Amor "fingido" [+18] (06/12/2014) Capítulo 21 ¡Actualizado!

El sol se colaba por la ventana impidiendo que pudiese seguir manteniendo los ojos cerrados.

Maldije por lo bajo y me levanté de mala gana.

-¡¡Naruto!! ¡¡Corre o vas a llegar tarde!!

Con todos ustedes mi encantadora madre Kushina, una mujer atractiva de cabello rojos, ojos de color gris-violeta, tez blanquecina y un genio que da miedo.

Me metí en la ducha rápidamente mientras pensaba en que chica le tocaba ahora caer en mis redes.

Desde que tengo conciencia he salido con innumerables chicas, solo por divertirme. Ninguna ha conseguido aguantar ni una semana.

-¡Naruto! ¡Baja, no te lo repito más veces!

Será mejor hacerle caso antes de que decida matarme con la cazuela.

Me puse unos vaqueros y una camisa de tirantes. Me pasé la mano por mis cabellos rubios desordenándolos más de lo que ya estaban.

Mis ojos azules analizaron lentamente mi aspecto. Seguro que consigo hacer caer a cualquier chica que se me pase por delante.

Bajé a la cocina y vi a Ino desayunando.

Una chica rubia, de ojos azules Y con un cuerpo despampánate... Ella es mi prima.

También cayó en mis redes pero no llegamos a hacer nada que somos familia. Algunos besos que no llegó nada más.

-¿Qué tal Sakura? ¿Has despertado bien?

Mi ceño se frunció nada más oír ese nombre.

Odio muchas cosas en la vida mas Sakura Haruno encabeza la lista sin lugar a dudas. Esa bruja se empeña en hacerme la vida imposible y me humilla cada vez que puede.

-¿Estás hablando con la bruja?-pregunté alzando la voz para que me escuchase.

-¿Qué? ¿Estás segura?-mi prima parecía estar dudando.- Sí, vale, ahora voy... ¿Contrólate eh?

-¿Qué ocurre?-lo admito, la curiosidad me invadió.

-He puesto el manos libre, Sakura te envía un mensaje.

-¿Ya has desayunado tu porción de queso rata de cloaca?

Los colores se me subieron a la cabeza.

Siempre me llama rata porque tengo tres marcas a cada lado de la mejilla asemejándose a varios bigotes. La bruja esa, aprovecha ese dato de mi cuerpo para insultarme.

-¡Mira...!

El pitido del móvil, que significaba que había colgado, me interrumpió.

-Punto de partido para Sakura, te ha vuelto a ganar.

-Si piensas que eres graciosa te equivocas.

-Di lo que quieras...-sonrió.- ¡Te ha vuelto a dejar mal!

La fulminé con la mirada y ésta ni se inmuto mas no intentó devolverla.

Solo hay una persona en el mundo que me regala las mismas miradas de odio que yo tengo: Sakura Haruno.

Es la única persona (Humana o no) que no solo las aguanta sino que parece divertirle cuando me saca de mis casillas.

A mi prima también le divierte molestarme y siempre que puede lo hace. Ella es la única chica que no se inmuta cuando la fulmino con la mirada pero ella, a comparación de la mutante, no me las devuelve.

Me senté a desayunar bajo la atenta mirada de Ino.

-Venga, dilo de una vez.

-¿A quién le toca hoy?

-No sé... Tengo que ver...

-¡Cómo te acerques a Sakura te mato!

-¿A esa?-alcé una ceja.- Tengo buen gusto. ¿Lo sabías?

-Habiendo salido con Karin, lo cuestiono.

-Solo fue una noche y encima estaba borracho.-la miré de mala manera.- Sabes que soy tu primo, ¿No?

-Pues claro primito.-si soy primito para lo que te interesa...

-En ese caso, deberías defenderme a mí no a tu amiguita.-nótese la forma despectiva con la que me refiero a ese ser.- Ni siquiera es de tu familia.

-No me importa, Sakura es mi mejor amiga.

-Y yo tu primo.

-Son amores diferentes.

-Que morro tienes.

-Chicos dejad de discutir.-mi padre hizo acto de presencia.- Vais a llegar tarde.

Minato es como yo pero en alto y sin las marcas. O "bigotes" como les llama la bruja.

-¡Es verdad! ¡Había quedado con Sakura!-se levantó de golpe.- ¡Llegaré tarde!

-¡Siempre te puede llevar en su escoba!

He aquí la excepción, cada vez que insultaba a la bruja Ino se transformaba en un ser monstruoso que aterraba a todo el mundo, incluso a mi madre.

Y eso es decir demasiado.

Esta vez no fue diferente.

-¡Te arrancaría los ojos con la cuchara pero llego tarde! ¡Por esta vez te salvas!

El huracán rubio, con matices de monstruo, se marchó dejando a mi familia en una burbuja de miedo.

-¡Naruto! ¡Te tengo dicho que no enfades a tu prima!-gritó mi madre con el puchero en mano.

-¡No he hecho nada!

Perfecto... por culpa de meterme con esa bruja estoy castigado...

Pienso vengarme de esta...


Me desperté velozmente y batí el record de la ducha más rápida del mundo.

Me puse una falda rosa con una camisa blanca de manga corta. Mi móvil sonó justo cuando bajaba de la cocina.

-¿Si?

-¿Qué tal está la chica más guapa del mundo?

Os presento a Ino Yamanaka, mi mejor amiga desde pequeñas. Desde que murieron mis padres, Ino me llama cada mañana para asegurarme que me despierto y para intentar levantarme el ánimo.

Sé que lo hace por lo segundo pero ella se respalda en lo primero.

-Muy bien... ¿Y tú?

-¡Perfectamente! Estoy desayunando. ¿Quedamos donde siempre?

-Claro.

La habilidad de Ino es lanzar preguntas rápidamente e información de golpe, salteada. Como acababa de pasar.

Me preparé algo de leche y unas galletas.

-¿Estás hablando con la bruja?

El amorfo que acababa de hablar era Naruto Uzumaki, el ser al que más odio profeso de todo el planeta.

¿La razón? El muy desgraciado se metía conmigo de pequeña por múltiples motivos, decía que mi pelo rosa era un espanto, que en mi frente podría aterrizar un avión, que había visto tablas de planchar con más pechos que los míos...

Así es, mi cabello es de color rosa. ¿Extraño? Mucho. Y encima es natural, ningún tinte ni nada. Eso es aun peor...

Mis ojos son verdes jade mi piel algo blanquecina.

Como iba diciendo, ese niñato me amargó la infancia. Si no fuera por Ino me habría derrumbado hace tiempo.

Por eso decidí vengarme, sufriría lo mismo que me hizo a mí. Por eso ahora cada vez que lo veo le humillo.

Y he de decir que el marcador se inclina hacia mí desde hace tiempo.

Al principio era tan lenta respondiendo que Naruto me dejaba en ridículo delante de todos, pero con la práctica se quedó atrás y gané yo.

