Momentos de mi vida (Fin)

                                                     Momentos.


“El comienzo de una nueva etapa de la vida trae consigo estrés y a la vez alegría”


Dormir.


Eso era lo que necesitaba.


Hace a dos semanas que habían vuelto del hospital y la pequeña Mio aun no se acostumbraba a dormir  toda la noche.


Últimamente solo dormía de a tres horas en el transcurso de la noche y se quedaba despierta dos horas completas, causando así insomnio en sus padres. Si bien la niña no causaba muchos problemas, solo lloraba cuando tenía hambre o necesitaba un cambio de pañales siendo esto más llevadero para ambos padres que estaban entrando a la idea de que otra personita dependa de ellos.


Con la llegada de Mio, a la familia Uzumaki no le quedo de otra más que cambiarse de casa a una mucho más grande y un poco alejada del pueblo por los constantes ruidos molestos. La casa era enorme contando con cuatro habitaciones, tres baños, una espaciosa sala y gran comedor.


“Un poco exagerado”


Había comentado Sakura, pero para Naruto era excelente ya que tenía pensado en un futuro darle un hermano a Mio, para que esta no esté tan sola.


Aunque ahora la idea de un hermanito para Mio estaba lejos, demasiado lejos.


Termino de vestirse y se dirigió a la cuna de la niña pues ya era hora de levantarla, se acerco despacio y se sorprendió por lo que vio. Mio estaba completamente despierta, acostadita es su enorme cuna con sus ojos azules abiertos y curiosos.


Cuando esta vio a su padre le regalo una gran sonrisa de esas que a Naruto le dejaban derramando baba como un idiota, estiro uno de sus bracitos en dirección a su padre, este al instante la levanto y cargo en sus brazos.


-Buen día princesa, como amaneció la niña más hermosa del mundo-Le saludo el rubio mas la niña le sonrío para luego bajar la mirada a sus piecitos.


-Creo que necesitas un cambio-Dijo Naruto con cara de asco fingido.


El rubio se dirigió al baño que estaba completamente equipado para esas situaciones. La acostó con mucha delicadeza en el cambiador y empezó a desvestirla bajo la atenta mirada de su hija, le saco el pañal y la limpio cuidadosamente con las toallitas húmedas para luego colocar un poco de crema para bebes en las piernitas y el sector donde el pañal ajustaba mas.


-Mio-chan con esto no se irritara tu hermosa piel-Le explico con mucha ternura a la niña la cual sonrío al ver el rostro de su padre.


El rubio le puso un pañal limpio y la vistió con un hermoso vestido color rosa pastel y zapatitos del mismo color haciendo juego, la peino y perfumo y por último aprecio su obra de arte.


-Te vez  muy bonita Mio ¿Te gusta como papá te vistió?-Le pregunto haciendo que la niña sonriera.


Naruto  le alzo y abrazo contra su cuerpo, amaba a su hija con locura.
Volvió a sonreír.


Había mejorado mucho en los cambios diarios de su beba, recordó los últimos tres meses del embarazo de Sakura a él le había agarrado una obsesión por saber más sobre el cuidado de los bebes y como había que educarlos. Dio una carcajada, recordó perfectamente el rostro de su esposa cuando había entrado a la casa con un simulador  para bebes.


“Es para practicar” le había dicho y a ella le había dado un ataque de risa. Pero eso no le molesto ya que le dejaría sin habla a la hora de estar con el bebe.


Y así fue, ya que Mio siempre prefería que su padre la cambiara, lo prefería a él,  cuando su madre se disponía hacerlo ella manifestaba su descontento moviéndose demasiado y haciendo que Sakura no pueda cambiarla o lagrimeando y gritando.


A Mio la cambiaba papá y punto.


Y eso hacia poner a su madre celosa, cosa que le hacía mucha gracia a Naruto.
Se dirigieron a la planta baja.


Sakura se concentraba en terminar la lista de compras ya que por la noche tendrían invitados. Al levantar la vista se encontró con sus dos amores Mio-chan y Naruto ambos bien arregladitos y preciosos.


