Highway to hell [+16] (23/04/2015) Capítulo tres

HIGHWAY TO HELL

PRÓLOGO:

Entre al escenario mientras mi rosado cabello ondeaba entre la multitud de personas que vitoreaban mi nombre.
Pasé la cinta de mi bajo por el hombro y acerqué el micrófono a mis labios, mientras dirigía una mirada de alegría a los otros componentes del grupo, y acto seguido,  fijaba la vista al frente decididamente para escuchar las peticiones del público.

‘’Rainbow in the dark’’

Vaya, hoy querían empezar fuerte. Comenzar con una canción del maestro Dio, en paz descanse, era una arriesgada opción, pero hay que complacer a la gente.
Hice una señal con la cabeza para que la canción comenzase. Las guitarras se alzaron en el estadio, la batería marcaba un ritmo fuerte y yo,  aporreaba las cuerdas de mi bajo marcando el ritmo que los demás debían seguir.
Con una mirada felina me acerque lo máximo posible al micrófono y sin dilación comencé a cantar la primera estrofa de…….

-¡¡SAKURA, LEVANTATE DE UNA VEZ!! ¡¡Es hora de ir al instituto!!- con una torpeza considerable, caí fuertemente de la cama, dándome un gran golpe contra el suelo.
-¡Mamá, estaba en medio de un concierto! ¡Debería ser delito que me despertases así!- grité enfadada a mi madre por traerme de vuelta a este mundo de mierda, donde no era famosa súper chachi guay, solo una chica rara con pelo de anormal color y pintas demasiado raras para el estatus social.

Me levante a modo zombi del suelo, y rápidamente (que para una persona normal sería lento cuál tortuga) agarré mis pantuflas de perritos y me las puse para no coger frio en los pies mientras bajaba por las interminables escaleras de mi nueva casa.
Pero mi ‘’gran’’ vista no capto una caja que se encontraba en mitad de las escaleras, que provocó mi segunda caída del día.


-Este día comienza de lujo, además de tener que soportar vivir en una ciudad nueva, haber tenido que  alejarme de mis amigos, tener que empezar en otro jodido instituto, tengo que aguantar gritos de mi madre que harán que me quede sorda a los 30, cajas-ninja que aparecen salvajemente para bloquearme el camino y me hagan besar el suelo, solo faltaría……-


-¡¡Hermanita, mira que zumo de naranja he hecho!! ¡¡AHH!!- Oh por Dios, no- ¡Lo siento! ¡Enseguida traigo un trapo para secarte!- Mi voluptuosa hermana Hinata, se fue corriendo, dejándome tirada en el suelo manchada por un zumo de naranja increíblemente amargo.


Y es así como comienza la ‘’maravillosa’’ y ‘’refinada’’ historia de Sakura Haruno. Una joven que en vede nacer bajo una estrella, nació estrellada.

HIGHWAY TO HELL
CAPÍTULO 1: HERMANAS PERVERTIDAS Y CONDUCTORES MACABROS, ¿QUIÉN ES EL RUBIO DE LA GORRA?

Después de una necesaria ducha debida el pequeño desliz de mi ‘’querida’’ hermana, me dirigí a mi armario para vestirme.

-Ah saber ahora que me pongo- gruñí mientras me cruzaba de brazos.

Entre todos los montones de mis prendas desordenadas, elegí una camiseta de mi grupo favorito, pantalones cortos con medias de rejilla por debajo y de calzado unas botas militares. Vamos, lo que se diría algo normalito.

Bajé dando pequeños saltitos por las escaleras, claro, teniendo cuidado con las cajas-ninja-asesinas. Al saltar el último escalón, levante la vista y vi a mi pequeña hermana en la puerta.
Dios, ¿no podría cubrirse un poco más?