Se lo merece por rata, encima tiene los bigotes.

Y esto solo acaba de empezar.

-Ino, pon el manos libres.

-¿Qué?

-¿Puedes poner el manos libres?

-¿Estás segura?

-Sí, le quiero mandar un mensaje a tu primito.

Sí, vale, ahora voy... ¿Contrólate eh?

-No prometo nada.

-¿Qué ocurre?-era la voz de la rata, eso significa que ya ha puesto el altavoz.

-He puesto el manos libre, Sakura te envía un mensaje.-la indicación que necesito para avanzar.

-¿Ya has desayunado tu porción de queso rata de cloaca?

-¡Mira...!-corté la llamada antes de quedarme a escuchar su voz.

No lo soporto.

Cogí las llaves, el móvil y salí de mi casa a paso rápido.

No quiero hacer esperar a Ino que fue la única que me apoyo.

Naruto Uzumaki, estate atento porque voy a vengarme a base de bien.

Decir que estaba enfadado era poco, tenía ganas de matar. Especialmente de matarla.

Llegué al instituto a grandes y potentes zancadas. Nada más entrar un chica rubia, con cuatro coletas, de ojos negros y un cuerpo increíble, se me colgó del cuello.

-¡Hola cariño! ¿Qué tal has dormido?

-Mal, y no me vuelva a llamar así.

-Si estas tan enfadado solo puede ser una cosa.

-Sakura.-respondieron varias voces a la vez.

Me di la vuelta con Temari encima y vi a mis tres amigos.

Sasuke, un arrogante, siempre competimos en todo, incluso en ligar con chicas. Al final de la semana contamos con cuantas nos hemos enrollado y casi siempre gano yo. Su cabello es de color negro azabache al igual que sus ojos.

Kiba, es moreno, con ojos negros y dos marcas en la cara que se asemejan a colmillos. Él es el gracioso del grupo, siempre aprovecha cualquier tontería para meterse con alguno de nosotros.

¿Ya os podéis imaginar a quien utiliza para meterse conmigo no?

Y para terminar Shikamaru, este hombre es un vago de remate y pasa de todos, de las chicas, de las fiestas. Solo viene si vamos nosotros. Su cabello es negro y siempre lo lleva atado a una coleta alta, sus ojos oscuros siempre tienen reflejados la palabra cansancio.

-Así es...

¡Maldita bruja! ¿¡Por qué sale en todas las conversaciones!?

-¿Qué te ha hecho ahora?-preguntó Kiba jocoso.- ¿Ha prendido fuego a la casa?

-No quiero hablar de ella.-junto a la última palabra dibujé una mueca de asco en mi rostro.

-Veo que cada vez vais mejor.-dijo Sasuke haciéndose el gracioso.

-Sí, sí...-quiero acabar con esta conversación.

-Naruto...-susurró Temari a mi oído sensualmente.- Luego podemos quedar para... Ya sabes...

-Me encantaría, te espero en la salida.

-¡Perfecto!-se soltó de mi cuello y se marchó dando saltitos de alegría.

-Esa mujer es un incordio.

-Para ti todas son una molestia Shikamaru.-respondió Sasuke sonriendo ante su actitud.

-Mira quien viene ahí.-los codazos de Kiba en las costillas me hizo levantar la vista.

Y la vi, no es normal que venga sin su escoba.

Parecía estar buscando algo con la vista.

-Esto se va a poner interesante.-dijo Shikamaru mostrando atención.

Es insufrible, todo le da demasiada pereza para hacer pero siempre está atento a nuestras discusiones. Una vez se trajo palomitas y todo para hacer la gracia, ya que decía que el show que dábamos salía más barato que ir al cine.



¿Dónde estará Ino?

Paseé rápidamente la vista por el patio y de pasada vislumbré a la maldita rata.

Qué asco de hombre... Bueno, yo lo catalogaría como alienígena.

-¡Sakura!-me di la vuelta y no pude evitar sonreír, aquí llega mi amiga del alma.

-¿Qué tal?

-Eres demasiado rápida...-jadeó.- Pensé que ya estabas en clase.

-Acabo de llegar.-aclaré.- Deberías dejar de correr así.

-Tal vez...-alzó la vista.- Mi primo está aquí. ¿Qué hago?

-¿Eh? No entiendo tu pregunta.

-¿Me meto en las trinchera mientras explota la bomba atómica?

Ino es una exagerada, dice que cada vez que el becerro ese y yo discutimos parecemos un arma de destrucción masiva.

-Por hoy podemos pasar del búnker... Me basta con lo que le he dicho a la mañana.

-Deberías haber visto la cara que ha puesto.

-Pues la que tiene, ¿No? Es feo por naturaleza, no la puede cambiar.

La rubia estalló en carcajadas y pude escuchar también unas risas masculinas.

-Creo que eres la única que piensa eso.

-En ese caso seré la única con dos dedos de frente.

-Vámonos a clase antes de que comencéis otra batalla.

-Está bien...


Me quise marchar nada más verla pero Kiba me lo impidió.

-¿Qué haces?

-Me quiero divertir, no me puedes dejar sin vuestra discusión mañanera, son las mejores.

-Eres insoportable.

-Puede, pero me divertiré.

-¡Sakura!-mi prima llegaba corriendo y tuvo que pararse a recuperar el aire.

-¿Qué tal?-menuda pregunta más estúpida. ¿No ves que está exhausta?

Kiba me miraba como si supiese en lo que estaba pensando.

-Eres demasiado rápida...-mentirosa.- Pensé que ya estabas en clase.

Habría sido un alivio que así fuera.

-Acabo de llegar.-¿No me digas? No me había fijado, como te has dejado la escoba en casa juegas al despiste.- Deberías dejar de correr así.

En algo estamos de acuerdo.

Alguna vez ya hemos coincido en mi casa por culpa de mi prima. Ella nos importa tanto que podemos aguantar en una habitación sin matarnos durante unos minutos.

Eso sí, las puyas y comentarios letales no se mueren nunca.

-Tal vez...-alzó la vista y la clavó en mí.- Mi primo está aquí. ¿Qué hago?

-¿Eh? No entiendo tu pregunta.-mira que eres corta... Aunque siendo sinceros yo tampoco.

Nunca sabes con lo que te va a salir Ino. Es una caja de sorpresas.

-¿Me meto en las trinchera mientras explota la bomba atómica?

¿Veis a que me refería?

-Por hoy podemos pasar del búnker... Me basta con lo que le he dicho a la mañana.

Mi cuerpo se tensó al escuchar eso. Esa chica es un ogro.

Por mi mente pasaron miles de ideas para torturarla pero ninguna terminaba bien.

-Deberías haber visto la cara que ha puesto.

¿¡Mi prima de que parte está!?

-Pues la que tiene, ¿No? Es feo por naturaleza, no la puede cambiar.

Me quedé paralizado al oír eso.

