Mi maldición [+18] (21/11/13) (Cap 59) [Final de la última temporada]

Cap 47: Cena comprometedora

El panorama era el siguiente: Ino maravillada por todos los vestidos mientras que Naruto le sacaba pegas a todos.

Uno era muy corto, otro con mucho escote... Y los que parecían más recatados eran los que Ino aborrecía.

Yo me había sentado en la cama para verles discutir, haber si se dignaban a optar por uno. Lo gracioso era que, a pesar de que soy yo la que tenía que ponérselo, lo elegían ellos.

Neji y Shikamaru discutían algo sobre mí, ya que me miraban constantemente sin tratar de disimularlo si quiera.

La vacaburra, que se había mantenido al margen fulminándome con la mirada, se acercó a mí aprovechando que Naruto no la veía.

-¿Qué quieres? Mira que eres pesada...

-Por tu culpa casi pierdo a Naruto-kun.-respondió de golpe fingiendo la sonrisa para que nadie sospechara de que íbamos a discutir.

-¿Mi culpa? Te recuerdo que fue él quien me aparto.

Por cierto... Aun tengo que hablar con él sobre eso.

¡Le voy a echar tal bronca que no va a volver a hacerlo jamás!

Y si se le ocurre planteárselo... Lo mato.

-Si habrías esquivado el ataque, él no habría bajado la guardia.

-Y si él no me habría apartado, no habría pasado nada de eso.

-Fue tu culpa, ¿Por qué te tiraste a los brazos de mi chico?

-¿Tu chico? Dudo mucho que sea algo más que amistad... Bueno, si llega a eso.

Frunció el ceño rápidamente.

-¡Por supuesto que llega a eso!-no levantó mucho su tono de voz.- ¡Y es mucho más que una simple amistad!

-¿Ah sí? Yo creo que es algo llamado: "Pasan de mí".

-¡No pasa de mí!

-Si tú lo dices.

-No quiero que vuelvas a acercarte a mi Naruto-kun.

No necesito que una idiota venga a decirme lo que tengo que hacer.

Ya tenía pensado alejarme de él.

Un momento...

-¿He oído bien? ¿Tu Naruto?-¿Ha dicho eso?

-Así es.-¿En serio?

-Lo veo un poco difícil.-sonreí maliciosamente.- Para empezar es mi novio.

-Un novio falso.

-Y para acabar vivimos en la misma villa. Nos veremos constantemente.

-Evítalo, no quiero volver a verte cerca de él.

Entonces mira esto...

Me levanté y me dirigí a los dos rubios.

-¿Habéis decidido ya?

-¡Sí, mira!-me enseñó un vestido negro.- ¡Este es perfecto!

-¡De eso nada!-Naruto se lo arrebato de las manos.

-¡Oye! ¿¡Por qué no!?

-¿¡Es que no lo has visto bien!? ¡¡Es muy corto!!

Y volvemos a empezar.

-En ese caso... ¡Este!

-¡Tampoco!

-¿¡POR QUÉ!?-parece ser que Ino comienza a perder la paciencia.

Antes de que se empezaran a gritar, agarré al rubio de la camisa y lo atraje hasta mí, uniendo nuestros labios.

Como siempre, no tardó ni un segundo en corresponderme.

-¿A qué ha venido ese beso?

-Estaba harta de oírte gritar, me has puesto la cabeza como un bombo.

-Entonces gritaré más a menudo.-respondió sonriente.

-Eres un pervertido...

-Bien que te gusta...

Suspiré, este hombre acaba con mi paciencia.

Sé que tengo que alejarme de él pero hasta que no acabe la misión no puedo. Así que toca resignarse y ser una buena novia.

Que quede claro... No le he besado por gusto sino porque Hinata se merecía un escarmiento.

¿A quién le estoy diciendo todo esto?

-¡Sakura! ¿Qué te parece este?

Me enseñó un vestido azul precioso que seguramente me quedaría bien, igual no rellenaba todo el pecho pero por lo demás no habría problemas.

Creo...

Naruto en cambio, pensaba de forma diferente.

-¿¡Ese vestido!? No, es muy corto.

-¡Para ti todos son cortos! ¿¡Qué quieres!? ¿¡Qué vaya tapada hasta la cara!?

-¡No! ¡Lo que no quiero es que vaya enseñando todo!

-¡Con esto no enseña nada!

-¿¡Cómo que no!? ¡Si yendo desnuda oculta más que con eso!

-Oye, si queréis puedo ir...-Naruto me fulminó con la mirada antes de que pudiera acabar la frase.- Vale, vale, no he dicho nada... Solo era por dar ideas...

-Se agradecen tus sugerencias pero ahora no hacen falta.-respondió el rubio tratando de ocultar el enfado que le carcomía por dentro.

-Como usted diga caballero.

Me dirigí a la cama y me senté donde estaba.

-¡Lo has hecho aposta!-Hinata seguía sin creérselo.

Hablábamos bajito para que no nos oyeran.

-Por supuesto, a ver si te crees que a mí me gusta besarle.

-Tienes una grave enfermedad, cualquier chica en su sano juicio desearía probar esos labios carnosos...

-Cuidado que se te cae la baba.

-Maldita... Algún día te daré tu merecido.

-¿Me vas a golpear con una ubre?

Maldijo algo por lo bajo y se fue de ahí, sumándose a la charla que mantenían su primo y Shikamaru.

Ino y Naruto llevaban media hora discutiendo y mi paciencia se agotó.

-¡YA BASTA!-grité.- ¡Me tenéis negra!

-No te enfades Sakura... ¡Es culpa de este!

-¿¡Mía!?

-¡Sí tuya!

Observé la ventana y vi la luna en lo alto del cielo.

Seguramente pronto sería la hora de ir a esa repugnante cena.

-¡Fuera de aquí! ¡Ya lo elegiré yo!

Los empujé hasta la puerta.

-Esperarme aquí o ir yendo, haced lo que queráis.

Antes de que pudieran contestar, cerré la puerta y observé los vestidos que estaban en el suelo.

Todos eran muy recargados, con mucho vuelo o con colores demasiado chillones.

Estuve un rato buscando y al final encontré un vestido de color verde oscuro, con escote en forma de corazón y palabra de honor. En la parte derecha del escote estaba adornado con piedrecitas que acababan en la cintura. Iba drapeado hasta las caderas y el resto caía delicadamente. Tenía una cola de sirena y una abertura en la parte delantera, supongo que era para que no fuera tan difícil andar con ese vestido.

Era muy bonito, así que sin dudarlo lo cogí y me encerré en el baño.

Tras ponérmelo comencé a peinar mi cabello rosado.

Nunca me había parado a mirarlo pero ahora que lo veo de cerca, dudo que alguien tenga este color.

Me ondulé un poco el pelo con la intención de tardar más.

Encontré varios pendientes, que tenía tres piedras en hilera, la primera tenía forma de rombo, la segunda de circulo y la última de gota. Todos tenían un color verde que se asemejaba a la esmeralda.

El collar a juego tenía la lágrima y arriba la hilera se repetía.

Para acabar me puse unas sandalias del mismo color, que consistían en tiras adornadas con piedras iguales al collar.

Salí del baño sin maquillarme si quiera.

Nunca lo he hecho, podría ser capaz de acabar con la cara como un payaso.

Abrí la puerta y observé el pasillo, no había nadie.

¿Se habrán ido a la cena demoniaca?

Caminé por los pasillos un poco desorientada.

¿Dónde estoy?

Me perdí por el camino, como siempre, durante una hora entera.

Esto era lo que me faltaba...

Llego tarde a mi primera "cita".

Cita... Qué raro suena...

Una voz chillona me sacó de mis pensamientos.

¿Era Ino?

Me dirigí al lugar en el cual se origino el grito.

Antes de girar la esquina y dirigirme por el pasillo, donde seguramente estaban, mi instinto me dijo que me detuviera.

Hasta ahora no me ha fallado, no creo que esta sea la excepción que confirma la regla.

Agudicé el oído hasta reconocer la voz de Idate.

-¿Y dónde está Sakura?

-Se está preparando.-respondió Ino.

-¿Seguro? Puede haberse hartado de su novio y se haya fugado.

-Sakura nunca haría eso.-dijo Naruto con un tono de voz bastante grave.

-Quien sabe... Puede haber cambiado de opinión.

