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Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
ARGG maldito Kiba parece que quiere
sacar provecho de todo lo que esta pasando
entre Sakura y Naruto, y todo esto es
culpa de Kakashi, si nunca los hubiera descubierto
ahorita seguirían juntos como antes
Espero que pronto subas el siguiente capitulo
sacar provecho de todo lo que esta pasando
entre Sakura y Naruto, y todo esto es
culpa de Kakashi, si nunca los hubiera descubierto
ahorita seguirían juntos como antes
Espero que pronto subas el siguiente capitulo
mio-chan- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
maldito deidara no se cansa y kiba ya la embarro que deje en paz a sakura y ahora que va a pasar con la relación de naruto y ella espero conti pronto saludos
aduzumaki- Sennin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
se ignoraron tan feo que duele.... jajaja ok ya ¬¬ Pero ese maldito Deidara ¿que quiere? ¡¡como se atreve!! y todavia Kiba -.- ojala llegue Naruto y le quite a esos dos idiotas awww *--* ¿que pasara? aveces siento que a Naruto no le importa su relación aun que es muy lindo :3 y todo eso ya ni se que pensar.. awww pero tardas mucho en subir capítulos
Uno- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
¡Hola! Me he leído todo la historia esta tarde-noche, me ha gustado bastante.
En cuanto a los personajes, odio a Deidara. Mi cabeza no entiende como él muy desgraciado anda por ahí tan tranquilo, a pesar de haber querido abusar de Sakura en dos ocasiones, me parece espantoso que la Haruno prefiera vivir con miedo que acusarlo de intento de violación. En fin, es parte de la historia, pero no estoy de acuerdo, jejeje XD
Kiba, ohhh... es un superficial, dudo que realmente ame a Sakura. Detesto que su ego éste tan alto y que no comprenda que su historia con la Haruno murió. Aunque ella sigue ahí, siendo condesciende con él. En eso, tampoco estoy de acuerdo, jejeje XD.
Naruto, mi pobre Naruto... ahora tiene delirio de personalidad múltiple y termino siendo dos en uno. Creo que su método no fue correcto, pero siempre ha sido amable siendo Minato o Naruto. Igual es muy evidente que ama y respeta a Sakura.
En fin, espero que la historia entre los dos protagonistas se pueda arreglar. Sakura mande al carajo a Kiba y Deidara (que este último vaya a prisión).
Espero la continuación. Cuídate mucho!!
En cuanto a los personajes, odio a Deidara. Mi cabeza no entiende como él muy desgraciado anda por ahí tan tranquilo, a pesar de haber querido abusar de Sakura en dos ocasiones, me parece espantoso que la Haruno prefiera vivir con miedo que acusarlo de intento de violación. En fin, es parte de la historia, pero no estoy de acuerdo, jejeje XD
Kiba, ohhh... es un superficial, dudo que realmente ame a Sakura. Detesto que su ego éste tan alto y que no comprenda que su historia con la Haruno murió. Aunque ella sigue ahí, siendo condesciende con él. En eso, tampoco estoy de acuerdo, jejeje XD.
Naruto, mi pobre Naruto... ahora tiene delirio de personalidad múltiple y termino siendo dos en uno. Creo que su método no fue correcto, pero siempre ha sido amable siendo Minato o Naruto. Igual es muy evidente que ama y respeta a Sakura.
En fin, espero que la historia entre los dos protagonistas se pueda arreglar. Sakura mande al carajo a Kiba y Deidara (que este último vaya a prisión).
Espero la continuación. Cuídate mucho!!
marifa- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Hola Les Traigo Nuevo Capitulo
Listos para Odiar si se Puede mas a Deidara
Que secreto tendra Naruto??
Listos para Odiar si se Puede mas a Deidara
- Capitulo 21:
- —Muy bien, entonces. Tal vez más tarde.
Negué con la cabeza y me concentré en la palabra que había dicho una y otra vez por la mañana. La palabra que precedió a cada patada.
—Dije que no. No lo entiendes, ¿cierto? —
Desde el rabillo del ojo, vi como la mirada de Kiba se fijaba en mi cara.
Los ojos de Deidara se entrecerraron y su máscara de indiferencia se deslizó por una fracción de segundo. Luego se recuperó, y el disfraz estaba de vuelta en su lugar. Supe en ese momento que él no se daba por vencido. Él sólo estaba esperando su momento.
—Por supuesto. Te escucho, Sakura —
sus ojos cambiaron a Kiba, cuya expresión era cuidadosa en desacuerdo con la rigidez que había
despertado en su cuerpo
—. KIba —
Deidara asintió con la cabeza, y él respondió de la misma manera. Luego se alejó.
Me apoyé contra mi ex, y un segundo después me aparté, con los ojos entre la aglomeración de personas en la pequeña casa, en busca del vestido plateado de Ino.
—Sakura. ¿Qué está pasando entre Deidara y Tu?
No hice caso a su pregunta.
—Necesito a Ino. Necesito encontrar a Ino —
Empecé a caminar en la dirección opuesta a la que Deidara se había ido, y KIba tomó mi brazo para tirar de mí hacia atrás. Me deshice de su agarre, y luego me di cuenta de que había
gente observando.
Se acercó, sin tocarme.
—Sakura, ¿qué está pasando? Voy a ayudarte a encontrar Ino —
Su voz era baja, sólo para mis oídos
—. Pero primero, dime. ¿Por qué estás tan enojada con Deidara?
Levanté la mirada y mis ojos ardieron.
—No aquí.
Él apretó los labios.
—¿Vienes conmigo? ¿A mi habitación? —
Cuando dudé, el añadió
—Sakura, estás como loca. Ven a hablar conmigo.
Asentí con la cabeza y él me llevó por las escaleras. Cerró la puerta y nos sentamos en su cama. Su habitación, como de costumbre, estaba ordenada y organizada, aunque la cama no estaba hecha y había pantalones vaqueros y camisas arrojados por encima de su silla de escritorio. Reconocí las sábanas y la funda nórdica que habíamos escogido antes de regresar a la escuela ese otoño, porque quería algo nuevo. Reconocí su biblioteca y sus novelas favoritas, sus libros
de derecho, su colección de biografías presidenciales.
El contenido de aquella sala me era familiar. Él me era familiar.
—¿Qué está pasando? —
Su preocupación era genuina.
Me aclaré la garganta y le conté lo sucedido la noche de la fiesta de Halloween, dejando a Naruto fuera de la historia. Escuchando en silencio, se levantó y caminó, respirando profundamente, con los puños cerrados. Cuando terminé, se detuvo y se sentó con fuerza.
—¿Le pediste que se fuera lejos y él no lo hizo…?
Negué con la cabeza.
—No.
Él resopló.
—Maldita sea —
se sacó la corbata y desabrochó el primer botón de su camisa blanca. Tenía los dientes apretados con tanta fuerza que las venas de su cuello sobresalían bajo su piel, como tuberías yendo desde su mandíbula hacia abajo.
Él negó con la cabeza y estrelló un puño en su muslo.
—Hijo de puta.
Kiba, por lo general, no maldecía. Sin duda, ninguna de aquellas palabras era parte de su vocabulario estándar.
Me miró más de cerca.
—Voy a manejar esto.
—Ya está hecho. Se terminó, Kiba. Yo sólo... Sólo quiero que me deje en paz —
No lloraba, lo cual era extraño. Me sentía como si hubiera ganado fuerza al contarle, al igual que me sentí más fuerte después de decírselo a Ino.
Su mandíbula estaba apretada otra vez.
—Lo hará —
Tomó mi cara entre sus manos y repitió
—. Él te dejará en paz. Me aseguraré de ello —
Y entonces él me besó. La sensación de su boca era tan familiar como los elementos catalogados que había cuando entré en su habitación. Los libros de la estantería. El edredón en mi mano. El equipo de escalada en roca, en la esquina. La sudadera con capucha que solía pedirle prestada. El olor de su colonia. Sin darme cuenta, registré la sensación de sus labios, moviéndose un poco
toscos. Deduje que su enojo hacia Deidara hacía su beso menos sensible, pero yo lo conocía. Por eso, también, me resultaba familiar. Aquel beso era como él siempre me besaba. Su lengua se deslizó en mi boca, posesiva. Era familiar, correcta, y no era Naruto.
Me eché hacia atrás.
Él dejó caer sus manos.
—Dios,Sakura, lo siento. Eso fue tan inapropiado.
No hice caso de su desliz.
—No. Está bien, yo sólo... yo no... —
Busqué en mi cabeza, tratando de definir lo que yo no quería. Llevábamos separados siete semanas. Siete semanas, y para mí había terminado. Me quedé mirando la palma de mi mano, girándola sobre mi regazo; la comprensión y su conclusión eran desconcertantes.
—Entiendo. Todavía necesitas tiempo —
Se puso de pie, y yo también lo hice, queriendo salir de aquella familiar habitación y de la conversación.
El tiempo no iba a cambiar lo que estaba sintiendo, o lo que no sentía. Yo había tenido tiempo, y aunque el dolor de su deserción no había desaparecido, estaba disminuyendo. Mi futuro era borroso, sí, pero yo estaba empezando a imaginar un futuro donde ya no lo echaba de menos en absoluto.
—Vamos a ir a buscar a Ino para ti. Y yo voy a tener una charla con Deidara.
Me quedé inmóvil, a medio camino de la puerta.
—KIba, no espero que tú…
Se dio la vuelta.
—Lo sé. No importa. Estoy manejando esto. Manejándolo a él.
Respiré hondo y lo seguí desde la habitación, esperando que sus intenciones hubieran surgido de la determinación de hacer lo correcto, y no sólo porque él me quería recuperar.
Ino y yo miramos desde la ventana cómo Deidara y Kiba se enfrentaron en la parte de atrás de la casa. Hacía demasiado frío para que cualquier persona fuera a tomar partido, por lo que estaban solos. No podíamos escuchar las palabras, pero el lenguaje corporal era inconfundible. Deidara era más alto y más grande, pero mi ex tenía una superioridad innata que se negaba a ceder al control de cualquier persona que él consideraba indigna. La cara de Deidara era un barniz de molestia y furia absoluta mientras Kiba hablaba, señalándolo con el dedo una, dos, tres veces, nunca tocándolo, pero sin mostrar miedo. Le envidiaba esa capacidad. Siempre la había tenido.
Nos apartamos de la ventana cuando Kiba dio la vuelta para regresar a la casa, pero antes de eso, Deidara miró hacia la ventana y se fijó en mí con una mirada de odio puro.
—Jesucristo —
murmuró Ino, cogiéndome del brazo
—. Es tiempo de tomar una copa.
Encontramos a Ten ten en un grupo de personas que jugaban cuartos 13. 13
Es un juego de bebedores. Consiste en hacer rebotar monedas (de 25 centavos en EE.UU.= 1 cuarto de dolar) en la mesa, de manera que caigan en un caballito, que se usan como medida para las bebidas alcohólicas.
—¡Innnnoooo! —
dijo arrastrando las palabras
—¡Ven y sé parte de mi equipo!
Ino alzó una ceja.
—¿Estamos jugando en equipos?
—Sí —
agarró el brazo de Ino y tiró de ella en su regazo
—. ¡S, puedes ser socia de Shion! Ino y yo vamos a patearles el culo a todos —
Shion era pequeña y rubia. Sonrió y parpadeó. Sus ojos eran Violetas y grandes, incapaces de concentrarse en mí.
—¿Su nombre es Say14? —
Su acento era muy pronunciado, y sus pestañas revolotearon hacia arriba y abajo como un personaje de dibujos animados, lo que la hacía parecer más joven y más vulnerable que una chica de dieciocho años.
Ella era todo lo contrario a la actitud sarcástica de Ten ten y sus oscuras miradas de duendecillo.
—¿Al igual que el nombre de un niño? ¿Say?
Los chicos al otro lado de la mesa rieron entre dientes, y Ten ten rodó los ojos, disgustada. No estaba claro por qué ella quería que yo fuera su pareja.
—Um, no. S es de Sakura. —
Uno de los muchachos se apoderó de dos sillas plegables que estaban contra la pared, poniéndolas a ambos lados de Shion y Ten ten . Tomé la que se encontraba al lado de Shion y Ino se deslizó en la otra.
—Oh —
Shion frunció el ceño y parpadeó
—. Entonces, ¿puedo llamarte Sakura? —
Mi nombre era casi irreconocible entre su acento y las palabras arrastradas por la borrachera. Ten ten comenzó a murmurar en voz baja así que le dije:
—Claro, eso es genial —
miré alrededor de la mesa
—. Así que, ¿vamos ganando?
Los chicos del otro lado sonrieron. Definitivamente no estábamos ganando.
Para cuando nuestro conductor designado nos dejó de vuelta en el dormitorio, Ino y yo nos habíamos condenado a una noche de paredes borrosas y abrazar el inodoro cuando mucho. Ninguna de las dos habló más alto de un susurro hasta las 3:00 de la tarde del domingo. Había una reunión de la fraternidad cuatro horas más tarde, y Ino maldijo al linaje de quien fuera que lo puso en el calendario el día después de la
Fiesta de la Fraternidad.
—No vamos a poder decidir absolutamente nada, y por lo menos la mitad de nosotros vamos a querer matar a la primera persona que golpee el mazo —
Aún estábamos conversando a medio volumen.
La vi ponerse una bufanda morada alrededor de su cuello y tomar los
guantes a juego mientras esperaba a que mi ordenador portátil encendiera.
—Por lo menos tu miseria tendrá compañía.
—Bravo —
Colocó una gorra de color púrpura sobre su pelo rojizo y salvaje y se acurrucó en su chaqueta
—. Nos vemos en un par de miserables horas.
Naruto ya había enviado el ejercicio del lunes. Todavía sin nota personal.
Entendía por qué no podía verme, y tal vez por qué cualquier cosa que hayamos estado haciendo se había terminado. Pero no entendía por qué nuestros mensajes de correo electrónico tenían que terminar, también. Los extrañaba, y me pregunté qué haría si le enviaba un correo electrónico. Quería contarle sobre anoche y Deidara, sobre decir que no y sentirme con miedo y fuerza a
la misma vez.
Quedaba una semana de clases, seguida por una semana de exámenes finales, y luego el semestre habría terminado. No tenía ni idea de si haría alguna diferencia para él.
Hice, por lo menos, la tarea que podía hacer sin destruirme el cerebro — etiquetar un diagrama sobre constelaciones para la clase de astronomía— y después colgué la ropa limpia que había estado en el cesto al pie de mi cama por tres días, o cuatro, tal vez cinco. No asistí a mi práctica de bajo durante el fin de semana y ni al ensayo grupal, por lo que estaría luchando para completar las horas de práctica durante la semana.
Para cuando Ino regresó, estaba considerando seriamente volver a la cama y dormir los restos de mi resaca. Bostezando, me volví hacia la puerta.
—Estaba pensando en irme a dormir temprano…
Ino no estaba sola. Bajo su brazo estaba Shion, mi cuarta socia de ayer. Al principio, pensé que ella tenía más resaca que yo; entonces, me di cuenta de la expresión sombría de Ino, y miré los ojos rojos de Shion. Ella no sólo se sentía como mierda por el alcohol. Había estado llorando. Demasiado. Deslicé mis piernas al costado de la cama.
—¿Ino?
—S, tenemos un problema —
La puerta se cerró detrás de ellas y Ino guió a Shion hacia la cama
—. Ayer por la noche, después que nosotras nos fuimos, Shion bailó con Deidara —
Shion se estremeció y cerró los ojos, lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
Mi corazón empezó a correr. Me imaginé todo lo que Ino podía decir después, y nada de ello era bueno. No había rezado en mucho tiempo, pero me encontré haciéndolo. Por favor, Dios, que no haya ido más allá de lo que me pasó. Por favor. Por favor.
—La convenció de ir a su habitación —
Ante eso, las manos de Shion volaron para cubrir su rostro y se desplomó a llorar sobre el hombro de Ino como una niña pequeña
—. Shh, shh —
canturreó Ino, colocando sus brazos alrededor de ella. Nos miramos la una a la otra sobre la cabeza de Shion, y supe que no había habido un Naruto para ella.
—S, tenemos que decirlo. Tenemos que decirlo esta vez.
—¡Nadie me va a creer! —
gritó Shion. Su voz era ronca, y la imaginé haciendo lo que yo había hecho: rogarle a que se detuviera. La imaginé llorando toda la noche, y la mitad del día, y estuve más enfadada, y asustada, de lo que jamás lo había estado
—. Yo no…—
Su voz se redujo a un susurro
—Yo no era virgen.
—Eso no importa —
dijo Ino con firmeza.
Tragué el nudo en mi garganta, y éste bajó, pero no sin dar pelea.
—Te van a creer. Él trató… lo trató conmigo, hace un mes.
Shion abrió la boca, su rostro enrojecido y sus ojos abiertos volviéndose a mí.
—¿También te violó?
Negué con la cabeza mientras escalofríos se dispararon de mi cuello a los tobillos.
—Alguien se lo impidió. Tuve suerte —
No tenía idea de lo afortunada que fui hasta este momento. Pensé que lo sabía, pero no lo hacía.
—Oh —
Su voz se entrecortó, aún no había dejado de llorar
—. ¿Eso contará?
Ino convenció a Shion a acostarse, cubriéndola con una manta.
—Va a contar —
Se sentó a su lado y tomó su mano
—. ¿Corroborará Naruto tu historia, S? Quiero decir, creo, que con lo que sabemos de él, lo hará.
Naruto había estado furioso esa noche cuando no lo dejé llamar a la policía. No se me había ocurrido que al no informar lo que me había sucedido, le dejé creer a Deidara que era intocable. Que lo haría de nuevo. Asumí que lo que Naruto le había hecho a Deidara era suficiente. No es que le impidió hacer lo que hizo en la escalera… o sus amenazas implícitas durante la fiesta, justo en frente de Kiba.
Asentí con la cabeza.
—Él lo hará.
Ino dejó escapar un suspiro entrecortado y miró a Shion.
—Necesitamos llamar a la policía o ir al hospital… o algo, ¿no? No tengo idea de qué hacer primero.
—¿El hospital? —
Shion tenía miedo y no podía culparla.
—Probablemente tendrán que hacer… un examen o algo así. —
Ino suavizó su voz, pero en la palabra examen, los ojos de Shion se ampliaron y se llenaron de lágrimas una vez más.
Sus nudillos se pusieron blancos, sujetando la manta.
—¡No quiero un examen! ¡No quiero ir al hospital!
¿Cómo podía culparla, cuando informándolo le traería más dolor y humillación?
—Vamos a ir contigo. Puedes hacerlo —
Ino se volvió hacia mí
—. ¿Qué debemos hacer primero?
Negué con la cabeza, pensando en la policía del campus. Algunos, como Nagato, harían algo bueno con esta situación. Otros no. Podríamos ir directamente al hospital, pero no sabía cuál era el procedimiento. Tomé mi teléfono y marqué.
—¿Hola? —
La voz de Naruto fue cautelosa, y me di cuenta de que nunca lo había llamado antes.
—Te necesito —
Hacía más de una semana desde que habíamos tenido contacto, excepto por las hojas de trabajo que enviaba, y la clase de defensa personal de ayer por la mañana.
—¿Dónde estás?
—En mi habitación —
Esperé a que me preguntara lo que quería. No lo hizo.
—Estaré allí en diez minutos.
Cerré los ojos.
—Gracias.
Colgué, bajé el teléfono, y luego esperamos.
***
Naruto se puso en cuclillas sobre sus talones justo al nivel de los ojos de Shion.
—Si no lo reportas, lo va a hacer de nuevo. A alguien más —
Su voz zumbó a través de mí, apenas audible en la habitación
—. Tus amigas se quedarán contigo.
Ino se sentó en la cama, sosteniendo su mano. Apenas conocía a esta chica, pero gracias a Deidara, ahora éramos aliadas, asociadas de una manera que nadie desea estar vinculada.