¿He escuchado bien?

¿¡Me ha llamado feo en mi propia cara!? Porque ella sabe perfectamente que la estoy escuchando.

Ino estalló en carcajadas y Kiba la acompañó.

-¡Toma mazazo para el honor de nuestro amigo!-dijo Sasuke evitando reírse.

-Ya os dije que iba a ser interesante.-siguió Shikamaru.

No escuché su conversación, estaba demasiado ocupado matándola en mi mente.

Voy a hacer que pida clemencia.

Si antes estaba enfadado, ahora soy un asesino profesional.

-Creo que eres la única que piensa eso.

¡Vaya! ¡Mi prima ha salido en mi defensa! ¡Qué novedad!

-En ese caso seré la única con dos dedos de frente.

Algo en mi interior estalló.

Mi paciencia acababa de agotarse y solo quería estrangularla.

No pude dar ni un paso cuando mis amigos me inmovilizaron cogiéndome por los brazos para evitar que hiciese alguna burrada.

-Vámonos a clase antes de que comencéis otra batalla.-dijo Ino sin ser consciente de mi situación.

-Está bien...

La bruja se dio la vuelta y nada más verme sonrió macabramente.

-Parece ser que aun no se ha acabado la fiesta...-Kiba estaba a punto de mearse encima por culpa de la risa.

-¡Soltarme!

-De eso nada, no queremos que vayas a la cárcel tan pronto.-a Sasuke también le divertía todo esto.

-No voy a dejar huellas.-respondí siguiéndoles la corriente.

-Lo dudo mucho.

Cuando levanté la vista me di de bruces con unos orbes verdes jade.

Sakura sonrió diabólicamente y se levantó observando a la rubia.

Esta mujer es la reencarnación del mal, no hay otra explicación.

-Comprobado Ino, tu primo es feo a rabiar.-¿¡Qué!?- Deberían prohibirle salir a la calle por los posibles paros cardíacos que puede producir su cara al mirarla directamente. Es como el sol te quema la vista de lo horrorosa que es.

¡Yo la mato! ¡No dejaré ni sus huesos!

No conseguía soltarme ya que mis amigos, a pesar de estar riendo a carcajada limpia, me sujetaron con más fuerza.

La fulminé con la mirada y ésta ni se inmuto.

-Ven y dímelo a la cara si eres tan valiente.

-Eres feo.-me retaba con la mirada.- Pero no es una fealdad que se argumenta con "pobrecillo su madre tuvo problemas en el parto", no. Eres feo de, "¿¡Por qué le habrán tirado ácido a la cara!?"

Ino estalló, y cuando digo estallar digo literalmente, en carcajadas.

La rubia se vio obligada a sentarse en el suelo porque las piernas le flaqueaban, producto de la risa.

Carbonicé a Sakura con la mirada y cuando conseguí soltar un brazo lo dirigí a su cuello.

¡Morirá estrangulada!

La bruja, que habrá vendido su alma al diablo si descartamos la hipótesis de que no sea ella, se levantó haciendo gala de sus buenos reflejos.

Siempre se escapa de mis garras porque es buena reaccionando que si no habría caído hace rato.

-Vamos Ino, dejemos a la rata fea con sus amigos.-la cogió del brazo ayudándola a levantarse.- Adiós rata de alcantarilla.

No pude ni gritarle la respuesta porque para cuando me di cuenta ya habían entrado en el edificio. Golpeé el suelo con fuerza liberando un grito de frustración.

Cuando éramos pequeños, siempre salía ganando y ella acababa llorando, pero ahora siempre sale victoriosa de la batalla y yo acabo enfadado.

Seguro que me ha echado un conjuro o un mal de ojo.

Mis amigos deshicieron el agarre y aprovecharon para soltar todas las risas que habían reservado.

Los odios, los odio a todos.

-No nos mires así hombre.-dijo Kiba limpiándose algunas lágrimas que habían escapado de tanto reírse.- Admite que es gracioso.

-¿¡Crees que me hace gracia que me insulten!?

-Vamos a dentro anda, igual tienes suerte y no ha llegado el profesor.-Sasuke me empujó por la espalda.

-¿Por qué dices eso?

-¿No piensas vengarte? Con el profesor en clase lo tiene muy difícil.

Es verdad... Tal vez tenga suerte.

A mi amigo no le cae bien porque le dio calabazas, le rechazó varias veces.

Y siempre nos reímos de él por eso.

De esta no te vas a escapar Sakura Haruno.

Mi venganza será aterradora.


Sabía que si atacaba a su belleza, que es de lo que él presume, ganaría.

Y no me equivoqué, mientras íbamos al aula escuché su grito de frustración.

Conozco muy bien todas sus acciones, seguramente habrá golpeado el suelo con fuerza para poder desahogarse.

-¿No crees que te has pasado?

-¿Se detuvo él cuando yo lloraba desconsoladamente?

-No...

-Hay tienes la respuesta.

-No me gustaría tenerte como enemiga.

-Tampoco es para tanto.

-Lo digo en serio. ¿Me acompañas al baño?

-Claro.

Una vez hechas nuestras necesidades Ino comenzó a retocarse en el espejo.

-Vamos a llegar tarde.

-No tardo ni un minuto, además Kakashi siempre llega tarde.

-Eso es verdad.

-¿Y bien?

-¿Eh?

-¿Cómo piensas escapar de la ira de mi primo? Porque esta te la va a devolver.

-Ya veré cuando llegue el momento.

-Me gustaría saber cómo se te ocurren todos esos insultos. ¡Cuando has dicho lo del ácido por poco muero por falta de aire!

-¡Es qué solo a ti se te ocurre reírte de esa manera!

-¡Si hace gracia me rio! ¡Además la risa es muy buen! Dicen que es la mejor medicina.

-Entones tu primo morirá pronto.

Nunca le he visto sonreír.

-Naruto tiene otras fuentes de curación.

-¿Una cama y una chica?

-O dos.

-O tres.

-O el instituto entero.

-O el mundo entero.

-O la galaxia.

-¿Hay algo más que eso?

-¿El espacio?

-Entonces me pido decir el espacio.

-Has ganado.

Sonrió y por poco se pinta el ojo por dentro.

-¡Ten más cuidado!

-Es que he recordado la cara que ha puesto cuando has dicho que ha nacido feo.

-¿Lo estabas viendo?

-Claro. ¿Por qué crees que he sacado ese tema?

-¿Así que querías que me matase?

-Por supuesto que no, quería divertirme un rato. Además, tarde o temprano habríais acabado así.

-También es verdad.

-Mejor temprano. ¿No crees? Así te lo quitas de encima.

-Lo dices como si fuera costumbre.

-¿No lo es?

-¡Claro que no! ¿¡Crees que me gusta ver su cara!?

-Hoy me ha quedado claro que no.-sonrió.- Voy a apuntar lo del ácido para utilizarlo contra alguna de esas idiotas que pululan por la clase.

