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El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Me fasino el capítulo! Como lo ame es tan.... Perfecto?, amo este fic! Esta en mi primer puesto jajaja xD!
Me fasina la relación que están tomando es muy tierna! Amo que le llame cerezo <3 muero! Es muy lindo!! Y como también Naruto rescato a Sakura y como Sakura cuido a Nauto fue todo tan hermoso.
Y también me encanto la esena del lago, tonta de Sakuda se hubiera bañado con el e.e
Oh si y también me encantan esas cosas mágicas !
PD: pues sobre el pelo... Oh de hecho gracias por responder la pregunta! , oh pues mientras no se lo cortes.. Todo excelente! Como te dijo este fic es declarado mi favorito! <3
Me fasina la relación que están tomando es muy tierna! Amo que le llame cerezo <3 muero! Es muy lindo!! Y como también Naruto rescato a Sakura y como Sakura cuido a Nauto fue todo tan hermoso.
Y también me encanto la esena del lago, tonta de Sakuda se hubiera bañado con el e.e
Oh si y también me encantan esas cosas mágicas !
PD: pues sobre el pelo... Oh de hecho gracias por responder la pregunta! , oh pues mientras no se lo cortes.. Todo excelente! Como te dijo este fic es declarado mi favorito! <3
belivexangel1- Sannin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Cada vez Sakura esta aprendiendo a vivir gracias a Naruto y claro que también interviene los sentimientos que siente por este, aunque me gustaría que le dijera la verdad sobre porque la quieren capturar pero más, las ganas de ver más acción NaruSaku (que te digo, nosotros no somos nada conformistas).
Espero con ansias e intriga la continuación.
PSD: una de las cosas que me encantan de este fic; es que no se sabe lo que va a pasar.
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Pues sakura ya esta sintiendo cosas por naruto que ni ella misma comprende pero que le gustan.
Y naruto sigue siendo como es, protegiendo (literalmente) a la damicela en peligro y ahora sakura no se va a querer separar de su rubio, bueno, mientras no aparezca alguien como sasuke o madara a joder o que no se descubra la mentira de sakura a naruto o el secreto de quien realmente es narto, pues todo va a la perfeccion.
Un saludo, nos vemos.
Y naruto sigue siendo como es, protegiendo (literalmente) a la damicela en peligro y ahora sakura no se va a querer separar de su rubio, bueno, mientras no aparezca alguien como sasuke o madara a joder o que no se descubra la mentira de sakura a naruto o el secreto de quien realmente es narto, pues todo va a la perfeccion.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Capítulo 7:
- Por las calles de la nocturna aldea, caminaba lentamente un figura encapuchada, completamente oculta por las sombras. Lo que la ocultaba era una enorme capa de color negro. Únicamente podía verse una mueca en su rostro, una mueca despiadada. Caminaba con paso lento pero firme, tranquila y sin ninguna prisa.
Era una noche fría, el viento soplaba colándose por los callejones, moviendo las hojas de algunos árboles que aún permanecían en sus lugares. El invierno se acercaba a los reinos, pronto todo se tornaría blanco y la nieve sería un problema.
La figura entró en un antro que apestaba a alcohol y a vómito. En su interior había un montón de gente, en su gran mayoría hombres, ya borracha y animada, que hablaba, reía y cantaba. Podían verse algunas mujeres, algo ligeras de ropa, sentadas en las piernas de algunos hombre mientras jugaban a las cartas, o a los dados. Otros les metían mano riendo, las pobres no podían hacer otra cosa que dejarse.
La figura se acercó a la barra. Tras ella había una mujer, gorda de aspecto tosco y bruto , que limpiaba un par de vasos con un trapo que parecía estar más sucio que limpio. Era asqueroso.
La mujer levantó la vista al ver a aquella figura ante ella. Soltó uno de los vasos sobre la barra. La figura encapuchada sacó una mano de debajo la capa haciendo un ademán de que no quería nada de beber.
- Tenía una reunión con quien ya sabes. - dijo en un susurro.
- Ah sí. - contestó ella echando un escupitajo en uno de los vasos. - Le espera en la trastienda, justo ahí detrás.
La figura no le dio las gracias y avanzó hacía la trastienda. Abrió la puerta, bastante deteriorada y con bisagras oxidadas, y entró cerrándola al instante.
Era una pequeña habitación lo suficiente grande como para que cupiera una pequeña mesa, dos sillas y un perchero. Además había una ventana de un tamaño medio oculta tras una pequeña cortina para evitar que se viera desde el exterior. Sobre la mesa había una vela que alumbraba la habitación. Sentada sobre ella había un hombre de pelo negro y largo. Tenía una mirada siniestra y vestía completamente de negro. La luz de la vela iluminaba la mirad de su cara, dándole aún más, si eso era posible, oscuridad a su rostro.
- Me alegra verte. - dijo con una profunda voz.
El encapuchado sonrió bajo la capucha. Una lengua larga y viscosa asomó entre su dientes, se relamió. Se llevó una mano a la capucha y se la quitó, dejando ver por fin su rostro.
Si el otro individuo provocaba cierto pavor al verlo, el ex- encapuchado le ganaba. Tenía la piel blanca surcada por lo que parecían ser escamas, como si de un reptil se tratase. Poseía una larga melena de color negro que llevaba suelta. Sus ojos no eran normales, pues en lugar de tener pupilas redondas como el resto de la gente, las tenía rasgadas, dándole el aspecto de una bestia extraña.
Volvió a sacar la lengua y se relamió.
- A mi también, Madara. - contestó el otro. - Me inquietó mucho que me llamases, debe de tratarse de algo serio, de no se así, yo no estaría frente a ti.
Madara se cruzó de brazos y puso una media sonrisa que pareció más una mueca.
- No te equivocas. Necesito que hagas algo por mi, por supuesto te pagaré como es debido. - el individuo asintió. - Por favor, toma asiento, Orochimaru.
Orochimaru se sentó en una de las sillas.
- Bien, tú dirás.
- Lo que necesito es algo simple. Además es tu especialidad. - Orochimaru sonrió de lado. - No desconoces el nombre de Jiraya, ¿me equivoco?
- Oh, ni te imaginas lo mucho que lo conozco. - dijo el otro. - ¿Quieres que lo mate?
Madara asintió serio.
- Envié un draccus a por él, pero se libró de él. Cuatro de los mejores hombres del Rey fueron enviados a buscar a la princesa, pues esta ha huido. Solo regresaron dos, ninguno recuerda nada de lo ocurrido. Solo dijeron ver el cuerpo del reptil muerto y a uno de sus compañeros abierto en canal sobre la hierba del bosque.
- El draccus se encargó bien de ellos. - Orochimaru soltó una risotada.
- Sí, pero ese no es el tema. - cortó Madara. - El draccus estaba hechizado por mi. Debía encargarse de Jiraya y de la princesa, que seguro que ya está con él. Si Jiraya consigue llegar hasta aquí acompañado de la mocosa, mis planes se irán a la mierda.
Orochimaru asintió pensativo.
- Tu tarea es sencilla... - humedeció los labios.- Encuentras a Jiraya y a esa mocosa y los matas.
- Una tarea complicada, Jiraya es un mago blanco.
- Y tú un brujo negro, de los más poderosos después de mi. - Madara se levantó y caminó por la habitación. - Confío en ti Orochimaru, eres muy poderoso.
- Tranquilo Madara, acabaré con ese imbécil de Jiraya. Tengo un par de cuentas que saldar con ese viejo.
Madara sonrió con malicia.
- En ese caso. - hurgó en sus ropas y sacó una bolsa color arena. - Espero que sea de tu agrado, dentro hay cincuenta solarius de oro y veinte de plata.
- Un buen pago, por un buen trabajo. - dijo Orochimaru cogiendo la bolsa y sopesándola en su mano. - Partiré enseguida hacia el bosque.
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Naruto estaba tumbado sobre el lecho, aburrido, pues la pelirrosa le había ordenado no moverse de ahí. Lo cierto era que se lo había dicho en un tono tan severo que al rubio ni se le pasó por la cabeza contradecirla.
Así llevaba toda la mañana. Sakura se había empeñado en cuidarle hasta que ella considerase que estaba completamente sano. Era fastidioso, él estaba acostumbrado desde niño a no parar quieto ni un segundo y ahora debía estar tumbado.
Se incorporó, sentándose en el catre y apoyando la espalda en la pared de madera de la cabaña. Bostezó, más por aburrimiento que por cansancio y se revolvió el pelo.
Debía ser ya mediodía por los rayos del sol que entraban por la ventana, que eran pocos comparado con los que entraban al amanecer.
Le llegó un olor a comida de repente. Eso quería decir que Sakura estaba cocinando algo. No sabía sí alegrarse o huir. La última vez casi había vomitado por la sopa que la pelirrosa había hecho. Tendría que fingir de nuevo y comerse lo que ella cocinara. Naruto puso una mueca de espanto ante la idea.
Sorprendentemente, olía bastante bien. Decidió levantarse y espiar tras la cortina, para ver qué hacía Sakura.
Se levantó del catre y dando dos pequeños pasos, apartó la cortina a un lado, pero solo un poco, lo suficiente como para observar la habitación contigua.
Allí estaba Sakura, sentada en una de las banquetas, pelando un par de cebollas. Tenía los ojos vidriosos, señal de que estaba llorando. Naruto se preocupó. Lo más común era que las lágrimas estuvieran provocada por las cebollas, pero tal vez lloraba de verdad por algún motivo.
Se quedó plantado en el sitio, observando un poco más a su amiga. La joven echó las cebollas al caldero que había sobre la chimenea. Y se secó las lágrimas. Naruto pudo ver que era lo que olía también, pues el caldero estaba rebosante de lo que parecía se un caldo con verduras.
"Solo espero que esta vez esté rico" pensó el rubio.
Decidió que sería mejor que regresase al catre, no fuera que Sakura lo descubriera y le regañara como si fuera un niño pequeño.
Sonrió antes de volver a dejar la cortina como estaba y regresar al catre, tumbándose en él.
Se miró el torso, vendado desde el hombro izquierdo hasta el abdomen. Ese estúpido dragón le había dado más problemas de los que creía. Además, era extraño que hubiera atacado. Por lo que tenía entendido esa especie de dragón era pacífico. Quizá se había confundido de especie. Negó con la cabeza. No, no había sido eso. Era la especie correcta un draccus fulgoris. Sabía que esa especie, por no decir la única, era pacífica. Había algo raro en todo ese asunto. Y también estaba el tema de Jiraya, llevaba días de retraso. Sakura le había dicho que había pasado dos días durmiendo y con fiebre, por lo que eso hacían seis días de retraso.
¿Dónde diablos se había metido ese viejo?
Unos golpes en la ventana interrumpieron sus pensamientos. Miró hacia a ella y vio un cuervo negro como la noche. Se levantó rápido, sintió una leve punzada en el hombro, pero no le dio importancia.
Abrió la ventana y el cuervo se coló en la habitación al momento, posándose en el catre. Volvió a cerrarla al instante y se sentó. El cuervo extendió una de sus patas, llevaba un papel enrollado en ella. Naruto la cogió, la desenrolló y la leyó.
Naruto:
Espero que esta nota llegue a ti a tiempo. Supongo que estarás preocupado por mi ausencia. Te dije que me ausentaría un par de días y llevo fuera cuatro. Tranquilo, me encuentro bien, pero han surgido un par de problemas que ya te contaré en persona. Si esta carta llega a ti cuando debe, aproximadamente mañana, me verás muy pronto.
Tu amigo y maestro
Jiraya.
Naruto suspiró. Bueno, al menos parecía que se encontraba bien. No tenía que preocuparse por él. Pero le inquietaba lo que le había retrasado, ya debía ser importante para haberle enviado aquella nota.
- ¡Naruto! - el rubio pegó un bote del susto.
- Cerezo, me has dado un susto de muerte. - dijo llevándose una mano al corazón.
Sakura se acercó a él, parecía enfadada.
- Susto de muerte el que me has dado a mi. Te dije que no te movieras del catre, idiota. - le regaño.
- Lo siento pero es que este cuervo me requería. - la pelirrosa reparó entonces en el cuervo, que se había posado en el hombro del rubio. - Me traía noticias de Jiraya. - le mostró la nota que traía el cuervo.
Sakura la observó, pero no logró leerla, ni tampoco creía que debiera, al fin y al cabo era para Naruto.
- Bueno.. está bien, pero no vuelvas a levantarte.
- Te lo prometo, Cerezo. - le mostró una amplia sonrisa. Sakura se dio la vuelta y sonrió antes de salir de la habitación.
- ¡Naruto, deja de moverte! - le gritaba la pelirrosa. - Si me hubieras avisado en vez de abrir la ventana ahora no tendría que curarte otra vez.
- Pero duele... AAh!! - se quejó. - Más suave, Cerezo. dijo haciendo un pequeño puchero.
- ¡Te aguantas, eso te pasa por tonto! - Sakura le cosió la herida del hombro.
- Ya, ya. Pero, ¿cómo es que de repente sabes coser herida? - preguntó el rubio con una mueca de dolor en el rostro.
- En uno de lo libros del armario había uno sobre medicina. - le dijo calmada. - Lo cogí y lo he estado leyendo estos días.
Naruto dio un pequeño brinco. Sakura le sujetó con fuerza para que no se moviera.
- ¡¡Te he dicho que no te muevas!!
- Lo siento. - dijo agitado. - ¿Has cogido cosas del armario?
- Sí, ¿qué pasa? - preguntó.
Naruto no sabía cómo debía reaccionar ahora. Ese armario tenía libros de toda clase. Desde leyendas antiguas a conjuros prohibidos. Si Sakura había rebuscado hasta dar con aquel sobre medicina, eso quería decir que había visto los demás. Jiraya lo mataría al descubrirlo. Pero, por otra parte, no lo veía tan malo. Sakura ya sabía que podía hacer magia y que había distintos tipos de magos... No había problema en que viera esos libros.... o sí.
- Nada, es solo que en ese armario hay cosas que podrían dañarte si no sabes de qué se tratan. - le dijo más calmado.
Sakura le puso una venda en el hombro acabando de curarlo.
- Otra vez preocupándote en exceso por mi, Naruto. - murmuró. El rubio la miró.
- ¿Qué tiene de malo el que me preocupe por ti? Eres mi amiga, vives conmigo y siento que es mi deber protegerte.
Sakura se levantó de la banqueta para marcharse de la habitación, pero Naruto le agarró la mano, atrayéndola hacía él y obligándola a sentarse en el catre delante de él.
- Cerezo, no te vayas. Dime, ¿qué te pasa? - le dijo con dulzura.
- Es que, casi te mueres por mi culpa... Debería haberme quedado donde me dejaste, pero yo me fui a buscarte como una estúpida y... - se le llenaron los ojos de lágrimas. - Naruto no quiero que vuelvas a hacerlo, no quiero que te pase nada por mi culpa.
Naruto le secó las lágrimas con la yema de los dedos. Ella miraba hacía abajo.
- No puedes pedirme que no vuelva a hacerlo, porque siempre que estés en peligro te salvaré. Además, esto solo son un par de cortes sin importancia. - dijo más animado.
Le puso las manos en las mejillas y la obligó a mirarle a los ojos.
- Y ahora sonríe, no me gusta verte sin tu sonrisa. Esa que te hace más hermosa de lo que ya eres normalmente. - Sakura sonrió sin poder evitarlo. - Lo ves, así está mejor.
Naruto la contempló callado, admirando esa suave sonria que se dibujaba en su rostro. Era preciosa, tanto en belleza como en su personalidad. Y ese afán por protegerla le encantaba, jamás había sentido nada así por nadie. La demás chicas no podrían llegar a superar nunca a Sakura. Quizá si que estaba enamorado de ella, quizá solo le gustaba. Naruto no lo sabía, estaba hecho un lío. Pero de lo que no tenía ninguna duda era de que se moría de ganas de abrazarla y no soltarla nunca; de besarla en esos labios rosados, pasar sus manos por su hermosa piel y de protegerla de todo.
- Naruto. - el rubio pareció despertar.
- Sí, dime.
- ¿Tú me enseñarías a defenderme? - lo preguntó con cierto temor, como si temiese que él le diera un no rotundo.
Naruto la miró evaluándola con la mirada. Sakura se mordió el labio, esperando su respuesta.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que me enseñes a manejar una espada, a cazar... yo qué sé, lo normal. - le contestó la pelirrosa.
Naruto lo pensó. Sabía porqué le había pedido eso, no quería depender más de él, temía que volviese a protegerla en exceso y saliera peor de lo que ya había salido la última vez. En realidad no era mala idea. Sakura tenía una actitud luchadora, se lo había demostrado aquellos días. Enseñarla a manejar una espada no era una mala idea. Y cazar... ¡sería muy útil! Aunque le preocupaba que se hiciera daño.
- Muy bien, te entrenaré. - le dijo sonriendo.
Sakura no cabía en sí de felicidad. Podría serle de ayuda a Naruto y él no tendría que preocuparse por ella. Abrazó al rubio.
- Gracias. - le susurró al oído. Naruto correspondió el abrazo.
- Será duro.
- No me importa. - contestó ella.
- Estarás cansada y te olerá todo el cuerpo.
- Naruto, no me importa nada de eso mientras esté contigo. - se retiró un poco y se quedaron de frente, mirándose a los ojos.
Naruto sonrió, la pelirrosa se ruborizó ante su mirada. Se quedó mirando los azules ojos de su amigo, cálidos y reconfortantes como su sonrisa.
El rubio le apartó un mechón de la cara y se lo colocó tras la oreja sin dejar de mirarla a los ojos. Esos ojos de color verde que le recordaban al jardín que había en su hogar, en Aquo.
Ninguno hablaba, solo se miraba con las pupilas dilatadas, a ambos les brillaban los ojos. Sakura rompió el contacto visual, apartando la mirada y separándose del rubio.
- Tengo que... limpiar la mesa... Sí, eso. - dijo levantándose nerviosa y saliendo.
Naruto se tumbó en el catre y cerró los ojos. No aguantaba tenerla tan cerca, la próxima vez no lo pensaría tanto y la besaría. Además, habría jurado que había visto algo raro en la mirada de Sakura. Sonrió antes de quedarse dormido.
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Un hombre de pelo blanco caminaba por el bosque tranquilamente, llevaba una capa de viaje, un bastón en un mano con el que se ayudaba a caminar y en la otra una cantimplora de la que bebía de vez en cuando.
Miró a su alrededor, las hojas tenían un tinte azulado. Sonrió, pues sabía lo que eso significaba. Se acercaba noche de luna llena y el bosque experimentaría el cambio que le daba su nombre. A Naruto le encantaban aquellas noches desde que era niño.
"Menudo estirón ha dado desde esa noche" - pensó feliz.
Se detuvo. Guardó la cantimplora en un zurrón que llevaba colgado y se dio la vuelta rápidamente soltando un rayo de color rojo en dirección a un árbol. Este se partió por la mitad. De el saltó una figura encapuchada, que se pudo ante Jiraya.
-¿Quién eres? Muéstrate, bastardo. - dijo serio.
El encapuchado se apartó la capucha que lo ocultaba revelando su rostro. Sacó una enorme y viscosa lengua y se relamió.
- ¿Así es cómo saludas a los viejos conocidos, Jiraya?
- Orochimaru. - dijo incrédulo. - Pensaba que habías muerto.
- Así es. Bueno, algo así. Digamos que ahora soy inmortal. - se relamió.
- No hay más que verte para ver que ya no eres el mismo. - Jiraya soltó el bastón.
Orochimaru se limitó a sonreír mostrando su lengua y moviéndola sin parar.
- ¿Qué mierda haces aquí? - le instó el peliblanco con molestia.
Orochimaru avanzó un poco hacía él.
- No des un paso más- - le ordenó Jiraya alzando una mano.
- Tranquilo. - se detuvo. - Bien, te lo diré. He venido a acabar contigo y con esa chica a la que proteges.
Jiraya lo miró confundido, no por esa afirmación de matarlo, sino por la mención de una chica. Él no protegía a ninguna chica, ni siquiera sabía de qué le hablaba. Orochimaru se volvió a relamer.
- No sé de qué chica me hablas, pero en cuanto a lo de matarme... - soltó el zurrón en el suelo. - No te será sencillo. - sonrió con suficiencia.
- Ahora no te hagas el estúpido, me han enviado a mataros a ti y a la princesa de Itenwer, a la que tú proteges.
- Sigo sin saber de qué me hablas, en serio.
- Da igual, en cuanto acabe contigo la encontraré a ella. - se abalanzó sobre Jiraya.
El peliblanco lo esquivó justo a tiempo. Orochimaru había estirado su cuello y casi le había alcanzado con unos enormes colmillos que sobresalían de su boca.
Jiraya alzó una mano y una fuerza invisible pareció coger a Orochimaru del cuello, pues esté se llevó las manos a él.
- Así que ahora eres una especie de serpiente. - dijo el peliblanco. - Debí imaginarlo después de ver esas escamas en la parte izquierda de tu cuerpo.
Orochimaru atrajo su cuerpo uniéndose de nuevo a su cuerpo. Alzó una de sus manos y surgió una nube negra que tocó a Jiraya. El peliblanco notó un agudo dolor y se retiró soltando a Orochimaru en el proceso.
- ¿Qué diablos...?
Orochimaru tocó su cuello aliviado.
- Por que poco, pensaba que me ahogarías, Jiraya.
- ¡Déjate de tonterías y pelea, Orochimaru! - le espectó.
Odiaba la tranquilidad de Orochimaru desde que tenía uso de razón. Ese estúpido siempre con esa sonrisa de suficiencia, como si nunca tuviera problemas. Ni siquiera cuando lo estaba ahogando dejo de sonreír.
- Oh, pues claro Jiraya. - se lanzó de nuevo sobre él, esta vez con todo su cuerpo y le pegó con el puño en un ojo.
Jiraya se llevó una mano al ojo, le sangraba por completo, no podía ver nada. Una nube negra le rodeo, intentó escapar, pero era tarde, Orochimaru lo había atrapado en aquella nube.
- No te muevas, Jiraya. - le dijo relamiéndose. - Si te mueves la nube te apretará con más fuerza.
Jiraya se quedó quieto y tuvo una idea. Una que solo podría funcionar si dejaba de moverse y se concentraba.
Necesitaba ganar tiempo para que resultara.
- ¡Maldito seas! - le gritó. - ¿Quién te envia a acabar conmigo?
- Un viejo conocido. Me ha pagado muy bien ¿sabes? - se acercó a él. - ¿Te duele mucho el ojo?
- ¡DEJATE DE DAR RODEOS Y HABLA, MALDTA SERPIENTE! - le dijo cabreado.
- Que impaciente. - sonrió y se cruzó de brazos. - Muy bien, te lo diré. Madara.
Jiraya no podía creerlo. Madara, el brujo negro. El más poderoso junto a él. El responsable de la muerte de Minato y Kushina, los reyes de Aquo y culpable de que Naruto fuera huérfano. El que lo obligó a esconderse en el bosque. Lo había encontrado después de diez años y quería acabar con él. ¿Sabía que Naruto estaba vivo? No, todo apuntaba a que solo sabía sobre su persona.
Entonces todas las piezas encajaron. La chica de la que hablaba Orochimaru, la princesa de Itenwer, ella debía de estar con Naruto. El chico la habría protegido y como era mago le habrían ido con el cuento.
Sabía por su viaje que Madara estaba en el reino de Itenwer en aquel momento y por lo que se temía, no era nada bueno. Ese bastardo tenía algún plan de destrucción, de eso no tenía duda.
- Bueno Jiraya, ¿te he resuelto tu duda? - Orochimaru alzó una mano. - En todo caso da igual, ahora no puedes moverte y este es tu final.
Jiraya cerró el ojo sano y lo abrió. Había cambiado y ahora era de un color rojo como la sangre.
- Querrás decir el tuyo, Orochimaru.
Antes de que la serpiente pudiera reaccionar Jiraya se liberó de su atadura y le pegó con dos dedos a Orochimaru en los ojos.
- Te lo devuelvo. - La serpiente no veía nada. Jiraya lo agarró por la cabeza y soltó dos enorme llamaradas que lo carbonizaron en el acto.
Orochimaru cayó a sus pies. Jiraya le pegó una patada para comprobar si estaba muerto. No se fiaba de un brujo oscuro.
Parecía que no volvería a moverse nunca más. Fue una suerte que supiera que a los reptiles hay que atacarlos a los ojos, y Orochimaru era una serpiente, debía funcionar. De no haberlo hecho, el que estaría muerto sería él.
Volvió a colgarse el zurrón y cogió el bastón del suelo. Miró de nuevo el cuerpo de Orochimaru. Alzó una mano y la bajó, decapitándolo. Un escalofrío de recorrió la espalda. Odiaba a ese tipejo. Ahora si podía marcharse de allí.
Tardaría un día más en llegar a la cabaña. Quería asegurarse que Naruto estaba bien y conocer a esa princesa fugitiva. Si estaba con Naruto estaría bien, de eso no tenía dudas.
-----------------------------------------------------------------
Naruto se despertó. Aún era de día, por lo que no habría dormido mucho, tal ve una hora desde que Sakura le había curado la herida del hombro. Se preguntó dónde estaría su amiga y decidió levantarse, aunque ella se pusiera furiosa por desobedecerle.
Apartó la cortina y salió de la habitación. Sakura no estaba en ninguna parte, se preocupó un poco. Salió de la cabaña y comprobó que tampoco estaba allí fuera.
Vale, ahora si que se puso nervioso.
Caminó hasta el tronco por si veía algo que le diera una pista sobre su paradero. Nada, no había nada. Se llevó las manos a la cabeza revolviéndose el pelo con furia.
