Mi maldición [+18] (21/11/13) (Cap 59) [Final de la última temporada]

Cap 54: Maldición

-¿Cuánto queda?

-¿¡Quieres dejar de preguntar eso!? ¡¡Me estás poniendo la cabeza como un bombo!!

Naruto llevaba todo el camino preguntado eso como si fuese un niño pequeño, y lo peor de todo es que era él quien se sabía el camino.

-Qué fácil es sacarte de quicio.

¿Lo ha hecho solo por eso? ¡Se va a enterar!

Salté con fuerza y le ataqué desde arriba, para mi mala suerte éste me vio y lo esquivó de puro milagro. El suelo no tuvo tanta suerte.

-Menudo destrozo, ¿Así como vamos a pasar desapercibidos?

-Te veo muy contento... No lo soporto.

-Claro, acostumbrada a no sonreír...

Esta vez no tuvo tanta suerte y acabó estampado en un árbol.

-Jaque mate.

-Eres una bruta... Solo era una broma.

Me puse frente a él y bajé la cabeza lentamente.

-¿Solo bromeabas?

-Sí.-tragó saliva.- ¿Qué vas a hacer?

-Pedirte perdón.-me acerqué más.- Si sales de ahí te doy un beso.

Como respuesta abrió los ojos de golpe, estiró el cuello pero no llego hasta mí, tras forcejear un poco suspiró.

-Qué pena... Te quedas sin beso.

-Tú sabías que no podría salir de aquí ¿Verdad?

-Efectivamente, sino no te lo habría dicho.

-Eres una rencorosa, ¿Has hecho esto porque te he molestado?

-Así es, soy una mala persona. ¿Vas a salir de ahí?

-¿No has visto que no puedo?

-Hombres... Y luego van de duros.

Vena nivel tres... ¡Premio!

Se me ha ido la cabeza...

-Ya hablaremos.-trató de tranquilizarse.- ¿Me ayudas?

-Ya voy...

Tiré con fuerza de él y salió disparado en dirección a otro árbol.

Debo controlar mi fuerza.

Cuando lo encontré había atravesado el árbol y se había quedado incrustado.

-¿Otra vez? Le estás cogiendo el gusto a estar en el tronco ¿Eh? Claro, como esta igual de hueco que tu cabeza...

-¡Ya te pillaré! ¡Ahora ayúdame!

-Menudos modales, muy mal pervertido.-cogí una de sus manos.- Prepárate que voy a tirar.

-No utilices tanta fuerza.

Traté de no lanzarle volando pero mis esfuerzos fueron en vano, al menos esta vez él consiguió aterrizar sobre el suelo y no contra un árbol.

-Venga vámonos ya.

-Para ti es fácil decirlo, como no te has chocado tres veces.

-Si tú te recuperas pronto, venga sigamos.

-¿Y? Eso no quita que me has maltratado.

Que pesadilla de hombre.

-¿Te duele algo?

-El hombro.

-Vamos a ver...-me acerqué a él.- Quítate la camisa o no podré ver nada.

En ese momento sonrió maliciosamente y el resorte de mi cerebro se activó. Intenté escapar pero fue un poco tarde, el chico me cogió de la cintura y me acercó a él.

-¿Querías que me desnudase frente a ti?

-No gracias, prefiero comer larvas.

-Que mentirosa.

Acortó la distancias que nos separaban fundiéndonos en un beso.

-Ya me siento mejor.

-¡Yo no!-cerré el puño pero éste se escapó.- ¡Vuelve aquí!

-¡No quiero volver a ser parte de un árbol!

-¡Entonces serás parte de la galaxia!

Salió corriendo y yo le perseguí.

-¡No huyas gallina!

-¡Claro! Así puede pillarme y acabar con mi vida, ¿No?

-¡Por supuesto!

-Vamos Sakura, admítelo, te ha encantado.

-¡De eso nada!

-Cuando gritas como respuesta es que tengo razón.

-¡Por supuesto que no!

-¿Lo ves?

Agarré un tronco y lo utilicé para cortarle las salidas, lanzándolo al aire. No sé si fue suerte o puntería pero el tronco se quedó atascado entre dos árboles impidiendo su huida.

-Ya te tengo.

-Espera, podemos hablarlo como personas civilizadas.

-No quiero hablar, quiero romper huesos.

-¡Espera! Sakura, hablémoslo tranquilamente.

-Yo también tengo razón, eres una gallina pervertida.

-Yo la mato...

-Más quisieras majo.

-¿Quieres ponerme a prueba?

-Adelante.

-Tú lo has querido.

-¿Qué piensas hacerme?

-Esto.

Apresó mi muñeca y tiró de mí, tropecé en el camino y acabé entre sus brazos. Él no pudo aguantar el equilibrio y ambos caímos al suelo.

-¿Estás bien?

-Sí, ¿Y tú?

-Perfectamente, no pensé que pesabas tanto.

-¿¡Me estás llamando gorda!?

-¡No, claro que no!

Me hace gracia cuando niega como si no existiese un mañana solo para que no le pegue.

Aun así, debo admitir que junto a él estoy muy a gusto, pero... Sigo estando maldita.

-¿Nos vamos ya?

-Sí, pero antes deberías quitarte de encima.

No me había dado cuenta que seguía sobre él.

-Claro, ahora voy.

Me quité de encima echándome hacia atrás, quedando entre sus piernas. él se incorporó agarrándose la cabeza.

-¿Te duele?

-Solo estoy algo mareado, ¿Podemos descansar un rato?

-Sí, encima eres tú quien se sabe el camino.

Su vista se clavó en mí.

-¿Ya te lo he dicho no? Tienes unos ojos preciosos.

-Gracias.-creo que me he sonrojado.

No me había dado cuenta, pero yo estaba de rodillas entre sus piernas y él sentado frente a mí a pocos centímetros.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro.

-¿Quieres besarme?

-No, menuda pregunta.

-Entonces lo haré yo.

¿Qué?

No pude darme cuenta cuando se acercó a  mí ni cuando comencé a responderle. Nos tumbamos nuevamente en el suelo mientras nos besábamos.

En mi interior algo se removió e imágenes de sangre y cuerpos sin vida atravesaron mi mente.

Corté el beso asustada por culpa de eso, rezando para que ningún cuerpo fuese el de Naruto.

-Te he dicho que no quería besarte.

-Y no me has besado, he sido yo.

-Es lo mismo.

-No lo es, he empezado yo. Aunque tú me has respondido...-lo dejó caer mientras silbaba como si se le hubiese escapado.

-No te mato porque te necesito para llegar hasta la villa enterrada, que sino...

-Me siento un privilegiado.

-¿Ya te has recuperado?

-Aun me encuentro algo mareado, y todo por tu culpa.

-Si pretendías hacerme sentir mal, no lo has conseguido.

-¿Es que no tienes corazón?

Sí, pero está sumido en la oscuridad.

-¿Estás insinuado que soy mala persona?

-No, siempre te las arreglas para dejarme como el malo de la película.

-Tengo ese don.

Naruto sonrió sinceramente y como respuesta mi corazón latió con fuerza.

¿Qué me ocurre? ¿Por qué me pongo así cada vez que lo veo?

-Deberíamos ir yendo.

-Está bien.

Se levantó primero para ayudarme a mí mas no lo acepté. Ya bastante tengo con que me bese cuando le dé la gana.

¿Cómo voy a engañar así a la maldición?

Seguimos nuestro camino en silencio.

Creo que estamos dando vueltas... Este paisaje me recuerda a algo...

-Naruto, ¿Estás seguro de saber el camino?

-Claro que sí, tranquilízate que no nos hemos perdido.

Observé el lugar y me sorprendí al ver el tronco de antes, entre dos árboles.

-¿Cómo que no? ¿Y eso que es?

-¿El qué?-dirigió su mirada al lugar señalado.- El árbol...

-Detengámonos, estamos dando vueltas a lo tonto.

-Pero no lo entiendo, era por aquí.

-¿Crees que haya que averiguar algún acertijo para alcanzar la villa?

-¿Y por qué habría que hacerlo? Allí no se guarda nada importante que yo sepa.

-Si atacaron la villa sería por algo, ¿No? Tal vez tenga algún secreto que no sepamos.

-Pero quien la atacó fue la bestia, los aldeanos la vieron.

Si el zorro ha sepultado ahí la villa, es porque tal vez haya una pista para vencer a la maldición.

Aunque estoy empezando a dudar que haya sido una creación de la maldición. Si fuera así... ¿Por qué me hace reverencias y no me ataca hasta que yo lo hago?

Es todo muy sospechoso.

-¿En qué piensas?-preguntó el rubio mirándome.

-En alguna forma de encontrar la villa.

-¿Los demás habrán podido averiguar el acertijo?

Los demás, también se me hace raro que no los hayamos visto en todo el camino.

¿Les habrá pasado algo?

-Aun no sabemos si hay que resolver algo, pero parece lo más lógico.

-¿Y si preguntamos en las aldeas que vieron al zorro? Tal vez podamos conseguir alguna pista.

-Es una buena idea. La pregunta es... ¿Podremos encontrarlas?

-Eso ni se pregunta.

Naruto creó tropecientos clones, y éstos se desperdigaron por el bosque en el que estábamos.

-¿Encontrarán algo?

-Esperemos que sí.

A ver, si la villa tenía algún secreto, tal vez haya una protección especial. Pero el zorro consiguió atravesarla, sino no habría podido atacar.

Eso nos lleva a que si seguimos sus pasos, podremos dar con la clave.

¿Cómo saber por dónde ha pasado? Necesito cualquier arañazo o huella y si lo toco, tal vez pueda averiguar la forma de llegar a ella.

¡Eso es! ¡Necesito tener una visión!

-Naruto, busquemos pistas.

-¿De qué?

-De lo que sea, pongámonos en marcha.

-Vale.

Esta vez fui yo quien guió el camino y terminamos al borde de un barranco.

-Por aquí no hay salida.

-Bueno, al menos hemos conseguido salir del bosque.

-Tendremos que volver, no hay persona que pueda saltar hasta allí.

-Supongo que tienes razón. Vámonos.

Ese acantilado me escama, ¿Que pinta eso en  mitad de un bosque?

Al otro lado puedo ver más árboles... Un precipicio en medio de un bosque no encaja.

Creo que le estoy dando demasiadas vueltas, tal vez no sea nada.

Varias copias llegaron para informarnos y por suerte una de ellas había encontrado una aldea.

Nos dirigimos a ella con la ayuda de la réplica y una vez allí Naruto deshizo la técnica.

-Tal vez podamos encontrar algo aquí.

Observé a la gente, parecía no ser dueño de su cuerpo. Andaban pesadamente, tenían la mirada perdida y las ojeras adornaban el rostro de todos. Incluso de los niños.

Que mal rollo da esta villa.

-No creo que descubramos mucha cosa.

-¿Nos dividimos? Así podremos abarcar más terreno.

-Supongo que sí.

Solo con dar dos pasos ya me había perdido.

Como odio mi falta de orientación.

No voy a preguntar a nadie, no vaya a ser que la maldición actúe.

Buscaré por mi cuenta.

Todas las casas estaban cerradas a cal y canto, la gente me evitaba y supuse que a Naruto también.

La sorpresa me vino al ver que un niño se acercaba a mí. Éste no estaba tan pálido, ni tenía tantas ojeras.

-¿Usted es nueva?

-Así es.

-Ayúdenos por favor.

¿Qué?

Antes de que pudiera responder una mujer se lo llevó del brazo y desaparecieron tras la niebla que se levantó de repente.

Es evidente que aquí ocurre algo.

Supongo que debería tratar de preguntar, pero dudo que alguien me responda.

Traté de buscar al niño pero no di con él.

Una anciana se cruzo en mi camino, una túnica negra tapaba todo su cuerpo y solo se le podía ver la cara.

Daba algo de miedo, pero he visto cosas peores que esto. No me afecta tanto.

-No aceptamos turistas aquí, iros.-escupió sin más.

-No somos turistas, estamos de misión.

-Tampoco aceptamos ninjas, ni gente que viene a fisgonear.

-Si solo me ha venido a decir eso, pierde el tiempo.

-Es una advertencia, tómala como quieras.

-Lo que usted diga.-pasé al lado de ella como si nada.- Voy a seguir paseando si no le importa.

-Mocosa maleducada, la desgracia caerá sobre ti.

Me di la vuelta para mirarla fijamente.

-Ya la tengo, no puede caerme nada peor.-roté sobre mi propio eje.- Nos vemos por las calles.

-Tú lo has querido.

La anciana desapareció en la niebla, pude verlo de reojo.

Confirmado: Aquí ocurre algo.

Tengo que encontrar a Naruto.

Necesitaré preguntar a alguien, cualquier persona me vale.

Pero por si acaso, buscaré a alguien que parezca tener un pie en el mundo de los vivos.

No pude encontrar a nadie, y no me culpo. Apenas puedo saber con certeza si sigo en la villa o en un cementerio.

-Chica.-observé a la persona que dijo eso.- Marchaos de aquí ya.

La persona en cuestión era un hombre que parecía sacado de la tumba.

-Menuda hospitalidad, así no conseguiréis atraer a mucha gente.

-Joven ninja, no deberías jugar con nosotros, no tenemos nada que perder.

-Yo tampoco.

-Ya basta.-la anciana salió de la nada.- Esta chica no nos hará caso, dejemos que él se encargue de ella.

-¿De quién habláis?

-Cuando caiga la noche lo sabrás si sigues aquí.

-Decidme dónde está mi compañero y me marcharé.

-Para él es demasiado tarde, ya ha caído.

-¿¡Qué!?

-Fue fácil engañarle diciéndole que estabas en peligro, el chico cayó en la trampa a la primera.

-¿Qué le habéis hecho?

-Por ahora nada, pero esta noche será uno de nosotros.

Agarré con fuerza a la anciana y la acerqué a mí.

-Escúchame vieja chocha, como le hagas algo juro que te mataré.

-No juegues conmigo.-se evaporó en mis manos y apareció detrás mío.- No podrás hacerme nada.

-Eso lo veremos.

-No pierdas el tiempo, para ti también será el final esta noche.

-¿Por qué habéis ido a por mi compañero? ¿Por qué no me habéis atacado a mí?

-El poder de su bestia nos va a venir muy bien para alimentarle.

¿¡Alimentar a quien!?

El hombre y la anciana desaparecieron en el aire sin parar de reír como locos.

Mierda... Nunca debimos haber venido aquí.

¿Por qué no me callaría? Ahora mismo estaríamos dando vueltas por el bosque tan tranquilamente.

Tal vez si toco algo, pueda tener una visión.

Pero cuando he tocado a la anciana no ha pasado nada... Qué extraño.

Seguí caminando para buscar algo sospechoso que pudiese investigar.

La gente murmuraba que huyese o se alejaba de mí.

El sol empezaba a esconderse, y con él mis esperanzas de encontrar a Naruto.

¿Dónde estará?

Caminando sin rumbo alguno llegué a una posada, estaba muy deteriorada.

Dudo que alguien pueda pasar la noche aquí.

La puerta estaba atascada así que la arranqué para poder entrar.

En el interior no quedaba nada en pie, solo había ruinas y muertos.

Tal vez...

Me agaché para tocar uno de los cuerpos sin vida y para mi alivio una visión apareció rauda en mi mente.

En ella podía ver a gente correr despavorida, la sangre derramada teñía todo el suelo, y la anciana estaba en el medio de la masacre viendo todo tan tranquilamente.

-¡Arrodillaos antes el demonio todopoderoso! ¡Si os resistís será peor! ¡No hay nada que pueda detener su destrucción!

Detrás de la anciana se alzaba una sombra enorme, no podía verla bien. Pero puedo asegurar que era ella la causante de todo este desastre.

Quizá la anciana se refiera a este demonio cuando dijo que él se encargaría de mí.

Un momento... También dijo que valdría para alimentarle.

¿¡No estará pensando en sacrificar a Naruto verdad!?

¡Por encima de mi cadáver!

La visión terminó y pude abrir los ojos.

Muy bien, estoy sola contra ese demonio, mas no me voy a rendir.

Toca reunir fuerzas y salvar a Naruto.

Yo también soy un monstruo, puede que me entienda con el demonio.

Lo que no entiendo es porque atacó a esta villa...

¿Qué tiene de especial?

Está en mitad de un bosque y no hay nada de valor por aquí.

Algunos de los muertos eran ninjas, podía ver su protector.

