Últimos temas
That's not me
Always NaruSaku
Lalala ~~
Diseñadores
Consejo de Escritores
Clanes Celestiales
La skin ha sido codificada y maquetada por Odxy para el foro NaruSaku. Las imágenes usadas no nos pertenecen, han sido realizadas por diversos artistas y las diseñadoras solo las han editado. Agradecimientos a todo el grupo de diseño por las nuevas imágenes utilizadas. También a LaufeysonSister y Pyrite Wolf de OSC porque sin sus tutoriales la mitad de las cosas que se han hecho en este foro no habrían sido posible.
El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
+14
Miu Misaki
Cami
dani2000mxdx
aduzumaki
Ocaso7
mairys-chan
ShinseinaUzumaki
Naoko-Chan
sakura haruno
Oni
fabrevans
belivexangel1
kumiko
Ean95
18 participantes
NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
Página 3 de 5.
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Aww que bueno que ya se arreglo todo -entre ellos, claro esta- y por supuesto; que bueno que Sakura ya esta bien y definitivamente espero con ansias la acción -en cuestión; la continuación-.
¡Saludos!
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
- Mensajes : 350
Edad : 26
Abandonada.
5825
Posesiones :
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
hola de nuevo me gustaron mucho los capis ,espero que naruto ,jiraiya y tsudane logren derrotar al maldito de madara y a sasukemo .espero la conti ,tu fic es uno de mis favoritos.
sayonara¡¡¡¡¡
sayonara¡¡¡¡¡
sakura haruno- Clan Seiryuu
- Mensajes : 127
Edad : 26
en alguna aldea ninja
175
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Todo se arreglo, ambos admitieron sus respectivos errores y ahora estan igual o mejor que como estaban antes, ademas tienen a tsunade a su lado por cualquier problema que surga.
Ya aparecieron en un solo capitulo los nombres de itachi y del kyubi, sera interesante ver a esos dos, y mas aun si es que ellos se unen para acabar con madara y sasuke, por que el rey parece estar condenado.
Por alguna razon no puedo quitarme ese presentimiento de que todo se va a ir al demonio en cualquier momento, hay demasiadas "bombas" emocionales que de un momento a otro pueden explotar, supongo que eso sera un catalizador para algunos capitulos despues.
Un saludo, nos vemos.
Ya aparecieron en un solo capitulo los nombres de itachi y del kyubi, sera interesante ver a esos dos, y mas aun si es que ellos se unen para acabar con madara y sasuke, por que el rey parece estar condenado.
Por alguna razon no puedo quitarme ese presentimiento de que todo se va a ir al demonio en cualquier momento, hay demasiadas "bombas" emocionales que de un momento a otro pueden explotar, supongo que eso sera un catalizador para algunos capitulos despues.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
- Mensajes : 389
Edad : 29
Mexico
1775
Posesiones :
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Hola, hola. Solo me pasaba por aquí para decir que no me he muerto ni nada; simplemente estoy estudiando como una loca porque en una semana tengo los exámenes T.T
En cuanto los acabe espero traeron el siguiente capítulo.
Gracias por vuestros comentarios
Nos vemos y perdonad la tardanza -.-
En cuanto los acabe espero traeron el siguiente capítulo.
Gracias por vuestros comentarios
Nos vemos y perdonad la tardanza -.-
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
nueva lectora
me encanta tu finc
lo he leido todo de un sopeton
espero con ansias la cont.
me encanta tu finc
lo he leido todo de un sopeton
espero con ansias la cont.
mairys-chan- Novato
- Mensajes : 41
Edad : 27
en mi linda casa
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Capítulo 12:
- Hacía rato que había dejado de llover fuera y ahora solo había una suave brisa que mecía las hojas de los árboles escurriendo cada gota que había en ellas.
Dentro, en la cabaña, se respiraba un delicioso olor en el ambiente. El fuego de la chimenea estaba encendido y calentaba e iluminaba toda la habitación. Las paredes de madera tenían un suave tono dorado y luminoso.
En el catre estaba Sakura apoyada contra la ventana, envuelta en una enorme manta de piel y con una suave sonrisa en su rostro. A pesar de tener frío a causa de que aún tenía un poco de fiebre, estaba feliz al ver que estaba a salvo. A salvo y junto a Naruto, que no había dejado de cuidarla desde que había despertado hacía apenas un par de horas.
El joven estaba junto al fuego removiendo lo que parecía ser un caldo de verduras, que llenaba toda la habitación con su suave, apetitoso y delicioso olor.
De vez en cuando Naruto echaba una mirada a la joven apoyada en la ventana, mientras le dedicaba esa cálida sonrisa que tanto le caracterizaba.
Tras comprobar que se encontraba bien, volvía la vista a el caldo contento.
Cuando la joven lo había perdonado por su estupidez, sintió como si una enorme carga se hubiera desprendido de él. Ahora estaba contento por haber recuperado a la joven y así deseaba permanecer un buen tiempo.
"Al menos ha dejado de llover" pensó feliz.
Sirvió el caldo en un cuenco grande a rebosar y se acercó a Sakura hasta sentarse en el catre junto a ella. Ella le dedico una sonrisa e hizo ademán de quitarse la manta, pero Naruto negó con la cabeza. Ella enarcó una ceja.
- Yo te lo daré. - dijo con una leve sonrisa-.
- Naruto, no soy una niña pequeña. - se quejó ella divertida-.
- Tú tienes que conservar el calor, aún tienes un poco de fiebre y no quiero que empeores. - enterró la cuchara en el caldo hasta llenarla por completo-. Venga, abre la boca.
Sakura se dejo dar de comer a regañadientes al principio. Luego tenía que admitir que le resultó bastante tierno que Naruto le diese de comer. Además estaba riquísimo como siempre.
Cuando Sakura se acabó toda la comida, sintió una sensación reconfortante que hacía mucho que no sentía. Ese caldo la había llenado por completo y se sentía mucho mejor que antes.
Naruto dejó la cuchara y el cuenco vacío encima de la mesa y luego volvió a sentarse junto a Sakura.
La joven había dejado de temblar, señal de que el caldo le había sentado de maravilla, tal y como él pensó que pasaría.
- Ven aquí. - le dijo abriendo los brazos.
Sakura se acurrucó en su pecho y él la rodeó con sus brazos abrazándola por completo.
- ¿A qué ya no tienes frío?
- Me encuentro mucho mejor gracias a ti. - levantó la cabeza y le miró con sus verdes pupilas, que ahora volvían a tener ese brillo que poseían. - Gracias.
Naruto le acarició la mejilla sonriendo con dulzura antes de depositar un suave beso en su frente.
- Duerme un poco, Cerezo.
- ¿Cómo? ¿En tus brazos? - dijo ella divertida.
- ¿Y qué problema hay? - preguntó sin darle mucha importancia-. Si preguntas eso entenderé que no te gusta estar en mis brazos.
- ¿Qué? ¡No! Eso no es así, me encanta que me...
Naruto soltó una carcajada.
- Lo sé, lo sé. Solo era una pequeña broma, Cerezo. -dijo sin parar de reír.
Sakura le dio un pequeño pellizco en la mejilla con intención de que le doliese.
- Aaaa..aaaah.. - se quejó-. Para, Cerezo.
- Mira que llegas a ser idiota. - le soltó la mejilla y le dio un pequeño beso en ella. - ¿Te sigue doliendo? - preguntó divertida.
Naruto negó con la cabeza atrayendo su rostro más cerca de él.
- La mejilla ya no me duele, pero sí aquí. - señaló la otra mejilla.
Sakura sonrió y le besó la otra mejilla.
- Y aquí. - señaló su ceja. Sakura volvió a besarle sonriendo.
- Pero donde más me duele es aquí, Cerezo. - Sakura no dejo de reír mientras posaba sus labios sobre los del joven.
Naruto profundizó el beso al instante, la joven sacó los brazos de la manta y se los pasó al rubio por el cuello. Naruto la sentó a horcajadas sobre él sin dejar de besarla con ansia, ella no opuso resistencia y enredó sus dedos en su pelo.
No separaban sus lenguas, que se enredaban una y otra vez sin parar.
Si Sakura tenía antes calor, ahora sentía como si el infierno estuviera dentro de ella. El rubio, que la tenía agarrada por la cintura, subió hasta el cierre de su vestido y se lo bajó un poco. Pudo notar como algo se endurecía bajo su cintura.
Sakura pudo notarlo también, pero no le dio importancia, pues ella no quería que parase.
Despegó su boca de la de él y abrió los ojos, Naruto hizo lo mismo y se quedaron mirándose unos segundos antes de que el comenzase a besarla por el cuello lentamente. Sakura cerró los ojos rindiéndose ante la sensación.
Naruto le daba suaves mordiscos por todo el cuello con una delicadeza impresionante. Ella notó como se le endurecían los pezones mientras él dejaba un rastro por todo su cuello.
Naruto bajó el cierre del vestido por completo sin dejar de besarla por el cuello. Paró de nuevo, alzó la cabeza y miró a Sakura para estar seguro de que quería continuar con aquello.
La joven tiró de él por el cuello hasta que se tumbaron en el catre, él encima de ella. Podía notar el enorme bulto en sus pantalones.
Sakura agarró su camisa blanca y se la quitó por la cabeza mientras le daba un par de besos. Pudo contemplar el torso de Naruto, estaba lleno de cicatrices por todas partes. Algunas blancas ya casi inapreciables, pero otras se veían con mucha claridad.
Pasó sus manos por sus pectorales notando al tacto una enorme cicatriz apenas visible.
Naruto pudo ver que torció el gesto con pena. Atrapó sus labios con ansia, mientras le quitaba el vestido ya desabrochado. Sakura estaba completamente desnuda ante sus ojos.
De pronto sintió vergüenza de que Naruto la viera como había venido al mundo. Dejó de abrazar al rubio del cuello y se tapó los pechos, endurecidos por todo lo que había sentido, sin llegar a mirar al joven a la cara.
En su lugar se quedó mirando su torso desnudo.
Naruto sonrió de lado divertido. Pasó sus brazos por la espalda de la chica y la atrajo hacía él abrazándola.
- Cerezo, no pasa nada si no quieres continuar con esto. - le susurró con ternura en su oído-. Te quiero y...
Sakura le selló lo labios con un intenso beso.
- No. No quiero que paremos, Naruto. - le dijo contra su boca sin abrir los ojos-. Hazme tuya en este mismo instante.
Sakura descruzó los brazos de su pecho y los pasó por el cuello del rubio de nuevo, pegando más su pecho desnudo a él. Naruto pudo sentir sus pechos contra el suyo. Hacía tanto que no disfrutaba de aquella sensación, que ya ni la recordaba.
Volvió a tumbar a Sakura con delicadeza en el catre y comenzó a besarla comenzando por sus labios y así fue bajando lentamente, dejando una hilera de besos por su cuello, sus pechos y su vientre.
- Cerezo, eres preciosa. - le dijo sonriendo embelesado.
- No me digas esas cosas, Naruto. - desvió la mirada nerviosa.
Naruto la hizo mirarle directamente a los ojos tomándola por las mejillas.
- Te digo la verdad... - empezó besarla por toda la cara. Sakura soltó una enorme carcajada. - mi Cerezo.
Naruto le acarició un pecho con la mano; Sakura soltó un gemido. Naruto sonrió y comenzó a lamerlo con delicadeza. Sakura notó de nuevo aquel calor envolviéndola por todo el cuerpo.
Naruto le mordió el pezón con ansia, provocando que ella soltara un enorme gemido. Sonrió y subió hasta su boca dejando una huella de besos por el camino.
La atrapó con hambre. Sakura le correspondió de la misma forma. Se exploraban las bocas como nunca. Sakura llevó sus manos a su espalda, acariciándola al ritmo de aquellos besos.
Naruto bajó sus manos hasta su entrepierna y acarició su sexo. Pudo notar como Sakura se encogía un poco ante aquello. Era algo nuevo para ella.
Dejó de besarla y la miró divertido.
- No has sido tocada por ningún hombre antes, ¿cierto Cerezo? - preguntó.
- Jamás. - contestó ella pasando una mano por su mejilla.
- Eso quiere decir que soy el primero. - sonrió-. Aunque tratándose de una princesa no es tan raro. - acarició su nariz con la suya.
Naruto volvió a contemplar el cuerpo de Sakura y notó que ya no aguantaría mucho más. Su miembro deseaba salir. O lo sacaba él o saldría solo.
Se llevó las manos a la cintura deshaciéndose de la última prenda que le quedaba puesta.
Sakura pudo contemplar a Naruto completamente desnuda y se sintió algo fuera de lugar. Jamás había visto a un hombre desnudo. Naruto estaba bien dotado y no era de extrañar que todas las muchachas del pueblo fueran a por él.
Naruto apoyó los brazos a ambos lados de ella y le sonrió con ternura, tranquilizándola.
- Tranquila, Cerezo. - le dio una pequeño beso en la frente-. Seré muy cuidadoso, no te haré daño.
- Confío en ti. - le susurró cerrando los ojos.
Naruto la besó de nuevo, tranquilo, con calma y con delicadeza. Se movió situándose a la entrada del sexo de la joven, que separó las piernas.
Ambos sexos se rozaron un instante. Sakura se movió un poco nerviosa de nuevo. Naruto la calmó acariciando su mejilla.
El joven sabía que ella estaba muy nerviosa al ser la primera vez con un hombre. No por menos era un princesa y había sido educada para entregarse a su futuro esposo en la noche de bodas. Pero ahora las cosas habían cambiado, ella ya no era una princesa y podía hacer cuanto quisiera.
Naruto la embistió con toda la delicadeza que pudo. Sakura soltó un pequeño grito ahogado.
- Cerezo, lo siento. ¿Te he hecho daño? - preguntó preocupado.
- No ha sido nada. por favor continua. - Naruto pudo notar como se aguantaba las lágrimas.
Le acarició la mejilla con suavidad.
- Intenta relajarte, Cerezo. - la besó de nuevo y empezó a moverse lentamente dentro de ella.
Sakura poco a poco empezó a sentirse más a gusto y apenas notó el dolor del principio. Naruto tenía muchísimo cuidado de no hacerle daño y lo estaba consiguiendo.
Al momento notó como cada vez la embestía más rápido. Sakura enterró sus uñas en la espalda del rubio, estaba disfrutando en ese momento de todo aquello.
- Cerezo... ¿te sigue... doliendo?
- No... aah... más rápido, Na..ruto.- contestó entre jadeos.
Naruto la embistió más rápido, tal y como ella lo había pedido. Enterró su cabeza en el cuello de ella mientras seguía sin perder el ritmo. Sakura cerró los ojos disfrutando de aquella sensación nueva para ella y sin darse cuenta empezó a moverse con Naruto. Enterró sus manos en su pelo revolviéndolo.
Ambos notaron como llegaban al climax de todo aquello. Naruto intentó separarse de Sakura, pero ella enrolló sus piernas en su cintura.
- Cerezo, ¿qué...? - preguntó levantando la cabeza y mirándola a los ojos.
- No salgas, Naruto.
- Pero no quiero dejarte embarazada y... - Sakura le dio un breve beso.
- Me da igual, te amo.
Naruto cerró los ojos y dio un par de embestidas antes de llegar al orgasmo. Sakura pudo notar como se llenaba de él por completo.
Naruto salió de ella y le besó la frente antes de tumbarse a su lado en el catre. Sakura giró la cabeza para mirarle, sonriendo. En sus mejillas había un suave color rosado que hacía juego con su pelo, contrastando con su blanca piel a la perfección.
- Eres preciosa, Cerezo. - la abrazó. - Y jamás me cansaré de decírtelo. - los tapó a ambos con la manta.
- Si me lo dices tú, yo no me cansaré nunca de escucharlo.
Ella se apoyó en su pecho desnudo, apoyando una mano sobre él. Notó de nuevo la cicatriz apenas visible que había percibido cuando él se había quitado la camisa.
- Naruto.
- Dime, Cerezo. - dijo mirándola.
- ¿Cómo te hiciste todas estas cicatrices?
Naruto suspiró.
- El bosque no es precisamente tranquilo y seguro, como ya sabes. - Sakura cerró los ojos asintiendo mientras recordaba al dragón. - Me las he tenido que ver con toda clase de criaturas desde que llegué aquí. - se le quebró un poco la voz.
Sakura le miró a los ojos. En ellos había un brillo de nostalgia. ¿En qué pensaba?
Lo vio parpadear un segundo y entonces aquel brillo de nostalgia desapareció.
- Esta que puedes notar - la guió por su pecho para que tocara la cicatriz que no era visible.- Esa es la peor de todas. Me la hizo una mantícora a los 13 años y lo peor es que yo tuve toda la culpa. - dijo con falsa modestia.
- ¿ Qué es una mantícora? - preguntó Sakura curiosa.
Naruto se mordió el labio antes de contestar.
- Es la peor de las cosas con las que una persona se puede topar. Una mantícora es una quimera. - Sakura le miró sin comprender. Naruto suspiró. - Por la expresión de tu cara que ignoras lo qué es una quimera también. Es un bichejo con cuerpo de león y con muchas cabezas, normalmente son tres. Una mantícora, sin embargo, es mucho peor. - prosiguió el joven-. Una mantícora tiene una cabeza humana, el cuerpo de león y la cola de un dragón o un escorpión; por lo que puede disparar púas venenosas.
Sakura dejó escapar un suspiro de terror ante la imagen de tal bestia.
- Una mantícora me atacó cuando tenía trece años, por culpa de mi tozudez. - dijo sombrío.- Jiraya me dijo que no fuera a buscar a tal criatura, que no podría con ella. Pero... ah, tonto de mi, no le obedecí y me escapé aquella noche. Me interné en el bosque y llegué hasta el corazón del mismo, la peor de todas. - Sakura le agarró la mano. - Fueron apenas unos segundos, la mantícora me encontró y me lanzó una de sus púas y me caí al suelo. Lo último que recuerdo es como se abalanzaba hacia mi y notar un desgarro a la altura en el pecho.
- ¿Y luego qué pasó? - preguntó Sakura preocupada metida en la historia.
- Que Jiraya me había salvado de aquella quimera y me había traído aquí. - contestó calmado. - Me curó una enorme herida que tenía en el pecho con ayuda de Tsunade, ya sabes, la mujer que te ha salvado a ti. - La joven asintió. - Me quedó una enorme cicatriz que solo es visible con la luz natural, pero que no es invisible al tacto. - Sakura le besó el pecho en el lugar de la cicatriz. - La bronca de Jiraya y Tsunade no es agradable contarla. - dijo en una carcajada. - Fue ese el día que conocía a la vieja... Supongo que no estoy solo. - suspiró.
Sakura le abrazó con fuerza. Él la estrechó de la misma forma contra su pecho.
- Naruto, no estás solo, nunca lo has estado. - le dijo ella. - Tuviste a tus padres, luego has tenido a Jiraya que te ha cuidado como a su nieto... Tsunade también ha estado contigo y.. y yo también. - Naruto sonrió ante aquellas palabras-. Así que no digas que estás solo o que alguna vez lo has estado.
Naruto le besó la cabeza, mientras le apastaba los mechones de la cara.
- Te amo, Cerezo. - le dijo en un susurro.