Un montón de posibilidades pasaron por su mente ¿Y si había entrado alguna alimaña y se la había llevado a su madriguera? O tal vez los guardias de Itenwer de nuevo. Quizá se había caído cerca de allí y se había golpeado la cabeza y ahora estaba inconsciente en el suelo.
Estaba tan nervioso y ensimismado en sus pensamientos que no oyó como Sakura irrumpió tras la cabaña con un montón de leña en sus brazos. Vio al rubio sentado en el tronco de espaldas a ella y al parecer nervioso.
Soltó la leña y se acercó a él por detrás. No abía si regañarle o no, pero le había dicho que no se moviera y ahí estaba él, sentado. Era muy cansado cuidar de Naruto.
- Naruto creí haberte dicho que..
- ¡Cerezo! - el rubio se abalanzó sobre ella alzándola por la cintura en el aire feliz.
- ¡Naruto, bájame! - le dijo ruborizada agarrándose a sus hombros.
Naruto la bajó.
- Lo siento. - se rascó la cabeza. - Es que me desperté y tú no estabas y... me asusté. - soltó una pequeña risita.
Sakura negó con la cabeza aguantando soltar una carcajada. Ahí estaba el Naruto que hacía días que no veía, el Naruto bobo y sobreprotector.
- Da igual Naruto, te dije que no quería verte fuera de la habitación. - fingió estar enfadada.
- Déjate de cambiar de tema, Cerezo. ¿Adónde habías ido tú? - a Sakura le sorprendió que le contestara.
- Solo he cogido un poco de leña. Ni siquiera he salido de la zona.
Naruto sonrió. Al menos estaba a salvo. Se había preocupado demasiado. No era mala idea después de todo eso de enseñarla a defenderse, con el carácter que se gastaba no le sería difícil.
Naruto se sentó en el tronco y miró al cielo. Sakura se sentó a su lado.
- ¿Por qué miras tanto al cielo siempre? - le preguntó ella.
Naruto la miró. "Miro el cielo porque su color me recuerda a mi hogar." Tan sencillo como eso. Pero Naruto no se creía capaz de confesarle eso a Sakura, pues ella empezaría a hacerle preguntas sobre su pasado y no le apetecía nada tener que enfrentarse a los recuerdos.
Agachó la cabeza apenado. Una lágrima se escapó de uno de sus ojos y le recorrió la mejilla. Sakura lo notó, pero permaneció callada.
El rubio suspiró. Confiaba en Sakura. ¿Tanto como para contarle la verdad? Sí... no... tal vez...
- Miro al cielo porque me recuerda a mi hogar. - alzó la cabeza secándose las lágrimas con una mano.
Sakura asintió. Sentía curiosidad por saber cuál era ese hogar del que hablaba su amigo, pero no sabía si era meterse en algo privado. Si él quería lo contaría, de no ser así, mejor permanecer callada.
- Cerezo... yo no he sido del todo sincero contigo.. verás yo... - se rascó la cabeza nervioso.
- Sí... dime Naruto. - le cogió la mano.
- Yo soy el p...
No pudo acabar de hablar pues una voz conocida gritó su nombre. Naruto conocía esa voz demasiado bien, era la voz de Jiraya, pero había sonado cerca.
Se levantó del tronco, Sakura le soltó la mano. Ella también lo había oído.
De repente apareció. Entre los dos enormes árboles que había frente al túnel de piedra. Su pelo blanco era inconfundible, pero Naruto observó que el lado izquierdo de su rostro estaba completamente impregnado de sangre. Y al parecer era suya.
Sin esperar se lanzó a la carrera hacía su maestro. Sakura no supo si seguirlo o quedarse donde estaba. Tampoco tuvo mucho tiempo para reaccionar, Naruto había llegado junto a aquel hombre en un segundo.
"Jiraya sin duda"
Naruto vio la enorme herida que tenía Jiraya, al parecer le habían perforado el ojo, con qué, no lo sabía. Pero de no tratarlo ya lo iba a perder de un momento a otro.
- ¿Qué ha pasado, Jiraya? - preguntó alarmado.
- No hay tiempo, chico. Entremos adentro y te lo contaré todo. - comenzaron a caminar. - Recibiste mi carta, ¿cierto?
El rubio asintió a caminando a su lado.
- Perfecto. - Entonces reparó en su torso vendado. - ¿Y a ti qué te ha pasado?
- Es una larga historia. - respondió cansado.
Pasaron delante de Sakura que vio la herida de Jiraya más de cerca. Daba bastante repulsión, tenía un enorme costra entre negra y violeta. Naruto le dedicó una leve sonrisa. Los dos entraron dentro. Sakura decidió seguirlos.
Jiraya se sentó en una banqueta. Se agarró la herida que ya no emanaba sangre, ahora solo era una enorme burbuja.
- Sakura, rápido trae agua. - le ordenó Naruto.
La pelirrosa asintió y salió deprisa de la cabaña.
Jiraya no le quito ojo de encima (NA: chistaco) Así que esa era la princesita huida. Y el idiota de Naruto le estaba dando cobijo, madre mía pero si se la comía con la mirada. ¿Su aprendiz se había enamorado de aquella chica? Sí, no había ninguna duda. Jiraya lo miró interiormente, observando su aura. Era de un naranja muy luminosa, aún más grande que nunca. Su poder había sido incrementado por esa chica. Impresionante, así que ese era el poder del amor.
Sakura regresó con un cubo lleno de agua hasta arriba. Naruto lo cogió y lo puso sobre la mesa. Fue hacia el armario y rebuscó por todas partes.
- Naruto, date prisa. - metió la cara dentro del cubo. El agua se tiñó de rojo al instante.
El rubio apartó un par de sacos. Tenía que encontrar esa flor, sabía que había otra. Eran muy difíciles de encontrar, pero la última vez había conseguido coger un par de ellas. Una la había usado en su mano, pero el ojo de Jiraya corría más peligro.
"¡Aquí está!"
Naruto corrió y empezó a machacar la flor en un cuenco que cogió a toda prisa. Sakura observaba la escena nerviosa. Ese ojo tenía muy mala pinta. Sabía el poder de aquella flor, y algunas cuantas más, ¿pero podría curarle el ojo?
- Rápido Jiraya. - Jiraya hundió la cara en el líquido. No fue muy agradable, pues tuvo que abrir el ojo o lo que quedaba de él.
Sakura observó muy atenta si se daba el milagro de curación al igual que con la mano de Naruto.
Jraya sacó la cara del cuenco que ahora estaba vacío. Tenía el ojo abierto y curado. La flor había vuelto a funcionar. Se tocó el ojo aliviado. Había faltado poco, unos minutos más y la flor no habría podido hacer nada por su ojo.
Sakura una vez más no cupo en si de su asombro. Nunca llegaría a acostumbrarse a esas plantas mágicas.
- Uf, menos mal. - dijo Naruto aliviado. - Por un momento pensé que te quedarías tuerto Jiraya.
- Pero no ha sido así. Menos mal que quedaba una Sectura en el armario.
Sakura se sentó en la banqueta que había libre. Jiraya volvió a reparar en ella y la miró serio. Sakura dio un respingo, asustada ante esa mirada. El rubio lo notó.
- Dime Naruto, ¿quién es esta chica? - preguntó.
Decidió hacerse el ingenuo, como si no supiera la identidad de la joven. Naruto se situó junto a la pelirrosa y le puso una mano en el hombro.
- Tranquila Cerezo, no te hará nada. - le dijo en voz baja tras ver su cara de terror. - Es Sakura. - dijo el rubio a su maestro. - Huía de unos guardias y yo la rescaté, desde entonces le he dado cobijo.
Jiraya le dedicó una mirada severa al rubio. Naruto no sabía a quién estaba dando asilo. Menudo idiota era cuando se lo proponía, si es que en el fondo aún era un crío. Miró a Sakura, la chica no sabía como reaccionar. Decidió que hablaría con ella cuando Naruto no estuviera por allí cerca. O mejor ahora.
- Siento mucho si he causado alguna molestia. - dijo ella.
Jiraya sonrió con calidez a la joven, tranquilizándola.
- No tienes que disculparte por nada, muchacha. Naruto confía en ti, así que yo haré lo mismo. - le alzó una mano por encima de la mesa. - Soy Jiraya, encantado.
- Sakura. - estrechó su mano animada.
Jiraya se dirigió entonces a Naruto.
- Dime, ¿a dormido en mi catre?
Naruto negó con la cabeza.
- Ha dormido en el mio, yo he dormido en el tuyo.
Jiraya solo asintió. Apoyó los codos en la mesa y junto las manos.
- Vale, continuemos con el interrogatorio. - señaló a Naruto. - ¿Qué te ha pasado?
Tenía vendado prácticamente todo el torso y acababa en su hombro izquierdo, de donde parecía tener una herida aún más grave. Además visualizó un pequeño corte en su mejilla, pero estaba prácticamente curado.
- Maté un dragón. - dijo en un murmullo.
- ¿¡Qué hiciste qué!? - dijo levantándose. Naruto dio un paso hacia atrás.
- No fue culpa suya. Naruto solo intentaba ayudarme, eel dragón me atacó a mi y..
- Espera, el dragón te atacó a ti... ¿Naruto?
El rubio asintió con una mueca en su rostro.
- Muy bien, dado que estoy hecho un lío, que uno de los dos empiece a hablar.
Los dos chicos se miraron. ¿Quién hablaba? Sakura o Naruto, uno de los dos tenía que empezar a contar lo acontecido días atrás. Naruto decidió que hablaría él.
- Hace dos días Cerezo y yo fuimos a recolectar algunas plantas, pues le enseñé el libro de las plantas. Por el camino decidí que le quizá le gustaría ver el río. Ya sabes lo bonita que es esa parte del bosque. - Jiraya sonrió. - Al llegar allí, estuvimos jugando en el agua un poco. Intenté que Cerezo se diera un baño conmigo, pero no me salió bien. - soltó una pequeña carcajada, Sakura lo fulminó con la mirada. - Decidimos que cada uno se bañaría en una parte del río y yo me marché por el otro lado.
"Al cabo de.. no sé, media hora tal vez; Decidí ir a buscar a Cerezo, no me fiaba al dejarla sola tanto tiempo. Me estaba poniendo la camisa cuando oí su inconfundible voz, estaba gritando. Supuse que estaba en peligro, así que agarré mi espada. - Jiraya frunció el ceño confundido. - Sí, se la quite a un tipo. Siguiendo con la historia, tras caminar unos cinco minutos llegué donde se encontraba Cerezo, pero también había tres tipos de la guardia de Itenwer. Se redujeron a dos en menos e un segundo, pues llegué justo cuando el dragón se zampaba a uno de ellos y a otro lo mandaba a volar.
Golpeé al que quedaba con un palo y me acerqué a ella. El dragón se había acercado a ella, así que llamé su atención y comencé a pelear con él. Conseguí derrotarlo pero él me hirió. Me clavó una de sus garras en el hombro y me arañó el pecho. Lo siguiente que recuerdo es a Cerezo curándome, trayéndome aquí con altas fiebres.
Naruto sonrió a la pelirrosa, esta se la devolvió.
- Entonces eso te lo hizo un dragón. - murmuró. - ¿Reconociste la especie?
- Sí. Era un draccusfulgoris. Pero no lo entiendo, se supone que son pacíficos, ¿o me equivoco?
Jiraya negó con la cabeza serio.
- No te equivocas. Aquí hay algo que no me gusta nada y creo saber de qué se trata. - se quedó pensativo un momento. - Pero hablaremos de esto mañana. Ya es tarde y estoy muy cansado.
Jiraya se levantó de la mesa. Comenzó a caminar pero se detuvo. Se dio la vuelta.
- Si no me equivoco, ahora tenemos un pequeño problema de espacio. - Sakura bajó la cabeza sintiéndose culpable. - Oh, no te preocupes Sakura. Lo arreglaré en un periquete.
- Creía que estabas cansado, Jiraya. - dio Naruto con sorna.
- Baah, un conjurito de nada no me va a matar. - soltó una enorme carcajada. - Pero no habrás olvidado qué día es hoy, ¿verdad que no?
Naruto entonces se dio cuenta a lo que se refería Jiraya. Miró por la ventana. Empezaba a anochecer y las hojas, oh por todos los cielos.
Naruto agarró a Sakura de las manos levantándola. La chica no supo qué hacía su amigo. De repente se había puesto nervioso y la había levantado, con mucha fuera, ¿y la herida? No parecía dolerle por lo que parecía.
- Jiraya, nos vamos. - le dijo el rubio abriendo la puerta. - No nos esperes levantado.
- Pero espera, Naruto. - le dijo Jiraya entre risas. - Coge algo de comer y - movió la mano y de ella surgió una pequeña manta. - Llévate esto, anda. Empieza a refrescar.
Naruto cogió la manta y se la dio a Sakura. Luego se alejó, abrió el armario y sacó un par de cosas. La chica seguía sin saber qué ocurría, todo estaba sucediendo muy rápido. De lo que no había duda era de que esos dos se entendían a la perfección.
Naruto regresó con su zurrón colgado y una enorme sonrisa. Una sonrisa de felicidad. ¿Qué tramaba?
La empujó por la puerta con ansia.
- Ya Naruto, quieres tranquilizarte. Matarás a la pobre chica. - le gritaba Jiraya tras ellos.
Naruto no le hizo caso y cogió a Sakura de la mano tirando de ella. Jiraya se quedó mirando a los dos jóvenes con una pequeña sonrisa mientras se alejaban.
- ¡Cerezo, más deprisa!
- Naruto, no puedo ir más rápido. - le espetó ella. - Además ni siquiera sé qué te propones.
Naruto paró en seco y la cargó en brazos, comenzando a correr. Sakura tuvo el tiempo justo para agarrarse a su cuello.
- ¡NARUTO! - gritó. - ¡BÁJAME!
- De eso nada, así iremos más rápido.
Naruto se detuvo en secó al cabo de un buen rato. Sakura, que llevaba los ojos cerrados, los abrió. Lo que vio ante ella la dejó atónita. El bosque estaba azul. Los árboles, los troncos de los mismos, la hierba del suelo. Y no solo eso, sino que brillaba, iluminándolo todo. Ahora entendía la prisa del rubio por llegar allí.
- Cerezo, afloja el agarre que me asfixias. - Sakura reparó en que seguía en brazos del rubio.
- Bájame, Naruto. - se ruborizó un poco.
El rubio hizo lo que le había pedido. Miró a su alrededor con una enorme sonrisa. Adoraba aquel bosque, por esas maravillas. No solo tenía parajes alucinantes sino que en las noches de luna llena todo se volvía azul y se iluminaba por completo.
Admiró los dos enormes árboles que mezclaban sus hojas, durante el día de un color amarillo y las otras de un rojo intenso, pero ahora todas azules y luminosas. Quizá le encantaba el color azul por el recuerdo de Aquo Se volvió hacia Sakura que estaba con la boca abierta y mirándolo todo.
Naruto le quitó la manta que portaba ella en sus manos. Luego le cogió una de ellas y la condujo hacia unos de los dos enormes árboles. Colocó la manta extendiéndola en el suelo y se sentó. Dio un par de golpes a su lado para que Sakura se sentara. La pelirrosa lo hizo.
El rubio se quitó su zurrón y lo colocó entre sus piernas. Rebuscó un poco y sacó un par de piezas de fruta. Le pasó a Sakura un puñado de lo que parecían ser ciruelas. La pelirrosa ahuecó las manos para recibirlas.
- Naruto esto es precioso, ya veo porque tenías tanta prisa. - se metió un par de ciruelas en la boca.
El rubio se apoyó en el tronco del árbol. Sakura lo miró y comenzó a reír.
- ¿De qué te ríes? - hizo un mohín.
- De ti, de quién me voy a reír, bobo. - le sacó la lengua.
- ¿Ah, sí? Pues te vas a enterar.
Naruto no comprendía el motivo de su risa. Se apartó del tronco y la cogió de la cintura haciéndole cosquillas.
Sakura se cayó al suelo sin parar de reír por las cosquillas que le hacía Naruto. Naruto se puso sobre ella para evitar que escapara.
- Quieres parar... de una.. vez... - le dijo entre risas.
- No hasta que te disculpes por reírte de mi persona. - Sakura le quiso golpear en la cara, pero el rubio la sujetó por las muñecas colocándoselas sobre su cabeza.
- Si no te rindes continuaré hasta que lo hagas. - dijo riendo. - Tú verás.
Sakura se revolvió para intentar escapar, pero no lo consiguió.
- Vale, vale, para. - el rubio dejó de hacerle cosquillas, pero no le soltó las manos. - Lo siento.
- ¿Qué sientes?
- Haberme reído de ti. - dijo en un murmullo que apenas pudo oírse.
- No te he escuchado. - volvió a hacerle cosquillas.
- HABERME REÍDO DE TI, LO SIENTO. DEJA YA DE HACERME COSQUILLAS.
Naruto se levantó satisfecho de su victoria. Volvió a tumbarse apoyando la espalda en el tronco. Sakura se levantó y se peinó un poco el pelo con fastidio.
- No vuelvas a hacer eso.
- ¿El qué? - Sakura lo fulminó con la mirada. - Vale, sea lo que sea no lo volveré a hacer. Y tú promete que no volverás a reírte de mi sin motivo. - la amenazó con el dedo.
Sakura refunfuñó asintiendo con la cabeza.
- Oye, ¿y a qué se debe este cambio en el bosque?
- Bueno, es una leyenda Si quieres te la cuento, solo para que entiendas porque el bosque es azul.
- ¿Un cuento? ¿Me vas a contar un cuento? - le dijo burlona.
- Oh, si te va a encantar.
- Eso ya lo veremos, empieza.
Naruto tomó aire.
- Bueno, se dice que hace mucho tiempo, antes de que los humanos poblasen esta tierra, esta estaba poblada por multitud de criaturas. La mayoría extintas a día de hoy.
" En este bosque convivían muchas de esas criaturas. Pero sin duda las que mayor curiosidad despertaban eran las hadas. Las hadas poblaban todo el bosque, sin dejar un solo rincón libre. Pero como todo, siempre hay algo que no va bien.
- Dejame adivinar, las hadas en realidad eran moscas.
Naruto entrecerró los ojos con fastidio. Sakura suspiró y le dijo que continuase.
- Bien, como iba diciendo, había algo que no iba bien. Y era que había dos enormes clanes en el bosque. Estos dos clanes siempre estaban discutiendo por nimiedades y batallando entre ellos. Era muy común que dos hadas estuvieran enzarzadas en una pelea mágica.
Se dice que al final las hadas llegaron a un acuerdo, y al fin consiguieron la paz. Pero quedaron restos de sus batallas, pues estas habían durado siglos.
" Con el paso del tiempo, las hadas fueron desapareciendo, pero siempre serían recordadas, pues en el bosque quedaron restos de su magia. La luz de la luna influía en su magia, haciéndola más poderosa, pero al no haber hadas, la luna ya no podía influir como antes. ¿Qué ocurrió con toda esa magia que las hadas derrocharon en cada batalla? La respuesta es simple, se quedó en el bosque.
"Y es por eso que cada luna llena, el bosque se torna azul por completo, iluminándose incluso. Por la magia perdida de las hadas, que la luna llena saca con su luz. Motivo por el que solo se puede ver en las noches de luna llena, - tomó aire. - pues porque su luz ilumina más que el resto de las fases. - finalizó.
- Naruto, eso te lo acabas de inventar. - la pelirrosa no se podía creer ese cuento.
- Verdad o no es una explicación más que satisfactoria. - Naruto se sentó más cerca de ella. - Si no quieres creerlo, no pasa nada. Pero yo si me lo creería de ser tú. Al fin y al cabo, sabes que soy un mago. ¿Por qué entonces ibas a negar la existencia de las hadas?
Sakura se quedó un minuto pensativa. Visto por ese lado el rubio tenía razón. La magia existía, el bosque etaba azul y luminoso, mientras que el resto de las noches parecía ser un bosque normal.
Resopló. Estaba demasiado cansada como para pensar en esas cosas.
Naruto la observaba divertido. La había confundido más de lo esperado. Y él que pensaba que iba a gustarle la leyenda. Se había equivocado de cabo a rabo con su predicción.
- Naruto, ¿qué ibas a decirme antes e que apareciera Jiraya?
Sakura notó como su amigo se había puesto rígido. Quizá no tendría que haber sacado el tema, parecía importarle mucho. Acaba de arruinar ese momento perfecto. Los dos solos en aquella parte del bosque, sentados el uno junto al otro en aquella manta... Y ella se ponía a preguntarle algo que parecía molestarle.
- Pensaba que se te había olvidado, Cerezo. - dijo el rubio calmado. Suspiró. - Te lo contaré, pero debes prometerme que no me tratarás de forma diferente.
- ¿ Y por qué iba a tratarte de forma diferente? - preguntó.
- Tú solo prométemelo, ¿vale? - insistió.
- V..vale.
Naruto se revolvió el pelo como hacía siempre que estaba nervioso. Tomó aire y se armó de valor para contarle a la pelirrosa su mayor secreto.
- Yo me crié aquí en el bosque, pero a partir de los ochos años. Llegué aquí junto a Jiraya debido a que tuve que huir de mi hogar. - Sakura notó que le costaba hablar.
- Naruto si no quieres contármelo no lo hagas, no pasa nada.
Él negó rotundamente con la cabeza.
- No, te lo contaré. Confío en ti, Cerezo. - le dedicó una leve y sincera sonrisa.
"Confío en ti, Cerezo" esas palabras retumbaron en su cabeza. ¿Y ella? ¿Confiaba en él? Quizá fuera ya hora de contarle su verdadera identidad, Naruto lo entendería.
- Verás yo... era el príncipe heredero del reino de Aquo. - dijo con rapidez.
Sakura no lo podía creer. Naruto, un príncipe. Espera, ¿había dicho Aquo? Madara y Sasuke eran de allí. Madara sin ir más lejos era el soberano. Eso significaba que era un usurpador y que Naruto era el legítimo heredero y no Sasuke con quien la habían obligado a casarse.
- ¿Cerezo? - Sakura oyó como él pronunciaba su nombre preocupado. - ¿Te encuentras bien? Te has puesto rígida de repente y juraría que estás más pálida que de costumbre.
- Oh Naruto. - se tiró a sus brazos - Yo también tengo que decirte algo.
El rubio la abrazó intentando consolarla. Le apartó el pelo de la cara y la atrajó con más fuerza hacia él.
- Dime. - le susurró. - Pero antes de que me lo cuentes, ¿no te importa qué no te haya contado algo así?
Sakura hundió más la cabeza en el torso vendado de Naruto, pues el rubio no llevaba nada puesto de cintura para arriba. Sakura notó su olor a madera y a bosque.
- No me importa porque yo también soy una princesa. - Naruto la apartó con suavidad de él.
- ¿Qué? - Sakura comenzó a llorar.
- Sí, soy la princesa de Itenwer. - dijo cogiendo aire. - No te lo conté porque... eras un desconocido para mi y... pensé que querrías llevarme de vuelta a ese estúpido castillo de nuevo y... Oh, seguro que ahora estás enfadado conmigo. Soy unaa estúpida qu..
- Shhh... - Naruto le puso un dedo en los labios para que silenciarla. - Respira. Tranquila, no llores, Cerezo.
Me parece normal y no estoy enfadado. Ambos nos hemos ocultado nuestras identidades, ¿y qué? - sonrió. - Los dos teníamos nuestros motivos.
- ¿De verdad que no estás enfadado? - Naruto le secó las lágrimas.
- Te lo prometo, Cerezo. - Sakura sonrió. - Me encanta cuando sonríes.
- Y a mi que me llames Cerezo. Eres el único que me llama así. - Naruto le acarició la mejilla con suavidad.
Estaban muy cerca el uno del otro. Podían oír sus respiraciones, nerviosas. La luz azul los inundaba a ambos, el pelo de Naruto adquirió una tonalidad azulada como el color de sus ojos. Mientras que el de Sakura parecía violeta. Los dos se miraron como aquella tarde, pero había algo diferente en aquel momento. Quizá fuera el ambiente, mágico. Ninguno lo sabía.
Naruto bajó su mano y cogió las de Sakura in dejar de sonreirle. Sakura se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. Se retiró un poco muy sonrojada. El rubio le beso una de sus manos.
- Ya sé que no debería decir esto, pero ¿que tal si esta noche te trato como la princesa que eres? - le susurró.
Sakura le dio otro beso en la mejilla.
- Acepto, príncipe Naruto.
Naruto se levantó y tiró de Sakura para que hiciera lo mismo. Le soltó las manos e hizo una pequeña reverencia. Sakura soltó una pequeña risita.
- Me concedería este baile, ¿su alteza? - alzó la mano.
- Encantada. - se levantó el vestido e inclinó la cabeza tomando la mano del rubio.
Naruto la agarró por la cintura con la mano que tenía libre. Sakura puso la suya en el hombro sano del rubio.
Comenzaron a dar vueltas lentamente sobre la manta. Naruto parecía algo torpe.
- Naruto, ¿has bailado alguna vez con una chica? - preguntó riendo.
- Jamás. Quizá me he precipitado al pediros un baile, princesa.
Naruto le dio una pequeña vuelta y la atrajo hacia a él.
- Ni se os ocurra pensar eso, príncipe. - le dijo ella
Naruto sonrió y pegó su frente a la de la pelirrosa. Ella le pasó los brazos por detrás del cuello. Se miraban a los ojos con deseo. Ambos se morían de ganas por besar al otro. Naruto tocó la nariz de Sakura con la suya frotándolas. Un milímetro separaba sus bocas, pero él no se atrevía a hacerlo, aunque no había nada en el mundo que deseara más que besar a Sakura.
