Mi maldición [+18] (21/11/13) (Cap 59) [Final de la última temporada]

Cap 36: ¿Sueños o predicciones?

Abrí la puerta lentamente y esta chirrió como en las películas de terror. El sonido consiguió hacerme estremecer.

Por dentro la casa estaba peor, había telarañas por todas partes, las ratas corrían libremente por la casa, me enfade y me dispuse a chafarla contra el suelo pero una de ellas, al ver mis intenciones se asustó y se dio a la fuga.

Observé todas las habitaciones. La sala tenía un simple sofá desgastado y medio roto, sin nada más. En la cocina solo había una nevera y estaba vacía, miento, estaba llenas de telarañas... Al lado de esta habían una hilera de armarios y encima de estaba el mármol sujetando el fregadero, entre los habitaba había una lavadora... Todo ello cubierto de una capa gruesa de polvo y suciedad.

El lavabo y el inodoro estaban completamente negros, ¿¡Nadie limpiaba aquí!?

No sé... Pasarle la escoba de vez en cuando, no es tanto pedir.

En piso de arriba solo había una habitación y el trastero, que en realidad era otra habitación pero se habían dedicado a meter todos los tratos inservibles ahí dentro.

Esta casa está hecha un desastre...

No pedía un hotel cinco estrellas, pero al menos una casita limpia o decente me bastaba.

No una casa en la que habitan ratas y que corren libremente por los pasillos.

Qué remedio... ¡A limpiar se ha dicho!

Busqué los utensilios de limpieza, y tardé un cuarto de hora.

Es increíble... Me pierdo en una casa del tamaño de una caja de cartón.

Los encontré desperdigados por toda la casa.

Es un milagro que hubiera una escoba en esta casa, casi parece mágico.

Primero tuve que limpiar todo lo que iba a utilizar para asear como la escoba, la fregona... Ya que tenían telarañas y todo.

Encontré un trapo y lo utilicé para quitar el polvo del pasillo.

La pared estaba negra y cuando le quité un poco de suciedad pude ver que el fondo era beis, que aun estaba bastante sucio.

Qué asco... Está tan sucio que todo el mundo pensaría que las paredes son de ese color.

Observé el trapo y me di cuenta de que ya se había manchado.

Me voy a morir por culpa de la repulsión que me produce estar en esta casa.

Cogí un cubo grande que encontré en uno de los armarios de la cocina, estropajo y lejía.

Para quitar tanta mugre voy a necesitar cincuenta litros de lejía pero bueno...

Rezaré para que baste con esto.

Me dirigí a la cocina y abrí el grifo del agua.

No salía nada...

Me acerqué a observarlo y pude comprobar que hacia ruido, con lo cual algo se está moviendo ahí dentro.

Me alejé para que no me diera en la cara cuando se asomase, esperé durante diez minutos hasta que el agua comenzó a brotar y por poco vomito.

Tenía un color negro muy poco favorable.

La cara de Hinata es menos repulsiva...

Intenté recordar la cara de la vacaburra y dibujé una mueca de asco en mi rostro al recordarla.

¡Rectifico!

No lo es.

Pasado el tiempo se fue aclarando hasta parecer bastante potable, al menos no dañaba a la vista cuando la mirabas.

Llené el cubo hasta arriba y le eché lejía. Lo dejé un rato en reposo para que se mezclase bien y me dediqué a quitar las telarañas del techo con la escoba.

Golpeé tan fuerte que por poco me cargo el tejado.

Tengo que tener más cuidado...

Tras quitar las del pasillo, busqué un bolsa de basura y tras encontrarla las metí allí.

Menos mal que la casa es enana y he acabado rápido, si llega a ser como la otra... Muero en el intento.

Cogí el cubo y lo lancé contra la pared directamente.

Así terminaré antes.

Froté fuertemente con el estropajo y estuve durante toda la tarde limpiado las paredes.

Una vez limpias eran hasta bonitas.

Suspiré y empecé a limpiar el techo que también daba asco verlo.

Mojaba la fregona y frotaba con fuerza, para que no me cayese en la cabeza iba corriendo de lado a lado sin despegar la fregona del techo. Gracias a eso lo limpiaba bien, evitaba mojarme y me divertía un poco.

Tras limpiar el techo, algunas veces tuve que subirme a él, cargando el chacra en mis pies para pegarme al techo como si fuese una mosca.

Después barrí el suelo...

Eran las dos de la madrugada y yo seguía limpiando la cocina.

Ya había acabado con el pasillo y había quedado decente.

Al menos ahora podías mirar por donde caminabas...

Las cinco y media de la mañana y yo frotando en el fregadero para arrancarle la mugre que tenía pegada.

¿¡Tanto les costaba limpiar esto!? Aunque sea una vez al año...

Las nueve, ya había terminado la cocina, y ahora parecía más grande.

Lo que hace ser higiénico.

Conseguí llenar tres bolsas de basura, que amenazan con reventar en algún momento.

Ahora le toca al salón...

Entré y sonreí, lo bueno de este es que solo hay un sofá viejo así que es más fácil limpiar lo demás.

El sol ya había salido y creo que eran las once... Y yo no he dormido en todo el día...

Voy a andar por las calles como un zombi.

Destrocé el sofá para tirarlo a las bolsas de basura, limpié toda la sala y me di cuenta que era de color azul clarito y completamente vacía.

Las tres y cuarto de la tarde... Había limpiado todas las ventanas y el piso de arriba solo me quedaba el trastero y la habitación que solo tenía una cama de matrimonio polvorienta, un armario más sucio aun

Terminé de quitar todas las telarañas y me dirigí a la habitación.

Las cinco y me rugían las tripas como un león enfadado.

Había adecentado la habitación bastante bien. El armario parecía otro, era de color rosa y no me había dado ni cuenta. La habitación y la cama, todo era del mismo color, a juego con el armario.

Las siete y ya había acabado con todo, incluso había limpiado el trastero. Estaba lleno de un montón de trastos inútiles que no me servían para nada, ni siquiera para tirárselos a Naruto en la cabeza cuando le dé por acorralarme de nuevo.

Los destruí completamente para que fuese más fácil meterlo en la bolsa de basura, en total había reunido veinticinco bolsas de basuras.

Ya verás que gracia me va hacer llevarlas al cubo de basura y perderme por la villa durante lo que queda de día.

¿Por qué no podía tener un buen sentido de la orientación?

O al menos no perderme en mi propia casa...

Me derrumbé sobre la cama ya que era el único sitio mullido para descansar en toda la casa.

Estoy agotada...

Mis tripas seguían rugiendo y yo no tengo nada de comer...

¿Qué hago?

Mi estomago seguía quejándose así que decidí salir a dar una vuelta.

Aunque sea para ver el sol ocultarse.

Nada más salir me acordé de las bolsas de basura.

¡Maldita sea mi estampa!

Ahora me toca dar vueltas por Konoha y si consigo encontrar el contenedor va a ser un milagro.

Cogí las veinticinco bolsas de un tirón y salí de casa. Llevaba cuatro en las manos y las demás colgando del brazo.

Entre las visiones y el sueño que arrastro estoy un poco débil.

Sin embargo me recupero demasiado rápido... Creo que la maldición tiene sed de sangre...

Esto no es bueno.

Eran las ocho y yo seguía buscando.

Esto es desesperante.

Seguro que he batido el record conocido como la persona que más ha tardado en encontrar algo.

Todo el mundo me miraba, al principio pensé que era porque llevaba todas las bolsas de golpe, que en parte así era, pero luego me percaté que no me había cambiado aun.

En resumen... Aun estoy andando por las calles semidesnuda.

¡Las mujeres se van a poner muy contentas!

Estallé en carcajadas pensando en la oficina de Tsunade repleta de mujeres esquizofrénicas gritando como posesas.

¡Por fin!

¡Ahí está el contenedor de basura!

Llegué hasta el corriendo presa de la emoción... ¡Lo he estado buscando durante una hora completa!

Metí todas las bolsas, algunas entraron a presión pero entraron, la forma en la que lo han hecho es otro tema.

Las tripas me rugían tanto que seguramente las estarían escuchando toda la villa.

Aunque no haya dormido en todo el día no estoy tan cansada. La verdad es que estoy acostumbrada a dormir mal.

Sobre todo a dormir con pesadillas...

Todo el mundo se detuvo a mirarme, creo que me tengo que cambiar...

Les hice una reverencia para conseguir que volvieran a la tierra, básicamente los hombres, les sonreí como si me gustase ir así por la calle y me alejé de allí a paso ligero.

En mitad del camino un niño pequeño bastante tímido cortó mi paso con una libreta y un bolígrafo en la mano.

-Hola.-le saludé al ver que el niño no decía nada.

