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Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
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Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
jajaja quien los entiende esa relación odio/amor me causa mucha gracia, ya no me enoja sera esperar haber que sucedes después de ese encuentro romántico y si sakura sigue con la idea de irse de konoha espero no demores en poner la continuación.
aduzumaki- Sennin
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Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
Hola chicos ya llevo un tiempo sin subir nada asi que decidi dejar un par de capitulos espero y los disfruten
Capitulo 15
Capitulo 15
- Amistad:
- Sakura nunca había asistido a un funeral y no estaba segura de qué ponerse. Además, hacía un calor abrasador y eso limitaba sus opciones. Se decidió por un vestido verde sin mangas y unas sandalias color crema. Había sido Karin la que le había comunicado dos días antes que iban a reunirse en honor a la demasiada corta vida de Anko y le había pedido que llevara una ensalada. Ya que no le había especificado qué clase de ensalada, Sakura se había decantado por su favorita, una de pasta y mezcla de lechugas que era sana y deliciosa a la vez. Normalmente le gustaba hacer ensalada, pero esa mañana su corazón no había estado demasiado animado. La muerte de Anko era demasiado triste, su vida había terminado demasiado pronto y, aunque no se habían visto en años, sentía la pérdida de alguien a quien había considerado su amiga. Había hecho lo posible por evitar pensar en cuándo le llegaría a ella su hora y se había imaginado a un montón de gente sentada en una silenciosa sala, hablando en voz baja e intentando no llorar. Pero cuando llegó al bar de Temari, se sorprendió al ver que allí había una fiesta. El salón principal estaba lleno de gente riéndose y charlando. De fondo sonaba música y en una gran pantalla de televisión podían verse fotografías de Anko y de un guapo hombre joven con uniforme de marine.—Hola. Gracias por venir. Estamos llevando la comida a la parte trasera —le dijo Karin cuando entró—. Sobre las mesas de billar.—. Iré a dejar esto con la otra comida.—Genial. Temari está sirviendo martinis de uva roja en el bar. Anko y ella los inventaron una noche hace como un año y son sorprendentemente buenos.Teniendo en cuenta que apenas eran las dos de la tarde y que tenía tres niños que volverían a casa sobre las cuatro, Sakura se dijo que sólo tomaría uno. Fue hasta el bar, se detuvo para saludar a la gente que conocía y sintió cómo iba relajándose. No era muy probable que alguien la atacara verbalmente en el funeral de Anko, ya que era un momento para centrarse en la joven mujer que había muerto. Después de dejar la ensalada junto a los otros muchos platos, volvió al salón principal, donde vio a Ino hablando con un grupo de mujeres. Sakura empezó a acercarse y se detuvo, dudando si unirse o no al grupo, pero Ino tomó la decisión por ella al disculparse ante sus amigas e ir a su lado.—Hola —le dijo con los ojos rojos de llorar. Se le había corrido la máscara de pestañas y estaba pálida—. Estoy hecha un desastre.—Estás echando de menos a tu amiga —dijo Sakura dándole un impulsivo abrazo—. No pasa nada por estar hecha un desastre.Ino la abrazó y dio un paso atrás. —Supongo. No puedo creer que se haya ido. No es una sorpresa y aun así no puedo dejar de pensar en ello.—Nunca esperamos que la gente muera, ni siquiera cuando sabemos que se van a ir.Ino asintió lentamente. —Tienes razón, pero saberlo no hace que sea más fácil.—Lo siento. Te llevará tiempo.Los ojos de Ino volvieron a llenarse de lágrimas. —Es tan injusto, ¿verdad? Anko era una dulzura, un encanto. Ya había perdido mucho y ahora ha tenido que morir así.Sakura no sabía de qué hablaba su amiga. —Creía que estaba enferma.—Sí. Me refiero a lo otro. Estaba casada, él era soldado.Sakura miró a su alrededor, pero no vio a ningún hombre que encajara con esa descripción. —¿Sigue allí?—Murió. Como sabían que existía esa posibilidad, decidieron asegurarse de tener hijos. Utilizaron la fecundación in vitro para crear varios embriones antes de que él se marchara, por si acaso.—¿Anko tiene hijos? —eso lo empeoraría todo.—No exactamente. Después de que su marido muriera, fue a que le implantaran los embriones, y durante un examen rutinario le descubrieron el cáncer. ¿Te lo imaginas? Ni siquiera podía tener los hijos de su marido. No sé cómo podía seguir levantándose cada día. Era tan simpática y buena. Yo nunca seré así.Sakura volvió a abrazar a su amiga. —Tú eres perfectamente buena.—En realidad no. Lo intento. En el instituto fui una persona horrible, pero eso tú ya lo sabes. Quiero ser mejor. Tengo su gato y juro que haré todo lo posible por hacer que ese animal sea feliz —volvió a sollozar—. Supongo que debería comprarme un libro, algo como Felicidad gatuna para principiantes.Sakura no pretendía ser insensible, pero no pudo evitar reírse. —No estoy segura de que ese título lo hayan publicado ya.—Tengo que hacer algo. Supongo que he de estar agradecida de que sólo me haya dejado al gato. Tenía esos embriones… No sé qué hacer con ellos.Sakura no había pensado en eso, pero tenía sentido. Anko se habría quedado preocupada al no saber qué sería de sus hijos no nacidos. —Sería mucha responsabilidad.—¿Pensar qué hacer con ellos?—Claro. En ello va implicado tener a los bebés y criarlos.—Me alegra de que no sea yo. Un gato es todo lo que puedo atender. No soy muy maternal.—No se sabe hasta que no lo intentas.—Me cuesta mantener vivas a las plantas, así que no sé cómo me iría criando a un niño.Sakura sacudió la cabeza. —¿Crees que yo estaba preparada para tener a Ryu? Haces lo que hace falta. Al principio es duro y después todo es más sencillo.—Necesito un trago —dijo Ino—. Vamos a ver qué hay por ahí.Fueron hasta la barra y antes de llegar a ella, una mujer mayor se detuvo para mirar a Sakura. Sintió un vuelco en el estómago y se preguntó si podría escapar por la parte de atrás, pero antes de que pudiera trazar un plan, la mujer le dijo: —Deberías haberte casado con él —dijo mirándola con unos ojos marron, tanto como su pelo. Llevaba un vestido sin forma de estampado floral que le llegaba a las rodillas—. Es una vergüenza. En mi época, si una chica se quedaba embarazada, se casaba con el padre del niño. Ahora los jóvenes tenéis sexo y no os preocupáis por las consecuencias.Sakura abrió la boca y la cerró. ¿Qué podía decir a eso? Tenía la mente en blanco. Ino se puso delante de ella y sacudió el dedo índice hacia la mujer.