[+13] Whispers in the dark anuncio importante 07/03/2016

::Especial “Entrevista con el elenco  de Whispers in the dark”::

::En algún estudio de televisión::

-Hola muy buenas noches, yo soy Cleo la autora de “Whispers in the Dark” y la conductora de este especial “Entrevista con el elenco de Whispers in the Dark” bienvenidos.- Se escuchan aplausos del público.- Bien, ahora presentemos a nuestro elenco.

La luz del estudio se oscurece y un tono rojo aparece en el fondo del escenario, Cleo se pone un poco nerviosa, pero continua sonriendo.

-Bueno, les presento a nuestro primer actor.- Dijo señalando la parte más oscura del escenario.- Con ustedes Jeff the Killer.

De entre las sombras aparece una figura alta de un joven con una chamarra blanca, la capucha la trae puesta, lo que le oscurece el rostro junto con su cabello negro como la noche, sin embargo, al alzar la mirada se pueden notar el rojo carmesí de sus ojos y aquella sonrisa burlona y sádica que lo caracteriza. Camina rápidamente y se sienta en uno de los tantos asientos para los miembros del elenco. Las luces regresan a la normalidad y el rostro de Jeff se nota un poco más normal también.

-Hola Jeff, vaya que entrada más…eh… ¿adecuada?- Realmente no sabía qué otra cosa decir.  

-Gracias, Cleo.- Dijo sarcásticamente.- Veo que al fin das la cara.

-Etto…bueno…silencio Jeff, recuerda que aquí soy la presentadora y la escritora…y…y…yo te puedo hacer cualquier cosa.- Dijo Cleo con voz temblorosa.

-Ja, claro.- Se burló con una sonrisa amplia y burlona.

Eso hizo enojar a Cleo, tomo una pluma y comenzó a escribir en la hoja del programa que tenía en manos (nunca andaba por ahí sin una pluma en mano) cuando termino sonrió y miro a Jeff, después de unos momentos Jeff desapareció y apareció (Advertencia: Esta escena contiene material Yaoi, para los que sufren del corazón no leer este contenido y seguir en la parte de la presentación) en una habitación oscura, solo se podía sentir el aire frío correr de alguna parte, entonces algo le toco la cintura, parecía una mano, se dio vuelta rápidamente, pero no veía nada, entonces pudo sentir de nuevo como alguien lo toco pero ahora en el hombro, otra mano en su trasero, luego algo lo petrifico al darse cuenta que era más de una mano, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, no ella no podía haberle hecho eso, esa mocosa se las pagaría. Entonces una de las manos empezó a meterse por debajo de su chamarra y camisa.

-¡¡SACAME DE AQUÍ AHORA!!- Grito desesperado.

(Nota: Nunca se metan con la pequeña Cleo puede hacerlos tener escenas Yaoi Hard si se lo propone (^^)/)

Antes de que Slenderman continuara con su violación a Jeff, este regreso al set de televisión.

-Qué bueno tenerte de regreso Jeff.- Dijo Cleo como si nada hubiera pasado.- Justo a tiempo para presentar a la siguiente miembro del elenco, ella es dulce y muy tierna, les presento a Elizabeth.

El público le aplaudía, de un lado del escenario apareció la susodicha, pero cuando estaba por llegar a los asientos se tropezó con sus propios pies y poco falto para que se diera de cara al suelo, pero antes de que eso pasara Jeff corrió para evitar que se golpeara. Todas las fans gritaron emocionadas por la escena que acababan de ver.

-Ah…perdón Jeff.- Dijo suavemente Elizabeth.- Gracias.

-¿Es qué no puedes ser más torpe mujer?- Dijo algo fastidiado.- Mira ahora como tienes a estas mocosas, ahora no habrá poder en la tierra que las calle.

-Bueno, tomemos asiento.- Dijo Cleo quien tenía un pequeño hilo de sangre corriendo por su nariz, debido al momento tan shojo que acababa de ver.- Recibamos al resto del elenco, la siguiente es una chica que todos conocemos bien, amiga de Elizabeth…coff suripanta cooofff…perdón tengo un poco de toz, con ustedes Anna.

Anna entro saludando a todos, nadie aplaudió, ella se resignó y tomo rápidamente asiento en su lugar.

-Ahora el siguiente miembro es alguien enigmático y que ha creado mucha polémica, con ustedes Victor.

Este solo entro callado y sonriendo un poco y tomo asiento, mirando fijamente a Elizabeth de manera acosadora, eso hizo temblar un poco a Cleo.

-Das miedo.- Susurro por lo bajo.- Bueno aquí están todos los miembros del elenco, bueno…al menos los protagonistas y la suripan…digo Anna.

-Dilo con todas sus letras, una zorr…-Empezó a decir Jeff pero Cleo le lanzo un brillo amenazante en los ojos y tomo de nuevo la pluma, en ese momento se quedó callado.- Como sea empecemos esto para que pueda largarme.

-Bien, muchos de nuestros lectores nos hicieron preguntas…

-Oh que inteligente eres…-Dijo Jeff sarcásticamente.

-Una más y te prometo que escribo algo mucho más detallado.- Dijo Cleo amenazante.- Bueno como decía, muchos de nuestros lectores tienen preguntas para ustedes. Comencemos con las preguntas: Esta nos las hizo Yamato y esta es para Victor: ¿Por qué tú casa es de cristal?

-Eso es muy sencillo, mi casa está diseñada así para que yo pueda ver el bosque, para verlo todo, por si llega aparecer al que tanto eh estado buscando…-Su mirada regreso de nueva a Elizabeth, estaba enloquecido.

-Si…bueno gracias…creo.- Dijo Cleo temblando un poco por la mirada de Victor.- Bueno la siguiente pregunta es para…Anna…dice así: ¿Qué se siente haber muerto de esa manera?

-Bueno la verdad no me esperaba algo así.- Dijo emocionada, todos se quedaron callados.- La verdad es que de verdad pensé que tendría una oportunidad con Jeff…

-Ah sí bueno…siguiente pregunta, esta es para Elizabeth: ¿Por qué mudarte cerca de un bosque y no de alguna granja?

-Bueno, siempre me han gustado los bosques.- Dijo sonrojándose un poco y sonriendo.- Soy escritora y me inspiro mucho en la naturaleza para escribir, creo que los bosques tienen demasiado para decirnos, además de que me encanta la sensación de misterio y enigmas que pueden guardar los bosques, cuantas historias guardan, por eso es que me mude a cerca de un bosque, además de que tuve la fortuna de encontrar una casa muy hermosa.

-Ven ¿Es que soy el único que piensa que está rota?- Dijo Jeff desesperado.- De verdad, los humanos no pueden ser tan despistados como ella lo es.

“Sigo sin entender porque le dice rota…pero en fin” pensó Cleo mirando por un momento a Jeff y luego miro entre el staff a su novio “Yo también comparto un poco del punto de vista de Elizabeth ¿Yo también estoy rota?”.

-¿Por qué dices que estoy rota? No me he roto ningún hueso ni lastimado…últimamente…- Dijo apenada Elizabeth.- No entiendo porque dices que estoy rota.

-Porque solo a ti se te ocurre mudarte sola, en un lugar apartado y darle dolores de cabeza a…las personas.- Dijo un poco titubeante lo último Jeff.

-No le veo nada de malo, además ya soy grande como para hacer lo que yo crea mejor para mi…-Jeff y Elizabeth siguieron discutiendo, mientras Cleo estaba perdida en sus pensamientos, Victor sonreía de manera escalofriante y nadie pelaba a Anna que estaba intentando llamar la atención de quien fuera.