-Ho... Hola... ¿Tu... Tu eres Sakura?

Abrí los ojos de golpe.

¿¡Cómo lo sabe!?

-Sí soy yo, ¿Por qué lo preguntas?

Como estaba muy débil y la maldición no le haría nada le conteste con una sonrisa dibujada en mi rostro.

-Yo... Es que yo... He oído lo que hiciste y...-su cara se ponía roja por momentos.

Me arrodillé delante de él para quedar cara a cara y le cogí de sus manitas pequeñas, dejando en el suelo la libreta y el bolígrafo.

-Tranquilízate, no pasa nada.

-Lo sé pero me da vergüenza...

-Si no me lo dices no voy a poder ayudarte.

-Bueno, yo... Quería pedirte un autógrafo.

¿He oído bien? ¿Un autógrafo?

¿Y por qué quiero eso?

Y algo más importante aun... ¿Por qué me lo pide a mí?

-¿No te habrás equivocado? Yo no soy famosa ni nada por el estilo...

-¡Sí lo eres!-acaba de tirar su vergüenza por la borda.- ¡Mi mama me dijo que fuiste tú quien nos ayudaste con esa gente mala!

Ya sé a qué se refiere...

-¿Seguro que quieres un autógrafo mío?

Asintió con la cabeza, recogí la libreta del suelo y le firmé en la primera hoja.

-Toma pequeño.-se lo entregué.- Espero que te guste.

-¡Me encanta!-gritó mirando fascinado la firma.

Jiraiya tenía razón... Me he convertido en la heroína...

Esto se complica por momentos... Se suponía que tenía que pasar desapercibida y ahora me conocen hasta los perros.

Aunque vestida así llamaría la atención de cualquiera, bueno... "Vestida".

-¿Puedo preguntarte una cosa?

-Claro.

-¿Cuando dejarán de atacarnos?

Vaya... Explicar esto a un niño es un poco peliagudo...

-¿Sabes? No nos volverán a atacar.

-¿Y por qué?

-Porque voy a proteger esta villa como hice antes.

-¿Para siempre?

Lo dudo mucho... No creo que aguante mucho tiempo aquí...

-Eso espero.

-¿Conseguirás alejar a los malos?

-No volverás a verlos.

-¿Lo prometes?-alzo su meñique para que yo uniera el mío.

-Lo prometo.-sellamos la promesa con un apretón de dedos.

No le puse ninguna fuerza, no quería romperle ningún hueso. Aun es muy pequeño y su dedo era tan delicado.

El pequeño parecía muy contento. La madre se acercó a mí llamando a su hijo.

-Cariño, no molestes a la chica, que tendrá prisa.

-Lo siento mama.-me observó.- ¿Puedo volver a verter?

El niño consiguió sorprenderme.

-Claro, si me ves por la calle, ven a hablar conmigo con total libertad.

La mujer le cogió de la mano y se alejó de allí con su hijo sonriente.

Me adentré por las calles y tardé tres cuartos de hora encontrar la calle que daba con mi casa. Sé que es esta porque puedo ver la mansión desde aquí.

Habría ido saltando de tejado en tejado pero no tenía ganas de que al pasar todos pudieran verme mi parte íntima.

Observé al fondo y pude comprobar que Naruto y sus amigos venían en dirección opuesta.

Menuda mala suerte tengo...

No sé quien está escribiendo mi destino, pero apuesto lo que sea que se estará riendo a carcajada limpia.

Estos venían hablando animadamente unos con otros, sin embargo cuando su vista se chocó conmigo guardaron silencio.

Endurecí mi mirada y sin cortarme ni media pase por el medio de ellos. Algunos se apartaron para que no les atropellara.

Justo cuando pasaba por al lado de Naruto se levantó el viento y movió mi pelo permitiéndome mirarle a la cara. Le lancé una mirada que consiguió hacerle estremecer y me fui de allí.

Siento hacerle esto pero tengo que alejarle de mí... Y no tengo más remedio que hacer que me odie. Sino no se alejará nunca.

Seguí mi camino hasta encontrar mi casa que por fuera parecía estar abandonada.

Entré perezosamente y tras dirigirme a la cama me tumbé en ella durmiéndome en el instante en el que la toqué.

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Oscuridad...

Solo veo eso...

¿Qué está pasando?

Hay árboles por todas partes y me encuentro fatigada. Sin embargo no me paro a descansar...

Voy corriendo hasta llegar a una plataforma suspendida en el aire, delante de una cascada con dos figuras enormes que no podía reconocer.

-¡Detente!-esa voz...

Me detuve en el pedestal y me di la vuelta.

Cuando mi vista chocó con la de Naruto mi corazón comenzó a latir más deprisa.

Yo lo miraba desde abajo y este clavaba la vista en mis ojos mientras derramaba lágrimas por ellos.

¿Qué le ocurre?

-¿Por qué?

No respondí.

-¿¡Por qué me haces esto!?

¿De qué habla?

-¡Respóndeme!

Nuevamente mi silencio se adueño del momento.

-Las personas cambian Naruto.-otra voz se hizo presente detrás mío.

-Sasuke...-musitó el rubio.

¿¡Que hace este aquí!?

-Me alegro que hayas cambiado de opinión.

¿¡Que rayos está pasando aquí!?

Yo no articulaba palabra alguna.

El moreno se acercó y posó su mano en mi hombro.

-Juntos acabaremos con Naruto, ya lo verás.

Ganas de matar... Odio, furia... Una furia incontrolable invadió mi cuerpo y acto seguido Sasuke estaba surcando los cielos aterrizando kilómetros atrás.

Una sombra negra salto por encima de mi cabeza y se detuvo delante de mis ojos.

-Lo siento mucho, pero tendrás que volverte a la villa.

Naruto... ¿Es que estoy huyendo?

Retrocedí un paso y me puse en guardia. Creo que no quiero volver...

¿Por qué hago todo esto?

-Veo que no vas a hacerlo por las buenas.-la cara del rubio se entristeció.- No me has dejado otra.

Nunca hablaba pero mis ojos mostraban más dolor que nunca.

¿Por qué tengo esa mirada?

Ambos saltamos preparados para atacarnos. El uno contra el otro...

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Me desperté sobresaltada y por poco me quedo ciega.

El sol golpeaba de frente y lo acabo de mirar directamente.

Soy muy inteligente.

No soportaba el hambre que tenía.

Tengo que conseguir dinero para comprar comida.

Saqué toda la ropa de las maletas y lo guardé en el armario.

Para no andar así por las calles me puse, la ropa interior, una camisa blanca de tirantes con el escote en forma de "V" y una falda rosa con volantes. Me peine un poco, tampoco es que cuide mucho mi pelo... Nunca me ha gustado el color que tiene y como consecuencia nunca me he propuesto que luzca. Mi calzado consistía en unos zapatos rosas con poco de tacón por si tengo que pelear. Y, lo más importante...

Los guantes...

Tengo que tener cuidado con lo que toco... Sobre todo con Naruto...

Ya me he recuperado del todo y creo que estoy más fuerte... Con lo cual, la maldición también lo estará...

Salí a la calle con la esperanza de poder encontrar pronto el edificio hokage, mas esa esperanza se desvaneció cuando pasada una hora aun lo andaba buscando.

Esto solo me pasa a mí.

-Mira quien ha decidido vestirse, para variar.

Me di la vuelta y vi a la bruja... Es decir, a Hinata.

-Yo al menos no tengo que ir enseñando las ubres para atraer la atención de un chico, que no sabe de mi existencia.

Su cara se puso roja de golpe.

-¿¡Que has dicho!?

-Lo que has oído.-la observé burlonamente.- ¿Qué pasa? ¿Las ubres te tapan las orejas?

-Yo al menos tengo pechos, no soy una tabla de planchar.

-¡Vaya!-me hice la ofendida, tiene razón nunca he sido de pechos grandes pero nunca me ha importado, al igual que mi pelo.- ¿Es lo mejor que puedes ofrecer?

-Lo mismo digo.

-Anda, vete a que te ordeñe Naruto...-un brillo malicioso resplandeció en mis ojos.- Si es que te hace caso, que esa es otra.

Me fulmino con la mirada.

-Te dije bien clarito que te alejaras de él.

-¿Que pasa Hinata? ¿Tanto temes la competencia que puedo hacerte con mis pechos planos?

-¿Tu? ¿A mí?-sonrió.- No me hagas reír... Naruto tiene buen gusto.

-Eso explica que no se haya fijado en ti.

Me volvió a fulminar con la mirada.

-Vas a pagar muy caro tu osadía.

-¡Cuidado! ¡La vacaburra me va a dar un golpe de pechos que me va a enviar a la quinta galaxia!

