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La skin ha sido codificada y maquetada por Odxy para el foro NaruSaku. Las imágenes usadas no nos pertenecen, han sido realizadas por diversos artistas y las diseñadoras solo las han editado. Agradecimientos a todo el grupo de diseño por las nuevas imágenes utilizadas. También a LaufeysonSister y Pyrite Wolf de OSC porque sin sus tutoriales la mitad de las cosas que se han hecho en este foro no habrían sido posible.
.: Por conveniencia :. [+18][Capítulo 1][01/04/2015]
3 participantes
NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
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.: Por conveniencia :. [+18][Capítulo 1][01/04/2015]
Naruto no me pertenece. Es totalmente hecho por el gran Kishimoto Masashi (si fuera mío ya habría habido NaruSaku desde hace muuucho tiempo). Sólo uso sus personajes con fines creativos sin ánimo de lucro.
SUMMARY: Un matrimonio arreglado puede robarte el cuerpo, el alma… pero nunca el corazón.
Por conveniencia
SUMMARY: Un matrimonio arreglado puede robarte el cuerpo, el alma… pero nunca el corazón.
Por conveniencia
.: Por conveniencia :.
Capítulo 1
El Huracán que llegó con el verano
Se sentía nauseabunda. Llevaba media hora de recorrido y los saltos que realizaba la carroza hacían que sus pechos brincaran, que sus riñones doliesen y que sus ganas de vomitar fueran en aumento. Tomó su pañuelo de seda fina blanca y tapó su boca con suavidad. Abrió su abanico y comenzó a moverlo para dar un poco de aire que no otorgaban las ventanillas abiertas.
El ambiente se sentía turbio, algo pesado y bastante húmedo. La mujer movía las piernas frotándolas entre sí para ver si se pegaban y se despegaban debido al calor de ese verano que llegaba sin misericordia.
Inclinó un poco su rostro hacía adelante apostando su vida a que el desayuno se le devolvía. Por fortuna el carruaje paró. No supo si eso la hacía sentirse mejor. Pasó saliva y la boca le supo amarga. Sintió tener mal aliento y el abanico no proporcionaba brisilla como antes.
La puertezuela se abrió dando paso a un fulgor desesperante que bañó el interior del coche. Todo se hizo más caluroso y ella sólo quería vomitar. Una mano fue tendida. No había opción. Tocaba aceptarla. Con ello el final de su vida, el inicio de otra… de otra fatídica etapa.
Aceptando la ayuda para bajar supo que algo andaba mal con ella. Sentía la mano del cochero caliente. Hirviendo, sudorosa, con callos duros y algo rasposos. Sabía que no llevaba guantes por el calor, pero en ese momento se dio el gusto de exigir clase. Se apoyó en la mano del hombre y bajó teniendo cuidado de no pisar su furisode del color del mar. Qué ironía de la vida. El kimono más hermoso que tenía usándolo por primera y única vez.
Pisó fuerte para evitar que cada uno de sus zori saliera de su lugar. La luz la enceguecía y maldijo el sol. Con su blanca piel de seguro tendría las mejillas rojas. Kami-sama oyó su ruego pues al segundo una sombra la cubrió de pies a cabeza. Una de sus nodrizas le daba el cobijo del fresco con una sombrilla de papel roja.
El chongo que sujetaba su largo cabello rosa permitía que el poco viento acariciara su nuca al descubierto. Escuchó un chirrido y el portón de la gran casa se abrió.
El mensajero de su padre avanzó con paso primo y la mujer de prendas azules oscuras rio para sus adentros. Ella avanzó al unísono y con ella la caravana. Dejó de mover el abanico y tapó su rostro dejando sólo sus ojos al descubierto. Ojos glaucos, de inocente vigilia y mirada perdida. Se sentía extranjera en país vecino mientras observaba curiosa el gran jardín de la mansión que ahora sería su nuevo hogar.
Desde muy pequeña su madre le contaba cuentos de princesas y de príncipes. Ella sería protagonista en uno algún día, pero no de la manera en que ahora resultaban las cosas.
