había recuperado la estrella del agua, a costa de uno de los múltiples brazos que su cuerpo desarrollaba al ser dominado por el modo tsumi. Sin embargo, encontraba el mismo problema que los otros discípulos que ya habían cumplido con su asignación. Un jutsu de Naruto les impedía usar el Hiraishin no jutsu que controlaba Menma.
Al convertirse en aquella criatura ganaba en fuerza y en chackra, pero su movilidad prácticamente se veía reducida. Para contrarrestar la velocidad de aquellos insectos armados, Shizuzeka realizó los sellos pertinentes inflándose hasta el punto de temer explotar.
Los siete espadachines la contemplaron asustados. Ella les devolvió una mirada desquiciada y de triunfo. Sentía cómo en su interior se removían cientos de pequeñas vidas. Para aquella técnica necesitaba absorber mucha energía. Por suerte, gracias a la sangre que había perdido y al modo tsumi, podría realizarla. Liberó su jutsu y empezó a vomitar un asqueroso líquido nauseabundo que contaminó las aguas del estanque de la juventud.
La niebla dejó de ser blanca y espesa para vestirse de un nocivo y asqueroso verde. Junto con aquel vómito caían pequeñas criaturas completamente amorfas de carne con número impar de brazos y piernas, algunas sin ojos, otras con múltiples bocas, pero todas ellas sabiendo que debían proteger a quién las había creado.
Shizuzeka se rió sonoramente. Los espadachines se vieron rodeadas por cientos de aquellas criaturas. Eran torpes y nada tenían que hacer contra los siete legendarios guerreros de Kirigakure, pero eran muchos. El número les daba fuerza y por más que hubieran formado un círculo para defenderse, era imposible defenderse por completo. Los primeros repulsivos seres en caer fueron suficiente motivación para los otros para aumentar su rabia.
Era una de las técnicas preferidas de Shizuzeka cuando empleaba el modo tsumi. Eran sus pequeños hijos. Recordaba haber puesto a disposición de Nanaitsumi todo un país creando una plaga lo suficientemente convincente con aquellos seres. Su peligro, además de en el número, era en el veneno que destilaba su piel, en el aliento nocivo y venenoso, en su propia sangre que era ácida.
Las magníficas armas de los ninjas de Kirigakure terminarían por no ser tan letales. Quizás podría abandonar aquel lugar escondido entre niebla por su propio bien. Sin embargo, no contó con que aparecería un octavo guerrero. No era la Mizukage, era un shinobi de unos treinta años, de pelo castaño que le caía sobre la espalda. Era un ninja de Kirigakure como pudo ver en su bandana.
Shizuzeka liberó su jutsu y empezó a vomitar más de aquellas criaturas. Sin embargo, toda su confianza desapareció cuando el shinobi alzó la mirada y pudo ver sus ojos resplandecer con un brillo dorado. Realizó unos sellos y en sus manos apareció un gigantesco abanico. Lo agitó y un poderoso viento hizo que todas sus criaturas desaparecieran. El viento la golpeó profiriéndole numerosos cortes que empezaron a sangrar.
Estaba en problemas.
* * *
La Tsuchikage retrocedió cuando un enorme gigante, tras haberse hecho paso hasta su objetivo causando la muerte y el caos por donde pisaba, destruyó el palacio del Tsuchikage, recientemente reconstruido tras el atentado. Con sus brazos aplastó el lugar hasta abrir un gran cráter en el suelo, alcanzando así la cámara de las catacumbas
El jouton que había heredado de su abuelo no había servido para deternerle y las víctimas del ataque se mutiplicaban por momentos. Nintai supo bien que le miraba con impotencia. Él mismo, cuando era Nanaitsumi, había dinamitado y saboteado el edificio irrumpiendo en el funeral de su abuelo. Había causado la distracción necesaria para encontrar al prisionero 14, cuyos secretos ya eran del control de Shin. Ahora destruiría Iwa si era necesario.
Nintai no se había contenido en emplear el poderoso modo Tsumi. Era uno dos más destructivos y poderosos. Todo su cuerpo se convertía en el de un poderoso titán de pétrea piel. A pesar de ser tal su fortaleza, también era cierto que era uno de los más débiles pues poseía un punto flaco que, para su suerte, nadie había descubierto. En aquel modo era prácticamente invulnerable. El único problema había sido hacerse con la estrella en aquel tamaño, cosa que había solventado recurriendo a un clon.
Intentaban frenar su huida, pero no podían contra él. No podía desaparecerse empleando las técnicas del Yondaime Hokage, gracias a Naruto, pero le daba exactamente igual, saldría como entró: arrasando. De ahí que insisitera en destruir Iwagakure si era necesario. Los ataques de los ANBU y de la Tsuchikage eran insignificantes sin embargo, cada movimiento, cada espigón de tierra que hacía que creciera del suelo, desfiguraba la villa y la remodelaba en un amasijo de escombros, cenizas, heridos y muertos.
Cuando sintió que su copia, que había creado para que encontrase la estrella de la tierra, volvía a formar parte de sí, como si toda Iwagakure no existiera, empezó a andar. No se paró ni por un segundo. Tenía tres estrellas. Yasashi estaba en problemas, sí, pero él ya había cumplido con su misión. Sólo tenía que salir fuera del campo de protección de Naruto y podría dar su objetivo por cumplido.
* * *
Yasashi bajó la protección que había levantado y pudo contemplar a los dos hermanos: el raikage y el Jinchuuriki del Hachibi. El duo A-B, una combinación letal. Tenía en su poder la estrella del rayo, pero no podía escapar.
Todo había ido como la seda. Había dado con su objetivo sin ningún tipo de complicación. Sin embargo, al extraer la estrella del pedestal en el que la habían dejado había activado las alertas y el propio raikage había aparecido para frenarle. Lo que en un primer momento había parecido un entrentemiento se había convertido en un problema. El Jinnchuuriki del Hachibi era realmente poderoso. Cuando ambos luchaban juntos la pelea estaba claramente decantada a su favor.
Habían ido conduciéndole hacia el interior de la aldea, al estanque donde tiempo atrás mantuvieran preso al bijuu.
Yasashi les miraba. Sus jutsus, basados en el raiton, no eran rivales para tal letal combinación Era cuestión de tiempo que fuera derrotado. Había empleado el poder de la estrella, que lógicamente al ser la estrella del rayo potenciaba el chackra de aquella naturaleza, y sólo había conseguido mejorar sus defensas, pero no poder escapar.
Era obvio que esperaban su llegada. Le habían tendido una trampa. Yasashi se sentía rodeado por los ANBU de Kumogakure y además enfrentaba al poderoso Raikage, Comandante en Jefe de la Alianza Shinobi y que, entre otros muchos méritos, había contribuido decisivamente a la derrota de Madara Uchiha. Killer Bee, por su parte, acudía al poder de su bijuu y con sus ocho espadas era un adversario al que había que vigilar.
Le habían llevado hasta tal extremo con su fuerza y su rapidez que había tenido que liberar todo el chackra de su interior y despertar el modo Tsumi. Ni siquiera recurriendo al poderoso modo Tsumi había tenido alguna protección. El modo Tsumi, el modo que trascendía del propio chackra y acudía a algo tan inmaterial como la propia maldad, podía servir para defenderse de los dos hermanos. Cuando Yasashi entraba en el modo Tsumi, todo él cambiaba. Su musculutara se hiperdesarrollaba, le bortaban dos alas negras con plumas como la de un cuervo, su visión mejoraba, al igual que sus otros sentidos y su energía se quintuplicaba.
—Estás acabado, “bakka aro, kore aro”—Sentenció rapeando el hermano del Raikage.
Había intentado desaparecer empleando la técnica del dios volador del trueno que tan útil le había servido para aparecerse en las proximidades, pero le era imposible. Como había descubierto, Naruto había protegido las cinco villas de aquella técnica. No sabía cómo pero no podía aparecer nadie que no fuera él… Si no podía entrar, lógicamente, no podía salir. Había intentado desaparecer pero le había costado una de sus alas. Al emplear la técnica de teletransporte, había sentido cómo su cuerpo empezaba a arder como si el sol le devorase. Había tenido que desprenderse de una de ellas.
Los tres estaban cansados, pero ellos eran dos y contaban con la protección de… contó hasta treinta ANBU. Si no intervenían debía ser por orden del raikage. Mientras les miraba desafiante, Yasashi pensaba una solución y la única factible era que todos desaparecieran a la vez. Sin embargo, sólo había reunido tres de las estrellas en aquellos instantes.
Tenía que resistirles Contra él se lanzaron los dos hermanos.
* * *
Los dos cuerpos de Kenkyo intentaban escapar de Sunagakure pero la tormenta que le había llevado hasta ahí ahora le impedía salir. No podía huir empleando la teletransportación ni podía salir. El Kazekage le lanzaba ataques cada vez más difíciles de esquivar. La arena de la tormenta era su aliada, casi podría decirse que hacía cuanto él quisiera.