Frunció el ceño mostrando una risa de fastidio.

-Quien avisa no es traidor.

-Si tu lo dices.-respondí sin muchas ganas.

-¿Que pasa aquí?

Observé detrás de Hinata y distinguí la silueta de Shikamaru,

-¡Shikamaru! ¡Sakura me ha intentado agredir!

-¿Es eso verdad?-preguntó mirándome fijamente mientras Hinata se escondía tras él haciéndose la víctima.

-Créeme, que si fuese verdad, no estaríamos teniendo esta conversación.

-¿Pasa algo Shikamaru?

Ahora viene Ino... Lo que me faltaba, empiezan a llegar por todos lados.

-No es nada...-Shikamaru respondió mirándome con cara de extraño.

-¿Eh?-Ino se dio cuenta de mi presencia.- ¡Hola Sakura!

Yo solo la saludé con la mano.

-¿Que tal estas?

-Fatal.

-¿Por?

-Tu amiguito me mira como si estuviese loca.-la rubia le pisó para que dejase de mirarme.- Aunque yo creo que me mira como si fuese una espía de Akatsuki.

Sus caras palidecieron.

-¿Me equivoco Shikamaru?-tenía los ojos cerrados y estaba muy tranquila.

-Yo... No sé de que hablas...

Clavé mi mirada en él, y este tuvo un escalofrió.

-¿No? Entonces... ¿No crees que tengo cambios de humor muy sospechosos?

Comenzó a ponerse nervioso, muy nervioso.

-Sigo sin saber que intentas decirme.

Me acerqué a él y le encaré.

-Si fuese una espía, tu serías el primero que eliminase, así que ándate con mucho cuidado... Y duerme con un ojo abierto por si acaso.

Tragó saliva pesadamente, como consecuencia sonreí diabólicamente.

-Yo de vosotros no me acercaría mucho.-amenacé.

En ese momento sentí una punzante mirada atravesándome el pecho.

Otra vez...

Solo siento esto cuando...

-Sal de ahí Naruto.

Todos se sorprendieron al oírme, sobre todo el rubio que estaba escondido en el árbol que había en una de las casas.

-Sorprendente...-susurró la rubia.

-¿Te he asombrado?-pregunté sinceramente, pensé que sabían que estaba ahí.

-Sí.

Naruto bajó del árbol.

-¿Cómo me has descubierto?

-A ti te lo voy a decir.

-¿A quién si no?-sonrió felizmente.

¿Por qué estará siempre tan feliz?

Le envidio...

-Prefiero contárselo a la pared.

-Eso dices ahora, pero cuando estamos a solas tus palabras cambian...-me miró retadoramente.

-Tus acciones también cambian. ¿Verdad que sí Ino?

Esta vez únicamente la rubia palideció.

-¿De qué hablas?-estaba muy nerviosa, y eso era evidente.

-De lo que viste en el parque.

-¿¡Estabas ahí!?-gritó Naruto.

-Espiando.-respondí.

Palideció aun más, estaba blanca como la nieve.

-No... Yo no he espiado a nadie...

-¿Seguro?-preguntó el rubio.

-Sí.

-Menos mal...-suspiró aliviado.

Este chico es tonto.

Me estoy empezando a enfadar. Cuando estoy así es que la maldición tiene ganas de jugar... Y por jugar, me refiero a matar.

-¿Por qué has dicho eso Sakura?-Ino parecía más calmada pero aun seguía con lo nervios a flor de piel.

-No lo sé... Supongo que me habré equivocado.

-Ten más cuidado la próxima vez... No puedes andar acusando a lo loco.

-Y lo dice el que me ha juzgado sin ni siquiera intentar conocerme.-solté de golpe muy molesta.

¿¡Este que se cree!? Primero me acusa a mí y luego me echa el sermón.

-Dudo mucho que te dejes conocer.

-Bien dudado.

-¿Lo ves? No serviría de nada intentar acercarme si no vas a poner ningún esfuerzo en ayudarme.

-Tampoco habría hecho anda malo para perjudicarte.

-Eso no lo puedo saber.

-Lo sabrás si algún día te pillo en un callejón sin salida.-le miré gélidamente y retrocedió un poco.

Pobre Shikamaru... Siempre le miro así...

-Igual de gallina que este de aquí.-dije señalando a Naruto.

-¿¡A quien llamas gallina!?

-A ti. ¿No te ha quedado claro?

-Estoy harto de que me llames así.

-¿Y cómo quieres que te llame?

-Por mi nombre.

-¿Pervertido?

-¡¡NO!!

-Pensé que era tu nombre.-su vena se hinchó, nivel dos.

Escuché las risas de Ino.

-¿Qué pasa?-preguntó Hinata.

-¿No te parecen adorables?-respondió provocando el enfado de la vacaburra.

-¿A qué te refieres?

-Parecen un matrimonio.

Arranqué la farola, que tenía al lado, de cuajo.

-Despídete del mundo.-susurré entre dientes.

Ino salió corriendo todo lo rápido que las piernas le permitían y no me dio tiempo a darle el sueño eterno.

Lástima, otra vez será.

Lancé la farola hacia atrás y acerté en un contenedor de basura, que justamente un señor estaba abriendo para verter la basura dentro.

-Menuda cara de susto a puesto el pobre hombre...-dijo Naruto suspirando.

-Normal...-continuó Shikamaru.- No creo que sea agradable ver que una farola a estado a punto de golpearte.

-Tu sigue así y lo comprobarás.-dicho esto comencé a andar y cuando estuve a lado de Shikamaru...- La espía se va.

No sé qué cara puso, ya que, no me detuve a mirarlo.

Tras buscar más tiempo encontré el edificio, con tres chicos en la puerta. Uno alto que llevaba la cara completamente tapada y otro de pelo negro y largo, atado en una coleta y ojos blancos... ¿Será familiar de Hinata?

Y el último Kiba, con Akamaru.

El chico, al verme, me sonrió y se dirigió a mí.

-¡Sakura! ¡Ven que te voy a presentar a alguien!

-No hace falta, gracias.

Pero para cuando quise darme cuenta, me estaba empujando por detrás llevándome donde sus amigos.

-Que insistente eres Kiba.-dijo el moreno de pelo largo.

-Solo un poco.-respondió colocándose entre ellos.- Este de aquí es Shino...

El encapuchado.

-Y este de aquí, es Neji.

El familiar de la vacaburra...

-Hola...-no le puse muchas ganas al saludo.

-Chicos... Ella es Sakura.

Neji parecía sorprendido y el otro no podía saberlo.

-¿Es ella?-le preguntó a Kiba.

-Así es.

-Encantado, Naruto nos ha hablado mucho de ti.

¿Naruto?

-¿Y qué te ha dicho?

-Eso es secreto de amigo.

-Entonces nuestra conversación termina aquí.

No me iba a quedar hablando con alguien para nada, sabiendo que pongo en riesgo su vida.

Me abrí camino entre ellos y me adentré en el laberinto, quiero decir... En el edificio Hokage.

Tardé una hora y veinte, pero al final lo encontré.

Toqué la puerta tímidamente.

-Adelante.-respondieron muy animados.

Esto no me gusta.

Cuando entré vi a todos ahí.

¿¡Cuando han llegado!?

¿Y por qué están tan sonrientes?

Huye... Huye mientras puedas.

-¡Sakura! ¡No te quedes en la puerta! ¡Pasa, pasa!

Tarde... ¿Qué diablos está pasando aquí?

Cap 37: Príncipe embustero

Entré y cerré la puerta tras de mí.

-¿Que te ha parecido tu casa?

-Asquerosa.

Tsunade sonrió y eso me descolocó.

¿Por qué sonríe?

Si he dicho que es asquerosa... En mi mundo eso se considera un insulto.

¿Aquí no?

-No te voy a llevar la contraria, era la única que estaba libre en Konoha y he de admitir que estaba abandonada desde hace tiempo. Siento si te he molestado.
-¿Me ves molesta?

La hokage me analizó con la vista.

-No lo pareces.

-Acertaste.

-Si necesitas ayuda para limpiar la casa, estoy seguro que ellos estarán dispuesto a ayudarte.-señaló a los ninjas allí presentes.- ¿Verdad chicos?

¿Lo ha hecho por eso?

¿Solo para que pida ayuda?

No sé si su intención es buena o no, pero yo no puedo poner en peligro la vida de tanta gente.

-Claro, estaremos encantados de ayudarte.-dijo Ino sonriente.

-Os agradezco la oferta, mas no voy a aceptarla.

-¿Por qué no?-preguntó Tsunade sorprendida.

-No me hace falta.

En realidad sí, pero no lo iba a decir.

Aun me falta limpiarla por fuera.