-Ten cuidado, ¿Vale? Que siempre acabas metiéndote en problemas.

-¡Mira quien fue hablar! ¡La que se mete con el chico más popular de la escuela!

-¿¡Eso que tiene que ver!?

-Naruto tiene muchos contactos podrían hacerte la vida imposible.

-Sabes que no me importa. Además, sino lo ha hecho ya no creo que lo haga ahora.

-Prefiere vengarse personalmente, dice que sabe más dulce.-guardó sus cosas en la mochila.- ¡Ya estoy! ¡Vámonos!

-¿Aun sigues tratando de conquistar a Shikamaru?

-¡No lo digas en alto!

-Si lo he susurrado...

-Perdona, es que me pongo nerviosa con ese tema.

-Ya lo veo.

Llegamos a clase y me senté en el sitio que está ubicado al lado de la ventana en la última fila. Ino se sienta a mi lado.

-Veremos cuánto tarda en explotar la bomba esta vez... ¿Batiremos el record?

-Exagerada...

Observé en la pared de enfrente y vi a Naruto mirándome con cara de pocos amigos.

¿Estaba ahí? Ni me había enterado.

-Para que luego digas que no es feo.-le señalé.- Compruébalo tu misma.

Ino le echó un rápido vistazo y tras intercambiar miradas conmigo, comenzamos a reírnos a su costa.

-¡Madre mía! ¿No te recuerda al diablo?

-Yo diría a un orco.

La rubia aumentó las carcajadas.

-¡¡Te ha llamado orco!!-el grito de Kiba mezclado con las risas de sus amigos alertó a la clase de que pronto habría tormenta.- ¡Qué bueno!

-¡Cállate Kiba!-como siempre dando órdenes.

Se levantó mas tuvo que volver a sentarse al ver al profesor Kakashi entrando a clase.

Parecía dispuesto a todo.

¿Hasta dónde puede llegar la rabia Naruto Uzumaki?

Siendo sinceros... No me importa.


La bruja ingresó a clase sin ni siquiera mirarme. Pocas veces se da cuenta de mi existencia y cuando lo hace, acabamos discutiendo.

Se sentó en su repugnante sitio sin enterarse de que estaba ahí.

La sangre comenzaba a hervirme.

Sakura Haruno, es el único ser del planeta que no ha mostrado señal alguna de estar interesada en mí. Nunca la he soportado pero eso me enfadaba más.

¿No era lo suficientemente perfecto para sus expectativas o qué?

Si había profesoras que suspiraban conmigo y lo sé porque una me propuso cambiarme un diez por una noche de placer.

La mujer no era una vieja arrugada, solo me sacaba cinco años y estaba de buen ver. Así que acepté.

Mis notas siempre habían sido bajas y un diez era perfecto para lucirme frente a mi madre.

Incluso los gays han intentado ligar conmigo, una vez uno estaba tan borracho que ni se enteró de las miradas que le lanzaba para asegurarle que no quería nada con él.

Pero el pobre estaba tan ebrio que no se enteraba de nada, entre mis amigos y yo le llevamos a casa ya que él felizmente me había dado sus llaves y me dijo donde vivía para que nos reuniéramos.

Tampoco le iba a dejar borracho perdido en mitad de la calle o al día siguiente vería en las noticias  aun chico muerto, o robado... Vete a saber.

Cualquier otro le habría robado pero nosotros no llegamos a eso. Le dejemos en el sofá de la casa y llamamos a su madre diciendo que éramos unos amigos que acababan de traer a su hijo.

No me quedé con las llaves evidentemente. ¿Para que las quería?

Kiba estuvo todo un año burlándose de mí por ese cuento.

Teniendo en cuenta todo mi historial, ¿¡Por qué a esa bruja le parezco tan feo!?

Como si ella fuese una diosa.

La observé da mala manera por unos momentos mientras mis amigos, que se sentaban a mi lado, charlaban animadamente.

Parece ser que se dio cuenta de mi existencia y le dijo algo a Ino mientras me señalaba.

¿¡Qué me ha dicho esa bruja!?

Mi prima me analizó con la mirada y tras mirar a Sakura un rato, estallaron en carcajadas.

Mi ceño se frunció y nuevamente quería tener entre mis manos el cuello de esa víbora, no pedía nada más.

-¿De qué se ríen ahora?-preguntó Shikamaru.

-Apuesto lo que sea a que Sakura ha dicho algo de Naruto.-dijo Kiba sacando cinco euros de la cartera.

-Eso no vale, es evidente que vas a ganar.-se quejó Sasuke.

-Bien, pues apuesto diez euros más a que Naruto la va a matar.

-Perfecto yo apuesto lo mismo que tú, pero en mi caso a Naruto no le da tiempo porque alguien se lo impide.

-¿Y tú Shikamaru?-Kiba se ganó su atención.- ¿Apuestas?

-Vale, añado quince euros más apostando a que Sakura aun le suelta otro insulto.-sonrió de lado.

No me puedo creer que estén apostando.

-¡Madre mía! ¿No te recuerda al diablo?-que rica es mi primita... Ya hablaré con ella.

-Yo diría a un orco.

Su asquerosa voz consiguió tensarme.

¿¡Qué ha dicho!?

-¡¡Te ha llamado orco!! ¡Qué bueno!

¡Yo lo mato!

-¡Cállate Kiba!

Me levanté de golpe dispuesto a tirarme encima para ver si la asfixiaba con mi peso pero el maldito profesor me interrumpió el plan.

Me vi obligado a sentarme maldiciendo por lo bajo.

-Gano yo.-dijo Shikamaru.

-Yo también, he dicho que seguramente Sakura le ha insultado.

-Y yo, he acertado en lo de Kakashi.

-Toca repartirlo.-Shikamaru sonrió de medio lado.- La próxima vez me lo llevaré todo.

-No lo creo.-se defendió Kiba.- De vosotros tres, soy el único que se habla con ella.

-Algunas veces he intercambiado palabras con ella.-Shikamaru se estiró es su silla mientras soltaba las palabras perezosamente.- Así que te vuelvo a ganar.

¿Por qué todas nuestras conversaciones siempre acaban en torno a esa bruja?

La fulminé con la mirada por última vez antes de desconectar, las clases de historia son un coñazo.

Te arrepentirás por lo de hoy Sakura Haruno... Reza lo que sepas.

Las tres clases anteriores han sido aburridas pero la de matemáticas está acabando con mi vida, y con la de toda la clase.

-Sakura... Mátame.-susurró Ino.- Busca un martillo, vuelve con él y mátame.

-Preferiría matar a tu primo.

-Qué asco le tienes, ¿Eh?

-Mucho.

-Si despejamos equis hallaremos la respuesta del problema. ¿Lo habéis entendido?-afirmamos por hacer algo.- Bien, voy a proceder a explicar el siguiente, poner atención es difícil.

