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Los sentimientos que florecen al final de la batalla (Tres capítulos)

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Los sentimientos que florecen al final de la batalla (Tres capítulos) Empty Los sentimientos que florecen al final de la batalla (Tres capítulos)

Mensaje por Uzumaki_Kurama Lun Abr 13, 2015 6:59 am

¡Hola! Tal y como os dije, voy a compartir este fanfic NaruSaku que hice yo, esta basado a partir del capítulo 699 del manga sin tener en cuenta el desastroso 700, son tres capítulos y espero que os guste ^^

Los sentimientos que florecen al final de la batalla


Capítulo 1
Conflicto de sentimientos

Le despertaron los primeros rayos de Sol de la mañana que se asomaban por su ventana, pese a lo temprano que era, su cuerpo estaba siendo recorrido por una agradable sensación que le transmitía el simple hecho de poder quedarse allí tumbado en la cama, sin necesidad de hacer nada más, simplemente se limitaba a mirar el techo de su habitación, pero esta vez, sin tener las mismas preocupaciones que había tenido meses atrás durante años.

Decidió finalmente salir de la cama y empezar un nuevo día, abrió la ventana dejando entrar los rayos de Sol por completo, estiró los brazos y le dedicó una sonrisa a la mañana tan radiante que se alzaba hoy en el cielo de Konoha.

¡Buenos días'ttebayo!

Después de prepararse su habitual ramen instantáneo, se vistió y salió de casa pese a no tener nada que hacer hoy, pero hacía un día demasiado bonito como para no aprovecharlo.

Con tan sólo caminar por las calles de la aldea, podía apreciarse a simple vista que los tiempos habían cambiado, en el rostro de los aldeanos se veían reflejados sus sueños, sus ilusiones, sus esperanzas... años atrás, costaba ver en ellos sonrisas tan sinceras, pero la Cuarta Guerra Mundial Shinobi había finalizado, y ahora se respiraban tiempos de paz, de cambios y de nuevas generaciones.

Muchos de los aldeanos le saludaban a su paso por las calles de Konoha, algunos shinobis le mostraban su respeto también, pues las cosas habían cambiado también mucho para él, y aún teniendo presente lo duro que había sido crecer solo, sin el cariño de una familia y siendo rechazado por la gran mayoría de los habitantes de su propia aldea; se había vuelto fuerte, nunca renunció a su sueño, y fue todo ello lo que le llevó a salvar la aldea en más de una ocasión, ganándose el respeto de todos, la admiración, y el título de héroe.

Continuaba con su paseo matutino, acompañado de sus recuerdos que le hacían recordar todo lo vivido hasta el día de hoy, pero ahora, podía mirar atrás y sonreírle a esos recuerdos, todo estaba bien, todo había terminado bien, y sin dejar que esa sonrisa desapareciera de su rostro, alzó la mirada contemplando aquellos monumentos de piedra a los cuales tanto respeto les había ido cogiendo, haciendo un especial hincapié en el rostro más reciente de los seis, el que había sido nombrado Sexto Hokage al finalizar la guerra, su sensei Kakashi Hatake.

Había decidido ver las estatuas más de cerca, y poder apreciar toda la aldea desde allí, había sido un lugar el cual años atrás le había ayudado siempre a despejar su mente, a no pensar en nada y a olvidarse de todo temporalmente, así que se dirigió hasta allí y subió las escaleras.

Pero cuando estaba a punto de llegar al final de las escaleras, pudo ver allí arriba una figura conocida apoyada en la barandilla, parecía que no se había inmutado todavía por su llegada, aquel melancólico rostro daba a entender que su mente no se encontraba allí en estos momentos, sus verdosos ojos estaban perdidos en el horizonte, a la vez que la suave brisa matutina mecía su cabello rosado.

¿Sakura-chan?...

Al escuchar su nombre, la kunoichi pareció reaccionar, miró a su compañero sin abandonar todavía su melancólico rostro y le respondió.

¿Naruto?... ¿Qué estás haciendo aquí?... - alzó disimuladamente su mano izquierda llevándola hasta uno de sus ojos, lo cual le dio a entender al joven genin que posiblemente quiso ocultar alguna que otra lágrima que estuviera a punto de caerle.