—¿Tú estarás allí? —
su voz fue un susurro.
—Si así lo quieres —
respondió. Ella asintió con la cabeza y comprimí mis celos. No había nada que envidiar
en esta situación.
* * *
La televisión en la sala de urgencias estaba a un volumen alto, el cual no ayudaba a mi dolor de cabeza. Quería apagarla, o bajar el volumen, pero un hombre anciano estaba sentado en una silla a tres metros de ella con los brazos cruzados sobre el pecho, su mirada fija en el televisor. Si ese ruido lo distraía de su razón para estar aquí, ¿quién era yo para quitarle esa distracción?
Naruto se sentó junto a mí, su rodilla doblada hacia mí, rozando mi muslo. Su mano estaba tan cerca de la mía que podía haberla tocado con mi meñique.
No lo hice.
—¿Tienes algo en contra de ese programa?
Su pregunta tonta borró mi ceño fruncido.
—No, pero creo que podría escucharlo desde el otro lado de la calle —
Naruto mostró su sonrisa fantasma y quise fundirme en ella.
—Mmm —
dijo, mirando a su rodilla
—. ¿Tienes un poco de resaca, también?—
Cuando Ino y Shion lo pusieron al corriente de los detalles de la noche anterior, rápidamente se dio cuenta de que yo había asistido con Ino al evento Griego.
—Tal vez, un poco —
Me pregunté si pensaría que me había puesto en peligro al asistir a una fiesta donde Deidara estaría presente obviamente. Su regaño de la noche en que nos conocimos —muy responsable—, todavía dolía, sobre todo porque era verdad.
—Así que, ¿habló contigo? ¿Ayer? —
Aún seguía mirando a su rodilla.
—Síp. Me invitó a bailar.
Un músculo se tensó en su mandíbula, y sus ojos fueron fríos cuando se encontraron con los míos.
—Le dije que no. —
Incluso yo escuché mi tono defensivo. Respiró profundamente y se volvió hacia mí completamente, su voz baja y amenazante.
—Sakura, está tomando todo mi control estar aquí sentado en este momento y esperar a que la justicia se haga cargo de esto, en lugar de cazarlo yo mismo y joderlo hasta la mierda. No te estoy culpando a ti, o a ella. Ninguna de las dos pidió lo que él hizo, no hay tal cosa como pedirlo. Eso es un puto argumento de los psicópatas y estúpidos. ¿De acuerdo?
Asentí con la cabeza, sin aliento ante su declaración.
Sus ojos se entrecerraron.
—¿Acepto tú no?
¿Escuché al final de esta oración: esta vez?
Asentí con la cabeza otra vez.
—Kiba estaba conmigo. Se dio cuenta de lo extraño que actué con Deidara, por lo que le conté lo sucedido. No dije nada sobre ti, o la pelea. Sólo le dije que escapé.
Una pequeña arruga apareció entre sus cejas.
—¿Y cómo lo tomó?
Recordé el flujo de maldiciones muy pocas comunes de Kiba.
—Estaba más enojado de lo que lo he visto en mi vida. Llevó a Deidara afuera y habló con él, le dijo que se mantuviera alejado de mí… lo que probablemente lo hizo sentir débil a Deidara, y es por eso que… —
Es por eso que violó a Shiono.
—¿Qué acabo de decir? Esto no es tu culpa.
Asentí, mirando mi regazo, las lágrimas quemando en mis ojos. Quería creer que no era mi culpa, pero Shion fue lastimada después de que Kiba lo enfrentó. Por mí. Se sentía que era mi culpa. Sabía mejor, pero no podía dejar de conectar los puntos.
Los dedos de Naruto rozaron mi barbilla y volvió mi rostro al de él.
—No. Es. Tu. Culpa.
Asentí otra vez, aferrándome a sus palabras como si fueran mi redención.
***
Me estacioné frente a la casa de un vecino, cerrando la puerta de la camioneta lo más silenciosamente posible y caminando de puntillas por la entrada escasamente iluminada hacia el garaje. Era tarde; tal vez lo suficientemente tarde como para que nadie mirara a una chica dirigiéndose al departamento de un hombre.
La motocicleta de Naruto se encontraba estacionada frente a las escaleras. Me detuve a los pies de la escalera, con la mano en la barandilla, mi corazón latiendo fuertemente, y miré hacia la casa del doctor Hatake. No podía ver ningún movimiento dentro, aunque había luces encendidas en el interior. Tomando una respiración profunda, subí las escaleras y toqué la puerta suavemente.
Había una mirilla en la puerta, así que estaba segura que él me vio de pie bajo la luz del porche por la expresión de confusión en su rostro cuando abrió la puerta. Hacía una hora, me había dejado en el dormitorio con Ino y Shion, y después que se fue, me di cuenta que no dije lo que quería decir. Y para la mayor parte de lo que quería decir, tenía que tenerlo frente a mí mientras lo decía.
—¿Sakura? ¿Por qué…? —
Se detuvo ante la expresión en mi rostro, empujándome al interior y cerrando la puerta detrás de nosotros
—. ¿Qué pasa? —
Sus manos se apoderaron de mis codos mientras miraba hacia él. Estaba vistiendo pantalones de pijama y una camiseta oscura, las líneas sexys de su tatuaje se derramaban de sus mangas hasta sus muñecas. También llevaba lentes delgados y con enmarcado negro, los cuales acentuaban aun más el azul de sus ojos y sus pestañas oscuras.
Tomé aire y solté todo antes de arrepentirme y no decir nada.
—Sólo quería decirte que… te extraño. Y tal vez suena ridículo, ya que apenas nos conocemos, pero entre los correos electrónicos y mensajes de texto y… todo lo demás, sentí como si lo hiciéramos. Que lo hacemos. Y te echo de menos… no sé de qué otra manera decirlo, pero los echo de menos a los dos.
Tragó saliva, cerrando sus ojos e inhalando lentamente. Sabía que iba a ser
racional y hacer-lo-correcto y me alejaría de nuevo, y estaba determinada a no
darle esa oportunidad.
Pero entonces sus ojos se abrieron y dijo
—: Al carajo —
empujándome contra la puerta, colocando sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza y besándome más fuertemente de lo que nunca antes me habían besado, tan firmemente que podía sentir el arete en su labio perforando el mío.
Presionó su duro cuerpo contra el mío y yo presioné de vuelta, agarrando su camiseta con mis puños y amoldándome a él mientras su lengua acariciaba el interior de mi boca. Cuando se apartó por una fracción, protesté con un sonido vergonzante inarticulado y se rió entre dientes suavemente, pero sólo estaba removiendo mi abrigo y llevándome hasta el sofá. Sentándose, me puso a horcajadas sobre su regazo, acunando mi cabeza en una mano y apretándome a él con la otra.
Nos separamos, sin aliento, y él arrojó sus lentes en la mesa de noche y se quitó su camiseta sobre su cabeza, y luego removió la mía suavemente. Sus manos cálidas se extendieron sobre mis costados y me sostuvieron fuerte mientras nuestros labios se movieron juntos, su lengua deslizándose con la mía. Enredé mis brazos alrededor de su cuello, abriendo mi boca y dejándole entrar. Cuando besó la comisura de mi boca y humedeció sus labios en el hueco de mi garganta,
mi cabeza cayó hacia atrás. No pude evitar el suave gemido que su beso húmedo provocó.
—Tienes una peca aquí —
susurró, pasando su lengua sobre ese punto debajo de mi mandíbula
—Me vuelve loco cada vez que estás sobre mí. Sólo quiero hacer esto… —
El suave toque de su boca me empujó sobre el borde, y mis rodillas se apretaron alrededor de sus caderas mientras me mecía sobre él.
Con sus ojos claros ardiendo, quitó mi sujetador, delineando en círculos con sus dedos, tocándome tan suavemente que me mareé con ganas de más. Sus manos cubrieron mis pechos, sus pulgares acariciando la parte de abajo, y me incliné para tomar su boca y chupar su lengua con la mía, deslizando mi mano por su abdomen tirante y más allá hasta la delantera de su
pantalones de franela. Tiré de las correas.
—Dios,Sakura —
jadeó, luchando contra mi mano mientras sus brazos serpenteaban alrededor de mí, sus dedos enredándose entre el pelo de mi nuca mientras nuestras bocas se devoraban entre ellas. Rompiendo el beso, presionó su frente contra mi hombro y gimió, con los dientes apretados
—. Dime que me detenga.
Confundida, sacudí la cabeza, aunque no sabía si la acción fue ferviente o imperceptible. Su aliento acarició mis pechos y me incliné sobre su oído, mi voz un murmullo.
—No quiero que te detengas.
Sin decir palabra nos hizo rodar hacia abajo y sobre nuestros costados, desabrochó mis jeans y metió su mano entre el insustancial tejido de mi ropa interior y mi piel, sus dedos buscando y encontrando el lugar que anhelaban mientras me besaba. Gemí su nombre sobre su boca, clavando los dedos sobre sus bíceps, y su voz fue un gruñido en mi oreja.
—Sakura. Detenme.
Negué con la cabeza una vez más, mi mano deslizándose hasta presionar contra la evidencia de lo que su cuerpo quería de mí.
—No te detengas —
suspiré, diciéndole que quería lo que él quería, sin condiciones. Lo besé nuevamente, segura de que mis acciones y palabras eran todo lo que necesitaba para continuar.
Estaba equivocada.
—Di que me detenga, por favor. Por favor. —
La última palabra susurrada fue una súplica que no podía negarle, incluso si no entendía la razón de ella.
—Detente —
susurré, sin sentirlo, sin quererlo y él se estremeció y apartó su mano de mí. Entrelazando mis manos sobre su pecho, no me alejé, no hablé. Sólo me quedé entre sus brazos por largos minutos, hasta que su respiración disminuyó, haciéndose finalmente profunda y regular.
Naruto Minato Uzumaki estaba dormido en el sofá. Conmigo.
***
Me desperté con los maullidos apagados de Kyubi rogando entrar al interior. Desenredándome a mí misma de Naruto con cautela, me deslicé del sofá y fui a dejarlo entrar, agarrando mi sostén y camiseta de manga larga, poniéndomelos de nuevo. Una ráfaga de aire frío entró junto con el gato de Naruto, cerrando la puerta tan pronto estuvo completamente dentro. Después de envolver su cola alrededor de mi pierna por escasos dos segundos, se dirigió al dormitorio, y supuse que fue su agradecimiento.
Volví al sofá, pero me senté en el suelo y observé a Naruto en lugar de despertarlo, o acurrucarme de nuevo entre sus brazos. Con los planos de su rostro parcialmente ocultos por su cabello rubio, sus labios carnosos entreabiertos y gruesas pestañas juntas por el sueño, pude ver al niño en el interior del hombre con más claridad que antes. No entendía lo que pasó antes, por qué me obligó a detenerlo o por qué se apartaba del resto del mundo, de mí, pero quería entender.
Deduje que el tatuaje de la rosa era una pista posible, dado su lugar sobre su corazón. La mayor parte de la tinta en sus brazos eran símbolos e intricados motivos, y me pregunté si alguno de ellos eran diseños suyos. Se movió sobre su espalda entonces, y finalmente pude leer las palabras en su lado izquierdo:
El amor no es la ausencia de la lógica, Si no la lógica examinada y recalculada,
Calentada y curvada para adaptarse, Dentro de los contornos del corazón.
No necesitaba ninguna prueba más para saber que en su no-muy-lejano pasado, Naruto había amado a alguien, profundamente. Alguien que debió haber perdido, porque ella no aparentaba estar a su lado. Y entonces miré más de cerca el tatuaje de la muñeca que se encontraba cerca de su cara. Dentro del patrón de tinta, haciéndose pasar por la piel más rosado de lo normal dentro del diseño, había una delgada pero dentada cicatriz. Corría de un lado al otro:
alrededor de toda su muñeca, contenida por las líneas negras de su tatuaje como un código oculto.
El mismo diseño rodeaba su muñeca derecha, y observando su rostro en busca de signos de vigilia, la levanté de su pecho y suavemente la volví para verificar. Esta, también, estaba surcada de un lado a otro: la cicatriz ocultada magistralmente por el artista del tatuaje.
Sorprendida, me senté nuevamente en el suelo, mirándolo dormir. No tenía idea de si esto era algo que algún día sacaría a relucir con él; si era algo que él estaba dispuesto a decirme. Aún después de pasar mis días y noches miserables por mi rompimiento con Kiba, nunca estuve lo suficientemente deprimida como para considerar el suicidio. No tenía ni idea de lo que se necesitaba para llegar a ese punto sin esperanza. No realmente.
Era tarde, y tenía que volver a mi dormitorio. Nuestra clase —mi clase— comenzaba en tan solo ocho horas. Sobre la mesa de la cocina, encontré un sobre descartado y garabateé una nota dejándole saber que había vuelto al dormitorio y lo vería mañana.
—Espera. —
La voz de Naruto me detuvo con la mano en el pomo de la puerta. Se sentó, un poco desorientado por el sueño.
—No quise despertarte, así que te dejé una nota. —
La recogí de la mesa de noche, doblándola y metiéndola en mi bolsillo. Estaba tan llena de palabras por decir y preguntas por cuestionar que nada podía salir.
Se frotó los ojos y se levantó, estirando su cuello hacia un lado, extendiendo sus brazos hacia atrás, sus ojos cerrados. Sus bíceps y pectorales flexionándose con el movimiento, y quería dejar de mirarlo, pero no pude hasta que sus ojos se abrieron.
—Te acompaño a tu camioneta.
Se volvió para tomar su camiseta y ponérsela nuevamente, y fui capaz de comérmelo con los ojos una vez más sin vergüenza. Sobre sus hombros definidos y espalda habían más diseños y palabras escritas, pero su camiseta las cubrió demasiado rápido. Se dirigió a su dormitorio y salió vestido con una sudadera con capucha y un par de zapatos viejos que nunca lo había visto usar. Las botas eran su calzado normal.
—¿Kyubi está en la cama? A menos que haya desarrollado pulgares opuestos, supongo que lo dejaste entrar. —
Cruzando la habitación, sonrió. Asentí mientras se acercaba, y su sonrisa decayó. Sabía que estaba pensando en lo que sucedió antes de que nos durmiéramos entre los brazos del otro, preguntándose qué pensaba sobre él suplicándome para detenerlo cuando le dejé claro que no quería hacerlo. Si tan sólo él supiera… mi confusión sobre su rechazo no era nada en comparación con lo que causaron las cicatrices en sus muñecas.
Que secreto tendra Naruto??
Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
buen cap cada vez que cuelgas uno me dejas sufriendo ahora que tendrá naruto, ya sakura se confeso lograran llevar una relación haa desespero por doquier y que pretende kiba no me agrada para nada además de que el estúpido deidara cobro otra victima ojala le den su merecido espero la conti pronto saludos
aduzumaki- Sennin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Maldito Deidara porque habrá hecho eso,
sera por culpa de Sakura?
ademas por que Naruto la habrá detenido?
que estará guardando
Espero que pronto subas el siguiente capitulo
sera por culpa de Sakura?
ademas por que Naruto la habrá detenido?
que estará guardando
Espero que pronto subas el siguiente capitulo
mio-chan- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Ohh cielos!!!! *--* bueno... aquí toy yo de nuevo y no acepto la idea d que Naruto ame a otra mujer que no sea Sakura!!! ¬¬ así que ya sabes... ajajaj ok ya tardas mucho en subir capítulos... y ya quiero saber cual es el secreto!!! DDD: ¿por que no puede? ¿por que?!!! no me digas que no pude T.T jaja ok ya enserio me mata la curiosidad... ¡¡Pero ame la parte en que dice--- !Al diablo! y la besa aww :3 fue tan lindo.. aww aww jajaja ya volvieron y Maldito Deidara ¬¬ y Kiba ¡¡Como se atreve a besarle!! aun que así le daría celos a Naruto y tal vez reaccione ¬¬ Humn... como sea *--* síguelo pronto!! pero ya...
Uno- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Holas les traigo Nuevo capitulo, Pronto descubriran el pasado de Naruto
- capitulo 22:
- Después de una semana de Naruto ignorando mi existencia mientras estábamos en clase, no estaba segura de qué esperar el lunes por la mañana. La alteración fue leve, pero innegable. Cuando entré en el aula, sus ojos se encontraron con los míos, la más mínima sugerencia de una sonrisa en su boca. Todo en él se había vuelto familiar. La noche en que bailé con él, sus rasgos se habían fusionado entre un chico digno y excepcionalmente aplastante.
Ahora, tenía la mandíbula y la barbilla afilada en ángulo fuerte, la nariz con el más mínimo indicio de una ruptura previa. Una cicatriz en forma de medialuna se asentaba en lo alto del pómulo, y sus ojos sin color eran a veces un poco misteriosos. Los flecos de su cabello despeinado eran
lo suficiente largos como para suavizar el conjunto; si alguna vez se lo cortaba, se vería como un hombre completamente diferente.
Volvió su atención hacia su siempre presente cuaderno de dibujo, y miré hacia el frente en un esfuerzo de no caerme por las escaleras. Solamente horas antes, él había sostenido mi cara en sus manos, me había presionado contra la puerta de mi camioneta y me había besado como si hubiéramos hecho lo que yo había querido. Yo había conducido de nuevo a mi dormitorio en un estado desconcierto de lujuria.
Deslizándome en mi asiento al lado de Sasuke, soporté la tentación de mirar sobre mi hombro. Si él no estaba mirándome, me sentiría decepcionada. En cambio, si lo hacía, estaría atrapada.
La muchacha a mi derecha, como todos los lunes por la mañana, estaba dando el resumen de su fin de semana a su compañera… y a las otras dos o tres docenas de personas que podían oírla. Sasuke la imitó perfectamente, aunque un poco dramático, y fingí un ataque de tos para ocultar mi risa. Por desgracia, la tos le llamó la atención.
—¿Te estás muriendo o algo así? —
Preguntó ella, afectando una burla perfecta cuando sacudí mi cabeza
—. Bueno, escupir un pulmón en público no es para nada tan atractivo, sólo digo.
Mi cara ardía, pero luego me incliné hacia Sasuke y hablé a mí alrededor.
—Um, ¿darle a la mitad de la clase un resumen exhaustivo cada lunes por la mañana, en detalle espeluznante, de cuán alcohólica y promiscua eres? No es nada atractivo, tampoco. Sólo digo.
Ella abrió la boca cuando las personas cercanas rieron, y me apreté mi labio inferior entre los dientes mientras trataba de mirar hacia delante.
Afortunadamente, el Doctor Hatake entró entonces, y comenzó la clase, y estuve cincuenta minutos intentando olvidar la presencia de Naruto a tres filas y cinco asientos atrás.
—Así que… nueve días hasta el final. —
Sasuke llenó su mochila y sonrió con satisfacción hacia mí mientras empaqué la mía.
—Mmm-hmm.
—Nueve días hasta no más… restricciones. —
Hice rodar mis ojos directamente a él cuando sus cejas bailaron arriba y abajo
—. ¿Eh? ¿Eh?
No pude evitar comprobar para ver si Naruto estaba todavía en el salón.
Estaba hablando con la chica Zeta, la que había hablado antes, pero me miraba por encima de su cabeza.
Sasuke se deslizó por su camino hasta el pasillo, una media sonrisa en su rostro.
—Voy a tomar Tutores Calientes por 200 dólares, Alex —
dijo él con una voz extrañamente femenina antes de empezar a tararear la canción de Jeopardy.
Todavía estaba tarareando cuando sonrió hacia Naruto justo antes de salir.
Esperaba no seguir sonrojada cuando Naruto se puso a caminar conmigo, pero ninguno de los dos habló hasta que estuvimos fuera. Aclarándose garganta, hizo un gesto hacia la espalda de Sasuke con un hombro.
—¿Él, um, sabe? ¿Acerca de…?
