Una vida nueva - [3/3]

- Deja ya de quejarte por favor. - Suplicaba una voz femenina que estaba cansada de lidiar con su hija.
- Pero es que esto es una perdida de tiempo. - Dijo una chica mas joven muy resignada.
- Has aceptado venir, así que al menos dale una oportunidad. - Solo quería que no se quejase mas.

Eran madre e hija. La mayor de todas tenia el pelo rubio y parecía bastante seria. Aunque solo quería ayudar a su hija. La mas pequeña, aunque era ya adulta, tenia el pelo de color rosa y los ojos verdes. Lo mas característico de ella era que se veía necesitada de dos aparatosas muletas para caminar.

Ambas estaban delante de un bloque de pisos en el centro. Debajo de los timbres había varias placas. Estaban mirando una en particular.

“Consulta de Naruto Uzumaki, quiropráctico.”

- Una semana, nada mas. - La chica se había dejado arrastrar porque su madre no paraba de insistirle una y otra vez con ello.

Llamaron al timbre, piso 2 B. Tras una pequeña espera una voz femenina respondió. La madre indicó que tenían cita dentro de diez minutos. La puerta se abrió. Subieron hasta el segundo piso en el ascensor ya que la pelirrosa lo tendría bastante complicado para subir las escaleras.

Cuando llegaron la puerta ya estaba abierta, esperándoles. Nada mas entrar en la consulta se podía ver una pequeña sala de esperar con cuatro sillas. Aunque ahora estaba vacía. También había un pequeño mostrado con una sonriente joven de pelo castaño.

- Buenos días. - Saludó muy amablemente. - ¿Nombre? - Preguntó después mirando su lista.
- La cita esta a nombre de Sakura Haruno. - Respondió rápidamente la madre de Sakura.
- Muy bien, pues sentaos. Naruto habrá acabado en diez o quince minutos. - Contestó aun mirando la lista de los pacientes.

Se sentaron en las sillas tal y como la recepcionista les había indicado. No dijeron nada mas durante todo el rato así que los quince minutos pasaron muy lentos y algo incómodos. Después de exactamente doce minutos la puerta se abrió.

Por ella salieron una anciana que rondaría los setenta años y un chico joven que no pasaría de los veinte.

- Bueno, nos vemos dentro de tres días y no fuerces mucho esa pierna. - Dijo el chico con una sonrisa encantadora.
- Tranquilo cariño, no voy a correr una maratón. - Contestó riendo la señora.

En aquel momento Sakura pensó que probablemente seria un asistente del verdadero especialista. Quizás estaría de practicas o aprendiendo.

- Naruto, la visita que tenias a las tres se ha retrasado hasta las cuatro. Así que tendrás ahí un hueco libre. - Le dijo la recepcionista sonriendo.
- Genial, aprovecharé para comer. - Contestó complacido Naruto.
- “¡¿Que?! ¡Si tendrá mi edad!” - Pensó Sakura preocupada.
- Siguiente. - Dijo Naruto sonriendo mientras miraba a las dos chicas.

Muy avergonzada, Sakura se levanto. Su madre también.

- Mama, no hace falta que vengas. No soy una niña. - Le contestó viendo como su intención era seguirla.
- No, es mejor que venga. Así tendremos mas datos. Ademas seguro querrá escuchar lo que tenga que decir. - Dijo Naruto dándoles la espalda y entrando el primero.

Sakura se resignó y se limitó a ir poco a poco hacia la habitación en la que Naruto atendía a los pacientes. Al entrar vio que estaba dividida como en dos secciones. Una tenia una mesa con sillas, para hablar simplemente. Y en otro lado tenia una camilla donde seguramente haría

Naruto se sentó detrás de su mesa. Había tres sillas delante, así que Sakura y su madre ocuparon dos de aquellas tres.

- Bien, tu eres Sakura. - Dijo Naruto mirando su lista. - ¿Y tu? - Preguntó después mirando a la rubia.
- Me llamo Mebuki Haruno.
- Bien, Sakura y Mebuki. ¿Que os ha traído aquí? - Preguntó mirándolas.
- ¿Tu que crees? - Preguntó Sakura de una manera muy irónica mientras enseñaba una de sus muletas.
- No me refiero a eso. Digo, ¿Que os ha hecho pensar en esta opción? - Aclaró después.
- Veras. - Mebuki tomó la palabra. - Lo hemos intentado todo. Médicos, ejercicio, una operación. Pero nada da resultado. Simplemente, por agotar todas las opciones.
- Yo no creo que vaya a servir de nada. - Dijo Sakura mirando al suelo.
- Bueno, por desgracia ahora mismo no puedo decir nada sobre eso Sakura. - Naruto quería ser franco. - Pero haremos lo que se pueda por supuesto. - Naruto quería sonar optimista.
- Pues empezamos bien. - Sakura quiso sonar todo lo mas borde que pudo.
- Bueno Sakura, yo no hago magia. Y todavía no se ni que te pasa. Así que vamos a empezar por ahí. Hoy solo hablaremos. Así que contádmelo todo desde el principio.