Sakura bajo la mirada a los labios del rubio. Quería besarlos, pero no se atrevía. ¿De qué tenía miedo? Sabía sin ninguna duda, que estaba enamorada de aquel bobo que tenía ante ella, a milímetros de su boca. Pero no se atrevía a acortar ese milímetro que los separaba y atrapar sus labios. Nunca había sentido nada así por nadie y ahora parecía que, cuando por fin lo sentía, no se atrevía a besar sus labios.
- Cerezo. - susurró el rubio abrazándola con más fuerza.
- Naruto. - Sakura volvió a alzar la mirada para encontrarse con sus ojos azules.
Naruto dejó el miedo atrás y juntó sus labios con suavidad con los de ella. Fue apenas un roce. Un segundo más tarde, ambos se besaban con ternura, con la ternura propia de dos amantes. Ambos cerraron los ojos para entregarse a la sensación. Nueva para ambos, pues Naruto nunca había besado a ninguna chica por amor y sintió un ardor en el pecho. Los labios de la pelirrosa eran dulces, como su nombre, como ella misma. Nunca había probado uno labios como los de ella antes.
Sakura jamás había dado un beso a nadie en los labios. Solo una persona había probado sus labios y era Sasuke, el baboso que le había robado un beso.
Pero besar a Naruto era distinto, sintió que el pecho le iba a estallar de un momento a otro. Sus labios sabían a las ciruelas que habían comido hacía unos minutos.
Hundió las manos en el pelo del rubio, siempre había querido hacer eso, profundizando el beso y haciéndolo más intenso. Pudo notar la lengua de Naruto en sus labios, apenas un segundo.
El rubio se separó de ella y le dio un suave beso en los labios. Ambos sonrieron, aún con sus rostros pegados.
- Cerezo, creo que me he enamorado de ti. - le dijo al oído mientras la abrazaba.
Sakura hundió su cabeza en el pecho del rubio y sonrió, feliz.
- Yo también. Es la primera vez que siento algo así por alguien.
- ¿Y como sabes que es amor? - le preguntó acariciando su pelo.
Sakura alzo la vista y miró a Naruto. Sonrió, se acercó a su oído y le susurró.
- Porque ni siquiera se explicar lo que me provocas aquí - señaló su corazón. - cada vez que te veo o pienso en ti.
Naruto sonrió y la besó en la frente.
- Entonces estamos igual, porque a mi me pasa lo mismo, Cerezo. - Sakura le dio un corto beso en los labios sin dejar de reír.
Un rato más tarde estaban los dos tumbados en la manta mirando las estrellas. Pero esa vez era distinta al resto. No solo por la enorme luna llena que llenaba el bosque de ese color azul, sino porque ahora miraban las estrellas con los ojos de dos amantes.
Ay señó, lo que me ha costado escribir este capítulo. Espero que mi esfuerzo haya merecido la pena. Y si no, bueno, ya mejoraré.
Y ya sé que dije que en este capítulo se sabría lo que ocurriría con el pelo de Sakura, pero... no ha podido ser. Prometo que para el próximo estará. (Palabrita de servidora)
Espero que comentéis, así me animo un poco a escribir.
Ahora me voy que aquí en España son la 1:05 de la madrugada.
BYE!!
Ean95- Aprendiz
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En El Gran Bosque.
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
divino me encanto este cap todo fue tan perfecto cada vez que leo me en canta mas y mas y mas y mas y mas jejeje
espero la conti
espero la conti
kumiko- Aprendiz
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Estuvo, PRECIOSO EL CAPÍTULO, esta vez si que te esmeraste! Eres una exelente autora! Realmente de mis favoritas! Mmmmmm.... Comenzare por partes ok?
Por que rayos MADARA quiso matar a Jiraya!?, por fin lo comprendí todo y lo único que te puedo decir es que Sasuke y MADARA son unos bastardos.
La relación de Sakura y Naruto es tan preciosa, amo cuando la abraza y se la lleva y la agarra de la cintura en pocas palabras.. Todo!
Me alegra que ya se hayan confesado la verdad.
Y también me alegra que Jiraya este bien.
Y el bosque cuando me lo imagino en mi mente ha de ser tan precioso, pero todo es gracias a la forma en que describes eso! Felicidades
Y también me gustaría que Sakuda aprendiera a luchar, sería genial! Y sobre su peinado, creo que con este capítulo lo compensa jejeje
PD: encerio te desvelaste haciendo este capítulo? Auch:/ duerme bien! Oki?
Espero conti lo más rápido!
Por que rayos MADARA quiso matar a Jiraya!?, por fin lo comprendí todo y lo único que te puedo decir es que Sasuke y MADARA son unos bastardos.
La relación de Sakura y Naruto es tan preciosa, amo cuando la abraza y se la lleva y la agarra de la cintura en pocas palabras.. Todo!
Me alegra que ya se hayan confesado la verdad.
Y también me alegra que Jiraya este bien.
Y el bosque cuando me lo imagino en mi mente ha de ser tan precioso, pero todo es gracias a la forma en que describes eso! Felicidades
Y también me gustaría que Sakuda aprendiera a luchar, sería genial! Y sobre su peinado, creo que con este capítulo lo compensa jejeje
PD: encerio te desvelaste haciendo este capítulo? Auch:/ duerme bien! Oki?
Espero conti lo más rápido!
belivexangel1- Sannin
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Mi Casa/Ciber
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Ouh con que Sakura hace mas fuerte a Naruto ¡vaya! Dime algo que no sepa jee te quedo muy bien, la ternura equilibrada con la personalidad de ambos creo que fue lo que mas me gusto pero no mas que la verdad, me alegra que algunas cosas ya esten aclaradas, pero ahora que lo pienso ¡Es genial que Sakura quiera ser mas fuerte, definitivamente es ella genial!
Espero la continuación con muchas ansías y emoción.
¡Saludos!
Espero la continuación con muchas ansías y emoción.
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Muchas cosas pasaron, unas buenas y otras malas, la verdad que me gusta demasiado la historia.
No se por donde empezar, naruto y sakura ya se aclararon y se confesaron, en algun instante en los capitulos anteriores pense en que cuando eso sucediese los secretos entre ambos los terminaria separando, y pues no, ahora tiene una relacion casi perfecta, hasta que aparezca hinaya, sasuke o alguien mas a joderse la escena.
Orochimaru esta vivo, estoy seguro de ello, esa serpiente no es cosa simple como para creer que murio tan facil, creo que los errores le comenzaran a costar caro a jiraiya, a sakura y a naruto.
Un saludo, nos vemos.
No se por donde empezar, naruto y sakura ya se aclararon y se confesaron, en algun instante en los capitulos anteriores pense en que cuando eso sucediese los secretos entre ambos los terminaria separando, y pues no, ahora tiene una relacion casi perfecta, hasta que aparezca hinaya, sasuke o alguien mas a joderse la escena.
Orochimaru esta vivo, estoy seguro de ello, esa serpiente no es cosa simple como para creer que murio tan facil, creo que los errores le comenzaran a costar caro a jiraiya, a sakura y a naruto.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Cap 8:
- Jiraya regresó a la cabaña con un puñado de leña en sus brazos. Tenía bastante calor, algo extraño para la época en la que se encontraban. El sol de octubre se colaba entre los árboles que rodeaban la cabaña, iluminando todas y cada una de las hojas.
Los árboles que rodeaban la cabaña poseían hojas de casi todos los colores: desde verde oscuro, pasando a verde claro: violeta, rojo, blanca o amarillo. Eso era lo que sucedía en el bosque con la llegada del otoño, las hojas se tornaban de cualquier color. A excepción del azul, que solo se presenciaba en las noches de luna llena todo el año.
El bosque era así; mágico y con sus propias leyes. En el habitaban todo tipo de criaturas, la mayoría solían permanecer ocultas, en cambio otras salían cuando les apetecía. Las había pequeñas, las preferidas de Jiraya, que solían esconderse tras las ramas más gordas o en el musgo de los troncos de los árboles. También las había grandes, como los dragones, pero no solían dejarse ver; salvo cuando la oscuridad envolvía todo el bosque. Por lo que era extraño verlas durante el día, pero no era recomendable el confiarse y bajar la guardia cuando se caminaba de día por el bosque, pues en alguna ocasión salían de sus escondites y estaban hambrientas.
Soltó la leña en la pila, ahora a rebosar de madera, y bebió un poco de agua de su cantimplora. Secó su frente sudorosa con un pañuelo y se refrescó echándose lo poco que quedaba del agua por el rostro.
Echó un vistazo por la cabaña buscando a Naruto y a Sakura, pero no vio ni rastro de ellos.
Entró y vio que sobre la mesa estaba el enorme libro de plantas abierto por alguna página al azar. Al parecer Sakura había vuelto a leer el pesado libro, aveces le impresionaba el ímpetu que la joven le ponía a todo aquello. Se había empeñado en aprender cada planta que apareciera en el libro y no solo eso, sino que también aprovechaba cualquier oportunidad para salir e ir a buscarlas. Siempre que salia era acompañada por Naruto o por él mismo, pues ninguno la dejaba ir sola.
Jiraya sonrió. Recordaba la primera vez que Sakura había querido salir sola por el bosque. Fue algo simple, quería ir a bañarse al río. Nada más decir aquello, Naruto, que estaba acostado en su catre, corrió la cortina y apareció en la habitación como un huracán. Le prohibió ir sola y le dijo que la acompañaría. Aquella tarde todo acabó en pelea. Sakura gritando a Naruto que no era una inútil y que podría llegar al río sola y regresar sin un rasguño. Pero claro, el rubio no se dejó engatusar y le recordó lo que había sucedido la última vez.
Al final se marcharon los dos a una distancia impropia de ellos. Se notaba el enfado de Sakura y la testarudez de Naruto por protegerla en exceso.
Al finalizar la tarde los vio volver, pero esta vez volvieron cogidos de la mano riendo sin parar.
Jiraya cogió el pesado libro y lo guardó en el armario aburrido. Seguramente habrían ido al claro del norte a entrenar. Desde hacía dos semanas era prácticamente lo que hacían esos dos. Jiraya no tenía nada en contra de aquello; Naruto tenía que entrenarse en los hechizos de fuego y en los de tierra, así que le resultaba perfecto.
Además le dejaba a él tiempo para investigar una forma de acabar con Madara. Se olía que no tramaba nada bueno, sino, ¿qué diablos estaba haciendo en Itenwer? Y la búsqueda no era fácil, acabar con un brujo oscuro no era sencillo, y mucho menos si se hablaba de Madara, el más poderoso. Jiraya sabía que era poderoso, pero eso no bastaría para derrotar a Madara.
En el momento de abandonar Aquo con Naruto sus poderes estaban igualados, pero ¿y si ahora uno de los dos era más poderosos que el otro? No, no era eso. Lo que a Jiraya le aterraba era la idea de que Madara fuera más poderoso que él.
Decidió que se pondría a meditar un poco. Necesitaba tranquilizarse en aquellos momentos y solo estaba consiguiendo ponerse más nervioso.
Se sentó en el catre en el que dormía ahora. Ubicado en la habitación principal cerca de la cortina que la separaba de la pequeña habitación. No le había quedado tan mal después de todo.
Cruzó las piernas, juntó las palmas de sus manos y cerró los ojos, concentrándose.
Una llamarada de fuego impactó de lleno en un muñeco de paja, envolviéndolo al instante y reduciéndolo a polvo. El rubio se quedó impactado, sin poder creer lo que acababa de suceder.
- ¡Naruto, te has pasado con la intensidad! - le gritó la pelirrosa con una pesada espada en sus manos.
El rubio se acercó al muñeco, o lo que quedaba de él, y echó un chorro de agua para apagar los restos de fuego que aún prendían. Lo único que le faltaba era que se quemara el bosque.
- Sí, creo que me he pasado un poco. - dijo riendo.
Sakura se acercó a él y le puso una mano en el hombro.
- ¿Qué tal si descansas un rato? - le preguntó. - Podrías ayudarme con la espada ¡o mejor! - exclamó. - ¿Por qué no me enseñas esa puntería que tienes con el arco? - le cogió del brazo y le sonrió ampliamente.
Naruto alzó la cabeza mirando al cielo y suspiró con pesadez.
- Cerezo, estoy cansado. ¿No podemos hacerlo luego? - Sakura frunció el ceño.
Le soltó el brazo, se puso delante de él y le abrazó por el cuello. Naruto bajó la vista para encontrarse con los ojos verdes de la pelirrosa, que lo miraban con un extraño brillo. Él la rodeó por la cintura con sus brazos.
- Naruto, será solo un momento, anda. - le suplicó acercando su boca a la de él.
El rubio aspiró su aroma rozó su nariz con la de la pelirrosa.
- Está bien, pero serán cinco minutos. - abrió la boca para besarla.
Sakura sonrió con malicia y le puso un dedo en los labios parando al rubio. Naruto se quedó sorprendido.
La pelirrosa apartó los brazos del rubio de su cintura y rompió el abrazo.
- Genial, pues vamos. - dijo animada mientras caminaba.
Naruto, sin comprender qué acababa de pasar, la siguió.
- Oye espera, Cerezo. - le dijo molesto. - Pensaba que ibas a besarme. ¿Y mi beso?
Sakura fingió sorprenderse y se acercó a él depositando un beso en su mejilla.
- Ya está, venga que se hace tarde. - comenzó a andar de nuevo.
Naruto seguía sin creerlo, ¿estaba jugando con él? Se situó a su lado mientras caminaban.
- Cerezo, no me refería a ese beso.
- ¿No? - preguntó sorprendida. - Me has pedido un beso, yo te lo he dado.
- Pero yo me refería a uno en los labios. - dijo triste.
Sakura soltó una suave risotada.
- No habrá de esos hasta que hayamos acabado, bobo. - cogió el arco y el carcaj que había apoyados en un árbol de hojas violetas.
Naruto murmuró algo por lo bajo, pero apenas fue audible. Sakura sonrió satisfecha. Era fácil dominar a un hombre, y más si este estaba loco por ti.
Sakura se dio la vuelta y le dio el arco y el carcaj a Naruto, que los cogió serio y sin rechistar. Sakura sonrió.
- Anda ya, ¿te has enfadado conmigo solo por un simple beso? - le acarició la mejilla sonriendo. - Mira que llegas a ser bobo, aveces.
Naruto no dijo nada, pero no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa.
- Venga, tira al blanco, bobo. - Naruto asintió.
Le dedicó una última mirada a la pelirrosa antes de darse la vuelta y caminar para llegar a la posición de la diana, a unos veinte metros colocada en un árbol cercano.
Lo cierto era que Sakura había cambiado su apariencia en tan poco tiempo. No solo porque ahora ya no llevaba ese andrajoso vestido con el que él la había conocido, sino por su actitud decidida. Se había empeñado en hacer todo lo posible por no ser una responsabilidad más para el rubio. Aunque no pudiera impedir que él siguiera protegiéndola en exceso, al menos se esforzaba por mejorar cada día un poco más.
Había cambiado su aspecto físico. Ahora no llevaba el vestido, sino unas ropas viejas del rubio que le sentaban como un guante. El jubón color rojo oscuro se pegaba a su cuerpo realzando su esbelta figura; bajo este llevaba una camisa de color crema algo estropeada. Algo que ella misma había modificado era una prenda que llevaba a la cintura que era parecida a una falda, de color crema también y bajo ella unas calzas de color negro y unas botas marrones, también de Naruto.
En cuanto a su pelo, era una historia muy graciosa. Naruto se empeñó en cortarlo, para que estuviera más cómoda, pero ella se negó rotundamente a cortar su preciada melena rosada. Al final, tras eso fueron a buscar un par de plantas que Jiraya le había pedido. Llegaron al río y decidieron sentarse un rato para descansar y refrescarse.
Sakura tenía la cabeza apoyada en el hombro del rubio cuando lo sintió moverse. Levantó la cabeza para ver qué ocurría y vio a Naruto arrancar un extraño tallo de la tierra. El rubio cogió el tallo por ambos extremos y lo estiró. Con una sonrisa, pidió a la pelirrosa que se recogiera el pelo como más quisiera. Sakura confusa hizo lo que le pedía y se hizo una trenza. Entonces el rubio rápidamente pasó por el el tallo, que se quedó alli enganchado sujetando su pelo.
Resultó ser que ese tallo se podía estirar todo lo que uno quisiera, pues era como una goma.
Naruto se colocó en el centro del claro, cogió una flecha del carcaj y la colocó en el arco justo encima de la empuñadura. Tensó la cuerda, cogió aire concentrándose en el blanco que había a unos quince metros de su posición, cerró un ojo visualizando donde quería enviar la flecha y soltó la cuerda.
La flecha voló a toda velocidad por el claro hasta clavarse en el centro de la diana.
Naruto sonrió satisfecho. Aquel arco nuevo no le iba mal del todo. Y él que pensaba que tendría que volver a acostumbrarse a disparar con uno nuevo. Por desgracia el anterior había desaparecido tras haberlo dejado abandonado junto con el carcaj en el río el día del ataque del dragón. Y no solo el arco y el carcaj; también había desaparecido su ropa. Menos mal que tenía de repuesto.
Sakura se acercó hasta él cruzando el claro a todo correr.
- Ha sido asombroso. ¡Ahora me toca a mi! - dijo efusiva.
Naruto sonrió y le dio el arco y una flecha del carcaj. La pelirrosa los cogió y miró a Naruto esperando que le indicara qué hacer.
- Muy bien, colócate en una posición tal que veas la diana. Esa será tu línea de tiro. - Sakura se colocó mirando hacía la diana. - Bien, ahora pon la flecha sobre la empuñadura del arco.
Sakura la colocó tal y como le había indicado el rubio. Naruto, que estaba de brazos cruzados, asintió.
- Vale, ahora viene lo complicado. Tensa la cuerda colocando la flecha justo a la misma altura que en la empuñadura y sujetas la pluma con tres dedos. - sacó una flecha del carcaj y le señaló el índice, el corazón y el pulgar y agarró la flecha con los tres. -Luego mira el blanco y suelta la flecha cuando creas que lo has visualizado correctamente. Es muy importante que tengas el codo hacia afuera ligeramente enrollado, muy importante, Cerezo.
Sakura se mojó los labios con la lengua y tensó la cuerda, le costó un poco más de lo que reía, pues estaba bastante dura.
- Una cosa más. - interrumpió Naruto. - Tensa la cuerda hasta tocarte la boca con el pulgar.
La pelirrosa asintió y tensó la cuerda hasta tocarse la boca con el pulgar.
Alzó la vista y visualizó el blanco. No esperaba dar en el centro por ser la primera vez, pero deseó acercarse aunque fuera un poco.
Enrolló el brazo de manera que el codo quedara hacia afuera tal como le había indicado el rubio.
Se sintió preparada y soltó la flecha con decisión.
Viajó a toda velocidad por el claro como la del rubio, pero la suya no dio en la diana, ni siquiera se acercó a ella. Se clavó en un árbol que había a un metros detrás de la diana.
Sakura, que seguía con la posición del tiro, bajó la cabeza abatida. No lo había conseguido, ni siquiera se había acercado un poco. "Menudo desastre" se dijo.
De pronto unos fuertes brazos la agarraron por detrás elevándola en el aire. El rubio la soltó en el suelo y depositó un suave beso en su mejilla.
Sakura miró hacia arriba con tristeza.
- Ey, ey, Cerezo. No pongas esa cara, eres impresionante, me has dejado de piedra. - Sakura no comprendía porqué la felicitaba, había fallado el tiro.
- ¿Impresionante? Pero si he fallado el tiro, Naruto.
El rubio negó con la cabeza riendo y le dio la vuelta a la pelirrosa para mirarse cara a cara.
- Eres impresionante. ¿Y qué si has fallado? - le cogió las manos. - Ha sido un tiro excelente. ¿Sabes lo que me costó a mi realizar un tiro como ese? - Sakura negó. - Un mes. Me pasé todo un mes tirando una flecha tras otra. Ninguna alcanzaba la suficiente velocidad como para acercarse un poco a la diana; otras veces me pegaba latigazos con la cuerda... - Sakura soltó una carcajada imaginando al rubio. - Sí, tú ríete, ya verás como te pase a ti.
Sakura le dio un fugaz beso en los labios.
- Sois un magnifico profesor entonces. - sonrió.
Naruto le soltó una mano y le acarició la mejilla con ternura. Sakura se estremeció como siempre que él hacía eso.
- Y vos, permitidme decíroslo, princesa, una magnifica alumna. - Sakura le empujó divertida.
- ¿Qué te he dicho sobre lo de llamarme princesa? - Naruto soltó una divertida carcajada y la abrazó atrayéndola hacía él. Sakura puso las manos en su pecho.
- Me has dicho que no te lo diga. Porque, y cito textualmente; primero: me escapé y no pienso regresar.- imitó la voz de la pelirrosa que negó con la cabeza divertida. - Segundo: me molesta. Tercero y por último: Si tú me llamas princesa me derr...
No lo dejó acabar, pues le calló la boca con un profundo beso que Naruto le devolvió sin vacilar. Naruto la apretó más fuerte contra él y ella le rodeó el cuello con sus brazos. Naruto se apartó un poco. Los dos abrieron los ojos, se miraron y Sakura volvió a besarle. Rozó sus labios con los de él con suavidad. Naruto abrió la boca y ambos sintieron el aliento del otro. El rubio rozó con su lengua los labios de Sakura, que se estremeció. Ya había pasado antes y no habían llegado más lejos. Pero quiso continuar y abrió la boca tocando con su lengua la del rubio. No sintió repulsión sino excitación al tocar la lengua del rubio. Se asustó ante aquello y cerró la boca rápidamente.
El rubio se separó de ella y pegaron sus frentes. Sakura alzó la vista y miró los azules ojos de Naruto. Este le sonreía.
- ¿Sabes que te quiero? ¿Lo sabes, verdad? - e susurró.
La pelirrosa sonrió y volvió a besarle con ansia, con deseo. El rubio se sorprendió un poco, pero colaboró en el beso. Sakura le mordió el labio inferior, sorprendiéndose a sí misma por aquel gesto. Y se lo soltó con una sonrisa tímida.
Naruto le dio un beso en la nariz y le puso sus manos en las mejillas. Estaban sonrojadas y del mismo color que su cabello. Sonrió.
- ¿Y tú? ¿Me quieres? - le preguntó mirándola a los ojos.
- No, yo te amo. Aunque seas un bobo. - sonrió.
Naruto le dio un pequeño beso en los labios y sonrió contra ellos.
- Puede que sea un bobo, ¿pero sabes una cosa? - preguntó con dulzura.
- ¿Qué?
Besó su frente, sus ojos, su nariz, sus mejillas y se detuvo en sus labios de nuevo. Sakura cerró los ojos disfrutando del momento.
- Que soy solo tu bobo, Cerezo. - Sakura abrió los ojos, encontrándose con los azules del rubio y sonrió ante aquellas palabras. Luego le dio un ligero beso y le abrazó hundiendo su cara en el ancho hombro del rubio.
Él suspiró y la abrazó oliendo el aroma de su pelo, que siempre olía de maravilla. Se acercó a su oído y le susurró con ternura:
-Y por si no quedaba claro, te amo mi Cerezo. - la pelirrosa levantó la cabeza y se acercó a la oreja de Naruto.
-Lo sé, mi bobo. - susurró.
Madara se encontraba en su alcoba, mirando por el ventanal que en ella había. Desde allí podía ver a su sobrino Sasuke y al Rey pasear por el enorme jardín del castillo.
Si todo marchaba según lo previsto, ese estúpido se olvidaría pronto de su hija y vería a Sasuke como su nuevo heredero. Solo tenían que pasar un par de días más como mucho. El Rey ya parecía estar rindiéndose en la búsqueda, pues sus hombres no daban con ella. Seguramente hacía mucho que estaba muerta.
Aunque Madara estaba también preocupado, pues Orochimaru no había regresado. Temía que hubiera perecido a manso de Jiraya. Pero tampoco lo creía posible, Orochimaru era muy poderosos y no se dejaría vencer tan fácilmente por aquel vejestorio. No quitaba el hecho de que estuviera preocupado de que Jiraya siguiera vivo y Orochimaru muerto. Le importaba una mierda la vida de la serpiente, era solo una pieza más de su plan, pero en cambio Jiraya podía estropearle el plan.
Necesitaba asegurarse de que estaba muerto. Quizá si enviaba a alguna de sus bestias... Podría funcionar. Enviaría a un dragón. El anterior había ido todo un fracaso, pero no podía esperar más de un animal manso y que era pacífico por naturaleza. Lo tenía pensado, enviaría a uno que despedazara a todo el que se pusiera por delante. Y sabía perfectamente cuál sería el elegido.
Además de despedazar, el dragón que tenía pensado era un experto en rastreo, en cuanto lo encontrase, si es que seguía vivo, no dejaría nada del pobre Jiraya.
Soltó una seca risotada. Su plan marcharía a como diera lugar, costase lo que costase. En menos de un mes, los reinos serían suyos y nadie se lo podría impedir.
Vio que El Rey se despedía de Sasuke y se dirigía hacia el interior del castillo.
- "Sasuke, sube a mi alcoba inmediatamente." - le hablo a través de su mente.
El joven pelinegro pareció escucharle, pues lo vio entrar al castillo.
Pasados cinco minutos alguien tocó su puerta. Pronunció un adelante y dejó pasar a su sobrino. Madara seguía en la ventana de espaldas a la puerta. El cuarto estaba sumido en una suave oscuridad, que daba un aspecto tétrico. Por la ventana no es que entrase demasiada luz, pues su tío tapaba la poca que había.
- Sasuke. - habló sin mirarle. - Necesito que encuentres al guardia que fue abatido por Jiraya hace un mes. Si no me equivoco tenía una profunda herida en la pierna. No te será muy difícil.