-¡Hermanita!, has tardado bastante- si alguien no me hubiese tirado zumo de naranja a la cara, habría tardado menos- vamos, tenemos que ir a la parada del autobús.
-Un momento pijita, ¿No te olvidas la chaqueta?- dije mirando descaradamente el gran escote de la peli azul- pero soy su hermana ¿Qué más dará? No soy una pervertida por mirar escotes ajenos.
-¡Para nada! Mamá y papá no me compraron la que yo quería, me compraron eso- me dijo indignada, mientras señalaba un anorak perfectamente normal- ¡Sería el hazmerreir del instituto! ¡No podría hacer amigas, y los tíos creerían que soy una nerd! ¡¡SERÍA MI FIN!!- me reclamo cuál mujer histérica en la crisis de los 40.
-¿Por qué no lo ahogue en la lavadora cuando nació? -pensé mientras hacía un epic facepalm en mi mente-Sí, tienes razón, lo siento estoy TAN fuera de onda- le dije en tono burlesco mientras salía de la puerta, poniéndome mi chaqueta de cuero- ¿Qué será lo siguiente? ¿No llevar sujetador porque no es ‘’mazo guapo tía’’ y serías el objeto de burla entre las chicas y una friki entre los hombres? Ay, no que eso ya lo haces- dije, mientras señalaba descaradamente su escote, que accidentalmente se había bajado y rebelaba que Hinata no llevaba sujetador
- Ay, a todas estas niñas que están en la edad del pavo….. me gustaría tirarlas por un precipicio y que la gravedad se ocupe de ellas…..- pensaba mientras me imaginaba a Hinata ‘’volando’’ por un precipicio.

Mi hermana miro su pecho y con las mejillas sonrojadas, y lágrimas de cocodrilo asomando por sus ojos, entro corriendo en casa no sin antes decirme.

-¡¡Te odio Sakura!!

Me reí ante tal acción, y luego de estar partiéndome la caja durante cinco minutos sola, proseguí el camino hacia la parada del autobús sin la desagradable compañía de mi hermana con hormonas demasiado revolucionadas.
Al llegar, vi que el autobús había llegado, y que por suerte no había mucha gente.

-Parece que alguien va a tener un asiento con ventanilla- murmuré mientras hacía una pose de victoria-
-¡¿Va a subir o no?!- gritó el conductor, causándome dar un gran salto por el susto, y además fue causante de que mi frecuencia respiratoria y cardiaca fuese la de una persona que haya corrido 20 kilómetros sin parar.
-S-sí- respondí con extrema timidez, debido al terror que me inspiraba aquel conductor que parecía haber salido de alguna película de Alfred Hitchcock.- Seguro que es pariente de la vieja de psicosis.

Al terminar de pagar el billete, me dirigí hacia un asiento no muy alejado de la puerta.

-Maldito viejo- susurré mientras miraba mal al conductor- No debería tratar así a una bella dama- añadí mientras hacía un movimiento ‘’pantene’’ con el pelo.

Para no aburrirme en el trayecto del viaje, saqué mi mp3 y me puse a buscar algo apetecible entre mis tropecientas canciones.
-Hoy me apetece…..Bon Jovi- dije mientras elegía ‘’Always’’ como elegida.

Al empezar a sonar, me sumergí en un mundo donde solo estaba yo, yo y mi música.

‘’This romeo is bleeding’’
‘’But you can’t see his blood’’
‘’It’s nothing but some feelings’’
‘’That this old dog kicked up’’
……..
‘’And I….. will love you, baby’’
‘’Always’’

Al terminar la canción, me quite los auriculares y suspiré. Era una canción increíblemente hermosa.

-¿Te gusta Bon Jovi?- de repente oí una voz masculina que provenía del asiento de al lado.
-¿EH? Ah…. Sí, algunas canciones me gustan- dije sorprendida mientras veía al chico a mi lado- ¿Cuándo se sentó ahí?- pensé.

Me fije más en ver al hombre de mi lado. Era rubio, de cabello desordenado,  con extrañas marcas en las mejillas y una intensa mirada azul. Iba vestido a modo de ‘’rapero’’, pantalones vaqueros anchos, sudadera ancha y una gorra plana de color negro. Debía tener mi edad o un par de años más.