El camino en piedras le cansaba el caminar, aun cubierta en sombra, el calor le violaba la razón. Con el pañuelo secó su frente sudorosa y vio la entrada. Dos filas de personas le daban la bienvenida con una reverencia. Por un lado mujeres, por el otro, hombres. Todos pulcros. Ellas con un houmongi blanco con bordado de setas verdes y ellos con yukatas azules rey.
Ella pasó entre ellos como si de reina se tratara. Bajó el abanico cerrándolo con decoro, exhibiendo una sonrisa dulce que fue aplacada por el carraspeo que emitió la nodriza que llevaba la sombrilla. No estaba bien visto en una dama mostrar la sonrisa sin taparla. Odiaba su vida.
La mujer bajó su mirada para concentrarse en el suelo. Cuál fue su sorpresa al observar que ya se encontraba en el genkan. Todos le observaban como sí de espectáculo se tratara. Una pequeña muñeca vendida al mejor postor. Quería gritar, irse corriendo, soltarse el cabello y rodar por una colina. Lástima que las cosas no fuesen así.
−Ojou-sama− apuró el mensajero con una reverencia.
La pelirosa entrecerró sus ojos con cansancio y descalzó sus pies. Eso le gustó. La sensación de pesadez de los zori dio paso al desliz de sus tabi sobre la duela de madera lacada. Se sentía fría y deliciosa. El calor de repente no le pareció importante. Pudo guardar el abanico en su pequeña bolsa de tela que colgaba de su muñeca izquierda donde iba el pañuelo sucio de sudor.
Caminaron por el corredor principal de la casa. El capataz de la casa encabezaba el cortejo, le seguía el enviado de la casa Haruno, en la mitad como sándwich venía el objeto a quedarse en la casa, caracterizada por el color cerezo de su cabello, y atrás las dos nodrizas con paso diligente y mirada prieta.
Ella lo sabía, nadie le interesaba lo que ella quería. A nadie le importaba lo que una mujer quisiese. Eso estaba por fuera de todo pensamiento. Todos pensaban así, incluso su padre, el cuál no había escatimado en organizar su vida desde el momento en que cortaron el cordón umbilical cuando dio el primer berrido fuera del útero de su madre.
16 años de preparación. De alta alcurnia, sumisión, y devota entrega a un ser que jamás había visto y sería su compañero de vida.
Caminaba con pequeños y apresurados pasos. Con mirada gacha sin ganas de observar su casa… su casa, que lejano y raro se escuchaba.
Los dos hombres se detuvieron. El capataz se arrodillo frente al fusuma para deslizarlo y abrirlo al sonar tan característico que otorgaba. Pasó aun arrodillado quedándose de un lado para dejar que los invitados siguiesen a la mitad del washitsu.
Continuaron con presteza y se arrodillaron esperando a que el jefe de la casa hablara. La mujer mantenía una postura aplacada. Puntas de los dedos juntos sobre el piso, sin recostar su peso sobre los brazos y cabeza gacha.
−Sean bienvenidos a mi humilde hogar.
Fue lo que ella escuchó. Era una voz seria, grave y demandante. Quiso mirar, deseaba y tenía el derecho de hacerlo. Con disimulo alzó su mirada y vio al hombre arrodillado frente a ellos. Se encontraba oculto tras una cortina de esterilla. Sólo podía ver su figura gruesa pero armónica. La sombra de su cabello revuelto, una voz ronca, profunda y calmada.
Su corazón brincó de la sorpresa, cerrando los ojos con temor. Su respiración se agitó y quiso huir. No quería, de verdad que no quería. Le asustaba, no le gustaba, pero ya nada se podría hacer.
De Haruno Sakura pasaría a ser Namikaze Sakura sin que pudiese haber alguien para evitarlo. El matrimonio ya estaba arreglado.
Continuará…
Primer longfic NS que hice en toda mi existencia. Lo tenía en el anterior foro y vengo de mudanza con él. He editado una que otra cosilla. En su mayoría faltas de ortografía, palabras que no sonaban, etc.
