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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Terminados
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Re: • The Moon (+13)
CAPITULO XIV
Del día a la noche
Del día a la noche
La luz de la luna es tan hermosa,
simplemente no puedo escapar.
Déjame descansar a tu lado un momento.
Un momento, sólo un momento.
simplemente no puedo escapar.
Déjame descansar a tu lado un momento.
Un momento, sólo un momento.
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-Todos han trabajo muy duro esta semana.
El Rey miro al grupo de súbditos, todos hombres de la nobleza. La Sala Real, se componía de una amplia habitación con pisos de madera, extensas ventanas que surcaban de techo a piso. En el altar de Su Majestad, finas telas de ceda, vasijas de la más exquisita cerámica, algunas de ellas rebosantes de frescas flores. El trono de Naruto, era una espaciosa y fuerte montura de madera con incrustaciones en oro, al frente una mesa enana con las mismas condiciones. A cada lado enormes candelabros del metal dorado.
En la habitación figuraban los colores rojos con mayor generosidad, en menor cantidad el verde y almendra. Los hombres de la corte, se sentaban en el suelo en dos hileras dobles. Cada una al lado de la habitación dejando el centro libre. Veinte hombres, diez a la derecha otros diez a la izquierda. Ambas filas se miraban de frente de este a oeste. Por su parte Su Majestad se disponía de norte a sur, acompañado únicamente por su hombre de confianza Kakashi Hatake.
-A pesar de que esta muy carente de preocupaciones, quería disminuirlas aún más Su Majestad –explico Izumo Komizuki –He pasado largas horas de trabajo, sin permitirme dormir.
-Lo sé, es muy carente, muy carente- dijo el Rey arrastrando las palabras –Me pregunto si has dormido lo suficiente- Naruto tomo el pergamino en sus manos y lo ojeo -¿Acaso no estas usando la gente de la construcción como esclavos?- él hombre negó asustado.
-Su Majestad, no es eso. Solo que la construcción debe hacerse rápido.
-¿Cuál es la prisa?
-Es una zona apreciada por la Reina Madre. Nuestra meta es terminarlo antes de su cumpleaños.
-¡Ah!- exclamo con ironía -¿Así que un regalo de cumpleaños es más importante que el bienestar de la gente de Konoha?
-Esto es algo que Su Majestad ya aprobó- reclamo Hiashi Hyuga.
-Lo he aprobado- afirmó –Sin embargo, yo no les ordene que mandaran a gente de este pueblo a hacer trabajos forzados ¿Cuándo les ordene eso?
-Su Majestad- intervino Izumo –Es una construcción en gran escala así que necesitamos…
-De lo que estoy más curioso- interrumpió Naruto –Es donde están todos esos trabajadores utilizados. Durante los dos últimos años de construcción, muchos de ellos han desaparecido- El joven se rasco la barbilla –¿Dónde habrá ido toda esa gente?- pregunto sarcásticamente –Es lo que me pregunto- Naruto miro con cierta aversión al grupo de hombres -Antes de que todos salgan de su jornada de trabajo, deberán darme la lista de trabajadores, el proceso de la construcción y los libros de contabilidad. Todos serán reportados a mí, en detalle- ordeno, cerro sus ojos controlando la furia cada vez más en aumento –Después de mirar cuidadosamente por encima, la pregunta es ¡¿A quién haré rendir cuentas?!
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La noche cayo con presteza, la brisa fría se filtro victoriosa en cada rincón del Palacio de Kitsune y en los huesos cansados de la vieja mujer que marchaba a paso presuroso, tanto como lo permitían sus piernas. El chillar de un ave le asusto, giro. Sensibilizo su oído, pero su miedo era infundado, no era perseguida. Volteo su cuerpo y anduvo por el camino adoquinado hasta chocar con el edificio que buscaba, se dirigió al jardín trasero. Un hombre le esperaba. Al acercarse a él retiro con lentitud el velo que ocultaba su rostro, mostrando un cabello grisáceo, piel pálida y muchos años encima. Sus ojos estaban blanquecidos, debía de estar ciega desde hace ya varios años. Pudo notar que el hombre le daba la espalda.
-¿Pidió verme?- susurro.
Él hombre volteo hasta toparse con los ojos extinguidos de la vieja. Sonrío.
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que dejaste tú puesto en el Pabellón de Luna?
-¿Perdón?
-Me estoy preguntando cuánto tiempo ha pasado desde que fuiste la Suma Sacerdotisa.
-Él próximo año, serán ocho años- el hombre asintió.
-Estoy pensando en buscar el momento adecuado para ponerte de nuevo en esa posición, Sacerdotisa Chiyo.
-¡Estoy enormemente agradecida por su bondad!- dijo con sorpresa –¡Déme cualquier orden!
-Pero parece que no estas preocupada por tú ceguera, mucho menos por la salud de Su Majestad.
-He oído que esta más saludable- excuso -¿Estoy equivocada?
-Y es por eso que estoy preocupado- comento con ironía –Cuando necesita estar sano, es débil. Y cuando necesita estar débil, es sano.
-Mientras Su Majestad estaba ausente de palacio, he colocado un talismán en los cuartos del Rey- afirmo la vieja –Si usted me da la orden, entonces verá inmediatamente los efectos de la magia en su cuerpo- El hombre asintió mientras una carcajada contenida salía de su garganta.
-Mañana… Tendré que preocuparme por el poco saludable Rey- dijo complacido Hiashi Hyuga.
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Naruto miraba inerte los pergaminos sobre su mesa. Era un poco más de la media noche, como era costumbre su mente era invadida por los problemas de trabajo y la angustia creciente de su pueblo. Sus noches eran tormentosas, solo acompañadas por las preocupaciones y el recuerdo persistente de su niña muerta. Cuanto tiempo había pasado desde que su corazón se sintiera a gusto y reconfortado. Quizás fue antes de que fuera nombrado Príncipe Heredero o acaso fue algunos años atrás al sentir la calidez de su Princesa. Suspiro.
Su mente se vio usurpada por los recuerdos de la joven, la muchacha tan parecida a su Sakura. Recordó las palabras dichas por ella, al igual que dagas incrustándose en su corazón, asesinando sus esperanzas. Cerró los ojos, no dejaría derramar una lágrima aquella noche.
-Su Majestad, soy Kakashi.
-Entra.
Las damas de la corte abrieron la puerta de la estancia de su Majestad. Una vez dentro, saludo doblando su espalda hacia delante. Le miro por un largo rato.
-Mi Rey, la Reina está aquí.
-¿Ya olvidaste mi orden de que nadie puede entrar en este momento?- dijo sin abrir sus ojos.
Kakashi miro hacia ambos lados de la habitación y dio una ojeada a Naruto. Se sentó sobre sus pantorrillas y lo observo en silencio hasta que él joven abrió sus parpados.
-Su Majestad. ¡Por favor!- rogó Kakashi, detrás de él las mujeres de la corte repetían la suplica, tocando su frente contra el suelo. El peligris le observo demandante, Naruto arrugo su frente.
-Dile que entre.
-Invítenla a entrar- dijo Kakashi sonriendo a las mujeres.
Después de un par de minutos, las puertas se abrieron hasta mostrar a la joven Reina. Camino con maestría siendo reverenciada por los hombres y mujeres del lugar. Entró en las habitaciones, hasta encontrarse con Su Majestad.
-Bienvenida Reina.
-Supongo que esta sintiéndose mejor- dijo Hinata frente él, Naruto levanto su mirada hasta encontrar sus ojos grises.
-Como puede ver, estoy bien ¿Qué le trae aquí a estas horas?
Hinata miro a Kakashi que aún se encontraba allí. Apretó la boca, con la mirada le pidió salir. Él asintió con la cabeza. Luego de mirar a su Rey, se dirigió nuevamente al rostro de la Hyuga. Sonrío. Segundos después se retiro de la habitación. Ella cambio su rostro iluminado por uno más serio, tenía algo muy importante que hablar.
-¿Qué acabas de decir?- Miro a la mujer frente a él. Ella tenía las manos en su falda, sus delgados dedos apretaban las telas. Una mueca de dolor se asomo a su rostro, decidida se sentó frente a Su Majestad.
-Dije que debería traer una concubina real- El rubio burlo –Usted es un Rey con una gran ambición, un trono sin un heredero es como un castillo en la arena – ella le miro preocupada –Usted debe de tener a alguien que siga sus pasos, por el bienestar del país.
-Reina…
-No me atrevo a ver a mi familia sin sentirme culpable- explico angustiada, dejo los ojos azules para concentrarse en su falda –No me importa incluso si soy yo o no- aguardo las lágrimas en sus orbes y espero escuchar la voz de Naruto reconfortándole, pero su búsqueda fue negada –Usted debe traer una concubina para tener un hijo.
-¿Es así?
-Como madre del pueblo ¿Cómo puedo dejar que mis propios sentimientos estén en el camino?
-Yo- se mantuvo en silencio mirándola –Ahora entiendo porque todo el mundo la quiere y la admira. No sabía como se sentía. ¡Cuan difícil pudo haber sido para usted debido a que yo he sido imprudente!- la miro acongojado, ella arqueo sus labios hasta mostrar una sonrisa –Acepto su solicitud. Has como dices- le dijo con fuerte voz, Hinata le miro extrañada –Mañana… voy a hablar con los funcionarios de la corte para la inclusión de una concubina real.
Naruto sonrío, mientras le miraba con cierta insolencia. Hinata abrió su boca sorprendida por la reacción de su esposo, su ojo izquierdo impulsivamente comenzó a saltar.
-Su Majestad…
-Reina- dijo con regocijo.
-Si, Su Majestad.
Naruto sin dejar de perder contacto visual con Hinata, recostó su codo sobre la mesa que los separaba, acomodo el peso de su cabeza sobre su puño cerrado y sonrío.
-Yo…- dijo con voz sensual –Realmente odio su hipocresía. Por sacar un tema que no tiene intención de seguir- Naruto levanto su ceja derecha –Yo realmente odio su actuar también- ella rodó los ojos por la habitación, quizás sin saber como debatir aquellas crueles palabras –Si ha terminado con todas las cosas que iba a decir, entonces por favor váyase. Se esta haciendo tarde.
Naruto cerró sus ojos, dando por terminada la conversación. Se sentó de nuevo erguido tomando uno de los pergaminos. Hinata mantuvo la discreción y se levanto letnamente. Dio una reverencia a Su Majestad y luego marcho a la salida. Antes de abrir las puertas, se quedo un rato frente a ellas.
-¿Cuánto tiempo va a seguir anhelando una persona muerta?
Naruto miro la espalda de su esposa, reacciono interesado al ver la fisionomía de la joven temblar. Quizás por la furia o la depresión. Intento abrir su boca para reclamar su insolencia, pero su cuerpo se vio comprimido por una fuerza inexplicable. Su mano, se dirigió hasta su pecho, donde arrugo las telas en una intensión clara de menguar el dolor. Su corazón parecía querer explotar. Intento hablar, pero la pretensión más la falta de aire le empeoró. Su rostro se torno rojo y sus ojos comenzaron a lagrimear. Frunció su seño como ejemplo claro de su sufrimiento. Naruto jalo de las telas que resguardaban su cuello, buscando el aire vital. Miro a Hinata, extendió su mano derecha en busca de auxilio.
-Este es un lugar para una persona viva ¿Cómo una persona muerta puede quedarse con todo? En sus ojos ¿No puede ver mis sentimientos hacia usted? Hasta cuando… ¿Hasta cuándo puedo ver a una persona muerta como mi enemigo?
Explico Hinata entre sollozos. Cada pregunta, cada incertidumbre era como flechas incrustándose en su piel. Su voz era cada vez más fuerte y sus gritos más sonoros.
-¿Hasta cuándo… va a prestar atención… a mí?- suplico tartamudeando.
Hinata volteo, el furor fue transformado en ansia. La persona que más amaba, inclusive más que a si misma se hallaba desplomada en la mesa. Sus cabellos dorados inundaban el marrón color de la madera. Sus labios temblaron y el temor de perderle inundo cada centímetro de su cuerpo. Las lágrimas cayeron como cascadas en sus mejillas. Corrió a su lado, hasta caer a su costado. Sus manos trémulas se dirigieron hacia el cuerpo desmayado.
-¡Su Majestad!- Gruño con temor. Le tomo por el cuello y le enderezo hasta dejarlo caer sobre si misma. -¡Su Majestad! ¡Su Majestad!- cada palabra dicha era aún más difícil de expresar, acomodo su cabeza sobre su hombro –Necesito ayuda ¡¿Dónde esta la gente?!- grito.
-¡Su Majestad!- expreso Kakashi preocupado. De inmediato la estancia se lleno de mujeres -¡Vayan y busquen al médico real! De prisa.
Presurosos el médico real y sus asistentes ingresaron a las habitaciones del Rey, ignorantes del talismán que se encontraba bajo sus pies.
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-Él esta bien- suspiro aliviada –Como puede suceder esto cada vez que está con la Reina- consulto Kushina a su suegra, esta la miro con rencor –¡Lo lamento!- mostró una reverencia –Incluso el médico no conoce su enfermedad. Estoy tan angustiada.
-Si no puede curarse con el poder de una persona, entonces necesitamos el poder del cielo.
-¿El poder del cielo?
-Tenemos que llamar de vuelta Tsuname, la cabeza de las sacerdotisas.
-¿No tenemos ya a la Sacerdotisa Chiyo?- pregunto Kushina –Ella ha estado ayudando desde que Tsuname partió hace dos años.
-Ella solo ocupa ese puesto temporalmente. ¿No esta ella ciega? por ello fue sustituida en el pasado- exclamo –La enfermedad del Rey es a causa de su perdida de habilidades- explico la Reina Madre –En la presente Konoha, no hay mejor sacerdotisa que Tsuname. Ella puede curar la enfermedad del Rey. Y hacer que el Rey y la Reina estén juntos.
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-Encuentra esa joven por mi- dijo con dificultad –La mirada de esa niña me molesta.
Naruto arrastro sus palabras, la falta de oxígeno y su intento por respirar había dañado sus pulmones. Los que ahora le dolían con cada movimiento y cada inhalación. Shikamaru estaba a su lado.
-Su Majestad.
-Estoy seguro que…- dijo lentamente, tragando un poco de saliva –Ella esta escondiéndome algo. Debo encontrarla de nuevo y volver a comprobar.
-Eso no significo nada- indicó Shikamaru –Por favor olvídelo.
-Tú dijiste… ¿Qué nunca la has visto? La joven se parece a ella. Si estuviera viva, Sakura se vería así.
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-¡Ah!- grito la joven al verse reflejada en el espejo de mano -¡Estos ojos! ¡Estos ojos hinchados!- dijo angustiada, miro a la dama que tenía al lado -¡¿Qué vas a hacer con estos ojos?!- reclamo.
-Debido a que usted seguía comiendo hasta que se fue a la cama, eso efectivamente iba a suceder- explico angustiada la mujer.
-¿Qué hiciste para impedir que mis ojos se quedaran así?- un nudo se apodero de su garganta.
-En repetidas ocasiones le dije que parara. Es su culpa que no me escuchara.
-Deberías habérmelo advertido ¡Debiste haberlo advertido más y más! ¡Deberías habérmelo advertido hasta el final!- protesto llorando.
-Entiendo. He pecado grandemente. Usted no debe dejar…
La mujer intento tomar la mano de la joven, pero esta arrebato con un gesto de enojo, le impidió tomarla. Miro el techo de su habitación y suspiro.
-Todo está ahora… terminado- su frente se arrugo y su voz salio casi inaudible.
-¿Qué?
-Si Esposo ve este rostro… Él me odiará ¿Verdad?- tras pensar por un poco más –Él me averiará ¿Verdad? Sería abandonada ¿Verdad?- la mujer miro apenada a su dama, mientras sus ojos se llenaban de aún más lágrimas –Me echarían ¿Verdad?- La joven miro a la mujer y la tomo por las manos –Yo tendría que vivir en la calle hasta que me muera debido a alguna enfermedad ¿Verdad?
-Princesa. Debería haber un límite para su imaginación- le reclamó.
-Ni siquiera conozco el verdadero significado del amor…- dijo con desasosiego –Tomar la mano de mi marido y caminar juntos por un valle de flores. Decirle al oído que le amo, él sorprendido y sonrojado me tomaría por la cintura y dirigiría sus labios a los míos. Luego los días se convertirían en años y entre mis brazos acunaría el fruto de nuestro pasión- la joven poso sus manos en su caluroso rostro –Pero, yo y mi ser lamentable, pasa todos mis días sola en esta habitación- Ino, poso sus manos en su pecho y envío una al aire, en forma de suplica -¡Por favor perdóneme, Esposo!
La joven grito hasta dejar caer su cuerpo en la mesa frente a ella. El lamento y el golpe, alerto a la mujer dueña de la casa. Se dirigió presurosa a la habitación. Diviso a la joven con un ataque de angustia y llorando fuertemente.
-Princesa ¿Por qué esta así?-
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-¿Cómo puedes olvidar una fecha tan importante? Piensa en ello- reclamó –Como mujer ¿Crees que para ella fue fácil hablar sobre el tema de la consumación matrimonial?- miro a los ojos de su hijo –Su corazón siempre esta contigo ¿No te sientes triste por ella?
-Lo siento. Todo fue por quedarme hasta tarde leyendo libros- excuso, la mujer suspiro.
-¿Por qué eres tan parecido a tú padre fallecido?- su hijo bajo la cabeza -¿Estas intencionalmente evitándolo?
-Por supuesto que no.
-¿Entonces porque estas dejando sola la Princesa?
-Ella aún sigue siendo joven y mi padre acaba de fallecer. Hace dos años.
-La Princesa puede tener un aspecto joven. Pero ya no es una niña.
-Pero, insisto ella es muy joven y…
-¡Ella es una mujer! No la trates como una hermana menor. ¡Ustedes están casados!
-Lo sé.
-Ella ha mostrado afecto a nuestra familia. Tú padre nos lo dijo antes de morir, nunca debemos olvidar su ayuda.
-Voy a tener eso en mente, por favor no se preocupe.
Mebuki Haruno miro a su hijo y asintió. Lo tomo por el hombro, regalándole unas palmaditas de cariño. Sai le sonrío a su madre y confirmó un si con el movimiento de su cabeza. Él siempre cumplía sus promesas y seguramente a futuro sería más atento con la Princesa Ino.
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La mujer levanto sus brazos al sol y luego unió las palmas de sus manos. Cerró sus ojos, invocaría las fuerzas de la naturaleza. Podía sentir las piedrecillas bajo sus rodillas, como filosas agujas se asomaban por la delgada manta en la que se encontraba hincada. Frente a ella se quemaba incienso, atrás Sakura le miraba. La pasada noche había salido junto con Ten-ten de la choza y encontrado con su maestra.
-Maestra Tsuname, no he visto a Ten-Ten desde la mañana. Voy a buscarla.
-Todos sabemos a donde va- La mujer se levanto y tomo sus utensilios de oración –Ella volverá pronto, así que no te preocupes y vuelve a entrar.
Tsuname miro a Sakura y sonrío. Su gesto imprevistamente se borro, arrugo el rostro, noto varias pisadas de hombres acercándose. Su corazón dio un vuelco, tomo presurosa a Sakura de la mano y la dirigió dentro de la choza. –No salgas de aquí hasta que te indique- Su alumna trato de debatir, pero la puerta se cerro.
Una vez dejándola encerrada en la habitación, al fondo de la humilde casa. Se mostró a los tres hombres de la corte. Les invito a entrar.
-¿Cuál es la razón para buscarme?
-Venimos bajo las órdenes de la Reina Madre solicitando su regreso al Pabellón de la Luna- dijo Kotetsu Hagane.
-¿No esta la Sacerdotisa Chiyo ocupando mi lugar? ¿Acaso no hace un buen trabajo?
-¡Bueno mi trasero!- menciono Izumo Kamizuki –La enfermedad del Rey esta peor cada día. Así que como cabeza de las Sacerdotisas ¿Pretende seguir deambulando por ahí?
-Mis poderes espirituales se han debilitado.
-Más parece que se esta haciendo de la vista gorda- dijo Kotetsu.
-Estos últimos días, los poderes sobrenaturales del universo han cambiado. Nosotros necesitamos de su ayuda- dijo Iruka Umino.
-La Reina Madre, nos solicito que sin duda la trajéramos- explico Kotetsu –Imagine lo desesperada que puede estar.
-No importa cuantas veces lo pregunten- dijo decidida –Mi respuesta será la misma. Estoy cansada del Palacio y los nobles. Quiero descansar ahora.
-Acerca de la joven en la otra habitación… ella es quien registró como una sacerdotisa en el Pabellón de la Luna- explico Iruka -¿Es ella tú hija espiritual?
Tsuname miro a los hombres y sonrío nerviosamente. Dios sabía lo terriblemente asustaba que estaba y la poca ayuda que podría brindar a la joven. Su intento fortuito de pasar desapercibida había fallado, contradictoriamente había empeorado la situación. Su infame error fue haberla devuelto a Konoha. Se levanto, abrió la puerta mostrándosela a los hombres. Aquello era una invitación a salir.
-Pronto yo visitaré personalmente a la Reina Madre y presentare mi petición. Así que por favor váyanse ahora.
-Ella es una mujer testaruda. Tan obstinada- dijo Izumo.
-Pensar que enfrentara la ira de la Reina Madre es realmente preocupante- comento Iruka.
-Hemos venido hasta aquí…- Kotetsu miro a los hombres –No podemos irnos con las manos vacías.
-¿Qué?
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El otoño había iniciado y el viento cada vez se percibía más frío. Los árboles de cerezo estaban rebosantes de frutos, los que caían con las ráfagas más impetuosas. En la ciudad, Sakura caminaba por sus callejuelas polvorientas. Como una niña pequeña, se asombraba de los colores y olores. Algunos conocidos, otros nuevos. Su corazón se volvía ansioso al mirar tantas personas. Entro en una herrería y salio casi de inmediato. Miro a su alrededor.
Pregunto a una vendedora por el establecimiento más alejado de Konoha, se entero que se dedicaban a forjar espadas y lanzas de alta calidad. La travesía la llevo hasta las afueras del pueblo. Su corazón palpitaba con fuerza, había andado un largo camino y por una loma bastante pronunciada. Al final, su decepción fue enorme. El local estaba cerrado, busco hacia todos los puntos cardinales. No la encontraba, su amiga parecía haber desaparecido.
-Si ella no esta aquí, entonces ¿A dónde se fue?
Sakura situó su dedo índice sobre su cien y se concentro. Sin embargo, no pudo percibir ningún pensamiento o sentimiento de persona alguna.
-¿Yo ya perdí mis poderes espirituales?- se dijo a si misma –Entonces… ¿Qué fue lo vi aquel día?
La imagen de unos ojos azules suplicantes se apoderó de sus recuerdos. El cálido sentimiento percibido cuando sintió su mano junto a la suya. Su olor y su voz, eran elixires prohibidos. Negó con la cabeza. Suspiro, se vio obligada a olvidar las memorias sobre Su Majestad.
Camino cuesta abajo, para volver a su casa. Quizás Ten-Ten ya se encontraría allí. Las piedras en el lastre le obligaban a mirar al suelo, no deseaba caerse. Escucho escandalosas risas, miro al frente. Diviso tres hombres acercándose a ella. Un escalofrío inicio en su espalda terminando en su nuca, abrió los ojos en demasía. Aquellos hombres no venían con buenas intenciones.
-¿Quiénes son ustedes?
El hombre más alto y que justamente se encontraba en el medio, miro a la derecha y luego a su compañero de la izquierda. Con una señal de la cabeza les indico atacar. Uno de ellos portaba un costal de tela blanca, con el que arremetió contra la joven, ocultando su cabeza y la mitad de su cuerpo. Entre los otros dos tomaron los brazos de la joven. La levantaron hasta que sus pies se alejaran del suelo. Sakura intento deshacerse del ataque, pataleo con fuerza y grito con la misma intensidad. Pedía por un auxilio, que nunca llego.