Venían de diferentes naciones y cada uno tenía armas distintas.

Algunas se conservaban bien así que decidí cogerlas para tener un arsenal con el que defenderme.

Cualquier precaución es poca.

Siempre me he metido en grandes problemas pero este se lleva la palma de la mano.

Bueno... Miento, cuando perseguí a la bestia de Killer Bee, tuve que mover cielo y tierra para encontrarlo y vi cosas mucho peores que esta.

Salí de la posada y observé el cielo, la luna ya estaba visible pero no se encontraba en su punto más alto.

-¿Aun sigues aquí? Te dimos una oportunidad para huir.-nuevamente la anciana apareció de la nada.

-¿Y por qué me la diste? ¿No sería más fácil capturarme?

-¿Para qué haríamos eso? No tienes ningún poder, no vamos a dejar que él pierda el tiempo con mosquitos insignificantes.

-¿Él? ¿Quién es él?

-Esta noche lo sabrás.

-Ya es de noche.

-Aun falta un poco.

-No sé cómo te llamas, aunque tampoco es que me interese. Devuélveme a Naruto y no te haré nada.

-Un ser insignificante como tú no puede dañarme, soy inmortal.

-Pues la inmortalidad le ha sentado muy mal a tu piel.

-Niña insolente, pagarás caro tu afrenta.

Los aldeanos aparecieron uno a uno tras ella, incluso estaba el niño pero algo me dice que ya no me podrá ayudar.

Estaba igual que ellos: Piel pálida, mirada perdida, ojeras...

Lo he perdido...

Lo pagarán caro.

-¿Qué le habéis hecho al niño ese?

-Le permitimos vivir con su alma, pero se fue de la lengua. respondió la anciana.- Ahora es uno de nosotros.

-¿Quieres decir que ninguno tiene alma?

-Así es.

-No tener alma, no significa ser inmortal.

-Bonita reflexión, es una pena que vayas a morir.-me señaló.- ¡A por ella!

Los aldeanos se lanzaron en tropel hacia mí, sus pasos eran torpes y muchos de ellos se chocaron en el intento de capturarme.

Salté hacia el tejado para esquivarlos.

-¡Malditos ineptos! ¡Acabad con ella!

Comenzaron a trepar por el edificio, muchos de ellos caían y volvían a intentarlo.

Es como si no les hiciese daño nada.

Salté de tejado en tejado y me escabullí al corazón de la villa.

-¡Está huyendo! ¡Atraparla y acabar con su vida!-escuché el grito de la anciana en la lejanía.

Debe de haber alguna forma de noquearlos sin hacerles daño.

Siguen siendo personas.

La luna estaba subiendo lentamente pero sin pausa, como si la estuvieran empujando.

Una nube de humo me cortó el paso, de ella salió la anciana con un bastón en la mano.

El báculo en cuestión, era de madera, con una bola reluciente en la punta, parecía tener algo dentro.

-Él está a punto de despertar, será mejor que me encargue yo de ti.

-Inténtalo.

La verdad, es que no me importa que acabe conmigo.

Así la maldición dejaría de matar gente, pero... Si caigo aquí, Naruto puede morir.

Y eso no voy a permitirlo.

Lucharé, y saldré victoriosa por él.

-¡Contempla el poder de la oscuridad!-gritó levantando el bastón.

En éste comenzó a acumularse poder oscuro, sé de lo que hablo, lo he visto muchas veces.

La luna parecía darle más poder al bastón.

-¡Desaparece!

El ataque vino directo a mí y era demasiado grande para esquivarlo, a medida que se acercaba crecía más y más.

¿¡Cómo puedo esquivarlo!?

El ataque explotó frente a mí pero no me hizo daño, el humo que levantó impedía que pudiese ver más allá de mi nariz.

-¡Te avisé mocosa insolente! ¡Nadie juega conmigo!

-¿Eso quien lo dice?-pregunté sabiendo que me podía escuchar.

Hubo un breve silencio.

-¿¡Cómo es posible que sigas viva!?-el humo comenzó a disiparse lentamente.- ¡Sal para que pueda verte!

No me podía mover del sitio, algo impedía que mi cuerpo reaccionase.

El viento se levantó con fiereza, pero yo no lo noté. Mi cabello no se movía y no sentía nada de frescor.

Solo pude adivinarlo porque el humo se fue con rapidez, empujado por el aire.

Observé a mi alrededor y vi una esfera de oscuridad pura, podía notar el rencor y el odio que emanaba de ella.

¿Puede ser producto de la maldición?

Si ese ataque podría haberme matado, la respuesta es afirmativa.

-¿¡Qué está pasando aquí!? ¿¡Cómo es posible esto!?

-¿Crees que te lo voy a decir? Lo llevas claro.

La anciana se enfado y levantó el bastón.

-¡Nadie puede controlar el poder de la oscuridad como yo! ¡Llevo años andando por las sombras para obtener el poder oscuro!

-Pues te ha salido mal.

-¡Muere!

Unos truenos negros se dirigieron a mí. Ninguno llego a tocarme, todos fueron absorbidos por el escudo.

-No puede ser... Una mocosa no puede vencerme.

-Siempre hay personas que te superan.

-¡Tú no puedes superarme! ¡Acabaré contigo y obtendré tu poder!

-Jamás lo conseguirás.

-¡Eso lo veremos!

Todos sus ataques fueron en vano, lo único que hacían era aumentar el tamaño del escudo.

"Utiliza el escudo para atacar"

La voz de ultratumba me sobresaltó.

-¿Cómo voy a atacar con algo que sirve como defensa?

No escuché la respuesta.

Al menos me ha ayudado en algo.

Mientras la anciana atacaba sin éxito alguno, yo tenía que averiguar cómo librarme de ella.

Toqué el escudo y éste comenzó a tomar otra forma.

Aparté la mano y volvió a su estado original.

Volví a tocarlo y éste pareció deformarse pero no llegaba a nada.

¿A qué espera?

La anciana me atacaba mediante fuego oscuro, si pudiera apagarlo podría atacarla.

Pensé en unas cataratas y el escudo no tardó en cumplir mi pensamiento.

Rápidamente se convirtió en agua oscura, que consiguió apagar todo el fuego y llevarse por delante a la anciana.

¡La oscuridad hace caso a lo que pienso!

¿Significa eso que la maldición está dispuesta a ayudarme?

Esto me ha pasado antes, si estoy en peligro de muerte, ella me ayuda.

Tal vez este enemigo sea demasiado para mí y acude en mi rescate.

Hay que recordar que si yo muero ella también.

Si tengo a la maldición de mi lado no voy a perder.

Ya verás Naruto, te salvaré.

-¿Tú también puedes controlar el poder oscuro?

-No exactamente, no soy yo quien lo controla.

-¡Eso significa que podré robártelo! ¡Despídete de él!

Se acabó el esperar a que sus ataques me acierten.

Esta vez golpearé yo primero.

Mediante un salto me posicioné sobre ella y bajé la pierna a la velocidad del rayo. Mi pie se estampó contra su bastón.

Para ser de madera es resistente.

-Nunca conseguirás dañarme.

-No sabes de lo que soy capaz, anciana.

Me apoyé en el báculo y la golpeé con el otro pie en la cabeza. Ésta se estampó contra el suelo y el bastón salió volando.

-Maldición...-susurró ella.

Presente.

"Destrúyelo"

Hice caso a la voz de ultratumba y me acerqué al bastón para cogerlo.

-¡Alto! ¡No puedes romper eso!

-¿Por qué no?

-Hay dentro... Está mi alma.

-¿Cómo?

-Le vendí mi alma al demonio a cambio de poder.

-¿Por qué hiciste eso?

-¡No te importa!

-En ese caso destrozaré el bastón.

-¡Espera! Te propongo un cambio.

-¿Cuál es?

La anciana levantó la mano y un agujero negro se hizo presente en el cielo.

Una bola de oscuridad bajó lentamente hasta quedar al lado de ella, en su interior pude ver a Naruto.

-¿Sorprendida?

-Suéltale.

-El bastón, a cambio del chico. ¿Te parece bien?

-Hecho, pero primero entrégalo tú.

-No pienso caer en ese truco.

-En ese caso...-apreté el báculo.- El alma de alguien quedará perdida.

-¡Detente! Está bien, aquí lo tienes.

La bola se acercó a mí y se deshizo cuando estuvo delante mío, le lancé el bastón con fuerza y me arrodillé para verlo.

-Naruto, despierta por favor.

-Nunca volverá a abrir los ojos.

-¿¡Qué!?

-Sin alma no se puede vivir.-la anciana mostró una luz blanca.

-Me has engañado.

-Yo te he dado al chico, su esencia me la he quedado yo.

-Devuélvela.

-Es impresionante ¿Verdad? El chico lleva una bestia en su interior pero aun así su alma es blanca y pura. Debe tener un gran corazón, lástima que ya no le sirva.

Tumbé a Naruto en el suelo y pensé en un escudo que le protegiese de la batalla.

Como esperé, la oscuridad me hizo caso y rodeó a Naruto.

-Él no tenía nada que ver en esto, seguramente estuvo preocupado por mí y tú jugaste con él.-clavé la vista en ella.- ¡No te lo perdonaré!

Antes de que pudiera responder había saltado para atacarle desde arriba.

Mi puño se estampó contra el suelo, la anciana había desaparecido tras la niebla.

-Nunca conseguirás acertarme.

-¡Cállate!

En la palma de mi mano se reunió el rencor y el odio, seguramente procedente de la maldición.

Sin pensarlo dos veces lancé esa oscuridad en dirección a la anciana.

El poder tomó forma de flecha y se dirigió a ella a la velocidad de la luz.

-No debiste hacer eso, ahora absorberé tu poder.

Sin hacerla ni caso, comencé a correr hacia ella.

Si no le daba la flecha lo haría yo.

La mujer, junto las manos y al abrirlas apareció una espiral negra. Ésta comenzó a absorber con fuerza mi poder oscuro y consiguió tragárselo.

-Lo tengo.

-Entonces esquiva esto.

Me posicioné delante de ella y la golpeé con fuerza. Derribé a la anciana y la ataqué desde el aire.

-¡Di adiós a este mundo!

-¡Jamás!

Levantó el bastón y me atacó con rayos oscuros.

Ninguno consiguió darme, ni siquiera los esquivé. Ellos mismos se torcieron para no golpearme.

Ella consiguió esquivar mi ataque y apareció tras de mí.

-Se acabó para ti.-invocó la espiral negra que antes se había tragado mi ataque.- Morirás ahora mismo.

Levantó la espiral en el aire y la agrandó hasta el punto de romper todos los edificios.

-¡Despídete de esta batalla! ¡Has sido una gran oponente pero nunca me vencerás!

La espiral se retorció y mi flecha oscura escapó de su interior. Cambió su rumbo y se dirigió hacia la anciana.

-¿¡Qué!?

La oscuridad se estampó contra su cuerpo con fiereza.

El bastón salió volando y cayó frente a mí.

Hora de destruirlo.

Justo cuando lo cogí apareció la anciana muy herida, apenas podía mantenerse en pie.

-Espera... ¿Por qué no te unes a mí? Juntas dominaremos el mundo...

-No quiero el mundo, quiero recuperar a mi compañero.

-Podrías hacer que él te obedeciera, podrías tenerlo a tus pies.

-¿Y qué ganaría con eso?

-¿No lo quieres de vuelta? Así te asegurarías de que no se alejase de ti.

-No me hace falta tenerlo a mis pies para eso. Ha sido la única persona que ha visto más allá de mí.

-¿Por qué te preocupas tanto por él? ¡Te ha abandonado! ¡Te ha dejado sola en esta villa!

-De eso nada, el cayó porque se preocupó por mí, sino hubiera sido así jamás le habríais pillado. Él es más fuerte de lo que crees.

Apreté el bastón con fuerza y la anciana se retorció en el suelo.

-Aunque a mí me venzas no podrás contra él.

-¿Contra el demonio?

-¿Cómo lo has sabido?

-No te lo voy a decir, tras encargarme de ti me libraré de él. Habéis traído mucho dolor a esta villa y lo pagaréis caro.

-Nadie puede vencer al señor.

-Siempre hay una primera vez.

Ejercí más fuerza contra el báculo de madera.

-Espera...-tosió.- Puedo devolver la vida a tus seres queridos... Si me dejas huir te concederé ese deseo.

-Mi único ser querido está tumbado a mis pies. ¡Y tú le has robado su alma!

El bastón comenzó a desquebrajarse.

-Alto... Puedo... Devolverle el alma... Si me perdonas la vida.

-Hazlo.

La anciana liberó la luz blanca que se alzó al cielo.

-¡Su alma morirá conmigo!

La anciana disparó una corriente de oscuridad hacia la luz.

-¡No!

Imágenes de Naruto acudieron con rapidez a mi mente, mi corazón latió con fuerza y la calidez que inundaba mi cuerpo se desató en forma de luz.

Los haces de fulgor rodearon esa oscuridad y la destrozaron como si fuese de cristal.

-No es posible... ¿Tú no controlabas la oscuridad?

-Controlo muchas cosas.

-Nadie puede vivir con luz y oscuridad, es imposible.

-Supongo que estar maldita tiene sus ventajas.

-¿Maldita? No puede ser... Entonces eres tú...

-¿Qué?

-Ahora entiendo porque no te vencía.

-Apenas he utilizado el poder de la maldición, te he golpeado más veces por mi cuenta que con la oscuridad.

-Más quisieras... Si no habría sido por ella, ya no estarías aquí.

-Tú tampoco lo estarás.

-Mi amo te absorberá y su poder se completará. Después no habrá nada que lo detenga.

-¿A qué te refieres con eso?

-¿No lo sabes? Tú maldición se dividió hace tiempo para poder vivir en el recipiente que le había tocado. Era tan bajo tu poder que no habrías aguantado toda su oscuridad, así que se desprendió de parte de su fuerza para poder aguantar.

-¿Se dividió?

-Así es, esa oscuridad tomó forma, y así se crearon demonios como mi amo.

-¿¡Quieres decir que hay más como él sueltos por ahí!?

La anciana rió con fuerza.

-¡Por supuesto! ¡Y pronto vendrán a por ti! ¡No te salvarás y acabarán con tu vida! ¡La gente que te rodea corre tu mismo destino! La muerte...

-¿¡Cómo sabes tú todo eso!?

-Mi amo me lo contó, llevábamos tiempo buscándote. Quien me diría que vendrías a nosotros, ahora estás perdida.

Las grietas del bastón se multiplicaron.

-¡No voy a dejar que hagan daño a nadie! ¡Han sufrido suficiente por mi culpa! ¡No permitiré que vuelva a suceder!

-No podrás hacer nada, tu maldición está ligada a la muerte y tú también. ¡Nunca huirás de ella!

-Eso quiere decir que la muerte está aquí ahora mismo.

-Es muy probable, pero ya te he dicho que yo no tengo alma, la muerte no me puede hacer nada.

El báculo se rompió en mil pedazos, las almas que estaban encerradas en él salieron con velocidad.

-¡¡No!! ¡Mi poder! ¡Mi alma!

-Se acabó lo que se daba, no harás más daño.

Con sus últimas fuerzas la anciana disparó un rayo oscuro en mi dirección.

Esta vez no fue la luz quien me salvó, ni la oscuridad, sino el alma de Naruto. Se posicionó delante mío y comenzó a brillar.

El ataque se vio afectado por la luz intensa y desapareció en el aire.

Su alma se dirigió hacia mí lentamente, la cogí con ambas mano y las apreté contra mi pecho.

-Muchas gracias...

-No puede ser...-la anciana se desplomó.

¿He acabado con ella?

No sé qué ha pasado, pero ha sido un trabajo en equipo. Tanto la luz como la oscuridad me han ayudado mucho.

Es la primera vez que veo coordinación entre ellos.

De repente la tierra comenzó a temblar, levanté el cuerpo de Naruto y lo apreté contra mí.

-¿Qué está pasando?

-Ha despertado...-respondió la anciana con un hilo de voz.- Será tu fin.

No volví a escucharla, el suelo se abrió y se la tragó.

-No sirves para nada, vieja.-esa voz era igualita a la que oigo en mi mente, a la de la maldición.

¿Esa anciana tenía razón?

La oscuridad comenzó a juntarse en el cielo, la tierra temblaba mucho más, perdí el equilibrio y caí al suelo.

Lo peor de todo es que no sabía cómo devolverle el alma a Naruto.

La oscuridad comenzó a tomar forma.

