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Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
ok no se si más adelante expliques que paso pero estoy confundida que paso con naruto y sakura, donde se encuentra ella acaso naruto en serio murió y pein que paso con el y la subasta a la que iban a llevar a sakura estoy un poco confundida espero por la continuación haber si me aclaran más las cosas.
aduzumaki- Sennin
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Edad : 30
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Mariland... Que quieres que te diga... Yo no soy mucho de este tipo de fic con síndrome de Estocolmo y todo eso, nunca han sido de mi agrado este tipo de temáticas, además en el NS siento que no pinta bien pues, en general, implica un poco de OOC...
Pero, a penas vi que tu eras la autora me dije: "bah, que mas da, mariland nunca me ha defraudado". Y ahora mírame... TU HISTORIA FIC ME HA ENGANCHADO UNA ENORMIDAD! Dios! Superaste todas mi expectativas! Al punto que seguí de largo toda la noche leyendo 10 capítulo de una tirada. La forma en que narras detalladamente todo es perfecta, haces que uno se metan dentro de la historia como espectador. Es realmente, notable.
Te felicito una enormemente, de verdad lo haces muy bien, escritoras como tu no se encuentran todos los días. Eres extremadamente buena.
Esta demás decir que has ganado a otro gran seguidor en esta historia. No sabes las ansias que tengo que sigas publicando mas caps. Estaré muy atento a tus updates.
Muchos saludos, nos estamos leyendo
Pero, a penas vi que tu eras la autora me dije: "bah, que mas da, mariland nunca me ha defraudado". Y ahora mírame... TU HISTORIA FIC ME HA ENGANCHADO UNA ENORMIDAD! Dios! Superaste todas mi expectativas! Al punto que seguí de largo toda la noche leyendo 10 capítulo de una tirada. La forma en que narras detalladamente todo es perfecta, haces que uno se metan dentro de la historia como espectador. Es realmente, notable.
Te felicito una enormemente, de verdad lo haces muy bien, escritoras como tu no se encuentran todos los días. Eres extremadamente buena.
Esta demás decir que has ganado a otro gran seguidor en esta historia. No sabes las ansias que tengo que sigas publicando mas caps. Estaré muy atento a tus updates.
Muchos saludos, nos estamos leyendo
IngDeac- Clan Byakko
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
OMG!! QUE CARAJOS PASÓ!? O.O,cuando sucedió todo esto? D:,Sakura en un hospital?,Naruto muerto?....QUE DEMONIOS PASÓOOOOOOOOOOOOOO!!!?????....Al parecer la han capturado,pobrecitaaaa TT-TT no sé que decir....estoy muy confundida.....esperaré la conti ansiosisissimaaaaaaaaaaaa!! no te tardes Mari-chan ;-; byeee!! <33
BlancaPHNS- Clan Genbu
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En una luz tan oscura, que quema
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Chicos de ahora en adelante tendran que prestar mucha antencion pues la historia tendra un modo diferente de narrarce, varios se estaran preguntando que sucedio y porque sakura esta en un hospital, pues de una vez les digo que esto va ser un presente y pasado, sakura en el hospital es el presente y la continuacion de la historia es un pasado que sakura esta recordando y narrando a los detectives, mas adelante lo entenderan mejor...
espero y les guste
Chicos ns si me estoy pasando con el lemon, si es asi y ya empieza a incomodar o algo porfavor avisenmen
gracias chicos
espero y les guste
Chicos ns si me estoy pasando con el lemon, si es asi y ya empieza a incomodar o algo porfavor avisenmen
gracias chicos
mariland- Clan Suzaku
- Mensajes : 336
Edad : 30
En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Capitulo XVII
“Indecisiones”
- Indecisiones:
- A Naruto le parecía que la naturaleza de los seres humanos giraba en torno a una verdad empírica: queremos lo que no podemos tener. Para Eva, era el fruto del árbol prohibido. Para Naruto, era Sakura.La noche había sido intermitente. Sakura gemía y temblaba mientras dormía y el pecho de Naruto parecía contraerse con cada sonido. Le había dado más morfina y, después de algún tiempo, su cuerpo parecía calmarse aunque todavía parecía que había un movimiento frenético bajo sus párpados. Pesadillas, supuso. Sin miedo a la torpeza o al rechazo, sintió la compulsión de acariciarla. La abrazó y los consoló a ambos, pero no podía apartar de su mente el mensaje de texto de Pein.¿Cuándo aterrizaría en México? ¿Cómo reaccionaría ante Sakura y su condición destrozada? ¿Cuánto tiempo tendría con Sakura antes de que se la llevaran lejos de él?Llevada. Lejos. Extrañas y terribles palabras de una lengua extranjera. Cerró los ojos y ajustó su mente a la realidad. Te estás desprendiendo de ella. Abrió los ojos. Y cuánto antes, mejor.No podía razonar con lógica. Eso le había mantenido con vida durante más tiempo del que podía recordar. Era frío y eficiente. No se entretenía con cuestiones de moralidad. Y aun así, quería razonar con lógica. Quería encontrar una razón con la que sintiera que podía calmar al hombre curtido que había dentro de su cabeza. Pero no podía. La verdad era que la deseaba. La verdad también era que nunca pretendió que fuera así. Tiró de Sakura acercándola más aún, con cuidado de no aplastar sus costillas o su hombro herido, y enterró la nariz en su largo cabello, tratando de oler su esencia.Le había dicho que no era su Príncipe Encantador, pero lo que no le había dicho era que deseaba poder serlo. Hace mucho tiempo, él podía haber sido… normal. Antes de ser secuestrado, antes de las palizas y las violaciones y las matanzas, podía haber sido algo diferente a lo que era. Nunca había pensado así, nunca se había preguntado sobre los caminos que había tomado, o que no había tomado. Su vida fue vivida en el presente y sin la angustia de las fantasías. Pero ahora fantaseaba. Fantaseaba con ser la clase de hombre que podría darle a Sakura todo lo que ella quisiera. El tipo de hombre que ella podría…Pero tú no eres ese hombre, ¿verdad?Naruto suspiró, sabiendo la respuesta. Las fantasías de otros nunca le habían confundido, pero las suyas propias le dejaban insatisfecho con la vida que había aceptado e incluso disfrutado de vez en cuando. Quería dejar marchar los anhelos y los sentimientos de remordimiento. Quería vivir para cazar y para matar. Había sido lo único que tenía sentido para él durante mucho tiempo. Incluso en aquellos momentos de oscuridad, cuando su impulso había decaído y se cuestionó la posibilidad de encontrar alguna vez a Madara, no había pensado en ser nada más que lo que era.Y ahora, en sólo tres semanas y media con Sakura, la mayoría de las cuales las había pasado encerrada en una habitación oscura, todo parecía evaporarse. Era estúpido, ingenuo y peligroso. Una persona no era capaz de cambiar en lo fundamental en tan corto periodo de tiempo. Él no era diferente. Y aun así, se sentía diferente y ni siquiera la lógica podía alterar eso. Si no hubiera sido por los recuerdos, esos atroces, putos recuerdos de Mizuki, golpeándole y violándole. Si no hubiera visto a Sakura, cubierta de sangre, magullada y temblorosa en los brazos de aquel motero, no habría sentido como si todo su mundo estuviera derrumbándose sobre él.¡Dios! Lo que había hecho para hacerles pagar. Había sido el tipo de furia que no había sentido en mucho tiempo. Había saboreado la mirada en los rostros de esos moteros cuando hundió profundamente su cuchillo dentro de Kimimaru, y su sangre salpicó a Naruto, las paredes… todo.¡Venganza! Ese era su propósito.Se sentía bien tener un propósito. Estaba seguro de que sentiría esa urgencia otra vez. La sentiría en el instante en que los ojos de Madara se iluminaran con comprensión y la llevaría a cabo hasta que Madara tomará su último y jadeante aliento. Naruto suspiró. Deseaba sentir la satisfacción de ese momento. Deseaba sentirlo más que cualquier otra cosa. Lo deseaba más de lo que deseaba a la chica.Ella te odiará. Para siempre. Querrá venganza.—Lo sé —susurró Naruto en lo oscuro de la habitación. Incapaz de resistir el ador mecimiento que le ofrecía el sueño, se dejó arrastrar por la oscuridad.* * * *El niño se negaba a bañarse.—¡Naruto, no lo te lo diré otra vez! ¡Apestas! Apestas horriblemente. Han pasado días y todavía estás cubierto de sangre. Alguien te verá y entonces tendrás un problema de verdad entre manos, chico.—Soy Kyubi. ¡Perro! He hecho pedazos a mi amo. ¡He probado la sangre y me gusta! No me la limpiaré. Quiero llevarla para siempre, como una medalla al honor.El oscuro rostro de Pein se volvió demacrado, sus ojos se entrecerraron. — Báñate. Ahora.El chico cuadró sus jóvenes hombros y miró amenazante a su nuevo amo. Pein era atractivo, mucho, mucho más que Mizuki, el puto entrenado que había en él estaba afectado por eso. Pein también era mucho más fuerte que Mizuki, capaz de hacer más daño, pero el niño no se permitiría tener miedo, acobardarse antes de que un hombre se estableciera como su nuevo amo. Él era un hombre ahora, ¡un hombre! Tomaría sus malditas propias decisiones acerca de cuándo se lavaría la sangre de su cara.—¡No!Pein se puso de pie. Sus ojos eran duros y amenazadores. El chico tragó saliva hondo y con fuerza, y a pesar de hacer su mejor esfuerzo, no podía negar el miedo que sentía. A medida que Pein se aproximaba, el muchacho reprimió su deseo de escabullirse. La callosa mano de Pein aterrizó firmemente en la nuca del niño y la apretó con suficiente fuerza como para hacerle estremecer, pero no lo bastante como para provocar su lucha o su instinto de volar.Pein se inclinó y rugió en la oreja del chico: —Lávate ahora, o te desnudaré y frotaré tu piel hasta que no vuelvas a soñar con desafiarme nunca más.Las lágrimas punzaban en los ojos del niño. No porque tuviera dolor, sino porque de repente estaba muy asustado y deseaba que Pein no estuviera enfadado con él. No tenía a nadie más. Todavía era joven, incapaz de valerse por sí mismo. Su raza y apariencia le dejaba en clara desventaja ante los nativos. A menos que quisiera ser un puto otra vez, Pein era todo lo que tenía.—No quiero hacerlo —suplicó con un susurro. La mano en su nuca se aflojó un poco y el chico forzó a sus ojos a cerrarse para mantener a raya la amenaza de lágrimas. Se negaba a llorar.—¿Por qué?—Quiero saber que está muerto. Se terminó muy rápido, Pein. Se terminó tan rápido y él… ¡él se merecía sufrir! Quería que sufriera, Pein. Todo el dolor que me hizo pasar, todas esas cosas… quería que sintiera todas esas cosas. Si me limpio la sangre… —Los ojos del niño suplicaban a Pein.—¿Sería como si nunca hubiera sucedido? —dijo suavemente Pein.—Sí. —Fue un sonido ahogado.Pein suspiró. —Nadie sabe cómo te sientes más que yo, Naruto. Pero no puedes seguir desafiándome; ¡no puedes seguir actuando como un niño quisquilloso! Ya no eres Kyubi. Lávate. Te lo prometo, Mizuki seguirá muerto cuando hayas terminado.El muchacho tiró para soltarse del apretón en su nuca.—¡No! ¡No! ¡No! No lo haré.El rostro de Pein pasó de cautelosa calidez a fría piedra.—Tú verás, Kyubi. —Su agarrón en el cuello del chico se intensificó y mientras hacía una mueca de dolor y forcejeaba por apartarse de Pein, su otra mano cayó cruzando la cara del muchacho con un golpe seco y contundente.Para Naruto el dolor no era nuevo, podía soportar fácilmente una bofetada de castigo, pero, a pesar de todo, estaba estupefacto. Trató de liberarse de Pein, pero estaba firmemente sujeto por el agarrón del hombre que le superaba en edad.—¡Báñate! —Pein rugió con la suficiente fuerza como para hacer vibrar la cabeza de Naruto.—¡No! —gritó Naruto, con lágrimas cayendo por su cara.Pein flexionó su cuerpo, hundió su hombro en el estómago de Naruto y se lo echó al hombro. Ignorando los puños que aporreaban su espalda, entró con determinación en el baño y prácticamente lanzó al chico dentro. Ignoró los gritos furiosos y los insultos e improperios que venían de la perversa boca de Naruto y se volvió hacia el grifo para dejar caer agua fría en la bañera.El cuerpo de Naruto se sacudió al sentir el agua helada empapando sus ropas y tocando su piel. Incapaz de resistirlo y lleno de ira, se las arregló para darle un puñetazo en la cara a Pein y escabullirse a medias de la bañera. Tan sólo había encendido más la furia de Pein. Sintió la mano de Pein agarrando su pelo, luego el dolor en su cuero cabelludo y en su cuello mientras tiraba de él hacia atrás. El agua de la bañera le cubrió mientras Pein le empujaba hacia el fondo. El miedo y el pavor le atenazaron.