- Ya lo sé, yo te amo muchísimo también mi bobo. - cerró los ojos. - Ahora, déjame dormir un rato, estoy algo cansada aún.
Naruto volvió a besarle la cabeza sonriendo feliz. Amaba a Sakura como nunca. Se habían entregado el uno al otro a pesar de toda aquella pelea y ahora estaban ambos, abrazados y desnudos en el catre de Jiraya. "Será mejor que no sepa nada" pensó conteniendo una risotada.
Con Sakura se había sentido completamente distinto que con Hinata. Con Hinata había pasados grandes momentos, los mejores en la cama, pero Sakura... Con Sakura había hecho el amor. Amaba a esa chica como no había amado a ninguna otra y ahora sí que no tenía duda de aquello.
Contempló el rostro de la joven en su pecho. Respiraba tranquila, abrazada a él. En su rostro había una sonrisa cálida de felicidad. Era tan hermosa y radiante a pesar de la poca luz que había.
Oyó como comenzaba a llover de nuevo. Tsunade no tardaría en volver a la cabaña. Llevaba horas fuera y eso no era extraño, pero tras lo acontecido sí.
Una idea macabra le pasó por la cabeza. ¿Qué hubiera pasado si Tsunade hubiera entrado cuando lo estaban haciendo? Hubiera sido todo menos vergonzoso.
Sonrió. Por suerte Tsunade tardaría en llegar aún. Dormiría un rato junto a Sakura.
El sonido de la lluvia le relajó de tal forma que en apenas unos minutos ya estaba completamente dormido.
¡Bueno, pues he regresado! Os comunico que he aprobado y oficialmente ya tengo el bachillerato Ahora debo hacer selectividad, ¡pero nada me detendrá!
Ahora hablando del capítulo. Dije que habría acción jejejeje Espero que no me haya quedado muy mal, es mi primer lemon
Si os ha gustado hacédmelo saber en los comentarios al capítulo como espero que hagáis e.e
Me alegra que te haya gustado Mayris-chan Bienvenida a mi pequeña historieta jajaja
Sin nada más que decir, me despido. Bye
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Perdona por no comentar en la anterior debes castigarme xD!
Estuvo muy lindo el Lemon muy tierno, para ser tu primera vez estuvo exelente.
Me alegra que se hayan a reglado las cosas y que se sigan amando! Como amo este fic <3
Pero aún tengo dudas muchísimas!
Pues me alegro que hayas pasado! Eso es genial!
Y tambien espero sigas con la conti!
Te dejo por que se supone que estoy castigada xD
Estuvo muy lindo el Lemon muy tierno, para ser tu primera vez estuvo exelente.
Me alegra que se hayan a reglado las cosas y que se sigan amando! Como amo este fic <3
Pero aún tengo dudas muchísimas!
Pues me alegro que hayas pasado! Eso es genial!
Y tambien espero sigas con la conti!
Te dejo por que se supone que estoy castigada xD
belivexangel1- Sannin
- Mensajes : 501
Mi Casa/Ciber
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Vaya, no tengo palabras para explicar, bueno en realidad sí...
Primeramente, que buen regreso, mira que dejarnos leer su primera entrega estuvo muy bien sin embargo yo al menos comprendi que por primera vez no es lo más importante netre ellos y eso me dejo como que sí y no, es decir, está muy bien que piensen así -sí esa ha sido tu idea a transmitir- pero y sino... no me digas que no.
Bueno, como sea, igual y espero la continuación con ansias.
¡Saludos!
Primeramente, que buen regreso, mira que dejarnos leer su primera entrega estuvo muy bien sin embargo yo al menos comprendi que por primera vez no es lo más importante netre ellos y eso me dejo como que sí y no, es decir, está muy bien que piensen así -sí esa ha sido tu idea a transmitir- pero y sino... no me digas que no.
Bueno, como sea, igual y espero la continuación con ansias.
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
- Mensajes : 350
Edad : 26
Abandonada.
5825
Posesiones :
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Bien, bien, bien.
No tengo mucho que decir, todo esta muy bien con naruto y sakura, vamos, esta tan bien que poco les importo que tsunade los atrapara en la movida, supongo que esto y la futura muerte del rey, ya hace oficial el hecho de que a sasuke le dejo de importar sakura y esta ya le dejo de interesar cualquier tipo de tregua con su padre, sasuke ya tiene el reino sus pies (o a los pies de madara, segun se vea) y sakura ya tiene a un chico que la quiere y valora por como es, ademas es un principe (literalmente).
Pero aun esta el maldito asunto de la venganza de naruto, por que sino fuera poe eso, estoy completamente seguro de que a naruto le valdria un bledo cualquier cosa y se largaria junto con sakura a otra parte del mundo, pero naruto no se rinde nunca, asi que veremos proximamente un encuentro entre los uchihas y los spbrevivientes del antiguo reino.
Espero que sakura no se haga una estupidez cuando sepa de la muerte de su padre y ojala naruto la sepa cuidar y controlar, que a este paso.....
Un saludo, nos vemos.
No tengo mucho que decir, todo esta muy bien con naruto y sakura, vamos, esta tan bien que poco les importo que tsunade los atrapara en la movida, supongo que esto y la futura muerte del rey, ya hace oficial el hecho de que a sasuke le dejo de importar sakura y esta ya le dejo de interesar cualquier tipo de tregua con su padre, sasuke ya tiene el reino sus pies (o a los pies de madara, segun se vea) y sakura ya tiene a un chico que la quiere y valora por como es, ademas es un principe (literalmente).
Pero aun esta el maldito asunto de la venganza de naruto, por que sino fuera poe eso, estoy completamente seguro de que a naruto le valdria un bledo cualquier cosa y se largaria junto con sakura a otra parte del mundo, pero naruto no se rinde nunca, asi que veremos proximamente un encuentro entre los uchihas y los spbrevivientes del antiguo reino.
Espero que sakura no se haga una estupidez cuando sepa de la muerte de su padre y ojala naruto la sepa cuidar y controlar, que a este paso.....
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
- Mensajes : 389
Edad : 29
Mexico
1775
Posesiones :
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Capítulo 13 (1/2):
- Jiraya apartó una enorme rama que bloqueaba el camino, antes de pararse y beber un buen trago de agua.
Aquel día había llovido, retrasando por completo su paso, pero había conseguido apresurar algo en cuanto había parado. Esa lluvia también le había proporcionado aquel agua tan fresca que ahora estaba bebiendo.
Se limpió un poco la boca con el puño de la túnica y guardó la cantimplora en su enorme bolsa de tela.
Estaba bastante cansado tras días sin dejar de caminar. Hubiera sido más fácil aparecer directamente en su destino, pero sabía que era muy peligroso hacerlo. Iba a ver al kyubi y no es que tuviera buena fama. Él era un demonio y no era aconsejable hacerle enfadar. Y ese tipo se enfadaba con facilidad.
Continuó caminando durante un par de horas más hasta que se detuvo junto a un par de enormes árboles. Había oído un extraño sonido entre los arbustos. Debía andarse con ojo, pues se encontraba en la parte más peligrosa del bosque. No se había cruzado con ninguna de aquellas bestias, pues no podían llamarse de otra forma.
Disimuladamente, concentró energía en su mano hasta formar una perfecta esfera de color amarillo. Dio un par de pasos para asegurarse de que no habían sido imaginaciones suyas.
Volvió a escucharlo de nuevo. No había duda, algo lo acechaba y parecía hambriento.
Jiraya se detuvo, aún con la bola de energía en la mano, hizo como si se le hubiera caído algo, y se agachó.
En ese instante una enorme quimera salió de el lugar donde se ocultaba, saltando hacía Jiraya.
Él se giró con rapidez y enterró la bola en el pecho de la quimera, que cayó un par de pasos junto a él.
- Hoy no es el día en que me convierto en la cena de un bichejo como tú. - dijo al cadáver con burla.
Echó una última mirada a la quimera para asegurarse de que estaba muerta y que no volvería a levantarse, antes de desaparecer de aquel lugar para perderse entre laa vegetación.
---------------------------------------------------------------
Tsunade acababa de regresar a la cabaña. Había sido una mañana muy productiva a pesar de la lluvia. Ahora tenía plantas medicinales para al menos un año.
Debía reconocer que hubiera tardado menos de no ser por la dichosa lluvia, pues esta la había dejado aislada al crecer un poco el curso del río. Había tenido que esperar un par de horas a que decreciera para poder cruzar y regresar sobre sus pasos.
Al menos le había cundido al poder coger tantas plantas y de eso no había duda.
Abrió la puerta de la cabaña y le llegó un olor a comida que le despertó el estómago. Había comido en el bosque, pero un puñado de bayas no llenan como un buen caldo. Y a caldo era a lo que olía precisamente.
Echó un rápido vistazo y vio a Naruto sentado a la mesa comiendo un enorme plato de aquel caldo que olía tan bien. Sakura estaba a su lado, con una manta enrollada por todo el cuerpo y sonriendo.
Ambos se percataron de la presencia de la mujer y pararon de hablar entre ellos. Naruto le dedicó una sonrisa a Tsunade.
- Vieja, ya has llegado. - dijo contento-. Pensaba salir a buscarte de haber tardado solo un poco más.
¿Vieja? Se dijo Sakura. Echó un rápido vistazo a la mujer que estaba allí plantada y no le dio la impresión de que fuese una vieja; todo lo contrario, en realidad. Tenía una piel muy estirada y apenas se podía visualizar arruga alguna en su rostro. Su pelo, rubio y recogido en una trenza de espiga, descansaba sobre su hombro algo húmedo. Y no parecía poseer el cuerpo de una vieja en absoluto, pues no estaba mal proporcionada, poseyendo unas curvas envidiables.
- Ya te he dicho que no me llames así, Naruto. - se podía apreciar un tono severo en su voz-. Puede que tenga más años de los que aparento, pero no te consiento que me llames vieja. Y ya lo sabes-. lo fulminó con la mirada.
Naruto soltó una carcajada y se levantó de la banqueta en la que estaba sentado. Se acercó a Tsunade y le dio un pequeño beso en la mejilla.
- Lo siento... abuela. - Tsunade casi lo coge por el cuello, pero él logró escabullirse justo a tiempo.
- Maldito jovenzuelo. - bufó.
Sakura no pudo evitar reír ante aquella escena. Tsunade y Naruto la miraron divertidos. La joven no paraba de reír a carcajadas.
- Bueno, si no me equivoco, tú debes de ser Sakura.- Dijo Tsunade acercándose a ella y tendiéndole la mano-. Soy Tsunade, aunque seguro que este idiota te ha hablado ya de mí. - le sonrió amistosa.
Sakura le estrechó la mano y le devolvió la sonrisa.
- Por supuesto que Naruto me ha hablado de ti, de no ser por ti, ¿quién sabe qué habría sido de mi? Muchas gracias por lo que hiciste, de verdad.
- No hay porqué darlas, muchacha. - dijo quitándole importancia-. Sé lo importante que eres para Naruto y además no podía dejar que murieses.
Sakura volvió a sonreirle, agradecida por sus palabras y por lo que había hecho por ella.
Naruto caminó hasta el caldero que había en la chimenea y echó una buena cantidad de caldo en un plato. Se lo tendió a Tsunade que lo cogió agradecida. Se sentó a la mesa junto a Sakura que estaba apoyada con los brazos cruzados.
- Espero que te guste, Tsunade. - le guiñó un ojo.
-Tranquilo Naruto, seguro que me gusta. - hundió la cuchara en el caldo-. Nada más entrar ya olía de maravilla, el sabor debe ser exquisito. - Se metió una cucharada en la boca.
Naruto la observó con detenimiento. En la cara de Tsunade se dibujó un sonrisa de satisfacción. Cerró los ojos y tragó lentamente. A continuación se relamió los labios y sonrió.
- Lo que pensaba, ¡está delicioso, Naruto! - exclamó mientras engullía otra buena cucharada-. Te felicito, muchacho. Debes tener a Jiraya contento.
Naruto bajó la cabeza. Con todo lo de Sakura ya se había olvidado del viejo. Hacía días que se había marchado al corazón del bosque y no estaba tranquilo. Sabía que no tenía porqué estar preocupado, pero aún así...
Tsunade notó el rostro ensombrecido del joven y le puso una mano en el hombro. Él la miró y ella le dedicó una pequeña sonrisa reconfortante.
- No te preocupes, él sabe cuidarse solo. Y ya sabes que es muy fuerte.
- Eso lo sé, Tsunade... - se pasó una mano por el pelo revolviéndolo-. Lo que me preocupa es... bueno - titubeó-. Kyuubi.
Sakura no entendían sobre que hablaban. ¿Kyuubi? No le sonaba de nada aquella palabra. ¿Sería otra alimaña del bosque? Por el nombre intuí que sí. Quizá debía preguntar... o no. Lo cierto es que no sabía si hacerlo o no. Aunque Naruto parecía preocupado por Jiraya, por lo que sí que era una alimaña del bosque.
- Jiraya sabe lo que hace y no le pasará nada en absoluto. Volverá entero de allí y tú no tendrás que preocuparte. - Tsunade seguía alentándolo con aquellas palabras.
-Gracias, Tsunade. - le sonrió mostrando todos los dientes.
Tsunade siguió comiendo con una sonrisa. Naruto y Sakura se levantaron de allí y salieron afuera, dejándola a solas con su caldo.
--------------------------------------------------------------
Jiraya soltó un enorme suspiro al ver la entrada a la caverna. Lo había conseguido, estaba en la morada de Kyuubi.
Caminó acortando la poca distancia que lo separaba de su interior y entró en ella. Apenas había luz, así que creó una bola de fuego para poder situarse.
A medida que avanzaba por aquella caverna, el aire se hacía más pesado y un fuerte olor a putrefacción se hacía más fuerte en el ambiente. Las paredes tenían un color marrón y parecían ser manchas. Era sangre seca. Y posiblemente el fuerte olor no sería otra cosa que cualquier animal muerto presa del monstruo que en aquella caverna habitaba.
El camino comenzó a volverse más empinado y Jiraya tenía que agarrarse a aquellas paredes para no perder el equilibrio.
- Lo gracioso va a ser subir luego. - dijo para sí.
- GRRRRRR...
Un poderoso rugido sonó en toda la caverna, haciendo eco por todas partes. Jiraya intuyó que estaba cerca por la cercanía con la que lo había oído.
Apresuró el paso todo cuanto pudo mientras seguía agarrándose a las paredes.
Se detuvo en el último segundo. Ya estaba, Kyuubi se encontraba al otro lado de aquella enorme apertura en la pared, esperándolo. Pues no había duda de que ya sabía que él estaba allí.
- ¡MUESSTRATE! - exclamó una potente voz.
Jiraya no había dudado de que Kyuubi ya supiera que estaba allí. Por eso, avanzó sin temor atravesando la apertura de la pared de la cueva y lo avistó.
Estaba sentado apoyando sus cuartos traseros en el frío suelo de piedra. Las zarpas traseras estaban manchadas de sangre que sintonizaba a la perfección con el color naranja de su pelaje. Sus nueve colas se movían lentamente creando pequeños remolinos de aire en la pequeña estancia.
En su rostro, se podían ver dos pupilas rojas como la sangre y de sus fauces, cerradas y llenas de sangre, unos enormes colmillos en el mismo tono rojizo.
Ante él había un enorme zorro de aspecto temible cubierto de sangre y restos de algún animal muerto.
Pero sin duda lo que más impresionaba era el hueco que poseía en su frente donde se encontraba un tercer ojos, que en aquellos momentos mantenía cerrado.
- Om, Jiraya... - dijo con una voz potente y terrorífica-. Imaginé que tarde o temprano aparecerías por mi casa. Aunque podrías haber llegado algo más tarde, has interrumpido mi almuerzo. - soltó un gruñido.
- Disculpa que te haya molestado, pero era urgente que viniera. Aunque tú ya sabes a que vengo, por supuesto-. enarcó una ceja.
El kyuubi arrojó los restos de su "comida" lejos y se limpió la boca con una de sus zarpas. Se levantó y a continuación estiró las patas.
- Por supuesto que lo sé. - dijo en un bostezo-. Quieres acabar con Madara y yo tengo las respuestas que buscas. - Se tumbó de lado apoyando su cabeza en uno de sus brazos.
- Exactamente. ¿Me darás respuestas? - preguntó nervioso-.
El Kyubbi, que había cerrado los ojos cansado, los abrió todos; inclusive el de la frente. Jiraya sonrió por dentro. Si había abierto ese ojo significaba que le daría respuestas.
- Tienes suerte de haberme encontrado de buen humor hoy, Jiraya. - Cerró los dos ojos manteniendo únicamente abierto el de la frente.
Jiraya se sentó en el suelo de la cueva, pues sabía que debía esperar unos minutos para que el enorme zorro se concentrase.
Mientras esperaba echó un vistazo a la pequeña estancia de piedra. En los techos había millones de estalactitas de un suave color verde y otras en un tono violeta muy fuerte. Al menos eso compensaba que las paredes estuviesen llenas de sangre y el asqueroso hedor que había en el ambiente.
- Jiraya. - el Kyuubi había cerrado el ojo de su frente y volvía a tener aquellas pupilas rojas abiertas-. Está escrito en el destino, para derrotar a Madara se necesita un poder muy grande; para derrotarle se debe cumplir esta profecía: "cuando el cielo y la tierra se unan Madara será destronado."
- ¿Qué? - preguntó algo confuso. - ¿No puedes decirme algo más? Eso es demasiado ambiguo, Kyuubi.
El Kyuubi se tumbó boca arriba y cruzó sus patas delanteras, luego dio un enorme bostezo.
- No te pongas pesado, Jiraya. Es todo lo que mi ojo ha visto. - cerró los ojos-. Y es todo lo que puedo decirte, pues no sé nada más. Ahora lárgate de aquí, quiero echarme una siesta.
- Pero...
- En serio, Jiraya. - interrumpió algo enfadado-. Si supiera algo más te lo diría, pero no lo sé. Ahora tú debes buscar al cielo y a la tierra de los que habla la profecía. - dijo más calmado-.
Jiraya asintió con la cabeza y dio la vuelta para volver sobre sus pasos. Mientras caminaba no podía parar de repetir las palabras del Kyuubi en su cabeza, tratando de llegar a alguna conjetura o idea que pudiera serle útil.
----------------------------------------------------------------
Sasuke avanzaba por los pasillos del enorme castillo, que dentro de poco sería todo suyo, casi en una carrera. Acaba de recibir un mensaje del Rey mientras desayunaba. Quería verle cuanto antes en sus aposentos y al parecer con urgencia.
Había pasado una semana desde que había empezado a darle aquel veneno al Rey, y tal como dijo su tío, había empeorado muy deprisa. A los dos días ni siquiera podía levantarse de la cama por unos fuertes dolores abdominales y una potente tos sanguinolenta. A los cinco días presentaba un color blanco y amarillento a la vez.
Su tío le había dicho antes de regresar a Aquo todos los síntomas que presentaría el monarca y, por como estaba la última vez que lo había visitado, no le quedaban más de un par de días.
Llegó a la enorme puerta que conducía a los aposentos reales. Esta estaba custodiada por dos guardias que apartaron sus lanzas ylo dejaron pasar nada más verlo aparecer.