Las almas liberadas empezaron a rodearme con rapidez. Formaron un círculo que se expandió para abarcar más terreno.

El alma de Naruto se acercó a mí y se quedó tendida en el aire.

La oscuridad se hacía cada vez más grande hasta que tomó la forma de la sombra que vi en la visión.

Con las almas rodeándome no podía ver bien pero pude comprobar que los ojos negros que tenía, eran iguales al zorro y a la sombra que vi en la villa de Idate.

Entonces... ¿Es parte de la maldición?

En ese caso no puedo permitir que me absorba o viceversa, la maldición se haría mucho más fuerte y ya bastante me cuesta mantenerla a raya ahora como para hacerlo si se vuelve más fuerte.

La sombra cayó con fuerza destrozando toda la villa.

-Al fin nos encontramos.

-Tú eres parte de mi maldición por lo que me han contado.

-Así es, y pronto volveremos a ser uno mi pequeña portadora de la maldición.

Esas palabras...

-¿Eras tú la oscuridad que se me metió cuando estaba en Konoha?

-No sé de qué me hablas, es la primera vez que nos vemos y será la última. Pronto podré estar completo.

¿Entonces quien era esa oscuridad? ¿Sigue dentro de mi cuerpo?

-¡Adelante portadora de la maldición! ¡Enséñame de lo que eres capaz!

¿Qué puedo hacer? Yo no voy a poder contra ese monstruo.

Observé el cuerpo inerte de Naruto.

Sino lucho, acabará con su vida. No puedo permitirlo.

Por mi culpa lo mataron una vez, le han herido y ahora le han robado el alma.

No voy a dejar que sufra más.

Lucharé, sin importar lo que pase, lucharé.

Aun a costa de mi vida.

Cap 55: Trabajo en equipo

Los golpes azotaban la devastada villa.

No creo que nadie supiese de su existencia por el simple hecho de que todo el que entraba aquí caía en manos del diablo, pero aun así sigue siendo una aldea.

Las ondas expansivas se reinaban por doquier, las almas se agrupaban en bandos para atacar, la luz pura de Naruto no se alejaba de mí en ningún momento y yo no sabía qué hacer.

El diablo es demasiado fuerte.

-¿Eso es todo lo que puedes hacer pequeña portadora de la maldición? ¡Demuéstrame porque te ha elegido!

¿Elegido?

-¿Tú sabes algo acerca de mi maldición?

-Por supuesto, yo soy parte de ella.

-¡Dime lo que sabes!

-Antes debes vencerme, sino te absorberé y al fin me veré completo.

Nunca permitiré que pase eso.

Salté al cuerpo oscuro del diablo, al tacto debería hacer daño, al ser una gran acumulación de dolor y rencor, pero como ambos lo llevábamos dentro nos repelíamos y ninguno podía hacer daño al otro.

Mediante la oscuridad no puedo herirlo, debería utilizar la luz pero no sé qué hacer una vez que salga.

Además está el alma de Naruto, que es lo que más me preocupa.

Las almas impactaban contra el cuerpo del diablo sin mucho éxito.

Parecía que estaban dispuestas a ayudarme, sin conocerme si quiera.

Trepé por su cuerpo y estampé mi puño en lo que parecía ser su cara pero no le hice nada.

-Eso me ha hecho cosquillas.

-A la siguiente te haré algo más.

El diablo abrió la boca y comenzó a cargar energía, pensé en un escudo y como ocurrió antes, la maldición me socorrió salvándome del ataque mortal del diablo.

-Es algo complicado vencerte si compartes mi poder.

-Es lo que hay.

-No cantes victoria tan pronto.

El diablo levantó la mano y la dirigió a mí, un golpe sí que sería efectivo.

El alma de Naruto se puso frente a mí y comenzó a brillar con fuerza, el diablo se detuvo al acto.

-¿Qué es esto?

No dudé en atacarle mediante una patada, y no sé porque pero esta vez conseguí tumbarlo.

¿Habrá sido gracias a Naruto?

Unas almas me recogieron justo cuando estaba a punto de llegar al suelo y me dejaron delicadamente en él.

-Maldito jinchuriki, la está ayudando...

-¡No le llames así!

Levanté un gran trozo de tierra y se la lancé de golpe.

Como no había luz, el ataque no le hizo nada.

Creo que lo he pillado, si consigo despertar mi luz y le ataco con ella podría derrotarlo, pero él no me dejará el tiempo para concentrarme.

El diablo abrió la boca y comenzó a aspirar a las almas que se arremolinaban junto a mí.

-¡No!

Corrí hacia el diablo con el alma del rubio detrás, en ningún momento se había despegado de mí.

Golpeé el pie del demonio pero no le hice nada, pensé que lo desequilibraría.

-Ya te lo he advertido, no podrás hacerme nada portadora de la maldición, estás condenada a formar parte de mi ser.

-Nunca dejaré que me absorbas.

-Tiempo a tiempo, mi pequeña portadora de la maldición.

Utilicé el tiempo que las almas ganaban al no ser absorbidas para pensar en Naruto, mi corazón latió con fuerza y la sensación cálida invadió mi cuerpo.

-¿¡Qué es ese poder!?-gritó el diablo cortando la aspiración.

-Naruto...

La luz se liberó de golpe empujando al diablo. En vez de salir en forma de columna de luz, esta vez se acumuló a mi alrededor permitiéndome levitar.

-¿¡Cómo has hecho eso!?

-Hay muchas cosas que no sabes de mí.

-Es imposible que puedas tener algún contacto con la luz, estás maldita y la muerte te acompaña haya donde vayas, no hay sitio para la luz.

-Veo que te equivocas.

¿La luz funcionará igual que la maldición?

Pensé en un gran meteorito envuelto en luz, y al observar al cielo comprobé que llegaban varios sin rumbo alguno.

¡Funciona!

Levanté la mano para que vinieran a mí y una vez abajo los envié en dirección al diablo.

Él tuvo que disparar una ráfaga oscura para hacerles frente, así que aproveché ese momento para hacerle frente y asestarle otro golpe.

Gracias a la luz que me envolvía, la patada le hizo daño.

-Te he subestimado.

Las almas se pusieron delante mío.

-¡Fuera de mi camino!-disparó un rayo completamente negro, la luz brilló con fuerza y me protegió del ataque, atrapé el alma de Naruto en mis manos para que no le pasase nada.

Las demás almas se perdieron en el aire y observé al diablo acercarse a mí.

Me golpeó con el puño y atravesé todas las casas que estaban de pie, me estampé contra un árbol y caí al suelo.

Las heridas producidas por el impacto se curaron solas, gracias a la luz.

-Sorprendente, pensé que no podrías levantarte.

-No voy a dejar que me absorbas.

-¿Por qué peleas tanto? No vas a cambiar el hecho de estar maldita.

-No me importa.

-¿Entonces cual es el motivo?

-Una persona.

-¿Arriesgas tu vida por una persona? Eso es un grave error.

-Tú no sabes cómo es así que no tienes derecho a opinar sobre él.

-¿Peleas por un chico?

-Sí...

El diablo se puso más serio de lo normal.

¿He dicho algo malo?

-Eso es ridículo, no podrás salvar a nadie, nunca lo conseguirás.

-¡No me subestimes!-alcé el vuelo y me dirigí a él.

La luz brilló con intensidad y cogí más velocidad de lo normal.

Ahora mismo juraría que soy una cometa humana.

Atravesé su pecho con mi cuerpo envuelto en luz y me detuve al verlo caer.

-No puede ser.

Enormes gotas de sangre cayeron al suelo, inundando lo poco que quedaba de la villa.

¿Los demonios sangran?

Sentí un pinchazo agudo en el pecho y me llevé la mano a él gritando de dolor.

-¿Qué me ocurre?

-Parece ser que tu cuerpo no está acostumbrado a tanto poder, a este paso caerás antes que yo.

-Mierda...

-Me sorprende que puedas tener luz y oscuridad a la vez. Cuando te absorba me volveré aun más poderoso de lo planeado, ahora entiendo porque te eligió.

¿Elegirme?

Lo ha vuelto a decir...

Caí en picado presa del dolor, mi cuerpo se negaba a moverse, pero la luz no se iba a pesar de estar paralizada, parecía querer quedarse para ayudarme en todo lo posible.

Las almas llegaron en mi ayuda rápidamente y me posaron en el suelo lentamente.

El diablo se acercó a mí mientras se cerraba el agujero que antes había hecho.

-Debo felicitarte, nadie había conseguido herirme antes.

Levantó el pie y lo bajó con fuerza contra mí, me estampé en el suelo soltando un grito de dolor.

Repitió la acción varias veces hasta dejarme casi inerte, la sangre corrí por mi cuerpo mas las heridas comenzaron a sanar rápidamente.

-No permitiré que te recuperes.

Mediante una ráfaga de aire me lanzo volando y me atacó con un rayo oscuro.

Por suerte la maldición acudió en mi ayuda y me salvó, pero al repeler el ataque del demonio el escudo desapareció y el enemigo aprovechó para estamparme al suelo golpeándome con el puño.

Mi cuerpo rebotó al entrar en contacto con la tierra.

Me incorporé con mucho esfuerzo.

¿Es esto lo máximo que puedo hacer?

¿No puedo salvar a la persona que me importa?

¿No puedo hacer nada?

¿Aquí termina todo por lo que he luchado?

-Despídete portadora de la maldición, pronto serás mía.

-No... No dejaré... Que hagas más daño.

-¿Y qué piensas hacer?

Pensé en Naruto, liberando nuevamente la luz. Los haces de fulgor lo atravesaron sin piedad hiriéndole en varias partes del cuerpo.

-No puede ser...

Me levanté con ayuda de las almas y la de Naruto.

-¿¡Por qué peleas tanto por él!? ¡Estás maldita y cuando se entere saldrá corriendo!

-No tengo intención de decírselo, pero no lucho solo por él.

-¿Entonces?

-Admito que es mi mayor motivo, mas ahora lucho por toda la gente que has sometido. Por toda la gente que grita ayuda desde hace tiempo, por ellos. Estas almas confían en mí y me están brindando su apoyo, por eso no pienso rendirme.

-El compañerismo no te salvará, he conseguido herirte y ellos no han hecho nada.

-Tal vez no podrían, no pueden hacerte frente siempre, todos tenemos un tope. Pero esta luz, que aun no sé el motivo de porque está conmigo, sigue aquí a pesar de haberme debilitado por momentos.

-¿Estás diciendo que tiene vida propia?

-No lo sé, incluso la maldición me ha apoyado sin pedírselo.

-Ella lo ha hecho porque sino moriría contigo.

-Si yo caigo tú caerás conmigo.

-Te veo muy segura.

-No pienso rendirme.

-En ese caso demuéstrame de que eres capaz, haz gala de esas palabras tan valientes que has dicho.

El lugar se vio inundado por la oscuridad.

Observé los alrededores, estaba sola, las almas habían desaparecido y también la de Naruto.

-¿Dónde estoy?

-Sakura...

Me di la vuelta y vi a mi madre herida.

-¿¡Mamá!?

-Sakura, hija mía, que alegría verte.

-Mamá...

Algo en mi interior me advirtió de que esto era imposible... ¿Qué hacia ella aquí?

-¿Te alegras de ver a tu madre?

-Lo haría si fueras de verdad.

-¿De qué hablas?

-¿Cómo es posible que mi madre aparezca de repente?

-Estamos en el reino de oscuridad, aquí pululan todas las almas absorbidas por la maldición.

-Así es.-me di la vuelta y vi a mi padre.- Estábamos esperando por tu llegada...

-¿Papá?

Su cara cambió, sus dientes se afilaron y los ojos se agrandaron, la piel comenzó a descomponerse y las uñas se alargaron.

-Hace tiempo que me mataste, ahora yo lo haré también.

-¿¡Qué!?

-Tú nos mataste Sakura, yo quería protegerte y tú acabaste con mi vida.-al ver a mi madre me di cuenta que ella también se había transformado.

-¡Yo no fui!

-Por supuesto que sí, no había nadie más allí.

Mi padre arremetió contra mí con el brazo en alto, lo detuve y le lancé en dirección a mi madre. Ésta lo corto en dos y él se recompuso.

-No podrás hacernos nada, tú nos mataste Sakura, estamos aquí por tu culpa.

-No... ¡No fue mi culpa!

Me sujeté la cabeza con ambas manos, me dolía mucho por culpa de los recuerdos que se acumulaba en ella.

Todas las personas que había matado aparecían una a una, las voces invadían mi cabeza y no tenían la intención de marcharse.

-Basta...

-Sakura...

Alcé la vista y vi a Naruto, ya no escuchaba más voces, no llegaban a mí. El rubio estaba herido, y había dos como él, uno envuelto en luz y el otro como siempre lo he conocido.

-¿Qué haces aquí?

-Estoy muerto ¿Recuerdas? Aquí tienes mi alma para comprobarlo.-señaló al Naruto iluminado.

Mi mirada se endureció.

¿Naruto va a acusarme de haberle matado?

-¿Has venido a acabar conmigo?

-No, de eso se encargarán los demás, he venido a decirte que no quiero volver a verte.-algo en mi interior se comprimió.- Por tu culpa ya me han matado dos veces.

-Naruto jamás diría eso.

Los muertos se detuvieron y en mitad de la oscuridad se hizo presente una grieta.

"Sigue así Sakura"

Hice caso a la voz de ultratumba, que comenzaba a sospechar de que no fuera la maldición.

¿Sino por qué me ayuda tanto?

¿Y por qué apareció de repente?

-¿De qué hablas Sakura? Es la verdad.

-¿Entonces porque te acercabas tanto a mí?

-Simplemente me dabas lástima.

-Tú sí que das pena.

Las grietas aumentaron de tamaño y mi cuerpo comenzó a resplandecer.

-No sé qué quieres conseguir con todo esto, pero lo arruinaste al poner a Naruto.-no sé a quién le decía esto, simplemente sabía que me escuchaba.- Él tiene el corazón más puro que he visto y prefiere morir antes que decir eso.

-Tú no me conoces bien.

-¿Y cómo lo sabes gallina pervertida?

-Simplemente lo sé.

No se ha enfadado.

Evidentemente no es él.

La oscuridad comenzó a juntarse a mi alrededor, las grietas rompían el rencor acumulado en el aire.

Los pedazos oscuros eran absorbidos por mi cuerpo, aunque lo acertado sería decir, por la maldición.

La luz que emanaba de mi cuerpo mantenía a raya a los muertos y la oscuridad que comenzaba a derrumbarse era absorbida por mí.

La tierra comenzó a temblar, el lugar parecía estar a punto de derrumbarse.

Entre las grietas podía verse las almas que antes me acompañaban, ellas estaban fuera de esta oscuridad.

Acabó de romperse y lentamente desaparecieron los muertos mientras la oscuridad era absorbida por mi cuerpo.

-No deberías pelear por mí, acabarás muerta.-dijo el falso Naruto antes de desaparecer.

¿A qué viene esa repentina obsesión por que no le proteja?

¿Qué está tramando el diablo?

La oscuridad desapareció completamente y al observar a mi alrededor, comprobé que estaba en la devastada villa.

-Has absorbido mi ilusión...-comentó sorprendido el diablo.

-Creo que ha sido la maldición.

-A ver si puedes contra los que afirman ser tus amigos.

El diablo abrió los brazos y creó varias esferas oscuras, de ellas salieron los amigos de Naruto, todos los que habían ido a la misión.

Ahora entiendo porque no los vimos, habían caído en las garras del demonio.

¿Y ahora qué hago?

Si les ataco les dañaré, pero si me dejo vencer me absorberá y entonces el mundo estará perdido.

-Sakura, no te rindas.-esa voz es de Naruto.

Lo busqué con la mirada, su cuerpo aun seguía dentro del escudo oscuro. Increíblemente había soportado todos los ataques.

Su alma descendió lentamente frente a mí, el diablo disparó granadas de oscuridad pero la luz se encargó de repelerlas.

Creo que al diablo no le gusta cuando estoy con Naruto.

¿Acaso el tiene la clave para vencerlo?

El alma de Naruto se metió en mi interior obligándome a cerrar los ojos para ver dentro de mí.

La luz tomaba forma, una silueta, una persona. Mi corazón comenzó a latir con fuerza sin razón aparente.

Su alma tomó forma de su cuerpo, con la simple diferencia de que esta estaba envuelta en luz.