-¡Quédate quieta!- gritó
Llegaron hasta una de las puertas laterales del Palacio de Kitsune. Los tres nobles enviados por la Reina Madre, eran escoltados por varios sirvientes. Entre ellos los secuestradores. Llevaban consigo un palanquín. Aquel era una prisión de madera, que imposibilitaba cualquier huida por parte de la joven de cabellos rosas.
Sakura estaba temerosa, no entendía su propia situación, ni los motivos. No había ambición en la voz de los secuestradores y no parecía estar en el artefacto adecuado para llevarla a una casa de venta de prisioneros. Se fijo a su alrededor, hasta notar lo angosto y pequeño de su encierro. Su corazón se acelero, su respiración se agito. Poso sus dedos por las hendijas que daban un poco de luz, zarandeo la madera. Tanto la puerta como la venta estaban cerradas herméticamente.
Su intento de huida se transformo en una profunda desesperación. La falta de aliento le obligo a respirar con más rapidez. Sus manos golpearon con violencia la madera y sus uñas rasparon las paredes hasta perderlas. La ansiedad y el nerviosismo de imágenes pasadas en esa misma situación la embargaron. Su cuerpo empezaba a híperventilarse, el dolor toráxico le impidió estar erguida, con dolor doblo su torso hacia delante.
Sus manos sudorosas golpearon su pecho, buscando aire. La joven poseía un terrible pánico a los espacios cerrados. La claustrofobia había emergido gracias a los recuerdos, que parecían olvidados. La niña enterrada viva.
-¿De quién… son estos recuerdos?- pensó.
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Queridos lectores:
Hola, muchas gracias por los comentarios. Hace rato que no "conversaba" con ustedes como se debe. Perdón por mi falta.
Bueno, creo que la historia cambia a partir de este capítulo. Sakura vuelve al lugar del que no debió haber salido. A pesar de que estará cerca de Naruto, lo que viene serán muchos sufrimientos. Las verdades están más cerca de salir a la luz. Creo que tanto Naruto como Sasuke, tendrán más que sospechas con la pelirosa. Ya veremos que pasa.
Espero les guste la continuación. Nos estamos leyendo pronto. Se cuidan muuucho.
marifa- Sannin
- Mensajes : 564
Edad : 40
나는 코스타리카에 있어요.
17475
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Re: • The Moon (+13)
Muy lindo el capitulo pero pobre Naruto que está enfermandose por culpa de ese talisman , a ver que pasa con Sakura dentro del palacio y lo más importante por fin se veran ??? xDD
Conti pronto !!!!
Conti pronto !!!!
Estefi chan- Sannin
- Mensajes : 700
Edad : 30
En el mundo shinigami....
4108
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Re: • The Moon (+13)
rayaos que problema y que pasara ahora que sakura vuelve a donde de vio de a ver estado antes ?
moi-06yoyo- Sennin
- Mensajes : 1677
Edad : 33
cuarto de sakura en su cama con ella
102064
Re: • The Moon (+13)
genial espero conti
MUERTE A HIAISHI COMO SE ATREVE
CONTIIIIIIII
MUERTE A HIAISHI COMO SE ATREVE
CONTIIIIIIII
cerezo en el viento- Aprendiz
- Mensajes : 142
Edad : 26
tratando de no caerme del arbol
0
Re: • The Moon (+13)
Excelente capitulo me imaginaba que ella regresaría al palacio rápido no de esta forma jeje, me encanto, ese Hiashi siempre intentando matar, otra vez usando los servicios de Chiyo me preguntó si algún día podría recapacitar esa sacerdotiza. Me gusta como va la historia y si es mucha angustia ya seguro es más emocionante el final, vamos creo que Sakura recuperará la memoria pronto.
Espero la contiiii
Nos leeremos como dices tú
Espero la contiiii
Nos leeremos como dices tú
eliannar- Moderador
- Mensajes : 631
Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
Posesiones :
Re: • The Moon (+13)
¡¡Hola!! ¡Aquí tienes a una nueva lectora!
¡Sinceramente me encanta tu fic! ¡Siento no haber comentado antes!
Espero que Saku-chan recupere pronto su memoria
Espero Contii
Saludos Marifa-chan
¡Sinceramente me encanta tu fic! ¡Siento no haber comentado antes!
Espero que Saku-chan recupere pronto su memoria
Espero Contii
Saludos Marifa-chan
Sakura Uzumaki- Aprendiz
- Mensajes : 66
Edad : 30
Por ahí... xD
925
Re: • The Moon (+13)
CAPÍTULO XV
Aún sin conocerte
Aún sin conocerte
Cuesta creer que todo llega en su momento
que Dios tiene un tiempo perfecto para ti y para mi
Cuesta creer, que en tiempos de desesperanza
nos quede un poco de confianza para ver
que aunque cuesta creer, si te canto me suspiras
y yo suspiro si me miras, cada vez.
Escats
que Dios tiene un tiempo perfecto para ti y para mi
Cuesta creer, que en tiempos de desesperanza
nos quede un poco de confianza para ver
que aunque cuesta creer, si te canto me suspiras
y yo suspiro si me miras, cada vez.
Escats
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
La miro con detenimiento como otras tantas tardes e igual cantidad de días en el pasado, desde hacia ya dos años. Se preguntaba si amor era el sentimiento adecuado para describir la relación con ella. Siempre reía al pensarlo, su notable inteligencia no era suficiente para entender las cosas del corazón. Ingenuidad o ignorancia. Él solo estaba convencido que albergaría con pesar el recuerdo de su hermana pérdida. Sin embargo, al percibir sus brillantes ojos y su sonrisa fresca llena de vida, admitía que aliviaba el pesar de su alma. ¿La amaba? No lo sabía, por ahora se conformaría por conservar la expresión alegre de sus labios. Por agradecimiento y nada más. Eso se decía.
-Desaparece, desaparece. ¡Por favor desaparece!- le escucho suplicar desesperada.
Sai se acerco sigiloso hasta la joven princesa, ella no noto su cercanía. Sentada sobre un tronco, tomaba en ambas manos una cuchara de metal que alzaba al cielo, las necesitaba frías y el viento ayudaría a su cometido. Sobre su cabeza se divisaba un viejo árbol, que cuidaba la residencia de los Haruno desde hacia ya varias generaciones. Sus hojas en un vaivén se iban desprendiendo, el otoño estaba en su esplendor.
La miro asustado cuando cerró sus hermosos orbes azules, carcajeo cuando ambas cucharas se posaron en sus ojos. Camino de puntillas hasta llegar frente a ella, se acuclillo y la contemplo expectante. -Por favor, desaparece- le escucho decir en un tono tan triste que le conmovió. Pero de inmediato su rostro se ilumino con una bella sonrisa, quito ambas cucharas de sus ojos. Y descubrió la sorpresa dibujada en sus facciones. Uno y al otro se miraron, el azul contra el negro se encontraron. Ella negó con la cabeza, se avecinó aún más y miro cada centímetro del cuerpo de aquel hombre. Suspiro.
-Lo añoro tanto que ahora veo alucinaciones- dijo la joven, el rio.
-¿Me veo como una alucinación?
Ella dio un grito asombrada, sus mejillas se incendiaron de un rosa brillante y la vergüenza se coló por todo su ser. Colocó de nuevo las cucharas sobre sus ojos ocultándoles, intentando escapar de aquel que le miraba con escepticismo. Sai cambio su expresión por una de ternura, se comportaba como una niña. Sus brazos se despegaron de su torso, para dirigirlas a las manos de la muchacha. Estaban frías. Lentamente las inclinó hasta llevarlas a su falda. Se encontró de nuevo con unos ojos color cielo, avergonzados. Ino agitó con rapidez su cabeza huyendo de la insistente mirada de su esposo. Las manos de Sai abandonaron las muñecas de la joven para dirigirse a sus mejillas, calmando su espíritu. Se aproximó a su rostro.
-¿Por qué sigues evitándome?- pregunto Sai.
-Mi rostro… luce terrible- ella desvío su mirada al costado.
-No luce terrible- Ino le miro sorprendida.
-Eso es mentira. Acabas de reírte.
-Me reí porque eres bonita.
-¿Realmente… me veo bonita?- expresó con una notable sonrisa.
-¿Alguna vez me has visto mentir?
-Entonces… ¿No vas a abandonarme?
-¿Cómo puedes decir semejante cosa?- Sai abandono su expresión y le miro resentido.
-¡Promételo!- suplico la joven.
Llevo su dedo meñique al rostro de Sai, casi chocando contra su nariz. Él volvió a sonreír.
-Que nunca me abandonarás no importa lo que suceda- dijo ella.
-Si digo que pondré mi vida en juego ¿Vas a creerme?
Sai cerró el trato, enviando su dedo meñique al de su esposa. Cruzaron ambos y lo apretaron con fuerza. Ino reparó, que su corazón estaba punto de explotar dentro de su pecho, carcajeo de felicidad y se lanzo con júbilo a abrazarlo.
-Prin… ¡Princesa!
Ambos cayeron al suelo, las secas hojas flotaron en el aire para caer sobre sus cuerpos. Las risas de él y ella se convirtieron en una sola.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Su corazón estaba un poco más calmado, reparo que lo mejor para Sakura era marcharse nuevamente de Konoha. Convencería a la Reina Madre de que sus capacidades como sacerdotisa eran insuficientes, cuidaría de la joven hasta que esta se casara y tuviera una familia. -¡Sakura!- expresó, recordó que la había dejado sola en la habitación.
La llamo por su nombre al llegar a la puerta, no encontró respuesta. Con lentitud la abrió hasta encontrarse con el cuarto vacío. Sus ojos se abrieron en demasía, busco en cada rincón. Se llevo las manos a la boca, su corazón se sintió adolorido y un mal presagio inundo su mente. Miro al pasillo y corrió por el. Grito su nombre por la casa sin resultado, busco la entrada. Se acomodó los zapatos en los pies y marchó presurosa hasta Shizune.
-¿Dónde esta Sakura?
-Ella dijo que buscaría a Ten-Ten.
-¿Qué paso conmigo?
Tsuname giro violentamente. Ten-Ten cerraba el portoncillo de madera tras de si, ingresando a la morada.
-¿Dónde estuviste? ¿No era tú deber proteger de Sakura?- gritó Tsuname –¡¿No te dije específicamente que no te dirigieras a la aldea?!
-¿Qué sucede?- señaló asustada la joven de cabellos pardos -¿Le sucedió algo a Sakura?
-¡Disculpen!- expreso la dueña de la posada –Me dijeron que le diera esto a usted- extendió el papel a Tsuname.
La Sacerdotisa tomo el papel con sus manos temblorosas. Agradeció a la mujer y esta marcho, dejando solas a las tres mujeres. Desdoblo el papel, la tinta negra expresaba un mensaje conciso –“Ya que usted se niega a venir, me llevaré a su hija espiritual en su lugar. Si quiere verla de nuevo, tendrá que regresar a palacio.”- Tsuname arrugo el papel en sus manos e indignada lo lanzo al suelo.
-¿Qué sucede?- dijo Ten-ten -¿Qué esta pasando?
-Empaquen sus cosas- ordeno la rubia –Tenemos que ir a Palacio.
-Sacerdotisa Tsuname ¿Le ocurrió algo a Sakura?- pregunto Shizune.
-¡¿Qué pasa con Sakura?! - grito la más joven.
-¡Dejen de hablar y apresuren a empacar sus pertenencias!- ordeno.
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Su respiración era parsimoniosa, casi imperceptible. La debilidad en su cuerpo la había llevado a un sueño profundo. Pequeñas gotas de agua salina se acomodaron en su cuerpo, especialmente en su frente y nuca. Era su sudor.
El golpe de los maderos chocando contra la tierra indicaba el fin del camino. Los cuatros hombres suspiraron cansados. Limpiaron su frente y miraron al cielo, era cerca de las tres de la tarde. Tras de ellos las puertas abiertas de palacio. Otros tres tipos se acercaron al palanquín, uno de ellos levanto la portilla hasta encontrarse con el cuerpo doliente de la joven. La tomo por la espalda y saco su cuerpo acomodándolo en las paredes del carruaje, su cabeza se agito sin control hasta caer sobre su hombro.
-Ella esta…
Preocupado la miro más de cerca, zarandeo su cuerpo. Respiro profundamente, quizás la joven estaría muerta. Sus manos temblorosas se dirigieron a sus parpados y jalo de ellos, se concentro en sus pupilas. Se levanto de golpe, corrió hacia los nobles.
-Malas noticias mi señor. Parece que ella esta muerta.
Iruka golpeo al hombre. Con paso presuroso se acercó a la muchacha. Se acuclillo a su lado y la miro por largo rato. No había reacción. Pero a pesar de ello percibió que respiraba, lentamente y con algo de dificultad.
-Esta viva. Rápido traigan algo de agua ¡Apresúrense!
-Si.
La observo con interés, era realmente hermosa. Su piel era blanca, delicada, labios rosados y carnosos. La tomo de su barbilla y movió su cabeza a ambos lados deleitándose con cada centímetro de su rostro. Quizás fuese una locura, pero más pareciera hija de un noble que una simple sacerdotisa huérfana. Se aproximó más a ella, deseando seducirse con su esencia.
Sakura abrió los ojos con ímpetu, ambos se sorprendieron. La muchacha se incorporo rápidamente, alejando al hombre de un golpe. Iruka sintió un dolor intenso en su rostro, llevo sus manos a este. Sus dedos se mancharon de su propia sangre. La confusión fue aprovechada por la pelirosa, tras tres rápidas zancadas ya se encontraba lo suficientemente lejos de aquel tipo. Con agilidad se coló por las puertas aun abiertas de palacio.
-¿Esta bien señor Iruka?- pregunto Kotetsu.
-¡Oh no! Esta sangrando por la nariz- dijo Izumo –Necesita un…
-¡Atrápenla primero! – grito Iruka.
Tanto Kotetsu como Iruka, señalaron a la mujer que se alejaba con rapidez. Sus sirvientes asintieron y corrieron tras la joven.
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-Magistrado Sasuke.
-¡Ah!- reclamo -Son demasiado insistentes.
-¡Su Excelencia!
Sasuke giro su cabeza, miro a dos de sus mejores oficiales persiguiéndole. Era un joven bastante popular, hijo de una buena familia y gran guerrero. Apresuro más su paso hasta conseguir una distancia prudencial. Odiaba ser acosado. Su caminata se convirtió en una carrera, protagonizada por él y sus aduladores.
Se detuvo en una intersección jadeando, rodeo sobre si mismo. Analizo su situación, a sus espaldas estarían sus subordinados, frente suyo el bullicioso mercado, a los costados callejuelas resguardadas por viejas casas. Resolvió irse corriendo por la izquierda.
-¡Su Excelencia! Magistrado Sasuke. Solo dénos un poco de su tiempo.
-No somos malas personas. ¿Dónde se fue?
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El sonido constante llamo su atención. El pequeño madero golpeaba el calabazo en un tic tac desesperante. Vestía de gris y llevaba un gran sombrero de paja que ocultaba medio rostro. Acercándose a él, se interpuso en su camino. Él se detuvo sin mirarle.
-Monje, estoy siendo perseguida. Por favor, ayúdeme. – Suplico jadeante –¡Monje!
Sakura miro angustiada al hombre, escucho más cercana la voz de sus perseguidores. Volteo, estaban por llegar –Por favor- repitió, con expresa angustia.
Sasuke tembló, aquella chica, esa mujer era idéntica a la Sakura de sus recuerdos. Sus oídos la escucharon pero su cuerpo no reacciono a su petición -¡Ayúdeme!- exhorto una vez más. El supuesto monje tomo a la joven por la muñeca derecha y huyo junta a ella por las calles angostas de Konoha. Llegaron a un jardín un tanto amplio, allí se detuvo. Ella igualmente lo hizo. El corazón del Uchiha se estrujo en su cuerpo, se volteo y la abrazo. Con fuerza, deseando no alejarla de su lado. Sakura forcejeo, él tomo con más vigor a la joven.
-¿Qué tipo de persona tiene un comportamiento grosero como este?- dijo tras librarse del monje.
Sakura se separo lo suficiente. Intento mirarle el perfil, pero solo diviso su mentón y su labio inferior. Una piel blanca.
-¿No… me conoces?- dijo Sasuke.
Sakura entrecerró sus ojos buscando algún parecido con algún monje amigo de su maestra, pero no lo encontró. El pelinegro dirigió su mano hasta el lazo en su barbilla, donde la tela amarraba el sombrero. Una vez desatado el nudo, levanto el objeto de paja hasta mostrar su rostro. Sakura al verle, consiguió encontrarse con sus ojos humedecidos por las lágrimas.
-¿Quién soy…?- él negó con la cabeza -¿Realmente no lo sabes?
La Haruno intento hablar, pero las pisadas de los hombres les indico a ambos jóvenes que habían sido descubiertos. Voltearon hasta encontrarse con tres de ellos. Sasuke la aparto un poco de su lado y la oculto tras su espalda. Ella podría ser la joven que había dejado en el pasado, no volvería a perderla por una segunda vez.
-¡Que hermosa escena!- dijo uno de ellos.
-En plena luz del día un monje y una sacerdotisa- expreso otro burlescamente señalándolos -¿Qué están haciendo?- dijo hasta estar lo suficientemente cerca de ellos.
-Hazte a un lado- le indico Sasuke a Sakura –Si alguien pone un dedo encima a esta mujer, entonces se enfrentara a la muerte.
-¡Cómo se atreve un monje a decir una cosa así!- explico el tipo –Los monjes y las sacerdotisas se les ha prohibido entrar a la ciudad capital ¿No lo sabías?
El hombre señalo al joven de cabello oscuro, escupió al suelo y bajo su barbilla. Con los ojos inyectados en sangre miro a Sasuke y se lanzo a él con el puño en el aire. Un segundo después, el puño era burlado por la agilidad del peligro y con una patada directa al pecho cayo en las arenas. El Uchiha miro a su alrededor, ahora estaba rodeado por otros dos hombres. Giro sobre si mismo con la pierna derecha en el aire, con ella golpeo al par cayendo al suelo. Un golpe directo en la barbilla con su pierna izquierda fue suficiente para tirar al suelo al primero que se había levantado de nuevo.
Rápida fue la hazaña, una vez que los hombres se revolcaran en la tierra por el dolor, tomo a Sakura de nuevo por la muñeca y huyeron. Corrieron juntos hasta adentrarse a un campo de teñido. Allí, los bambúes eran acomodados organizadamente hasta formar tendederos, donde las finas cedas bailaban al compas de la suave brisa. Telas de colores flotaban sobre un hermoso atardecer de otoño, contrastando con el naranja de los árboles. El aún la sostenía de su mano, el viento llevada su olor, el mismo aroma de la joven que amo.
-¿Tú realmente eres una sacerdotisa?
-Así es.
-¿Tú no me conoces?
-Lo siento, pero es la primera vez que le veo.
-Entiendo. Si sales por la puerta de atrás y sigues el camino- dijo Sasuke señalando la calle -Habrá un invernadero ¿Esperaras allí por mi? –Pregunto -¿Vas a esperar?- insistió.
-Lo haré.
-¡Alto allí mismo!
Sasuke se detuvo soltando el agarre de la joven, le miro y con una seña le solicito correr. Ella continúo con la huida. El joven dio media vuelta y se enfrento a los tres hombres. Lanzo una patada al pecho a uno de ellos, al ser enviado hacia atrás se llevo a los otros dos consigo. Los miro furioso mientras estos se levantaban. De nuevo se posiciono para el ataque.
Sakura reanudó su paso presuroso, buscando el lugar indicado. Su respiración agitada y el cansancio mermaron la rapidez de su paso. Se detuvo de golpe y sus piernas temblaron, cuatro hombres la habían interceptado. Dio grandes bocanadas de aire, respirando fuertemente. Trató de dar varios pasos hacia atrás buscando la forma de escapar, tropezando pero sin caer. Volteo y se encontró de frente con Iruka. Movió su cuerpo dando media vuelta, pero se descubrió aún más rodeada. Su cabeza se tiro para atrás, sus cabellos eran jalados con fuerza. Una exclamación de dolor, viajo por la aldea.
El joven magistrado la escucho a lo lejos. Volteo. De inmediato un fuerte dolor le inundo la cabeza y un líquido rojo se escurrió sobre su nuca. Uno de los hombres lo había golpeado con un madero. Miro el camino por donde había marchado la joven, cada vez estaba más borroso. Se quejo de dolor. Trato de dar largos pasos, pero sus piernas parecían no responder. Su cuerpo cayó con fuerza sobre la tierra. El sol del atardecer en sus ojos era cada vez más tenue, hasta teñirse totalmente de negro.
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-¿Qué dijiste? ¿Ella no regreso?- pregunto la Reina Madre.
-Es… Es cierto- dijo con mucho temor.
-Le dijiste que estaba pidiendo expresamente su regreso.
-Por supuesto Mi Señora- ella carcajeo.
-He sido mordida por el perro que he criado- dijo con enojo –Entonces… ¿Solo has venido con las manos vacías?
-Aunque no fui capaz de hacer cambiar de idea a la Sacerdotisa Tsuname. En su lugar, traje a su hija espiritual.
-¡¿Y crees que ella será capaz de sustituirla?!
-Si la tenemos aquí, Tsuname seguramente vendrá.
-Entonces ¿Estas diciendo que tenemos una rehén?
-Eso no es todo.
-¿A que te refieres? Explícate.
-Discúlpeme por decir esto, pero…- dijo mirando a la mujer -¿Alguna vez ha escuchado de un talismán humano?
-¿Talismán humano?
-Eso es correcto. Un humano se vuelve un talismán, cuando es capaz de absorber la energía negativa de otro dentro de su propio cuerpo- explico –Basado en lo que ha dicho la vieja Chiyo al sentirla llegar, no hay talismán más poderoso que ese. Si ella es una sacerdotisa que absorbe la mala suerte y es llevada a la habitación de Su Majestad…
-Sin embargo ¿Cómo podríamos dejar a esa humilde sacerdotisa entrar a los aposentos del Rey?- La Reina Madre dejo de mirar el rostro del hombre para fijarse en una pintura en la pared –Y por encima de todo Su Majestad no lo permitirá.
-Todo será hecho secretamente, mientras Su Majestad este durmiendo- dijo Iruka.
-Los poderes de esa chica ¿son dignos de confianza?- él asintió.
-Le aseguro, que la joven tiene una gran compatibilidad con Su Majestad. Solo creada por los cielos.
-La fecha propicia para su consumación con la Reina, es dentro de un mes. Hasta entonces si ella es capaz de ayudarle a recuperar su salud entonces…
-Entonces la consumación será exitosa- la vieja suspiro.
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Sakura grito de dolor cuando su cuerpo fue tirado en las maderas que servían de piso. Escucho las puertas cerrarse con fuerza y ver colarse los últimos rayos de sol. Con lentitud se levanto y se sentó, sus manos que tocaban el suelo, se dirigieron a su nuca donde masajeo. Sus ojos se pasearon por la habitación. Estaría sorprendida, el lugar se encontraba pulidamente limpio y con muebles finos. La angustia se apodero de su cuerpo, se dirigió hasta las puertas donde las movió, pero no se abrieron. Resignada se dirigió hasta el final de la habitación.
Un sonido y las puertas se abrieron con lentitud, Sakura miro asustada. A paso lento una mujer con ropas de sacerdotisa entro a la estancia. Llevaba un velo ocultándole el rostro. Por su caminar pausado y su espalda curvada, entendió que se debía de tratarse de una anciana. Pero de todas las mujeres que recordaba, solo una tendría esa edad y había salido de palacio, por una enfermedad que algunos habían dicho que le provocaría la muerte.