Subió los últimos escalones para acercarse a su compañera, la verdad es que llevaba unos días que no parecía ser la misma de siempre, nunca tuvo la ocasión perfecta para preguntarle, y ahora, parecía que finalmente había llegado ese momento.

Sakura-chan... etto... ¿estás bien'ttebayo? - unos segundos de silencio se interpusieron entre ambos antes de que la kunoichi respondiera.
Sí... estoy bien, no te preocupes Naruto. - a pesar de tenerla ante sus ojos, aquellas palabras sonaron como un susurro lejano, y tampoco es que transmitieran mucha confianza. - Perdona... debo irme.

Pasó por su lado para marcharse, aquella débil respuesta le había dejado como sin fuerzas para volver a preguntarle, ni si quiera reaccionó a tiempo para detenerla, tan sólo se limitó a ver como pasaba junto a él casi rozando su hombro, portando consigo aquel melancólico rostro que la kunoichi no lograba disimular.

Le costó unos instantes reaccionar, y para cuando lo hizo, su compañera ya se había marchado. Entonces ocupó su lugar, se apoyó en la misma barandilla donde ella había estado y se dejó llevar por sus pensamientos, sabiendo en el fondo el verdadero motivo por el cual su amiga había estado tan distante estos días.

Suspiró, levantó la mirada y contempló nuevamente el día tan radiante que se alzaba hoy sobre Konoha, entonces se detuvo a pensar por unos instantes en aquellos temores que había querido tener apartados desde aquel día, el día en que se marchó. A pesar de haber luchado junto a él en la recta final de la guerra, sabía que iba a ser muy difícil que todo volviera a ser como antes, era consciente de que después de todo, no volvería junto a ellos a la aldea como si nada hubiera pasado, y suerte que al menos Kakashi pudo hacer que sus cargos fueran retirados al haber ayudado a deshacer el Tsukuyomi infinito, pero aún así, era su mejor amigo, y le conocía demasiado bien como para saber que su decisión no sería quedarse.

No le costó mucho darse cuenta de la situación, en el fondo ya la conocía, pero quiso no pensar en ello; sabía de antemano, que los sentimientos de Sakura-chan no estarían muy conformes con su partida, que tal vez el haber luchado junto a él después de tanto tiempo, había podido sacar nuevamente a flote los sentimientos que había tenido desde que era niña, sentimientos que fueron apartados temporalmente por el dolor causado por su primera partida.

Abandonó aquel lugar por hoy, bajaba las escaleras de vuelta a la aldea sin dejar de pensar en todo aquello, en la promesa que le hizo a su amiga años atrás, promesa que en cierto modo había logrado cumplir, pues sus sentimientos hacia ella nunca cambiaron, pese a saber que tenía un duro rival en el amor, le prometió a su amada que le traería de vuelta, costara lo que costara, y así fue.

Caminaba nuevamente por las calles de Konoha, recordando esta vez los buenos momentos que había pasado junto a su compañera durante todos estos años, algunos momentos agradables y otros no tanto, pero a pesar de todo, sus sentimientos hacia ella todavía permanecían ahí.

Se acercaba la hora de comer, y comenzaba a notar su estómago algo vacío, así que se dirigió al Ichiraku Ramen, pidió su habitual ramen y comió con calma, no tenía prisa para nada y mientras comía seguía totalmente sumido en sus pensamientos y recuerdos.

Pagó la cuenta y continuó con su paseo en solitario, la tarde caía ya sobre Konoha, y tanta vida como esta mañana no había ya en sus calles. Aún así, buscaba un lugar más tranquilo, un lugar donde volver a perderse en sus pensamientos y recuerdos, y mientras caminaba, sin darse cuenta llegó hasta un pequeño parque.

No había ningún niño allí en ese momento, así que pensó que sería el lugar idóneo que estaba buscando, tomó asiento en uno de los columpios, y automáticamente perdió la noción del tiempo.

Volvió a perderse en sus pensamientos, sin ser muy consciente de lo que ocurría a su alrededor, pero entonces, al escuchar unos tímidos pasos que se acercaban hacia él, pudo volver en sí medianamente, levantó levemente la mirada, y se encontró con su tímida amiga.

Etto... Naruto-kun...

Le costó reaccionar, en esos momentos no es que tuviera la cabeza donde debería tenerla precisamente, y cuando creyó que ya era consciente de lo que ocurría a su alrededor, respondió.