Deseché la idea de que podía ser malvado al ver cómo me miraba, la calidez que trasmitía su sonrisa y los latidos de mi corazón no me engañaban.

No me puedo creer que haya pensado eso.

-¿Naruto? ¿Eres tú?

-Algo así.

No pude evitar la necesidad de abrazarlo, ni el impulso y así lo hice. A pesar de ser un alma pude sentir sus brazos rodeando mi cintura.

-Resulta increíble que puedas tocarme.

-Tengo mucho secretos.

-Ya lo creo, y el más importante es que estas maldita.

¿Lo sabe?

-¿Cómo lo has averiguado?

-He estado contigo todo el tiempo, lo he escuchado.

-Entonces Naruto... ¿También lo sabe?

-No, solo lo sé yo.

-Pero tú eres su alma.

-Yo también tengo derecho a mantener secretos, ¿No?

-¿No le vas a decir nada?

-Tiene que enterarse por su cuenta o no servirá de nada.

Suspiré aliviada, sé que me guardará el secreto, mi corazón así lo creía.

-Ahora entiendo porque me alejabas tanto, debe ser duro para ti.

-No es para tanto.

-A mí me puedes decir la verdad, no me pasará nada.

-No pienso arriesgarme, la maldición es más fuerte de lo que crees.

-Siento haberte juzgado sin saber antes nada de ti.

-¿Juzgado?

-Pensé que te alejabas de mí porque eras una malhumorada.

Lo empujé para soltarme de su abrazo y me crucé de brazos.

-Muchas gracias.

-No te enfades por favor, deberías agradecer mi sinceridad.

-Ya claro.

Sentí sus brazos rodeando mi vientre por detrás.

El cuerpo de Naruto desprendía un calor cálido y agradable, igual que la luz que hay en mi interior.

-Lo siento... Aun así debo avisarte que cuando vuelva a mi cuerpo seguiré acosándote.

-Me emociona la noticia.

-Ya lo sabía.

-Era ironía.

-Siento haberte dejado sola en esa ilusión, el poder del diablo era demasiado fuerte para entrar, todo el odio se había acumulado ahí.

-Lo sé, convivo con ese sentimiento todos los días.

-Lo siento.

-No tienes porque disculparte.

-Siempre me pregunté si había alguien que sufría como yo, en alguna parte de otro mundo.

-Supongo que siempre hay alguien pasándolo peor, así como hay personas que tienen la vida perfecta.

-Me gustaría que algún día me lo contarás todo.

-No puedo...

-Cuando venzamos a la maldición.

-Eso es imposible.

-No hay nada imposible. ¿Tú has sobrevivido con ella no? Creo que eso es lo más extraño que he escuchado nunca.

-¿Y no te parece extraño tener un demonio en tu interior?

-El mío está sellado, con lo cual el símbolo hace el trabajo de contenerlo.

-Pero tú también tienes que hacer esfuerzos o no servirá de nada.

-Sí, pero tengo una gran ayuda, en cambio tú llevas la maldición sobre ti, sin ayudas ni nada.

-Bueno...-posé mis manos sobre sus brazos.- Ahora mismo tú me estás ayudando.

-Yo siempre estaré contigo, no te olvides.

En los sueños que tuve no parecía que estuviéramos muy juntos...

Agité la cabeza para alejar aquellos pensamientos, es mejor que me concentre en la batalla.

-¿Estás preparada?

-Sí.

-Lucharé junto a ti, te prestaré mi poder.

-Pero...

-Ya no hay marcha atrás, abre los ojos.

No podría haberlo negado aunque quisiese, ellos mismos se habían abierto y comprobé que la energía había vuelto a mi cuerpo.

Ya no me encontraba tan cansada y la luz se había vuelto más intensa.

Podía notar que el odio también había aumentado considerablemente, posiblemente por el biju que lleva Naruto en su interior.

Él siempre me está apoyando, incluso tras haber perdido el alma, sigue conmigo.

No puedo permitir que alguien como él muera.

Y para conseguirlo, antes me tengo que librar del diablo.

Alcé el vuelo lentamente hasta quedarme frente a él.

-¿Así que el mocoso te está ayudando?

-No le llames así.

-¿No puedes contra mí sola?

-No, si hubiera luchado sin la maldición o la luz, ahora mismo no lo contaría.-tomé aire.- La unión hace la fuerza, y te lo demostraremos.

-Chorradas.

Lancé una andada de haces de luz directos a él. Éste invocó a la oscuridad para que la rodeara, la luz era más intensa gracias al alma de Naruto y empezó a atravesar el escudo.

Las almas ayudaban a la luz golpeando contra su defensa.

Si consigo repeler ese escudo...

Levanté la mano y la maldición comenzó a acumular oscuridad en ella.

El diablo tiene razón, sin ayuda no soy nada, no podría hacer nada de esto.

Lancé el rayo impregnado de oscuridad, y al fusionarse con el rencor del biju el ataque era más potente.

Todo en mí había mejorado gracias a Naruto.

La oscuridad golpeó con piedad el escudo y al ser compuestos por el mismo odio ambos se repelieron como dos polos iguales.

Los haces de luz vieron vía libra y lo golpearon brutalmente, seguido de las almas. Bajé en picado con la pierna en alto e impacté en su estomago.

Escuché un gruñido aterrador.

-No puede ser...-murmuró.

-Te lo advertí.

-No me dejas más opción.

Los cuerpos de los amigos de Naruto se movieron como marionetas.

-¿Qué harás? Si luchas contra ellos morirán, pero si no lo haces lo harás tú.-sonrió diabólicamente.- No te preocupes pequeña portadora de la maldición, te cuidaré muy bien.

¿Ahora qué hago?

Volé todo lo alto que pude.

Las sombras de Shikamaru me persiguieron hasta atrapar mi pie. Kakashi trepó por las sombras con rayos acumulados en la palma de la mano e Hinata le seguía con el byakugan activado.

Ahora no puedo flaquear.

Tiré con fuerza de la sombra para desequilibrarles, Kakashi se anticipó a mi ataque y saltó. Una vez en el aire levantó la mano y los rayos se multiplicaron.

-¿Tan pronto te vas a rendir portadora de la maldición?

Detuve el ataque con mis manos, agarrando sus muñecas, los rayos estaban a centímetros de mi rostro.

Hinata trepaba con rapidez e Ino la seguía con rosas en la mano.

No creo que me vaya a tirar flores, precisamente.

Lancé a Kakashi contra ellas para que no subieran.

-¡No!-gritó el diablo.

Le observé extrañada.

¿A qué viene el grito?

"Mira para abajo"

Así lo hice, la sombra que me retenía brillaba con fuerza y la luz bajaba con velocidad justo hasta el cuerpo de Shikamaru.

No me había dado cuenta cuando mi luz había acudido en mi ayuda pero se lo agradezco.

Kiba saltó en el aire y Akamaru le acompañó, giraron en el aire hasta crear un tornado gris bastante afilado, se juntaron para crear uno más enorme.

Tenten atacó por el otro lado mediante un batallón de armas.

La maldición saltó al ver los ataques dirigiéndose a mí, la oscuridad inundó el lugar y solo escuché los gritos de los demás. Al disiparse todos estaban en el suelo.

-Es más fuerte de lo que creía.-confesó el diablo.

-¿Qué les ha hecho?

-Drenarles la oscuridad que les manipulaba.

La sombra, que me mantenía presa, se rompió gracias a la luz y pude recobrar el equilibrio en el aire.

-¿Drenar la oscuridad?

-¿No sabes nada de tu maldición? Parece que sabe hacer más cosas de lo que creías.

¿Tiene más poder? Lo que me faltaba...

-¡Es hora de poner fin a esto! ¡Ya he comprobado tu fuerza! ¡Quiero que seas mía!

-¿¡Qué!?

Las almas lo golpearon cuando estuvo a punto de atacarme. El diablo enfadado comenzó a absorberlas.

Algo en mi interior se estremeció, al darme la vuelta vi una capa flotando sin nada dentro y una hoz bajo una manga.

¿¡Qué es eso!?

"La muerte te acompaña allá donde vayas, y ahora ha salido porque estas en peligro"

¿¡La muerte!? Este día está siendo muy extraño...

La capa levantó la manga y comenzó a aspirar las almas que el diablo quería.

Ninguna fue aspirada por el otro ya que tenían la misma fuerza, algo me dice que la muerte está ganando tiempo para mí.

Arremetí contra el diablo mientras disparaba haces de luz, éste se protegió con un escudo y consiguió evitarlos.

Para atravesar el escudo, la oscuridad se hizo uno con la luz que me cubría y me permitía volar, aumentando así mi velocidad y fuerza.

Atravesé su defensa y al demonio con ella.

Cayó al suelo pero no tardó en levantarse.

-¿Cómo es posible que la luz coopere con la oscuridad?-gruñó con fuerza.- ¡Eso es imposible!

-Te lo he dicho, la unión hace la fuerza.

La muerte se alzaba tras de mí silenciosamente.

-Siento haberte subestimado... Ahora observarás todo mi poder.

¿¡No estaba luchando en serio!?

Los amigos de Naruto comenzaron a moverse como títeres, nuevamente. Y saltaron para alcanzarme.

De mi interior se escapó un Naruto envuelto en luz con un rasengan en la mano para repeler el ataque de Kakashi.

Hordas de rubios salieron de mi cuerpo en dirección a sus amigos.

-Yo me encargaré de ellos, acaba con el demonio.-gritó uno de ellos.

-Ten cuidado.

Si no fuera por el trabajo en equipo, estaría perdida.

-Ahora somos tú y yo.

Aun sentía la pureza del alma de Naruto, algo me decía que seguía conmigo. O tal vez fuese que estaba impregnada de su poder.

El demonio comenzó a crecer hasta volverse colosal.

-Comencemos.

No pude esquivar el golpe que me dio mediante un rayo, su velocidad había aumentado y no lo vi venir.

Por el aire recibí varios impactos mortales, pero por suerte la luz los convirtió en simples arañazos.

Impacté contra el suelo muchas veces, no podía atacarle y él me golpeaba por todos lados.

Utilizó todo su peso para aplastarme y solté un grito desgarrador al recibir el golpe.

Estaba incrustada en el suelo sin fuerzas y a punto de desmayarme, aun así, ni las almas, ni la luz, ni la maldición me habían abandonado. Sorprendentemente, la muerte tampoco.

Ahora me alegro por haber podido trabajar codo con codo con ellos.

Por primera vez hemos apartado nuestras diferencias para hacer frente a un enemigo mayor pero desgraciadamente he perdido.

Si hubiera sido más fuerte, ya habríamos ganado...

Lo he estropeado todo...

Lo que más me apena es que no podré devolverle el alma a Naruto, espero que pueda revivir y conozca a alguien que no le haga sufrir tanto.

Los ojos se me cerraban y el cuerpo no me respondía, las almas me animaban y gritaban cosas pero la sangre que recorría por mi cabeza habían taponado mis oídos.

Las cosas comenzaron a ser menos exactas, más borrosas. Perdí la noción del espacio, ya no sabía dónde estaba. Solo podía ver el pie enorme del diablo en el aire a punto de acabar conmigo.

Todo por lo que he luchado no servirá de nada, si me mata me absorberá y la maldición seguirá viva.

Soy un desastre, todo ha sido en vano.

A pesar de estar completamente acabada, pude comprobar que algo alrededor mío se movía.

Algo se alzaba a mi alrededor pero no pude comprobarlo bien, no conseguía enfocarlo como se debía.

Todo se volvió oscuro, algo me cubrió. Escuché golpes en el exterior que consiguieron que hiciera desprender pequeños fragmentos de aquello que me protegía.

Cayeron sobre mi mano, y por suerte el tacto aun no se había visto afectado.

¿Esto es arena?

-¿¡Qué diablos es esto!? ¿¡Cómo lo ha hecho!?-escuché el grito del diablo apagado, al parecer la arena aislaba del sonido pero su voz era demasiado grave.

La luz actuó deprisa y me curó las heridas, una vez que pude moverme me destaponé los oídos o no escucharía a Naruto o a la voz de ultratumba que me ayuda mucho.

Y aun no sé su verdadero motivo.

Traté de incorporarme mas el intento fue fallido, impresionantemente la muerte me ayudó a levantarme.

No tengo ni idea de con que me agarró, solo vi la maga de la capa bajo mi brazo tirando hacia arriba.

Por mucho que miraba al gorro de la capa, que parecía estar tapando a una cabeza, no veía nada.

Todo el mundo confía en mí, y sin ellos ahora estaría acabada.

No me puedo creer que antes me rindiera, no importa lo que me hieran seguiré adelante.

Atravesé la cúpula de arena mediante un gran salto quedándome suspendida en el aire.

-¿¡Sa... Sakura!?

Esa voz...

Giré lentamente en el aire para buscar en el suelo, hasta que mis ojos chocaron de frente con un chico. Con el cabello rojo ladrillo y despeinado, los párpados estaban ennegrecidos, los ojos eran de un azul turquesa claro, tenía un tatuaje en la frente (en la parte izquierda) que decía "amor", en la espalda cargaba una pesada calabaza.

Ese chico... Es Gaara.

-¿¡Gaara!? ¿¡Eres tú!?

-Un reencuentro muy emotivo...-dijo el demonio irónicamente.- Te has salvado por los pelos, pero esta vez no lo harás.

Lanzó una ráfaga de oscuridad, sin embargo esta vez no pensaba caer.

Giré en el aire para esquivarla y arremetí contra él. La oscuridad y la luz se juntaron nuevamente y tomaron forma de estrella. Comenzaron a moverse con rapidez convirtiendo la embestida en algo más letal.

Una ola enrome de arena impactó contra el ataque que iba derecho a mí.

Aumente la velocidad y lo atravesé de cuajo, sentí un pinchazo agudo en el brazo tras atacarle.

-¿Qué me ocurre?

La muerte me sujetó entre sus brazos, por así decirlo.

Gaara parecía no poder creérselo, le entiendo, si yo llego a un sitio y veo a una chica (con la muerte detrás mientras vuela) peleando contra un diablo colosal, también me sorprendería.

Sin contar con la multitud de copias de Naruto que abarcan todo el terreno.

La arena se acumuló a los pies de Gaara hasta hacer un pedestal y empezó a elevarse en el aire para llegar a mí.

-¿Estás bien? ¿Qué te ocurre?

-No lo sé...

-Un gran poder no puede usarse a la ligera, ahora le está pasando factura a tu cuerpo.-el diablo rió de manera escalofriante.- Me sorprende que hayas aguantado tanto.

Al parecer la levitación comenzó a fallar y la muerte parecía estar desapareciendo. Gaara me cogió entre sus brazos y me apretó contra él mientras nos sentábamos en el pedestal de arena.

-No pasa nada, estoy contigo.

-¿Qué haces aquí?

-Noté un gran despliegue de energía maligna que no era normal. Akatsuki no podía hacer eso, además me sonaba familiar.

-¿Familiar?

-Ese mismo poder me atacó una vez, justo cuando te conocí.

-¿Te acuerdas?

-Sí, nunca me he olvidado.

-Gracias por venir a ayudarme.

Sentía que con Gaara podía ser sincera, él sabía mi secreto no hacía falta más mentiras.

-¿Así que él fue la presa que se escapó de la maldición?

-No es una presa.

La luz volvió más fuerte que antes y la muerte también parecía haber conseguido estabilidad.

-No deberías tener tanta fuerza.-dijo entre dientes el diablo.

-Ya te he dicho que me ayudan, no creo que yo haga mucho.

-La luz no sé, pero la muerte y la maldición se alimenta de tu poder.-confesó.- Si tu caes, ellas van contigo.

-¿La muerte? ¿De qué habla Sakura?

-Es largo de explicar, huye mientras puedas.

-No pienso dejarte.

-Debiste haber hecho caso a mi pequeña portadora de la maldición.

-¡Cuidado!-gritó una de las copias de luz.

Una sombra saltó de la nada con armas en la mano, Tenten se dirigía a nosotros rápidamente.

No tuvimos tiempo de responder, por culpa del diablo su velocidad había aumentado, ni siquiera la arena de Gaara pudo reaccionar a tiempo y la armas se clavaron en su espalda.

-¿Por qué me has protegido?

-Porque no quiero que te pase nada.

¿Es que no puedo dejar de herir a las personas que me apoyan?

Algo en mi interior se removió, la furia creció y la ira se adueñó de mí.

Me alcé decidida, con los ojos escondidos bajo el flequillo.

Tenten atacó de nuevo mas con un manotazo desvié todas las armas.