Sasuke entró a la enorme estancia y caminó hasta la inmensa cama, donde el Rey, yacía más pálido que nunca. Tenía los ojos cerrados y bajo ellos un par de enormes ojeras en un tono morado. Respiraba con dificultad y parecía temblar.
Junto a su cama había un hombre de mediana edad, de estatura media y con una espesa barba de color blanco. Tenía una mirada cansada y triste. Sin duda era por el Rey. Sasuke evitó mirarle por más rato, le estaba poniendo nervioso.
- ¿Majestad? - tocó el rostro del Rey que abrió un poco los ojos, dejándolos entrecerrados.
- Sa.. Sasuke... Me ale... gra que hayas po...dido venir tan... deprisa... aah. - volvió a cerrar los ojos con mucho dolor. - Perdona... que ni siquie...ra te mire...., pero me... duelen dema.. siado los ojos.
- No os preocupéis, majestad. Decidme, ¿para qué me requeríais con tanta urgencia?
- No me que...da mucho.. y quiero...de... jar hecho mi... testamento... - levantó un brazo con dificultad y señaló al hombre-. Él se... encarga... rá de todo... Tú serás... el testigo...
Sasuke asintió tragando saliva. Su testamento, eso quería decir que era consciente de que iba a morir en breve. Y eso también sgnificaba que pronto él sería el heredero legítimo y por lo tanto el nuevo Rey de Itemwer.
- Yo, Kizashi... Rey de... Itenwer... decreto por la... presente que... Sasuke Uchiha es el... legítimo heredero. Por lo que... tras mi muerte... todos mis bienes... y mis tierras... así como la corona... le pertenecerán a... él. - calló cogiendo aire.
- Muy bien Majestad, - dijo el hombre de la barba-. ahora solo necesito que lo firméis y que también lo haga el joven Sasuke.
El Rey volvió a alzar la mano con dificultad y agarró la pluma que le tendía. Abrió los ojos buscando el pergamino para poder firmarlo, y así lo hizo. A pesar de que le temblaba el pulso, consiguió realizar una firma lo suficiente satisfactoria.
- Ahora es vuestro turno, Sasuke. - le dijo tendiéndole el pergamino para que firmase- . Firmad aquí. - señaló un pequeño hueco junto a la firma del Rey.
Sasuke cogió la pluma y la mojó en el tintero. A continuación firmó con mucha seguridad donde le había indicado.
- Os doy la enhorabuena, señor. Sois oficialmente ante la ley, el heredero legítimo al trono. - hizo una breve reverencia. Luego echó un vistazo al Rey. - Será mejor que lo dejemos descansar.
Sasuke lo siguió hasta la salida de la alcoba con una sonrisa macabra en su rostro. Había logrado lo que se proponía, pronto sería el Rey y nada ni nadie podría evitarlo.
Llegó a su alcoba y decidió escribirle a Madara cuanto antes para que estuviear enterado de todo. Su tío se había marchado dos días al ver que podría arreglárselas sin él por allí, algo que a Sasuke le llenó de orgullo. Podía contar con los dedos de una mano las veces que su tío había puesto toda su confianza en él y eso no era muy alentador. Al menos estaba en mejor posición que su hermano Itachi.
Cogió papel y lápiz y se dispuso a darle el informe detallado de la situación a su tío.
Queridísimo Tío,
Las cosas van tal como estaba planeado, a "su alteza" no le quedan más de tres días en este mundo. Ya presenta un aspecto lamentable, con un color y un olor repulsivos. Los ataques de tos sanguinolentas no han hecho más que empeorar desde que te marchaste de aquí, tiene unas fiebres tan altas que, incluso los cocineros podrían cocinar en su cuerpo.
Debido a todo esto, El Rey ya sospecha que no le queda apenas aliento, por lo que hoy me ha hecho llamar a su alcoba y he firmado ante un notario su testamento como heredero oficial del Reino de Itenwer.
Está hecho, Tío, el Reino es todo nuestro. En cuanto El Rey muera, te enviaré una misiva urgente. En cuanto a La Reina, no sospecha nada, pero está demasiado atenta a cada uno de mis movimientos desde hace un par de días. Creo que sospecha de mi. Tal vez me viera echarle el veneno al Rey, pero es algo imposible.
Se despide:
Tu sobrino, Sasuke
Sasuke enrolló la carta y la ató en un cordel. Se levantó de la silla donde estaba y caminó hasta la ventana, abriéndola y asomando la cabeza. Llevó dos dedos a su boca y los situó bajo la lengua; a continuación sopló emitiendo un silbido.
Un halcón se acercó volando a toda velocidad a la ventana, posándose en el brazo extendido del joven. Sasuke ató la carta a la pata izquierda del ave.
- Lleva esto a Madara inmediatamente. - le dijo al halcón que alzó el vuelo al instante-.
Sasuke lo vió alejarse hacia su destino con una sonrisa de triunfo en su rostro.
----------------------------------------------------------------
Naruto metió unos cuantos frascos en su zurrón y lo cerró. Se disponía a ir a la aldea a vender unos cuantos para ganarse algunas monedas. Andaban escasos de fondos desde que Jiraya se había marchado hacía ya una semana. Por suerte Tsunade había preparado unos cuantos de los perfumes que el viejo solía preparar y que vendía en la aldea.
Se puso su capa, que estaba colgada en la pared, y se colgó el zurrón al hombro.
e disponía a salir por la puerta cuando recordó que no había cogido su arco.
Retiró la cortina, que separaba ambas habitaciones y entró a la pequeña estancia. Su arco estaba apoyado en la pared bajo la ventana.
Lo cogió y salió de la pequeña habitación justo cuando Sakura estaba entrando en la cabaña. Volvía a vestir las ropas masculinas y llevaba el cabello recogido en una coleta alta. Llevaba un montón de ropa en un cesto de mimbre, al parecer había estado en el río lavándola porque estaba algo mojada.
Sakura observó al joven, que por sus ropajes iba a salir. Tenía el pelo húmedo, por lo que acababa de asearse.
- ¿Vas a algún sitio, Naruto? - le preguntó seria.
- A la aldea. - contestó calmado-. Le pedía a Tsunade que preparase alguno perfumes antes de marcharse.
Sakura dejó el cesto encima de la mesa.
- Pues espérame, voy contigo. - Caminó hacia el armario. Narutó se puso serio de repente.
- Ni hablar, Cerezo. Aún no te has recuperado del todo...
- Oh, vamos, Naruto. - sacó su espada sin mirarle-. Han pasado cinco días desde que me desperté, estoy perfectamente. - se dio la vuelta mirándole y abrió los brazos-. Además Tsunade me lo dijo antes de marcharse. - Se ajustó la espada a la cintura-. "Sakura,, creo que ya no corres peligro. Estás sanísima, pero no hagas muchos esfuerzos."
- Exacto, Cerezo. - se quejó el joven-. No hagas muchos esfuerzos, eso te dijo la vieja. Así que tú te quedas aquí. - se cruzó de brazos.
Sakura acortó la poca distancia que los separaba y miró desafiante, pero divertida al rubio.
- No te oí quejarte de mi salud anoche. - le dijo guiñándole un ojo.
Naruto abrió la boca y emitió un pequeño sonido como si fuese a hablar, pero al final no dijo nada.
Resopló resignado.
- Tú ganas. Venga, vámonos.
Sakura no pudo evitar enarcar una sonrisa triunfal. Luego se colgó del cuello de Naruto, que la tomó por la cintura. Ella se acercó a su oreja y le susurró:
- Además, ¿de verdad crees que voy a dejar que se te acerqué Hinata otra vez? - le dio un ardiente beso que dejó sin aliento a Naruto-. Eres mío, principito.
Naruto no pudo evitar soltar una carcajada.
- Todo vuestro, mi princesa. - la alzó y la besó antes de volver a dejarla en el suelo-. Y ahora vámonos antes de que se nos haga más tarde.
Un par de horas más tarde llegaron ambos a la plaza cogidos de la mano. La gente los miraba, quizá les recordaban de la última vez que habían estado allí. La escenita que habían montado no era fácil de olvidar.
- Cerezo, creo que nos miran por culpa de la escenita del otro día. - dijo divertido en su oído.
Sakura le golpeó en el brazo molesta.
- No empieces, eso ya está más que arreglado. - le espetó ella-. Monta el puesto, yo voy a darme una vuelta al mercado a ver si veo algo.
- ¡A la orden, jefa! - respondió Naruto poniéndose firme.
Sakura soltó una carcajada antes de alejarse hacía los puestos de comida.
Estaba todo como siempre. Los tenderos vendían su género gritando a pleno pulmón, el olor a comida recién hecha, un pastor conduciendo el ganado... Y sobre todo muchísima gente.
Sakura ya no los veía como a sus súbditos, sino como a gente como ella. Era ella la que había cambiado para convertirse en lo que ahora era; una persona sin deberes, que no seguía normas y que vivía una vida feliz en el bosque. Sí, un bosque peligroso y lleno de todo tipo de alimañas, pero a ella le daba igual.
Echó un vistazo en dirección a Naruto que seguía montando el pequeño puesto. Él alzó la cabeza un instante y le sonrió.
- Yo escuché a uno de los guardias decir esta mañana que tal vez no pasaría de esta noche.
- Pero es algo increíble, si gozaba de buena salud...
Sakura observó bien a las dos mujeres que estaban hablando. Una de ellas tenía el pelo negro por debajo de los hombros, en su mano portaba un canasto repleto de verduras. La otra era más alta y tenía el pelo rubio como el sol, era la tendera del puesto de verduras.
- Ay, pues eso es lo que siempre ocurre. Un día estamos de fábula y al siguiente nos estamos acercando cada ve más a La Parca. - dijo con tristeza la tendera.
- Y en caso de que muera, cosa inevitable creo yo, ¿quién se encargará del reino?
Sakura no daba crédito a lo que oía. ¿Encargarse del reino? Una idea horrible inundó su mente.
- ... pues supongo que la Reina se quedará al frente, aunque creo que Sasuke ya es el heredero oficial. Como te he dicho, esta mañana oí a los guardias de la puerta comentándolo. -Calló para tomar aire-. A Su Majestad no le queda nada para dejarnos- continuaron hablando, pero Sakura ya no pudo seguir oyendo nada más.
El corazón le dio un vuelco ante todas aquellas palabras. Su padre se estaba muriendo. Sintió como todo a su alrededor se tambaleaba, se agarró a algo, pero no sabía a qué, para mantener el equilibrio.
La idea de que su padre estuviese a punto de morir la había golpeado como la zarpa de aquel horrible dragón... No. Había sido mucho peor.
Por mucho que hubiera odiado a su padre por lo estricto y duro que había sido con ella, no podía evitarlo, ella le amaba.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al instante y comenzó a llorar. Sintió una presión en el pecho, que le dificultaba respirar. Empezó a hiperventilar en medio de la plaza. Notó como la gente se acercaba a ella, con miradas preocupadas.
Por el rabillo del ojo vio un reflejo amarillo moverse a toda velocidad entre la multitud que se aglomeraba rápidamente a su alrededor.
Todo a su alrededor empezó a emborronarse lentamente hasta que se oscureció por completo.
HOLA, HOLA.
Siento mucho la demora, pero como dije aún me quedaba hacer selectividad, por lo que había que seguir estudiando. Pero ya he acabado con todo lo que tenía, así que he podido escribir y os traigo la continuación de este mi FF.
Este capítulo lo voy a dividir en dos partes, porque es que de no hacerlo, me quedaba muy, muy largo
Espero vuestro hermosos comentarios, a ver qué os ha parecido.
Me despido.
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Oh! POR DIOS! No lo puedo creer! Estuvo genial el capítulo!
Bueno ehmmm puro Sasuke.... Y también MADARA!
Espero el Rey no muera no la Reina.
Pero ahh pobre Sakura, espero oja que ella misma con lo que ha aprendido le de una patada en los meros huevos a Sasuke!
Espero conti! Lo dejas en una parte muy buena D:
Bueno ehmmm puro Sasuke.... Y también MADARA!
Espero el Rey no muera no la Reina.
Pero ahh pobre Sakura, espero oja que ella misma con lo que ha aprendido le de una patada en los meros huevos a Sasuke!
Espero conti! Lo dejas en una parte muy buena D:
belivexangel1- Sannin
- Mensajes : 501
Mi Casa/Ciber
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Capítulo 13 2/2:
- No supo qué fue, pero la despertó. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado allí... no recordaba nada.
Se notaba cansada y tenía una leve pero intensa jaqueca. Se movió un poco y notó que estaba tumbada sobre una cama muy cómoda y mullida. Estaba tapada hasta la barbilla y con mucha delicadeza.
Abrió los ojos y no visualizó nada. Fuera donde fuera que se encontraba, una oscuridad lo inundaba todo.
En el ambiente había un ligero olor familiar para ella, olía a la sopa que solía preparar Naruto en la cabaña.
¿Estaría en la cabaña entonces?
Sakura sacó los brazos de debajo de lo que por el tacto, notó que era una manta muy suave. Hacía mucho que no notaba algo tan suave al tacto. Ni siquiera recordaba la última vez que había dormido en una cama tan cómoda.
Aquello le dio la pista de que no estaba en la cabaña, pues allí únicamente estaban los catres, y no eran tan cómodos como una cama.
Se incorporó llevándose una mano a la frente. No parecía estar enferma, pero sí que le dolía muchísimo la cabeza. Se masajeó las sienes, respirando tranquila.
No conseguía recordar absolutamente nada. Bufó con enfado.
Sus ojos ya se habían acostumbrado a aquella oscuridad y atisbó a un par de zancadas una tenue luz de lo que parecía una puerta.
Agudizó el oído y pudo oír un par de voces, pero no lograba escuchar de qué hablaban.
Salió de la cama y extendió los brazos, por si se pudiera topar con algo en aquella oscuridad, y avanzó hacía la luz.
A medida que se acercaba a la puerta, las voces se hacían más claras y pudo entender retazos de la conversación.
- ... en serio, muchas gracias. - Esa era la voz de Naruto.
- No ha sido nada, muchacho. - Aquella voz parecía pertenecer a alguien mayor, a una mujer mayor.
Sakura tanteó por la puerta hasta que encontró el picaporte y lo giró abriendo la puerta.
Un resplandor la cegó un instante y cerró los ojos en un acto reflejo. Los volvió a abrir entrecerrándolos por la luz que le molestaba a los ojos.
Ante sus ojos había una habitación iluminada por una chimenea alimentada por un gran fuego, sin duda el que la había cegado. Había junto a ella un pequeño sillón de color marrón claro, que parecía muy cómodo. A la derecha había una mesa de tamaño medio sobre la que había un montón de cosas; desde vajilla y cubertería hasta verduras y otros manjares.
De pie junto al fuego estaba Naruto, que había dibujado una enorme sonrisa al verla aparecer por la puerta. A su lado se encontraba una mujer mayor, con pelo canoso y recogido. Sin duda la voz que había oído hacía unos instantes era suya.
- ¡Cerezo! - exclamó el joven corriendo hacia ella-. No sabes lo preocupado que me has tenido. - La abrazó dejando su cabeza reposar en su duro pecho.
- ¿Qué...?
- Tranquila, te desmayaste sin motivo en medio de la plaza. - la interrumpió él-. Te traje entonces aquí, a la posada del pueblo. - se separó de ella rompiendo el abrazo y la agarró de la mano conduciéndola hasta el sillón-. Esta mujer de aquí es la dueña de la posada. - la ayudó a sentarse en el sillón. Sakura pudo notar como el olor a sopa era más notable y observó el enorme caldero que había sobre el fuego-. Se llama Chiyo y se ha encargado de ti desde esta mañana hasta ahora. Ella ha llamado al médico que te ha atendido de buena gana.
Sakura alzó la vista y miró a la mujer. Tenía una mirad bastante amigable en un rostro marcado por las arrugas. Sakura le dedico una liviana sonrisa de agradecimiento.
Naruto había dicho que se había desmayado aquella mañana. ¿Quería decir con eso que ya había oscurecido? Y además había dicho que se había desmayado. ¿Por qué se había desmayado?
Naruto continuaba hablando, pero Sakura no le prestaba atención, acababa de sumirse en sus pensamientos. Tenía que intentar recordar que había hecho desde que se había levantado aquel día. Con un poco de suerte podría recordar el motivo de su desmayo.
Aquella mañana se había despertado con los primeros rayos del día. Había mirado a su lado, donde Naruto continuaba dormido con una sonrisa. Sonrió para sí recordando aquella imagen.
Luego se había levantado y se había vestido con sus ropas masculinas, recogido el pelo y salido de la pequeña habitación donde dormían.
Bebió agua, cogió una manzana porque le apetecía desayunar algo ligero aquella mañana y luego... Luego había entrado de nuevo en la cabaña y había visto el montón de ropa sucia. Sí, eso.
Había decidido ir al río a lavarla y de paso darse un baño. Recordó que antes de salir había echado un vistazo al joven que aún dormía abrazando a la nada. Había sonreído y entonces se había marchado al río.
Al llegar allí había lavado la ropa y se había bañado cuidadosamente como hacía desde que vivía en el bosque.
Tras pasar media hora allí y haberse secado un poco, se había vuelto a vestir y peinar y se había puesto en marcha para regresar a la cabaña.
Cuando llegó, Naruto estaba ya despierto y metiendo en su bolsa unos cuantos frascos de perfume.
Recordó que tras mucho insistir, había logrado convencerlo de acompañarlo hasta el pueblo...
Sakura frenó un instante sus pensamientos. El pueblo. Claro, ahora lo recordaba. Su padre. Esa era la razón de su desvanecimiento. Su padre se estaba muriendo. Se lo había oído a un par de mujeres en el puesto de verduras y entonces se había desmayado.
Naruto notó que la joven no le estaba escuchando y se arrodilló ante ella. Vio en su rostro un atisbo de temor. Estaba asustada de algo. Le cogió el rostro con ambas manos y le beso la frente.
- Cerezo, ¿qué te sucede? - le preguntó muy preocupado.
Sakura miró al joven a los ojos y se vio a si misma reflejada. Vislumbró su rostro y lo aterrorizada que estaba. Y ahora estaba preocupando a Naruto.
Chiyo le puso una mano al joven en el hombro.
- Os dejo que habléis. Cualquier cosa, estoy fuera. -Naruto asintió sin apartar la vista de la joven.
Sakura se abrazó a Naruto con fuerza enterrando su cara en el pecho del joven, que la rodeó con sus brazos.
Ella empezó a llorar sin ningún reparo, preocupando aún más a Naruto, que la mecía en sus brazos sin entender nada.
- Cerezo, me estás preocupando, ¿qué te pasa? - Sakura alzó la vista. Tenía los ojos completamente empapados por las lágrimas, al igual que todo su rostro.
- Naruto, es mi padre. - dijo entre sollozos.
- ¿Tu padre? - le enjugó las lágrimas con delicadeza-. ¡Oh, por eso te has desmayado!
- ¿Qué? ¿Es que pensabas que me pasaba algo? - preguntó ella.
- Chiyo pensaba que estabas... bueno... encinta. - dijo entrecortadamente.