-Sakura, no lo puedes hacer todo tu sola.

-¿Eso quien lo dice?

-Yo.-respondió Naruto.

Ni me había enterado de que estaba ahí.

-Tan equivocado como siempre.

-¿Ah sí? Demuéstrame que puedes.

-¿Que nos apostamos?

-Lo que quieras.

-Si te lo demuestro me dejas en paz.

-¿Durante cuánto tiempo?

-Para siempre.

-No hay trato.

Dibujé una mueca de fastidio al oírlo.

¿¡Entonces para que me hace ilusiones falsas!?

Será imbécil...

-Gallina.

Vena apareciendo, nivel uno.

Tornillos desaparecidos... Incontables...

Loca... Estoy loca...

-Lo que tu digas.-se estaba aguantando las ganas de responderme.

-Que poco ha durado esta vez vuestra conversación.-dijo Sai, ganándose mi mirada de odio.

En ese momento escuchamos pasos provenientes del pasillo.

-¿Que está pasando?

Shizune irrumpió en la habitación como un torbellino completamente sofocada.

-¿¡Que ocurre Shizune!?

-¡Han enviado un mensaje urgente de la aldea de la cerradura! ¡El príncipe tiene un problema! La nota está escrito por él...

-¿Ese estirado?-se quejó Naruto.- ¿Ahora que le ocurre? ¿No le entra el traje?

¿Príncipe?

-Naruto...

-Perdona Tsunade...

-Al parecer han estado robando información del país y se han ocultado ahí, en su villa.- informó Tsunade.

-Será mejor que enviemos allí una patrulla por si acaso.-dijo Tsunade.- Neji e Hinata irán para que sea más fácil el encuentro, Ino, tu irás como ninja médico y Naruto como refuerzo.

-¿Tengo que ir allí?

-¡Deja de quejarte Naruto!

-Vale, vale...

-Shikamaru, también quiero que vayas por si necesitáis alguna estrategia.

-Entendido.

-Sakura... Ve tu también.

-¿Perdona?

La sonrisa de Naruto se amplió.

-¿Que pasa Naruto? ¿Ya no protestas tanto?

-¡¡Sai!!-se sonrojó de golpe.

-Tener presente que al príncipe hay que respetarle, ¿Vale?

-¿Por qué me miras a mí?

-Porque eres tu el que discutes con él Naruto.

-Empieza el...

-Pues no le sigas.

-Lo intentaré...

-Partid.

-¡Sí!-respondimos a la vez.

Salimos de ahí, les seguí para no perderme y nos dirigimos a la entrada de Konoha.

¿¡Por qué diablos tengo que ir yo!?

Que alguien me mate por favor...

-Sakura...

-¿Qué pasa? ¿Vas a volver a acusarme?

-¿Siempre vas a responder lo mismo cada vez que te hable?

-Sí, ¿Qué quieres?

-Quiero que vayas delante y nos facilites el camino.

-¿Por qué?

-Hay muchas rocas que impiden el paso y con tu fuerza nos será más fácil acceder a la
villa.

-Creo que no soy la única que puede destrozar rocas.

-Lo sé, pero eres la única que puede hacerlo sin gastar ni un ápice de chacra.

-Está bien...

-No te detengas, si las piedras son muy pequeñas sáltalas, no te preocupes en romperlas.

-Bien... Tengo que advertirte de que si la roca es demasiado grande voy a tener que pararme para coger carrerilla.

-Como prefieras. Si vas a parar haznos una seña para que nos detengamos.

Asentí.

-Y no te preocupes por si te haces daño golpeando, Ino puede curarte.

-Vale.

-¡Ahora vámonos!

Como Shikamaru dijo nos dirigimos conmigo en cabeza, Neji iba al lado mío indicándome el camino y las coordenadas de las rocas más cercanas.

Gracias al Byakugan podía verlo, había oído hablar de esa técnica mas nunca la había visto en acción.

Destrocé fácilmente las rocas que se pusieron en mi camino.

-Detectó una muy grande justo al frente.

Tal y como le prometí a Shikamaru les hice una seña para que se detuvieran.

Me alejé bastante para poder tomas más carrerilla.

-¿Podrás romperla?-preguntó Neji.- Es bastante grande.

-La duda ofende.

Comencé a correr y preparé el puño, cuando lo vi dirigí el puñetazo a ella y lo estampé con fuerza.

Pasaron unos segundos y no ocurrió nada.

-No la ha roto...-susurró Shikamaru.

-Nos has defraudado Sakura.-dijo Naruto burlándose de mí.

-Tan bocazas como siempre.

Mi respuesta lo descolocó. Aparte el puño y múltiples grietas se hicieron presentes en la roca, al de unos segundos se dividieron transformando la roca en gravilla.

-¿Decías?

-¿Cómo lo has...?

-A ti te lo voy a decir.

El rubio frunció el ceño.

-¿Nos vamos?

-Sí...-Shikamaru fue el primero en salir de su asombro.

Minutos más tarde nos encontrábamos en la villa. Era bastante amplia, pero no llegaba ni a la mitad que Konoha.

Dos guardias se nos acercaron haciéndonos una reverencia. Llevaban una chaqueta azul con bordes dorados y unos pantalones negros.

-Los estábamos esperando, el rey aguarda en el castillo.

Nos guiaron hasta el castillo, enorme blanco, por todas partes, pasillos, habitaciones, cortinas... Todo blanco.

-¿Este hombre no conoce los colores?-preguntó Ino más para ella que para nosotros.

Los guardias se detuvieron.

-Es aquí, adelante.

Naruto entró primero como si fuese su casa. Al ver esto Shikamaru suspiró y se golpeó levemente la frente.

-La que nos espera...-susurró Neji resignado.

Yo entré la última.

-Naruto Uzumaki... Cuanto tiempo.-dijo un chico más o menos de mi edad ojos de color marrón al igual que su pelo y este iba sujeto con una cola de caballo.

-Idate Morino... Igualmente.

-Habéis venido muchos, Tsunade no repara en ninjas.

-Ya sabes cómo es la hokage.-Neji dio un paso al frente regalándole una reverencia.

-No hace falta que seáis tan formales conmigo. Hay confianza.

-Seguís siendo el príncipe.-se defendió Neji.

El chico recorrió a todos con la mirada y se detuvo en mí. Al verme abrió los ojos sorprendido y se levantó para dirigirse a mí.

-Creo que no nos han presentado, soy Idate, príncipe de esta humilde villa.

-Soy Sakura.

Deslizó su mano a la mía y depositó un beso en ella. Naruto soltó un gruñido que se me hizo bastante conocido... Ahora no caigo.

-Encantada.-conseguí escaparme de su agarre.

-Sakura... Que nombre más bello, ¿Significa flor de cerezo?

-Así es.

-¿Ah sí? ¡No tenía ni idea!-gritó Ino en mitad de la sala.

Suspiramos a la vez.

Nunca cambiará.

-No te había visto antes, ¿Eres nueva?

-Evidentemente.

-¿No tenías grandes problemas Idate?-preguntó Naruto con un matiz de enfado en las palabras.

-Es verdad, gracias por recordármelo.-volteó la cabeza hacia mi.- Espero volver a verte Sakura.

-Cuando quieras, Idate.

Sonrió y se dirigió a su trono.

-Bien... La situación es esta. Sabemos que no han podido huir porque hemos levantado un campo de fuerza alrededor de la villa...

-Un momento...-interrumpió Shikamaru.- Si había un campo de fuerza... ¿Cómo hemos podido pasar?

-Es un caso especial, todo el mundo puede entrar, pero nadie puede salir.

-Eso quiere decir que estamos encerrados...-agregó Hinata.

-Sí... Mas no debéis alarmaros cuidaremos muy bien de vosotros.

Eso último lo ha dicho mirándome a mí.

¿Qué diablos quiere este pervertido?

Di una palmada y sobresalté a todos los presentes.

-Hay más gente aparte de mí... ¿Lo sabías?

-Perdóname, es que tu belleza me ha deslumbrado.

-Muchas gracias.-remilgado.

-¿Puede continuar?-volvió a preguntar Naruto más enfadado.

-¿Qué te pasa hoy Naruto? Te encuentro un poco molesto...

-No es nada...

-Como tu digas... El problema es que no sabemos donde se esconden.

-¿Estás queriendo decir que puede ser cualquiera?-pregunté.

-Así es.

-¿Incluso tus guardias?

Hubo un minuto de silencio.

-Lo comprobaré. Eres muy hábil.

-Se hace lo que se puede.

-Id a investigar, si descubro algo nuevo os llamaré.

-Vale.-respondió Shikamaru.

-Ten cuidado Sakura, regresa sana y salva.

-Aprecio vuestra preocupación príncipe pero creo que me está infravalorando.