—Largo. No sabes de qué estás hablando. Sakura era una niña. Si estás tan preocupada por lo que es correcto, ¿por qué no hiciste algo entonces? ¿Por qué no le hablaste así a la madre de Sakura? Todo el mundo sabía lo que estaba pasando en su casa. ¿Dónde estaba tu código moral entonces?La mujer apretó los labios. —Bueno, yo nunca…—Ahora ya lo sabes —dijo Ino firmemente—. Es el funeral de mi amiga. ¿De verdad crees que Anko querría que hablaras de esa forma aquí?Sakura, sintiéndose apoyada, esperaba que la mujer le respondiera bruscamente a Ino. —Tienes razón —dijo La mujer y se giró hacia Sakura —. Me disculpo. Por Anko.—Gracias —dijo Sakura, sorprendida.Ino se agarró del brazo de Sakura y fueron hasta el bar. —¿Lo ves? No es tan malo estar aquí.—Pero no siempre puedo contar con que me rescates.—Lo haré, si estoy delante. Y que conste que eso dice mucho de la maravillosa persona que soy.Sakura aceptó la copa que Temari le entregó. —¿Lo dices porque no me merezco que me defiendan?Ino tomó su bebida, dio las gracias con una sonrisa, y se giró hacia Sakura. —Andas increíblemente derecha para ser alguien con una gran esquirla en el hombro. Es impresionante.—Yo no tengo ninguna esquirla.—Oh, por favor. Es enorme, del tamaño de un coche pequeño. Debe de costarte mucho dormir.—¿Estás borracha?—No, pero tengo pensado emborracharme —dio un gran trago al martini—. Lo que quiero decir es que eres tan condenadamente perfecta, que debería odiarte, pero aquí estoy poniéndome de tu lado. Deberías estar agradecida y tal vez podrías comprarme un diamante o algo así.Sakura apenas se había terminado su copa y la cabeza ya le daba vueltas. —No soy perfecta.Ino volteó los ojos. —Como si eso fuera verdad. Mírate. En el instituto eras preciosa y ahora lo eres más todavía incluso. Y lo peor de todo es que no parece que lo sepas. No vas por ahí intentando ser atractiva, lo eres sin más, naturalmente. ¿Alguna vez me has visto por la mañana? No. Bueno, pues deja que te diga que sin arreglarme seriamente no puedo salir de casa. Asustaría a los niños de por vida.Sakura no sabía si debía reírse o salir corriendo. —Estás loca.—Puede, pero es verdad. Y lo más horrible de todo es que eres inteligente. Todo el mundo lo sabe. En el colegio, los profesores siempre hablaban de ti. «¿Por qué no puedes ser inteligente y responsable como Sakura?» —repitió ella en tono burlón. Ino dio otro sorbo—. Nos lo pusiste muy difícil a todos.Ahora Sakura no podía dejar de reírse. —No es verdad.—Claro que sí. Lo hiciste y ahora, mírate. Eres una escritora famosa, tienes una beca en tu nombre, un hijo fantástico, ¿y qué tengo yo? Un gato al que no le caigo bien y tres plantas muertas.Ino parecía abatida y algo achispada. Sakura le agarró la mano con fuerza. —No soy todo eso, y tú eres mucho más de lo que has dicho. Tienes un gran trabajo y mucha gente que te quiere. Anko te adoraba.Ino se secó las lágrimas de los ojos. —Es verdad, y era genial. Pero tú tienes carácter y yo nunca lo he tenido.—Tienes mucho carácter, confía en mí.—¿Lo prometes?—Lo juro.Naruto pulsó el botón para aumentar la intensidad de la elíptica. Era media tarde y el gimnasio estaba tranquilo. Unos cuantos chicos del instituto estaban trabajando con pesas y había una clase de yoga en la zona cerrada en el extremo del edificio.—Así es como entrenan las chicas —farfulló Naruto mientras se secaba el sudor.Gaara le sonrió. —Podríamos haber ido a montar en bici.—No he tenido tiempo. A diferencia de ti, trabajo para ganarme el pan.—Yo sí trabajo —protestó Gaara—. No muy duro, pero trabajo.Su amigo lo había llamado para proponerle que fueran juntos al gimnasio; habían hablado sobre un paseo en bici, pero Naruto tenía reuniones esa tarde. Por mucho que le habría gustado hacer una ruta por las montañas, tendría que esperar a otro día. —Puede que este fin de semana, si no estás ocupado con Ryu.—¿Por qué estás libre el fin de semana? — Naruto sabía que su amigo, un recién casado, pasaba cada segundo con su esposa.—Matsuri y la alcaldesa se van a Iwagankure a comprar la habitación del bebé.Naruto sonrió. —¿Y no quieres ir a elegir colores y accesorios?Gaara se estremeció visiblemente. —No, gracias. Sólo quiero que el bebé esté sano.—Y que sea un chico.Gaara se rió. —No le diría que no a un niño, pero vamos a esperar para saberlo, Matsuri quiere que sea una sorpresa.Naruto sintió cómo le ardían las piernas y aumentó el ritmo de la máquina. —¿Estás asustado?Gaara se encogió de hombros y asintió. —A veces. Cuando pienso en ello. ¿Qué sé yo sobre ser padre?Naruto podía entenderlo, aunque la diferencia era que Gaara podía empezar desde cero, con un recién nacido. Claro que, un bebé suponía muchas más preocupaciones. —Te entiendo.—¿Qué tal con Ryu?—Bien, genial. Es inteligente y divertido. Y muy atlético.—¿Te ves reflejado en él?—Sí, pero también tiene mucho de Sakura.—¿Es eso malo?—A veces —admitió Naruto secándose el sudor—. Intento sobrellevarlo porque no tengo elección, pero cuando me paro a pensar en lo que hizo… — agarró la botella de agua y dio unos tragos. Meterse otra vez en ese terreno no solucionaría nada, se recordó Naruto. Era una pérdida de tiempo y de energía.—¿Te habla?—Claro. ¿Por qué?—Por lo de la citación. Pensé que te perseguiría con algo afilado después de eso.—No le hizo ninguna gracia y yo no fui muy inteligente, pero ya está hecho.—¿No puedes retirarla?Naruto pensó en la jueza. No parecía la clase de persona que apoyaría que cambiara de opinión y tampoco quería comprobarlo y arriesgarse a acabar en la cárcel. —Pensaremos en un plan.—Matsuri me dijo que Ino le dijo que Sakura volvió en cuanto se enteró de que estaba embarazada, pero que estabas con otra.—Estaba dormido —protestó Naruto.—Con Ino en tu cama.—De todos modos…Gaara agarró una toalla y se secó la cara. —Lamento decirte esto, pero Sakura tiene mucha razón. Se marchó porque la humillaste y después te encontró en la cama con otra cuando volvió para contártelo. Es imposible que tú quedes como el bueno.