Sakura sonrió levemente. Ojalá fuera eso, no le importaría que fuera eso en lugar de la muerte de su padre. Pero no era eso.
- No estoy embarazada. Lo siento Naruto. - le dijo a media voz.
- No lo sientas, Cerezo. - sonrió-. Ahora no es momento para eso.
Sakura volvió a enterrar la cabeza en su pecho. Naruto le beso en la coronilla.
- Anda, dime, qué sucede con tu padre. - le instó el joven.
- Se está... se está mueriendo. - dijo volviendo a llorar-. Se lo he oído decir esta mañana a un par de mujeres. Ya sé que mi padre y yo nunca nos hemos llevado del todo bien y que... que me escapé porque él... bueno... él...
- Shh... - la calló el rubio-. Tranquila Cerezo. Tú no tienes la culpa.
Sakura levantó la cabeza al instante con el ceño fruncido.
- ¿Cómo puedes decir eso? Y sí tras el disgusto de perderme como hija enfermó y ahora... - calló-. Seguro que yo tengo la culpa, soy una hija horrible. - dijo con amargura.
Naruto le apartó el pelo, que llevaba suelto, de la cara y se lo puso tras la oreja.
- Óyeme bien, tú no tienes la culpa de nada. - le dijo con dulzura-. La gente muere cada día, aunque sea el Rey de Itenwer mismo. Tú padre ha podido contraer una enfermedad. - Le acarició la mejilla secando un par de lágrimas-. Tú te marchaste porque no eras feliz allí, nadie puede culparte por intentar buscar tu propia felicidad. Así que no vuelvas a decir que es tu culpa.
- Naruto... - se quedó callada ante aquel pequeño discurso.
- Ahora yo soy quien te cuida y te protege, Cerezo. Aunque... - calló soltando una pequeña risa-. no lo necesites desde hace un tiempo.
Sakura le miró a los ojos, aquellos ojos azules que ahora estaban llenos de un gran coraje y decisión. La joven sonrió acariciándole la mejilla, tocando con delicadeza sus marcas, aquellas que tanto le gustaba tocar.
Busco sus labios y lo besó con ternura, rozándolos lentamente y con delicadeza. Se separaban unos segundos y Naruto volvía a buscar sus labios profundizando los besos, ahora menos tiernos.
- Gracias por animarme, Naruto. - el joven la abrazó.
- Sabes que lo que digo siempre es sincero, y lo que siento por ti lo es. No puedo dejar que la persona a la que más quiero en este mundo, se sienta de esta forma... no puedo dejarte pensar que tienes la culpa de lo de tu padre. - suspiró-. Nunca podría dejarte con ese sufrimiento.
Sakura entonces tuvo una idea. Tal vez ella no tuviera la culpa de que su padre estuviese muriendo, pero si la tenía de haberse escapado y haber preocupado a sus padres. Porque nunca se habían llevado a las mil maravillas, pero eran sus padres al fin y al cabo y los quería.
Si había algo que debía hacer, era ir a ver a su padre y despedirse, que él viera que ella se encontraba bien. Que seguía viva y que era feliz en el bosque. Quizá presentarle a Naruto... Hacerle feliz en sus últimos minutos. Se merecía al menos eso.
- Naruto, tengo que decirte algo-. El rubio se levantó del suelo con Sakura en sus brazos y se sentó en el sillón con la joven en su regazo.
- Dime, ¿qué es? - le preguntó besando su cuello.
- Quiero ir a ver a mi padre, despedirme de él. - dijo decidida.
Naruto paró de besarle el cuello y la miró ceñudo. Ir a despedirse de su padre había dicho. Eso implicaba entrar en el castillo y salir sin ser vistos. Sería sencillo si no fuera porque en aquel castillo estaba Madara.
Ni hablar. No dejaría que Sakura hiciera tal cosa.
- No, Cerezo. - dijo con rotundidad.
Sakura se quedó con la boca abierta. No esperaba tal negativa por parte de él. Pensó que estaría encantado, pero le había dicho no. Y además había sido un no demasiado cargado de seriedad.
- ¿Qué? ¿Por qué? - quiso saber.
- Porque es muy peligroso, por eso.
- Peligroso... Pero qué estás diciendo. Es entrar, ir hasta la alcoba de mi padre y luego salir sin ser vistos. - le explicó con obviedad.
- Tú lo ves fácil, porque lo es. Pero no es por eso por lo que es peligroso y por lo que me niego. - apoyó la barbilla en su mano. Seguía muy serio y bastante distante.
- Ya lo has dicho antes, ya no me proteges como antes, estoy aprendiendo a cuidarme muy bien yo sola y... - miró a Naruto que había apartado la mirada y ahora miraba el fuego-. Ni siquiera me estás escuchando. Desde luego, Naruto... ya te vale...
- ¡Calla! - le gritó-. Si no quiero que vayas es por Madara. - miró a la chica que lo miraba asustada-. Lo siento, Cerezo. Siento el grito... Es que no quiero que te pase nada y si vas allí podría pasarte algo y... - su voz se fue apagando.
Sakura se levantó de su regazo muy enfadada. Se cruzó de brazos y lo miró furiosa.
- Naruto, no hace falta que me protejas tanto. No me pasará nada. Ya me las arreglé en ese castillo cuando estaba Madara, esta vez no será diferente. - Naruto se levantó furioso del sillón.
- ¡Cuando escapaste de ese castillo tu padre estaba sano! ¿O me equivoco? - cerró los ojos e inspiró y expiró soltando el aire lentamente para calmarse un poco-. Cerezo, si no te lo he dicho antes es porque no quería preocuparte. -le dijo más calmado-. Hay altas probabilidades de que a tu padre lo hayan asesinado. - abrió los ojos y vio a Sakura con una mano en su pecho.
- Asesinado... - musitó impactada.
Naruto se acercó a ella, pero no llegó a tocarla por si ella se zafaba de él.
- Asi es. - dijo serio-. Posiblemente envenenado. Lo siento Cerezo. - apretó los puños impotente.
Sakura se dejo caer al suelo. Si lo que decía Naruto era cierto, entonces ahora más que nunca debía ir hasta el castillo y verle por última vez. Aun tenía aquella incertidumbre de que tal vez sí que hubiera enfermado por su culpa, pero ahora...
Alzó la vista y miró a Naruto que la observaba abatido. Él no quería decirle nada para no preocuparla, pero había actuado bien después de todo.
Se levantó del suelo y se acercó a Naruto. Le cogió la mano y entrelazó sus dedos con los suyos. Se puso de puntillas y lo besó.
Fue un instante. Cuando acabaron el beso el rubio apoyó su frente en la de la joven y la miró a los ojos. Sakura le rozaba la nariz con la suya mientras cerraba los ojos.
- Perdona por haberte gritado de esa forma, Naruto. Y por ponerme como una estúpiaa mimada con el tema de ir a ver a mi padre. - soltó un poco de aire.
El joven la besó con ternura haciéndola callar.
- No pienso perdonarte - le dijo entre besos-. porque no hay nada que perdonar.
Sakura le dio un último beso y se abrazó a su cuello. Una lágrima resbaló por su mejilla. No quería hacerlo, pero no tenía alternativa.
En cuanto Naruto se quedase dormido, se escabulliría e iría ella sola al castillo.
No quería hacerlo enfadar más, así que fingiría que la idea de ir había quedado fuera de sus planes y disfrutaría de la compañía de él hasta quedar dormidos.
Movió la cabeza para secarse la mejilla en el hombro de Naruto, para que así no se notara nada que había llorado. Aunque realmente no hacía falta después del rato que había estado llorando, no se notaría.
Aunque mejor prevenir por si las moscas.
- Oye - le dijo al oído-. ¿Crees que Chiyo volverá?
- Posiblemente. Esta es su habitación - dijo sereno.
- Que pena. - dijo ella haciéndose la víctima-. Entonces no podremos probar esa cama tan cómoda y mullida de ahí dentro.
Naruto sonrió de lado. Sakura acababa de morderle el lóbulo de la oreja, sabiendo que eso lo volvía loco.
- Para, Cerezo. Te recuerdo que esto es una... ¡ah! ¡Oye! - se quejó tras la mordida que acababa de experimentar.
- Venga, si con ese jaleo ni siquiera se dará cuenta de nada. - le dijo arrastrándolo agarrándolo de la mano hasta la habitación-. Y si lo que te preocupa es la cama de esa mujer... No pasa nada, le pedimos otra habitación. Aunque seguro que cambiará las sábanas después de haber dormido ahí dos extraños.
- Cerezo, - le dijo tapándole la boca-. para ya, me has convencido.
Entraron en la habitación. Naruto prendió un par de velas con sus poderes y Sakura cerro la puerta.
La joven se tiró encima de Naruto que la agarró al vuelo besándola. Sakura enroscó las piernas en su cintura correspondiendo con efusividad al beso. Pasó los brazos por detrás del cuello del rubio alborotándole aún más el pelo.
Naruto se separó de sus labios y atacó a su cuello dándole pequeñas mordidas. Sakura dio un respingo y soltó un pequeño gemido placentero.
- Cerezo, contrólate, no queremos que nos pillen. - le dijo riendo.
- Callate, tú tienes la culpa. - le agarró las mejillas y volvió a besarlo.
Naruto enrolló su lengua con la de la joven, mientras caminaba hacia la cama y la recostaba allí. Sin dejar de besarla, le quitó el jubón y lo tiró por la habitación.
Se subió encima de ella besándola por todas partes. Ambos comenzaron a desvestirse el uno al otro sin parar en ningún momento de acariciarse o provocarse.
Al cabo de un rato, ambos estaban tumbados en la cama, desnudos y muy acalorados. Sakura estaba abrazada a Naruto con la cabeza sobre su pecho, dibujando sobre el mismo contornos con su dedo.
- Me haces cosquillas, Cerezo - dijo riendo.
- Es lo que pretendo. - le contestó ella-. Estoy cansada, vamos a dormir.
- ¿Cansada? - preguntó sin creerlo-. Pero si has dormido todo el día.
- Después de lo que acabamos de hacer me he vuelto a cansar. Bruto, que eres un bruto. - le reprendió divertida.
- ¿Yo? - dijo incrédulo-. Tú no te has quedado atrás, princesa. Bueno, que digo princesa... guerrera.
- Duérmete, Naruto. - cerró los ojos recostándose más sobre su pecho.
El rubio se dio por vencido y cerró los ojos quedándose dormido en apenas unos minutos. Su pecho subía y bajaba tranquilo. Sakura podía oír su corazón latir lentamente.
Se separó de él y salió de la cama. Sabía que Naruto tenía el sueño profundo y pensaba aprovecharlo para huir.
Recogió su ropa, que estaba toda tirada por todas partes.
"Madre mía, creo que me he pasado intentando cansarlo" pensó conteniendo la risa.
Miró al rubio que seguía dormido sin percatarse de nada y por un momento se pensó lo de marcharse para quedarse junto a él. Pero la idea de su padre, moribundo y sin saber de ella durante meses, le ganó.
Se acercó hasta él y le dio un beso en los labios. Le apartó el pelo rubio de la frente y le acarició las marcas de sus mejillas. Dibujo en su mente cada una de las partes que lo componían. Quizá fuera una despedida o quizás no, pero no quería arriesgarse a olvidar como era la persona que amaba. Aunque eso se le hacía imposible en aquel momento.
- Adios, Naruto. - le susurró al oído-. No olvides que te quiero.
Abrió la puerta y salió por ella, antes de echar una última mirada al joven que descansaba solo en la cama.
Salió de la habitación y se encontró justo en la posada. Allí había un gran escándalo provocado por la cantidad de hombres que estaban bebiendo a aquellas horas. Chiyo estaba detrás de la barra. También había un joven de pelo pelirrojo que podría tener la edad de Naruto y una mujer algo mayor rubia.
Sakura se abrió paso como pudo entre toda aquella gente hasta que llegó a la barra. La joven rubia la miró y se acercó a ella.
- Anda, tú eres la que se desmayó esta mañana. Veo que ya estás mejor y que mi abuela no mentía. - le dedicó una sonrisa. - Me llamo Temari, por cierto.
- Yo Cerezo. - le dijo devolviéndole la sonrisa-. Sí, ya me siento mucho mejor. Ahora iba a dar un paseo, pero he pensado que iría algo más cómoda con otra ropa. - Temari la miró y vio a que se refería.
- Creo que podría prestarte un vestido. Espera aquí un segundo, enseguida vuelvo. - y desapareció escaleras arriba.
Sakura no tuvo que esperar mucho, de pronto apareció Temari al pie de las escaleras con un vestido de color marfil.
- ¿Te importa que suba y me lo ponga en tu habitación? - le gritó para que la joven la escuchase.
Temari asintió. Sakura subió por las escaleras y siguió a la joven hasta su alcoba.
Era una habitación muy pequeña con una cama, una mesa y una silla y un pequeño baúl al fondo.
- Te lo agradezco. - le dijo mientras de desvestía.
- No es nada, mujer. - dijo quitándole importancia-. Cuando acabes puedes dejar tu ropa sobre la cama y yo la lavaré.
Sakura asintió agradecida. Temari salió de la habitación dejándola allí sola poniéndose aquel vestido.
Todo iba a la perfección. Naruto no se había despertado, acababa de conseguir el vestido que le permitiría colarse en el castillo y así pasar desapercibida y lo más importante: nadie tenía sospechas de lo que planeaba hacer.
Encontró una sabana vieja en el baúl de Temari y metió ahí su ropa de hombre. Hizo un nudo y salió de la habitación.
Al bajar las escaleras, lo hizo agachada y al llegar abajo se ocultó entre la multitud y salió por la puerta de la posada.
- "BIEN"
Miró hacía todas partes hasta que logró situarse y se puso en camino para llegar al castillo lo antes posible. No tenía ni idea de la hora qué era, así que decidió preguntar.
- Disculpe, ¿podría decirme qué hora es? - le pregunto a un viejecillo que iba acompañado por un joven de más o menos su edad.
- Con gusto, señorita. Deben de ser las nueve y media si me guió por el tiempo que hace que ha anochecido.
- Muchas gracias-. Y salió corriendo hacia el castillo como una centella.
Cuando llegó no había nadie en la entrada del servicio. Ya habían cerrado aquella puerta, así que tendría que entrar con los rayos del sol. Eso podría ser una problema si Naruto se despertaba e iba a buscarla.
De pronto oyó un golpe seco. Miró hacia la puerta y vio que estaba abierta y en ella había un guardia que la observaba.
- ¿Qué haces ahí? - le gritó.
- Lo siento, he llegado tarde y me he quedado fuera. - dijo lo más inocente que pudo-.
El guardia pareció convencido, así que se hizo a un lado y le hizo un ademán para dejarla pasar.
- Gracias, gracias. - le dijo ella al cruzar la puerta.
- Ten más cuidado la próxima vez. Hoy has tenido suerte de que estuviera yo por aquí. Eso y que me hayan entrado ganas de mear ajajajajajaja. - soltó una gran risotada-.
- No volverá a ocurrir, en serio. - Sakura se fue por aquel pasillo y se dirigió a la lavandería.
Si recordaba bien como salir de la zona del servicio podría llegar sin problemas a los aposentos de su padre.
Solo esperaba que todo resultara como hasta ahora y nada saliera mal. Mucha suerte estaba teniendo.
Los aposentos de su padre estaban situados en el ala norte del castillo justo al contrario que los suyos, que estaban en el ala sur.
Su plan era simple y arriesgado también. Necesitaba coger un par de sabanas y llevarlas hasta los aposentos del Rey con la excusa de que iba a recoger la ropa sucia y a dejar esa limpia.
Podía o no resultar y eso era lo que lo hacía arriesgado. Pero debía arriesgarse.
Saludó a un par de mujeres que había por allí, que la miraron con extrañeza, ya que no la habían visto nunca antes por allí.
- Soy nueva. - dijo con una sonrisa forzada-.
Las mujeres no parecían muy convencidas, pero tampoco dieron señales de querer indagar más en el asunto.
Sakura cogió una cesta y un par de sabanas limpias cuando no miraban y salió a todo correr a su destino.
Esperaba conseguirlo. "No. Debo conseguirlo."
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Gracias por comentar el anterior capítulo belivexangel1 . Al menos sé que hay alguien que lee lo que escribo xDD
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Jajaja pues tu sabes, amo tu fic es mi favorito, espero lo termines ya que quiero ver como acaba.
Pues me gusto mucho el capítulo, me alegra que ella vaya a visitar a sus padre.
Ojalá oiga algo de que Sasuke lo esta envenenando ( maldito ).
Y vaya manera de dejar a Naruto durmiendo xD
Necesito conti urgente!
PD: sabes estoy viendo un anime que es más o menos igual a tu historia, no se sí la quieras ver , esta muy padre
Se llama: Akatsuki no yona ( a no ser de ya hayas leído el manga )
PD2: que opinas de que ya faltan dos capítulos para que se acabe el manga?
Pues me gusto mucho el capítulo, me alegra que ella vaya a visitar a sus padre.
Ojalá oiga algo de que Sasuke lo esta envenenando ( maldito ).
Y vaya manera de dejar a Naruto durmiendo xD
Necesito conti urgente!
PD: sabes estoy viendo un anime que es más o menos igual a tu historia, no se sí la quieras ver , esta muy padre
Se llama: Akatsuki no yona ( a no ser de ya hayas leído el manga )
PD2: que opinas de que ya faltan dos capítulos para que se acabe el manga?
belivexangel1- Sannin
- Mensajes : 501
Mi Casa/Ciber
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Hola soy nueva en el foro y me agrada tu fic pero te te has tardado un mundo en actualizarlo y xq nadie escriba no significa q no lean se q eso a veces decepciona pero creeme hay q amar lo que haces no tardes en actualizar xfa
Ocaso7- Clan Byakko
- Mensajes : 284
Edad : 32
Venezuela
3925
Posesiones :
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
excelente fic me ha gustado me lo he leído todo de una vez creo que sakura va a complicar las cosas visitando a su padre y cuando naruto se de cuenta va ha estar muy enojado espero lo continues pronto acabas de ganar una nueva seguidora de tu fic.
aduzumaki- Sennin
- Mensajes : 1026
Edad : 30
Omnipresente :D
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Cuando pones conti???
aduzumaki- Sennin
- Mensajes : 1026
Edad : 30
Omnipresente :D
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Siento mucho la tardanza pero entre una cosa y ora nunca tenía mucho tiempo para escribir. Pero aunque pase mucho, no vo a dejar el FF hasta acabarlo xD
- Capítulo 14..:
- Cruzó el pasillo lentamente, admirando cada armadura. Jamás las había visto tan relucientes. Se acercó a una y se vio reflejada en ella.
Aunque ella se viese con su apariencia habitual, sabía que el resto la veía con otra totalmente distinta.
Se retiró alarmada. Acababa de caer en que su padre no la reconocería al verla. Eso sería un problema. Problema en el que no había pensado con las prisas de escaparse mientras Naruto estaba dormido.
"Idiota" pensó para sí.
Volvió a mirarse en la armadura, seria y pensativa. Lo único que le pasaba por la mente en aquel momento era que deseaba ver por última vez su padre como fuese.