-Se ha enfadado... Veamos de lo que es capaz.

Mi puño impactó salvajemente en el estomago de Tenten y esta salió volando al cielo. La luz se acumuló en mi mano y la lancé con fuerza, ésta se dirigió hacia Tenten como un lobo contra su presa acorralada.

Cuando impactó, la oscuridad en el interior de la chica se disipó y quedó envuelta en la luz mientras bajaba lentamente.

-¡No puede ser!-gritó el demonio.

¿Qué ha pasado?

"Te has librado de la oscuridad que la controlaba y encima has impedido que sea imposible volver a manipularla"

¿Cómo es posible que la voz sepa todo eso?

¿Tal vez ella tenga las respuestas?

¿Pero no sé supone que es la maldición?

Dejé de pelear con mis demonios internos para centrarme en el presente. Me acerqué a Gaara y utilicé el chacra curativo, al fusionarse con la luz éste se volvió el triple de potente, parecía mágico.

-No sabía que fueras ninja médico.

-Normal, no me has visto en años.

Le quité las armas con cuidado y le abracé, junto a él me sentía muy a gusto. Sentía que podía ser yo misma.

-Gracias por protegerme.

-No ha sido nada.

-Hora de terminar con esto.

-Ya lo creo.-respondí al diablo.

Una bocanada de aire nos envió a cada uno a un lugar. La maldición liberó la oscuridad que antes se había tragado y envolvió al diablo con ella.

-No podrás hacerme nada, esta es mi técnica.

Volé contra él y lo atravesé varias veces, la muerte se había encargado de hacer que la luz que me envolvía pasara desapercibida.

Me emociona pensar en todo lo que me están ayudando.

También pude ver que la arena se estampaba contra su cuerpo.

-Sal de tu escondite, ¿No te atreves a hacerme frente?

Ataqué mediante la luz mientras la maldición volvía a absorber toda esa oscuridad.

Mientras la luz y Gaara lo atacaban acudí en la ayuda de Naruto, si golpeó con la luz a sus amigos el diablo no podría controlarlos.

Cargué luz en ambas manos preparada para lanzarla mientras esquivaba los ataques que se desviaban.

La primera que divisé fue Ino y le acerté de pleno, al igual que Tenten se detuvo suspendida en el aire mientras la luz la rodeaba y la oscuridad desaparecía.

Con la ayuda de Naruto deshice la oscuridad que habitaba en cada uno de ellos dejándolos libres.

-Ya están todos.

-Vamos a por el diablo.

Las copias luminosas volvieron a mí incrementando la luz.

-¡Ahora veréis!

El demonio creció hasta su punto máximo.

-No podemos hacer frente a eso, será mejor huir Sakura.

-Yo no puedo huir, sigo maldita y me encontrará allá donde vaya. Solo podemos vencerle.

-¿Tienes algún plan?

-Esquivar y golpear.

-Me vale.-respondió sonriente.

Aquella sonrisa me produjo una gran calma, necesitaba algo de paz y ver a Gaara me ha animado mucho.

Pero él está vinculado a mi pasado...

Esquivé todos sus ataques y volé hasta su cabeza.

La muerte abrió los brazos (eso creo) y lanzó un ráfaga en forma de guadaña roja. Impactó contra su cara varias veces y aunque parecía que no le dolía, algo me decía que su energía había disminuido.

La capa flotante seguía lanzando el ataque constantemente e inexplicablemente mi energía se recuperaba.

"Ataquémosle juntos, te ayudaré"

Observé de reojo como detrás mío se aglomeraba la oscuridad, simplemente era humo negro pero en él comprobé el par de ojos oscuros que vi el día que despertó la luz. A su lado se amontonó una gran cantidad de luz, así como la oscuridad, ésta parecía humo también con la pequeña diferencia de que era blanco.

Más tarde apareció Naruto tras los humos de colores y tras él, respaldándole, un gran zorro de nueve colas, Gaara llegó y se puso detrás mío.

-Trataré de ayudarte.

-Entre todos lo conseguiremos.-afirmé segura.

La imagen difuminada de un zorro azul apareció tras los demás y las almas se agarraron a mi cuerpo pasándome energía.

"Ahora o nunca, prepárate"

-Acabemos con él.

El demonio comenzó a reunir energía en la boca, yo junté mis manos y repetí su acción. Al principio acumulé mi chacra y lentamente los demás fueron pasando su energía.

La muerte también contribuyó, podía sentir su sello de muerte. Cada ente y persona comenzó a brillar cuando me pasaban los poderes.

El ataque comenzó a desestabilizarse, era demasiada energía para mi cuerpo dolorido.

"Concéntrate, piensa en algo que te infunda paz"

No sé el motivo y tampoco estoy segura de querer saberlo, pero Naruto apareció en mi mente.

Me puse muy nerviosa y mi corazón latió con fuerza.

Si la vista no me engaña, los dos zorros acababan de sonreír. Tanto el eléctrico como el de nueve colas.

Gaara deslizó sus manos hasta las mías y las apoyó por debajo.

-Aunque no pueda hacer mucho quiero ayudarte.

-Muchas gracias.

Con tantos colores y distintas energías el ataque estaba tomando los colores del arcoíris. Pensé que lo normal sería que fuese un ataque lleno de oscuridad por la maldición.

Pero me alegra saber que no es así, eso significa que si trabajamos todos juntos la oscuridad no se adueñará del mundo.

Mi ataqué comenzó a formarse en una bola mientras que el diablo había creado una esfera gigante.

-¡Serás mía y dominaré el mundo!

-¡Jamás lo permitiré!

La bola de colores se agrandó hasta el punto de que los ataques eran idénticos.

El demonio lanzó su ataque y yo el mío, pensé que la bola se desprendería de mis manos pero, para mi sorpresa, lo que hizo fue disparar un rayo de energía dirigida al ataque.

Las energías forcejearon entre ellas.

La oscuridad quería adueñarse del mundo, el arcoíris impedirlo.

Debemos hacer lo que esté en nuestra mano para que la segunda opción salga victoriosa.

Todos comenzaron a brillar incluso mi cuerpo. El dolor se extendía por todos mis apéndices mas no dejaría que eso me frenase.

Nuestra energía tomó más fuerza y comenzó a empujar lentamente su enorme esfera de oscuridad.

El demonio hincó los pies en el suelo y se concentró en devolvernos el ataque.

El zorro de nueve colas hizo lo mismo y mediante las colas nos cogió para que no retrocediésemos ante el poder.

Aun me parece increíble que a pesar de lo diferentes que somos, trabajemos en equipo.

Los ataques seguían forcejeando y ninguno parecía querer ceder.

-Se me ocurre algo para desestabilizar al diablo.-dijo Gaara.

-¿El qué?

En ese instante escuché un gruñido, una oleada de arena golpeaba al diablo, éste no parecía querer rendirse y no se desconcentraba, hasta que la muerte le lanzó otra guadaña roja.

En ese momento flaqueó un momento y vi mi oportunidad, incliné un poco el cuerpo y pasé todo mi chacra al ataque, éste se potenció y el rayo se volvió más efectivo.

Con gran fuerza atravesó la bola y dio de lleno en el cuerpo del demonio.

Con un grito de ultratumba éste se deshizo en mil pedazos dejando en su lugar una pequeña esfera de oscuridad que no parecía tener vida.

El zorro de nueve colas pareció tranquilizarse y nos soltó de su agarre.

-¿Hemos vencido?-pregunté incrédula.

-Creo que sí.-respondió Gaara.

La felicidad invadió mi interior, los habíamos salvado. Tanta fue la alegría que no pude evitar abrazar a Gaara.

-¡Lo hemos logrado!

-Así es, ¿Qué tal te encuentras?

-Algo cansada.

-¡Cuidado!-gritó el alma de Naruto.

En ese instante sentía una punzada dolorosa en el corazón. Al observar mi pechó vi que lo había atravesado una garra oscura, giré mi cabeza un poco para ver que había pasado.

La bola oscura había desarrollado esa articulación.

-Si yo no te absorbo, entonces me haré uno contigo.-escuché las últimas palabras que pronunció de puro milagro.

La garra entró en mi cuerpo seguido de la oscuridad que salía de aquella esfera, hasta que todo desapareció dentro de mi cuerpo no se detuvo.

Mi corazón comenzó a arder, me llevé las manos al pecho gritando de dolor. Por todo el cuerpo comenzaron a abrirse las viejas heridas que estaban cicatrizando y también otras nuevas. El cuerpo se volvió pesado y mi cabeza se vio sometida a pinchazos constantes.

Solo podía gritar para canalizar el dolor.

-¿¡Qué está pasando!?-preguntó Gaara asustado.

-El demonio está volviendo a su ser, él era parte de la maldición así que se están convirtiendo en uno otra vez.-respondió lo que parecía ser el humo negro.

No podía verlo bien, las imágenes comenzaban a difuminarse.

-Entonces... ¿No ha servido de nada la batalla?

-Le vencimos, pero no conseguimos evitar que pillase a Sakura.-dijo Naruto entristecido.

El joven que manipulaba la arena me miraba con dolor y tristeza, podía ver en sus ojos la angustia reflejada por no poder evitarlo.

Pisé en falso y caí en picado.

Todos acudieron en mi ayuda dejándome lentamente en el suelo.

-Nuestra misión acaba aquí.-dijo dulcemente el humo blanco, sorprendentemente me recordó a mi voz.- Cuando nos necesite, volveremos.

La luz y la oscuridad volvieron a mi cuerpo, así como el fulgor que estaba en los cuerpos de los demás y la oscuridad que protegía el cuerpo inerte de Naruto.

La imagen el zorro eléctrico y la muerte se difuminaron hasta desaparecer.

Las almas comenzaron a volver a sus cuerpo, Naruto y el zorro de nueve colas se metieron en mi cuerpo para salir al de unos segundos en forma de luz brillante, como estaba antes.

Me quedé sola en los brazos de Gaara, retorciéndome de dolor.

-Gaara... Debo devolverle el alma a Naruto.

-Sakura...

-Por favor.

-Te llevaré a él.

Sonreí en agradecimiento.

El chico me dejó arrodillada junto al rubio, su alma se pegó a mi mejilla como si quisiera acariciarla.

-Yo también te echaré de menos...-mi voz se entrecortaba a veces.- Nos volveremos a ver...

La cogí entre mis dedos y la posé sobre el pecho de Naruto.

Esta vez fue más rápido que de costumbre, observé su rostro descansar tranquilo y cuando mi corazón enloqueció, la luz se hizo presente ayudando a juntar el alma separada con su dueño.

El suelo comenzó a moverse, la villa empezó a desaparecer lentamente. Mis dolores aumentaban, ya no sentía el brazo izquierdo, tampoco la pierna derecha y el corazón me ardía como si estuviese en el infierno.

La vista me fallaba, ya no escuchaba bien, las voces me llegaban distorsionadas.

Todos los aldeanos comenzaron a abrir los ojos, unos quejidos me alertaron de que Naruto volvía a moverse.

Mis piernas no aguantaban mi peso y caí para atrás, por suerte unos brazos me sostuvieron antes de caerme de espaldas.

-Tranquila estoy aquí.

Dibujé una mueca de dolor para no gritar y preocupar a los que se habían despertado. Entre ellos Shikamaru y alguno más que trataba de situarse.

El grito perforador de Ino por poco me sobresalta, cuando pude enfocarla bien la vi con las manos en la boca y habría jurado que sudaba frío.

El sonido agudo pareció el impulso que necesitaba Naruto para abrir los ojos, se levantó lentamente sujetándose la cabeza con una mano.

Mi respiración se aceleraba a medida que la villa se descomponía, dudo que aguante mucho más despierta.

O viva, no sabría cómo definirlo.

Este dolor era espantoso, parecía que me mataban lentamente.

La rubia se acercó a mi corriendo.

-¿¡Qué te ha pasado!?

Ambos guardamos silencio, yo no tenía fuerzas para abrir la boca y Gaara no sabría qué decir.

Ino tocó uno de mis brazos y miró asustada la sangre que estaba impregnada en su mano.

Sentí que una mirada me atravesaba el corazón, así que con mucho esfuerzo observé a Naruto.

Su cara reflejaba que el cerebro se le había paralizado al verme así.

Liberé otro grito de dolor al no aguantar el daño que sentía por dentro.

Eso pareció ser la mecha que encendió el corazón de Naruto volviéndose a mover.

-¿¡Qué le ha pasado!?

-¡Eso he preguntado yo pero no me responden!

-Ahora no hay tiempo para explicaciones, salgamos de aquí.-respondió Gaara cogiéndome en brazos.

-¿Y tú qué haces aquí?-preguntó Naruto con un tono de enfado.

-Sino salimos de aquí, no podré responderte a nada, centrémonos en escapar antes de que nos engulla.

Atiné a cerrar los ojos, era lo máximo que mi cuerpo me permitía hacer.

Sentí como nos movíamos, Gaara tuvo mucho cuidado conmigo. En ese aspecto me recordó a Naruto.

Al final no ha servido de nada la batalla...

¿No se puede vencer a la maldición?

Cap 56: Secreto oculto bajo la villa enterrada.

El viento acariciaba mi piel suavemente, incitándome a abrir los ojos. Mi cuerpo no respondía a mis órdenes y el corazón ardía como si el fuego del infierno se hubiese encerrado en él.

Abrí los párpados lentamente, recibiendo de pleno los rayos de sol que me daban los buenos días.

Sonreí ante ese pensamiento tan extraño.

Traté de moverme y solo conseguí que mi brazo cayera, mas no me golpeé contra nada, éste se quedo tendido en el aire.

Con la punta de los dedos podía tocar el frescor de las hojas que poseen los árboles tras el rocío de la mañana.

¿Estoy en el aire?

El tacto de algo caliente me alertó, había rodeado mi muñeca y levantaba mi brazo lentamente hasta dejarlo sobre mi pecho.

-¿Cuánto tiempo lleva dormida?-escuché las palabras de Ino y en ellas había algo de desesperación.

-Un día entero.-esa voz ronca era de Gaara.

-Bájala, voy a volver a revisarla.-dijo la rubia tajantemente.- No es normal que duerma tanto.

-Simplemente está cansada.-me defendió el chico de cabello rojo.

-¿No vas a decirnos qué pasó?-indagó Shikamaru.

-Ya te he dicho que yo llegué cuando ella estaba herida, solo pude cogerla justo cuando caía para atrás.

-¿Y qué hacías ahí?-nuevamente el moreno estaba investigándome.

-Cumplía una misión, aquí cerca.

-¿Qué misión?

-¿Te das cuenta que estás interrogando al Kazekage?

¿¡Kazekage!?

-Sí, pero somos libres de saber lo que ocurrió.

-Así es, sin embargo siento decirte que no poseo esa información.-gracias Gaara.- Tendrás que quedarte con la duda.

-O preguntárselo a Sakura.

-No creo que tenga ganas de que le acuses otra vez Shikamaru.-escuché la voz de Naruto más enfadada de lo normal.

¿Habrán discutido?

Intenté moverme de nuevo sin mucho éxito, apenas podía mover los dedos sin que sintiera un dolor intenso en ellos.

Llevé todo el peso a mi costado derecho tratando de dar la vuelta y caerme de donde quiera que estuviera subida, pero no lo logré.

También intenté hablar pero mi boca se negaba a decir algo, solo atinaba a respirar y a veces tenía que dejarle ese trabajo a la nariz.

-No la voy a acusar.

-¿Piensas interrogarla como lo has hecho con Gaara?-preguntó Kiba enfadado.

-Chicos, calmaos.-Kakashi intentó poner orden.- Entiendo que estemos confusos pero peleándonos no vamos a llegar a ningún sitio.

Conseguí moverme un poco y sentí como algo bajo mi espalda se desprendía.

-La arena...

-¿Has dicho algo Gaara?-preguntó Tenten.

-Sakura se ha movido.-afirmó el chico bajando mi plataforma.

Si se trata de arena, solo él puede hacerlo.

-¿¡En serio!?-gritaron Ino y Naruto a la vez.

Llegué hasta el suelo y miles de cabezas obstaculizaron mi vista, intenté decir algo pero me fue imposible. Ni siquiera podía responder con la cabeza.

-Sakura, ¿Cómo te encuentras?-preguntó el dueño de Akamaru.

Solo pude cerrar los ojos, cansada, tratando de transmitirle (de alguna manera) que simplemente podía hacer esa acción.