Entre Sakura y Mebuki le contaron a Naruto toda la historia. Cuando Sakura tenia 17 años tuvo un accidente de trafico. Mas bien fue atropellada por un motorista alcoholizado. El golpe fue tan violento que la empujó varios metros hacia atrás haciendo que chocase contra la esquina de un bordillo. Fue un accidente muy violento.

Sakura fue atendido por muchos doctores, incluso fue operada. Pero tenia una lesión en la columna que le provocaba fuertes dolores caminando. Incluso estaba empeorando y amenazaba con dejarla invalida en unos cuantos años.

- ¿Crees que podrá volver a la normalidad? - Preguntó Mebuki, Naruto pudo sentir toda su desesperación.
- Mebuki, eso no lo puedo saber hoy. Y tardara varias semanas en poder saberlo. Estas cosas son así.
- Yo creo que solo quiere sacarnos el dinero. - Sakura estaba aun mas frustrada que su madre, era lógico.
- Sakura, no pienso alargar todo esto mas de lo necesario. Yo te quiero ayudar, y cobrar por supuesto. Si no necesitase cobrar lo haría gratis. Pero no pienso estafar a nadie. De hecho el precio por hora en las sesiones lo cobro mucho mas barato que otros de mis compañeros del oficio. Y solo si al final todo da resultado entonces cobro un plus. Me parece lo mas justo.

Sakura se vio obligada a callarse y rendirse a la incansable amabilidad de Naruto y su sonrisa. Había prometido dejarse llevar, no iba a discutir mas por ahora. Naruto se levantó y se acercó a las chicas.

- Sakura, ¿Podrías levantarte la camiseta? Quiero comprobar unas cosas. - Sakura palideció al escuchar aquello.

Por eso no le gustaba que fuera tan joven. Habría preferido una mujer o un señor mayor. Pero por desgracia tenia que ser un chico que tendría su edad. O casi su edad. Tras la insistencia de su madre, se quitó su prenda superior. Se dejó el sujetador por supuesto.

Naruto se agachó un poco y puso sus manos en la parte del lumbago de Sakura. En la zona mas baja de la espalda, y comenzó a presionar diferentes puntos. Obviamente aquello hizo daño a Sakura, pero trató de que no se notase.

- Es mejor que digas donde te duele mas. Aunque tampoco hace falta del todo. Se nota.

Naruto continuó cerca de medio minuto realmente incomodo para Sakura. Luego se alejó de ella.

- Ya puedes vestirte. - Dijo Naruto mientras se sentaba de nuevo en su silla. - Bueno. - Acompañando esa palabra Naruto miró su agenda. - De entrada creo que deberías venir tres veces a la semana. ¿Te viene bien lunes, miércoles y viernes? ¿A esta hora?
- Si, no tengo nada a esta hora. - Sakura estaba aun un poco sonrojada. Realmente se le hacia incomodo su nuevo especialista quiropráctico.
- Bien Sakura entonces nos veremos dentro de dos días. Mebuki no es necesario que vengas, aunque si quieres venir seras bien recibida. - Sakura pensaba que Naruto no había dejado de sonreír en ningún momento durante la media hora que habían estado hablando.

Tras una corta despedida cada uno volvió a sus asuntos. Sakura y Mebuki se marcharon a casa. Naruto se limitó a esperar al próximo paciente.

- ¿Pues es simpático no? - Preguntó Mebuki cuando ya estaban en el ascensor.
- No se, a mi se me hace incomodo mamá.
- ¿Por qué?
- No creo que tenga muchos mas años que yo. Sera violento.
- Pues que quieres que te diga. Mejor un chico guapo que seguramente tendrá novia, a un viejo verde. - Ante aquella lógica aplastante Sakura no pudo decir nada.

La jornada fue pasando y al final se hizo de noche. Tras un largo día de trabajo, Naruto volvió a su piso en el centro que podía mantenerse gracias a su consulta. No era muy grande, pero era suyo y solo suyo. Sin duda aquello era lo que lo hacia mas especial.

Naruto se quedó delante de la mesa de su comedor unos segundos. Había dejado su teléfono móvil, que estaba apagado, en la mesa. Y se lo quedó mirando durante unos largos segundos.

Suspiró.

Tras encender el teléfono móvil, que apagaba mientras trabajaba, se quedo unos segundos esperando. Y tras cerca de unos quince segundos una avalancha de mensajes y llamadas perdidas empezaron a colapsar su teléfono, como cada día.

Siete llamadas perdidas y diecisiete mensajes de texto. Todos de la misma persona. Naruto ya no aguantaba mas esta situación. Cogió el móvil y le dio a responder al ultimo mensaje.

- “Por favor, para ya.” - Escribió totalmente devastado.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Después de la cena, Sakura había ido a su habitación. Desde que su lesión había estado empeorando estaba bastante solitaria. Solía trasnochar mucho y rara vez se relacionaba con sus amigos. Se sentó en su cama y dejó caer las muletas al suelo sin preocuparse por el ruido.