Su hermana Temari empleaba su abanico que se veía reforzado pro la propia tormenta y Kankuro controlab todas y cada una de las trampas. Ni siquiera con su jutsu del marionetista podía defenderse. Uno de sus cuerpos estaba totalmente destrozado por el Tayton de Naruto. Había comprendido demasiado tarde que Naruto sí que había protegido a sus aliados, aún habiendo caído.
Sentía cómo Nanaitsumi le trasmitía todo su odio y con ello se hacía suficientemente fuerte, pero no tanto como para superar aquel trío. La tormenta era su peor enemigo. El Kazekage la controlaba y además, usaba la arena para crear una poderosa barrera contra su fuuton y para atacarle a la vez. Estaba desesperado y había tenido que emplear el modo Tsumi.
Recurrir al modo Tsumi no serviría. Nanaitsumi tenía cuatro estrellas. Sólo faltaba la del fuego. La protección de Naruto también se había activado al intentar desaparecer y le había consumido medio cuerpo. Se sentía mareado y al borde de dejar liberar su locura. Sin embargo, desde la Torre del Hierro desde la que le controlaba Nanaitsumi se imponía su voluntad.
Sin embargo, en el último momento cuando se encontraba alcanzando la muralla exterior, una mano de arena se agarró en torno a su cadera, donde tenía la estrella y apretó con fuerza. Kenkyo sintió el dolor del desgarramiento y de la desmembración. No pudo gritar porque una inmensa pirámide de arena le atrapó. Intentó liberarse pero la arena estaba sellada… Eran los sellos de los Uzumaki. Comprendió demasiado tarde que Naruto le había trasmitido a Gaara algunos de sus secretos.
* * *
Tadashi llegó hasta los aposentos de la Princesa, que estaba esperándole. Se había vestido con la túnica de sacerdotisa, la que había llevado al palacio el mismo día que Naruto la había presentado ante el Señor Feudal. Antes de abrir la puerta, Tadashi se detuvo. Alguien estaba cantando. Dejó que sus ojos espiaran a través de la pequeña rendija de la puerta entreabierta.
Sólo se encontraba Shon, que cantaba. Sin embargo, aquella canción le había dejado paralizado. No tenía una letra clara, sólo era un un suave arrollo, parecido a la nana que cantaba una madre a su hijo. Sin embargo, la Princesa no tenía ningún bebé al que cantar. Su voz… no era la misma. Menma la conocía. La había escuchado antes… mucho tiempo antes. No sabía dónde, ni cuándo, pero sí que la había escuchado. De repente, empezó a sentir un fuerte dolor en su pecho. No era un infarto… ¿qué era, entonces?
Abrió la puerta de golpe para que se callara y Shion lo hizo, sorprendida. Sus ojos violáceos dejaron de brillar en aquellos mágicos calidoscopios. Sin embargo, el dolor lo había dejado conmocionado. El pecho aún le dolía y su odio parecía haberse mitigado hasta desaparecer. Pudo sentir cómo en sus otros combates que mantenía empezaba a irle mal, pero le daba igual, ahora sólo quería saber cómo le había hecho aquello. ¿Era un genjutsu?
—El otro zorro viene a matarme.
Tadashi se quedó algo parado. Finalmente preguntó:
—¿De dónde has sacado esa canción? ¡Ésa no era tu voz!—Rugió enfadado.
—Porque a pesar de esa maldad que cubre tu alma, sigue siendo igual que la de él y porque… fue tu madre quien me la dio.
Shion le había reconocido y le había identificado como lo que era. Tadashi no supo bien cómo reaccionar. Se quedó mirando sus pupilas hermosas y brillantes como amatistas. “No puedes fracasar, no puedes traicionar a tu señor. Lo haces porque este mundo tenga el amanacer que se merece”. No podía dejarse llevar por esa afirmación… Él no tenía madre. La mujer que le había traído al mundo había sido asesinada esa misma noche y él había asesinado a la que le había cuidado durante su infancia
—Estos ojos no sólo me permiten ver el futuro, sino también presente y pasado y tanto a los que están aquí como a los que se fueron o vendrán.
Había sido un genjutsu, Menma estaba totalmente convencido de que era imposible que hubiera alguna relación entre él y aquella canción. Por un momento, se había visto corriendo por el patio de una gran casa hacia su madre. Por un instante, se había visto arrullado en su abrazo escuchando aquella canción.
—Perfecto, Shin-sama tiene plantes para ti y para tus ojos—respondió intentando que no sentirse conmocionado.
—Si voy contigo, Naruto vendrá a rescatarme y os terminaréis enfrentando, tal y como predije. Sabes que morirás si lo haces y quieres hacerlo. ¿Tampoco aprecias el regalo que hizo la Geisha por ti?
—¿Cómo sabes eso?—Preguntó Nanaitsumi con la voz de Tadashi, sorprendido.
—Tu camino se extiende a tus pies siendo claro y luminoso para estos ojos. Puedo ver tu pasado y puedo adivinar tu futuro… Veo arrepentimiento y veo duda. Te insistes en que tu fé debe ser auténtica, más pura… porque la estás perdiéndola. Tu vínculo con Naruto terminará destruyéndote, Nanaitsumi.
—Por el bien de este mundo, esperemos que eso sea después de que Shin-sama se convierta en amo y señor de este mundo—fue su única respuesta.
* * *
Seitiki tenía que darse prisa. Infiltrarse en Konoha había sido la prueba más difícil. Naruto había activado férreas defensas para proteger su hogar. Ya no era el mismo lugar que con tanta facilidad había espiado. Sólo podía sobrepasar las defensas de Naruto cuando actuaba como Menma… ¡como Nanaitsumi! “Recuerda que no eres nadie” pareció susurrarle la voz de Shin.
Sin embargo, había conseguido dar con un punto flaco y lo había aprovechado. Había tenido que disimular su desconcertante presencia, pues rara vez vestía algún tipo de prenda. Había empleado el soraton y el rastro dorado de la estrella del fuego la había guiado hasta la casa de los Uzumaki, la vivienda personal de Naruto.
En el interior de la casa aún se encontraban Naruto y Sakura. Podía sentir su presencia. Sentía cómo Naruto recuperaba lentamente su chackra. Había quedado extenuado y se encontraba postrado en la cama. Estaba en un coma inducido, podía sentirlo. Cuanto más cerca estaba de él, más le costaba recordarse su fe, más se incrementaban sus dudas y… mayor era la posibilidad de que le detectaran. Sólo tenía que quererlo para activar ese vínculo que le permitía sentir lo que Naruto sentía. “Tengo una misión”.
Antes de que pudiera aprovechar para invocar a Kandai, la discípulo encargado de asesinar al Hokage sintió como el frío acero de una katana le traspasaba. La obsevó con detenimiento. Reconocía la espada Kusanagi. Seitiki se dio la vuelta:
—¡Tú otra vez!—Exclamó al ver el Sharingan en sus ojos.
—La otra vez me fue difícil derrotarte. Intentar atacar a Naruto y a Sakura es algo que ya es personal. Pienso llegar hasta ti a través de esta farsa que controlas.
—Si quisieras hacerlo ya lo habrías hecho.
—Estás en lo cierto, podría haberte aniquilado. Sólo quería mirarte a los ojos e intentar ver al auténtico rostro que hay bajo esa máscara.
—Puedo ver en tus ojos que sabes la verdad. Tú has visto la oscuridad. Si no reuno esas estrellas y no liberamos a Fennisuku este mundo se destruirá.
—No se requiere la muerte de mis amigos para ello. Mataste a Kakashi. No te dejaré que les mates a ellos.
* * *
Nanaitsumi abrió los ojos como platos. Realizó los sellos y liberó su jutsu. Ante él aparecieron los cuerpos de los siete discípulos. No tenía todas las estrellas y no había matado a Naruto. El fantasma de Uchiha le había detenido. Había sentido una energía traspasarse de la espada a su cuerpo y había perdido el control.
Antes de perder el control de los otros cuerpos los había invocado. Miró el estado de sus siete discípulos. Se miró así mismo. Un escalofrío le recorrió la espalda. No había conseguido ni la estrella del viento ni la del fuego… El castigo de Shin sería terrible tanto para él como para la humanidad.
Y, sin embargo, en su corazón no dejaba de oír aquella canción.
CONTINUARÁ
Septimo Hokage- Consejo de escritores
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Esto se pone cada vez mejor, me quedo sin palabras y me intriga cada vez más Menma no se sabe en lo que pueda acabar esta demasiado confundido y los lazos lo atan cada vez más. Que es lo que haría Naruto para que se haya inducido a un coma, tendrá que ver con que con eso impidió el uso de la técnica Hiriashin. Y hablando de Hiriashin a que mandaría a Sai y los demás a Uziogakure?
Conti!
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hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Cada capítulo que pasa se vuelve mas emocionante la historia y ahora menma no sabe que hacer después de escuchar la canción de shion quede con cara de WTF cuando leí que shion sabía toda la historia de el huu espero ansiosa la continuación haber como termina todo y que pasara cuando naruto despierte, además de que sucederá en uzushiogakure.
aduzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Para qué luego me llames traidor séptimo:
En cuanto relea edito y comento adecuadamente.
- Spoiler:
En cuanto relea edito y comento adecuadamente.