Mordió su labio inferior y el pequeño arete, tenía el ceño ligeramente fruncido en su rostro.
—Él, de hecho, fue cómo me di cuenta de… quién eres.
—¿Oh? —
Me acompañó hacia mi clase de español, como lo había hecho una vez.
—Él se había fijado en nosotros… mirándonos uno al otro. —
Me encogí de hombros
—. Y me preguntó si yo iba a tus sesiones de tutoría.
Cerrando los ojos por un instante, tomó un respiro.
—Dios. Lo siento mucho. —
Esperé, deseando que me dijera el motivo de la farsa Naruto/Minato, por fin. Hicimos una excursión a través de las colinas del campus en silencio durante un minuto o dos, cada paso llevándonos más cerca de mi clase. Sin una sola nube en el cielo, el sol nos calentaba en parches
directos de la luz, mientras que nos congelábamos en la sombra proyectada por los árboles y edificios.
—Te noté en la primera semana —
Su voz era suave
—No sólo por lo bonita que eres, aunque, por supuesto, que eso jugó en todo. —
Sonreí, mirando a nuestros pies, como emparejamos nuestros pasos
—. Fue la forma en que te apoyabas en tus codos cuando escuchabas en clase, cuando algo capta tu interés. Y cuando te ríes, nunca es para llamar la atención, es sólo… risa. La forma
en que obsesivamente metes el pelo detrás de la oreja en el lado izquierdo, pero dejas que en el lado derecho caiga como una pantalla. Y cuando estás aburrida, golpeas con el pie sin hacer ruido y mueves tus dedos en el escritorio como si estuvieras tocando un instrumento. Quería dibujarte.
Nos detuvimos y permanecimos en un cuadrado de sol, bien lejos de la entrada sombreada al edificio de artes del lenguaje.
—Casi cada vez que te veía, estabas con él. Pero un día, te acercaste al edificio sola. Yo sostenía la puerta para varias muchachas delante de ti, y esperé a que me alcanzaras. Cuando me alcanzaste, parecías contenta, y un poco sorprendida. A diferencia de las otras, no esperabas que la puerta fuera sostenida para ti, por un chico al azar. Sonreíste y me dijiste: “Gracias”. Eso fue el colmo. Rogué para que nunca fueras a una sesión y no con él. No quería que supieras que era el tutor. —Él te dio por hecho, incluso cuando estabas junto a él, sosteniendo su mano. Como si fueras un accesorio. —
Frunció el ceño, y recordé sentirme exactamente igual con Kiba. A menudo
—. Nunca quise que te lastimaran, pero quería apartarte de él. Constantemente tuve que recordarme que no importaba si fueras suya o no, porque estabas en el otro lado de una línea que no podía cruzar. Y luego no te presentaste el día del intermedio, o el siguiente, o el siguiente. Me preocupé que algo te hubiera sucedido. Él fue muy reservado los primeros días. A finales de la semana, las chicas le coqueteaban antes de la clase, y la forma en que respondió me dijo lo que había sucedido.
—Estaba seguro de que habías dejado la clase, lo que me hizo egoístamente eufórico. Sin saber siquiera qué hacía, empecé a buscarte en el campus. —
Miró en mis ojos y bajó la voz aún más
—. Y luego, la fiesta de Halloween.
No podía respirar.
—¿Estuviste allí? ¿En la fiesta?
Asintió con la cabeza.
—¿Cómo? No estás en una hermandad, ¿o sí?
Él negó con la cabeza.
—Había arreglado las casas de A/C la noche anterior. El mantenimiento no hace esas cosas que no son una emergencia de noche o fin de semana, pero soy mano de obra contratada, así que accedí a hacerlo. Cuando no quise tomar propina, un par de chicos me invitaron a la fiesta. Sólo dije que sí porque tenía la esperanza de que podrías estar allí. Habían pasado dos semanas, y este campus es tan grande que estaba empezando a pensar que nunca te vería. —
Rió entre dientes y se frotó una mano en la parte posterior de su cuello
—. Vaya, eso suena totalmente acosador.
O totalmente caliente. Dios.
—¿Por qué no me hablaste esa noche? Antes de…
Él negó con la cabeza.
—Estabas tan retirada y miserable. Casi todos los hombres que se acercaban a ti, fueron rechazados sin una segunda mirada. No había manera de convertirme en uno de ellos. Bailaste con un puñado de chicos que ya conocías… y él era uno de esos.
—Deidara
—Sí. Cuando te fuiste, te siguió, y pensé que tal vez… tal vez ustedes dos habían decidido salir temprano juntos, sin que nadie lo supiera. Encontrarse afuera o algo así.
Vi a un trío de mis compañeros entrar en el edificio.
—Es el mejor amigo del novio de mi compañera de cuarto. Bueno, el mejor amigo de su ex, ahora. Era una persona conocida. Un amigo, pensé. Vaya, sí que me equivoqué.
Asintió con la cabeza, frunciendo el ceño.
—Yo estaba a punto de salir… mi moto estaba estacionado en el frente. Algo no se sentía bien, pero luchaba con el mismo deseo de llevar a cabo lo que había sentido la mitad del semestre con tu novio, así que cuestioné mis propios motivos. Pedí un minuto discutiendo conmigo mismo, y lo siento por eso. Finalmente decidí que si ustedes dos estaban ligando, sólo me daría la vuelta,
subiría a mi moto y acabaría de una vez con ello. Contigo.
—Pero eso no es lo que pasó.
—No.
De repente consciente de la falta de gente vagando alrededor de
nosotros, saqué mi teléfono. Eran las diez y dos minutos.
—Mierda. Llego tarde.
—Uh-oh. ¿No es el profesor que te pone de ejemplo si llegas tarde?
Impresionante.
—Lo recuerdas. —
Gemí, empujé mi teléfono en mi bolso
—. Me siento con ganas de faltar ahora.
Su boca se elevó hacia un lado.
—¿Qué tipo de empleado de la universidad sería, al animarte a faltar a clase la última semana del semestre?
—Solamente repasamos. Tengo un A. Realmente no necesito la revisión.
Nos miramos el uno al otro.
Incliné mi cabeza y miré directamente a sus ojos claros.
—¿Tú no tienes clases?
—No hasta las once. —
No por primera vez, la sensación de su fija mirada derivando sobre mi rostro fue como una brisa suave, o el toque más suave posible. Se detuvo en mi boca.
Mis labios se separaron, mi respiración más lenta que mi ritmo cardíaco acelerado.
—Nunca me dibujaste otra vez.
Sus ojos se lanzaron a los míos, pero no contestó, así que pensé que tal vez no se acordaba de su petición por mensaje.
—Dijiste que tenías dificultades para hacer memoria. Mi mandíbula. Mi cuello…
Él asintió con la cabeza.
—Y tus labios. Dije que necesitaba más tiempo mirándolos y menos probándolos.
Asentí. Dios mío, ¿Qué no se acordaba?
—Una cosa muy tonta de mi parte por decir, creo. —
Tenía la vista fija en mi boca de nuevo.
Mis labios cosquillearon por su enfoque. Quise frotar mis dedos a través de ellos. O rozarlos con los dientes para detener la sensación de cosquilleo. Cuando los humedecí con la lengua, él contuvo el aliento.
—Café. Vamos a tomar un café.
Asentí, y sin decir una palabra, caminamos hacia el centro de estudiantes, el lugar más concurrido en el campus a esta hora del día.
—Así que usas lentes, ¿eh? —
Nos habíamos sentado en una mesa diminuta, bebiendo a sorbos nuestro café y aguantando un silencio decididamente incómodo, así que solté la primera cosa viable que entró en mi cerebro.
—Um. Sí.
Genial. Acababa de traer a relucir esa noche. Pero, ¿Debería no traer esa noche? ¿No deberíamos hablar de ello? ¿No debería preguntarle si me alejó porque era el tutor de la clase, o debido a esas cicatrices en sus muñecas?
—Uso lentes de contacto. Pero mis ojos se cansan de ellos al final del día.
La imagen mental de Naruto empujando la puerta, la aprehensión en su rostro, los lentes transformándolo en funcionario mientras el pijama producía un efecto contrario. Me aclaré la garganta.
—Se ven muy bien en ti. Los lentes. Quiero decir, podrías usarlos todo el tiempo, si quieres.
—Son una especie de molestia con el casco de la moto. Y el taekwondo.
—Oh. Sí, puedo imaginarlo.
Nos quedamos en silencio otra vez, con cuarenta minutos hasta su clase y mi reprogramado tiempo para practicar con el bajo.
—Podría dibujarte ahora —
dijo. Sin ninguna razón, mi cara ardió.
Por suerte, él metía la mano en su mochila, retirando su bloc de dibujos, y dando vuelta a una página en blanco. Tomó el lápiz de su oreja antes de mirar a través de la mesa en mí. Si notó mi color aumentado, no lo mencionó. Sin decir una palabra, él se reclinó en su silla, el almohadón sobre sus rodillas, y empezó a dibujar, el lápiz haciendo los arcos sin esfuerzo, de alguien que sabe lo que está haciendo. Sus ojos se movieron desde el bloc a mí y de vuelta, una y otra vez, y yo me senté en silencio bebiendo, viendo su cara.
Mirando sus manos. Había algo íntimo acerca de modelar para alguien.
Me había ofrecido como un modelo una vez en mi clase de arte de primer año, para el crédito suplementario.
Con una falta grave de habilidades en dibujo, salté a la oportunidad de dos puntos adicionales, sin detenerme a considerar que iba a estar sentada arriba de una mesa por un período de clase entero. Darle a una clase de chicos adolescentes, rienda suelta a mirarme por una hora fue todo un nuevo nivel de torpeza completamente. Especialmente cuando el novio de Jillian, Zeke, comenzó su retrato con mi pecho. Se quedó mirando descaradamente, haciendo gala de sus esfuerzos artísticos a sus compañeros de mesa mientras me ruboricé y fingí que no podía oír sus bromas acerca sobre pellizcos y escote y como deseaba que perdiera la camisa totalmente… o al menos desabotonarla.
—La mayoría de los artistas comienzan con la cabeza —
dijo la señora Wachowski mientras miraba por encima del hombro. Zeke y los demás chicos en la mesa soltaron un bufido de risa mientras yo ardía con humillación y la clase
entera miraba.
—¿Qué estás pensando?
No quise retransmitir esa historia.
—La secundaria.
El pelo que caía sobre su frente oscureciendo el pliegue que sabía que estaba allí, pero sus labios se apretaron.
—¿Qué? —
pregunté, pensando en el cambio que esas dos palabras trajeron.
Rodeados de conversaciones, música y sonidos mecánicos, el rasguño del plomo a través del papel era inaudible en la cafetería. Vi la danza del lápiz en su mano, preguntándome qué parte de mí dibujaba, y qué partes podría querer dibujar. ¿Cómo fue él cuando tenía dieciséis años? ¿Dibujaba en ese entonces? ¿Salía con otros chicos de su edad? ¿Se había enamorado? ¿Se había roto su corazón por alguna chica cruel? ¿Había ya puesto esas cicatrices en sus muñecas, o estaban por llegar?
—Dijiste que habías estado con él durante tres años. —
Habló lo suficientemente fuerte para que pudiera oírlo, mirando hacia abajo en el cuaderno mientras el lápiz trabajaba de ida y vuelta. No había pregunta en su voz. Él asumió que pensaba en Kiba.
—No estaba pensando en él.
Su mandíbula se apretó, sus labios comprimidos otra vez. ¿Celoso? La culpa me arrastró cuando me di cuenta que quería que sintiera celos.
—¿Cómo fue la secundaria para ti? —
pregunté y luego, quise retirarla. Sus ojos se dirigieron a los míos y su mano se detuvo.
—Muy diferente de lo que fue para ti, me imagino. —
Sus ojos todavía recorrían mi cara, pero ya no dibujaba, y su expresión era tensa.
—¿Oh? ¿Cómo? —
Le sonreí, esperando traernos a esta cornisa, aferrarnos a esta posición, o empujarnos sobre el borde.
Levantó la mirada hacia mí entonces y se quedó mirando.
—Para empezar, nunca he tenido novia.
Pensé en la rosa por encima de su corazón, y el poema inscrito en su costado izquierdo. No quería que ese amor sea reciente.
—¿En serio? ¿Ni una?
Negó con la cabeza.
—Yo era… inestable, se podría decir. Conecté con chicas. Pero no tuve ninguna relación. Me saltaba las clases tanto como me molestaba en aparecer. Celebraba fiestas con los locales y los turistas de playa. Me metía en peleas a menudo, en la escuela y fuera. Fui suspendido o expulsado con tanta frecuencia que cuando me despertaba por la mañana no estaba muy seguro de si se suponía que debía ir o no.
—¿Qué pasó?
Su rostro quedó en blanco.
—¿Qué?
—Quiero decir, ¿cómo entraste en la universidad y te convertiste en este… —
hice un gesto hacia él y me encogí de hombros
—… estudiante serio?
Se quedó mirando el lápiz en su mano, el pulgar raspando sobre el plomo, afilándolo.
—Tenía diecisiete años, a punto de reprobar por última vez, preparado para trabajar en el bote con mi padre por el resto de mi vida. Una noche, fui de fiesta con algunos amigos. Hicimos una fogata en la playa, lo que siempre atraía a los niños turistas, y ellos siempre querían conectar. Uno de mis amigos era un comerciante. Nada de materia grande, sólo drogas en fiestas. Él vendía caro, de modo que nosotros pudiéramos disfrutar un poco sin necesidad de pagar a su distribuidor por ello.—Su hermana le siguió esa noche. Estaba enamorada de mí, pero tenía catorce años. Totalmente inocente. No era mi tipo. Ella no tomó el rechazo bien, y empezó a coquetear con los chicos que financiaron nuestra noche, por así decirlo. Su hermano idiota estaba tan drogado, no la miraba en absoluto. Mi cabeza no estaba mucho más despejada, pero cuando el chico con el que ella estaba bailando la empujó hacia abajo en la playa, parecía que estaba tratando de zafarse lejos de él.
—Recuerdo ir tras ellos, pero todo después es turbio. Me dijeron que rompí la mandíbula del tipo. Fui arrestado, se presentaron cargos. Probablemente habría terminado en la cárcel, pero los Hatake estaban de visita esa semana, y Kakashi hizo algo para que todo desapareciera.
—Él y mi papá discutieron. Lo siguiente que supe es que estaba inscrito en clases de artes marciales. Era lo suficientemente estúpido como para ver el beneficio de manera equivocada de ser capaz de moler a golpes a las personas aún mejor de lo que ya podía, por lo que no me opuse.
Lo que no vi venir fue cómo ello me centraría por primera vez en mucho tiempo. Antes de irse, Charles me sermoneó como papá nunca lo hizo. No me gustaba decepcionarle. —Me miró estrechamente—. Aún no.
Bebimos nuestro café y esperé, sosteniendo mi lengua, sabiendo que había más.
—Me dijo que tiraba mi futuro a la basura, que yo era mejor que las drogas y las peleas. Me dijo que mi madre estaba pendiente, y me preguntó si quería que estuviera orgullosa o avergonzada. Luego, prometió que me ayudaría a entrar en la universidad, tirando cada cuerda que pudiera tirar, si tan sólo lo intentara.
Él sabía que buscaba un escape, y me dio una segunda oportunidad. Un escalofrío recorrió mi espalda por sus palabras.
—Es bueno al ofrecer eso.
Él sonrió, apenas.
—Sí. Lo es. Lo tomé. Mi último año lucía bien, pero casi arruino todo mi GPA antes de eso. No sé cómo consiguió que me acepten, aunque condicionalmente. Papá no puede pagarla, por supuesto, así que esa es la razón de todos los trabajos extraños. Puedo pagar el alquiler del apartamento, pero no pude conseguir una cama en el garaje de alguien, por lo que me cobra.
—Es como un ángel de la guarda para ti.
Alzando la vista, con sus ojos desconcertante en los míos, dijo:
—Ni te imaginas.
Parpadeé hacia Ino, confundida.
—¿Qué quieres decir con que probablemente no testificará?
Mi compañera de dormitorio cerró de golpe el teléfono en su escritorio. Dio un portazo a nuestra mini-nevera tras coger una botella de agua. Se quitó los zapatos de una patada y lanzó uno de ellos a través de la habitación donde rebotó contra la pared encima de su cama y aterrizó en el centro.
-Llegaron hasta ella. Kiba, D.J. y Dean. La convencieron, o casi convencieron,de que manejarían a Deidara. Que acabaría con la fraternidad y quizás con todo el sistema Griego15 si testifica.
—¿Qué?
—La están haciendo sentir culpable. ¡Por haber sido violada! —
Nunca había visto a Ino tan enfurecida
—. Esto es una jodida mierda. Voy a llamar a Katie.
Me levanté y crucé la habitación, cogiéndola del brazo para evitar que marcara.
—Ino, no puedes contarlo si Shion no quiere que lo cuentes.
Me miró de cerca.
—S, ya sabes cómo funciona el sistema Griego. Todo el mundo lo sabe.
—Oh. Cierto.
Marcó el número, y escuché mientras le contaba a la presidenta de su hermandad lo que pensaba de la propuesta de encubrimiento.
—Bien, estaré allí en una hora, con Shion. —
Colgó el teléfono, su expresión más calmada y calculadora. Sentándose en mi cama, me cogió la mano
—. Tienes que venir con nosotras, S. Tienes que contarles lo que te hizo.
De alguna manera, testificar ante un grupo de chicas de hermandad era más aterrador que el pensamiento de denunciar a Deidara a la policía o hacer una declaración al fiscal del distrito.
—¿P-Por qué? —
farfullé
—. No soy una de ustedes, Ino. No les importa-
—Eso muestra un precedente.
Cuántas veces había oído a Kiba usar esta jerga legal—una de sus favoritas.
—¿Estás segura de que un intento fallido conmigo muestra un patrón?
Sólo es la segunda vez… Sus ojos se encendieron.
—Sakura…
—Tienes razón, tienes razón… Dios, ¿qué estoy diciendo? —
Las manos me temblaban mientras me las pasaba por la cara, y Ino las bajó gentilmente.
—Tenemos que asegurarnos de que no haga esto otra vez.
Asentí, sabiendo que tenía razón, y le mandó un mensaje de texto a Shion.
Ino había abierto la cerradura del Volvo cuando escuché mi nombre y me volví para encontrar a Kiba corriendo a través del lote de dormitorios.
—Hola, Sakura. Ino. —
Cuando le dio una sonrisa tensa y seria, ella le frunció el ceño. Se volvió hacia mí
—. Necesitamos hablar.
Le miré.
—¿Sobre qué? ¿Sobre ti ayudándoles para que Shion no presente cargos, cuando sabes lo que me hizo a mí?
Suspiró con cansancio.
—No es así.
—¿Oh? ¿Y cómo es?
—¿Podemos hablar en privado? ¿Por favor?
Miré a Ino y ésta frunció los labios y le dio a mi ex una mirada cínica antes de volver su atención a mí.
—Voy a recoger a Shion, ¿y nos encontramos en la casa? —
Estaba preocupada por dejarle que me hablara sobre esto, tan enfermizamente fácil como lo había hecho.
Miré a Kiba y supe que convencerme de abandonar la alegación contra Deidara estaba en su agenda.
—¿Me llevarás allí? ¿Ahora? Es la única manera de que hable contigo.
Frustrado y puede que un poco confundido por mi contraataque, accedió.
—Claro. Te llevaré allí, si hablas conmigo durante el camino.
Miré por encima del techo del Sedan a Ino.
—Nos vemos allí.
Ella asintió, con una inquebrantable esperanza en sus ojos, y seguí a Kiba hacia su coche.
Después de ajustar el reproductor hasta dejarlo como música de fondo, condujo despacio, con una muñeca apoyada en la parte superior del volante forrado de piel.