Léxico
Por si alguien no entiende algunos términos, acá están:
Furisode: Son los kimonos más formales que usan las mujeres solteras en Japón. Tienen mangas larguísimas y generalmente tienen colores vivos y trocados muy elaborados. Se usan para ocasiones especiales como matrimonios, fiestas, etc.
Zori: Sandalias japonesas. Hechas de distintos materiales.
Houmongi: Kimono usado por toda clase de mujeres. Para ocasiones semi formales. Pueden ser de cualquier color, con mangas más cortas que el furisode pero que cambian su largo respecto al estado civil de la que lo usa.
Yukata: Kimono tradicional. Es usado en cualquier ocasión. Muy liviano y cómodo. Están las yukatas de festivales o las de dormir.
Genkan: El vestíbulo donde se descalzan los japoneses antes de entrar a la casa.
Ojou: Es un término al que se le designa a las mujeres no casadas. Literalmente significa joven dama. Yo le agrego el sufijo "sama" porque el estatus de Sakura lo requiere.
Tabi: Son las medias que tienen la abertura entre el dedo gordito del pie. Son tradicionales y se usaban mucho en el época antigua (aun lo hacen pero sólo para ocasiones especiales).
Fusuma: Una de las puertas características de las viviendas japonesas. Son delgadas y se abren deslizándolas.
Washitsu: Una habitación tradicional japonesa. Es decir, que tiene todo clásico. Incluso es en tatami.
Comentarios son recibidos. Críticas SÍ y SÓLO Sí son constructivas
Miyuki Uchiha
Escuchando: Because we CAN (Fatboy Slim-Moulin Rouge OST)
El Huracán que llegó con el verano
Se sentía nauseabunda. Llevaba media hora de recorrido y los saltos que realizaba la carroza hacían que sus pechos brincaran, que sus riñones doliesen y que sus ganas de vomitar fueran en aumento. Tomó su pañuelo de seda fina blanca y tapó su boca con suavidad. Abrió su abanico y comenzó a moverlo para dar un poco de aire que no otorgaban las ventanillas abiertas.
El ambiente se sentía turbio, algo pesado y bastante húmedo. La mujer movía las piernas frotándolas entre sí para ver si se pegaban y se despegaban debido al calor de ese verano que llegaba sin misericordia.
Inclinó un poco su rostro hacía adelante apostando su vida a que el desayuno se le devolvía. Por fortuna el carruaje paró. No supo si eso la hacía sentirse mejor. Pasó saliva y la boca le supo amarga. Sintió tener mal aliento y el abanico no proporcionaba brisilla como antes.
La puertezuela se abrió dando paso a un fulgor desesperante que bañó el interior del coche. Todo se hizo más caluroso y ella sólo quería vomitar. Una mano fue tendida. No había opción. Tocaba aceptarla. Con ello el final de su vida, el inicio de otra… de otra fatídica etapa.
Aceptando la ayuda para bajar supo que algo andaba mal con ella. Sentía la mano del cochero caliente. Hirviendo, sudorosa, con callos duros y algo rasposos. Sabía que no llevaba guantes por el calor, pero en ese momento se dio el gusto de exigir clase. Se apoyó en la mano del hombre y bajó teniendo cuidado de no pisar su furisode del color del mar. Qué ironía de la vida. El kimono más hermoso que tenía usándolo por primera y única vez.
Pisó fuerte para evitar que cada uno de sus zori saliera de su lugar. La luz la enceguecía y maldijo el sol. Con su blanca piel de seguro tendría las mejillas rojas. Kami-sama oyó su ruego pues al segundo una sombra la cubrió de pies a cabeza. Una de sus nodrizas le daba el cobijo del fresco con una sombrilla de papel roja.
El chongo que sujetaba su largo cabello rosa permitía que el poco viento acariciara su nuca al descubierto. Escuchó un chirrido y el portón de la gran casa se abrió.
El mensajero de su padre avanzó con paso primo y la mujer de prendas azules oscuras rio para sus adentros. Ella avanzó al unísono y con ella la caravana. Dejó de mover el abanico y tapó su rostro dejando sólo sus ojos al descubierto. Ojos glaucos, de inocente vigilia y mirada perdida. Se sentía extranjera en país vecino mientras observaba curiosa el gran jardín de la mansión que ahora sería su nuevo hogar.