Solrac_namizake- Aprendiz
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Hola a todos! Aquí traigo otro capítulo. Muchísimas gracias por vuestros comentarios, chicas. Bienvenido de nuevo, solrac. Es un agrado contar con gente tan fiel, espero no perderos hasta el final de Hakitori.
Sinceramente, hace tiempo lo hubiera dejado de no ser por vuestra lealtad. Ahora estoy muy emocionado porque cada vez la historia se pone más interesante. Puedo prometer y prometo que esta temporada termina en el capítulo 32. Serán capítulos algo más densos aunque serán el clímax de toda la tensión que hemos ido preparando, aunque la historia, como dije, no terminará hasta la temporada que viene, que será más corta.
Muchísimas gracias, os dejo con la lectura, que espero que disfrutéis.
CAPÍTULO 29: LOS CINCO MIL GUARDIANEZ UZUMAKI
Sinceramente, hace tiempo lo hubiera dejado de no ser por vuestra lealtad. Ahora estoy muy emocionado porque cada vez la historia se pone más interesante. Puedo prometer y prometo que esta temporada termina en el capítulo 32. Serán capítulos algo más densos aunque serán el clímax de toda la tensión que hemos ido preparando, aunque la historia, como dije, no terminará hasta la temporada que viene, que será más corta.
Muchísimas gracias, os dejo con la lectura, que espero que disfrutéis.
CAPÍTULO 29: LOS CINCO MIL GUARDIANEZ UZUMAKI
- Spoiler:
- Sakura acariciaba el rostro de Naruto.
Pasó sus dedos cansados por cada uno de aquellos característicos bigotes que tanto le gustaban. Le recorría las pequeñas arrugas que tenía cerca de los ojos, imperceptibles aunque testigos del estrés y las preocupaciones. De vez en cuando hacía alguna mueca. Parecía estar sumido en un extraño sueño. Se había visto obligada a inducirle un coma para que se recuperara. Llevaban juntos media vida, desde que formaron equipo con Kakashi y con Sasuke, lo había perdido una vez y había estado a punto de perderlo en dos ocasiones.
—Te quiero, Naruto—le dijo en un susurro.
Siempre que hacía aquello parecía reaccionar, pero Sakura se había encargado de que nada pudiera molestar el sueño de su marido. Había arriesgado su vida hasta tal extremo que había perdido todas sus fuerzas. Había ingerido el veneno de los Hermanos, había peleado contra Nanaitsumi y había… ¿vuelto de la muerte? No sabía bien qué era exactamente el pozo de ánimas, pero sabía que había agotado al incansable Naruto. Debía ser algo más que chackra lo que le hubiera arrebatado, porque Naruto siempre se recuperaba pronto y llevaba en ese estado más de un mes.
Shikamaru había asumido temporalmente las funciones de Hokage. Mientras que el Hokage de los Dos Soles estaba indispuesto, su más brillante asesor tenía que lidiar con los otros kage, con los asuntos cotidianos, con las presiones de la Confederación y prepararse para un eventual ataque de Shuha.
Sakura contaba con la ayuda de sus padres que se encargaban de velarlo cuando debía acudir a las reuniones con Shikamaru y el alto mando de Konoha o a trabajar en el hospital además de hacerse cargo de tutelar a los alumnos de Naruto. Si bien era cierto que sólo les daba algunos consejos, pero sabía que Naruto no querría que su entrenamiento se descuidase.
Aunque todos confiaban en que pronto se recuperaría su líder, ella estaba angustiada. Le había dejado en ese estado, pero no sabía bien cuándo debía despertarlo. Sus indicadores le decían que su chackra fluía con normalidad y con unos niveles superiores a los de los sucesos de la Casa de la Eternidad, similares a los habituales. Sin embargo, su mal era algo más que un mal médico y Sakura sólo podía aplicar el consejo que le había dado su maestra en aquellos casos: dejar al paciente descansar, pero, ¿incluso si el mundo dependía de ese paciente?
—¿En qué momento aceptaste ser el héroe que recibiría sobre sus hombros todo el peso de este mundo?—Le preguntó triste.
No había tenido mucho tiempo para ordenar sus sentimientos. Antes de que Yuna fuese secuestrada se sentía feliz. Había disimulado esa alegría delante de Naruto, dado el problema que se les había planteado con la reaparición de Shuha y porque quería que fuese definitivo y sabía que durante los primeros meses los riesgos eran muy elevados y más en su caso concreto. No sabía bien cómo había pasado, pero había pasado. Tras el secuestro de la niña, estaba asustada, por Naruto, por ella y por…
Naruto movió la mano. A Sakura le faltó tiempo para cogérsela con fuerza, deseando que aquello no fuera un amago y por fin despertara. A veces fruncía el ceño y parecía querer despertar, murmuraba algo ronco y volvía a quedar totalmente inerte. Sólo el imperceptible movimiento de su pecho al hincharse le decía que estaba vivo. Aquel estaba resultando el peor mes de su vida, o uno de los peores. Ver a Naruto en ese estado la tenía todo el día preocupada y sumida en un silencio melancólico. Sin embargo, aquella ocasión due distinta.
Abrió los ojos de par en par, aunque los tenía completamente blancos. Se retorció y empezó a moverse agitadamente. Empezó a echar espuma por la boca, una espuma rosada debido a la sangre. Se convulsionaba tanto que le fue difícil darle la vuelta y ponerle algo en la boca para evitar que se ahogara con su propia lengua. El corazón de Sakura se disparó y el miedo la invadió, aunque no por mucho tiempo. Al cabo de un momento, Naruto se quedó completamente inmóvil. Durante unos segundos temió que su corazón se hubiera parado, pero al ver cómo su pecho volvía a hincharse.
Al mirarle de nuevo tranquilo, respiró aliviada. En ese momento, Naruto abrió los ojos vagamente, molesto por la luz que Sakura dejaba entrar. El calor del sol era bueno para aquel tipo de pacientes. Era un estímulo y además la vitamina que absorbía la piel permitía que los huesos no se descalsificaran tan rápido por la falta de actividad. Con la voz ronca, de no haber hablado en un mes le preguntó:
—Sakura-chan… ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?
Siempre preocupándose por ella. Desde que tenían doce años.
—No vas a cambiar nunca, idiota. Sí, eres tú el que despiertas tras un mes.
—¿Y Yuna-chan? ¿Está bien ella?
—Ella es joven y se ha recuperado pronto. Le diste parte de tu energía. No sé cómo pudiste salir de ahí. No alcanzó a comprender siquiera qnué pasó realmente…
—Ya ha pasado… ¿Hemos sido atacados ya?
—No, todavía no—respondió sinceramente.
—Sakura-chan, he tenido un sueño muy extraño. Le he visto a él…—dijo como ído.
—¿Quién es él, Naruto?
—Quien está detrás de todo, dattebayo… A Shin.
—¿Cómo es eso posible?—Preguntó ella preocupada.
—Estaba maltratándome. Me hacía sufrir. Un fuerte dolor me sacudía de piez a cabeza y veía escenas horribles. Sentía que la cabeza iba a explotarme. Todo giraba, como si estuviera en un remolino… ¡Sakura-chan, sus ojos! Sus ojos eran…
Sakura le miró extrañada. ¿Un sueño? No sabía si las personas que se encontraban en su estado podían tener sueños… ¿Podía ser todo consecuencia de una alucinación?, pero para alucinar se debía estar consciente. Disimuló su preocupación con una sonrisa.
—Ahora no es momento para eso, habrá sido un sueño producto de tu obsesión por resolver el asunto de Shuha. Debes recuperarte. Ahora que estás despierto seguro que tardas lo habitual… Un día y mucho ramen. ¡Quedáte aquí y no te vuelvas a dormir!
Sakura tenía trabajo en el hospital, pero aquel día le daba igual llegar tarde.
—Eso estaría genial, dattebayo—respondió algo cansado. Su sonrisa, agotada, hizo que Sakura sonriera también. Se levantó. Sakura tuvo que contenerse aliviada al ver que no había perdido las fuerzas. Sólo tenía que recuperarlas.
Sakura se fue hasta la cocina. En siete años de matrimonio se había convertido en una cocinera bastante aceptable. Era cierto que aún le quedaba mucho por alcanzar a su madre, pero, al menos, cuando Naruto probaba sus platos no tenía que contener las arcadas para no ofenderla. Nunca había estado entre sus prioridades ser un ama de casa modélica, pero le gustaba cocinar y poco a poco había ido aprendiendo. Desgraciadamente, los meses venideros se le antojaban muy difíciles. Se aproximaban tiempos que requerirían de kunais y jutsus, no de fogones y libros.
“¿Cómo explicarle lo que ha sucedido?” Necesitaba descansar y no preocuparse. Había pasado demasiado tiempo soportando la presión, presión a la que se veía sometido por sus problemas personales y por la que el Señor Feudal y los otros líderes políticos ejercían. Si Naruto se enteraba de que habían robado tres de las cinco estrellas actuaría como el Hokage que era y comenzaría a preparar el plan de contrataque. No dudaba de las fuerzas de Naruto, pero era humano. Todos se empeñaban en olvidar que portando la capa y el sombrero de kage había un ser humano.