—Gracias por aceptar hablar conmigo. —
Miró más allá de mí, sus ojos deslizándose lejos de los míos y fijándolos en la carretera
—. Quiero que sepas que creo, al cien por cien, todo lo que me dijiste el sábado por la noche. Sé que Deidara es un cabrón, sólo que no sabía cuánto. Hemos empezado los procedimientos
para expulsarlo.
—Expulsarlo, ¿de la fraternidad? ¿Ese es su castigo? —
Cerré los ojos y sacudí la cabeza para aclararla.
—Deidara vino a este campus pensando que iba a ser el presidente de la clase, que ascendería rangos, dirigiría toda la fraternidad y quizá el consejo su último año, y ahora va a estar fuera, con o sin papi. Es un castigo malditamente justo.
Jadeé.
—Kiba, violó a una chica.
Tuvo la gracia de retroceder.
—Lo entiendo, pero…
—¡No hay ningún pero! ¡No hay ningún maldito pero! —
Mi pecho se hinchó con el esfuerzo de apretar mis manos en mi regazo en lugar de golpear su
presumida cara
—. Se merece un tiempo en prisión, y voy a hacer todo lo posible para que lo obtenga. —
No pude evitar pensar que si habían enviado a Kiba para alejarme de testificar, entonces esta discusión había producido el efecto contrario.
Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Kiba violo a una chica?
enserio? no se porque pero
eso me lo esperaba de Deidara
pero de Kiba
Espero que pronto subas el siguiente
capitulo
enserio? no se porque pero
eso me lo esperaba de Deidara
pero de Kiba
Espero que pronto subas el siguiente
capitulo
mio-chan- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Excelente cap no demores en poner el próximo me gusta mucho este fic espero ansiosa a ver como se resuelve lo de deidara y que sakura ponga en su lugar a kiba saludos
aduzumaki- Sennin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
wowww maldito kiba de mierda , ser tan cobarde , espeor naruto lo reviente y espero a deidara tran la rejas
rasmux- Aprendiz
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
No, Chicos entendieron mal es : Kiba , (una coma) Violo a una Chica( Osea que sakura se refiere a Deidara)
Bueno les traigo nuevo capitulo ya mero se revelara el Pasado de Naruto
Bueno les traigo nuevo capitulo ya mero se revelara el Pasado de Naruto
- capitulo 23:
- Se detuvo frente a la casa y aparcó. Aferró el volante con ambas manos.
—Sakura, tienes que entender algo. Deidara ha estado diciendo mierdas sobre conectar contigo desde hace semanas. Otros han corroborado su versión. Todo el mundo lo sabe. Nadie más se cree tu historia de él-también-intentó-violarme, ahora. Es un poco tarde para eso.
Me quedé sin respiración, mi garganta se cerró, y el dolor se disparó por mis brazos a las yemas de mis dedos. Cerré los ojos y peleé contra el mareo y las lágrimas, y tan furiosamente que literalmente vi todo rojo a través de mis párpados cerrados.
—¿Mi… historia?
Sus ojos encontraron los míos.
—Te lo he dicho, te creo. —
Le miré a los ojos, a este chico que había conocido tan íntimamente durante tres años. Podía ver que me creía, pero esa confianza estaba en conflicto con su obligación de salvar la cara. No iba a hacer lo correcto.
—Me crees, pero estás ahí sentado, tratando de disuadirme de la idea de convencer a alguien más para que me crea.
—Sakura, es más complicado que eso…
—Un infierno que lo es. —
Abrí la puerta y salté fuera. Cerrando de un portazo en furiosa protesta, me giré y dirigí con paso fuerte hacia la casa de la hermandad de Ino y Shion. Estaba temblando de ira y miedo, y algo más: resolución.
***
En la reunión había menos de veinte chicas: Ino, Shion, las directoras de la hermandad y yo.
Como presidenta, Katie presidía la larga y pulida mesa. A sus dos lados se sentaban las directoras de último año; reconocí a la hermana mayor de Olivia como una de ellas. Olivia y ella podrían haber sido gemelas, se parecían mucho —hasta la mueca maliciosa.
—Shion, cariño, nadie te está culpando —
dijo, su voz goteando con una falta de sinceridad que contradecía sus palabras
—. Pero el hecho es que fuiste a su dormitorio con él. Quiero decir, la expectativa estaba ahí, ¿sabes?
Ino puso su mano en mi muslo cuando contuve la respiración —un aviso para que no contestase todavía. Exhalé por la nariz y me enfurecí en silencio. Era una intrusa. Podía ser echada fácilmente, y eso no sería bueno para Shion.
Necesitaba todo el apoyo posible.
—Tampoco eras como, virgen, ¿verdad? —
dijo otra chica.
—Dios, Taylor, esa no es la cuestión —
dijo otra. Taylor se encogió de hombros.
—A mí me importaría.
Shion estaba pálida y parecía que o iba a vomitar o a desmayarse. Ino se inclinó hacia ella y le susurró.
—Respira, cariño.
Varias chicas dijeron más cosas estúpidas, y otras dijeron cosas razonables, y finalmente parecía que todas habían dado su opinión excepto Katie, Ino y las dos personas que al final tenían el destino de Deidara en sus manos: Shion y yo.
Finalmente, Katie golpeó con el mazo suavemente, deteniendo toda la conversación y haciendo volver todas las cabezas en su dirección. Su postura era tan perfecta que podía haber sido una reina llevando una corona pesada; fijó su mirada en mí.
—Sakura, ¿tengo entendido que alegas que Deidara intentó violarte la noche de la fiesta de Halloween?
Un par de chicas murmuraron y una realmente se rió. Apreté mis manos en puños en mi regazo y las ignoré, tragué saliva y asentí con la cabeza.
—Sí.
—Bien, lo siento, ni siquiera sé por qué está aquí —
dijo una representante de la clase junior
—. Si él no lo hizo realmente.
—Tuvo la intención de hacerlo —
dijo Ino con los dientes apretados
—. Solo que fue detenido antes de que tuviera éxito.
La otra chica se echó el cabello por encima del hombro.
—Pero no lo denunció esa noche. ¿Por qué no? ¿Y por qué ahora? Quiero decir, ¿cómo sabemos que esto no es una táctica para llamar la atención? ¿O alguna clase de venganza contra Deidara?
Ino gruñó a mi lado.
—Lo detuvo un tipo que vio todo el asunto y está deseando hacer una denuncia oficial conmigo.—Mi voz vaciló, y debajo de la mesa Ino cogió mi mano derecha y me la apretó
—. En cuanto a por qué ahora y no entonces… ese fue mi mal juicio. No se me ocurrió que le haría esto a alguien más. —
Miré a Shion, una disculpa en mis ojos, y luego a Katie
—. Pensé que sólo era yo.
—¿Qué tipo? ¿Uno de los hermanos? Porque tía, no van a testificar contra Deidara —
dijo Taylor, y varias chicas asintieron.
—No. Naruto Uzumaki.
—Oh, lo conozco —
dijo la hermana de Olivia
—. Está bueno…
—¿Es el chico no-fraternidad que estaba en la fiesta de Halloween sin disfraz? ¿Botas de vaquero? ¿Pelo oscuro? ¿Ojos increíbles? ¿Totalmente caliente? —
preguntó la chica que estaba a su lado.
—Sí, ese es él.
—Shion —
interrumpió Katie
—, tengo entendido que, ¿Dean y D.J. Hablaron contigo ayer?
Shion asintió, con los ojos, todavía enrojecidos, muy abiertos.
—Quieren que retire los cargos. Dijeron que lo iban a manejar.
Las cabezas pivotaron de un lado a otro entre la presidenta de la hermandad y la promesa de primer año mientras ellas se lanzaban preguntas y respuestas.
—¿Cuáles son tus planes ahora?
—No lo sé. Estoy muy confundida.
Katie la consumió con la mirada.
—¿Deidara hizo lo que dices que hizo?
Los ojos de Shion se llenaron de lágrimas, y cuando asintió, se derramaron por sus mejillas.
—¿Entonces qué demonios es lo que te confunde?
Todas se sentaron en un silencio aturdido por un momento, hasta que la chica que había declarado a Naruto como totalmente caliente exclamó
—¿Estás diciendo que debería presentar cargos?
—Absolutamente.
Alrededor de la mesa se oyeron jadeos, y estaba tan atónita que no me podía mover.
—Pero esto se verá mal para…
—¿Sabes lo que se ve mal? —
Le cortó Katie
—. Un grupo de mujeres que no se apoyan las unas a las otras cuando un hombre tira una mierda como esta. Hace menos de una hora, le he dicho a D.J. por donde se podía meter su maldita
reputación fraternal. —
Se levantó y se inclinó hacia delante, apoyando sus manos en la mesa
—. Déjenme contarles una historia chicas, corta y dulce. En el instituto, era una joven animadora saliendo con un chico de último año que intentaba conseguir una beca de fútbol. Me acosté con él varias veces, queriendo. Una noche no estaba de humor, pero él sí. Así que me agarró y me forzó. Las pocas personas a las que se lo conté, incluyendo a mi mejor amiga, señalaron lo que le pasaría si lo contaba. Hicieron hincapié en el hecho de que no era virgen, que estábamos saliendo, que habíamos tenido sexo antes de eso. Así que me quedé callada. Ni siquiera se lo dije a mi madre. Ese chico me dejó moretones en el cuerpo. Lloraba y le pedía que parase y no lo hizo. A eso se le llama violación, señoritas.
Se irguió y cruzó los brazos por encima del pecho.
—Así que Deidara puede disfrutar sentándose en una celda contemplando cómo hizo estallar su vida. Ese gilipollas hirió a dos personas sentadas en esta mesa. ¿Y estás preocupada por
quién quedará mal si ellas hablan? Que le jodan a eso. Dean, D.J. y Kiba y todos los chicos de fraternidad de este campus pueden ir a joderse ellos mismos.¿Somos hermanas o no?
***
“Sakura,
Te envío adjunta la revisión que repartiré el jueves. Supongo que técnicamente prefiero dártelo un par de días antes, pero ya te dije que eres mi favorita, después de todo.
NU (aka Naruto, aka Minato, aka Mr. Uzumaki)”
“Mr. Naruto Minato Uzumaki,
Se siente raro recibir emails de economía de ti. Como si no fueras realmente la misma persona (me acabo de acordar de que te pregunté si necesitabas ayuda en economía. Iba a recomendarte como tutor para ti mismo. Debiste haber pensado que estaba totalmente despistada).
Gracias por la hoja de trabajo. Ni siquiera lo miraré hasta el jueves. Así no tendrás que sentirte culpable por dármelo antes. Shion y yo rellenamos las denuncias en la comisaría de policía. Ino nos llevó. Era la primera vez que le daba a alguien un reporte detallado de todo el asunto. Estaba temblando y llorando para cuando terminé, y me sentí débil y estúpida otra vez. Shion estaba aún peor que yo; el trabajador social dijo que puede que necesitara ser tratada de Estrés Post-Traumático. Nos dijo a las dos que fuéramos a la oficina del consejo de la escuela o a un terapeuta privado. Shion llamó a sus padres en el camino de vuelta al campus, y estarán volando hacia aquí por la mañana. Ni siquiera se me ocurrió contárselo a los míos. No creo que pudiera tratar con otro discurso “Ya te lo dije” de mi madre. No sobre esto.
Le di a la detective tu información, y dijo que te llamarían cuando quieran que vayas. No estoy segura de lo que pasará después.
SH (aka Cerezo, aka S, aka Ms. Haruno, aka Sakura –pero usaré el entrenamiento de auto-defensa si me llaman así)”
“Ms. Sakura (no Cerezo) Haruno,
Nunca pensé por un momento que no tuvieses ni idea. Me quedé atrapado en mi propio engaño, y me sentía cada vez más podrido al respecto. Me alegro de que lo descubrieses, y siento no habértelo dicho. Si alguien estaba despistado, era yo.
Me siento como un gran asno por haber dicho algo alguna vez que te hiciese pensar que cualquier parte de aquella noche fue culpa tuya. Estaba tan enfadado con él. Si no hubieses hecho ese ruido en la camioneta, creo que podría haberlo matado.
¿Rellenaron las dos una orden de restricción?
Naruto.”
Sakura: ¿Podemos cambiar a los mensajes?
Naruto: Claro, sin problemas.
Sakura: Tenemos la documentación para presentar una orden de restricción temporal mañana por la tarde.
Naruto: Bien. Si te sientes amenazada, quiero que me llames. ¿Vale?
Sakura: Vale.
Naruto: Mañana es mi última clase de economía. El Dr. H va a hacer una revisión el viernes.
Sakura: Obviamente, no lo necesitas. Pensé que eras un estudiante vago. Sentado en la última fila, dibujando, sin prestar atención a la clase.
Naruto: Supongo que doy esa impresión. Este es mi tercer semestre como tutor, y el cuarto sentándome en clase. Conozco el material bastante bien.
Sakura: Así que, después del miércoles, ¿no tendremos clases juntos? Y después del examen final del próximo miércoles, ¿entonces qué?
Pasaron varios minutos, y supe que había hecho una pregunta la cual él o no quería o no sabía responder.
Naruto: Navidades. Hay cosas que no sabes sobre mí. Me dije a mí mismo que no te mentiría otra vez, pero no estoy listo para sacarlo todo. No sé si puedo.
Lo siento.
••••
Las vacaciones de invierno empezaron un viernes —el último día de los exámenes finales de otoño. Estaba obligada a salir de la residencia durante las vacaciones, y el semestre de primavera no empezaría hasta dentro de siete semanas. Mucho podía cambiar en ese espacio de tiempo.
En sexto curso me caí de un árbol y me rompí el brazo. No pude tocar el contrabajo o trenzar mi propio pelo durante siete semanas. Cuando tenía quince años, mi mejor amiga Dahlia fue a un campamento de verano durante siete semanas. Cuando volvió, era la mejor amiga de Jillian. Continué siendo amiga de las dos, pero las cosas nunca volvieron a ser igual entre Dahlia y yo. Siete semanas después de que empezase el semestre de otoño, Kiba rompió conmigo, y siete semanas después, me di cuenta de que lo estaba superando.
Siete semanas lo podían cambiar todo.
Ino volvió del trabajo antes de que pudiese escribir mi respuesta a Naruto, si es que había alguna. Atípicamente callada y con una expresión distraída, se quitó la ropa del trabajo con cuidado, metiéndolas en el cesto de la ropa sucia sin su usual tendencia a lanzarlas.
—¿Ino? ¿Está todo bien?
Se dejó caer sobre su cama y miró al techo.
—Shikamaru estaba cerca del coche cuando he salido esta noche. Sosteniendo flores.
No veía ninguna flor, así que sólo podía imaginarme qué les había pasado. Probablemente nada bueno.
—¿Qué quería? —
Sabía exactamente lo que quería. Supe lo que quería el sábado pasado. Lo que probablemente ha querido desde que había sido lo suficientemente tonto como para elegir la polla de su mejor amigo por encima de su novia.
—Se ha disculpado. Se ha humillado. Ha dicho que se disculparía y se humillaría ante ti si yo quería. Ha jurado que nunca hubiese pensado que Deidara recurriría a “eso” para conseguir una chica, porque las chicas siempre se tiran a sí mismas a sus brazos. Le dije hace tres semanas que no es sobre sexo. Es sobre dominación. Se apoyó en sus codos para mirarme
—. No me escuchó entonces. Y ahora, cuando a Deidara lo van a arrestar y culpar de violación, ahora está escuchando.
Me encogí de hombros.
—Supongo que los hombres que nunca harían algo así les cuesta creer que otro hombre lo haga —
dije, pero podía ver su punto de vista. La conciencia y las disculpas estaban bien, pero podían llegar demasiado tarde.
Kiba estaba esperando fuera del salón de clases la mañana del miércoles. Evitando el contacto visual, traté de caminar hacia el interior del aula, pero él me alcanzó cuando pasé a su lado.
— Sakura… habla conmigo.
Dejé que tirara de mí unos metros hacia la izquierda de la puerta, y me enfrenté al salón para poder ver cuando Naruto llegara.
Mantuvo la voz baja y apoyó uno de sus hombros en la pared de azulejos lisos.
—Shikamaru dice que tú y Shion presentaron ayer informes a la policía.
Me esperaba ira o desesperación, pero no vi ninguna de ellas.
—Lo hicimos.
Se pasó un par de dedos por el impecable mentón sin afeitar, un hábito que me hacía querer hacer lo mismo.
—Deberías saber que Deidara está diciendo que la cosa con Shion fue de mutuo acuerdo, y que la cosa contigo no ocurrió en absoluto la noche que tú dices que lo hizo.
Abrí y cerré la boca.
—¿La “cosa” con Shion? ¿La “cosa” conmigo?
Haciendo caso omiso a mi indignación, agregó
— Aparentemente se olvidó de que le dijo a Shikamaru y, por lo menos, a una docena de otros chicos que ustedes dos se enrollaron en la camioneta, justo después de la fiesta, antes de que lo
asaltaran.
Sabía que Deidara había difundido rumores, pero no había oído los detalles.
— Kiba tú sabes que yo no haría eso.
Se encogió de hombros.
—No le creí, pero no estaba seguro de cómo estabas reaccionando ante nuestra ruptura. Hice algunas, umm, cosas poco aconsejables después de... Pensé que tenías derecho a lo mismo.
Recordé la OCM(Operacion Chico Malo) —la solución de Ino y Ten ten a mi caída en picado
después de la ruptura— y concedí —para mí misma— que él no estaba completamente equivocado. Todavía me preguntaba si me conocía en absoluto.
—¿Así que pensaste que podía estar tan molesta por haberte perdido que empezaría a revolcarme con chicos al azar en los estacionamientos?
Se pellizcó el puente de la nariz.
—Por supuesto que no. Quiero decir, la mayoría asumió que estaba exagerando. No tenía ni idea de que haría... —
Su mandíbula se apretó y sus ojos verdes se abrieron
—. Nunca se me ocurrió que él haría eso.
Me estaba empezando a cansar y enfermar ese sentimiento.
Vi a Naruto acercarse al mismo tiempo que él me vio. Sin detenerse, se dirigió
directamente hacia nosotros, y se detuvo junto a mí.
—¿Estás bien?
Ya me había vuelto adicta a esa frase suya, y la forma en la que la decía, su voz como el acero en terciopelo. Asentí con la cabeza.
—Estoy bien.
Asintió también y le dio a Kiba una rápida mirada que prometía una lesión letal si le parecía conveniente causarla. Kiba parpadeó y miró sobre su hombro para ver a Naruto entrar en el
aula.
—¿Ese tipo está en nuestra clase? ¿Y qué diablos fue esa mirada? —
Se volvió para examinarme más de cerca el rostro mientras observaba a Naruto desaparecer por la puerta
—Shikamaru dijo que un tipo estaba en el estacionamiento esa noche. Que fue quién venció a Deidara, no un par de chicos sin hogar, como él
dijo. —
Hizo un gesto con el pulgar
—. ¿Es ese tipo de quien hablaba?
Asentí.
—¿Por qué me dijiste que sólo te escapaste?
—No quiero hablar de esa noche, Kiba. —
Contigo, añadí en silencio.
Tendría que hablar de ello muy pronto, cuando tuviera que dar una declaración a la defensa, y de nuevo cuando fuéramos a juicio.
—Me parece justo. Pero no fuiste exactamente honesta conmigo la otra noche.
—Fui sincera; simplemente no estaba completamente abierta. No sé ni siquiera por qué te conté lo ocurrido, sobre todo después de que me pidieras que retirara los cargos para que la fraternidad pueda salvar su cara.
—Eso fue un error. Uno que ha sido rectificado.
—Sí, por un grupo de chicas de una hermandad de mujeres mucho más valiente que tú. Shion estuvo a punto de ceder ante la presión, y si hubiese dejado caer su caso, yo no habría tenido oportunidad en absoluto. Tú más que nadie sabes eso. Así que gracias, Kiba, por tu apoyo —Suspiré
—. Mira, agradezco tu charla con Deidara, y para lo que vale, sé que tú realmente no querías
hacerme daño. Pero tiene que ir a la cárcel, no sólo ser desvestido por uno de sus compañeros y arrojado fuera de la fraternidad. —
Me di la vuelta para entrar en el aula y me detuve cuando me llamó por mi nombre.