Sasuke se movió un poco y se paró en el centro de la habitación.
- ¿Puedo preguntar para qué, tío?
Madara se dio la vuelta y sonrió con malicia. Caminó hasta su sobrino y se detuvo a dos palmos de él.
- Estamos muy cerca de lograr lo planeado, pero hay un pequeño problema. - carraspeó. - Orochimaru. No ha vuelto aún y no sé si acabó con Jiraya o viceversa.
- Tal vez se destruyeron el uno al otro, ¿no lo has pensado? - interrumpió Sasuke.
Madara negó.
- No creo que se haya dado esa posibilidad. Uno de los dos está muerto. Pero no sé quién de los dos.
- Y crees que Orochimaru es el que ha caído, ¿cierto?
- Así es. - confirmó Madara. - Lo que harás tú es lo que te he dicho. En cuanto lo encuentres me informas, ya sabes como. Ahora desaparece de mi vista.
Sasuke salió de la alcoba de su tío y se marchó en busca de ese hombre. Si había algo que temía era a su tío. No era un brujo poderoso por algo. Por desgracia para él, a su lado era un inútil. No poseía el don de la magia. Quizá conseguía hacer algún hechizo mental o de levitación pero hasta ahí llegaba su capacidad. Ni siquiera entraba en ninguna de las tres clases que existían.
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- Espera, quieta. - Naruto la agarró del brazo y tiró de ella ocultándola tras un arbusto.
Al instante oyó unas voces masculinas acercándose a su posición. Sakura pudo ver que se trataba de dos guardias de su reino. ¿Aún seguían buscándola? Había pasado un mes, ya deberían de darla por muerta. Aunque no le hacía gracia la idea tampoco, pero empezaba a cansarse de tener que estar huyendo. Era cierto que hacía bastante que no veía a ninguno por allí. Después del incidente del dragón pasó una semana y volvieron a la búsqueda. Aunque no volvió a ver a Gai ni a Asuma, que fueron los únicos que se libraron de morir a manos de la bestia.
Pasaron de largo por donde estaban ambos escondidos. Naruto se llevó una mano a la espalda y sacó una flecha. Se incorporó quedando de rodillas y la colocó en el arco.
La pelirrosa le puso una mano sobre la suya mirándole con miedo. El rubio le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
- Tranquila, no los voy a matar, ya sabes que no es mi estilo. Solo los asustaré un poco. - se puso de pie y apuntó a uno de ellos.- Tú quédate escondida, no pueden verte.
Ninguno parecía darse cuenta de lo que se les venía encima. Hablaban muy animados sobre quién sabe qué tema.
Naruto soltó la flecha que pasó entre las dos cabezas de los guardias. Estos se dieron la vuela rápidamente asustados. Vieron a Naruto unos metros de ellos apuntándolos con una flecha que ya tenía preparada en el arco.
- ¡Es el mocoso del que hablaron Rick y Sado! - exclamó uno señalándolo con el dedo.
El otro desenvainó su espada y se puso a la defensiva.
- Lo diré solo una vez. - dijo Naruto serio sin dejar de apuntarlos. - Largaos del bosque y no volváis.
- ¿Largarnos? Já, ¿pero quién te crees que eres para echarnos de aquí? Nadie nos dic...
- No queremos pelea, chico. - interrumpió el otro. - Quizá tú puedas ayudarnos. Estamos buscando a una chica de cabello rosa, muy bella, tez blanca.
- Lo siento, no la he visto. - dijo Naruto. - Ahora, si hacéis el favor de largaron, os lo agradecería.
El que había desenvainado la espada pareció dudar. Miró a Naruto escrutándolo con la mirada.
- Shikamarru, está mintiendo. - dijo sin apartar la vista del rubio. - Mírale, este mocoso sabe donde está la princesa.
- Vale, tranquilízate Kiba. - se dirigió a Naruto. - ¿Es eso cierto? Oye, en serio, no queremos problemas, tú solo dinos dónde está y te dejaremos en paz.
Naruto soltó la flecha que impactó en el hombro de Kiba. Este se quejó y se la quitó corriendo. Brotó bastante sangre, pero no corría peligro.
- Como ves no he querido matarte. De ser así, habría lanzado mi flecha más abajo, a un punto vital. - Puso otra y tensó la cuerda de nuevo. - Mi paciencia tiene un límite. Idos de aquí ya. Podéis elegir dos opciones: regresar como puerco-espines o ilesos. Vosotros elegís.
- Kiba, envaina la espada. -ordenó Shikamaru - Nos largamos de aquí.
- ¿Qué? ¿Te vas a dejar intimidar por un mocoso que no pasará de los dieciséis? - Naruto soltó una carcajada. Él le miró molestó.
- Agradezco el cumplido, pero en realidad voy a cumplir diecinueve en uno días. - sonrió con falsedad.
- ¡Me tienes harto, imbécil! - Kiba se lanzó contra el rubio.
Naruto esquivó una estocada y lanzó la flecha que tenía ya preparada. Le daba igual matar o no a aquel tipo, le había sacado de sus casillas con tanta tontería.
La flecha se clavó de lleno en su vientre. Cayó al suelo al instante.
Su compañero corrió hacia él para socorrerle. Naruto observó el lugar dónde se había clavado la flecha. Justo bajo el pecho. No le gustaba nada esa herida, se había pasado. Ahora se sentía mal, no solo por lo que había hecho, sino porque le había dicho a Sakura que no les haría daño. ¿Ella lo habría visto? Vaya pregunta, pues claro que sí. Estaba escondida a unos cuantos metros más allá, lo había tenido que presenciar todo. Naruto rezaba porque no se atreviese a salir de donde estaba.
Miró a su alrededor y divisó unas hojas de sectura. No podía creerlo. Eran muy difíciles de encontrar y ahora las tenía ahí, a su alcance. Sin pensarlo se puso el arco a la espalda y se subió al árbol.
Shikamaru lo vio y se levantó dejando a su compañero en el suelo. ¡
- ¡Eh, no te atrevas a moverte! Pagarás por esto, ¿me oyes?
Naruto lo ignoró y alcanzó las hojas de sectura. Cogió seis hojas. Guardó cinco en su zurrón y mantuvo la otra en su mano. Se colgó de la rama del árbol y saltó al suelo.
Shikamaru se llevó una mano a su espada, el rubio le hizo un gesto tranquiliador.
- Tranquilo, no voy a hacerle... bueno, más de lo que ya le he hecho. - Shikamaru vio que la mirada del rubio parecía sincera y retiró la mano de la empuñadura.
Naruto se arrodilló junto a Kiba. Le retiró la flecha con cuidado. El otro gritó de dolor. La sangre, comenzó a brotar a borbotones.
- Oye, tapa la herida con algo, date prisa. - le dijo a Shikamaru.
Este hizo lo que le pedía y taponó la herida con sus manos como pudo.
Naruto no perdió tiempo y cogió una piedra para machacar la sectura. No tenía ningún recipiente y eso dificultaba el proceso. Buscó por todas partes pero no halló nada. Se decidió entonces a hacer algo extremo. No permitiría que ese tío muriera y menos por su culpa.
Apartó las manos de Shikamaru y estrujó con fuerza la hoja en la herida de Kiba.
- ¡Pero qué haces! Pensaba que ibas a ayudarlo, no ha ponerle peor. - le gritó molesto.
- Calla, acabo de salvarle la vida. Mira. Shikamaru observó como la herida de Kiba se cerraba poco a poco.
- Pero qué diablos... - Miró a Naruto incrédulo El rubio le pegó un puñetazo dejándolo inconsciente.
Kiba estaba dormido, al parecer ya no brotaba sangre y la herida estaba cerrada.
Naruto hurgó en su zurrón y sacó lo que parecían ser cerezas. Se las introdujo a cada una en la boca y esperó a que tragaran.
Sakura apareció de repente y observó a los dos guardias tirados en el suelo. Naruto la miró abatido, esperaba que le echara la bronca por haber herido a uno de ellos.
- Naruto, me dijiste que no les harías daño. Y acabo de verte golpear a Shikamaru y lanzarle una flecha a Kiba. - le gritó moleta.
- ¿Los conoces? - preguntó.
- Claro que los conozco. Desde que eramos niños. - Sakura lo abrazó. Naruto no comprendía a qué venía aquel gesto. - Gracias por salvarle la vida a Kiba.
- De... de nada. Pensaba que estabas enfadada.
Sakura se apartó con de él con suavidad.
- Y lo estoy, pero también te agradezco que no lo dejases morir. - Naruto sonrió.
- No podía dejarle morir. Ya sabes que yo no soy así.
La pelirrosa le tocó la mejilla y le sonrió.
- Lo sé, por eso no puedo seguir enfadada contigo.
Naruto le dedicó una suave sonrisa y se levantó. Ella lo siguió.
El rubio se quedó mirando a Shikamaru.
- Cerezo, cámbiale la espada por la tuya. - le dijo serio.
- ¿Qué?
- Haz lo que te digo. De todas formas no se acordará de nada. - Sakura lo observó intentando averiguar qué se proponía.
Se quitó la espada que llevaba a la espalda y Naruto le dio la de Shikamaru, intercambiándolas.
- Bueno, listo. ¿Nos vamos? - preguntó la pelirrosa.
Naruto miró hacia arriba.
- Enseguida. - avanzó hacia el árbol y subió de nuevo hasta alcanzar la copa más alta.
Sakura lo observó. Sin duda había subido a por más hojas de sectura.
Hasta hacia unos minutos creyó que estaba cansado, pero una vez más le demostró que tenía energía para regalar.
Llevaban desde el mediodía entrenando y ella estaba agotada, en cambio él... Observó como hacía equilibrio en una rama gruesa y se agachaba para coger un par de secturas que había allí.
Luego saltó hacía la rama de abajo y así hasta llegar a la última que estaba a un metro de suelo. Saltó y aterrizó de pie.
- Ahora si que nos vamos, Cerezo. - Naruto le tendió la mano.
Echó un último vistazo a los dos cuerpos que yacían inconscientes en el suelo. "Estarán bien" se dijo para tranquilizarse.
Entrelazó los dedos con los de Naruto y los dos se marcharon de allí.
Jiraya terminó de preparar su bolsa con todo lo necesario para su viaje. Llevaba un par de pergaminos, tinta y pluma, comida para al menos dos semanas, un par de cuerdas, frascos recién preparados de pociones, un cuchillo y un saquito con plantas medicinales por
surgía cualquier dificultad.
Naruto y Sakura entraron en ese instante por la puerta y vieron a Jiraya preparándose para partir.
- ¿Te marchas? - le preguntó Naruto.
- Así es. Si recordáis bien vivimos una situación peliaguda. Madara se está preparando para hacer algo y necesito averiguar cómo pararlo.
Sakura soltó la mano del rubio y se acercó a Jiraya.
- Todo esto es por mi culpa, ¿verdad? - preguntó apenada. - Si no me hubiera escapado...
- Nada de eso, Sakura. - cortó el peliblanco. - Madara ya planeaba algo antes de que tú escapases. De eso no hay ninguna duda. Lo más seguro es que permanezcas aquí. Como te dije el otro día, él debe intuir que estás conmigo y si regresas, no dudará en matarte.
Sakura se estremeció ante esa idea. Jiraya ya le había hablado de la verdadera identidad de Madara y ella había querido salir corriendo de regreso al castillo para alertar a todos. Pero Naruto no la había dejado y Jiraya estuvo de acuerdo. No podía hacer nada por su reino en aquellos momentos. Solo Jiraya sabía cómo detener a Madara.
Desde aquella conversación habían pasado dos semanas. Sakura se esforzó en entrenarse parra ser de utilidad por si en algún momento tenían que enfrentarse a él Y sabía que tendría que hacerlo tarde o temprano.
Por ello, cada día iba con Naruto al claro del norte y allí practicaban con la espada. El rubio también se entrenaba para mejorar sus poderes.
- Jiraya, tenemos un problemilla. - dijo Naruto.
Jiraya enarcó una ceja.
- ¿Qué ocurre ahora?
- Los guardias han regresado.
El peliblanco suspiro con pesadez. Estaba cansado de aquello. Y ahora tendría que dejarlos solos de nuevo. Sabía que podrían cuidarse solos, ya lo habían hecho antes, pero no podía evitar preocuparse por los dos. En el poco tiempo que había pasado con Sakura le había cogido tanto cariño como al rubio.
- Bueno, creo que puedo hacer algo para que no tengas que esconderte de ellos, Sakura. - La pelirrosa lo miró esperanzada.
- ¿De verdad? - preguntó.
Jiray asintió.
Naruto se imaginó qué era lo que pretendía hacer el peliblanco y lo observó con interés.
- Te haré un hechizo de cambio de apariencia.
Sakura frunció el ceño confusa. Jiraya sonrió.
- Tranquila, es algo sencillo y simple. - calló un momento. - Cualquiera que te mire no te verá a ti, sino a otra persona.
- Si eso me evita el tener que esconderme... -musitó pensativa. - Muy bien, adelante. - le dijo decidida.
Jiraya sonrió satisfecho.
- Muy bien, tú relájate. - le puso una mano en la cabeza y se concentró. - Déjame pensar... oh sí, ya lo tengo.
Sakura sintió como una ráfaga de aire cálido la envolvía por todo su interior.
Naruto observó con detenimiento la nueva apariencia de la chica. Su pelo ya no era rosa, ahora tenía un color castaño claro; su piel, antes blanca, ahora estaba más oscura; poseía unos labios de color rojo. La miró bien y notó que el color de sus ojos no había cambiado, seguían teniendo ese color verde que a él tanto le gustaba.
- Jiraya, reconozco que no está mal. Pero, ¿podrías dejarme ver su verdadera apariencia? - preguntó Naruto.
El peliblanco soltó una carcajada.
- Tranquilo Naruto, Sakura no es la única en cambiar un poco de apariencia.
El rubio lo miró aterrado.
- ¿Qu..qué? Será broma, ¿no? - lo interrogó con la mirada esperando que fuera una broma.
- Para nada. - contestó. - Esos guardias te conocen muy bien y tendrás que ir al pueblo.
Naruto frunció el ceño.
- Espera, al pueblo, ¿para qué?
Estaba más confuso que cuando Jiraya lo había traído al bosque y le había contado que era un mago y que Madara estaba detrás de todo lo ocurrido.
- Porque no no quedan verduras. - dijo soltando una risotada.
Sakura se llevó una mano a la frente y se mordió el labio ante aquella respuesta.
- Tú siempre tan... tú. - dijo pensativo. - Anda, hazme ese cambio de apariencia. Pero no me pongas feo, eh. - le advirtió serio.
- Mira que llegas a ser presumido. - dijo el peliblanco con pesadez. - ¿Qué va a pensar Sakura de ti?
Naruto le dedicó una sonrisa a la ahora castaña.
- Cerezo no piensa mal de mi, me quiere tal y como soy.
Sakura se ruborizó. Era cierto, el rubio podía ser un cabezota, un inmaduro cuando quería... Pero ella le amaba con todas sus virtudes y sus defectos.
Ella le devolvió la sonrisa.
- Eh Jiraya. - le dijo. El peliblanco la miró. - No le cambies el color de los ojos. - miró a Naruto que le sonreía.
- Tranquila, Sakura. - colocó una mano sobre el rubio y efectuó su magia.
Sakura vio como Naruto comenzaba a cambiar de apariencia poco a poco. Su pelo se empezó a oscurecer hasta adquirir un color caoba; las marcas de sus mejillas desaparecieron, ¡qué raro lo veía sin ellas! le apareció vello en la cara, posiblemente lo tendría ya, pero al tenerlo tan rubio ni se notaría.
- Listo. - el peliblanco sonrió satisfecho.
Naruto se tocó la cara y notó que ya no tenía sus marcas en las mejillas.
- ¿Me has borrado las marcas? Jirayaaa. - se quejó.
Jiraya y Sakura soltaron una carcajada al unísono.
- Pues sí. Imagínate que vas al pueblo y te reconocen por las marcas, que es lo que acabaría sucediendo.
- No vale. - murmuró cruzándose de brazos.
- Deja de quejarte ya, Naruto. - Cogió su capa y se la colocó. Se colgó la bolsa y se puso la capucha de la capa. - No sé cuándo regresaré, pero recibiréis noticias mías.
- Espera, ¿adónde vas exactamente? - preguntó Sakura curiosa.
- Al corazón del bosque. - contestó serio. Naruto descruzó sus brazos y se acercó a Jiraya muy serio.
- Jiraya, sabes que ese lugar es muy peligroso. SI ya es peligroso el resto del bosque no quiero ni penar en l...
- Lo sé, Naruto. - le cortó. - Pero tengo que ir. - bajó la mirada. - Te enviaré un cuervo con noticias muy pronto, ahora me marcho.
- Jiraya, ¿podría pedirte algo antes de marcharte? - el peliblanco se detuvo en la puerta y se volvió para mirarla.
- Dispara.
- Es que... verás... yo... - titubeó. - ¿Podrías hacer que Naruto y yo nos viéramos con nuestra verdadera apariencia?
Jiraya abrió la boca y soltó una suave carcajada.
- Claro que no, puedo hacerlo en un periquete. - dijo animado. - No es lo mismo besar a Naruto con ese aspecto, ¿eh?
Sakura se puso roja como un tomate. Naruto miró hacia otro lado.
- ¡No es por eso! Es que no me gusta esa apariencia, prefiero la de siempre. - murmuró.
Jiraya sonrió y chasqueó los dedos.
- Ala, ya os veis mutuamente con vuestra apariencia. Me voy. No hagáis cosas raras, eh. - advirtió.
- ¡Gracias, Jiraya! - le gritó Sakura feliz mirando al ahora de nuevo rubio. Él le sonrió cogiéndole la mano.
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Notó como algo se movía en la oscuridad, una sombra. Quizá solo lo imaginó o fuera un gato que merodeaba por allí.
Volvió a cerrar los ojos para intentar conciliar el sueño. Llevaba varios días sin poder lograrlo, desde que se había enfrentado al muchacho del bosque.
Ese bastardo había logrado herirle en la pierna. Aún se estaba recuperando del profundo corte que le había asestado. Y para colmo era un maldito mago de esos.
Volvió a sentir esa presencia de nuevo. Abrió los ojos y los vio, ante él. Vestía completamente de negro al igual que su cabello y tenía una sonrisa siniestra en el rostro.
Pudo ver sus ojos, rojos como la sangre. Si no se equivocaba ante él tenía a
- Lord Madara. - musitó aterrado.
Madara le puso la mano en la boca y colocó la otra en su pecho. Esbozó una sonrisa aún más siniestra que antes.
- Tranquilo, será rápido, aunque sentirás dolor. - abrió los ojos y se removió intentando escapar, pero Madara lo sujetaba con fuerza. - Quédate quieto. Si no me equivoco te enfrentaste a un mago en el bosque y te lanzó un hechizo. - asintió. - Bien, pues necesitaré tu piel, ya que la magia se ha quedado en ella impregnada.
El otro se revolvió de nuevo intentando librarse del agarre de Madara pero parecía estar paralizado.
- No te haré sufrir mucho. - sonrió y levantó la mano.
Gritó de dolor, pero fue inaudible debido a que la mano de Madara lo silenciaba por completo. Notó como la piel se separaba de su cuerpo fibra a fibra. La sangre emanaba de él como si fuera un río. Las sabanas se tiñeron de rojo.
Madara sonreía satisfecho mientras veía desprenderse la piel del cuerpo de aquel hombre. Era una delicia a sus ojos desollar de aquella forma silenciosa a su víctima.
Lo miró con interés. Ahora era una marea de carne sanguinolenta. No le servía para mucho más, así que decidió matarle de una vez.
- Gracias. Ahora acabaré con tu sufrimiento. - sacó un puñal de su túnica y le cortó el cuello con rapidez.
Espero que os haya gustado. Lo cierto es que no estaba muy inspirada, para que mentir.
Y tranquilidad, me encanta escribir tan tarde jajajja
Espero vuestros comentarios. BYE!
Ean95- Aprendiz
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Quise ser el primer comentario en el anterior pero se me adelantaron, ahorita te dijo lo que opino del capítulo;)
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se que tarde en editar pero aquí viene mi resumen<3
Otra vez sorprendiendome con tu capítulo! Estuvo fabuloso! Su tu fan, como amo este fic, tiene todas mis expectativas y gustos! Esta perfecto! Es espléndido ( sale muy cursi no? xD )
Ese MADARA es un vil! No se sí asesinó a Orochimaru! Wow!
Ahora que Jiraya tiene sospechas, se va wow! Jiraya creo que es un personaje genial! Me gusta! Y lo amo dejo a los chicos solos e.e<3
Ahora vamos con el pendej... Dijo Sasuke
Pues.. Ahora irá a investigar, oh y sabes al principio pensé que era mago como MADARA, pero al parecer es un inútil. Pero sabes se que Sasuke es un desagradable, pero no se porque pero siento que se enamorara de Sakura y querrá matar a mi amado sexy Naruto jajajajajajajaja<3 sería genial ver un triángulo amoroso entre ellos, pero no con hinata .|.
Ahora lo bueno el Narusaku <3 bueno pues no es mucho que decir es tan perfecto! Como amo su relación y me pregunto si se habrán bañado juntos aquella ocasión xD!
Se me hace tan perfecto! Me gusto el beso, describiría más sobre el beso pero soy muy pervertida y no quiero que veas ese lado mío xD. Ahora se quedarán solos 2 semanas!
Oh y sobre el cambio de apariencia me hubiera gustado que a Sakura la pusieran más bonita, es que me recuerda a alguien xD.
Oh, una duda no se sí me la puedas responder, es sobre el tallo del cabello de Sakura, no entendí muy bien esa parte, no se sí la puedas explicar luego:3
Bye bye! Besitos tu fan!<3
PD: perdón por no haber sido el primer comentario la otra vez pero me ganaron >
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se que tarde en editar pero aquí viene mi resumen<3
Otra vez sorprendiendome con tu capítulo! Estuvo fabuloso! Su tu fan, como amo este fic, tiene todas mis expectativas y gustos! Esta perfecto! Es espléndido ( sale muy cursi no? xD )
Ese MADARA es un vil! No se sí asesinó a Orochimaru! Wow!
Ahora que Jiraya tiene sospechas, se va wow! Jiraya creo que es un personaje genial! Me gusta! Y lo amo dejo a los chicos solos e.e<3
Ahora vamos con el pendej... Dijo Sasuke
Pues.. Ahora irá a investigar, oh y sabes al principio pensé que era mago como MADARA, pero al parecer es un inútil. Pero sabes se que Sasuke es un desagradable, pero no se porque pero siento que se enamorara de Sakura y querrá matar a mi amado sexy Naruto jajajajajajajaja<3 sería genial ver un triángulo amoroso entre ellos, pero no con hinata .|.
Ahora lo bueno el Narusaku <3 bueno pues no es mucho que decir es tan perfecto! Como amo su relación y me pregunto si se habrán bañado juntos aquella ocasión xD!
Se me hace tan perfecto! Me gusto el beso, describiría más sobre el beso pero soy muy pervertida y no quiero que veas ese lado mío xD. Ahora se quedarán solos 2 semanas!
Oh y sobre el cambio de apariencia me hubiera gustado que a Sakura la pusieran más bonita, es que me recuerda a alguien xD.
Oh, una duda no se sí me la puedas responder, es sobre el tallo del cabello de Sakura, no entendí muy bien esa parte, no se sí la puedas explicar luego:3
Bye bye! Besitos tu fan!<3
PD: perdón por no haber sido el primer comentario la otra vez pero me ganaron >
belivexangel1- Sannin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Vale, para empezar te aclararé lo del tallo. Es un tallo como el de una flor, pero digamos que se puede estirar, como un chicle xD Cuando Naruto lo estiró considerablemente se lo puso a Sakura, simulando a una goma para sujetar el pelo.
Espero habertelo aclarado xD
Y ahora voy con lo siguiente: Madara a. quien ha matado es al guardia al que Naruto hirió en la pierna, por lo que Sasuke dio con él y el otro fue a buscarle.
Y sí, Naruto y Sakura están solitos pero... Ya no digo más xD Puede que pasen cosas buenas o malas o las dos...
Y no te preocupes si no eres la prinera en comentar. En este cap solo lo has hecho tú -.-
Espero habertelo aclarado xD
Y ahora voy con lo siguiente: Madara a. quien ha matado es al guardia al que Naruto hirió en la pierna, por lo que Sasuke dio con él y el otro fue a buscarle.
Y sí, Naruto y Sakura están solitos pero... Ya no digo más xD Puede que pasen cosas buenas o malas o las dos...
Y no te preocupes si no eres la prinera en comentar. En este cap solo lo has hecho tú -.-
Ean95- Aprendiz
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En El Gran Bosque.
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
No se por que, pero creo que habra un pequeño traingulo (naru-saku-hina), por mi bien, 2 semanas solos y una hyuga que seguramente esara espienado a su amado, jajajaja, simplemente perfecto, quiero ver si sakura ya sabe las consecuencias que trae el amor y que mejor que los celos como prueba.
Sasuke es un inutil (que raro XD), pero madara es muy peligroso y con el lavado de cerebro que el esta haciendo al rey, pues sera mucho mas respetable como villano, haber si no mata de paso a jiraiya.
Todo va caminando a la perfección para todos, pero como no, el mundo no es color de rosa y, aunque sea la tematica del fic, no siempre los cuentos de principes y princesas son bonitos, asi que a esperar a que todo el paraiso de naruto y sakura se caiga, ya sea por sasuke, madara, orochimaru, hinata o quien sea, pero esto solo es una bomba de tiempo.
¡Tic, tac!, ¡Tic, tac!.
Un saludo, nos vemos.