-Un momento- comencé a preguntarme una cosa- ¿Cómo sabe que me gusta Bon Jovi?
- El volumen- empezó a decir el rubio- tenías el volumen demasiado alto así que escuche la canción, solo eso- finalizo con una cálida sonrisa.
- Pero…. ¿Este tío es adivino o qué?- conteste con un volumen no demasiado bajo- mierda lo dije en voz alta.
-Tranquila murciélaguita, solo tengo buen oído- me contesto con una sonrisa ladina.
-¿Perdón?- replique indignada.
- ¿No lo oíste? MUR-CIÉ-LA-GUI-TA –dijo acercándose a mí, disfrutando de cada palabra que decía.
-Demasiada cercanía- pensé nerviosa- le puedo oler hasta el aliento, que no huele mal por cierto.

Pero Sakura  Haruno es demasiado orgullosa para dejarse vencer por el rubio oxigenado, ningún hombre puede quitarle su fuerte voluntad.

-Mira raperito de tres al cuarto- le empecé a decir con una mirada aterradora- la próxima vez que me llames ‘’murciélaguita’’, te meto mis cadenas por donde te quepan- dije enseñándole las cadenas que colgaban de mi pantalón.
-……- el rubio solo me miraba con una sonrisa socarrona.
-Bien, le he dejado sin palabras- festejaba en mi interior.
-Pfffff- el chico empezó a reírse sin parar.
-¿De qué te ríes idiota?- pregunté bastante enojada.
El chico después de su inesperado ataque de risa, me empezó a revolver el pelo mientras me miraba fijamente y decía.

-Me caes bien, murciélaguita- y acto seguido cogió una mochila que se encontraba en el suelo y salió del autobús dejándome anonadada.

-Mierda, espero que mi cara no esté tan roja como yo creó- murmuré mientras me sobaba mis calientes mejillas.

Me fijé en la ventana y vi que, la parada en la que se bajo el rubio, era también la mía. Así que dando un largo suspiro, bajé silenciosamente del autobús y me dirigí hacía el que sería mi nuevo instituto.

HIGHWAY TO HELL
Capítulo 2: Odio a la gente, ¿es que me sigues?

Fui pausadamente hacía el instituto mientras me fijaba en un gran letrero con letras fosforitas, demasiado fosforitas.

-Instituto Konoha Gakuen….- murmuré mientras levantaba la vista del cartel y me fijaba en las dimensiones del edificio- es jodidamente grande - dije con desagrado a la vez que pensaba en las veces que me perdería en esa construcción.

Después de ese minuto de ‘’primeras impresiones’’, si se puede llamar así, empujé las puertas del instituto y entre a la que sería mi nueva pesadilla.
En sus pasillos me encontré con decenas de estudiantes que empezaron a mirarme cuál leones hambrientos.

-¿Tengo monos en la cara o qué?- me decía a mi misma mientras escuchaba a la gente sus risillas pretenciosas y sus susurros- Ten fe en la humanidad Sakura- murmuré para mi mientras suspiraba con resignación.
-¿Señorita Haruno?- levanté la cabeza para ver quién se dirigía a mí tan formalmente.

Vi que era una mujer de unos cuarenta años, rubia y de ojos castaños –en serio ¿Qué pasa hoy con los rubios?-, iba vestida con traje muy apretado beige, que mostraba que aún poseía unas curvas extraordinarias.

-Eh… si soy yo- le conteste con un sonrisa idiota en la cara- genial…. Vaya impresión que le debo haber dado….
-Mi nombre es Tsunade y seré su directora en su periodo en este instituto- dijo mientras se cruzaba de brazos- espero que no cause ningún problema y que tenga un comportamiento correcto- finalizó mirándome seriamente.
-Por supuesto señora directora- ¿’’señora directora’’? ¿En serio?- me portaré lo mejor posible- termine con una sonrisa tímida- Dios, ¿Qué me hace esta señora? Yo nunca me he comportado así…..
-Esa es la actitud- respondió complacida- aquí tiene su horario y la llave de su casillero.