Sakura se mordió el labio inferior mientras preparaba el ramen. Había intentado averigüagar cuál era el secreto del Ichiraku, pero no había podido. Naruto era muy agradecido y siempre le decía que le gustaban más porque llevaban un elemento secreto: el amor de Sakura. A veces, podía ponerse realmente cursi.
Cuando condimentó la sopa y la mezclo con los tallarines regresó hasta el dormitorio. Allí le encontró de pie (no sabía cómo podía pues una persona normal todo el día en reactivarse). Se había vuelto a poner el traje de jounin. Sakura le miró y luego miró el pequeño frasco que tenía en su mano. Lo abrió y echó unas gotas.
—¿No me estarás envenenando?—Bromeó mientras iba a abrazarla, buscando el calor de su cuerpo.
Sakura dejí la bandeja en el suelo y le abrazón, disfrutando también del calor que desprendía su cuerpo. Como médico también pudo ver que no había fiebre.
—Es un tónico para que duermas—Le explicó dándole un sonoro beso en la mejilla.
Se sorprendió de cuánto había echado de menos eso. Por unos segundos se sintió realmente feliz de estar los tres así, como una familia normal. No supo por qué pero pensó en Kushina, la madre de Naruto, mujer a la que no había conocido y a la que admiraba. No había mucha información en los registros de Konoha sobre ella como kunoichi, pero sabía por Naruto y Kakashi que había sido una excelente mujer. Naruto no había tenido madre y ella siempre había querido ser esa madre para sus hijos…
Durante unos instantes vaciló, finalmente decidió ahorrarse aquella noticia. Sakura volvió a la realidad. Otro motivo para destruir Shuha de una vez por todas y además tenía contrarreloj. Quería levantarse junto a Naruto, que los dos hablaran como antes, cuando disfrutaban de la paz, desayunar e ir al trabajo sin la incertidumbre de si iban a ser atacados.
Shuha era el nuevo obstáculo a la paz y a diferencia de Akatsuki sus raíces estaban mucho más hundidas. Cuanto más tiraban de ellas, más basura salía a la luz. Dede que Naruto había caído enfermo, Shikamaru y ella se habían encargado de recabar toda la información. Habían alertado a las otras aldeas y habían preparado a preparar un plan de evacuación. Habían visto lo que podían hacer. Trabajaban a destajo y Sakura sabía que sólo estaban esperando a ser atacados. Quizás les faltase el liderazgo de Naruto para lanzar un ataque, un ataque como el que lanzaron hacía siete años para intentar impedirles hacerse con los pergaminos… Empero aquella ocasión fracasaron.
—No lo necesito, al menos, por ahora.
—Escúcheme, Hokage-sama—dijo chochándose los nudillos,—soy su médico y usted va hacer lo que yo le diga.
Naruto la sorprendió con un beso en la frente.
—Desde que nos casamos, no has vuelto a zurrarme—se rió.
—Eres un idiota—le dijo algo enfadada—Acabas de despertar tras un mes y…—prefirió omitir aquel extraño— y quieres ponerte a trabajar.
—Pero mi sueño era tan real, dattebayo. Creo que era una advertencia de que algo malo va a pasar.
—¿No ves que estoy preocupada?—Le preguntó honestamente.— Por favor, Naruto.
—Lo sé, sé que estás preocupada. Por eso mismo, voy a hacer lo que me dices, dattebayo. Sabes que no me gusta verte preocupada. Supongo que el mundo puede esperar unos días.
—¡Bien!, entonces comamos algo. Vendrá mi madre a encargarse de ti mientras yo esté fuera, pero quiero pasar un rato más.
El Hokage olisqueó:
—Tu ingrediente secreto huele de maravilla, dattebayo.
—Eres un idiota—repitió, aunque con cariño.
Mientras comía Sakura le informó de lo que creyó oportuno que supiera. Sabía que en el fondo Naruto conocía los movimientos de Shuha. No sabía cómo ni por qué, pero podía ver en su mirada que ya poseía toda esa información.
Naruto repitió varias veces, a la vez que Sakura sacaba algunos de sus mejores recuerdos:
—Recuerdo cuando estrenamos esta casa.
—Sí… estrenamos… todos… los… cuartos—respondió sonriendo mientras seguía comiendo.—¿Por qué se te pasa eso por la cabeza ahora…?—Al comprender lo que Sakura decía—¡Dattebayo! ¡Voy a recuperar fuerzas para esta noche entonces! Sabes, tienes razón. No creo que Shuha decida destruir hoy el mundo.
Se despidió de él dejándolo acostado. Mirándolo con una expresión indescriptible, le apretó la mano con fuerza. Queía quedarse con ese momento. Tenía muchísimos más. Se sentía pesimista y sabía que no iban a tener más tiempo para los tres. Estaba asustada. Temía que Naruto se volviera más sobreprotector, quisiera encerrarla y que no corrieran riesgos. Temía echarle más responsabilidades.
Él percibió que algo la inquietaba y le preguntó:
—No tendrás algo que decirme, ¿verdad?
—Sí, sí que hay algo, pero te lo diré esta noche…—Antes de irse, agregó:—Naruto, quiero pedirte un favor.
—Lo sé, lo sé. Sólo descansar. Te lo prometo, hasta que no me pongas el medidor de energía y lo rompa no pienso moverme, dattebayo.—Bromeó. No existía ningún medidor de chackra.
—No es ése—él la miró con gesto inquisitivo—Quiero que vuelvas a sonreírme de vez en cuando de la misma forma en la que antes lo hacías.
* * *
Menma estaba tirado sobre el suelo. Aún le quedaba de aquella asquerosa y blanquecina baba que sabía igual que la bilis. Las torturas de Shin siempre le dejaban extenuado, con el único pensamiento en mente de que la muerte era mejor que la vida, sin embargo, aquellas torturas estaban hechas para recordarle que él no tenía ya ese derecho: que había muerto y se encontraba en el mundo de los vivos.
—Nanaitsumi…—dijo con su voz quebrada y frágil—no esperaba de ti que fracasaras—su voz quebrada y anciana pretendía sonar tristeza, pero Menma solo podía odiarla.
“¿Por qué tenía que resistir eso?” Ésa era la pregunta que le había lanzado el desconocido al que llamaba maestro, desconocido al que conocía desde hace un mes. Shin debía estar castigándole no solo por fallar y no traer las cinco estrellas sino porque con sus acciones había puesto en aviso a Konoha, para quien Shin tenía guardada una auténtica sorpresa.
El servidor de Shin alzó la mirada y pudo ver a Shion, inconsciente, encadenada por los brazos a dos grandes columnas. La larga melena platina le caía inherte, al igual que todo su cuerpo. No estaba muerta, pero pronto lo estaría. Sus ojos, ojos que anhelaba Shin, se cerrarían para siempre. En su cabeza, de manera imperceptible, seguían resonando los ecos de la canción que Shion había entonado.
—Nuestras tropas ya han desembarcado. En estos momentos, al igual que nosotros lo hacemos, los generales de Konoha deben estar preparando la defensa…
Lo peor de aquella tortura había sido su carácter público. Los otros miembros de Shuha habían estado presentes mientras él pedía piedad y lloraba como un niño asustado. De hecho, Tayo había tomado parte en la misma, golpeándole con fuerza mientras Shin torturaba su mente. Le había hecho sentir cómo su sangre hervía en su interior, cómo se quedaba sin oxígeno, cómo su vista se nublaba, cómo la oscuridad de la benévola y muerte le abrazaba y luego se lo había arrebatado devolviéndole a la vida.
Estaba acostumbrado a ser castigado cuando su fe no era suficiente, era la mejor manera de orar… Sin embargo, cuando tenía fe comprendía perfectamente por qué era castigado. Ahora no entendía por qué se había enseñado tanto. ¿Había perdido la fe y por tal razón ya no aceptaba todo lo que Shin hacía? ¿Por qué había perdido la fe? Era ése el motivo de su castigo.
—Mis objetivos están en peligro por vuestra necedad—les recriminó a todos—y, en especial, por la tuya—dijo señalándole desde su trono—. ¿En qué momento te fallé para que decidieras traicionarme? ¿Por qué levantaste la maldición sobre la hija de Izumo?
—Sentí… la necesidad de hacerlo. Ella sufría…
—¡Y muchos más sufrirán si nace ese niño!—Bramó con un siseo—Vuestra imprudencia permitió que Kakashi el del Sharingan y cuatro bastardos corrientes se hicieran con toda la información al respecto del ataque que tan concienzudamente preparamos. ¡Y por si fuera poco, no reuniste las 5 estrellas!
—Pero unos quince mil shinobis aguardan en las costas, preparando el ataque final contra Konoha—respondió Gigamesh, humillado en toda su altura—. No hemos de renunciar al ataque final.
—Podemos aplastar Konoha y todo lo que significa y luego hacernos con la estrella en manos del Kazekage—convino Tayo.
—Sin Konoha no hay esperanza—señaló Arimi.
—Por supuesto que Konoha será destruida y debe serlo ya…, pero…
Menma seguía tirado en el suelo, aunque pudo ver cómo cerraba los ojos, cansado.