—Sakura… Lo siento.
Ino estaba en lo cierto. Las disculpas podían llegar demasiado tarde. Asentí con la cabeza, aceptando su perdón en honor a todo lo que alguna vez habíamos sido, pero nada más.
El Dr. Hataker ya había iniciado la lectura, así que me deslicé en mi asiento, aceptando la sonrisa de Sasuke como saludo, y me di crédito a mí misma por convertirme en una sobreviviente. Había sobrevivido a la decisión de Kiba de poner fin a nuestra relación. Había sobrevivido a lo que Deidara trató de hacerme. Dos veces. E iba a sobrevivir si Naruto no podía —o no quería— confiar en mí sobre sus demonios personales.
Los árboles habían cambiado de frondosos a desnudos sin que me diera cuenta de ello. El cambio siempre fue una cosa rápida aquí, nunca una larga y multicolor transformación, como sucedía más al norte. Aún así, había estado demasiado preocupada como para observar la alteración que se había producido. Parecía como si un día los árboles eran gruesos y verdes, y al siguiente las hojas se habían desvanecido por completo, excepto por los pequeños montones, muertos y atrapados en las esquinas de las terrazas y capturados bajo los bordes de los cercados.
Los días de calor ocasionales habían desaparecido también. Naruto y yo nos encontrábamos encorvados en nuestros abrigos, y mi bufanda estaba enrollada alrededor de mi cuello dos veces, usurpando mi cara. Exhalé sobre ella y saboreé ese calor que duró alrededor de dos segundos.
Naruto tiró de su gorro más bajo.
—¿Quieres que vaya contigo esta tarde? Puedo conseguir que alguien cubra mi turno en Starbucks.
Volví la cabeza para mirarlo, pero mi bufanda no giró conmigo.
—No. Los padres de Shion están aquí. Van a asegurarse de que todo esté bien para las dos.
Incluso se ofrecieron a conseguirme una habitación de hotel… Estarán manteniendo a Shion allí con ellos durante la próxima semana, y luego la llevarán directamente de vuelta a casa, después de los finales. Su padre moverá sus cosas fuera del dormitorio esta noche.Ino dice que podrían retirarla de forma permanente.
Frunció el ceño.
—Supongo que no servirá de nada señalar que esto podría haber ocurrido en cualquier otro lugar.
Negué con la cabeza.
—Tal vez algún día consigan superar el shock. Sin embargo, Shion no querrá volver aquí, incluso si eso es cierto.
—Comprensible —
murmuró, mirando al frente mientras caminábamos.
Nos quedamos en silencio hasta que llegamos a la pequeña construcción donde se encontraba mi clase de español.
—Me gustaría poder faltar de nuevo hoy, pero tenemos las presentaciones orales que cuentan como parte del final.
Sonrió, extendiendo la mano para despejar un mechón de pelo testarudo que se había aferrado a mi labio. No lo hubiera conseguido con mis dedos enguantados. Su índice estaba ligeramente gris, y supuse que había estado dibujando en clase hoy.
—Me gustaría verte, antes de que te vayas a casa. Fuera de la clase del sábado, quiero decir. —
Su dedo recorrió mi mandíbula, sumergiéndose en la piscina de mi bufanda y metiéndolo por debajo de mi barbilla.
Sentí que mi estómago caía a mis pies. Me había familiarizado con las despedidas no verbales recientemente, y el adiós estaba en sus ojos. No me encontraba preparada para verlo.
—Tengo una actuación en solitario para una calificación final esta noche, un recital obligatorio al que asistir el viernes, y mi grupo se presenta este sábado. Sin embargo, puedo verte mañana por la noche, si tú quieres.
Él asintió, mirándome fijamente a los ojos, como si fuera a darme un beso.
—Quiero. —
Los estudiantes todavía se empujaban hacia sus clases a nuestro alrededor. Todavía no llegaba tarde. Puso la bufanda de nuevo en su lugar, sobre mi mentón, y sonrió
—. Te ves como una momia parcial. Como si alguien se hubiese interrumpido mientras te cubría.
Una sonrisa plena era extraña viniendo de Naruto. Acostumbrada a su sonrisa fantasma, a su oscuro frunce de ceño y a sus miradas intensas, me quedé tan atontada que mi respiración se tambaleó. Y luego le devolví la sonrisa, e incluso si él no podía verme la boca, sabía que las arrugas alrededor de mis ojos duplicaban aquellas que se encontraban en los de él, el esmeralda de los míos conectándose con el azul de los suyos.
—Tal vez le di un golpe de martillopuño y su nariz sangró antes de que pudiese terminar con toda esa cosa horrible de momia sobre mí.
Se rió suavemente, manteniendo una cálida sonrisa en su lugar, y me incliné hacia él como una flor a la luz solar.
—Estás aficionándote a ese golpe.
—Tal vez no tanto como Ino a todos esos golpes relacionados con la ingle.
Se rió de nuevo y se inclinó para besarme en la frente, dejándome ir con rapidez y mirando alrededor. Su sonrisa se desvaneció, y pensé que probablemente estaría dispuesta a hacer cualquier cosa para que regresara.
—¿Me mandarás un mensaje cuando termines esta tarde?
Asentí.
—Lo haré.
No estaba segura de lo que iba a encontrar cuando busqué en Google el nombre de Naruto el miércoles por la noche. Tenía la esperanza de que un obituario me diera un punto de partida, y eso fue lo que encontré. Al igual que muchos obituarios, el de Kushina Naruto Uzumaki no daba ni una pista sobre cómo había muerto. Ningún “en lugar de flores por favor envíe una donación
a…” con el nombre de alguna horrible enfermedad que mata a jóvenes madres al final. Busqué su nombre en Google sin esperar nada —pero varios artículos aparecieron, todos fechados hace ocho años. Los títulos me dejaron sin aliento. Elegí uno y lo cliqueé —mi corazón latiendo con tanta fuerza que podía distinguir cada latidos— mientras deseaba que esos comentarios fueran de otra persona y no de su madre. Alguien a quien no conocía.
DOS MUERTOS EN UN ASESINATO-SUICIDIO.
Las autoridades confirmaron los horribles detalles de un asesinato-suicidio que tuvo lugar durante un allanamiento de morada ocurrido en las primeras horas de la mañana del martes. La policía dice que Madara Uchiha, un personal de mantenimiento local, irrumpió en la casa de Minato y Kushina Uzumaki a través de una ventana trasera, a las 4 am de la mañana del martes. El Dr. Namikaze se encontraba en un viaje de negocios. Después de encerrar a su hijo en su habitación, Uchiha violó en repetidas ocasiones a Kushina Uzumaki antes de degollarla. La causa de la muerte fue pérdida masiva de sangre a partir de múltiples heridas cortantes. Luego, Uchiha se disparó fatalmente. Las armas encontradas en la escena incluyen un cuchillo de caza de siete pulgadas y una pistola de 9 mm.
Uchiha era uno de los contratistas que trabajaron en la casa de los Uzumaki/Namikaze a principios de este verano. No parece haber habido ninguna otra conexión entre Uchiha y los Uzumaki/Namikaze, salvo por algunas fotos de vigilancia hacia la familia, que los investigadores encontraron ayer en la casa de Uchiha. La policía cree que Uchiha era consciente de la ausencia del Dr. Uzumaki.
No pudiendo entrar en contacto con su esposa o hijo durante la noche del martes, Minato Namikaze pidió a los amigos de la familia, Kakashi y Anki Hatake, que comprobaran si se encontraban bien. Aproximadamente a las 7 pm, la pareja descubrió a Kushina Uzumaki en su dormitorio, cubierta de sangre, con Uchiha cerca de ella, muerto de un disparo auto-infligido en la cabeza. El hijo, menor de edad, fue llevado al hospital del condado y tratado por deshidratación,
shock y lesiones de menor importancia relacionadas con el encierro, pero por lo demás, sano y salvo. Hatake hizo una breve declaración esta tarde, solicitando a la prensa y la comunidad que le permitieran a Namikaze y a su hijo un poco de privacidad para procesar la impactante manera en que ambos perdieron a su esposa y madre de 38 años de edad. “Estuve en el ejército. Fuerzas Especiales. He visto algunas atrocidades. Pero ésta fue la peor cosa que he encontrado, y siempre me arrepentiré de llevarme a mi esposa conmigo esa noche”, dijo Hatake. Los Hatake y
los Uzumaki han sido amigos cercanos durante dieciséis años. “Kushina era una adorable mujer y madre, una amiga cariñosa y maravillosa. La extrañaremos terriblemente”.
***
—Gracias por verme fuera del horario de oficina. —
Tomé una respiración profunda y me senté, con las manos apretadas en mi regazo
— Necesito hablar con usted sobre Naruto. Hay algo que necesito de él.
Las cejas del Dr. Hatake se juntaron.
—No estoy seguro de qué puedo divulgar. Si es de carácter personal, debería preguntárselo a él.
Temía que dijera eso, pero necesitaba saber más antes de ver a Naruto otra vez. Necesitaba saber si esa noche había sido el catalizador para las cicatrices en sus muñecas, o si había algo más.
—No puedo preguntarle. Se trata de... lo que pasó con su madre.
El Dr. Hatake se veía como si lo hubiera golpeado.
—¿Le contó sobre eso?
Negué con la cabeza.
—No. Googleé su nombre en busca de su obituario. Cuando éste no me dio una idea sobre cómo murió, busqué su nombre. Usted estaba en el artículo que encontré.
Frunció el ceño.
—Señorita Haruno, no estoy dispuesto a hablar de lo que pasó con Kushina Uzumaki sólo para aplacar la curiosidad morbosa de alguien.
Di otro suspiro entrecortado.
—Esto no es curiosidad. —
Me deslicé hasta el borde de la silla
—. Sus muñecas… ambas tienen cicatrices. Nunca he conocido a nadie que haya intentado... eso, y me da miedo decir algo equivocado. Usted lo ha conocido de toda su vida. Yo sólo lo conozco hace un par de semanas, pero me preocupo por él. Mucho.
Lo pensó por un momento, y sabía que estaba sopesando lo que me diría, mirándome fijamente por debajo de sus espesas cejas. Era difícil imaginar que esa suave y pastosa voz perteneciese a un hombre que había sido miembro de las Fuerzas Especiales. Era difícil imaginar que él había sido quien descubrió a una de sus más cercanas amigas, salvajemente asesinada.
Se aclaró la garganta, y no me moví.
—Me hice muy amigo de Minato Namikaze en la escuela de posgrado. Los dos estábamos rumbo al doctorado, pero mientras yo planeaba tomar la ruta de la enseñanza y la investigación, Minato
se dirigía a una más lucrativa, no académica. Asistimos a una pequeña reunión en la casa de uno de nuestros profesores, cuya hija era estudiante. Era increíble, su pelo y ojos, así que cuando pasó de camino a la cocina, Minato se levantó con la excusa de conseguir hielo, y yo lo seguí. Él era mi mejor amigo, pero no iba a dejarlo reservarse a una chica así. Era un sálvese quien pueda.
Rió en voz baja.
—Cinco minutos más tarde, me sentía totalmente seguro de mis posibilidades. Le había preguntado su carrera, y cuando ella respondió: “Arte”, Minato le espetó: “Tu padre es el Dr. Naruto, una de las mentes más destacadas de la economía moderna, ¿y tú estás estudiando arte? ¿Qué diablos vas a hacer con un título en arte?
Sonrió, sus ojos se desenfocaron, recordando.
—Ella se acercó, con los ojos brillantes, y le dijo: “Voy a hacer el mundo más hermoso. ¿Tú qué vas a hacer? ¿Ganar dinero? Estoy muy impresionada”. Se dio la vuelta y salió de la cocina.
Durante días, Minato estuvo furioso por no haber formulado una réplica mientras ella todavía estaba de pie allí.
—Una semana más tarde, me la encontré en la cafetería. Me preguntó si yo era tan anti-arte como mi amigo. No soy tonto, así que exclamé: “¡De ninguna manera! ¡Sé cómo el arte es esencial en la expresión de la condición humana!” Así que ella me invitó a una exposición que estaba teniendo, y me dijo que podía llevar a Minato. Inmediatamente me arrepentí de decirle nada, porque él estaba
decidido a impartir esas réplicas inteligentes que había estado formulando desde la noche en que se conocieron. —La galería estaba ubicada entre una tienda de licores y un lugar de alquiler de muebles. Mientras caminábamos hacia la puerta, Minato hizo un comentario sobre el “mundo más hermoso” que ella no estaba construyendo, y me quise patear de nuevo por llevarlo. —Kushina se acercó con un vestido de gasa, el cabello retorcido, muy al estilo estudiante de arte. Con ella se encontraba una chica bien vestida, muy del tipo de Minato, a quien presentó como su mejor amiga, también estudiante de finanzas. Minato apenas se dio cuenta de la otra chica. “¿Dónde está tu material?”, le preguntó a Kushina. Su pregunta pareció llevarse una parte de ella. Estaba inquieta a medida que nos llevaba hacia la pared que mostraba sus pinturas de acuarela.
Todos esperaban, tensos, a que Minato pronunciara su sentencia.
—Examinó cada pieza sin comentarios, y entonces él la miró, y dijo: “Son preciosas. Creo que nunca deberías hacer nada que no sea esto”. Ella se graduó tres meses más tarde, y él tuvo un anillo en su dedo esa noche. Una vez que terminó su doctorado, se casaron, y él comenzó su carrera como una venganza que siempre había planeado. —Por extraño que parezca, yo terminé con la linda estudiante de finanzas, nos casamos poco después de que ellos lo hicieran. Los cuatro quedamos como amigos cercanos. Minato(Jr) es como el primo mayor de nuestros tres hijos.
El Dr. Hatake se detuvo, tomando un hondo y triste respiro. Mi inquietud regresó.
—Minato estaba trabajando para la FDIC16. Tenía muchos viajes. Yo estaba dando clases en Georgetown, vivíamos a unos veinte minutos el uno del otro. Cuando no pudo ponerse en contacto con ellos esa noche, Anko y yo los fuimos a ver. Encontramos a Kushina en su habitación con el cuerpo de Uchiha, y a Minato(Jr) en su cuarto. —
El Dr. Hataker tragó y yo no podía respirar
—. Estaba ronco de gritar, tanto que no podía hablar, y sus muñecas estaban atadas al poste de la cama. Se había arrastrado con ella hasta que se topó con los demás muebles y no pudo ir más lejos. Tenía las muñecas laceradas, tratando de soltarse de los lazos para llegar a su madre. Había sangre seca en sus brazos y en la esquina de la cama. De ahí es de donde las cicatrices provienen. Había estado así quince, o dieciséis horas.
Mi estómago se revolvió y las lágrimas corrían por mi cara, pero la voz del Dr. Hatake era plana. Supe que se estaba apartando de su memoria tanto como podía. Me sentí cruel por hacerle revivir una noche tan horrible.
—Kushina era el corazón emocional de los tres. Minato la adoraba, y perderla de esa manera, cuando él no estaba allí para protegerla... Se cerró. Había hecho grandes avances en su carrera, pero dejó todo. Se trasladaron a la casa de su padre en la costa, regresó a la barca de pesca con la que había estado tan decidido a no tener ninguna relación cuando se fue de casa a los dieciocho años. Su padre murió un par de años más tarde, le dejó todo. —Minato(Jr) se cerró de una manera diferente. Anko y yo tratamos de decirle a Minato que no debían desarraigarse de todo lo que sabían, que sin duda necesitaban terapia, pero Minato estaba fuera de su mente por el dolor. No podía soportar estar en la casa o en la misma ciudad.
Entonces, él me miró, ofreciéndome una caja de pañuelos que tenía en un cajón del escritorio cuando se dio cuenta de mi expresión.
—Creo que necesita saber el resto de Minato, quiero decir, Naruto. Cambió su nombre por el y
el nombre de soltera de su madre, cuando vino a la universidad. Tratando de reinventarse a sí mismo, supongo. Un hábito de dieciocho años es difícil de romper, y no me ha hablado sobre él lo suficiente en los últimos tres años. —
Me miró y suspiró
—. Ojalá nunca la hubiese visto salir de su apartamento. Por lo que a mí respecta, las restricciones de estudiante/tutor se han terminado. Así... así que ya sabes.
Me sequé los ojos con un pañuelo y le di las gracias.
Las restricciones de la Universidad eran la menor de mis
preocupaciones.
Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Por Dios, me fascino este capitulo, aunque toda la historia es genial...
La historia de Naruto es realmente dura... me hizo
Ahora que hará Sakura con la nueva información, y como lo tomara Naruto?
La historia de Naruto es realmente dura... me hizo
Ahora que hará Sakura con la nueva información, y como lo tomara Naruto?
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Oh! mi Dios estuvo increible la continuacion
que historia mas triste la naruto fue como un valde de agua fria como murio kushina
Naruto a sufrido mucho
bueno en fin me gusta mucho tu fic.. y disculpa por no haber comentado antes
continualo por favor
que historia mas triste la naruto fue como un valde de agua fria como murio kushina
Naruto a sufrido mucho
bueno en fin me gusta mucho tu fic.. y disculpa por no haber comentado antes
continualo por favor
May-San- Aprendiz
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En algun lugar de Konoha!!! (Eso quisiera yo u.u)
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
pobre naruto que horrible lo que le paso y ahora que sakura lo sabe le contara lo que averiguo o se quedara callada siempre lo dejas en los mas bueno pero lo soportare espero la continuación pronto saludos
aduzumaki- Sennin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
pobre naruto , espero el siguiente cap
rasmux- Aprendiz
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Hola les Traigo Nuevo Capitulo, ya Casi se Acaba
- Capitulo 24 :
- Eres un buen cocinero —
agarré los vasos vacíos y seguí a Naruto hasta el fregadero. Enjuagó los restos de los platos y se giró para tomar los vasos que sostenía.
—La pasta es fácil. La versión universitaria de un buen partido es impresionar a tu cita con tus habilidades culinarias.
—Así que, ¿Esto es una cita? —
Antes de que él pudiera retractarse, agregué
—Y tú hiciste el pesto desde cero, te observé. Eso es impresionante por sí solo. Además, nunca has vivido en un dormitorio, donde una única pasta que comes es de sopa instantánea, se compran dos sopas a precio de una y ocasionalmente, comida precocinada. Créeme, tus habilidades son bastante impresionantes.
Se echó a reír, dedicándome una sonrisa plena que adoré.
—¿En serio?
Le devolví la sonrisa, pero se sintió falso, como si alguien más hubiera estirado las comisuras de mis labios para representar más felicidad de la que en realidad sentía.
—En serio.
En cada minuto, he luchado con el creciente temor sobre lo que aprendí en Internet la noche anterior y lo del Dr. Hatake horas antes. Naruto ha atravesado un infierno y no lo comparte con nadie, por lo que sé. Dijo que había cosas que no sabía sobre él, que nunca sería capaz de revelar, y en lugar de respetar sus secretos, yo los descubrí. Quería ser alguien a quien permitiera entrar en su vida, pero mi interrupción fácilmente podría convertirse en una excusa para cerrarme
la puerta.
—Supongo que arruinaría mi intachable reputación como chef si te dijera que tengo una caja de brownies como postre —
su expresión era seria.
—¿Estás bromeando? —
Rodé mis ojos
—. Amo los brownies en cajas. ¿Cómo lo supiste?
Él trataba de mantener una actitud seria y falló.
—Está llena de contradicciones, Srta. Haruno
Lo miré y arqueé una ceja.
—Soy una chica. Está en mi naturaleza, Sr. Uzumaki.