La anciana sintió la energía de la chica, era poderosa. Pero no la reconoció, quizás porque solo sus poderes perceptivos se habían agudizado cuando perdió la vista. No tenía idea de quien estaba frente a ella.
-¿Eres la hija espiritual de Tsuname?
-¿Quién es usted?
-Probablemente ya sabes cual es tú deber esta noche.
-Fui arrastrada aquí sin ninguna explicación- dijo Sakura -¿Cómo podría saber?
-Verdad- sonrío sin ser percibido por la joven –No hay razón para que lo sepas- Chiyo hablo sobre su hombro -¿Están ahí?
-Si Sacerdotisa- Dos jóvenes entraron a la habitación.
-Llévenla y prepárenla- ordeno.
-Sí- las mujeres tomaron a Sakura por los brazos, pero en un fuerte movimiento, alejo a ambas.
-¡Suéltenme!- las miro con odio. Se dirigió desafiante a la mujer y casi pudo ver el rostro oculto bajo la velo –Por favor, llame a la Sacerdotisa Tsuname. Sin su permiso, ni siquiera moveré un pie.
El sonido del golpe rebotó contra las paredes. El ardor en su mejilla era la causante de la sonora resonancia. Miro a la mujer, mientras ocultaba su mano en sus ropas.
-¡Miserable arbitraria!- grito la anciana -¿Crees que eres algún tipo de noble? Déjame aclararte esto. Si por casualidad abres tú boca o incluso mueves un dedo mientras estás allí, entonces una espada atravesara tú cuello.
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-¿Desapareció sin dejar rastro?- dijo Naruto.
-Es correcto.
-Como sospeche- sonrió –Estoy seguro que era un fantasma. Si, ella era un fantasma. Quizás sea un espíritu viajero con un rencor sin resolver. Estaba pensando en escuchar su triste historia y aliviar su dolor. Pero ella no medio la oportunidad de ser un Rey sabio.
-La buscaré de nuevo.
-No. Olvídate de ello- miro a Shikamaru –De todas formas es un sueño e ilusión de una noche. En realidad es mejor. Ya que no seré capaz de verla otra vez, no seré molestado de nuevo.
-Su Majestad- gritaron desde afuera –El doctor esta aquí.
-Entra.
Tras de Kakashi, estaba el Médico Real y junto a él una mujer de la corte. En sus manos llevaba una bandeja con mejunjes. Reverenciaron a su majestad que ya se encontraba sentado en los futones que le servían de lecho. Todos se sentaron frente a él, la mujer preparo la medicina.
-¿Qué tipo de té es este?
-Es un té de crisantemo, son para mejorar su sueño- menciono Kakashi.
-¿Cuál es la razón para tomar una medicina para ponerme a dormir?- se dirigió al doctor.
-Ya que ha tenido problemas para dormir, no hay razón para rechazarlo- comento Kakashi.
-Un té que provoca un profundo sueño- Naruto miro el líquido amarillento –Entonces, no seré atormentado por sueños inútiles- llevo la taza a su boca y de un sorbido lo tomo.
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Shikamaru salió de la estancia del Rey para venir al encuentro con el talismán. Miro al cielo, faltarían un par de noches para que llegase la luna llena. La vio llegar con una tela sobre su cabeza, ocultando su rostro. Vestía totalmente de blanco, con pocos bordados en rojo cerca de sus hombros. Poseía una venda en los ojos y un hombre le llevaba tomada para que no perdiera el camino.
-¿Quién se atreve a cubrir su rostro con una capa dentro de los muros de palacio?- pregunto uno de los guardas reales.
-No es una humana, simplemente es un talismán- dijo Iruka –Por favor, déjela entrar.
Con el mango de la espada, Shikamaru jalo de la capa que ocultaba el rostro de la joven. Dejando el rostro vendado de Sakura al aire. El movimiento la asusto y se encogió sobre si misma. Sus puños cerrados se acomodaron sobre su pecho. El silencio le dio más confianza o quizás más recelo. Movió su cabeza de derecha a izquierda, quizás tratando de reconocer la situación. La mano del Nara se acercó al rostro de la joven, con el propósito de quitar el vendaje, pero el puño de Iruka lo impidió.
-Si la energía es esparcida, los poderes del talismán pueden desaparecer- comento el Umino.
Sakura mantenía la cabeza gacha y sus manos se posaban en su escote, nerviosa. El hombre tomo a la joven por los hombros y la dirigió al pabellón de Su Majestad. Kakashi escolto a ambos, mientras las mujeres de la corte abrían las distintas puertas.
La ayudaron a sentarse en el lecho de Su Majestad. Estando allí, quitaron nuevamente la tela sobre su cabeza y el vendaje de sus ojos. Sus jades se abrieron lentamente tratando de enfocar el espacio donde se encontraba. Miro a su alrededor, hasta ver a los hombres marcharse.
Aquel hombre que estaba frente a ella, jamás entendería lo que pasaba en el corazón de la joven. Era un hombre que conocía el poder, la lealtad de su pueblo, pero no conocía los sentimientos de la muchacha que lo miraba admirada. Tenía la piel quemada por el sol, los cabellos dorados, el físico de alguien acostumbrado a entrenar tanto la mente como el cuerpo. Era encantador, lo sabía, porque lo había contemplado antes con más detenimiento. Con unos ojos que reflejaban su alma adolorida y un deseo de encontrar lo perdido. Cuanto deseaba que la miraran ahora.
-Su Majestad- dijo en su susurro.
La noche había caído por completo. Desde el fondo de su alma, un sentimiento inundo su cuerpo provocando un escalofrío. El corazón de Sakura, se disparó. No podía controlar la dolorosa emoción que le embargaba. Acaso era una joven enamorada. Más que eso, estaba asustada. Asustada de que él despertase y la alejara de su lado, espantada de que abriera sus ojos y no la reconociese, asustada de que la rechazara por ser una simple sacerdotisa.
Sus labios se abrieron y temblaron. Sus lágrimas amenazaron por querer correr por sus mejillas. Escucho la puerta abrirse y calmo su alma. Shikamaru entro, sentándose a una distancia prudencial. Se asombro al mirar a la chica de cabellos rosados, era la misma joven.
Ignoro la presencia del guerrero. De todas formas, le habían prohibido hablar. Se dedico a contemplar a Naruto con ternura. Ella lo miró y sintió pena, su frente se arrugaba y emitía sonidos de dolor, sería un mal sueño. Su mano derecha acomodada en su falda se levanto con lentitud, se dirigía al rostro del rubio.
-Mi Princesa- dijo Naruto entre sueños –Mi Princesa.
Su mano se detuvo en el aire, tenía miedo. Tenía miedo de tocarlo y que no pasara nada. Tenía miedo de que despertara y la mirara decepcionado. “Tengo que ayudarle, tengo que calmar el dolor de su corazón” pensó, al mismo tiempo que se inclinaba y posaba su mano en la frente de Su Majestad. De repente, al mirarle de nuevo al rostro, se sintió mal, él sufría. Una fugitiva lágrima se escapo de los ojos de Naruto, paseando por su mejilla hasta desaparecer en la almohada.
-Princesa, princesa. Has vuelto, Princesa Heredera- el sonrío.
Sakura permaneció toda la noche velando sus sueños. Había llorado, sin conocer el porque. Estaba a punto de amanecer. Se levanto. Se quedo mucho tiempo mirando al hombre que dejaba dormido, tendría que irse, sin decir adiós.
Sus piernas caminaron hasta hallarse frente al palacio. Volteo su cuerpo y miro con nostalgia. Su hombros fueron aprisionados y llevados a su encierro.
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Hola lectores:
Ufff, esta vez dure una semana completa en escribir, mis disculpas. Ya no tengo excusas, yo y mi conciencia se siente culpables. Gracias a todos por leer,
Estefi chan: Me vas a matar, siempre que se encuentran no se reconocen. O algo pasa, pero tranquilidad ya llegara el momento en que el uno al otro se mire de forma diferente.
moi-06yoyo: Gracias por comentar. Volvió como un talismán. Tal vez sea algo sin gracia, pero quizás la única manera de que estén juntos.
cerezo en el viento: Jajaja, él va a sufrir. Ñaca, ñaca. Solo espera...
eliannar: Gracias por escribir. Creo que el problema de Chiyo, es que nunca ha sido ni buena, ni mala, solo se guía por lo que le beneficia y ahora solo quiere poder, veremos como termina la vieja. Ojala te haya gustado este episodio.
Sakura Uzumaki: Bienvenida a la historia. Me encanta, que ti te encante el fic, jajaja.... Espero la continuación haya sido de tú agrado también.
En fin, me voy... Muchos Saludos y nos leemos pronto!!! Se cuidan.
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: • The Moon (+13)
Nunca se encontrarán sin estar despiertos??
Pobrecillos!!!!
No se si escribí antes o soy nueva, pero creo que da igual.
Me gustaaaa!!!! (L)
Es tan bonito, casi lloro, me imaginé a la pobre Sakura-chan llorando por Naruto sin saber porque. ES TAN BONITO!!!
Pobrecillos!!!!
No se si escribí antes o soy nueva, pero creo que da igual.
Me gustaaaa!!!! (L)
Es tan bonito, casi lloro, me imaginé a la pobre Sakura-chan llorando por Naruto sin saber porque. ES TAN BONITO!!!
Miau- Novato
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Combatiendo en la Liga de las Leyendas
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Re: • The Moon (+13)
genial
sasuke la reconocio
hay es cierto lo que dijo naruto su princesa avuelto
CONTIII
sasuke la reconocio
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cerezo en el viento- Aprendiz
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tratando de no caerme del arbol
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Re: • The Moon (+13)
Muy bonito capitulo !! me gustó mucho .... Sasuke la reconoció
Quiero conti !!!
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Estefi chan- Sannin
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En el mundo shinigami....
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Re: • The Moon (+13)
CAPÍTULO XVI
Sus Recuerdos
Sus Recuerdos
(...) El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro.
Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que si alargara la mano,
podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie.
Haruki Murakami
Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que si alargara la mano,
podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie.
Haruki Murakami
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-¿Estuvo alguien a mi lado durante la noche?
Kakashi sonrío nervioso. Sus manos comenzaron a temblar, las oculto bajo sus muslos.
-Ayer, una de las sacerdotisas escribió un talismán para usted ¿Durmió bien?
-¿Un talismán?- repitió –Es sorprendente, yo desaprobaría esas cosas. Pero…- Naruto movió sus hombros y meneó su cabeza de un lado a otro. Sonrío –Mi cuerpo se siente mucho más ligero.
Naruto hizo una seña a sus escoltas que le acompañasen. Caminaron juntos por los jardines, en silencio. Miro al cielo al escuchar graznar unos gansos, era una mañana fría pero el cielo estaba celeste.
-¿Son las sirvientas de la cocina?
-Si, Su Majestad- dijeron las mujeres al unísono.
-El caldo de esta mañana estuvo delicioso. Comí muy bien.
Naruto sonrío, sus ojos brillaron. Y lo que antes parecía ser una especulación, ahora era certeza. No solo el cuerpo del Rey estaba en mejor estado de salud, su carácter había mejorado. Continuaron caminando, ellas suspiraron admiradas.
-Siempre fue de corazón frío. ¿Por qué esta así hoy?
-También vamos a darle caldo mañana.
-Mmm... Si puedo ver esa sonrisa otra vez entonces voy a darle caldo todos los días.
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-Mientras estuve postrado en la cama, leí todos los reportes que ustedes manejaron- dijo Naruto –Posiblemente ustedes no tuvieron mucho tiempo, pero lo manejaron realmente bien- miro al grupo de nobles que asentían orgullosos –Me pregunto, como encaja todo sin un solo error. Alguien podría pensar que es falsificado- dijo sarcásticamente.
Inmediatamente mostró una amplia sonrisa, los sonidos sonoros de sus risas se escucharon fuera de las puertas del Palacio de la Corte. Los hombres en la estancia se miraron los uno a los otros. Y al unísono acompañaron al Rey en su regocijo. –Es una broma- menciono serio.
-En cuanto a las personas enviadas a la construcción del puente, cuyos familiares están teniendo momentos difíciles para sobrevivir ¿Cómo les fue?
-Gracias al apoyo de varios encargados, hemos obtenido la lista con los nombres y por ahora los hemos regresado a sus hogares- dijo Izumo.
-¿Qué paso con el hombre que debías buscar, Asuma Saratubi?
-Él esta esperando afuera- confirmo.
-¡Oh! ¿Enserio?- Izumo asintió –Traigan a Asuma- ordeno.
Tenía las ropas sucias y el cabello desgreñado. En cuanto el hombre se acercó se desplomo en el suelo. Sus rodillas, manos y frente tocaron el suelo.
-¿Eres tú Saratubi Asuma?- pregunto Naruto.
-Si, Su Majestad.
-¿De qué estabas a cargo en la construcción?
-¿Cómo?- El hombre giro su cabeza a la izquierda y miro a Izumo. Este le hizo una mueca, ignorando la suplica evidente en sus ojos –Yo, estaba- tartamudeo –Yo, estaba encargado de pintar el puente.
-Ah, muy bien- miro las manos, estaba callosas y agrietadas –Entonces, presumo que viste el patrón de flor de loto sobre el puente ¿No es así?
-Flo… Flor… Flor de loto- dijo el hombre con temor –Lo recuerdo.
-¿Cómo era? ¿No era hermoso?
-Sí. Era muy, muy hermoso.
-El motivo porque te llame aquí, es por petición de tú hijo. Admirable como cuida de su padre y hermana mayor- dijo dando énfasis en las últimas palabras.
-Estoy muy contento- dijo el hombre llorando.
-Te daré una pequeña recompensa, así que regresa a tú ciudad natal y vive bien con tus hijos-
Kakashi miro a Su Majestad y sonrío. A pesar de reconocer el engaño, su alma era lo verdaderamente justa para devolver a ese pobre hombre a su familia. Viéndolo más profundamente era igual de infeliz y pobre que Azuma.
-Le agradezco por su gracia.
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Las monedas cayeron sobre el piso, hasta rozar con las piernas del viejo.
-Por responder bien como te enseñamos, este es tú premio- el hombre tomo las monedas con los dedos tembloroso –Úsalo para salir de la ciudad.
-Si se te ocurre la estúpida idea de decir una palabra de esto- dijo Hiashi –Entonces, asesinaré a tus hijos primero y luego a ti. Así que, mantén esto en mente.
-Sí- dijo el hombre afirmando también con su cabeza, saliendo de la habitación.
El hombre camino a paso presuroso por el bosque, saco las monedas de oro de su camisa y las miro con alegría. Sonrío, las volvió a guardar en sus ropas. Escucho el sonido de una rama romperse, miro hacia atrás y luego a su alrededor, solo encontró los troncos de los árboles. Se asusto y corrió, no había avanzado lo suficiente y era rodeado por dos hombres vestidos de negro, con capuchas sobre su rostro y largas catanas.
-¿Por qué están haciendo esto?- grito el hombre.
Uno de ellos desvaino la espada y la dirigió directo a su cuello. El hombre cerró los ojos. El golpe nunca llego. El individuo fue cortado por su espalda por el movimiento veloz de Shikamaru. Giro sobre el hombre para darle una estocada al otro que tenía al frente, dirigió el filo del metal justo sobre su garganta, donde la sangre salpico. Shikamaru miro al viejo que estaba tirado sobre el suelo, tomo la espada y la arregosto sobre su hombro.
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-¿Así que enviaste al verdadero Asuma a su casa a salvo?
-Si, me asegure que toda su familia pueda escapar a salvo.
Naruto tomo el vaso sobre su mesa y bebió el té. De nuevo lo dejo y miro a Shikamaru.
-Hiciste bien.
-¿Cómo lo sabía?
-¿Acerca de qué?
-Como lo sabía, me envío a mí como consecuencia del acto.
-Sus manos, los callos en ellas no fueron causados por el trabajo de pintura. Esas heridas, son vistas comúnmente en personas que fabrican espadas por primera vez. Y así, tiré el anzuelo. Él muy tonto callo de inmediato.
-Eso quiere decir, que uso como anzuelo el patrón de lotos. El puente del cielo y la tierra, no lleva ese tipo de arte en su estructura. Pero usted solo gano preguntas.
-Cierto ¿Por qué enviaron a matar a ese hombre inocente? Y mediante su muerte ¿Qué están tratando de ocultar?
-¿Usted a conseguido la respuesta?
-Quizás… Con la excusa de construir un puente, han reunido a los hombres más fuertes y valientes. Usando la historia de un falso plan de construcción, recolectaron fondos. En lugar de construir la estructura, secretamente sostuvieron prácticas militares- Shikamaru miro a Naruto -¿Cómo suena? Creo que se ajusta perfectamente.
-Si es verdad. Entonces es traición- reclamo el pelinegro.
-Lo sé- Naruto rió –Mi vida esta en juego también.
-Su Majestad.
-Mientras consigan lo que quieran de mí… yo estaré destinado a vivir.
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Después de un largo silencio, los hombres dejaron de comer. Él primero en dejar los palillos sobre la mesa fue Hiashi Hyuga. Inmediatamente, los otros le imitaron.
-Gracias a su repentino mal estado de salud, hemos apagado el fuego- dijo Kotetsu –Sin embargo, no sabemos cuando nos atacará de nuevo. Un heredero es urgente.
-Aunque hemos gastado muchos años intentándolo no ha habido resultado- menciono Iruka –Si no pensamos en alguna otra opción, entonces…
-Hay muchas otras opciones- interrumpió Izumo –En primer lugar, los aposentos del Rey y la Reina debemos de pegar talismanes que son buenos para la fertilidad. Y decirle a la Reina que aprenda del arte de la seducción.
-¿Cómo se te ocurre semejante estupidez?- grito Iruka.
-¿Por qué siempre me hacen esto?- reclamo Izumo –Deberíamos intentarlo para tener un heredero.
-Debemos dejarle descansar cómodamente- dijo Hiashi, los hombres le miraron –En el pasado, Su Majestad ha sido bombardeado con muchos pensamientos. Por eso, dónde y cuándo siempre lo conoce y en consecuencia se desmaya ¿Deberíamos decirlo por anticipado?
-Es cierto- dijo Izumo.
-No creen que no podemos dejar esto pasar- dijo Iruka –Necesitamos un heredero.
-Se han desecho del supuesto “Asuma”- pregunto Hiashi cambiando de tema.
-Por supuesto- dijo Izumo.
Las puertas de la estancia se abrieron asustando a los nobles. Dejando rastros de sangre sobre las maderas, el hombre se inclino hasta caer al suelo. Poseía ropas negras, una espalda colgando de su cintura. Estaba herido sobre su hombro y espalda.
-¿Qué paso?- pregunto Izumo.
-Atacaron…- dijo con dificultad.
-¿Por quién fueron atacados?- pregunto Iruka, él hombre negó.
-Estaba enmascarado. Lo único que les puedo decir es que era una sombra de la espada.
-¿Una sombra de la espada?- dijo sorprendido Izumo –¿Será la espada de Shikamaru?
Hiashi abrió los ojos con demasía. Se levanto de su asiento, rozo sus ropas contra la mesa cayeron algunos utensilios en el proceso. Se dirigió al hombre vestido de negro y se acerco a él. Este se inclino ante la presencia del anciano.
-¿Era realmente tan experto?- susurro.
Hiashi Hyuga, observo al hombre. El guerrero miro a todas direcciones ansioso, su cuerpo tembló cuando la mano del anciano tomo el mango de su espada. Trago en seco, el sonido metálico se concentro en la habitación, luego de eso todo se torno oscuro. Una vez la catana fue sacada de su funda, se incrusto en la piel de hombre cortando su cuello en dos. Un pequeño quejido y la muerte llego de inmediato. Tiro la espalda al lado del cuerpo fallecido. Se levanto, su rostro inerte miro al grupo de hombres. Tenía salpicadura de sangre en su cara y ropas.
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Sakura vestía sus viejos vestidos. Se recostó en una columna de madera, allí abrazo sus piernas con sus brazos -“Princesa Heredera”- dijo. Sus manos se ubicaron en sus rodillas y sobre este acomodo su barbilla.
-Me pregunto que tipo de persona será ella- susurro –Parece que tiene un gran lugar dentro del sagrado corazón de Su Majestad. Si yo estuviera en el lugar de ella- dijo con tristeza –Si yo no fuera una sacerdotisa y en cambio fuera la persona al quien él llama Princesa Heredera ¿Podría haber consolado su corazón?
Fuertes voces la sacaron de sus pensamientos, se acerco hasta la puerta inclinando su cabeza sobre ella. Intento escuchar, pero ahora solo percibía murmullos.
-¡Qué actitud tan imprudente!- grito la Reina Madre -¡Cómo te atreves a bloquear mi camino!- le dijo a Chiyo -¡Hazte a un lado inmediatamente!
-Ella solo ha absorbido la mala energía. Así que ¿Por qué esta intentando verla en persona?
-¿Qué están haciendo?- rugió la Reina Madre -¡Muevan… esto!
A la estancia, entro Tsuname con apuro. Se dirigió hasta la anciana, donde se inclino en su presencia.
-¡Reina Madre!- dijo Tsuname –Estaba en camino de visitarla a sus aposentos. Así que ¿Por qué ha venido personalmente a un lugar como este?- la vieja carcajeo.
-Claro ¡Qué honor que regresaras!- exclamo sarcásticamente –Cuando te llamé me ignoraste. Entonces ¿Qué te trae aquí?
-Hay un malentendido Reina Madre- menciono la rubia -¿Cómo podría traicionar su gran gracia y rechazar su llamado? Es solo que he vagado por aquí y por allí, mi cuerpo esta lleno de espíritus inmundos. Así que, no podría atreverme a pararme ante usted, Su Majestad- explico –Por ello, por favor perdóneme.
-Como siempre eres una buena habladora. Viniste porque estabas asustada que le pasara algo malo a tú hija espiritual.
-Antes de ser mi hija espiritual, es una sacerdotisa de este castillo. Incluso si es arrebatada de mi ¿Qué podría decir o hacer?
-Entonces, en los años pasados ¿Por qué te estabas ocultando?
-Hace ocho años, mis poderes espirituales fueron dañados debido al encanto que conduce a la protección del castillo. Después de ese día estaba asustada y pensé que sería un estorbo para usted. Por ello estaba esperando el momento correcto.
-El momento correcto ¿Dices?
-Si- asintió la mujer –Reina Madre, usted vera una gran fortuna muy pronto.
-Entonces ¿Seré capaz de ver un heredero?
-Por supuesto que si- la Reina Madre le miro complacida –“Pero definitivamente no verá un heredero a través de la Reina actual”- pensó Tsuname.
-Entonces ¿Has decidido volver al Pabellón de la Luna?
-Si me lo permite, aquí estaré hasta mi muerte. Solo…
-¿Solo?
-¿Hay necesidad de tener dos marineros en un barco?- Tsuname miro hacia atrás, donde las mujeres de la corte y la vieja Chiyo le miraban expectantes –Solo hay una mujer que esta preocupada por si misma. Para esa sacerdotisa que no le interesa la familia real. Por favor, ordene que abandone el palacio.
-Aún eres valiente. ¿Escuchaste esto?- grito la Reina Madre –Ya que la dueña del Pabellón de la Luna ha vuelto, vacía tu habitación inmediatamente –Chiyo arrugo su rostro, marcho a toda prisa -¿Ahora estas satisfecha?
-Estaré eternamente agradecida.
-Entonces, ahora trae a tú hija espiritual- Tsuname levanto la cabeza asustada y apretó la mandíbula aprisionando con fuerza sus dientes.
-No debe- dijo exaltada.
-¿Por qué no?