Desde muy pequeña su madre le contaba cuentos de princesas y de príncipes. Ella sería protagonista en uno algún día, pero no de la manera en que ahora resultaban las cosas.
El camino en piedras le cansaba el caminar, aun cubierta en sombra, el calor le violaba la razón. Con el pañuelo secó su frente sudorosa y vio la entrada. Dos filas de personas le daban la bienvenida con una reverencia. Por un lado mujeres, por el otro, hombres. Todos pulcros. Ellas con un houmongi blanco con bordado de setas verdes y ellos con yukatas azules rey.
Ella pasó entre ellos como si de reina se tratara. Bajó el abanico cerrándolo con decoro, exhibiendo una sonrisa dulce que fue aplacada por el carraspeo que emitió la nodriza que llevaba la sombrilla. No estaba bien visto en una dama mostrar la sonrisa sin taparla. Odiaba su vida.
La mujer bajó su mirada para concentrarse en el suelo. Cuál fue su sorpresa al observar que ya se encontraba en el genkan. Todos le observaban como sí de espectáculo se tratara. Una pequeña muñeca vendida al mejor postor. Quería gritar, irse corriendo, soltarse el cabello y rodar por una colina. Lástima que las cosas no fuesen así.
−Ojou-sama− apuró el mensajero con una reverencia.
La pelirosa entrecerró sus ojos con cansancio y descalzó sus pies. Eso le gustó. La sensación de pesadez de los zori dio paso al desliz de sus tabi sobre la duela de madera lacada. Se sentía fría y deliciosa. El calor de repente no le pareció importante. Pudo guardar el abanico en su pequeña bolsa de tela que colgaba de su muñeca izquierda donde iba el pañuelo sucio de sudor.
Caminaron por el corredor principal de la casa. El capataz de la casa encabezaba el cortejo, le seguía el enviado de la casa Haruno, en la mitad como sándwich venía el objeto a quedarse en la casa, caracterizada por el color cerezo de su cabello, y atrás las dos nodrizas con paso diligente y mirada prieta.
Ella lo sabía, nadie le interesaba lo que ella quería. A nadie le importaba lo que una mujer quisiese. Eso estaba por fuera de todo pensamiento. Todos pensaban así, incluso su padre, el cuál no había escatimado en organizar su vida desde el momento en que cortaron el cordón umbilical cuando dio el primer berrido fuera del útero de su madre.
16 años de preparación. De alta alcurnia, sumisión, y devota entrega a un ser que jamás había visto y sería su compañero de vida.
Caminaba con pequeños y apresurados pasos. Con mirada gacha sin ganas de observar su casa… su casa, que lejano y raro se escuchaba.
Los dos hombres se detuvieron. El capataz se arrodillo frente al fusuma para deslizarlo y abrirlo al sonar tan característico que otorgaba. Pasó aun arrodillado quedándose de un lado para dejar que los invitados siguiesen a la mitad del washitsu.
Continuaron con presteza y se arrodillaron esperando a que el jefe de la casa hablara. La mujer mantenía una postura aplacada. Puntas de los dedos juntos sobre el piso, sin recostar su peso sobre los brazos y cabeza gacha.
−Sean bienvenidos a mi humilde hogar.
Fue lo que ella escuchó. Era una voz seria, grave y demandante. Quiso mirar, deseaba y tenía el derecho de hacerlo. Con disimulo alzó su mirada y vio al hombre arrodillado frente a ellos. Se encontraba oculto tras una cortina de esterilla. Sólo podía ver su figura gruesa pero armónica. La sombra de su cabello revuelto, una voz ronca, profunda y calmada.
Su corazón brincó de la sorpresa, cerrando los ojos con temor. Su respiración se agitó y quiso huir. No quería, de verdad que no quería. Le asustaba, no le gustaba, pero ya nada se podría hacer.
De Haruno Sakura pasaría a ser Namikaze Sakura sin que pudiese haber alguien para evitarlo. El matrimonio ya estaba arreglado.