-Idate... Ella no haría eso.-dijo Ino con un tono de voz poco amigable.

-¿Se puede saber el porqué?

-Porque le amo.-respondí saliendo de mi escondite.

Todos giraron posaron la vista sobre mí y la reacción general fue el asombro.

A la rubia se le cayó un trozo pan que llevaba a la ropa, puede ser porque no se esperaba que estuviese ahí. Neji y Shikamaru dilataron los ojos como nunca, Hinata se sorprendió y después me lanzó una mirada envenenada. Idate estaba a punto de babear mientras que Naruto tenía los ojos abiertos y estaba completamente rojo.

Me acerqué a la mesa, que se hallaba en medio de un enorme comedor, lentamente.

El vestido se abría a cada paso que daba, e Idate no podía despegar la vista de mí.

Creo que el plan de distraerle puede funcionar.

El único sitio libre era entre el príncipe y Naruto.

Al mirarle directamente esos ojos azules profundos me sentí muy bien y solo atiné a esbozar una estúpida sonrisa de colegiala enamorada.

No he dicho eso último.

Sonrisa a secas, de enamorada nada.

-Hola cariño.-deposité un beso en sus labios para ver si reaccionaba pero no lo conseguí.- Siento la tardanza, me he perdido por los inmensos pasillos.

-No pasa nada, merece la pena esperar si la recompensa es verte así de guapa.-dijo Idate ganándose la mirada asesina de Naruto quien por fin reaccionó.

-Por primera vez Idate tiene razón.-la rubia se acercó a mí y me cogió de las manos.- ¡Estas bellísima Sakura!

Suspiré ante su cara de alegría.

¿Por qué se pone tan feliz por un detalle tan pequeño?

-Ahora que estamos todos... ¿Comemos?-dijo Idate.

Asentimos.

Ino se fue a su sitio y Naruto se levantó para apartar la silla con el fin de ayudarme.

Un gesto caballeroso que consiguió, por unos segundos, teñir mis mejillas de rojo.

-Si me hace el favor de sentarse aquí bella dama, este servidor sería tan feliz.-dijo el rubio ofreciéndome su mano.

Su manera de hablar me sorprendió mucho.

-El placer es mío.

Acepté su mano y me guió hasta la silla.

El recorrido no era mucho, por no decir que eran tres paso contados, pero ese detalle le hizo quedar como el novio perfecto.

Si no estuviera maldita yo...

Sakura no pienses estupideces...

-Muchas gracias gentil caballero.

-No ha sido ninguna molestia mi dulce dama.

-¿No era una bella dama?

-Tengo muchos adjetivos para definirla.

Sonreí y él me devolvió el gesto.

-Agradezco que hayas aceptado mi invitación.-comenzó a hablar Idate.

-No ha sido nada.

Crucé mis piernas bajo la mesa y al hacerlo el vestido se hizo a un lado dejando ver mi pierna entera.

Parte de mi anatomía que no pasó desapercibida para el príncipe.

-Bueno Sakura... ¿Por qué no me cuentas algo de ti?-volvió a preguntar el baboso.

-¿Qué quieres saber?

-¿Qué es lo que más te gusta?

-Pasar el tiempo con mi novio.

Naruto me observó sorprendido y después me sonrió.

-Que suerte he tenido al encontrarte.-respondió éste mirándome con sus ojos azules penetrantes.

-¿Desde hace cuanto os conocéis?

-Desde hace un año.

-Me gustaría saber cómo os enamorasteis.

-Te lo conté yo, ¿Recuerdas?-respondió Naruto rápidamente.

-Sí, lo recuerdo pero también quiero que me lo cuente ella. Además tu relato fue muy resumido.

-Yo no tengo problemas en contárselo, Naruto.

-Adelante.-dijo Idate sonriente.

Lo que él no sabía es que lo había visto en una misión, al menos el tiempo que dijo Naruto.

Un año...

-Llegué a Konoha hace un año, vi a Naruto volviendo de una misión y no pude evitar pensar que era la persona más atractiva que vi nunca.

¿Me he sonrojado al pensar en el pecho de Naruto?

¡No puede ser!

Contuve el calor que luchaba por quedarse en mis mejillas y proseguí mi relato.

-Si bien al principio me mostraba recia con el paso del tiempo supo derrumbar las barreras que cubrían mi corazón.

¿Es una mentira o una verdad?

Deseché esos pensamientos que atacaban a mi mente.

-Odiaba cada vez que me lo encontraba o me acorralaba contra lo primero que pillaba.

-¿Acorralar?-interrumpió Idate.

-Era la única manera que tenía de acercarme a Sakura.-respondió Naruto con una sonrisa capaz de iluminar mi corazón oscuro.

No he pensado eso... ¡No lo he hecho!

-No me gustaba nada cuando hacia eso, ya que llegaba de improvisto y conseguía acorralarme. En todos nuestros encuentros siempre acabábamos así.

-¿Y no te molestaba?

-En parte sí, pero con el paso del tiempo me empezó a gustar... Tanto, que a veces le hacía rabiar solo para que hiciese eso.

-¿Así que lo hacías por eso?-preguntó Naruto haciéndose el sorprendido.- Ya decía yo que no era normal que te metieses tanto conmigo.

-Es que cuando te enfadas me pones muy cachonda.

El rubio se sonrojó de golpe e Idate por poco se atraganta con la bebida, e Hinata ni te cuento.

Tiene que estar tragando bilis.

-¿Podrías ser menos directa?-la pregunta de Naruto me descolocó.

-¿Por? ¿Te molesta?

-Claro, si dices eso me cuesta más evitar el calentón.

Hinata escupió el agua que estaba bebiendo en ese momento.

Esta vez me sonrojé yo.

¿Por qué no puedo evitar el ponerme así de roja?

¡Te odio cuerpo!

-¿Podemos seguir con la conversación sin decir soeces?

-Perdona Idate, pensé que querías todos los detalles.-respondí divertida.

-Todos no son necesarios.

-Bien... Como iba diciendo, tras todos sus intentos de acercamiento comenzó a gustarme estar en sus brazos, ver su sonrisa, observarlo desde la distancia...

-¿Observarlo desde la distancia?

-Tenía miedo de decirle lo que sentía y perder la amistad que forjamos.

-¿Y cómo te declaraste?

-Un día estábamos discutiendo, cuando por error se me escapó que le amaba.

-¿Discutiendo?-amplió su sonrisa.- ¿Se puede saber la razón?

-Yo siempre le contaba a Sakura sobre todos mis ligues, sin saber que, indirectamente, le hacía daño.-dijo Naruto agarrándome de la mano mientras entrelazaba lentamente los dedos.- Cuando me enteré de que me quería, tenía ganas de morirme, me sentí la peor persona del mundo.

-¿Por qué?

-Porque ella siempre había estado a mi lado, sonriéndome, ayudándome, apoyándome. Y yo, en mi suprema ignorancia, no sabía que lloraba a mis espaldas por mi culpa.

-¿Qué pasó después?

-Un día la pillé llorando y le pregunté que le pasaba, ella se negaba a responderme y al final acabamos discutiendo.

-¿Por qué llorabas ese día Sakura?-la pregunta sorprendió a todo el mundo.

Menos mal que soy rápida pensando.

-Ese día, una bruja sin neuronas, vino a mi casa para decirme que me alejase de Naruto ya que él nunca se fijaría en alguien como yo.-observé a Hinata de reojo y me fulminó con la mirada. Ya sabe que el insulto iba para ella.- Sus palabras me hicieron mucho daño y comencé a llorar.

-¿Cómo fue la discusión?

-Naruto tuvo que acorralarme para que lo confesara. Empezamos a gritarnos hasta que me preguntó porque lloraba, como aun estaba gritando no controlaba las palabras y acabé chillando que le amaba.

-¿Cómo reaccionaste?-le preguntó a Naruto.

-Me quedé en shock. Durante los días siguientes traté de hablar con ella pero no paraba de evitarme y no lo conseguía.

-¿Cuando conseguiste hablar con ella?

-Al de unas semanas, apareció en mi puerta y se negó a irse de allí si no le abría.-seguí contando la historia que inventábamos. Y cabe decir que estaba quedando muy creíble.- Aguantó ahí durante horas y al final, conmovida por su insistencia que lo caracteriza, le abrí la puerta.