—Me ocultó lo del niño. Nada excusa eso —Naruto había perdido algo irrecuperable.—No estoy diciendo que eso sea una excusa. Estoy diciendo que no estás libre de culpa.—Puede que no —no quería pensar en eso—, pero todo habría sido distinto si se hubiera quedado. Si me hubiera despertado. Si me hubiera golpeado con algo.—Ella no es así.—¿Y cómo lo sabes?—Se marchó. Estaba dolida y se fue sin hacer ruido. Puede que no quieras admitirlo, pero por lo que yo puedo ver, ha hecho un gran trabajo con su hijo.—Lo sé —no tenía ninguna queja sobre Sakura como madre.—Tal vez no es ella con quién estés enfadado.A Naruto le dolían las piernas, pero siguió moviéndose, no quería oír las palabras de su amigo y mucho menos pensar en ellas. Pero entonces la máquina pitó indicando que su programa de treinta minutos había finalizado.—Es verdad que Sakura no te lo contó al descubrirlo, pero lo importante es que volvió.Naruto bajó de la máquina y agarró su toalla. —Gracias por ponerme al día.Gaara ignoró el comentario. —Hinata te ocultó la verdad. Era tu esposa. Deberías haber podido confiar más en ella que en nadie. Confiabas en ella.Naruto estaba furioso, pero recordó que a su amigo también lo había traicionado una mujer y que tal vez sabía de lo que estaba hablando. —Se sentía amenazada. Estaba embarazada cuando nos casamos.—Me lo imaginaba.Naruto enarcó las cejas. —Vamos —dijo Gaara mientras limpiaba con desinfectante el manillar de la máquina que había utilizado para después pasárselo a Sakura —, nunca fue tu tipo. No podía creerme que estuvierais juntos.—Yo necesitaba despejarme un poco y ahí estaba ella en el momento justo. Había estado trabajando mucho, aprendiendo el negocio, empezando con los molinos y no había tenido tiempo para salir. Un día Hinata entró en mi despacho y me vi interesado por ella.No se molestó en decir que lo suyo no habría durado, ya había sido bastante admitirlo ante Sakura. Por razones que no podía explicar, había querido que ella supiera la verdad, pero no hacía falta que nadie más conociera esa información. A pesar de las circunstancias, Hinta había sido su mujer y se merecía su lealtad.—Estaba embarazada de pocos meses cuando Sakura apareció y yo estaba fuera de la ciudad. Seguro que la noticia la dejó asustada. Yo le había hablado un poco sobre Sakura, así que tenía idea de lo seria que había sido nuestra relación para mí. Si a eso le sumaba que ya tenía un hijo con ella, se habría asustado de pensar que no me preocuparía Hinata. Quería concederle el beneficio de la duda, quería creer lo mejor de ella, pero lo importante era que ella se había guardado el secreto hasta el final. Incluso cuando ambos sabían que se moría, no le había contado lo de Ryu. Y eso era muy difícil de perdonar.—Aún estás cabreado —señaló Gaara.—A veces.—¿Y no crees que estás pagándolo todo con Sakura porque no puedes arreglar las cosas con Hinata?Naruto miró a su amigo. —¿De qué estás hablando?—Sólo digo que claro que Sakura tiene parte de culpa en esto, pero tú también y también Hinata. Pero Hinata no está aquí. Estar enfadado con los muertos nunca es bueno. Así que, ¿qué te queda? Sakura.Naruto se terminó su botella de agua, tiró el envase en el cubo de reciclaje, se echó la toalla al hombro y fue hacia el vestuario. Gaara fue tras él. Al cabo de un rato, salieron por la puerta giratoria mientras Naruto pensaba que las palabras de su amigo tenían sentido. —¿Cuándo te has vuelto tan agudo?—Ni idea.—No me gusta.—A mí tampoco. Me hace sentir como una chica, así que no se lo digas a nadie.El sábado amaneció tan caluroso como el resto de la semana. A las diez, casi llegaban a los treinta grados. El aire acondicionado de la vieja casa era cuestionable por decir poco, y eso significaba que estaba en la lista de reparaciones. Pero hasta el momento, el subcontratista no había aparecido por allí y eso era algo que Sakura hablaría con Naruto la próxima vez que lo viera. Mientras tanto, tenía tres niños a los que cuidar. Rin y Moegi estaban discutiendo por quién utilizaba el teléfono y la pequeña decía que su hermana podía llamar desde su móvil, mientras que ryu se quejaba por tener que dejar de jugar ya a sus videojuegos.—Papá me dejaría jugar más rato —gimoteó cuando ella le quitó el mando.—Eso no lo sabes.—Claro que sí. Me deja hacer un montón de cosas que tú no.No dudaba que Naruto no estuviera limitando al niño ahora mismo porque estaba conociéndolo, así que se dijo que fuera paciente y comprensiva porque todo se iría arreglando con el tiempo.—Me alegra que estés llevándote bien con tu padre, pero ahora mismo ha terminado tu rato de jugar. Nos vamos a la calle, así que por favor, ponte el bañador.—Quiero ir a ver a papá.Ella lo ignoró y fue hasta las escaleras. —¡Quince minutos! —gritó—. El que no esté preparado, se queda aquí.Moegi corrió hasta las escaleras.—¿Adónde vamos?—A la piscina. Pasaremos todo el día allí.—¿Podemos comer perritos?—Sí.Rin se unió a su hermana. —Yo soy demasiado mayor para ir a la piscina.Sakura no estaba muy segura de si dejar a la adolescente sola en casa, y no porque tuviera miedo de que se metiera en problemas, sino porque era mejor que estuviera acompañada y divirtiéndose.—Llama a una de tus amigas e invítala a venir. Y tienes que estar lista en quince minutos. Lo digo en serio.Las dos se giraron y corrieron por el pasillo de arriba. Sakura subió las escaleras para ponerse el traje de baño. No tenía pensado meterse en el agua, pero había muchas probabilidades de que la salpicaran, así que mejor ir preparada. Ryu subió las escaleras lentamente murmurando algo sobre preferir estar con su padre. Les llevó casi media hora salir por la puerta, pero mereció la pena. Aunque había varias familias en la piscina, aún quedaban sitios en la sombra.—¿Qué tal si vamos allí? —preguntó Sakura señalando.—Veo a Udon —dijo Ryu—. Voy a preguntarle si quiere ir al tobogán.—Brit está con su madre —dijo Moegy—. ¿Puedo sentarme con ellas?—Mad está esperándome en el chiringuito — dijo Rin mientras se alejaba.Sakura le dio permiso a Moegi para que fuera a ver a su amiga y se vio cargando con todo hasta el punto que había elegido y colocando las toallas. Se echó loción protectora, se colocó un sombrero y abrió la novela de amor que se había llevado. Menos de un minuto después, sonó su móvil.