—¡Me obedecerás, muchacho! ¡Lo harás! O te ahogaré, aquí y ahora. Me perteneces. ¿Entendido?La boca y la nariz de Naruto estaban llenas de agua. No podía entender las palabras con claridad y sólo oía los gritos furiosos del hombre que lo mantenía apresado en el agua. La sensación de muerte inminente lo mantuvo paralizado de terror. Cualquier cosa. Habría dado cualquier cosa para no volver a sentir ese tipo de terror nunca más.¡Aire!Naruto boqueó y dio arcadas mientras le levantaba, sus brazos luchando por encontrar y agarrar los hombros de Pein. Tiró de sí mismo hacia la calidez y seguridad del cuerpo de Pein. Él luchó contra los brazos, tratando de quitárselo de encima. Naruto no pensaba en sus gritos de pánico, sólo quería salir de la bañera. Sólo quería respirar y entrar en calor.Unos brazos fuertes agarraron sus hombres y le sacudieron.—Cálmate, Naruto. Cálmate. Respira —decía Pein. Su tono era tranquilizador a pesar de su intensidad—. Tranquilízate, Naruto. No te volveré a meter en el agua de nuevo si estás listo para escuchar. ¡Quieto!Naruto se esforzó por hacer lo que le pedía Pein. Se agarró con firmeza a los hombros de Pein, diciéndose a sí mismo una y otra vez que no sería arrojado al agua mientras se mantuviera sujeto. Naruto enmudeció y se estremeció, tomando su primera inspiración calmada. Tomó otra y otra, hasta que al final, sólo quedaba su enfado. Despacio, soltó los hombros de Pein y se desplomó en la bañera. Tiritaba por el frío, le temblaba el labio, pero no le pediría agua caliente a Pein.—Te odio —escupió Naruto, con sus dientes castañeteando.Los ojos de Pein estaban tranquilos y serenos. Con una sonrisa de satisfacción, se puso de pie y abandonó el cuarto.Los ojos de Naruto escocían con lágrimas de enfado y, como estaba solo, las dejó caer. Seguro de que Pein no volvería, giró el grifo hacia el agua caliente y se acurrucó cerca de él, esperando que le calentara lo más rápido posible. Se sacó sus ropas empapadas por la cabeza y las arrojó formando un montón en el suelo del baño con una sensación de satisfacción por el desorden que estaba haciendo.Una ira pura y sin restricciones invadió su cuerpo como si fuera algo físico. Tirando de sus rodillas hacia su barbilla, mordió la carne de sus rodillas, raspándola con sus dientes. ¡Las lágrimas no cesarían! Seguían goteando desde sus ojos. Se sentía débil y patético. No podría detener a Pein para que dejara de hacerle esto. Mordió más fuerte, esperando que el dolor físico le liberara de su sufrimiento.Quería gritar. Quería golpear cosas. Quería matar de nuevo.Arañó con sus uñas a lo largo de la carne de su brazos, sintiendo simultáneamente dolor y alivio mientras se le abría la piel y pequeñas gotas de sangre aparecían en su carne. Repitió el proceso: más dolor, más alivio. En el agua, la sangre de Mizuki se arremolinaba con la suya. No sabía que sentir ante esta visión. El adormecimiento le asaltó. Miró fijamente, paralizado mientras la sangre del hombre que le había torturado durante tanto tiempo se disipaba en el agua a su alrededor.¿Quién era él ahora?Ya no era Kyubi, ya no era el Perro de Mizuki. Era el único nombre que había conocido jamás, la única cosa que había sido. Él está muerto. Está muerto de verdad.Sus pensamientos volvieron a la noche que mató a su dueño, su torturador y su guardián. Kyubi había levantado el arma y la cara de Mizuki había mostrado sorpresa, luego miedo, sólo por un instante. Después, le había dedicado a Kyubi la mirada, la que le recordaba que era menos que un humano a los ojos de Mizuki, y luego Kyubi apretó el gatillo. La fuerza de la potente arma le tiró al suelo.Lo añoraba. Añoraba el momento de la muerte de Mizuki. Gateó hacia el cuerpo.Pizcas de sangre salpicaron su pelo, cara y pecho, pero no las detectó. Ni balbuceos, ni gemidos... sólo un cuerpo. Y sintió... tristeza. Mizuki nunca había suplicado. Nunca se había arrodillado a los pies de Kyubi y suplicado su clemencia y su perdón.No, Mizuki no había suplicado, pero estaba muerto. Y bajo la tristeza, había un bendito alivio.Pero ahora tienes un nuevo dueño, ¿no, Naruto?Apretó sus ojos cerrados por un momento y respiró hondo. Después hizo lo que Pein le había pedido y limpió su antigua vida de su piel.* * * *Naruto se despertó, sobresaltado y ansioso. Intentó alcanzar el sueño mientras este corría para abandonar su mente consciente. Había algo... algo importante. Se fue.Frustrado, le llevó un rato darse cuenta de que los ojos de Cerezo le estaban analizando. Estaba hecha una mierda. Los rasguños de su cara estaban más pronunciados de lo que habían estado la noche anterior. Sus ojos estaban hundidos y púrpuras contra su colorada piel. Su nariz, libre de esparadrapo, también parecía inflamada. Por debajo del daño, todavía podía ver a Cerezo, sobreviviendo pese a todo.Otra vez su corazón parecía pellizcarle en el pecho. Consiguió que no se le notara en la cara. Tenía dificultades con las palabras. Después de su encuentro de la última noche, y todavía conmocionado por el mensaje de Pein, ¿qué podría decir? Todo lo que tenía para ofrecer eran más malas noticias.Se decidió por exponer lo obvio:—Es de día.Cerezo frunció las cejas e hizo una mueca de dolor por el esfuerzo.—Lo sé, llevo despierta un rato —dijo malhumorada.Naruto apartó la vista, fingiendo interés por lo que le rodeaba. Casi lo había jodido todo, casi la había jodido a ella. Eso nunca pasaría. Le llenó una sensación de urgencia. Tenían que abandonar este lugar, lo antes posible, pero no pudo obligarse a decir las palabras. La noche había sido intensa.—¿Tienes... dolor? ¿Puedes sentarte? —susurró Naruto.—No lo sé. Tengo demasiado dolor para intentarlo —susurró Cerezo, igual de bajito.Se miraron fijamente el uno al otro, un segundo demasiado largo, las miradas acariciándose con demasiada cercanía antes de que ambos, desesperadamente, apartaran rápidamente sus ojos, eligiendo mirar a cualquier parte excepto al otro.—O quizás estoy demasiado aterrorizada como para pensar en lo que va a pasar hoy. O mañana. Quizás sólo quiero volver a dormir y despertarme de mi vida. — Había dolor en su voz y él sabía que no era físico. Naruto miró en su dirección y se fijó en que no estaba llorando. Estaba simplemente mirando al aire, demasiado bloqueada como para llorar, supuso Naruto. Conocía bien ese sentimiento.Y ahora esto. Limbo. Un estado de existencia que nunca había experimentado. Se sentía inmovilizado por lo que había pasado, por encima de todo, porque aún tan jodidas como habían estado las cosas antes, él había llevado el control y se había mantenido distante. Ahora su situación era insostenible. Continuar con sus vidas girando la una alrededor de la otra sólo causaría más dolor y agonía. Naruto se rascó la cara, escarbando con sus dedos en su barba incipiente, como sí, por distracción, nunca tuviera que mirar hacia Cerezo de nuevo, nunca tuviera que decirle que tenían que irse, y, que a pesar de la última noche... seguía siendo su prisionera. Y él seguía siendo su amo.—¡Mierda —resopló ella, con voz fuerte, como despertando del vacío entumecimiento y volviéndose enérgica y obstinada otra vez—, acabemos con esto, Naruto. ¿Qué diablos va a pasar ahora?Naruto. Simplemente la miró. Ahí estaba otra vez, el uso de su nombre. Sabía que debía corregirla, obligarla a dirigirse a él como Amo, y restaurar la línea, las barreras entre ellos, pero simplemente no podía hacerlo, joder. ¡Estaba agotado! Tan jodidamente agotado.—El desayuno, supongo. Después, tenemos que irnos. Más allá de eso, no me molesto en discutirlo, —dijo. Trató de forzar un semblante de frivolidad, pero fracasó y Cerezo lo notó.—¿Y ayer? —Intentó mantener su tono neutral, pero Naruto ahora la conocía demasiado bien y no tenía que adivinar lo que estaba preguntando en realidad. Quería saber si ella significaba algo para él, si el hecho de que casi hubieran... follado, le había hecho cambiar de idea acerca de venderla como esclava. La respuesta era sí... y no. Madara todavía tenía que pagar, y Cerezo, todavía tenía que representar su papel. Habían pasado el punto de no retorno.—Te conté todo lo que querías saber. —Hizo una pausa, moderando su tono—. No voy a decir nada más. Así que deja de preguntar.Se levantó corriendo de la cama y se apresuró hacia el cuarto de baño. Dentro, evitó su reflejo y buscó un cepillo de dientes. Los gérmenes eran la menor de sus preocupaciones. Aunque se había duchado sólo unas pocas horas antes, abrió el agua caliente, sólo el agua caliente, y se dispuso a quitarse sus ropas prestadas.El agua le escaldó y su propio cuerpo luchó por apartarse de la castigadora temperatura del agua, pero Naruto no lo permitiría. Se obligó a sentir el dolor punzante. Apretó los dientes e ignoró el hecho de que su piel probablemente sufriría ampollas en algunos lugares. Colocando sus manos contra la pared de la ducha, dejó que la tórrida agua y los múltiples chorros de la ducha eliminaran su confusión. Sentía su espalda tensa, ya sensible. Las cicatrices que presentaba hormigueaban y volvían a la vida.Era la sensación que estaba buscando. Las cicatrices le recordaban quién era, de dónde había venido y por qué tenía que seguir adelante con su misión. El agua escocía contra su culo y sus genitales, y sintió el bulto en su garganta creciendo y emergiendo hacia su boca. Nunca lo dejaría salir. Se lo tragaría y lo mantendría prisionero en su pecho. Permitió que sus manos bajaran y cubrieran su polla y sus huevos del estricto calor del agua. Sonó un golpe en la puerta y la cabeza de Naruto se giró rápidamente hacía allí. Cerezo había entrado, anunciándose con un golpeteo, pero sin esperar por su respuesta. La conmoción le asaltó. No podía mantenerlo oculto en su cara y sin pensárselo se movió rápidamente para abrir el agua fría. ¡Esto era privado!Bien, al menos ella no huyó. Pero, ¿a dónde podría haber ido de todas formas?Cerezo le miraba a él... por todas partes. Incluso a través de la intensa cantidad de vapor, podría ver su violento sonrojo. Fuera un sonrojo virginal o no, sus ojos no se desviaron de su persona.Sus ojos finalmente se encontraron.—Yo... —Cerezo aclaró su garganta y empezó de nuevo, pero nada salió. No estaba sonrojada, ya no.—¿Necesitas algo? —espetó Naruto. Había estado intentando rehacer su compostura pero su interrupción le dejó sintiéndose expuesto de alguna manera, incluso vulnerable, y no le gustaba. Sin embargo, ella también estaba desnuda, no se había vuelto a vestir desde la noche anterior y eso también era confuso. Sus ojos tomaron consciencia de ella, centímetro a centímetro, y todo el sentido común se evaporó. Entre sus manos, su polla se despertó. Quería estremecerse por la punzante sensación de su carne castigada estirándose y expandiéndose, pero no le dolió tanto como debería, porque el dolor y el placer eran de pronto casi lo mismo.Cerezo enderezó su columna, con actitud segura. —Sí. Necesito algo. Montones de algo. ¿Por dónde quieres que empiece?La miró fijamente, paralizado. ¿De verdad había dicho eso? ¿A él? Sabía que debería estar enfadado, pero en lugar de eso, volvió la cabeza para esconder una sonrisa. Esta conversación era familiar, y de un modo peculiar, reprimió cualquiera de las emociones molestas que le habían estado atormentando hacía unos momentos. Conocía su parte del juego, era su juego, no importara en qué medida participara Cerezo. Habló hacia la pared de la ducha e intentó mantener la diversión lejos de su voz.—Bien, ¿puede esperar al menos hasta que salga de la ducha? —Y, porque no pudo evitarlo, añadió—: A menos que quieras subir aquí y devolverme el favor de anoche. —Se arriesgó a mirar en su dirección.Se ruborizó con ardor, pero se mantuvo la cabeza alta.—¿En realidad? En parte. Quiero decir... no, pero... —resopló—, me gustaría darme una ducha y ya que prácticamente estoy lisiada, podría usar tu puñetera ayuda. Pero no si vas a comportarte como un imbécil por ello. —Asintió con la cabeza, como diciendo: Ahí está, lo dije.Naruto pudo evitar reírse, con su humor mejorado, y decidió dejar que sus payasadas le distrajeran. Era mucho más seguro y menos complicado. Sabía que su reacción iba en contra de la que habría tenido normalmente otro día, en otra situación con otra chica. Pero ahora mismo, estaba tremendamente aliviado de sentir algo similar a la diversión, en lugar de lo otro con lo que se había despertado. Se agarró a ello y aguantó firmemente.Abrió la puerta de la ducha y le dedicó su mejor y más lasciva sonrisa.