-No sabía cómo decirle que le quería y al final acabamos discutiendo como siempre.-esto es como la patata caliente, cuando yo acabo un trozo de historia, Naruto sigue con otra y vuelta a empezar.- Hasta que nos besamos.

-¿Afirmas que la querías?-el rubio asintió.- Entonces, ¿Por qué saliste con todas esas chicas?

-Porque pensé que Sakura se merecía algo mejor, algo que yo no podía ofrecerle. Así que por su bien dejé que fuese libre.-por poco lloro al pensar que esa vida podría ser la mía, en vez de la que llevo ahora.- Un error que por poco lo lamentaría por siempre.

-¿Por poco?

-Por suerte no dejé marcharla y fue lo mejor que me paso en la vida.

-A mí también, me alegro de que me dieras oportunidad de estar contigo.

-No podía olvidarme de ella así que traté de conseguirlo saliendo con otras chicas pero no podía sacármela de la cabeza. Había invadido mi mente y mi corazón.

¿Por qué me siento tan bien al escuchar todo esto?

-Sin embargo no conseguí olvidarla nunca...

-¡Es verdad-dijo Ino.- Cuando salió conmigo siempre me decía lo maravillosa que era la chica que quería y a pesar de que traté que la olvidase me fue imposible.

Nuestra pequeña mentira es bastante creíble.

-Yo estoy de testigo.-dijo Shikamaru alzando la voz para que le oyésemos bien.- Soy su amigo y siempre me contaba cada detalle de Sakura. Menuda chapa me daba.

-Yo también escuché varios relatos cuando Shikamaru no podía estar con él.-habló Neji con una sonrisa.

Creo que le divierte como se va agrandando la mentira.

-¿Cuando dejaste de salir con las chicas?

-Cuando me di cuenta de que no podía olvidarla... Es más, salir con tantas chicas me hizo darme cuenta de que ella era única y que era la mujer que más quería. Por mucho que lo intenté evitar acabé enamorándome.

Me siento feliz...

Querida...

Aunque sea una mentira.

Esa sensación cálida inundó mi cuerpo.

Me siento tan llena de energías.

Puedo notar los sentimientos positivos de todas las personas aquí presentes, me hacen sentir tranquila y protegida.

Tal y como me siento en los brazos de Naruto.

No he dicho eso...

La alegría es tan inmensa que no pude evitar derramar una lágrima.

-Sakura... ¿Por qué lloras?-preguntó Naruto alarmado.

Mierda... Me han visto.

-Porque ese día fue el más feliz de mi vida.-sonreí limpiándome la lágrima.- Quien me diría que aceptarías mis sentimientos.

-Siento lo mismo, no sabía que me querías.

-Vaya...-dijo Idate.- Que tierna la historia, y yo que pensaba que todo era una mentira.

-¿Por qué lo pensabas?

-No era normal que discutieseis tanto.

-Todas las parejas discuten.-respondí tranquilamente.- No creo que eso sea algo por lo que sospechar.

-¿Tú sabías que era jinchuriki?

-Por supuesto que lo sabía, y deberías saber que no me gusta que le llamen así.-qué manía tiene la gente por llamarlo de ese modo.- Tiene un nombre.

-Sí, lo siento. Ya lo olvidé.

-Ten más cuidado la próxima vez.

-¿Alguna vez se ha descontrolado?

-No.

-¿Seguro? Cuando entró en la sala real, el día que estábamos hablando, no parecía él.

-¿Hablando?-preguntó Naruto irónicamente.- ¡Le estabas metiendo mano a mi novia!

-No hace falta entrar en detalles.

-Serás...

Apreté con fuerza la mano de Naruto tratando de tranquilizarle.

-¿Comemos?-preguntó Ino alegremente.

-Claro.

Nos sirvieron todo tipo de comida.

¡Qué hambre tengo!

-Pobre Chouji...-dijo Shikamaru.- Si supiera lo que se está perdiendo...

-Será mejor no decírselo.-comentó alegremente la rubia.

Hinata ha estado callada porque tiene mucho trabajo fulminándome con la mirada.

-Sakura.-que pesado...

-Dime.

-Me gustaría conocerte mejor, si a tu novio no le importa.

-Si no le metes mano, no pasa nada.-respondió el rubio.

-Bien... Aparte de estar con tu novio, ¿Qué más te gusta hacer?

-Leer.

-Ya... ¿Y cómo te gustan los hombres?

Me quedé paralizada con esa pregunta.

¿¡A qué venía eso!?

-¿Por qué quieres saberlo?

-Es que me da en la nariz que estas con Naruto por pena.

-¿Perdón?

El rubio me apretó la mano con fuerza, seguramente estará intentado calmarse.

-Siento decirlo tan de repente pero no me parece normal que una mujer como tú, esté con un chico como él.

-¿Qué quieres decir alimaña rastrera?-escupió Naruto de mala manera.

-¿Lo ves? Es agresivo, mal educado y te grita mucho.-sonrió.- No niego que antes fuera mejor persona pero ahora que ya te ha conseguido no le importa nada.

-Mira estirado...-detuve a Naruto con una mano.- ¿Sakura?

-Idate...-le sonreí amablemente.- Al menos él puede decir con total tranquilidad que tiene la conciencia limpia.

-Y yo también.-respondió extrañado.

-¿En serio? Yo si me vería involucrada en un ataque a otra villa, que ha firmado un tratado de paz, me sentiría muy mal. ¿Tú no?

Idate palideció.

-¿De qué hablas?-tragó saliva.

Me levanté de golpe tirando al silla.

-¡Se perfectamente que estuviste involucrado en el ataque de Akatsuki!

-¿¡QUÉ!?-preguntaron a la vez los demás.

-¿Cómo dices eso Sakura? Yo nunca...

-Sabías perfectamente que atacarían y tú estabas esperando el momento de atacarla para conquistarla.

-No yo...

-El problema es que no esperaba que la Konoha saliera victoriosa y sin un rasguño de la batalla, ¿Verdad?

A estas alturas comenzó a sudar petróleo.

-Supiste que fue gracias a mí y te inventaste todo eso de los espías para traernos aquí. ¿Me equivoco?

Idate bajó la vista y sonrió arrogantemente.

-No sé como lo sabes pero me alegro de haberte elegido.-se levantó tranquilamente.- Inteligente, guapa, salvaje, graciosa... ¿Tienes algún defecto?

-La falta de paciencia.

-Tranquila querida flor de cerezo, tengo una sugerencia que hacerte.

¿Qué se le habrá ocurrido ahora?

-Como sabéis todo, comprenderéis que no os puedo dejar marchar.-muchos ninjas aparecieron tras una nube de humo.- Tendréis que quedaros aquí.

-Maldito...-farfulló Ino.

-Pero si Sakura decide quedarse conmigo, podéis iros.

-Ni loca.-respondí.

Escuché el ruido de un ruido metálico cerca de mi oído.

-¡Sakura!-gritó Naruto.

Me di la vuelta y vi como un kunai apuntaba a mi frente.

-¡No te atrevas a tocarla desgraciado!-la voz de Naruto se torno en una más grave.

-No te muevas y nadie saldrá herido.-amenazó Idate.- Te voy a mostrar que tu novio es una basura.

Se acercó a Naruto y le golpeó en la cara.

Me quedé de piedra al ver eso.

¿¡Cómo se atreve!?

El rubio fue a golpearle cuando más ninjas me apuntaron a la cabeza con un arma.

-Te he dicho que no te muevas o tu chica pagará las consecuencias.

-Maldito... Pelea conmigo de forma justa.-le lanzó una mirada fría.

-Entonces no tendría gracia.

-Lo mismo digo para los demás, al mínimo gesto que hagáis, Sakura muere.

Un ninja agarró de los brazos a Naruto inmovilizándole.

-Vamos a ver cuánto puedes aguantar.

Estampó su puño en la tripa del rubio y éste escupió sangre.

-Es más divertido de lo que me esperaba.

Repitió la acción varias veces.

No pienso ver esta salvajada sin hacer nada.

Idate lo pagará muy caro.

Observé a Shikamaru y una idea surcó mi mente.

Él controla las sombras y para detectar ese ataque hay que ser muy buena.

Le señalé a Idate con la mirada y aunque no me entendiese, o tal vez sí, negó con la cabeza.

-Espera.-dije deteniendo a Idate.

-¿Qué ocurre?

-¿No querías tenerme?-sonrió maliciosamente.- Deja de pegarle y seré tuya.