Mitchel que estaba dirigiendo las cámaras y al Staff detrás de cámaras miraba el desastre en lo que se estaba convirtiendo el especial que decidió intervenir un poco ya que al parecer a su querida novia se le estaba olvidando que debía conducir el especial por andar perdida como siempre en sus múltiples pensamientos.

-Bueno, en lo que Cleo despierta de su…lo que sea que esté haciendo, yo continuare con el especial. Bueno yo soy Mitchel y soy el novio de la pequeña chica que está perdida en su lugar y que debería estar conduciendo el especial.- Dijo tratando de llamar la atención de Cleo, pero ella estaba muy muy lejos de la realidad.- En fin…veamos…Jeff, Elizabeth por favor retomemos el tema, Victor deja de ser…tan…tan tú y Anna deja de ser demasiado Anna.

-¿Quién eres tú?- Pregunto Jeff tratando de hacer sacar a Mitchel de sus casillas (bueno más).

-El que tiene también una pluma y puede hacerte algo peor que lo que te hizo Cleo si no continuamos con el especial ¿de acuerdo?- Dijo Mitchel sacando una pluma y el libreto donde venía el programa del especial.

-Disculpa, nos salimos un poco del tema.- Dijo disculpándose Elizabeth.

-Yo no eh hecho na...-Empezó a decir Anna, pero Mitchel la mando a callar.

-Continuemos, la siguiente pregunta la hizo Ximena y es para Jeff: ¿por qué mata a la gente es por diversión o por tu pasado?

-¿Qué clase de pregunta es esa? La respuesta es obvia niña…es por absoluta diversión.- Mientras decía esto sus ojos se tornaron rojo carmesí y su mirada se clavó en Elizabeth, quien no daba crédito a lo que escuchaba.- Ahora sabes demasiado pequeña, debo hacerte pagar.

Elizabeth aterrada no se podía mover de donde se encontraba, pero en ese momento Cleo reacciono, tomo su pluma y empezó a escribir rápidamente en su hoja.
En ese momento Jeff camino hacía Elizabeth y la miro fijamente desde muy cerca, tomo su mano y la jalo hasta tenerla en sus brazos, las luces comenzaron a atenuarse hasta casi oscurecer, Elizabeth se sentía como atrapada en un sopor muy extraño, no veía nada más que a Jeff.

-Olvidaras todo lo que has escuchado ¿entendiste?- Dijo Jeff con voz suave y autoritaria.- No debes recordar nada de esto.

Entonces la estrecho a un más fuerte en sus brazos y junto sus labios con los de Elizabeth, las fans de Jeff chillaron de emoción al ver aquella escena, mientras que Mitchel se quedaba sorprendido, después volteo a ver a la pequeña Cleo que seguía escribiendo mientras chorritos de sangre salían de su nariz, estaba teniendo una hemorragia nasal por la sarta de cosas que estaba escribiendo.

-No sé si esto es bueno…o…malo.- Dijo mirando el caos a su alrededor.- Me rindo.

Tiro su libreto y camino hasta Cleo, quien no paraba de escribir, sin mucho esfuerzo le quito la pluma y papel de la manos, la sujeto de los hombros y le dio un tierno beso para que reaccionara y así lo hizo, se limpió rápido la nariz y sonrió alegremente a Mitchel, debía terminar el especial.

-Perdón…por…este…todos…los inconvenientes.-Dijo sonrojándose y disculpándose.- Bueno eso es todo por el especial, espero hayan disfrutado de él y espero sigan disfrutando de esta linda historia que estoy escribiendo con mucho cariño para ustedes. Nos estamos leyendo en el próximo capítulo. Bye bye (^^)/

Sí, disculpen que ni pudiera escribir para decirles que seguía con vida y que mis profesores no me habían matado aun de estrés o en las montañas de proyectos, créeme Blanca se como se siente que tus profesores confabulen en tu contra (¬3¬)/~ (Por eso odio a Gatica, una bruja horrible que me maltrata cuatro horas seis días a la semana)

Me alegra que les gustara el especial, esta semana estaré un poco menos ocupada, así que en el transcurso de la semana estaré subiendo el siguiente capitulo de la historia, no doy día pero si que en esta semana estara siendo publicado, ya sea por mi o por mi novio Mitch, que en estos momentos esta cantando a mi lado una canción...no se si para mi o si solo esta cantando xD

::Pov Jeff the Killer::

Estúpida mujer, por ella estaba ahora corriendo los callejones de aquella ciudad, ciudad que había prometido volver a pisar y que ahora estaba en la búsqueda de una niña que lloraba por alguien muerta ¿Por qué eso me tenía tan desesperado? No debería de importarme, ya había decidido matarla ¿Es que acaso no podía esperar a que regresara a casa y ya?

Al parecer no, cuando la vi subirse a su auto y conducir a la ciudad me entro una desesperación tan grande que sin darme cuanta estaba a los límites del bosque cercanos a la ciudad, esperando a que anocheciera para ir a buscarla.

Mientras esperaba pensaba en la noche pasada, en su rostro desgarrado por el dolor de haberse enterado de la muerte de su amiga, las lágrimas cayendo de sus ojos, los gritos de dolor, algo en mí se removía de dos maneras diferentes, una parte de extasiaba ante su reacción, estaba logrando lo que me proponía, llevarle un dolor profundo y personal por hacer que sufra de una absurda confusión ,otra parte de mi fue la que me impulso a entrar a la casa y llevarla a su cama para que durmiera un poco, la que se quedó a su lado hasta que amaneció.

Odiaba a esa mujer estúpida y que estaba rota, solo estaba complicando las cosas, comencé a desear que la que se hubiera mudado a esa casa fuera aquella estúpida humana amiga de ella, a la cual le estaba llorando. Ahora no me parecía una buena idea matar a esa tipa, solo provoco que Elizabeth dejara la casa, justo ahora que comenzaba a entrar más a su vida…

Me quede helado ¿Quería entrar en la vida de Elizabeth? Absurdo ¿Por qué querría yo algo así?

Pase largo rato pensando en aquellos absurdos pensamientos, dándole vueltas a las cosas, vi el rostro de Elizabeth varias veces en mi cabeza, las múltiples veces que la observe desde aquel árbol y cuando por fin me descubrí ante ella sin matarla, pensé también cuando toque su cuerpo, esa delicada y suave piel. Las horas pasaron sin que llegara a ningún lugar, ahora estaba confundido, desesperado y molesto.

El sol por fin se ocultó y salí disparado a la ciudad buscando entre calles que estuvieran al resguardo de las sombras, intente concentrarme en la esencia de Elizabeth, por desgracia había demasiadas presencias que la de ella era como estar buscando una aguja en un enorme pajar.

-Maldita seas Elizabeth.- Dije molesto, ya era bien entrada la noche y no había logrado dar con ella aun.

No tenía ni una pista, ninguna referencia de donde podría estar en esos momentos, entonces algo en lo que no había pensado antes me cruzo como un rayo en ese momento, Elizabeth era un imán para el peligro ¿Podría haberse encontrado con alguna otra criatura de las sombras? Ese pensamiento me saco de mí, me hizo enojar tanto que no pude mantener mi serenidad más tiempo, corrí desenfrenado por entre las calles más congestionadas, corrí por los barrios bajos, por la mitad de la ciudad, pero el tiempo estaba contado y estaba por amanecer.

Maldije mi suerte y me fui a ocultar entre las sombras de una vieja casona en las afueras de la ciudad, sin dejar de sentirme ansioso. Yo no puedo soñar, solo caigo en un estado de reposo en donde me es más fácil recuperar fuerzas, pero en esta ocasión me encontraba alerta, era la primera vez que ansiaba tanto que la luz del sol desapareciera.