—Bien, pasa para adentro entonces. Me esforzaré por no ser un imbécil.Ella no le devolvió la sonrisa, optando en su lugar por mantener su enfado. Era una especie de desafío y él lo aceptó porque algún día, su odio hacia él la mantendría viva. Le necesitaba y estaba determinado a hacer lo que pudiera por ella. Le debía al menos todo eso.Dio un paso hacia atrás en la ducha mientras ella se aproximaba. Su cabeza estaba baja y sus mejillas teñidas de rosa, pero también con tonos de púrpura, verde, amarillo y azul, mientras con cuidado se movía hacia él. De pronto, imágenes de su cuerpo golpeado y sangrando, y de su propio pasado, emergieron como una única visión, como una persona reviviendo un recuerdo horrible. Una emoción poderosa le atravesó y se alegró de que el vapor de la ducha y el sonido del agua golpeando contra las paredes, lo ocultara del todo.Naruto parpadeó, luchando contra los pensamientos y las voces fluyendo por su cerebro. Cuando Cerezo estiró el brazo hacia él, usando su brazo y su hombro como apoyo, sólo la vio y pensó en ella.—Jesús, esto es como una sauna, —dijo Cerezo. Miró hacia arriba, con expresión fatigada—. ¿Puedes hacer que no haga tanto calor?—No lo sé. ¿Puedes decir por favor? —El tono de Naruto todavía contenía humor, pero la ansiedad estaba abriéndose paso. La sensación de contraste entre ellos pendía pesada y densa en el aire.Cerezo finalmente le dedicó la más pequeña de las sonrisas, solo una ligera curva de sus gruesos labios pero sus ojos eran directos.—¿Porfi, Naruto? —Y, en un instante, era la chica de la noche anterior: seductora, depredadora... Sakura.Despacio, Naruto tomó aire y se volvió para ajustar el agua. No se dio cuenta de su error hasta que oyó su gemido de sorpresa y sintió sus manos en su espalda.—No la toques —rugió y se giró para encararla. Sus ojos estaban abiertos de par en par, llenos de terror y de horror, y su mano cubría su boca. Naruto apretó sus puños y ella volvió la cara apartándola de él. Dolía. La idea de que pensara que la golpearía con su puño cerrado. Se esforzó por desdoblar sus dedos de su palma, pero fue volviéndose más fácil cuando la vio relajarse con su progreso.Cuando finalmente se quedó de pie frente a ella, con las manos abiertas a los lados y su cara con una calma deliberada, ella bajó la mano de su boca y suavizó el miedo y el horror de sus ojos. Le estudió con recelo, buscando una forma de aproximarse a él sin enfadarle. Con cautela, intentó alcanzar su mano. Sus dedos rozaron los de él, silenciosamente pidiendo permiso.Retiró su brazo hacia atrás lentamente, unos pocos centímetros, mostrando su rechazo a la intimidad entre ellos. Observó como ella miraba fijamente hacia abajo, hacia sus pies, pero avanzando poco a poco y dejando un rastro con su dedo índice a lo largo de la muñeca de Naruto.—Vamos, Naruto —susurró suavemente. Su cabeza permanecía baja, permitiéndole la privacidad de su reacción.Se le erizó la piel. Si no estuviera tan lastimada, la habría empujado apartándola. En lugar de eso, le permitió seguir acercándose. Dos dedos le tocaban ahora; trazaban un camino lentamente desde su muñeca hacia su mano. Lo permitió. Con una inspiración profunda, dejó que sus dedos encontraran los suyos y se entrelazaran. Naruto mantenía la mirada fija por encima de su cabeza.Su mano era levantada. Sintió sus dedos rozando contra las costillas de Sakura. Y luego por su hombro. Y por último, su mejilla.Aquí. Me hicieron daño, aquí. El cuerpo de Naruto se balanceó un poco.—Bésame —susurró ella. Era una oferta de distracción.La aceptó.El pecho de Naruto se agitó con la fuerza de sus suspiros y sus labios se dejaron llevar para encontrarse con el rostro girado de Sakura. Gimieron cada uno en la boca del otro. ¡Joder! ¡Sí! No quería nada más que levantar a Sakura con sus brazos, empujarla contra la pared de la ducha y follarla hasta olvidar toda su frustración, ira, lujuria y remordimientos.Desenlazando sus dedos, Naruto buscó los pechos de Sakura con ambas manos y los apretó. Su caricia era ruda, ansiosa, pero ella respondió con igual intensidad. Sus pulgares trazaron sus aureolas. Su carne se plegó bajo su habilidosa caricia. Las puntas duras de sus pezones rozaron las yemas de sus pulgares y ella mostró su entusiasmo en voz baja en la boca hambrienta de Naruto. Las temblorosas manos de Sakura encontraron su cintura. Sus dedos agarraron sus caderas y sus uñas se clavaron en la piel sensible. Fue el turno de Naruto para gemir. Su carne estaba delicada por culpa del agua caliente, pero le dio la bienvenida al dolor, especialmente cuando se mezclaba con el placer. Quería más. Lo quería todo.Naruto dio un paso adelante. Sakura retrocedió sin romper su beso febril. Era una danza que sus cuerpos ya conocían. Mordió la lengua de Naruto, sus labios dejándole asombrado unos pocos segundos antes de que ella deslizara su lengua por la suya. Con la espalda de ella contra la pared, Naruto aprovechó la oportunidad de acercarse más, de besarla con más dureza. Su polla rozaba el vientre de ella y empujó contra la suave y resbaladiza carne.—¡Ay! —gritó Sakura. Rompió el beso y se agarró al cuerpo con los brazos, inclinándose ligeramente mientras procesaba el dolor.Naruto se apartó instantáneamente. —Mierda. No lo pensé —resolló, tensando sus manos y con los brazos a los lados—. ¿Estás bien?—Sí —dijo ella, pero no sonaba como si lo estuviera—. Estoy bien, sólo dame un segundo.Naruto se sintió tonto, merodeando sobre ella con su enorme erección entre ellos. ¿¡¿Pero en qué coño estaba pensando?!? No debería estar haciendo esto. Vaciló entre lo que debería estar haciendo y lo que quería hacer. Debería parar.—Tenemos que parar.Una de las manos de Sakura se estiró hacia arriba y Naruto le ofreció su brazo para usarlo como apoyo. No se lo esperaba cuando su otra mano envolvió su polla y la apretó. Naruto gimió en voz alta.—No —dijo ella. Su tono no toleraba ninguna discusión—. No quiero parar. No quiero pensar. Quiero estar aquí y pretender que no hay nada esperándonos cuando salgamos. —Las palabras de Sakura parecieron acariciar algo muy dentro de él, algo que no podía acariciar por sí mismo. Por supuesto, también estaba la caricia muy física de su mano contra su polla.Él siseó a través de sus dientes apretados. Su mano le rodeaba con fuerza; sus dedos no eran lo suficientemente largos para acariciar. Apretó otra vez. Más placer. Más dolor.—No podemos. Te lastimaré —dijo Naruto.La mano de Sakura apenas le liberó y la sensación de la sangre fluyendo hacia la cabeza de su polla fue casi suficiente para hacerle empujar contra su mano. Gimió mientras las puntas de sus dedos rozaban su carne dura.—Bien, puedo verlo, Naruto. ¿Son todos... así? Quiero decir... ¿Todos los hombres la tienen así de grande?Naruto puso su mano sobre las suyas y las sostuvo quietas.—No hables de otros hombres justo ahora, Sakura. No cuando tienes mi polla en tus manos. —No estaba celoso. No era del tipo de los que se preocupaban lo bastante como para serlo. Pero su pregunta le recordó lo mucho que conocía acerca de otros hombres, y no le gustaba una mierda.—Lo siento —susurró y se sonrojó—. Supongo que a ninguno le gustaría eso, ¿verdad? —Sakura sonrió a Naruto, con cautela, preciosa a pesar de los moratones.Mi chica dura.Los ojos esmeralda de Sakura todavía atraían su interés, más que nunca antes. Mientras se permitió a sí mismo llenarse con todo lo que le rodeaba, los ojos de ella parecían hacer lo mismo. Sus dedos se movieron nerviosamente a través de su mano y contra su polla. Él gimió y observó las pupilas de ella dilatarse, profundizando su mirada; se preguntó si los suyos hacían lo mismo.Naruto vio cómo su lengua se deslizaba lentamente por su labio inferior. Lentamente, la flexible carne desapareció dentro su boca y observó cómo lo mordía. Tragó saliva.—No —dijo, su voz ronca—, especialmente en este tipo de situación. —Le sonrió—. Aun así, te lo aseguro, mi polla es muy especial.Sakura sonrió. —No puedo creerlo... tuviste esto dentro de mí.Las caderas de Naruto se balancearon hacia ella al oír sus palabras. Su polla recordaba follársela por el culo, evocaba la estrechez y la calidez que esperaban dentro de ella. Recordaba sus quejidos y suspiros, la forma en que se curvaba contra su pecho cuando se corría debajo de él. Lo deseaba mucho y estaba haciendo un pésimo trabajo para ocultarlo.Sakura se acercó a él, hasta que su cabeza tocó su pecho. Los brazos de Naruto la rodearon, como por instinto.—Quiero hacer que te corras, —susurró contra su pecho. Tímidamente. Seductor amante. Su mano todavía le agarraba y deslizó la mano arriba y abajo por toda su longitud. Naruto se levantó en las puntas de sus pies y jadeó, incapaz de resistir la deliciosa fricción de su mano, pero luchando contra la urgencia de empujar contra la suavidad de sus pechos mientras estos se encontraban con la punta de su polla.—Sigue haciendo eso —dijo con voz ronca. Colocó una mano contra la pared detrás de Sakura, su brazo extendido como recordatorio de no magullarla. Su otro brazo la sostenía holgadamente contra él. Notó que su hombro lesionado estaba apoyado contra él, con su mano en su sensible y escaldada cadera.Ella le acarició. Él abrió su boca y silenciosamente tomó aliento para no gemir, su estómago tensándose bruscamente. Sus caricias se sentían poco experimentadas, inconexas, como celestiales en un instante y como un ataque en el siguiente, pero lo estaba disfrutando. Le estaba acariciando porque ella quería, no por otra razón. ¿Qué coño me estás haciendo, Sakura?Durante el siguiente minuto, su mente se quedó en blanco. Incapaz de resistir, se movió dentro de su mano, sus caderas moviéndose bruscamente hacia delante para tocar con su polla contra las jodidamente increíbles tetas de Sakura.Estás arruinando mi vida...Tan suave. Era tan jodidamente suave.—Oh... Dios —salió de su boca, pero a Naruto no le importaba una mierda. Contra su pecho, Sakura jadeaba con agitación y esfuerzo. Los dedos contra la cadera de Naruto apretaron y tiraron de sus caderas más cerca y luego las empujaron de vuelta.Más. ¡Oh, joder! Por favor, más.—Más fuerte, Sakura, apriétame más fuerte —jadeó. Sakura obedeció, enviando a Naruto a un estado de nirvana. Él sintió como si fuera a arder desde el interior hacia afuera—. No pares. Sigue así.—Oh, Dios, Naruto. Estás tan duro —la voz de Sakura era pura lujuria—. Quiero que te corras. Quiero ver cómo te corres. —Intentó retirarse, pero Naruto la sostuvo más cerca.Él negó con la cabeza.—No me mires a mí, mira a mi polla. Mírala correrse toda por encima de ti. —La mano de Sakura apretó más y aceleró el ritmo.Naruto no pudo resistirlo por más tiempo. Con un grito, se puso de puntillas y se corrió encima de las generosas tetas de Sakura. Mientras jadeaba y trataba de no desmayarse, Naruto escuchó a Sakura chillar sorprendida.—¡Oh. Dios. Mío! —susurró y se rio. Miró hacia abajo a su cuerpo, su expresión divertidísima—. Está por todas partes. Aghh. Naruto, es... pegajoso.Naruto se rio y la observó mientras daba toquecitos a su semen e intentaba limpiárselo.Se rio disimuladamente.—Es más pegajoso cuando está mojado —le advirtió. Se giró y alcanzó el jabón. Se quedó quieto ante la caricia de su mano contra su espalda. Suspiró profundamente. En la euforia de su orgasmo, no tenía la energía para discutir o pelear.Se tensó cuando ella se acercó más. Cerró los ojos mientras ella trazaba las penetrantes líneas blancas que cruzaban su espalda. Su piel estaba roja por el calor del agua y sabía que las cicatrices estarían más pronunciadas a causa de eso. No era la primera vez que alguien había visto sus cicatrices. No estaba necesariamente avergonzado de ellas y no era como si escondiera su cuerpo a sus amantes. Pero nunca hablaba sobre ello, jamás.—¿Qué pasó? —El susurro era tan bajo, que Naruto lo habría pasado por alto si no supiera que iba a venir.—Una infancia de mierda —dijo monótonamente.El aliento de Sakura rozó por toda su piel. Ella besaba sus cicatrices.