Abrieron los ojos desmesuradamente.

-Trato hecho.

Aproveché que uno de los ninjas se relajó y me mediante una patada me libré de él.

Antes de que pudieran reaccionar me apoyé sobre mi mano y dando vueltas en el suelo, con las piernas arriba, me libré de ellos utilizando los pies.

Me dirigí a él a una velocidad de vértigo con el puño alzado pero me detuve antes de tocarle si quiera, al ver como apuntaba a Naruto con otro kunai.

-No dejas de sorprenderme, tú sola te has librado de ellos, mientras que tus amigos no han hecho nada.

-Seguramente, no se habrán movido para que no saliese herida.

-Supongo que tienes razón, pero ahora el que está en peligro es Naruto... ¿Qué piensas hacer?

-Yo...

¿Por qué no puedo evitar muertes innecesarias?

Ahora, por mi culpa, Naruto ha recibido una paliza.

-Golpéame a mí en su lugar.

-No voy a hacer eso... Prefiero usarte para otras cosas.

Naruto le golpeó con el pie e Idate, indignado, le hizo un corte en una de las piernas y otro en la mejilla, en señal de que se tranquilizara.

En ese instante, que tuvo que darse la vuelta para hacer semejante barbaridad, ordené a Shikamaru que le atacará con la sombra.

Éste hizo unos sellos y después fingió estar aterrado mientras su sombra crecía lentamente.

-Idiota.-le agarró de los pelos.- ¿Pensaste que con una patada podrías vencerme?

-No te acerques a Sakura.

¿Por qué me sigue protegiendo?

Por mi culpa está así de herido... ¿¡Por qué lo hace!?

-Idate...-me acerqué a él y éste respondió posicionando el kunai bajo la barbilla de Naruto.- Quiero hablar contigo.

-Habla.

Me detuve frente a él.

Tengo una idea... Espero poder ganar algo de tiempo.

-Tenías razón, Naruto no es nada comparado contigo.-los amigos de Naruto me miraron desconcertado.- Si has sido capaz de herirle así, es que tú vales mucho más, que ciega he estado todo este tiempo.

-No pasa nada, todos cometemos errores.

-Eres tan apuesto ahora que te veo de cerca.-me abracé a su cuello.

-¿Y qué hay de tu novio?

-No siento nada por él, es un débil. Te prefiero a ti, con la fortaleza suficiente para protegerme.

Me abrazó por la cintura y tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por no vomitar.

-Me alegro de que por fin hayas encontrado al hombre que mereces.

-Sí, y ese hombre eres tú. ¿Verdad Idate?

-Por supuesto.

-Respuesta errónea.

Levanté la pierna y le di con todas mis fuerzas, y en ese instante eran muchas, en la entrepierna.

Rápidamente, ataqué al ninja que sostenía a Naruto y lo separé de él.

-¿¡Estás bien!?

-Sakura...-tosió sangre.- Lo que acabas de hacer es una locura.

Lo tumbé sobre mí con la intención de curarle pero varios ninjas me atacaron desde el aire.

-¡De eso nada!-gritó Shikamaru.

Acto seguido varias sombras en forma de ajugas salieron del suelo incrustándose en sus cuerpos.

-¡Sakura!-dijo Neji.- Coge a Naruto y vete de aquí.

-Pero sus heridas...

-Es mejor curarlo en un sitio protegido. Aquí podrían atacaros en cualquier momento.

Lo levanté y le obligué a pasar su brazo por mi hombro.

-Está bien, cuidaré de él.

-Te lo confiamos.

Nos alejamos de allí siendo respaldados por Neji y Shikamaru.

Quiero curarle cuanto antes pero como ha dicho Neji es mejor estar en un sitio sin nadie. Aquí podrían saltarte enemigos por todos lados.

-¿A dónde vamos?

Maldigo mi falta de orientación.

-Sakura, la salida está por el otro lado.

-¿En serio? ¿Tenemos que dar la vuelta?

-Eso parece...-respondió sonriendo cansadamente.

¿Por qué me sigue regalando esa sonrisa?

Tosió un poco de sangre y lo tumbé en el suelo.

Pienso curarle.

Mala elección.

Un kunai acertó en la pared, justo al lado de Naruto.

Me di la vuelta y vi al príncipe.

¡Mierda!

-¿Qué haces aquí?

-Me encargaré de él, y tendrás que fijarte en mí.

¡Este hombre está loco!

Mi pie hizo contacto con su estomago y acabó empotrado en la pared del frente.

-Esto por golpear a Naruto.-levanté al rubio y se apoyó en mi hombro.- Vámonos.

Saltamos para ir más rápido y llegar antes a la salida.

-¿Por qué me habré puesto tacones?

-Estas muy guapa.

-Naruto, lo siento mucho...

-¿Por qué te disculpas?

-Por mi culpa te han pegado y...

-Alto. ¿Cómo que tu culpa?

-Si no me hubieran apuntado no habrías recibido esa paliza.

-Eso no tiene nada que ver.

-Claro que la tiene, sino te habrías defendido.

-Mírame.-me negaba a hacerlo.- Sakura, mírame.

Me atreví a mirarle con el corazón latiendo más deprisa de lo normal.

Tenía las facciones relajadas sin ningún signo de enfado.

-¿Piensas que estoy enfadado o molesto?

-No, pero...

-Me alegro de que no salieras herida.

-Naruto... Gracias.

A lo lejos divisé la salida y con un último esfuerzo llegamos al exterior.

Para mi sorpresa, los aldeanos estaban reunidos en la calle.

-¿Qué ocurre?

-Perdónanos, tenemos órdenes directas para matarle.-un hombre señaló a Naruto.

-¿Qué?-no puede ser, después de todo lo que ha pasado... ¿Aun quieren matarlo?

-Perdóname, no es algo que haga por gusto.-dijo otro hombre con una espada en la mano.

Dejé a Naruto en el suelo y me puse frente a él.

-Si vas a matarlo, tendrás que pasar por encima de mi primero.-me abrí de brazos.- Si vas a atacarme hazlo ahora.

El hombre se quedó callado y paralizado.

No se movía, apenas pestañeaba.

-No puedo...-tiró el arma.- Tú nos has abierto los ojos, no puedo acabar contigo. No me importa el castigo que Idate pueda ponerme.

Escuché varios ruidos secos y al levantar mi vista vi a los aldeanos tirar las armas.

-Hemos avisado al hokage, viene de camino.-dijo la mujer con el niño en brazos.

¿A la hokage?

Al fondo, comprobé, que se levantaba una polvareda enorme.

Fijé mejor mi vista y vi a una Tsunade corriendo despavorida con una cara de pocos amigos.

La actitud que tenía cuando vio a Naruto acorralarme se queda corta con la de ahora.

Que digo corta... Insignificante.

Parecía un tren descarrilado, un mastodonte enfadado.

Me espero lo peor...

¿Sabe que estamos fingiendo que somos novios?

¿Sabe sobre el ataque de Akatsuki?

En cualquier caso será mejor que me agarre por que vienen curvas.

Cap 48: Impulsos confusos, revelaciones inesperadas.

Los gritos inundaban el palacio.

Los golpes comenzaban a hacer mella en las paredes.

No podían controlar a Tsunade.

La cabeza de Idate peligraba.

Poco me importaba.

En este momento estaba en la calle, viendo como Ino acababa de curar a Naruto.

-Ya está... Menos mal que no te ha hecho daños muy graves.-dijo Ino respirando aliviadamente.

-Ese idiota no podría hacerme nada solo con simples golpes.

-También tenías un corte en la pierna.

-No me dolía.

-No te hagas el duro porque esté Sakura delante, a las chicas nos gustan los hombres sensibles.

-¡¡INO!!-gritó Naruto poniéndose de pies.- ¿¡POR QUÉ NO TE CALLAS!?

-¡Me voy! ¡Te lo encargo Sakura!

Antes de que pudiera contestar entró al palacio, lugar que no tardaría en venirse abajo.

-No le hagas ni caso...

-Naruto... Quería decirte algo.

-Dime.

Las imágenes de su muerte se apilaron en mi cabeza y contuve las lágrimas.

No lloraré, no delante de él.

Lo evitaré, aun si me cuesta la vida, lo haré.

No dejaré que vuelva a morir.