¿Hinata-chan?... - se quedó durante unos instantes mirando a su amiga Hyuga, con la mano siempre en el pecho y un leve sonrojo en sus mejillas como de costumbre, dio unos pasos más para acercarse a su amigo.
Naruto-kun... ¿qué estás haciendo aquí solo?... - un pequeño sentimiento de preocupación se vio reflejado en su rostro, el joven genin no tardó mucho en percatarse de ello, e intentando dibujar una leve sonrisa en su rostro, le contestó.
Etto.. - llevó su mano derecha hacia atrás para rascar su nuca mientras respondía con una forzada sonrisa. - tan sólo estaba dando un paseo y me detuve a descansar un poco'ttebayo.

Pero aquellas palabras sonaron demasiado forzadas, no fueron suficientes como para convencer a la Hyuga, lo cual hizo que su preocupado rostro adoptara una postura más seria, dio un par de pasos más y se quedó frente al Uzumaki.

Naruto-kun, tus palabras no suenan nada sinceras.

Un pequeño e incómodo momento de silencio interrumpió la conversación, era de esperar que no iba a ser fácil ocultar su estado de ánimo, y que por mucho que disimulara, alguien se daría cuenta. Después de las palabras de su amiga, no sabía por donde continuar la conversación.

Naruto-kun... se trata de Sakura-chan... ¿verdad?

La pregunta de su amiga le dejó totalmente desconcertado, aunque pensándolo mejor, no debería de haber nadie en toda la aldea que no conociera los sentimientos que desde bien pequeño, Naruto había tenido por su compañera de equipo.

No es necesario que ocultes tus sentimientos, sabes... que puedes contarme lo que quieras, ¿verdad? - a pesar del serio rostro que había adoptado, un ligero aire de preocupación seguía viéndose en él. - no estás solo... Naruto-kun.

Por alguna extraña razón, un pequeño sentimiento de lástima y culpabilidad estaba recorriendo el cuerpo del Uzumaki, lo cual le estaba dificultando buscar las palabras apropiadas para responderle a su amiga Hyuga.

B-bueno... yo... - continuaba buscando las palabras idóneas para la ocasión. - estoy preocupado por Sakura-chan...

Al ver tan entristecido el rostro de su amigo, la Hyuga no pudo evitar acercarse un poco más, alzó su mano derecha y la colocó en la mejilla izquierda del Uzumaki.

Naruto-kun, ¿no crees que Sakura-chan merece saber todo esto? - aquellos ojos blancos le miraban, parecían estar transmitiéndole el valor y la sinceridad que necesitaba. - tal vez... Sakura-chan debería escuchar esas palabras, y saber lo preocupado que estás por ella.

No supo que responder, pocas veces había visto a Hinata hablar de esa manera, sin miedos y con tanta sinceridad, y todavía estaba haciendo un esfuerzo por encontrar las palabras apropiadas para dirigirse a ella.

Creo... que tienes razón'ttebayo... - desvió la mirada al decir estas palabras, entonces ella retiró su mano de su mejilla, teniendo suficiente con una pequeña sonrisa para responderle.
Espero haberte animado, Naruto-kun.

Esta vez la pequeña sonrisa vino por parte del Uzumaki, se levantó de inmediato de aquel columpio, y ya parecía estar algo más animado.

¡Gracias Hinata-chan! -colocó sus manos sobre los hombros de su amiga- ¡Me has dado las fuerzas y la confianza que necesitaba para ello'ttebayo! - tras dedicarle una nueva sonrisa esta vez algo más radiante, un leve sonrojo se dibujó en las mejillas de la Hyuga, cuando para entonces, el héroe de Konoha ya se marchaba corriendo.
Naruto-kun... - pero cuando estaba a punto de abandonar el parque, la voz de su amiga llamándole por su nombre, le detuvo. - Tomes la decisión que tomes... yo siempre estaré ahí. - se llevó la mano a su largo cabello el cual estaba siendo mecido ahora mismo por la brisa que aquel atardecer estaba trayendo consigo. - Siempre y cuando pueda verte feliz, yo seré feliz, Naruto-kun.