—¿Diga?—Soy Ino, estoy en tu casa. ¿Dónde estás?—En la piscina. ¿Qué pasa?—Tengo los pósters impresos y quería asegurarme de que te parecían bien. Después de todo, eres nuestra estrella.Sakura frunció el ceño. Aunque agradecía que se hubiera tomado esa molestia, los pósters no eran asunto suyo. El trabajo de Ino era promocionar la firma de libros y el pueblo. Además, ya había visto los pósters en la reunión…, pero entonces cayó en la cuenta de que tal vez no se trataba tanto de enseñarle los pósters como de sentirse sola por echar de menos a Anko.—Me encantaría verlos, pero tengo a los tres niños aquí. ¿Por qué no te pones un atrevido bikini y te vienes?Ino suspiró. —No, gracias. Me iré a casa. No me encuentro muy bien.—Razón de más para echarte crema y ponerte morena. Vamos. Necesito desesperadamente hablar con un adulto.Ino vaciló. —Tal vez… De acuerdo. Ahí estaré. ¿Quieres que lleve algo?—¿Vino?Ino se rió. —No creo que me dejen abrir una botella en la piscina.—Probablemente no, así que tráete a ti misma. Hasta ahora.A Sakura le preocupaba que Ino cambiara de opinión, pero en menos de media hora, la otra mujer apareció con su toalla y una nevera portátil llena de agua fresca. Mientras Ino se quitaba los pantalones cortos y la camiseta, Sakura intentaba no envidiar las largas y esbeltas piernas de la mujer. Había que ser alta para tener ese genial aspecto.—Qué bien —dijo Ino, ya sentada sobre su toalla—. Hacía años que no venía a la piscina.—Yo he venido bastante desde que terminó el colegio. Los perritos calientes están buenos —miró a Ino—. ¿Cómo estás?—Bien. Echo de menos a Anko, pero el trabajo me mantiene ocupada, así que eso es bueno. Le he comprado un collar a Jake, como un modo de decirle que ahora que Anko no está, el uno tiene que cuidar del otro. Sakura no sabía qué decir. —Sé que es un gato —añadió Ino con una sonrisa—. No es que hablemos ni nada.—Bien, porque me habría preocupado por ti.—Estaba preparada para ponerle el collar cuando Karin me ha asustado — se detuvo—.Karin me ha dicho que una amiga le puso un collar a un gato que nunca había llevado uno y que se arañó tanto para quitárselo, que se cortó una vena o algo así y había sangre por todas partes. Lo último que necesito es volver a casa del trabajo un día y ver la escena de una película de terror en mi casa.—¿Estás segura de que Karin no intentaba ser graciosa?—No lo creo, pero de todos modos, no creo que Jake vaya a quitarse su collar.—Puede que sea un buen plan — Sakura pensó en la hermana de Naruto—. ¿Karin no hiba ayudar en el campamento?—Es la consejera jefe. Tiene un doctorado en Desarrollo Infantil. Sasuke Uchiha es el dueño del campamento y aunque ahora está abierto para el verano, quiere convertirlo en unas instalaciones para todo el año. Karin está ayudándolo con eso.Sakura frunció el ceño. —¿Sasuke Uchiha? ¿Por qué me suena ese nombre?Ino sonrió. —Oh, cielo, ¿es que no lo has visto? Está buenísimo. Es alto, moreno y muy guapo. Un macho latino. Jugaba como quarterback. Es inteligente y atlético. ¿Se puede mejorar?—Me parece que alguien está encaprichada…—Sólo en la distancia. Ahora mismo no me interesa tener una relación.—¿Por qué no?Ino vaciló. —No se me dan bien. Me gustaría tener una relación seria e incluso tener hijos, ser más maternal y conocer quince modos distintos de cortar un sándwich con estilo, pero no es lo mío. No sé si estoy hecha para eso.Había algo más en las palabras que dijo, como si estuviera ocultando algo y no se sintiera cómoda contando esa historia. Sakura no quería presionarla. Su amistad con Ino seguía siendo nueva, pero no podía evitar preguntarse qué secretos se estaba guardando su amiga. —Pues yo sólo conozco dos modos de cortar sándwiches y con eso tengo suficiente.—Mira, ya conoces uno más que yo. Además, tú eres una madraza por naturaleza. Te he visto con Ryu. Tenéis una relación fantástica.—Soy madre porque me quedé embarazada. Tenía dieciocho años. Era una cría y sabía que había cometido muchos errores. Pasé el primer año aterrorizada por si se me caía al suelo. Creo que lo más importante de todo es querer y amar. Los niños tienen que saber que son queridos.—Eso es verdad. Que no te quieran es terrible.—Lo sé.—Bueno, yo por ahora tengo al gato Jake y con eso me basta.—Por lo menos, él no dejará la tapa del retrete levantada.—Exacto. ¿Sabes? La abogada de Anko se ha puesto en contacto conmigo, quiere que vaya a hablar con ella. Me ha dicho que no había prisa, así que supongo que será algo sobre el testamento, sobre alguna transferencia formal de propiedad.—Asegúrate de comunicárselo a la ciudad —bromeó Sakura—. Hay que rellenar papeleo para la transferencia de mascotas.Ino se bajó las gafas de sol y la miró. —Eres muy graciosa, ¿lo sabías?Sakura se rió y Ino le sonrió. —Me alegro de que hayas vuelto.—No digas eso —dijo Sakura gruñendo.—¿Aún siguen acosándote las ancianas?—No son tan mayores. Hay cosas que me gustan mucho de estar aquí y otras que me vuelven loca.—¿En qué lista entra Naruto?—En las dos.—¿Lo ves? Los hombres son una complicación.—Y que lo digas. Sé que quiere tener una relación con Ryu y yo lo animo a eso, pero entonces va y comete una estupidez como lo de la citación judicial y quiero abofetearlo.—¿Puedo mirar cuando lo hagas? Me alegraría la semana.Sakura esbozó una leve sonrisa. —Seguro que a él no —suspiró—. No sé qué hacer.—¿Lo dices porque no sabes lo que sientes por él? ¿Cómo ibas a saberlo? Han pasado años, pero estuviste enamorada una vez y ahora tenéis a Ryu. Tiene que ser complicado intentar decidir si aún lo quieres.Sakura sintió como si el mundo se ladeara a la derecha y tuvo que aferrarse a la toalla. —No quiero a Naruto.—Hablando como profesional, puedo decirte que la negación es peligrosa. Lo estropea todo. No estoy diciendo que lo ames, estoy diciendo que tienes que decidir si podrías amarlo.—No. No pienso aceptar eso. Me negó en público ¡dos veces! Y nunca intentó ir a buscarme. Seguro que no había pensado en mí en todos estos años.—Interesante. ¿Así que tus sentimientos dependen de los suyos? No habría imaginado que fueras tan simple.—¿Cómo dices? Yo no estoy diciendo eso.—Es lo que has dicho.—La cuestión es que no me interesa Naruto de ese modo y yo no le intereso a él. Tenemos un hijo juntos, hay detalles que tenemos que solucionar y nada más.¿Amar a Naruto? Imposible. Apenas le gustaba. De acuerdo, lo deseaba, pero eso era distinto. Tener una conexión sexual no era significativo.—Te equivocas —añadió Sakura —. No podrías estar más equivocada.Ino agarró una botella de agua y la abrió. —¿No hay un verso de Shakespeare que habla sobre protestar tanto? No puedo recordarlo, pero bueno, no soy la literata aquí.—No, aquí eres la loca.En lugar de ofenderse, Ino sonrió. Sakura la miró, se cruzó de brazos y miró hacia la piscina. ¿Amor? Qué estupidez. Ella no amaba a Naruto. Como mucho, le caía bien y eso era por el bien de su hijo. Cualquiera que dijera lo contrario necesitaba terapia psicológica.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