Las horas pasaron lentamente al igual que mi desesperación, no podría ser el único que se diera cuenta de lo diferente y extraña que era Elizabeth, cualquier otro podría tomar interés en ella y arrebatármela, algo nuevo… ¿Me molestaba eso? ¿Por qué?

-¡Maldición!- Grite furioso.- Te odio Elizabeth Vance.

En ese momento sentí una presencia, era femenina, pero no se trataba de Elizabeth. Salí de donde estaba, no dejaría que me atacaran estando yo tan vulnerable. Cuando salí de mi escondite vi la figura de una mujer, supe al instante que no se trataba de una humana, pero su esencia no era amenazadora.

-¿Quién eres tú y que te trajo a mi casa?- Pregunto la mujer frente a mí.

Era alta, vestía un vestido de gala blanco ¿de bodas? No lo sabía bien, posiblemente lo fuera, sus cabellos estaban sueltos y flotaban a su alrededor, su mirada era suave, era pálida casi traslucida.

-Soy una criatura de las sombras.- Dije indiferente.- Me llamo Jeff.
-Ya veo.- Dijo suavemente.- Veo que algo te perturba, puedo ver que es una mujer.

-Tu que sabes.- Dije ahora recuperando mi mal humor.

-Cuando aún tenía vida podía ver cosas que nadie más podía, creo que aun puedo hacer eso.- Dijo sonriendo, su sonrisa se parecía a la de Elizabeth.- Estas confundido por lo que sientes por esa mujer.

-No siento nada por ella.- Dije molesto.- Yo no tengo sentimientos.

-¿Entonces por qué no la has matado?- Pregunto sin verse afectada por mi ira.- Tienes el instinto de matarla porque eso eres, pero no siempre fuiste así, una criatura de las sombras, fuiste humano…igual que yo y eso te hace tener recuerdos, pensamientos y sentimientos.

-Ya cállate.- Le ordene.- Las horas de esa niña están contados ¿me entendiste?

-¿Eso es verdad? Entonces dime, después de que la mates ¿Cómo crees que te sentirás?

-¿Qué?- Pregunte perplejo.

-Sí, después de que la mates, que te des cuenta que no la volverás a ver, de que ya no respira más ¿Cómo crees que eso te hará sentir?

-¿Pero qué estupideces dices? Me sentiré aliviado.- Dije confiado.- Aliviado de no tener que volver a pensar cosas innecesarias o hablar tonterías con un fantasma como tú.

-Entonces si eso es lo que crees.- Dijo ahora mirándome seriamente.- En tu camino solo te espera más muerte y dolor, si no te has dado cuenta que estas en un error.

-Pierdo mi tiempo aquí contigo.- Me di la vuelta para irme de esa casa.

-Ella ya no está en la ciudad.- Dijo con tono diferente.

La voltee a ver y vi que sus ojos eran blancos y brillaban ¿estaba teniendo una visión? ¿Un fantasma podía hacer eso?

-Te la quitaran…-Dijo señalándome.- No llegaras a tiempo…si lo haces tendrás que escoger…

-¿Dónde está?

-En donde todo empezó.

Salí disparado a la casa del bosque ¿En qué clase de problema se habría metido ahora esa mujer?

::Pov Elizabeth::

No sentía mi cuerpo, mi mente estaba vagando en un limbo de pesadez. Poco a poco fui sintiendo mi cuerpo, me dolía, empecé a sentir primero mis manos, luego mis piernas, intente mover mis manos, nada, no podía moverme, intente con mis piernas el mismo resultado ¿Qué estaba pasando?

-Veo que ya despertaste.- Dijo una voz a lo lejos.

Poco a poco fui abriendo los ojos, me pesaban aun por el somnífero, mi cabeza daba vueltas, estaba desorientada. No sabía dónde me encontraba ni con quien.

Entonces todo se empezó a aclarar, recordé que estaba regresando a casa y que me tope a alguien en el camino, me dolía la cabeza. Frente a mi estaba el hombre de mi recuerdos, mi vecino, Victor.

Quise hablarle, pero mi boca estaba amordazada ¿Qué pretendía? ¿Habría sido él quien mato a Anna y ahora planeaba hacer lo mismo conmigo? No, no permitiría que él me matara, tenía que pagar por haberle arrebatado la vida a mi amiga.

-Perdona que te atara, pero necesitaba que te quedaras quieta.- Dijo mientras caminaba al balcón que estaba cerrado y miraba a través de él.- Lo has visto ¿No es verdad? Al sujeto con capucha.

No entendía de que me estaba hablando, solo sabía que debía de escapar de ahí. En ese momento vino un rostro a mi mente, un nombre, pero no podía gritar, ni moverme.

-Sabes, te pareces mucho a mi ex-esposa.- Dijo volteándo a verme.- Eres casi tan hermosa como ella…ahora sé porque a ti también no te ha matado todavía.

Victor tenía la mirada enloquecida, había perdido el juicio y ahora estaba por matarme y no pagar por haber matado a Anna, debía de hacer algo rápido, debía hacer que me des amordazara. Se empezó a acercar a mí y me acaricio la mejilla, eso me hizo estremecer de pies a cabeza, luego tomo un mechón de mi cabello y lo acerco a su nariz, eso me desagrado bastante.

-Perfume de fresas y frutos rojos.- Dijo mirándome con esos ojos desquiciados.- Janette usaba lavanda.

Se alejó un poco  se sentó a los pies de la cama en donde estaba yo sentada. Me parecía que estaba pasando una eternidad.

-Sabes, espere cinco años por este momento.- Dijo volviendo a mirar a la nada.- Él me quito la felicidad…él me quito a mi Janette…pero hoy al fin le quitare algo yo a él…perdona…que egoísta soy, te estoy usando…al menos te daré una explicación…es lo único que puedo hacer por ti…

Mientras él hablaba yo intentaba desesperadamente de soltar mis manos del amarre que las tenía prisioneras.

-Veras…esta era mi casa…sí, yo vivía aquí con mi esposa…-Comenzó a hablar, como si le contara un cuento de dormir a un niño.- Ella era todo para mí, era la mujer perfecta, era hermosa, inteligente, delicada y dulce…yo quería darle el mundo entero…después de que nos casamos la traje a vivir aquí…ella amaba la casa…pero entonces la segunda noche que pasamos en la casa, cuando nos fuimos a dormir ella me dijo…

-“Victor…siento que alguien me mira desde el bosque”- dijo un poco nerviosa.

-“No pasa nada amor, es solo tu imaginación."- Dije mientras la abrazaba.

>>Dejamos pasar el tema, entonces pocos días después de eso me dieron un ascenso en la compañía donde trabajaba y debido a eso pasaba menos tiempo en la casa, solo llegaba a cenar y a dormir, pero empecé a notar pequeños cambios en Janette como que tenía ojeras, se notaba nerviosa en algunos momentos y si podía prolongaba el momento de apagar la luz de la habitación.

Entonces fue que menciono un día que había visto un hombre en el bosque que la observaba todo el tiempo y que en ocasiones parecía que estaba dentro de la casa, yo le dije que eso no era posible, la casa tenia cámaras de vigilancia y las puertas tenían una alta tecnología en seguridad, no era posible que alguien entrara si Janette no se lo permitía.