Con una última mirada, se retiró de la armadura definitivamente y siguió caminando por el pasillo hasta que llegó hasta unas escaleras situadas a la derecha al final del mismo.
Solo le faltaba subir las escaleras y girar a la izquierda y estaría en los aposentos de su padre. Una escalera era lo que la separaba de él, y ya no habría ningún obstáculo más que le impidiese verle por última vez.
Al subirlas todas le pareció oír unas voces masculinas. ¿Había alguien ahí?
Con cuidado, pegándose a la pared, se asomó para poder ver de quién se trataba.
No los conocía en absoluto. Ni siquiera le sonaba sus caras.
Se trataba de dos hombres de no más de veinticinco años. Uno de ellos tenía el pelo muy claro, casi blanco, algo largo. De la comisura de la boca le asomaba un diente. No parecía muy fuerte, pero no se dejó llevar por las apariencias.
El otro tipo era enorme, parecía una roca de lo alto y corpulento que era. Tenía el pelo naranja y muy despeinado. Por un instante a Sakura recordó a Naruto, pero fue eso, un instante.
Ambos llevaban una coraza a modo de peto con un abanico en el centro, señal inequívoca de que eran guardias de Madara y Sasuke. Una espada en la cadera y unos guanteletes negros.
Los dos hablaban entre ellos en voz lo suficientemente alta como para oírse desde donde estaba Sakura.
- Pues espero que se muera de una maldita vez, joder. Estoy harto de pasarme aquí esperando a que la palme el viejo de mierda.
- Sasuke nos ordenó permanecer aquí y no debes quejarte, Suigetsu.
El tal Suigetsu emitió un sonido que parecía ser de queja. Parecía que se había dado por vencido y se limitó a permanecer callado, aunque Sakura podía oírle refunfuñar desde donde ella se encontraba.
No había contado con que la puerta estuviese vigilada y por nada menos que dos guardias de Sasuke. Aquello era un problema.
Sakura, haciendo e menor ruido posible, se retiró de la pared y caminó hasta el pie de las escaleras, donde dejó a un lado la cesta que llevaba y se sentó.
Tenía que pensar en algo rápido para entrar en los aposentos de su padre, era de vital importancia, no sabía cuánto tiempo le quedaba a su padre de vida.
No se le ocurría nada para evitar a esos dos y entrar sin ser vista. Nada. Si quería ver a su padre tendría que pasar delante de ellos. El caso era, ¿cómo?
Pensó en Naruto. Si él estuviera ahí con ella seguro que ya se le habría ocurrido algo y estaría dentro hace mucho.
Se estiró el vestido lentamente mientras pensaba en algo. Entonces paró al instante de estirarse la arruga. "¡Claro eso es!" - se dijo-." Solo tengo que fingir que soy una doncella que le trae ropa limpia al Rey y me dejarán entrar". sonrió conteniendo una carcajada para no ser escuchada.
Se levantó arreglándose un poco la ropa como pudo, cogió la cesta que había cogido de la lavandería y salió del pequeño recodo en el que estaba escondida.
Aquellos tipos la vieron aparecer nada más doblar la esquina. Se la quedaron mirando mientras se acercaba lentamente hacia ellos. Sakura iba con la cabeza bien alta y tratando de parecer lo más segura posible, lo único que le faltaba era ponerse nerviosa.
- Buenas noches, tengan ustedes. - les dijo al llegar ante ellos.
- ¿Qué quieres? - preguntó Suigetsu de mala gana.
- Traía sábanas limpias para Su Majestad. - se limitó a decir de la forma más natural que pudo.
- Pues dame esa cesta y lárgate de aquí yo la llevaré dentro. - dijo el otro serio.
Sakura no contaba con aquello, ella pensaba que la dejarían pasar. Se encontraba con un problema tras otro.
- Pero... - musitó.
- Y has oído, dale la cesta y márchate de aquí. - ordenó tajante Suigetsu.
Sakura agarró con fuerza la cesta entre sus brazos, frunciendo el ceño. Ambos hombres la miraron sin entender nada. Aquella joven se comportaba de una forma muy extraña.
- No. - dijo ella-. Yo entro y a dejo.
- Jajajajaja - Suigetsu se tapó la boca mientras se carcajeaba delante de ella-. ¿Pero qué te crees, zorra? No puedes darnos ordenes a nosotros. Danos la cesta antes de que tengamos que quitártela por la fuerza. - e acercó más a ella que dio un paso hacia atrás.
Sakura no lo pensó, si quería entrar debería librarse de aquellos pesados primero. Dejó la cesta en el suelo a un palmo de distancia de ella y miró a Suigetsu que la observaba con una sonrisa socarrona en el rostro.
- Aclárate, muchacha, ¿la dejas o qué? - comenzó a reír. Sakura entrecerró los ojos mirándolo con odio.
Echó a correr y le plantó una patada en la barbilla que lo derribó y callándolo al instante. El otro se quedó anonadado al ver a una joven arrear semejante golpe a un guardia.
Suigetsu se levantó del suelo sobándose la barbilla por el golpe. Por el golpe que le había dado, Sakura intuyó que le saldría un buen moretón. Miró a Sakura furioso.
- ¿Qué te crees que haces, zorra? - le gritó mientras caminaba hacia ella-. Te enseñaré que es lo que les pasa a los que se pasan de la raya.
Elevó un puño para golpear a Sakura en la cara pero esta lo esquivó con facilidad para la sorpresa de ambos. Suigetsu no contento con ello volvió a intentar golpearla, arreándole una patada en la rodilla que esta vez si le dio.
Sakura cayó al suelo de culo y Suigetsu, que no perdía el tiempo, se le tiró encima al instante inmovilizándola. Sakura intentaba quitárselo de encima pero no podía. Él la había agarrado de ambas manos.
- Supongo que ha sido suerte, ¿no? - le dijo con una fina y siniestra sonrisa-. Ahora tú y yo nos vamos a divertir, preciosa.
Sakura intentó empujarle, pero él le apretó más las manos. Le acarició la mejilla con su mano libre, ya que con la otra la inmovilizaba.
- Juugo, no te metas, esta es mía. Voy a enseñarle que no debe meterse con quien no debe. - le dio un lametazo en la cara-. Mmm... Sabes muy bien.
Sakura le escupió en la cara. Suigetsu se limpió al instante sin dejar de sonreír.
- Quieres seguir siendo una chica mala, eh. Bien, pues juguemos a eso, zorra. - Sakura vio como se le tumbaba del todo apretándose contra ella-. Nunca me he follado a ninguna doncella, pero tiene que ser genial romperte la pureza, ¿no?
- Maldito.. ¡Quítate de encima! - le gritó. Suigetsu se acercó a su boca.
- Tú te lo has buscado, guapa. - apretó sus labios contra los de ella mientras intentaba meter su lengua, pero Sakura sabía resistirse muy bien.
Él se retiró riendo y volvió a atacar, pero esta vez abriéndole el vestido, intentando dejar a la vista sus pechos. Consiguió desgarrarlo un poco y metió la cabeza entre ellos sin dejar de reír. Juugo observaba aburrido la escena de brazos cruzados.
Sakura luchaba en su interior para no llorar. Se había arriesgado mucho yendo aquella noche al castillo, Naruto tenía razón. Si al menos le hubiera hecho caso, ahora no estaría a punto de ser violada por un tipejo.
Apretó los dientes mientras Suigetsu seguía tocando con sus sucias manos su cuerpo mientras reía.
¿Ya está? Ese sería el final de toda la aventura, de todo lo que había arriesgado para despedirse de su padre, para verlo una última vez. Se había arriesgado dejando a Naruto en una posada dormido como un angelito, ¿para fracasar?
Naruto... La imagen de el joven le vino a la mente mientras mantenía los ojos cerrados para no llorar. De su pelo, de sus ojos, de sus mejillas, de su cálida sonrisa, de sus fuertes brazos que la envolvían siempre. Un recuerdo le vino a la mente. El último día que habían estado entrenando...
Estaban ambos en el pequeño claro al norte de la cabaña. Era un día soleado y algo frío, el viento movía las hojas de los árboles en todas direcciones y llenando el ambiente de otras muchas que se iban desprendiendo.
Naruto esperaba a que Sakura le atacase con su espada en alto. La chica parecía dudar un poco.
- ¡Venga, Cerezo! - gritó animado-. Sé que te da algo de miedo por ser la primera vez que practicas con una espada auténtica, pero te prometo que no pasará nada.
Sakura suspiró y agarró con fuerza la espada. Días atrás habían estado practicando con espadas de madera, pero aquel día Naruto se había empeñado en que ya estaba lista para empezar con las espadas de verdad.
Avanzó hasta él y descargó un mandoble que fue detenido por el joven rápidamente. Él no esperó y le lanzó otro al instante, que Sakura paró.
Estuvieron así durante un buen rato, intercambiando golpes en un duelo de espadas. Naruto se contenía un poco, pero reconocía que Sakura no se desenvolvía nada mal.
Ella, ya más segura de sí misma, le atacó de frente con fuerza. Naruto lo paró justo a tiempo, pero a coste de un pequeño mechón de su pelo.
- ¡Oye! - se quejó mientras veía como su pelo caía-. Ten más cuidado, Cerezo.
- Ha sido culpa tuya por distraerte - contestó ella sacándole la lengua.
Naruto sonrió divertido.
- Con que sí, ¿eh? - corrió hacía ella ante la atenta mirada de la joven y le hizo un placaje derribándola sobre la hierba.
En algún momento había soltado la espada, quizá el susto, y ahora estaba a unos metros de ellos.
Naruto estaba sobre ella sonriendo.
- Naruto, quítate de encima. - le pidió Sakura.
- Ni hablar, Cerezo. Has bajado la guardia - contestó burló sin dejar de reír.
Naruto se inclinó sobre ella rozándole la nariz. La suya estaba congelada por el frío que hacía aquel día. Ella sonrió cerrando los ojos. Naruto buscó sus labios y se besaron pausadamente sobre la hierba, con el sol sobre ellos. Sakura le pasó los brazos por detrás abrazándolo por la nuca mientras profundizaba el beso.
Entonces, en un instante, Naruto sintió un pinchazo en sus bajos. Sakura le había golpeado. Ella lo apartó de un empujón mientras se escurría de debajo y se levantaba.
- Uy lo siento, Naruto. - dijo riendo-. Creo que me he pasado, pero has bajado la guardia.
Naruto se agarraba la entrepierna con cara de dolor mientras miraba a Sakura. Ella se sintió culpable y se acercó a él.
- Lo siento, pero es que no te quitabas y... - Naruto se levantó de la hierba y le cogió las manos atrayéndola hacia él.
- Maldita sea, Cerezo, si querías que parase hay formas de decirlo. Creo que me has dejado estéril. - se quejó escondiendo la cabeza en el cuello de Sakura.
- Eres un exagerado, no te he golpeado tan fuerte. - contestó riendo.
Sakura abrió los ojos de golpe. Eso era, ese tío estaba con la guardia baja, podría quitárselo de encima igual que con Naruto, pero con algo más de dureza.
Suigetsu estaba a punto de levantarle la falda del vestido cuando Sakura se incorporó y le dio un fuerte cabezazo que lo hizo ver las estrellas.
Soltó las manos de Sakura y se llevó las suyas a la cara. Un potente chorro de sangre le salía de la nariz. Sakura le había roto la nariz con aquel cabezazo.
Aprovechando la confusión Sakura le quitó las espada que levaba en la cintura y le dio una patada en el pecho empujándolo hacia atrás y consiguiendo salir de allí.
Respiraba entrecortadamente. Había sido too un suplicio aguantar a aquel baboso manoseándola por todas partes. Se arregló el vestido como pudo y se puso a la defensiva con la espada.
Suigetsu se levantó del suelo agarrándose la nariz. La miraba aún más furioso que antes. Echó la cabeza hacia atrás, se apretó el tabique y con un enorme "crac" se puso la nariz recta.
Tenía toda la cara cubierta de sangre, al igual que la coraza que llevaba y parte del suelo.
- Maldita zorra. - dijo escupiendo al suelo-. Juugo encárgate de ella.
- Vaya, Suigetsu - dijo Juugo burlón-. Creía que no querías que me metiera.
- No, tienes razón. Esto lo resuelvo yo de una maldita vez. - avanzó hacía Sakura que lo esperaba con la espada en alto- . Baja eso si no quieres hacerte daño y para de una maldita vez.
Sakura sonrió. Ese tío aún se atrevía a subestimarla después de lo que le había hecho. Pues ella se encargaría de que no volviera a hacerlo.
Esperó a que Suigetsu intentase algo para así atacar ella. No tuvo que esperar mucho, ese tío era demasiado predecible y en menos que canta un gallo estaba en el suelo con un tajo en el cuello.
Había intentado quitarle la espada de frente. Grave error. Sakura se había movido para esquivarle cuando él iba a pegarle un puñetazo en la cara, y le había cortado el cuello ante su atenta mirada.
Juugo viendo que aquella chica no era para nada alguien con suerte, sino que sabía pelear. Fue hacia ella de inmediato para encararla.
Suigetsu era un chulo prepotente y por eso ahora estaba muerto en un charco de sangre. Pero él era más sensato y esa chiquilla no conseguiría hacerle ni un rasguño.
Sakura miró el cadáver de Suigetsu aún sin creerse que lo hubiese matado. Nunca había matado a nadie y para ser la primera vez no le había temblado el pulso.
Escuchó unos pasos dirigirse a ella y vio el enorme puño de Juugo estrellarse contra su cara. Salió despedida hacia atrás y chocó contra la pared.
Notó un sabor a hierro en la boca. Se llevó una mano a la boca y vio que tenía el labio partido.
Juugo volvía a atacarla cuando se levantó. Él la agarró por el cuello mientras la pegaba a la pared. Sakura sentía que se quedaba sin aire.
- No sé quién demonios eres, muchacha. - le dijo calmado-. Pero esas ganas de entrar a los aposentos del Rey... Algo raro tramas y me gustaría saber qué es antes de matarte.
Sakura sintió como aflojaba un poco la presión del cuello permitiendo que pudiera respirar, pero sin soltarla.
- ¡Habla, muchacha! - instó alzando la voz.
- No tengo ningún motivo oculto. - dijo con firmeza mirando a Juugo a la cara.
Por nada del mundo le diría a ese tipo a lo que iba y mucho menos su verdadera identidad. Tenía que quitárselo de encima como fuera y aturdirlo. Aunque fuese como un montaña para ella, tenía que tener un punto débil o algo que le permitiera derribarlo.
Quizá pudiera dejarlo inconsciente con alguna de las llaves que le había enseñado Naruto. El problema era que estaba en una posición algo complicada.
- Maldita sea, muchacha. Te lo estoy pidiendo de la mejor forma posible, no me hagas pedírtelo por las malas.
Sakura notó como le apretaba el cuello de nuevo. Tendría que actuar rápido si quería librarse de él. La cuarta llave era una buena opción. Le golpearía en el mentón con todas sus fuerzas y luego lo dejaría inconsciente con un golpe en el cuello.
Primero tendría que hacer que la soltase.
Aún tenía la espada de Suigetsu en la mano. "Perfecto" pensó. Movió la espada con la intención de clavarla en la pierna de Juugo, pero él fue rápido y le pegó una patada en la mano haciendo que Sakura soltase la espada. Aprovechando aquello Sakura le dio un golpe con todas sus fuerzas en el mentón. "Au, eso ha dolido"
Juugo se tambaleó un poco hacia atrás, pero no se desmayó. Lo bueno es que había soltado a Sakura que, liberada de su agarre cogió la espada del suelo y se lanzó contra Juugo.
- Jé... ¿En serio crees que podrás hacer algo contra mí, muchacha? - dijo desenvainando la suya.
Los aceros chocaron. Sakura cayó hacía atrás ante la presión de Juugo. Él era mucho más fuerte, la idea de noquearlo no era tan fácil después de todo. Debería aprovechar un instante y hacerlo rápido.
- Nunca entenderé estas ganas de morir que posees, muchacha. - dijo Juugo girando su espada en su muñeca mientras se acercaba a Sakura que se estaba levantando.
- Mejor morir peleando que como una cobarde. - apretó con fuerza su espada y se encaró con Juugo.
Comenzaron un duelo de espadas en el que Sakura llevaba todas las de perder. Juugo era más fuerte, más duro, más rápido y tenía una gran experiencia en combate. Ella en cambio ¿qué tenía? Era demasiado débil para alguien así.
Juugo consiguió herirla en un brazo abriéndole un tajo enorme por el que emanó sangre al instante, y que hizo que soltase la espada. La joven apretó los dientes conteniendo el dolor.
- Y eso es solo el principio. Aunque reconozco que no lo haces mal, muchacha. Esa forma de pelear que tienes es muy bonita, pero aún te falta experiencia e combate. - alzó su espada para darle el golpe fina-. Una pena que no vayas a ganar nunca esa experiencia. - dijo mientras bajaba su espada.
Sakura esperó el final que ya no podría evitar. Decidió que si iba a morir, lo haría mirando a los ojos a su asesino. No pensaba morir con la cabeza gacha como una cobarde.
Alzó poco a poco la vista, pero no consiguió alzarla del todo. Vio que Juugo tenía las piernas abiertas. Abiertas lo suficiente como para que ella pudiese pasar por ahí. Entonces tuvo una idea.
Juugo se despidió mentalmente de la muchacha antes de bajar su espada del todo, pero para su sorpresa, Sakura cogió de nuevo las espada de Suigetsu y con una rapidez increíble, se coló bajo sus piernas. Consiguió acertarle de refilón en el hombro antes de que ella huyera.
Sakura no perdió el tiempo, y antes de que a Juugo le diese tiempo a reaccionar, le hizo un corte profundo en ambas piernas. Juugo gritó de dolor antes de caer al suelo. Sakura le golpeó en la nuca con el mango de la espada y corriendo, antes de que Juugo se derrumbase, le dio una fuerte patada en el cuello dejándolo inconsciente.
Cogió aire agotada. Tenía una herida en el brazo y otra en el hombro, además de un par de contusiones en el codo y las rodillas. Le sangraban los nudillos y se había destrozado el pie en aquella último patada a Juugo.
Pero había conseguido tumbar a aquella montaña sin aún poder creerlo.
Miró a su alrededor. El cuerpo de Suigetsu estaba a un metro de ella, en un enorme charco de sangre. El de Juugo estaba un poco más alejado y ocupaba lo que quedaba del pequeño pasillo.
Se había librado de ellos y ahora lo único que tendría que hacer era cruzar la puerta y llegaría hasta su padre. Se dio la vuelta y agarró el pomo de la puerta. Lo giró y la empujó abriéndola.
Al entrar a la alcoba un hedor inundó sus fosas nasales al instante. Sakura se llevó una mano a la nariz para evitar respirar aquel olor.
La sala estaba tenuemente iluminada por unas velas. Al fondo de esta, estaba la cama, donde una figura descansaba. Era su padre. Sakura corrió cuanto se lo permitieron sus piernas hasta llegar hasta él.
Tuvo que hacer lo imposible para no gritar. El hombre que estaba ante ella presentaba un aspecto lamentable, más que un hombre parecía ya un cadáver.