Última edición por mariland el Lun Mar 23, 2015 9:18 pm, editado 1 vez
mariland- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
wow gran capitulo mariland ya quiero la conti
Ryukaru- Clan Seiryuu
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
mariland, por favor, no seas malvada, ¿en serio Naruto murió y tu nos dejas así con flashbacks al pasado? No sabes cuanto te odiamos y queremos al mismo tiempo xd
En cuanto al lemon, SÓLO DELE MUJER!, es un fin +18 ¿no? Así que... ¡Tire todo a la parrilla nomas!
En fin, el fic esta muy muy bueno. Como siempre estaré atento a los updates. Muchos saludos.
Pd: por favor, ¿really Naruto murio? ¡Recapacitalo!
Pd2: Sakura tiene los ojos verdes, olvidaste editar ese detalle.
En cuanto al lemon, SÓLO DELE MUJER!, es un fin +18 ¿no? Así que... ¡Tire todo a la parrilla nomas!
En fin, el fic esta muy muy bueno. Como siempre estaré atento a los updates. Muchos saludos.
Pd: por favor, ¿really Naruto murio? ¡Recapacitalo!
Pd2: Sakura tiene los ojos verdes, olvidaste editar ese detalle.
IngDeac- Clan Byakko
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
que buen capítulo naruto echa todo a la mierda en cuanto encuentra un momento de placer con sakura y ella muy inocente de muchas cosas pero no le quita el echo de que tenga la lujuria presente en ella espero por el próximo capitulo para que se aclare mejor que paso antes de que sakura quedara hospitalizada ojala no demores.
aduzumaki- Sennin
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
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Última edición por mariland el Dom Abr 19, 2015 5:42 pm, editado 1 vez
mariland- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
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Chicos espero y no esten olvidando esta historia, me d tisteza pensar que no he logrado captor su tatal atencion y que no guste.... Si mas aqui le dejo dos capitulo mas espero y logren emocionarlos mas
Capitulo XVIII
"Es doloroso pasar tanto tiempo con alguien, solo para descubrir, que es un desconocido"
- Es doloroso pasar tanto tiempo con alguien, solo para descubrir, que es un desconocido:
- Sakura entró en el coche y cerró la puerta con un golpe. Intentó ocultarlo, pero Naruto vio el modo en que se estremeció de dolor y se frotó la clavícula.—¿Feliz? ¿Le hemos dado una lección a la puerta? —se burló Naruto con u na sonrisa dulce.Los ojos de ella se entrecerraron mirando en su dirección, su furia era inconfundible.—No puedo creer lo que le hiciste a esa gente, Naruto. Eres tan... no importa. ¿Podemos simplemente irnos, por favor?La ira de Naruto, dormida a causa de su inesperado orgasmo previo, ahora aflora a la superficie.—¿Qué parte no te puedes creer? —dijo bruscamente, metiendo a la fuerza la llave en el contacto del coche robado y girándola—. ¿La parte en la que te rescaté de un grupo de violadores potenciales que te golpearon hasta dejarte medio muerta? ¿O quizás la parte donde, con gran riesgo para mí mismo, secuestré a un doctor para que me ayudara a salvarte? ¿Qué parte es, porque me gustaría saber cuál de esas cosas no debería volver a hacer por ti jamás? —Le puso una marcha al vehículo y arrancó. Por un momento, no le importó que Sakura hubiera sido zarandeada en su asiento.Silencio.Naruto se acomodó en el asiento, satisfecho. No era como si les hubiese asesinado. El doctor y su mujer eran libres para vivir sus vidas, no era peor de llevar. Sakura había estado mortificada de encontrarse a la pareja exactamente como él les había dejado la noche anterior: atados con cinta adhesiva a las sillas de su comedor. Haciendo una concesión, el hecho de que se hubieran orinado encima durante el curso de la noche era desagradable, pero por otro lado estaban ilesos. En una situación diferente, no les habría dejado ir tan fácilmente. Se preguntó cómo habría reaccionado Sakura a tal cosa.—Gracias —masculló Sakura desde el asiento del pasajero.—¿Por qué? — Naruto todavía estaba irritado.—Por salvarme la vida. Incluso aunque estés a punto de ponerla en peligro otra vez —susurró.Naruto no respondió. Era exactamente lo que iba a hacer. Conducirla y entregársela a Pein, entrenarla, venderla... perderla para siempre. Y matar a Madara. No nos olvidemos de esa parte.El pensamiento no mitigó la culpa que se resistía en su interior. Su corazón estaba pesado, sus pensamientos se mezclaban. Aun así, no podía permitirse mostrar debilidad. Toda la agitación de su interior debía ser ocultada, a todos.—No hay de qué, Cerezo, —se burló. Por el rabillo del ojo, vio a Cerezo frotarse el ojo y, con un rápido movimiento de muñeca, lanzar sus lágrimas hacia el suelo del coche. ¡Arruinando mi vida!Las cosas habían sido mucho más fáciles en la ducha, fáciles cuando eran simplemente ellos dos y el mundo exterior parecía irrelevante y más allá del alcance de sus pensamientos. El mundo ahora estaba en el coche con ellos y era Cerezo la que parecía más allá del alcance.Después de que ella le hubiera hecho sentir más placer del que nunca había tenido, con una paja, ni más ni menos, él había disfrutado enjabonando su piel, observando atentamente mientras el agua resbalaba sobre los firmes picos de sus pezones, bajando por la pendiente de su vientre bronceado y sus caderas, y descendiendo más allá del triángulo rosa entre sus muslos. La había tocado ahí también, escudriñando con sus dedos a través de su escaso vello hasta que sintió su carne resbaladiza separarse bajo sus dedos. Era como abrir una flor, sus pétalos rosas y vibrantes, brillando por la condensación y la lujuria.Se había arrodillado delante de ella, venerándola. Se había abierto para él, hambrienta, llena de deseo. Cada uno de sus sentidos había estado ligado y enfocado en ella. Podía oler su excitación, podía ver la forma en que su carne se oscurecía y, contra sus dedos, la había sentido temblar, había oídos sus suaves gemidos. Ella le había rogado que la saboreara. Despacio, había lamido su diminuto brote.¡Oh! Cómo le había deseado.Ella se había abierto más y había colocado sus dedos en su pelo para tirar de él más cerca.—Suplícame —había susurrado las palabras contra ella.—Por favor, Naruto. Por favor, lámeme.Él había obedecido. Un largo y húmedo lametón cruzando sus pétalos abiertos.Ella sollozó: —Otra vez. Por favor. Otra vez.—Di que quieres que te lama el coño.Ella tiró de su pelo más fuerte.—¡Naruto! —chilló.—Dilo. Quiero oír más guarradas de tu boca.Ella dudó. Sus caderas se movieron hacia su boca, pero él no hacía más que besarla con sus labios.—Por favor, Naruto. La-lámeme el... coño.Nada le había puesto tan cachondo jamás. Le había separado más las piernas, acunando sus muslos con sus hombros y presionando su cara contra su coño. ¿Lamerla? Joder, la devoró.El dolor ya no parecía ser un problema para ella ya que se curvaba y mecía sus caderas contra su boca voraz. Sus manos le sostenían la cabeza, empujándole más adentro, demandando más, incluso cuando él se lo daba y daba.Cuando ella se corrió, su coño apretó su lengua. Humedad, palpitación, carne y agitación contra humedad, palpitación y carne. Sus jugos empaparon su boca, una descarga de miel que no sólo se tragó, sino que sorbió de su carne durante rato después de que ella le hubiera suplicado que parara.Pero eso había sido antes. Esto era ahora.Naruto suspiró con pesadez, frustrado por el giro de los acontecimientos. Más molesto que el comportamiento de Cerezo era la perspectiva de la inminente visita de Pein. Había intentado llamar a Pein antes, mientras Cerezo se vestía y peinaba su cabello, pero no había habido respuesta. Naruto sólo podía asumir que Pein estaba, o bien de camino, o bien ignorándole. Esperaba que fuera esto último. La última cosa que necesitaba después de lo que seguramente sería un viaje muy largo y agotador, era una confrontación con Pein.Su relación era más que complicada. Pein era muchas cosas para Naruto. Durante un tiempo, su guardián. Luego, un amigo. ¿Ahora? Pein le llamaba hermano. Pero Pein era también mucho más. Pein mantenía un poder y una influencia sobre Naruto con la que nunca se había sentido cómodo. Naruto había sido un adolescente difícil. Después de Mizuki, se había quedado con un montón de miedo que se había convertido en ira. Había habido veces en las que habían discutido y Naruto había visto cosas en Pein que deseó no volver a ver nunca.Pein no se detendría ante nada para llevar a cabo sus planes. Todo el mundo era prescindible; todos eran daños colaterales. Si alguna vez se llegaba a eso, Pein podría matarle, y, por tanto, Naruto tenía que estar preparado para golpear primero. La tregua radicaba en el hecho de que ninguno de ellos disfrutaría con la tarea. Mientras Naruto seguía su camino a través de carreteras angostas, se permitió pensar en lo que haría si Pein estuviera esperándoles. Agarró el volante más fuerte. Lo sabía. Ese era el problema. Sabía exactamente lo que pasaría.Prepárala.—Nos va a llevar todo el día y parte de mañana llegar a nuestro destino. —Relajó su agarre en el volante y se apoyó contra el respaldo de su asiento. Tenía que dejar de ser suave con ella. Tenía que hacerla fuerte, hacerla dura, y conocía mejor que la mayoría cómo la frialdad de la realidad podía ensombrecer cualquier esperanza inocente. El primer paso había sido contarle la verdad sobre su futuro, pero tenía que empujarla más lejos. Tenía que hacerle entender.No había futuro para ellos.—Te sugiero que te tomes tu tiempo y asumas la seriedad de la situación. Te perdono por huir, pero sólo porque el destino ha hecho un mejor trabajo castigándote del que podría hacer yo. — Naruto mantuvo sus ojos hacia el frente, negándose a aceptar a la chica con el corazón roto que estaba a su lado. No tenía que mirarla para saber cuánto le herían sus palabras. Un eco de su dolor parecía reverberar a través de él. Al menos, eso era lo que él quería creer que era: un eco.Recordó la presión de sus labios contra sus cicatrices. Ella besó mis cicatrices y yo cree otras nuevas para ella.—¿Vas a seguir adelante con ello? —El tono de Cerezo era angustioso, pero también enfadado y decidido.Se dijo a sí mismo una y otra vez: Ya está trazando su venganza. Nunca te apreciará. Si se lo recordaba a sí mismo lo suficiente, quizás podría hacer entender a su mente la verdad. Así que se repitió las palabras como un mantra. Está jugando contigo. Está haciendo tiempo hasta que pueda deshacerse de ti.