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--- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
ya quiero ver la conti ojala haya un acercamiento narusaku
Ryukaru- Clan Seiryuu
- Mensajes : 515
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
uuyyy que cortito!!!! (moriremos de abstinencia)
la historia esta tan bien narrada, que los supuestos errores que te atribuyes brillan por su ausencia.
muy lindo el comienzo, y veremos como continua la relacion entre nuestros personajes favoritos.
saludos.
la historia esta tan bien narrada, que los supuestos errores que te atribuyes brillan por su ausencia.
muy lindo el comienzo, y veremos como continua la relacion entre nuestros personajes favoritos.
saludos.
arminius- Clan Seiryuu
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en los prados verdes de mi imaginacion.
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Que buen capitulo pero concuerdo con Armi, Muy cortito =( Espero que nos des uno largo y pronto porque este se demoro y fue corto.
Muy bueno >...< Espero conti
Saludos!
Muy bueno >...< Espero conti
Saludos!
Maykel-Sama- Chunnin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Muy genial. Pero no los pongas tan cortos
Espero conti.
Espero conti.
dani2000mxdx- Aprendiz
- Mensajes : 76
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Wow! Genial! Siempre me han gustado tus historias, y esta no será la excepción.
Vaya a veces pienso en que punto Naruto dejó de ser Naruto y convertirse en esto. Es desesperante y más el tener una esposa con ese carácter tan débil. Se supone que debe ser ayuda para su esposo más siendo el Hokage y es todo lo contrario. Pobre Bolt tampoco es que él sea culpable de todo.
Muy bien por Sakura y Sarada me gusta esta unión de las dos y el carácter de ambas, aún a pesar de no estar unidas por la sangre. Una lástima lo de Karin
Por cierto y Sasuke? O es que sigue en su viaje de redención.
Espero la conti y creo que Naruto tiene que despertar del alergatamiento en el que se encuentra! Me desespera!
Saludos!
Vaya a veces pienso en que punto Naruto dejó de ser Naruto y convertirse en esto. Es desesperante y más el tener una esposa con ese carácter tan débil. Se supone que debe ser ayuda para su esposo más siendo el Hokage y es todo lo contrario. Pobre Bolt tampoco es que él sea culpable de todo.
Muy bien por Sakura y Sarada me gusta esta unión de las dos y el carácter de ambas, aún a pesar de no estar unidas por la sangre. Una lástima lo de Karin
Por cierto y Sasuke? O es que sigue en su viaje de redención.
Espero la conti y creo que Naruto tiene que despertar del alergatamiento en el que se encuentra! Me desespera!
Saludos!
hikari uzumaki- Sennin
- Mensajes : 1432
en mis pensamientos
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Primero que nada, siempre he amado tus narraciones <3
Segundo, me han encantado estos 2 capítulos *-* pero como odié a Naruto cuando le dijo lo de Sarada a Sakura, él no tenía derecho a decir tal cosa! >:c ¿en qué minuto se convirtió en una persona tan amargada y cruel? :c
Amo el lazo que mantienen Sakura y Sarada <3 sin duda la chiquilla es una niña muy madura e inteligente :3
Detesto la personalidad de Hinata, si es mamá debe ser firme >:c no que la pasen a llevar~ e_é
Bueno, esperaré ansiosa al siguiente capítulo *-*
Saludos~ :3
Segundo, me han encantado estos 2 capítulos *-* pero como odié a Naruto cuando le dijo lo de Sarada a Sakura, él no tenía derecho a decir tal cosa! >:c ¿en qué minuto se convirtió en una persona tan amargada y cruel? :c
Amo el lazo que mantienen Sakura y Sarada <3 sin duda la chiquilla es una niña muy madura e inteligente :3
Detesto la personalidad de Hinata, si es mamá debe ser firme >:c no que la pasen a llevar~ e_é
Bueno, esperaré ansiosa al siguiente capítulo *-*
Saludos~ :3
Hope~- Clan Genbu
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corriendo por las praderas(?) *-*
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Objetivamente hablando no encuentro el errores que haz mencionado, no sabes como duele el corazon cada vez que leo fracmento de ellos separado, me haces revivir final del manga xD,pero no te preocupes estas haciendo bien xD.
Sobre la historia, como Armin pienso en donde estara Naruto el hombre alegre, empatico y solidario de esta cascara de ser humano que estas describiendo. Por lo menos ya sabemos algo de la historia de Sakura que amor propio casi no tiene.
Esperando mas capitulo,interesante capitulo Eva!
Sobre la historia, como Armin pienso en donde estara Naruto el hombre alegre, empatico y solidario de esta cascara de ser humano que estas describiendo. Por lo menos ya sabemos algo de la historia de Sakura que amor propio casi no tiene.
Esperando mas capitulo,interesante capitulo Eva!
eliannar- Moderador
- Mensajes : 631
Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Muy bueno el Cap, y mas aun por ver como Sarada hizo q Sakura no se sintiera mal x el hecho de q ella no es su verdadera Madre... se nota q es bastante Madura para la edad q tiene.
Esperemos a ver q hara Naruto respecto a su hijo, ya q su esposa se nota q no pone almenos la suficiente Atención en "Castigar u Reprender" a su hijo, y mas aun si este no reaccionara de mal forma al ver q su hija lo trata como Juguete de Caballo.
Espero pronto la Conti; Suerte y Ja-Ne.
Esperemos a ver q hara Naruto respecto a su hijo, ya q su esposa se nota q no pone almenos la suficiente Atención en "Castigar u Reprender" a su hijo, y mas aun si este no reaccionara de mal forma al ver q su hija lo trata como Juguete de Caballo.
Espero pronto la Conti; Suerte y Ja-Ne.
Alex-Flyppy- Genin
- Mensajes : 162
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
que buen capitulo ya quier saber de que modo naruto controlara a bolt además que me gusto como pusiste la historia del nacimiento de sarada aunque fuera un poco triste de mi parte no observe ningún error y exijo castigo a naruto por ser tan malo con sarada debido a su pasado espero la continuación pronto hasta la próxima.
aduzumaki- Sennin
- Mensajes : 1026
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Omnipresente :D
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
OOOMG!!!....ame el cap,como dijo armin-sama arriba,nos haras morir de abstinencia (?) xDDD....wao...solo hay una palabra que describe a Naruto en estos momentos...AMARGADO¬¬...que lindo,eso ultimo que le pidio Karin a Sakura antes de morir,que cuidara bien de su hija....me gustó much como nos mostraste a Karin en el fic,ya que me esperaba algo como que abandono a su hija o algo así,ya que en la mayoria de las historias que he leído siempre crean de Karin un personaje detestable,pero luego caí en la cuenta de que se trata de ti xD,Himawari xD,morí de la risa con eso ultimo de:"arre caballo,arre arre caballitooo" jajajajaja....espero conti ansiosisisisma,cap corto pero super genial...ya sabes,tienes una fan que te seguira hasta el fin de esta genial historia!!!....saludos y conti
bye
bye
BlancaPHNS- Clan Genbu
- Mensajes : 266
Edad : 24
En una luz tan oscura, que quema
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Realmente no reconozco al personaje que es Hokage.. todo un desconocido.
Las situaciones del 700 para adelante si que aun me afectan... pero la historia va bien, no le veo fallos.
Las situaciones del 700 para adelante si que aun me afectan... pero la historia va bien, no le veo fallos.
alex666- Clan Genbu
- Mensajes : 520
Edad : 33
Entre lucidez y embriaguez
22855
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Hola chicos, que tal la vuelta a la rutina?
Mil gracias por todos los comentarios!
os traigo otro capi =), bueno solo una parte, en realidad. El resto quizás este fin de semana. Sé que escribo poco y lento, pero es lo que os puedo dar. Mi tiempo es escaso y fue uno de los motivos por los que estuve a punto de no escribir un fic largo. En cuanto a los errores que mencioné, tampoco os volvais locos buscando XDD precisamente por no dedicarle el tiempo suficiente, quizás os parezca que en la historia hay situaciones forzadas o cosas así más adelante. Por ejemplo, si hubiese trabajado más el primer capítulo, naruto no me hubiera quedado tan artificial. Que no esté bien caracterizado desde el principio el protagonista masculino es un error, y de los gordos. Sí, yo soy mi peor crítica XDDD todo lo "malo" que podais decirme no tiene comparación a lo que yo misma me digo XDDD en fin, espero que os guste el cap. Sé que es corto otra vez, así que os planteo una cuestión: decidme vuestras preferencias. ¿subo conti más seguido y corto, o más larga pero con menos frecuencia? Todo no puede ser chicos. Ya me gustaría poder pasarme todo el día escribiendo ...
Como siempre, gracias por leer!!
CAPÍTULO 3
Mil gracias por todos los comentarios!
os traigo otro capi =), bueno solo una parte, en realidad. El resto quizás este fin de semana. Sé que escribo poco y lento, pero es lo que os puedo dar. Mi tiempo es escaso y fue uno de los motivos por los que estuve a punto de no escribir un fic largo. En cuanto a los errores que mencioné, tampoco os volvais locos buscando XDD precisamente por no dedicarle el tiempo suficiente, quizás os parezca que en la historia hay situaciones forzadas o cosas así más adelante. Por ejemplo, si hubiese trabajado más el primer capítulo, naruto no me hubiera quedado tan artificial. Que no esté bien caracterizado desde el principio el protagonista masculino es un error, y de los gordos. Sí, yo soy mi peor crítica XDDD todo lo "malo" que podais decirme no tiene comparación a lo que yo misma me digo XDDD en fin, espero que os guste el cap. Sé que es corto otra vez, así que os planteo una cuestión: decidme vuestras preferencias. ¿subo conti más seguido y corto, o más larga pero con menos frecuencia? Todo no puede ser chicos. Ya me gustaría poder pasarme todo el día escribiendo ...