-Lo siento mucho.

Los guardias nos guiaron hasta la salida.

-¿¡Que le pasa a ese estirado!?

-¡¡Naruto!! ¡¡Que te va a oír!!-gritó Ino.

-¡¡Me da igual!! ¿¡Ese que se ha creído!?

¿Y a este que le pasa?

-¿Qué te pasa Naruto?-Shikamaru suspiró resignado.

-Se comporta muy extraño... Podría ser uno de los espías.

-No creo que un espía fuese tan considerado...-le corrigió Ino.

-Sigo creyendo que le pasa algo.

-El único problema aquí es que estas celoso.

Naruto se sonrojó de golpe.

-¡¡Ino!! ¡¡NO ESTOY CELOSO!!

-¡¡No me grites!!

-Chicos... Bajar el volumen...

-Shikamaru tiene razón, deberíamos comenzar a buscar.-apoyó Neji.

-Lo mejor será si nos dividimos.-sugerí.

-Buena idea. Cada cual que busqué por separado y nos encontraremos aquí al de una hora.

Asentimos y cada uno fuimos por lado diferentes.

Y como era de esperar, me perdí.

Acabé en un callejón sin salida.

-¡Tú! ¿Eres Sakura?

Me di la vuelta y vi a cinco encapuchados.

-Así es. ¿Qué queréis?

-Acabar contigo.

Uno de ellos se abalanzó contra mí blandiendo su catana. Lo esquivé hábilmente y con un rodillazo en el estomago lo dejé fuera de juego.

-Lo ha vencido de un golpe...-dijo uno de ellos.

-Será mejor que la ataquemos entre todos.-sugirió otro.

Me atacaron entre todos con sus espadas, mas sus mandoblazos nunca me alcanzaban. Los esquivaba grácilmente y estos estaban perdiendo los estribos.

-¡¡Acabemos con ella!!

De un golpe los dejé fuera de juego estampándolos contra la pared de enfrente.

¿Quiénes podrían ser?

Eran demasiado débiles para ser los espías. Apenas parecían tener chacra...

Ya había pasado la hora y todos estábamos reunidos en un restaurante.

-¿Alguien tiene buenas noticias?

-No he podido reconocerlos ni con el Byakugan, han mezclado su chacra con los aldeanos y no se puede diferenciar.-informó Neji.

-Yo tampoco he encontrado nada, a pesar de que he buscado con mis copias.-siguió Naruto.

-¿Y tu Sakura?-me preguntó Ino.

-No he conseguido ninguna pista...-comprobé algunas caras de depresión.- Pero...

-¿Tienes algo?-un rayo de esperanza se hizo presente en el rostro de Shikamaru.

-No creo que sea de mucha ayuda... Me han atacado unos encapuchados y sabían mi nombre.

-¿Estás bien?-preguntó Naruto preocupado.

-Sí, descuida, apenas sabían blandir un arma.

-Entonces, ¿Por qué te han atacado?

-Aun no lo sé...

-¿Comprobaste quien eran?

-No, pero con esos niveles de chacra tenían que ser ciudadanos.

-Eso no tiene ningún sentido... Tú no has hecho nada para ganarte su odio.-señaló Ino.

-Ya lo sé...

-Vamos a hablar con el principito.- Naruto se levantó de la silla.- Nos debe una explicación.

-Quizás consigamos alguna pista.

Cuando salimos, casi todos los aldeanos me miraban sorprendidos.

¿Qué está pasando aquí?

Nos dirigimos al palacio pero no nos dejaban pasar.

-El príncipe está en una reunión muy importante.-anunció el guardia.

-¡Es importante! ¡Déjanos pasar!-gritó Naruto.

-El príncipe nos dio órdenes estrictas de no dejar pasar a nadie hasta que termine.

-¡Que más te da! ¡Esperamos dentro!

-Lo sentimos señor, no puede pasar.

-¡Maldición!-el rubio lo acompañó con un gruñido.

-No vamos a poder entrar... Ahora que casi teníamos una pista...-dijo Shikamaru planeando alguna otra forma de entrar.

-Si no nos abren el camino, nosotros lo haremos.-solté de repente ganándome las miradas de todos.

-No puedes arreglar todo a golpes, ¿Sabes?-me susurró Naruto al oído.

-Yo hago lo que me da la gana.

-Sakura...-uno de los guardias llamó mi atención.- El príncipe acaba de informarnos de que tu puedes pasar si quieres.

-¿Yo?-o sea... ¿¡Yo!?- ¿Y a que ha venido ese cambio?

-No lo sabemos. ¿Quiere pasar?

-No.

Ino y los demás me rodearon en un círculo para ganar privacidad. Aunque Hinata lo hiciese a regañadientes.

-Naruto tiene razón... Esto se está poniendo muy extraño.-dijo Ino.- Ese hombre siempre se ha preocupado más por su reflejo que por los demás.

-¡Os lo avisé!

-Sakura... Ten cuidado.-me advirtió Shikamaru.- Quiero que entres ahí pero si trata de hacerte algo, defiéndete.

-Pero Tsunade a dicho...

-Seguro que Tsunade lo entiende...

-Shikamaru, si atacamos al príncipe, empujaremos nuestra villa a una guerra.-dijo Hinata.

-Prefiero una guerra antes que ese cerdo le ponga un dedo encima a Sakura.-dijo tajantemente el rubio.

Abrí los ojos de golpe, al igual que todos.

Naruto... Gracias.

-Que caballero te has vuelto Naruto.

-¡Ino!

-Iré.-dije cortando su discusión.

-Ten cuidado.

-Lo tendré.

Me escapé del círculo y acepté su invitación. Uno de los guardias me guió hasta la sala real donde el príncipe habitaba.

-¡Sakura! ¿Qué te trae por aquí?

-Pensé que estabas en una reunión.

-Acabo de terminar, de hecho estaba por llamaros, si no he entendido mal querías hablar conmigo.

-Así es. ¿Esperamos a los demás?

-¿Para qué? Tú estás aquí, eres como su portavoz.

Está tramando algo... ¿Pero qué es?

-Como usted diga.

-Tutéame por favor, no me gusta que me hablen de usted.

-Por supuesto Idate.

-¿Y de que querías hablar?

-¿Tienes algún aldeano furioso conmigo o algo parecido?

-Que yo sepa no... ¿Por?

-Me han atacado.

Se sobresaltó y se acercó a mí.

-¿Estás bien? ¿No te han hecho daño?

Cuando Naruto se había preocupado me he sentido más agradecida sin embargo cuando este lo ha hecho he sentido un mal presentimiento... Me está mintiendo.

-Estoy bien tranquilo.

-¿Seguro?

Lo comprobó examinándome de arriba abajo y tocando más de la cuenta, por suerte cuando me examinó el brazo nuestras pieles rozaron y tuve una visión.

En ella podía ver a el príncipe sentado en su trono esperando algo con impaciencia.

-¿Dónde estará?

Golpeaba el posa brazos de la silla real con los dedos. De repente entró un ninja más tapado que Shino vestido únicamente de negro.

¿Cómo respira?

-Has tardado demasiado, ¿Lo tienes?

-Así es. Esa chica es muy fuerte.

-Enséñamelo.

Hizo unos sellos con los dedos y frente a él apareció una bola con imágenes mías peleando contra los encapuchados.

-Asombroso...-dijo el príncipe asombrado.- Tiene una fuerza increíble.

-Y sospecho, su majestad, que eso solo es una parte.

-Será lo más seguro.

-¿Qué piensa hacer?

-¿Y tú qué crees? Es bella y salvaje, como a mí me gustan... Poca mujeres quedan como ella...

-¿Piensa conquistarla?

-Por supuesto, sería la reina perfecta. Cuando la he visto me he paralizado, es hermosa.

-Si me permite el comentario, he de admitir que es una belleza de otro mundo.

¡Qué exagerado!

¡Eso lo dice porque el príncipe ha dicho que soy guapa!

Si llega a decir que soy fea el otro me llama cardo borriquero.

-Lo sé... ¿Cómo crees que pueda conquistarla?

-Cualquier mujer en su sano juicio aceptaría estar con usted, pídaselo.

-Creo que tienes razón... Sakura, serás mía.

Abrí los ojos y creo que por ellos desfilaba la propia muerte.

¡¡SERÁ DESGRACIADO!!

¡¡POR ESO ME HA TRATADO TAN BIEN!!

¡¡Y ENCIMA HA SIDO EL QUIEN ME HA EVNIADO A ESOS TIPOS!!

Con razón sabían mi nombre.

De repente el chico se le ocurrió la terrible idea de deslizar su mano bajó mi camisa.

-Saca la mano de ahí.