Sasuke es un inutil (que raro XD), pero madara es muy peligroso y con el lavado de cerebro que el esta haciendo al rey, pues sera mucho mas respetable como villano, haber si no mata de paso a jiraiya.
Todo va caminando a la perfección para todos, pero como no, el mundo no es color de rosa y, aunque sea la tematica del fic, no siempre los cuentos de principes y princesas son bonitos, asi que a esperar a que todo el paraiso de naruto y sakura se caiga, ya sea por sasuke, madara, orochimaru, hinata o quien sea, pero esto solo es una bomba de tiempo.
¡Tic, tac!, ¡Tic, tac!.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Aquí traigo el capítulo 9. ¡Recién salidito del horno!
Espero que os guste y comentéis que tal os parece.
Si me demoro tanto en subirlo es porque estoy estudiando. Tengo que aprobar una asignatura que me han suspendido injustamente. Si no, pues adiós universidad
Me despido
- Capítulo 9:
- Sasuke cerró la puerta tras de sí con cuidado de no hacer ruido. Lo último que deseaba en aquellos momentos era que lo descubrieran en plena noche deambulando por el castillo.
Prendió un candelabro y lo cogió para no perderse por los enormes pasillos que se iban iluminando ante él a medida que iba caminando.
Madara le había pedido, tras informarle del paradero del guardia, que fuera hasta la biblioteca real y encontrase un libro con cubierta de piel en color verde. No tenía ni idea de para qué necesitaba aquello, pero era mejor no llevarle la contraria a su tío.
Un libro de encuadernado en piel de color verde... ¡Cómo si fuera tan sencillo! En aquel lugar había millones de libros, no le sería sencillo encontrarlo. Algunas veces se preguntaba por qué su tío no hacía esas cosas el mismo, con su magia seguro que daría con el dichoso libro con los ojos cerrados. Pero claro, para eso ya estaba Sasuke.
Refunfuñó con fastidio en la penumbra mientras iluminaba las estanterías por si había suerte.
Nada.
Libros de cualquier tema; pero ni rastro de alguno encuadernado en piel de color verde.
Pasó una vista rápida por los títulos. "El Valle de las Rosas", "Chispas de Color", "Alquimia avanzada"
¿Qué diablos hacían aquellos libros allí? Alguno era alguna novela, pero el de la alquimia le llamó la atención. Es decir, en un castillo en el que la magia era desconocida, era extraño. Informaría a Madara en cuanto hubiera cumplido lo que le había ordenado que hiciese.
- Un libro de piel, un libro de piel... - murmuraba pasando la mano de un título a otro-. Hay cientos de ejemplares, ¡esto es inútil!
Pensó en renunciar a la búsqueda, a la estúpida búsqueda; pero su tío le daba demasiado miedo.
"Menudo cobarde estoy hecho." musitó.
Subió por una de las tantas escaleras hasta la segunda planta y repitió la misma acción que en la planta de abajo.
En aquella planta los libros parecían estar agrupados en las categorías de cocina y mapas de los reinos. Era una tontería seguir buscando allí.
Empezaba a hartarse, llevaba al menos una hora metido en la biblioteca, a escondidas y en absoluta oscuridad a excepción, claro, del candelabro que portaba con él.
Solo faltaba que lo pillaran. Y si eso llegaba a suceder, Madara se enfadaría mucho. Ahora que ya tenía la confianza del Rey, si lo descubrían allí en plena noche hurgando entre las estanterías... bueno, todo se iría a la mierda.
Decidió sentarse en el suelo un rato. Lo que no entendía era por qué su tío simplemente no mataba al Rey y listo. Sería mucho más fácil y no tendría que estar pendiente del estúpido de Jiraya y su bosque, ni de Sakura...
Empezaba a cansarse del plan de su tío. El simplemente aceptó porque Madara le había prometido riquezas y el reino de Itenwer para él. ¿Quién podía negarse a eso?
Suspiró y se echó el pelo hacía atrás, apartándolo de la cara. Miró a la estantería que tenía justo delante de él, con fastidio. Notó una sensación extraña, como si algo no concordara allí. Se centró más en la estantería y supo que era.
Se levantó de un salto del suelo e iluminó la estantería. Sí, no había duda, no coincidía con el resto de los tomos que allí había.
Lo sacó de la estantería y lo admiró. Dejó el candelabro en el suelo. Sopesó el libro en sus manos, era enorme. Pasó la mano por el lomo, por la portada y por la contraportada...
Lo abrió, pero apenas lo había abierto un poco, sintió una sacudida eléctrica recorriéndole todo el brazo.
Estuvo a punto de soltar el libro y que este cayera al suelo, tal vez delatándole. Se llevó un buen susto.
"Bueno, ya tengo lo que buscaba. - pensó con una sonrisa -. Madara se pondrá muy contento."
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Sakura alzó la espada con decisión y corrió hacia el rubio. Naruto sabia lo que iba a hacer desde el principio, y, antes de que la joven llegase hasta él, se movió con rapidez hacia la derecha.
La chica no se paró ahí y antes de que Naruto se diera cuenta, hizo una finta y le puso la espada en el cuello.
El chico no lo podía creer. Estaba sorprendido de lo que acababa de hacer Sakura.
- Parece que gano yo. - dijo Sakura con una sonrisa triunfal.
El rubio sonrió de lado.
- Hmp.. Ha sido suerte, eso es todo. - le quitó importancia con la mano.
Sakura puso una mueca de fastidio. ¿Suerte? Había sido un ataque en toda regla. Él se había confiado y ella simplemente había aprovechado.
- Lo que usted diga, señorito soy invencible. - le dijo con burla. - Te he vencido y no puedes negarlo. - le dio con el dedo en el pecho.
- Si lo admito, ¿me darías un beso? - le preguntó el rubio coqueto acercándose a ella.
Sakura sonrió y lo empujó para apartarlo de ella. Luego negó con la cabeza.
- Venga ya, Cerezo. Si lo estás deseando.
Sakura chasqueó la lengua y se puso seria.
- Déjate de tonterías y a entrenar. - blandió su espada. - Aún no te he enseñado todo lo que soy capaz de hacer.
Naruto suspiró cansado y se puso en posición.
Sakura le atacó, pero él se defendió sin mucha dificultad. Esquivó tres estocadas que ella lanzó a su brazo y otra que iba hacia su pierna.
En ese último ataque, Sakura lo engañó, y cuando el rubio lo esquivó ella dio un saltó hacia la izquierda y le dio un puñetazo con el puño derecho, que impactó en la mandíbula de Naruto.
El rubio cayó al suelo, soltando su espada y llevándose las manos a la cara con dolor.
Sakura se puso rígida. ¿Le había golpeado muy fuerte? Tal vez se había pasado queriendo mostrarle lo mucho que había mejorado.
Soltó la espada en el suelo y se arrodilló frente a Naruto para ver cómo estaba. Él se tocaba la mandíbula. Apenas podía verle la cara, pues la ocultaba prácticamente toda entre sus manos. Podía notar una mueca de dolor en el rostro a pesar de ello. Una sensación la sacudió por dentro.
- Naruto, lo siento. ¿Me dejas ver el golpe? - le pidió avergonzada.
El rubio sonrió bajo las manos que ocultaban su rostro. Dio un pequeño brinco, cogió a Sakura de la cintura y la tumbó en el suelo junto a él. Se quedó mirándola con una amplia sonrisa.
- ¡Pero serás! - gritó molesta Sakura. - Era mentira, ni siquiera te he golpeado... No, estoy segura de haberlo hecho y...
- Shhh... - Naruto le puso un dedo en los labios. - Ahora nos vamos a quedar aquí un rato, tumbados sin hacer nada. ¿Te parece?
Sakura frunció el ceño y quiso apartarse de Naruto, pero este se puso sobre ella y la acorraló con sus brazos.
- Cerezo, no hay que sobrepasarse. Llevamos aquí horas. - le dijo serio-. así que ahora mismo vas a relajarte. - miró a la chica que lo desafiaba con la mirada.
Sakura suspiró cansada y asintió con fastidio.
Naruto sonrió con ternura y acercó su rostro al de la joven.
Sakura sabía lo que venía a continuación. Cogió a Naruto por el jubón con rapidez y lo besó.
El rubio se sorprendió un poco de que Sakura averiguara sus verdaderas intenciones.
Acarició la mejilla de la joven sin romper el beso, que ya pasaba a mayores. En aquellos momentos deseó que Sakura siguiera llevando aquel vestido solo para que fuera más sencillo acariciar su piel desnuda con sus manos. O para arrancárselo. Pero con aquella ropa de hombre era algo complicado.
Rompió el beso y comenzó a besarla en el cuello con lentitud, dejando su rastro en él. Sakura se dejó hacer, pues en aquel instante no era dueña de sus pensamientos, el deseo nublaba su mente. Hundió los dedos en el alborotado pelo del rubio.
Naruto decidió ir más allá y bajó hasta su camisa, que llevaba entreabierta a la altura del pecho. Bajó sus manos hasta las piernas de la pelirosa y comenzó a acariciarla mientras volvía a besarla con ansia en la boca.
Colocó una de sus manos junto a la cabeza de la chica para apoyarse y con la otra comenzó a acariciar sus piernas hasta llegar a su entrepierna. Le tocó con suavidad, apenas un instante.
Sakura pareció reaccionar y tiró del cabello del joven para que la mirara a la cara.
- Naruto, no. - le dijo seria.
El joven comprendió que aún era demasiado pronto para Sakura. Era algo comprensible, era una princesa que no había salido de su castillo nunca hasta ahora, no conocía el mundo exterior y desde luego, no había estado jamás con ningún hombre de aquella manera.
Sonrió con comprensión. Se quitó de encima de Sakura y se colocó a su lado. Cogió su mano entre las suyas. La miró a los ojos y se la besó.
- ¿Sabes qué te amo? - Sakura vio el brillo en sus ojos mientras le preguntaba. Sonrió.
- Lo sé. No hace falta que me lo jures.
- Entonces, debes saber que nunca te haré nada que tú no desees. Jamás pasará algo que tú no quieras. - Sakura le acarició la mejilla con suavidad.
- Gracias por entenderlo, Naruto. - se acurrucó en su pecho mientras lo abrazaba por la cintura.
Naruto la abrazó contra él y le besó la cabeza.
- De nada, mi Cerezo. - le susurró.
Sakura sonrió contra su pecho al oír aquellas palabras. Sintió una felicidad que la embargaba desde la punta de los pies hasta su cabeza. Y eso era algo que solo Naruto era capaz de provocar en ella.
No tenía dudas en aquellos momentos de que amaba a Naruto con toda su alma.
Sentía que era la persona que había estado buscando desde siempre. Aquel héroe de las novelas que leía desde niña, el príncipe que jamás pensó encontrar, el joven que la protegería hasta la muerte, la persona capaz de arrancarle cualquier sonrisa con solo pensar en él. La persona que había deseado encontrar toda su vida.
Y sentía que algo muy fuerte e inexplicable los unía a ambos. Tal vez fuese el destino o quizá cualquier tipo de magia. Ahora que sabía que existía, esa posibilidad no podía descartarla.
Naruto cerró un ojo para tener mejor visión de su objetivo. Un enorme pájaro que volaba a metros del él, desafiándole a darle.
Soltó la flecha de la cuerda del arco en cuanto tuvo al ave a tiro.
La flecha ganó una gran velocidad y surcó el cielo, cargado de unos suaves tonos anaranjados en aquellos momentos, y se clavó en el cuello del pájaro.
El joven lo vio caer a toda velocidad hacia su posición. Se apartó un poco hacia atrás y el ave cayó frente a sus pies con la flecha atravesándole la garganta y unos ojos de un color violeta.
---------------------------------------------------------------
Sasuke apareció en la sala del trono, donde El Rey lo esperaba desde hacía largo rato.
El joven atisbó a ver cierta preocupación en su rostro. ¿Seguía pensando en Sakura? Menuda pregunta, por supuesto que sí. A pesar de llevar un mesa tras ella, nadie había podido dar con ella.
Los pocos que regresaban del bosque lo hacían en un estado de desorientación tal que no recordaban nada de lo que había sucedido en el bosque.
Algún truco de Jiraya, sin ninguna duda. O eso le había dicho su tío.
El Rey se levantó del trono y caminó hacía Sasuke. Su semblante cambió, ahora parecía estar más animado; tanto, que le dedicó una enorme sonrisa al joven de pelo negro.
- Sasuke, me alegra que hayas podido venir tan rápido.
¿Rápido? Si había tardado una media hora en aparecer desde que le habían avisado de que el monarca deseba que se presentase ante él.
- Verás, muchacho. - dijo deteniéndose frente a él. - He decidido concederte algo muy especial para mi. Estas semanas, he podido conocerte y sé que lo que voy a pedirte puede sonarte... - tomó aire pensativo-. Bueno, precipitado. - concluyó.
- ¿De qué se trata, majestad? preguntó Sasuke curioso.
El Rey se dio la vuelta y paseó por la habitación serio; muy serio, se atrevería a decir Sasuke.
Tragó saliva y se atusó un poco el bigote antes de responder al pelinegro.
- Verás Sasuke, debido a que es... imposible que Sakura aparezca de nuevo... - Sasuke no se atrevió a moverse. Sabía que iba a decirle. - Y que ya estoy algo mayor para que mi esposa y yo podamos concebir otro vástago... - calló un momento.
Se volvió a dar la vuelta para mirar a Sasuke. Tomó aire y lo soltó en un largo suspiro.
- Sasuke, ¿que dirías si te convierto en mi heredero? - preguntó el Rey serio.
¿Qué? Sasuke no podía creerlo, los planes de su tío estaban saliendo a la perfección. No cabía en sí de felicidad en aquellos instantes, pero lo ocultó como mejor pudo.
Si aceptaba, que iba a hacerlo, se convertiría en aquellos momentos en el heredero del reino de Itenwer. Tendría poder para mandar en aquel lugar, con ciertas normas claro. Al fin y al cabo no sería el rey, sino solo... ¿un príncipe? Sí, podía llamarse así a sí mismo.
- Sería un honor para mí, majestad. - dijo haciendo una breve reverencia.
El Rey sonrió feliz.
- En ese caso, desde este instante, eres el heredero del reino de Itenwer. - Sasuke se arrodilló. - Yo te nombro Ser Sasuke de Itenwer. Levántate, muchacho.
Sasuke así lo hizo sin poder ocultar una breve sonrisa de felicidad.
El Rey sonreía al mismo tiempo. Ahora no tendría que preocuparse porque su reino estuviera en la miseria o la desgracia cuando el muriera.
Confiaba en Sasuke. El muchacho le había demostrado ser el candidato que necesitaba. Si no lo había nombrado antes, había sido porque mantenía la esperanza de encontrar a Sakura sana y salva. Pero, siendo realista, había pasado un mes y no había rastro de ella por ninguna parte.
Le apenaba desde lo más hondo de su ser haber sido tan estúpido con ella, haberse comportado como un Rey en lugar de un padre; del padre que debía haber sido para ella.
Y ahora... Ahora era demasiado tarde para enmendar su error y recuperar a su hija. Su hija. Sí, ella. La que posiblemente había sido la comida de cualquiera de las alimañas del bosque o de aquel mago que habían visto sus hombres.
Sea lo que fuera lo que le hubiera sucedido, ahora ya no estaba y el no podía continuar esperando a que apareciese como si de un milagro se tratase. Debía continuar siendo el Rey que había sido siempre, sin ninguna distracción.
Miro a Sasuke de nuevo. Por lo pronto el problema de la corona estaba solucionado.
- Majestad, si no necesita nada más, me retiro. - dijo el pelinegro.
- Oh sí, por supuesto. - reaccionó el monarca.
-----------------------------------------------------------------
Sakura apareció entre la espesura a lo lejos, entrando en el claro justo cuando el rubio estaba desplumando un enorme pájaro.
Se acercó a él por detrás con sigilo, para evitar que la oyese, pues pensaba darle un buen susto.
El rubio parecía estar demasiado ocupado en lo que hacía, pues no pareció darse cuenta de que Sakura se acercaba a él con aquellas intenciones.
Sakura dejó escapar un pequeña risotada. Se tapó la boca para evitar que el joven pudiera oírla y se fuera toda la broma al garete.
Ya casi estaba, solo un paso más y cumpliría con su cometido. Sonrió de lado, alzó las manos y se dispuso a taparle los ojos al rubio.
- Hola Cerezo, has tardado un poco, ¿no? - dijo Naruto tranquilo y sin levantar la vista del pájaro.
Sakura no lo podía creer. ¿Cómo la había oído? Si había sido muy sigilosa en sus pasos, no había movido ni una hoja del suelo.. Nada.
Frunció el ceño desanimada y abrazó a Naruto por el cuello por detrás, apoyando a cabeza en su hombro.
- Se puede saber cómo has sabio qué era yo. - preguntó. - Si he sido muy cuidadosa con mis pasos, no has podido oírme. - se quejó en su oído.
Naruto soltó una pequeña carcajada y terminó de desplumar el ave.
- Cerezo, has roto una pequeña hoja seca, ese ha sido el momento en el que te he oído. - giró la cabeza y la miró con una sonrisa burlona. - A mi no puedes asustarme por la espalda con esos pasos de gigante.
Sakura le fulminó con la mirada y le hizo una pequeña mueca. Se estaba riendo de ella e intentando dejarla en mal lugar. Que no podía asustarlo por la espalda había dicho. "Já. Eso ya lo veremos."
Se apartó de él algo molesta y se fue hacía una diana que había colgada en uno de los árboles cercanos, para quitar un par de flechas que había clavadas.
Naruto vio que la había hecho enfadar un poco, así que volvió la vista hacía el pájaro que seguía en el suelo y lo cogió.
Se levantó del suelo, echando el ave al hombro y cogió sus cosas.
- ¡Cerezo! - llamó a Sakura que no estaba muy lejos. Esta lo miró al instante. - ¡Recoge tus cosas, nos volvemos a la cabaña!
- ¡Vale! - le dijo ella.
Naruto le cogió la mano que tenía libre a la pelirrosa y caminaron por el bosque rumbo a la cabaña.
Caminaban en silencio. Naruto le echaba miradas de reojo, preguntándose si no estaría de verdad enfadada por lo del susto fallido.
- Cerezo...- dijo rompiendo el silencio. Ella lo miró enarcando una ceja. - ¿Estás enfada conmigo?
Sakura soltó una suave carcajada.
- ¿Y por qué iba a estar enfadada? - miró a Naruto divertida. - Oh. - cayó en el motivo de la pregunta-. Crees que es por lo del susto.
Volvió a estallar en risas.
- Cómo puedes pensar que soy tan infantil, Naruto. - El rubio abrió la boca para decir algo pero fue callado por un corto beso de la joven. - Eres un bobo, que lo sepas.
El joven oltó su mano y le apartó un mechón que tenía suelto sobre la frente; le sonrió como un tonto.
- Sí, soy un bobo. - dijo estallando en risas. - Pero ya sabes que yo... - le acarició la mejilla. - simplemente soy así.
Sakura puso su mano sobre la de él y se la agarró con firmeza. Sonrió con felicidad y tiró de él.
- Anda vamos. Tengo hambre.
Naruto la siguió feliz. No podía pedir más en aquellos momentos. No tenía a Jiraya con él, pero tenía una flor de cerezo que lo volvía loco. Haría cualquier cosa por ella, por aquella chica por la que sentía algo que aún no podía explicar. Aunque había estado con muchas chicas del pueblo, Sakura le hacía sentir diferente y sin saberlo se había enamorado de ella rápidamente. Sí, eso era lo que no podía explicar; el sentimiento de estar enamorado.
Sakura se levantó de la mesa para lavar su plato afuera. Naruto la tomó de la mano y la sentó en su regazo abrazándola por la cintura. Le quitó el plato y lo soltó sobre la mesa.
- Naruto, ¿qué haces? Es tarde y...
El rubio le soltó la trenza dejando su pelo suelto, ahora rizado por la trenza, por su espalda. Lo tomó entre sus dedos con suavidad y jugó con los mechones.
- Me alegra que Jiraya nos dejase mirarnos el uno al otro con nuestra verdadera apariencia. - susurró con ternura. - No sé qué haría si no pudiera contemplar tu pelo, Cerezo.
Ella se ruborizó un poco por aquellas palabras. Miró al rubio a los ojos, este le sonrió con ternura.
Sakura le pasó un dedo por su mejilla, deteniéndose en sus marcas. Las rozó una y otra vez lentamente.
- Naruto, ¿cómo te hiciste estas marcas?
- No me las hice de ninguna forma, son de nacimiento. - contestó divertido.
Sakura se sorprendió.
- Si lo piensas, es como tu pelo. - le apartó un mechón poniéndolo tras su oreja. - Eres la primera persona que conozco con el pelo de color rosa.
Sakura le acarició las marcas con sus pulgares. Notaba la barba rubia en sus dedos cada vez que pasaba sus dedos.
- Pues que sepas que te dan un aspecto adorable. - le dijo ella divertida. - Eres como un... no sé...un zorrito. - dijo divertida.
- Eso suena despectivo, Cerezo. - se quejó él. - Me hace parecer un mujeriego o algo peor.
Sakura le pasó los brazos por la nuca, acercándose a él.
- No seas idiota, anda. - le rogó divertida. - Tú no eres ningún zorro.
Naruto sonrió y pegó su frente a la de ella. Se quedaron mirándose intensamente a los ojos. Sakura cerró los ojos y rozó la nariz del rubio con la suya, aspiró su olor y sonrió antes de que él atrapase sus labios y la besase lentamente.
Naruto se separó un poco sonriendo antes de abrir los ojos, la joven los abrió al momento y volvieron a encontrar sus miradas.
- Deberíamos acostarnos ya, Cerezo. - le dijo con suavidad- . Si mañanas queremos ir al pueblo, claro.
Sakura le tocó el pelo por detrás enredando sus dedos. Se mordió el labio.
- Cerezo, no te muerdas el labio. - le dijo Naruto suplicante.
Sakura sonrió con astucia.
- ¿Por qué?
Naruto atrapó sus labios de nuevo con ansia, la pelirrosa no pudo más que corresponder. Naruto le mordió el labio inferior.
- Porque me dan ganas de hacerlo yo. - le dijo tras soltarlo-. Te amo.
- Y yo a ti bobo. - le susurró jugando con su pelo.- Pero tienes razón, es tarde y mañana hay que madrugar.
Se apartó del rubio y se levantó de su regazo. Naruto solo la miró mientras cogía su plato y salía afuera.
Se levantó y recogió el suyo, siguiendo a la chica.
Sakura estaba lavando ya el suyo en el enorme cubo que había frente a la puerta. El joven se acercó por detrás cogiéndola de la cintura y apartándola de allí con suavidad.
- Anda, tú entra y duerme. Yo recogeré esto. -dijo.
Sakura iba a negarse, pero prefirió hacerle caso al rubio e irse a descansar.
- De acuerdo. - le dio un beso en la mejilla. - Buenas noches, bobo. - Naruto le sonrió y la pelirrosa se metió en la cabaña-.
-----------------------------------------------------------------
Sasuke subió a su alcoba tranquilamente por las escaleras. Había sido una noche sin duda, maravillosa. Su tío Madara estaba ya enterado de todo, el Rey lo había puesto al tanto de todo durante la cena.
Al parecer estaba muy contento. Y no era para menos, sus planes estaban saliendo a la perfección. Sin duda, en muy poco tiempo, su tío se haría con todos los reinos.
Y el de Itenwer era todo para él solo. No tendría que compartirlo con nadie. Él sería el dueño de toda aquella tierra, de sus gentes y de aquel enorme castillo.
Llegó a su alcoba, abrió la puerta y entró tranquilo pero feliz. Vio una sombra sentada en el sillón donde él solía leer.
Cogió una espada que había colgada en la pared y la blandió.
- ¿Quién eres? Muéstrate. - ordenó con dureza.
La figura prendió una vela iluminando su rostro. Era Madara.
- Tranquilo, sobrino. Baja la espada.. o mejor, déjala donde estaba.
Sasuke hizo lo que le ordenó. Luego se aproximó a su tío y tomó asiento junto a él. Madara estaba serio, como siempre, pero en su semblante había duda.
- Sasuke, estoy muy contento por lo conseguido hoy. - murmuró serio. - Ahora que el Rey te ha aceptado como su heredero, el plan pasará a la siguiente etapa.
Sasuke lo escuchaba con atención, sin perder detalle de sus palabras. Madara lo miró y esbozó una pequeña y siniestra sonrisa. Su especialidad.
- Sabes cuál es la siguiente parte, ¿verdad? - Sasuke asintió.
- Matarle. - contestó sin ningún rodeo.
Madara soltó una pequeña carcajada y mostró los dientes con una mirada sádica.
- Así es. Y confío en que tú podrás hacerlo. - Sacó un pequeño frasco de la manga de su túnica y se la dio a Sasuke.
El joven observó serio el extraño líquido. Destapó el tapón y olió un poco. Olía fatal. Esbozó una mueca de repugnancia.
- ¿Qué esperabas? Es veneno, no podía oler a rosas precisamente. - dijo aburrido Madara levantándose. - Es un veneno de efecto lento, con eso quiero decir que lo matará poco a poco.
Se fue caminando hasta la puerta.
- Echáselo en su té o en cualquier bebida que tome. Pero debes asegurarte de que solo la tome él, no quiero levantar sospechas. - le dijo con dureza. - Me marcho, cuento contigo.
Madara abrió la puerta y se marchó dejando a Sasuke solo con el veneno.
El joven se quedó mirando el frasco serio. Un montón de pensamientos pasaron por su cabeza en un segundo.
Guardó el frasco en sus ropas tras desvestirse y meterse en la enorme cama.