Secó sus manos en un paño de cocina y lo arrojó sobre la mesa, tirando de mí hacia él.
—Soy muy consciente del hecho de que eres una chica —
sus dedos se entrelazaron con los míos y él atrapó mis dos manos detrás de mí, con suavidad, presionándolas en mi espalda baja. Mi respiración se aceleró junto con mi ritmo cardíaco mientras nos mirábamos el uno al otro.
—¿Cómo podrías deshacerte de esta prisión, Sakura? —
sus brazos rodeándome y mi cuerpo inclinado hacia el suyo.
—No me gustaría salir de aquí —
susurré
—. No quiero.
—Pero si tuvieras que hacerlo. ¿Cómo lo harías?
Cerré mis ojos y visualicé.
—Podría darte un rodillazo en la ingle. Pisar con fuerza tu empeine. —
Abrí mis ojos y calculé nuestras diferencias de estatura
—. Eres demasiado alto para darte un cabezazo, creo. A menos que salte, como nos enseñaron a hacer en el campo de fútbol.
Una de las esquinas de su boca se curvó.
—Bien —
se inclinó, nuestros labios separados por unos centímetros
—. ¿Y si te beso y tú no quieres?
Quería con tantas ansias que lo hiciera, mi cabeza daba vueltas.
—Y-yo te mordería.
—Oh, Dios —
respiró, sus ojos cerrándose
—. ¿Por qué eso suena tan bien?
Me incliné hacia él, parándome de puntillas tanto como pude, pero sus labios aún se encontraban fuera de mi alcance y mis brazos atrapados detrás de mí, no podía utilizarlos para tirar de él
—. Bésame y averígualo.
Sus labios eran cálidos. Me besó con cuidado, mordisqueando y succionando mi labio inferior. Dibujé el borde de sus labios con la punta de mi lengua, hasta que llegué a su delgado anillo, gruñó y tiró de mí tan fuerte que apenas pude respirar. Mis manos fueron liberadas de repente y él tomó mis caderas, levantándome hasta el mostrador para que así nuestros ángulos se invirtieran.
Pasando mis dedos por su cabello, adentré mi lengua en su boca, con cautela, trazando sobre el duro paladar justo detrás de sus dientes mientras envolvía mis brazos y piernas alrededor de él. Succionó mi lengua dentro de su boca y jadeé. Nunca nadie me había besado así; nunca había sido besada así.
Una mano detrás de mi cuello, dirigiéndome, la otra equilibrándome en el borde del mostrador, me incitaba a hacerlo nuevamente y cuando lo hice, él acarició mi lengua con la suya, sus dientes mordiendo mi labio inferior cuando me retiré.
—Santa mierda —
Jadeé antes de que él volviera a introducir su lengua en mi boca, finalmente, mis manos se deslizaron por todas partes, queriendo tocarlo.
Apartándome del mostrador, me llevó a su habitación y caímos en su cama, mis piernas aun envueltas. Apoyado sobre mí, me besó profundamente, acariciando el interior de mi boca hasta que me retorcí debajo de él. Se detuvo, quitó mi suéter y desabroché su camisa. Dejándola colgar abierta, comenzó a desabrochar mis vaqueros, deteniéndose para escanear mi rostro.
—Sí —
No hubo vacilación en mi voz. Bajó la cremallera lentamente, observándome; sentí la presión de su deseo mientras estaba acostada, jadeando en voz baja, levanté mi mirada hacia él. Una mano en mi muslo y la otra todavía en la base de mi cremallera, murmuró:
No he intentado esto con nadie… importante, en mucho tiempo. Nunca lo había sentido.
Traté de frenar la muy evidente incredulidad en mi tono de voz.
—¿No has tenido sexo antes?
Cerró sus ojos y suspiró, sus manos moviéndose para agarrar mi cintura desnuda.
—Sí. Pero no con nadie que me importe o… conozca. Eso es todo —
sus ojos se encontraron con los míos.
—¿Esa es toda la historia?
Sonrió tristemente, sus dedos bajando por mi cintura.
—No es que hubiera cientos de chicas. Hubo muchas antes, en el instituto, no tantas desde que estoy aquí.
No sabía cómo responder a eso. No podía concentrarme en nada más que el tacto de sus dedos enganchados en la pretina de mis vaqueros.
—¿Naruto? dije sí y lo dije en serio. Quiero esto, siempre y cuando tengas protección. Quiero hacer esto, contigo. Así que, está bien —
balbuceaba preocupada de que esto terminara antes de comenzar. Exhalé un suspiro y hablé en un susurro
—Por favor, no me pidas decirte que te detengas.
Mirándome, se apartó y levanté mis caderas. Mis pantalones se deslizaron por mis piernas y los arrojó a un lado, se quitó la camisa y se deshizo de sus vaqueros.
—Quiero que esto sea mejor que bien. Te mereces algo mejor que “bien” —
Después tomó un condón de una caja en su buró y lanzó el pequeño cuadrado en la cama, se colocó entre mis piernas. Yo temblaba, no tenía ninguna experiencia en esto
—. Estás temblando, Sakura. ¿Quieres…?
—No —
puse mis dedos temblorosos en su boca
—. Tengo un poco de frío—y estoy muy nerviosa.
Apartó la colcha debajo de mí y la levantó por encima de nosotros. Su peso se presionaba sobre mí, me besó profundamente antes de mirarme a los ojos, sus dedos deslizándose en mi rostro.
—¿Mejor?
Tomé una respiración profunda, mis miedos se disolvieron con su toque, la anticipación creció más rápido, que lo ocurrido hace unos minutos en la cocina.
—Sí.
Mientras su pulgar acariciaba mi sien, las yemas de sus dedos se adentraban en mi cabello. Sus ojos eran tan pálidos de cerca que podía ver cada faceta fragmentada
—. Sabes que puedes decirlo —
su voz fue baja, suave
—. No quiero presionarte.
—Bueno —
respondí, levantando mi rostro para capturar sus labios, mis manos subiendo sobre los duros músculos de su espalda antes de enterrar mis uñas en el centro de sus omóplatos hasta regresar a sus caderas.
Su vacilación anterior desapareció, removió los últimos restos de tela que vestíamos, colocó el condón en su lugar, me besó con fiereza y se deslizó dentro de mí.
Si esto hubiera sido con Kiba, habría terminado en un par de minutos.
Fue mi último pensamiento coherente, mientras Naruto se tomaba su tiempo besando, tocando cada parte de mí que podía alcanzar y mi cuerpo se arqueó hacia el suyo, era oh… así que, así era como se debía sentir.
***
Nos encontrábamos cara a cara, acurrucadas bajos las sábanas, nuestros hombros sobresaliendo. Observé su mirada deslizarse por mi rostro, deteniéndose en cada rasgo como si estuviera memorizándolo: oído, mandíbula, boca… mentón, garganta, la curva de mis hombros.
Regresó su mirada a mis ojos, levantando su mano y trazando cada atributo individual, mientras observaba mi respuesta. Cuando sus dedos trazaron mis labios, frotó mi labio inferior, tragué y me concentré en respirar. Sus ojos se posaron allí y me miró por un largo rato antes de trazar mi cuello, acercándose a mí y besándome tan suavemente que fue difícil sentirlo, hasta que la delgada conexión me atrapó y me atravesó, curvando los dedos de mis pies como una corriente.
Suspiré y nuestras respiraciones se mezclaron. Apartando los cobertores hasta mi cintura, me indicó que me colocara sobre mi espalda para que su mano continuara su lectura. Mi piel expuesta debió haber sentido frío, pero estaba excitada bajo su examen.
—Quiero dibujarte así —
su voz fue tan suave como su toque, ahora bordeando a través de mi clavícula, de ida y vuelta, antes de moverse más abajo.
—¿Puedo asumir que no terminará en la pared?
Sonrió hacia mí.
—Er, no, esto no terminara en la pared, por muy tentadora que sea la idea. He hecho algunos dibujos tuyos que no van a la pared.
—¿Los tienes?
—Mmm.
—¿Puedo verlos?
Se mordió el labio inferior, sus dedos trazando las curvas de mi pecho y luego bajando a cada costilla.
—¿Ahora? —
su cálida mano se curvó alrededor de mi cintura y tiró de mí más cerca.
Lo miré a los ojos mientras yacía sobre mí.
—Quizás, dentro de un rato…
Se escabulló más abajo.
—Bien, porque tengo un par de cosas que hacer primero.
Se puso sus bóxer negros antes de ir a la cocina. Escuché una puerta abrirse y cerrarse, su voz un murmullo mezclado con los insistentes maullidos de Kyubi.
Regresó con un enorme vaso de leche y un plato de brownies.
Me entregó el plato, tomó un sobre de leche antes de colocar el vaso en el buró. Me senté con la sábana cubriendo mis pechos y lo observé moverse a través de la oscura habitación. Él encendió la luz del escritorio y tomó el cuaderno de dibujo. Apilados en una esquina del escritorio, había más cuadernos como el que sostenía.
En el centro de su espalda estaba una cruz de aspecto gótico, no era lo suficiente grande como para llegarse a ver por el cuello de una camisa. Había pequeñas letras unidas en secuencias que se unían en torno a la cruz, no podían ser leídas desde la distancia, al igual que el poema en su costado izquierdo. Su piel era más clara del lado de su hombro izquierdo. Girándose, me pilló estudiándolo —No pude apartar la Mirada, así que no escondí mi apreciación.
Caminó de regreso a la cama, quitó las almohadas y se colocó detrás de mí, sus piernas a ambos lados de mis caderas debajo de las sábanas. Mientras me recosté contra su pecho y mordisqueé el brownie, abrió su cuaderno de dibujo y hojeó las páginas, algunas contenían solo líneas, formas vagas y otros tenían retratos detallados de personas, objetos o escenas. Algunos estaban terminados y con fecha, pero la mayoría parcialmente completos.
Finalmente, abrió el primer dibujo mío, el cual debió haberlo hecho durante clases, cuando me senté al lado de Kiba Mi barbilla apoyada en mi mano, el codo en el escritorio. Tomé el cuaderno y navegué página tras página, lentamente, sorprendida de su habilidad. Dibujó dos viejos edificios de la universidad, un chico patinando en la calle, y un mendigo en las afueras del campus hablando con un par de estudiantes. Era una mezcla de ilustraciones y rostros.
Giré la página a otro dibujo mío, este era más de cerca los rasgos faciales y la forma de mi cabello. Garabateado en la esquina inferior estaba la fecha, dos o tres semanas antes de que Kiba me botara.
—¿Te molesta… que estuviera observándote antes de que me conocieras? —
su tono fue precavido.
Era imposible molestarme por algo en este justo momento, abrazada por él como lo estaba. Negué con la cabeza.
—Sólo eras un observador y por alguna razón me encontraste como un tema interesante. Además, has dibujado a una gran cantidad de gente que no sabía que los observas tan de cerca, supongo.
Se rió y suspiró.
—No sé si eso me hace sentir mejor o peor.
Inclinándome hacia un lado, apoyé mi cabeza contra su brazo tatuado, y lo miré. Aun agarrando la sábana en mi pecho con una tardía modestia, o inseguridad, vi su mirada ardiente deslizarse allí antes de subir a mi rostro.
—No me molestó que no me dijeras que eras Minato La única razón por la cual me enojé
fue porque pensé que jugabas conmigo, pero era todo lo contrario a eso —
dejé la sábana caer, y su mirada ardiente bajó a ese lugar. Levantando mis dedos, acaricié la suave piel de su mandíbula. Debió haberse afeitado justo antes de regresar
—. Nunca podría tener miedo de ti.
Sin decir alguna palabra, tomó el plato de mi regazo y el cuaderno de mi mano antes de levantarme y girarme en su regazo. Sus brazos me rodearon, su boca se movió sobre mi pecho mientras mis manos se enredaban en su cabello. Ignoré el reproche en mi mente, el que insistía que estaba reteniendo información y aunque no temía de Naruto directamente, temía de su rechazo si le decía lo que sabía y cómo lo supe.
Inhalando su ahora familiar aroma, deslicé mis dedos a través de las palabras y diseños de su piel mientras me besaba, desterrando muy lejos mi dolorosa punzada de conciencia.
¿Entonces dónde está...? —
La voz de Sasuke se apagó cuando me miró, y terminó su frase con un rápido asentimiento de la cabeza hacia el asiento vacío de Naruto y un contoneo característico de cejas.
—Es el día de la revisión final, por lo que no tiene por qué estar aquí.
—Ah. —
Sonrió, dejando caer su brazo por encima del pupitre y bajando su voz
—. Así que... desde que sabes esa pequeña información, dejaste dos clases el último par de días... ¿puedo asumir que alguien va a tener una tutoría privada hoy? —
Cuando junté los labios, soltó una sonrisa, alzó el puño y cantó
—Dado en el clavo.
Rodando mis ojos, me encontré sus nudillos con los míos, sabiendo que mantendría el puño en alto entre nosotros hasta que lo hiciera.
—Dios, Sasuke. Eres un hermano-sábelo-todo.
Él sonrió, los ojos muy abiertos.
—Mujer, si fuera hetero, te robaría de él con tanta fuerza.
Nos reímos y nos dispusimos a tomar apuntes de macroeconomía por última vez.
—Oye, Sakura. —
Kiba se deslizó en el asiento vacío a mi lado y Sasuke le lanzó una mirada con los ojos entrecerrados que él no se dignó a notar
—.Quise darte cabezas para arriba —
Estaba sentado de lado en la mesa, frente a mí, manteniendo la voz baja
—. El comité disciplinario decidió permitirle quedarse en el campus durante la próxima semana, siempre y cuando se atenga a las normas de la orden de restricción, porque se declaró inocente, y porque queda tan sólo una semana del semestre. Él tiene que desalojar la propiedad tan pronto
como los finales hayan terminado sin embargo.
Yo ya sabía que Deidara estaba en libertad bajo fianza, y que lo habían servido a la orden de restricción temporal el jueves por la tarde
Shikamaru había llamado a Ino para decirle, y ella pasó la información a mí, así como a Shion y a
sus padres.
—Impresionante. ¿Así que se está quedando en la casa? —
Todos nosotros esperábamos que sería expulsado fuera del campus, pero la administración
estaba adoptando una actitud inocente-hasta-comprobar-culpables.
—Sí, para la próxima semana, pero entonces se irá. La fraternidad no tiene por qué ser tan imparcial como las autoridades universitarias lo hacen. —
Sonrió
—. Al parecer D.J. vio la luz después de que Katie le regañó. Dean finalmente accedió. Dejar que Deidara permanezca por la semana final fue el único compromiso que hicieron, y sólo tiene permitido ir a los exámenes finales programados y de regreso. —
Poniendo su mano tibia sobre la mía, se quedó mirando a mis ojos
—. ¿Hay... hay algo que pueda hacer?
Conocía a mi ex lo suficiente para saber lo que en realidad estaba pidiendo, pero no había una segunda oportunidad para él en mi corazón. Ese lugar estaba lleno, pero incluso si no lo hubiese sido, estaba segura que preferiría estar sola que estar con alguien que me podría abandonar como lo había hecho. Dos veces. Retiré mi mano en mi regazo.
—No, Kiba. No hay. Estoy bien.
Él suspiró y desvió la mirada de mi cara hasta las rodillas. Asintiendo con la cabeza, me miró por última vez, y me sentí satisfecha y triste al ver la plena realización de lo que habíamos perdido en sus ojos familiares. De pie para ir a su asiento, se disculpó junto a mi recién llegada vecina que, por una vez, no tenía nada que decir acerca de sus planes de fin de semana.
***
Los estudiantes del primer año eliminaron los músicos que habían gobernado la orquesta, banda, coro de la escuela secundaria sin mucha práctica, los que vinieron a la universidad creyéndose por encima de pericias técnicas mundanas como las escalas y piezas internas, y teoría de música. La mayoría de los estudiantes de música se dedicaron a perfeccionar nuestras habilidades, así que pasamos horas al día practicando frecuentemente. Nada era suficientemente perfecto como para arriesgarse a flojear.
Había llegado al campus un poco mimada. En casa, había practicado cada vez que quería; mamá y papá nunca me habían limitado, aunque es cierto, yo era razonable en las épocas de la práctica. No pude mantener mi mobiliario del tamaño del bajo en mi dormitorio, tuve que conseguir un casillero para ello en el edificio de música y programar los tiempos para tocar. Aprendí rápidamente que los espacios por la noche pasaron rápido y aunque el edificio estaba abierto cerca de 24/7, no quería caminar penosamente a través del campus a las 2 am para practicar.
La programación de ensayos de conjunto de jazz fue incluso más que un dolor. Empezando el primer año, nos reunimos dos o tres veces a la semana.
Recientemente, se hizo evidente por qué el domingo por la mañana las reservas de estudio eran fáciles de conseguir: domingo era el día de la resaca de la mayor parte de los estudiantes, y los adultos de bellas artes no eran inmunes. Por la mitad del semestre de otoño, la mayoría de nosotros se había saltado los ensayos del domingo por la mañana una o dos veces. Lo que funcionaba el primer año no iba a funcionar en absoluto en el segundo.
Justo antes del recital por pares empezó el viernes por la noche, reiteré a uno de nuestros trompetistas por qué no podía hacer apresuradamente el último minuto de ensayo en la mañana del sábado, a pesar de que nuestra actuación era esa noche.
—Tengo una clase mañana...
—Sí, sí, lo sé. Su clase de defensa personal. Muy bien. Si nos culpan mañana por la noche, es tu culpa. —
Henry era innegablemente dotado, como si hubiera nacido con un saxofón en sus manos de dedos largos. Su actitud pomposa respaldada por la habilidad genuina, por lo general nos intimidaba como el infierno a todos nosotros. En ese momento, sin embargo, estaba cansada de él
siendo un asno.
—Eso es mentira, Henry. —
Me fulminó con la mirada mientras cabizbajo con aire de suficiencia en el otro lado de Kelly, nuestro pianista, que había optado por mantenerse al margen de la discusión
—. Sólo falté un ensayo de todo el semestre.
Se encogió de hombros.
—Pero está a punto de ser dos, ¿no?
Antes de que pudiera responder, el recital comenzó. Me senté en mi asiento, apretando los dientes. Yo era un músico tan serio como cualquier otra persona en nuestro grupo, pero el sábado era la última clase de defensa personal, la culminación de todo lo que había aprendido. Era importante.
Ino se mostró muy feliz acerca de los partidos uno contra uno de Jiraya que había planeado entre cada uno de los miembros de la clase y también Nagato o Naruto. “Voy a tratar de obtener a Nagato” había prometido, mientras se vestía para el trabajo y yo me preparaba para el último recital por pares obligatorio del semestre. Guiñando un ojo en el espejo mientras se aplica una capa de máscara de pestañas a la otra, había bromeado
—: ¡No quiero destruir partes vitales de tu niño-juguete, antes de que hayas terminado de jugar con él!
No había oído hablar de Naruto durante todo el día, aunque los dos estábamos tan ocupados que casi no tenía tiempo para pensar en la ausencia de comunicación y lo que significaba. Casi.
Hace un año, no había pensado que jamás volvería a dormir con cualquiera sino Kiba. Él había estado con otras chicas antes que yo, por lo menos, su experiencia durante mi primera vez lo había dejado claro. Este hecho no me había molestado mucho, aunque nunca habíamos hablado de ello. Naruto, también era experimentado, obviamente, aunque me contó que nadie de esas
chicas anteriores había sido significativa. Si Kiba hubiera confesado alguna vez algo así, me habría sentido aliviada, si no emocionada. La historia gravada de Naruto hizo su revelación conmovedora, en cambio, y no estaba segura de lo que significaba eso para él, para mí, y para nosotros.