La espalda le dolía, y solo había andado un poco hasta la consulta del que consideraba un estafador. Pero bueno, era el dinero de su madre después de todo. En el fondo no quería aceptar que incluso ella estaba dispuesta a agarrarse a un clavo ardiendo.

Sakura movió su cabeza y pudo ver en su escritorio una fotografía de cuando tenia catorce años, que participó en un campeonato regional de atletismo, al lado había una medalla de plata. Luego sonrió entremezclando nostalgia, rabia, ironía y felicidad.

- Me conformo con poder andar un par de horas al día sin que me duela. - Dijo al aire mientras dejaba caer su espalda sobre la cama.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

- ¡¡Por favor para ya!! - Gritó Naruto mientras hablaba con el móvil.

- Hinata, lo hemos hablado ya un millón de veces. No puedes llamarme cada día. No es sano ni para ti ni para mi.

- La vida a veces no sale tal y como deseamos, te aseguro que a mi tampoco me esta pasando lo que yo deseo. Tienes que aceptar que nuestra relación se ha acabado. Hinata, lo intentamos mil veces y nunca ha funcionado. Por favor acéptalo ya e intenta pasar pagina.

- Deberías ir a la psicóloga que te recomendé. Podría ayudarte.

- ¡¡No!! ¡No estoy con otra! Simplemente no puedo estar mas contigo. Hinata por favor. No me llames mas.

Naruto colgó el teléfono sin esperar a escuchar nada mas. No podía mas con esta situación. Pero no pasó ni medio minuto hasta que volvió a sonar otra vez.

- Hinata...

- ¡¡No!! Por supuesto que no quiero que mueras. No puedes amenazarme con eso.

- No quiero que te suicides, pero no voy a volver contigo porque me amenaces con eso.

- No, no te odio. Hemos pasado muchos años juntos y no quiero que te pase nada malo. Quiero que seas muy feliz, pero no quiero que seamos felices juntos. Es sencillo de entender Hinata. Se que ahora lo ves todo muy gris, pero se pasará solo espera. Apóyate en los demás, yo no puedo ayudarte mas.

- Hinata... ¡¡No!! ¡¡Hinata!! - Gritó Naruto muy preocupado.

Naruto colgó el teléfono rápidamente y después llamó a otra persona. Le contestó un hombre muy serio que realmente no tenia ninguna ganas de hablar con Naruto. De hecho aquella persona odiaba a Naruto.

- Hiashi... por favor. Ve a la habitación de tu hija...

Sin esperar si quiera a la respuesta de Hiashi colgó el teléfono. Después toda la frustración se apoderó de su cuerpo y tras un enorme gritó de rabia estrelló su teléfono móvil contra la pared. Quería desconectar de todo y de todos.

Y después de toda la rabia no pudo evitar comenzar a llorar por la enorme frustración que llenaba su vida y le impedía ser feliz.

Continuará...

Naruto estaba en su despacho mirando unos documentos y escribiendo algunas cosas en su ordenador de sobremesa. Un pequeño pitido le distrajo, indicándole que su recepcionista tenia algo que decirle.

- Ya esta aquí el siguiente paciente. - Le dijo a través del comunicador.
- Que pase. - Contestó Naruto mecánicamente.

La puerta se abrió, y por efecto de los rayos del sol lo primero que vio Naruto fue un destello rosado. Luego pudo ver las dos muletas metálicas de Sakura asomarse las primeras.

- ¡Buenos días Sakura! - Dijo Naruto con muchísima efusividad y una gran sonrisa de oreja a oreja.
- Hola. - Contestó Sakura tratando de entrar.

Naruto se levantó para sujetarle la puerta. No le resultaba fácil abrir la puerta mientras sujetaba las dos muletas. Sakura, poco a poco, entró en la habitación. Naruto se quedo mirando su espalda por unos segundos, se la veía cansada. Se notaba con solo verla.

- Vamos al otro lado. Hoy no necesitamos hablar. - Dijo Naruto yendo hacia el otro lado del despacho, donde estaba la camilla.
- Entendido... - Dijo la pelirrosa para después suspirar.
- ¿Mebuki no nos acompaña hoy? - Preguntó Naruto tratando de sacar algún tema de conversación.
- No soy una niña. - Contestó tajante Sakura.

Naruto, tras mucho intentarlo, se dio cuenta de que no iba a sacarle mucho ahora. Se limitaría a su trabajo. Sakura dejó las muletas apoyadas en el suelo delante de la camilla.

- Quítate la parte de arriba y túmbate boca abajo en la camilla Sakura.

La pelirrosa se resignó todo lo que pudo. Pero obedeció, una parte de ella le hacia avergonzarse. La otra le repetía que Naruto era un especialista y seguramente se lo tomaría todo con mucha profesionalidad.

Se desvistió parcialmente y después se tumbó en la camilla. Tenia una especie de manta de papel, seguramente seria desechable y pondría una nueva para cada cliente. Sakura se fijó que para darle un poco mas de intimidad se giró mientras se desvestía.

Una vez terminase, se tumbó boca abajo tal y como Naruto le había indicado.