—Nunca dije otra cosa, Cerezo. No he roto ninguna promesa hacia ti —replicó Naruto, su tono severo e inflexible. Tenía que cerrar de golpe la puerta a todo lo que había entre ellos. Era la única manera de seguir adelante y asegurarse de que ella sobreviviera. También es su supervivencia.Naruto esperaba sus lloriqueos en cualquier momento. Era su baile: ella luchaba contra él, él le hacía daño, ella lloraba... él se sentía como una mierda.Repetimos. Se sorprendió al oír el acero en su voz cuando ella le espetó:—Me prometiste que si hacía lo que me pedías, siempre saldría mejor parada. ¿Todavía lo crees, Naruto? ¿Realmente crees que venderme como esclava sexual será lo mejor para mí?—Ya está hecho —dijo él.—Que te jodan —escupió ella.La ira surgió y se intensificó siguiendo a su culpabilidad. Se lo había prometido, pero no de la forma que ella proponía.—Pretendía enseñarte a sobrevivir a esto. Siempre he tenido la intención de armarte con lo que necesitarás. En ese sentido, sí —siseó—. Mantendré mi promesa. Pero a su vez he hecho otras promesas, a alguien que se ha ganado mi lealtad.—¿Se supone que debo ganarme tu lealtad, Naruto? —le miró con desprecio—. ¿Por qué? ¿Qué hay de mi lealtad? ¿Qué has hecho para ganártela? — Naruto tensó su mandíbula—. Eres peor que esos moteros —escupió, su cuerpo tenso y enroscado, listo para atacar—. Al menos ellos sabían que eran monstruos. ¡Eres patético! Eres un monstruo que se cree que es algo más.El calor subió por la columna de Naruto e irradió bajando hacia sus dedos. Sujetaba el volante apretándolo con los nudillos blancos. Su primer instinto fue golpearla, soltar el volante y abofetearla cruzándole la cara, pero, ¿qué probaría con eso? Sólo que tenía razón, lo que, por supuesto, era así. Sólo un monstruo podría hacer las cosas que él había hecho. Sólo un monstruo podría tener los instintos que él tenía, y sólo un monstruo podría sentirse indiferente a su naturaleza o tratar de racionalizarla.—Yo sé lo que soy —dijo con calma—. Siempre lo he sabido.Le lanzó una rápida ojeada de arriba a abajo. Ella se encorvó de nuevo en su asiento, como si su mirada fuera veneno.—Eres tú la que piensa otra cosa —dijo Naruto. Vio a Cerezo encogerse. Sus palabras aparentemente herían sus sentimientos, pero eran la verdad. La verdad les lastimaba a los dos. Ella le había visto como algo más, algo que juzgaba mejor. Por un pequeño instante, él había compartido su imaginación. No se había dado cuenta de lo mucho que significaba para él, hasta que dejó de ser verdad.Nadie le había visto jamás como alguien capaz de ser más y él acababa de herir a la única persona que lo había hecho. Mejor así. Quería volver a la época antes de que hubiera sabido que ella existía, la época en la que su vida era en blanco y negro, y el gris no importaba. Sentía nostalgia de la simplicidad de su vida, libre de dilemas morales, culpa, vergüenza, lujuria dominante, y, el peor pecado de todos: anhelo. Quería irse a la cama por la noche y saber exactamente qué esperar cuando se despertase. Quería a Cerezo fuera de su vida y fuera de su cabeza.El espacio dentro del vehículo era silencioso, pero alto y claro. Naruto estaba contento de mirar fijamente a través del parabrisas mientras los tramos de carretera desaparecían debajo de ellos, llevándoles a miles de kilómetros de aquella ducha, sus confesiones, y de todas las posibilidades de lo que habría podido haber entre ellos.Después de un rato, finalmente se aventuraron por carreteras urbanas pavimentadas. La civilización les rodeó. A Naruto no se le pasó la forma en que Cerezo se sentó derecha en su asiento, su cabeza girada para ver todo lo que pasaba por su ventanilla. Levantó el brazo que no estaba herido y presionó la palma contra la ventana.Naruto tragó saliva y la ignoró, con los ojos al frente.El sol estaba brillando resplandeciente, calentando lo que quedaba del frío de la mañana. Naruto se estiró para alcanzar el aire acondicionado y bajarlo. Bajaría las ventanillas cuando no hubiera tanta gente alrededor que escuchara las apasionadas súplicas de auxilio de Cerezo. También tenía que deshacerse del vehículo, sólo por si acaso el doctor no había mantenido su palabra y los Federales ya estaban buscándolos. Tenía unos pocos cientos de dólares americanos y unos pocos cientos de pesos, cortesía del doctor. No era suficiente para sobornar a un policía, pero bastante para los habituales que pudieran causar problemas. En cualquier caso, cuanto antes llegaran a Tuxtepec, mejor. Naruto se metió en una rotonda y tomó la salida que llevaba hacia Chihuahua. Tendría que parar y conseguir todo lo que necesitaba cerca de la ciudad.—No puedes cambiar de parecer, ¿verdad? —Las suaves palabras trajeron a Naruto de vuelta al coche. No quería hacer esto más. No quería hablar—. Esto está ocurriendo de verdad. ¿No? Y tú vas a dejar que ocurra... ¿lo harás?—Intenta dormir, Cerezo. —Su voz era distante y rígida—. Tenemos un largo camino por delante.Ella no cedería, aunque sus modales eran relajados y displicentes, como si sólo estuviera hablando en voz alta, sin esperar una respuesta. —Admito que... al principio pensé... —se encogió de hombros—. Pensé que realmente eras mi “caballero de la brillante armadura”. Una estupidez, lo sé.Su tristeza irónica, mientras repetía las palabras de Naruto, trataba de hacerle sentir culpable. En lugar de ello, consiguió ignorarla. No le iba a dar la satisfacción de importunarle con una discusión.—Estaba tan impactada cuando te vi otra vez. Impactada de descubrir... entonces pensé que eras un monstruo. Me aterrorizabas. Pero, ¿ahora? Ahora no sé cómo sentirme acerca de ti, —susurró ella.Naruto agarró el volante más fuerte con una mano y giró el control de la radio, llenando el vehículo con música mariachi a todo volumen. Cerezo se volvió para encararlo, la antes distante mirada se había ido de su cara y la reemplazaban unos ojos entrecerrados y una boca convertida en una línea severa. Alcanzó el botón y apagó la radio.—¿Así que esta es tu respuesta?Naruto tomó una honda respiración y trató de controlar su enfado.—Te crees que eres jodidamente lista, ¿verdad? —le dedicó una carcajada triste y condescendiente—. ¿Honestamente crees por un segundo que no me doy cuenta de que lo estás haciendo? Estás intentando hacerme sentir culpable, intentando hacerme creer que tienes sentimientos hacia mí. —Ella hizo una mueca y su mandíbula se tensó—. Sabes que estás atrapada y estás intentando encontrar una forma de escapar. Intentar seducirme con tu espectáculo de cariño y confidencias no funcionará conmigo —se burló cuando vio la forma en la que Cerezo fingió sorpresa y dolor—. Puedes dejar de actuar. No estoy impresionado. Tus intentos son ridículamente transparentes.Se anticipó a su furia, mentalizándose para ella, pero no le había otorgado suficiente reconocimiento. En lugar de soltar improperios, Cerezo le atacó con un razonamiento frío y resuelto.—Tienes razón, Naruto. Estoy tratando de seducirte. Estoy tratando de encontrar una forma de escapar de este lío de mierda en el que me has metido. ¿Qué más puedo hacer? ¿Qué harías tú en mi lugar? —No había lágrimas en sus ojos, tampoco había enfado. Sólo había verdad, y la verdad era siempre poderosa. Y también dolorosa.Naruto sabía exactamente lo que habría hecho en su lugar, porque lo había hecho. Había habido ocasiones en las que había intentado conseguir que los hombres le ayudaran, le liberaran, y le pusieran a salvo de la traición de Mizuki. Había oí do a los hombres que compraban su cuerpo jurar que le amaban. Se había permitido a sí mismo darle validez a las palabras de cariño que le susurraban al oído. Pero cuando se acababa, cuando habían tomado todo lo que habían podido de él, habían traicionado su confianza por Mizuki. Recordaba la forma en que su corazón se había roto cuando Mizuki había usado sus propias palabras para mofar se de él mientras le golpeaba.—Lo siento si soy tan mala en eso. Lo siento si encuentras mis intentos ridículos, pero no sé cómo hacerlo mejor. Eres todo lo que conozco. Por si sirve de algo, no estoy intentando hacerte creer nada. Nunca te he mentido. Cuando te pedí que me hicieras el amor, no era una estratagema, y duele de la hostia oír que piensas lo contrario, porque... —Su voz finalmente se rompió, las lágrimas haciendo estallar su fachada.Naruto sintió pánico. No tenía ni idea de qué hacer. Sus palabras, su presencia y su dolor, le afectaban. Lo odiaba. Sus recuerdos, los que había trabajado tanto por empujar dentro de los olvidados recovecos de su mente, llamaban a la puerta de su consciencia. Conectaban con Sakura, contactaban con su sufrimiento, y juntos, amenazaban con destruirle.Un aliento de estremecimiento y Cerezo parecía tener mejor control de sí misma. Se limpió los ojos, respiró hondo otra vez y se retiró a su lado del vehículo, sus ojos de nuevo enfocados en el mundo que pasaba por su lado. De vez en cuando su barbilla temblaba y tomaba otro aliento para mantener alejadas sus lágrimas.Tenía más dignidad de la que incluso ella misma era consciente y Naruto decidió que nunca más le diría lo contrario. Deseó no habérselo dicho nunca en primer lugar. Su corazón latía acelerado, golpeando duramente en su pecho y creando un ruido sordo en sus sienes que hacía que le doliera la cabeza. Su estómago también estaba afectado, una extraña clase de dolor hormigueante revolviéndole las entrañas.Tuvo el impulso de ofrecerle a Cerezo consuelo, decirle la verdad: sus intentos eran de todo menos ridículos. Sin embargo, sabía que contárselo sería ponerse a sí mismo en una increíble desventaja. Tan sólo el hecho de reconocer cuánto quería consolarla era desconcertante. Aun así, el pensamiento de hacerle más daño del que ya le había hecho, era demasiado, demasiado con creces.—Cerezo, yo...Ella se inclinó hacia delante y giró el botón de la radio y la irritante voz del locutor interrumpió a Naruto. Evitó sus ojos y volvió a concentrarse en la ventanilla.Naruto suspiró de alivio. No tenía ni idea de qué coño había estado a punto de decir. Lo importante, en lo que tenía que centrarse, era en que no habría más conversación por el momento. Deseaba poder decir lo mismo para las próximas veinticuatro horas que pasarían juntos en la carretera.