—Yo mismo dirigiré el ataque. Hay demasiado en juego: una estrella, Naruto, su hijo… ¡No! He de ser yo quien lidere el ataque. Gilgamesh, tú y Tayo iréis a la cabeza del ataque.
—Shin-sama, todavía no hemos realizado el ritual. Vuestro último huésped no os permite llevar a cabo toda la acción. Si acudís al campo de batalla…
—Silencio, Tayo, maldita babosa—le ordenó—Arimi, ve y trae ante nosotros a nuestro hermano Nhis, es posible que pronto reciba la justa recompensa que le di. Nanaitsumi, ponte en pie.
El vasallo de Shin así le obedeció. Se puso en pie y al osar dirigirle la mirada a su señor se perdió en un remolino rojo como la sangre.
* * *
Yuki miró abatido al mar de la niebla en el que se encontraba Uzushiogakure. En aquellos momentos la niebla parecía desaparecer y el opresor sentimiento que la envolvía también. Según le había contado Sakura-sama, aquella niebla era artificial, origen de algún tipo de jutsu que nadie había paralizado.
Konohamaru le puso afectuosamente una mano sobre el hombro y le sonrió, mostrándole su apoyo. Sin embargo, la fría e impertérrita mirada del capitán Sai no parecía (ni quería) decir lo mismo. Se encontraban en Uzushiogakure, tal y como Hiraishin había pedido. Ante sus ojos veían pasar decenas de naves enemigas, rumbo al País del Fuego y… a Konoha.
—Al menos, intentado lo hemos—dijo apesadumbrado.
—Pero intentarlo no es suficiente—replicó Sai—. Hemos perdido un valioso tiempo para poner en aviso a Konoha… Aunque es muy probable que Naruto y el alto mando ya hayan sido avisados, no hemos conseguido lo que buscábamos.
“Y todo por mi culpa” se responsabilizó Yuki.
—Pensar así no debes, joven Uzumaki—señaló Hiraishin como si le hubiera leído el pensamiento—. Cuanto en tu mano estaba hecho has.
—Si os encontráis con fuerza, deberíamos reanudar el viejo. No debemos demorar más nuestro regreso, por poco que podamos aportar, servirá—intervino Shino.
—Sí… Me gustaría estar en casa antes de que la batalla comenzara—comentó algo pesaroso Konohamaru, algo raro en él.
Yuki se alejó de sus compañeros, mientras escuchó como Sai les ordenaba que lo dejaran solo durante unos momentos.
Konoha no tenía suficientes hombres para repeler un ataque de tal magnitud. Que supieran, alrededor de quince mil hombres se encontraban en las costas del País del Fuego y una nueva flota enemiga trasportaba más enemigos al campo de batalla. Konoha contaba con cinco mil efectivos. Con suerte y con el tiempo suficiente podría reunir a otros cinco mil invocando el derecho que tenía el Hokage de llamar a la guerra a los clanes que no vivían en la aldea pero le debían obediencia. La Cuarta Gran Guerra les había diezmado por completo las fuerzas de las cinco grandes aldeas. Era probable que ni entre todas sumaran más de treinta mil hombres, justo la fuerza que las naciones del este enviaban y aquello era una pequeña parte del gran ejército enemigo.
Hiraishin les había prometido que si lograban su objetivo en Uzushiogakure triplicarían en poder al enemigo. Sin embargo, no les había explicado que no dependía de ellos conseguir aquel poder.
Habían llegado un día atrás, sobrevolando las embarcaciones que habían sorteado sin dificultad alguna las débiles defensas que había enviado el País del Agua. Alguna que otra escaramuza, pero nada significativo. Kirigakure se encontraba recuperándose del ataque de Shuha, como bien sabían gracias a Izumi, uno de los discípulos de Hiraishin. No había podido (ni había querido, sospechaban todos) el Señor Feudal del País del Agua envíar su poderosa armada sin la autorización del líder de la Confederación de Naciones, del Señor Feudal del País del Fuego.
Al llegar a la antigua aldea de los Uzumaki, Hiraishin les había conducido a la llamada Sala de Justicia o, mejor dicho, a lo que quedaba de ella. En otro tiempo fue un edificio lo suficientemente grande como para ser la sede de los tribunales de la isla, donde el más anciano de los Uzumaki impartía justicia. Allí sólo encontraron ruinas y un camino a unas criptas.
Las criptas eran los restos de la primera ciudad que habitó el hermano Uzumaki. Durante sus más de mil años de historia, la ciudad se había ido remodelando, se había ido ganando terreno a la roca, construyendo canales para y creando los niveles de los que sólo quedaban ruinas. Irónicamente, las que en su día fueron las zonas marginales se habían convertido en el último vestigio de Uzushiogakure.
Las catacumbas de la ciudad conectaban con los distintos niveles pues estaban construidos en el interior de la roca. Las catacumbas estaban construidas en dos secciones: las antiguas y las modernas. Las modernas eran las que se encontraban conectadas con la gran cloaca de toda la ciudad, una red de cañerías y sistemas de depuración y evacuación de las aguas residuales, que hacía tiempo que habían dejado de funcionar y sólo eran un nido de ratas. Recorrieron las modernas hasta llegar a las más antiguas.
Las antiguas estaban excavadas en la roca primigenia, eran los restos de la primera ciudad y les habían dicho que desde hacía milenios guardaban las almas de los muertos. Habían sido utilizadas desde que se construyó la ciudad exterior como tumbas. Estaban divididas por castas. Ellos debían llegar hasta la zona en la que durante miles de años, los miembros de la casta sacerdotal habían enterrado a sus miembros. Los distintos clanes usaban distintas secciones de las catacumbas como panteones familiares. Sin embargo, aquellas tumbas eran algo más, tal y como descubrieron.
—Durante su hegemonía, los Uzumaki siempre recelaron de sus fronteras—les explicó Hiraishin—. Su isla pequeña era y temían que la niebla y el guardián no suficientes fueran. Por esa razón, a sus propios hijos en estas salas enterraron.
—¿Los enterraron en vida?—Había preguntado alarmado Konohamaru.
—No, sólo a los voluntarios escogieron… Sus almas inmortales selladas fueron y a volver a la vida cuando fueran invocados para defender la villa a cambio de una promesa de liberación fueron conminados. Aunque eso sólo durante un tiempo fue. Los longevos líderes de la isla codiciosos se tornaron por lo que obligaron a bandidos, criminales y enemigos a servir para siempre en tan fantasmal ejército de ánimas: los cinco mil guardianes uzumaki.
—¿Eso es lo que pretendes conseguir, anciano? ¿Un ejército de fantasmas?—Preguntó incrédulo Shino.
Hiraishin les condujo hasta una gigantesca sala en cuyas paredes estaban escritos los nombres de cientos de shinobis. El aire estaba cargado. Un olor a humedad y a restos en descomposición lo anegaba todo. El calor de la roca que aceleraba la putrefacción combinado con la humedad natural de un lugar así volvía el aire casi irrespirable. Aquella sala era el eje de todas las catacumbas, el punto de partida, la piedra maestra.
—Sólo un Uzumaki convocarlo puede… Sin embargo, mi joven Uzumaki buen negociador deberás ser. Se les prometió ser liberados pero nunca lo fueron. Se abusó de su poder. Es probable que de ti desconfíen—le advirtió.
—Es similar al edo-tensei—observó Sai.
—En principio no lo era. Se requería de un sacrificio voluntario y condicionado. Muy pocos lo hicieron. Los líderes de la aldea fueron quienes el sacrificio voluntario de otros ordenaron. Días oscuros donde el fin justificó cualquier medio fueron… Libertad, fama y honor se prometieron y de eso nada se concedió.
Yuki conocía bien aquella parte de la historia. Los Uzumaki dominaron a otras aldeas empleando sus poderosas técnicas de sellado hasta que dos de sus hijos se alzaron contra ellos, se les llamó los Hermanos de Plata y Oro. Si eran capaces de encerrar el alma de un shinobi y convocarlo a aquel mundo superando los inconvenientes del edo-tensei, ¿quién podía alzarse contra ellos? Aquella técnica concebida para protegerles causó la desconfianza de otras aldeas que conspiraron para conducirles a su fatal destino…
—Pero… ¿por qué proteger tanto esta isla?—Se interesó Sai.
—Porque el centro del universo era—fue la respuesta del anciano.
—Intuyo por tu respuesta que estas criptas encierran más que una poderosa técnica capaz de invocar un ejército de ultratumba… ¿no es así?
—Nada encierran que no puedas entender.
El grupo atravesó una gigantesca puerta donde había esculpido un ojo con seis circunferencias y un kanji que Hiraishin leyó cómo “sello”シール
—¿Qué deberé decirles?—Había preguntado alarmado el aludido.
—Ahí es donde tu buen parecer entra.
—¿Y cómo me dirijo a ellos? ¿Qué es lo que debo hacer exactamente? Dudo que yo pueda hacer algo—se excusó temiendo fallar. Era demasiada responsabilidad y se acercaba mucho a lo peligroso. Los mortales no debían juzgar con los muertos.