Como siempre, gracias por leer!!
CAPÍTULO 3
- cap 3:
I.
- “Arre borriquillo, arre burro arreeee, arre más deprisa, que llegamos tardeeee…”
Dando saltitos sobre un pie y luego sobre el otro al ritmo de la canción, Naruto avanzaba alegremente por el pasillo con su hija a cuestas, cantando mientras sostenía con dulzura las manitas de Himawari dentro de las suyas. La niña se veía absolutamente feliz. Éste era sin duda su momento favorito del día. La única pega era duraba poquito, apenas unos minutos: los que tardaban en atravesar la entrada y llegar a la habitación principal, donde solían cenar. Su padre recorría el tramo despacio a propósito. Sabía que su chiquilla esperaba ese ratito con ilusión y trataba de alargarlo. Una vez la dejara en el suelo, ella no protestaría, por muchas ganas que tuviera de continuar el juego. Himawari no era de esos críos insistentes que piden repetir “otra vez, otra vez, otra vez” cuando la diversión se acaba. A su corta edad, ya sabía comportarse como una señorita y se conformaba pacientemente con todo, al contrario que su hermano. Era tranquila y amable como su madre, y siempre tenía una dulce sonrisa en su rostro. También en el físico eran ambas como dos gotas de agua. Parecía que el padre no hubiese puesto nada suyo en aquella niña, pero a poco que se la dejara hablar, se evidenciaba que su desparpajo y su falta completa de timidez eran sin lugar a dudas “made in Naruto”. Su forma genuina de maravillarse por cualquier pequeña cosa (como descubrir en el jardín una mariposa, un bicho-palo, o una nube con forma de dragón) inevitablemente contagiaba de alegría a todos a su alrededor. Además, tenía un efecto sobre Bolt que ninguna otra persona era capaz de conseguir: sacaba lo mejor de él. No todo el tiempo, claro, y como todos los hermanos a veces tenían sus diferencias. Pero ocasionalmente ocurría lo que sus padres llamaban “la magia de Hima”. Ya podía Bolt estar furioso de cólera o portándose como u salvaje, no importaba. La niña se acercaba con calma hacia él y con un simple abrazo, o apoyando su cabecita en el hombro tenso de su hermano mayor, lo apaciguaba y lo transformaba en cuestión de segundos en el chico de corazón noble que también sabía ser.
Debido al tiempo y energía que necesitaban invertir en manejar el carácter complicado del hijo, era fácil que sin darse cuenta sus padres dejaran de prestar suficiente atención a la pequeña. Naruto era consciente de ello y por eso dedicaba a Himawari dos momentos del día para ella en exclusiva: el paseo del caballito, y un cuento antes de dormir. Aquella tarde, el primero estaba a punto de terminar.
Sujetándola con cuidado por las axilas, el rubio elevó a la chiquilla por encima de su cabeza hasta dejarla en el suelo de espaldas a él. En cuanto tocó tierra, Himawari saltó girando sobre sus talones y con una sonrisa expectante le agarró por ambas manos. Naruto se puso en pie sin soltarla y también riendo empezó a saltar con ella, ambos girando en círculos.
- “Al corro, Manolo…”
Poco sabía el Hokage antes de ser padre, que para entretener niños es necesario aprender como unas cuarenta canciones infantiles. A su hija le parecía divertidísimo cantar juntos, así que él cantaba con todo el gusto. Era feliz aquellos ratitos haciendo el ganso, jugando con ella solo por jugar, sin tener que ser un líder respetable, un héroe con pose desafiante o alguien a quien toda la aldea observaba permanentemente esperando siempre un gesto ejemplar.
Y es que la leyenda de Naruto había llegado tan lejos que había superado al propio Naruto. El rubio siempre quiso ser reconocido, y ahora que lo era, había descubierto que estar constantemente en el punto de mira de la opinión pública no era tan fácil. De cara a la aldea, estaba obligado a ser perfecto. Ejemplarizante, era la palabra que había usado Shikamaru. La primera vez que la escuchó no sabía ni lo que significaba, pero con los años lo había comprendido de sobra: tenía que ser el mejor hombre de Konoha. Y le resultaba agotador. Era otra de tantas interminables tareas como cabeza de gobierno en las que nunca se paró a pensar cuando decidió ser el Séptimo Hokage. No era que no le gustara serlo, al contrario: se sentía inmensamente satisfecho por el cariño y la admiración de todos; y además tenía muchísimos proyectos para mejorar la aldea. En lo principal, el rubio era un gran líder: cuidaba de la gente, sabía como protegerla y se esforzaba por proporcionarle lo necesario para vivir felices y en paz. Pero en las tareas cotidianas, en la burocracia, en la tediosa normalidad, a veces sentía que se asfixiaba. Naruto comprendía que era un pequeño precio a pagar por su sueño. Ser Hokage era, al fin y al cabo, un trabajo tan hermoso como difícil, por la gran responsabilidad que implicaba. Poco o nada que ver con el ideal simple de un niño de doce años. Así que ante la inocencia de su hija menor, con suma diligencia se transformaba en payaso despreocupado y trataba de volver a ser, por un rato, él también un niño.
Tras el Corro Manolo, El corro de la patata, La granja de Pepito y La foca Marisol, Naruto decidió poner fin (por fin) a los juegos. Pidió a la niña que trajera a su hermano para cenar juntos y se acomodó frente a la mesa baja del salón. Instantes después la puerta corrediza se abrió suavemente. Una sirvienta joven, de tez pálida y cabello oscuro, apareció portando una bandeja con té. Vestía una bata sencilla de trabajo, sujeta con un cinturón de tela y llevaba el pelo recogido hacia atrás.
- Buenas noches Naruto-dono. ¿Tuvo usted un buen día? – preguntó amablemente mientras le servía una taza.
- Un día intenso, gracias Satsuki – suspiró. - ¿Qué tal por aquí? ¿Cómo está Hinata?
- Se acostó hace un buen rato, no tenía apetito y le dolía la cabeza – informó la muchacha.
- Otra vez… - murmuró él en tono casi inaudible. Su gesto se torció un poco, pero inmediatamente se encogió de hombros, resignado. – No la molestaré, entonces.
- ¿Quiere que sirva ya la cena?
- Sí, por favor. Los niños vendrán enseguida.
Ella abandonó la estancia y el rubio la observó marcharse caminando con pasos pequeños y silenciosos. De todo el personal que tenían trabajando en casa, Satsuki era la única persona que no le hacía sentir incómodo. No se acostumbraba a tener sirvientes pululando a su alrededor, esperando órdenes como si él fuera un príncipe, pero era un elemento que no pudo eliminar de la ecuación cuando se casó con la heredera Hyuga. Hinata se había criado así: era de alta cuna y su clan no le permitiría vivir como una vulgar aldeana de segunda clase. La realidad era que su esposa estaba cómoda con aquella situación, así que no hizo mucho por cambiarla. Tampoco se opuso a los deseos del rubio ya que no quería importunar ni a él ni a su familia, por lo que dejó que el asunto lo resolviera su marido. Por su parte Naruto continuó intentando modificar aquél estilo de vida tan pomposo hasta que el consejo de Tsunade le hizo reflexionar. Le dijo que aquella era ahora su casa y era libre de cambiar todo lo que le pareciera, pero debía tener en cuenta que el cargo de Hokage implicaba un alto estatus social, y que era conveniente ser cuidadoso también en ese aspecto como figura pública. Finalmente aceptó a regañadientes ser tratado como una princesita, aunque la mayor parte del tiempo veía todo aquello como una estupidez altanera y clasista, con la que no se sentía identificado en absoluto.
La cabecita rubia de Bolt asomando por la puerta lo sacó de su ensimismamiento. Venía de la mano de su hermana, que lo arrastraba hacia el salón con la sonrisa satisfecha de quien ha cumplido con su deber. A él no se le veía tan contento. Miraba al suelo y caminaba lo más despacio que los tirones de Himawari le permitían. Sabía que durante la cena su padre iba a ponerse serio y aquello le preocupaba porque no ocurría con frecuencia. Naruto era más bien indulgente la mayor parte del tiempo, pero cuando sobrepasaba ciertos límites le corregía con contundencia. Tuvo claro que aquella sería una de esas veces incluso antes de salir del despacho del director. Que su padre se hubiese comportado de forma tan fría y tajante con la madre de Sarada era de lo más extraño en él. Tenía bastante claro que su actitud no presagiaba nada bueno.
- Siéntate – le ordenó con gesto serio.
Bolt obedeció sin levantar la vista. Himawari se sentó a su lado con aspecto feliz y los miraba a uno y a otro alternativamente con curiosidad.
- ¿Poqué etais tristes? - preguntó frunciendo el ceño sin comprender.
Su padre sonrió a medias mirándola de reojo.
- Bolt se ha portado mal hoy en clase – explicó relajando un poco el tono – y ahora tenemos que pensar en un castigo para él.
La niña abrió mucho los ojos y miró a su hermano con sorpresa. Enseguida giró de nuevo la carita hacia su padre.
- ¿Mu mal? - preguntó con preocupación.
- Bastante mal – matizó Naruto tratando de no reír.
- ¡Pero Bot no é malo! – defendió ella levantando los dos bracitos en señal de protesta Inmediatamente abrazó a Bolt para protegerle de la supuesta ira del padre.
- ¡Tú no ere malo Bot! ¡No pasa ná! – le consoló con aspecto serio y convencido. – Papá no sabe.
Naruto se tapó la cara con una mano para que no le asomara la risilla.
Bolt le devolvió el abrazo y su expresión preocupada se relajó bastante. La miró con ternura y luego le revolvió el pelo con una mano.