El olor provenía de él. Olía a muerte sin duda. A su padre no le quedarían más de una hora o unos minutos de vida.
Unas profundas ojeras negras le marcaban el rostro, que estaba marcado por más arrugas de las que nunca había tenido. Sus pómulos eran tan solo hueso de lo delgado que estaba. Y ni siquiera se habían preocupado de afeitarle.
A pesar de todo, aún respiraba. Pero era una respiración muy débil y entrecortada.
Sakura se contuvo las lágrimas antes de despertarle con suavidad, como si se tratase de un niño pequeño.
- Padre, padre... - lo zarandeó con cautela.
El Rey abrió los ojos como pudo, lentamente. La luz le molestaba más que nunca y le dolía todo el cuerpo. Al respirar notaba una fuerte presión en su pecho y unos potentes dolores abdominales. La cabeza le iba a estallar de un momento a otro.
Había llegado su hora al fin, estaba listo para morir de una vez por todas cuando se había quedado dormido.
Pero una voz muy conocida lo sacó de su pesado sueño aquel sueño que creía que sería el último. Esa voz parecía la voz de Sakura. De su hija perdida, Sakura.
Pero al abrir los ojos no vio a Sakura. La joven que estaba frente a él parecía ser una de las doncellas, aunque parecía estar algo desaliñada. Tenía el pelo castaño, unos labios muy rojos y una tez bronceada. Esa chica no podría ser Sakura jamás, era demasiado distinta a su hija.
- Qué... qué o...curre. - consiguió decir mirándola-. ¿Quién e...res?
- Padre, soy yo. Sakura. - contestó sin poder contener ya el llanto.
- Puede... que me es..té muerien...do. Pero... sé reconocer a mi... hija. - cerró los ojos.
Sakura le agarró las manos y las llevó a su pecho justo a su corazón.
- Padre, soy yo. Os lo prometo. Si tengo esta apariencia es por obra de un hechizo.
- Un... hechizo. Já, muy gra...ciosa, muchacha. - dijo como pudo.
- ¡Por favor, no habléis! - le dijo ella alarmada por la voz tan débil de su padre-. Os demostraré que soy Sakura.
El Rey calló respirando entrecortadamente. Decidió oír a esa chica, porque otra cosa no podía hacer.
- ¿Recordáis cuando yo tenía seis años y madre trajo aquel tapiz? - El Rey seguía callado-. Sí el tapiz del corcel blanco. Madre adoraba aquel tapiz y lo tenía en la sala en música. Yo siempre andaba jugando por allí, porque adoraba como madre tocaba el piano, tiene unos dedos maravillosos que saltan de una forma asombrosa por las teclas creando hermosas melodías. - sonrió-. Hecho de menos que madre toque el piano mientras me quedo dormida en su regazo. - dijo con ensoñación.
El Rey la escuchaba asombrado, quizá sí que fuese su hija, pero también podía tratarse de una impostora.
- Pero bueno, que me voy del tema. - dijo riendo-. Un día madre marchó a visitar a unos parientes lejanos y yo me colé en la sala de música. Aquel día hice algo terrible. Rompí sin querer el tapiz de madre, ese tapiz que ella tanto adoraba.
"Fue un accidente, por supuesto. Había en la sala una jarra con agua y yo, queriendo ver el tapiz más de cerca, me subí en la mesa donde estaba la jarra con tan mala suerte que le di y vertí todo el contenido en el enorme tapiz. Al ver lo que había hecho me eché a llorar al instante. Solo tenía seis años y había sido un accidente. - se calló un instante para mirar a su padre, él tenía los ojos abiertos y la miraba atento a cada palabra que emitían sus labios-. Entonces llegaste tú y me consolaste, me dijiste que no pasaba nada, que lo arreglaríamos. Mandaste que se llevasen el tapiz y que lo copiasen hilo por hilo.
" Al cabo de unos días madre regresó y el tapiz estaba de nuevo en la sala de música como si nunca se hubiese mojado. Madre jamás supo qué había ocurrido y tú me dijiste que sería nuestro secreto, que nadie más lo sabría.
Nadie más lo sabe, padre. Solo tú y yo - concluyó.
El Rey estaba llorando. No podía creerlo, su hija estaba viva y estaba ahí junto a él en sus últimos momentos. Una alegría inmensa lo inundó. Alzó una de sus manos como pudo y acarició el rostro de su hija que también lloraba.
- Sakura... estás... vi...va. - sonrió feliz.
- ¡Sí, padre! - agarró la mano de su padre-. Siento mucho haberme escapado, siento haberte preocupado tanto... De verdad que lo siento... - sollozó- . Perdóname, padre.
- No. Perdóname tú... hija. - dijo sonriendo-. Por no ser... un pa..dre compren..sivo.
Sakura lo escuchó atenta.
- Debería haberte... escuchado... Debe...ría haber pensado... más en ti, en... tu... felicidad. -le acarició la mejilla con cariño-. Pero fui un... estúpido. - dejó caer la vista arrepentido.
- No, padre - negó con la cabeza-. Ambos nos equivocamos. Pero aún no es tarde para pedir perdón. Yo te perdono por todo, y tú, ¿podrás perdonarme por haber sido tan cabezota y rebelde? - preguntó sonriendo.
- Pues... claro. - dijo feliz-. Cuanto... me alegra haber...te visto... por última vez... hija mía.
- Padre, no te dejaré, no aún. Te prometo que me quedaré a tu lado hasta el final. - su voz se fue apagando mientras lloraba.
El Rey sonrió mientras admiraba a su hija. En aquellos meses había cambiado mucho, la veía más madura. Y sentía orgulloso de ella.
- Lo único... que... me apena... es no haberte visto... casada. - Sakura sonrió-. ¿A qué... esa sonrisa?
- Que a mi también me apena, padre. - se secó las lágrimas-. Me hubiese encantado que le hubieses conocido.
- No te en..tiendo, hija. - dijo confundido-. ¿A quién..te... refieres?
Sakura se moría de ganas de contarle a su padre todo lo acontecido aquellos meses, pero de lo que más ganas tenía era de hablarle de Naruto.
- Verás, padre... he... conocido a alguien. - dijo sin poder ocultar su entusiasmo-. Le amo y él me ama a mí. Supongo que cuando todo esto acabe nos casaremos. - no pudo evitar sonreír.
El Rey vio como le brillaban los ojos a su hija y supo que lo que le decía era verdad. Al final su hija se había enamorado tal y como ella siempre quiso. Y para eso había tenido que escapar de él, algo que jamás se perdonaría a sí mismo.
- Cuéntame... cosas de... él, Sakura. - pidió El Rey.
- Pues... bueno... no sé por dónde empezar. - dijo riendo-. Lo conocí en El Bosque Azul. Él me salvó de los guardias que enviaste a por mí, padre. Desde ese día vivo con él. Desde el principio fue muy atento conmigo y... poco a poco me fui enamorando de él. - su padre sonrió cerrando los ojos.
- ¿Cómo... se... lla..ma? - preguntó cansado.
- Naruto. Y no tienes que preocuparte, padre. Él puede que viva en el bosque, pero es en realidad un príncipe. - le dijo orgullosa.
- Ja... Me... hubiera... encantado... cono..cerle. - sonrió.
Sakura notó como la mano de su padre ya no hacía presión en su mejilla. Se acercó a él y notó que ya no respiraba. Su padre había muerto con una sonrisa en el rostro, feliz por haberla visto por última vez.
Sakura rompió a llorar de nuevo sobre su padre. La vida era tan injusta. Su padre había muerto por las maquinaciones de un tirano y de su arrogante sobrino. Envenenado. La peor muerte para un rey que haya habido y que pueda haber.
- Padre, te prometo que vengaré esta injusticia. Mataré a Madara y a Sasuke y a todo aquel que haya tenido algo que ver. - acarició el frío rostro de su padre-. Lo prometo sobre tu cuerpo.
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Sñif sñif q-qu-que t-riste las despedidas siempre son tristes pero esta a me a llagado al corazon
Primer comentario
Espero conti
Primer comentario
Espero conti
dani2000mxdx- Aprendiz
- Mensajes : 76
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Pobre sakura perder a su padre por culpa de dos mal... pero bueno al menos alcanzo a despedirse de el y a contarle de su amor por naruto y me alegra que su padre alcanzara a verla feliz con el hombre del que se enamoro una triste despedida pero que es un consuelo haber como hace para salir del castillo ahora y esperar que naruto no se halla dado cuenta de su ausencia.
aduzumaki- Sennin
- Mensajes : 1026
Edad : 30
Omnipresente :D
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Hi! Traigo nuevo capítulo. Gracias por vuestros comentarios
Espero que os haya gustado. Bye
- Capítulo 15:
- Sakura se quedó unos minutos observando el cuerpo inerte de su padre. Ya no quedaba nada del hombre que había sido alguna vez. Aquel hombre que tanto la intimidaba cuando era una niña, cada vez que hacía alguna trastada. Aquel hombre cariñoso y cercano, siempre preocupado por todo. Aquel hombre que hacía tan solo unos meses, había intentado casarla a la fuerza con un completo desconocido, que para colmo, tramaba junto a su tío apoderarse del reino.
Lo peor de todo, es que lo había logrado. Pero, ¿por qué no se lo había contado a su padre? Tal vez porque no quería que en sus últimos momentos de vida sufriera por ello. Quizá porque lo había visto tan indefenso en el estado en el que se encontraba, que no se atrevía a decírselo. Nunca lo sabría. Pero su padre había muerto feliz por verla una última vez. Feliz porque su hija lo había perdonado. Y eso era lo único que a Sakura le importaba.
Se enjugó las lágrimas y se levantó de la cama donde hasta entonces había estado sentada junto a su padre. Lo miró una última vez. Le dolía tener que marcharse sin poder dar aviso de que El Rey había muerto, pero no podía. Bastante lío había montado ya con los guardias de la puerta.
Esperaba que alguien viniese pronto y por fin pudieran llevarse el cuerpo de su padre y enterrarlo en la cripta real. Aunque esa posibilidad era ahora mismo demasiado remota sabiendo que quien dirigía el Reino no era otro que Sasuke.
Ahora su única preocupación era salir del castillo como había entrado: sin apenas ser vista.
Estaba a punto de abrir la puerta cuando el pomo comenzó a moverse con violencia. Sakura dio un par de pasos hacia atrás, temerosa. Su padre acababa de morir, había un par de guardias en la puerta en el suelo en medio de un charco de sangre y uno de ellos muerto, razones no le faltaban para temer.
La puerta se abrió de golpe, y por ella entraron cuatro personas. La luz que había en la estancia era lo bastante fuerte como para que Sakura viera de quién se trataba y de que su corazón latiera con fuerza.
Una de esas personas era Sasuke. Iba entallado en un traje lo suficientemente lujoso como para la posición que ahora ostentaba. Seguía teniendo el pelo de un negro azabache, pero su mirada se había vuelto más fría desde la última vez que lo había visto.
Con él iba Juugo, apoyado en otro guardia, debido a que apenas podía sostenerse en pie. Y otro, al lado de Sasuke.
Sasuke echó un ojo por la estancia, miró hacia la cama donde yacía el ahora muerto Rey y sonrió con arrogancia. Luego dio un paso hacia delante acercándose a Sakura. Tenía una mirada bastante siniestra en el rostro, capaz de intimidar a cualquiera, pero Sakura se mantuvo firme en el sitio sosteniéndole la mirada.
- Así que tú eres la causante de todo el alboroto, ¿eh? – se detuvo frente a ella sonriendo-. Supongo que la causa no era otra que matar al Rey.
- Claro que no. – contestó seria -. Nunca he tenido esa intención. Al contrario que tú. ¿Me equivoco? – preguntó sin apartarle la mirada.
Sasuke pareció sorprenderse. La escrutó con la mirada, serio y callado, durante unos segundos.
- ¿Se puede saber quién eres tú? – preguntó acercándose a ella-. No puedes ser una simple sirvienta del castillo, no cuando has acabado con uno de mis mejores caballeros y has dejado malherido a otro. Habla, muchacha. – ordenó.
Sakura sabía que Sasuke era un idiota. Podría escapar si únicamente hubiera entrado él solo, pero había tres personas más en la estancia. Tres si no contaba a Juugo, pero aún herido, parecía bastante mortífero.
Eso complicaba las cosas.
- He dicho que hables. – reiteró Sasuke con un tono cortante.
- No tengo porqué decirte nada.
Sasuke la fulminó con la mirada. Sakura rió por dentro. Lo tenía justo donde quería. Desesperado por saber a quién se enfrentaba.
- En realidad tengo una ligera sospecha de quién puedes ser. – dijo mostrando los dientes en una pequeña mueca-. Pero... preferiría que tú lo confirmases.
- ¿Ah si? ¿Y quién se supone que soy? – preguntó.
- Lo sabrás en un minuto. – contestó él sin más. Estiró el brazo con la mano cerrada en un puño hacia ella y sonrió-. Tranquila, esto no te va a doler. Solo elimina el poder mágico.
Sakura abrió los ojos ante aquellas palabras. Entonces Sasuke sabía quien era ella.
En su mano tenía un anillo con una pequeña piedra púrpura que brilló un instante. Sakura no sintió nada distinto, pero vio que Sasuke sonreía triunfante observándola.
- Debía imaginarme que podía tratarse de ti, Sakura. Pero… debo admitir que pensaba que ya estabas muerta. – le dijo vacilante-. Echaba de menos ver tu pelo rosa, princesa. – la última palabra la dijo con un tono de burla.
Sakura comprobó alarmada que era cierto, su pelo rosa había vuelto. Su tez blanca también y se notaba más baja que antes. Había recuperado su apariencia física. El hechizo de Jiraya se había roto. Pero, ¿cómo? Sasuke no poseía poderes mágicos, al menos que ella supiera.
- Sasuke cómo… - se detuvo. Sasuke había alzado la mano de nuevo.
Sakura vio como el guardia que acompañaba a Sasuke al entrar se acercaba a ella con unos grilletes en la mano. Iban a encerrarla. Por un momento aquella idea le sorprendió, pues pensaba que nada más descubrirlo, la mataría.
- Espero que no te importe que te encierre en una mazmorra. Es para prevenir que escapes y vayas junto a Jiraya de nuevo.
Jiraya. ¿Cómo sabía Sasuke que ella estaba con Jiraya? Era demasiado evidente que allí estaba pasando algo extraño. ¿Sasuke estaba al tanto de todo lo que había sucedido entonces? ¿Sabría también algo de Naruto?
- ¿Jiraya? – preguntó extrañada. Prefería hacerse la tonta-. No sé de qué me hablas Sasuke.
- No te hagas la tonta conmigo, Sakura. – advirtió-. Lo sé. Sé que has estado con un poderoso mago llamado Jiraya. Sé que él te ha protegido. Y el hacerte la tonta no te funcionará, te recuerdo que acabo de anular el hechizo del cambio de apariencia.
¿Qué diablos? Sasuke estaba demasiado enterado del tema de la magia, pero no era un mago. No lo era y estaba segura al cien por cien. Sabía distinguir a un mago y Sasuke no lo era. Aunque solo había mencionado a Jiraya, por lo que no tenía ni idea de que Naruto estaba vivo. Y si no lo sabía Sasuke, tampoco lo sabría Madara.
El guardia se acercó a ella y la cogió de ambos brazos para inmovilizarla y así ponerle los grilletes. Sakura se lo sacó de encima con un golpe en la barbilla, haciendo que diera unos pasos hacia atrás.
- Vamos, Sakura. Se buena y déjate apresar.
- ¡Nunca! ¡Tú mataste a mi padre! – gritó furiosa- ¿Y qué has hecho con mi madre?
- Tu madre… - dijo sonriendo de lado-. Hmp. Ella esta en una celda del calabozo por supuesto.
Sakura frunció el ceño.
- ¿Qué? No ha sido por gusto, créeme. – se defendió-. Hace dos días me vio echándole el veneno a tu padre y tuve que tomar medidas. – se rascó el mentón. Sakura vio un poco de barba creciente-. En cuanto me vio se puso a gritar “¡Guardias, guardias!” – imitó la voz de una mujer -. Le di un golpecito para aturdirla un poco. Cuando vinieron los guardias se la llevaron a su alcoba. Por supuesto dije que se había desmayado pensando que tu padre ya agonizaba. – rió-. Luego solo tuve que llevarla a los calabozos. Oficialmente está fuera del Reino por una visita de protocolo no sé dónde.
- ¡BASTARDO! No te saldrás con la tuya, ¿me oyes? – Notó un golpe frío en la cabeza y todo empezó a volverse borroso.
Cayó al suelo desmayada al instante. El guardia la había golpeado mientras estaba distraída hablando con Sasuke. Le puso los grilletes y un saco sobre la cabeza. La levantó del suelo y la agarró para que no cayera.
- En serio, Juugo, ¿cómo ha podido matar a Suigetsu y dejarte a ti así? – le preguntó incrédulo.
- En mi defensa diré que es más de lo que parece. – dijo el enorme caballero.
Sasuke suspiró cansado.
- En fin, da igual, Suigetsu era idiota. Dad aviso de que el viejo la ha palmado y que se lleven su cuerpo. Pero ve a que te curen, Juugo. No me apetece tener que prescindir de ti mucho tiempo. – Se volvió hacia el que sostenía a Sakura-. Tú ven conmigo a dejar a nuestra “invitada”.
Todos salieron por la puerta de la alcoba dejando allí el cuerpo del Rey. Que con una sonrisa, yacía en aquella enorme cama, muerto pero feliz.
Sakura abrió los ojos lentamente. Le dolía la cabeza y notaba un dolor punzante en la nuca. A sus oídos llegaba un goteo constante. Notaba que estaba sobre algo blando y caliente. Y un olor parecido a cloaca. No. Era un olor a cloaca.
Algo o alguien le apartó el pelo de la cara. Había sido una mano cálida y suave. Sakura comprobó que estaba apoyada en el regazo de alguien. Llevaba un vestido, por lo que debía tratarse de una mujer.
Aquella mujer le acariciaba el pelo con un cariño que no había sentido en años. Alzó la cabeza y se encontró cara a cara con su madre. Ambas sonrieron felices y se abrazaron con lágrimas en los ojos.
- Oh Sakura, me alegra tanto que estés bien. – le dijo mientras la abrazaba con fuerza.
Hacia meses que Sakura se había escapado y se había temido lo peor. Nada más haber descubierto que había ido al bosque, a ese horrible bosque, sus esperanzas de que su hija volviera sana y salva ya no estaban del todo claras.
Pero nunca perdió la esperanza y siempre pensó que su hija estaba bien, en alguna parte. Y ahora la tenía entre sus brazos como la había tenido tantas veces cuando era niña. Sin poder contener las lágrimas que empapaban su rostro y el hombro de su hija, que la abrazaba también y no dejaba de llorar.
- Siento mucho haberte preocupado tanto, madre. – dijo Sakura hundiendo la cara en su hombro como una niña.
- No pasa nada, hija. Lo importante es que estás sana y salva. – le acarició el pelo que le caía por la espalda.
Sakura se separó de ella rompiendo el abrazo.
- ¿No estás enfadada? – le preguntó.
