I hate you, don’t leave me [+18] [Capitulo seis] [Actualización: 11/08/14]

―¡Sakura! –Gritó Ino, una chica con el cabello rubio y sujeto con una coleta, moviendo bruscamente del brazo de su amiga, quien estaba dormida en la mesa- ¡Despierta frentona!
―¡Buahhh! –Balbuceó limpiándose la saliva que se le había salido de la boca y la miró sin expresión para decirle secamente- ¿Qué quieres?
―¡Kakashi está por llegar y si te ve así, él…!
―Él es igual o peor a mí. Sólo se sienta, nos dice buenos días mocosos y nos asigna el trabajo… ¡Para ponerse a leer Icha-Icha!
―¡Eres tan despreciable! Si no fueras mi mejor amiga te partiría la cara –Dijo Ino enfadada y con los brazos cruzados. Sakura la miro y sonrió chueco.

Kakashi entró al salón sin el más mínimo ánimo, como era habitual. Dejo su maletín sobre el escritorio, se tumbó en la silla y dijo ‘‘Buenos días mocosos’’. Sakura miró a Ino con cara de ‘‘Te lo dije’’ y recostó su mentón en sus brazos. Kakashi era su maestro de Matemáticas y les puso algunas ecuaciones sencillas en el pizarrón, y justo como lo dijo Sakura, no dijo nada más y se sentó. Todos empezaron a fingir que resolvían los trabajos, a excepción de Sakura quien si resolvió los ejercicios. Y finalizó la clase como siempre, con Kakashi diciéndole ‘‘Eres muy buena en matemáticas, hasta no pareces de este mundo’’ Y era así, Sakura había fundado su propio planeta llamado Sakura y estaba conformado por ella y sólo ella. ¡Ah! Y su perro Eddy. Él era el único que podía tener amor de Sakura Haruno.

―¿No vas a esperarnos para almorzar, frentesota? –Soltó Ino detrás de ella, junto con dos amigas más.
―¿Podrías preguntarme alguna otra cosa? Lo haces a diario.
―¿cansada de la rutina? –Dijo una de las amigas, Ten-Ten, de cabello castaño y sujeto por dos molotes.
―De la vida.
―¡S-Sakura-Chan! –Dijo tímidamente otra de ellas. Hinata de cabello azul oscuro y largo.
―¿Qué pasa, Hinata? Deberías de quitarte esa visión positiva que tienes.
―Lo que pasa es que eres una psicópata suicida –Soltó Ino enfadada mientras Hinata miraba al suelo.
―No soy una suicida –Contestó con la misma firmeza. Volteó hacía su derecha y miró a Kiba, su mejor amigo, al que le regaló una de esas falsas sonrisas y este se acercó.
―¡Hey! ¿Por qué esas caras de muertas? –Dijo sonriendo. Ino lo miró con casa de ‘‘voy a matarte’’ y este trago saliva- Etto… yo…
―No importa Kiba-Kun –Dijo Hinata. Kiba era de esas únicas personas con las que podía hablar sin tartamudear.
―Bueno, sólo venía a decirles que haré una fiesta en mi casa hoy en la noche por que… ¡Mi equipo de basquetbol irá a los estatales! –Exclamó con triunfo, al instante todas sonrieron y lo felicitaron, incluso Sakura.
―¡claro que iremos! –Soltó Ino. Ella iba a cualquier fiesta, fuera de quien sea.
―No hables por todas –Comentó con cansancio Sakura.
―¿No irás? –Dijo Kiba desanimado. Sakura miró a otro lado para evitar ver sus ojos de cachorro tierno cuando quiere algo. Pero fue inútil, Kiba apareció por debajo de ella haciendo su puchero- ¡Esta bien, está bien! ¡Iré! ¿Contentos?

Enseguida todos rieron triunfantes. Sakura podría ser amargada pero no podían evitar reírse de ella cada vez que la hacían enfadar. Las clases transcurrieron con la misma rutina de siempre. Una Sakura dormida en el autobús para ir a casa, y una Hinata que la despierta muy difícilmente. Justo antes de su parada.