La directora me entregó, un papel con todas mis clases, que para mi gusto eran demasiadas, y una llave con el número ‘’666’’.

-Vamos no me fastidies- pensaba mientras miraba al trozo de metal con una mezcla de asombro y desagrado.
-Antes de irse….- comenzó a decirme Tsunade- le presento a Shion, una gran alumna que se ha prestado a enseñarle las instalaciones.

Acto seguido apareció una muchacha rubia mágicamente. Entre sus manos traía un gran mapa del que seguramente sea del instituto.

-¡Hola! Tú debes de ser Sakura- empezó a decir la joven apresuradamente mientras yo le contestaba un débil ‘’si’’- encantada soy Shion- finalizó con una sonrisa demasiado falsa como para que me la creyese.
-¿De qué va esta tía? Es más falsa que sus tetas rellenas de silicona.
-Parece que estáis haciendo muy buenas migas, os dejare a solas, cuidaos- se despidió la directora mientras hacía un gesto con la mano y se perdía en el largo pasillo que había quedado desierto minutos atrás al sonar la campana de clases.

Al marcharse la mujer rubia, dirigí mi mirada nuevamente a Shion, que para mi sorpresa (y desagrado) había cambiado completamente de expresión. Ahora tenía el ceño fruncido y una mirada de asco que dedicaba hacia mi persona, como si llevase un kilo de basura encima.

-Mira niñata….- la corte antes de decir nada, ya perdiendo la paciencia completamente.- ¿Qué derecho tiene de hablarme así?
-Cállate, imbécil- le dije mientras le arrancaba el mapa de las manos y me encaminaba hacia delante.

Mi mirada era de un enfado notable, ya que me acababa de dar cuenta que esto era la misma mierda que en mi instituto anterior, niñatos falsos y consentidos que se creen mejor que los demás, aborrezco a esa clase de personas.

-¡¿Acaso sabes quién soy, eh nueva?!- la barbie humana se atrevió a dirigirme otra vez la palabra, aumentando así mi odio hacia ella.
-¿De qué coño te quejas? Has empezado tú, ahora desaparece de mi vista- le conteste deteniendo mi paso y girando la cabeza para observarla con una mirada helada.

‘’Barbie’’ (ya se quedo con el apodo, no pienso llamarla de otra forma) se fue indignada -más bien cagada de miedo- hacía el que parecía ser el baño de chicas a contar sus traumas a sus amigas plásticas.

-Tan predecible- murmuré mientras me daba la vuelta y continuaba mi camino.

10 minutos después

Iba pasando cada vez por más y más clases, pero nada, ninguna era la mía.
Estoy empezando a pensar que el mundo me odia.

-¡DIOS! ¡¿Cómo se lee este maldito mapa?!- gritaba cuál cerdo agonizando en el matadero, mientras intentaba leer un mapa descomunal que seguramente lo tenía al revés.

Me apoye sobre lo que creía que sería una pared y me puse a intentar orientarme con esa maldita cosa

-A ver, yo estoy aquí…. No espera estoy aquí….. ¿O quizá allí?.... no, no eso es el baño….- mientras estaba absorta en mi monólogo interior no tan interior (lo estaba gritando como si fuese una psicópata) note que la pared se estaba moviendo hacia atrás provocando que yo perdiese el equilibrio- ¡¿Qué mierdas de paredes tiene este instituto?!

-¡….. y vaya al despacho de la directora, no quiero enterarme que ha estado saltando las clases Uzumaki!- alcance a oír antes de que mi cara se estampase contra el suelo.
-Y tercer golpe del día…. ¿Cuántos más quedaran?- susurré mientras intentaba ponerme de rodillas inútilmente- Creo que con esta caída me ganado unos cuantos moratones.

De repente sentí unos fuertes brazos que me ayudaban a levantarme y que me pusieron correctamente de pie en el suelo.