[FIN DEL CAPÍTULO 1]

Capítulo 2
El vínculo especial por el que siempre hemos estado unidos

Nada más entrar por la puerta de casa, los gritos de su madre por haberse retrasado le llegaron a sus oídos. Dejó sus botas allí mismo en el recibidor nada más entrar, e ignorando los gritos que no cesaban, se dirigió directamente a su habitación para encerrarse en ella.

Se dejó caer en la cama tras un suspiro, sin encontrar las fuerzas necesarias para seguir con todo aquello, tan sólo quería quedarse allí tumbada, sin saber nada de nadie y sin ser molestada, y llorar... tan sólo le quedaba llorar, perderse en sus lágrimas como cada noche, ahogando sus gritos y lamentos en su almohada, confundida, sin saber muy bien que camino tomar, pues sus sentimientos habían ido cambiando a lo largo de estos últimos años debido a los acontecimientos que había ido transcurriendo, y en parte, hasta una sensación de culpabilidad recorría su cuerpo, y tal vez era ello lo que le hacía sentirse tan mal.

Cuando abrió los ojos, sintió que los tenía humedecidos al igual que su rostro, notaba también la garganta algo seca y dolorida, señal de que había estado ahogando sus lamentos en la almohada una noche más, y al ver que aún continuaba con la ropa del día anterior puesta, fue cuando se dio cuenta de que ya pasaba de media noche y que se había quedado dormida, agotada después de derramar tantas lágrimas.

Hizo un esfuerzo por levantarse y quedarse sentada en la cama, llevándose la mano a la frente, atormentada y confusa por aquel choque de sentimientos, entonces, inconscientemente su mirada se centró en la fotografía que había sobre la pequeña mesa junto a la cama, alzó el brazo hacia ella y la cogió, sujetando el marco entre sus manos mientras intentaba retener las pocas lágrimas que le quedaban.

Sus llorosos ojos estaban fijos en aquella imagen, sintió un agudo dolor en el pecho, sus lágrimas comenzaron a caer sobre el cristal de la fotografía mientras su mirada permanecía fija en ella, y sin poder resistirse más, llevó aquella fotografía hasta su pecho para abrazarla, intentando contener su lamento para que no llegara a oídos de nadie.

Un nuevo día se alzaba ya sobre Konoha, pero ganas de salir de la cama no tenía, pues no había pegado casi ojo en toda la noche y había amanecido con unas ojeras horribles, y acompañado del poco apetito que tenía estos días, hacía que su estado no fuera muy saludable.

Hizo un esfuerzo por levantarse y salir de la cama, la cabeza le daba vueltas, notaba todavía su garganta dolorida, y su rostro continuaba también un poco humedecido. Se dirigió al cuarto de baño, se lavó la cara y se quedó unos instantes mirándose en el espejo; tenía un aspecto horrible, ya comenzaban a notarse demasiado las ojeras de lo poco que estaba durmiendo estos días, y al tener el rostro tan pálido cualquiera se daría cuenta de que no estaba pasando por un buen momento.

Intentó despejarse un poco con una ducha rápida, peinó su rosado cabello y se vistió, había decidido salir de casa a pesar de todo, pues estar encerrada tampoco le hacía ningún bien.

Caminaba por las calles de la aldea sin un rumbo fijo, sin prestar tampoco mucha atención a lo que ocurría a su alrededor ni a la gente con la que se iba cruzando. Su mente no se encontraba allí ahora mismo, y a pesar de andar distraída, el típico bullicio matutino de la aldea conseguía llegar levemente a sus oídos, haciendo que comenzara a sentir la necesidad de retirarse a un lugar más tranquilo y apartado, y no tardó mucho en saber cual sería el lugar idóneo para ello.



Aquel día se había levantado más animado de lo normal, más decidido que nunca y bien concienciado de ello, pues finalmente, había conseguido reunir el valor y las fuerzas necesarias para dar el paso, ya fuera para bien o para mal, había llegado el momento de expresar sinceramente aquellos sentimientos que llevaba arrastrando tantos años.

Salió de casa sin perder ni un minuto más, corría por las calles de la aldea acompañado de una gran sonrisa, pensando únicamente en ella y habiendo decidido ir directamente a su casa a buscarla, ya que seguro que no se se esperaría algo así y quería sorprenderla, al fin y al cabo, siempre había sido el shinobi número uno sorprendiendo.