-No te enfades Sakura, podemos pasarlo muy bien...-me susurró al oído.

Cap 38: ¿Novio? ¿Beso? ¿Naruto?

La pared se hizo escombros acompañado de un estruendo tremendo.

El humo que se levantó cuando los escombros tocaron el suelo me impidieron ver el cuerpo empotrado en la pared. Nada más disiparse vi al príncipe sin ningún rasguño, estaba sorprendida, pero al mirar abajo mi sorpresa se deshizo.

El ninja que iba más tapado que Shino estaba inconsciente entre los escombros.

Ahora entiendo porque no se ha hecho nada, este le ha protegido.

-Increíble, es el ninja más fuerte que tenemos y has acabado con él de un solo golpe...

-¿Que hace aquí?

-El se ocupa de protegerme de cualquier ataque.

-Vamos, que ha estado aquí todo este tiempo.

-Así es... Nunca pensé que alguien pudiese herirlo, es el más ágil de todo mi reino.

-No siempre puedes ser el mejor en todo.

-Me encantan las mujeres salvajes.

-No me digas...

-¿Sabes que podrías haber provocado una guerra entre Konoha y esta aldea?

¿He oído bien?

-¿Podrías?

-Como eres nueva y probablemente no sabías, te la voy a perdonar.

-¿Sí? Es un detalle por tu parte.

-Pero claro, hacer la vista gorda tiene un precio.

-¿Estas tratando de chantajearme?

-¡No, por favor! ¿Cómo se te ocurre pensar eso? Te estoy haciendo una oferta.

-Habla.

-Déjate hacer y yo no digo nada de este pequeño incidente.

-¿Dejarme hacer?

¿¡Cómo puede haber llegado a rey algo tan pervertido!?

-Sí, solo quiero manosear el género.

-¿Perdona?

Se acercó a ella lentamente.

-No te voy a hacer daño, prometo que te gustará.

-Si lo haces tú lo dudo mucho.

-Me encanta tu carácter...

El príncipe manos largas me metió la mano por debajo de la camisa, acariciando mi vientre.

-¡Saca tus manos de ahí!

-¡Shhh! Tranquila, esta vez será rápido.

-¿Esta vez?

-Si me gusta podemos repetir.

-También podemos jugar a fútbol con tu cabeza.

-Que genio tienes... Me gusta.-se lamió el labio inferior conteniendo un gemido.

¿Se estaba excitando? ¿¡Cómo es tan asqueroso!?

Me dispuse a darle el sueño eterno cuando...

-Espera...-parece que ha descubierto mis intenciones.- Si ahora me vuelves a golpear Konoha saldrá muy malherida.

-Lo dudo, Konoha es más grande.

-Sí, pero tenemos firmado un tratado de paz, ¿Qué pensarían las demás villas cuando se enteren que han atacado al príncipe heredero al trono?

-Eres un...

-Todas las villas se pondrían de mi parte... ¿Qué podría hacer la hokage contra todos ellos?

-Cerdo asqueroso...

-Lo sé, disfruta conmigo y evitarás todo eso, está en tus manos.

¿Qué puedo hacer? No puedo meter a Tsunade en una guerra absurda.

Para mi suerte escuché pasos, mejor dicho galopadas, en el pasillo. Al parecer el príncipe no se había enterado estaba demasiado ocupado manoseando mi anatomía.

La puerta se abrió de golpe provocando que Idate se detuviera de golpe.

Tras la puerta pueda ver a Naruto en estado de shock.

¿¡Por qué tuvo que ser el!?

Aunque me alegro que haya entrado.

Segundos más tarde, Ino y los demás entraron deteniéndose en el acto nada más vernos.

Shikamaru, que fue el primero en reaccionar observó el agujero de la pared y al ninja que yacía bajo los escombros.

-¿Que ha pasado...?

-¡¡SUÉLTALA DESGRACIADO!!-le interrumpió Naruto gritando a Idate.

Nunca le había visto así, sus ojos se habían vuelto en rojo sangre, idénticos a los que vi en la visión... Sus uñas se habían alargado un poco, al igual que sus colmillos y sus marcas en las mejillas se habían acentuado.

El príncipe al verlo así me soltó sin hacer ningún movimiento brusco.

-Tranquilo Naruto...-dijo Neji tratando de volverlo a la normalidad.- Sakura está bien...

Mas Naruto no le quitaba la vista de encima, aquella vista asesina... Me recuerda a la mía.

Corrijo, a la de la maldición.

-Naruto...-Hinata se le acercó y le abrazó.- Cálmate no vas a conseguir nada así.

¿¡Por qué le abraza esa vacaburra!? ¿¡Y yo porque me he puesto así!?

El rubio la apartó cuidadosamente.

-Siento haberte preocupado Hinata.-aun así no había cambiado su apariencia.

-No ha sido nada.-respondió esta triste.

-Idate...-dijo Shikamaru ganándose la atención de todos.- ¿Nos podías explicar que ha pasado aquí?

-Nada... ¿Qué va a pasar?

-Tienes un agujero enorme en la pared y un hombre inconsciente justo debajo.

-¡Ah eso! Veréis, el ninja ha atacado a Sakura pensando que era un enemigo y esta se ha defendido.

-¿Nada más?

-No.

-Está bien...

El rubio se acercó a mí.

-¿Estás bien?

-Sí.

Naruto suspiró y me rodeó con sus brazos, en ese instante me petrifiqué, él rozó su mano desnuda contra mi brazo y una visión acudió a mí.

Naruto y sus amigos estaban frente a la puerta de palacio, el rubio no parecía muy contento.

-No creo que haya sido buena idea dejarla entrar sola...

-Tranquilízate Naruto, sabrá manejar la situación.

-Shikamaru, ya conoces a Idate, juega sucio para conseguir lo que quiere.

-Naruto tiene razón.-le apoyó Ino.- Yo voto con que entremos ahora mismo.

-Y yo.-dijo Naruto.

-Esperaros un poco antes de que hagáis un escándalo.-Shikamaru dirigió la vista hacia Neji.- ¿Podrías utilizar el Byakugan para ver si está ocurriendo algo malo?

-Sí, como no.

Neji ejecutó su técnica y observó al palacio, por la cara que puso vio algo verdaderamente sorprendente.

-¿Que has visto?-preguntó Naruto preocupado.

-Sakura ha golpeado al príncipe.

-Sabía que iba a ocurrir esto...-Shikamaru suspiró resignado.

-No debimos haberla dejado entrar.-dijo Hinata.- Por su culpa nos vamos a ver envueltos en una guerra.

¡Payasa!

-Para el carro Hyuga.-dijo Ino de mala manera.- Sakura no atacaría a lo loco, ¿Has visto algo más?

-Sí.-respondió Neji.

-¿Que ha sido?

-Idate metiendo mano a Sakura.

Naruto abrió los ojos de golpe.

-¿¡Queee!?-gritaron a la vez.

El rubio corrió hacia la entrada pero los guardias lo detuvieron.

-No puede pasar señor.

Sus ojos se transformaron en los de antes y tomo la apariencia que tenía hace unos segundos.

-Déjame pasar o acabo con tu vida aquí mismo.-su voz era de ultratumba.

El guardia se apartó asustado y el rubio entró corriendo hacia el palacio.

Abrí los ojos para volver a la realidad.

Naruto estaba preocupado por mí...

Si no hubiera dicho nada probablemente tuviera que haberme acostado con el cerdo ese.

Idate lo pagará muy caro.

No correspondí el abrazo de Naruto, no puedo arriesgarme a perderlo.

-Naruto, ya me puedes soltar...

-Juro que lo voy a matar.-dijo sin hacer caso omiso a mis palabras.

-Tranquilo, no vas a ganar nada con eso.

-Si le corto las manos, no lo volverá a hacer.

-¿Quieres comenzar una nueva guerra?

-Me importa un pimiento la guerra. Yo a este tío lo mato.

-Déjalo Naruto, ya basta por favor.

Apoyé mis manos en su pecho y pareció haberse tranquilizado, su cuerpo se relajó completamente y al levantar la vista pude comprobar que el azul de sus ojos había vuelto.

-Está bien...

Me abrazó más fuerte.

-Lo siento...

-¿Por qué te disculpas?

-Porque no he podido estar ahí cuando necesitabas mi ayuda.

-No necesitaba tu ayuda.

Se aferró más a mí.

-Lo siento.

-Naruto... Deja de pedirme perdón.

-Pero...

-Apareciste en el momento exacto, me ayudaste.

-No pude evitar que ese cerdo te manoseara.

-Evitaste que las caricias tomaran otro rumbo, para mí es suficiente.

-Sakura...-me apretó tan fuerte que el aire no podía pasar entre nosotros.- Gracias...