―Ya llegue mamá –Soltó Sakura con el mismo cansancio de siempre. Su mamá salió de la cocina lavándose las manos y esta solo sonrió.
―Me alegro florecita.
―No me digas florecita, ya no soy una niña pequeña
―Sigues siendo mi bebé, florecita –Dijo tiernamente mientras le alborotaba la melena- Anda, ve a tu habitación y vístete que saldremos a comer
―¿Saldremos a comer? ¿Por qué?
―¡Sakura! ¿Qué acaso no podemos salir algún día como familia? –Bufó la mamá con las manos en la cintura.
―¿Familia? No veo a mi padre por aquí… ¡Ah, ya recuerdo! Esta con la zorra de tu hermana.
―Sakura, ¡cállate! –Grito furiosa por el comportamiento de su hija. Grito tan fuerte que sus hermanos, quienes estaban en su habitación en el segundo piso, bajaron inmediatamente.
―¿Qué pasa aquí mamá? –Preguntó un chico de ojos verdes y cabello rojo despeinado, con auriculares y aparentemente de unos 14 años.
―Nada hijo, cámbiate para irnos. Tu hermana se quedará aquí.
―¿Qué? –Pensó Sakura mientras la miro y ambas chocaron las miradas.
―¿Por qué no ira mi hermanita, mami? –Dijo una pequeña de cabello rosa y fleco, el color de su cabello era un poco más claro que el de Sakura al igual que sus ojos, eran más claros que los de Sakura y más pequeños. Tenía 6 años.
―Porque tiene mucha tarea. Anden, ¿Ya están listos?
― Si –Contesto el chico.
― ¿Piensas irte así, Sora? –Lo miró incrédula.
― Si, ¿Qué tiene de malo usar jeans viejos?
― Iremos a un restaurante, pareces vagabundo.
― ¡Mamá! –Sollozó Sora, la madre soltó un bufido y asintió con la cabeza- ¿Tú ya estas lista Nozomi?
― Si mami.
― Vámonos. Si necesitas algo me llamas al móvil –Dijo la señora con indiferencia mientras tomaba las llaves del auto de la mesa- Volveremos tarde, así que no nos esperes despierta.
― Bien.
Finalizó y sus hermanos pasaron por delante de ella sin decir nada. Sabían perfectamente que habían peleado, pasaba casi a diario y lo mejor era guardar silencio. Una vez afuera, Sakura se tiró en el sillón y cerró los ojos, escuchó el ruido del carro al arrancar y suspiró.
Otra pelea con mamá. Lo mismo de siempre. Aunque por una parte le gustaba hacer eso, por el simple motivo de que se quedaba sola, cosa que le encantaba. Nadie podría molestarla o podría dormir como oso en invernación sin que su hermanita le salte en la espalda y le diga ¡Vamos a jugar!
Estaba a punto de caer dormida, sumiéndose en sus pensamientos negativos sobre la vida y que no le afectaban en nada, e insultando a cualquier idiota que no le agradase.

―¡La fiesta de Kiba! –Gritó continuamente hasta que se percató de que era raro hablar sola, y pensó mientras se recostaba de nuevo en el sillón- Se me olvido por completo… ¡No quiero ir, demonios! Pero es mi mejor amigo… No quiero ir…

En otro lugar, en  la casa de Kiba para ser exactos, yacían decenas de compañeros y amigos de Kiba, o de los amigos de Kiba. La casa estaba empezando a ser un desastre y aún no serían las 9:00 de la noche. Pero a Kiba no parecía importarle, ya que sus padres salían de viaje a menudo y normalmente por una semana o hasta más. Estaba muy tranquilo recostado en las piernas de su ‘‘amiga’’ Ino mientras esta le daba cerveza… y uno que otro beso. Hinata parecía ser la única no ebria de toda la casa, ya que sólo había bebido una cerveza y aunque su primo, Neji, insistiera en que bebiera más no lo hizo. Ya saben, el rol del conductor designado y esta vez le tocaba a Hinata ‘‘Para mi mala suerte’’ Pensó ella.