-Gracias…..- murmure cabizbaja, con las mejillas rojas de vergüenza.
-Parece que la murcielaguita no aprendió a volar- esa voz…. Ese ‘’murcielaguita’’….
-Un momento….. ¡ERES TU!- levante la cabeza para mirarle y señalarle acusatoriamente con mi dedo índice.
-¿Nunca te han dicho que señalar es de mala educación?- me contesto mirándome de forma burlona.
-Serás…- decía mientras apretaba mis puños con ira.
-¡¡¿QUÉ CLASE DE BROMA ES ESTA?!!- los dos nos giramos y nos encontramos con el que sería el profesor de la clase iracundo.- ¡¡¿Dónde creéis que estáis?!!
-Y-yo…- perfecto, estoy tartamudeando- ¿S-sabe dónde está la clase 4ºD?- termine la oración dirigiéndole una mirada llena de arrepentimiento al maestro.
-Es esta murcielaguita- contesto rápidamente el rubio a lo que yo le dirigí una mirada de desconcierto extrema.
-Usted debe de ser la señorita Sakura Haruno- dijo seguidamente el profesor más calmado.
-¿Eh….?- replique sin ninguna idea de lo que estaba pasando.

-No estoy entendiendo nada, ¿Cómo he entrado a una clase por una pared? ¿Por qué me he encontrado con este rubio demente? Y si es una clase ¿Dónde están los alumnos?- una tos hizo que saliese de mis pensamientos y que fuese a mirar de donde era el origen de ese sonido…. entre los 30 alumnos que me miraban como si fuese un animal de circo. En ese momento un ‘’clic’’ sonó en mi cabeza.

-Esto…. Yo….-comencé  a decir con la mirada perdida- ¡¡Lo siento!! ¡Es que las cajas…. Y luego el zumo!! ¡¡Y también el conductor y un vidente!! ¡¡La falsa esa… y ese puto mapa asqueroso!! ¡¿Y esto no era una pared?! ¡¿Acaso estoy en una dimensión paralela?!- Las palabras empezaron a salir de mi boca producto de la desesperación y la vergüenza- creo que voy a llorar.

Escuche una enorme carcajada general de toda la clase que hizo que las lagrimas empezasen a formarse en mis ojos- estoy cansada de esta mierda, quiero volver a la cama y no despertarme jamás.

-Yo no le veo la gracia- la clase se silencio por lo que parecía ser más que la voz de un humano, la de una bestia feroz- ¿Acaso veis que ella lo esté pasando bien?

Me giré y vi que el ojiazul dirigía a los que serían mis compañeros de clase una mirada enfurecida.- este idiota…. ¿se ha preocupado por mi?

-¡Ya vale de esta comedia!- sentencio el maestro dando un fuerte golpe contra la mesa- Señorita Haruno, mi nombre es Madara Uchiha y seré su profesor de matemáticas, ahora diríjase hacia un asiento si no quiere una amonestación, y usted….- dijo mirando al rubio- ¡¡Naruto Uzumaki, como no vaya ahora mismo al despacho de la directora hare que le expulsen!!

Los dos asentimos rápidamente, y antes de ir hacía un asiento del fondo que elegí que fuese el mío, me acerque al rubio disimuladamente.

-Gracias…. Naruto- le susurré al oído para luego dedicarle una gran sonrisa, de las más verdaderas que he hecho a alguien en mi vida.

Luego, sin mirar su reacción, me dirigí a sentarme en mi pupitre elegido, al lado de la ventana, y apoye mi cabeza y brazos sobre la mesa para esperar que esa maldita clase acabase.

HIGHWAY TO HELL
Capítulo 3: Escarabajos gigantes y chicas-instrumento

Corría todo lo que mis piernas me permitían por los largos pasillos del instituto. Hacía dos minutos que había sonado la campana de salida, y yo solo pensaba en salir de ese infierno con libros de texto y profesores.
Todo el mundo me miraba como si estuviese loca, o algunos solamente me decían groserías por chocar accidentalmente con ellos.
Pero me la sudaba, solo pensaba en escapar de esa tortura.