Pero sus planes no iban a llevarse a cabo tan fácilmente, no fue precisamente ella quien le recibió al llegar a su casa, en lugar de ello, fue su malhumorada madre la que le abrió la puerta, aparentemente sin tener mucho interés por saber donde se encontraba su rebelde hija, la cual había salido bien temprano sin decir nada.

Todo aquello acompañado de lo ocurrido el día anterior en las estatuas de los Hokages, le daba a entender que definitivamente su compañera no estaba pasando por un buen momento, y deseaba más que nunca verla y hacerla sonreír, pues no estaba nada tranquilo al saber que posiblemente ahora mismo se encontraría en algún lugar sola al igual que ayer, perdida en sus pensamientos y sin saber que hacer.

Entonces, detuvo su paso por la aldea al llegar rápidamente a una conclusión, había sido su compañera durante años, y había llegado a conocerla lo suficiente para no tardar mucho en caer en la conclusión de donde podía encontrarse, y conducido por aquella idea, volvió a apresurar la marcha abandonando la aldea para dirigirse al lugar donde esperaba encontrarla.

Sin descanso, sin pausa... avanzaba por el camino impulsado por el incómodo sentimiento de preocupación y por las ganas que tenía de expresarle sus verdaderos sentimientos, teniendo la esperanza de encontrar a su compañera en aquel lugar.

Se detuvo, apoyó sus manos sobre sus rodillas mientras intentaba controlar nuevamente el ritmo de su respiración, alzó su mirada para contemplar aquellos tres elementos que tantos recuerdos le traían, y fue entonces cuando supo que acababa de llegar a aquel lugar.

Avanzó un par de pasos más cuando ya tenía controlada su respiración, sin apartar la mirada de los tres elementos tan significativos para él, aquellos tres troncos los cuales años atrás había estado atado en uno de ellos, en el día en el que él y su equipo conocieron lo que era el trabajo en equipo, y al ver que no se había equivocado al venir hasta este lugar, notaba como le iba abandonando aquella incómoda sensación que había sentido desde que había ido a su casa.

Se encontraba apoyada justamente en el tronco en el que él había estado atado años atrás, sentada en el suelo, posiblemente con la mirada perdida pero desde donde se encontraba ahora mismo no podía verle el rostro. Se acercaba lentamente hacia ella, tenía bien claro todo lo que quería decirle, todo lo que quería hacerle sentir, pero a decir verdad, estas cosas no se le daban nada bien, había sido capaz de convencer y cambiar el punto de vista de más de un villano tan sólo con sus palabras, pero esta vez era diferente, era la primera vez que tenía que expresar sus verdaderos sentimientos, y más teniendo en cuenta que se trataba de la chica a la que siempre había querido desde que era un niño.

Se detuvo a escasos pasos frente a ella, parecía que ni si quiera se inmutó por su llegada, continuaba sin alzar la mirada del suelo, y el joven genin se preguntaba que estaría pasando por la mente de su compañera. Se mantuvo firme, apretó sus puños con fuerza, se armó de valor e intentó buscar las palabras apropiadas para iniciar la conversación.

Sakura-chan... - al escuchar su nombre, alzó levemente la mirada pero sin necesidad de llegar a mirarle a los ojos. - Sabía que te encontraría aquí'ttebayo.

Al terminar de decir la frase, su compañera ya había alzado su apagado rostro hasta llegar a los azulados ojos de su amigo, intentando buscar también las palabras apropiadas para dirigirse a él, pues después de todo lo ocurrido estos últimos días, ya no sabía como hacerlo.

¿Naruto?... ¿Qué estás haciendo aquí?... - su voz sonaba tan débil como el día anterior, sin fuerzas, y como si hablar fuera un esfuerzo para ella.

Unos segundos de silencio transcurrieron antes de que el Uzumaki respondiera.

No podía quedarme de brazos cruzados... sabiendo que lo estás pasando mal, creo... que te conozco lo suficiente para saber que no estás pasando por un buen momento'ttebayo.

Su voz sonaba firme y segura, sus palabras eran sinceras, tal vez nunca se había dirigido a su compañera con tanta sinceridad, y era ello tal vez lo que le estaba dificultando también a la pelirrosa encontrar las palabras apropiadas para dirigirse a su compañero.