-Esta para tomarles una foto-Les comento regalándoles una sonrisa.


-¡Pues sácala!- Exclamo Naruto haciendo poses con la bebe- La enana tiene hambre Sakura-chan y yo también.


-Pásamela y tu desayuno esta en servido en la mesa- Intercambiaron a la beba y Sakura se dispuso a alimentarla.


Naruto por su parte se acomodo en su silla y se dispuso a comer mientras observaba como su primogénita hacia lo mismo.


-Esta noche tendremos la cena con los chicos ¿quieres ir a comprar las cosas que necesito para la cena?- Le pregunto-


-¿Por qué yo?-Se quejo.


-Porque yo debo terminar de ordenar la casa, además cuando llegues necesitare que cuides de Mio durante el resto del día, debo cocinar para la cena- Le respondió sin mirarlo acomodando el cabello de su hija.


Naruto asintió terminando así su berrinche y observo a la niña, la cual miraba a su madre fijamente con los ojos bien abiertos mientras se alimentaba, su esposa le respondía la misma mirada y así ambas se conectaban dejándole de lado, se sintió alejado pero  recordó que supo leer en unos libros de maternidad que “la conexión de miradas en el amamantamiento es muy importante para el desarrollo y la estimulación de emociones en la criatura”

Resoplo y termino su desayuno, iría de compras y después pasaría la tarde con Mio.


-¡Bien! Me iré- aviso para luego acercarse a ambas y besarlas- Me llevo la lista.


Y sin más se retiro al pueblo.

Una vez solas Sakura suspiro, su día seria largo pero por lo menos tenia a Naruto para ayudarla.
Naruto era tan atento y buen compañero que casi siempre la dejaba sin palabras y la hacía enamorarse más y más de él.


Lo amaba tanto que no podía imaginar su vida sin él. En sus adentros admitía que le costó asumir que lo amaba, o más bien que siempre desde niña lo amo.


Porque cuando era niña era superficial y más tarde de adolecente no sabía lo que de verdad sentía, tenía mucha confusión en su corazón, su mente no comprendía porque dependía tanto del rubio o porque constantemente debía verlo feliz para ella sentirse bien.


Fue después de la guerra que pudo entenderlo, cuando casi lo perdió,  comprendió que amaba a Naruto.


Un año más tarde se pusieron de novios y dos más adelante se casaron. Cada momento que paso en su noviazgo fue hermoso, ahí comprendió que amaba con locura al rubio y quería pasar el resto de su vida con él, quería darle una familia.


Y así fue ahora se encontraba allí con su pequeña, fruto del amor que se tenían, aquella niña esperada por ambos.


Mio termino de alimentarse y Sakura le hizo masajitos en la panza.


-Es para que no tengas gases Mio-chan si no te dolerá  la panza- Le explico con ternura.


Mio sonrió, a pesar de tener casi tres semanas era muy inteligente comprendía todo lo que le explicaban sus padres. Ella sentía el amor que sus padres le daban y eso la hacía muy feliz.


Su madre la recostó en la sala y prendió el televisor en un programa infantil lleno de colores brillantes que llamaron su atención.


-Te quedas aquí princesa, mamá estará terminando algunas cosas por aquí- Le dijo  Sakura  para después  empezar a ordenar.


Mio miro por un periodo largo de tiempo  los colores brillantes de la tele hasta que poco a poco sus parpados se fueron cerrando y quedo profundamente dormida.


Alguien le acarició la cara unas cuantas veces, abrió despacio sus ojitos y se encontró con los azules de su padre que le miraron con alegría.


-Mio-chan dormiste mucho-Le dijo el rubio-Papá se sentía solito y en la tele no pasaban nada divertido- Naruto hizo un puchero de mentira y Mio empezó a lagrimear.


-No, no, no. Cielo papá está jugando- Le comento haciendo caras graciosas causándole risas a la niña.