-Quiero que sepas que en cuanto acabe la misión te trataré como siempre.-enfrié mi mirada para evitar deshacerme del vacío que sentía en mi interior.- No creas que esto ha cambiado nada, te agradezco haber hecho todo esto por mí pero...

-Me lo suponía...-me interrumpió.- Lo que me extrañaba es que no me lo hubieras dicho antes.

-Bien... Quería dejarlo claro.

-¿Así que solo me quedan pocos minutos para hacer esto?

-¿El qué?

Me acercó hacia él y me besó.

No pude evitarlo y acabé correspondiéndole.

Al separarnos, el rubio sonrió ampliamente.

-¿De qué te ríes?

-Me has correspondido.

-¡Claro que no!

-¡Lo has hecho!

-Ha sido para darle realismo, se supone que aun somos pareja.

-Si acababas de decir que no me habías correspondido.

-¡Me voy de aquí!-este hombre acaba con toda mi paciencia de un plumazo.

-De eso nada.

Me estremecí ante el frío contacto de la pared en mi espalda, delante mío se hallaba Naruto, cerrándome las salidas con sus fornidos brazos.

-¿Qué haces?

-No hemos acabado de hablar.

-Yo sí.

Negó con la cabeza y se acercó, peligrosamente, a mi rostro.

-Espera...

-¿Qué pasa?-el susurro golpeó mi oreja.

-Siento que por mi culpa te golpearan.

-¿Aun sigues con eso?

-Necesitaba decirlo.

-Mírame bien.

-¿Acaso tengo otra opción?

-¿Aceptas el hecho de que te gusta verme?

-No, digo que no puedo mirar a otra parte porque tu enorme ego me lo tapa todo.

-Podrías cerrar los ojos.

-Para que me beses a traición, ¿Verdad?

-Para hacer eso no hace falta que cierres los ojos, además podría utilizar mi enorme ego para taparte la vista y aprovecharme.

Eso ha sonado a amenaza.

-¿Debería asustarme?-pregunté con sorna.

-Deberías, aun te debo muchas venganzas.

-¿Aun te acuerdas?

-Por supuesto.

-Quien me lo iba a decir... Puedes recordar cosas, pensaba que hacia faltas neuronas para eso.

Una mano fuerte me tapó los ojos delicadamente, minutos más tarde mis labios obtuvieron un sabor dulce y una sensación agradable.

-No has esquivado mi enorme ego.

-No hay mortal que pueda hacerlo.

-Creí que eras especial.

-Tu ego puede más.

-Cuidado con lo que dices, ahora mismo no te veo capaz de defenderte.

-¿No?-para mi sorpresa, antes de que pudiera levantar la pierna se pegó a mí.

-No.-afirmo dejando escapar una sonrisa.

-¿Podría tu enorme ego apartarse de mis ojos?

-Podría, si recibiera algo a cambio.

-¿Qué quiere el señorito?

-Esto.

Levantó mi barbilla con la otra mano y unió nuestros labios. La mano que tapaba mi vista fue bajando lentamente hasta entrelazarse con la mía.

Instintivamente le correspondí.

Nuestros labios comenzaron a danzar con alegría. No sé en qué momento me pegué a él, ni tampoco cuando pasé mis brazos por su cuello, hundiendo mis dedos en su cabello.

Me abrazó con fuerza y el beso aumentó de intensidad.

Y seguramente habría llegado a más si Hinata no nos hubiese interrumpido.

¿Qué he hecho?

¿Por qué le he correspondido así?

¿Estoy loca?

-¿Qué ocurre Hinata?-preguntó Naruto con molestia.

-Necesitamos vuestra ayuda.-respondió sonriente, seguramente por haber evitado que un simple beso pase a mayores problemas.- No podemos tranquilizar a Tsunade.

-Ahora vamos.

-Será mejor que os acompañé, no sabéis donde está.

No creo que sea muy difícil encontrarlos, solo hay que seguir los gritos y los destrozos.

No hablé en ningún momento, en lo que había de camino.

Mi mente estaba demasiado lejos y mis ojos preferían ver el vuelo del vestido antes que a esos dos.

En mitad de camino Naruto entrelazó su mano con la mía y le respondí con fuerza.

Un remolino de sensaciones golpean mi pecho sin piedad.

Cuando le dije que le trataría como antes me sentí fatal, quería morirme ahí mismo.

Pero ver su sonrisa, sentir su piel haciendo contacto con la mía o sus besos, era suficiente para hacer desaparecer toda esa pena y desesperación.

¿Qué me ocurre?

¿Por qué no pude detenerme sabiendo los problemas que podía acarrear si el beso hubiese llegado a más?

¿Por qué mi cuerpo ignora las órdenes de mi mente y prefiere seguir las de mi corazón?

Sí... Mi corazón... Porque en el fondo de éste, deseo tener a alguien a mi lado.

De todas las personas que había para elegir tuvo que ser Naruto.

Por otro lado, debo alejarme sea como sea, por mi culpa murió una vez.

No dejaré que sean dos veces.

También ha recibido una paliza por mi culpa.

Encima se le ve tan feliz hablando con Hinata...

Es evidente que está mejor sin mí.

-¿Y te encuentras bien?

-Sí Hinata, ya te he dicho que no fue nada.-sonrió.- Idate es un debilucho.

-Me alegro de que no te hiciera nada Naruto-kun.

Al fondo del pasillo se escuchaban unos gritos.

Pero el terror personificado vino desde otro lado del pasillo cuando vi a la bestia azul mirándome fijamente.

Me froté los ojos y ésta desapareció.

Sin esperar ni un segundo me solté de Naruto y corrí en esa dirección.

Tuve que guardar equilibrio para no estamparme contra el suelo por culpa de los tacones.

Busqué con la mirada a la bestia y la vislumbré al otro lado del pasillo.

La alcancé rápidamente, pero había vuelto a desparecer.

Una ráfaga de viento me empujó a una habitación y la puerta se cerró tras de mí.
Intenté abrirla mas no pude.

La protegía un poder especial.

Me di la vuelta y vi una nota en el suelo.

La cogí cuidadosamente, era el trozo de un pergamino. Se notaba en la textura del papel.

"Un demonio azotaba las calles sin piedad, su violencia no conocía parangón. Buscaba a su alter ego, la luz más poderosa del universo. Al contrario que éste poder, el demonio se basaba en oscuridad y pensamientos negativos mientras que la luz se componía de luminosidad y pensamientos positivos. El demonio movido por la ira y la luz movida por el amor pelearon en una batalla a muerte que perduró durante siglos eternos..."

¿Qué diablos es esto?

¿Qué hacia aquí?

¿Y por qué lo tengo yo?

No entiendo como una vida puede basarse en tantas preguntas y dudas.

La puerta se abrió y vi al zorro azul mirándome fijamente.

Salí de la habitación con el papel en las manos, éste abrió la boca y aspiró con fuerza.

Me sujeté con fuerza al marco de la puerta pero no pude hacer lo mismo con el papel y acabó en el estomago de la bestia.

Tras agenciarse el papel me hizo una reverencia y se perdió junto a un relámpago.

¿Qué acaba de pasar?

Escuché gritos en la lejanía así que decidí ir allí.

En mitad de la sala real estaba Idate, muerto de miedo, sentado en el suelo retrocediendo como podía.

Los demás sujetaban a una hokage demasiado furiosa como para detenerla.

Los ninjas que deberían proteger a Idate estaban desmayados y desperdigados por todo el suelo.

-¡Hokage!-gritó Shikamaru.- ¡Cálmese por favor!

-¡Maldito desgraciado!-Tsunade no atendía a razones.- ¡Te voy a matar!

-¡Déjeme explicarle por favor!-suplicó Idate.

-¡Ya me lo han contado todo! ¡Eres un...!

-Cerdo traidor.-terminé su frase por ella.

Tsunade se detuvo al instante, tal vez porque no se esperaba verme allí.

-Sakura...-no pude reconocer la voz, aunque seguramente era la de Naruto.

¿Por qué he pensado eso?

-¿No te cansas de hacer el ridículo?-pregunté acercándome a él lentamente hasta posicionarme junto a Tsunade.

-¿Qué...?

-No vas a conseguir arreglar las cosas con simples palabras...-le interrumpí.- Se valiente y enfréntate a las consecuencias de tus actos.

Idate sonrió tristemente y se levantó.

-Supongo que nunca tuve oportunidad con nada de lo que planeé.

¿Planear? ¿De qué habla?