Pero no encontraba esas palabras, desvió su mirada hacia otro lado a la vez que un leve sonrojo se dibujaba en sus mejillas, mientras intentaba hacer un pequeño esfuerzo por ocultar la pequeña sonrisa que se le había dibujado inconscientemente en su rostro, todo ello acompañado del sentimiento de culpabilidad del cual no conseguía librarse.

Naruto... - al pronunciar su nombre, escuchó los pasos de su compañero acercándose hacia ella, pero cuando quiso volver a mirar al frente, él ya se había agachado para ponerse a su altura, colocando su dedo índice en los labios de su amiga, haciéndole entender que no era necesario que dijera nada más.
No es necesario que sigas... Sakura-chan... sé muy bien como te sientes. - sus miradas se cruzaron, ninguno de los dos era capaz de apartar sus ojos el uno del otro, los verdosos ojos de la pelirrosa, estaban acompañados de un rostro de sorpresa al no estar muy segura de lo que su compañero pretendía realmente.

Aquellas palabras, aquella mirada... todo aquello, le daba a entender que en el fondo lo sabía, que siempre lo había sabido, habían sido compañeros durante mucho tiempo y sería imposible ocultarle algo así, él sabía perfectamente por lo que ella estaba pasando, por eso, no fue necesario decirle nada más.

Naruto... - aquel sentimiento de culpabilidad que no cesaba, estaba haciendo que las lágrimas estuvieran a punto de desbordarse por su rostro. - N-no.. no sigas por favor... - volvió a desviar su mirada hacia otro lado, sin que aquel pequeño sonrojo desapareciera de aquel rostro de culpabilidad.
Sakura-chan... - retiró el dedo índice de sus labios dejando ahora apoyada su mano en su sonrojada mejilla. - Ya no debes sentirte culpable'ttebayo... todo está bien.

Fueron entonces aquellas palabras las que estuvieron a punto de hacer que sus lágrimas comenzaran a recorrer su rostro, pero no quería que le viera llorar, otra vez no, entonces, se levantó de un sobresalto para impedir que viera su rostro, apretó sus puños con fuerza, cerró los ojos y le dio la espalda con intención de marcharse, pero...

No te vayas... quédate conmigo'ttebayo... - aquellas dulces palabras sonaron como un susurro, sus brazos rodearon su cintura desde detrás para que no se marchara, pero fueron aquellas palabras que susurró a su oído las que hicieron que se detuviera. - Quédate a mi lado... Sakura-chan... pero esta vez para siempre'ttebayo.

[FIN DEL CAPÍTULO 2]

Capítulo 3
Cumpliendo mi sueño

Aquellas palabras jamás imaginó que las vería salir de sus labios, y entre ello y que la continuaba abrazando desde detrás por la cintura, se encontraba ahora mismo en una situación en la cual no sabía como reaccionar, pues pensaba que cualquier reacción positiva suya a estas alturas, podría resultar egoísta al no haber correspondido nunca muy bien a los sentimientos de su compañero que siempre había estado a su lado, pero tal vez el ignorar todo aquello y dejar pasar esta oportunidad, podría resultar incluso peor.

Entonces retiró sus brazos de su cintura, con la esperanza de haberla convencido para que no se marchara, y así fue, se quedó inmóvil allí mismo, con la cabeza agachada con una triste mirada oculta por sus cabellos, y fue entonces cuando no pudo más y sus lágrimas comenzaron a desbordarse, se llevó las manos a su rostro para que su compañero no la viera así, ya no sólo por vergüenza, si no también por lo culpable y patética que se sentía en este momento.

Alzó su mano dejándola caer con delicadeza sobre el hombro de su amiga, lo cual hizo que sin retirar sus manos de su rostro, reaccionara con un gesto con la intención de separarse de él, pero no lo consiguió.

Sakura-chan... - llevó esta vez su mano hacia el rostro su amiga dejándola sobre su sonrojada mejilla, haciendo entonces que retirara sus manos, y aún estando más avergonzada que nunca, hizo el esfuerzo por hacer que sus verdosos y llorosos ojos se centraran en los de su amigo. - No debes llorar más, no debes avergonzarte más, y... no debes sentirte culpable'ttebayo.

A pesar de la batalla de sentimientos que estaba librándose ahora mismo en su interior, sintió la necesidad de responderle sin poder resistirlo más.

