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• The Moon (+13)
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Terminados
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Re: • The Moon (+13)
¡¡¡Me encantó el capítulo!!!
Sin embargo, me queda decir que Hiashi es un %#$" es que, ¿por qué tiene que ser tan malo?
Sólo espero que se vengan mejores tiempos para Sakura, y que pueda estar con Naruto
Sin embargo, me queda decir que Hiashi es un %#$" es que, ¿por qué tiene que ser tan malo?
Sólo espero que se vengan mejores tiempos para Sakura, y que pueda estar con Naruto
Lauri-chan- Clan Suzaku
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Re: • The Moon (+13)
Gran capítulo !!!!
Lo disfruté mucho! La trama cada vez está mejor.... y a mí particularmente no me importa que te hayas inspirado en el guión de un drama de TV. Todos sacamos las ideas de algún sitio, no? De todas formas es valiente de tu parte el decirlo cuando no hacía falta. Y que sepas que eso no le quita ni un ápice de mérito al fic. Tu forma de narrar, describir y expresar las motivaciones y los sentimientos de los personajes son genuínos.
Que sepas que lo he pasado mal con la tortura de Sakura...buf...que daño.... muy bien escrito....
Y definitivamente me estoy volviendo un poco Sasusaku en este fic (Shhhhhhh.... que no se entere nadie.... ¬///¬ ) . Me gusta mucho ese personaje. No lo puedo evitar !!! Mira que él intenta hacer las cosas bien y solo le llueven decepciones. Angelico. =(
Contiiiiiiiiii !!!!
Lo disfruté mucho! La trama cada vez está mejor.... y a mí particularmente no me importa que te hayas inspirado en el guión de un drama de TV. Todos sacamos las ideas de algún sitio, no? De todas formas es valiente de tu parte el decirlo cuando no hacía falta. Y que sepas que eso no le quita ni un ápice de mérito al fic. Tu forma de narrar, describir y expresar las motivaciones y los sentimientos de los personajes son genuínos.
Que sepas que lo he pasado mal con la tortura de Sakura...buf...que daño.... muy bien escrito....
Y definitivamente me estoy volviendo un poco Sasusaku en este fic (Shhhhhhh.... que no se entere nadie.... ¬///¬ ) . Me gusta mucho ese personaje. No lo puedo evitar !!! Mira que él intenta hacer las cosas bien y solo le llueven decepciones. Angelico. =(
Contiiiiiiiiii !!!!
Eva2.0- Genin
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Re: • The Moon (+13)
marifa!!! he vuelto!
leer tu fic me ha llebado mucho tiempo, jamas pense que dejara pasar tantos caps y tan laaaargos, es agotador
pero bueno.. con la trama...
estoy a punto de llorar!!!
como puede ser?? sakura ha sufrido tanto y a pesar de ello tsunade no dice nada, por ke?? hubiera evitado tantas cosas, si naruto supiera la verdad estoy seguro ke hubiera sido diferente.. pero ahora no hay nadie ke pueda decirles bueno.. segunyo solo chiyo, o talvez mebuki pero bueno
por favor!! que toda esta tortura termine pronto, ya kiero que esten felices y juntos!! onegai!!
conti pronto porfas
leer tu fic me ha llebado mucho tiempo, jamas pense que dejara pasar tantos caps y tan laaaargos, es agotador
pero bueno.. con la trama...
estoy a punto de llorar!!!
como puede ser?? sakura ha sufrido tanto y a pesar de ello tsunade no dice nada, por ke?? hubiera evitado tantas cosas, si naruto supiera la verdad estoy seguro ke hubiera sido diferente.. pero ahora no hay nadie ke pueda decirles bueno.. segunyo solo chiyo, o talvez mebuki pero bueno
por favor!! que toda esta tortura termine pronto, ya kiero que esten felices y juntos!! onegai!!
conti pronto porfas
mayasorita- Chunnin
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Re: • The Moon (+13)
Estoy encantada al ver tantas respuestas. Muchas gracias por leer, más por escribir.
• NaruSaku-12: Era sólo el susto, espero no haberte sacado muchas canas. No creas, me dan escalofríos solo de pensar en la idea de Naruto e Hinata juntos. Te voy a complacer con una de tus dos peticiones.
• alice272: Gracias por escribir. Sabes, Hiashi pagará por su maldad y le dolerá mucho. Sasuke sufrirá aún más, el pobre.
• sleither45: ¡Bienvenido! Gracias por leer toda la historia ¿Está un poco larga no? Me alegró que te guste.