Capitulo 16
- Familia:
- Eso sí que era una mala idea, pensó Sakura mientras esperaba delante de la casa en la que Naruto había crecido. Kushina la había llamado para invitarlos a ella y a los niños a cenar, como una especie de reunión familiar. Sakura había querido negarse, pero no se le había ocurrido ninguna excusa. Los hermanos de Naruto no estaban en la ciudad, pero Karin estaría allí, con lo que tendría que enfrentarse a tres miembros del clan Uzumaki. No dejaba de decirse que Kushina había sido perfectamente educada y simpática la última vez que habían hablado y que todo saldría bien, pero el problema era que no podía creerlo. Con un ramo de flores en la mano, fue hacia la puerta y llamó al timbre. Los niños se apiñaron detrás de ella mientras hablaban de la nueva ducha que habían instalado en casa en el baño de arriba. Por razones que Sakura desconocía, estaban entusiasmados con ella. La puerta se abrió.—Habéis venido —dijo Naruto.—¿Teníais alguna duda? —preguntó ella intentando no dejar ver su nerviosismo.—Estábamos haciendo apuestas.—Genial.Estoy de broma —dijo él dando un paso atrás—. Pasad.Ella entró y Ryu pasó después y abrazó a su padre mientras Moegi y Rin permanecían una pegada a la otra. Kushina apareció relajada y muy guapa con un conjunto verde de pantalón pirata y unas chanclas rosas brillantes. —Pasad, pasad —dijo mientras abrazaba a los niños. Agarró las flores que Sakura le había llevado—. ¿Qué detalle? Son preciosas y tengo el jarrón perfecto para ellas —se detuvo—. Pero está alto y no puedo alcanzarlo. Rin, cielo, ¿puedes ayudarme?—Eh, claro —la adolescente la siguió hasta la cocina.—Siempre he querido ser alta —le dijo Kushina—. Eres preciosa. No quiero ni pensar en todos los chicos que deben de estar colados por ti.—Yo tampoco —dijo Sakura cuando los demás entraron en la cocina. La cocina era luminosa y estaba claro que era el centro de esa casa. Las baldosas azules del suelo le daban calidez a los muebles blancos y a la encimera de granito negra. Había electrodomésticos de acero y mucho espacio de almacenaje. Era la cocina perfecta para una familia grande. Al otro lado de la puerta que había al final, Sakura vio la mesa del comedor, que estaba preparada para siete y aún le sobraba espacio. La familia de Uzumaki siempre había sido grande.—Esta noche haremos una cena sencilla —dijo Kushina mientras metía las flores en un jarrón—. Pollo a la barbacoa y ensaladas. He preparado tartas, así que con eso ya tenemos el postre. Ahora, vamos al salón. Estaremos más cómodos allí.Los condujo hasta una sala diáfana llena de sofás y sillas de aspecto cómodo y muchas mesas pequeñas dispuestas alrededor de una chimenea. Contra la pared del fondo había una larga barra de bar y en frente, una gran pantalla de televisión. Karin ya estaban en el salón. Se levanto cuando entraron.—¡Que guai! —exclamó Ryu al verla—. ¿De verdad sois hermana de papá?—Ajá —respondió Karin—, lo que significa que soy tu tía. Es guai. Sé que a mí me gustaría tenerme como tía. Soy Karin. Me has visto en la biblioteca y fui a tu casa a cuidaros una vez.—. Tomad asiento todos. Esta noche, Naruto está a cargo del bar. Hay limonada para los que no tengan edad de beber y, para los adultos, he preparado una sangría de frutas muy rica, o podemos tomar la bebida típica.—La sangría suena bien —dijo Sakura sentándose en uno de los sofás. Las niñas se sentaron a su lado y Ryu fue hacia la barra de bar y se sentó en uno de los taburetes.—¿Os gustaría ver sus fotografías de bebés? Moegi y Rin asintieron.Karin gruñó. —¡Mamá, por favor! Las fotos de bebés, no.—Estuve en reposo casi cuatro meses por ti, así que puedo hacer lo que quiera.Abrió varios armarios del mueble del salón y sacó unos cuantos álbumes. Moegi,Rin y Ryu la ayudaron. Karin suspirando lentamente se acercaron hasta donde Kushina se había sentado con los álbumes abiertos. Sakura se levantó y fue hacia la barra.—¿Lo hace mucho?Naruto sonrió. —Más de lo que debería. Era peor cuando mis hermanos estaban en el instituto y empezaban a salir con chicas. Tenían que traerlos a casa para conocer a mis padres, pero corrían el riesgo de que se sacaran las fotos. Mis hermanos pequeños se ganaban dinero distrayendo a mi madre para que no lo hiciera.—Eso casi hace que agradezca haber tenido una madre tan despreocupada.—No te pongas demasiado cómoda —la advirtió—. De un momento a otro empezará a lamentarse de que no tiene nietos. Yo me estoy librando un poco gracias a Ryu, pero mis hermanos están sintiendo la presión.Aunque estaba allí mismo, viendo cómo sucedía todo, una parte de ella se preguntó si era real. ¿De verdad había familias que interactuaban entre sí? ¿Que se reían y discutían y se querían a pesar de todo? Aunque Ryu y ella estaban muy unidos, sólo eran dos. O lo habían sido, pensó corrigiéndose. Su pequeña familia acababa de duplicarse en tamaño con la suma de Rin y Moegi. Sakura sintió cómo se le encogió el pecho y tuvo que respirar hondo.—¿Estás bien?—Supongo que sí —lo miró—. Soy responsable de ellas, de Moegi y Rin. Van a vivir conmigo permanentemente.Él parecía confundido. —Eso no es nuevo.—Lo sé; Nagato me lo pidió y accedí. Jamás se me ocurrió decirle que no, es sólo que… Antes no había terminado de asumir que son mi responsabilidad, que voy a tener que cuidar de ellas, llevarlas a médicos y dentistas, ayudarlas con los deberes y hablar de chicos. No estoy preparada para unas niñas adolescentes. Técnicamente, Rin aún no lo es, pero le falta poco.