Lo veo algo complicado.

Nuestra profesora de mates es amable pero sus clases son un tostón. Se llama Kurenai y se rumorea que se acostó con Naruto para que le pusieran un diez.

Sinceramente me da igual.

Kurenai tiene el pelo negro y largo, sus ojos siempre me han llamado la atención son de color rojo, muy llamativos. Tendrá cinco años más que nosotros.

Unos ronquidos atacaron mis oídos.

La clase se inundó en el silencio y únicamente se oían los ronquidos de cierto Tiranosaurio.

-¿Alguien puede despertar al señor Uzumaki?-preguntó dulcemente a pesar de lo que odia que se despisten en su clase.

Los rumores parecen ser ciertos.

Cogí mi estuche y se lo lancé en dirección a su cabeza. Me sorprendí de mi propia puntería, ya que el estuche dio en su cabeza y al rebotar golpeó en la pared, que tiene a milímetros, volviéndole a golpear en la sesera.

Levantó la cabeza y se sobó la parte golpeada.

-¡Diana!-gritamos Ino y yo a la vez chocándonos las manos.

Naruto clavó su vista asesina en mí, al oírnos gritar.

-Muchas gracias por tu ayuda Sakura.-dijo la profesora con algún matiz de enfado.- ¿Estás bien Naruto?

-Perfectamente.-no me quitaba la vista de encima.

-¿Le devuelves el estuche a la señorita Haruno? Lo necesita para hacer los ejercicios que le voy a poner por agredirte.

-Agredirle...-dije como si fuese algo despiadado.- Encima que he tratado de hacer funcionar su cerebro.

-¡Haruno!-gritó Kurenai.

-Perdón...-respondí "inocentemente".

El rubio no paraba de fulminarme con la mirada y tanto su prima como sus amigos, trataban de no reírse.

-No pasa nada profesora...-cogió el estuche.- ¡Aquí lo tienes!

Me lo lanzó directamente a la cabeza y hay que tener en cuenta que con la fuerza que tiene podría reventarme.

En un acto reflejo cogí el cuaderno para protegerme la cara y el arma voladora rebotó en éste.

-Lo tengo Sakura, que buena idea detenerlo con el cuaderno.-reconocí la voz de Ino tras el cuaderno.

¿Me ha salido bien?

Aparté el cuaderno y vi mi estuche descansando en el regazo de la rubia.

¡Había evitado mi muerte! Qué bien me siento...

Bueno, tal vez lo exagere un poco...

-¿Por qué no te apuntas a algún concurso de tiro con arco? Con esa puntería te llevas el primer premio.

-¿Habéis acabado de charlar?-preguntó Kurenai enfadada.

Asentimos.

-En ese caso vais a hacer los ejercicios de la última página.

-A merecido la pena.-dije ganándome la mirada asesina de Naruto.

-Ya te digo.-susurró Ino.


Las anteriores clases me había dejado amodorrado, pero particularmente esta me estaba matando.

Kurenai es muy maja, y bastante buena en la cama, sin embargo sus clases son asesinas.

Refugié la cabeza en mis brazos que coloqué a modo de almohada.

-Que aburrimiento de clase...-susurró Sasuke.

-Me aburro...-dijo Shikamaru con su tono cansada.- ¿Para qué explica esto si ya lo hizo ayer?

-Se le habrá olvidado, menudo viaje le tuviste que pegar Naruto.

-Muy gracioso Kiba.

-¿Qué estará haciendo Sakura?

¿Por qué siempre sale el tema de esa bruja cuando estoy más a gusto?

-¿A qué viene esa pregunta Sasuke?

-¿A ti no te apetece ver algún show Shikamaru? Yo me estoy aburriendo.

-No me vendría mal.

Dejé de escucharlos para centrarme en dormir.

No sé cuánto tiempo estuve roncando pero dos golpes en la cabeza me despertaron, uno fue en la parte de arriba y otro en el costado.

Me sobé la parte golpeada con ambas manos, mientras levantaba la cabeza.

¿¡Quién ha sido el idiota!?

-¡Diana!-gritaron la bruja y mi prima a la vez.

Clavé mi mirada asesina en ella y encima no pareció intimidarse.

Solo alguien tan amargada como ella era capaz de esto.

-Muchas gracias por tu ayuda Sakura.-dijo la profesora con algún matiz de enfado.- ¿Estás bien Naruto?

-Perfectamente.-más que responderle a ella se lo hice a la bruja porque no paraba de fulminarla con la mirada.

-¿Le devuelves el estuche a la señorita Haruno? Lo necesita para hacer los ejercicios que le voy a poner por agredirte.

Le está bien empleado por atacarme.

-Agredirle... Encima que he tratado de hacer funcionar su cerebro.

¿¡Qué!?

¡Yo a esta bruja la mato! ¡La mato!

Y lo que más me fastidia es que lo dice tranquilamente como si fuese algo realmente normal.

-Por fin empieza lo interesante.-dijo Shikamaru.

-Menos mal, ya me estaba aburriendo.-confesó Kiba sonriente.

Malditos gusanos aprovechados.

-¡Haruno!-gritó Kurenai.

-Perdón...-que mentirosa, si estaba riendo a más no poder.

Ino parecía que iba a reventar por aguantarse las risas y mis amigos estaba igual. En mi caso, estaba demasiado ocupado fulminando a la bruja con la mirada.

Con lo fácil que podría ser acabar con su vida, tan fácil. Y sin embargo, me cuesta librarme de ella.

Que paradójico.

-No pasa nada profesora...-cogí el estuche, te vas a enterar.- ¡Aquí lo tienes!

Admito que tal vez lo lancé con demasiada fuerza, pero le está bien empleado por bruja. Aunque como le dé tal vez me la cargo y yo quiero estrangularla con mis propias manos.

Pero la señorita perfección tuvo que salir indemne, protegiéndose con un cuaderno.

-Lo tengo Sakura, que buena idea detenerlo con el cuaderno.-encima Ino la anima.

¡Hay que joderse!

-¿Por qué no te apuntas a algún concurso de tiro con arco? Con esa puntería te llevas el primer premio.-espero que el primer premio sea un pase de ida al infierno.

-¿Habéis acabado de charlar?-preguntó Kurenai enfadada.

Asintieron.

-En ese caso vais a hacer los ejercicios de la última página.

-A merecido la pena.-nada más escuchar su repugnante voz clavé mi vista en ella.

¿¡Cómo se atreve a decirme eso!? Maldita... Pienso hacer que te arrepientas.

-Ya te digo.-susurró mi prima.

Traidora, estas en su bando.

-Que pena, ya se ha acabado el show.

-Vete a la mierda Sasuke.

-Bueno, al menos me he divertido un rato en mitad de la clase de matemáticas.

Normalmente siempre nos pasaba eso en mitad de clases. Los profesores ya no se extrañan si nos ven arrancándonos los ojos.

-Y eso es extraño, ¿No Shikamaru?