-No conseguí invadir Konoha...-comenzó a explicar aclarando mis dudas y seguramente las de muchos.- Y tampoco te conseguí a ti.

-Si hubieras tenido otra actitud no me habría importado pasar el tiempo contigo.

-Lo sé, y ahora me arrepiento.-suspiró.- Demasiado tarde, como siempre.

La ventana se abrió de golpe y pude comprobar el destello de un trueno.

-Creo que se acerca la tormenta.-comentó Idate como si nada.- Lo siento mucho Sakura.

-No soy la única a la que tienes que pedirle perdón.

El viento se coló por la ventana entreteniéndose con el vuelo del vestido y mi cabello.

El príncipe se quedó estático mirándome con un leve sonrojo en las mejillas.

-Y pensar que te he perdido.-suspiró resignado y se acercó a Naruto.- Perdóname, por todo, si ves conveniente pegarme... Hazlo y no te contengas.

-No voy a hacerlo, eso sería rebajarme a tu nivel.-me di la vuelta para observarlo mejor.

El viento movió mi pelo lentamente, ahorrándome el trabajo de apartármelo yo misma de la cara.

El rubio guardó silencio e intercambiamos miradas.

Mi corazón latió deprisa y tuve que cortar la conexión.

Me llevé las manos al pecho y apreté con fuerza.

¿¡Qué me está pasando!?

-Aunque supongo que todo el mundo se equivoca.-escuchar la voz de Naruto me produjo nerviosismo.- Así que te perdono, lo entiendo... Te movías por celos y no pensabas con claridad.

Debería estar callada pero nuevamente mi cuerpo se movió solo tomando el control de todo.

-Tú eso lo sabes muy bien, ¿Verdad?

Me fulminó con la mirada.

-Estabas tardando en hablar... ¿Qué pasa? ¿Has estado esperando a que dijese algo para dejarme mal delante de todos?

-No te creas tan importante en mi vida.

-No lo creo... Lo soy.

-Deberías dejar de inflar esa arrogancia, algún día serás un estorbo para los aviones.

Sentí que me acribillaban con la mirada.

Me siento idiota por no atreverme a dar la vuelta para encararle como merece.

-Eres tú la que me invita a hacerlo no yo.

-¿Yo? Qué manera de echar balones fuera.

-¿Tienes respuesta para todo?

Me atreví a rotar sobre mi propio eje y mirarle directamente.

Ante mi acción Naruto sonrió.

-Sabes de sobra que sí.

-Si no respondes revientas, ¿No?

-Igual que tú.

-Más quisieras, yo no te llego ni a la suela de los zapatos.

-Tal vez no, pero destacas en otras cosas.-se calló sabiendo que si preguntaba le metería un buen hachazo.- Por ejemplo, en ser un pervertido.

Vena dos, adelante.

Tengo que dejar la droga... Es mala...

Lo que tengo que hacer es dejar de pensar...

-¡Sabía que me lo dirías!-se acercó a mí.

-¡A mí no me levantes la voz mocoso maleducado!

-¿¡Maleducado!? ¿¡Quién es la que grita sin venir a cuento!?

-¡No grito porque quiera, chillo por tu culpa! ¡Me sacas de quicio!

-¿¡Yo!? ¡¡Eres tú, que no tienes paciencia y me hechas a mí la culpa!!

-¡Lo que me faltaba por oír!-pasé por su lado.

-¿¡A dónde vas!? ¡¡Estamos discutiendo!!

-¡¡QUÉ TE LA PIQUE UN POLLO!!

-¿¡QUÉ!?-escuché varias risitas que no duraron ni un momento.- ¡Sakura vuelve aquí!

-¡Nadie me da órdenes! ¡Y menos un esmirriado como tú!

-¡Te la estas ganando!

-¡Igualmente!

-¡Nada! ¡No puede estar callada!

-¡NO!

Una mano apresó mi muñeca.

-Te he dicho que no hemos acabado de hablar.

-Que rápido eres cuando quieres.

-Solo para lo que me importa.

Mi corazón latió con fuerza y me maldije a mí misma.

-Suéltame.

-Nadie me da órdenes.

-Eres un rencoroso.

Tiró de mí y me abrazó por la cintura impidiendo que escapase.

-Puede...

-Qué manía estas cogiendo.

-Si me hicieses caso a la primera no tendría que hacer esto para poder hablar contigo. susurró en mi oído.- Aunque estoy empezando a pensar que lo haces adrede para acabar en mis brazos.

¿¡QUÉ!?

Quiero decir... ¿¡QUÉ!?

-¿¡Es que te has vuelto loco!? ¿¡O se te han perdido los tornillos por el camino!?

Me apretó más fuerte contra él.

-¿Alguna vez me dirás algo bonito cariño?

-¿No te parece suficiente que me haya vestido así por ti?

-¿Por mí?-mierda, mierda, mierda...

-No quería decir eso.

-¡Pero lo has dicho!

-¡No!

-Así que lo has hecho por mí, que bonito mi vida.

-Vuelve a decir eso y no verás la luz del sol en tu vida.

Sonreí maliciosamente al sentir que el cuerpo de Naruto se tensaba.

-Eres un peligro para la humanidad.

-Gracias.

-No era un piropo.

-Ya lo sé... Se llama respuesta irónica o sarcástica.

-A mí me hablas normal, no te inventes otro idioma.

-Las letras son universales.

-¿Qué les pasa?-preguntó Tsunade de repente.

-¿El qué?-respondió Ino.

-Pues que han discutido y ahora están así...-la pobre hokage no se situaba.

-Yo los veo como siempre.-dijo Shikamaru tranquilamente.- De hecho, hoy parecen estar mucho más calmados que otros días.

¿¡En serio!?

¿¡Tanto he discutido con este idiota!?

-¿Ah sí?-en el rostro de Tsunade se formó una sonrisa.- Bueno, las discusiones son algo fundamental en una pareja.

Observé a Idate y estaba sonriendo tristemente.

Puede ser que ya lo haya entendido.

-Hokage, deberíamos irnos.-sugirió Hinata molesta.

¡Es verdad! ¡Naruto ha vuelto a pasar de ella!

¡Por panoli!

-¿Puedo hablar con Sakura por última vez?-rogó Idate.

Naruto fue a hablar pero me adelanté.

-Por supuesto.

-No voy a dejarte sola con él.

-Tranquilo Naruto, esta vez quiero hacer las cosas bien, no le haré nada. Lo prometo.

-Esperaré en la puerta.

-Me encanta cuando te pones así de celoso.-dije sonrojándole de golpe.

-¡NO ESTOY CELOSO!

-¡NO ME CHILLES QUE TENGO LA OREJA AL LADO HISTÉRICO!

-¿¡HISTÉRICO YO!? ¡¡AQUÍ LA ÚNICA QUE GRITA CUANDO SE LE CRUZA UN CABLE ERES TU!!

-¿¡QUÉ A MÍ SE ME CRUZA UN CABLE!? ¡¡PUES A TI SE TE CAEN LAS NEURONAS!!

-¡LAS NEURONAS NO SE PUEDEN CAER!

-¡CLARO PORQUE NO TIENES!

-¡REPÍTEME ESO!

-¡DESCEREBRADO!

-¡LA MATO!

-¿Y ahora? ¿Cómo están?-preguntó Tsunade mientras nosotros discutíamos de fondo.

-Parecen un poco más enfadados pero nada grave.-respondió la rubia mirándonos con esos ojos esperanzados.

Es verdad, aun no le he preguntado porque nos mira así.

-¿Qué sería para vosotros algo grave?-Tsunade estaba a punto de estallar en carcajadas.

-Una vez llegaron a tirarse cosas, dejaron la habitación buena.-dijo Neji sonriendo, creo que está recordando la escena.

-¡SE ACABO!-grité ganándome la mirada divertida de todos.- ¡NO VOY A GASTA TIEMPO DISCUTIENDO CONTIGO!

-¡CLARO! ¡PREFIERES PASAR EL TIEMPO CON OTRO ANTES QUE CON TU NOVIO! ¿¡VERDAD!?

-¡TÚ ESTÁS MUY MAL! ¡TUS CELOS SON ENFERMIZOS!

-¡QUÉ NO ESTOY CELOSO!

-¡SUÉLTAME!

-¡NO ME DA LA GANA!

-¡QUÉ ME SUELTES TARADO!