Trate de calmarla, la lleve un fin de semana con su madre para que se despejara y funciono, cuando regreso más tranquila y relajada, pero en el trabajo me habían pedido que hiciera un pequeño viaje de tres días a Nueva York con urgencia, como la vi más tranquila pensé que no pasaría nada, ella no estaba de acuerdo, pero como siempre lo había hecho me apoyo en todo, así me fui tranquilo y confiado en que ella estaría bien…que equivocado estaba…la primera noche que pase en Nueva York sentía una angustia terrible, pero decidí no prestarle atención. Entonces una de las juntas a las que fui se prolongó hasta la noche y en medio de la reunión sonó mi celular, vi que era de Janette y supuse sería importante…lo que escuche me dejo helado…ella estaba gritando…suplicaba por su vida…después de eso…nada…solo silencio…salí corriendo del lugar y llame a la policía para que fueran a mi casa a ayudar a mi mujer…cuando llegue a la casa había patrullas y ambulancias, entonces vi que estaban sacando un cuerpo cubierto, mi mundo se vino abajo…mi esposa…mi amada Janette estaba muerta…alguien la había matado…los agentes trataron de calmarme por más de una hora…cuando por fin entre en calma, entramos a la casa y no estaba preparado para el horror que encontré, todo estaba salpicado de sangre, las cosas tiradas…los agentes me hacían pregunta tras pregunta…yo no sabía que decir a algunas a otras solo contestaba automáticamente…entonces lo vi…detrás de un árbol, cara pálida, ojos rojos brillantes como la sangre y una enorme sonrisa burlona, cuando lo vi alerte a la policía…lo buscaron por horas hasta bien entrada la mañana, pero no encontraron a nadie ni una pista ni una huella digital…era como si se hubiera desvanecido...la policía cerro el caso a falta de pruebas…

Victor se detuvo, su mirada parecía lejana y aterradora, la muerte de su esposa había sido un golpe muy fuerte en su vida, eso era claro. Pero eso no le daba el derecho de haber matado a Anna, no me detendría hasta verlo ante la justicia.

-Contrate a una inmobiliaria para que vendiera la casa.- Continuo después de un silencio incomodo.- Pero entonces los asesinatos seguían ocurriendo y nunca había evidencia de nada…nunca la había…

Victor volteo a verme enloquecido, fuera de sí mismo, el pánico comenzó a inundarme y por instinto grite y luche por alejarlo de mí.

-Shh shhh shhh…no me temas Janette…encontraremos al que te aparto de mi…si y lo haremos pagar…-Estaba completamente enloquecido, había perdido el hilo de la realidad.

Comencé a temer por mi vida como jamás lo había hecho antes, sin embargo solo pensé una sola cosa, Jeff…sálvame Jeff.

::Pov Jeff the Killer::

No sabía cómo describir lo que en esos momentos estaba sintiendo ¿sintiendo? ¿Qué estaba pasando conmigo? Todo era por esa maldita niña humana, ella había volteado todo de cabeza, de no ser por ella no estaría corriendo como un demente desenfrenado por las calles de la ciudad a una velocidad que aunque era rápida para mí no lo era lo suficiente.
Mientras corría meditaba las palabras de aquella mujer fantasma, ella había dicho que llegarían tarde ¿A qué se refería con eso? ¿Qué había hecho Elizabeth para meterse en problemas…o mejor dicho, que no hizo? Intente acelerar el paso, pero solo estaba agotándome, el sol aún no se escondía del todo y eso me afectaba.

Cuando por fin logre salir de esa maldita ciudad, me apresure a meterme en la oscuridad del bosque, pero siempre pegado a la carretera, no importaba que un humano me viera, solo vería una mancha blanca borrosa pasar. Entonces lo vi, aparcado aun lado de la carretera, con las luces encendidas y una puerta abierta, el auto de Elizabeth.

Me acerque a él. Sí, era su auto sin lugar a dudas, el interior estaba impregnado con su esencia, llevaba rato aquí parado, mire alrededor y vi la casa vecina, sabía que ahí vivía un sujeto al que había torturado hace tiempo, un don nadie ¿Por qué el auto de Elizabeth estaba enfrente de su casa?

Me lance al interior de la casa, realmente no requería mucho esfuerzo, esa casa era un palacio de cristal, podía ver en su interior sin tener que entrar realmente, pero no correría riesgos por ella. Al entrar a la casa todo estaba tal como se veía desde el exterior, luces encendidas, todo limpio y en orden, excepto por un detalle.  

Yo soy un ser observador cuando me lo propongo, cuando vi la nota no perdí más tiempo en aquella casa, salí corriendo apresurado a casa de Elizabeth, solo esperaba que ella siguiera con vida.

Pero antes de llegar a la casa se escuchó un grito desgarrador y despues un estallido que por un momento me paralizo, me helo de pies a cabeza, hizo que mi mente dejara de estar en sintonía con mi cuerpo.

-¡¡JEEEEEEFF!!

Era Elizabeth, mi mente le gritaba a mis piernas que corrieran, pero estas apenas y lograban obedecer el movimiento, entonces escuche su grito de nuevo, no podía más. Salí disparado llevado por una furia incontrolable, alguien la estaba lastimando, alguien la estaba haciendo sufrir y no lo iba a permitir.

Cuando llegue la casa estaba envuelta en llamas, no totalmente pero el fuego comenzaba a abrazar cada rincón de la casa, no me detuve, entre rápidamente y subí hasta el dormitorio de Elizabeth, la puerta estaba atorada con seguro, el fuego parecía haberse iniciado ahí.

Patee fuertemente la puerta y me quede helado, ahí estaba ella, recostada en su cama como si estuviera profundamente dormida, lo único que no cuadraba en la imagen era que ella estaba atada de manos y pies y su vestido blanco que hacía que la figura de su cuerpo se marcara bien, se estaba tiñendo de un rojo escarlata, el color se propagaba rápidamente como las llamas del fuego por la casa.

-Veo que si viniste.- Dijo una voz varonil desde algún punto de la habitación.

Voltee a ver de dónde procedía la voz y ahí parado como un demente estaba el sujeto que vivía en aquella estúpida casa de cristal, mi odio crecía mientras más lo veía, vestía de negro, sus gafas estaban rotas, sus ojos enloquecidos, cuchillo en mano, bañado en la sangre de la mujer que me pertenecía.

-Sí…yo la apuñale…-Dijo burlonamente.- Como tú lo hiciste con mi amada Janette…si…yo sé que algo tenía ella…por eso no la habías matado aun...ahora te toca a ti…

Baje la mirada, estúpido…estúpido humano…mi sonrisa comenzó a extenderse por mi rostro, mi cuchillo jamás había clamado tanto la vida de alguien como me lo pedía ahora, me gritaba que matara a ese sujeto y lo iba a hacer, saque mi cuchillo y lo voltee a ver.

En su mirada ahora solo había terror, claro estaba frente a su muerte y una que vendría lenta y llena de dolor.

-Ve a dormir…Victor…-Dije antes de lanzarme sobre él.

Él grito desesperante, pero no suplico en ningún momento, pero eso no me importo, no me detuve, fue entonces que antes de asestar el golpe final que hablo.

-¿Q…qué…se siente…?- Dijo con voz apenas audible.- ¿Q…que…te quiten…a la…mujer…que amas?

-Ella aun no muere.-Dije con una sonrisa, podía sentir el palpitar delirante de su corazón.

No deje que dijera nada más, lo termine de desgarrar. No perdí más tiempo con él, Elizabeth necesitaba ayuda o moriría, su corazón agonizaba y podía sentir a los carroñeros de almas cerca, esperando para ponerle las manos encima al alma de la mujer que me pertenecía.

La desamarre, luego la tome en brazos y saque de aquella casa en llamas, su rostro estaba más pálido de lo habitual, no sabía exactamente qué hacer, solo se me ocurrió llevarla hasta el interior del bosque, la lleve al único lugar donde sabía que podría sanar su herida.