—Hablando… Si de confianza te estiman, el contrato contigo renovarán
—Espero que algún día alguien escriba sobre esto—murmuró Yuki.
—Y que lo lean—apuntilló Konohamaru, como siempre, intentando bromear.
Yuki se acercó al centro. Cogió un pergamino, lo abrió y realizó los sellos que conocía de sus ancestros. Nada le indicó que la situación hubiese cambiado. Se aclaró la garganta, le costaba hablar en público:
—Hola… ¿parientes? Al igual que todos vosotros, yo también desciendo del tercer hermano, supongo—escuchó como Konohamaru se llevaba la mano a la cabeza—¡Te quieres estar quieto pedazo de mendrugo!—Le chilló.
—¡Tú concéntrate en que “tus primos” nos ayuden!
Los caracteres de las paredes empezaron a brillar y se reordenaron formando una expresión fácil de leer.
<<¿Quién eres que nos llamas parientes?>>
Yuki se quedó completamente callado.
—Te hablan a ti—le apremió Konohamaru.
—¡Claro! Esto… Soy Yuki Uzumaki y he venido a vosotros porque os necesito.
Los caracteres volvieron a cambiar.
<< Los uzumaki murieron y desde entonces aquí encerrados hemos permanecido>>
—Necesito vuestra ayuda, Konoha, mi hogar, está en peligro.
<<¿Qué es Konoha para nosotros? Sólo ante el anciano respondemos y sólo cuando Uzushiogakure en peligro se encuentra acudimos. Vuelve por donde has venido, pariente>>.
Los nombres dejaron de brillar y volvieron a adoptar su escritura normal. Yuki estaba desesperado por Konoha. Hiraishin tenía razón: en tanto que dispusiera de sus fuerzas, Konoha podría resitir cualquier envite. Sólo un Uzumaki podía controlarlos.
—¡Por favor!—Gritó. “Yuki, Naruto-sama, Sai-taicho y todos en Konoha dependen de ti, del éxto de esta disparatada aventura”—¡Soy descendiente del tercer hermano y, por ello, os ordeno que me deis vuestra fuerza! Soy el enviado del heredero del clan: Naruto Uzumaki.
Yuki liberó su chackra y la sala entera se iluminó con la luz que proyectaron los caracteres de las paredes. Se mordió el pulgar y dejó que su sangre se plasmara en el pergamino a la par que realizaba el jutsu de invocación. De nuevo, la misma sensación que cuando bebiera el té de la verdad le invadió.
Voló sobre las aguas en dirección contraria hasta llegar a Doreigakure. Allí dio marcha atrás hasta el templo en las montañas donde la oscuridad había estado a punto de alcanzarlos. Huyó de la Necrópolis de los Diez Mil Hijos del Dragón. Peleó contra Nanaitsumi. La exploró con Konohamaru. Recorrió el camino desde el este hasta Konoha. Revivió todos sus años de servicio a Naruto. Volvió a sentir la adrenalina del combate en sus venas al pelear durante el ataque que sufrieron durante la boda de Naruto y Sakura. Se despidió de su maestro moribundo. Volvió a vivir todo su entrenamiento, desaprendiendo lo aprendido hasta nacer y ver los ojos de su hermana, a la que llevaba buscando toda la vida, como su primer recuerdo.
Los efectos del té de la verdad se hicieron mucho más fuertes. Desaparecieron sus recuerdos y sólo quedó una informe masa de oscuridad. Nada más que pequeñas chispas de luz. Sin embargo, empezaron a reaccionar y a interactuar. Saltaban de un lado a otro y pudo vivir los recuerdos de su padre, los recuerdos de su abuelo, de su bisabuelo y cada vez se iba remontando en su línea genealógica. Iba saltando de las vidas de hombres a las de mujeres y siempre en sentido ascendente.
Cada vez era más rápido. No comprendía ni una centésima parte de lo que vivía. Aquellas vidas que no le pertenecían pasaban a la velocidad misma de la luz. Estaba viajando en el tiempo sin cambiar de realidad. Cada vez los recuerdos eran mucho más confusos hasta que se detuvo en la vida de su primer ancestro, cuando Uzushiogakure aún era una aldea. Pudo ver cómo todos los shinobis de la aldea ponían su nombre en un pergamino. Comprendió qué era, a diferencia de la vez anterior. Siguió retrocediendo. Pudo ver la verdad de aquel mundo a través de seis prismas. Pudo escuchar el canto de un ave, un canto que nunca había imaginado y empezó a arder, a ser devorado por el fuego.
Escuchó cómo Hiraishin ordenaba que le dejaran, que era su misión. Pudo sentir miles y miles de vidas que clamaban por el control de su cuerpo, intentando volver a la vida de la que fueron privados. Eran demasiados los que intentaban entrar en él a través de la sangre del pergamino. Todo parecía estar dando vueltas en torno a un remolino, un remolino que era dorado como el más brillante de los soles. Exigían el pago de sus servicios: su ansiada libertad. Pero él no podía dársela. Él no había firmado ese contrato. Sin embargo, era su heredero y ellos le achacaban los errores de sus antepasados. Él le suplicaba su ayuda. Ellos insistían.
Y de repente todo pasó. Se encontró subido a las espaldas de Sai mientras corrían a toda prisa por las criptas mientras una marea de calaveras y restos humanos les perseguía desordenadamente intentado ahogarles. No sabía qué estaba ocurriendo, todo se oscurecía y nada parecía real y en mitad de tan convulsa situación perdió el conocimiento.
Konohamaru le despertó horas después explicándole qué había sucedido exactamente (las criptas se habían derrumbado) y con la desagradable noticia de los cientos de navíos enemigos que se dirigían lenta pero inexorablemente hacia su hogar. Todos querían saber cuál había sido la respuesta… pero Yuki la desconocía.
—Ahora, mi torpeza ha condenado al lugar que me acogió como a un hijo, al hombre que me reconoció como uno de los suyos—murmuró tirando una piedra al mar, con rabia.
—¡Sempai, deberías ver esto!—Gritó Konohamaru.
Yuki miró hacia sus compañeros. La niebla, que se había ido retirando, no le impidió ver cómo en el suelo se formaba una palabra:はい
Aquella era su respuesta, la que tanto habían buscado.
CONTINUARÁ...
Septimo Hokage- Consejo de escritores
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Séptimo querido no se leer Kanji!! TT.TT y es problemático averiguar, así que tendré que esperar.
Un capítulo con una gran carga de dolor, preocupación e incertidumbre en todos los sentidos y para todos.
La conexión Menma-Naruto creo que esta completa.
Espero y eso haya sido un si!
Conti!
Un capítulo con una gran carga de dolor, preocupación e incertidumbre en todos los sentidos y para todos.
La conexión Menma-Naruto creo que esta completa.
Espero y eso haya sido un si!
Conti!
hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Hola a todos! Aquí traigo otro capítulo. Muchísimas gracias por tu comentario hikari. Tienes a un escritor particular (?) xDDD. ¿Os acordáis que dije hace unos días 32 capítulos? Pues eso, a ver si consigo escribir 32 y no 33, pero creo que la historia está mereciendo la pena.
Muchísimas gracias, os dejo con la lectura, que espero que disfrutéis. Prometo conti muy pronto (igual hasta antes de que haya algún comentario)
CAPÍTULO 30: KONOHA BAJO ASEDIO
Muchísimas gracias, os dejo con la lectura, que espero que disfrutéis. Prometo conti muy pronto (igual hasta antes de que haya algún comentario)
CAPÍTULO 30: KONOHA BAJO ASEDIO
- Spoiler:
- El alto mando de Konoha llamó a Sakura mientras que se encontraba en el hospital.
El ambiente era de crispación desde hacía una semana. La avanzadilla de Konoha había detectado como un poderoso ejército, que crecía cada día más, se había hecho sin ninguna resistencia con varias de las mejores playas para desembarcar. Ningún ejército extranjero desembarcaba en un país si no era para hacer la guerra. No se había enviado ningún informe al Señor Feudal y todos demandaban que Naruto despertara, algo que Sakura todavía no había hecho público. “La paz por la que tanto luchamos se ha hecho añicos” pensaba Sakura entristecida al ver cómo los sueños de Naruto se iban desmoronándose.
Sakura se quitó la bata y antes de dejar el hospital se vistió con una ceremoniosa túnica roja que abrochó con un lazo blanco en torno a su cintura para recordar al alto mando que era la representante del Hokage. Al pasar sus manos por esa zona sintió un escalofrío. Recordaba que le había dicho en una ocasión a Naruto que no quería tener hijos mientras que la sombra de una guerra planeara. No sabía cómo había ocurrido, pero era el peor momento.
Cuando llegó hasta el Palacio del Hokage se encontró a Shikamaru en la puerta, lo que significaba que era una situación grave. Durante el pasado mes, Shikamaru y ella habían colaborado para que Konoha no se resintiera de la convalecencia de Naruto. El líder del clan Nara, sin duda alguna, era un sabio y valioso consejero del Hokage, de hecho, Konoha había sobrevivido a los primeros años del mandato del inexperto Naruto gracias a sus consejos. Sakura sabía que si tenían una posibilidad de sobrevivir al inminente ataque, esa posibilidad se llamaba Shikamaru.