-¿¡TARADO!?-respiró varias veces.- ¡Aquí a la única que le falta un tornillo eres tú!

-Voy a ignorar el comentario para...

-Eso, cuando ves que no puedes ganar, me ignoras.

¡Se acabo!

¡Voy a matarlo!

-¡MÁS QUISIERA YO IGNORARTE PERO NO SE PUEDE PASAR POR ALTO A SEMEJANTE ENGENDRO!

-¿¡ENGENDRO!?-por poco me revienta un tímpano.

-¡NO ME GRITES!

-¡HAS EMPEZADO TÚ!

-¡NO! ¡YO NO TE HE RESPONDIDO PARA NO EMPEZAR A...!

Me interrumpió con un beso un poco brusco, de reojo pude comprobar que Tsunade daba un respingo muy gracioso.

No se lo esperaría.

Cerré los ojos y me dejé llevar por el momento.

Cuando me di cuenta de lo que hacía ya estaba abrazada a su cuello así que corte el beso.

Con el corazón a mil por hora, y maldiciéndome a mi misma por no poder detenerme cuando es preciso, me acerqué a Idate.

-¿Querías hablar conmigo?

-Sí, ¿Puede ser en privado?

Observé a Tsunade y ésta me brindó una cálida sonrisa.

-Vámonos chicos, tienen que hablar de sus cosas.-dijo la hokage sonriente.

En menos de dos segundos sala real estaba vacía y aun tenía esa sonrisa en la boca al recordad que, prácticamente, echaron a Naruto ya que se negaba a salir de ahí.

-¿Qué querías decirme?

-Lo primero es pedirte perdón. Pensé que todas las chicas querían lujos y caricias, pero veo que me equivoqué al conocerte.

-¿Quién te dijo eso?

-Mi padre.

-¿Un mujeriego?

-Así es, y ahora me doy cuenta de que hice mal haciéndole caso.

-¿Y tu madre?

-Murió.

-Lo siento.

-No pasa nada, no me entristece.

-Que fuerte eres.

-¿Por qué lo dices?

-Porque perder a una madre no es fácil.

-¿Tú tampoco tienes madre?

-Ni padre.

-Perdona.

-¿Por qué te disculpas? No fue culpa tuya.

-Pero sí el haber abierto la boca.

-Tenías curiosidad, eso es todo. Además quien ha dirigido la conversación hacia ese tema, he sido yo.

-Hablas de mi fortaleza como si fuese una gran virtud sin embargo no ves que la tuya propia es la más fuerte de todas.

-No exageres...

-¿Crees que alguien que ha peleado contra una bestia, y ha sobrevivido para contarlo, podría catalogarse como débil?

Desde su punto de vista queda muy bonito... Pero desde el mío solo hay una palabra.

Maldita.

-Además, tu sola has conseguido que el pueblo entero comparta una misma idea. Algo que yo, ni siquiera podía intentar.

-¿Lo sabes?

-No esperarías que el príncipe no se enterase de lo que pasa en su pueblo, ¿No?

Apuesto a que no sabes nada sobre la sombra con ojos.

Bueno yo tampoco... Pero sé que existe.

A mí me vale.

Pero... ¿Qué era esa oscuridad?

Tengo la cabeza hecha una caos.

-Aun así, fue muy bonito lo que hiciste por tu novio.

-Gracias.

-¿Siempre discutís así?

-Normalmente, pero no significa que no le quiera.

-Lo sé, porque me lo dijiste en su momento, y ahora lo comprendo.

-Me alegro.

-Seguramente discutís tanto porque al final acabáis besándoos. ¿Me equivoco?

-Efectivamente, has acertado.

-Que bien...

-¿Eso era todo lo que me querías decir?

-Cierto... Se me olvidaba. Sé que no tengo ningún derecho en pedirte esto pero... Me gustaría que podamos ser amigos.

Alcé una ceja.

-No te digo ahora, porque como tú me has dicho, me haré cargo de mis actos. Y puede que tarde un poco.-sonrió.- Sin embargo me gustaría empezar de cero contigo, como amigos.

-¿En serio?

-No te meteré mano, tranquila. Lo prometo.

Por primera vez podía ver que decía la verdad.

-Claro, me encantaría.

Ahora puede verse que está arrepentido de verdad.

Y supongo que el castigo de Tsunade es suficiente.

Claro que eso no quita que siga maldita.

Por eso seré su amiga dentro de lo que cabe.

-Será mejor que me vaya antes de que Naruto se desquicie aun más.

-Es un poco celoso, ¿No crees?

-¿Un poco?-pregunté irónicamente.- Si pudiera me marcaba como a las vacas.

-Que exagerada...-sonrió.

-Vale, quizás no tanto... Pero debería aprender a controlarse.

-Yo lo veo muy tierno que se preocupe tanto por ti.

-A mí también me gusta que esté tan pendiente de mí mas debería dejarme un margen de confianza.

-Mujer... Es normal que te proteja tras haberme visto metiendo mano a su novia, por poco no lo cuento.

-Es que tienes cada idea...

Sonrió débilmente y le devolví la sonrisa.

-Ahora sí, debo irme.

-Supongo que esto es un adiós.

-Creo que sí.

-Ha sido un placer conocerte y haber tenido la oportunidad de ver tu fuerza en persona.

-Si quieres te la enseño ahora.

-No gracias, me gustaría vivir un poco más.

-Tampoco te pases.

Me abrazó.

-Adiós... Sakura.

Ya no me llama flor de cerezo.

Es un gran paso.

-Adiós Idate.-me separé de él.- Espero que te vaya muy bien.

-Lo mismo te digo, si alguna vez te hace llorar, avísame. Me encargaré de él.

-¿Le pegarás una paliza como la de antes?

-Sí, pero esta vez sin trampas.

-Es un gran avance.

-Todo el mundo puede cambiar, ¿No crees?

Una persona que está maldita no.

-Supongo que sí.

Me despedí de él con un gesto de mano y me dijo que podía quedarme el vestido.

Me venía muy bien porque no tenía ni idea de donde estaba la otra ropa.

Sé que está en el cuarto, pero para encontrarlo tardaría aproximadamente mil años así que acabo antes quedándome así vestida.

Nada más salir de la sala me encontré con Naruto, la persona que más debo evitar e irónicamente es la que más encuentro.

-¿Qué haces aquí?

-Te dije que esperaría en la puerta.-se acercó a mí dando grandes zancadas.- ¿Te ha hecho algo

-No, esta vez se ha portado muy bien.

-¿Seguro? No me estarás mintiendo porque te da pena y...

-Mírame.-le interrumpí consiguiendo su atención.- ¿Me ves cara de mentirosa?

-No sé... Debería verlo desde más cerca para poder corroborarlo.

Mi respuesta se deslizó fina y suave por todo el cuerpo llegando a mi boca, consiguió escapar de lo que en realidad ordenaba mi mente y retó a Naruto.

Me odio por no ser capaz de pararme en su momento.

-Hazlo.

-Que conste que me has dado permiso.

-Solo te he dicho que te acerques para comprobarlo.

Sonrió sinceramente y se acercó demasiado a mí.

-¿Tienes que acercarte tanto?

-Sí, además me has dado permiso.

-No saques las cosas fuera de contexto.

Me besó dulcemente y volví a corresponderle.

-Supongo que es nuestro último beso antes de que vuelvas a tratarme tan bien.

Mi corazón se encogió y sentí una punzada de dolor.

-Así es.

-En ese caso...

Se acercó a mí mientras cerraba los ojos, y yo, en vez de alejarme, me acerqué repitiendo su acción, fundiendo nuestros labios en un cálido beso.

Sus brazos rodearon mi cintura atrayéndome a él, mientras, yo abrazaba su cuello hundiendo mis dedos en su cabello rubio.

Naruto acariciaba levemente mi espalda y mi respuesta era jugar con uno de sus mechones.

Los pulmones me avisaron de que pronto necesitarían el aire que no llegaba.

No les hice ni caso.

No quería romper este momento.

Por primera vez, me siento feliz, libre, sin ataduras de ningún tipo... Pero sobre todo, me siento amada.

Una imagen de sangre pasó por mi cabeza y lo entendí.

Por muy bien que me sienta estoy maldita y esos sentimientos no pasarán desapercibidos por la maldición.

Con gran pesar, y con un corazón latiendo más rápido de lo normal, me separé de él.