En medio de una parte del bosque, había un enorme árbol, tal vez uno de los más grandes y viejos del bosque, lo usaba como guarida durante el día, ahí la lleve. No sabía que más hacer, más que estar a su lado.

::Pov Elizabeth::

Su nombre paso por mi mente, entonces mi cabeza comenzó a pensar a mil por minuto, mis instintos de supervivencia al fin aparecían y me decían que debía hacer.

Victor se acercó a mí y yo me fui hacia adelante golpeando su frente y de paso rompiendo sus lentes, eso me dejo un poco aturdida, pero eso me dio tiempo de moverme, me tire en el suelo, pero entonces note algo que no había visto antes…galones de gasolina…estaban colocados en diferentes partes del cuarto, comencé a arrastrarme, pero en ese momento sentí como me jalo de las piernas.

-¿A dónde crees que vas mi amor?- La voz de Victor era la de un psicótico.

Me dio la vuelta y me soltó una bofetada, comencé a llorar del dolor, me ardía la cara. Estaba aterrada ¿Esto había que tenido que pasar Anna? Llore de pensar que así había tenido que ser.

-Te extrañe tanto…a ti…a tu cuerpo…-Comenzó a tocarme, alzando mi vestido y deslizando la mano por mi pierna, eso me daba asco, me hacía sentir sucia.

Como pude moví mis piernas con bastante fuerza y logre darle un buen golpe en la entre pierna, intente escapar, moverme lo más rápido que pude.

-¡¿POR QUÉ HICISTE ESO JANETTE?!- Grito encolerizado.- ¡YO TE LO DI TODO!

Me quito la venda me beso forzadamente, me resistí ante su beso me estaba lastimando, me puso de pie y yo solo intente resistirme a él, ese hombre me iba a lastimar, a lastimar de verdad si no hacía nada, entonces su nombre volvió a mi mente, solo eso, su nombre.

-¡¡JEEEEEEFF!!- Grite con todas mis fuerzas, no sé de donde saque la voz para gritar de esa manera.

Pero en ese momento solo sentí dos cosas, una bofetada más fuerte que la primera y algo que se incrusto en mi costado derecho, algo frío, algo filoso, grite igual de fuerte antes de que la cuchilla saliera de mi interior, sentí como Victor me arrojaba de nuevo a la cama, me dolía, dolía como el mismo el infierno y estaba por entrar a uno literalmente, vi como Victor tiraba el contenido de los galones al piso y estos esparcían su contenido.

Victor saco una cajita brillante de su bolsillo, lo encendió me miro sonriente y lo tiro al suelo bañado en gasolina, algo golpeo mi cuerpo con mucha fuerza, no sabría bien decir que fue, pero ya no importaba, ya nada importaba.

Comencé a perder la conciencia, sentía demasiado calor, mi vista se perdía en la oscuridad, lo único que pensé era en…en…en él… ¿Por qué en él? ¿Por qué quería verlo con tanta desesperación? Algo dentro de mí se inquietó ¿Y si yo moría ahora y no lo volvía a ver? Llore, no volverlo a ver ahora me parecía peor que la muerte… ¿Era posible amar a alguien que no conoces? ¿Era posible amar algo que seguramente era malo? ¿Por qué eso tenía que ser malo?

Escuche como la puerta del cuarto se venía abajo, no podía ver bien. Entonces casi como una visión, como un ángel malvado, de pie en la puerta ahí estaba él, mirándome con el rostro descompuesto por la ira, no pude evitar sentirme feliz, había llegado, había venido a rescatarme.

La oscuridad me envolvió en sus brazos, ya no sentía mi cuerpo ¿Estaba muriendo? La muerte no podría sentirse tan incómoda, sentía demasiado dolor, me dolía el alma y el cuerpo ¿Por qué aun podía sentir mi cuerpo? No quería eso, no quería más dolor. Solo quería verlo…verlo una vez más.

Ya no sentía más el calor de las llamas, ahora sentía un extraño viento pasar a mi alrededor y un frío inexplicable, pero eso quería decir que aún estaba viva o algo parecido. De pronto el viento se detuvo y todo se quedó en calma ¿Qué estaba pasando? No lo sabía, solo sentía una extraña desesperación por abrir los ojos ¿Él estaría bien? ¿Estaba herido? Sentí un miedo y un frío recorrer mi cuerpo.

No sé cuánto tiempo paso, la realidad es que ya no sentía el paso del tiempo. Pero en algún momento deje de sentirme conectada a mi cuerpo y mi mente se desprendió de él.

Cuando abrí los ojos, estaba en algún lugar desconocido, estaba a la mitad de un bosque oscuro, me puse de pie y mire a mí alrededor ¿Dónde estaba? ¿Había muerto? Me derrumbe, de ser así jamás podría volverlo a ver ¿Qué había pasado? Hasta hace poco no me importaba mucho el morir, de hecho ya había asimilado esa idea ¿Por qué ahora me dolía tanto? ¿Tanto me había cambiado Jeff?  

Algo llamo mi atención, un brillo en algún punto entre los árboles, al alzar la mirada vi que frente a mi había una hermosa mujer vestida de blanco, toda ella era blanca casi traslucida, sus cabellos largos flotaban a su alrededor a pesar de no haber brisa o viento que los moviera, ella era hermosa, sus facciones eran finas y hasta cierto punto parecía una criatura mágica como un elfo.

-Tú debes ser Elizabeth.- Dijo con voz suave como un canto.

-Sí…soy yo…-Dije con tristeza.

Había muerto, ella parecía ser un ángel…un ángel que me llevaría lejos de este mundo.

-No, aun no has muerto.- Dijo sonriéndome cálidamente.- Pero tu corazón está agonizando.

-¿Aun no eh muerto?- Pregunte con un poco de esperanza, entonces recordé.- ¿Sabes cómo esta…tu podrías saber cómo se encuentra una persona en estos momentos?

-¿Te refieres al que te salvo?

-Sí.- Dije con preocupación, quería que al menos el estuviera bien.- Por favor dime si él está bien.

-Él se encuentra bien.- Dijo mirándome detenidamente y cuidando las palabras que decía.- En estos momentos él está a tu lado, ya no puedes sentirlo porque estás aquí.

-¿Dónde estoy?- Pregunte algo confundida.

-Estas perdida.- Dijo tranquilamente.- Es normal, estas confundida por tu estado actual, además hay alguien que quiere hablar contigo. Ven querida.

La mujer extendió una mano invitando a alguien que al parecer se encontraba entre los árboles. Cuando la vi salir de por detrás de un árbol sentí como todo empezaba a darme vueltas. No era posible, era Anna, estaba aquí. No me pude contener, salí corriendo y la abrace con fuerza, Anna mi querida amiga Anna, no pude evitar romper a llorar, ella estaba aquí de verdad. Sentí como ella me devolvía el abrazo y me acariciaba el cabello, como hacía cuando quería calmarme.

-Anna…-No pude decir nada más, estaba sumamente feliz de poder verla.

-Tranquila Eli, no tengo mucho tiempo.- Dijo apartándome un poco para que pudiera verla bien.- Eli estas en un terrible peligro.

-Lo sé.- Dije limpiándome las lágrimas con el dorso de mi mano.- Pero afortunadamente él me salvo…esta con vida y cuidando de mi…

-No, no Elizabeth.- Dijo firme y preocupada.- Él no es bueno, no es todo lo que tú piensas.

-¿Por qué dices eso?- Pregunte confundida.

-¡Porque fue Jeff quien me mato!- Dijo llena de odio.
No, eso no era verdad. Me aparte un poco de Anna, lo que ella decía no podía ser verdad ¿Por qué decía algo así? Jeff no podía haberlo hecho, él ni siquiera la había visto, ni hablado con ella.