—Malas noticias—adivinó a modo de saludo.
—En efecto.
La invitó a pasar y echaron a andar a la sala de mando.
—¿Ha mejorado el estado de Naruto?—Le preguntó.
Sakura dudó por un momento.
Shikamaru negó con la cabeza en un discreto gesto, indicando que podían ser escuchados. En aquellos días, los espías estaban muy activos en cualquier parte del mundo donde se tomaran trascendentes decisiones. Igual que Sai y su equipo, no era nada descabellado pensar que de la misma forma que Konoha espiaba, ellos eran espiados. Que el Hokage estaba convaleciente había sido imposible de ocultar, razón por la que un extraño ejército pisaba el País del Fuego.
—Sigue estable, pero sin dar señales de reanimación.
Lo lógico sería dar señales de lo contrario, que el más poderoso defensor de Konoha estaba perfectamente, pero Sakura sabía que no lo estaba y no quería exponerlo a una guerra, o no que lo forzaran a combatir. Naruto tendría que entrar en acción si las batallas se torcían y se llegaba a poner en peligro la supervivencia de la aldea, pero si no era necesario prefería evitarlo.
—¿Hasta qué punto es grave la situación?
—Hasta el punto de que si no hacemos nada para evitarlo, seremos destruidos.
—Vienen a por la estrella—adivinó Sakura.
—Vienen a por la estrella y con la información que disponemos es posible que sólo quede Konoha como garante de esas malditas gemas.
El inteligente shinobi abrió la puerta donde se reunían los más poderosos jounnin que tenían un puesto en el alto mando. Naruto había llevado a cabo una purga del mismo tras los atentados que había sufrido de manos de Orochimaru hacía ocho largos años atrás, cuando la paz existía, aunque se tambaleara. Todos eran fuertes y poderosos ninjas y todos eran leales a Konoha, de clanes poderosos y antiguos como los Hyuga, o sin ningún nombre familiar pero cuyos méritos hablaban por ellos como Yamato o Shizune. Contando a Shikamaru, el alto mando estaba formado por siete miembros.
—Sakura-sama—la saludaron.
Se sentaron en torno a la mesa y fue Akiro Hyuga quién tomó la palabra:
—Más de treinta mil enemigos han empezado a marchar desde la costa. Es presumible que en dos, a los sumo tres, lleguen a la aldea.
—¿Qué dicen los exploradores?—Se interesó Sakura.
—Han dividido sus fuerzas en cuatro grupos. Tres ejércitos de seis mil efectivos cada uno marchan hacia Konoha y por la información que tenemos parecen conocer nuestras mismas artes de combate—respondió el miembro del clan Hyuga.
—¿Y los otros doce mil?—Restó Yamato.
—Aventuramos que constituyen la retaguardia y que avanzarán en bloque para afirmar las posiciones tomadas. A no ser que hagamos algo, no encontrarán resistencia. Durante toda esta semana hemos estado reuniendo a nuestros efectivos dispersos y apenas han regresado unos cientos.
Shikamaru estaba en silencio. Sakura ya sabía que su brillante mente de estratega ya debía haber barajado cientos de posibilidades, formulado decenas de estrategia y encontrado la mejor. Sólo quería que Sakura conociese toda la información, por escasa que fuera.
—¿Unos cientos? ¿De cuatro mil efectivos que tenemos en misiones en el exterior sólo han regresado unos cientos? Eso deja nuestras fuerzas prácticamente…
—En una décima parte de las del enemigo—respondió Shikamaru. Sacó un petate metálico de su bolsillo, extrajo de él un cigarrillo y luego lo encendió con el mismo mechero que empleaba Asuma, su maestro. No fumaba salvo cuando estaba nervioso.—Sin embargo, si no hacemos nada destruirán todo nuestro hogar y no pienso dejar caer el rey que me confió Asuma.
Sakura admiraba a Shikamaru. Naruto y él habían hecho del rey de Asuma su objetivo. Ambos darían su vida por proteger a las gentes de Konoha: a las que ya vivían en ella y a las próximas generaciones que estaban por vivir. Ella sabía que tenía que contribuir a ello.
—Una buena estrategia puede ser fundamental. A veces, los números no lo son todo.
—Aunque ayuden—dijo Shimui Kanako, otro de los ninjas que se habían hecho a sí mismo—. ¿Cuál es tu estrategia, Shikamaru?
Estuvieron durante horas discutiendo sobre todas las pensadas, buscando los puntos flacos de las mismas.
—Da igual lo que pensemos, los números juegan en nuestra contra—se quejó Shimui—. No podemos defendernos solos.
—¿Se sabe algo de la ayuda que pedimos a las otras aldeas?—Se interesó Yamato.
—Iwa sólo envió un pequeño equipo, debido a que están reconstruyéndose tras el ataque de Shuha. Kumo la imitó al enviar un pequeño equipo temiendo un ataque similar en sus fronteras. Kiri tiene sus propios problemas y dudamos que pueda enviar ni siquiera un pequeño equipo y de Suna no sabemos nada—explicó Shizune.
—Es mejor que lleguen pronto—Shikamaru le lanzó a Sakura una mirada de preocupación en la que le indicaba que su estrategia contaba con la aparición de refuerzos
—¿Y si vamos a su encuentro?—Propuso Sakura.
—¿Dices enfrentar a nuestras fuerzas directamente?
—Obviamente, el combate directo se produciría, pero no, digo emboscarles. Estas tierras son nuestro hogar. ¿Quién mejor que nosotros para emboscarlos?
—Un ataque sorpresa y luego una carga… Es muy arriesgado, pero podría funcionar—reconoció Shikamaru.
Cuando encontraron la más idónea, tardaron tanto tiempo en desarrollar hasta el más mínimo detalle: los lugares donde sería mejor combatir, qué hacer, cómo hacerlo, qué shinobis irían, cómo sería la cadena de mando, el flujo de información… Sakura se sintió abrumada en más de una ocasión, pero pensó que si Tsunade organizó la Cuarta Gran Guerra, ella podía y debía resistir aquella reunión.
Sakura tuvo que responder seriamente cuando se le preguntó si Naruto lideraría a sus fuerzas:
—Yo misma lo haré en su lugar.
—Pero el Hokage—comenzó a protestar Akiro.
—El Hokage sigue recuperándose. Si fuera necesaria su intervención, sin duda, aparecería en el campo de batalla. Sin embargo, si seguimos la estrategia prevista no debería ser necesaria su participación. Es el Hokage, ¡diablos!, debe ser el último en intervenir.
—Pero, piénsalo, Sakura, contar con el Hokage de los Dos Soles alentaría a las tropas y además, Naruto vale por diez mil hombres—intervino Shizune.
—Si necesitan de una figura legendaria para luchar no son auténticos shinobis—respondió dura—.Y si necesitan de un adalid yo misma lo haré. Yo luché en la Cuarta Gran Guerra, yo soy discípula de la Godaime Hokage y soy la Princesa de las Babosas. Creo que con eso será suficiente. —¡Bien, preparad a los hombres!
—Estoy con Sakura. No es conveniente mostrar a nuestra mejor carta, nuestro Hokage hasta que no sepamos qué se nos enviará.
—Todos los que puedan combatir, ancianos o niños, deben estar preparados antes del anochecer, partiremos con la primera luz de la luna—recordó Yamato.
—No hay tiempo que perder—dijo Sakura.
Sakura abandonó el Palacio del Hokage tras ultimar las trazas del plan de combate con Shikamaru y sobre cuál debía ser la señal para despertar a Naruto. De camino a casa escuchó cómo las campanas llamaban a todos los que pudieran pelear para el combate: gennin, chunnin o jounnin; hombres o mujeres; niños o ancianos… Konoha era su hogar y a todos los correspondía defenderlo.
Pudo sentir cómo el ambiente se volvía tenso. Las instrucciones que mandaban a todos a la guerra se habían ido repartiendo durante la tarde, casi desde el momento en que acordaron salir al encuentro del enemigo. No evitaba pensar en las madres que verían ir a sus hijos. “Da igual cuánto se haga, Madara tenía razón: mientras que el hombre exista, existirá la guerra”. Sin embargo, Naruto no lo consentiría. Mientras que le quedara un hálito, lucharía por la paz. Y ella haría lo mismo.
Al llegar a su casa y entrar en su cuarto se encontró a sus padres, tal y como esperaba. Sin embargo con quien no contaba era con los tres discípulos de Naruto. Su madre había dispuesto una pequeña merienda de la que los niños disfrutaban. Estaban sucios y con la ropa hecha jirones. Lo primero que hizo fue preguntar por la salud de su marido.
—Sigue durmiendo... Veníamos de entrenar para ver cómo estaba—explicó Yuna.
—¿Qué ocurre, hija?—Preguntó su madre—. Hemos oído todo el día las campanas.
Sus padres ya imaginaban la respuesta cuando tardó tanto en contestar. Ella miró a los alumnos de su marido, con tristeza. Era posible que no se hubieran percatado de aquella señal que los llamaba a todos a prepararse para la guerra.