―¡Hey Hinata! ¿Bailamos? –Dijo un tipo de cabello castaño acercándosele como un zombi debido a su estado de ebriedad. Esta se asustó un poco pero se mantuvo firme.
―No.
―¡Vamos, nena! –Se le acerco aún más haciéndola ponerse más nerviosa aún.
―Ya te dije que no, vete por favor –Su voz se empezó a quebrar un poco y el chico rio mientras tocaba el largo cabello de la Hyuga- D-Déjame, te lo suplico…
―Eres una niña tonta –Soltó una risadota y se dirigió hasta una de sus compañeras quien estaba igual o más ebria que él, le propino una nalgada y la jalo contra él mientras subían las escaleras al segundo piso con miradas de perversión.
A Hinata se le enchinó la piel de sólo pensar las cochinadas que harían y que la chica se arrepentiría de haber hecho tal cosa.
―Espero que traigan protección… -Pensó cabizbaja.
―Hola Hinata… -Se oyó una voz baja enseguida de donde ella estaba sentada. Volteó y miró a alguien que no creía ver allí.
―S-Sakura-chan.
―Hazte para la otra silla, no quiero que nadie me vea.
―¿Por qué? –Sakura la miró fijamente con cara de ‘‘Ya sabes’’ y está, sólo por ver si era lo que pensaba, recorrió todo su cuerpo con la mirada.
Efectivamente. Sakura usaba vestido esa noche.

―¡Ya fue suficiente! –Exclamó avergonzaba mientras jalaba de su vestido.
―Te vez muy linda Sakura-Chan.
El vestido era gris con pequeños destellos. Era tan ajustado que marcaba su delgada, pero desarrollada figura. Sakura, a pesar de ser muy delgada, tenía bastantes caderas y pechos normales. El vestido tenía un generoso escote y finalizaba justo antes de las piernas, acompañados con unos tacones negros de agujetas. Su largo cabello, por fin, estaba peinado y ondulado, terminándole justo debajo de los pechos.
―Sólo vine por Kiba, y supuse que todos vendrían bien vestidos. Como tú con ese vestido morado, combina con tu cabello. Bien, iré a buscar algo para beber que no sea alcohol –Sin darle oportunidad a su amiga de contestar se marchó a la cocina.
Abrió la puerta de madera y se encontró con una pareja en pleno acto sexual sobre la mesa.

―¡Lo siento! –Exclamó tapándose los ojos y saliendo de la cocina por la otra puerta, llevándola a otra habitación llega de gente. Se tomó de los hombros y caminó tratando de esquivar a la gente que estaba ‘‘bailando’’- Parecen animales en celo –Pensó.
Subió las escaleras mientras trataba de no burlarse de una pareja de hombres tratando de bajar abrazados. Se fue por el pasillo derecho, ya que la casa de Kiba era bastante amplia, y abrió una de las habitaciones.
―Sola, por fin –Suspiró y se tumbó sobre la cama. De pronto escuchó como alguien tiraba de la cadena del baño, se levantó de inmediato y puso su oído en la puerta del baño, tratando de escuchar algo, o alguien. Para su mala suerte abrieron la puerta al instante y de regalo se llevó un golpe en la cara, y una visita al suelo.
―¡Perdón! –Gritó una posible voz masculina y muy sexy, a su parecer, pero ese dolor en la cabeza no le permitía quitarse las manos de la cara- ¡Oye, lo siento! ¡Por favor no mueras!
―¡No moriré, idiota! –Explotó ella, se dejó de tapar la cara y se dio cuenta de que sus piernas estaban abiertas, tal vez dejando a la vista su ropa interior de encaje- ¡Levántame!
―¡De acuerdo! –Exclamó el chico y la levanto, apretándola contra él y dándole el gusto a Sakura de sentir su marcado abdomen y su rico perfume- ¿Estas bien?
―Estaría mejor si no me apretarás con tu monstruoso  cuerpo.
―Ah, lo siento. A ninguna le molesta eso.
―Pues yo no soy como todas, inepto –Dijo, aún sin mirarlo. Para tener ese cuerpo debería tener una cara espantosa. Decidió mirarlo a causa de su silencio y se encontró con la obra de arte más hermosa del mundo.