-No... Gracias a ti, por aparecer.

-Te dije que quería ayudarte.

¿Qué me está pasando?

¿Por qué me siento así?

-¿Vosotros no teníais una misión que cumplir?-preguntó Idate muy molesto cortando nuestro abrazo.

-Sí, será mejor que nos pongamos manos a la obra.-sugirió Hinata que aun estaba enfadada.

Seguramente porque me he abrazado con Naruto.

-Vamos.-ordenó Shikamaru.

-Sakura...-dijo el príncipe.- Luego quiero hablar contigo, en privado.

-Tenemos que hacer una misión.-respondió Naruto por mí.

-Solo va a ser unos minutos.

-Después me acercó por aquí.

-Me alegro.

Salimos de palacio en un silencio absoluto, pero una vez en la calle Naruto explotó.

-¿¡Qué diablos te estaba haciendo el pervertido ese cuando he entrado!?

Iba a responder, sin embargo el rubio me lo impidió lanzando preguntas sin control alguno.

-Naruto... Cálmate, no me da tiempo a oír nada.-dije tratando de entender lo que decía.

-¿¡Por qué has aceptado hablar con él!?

-Porque ya lo he golpeado una vez, tengo que tener cuidado.

-¡Te estabas defendiendo!

-Lo que no entiendo es porque la segunda vez que te estaba manoseando no te defendiste.-soltó Shikamaru de repente.

-Me amenazó.

-¿Con que?

-Dijo que si le volvía a golpear, convencería a las villas vecinas para atacar Konoha.

-Y entre todas podrían acabar con Konoha...-terminó Neji.

-Exacto.

-Ese cerdo...-Naruto se dio la vuelta.

-¿A dónde vas?

-¡A matarlo!

Shikamaru estiró su sombra y la conectó con la de Naruto, este se quedó paralizado en el sitio.

No sabía que se podía hacer eso.

-No te muevas.

-¡Suéltame!

-No hasta que te tranquilices.

En ese momento Ino sonrió maliciosamente.

-¿Ino?

-Dime.

-¿Qué te pasa?

-¿A mí? Nada...

-¿Y por qué te has reído así?

-¡Yo no me he reído!

¿Qué se le habrá ocurrido ahora?

En ese momento las tripas me dejaron en evidencia, sonaron como lobos aullando.

-Me parece que alguien tiene hambre.-dijo Neji.

-Vaya... ¿Y se te ha ocurrido a ti solito o te han ayudado?

Tengo que ser borde con todos.

-Veo que no eres así solo con Naruto.

-Por supuesto que no, aquí hay para todos.

-Vamos, a comer algo antes de seguir investigando.-sugirió Shikamaru.

-Sí, ¡Yo me muero de hambre!-gritó Ino.

Tras hacerle prometer a Naruto que no iba a matar a nadie nos fuimos a un restaurante y arrasé con toda la comida.

-Que hambre tenía...

-¿¡Cuando has masticado!? ¡¡Si no me ha dado tiempo a ver la comida sobre los platos!!-dijo Ino sorprendida.

-A mi tampoco...-Neji no salía de su asombro.

-Ya verás cuando se entere Chouji que alguien ha batido su record comiendo.

Todo el mundo soltó una risita, excepto yo.

¡Me siento renovada!

Y con ganas de partirle la cara a Idate... Luego lo soluciono.

-Te veo más animada.-dijo Ino contenta.

-Un poco hacia un día que no comía.

-¿¡Un día!?-gritaron a la vez llamando la atención de todo el restaurante.

-Si queríamos pasar desapercibidos, nos ha salido mal.

-¿¡Cómo se te ocurre estar un día entero sin comer!?-preguntó Naruto.

¿Y a este que le pasa? ¿Ha estado callado todo este tiempo y me habla ahora? Encima para regañarme.

-¿¡Tu quien te has creído!? ¿¡Mi padre!?

-¿¡Y tú que!? ¿¡Te querías morir de hambre!?

-¡¡Sí!! ¡Déjame en paz!

-¡¡Eres una irresponsable!!

-¡¡Y tu un imbécil!!

Me levanté de mala manera tirando la silla conmigo y salí a la calle.

-¡¡Vuelve aquí!! ¡No hemos acabado de hablar!

-¡Vete al diablo!-le grité desde fuera.

Decidí irme de ahí y seguir buscando, con las visiones sería más fácil descubrir el paradero de esos espías.

Busqué por todos los sitios pero no encontré nada, aunque creo que he pasado dos veces por el mismo sitio...

¿¡Por qué no señalizan las calles!?

De repente escuché gritos provenientes de un parque, me acerqué pare ver qué pasaba y vi a unos abusones meterse con un niño mucho más pequeño.

-¡Danos lo que te pedimos!

-¡No puedo, es de mi padre!

-Entonces tendrá que ser por las malas.

El más grande lo agarró del cuello de la camisa y lo levantó a pulso, el joven gritó asustado.

Suficiente, me acerqué a ellos y los chicos se me quedaron mirando.

-Suéltale y metete con alguien de tu tamaño, mocoso.

El chico me miró de mala manera e hizo un gesto con la cabeza. Sus amigos se pusieron delante de él y me lanzaron varios kunais.

Que maleducados los niñatos, se creen que por ser ninjas pueden hacer lo que quieran.

Las armas venían tan lentas que solo tuve que andar para evitarlas. Al ver esto los niños se quedaron petrificados.

-Los ha evitado todos...-la cara de terror de los chicos era para fotografiarla.

-No sabéis hacer nada.-dijo el que parecía más mayor.

Soltó al niño y este cayó al suelo sin parar de llorar.

-¿Cómo te has atrevido a meterte con nosotros?

-¿No te han enseñado modales niñato?

-Te arrepentirás.

El chico cargó chacra en los pies y se acercó a mí a una velocidad increíble. Para ser pequeño es bastante hábil.

Sin embargo, no me costó nada evitarlo.

-Que rapidez, ¿Tú también eres una ninja?

-Puede, he de admitir que pare ser tan pequeño no eres nada malo.

-Gracias... ¿Cómo te llamas?

-Sakura. ¿Y tú?

-Nosotros somos los protectores oficiales del príncipe.-dijo haciendo una postura muy graciosa.

-¿Perdona?

-Sí, nosotros le protegemos.

¿A ese cerdo?

-Creo que él puede protegerse solo.

-¿No nos crees capaces?

-No digo que no seáis aptos para el cargo, pero un guardia protege, no daña a los demás.

El niño se quedó en silencio, mientras pensaban en eso me acerqué a él pequeño que lloraba.

-¿Estás bien?

Asintió forzosamente, le tendí la mano para ayudarle y este se protegió la cara con el brazo.

-No te voy a hacer nada, solo quiero ayudarte.

El niño acercó su mano lentamente a la mía y yo le sonreí, mientras por dentro estaba engañándome para que la maldición no hiciese nada.

Soy una falsa...

El pequeño entrelazó la mano con la mía y lo levanté a pulso. Pesaba muy poco, una vez levantado lo cogí en brazos.

-¿Estás bien? ¿Te duele algo?

-Un poco la pierna... Pero nada más.

-¿Donde? ¿Aquí?-toqué en diferentes partes de la pierna hasta que vi la mueca de dolor que dibujó el pequeño en la cara.

Utilicé mi chacra curativo y el pequeño se quedó alucinado.

-¿Ya no te duele?

-No, ¿Cómo has hecho eso?-preguntó ilusionado.

-¿El qué? ¿Esto?

Rodeé mi mano del chacra verde que caracteriza al chacra de los ninjas médicos.

-¡Hala!

Los otros niños se acercaron sorprendidos y admirados de ver eso.

-¿Nunca lo habíais visto?

-No. ¿Para qué vale?

-Para curar heridas, sin embargo no sana los cortes del corazón.

Los tres abusones se quedaron en silencio.

-La gente que defiende al príncipe no puede dañar a otros, sino no pueden llamarse guardias.

-Lo sentimos.-se disculparon con el niño.

-No pasa nada.-el pequeño les regaló una sonrisa.

-Lo sentimos por todo lo que te hemos hecho, a partir de ahora te protegeremos.

Sonreí, quiera o no, acababa de hacer una buena acción.

-Gracias.-el pequeño me abrazó y tuve que hacer un esfuerza increíble para engañarme y evitar la su muerte.

Cuando me agaché para dejarlo, los otros se me abalanzaron encima para abrazarme también y me tiraron.

Al final estuvimos como media hora jugando. Yo intentaba levantarlos y ellos se lo pasaban pipa.

Acabé un poco manchada, en comparación con ellos que estaban marrones, a causa del barro.