-Elizabeth abre los ojos.- Me suplico Anna.

-No…no es verdad.- Dije tratando de rechazar sus palabras.- Anna…eso no…

-Créeme Elizabeth él no es lo que parece.

-Pero entonces ¿Por qué me salvo? ¿Por qué en más de una ocasión estuvo ahí cuando necesitaba ayuda?

-Anna.- La llamo la mujer de blanco.- Es hora.

-No.- Dijo asustada.- ¡No! ¡Elizabeth aléjate de él! ¡¡Te Matara!!
En ese momento algo jalo a Anna de entre los árboles y se la llevo lejos, ver eso me destrozo, solo había pasado unos pocos momentos con ella.

-Elizabeth.- Me llamo ahora a mí la mujer.- Es momento de que tomes una decisión tú.

-¿Una decisión?

-Sí, en estos momentos él también está tomando una decisión.- Dijo tranquilamente.- Sea cual sea tu decisión los afectara a ambos, uno más que al otro.

No estaba entendiendo nada ¿qué decisión podría tomar yo?

-Has escuchado lo que te dijo Anna, la decisión de creerle o no es tuya.- Me miro para ver si estaba entendiendo.- Ahora yo te doy dos caminos.
Señalo con sus brazos extendidos dos lados opuestos del bosque.

-El primero te llevara a un lugar más tranquilo, sin dolor y no tendrás que preocuparte por nada más. El segundo camino te llevara de regreso a él, pero para poder cruzarlo deberás dejar tu vida humana, para siempre.

-¿Dejar…mi vida…humana?- No entendía ¿Qué quería decir eso? ¿Qué iba a morir?

-Sí, dejaras de andar entre los vivos, para unirte a las sombras como un rayo de esperanza para los que pierden el camino, como tú ahora.

-Eso quiere decir, que no volveré a ver a mis padres ni a mis amigos… ¿Cierto?

-Así es.- Dijo tranquilamente.

No sabía qué hacer, les causaría muchísimo dolor, por otro lado era la única manera de volver y también la única manera de volver a su lado.
-¿Has tomado una decisión?

-Sí.

-Bien, recuerda.- Dijo señalando el camino a seguir.- En el camino que has escogido veras cosas que te pueden ayudar o que te pueden destruir.

-Podre llevarlo bien.- Dije firme.

-En ese caso.- Dijo indicándome el camino.

Hoy decidí pasar a dejar un pequeño avance de la historia, espero y estén disfrutando de la historia tanto como yo disfruto escribiéndola.

Quiero agradecerles a mis lectores que hacen un tiempo en sus agendas para pasar y leer este proyecto que es uno de mis retos personales, ya que nunca había escrito algo con un personaje con la mentalidad de Jeff.

Hola a todos (^^)/

Bueno ciertamente como mi fanfic no es muy conocido no suele aparecer seguido en el tablón de anuncios, pero realmente estas actualizaciones frecuentes es debido a que mi carga de trabajo en la universidad ha bajado el ritmo por lo que ahora puedo darme el tiempo de escribir.

Les agradezco que sigan la historia al igual que sus comentarios y mañana a lo largo del día estaré subiendo el siguiente capitulo para aclarar algunas de sus dudas.

Y no se preocupen no tienen que matar a sus profesores (pero si quieren venir y matar a mi maestra Gatica que es la encarnación de la maldad, no tengo ningún inconveniente   ) Ok Mitch me esta viendo con cara de "Sabes que eso no es correcto"  

Eso no es justo  

Bueno esperen la continuación mañana yo estaré escapado del calor de mi ciudad  

Hola a todos.

Pido una disculpa por no haber actualizado el fanfic la fecha en la que les había dicho. Esto se debe a que hace poco sufrí una perdida profunda y personal que me ha afectado de muchas maneras.

Por lo que debo informarles que por un tiempo me encontrare inactiva en lo que, con ayuda de mis seres queridos y Mitchel, supero este duro golpe que me ha dado la vida.

No es fácil para mi decir todo esto, pues esta historia es un proyecto que poco a poco ha crecido y que le eh tomado mucho apego, sin embargo no me encuentro en las condiciones para seguirlo por un tiempo.

Espero contar con su apoyo y comprensión.

Besos y abrazos.

Atte: Cleo.

::Pov Jeff the Killer::

Soy una criatura de las sombras y desde que lo soy jamás me había perjudicado el paso del tiempo, para mí era un factor inexistente, pero en mi larga existencia jamás me había sentido tan impotente, maldita Elizabeth.

La mire largo rato sin saber qué hacer, solo escuchando su corazón luchar por seguir latiendo, su herida no era tan profunda como se veía, ni tan grave como había supuesto, muy pocos humanos logran clavar bien un cuchillo en el cuerpo.

Sentí llegar a los carroñeros de almas, me puse alerta, esas criaturas aunque son seres inferiores vienen en grandes cantidades. Me puse de pie, mire el cuerpo inerte
de Elizabeth y salí del refugio.

Mi furia era tal que no dude en masacrar a toda esa tropa de carroñeros, eran criaturas pequeñas, como duendes con piel del color del barro, su olor era repugnante, los mate a todos, no deje ninguno vivo. Esperaba que con la cantidad que había matado en ese momento mi furia disminuyera, pero no fue así, seguía latente en mi interior.

Regrese rápidamente al refugio, nadie había tocado a Elizabeth, sin embargo su estado no había cambiado, su rostro seguía pálido y cada vez el color de sus mejillas iba perdiendo vida, al igual que sus labios ¿Qué demonios? ¿Sus labios?

Grite colérico y golpe con mi puño la corteza hueca del viejo árbol, haciendo que todo el árbol temblara. Elizabeth tenía que morir por hacerme pensar de esta estúpida manera…una manera…tan humana.

-Sí, así piensa un humano.- Dijo una voz femenina detrás de mí.

La reconocí, la había escuchado esta misma tarde, fue esa misma voz la que me dijo dónde encontrar a Elizabeth, la que me advirtió lo que pasaría.

-Tú de nuevo… ¿Qué quieres?- Pregunte molesto.

-Deseaba ver cómo te encontrabas…veo que has logrado sacarla de la casa a tiempo.- Dijo sorprendida.- No creí que lo fueras a lograr.

-¡Cállate!- Grite colérico, la encare ¿Quién demonios era ella?

-Perder el control y desear matarme no te ayudaran en nada…ya estoy muerta ¿recuerdas?- Dijo riéndose como si en estos momentos fuera lo más divertido del mundo burlarse de mí.- Pero Jeff, debes de saber que ella morirá.

La mire sorprendido, era posible que lo que decía fuera verdad. Elizabeth tenía una herida expuesta, aunque no era de gravedad, pero seguía sin curar y yo no sabía nada de como sanarla.

-Pero yo si se cómo.- Dijo la mujer leyendo mis pensamientos.

-¿Puedes escuchar mis pensamientos?- La acuse molesto por no haberme dado cuenta.

-No todo el tiempo.- Confeso.- Solo puedo leer tus pensamientos cuando te encuentras demasiado molesto, como ahora o cuando estoy en extremo concentrada, solo así puedo hacerlo.

-Pues deja de hacerlo, es un fastidio.- Dije a un más molesto que antes.

-¿Quieres salvar a Elizabeth?- Pregunto ahora sería la mujer frente a mí.

-El único que puede matar a Elizabeth soy yo…-Dije quitando la mirada de la mujer y mirando el pálido rostro de Elizabeth.