-¿¡Le ha pasado algo!?

-Tranquilízate Naruto, ahora la reviso.-respondió Ino.

Sentí el chacra curativo de la rubia recorriendo mi cuerpo, mi corazón ardió más fuerte que antes y tengo la sospecha de que acababa de rechazar ese chacra.

-¡Me he quemado!-gritó Ino junto a un gritito pequeño.

Me habría gustado disculparme pero me era imposible.

-¿Cómo ha pasado? No he visto moverse a Sakura.-dijo Hinata.

Ya no me acordaba que esta tarada estaba con nosotros.

-Tal vez su cuerpo haya rechazado el chacra de Ino porque no lo vea necesario.-dijo Gaara tratando de darme una cuartada.

-Puede ser...-la voz de Tenten me indicaba que estaba analizando la respuesta.

-¿Está bien Ino?

-Sí Kakashi, no tiene nada, simplemente está agotada y dudo que se pueda mover.

En ese momento sentí otra mano sobre mi brazo.

-A mí no me quema.-dijo Shikamaru.

-Bien, entonces habrán sido imaginaciones mías.-respondió Ino, en ese momento volví a abrir los ojos.- Buenos días, Sakura. Has dormido mucho.

No podía ni sonreírle de vuelta así que parpadeé lentamente para intentar asentir.

-Lo tomaré como un sí.-una sonrisa de alivio se dibujó en su rostro.

Mi mano se vio afectada por el roce de otra piel, no podía girar la cabeza para ver quién era, pero mi nerviosismo me daba una ligera sospecha.

-Sakura... Me alegro de que hayas abierto los ojos.

Podía notar la calidez que emanaba de su mano, y yo no podía responderle.

Volví a cerrar los ojos dispuesta a dormirme, con una sensación cálida invadiendo mi cuerpo.

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Desperté con pesadez, se me hacia raro que no hubiese tenido más sueños de esos.

¿Tal vez tenía que solucionar lo que me enseñaron antes?

O tal vez solo se den en circunstancias especiales...

Aunque creo que ahora mi cuerpo está demasiado dolorido para recibir más sueños premonitorios.

Nuevamente sentía a mi espalda bastante caliente, la arena debe estar sujetándome en el aire.

Ordené a mi cuerpo que moviese el brazo sabiendo que no iba a funcionar pero para mi sorpresa, ocurrió.

¡Pude moverlo!

No contuve mi ilusión y me perdí el equilibrio cayendo de la plataforma. Ésta se deformó y corrió en mi ayuda sosteniéndome delicadamente.

Por poco me mato.

Aun sentía ese ardor constante en el pecho pero, dentro de lo que cabe, iba descendiendo.

Al menos podía moverme, aunque creo que será mejor no forzar el cuerpo o volveré al mismo estado de antes.

Inmovilidad completa.

La arena me dejó lentamente en el suelo.

Observé a mi alrededor con mucho cuidado, por si alguien me espiaba.

Tenía esa sensación.

Gracias a la arena conseguí ponerme en pie, parece ser que estuviera aquí para ayudarme.

Aun estaba internada en medio de ese bosque.

Supongo que no han conseguido salir porque sino no estaría aquí.

Busqué algún rastro de ellos, sin embargo no había nada.

Ni un rumor...

Aquí hay gato encerrado.

¿A qué viene tanto silencio?

Algo en mi interior se revolvió. Notaba que las ganas de matar, que siempre afloraban cuando la maldición aclamaba por sangre, se habían multiplicado.

-¿Sakura?-me di la vuelta (con mucha incomodidad) y vi a Kakashi.

-Hola...-saludé secamente.

Ahora más que nunca, debo alejarlos.

La maldición se ha potenciado y juraría que ahora mismo se está haciendo uno con el poder del diablo, que en realidad son lo mismo.

Analizándolo fríamente, es un poco complicado, la historia se ha entrelazado de manera muy brusca.

Ni siquiera me he enterado yo.

A ver... La maldición se dividió y esa oscuridad creó a estos demonios que andan sueltos por ahí, con el único fin de encontrarme y absorberme para verse completos.

Entonces, ¿Debemos de asumir que esos demonios son la maldición?

Mi mente es un completo caos.

-¿Te encuentras mejor?

-He tenido mejores momentos, por lo menos ahora puedo estar de pies.

-Me alegro.

-¿Dónde están los demás?

-Tratan de buscar la salida, al parecer este bosque es un laberinto.

-¿No teníais información sobre este sitio?

-No, de hecho dudo que esto estuviera aquí antes. Toda esta vegetación no me cuadra en este entorno.

-¿Y te suena haber visto un barranco?

-No... ¿Por qué?

Es evidente que este lugar está hecho con una simple razón: Desorientar.

Una idea fugaz surcó mi mente.

¿Y si el zorro hubiese destruido la villa para llamar mi atención? Sabía que si descubría que había sido él, yo me movería y, lo más extraño era que (como por arte de magia) algunos vecinos lo habían visto.

Menuda casualidad.

Después nos perdimos en este bosque donde casualmente estaba oculta una aldea con la maldición esperándome dentro.

Muchas coincidencias. ¿No creéis?

-¿Sakura?

-¿Qué?

-¿Estás bien? Te has callado de repente.

-Estaba pensando en cómo salir de aquí.

-¿Se te ha ocurrido algo?

-Lamentablemente no.

Una sombra saltó frente a nuestros ojos. Si no hubiera sido por la arena, que me sujetaba, me habría caído de culo.

Observé su rostro, mostraba alegría sin embargo yo no había sentido nada al verlo.

Eso significa...

-Naruto, avisa antes de aparecer.-dijo Kakashi algo sobresaltado cogiendo un libro de tapas naranjas.- Me supongo que querréis intimidad así que os la concederé.

-No gracias, no tengo ganas de que el verdadero se ponga celoso porque pase más tiempo con una copia que con él.

El hombre me observó con desconcierto mientras que el clon del rubio dibujaba una sonrisa traviesa en su rostro.

-Algún día tendrás que decirme como haces eso.

-Sigue soñando.

El chico se acercó a mí y quedamos cara a cara.

A pesar de no ser el de verdad, me siento muy a gusto con él.

-Me sorprende, que aun estando tan debilitada, sigas teniendo ese mal genio.

-¿Estás insinuando que soy una amargada?

Naruto se llevó la mano a la cabeza desesperado.

-Al menos veo que estas bien, sigues respondiéndome.

-La costumbre...-dije como si fuese lo más normal del mundo.

-Yo también tengo la costumbre de hacer otras cosas.

-¿Ah sí? ¿Y de qué se trata?

-Ya sabes de lo que hablo, pero puedo recordártelo, si quieres.

-No hace falta, ya he tenido bastante como para tener pesadillas durante un año.

Y era verdad, no me he olvidado del beso en el parque de entrenamiento, aquella noche.

Aunque no sé si catalogarlas como pesadillas.

Le pude haber apartado, fue nuestro primer beso oficial, por así decirlo ya que cuando fingimos ser novios, los besos eran parte del teatro.

Al menos para mí.

Entonces, ¿Por qué le correspondí?

¿Por qué no pude marcharme de ahí sin más?

¿Y por qué tuve que hacer esa apuesta? Ahora me toca aguantarlo una semana entera.

No soportaré tanto sin matarle.

La arena comenzó a marcharse, tal vez Gaara ya esté aquí o no pueda seguir manteniéndose en pie.

Naruto me agarró por la cintura para que no me cayese, las piernas aun me temblaban y al parecer se dio cuenta.

-Tranquila, no te soltaré.

-Lo sé.

-Pobre Naruto, se le adelantan las copias siempre.-ladeé un poco la cabeza para ver a una rubia muy sonriente.

-Hola Ino...-mi tono de voz era frío y distante.- ¿Habéis encontrado algo?

-Nada... Esto parece no tener salida.

-Sakura afirma haber visto un barranco.-dijo Kakashi.- ¿Crees que deberíamos ir ahí?

-Tal vez, si antes este bosque no estaba y no podemos salir de aquí, puede ser que el acantilado esconda algún secreto, ya que tampoco pertenece al entorno y es el único lugar donde no hay vegetación.-respondí pensando en lo que decía.

La última vez llegamos ahí porque yo guié el camino y dado mi pésimo sentido de la orientación, fue un milagro encontrarme eso.

-¿Sabes dónde estaba?

-No, yo solo caminaba buscando la salida. Fue pura suerte.

-Al menos sabemos que probablemente exista alguna forma de atravesar el bosque.

-¿Qué tal te encuentras Sakura?

-Muy bien Ino, ya puedo moverme.

-¿Te duele algo?

El corazón me arde como si estuvieran teniendo una guerra dentro de él.

-No, estoy bien.

-Si necesitas algo, llámame.

-Descuida, lo haré.

No tenía intención de cumplir mis palabras pero así dejaba tranquila a Ino.

No quiero que se preocupe innecesariamente por mí. Y tampoco quiero que por pedirle ayuda se nos muera.

No me lo perdonaría.

-¿Buscamos a los demás?

-Me parece buena idea.-respondió Ino.

-Y a mí, es mejor que quedarse sin hacer nada.

Con ayuda de la copia pude caminar, me sujeté a su cuello y él me abrazó por la cintura.

Íbamos más despacio retrasando al grupo, aunque quisiera no podría ir rápido.

-¿Qué tal vas Sakura?-preguntó Ino.

-Bien, seguid sin nosotros o no los encontraréis nunca.

-Tenemos mucho tiempo.-respondió Kakashi.- Por eso no te preocupes.

-Como queráis...

Caminamos por unos minutos sin encontrar a mucha gente, Kiba y Akamaru nos encontraron por el olor e Hinata mediante su técnica ocular.

-Aquí estáis.-dijo Kiba.- Veo que Sakura ya puede caminar.

-Si no fuera por la ayuda no me habría podido mover del sitio.

-No pasa nada, lo importante es que hayas despertado.

-Gracias.-no lo dije de corazón, pero si estaba realmente agradecida porque se preocupaban mucho por mí, a pesar de ser borde con ellos.

Seguimos el camino en silencio, ahora nos fue más fácil encontrar a los demás, gracias a los que acababan de llegar.

-¿Voy muy rápido?-preguntó Naruto al ver que me tropezaba constantemente.

Las piernas estaban comenzando a fallar.

-No tranquilo, no te preocupes.

-¿Quieres que te lleve?

-No hace falta, puedo caminar.-de momento.

"A la derecha"

Ya he aprendido la lección y sé que esa voz quiere ayudarme, así que haciendo caso a sus palabras observé a mi derecha.

El zorro eléctrico me miraba expectante, cuando hicimos contacto éste me hizo una reverencia y se dio la vuelta lentamente, perdiéndose entre los árboles.

-Esperad...-detuve a todo el mundo con mi voz.- Vamos por allí.

Algo me decía que esta vez solo podía verle yo ya que nadie había notado su presencia, ni yo misma hasta que me han avisado.

Ningún puso pega alguna y nos dirigimos al lugar.

Conseguimos salir del bosque encontrando el barranco, el zorro estaba tranquilamente sentado frente a nosotros y ninguno se alarmó.

¿Solo yo puedo verlo?

-Aquí hay algo extraño.-dijo Kakashi destapando su ojo.

-Yo también lo siento.-apoyó Hinata.

En ese momento una mirada punzante atravesó mi corazón.

-Naruto ya está aquí.-anuncié como si nada.

-Lleva aquí un rato, de hecho está a tu lado.-Ino me miró como si no me hubiese dado cuenta, mientras sonreía por mi posible despiste.

-Él es una copia, Sakura lo descubrió nada más verle.-informó Kakashi sorprendiendo a los presentes.

-¿Cómo lo supiste?-preguntó Kiba asombrado.

-Intuición femenina.

-Las mujeres somos así.-la rubia me sonrió y no pude evitar devolverle una pequeña sonrisa.

Acto seguido el rubio apareció junto a los que faltaban.

Naruto clavó la vista en mí y se acercó sonriente.

-Me alegro de que te hayas despertado, estaba muy preocupado.

-Gracias... ¿Tú que tal estás?

-Perfectamente, ¿Por?

¿No se acuerda de nada?

-¿Recuerdas algo de lo que pasó en aquella aldea?

-Solo recuerdo haber entrado y...-el rubio parecía que se frustraba al no recordar nada.- Me dijeron que estabas en peligro... Lo siguiente está todo en blanco.

Ya veo... Supongo que al estar sin alma, él estaba muerto en ese periodo de tiempo.

Espero que su alma no le haya contado nada.

Aunque también puede estar mintiéndome y que en realidad lo sepa.

Eso sería desastroso.

-¿Dónde está Gaara?-pregunté al no verle por ahí.

-El Kazekage busca una salida desde el aire.-respondió Shikamaru.

Observé el cielo para ver si lo encontraba, después dirigí la vista al zorro.

Seguía sentado como si estuviese esperando órdenes.

Sentí un empujoncito en la espalda, con la ayuda de Naruto volteé y vi a Akamaru.

-Hola.-me agaché a acariciarlo.- Me alegro de verte.

El rubio deshizo la copia y se posicionó a mi lado.

-¿Cómo te encuentras?

-Mejor que antes.

-Qué alivio...-suspiró.- No sé qué te pasó pero pensé que te perdía.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, ajeno al dolor que sentía.

-Lo siento, no quería preocuparte.

En ese momento, un pedestal de arena bajó del aire.

-No he conseguido encontrar ninguna pista.-dijo Gaara suspirando.- Lo siento.

-No te preocupes, creo que nadie ha descubierto nada.-respondió Tenten.

El chico de cabellos rojos sonrió nada más verme y se acercó a mí.

-Menos mal, por fin has despertado.

-Antes también había abierto los ojos.

-Pero no podías ni hablar.

-¿Me había despertado o no?

-Sí, mas no te movías.

-¿Y eso que tiene que ver con lo otro?

-En realidad nada, solo quería tener razón.-a pesar de la seriedad que casi siempre mostraba, conmigo siempre mostraba una sonrisa.

-Muchas gracias por llevarme sobre tu arena.

-Quería encontrarte un lugar cómodo para transportarte.

-Por cierto... ¿Qué pasó con la aldea?

-Desapareció.

-¿Y los aldeanos?

-Los he rodeado con una cúpula de arena, para protegerlos. Me preocupa que aquí pueda haber peligro.

Te parecería irónico saber que tengo detrás a un zorro, capaz de absorber almas y lanzar ataques devastadores, creado por la maldición.

En ese momento caí en la cuenta de que Gaara lo sabía y él podría ayudarme.

Si conseguía alejar a todos, tal vez pueda averiguar que quiere el zorro.

Que no se haya movido ni una vez me confunde, encima no me quita la vista de encima.

Me levanté con la ayuda de Naruto y, sin poder evitar una risita, Akamaru también me ayudó empujando por abajo.

-Por cierto, un niño pequeño te agradece que les hayas ayudado.-dijo Gaara sonriente.

¿El niño se acuerda de mí?

-¿Qué niño?-preguntó Shikamaru,

-Es una larga historia, me gustaría volver a verle para comprobar su salud.

-Está perfectamente, no te preocupes.-respondió Gaara,

-¿Debería fiarme de ti?

-Por la cuenta que te trae.

Sonreímos sinceramente, junto a él siento que puedo ser yo misma y eso me ayuda bastante.

-¿Puedo haceros una pregunta?-dijo Ino llamando la atención.

-Claro.-respondió Gaara, volviendo a la seriedad que le caracterizaba.

-¿Os conocíais de antes?

Ambos intercambiamos miradas.

¿Qué le íbamos a decir?

¿Qué le conocí gracias a mi maldición?

¿Qué fue el único capaz de escapar de ella?

¿Qué es el único que me entiende porque sabe mi secreto?

Gaara esperó a que dijese algo, él no diría nada que pudiese meterme en problemas y estaba esperando para ver que respondiera yo, seguramente para seguirme el juego.

-Sí...-respondí dudando.

-¿¡En serio!?

-Sí, ¿Por qué te sorprendes tanto Tenten?

-No sé, como eres nueva pensé que no conocías a nadie más allá de Konoha.

-¿Quieres decir que soy antisocial?

-¡No! No me malinterpretes, no era mi intención...

-Tranquila, yo me considero así.

-Deja de jugar con la chica, solo se ha sorprendido.-dijo Gaara lanzándome una sonrisa mientras se cruzaba de brazos fingiendo aburrirse.

-Di que estás molesto porque me he adelantado a lo que ibas a decir.