- Gracias Hima. Tú si que eres buena – sonrió.
- De acuerdo, de acuerdo… - terció su padre levantando ambas manos como si se rindiese. – Deberías ser abogada cuando seas mayor. Convences a cualquiera… - suspiró. - Bolt no es malo, Himawari. Bolt es bueno.
La niña asintió con vehemencia varias veces.
- ¡Po claro!
- Pero hoy Bolt se ha portado mal en clase – matizó.
La niña se quedó pensativa y pareció comprender la situación por fin. Miró a su hermano levantando una ceja con expresión de “aquí ya no puedo ayudarte” y le dio unas palmaditas en la espalda mientras movía la cabeza negativamente.
- Ay, Bot, Bot… qué vamo a asé contigo Bot…
Cuando Himawari imitó el gesto que él mismo hacía cuando reprendía al niño, Naruto no pudo reprimir una sonora carcajada. Bolt, tras un buen rato mirando al suelo, finalmente levantó la vista hacia su padre con timidez.
Se encontró con la mirada de siempre. No la del enfado, ni la de la decepción, sino una mucho más locuaz, que le explicaba calmadamente que no aprobaba su comportamiento, pero que se esforzaba en comprenderle porque le quería más que a nada en el mundo.
Satsuki apareció entonces con la comida y todos la miraron en silencio mientras servía. Naruto esperó hasta que se hubo marchado para abordar el problema en cuestión.
- Ahora quiero que me expliques por qué te peleas continuamente con Sarada – comenzó, a la vez que sujetaba un trozo de pescado con los palillos. – No me refiero a la pelea de hoy. El director me ha confirmado que vuestra historia viene de lejos. Tal y como decía Sakura... – Esta última frase la dijo en tono más apagado. Se había negado a creerla al principio porque pensó que ella no estaba siendo imparcial, que simplemente atacaba a su hijo y a su esposa para defender lo suyo. Pero aquello no venía al caso ahora. Miró al niño de frente. – Lo que quiero saber son los motivos por los que sois enemigos declarados, ¿comprendes? Y hazme el favor de decirme la verdad. Estoy tratando de confiar en ti – hizo una pausa evaluando a su hijo. – Piénsalo detenidamente. ¿Tan insoportable es Sarada? ¿Qué hace ella para resultarte tan odiosa?
Bolt guardó silencio con los ojos fijos en su padre. La pregunta era más difícil de responder de lo que parecía. No había un solo motivo, más bien eran muchos. Prácticamente todo lo que ella hacía, a él le molestaba. No llegaba a comprenderlo del todo. La aborrecía y punto.
- Es una sabionda - comenzó mirando a un lado y haciendo una mueca de desprecio.
- ¿Es la mejor de la clase? – inquirió Naruto sin sorprenderse.
- Sí. Claro que sí. Y por eso se cree que es mejor que los demás. Me llama tonto, idiota, fracasado y muchas otras cosas cuando se cree que no la escucho. Le encanta presumir de lo bien que lo hace todo… – hablaba con amargura. - Además es una pelota, le da coba a todos los profesores para que le pongan buenas notas siempre, ¡Quiere ser la primera en todo! ¡No la soporto!
El rubio le escuchaba sin interrumpir. Parecía que Bolt iba encontrando sus motivos conforme se explicaba. No le resultaba muy difícil entenderlos. Eran básicamente los mismos por los que él odiaba a Sasuke cuando eran niños. Su hijo, al igual que él, no era ninguna lumbrera en los estudios. Aprobaba a duras penas y solo cuando se esforzaba de verdad. Que Sarada utilizara sus buenos resultados en la academia para presumir podía resultar humillante.
- Bien. Sarada es repelente. Entiendo tu punto – concedió Naruto tras servirse un poco de sopa. - Sin embargo, no me parece que sea un motivo suficiente para que os peleeis tanto.
Himawari asintió dándole la razón a su padre y miró a Bolt mientras masticaba con todos los mofletes salpicados de arroz. Estaba concentradísima en la conversación.
- Bueno… no sé… - el crío titubeó. Su aversión contra Sarada era profunda y difícil de explicar. – Simplemente, no puedo llevarme bien con ella. A veces me cabreo porque me mira mal. Aunque no diga nada, sé que está pensando que soy un bruto y que ella es mejor que yo. Ella también me odia… Cuando me equivoco en clase y se ríe me dan ganas de... ¡de yo qué sé!¡de hacerla callar! Otras veces solo quiero hacerla quedar en ridículo, ¡pero es para que vea que ella también en normal! ¡No es mejor que nadie! Y entonces es cuando se pone furiosa y luego me la juega con mala saña…
- ¿Cómo el katón a tu cabeza? – rió su padre echando un vistazo al pelo aún chamuscado del niño. No pudo evitar imaginar la escena. La verdad que había sido una táctica ingeniosa.
- ¡Eso! – Bolt le miró ilusionado de que le comprendiera, aunque luego torció el gesto. - ¡Pero no te rías! – protestó.
- ¿Y qué quieres? ¿Qué llore? – se encogió de hombros el rubio. Tragó un poco más de pescado y luego se puso serio.
- Sigo sin encontrar un motivo realmente convincente. En cualquier caso, lo que está claro es que vuestras peleas deben terminarse ya – sentenció. – Tienes que encontrar la forma de controlarte, incluso si ella te provoca. No le respondas. Cálmate como puedas: aléjate de ella, dedícate a otra cosa… lo que sea, pero evita pelear de ahora en adelante.
Bolt asintió satisfecho. Al final no había sido para tanto.
- Promete que no volverás a pelearte.
- Lo prometo – sonrió sin darle más importancia a sus palabras. Su madre le hacía prometer lo mismo todas las semanas.
- Muy bien – convino Naruto. - Y ahora, tu castigo.
- ¿¿¿Quéeeeee??? - el chiquillo abrió los ojos como platos.
- ¿Acaso esperabas irte de rositas después de sacarme del trabajo y hacerme discutir con la madre de esa niña? – el tono dejaba claro que se habían acabado las bromas.
- Pero…
- Pero nada. Este castigo es para que mantengas tu palabra. Prometer algo como quien recita la tabla de multiplicar no tiene ningún valor. Si no cumples con tus compromisos, si mientes, al final nadie confiará en ti. – Miró al niño con cierta dureza haciendo que éste tragara saliva.
- El director también me ha comentado que a veces haces pintadas en las paredes de tu aula – continuó - así que he hecho un pacto con él. A partir de mañana te quedarás en la escuela al terminar las clases para ayudar en la limpieza y en todo lo que te pida el personal de la academia.
- ¡¡¡¡¿¿¿¿QUEEEEEEEEEE????!!!!
- Lo que oyes. Durante un mes completo.
- ¿¿¿Limpiar??? ¡Eso no por favor! ¡Aborrezco limpiar!
- Lo sé – sonrió su padre. – Precisamente por eso te toca hacerlo. Y cada vez que vuelvas a pelearte con Sarada, se añadirá una semana a tu castigo.
Bolt se había puesto de pie y apretaba los puños. Miraba a su padre con frustración y en su actitud había algo desafiante. Naruto enarcó una ceja sin inmutarse.
- ¿Qué ocurre? ¿Acaso crees que estoy siendo injusto? – preguntó con tranquilidad.
Su hijo no respondió. Por mucho que se enfadara, en el fondo sabía que muchas veces podía evitar las peleas y no lo hacía. Y que muchas otras veces, era él quien las empezaba, aunque no supiera exactamente porqué. Quizás eso mereciera un castigo.
- ¿Tú que opinas Hima? – consultó divertido a su hija menor. Era pequeña pero tenía un gran sentido de la justicia.
La cría miró a su padre y luego a su hermano. Cruzó los brazos y frunció el ceño concentrándose intensamente. Finalmente se dirigió a Bolt con cierta pena y dijo:
- A limpiá, Bot.
El niño suspiró. No había escapatoria: le esperaba un mes infernal. Ya le hervía la sangre solo de pensar en la alegría que le daría a Sarada cuando se enterase. Bajó los puños y agachó su cabeza requemada.
- ¿Puedo irme ya? - solicitó en tono derrotado.
- ¿No quieres cenar? – se sorprendió Naruto.
- No tengo hambre.
- Bien. Vete si quieres.
Bolt se dio media vuelta y comenzó a arrastrar los pies en dirección a la salida.
- Ah, otra cosa – su padre chasqueó los dedos de pronto, como si acabara de recordar algo.
Se giró hacia él con aspecto lastimero. “¿Aún hay más?” se preguntó.
- El domingo vamos a empezar con tu entrenamiento.
De repente fue como si al niño le atravesara un rayo. Casi dio un salto al oír la noticia.
- ¿¿En serio?? – preguntó sin podérselo creer. Llevaba meses suplicando a su padre que le entrenara.
- Absolutamente en serio. - Le miró con una advertencia. – Y no voy a ser blando contigo precisamente… Necesitas descargar toda esa energía que te sobra. Prepárate porque no te voy a dar tregua.
- ¡Por supuesto que no! – apretó los puños de nuevo pero por un motivo bien distinto. - ¡¡Quiero ser el mejor ninja de mi generación!!
- Eso es mucho decir… - sonrió el padre. – Quizás, trabajando duro, llegues a serlo. En cualquier caso, si faltas a tus tareas de limpieza, o si te peleas nuevamente con Sarada, se cancela el entrenamiento. ¿Entendido?
- ¡Entendido!
El niño salió de allí sintiéndose como el general de un ejército. ¡Si le entrenaba su padre nadie podría vencerle! Ahora se iban a enterar de quién era Bolt Uzumaki. Las tareas de limpieza de pronto parecían muy poca cosa comparadas con la recompensa de entrenar por fin junto a su padre. Casi no durmió esa noche. Le pudo la emoción y se la pasó imaginando cómo sería dominar el rasengan o para cuantas cosas le vendría de perlas el kage-bunshin.