Él rodeó la barra y se sentó a su lado. —Lo estás haciendo genial, así que sigue adelante con tu plan.—No tengo ningún plan. No tengo nada. ¿Y si lo estropeo todo?—Dirás que lo sientes y empezarás de nuevo.Eso parecía demasiado simple. La responsabilidad de pronto le pareció abrumadora. Había pasado de ser la madre soltera de un niño a responsabilizarse de tres. ¿Y ahora qué? ¿Qué sería lo mejor para ellos? Se giró y vio a Kushina agachada sobre la mesa de café, pasando páginas del álbum. Ryu, Moegi y Rin estaban apiñados a su alrededor. Karin estaba al lado, corrigiendo o añadiendo historias. Eso era bueno para ellos, pensó. Ver a una gran familia en acción, sentirse formar parte de algo, ya habían sufrido bastante… Y ahora ella iba a sentirse peor porque en cuestión de semanas su plan iba a apartar a sus sobrinas de todo lo que habían conocido y se mudarían a Iwanguke. Conocía el argumento: su vida estaba allí, los colegios eran fantásticos y la casa lo suficientemente grande. Las chicas ya se acostumbrarían; los niños siempre lo hacían. Pero no podía escapar de la voz que le susurraba que quedarse en el pueblo haría que las cosas fueran más sencillas para todos. Bueno, para todos menos para ella. A Ryu no le importaría el traslado; tal vez protestaría por dejar atrás a sus amigos, pero lo cierto era que adoraba Konoha y ella tenía la sensación de que con mucho gusto cambiaría tiempo de estar con sus amigos por tiempo al lado de su padre.—Tierra llamando a Sakura. ¿Estás bien?—No me distraigas.Él alzó las manos, como mostrando que no iba armado. —Yo no soy el enemigo aquí, y tú estás muy rara.—Lo siento, lo siento. Estoy confusa por todo esto —y por él.—¿Puedo hacer algo para evitarlo?—¿Servirme una copa bien cargada?Él sonrió. —Hecho.La cena en la casa de los Uzumaki fue divertida y deliciosa. Para cuando la cocina ya estuvo limpia, un trabajo complicado porque demasiada gente estaba intentando ayudar, el postre comido y más fotografías vistas; en esa ocasión de Naruto de pequeño, ya eran casi las diez. Naruto insistió en acompañarlos a todos a casa y, después de abrazos para Kushino y de Karin, y de promesas de repetir la cena pronto, salieron al aire fresco de la noche. Una vez llegaron a la casa, Sakura les dijo a los niños que subieran para prepararse para irse a dormir y después se giró hacia Naruto.—Todos lo hemos pasado genial. Por favor, dale las gracias a tu madre por…Lo que fuera que tenía pensado decir quedó interrumpido por un beso. Naruto rodeó su cara con sus manos y la besó con fuerza. Ella reaccionó instintivamente, acercándose y separando los labios porque besar a Naruto siempre era maravilloso. Él no la decepcionó y, después de posar las manos en su cintura, la atrajo hacia sí. Su lengua invadió su boca, la saboreó, la exploró, la excitó. Sakura podía sentir cómo el calor y el deseo invadían su cuerpo; estar cerca de él ya resultaba demasiado tentador, pero acariciarlo hacía que le fallaran las rodillas. Estaba hambrienta, pero no sólo de sexo. Lo que ardía en su interior era un deseo por un hombre en concreto. Se apoyó contra él e intensificó el beso. Él respondió y sus lenguas se acariciaron frenéticamente mientras le acariciaba los pechos y sus pulgares rozaban sus tersos y sensibles pezones haciéndola gemir. Oyeron un ruido arriba, como si algo se hubiera caído. No estaban solos. Muy a su pesar, Sakura se apartó y él la soltó. Se quedaron mirándose a los ojos con la respiración entrecortada.—Maldita sea —murmuró él.—Y que lo digas.Sakura pensó que él tal vez le preguntaría si podía pasarse por allí más tarde, pero Naruto no lo hizo y eso, en el fondo, la alivió. Dado que aún dormía en el sillón, que en la casa no tenía nada de intimidad y que lo suyo aún no estaba resuelto, sabía que hacer el amor sería un error.—Debería irme. Ella asintió. —Esta noche lo he pasado muy bien.—Yo también, y eso que no me lo esperaba — respondió ella.Naruto sonrió. —No se lo diré a mi madre.—Gracias —se puso de puntillas y lo besó suavemente—. Hasta pronto.—Estoy deseándolo.La soltó y se marchó. Sakura esperó hasta que estuvo segura de que se había ido y después salió a la oscuridad del porche. El aire de la noche refrescó su encendida piel y Sakura rozó los dedos contra sus labios, como si con ello pudiera recrear las sensaciones del beso. Pero nada sería lo mismo que besar a Naruto. A regañadientes, volvió a entrar en la casa y subió las escaleras para darle las buenas noches a la familia.El domingo por la mañana, Sakura sacó una vieja máquina de hacer gofres y una batidora. Ryu se levantó temprano, como siempre, mientras las niñas seguían durmiendo.—Lo de anoche fue divertido —comentó mientras se servía zumo en la mesa—. ¿Viste esas viejas fotografías de papá? Me parezco mucho a él.—Lo sé. Cuando eras bebé, eras igualito a tu padre.—Después vamos a ir a jugar futbol —continuó diciendo su hijo con una sonrisa —. Me va a enseñar algunos trucos, dice que tengo talento. No sé si quiero tomármelo en serio y jugar profesionalmente, pero es muy divertido.Ryur bajó la mirada y volvió a mirarla a ella. —Dentro de unos años, seré lo suficiente mayor para ir a la escuela de futbol. Papá conoce a Gaara. Es ese futbolista tan famoso que dirige la escuela.«Todo un héroe», pensó ella con ironía. —Conozco a Gaara. Fui al instituto con él.Ryu se quedó boquiabierto. —Entonces sí que es viejo, ¿eh?Sakura se estremeció. —¡Ey, no tanto! Es un par de años mayor que yo.—Pero podría enseñarme cosas. Aunque, si no vivimos aquí, supongo que no podría ir.¡Genial! Así que ahora Rin y Moegi no eran las únicas que no se querían mudar. —Hasta dentro de unos años no podrías ir a esa escuela, así que no nos preocupemos por ello de momento.Ryu vaciló. —Pero si nos mudáramos aquí, sí que podría.—Sí, lo capto.Su hijo suspiró y asintió. —Papá dice que como soy tan bueno en Ciencias y Matemáticas podría estudiar muchas cosas en la universidad, como ingeniería o investigación.¿Habían estado hablando de sus planes para la universidad? —Tal vez primero deberías pensar en terminar el instituto.—Oh, mamá. Los planes son importantes. Y marcarse un objetivo. Es una cosa de chicos.—¿Es que las chicas no tienen objetivos? —preguntó mientras vertía la mezcla en la rejilla caliente. —Supongo que algunas sí, pero otras sólo quieren estar guapas.