-Ella es un talismán humano que absorbe malas energías a lo largo de la noche- Indicó –Si la ve antes de que sea limpiada entonces las malas energías podrían dirigirse a usted. Hasta que Su Majestad recupere su salud y la consumación sea un éxito ¿No deberíamos ser cuidadosos?
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Ten-ten miro a Sakura y de inmediato se lanzo sobre ella a abrazarle. La miro por todas partes hasta admitir que se encontraba bien de salud.
-¿De verdad no estas herida?
-Ten-ten, solo estoy mareada- la castaña le soltó.
-No te dije que no te descuidaras en la calle- reclamo -¿Tienes siete años? ¿Por qué nunca me escuchas?
-Esto sucedió porque fui a buscarte a ti.
-Lo siento. Todo es mi culpa- Sakura se sintió culpable y se preocupo por su amiga.
-¿Qué pasa? Es solo una broma.
Shizune miro con una sonrisa a las dos jóvenes. Movió su vista a la entrada cuando Tsuname ingreso en la habitación. Tomo a Ten-Ten del hombro y la jalo hasta salir. Tsuname se dirigió hasta Sakura, tomo un abrigo que tenía cerca y lo coloco sobre la espalda de la joven.
-¿Porqué esta haciendo esto Maestra?- Tsuname tomo la mano de la Haruno.
-Debes salir de este lugar- le jalo, pero Sakura lo impidió.
-Usted sabe que ir en contra de una orden real es una traición.
-De alguna manera, me encargare de ello. Así que debes huir con Ten-ten.
-No puedo hacer eso- exclamo Sakura –No puedo convertir a todas en criminales.
-¡¿Entonces vas a seguir haciendo ese trabajo?!- reclamo.
-Es solo por un mes. Solo tengo que cuidar de él mientras duerme. ¿Porqué esta actuando de esta manera?- Tsuname la miro con angustia, mientras su frente se arrugaba -¡Estoy bien! No es nada malo ¿No? A pesar de que mis poderes no son excepcionales, si mi existencia es de ayuda…- su voz se volvió más suave y melancólica –Entonces, su dolor, yo quiero…
-Mis palabras…- grito la mujer –Pretendes ignorarlas por completo.
-Maestra Tsuname ¡Perdóneme!
-¿No te dije que lo evitaras? ¿No te dije que no lo añoraras en tú corazón, ni crearas conexiones?
Sakura miro a su maestra con lágrimas, bajo su mirada. Tsuname lo entendió y su corazón se estrujo. Su cuerpo se derrumbo hasta caer sobre el suelo, estaba angustiada. Suspiro. Sakura se agacho a su lado.
-Maestra Tsuname…
-Una sacerdotisa que absorbe la mala suerte, no es un ser humano. Sino un talismán- dijo con tristeza –A pesar de que tengas ojos, no podrás ver nada. A pesar de que tengas boca no podrás decir nada. Entrarás después de que se haya dormido y deberás desaparecer sin dejar rastro antes de que él despierte. A pesar de que seas cercano a él, al final, no podrás reunirte con él- Tsuname volteo a ver a su alumna –Eso es por lo que una sacerdotisa absorbedora es de mala suerte. Y sin embargo ¿Aún quieres hacerlo?
-Una sacerdotisa…- Sakura levanto su mirada suavemente y sonrío –Es alguien que consuela a las personas que están sufriendo ¿No?- ella tomo aire para volver a hablar -¿Cómo podría no ayudarle? A pesar de tener ojos, no veré. A pesar de tener una boca, no la abriré. Y nunca voy a revelar mi existencia- Tsuname negó con la cabeza –Entiendo lo que le preocupa. Él es de más alto rango y yo simplemente soy una sacerdotisa. Las cosas que la preocupan no van a suceder. Es imposible que Su Majestad se fije en mí.
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La rubia camino por el pasillo, llego hasta la puerta la miro de arriba abajo y suspiro. Jalo de ella hasta abrirla sin ningún esfuerzo. Asomo su cabeza, la estancia estaba vacía. Hizo un puchero con los labios, entró. Miro las sabanas acomodadas, jalo de ellas y busco bajo las mismas. Un golpe la hizo girar con rapidez.
-¿Qué estas haciendo aquí?
-Es… Esposo- la joven tartamudeo.
-¿La he sorprendido?
-¡No, Esposo!- dijo alzando la voz -¡No me sorprendí!
-Ah ¿Pero qué la trae por aquí?
-Si- le dio la espalda –Eres demasiado malo.
-¿Cuál es el problema?
-¿Por qué siempre me pregunta que me trae por aquí?- reclamó –¡La extrañe! ¿No podrías decir eso?
-Lo siento. A veces no soy bueno expresándome.
-Si esta tan apenado. Entonces…- dijo con una mirada pícara -¡Abrázame!
-¿Perdón?
Ino bajo la mirada apenada. Dio un pequeño paso y luego un salto. Sus brazos abrazaron la cintura de Sai, lo apretó con fuerza y acomodo su cabeza en el pecho del joven. Cerro los ojos
-Esta noche… ¿Puede venir a mi habitación?
-Prin… Princesa, es solo que Sasuke Uchiha esta quedándose aquí- dijo nerviosamente.
-A quien le importa si ese noble amigo de mi hermano esta aquí.
Ino abrió los ojos y miro a alguien tras la espalda de su marido. Movió su cabeza hacia la derecha, para encontrarse a Sasuke recostado sobre el marco de la puerta. Dio un gritillo de susto, el sonrío. Soltó a su marido rápidamente y ambos le dieron la espalda.
-No se preocupen por mi y continúen- dijo Sasuke –Yo, no vi nada.
-Tú Sasuke, en serio…- grito la joven –Te odio.
-Pero ¿Porqué se levanto?- pregunto Sai –Debes descansar.
-El intruso debe irse ahora- dijo el Uchiha ignorando a su amigo y dirigiéndose a la rubia –Yo, ya no puedo quedarme aquí, sería indebido entrometerme entre el amor de la Princesa Ino.
-Pero…- tomo el hombro de su amigo –Aún no estás bien.
-Me he entrometido lo suficiente- aclaró –Me iré ahora, así que continúen en lo que estaban haciendo.
Sasuke sonrío y dio media vuelta para marcharse. De inmediato se mareo, puso la mano sobre su cabeza y se quejo.
-Sasuke ¿Estas bien?- pregunto Sai.
-No te vayas- dijo preocupada Ino.
-¿Por qué? Usaras de excusa mi presencia para venir a visitarlo
-¿A dónde pretendes ir en este estado? Si se va, esposo se preocupara mucho. Cuando su herida haya sanado, váyase entonces. Mientras este aquí, no voy a venir.
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Hinata miro al Rey a lo lejos. Sonrío, escucho decir que su salud y su carácter habían mejorado. Cuan aliviada se sentía. Giro sobre sus piernas hasta buscar un atajo, miro por el pasillo. Con seguridad llegaría antes que él. Se acomodo el cabello y aplancho la falda con sus manos. Lo vio acercarse, agacho su cabeza para que no reconociera la alegría que tendría de verlo. Él paso a su lado. –“Su Majestad”- dijo tímidamente. Pero Naruto no la notó o quizás la ignoro. Una carcajada le indico que se alejaban, lo miro alejarse. Su corazón se sintió oprimido. Camino en dirección contraria, su tristeza se convertía en frustración y enojo. A lo lejos oía sus carcajadas, dirigidas al compañero que tenía al lado.
-Para mí, ni una sola vez. Nunca me ha mostrado una sonrisa.
La dama de la corte llego imprevistamente al lado de Hinata. La miro preocupada, su rostro estaba rojo de rabia. Trato de tocarla, pero esta dio media vuelta violentamente y camino por pasillo.
-Su Majestad ¿A dónde pretende ir?
-Voy a reunirme con el Rey- la dama tomo del brazo a la joven y la detuvo.
-Por favor, no lo haga Su Majestad- Hinata soltó el agarre con violencia y la miro directo a los ojos.
-¿Cómo te atreves a tocarme?- grito -¿Hasta cuando debo esperar la llamada de Su Majestad? No puedo esperar más. Directamente iré a reunirme con él.
-¿Cuál es el problema Reina Hinata?- pregunto una grave voz.
Tanto Hinata como la mujer de la corte voltearon asustadas. La Hyuga abrió los ojos con fuerza cuando su padre se dirigía hacia ella
-¿Cómo puedes ser tan imprudente? Incluso las paredes tienen ojos y oídos en palacio. Así que si decides hacer algo, necesitaras mirar a ambos lados antes de hacer un movimiento. ¿No te lo dije?
-Mi sueño parecía tan inquietante…- dijo Hinata con temor.
-Si haces las cosas tan ligeramente, basada en sentimientos sin sentido entonces no eres diferente a una estúpida campesina que ni sabe leer. Su Majestad apenas a recuperado la salud ¿Qué pasa si usted entra a su cuarto y empeora su estado- la Hyuga miraba el suelo con los ojos llorosos -¿Cómo vas a ser capaz de manejar las consecuencias? Tú estupidez debes controlarla- grito –Hasta la fecha de la consumación, no se te ocurra ni mirar las habitaciones del Rey ¿Usted lo comprende Reina?
-Voy a tener su consejo en mente.
-Durante tantos años ¿Cómo no has sido capaz de tomar el corazón de un hombre? Si hubiera dado luz a un heredero, las cosas no hubieran sido tan problemáticas.
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-Su Majestad ya es muy tarde. Por favor, tómese los tónicos antes de que se enfríen.
-Esta es mi manera de sanar, así que no te preocupes.
-Usted va a arruinar su salud así.
-Nunca he estado más saludable. Es bastante extraño.
-¿Planea enfermarse a propósito? Ha estado haciendo eso durante treinta minutos. Su… -Naruto se levanto el suelo y lo miro con enojo.
-Siempre tienes que hablar tanto. Mi cuerpo se esta llenando de energía y sangre caliente. Así que al menos debo ejercitarme de esta manera.
Kakashi miro asombrado a Naruto y luego a las mujeres de la corte -¿Sangre caliente?- dijo. Complacido y escéptico miro a Su Majestad.
-Tengo que estar más saludable de lo que he estado- dijo Naruto –De esa manera puedo cumplir el propósito- el joven golpe su pecho en señal de victoria y sonrío.
Kakashi por su parte alzo sus ojos al techo ilusionado y luego observo a las mujeres que asentían esperanzadas. Miro al Rey y sonrío -“¿Propósito? Talvez sea ¿Crear un heredero?”- pensó. Naruto lo miro extrañado, algo no concordaba.
-¿Porqué estas mirándome así?
-Usted va a cumplir. Usted definitivamente va a cumplir el propósito- Kakashi extendió ambos brazos y apretó sus puños –Estoy seguro de que va a tener un hijo que se asemeje a usted Su Majestad.
-¡¿Qué estas diciendo?!- grito Naruto, la sonrisa del peliplata se borro –Kakashi ¿Porqué no eres capaz de entender el significado más profundo? La forma en que piensas es tan simple…
Su Majestad señalo la pared. Kakashi dio media vuelta y se arrincono en la esquina, donde sus manos tomaban de su cabeza.
-¿Estas llorando?- pregunto Naruto –No hay manera de que estés llorando ahora mismo- dijo con escepticismo- ¿Te duele que te haya dicho tales palabras?
-No es eso- dijo el Hatake con lágrimas en los ojos –Por un momento, me recordó a su yo más joven- Naruto se sorprendió –Es mi deseo que usted se mantenga tan fuerte como ahora.
-Vaya…- dijo sorprendido –De seguro que tienes maneras interesantes de hacerme escuchar lo que tienes que decir- Dejo de mirar al hombre, para sentarse en su cama –Kakashi, como lo deseas voy a dormir, así que puedes irte ahora.
Naruto tomo el vaso y trago el líquido contenido en el. Acomodo su cabeza sobre la almohada y miro el techo. Admitió que su corazón y su mente se sentían más relajados.
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Sakura volvió a recorrer el mismo camino de las noches pasadas. Esta vez, sus ojos estaban descubiertos, pero tenía las mismas ropas y capa sobre su cabeza. Iruka la escoltaba. Miraron a Shikamaru en la entrada y se dirigieron hasta él. El noble pasó al lado del pelinegro, Sakura se quedo rezagada frente al Nara, le saludo con un movimiento de su cabeza y entro.
Esa noche el corazón de Sakura estaba inquieto; como cuando sabes que algo va a suceder, pero no tenemos la certeza de que será. Miro a su alrededor para asegurarse de que todo estuviera bien. Una ola de pavor inundo su alma, pero fue alivianada por el rostro calmado del Rey.
Se sentó junto a él, sus ojos jades estaban brillantes. Lo miro embelezada, con una sonrisa en sus labios. -“¿Has estado bien hoy? Se ve mejor que ayer así que, es un alivio.”- pensó la joven. Miro a su rey mover sus ojos bajo sus parpados, estaba un poco incomodo –“Por favor, no arrugue su rostro. Su Majestad se ve mejor cuando sonríe”.
Sakura sintió unas ganas inmensas de llorar. No era como si pudiera elegir, ni su destino, ni siquiera lo que su alma concebía. Él debía de ser un hombre con alguien en su corazón. –“Yo sé que no puedo elegir”- pensó la joven, con cierto temor lo acepto. Estaba enamorada. Lo miro con más intensidad. –“Por casualidad sabe mis sentimientos. Por primera vez me sentí aliviada de ser una sacerdotisa. Porque puedo ser de ayuda para usted Su Majestad. Porque puedo estar a su lado y protegerlo. Si digo que es un alivio… ¿Podría ser eso una falta de respeto?”-
Sakura colocó su mano derecha sobre la frente de Su Majestad. “Princesa Heredera” dijo una voz en su mente. Una presión se acomodo en el pecho de la joven y un punzante dolor llego con el. Su cabeza se llenó de imágenes. Estaba viendo los recuerdos del Rey, unos ojos azules se cruzaron con los suyos, pero aquellos eran más jóvenes e inocentes. –“¿En el cuerpo de quien estoy?”- se preguntaba la pelirosa. Él tomo la mano de la niña, se sorprendió al sentir la calidez del toque. El muchacho sonrío y corrió alrededor de los pabellones, llegó hasta un estanque de lotos. Se detuvieron, él giro y carcajeo. –“¿De quién era ese cuerpo? ¿Este recuerdo a quién pertenecen? ¿Quién es esta niña?”- se pregunto. Miro como él intentaba decir algo, pero las imágenes desaparecieron y ella volvió a la realidad. A su propio cuerpo.
La Haruno retiro su mano con rapidez, apretándola contra la otra. –“¿Los recuerdos de Su Majestad?”- pensó, con los ojos fijos en su rostro. El miedo había vuelto. Lo que estaba mirando era difícil de asimilar. Naruto había abierto sus parpados. En un movimiento instintivo, Sakura le observo asustada e intento levantarse.
Sus brazos fueron fuertemente oprimidos y enviados junto con su cuerpo, a las suaves sabanas sobre Naruto. Él rostro de Su Majestad estaba delante del suyo, Sakura contemplo sus orbes con preocupación y temor. Forcejeo. La mano derecha de Naruto dejo el delicado brazo de la joven, hasta deslizarse sobre su espalda, en un rápido movimiento giro sobre si. Ahora, ella estaba vulnerable bajo su colectividad. Se quedaron varios minutos mirandose.
-¿Quién eres tú? ¡Dímelo!
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: • The Moon (+13)
adsfasdfadffasdf!!!!
He llegado a tal punto de ñoñería que no sabía ni escribir!!!
fddf
hx
ghzdf
xfg
xgh...!!!!
QUÉ BONITO!!! Como puede algo escrito hacer que el corazón de te encoja..
es tan mágico..
He llegado a tal punto de ñoñería que no sabía ni escribir!!!
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Miau- Novato
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Re: • The Moon (+13)
ya se vieron jejejje y sakura seguirá revelando recuerdos así ? , que mal que en el pasado sauke la reconoció esperaba que no jejje y que mal sakura se siente mal por que naruto la ama a ella cuando era princesa, claro cuando recordaba jejje, que deparara este amor que tercero , ponen obstaculice cuando el momento de que se reúnan, abra alguen que sepa quien es sakur ay quiere ayudarla a volver con su naruto o viceversa ?
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
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Re: • The Moon (+13)
Mil disculpas por no haber comentado el capítulo anterior no tengo temporalmente conexión de internet en casa es por eso que ando ausente estos días y solo lo leo por él movil
Ay me encantaron los dos capítulos muy bien Sakura es el que vela por los sueños de Naruto, y tambíen en los sueños del mismo ese capitulos fué muy tierno
Ya dije que odio a Hiashi lo vuelvo a repetir quiero una muerte lenta y violenta para él jeje, aunque duerma mejor no le hará caso a Hinata es me gusta.
Un pregunta Sakura sigue siendo la Princesa Herdera o ese titulo ya no le pertence aunque este viva por qué se caso con la pesada.
A lo que voy es recuperará su lugar como Princesa si viviera.
Cambiando de tema por que diablos lo dejaste en la mejor parte mi mente perver ya esta a mil por saber que hará Naruto jeje.
Te mando un abrazo y otra vez disculpas
Ay me encantaron los dos capítulos muy bien Sakura es el que vela por los sueños de Naruto, y tambíen en los sueños del mismo ese capitulos fué muy tierno
Ya dije que odio a Hiashi lo vuelvo a repetir quiero una muerte lenta y violenta para él jeje, aunque duerma mejor no le hará caso a Hinata es me gusta.
Un pregunta Sakura sigue siendo la Princesa Herdera o ese titulo ya no le pertence aunque este viva por qué se caso con la pesada.
A lo que voy es recuperará su lugar como Princesa si viviera.
Cambiando de tema por que diablos lo dejaste en la mejor parte mi mente perver ya esta a mil por saber que hará Naruto jeje.
La mano derecha de Naruto dejo el delicado brazo de la joven, hasta deslizarse sobre su espalda, en un rápido movimiento giro sobre si. Ahora, ella estaba vulnerable bajo su colectividad. Se quedaron varios minutos mirandose.
Te mando un abrazo y otra vez disculpas
eliannar- Moderador
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Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
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Re: • The Moon (+13)
oh que tierno ella lo cuida
por kami lo dejaste en la mejor parte hay me quede picada
conti que estoy anciosas
por kami lo dejaste en la mejor parte hay me quede picada
conti que estoy anciosas
cerezo en el viento- Aprendiz
- Mensajes : 142
Edad : 26
tratando de no caerme del arbol
0
Re: • The Moon (+13)
Hermoso capitulo !!! Pobre Sakura no sabe que esas imagenes son sus propios recuerdos y ahora Naruto la agarró que hará Sakura???
Saludos
Saludos
Estefi chan- Sannin
- Mensajes : 700
Edad : 30
En el mundo shinigami....
4108
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Re: • The Moon (+13)
Hola lectores
Muchas gracias por sus comentarios, de verdad me alegro que les haya gustado. Perdón, por dejarlos tanto rato sin continuación. Me abandono la musa o mejor dicho, se apodero de mi la pereza de fin de año.
Espero que esta continuación les agrade. Nos estamos leyendo.
Mi corazón oprimía mi pecho más de lo normal. Sus ojos azules miraban fijos los míos, buscando respuestas, aún sin reconocerme. Cuantas veces desee en el pasado que aquellos orbes se cruzaran con los verdes que me pertenecían, pero su mirada ahora era de desconcierto y hasta odio. Si pudiera decirle, si mi existencia no fuera tan pequeña al lado de la suya. ¿Qué pensaría si le contara sobre mis sentimientos? De seguro, me embestiría y apartaría de su cercanía. Su Majestad, si tan solo usted supiera, lo que esta insignificante súbdita le puede amar.
Su cuerpo oprimió con más fuerza a la joven, como si aquella delgada colectividad pudiera escaparse de sus fuertes brazos. Inclino aún más su rostro para verle, la complicidad de la oscuridad había ocultado las facciones de su asesina. Y solo podía sentir su agitada respiración.
-¡¿Quién eres tú?!- dijo con gruesa voz y notable enfado -¿Quién eres y qué haces aquí?- Sakura lo miro, mientras su mandíbula temblaba. No dijo nada, no sabía que decir. Se quedó en silencio, debajo de aquella corporalidad imponente y ojos inyectados en furia. Tenía miedo de hablar, que su respuesta no fuera agradable para Su Majestad -¡Dime! ¿Cuál es tú identidad?- gritó.
Shikamaru tenso su cuerpo, al apreciar el ambiente pesado. La madera crujir con violencia lo hizo levantarse de inmediato, el puño del joven golpeaba el suelo y con el un gritillo de miedo. Sin dejar de mirarla, Naruto llamo a su corte real y exigió que trajeran velas. Kakashi junto con las damas de la corte ingresaron a la habitación, donde el pequeño fuego llenó de luz la morada.
Sus labios se abrieron con lentitud y su cuerpo se fue aflojando hasta dejar caer su mano izquierda a su costado. Sintió en su estómago un calor infernal que subió por su torso hasta explotar en su nuca. Sería acaso decepción o sorpresa. Busco respuestas, pero ella oculto su mirada tras el flequillo rosa, el mismo que le recordaba a su amada, aunque ese cabello era más largo y menos brillante. -Tú… ¿Por qué estás aquí?- El personal salió con lentitud del cuarto. Se alejó del cuerpo de la joven, sin dejar de aprisionar la muñeca de su mano nívea. Minutos después, él le miraba con decepción y con ira contenida.
-¿Quién te mando a venir aquí?- La pregunta más parecida a orden, levanto con recelo los ojos verdes. Lo miro, esta no hablo. Él la jalo. Su cuerpo se deslizo por las maderas hasta quedar nuevamente cerca de él -Eres la misma de aquella noche ¿Fue una orden de alguna persona? ¿Te ordenaron seducirme? ¿O quizás te ordenaron estrangularme con esa mano? Sino, entonces mientras duermo ¿Se te ordeno apuñarle con un cuchillo mientras sueño? ¡Contéstame!- grito con furia -¿De quién recibes órdenes y de quién eres espía?
-¿Espía?- dijo Sakura –Eso no es cierto. Yo sólo soy una sacerdotisa que absorbe la mala suerte.
-¿Una sacerdotisa que absorbe la mala suerte?- repitió con ironía, ella asintió.
La puerta sonó con dos golpecillos. La voz de un hombre solicito permiso para ingresar, una vez dentro. Miro la habitación y la cercanía de los dos cuerpos. Trago en seco y con fingida calma se acercó al Rey.
-Su Majestad- llamó, Naruto volteo su mirada al hombre –Por favor cálmese, esta mujer… es una sacerdotisa del Pabellón de la Luna. Sólo la trajimos aquí para hacerlo sentir mejor. Ella no es una espía, mucho menos una persona ¡Es un talismán!
-Entonces…- sonrío desganado –Una persona, que no es una persona ¿Se atrevió a tocar mi cuerpo?- Naruto desvió su rostro furioso de nuevo a la joven, le miro con profunda dureza. Volvió al de Iruka -¡Dime! ¿Quién confirma que esas manos no pretendían estrangularme?
-¡Su Majestad!- dijo Iruka.
-El crimen por haber tocado su cuerpo- expuso Sakura –Lo tomare con responsabilidad, aunque eso signifique mi muerte. Pero por favor, deme la oportunidad de explicarle.
-¿Explicarme?- soltó su mano y esta cayo en su falda –Inténtalo entonces.
-Por supuesto, incluso los cielos que controlan el clima necesitan descansar con el fin de cuidar la tierra y hacer las flores florecer. Así como usted, un rey que lleva su país sobre sus hombros ¿No debería cuidarse? Un sueño reparador conduce a la paz de este país ¿Cómo puede usted cuidar de su pueblo, cuando tiene un cuerpo débil? Así pues, esta sirvienta… solo mientras usted duerme… solo quería quitarle la fatiga para que pueda reinar…- Sakura busco tranquilidad en su alma, quedando en silencio para organizar sus ideas y calmar su desbocado temor –Y de alguna manera ayudarle a dejar de lado el dolor de su corazón…
-Acabas de decir- le interrumpió -¿Dolor en mi corazón? Supongo que como eres una sacerdotisa ¿Puedes leer la mente de la gente? ¿Por ello me tocaste?