-Que gracioso estas hoy Kiba...

-Lo sé.

La clase por poco me mata de aburrimiento y lo que más me molesta es que la bruja no para de reírse.

¿No se suponía que la habían castigado?

-Sakura, no sé cómo se hace esto.-a pesar de estar en la otra punta siempre escucho sus conversaciones.

Tal vez puede ser que esté pendiente por si le da por atacarme.

-Mira es fácil.

-Señorita Haruno no le explique a Ino sus deberes, sino lo sabe que lo deje sin hacer.

-¿No se supone que debo hacer todos?-preguntó Ino.

-Sí, pero ese es su problema no el suyo.

-Quería ayudarla.-respondió Sakura secamente.

No sé alabar su valentía o reírme de ella.

La segunda opción la veo mejor.

-¿Entonces no le importará ayudar a todos los demás alumnos?

-Para nada.

-¿Las tiene bien puestas eh?-preguntó Kiba mirándola fijamente.

-Ya te digo...-respondió su compañero de asiento Shikamaru.

-Es una payasa, solo lo hace para llamar la atención.-escupí desagradablemente.

-Al menos yo no me tengo que bajar los pantalones para que me hagan caso.

Me levanté llevándome la silla conmigo y la observé de mala manera.

No me puedo creer que aun tenga los ovarios de responderme.

-Porque sabes que no te harán ni caso por mucho que lo hagas.-respondí con un comentario venenoso.

Antes de que ella pudiera contestar Kurenai mandó callar a la clase y pidió a Sakura que se acercara al encerado.

Esta vez he vencido yo.

Me senté con una sonrisa arrogante en mi rostro.

-Vaya mierda, esta vez no ha durado nada.-se quejó Kiba.

-¿Nunca os han dicho que sois imbéciles?

-No.-respondió Sasuke como si nada.

-Cuando quiera señorita Haruno, comience a explicar.

Yo que quería verla sufrir al no tener ni idea de nada, pero para mi sorpresa y la de muchos la pelirosa amargada explicó el ejercicio mejor que la profesora.

Si lo entendí hasta yo y eso que no la estaba poniendo atención.

-¡Muy bien Sakura!-gritó Ino en mitad de la clase.

-Yamanaka, baje el volumen.-le reprendió la profesora molesta porque no consiguió humillar a la bruja.

A mí también me había hecho ilusión que la humillase pero encima la asquerosa a quedado bien.

-Vuelva a su asiento.

-Cuando quiera profesora.-respondió la chica haciendo una reverencia.

Se acercó a su sitio sonriente pero nada más intercambiar miradas conmigo borró esa sonrisa y me lanzó una mirada asesina.

¿Qué le he hecho yo ahora?

Lo más extraño es que me divierte ver cuando se enfada.

Le devolví la mirada y sonreí maliciosamente.

Ya te tocará sufrir.


Kurenai me odia. Me ha sacado a la pizarra solo para humillarme, pero no me importaba. Si no la habría tomado con Ino.

Y eso no pensaba permitirlo.

Tras explicar el ejercicio volví a mi asiento. Por el camino vi a una rata con el ceño fruncido.

Me apuesto lo que sea a que quería ver como la bruja esa me humillaba. Qué pena que no lo haya conseguido...

Le lancé una mirada fulminante y él la correspondió.

-Has sido muy valiente.

-No ha sido nada, no iba a dejar que la tomara contigo.

-Entonces... ¿Hemos ganado este asalto?

-Hemos ganado, ven que te lo explico.

Siempre que las profesoras se dedican a arruinarme la vida Ino lo toma como una batalla de la guerra. He recibido muchas amenazas de chicas chaladas que están locas por la rata esa.

Como soy la única que le hace rabiar muchas chicas me amenazan para que le deje tranquilo, y las profesoras también lo hacen. Aunque ellas utilizan la humillación para que me amedrentara y le dejase tranquilo.

Cuando sonó el timbre que nos dejaba libres para ir a comer me sentí la persona más feliz del mundo.

-Voy yendo que tengo hambre. ¿Te compro algo?

-Cualquier cosa con chocolate me bastaría, gracias Ino.

-Algún día vas a reventar con tantas calorías.

-Estas obsesionada con eso, ¿Eh?

-Claro que no, me marcho que me rugen las tripas.

-Está bien, ten cuidado.

Guardé las cosas en la mochila y salí del aula.

Y pensar que mi estuche ha tocado su asquerosa cabeza...

Cuando bajaba las escaleras escuché algunos arañazos en el cuarto de limpieza, abrí la puerta y vi a un cachorro pequeño, de color blanco, arañando la puerta.

-¿Cómo has llegado aquí?

Lo cogí entre mis brazos y antes de que pudiera darme la vuelta alguien me empujó adentro. La puerta se cerró de golpe y escuché el sonido de unas llaves asegurando la puerta.

Me acerqué a ella y la aporreé con fuerza.

-¿¡Hay alguien ahí!?-era lo primero que se me ocurrió gritar ante esa situación.

No escuché nada. Sujeté con fuerza al perrito, que no paraba de temblar por culpa del frío que hacía en ese cuarto, y con la mano libre intenté abrir la puerta tirando con fuerza.

No conseguí ni moverla pero un aroma repugnante, que por poco me hace vomitar, me alertó de que la puerta no se había cerrado sola.

Ese olor es de...

-¡Rata asquerosa! ¡Ábreme la puerta!

Hubo un gran silencio.

-¡Sé que estas ahí!

Una hoja se coló por debajo de la puerta. La cogí delicadamente y tiritando por culpa del frío.

"Te felicito, no sé cómo has conseguido averiguar que era yo pero no me importa. No me voy a quedar a discutir contigo. Espero que estés bien abrigada porque te vas a quedar aquí un buen rato, así te lo pensarás mejor antes de meterte conmigo la próxima vez."

Cerdo rencoroso.

Deduje que se había marchado y no trate de golpear la puerta. Saqué el móvil tratando de llamar a Ino pero no tenía cobertura.

Mierda... De esta te acuerdas Naruto.

Me quité la chaqueta para tapar al perrito, el pobre no paraba de tiritar. Éste se acurrucó en mis brazos y yo imité su gesto en una esquina.

Busqué el sitio más resguardado del frío y me hice un ovillo apoyado contra la pared. Me había abrazado las piernas y el perrito descansaba tranquilamente en mi vientre, tapado con la chaqueta.


¡Por fin podemos ir a comer! Mis tripas están rugiendo como lobos.

-Naruto...

-Dime Kiba.

-¿Puedes cuidar de Akamaru por un momento?

-¿Es el cachorro que encontraste abandonado?

-Sí, voy a comprar algo para él y buscar un lugar para que no lo vean.

-¿Dónde lo llevabas?

-En la mochila. ¿Me lo cuidas?

-Kiba... Tu perro me odia.