—Y algunos tipos sólo quieren jugar a los videojuegos e ir a fiestas.—Claro, pero eso es diferente.Su hijo, el sexista, se enojó levemente. Al parecer iban a tener que mantener una charla sobre la tolerancia y la igualdad. Tal vez Naruto sería el que se lo explicara todo y así podría ser algo más que el padre divertido. Mientras que agradecía que Naruto y Ryu se llevaran tan bien, sabía que estaban a mucho camino de ser padre e hijo. Ahora mismo, Naruto era el entretenimiento, la novedad, pero aún tenía que llegarle el momento de tomar decisiones difíciles, de enfrentarse a Ryu, de castigarlo.—¿En qué sentido es diferente?—A los chicos no nos importa nuestro aspecto y a las chicas no os importan los videojuegos. Rin se pasa una eternidad en el baño.—Moegi juega contigo.—Pero hay más chicas que son como Rin que como Moegi.—¿Y cómo sabes eso? ¿Es que has hecho alguna encuesta?—Estás enfadada… ¿por qué?—Porque estás dando por hecho cosas que pueden ser o no verdad. Estás dando mucho por contado. Es fácil decir que un grupo de gente siempre actúa de la misma manera, pero no es acertado.—¿Y por qué importa eso?—Porque la gente se diferencia más de lo que se parece. Los mayores problemas que tenemos en este mundo vienen porque asumimos que sabemos cosas de la gente. La gente toma decisiones basándose en el aspecto, en el género o en la raza, sin llegar a conocer a la persona en sí. Después dicen cosas y el resto del mundo lo oye y empieza a creerlo. Como consecuencia, tenemos un prejuicio cultural que afecta a toda clase de decisiones.Ryu la miraba como si no entendiera nada. Sakura sacudió la cabeza. —Deja que te lo explique de otro modo. Cuando Rin y Moegui se muden a Iwagankure con nosotros, Moegui estará en tu colegio, ¿verdad?Él asintió. —Viene de un pueblo pequeño y digamos que hay algunos alumnos y profesores que creen que la gente que es de pueblos pequeños es estúpida. Así que descubren que Moegi viene de uno y le dicen a todo el mundo que es estúpida. ¿Te parece eso justo?—Moegi no es estúpida. Es muy inteligente y divertida y simpática. Es mi amiga.—Lo comprendo, pero ¿y qué? Acabas de decir que no pasa nada por decir algo de alguien que no es verdad.Ryu se quedó en silencio unos segundos antes de decir: —Le harán daño a Moegi y yo me enfadaré mucho y podría meterme en problemas. Y todos mis amigos me ayudarán y ellos también se meterán en problemas.—Eso es un gran problema —dijo Sakura mientras colocaba un gofre sobre un plato—. Y todo porque alguien ha creído algo que no era verdad.—Supongo que sí que importa lo que digamos de la gente.—Sí. Y una pequeña palabra puede tener un gran impacto. Decir «a ninguna chica le gustan los videojuegos» es muy distinto de decir «a algunas chicas no les gustan los videojuegos».—De acuerdo. Así que cuando he dicho que las chicas no tienen objetivos, estaba equivocado. Algunas chicas no tienen objetivos.—Exacto —le dio su gofre.Él le sonrió. —Eres muy inteligente.—Gracias.—Puede que seas la madre más inteligente del mundo entero.Ella se rió. —Eso sí que puede ser verdad.Sakura había vivido entre armarios arrancados, moquetas levantadas, revestimientos de paredes y el insistente golpeteo de la instalación de los suelos de madera, pero el ruido que definitivamente la hizo salir de la casa fue el agudo sonido de una sierra para baldosas. Se llevó el portátil y una manta al extremo más alejado del jardín y se estiró bajo la sombra de un árbol. El sonido seguía siendo intenso, pero no la distraía. Miró hacia la casa. Incluso desde ahí, podía ver los cambios: se le había añadido una habitación y el dormitorio principal ya estaba casi terminado. Cuando lo estuviera del todo, pensaría en irse del sofá. Dentro, la cocina resplandecía, la pintura reciente le añadía luminosidad y la moqueta estaba afelpada. La casa había cambiado mucho desde que había vuelto al pueblo y ahora era prácticamente nueva. Pero por muchos cambios que le hicieran, Sakura no podía evitar la sensación de derrota y malestar cada vez que entraba en ella. Tal vez los recuerdos eran demasiado potentes. Fuera la causa que fuera, esa casa jamás sería su hogar. Tanto si se quedaba allí como si se marchaba, se mudaría de ella lo antes posible. Volvió a centrar su atención en el portátil. Después de cargar el procesador de textos, comenzó a leer las páginas que había terminado el día anterior y sólo le llevó unos minutos volver a meterse en la historia. Miró sus notas y comenzó a teclear. El asesino en serie de ese libro iba a por chicos adolescentes. La escena tenía lugar en el partido de baloncesto del instituto y cerró los ojos para imaginar qué se oiría y cómo sería estar en el gimnasio durante un partido importante. Dos horas después, se apoyó contra el árbol. La escena casi estaba terminada, le dolía la espalda por la incómoda posición y la sierra ya no hacía tanto ruido. En total, una mañana de trabajo bastante decente.La puerta trasera de la casa se abrió y Naruto salió al jardín. Llevaba una botella de agua en cada mano. «¡Madre mía, qué guapo está!», pensó mientras se fijaba en sus vaqueros desteñidos, en esas largas piernas y en sus estrechas y esbeltas caderas. Se movía con una elegancia masculina, como un hombre que se sentía bien en su propia piel.—¿No podías soportar el ruido?—Han podido conmigo con la sierra de baldosas.—Y yo que pensaba que eras indestructible —le ofreció una botella y se sentó en frente de ella sobre la manta.—No todo el tiempo —miró a la casa—. Están haciendo un gran trabajo. Gracias.—De nada. Tengo un buen equipo —señaló el ordenador—. ¿Cómo va el libro?—Bien. Ya me he metido suficiente en la historia como para escribir con fluidez. El principio siempre es una pesadilla. Pensar en quién es quién, por qué hace lo que hacen… esas cosas.—Haces que parezca un trabajo —bromeó él.—No me obligues a hacerte daño. Los dos sabemos que podría.—Estoy temblando de miedo.Se sonrieron y ella sintió un cosquilleo en su vientre. —¿Vas a seguir matándome?—No lo estaba haciendo, pero he cambiado de opinión.—¿Qué he hecho? —preguntó él con gesto inocente.—¿Qué no has hecho? Estás convirtiendo a mi hijo en un sexista.Naruto la miró. —¿De qué estás hablando?—¿Las chicas no se fijan objetivos? ¿Desde cuándo? Sé que eso lo ha oído de ti.