• cerezo en el viento: ¡Muerte a los Hyugas! Ambos, Hinata e Hiashi saldrán con los pies por delante. En lo posible tratare de no traumarte, no prometo nada.
• moi-06yoyo: Que bueno es leerte de nuevo, por un momento pensé que me habías abandonado. Si, Sasuke esta mal, ya dicen que el amor es ciego. El sufre de esa pequeña afección. Morirá amándola.
• Lauri-chan: Hola, gracias por escribir. Es malo porque quiere poder, aparte esta loco. Ya vienen los mejores tiempos para Sakura.
• Eva2.0: Querida Eva, gracias. Lo que tú hiciste se llama acá “Alzar los ánimos”. Sabes, por un momento pensé que lo de la tortura no había afectado a nadie y me dije si debería ser más cruel, así que cuando leí tú comentario me sentí mucho mejor. Pero, esas cosas no se me dan, tampoco las peleas. Así que me excuso sino soy la mejor en ello. Mantengámoslo también en secreto, Sasuke me gusta mucho en este fic, sin darme cuenta lo convertí en un chico con grandes capacidades para quedarse con la prota. Pero a pesar de ello, Sakura es de Naruto. Eso no se discute.
• mayarosita: ¡Otro hijo prodigo ha vuelto! Que bueno que apareciste de nuevo, por un momento pensé que ya no te gustaba lo que leías, que me habías abandonado y olvidado de tus recuerdos. Ya enserio, dejo el drama. Re-bienvenida. No solo te deje bizca de tanto leer, sino que también llorando. Al final, sonreirás.
Los dejo con el capítulo, espero que les guste.
Dolía, duele tanto. Más que las heridas del cuerpo, era el alma que se desangraba. Como la lluvia insistente que erosiona la tierra, hasta cambiar el paisaje. Destruirían y deformarían aquel pequeño cuerpo, pero no la esencia dentro de el. Esa misma que amaba. Amaría a ese hombre en silencio, con el fuego insistente que nacía en su corazón, negándose a morir por la constante tormenta. Aquel inmenso cariño que provocaba tanto daño. Se aferraría a el, aunque con ello destruirá su espíritu.
Naruto miró contrariado a Hiashi. Aquel viejo canoso y malhumorado, al que vio acumular arrugas en el rostro, muertes sobre sus hombros. Observó sus dedos apretando el trono, aquel que era suyo. Sin embargo, tan lejano. Porque el poder recaía en otras manos. Impotencia, era el sentimiento que le embargaba, por su pecado ella había sufrido y acumularía aún más dolor. Recordó sus piernas marcadas, sus labios rotos, el sudor y el dolor en su rostro. Se odiaba.
Maldecía, a ese hombre. Su suegro, su enemigo. Se advirtió a si mismo amontonando aún más rencores, porque él la alejaría de su lado, la mandaría muy lejos. El corazón pareció querer estallar ante aquella idea, pero ella viviría. Eso sería suficiente consuelo o eso creía. No con él, pero viva. Estaba agradecido, porque no podría soportar el dolor de otra muerte, no de la muerte de quien amaba. Dio un respingó y maldición, cuando ese mismo hombre acusó a Sasuke de traición. Su amigo ahora viviría, encerrado entre las paredes de la mansión Uchiha, -“Arresto domiciliario”- le había dicho el viejo, con una expresión de satisfacción en el rostro.
El Uchiha no sabía, que su reclusión la había ordenado el Hyuga. Su corazón adolorido, confundía su mente. El que creyó su amigo cortaba sus piernas. Golpeó la mesa al frente, de a poco le estaba odiando. Sasuke también acumulaba, rencores. Por un amor no correspondido, por un camarada traidor.
Se sentía débil, abandonada sobre la hojarasca usada para dar abrigo a los animales, la que se había humedecido por su propia sangre. Escuchó a lo lejos, el sonido de los pesados maderos arrastrarse ¿Sería que llegaban de nuevo a atormentarle? Sintió miedo, la necesidad inmensa de escapar. Pero talvez, era su maestra. Esa última idea le hizo abrir los ojos, pero los parpados estaban pesados. Inútil hubiera sido querer huir. Apenas pudo mostrar las joyas verdes, las que vieron los pies de alguien que no pudo reconocer. Porque esa noche había pocos faroles, solo se percataban sombras. Se sentó sobre sus piernas adoloridas, alegrándose del milagro de que no estuviesen roto los huesos.