-Entonces debes quitarle su humanidad.- Dijo con calma.

-¿Quitarle su humanidad? ¿Qué diablos estas diciendo? Eso no se puede hacer.

-Claro que se puede, tu eres el vivo ejemplo de ello.- Dijo moviéndose lentamente acercándose a Elizabeth, toco una de sus mejillas, me entro un pánico cuando pude ver que Elizabeth estaba tomando casi el mismo color que esa mujer muerta.

-¿Cómo se hace?- Pregunte en ese mismo momento, no le quedaba mucho tiempo.- Y no te andes con rodeos, tengo prisa.

-Tu renaciste por un sentimiento muy fuerte de venganza, de odio y de desprecio.- Dijo mirándome fijamente.- Era un sentimiento muy fuerte que corrompió tu alma humana y provoco que las sombras te envolvieran.

-Y si implanto ese mismo sentimiento en Elizabeth ¿ella se volverá como yo?

-Con que sea un sentimiento igual de fuerte como el que te trajo de regreso, con eso bastara para traerla de regreso.

Ella podría volver, no sería la misma eso era claro pues ella sería como yo. No sería la cálida y risueña Elizabeth, sería una criatura de las sombras sedienta de venganza, un ser inhumano ¿Eso quería para ella? Por otra parte podía matarla yo mismo y darle un descanso de lo que se había convertido su vida desde que se mudó a esa casa.

-Deberías apurarte.- Me apresuro la muerta.- No eres el único que está tomando una decisión…Elizabeth también.
-¿De que estas hablando?- Ella comenzaba a sacarme de quicio, no era clara y eso me estaba hartando.

-Elizabeth también tiene derecho a decidir que pasara con su vida y su muerte.- Dijo mirándola.- Ella puede tomar el camino de la vida entre las sombras, pero para hacer eso necesita de ti.

-¿Y si ella elige la muerte?

-En ese caso su corazón se hubiera detenido desde hace ya mucho tiempo.

Maldita mujer loca, Elizabeth era la…cosa más extraña de este maldito mundo ¿Quería regresar convertida en un ser…un ser…como yo? ¿Por qué? Mi odio se detuvo un momento, mi mente dejo de trabajar.

Camine sin pensar en nada hasta estar encima de ella, su respiración era casi inexistente, su piel perdía el color, parecía dormir muy profundamente.

-Vive…regresa…porque yo soy el único que puede matarte…así que despierta de una maldita vez…

Me aleje de ella y camine hasta la salida del refugio, había perdido definitivamente la cabeza, debí haberla matado, pero ahora podría ponerse más interesante si ella volvía como una criatura de las sombras.

Cuando salí las sombras de la noche envolvían todo a su alrededor, a lo lejos se alcanzaba a ver una pequeña luz naranja, se trataba de aquella casa en llamas, lo prefería de esa manera, que se destruyera cualquier tipo de recuerdo de esos malditos días en que me encontré fascinado por Elizabeth, la humana Elizabeth.

Camine unos cuantos pasos más adelante, no quería estar cerca del refugio, mi odio que se había quedado tranquilo comenzaba a emerger de nuevo y pronto pude sentir como dos extrañas presencias se hacían presentes, venían de diferentes lugares, la primera y menos preocupante fueron los carroñeros de almas, quienes posiblemente venían en busca de lo que quedaba del alma de Elizabeth. Pero la otra presencia venía desde el interior del refugio, no era la mujer muerta y extraña que hablaba estupideces, esta presencia era fuerte, parecida a la mía…era la presencia de una criatura de las sombras.

Ha pasado mucho tiempo desde que no escribía o ponía a mi imaginación a trabajar para evitar pensar o recordar mi perdida.

Sin embargo estoy segura de que esa persona no hubiera querido que estuviera triste y dejara de hacer lo que más amo, escribir.

Espero no haberlos hecho esperar demasiado y que hayan decidido dejar de leer esta historia.

::POV Elizabeth::

Pude sentir como mi alma poco a poco cambiaba, era como si un viento helado y lleno de dolor me envolviera como un manto y se aferrara a cada parte de mi cuerpo, pero lo que más pude percibir fue el dolor y la angustia, solté un grito de dolor, me desgarraba, no podía soportar aquello, pensé que era lo suficientemente fuerte como para soportar el camino que había escogido, pero ahora no me sentía del todo capaz.

Quería llorar, pero ni una sola lágrima salía de mis ojos, quería gritar tan fuerte que mi garganta se desgarrara, pero mis gritos se ahogaban en mi garganta ¿Qué me pasaba? ¿Es que acaso no podría ni sacar este intenso dolor? Era toda una agonía.

::POV Jeff the Killer::

Todo comenzó a tomar sentido, esa presencia no era de Elizabeth, tarde en darme cuenta de quien se trataba, sentí a un más odio por no haberme dado cuenta, por haber caído en su estúpido juego. Rápidamente destroce a los carroñeros que quedaban y me dirigí corriendo al refugio.

Pero no hizo falta avanzar mucho, saliendo de este estaba la causante de este desastre, la que había corrompido a Elizabeth, la única que podía esconder su esencia tan bien que ni yo podía reconocerla, Jane.

-Hola Jeff.- Dijo burlona, seguro tendría una estúpida sonrisa detrás de esa estúpida mascara ridícula.- ¿Me extrañaste querido?

-Maldita.- Dije con odio.- ¿Qué hiciste?

-Me aproveche de las circunstancias.- Dijo de lo más natural mientras caminaba hacia mi.- Estaba cazando en la ciudad cuando sentí tu presencia cerca y no fue muy difícil dar contigo, lo demás fue solo cuestión de suerte.

-¿La estúpida fantasma está contigo?

-Me debía un favor, así que fue sencillo llegar hasta tu linda Elizabeth.- Dijo a un burlándose de mi.- ¿Qué no has aprendido que no te debes enamorar de los humanos Jeff?

-¿Quién dijo que estoy enamorado de ella?- Estaba logrando fastidiarme a un más.

-Vamos Jeff.- Se acercó a mí y me acaricio la mejilla.- No trates de ocultar lo que es tan obvio, que hasta un ciego podría ver lo que está pasando… ¿Por qué no la has matado? ¿Por qué la vigilabas día y noche? Porque te enamoraste de ella.

La tome de la muñeca con fuerza y con mi otra mano le rompí el brazo, soltó un grito de dolor, mientras yo la arrojaba contra un árbol, pero no me detuve ahí cuando su espalda golpeo el árbol haciendo que la madera se rompiera, la tome del brazo roto y la azotaba contra otro árbol, solo escuchaba como gritaba, como la primera vez que la conocí, por desgracia no había logrado mi cometido de matarla a ella, solo logre matar a su familia y esto es lo que nos tenía aquí ahora. Cuando por fin me canse de ese juego la azote contra el suelo, tenía que regresar al refugio y ver si a un podía matar a Elizabeth.

-Te quitare lo que más quieres.- Dijo con dificultad, mientras intentaba ponerse de pie.- Te hace sentir lo que yo sentí Jeff, mucho dolor.

Entonces de la nada arremetió contra mí, me azoto contra un árbol, luego contra el suelo y me arrastro varios metros lejos del refugio ¿De dónde había sacado tanta fuerza? De pronto mis cuchillos clamaban salir a matar; cuando por fin me soltó aproveche ese momento para sacarlos, ella hizo lo mismo.

-Por fin podre vengar a mi familia.- Dije poniendo una postura ofensiva, podía escuchar las hojas de sus cuchillos clamando sangre, al igual que los míos.