- Bueno Sakura. Antes de empezar. Mi intención no es aliviarte el dolor. Mi intención no es hacer que tras esto te sientas mejor. Esto no es un masaje. Esto se trata de reajustar poco a poco. Te va a doler y probablemente esta noche y mañana la espalda te dolerá mas que hoy y que ayer. Pero iremos muy poco a poco en función a cuanto te duela y tu progreso. ¿Entendido? - Preguntó Naruto mirando la espalda semidesnuda de Sakura.
- Entendido. - Respondió ella mirando hacia a un lado. Mas que nada por que tenia su cabeza ladeada hacia una de las paredes.
- Bien, pues comencemos. - Dijo Naruto llevando sus manos a la zona lumbar de Sakura.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Ya había llegado la noche, y tal y como había sido vaticinado Sakura no se podía casi mover. Estaba tumbada en su cama mirando el techo sintiendo un profundo dolor en la espalda.

¿Como aquello podía hacer que volviese a andar?

Le daban ganas de no volver nunca mas. Y tenia cita para pasado mañana, todavía se debatía sobre si iba a ir o no. Su madre le había estado haciendo mil preguntas, pero solamente le había dicho que había sido muy doloroso.

Como había dicho Naruto, no era un masaje. Se trataba de reajustar la columna y diversas partes del cuerpo de Sakura. Era algo parecido a malformar poco a poco una parte del cuerpo. Solo que aquí la estaban dejando de manera correcta.

La verdad es que en el momento en el que Naruto comenzase su trabajo, el dolor hizo que dejase de pensar en que un chico de poco mas de veinte años estaba viéndola casi desnuda y tocándola. Todo era mucho mas frio e impersonal de lo que ella pensaba que iba a ser.

De repente su móvil sonó, tenia un mensaje de texto.

“Espero que te encuentres mejor, aunque nunca he estado en esa situación. Se que es muy doloroso, espero verte el viernes.”

Sakura suspiró. Aprovechó para apuntarse en la memoria el numero de su quiropráctico. “Naruto (Idiota)” fue lo que puso en el nombre del contacto.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Naruto estaba en su casa. Acababa de mandar un mensaje a Sakura con su nuevo teléfono móvil. Se había pasado toda la tarde configurándolo. Como había destrozado el anterior. También había conseguido un nuevo numero y había dado de baja el anterior. Ya nadie le llamaría mas mientras no le diese el nuevo numero.

Dejó el teléfono en la mesa y luego se fue a su ordenador. Estaba registrando una nueva cuenta de correo. Quería cortar todo tipo de comunicaciones con su pasado. Luego suspiró.

- “¿Por qué me siento mal por esto? Solo quiero seguir adelante.” - Pensó mientras le daba al botón de: “He leído y acepto los términos y condiciones de uso.” Aunque obviamente no los había leído.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Dos días después Naruto tenia cada una de sus manos en la espalda de su nueva paciente. Había pasado todo el rato muy silenciosa y no se había quejado nada.

- Bueno, creo que hoy vamos a dejarlo por ahora. - Dijo Naruto dando por terminada la sesión trece minutos antes.
- No es necesario. - Dijo Sakura con los ojos cerrados, Naruto obviamente no le veía la cara desde su posición.
- Bueno, ya lo recuperaremos otro día. No pasa nada, te lo descontaré. - Dijo Naruto fingiendo que no pasaba nada.
- Sigue Naruto. ¿Esto no era lo normal?
- ¡Ya vale! - Dijo Naruto algo enfadado.

Naruto hizo que Sakura se callase. Después caminó hasta colocarse delante de ella y se acuclilló poniendo una mano en el hombro de Sakura.

- No te voy a cobrar mas por esto. Recuperaremos estos minutos otro día. Por ahora ya es suficiente.

Naruto lo había estado notando desde hacia un rato. Solamente había llegado hasta el punto en el que consideró correcto. En completo silencio y sin hacer ni un solo ruido Sakura llevaba llorando mas de media hora.

El rubio puso una mano en el cuello de Sakura y la abrazó. Tratando de ser muy cuidadoso la ayudo a incorporarse sin dejar de abrazarla, ella por fin se desahogó y dejó de callar todo el dolor que sentía.

- Tu lesión es muy grave Sakura. Por eso te duele tanto. Es realmente mucho mas grave de lo que decían tus informes. Pero para eso estamos aquí, se que es doloroso. Pero creo que no debes rendirte y continuar con esto.
- Solo lo dices para cobrar. - Sakura no pudo mezclar el dolor que sentía con insultos no justificados hacia Naruto.
- Esta bien. A partir de hoy lo haré gratis. Y solo me pagarás si al final puedes andar. - Dijo Naruto separándose de Sakura y mirándola a los ojos.
- ¿Por que? ¿Que ganas tu? - Preguntó la pelirrosa muy extrañada.
- Aquí normalmente viene gente que le duele una pierna, cojea un poco o un hueso le ha soldado mal. No pienso dejarte pensar que te estoy haciendo llorar de dolor solo para ganar dinero. - Dijo el rubio muy serio.
- Solo prométeme que volveré a andar. Y soportaré todo el dolor del mundo. - Sakura lo había dicho en forma de suplica mas bien.