***
En el comienzo de la clase, se revisaron todos los movimientos que había aprendido mientras que Jiraya caminaba en el cuarto, dando consejos y ánimo. Nagato y Naruto estaban ausentes para la primera parte. Jiraya quería permanecer emocionalmente separado de ellos, por lo que no me sentiría incómoda infligiendo violencia sobre ellos en la última hora. Me preguntaba, sin embargo,
¿cuántos de nosotros perdió preciosos segundos inquietantes de que estábamos exagerando, pequeño, valiosos momentos de tiempo dedicados a no defendernos, pensando: pero conozco a ese tipo?
Con mi corazón en la garganta, vi cómo cada uno de mis compañeros utilizaba sus técnicas de defensa recién descubiertos en un Naruto totalmente acolchado o en Nagato. A medida que nos llevábamos a nuestros turnos en las colchonetas, cada uno de nosotros beneficiado de unas sanguinarias once personas animando la sección, mientras que los chicos se turnaron para poder
descansar de siendo golpeados, pateados, e insultados verbalmente. Dado el relleno acolchado nuestros golpes, tuvieron que hacer un poco de actuación, ajustando sus reacciones como si cada golpe o patada aterrizada había hecho su trabajo. Por eso, cuando Ino vio una oportunidad y balanceó una patada de barrido perfecto para la ingle, Nagato cayó al suelo como incapacitado.
Once voces gritaban:
—¡Corre! ¡Corre! —
Sin embargo el grande cuerpo de Nagato bloqueaba una salida directamente a la denominada zona segura por la puerta, y Ino dudó por un segundo. Él se dio la vuelta hacia ella y gritó aún más fuerte. Despertada, saltó sobre su pecho como si fuera un trampolín y se lanzó, dando vuelta cuando aterrizó y lo pateó dos veces más antes de salir corriendo. Cuando llegó a la puerta del fondo, bombeó los puños en el aire y rebotó hacia arriba y hacia abajo mientras todos aplaudían. Jiraya le dio una palmada en el hombro mientras se reunió con nosotros, y yo eché un vistazo a Naruto.
Llevando la sonrisa fantasma, la miraba. Otra mujer más, con más poder. Otra más, con la capacidad de defenderse contra un ataque. Una más que podría no cumplir con el destino de su madre. Sus ojos se encontraron con los míos, y me pregunté si esos momentos individuales de esperanza jamás serían suficientes para aliviar el dolor que le perseguía. El dolor del que yo estaba supuestamente inconsciente.
Tirando de su mirada de mí, se fue a esperar a la siguiente víctima potencial para caminar sobre las colchonetas. Había dos de nosotros restantes, una secretaria voz muy suave llamada Gail desde el centro de salud de los estudiantes, y yo.
Jiraya miró a nosotras dos.
—¿Quién sigue?
Gail se adelantó, temblando visiblemente. Mientras que Jiraya murmuraba sutiles consejos, algo que no había hecho por nadie más, Naruto fue a por ella.
Nuestro folleto decía que tener la confianza para luchar era una parte fundamental del entrenamiento de defensa, y sabía que le estaban dando eso.
Más golpes y patadas conseguía, más fuerte nosotros la animábamos adelante, y más duro ella luchaba. Cuando regresó al grupo y aceptó nuestra alabanza enfática, había lágrimas en su cara y seguía tambaleante, pero llevaba una sonrisa de una milla de ancho.
Fui última, contra Nagato.
Mi adrenalina se disparó en el momento que pisé la colchoneta, y me preguntaba si las sacudidas corriendo pequeñas a través de mí eran visibles para todo el mundo, como el temblor de las manos de Gail había sido mientras sujetaba a su pequeño cuerpo en modo de defensa. Sabía que Naruto y Ino me estaban observando muy de cerca, eran los únicos que sabían exactamente lo que me había llevado hasta allí.
Todo el asunto había terminado en un minuto, quizá dos. Nagato me rodeó una vez, hablando entre dientes “Oye, nena”, comentarios parte del escenario. Mantuve mis ojos en él, todo mi cuerpo tenso, esperando. De pronto, se desvió hacia mí y trató de agarrar mi brazo. Hice un bloqueo con la muñeca, luego enrosqué una patada y terminé en un abrazo de oso frontal. No
estaba segura si estaba en mi cabeza o si en realidad gritó, porque todo parecía en cámara lenta y en silencio, como si estuviéramos bajo el agua, pero oí la voz de Ino gritando
—: ¡Testículos!
Yo traje mi rodilla hacia arriba, desgarrándome de los brazos de Nagato cuando éste lanzó un gruñido y me soltó. Corriendo hacia la puerta, oí la voz de animadora de Ino sobre todos los demás. Se limitó a través del cuarto para abrazarme cuando llegué a la zona de seguridad, y por encima del hombro, vi la expresión de Naruto. Él se había quitado su casco y se peinó hacia atrás el pelo sudoso, así que podía ver claramente su cara, y su familiar media sonrisa.
Naruto: Lo has hecho muy bien esta mañana.
Sakura: ¿Sí?
Naruto: Sí.
Sakura: Gracias.
Naruto: ¿Café Domingo? ¿Te recojo en torno a las 3?
Sakura: Claro
***
El rendimiento del sábado exigía toda mi atención, distrayéndome hasta que me quedé en mi habitación. Ino no había vuelto de otra reunión de hermandad, pero debía volver pronto. La residencia entera estaba despierta, estudiando para —o enloqueciendo sobre— los exámenes finales, disfrutando del último fin de semana completo antes de las vacaciones, o listo para irse a casa.
Las voces en la sala se alternaban la tensión de los exámenes y la emoción previa a las vacaciones.
Una línea de bajo tono profundo se filtraba a través de la pared de enfrente de mi cama, y mis dedos se movían con él. En ocasiones, el hecho de que tocaba el bajo sería molesto para los extranjeros, que suelen imaginar un instrumento eléctrico y una banda de garaje. Naruto era más adecuado para esa parte de mí —la caída del cabello en sus ojos, el anillo de plata siguiendo
la curva completa de su labio inferior, por no hablar de los tatuajes y los músculos definidos que parecen tan calientes en el escenario, asomando por una fina camiseta. O ninguna camiseta.
Oh, Dios. Nunca. Llegaré. A. Dormir.
Mi teléfono sonó y mostró un mensaje de Ino.
Ino: Hablando con Shikamaru. Podría llegar tarde. ¿Estás bien?
Sakura: Estoy bien. ¿TÚ estás bien?
Ino: Confundida. Tal vez me sentiría mejor si tan sólo le diera una patada.
Sakura: ¡¡¡TESTÍCULOS!!!
Ino: Exactamente.
***
—Estas personas están locas. —
Las rodillas encogidas contra el pecho, me acurruqué cerca de Naruto mientras dibujaba una pareja de kayaks en el lago
—Tiene que ser incluso más frío ahí en el agua de lo que se siente aquí.
Él sonrió y llegó detrás de mí para tirar de la capucha de mi abrigo por encima de la bufanda de lana y el cachemir y el sombrero que llevaba puesto.
—¿Crees que esto es frío? —
Levantó una ceja hacia mí. Fruncí el ceño y toqué con mis dedos enguantados mi nariz, que tenía la sensación de anestesia que proviene de una inyección en el dentista, justo antes
de perforar un diente.
—¡Mi nariz está entumecida! ¿Cómo te atreves a reírte de mi sensibilidad a la temperatura de la era de hielo? Pensé que eras de la costa. ¿No es más cálido allí?
Riéndose, metió el lápiz por encima de la oreja, debajo de su gorra, cerró el cuaderno de dibujo y lo puso en el banquillo.
—Sí, definitivamente es más cálido en la costa, pero no es donde me crié. No estoy seguro de que podrías sobrevivir a un invierno en Alejandría si tienes un culo tan delicado.
Di un grito ahogado de indignación fingida, pegándole en el hombro mientras él fingía ser incapaz de bloquear el golpe.
—¡Ay, cielos, me retracto! Eres dura como una roca. —
Se volvió y deslizó su brazo alrededor de mí, premiándome con esa sonrisa plena
—Culo duro.
Entre su proximidad en el sentido físico, y su abrazo en el sentido emocional, yo tarareaba feliz y me acurruqué más cerca, cerrando los ojos.
—Puedo lanzar un formidable puño —
murmuré en su sudadera con capucha. Su chaqueta de cuero estaba doblada en el banco junto al cuaderno de bocetos. Había insistido en que no estaba lo suficientemente frío como para necesitarla, salvo en la motocicleta.
Se hizo eco de mi murmullo, inclinando la cabeza hacia atrás con un dedo sin guante, curiosamente, no congelado.
—Tú lo haces. En realidad estoy un poco asustado de ti.
Nuestras caras estaban a pulgadas de distancia, su aliento se mezclaba con el mío en una nube de evaporación entre nosotros.
—Yo no quiero que te asustes de mí. —
Las palabras que no me atreví a añadir se arremolinaban en mi mente: habla conmigo, habla conmigo. Aparte de eso, quería que me besara para no sentir aumentar la culpa, amenazando con
derramar en una confesión irrevocable. Como si hubiera hecho esa petición en voz alta, bajó la cabeza y me besó suavemente.
Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Estuvo genial el capitulo y bueno que lastima que ya se vaya a terminar, pero es una grandiosa historia y escribes muy bien, he leido todos tus fics, asi que se podria decir que soy una fan tuya.
Continuala por favor.
Continuala por favor.
May-San- Aprendiz
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
jessi que cap mas lindo ya sakura y naruto pueden demostrarse su amor que pena que ya este entrando en recta final tienes muy buenos fics considera me tu fiel seguidora me encanta como escribes y espero el próximo cap saludos
aduzumaki- Sennin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
¡Hola!! perdón que no he comentado... Pero no he tenido tiempo, en cuanto a la historia... Me dejo un trauma eso de que violaron a Kushina y la mataron fue tan... WTF!!! ¬¬ me dio ganas de matar a ese jdhfadh COMO SEA... T.T fue tan triste eso y mas que Naruto no es capas de abrir sus sentimientos hacia Sakura, ¡¡Pero al fin una noche juntos! *--*
Ahora lastima que ya termine... pero bueno, toda historia llega a su fin y ya quiero que se amen jajajaj ok yaa Pero siento que Si Sakura le dice a Naruto que ya sabe la realidad de su pasado.. el se va a enojar y la va a dejar siento eso y no se porke buu!! como sea, espero que no pase y chao!!! :3 cuidate y suerte (pronto sube el otro)
Ahora lastima que ya termine... pero bueno, toda historia llega a su fin y ya quiero que se amen jajajaj ok yaa Pero siento que Si Sakura le dice a Naruto que ya sabe la realidad de su pasado.. el se va a enojar y la va a dejar siento eso y no se porke buu!! como sea, espero que no pase y chao!!! :3 cuidate y suerte (pronto sube el otro)
Uno- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Lamento no haber comentado antes
me encantaron los capitulo, y no puedo creer que le hayan hecho eso a Kushina , y me pregunto que el lo que pasara cuando Naruto se de cuenta de que Sakura lo sabe y que bien que Sakura ya es mas fuerte ahora si se podrá defender
Espero que pronto subas el siguiente capitilo
PD: no quiero que acabe
me encantaron los capitulo, y no puedo creer que le hayan hecho eso a Kushina , y me pregunto que el lo que pasara cuando Naruto se de cuenta de que Sakura lo sabe y que bien que Sakura ya es mas fuerte ahora si se podrá defender
Espero que pronto subas el siguiente capitilo
PD: no quiero que acabe
mio-chan- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Holas Les traigo Nuevo Capitulo, Pero aunque este se mero se acaba, ya les tengo otra Historia
- Capitulo 25:
- La mayoría de las personas se fueron tan pronto como tomaron su último examen final. Ino se irá el sábado, pero yo aún me quedaba porque mi estudiante favorito de escuela secundaria me había invitado a su concierto el lunes en la noche —él había recibido la primera silla, y quería lucirse. Nosotros estábamos obligados a abandonar los dormitorios por las vacaciones de invierno el martes, así que yo me iría a casa ese día, quisiera o no.
Ten ten, Ino y yo nos encontramos en la biblioteca para estudiar para nuestro último examen del semestre de astronomía. Cerca de las 2 de la madrugada, Ten ten se dejó caer en su libro abierto con un dramático suspiro.
—Uuuuugh… si no tomo un descanso de esta mierda, mi cerebro va a ser un agujero negro.
Ino no dijo nada, y cuando la miré, estaba revisando su móvil, desplazando la pantalla alrededor del texto, y luego respondiendo. Pulsó enviar y notó que la estaba mirando.
—¿Huh? —
Sus ojos azules eran un poco abiertos
—. Um, Shikamaru estaba dejándome saber que los chicos están turnándose para mantener un ojo en Deidara. Asegurándose de que no salga de la casa.
—Pensé que no hablábamos con Shikamaru —
murmuró Ten Ten soñolienta; ojos cerrados, mejilla presionada en la página que estábamos revisando.
Los ojos de Ino miraron en cualquier parte menos en mí, y supe que había abandonado ese plan. Decidí inquietarla un poco más antes de perdonarla.
Siempre me gustó Shikamaru y sólo podía culparlo mucho. No podía creer que mi
mejor amiga era un monstruo, tampoco.
Revisando mi móvil, volví a leer los mensajes que le había enviado a Naruto antes, y sus respuestas.
Sakura: Examen final de economía. Me tiene.
Naruto: Todo por mí, ¿verdad?
Sakura: No, por este chico Minato.
Naruto:
Sakura: Mi cerebro duele. Tengo tres exámenes más.
Naruto: Uno más para mí, el viernes. Luego trabajo. Te veo el sábado.
—El final de Shion es mañana. —
Ino garabateó un diseño cerca de la ecuación en su libreta
—Escuché que su papá está sentado en el pasillo durante todos sus finales —
dijo Ten ten.
Había escuchado el mismo rumor.
—No puedo culparlo, si es verdad.
Observamos a Ino, quien sabía la verdad entre los hechos y los chismes del campus. Ella asintió.
—Lo está. Y ella no va a regresar, excepto para testificar. Está siendo transferida de vuelta a casa para una misma pequeña universidad de la comunidad. —
El arrepentimiento en sus ojos no tenía fondo
—. Su madre dijo que aún está teniendo pesadillas cada noche. No puedo creer que yo la dejara allí.
Ten ten se sentó.
—Oye, nosotros dejamos a muchas personas allí. No es nuestra culpa, Ino.
—Lo sé, pero…
—Ella está bien. —
Hice que Ino me mirara
—. Pero la culpa sigue. En él.
***
Finalmente les conté a mis padres acerca de Deidara. No había hablado con ellos desde antes de Acción de Gracias. Debido a que algo se había quedado fuera de servicio en la despensa, mamá pensó que había estado en casa y me llamó. Supongo que quería asegurarse de que un extraño no había roto nada en la casa y sus condimentos y granos alfabetizados, así que tuve que confesar.
—Pero… ¿tú me dijiste que estabas yendo con Ino?
En vez de decirle que había llegado a esa conclusión por sí sola sólo había mencionado a Ino una vez y ella nunca se había tomado la molestia de
verificar que realmente estaba en el descanso de Acción de Gracias mentí. Fue más fácil para ambas de esa manera.—Venir a casa fue una decisión de último minuto. No gran cosa.Ella comenzó a parlotear sobre las cosas que tenía que hacer durante las vacaciones —que tenía una cita con el dentista, y que el registro de mi camioneta expiraría en enero.
—¿Necesitas una cita con Kevin, o has encontrado un estilista ahí? —
preguntó. En vez de contestar su pregunta, le solté todo —el asalto de Deidara en el
estacionamiento, Naruto salvándome, Deidara violando a otra chica, los cargos que
nosotros estábamos presentando, la causa penal que se avecina. No había forma de detenerlo, una vez que comenzó.
Al principio pensé que no me había oído, y agarré el teléfono, pensando no voy a repetir eso, si ella está demasiado ocupada decorando su fiesta para escucharme por diez segundos.
Y entonces ella jadeó.
—¿Por qué no me lo contaste?
Ella sabía por qué, creo. No necesitaba decirlo. Ellos no habían sido los mejores padres; no habían sido los peores, tampoco. Suspiré.
—Te lo estoy contando ahora.
Guardó silencio por otro momento tenso, pero la oí moviéndose a través de la casa. Eran los anfitriones de su fiesta anual el sábado, y sabía cómo de maniaca del control era mamá acerca de la casa siendo perfecta para la fiesta. Creciendo, había aprendido a desaparecer durante toda la semana entera anterior a la fiesta.
—Estoy llamando a Marty ahora mismo para decirle que no voy a ir mañana. —
Marty era el jefe de su empresa de consulta de software
—. Puedo estar allí a las once. —
Reconocí el sonido de ella arrastrando su maleta de ruedas fuera del armario debajo de las escaleras.
Miré boquiabierta al móvil por un momento antes de volver a la vida.
—No… no, mamá, estoy bien. Estaré en casa en menos de una semana.
Le temblaba la voz cuando contestó, sorprendiéndome más.
—Lo siento mucho, Sakura. —
Dijo mi nombre como si estuviera tratando de encontrar alguna manera de que me tocara a través del teléfono
—. Siento mucho lo que te sucedió. —
Dios mío, pensé, ¿ella está llorando? Mi madre no era una llorona
—. Y lo siento porque no estaba allí cuando llegaste a casa. Me necesitabas y yo no estaba allí.
Sola en mi habitación, me senté en mi cama, aturdida.
—Está bien, mamá. No es como si tú lo supieras.
Ella había sabido de mi ruptura con Kiba…pero yo estaba dispuesta a dejarlo pasar, también.
—Tú me educaste para ser fuerte, ¿cierto? Estoy bien. —
Me di cuenta de que lo que dije era verdad.
—Puedo… ¿puedo hacerte una cita, con mi terapista? ¿O con sus socios, si lo prefieres?
Había olvidado las sesiones ocasionales de mamá con su terapista. Ella había sido diagnosticada con un desorden alimenticio cuando yo era muy pequeña. Nunca supe qué fue… ¿bulimia, anorexia? Nunca hablamos de eso.
—Seguro. Eso puede ser bueno.
Ella suspiró, y pensé que oí alivio. Le había dado algo para hacer.
***
Después de terminar varias cajas de comida china para llevar y una conversación sobre cómo elegimos nuestras carreras, Naruto pescó su iPod de su bolsillo y me pasó los auriculares.
—Quiero que escuches esta banda que encontré. Te podrían gustar. —
Estábamos sentados en el suelo con nuestras espaldas en mi cama. Una vez me coloqué los auriculares, él pulsó play, mirándome mientras yo escuchaba.
Sus ojos miraron los míos mientras la música creció en mis oídos. No podía escuchar nada de ella, no podía ver nada sino sus ojos en mí. Él se acercó más y respiré su aroma calmante. Tomando mi cara en su mano, movió su boca hacia la mía, besándome a un ritmo pausado que de alguna manera coincidía con el ritmo de la canción. Él sabía como Tic-Tacs a la menta que había chupado.
Pasándome el iPod, me recogió, y me depositó en la cama y se acostó cerca de mí, llevándome en sus brazos y besándome hasta que la primera canción cambió a la siguiente, y a la siguiente.
Cuando se apartó para trazar un dedo por encima del borde de mi oído, quité un auricular y se lo pasé a él. Nos tumbamos lado a lado en la cama estrecha de dormitorio —el largo del cual sólo acomodó el cuerpo de él— escuchando juntos, inmersos. Abrió otra nueva lista de reproducción, y supe que esa canción que escogió era algo para mí —más allá de una banda que quería
compartir, o algo para discutir musicalmente.
Mi corazón llegó a él mientras escuchábamos, mirando el uno al otro, y sentí los hilos de conexión entre nosotros —filamentos frágiles, muy fácil de romper. Como el poema grabado en su costado, nos enroscamos entre nosotros, y este derretimiento y reforzamiento podría ser más profundo, más resistente. Me pregunté si él lo sintió, y cuando escuché la letra de la canción que escogió,
pensé que sí. Ahora no rías, porque yo podría ser… la suave curva en tu línea dura.