- ¿Has visto, Hima? – Naruto le guiñó un ojo a la pequeña. – Una de cal, y otra de arena.
Ella sonrió sin comprender el refrán, pero asintió seriamente, con aire de experta en la materia:
- Una de cá, otra darena.
II.
Una hora después, el Hokage había puesto el pijama a su hijita, la había acostado y le estaba contado un cuento. Ella solía ojear un libro lleno de ilustraciones que le había regalado Sai. Allí estaban los Bijuus, las ranas de papá, las babosas de una kunoichi de pelo rosa, gente con sombreros de pico como el de Hokage, un montón de amigos de su padre, escenas de batallas y mil cosas más que hacían volar hasta la estratosfera la imaginación de la chiquilla. De entre todos los dibujos, seleccionaba uno señalándolo con el dedito y su padre le contaba la historia de ese personaje en concreto. Normalmente a ella le llamaban la atención los Bijuus y su padre tenía que repetir esos relatos mil veces, pero aquella noche se decantó por un ser humano:
- El abuelo pincho – decidió, girando el libro para mostrarle a Naruto el retrato de Jiraiya.
- ¿Ero-sennin? – rió. – Bien, será divertido.
Había mucho que contar sobre Jiraia, y también mucho que omitir a una niña de cuatro años. Le habló de cómo le entrenó y le hizo más fuerte, de lo divertido que era, de su modo de vida bohemio y pacífico, de sus sapos y sus técnicas impresionantes. Le contó que era escritor y que el abuelo Minato había decidido llamarle a él Naruto después de leer uno de sus libros. Que cuidó a tres huérfanos durante años y les enseñó a sobrevivir, y que siempre supo que al final el mundo ninja conseguiría la paz.
- ¿Y poqué se llama emmitaño, papá?
- Ser ermitaño significa que no te quedas nunca en ningún sitio. Siempre te vas a otra parte.
- Hmm… - la niña pareció comprender. - ¿Por eso no ettá aquí ahora?
- Sí, chiquitina – forzó la sonrisa y cerró el libro tratando de no parecer triste - Por eso no está. Está viajando.
- ¿Pero vendrá?
El rubio suspiró mirando al techo sin responder.
- Quizás sí – sonrió como para sí mismo esta vez. – Quizás algún día volvamos a verle.
Dejó el libro en la mesilla y arropó a Himawari tapándola hasta las orejitas. Le dio un beso en la frente y apagó la luz. Al cerrar la puerta de su cuarto bajó la cabeza con nostalgia y deseó que fuera cierto. Que Jiraiya hubiera sobrevivido milagrosamente y que en el momento menos pensado apareciese con su buen humor de siempre.
- Ojalá no estuvieses muerto… - murmuró. – Así podrías haber visto que al final lo conseguimos, Ero-sennin. Conseguí la paz que tanto anhelaste.
Eva2.0- Genin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
oh genial fic sigue asi eva ya espero el siguiente capito
Ryukaru- Clan Seiryuu
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
[color=#33cc99][/color]Jaajajajajaajajajajajaja,morí de la risa con ese cap jajajajaja,la forma en la que habla Hima,me sumó 10 años mas de vida xDDD....al parecer Naruto se siente mal por lo de Sakura,y creo que Sarada no es tan "inocente" como lo imaginé xD,pero me gusta mucho la historia,muchsisisisimoooooooooo,con respecto al los caps,para mi estan muy bien....no se,a lo mejor si te ausentas por muchisimo tiempo(porque entiendo que tambien tienes cosas que hacer)puedas traer 2 caps seguidos....solo es una idea....en fin...espero conti ansiosa!!!saludos^^
BlancaPHNS- Clan Genbu
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Muy bueno el Cap en vdd... y mas aun el poder saber como es la relación de Naruto con sus Hijos, aunqe esperemos el q Bolt cumpla con su promesa para con su padre si es q en vdd desea tanto aprender de él y poder realizar sus Jutsus.
Ahora respecto a lo de Hinata, xq Naruto menciono cuando Sasaki le dijo q su esposa se acosto xq tenia "Dolor de Cabeza" este menciono "Otra Vez"... mmm q sera lo q pasa con elaa en vdd.
Espero pronto el Cap, aunqe en mi opinión este no fue tan corto. Suerte y Ja-Ne.
PD: Me agrado mucho la actitud de la Hija de Naruto, ojala y esta haga mas apariciones mas adelante conforme avance la Historia.
Ahora respecto a lo de Hinata, xq Naruto menciono cuando Sasaki le dijo q su esposa se acosto xq tenia "Dolor de Cabeza" este menciono "Otra Vez"... mmm q sera lo q pasa con elaa en vdd.
Espero pronto el Cap, aunqe en mi opinión este no fue tan corto. Suerte y Ja-Ne.
PD: Me agrado mucho la actitud de la Hija de Naruto, ojala y esta haga mas apariciones mas adelante conforme avance la Historia.
Alex-Flyppy- Genin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
genial... esta bueno espero la continuacion Saludos jeje
Miu Misaki- Clan Seiryuu
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
bueno parece que por fin le pusieron alto a bolt y creo que naruto se lamento de haber llamado mentirosa a sakura igualmente creo que sakura también debe decir a sarada que deje de molestar a bolt, hinata esconde algo me dejas pensativa en eso en cuanto a los caps prefiero que sean largos y frecuentes en mi caso ya que te daría tiempo tanto para inspirarte como para que lo redactes bien y no caigas en esos errores que no deseas hasta la próxima.
aduzumaki- Sennin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Holaaaaaa ^^
como siempre, gracias por los comentarios!
me alegro de que os gustara Himawari n_n
los niños tienen mucho que decir en este fic.
Os traigo el final del capi 3. Breve, pero intenso, creo.
Gracias por leer!!
como siempre, gracias por los comentarios!
me alegro de que os gustara Himawari n_n
los niños tienen mucho que decir en este fic.
Os traigo el final del capi 3. Breve, pero intenso, creo.
Gracias por leer!!
- capitulo 3 (segunda parte):
iii.
Naruto descorrió en silencio la puerta de su dormitorio. La silueta de su esposa se perfilaba en la penumbra de espaldas a él, tumbada de lado y respirando de forma lenta y placentera sobre el futón extendido en el centro del cuarto. El rubio se aproximó a ella. Tras ponerse en cuclillas le acarició el hombro con delicadeza para despertarla, pero ella no reaccionó.
- Hinata… - susurró.
Ella movió ligeramente la cabeza, sin abrir los ojos. Seguía profundamente dormida.
Tras un vistazo rápido a la mesilla de noche, el Hokage comprendió el motivo del pesado sueño de su mujer. Sobre una bandeja había un vaso de agua medio vacío y un frasco lleno de cápsulas amarillas. Otra vez Hinata había tomado pastillas para dormir.
- Tsk… - chistó por lo bajo. No le gustaba la frecuencia con que utilizaba aquellos medicamentos. Cada vez era más habitual que debido a sus migrañas ella fuera incapaz de descansar por las noches, por lo que además de la medicación para el dolor de cabeza, también había comenzado a tomar somníferos. Al principio era solo de vez en cuando, pero al parecer su esposa ya no podía conciliar el sueño si no las tomaba.
Se incorporó sin hacer ruido y se dirigió a la habitación contigua: el baño. Allí se desnudó y tomó una ducha rápida. Luego, con una toalla rodeando su cintura, abrió la segunda puerta del cuarto de aseo, que daba al jardín. Allí tenían una piscina de piedra con capacidad para dos o tres personas, siempre llena de agua caliente. Naruto dejó caer la única prenda que le cubría y respiró el aire frío de aquella noche sin luna. Toda la piel de su cuerpo se erizó ligeramente. Se introdujo despacio en el agua hasta quedar cubierto por los hombros, y se recostó sobre la pared de roca. Dejó escapar un largo suspiro y cerró los ojos. Estaba cansado. No físicamente, sino en cuanto a su ánimo. En su cabeza resonaban aún las voces de todos los que a diario exigían algo de él. Siempre había algún problema que el Hokage tenía que solventar, alguna reunión ineludible, algún ciudadano insatisfecho. En ese baño relajante al caer la noche dejaba que aquél ruido se fuera aplacando para poder conciliar el sueño después. De lo contrario, a veces a él también le resultaba difícil dormir. Aunque sin lugar a dudas, su método era más natural que el de Hinata.
Sacó ambos brazos del agua y los extendió a los lados, dejándolos descansar sobre el borde de la piscina mientras estiraba un poco la espalda y echaba el cuello hacia atrás. Mirando las estrellas volvió a recordar a Jiraiya. Era injusto que una de las mejores personas que había conocido hubiese tenido que morir para protegerlos a todos. Era un destino que cualquier ninja asumía desde muy joven, pero no por eso resultaba menos doloroso para los que dejaba atrás. El viejo le había dado tanto… quizás si su vida hubiese sido más feliz no se sentiría tan apenado cada vez que pensaba en él. Bajo su máscara de alegre perversión, Naruto siempre supo que escondía derrotas y pesares. No consiguió evitar la muerte de Minato, ni hacer entrar en razón a Orochimaru, ni hallar paz para el mundo ninja. Tampoco pudo conquistar el corazón de Tsunade. El rubio intuía que si ella le hubiese correspondido, el sabio de los sapos no habría llevado una vida tan solitaria. Pero la fénima sannin tenía el corazón ocupado con alguien más. Su maestro lo asumió, y decidió que si no era con ella, no sería con nadie. Por mucho que su padre quisiera contarle a Himawari otra historia, la cruda realidad era que Jiraiya, una de las personas más alegres y generosas que había conocido, murió completamente solo. Esa noche volvió a dolerle su pérdida con la frescura de una herida recién abierta. Aquella había sido una de las razones por las que Naruto decidió en su momento formar una familia. Que Sakura no correspondiese a sus sentimientos no significaba que estuviese destinado a vivir en soledad él también. A veces se preguntaba si no había sido una decisión cobarde. Pero, ¿qué necesidad había de sufrir orgullosamente durante toda su vida? ¿Acaso no merecía él, como todo el mundo, el calor de un amor sincero al final del día? Su infancia había sido lo bastante solitaria como para saber que no quería envejecer solo. Si después de todo lo que había hecho por Sakura, su compañera de equipo no había sido capaz de valorarle, ella se lo perdía. No iba a condenarse a la tristeza eterna solo por una persona que al final había demostrado ser necia y egoísta.