La Reina se secó un par de lágrimas que le recorrían el rostro. Miró a su hija seria, pero al instante cambió a un gesto de cariño. Le puso a Sakura el pelo tras la oreja y se dibujó una leve sonrisa en su rostro.
- Reconozco que aún sigo algo enfadada, Sakura. – dijo mirándola los ojos sin dejar de sonreír-. Pero ahora mismo no quiero estar enfadada, no ahora que sé que estás bien.
Sakura le devolvió la sonrisa y se echó en sus brazos como si fuera una niña pequeña.
- Te he echado mucho de menos, Madre. Siento haber hecho lo que hice, pero no aguantaba la situación y…
- Shh… - la calló su madre meciéndola un poco-. Cariño deja el tema. Sé como te sentiste, de verdad. Y… déjalo, ¿vale? Si tú me perdonas a mí por no haberte escuchado, yo te perdonaré a ti. Aunque, en realidad no hay nada que perdonar. – Sakura abrazó con fuerza a su madre mientras asentía.
- Claro que te perdono. Madre. – se separó de ella sonriendo-. Perdoné a Padre, así que a ti también.
El rostro de su madre se ensombreció. A aquellas alturas ya debía saber que el Rey había muerto. Había perdido a su esposo, pero había recuperado a su hija perdida.
Sakura notó el cambió de su madre al instante y se sintió muy mal.
- Madre, lo siento… yo… - intentó excusarse.
- No, hija, no pasa nada. Has dicho que perdonaste a tu padre, ¿cuándo? – se recostó en la pared del calabozo.
- Pues… - calló mirando a todas partes-. Oye, ¿cuánto llevo aquí? – preguntó.
- Ese maldito de Sasuke te trajo anoche y calculo que por el tiempo que ha pasado debe ser media mañana.
A Sakura le dio un vuelco el corazón. Naruto ya debía haberse despertado y habría visto que ella no estaba. Conociéndolo, era capaz de hacer una locura. Se imaginó lo peor. Aunque era un poco sensato y al menos sabía que no debía entrar al castillo como los locos. O eso esperaba…
- ¿Sakura, qué pasa? – preguntó su madre alarmada, sacándola de sus pensamientos.
Sakura se frotó la cara cansada.
- Nada Madre. Solo es que me he acordado de algo. – Su madre le acarició el pelo-. De algo importante… - murmuró por lo bajo, pero fue oído por su madre.
- Sakura, sabes que puedes contármelo. – le dijo seria.
Sakura levantó la vista y miró a su madre. La miraba con una fuerza y una confianza que no había visto en mucho tiempo. Parecía que había vuelto la madre de cuando era una niña. Aquella que la enseñaba a pintar, la que la llevaba a montar a caballo o simplemente la madre que estaba con ella cada momento que podía.
Podría contarle a su madre todo lo referente a Naruto sin importar nada. Quizá no se tragase lo de la magia, pero era algo que debía decirle. No había podido contarle a su padre todo lo que había querido por las circunstancias, pero nada le impedía contárselo a su madre ahora.
- Es que dejé a alguien importante atrás. Bueno, en realidad me escapé. – dijo con una leve sonrisa, su madre enarcó las cejas como si dijera “¿Otra vez, Sakura?”- Pero tenía que venir aquí y ver a padre una última vez, madre. Y él… él no quería dejarme ir porque temía por mí. – subió las piernas al pequeño banco de piedra y se las abrazó por las rodillas-. Ahora veo que tenía que haberle hecho caso… Escondió la cabeza entre las rodillas.
La Reina sonrió. Su hija parecía otra persona completamente distinta. La veía más madura, más decidida y más centrada. Se había convertido en una mujer sin que ella apenas se diese cuenta. Ya no había rastro de aquella niña de cabello rosa y mirada soñadora, que se volvía loca cada vez que ella tocaba el piano. Aquella niña había crecido dando paso a una mujer, la mujer que tenía ante ella ahora.
- Sakura, no te sientas mal. Yo creo que hiciste lo que te decía tu corazón. – Sakura levantó la cabeza y miró a su madre extrañada.
- De… ¿de verdad me estás diciendo eso? – su madre rió.
- Sí. Ya sé que no es muy natural en mí decir eso, pero viéndote he comprendido hasta que punto he estado equivocada todo este tiempo.
Sakura sonrió feliz.
- Y ahora, ¿me vas a decir quién es él? – preguntó enarcando una ceja y sonriendo pícaramente.
- Bueno… es un joven que vivía en el bosque, quiero decir que vive en él. – dijo nerviosa trenzándose el pelo-. Se llama Naruto. Vive allí desde muy pequeño y estamos juntos… o algo así, supongo. – sonrió tímida.
- ¿Y…?
- ¿Qué? Creo que eso es lo que querías saber, ¿no madre?
- Sí, sí, pero seguro que hay más. Cuéntale a tu madre todo lo referente a ese joven. Venga, jovencita. – dijo con una sonrisa.
Sakura no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. Su madre era insistente cuando quería. Y no se había tomado a mal nada de lo que le había dicho hasta ese momento.
Se sentó mirando a su madre, que estaba sentada a su lado, y cogió aire para contarle a su madre todo lo que a Naruto se refería.
- Naruto y yo nos conocimos cuando los caballeros de padre casi me atrapan. Él me salvó y se presentó. Lo gracioso es que cada uno se marchó por su lado después de eso, pero yo no sabía qué hacer en aquel enorme bosque y decidía seguirle. – sonrió recordando aquello-. Naruto vive en una cabaña oculta en el bosque.
- ¿Y cómo es Naruto? Quiero decir físicamente y su forma de ser. – interrumpió su madre.
- Bueno, Naruto es alto, fuerte pero sin ser toda una mole, tiene unos ojos azules como el cielo que adoro. – su madre sonrió con ternura-. Su pelo es rubio y suele llevarlo algo… desarreglado. – rió-. Además es muy atento conmigo, siempre me ha protegido, es cariñoso, pero algunas veces muy terco – frunció el ceño sonriendo-. Ah, y lo más importante, tiene unas marcas en la cara muy peculiares que se asemejan a unos bigotes.
- Por como lo describes, no me extraña que estés tan enamorada, hija. – dijo su madre llevándose una mano a los labios-. Tu padre también era muy atento conmigo. – Sakura le cogió una mano dándole su apoyo. Ella se lo agradeció con una leve caricia.
- Naruto me ha enseñado a defenderme por mi misma, madre. Ahora sé cazar, luchar con una espada y sin ella, he aprendido muchas cosas en El Bosque Azul… Le debo mucho. Sin él, quizá ahora mismo estaría muerta o sería la puta de Sasuke. – suspiró- Madre, tenemos que salir de aquí.
- ¿Qué estás diciendo, Sakura? No hay forma de salir de aquí. – le dijo su madre alarmada.
Sakura se levantó y caminó por todo el calabozo inspeccionándolo de arriba abajo. Cada piedra de las paredes y del techo, cada losa del suelo.
El calabozo era como la habitación principal de la cabaña. Estaba cubierto de piedra gris y bastante dura por las paredes y el techo, justo en una esquina, había un agujero por el que se colaban multitud de gotas de agua que caían en el suelo. El suelo, por el contrario, estaba formado por un montón de losas viejas y mugrientas. Olía fatal allí abajo y hacía mucho frío.
Lo que las mantenía aisladas del exterior era una puerta de madera de roble oscura y que no parecía nada deteriorada. Dejándole claro a Sakura que aquella puerta no se podría romper con un golpe ni una patada.
Tenía un pequeño cuadrado cubierto de barrotes que permitía ver que, fuera, había otra celda con la misma puerta. En el centro, había una rendija cerrada que sin duda sería para meter comida.
No había forma alguna de escapar de allí. Sakura le pegó una patada con violencia a una bandeja que había en el suelo. El sonido del vaso de metal resonó por todo el calabozo.
Soltó un bufido y se dejó caer en el suelo con los brazos cruzados y muy enfadada.
- Ya te he dicho que no había salida. – le dijo su madre sentada aún en el banco de piedra.
- Tiene que haber alguna forma, madre. No pienso quedarme aquí sin hacer nada. – le dijo molesta.
La Reina decidió dejar a su hija tranquila. Puede que hubiera cambiado, pero seguía enfadándose igual que siempre. Y ella sabía que cuando Sakura se ponía así, era mejor evitar dirigirse a ella.
La dejó en el suelo y ella se tumbó en el banco de piedra cansada.
Sakura pegó la cabeza a la fría pared de piedra. No había nada que hacer, no podría salir de allí. Quizá la única esperanza que le quedaba era esperar a que Naruto se las ingeniase para entrar en el castillo. Pero aún así, ¿cómo iba él a saber dónde encontrarla? Todo se había complicado de la noche a la mañana. Si seguía allí, nada le decía que Sasuke no intentaría sobrepasarse con ella como ya intentó alguna vez. ¿Por qué no la había matado? La querían muerta de todas formas por las palabras de Sasuke.
La respuesta le vino al instante a la cabeza. Jiraya.
Sí, no podía ser por otro motivo. Jiraya jugaba un papel importante en todo aquello que estaban tramando, y al parecer, solo ella sabía dónde estaba. No sabían nada de Naruto y eso al menos era un alivio para Sakura.
¿La torturarían para sonsacarle algo sobre Jiraya? Algo le decía que sí. Pero ella no se dejaría, ni hablar. Jiraya se había portado muy bien con ella. Había podido dejarla abandonada en el bosque, o haberla matado o… ¿quién sabe? Pero se había encargado de enseñarle muchas cosas, se había portado como un segundo padre para ella.
Si intentaban sacarle algo sobre él, ella no hablaría. Por muchas torturas que pudieran intentar, ella no traicionaría a Jiraya.
Espero que os haya gustado. Bye
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Te ruego que me perdones! No pude comentar en el otro capítulo que subiste,
POR DIOS SAKURA! Este capítulo fue de mucho drama para mi! Me gustaría que Sakuea escapara sola, no con la ayuda de Naruto..
Espero que Sasuke tenga su merecido!!
Espero conti! Chau!
Ha si de hecho a ti no te he preguntado sobre tu opinión del asqueroso final de Naruto.. Me gustaría tu opinión! :3
POR DIOS SAKURA! Este capítulo fue de mucho drama para mi! Me gustaría que Sakuea escapara sola, no con la ayuda de Naruto..
Espero que Sasuke tenga su merecido!!
Espero conti! Chau!
Ha si de hecho a ti no te he preguntado sobre tu opinión del asqueroso final de Naruto.. Me gustaría tu opinión! :3
belivexangel1- Sannin
- Mensajes : 501
Mi Casa/Ciber
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Muy genial el capitulo
Espero conti.
Espero conti.
dani2000mxdx- Aprendiz
- Mensajes : 76
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
¡Hola de nuevo! Nuevo capitulo os traigo y doy gracias por vuestros comentarios :3
belivexangel1: Te escribo mi opinión por mensaje privado en cuanto pueda, pero ya te digo que es muuuy larga xD
BYE
belivexangel1: Te escribo mi opinión por mensaje privado en cuanto pueda, pero ya te digo que es muuuy larga xD
- Capítulo 16.:
- Llevaba metida en ese lugar un día entero y ya empezaba el segundo. Sakura buscaba una forma de salir de aquel sitio, porque sabía que tenía que haberla. En cuanto lo averiguase, saldría del castillo con su madre, pues no pensaba irse sin ella, y buscaría a Naruto.
Pero lo difícil era averiguar cómo salir de allí. Había echado un ojo a la puerta. Tal y como había comprobado desde un principio, aquella puerta era demasiado dura para romperla, las bisagras estaban perfectamente y tampoco le daba la opción de romperlas. Si hubieran estado oxidadas la cosa habría sido más sencilla.
Por si acaso, miró en cada piedra de las paredes con la esperanza de que hubiera alguna suelta, o quien sabe, un pasadizo.
Pero nada, todo era inútil. Si quería salir de aquel lugar tendría que llevarse a alguien por delante. Una idea que no le gustaba del todo. Ya había matado a ese tal Suigetsu, pero en defensa propia. Matar a alguien para salir de un calabozo… eso ya era distinto.
Había podido comprobar, en el tiempo que llevaba encerrada allí, que había un guardia que cada cierto tiempo se paseaba por los calabozos. Cada dos horas pasaba uno distinto, por lo que había un turno de dos horas para cada uno.
El caso era que tendría que intentar salir de allí, y que para conseguirlo tendría que trazar un plan, hacerse con un arma y escapar del castillo como la experta que era en eso.
Estaba sumida en trazar un plan de escape hasta que escuchó la puerta del calabozo abrirse unos metros de donde estaba sentada. Se levantó de inmediato del suelo y fue hasta su madre, que también se levantó de donde estaba.
La puerta se cerró tras Sasuke, que había entrado allí con esa sonrisa de arrogancia que lo caracterizaba. Traía un traje azul oscuro, lo suficientemente hecho para él, pues se adaptaba perfectamente a su personalidad. O eso pensó Sakura al verlo vestir esos colores. “Aunque el negro le queda mejor”
- Buenas tardes, a las dos. – dijo con un tono cortés, pero que ambas sabían que nunca lo sería-. Espero que hayas pasado buena noche, Sakura. Yo personalmente lo esper…
- Déjate de tonterías, Sasuke. – dijo ella a bocajarro – Eso no va contigo. Si has venido a decir algo, dilo ya.
Sasuke cerró los ojos, alzó las manos en el aire y sonrió de lado.
- Está bien, me has pillado. Tranquila, ¿vale? – abrió los ojos y los clavó en ella, serio –. He venido a deciros que oficialmente soy El Rey de Itenwer. Pero eso es secundario – le quitó importancia con la mano –. Verás, Sakura, hace unas horas informé a mi tío de que estabas aquí con nosotros. El caso es, que tú eres la única persona que puede darnos información sobre Jiraya.
A Sakura no le sorprendieron esas palabras. Ya lo sospechaba al fin y al cabo. Sasuke parecía muy seguro de sí mismo, por lo que seguro que pensaba que ella le diría todo lo que él necesitaba.
- Me imaginaba que por eso no habías acabado conmigo. – dijo ella- Pero no puedo decirte nada, Sasuke. Lo siento. – le dijo con voz fingida.
El joven caminó hacia ella tranquilamente con las manos tras la espalda. Llegó hasta ambas mujeres y sonrió con mucha seguridad en sí mismo.
- Imaginaba que te harías la difícil, pero hay métodos para convencerte. – agarró a su madre del brazo antes de que le diera tiempo a pestañear- Dime, Sakura, ¿sabes dónde está Jiraya? ¿Sabes sus planes?
- Sasuke, suelta a mi madre. – ordenó.
Negó con la cabeza. Sin soltarla, sacó una daga de sus ropajes y la puso en el cuello de La Reina sonriendo con malicia.
- Bueno, Sakura tú eliges. Me dices lo que quiero saber o tu madre pagará las consecuencias.
Sakura luchaba para no abalanzarse sobre Sasuke. Lo miró con el ceño fruncido y muy cabreada. ¿Cómo se atrevía a utilizar a su madre de aquella manera? Era un despreciable.
Analizó la situación. Si le decía a Sasuke lo que quería saber, soltaría a su madre. Quizá en el tiempo que se tomase en soltarla podría intentar atacarle. Por otro lado, si rehusaba en decirle cualquier cosa, ¿sería capaz de matar a su madre? Oh, por supuesto que lo haría. No le había temblado el pulso cuando envenenaba a su padre, no le temblaría el pulso para cortarle el cuello a su madre.
Sin embargo, no quería traicionar la confianza de Jiraya. Podría darle a Sasuke información errónea, pero quizá descubriera la artimaña y no dudaría ni un solo segundo en cortarle el cuello a su madre.
- Si te digo lo que quieres, ¿dejarás en paz a mi madre? – preguntó resignada.
- Te doy mi palabra, Sakura. – contestó él.
- ¡No te preocupes por mi, hija! – dijo su madre.
Sasuke la cogió de los pelos haciéndola callar. Miró a Sakura esperando a que hablase.
Sakura tragó saliva, luego suspiró. “Perdóname, Jiraya” pensó.
- Hace alrededor de dos semanas que no sé nada de Jiraya. Partió al corazón del Bosque en la búsqueda de… - se quedó pensativa un momento intentando recordar el nombre de la bestia- Kyubii. – Dijo al fin- Sí, fue a buscar a esa bestia para averiguar cómo enfrentar a tu tío. – sonrió desafiante-. Y algo me dice que ya lo sabe.
- ¿Eso es todo? Seguro que te dejas algo. Venga, habla. – ordenó tajante.
- Ya te he dicho lo que querías saber. No tengo nada más. Ahora, suelta a mi madre. – suplicó
Una sonrisa terrorífica se dibujo en el rostro de Sasuke. Por un instante Sakura vio a Madara, aquel hombre que tanto la asustó la primera vez que lo había visto, y sintió un escalofrío que la recorrió de pies a cabeza.
- Muy bien, gracias. – Dijo serio- ¡Muchachos! – gritó hacia la puerta.
Esta se abrió al instante y por ella entraron un par de hombres que fueron hasta Sakura y la sujetaron con fuerza por los brazos inmovilizándola al instante. Sasuke seguía sin soltar a su madre y Sakura no entendía nada.
- ¡Qué es esto Sasuke! ¿Vas a matarme de una vez? – preguntó intentando zafarse del agarre- Puedes soltarme, aceptaré que me mates sin defenderme ni…
- Jajajajajaja – se carcajeó- Si estás apresada, no es para matarte a ti. Es para que no me estorbes, Sakura. – dicho eso, apretó la daga en el cuello de su madre.
Sakura comenzó a respirar entrecortadamente. No. No, no. Iba a matar a su madre. Sabía que las palabras de Sasuke no valían nada y aún así confió en él. Su madre la miraba llorando. Ella comenzó a llorar también sin poder evitarlo.
- Sasuke, por favor… te lo suplico. – imploró removiéndose nerviosa.
Pero Sasuke no le hizo ningún caso y, en un instante, cortó el cuello de La Reina de un solo tajo. La sangre comenzó a salir a borbotones. Vio como su madre luchaba por respirar, pero era inútil. Se ahogaba en con su propia sangre.
- ¡MADREEEE! – gritaba histérica.
Sakura miraba sin poder contener las lágrimas y los gritos, mientras veía morir a su madre frente a sus ojos.
En unos segundos todo acabó, y su madre dejó de respirar y de convulsionarse.
Sasuke soltó el cuerpo que cayó al suelo, inerte.
Sakura vio a su madre caer lentamente. Las lágrimas nublaban su visión, le costaba respirar y le dolía la garganta de gritar ahora ya en vano. Los dos tipos que la sujetaban la soltaron. Cayó al frío y duro suelo de rodillas sin dejar de llorar mientras contemplaba el cuerpo sin vida que yacía a un metro de ella.
- Eres un… maldito bastardo… -decía entre lágrimas de rabia y tristeza- Me dijiste que dejarías en paz a mi madre.
- Mentí. – dijo riendo-. Lo siento, Sakura. Era ella o tú. Y a ti aún te necesito. Sin embargo, - miró el cuerpo que yacía a sus pies- tu madre no me es útil. – dijo con desprecio.