¡Déjame sola Naruto! ¡No merezco ni tu amistad! - pero a pesar de la repentina reacción de su amiga, el Uzumaki no retrocedió, continuaba allí mismo sin retirar su mano de su mejilla, sin apartar la mirada de sus llorosos ojos, mantuvo la calma como jamás lo había hecho, y no necesitó ni una sola palabra más para tranquilizarla.

Sus verdosos ojos se abrieron a más no poder debido al acto inesperado, sus lágrimas cesaron por el momento, se quedó paralizada sin saber como reaccionar, pero algo en su interior le estaba diciendo que se dejara llevar, así que cerró los ojos nuevamente y continuó con lo que su compañero había empezado, sus labios se fundieron en aquel cálido beso cargado de sentimientos, mientras que las caricias entre ellos tampoco faltaron, y a su vez, las lágrimas volvieron a ser testigos de lo acontecido, pero esta vez no eran sólo lágrimas de tristeza y dolor, si no también de arrepentimiento, y sobretodo, de felicidad.

Después de aquel breve momento de pasión, sus labios se separaron por unos centímetros, el rostro de ambos estaba enrojecido, intercambiaron sus miradas mientras que ninguno de los dos era capaz de pronunciar palabra, y queriendo finalizar con aquel vergonzoso momento, la pelirrosa ocultó su rostro en el pecho de su compañero.

Acto seguido y con una sonrisa en su rostro, el Uzumaki alzó su mano hasta la cabeza de la chica y comenzó a acariciarla, pasando su otro brazo por su cintura para abrazarla con fuerza.

Naruto... -separó un poco su rostro del pecho del chico para poder hablar. - Lamento habértelo hecho pasar tan mal todo este tiempo... yo... - parecía que estaba haciendo un pequeño esfuerzo para retener sus lágrimas y que no fueran un problema para impedirle hablar. - Nunca me fijaba en ti... al principio eras una molestia para mí y... tenía ojos sólo para Sasuke pero... después de todo lo ocurrido, me fui dando cuenta de que tú siempre habías estado ahí, cuidando de mí y protegiéndome, sin romper nunca la promesa que me hiciste... - hizo una pequeña pausa y continuó. - Lo lamento.. Naruto... ojalá me hubiera dado cuenta antes de tus sentimientos... - llevó su mano hasta uno de sus ojos reteniendo una lágrima que estaba a punto de caer. - No fui más que una cría inmadura que no se daba cuenta de la realidad...

Ante las sinceras palabras de su compañera, el Uzumaki se limitó a responderle con una nueva sonrisa y un nuevo abrazo todavía más tierno que en el anterior.

Sakura-chan... dije que no era necesario que dijeras nada más'ttebayo...

Las lágrimas volvieron a desbordarse por su rostro, pero esta vez, acompañadas de una sonrisa la cual acabó convirtiéndose en un nuevo beso cargado de más sentimiento que el anterior.

Te quiero... Naruto...



Todo estaba bien, sabía que de ahora en adelante, todo iría bien, que tan sólo estaba a un paso de cumplir su sueño, el sueño que había tenido desde pequeño al cual nunca había renunciado, pues no retirar su palabra había sido siempre su camino del ninja.

Un nuevo día se alzaba sobre Konoha, pero aquel no iba a ser un día como cualquier otro, aquel iba a ser un día muy especial, y ya no sólo para él, si no también para toda la aldea, pues después de tanto tiempo, se avecinaban nuevos cambios, había llegado el momento de dar paso a las nuevas generaciones.

Es la hora. - cuando recibió el permiso para entrar, el shinobi que acababa de aparecer por la puerta le avisó de que ya estaba todo listo.

Se levantó de la silla al verle aparecer, estaba algo nervioso, no lo iba a negar, pero en un momento tan importante de su vida como este, no podía aparentarlo.

Je... ¿nervioso? - al pasar por su lado, el shinobi que entró en su despacho se dio cuenta de lo tenso que se encontraba su amigo.

Se detuvo al pasar junto a él, dedicándole una pequeña sonrisa dándole a entender que todo estaba bien, que los nervios no iban a poder con él.

Gracias por todo, Shikamaru. - ambos amigos intercambiaron sus miradas al igual que sus sonrisas. Después de todo lo vivido, se encontraban allí ahora mismo, a punto de cumplir su sueño, y tal y como Shikamaru pensó en su día, allí estaría él como su mano derecha.
Venga, todos están esperando.