-Lo siento, pero…- ella trago –La mujer que llamo en sueños parece estar relacionada con su dolor, entonces sólo quería hacerlo sentir mejor- Naruto la miro, sus pupilas azules miraban de un lado a otro, confundido –Y cometí el crimen de tocarlo.
Uzumaki presiono con fuerza sus puños hasta sentir sus uñas incrustarse en sus manos. Estaba aturdido, la chica frente a ella tenía sus ojos, poseía el mismo cabello. Pero su rostro era más delgado y estilizado. Voz más fina y madura. Un atisbo de alegría lo quiso confundir, pero de inmediato lucho con la creciente esperanza –“No, ella no es. Esta chica no es la Princesa Heredera. Si ella fuera Sakura, no estaría sentada allí cuando la llame en sueños. Esto es un malentendido, una ilusión”- pensó. Naruto se perdió de nuevo en su rostro, ella lo miro confundida. Sin embargo, los ojos del joven antes ahogados en furia, ahora estaban apagados. Él salió de su ensoñamiento cuando ella le llamo con supuesta hipócrita preocupación. -“Tengo que… detenerme”- pensó Naruto –“Mi niña, ella está muerta”-
Sus ojos se desviaron de la chica de cabellos rosados y estos recorrieron nerviosos el resto de la estancia. Se levantó con presura. Le dio la espalda. Se llevó la mano al pecho, donde su corazón bombardea con fuerza.
-Expulsen a esta mujer…- ordeno con voz angustiada que trato de disimular –Fuera del palacio- cerro los ojos.
-Su Majestad- dijo Kakashi.
-¡Qué están haciendo!- gritó -¿No escucharon la orden?
-Su Majestad- dijo angustiada Sakura –Su Majestad- negó con la cabeza, pidiendo clemencia –¡Su Majestad!
Sus brazos estaban marcados por la prisión de dedos que la conducían fuera de Pabellón del Rey. El cuerpo era arrastrado con violencia y presura, impidiéndole caminar por propia voluntad. Entre los oscuros pasillos fue adentrándose a los pabellones más alejados del Palacio de Kitsune. Un fuerte dolor en su espalda, su colectividad fue azotada al suelo. Con poderío lanzo una briosa mirada a los guardas de la corte, los que no se inmutaron. Los hombres se movieron, dándole espacio al viejo que se acercaba. Ella miro a Iruka, luego a su alrededor. Estaba en el Pabellón de la Luna, pudo escuchar las voces de su maestra y amigas.
-Tú mujer ¿Cómo te atreves a tocar su cuerpo?- grito Iruka -Si fuiste descubierta, solo debías permanecer sentada en silencio hasta que tú castigo fuera dado ¿Quién te crees para hablar con él?- Sakura tembló -¡Pónganla en la cárcel inmediatamente!
Los guardas la levantaron de los adoquines y jalaron de ella nuevamente. Sakura forcejo, pero su fuerza era insuficiente. Ten-Ten salió al encuentro de su amiga extendiendo ambos brazos, a ella se le unió la rubia.
-¡Deténganse ya mismo!- ordeno Tsuname –Ella es una sacerdotisa del Pabellón de la Luna, yo la castigare según nuestras leyes.
-Ella ha cometido traición por tocar el cuerpo de un Rey- indico el Umino –Por ello, no puede ser juzgada de acuerdo a sus leyes ¡Pónganla en prisión!- ordeno una vez más.
-Señor- dijo la mujer angustiada.
-En su frente, se escribirá la palabra “criminal” y se le enviara lejos- dijo Iruka –Sin mi orden, no le den nada, ni una gota de agua.
Los hombres asintieron el mandato y se dirigieron al recinto, donde también se encontraba la zona de torturas. Sakura fue enviada hasta la cárcel dentro de Kitsune. Una fuerte fortaleza de madera. Su celda, era un reducido espacio apenas iluminado por una vela. No habían barrotes o ventanas, solo la puerta poseía una pequeña abertura. Temió de la penumbra y la escasez de espacio dentro de aquella cámara, segundos después su cuerpo fue azotado dentro de su prisión. Respiro profundo intentando controlar la claustrofobia, pero el miedo y traumas fueron más fuertes. Su respiración se aceleró y la desesperación se apodero de ella. Azoto con fuerza la puerta y pidió auxilio de Iruka, de su maestra. Pero el silencio reino.
Sus manos se llenaron de contusiones y su cuerpo cayo rendido. Su espalda toco las maderas y sus lágrimas volvieron a caer de sus ojos –“Ella no es una persona, es solo un talismán”- recordó. Las palabras dichas por Iruka y repetidas por Su Majestad. Dolían tanto.
La luna dejo el cielo, para darle protagonismo al sol. El que estaba oculto tras las nubes, como cortinas que impedían el calor. Dando inicio al invierno.
-No se puede decir ni una sola palabra sobre la situación- ordeno Iruka a los guardas de la corte -¿Entendido?
-Si señor- dijeron los hombres al unísono, marchándose del lugar.
Iruka miro al cielo y suspiro. Se dio calor con ambas manos y soplo para ser testigo de su propio aliento. Media vuelta, la sorpresa. De cerca Sasuke le miraba.
-¡Guau! Ha pasado mucho tiempo Señor Iruka Umino- dijo Sasuke. El joven sonrío, tomando el hombro del mayor. Un escalofrío -No este tan nervioso- Quito la mano y jugo con el mango de su espada -¿Usted cree… que lo rebanare?
-Es peligroso para un magistrado visitar el Pabellón de la Luna ¿Usted no lo sabe?
-¡Ay! Lo sé. ¿Por qué no debería saberlo?- dijo mirando los alrededores –No hay una sola conspiración en donde las sacerdotisas de la Luna no hayan estado envueltas- giro alrededor del hombre –Sabe, hace pocos días fui severamente golpeado. Pensé en quien sería responsable ¿Usted lo sabe?- su mano jalo de la empuñadura y la filosa arma salió de su escondite, se acercó al cuerpo de Iruka -¿Dónde está ella… la Sacerdotisa?
-¿Cómo podría saber dónde está esa sacerdotisa?- dijo Iruka –Yo solo me concentre en encontrarla por herejía. La orden era sacar del pueblo a las sacerdotisas y monjes rebeldes.
-En ese momento, yo estaba vestido de monje. Entonces ¿Por qué no me capturaron?
-Eso es… esa chica tenía un chackra malvado. Además ha cometido un gran crimen, por eso nosotros la arrestamos- Sasuke tembló de furia y se acercó aún más.
-Después de arrestarla ¿Dónde la pusieron?
-Como ella estaba llena de energía malvada la enviamos muy lejos de Konoha.
-Entonces dime ¿Dónde está ella?
-Lo siento, no sabría decirle Magistrado.
Sasuke dejo la habitación. Camino sin destino, perdido en sus pensamientos. Una ventisca y el frío se derritió en su mejilla. Observo alrededor, el Palacio era adornado de blanco. Los pequeños copos bajaban de las alturas incesantemente.
-Magistrado Uchiha- dijo una voz a su espalda. Volteo era Kushina. Se acercó a ella y a la mujer a su lado, con paso veloz. Una vez cerca, se detuvo e inclino su cabeza.
-Parece que ustedes están apuradas para llegar a los aposentos del Rey ¿Ha pasado algo malo?
-¿Por qué estas preguntando?- dijo la Reina Madre -¿Estas deseando que algo le suceda al Rey?
-Reina Madre- dijo Kushina avergonzada.
-Tú padre ya no está más en el palacio ¿Entonces porque vienes? ¿Acaso has olvidado las advertencias del anterior Rey de no entrar a palacio frecuentemente?- expuso la vieja.
-¿Por qué es así Reina Madre?- dijo la peliroja –Él debe haber entrado al palacio porque está preocupado ¿No es correcto?- expuso, retiro su mirada de la vieja y miro a Sasuke.
-Estos días… gente perversa se están reuniendo alrededor tuyo, es lo que he escuchado- dijo la mujer mayor.
-Eso…- dijo Sasuke con voz gruesa –No tiene nada que ver conmigo- la vieja carcajeo.
-¿No es cierto que las moscas se reúnen porque hay hedor? Claro, por el olor desagradable- le miro con desagrado -Entonces mantén esto en mente, mientras yo esté viva, tú nunca te convertirás en Rey ¿Entendido? Tú no puedes- observo a Kushina a su lado –Vamos Reina.
La mujer rodo los ojos, para luego reír con perversidad. Camino directo al pelinegro, este se movió al lado dándoles paso. Sus puños se cerraron y miro desafiante a la mayor.
-Reina Madre. Su vigor no es él que solía ser- ella volteo y le observo sorprendida - Yo, me siento bastante mal con sus palabras- dijo con sorna.
-¿Qué fue lo que dijiste?
-Las moscas no se están reuniendo alrededor de mi casa por causa del mal olor. Sino más bien porque el Rey no ha podido producir un heredero- Ella separo los labios asombrada –Para que el Rey este a salvo, Reina Madre, usted necesitaría estar viva incluso más de cien años- Sasuke asintió –Es una gran preocupación. Porque parece ser que yo viviré más tiempo que usted en esta tierra- hablo con fingida ansia- Mientras esté viva, su alma seguro estará llena de preocupaciones- Sasuke sonrío –Le deseo buena salud y larga vida. Le visitaré de vez en cuando para alegrarle. Entonces…- inclino su cabeza en forma de despedida y la volvió a mirar a los ojos –Por favor, cuídese bien.
Sasuke se dirigió a las montañas que rodeaban Konoha. Miro por un camino de piedras y tierra, paseo por el. Al final, un antiguo templo. Se acercó hasta observar con más detenimiento a la mujer que se inclinaba frente al majestuoso altar. Su cabello era largo y negro, sus ropas grises desgastadas. Ella volteo y sonrío.
-Sasuke- él devolvió la sonrisa.
-Madre.
-Hace tanto que no me visitas. Ahora que vivo en el templo- dijo mirando alrededor –Rezo todo los días por ti y por el Rey.
-Madre, últimamente he pensado en tú situación y las razones por la que has dejado de ser noble y decidiste convertirte en esto- tomo la mano de su progenitora y la apretó con fuerza -¿Debería cambiarlo?- ella negó.
-Fue mi decisión estar aquí. Aunque he entrado en el monasterio, aún no he dejado mis odios terrenales. Por favor, no caigas en los mismos errores.
-Si el Rey se enfrentara a una muerte inevitable. Puede que vuelvas no como una noble, sino como una Reina.
-Sasuke ¿Cómo puedes decir cosas tan terribles? La seguridad del Rey es tú seguridad ¿Acaso no lo sabes?
-¿Cómo podría no saberlo? Desde que nací, crecí y hasta ahora. Siempre he escuchado tus consejos madre.
-Mi querido hijo, aunque el árbol trata de quedarse inmóvil, el viento hace que se doble y tiemble. No te dejes caer por malos sentimientos y deseos falsos- él asintió y oscureció su mirada. Su madre arrugo la frente, sabía la angustia de su hijo. La misma que le perturbaba en el pasado.
-Que esa persona no me reconozca- dijo con los ojos humedecidos –Que una vez más algún otro sea elegido y no yo. Incluso aunque nosotros pueda que ya nos hayamos encontrado de nuevo. Tal vez la pierda de nuevo- asintió con pesadez y sonrió.
Limpio sus ojos, dejo un beso en la mejilla de su madre y salió. Pasando por los mismos lugares donde tomo la mano de la delicada joven. Aquella que había trastornado su corazón -¿A dónde necesito ir para poder encontrarte?- se dijo.
Alejo la taza de sus labios y trago el líquido caliente. Se dirigió a su compañero y confidente.
-Shikamaru, tú también piensas que lo que me dijo la Reina Madre sea cierto. Que Sasuke, sea esa clase de persona- miro al hombre que no intento si quiera responderle –Tú lo conoces bien, entonces dime…
-¿Está usted llenándose de sospechas? ¿Cree que lo traicionaría?
-¿Crees que sospecharía de Sasuke?- Naruto sonrió –Conoces su historia y lo frágil que puede ser. Temo que de tanto golpearlo, él se romperá antes de poder doblarse –tomo de nuevo la taza para darle un sorbo -¿No es gracioso? Esta posición de Rey es tan agobiante, incluso amigos de la niñez necesitan verse el uno al otro como enemigos. Hoy siento que esta posición es realmente cansada- dijo con notable amargura –Shikamaru.
-Diga Su Majestad.
-El registro del Pabellón de la Luna. Revísalo. También todo lo concerniente al Ministro Hyuga.
-¿Está interesado en saber si ella es una espía? ¿O usted está revisando porque quiere confirmar que ella no es una criminal?
-¿No va a hacer nada?- exigió Ten-ten –Usted es la jefa de las sacerdotisas ¡Él dijo que tatuaría la palabra criminal en su frente!
-Silencio- gritó –Estoy tratando de analizar la situación.
-¡Cree que pensando es suficiente! La pobre de Sakura no puede respirar en lugares pequeños y obscuros- la joven se acercó aún más a su maestra –En vez de estar pensando, debería decirle toda la verdad a Su Majestad ¡Que la sacerdotisa que está tratando de matar, es la Princesa Heredera!
-¡Cállate! Dilo una vez más y te arrancare la lengua- dejo de mirar a la joven asustada y cerró los ojos –Deja de distraerme y vete afuera.
La joven gozaba de una cara cansada. Las ojeras eran evidentes en sus ojos, testigos de noches enteras sin poder conciliar el sueño. Sus parpados estaban hinchados de llorar, bajo ellos sus orbes estaban humedecidos. Su nariz roja y sus manos temblorosas.
-¿Perdón? Creo no haberte entendido bien.
-Lamento profundamente decirle esto, pero no soporto más los chismes sobre Su Majestad y mi persona. Ya han sido expuestos por todo el palacio.
-¿Chismes?
-Saben lo que dicen- dijo con voz entrecortada mirando a su suegra -Cuando la salud de Su Majestad empeora es mi culpa. Cuando la salud de Su Majestad mejora es porque secretamente tiene una mujer que lo complace a su lado.
-¿A qué te refieres con que Naruto tiene una mujer cerca a su lado?- pregunto Kushina –Tú sabes mejor que nadie, que él no lo haría.
-Viendo más allá del rumor- dijo con preocupada voz –Si esto se propaga más allá de los muros de palacio. Entonces ¿Cómo vera la gente de esta nación a su Rey? Le suplico. Permítame entrar libremente en los aposentos del Rey- la pelirroja le miro asombrada por la proposición –Solo estando a su lado, podre parar los rumores.
-Pero, no puedes estar cerca de él hasta la consumación. Es mejor que permanezcan separados.
-Entonces, como reina de este palacio ¿Debo seguir siendo víctima de esta humillación?- dijo entre sollozos.
-Por favor, solo espera un poco Hinata- dijo con una sonrisa –Una vez la que la consumación sea exitosa, los rumores se acabarán.
-Pero, no sabemos si la salud el Rey empeorara nuevamente.
-No te preocupes por eso. La verdad es que la Reina Madre, ha traído a la hija espiritual de la Sacerdotisa Tsuname. Ella está adsorbiendo la mala suerte que se encuentra en las habitaciones del Rey.
Hinata miro a la amable mujer y sonrió. Hablo un rato más con ella, para dejar en claro que estaba considerablemente más tranquila con la situación. Aunque aquello fuera una mentira. Estando nuevamente en su pabellón, mando a llamar al Ministro Hyuga, su padre y cómplice de la Reina Madre.
-Entonces la Sacerdotisa Tsuname ha vuelto.
-Así es padre. Su hija espiritual es una sacerdotisa que extrae la mala suerte en los aposentos del Rey. La orden fue dada por la Reina Madre- Hiashi asintió asombrado, tomando poca importancia a la situación –Entonces, por mi… podrías decirle a la Reina Madre, que aunque sea solo un talismán humano, sigue siendo mujer- ella arrugo su frente –No se puede tomar a la ligera la situación.
-¿Pretendes que me deshaga de alguien que ha venido a castillo por una orden real?
-Pero, por muchas noches he tenido sueños preocupantes y la actitud del Rey a cambiado- arrugo la piel entre sus cejas y suspiro -¡Me siento insegura!
-Como madre de la nación ¿Cómo puedes estar celosa de una sacerdotisa? A pesar de que el Rey este alejado de ti- carcajeo -¿Cómo podría amar a un talismán?
El viejo se levantó de su asintiendo, dejando a la joven Reina más angustiada. Admitió que se encontraba asombrado y preocupado por el regreso de Tsuname. Sus planes deberían cambiar. Y quizás, una visita a la Reina Madre podría ayudar, antes de tomar decisiones precipitadas.
-¿Qué te trae por aquí? Solo cuando necesitas mi ayuda vienes. Tenías rato de no venir.
-Lo lamento, Reina Madre- sonrió –Trabajar para el nuevo Rey no es un trabajo fácil- Ella sonrío junto a él con ironía.
-Lo sé muy bien. No es una posición fácil de obtener después de todo- la vieja lo miro con cuidado –“Al fin y al cabo gracias a mi estas aquí. ¿Por qué actúas tan altivo frente a mí?”- pensó la vieja. Dejando de mirar al hombre, cosa que no imito él.
-“El león que ha perdido todos sus dientes, todavía cree que es el soberano de todo el bosque”- pensó el Hyuga.
-¿Cómo es que un hombre tan ocupado está visitando a una vieja como yo?
-Escuche que trajo de regreso a la Sacerdotisa Tsuname- ella asintió -¿No tenemos ya la Sacerdotisa Chiyo?
-Ella era solo temporal y sus habilidades se vieron reducidas con su enfermedad.
-Pero, la Sacerdotisa Tsuname. Podría darse cuenta de lo que paso hace ocho años ¿Qué pasaría si se entera?
-En el caso remoto que eso pasara, ella sabe que no le convendría abrir la boca. Si estamos comparando el nivel de peligro ¿No es peor tener a Chiyo al mando?
-Pero…
-Necesito la sabiduría y poderes de la Sacerdotisa Tsuname. No hay nadie mejor que ella.
-Tsuname tiene un carácter voluble, es difícil de controlar. Ella es peligrosa.
-Entre más peligrosa sea, más debe estar de nuestro lado ¿No crees?
-Reina Madre.
-¿Qué es a lo que le tiene tanto miedo? Son cosas del pasado. Lo principal ¿No estamos hablando de una persona muerta? Ella ya no puede hablar.
-¿Así que es una sacerdotisa registrada en el Pabellón de la Luna?- Shikamaru asintió.
-La misma Tsuname lo ha confirmado.
-¿Qué hay del Ministro Hyuga?
-Parece que ni él conocía la existencia de la mujer- miro a Naruto, luego de un largo rato –Por favor, retire su orden. Esa chica no es un espía. Si la va a castigar, deberá castigarme a mí también por permitirle entrar.
-¿Está del lado de esa mujer? No es muy común en ti- dejo el rostro del joven y observo el paisaje -Lo sé, no es la chica quien es peligrosa. Soy yo.
-Señor, eso no es así. No piense de esa manera, solo deberá dejarla irse de Konoha.
-¿Dices que estoy siendo tonto y que necesito librarme de ella?- miro al cielo -Ya sé que me convertí en un tonto. Pero, no la puedo alejar de mi lado.
Dormía con dificultad sobre las duras maderas. Su pómulo izquierdo tenía un pequeño corte, donde la sangre había secado. Sus labios estaban agrietados y su piel más pálida de lo normal. Tres hombres entraron a su celda. Ella despertó asustada. Uno de ellos la señalo, los otros tres la tomaron por los brazos. Forcejo, pero fue imposible soltarse de su agarre.
La dirigieron a una de las oficinas de la cárcel. Donde estaba Tsuname¸ sus amigas y otras personas de la corte. Una silla en medio de la habitación, donde le obligaron a sentarse. Frente a ella Iruka Umino. Ella tembló y oculto sus manos bajo su blusa. Agacho su cabeza y vio con el rabillo del ojo a su maestra preocupada. Sakura de inmediato comenzó a entender su situación. Aunque era mejor que la muerte.
-Sacerdotisa Sakura- dijo el Umino –Por orden de la Reina Madre, se le envió a absorber las malas energías en las habitaciones del Rey. Pero por descuidó de sus deberes, cometió una grave falta a leyes. Por lo tanto, llevaremos a cabo el castigo ordenado por las escrituras- miro a la gente a su alrededor, hasta dirigirse de nuevo a la asustada criminal -Todos sean testigos de esta escena ¡Comiencen!
Sakura miro a su alrededor, su cuerpo era aprisionado por gruesas cuerdas. Su pecho fue asegurado al respaldar y ambas manos a los reposabrazos. Abrió sus ojos con demasía por el temor. Un dolor más. Su cabeza fue jalada por los cabellos inclinándola hacia atrás. De las brasas sacaron el trozo de metal que indicaba su traición. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver el fierro acercarse a su rostro. Cerró los ojos, apretó los puños mientras estos temblaban y se preparó para el sufrimiento.
Tsuname la miraba desde un costado, sabía que si revelaba la verdad la joven viviría, pero moriría pronto. Pero si no lo hacía, el resto de su vida sería señalada y rechazada. Negó con la cabeza y pidió a los cielos un mensaje divino. Un gritó.
-¡Alto!- fue dicho por una voz fuerte y profunda. Kakashi entro casi corriendo, azotando la puerta. Señalo a los hombres y le indico con la cabeza alejarse de la joven. Ella abrió los ojos y respiro aliviada. Era una orden. Sakura debía de regresar a los aposentos del Rey y completar la misión impuesta. Ella aún sin creerlo, derramó lágrimas de felicidad.
Muchas gracias por sus comentarios, de verdad me alegro que les haya gustado. Perdón, por dejarlos tanto rato sin continuación. Me abandono la musa o mejor dicho, se apodero de mi la pereza de fin de año.
Espero que esta continuación les agrade. Nos estamos leyendo.
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EPISODIO XVII
Prisión
Prisión
Anoche me acosté con la intención de dormir,
pero nada más hacerlo me puse a pensar en ti.
Tú mirada en mi recuerdo comenzó pronto a sangrar,
como una herida cerrada a la que vuelven a apuñalar.
Una y mil veces dije que te tenía que olvidar,
y un millón más me maldije por volverte a recordar.
Y ya cuando salía el sol y entraba por mi ventana, el sueño
al fin me vencía, mientras mis ojos lloraban lágrimas ensangrentadas.
pero nada más hacerlo me puse a pensar en ti.
Tú mirada en mi recuerdo comenzó pronto a sangrar,
como una herida cerrada a la que vuelven a apuñalar.
Una y mil veces dije que te tenía que olvidar,
y un millón más me maldije por volverte a recordar.
Y ya cuando salía el sol y entraba por mi ventana, el sueño
al fin me vencía, mientras mis ojos lloraban lágrimas ensangrentadas.
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Mi corazón oprimía mi pecho más de lo normal. Sus ojos azules miraban fijos los míos, buscando respuestas, aún sin reconocerme. Cuantas veces desee en el pasado que aquellos orbes se cruzaran con los verdes que me pertenecían, pero su mirada ahora era de desconcierto y hasta odio. Si pudiera decirle, si mi existencia no fuera tan pequeña al lado de la suya. ¿Qué pensaría si le contara sobre mis sentimientos? De seguro, me embestiría y apartaría de su cercanía. Su Majestad, si tan solo usted supiera, lo que esta insignificante súbdita le puede amar.