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Naruto y Sakura llegaron a su destino cuando el sol estaba en todo lo alto del cielo. Se detuvieron en las lindes del bosque, desde donde Sakura avistó el castillo y la aldea. Un sentimiento de añoranza se le clavó en el corazón. Sin poder evitarlo dio un paso, pero fue detenida por Naruto que la agarró de la manga del vestido. Pues había tenido que volver a ponérselo.
- Espera Cerezo. - le dijo serio. - Antes tenemos que hablar de un par de cosas. Así que presta atención.
La pelirrosa asintió. Se dio la vuelta para mirar al rubio, esperando esas indicaciones.
- Lo primero es que no puedes llamarme Naruto. La gente me conoce y yo no tengo el mismo aspecto, por lo que sería extraño. Así que llámame... No sé... - se quedó un momento pensativo-. Ah, ya sé. Akai. - dijo sonriente.
- ¿Akai? - Sakura enarcó una ceja mientras cruzaba los brazos.
- Oye, a mi me gusta. - dijo empujándola divertido.
Sakura se defendió agarrándole de las muñecas.
- Vale, vale. Akai.- dijo suspirando. - ¿Y yo cómo me llamo?
- ¿Tú? Pues Cerezo. -dijo encogiéndose de hombros. - Para algo te llamo así, ¿no?
Sakura negó con la cabeza. No le convencía ese nombre para aquella situación. Es decir, él la llamaba así por su cabello, y ahora se suponía que no lo tenía de color rosa. Temía que hicieran preguntas y ella no supiera contestarlas y entonces se descubriera todo. No quería arriesgarse a perder su libertad. Le había costado mucho llegar adonde estaba.
No quería separarse de Naruto.
- Vale, por tu cara y la negativa de tu cabeza deduzco que no. - dijo el rubio sacándola de sus pensamientos. - Propón tú algún nombre.
Sakura se quedó pensando un rato, mientras Naruto esperaba con una sonrisa y de brazos cruzados.
- Bueno qué, ¿te decides? - preguntó al cabo de dos minutos el rubio. - Te puedes quedar con Cerezo.
- Pero... - dudó-. ¿Y si se descubre todo?
Naruto la abrazó.
- Te prometo que nadie sabrá que eres la princesa. - le dijo al oído. - Ahora ya no eres Sakura, sino Cerezo.
Sakura sonrió y abrazó con fuerza al rubio.
- Vale. - susurró.
Naruto se separó un poco de ella y le dio un suave beso en la frente.
- Muy bien. Una vez aclarado esto, pasemos a lo siguiente. - Se revolvió un poco el pelo-. Si alguien pregunta, que lo harán porque son muy metomentodos, tú y yo estamos comprometidos. Estamos de paso por aquí, pues somos un par de viajeros, ¿vale?
- Naruto, si querías pedirme que me casara contigo podrías habérmelo pedido en condiciones. - bromeó la chica-.
- Me tomaré eso como un sí. - dijo riendo.
Le tendió la mano.
- ¿Lista?
Sakura se la cogió.
- Sí. Vamos a comprar esas verduras de una maldita vez. - comenzó a caminar tirando del rubio que se limitó a reír.
Hinata paseó por el mercado paseando por los puestos. Su padre le había dicho que fuera a comprar un par de piezas de metal para la herrería, pues ya se le estaban acabando y pronto llegarían más caballeros a pedirle más.
Mientras ella iba al mercado, su primo Neji se quedaba en la herrería a ayudar a su padre, cosa que él odiaba. Hinata sabía que él quería servir en la guardia real del Rey, pero su condición humilde no se lo permitía.
¿Hasta cuando seguiría aquel sistema injusto entre ricos y pobres?
A ella también le hubiera gustado nacer con un destino diferente, pero por desgracia debía aguantarse con lo que le había tocado.
Se acercó al puesto de verduras y se percató de dos figuras que parecían desentonar con el resto de las personas que había allí.
Un joven de no más de 20 años, alto, delgado, un poco moreno y con un color extraño de pelo, parecía estar entre el castaño y el pelirrojo.
Iba acompañado por una chica de cabello castaño, piel morena, delgada; con unos labios de color rojo que se hacían resaltar por encima de todo.
Por la forma de comportarse entre ellos parecía que estaban juntos, tal vez comprometidos.
Naruto pagó un par de cebollas y las guardó en la bolsa de Sakura. Vio a lo lejos el puesto que le traía grandes recuerdos. Uno que estaba regentado por un amigo de Jiraya. Aunque no lo reconociese, sería bueno charlar con él.
- Cerezo, ahora vuelvo. Termina de coger todo lo que necesitamos.
La joven lo vio alejarse en dirección a un puesto en el que había un hombre algo viejo y con una enorme perilla de color blanco.
Continuó echando un vistazo a las verduras, para coger las que en mejor estado estuvieran, pues debían durar bastante.
- Hola. - dijo una voz junto a ella.
Sakura alzó la vista y vio a una joven de pelo negro y una mirada bastante dulce. Llevaba un vestido de color claro con un corsé que dejaba ver un enorme escote.
- Siento la interrupción, pero he notado que tú y tu... ¿amigo? - dudó.
- Prometido. - dijo Sakura tranquila.
- Oh, bueno, pues tu prometido. - dijo con una pequeña sonrisa-. He notado que no sois de aquí y me ha llamado la atención. - le tomó la mano.
Sakura la escudriñó con la mirada. ¿Quién era aquella chica? Menuda confianzas se tomaban con los desconocidos.
- Oh, pero qué maleducada soy. - dijo
sin poder parar de reír. - Soy Hinata.
La joven le tendió la mano para que Sakura se la estrechase.
- Yo soy Cerezo. - dijo ella con una leve sonrisa.
Espero que os guste y comentéis que tal os parece.
Si me demoro tanto en subirlo es porque estoy estudiando. Tengo que aprobar una asignatura que me han suspendido injustamente. Si no, pues adiós universidad
Me despido
Ean95- Aprendiz
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Que que!!m que que que que!!! Como el rey se tomó a la ligera que Sasuke fuera el heredero! Obviamente por eso a Sakura le agarró ese presentimiento feo..
Ah ah Ah
Y lo peor es que llego la put* dijo hinata.. Ah no no quiero que toque a Naruto! No no no no!
Ahora que le pasará al rey! No no no tiene que hacer algo
Espero la continuación con todas la ansias del mundo! Recuerda que este fic es mi ultra favorito! Te año :3 soy tu fan:333
PD: me fasina que Naruto le pida besos a Sakura:333
PD2: oh my god que pasara si Sasuke reconoce a Sakura! O______[o
PD3: quiero asesinar a Hinata por metiche y put*
Ah ah Ah
Y lo peor es que llego la put* dijo hinata.. Ah no no quiero que toque a Naruto! No no no no!
Ahora que le pasará al rey! No no no tiene que hacer algo
Espero la continuación con todas la ansias del mundo! Recuerda que este fic es mi ultra favorito! Te año :3 soy tu fan:333
PD: me fasina que Naruto le pida besos a Sakura:333
PD2: oh my god que pasara si Sasuke reconoce a Sakura! O______[o
PD3: quiero asesinar a Hinata por metiche y put*
belivexangel1- Sannin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Los planes de Madara van bien hasta ahora, sin embargo esperemos que Sasuke no se cruze con Sakura o peor aún, que Hinata no arruine la maravillosa relación entre Naruto y Sakura.
Esperemos que no y espermos la continuación con ansias.
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Si puedo sacar tiempo para escribir, el cap 10 lo traeré como muy tarde el sábado.
Gracias por los comentarios
Gracias por los comentarios
Ean95- Aprendiz
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En El Gran Bosque.
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Pues no me fije que ya habias actualizado, pero mejor tarde que nunca.
Madara y sasuke estan completamente locos, ya obtuvieron lo que querian y ahora mataran al rey para asegurarse de que nada les tire los planes por la borda.
Sakura seguramente se tendra que medir en algun momento contra sasuke si es que quiere recuperar el trono, por que seguramente naruto se vera con madara, en fin, haber que pasa.
Y hinata ya aparecio, ya me lo venia imaginando, pero ahora no veo ese triangulo amoroso por ningun lugar, yo creo que hinata le contara sobre sus encuentros con naruto a la pelirrosa y de paso descubria que ella esa la princesa que se fugo del castillo, mientras naruto intentara por cualquier metodo que su chica no se sienta mal XD.
Un saludo, nos vemos.
Madara y sasuke estan completamente locos, ya obtuvieron lo que querian y ahora mataran al rey para asegurarse de que nada les tire los planes por la borda.
Sakura seguramente se tendra que medir en algun momento contra sasuke si es que quiere recuperar el trono, por que seguramente naruto se vera con madara, en fin, haber que pasa.
Y hinata ya aparecio, ya me lo venia imaginando, pero ahora no veo ese triangulo amoroso por ningun lugar, yo creo que hinata le contara sobre sus encuentros con naruto a la pelirrosa y de paso descubria que ella esa la princesa que se fugo del castillo, mientras naruto intentara por cualquier metodo que su chica no se sienta mal XD.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Dije que subiría capítulo el sábado, pero me fui al cine y no había acabado de escribirlo Pero un día de retraso no es importante xD
Espero que os haya gustado y espero que comentéis. Con eso me animo a subir más rápido el siguiente capítulo.
Sin más que decir me despido. Hasta la próxima
- Capítulo 10:
- Sakura la escudriñó con la mirada. ¿Quién era aquella chica? Menuda confianzas se tomaban con los desconocidos.
- Oh, pero qué maleducada soy. - dijo
sin poder parar de reír. - Soy Hinata.
La joven le tendió la mano para que Sakura se la estrechase.
- Yo soy Cerezo. - dijo ella con una leve sonrisa.
Hinata enarcó una ceja. La joven temió que la hubiera descubierto y se puso un poco nerviosa.
- ¿Cerezo? No es que sea un nombre muy común. ¿De dónde eres? - preguntó.
Sakura se puso aún más nerviosa, Naruto no le había dicho nada. Tendría que inventarse algo y rápido. No podía ser tan difícil, al fin y al cabo ya lo había hecho antes con Naruto.
- Akai y yo somos de Allstag, una región cercana al Reino de Aquo. - sonrió levemente. - Mi nombre, como tú has dicho, no es muy común. Fue más bien un capricho de mis padres. Nací en primavera y las flores de cerezo florecen siempre por esas fechas. Mi madre se enamoró de aquellas flores y... bueno, me llamo Cerezo. - concluyó con una sonrisa para ocultar su nerviosismo.
A Hinata pareció convencerle aquella historia, pues asintió levemente y sonrió.
Miró en dirección a Naruto que conversaba animado con aquel viejo del puesto. Se le veía feliz.
Sakura metió un par de zanahorias y tres tomates en su bolsa y los pagó. Menos mal que tenían dinero, aunque no sabía de dónde lo habían sacado. Quizá era el dinero que Naruto le robaba a los guardias que se acercaban por el bosque.
Caminó entre los puestos del mercado observándolo todo con detenimiento. Nunca había estado por allí. La razón era simple: su padre. El Rey jamás le había permitido salir del castillo, ni siquiera al pueblo. Siempre había sido "del castillo y de sus alrededores no puedes pasar."
Y aquella ocasión en la que cogió a su caballo para dar un paseo por el campo no fue mejor.
Su padre tras descubrirla, la había castigado sin salir de su alcoba. En cuanto a su caballo, se lo dio a uno de los guardias.
Era algo inaudito.
Sonrió con felicidad. Al menos ahora era libre y podía hacer cuanto se le antojase sin ningún tipo de prohibición y sin un padre tan estricto.
- Tú prometido es muy atractivo. - dijo una voz a su espalda.
No lo podía creer. ¿Hinata todavía la seguía? Qué chica tan pesada. Y ahora para colmo le soltaba aquello.
Naruto era atractivo incluso con aquella apariencia, aunque a ella no le gustase ni un pelo.
Si no recordaba mal ahora Naruto se veía como un joven de pelo caoba, sin esas marcas tan peculiares, moreno pero con el azul de sus ojos. Aunque seguía manteniendo la forma física.
- Sí, lo sé. - contestó seria dándose la vuelta para mirarla.
No iba a dejar que aquella chica la intimidara. Naruto era suyo y de nadie más. Más le valía mantener las distancias con él si no quería vérselas con una chica cabreada.
- Tranquila, no voy a por él, yo ya tengo a alguien en mente. - dijo Hinata tranquila-. Solo te lo decía para advertirte.
Sakura se cruzó de brazos.
- Verás, hace mucho que no aparecía un joven así por aquí, todo hay que decirlo. - echó una ojeada en dirección a Naruto. - Tú cuídalo porque alguna podría intentar cosas raras con él.
"Alguna como tú." pensó la chica.
- Hace mucho que no viene por aquí, pero todas las de por aquí lo conocemos. - prosiguió. - Lo conozco desde que eramos niños. - Sonrío-. Ya por aquel entonces era mono, pero es que luego...- exclamó con ensoñación-. Bueno que me voy del tema. - soltó una leve risotada- . Como iba diciendo, todas las de por aquí lo querían para ellas, pero que yo sepa yo fui la única con la que llegó a tanto...
- ¿Y por qué me lo cuentas a mi? - quiso saber la pelirrosa.
- Pues para que estés alerta, chica. Estas lobas están al acecho - dijo en voz baja acercándose a ella-. Lo que te decía, todas estábamos como locas por él. Tenía unos brazos, unos ojazos y un pelo indomable. Pero lo que sí que era extraño en él eran esas marcas tan extrañas que tenía en las mejillas.
Sakura dio un respingo al escuchar aquellas palabras. ¿Marcas en las mejillas? Podría tratarse de Naruto... No. Se negaba a sí misma a que tal cosa pudiera ser posible. ¿Naruto un mujeriego? El codiciado por todas aquellas muchachas...
- Afortunadamente yo fui la única que lo pudo disfrutar y no todas esas estúpidas. - Hinata continuaba hablando. - Te contaré un secreto. - se acercó a su oído. - Ese Naruto sabe como hacer disfrutar a una mujer.
Ya está. Aquellas palabras habían terminado por confirmar lo que ya se temía. Y la habían destrozado por dentro.
Naruto... Su Naruto. Aquel que le había susurrado todas aquellas palabras de amor, que la había hecho sentir como la única mujer en todos los reinos. El que decía amarla por encima de ninguna otra cosa... No había resultado ser más que un mujeriego.
Por favor, si por las palabras de Hinata había estado con cada chica de aquel pueblo... de su pueblo.
Eso significaba que cuando ella estaba en su castillo haciendo sus labores estúpidas de princesita, él... él... ¡No podía ni pensarlo! ¿Cómo había sido tan estúpida?
- Y sé que Naruto solo se lo hizo conmigo, estoy segura. - Hinata seguía hablando con ese deje de superioridad-. No sé ,no lo veo con las demás. Tú ya me entiendes. - señaló a sus pechos-. Ninguna las tiene tan grandes como yo y...
- Si me disculpas debo irme. - interrumpió Sakura con cierta ira en su voz.
- Cla... claro. - musitó Hinata mientras la veía marcharse.
Sakura caminó un par de pasos sumida en sus pensamientos antes de ver a Naruto. Él se acercaba entusiasmado desde el puesto del viejo, saludándola con la mano sin dejar de sonreír. Le sonreía con aquella sonrisa cálida y reconfortante, tan propia de él. Aquella que creía que era solo para ella.
¿Solo pare ella? No. Seguro que ya se la había dedicado a cada mujer que se le había puesto por delante en aquel dichoso lugar.
- Eh Cerezo, ya has acab... - calló al ver el rostro de Sakura. Tenía un semblante serio y muy triste-. Cerezo, ¿qué te pasa? - le cogió la mano, pero ella se zafó rápidamente de él.
Naruto vio que tenía los ojos vidriosos. Aquellas esmeraldas de color verde que tanto le gustaba contemplar. ¿Qué diablos le ocurría? ¿Y por qué le había negado aquel roce en la mano?
- ¡Bastardo! - gritó ella al borde del llanto.
Naruto no lograba entender qué le ocurría para decirle tal cosa y en medio de aquella plaza concurrida de gente.
- Cerezo, tranquilízate y dime qué te ocurre. - dijo calmado y rozándole el rostro con el dedo.
Sakura no dijo nada. Se apartó de la caricia del joven y le dio una bofetada.
- Toma, tus dichosas verduras. - le puso la bolsa en la mano-. ¡No quiero verte más! -Le miró una última vez con los ojos llenos de lágrimas y se marchó corriendo de allí.
Toda la plaza se quedó callada tras haber visto todo lo ocurrido. Naruto se llevó una mano a la mejilla. Le ardía tras aquella bofetada. No llegaba a entender qué diablos había ocurrido para que Sakura se hubiese comportado de tal forma; golpeándole y diciéndole todo aquello.
No lo comprendía, pero no se quedaría allí plantado mientras la chica que amaba se largaba a todo correr de allí. Necesitaba saber qué había ocurrido. Sakura no se enfadaba por nada. Debía tratarse de algo grave y al parecer tenía que ver con él.
Echó a andar en la dirección por la que se había marchado la joven apenas cinco minutos antes. Aquella dirección era la que llevaba al bosque. ¿Habría regresado a casa? No quería dejarla sola. Sakura ya sabía defenderse, pero aún así no podía evitar preocuparse por ella. El bosque seguía siendo muy peligroso.
Corrió en aquella dirección y en poco tiempo de había alejado del pueblo.
Sonrió. Fuera lo que fuese lo que había pasado, lo iba a solucionar en un instante.
-Vaya, ¿ qué mosca le habrá picado? - Naruto se volteó al oír aquella voz.
Abrió los ojos estupefacto. No lo podía creer. La observó con detenimiento, como si esperara que simplemente solo fuera un espejismo o una alucinación por la bofetada de Sakura.
Ni de lejos. No era ninguna alucinación, era totalmente real y estaba ante él.
Ella estaba simplemente ante él, allí plantada, mirándole con esa mirada tan dulce. Dulce, pero muy amarga en realidad. Él lo sabía muy bien.
Tenía el pelo igual de azabache que siempre, a la altura de la cintura y echado hacia atrás.
Como siempre, llevaba un enorme escote que dejaba escapar parte de sus pechos. Aquellos pechos que no hacía mucho lo volvían loco. Su piel seguía teniendo esa palidez tan extraña.
Estaba igual que la última vez que la había visto.
Hinata Hyuga. Hija del herrero y la última mujer con la que había estado en completo cuerpo. Eso antes de que ella se confundiera y pensase que quería casarse con ella.
Entonces fue cuando se dio cuenta. Ella le había dicho algo a Sakura. Había sido sin conocimiento de quien se trataba, pero aún así...
- ¿Perdona? - Hinata movió la mano frente a su cara-. Te estaba hablando pero ya veo que a ti eso no te va. - Sacó pecho. - Soy Hinata. Un placer.
"Maldita sea." pensó el joven.
- Yo Akai, prometido de aquella chica que acaba de salir huyendo. Así que si me permites. - se dio la vuelta echando a caminar.
Hinata lo tomó del brazo, dándole la vuelta.
- ¿Después de esas palabras y esa bofetada? - preguntó divertida-. Te ha dicho que no quiere verte más. - pegó su cuerpo al del joven-. Por otro lado yo estaría encantada de charlar un rato.
Hinata se pegó más a él, frotándose por su cuerpo y pasando un dedo por sus labios.
Naruto notó como algo reaccionada bajo su cintura y tragó saliva. ¿Hinata seguía influyendo de aquella forma en él? En realidad como no hacerlo... La miró embelesado. Notaba cada parte de su cuerpo contra el suyo y un fuerte calorcillo comenzaba a inundarle por completo.
- Veo que a ti no te va lo de hablar- dijo acercándose a su oído-. ¿Pasamos a la acción entonces?
Hinata atrapó los labios del rubio con ansía desenfrenada. Naruto la correspondió al instante introduciendo su lengua. Ambas batallaron durante unos segundos, antes de que Naruto la alzara pegándola aún más a él. Notaba que todo su cuerpo deseaba a Hinata, no podía parar de acariciarla y besarla.
La pegó a un árbol sin despegar sus bocas Bajó a su cuello mientras Hinata se bajaba el vestido dejando al descubierto sus pechos.
Naruto los vio. Tan grandes, tan perfectos... Rozó uno con sus labios y lo mordió al instante, haciendo que la joven soltará un gemido placentero. Con una mano acarició el sexo de la chica bajo el vestido.
No se daba cuenta de lo que hacía, deseaba a Hinata en aquellos instantes, como hacía ya algún tiempo.
De pronto la imagen de Sakura cruzó su mente. Se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer y se apartó de Hinata a toda prisa.
Esta cayó al suelo de culo.
- ¡Se puede saber qué haces! - gritó enfadada mientras se levantaba y volvía a colocarse el vestido.
Naruto sacudió la cabeza para despejarse un poco e intentó calmarse. ¿Qué había estado a punto de hacer? Tenía que encontrar a Sakura y hablar con ella. Y en lugar de eso... Maldita Hinata.
- ¡No te acerques a mi! - gritó molestó-. Tengo que hablar con Cerezo.
- ¿Después de todo eso? - sonrió con ironía-. Vaya, si que te importa esa chica.
Caminó hacia él, Naruto dio un paso atrás.
- Si te da la patada, ya sabes dónde encontrarme. - le guiñó el ojo-. Esa chica tiene mucha suerte, Naruto.
El rubio se sorprendió. ¿Lo había llamado Naruto? ¿Pero cómo sabía que era él? Hinata se peinó un poco el pelo.
- Me confundes con otro, yo me llamo Akai y..
- Deja ya de fingir. - cortó Hinata -. Te he reconocido, así que ni intentes hacerte el idiota.
Naruto sonrió de lado y cerró los ojos.
- ¿Cómo lo has sabido? - preguntó serio cruzándose de brazos.
- Puede que hayas cambiado de apariencia física pero... - sonrió -. sigues teniendo esa mirada azul que te caracteriza. Además, - miró a su entrepierna-. Ha sido un roce y te has vuelto loco, como hace algún tiempo.
Naruto suspiró cansado. Y ahora qué. Hinata le diría a todo el mundo que era él y lo detendrían por ser un mago y esas historias. O bien lo obligaría a ir ante su padre y a casarse con ella.
- Naruto. - el la miró serio. - Tranquilo, no tengo malas intenciones. - le dijo calmada. - Si te he montado todo este numerito ha sido para ver hasta dónde llegarías. Y por lo que he visto... - sonrió con sinceridad. - la amas. Supongo que yo nunca te hice sentir de esa forma. - suspiró con nostalgia.
Naruto se acercó a ella y le dedicó una leve sonrisa.
- Gracias Hinata. En serio.
- No me las des, Naruto. Tú ve con esa chica y trata de arreglar el desastre que yo he montado.
- ¿Qué es lo que le has dicho? - preguntó.
Hinata bajó la cabeza.
- La verdad. Que eres todo un seductor y... - se le quebró la voz-. ¡Madre mía. ¡Lo siento, Naruto! - exclamó apenada. -
El joven entendió a que se refería. Sakura debía saber su pasado. El del chico que había estado con casi todas las jóvenes del pueblo, pero solo había llegado a unirse con Hinata.
- No te preocupes, Hinata. - dijo serio. Hinata alzó la cabeza-. Te perdono.
- ¿De verdad? - preguntó incrédula.
- Sí. - le dio un pequeño beso en la mejilla.- Ahora me voy a hablar con Cerezo.
Hinata lo vio alejarse hacia el bosque y supo que había hecho lo correcto al dejarlo marchar. Ella jamás podría hacer que Naruto la amara como ya amaba a otra mujer. A esa tal Cerezo.
Sonrió feliz.
- Suerte Naruto. - murmuró.
----------------------------------------------------------------
Sakura estaba sentada en la hierba con las piernas encogidas, agarrando sus rodillas y emitiendo un sollozo apenas audible.
Había sido tan idiota al pensar que Naruto sería diferente. Pero había resultado estar a la altura del bastardo de Sasuke. ¿Es que todos los hombres pensaban con la entrepierna?
Naruto, príncipe de Aquo. En realidad no, pues hacía mucho que había dejado de ser ese príncipe para convertirse en una especie de señor del bosque. Un salvaje, podría llamarse.
¿Enamorado de ella? ¡Por favor! Estaba claro lo que Naruto buscaba de ella.
Una estúpida, así es como se sentía. Él la había utilizado como a aquellas chicas... como a Hinata. Se veía que esa joven lo quería.
Cada vez que imaginaba a Naruto con esa... esa... Ni siquiera se atrevía a insultarla, aunque se moría de ganas.
Agarró una piedra y la arrojó con furia hacia el rió, que se encontraba a unos metros de ella.
- Has sido la mas idiota de las idiotas, Sakura. - murmuró entre sollozos-. Pensaste que habías encontrado a esa persona especial, que te amaba...
Soltó un suspiro irónico.
De pronto escuchó un crujido de una rama a su espalda y lo vio. Se acercaba lentamente a ella, serio, sereno. Los rayos del sol iluminaron su pelo rubio y su rostro. Sakura pudo ver a esa distancia sus inconfundibles ojos azules, resaltando con aquella luz natural.
Naruto llegó junto a ella y se quedó parado con sus ojos cargados de angustia. Vio que estaba sudando y respiraba agitado. ¿En serio estaba preocupado por lo ocurrido? Sakura lo ignoró y enterró la cabeza en sus rodillas.
Naruto se sentó junto a ella, serio pero tranquilo. Miró a la chica que lo ignoraba y pensó en tocarle el pelo, en acariciar sus brazos, en susurrarle cosas al oído. Pero sabía que Sakura se volvería a marchar y no lo dejaría hablar.
- Márchate, Naruto. - murmuró sin alzar la cabeza.
- No hasta que hablemos. - dijo firme.