Giró la cabeza como tratando de alejar aquellos pensamientos. Hacía años que había dejado de darle vueltas a aquello, porque se removían en su interior rencores anclados en el pasado,. Como Naruto no era una persona rencorosa, esos recuerdos le agitaban y le hacían sentir mal consigo mismo. Pero así era como se sentía a ese respecto, y no podía evitarlo.
El rubio creyó, en aquellos días de guerra, que estaba preparado para aceptar cualquier decisión que Sakura tomara. Si a ella le hacía feliz la vuelta de Sasuke, él haría lo imposible por traérselo. Así de simple era al principio. Ellos dos conseguirían que el Uchiha volviera al buen camino. Nunca perdieron la esperanza aun teniendo al resto del mundo en contra, y ese esfuerzo común los fue uniendo a través del tiempo con un lazo intenso y especial. Al menos, eso pensó él, cuando hubo miradas que le dijeron que ella le reconocía. Que le valoraba. Que le agradecía todo el esfuerzo y todas las penurias por las que se obligaba a pasar para mantener su promesa. Incluso hubo momentos en que ella antepuso su propio bienestar al de él, como cuando le mantuvo vivo después de que le arrancaran al kiuubi. O como cuando le mintió, allá en la nieve, diciéndole que le amaba.
Agachó la cabeza sintiendo que la imagen de ella envuelta en su capa blanca volvía a oprimirle el corazón.
Fue uno de los peores momentos que Sakura jamás le hizo pasar. Simular aquella farsa para que dejara de ir tras Sasuke fue cruel. Bienintencionado, como señaló Sai, pero dolorosamente cruel. Naruto comprendió que ella prefería arriesgar su propio cuello antes que el del rubio y eso le reconfortaba en parte. Que tratara de protegerlo a su manera demostraba su preocupación por él, y dudó incluso de que sus palabras fueran ciertas. Albergar aquella tímida esperanza le hizo sentir como un estúpido tiempo después, cuando, a los pocos días de finalizada la guerra, se escondió entre las ramas de un árbol para poder hablar a solas con Sasuke antes de que éste se marchara.
No fue una sorpresa que la pelirrosa acudiera a despedirle también. Lo que le pilló desprevenido fue su actitud. Su sonrojo al sugerir estaba dispuesta a dejarlo todo de nuevo por el Uchiha. Su nerviosismo de colegiala. Su entusiasmo infantil al recibir un mínimo gesto cariñoso por parte de él. Fue una decepción enorme volver a encontrarse, desde su escondite entre las hojas, con la niña que idolatraba a Sasuke. No había rastro allí de la chica independiente que había demostrado coraje, amor propio y entereza durante años. Fue un golpe duro, aceptar que después de todo, Sakura actuaba como una estúpida y prefería a una persona que nunca demostró otra cosa que desprecio por ella.
Aunque aquello, mal que le pesara al rubio, estaba previsto. Trató de ser prudente y no engañarse a ese respecto. Siempre supo que era una posibilidad. Podía ocurrir y ocurrió. Sasuke decidió darle una oportunidad sentimental a la pelirrosa y se encontró las puertas de su corazón abiertas de par en par, con el camino sembrado de pétalos de rosa. Así de fácil le resultó al renegado, al insociable, al traidor, llevarse a la chica por la que Naruto llevaba toda la vida peleando. No era justo, joder. No era justo. Pero hubo que asumirlo. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para conseguir sentirse feliz por ambos. Al fin y al cabo, fue lo que siempre defendió: su sonrisa.
Esto, que hubiera sido suficiente para amargar a cualquiera, no consiguió que Naruto albergara todavía rencor alguno. Sabía que nadie puede dominar el corazón de otro, y que no se pueden controlar los sentimientos. La chica de sus sueños seguía siendo inalcanzable, y aún quedaba un último golpe. Fue éste el que acabó por derrotarle. Y nuevamente, se lo dio Sakura.
Fue la indiferencia.
Tras la marcha de Sasuke, el rubio esperó poder al menos tener una conversación con Sakura respecto a sus sentimientos. Todo a lo que aspiraba ya, era tan solo a unas palabras de agradecimiento por su esfuerzo, una disculpa por no poder corresponderle y quizás algún abrazo o cualquier otro gesto de cariño que le sirviera de consuelo. Pero tampoco hubo nada de eso. Ella no le buscó. Nunca tuvieron esa charla, con la que él hubiese podido por fin cerrar aquél doloroso capítulo de su historia. El rubio esperó pacientemente que Sakura pusiese orden en su corazón y en su cabeza. No tenía prisa porque hablar de sentimientos nunca es fácil, y quizás ella estaba esperando el momento oportuno para tratar el asunto con calma.
Así pasaron los días, las semanas, los meses. Cuando volvió Sasuke, ya fue como si Naruto hubiese dejado de existir. Todo el interés de la pelirrosa era evitar que el moreno intimara con Karin, y el Uchiha tampoco se tomó mayor interés en retomar la relación entre él y su antiguo compañero de equipo, acostumbrado a que el rubio siempre le fuera detrás. Al parecer, los dos estaban demasiado ocupados con sus propios asuntos como para dedicarle un rato a su mejor amigo.
Fue humillante tener que aceptar que después de dejarse la piel por las dos personas que consideraba más importantes en su vida, ellos le olvidaban y seguían con sus rutinas como si tal cosa. Como dando por sentado que la función del rubio era sacrificarse por los demás. Como si de tanto verle hacerlo, sus acciones ya careciesen de mérito. ¿Eso era lo que iba a recibir de ellos después de todo? ¿¿¿Nada??? ¿Absolutamente nada? ¿No había ni una sola palabra de agradecimiento para él? ¿Qué pasó con todo aquél compañerismo? ¿De pronto Sakura había olvidado que Naruto siempre la protegió? ¿Que le salvó la vida miles de veces, incluso cuando Sasuke intentó matarla? ¿Esa era la recompensa por toda su lealtad, por su generosidad, por mantener durante años su promesa? ¿Así se pagaba el amor desinteresado?
No era capaz de comprenderlo.
Sin darse cuenta, en el rubio anidó sigilosamente la amargura de aquella derrota. Trató, como siempre, de alejarse de la pena y el dolor. Arrinconó su amor perdido en un cuartucho oscuro de su corazón, ya que no podía matarlo. Le resultaba imposible hacerlo desaparecer. Era demasiado grande, demasiado profundo y se había apoyado demasiadas veces en él como para que simplemente se desvaneciera. Así que dejó de alimentarlo, esperando que el tiempo poco a poco le ayudara a olvidar. Había muchas otras oportunidades de ser feliz, y a ellas dedicó desde entonces sus esfuerzos.
No fue consciente de que en su amor marchito se había ocultado un escorpión hasta que esa mañana atacó a Sakura. Le pareció que se comportaba como una estúpida, que defendía ciegamente a la hija de Sasuke. Sin pararse a pensar en que eran sus viejos prejuicios quienes hablaban por él, la miró a través de su propia amargura y le pareció ver a la misma desagradecida que años atrás aniquiló lo mejor que había en su corazón. Y dejó que aquél aguijón la hiriera por una vez. Solo por una vez, con una frase envenenada que poco daño podía hacer comparado con todo lo que él había sufrido por su culpa.
Y apenas un instante después de lastimarla, se arrepintió.
El agua comenzaba a enfriarse. Hacía ya un buen rato que estaba inmóvil, sumido en sus pensamientos, y la sensación de pérdida de calor le devolvió a la realidad. Se puso en pie, alzó la vista nuevamente al cielo nocturno y con un suspiro decidió que al día siguiente iría a pedir disculpas a Sakura. Había sido un gesto mezquino, infantil y como ella misma había dicho, completamente fuera de lugar. El escorpión, una vez descargado su veneno, murió de viejo.
Era hora de arreglar las cosas.
Eva2.0- Genin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
OMG!!!!!....MORÍ!!,Eva-chan T.T...que besho *w*....pero,ahora entiendo completamente al rubio,lo que hizo,es comprensible,Sakura fue muy cruel,pero aún así,fue demasiado decirle eso sobre Saradita u.u....Sasuke,quiero saber que es de la vida de ese inepto¬¬....espero y le saquen los ojos los cuervos!!,sabiendo que Naru amaba a Saku...o la sigue amando??...estoy muy indignada u.u...buena conti Evaaaaa!!!! >.<...espero la proxima con muchas ansias^^...cuidate mucho siiii?????
Saluditos!!,bye
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BlancaPHNS- Clan Genbu
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Bueno el Cap, aunqe esto fue mas q todo de recueros y pensamientos del rubio.
Aunqe debo decir q tengo aun mas Interes en saber xq Hinata ha estado "Tomando Pastillas" para poder dormir bn.... sera q estara enferma o sera x algun motivo en especifico.
Esperemos a ver como le va a Naruto cuando vaya a "Disculparse" con Sakura... Suerte y Ja-Ne.