Su cuerpo oprimió con más fuerza a la joven, como si aquella delgada colectividad pudiera escaparse de sus fuertes brazos. Inclino aún más su rostro para verle, la complicidad de la oscuridad había ocultado las facciones de su asesina. Y solo podía sentir su agitada respiración.
-¡¿Quién eres tú?!- dijo con gruesa voz y notable enfado -¿Quién eres y qué haces aquí?- Sakura lo miro, mientras su mandíbula temblaba. No dijo nada, no sabía que decir. Se quedó en silencio, debajo de aquella corporalidad imponente y ojos inyectados en furia. Tenía miedo de hablar, que su respuesta no fuera agradable para Su Majestad -¡Dime! ¿Cuál es tú identidad?- gritó.
Shikamaru tenso su cuerpo, al apreciar el ambiente pesado. La madera crujir con violencia lo hizo levantarse de inmediato, el puño del joven golpeaba el suelo y con el un gritillo de miedo. Sin dejar de mirarla, Naruto llamo a su corte real y exigió que trajeran velas. Kakashi junto con las damas de la corte ingresaron a la habitación, donde el pequeño fuego llenó de luz la morada.
Sus labios se abrieron con lentitud y su cuerpo se fue aflojando hasta dejar caer su mano izquierda a su costado. Sintió en su estómago un calor infernal que subió por su torso hasta explotar en su nuca. Sería acaso decepción o sorpresa. Busco respuestas, pero ella oculto su mirada tras el flequillo rosa, el mismo que le recordaba a su amada, aunque ese cabello era más largo y menos brillante. -Tú… ¿Por qué estás aquí?- El personal salió con lentitud del cuarto. Se alejó del cuerpo de la joven, sin dejar de aprisionar la muñeca de su mano nívea. Minutos después, él le miraba con decepción y con ira contenida.
-¿Quién te mando a venir aquí?- La pregunta más parecida a orden, levanto con recelo los ojos verdes. Lo miro, esta no hablo. Él la jalo. Su cuerpo se deslizo por las maderas hasta quedar nuevamente cerca de él -Eres la misma de aquella noche ¿Fue una orden de alguna persona? ¿Te ordenaron seducirme? ¿O quizás te ordenaron estrangularme con esa mano? Sino, entonces mientras duermo ¿Se te ordeno apuñarle con un cuchillo mientras sueño? ¡Contéstame!- grito con furia -¿De quién recibes órdenes y de quién eres espía?
-¿Espía?- dijo Sakura –Eso no es cierto. Yo sólo soy una sacerdotisa que absorbe la mala suerte.
-¿Una sacerdotisa que absorbe la mala suerte?- repitió con ironía, ella asintió.
La puerta sonó con dos golpecillos. La voz de un hombre solicito permiso para ingresar, una vez dentro. Miro la habitación y la cercanía de los dos cuerpos. Trago en seco y con fingida calma se acercó al Rey.
-Su Majestad- llamó, Naruto volteo su mirada al hombre –Por favor cálmese, esta mujer… es una sacerdotisa del Pabellón de la Luna. Sólo la trajimos aquí para hacerlo sentir mejor. Ella no es una espía, mucho menos una persona ¡Es un talismán!
-Entonces…- sonrío desganado –Una persona, que no es una persona ¿Se atrevió a tocar mi cuerpo?- Naruto desvió su rostro furioso de nuevo a la joven, le miro con profunda dureza. Volvió al de Iruka -¡Dime! ¿Quién confirma que esas manos no pretendían estrangularme?
-¡Su Majestad!- dijo Iruka.
-El crimen por haber tocado su cuerpo- expuso Sakura –Lo tomare con responsabilidad, aunque eso signifique mi muerte. Pero por favor, deme la oportunidad de explicarle.
-¿Explicarme?- soltó su mano y esta cayo en su falda –Inténtalo entonces.
-Por supuesto, incluso los cielos que controlan el clima necesitan descansar con el fin de cuidar la tierra y hacer las flores florecer. Así como usted, un rey que lleva su país sobre sus hombros ¿No debería cuidarse? Un sueño reparador conduce a la paz de este país ¿Cómo puede usted cuidar de su pueblo, cuando tiene un cuerpo débil? Así pues, esta sirvienta… solo mientras usted duerme… solo quería quitarle la fatiga para que pueda reinar…- Sakura busco tranquilidad en su alma, quedando en silencio para organizar sus ideas y calmar su desbocado temor –Y de alguna manera ayudarle a dejar de lado el dolor de su corazón…
-Acabas de decir- le interrumpió -¿Dolor en mi corazón? Supongo que como eres una sacerdotisa ¿Puedes leer la mente de la gente? ¿Por ello me tocaste?
-Lo siento, pero…- ella trago –La mujer que llamo en sueños parece estar relacionada con su dolor, entonces sólo quería hacerlo sentir mejor- Naruto la miro, sus pupilas azules miraban de un lado a otro, confundido –Y cometí el crimen de tocarlo.
Uzumaki presiono con fuerza sus puños hasta sentir sus uñas incrustarse en sus manos. Estaba aturdido, la chica frente a ella tenía sus ojos, poseía el mismo cabello. Pero su rostro era más delgado y estilizado. Voz más fina y madura. Un atisbo de alegría lo quiso confundir, pero de inmediato lucho con la creciente esperanza –“No, ella no es. Esta chica no es la Princesa Heredera. Si ella fuera Sakura, no estaría sentada allí cuando la llame en sueños. Esto es un malentendido, una ilusión”- pensó. Naruto se perdió de nuevo en su rostro, ella lo miro confundida. Sin embargo, los ojos del joven antes ahogados en furia, ahora estaban apagados. Él salió de su ensoñamiento cuando ella le llamo con supuesta hipócrita preocupación. -“Tengo que… detenerme”- pensó Naruto –“Mi niña, ella está muerta”-
Sus ojos se desviaron de la chica de cabellos rosados y estos recorrieron nerviosos el resto de la estancia. Se levantó con presura. Le dio la espalda. Se llevó la mano al pecho, donde su corazón bombardea con fuerza.
-Expulsen a esta mujer…- ordeno con voz angustiada que trato de disimular –Fuera del palacio- cerro los ojos.
-Su Majestad- dijo Kakashi.
-¡Qué están haciendo!- gritó -¿No escucharon la orden?
-Su Majestad- dijo angustiada Sakura –Su Majestad- negó con la cabeza, pidiendo clemencia –¡Su Majestad!
Sus brazos estaban marcados por la prisión de dedos que la conducían fuera de Pabellón del Rey. El cuerpo era arrastrado con violencia y presura, impidiéndole caminar por propia voluntad. Entre los oscuros pasillos fue adentrándose a los pabellones más alejados del Palacio de Kitsune. Un fuerte dolor en su espalda, su colectividad fue azotada al suelo. Con poderío lanzo una briosa mirada a los guardas de la corte, los que no se inmutaron. Los hombres se movieron, dándole espacio al viejo que se acercaba. Ella miro a Iruka, luego a su alrededor. Estaba en el Pabellón de la Luna, pudo escuchar las voces de su maestra y amigas.
-Tú mujer ¿Cómo te atreves a tocar su cuerpo?- grito Iruka -Si fuiste descubierta, solo debías permanecer sentada en silencio hasta que tú castigo fuera dado ¿Quién te crees para hablar con él?- Sakura tembló -¡Pónganla en la cárcel inmediatamente!
Los guardas la levantaron de los adoquines y jalaron de ella nuevamente. Sakura forcejo, pero su fuerza era insuficiente. Ten-Ten salió al encuentro de su amiga extendiendo ambos brazos, a ella se le unió la rubia.
-¡Deténganse ya mismo!- ordeno Tsuname –Ella es una sacerdotisa del Pabellón de la Luna, yo la castigare según nuestras leyes.
-Ella ha cometido traición por tocar el cuerpo de un Rey- indico el Umino –Por ello, no puede ser juzgada de acuerdo a sus leyes ¡Pónganla en prisión!- ordeno una vez más.
-Señor- dijo la mujer angustiada.
-En su frente, se escribirá la palabra “criminal” y se le enviara lejos- dijo Iruka –Sin mi orden, no le den nada, ni una gota de agua.
Los hombres asintieron el mandato y se dirigieron al recinto, donde también se encontraba la zona de torturas. Sakura fue enviada hasta la cárcel dentro de Kitsune. Una fuerte fortaleza de madera. Su celda, era un reducido espacio apenas iluminado por una vela. No habían barrotes o ventanas, solo la puerta poseía una pequeña abertura. Temió de la penumbra y la escasez de espacio dentro de aquella cámara, segundos después su cuerpo fue azotado dentro de su prisión. Respiro profundo intentando controlar la claustrofobia, pero el miedo y traumas fueron más fuertes. Su respiración se aceleró y la desesperación se apodero de ella. Azoto con fuerza la puerta y pidió auxilio de Iruka, de su maestra. Pero el silencio reino.
Sus manos se llenaron de contusiones y su cuerpo cayo rendido. Su espalda toco las maderas y sus lágrimas volvieron a caer de sus ojos –“Ella no es una persona, es solo un talismán”- recordó. Las palabras dichas por Iruka y repetidas por Su Majestad. Dolían tanto.
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La luna dejo el cielo, para darle protagonismo al sol. El que estaba oculto tras las nubes, como cortinas que impedían el calor. Dando inicio al invierno.
-No se puede decir ni una sola palabra sobre la situación- ordeno Iruka a los guardas de la corte -¿Entendido?
-Si señor- dijeron los hombres al unísono, marchándose del lugar.
Iruka miro al cielo y suspiro. Se dio calor con ambas manos y soplo para ser testigo de su propio aliento. Media vuelta, la sorpresa. De cerca Sasuke le miraba.
-¡Guau! Ha pasado mucho tiempo Señor Iruka Umino- dijo Sasuke. El joven sonrío, tomando el hombro del mayor. Un escalofrío -No este tan nervioso- Quito la mano y jugo con el mango de su espada -¿Usted cree… que lo rebanare?
-Es peligroso para un magistrado visitar el Pabellón de la Luna ¿Usted no lo sabe?
-¡Ay! Lo sé. ¿Por qué no debería saberlo?- dijo mirando los alrededores –No hay una sola conspiración en donde las sacerdotisas de la Luna no hayan estado envueltas- giro alrededor del hombre –Sabe, hace pocos días fui severamente golpeado. Pensé en quien sería responsable ¿Usted lo sabe?- su mano jalo de la empuñadura y la filosa arma salió de su escondite, se acercó al cuerpo de Iruka -¿Dónde está ella… la Sacerdotisa?
-¿Cómo podría saber dónde está esa sacerdotisa?- dijo Iruka –Yo solo me concentre en encontrarla por herejía. La orden era sacar del pueblo a las sacerdotisas y monjes rebeldes.
-En ese momento, yo estaba vestido de monje. Entonces ¿Por qué no me capturaron?
-Eso es… esa chica tenía un chackra malvado. Además ha cometido un gran crimen, por eso nosotros la arrestamos- Sasuke tembló de furia y se acercó aún más.
-Después de arrestarla ¿Dónde la pusieron?
-Como ella estaba llena de energía malvada la enviamos muy lejos de Konoha.
-Entonces dime ¿Dónde está ella?
-Lo siento, no sabría decirle Magistrado.
Sasuke dejo la habitación. Camino sin destino, perdido en sus pensamientos. Una ventisca y el frío se derritió en su mejilla. Observo alrededor, el Palacio era adornado de blanco. Los pequeños copos bajaban de las alturas incesantemente.
-Magistrado Uchiha- dijo una voz a su espalda. Volteo era Kushina. Se acercó a ella y a la mujer a su lado, con paso veloz. Una vez cerca, se detuvo e inclino su cabeza.
-Parece que ustedes están apuradas para llegar a los aposentos del Rey ¿Ha pasado algo malo?
-¿Por qué estas preguntando?- dijo la Reina Madre -¿Estas deseando que algo le suceda al Rey?
-Reina Madre- dijo Kushina avergonzada.
-Tú padre ya no está más en el palacio ¿Entonces porque vienes? ¿Acaso has olvidado las advertencias del anterior Rey de no entrar a palacio frecuentemente?- expuso la vieja.
-¿Por qué es así Reina Madre?- dijo la peliroja –Él debe haber entrado al palacio porque está preocupado ¿No es correcto?- expuso, retiro su mirada de la vieja y miro a Sasuke.
-Estos días… gente perversa se están reuniendo alrededor tuyo, es lo que he escuchado- dijo la mujer mayor.
-Eso…- dijo Sasuke con voz gruesa –No tiene nada que ver conmigo- la vieja carcajeo.
-¿No es cierto que las moscas se reúnen porque hay hedor? Claro, por el olor desagradable- le miro con desagrado -Entonces mantén esto en mente, mientras yo esté viva, tú nunca te convertirás en Rey ¿Entendido? Tú no puedes- observo a Kushina a su lado –Vamos Reina.
La mujer rodo los ojos, para luego reír con perversidad. Camino directo al pelinegro, este se movió al lado dándoles paso. Sus puños se cerraron y miro desafiante a la mayor.
-Reina Madre. Su vigor no es él que solía ser- ella volteo y le observo sorprendida - Yo, me siento bastante mal con sus palabras- dijo con sorna.
-¿Qué fue lo que dijiste?
-Las moscas no se están reuniendo alrededor de mi casa por causa del mal olor. Sino más bien porque el Rey no ha podido producir un heredero- Ella separo los labios asombrada –Para que el Rey este a salvo, Reina Madre, usted necesitaría estar viva incluso más de cien años- Sasuke asintió –Es una gran preocupación. Porque parece ser que yo viviré más tiempo que usted en esta tierra- hablo con fingida ansia- Mientras esté viva, su alma seguro estará llena de preocupaciones- Sasuke sonrío –Le deseo buena salud y larga vida. Le visitaré de vez en cuando para alegrarle. Entonces…- inclino su cabeza en forma de despedida y la volvió a mirar a los ojos –Por favor, cuídese bien.
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Sasuke se dirigió a las montañas que rodeaban Konoha. Miro por un camino de piedras y tierra, paseo por el. Al final, un antiguo templo. Se acercó hasta observar con más detenimiento a la mujer que se inclinaba frente al majestuoso altar. Su cabello era largo y negro, sus ropas grises desgastadas. Ella volteo y sonrío.
-Sasuke- él devolvió la sonrisa.
-Madre.
-Hace tanto que no me visitas. Ahora que vivo en el templo- dijo mirando alrededor –Rezo todo los días por ti y por el Rey.
-Madre, últimamente he pensado en tú situación y las razones por la que has dejado de ser noble y decidiste convertirte en esto- tomo la mano de su progenitora y la apretó con fuerza -¿Debería cambiarlo?- ella negó.
-Fue mi decisión estar aquí. Aunque he entrado en el monasterio, aún no he dejado mis odios terrenales. Por favor, no caigas en los mismos errores.
-Si el Rey se enfrentara a una muerte inevitable. Puede que vuelvas no como una noble, sino como una Reina.
-Sasuke ¿Cómo puedes decir cosas tan terribles? La seguridad del Rey es tú seguridad ¿Acaso no lo sabes?
-¿Cómo podría no saberlo? Desde que nací, crecí y hasta ahora. Siempre he escuchado tus consejos madre.
-Mi querido hijo, aunque el árbol trata de quedarse inmóvil, el viento hace que se doble y tiemble. No te dejes caer por malos sentimientos y deseos falsos- él asintió y oscureció su mirada. Su madre arrugo la frente, sabía la angustia de su hijo. La misma que le perturbaba en el pasado.
-Que esa persona no me reconozca- dijo con los ojos humedecidos –Que una vez más algún otro sea elegido y no yo. Incluso aunque nosotros pueda que ya nos hayamos encontrado de nuevo. Tal vez la pierda de nuevo- asintió con pesadez y sonrió.
Limpio sus ojos, dejo un beso en la mejilla de su madre y salió. Pasando por los mismos lugares donde tomo la mano de la delicada joven. Aquella que había trastornado su corazón -¿A dónde necesito ir para poder encontrarte?- se dijo.
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Alejo la taza de sus labios y trago el líquido caliente. Se dirigió a su compañero y confidente.
-Shikamaru, tú también piensas que lo que me dijo la Reina Madre sea cierto. Que Sasuke, sea esa clase de persona- miro al hombre que no intento si quiera responderle –Tú lo conoces bien, entonces dime…
-¿Está usted llenándose de sospechas? ¿Cree que lo traicionaría?
-¿Crees que sospecharía de Sasuke?- Naruto sonrió –Conoces su historia y lo frágil que puede ser. Temo que de tanto golpearlo, él se romperá antes de poder doblarse –tomo de nuevo la taza para darle un sorbo -¿No es gracioso? Esta posición de Rey es tan agobiante, incluso amigos de la niñez necesitan verse el uno al otro como enemigos. Hoy siento que esta posición es realmente cansada- dijo con notable amargura –Shikamaru.
-Diga Su Majestad.
-El registro del Pabellón de la Luna. Revísalo. También todo lo concerniente al Ministro Hyuga.
-¿Está interesado en saber si ella es una espía? ¿O usted está revisando porque quiere confirmar que ella no es una criminal?
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-¿No va a hacer nada?- exigió Ten-ten –Usted es la jefa de las sacerdotisas ¡Él dijo que tatuaría la palabra criminal en su frente!
-Silencio- gritó –Estoy tratando de analizar la situación.
-¡Cree que pensando es suficiente! La pobre de Sakura no puede respirar en lugares pequeños y obscuros- la joven se acercó aún más a su maestra –En vez de estar pensando, debería decirle toda la verdad a Su Majestad ¡Que la sacerdotisa que está tratando de matar, es la Princesa Heredera!
-¡Cállate! Dilo una vez más y te arrancare la lengua- dejo de mirar a la joven asustada y cerró los ojos –Deja de distraerme y vete afuera.
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La joven gozaba de una cara cansada. Las ojeras eran evidentes en sus ojos, testigos de noches enteras sin poder conciliar el sueño. Sus parpados estaban hinchados de llorar, bajo ellos sus orbes estaban humedecidos. Su nariz roja y sus manos temblorosas.
-¿Perdón? Creo no haberte entendido bien.
-Lamento profundamente decirle esto, pero no soporto más los chismes sobre Su Majestad y mi persona. Ya han sido expuestos por todo el palacio.
-¿Chismes?
-Saben lo que dicen- dijo con voz entrecortada mirando a su suegra -Cuando la salud de Su Majestad empeora es mi culpa. Cuando la salud de Su Majestad mejora es porque secretamente tiene una mujer que lo complace a su lado.
-¿A qué te refieres con que Naruto tiene una mujer cerca a su lado?- pregunto Kushina –Tú sabes mejor que nadie, que él no lo haría.
-Viendo más allá del rumor- dijo con preocupada voz –Si esto se propaga más allá de los muros de palacio. Entonces ¿Cómo vera la gente de esta nación a su Rey? Le suplico. Permítame entrar libremente en los aposentos del Rey- la pelirroja le miro asombrada por la proposición –Solo estando a su lado, podre parar los rumores.
-Pero, no puedes estar cerca de él hasta la consumación. Es mejor que permanezcan separados.
-Entonces, como reina de este palacio ¿Debo seguir siendo víctima de esta humillación?- dijo entre sollozos.
-Por favor, solo espera un poco Hinata- dijo con una sonrisa –Una vez la que la consumación sea exitosa, los rumores se acabarán.
-Pero, no sabemos si la salud el Rey empeorara nuevamente.
-No te preocupes por eso. La verdad es que la Reina Madre, ha traído a la hija espiritual de la Sacerdotisa Tsuname. Ella está adsorbiendo la mala suerte que se encuentra en las habitaciones del Rey.
Hinata miro a la amable mujer y sonrió. Hablo un rato más con ella, para dejar en claro que estaba considerablemente más tranquila con la situación. Aunque aquello fuera una mentira. Estando nuevamente en su pabellón, mando a llamar al Ministro Hyuga, su padre y cómplice de la Reina Madre.
-Entonces la Sacerdotisa Tsuname ha vuelto.
-Así es padre. Su hija espiritual es una sacerdotisa que extrae la mala suerte en los aposentos del Rey. La orden fue dada por la Reina Madre- Hiashi asintió asombrado, tomando poca importancia a la situación –Entonces, por mi… podrías decirle a la Reina Madre, que aunque sea solo un talismán humano, sigue siendo mujer- ella arrugo su frente –No se puede tomar a la ligera la situación.
-¿Pretendes que me deshaga de alguien que ha venido a castillo por una orden real?
-Pero, por muchas noches he tenido sueños preocupantes y la actitud del Rey a cambiado- arrugo la piel entre sus cejas y suspiro -¡Me siento insegura!
-Como madre de la nación ¿Cómo puedes estar celosa de una sacerdotisa? A pesar de que el Rey este alejado de ti- carcajeo -¿Cómo podría amar a un talismán?
El viejo se levantó de su asintiendo, dejando a la joven Reina más angustiada. Admitió que se encontraba asombrado y preocupado por el regreso de Tsuname. Sus planes deberían cambiar. Y quizás, una visita a la Reina Madre podría ayudar, antes de tomar decisiones precipitadas.
-¿Qué te trae por aquí? Solo cuando necesitas mi ayuda vienes. Tenías rato de no venir.
-Lo lamento, Reina Madre- sonrió –Trabajar para el nuevo Rey no es un trabajo fácil- Ella sonrío junto a él con ironía.
-Lo sé muy bien. No es una posición fácil de obtener después de todo- la vieja lo miro con cuidado –“Al fin y al cabo gracias a mi estas aquí. ¿Por qué actúas tan altivo frente a mí?”- pensó la vieja. Dejando de mirar al hombre, cosa que no imito él.
-“El león que ha perdido todos sus dientes, todavía cree que es el soberano de todo el bosque”- pensó el Hyuga.
-¿Cómo es que un hombre tan ocupado está visitando a una vieja como yo?
-Escuche que trajo de regreso a la Sacerdotisa Tsuname- ella asintió -¿No tenemos ya la Sacerdotisa Chiyo?
-Ella era solo temporal y sus habilidades se vieron reducidas con su enfermedad.
-Pero, la Sacerdotisa Tsuname. Podría darse cuenta de lo que paso hace ocho años ¿Qué pasaría si se entera?
-En el caso remoto que eso pasara, ella sabe que no le convendría abrir la boca. Si estamos comparando el nivel de peligro ¿No es peor tener a Chiyo al mando?
-Pero…
-Necesito la sabiduría y poderes de la Sacerdotisa Tsuname. No hay nadie mejor que ella.
-Tsuname tiene un carácter voluble, es difícil de controlar. Ella es peligrosa.
-Entre más peligrosa sea, más debe estar de nuestro lado ¿No crees?
-Reina Madre.
-¿Qué es a lo que le tiene tanto miedo? Son cosas del pasado. Lo principal ¿No estamos hablando de una persona muerta? Ella ya no puede hablar.
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-¿Así que es una sacerdotisa registrada en el Pabellón de la Luna?- Shikamaru asintió.
-La misma Tsuname lo ha confirmado.
-¿Qué hay del Ministro Hyuga?
-Parece que ni él conocía la existencia de la mujer- miro a Naruto, luego de un largo rato –Por favor, retire su orden. Esa chica no es un espía. Si la va a castigar, deberá castigarme a mí también por permitirle entrar.
-¿Está del lado de esa mujer? No es muy común en ti- dejo el rostro del joven y observo el paisaje -Lo sé, no es la chica quien es peligrosa. Soy yo.
-Señor, eso no es así. No piense de esa manera, solo deberá dejarla irse de Konoha.
-¿Dices que estoy siendo tonto y que necesito librarme de ella?- miro al cielo -Ya sé que me convertí en un tonto. Pero, no la puedo alejar de mi lado.