Es verdad, la última vez que me lo enseño por poco me arranca los ojos de un zarpazo.

-Ahora está dormido, no te hará nada.

-Vale.-me pasó a una bola de pelo blanca.- No tardes.

Asintió y salió corriendo.

-Voy yendo que tengo hambre. ¿Te compro algo?-esa es la voz de mi prima.

-Cualquier cosa con chocolate me bastaría, gracias Ino.-y esa la de la bruja.

-Algún día vas a reventar con tantas calorías.-ojala.

-Estas obsesionada con eso, ¿Eh?-un poco.

-Claro que no, me marcho que me rugen las tripas.

-Está bien, ten cuidado.

Sakura, está sola.

¡La hora de su muerte se acerca!

Creo que en estos momentos mis ojos brillaban ante la idea.

Salí antes de que me viera y preparé mi venganza. Se lo pensaría mejor antes de meterse conmigo y encima me libraría del perro diabólico.

Son tal para cual, igual de mezquinos.

Con un poco de suerte tal vez coja un catarro y no la vea durante días. Aunque sería capaz de contagiármelo solo por fastidiarme.

Desperté al cachorro para que hiciese ruido y lo encerré en el cuarto de la limpieza.

Como me esperaba de la señorita perfección, que está dispuesta a hacer de todo por ayudar a los demás menos a mí, se acercó al cuarto de limpieza.

Abrió la puerta y cogió a Akamaru en sus brazos. Aproveché para empujarla adentro, no puse mucha fuerza en el empujón porque podría haber perdido el equilibrio y Akamaru podría haber salido herido.

Si pasa eso Kiba sería capaz de torturarme durante años seguidos y cuando esté medio muerto me remataría.

Cerré al puerta y la aseguré con tres vueltas de llave.

A ver como sales ahora guapa.

Lo de "guapa" era ironía.

Escuché golpes provenientes del otro lado.

-¿¡Hay alguien ahí!?

¿No esperarás que te conteste verdad?

Busqué una hoja y un bolígrafo, voy a comunicarle algo.

-¡Rata asquerosa! ¡Ábreme la puerta!

¿Cómo lo ha sabido?

Yo que quería quedar en el anonimato.

Escribí rápidamente la nota apoyándome en la pared.

-¡Sé que estas ahí!-la pequeña bruja se impacienta.

Colé la nota por debajo de la puerta y me fui de allí.

No podía borrar esa sonrisa de victoria al pensar que le había devuelto las palabras de esta mañana. Le está bien empleado por ser tan malvada.

Me dirigí a la cafetería y nada más entrar me gané la mirada de todas las chicas.

En vez de dirigirme a la mesa en la que siempre comía me senté en la primera que pillé. Debo evitar a Kiba o me pedirá a Akamaru.

En la mesa estaban varias chicas que sonrieron nada más verme.

-¿Os ha importado que me sentase?

-¡No! ¡Para nada!

Las que estaba a mi alrededor se colgaron de mis brazos y las otras se posicionaron detrás mío recorriendo todo mi pecho con sus manos.

-Chicas, estamos en público.

-Solo queremos divertirnos un ratito.

Una me cogió del mentón y me acercó hasta sus labios, tras cortar el beso la de al lado hizo lo mismo y así alternativamente. Mientras las chica de atrás manoseaban mi torso sin reparos.

Lo que me descolocó por completo fue un liquido cayendo por mi cabello, empapándome toda la camisa.

¿Qué diablos es esto?

Las chicas se levantaron de golpe mirando hacia atrás asustadas.

Nada más darme la vuelta un trozo de tarta se estampó en mi cara.

Me froté los ojos para ver quien había sido el suicida y como no, tuvo que ser la bruja.


El frío ha calado todos mis huesos.

¡Maldito asqueroso! ¡Cuando le pille le voy a matar!

Al menos podría haber sacado al cachorro de aquí.

Intenté llamar a Ino nuevamente pero ese cuarto es una miniatura e impedía que llegase la cobertura.

Me levanté al escuchar pasos y golpeé la puerta con fuerza.

-¿¡Hay alguien ahí!? ¡Ayuda! ¡Me he quedado encerrada!

Escuché el sonido de las llaves y por poco me abalanzo sobre la persona que me sacó de ahí.

Era Danzo, el encargado de la limpieza. El hombre en cuestión tenía el cabello de color oscuro. Su ojo derecho estaba vendado mientras que el otro siempre lo llevaba cerrado.
Y la pregunta del millón es... ¿Cómo puede ver?

Su particularidad más característica era la cicatriz en forma de " X" que estaba situada en su barbilla.

-Gracias por sacarme de aquí.

-¿Cómo te has quedado encerrada?

-Es una larga historia, se lo agradezco.

-No ha sido nada, tiene suerte de que pasase por aquí.

-La verdad es que sí.

Me despedí de él y corrí a la cafetería.

Ese ser asqueroso iba a pagar por esto.

Sujeté con fuerza al cachorro, no quería que pagase las consecuencias del asesinato que iba a cometer.

Cuando llegué al lugar indicado no tuve que esperar mucho para verlo rodeado de cuatro chicas. Una colgando de cada brazo y dos en su espalda.

Estas chicas son idiotas, le ven besando a la otra y no les importa.

Cogí la jarra que contenía leche y se la vacié en la cabeza.

Mientras las chicas se alejaban de él cogí una trozo tarta que alguien se había dejado, y por suerte era una porción bastante grande.

Las arpías sin sentido común me miraban con una mueca de terror dibujada en el rostro. Cuando la rata se dio la vuelta le estampé la tarta en la cara.

Se limpió la parte de los ojos para poder mirarme con furia.

-¿¡Tú eres gilipollas!?

Le vacié la jarra de agua que estaba al lado de la de la leche. Solo que esta vez se lo eché a la cara ayudándole a quitarse parte de la tarta.

Las chicas babeaban ante su pecho ya que con los líquidos se le pegó la camiseta a su torso.

Me parece que soy la única que le mira con asco.

-Hay que ser imbécil para encerrarme en un el cuarto de limpieza justo cuando está haciendo su turno Danzo.

Me miró como si ese detalle se le hubiera pasado por alto.

-Eres un ser miserable, al que no le ha importado poner a un inocente cachorro en peligro solo para vengarse.

-¿¡Vas a venir tú a darme clases de humildad!?

-Vete a la mierda Uzumaki. No te soporto.

-¡Sakura!-gritó Ino.- ¿¡Dónde estabas!? ¡¡Estaba preocupadísima!!

-Tu querido primito, rey de los orcos, nos ha encerrado en el cuarto de la limpieza.

-¿Nos?

-También estaba este.-le enseñé el cachorro dormido sobre mi chaqueta.

-¡Qué cosa más mona! ¿Dónde estaba?

-En el cuarto de limpieza seguramente algún desalmado lo habrá encerrado.-fulminé con la mirada a Naruto.- Y por "desalmado" me refiero al espantapájaros que tienes delante.