Una terrible decisión caía sobre los hombros de Naruto. Por un lado se debatía entre hacerle una promesa falsa para hacer su sufrimiento mas llevadero. Por otro lado estaba la realidad, la profesionalidad y el temor a decepcionarla. Naruto miro hacia otro lado mientras Sakura, aun llorando, miraba fijamente a los ojos de Naruto.

- Te prometo, que después del tratamiento es posible que puedas volver a andar. Es lo único que puedo decir Sakura. Lo siento mucho. - Naruto no tuvo el valor para mirar a Sakura a los ojos mientras le decía aquello.

Sakura se separó de Naruto y se levantó de la cama. Sujetó sus muletas y se levantó quedándose de espaldas a Naruto.

- No se si andaré después de esto. No se si andaré algún día con cualquier otro método. Pero se, que jamas me rendiré. No voy a quedarme tumbada en mi cama esperando a quedarme paralitica.

Naruto sonrió, después cogió la camisa que había traído Sakura hoy y se la entregó para que se vistiese.

- Vas a coger frio. - Bromeó Naruto. - Venga, te acompaño a la salida.

Hoy Sakura estaba extremadamente dolida, la sesión había sido muy dura. Ahora mismo se preguntaba que seria peor. Si las primeras sesiones por ser las primeras. O las siguientes por ser mas intensas. No quería pensar en eso en realidad.

Poco a poco acompañó a Sakura hasta la puerta.

- ¿No hay mas pacientes? - Preguntó Naruto extrañado mirando a su recepcionista.
- Se ha anulado, lo siento. - Se disculpó ella.

Naruto miró su reloj.

- Bueno, no vamos a hacer el tonto entonces. Puedes irte ya a casa por hoy. Buen trabajo.
- Nos vemos mañana entonces Naruto. - Dijo la chica levantándose y recogiendo sus cosas.

Naruto se fijo en que Sakura llegaba detrás de el. Andaba muy poco a poco, mas lento que a la velocidad que había venido.

- ¿Como has venido aquí Sakura? - Preguntó Naruto mirándola.
- En metro. ¿Por qué? - Preguntó ella extrañada.

Naruto sonrió un momento, se puso su abrigo y cogió algunas cosas que había en la mesa. Después volvió donde estaba Sakura.

- Como hoy salgo antes. Voy a llevarte a casa vale. No voy a dejarte ir sola y en metro. - Dijo Naruto dando por terminada la conversación.
- No soy una niña. - Contestó Sakura muy rápidamente.
- Y yo no soy un niño. Pero cuando tengo la gripe me gusta que mi madre venga a mi casa a darme una aspirina y una leche calentita. - Naruto le dijo aquello sonriendo de una manera tan estúpida que Sakura no pudo decir nada mas.
- Eres idiota. - Dijo Sakura sonriendo por primera vez en toda la tarde.

Naruto se sintió satisfecho al ver por primera vez la sonrisa de Sakura. Después poco a poco fueron hacia la calle, donde Naruto tenia aparcado su coche. Normalmente no iría en el coche de alguien que no conocía mucho, pero Naruto le despertaba confianza. Eso y que Mebuki Haruno sabia que Sakura había ido a la consulta.

Sakura le dio unas cuantas indicaciones sobre como llegar al lugar en el que vivía con sus padres. Quedaba un poco lejos.

Naruto aprovechó el rato en el coche para sugerir a Sakura algunos ejercicios suaves que podía realizar en casa para fortalecer los músculos de su espalda para hacer mas llevadera la rehabilitación. A Sakura le gustaba ver a Naruto tan entregado con su recuperación, ya había dejado de pensar que solo quería quitarle el dinero a su madre.

- Pues aquí es. - Dijo Sakura viendo el bloque de pisos donde vivía.
- ¿Nos vemos el lunes? - Preguntó Naruto abriéndole la puerta.
- Si, allí estaré. - Contestó Sakura saliendo del vehículo.
- Bien, entonces nos vemos Sakura.
- Nos vemos. Y... muchas gracias por todo Naruto. - Le dijo Sakura dándose la vuelta.
- De nada Sakura. Es mi trabajo después de todo.

Naruto arrancó de nuevo su coche rumbo a su hogar. Sakura entró en su casa. Estaba todavía muy dolorida pero tenia cierta esperanza y mucha determinación. Sacó su teléfono móvil y vio su ultimo contacto agregado.

Después, sintiéndose arrepentida y alegrada a la vez eliminó el calificativo “Idiota” al lado del nombre de Naruto.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Fueron sucediéndose los días, poco a poco Naruto iba intensificando la terapia y Sakura con toda la entereza del mundo luchaba y luchaba cada día por soportar y mejorar. Incluso hacia a rajatabla todos los ejercicios que Naruto le proponía también para casa.