Abandonaron el despacho y salieron al tejado del edificio, alzó su mano para cubrirse del radiante Sol que le deslumbró nada más salir, y entonce pudo ver al grupo de shinobis que le estaban esperando allí mismo, todos le miraban, sin duda, era la figura del día, y les dedicó una cálida y agradable sonrisa nada mas verles, en especial, a la kunoichi pelirrosa que le sonreía, orgullosa de ver como después de tanto tiempo, su compañero de equipo había logrado cumplir su sueño, y sobretodo, estaba feliz por estar a su lado y poder compartir esa felicidad junto a él.

Se acercó a su compañera y colocó su mano sobre su cabeza, acarició su rosado cabello sin retirar su cálida sonrisa de su rostro, lo cual ella le respondió con una sonrisa algo más tímida, acompañada de un leve sonrojo en sus mejillas, y no fue necesario que ninguno dijera nada para expresar sus sentimientos.

Retiró su mano de sus cabellos, continuó avanzando con la sonrisa en su rostro pasando por delante del resto de personas que se encontraban allí en el tejado, en aquel día tan importante para la aldea.

Naruto nii-chan... sabía que lo conseguirías. - esas fueron las palabras que pasaron por la mente del joven Konohamaru en cuanto pasó por delante de él, pues desde bien pequeño, que había apreciado y admirado mucho a su amigo, el cual lo consideraba un hermano mayor, y en respuesta al verle allí junto a los demás, el Uzumaki le respondió alzándole el pulgar en señal de victoria.

Entonces llegó a la última persona que se encontraba allí esperándole, se detuvo ante él, sus miradas se cruzaban y parecía que tampoco eran necesaria las palabras para expresarse, estaba orgulloso de que después de todo lo vivido, su alumno había conseguido cumplir su sueño, y estaba seguro de que hacía lo correcto dejando la aldea en sus manos.

Estoy convencido, de que te está viendo desde algún lugar. – pudo apreciarse como una sonrisa se dibujó tras su máscara, - Ya sabes como es, es demasiado cabezota para presentarse en la aldea como si nada en un día como este.

Tras asentir con una sonrisa, su alumno volvió a alzar la mirada para responderle.

Lo sé, Kakashi-sensei, sé muy bien que ahora mismo me estará viendo'ttebayo.

Y después de aquel intercambio de sonrisas, su maestro que estaba a punto de dejar en sus manos su actual puesto, le entregó el elemento que sujetaba en sus manos.

Ahora te toca a ti, Naruto. - el Uzumaki alzó sus manos para tomar aquel sombrero el cual ahora le pertenecería, lo colocó en su cabeza, y se dirigió a la barandilla de la terraza para presentarse ante toda la aldea, mientras que a su vez, notaba como poco a poco, la confianza de sus amigos depositada en él, le iba haciendo más fuerte, haciendo que los nervios le fueran abandonando.
¡Muy bien! ¡Uzumaki Naruto se presenta'ttebayo!

[FIN]
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Mensaje por MiKa16-LA Lun Abr 13, 2015 8:56 am

Casi me haces llorar T.T T.T T.T T.T T.T,pero solo se me humedecieron los ojos y al final,mientras iba a su proclamacion de Hokage me apretaba la cabeza por que estaba tan emocionada!!...AAAAHHHHH!!!!!!!...Jajaja...Bueno hablando en serio,fue hermoso!...Me emocionaste demasiado!!!...Desde que fue a ver a Sakura hasta el final!!!...Aissh,para mi que en el final del manga debieron poner su proclamacion !...Pero bueno,que se le va a hacer...Bueno fue emotivo!

Besos y adios!!!!
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Mensaje por Uzumaki_Kurama Lun Abr 13, 2015 8:19 pm

Muchas gracias! Me alegro que te haya gustado ^^
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Mensaje por MiKa16-LA Mar Abr 14, 2015 5:32 am

De nada!!!Besos otra vez!!!!... Beso
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Mensaje por dani2000mxdx Mar Abr 14, 2015 11:54 am

Muy bueno, me encanto

Espero conti.
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Mensaje por Uzumaki_Kurama Mar Abr 14, 2015 8:04 pm

Está terminado ya >< gomen.
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