Cabello rubio despeinado, ojos azules como el cielo, una tez entre morena y blanca y unas extrañas pero misteriosas marcas de bigotes en sus mejillas. Estaba totalmente equivocada, si no fuese porque le dolía la cabeza se hubiese quedado mirándolo por siglos.

―Me llamo Naruto, Naruto Namikaze.
―No te pregunte –Dijo indiferente mientras lo miraba con deseo. Por dios, que estaba sintiendo, se sentía como la puerca de Ino en esos momentos de querer tomarlo a la fuerza- Soy Sakura.
―Yo tampoco te pregunte –La imitó causando que la chica frunciera el ceño- ¿Qué hacías por aquí?
―Más bien, qué hacías tú por aquí.
―Bueno, tenía ganas de… -Hizo señas con sus manos tratando de darle a entender que necesitaba desechar agua. Sakura hizo un gesto de reacción y miró al suelo apretando los dientes- Ahora ¿qué hacías tú aquí?
―Bien, yo quería estar sola.
―¿Por qué?
―¿Acaso te importa?
―No. Pero quiero saber de todas formas porque una chica tan linda y sexy como tú quiere estar sola.
―¿Estas tratando de decir que por ser linda y sexy tengo que andar de zorra tras los hombres? –Naruto se quedó sin palabras y esta reacciono dándole una bofetada- ¿¡Acabas de decirme sexy!?

Naruto se quedó indignado y con la mano en su roja mejilla. Sakura, esperando su respuesta para volver a golpearlo, quiso pedirle perdón a semejante divinidad, pero su dignidad era primero. Naruto, después de algunos segundos, bajó lentamente la mano y la miró fijamente, con cara de furioso. Esta se impactó un poco, ¡Pero nada podía con ella! Así que se mantuvo firme.
Naruto tomó una bocanada de aire y de un segundo a otro la tiró a la cama, con las piernas abiertas y él arriba de ella. El vestido se le había subido y Sakura no reaccionó para bajarlo, no sabía qué hacer con esa situación y con él a unos centímetros de su rostro, y con su miembro en la parte intima de ella. Naruto tomó de sus suaves piernas y las apretó aún más contra él, obteniendo un jadeo de la chica.

―¿P-Pero que mierda me está pasando? –Pensó Sakura.

El miembro del rubio empezó a endurecerse y este, sin preocupación, olisqueo el cuello de la chica, dándole unas cuantas lambidas y haciendo que a Sakura se le enchinara la piel.

―Jamás vuelvas a golpearme –Susurró en su oreja mientras mordisqueaba su pómulo.
―Muévete, bastardo –Alcanzó a soltar Sakura.
―¿Estas segura que quieres que lo haga? –Lo dijo con una voz sensualmente ronca. Sakura cerró los ojos y con todas sus fuerzas lo aparto de su ahora tembloroso cuerpo- Vaya, sí que eres fuerte bonita.
―Cállate –dijo aún en la misma posición. Naruto le dio una traviesa mirada en su parte íntima y esta, al instante, reaccionó y cerró las piernas- Lárgate
―No me iré sólo porque tú me lo pides, bonita –Dijo con el mismo tono de voz de antes y se vio su miembro- Mira lo que causas en mí, eres la primera en causarme esto tan rápido. Normalmente necesito una buena estimulación y…
―Que romántico eres –Lo interrumpió molesta y se levantó de la cama bajándose el vestido- Seguramente me enamoraré de ti por decirme que soy la causa de tus erecciones.
―No. Eres la primera que me causa una erección muy fácilmente. Felicidades.
―Como sea, no me importa, maldito cerdo –Se dirigió hacia la puerta y tomo de la perilla.
―¿A dónde vas? –Dijo de pronto en su oído, Sakura no respondió y Naruto acercó su cuerpo al de la pelirosa, tomándola con cuidado de la cadera y pegando su miembro con el trasero de la chica- Estas hecha un manjar.
―Pero este manjar jamás será disfrutado por ti, mueve tu pequeño amiguito de mi trasero antes de que no pueda volver a funcionar.