Me lancé en busca de lo que mis cuchillos clamaban al igual que ella, nuestros cuchillos se encontraron en una danza que gritos, yo tenía más años que ella entrenando mis cuchillos para matar, por lo que pronto pude cortar esa piel tan blanca como la mía, pero ella no gritaba, no emitía ningún signo de dolor, eso me sacó de quicio así que comencé a lanzar ataques más agresivos, pero ella o los esquivaba o me los regresaba, debía admitir que ella mejoro.

-No te dejare escapar.- Dijo cuándo nuestros cuchillos se encontraron de nuevo.- Destruiré hasta lo último que te quede.

En un rápido movimiento me clavo uno de sus cuchillos en las costillas fue un movimiento demasiado rápido porque no lo vi llegar, entonces escuche una voz gritar mi nombre, se escuchaba diferente pero la reconocí al instante.

-¡¡Jeff!!- Grito con temor.

Jane se distrajo al voltear a verla y aproveche para clavarle mi cuchillo en su rostro, pero solo logre rasguñar su máscara, se apartó de mí y yo aproveche ese momento para ponerme más cerca de Elizabeth, podría ser ahora una criatura de las sombras pero ella era una renacida, por lo tanto un blanco fácil para alguien como Jane.

-Cállate, esto no es nada.- Dije mandándola a callar.

-Pero…

-Te dije que te callaras.- Le grite, voltee a verla solo por el rabillo del ojo.- Regresa al refugio, ahora.

Ella capto el mensaje y comenzó a correr de regreso, pero pude ver como Jane se lanzaba en su búsqueda, la intercepte. Solo yo podría matar a Elizabeth, nadie más que yo. De nuevo comenzó nuestra mortal danza de cuchillos, pude notar como la fantasma se acercaba a Elizabeth y se puso a su lado, no sabía si ella era una amenaza para Elizabeth, pero ahora no tenía tiempo.

-No podrás evitar que llegue a ella.- Dijo Jane en uno de sus intentos por pasarme.

-Pierdes tu tiempo estúpida.- Dije riéndome en su cara.- Solo yo puedo matarla, no te dejare llegar a ella.
Pero entonces Jane hizo un movimiento extraño y rápido y logro de nuevo clavarme su cuchillo, esta vez el golpe me dejo desorientado y aturdido, me aleje lo más que pude y lo que la herida me lo permitió.

-Mí querido Jeff.- Dijo acercándose a mí.- Eres tan engreído, pero no te preocupes te prometo que a tu amada novia le dolerá todo lo que le haga.

No podía dejarla llegar hasta Elizabeth, pero el golpe aun no me dejaba moverme, necesitaba unos minutos para recuperarme, pero Jane ya estaba corriendo en pos de Elizabeth a quien la vi correr, pero en una dirección extraña, parecía estar rodeando a Jane ¿Acaso ella incluso en esta nueva vida era igual de estúpida? ¿Estaba planeando atacar a Jane? Ella sin duda era demasiado rara.

-No escaparas.- Grito Jane lanzando uno de sus cuchillos a Elizabeth.

Pero ella no se detuvo y el cuchillo solo logro hacerle un corte en el brazo, pero Jane no se detuvo y logro ponerse justo detrás de ella, Elizabeth rápidamente trepo a un árbol y comenzó a saltar de rama en rama, podía apenas seguirla con la vista, ella era rápida.

-Deja de correr mocosa estúpida.- Jane volvió a lanzar uno de sus cuchillos y en esta ocasión logro darle a Elizabeth en el brazo.

Cuando vi a Elizabeth caer al suelo, no lo pude contener dentro de mí, no sé cómo paso, pero una fuerza incontrolable salió de mi interior, tome mis cuchillos y solo pude ver como Jane se quedó paralizada de la sorpresa, yo no perdí tiempo y rápidamente comencé a cortar su piel, ella intento correr pero no había escapatoria, solo quería destruirla. Entonces algo me golpeo un costado, pude ver de reojo que se trataba de la maldita muerta.

Mi furia solo aumento, pero cuando volví mi mirada a Jane ella estaba corriendo con un cuchillo hacia mí, no me daría tiempo de bloquearlo.

Entonces de la nada algo bloqueo mi campo de visión, era una masa de cabellos cafés, todo paso demasiado lento, solo pude ser capaz de escuchar el sonido de la máscara de Jane rompiéndose, luego vi como una masa de sombras se arremolinaban a su alrededor y se la llevaban bosque adentro.

El cuerpo de Elizabeth seguía de pie, pero cuando volteo a verme puedo ver como de su vestido brotaba ese líquido color escarlata, de su pequeña mano desaparecía el cuchillo de Jane.

-Qué alivio…no estas herido…- Dijo con dificultad y cayendo al suelo.

Corrí para atraparla antes de que su cabeza topara contra el suelo, pude sentir como algo se acercaba a nosotros, era la maldita cómplice de Jane.

-Tranquilo, sé que piensas que soy cómplice de Jane.- Dijo poniéndose del lado de Elizabeth.- Pero solo vengo para reclamar el alma de Elizabeth.

-Ella ya no tiene alma.- Dije protegiendo el cuerpo de Elizabeth con el mío.

-No te engañes Jeff.- Dijo suavemente.- Sabes que ella morirá.

-¿Je…ff?- La voz de Elizabeth era débil.- Gra…cias…
Me quede helado al escucharla decir esas palabras ¿Qué demonios me pasaba?

-Jeff recuerda, tu vida se detuvo.- Empezó a explicar la muerta.- Eras muy pequeño cuando te volviste una criatura de las sombras, pero una parte humana se quedó contigo, es lo que estas sintiendo.

-Cállate…yo no soy humano.- Dije molesto.- Yo me alimento de ellos.

-No te engañes más Jeff, sabes que es lo que sientes. Solo temes admitir que es eso.

-Je…Jeff…- Voltee a ver a Elizabeth, ella sonreía.- No…no importa…me…me hiciste feliz…estos pocos días…te…te amo…

En su rostro se dibujó esa sonrisa que me llamo tanto la atención de ella desde que la conocí, tome su mano y me incline hacia ella, no podía hacer ya nada, la estúpida fantasma se la llevaría ya nada podía hacer.

-Tonta…siempre supe que estabas rota…

Me incline y le di un pequeño beso en sus labios, me sentía tan…tan…estúpidamente humano…pero ya no importaba, ella se iría y se llevaría lo último humano en mí.

-Tranquilo, no le dolerá.- Dijo acercándose más a nosotros.- Ella debe descansar en paz.

Me hice aun lado y entonces de la mujer salieron unas enormes alas grises, ella no era un fantasma, era un jodido ángel de la muerte. Solo toco el cuerpo de Elizabeth y de ella salió una pequeña luz ambarina.

-Este es el color de su alma, la tuya es del mismo color.- Dijo al aire.

Cuando termino el cuerpo de Elizabeth comenzó a desaparecer, pero cuando creí que desaparecería para siempre apareció un pequeño dije, en forma de una nota musical en una media luna.

-Creo que no quiere que la olvides.- Dijo la maldita gallina.

-Cállate gallina estúpida.- Dije tomando el dije y alejándome de ella.

Me levante, pronto amanecería. No tenía nada más que hacer en ese lugar, corrí lo más rápido que me permitían mis fuerzas. Después de todo al ser una criatura de las sombras mis heridas sanaban rápidamente. Eso me dejo pensado, Elizabeth no renació como una criatura de las sombras, si no como una criatura de la luz, esas criaturas son más frágiles que cualquier otra.

No me iba a detener hasta matar a Jane, no debí dejar que siguiera con vida, pero ahora debía terminar con el trabajo que no concluí la noche en que mate a su familia. Haría que ella sufriera a un más que nadie en la tierra.