Sin más el resto del día pasaron juntos, jugaron (aunque fue solo su padre ya que ella solo observaba) comieron, se bañaron y después durmieron. Su madre de a ratos venia y jugaba con ellos o le hacía mimos y después volvía a su trabajo. Su padre le  explico que en la noche vendría gente a conocerla.


La noche llego y la vistieron con un vestido rojo con chaquetita y un sombrerito haciendo juego, su padre la llevo por las escaleras dirigiéndose a la sala donde se escuchaban muchas voces.


-¡Llego por quien lloraban!-Exclamo Naruto haciendo una posee “sexy” Seis pares de ojos le miraron- Mira Mio-chan estos son los feos de tus tíos que han venido a alabar tu hermosura.


-¡Naruto!- Le reto Sakura, mas al rubio no le importo.


Las personas presentes se acercaron a Naruto concentrando sus miradas en la pequeña. Esta solo se atino a responderles con mirada firme y curiosa.


-¡Dios! Es hermosa- Casi grito la mujer de cabellos rojos.


-Concuerdo con Karin-Dijo el de cabellos color plata-Es preciosa, hola Mio-chan soy el tío Kakashi- Se presento el hombre.


-Yo tu tía Karin- Saludo la mujer de cabellos rojos, la niña le sonrío y Karin le dio un pequeño beso- Y este de aquí es tu primo Senosuke- Alzo a un niño de de cabellos y ojos negros que le mando una mirada curiosa, ella le respondió la mirada y este le sonrío.


-Mamá ¿Prima?-Le pregunto el niño a su madre.


-Si Senosuke-chan es Mio-chan tu prima- Le respondió Karin, el niño se acerco a la beba y le beso en la mejilla haciendo que los presentes rieran de ternura y que Naruto le mirara con desaprobación.


-Que pasa dobe solo es un pequeño beso- Dijo un hombre muy parecido al niño que hasta entonces había estado callado.


-No me molestes teme- Dijo fastidiado el rubio.


El moreno sonrío de forma altanera y saludo a la niña definitivamente como habían dicho era hermosa.


Sasuke había regresado a la aldea junto a Karin, y con el tiempo los lazos se unieron de nuevo y el equipo siete renació, olvidando los errores que cometieron en el pasado.  A los tres años de su regreso Sasuke  se caso con Karin y al año nació Senosuke.


 Senosuke.


Un niño idéntico a Sasuke de vista, porque el niño era bien travieso y siempre reflejaba alegría con una enorme sonrisa.


Siendo el sobrino favorito se Naruto.


-Así ya tenemos el compromiso, bueno por lo menos son de buena fuente-Dijo un hombre de cabellos negros y tez blanca.


Bueno, aunque esos comentarios afectaban al pobre Naruto aunque su sobrino no tuviera la culpa.


Naruto asumía el hecho que era celoso de su bebita.


-Cállate Sai, mi princesa no se casara con nadie-Dijo el rubio rojo de los celos.


-Claro, eso es lo que crees tú-Susurro Sai por lo bajo con una pequeña sonrisa.


-¿Cómo?- Pregunto el rubio.


-Nada, solo me preguntaba si podría alzarla-lo dijo con voz inocente.


Naruto acepto y la niña termino en los brazos de Sai, pero solo duro unos segundos puesto que la niña comenzó a llorar y por ende tuvo que volver a los brazos de su padre.


-Lo siento Sai- Se disculpo Naruto.


-No hay problema, leí en un libro que a los bebes les cuesta mucho separarse de sus padres-Comento el moreno.


Después de la presentación  la noche transcurrió entre anécdotas, risas y las inevitables peleas de Naruto y Sasuke que terminaron enfadando a Sakura y esta decidió intervenir de una forma que a los hombres les causo dolor, mucho dolor.


La tranquilidad y alegría rebosaba en el lugar. Al fin después de años de tristeza, lucha y mucho dolor podían disfrutar y ser felices.


Juntos.


Como una gran familia.


Naruto no podía pedir nada más.


“A pesar de las piedras que aparecen en nuestro camino, debemos seguir  y si nos caemos debemos levantarnos porque al final esta la felicidad”
                         

                                                             Fin.