-Ya está Sakura, ya queda poco- me decía a mi misma cuando empecé a vislumbrar las puertas de salida.

Con un fuerte empujón abrí las  puertas y me encamine hacia el exterior.
Terminé la carrera apoyada en una farola, intentando recuperar el aliento sin escupir un pulmón en el intento.

¿Qué cómo fue mi día para que me llevase a correr como un preso en plena escapada de la cárcel? Lo resumiré en dos palabras:

UNA MIERDA.

Ni una sola persona se me acercó a hablar en ningún momento, seguramente porque cierta ‘’barbie’’ difundió el rumor de que la agredí física y verbalmente cuando ella solo me quería ayudar ‘’amablemente’’.

Me pasé la hora de la comida hablando con el jardinero, mientras observaba a un grupo de chicos encapuchados haciendo un grafiti en una pared fuera del instituto, seguramente se estaban saltando las clases.

Llegué a tal desesperación por mi soledad que empecé a buscar a Naruto para hablar (o discutir, que sería lo más normal)….. pero el muy capullo se había escapado del instituto en el momento que lo expulsaron de clase.

Y es por eso que al sonar la campana de fin de clases me fui como un cohete a la salida.

-Bien Sakura, ya esta, lo has conseguido- me repetía muchas veces en la cabeza- ahora solo falta que Papá venga a recogerme y seré libre- estaba a punto de llorar de la emoción.

Pero toda mi felicidad se esfumó al recordar una cosa, un detalle que se me había escapado y que podría hundirme.

-Dios….. por favor….- intentaba decir ente jadeos causados por mi estúpida carrera- que no….. traiga….. eso…..

Pero como demostraron las leyes de Murphy, si va a ocurrir algo malo, ocurrirá. Además con mi mala suerte, ¿Qué podía esperar?

Vislumbre una gran furgoneta de color naranja chillón a la vuelta de la esquina, pero su extravagante color no era lo que más llamaba la atención, sino que era el enorme escarabajo negro de plástico que descansaba en el techo del vehículo.
Tampoco pasaba desapercibida la canción I want to break free que sonaba a un volumen atronador acompañada de una voz masculina que la cantaba con pasión y apretaba el claxon al ritmo de la música.

La furgoneta se paró delante de mí, haciendo que todos los de mí alrededor me miraran raro, por alguna razón que no me molestaría en descubrir.

-Bien, haya vamos- pensé mientras abría la puerta de la furgoneta y me sentaba en el asiento del copiloto.
-¿Qué tal esta mi niña?- me dijo el hombre que estaba a mí lado.

Solté un largo suspiro y dirigí mi mirada hacia sus ojos.

-Bien, papá- El hombre de pelo rosado oscuro me dirigió una sonrisa de oreja a oreja, lo que hizo que le sonriera levemente.
-¡Sabía que te encantaría este instituto! Y tu madre decía que sería un cambio muy fuerte y no os adaptaríais….. ¡Ja!
-Si tú supieras papá…..- pensé con ironía- ¿’’Nos’’? ¿Cómo sabes si Hinata se adapto bien?- dije para intentar alejar el tema de mi ‘’maravillosa’’ entrada al Konoha Gakuen.

Mi padre acogió una pose de hacerse el interesante y comenzó a decir.

-Intuición de exterminador- finalizó con un brillo de orgullo es sus ojos.
-Mata bichos diría yo…..- dije mentalmente mientras me acomodaba en mi asiento y me ponía mis cascos con música a todo volumen.

Después de unos diez minutos nos pusimos en marcha hacia el camino a casa.

Oía de fondo (muy bajito, ya que tenía a todo volumen Welcome to the jungle de Guns ’n’ roses) las disputas de mi padre y mi hermana sobre el tío con el que se estaba enrollando Hinata salvajemente a las puertas del instituto.