Naruto tragó duro y se alejó unos centímetros, contemplando el cuerpo de esta. Sakura salió de la habitación y tomó un respiro, para bajar rápidamente por las escaleras, abrir la puerta de la cocina y mirar hacia abajo –Para no toparse con parejas teniendo sexo en la mesa- abrió la otra puerta y vio a mucha más gente de la que había antes. Kiba estaba bailando entre toda la multitud como un loco que no puede mantenerse en pie. Bueno, era así.

―¡Kiba! ¡Hey Kiba! –Exclamó. Se le había olvidado el pasar desapercibida en la fiesta, pero después de lo que acababa de pasar su mente y cuerpo estaban revueltos.
―¡Sakura! –Exclamó continuamente mientras le recorrió el cuerpo con mirada de satisfacción- Que bien te vez, tendré que disfrutarte porque verte así es un milagro
―Cállate idiota. Casi me violan allá arriba y sales con tus estupideces.
―¿Qué? –Exclamó. Su tono, a pesar de estar sumamente borracho, parecía más serio- ¿Quién fue el idiota?
―¡Hola, amigo! –Se oyó una voz conocida, para su desgracia, para Sakura. Si, efectivamente era Naruto el que saludaba- ¿Qué tal la estás pasando?
―¡Muy bien, Naruto! –Le pasó el brazo por el hombro y le pasó una cerveza- Te presento a mi mejor amiga, la amargada de Sakura Haruno.

Sakura guardó silencio mientras veía al rubio fijamente. Este sonrió burlonamente y tomó un sorbo de cerveza. Kiba entrecerró los ojos y miró a Ino a lo lejos, sola, subiendo por las escaleras. Buena oportunidad para el castaño.

―¿Y porque te animaste a venir? –Soltó Kiba con una sonrisa.
―Bien, primero Ino me metió en esto. Segunda, me pelee con mi madre y decidí salirme de casa mientras ella iba a cenar.
―¡Hey, chica mala! –Rio Kiba- ¿y si se da cuenta?
―Qué más da. Ella después de ir a cenar con mis hermanos nunca va a mi habitación, suelo cerrarle los tres candados de la puerta.
―Vaya –Rio fuertemente Naruto.
―Bien –Kiba miró a las escaleras con la esperanza de que su rubia amiga siguiera allí.

Efectivamente seguía tratando de subir las escaleras con su tacones de doce centímetros y su corto vestido morado- Yo tengo que irme a ayudar a Ino a subir.

―Ayudarla, si claro –Dijo Sakura con sarcasmo.
―Tú sabes a lo que me refiero. Sólo espero que no le comentes nada a tu mejor amiga mañana.
―Mejor amigo y mejor amiga teniendo sexo sin compromiso. Vaya situación –Dijo un poco molesta, Kiba la miró y esta soltó- Esta bien, no le diré nada si no lo recuerda.
―¡Por eso eres mi mejor amiga! –Le dio un beso en la frente y se marchó corriendo a las escaleras.
―¿Otra vez tú? –Le dijo Sakura a Naruto sin mirarlo.
―Para tu buena suerte.
―No me hagas reír –Dijo molesta y con los brazos cruzados- Estaba a punto de decirle a Kiba el nombre del que intento violarme allá arriba.
―¿Y por qué no lo hiciste? –Rio.
―Le hubiera dicho y te hubiera dado una paliza –Dijo segura de sí misma, y de su mejor amigo, claro.
―¡Por favor! –Rio fuertemente, tomó de la barbilla de Sakura y la guio hasta su cara, quedando con una mirada muy fija de ambos- Estas hablando con el mejor jugador del equipo de baloncesto, y por ende, el mejor amigo HOMBRE de Kiba. Así que tendrás la suerte de mirarme seguido, bonita.