Se agachó frente a Sakura para ponerse a su altura y le acarició la mejilla. Ella se apartó casi con desprecio. No. Lo hizo con desprecio. No iba a dejar que Sasuke la tocara de nuevo.
- Es una lástima que te resistas tanto. Podríamos haberlo pasado tan bien juntos tu y yo… - volvió a acariciarle la mejilla. Sakura le escupió en la cara.
- Preferiría la muerte o una de las peores torturas, a estar contigo. – dijo con desprecio apretando los dientes.
Sasuke se levantó limpiándose la cara mientras reía.
- Lo dicho, una pena. Coged el cuerpo de la ahora ex Reina. – dijo a sus hombres.
Ambos cargaron a la Reina. Sakura apartó la vista. No quería seguir viendo aquella imagen. Bastante había soportado al verla morir frente a sus ojos. Sasuke se quedó mirándola desde la puerta entreabierta. Luego, tras unos segundos, salió y volvió a encerrarla allí.
La dejó hecha un ovillo en el frío suelo de piedra, lamentando no haber podido hacer nada para salvar a su madre. Llorando como una niña la pérdida de sus padres en tan solo dos días. Pensando en lo mucho que había perdido, en las cosas que estaban sucediendo, las cosas que la hacían sufrir como nunca. Deseó no haber escapado, no haber desafiado de aquella manera a sus padres. Pero sobre todo, deseó haber podido hacer algo para evitar todo aquello. Deseó ser más fuerte para proteger a un pueblo que ahora estaba en manos de un tirano y de su tío, cabecilla de todo aquello.
Lo que más le dolía es que su madre había muerto para nada. Ella había vendido a Jiraya con la esperanza de salvar a su madre, pero ni siquiera eso había podido evitar. Ahora Madara sabría donde estaba Jiraya y si lo atrapaban todo se iría a la porra. Si Jiraya ya sabía cómo derrotar a Madara, si tenían alguna minima posibilidad de evitar algo peor, ya era tarde.
No supo cuánto tiempo estuvo tirada en el suelo, llorando y lamentándose por todo lo ocurrido, pero para cuando se dio cuenta, ya le habían traído la cena. Señal de que ya era de noche, señal de que llevaba allí dos días y señal, de que si no hacía algo pronto, acabaría mucho peor.
Tampoco pudo evitar no pensar en Naruto. Ya llevaba allí dos días, y era extraño que él no hubiera intentado entrar ya en el castillo para sacarla de allí. “Estoy demasiado acostumbrada a que Naruto me saque de los líos en los que me meto.”
Si quería salir de allí, tendría que hacerlo por sí misma, como ya había pensado antes. Y lo haría costara lo que costase.
Aquella noche no probó la comida. No supo tampoco en qué momento se quedó dormida en el suelo, pero para cuando despertó ya era de día. Lo sabía porque oía a un pájaro cantando en alguna parte. Irónico en realidad. Quizá fuese su imaginación que ya jugaba con su mente después de días allí metida.
Se levantó del suelo y se acercó a la bandeja de metal que había frente a la puerta. Decidió comer algo, el estómago le rugía de hambre. Aquella comida estaba asquerosa, pero al menos le quitaba el hambre. Era una especie de puré de patata más rancio que nada.
No sabía qué hora era. Se sentía demasiado cansada y no estaba para nada de humor. Pero tenía que pensar en algo para salir de allí. Así que cuando acabó de comer la bazofia aquella, caminó por la celda del calabozo dándole vueltas a la cabeza, pensando en algo.
Llegó a la misma conclusión de siempre: la única salida era por la puerta. En realidad estaba claro desde el principio, pero algo le decía que Naruto vendría a salvarla y por eso no se había arriesgado antes.
No lo pensó mucho. Saldría de allí aquel mismo día. En cuanto alguno de los guardias de acercase por la puerta, haría una escenita para que entrara, y, en cuanto se aproximase a ella, lo dejaría en el suelo de un golpe y aprovecharía para escapar de allí. Solo esperaba que no saliese mal como cuando llegó a la alcoba de su padre.
No tuvo que esperar mucho tiempo, alrededor de unos cuarenta minutos, escuchó el inconfundible sonido de un guardia aproximándose.
No perdió tiempo y se tumbó en el suelo, a continuación empezó a contorsionarse en unas posturas. Rápidamente se metió un poco del asqueroso puré en la boca simulando que era espuma.
El guardia miró entre los pequeños barrotes de la puerta, y, sin perder un minuto abrió la puerta de la celda y entró. Se arrodilló frente a Sakura alarmado.
- Oye, ¿qué te pasa? – preguntó sin saber que hacer.
Sakura seguía convulsionando poniendo los ojos en blanco. La verdad es que no lo hacía mal del todo. El guardia se acercó más a ella y en un segundo, Sakura dejó de moverse. Él la miró extrañado, pero antes de que pudiera hablar, Sakura dio un salto, se puso de pie y le golpeó en la entrepierna arrojándolo al suelo. Luego, salió como alma que lleva el diablo por la puerta.
- ¡Espera! – gritó levantándose y yendo tras ella.
No sabía por donde se salía, pero torció a la izquierda y luego a la derecha y supuso que iba bien. El guardia no se había quedado muya atrás y continuaba persiguiéndola por los corredores del calabozo.
Sakura vio unas escaleras al final y subió por ellas lo más deprisa que le permitieron sus piernas. Abrió la puerta que había al llegar arriba, y salió al exterior corriendo sin detenerse. Miró hacia atrás y vio que el guardia no desistía y seguía persiguiéndola sin apenas cansarse. ¿Le había dado muy flojo? Menuda forma de correr con aquel dolor de huevos que seguro que tenía.
De pronto chocó con alguien de forma brusca. Lo normal sabiendo la velocidad a la que iba intentando huir de aquel guardia. Cayó al suelo de bruces y miró hacia arriba. Era un guardia, que llevaba la visera del casco, que llevaban todos aquellos tipos de Sasuke, bajada. Por lo que no se le veía apenas el rostro.
El otro llegó con la lengua fuera intentando recobrar el aliento. El guardia con el que había chocado Sakura la agarró por los brazos levantándola al instante.
- ¿Así es como vigilas a los prisioneros? – reprendió a su compañero. Tenía una voz ronca.
- ¡Me la ha jugado y no me lo esperaba! – se excusó el otro.
- Bah, es igual. Me toca a mí vigilar ahí abajo. Tú vete a comer. – le dijo agarrando a Sakura y haciéndola caminar por donde había venido.
El otro guardia entró al castillo sobándose la entrepierna.
Sakura se removió con fuerza. “Maldición” Había estado tan cerca. Ahora tendría que pensar en otra cosa. Aquel tipo parecía muy fuerte y seguro que no sería sencillo librarse de él.
El guardia no bajó por las escaleras de los calabozos, aquello le extrañó a Sakura mucho. La condujo por la muralla y se quedó quieto mirando hacia todas partes, cauteloso.
Sakura notó que aflojaba un poco el agarre de sus brazos. “Esta es la mía” Pisó al guardia en el pie, provocando que se echase hacia atrás y chocara con la pared de piedra. La soltó y Sakura aprovechó para correr pero él la agarró del brazo.
- Supongo que me lo merecía. – Dijo con sorna.
Aquella voz. Sakura dejó de intentar escapar. El guardia se quitó el casco. Y ante ella estaba aquella sonrisa calida que tanto había echado de menos. Aquellos ojos azules semejantes al cielo y aquel pelo rubio indomable que se movía con el viento. Era Naruto.
Se tiró a sus brazos abrazándolo por el cuello y hundiendo la cara su cuello. Él la abrazó por la cintura alzándola en el aire. Sakura aspiró su olor, ese olor a bosque que siempre llevaba impregnado y que le caracterizaba. No pudo contener las lágrimas mientras lo abrazaba. Era él, estaba allí, con ella. La tenía en sus fuertes brazos, esos brazos que tanto había extrañado aquellos días.
Si estaba allí, eso quería decir que no la había abandonado a su suerte. No pudo evitar sonreír como una tonta.
Se despegó de su cuello para mirarle a la cara. Pasó una mano por ella, tenía una áspera barba de unos días que le daban un aspecto salvaje. Sus marcas aún se veían a pesar de la barba. Sonrió mientras le acariciaba la cara lentamente.
Naruto la depositó en el suelo, alzó su brazo de su cintura y le secó las lágrimas con ternura. Se acercó a ella y pegó su frente a la suya mirándola a los ojos. Ambos se sonreían.
En unos segundos los dos se besaban con ganas, con ansias. Llevaban días separados y se habían echado de menos. Naruto temiendo que a Sakura le hubiera pasado algo, Sakura extrañando a Naruto en aquel calabozo. Lo único que ambos deseaban en aquellos momentos era estar juntos, besarse, acariciarse, amarse.
Se separaron por la falta del aire. Sakura estaba colgada del cuello de Naruto. Ambos se miraban intensamente a los ojos.
- Te he echado de menos, Naruto. – le dijo ella acariciando el pelo de su cuello.
- No más que yo. – contestó él- Pero nada de esto habría pasado si te hubieras estado quieta, Cerezo. – la regaño serio.
Sakura bajo la mirada. Sabía que tenía razón en lo que decía. Le había preocupado muchísimo. Podía imaginárselo al despertar y no verla allí con él. Seguro que se había puesto histérico.
- Lo siento. – se disculpó ella con la cabeza enterrada en su pecho- . Es comprensible que estés enfadado.
Naruto le apartó el pelo de la cara y le besó la cabeza.
- Estoy enfadado porque me ha preocupado mucho, nada más. – le dijo más calmado-. Pero ver que estás bien hace que se me pase un poco el enfado. – rió.
Sakura levantó la cabeza de su pecho para mirarlo de nuevo a la cara.
- ¿De verdad? – preguntó algo insegura.
- De verdad. No te preocupes, Cerezo. – Cerezo. Lo había extrañado tanto.
- Aún así, si estabas preocupado, ¿por qué no has venido antes? – preguntó.
Naruto se rascó la barbilla.
- Em… te lo cuento luego, ¿vale? Ahora tenemos que salir de aquí. – le dijo serio rompiendo el abrazo y separándose un poco de ella.
- ¿Tienes un plan?
- Por supuesto que lo tengo. – dijo el con rotundidad.
Caminó un par de pasos y se asomó por el filo de la pared en dirección a los calabozos. No había nadie en aquella zona. Echó un vistazo arriba en las ventanas y tampoco veía nada sospechoso.
Luego, pasó frente a Sakura y fue al otro extremo de la pared y repitió la misma operación. Sakura lo observaba curiosa.
- ¿Qué haces?
- Comprobar que no haya nadie. – contestó sin mirarla.
Se dio la vuelta y caminó hacia ella.
- Naruto, ¿cómo has entrado? – Él sonrió mostrando todos los dientes.
- Por una entrada secreta. – respondió misterioso.
- ¿Una entrada secreta? – se sorprendió- No hay ninguna entrada secreta.
Naruto se puso el casco de nuevo, no sin antes guiñarle un ojo.
- Claro que la hay, princesa. – dijo sin más.
La cogió de los brazos, pero sin hacerle daño. Y la hizo caminar hacia el patio, que estaba desierto. Ambos caminaron por ahí, lo cruzaron en tres minutos y llegaron al otro lado. Sakura era guiada por Naruto en su propio castillo. Parecía incluso que él lo conocía mejor que ella.
La llevó a una pequeña armería y le hizo un además para que entrase por ella.
Cuando estaban dentro, Naruto se quitó el casco de nuevo y la cogió de la mano tirando de ella para que lo siguiera. Al fondo de la armería había un par de escudos enormes con los escudos del reino. Encima, colgado en la pared, había un blasón con un par de espadas cruzándolo.
Naruto le soltó la mano a Sakura, se acercó al blasón, cogió una de ellas por la empuñadura y la deslizó. Ante sus ojos, Sakura vio como los enormes escudos se abrían dejando a la vista unas escaleras de piedra que bajaban.
Dio unos pasos hacía atrás y chocó contra el pecho de Naruto, que sonreía divertido por su reacción.
- Las damas primero. – dijo haciendo un ademán en dirección al pasadizo.
- Ni soñando me meto por ahí. – negó con la cabeza.
- En caso de que prefieras salir por la puerta, llevándote a un montón de inocentes contigo… - dejó caer.
Sakura negó con la cabeza cruzándose de brazos, sin dejar de mirar aquel oscuro pasadizo.
- Oh, venga. – Se quejó Naruto- Yo estaré contigo si te da miedo. –la abrazó por detrás dejando las manos en su cintura y apoyó la barbilla en su hombro.
- No… me da miedo. – dijo con la voz entrecortada. Si que tenía un poco de miedo.
- En ese caso… - Naruto avanzó sin soltarla hacia el pasadizo. Sakura intentaba frenar, pero era inútil.
En unos segundos estaban dentro del oscuro pasadizo. Naruto presionó en uno de los ladrillos de la pared y los escudos cerraron la entrada de nuevo tras ellos. La oscuridad se apoderó del pasadizo. Sakura no veía nada.
- ¿Naruto? – lo llamó nerviosa. Al entrar al pasadizo había dejado de abrazarla. Y ahora no sabía dónde estaba.
- Estoy aquí, Cerezo. – una bola de fuego brotó de repente a un metro de ella iluminándolo todo y dejando ver a Naruto.
Sakura se puso a su lado de inmediato, él la cogió de la mano mientras que con la otra controlaba la bola de fuego. Sakura se pegó a él todo lo que pudo.
- No sabía que te diera miedo la oscuridad. Suerte que soy un mago elemental, ¿verdad? – le dijo con tono burlón mientras caminaban por el pasadizo.
Ella le dio un golpe en el brazo que se lo durmió por completo.
- ¡Ay!
- No te burles, Naruto. – dijo enfadada.
- Vale, vale. Perdón.
Continuaron caminando en silencio durante un buen rato. Parecía que aquel pasadizo no se acababa nunca. Las paredes eran parecidas a las de los calabozos, pero a la luz de la llama le daba una tonalidad más calida a la piedra. El techo no era muy alto, quizá cuatro cabezas más que Naruto. Estaba todo cubierto de telarañas y quién sabe qué más. Parecía que no soplaba ni una ráfaga de viento allí, sin embargo tenía que haber una salida en alguna parte que proporcionase aire, de lo contrario no habría oxígeno para respirar.
En una parte del pasadizo salió una rata enorme que correteó hasta sus pies. Sakura soltó un grito y se abrazó a Naruto que tuvo el tiempo justo para cogerla por la cintura.
- Menudo bicho. – dijo recobrando la compostura.
- Tranquila, que ya estoy yo aquí si nos ataca una rata o algo peor. – bromeó Naruto.
- Siempre tan caballeroso. – dijo besando su mejilla.
- Si quieres puedes subir a mi espalda, se te ve cansada. – Sakura asintió y subió a su espalda. Enredó sus piernas en su cintura y apoyó la cara en su hombro.
Naruto continuó caminando con Sakura a su espalda. De vez en cuando quemaba alguna telaraña por mera diversión. Sakura lo agradecía, no soportaba a las arañas.
Caminaba a paso lento. Ambos iban callados mientras caminaban. Sakura no podía evitar pensar en sus padres y una lágrima traicionera cayó por su mejilla.
- Sakura, - ella se sobresaltó- sé todo lo ocurrido. Siento no haberte dado antes el pésame por…
- Tranquilo, Naruto. – le cortó ella secándose las lágrimas- No pasa nada.
- Claro que pasa, Cerezo. – le dijo él alzando un poco la voz- Sé perfectamente como te sientes. Yo vi morir a mis padres frente a mis ojos.
- Oh, Naruto. – enterró la cabeza en su hombro llorando.
- Supongo que ahora estamos algo más unidos que antes. – dijo mirándola. Ella levantó la cabeza y vio a Naruto sonriéndole con comprensión.
- Naruto… - se acercó a sus labios y la besó.
- Estoy contigo, Cerezo. – le dijo separándose de su boca- Siempre. – susurró.
Sakura sonrió acariciando su mejilla.
- Lo sé.
- Ahora, salgamos de este pasadizo. Ya no queda mucho, creo que puedo ver la luz del final. – Sakura miró hacia delante y efectivamente, parecía haber algo más de luz, a parte de la bola de fuego de Naruto.
En unos cuantos pasos más, la luz se intensificó dando paso a un agujero lo suficientemente grande como para pasar por él. La luz molestaba a los ojos tras tanto tiempo acostumbrados a la tenue luz del pasadizo. Naruto hizo desaparecer la llama de su mano.
- Baja, por el agujero solo se puede pasar de uno en uno. – Sakura bajó de la espalda de Naruto de un salto- . Sal tú primero.
Sakura miró una última vez a Naruto antes de salir por el agujero. Al salir se vio en un sitio soleado y verde, cubierto de enormes árboles y cubierto por una frondosa hierba. Aquel sitio le sonaba de algo y no sabía de qué.
- ¡Al fin! Ya creíamos que no llegábais. – dijo una voz.
Sakura miró hacía el sitio de donde provenía. Y no pudo creer lo que sus ojos veían. Una inmensa alegría la inundo al instante.
- No puede ser, ¿qué hacéis vosotros aquí? – preguntó sin poder contener su alegría.
BYE
Ean95- Aprendiz
- Mensajes : 79
Edad : 29
En El Gran Bosque.
0
Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Putooooooo Sasuke!!! Quiero que Sakura! Ella! Ella! Lo mate! No Naruto! Ella! Quiero que el puto de Sasuke muera dolorosamente! Okey!? Quiero que muera!!
Ahora Sakura esta huérfana, pobre...
Ahora Sakura esta huérfana, pobre...
belivexangel1- Sannin
- Mensajes : 501
Mi Casa/Ciber
0
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Temas similares
» Vacaciones en el bosque/Reencuentro/segunda temporada capitulo 2[+18]
» Empezando mi historia Narusaku (+18) Capitulo 8 (18/02/2016)
» Un espiritu azul
» Azul Celeste y Verde Claro {TP}
» Tutorial Firma Kaito Azul -Fácil
» Empezando mi historia Narusaku (+18) Capitulo 8 (18/02/2016)
» Un espiritu azul
» Azul Celeste y Verde Claro {TP}
» Tutorial Firma Kaito Azul -Fácil
NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
Página 3 de 5.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 04, 2024 10:55 am por Layla
» Hola nuevamente y quizás adios
Lun Sep 30, 2024 5:10 am por choujiro
» La Biblioteca
Sáb Abr 20, 2024 10:53 am por Hernan NaruSaku
» Estudios Pierrot, ¿hipócritas y sobornadores?
Vie Abr 05, 2024 9:58 am por Hernan NaruSaku
» Fic tomando el control (7/12/23) + 18
Jue Feb 29, 2024 4:08 pm por gonmax
» Quiero proteger todo de Sakura-chan [Esp][T]
Mar Feb 27, 2024 6:42 am por PJXD23
» nuevo fic proximamente
Dom Dic 10, 2023 10:01 am por choujiro
» Respaldo para fanfics en caso de que eliminen el foro en un futuro
Jue Ene 05, 2023 3:28 am por choujiro
» En la oscuridad [+18][1/¿?][3/11/2021]
Sáb Oct 29, 2022 5:45 pm por Hernan NaruSaku