El pasillo fuera de mi puerta estaba mayormente en silencio, finalmente, después de todas las personas empacando y moviéndose afuera que había comenzando antes. Hablamos —sólo de historias recientes— y Naruto relató la historia de cómo kyubi llegó a ser su compañero de cuarto.
—Se mostró en la puerta una noche, demandando entrar. Durmió en el sofá por una hora, luego demandó ser sacado. Se volvió un ritual nocturno, con él quedándose más y más tiempo, hasta que en algún momento me di cuenta de que se había mudado. Es básicamente el mayor descarado.
Me reí y me besó, riendo también. Aún sonriendo, me besó otra vez, manos vagando por mi cintura y cadera. Cuando empezamos a enrollarnos, jadeé por el hecho de que Ino no se iba del campus hasta mañana —por lo tanto podía llegar en cualquier momento.
—Creí que dijiste que ella se iba hoy.
Asentí.
—Ella iba. Pero su ex novio está trazando una campaña para traerla de regreso, y quería verla esta noche.
Sus manos vagaron debajo de mi camisa, explorando.
—Así que, ¿qué pasó con ellos? ¿Por qué terminaron?
Mis labios se separaron cuando su mano ahuecó un pecho, moldeándolo en su palma como si él debía caber ahí.
—Por mí.
Sus ojos se abrieron un poco y sonreí.
—No… no como eso. Shikamaru era… el mejor amigo de Deidara. —
Odié cómo mi cuerpo se apretó cuando pensé en Deidara, cómo mis dientes se apretaron cuando
dije su nombre. Sin necesidad de estar presente, él desencadenó respuestas que no podía acallar, y eso me enfureció.
—Él se fue, ¿cierto? —
preguntó
—. ¿Dejó el campus?
Moviendo su brazo hacia mi espalda, Naruto me presionó más cerca, su mano en mi espalda y en mi cuello.
Cerrando mis ojos, enterré mi cabeza debajo de su barbilla, asintiendo con la cabeza.
—Dudo que le va a ser permitido regresar el siguiente semestre, incluso antes del juicio —
dijo él. Inhalé su presencia, cerrando mi boca, respirando su esencia a través de mi nariz. Me sentía protegida por él. A salvo.
—Yo siempre estoy mirando por encima de mi hombro. Él es como uno de esos payasos en la caja… Nunca te conté acerca de las escaleras, ¿cierto?
No era la única capaz de suprimir las reacciones físicas. Su cuerpo se puso rígido, y su control sobre mí de repente menos suave, más fuerte.
—No.
Murmurando la historia en su pecho, tratando de sacar los hechos y nada más, así pude calmar mi respuesta, terminé.
—Lo hizo ver como si nosotros lo hubiésemos hecho en las escaleras. Y después de las miradas de las caras de todo el mundo en el pasillo… después de las historias que circularon… ellos le
creyeron. —
Forcé mis lágrimas atrás. No quería llorar por Deidara otra vez
—. Pero él no entró en mi dormitorio.
Estuvo tranquilo por un largo tiempo que pensé que no iba a comentar, luego finalmente me empujó sobre mi espalda, acuñando una de sus rodillas entre las mías y me besó fuertemente. Su cabello me hizo cosquillas en la cara, y saqué mis manos —atrapadas entre nosotros—, sumergiéndolas en su cabello como si pudiera acercarlo más.
La manera en la que me besaba se sentía como una marca. Como él tatuándose debajo de mi piel.
Él sabía todos mis secretos, y yo los suyos. Pero eso de la reciprocidad era una mentira —porque él no había revelado los suyos. Yo había excavado en ellos, pero aún, él no lo sabía. Mi culpa se expandió entre nosotros, junto con mi deseo de compartir con él esa parte de sí mismo. De confiar en mí con ello. Me iba a casa en tres días. No podría cargar con esto con millas y horas entre nosotros, o guardarlo para mí por varias semanas más.
Cuando nos desaceleramos, envueltos el uno en el otro y permitiendo a nuestros libidos y corazones tiempo para desacelerar, vi una salida.
—Así que ¿tú conviviste con los Hatake, y ellos son amigos de la familia?
Me miró y asintió.
—¿Cómo los conocieron tus padres?
Volviéndose en su espalda, sus dientes se deslizaron hacia el anillo en su boca y lo chupó. Reconocí esto como su forma de liberar el estrés equivalente al roce en el cuello de Kiba.
—Fueron a la universidad juntos.
Los auriculares habían sido desplazados algún tiempo durante la pasada media hora. Apagó el iPod y envolvió con fuerza los cables alrededor de él.
—Así que los conoces de toda tu vida.
Empujó el iPod en su bolsillo delantero.
—Sí.
Imágenes de lo que había leído, y lo que el Dr. Hatake había revelado, brillaron frente a mis ojos.
Naruto necesitaba conforte —yo nunca había conocido a alguien que lo necesitara más— pero no podría consolarlo de algo que no había compartido.
—¿Cómo era tu madre?
Miró hacia el techo, luego cerró sus ojos, inmóvil.
—Sakura…
El roce de una llave en la puerta nos sobresaltó. La habitación estaba a oscuras, excepto por una lámpara de escritorio de bajo voltaje. Cuando se abrió la puerta, a una cuadra de luz, lleno de la silueta de Ino, cayó sobre el piso en el centro de la habitación.
—S, ¿estás dormida? —
susurró, sus ojos todavía ajustándose desde el pasillo brillante, o habría visto que no estaba sola en la cama.
—Um, no…
Naruto se sentó y colocó un pie en el suelo, y yo lo seguí. La sincronización lo es todo, pensé.
Después de lanzar su bolso sobre la cama, y quitarse los zapatos, Ino se volvió hacia nosotros.
—¡Oh! Eh... eh. Creo que podría tener un poco de ropa para lavar... —
Se quitó la chaqueta y agarró su cesto de ropa casi vacío.
—Ya me iba. —
Naruto se agachó para tirar de las botas negras y atar las cadenas. Vocalizando Oh mi Dios, ¡lo siento! por encima de su cabeza, Ino era la imagen del arrepentimiento.
Me encogí de hombros y vocalicé de regreso: Está bien.
Siguiendo a Naruto en el pasillo, agarré mis brazos, fríos después de la calidez de yacer junto a él.
—¿Mañana?
Él subió la cremallera de su chaqueta de cuero antes de pasar a mí, sus labios firmes. Sus ojos se deslizaron sobre los míos y luego sentí la pared entre nosotros, demasiado tarde. Nuestras miradas se encontraron y suspiró.
—Son oficialmente las vacaciones de invierno. Probablemente se debe utilizar ese tiempo para tomar un descanso de nosotros también.
Traté de formar una protesta inteligente, pero no estaba segura de qué decir. Yo lo había puesto a él en esto.
—¿Por qué? —
La palabra salió de mí en un tono áspero.
—Tú estás dejando el pueblo. Yo lo haré, también, al menos una semana. Necesitas empacar, y yo estaré ayudando a Kakashi a conseguir la nota final los próximos días. —
Su justificación era tan lógica; no había ningún hilo oculto de emoción que yo pudiera liberar
—. Déjame saber cuando esté de vuelta en la ciudad. —
Se inclinó para besarme, de forma rápida
—. Adiós, Sakura.
Mientras me dirigía a casa de Naruto el domingo por la tarde, repasé las numerosas razones por las cuales presentarme sin previo aviso y sin haber sido invitada era una mala idea: podría no estar allí, podría estar ocupado, piensa que me ha alejado, piensa que hemos dicho adiós.
Por otro lado, yo sólo iba a estar en la ciudad hasta el martes por la mañana, y no podía dejar que me marchara sin una lucha.
Después de tocar, escuché el cerrojo de la puerta y después la voz ronca de Naruto.
—¿Quién es, Carlie? No sólo abras la puerta…
—Es una chica. —
La puerta se abrió y una chica rubia y bonita con ojos oscuros adornaba la puerta. Parpadeó, claramente esperando una explicación de quién era yo y qué quería. No podía hablar. Estaba segura que mi corazón se había atorado en mi esófago y dejó de latir.
Naruto se acercó a su lado, frunciendo el ceño. Cuando me vio, sus cejas se levantaron.
—¿Sakura? ¿Qué estás haciendo aquí?
Mi corazón volvió a la vida y regresé escaleras abajo. De pronto estaba en el aire, mi bíceps atrapado en sus puños, balaceándome desde el escalón más alto atrayéndome contra su pecho.
—Ella es Carlie Hatake —
dijo en mi oído y me calmé
—. Su hermano Caleb está dentro, también. Estamos jugando videojuegos.
Mi corazón aún latía fuertemente cuando sus palabras tomaron sentido y me desplomé contra él, sintiéndome como una idiota celosa. Recargué mi frente contra su pecho. Su corazón latía tan fuerte como el mío.
—Lo siento —
murmuré en contra de su camiseta suave
—No debí haber venido.
—Tal vez no deberías haber venido sin decirme, pero no puedo lamentar el verte.
Levanté la mirada.
—¿Pero tú dijiste…?
Sus ojos eran de un color azul plateado bajo la luz del pórtico.
—Estoy tratando de protegerte. De mí mismo. Yo no hago… —
apuntó con su dedo hacia mí y hacia él
—…esto.
Mis dientes castañearon cuando hablé.
—Eso no tiene sentido. Sólo porque no lo has hecho antes no quiere decir que no puedes. —Demasiado tarde, una razón más probable que sus razones me detuvo
—. A menos que… tú no quieras.
Suspiró y soltó mi brazo para pasar sus manos por su pelo.
—No es… eso…
—¡Brrr! ¿Van a entrar o qué? Porque voy a cerrar la puerta. —
Eché un vistazo sobre Naruto. Carlie Hatake parecía joven, pero no tan joven. Sin embargo, no parecía resentida. Y parecía estar curiosa.
—Bueno, tú lo has querido. —
Entrelazando sus dedos con los míos, Naruto se volvió hacia la puerta
—. Vamos a entrar.
Carlie tomó una esquina del sofá donde kyubi se encontraba recostado sobre una manta. Cargándolo, lo dejó caer sobre su hombro como si fuera un objeto inanimado. Después de colocarse debajo de la manta, reacomodó el gato en su regazo y tomó el control. Junto a ella estaba sentado un chico con el ceño fruncido con los mismos ojos oscuros, un poco más joven (pero igual de sombrío) que mis chicos de escuela intermedia.
—Te tomó todo el día —
murmuró hacia Naruto.
—Grosero. —
Carlie le dio un codazo y él puso los ojos en blanco.
Naruto tomó su control el cual estaba sobre el cojín del sofá, indicándome que me sentara en la esquina opuesta de Carlie.
—Chicos, ella es mi amiga, Sakura. Sakura, estos monos son Caleb y Carlie Hatake. —
Carlie y yo intercambiamos saludos y Caleb murmuró algo en mi dirección.
Cuando Carlie le dijo a Caleb que era hora de retirarse al cabo de quince minutos después, su mal humor no había disminuido. Me miró.
—Yo no puedo tener chicas a solas en mi habitación.
Carlie le dio un golpe detrás de su cabeza.
—Cierra el pico. Naruto es un adulto, y tú sólo eres un pre-adolescente en celo.
Traté de disimular mi risa con una tos cuando el rostro de Caleb se puso rojo y se disparó a través de la puerta y bajó las escaleras. Carlie abrazó a Naruto y me sonrió alegremente.
—Qué tengan una buena noche —
cantó, desapareciendo por la puerta.
La vio caminar por el patio y entrar en la casa, antes de cerrar y asegurar la puerta. Se volvió, recargándose en ella, y me miró.
—Así que, ¿pensé que estábamos tomando un descanso? —
No parecía enojado pero tampoco estaba feliz.
—Tú dijiste que nos tomaríamos un descanso.
Sus labios se fruncieron.
—¿No tienes que irte por varias semanas?
Me quedé en mi lugar en el sofá, acurrucada en la esquina.
—Sí. Sólo estoy aquí por dos días más.
Se quedó mirando el suelo, sus palmas planas en la puerta detrás de él. Traté de tragar, pero no pude, mis palabras eran inestables.
—Hay algo que tengo que decir…
—No es que no te quiero —
su voz era suave y no me miró cuando habló
—.Mentí, antes, cuando te dije que te estaba protegiendo. —
Levantó su barbilla y nos quedamos mirando el uno al otro a través de la habitación
—Me estoy protegiendo a mí mismo —
tomó una respiración visible, su pecho subiendo y bajando
—. No quiero ser el segundo, Sakura.
El recuerdo de Operación Chico Malo llegó a mí. Ino y Ten ten habían ideado el plan para que yo usara a Naruto para olvidar a Kiba, como si él no tuviera sentimientos, y yo les había seguido el juego. En ese entones no tenía idea de que él me había estado observando durante todo el semestre. Que una vez que comenzáramos a interactuar, su interés se haría más fuerte. Que finalmente sentiría la necesidad de alejarse de mí a causa de esos sentimientos tan
profundos, no porque no sintiera nada.
—Entonces, ¿por qué estás asumiendo ese papel? —
Me levanté de la esquina del sofá y crucé la sala
—No es lo que quiero, tampoco. —
Mientras me acercaba, él permaneció congelado en su lugar, succionando el arete en el labio inferior en su boca.
Enderezándose, me miró como si pensara que podría desaparecer justo delante de sus ojos. Sus manos acunaron mi rostro.
—¿Qué voy a hacer contigo?
Sonreí.
—Puedo pensar en un par de cosas.
—El nombre de mi madre era Kushina. Amaba las Rosas porque eran del Color de su Cabello
Su confesión me trajo de vuelta a la tierra. Presionada a su lado, había estado trazando distraídamente los pétalos de color rojo oscuro sobre su corazón, preguntándome cómo decirle lo que sabía. O no.
—¿Lo hiciste en su memoria? —
Un nudo se atoró en mi garganta mientras mi dedo trazaba el tallo.
—Sí. —
Su voz era baja y pesada en la oscura habitación. Estaba tan lleno de secretos que no podía imaginarme cómo sobrevivió a ellos día a día, nunca compartiendo la carga con nadie.
—Y el poema en mi lado izquierdo. Ella lo escribió. Para mi padre.
Mis ojos ardían. No era de extrañar que su padre se hubiera cerrado. Por lo que el Dr. Hatake me dijo, Minato Uzumaki era una persona lógica y analítica. Su única excepción emocional debió haber sido su esposa.
—¿Era poeta?
—A veces.
Con mi cabeza en su brazo, vi una sonrisa fantasma aparecer en su rostro, y se veía diferente desde este ángulo. Su rostro estaba sin afeitar y desaliñado, y varias partes de mi cuerpo tenían la parte irritada por esa razón.
—Por lo general era una pintora.
Luché para ignorar mi conciencia, la cual no dejaba de balbucear que le dijera que yo ya lo sabía. Que le debía la verdad.
—Así que ella es la responsable de los genes de artista mezclados con partes de ingeniería, ¿eh?
Recostándose sobre su lado, repitió:
—¿Partes de ingeniería? ¿Qué parte podría ser eso? —
Una sonrisa traviesa apareció en su boca. Arqueé una ceja y me besó.
—¿Tienes alguna de sus pinturas? —
Mis dedos siguieron la órbita alrededor de la rosa, y el músculo duro debajo de ella se flexionó con mi tacto. Presionando mi mano contra su piel, absorbí el thump-thump de su corazón.
—Sí…pero están en almacenamiento o colgadas en la casa Hatake, ya que eran amigos íntimos de mis padres.
—¿Tu padre ya no es amigo de ellos?
Asintió con la cabeza, observando mi rostro.
—Lo es. Ellos fueron mi aventón a casa en Acción de Gracias. No pueden convencerlo de que venga aquí, así que cada año, todos van allí.
Pensé en mis padres y amigos y los vecinos con los que socializaban. —Mis padres no tienen amigos lo suficientemente íntimos como para ser incorporados en días festivos.
Miró hacia el techo.
—Todos eran muy cercanos; antes.
Su dolor era tan tangible. Supe en ese momento que no lo había superado —no en los ocho años que habían pasado. Su muro de protección lo había convertido en un rehén en lugar de darle santuario. Tal vez nunca podría recuperarse totalmente del horror de lo que sucedió esa noche, pero tenía que haber un punto en el cual no lo consumiera.
—Naruto, tengo que decirte algo. —
Su corazón tamborileó bajo mi mano, lento y constante.
Aparte de dirigir su mirada hacia mí, no se movió, pero lo sentí retirarse mientras esperaba. Me aseguré que todo estaba en mi mente —un producto de mi culpa y nada más.
—Quería saber cómo perdiste a tu madre y podía darme cuenta que no te gusta hablar de ello. Así que… busqué en línea por su obituario. —
Mi respiración se hizo superficial mientras los segundos pasaban y no dijo nada. Finalmente, habló y su voz era plana y fría.
—¿Encontraste la respuesta?
Tragué saliva, pero mi voz fue un susurro.
—Sí. —
No pude oírme a mí misma sobre el ruido de los latidos de mi corazón. Retiró su vista de mí y se volteó boca arriba, mordiéndose el labio fuertemente.
—Hay una cosa más.
Inspiró y espiró, mirando el techo, esperando por mi siguiente confesión. Cerré los ojos y lo solté. —Hablé con el Dr. Hatake sobre ello…
—¿Qué? —
Su cuerpo era como una roca contra el mío.
—Naruto, lo siento si invadí tu privacidad…
—¿Si? —
Se levantó, sin poder verme, y me senté, tirando de las sábanas conmigo
—. ¿Por qué hablarías con él? ¿No fueron los morbosos detalles lo suficientemente repugnantes para ti? ¿O personalmente suficientes? —
Se puso su bóxers y pantalones, sus movimientos enfadados
—. ¿Quieres saber cómo se veía cuando la encontraron? ¿Cómo se había desangrado? ¿Cómo mi padre arrancó la alfombra con sus propias manos? —
Exhaló con severidad
—, ¿cómo había una mancha debajo de los pisos que no pudo ser lo suficientemente tallado para
eliminarlo completamente? —
Su voz se rompió y dejó de hablar. En el shock y sin palabras, casi podía respirar. Se sentó en el borde de la cama, en silencio, con la cabeza entre sus manos. Estaba tan cerca que podría haberme estirado para trazar la cruz que posaba en su columna vertebral, pero no me atreví. Me deslicé cuidadosamente de la cama y me vestí. Caminé al pie de la cama. Sus ojos presionaban en sus muslos, con las manos ocultando su rostro como vendas. Me quedé mirando su pelo oscuro que acariciaba sus hombros, la flexión de los músculos de su brazo y la tinta alrededor de su bíceps fluyendo hacia su antebrazo, su hermoso torso y las palabras grabadas en su lado como una marca.
—¿Quieres que me vaya? —
Me sorprendí, pronunciando las palabras con voz firme.
Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
Tan bien que estaban antes y ahora todo se arruino sinceramente Naruto tiene todo el derecho dee estar enojado, pero Sakura solo quería conocer su pasado espero que Naruto no deje que se vaya y la perdone
Espero que pronto subas el siguiente capitulo
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mio-chan- Sannin
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Re: Operacion Chico Malo (Capitulo FINAL :( ) 06/09/2013
JAJAJAJA ¬¬ Disfrutas hacerme sufrir verdad???? ¡¡Como puedes hacer eso!! osea... ya iban bien T.T pero en fin.. las cosas pasan por algo, aun que te soy sincera, siento que Naruto no la ama como ella que hace muchas cosas por ir a verla, cosas que darían pena T.T en fin no importa... *-* me emociona y de una vez te digo que si Naruto le dice que si se vaya... ¡¡Quiero que se arrepienta!! ¬¬ awww jaja y espero que no pase.. aun que si entiendo un poco a Naruto T.T eso es un gran trauma...
en fin!! adiós y espero el próximo y muero por leer tu próxima historia.. chaoo
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Uno- Sannin
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