Levantó la vista, entre la borrosa mirada le pudo reconocer. Quiso sonreír, pero no lo logro. El cuerpo se le miraba fuerte, saludable. Eso le alegró. Lo miró a los ojos, él le correspondió con dolor. Los orbes de ella se humedecieron, ocultando su rostro tras los cabellos rosas. Naruto deseo llevársela sobre los hombros y huir ¿Pero luego que?
-Su Majestad- dijo en un suspiro –Este lugar es indigno ¿Por qué ha venido?
-Estoy aquí para preguntarte algo- él intento buscar sus ojos, pero ella los ocultaba –También para decirte algo ¿Prefieres responder o puedes escucharme?- Sakura titubeó.
-Quiero escuchar.
-Claro- dijo con temor –Recuerdas que te había dicho, que hasta la confusión se haya ido. Hasta que sepa que tipo de sentimiento era el que sentía, no te podrías ir ¿Lo recuerdas?
-Sí, lo recuerdo.
-Ahora… Se la respuesta- ella hubiese deseado ver su rostro, pero él carraspeo la garganta, como queriendo ser más severo en sus palabras –Estabas en lo cierto, yo no estaba mirándote. Sino…- silenció, porque si no lo hacía la mentira se desvanecería y no podría protegerla. Puesto que necesita respirar, convencerse a si mismo que hacia lo mejor, porque todo aquello que diría no lo sentía –Que fue a través de ti que estaba viendo a esa niña- la miró, ocultando aún más el rostro tras los cabellos sueltos, la escuchó sollozar. La estaba haciendo sufrir, era acaso el peor ser humano en el mundo –Así que ahora, esta bien que te alejes de mi.
-Yo. Seguiré sus ordenes Majestad- lo susurro, mientras intentaba mostrar una sonrisa en los labios.
-Ahora, te preguntaré- ella asintió -¿Tienes algo que decirme por ser la última vez?- ella al fin levanto la mirada, mostrando los orbes verdes sumergidos en abundantes lágrimas. Si hubiese más luz, ella podría haber notado que los azules estaban igual.
-No tengo nada que decir- Naruto trago decepcionado, pero que esperaba escuchar, cuando la había lanzado de su lado.
-¡Está bien si me hechas la culpa!- dijo desesperado –Dilo, lo merezco.
-Yo, en verdad no tengo nada que decir.
Aunque la espero por un largo rato, viendo como nuevamente ocultaba sus lágrimas. Ella no hablo más, él tampoco supo que decir ¿Podría decir adiós? Era solo una palabra, pero tan difícil de pronunciar. Se marchó, cuando entendió que no podría conseguir nada más de ella o de él.
Los pies los arrastró por el camino de regreso a palacio. Como si las sombras se incrustaran en su cuerpo, haciéndolo más pesado. Las sonrisas de ella se desdibujaban tras las ramas de los árboles de esa noche fría. Era peor morir o vivir el tormento que agonizaba. No había derramado lágrima alguna desde que había salido de aquel edificio. Miró a Shikamaru a lo lejos, se dirigió a él –Su Alteza- expresó con preocupación. Solo tuvo que escucharle, para arrugar la frente y apretar los ojos. Un quejido de dolor brotó desde lo más profundo de su garganta. Sin contener la lluvia en sus ojos se abalanzó hacia el hombro del Nara, que apretujo con fuerza. Para no caer, para no hundirse en ese abismo sin fondo que lo había dejado la ausencia de aquella mujer, que había aprendido a amar.
-A esa niña que me animó. Yo…- calló, no por vergüenza de que Shikamaru lo viera llorar. No por sentirse débil, sino porque aquel dolor en su pecho lo hacia perder la respiración –Ni siquiera pude decirle una sola palabra cálida y reconfortante.
-Su Majestad, gracias a usted ella podrá vivir. La esta protegiendo- Naruto negó, no era consuelo, se sentía miserable.
-Le cause una gran herida- apretó con más fuerza el hombro de Shikamaru -¿Qué hice? ¿Cómo puedes decir que la protegí?
Los delgados y suaves dedos acariciaron el rostro blanquecino. Mimo el contorno de su cara, acomodo los cabellos. Era una mujer hermosa, se lo decía el deseo explicito en los ojos de muchos de los hombres de palacio. Lo constataba el reflejo que miraba en el espejo. Sin embargo, se preguntaba ¿Por qué Naruto no la consideraba?
Hinata giró un poco la cabeza a ambos lados, admirando cada pequeño detalle. Pero luego llegó un escalofrío, el ambiente vibró con un susurró más parecido a lamento. Dejó el espejo, hecho un vistazo a su alrededor. Poco después, el cuerpo se tensó. El terror le inundó las entrañas, eran los lloriqueos que le perseguían, la maldita chiquilla de nuevo. Los ojos se les llenaron de lágrimas, respiro con dificultad. ¿Sería la única en escucharla?