Sakura levantó la cabeza y lo miró con el ceño fruncido y muy enfadada. Él mantuvo su mirada sin apartarla un solo instante de la de la chica.
- Maldita sea, márchate de aquí. - dijo conteniendo las lágrimas. - Ya te he dicho que no quiero verte, ¿no lo entiendes?
Naruto no se derrumbó ante aquellas palabras. Se acercó más a ella y le dijo con dulzura:
- ¿Qué te ha dicho Hinata?
- Oh, así qué sabes que ha sido ella. - dijo furiosa.- Pues la verdad sobre ti. En serio, ¿pensabas qué nunca lo sabría?
- Cerezo...
- ¡Ni se te ocurra volver a llamarme así! - le gritó al borde del llanto.
Naruto calló. Tomó aíre y lo soltó lentamente.
- Vale sí. Me acosté con Hinata, ¿y qué?
Sakura soltó una carcajada sarcástica.
- Sí, con Hinata. Con Hinata y con medio pueblo. dijo con hostilidad.
- ¿¡Qué!? - dijo alarmado. - No, no... Solo fue con Hinata, con el resto de ellas, fueron roces, algún beso..
Sakura estaba a punto de golpearlo. No aguantaba oír todas aquellas palabras de la boca del hombre que amaba. De su pasado, de ese asqueroso pasado.
- ¿Sabes qué, Naruto? - le dijo levantándose. - Déjalo. No sé cómo pude creerme todas esas palabras de amor, esas caricias, tus besos... tu forma de protegerme - se le quebró la voz.
Naruto se levantó a toda prisa y la cogió por los hombros.
- ¡Y no era mentira! - dijo agitado. - Es cierto que te amo, Cerezo. Tú me has hecho sentir cosas que jamás he sentido por nadie...
- ¡Qué te ahorres esa palabras sin sentido! - le cortó ella llorando y empujándole. - Ya no hace falta que finjas para acostarte conmigo, te ha salido mal.
Al final si que eras un zorro. - le lanzó una mirada de odio.
Naruto no lo podía creer. No había forma de tratar con ella, se había hecho a la idea equivocada y no atendía a razones.
- No son palabras sin sentido, hay verdad en ellas. - dijo serio- Y si no quieres creerme no lo hagas, pero al menos... escuchame. - susurró abatido.
Sakura se dio la vuelta y comenzó a caminar deprisa ignorándole. Quería alejarse de allí lo más rápido posible, no soportaba la idea de seguir mirando y escuchando a ese chico.
Naruto corrió hacia ella y la abrazó por detrás.
- ¡Suéltame, maldita sea! - intentó salir de sus brazos pero el rubio la apretaba con fuerza.
- No hasta que hablemos como personas civilizadas, sin gritos ni palabras hirientes. -contestó serio. Pegó su boca al oído de Sakura. - Por favor, Sakura.
La joven se estremeció. Era la primera vez que él no le decía Cerezo y le sonaba tan extraño oír su nombre en su boca... Cerró los ojos.
- Esta bien. - dijo calmada.
Naruto apoyó la barbilla en el hombro de Sakura.
- Solo me he acostado con Hinata. Fue cuando tenía diecisiete años. Las chicas empezaron a atraerme más que antes. Yo estaba en esa mala edad y reconozco que me atraían todas.- Notó como Sakura apretó los dientes-. Sí, esas chicas y yo llegamos ha hacer bastantes cosas, pero no me acoté con ninguna de ellas...- se quedó callado un momento-. Solo con Hinata. La conocía mejor que a las demás y... era muy guapa, tenía esos pechos suyos y su cuerpo... - Sakura se revolvió.
- Ya he oído suficiente, Naruto. - dijo molesta. - Vete con Hinata, venga.
- No. Sé que te duele, pero voy a acabar de hablar y tú me vas a oír. - la volteó haciendo que lo mirase a la cara. - ¿Entendido?
Sakura desvió la mirada y asintió.
- Siempre que volvía por aquí Hinata y yo...bueno ya sabes. - dijo suspirando. - La última vez que lo hicimos, Hinata me dio a entender que quería formar una familia conmigo. Me di cuenta que se había enamorado de mi y decidí dejarle las cosas claras. No quería lastimarla.
"A ella nunca la quise de alguna forma especial. Solo era una forma de calmar mis bajos instintos, si quieres llamarlo así."
Tomó a Sakura de la barbilla y la hizo mirarle a los ojos. Sakura lo miraba aún enfadada, pero había un cierto deje de comprensión en su mirada.
-Solo te amo a ti, eres la única persona con la que me siento pleno, con la que puedo ser yo mismo; la única que hace que quiera ir despacio por la vida. La persona que me obliga a protegerla. A acariciarla...sentir que somos uno. - le acarició la mejilla con ternura. - La única persona a la que le he contado mi mayor secreto, con la que me he abierto... Tú eres la única que ha llegado a mi corazón y se ha quedado en él.
" Sakura, a los cinco minutos de haberte conocido, ya me hacías sentir especial. Y no podía explicar qué era lo que me pasaba. - sonrió. - Hasta hace poco no sabía que te amaba con toda mi alma.
Sakura no sabía qué decir. Parecía tan sincero al decirle todo aquello... Ella sentía lo mismo por él. Pero era un mago, quizá le había lanzado algún hechizo de confusión o algo y ahora estaba a su merced. Podía darse es posibilidad, aunque no sentía ningún tipo de sensación que le indicara aquello.
Se apartó de él con suavidad pero mirándole a los ojos. Continuaba enfadada, pero simplemente porque no se lo había contado. Ella merecía saber algo como eso. Quizá fuera la primera en saber su verdadera identidad, pero le importaba más que le hubiera ocultado aquella verdad sobre lo que hacía antes de conocerla.
- Naruto...- se mordió el labio-. No puedo perdonarte. Y no puedo hacerlo porque debiste decírmelo. Algo así... no se oculta. Creía que había confianza entre nosotros.
El joven se cruzo de brazos.
- ¡Claro, la misma confianza que había cuando no me dijiste que eras la princesa! - gritó enfadado. - Sakura, no puedes decirme eso cuando tú has hecho lo mismo.
- ¿Lo mismo? - preguntó molesta. - Yo te lo conté, idiota.
- Claaaro... - dijo con sarcasmo-. Después de decirte quién era.
- Pero te lo dije. Además lo estaba meditando, iba a contártelo.
-¿Sí? Pues poca confianza habría si tardaste tanto en hacerlo.
Esto no iba bien. Se suponía que tras decirle todo lo referente a Hinata y sus sentimientos se iba a arreglar, pero en lugar de eso se estaban gritando de nuevo. Se estaban diciendo cosas que ninguno de ellos quería decir. El enfado que ambos sentían hablaba por ellos.
- Naruto, no vuelvas a dirigirme la palabra. - dijo seria. - Y esto.. sea lo que sea lo que tuviéramos... Simplemente olvídalo.
Se dio la vuelta y se alejó de allí corriendo. Naruto no trató de detenerla. ¿Para qué? Volverían a gritarse cosas horribles y él no quería eso.
Se sentó en el suelo y gritó tan fuerte que le dolió la garganta. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Lágrimas de sufrimiento por haberle dicho tales cosas a Sakura.
Sakura corrió sin saber muy bien hacia dónde se dirigía; de lo único que estaba segura era de que necesitaba alejarse de allí cuanto antes. Alejarse de Naruto.
Necesitaba pensar un momento en todo lo acontecido. Quizá tendría que haberle perdonado, pero había sido una estúpida y en lugar de eso... ¿Qué diablos había hecho? Le había dicho a Naruto cosas que no sentía, había sido la ira la que había hablado por ella.
Claro que confiaba en Naruto. Por supuesto que sabía que la amaba, tal como él le había dicho.
Simplemente habían sido las circunstancias.
Hinata se veía mucho más hermosa que ella. Había quedado claro que a Naruto le gustaban las mujeres de pechos grandes y los de ella no es que fueran gran cosa.
Con tales pensamientos, Sakura volvió a pensar en que Naruto tal vez sí que la había engañado con aquellas palabras. Pero algo muy dentro de ella le decía que confiara en las palabras que él le había dicho.
Paró en seco, sin aliento y muy cansada. No sabía cuánto había corrido, ni dónde estaba. Eso le era familiar.
Y para colmo llevaba aquel apestoso vestido otra vez.
Quería hablar con Naruto y disculparse por todo, pero primero debía salir de aquel paraje.
- !Aaaah! - gritó enfadada-. Maldita sea. A ver Sakura, tranquila. Piensa con tranquilidad. Sabes dónde está la cabaña. Guíate por la posición del sol, del musgo... ¡De lo qué sea!
El suelo tembló de repente y estuvo a punto de caer. Algo grande se acercaba hacía su posición, estaba segura. Los pasos cada vez retumbaban con más fuerza y más cerca de ella.
Sakura se extrañó bastante, según Naruto las bestias grandes no se dejaban ver de día.
Debía estar preparada para lo que fuera aquello que se aproximaba a ella.
Emergió de pronto de entre los árboles. Era enorme, más de lo esperado. Tenía unas enormes fauces totalmente cubiertas por una fila doble de dientes. Sus ojos estaban inyectados en sangre. El cuerpo parecía estar recubierto por una fuerte coraza, es decir tenía una piel muy dura por lo que se apreciaba a simple vista. Además de dos fuertes alas. La cola tenía lo que parecía ser una maza de pinchos en la punta.
¿Otro dragón? Y este parecía ser aún peor que el otro. Sakura tenía que salir de allí antes de que la viera. No iba armada, pues la espada la había dejado en la cabaña, y eso la ponía en un aprieto.
Sin dejar de observar a la enorme bestia, se movió lentamente hacia atrás. Su plan era ocultarse en el bosque y esperar a que se hubiera marchado.
Pero la bestia parecía que ya se había dado cuenta de que estaba allí, pues continuaba avanzando sin detenerse.
Cada vez que se movía el suelo temblaba de una forma sorprendente. Además a su paso había derribado unos cuantos árboles. La hierba a su paso se tornaba de un tono gris bastante enfermizo. Estaba claro que no se trataba de una bestia normal si era capaz de ejercer aquel influjo en la naturaleza con solo tocarla un poco.
Sakura tropezó con sus propios pies en uno de los temblores y cayó al suelo. La enorme bestia aprovecho la oportunidad para acercarse ella e intentar aplastarla con sus enormes patas.
Sakura rodó por el suelo justo a tiempo de evitar ser convertida en puré. Se levantó tan rápido como pudo y se lanzó a correr lo más deprisa que le permitieron sus piernas. Pero la bestia no se rendía y con un potente giro de su cola le cortó el paso, casi aplastándola. La chica saltó hacia atrás justo a tiempo.
Estaba acorralada. No podía huir por ninguna parte. Sii avanzaba hacia delante se toparía con la cola llena de aquellos pinchos; si giraba hacia la derecha o a la izquierda recibiría un manotazo con aquellas potentes garras y si se daba la vuelta hacía atrás podría ser engullida en un abrir y cerrar de ojos.
Tenía que pensar en algo rápido o no lo contaría.
Vio como la cola se movía levantándose del suelo, dejando un enorme cráter, y se dirigía hacia ella. No podría evitar el impacto. Se cubrió con sus brazos, cerrando los ojos y notó como algo le penetraba en ellos, clavándose en la carne. ¡Como dolía!
Abrió los ojos, vio sangre. Su propia sangre brotando de sus brazos, perforados por los pinchos de la cola del dragón. Había estado a punto de alcanzarla en el cuello, de no ser porque se había cubierto a tiempo...
Notó como era elevada del suelo. Miró hacia atrás y vio a la enorme bestia con las fauces abiertas. ¿Iba a comérsela? Vale, ahora si que tenía que irse de allí.
Notaba el dolor en los brazos y era horrible, pero tenía que escapar como fuera.
Con una enorme fuerza de voluntad se balanceó en el aire a toda velocidad. ¡Los brazos le ardían de dolor! Dio resultado, pues salió disparada hacia delante deslizándose por la hierba. El dolor de haberse liberado de aquellos pinchos no era comparable al que había sentido cuando recibió el impacto al clavarse en su carne.
Estaba muy malherida, cansada y el dragón parecía que no iba a rendirse, pues al notar como su presa se había liberado de él, se movió deprisa con intenciones de volver a atacar.
Sakura intentó levantarse, pero notó una fuerte punzada en la pierna y cayó a la hierba de nuevo. El dragón aprovechó aquel momento para darle un fuerte manotazo con una de sus garras. Sakura consiguió moverse en el último momento y esquivarlo, pero recibió un enorme corte en su pierna.
La bestia abrió sus fauces y rugió, echándole todo el aliento en la cara. Apestaba a saber a qué. Logró verle toda la boca al completo, aquella enorme boca que en un abrir y cerrar de ojos se la tragaría.
Se había acabado todo, lo había intentado, pero no había conseguido escapar de aquella enorme bestia. Perecería allí, en aquel bosque temible en el que había logrado vivir casi dos meses. Donde había pasado todos aquellos buenos momentos, donde había aprendido lo que era ser libre, a ser ella misma...
De repente notó un leve mareo y comenzó a verlo todo borroso. El tiempo pareció ir más lento. Un viento suave le acarició la cara, movió la hierba a su alrededor y las ramas de los árboles. Tampoco logró oír nada a su alrededor, todos sus sentidos parecían haberla abandonado.
Sabía que iba a morir.
Vio las enormes fauces del dragón acercarse a ella. Se había acabado todo. Cerró los ojos esperando su final definitivo.
La imagen de Naruto cruzó su mente, se materializó ante ella. La miraba con aquellos ojos azules como el cielo, le sonreía con esa sonrisa cálida y confortable; la que ella creía suya. Extendió sus brazos hacia ella, movió su boca hablando, pero Sakura no logró oír lo que decía. Pareció gritar, pero tampoco logró oír nada.
Sus ojos se llenaron de lágrimas que resbalaron por su rostro al instante.
"Lo siento Naruto...Me gustaría haberte abrazado antes de morir, haberte pedido perdón por haber sido tan estúpida... Te amaré siempre... mi bobo"
Aquellos fueron sus últimos pensamientos antes de perder el conocimiento.
Un leve soplo, un polvillo apenas visible viajó por el aire ,gracias al viento, hasta el lugar donde se había desarrollado toda la escena. El dragón aspiró aquel extraño polvo que flotaba por el aire sin apenas darse cuenta. Cayó a la hierba del bosque, que se tornó gris con solo haberla tocado con su cuerpo, con un enorme estruendo y un nuevo temblor que lo sacudió todo de nuevo. Luego... silencio.
Una figura encapuchada apareció entre los árboles y se acercó a la escena. Comprobó que el dragón no se moviera, pues estaba totalmente aturdido. Sus fauces estaban abiertas y sus ojos, inyectados en sangre, entrecerrados.
Posó su vista en la joven que yacía en el suelo, cubierta de sangre y tierra; muy malherida.
Se arrodilló frente a ella, echándole un rápido vistazo por todo el cuerpo. Vio sus brazos, en los cuales se apreciaban dos vórtices de los que no paraba de brotar sangre; su pierna con aquella enorme herida, ahora tornándose de un color gris como la hierba a su alrededor.
Se llevó la mano al interior de su túnica buscando algo, antes de notar el filo de una espada en su cuello.
- Aléjate de ella. - dijo una voz seria a su espalda.
Se levantó de la hierba y se dio la vuelta, comprobando que eran ciertas sus sospechas. Pues quien le había colocado la espada en el cuello no era otro que un joven de cabellos rubios y mirada azul; aunque ahora no tuviera aquella apariencia, sabía que era él.
Alzó una mano en señal de calma. Naruto apretó más fuerte el agarre de la espada, listo para defenderse.
La figura bajó su capucha dejando ver su rostro.
- Eres... No pensaba que fueses tú. -logró articular el rubio.
- Yo también me alegro de verte, Naruto.
Espero que os haya gustado y espero que comentéis. Con eso me animo a subir más rápido el siguiente capítulo.
Sin más que decir me despido. Hasta la próxima
Ean95- Aprendiz
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
¡Wow! Aqui hubo de todo; primero me hizo sentir angustia por pensar en que Sakura se iba a separar de Naruto y después alegría porque es la primera vez que todo se arregla en el mismo capítulo -de los fanfic que he leído- y luego confusión porque ¿qué fue ese cambio de verdad a ira? además fue muy estúpido de Naruto relatar así la verdad aunque bueno así es de amm poco delicado en los asuntos- y la verdad no sé, me hubiera gustado que esta vez ella se halla defendido sola y aunque Naruto se presento en el momento hubiera preferido otra cosa -para hacer más interensantes las cosas-.
Buena capítulo, espero la continuación con ansias.
¡Saludos!
Buena capítulo, espero la continuación con ansias.
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Oni- Clan Seiryuu
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Oh rayos! Estaba escribiendo mi comentario y se borró todo lo que te había puesto!
Bueno empezemos desde el principio:
Como! Cómo! Pobre Sakura, la entiendo yo también hubiera hecho lo mismo, tiene en todo su derecho de
enojarse! Y peor que se lo haya contado una rata cualquiera y no Naruto..
Hablando de Naruto, estoy muy enojada con el por lo que
hizo y no por el pasado, si no que casi lo hacía con esa cualquiera! Estoy muy decepcionada de el...
Hay no! Sakura que pasara con ella! Esta medio muerta,
me hubiera gustado que se defendiera ella sola, o que la rescatara otra persona ( no me importa se hubiera sido un perro xD ) pero no quiera que la rescatara el bastardo de ya sabes quien!
Ahora tengo muchas dudas y una de esas el que ataco a Sakuda era un Dragon o un mago, humano?
Te diré por que me confundí:
La figura bajó su capucha dejando ver su rostro.
- Eres... No pensaba que fueses tú. -logró articular el rubio.
- Yo también me alegro de verte, Naruto.
En eso , pero ya veré que paso:33
PD: quería de nuevo felicitarte por tu exquisita forma de narrar, y escribir es demasiado buena para mis ojos! Jaja , este fic eso uno de mis favoritos! Esta en mi primer puesto! Siempre espero ansiosa la conti!
PD2: No importa que no la hayas subido el Sábado, vete a divertir;) , de hecho estaba esperando el capítulo el Sábado, pero me alegra que lo hayas subido hoy, ya que andaba algo
depre.
PD3: Sube la conti rápido, pliss o de heco que ha pasado con Sasuke!?
PD4: Perdón por no haber sido el primer comentario:(
Bye Bye! Espero conti! Lo más rápido posible:33
Bueno empezemos desde el principio:
Como! Cómo! Pobre Sakura, la entiendo yo también hubiera hecho lo mismo, tiene en todo su derecho de
enojarse! Y peor que se lo haya contado una rata cualquiera y no Naruto..
Hablando de Naruto, estoy muy enojada con el por lo que
hizo y no por el pasado, si no que casi lo hacía con esa cualquiera! Estoy muy decepcionada de el...
Hay no! Sakura que pasara con ella! Esta medio muerta,
me hubiera gustado que se defendiera ella sola, o que la rescatara otra persona ( no me importa se hubiera sido un perro xD ) pero no quiera que la rescatara el bastardo de ya sabes quien!
Ahora tengo muchas dudas y una de esas el que ataco a Sakuda era un Dragon o un mago, humano?
Te diré por que me confundí:
La figura bajó su capucha dejando ver su rostro.
- Eres... No pensaba que fueses tú. -logró articular el rubio.
- Yo también me alegro de verte, Naruto.
En eso , pero ya veré que paso:33
PD: quería de nuevo felicitarte por tu exquisita forma de narrar, y escribir es demasiado buena para mis ojos! Jaja , este fic eso uno de mis favoritos! Esta en mi primer puesto! Siempre espero ansiosa la conti!
PD2: No importa que no la hayas subido el Sábado, vete a divertir;) , de hecho estaba esperando el capítulo el Sábado, pero me alegra que lo hayas subido hoy, ya que andaba algo
depre.
PD3: Sube la conti rápido, pliss o de heco que ha pasado con Sasuke!?
PD4: Perdón por no haber sido el primer comentario:(
Bye Bye! Espero conti! Lo más rápido posible:33
belivexangel1- Sannin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Pues..........ninguno fue el culpable, mas bien todos tuvieron la culpa.
Hinata por intentar hacer entender a naruto de que no debia perder a sakura y tambien por haberle dicho ese secreto a sakura, pero para ser hinata, creo que no estuvo tan mal su intencion, lo malo fue como lo intento hacer.
Naruto tiene una parte de culpa tambien, no es para nada sencillo explicar algo como sus encuentros con hinata a sakura, pero por lo menos pudo tener un poco mas de tacto, no ser demasiado brusco en su relato.
Y sakura tuvo tambien culpa, es cierto que se sienta mal por saber el "secreto" de naruto, pero tampoco era para ponerse asi, si el lo hubiera hecho con hinata estando en una relacion con ella, eso seria diferente, pero como dijo naruto, el era joven e impulsivo, ademas no conocia a sakura, asi que no veo el tema de molestia por eso.
Pero el hecho de que naruto no le contara sus encuentros es un poco mas entendible, sintio desconfianza y que tal vez naruto estaba jugando con ella, que no tenia fundamentos muy validos como para acusarlo, pero bueno.......ademas naruto tambien le dijo que ella no habia confiado en el al principio, asi que el asunto de sakura pasa mas por su inseguridad en si misma y la inexperiencia que tiene del mundo exterior, no le veo mucha importancia al hecho de que naruto haya estado con hinata (antes de sakura), lo que molesto a ambos fue el tono en como hablaron, ambos conversaron por el calor de su enojo y no con la cabeza.
Haber que pasara con esa persona, tengo muchas teorias de quien pueda ser, desde sasuke hasta hinata pasando por tsunade, asi que solo queda esperar.
Un saludo, nos vemos.
Hinata por intentar hacer entender a naruto de que no debia perder a sakura y tambien por haberle dicho ese secreto a sakura, pero para ser hinata, creo que no estuvo tan mal su intencion, lo malo fue como lo intento hacer.
Naruto tiene una parte de culpa tambien, no es para nada sencillo explicar algo como sus encuentros con hinata a sakura, pero por lo menos pudo tener un poco mas de tacto, no ser demasiado brusco en su relato.
Y sakura tuvo tambien culpa, es cierto que se sienta mal por saber el "secreto" de naruto, pero tampoco era para ponerse asi, si el lo hubiera hecho con hinata estando en una relacion con ella, eso seria diferente, pero como dijo naruto, el era joven e impulsivo, ademas no conocia a sakura, asi que no veo el tema de molestia por eso.
Pero el hecho de que naruto no le contara sus encuentros es un poco mas entendible, sintio desconfianza y que tal vez naruto estaba jugando con ella, que no tenia fundamentos muy validos como para acusarlo, pero bueno.......ademas naruto tambien le dijo que ella no habia confiado en el al principio, asi que el asunto de sakura pasa mas por su inseguridad en si misma y la inexperiencia que tiene del mundo exterior, no le veo mucha importancia al hecho de que naruto haya estado con hinata (antes de sakura), lo que molesto a ambos fue el tono en como hablaron, ambos conversaron por el calor de su enojo y no con la cabeza.
Haber que pasara con esa persona, tengo muchas teorias de quien pueda ser, desde sasuke hasta hinata pasando por tsunade, asi que solo queda esperar.
Un saludo, nos vemos.
ShinseinaUzumaki- Chunnin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Siento mucho no haber actualizado, pero he tenido una semana muy ajetreada y apenas he tenido tiempo para escribir.
Pero tengo buenas noticias. Mañana sin falta habrá capítulo.
Así que no será mucho tiempo xDD
Pero tengo buenas noticias. Mañana sin falta habrá capítulo.
Así que no será mucho tiempo xDD
Ean95- Aprendiz
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Me alegra! La espero con ansias! :3
belivexangel1- Sannin
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
- Capítulo 11:
- Alzó una mano en señal de calma. Naruto apretó más fuerte el agarre de la espada, listo para defenderse.
La figura bajó su capucha dejando ver su rostro.
- Eres... No pensaba que fueses tú. -logró articular el rubio.
- Yo también me alegro de verte, Naruto.
Naruto la observó bien. A pesar de ser una vieja rugosa, seguía con ese estúpido propósito de aparentar ser más joven eternamente. Tenía el pelo rubio y largo recogido a la espalda en una trenza de espiga. Sus labios estaban teñidos de rojo y sus ojos seguían teniendo el color de los troncos de los árboles.
Si no la había reconocido había sido simplemente porque iba oculta tras aquella capa que la ocultaba por completo.
- Me encantaría charlar y que nos pusiéramos tranquilamente al día pero esta chica necesita ayuda ya. - dijo volviéndose a Sakura mientras sacaba un frasco de su capa.
Naruto reaccionó al instante y se arrodilló frente a Sakura. Tenía un aspecto terrible. Lo que sin duda le estremeció en todo su ser fue su pierna, el corte que presentaba tenía un color gris putrefacto y la pierna se estaba volviendo del mismo color.
Era horrible verla de aquel modo ante sus ojos.
- Vieja Tsunade, dime que puedes hacer algo por ella. - suplicó al borde del llanto.
Tsunade echó el líquido del frasco sobre la heridas de la joven.
- Lo voy a intentar, esta chica no morirá, de eso puedes estar seguro. - pasó una mano sobre las heridas de los brazos de Sakura que cicatrizaron al instante. - Sé lo importante que es para ti. - dijo sin mirarle, ocupada en Sakura.
- ¿Cómo sabes que es importante para mi? - inquirió el joven.
Tsunade le abrió la boca a Sakura y le sacó la lengua observándola con atención.
- Jiraya me lo ha contado todo. - dijo serena. - Pero ahora no hay tiempo para charlar. - Alzó la vista y miró a Naruto. - ¿Tienes plantas en la cabaña?