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Dormía con dificultad sobre las duras maderas. Su pómulo izquierdo tenía un pequeño corte, donde la sangre había secado. Sus labios estaban agrietados y su piel más pálida de lo normal. Tres hombres entraron a su celda. Ella despertó asustada. Uno de ellos la señalo, los otros tres la tomaron por los brazos. Forcejo, pero fue imposible soltarse de su agarre.
La dirigieron a una de las oficinas de la cárcel. Donde estaba Tsuname¸ sus amigas y otras personas de la corte. Una silla en medio de la habitación, donde le obligaron a sentarse. Frente a ella Iruka Umino. Ella tembló y oculto sus manos bajo su blusa. Agacho su cabeza y vio con el rabillo del ojo a su maestra preocupada. Sakura de inmediato comenzó a entender su situación. Aunque era mejor que la muerte.
-Sacerdotisa Sakura- dijo el Umino –Por orden de la Reina Madre, se le envió a absorber las malas energías en las habitaciones del Rey. Pero por descuidó de sus deberes, cometió una grave falta a leyes. Por lo tanto, llevaremos a cabo el castigo ordenado por las escrituras- miro a la gente a su alrededor, hasta dirigirse de nuevo a la asustada criminal -Todos sean testigos de esta escena ¡Comiencen!
Sakura miro a su alrededor, su cuerpo era aprisionado por gruesas cuerdas. Su pecho fue asegurado al respaldar y ambas manos a los reposabrazos. Abrió sus ojos con demasía por el temor. Un dolor más. Su cabeza fue jalada por los cabellos inclinándola hacia atrás. De las brasas sacaron el trozo de metal que indicaba su traición. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver el fierro acercarse a su rostro. Cerró los ojos, apretó los puños mientras estos temblaban y se preparó para el sufrimiento.
Tsuname la miraba desde un costado, sabía que si revelaba la verdad la joven viviría, pero moriría pronto. Pero si no lo hacía, el resto de su vida sería señalada y rechazada. Negó con la cabeza y pidió a los cielos un mensaje divino. Un gritó.
-¡Alto!- fue dicho por una voz fuerte y profunda. Kakashi entro casi corriendo, azotando la puerta. Señalo a los hombres y le indico con la cabeza alejarse de la joven. Ella abrió los ojos y respiro aliviada. Era una orden. Sakura debía de regresar a los aposentos del Rey y completar la misión impuesta. Ella aún sin creerlo, derramó lágrimas de felicidad.
Última edición por marifa el Mar Dic 25, 2012 2:24 am, editado 2 veces
marifa- Sannin
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Re: • The Moon (+13)
He dado palmadas de alegría al saber que habías puesta la conti, estoy casi llorando...
Pobre Sakura, por todo lo que tiene que pasar, me da tanta pena...
Me estoy riendo de la patética que parezco ahora, pero es que es increible. No se como lo haces pero lo haces muy personal, de tal manera que te quedas enganchada con solo leer tres líneas.
Solo una cosa más
Pobre Sakura, por todo lo que tiene que pasar, me da tanta pena...
Me estoy riendo de la patética que parezco ahora, pero es que es increible. No se como lo haces pero lo haces muy personal, de tal manera que te quedas enganchada con solo leer tres líneas.
Solo una cosa más
Miau- Novato
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Re: • The Moon (+13)
Hayy genial
casi me pongo deprimida pero naruto recapacito siiiiiiiiiii
espero conti
feliz navidad
casi me pongo deprimida pero naruto recapacito siiiiiiiiiii
espero conti
feliz navidad
cerezo en el viento- Aprendiz
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tratando de no caerme del arbol
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Re: • The Moon (+13)
Pobre Sakura casi la castigan horriblemente por suerte Naruto decidió perdonarle !!!
Conti pronto !!!
Conti pronto !!!
Estefi chan- Sannin
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En el mundo shinigami....
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Re: • The Moon (+13)
Eso si fue una salvada del último momento si me gusto lo que dijo el rey jeje no la puedo alejar de mi lado me encantó el capitulo espero te musa inspiradora no te abandone de nuevo.
Te deseo feliz navidad por que quiero de regalo un capitulo más jeje. que lo hayas pasado genial con toda tu familia.
Dile a una persona que quieras mucho que te de un Abraso de mi parte nos leeremos
Te deseo feliz navidad por que quiero de regalo un capitulo más jeje. que lo hayas pasado genial con toda tu familia.
Dile a una persona que quieras mucho que te de un Abraso de mi parte nos leeremos
eliannar- Moderador
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La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
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Re: • The Moon (+13)
Hola amig@s
Gracias por sus comentarios, son un lindo regalo de navidad. Hablando de eso ¡¡Felices Fiestas!! aunque ya un poco tarde. Lo que pasa es que una de vacaciones, más las locuras de las fechas no hay tiempo de escribir, apenas para pasar y comentar un poco en el foro. Hoy me di una escapadita y ya me están reclamando que vaya a celebrar.
Pero saben, debido a que no les di regalito de navidad, ojala y les guste este presente de Año Nuevo. En verdad, muy buenas vibras para el año que esta comenzando y que la pasen muy bien con la gente que aman. Besos y abrazos a la distancia. Se cuidan mucho, nos estamos leyendo.
De nuevo en la habitación, la que había sobrecogido con calor su cuerpo después de ser secuestrada, aquella que escuchaba sus lamentos al amanecer y encubría su llanto. Ahora no sabría, si se encontraba complacida de estar allí nuevamente o por el contrario sería correcto maldecir su suerte. Se propuso no pensar mucho en ello, su situación no cambiaría. Ella era un talismán humano y ser ese “objeto” de valor, era lo único importante para el Rey.
Se acercó hasta el fondo de la habitación, donde se sentó en las maderas. Allí suspiro, trajo sus piernas a su pecho, abrazándolas. Quizás hubiese vuelto a llorar, pero la puerta se abrió hasta mostrar el rostro preocupado de Tsuname. La joven de cabellos rosas oculto su rostro en las rodillas, ambas se mantuvieron en silencio por largo rato.
-Maestra ¿Puedo… salir por un momento?- pregunto aún sin mirarla.
-¿A dónde pretendes ir en este estado?
-Solo por un momento. Tengo algo que hacer.
-¿Estás loca? ¿Después de todo lo que sucedió?
-Ya sé- dijo que con la voz quebrada –Sé que una sacerdotisa que sirve al Rey no puede estar vagando. También estoy consiente en lo que me he convertido y que no debería de sobrepasar mis límites. Lo sé muy bien ahora- Levanto su cabeza con pesadez y miro fijo a la pared frente a ella –Sin embargo, aunque no pueda hacer nada con el maltrato y la humillación que enfrento como sacerdotisa, como persona quiero que los malentendidos y prejuicios sean por lo menos aclarados- Tsuname suspiro, la joven giro su rostro hasta encontrarse con el de su maestra –Por favor déjeme. Le prometo que será mi primera y última petición.
Había pasado unos treinta minutos, en los que sus ruegos se habían convertido en permiso. Las ropas sucias fueron cambiadas por unas viejas, pero limpias. Coloco en su cabeza el velo para ocultar el rostro y el pequeño corte en su pómulo, provocado en el altercado de la noche anterior. Camino con presura, sabía con exactitud el lugar al que debía ir. Estando allí, dejo caer la tela sobre los hombros, mostrando su cabello amarrado en un moño. Sus dedos se pasearon por los pliegues rosas, verdes y amarillos. Un golpe en su hombro la sobresalto, giro con rapidez, una sonrisa fue regalada y unos orbes negros le miraban con intensidad, también con ansiedad. Sakura se alegró.
-Es una sorpresa encontrarte aquí- dijo Sakura, desviándose de aquella penetrante mirada, para dejarla en los estantes llenos de papel -El poder encontrarme contigo ahora es un alivio para mí- Cruzo sus manos sobre su falda y agacho la cabeza –Por aquella vez que me ayudaste, estoy muy agradecida. Lamento no haber podido encontrarme contigo después.
-¡De nada!- sonrío, podría haberle dicho muchas cosas más, pero haberla encontrado por casualidad al entrar a la librería lo había tomado por sorpresa. Una muy grata sorpresa –De todas formas, no pude rescatarte- Sasuke dirigió su mano a la cabeza, donde toco la herida aún abierta. Ella noto que la sangre se asomaba tras la tela y arrugo su frente.
-¿Te duele mucho?
-Yo crecí en un entorno difícil, así que estoy bien.
-Pero… ¿Por qué hoy no usa traje de monje?- Sasuke miro sus ropas.
-Parece que lo has malentendido, no soy monje. Hubo una situación, por la que me disfracé.
-¿No es un monje de verdad?
-Claro que no. ¿Este parece ser el cuerpo de un monje?- El joven bajo su cabeza hasta poder estar a la altura de Sakura -Tengo un espíritu libre. Y por supuesto, también puedo casarme- El carcajeo y ella le imito, sin saber bien cómo reaccionar. Sasuke noto la pequeña herida en la mejilla de la dama frente a él. Su sonrisa desapareció –Esa cicatriz ¿Cómo se la hizo?- Sakura miro al suelo incapaz de contestarle. Como podría explicar su ridícula situación –Parece que has tenido muchas dificultades. Si quieres huir, solo dímelo. Yo te ayudaré.
-Gracias por decírmelo, pero me estoy quedando en un lugar seguro. Así que no tiene por qué preocuparse- Sakura agacho su cabeza y arrugo su frente, ocultando el gesto repentino de dolor. Un nuevo pinchazo en su cabeza, el mismo que atribuía a sus poderes en evolución. Dos jóvenes, una niña por sus ropas a la que no consiguió ver su rostro. Frente a ella un muchacho de cabellos y ojos oscuros. Seguramente el supuesto monje, en su adolescencia -“Huire contigo”- le dijo, ella rio por su broma. Todo se volvió borroso, las imágenes desaparecieron. Sakura, alzo su mirada sin mostrar el malestar que la incomodaba -De casualidad ¿Estas relacionado con el Rey?
-¿Cómo… lo supiste?
-Son mis poderes espirituales- él le miro incrédulo –Aunque no lo creas, hace unos segundos, vi tú pasado.
-¿Son solo tus poderes espirituales?- dijo con decepción.
-No es mucho a cambio de su amabilidad, pero hablando como sacerdotisa ¿Puedo decirle algo?- él suspiro y asintió –Ahora… esa chica que tiene en su corazón, debe dejarla ir. Para que alguien más llegue, debe abrirle ese espacio en su corazón. Le aconsejo, que no vuelva ocultar lo que realmente está tratando de decir detrás de una sonrisa. Engañando sus verdaderos sentimientos y viviendo una vida falsa.
-Tú nombre ¿Cuál es tú nombre?
-Lo lamento, pero yo no…- la voz gruesa de Naruto volvió a sus recuerdos –Tsukiko- dijo suavemente –Mi nombre es Tsukiko- él asintió y repitió su nombre –Lo siento, ya me tengo que ir. Estoy muy agradecida por haberme ayudado- Sakura se dirigió hasta el dependiente, donde pago por la compra del papel en sus manos. Giro hasta ver al joven que estaba detrás de ella sin moverse, en el mismo sitio donde le dejo. –Rezare para que conozca a alguien nuevo- Sakura bajo su cabeza despidiéndose y salió del lugar.
La noche había llegado con rapidez y aquello no sabía si le desagradaba. Pero si estaba segura que tras el rostro de indiferencia que enseña al exterior, por dentro moría de los nervios. Había llegado la hora de salir hacia el Pabellón del Rey, tomo el papel donde había escrito unas letras y lo guardo en sus ropas. Fue escoltada por los guardias de palacio, sentía impotencia combinada con terror, a pesar de que no eran los mismos hombres. Se sintió intimidada por el enorme edificio frente a ella, subió los siete escalones hasta llegar a la puerta principal, donde las mujeres le abrieron.
El resto del camino estuvo sola y eso solo empeoro su desequilibrado estado emocional. Anduvo por los pasillos que ya conocía a la perfección, hasta llegar al lugar indicado. Su mano dudo en tomar la horquilla de metal que abría la puerta, con los dedos temblorosos jalo de ella. Entro con lentitud, dando pasos cortos. Incapaz de mirar al frente, jalo del velo que ocultaba su rostro. No pudo escuchar nada, pero noto que la habitación estaba iluminada. Miro a su alrededor para encontrarse con la ancha espalda del Rey frente a ella, un pequeño gritillo salió de su boca que solo ella pudo escuchar. Naruto volteo con lentitud, se había percato de la presencia de la joven incluso antes de abrir.
Esa misma noche, Hinata tenía un mal presentimiento y su juicio solía nunca equivocarse. Mordía ansiosamente la uña de su pulgar derecho, el mismo que alejaba y volvía a su boca. El advertir que su esposo era visitado por una mujer cada noche, le quitaba el sueño y le enojaba. Se levantó de golpe y se dirigió a la puerta, abriéndolas con violencia.
-¿Reina a dónde va?- dijo la vieja dama de la corte, para luego impedirle el paso.
-¡Quítate!- grito –Si te vuelves a interponer en mi camino ¡Morderé mi propia lengua y moriré!- La vieja bajo los brazos y se conformó con permitirle seguir.
A pesar de que varios minutos habían pasado, ambos seguían de pie uno frente al otro. Arqueo su boca cuando la joven oculto su mirada, él intento hablar. Pero, sin percatarlo se perdió en las facciones delicadas de la joven, viajo por su rostro enmarcado con su hermoso cabello rosa. Anhelo ver sus ojos, los que egoístamente estaban ocultos bajos sus largas pestañas, sus mejillas estaban ruborizadas y sus carnosos labios parecían ser una invitación a ser besados. Deseo tomarla con fuerza y abrazarla, pero el recuerdo de su niña se lo impidió. Si tan solo hubiese sido Sakura abandonaría todo el poder que poseía y se doblegaría ante su presencia. Pero no debía de caer.
-¿Estas sorprendida? He decido ya no tomar el té que los médicos me dan. Lo haré así de ahora en adelante. Por lo que tú, serás responsable de todo aquello que hagas y digas aquí. Entonces, como lo dijiste la vez pasada ¿Te harás responsable de mi salud?
-Sí- dijo titubeante –Daré lo mejor de mí- Con paso lento lo escucho acercarse a ella, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y con fuerza estrujo la falda en sus manos.
-En este momento, me siento extremadamente cansado y el dolor que no quiero en mi corazón, ya se ha instalado- se detuvo dejando ambos pies juntos, muy cerca de ella –Así que debes ayudarme a olvidar mi cansancio y este dolor aquí- dijo golpeando su pecho -Necesitas ponerlo a descansar ¿Puedes hacerlo?
-Así lo hare. Si me lo permite, entonces la mala suerte y la energía que intenta dañarlo Su Majestad, esta sirvienta las bloqueará. Esta sirvienta calmara el cansancio y el dolor que le atormenta- Sakura dejo caer la falda de sus puños –Esta servidora podría ser insignificante, pero buscara siempre su bienestar.
Las zapatillas taladraban los adoquines con fuerza, los pasos largos y ansiosos de Hinata rebotaban frente al Pabellón del Rey. Los hombres y mujeres frente a la entrada, se inclinaron ante la mujer que ignoro el protocolo e ingreso sin ser anunciada. Kakashi corrió detrás de la Reina hasta sobrepasarla, se inclinó frente a ella hasta doblar totalmente la espalda. Hinata se detuvo. Miro de arriba abajo al hombre una vez que este se irguió. Giro sus ojos y luego le miro con odio.
-Reina, le diré a Su Majestad que usted está aquí. Por favor espere ser anunciada.
-¡Abre la puerta!- exigió con una sonrisa satírica.
-Perdón, pero no puedo hacerlo- Hinata alzo su ceja, paso al lado del peligris y abalanzo su mano derecha al picaporte. Se detuvo al escuchar la voz de su esposo.
-Levanta tú cabeza- ordeno, Sakura dudo –¡Levántala! es una orden.
La joven de cabello negro sintió la impotencia apoderándose de todo su ser. Levanto con lentitud su otra mano hasta tomar la horquilla, con miedo a encontrarse con lo que más temía. Jalo de la puerta hacia afuera con lentitud. Su ojo gris se asomó entre la hendija que creaban ambas puertas al ser abiertas. Observo a Naruto, su mirada volvía a ser la misma que le conoció de joven, identifico cierto brillo y anhelo. A quién era dedicado aquel sentimiento, jalo con mayor presura la puerta izquierda, hasta encontrarse con la joven. Sus labios se separaron, su mandíbula tembló. La impresión quiso dominarle, pero no se permitiría perder al hombre que amaba. Hinata jalo de nuevo con mayor fuerza, pero no pudo abrirla más. Shikamaru le había impedido lograrlo y sin importarle las cerró frente a ella. Ninguno de los dos se había dado cuento de la presencia de la mujer. La Reina lentamente abandono el metal, hasta girar su cuerpo sobre sus pies. Miro a Kakashi.
-Yo solo vine porque estaba preocupada por su bienestar- sonrío fingidamente –No le digan al Rey- Kakashi asintió.
Su camino de regreso a su pabellón fue aún más corto, porque entre la rabia y la humillación había casi trotado. Azoto las puertas una vez ingresada en su cuarto, dejo caer su cuerpo sobre el almohadón y miro la mesa frente a ella con lágrimas en sus ojos. Lloro desconsolada y su dolor termino por convertirse en furia. Negó con rapidez y grito, con fuerza y desesperación. Sus manos chocaron con los objetos sobre la mesa, rodando por toda la habitación. Llevo la uña de su pulgar a la boca, era costumbre cuando estaba ansiosa. Y lo entendió, aquella mirada que vio en su esposo no iba dirigido a una sacerdotisa, iba destinada a una mujer.
Sakura alzo sus ojos y miro el azul de Naruto. Ella se preocupó, al ver su rostro transformarse en algo que parecía enojo.
-¿Hay alguien afuera?- grito Naruto.
-Si Su Majestad.
-Por favor traiga al doctor.
-¿Se siente usted bien?
-No soy yo, sino la mujer.
Tanto Sakura como el médico real se encontraban sentados. Naruto les observaba de reojo desde el otro lado de la habitación, había tomado un libro y pretendía estar interesado en el tema contenido. El hombre mayor, levanto las mangas de la blusa de la joven, hasta encontrarse con un mapa de moretones, saco de una bolsa de tela diferentes agujas. Las que coloco alrededor de ellos. El rubio le miraba de reojo de tanto en tanto, dejando su lectura para perderse en el rostro de la joven. Ella levanto sus ojos al sentirse observada y se encontró con los azules. Un tanto más se quedaron fijos, para luego él desviarlos con calma de nuevo al libro.
Aquella noche, Sakura velo y rezo por el sueño tranquilo de Su Majestad. Le protegería, con lo poco que poseía, daría todo por él aunque fuera insignificante, si bien no lo notaría. Se encontró con el alba asomándose por el horizonte, su misión por ese día se terminaba. Se levantó no sin antes ver el sereno rostro de aquel a quien amaba en silencio. Oculto su rostro bajo el velo, dejando la estancia. Naruto al sentir su partida separo sus parpados. Su corazón en definitiva se sentía diferente.
Kakashi dejo sobre la mesa el papel delicadamente doblado. Naruto pregunto por su procedencia, era una carta escrita por la sacerdotisa, había deseado dársela personalmente pero lo habían impedido y quitado antes de entrar la noche anterior a palacio. Tomo el papel y lo extendió “La hierba mala es buena para nada. Aunque la hierba mala no es hermosa, tiene su uso. Sacerdotisas que no somos vistas como seres humanos, estamos ahí para la gente. A pesar de que esta sacerdotisa no puede ser llamada humana, aun así desea ser súbdita de Su Majestad. Ya que las sacerdotisas también son habitantes de la nación. Por favor, no nos ignoré”
-Ella envío un mensaje corto, pero claro- dijo Naruto con una sonrisa.
-Es asombroso que una sacerdotisa conozca los caracteres. Pero también es increíble que sea una sacerdotisa que escriba una carta- aclaro Kakashi. Naruto le miro con odio y arrugo sus labios, en un puchero sonoro. El peligris solo sonrío.
Aquellas letras le habían rememorado su pasado. Cuando su niña aún estaba con vida, un regalo parecido había sido ofrecido y una carta le había enviado. Entendió que si aquella mujer fuera capaz de hacer mermar el dolor de su corazón, jamás podría eliminar los recuerdos guardados en lo profundo de su mente, los añoraría por siempre -¿Cómo podría olvidarte?
-Su Majestad- dijo Kakashi.
-Dime.
-Esa joven… es una sacerdotisa.
-Eso lo sé- dijo sin tomarle importancia.
-Le he servido mi vida entera. Así que ¿Cómo no sería capaz de adivinar sus pensamientos? Por favor, no se permita confundirse.
-¿Me estás diciendo que no deje agitar mi corazón por una sacerdotisa?
-Esa joven… no es Sakura. Incluso si ellas tienen un parecido, ya está…
-¡Cállate! ¡Cállate!- grito sin dejarle continuar.
-¡Su Majestad!
-No quiero verte, así que márchate- ordeno.
-Anoche, la Reina Hinata vino y se fue- confeso el hombre –Como mujer, la Reina tiró su orgullo y cuando se volteo para irse después de haber reunido todas sus fuerzas para venir aquí ¿Cómo cree que ella se haya sentido? Por favor, comprenda también los sentimientos de la Reina- Naruto suspiro y cerró los ojos
Hinata había pasado toda aquella mañana en cama. Entre sus cobijas ocultaba su rostro, demacrado por el mal sueño y las horas de sollozos.
-Su Majestad, Majestad- grito la vieja de la corte.
-¿Cuál es la conmoción?
-El Rey ha enviado un mensaje que vendrá a visitar sus aposentos.
Hinata abrió los ojos en demasía y se levantó de su lecho con presura. Ordeno que su ropa y joyas fueran traídas con rapidez, mientras que en su rostro se mostraba una hermosa sonrisa de esperanza. Naruto ingreso al Pabellón de la Reina, no demostraba sentimiento alguno e igual fue la conversación entre ambos. Un tanto vacía e incómoda.
-No se ve bien ¿Hay algo que le preocupa?
-Para mí, lo único importante es saber que usted se encuentre bien- dijo Hinata, con una sonrisa –Es solo, que ayer no pude dormir bien…
-Anoche- exclamo Naruto interrumpiéndola –Escuche que vino a visitarme.
-Lo siento- dijo preocupada, con rostro de amargura –Sé que fue grosero, pero estaba preocupada por su salud.
-¿Qué es lo que estabas intentando de vigilar?- reclamo con voz gruesa e indiferente. Ella le miro interrogante, negando con su cabeza –Independientemente de lo que vio o escucho, no había nadie en mi habitación. Si usted vio algo, entonces "eso" era solo un talismán hecho por el Pabellón de la Luna. ¿El plazo es un mes?
-¿Perdón?
-El día para nuestra consumación es menos de un mes. Nos debemos mantener alejados hasta ese día.
Hinata agacho su cabeza y se contuvo de derramar lágrimas frente a él. Era seguro, que aquello lo decía con la intención de que no visitara los aposentos del Rey nuevamente. Naruto supuso que el silencio era una afirmación y que había entendido lo expuesto. Antes de dejarle hablar, salió de la habitación. Sin despedirse.
La joven jugo con sus dedos. Naruto intentaba ocultar algo y ¿Si fueran sentimientos de amor? La imagen de la joven se apareció en sus pensamientos, hasta que el agua salió de sus ojos. No solo una persona muerta era suficiente, ahora estaba tratando de mantener a una humilde sacerdotisa cerca de su corazón. Seco con rapidez la humedad de sus mejillas y llamo a la dama de la corte.
-Averigua si hay algún asistente del Rey que podamos utilizar- la vieja le miro sorprendida –Si encuentras a alguien de utilidad, dile que vigile a la sacerdotisa que absorbe la mala suerte y que me informe todo.