Se miró en el espejo tratando que su reflejo calmara su ansiedad. Estúpida fue la idea, el rostro de una triste Sakura, surgió para luego desaparecer. En un instinto de temor, lanzó el cristal terminando en pequeños trozos. Sus manos le ocultaron el rostro, fueron esta vez sus propios sollozos que inundaron la habitación. Grito con miedo.
Hinata mirando hacia la ventana se fijo en el este, donde estaba el Pabellón de La Reina Madre. La vieja se abrazaba a si misma, dio un profundo respiro, disimulo lo que escuchaba cada noche desde hacia dos semanas atrás. Sin conocer que vivía el mismo tormento que su nieta política. La podía escuchar llorar, la niña que murió por sus órdenes. Calmó los miedos, se concentró en el quejido, los lamentos provenían inconfundiblemente del Pabellón Hanami.
-Un destino que ha sido cortado por humanos. Los cielos están tratando de volverlos a unir- Tsuname miró la luna creciente –Después de pasar el desastre, todo encontrara su balance. La furiosa tormenta vendrá pronto. Ni siquiera una persona, podrá escaparse.
Se levantó de su cama asustada, miró a su alrededor. Todo estaba en calma, su corazón era el único agitado. Se cobijó de nuevo, hasta que sus ojos fueran los únicos visibles. Ino estaba asustada. Había soñado con Sakura, la hermana menor de su esposo, con la que compartió sonrisas en los pasillos de Kitsune. La que había ayudado a asesinar. Pero no era culpable, se repetía. Su abuela le había engañado. Se recordó a si misma aterrada, la anciana orgullosa, el ritual finalizado. A su pequeña edad, tenía la muerte de una persona sobre sus hombros y aquello le asustaba, mucho. Era su peor secreto, su infame traición.
Despertó aquella mañana con dolor de cabeza, pero el aroma conocido le inundó los sentidos, Sai había regresado. Cruzó los pasillos a toda velocidad, hasta atravesar toda la casa. Abrió las puertas, él tenía el torso desnudo. No le importó, le abrazo como si hubiese estado mil años lejos de ella, apretando su cachete contra la espalda ancha. Sintió su calor, su estremecimiento. Él acaricio las manos que se aferraban a su cintura.
-Aunque volviste rápido ¿Porqué no fuiste inmediatamente a buscarme?
-Estaba sucio, quería sentirme presentable.
-Te extrañé, tanto- ella suspiró, él se conmovió –Te extrañé tanto.
Sai tomo con delicadeza las manos, alejándolas de su cuerpo. Se volteó hasta quedar frente ella, sus dulces ojos azules humedecidos le parecían tan adorables. Se acercó a su cuerpo regalándole calor. Fundiéndose ambos en un abrazo tierno, lleno de amor.
Ino le amaba, con cada célula de su cuerpo. Pero también se sentía tan culpable. No pensó más, cuando ambos se fundieron en un beso. Ahora era el futuro y no el pasado, lo que le interesaba. Debía de seguir –“Lo siento tanto, Sakura”- pensó.
-Reina Madre, me siento complacida que me hayan mandado a llamar ¿En qué puedo ayudarle?
-Sacerdotisa Chiyo. Hay rumores en palacio que se ha escuchado el llanto de una niña.
-¿Un llanto?- la viejo asintió -¿No será porque se acerca un eclipse de sol?
-¿Qué tiene que ver con eso?
-Debido a que es un fenómeno de los dioses. La gente sin saberlo, suele sentirse nerviosa- la mujer rió preocupada -¿Ha escuchado usted también el llanto?
-¡Cómo puedes decir tal blasfemia!- la sacerdotisa se asustó -¿Parezco alguien de mente débil?
-Perdóneme Reina Madre.
-Bajo el pretexto de fantasmas, la gente en palacio habla solo de eso. Solo quiero calmarles.
-Entonces debería de buscar la ayuda de otras sacerdotisas.
-¡Eso jamás! Tú sola, deberás encargarte de eso.
-Así será. Realizaré un ritual, el cual consolara al espíritu. Pero dependiendo si el espíritu acepta o se niega a la consolación, el resultado podría ser distinto.
-¿Acaso no hay otra manera?
-Hay otro método prohibido, pero…- la vieja titubeo –Necesitamos de un recipiente.