Naruto asintió sin dudarlo.
- Bien, pues coge a tu amiga. Tenemos que llegar cuanto antes, corre peligro de morir. - se levantó.
Naruto alarmado cogió a la chica en sus brazos y siguió a Tsunade que había comenzado a caminar. Contempló a Sakura con tristeza, acarició su mejilla. Estaba helada.
Si Sakura moría él único culpable sería él. Sería él por no haber ido tras ella después de aquella estúpida discusión.
- Vieja Tsunade, ¿qué pasa con el dragón? - preguntó echando una rápida ojeada a la enorme bestia.
- No te preocupes por él. - le contestó sin mirarle-. Le he hecho inhalar unos fuertes polvos y no despertará en una buena temporada. Y en caso de que despierte no será el mismo. Eran polvos venenosos.
Asintió decaído. Volvió a rozar la piel de Sakura. Una lágrima resbaló por su rostro. Debían darse prisa en llegar a la cabaña cuanto antes. La vida de Sakura estaba en juego y no dejaría que una estúpida bestia con alas se la arrebatara.
Confiaba en Tsunade. Sabía que la vieja podría curar cualquier tipo de herida o enfermedad, no en vano era la mejor en lo que hacía.
Llegaron a la cabaña en menos de veinte minutos. Naruto soltó a Sakura en el catre de Jiraya siguiendo las instrucciones de Tsunade.
Vio como la mujer se deshacía de su capa y se arrodillaba frente a Sakura tocando su frente. Le abrió un párpado y observó sus ojos. Verdes sin apenas brillo. El joven vio como Tsunade apretaba los labios.
- Por tu gesto es muy grave. - dijo nervioso-. ¿Qué le ocurre?
- Naruto sabes qué clase de dragón era. - dijo Tsunade levantándose agitada y yendo hacia el armario. Lo abrió y comenzó a sacar todo lo que encontró preciso.
- Claro que lo sé. - dijo sombrío-. Era un draccus calamitas, experto en rastreo y... - calló dándose cuenta de la situación.
Tsunade dejó todo lo que había sacado del armario sobre la mesa.
- Así es, posee garras venenosas. - se mojó los labios-. Y ahora mismo ese veneno está en el interior de Sakura. Tengo que sacarlo como sea o de lo contrario..
- Morirá. - concluyó Naruto.
Tsunade lo miró con tristeza. Se notaba a kilómetros que entre aquellos dos había algo muy poderoso. Vio como el rubio se acercaba a la joven y le tomaba de la mano. Notó como una lágrima caía sobre el rostro de la joven.
- No Naruto. - dijo firme-. No morirá porque no pienso dejar que eso pase.
El rubio giró la cabeza para mirar a Tsunade. En la mirada la rubia había determinación, una fuerte determinación. Naruto sonrió. Sabía que pasara lo que pasara, Tsunade no se rendiría hasta que Sakura estuviera fuera de peligro.
- Ahora apártate de ella, Naruto. - le dijo seria-. Tengo que sacar el veneno. Y para ello necesito que me ayudes.
El rubio se alejó, no sin antes echar una breve mirada al rostro de Sakura y besarla en la frente. La chica respiraba, pero con mucha dificultad. Su vientre subía y bajaba deprisa.
" No te preocupes, mi Cerezo. Te salvaré."
- Dime todo lo que necesites, Tsunade. - dijo obediente.
- Machaca esas raíces de acónito, sé que es una planta venenosa, pero para contrarrestar el veneno del draccus es esencial que esté en el antídoto.
Naruto hizo lo que le pidió y comenzó a machacar el acónito. Millones de pensamientos cruzaban su mente mientras lo hacía. ¿Qué haría si el antídoto no daba resultado? No quería ni pensarlo. No podía permitirse más errores como el de aquella tarde. Y tampoco podía evitar odiarse a sí mismo de todo lo ocurrido, pues la culpa era principalmente toda suya y de nadie más.
No tendría que haberle dicho esas cosas, y lo sabía. Cosas que ni siquiera sentía, pues sabía perfectamente que Sakura tenía todo el derecho del mundo a enfadarse.
- Naruto no te martirices. - le dijo Tsunade. - Sea lo que sea que haya pasado entre vosotros se solucionará.
- Cómo sabes que...
Tsunade le dedicó una sonrisa.
- Aunque odie que me llames vieja... - suspiró-. Una vieja nota esas cosas. Y entre vosotros dos hay un vínculo muy fuerte. - echó un líquido en un cuenco de barro y lo movió con la mano. - He podido verlo cuando estabais juntos. Vuestra aura es muy brillante, Naruto. - miró al rubio.
Naruto la miró algo confuso por esas palabras. Tsunade le acababa de decir que no se preocupase, pero eso era inevitable. En cuanto a lo de el aura... Jiraya le había hablado alguna vez de eso. El aura de cada persona tenía un color distinto y solo un mago muy poderoso era capaz de verla. Aunque Tsunade era la excepción ya que ella era una bruja a medias, pero muy poderosa.
Jiraya le había dicho hace mucho que su aura era de un color naranja muy cálido. Y además que era una de las auras más poderosas que había visto nunca. Desde aquel momento lo había tomado como a su aprendiz y le había enseñado todo lo que sabía.
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El Rey se encontraba algo cansado desde la noche anterior. Notaba un pequeño dolor en la parte posterior de la cabeza y le dolía todo el cuerpo. Quizá se estaba haciendo viejo, o había cogido algún enfriamiento.
Tomó un sorbo de té y movió la pieza del tablero. Tenía acorralado a su rival y estaba seguro de su victoria. No había nadie que le hubiera ganado aún al ajedrez.
Sasuke sonrió ampliamente y movió la suya.
- Jaque mate. - dijo altanero.
El Rey había sido un rival difícil de derrotar, pero se podía observar que no estaba en la partida al cien por cien, motivo por el cual él había ganado. De no ser por su estado de salud, Sasuke sabía que habría perdido. Era un excelente jugador, pero el Rey lo superaba con creces.
- ¡Impresionante, muchacho! - exclamó el Rey aplaudiendo-. Eres el primero que consigue vencerme en una partida de ajedrez en mucho tiempo.
- Me halagáis, majestad. - dijo con falsa modestia-. He de decir, que hacía mucho que no jugaba una partida tan interesante, sois un magnífico rival.
El Rey soltó una enorme carcajada, pero que acabó rápido, pues comenzó a toser.
- Majestad, ¿os encontráis bien? - preguntó levantándose de su silla y acercándose al Rey-. ¡Traed agua al Rey, vamos! - El Rey cayó al suelo sin dejar de toser.
Uno de los sirvientes corrió hacia la mesa y vertió agua de una jarra en un vaso de plata. Lo llevó lo más rápido que pudo hacia donde se encontraban el Rey y Sasuke. Sasuke le arrebató el vaso de las manos y se lo dio al Rey.
- Bebed despacio, Majestad.
Acabó de beber y recuperó un poco el aire. Tenía los ojos llorosos y muy pálido. En la comisura de la boca podía verse un hilillo de sangre y su mano estaba manchada por esa misma sangre.
- Será mejor que os acompañe a vuestra habitación. - Sasuke lo ayudó a levantarse del suelo.
- Muchas gracias, muchacho. - dijo con dificultad.
- No os preocupéis, estáis en buenas manos.
-----------------------------------------------------------------
Naruto se encontraba sentado junto al catre donde yacía Sakura. Llevaba sin separarse de su lado tres horas, esperando verla despertar. La joven respiraba más tranquila, al perecer el antídoto de Tsunade estaba empezando a hacer efecto.
Había sido una suerte que apareciese justo en ese momento, de no haber sido así quién sabe dónde estaría ahora Sakura.
Le cogió la mano, acariciando su suave piel con sus dedos lentamente. Llevó su otra mano a su rostro, acariciando cada parte del mismo. Su frente, sus ojos, su nariz, sus mejillas normalmente sonrosadas y por pálidas, sus labios ahora secos y muy agrietados.
Deseaba verla abrir sus ojos, deleitarse con ese color verde lleno de vida, de brillo y esperanza. Escuchar su voz, hablándole, regañándole, bromeando. Sentir sus brazos rodeando su cuello. Sus labios cálidos y suaves; pronunciando su nombre.
Agarró su mano con más fuerza. No se la soltaría nunca, pasara lo que pasase, jamás la soltaría.
- Cerezo, tienes que despertar. - susurró-. Y cuando lo hagas, dejaré que me grites todo lo que quieras por haberme comportado como un estúpido.
Levanto su mano y se la beso.
- Mientras lo hace, no pienso moverme de aquí.
Tsunade entró en la cabaña y vio que Naruto no se había movido de donde lo había dejado la última vez.
Naruto seguía igual de cabezota que siempre. A pesar de haberle dicho que Sakura despertaría cuando el veneno hubiera sido eliminado por completo de su cuerpo, él se había empeñado en no retirarse de su lado hasta entonces.
Se acercó al catre y le colocó una mano en el hombro al chico. Él alzó la cabeza para mirarla.
- Naruto, ¿por qué no descansas? - le dijo echando una rápido ojeada a Sakura-. Sakura ya está mejor, el antídoto está haciendo efecto.
Naruto negó rotundamente con la cabeza. Miró a la chica apartándole un mechón de la cara.
- Ya te dije que no voy a separarme de ella. Cuando despierte yo seré lo primero que vea. - Sonrió con ternura-. Además no estoy cansado, Tsunade.
La rubia sonrió.
- Come algo al menos. ¿O eso tampoco? - le preguntó.
- Cuando tenga hambre. - dijo calmado.
Tsunade se apartó de él y caminó hasta la chimenea. Puede que Naruto no quisiera comer, pero ella estaba hambrienta. Había pasado todo el día caminando por el bosque antes de dar con la chica y el dragón. Y añadir que luego había tenido que poner todo el esfuerzo que le quedaba en preparar aquel antídoto. Estaba hambrienta y agotada.
Encendió el fuego y vertió agua en el caldero que había sobre el fuego y la dejó calentar mientras preparaba unas cuantas verduras.
----------------------------------------------------------------
Sasuke se levantó al escuchar la puerta de su habitación cerrarse. Madara acababa de irrumpir en ella y por la cara que traía, parecía contento.
Como siempre traía sus ropas negras.
Aplaudió antes de abrazarlo. Sasuke se quedó sorprendido ante aquel gesto tan impropio de su tío. No solía ser tan cariñoso, de hecho nunca lo había sido. Madara se caracterizaba por ser una persona fría, calculadora, hostil, manipuladora, malvada... Abrazarlo no es que fuera lo habitual en una persona como él.
- Muy bien Sasuke. - se separó de él-. Lo has hecho maravillosamente. De hecho, no pensé que lo lograras.
- G...Gracias. - dijo.
Madara se sentó y sonrió con frialdad.
- A este paso, en menos de una semana el Rey estará muerto y el reino todo nuestro. - soltó una carcajada.
- ¿Y qué hay de Jiraya? - preguntó Sasuke-. La última vez consiguió librarse de la muerte o eso pensabas tú.
Madara se apartó un mechón que le caía sobre la frente. Volvió a sonreir, esta vez triunfal.
- Por Jiraya no te preocupes, está muerto. El draccus ha regresado hace una hora y tenía sangre en sus zarpas. Si no lo mató con el golpe, acabó con él el veneno.
Sasuke sonrió feliz. No podía creer que todo fuera tan bien a su favor. Sin duda su tío sabía cómo hacer la cosas para salirse con la suya. Dentro de muy poco sus planes estarían completos y él estaría a su lado en todo momento, por lo que era improbable que pudiera salir mal parado.
- Tú sigue dándole el veneno sin falta. Según me han dicho hoy, le ha dado un ataque de tos sangrienta. - carcajeó-. Sus órganos se están pudriendo por dentro.
Sasuke se imaginó tal cosa y tuvo que contener las ganas de vomitar. Madara lo observó curioso.
- Al final has resultado ser muy útil, Sasuke. Al contrario que el traidor de tu hermano. - dijo despectivamente.
Sasuke recordó a su hermano Itachi. Muy parecido a él físicamente. Se negó a matar a un tipo en Aquo y se rebeló contra su tío. Lo último que supo fue que Madara lo envió a uno de los calabozos a que se pudriera en él.
Eso había sucedido tres años atrás. Después de aquellos sucesos, su tío se había volcado aún más en él.
Itachi lo había defraudado. Sasuke se sintió feliz, pues siempre había tenido mucha envidia de su hermano, ya que parecía ser perfecto en todo lo que hacía.
Itachi había resultado ser un traidor a ojos de su tío y él no deseaba seguir la misma suerte, por lo que obedecería a Madara en todo lo que fuera.
Aunque fuera asesinar a un Rey que se había comportado como un padre para él...
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- Naruto, vete a la cama, no te lo pienso repetir más. - le pidió Tsunade cansada.
- Ya te lo he dicho Tsunade, no pienso retirarme de su lado. - habló muy serio y decidido.
La mujer pareció resignarse. Suspiró y le palmeó la espalda al chico.
- Sigues siendo un cabezota, no has cambiado. - Sonrió-. Que pases buena noche.
Naruto musito un gracias y la vio meterse en la otra habitación.
Miró a Sakura y sonrió. Se levantó de la silla donde estaba sentado desde hacía tanto tiempo y se tumbó a su lado en el catre.
Se quedó mirándola sin parpadear durante un buen rato, iluminada por la poca luz que entraba por la única ventana que había en la habitación.
Ya parecía tener incluso mejor color, aunque en la oscuridad no era fácil saberlo. Pero tenía buen aspecto.
Era una suerte que Tsunade pasara justo en aquel momento por aquel lugar. Aunque tenía que agradecerle a Jiraya por todo aquello en realidad.
Sí, menos mal que Jiraya estaba atento a todo.
Tsunade terminó de recoger todo lo que había en la mesa y se sentó en una de las banquetas. Naruto estaba un poco más allá, sentado junto a Sakura. Algo le decía que no se apartaría de ella.
- Naruto. - lo llamó.
El joven se giró para mirarla, pues le daba la espalda, sin soltarle la mano a Sakura.
- Necesito que hablemos. - le dijo seria-. Tranquilo, Sakura ya parece estar estable y no me llevará mucho tiempo hablarte sobre lo que me trae aquí. ¿O e qué ya no tienes curiosidad? - le preguntó.
Naruto se levantó cansado y se sentó a la mesa frente a Tsunade, que había empezado a pelar una manzana para comérsela.
- Bueno, pues tú dirás, vieja.
Tsunade se contuvo para no regañarle por aquel comentario.
- Como te dije, hablé con Jiraya. Él me pidió que viniera hasta aquí porque había do jóvenes viviendo solos en su cabaña. - sonrió divertida.- No se fiaba de vosotros, a pesar de que me dijo que y habíais estado solos antes. Pero ya sabes como es Jiraya.
- Es un viejo verde, eso es lo que es. - dijo Naruto. Tsunade le dio la razón con la cabeza.- Prosigue, por favor.
- Tras decirme eso, Jiraya me dijo que se dirigía hasta lo más profundo del bosque para hablar con Kyubi.
Naruto se levantó de la banqueta nervioso.
- ¿Hablar con Kyubi? ¿Con ese zorro? - gritó. - ¿Se ha vuelto loco?
- Cálmate, Naruto. le pidió Tsunade-. Kyubi no le hará daño, no temas.
Naruto volvió a sentarse y frunció el ceño.
- Vale. ¿Y qué es lo que se supone que va a hablar con él? Lo último que me dijo fue que...- calló nervioso.
Tsunade asintió.
- Sí, así es. Necesita una forma para derrotar a Madara. Lamentablemente, - palideció-. solo ese zorro tiene respuestas, ya sabes que es el oráculo del bosque, por definirlo de alguna forma.
- Lo sé. A pesar de no haberlo visto nunca, sé incluso su aspecto y dónde habita. - dijo serio el joven.
Tsunade suspiró cansada.
- Solo espero que Jiraya regrese con respuestas.
- Pero... ¿Jiraya no es más poderosos que Madara? - preguntó Naruto.
Tsunade se cruzó de brazos y puso un gesto de nerviosismo.
- Hace diez años seguro que sí, pero ahora... Madara es el peor mago oscuro que existe en nuestro tiempos. Jiraya puede que sea fuerte, pero Madara ha podido igualar sus fueras o incluso..
- Superarle... - acabó Naruto sombrió.
- Exactamente. Solo espero que encuentre algo que sirva contra él. No quiero ni imaginarme lo que Madara tiene planeado.
Naruto asintió lentamente. Ya había podido comprobar de lo que era capaz Madara. No en vano, él había visto como mataban a sus padres frente a sus ojos sin piedad. Aquella noche no había visto a Madara, pero sí había visto lo que su poder había desatado en su Reino. Aquo, su hogar.
- En cuanto al dragón - dijo la mujer pensativa- yo no es que sepa mucho, pero tenía los ojos demasiado rojos.
- ¿Y? ¿A dónde quieres llegar con eso? - preguntó.
- Pues a que es extraño y punto. Cuando vuelva Jiraya lo consultaré con él.
Con aquellos pensamientos rondando por su cabeza consiguió no pensar mucho en lo acontecido con Sakura. La contempló durante horas hasta que el cansancio logró vencerle y se quedó completamente dormido junto a ella.
Los rayos del sol no envolvieron a la cabaña aquella mañana, en su lugar una suave lluvia lo inundó todo. Podían oírse las gotas chocando contra la madera, sonorizando la silenciosa cabaña. Las ventanas se llenaron de pequeñas gotitas de aquella lluvia, que parecían competir en una carrera a ver quien era la que recorría antes el cristal.
Tsunade corrió la cortina y salió de la pequeña habitación. Observó a su alrededor, deteniéndose en los dos jóvenes que dormían. Sonrió con calma mientras los observaba.
Sakura parecía haberse movido durante la noche y ahora estaba abrazada a Naruto. Eso era una buena noticia, pues significaba que pronto despertaría y que el veneno había sido completamente eliminado de su organismo.
A pesar de la lluvia decidió salir a recolectar algunas plantas. Además, pronto despertarían y debían arreglar lo que fuera que tuvieran que arreglar, necesitarían intimidad.
Cogió su bolsa y se la colgó. Hizo lo mismo con su capa. Echó un último vistazo a Naruto y a Sakura, se cubrió la cabeza,ajustándose la capucha y salió por la puerta.
Todo volvió a quedar en silencio de nuevo, a excepción claro, del sonido de las gotas de lluvia que continuaban creando aquel eco rítmico y melodioso por todos los rincones.
Las hojas de los árboles se tiñeron de un tono más oscuro gracias a aquellas gotas que las habían ido empapando poco a poco. Una suave brisa soplaba, moviéndolas y esparciendo más gotas por todas partes.
Ese agradable repiqueteo pareció ser escuchado, pues en medio de esa tenue luz, unos enormes ojos de color azul se abrieron lentamente.
Naruto bostezó. Echó un vistazo rápido a la habitación, que apenas tenía luz, oyó la lluvia que le había despertado, relajándose un poco.
Los ojos le pesaban de sueño, lo normal tras haberse quedado dormido a quién sabe qué hora.
Elevó el brazo para frotarse los ojos pero notó un peso sobre él. Miró hacia abajo y vio a Sakura abrazada a él, dormida profundamente. Su cabeza estaba completamente apoyada en su hombro y sus brazos lo rodeaban por la cintura.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al verlo. Sakura se había movido durante la noche para abrazarle, lo que quería decir que ya se encontraba mejor.
Por suerte, el otro brazo lo tenía libre y consiguió frotarse un poco los ojos para despertarse por completo. Con cuidado de no despertar a la chica, le dio un suave beso en la cabeza.
Movió su brazo y le tocó la mejilla lentamente.
Quizá fueron cosquillas o tal vez el suave tacto de su mano que ya le era tan familiar, el caso es que Naruto fue testigo de como Sakura comenzaba a abrir los ojos lentamente.
Naruto apartó la mano rápidamente de su mejilla y la observó atentamente.
¿Qué era aquella sensación que ella conocía tan bien? Parecía que le tocaban la mejilla lentamente, con suavidad. Pero le era tan familiar...
Millones de sensaciones le vinieron al instante. Por un lado dolor; un fuerte dolor de cabeza. Podía sentir como si un tambor le estuviera embotando la cabeza y era horrible. Por otro lado, pudo oír un sonido que hacía mucho que no oía, pero que le era familiar. Un repiqueteo constante y rítmico por todas partes. Notó que estaba sobre algo mullido, tal vez una cama. ¿Pero que hacía ella en una cama? No recordaba nada en absoluto.
Abrió un ojo lentamente y con dificultad, pues le molestaba un poco la luz que había; luego abrió el otro, pero lo dejó entreabierto.
Se intentó mover, pero sintió que estaba abrazada a algo... o a alguien. Más consciente que antes, vio donde se encontraba.
Era el catre donde dormía Jiraya. ¿Cómo había llegado allí? Lo último que conseguía recordar era que e había peleado con Naruto por aquella estupidez y había salido corriendo hacía el interior del bosque. Luego se había perdido y... Oh, ya lo recordaba. Un dragón había empezado a atacarla y la había dejado para el arrastre. Pero estaba a punto de comérsela, de eso estaba segura.
Sin embargo estaba en la cabaña de nuevo.
Alzó la vista y pudo ver unos cálidos ojos azules que la observaban con preocupación. Echó un vistazo y vio que estaba abrazada a él.
- Na.. Naruto...- la garganta le dolía horrores y la notaba muy seca-. ¿Qué... ha pasado? ¿Cómo..cómo he llegado aquí? Lo último que recuerdo es...
- Shh.. no hables, Sakura. - le dijo con calma-. Acabas de recuperarte es normal que estés así.
Sakura no entendía nada de lo que había ocurrido. Necesitaba respuestas y rápido. Para empezar, ¿qué hacía abrazada a Naruto? Se suponía que estaban enfadados, pero él estaba ahí, a su lado.
Se separó de él, rompiendo el abrazo.
El joven se movió hasta ponerse de lado, a su altura y mirándola directamente a los ojos. Le sonrió. Con esa sonrisa tan cálida y especial que lo caracterizaba del resto.
- No sabes el miedo que he pasado, Sakura. - le dijo casi llorando-. Creía que te perdía. Y todo por esa estúpida pelea. Si no hubiera sido tan sumiso, habría corrido sin dudarlo tras de ti y podría haber evitado todo esto y... - tomó aire nervioso.
Sakura lo miró sorprendida. Después de todo lo que le había dicho, él se había desvivido por salvarla una vez más. Y se sentía culpable por lo ocurrido.
Se acercó a él y volvió a abrazarle. Podía oír su corazón que iba a un ritmo rápido y desenfrenado.
- No fue culpa tuya, Naruto. - le dijo contra su pecho. - Naruto pareció calmarse un poco-. La culpa fue mía, por ser una idiota y decirte todo aquello que...
- No, la culpa es mía, yo no quería decirte todo eso y mucho menos tratarte como lo hice, Sakura.
Sakura... ¿Qué había sido de Cerezo? Oh sí, ella le había dicho que no volviera a llamarla así. Menuda estúpida había resultado ser.
Levantó la cabeza y volvió a mirarlo a los ojos. Naruto se la quedó mirando también. Unas lágrimas empapaban su rostro por completo, dejando el azul de sus ojos con un brillo.
- Perdóname, Naruto. - le dijo al borde del llanto-. Solo quiero que lo hagas para olvidar todo esta tontería. Porque me he comportado como una tonta y tú no te lo mereces. Has demostrado con creces que lo que sientes por mí es sincero y... - se le quebró la voz- Y te dije aquellas palabras hirientes.
Naruto le secó una lágrima que le caía con la yema del dedo, con suavidad. Se acercó un poco más a ella, pudiendo tocar su nariz con la suya. Dejó su mano en la mejilla de la chica, acariciándola con suavidad ,como hacía unos minutos antes de que ella despertase.
- Claro que te perdono, Sakura. - le dijo con ternura-. Pero lo haré sí tú también lo haces. Perdóname por no haberte contado lo que pasó con aquellas chicas y con Hinata. -le rozó la nariz-. Perdóname por haberte contado la verdad de forma brusca, y por lo que te dije después...- Sakura le cogió la mano con la suya y cerró los ojos- Y déjame demostrarte que te amo de verdad.
- No tienes que demostrarme nada de eso. Y no tienes que hacerlo porque ya lo sé. - y le besó con suavidad en los labios.
Los labios de ambos estaban salados por aquellas lágrimas que habían derramado por el otro. Lágrimas de arrepentimiento, de sufrimiento, de perdón y sobre todo lágrimas de amor.
Volvieron a sentir aquella sensación que siempre les envolvían cuando estaban los dos juntos, sin complicaciones y sin estúpidas Hinatas que se interpusieran entre ellos.
- Naruto - dijo Sakura contra su boca.
- Dime, Sakura.
- No vuelvas a llamarme Sakura nunca más. Quiero volver a ser Cerezo... Tu Cerezo. - sonrió contra su boca.
Naruto sonrió, abrazándola con fuerza y besando su frente.
- No volveré a llamarte Sakura, porque tú eres mi Cerezo. - Sakura sonrió y enterró su cabeza en el pecho del joven.
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¡Pues ya está el capítulo 11! A partir del próximo capítulo espero meter más acción. Este me ha quedado un poco soso y pasteloso
Aunque con el calor que hace no sé ni cuanto me llevará escribirlo, pero espero que no mucho
Espero vuestros comentarios. BYE!
Ean95- Aprendiz
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En El Gran Bosque.
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Re: El Bosque Azul. +18 (20/4/15) CAPÍTULO 24
Primer comentario! Ahorita lo éxito
belivexangel1- Sannin
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