El hecho de que Naruto se hubiese ofrecido a tratarla gratis y que solo le pagase en el caso de que mejorase su espalda le daba motivaciones extra. Sakura no había aceptado, seguía pagando las consultas igualmente. Pero el hecho de que se ofreciese a hacerlo hizo que pudiese confiar en el.

Al principio había pensado que Naruto era un idiota que solo le interesaba el dinero y probablemente era un estafador que se dedicaba a dar un par de masajes y ya esta. Pero al verle tan volcado hizo que pudiese confiar en el a ciegas.

////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// - Tres Semanas Después

Sakura estaba entrando en el despacho de Naruto, esta vez el rubio no había ido a ayudarla a abrir la puerta. Naruto estaba sentado en su silla frente a la mesa muy serio. Habría tenido un mal día quizá pensó Sakura.

- Buenos días Naruto. - Dijo Sakura muy contenta.
- Buenos días Sakura. - Naruto suspiró al decir aquello.
- Tengo algo que decirte Naruto. - Sakura sonreía al decir aquello, se quedo frente a Naruto, al otro lado de la mesa.
- ¿Me dejas a mi primero? Es importante. - Naruto estaba extremadamente serio.
- Pero... Bueno... adelante. - El buen humor de Sakura no se terminaba de ir, pero se estaba preocupando.
- Veras Sakura. Déjame hablar ¿Vale? No voy a poder seguir tratándote. - Naruto vio como la cara de Sakura parecía un mapa. - Pero te voy a recomendar a una antigua profesora mía que es muy buena y no te va a cobrar mas que yo. Con ella podrás terminar el tratamiento.

Sakura lanzó al suelo sus dos muletas. Y se quedó de pie mirando a Naruto. Después dio un paso hacia delante mirándole fijamente.

- ¡Esto era lo que quería enseñarte! - Gritó Sakura algo enfadada. - Ya no me duele casi, puedo volver a andar sin las muletas. Gracias a ti. Así que dime. ¿Por qué no puedes seguir ayudándome?

Naruto sonrió al ver a Sakura de nuevo en pie sin las muletas. Pero después suspiró de nuevo como llevaba haciendo todo el rato.

- Porque me he enamorado de ti.

Continuará...

Sakura jamas en su vida se habría imaginado que le dirían algo así de una manera tan directa. Así que todavía estaba tratando de asimilar lo que acababa de escuchar de los labios de Naruto. Sintió sus piernas flojear, así que decidió sentarse en la silla frente al rubio.

- Tu... ¿Como? - Sakura no sabia realmente que decir.
- Eso no es lo importante Sakura. Veras como te decía ya no te puedo tratar solamente por eso. No es ético. No me malinterpretes, aun no ha pasado.
- ¿El que? - Preguntó Sakura extrañada y curiosa.
- Que aun no ha pasado que haya hecho mal mi trabajo por culpa de ello. Pero cada vez me cuesta mas concentrarme. ¿Vale? Ya en los últimos días en algunos momentos no pensaba en lo que debía estar pensando. - Naruto no pudo mantener la vista fija en los ojos de Sakura mientras decía aquello, se limitó a mirar la mesa.

Sakura tardo dos segundos en entender a que se refería Naruto con lo que le acababa de decir. Después su cara enrojeció hasta volverse completamente roja, a Naruto aquello le pareció mono. Pero Sakura estaba realmente avergonzada.

- “Naruto ha estado pensando cosas... malas...” - Es la única palabra con la que pudo describirlo sin morirse de vergüenza al pensar en ello.
- Mira Sakura, ya he hablado de ti a mi amiga. Y ha accedido a tratarte. Ella es un poco mas cara que yo, así que he decidido que yo pagaré la diferencia.
- ¿¡Por que harías eso!? - Preguntó Sakura algo molesta y extrañada.
- Pues porque me comprometí a tratarte yo, porqué que no pueda seguir haciéndolo es totalmente mi culpa. No tienes por que pagarlo tu. Y porque, bueno es una gran noticia que puedas andar. - Naruto sonrió mientras decía aquello, se le veía feliz. - No te haces una idea de como me alegro, y por eso mismo no te voy a dejar en manos de alguien peor que yo. Y no se me ocurre nadie mejor que ella para continuar el tratamiento.
- Bueno, pues lo pagaré yo entonces. - Sakura no quería que Naruto hiciese aquello por ella.
- Bueno, ella cobra el doble que yo por sesión Sakura.

Sakura sabia que el estado económico de su hogar no era precisamente el mejor. Sobretodo después de estar pagando el tratamiento con Naruto. Sabia que si le decía algo a sus padres le dirían que si, pero no quería ser mas una carga. Pero tampoco quería seguir sin poder mejorar.

- Mira, piensa que esto es mi culpa. ¿Vale? Y quiero que te recuperes del todo de verdad. No sabes lo feliz que me hace ver que estas mejorando. - Naruto dijo aquello mientras se levantaba.
- ¿Donde vas? - Preguntó Sakura al verle levantado.
- Como hoy teníamos una hora. Quiero aprovechar para llevarte allí, ya esta todo hablado. Esta en el centro. - Naruto no dio posibilidad a replica.