Gracias por sus comentarios, son un lindo regalo de navidad. Hablando de eso ¡¡Felices Fiestas!! aunque ya un poco tarde. Lo que pasa es que una de vacaciones, más las locuras de las fechas no hay tiempo de escribir, apenas para pasar y comentar un poco en el foro. Hoy me di una escapadita y ya me están reclamando que vaya a celebrar.
Pero saben, debido a que no les di regalito de navidad, ojala y les guste este presente de Año Nuevo. En verdad, muy buenas vibras para el año que esta comenzando y que la pasen muy bien con la gente que aman. Besos y abrazos a la distancia. Se cuidan mucho, nos estamos leyendo.
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EPISODIO XVIII
Vigilia
Vigilia
Cuando el amor os haga señas, seguidlo
aunque sus caminos son duros y escarpados
y cuando os envuelva en sus alas, doblegados a el
aunque la espada escondida entre sus plumas os hiera
Cuando os hable, creed en el, aunque su voz despedace
vuestros sueños como el viento del norte convierte el jardín en hojarasca
Khalil Gabran
aunque sus caminos son duros y escarpados
y cuando os envuelva en sus alas, doblegados a el
aunque la espada escondida entre sus plumas os hiera
Cuando os hable, creed en el, aunque su voz despedace
vuestros sueños como el viento del norte convierte el jardín en hojarasca
Khalil Gabran
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De nuevo en la habitación, la que había sobrecogido con calor su cuerpo después de ser secuestrada, aquella que escuchaba sus lamentos al amanecer y encubría su llanto. Ahora no sabría, si se encontraba complacida de estar allí nuevamente o por el contrario sería correcto maldecir su suerte. Se propuso no pensar mucho en ello, su situación no cambiaría. Ella era un talismán humano y ser ese “objeto” de valor, era lo único importante para el Rey.
Se acercó hasta el fondo de la habitación, donde se sentó en las maderas. Allí suspiro, trajo sus piernas a su pecho, abrazándolas. Quizás hubiese vuelto a llorar, pero la puerta se abrió hasta mostrar el rostro preocupado de Tsuname. La joven de cabellos rosas oculto su rostro en las rodillas, ambas se mantuvieron en silencio por largo rato.
-Maestra ¿Puedo… salir por un momento?- pregunto aún sin mirarla.
-¿A dónde pretendes ir en este estado?
-Solo por un momento. Tengo algo que hacer.
-¿Estás loca? ¿Después de todo lo que sucedió?
-Ya sé- dijo que con la voz quebrada –Sé que una sacerdotisa que sirve al Rey no puede estar vagando. También estoy consiente en lo que me he convertido y que no debería de sobrepasar mis límites. Lo sé muy bien ahora- Levanto su cabeza con pesadez y miro fijo a la pared frente a ella –Sin embargo, aunque no pueda hacer nada con el maltrato y la humillación que enfrento como sacerdotisa, como persona quiero que los malentendidos y prejuicios sean por lo menos aclarados- Tsuname suspiro, la joven giro su rostro hasta encontrarse con el de su maestra –Por favor déjeme. Le prometo que será mi primera y última petición.
Había pasado unos treinta minutos, en los que sus ruegos se habían convertido en permiso. Las ropas sucias fueron cambiadas por unas viejas, pero limpias. Coloco en su cabeza el velo para ocultar el rostro y el pequeño corte en su pómulo, provocado en el altercado de la noche anterior. Camino con presura, sabía con exactitud el lugar al que debía ir. Estando allí, dejo caer la tela sobre los hombros, mostrando su cabello amarrado en un moño. Sus dedos se pasearon por los pliegues rosas, verdes y amarillos. Un golpe en su hombro la sobresalto, giro con rapidez, una sonrisa fue regalada y unos orbes negros le miraban con intensidad, también con ansiedad. Sakura se alegró.
-Es una sorpresa encontrarte aquí- dijo Sakura, desviándose de aquella penetrante mirada, para dejarla en los estantes llenos de papel -El poder encontrarme contigo ahora es un alivio para mí- Cruzo sus manos sobre su falda y agacho la cabeza –Por aquella vez que me ayudaste, estoy muy agradecida. Lamento no haber podido encontrarme contigo después.
-¡De nada!- sonrío, podría haberle dicho muchas cosas más, pero haberla encontrado por casualidad al entrar a la librería lo había tomado por sorpresa. Una muy grata sorpresa –De todas formas, no pude rescatarte- Sasuke dirigió su mano a la cabeza, donde toco la herida aún abierta. Ella noto que la sangre se asomaba tras la tela y arrugo su frente.
-¿Te duele mucho?
-Yo crecí en un entorno difícil, así que estoy bien.
-Pero… ¿Por qué hoy no usa traje de monje?- Sasuke miro sus ropas.
-Parece que lo has malentendido, no soy monje. Hubo una situación, por la que me disfracé.
-¿No es un monje de verdad?
-Claro que no. ¿Este parece ser el cuerpo de un monje?- El joven bajo su cabeza hasta poder estar a la altura de Sakura -Tengo un espíritu libre. Y por supuesto, también puedo casarme- El carcajeo y ella le imito, sin saber bien cómo reaccionar. Sasuke noto la pequeña herida en la mejilla de la dama frente a él. Su sonrisa desapareció –Esa cicatriz ¿Cómo se la hizo?- Sakura miro al suelo incapaz de contestarle. Como podría explicar su ridícula situación –Parece que has tenido muchas dificultades. Si quieres huir, solo dímelo. Yo te ayudaré.
-Gracias por decírmelo, pero me estoy quedando en un lugar seguro. Así que no tiene por qué preocuparse- Sakura agacho su cabeza y arrugo su frente, ocultando el gesto repentino de dolor. Un nuevo pinchazo en su cabeza, el mismo que atribuía a sus poderes en evolución. Dos jóvenes, una niña por sus ropas a la que no consiguió ver su rostro. Frente a ella un muchacho de cabellos y ojos oscuros. Seguramente el supuesto monje, en su adolescencia -“Huire contigo”- le dijo, ella rio por su broma. Todo se volvió borroso, las imágenes desaparecieron. Sakura, alzo su mirada sin mostrar el malestar que la incomodaba -De casualidad ¿Estas relacionado con el Rey?
-¿Cómo… lo supiste?
-Son mis poderes espirituales- él le miro incrédulo –Aunque no lo creas, hace unos segundos, vi tú pasado.
-¿Son solo tus poderes espirituales?- dijo con decepción.
-No es mucho a cambio de su amabilidad, pero hablando como sacerdotisa ¿Puedo decirle algo?- él suspiro y asintió –Ahora… esa chica que tiene en su corazón, debe dejarla ir. Para que alguien más llegue, debe abrirle ese espacio en su corazón. Le aconsejo, que no vuelva ocultar lo que realmente está tratando de decir detrás de una sonrisa. Engañando sus verdaderos sentimientos y viviendo una vida falsa.
-Tú nombre ¿Cuál es tú nombre?
-Lo lamento, pero yo no…- la voz gruesa de Naruto volvió a sus recuerdos –Tsukiko- dijo suavemente –Mi nombre es Tsukiko- él asintió y repitió su nombre –Lo siento, ya me tengo que ir. Estoy muy agradecida por haberme ayudado- Sakura se dirigió hasta el dependiente, donde pago por la compra del papel en sus manos. Giro hasta ver al joven que estaba detrás de ella sin moverse, en el mismo sitio donde le dejo. –Rezare para que conozca a alguien nuevo- Sakura bajo su cabeza despidiéndose y salió del lugar.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
La noche había llegado con rapidez y aquello no sabía si le desagradaba. Pero si estaba segura que tras el rostro de indiferencia que enseña al exterior, por dentro moría de los nervios. Había llegado la hora de salir hacia el Pabellón del Rey, tomo el papel donde había escrito unas letras y lo guardo en sus ropas. Fue escoltada por los guardias de palacio, sentía impotencia combinada con terror, a pesar de que no eran los mismos hombres. Se sintió intimidada por el enorme edificio frente a ella, subió los siete escalones hasta llegar a la puerta principal, donde las mujeres le abrieron.
El resto del camino estuvo sola y eso solo empeoro su desequilibrado estado emocional. Anduvo por los pasillos que ya conocía a la perfección, hasta llegar al lugar indicado. Su mano dudo en tomar la horquilla de metal que abría la puerta, con los dedos temblorosos jalo de ella. Entro con lentitud, dando pasos cortos. Incapaz de mirar al frente, jalo del velo que ocultaba su rostro. No pudo escuchar nada, pero noto que la habitación estaba iluminada. Miro a su alrededor para encontrarse con la ancha espalda del Rey frente a ella, un pequeño gritillo salió de su boca que solo ella pudo escuchar. Naruto volteo con lentitud, se había percato de la presencia de la joven incluso antes de abrir.
Esa misma noche, Hinata tenía un mal presentimiento y su juicio solía nunca equivocarse. Mordía ansiosamente la uña de su pulgar derecho, el mismo que alejaba y volvía a su boca. El advertir que su esposo era visitado por una mujer cada noche, le quitaba el sueño y le enojaba. Se levantó de golpe y se dirigió a la puerta, abriéndolas con violencia.
-¿Reina a dónde va?- dijo la vieja dama de la corte, para luego impedirle el paso.
-¡Quítate!- grito –Si te vuelves a interponer en mi camino ¡Morderé mi propia lengua y moriré!- La vieja bajo los brazos y se conformó con permitirle seguir.
A pesar de que varios minutos habían pasado, ambos seguían de pie uno frente al otro. Arqueo su boca cuando la joven oculto su mirada, él intento hablar. Pero, sin percatarlo se perdió en las facciones delicadas de la joven, viajo por su rostro enmarcado con su hermoso cabello rosa. Anhelo ver sus ojos, los que egoístamente estaban ocultos bajos sus largas pestañas, sus mejillas estaban ruborizadas y sus carnosos labios parecían ser una invitación a ser besados. Deseo tomarla con fuerza y abrazarla, pero el recuerdo de su niña se lo impidió. Si tan solo hubiese sido Sakura abandonaría todo el poder que poseía y se doblegaría ante su presencia. Pero no debía de caer.
-¿Estas sorprendida? He decido ya no tomar el té que los médicos me dan. Lo haré así de ahora en adelante. Por lo que tú, serás responsable de todo aquello que hagas y digas aquí. Entonces, como lo dijiste la vez pasada ¿Te harás responsable de mi salud?
-Sí- dijo titubeante –Daré lo mejor de mí- Con paso lento lo escucho acercarse a ella, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y con fuerza estrujo la falda en sus manos.
-En este momento, me siento extremadamente cansado y el dolor que no quiero en mi corazón, ya se ha instalado- se detuvo dejando ambos pies juntos, muy cerca de ella –Así que debes ayudarme a olvidar mi cansancio y este dolor aquí- dijo golpeando su pecho -Necesitas ponerlo a descansar ¿Puedes hacerlo?
-Así lo hare. Si me lo permite, entonces la mala suerte y la energía que intenta dañarlo Su Majestad, esta sirvienta las bloqueará. Esta sirvienta calmara el cansancio y el dolor que le atormenta- Sakura dejo caer la falda de sus puños –Esta servidora podría ser insignificante, pero buscara siempre su bienestar.
Las zapatillas taladraban los adoquines con fuerza, los pasos largos y ansiosos de Hinata rebotaban frente al Pabellón del Rey. Los hombres y mujeres frente a la entrada, se inclinaron ante la mujer que ignoro el protocolo e ingreso sin ser anunciada. Kakashi corrió detrás de la Reina hasta sobrepasarla, se inclinó frente a ella hasta doblar totalmente la espalda. Hinata se detuvo. Miro de arriba abajo al hombre una vez que este se irguió. Giro sus ojos y luego le miro con odio.
-Reina, le diré a Su Majestad que usted está aquí. Por favor espere ser anunciada.
-¡Abre la puerta!- exigió con una sonrisa satírica.
-Perdón, pero no puedo hacerlo- Hinata alzo su ceja, paso al lado del peligris y abalanzo su mano derecha al picaporte. Se detuvo al escuchar la voz de su esposo.
-Levanta tú cabeza- ordeno, Sakura dudo –¡Levántala! es una orden.
La joven de cabello negro sintió la impotencia apoderándose de todo su ser. Levanto con lentitud su otra mano hasta tomar la horquilla, con miedo a encontrarse con lo que más temía. Jalo de la puerta hacia afuera con lentitud. Su ojo gris se asomó entre la hendija que creaban ambas puertas al ser abiertas. Observo a Naruto, su mirada volvía a ser la misma que le conoció de joven, identifico cierto brillo y anhelo. A quién era dedicado aquel sentimiento, jalo con mayor presura la puerta izquierda, hasta encontrarse con la joven. Sus labios se separaron, su mandíbula tembló. La impresión quiso dominarle, pero no se permitiría perder al hombre que amaba. Hinata jalo de nuevo con mayor fuerza, pero no pudo abrirla más. Shikamaru le había impedido lograrlo y sin importarle las cerró frente a ella. Ninguno de los dos se había dado cuento de la presencia de la mujer. La Reina lentamente abandono el metal, hasta girar su cuerpo sobre sus pies. Miro a Kakashi.
-Yo solo vine porque estaba preocupada por su bienestar- sonrío fingidamente –No le digan al Rey- Kakashi asintió.
Su camino de regreso a su pabellón fue aún más corto, porque entre la rabia y la humillación había casi trotado. Azoto las puertas una vez ingresada en su cuarto, dejo caer su cuerpo sobre el almohadón y miro la mesa frente a ella con lágrimas en sus ojos. Lloro desconsolada y su dolor termino por convertirse en furia. Negó con rapidez y grito, con fuerza y desesperación. Sus manos chocaron con los objetos sobre la mesa, rodando por toda la habitación. Llevo la uña de su pulgar a la boca, era costumbre cuando estaba ansiosa. Y lo entendió, aquella mirada que vio en su esposo no iba dirigido a una sacerdotisa, iba destinada a una mujer.
Sakura alzo sus ojos y miro el azul de Naruto. Ella se preocupó, al ver su rostro transformarse en algo que parecía enojo.
-¿Hay alguien afuera?- grito Naruto.
-Si Su Majestad.
-Por favor traiga al doctor.
-¿Se siente usted bien?
-No soy yo, sino la mujer.
Tanto Sakura como el médico real se encontraban sentados. Naruto les observaba de reojo desde el otro lado de la habitación, había tomado un libro y pretendía estar interesado en el tema contenido. El hombre mayor, levanto las mangas de la blusa de la joven, hasta encontrarse con un mapa de moretones, saco de una bolsa de tela diferentes agujas. Las que coloco alrededor de ellos. El rubio le miraba de reojo de tanto en tanto, dejando su lectura para perderse en el rostro de la joven. Ella levanto sus ojos al sentirse observada y se encontró con los azules. Un tanto más se quedaron fijos, para luego él desviarlos con calma de nuevo al libro.
Aquella noche, Sakura velo y rezo por el sueño tranquilo de Su Majestad. Le protegería, con lo poco que poseía, daría todo por él aunque fuera insignificante, si bien no lo notaría. Se encontró con el alba asomándose por el horizonte, su misión por ese día se terminaba. Se levantó no sin antes ver el sereno rostro de aquel a quien amaba en silencio. Oculto su rostro bajo el velo, dejando la estancia. Naruto al sentir su partida separo sus parpados. Su corazón en definitiva se sentía diferente.
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Kakashi dejo sobre la mesa el papel delicadamente doblado. Naruto pregunto por su procedencia, era una carta escrita por la sacerdotisa, había deseado dársela personalmente pero lo habían impedido y quitado antes de entrar la noche anterior a palacio. Tomo el papel y lo extendió “La hierba mala es buena para nada. Aunque la hierba mala no es hermosa, tiene su uso. Sacerdotisas que no somos vistas como seres humanos, estamos ahí para la gente. A pesar de que esta sacerdotisa no puede ser llamada humana, aun así desea ser súbdita de Su Majestad. Ya que las sacerdotisas también son habitantes de la nación. Por favor, no nos ignoré”
-Ella envío un mensaje corto, pero claro- dijo Naruto con una sonrisa.
-Es asombroso que una sacerdotisa conozca los caracteres. Pero también es increíble que sea una sacerdotisa que escriba una carta- aclaro Kakashi. Naruto le miro con odio y arrugo sus labios, en un puchero sonoro. El peligris solo sonrío.
Aquellas letras le habían rememorado su pasado. Cuando su niña aún estaba con vida, un regalo parecido había sido ofrecido y una carta le había enviado. Entendió que si aquella mujer fuera capaz de hacer mermar el dolor de su corazón, jamás podría eliminar los recuerdos guardados en lo profundo de su mente, los añoraría por siempre -¿Cómo podría olvidarte?
-Su Majestad- dijo Kakashi.
-Dime.
-Esa joven… es una sacerdotisa.
-Eso lo sé- dijo sin tomarle importancia.
-Le he servido mi vida entera. Así que ¿Cómo no sería capaz de adivinar sus pensamientos? Por favor, no se permita confundirse.
-¿Me estás diciendo que no deje agitar mi corazón por una sacerdotisa?
-Esa joven… no es Sakura. Incluso si ellas tienen un parecido, ya está…
-¡Cállate! ¡Cállate!- grito sin dejarle continuar.
-¡Su Majestad!
-No quiero verte, así que márchate- ordeno.
-Anoche, la Reina Hinata vino y se fue- confeso el hombre –Como mujer, la Reina tiró su orgullo y cuando se volteo para irse después de haber reunido todas sus fuerzas para venir aquí ¿Cómo cree que ella se haya sentido? Por favor, comprenda también los sentimientos de la Reina- Naruto suspiro y cerró los ojos
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Hinata había pasado toda aquella mañana en cama. Entre sus cobijas ocultaba su rostro, demacrado por el mal sueño y las horas de sollozos.
-Su Majestad, Majestad- grito la vieja de la corte.
-¿Cuál es la conmoción?
-El Rey ha enviado un mensaje que vendrá a visitar sus aposentos.
Hinata abrió los ojos en demasía y se levantó de su lecho con presura. Ordeno que su ropa y joyas fueran traídas con rapidez, mientras que en su rostro se mostraba una hermosa sonrisa de esperanza. Naruto ingreso al Pabellón de la Reina, no demostraba sentimiento alguno e igual fue la conversación entre ambos. Un tanto vacía e incómoda.
-No se ve bien ¿Hay algo que le preocupa?
-Para mí, lo único importante es saber que usted se encuentre bien- dijo Hinata, con una sonrisa –Es solo, que ayer no pude dormir bien…
-Anoche- exclamo Naruto interrumpiéndola –Escuche que vino a visitarme.
-Lo siento- dijo preocupada, con rostro de amargura –Sé que fue grosero, pero estaba preocupada por su salud.
-¿Qué es lo que estabas intentando de vigilar?- reclamo con voz gruesa e indiferente. Ella le miro interrogante, negando con su cabeza –Independientemente de lo que vio o escucho, no había nadie en mi habitación. Si usted vio algo, entonces "eso" era solo un talismán hecho por el Pabellón de la Luna. ¿El plazo es un mes?
-¿Perdón?
-El día para nuestra consumación es menos de un mes. Nos debemos mantener alejados hasta ese día.
Hinata agacho su cabeza y se contuvo de derramar lágrimas frente a él. Era seguro, que aquello lo decía con la intención de que no visitara los aposentos del Rey nuevamente. Naruto supuso que el silencio era una afirmación y que había entendido lo expuesto. Antes de dejarle hablar, salió de la habitación. Sin despedirse.
La joven jugo con sus dedos. Naruto intentaba ocultar algo y ¿Si fueran sentimientos de amor? La imagen de la joven se apareció en sus pensamientos, hasta que el agua salió de sus ojos. No solo una persona muerta era suficiente, ahora estaba tratando de mantener a una humilde sacerdotisa cerca de su corazón. Seco con rapidez la humedad de sus mejillas y llamo a la dama de la corte.
-Averigua si hay algún asistente del Rey que podamos utilizar- la vieja le miro sorprendida –Si encuentras a alguien de utilidad, dile que vigile a la sacerdotisa que absorbe la mala suerte y que me informe todo.
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: • The Moon (+13)
Por Dios siempre lo dejas en lo más interesante me pregunto si podré con esta agonía de esperarte jejeje, el capitulo estuvo excelente Naruto solo quiere aferrarse a sus recuerdos y por lo visto ya dio pasos para la consumación espero que ese día no llegue.
Vamos Sakura recupera tu memoria que esa Hinata no consiga al rey.
Feliz Año nuevo para ti y espero que me des un regalo de reyes
Vamos Sakura recupera tu memoria que esa Hinata no consiga al rey.
Feliz Año nuevo para ti y espero que me des un regalo de reyes
eliannar- Moderador
- Mensajes : 631
Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
Posesiones :
Re: • The Moon (+13)
¡Muy buenos capítulos!
Espero que sigas pronto porque me haz dejado con una intriga ¡De lo más grande!
Genial tu fic ¡Y lo dejaste en la mejor parte!
Continúalo pronto pronto
¡Feliz año nuevo!
Espero que sigas pronto porque me haz dejado con una intriga ¡De lo más grande!
Genial tu fic ¡Y lo dejaste en la mejor parte!
Continúalo pronto pronto
¡Feliz año nuevo!
Lauri-chan- Clan Suzaku
- Mensajes : 252
Edad : 27
Argentina
175
Re: • The Moon (+13)
Muy buenas !
He estado leyendo tu fic y me gusta muchisimo. No comenté antes xq quería leerlo entero y me tomó mi tiempo....
Tiene muchas cosas que me gustan además de la trama, que ya de por sì es mejor que muchas series de la tele...jejeje
Tienes una snsibilidad x encima d la media y la expresas muy efectivamente. Las descripciones de bosques, palacios, telas...es elegante y majestuosa. Enseguida t atrapa xq es un estilo lírico, claro y visual.
En resumen, gran trabajo. Muy bonito y d calidad.
X cierto, a mi tambien me gusta murakami.
Nos leemos pronto.
Contiiiiiiiiii !!!
He estado leyendo tu fic y me gusta muchisimo. No comenté antes xq quería leerlo entero y me tomó mi tiempo....
Tiene muchas cosas que me gustan además de la trama, que ya de por sì es mejor que muchas series de la tele...jejeje
Tienes una snsibilidad x encima d la media y la expresas muy efectivamente. Las descripciones de bosques, palacios, telas...es elegante y majestuosa. Enseguida t atrapa xq es un estilo lírico, claro y visual.
En resumen, gran trabajo. Muy bonito y d calidad.
X cierto, a mi tambien me gusta murakami.
Nos leemos pronto.
Contiiiiiiiiii !!!
Eva2.0- Genin
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Listening to the wind of change
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Terminados
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Lun Nov 04, 2024 10:55 am por Layla
» Hola nuevamente y quizás adios
Lun Sep 30, 2024 5:10 am por choujiro
» La Biblioteca
Sáb Abr 20, 2024 10:53 am por Hernan NaruSaku
» Estudios Pierrot, ¿hipócritas y sobornadores?
Vie Abr 05, 2024 9:58 am por Hernan NaruSaku
» Fic tomando el control (7/12/23) + 18
Jue Feb 29, 2024 4:08 pm por gonmax
» Quiero proteger todo de Sakura-chan [Esp][T]
Mar Feb 27, 2024 6:42 am por PJXD23
» nuevo fic proximamente
Dom Dic 10, 2023 10:01 am por choujiro
» Respaldo para fanfics en caso de que eliminen el foro en un futuro
Jue Ene 05, 2023 3:28 am por choujiro
» En la oscuridad [+18][1/¿?][3/11/2021]
Sáb Oct 29, 2022 5:45 pm por Hernan NaruSaku