Los acompañe hasta su casa, las madres estaban preocupadas, era lógico son sus hijos. Los pequeños le contaron lo que hice, y ellas me lo agradecieron haciéndome una reverencia y todo.

Me invitaron a su casa y estuve un rato más jugando con los pequeños, que a pesar de que ellos se llevaban mal, sus madres eran grandes amigas.

Al final se me pasó la hora volando, quitando las partes que tuve que engañarme para mantener a raya la maldición, me lo pasé muy bien.

-¡Adiós Sakura! ¡Vuelve otro día!

-¡Adiós pequeños! ¡Portaros bien!

-¡Sí!-gritaron a la vez.

Intenté buscar a Naruto y los demás, pero como me lo esperaba... Me perdí...

Mucho he tardado...

Tras buscar un cuarto de hora vislumbré la cabellera rubia de Naruto. Me acerqué por detrás a ellos y nadie pareció notar que estaba ahí.

-¿La habéis encontrado?-preguntó Naruto.

-No.-respondió Ino.- La he buscado por todas partes y nada... Parece que se la ha tragado la tierra.

El rubio se llevo la mano a la cabeza.

-¿Es que no puede estar con nosotros ni un momento?

-Me da que no.-a Ino parecía divertirle la desesperación de Naruto.

-Sigo sin entender porque es así.-esta vez habló Shikamaru.

Decidí esconderme, ya que no me habían visto y seguramente el moreno me iba a acusar de nuevo. Quería oír que tenía que decir ahora.

-¿Vas a volver a acusarla?-Naruto parecía molesto.

-¿Acusar a quien?-preguntó Neji.

-Shikamaru piensa que Sakura es una espía de Akatsuki.-explicó Hinata.

-¿Y porque piensa eso?

-Por su fuerza.

-Neji...-llamó Shikamaru.- ¿Has detectado algo raro en Sakura cuando utilizaste el Byakugan?

-La verdad es que sí, quería haberlo comentado antes pero no he tenido la oportunidad.

-¿Y qué es?

-No tiene red de chacra.

Todo el mundo abrió los ojos de puro desconcierto, incluyéndome a mí.

¿No tengo red de chacra? ¿Entonces como puedo utilizar el chacra?

-Lo sabía.

-¿Qué pasa?-dijo Naruto.- ¿Ahora resulta que como no tiene chacra es un enemigo?

-No me refiero a eso.

-Shikamaru te estás contradiciendo.-interrumpió Ino.

-Sin embargo...-siguió Neji.- Cuando le dio ese puñetazo al ninja, pude comprobar la ráfaga de chacra que salió despedida de su puño.

¡Si no cargué chacra!

¿Por qué la pudo ver?

-Eso es completamente imposible, sin red de chacra no se puede utilizar chacra, no hay más.-dijo Hinata como si supiese todo, no te fastidia.

-¿Que secreto guardará esta chica?-preguntó Shikamaru por lo bajo.

Se están pasando de la raya.

Salí de mi escondite y me dirigí hacia ellos como si los acabase de encontrar.

Ino al verme sonrió y me saludó con la mano, agitándola en el aire. Los demás al ver el gesto de Ino se dieron la vuelta y otros simplemente buscaron con la mirada a quien saludaba Ino.

Naruto dibujó una sonrisa nada más verme. Odio cuando hace eso.

-Por fin apareces.-el rubio se cruzó de brazos.- ¿Dónde estabas?

-No estoy dispuesta a aguantar un rapapolvos tuyo.

-¿Podrías haber avisado no?

-¿Y tú podrías dejarme en paz no?

-Podría, pero no quiero.

-Bueno, pues yo podría avisar, pero no quiero.

-¿Siempre tienes una respuesta para todo?

-Sí, es que eres muy predecible... Y muy feo también...-esto último lo susurré pero por su vena palpitante en la frente deduje que me había oído.

-Naruto se te ha hinchado esa vena...-dijo Hinata señalándola.

-No es nada, no te preocupes Hinata.

Me aguanté las ganas de reír.

-¿Tu de que te ríes?-preguntó Naruto molesto.

-De tu cara.

El palpito de la vena se aceleró.

-Sakura.

Me di la vuelta para ver quién me había llamado, y me encontré con los guardias de Idate.

Que pesadilla...

-¿Qué pasa?

-El príncipe la llama.

-Ahora voy.

-Perdóneme señorita pero nos ha ordenado que la escoltemos.

-Está bien...-observé a los demás.- Vamos.

Todos abrieron la boca de golpe.

-¿Quieres que vayamos contigo?-preguntó Neji.

-¿No me vais a dejar ir sola verdad?

-No.-contestó Naruto.

-Lo que os decía, ¿Venís o qué?

Asintieron y fuimos juntos hasta el palacio, a guardia real nos condujo hasta el trono, en ella estaba el príncipe con una cajita en las manos.

-Sakura... Te esperaba... Aunque a los demás no.

-Vienen de misión conmigo.

-Que esperen fuera.

-No queremos.-Ino se le enfrentó adelantándose a Naruto.

-¿Osas desafiarme?

Me puse delante de Ino.

-O me lo dices o me voy.

-Cierto...

Idate se bajó del trono, se acercó hasta mí y me cogió de la mano. Naruto se puso en guardia al ver esto.

-No voy a hacerle nada.

-No te creo.

El príncipe depositó un beso en mi mano y se arrodilló.

-Sakura, ¿Quieres casarte conmigo?-preguntó abriendo la cajita, mostrando un anillo con un diamante más grande que el sol.

Pero bueno... ¿¡Este que se cree!?

Ino se llevó las manos a la boca y Naruto quedó en shock, al igual que todos.

-Idate, cariño, ¿Es una broma?-dije con fingida dulzura.

-No, es en serio.

-¿¡Tu de que vas!? ¡¡O sea, que primero me metes mano y luego me pides matrimonio!! ¿¡Tú te has golpeado la cabeza!?

Se levantó de golpe.

-¿¡Rechazas mi oferta!?

-¡Por supuesto que sí! ¿¡Tu quien te has creído!?

-¡¡Soy el príncipe de este reino!!

-¡¡Como si eres el rey del mundo!! ¡¡Me da igual!!

-¡Yo puedo darte todas las riquezas del mundo!

-¡Me importan un bledo tus riquezas!-le apunté con el dedo.- No hay oro en el mundo que me convenza para quedarme al lado de un pervertido como tú.

Los demás, si antes estaban en shock, ahora estaban en parálisis cerebral.

-¡Te vas a arrepentir de haberme rechazado! ¡Te vas a quedar sola y vendrás arrastrándote a pedirme una segunda oportunidad!

-¿Ah, sí? Mas quisieras mocoso malcriado.

-¿¡Cómo me has llamado!?

-¡¡Mocoso malcriado!!

-Vas a venir a arrastrarte antes de lo que me pensaba.

-¿Y porque estas tan seguro?

-Porque yo puedo darte todo, y cuando te veas sola y amargada, vendrás a mí.

-No me digas...

-Puede que te acepte, pero solo si prometes darme descendencia.

-Antes lo hago con un mono, que al fin y al cabo, sería lo mismo.

Su cara se puso roja de la furia.

-Idate.-interrumpió Ino.- Sakura no va a acabar sola.

-¿Ah no? ¿Y por qué dices eso?

-Ella ya tiene novio, por eso te ha rechazado.

Me petrifiqué en el acto.

¿¡Novio!?

-¿¡En serio!? ¿Por qué no me lo has dicho antes?

-Yo no tengo porque contarte mi vida amorosa.

-¿Y quién es?

-Él.

Ino señaló a Naruto y yo me contuve las ganas de matarla.

-¿Naruto? ¿En serio?

-Sí.-respondió Naruto pasando un brazo por mi cintura.- Estamos saliendo.

-Vaya... No he visto ninguna muestra de carió por parte de alguno.

-Es que no nos gusta relacionar la vida amorosa con la de trabajo.-respondí rápidamente.

-¿Os queréis mucho?

-Mucho.-respondió el rubio.

-Bueno, pues si tanto os queréis... Besaros.

¿Perdón? ¿¡Perdón!? ¿¡PERDÓN!?

Todo el mundo guardó silencio.

-Aquí no podemos, sería de mala educación besarse delante del príncipe.

-Para nada, adelante.-Idate parecía estar muy seguro de que no íbamos a hacer nada.

Normal... Ni yo me lo creía.

Naruto me miró a los ojos y yo me colgué de su cuello, había que hacerlo un poco creíble. Cuando termine esta misión... ¡¡¡Mataré a Ino!!!

¡Muerte, muerte, muerte!

Acortamos distancias, cerramos los ojos y nos fundimos en un beso.

Mi primer beso... Y tuvo que ser con él...

¿¡Cómo he llegado hasta aquí!?