-Acabas de pillarme, ¿Tan transparente soy?

-¿Quieres que responda a eso?

-Claro, para algo lo he preguntado.

-Es secreto.

-¿Cómo que secreto? Si se trata sobre mí debería saberlo.

-En ese caso, ¿Cómo es posible que lo sepa yo y tú no?

-¡Touché!

Sonreí un poco al ver su cara de "indignación". Inconscientemente me recordó a Naruto, con ambos me encuentro a gusto, (aunque con el primero me pongo algo nerviosa), los dos parecen unos niños y me sonríen siempre.

-Parece que os lleváis muy bien.-dijo Hinata sonriendo.

Pensará que ya no estoy interesada en Naruto o algo parecido, esta chica está mal de la cabeza.

-Se puede decir que sí.-respondió Gaara.

Observé a Naruto de reojo, parecía estar enfadado pero trataba de sonreír. Por otro lado se me hace raro que no haya dicho nada en toda la conversación.

-¿Y cómo os conocisteis?-preguntó Shikamaru intrigado por saber algo de mi pasado.

Seguramente para poder averiguar cosas sobre mí.

Nuevamente intercambiamos miradas.

¿Qué les respondemos?

-¿Por qué siempre os miráis cada vez que os preguntamos?-preguntó Kiba llevándose una mano a la barbilla.

Podría haberlo pensado en vez de decirlo.

-No será... ¿Por qué haya algo de lo que no queráis que nos enteremos?-dijo Ino, de repente abrió los ojos.- ¿¡Fuisteis novios!?

-¿¡Novios!?-reconocí la voz de Naruto, parece ser que ha saltado.

Gaara observó sonriente a Naruto, algo me decía que se llevaban bien.

El silencio se mantuvo por unos instantes, el Kazekage y yo sonreímos como si fuéramos cómplices de un crimen.

Nos habíamos callado por aumentar un poco el ansia de los presentes.

Las reacciones de Ino eran muy graciosas, pero decidí que era suficiente.

Yo lo hice para ver si ese gesto les parecía maleducado y me cogían manía, sin embargo veo que me equivoqué.

Nadie dijo nada, simplemente nos miraban expectantes, la peor mirada de todas era la de Naruto que estaba clavada en mi nuca.

-No, yo nunca he tenido novio.-respondí de golpe.

La cara de la rubia, que se había entristecido por un momento, se llenó nuevamente de esperanza y alegría.

Naruto también parecía satisfecho con la respuesta.

Aun me preocupaba el zorro, mas no parecía querer hacer nada. Es más, se asemejaba a un público observando la escena en silencio.

-Entonces volvemos al sitio de antes, ¿Cómo os conocisteis?-Shikamaru formuló de nuevo la pregunta.

-Ya casi no me acuerdo.-respondí para evadir el tema de conversación.

-¿Tan pronto me has olvidado?-Gaara vio mis intenciones y siguió mi juego.

A veces me sorprende la conexión que he conseguido forjar con varias personas, así como Tsunade y Gaara.

Aunque con éste último tengo ventaja, le conocía desde antes.

-No, aunque te recordaba más pequeño.

-No esperabas que me quedará así para toda la vida, ¿Verdad?

-Lo hubiera preferido, antes estabas mas adorable.

-¿Estás queriendo decir que ahora no?

-Ahora menos.

-¿Tanto tiempo sin verme y me dices eso? Vas a acabar hiriendo mis sentimientos.

-Sabes que te lo digo con cariño.

Me sorprendí a mi misma al escuchar esas palabras saliendo por mi boca.

Como Gaara lo sabía todo, con él podía ser natural, yo misma. Pero se me olvidó que estaba entre gente que debo alejar.

Sobre todo a cierto rubio...

-Deberíamos buscar eso, ¿No creéis?-hablando del rey de Roma...

-Sí, será mejor empezar.-dijo Tenten sonriente por nuestra extraña conversación.- Es una pena, me estaba divirtiendo.

-Somos un show para la gente Sakura.-murmuró Gaara.

-La próxima vez cobramos entrada.

Nos sonreímos con dulzura, me siento muy a gusto con él.

-¿Nos vamos?-preguntó Kakashi.

Necesito una excusa para quedarme aquí.

-Yo aun no me encuentro en condiciones de moverme, creo que me quedaré aquí esperando.

-¿Estás segura? Puedo llevarte.

-No hace falta Naruto, si tuvieras que pelear sería un estorbo.

-Puedo crear copias, ¿Lo sabías?

-Y para eso necesitas tener las manos libres.

-Me las arreglaré.

No contaba con la testarudez de Naruto.

-Sabes perfectamente que no me gusta que me hagan favores, me quedaré aquí y punto.

-Ya... Si se hubiera ofrecido Gaara, habrías aceptado, ¿No?

Las palabras se chocaron contra mis oídos de forma violenta.

-¿A qué ha venido eso?

-Nada, era una duda que tenía.

Cerré los puños controlando la ira que se apoderaba de mí, me indignaba que pensase que me tiraría a los brazos de alguien solo porque le sonría.

-¡Por supuesto que no! ¿¡Pero tú que te has creído!? ¡Si no voy es porque estoy cansada y punto, no porque tú te hayas ofrecido a llevarme!

El chico abrió los ojos de golpe y hubo un grave silencio.

-Deberíamos irnos.-sugirió Kiba viendo la tensión presente en el ambiente.

Me senté sin mediar palabra y escondí mi rostro bajo el flequillo.

No pude evitar sentirme dolida por el simple hecho de que pensase que no quería ir con él.

¿Por qué me duele eso?

No debería afectarme, yo le he dado motivos para que lo crea así y él es libre de pensar lo que quiera...

Aun así duele, duele mucho.

Hacía tiempo que no sentía algo tan doloroso...

Una lágrima rodó por mi mejilla hasta morir en el suelo.

El zorro me observó atento, parecía estar sorprendido sin embargo no estaba muy segura de poder afirmar eso.

Escuché las pisadas de los demás y el silencio inundó el lugar.

"No te muevas, siguen ahí"

Haciéndole caso, me quedé en mi lugar petrificada, sin mover ni un músculo.

Y sin poder aguantar las lágrimas.

Un hocico blanco entró en mi campo de visión, Akamaru se había quedado aquí y (por muy locura que parezca) parecía querer darme ánimos.

Al final no lo aguanté y me abracé a él liberando todas mis lágrimas.

No me importa que me viesen, o que pudieran escuchar mis sollozos, en ese momento solo quería vaciarme de estos sentimientos que me persiguen cuando se trata de él.

¿Por qué me sentí dolida al escuchar eso?

¿Por qué no puedo alejarlo?

¿Por qué le correspondo a los besos?

El dolor de mi corazón era más llevadero, ya no ardía tanto. Mi cuerpo aun mostraba señales de que podía dejar de moverse en cualquier momento.

La lengua de Akamaru lamió mi cara provocando una sonrisa a causa de las cosquillas.

-Para por favor... Vete con tu amo, te necesita.

El perro observó el camino por el que supuestamente se había marchado Kiba y después dirigió la vista hacia mí.

-No te preocupes, estaré bien, ve.

Le abracé por última vez y se marchó corriendo.

Sé que no se perderá, puede encontrarlo por el rastro.

Aquella punzante mirada, que siempre me comunicaba si Naruto seguía cerca, estaba sobre mi corazón.

Supongo que no se irá hasta que arreglemos esto.

Siempre discutimos pero cuando nos herimos, todo parece cambiar y solo nos centramos en pedirnos perdón.

Pasó lo mismo cuando volvíamos de la villa de Idate.

Aunque me niegue a aceptarlo, esto sirve para forzar los vínculos de las personas.

Algo así había leído en un libro, decía que las personas se vuelven más fuertes teniendo en cuenta las dificultades que han tenido que pasar, tanto físicas como emocionales.

¿Significa que se está potenciando un lazo que no debo tener?

Esto cada vez se complica más.

-Vámonos Naruto... Luego hablarás con ella...-escuché a Ino en la lejanía.

-Pero...-hubo una breve pausa.- Está bien...

Esperé varios minutos hasta estar sola.

"Ahora"

El zorro se levantó y me dio la espalda. Me costó mucho enderezarme y más ponerme en pie. Al final lo conseguí.

Mis pasos terminaron junto a él, el zorro miraba al horizonte fijamente.

Golpeó con su cuerpo mi pierna y se acercó a más mí.

Llamarme loca, pero algo me decía que quería que me montase, y no dude en hacerlo.

Acto seguido estábamos saltando el barranco.

Me agarré al pelaje eléctrico del zorro y sentí como si me estuvieran transmitiendo energía.

Agité la cabeza para alejar aquella sensación, la maldición no tiene ningún motivo para hacer eso.

¿O sí?

El animal galopó esquivando ágilmente los árboles, saltando cuando hacía falta y deteniéndose en algunos momentos.

Llegamos a una meseta que tenía algunos tejados asomando en la tierra, así como personas y el tejado de la iglesia, podía verse la campana.

Me acerqué a ver a los muertes, no me puedo creer que el zorro haya hecho todo esto con personas inocentes.

¡Ellos no tenían la culpa!

Algo saltó a mi espalda y al observarlo me di cuenta que era un alma. Varias como ellas pululaba por el lugar.

-¡Alejaos de aquí!-ordené sabiendo que la maldición las absorbería, o en su defecto, el zorro.

En vez de hacerme caso se tiraron sobre mí, de repente una fue absorbida por mi cuerpo y después otra. Así constantemente.

Como si se tratase de una aspiradora.

En pocos segundos el lugar se quedó desierto.

¿Qué ha pasado? No he hecho nada... Ni me he movido.

"Es un nuevo poder, el demonio podía absorber almas aspirándolas, con lo cual tú también puedes ahora que se ha unido con la maldición"

Me asustó la idea de que esta voz fuera otra cosa, ya bastantes dudas tenía sobre mí para que vengan más ha agobiarme.

¿Sino, por qué se había llamado a ella misma maldición? No tiene sentido hablar en tercera persona.

El zorro aulló al cielo y rápidamente bajaron varios truenos para golpear con fiereza el suelo. Consiguieron abrir varios boquetes en la tierra y nos metimos por uno de ellos.

Bajo ésta, la aldea estaba devastada, el zorro caminaba con tranquilidad pero si trataba bajarme éste se levantaba preparado para atacar.

-Vale tranquilo, me quedaré sobre tu lomo.

Siguió el camino nada más calmarse.

Me llevó hasta la iglesia y nos colamos al sótano. Frente a mí se erguía una gran puerta con los símbolos del ying y el yang pero a diferencia de los originales, estos estaban sin color.

"Pon la mano sobre ellos, necesitan reconocerte"

¿Reconocerme?

Esperé por la repuesta pacientemente pero al ver que no llegaba nos acercamos hasta los símbolos y puse la mano sobre ellos.

La oscuridad ocupó su lugar en el símbolo y la luz le siguió consiguiendo un perfecto equilibrio que provocó la rotación del símbolo.

Al abrirse tuve que taparme los ojos por la luz que salía.

El zorro siguió adelante mientras me acostumbraba al entorno. Sobre mi cabeza había un pergamino atado con una pequeña cinta rosa, del mismo color que mi cabello.

Éste bajo lentamente hasta mis manos, al tocarlo descubrí que perfectamente podría tener bastantes años.

¿Qué es?

"Una técnica creada para la maldición hace años, al ser muy peligrosa la sellaron aquí"

Esa voz es un pozo de sabiduría sin fondo.

El lugar comenzó a derrumbarse y el zorro salió de ahí a la velocidad del rayo.

Con una mano agarré el papiro y con otra el pelaje del zorro, el cual venía cargado de energía, podía notar la electricidad recorriendo mis manos.

Los árboles comenzaron a derretirse y el barranco estaba quebrándose.

¿¡Qué está ocurriendo!?

"Al coger el pergamino, que ellos consideraban un tesoro, la ilusión se ha roto y ahora estás viendo los efectos"

¿¡Ellos!?

"La gente que selló el pergamino en ese lugar"

¿El zorro lo atacó para que pudiera conseguir el papiro?

No hubo respuesta.

Cerré los ojos desesperada, claro ya me ha hablado dos veces en poco tiempo.

Menudo milagro.

El animal me dejó donde estaba antes mientras el barranco se fragmentaba. Se evaporó entre truenos tras la reverencia.

Sigo sin saber porque lo hace.

Apreté el pergamino contra mi pecho y me levanté con algo de esfuerzo.

Espero que no se estropee.

Busqué a mis amigos en medio de la ilusión que estaba punto de cesar.

"Si estáis dentro cuando la ilusión se rompa, os arrastrará con ella"

¿¡Entonces qué hacemos!?

"Destruirla antes de que se debilite"

Grité el nombre de la primera persona que me vino a la mente, a pesar de chillar el nombre de todos, el primero fue el de Naruto.

¿Qué me ocurre con él?

¿Por qué no puedo olvidarlo?

Agité la cabeza, ahora no es momento para hacerle preguntas al limbo.

Busqué desesperada hasta que di con Tenten.

-¡Tenten!

-¡Sakura!

Llegué a ella sin respiración.

-¿Estás bien?

-Sí, hay que romper la ilusión.

-¿Ilusión?

-Estamos dentro de ella.

-Lo sospechaba.

"Dispara hacia el cielo justo encima de tu cabeza"

-¿Puedes hacerme un favor?

Odiaba la parte de exponer a la gente a la maldición, pero no tengo más remedio ahora no creo que pueda hacer nada.

-Claro, ¿Qué es?

-Ataca ese punto.-señalé el cielo.- Justo encima de mí.

-Vale.

-¿No me vas a preguntar nada?

-Confío en ti.

Tenten sacó un rollo y de éste salieron disparadas miles de armas que golpearon de lleno en el lugar.

El cielo se agrietó dando paso a la luz del sol.

-Hay que darle con algo más fuerte.-deduje al ver que no estaba rota del todo.

-En ese caso...

La ninja creó una bola gigante metálica a partir de otro rollo mágico.

¿Ahí se puede guardar de todo? Es más práctico que un bolso... Y más cómodo para llevar.

Podría pedirle que me guardase todos los antídotos que llevo siempre encima.

Mejor no...

La esfera golpeó de lleno en el cielo destrozado y se acabó por romper. Los trozos de cielo cayeron al suelo como cristales, los arboles tuvieron la misma suerte.

Todo acabó evaporándose una vez que eran trozos de cristales por el suelo.

Observé mi alrededor, habían muchas casas y gente que nos saludaba al pasar.

-¿Estamos en una villa?-pregunté.

-Creo que sí...

-Salgamos fuera para ver si conseguimos ubicarnos.

-Buena idea.

Al salir vimos que no había ningún bosque, algunos árboles suelto pero nada más. De hecho esta villa estaba rodeada de montañas.

-¿Cómo hemos llegado aquí?-preguntó Tenten más confusa que antes.

-Tal vez la ilusión se ubicaba sobre esta villa y llevamos todo el rato dando vueltas aquí. Por eso no conseguíamos salir, los montes funcionaban como tope.

-¡Tiene sentido lo que dices! Creo que es la explicación más lógica, Shikamaru tiene una nueva rival.

Lo que me faltaba, competir con el acusador.

Escuchamos gritos por la lejanía y vimos a los demás acercándose a nosotros.

-¡Están ahí!-gritó Tenten.- ¡Venga vamos!

Sin mediar palabra me cogió de las manos y tiró de mí para que corriese. Cuando quería, esta chica era un poco brusca.

Aunque no me puedo quejar, yo soy peor.

Aún no he olvidado que Tenten vino a hablar conmigo cuando Naruto y yo discutimos mientras volvíamos de la misión.

No sé si lo hizo por mí o por su amigo, pero se agradecen sus palabras.

Me animaron mucho.

Ino se abalanzó sobre nosotras nada más vernos.

-¡Qué alivio veros sanas y salvas! Al no veros nos preocupamos mucho.

-Tranquila, estamos bien.-respondí intentado alejarme.

En ese momento mi mirada se entrelazó con la de Naruto, en su ojos pude ver reflejado la tristeza.

Por mi culpa siempre acababa hundiendo en la desesperación, quise decir algo pero a la vez no quise hablar.

No quiero que sufras más por mí.
Corté la conexión mirando a otro lado, ningún elemento atrajo la atención en mí. Simplemente quería despistarme con cualquier cosa.

La tensión pareció crecer mientras los demás nos observaban preocupados, salvo Hinata que no paraba de mirar a Naruto.