El rubio me mató con la mirada apretó los puños con fuerza hasta dejar los nudillos en blanco. Lo observé bien, la tarta se desprendía de su cara acabando en todo su cuerpo, el agua se había mezclado con la leche, dejándolo completamente empapado.

-Ya hablaremos tú y yo sobre esto.-dijo Ino en un tono frío y seco.

Nunca pasa nada bueno cuando habla así.

-¡Eso! Tu querida amiguita me deja hecho unos zorros y no le dices nada, yo la encierro por un momento en el cuarto de limpieza y soy la peor persona del mundo.

-¡Sí! ¡En ese lugar hace mucho frío! ¡Podría haberse enfermado!

-Tranquila que mala hierba nunca muere.

Un plato de espaguetis con tomate voló hasta su camisa. Se estampó en el centro de ésta y fue bajando lentamente pringándolo de arriba a abajo.

Naruto se había quedado con la boca abierta mirando su ropa y la gente me miraba con terror.

Levantó la vista y juraría que el fuego del infierno estaba preso en sus ojos.

-Maldita bruja... De esta te acuerdas.

-Aquí te espero.

Dio un paso dispuesto a saltar sobre mí pero sus amigos, aparecidos de la nada, volvieron a inmovilizarle mediante alguna llave de lucha.

-¡Soltarme traidores!

-¡Cálmate Naruto! ¡No hagas nada de lo que puedas arrepentirte!

-¡Me importa una mierda eso! ¡Dejarme que la mate!

Que salvaje... Menos mal que sus amigos nos han salvado.

-Sakura, vámonos de aquí...

-Sí.

Dicho esto me marché con el cachorro en brazos.


Esa bruja putrefacta se ha atrevido a estamparme una tarta... ¡A mí!

Esta no sabe la que le espera.

-¿¡Tú eres gilipollas!?

El agua me golpeó fuertemente en la cara. Fue cayendo con lentitud hasta empaparme toda la camisa y parte del pantalón.

-Hay que ser imbécil para encerrarme en un el cuarto de limpieza justo cuando está haciendo su turno Danzo.

¡Danzo! ¡No me acordaba de ese viejo gruñón!

Me ha jodido todo el plan, tenía pensado ir después y hacerle que suplicase por su libertad. Pero ese anciano corroído por la vida me lo ha estropeado todo.

-Eres un ser miserable, al que no le ha importado poner a un inocente cachorro en peligro solo para vengarse.

¿¡Yo!? ¿¡Y ella que!? ¡¡Cómo si hubiese hecho algo bonito por mí!!

Bruja falsa.

-¿¡Vas a venir tú a darme clases de humildad!?-estallé.

-Vete a la mierda Uzumaki. No te soporto.

¡Yo menos! Sin embargo, el hecho de que me haya mandado a la mierda ella y no al revés me ha enfadado más.

-¡Sakura!-gritó Ino interrumpiendo la respuesta que iba a mandarle.- ¿¡Dónde estabas!? ¡¡Estaba preocupadísima!!

-Tu querido primito, rey de los orcos, nos ha encerrado en el cuarto de la limpieza.

¿¡Qué me ha llamado!?

-¿Nos?

-También estaba este.-mostró el cachorro diabólico dormido sobre su espantosa chaqueta.

No me duermo yo ahí ni por todos los millones del mundo.

-¡Qué cosa más mona! ¿Dónde estaba?-de mona nada.

-En el cuarto de limpieza seguramente algún desalmado lo habrá encerrado.-me fulminó con la mirada.- Y por "desalmado" me refiero al espantapájaros que tienes delante.

¿¡Espantapájaros!? A alguien se le va a despegar la cabeza del cuerpo varios metros.

Le devolví la mirada asesina y apreté los puños con fuerza hasta clavarme las uñas en la palma de la mano.

-Ya hablaremos tú y yo sobre esto.-dijo Ino en un tono frío y seco.

¿¡Por qué mi prima defiende más a esa falsa que a mí!?

-¡Eso! Tu querida amiguita me deja hecho unos zorros y no le dices nada, yo la encierro por un momento en el cuarto de limpieza y soy la peor persona del mundo.-solté de mala manera, necesitaba saberlo.

-¡Sí! ¡En ese lugar hace mucho frío! ¡Podría haberse enfermado!

-Tranquila que mala hierba nunca muere.

Un plato de espaguetis impactó en mi pecho pringándome con el tomate el cuerpo entero. Me quedé un rato mirando el estropicio que el ogro ese acababa de hacer, mientras mi mente pensaba en cómo podía ser tan suicida.

Clavé mi vista en ella con deseos de matarla.

-Maldita bruja... De esta te acuerdas.

-Aquí te espero.

Lo que más me molestaba que no le importaba nada de lo que dijese. Encima me retaba con la mirada.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Me acerqué a ella con claras intenciones de terminar con su vida pero una llave de lucha me lo impidió. Esa llave la conocía bien, era de Sasuke.

No le importaba mancharse, seguramente quería detener la masacre que se iba a montar.

Me cogió de los brazos y apoyando las manos en la nuca los inmovilizó usando sus propias extremidades para mantenerme los brazos en alto.

Kiba me interceptó el camino poniéndose delante mío para evitar que siguiera andando y Shikamaru le ayudó.

Traidores... ¡Dejadme matarla!

-¡Soltarme traidores!-grité más que enfadado.

-¡Cálmate Naruto! ¡No hagas nada de lo que puedas arrepentirte!

-¡Me importa una mierda eso! ¡Dejarme que la mate!-solo necesito cinco minutos a solas con ella y acabaré con su existencia.

-Sakura, vámonos de aquí...

-Sí.

Y sin hacer nada más se marcharon de allí.

La bruja ni siquiera me miro para fulminarme con la mirada. Nada.

Sasuke aflojó el agarre y conseguí soltarme de él.

-Por poco...-dijo Shikamaru suspirando.

-Traidores...

-Di lo que quiera Naruto pero te hemos salvado de una buena.-respondió Sasuke.

-Dejadme en paz, mira como me ha dejado.

-Seguro que para muchas chicas, ahora estas más dulce que nunca.-dijo Kiba sabiendo que era el centro de atención.

-Que amable...

-¡Lo sé!

-¿Tenéis ropa limpia?

-Yo tengo en la mochila, luego tenía un entrenamiento de fútbol.

-Gracias Sasuke.

-No es nada, vamos a clase y te cambias en el baño o donde prefieras.

-¿Por qué dices eso?

-Porque tal vez quiera cambiarte en clase para atraer la atención de las chicas.

-No sería mal idea.

Las chicas que habían alrededor parecían encantadas ante la idea.

-Vámonos antes de que aparezcan profesores.-sugirió Shikamaru.

-Buena idea.

Agárrate Sakura Haruno porque después de esta voy a hacerte la vida imposible.

Más te vale que estés preparada porque voy a por ti.