Apoyé mi frente en la suya y traté de recuperar el aire perdido.

-Sakura... Ese beso ha sido...-cerré los ojos inhalando su aroma.- Espectacular.

-¿Lo dices solo porque soy tu "novia"?

-No...-sentí que su vista se clavaba en mí.- Sakura, aun quiero contarte algo.

-¿Era eso lo que me querías decir cuando Ino te cortó?

-Sí, ¿Puedo?

-Claro.

-Bueno...-¿Por qué se pone tan tojo cada vez que hablamos de esto?- Lo que quería decirte es que tú...

-¡Naruto-kun!

Ambos nos sobresaltamos tanto que por poco rozamos el techo.

-¡Hinata!-dijo el rubio sorprendido.- ¿Qué haces aquí?

-La hokage me ha mandado a llamaros.-se hizo la inocente jugando con sus dedos.- Tenemos que irnos.

-¿Por qué has gritado así?

-Es que llevaba un rato llamándoos y no me hacíais caso así que he tenido que elevar un poco el tono de voz. Aunque creo que me he pasado, lo siento.

-No pasa nada... Sentimos no haberte hecho caso.

-Lo entiendo, estabais ocupados.

Naruto me miró sin ese brillo especial en sus ojos y le di un fugaz beso en los labios.

-Vámonos cariño, ese fue el último.-susurré.

-Me habría gustado disfrutarlo más.

-¿Más? Si llegamos a tardar más tiempo morimos por falta de oxigeno.

-Por unos segundos más no creo que hubiera importado.

-Eres un caso aparte.

-Soy tu caso aparte.

¿Por qué me ha gustado tanto escuchar eso?

-Vámonos, mi bicho raro.

-¿No era un caso aparte?

-Hay muchas formas de decirlo, será mejor que nos vayamos.-intenté soltarme pero éste se aferró más a mi cintura.- No creo que a Tsunade le guste esperar mucho.

-Has acertado, vamos.

Me tomó de la mano y guiados por Hinata llegamos a la salida.

-Habéis tardado lo vuestro tortolitos.

Por culpa de Ino, Naruto se sonrojó y yo me sentí... Extraña.

-Ino, ¿Por qué tienes la habilidad de estropearlo todo?

-Que mentiroso Naruto... Como si no te gustase.

-¡Ino!-la cara de Naruto ya no es suya, le pertenece a un tomate.

-Partir hacia Konoha, yo me quedaré hablando con Idate.-ordenó Tsunade.

-¿Cómo voy a volver así?-me señalé el vestido.

-¿Qué pasa Sakura? Estas muy guapa.

Qué manía ha cogido todo el mundo con decirme eso...

-Agradezco tu halago Tsunade pero...-me levanté un poco el vuelo y levanté la pierna para enseñar la sandalia con un tacón capaz de inocular inyecciones.- Como salte con esto o me dé por correr muero en el intento.

-Tu novio podría llevarte, ¿Verdad Naruto?

-Claro, para eso estoy.-respondió sonrojado.

-No hace falta puedo yo sola.-tengo que empezar a alejarme de él.

-Acabas de hacer que me entren ganas de llevarte.

-Pues guárdatelas.

-No me apetece.

Naruto se acercó a mí y me levantó en sus fornidos brazos.

-¿¡Qué haces pervertido!? ¡Bájame!

-¿¡Pervertido!? ¡¡Ahora sí que no te suelto!!

-¡¡Qué me bajes!! ¡¡No te lo repito más veces!!

-¡No quiero!

-¿Otra vez discutiendo?-la voz de Idate hizo que Naruto se diera la vuelta y me dejará comprobar su rostro sonriente.

-Como siempre...-respondió Shikamaru.

-¿Qué haces aquí?-preguntó Neji desconfiado.

-Venía a despedirme de vosotros.

-Se agradece el detalle.-dijo Tsunade.- Aun así, no te quitará el castigo.

-Lo sé, pero quería despedirme, quizás no nos volveremos a ver jamás.

-La esperanza es lo último que se pierde, ¿No te parece?-el rubio le regaló una sonrisa intentado tranquilizarlo.

-Cuidaros mucho e intentar no discutir mucho, ¿Vale?

-No prometo nada.-respondí.

-Como para hacerlo, tienes más peligro que cien bombas juntas.-el rubio me miró fingiendo temor.

Estuve a punto de morderme la lengua para no contestarle a este descerebrado.

-No voy a seguirte el juego si es lo que pretendes majo.-nótese el sarcasmo.- Venga, sácame de aquí cuanto antes, coges un poco de carrerilla y salimos volando.

-¿Volando? ¿Qué te has bebido Sakura?-su sonrisa se amplió.

-¿Las gallinas no vuelan?-frunció el ceño de golpe.- ¿Entonces para que sirves tú? Está claro que para poner huevos no... ¡Por qué no sé donde los tienes!

Creo que me equivoqué y no son tres niveles, sino cuatro.

Esta etapa ya es algo más avanzada, consiste en batir el record de los tres mil pálpitos por segundo.

¡Me va a explotar!

Debería haberme callado pero no he podido.

Si no hubiera abierto la boca ahora tendría la frente despejada.

Sin venas ni nada.

Observé a los demás y excepto Hinata, estaba reprimiendo una sonrisa incluyendo a Neji. Y en el caso de Tsunade una amplia carcajada.

Para mi sorpresa, el rubio no me grito, que era lo más seguro que haría.

Su respuesta fue bajar la mirada hasta esconderla en el flequillo y sonreír diabólicamente.

Esto no me gusta nada...

La última vez que hizo eso acabé encerrada en una habitación con él, mientras era acorralado contra la pared.

Encima ese día descubrí que tenía visiones.

¡Yo me bajo de aquí!

Mira que gracia, como si estuviera corriendo y decido tirarme por un barranco para escapar del ogro malo, que en este caso viene a ser Naruto... Y el camino sería como los brazos de Naruto mientras que el precipicio simboliza la liberación...

Un momento... ¿Cómo va a liberar escoñarte barranco abajo?

No tendría sentido, en tal caso el camino sería la liberación y el barranco los brazos de Naruto...

Espera, ¿Y el ogro?

He dicho que éste sería Naruto, pero claro si el camino son sus brazos el ogro está manco y...

¿¡SE PUEDE SABER EN QUE ESTUPIDECES ESTOY PENSANDO!?

¿¡PERO COMO HE LLEGADO YO A HABLAR DE OGROS!?

Me tranquilicé y traté de bajarme, pero el rubio me pegó más a su cuerpo y tuve que agarrarme a su camisa para no escurrirme de entre sus brazos.

-Como me levantes más acabo en el suelo.

-No trates de huir y no pasará nada.

-Entonces borra esa sonrisa de la cara.

-¿Qué pasa? ¿Ya no me puedo ni reír? Que controlado me tienes...

Me abracé a su cuello para poder susurrarle mejor al oído mientras los demás se despedían de Idate.

-¿Te crees que soy idiota?

-¿Cómo se te ocurre pensar eso? Con lo inteligente que tú eres...

-Evita el sarcasmo que no sabes usarlo...-respiré profundamente sintiendo la cercanía de nuestros cuerpos.- Cada vez que sonríes de esa manera acabo acorralada contra una pared o una árbol.

-¿Te has dado cuenta? Eres muy observadora... ¿O es que te has tomado mucho empeño en deleitarte con mi rostro?

-¿Deleitarme? Torturarme más bien, además es menos doloroso que te claven agujas en los ojos antes que verte de cerca la cara.

En vez de responder, fingió tirarme y me recogió justo al ras del suelo.

-Idiota...-le golpeé el hombro.- Me has dado un susto de muerte.

-Ese era la intención.

-Vaya hombre... Muchas gracias.

-De nada mujer...-utilizó el mismo tono de voz que el mío.- Estoy aquí para lo que necesites, aunque me trates mal, estaré contigo.

Eso ha sido un ataque directo a mi corazón.

No me puedo creer que después de todo lo que he hecho siga queriendo ayudarme.

¿Es que no voy a poder evitar su muerte?

¡Claro que lo haré!

Lo alejaré de mí cueste lo que cueste.

Y si no lo consigo pues... Me alejo yo...

Será mejor que me aprenda bien el mapa de Konoha para saber donde están los callejones sin salida.

Así no pasaré por ellos.

Y Naruto no me acorralará...

¿Verdad?