Apreté con más fuerza el pergamino para aguantar las lágrimas.

Haga lo que haga, siempre le dejo deprimido.

No quiero que sufra por mi culpa.

Ya bastante ha tenido.

-¿Sakura?-llamó Kakashi.

-¿Eh?

-Te veo distante, ¿Estás bien?

-Sí, no es nada.

-¿Qué llevas en las manos?-preguntó Kiba.

-No me había fijado...-dijo Tenten sonriendo.

-Yo tampoco.-apoyó Ino con otra sonrisa.

-Es un papiro, lo encontré en el bosque creado por una ilusión.

-¿Qué dice?-esta vez preguntó Shikamaru.

-No sé, no lo he abierto.

-¿Alguien sabe cómo hemos podido escapar de la ilusión? preguntó Gaara mirándome, ya que en el fondo sabía que había sido yo.

Al menos en parte.

-Se rompió sola y de un momento a otro nos encontrábamos aquí.-dijo Tenten ganándose mi mirada de sorpresa.

Ella me sonrió y con ese gesto supe que no iba a decir nada, ni me iba a hacer ninguna pregunta.

Algo en mi interior lo confirmaba.

Susurré un "gracias" y observé al Kazekage con una sonrisa, intentándole transmitir que ella no diría nada.

Éste asintió con la cabeza y me sonrió de vuelta.

-¿Puedes darme el pergamino Sakura? Me gustaría observarlo de cerca.

-Claro, toma Kakashi.-se lo entregué.- Espero que no lo haya estropeado con tanta carrera.

-Si es así no te preocupes, podremos arreglarlo.

-¿Carrera? ¿A dónde has ido?

Era de esperar que algún día explotaría.

-¡Deja de meterte en mi vida de una vez!-pisé el suelo con fuerza agrietando parte de éste.- Estoy harta de ti, me miras como si fuera un bicho raro, como si fueras superior a mí. Entérate de una vez, no lo eres.

Me di la vuelta y me alejé de allí, sabía que no podría ir muy lejos en mi estado pero no tenía ganas de quedarme a discutir con Shikamaru.

Así que me fui.

En mitad de camino, Gaara me alcanzó.

-¿Vienes a darme el sermón?

-No, vengo a darte otra cosa.

Me envolvió con sus brazos regalándome una sensación de paz increíble. Ahora mismo era lo que necesitaba.

-Muchas gracias.

-Entiendo que no debe ser fácil pasar desapercibida con lo que tienes...-susurró.- Pero recuerda que siempre contarás con mi ayuda.

-Te lo agradezco nuevamente.

-No me perdono el pensar que todos estos años has necesitado ayuda y yo no estuve para brindártela.

-No te preocupes, nos separaron de forma muy abrupta y seguramente acabamos demasiado lejos el uno del otro.

-Lo más probable, por eso ahora quiero apoyarte en lo que sea.

Dudé en contarle todo lo que había pasado en su ausencia. Esto lleva para largo y seguramente estará ocupado.

-Me gustaría contarte todo, cuando tengas un tiempo, avísame.

-Lo haré, no te sorprendas si mañana mismo recibes el mensaje.

-No me sorprenderé.-sonreí.- Gracias Gaara.

-De nada.-depositó un beso sobre mi cabeza.- Volvamos con ellos, estoy seguro de que Ino le está gritando a Shikamaru.

-Tiene buena pinta.

-Sakura...

Me detuve frente al chico que acababa de llegar.

No soportaba verle tan decaído, me partía el alma.

-Yo me voy adelantando, volved cuando acabéis de hablar, os cubriré.

Naruto le agradeció al Kazekage y éste le restó importancia colocando una mano en su hombro.

-Hazlo bien, sé que puedes.-murmuró antes de irse.

¿Soy yo o me ha mejorado el oído?

¿Cómo es posible que haya escuchado eso? Y la última vez pude oír a Ino diciéndole eso a Naruto y estaban lejos.

-Sakura yo...

-Naruto, no hace falta que te disculpes, sé que no lo dijiste a propósito.

-Lo siento mucho, me dolió que prefirieras su compañía a la mía.

-Yo nunca dije eso.

-Lo sé pero empecé a elucubrar teorías que no eran ni creíbles.

-¿Por qué?

-Me deje llevar...

-Por los celos.-terminé su frase.

-¡No!-desvió la mirada y se rascó la nuca.- Perdona, es que no lo estás haciendo fácil.

-¿Y qué gracia tendría sino?

El rubio me observó sorprendido, le sonreí dándole a entender que no pasaba nada.

Ahora más que nunca debo de tener cuidado con Naruto ya que él está en el punto de mira de la maldición, ocupando el primer puesto en su lista.

Sin embargo, por una vez más no creo que pase nada si soy amable con él. Al menos ahora se lo merece.

Si puedo engañarme a mí misma, no pasará nada.

Naruto se acercó a mí y me dio un abrazo, mi corazón latió con fuerza y no pude evitar corresponder su abrazo.

-Gracias...-susurró.

-No hay de qué.

Al ver que no me soltaba me separé un poco de él, aunque en mi interior no querría alejarme nunca.

Cuando estoy en sus brazos siento un cosquilleo recorriendo mi espalda y la calidez que me produce su cercanía me abraza con dulzura. Haciéndome siento segura y protegida.

Aun así, sus brazos se encargaron de no dejarme escapar.

-¿Me sueltas? Tenemos que irnos, estarán preocupados.

-Antes, ¿Puedo hacer una cosa?

-¿El qué?

Se agachó un poco acortando las distancias que separaban nuestros labios. Ante el contacto cálido cerré los ojos dejándome llevar.

Al darme cuenta de lo que hacía corté el beso cuando éste comenzaba a subir de intensidad.

-Echaba de menos hacer esto.

Apreté el puño y creo que una vena se hizo presente en él.

-¿¡Cómo te atreves!? ¡Voy a matarte!

-¿¡Por qué!? Te recuerdo que me has correspondido, no digas que no te ha gustado.

-¡¡No!!

Golpeé el suelo con el puño, este chico tiene una facilidad increíble para escapar de mis golpes.

Pero la suerte siempre se acaba.

Sus brazos me rodearon la cintura por detrás.

-Que bruta eres, ¿Ahora que les decimos a los aldeanos? ¿Qué acaba de impactar un meteorito?

-Que gracioso está hoy el celoso.

-¡Yo no soy celoso!

-Por favor, deja de negarlo. Es evidente.

-Solo lo haré si tú admites que te gustan mis besos.

-No mentiría tan descaradamente.

Sus brazos se ciñeron a mi cintura con fuerza.

-¿Qué has dicho?

-¡Mira mamá! ¡Hay una pareja de enamorados ahí fuera!-escuché el grito de una voz aguda en la lejanía.

Parece ser que se ha mejorado el oído después de todo.

¿Habrá sido porque la maldición se ha hecho más fuerte?

-Hija, entra a la villa, se van a enfadar si les espías.

-De mayor quiero estar igual que ellos, se veían muy felices.

Como se nota que es una niña... No se ha enterado de nada.

Sino calculo mal, la aldea está algo alejada de aquí.

-¿Volvemos?-pregunté mientras la respiración de Naruto golpeaba mi cuello.

-¿Ya? ¿No podemos quedarnos así un rato más?

-¿Para qué? En cuanto me despiste me vas a acorralar y acabaremos de la misma manera...

-Me gusta que te hayas enterado de cómo funciona el juego.-escuché su risa melodiosa tras de mí.- Aunque debes admitir que hace tiempo que no te acorralo.

-Porque ahora te ha dado por besarme sin permiso.

-Eso no puede ser, uno tiene que ser fiel a sus costumbres. Cuando pueda te acorralo y ya que estoy te beso, ¡Hay que innovar!

¡Y me lo dice tan tranquilo!

-Haz eso y te dejo sin descendencia para siempre.

-Das miedo a veces...

-Ya me lo habías dicho.

-Quería recordártelo, por si se te había olvidado.

-Descuida, no ha pasado.

-Pero podría ocurrir.

-Lo que tú digas... ¿Nos vamos de una vez?

-¿Tienes ganas de ver a Gaara?

-¿Son celos lo que sale por tu boca?

-¡Por supuesto que no!

-Naruto está celoso... Naruto está celoso...-susurré la canción inventada sabiendo que me escuchaba.

Seguro que tiene la vena en nivel tres.

-Te estoy escuchando.

-Menuda tragedia.-dramaticé.

-Luego no te arrepientas cuando te acorrale.

-¿Eso es una amenaza?

-Tómalo como una predicción de futuro.

Si tú supieras...

-Gracias, lo haré. Ahora vámonos.

-Sí.

Sin que pudiese decir nada me cogió en brazos delicadamente, como si me fuese a romper.

-Déjame en el suelo ahora mismo o te corto la cabeza.

-Aún estás muy débil para poder caminar, quiero ayudarte. sonrió maliciosamente.- Si me arrancas la cabeza, ¿Quién te va a dar besos?

-Gaara.-respondí sabiendo que había dado en el botón que encendía sus furias.

El rubio respiró profundo e hizo un intento fallido de sonrisa.

-Ni se te ocurra.

-¿Celoso?

-¡¡Qué no!!

-Es lo que parecías...-silbé mientras lo decía como si lo quisiera camuflar de mala forma.

-Ya te he avisado antes, cuando te acorrale no me supliques por tu liberación. No voy a concedértela.

-Y luego dices que eres buena persona...

-Al menos no voy golpeando a diestro y siniestro.-respondió con una sonrisa.

-Porque no puedes.

Me pegó a él.

-Pero puedo hacer muchas más cosas.

-¿Cómo qué?

-Como encerrarte en mi casa y darte los besos que quiera.

-Qué asco... Esta noche tengo pesadillas.

-Si yo sueño eso voy a dormir genial.

Golpeé su pecho y éste trato de recuperar la respiración perdida tras el impacto.

Creo que también ha aumentado mi fuerza.

-Contrólate un poco por favor, ya no siento la parte golpeada.

-¿Quieres que la despierte con un guantazo?-levanté la mano.

-¡No! Déjala que duerma plácidamente.

-Bueno...-traté de parecer afligida mas no lo conseguí.

-¿Qué pasa? ¿Tenías ganas de volver a pegarme? ¿No te arrepientes tras pegarme?

-Solo a veces.

-Vaya conciencia tienes...

-Muy buena.

-Sí claro.

-¿Te importaría bajarme? No estamos yendo a ningún lado.

-¡Es que me despistas!-comenzó a caminar.

-Eso, échame a mí la culpa de que tú no sepas como caminar y hablar al mismo tiempo.

-Sé hacerlo, no soy tonto.

-Eso es discutible.

-¿Ah sí? Tal vez no recuerde como mantener el equilibrio.-me lanzó al aire y me recogió cuando bajaba, repitió el proceso varias veces.

-Naruto, me vas a tirar. ¡Estate quieto!

-¿Y si no quiero?

Justo cuando estaba bajando aproveché para enderezarme en el aire y apoyarme en su hombro para cambiar la trayectoria de la caída.

-En ese caso pierdes la oportunidad de llevarme en brazos.-respondí aterrizando tras él.- ¡Mala suerte!

-¡Vuelve aquí!-gritó al verme correr.

-¡No gracias!

Con mi pésimo sentido de la orientación no tuve que moverme mucho para perderme.

-No sé como lo haces pero siempre acabas perdida sin quererlo.

-Soy así.-me di la vuelta.- Ya me has alcanzado, ¿Y ahora qué?

-Exijo un premio por conseguirlo.

-¿Te vale una patada en el culo?

-¿Nunca me vas a ofrecer nada bonito?

-No...

Se acercó a mí y tomó mi rostro con suavidad.

-Vengo por mi recompensa, ¿Me la entregas o debo quitártela?

-Ni lo uno ni lo otro.

Sonrió y me atrajo hacia él besándonos de nuevo, deslizó una de sus manos hasta mi cintura para pegarme a su cuerpo. Ambos cerramos los ojos mientras abrazaba su cuello, hundiendo mis dedos en su cabellera rubia.

-Me ha gustado el premio, debemos hacerlo más a menudo.

-¡Yo debo matarte más a menudo!

-¡Sino he hecho nada!

-¿¡Cómo que no!? ¡¡Me has vuelto a besar sin mi permiso!!

-¿Necesito tu aprobación para eso?

-¡Por supuesto!

-Entonces no volveré a besarte nunca.

-Ahí está la gracia, inteligente.

El rubio me alzó de la cadera dejándome más alto que él.

-¿Qué tal la vista?

-¿Así me ves siempre? Ahora me siento una enana.

-Eres mi enana.

-Vuelve a decir eso y te cocino a fuego lento.

En el fondo me gustó escucharlo.

-¿Estaré sabroso cocinado así?

Suspiré y apoyé mi cabeza sobre la suya.

-Vayámonos ya, anda. Estarán empezando a preocuparse.

-Tienes razón.-me dejó en el suelo con delicadeza.- ¿Me permite la mano hermosa dama?

-Ya sabes mi respuesta.

-También le puedo decir a todo el mundo que vas a estar una semana conmigo, Ino es capaz de encargarse de que todo parezca como una cita.

-¿Estás chantajeándome?

Asintió con la cabeza sonriente.

Tomé la mano que me ofrecía y comenzamos a caminar.

-Manipulador.

-Admítelo, tu también utilizas ese truco a veces.

-Puede ser.

A la rubia por poco le da un ataque al vernos llegar cogidos de la mano.

-Deberíamos llevarte al hospital cuanto antes Sakura.-dijo Kakashi.- Es mejor que te revisen más a fondo.

-Está bien.

-Podemos ir a Suna, está más cerca.

-Gracias Gaara, pero seguro que Tsunade puede encargarse mejor de mí.

-Como quieras, os acompaño.

El viaje fue en silencio, al menos por mi parte. Podía escuchar a Ino hablando animadamente con Tenten y de vez en cuando observaba nuestras manos unidas y comenzaba a gritarle cosas a la chica.

Palabras que no llegaba a entender.

-¿Te sientes mareada o algo?-preguntó Naruto, posando su intensa mirada azul sobre mí.

-Estoy bien, no te preocupes.

Como la aldea de Gaara quedaba más cerca, lo acompañamos hasta la entrada.

-Gracias por hacerme compañía. Mantenme informado sobre tu estado de salud, por favor.-eso último lo dijo mirándome cariñosamente.

No podía negárselo.

-Lo haré.

En ese momento llegaron dos personas. Una chica rubia, de ojos negros con cuatro coletas y un abanico enorme a su espalda.

El otro era un chico con los ojos negros y la cara pintada. El cabello no se lo podía ver porque se lo tapaba una sombrero con el protector en la frente.

-Estábamos comenzando a preocuparnos Gaara.-dijo la rubia.

-Lo siento mucho.-Gaara cogió de mi mano y me acercó a ellos.- Sakura estos son mis hermanos, Temari y Kankuro.

-Un placer.-saludé con la mano.

Los hermanos fijaron la vista en mí y no se despegaron ni un instante.

-¿Ella es la chica de la que tanto nos hablabas?-preguntó Temari.

-Sí.

-¿La que conociste con cinco años?-esta vez la pregunta fue formulada por Kankuro.

-Así es.

Observé a los demás, no querían entrometerse pero parecían impacientes. Tal vez estén preocupados por mí, ya que tienen que revisarme por si acaso.

-Lo siento Gaara, me tengo que ir.

-Siento haberte robado tiempo, vete al hospital rápido.

-Está bien, nos volveremos a ver.

-No lo dudes, recuerda lo que te dije antes.

-No me sorprenderé.-respondí recordando.- No te preocupes por eso.

-Me alegro.

Me despedí de él con un abrazo bajo la atónita mirada de sus hermanos.

-Creo que ya llegamos.-anunció Hinata.

-Bien.-respondió Shikamaru.- Debemos llevar a Sakura al hospital.

¿Ahora le importo?

Menos mal que Kakashi nos guías porque llego a ser yo y no volvemos nunca.

Nada más llegar todos me acompañaron (aunque creo que empujar se ajusta mejor a lo que realmente sucedió) hasta el hospital.

Allí me atendió Shizune y me quedé dormida al instante sonriendo sin parar.

Hoy me había reencontrado con un amigo del pasado que sabe mi secreto, ya tengo un apoyo.

Lo que me preocupaba era la pregunta que rondaba por mi cabeza: ¿Las almas pueden guardar información sin que el cuerpo se entere?