Aunqe debo decir q tengo aun mas Interes en saber xq Hinata ha estado "Tomando Pastillas" para poder dormir bn.... sera q estara enferma o sera x algun motivo en especifico.
Esperemos a ver como le va a Naruto cuando vaya a "Disculparse" con Sakura... Suerte y Ja-Ne.
Alex-Flyppy- Genin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Amó a Naruto de padre! Y me encantaron sus hijos, al menos en este fic. Hinata esta enferma de algo? Ya que llama la atención eso que dijo Naruto "¿otra vez?". Además de que esos somniferos no anuncian nada bueno.
No se aprecia que tengan una gran relación de pareja hasta ahora. Y es triste, aunque comprensible la decisión de Naruto de querer ser feliz, sólo que no estoy del todo de acuerdo. Esa decisión es válida siempre y cuando hayas echo todo lo posible por luchar por lo que quieres, y él al no encarar a Sakura a pesar de lo que vio o escucho lo deja como el Naruto que se rinde a la primera, cuando nunca lo a echo, entonces porque con Sakura si?!!
Haber que pasa al momento del lo siento y me equivoque.
A mi me gustaría capítulos más seguidos aunque sean cortos como estas dos últimas actualizaciones
No se aprecia que tengan una gran relación de pareja hasta ahora. Y es triste, aunque comprensible la decisión de Naruto de querer ser feliz, sólo que no estoy del todo de acuerdo. Esa decisión es válida siempre y cuando hayas echo todo lo posible por luchar por lo que quieres, y él al no encarar a Sakura a pesar de lo que vio o escucho lo deja como el Naruto que se rinde a la primera, cuando nunca lo a echo, entonces porque con Sakura si?!!
Haber que pasa al momento del lo siento y me equivoque.
A mi me gustaría capítulos más seguidos aunque sean cortos como estas dos últimas actualizaciones
hikari uzumaki- Sennin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
que forma de dar razón al resentimiento me encanto ahora a ver la reacción de sakurita cuando el rubio pida disculpas
Okami_Uzumaki- Aprendiz
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
creo que todos coincidimos en lo mismo algo le pasa a hinata esta muy rarita y creo que se avecina algo bueno esa disculpa que naruto dará a sakura creo que servirá para que sentimientos tenidos en el pasado se reaviven huy espero por la conti.
aduzumaki- Sennin
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
me gustó mucho. y te voy a decir porque....
le diste sentido a unas actitudes del rubio que visto a la primera, no tenian nada del naruto que todos conocemos. en pocas palabras, lo volviste un ser humano. no toda persona buena debe ser confundida con un tarado. es logico que naruto guarde cierto recelo por las acciones de sakura.
al mismo tiempo, que naruto considere pedir disculpas lo marca como el verdadero naruto de siempre. la realidad es, que no deberia tener que pedir disculpas porque sakura jamas las dio en primer lugar. pero naruto siempre cederá, es su naturaleza.
me gustó mucho las reflexiones de naruto, por que lo convierten en un ser humano. durante mucho tiempo yo he reflexionado si naruto no debio quedarse solo, ya que siempre seguiria amando a sakura. me hacia pensar que seria un amargado toda la vida por haberse juntado con hinata sin amarla.
pero se entiende que no quiera estar solo. se entiende que a pesar de todo quiera a sus hijos que no tienen la culpa de nada. el asunto de hinata, me hace pensar que esta sufriendo la situacion tambien. me hace pensar que toma pastillas por que no siente que tenga el amor del hombre que ama.
son teorias....pero una cosa lleva a la otra. mejor ni te digo lo que pienso que va a terminar haciendo hinata.
saludos.
le diste sentido a unas actitudes del rubio que visto a la primera, no tenian nada del naruto que todos conocemos. en pocas palabras, lo volviste un ser humano. no toda persona buena debe ser confundida con un tarado. es logico que naruto guarde cierto recelo por las acciones de sakura.
al mismo tiempo, que naruto considere pedir disculpas lo marca como el verdadero naruto de siempre. la realidad es, que no deberia tener que pedir disculpas porque sakura jamas las dio en primer lugar. pero naruto siempre cederá, es su naturaleza.
me gustó mucho las reflexiones de naruto, por que lo convierten en un ser humano. durante mucho tiempo yo he reflexionado si naruto no debio quedarse solo, ya que siempre seguiria amando a sakura. me hacia pensar que seria un amargado toda la vida por haberse juntado con hinata sin amarla.
pero se entiende que no quiera estar solo. se entiende que a pesar de todo quiera a sus hijos que no tienen la culpa de nada. el asunto de hinata, me hace pensar que esta sufriendo la situacion tambien. me hace pensar que toma pastillas por que no siente que tenga el amor del hombre que ama.
son teorias....pero una cosa lleva a la otra. mejor ni te digo lo que pienso que va a terminar haciendo hinata.
saludos.
arminius- Clan Seiryuu
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en los prados verdes de mi imaginacion.
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Re: --- PLATOS ROTOS --- DESPEDIDA Y CIERRE (6/09/15)
Hoooooola ^^
gracias por todos los comentarios!
solo dos cositas que quiero matizar:
las relaciones de pareja en ambos matrimonios aún no se han visto mucho, pero en breve me dedicaré a eso.
y sobre la teoría de arminius.... no, no voy a suicidar a hinata XDD sé que la estoy pintando como una cobarde, pero no hasta ese extremo. Además pobres niños! menudo trauma... es cierto que es una solución fácil para darle via libre al narusaku.... y es tentadora XDD .... pero no. Aunque me gustó la idea... jijijiji pero ya no daré más pistas, a ver si yo sola me voy a destripar el argumento XDDD
Y nada más, estoy muy contenta de que os guste la historia.
ahí va otro cap!
CAPITULO 4
Gracias por leer !
gracias por todos los comentarios!
solo dos cositas que quiero matizar:
las relaciones de pareja en ambos matrimonios aún no se han visto mucho, pero en breve me dedicaré a eso.
y sobre la teoría de arminius.... no, no voy a suicidar a hinata XDD sé que la estoy pintando como una cobarde, pero no hasta ese extremo. Además pobres niños! menudo trauma... es cierto que es una solución fácil para darle via libre al narusaku.... y es tentadora XDD .... pero no. Aunque me gustó la idea... jijijiji pero ya no daré más pistas, a ver si yo sola me voy a destripar el argumento XDDD
Y nada más, estoy muy contenta de que os guste la historia.
ahí va otro cap!
CAPITULO 4
- cap 4:
I.
Probablemente Naruto se hubiera sorprendido bastante de haber sabido que mientras reflexionaba mirando las estrellas, cierta kunoichi de pelo rosa hacía exactamente lo mismo en su propio hogar, al otro lado de Konoha.
La mansión Uchiha, ya que no era tan lujosa como la del hokage, no tenía ningún baño caliente de rocas ni nada parecido. Lo que sí tenía era un pequeño y hermoso jardín donde Sakura pasaba mucho de su tiempo. Cuando se mudaron, aquello parecía una selva. La finca había estado deshabitada durante años y la maleza dominaba todo el terreno. Pocos meses tras la llegada de la nueva familia, el escenario era completamente distinto. Gracias a los cuidados de Sakura había rosales, jazmines y otras muchas flores. Incluso tenían un cerezo que ella misma trasplantó cuando apenas era un arbustillo, regalo de Ino por su veinte cumpleaños. Aquella verde parcelita era su lugar favorito de la casa, y tenía el mismo efecto tranquilizador en la pelirrosa que el baño a media noche tenía en el rubio. Ella también acudía allí en muchas ocasiones antes de acostarse, para observar el cielo y pensar en silencio mientras tomaba una infusión caliente.
Allí estaba de nuevo, tratando de serenarse mirando las rosas y sentada sobre un cojín en el porche. Se había pasado el día bastante cabreada. La discusión en la academia la había alterado mucho, y durante varias horas no deseó otra cosa que aplastarle la cabeza a Naruto de un buen puñetazo. Al caer la noche, no obstante, se tranquilizó y solo quedó la tristeza. Qué mas daban las palabras de aquél tarado. Sarada no era su hija biológica, ¿y qué? Podía sentirse orgullosa de cómo la había educado, eso lo sabía de sobra y ya podía decir cualquiera lo contrario. Estaba fuera de toda duda que había hecho un buen trabajo con la niña. Lo que en realidad le dolía de ese asunto era algo diferente. Algo que en todos esos años, no se había atrevido a confesar ni siquiera a su marido.
Sakura sospechaba que era estéril.
No podía definirlo con seguridad, pero sin duda algo estaba fallando dentro de su cuerpo. Ella y Sasuke llevaban mucho tiempo intentando tener un segundo hijo y hasta ahora no había habido suerte. Tsunade ya se lo advirtió cuando la enseñaba a utilizar el sello Yin de su frente..
Controlar el chakra de forma total durante tanto tiempo, tenerlo concentrado y tensado al milímetro para dominar esa técnica, tenía una contrapartida: el organismo dejaba de lado algunas funciones prescindibles, como la reproductiva, para enfocarse en la tarea que se le encomendaba. Su maestra le explicó que ella misma había sufrido esa consecuencia en su cuerpo, entre muchas otras. Aunque los efectos eran diferentes para cada ninja. El problema de la esterilidad no ocurría siempre, y una vez la kunoichi volviera a su actividad normal, su sistema reproductor podía comenzar de nuevo su ciclo ordinario. Sakura aceptó este riesgo calculado a los dieciséis años sin preocuparse demasiado por ello, ya que en aquella época no tenía planes de ser madre. Ahora la situación había cambiado, y mucho. Para su marido, tener una familia numerosa con la que restaurar su malogrado clan era algo absolutamente prioritario.