Al llegar a casa, baje del vehículo silenciosamente, ensimismada en mis pensamientos. Y justo al entrar por la puerta, tuve que soportar las absurdas preguntas de mi madre como: ‘’¿Ya tienes muchos amigos?’’  o ‘’¿Sirven buena comida en la cafetería?’’

Respondí a todas con un ‘’sí’’, ‘’tal vez’’ o ‘’puede ser’’, y luego me encamine a mi habitación con un plato con un muslo de pollo para comer mientras dejaba que ellos comiesen en el comedor, como ya hacía desde hace años.

Cuando entre en mi habitación me tumbé en mi cama e intente aclarar mis ideas.

Un pitido que provenía de mi móvil me sacó de mis pensamientos e hizo que con cansancio sacase el condenado aparato de mi bolsillo.

-¿A quién se le ha roto la tripa ahora?- pregunte en voz alta mientras abría lo que parecía ser un nuevo mensaje de texto.

Pero mi mal humor se disipó cuando vi de quien era el mensaje: era de Shikamaru, la persona más vaga en todo Japón, y mi mejor amigo. El mensaje decía así:

Hey Fresita:

¿Qué tal en tu nuevo instituto para pijos? Espero que tal solo no te hayas roto ningún hueso antes de llegar a la entrada (sería demasiado patético hasta para ti xD).

Karin te echa mucho de menos…. Ya no tiene a nadie que le cambie el tinte del pelo por verde moco en vede rojo y la humille públicamente T-T :okno:.

Ahora enserio, se te echa bastante de menos, te hacías de querer enana.

Cuando volvamos a vernos espero que me hayas comprado algún regalo por las molestias de tener que preocuparme por ti , y nada de mariconadas como un osito de peluche, que te conozco.

Cuídate y estudia mucho jovencita.
Shikamaru.

Me emocione tanto que empecé a saltar e mi cama. Me dolió mucho separarme de ese amargado, y sentir que se preocupa por mí es muy gratificante.

-Oh si nena umhhhh- decía mientras imitaba a las típicas secretarias de color de las películas americanas- A mami no se le olvida tan fácilmente nene.

Después de unos minutos me di cuenta de que estaba haciendo el ridículo y paré, dándole gracias a Dios de que nadie me hubiese visto.

Me senté en mi cama y suspire por millonésima vez en aquel día. Empecé a pensar en todo lo que he perdido.

A mi mejor amigo, mi profesor de la academia de bajo, Ellie la dependienta de la tienda de camisetas, mis amigos que conocí en conciertos…… todo a cambio de gente que no me valora y me trata como a un bicho raro.

Lo único bueno de esta ciudad, por muy raro que suene, es Naruto, el único que me ha defendido y le han importado mis sentimientos.

-……Ojala pueda verlo más seguido- dije con una sonrisa tonta en mi cara- Espera….. ¡¿QUÉ?!

Me abofeteé fuerte en la cara mientras negaba con la cabeza.

-¡¿En qué estoy pensando?!- me repliqué a mi misma enfadada- ¡¡Es un rapero estúpido, imbécil, oxigenado, cabeza hueca y…… peina calvos!!- finalicé, empleando toda mi gama de insultos (que no era muy larga, por cierto).

Me levanté de un salto de la cama, ya había estado demasiado sentimental por hoy, debía distraerme con algo.

-10 minutos después-


-¡Ya está!- grite con alegría después de bastante tiempo si saber qué hacer, ya podía dejar de  entretenerme  con las pelusas de mi habitación y mirar la pintura de las paredes.

Me acerque hasta mi bajo y lo saqué de la funda, para después empezar a afinarlo.

¿Por qué quise aprender a tocar el bajo, en vede querer aprender a tocar la guitarra como todo el mundo prefiere?

Porque sí, porque me identifico demasiado con ese instrumento.
Soy una incomprendida, que no llama la atención, pero soy una parte indispensable, yo llevo el ritmo de la canción.

Esa soy yo, y ese es mi destino.

-¡¡SAKURA, RECOGE TU HABITACIÓN!!-
-¡Déjame vivir mamá! ¡Estaba en mi momento de gloria!