Sakura no sabia que decir la verdad. Estaba todavía tan en shock que simplemente se dejó guiar por Naruto hasta su coche, donde le llevaría a ver a su nueva quiropráctica. Todavía estaba asimilando todas las cosas. Quizás aquel silencio fue muy incomodo para Naruto, pero lo veía normal después de todo. Al final llegaron, era un edificio en el centro al lado de una parada de autobús. Sakura pensó que iría por allí.

Sin decir nada mas fueron hacia la consulta de la profesora de Naruto. Se quedaron quietos frente a la puerta de entrada. Naruto se giró para mirar a Sakura.

- Bueno Sakura. Yo me iré ya o llegaré tarde.
- Gracias por todo Naruto... - La pelirrosa no sabia muy bien que decir la verdad.
- Seguro que ira todo muy bien, no te entretengas mucho que hemos llegado un poco tarde.

Entre que Naruto se fue muy rápido y Sakura seguía confundida, no hubo lugar para mas conversación. Sakura suspiró, por un lado ya no sentía la presión vergonzosa de estar junto a alguien que acababa de decirle que se había enamorado de ella. Y por otro lado sentía cierta tristeza al notarse sola.

Llamó a la puerta y se abrió casi como si la estuviesen esperando. La persona que la recibió era una mujer de unos cuarenta años. Tenia el pelo rubio, largo y liso. Era bastante guapa. Estaba sonriendo.

- ¿Así que tu eres la famosa Sakura? - Preguntó la mujer recalcando la palabra famosa.
- Hola, encantada. - Sakura no supo que mas decir.
- Encantada, yo me llamo Tsunade. Acompáñame por favor. - Dijo Tsunade.

Fueron hasta una habitación apartada donde tenia una camilla casi igual a la de Naruto.

- Como ya estas familiarizada con todo el procedimiento y Naruto me ha dado todo tu historial empezaremos directamente túmbate.
- Si. - Respondió mecánicamente Sakura.

Tras quitarse la ropa y tumbarse, Tsunade se acerco a ella. Al principio le daba algo de miedo, pero si fue profesora de Naruto debía ser muy buena.

- ¿Por que has dicho que soy famosa? - Preguntó Sakura dándose cuenta por fin.
- Bueno, Naruto me ha hablado mucho de ti. - Dijo Tsunade mientras seguía a lo suyo.
- ¿Y que te ha dicho? - Preguntó Sakura con curiosidad.
- ¿Ha tenido el valor para decirte por que no podía seguir tratándote? - Preguntó la rubia.
- Si...
- Pues de eso me ha hablado. - Contestó Tsunade haciendo que Sakura enrojeciese mucho.

No dijeron casi nada mas en los siguientes veinte minutos. La verdad es que estando en silencio a Sakura casi le daba la sensación de que nada había cambiado.

- Y dime Sakura. Cuéntame algo de ti. ¿Estudias? - Preguntó por sacar un tema de conversación.
- Si, estoy en el tercer año de la carrera. - Dijo Sakura relajándose.
- ¿Y tienes novio o algo así? - Preguntó haciéndose la inocente.
- No, ahora mismo no. - Sakura nunca entendió el verdadero interés de aquella pregunta.
- Ah, bien. - Dijo sonriendo Tsunade.

La hora terminó, y Sakura se despidió de su nueva quiropráctica. Iba a tener el mismo horario que tenia con Naruto. Así que todo era muy sencillo. Cuando estuve en el autobús le llego un mensaje de texto, era de Naruto.

“Cuando puedas andar, me gustaría que quedásemos para dar un paseo o algo.”

Sakura sonrió al ver ese mensaje, parecía que Naruto seguía preocupándose por ella. En ese momento no pudo evitar recordar lo que había ocurrido.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En otro lugar de la ciudad, en una sala de espera con algunas personas, había dos en especial esperando su turno.

Una tenia el pelo castaño y la otra morena. Pero ambas tenían la peculiaridad de tener el iris de los ojos muy claros. Eran hermanas, una cuatro años menor que la otra.

- Hinata, te toca. - Dijo la recepcionista mirando a la chica.
- ¿Quieres que te acompañé? - Preguntó su hermana pequeña preocupada.
- No, tranquila. - Le respondió la chica.

Se levantó de su asiento y se acercó hacia la puerta. Iba con una camiseta de manga larga. Pero aun así se podía apreciar la marca de una cicatriz en la zona de su muñeca izquierda. Giró su cabeza al lado del marco de la puerta y allí se podía ver una placa en la que estaba la palabra “Psicólogo” escrita en ella.

Hinata sonrió por un instante.

- “Yo solo quiero seguir adelante...” - Pensó mientras abría la puerta con decisión.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Naruto estaba mirando su móvil nuevo, ya era de noche y estaba en su casa. Se estaba debatiendo entre si llamar o no a una persona en especial. Se sentía un poco avergonzado, despumes de todo hacia varios años que no hablaban casi. Pero pensó que podría tener muchas cosas que ganar. Marcó el numero.