* * * *Había sido un día agotador. Lo que debería haber sido conducir durante nueve horas se había convertido en veinte porque Naruto tenía que parar por Cerezo muy a menudo. Con sus costillas y cuello lastimados, necesitaba estirarse frecuentemente, así que paró a lo largo de calzadas aisladas. Para cuando llegaron a la ciudad de Zacatecas, Naruto había soltado un suspiro de agotamiento y decidió que podrían parar finalmente para pasar la noche y disfrutar de un sueño muy necesitado.Cerezo había hablado muy poco durante el viaje, lo que demostró ser un gran alivio para Naruto. Había cambiado el sedán de lujo del doctor por una robusta pero abollada camioneta de granja, y algunas provisiones. Supondría bastante beneficio para el granjero, así que respondió tan pocas preguntas como le fue posible, llegando al punto de ignorar explícitamente a Cerezo y sus heridas.Durmió la mayoría del camino. Las drogas en su organismo parecían bloquear su dolor, aunque la dejaban mareada. Naruto se aseguró de mantener una botella de agua cerca de ella y también de que bebiera de ella cada vez que estuviera despierta.Zacatecas era una ciudad descomunal, llena de cientos de miles de personas, muchos de ellos turistas. Naruto tomó mucho cuidado de encontrar un motel para pasar la noche. Cerezo había dicho que no volvería a escapar de su lado otra vez, pero la mirada en sus ojos cada vez que se cruzaban con turistas americanos con familias, decía otra cosa diferente. Escaparía otra vez, si se le diera la oportunidad. No es que pudiera culparla.—Tengo que darme una ducha, —dijo Naruto en el silencio de la habitación—. Puedes sentarte en el baño conmigo, o bien puedo atarte. La elección es tuya.Cerezo lo miró firme y fijamente.—¿No confías en mí? —se burló.—No, cuando me miras así, no.Ella se sentó con rigidez en el borde de la cama, su indignación emanando de ella como una niebla tóxica intentando estrangularlo.—Te dije que no me escaparía. Vete a darte tu puñetera ducha y déjame sola.Naruto cerró los ojos y respiró hondo para calmarse. Estaban otra vez con esto. Bien, pensó, este era un momento tan bueno como cualquier otro para restablecer las reglas entre ellos. Cuando abrió los ojos, un cálido hormigueó descendió por su columna y finalmente se sintió como él mismo otra vez. Su mirada cayó sobre la chica y sonrió cuando ella se encogió.—Levántate —dijo calmadamente, la amenaza en su voz era silenciosa, pero seguía estando presente. La chica miró hacia él por un momento y tragó con fuerza. Era obvio que su enfado se había convertido rápidamente en miedo.—¿ Naruto? —su voz era baja, sumisa.—Levántate. Ahora.Despacio, Cerezo bajó sus ojos hacia el suelo y se levantó sobre sus piernas temblorosas. De hecho, su cuerpo entero estaba temblando. Naruto, al final, no sintió remordimientos, ninguna lástima por la chica que tenía enfrente. Era suya, para hacer con ella lo que quisiera. El pensamiento era un afrodisíaco en sí mismo.—Desnúdate —fue su orden, y la chica se encogió aunque sus palabras habían sido dichas en voz baja. Un lloriqueo escapó de sus labios, pero no dudó en seguir su orden. Despacio, alcanzó la cintura de la falda con vuelo que Naruto había seleccionado para que ella la vistiera y la empujó hacia abajo por encima de sus caderas, hasta que formó un montón a sus pies.Ignoró las bragas y deslizó sus dedos temblorosos hacia el botón superior de su blusa, hubo más lloriqueos, pero Naruto los ignoró. Él observaba, dolorosamente excitado por la adrenalina que lo recorría mientras ella cautelosamente deslizaba cada botón a través de su ojal hasta que alcanzó el final. La tela se abrió, exponiendo una tentadora franja de carne entre sus pechos desnudos. Levantó la mirada hacia él brevemente, sus ojos suplicando.—Fuera con ella.— Naruto...—¡Así —rugió amenazante—, no es como te diriges a mí! Hazlo otra vez y no te perdonaré.Cerezo empezó a llorar, pero permaneció de pie.—Sí... por favor... no...—Te ofrecí una elección. Si no puedes tomarla, entonces yo tomaré las elecciones por ti. ¿Entendido?Ella se sorbió la nariz.—Sí, Amo. —Las palabras parecían dolorosas de decir para ella, pero a Naruto no le importaba nada su dolor en ese momento. Le había desafiado por última vez. La miró desapasionadamente mientras se deslizaba la camisa por los hombros y las bragas por sus piernas. Se quedó de pie, temblando y llorando, pero finalmente obediente.—¡Arrodíllate! —ladró por el placer de verla gateando para obedecer. Sonrió mientras las rodillas de ella golpeaban la alfombra andrajosa y sus manos iban a cubrir sus pechos para ocultarlos de su vista. Su corazón se aceleró y casi gruñó con la caricia de su palma contra su erección, atrapada entre sus pantalones.Caminó despacio y deliberadamente hacia ella, observando con sádico placer mientras ella cerraba los ojos y sus labios se movían; no hacía ningún sonido. Tiró del cordón que sujetaba su pelo detrás, dejando que su larga y oscura melena cayera en cascada por su cuerpo desnudo, pero sin ocultar nada.—¿Recuerdas lo que pasó la noche que decidiste gritar mi nombre? —preguntó casualmente. La chica lloriqueó mientras asentía. Él levantó un mechón de su pelo y lo envolvió alrededor de su mano, cada vuelta acercando más su mano a su cuero cabelludo y estirándolo suavemente, pero sin una implicación siniestra—. Si quisiera que asintieras, te movería tu jodida cabeza yo mismo. Contesta... por favor.El pecho de Cerezo subía y bajaba con la fuerza de su llanto, pero la respuesta llegó:—Sí, Amo —Naruto desabrochó el botón superior de sus pantalones vaqueros, robados al buen doctor—. Oh. No. Por favor, Amo. Por favor, no.—¡No hables a menos que sea para responder a una pregunta que se te haya hecho! —Cerezo se quedó callada, los labios apretados—. Respira por la boca; lo último que quiero es que te desmayes sin mi permiso. —Ella jadeó pero no habló—. ¿Cómo te castigué?Las palabras parecían afectarla como un golpe físico y se apartó de su mano, con pánico, pero no tenía a dónde ir. Naruto tiró de su pelo lo suficientemente fuerte como para devolverla a su posición, pero no con fuerza bastante como para lastimarla.—Contéstame.—Tú... tú... ¡No puedo! —Lloró.—¡Contesta a la pregunta!—¡Me follaste!Naruto se bajó la cremallera lentamente, prolongando el momento para beneficio de los dos.—Sí, te follé. Justo en tu sexy culito. —Ella jadeó al oír sus palabras, su cara era un desorden hinchado con su boca abierta mientras lloraba—. ¿Te gustó?Negó con la cabeza:—No, Amo. No.Naruto chasqueó la lengua y atrajo su cabeza contra su erección, todavía resguardada en su ropa interior, pero indudablemente caliente contra su piel a pesar de todo.—Mentirosa. Te corriste más veces de las que tenías derecho a hacer. Lo sé porque te sentí, caliente y aferrando mi polla, suplicándome que me corriera dentro de ti. ¿No es cierto?La chica meneó la cabeza, no, pero susurró:—Sí, Amo.Los recuerdos se reprodujeron en la mente de Naruto como una serie de flashes eróticos. Recordaba lo bien que se sentía estando enterrado dentro de ella y sentirla empujar contra él. Sería tan fácil tenerla otra vez, tenerla de la forma que quería y llevarla a las cumbres de un éxtasis insoportable hasta que no pudiera saber en qué se diferencian el dolor o el placer. Sin embargo, tenía algo más importante que hacer.—¿Cuál es tu nombre?—¡Cerezo! —gritó sin dudar.—¿A quién perteneces?—A ti —lloriqueó.—Sí. A mí. Ahora, dime, ¿qué podría hacer contigo? —Su tono era urgente.—¡No lo sé!—¡Lo sabes! Dímelo.— Nar…—¡No te atrevas! No soy tu amante. ¡No soy tu amigo! ¿Quién soy?—¡Amo! Tú eres mí… Quiero parar. Por favor, hazlo parar.—Responde a mi pregunta, ¿Que podría hacer contigo?—¡Cualquier cosa! ¡Cualquier jodida cosa! —Sollozó húmedamente.—Sí, podría hacerte cualquier cosa. Podría agachar tu cabeza y follarte hasta que no te pudieras mantener en pie y no habría nada que pudieras hacer al respecto. Estás golpeada, lastimada y bastante cerca de estar destrozada. Podría matarte. Esos moteros podían haberte matado, ¡pero tú continúas provocando!—¡No! No, Amo.—¿Eres orgullosa?—No, Amo.—¿No?—¡Sí! Sí, Amo. Soy orgullosa. ¡Lo siento!—¿Vale la pena la situación en la que estás por culpa de tu orgullo?Naruto la soltó y observó cómo colocaba las manos en el suelo y lloraba con la cabeza agachada.—No, Amo.Había hecho lo que se había propuesto hacer.—Exacto, Cerezo. Tu orgullo no vale la pena. No vale la pena el dolor. No vale la pena la tortura que yo, o cualquier otro, podría infligirte. Y también es seguro que no vale la pena tu vida. ¡Sé lista! Pelea las batallas que puedas ganar y acepta las que no puedas. Así es como se sobrevive. —Así es como evitas estar atado a un jodido colchón y empapado con tu propia sangre.—¡Lo siento! Por favor… para. No seas así más. ¡No puedo soportarlo! ¡No puedo soportar estar contigo y no saber quién eres de un momento a otro! — gritó Cerezo.Naruto se abotonó los pantalones y se agachó con una rodilla en el suelo y tiró de Cerezo hacia sus brazos. Ella no ofreció resistencia, sus brazos envolvieron su cuello como si hubiera estado desesperada porque estuvieran allí todo el tiempo y sollozó contra su cuello.—Me gustas mucho más cuando eres así —susurró mientras presionaba sus labios contra su cuello suavemente, una y otra vez como si buscara calmarle, cuando era ella la que estaba necesitada de calma.—Lo que te guste o no es irrelevante, Cerezo —respondió él con amabilidad. Ella se quedó quieta, no tensa, sólo laxa—. Es lo que tienes que empezar a esperar.Sin más palabra, Naruto la levantó con sus brazos y la cargó hasta el baño. Ambos necesitaban que el agua se llevase con ella ese día.Empezarían frescos por la mañana.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Capitulo XIX
“Deja de tratar de controlar todo y sólo liberate”
- “Deja de tratar de controlar todo y sólo libérate”:
- Día 6:Miro a mí alrededor y me siento desilusionada por la falta de oscuridad y aridez de esta habitación. Tenía otra idea de lo que era una sala de interrogatorios: un espejo de dos caras, una mesa rayada de metal y una lámpara de alto voltaje iluminándome la cara y haciéndome sudar. En su lugar, la habitación parecía una clase de preescolar con proyectos de arte y refranes motivacionales escritos en cartulina brillante y pegados a la pared. Estoy sentada en una silla de plástico mirando a Hatake a través de una mesa redonda, imitación de madera, que está frente a mí.—Está bien —dice Hatake soltando un suspiro— sólo para tener la cronología correcta: después que fuera secuestrada estuvo, aproximadamente, tres semanas encerrada en una habitación oscura, en una ciudad que no puede recordar. Escapó del hombre conocido como “Naruto” y casi de inmediato, fue secuestrada de nuevo por un hombre llamado “Kimimaru” y su pandilla de motoristas para pedir un rescate. Se comunicó con su amiga Hinata Hyuga y le pidió que consiguiera los cien mil dólares del rescate y los llevara a Chihuahua, México para intercambiar su libertad por el dinero. Nunca llegó a la entrega, ya que fue rescatada por “Naruto”. A la mañana siguiente, descubrió que él había secuestrado a dos personas más y las mantenía como rehenes en su casa. Las dejó con vida pero les robó el coche y ambos se dirigieron a Zacatecas, México. Estuvieron allí aproximadamente tres meses.Hizo una larga pausa como si estuviera esperando que yo agregara otra cosa que lo sorprendiera aún más.Se llevaría una enormemente decepción. Tendría que acostumbrarse a la desilusión.—¿Todo esto es correcto? —pregunta Hatake.—Parece que quiere usted escupir cada vez que dice su nombre —le digo sin inflexión.—Mis sentimientos son irrelevantes —me contesta.—Son importantes para mí.Hatake sacude la cabeza y parece que no puede evitar poner su granito de arena.—Es un traficante de personas, señorita Haruno, un asesino y un violador. No la rescató. La capturó. Hay una amplia diferencia entre las dos cosas. ¿Ha considerado usted que podría tener el síndrome de Estocolmo? De lo contrario, no veo cómo puede defenderlo, en ningún nivel razonable.Mi vista está borrosa.—Era un montón de cosas, eso es verdad —le digo. Mi voz está ronca y mis labios tiemblan por el profundo dolor—, pero era más de lo que ha escrito en sus malditos informes. —Parpadeo, mirando con furia al agente Hatake—. Fueron los motociclistas los que trataron de violarme. ¡Fueron ellos los que casi me matan a golpes! Si Naruto no los hubiera detenido, probablemente estaría muerta.—¿Él los mató? —insiste de nuevo Hatake.Respiro profundamente y me inclino hacia atrás en la silla secándome las lágrimas—. ¿Cómo voy a saberlo? —contesto encogiéndome de hombros— Estaba inconsciente.—No estoy desestimando lo que esos hombres le hicieron. Sobre todo si sucedió como usted dice.—¿Está insinuando que no sucedió de esa manera?Hatake dejó escapar un suspiro de exasperación.—Yo no he dicho eso. Me interesa la verdad y nada más.Hubo una larga pausa, los dos recuperando fuerza tras el debate.—La subasta. ¿Cuándo se supone que sucederá?—Naruto dijo que alrededor de una semana a partir de ahora.—¿Dónde?—No lo sé. En Pakistán, en alguna parte.Hatake me dispara las preguntas rápidamente. No tengo más remedio que responder con la misma rapidez. No quiero que confunda mis pausas con respuestas. Peor aún, no quiero que piense que estoy haciendo tiempo porque estoy mintiendo (aunque lo esté haciendo).—Así que, de acuerdo con Naruto y Pein, ¿se supone que Obito, que también responde al nombre de Madara, estará allí?—Supongo —respondí mecánicamente.—¿Estará Pein allí?—¿Cómo diablos voy a saberlo?—¿Estará Naruto allí?—Naruto está muerto —dejo caer la mano con fuerza sobre la mesa—. ¿Cuántas veces tengo que decirlo?Hatake se echa hacia atrás, poco convencido.—¿Cómo murió?—¡Ya se lo dije!—Dígamelo otra vez.—¡Váyase a la mierda!—¿De quién era la sangre que tenía en su ropa cuando la trajeron?—Suya.—¿Cómo llegó hasta allí? —Se inclinó hacia mí.—¡Ya se lo dije! Murió en mis putos brazos.—Y todo muy romántico. ¿Quién lo mató?Salté de la silla tirándola hacia atrás, lo que hizo que golpeara otra mesa y volcara el cesto de papeles lleno de material de arte.—¡Deje de preguntarme! Ya he respondido.Hatake se levantó rodeando rápidamente la mesa. Antes de que pudiera correr, antes de que pudiera siquiera reaccionar ante el temor que me ahogaba, me puso boca abajo sobre la mesa con los brazos detrás de la espalda. Sentí el frío de sus puños y luego escuché un clic, como si me hubiera puesto unas esposas alrededor de las muñecas. Pienso que nunca debería haber pedido estar a solas con él. No hay nadie que lo vea. Solo es mi palabra contra la suya. Lucho, pero me inmoviliza fácilmente. Obviamente ha hecho esto anteriormente. Naruto estaría impresionado.—¡Váyase a la mierda y aléjese de mí, idiota!Su voz es tranquila pero llena de autoridad.—Voy a dejarla ir tan pronto como se calmes. No me gusta que me amenacen, señorita Haruno.—No lo hice… —empiezo a decir pero me interrumpe.—No está permitido tirar los muebles. Lo tomo como una amenaza.¡Estoy furiosa! Su tono es tranquilo y sereno. Sé que si no me calmo, me va a mantener así para siempre. Es casi tentador, pero me obligo a dejar que mi cuerpo se relaje. Ésta es una batalla que no puedo ganar.Hatake libera poco a poco su agarre al ver lo calmada que estoy. Pronto estoy libre y enderezándome. Es mucho más alto que yo, ni siquiera le llego al hombro, así que tengo que levantar la cabeza y lo miro de mala manera.—Si me escupe, no le gustará lo que haré después —dice muy en serio, pero pude ver la sombra de una mínima sonrisa. Naruto.—¿Qué pasa con lo que le pedí? —digo en un susurro tomando ventaja de nuestra cercanía. No estoy ni remotamente magullada como de costumbre y sé lo que quieren los hombres poderosos como él, quieren mujeres hermosas como yo. Balanceo mi cuerpo hacia él tratando de parecer casual.Frunce el ceño y me mira de forma extraña. Lentamente sus manos suben hasta quedarse sobre mis hombros. Están calientes. Me pregunto si su boca también lo está. Lamo mi labio inferior y sus ojos siguen mi lengua.Él me lo recuerda. Me recuerda tanto a él. Ya han pasado días desde que alguien me ha tocado de la manera que me gusta.Me empuja hacia atrás suavemente. Este hombre es muy eficiente.—La entrada al programa de Protección de Testigos no está garantizada —dice. Agarra la silla que tiré y hace un gesto para que me siente—. Esto rebasa las líneas internacionales, no sólo las federales. El Departamento de Justicia está revisando el caso y es complicado porque depende de otros factores. —Se sienta dónde quiere y me mira—. Siéntese.Miro la silla y levanto los brazos por detrás de la espalda moviendo los dedos.—Voy a dejarle eso puesto. Perdóneme si no confío en usted.Fuerzo una sonrisa solo para molestarlo.—No voy a firmar nada hasta que lo consiga. Voy a decir que mentí acerca de todo.Se inclinó hacia mí.—¿Ha estado mintiendo, señorita Haruno? —pregunta con una mirada caliente que echa humo, intimidante como el infierno. Si no fuera por el hecho de que he estado con Naruto durante tanto tiempo, probablemente me mearía como un cachorro, pero después de Naruto, las amenazas de Hatake son como una caricia—. Siéntese.La orden era menos amable.Me siento lentamente, dirigiéndole la mirada más sensual que puedo lograr. Tiene los ojos fijos en los míos todo el tiempo, tratando de mantener la autoridad, el control. Poco a poco me inclino y le escupo un zapato. Levanto la vista para mirarlo con los labios húmedos y una sonrisa.Me agarra por el antebrazo con tanta fuerza que me provoca una mueca de dolor y me pone de pie.—Hemos terminado por hoy. Puede volver a su habitación. —Me empuja hacia la puerta y me voy sin discutir.Quiero volver a mi habitación. Estoy demasiado cerca de caerme a pedazos y no quiero que Hatake lo sepa. No quiero que nadie me vea caer a pedazos.* * * *Día 7:El dolor siempre está presente en mi pecho. Sueño con Naruto cuando cierro los ojos. En mis sueños puedo tocarlo, puedo deslizar las manos a lo largo de la suave y bronceada piel. Él siempre es cálido, tiene mucho calor en su interior.Presiono mi nariz contra su pecho e inhalo profundamente. Hay algo familiar en la excitación, en dejarse llevar mientras mis pezones se endurecen y mi vulva se hincha. Parada de puntillas, extiendo mis labios a los suyos. No abre la boca para mí. Él quiere que se lo pida. A mi Naruto le encanta cuando le suplico. Con él, siempre tengo una razón para hacerlo. Me oigo gemir suavemente y luego restriego mi nariz contra la suya. Puedo sentirlo sonreír, contra mis labios. Abre su boca y me deja arrastrar mi lengua dentro. Mmmm. Podría pasar toda una vida tratando de describir la decadencia de su boca. Él sabe todo lo que he querido comer. A diferencia de morder un tierno, caliente y jugoso trozo de carne, su sabor nunca se desvanece. Se incrementa. Quiero más del baile de su lengua contra la mía. Gimo más fuerte. Suplico más duro. Más. Por favor dame más.Puedo oírle. Él gime contra mis labios. Suavemente, inhala y exhala mientras nos besamos. Nunca deja de besarme, simplemente continúa robándome el aliento y devolviéndomelo cuando está impregnado con su esencia. Lujuria pura vive en su interior. Cada respiración que tomo debe provenir de sus pulmones. Esto es lo que significa soñar con él.Esto es lo que pierdo cuando me despierto.* * * *La situación es incómoda. Y me quedo corta. De hecho, está muy cerca de ser insufrible. El agente Hatake no está aquí. Su invitación ha sido revocada por la Dra. Senju. No voy a decir que soy infeliz por eso. Pero significa que estoy a solas con la Dra. Senju y eso sí que me hace infeliz.Ayer me encontró llorando. Aferrando la imagen de Naruto contra mi pecho y meciéndome. Me gusta mucho mecerme. Lo estoy haciendo ahora.Por supuesto ella preguntó por la foto, preguntó lo que había pasado entre el agente Hatake y yo. Me negué a responder sus preguntas (no tenía nada que ofrecerme) no hay fotos que agitar frente a mí. No he dicho ni una palabra desde que fui traída de vuelta a mi habitación ayer.El agente Hatake regresó esta mañana, listo para otra ronda de lo que él llama una entrevista y yo un interrogatorio. La Dra. Senju estuvo aquí durante una hora antes de que él llegara. Observé, indiferente, mientras le pedía al agente Hatake que saliera afuera con ella un momento. Me miró con desdén cuando se volvió para irse. Supongo que piensa que soy una rata. Realmente no me importa, porque significa que puedo callar un poco más. Cuando la Dra. Senju regresó, estaba notoriamente tensa. Lo que se dijeron la dejó con una rabieta. Si no estuviera tan desconsolada me habría sonreído.Ella está mucho más tranquila ahora. Ha cerrado la puerta de mi habitación, encerrándonos, pero no me ha preguntado nada... todavía. Estoy meciéndome hacia atrás y hacia adelante, sentada en mi cama y sosteniendo la foto de Naruto en las manos. Es tan hermoso. Lo amo.La Dra. Senju está sentada en una silla cerca de la esquina tejiendo un suéter que no tiene ni pies ni cabeza. Es un diseño extraño (a menos que tenga un pulpo de mascota y le guste vestirlo). Un par de veces, he tenido la tentación de preguntarle de qué diablos se trata. Ella me sorprende mirándola.—Me mantiene ocupadas las manos —dice con una sonrisa triste—. La mayoría de las veces yo soy la última persona con la que la gente quiere hablar. Así que simplemente me siento y tejo. Entiendo la mecánica pero no he aprendido a hacer nada. Supongo que podría llamarse “estilo de tejido libre"—dice y se ríe de su propia broma.Esta mujer es ridícula.Por un momento hay una pausa y creo que hemos llegado al final de nuestra conversación unilateral, pero entonces suspira y se mantiene firme en su intención de conversar.