—Guerra. Estamos en guerra.
Los rostros de los tres gennin se descompusieron. Recordaba cómo se sintió cuando tuvo la noticia de que iría al campo de batalla para proteger a Naruto. El miedo la invadió y estuvo tentada de abandonar la aldea. Sin embargo, aquel pensamiento desapareció en el mismo momento que aquella guerra era para proteger a los jinchuuriki. Sakura había contemplado los horrores de la guerra contra una criatura salida de las leyendas y excepcionalmente aún se veía en el campo de batalla.
—Bien, vámonos—dijo Hikaru, el que más se parecía a Naruto.
—¿A dónde, Hikaru?—Preguntó Sora.
Sakura se sorprendió al principio de ver la rapidez con la que asimilaba la noticia. Luego, sonrió al ver a Naruto entre ellos cuando Hikaru, con la mirada de determinación que siempre lucía Naruto, sin importar la adversidad a la que se enfrentara, respondió:
—Que yo sepa vivimos en Konoha, somos los discípulos del Nanadaime Hokage y nuestro hogar va a ser atacado… vamos a prepararnos para la batalla.
Hikaru miró a sus compañeros y los tres asintieron. Se despidieron con una leve inclinación de cabeza y se marcharon rápidamente.
—¡Si a penas son unos niños!—Exclamó Hizashi.—Konoha no se creó para que los niños luchasen en el campo de batalla. Ése no era el sueño del Shodaime Hokage.
La kunoichi les explicó a sus padres tan bien como pudo la situación.
—¿Cómo ha podido ocurrir todo esto?
Sakura les miró. Aquella pregunta se la harían todos los padres, maridos, esposas e hijos de quienes partirían aquella noche a la batalla. Nadie salvo Naruto y sus más allegados sabían la auténtica razón: Fennisuku.
—Lo sé, papá, pero si no hay Konoha, desde luego no habrá niños futuros que proteger—inconscientemente se llevó la mano al vientre.
Su madre la miró y por un momento abrió los ojos de par en par. Sakura le lanzó un discreto gesto afirmativo y su madre comprendió. Sakura había crecido, ya era una mujer, la esposa del Hokage. Ya no necesitaba a su madre para que la protegieran. Sin duda, Sakura entendía ahora que su madre se siguiera preocupando pero cuando escuchó a su madre decirle que machacara a esos perros supo que confiaba en ella.
—Entregadle esto a Naruto para cuando despierte.—Esperaba que lo hiciera ganada la batalla, pero aquel era un sueño estúpido— Él sabrá qué hacer cuando lo lea.
Su padre la abrazó y ella le devolvió el abrazo junto con un beso en la mejilla.
—Tienes que tener cuidado, ahora no sólo dependes de ti. Eres una ninja médico. No deberías encabezar el ataque—añadió su madre uniéndose a aquel abrazo.
—Lo sé, pero si no hiciera esto, sería Naruto y ahora él necesita descansar—“Estoy segura de que vendrán días peores donde necesitemos de la luz que él es”—.Quisiera despedirme de él.
—¡Oh, por supuesto!—Exclamó Hizashi.
Sus padres se retiraron. Sakura se cambió de ropa. Se equipó con unas cómodas botas. Se vistió con una red de metal que afianzó sus senos. Se vistió con un vestido de pelea rojo y encima se colocó el chaleco de Konoha. Se preocupó de armarse de kunais, shurikens, estrellas, venenos, antídotos y de uno de los kunais especiales del dios volador del trueno, la herencia del padre de Naruto. Cuando se hubo equipado se agachó y depositó un leve beso sobre los labios de Naruto.
—Tal y como te prometí esta mañana al decirte que esta noche te diría qué me ocurre. No sé cómo, pero la maldición se ha ido—Sakura empezó a llorar, alegre y asustada a partes iguales—Lo sé desde hace un mes y, desde entonces, no he tenido tiempo para darte esta alegría que tanto buscábamos. Voy al campo de batalla asustada, pero voy porque sé que es mi obligación: no volver a defraudarte y proteger tus sueños, porque eso fue lo que nos prometimos. Mi corazón quiere que despiertes y asumas tú el mando, pero también quiere que sea yo la que lo haga porque no estás como para vivir otra guerra.
Naruto hizo un leve movimiento, pero seguía sumido en aquel profundo sueño. El tónico que le había dado era muy potente, pero le permitiría despertarse plenamente recuperado. Se arrepentía de no habérselo dicho por la mañana.
—Amor mío, no sé si fue la promesa que me hiciste, o nuestro amor, o que tenía que pasar como profetizó el viejo Tsuchikage, pero, Naruto, vas a ser papá. Estoy embarazada.—Volvió a besarle antes de irse.
Horas más tarde, Sakura se encontraba al mando de tres mil compatriotas esperando para cargar.
CONTINUARÁ...
Última edición por Septimo Hokage el Mar Abr 01, 2014 12:34 am, editado 1 vez
Septimo Hokage- Consejo de escritores
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Me gustó mucho tu firma. Mi sueño echo realidad! Yo siempre quise un escritor particular
Siguimos muy emotivos y con los aires de la guerra a cuesta, difíciles decisiones las que se tomaron y que gran peso para Sakura. Pero tiene razón no pueden depender sólo de Naruto, son shinobis muy calificados y es su deber proteger su tierra y a los suyos.
Haber como lo toma Naruto al despertar, no creo que le guste pero era necesario que él descansará después de todo lo que pasó.
Conti!
Siguimos muy emotivos y con los aires de la guerra a cuesta, difíciles decisiones las que se tomaron y que gran peso para Sakura. Pero tiene razón no pueden depender sólo de Naruto, son shinobis muy calificados y es su deber proteger su tierra y a los suyos.
Haber como lo toma Naruto al despertar, no creo que le guste pero era necesario que él descansará después de todo lo que pasó.
Conti!
hikari uzumaki- Sennin
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Creo que soy la peor seguidora de este fic, lo que pasa que fueron muchos capítulos que no puede leer, y los cuando ya estaba por terminar, pues bueno eres rápido y me vuelvo a atrasar. Pero basta de excusas.
Todos los capítulos son bastante detallados y bien narrados, siempre con una ideas bien constituida.
Con respecto al capítulo, pues Sakura tomó una gran decisión, es difícil, pero ella sabe que además de ser la esposa del Hokague también es su mano derecha y una de las personas más capacitadas y fuertes de la aldea de la hoja.
Tanta responsabilidad solo esperar que no se lastime antes de que Naruto despierte, aunque no me gusto la forma en que le dijo a Naruto que estaba embarazada entiendo sus razones.
Quiero ver toda la acción de esta guerra, me dejo picada para ver que pasa!!!!
Todos los capítulos son bastante detallados y bien narrados, siempre con una ideas bien constituida.
Con respecto al capítulo, pues Sakura tomó una gran decisión, es difícil, pero ella sabe que además de ser la esposa del Hokague también es su mano derecha y una de las personas más capacitadas y fuertes de la aldea de la hoja.
Tanta responsabilidad solo esperar que no se lastime antes de que Naruto despierte, aunque no me gusto la forma en que le dijo a Naruto que estaba embarazada entiendo sus razones.
Quiero ver toda la acción de esta guerra, me dejo picada para ver que pasa!!!!
eliannar- Moderador
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La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
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Re: Naruto Hakitori 2 (Las Crónicas del Fénix) Capítulo 34 [05/06/2014] ¡FIN TEMPORADA!
Ajajaja me costó, pero me releí Hakitori entero xD. Solrac returns (?), no ahora en serio, me encanta tu historia y yo personalmente no tengo inconvenientes en que esta temporada dure 33 en vezde 32 capítulos.
He de decir que los últimos capítulos han sido muy épicos, sobre todo me han encantado dos detalles:
- Al final del penúltimo capítulo desjaste el kanji de "sí" sin traducir, jugaste con mi mente!!!!! aaaaa corrí como loco a google traductor xD.
- Y el detalle de darle un aire de el señor de los anillos lo del ejercito uzumaki es demasiado parecido al ejército de fantasmas del sagrario y el hecho de que solo un descendiente del hermano(Isildur en el señor de los anillos) pueda convocarlos. ¿Aparecerán en barco en el último momento?, al alba del 6° día ¿quizá?.
Me gustaron mucho las decisiones de Sakura, esero el próximo capítulo con ansias y pronto pleaseeeee!
He de decir que los últimos capítulos han sido muy épicos, sobre todo me han encantado dos detalles:
- Al final del penúltimo capítulo desjaste el kanji de "sí" sin traducir, jugaste con mi mente!!!!! aaaaa corrí como loco a google traductor xD.
- Y el detalle de darle un aire de el señor de los anillos lo del ejercito uzumaki es demasiado parecido al ejército de fantasmas del sagrario y el hecho de que solo un descendiente del hermano(Isildur en el señor de los anillos) pueda convocarlos. ¿Aparecerán en barco en el último momento?, al alba del 6° día ¿quizá?.
Me gustaron mucho las decisiones de Sakura, esero el próximo capítulo con ansias y pronto pleaseeeee!
Solrac_namizake- Aprendiz
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