—No pretendía decir eso. Estábamos hablando de lo importante que es marcarse un objetivo, saber lo que uno quiere e ir a por ello.—¿Y?Él se encogió de hombros. —Tal vez dije algo sobre que a las chicas no les interesaba nada más que la moda y hablar por teléfono.—Si no necesitara mi ordenador, te lo tiraría.—Lo siento. Es una de esas cosas que los chicos se dicen.—Ryu no es un chico sin más, es un niño y te adora, y para él, todo lo que digas es una verdad absoluta.Naruto parecía tanto complacido como avergonzado. —De acuerdo, tienes razón. Tengo que pensar antes de hablar.Ella abrió la boca para decir más, pero volvió a cerrarla. —¿Cómo dices?—Que tienes razón. No debería haber dicho eso. Y es más, hay muchas otras cosas que lamento. Como la citación judicial. Debería haber hablado contigo primero. Estaba furioso y ese estado no es el mejor para tomar una decisión importante.—Bueno, si vas a responsabilizarte y a mostrar arrepentimiento, ¿cómo voy a poder seguir gritándote?Naruto esbozó una media sonrisa. —Encontrarás una razón y después podrás matarme en tu libro otra vez.Ella enarcó las cejas. —Puede que ya lo haya hecho.Naruto se rió y dio un trago de agua. —Eres buena; esos libros son extraordinarios.Su cumplido la hizo sentir bien. —Gracias.—¿Hablas con algún detective?Sakura asintió. —La conocí en la guardería de Ryu. Estaba recogiendo a su hija y empezamos a hablar. Lee mis manuscritos y me dice lo que está mal.—¿Es madre?Sakura apartó su portátil, estiró un brazo y le dio una palmadita en el hombro. —¿Qué pasa contigo?¿Por qué eres un cerdo con otras mujeres?Naruto le agarró la mano, la llevó a su lado y la tendió boca arriba. —No tengo ningún problema con las mujeres — dijo inclinándose hacia ella —. He dicho «madre», no «mujer». Nunca pensé que un detective pudiera tener familia.—Claro, en la tele no suelen mostrar su vida familiar.—¿Estás diciendo que soy un simple y un superficial? —le preguntó él con una sonrisa—. Eres terriblemente arrogante para ser alguien que está completamente bajo mi poder.—Tú eres el único que cree que estoy bajo tu poder.—Sigue diciéndote eso.Se miraron y él bajó la boca mientras que ella hizo lo que pudo por no reaccionar al sentir su cuerpo contra el de ella. —¿Qué probabilidades hay de que uno de mis obreros esté mirando por la ventana?—Más del cincuenta por ciento.—Eso creía, maldita sea —se levantó—. Cambiemos de tema. ¿El hecho de estar aquí te ha hecho retrasarte con tu libro?—No voy demasiado mal.—Lo de este verano no puede haberte ayudado mucho con la fecha de entrega.—Es verdad, pero tiendo a tenerlo todo planificado por adelantado. Normalmente tengo menos tiempo para escribir en verano porque Ryu está en casa, así que por ahora voy bien.Él le apartó el pelo de la cara. —¿Qué hacías antes de convertirte en escritora?—Servía mesas. Igual que aquí. Eso es lo que hice al llegar a Iwagakure. Después, cuando engordé tanto que no podía caminar deprisa, me hice cajera de supermercado porque ahí podía estar sentada durante mi turno. Una vez que nació Ryu, empecé a trabajar en un bonito restaurante donde las propinas eran mejores.—No te lo tomes a mal, pero yo te habría ayudado.—Si lo hubieras sabido.Él asintió. Tenía razón, la habría ayudado. Sakura pensó en las largas y solitarias noches que había pasado después de llegar con Ryu del hospital y el terror que la había invadido por verse sola con un recién nacido. Había consultado algunos libros de la biblioteca, pero no tenía conocimiento real de qué hacer. Nunca había estado cerca de bebés y no tenía a nadie a quién preguntar. Tener ayuda le habría venido muy bien. Todo podría haber sido diferente. Al mirar atrás, no estaba segura de si habría sido mejor si hubieran durado como pareja. Después de todo, sus primeros relatos habían tratado sobre matar a Naruto de maneras distintas y creativas. Por otro lado, había estado segura de que si él hubiera tenido la oportunidad, habría querido conocer a su hijo desde que nació.—Lo siento —susurró.—Yo también.Sakura se acercó y Naruto la besó suavemente en la boca; después se quedaron mirándose un largo rato. Ella pudo leer todo un mundo en sus ojos y en ese momento supo que nunca había dejado de amarlo, que nunca había dejado de echarlo de menos, que nunca había seguido adelante con su vida. Y si se quedaba allí mucho más tiempo, corría el peligro de que él descubriera esa particular verdad.
mariland- Clan Suzaku
- Mensajes : 336
Edad : 30
En mi pequeño mundo feliz
0
Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
Reapareció meriland wiiii que no se note mi felicidad por dios fue demasiado tiempo ya creía que no lo continuabas y has traído dos esplendidos capítulos creo que por fin gaara hizo caer en cuenta a naruto que de cierto modo se esta desquitando de sakura de una forma irrazonable y al mismo tiempo esta aceptando el también parte de la culpa del no poder haber conocido a su hijo, haaa por fin se siente un poco de calma pero como dicen por ahí después de la calma viene la tempestad ojala no pase algo malo y me encanta como evoluciona la relación de sakura y naruto todo a su paso, para la próxima continuación por favor, por favorcito no demores.
aduzumaki- Sennin
- Mensajes : 1026
Edad : 30
Omnipresente :D
0
Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
dios O_o me perdi tantos capítulos..
wua que avance... no me esperaba esto...
la verdad... espero que formen una familia..
muy unida y ese naruto se comporte como un
hombre...jajaj lo se me oi muy feminista jaja
bueno.. saludos!! espero la continaucion..conti
conti....
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wua que avance... no me esperaba esto...
la verdad... espero que formen una familia..
muy unida y ese naruto se comporte como un
hombre...jajaj lo se me oi muy feminista jaja
bueno.. saludos!! espero la continaucion..conti
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Miu Misaki- Clan Seiryuu
- Mensajes : 216
Edad : 26
Mexico
0
Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
Hola. Esta muy bueno como puedes dejarlo asi espero conti
Re: Lo correcto... capitulo 15 y 16 ACTUALIZADO 18/04/15
Contii tienes que continuarlo está increíble
Rosethe300- Novato
- Mensajes : 14
Edad : 29
Me perdí!!
0
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