—Nunca he tenido a nadie que realmente me enseñara a tejer. Creo que la mayoría de la gente aprende de su madre o su abuela, pero yo crecí solo con mi abuelo y solo fue hasta que cumplí 15 o 16 pues el murió, así que tuve que aprender por mi cuenta. Lo adquirí hace unos años cuando un amigo mío me sugirió que tuviera un hobby. Una afición sin sentido. Soy una persona que piensa todo el tiempo. Si no encuentro una manera de distraer mi mente, no dejo de pensar y pensar y pensar. Mayormente en el trabajo. Mi trabajo puede ser bastante ingrato a veces —me mira y sonríe nuevamente.Pongo los ojos en blanco. Ella, obviamente, está tratando de molestarme hasta la muerte.—¿Ves? Te lo dije. Desagradable.Por el amor de Cristo ¡cállese! Deje a una zorra disfrutar de su colapso mental en paz.—Me gustó tanto que, te diré, me aficioné a otros pasatiempos.Oh Dios. Por favor, no lo hagas.—Yo hago mis propias Beanie Babies. Bueno, no realmente, porque ya sabes que no sé tejer o coser nada, pero me gusta comprarlos, separarlos y luego armarlos de nuevo de formas muy interesantes. Me gusta llamarlo “taxidermia interpretativa”.Mátame. Solo mátame de una puta vez.´— Es un poco redundante supongo, ya que mayormente la taxidermia consiste en colocar las cosas de una forma interpretativa. Sin embargo, yo soy la única que lo llama así. Es mi pequeño giro propio . ¿Tienes algún pasatiempo Señorita Haruno? —me mira.No puedo evitar que mis ojos se entrecierren.—Me gustaría que dejara de llamarme así.—No te gusta, ¿verdad?, cuando utilizo tu nombre.Doy una sacudida infinitesimal de cabeza que no es realmente voluntaria. Me pesco a mí misma al momento de hacerlo, frunzo el ceño y miro hacia abajo a mi regazo, a mi guapo Naruto.No. No pienses en él.Una vez más, soy una persona fragmentada. Estoy dividida entre la suave sentimental que ama a Naruto a toda costa y la dura, lógica versión de mí misma decidida a sobrevivir (incluso a costa de sacar a Naruto de mi corazón).—¿Preferirías Sakura? Tu madre dice que todo el mundo te llama Saku.Las lágrimas me pican al mirar hacia arriba a la Dra. Senju. Está evitando cuidadosamente el contacto visual, concentrándose en un nuevo "brazo" del extraño tejido. Me pregunto, en contra de mi voluntad, si mi madre está aquí. No quiero volver a verla, pero... ¿por qué no ha venido a verme? Todos los que amo me traicionan.Oh, Dios. Naruto. Sí, él también. No pienses en él.—Hablé mucho con ella ayer, quería verte —dice la Dra. Senju casualmente. Mi corazón está saltando, un latido detrás del otro. El pánico está aumentando, respiro profundamente para ahuyentarlo, apenas—, pero me quedé pensando si es algo que tú quisieras.... —frunce el ceño y sacude la cabeza con enojo. Sé que está pensando en Hatake —. Pensé que era mejor esperar a que me dijeras lo que quieres hacer.Asiento levemente con la cabeza y me siento manipulada cuando la veo asentir también. Se está metiendo en mi puta cabeza y ni siquiera he dicho nada. Naruto dice que todas las emociones están en tu rostro para que todos las vean.Cállate y dejar de pensar en él. Sé inteligente por una vez. Escúchame.Suspiro. Pensar en Naruto duele, pero tratar de ir más allá de mi amor por él, duele más. No hay manera de superar el dolor. Simplemente es un tipo diferente de dolor para mi ansioso consumo.—¿Quieres ver a tu madre?No sé si la pregunta es real o una amenaza. Con mucho cuidado me abstengo de enseñar mis emociones a través de mi lenguaje corporal o expresiones faciales. Supongo que funciona porque la Dra. Senju reanuda su ridículo monólogo sobre sus aficiones.—Sé lo que debes estar pensando.No tienes ni puta idea.—Que soy una mujer tonta con manías ridículas.O quizás sí.—Sin embargo, te sorprendería descubrir que no soy todo tejido libre y taxidermia interpretativa. Tengo un lado oscuro.Hmm... dudoso.—Cuando estoy realmente frustrada con las cosas —dice riendo— me gusta entrar en internet ¡y cambiar las cosas en Wikipedia!Eso, mierda... es raro.—Una vez hice toda una entrada basada en alguien llamado la Ameba de Navidad. Verás, no tengo mucho de panadera e hice unas galletas festivas para la gente de la oficina. Salieron horriblemente deformes. Sabían muy bien, eso sí, pero estaban deformes. Ni una sola galleta redonda en todo el montón.Miro su suéter de pulpo. Estoy bastante segura de que nada de lo que esta mujer hace con las manos es para que la gente lo vea y mucho menos lo consuma.—Entonces dejé una nota al lado de las galletitas. Una historia que explicaba cómo un pequeño pueblo cerca del K2.... conoces esa gran montaña, ¿verdad?Ella me mira para asegurarse de que la estoy siguiendo.Me acuesto en mi cama y resoplo mirando al techo. ¿Dónde diablos está la enfermera con mis drogas?—De todos modos, se hizo una película sobre ello. No sobre mis galletas… —cacarea, tan jodidamente divertida con ella misma—, sobre la montaña. ¿Te imagina s si hicieran una película sobre mis galletas? Por lo tanto, me inventé la historia que trata de como este pueblo cerca de K2 celebra a alguien llamado Ameba de Navidad en lugar de a Santa Claus. Se cuela sin ser detectado (las amebas son microscópicas, por lo que es lógico que alguien que es una ameba sea muy sigiloso ) el día de Nochebuena y deja regalos para todos. A cambio, los habitantes de la aldea dejan una variedad de galletas en forma extraña para que la ameba coma. Las amebas vienen en una variedad de formas, así que tiene sentido.Ella no puede ver mi cara, así que no me siento como una traidora por sonreír ante lo absurdo de la historia de esta mujer.—Bueno, la gente de mi oficina es rigurosa con la verdad. Ya sabes, todo debe ser verificado, bla, bla, bla. Así que, efectivamente, hacen una búsqueda en Google y, ¡BOOM!, aparece mi entrada en Wikipedia sobre la Ameba de Navidad.Se deshace en carcajadas.Oh, Dios mío, realmente está loca. Me muerdo el interior de las mejillas para no reírme. Se ríe muy fuerte y es contagiosa, pero me resisto. Mis hombros están temblando de risa contenida. Cierro los ojos para ayudarme en el esfuerzo.Naruto está allí en el momento en que cierro los ojos.La dicha se convierte en dolor y antes de que las pueda controlar, mis emociones se desbordan. Abro los ojos y escapo de un salto de mi cama. Me río por un segundo antes de estallar en lágrimas.Puedo escuchar a la Dra. Senju en movimiento. Sus pasos están llegando hasta mí, con cautela. No me importa. Estoy demasiado cansada para preocuparme. Después de tantos meses de ser cuidadosa y ocultar todas las emociones lo mejor que puedo, temiendo al futuro, no sabiendo lo que va a pasar después, pensando que podía morir, luchando por mi vida y odiando a Naruto y amándolo...Y una puta mierda: ¡Vi morir a un hombre! Cuando la Dra. Senju me abraza en silencio, la aprieto contra mi cuerpo. Me aferro a ella con todas las fuerzas que me quedan. Suelto todo sobre esta maldita, ridícula mujer. Ella no dice una palabra y se lo agradezco. Por favor, solo abrázame. Por favor, sólo sostenme así.Estoy tan cansada de aguantar todo por propia cuenta.Ella me mece. Más bien como un balanceo.Nos balanceamos de ida y vuelta por interminables minutos mientras lloro y sollozo empapando el traje de la Dra. Senju. Ella huele bien. Su aroma es ligero y casi afrutado. Es claramente femenino y muy alejado del de Naruto.Con este aroma femenino saturando mi nariz, mi cerebro no puede conectarse a los recuerdos de Naruto ni a su olor cuando me abrazaba. Se siente bien estar libre del dolor de perderle. A regañadientes me alejo de ella. Todavía estoy gimiendo de vergüenza.No sé qué me pasa. Arrugo la frente por la confusión y niego con la cabeza. El rostro ceñudo de Naruto está mirándome desde la foto que quedó en mi mano. Siento una punzada de nostalgia. La Dra. Senju empuja el pelo de mi cara y no puedo dejar de pensar en ello de una manera sexual. En otro momento, no habría pensado nada de eso, pero ahora todas mis interacciones parecen manchadas por mi recién descubierta lujuria.Naruto me entrenó bien.—Quiero ayudarte, Sakura. Habla conmigo —dice en voz baja. Sé que ella no quiere asustarme, pero ya siento la tensión arrastrándose de nuevo sobre los hombros. Está parada demasiado cerca y hablándome, eso me hace sentir acorralada.Debe ser capaz de hablar porque retrocede. Me relajo, sólo un poco.—Me gustaría que se retiraran los cargos en tu contra, pero tienes que hablar con alguien. El agente Hatake es... —busca la palabra— muy bueno en su trabajo y a pesar de su comportamiento de ayer, es un gran tipo. Sin embargo, su prioridad es resolver el caso. Mi prioridad eres tú. No debería haberte empujado en la forma en que lo hizo.Levanté la vista hacia ella, por debajo de mis pestañas. Quería que me abrazara de nuevo.—Me gustaría tener un abogado —susurro.—Por supuesto. Si estás lista para hablar, te encontraré uno. Pero Sakura, las cosas que necesitamos hablar van más allá de los cargos legales. Estoy aquí para ayudarte con eso.Asiento con la cabeza, pero no digo nada más.La Dra. Senju regresa a su silla y se sienta. Me mira expectante, con sus ojos marrones. Es bonita, en una forma muy discreta. Con su pelo rubio, ese traje verde no le favorece. Sin embargo, hay algo en ella, algo cálido y agradable.Cuando se hace evidente que no hablaré más, alcanza su tejido y reanuda su tarea sin sentido.Aprieta los labios juntos, buscando las palabras.—¿Quieres ver a tu madre?No vacilo.—No.Ella deja de tejer.—Sakura, la gente que te quiere, te acepta por lo que eres en realidad. No importa lo que te ha sucedido.—Bueno, ahí lo tiene. Mi madre no me quiere, Dra. Senju. Creo que quiere amarme, pero... no puede.Asiente con la cabeza pero estoy segura de que no me cree. ¿Qué puede saber ella?—Creo que tu madre te quiere mucho.Miro hacia abajo a la foto de Naruto. Pensé que me amaba. ¿Podría ser que la única persona que descarté, me ame más que aquella en quien yo confiaba por completo? Me duele el corazón. Es una pregunta que no estoy dispuesta a contestar.Poco a poco me arrastro bajo las mantas. Quiero volver a dormir. Quiero estar con Naruto de nuevo. En mis sueños, nunca hay una razón para dudar de mi corazón. En mis sueños, él es todo lo que yo quiero que sea. Él es mío. Como si fuera una señal, la Dra. Senju deja de hacerme preguntas cargadas de emoción y una vez más, me entretiene con sus cuentos de tejido libre y taxidermia interpretative.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Excelentes dos capítulos ya me hacía falta la conti creo que estaré mucho tiempo en desesperación quiero saber que paso con naruto y justo todo este caos pasa cuando él y sakura por fin estaban admitiendo de cierto modo sus sentimientos por favor te lo pido pon la conti pronto para saber que sucedió, además que paso con pain?
aduzumaki- Sennin
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