Desde el final de la guerra, a la pelirrosa le ocurría que a veces sangraba, y a veces no. Era un ritmo irregular, pero al menos todavía quedaba algo que funcionaba en sus tozudos sus ovarios. Sus revisiones ginecológicas arrojaban resultados normales, así que no se daba por vencida y decidió no preocupar a Sasuke innecesariamente. Con toda seguridad su marido se hubiese tomado muy a mal la noticia de que quizás solo tendría a Sarada como representante de la nueva generación Uchiha. Además, Sakura continuaba albergando la esperanza de que el día menos pensado podía quedarse embarazada. Era importante no perder la ilusión y no presionarse, según todos los textos médicos. Así que eso hizo.
Con el pasar de los años, sin embargo, le resultaba difícil mantener el ánimo en ese sentido, y cada vez con más frecuencia, se sorprendía a sí misma rumiando la decepción de que probablemente nunca podría tener un hijo propio. Conocía demasiado bien el cuerpo humano como para ignorar que la concepción de una nueva vida, en esencia, es un delicado misterio. Mucho más complejo y arbitrario de lo que la ciencia es capaz de controlar.
El estúpido de Naruto le había golpeado, sin saberlo, junto en medio de una de sus frustraciones.
Quería darle un bebé a su marido. Varios, a ser posible. Y no solo era por complacerle a él. La experiencia con Sarada le había hecho descubrir su instinto maternal. Un bebé siempre es una alegría, pensaba. Además de satisfacer a Sasuke, su hija mayor de seguro también sería más feliz con un hermanito. Y ella misma tendría a otra persona a quien amar. Sarada ya era la luz de su vida y la quería con locura, pero mirando florecer su jardín, a veces podía intuir nítidamente la sensación dentro de su cuerpo, en sus entrañas. Presentía cómo de feliz podría hacerla el ver crecer a una personita nacida de su propia sangre. Así que no iba a rendirse todavía, pero si finalmente la vida no quería darle la oportunidad de ser madre después de intentarlo todo, ella lo acabaría aceptando. Era en el caso de Sasuke donde no lo veía tan claro.
Decidió acostarse. El día había sido largo y nada agradable. Quería terminarlo ya. Se dirigió hacia su dormitorio y en el hueco de la puerta se quedó parada, observando el futón vacío recortarse en la oscuridad. Dormía muchas más veces sola que con su marido. Prefería no contar cuántas ya que eso le daba una medida del desinterés del Uchiha por ellas dos. La pelirrosa había pasado años insistiéndole en que pasara más tiempo en Konoha, que disfrutara de la vida en familia, de los amigos, de la paz y la tranquilidad. Pero él sencillamente no podía dedicarse a no hacer nada durante mucho rato. No estaba hecho de esa pasta. Necesitaba adrenalina. Un objetivo, un reto, una misión. Y en su casa no había nada de eso. Sakura y Sarada parecían no ser suficiente para él, y esa sombra pesaba siempre en el subconsciente de ambas. Incluso aunque las extrañara cuando estaba fuera, aunque de verdad deseara tener su tiempo con ellas, pronto se aburría y le urgía escapar. Era como si se asfixiase. La kunoichi lo había comprendido bastante tarde. Durante mucho tiempo intentó cambiarle. Pensaba erróneamente, que Sasuke podía aprender a ser más cálido. Ella confiaba en que podía ser capaz de enseñarle cómo amar mejor. Esa parte de él existía aunque fuese huidiza, y cuando por fin se exponía, le hacía sentir a la pelirrosa tan feliz que le perdonaba sin reservas toda la frialdad anterior. Su marido le había mostrado afecto verdadero y comprensión muchas veces. Pero en lo que se equivocaba Sakura era en que esa porción amable de él, sencillamente no daba más de sí. No era que no las quisiera. Era que no las necesitaba.
Sakura se metió en la cama, se tapó con las sábanas heladas y se acurrucó para entrar en calor más rápido. Apretó los párpados deseando no sentirse tan sola. Solo un poco más de paciencia… En breve Sasuke regresaría para estar junto a ellas y ser otra vez una familia completa. Al menos, durante algunos días.
II.
A la mañana siguiente, tras desayunar con Sarada, volvió a la fastidiosa tarea de quitar el polvo. Se ató el delantal, protegió con un trapo su cabeza y comenzó a barrer el piso de arriba. La mansión Uchiha era enorme, y para más inri, estaba repleta de reliquias familiares. Ropa vieja, libros y otros objetos personales que pertenecieron a Itachi o a sus padres, y que Sasuke guardaba con veneración. Incluso había un altar con la foto de todos ellos en la habitación donde fueron asesinados. A Sakura aquella estancia le daba escalofríos, y evitaba entrar allí a no ser que fuera estrictamente necesario. La verdad, le irritaba bastante tener que mantener ordenado y limpio todo aquél montón de cosas de los muertos. Si lo hacía, era únicamente por respeto a su pareja. De no ser por eso, hubiera tirado media casa a la basura hacía años.
Siempre le pasaba lo mismo. Conforme limpiaba, se iba cabreando. No podía evitar pensar en que ella valía para mucho más que para andar de chacha, y la sensación de que estaba perdiendo el tiempo, meneando el plumero y sacando brillo a la cubertería, la carcomía por dentro como un taladro. Se culpaba y se torturaba diariamente por haber tomado la decisión de abandonar su trabajo como médico años atrás. Nadie la obligó. Pensó que hacía lo mejor para todos. Pensó en su familia.
Cuando se mudaron de recién casados, eran tremendamente inexpertos tanto como pareja como ejerciendo de padres. Sakura siempre se había tomado muy en serio sus responsabilidades, y aquella vez no fue una excepción. Se esforzó mucho en ser una esposa servicial. Ya saben, preparar los platos favoritos de su marido, atender debidamente a los invitados, ser cariñosa y mostrar buen humor, estar siempre linda y bien arreglada para que él no mirase a otras mujeres… Al principio de su matrimonio, le preocupaba no estar a la altura de lo que se esperaba de ella. Además tuvo que aprender de golpe a cuidar de un bebé recién nacido, cosa que dicho sea de paso, no es nada fácil. Sarada lloraba sin parar cuando era pequeñita. Era ruidosa al estilo Uzumaki, y por las noches apenas les dejaba dormir. Sasuke no se aclaraba con los pañales y era demasiado torpe como para vestirla sin dislocarle un brazo, así que siempre terminaba por hacerlo su ojerosa y estresada mujercita, justo antes de irse a trabajar. Mientras estaba en el hospital, Sakura no dejaba de preguntarse si la niña estaría bien atendida, y se sentía culpable por no estar dedicándole el tiempo suficiente. Era como si le estuviese fallando a Karin. Por otro lado, no confiaba del todo en la persona que su marido había contratado para cuidar del bebé mientras ambos estaban fuera. No le gustaba la idea de tener una extraña merodeando por su casa, ya que en el hogar de sus padres nunca hubo tal cosa.
Sumado todo esto un día tras otro, fue cuestión de apenas tres meses: Sakura decidió dejar su empleo por una temporada para encargarse ella misma de criar a Sarada.
Deseaba hacer feliz a su familia, y se dedicó a esa tarea en cuerpo y alma. No le dolió hacer un sacrificio profesional para cuidar de ellos como sentía que debía hacerlo, y durante un tiempo, ella también fue feliz así. Su bebita iba creciendo y convirtiéndose en una niña lista y educada. Le encantaba pasar su tiempo con ella y enseñarle cosas. Era lista y aprendía rápido. Cuanto más pasaban los años, más la unida estaba a su hijastra. La amaba como su fuese hija suya.
Pero era desalentador que su marido siempre prefiriese estar lejos. Era frustrante limpiar una casa llena de recuerdos de una familia que Sasuke nunca podría recuperar, y en la que ella se sentía como una huésped. Sólo en el jardín encontraba realmente su propio lugar, y allí poco a poco se iba rendiendo a la evidencia de que en realidad no había nada más que pudiese hacer para que él las quisiera un poco más.
Por eso desde hacía algunos meses le rondaba la idea de que le vendría bien retomar su vida profesional. Sarada ya no la necesitaba tanto, y ya que su marido nunca estaba en casa, tampoco importaba si la mansión estaba o no como los chorros del oro los trescientos sesenta y cinco días del año. Y la verdad, a ella cada vez le traía más si cuidado que hubiese algo de polvo sobre los armarios o cacharros amontonados en algún rincón.
Había decidido que era el momento de volver a trabajar. Iba a planteárselo a su marido en cuanto volviera. Tenía muchas ganas de incorporarse a la plantilla del hospital nuevamente y sentirse útil como médico.
Entonces sonó el timbre de la puerta y Sakura se giró extrañada. No esperaba ninguna visita. Se acercó a la entrada con una ligera sonrisa de curiosidad, pero al abrir, su expresión cambió completamente.
- Buenos días – saludó Naruto.
Vestía su túnica blanca sobre su ropa habitual y traía el sombrero picudo sujeto en una mano. La observaba con tranquilidad, sin ningún tipo de expresión en su rostro. La forma de hablar, sin embargo, trataba de ser pacífica.
Ella frunció el ceño de forma inmediata.
- ¿Qué haces tú aquí? – inquirió en tono desdeñoso. Su mirada directa a los ojos del rubio fue fulminante. - ¿No estabas tan terriblemente ocupado? ¿De pronto tienes tiempo para tratar con gente insignificante? – escupió de la forma más sarcástica que pudo.
- Vine a tratar de arreglar lo de ayer – respondió él pausadamente y sin alterarse en absoluto. Había esperado un recibimiento así. Incluso peor.
Sakura le observó en silencio, todavía muy a la defensiva. Aquél cambio de comportamiento de un día para otro era de lo más extraño. No sabía qué pensar.