Continuará…
Primer longfic NS que hice en toda mi existencia. Lo tenía en el anterior foro y vengo de mudanza con él. He editado una que otra cosilla. En su mayoría faltas de ortografía, palabras que no sonaban, etc.
Léxico
Por si alguien no entiende algunos términos, acá están:
Furisode: Son los kimonos más formales que usan las mujeres solteras en Japón. Tienen mangas larguísimas y generalmente tienen colores vivos y trocados muy elaborados. Se usan para ocasiones especiales como matrimonios, fiestas, etc.
Zori: Sandalias japonesas. Hechas de distintos materiales.
Houmongi: Kimono usado por toda clase de mujeres. Para ocasiones semi formales. Pueden ser de cualquier color, con mangas más cortas que el furisode pero que cambian su largo respecto al estado civil de la que lo usa.
Yukata: Kimono tradicional. Es usado en cualquier ocasión. Muy liviano y cómodo. Están las yukatas de festivales o las de dormir.
Genkan: El vestíbulo donde se descalzan los japoneses antes de entrar a la casa.
Ojou: Es un término al que se le designa a las mujeres no casadas. Literalmente significa joven dama. Yo le agrego el sufijo "sama" porque el estatus de Sakura lo requiere.
Tabi: Son las medias que tienen la abertura entre el dedo gordito del pie. Son tradicionales y se usaban mucho en el época antigua (aun lo hacen pero sólo para ocasiones especiales).
Fusuma: Una de las puertas características de las viviendas japonesas. Son delgadas y se abren deslizándolas.
Washitsu: Una habitación tradicional japonesa. Es decir, que tiene todo clásico. Incluso es en tatami.
Comentarios son recibidos. Críticas SÍ y SÓLO Sí son constructivas
Miyuki Uchiha
Escuchando: Because we CAN (Fatboy Slim-Moulin Rouge OST)
Re: .: Por conveniencia :. [+18][Capítulo 1][01/04/2015]
Hola.
Es increible el como hiciste que no pudiera despegar mi vista del capitulo hasta terminarlo.
En lo que a mi respecta creo que el capitulo estuvo muy bien, me gusto la forma en que hiciste las descripciones ademas de que me ayudo mucho el glosario que pusiste al final, ciertamente, no habia entendido unas cuantas de las que estaban ahi.
Espero poder leer pronto el capitulo que sigue, hasta luego.
Es increible el como hiciste que no pudiera despegar mi vista del capitulo hasta terminarlo.
En lo que a mi respecta creo que el capitulo estuvo muy bien, me gusto la forma en que hiciste las descripciones ademas de que me ayudo mucho el glosario que pusiste al final, ciertamente, no habia entendido unas cuantas de las que estaban ahi.
Espero poder leer pronto el capitulo que sigue, hasta luego.
Cami- Clan Seiryuu
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Edad : 25
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Posesiones :
Re: .: Por conveniencia :. [+18][Capítulo 1][01/04/2015]
Esta historia ya me la habia leído en el antiguo foro en los que estaban en las historias terminadas pero no me acuerdo el final, solo sé que me encanto tanto que me volví a leer varias veces desde el principio hasta el final aunque nunca deje algún comentario no lograba registrarme hasta que lo logre, me entere que se mudaban y me vine a este que hicieron, más lindo y organizado pero siempre me quede con la nostalgia de verlo aquí y tambien los otros excelentes fics que habían; me emociona que lo hayas traído y que por fin pueda dejar este humilde y largo comentario. Espero con ansias el siguiente capítulo.
Pdta: Dirán algunos que es mas sencillo escribir desde el móvil pero yo les diría que es JODiDO y no se me permite personalizar mi comentario; la próxima usare la computadora perdona mis horrores digo errores que se me escaparon. Que tengas un hermoso día.
Pdta: Dirán algunos que es mas sencillo escribir desde el móvil pero yo les diría que es JODiDO y no se me permite personalizar mi comentario; la próxima usare la computadora perdona mis horrores digo errores que se me escaparon. Que tengas un hermoso día.
Sonnie- Aprendiz
- Mensajes : 81
recorriendo la selva XD
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