- ¿Quien es? - Preguntaron desde el otro lado después de coger.
- Hola Shikamaru, soy yo. Naruto. - Dijo sin saber muy bien que decir.
- ¡¿Naruto?! No me lo puedo creer. ¿Naruto Uzumaki? - Preguntó muy sorprendido el chico.
- Si, soy yo. Hola. - Naruto estaba un bastante sonrojado. - Se que hace dos años que no hablábamos casi pero. Bueno, no se. Había estado pensando mucho en ti y los chicos. Y había pensado... bueno no se. Que quizás podríamos quedar un día todos juntos o algo... como en los viejos tiempos. - Naruto lo soltó de golpe, total si le decía que no se iba a quedar como estaba.
- ¿El Naruto que dejo de querer estar con nosotros ahora quiere volver? - Preguntó algo sarcástico.
- Bueno, entiendo que estáis enfadados. Solo quería... intentarlo. Bueno, pues siento haberte molestado. Espero que vaya todo bien.
- ¡Espera! - Le cortó Shikamaru. - Que si hombre, que me parece bien. Yo llamaré a Kiba y a Sasuke y quedamos un día los cuatro. ¿Ya te avisaré vale?
- ¡Claro! Gracias. Entonces nos vemos. Tengo ganas de veros. - Naruto estaba bastante feliz.

Naruto se levantó sonriendo y dejo su teléfono móvil en la mesa de su habitación.

- “Yo quiero seguir adelante...” - Pensó feliz viendo que las cosas empezaban a mejorar.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sakura estaba tumbada en su cama. Las muletas estaban en el suelo. Por un pequeño instante recordó cuando Naruto se le declaró abiertamente. En ese momento pensó que a lo mejor Naruto esperaba que ella le correspondiese, se sintió un poco mal por el. Luego se sonrojó un poco.

Instantes después recordó el día de su accidente. Sakura solo había tenido un novio durante casi tres años. Se conocieron a los quince. Pero un día todo terminó, el la abandonó por que su amor por ella había desaparecido.

Sakura estuvo meses deprimida, no era capaz de superarlo. Un día su madre la obligo a salir a la calle a dar un paseo. Que tomase el aire de nuevo. Lo que nunca imaginó fue que Sakura estaba tan perdida en su depresión y sus pensamientos que no fue capaz de darse cuenta de que estaba cruzando la calle en rojo.

No fue capaz de ver al coche que la atropelló hasta instantes después de estar tirada en el suelo con su espalda a punto de romperse.

- Naruto... - Dijo sonriendo un poco. - Parece que... al final la vida sigue. Me gustaría poder seguir adelante. - Una mezcla de ilusión, miedo y felicidad se arremolinaron en el interior de la pelirrosa.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- - Cinco semanas después.

Naruto estaba en un parque, estaba bastante nervioso y extrañamente bien arreglado. Miró su móvil una vez mas, no fuese a ser que todo hubiese sido un sueño. Pero no, estaba bien claro el mensaje que estaba leyendo.

- Hola Naruto. ¿Como estas? ¿Te gustaría que quedásemos este fin de semana para dar un paseo o algo? - Sakura.

Naruto miró hacia el otro lado. Y allí la vio. Sakura estaba como a unos diez metros de el, estaba cerca de una estatua del parque. Naruto empezó a andar hacia ella.

- No, espera. - Le dijo haciendo que se detuviese.

Sakura tomó aire y después sonrió. Dejó las muletas apoyadas en la estatua. Y con mucha decisión y entereza empezó a andar ante la sonriente mirada de Naruto. Todavía le dolía un poco, pero era capaz de andar perfectamente sin ayuda de esas dos aparatosas muletas que le habían acompañado tanto tiempo.

Un poco lenta, terminó por recorrer los diez metros hasta donde estaba Naruto. La pelirrosa cogió las manos del rubio mientras el la miraba sonriendo.

- ¡Es genial Sakura! - Dijo Naruto muy feliz. Sakura sonrió.

Hizo un poco de fuerza indicando a Naruto que se agachase un poco. Después se colocó de puntillas y le dio un corto beso de menos de dos segundos a Naruto. El rubio se quedo mudo, pero feliz.

- ¿Damos un paseo? - Preguntó la pelirrosa contenta.
- ¡Por supuesto! - Contestó Naruto muy feliz.

Se separaron un poco, y después comenzaron a andar cogidos de la mano. No dejaron las muletas tiradas, Naruto las llevó en su otra mano. Pero querían ir juntos y andando. Aunque fuesen poco a poco. Andando con sus propias piernas, hacia adelante.

Por que a veces la vida puede golpearnos por todos lados. Sin saber cuando ocurrirá ni cuanto durara. La oscuridad puede envolvernos durante una semana, un mes o un año. Pero al final siempre se disipa, al final todo se supera.

La tristeza es parte de nuestras vidas pero nunca es eterna. Y al final lo único que importa es seguir hacia adelante. La vida esta hecha para caminarla, y cada piedra en el camino es una cicatriz y una enseñanza. Pero todo en esta vida tiene solución.

Y la única forma de ser felices es seguir caminando por mucho que duelan las heridas.