- No tenemos nada que arreglar. Mantén a tu hijo alejado de Sarada y todos estaremos bien – replicó mientras comenzaba a cerrar la puerta. Deseaba perderlo de vista lo antes posible.
- Respecto a eso… - Naruto se rascó la cabeza pensativo – creo que es un poco más complicado. Me gustaría que pudiéramos resolverlo hablando con calma. Si quieres, claro…
Volvió a mirarla a los ojos, y Sakura sintió que su mirada era transparente. Solo había neutralidad allí. Nada de la dureza de la mañana anterior. Quizás sí tenía verdadera intención de arreglar el asunto de los niños. Eso era importante. Ella llevaba deseando bastante tiempo encontrar una solución. Resopló por lo bajo y miró al suelo. Su orgullo todavía le estaba gritando que lo mandara al carajo.
- También quería pedirte disculpas.
La voz del rubio sonó más opaca cuando dijo eso. Ella tragó saliva y se quedó inmóvil, decidiendo si quería perdonarlo o no. Tras unos segundos, finalmente asintió con la cabeza, pero sin levantar la mirada aún. Bien, si venía en son de paz, lo mejor era zanjar el asunto. Disculpa aceptada. Fin de la historia. Se tragaría el orgullo por el bien de su hija aunque supiera a hiel.
- No debí decir aquello último. Me porté como un imbécil – siguió hablando el rubio. – Me molestó que acusaras a Bolt y reaccioné sin pensar. No volverá a ocurrir.
Sakura levantó la vista con recelo. Su expresión se notaba ahora más dolida que enfadada.
- Es verdad – murmuró posando por un instante en él sus esquivos ojos verdes. – Te portaste como un imbécil.
Naruto sonrió levemente y se encogió de hombros.
- Al menos estamos de acuerdo en eso…
Ella sonrió con fastidio y meneó la cabeza, como dejándolo correr.
- Baka…. – susurró casi para sus adentros. – Anda, pasa… prepararé un té.
III.
- Bonita casa – comentó el Hokage echando un vistazo alrededor, aunque sin mucho interés en la decoración en realidad.
- Gracias.
Ambos estaban ahora en el salón, sentados frente a una mesa baja, y se había hecho un silencio tenso entre ambos. Naruto hablaba tratando de disipar un poco la tirantez del ambiente, pero no le salía demasiado bien. La actitud de Sakura seguía siendo desafiante.
- ¿No está Sasuke? – preguntó por decir algo más. Conocía la respuesta de sobra.
- Se fue al país de la lluvia la semana pasada. Debería llegar esta tarde.
- Ah, cierto… Shikamaru me lo comentó - el rubio hizo como que recordaba, mirando al techo. - Sasuke siempre insiste en realizar las misiones más largas… – caviló en voz alta.
- ¿Vamos a hablar de los niños o de mi marido? – cortó ella de golpe.
El rubio mostró las palmas de las manos en gesto de paz. Había olvidado lo tajante que podía ser la pelirrosa cuando estaba de mal humor. No tenía intención de discutir otra vez, y tampoco disponía de mucho tiempo antes de volver a la oficina, así que trató de ser concreto.
Se rascó la cabeza de nuevo. No sabía exactamente como encarrilar el asunto.
- A partir de ahora, si hay algún problema entre Sarada y Bolt, quiero que lo trates directamente conmigo – expuso.
- De acuerdo – contestó ella secamente. A pesar de la tensión, prefería tratar con él que con Hinata. Al menos Naruto trataba de hacer algo para arreglar la situación.
- Llámame, o ve a buscarme a mi oficina si lo consideras necesario. Lo que no quiero es volver a discutir delante de los críos o de nadie más.
- Me parece bien – coincidió ella. – A mí tampoco me apetece repetir esa escenita en el futuro.
Volvió el silencio tirante. El rubio entrelazó las manos y se quedó mirando el té. Sakura tomó su vaso lentamente. Bebió un poco. Luego volvió a mirarle, esperando que dijera algo más.
- Mi hijo es… complicado, tengo que admitirlo – Naruto suspiró con la mirada perdida en algún punto del suelo. - No es mal chico en el fondo, pero sé que puede generar bastantes problemas. Hinata… bueno… ella trata de enderezarlo, pero no puede con él. Simplemente no tiene el temperamento necesario.
La pelirrosa abrió los ojos bastante sorprendida. El día anterior el respetable señor Hokage se había puesto hecho una furia por hacer ella misma un comentario similar. Era de agradecer que rectificara y supiese ser crítico. Quizá ya era momento de guardar las armas.
- Naruto, yo… no pretendía atacar a tu hijo ni a tu esposa – ahora era Sakura quien miraba al suelo. Naruto elevó la cabeza, interesado en su intento de disculpa. – Es que estoy harta de este asunto. Sarada lo está pasando mal con todo esto, y yo también. La veo muy apagada cuando vuelve de la escuela.
- Pero le va bien en clase, ¿no? – inquirió él.
- Sí, sí… le va fenomenal. Sus notas son siempre las mejores de su grupo. Se esfuerza mucho desde que comenzó los estudios.
El rubio torció un poco el gesto. Quería decir algo que quizás Sakura no iba a tomarse muy bien.
- Algo así me dijo Bolt – confirmó. – Por lo visto eso es lo que le molesta de ella. Mi hijo es un estudiante más bien flojo. Creo que le da envidia que Sarada esté tan orgullosa de sus buenas notas. Así que me dio por pensar algo… quizás me equivoque, pero no sé, el instinto no suele fallarme con estas cosas.
La pelirrosa le miró intrigada.
- Te escucho.
- Bueno… - Naruto volvió a rascarse la cabeza - ¿Crees que es posible… que ella esté dándole demasiada importancia a ser la mejor en la escuela?
Sakura lo pensó un instante. En su cara se leía cierta reprobación.
- ¿Demasiada? – repitió. En su voz había desconfianza.
- No me interpretes mal… pero… en una niña tan pequeña, es un poco raro tanta autoexigencia, ¿no te parece?
La miró tímidamente. Se notaba que no quería molestarla. Aquello no era un ataque. Era una apreciación honesta que escondía una crítica, pero que procuraba no señalar a ningún culpable. Sakura sonrió con fastidio, casi imperceptiblemente. Por mucho que pasaran los años, Naruto Uzumaki podía leer sus acciones igual de bien que siempre. Las de ella, y las de su marido.
- Estás insinuando… que Sarada se exige ser la mejor porque es lo que se le enseña en casa. ¿Es eso? – Y luego añadió en un murmullo - Ya veo por dónde vas…
- Solo es una idea – tanteó él. – Es la sensación que da, nada más.
Ella le devolvió una mirada cansada que le dijo que sí. Que su intuición era correcta.
- Le diré a Sasuke que afloje…- reconoció al fin.- Creo que espera demasiado de ella.
Naruto le sonrió con tristeza. Haber acertado con su corazonada no le alegraba mucho en realidad.
- Qué malo es conocerse…. – suspiró Sakura, y había un deje melancólico en su voz.
Otra vez hubo silencio, pero ya no quedaba tensión. Quedaron miradas más elocuentes que las palabras. Se observaron por algunos segundos, contemplando lo que los años habían hecho en el otro, hasta que Naruto hundió de nuevo la vista en el vaso, torturado por unos ojos verdes que sin hacer más que posarse en él le provocaban al mismo tiempo dolor y paz.
- Sakura, yo… respecto a todo lo que te dije ayer… por favor, olvídalo.
Ella inmediatamente quiso responder “está olvidado”, pero no le dio tiempo. El sonido de la puerta al abrirse los sobresaltó a ambos, e hizo que la pelirrosa diera un respingo.
- ¿Uh? ¿Qué haces tú aquí? – interpeló el recién llegado mirando hacia el rubio.
- ¡Sasuke-kun! – Sakura se levantó con una amplia sonrisa. De pronto se la veía nerviosa. - ¡Has vuelto antes de lo previsto!
- Sí… todo fue más sencillo de lo que pensé – murmuró sin emoción el Uchiha. – Reporté a Shikamaru hace un rato - informó mirando de soslayo a Naruto. Él simplemente asintió.
- Pero sigues sin decirme qué haces en mi casa – repitió.
- Ya me iba… - sonrió el Hokage levantándose.
- Vino a arreglar un problema con los niños – explicó Sakura colocándose entre ambos un poco demasiado precipitadamente.
Naruto se colocó el sombrero de pico y se dirigió a la puerta. Sasuke le observó a él y a su esposa y pareció rumiar algo para sus adentros.
- ¿Qué problema? - quiso saber.
- Luego te lo explico – su esposa hizo un gesto con la mano restándole importancia y acompañó a su invitado hasta la puerta. El Uchiha finalmente se encogió de hombros y se dirigió hacia el interior de la vivienda para ponerse algo más cómodo. Estaba cansado.
- Adiós… – El Hokage hizo un gesto con el sombrero para despedirse y comenzó a girarse hacia la calle.
- Naruto…
- ¿Sí? – se giró hacia ella.
- Entonces… - Sakura titubeó. - ¿Estamos en paz? – preguntó mirándole con timidez. - ¿Estamos… bien?
El rubio sonrió. Amablemente por fuera, y punzantemente por dentro. Le dolió en el alma aquella inocente pregunta. ¿Bien? Nada más lejos. ¿Era posible estar bien alguna vez con la persona que más daño le había hecho jamás? ¿Podía simplemente perdonarle por una mirada vergonzosa y una sonrisa? Pero continuó sonriendo, porque en ese instante supo que era, y siempre sería, un completo idiota.
- Estamos bien.
- Me alegro… - Sakura suspiró con aspecto aliviado.
- Y yo – tuvo que admitir Naruto comenzando a caminar. – Y yo…
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