-¿A que te refieres? Explícate.
-Eso es cuando un espíritu se coloca dentro de un cuerpo. Sólo una sacerdotisa puede hacer eso- la mujer asintió interesada –Encerramos a la persona en el interior de la habitación donde está atrapado el espíritu. Este se transfiere dentro del cuerpo.
-Con ello ¿Los llantos en el Palacio Hanami desparecerán?- la sacerdotisa asintió.
-Pero- la Reina Madre le miró extraña –La sacerdotisa que acepte el espíritu enojado, puede morir. No creo que haya alguna que desee hacer el ritual- la Reina Madre puso sus manos en la boca y carcajeo.
-Tengo en mente una jovencita.
Tsuname había sacado varias monedas del bolsillo de su traje. Sin hablar las entregó a los guardas que protegían el edificio. Las lanzas que obstruían la entrada se apartaron, dejando a la mujer pasar.
-¿Cómo esta tú cuerpo?- dijo acuclillándose, mirando a Sakura.
-Siento preocuparlas a todas- Tsuname negó sin poder hablar -¿Esta llorando?
-Yo, al tratar de protegerte te puse en más peligro.
-Usted siempre me ha cuidado. Yo quien fui abandonada, usted me ha protegido como a una hija.
Tsuname le miró seriamente, se quito la capa que albergaba su cuerpo con lentitud. Hasta dejarla aún costado. Sakura no entendió, pero tampoco quiso hablar, solo le miro. La rubia se levantó, se hincó sobre sus rodillas con lentitud y respeto. Agachó la cabeza, lentamente.
-Sacerdotisa Tsuname.
-¡Señorita!- Sakura se sorprendió –A partir de ahora, deberá someterse a otra terrible experiencia.
-¿Por qué me esta hablando así Maestra?- le miró confundida -¿Señorita?
-Lo que usted debe mantener, lo que usted debe desechar. La única que tiene las respuestas es usted Señorita. Por lo tanto, a partir de ahora no deberá buscar las respuestas en otra parte. Sino, dentro de usted misma.
-¿De qué está hablando?
-Por todo lo que tiene que enfrentar, por favor tenga en cuenta una cosa. Señorita, eres más fuerte que cualquier otra persona. Su sabiduría, le guiará por el camino correcto. Su fuerza, le ayudará a luchar contra todo- Sakura sonrió –Así que, confíe en usted misma y siga adelante- Tsuname le miró llorar, con aquellos ojos que aún estaban confusos “-Aunque seguramente jamás me vas a perdonar”- pensó “-Pronto la verdad será revelada. Solo tenemos que esperar”.
Naruto estaba sentado frente a su escritorio. Las palabras de Kakashi resonaban en su cabeza. Dentro de treinta minutos ella abandonaría Konoha. Contrario a lo que siempre pedía, esta vez el Hatake le permitía marcharse de Kitsune por algún tiempo. Le consentiría despedirse. Pero esa sería la última vez.
A Sakura la escoltaron con un viejo vestido rosa y púrpura. Con las piernas más sanas, después de una semana desde haber sufrido la tortura. En su pecho la palabra “alta traición” estaba tejida en sus ropas, de un rojo vivo. En el camino le miraron con asco y repulsión. Naruto la observó alejarse entre las gentes. No consentía las blasfemias de la multitud, pero los comprendían ¿Qué sabían ellos de su historia? Era él, el merecedor de los insultos, de los desprecios. Fue ahí donde se dio cuenta, que no merecería pedir su perdón. Había perdido el derecho de despedirse.
Estaba cansada, el camino hasta la entrada de Konoha había sido más largo de lo que recordaba. Ahora los gritos se percibían más fuertes, los insultos más dolorosos. Una piedrecilla llegó hasta sus pies, indicio de que una lluvia de piedras le lastimarían el cuerpo. Cerró los ojos por el miedo, apretando con más fuerza la bolsa de tela en sus manos. Las piedras comenzaron a rozar su cabeza, hasta que algunas le golpearon, hasta sangrar.
Luego de varios minutos, que no percibió si fueran cortos o largos, los golpes cesaron. Ya no estaría en Konoha.
-A partir de ahora seguirás a estas personas- dijo el guarda mirando a Sakura.
-¿No vamos a mi lugar de exilio?- él hombre no le respondió, extendió la mano entregando unas monedas y a Sakura -¿A dónde me lleva?- preguntó mirando al otro.
-Yo solo me limito a seguir órdenes.
Sasuke se levantó de su asiento y miró a Suigetsu con extrañes. Podría soportar el hecho que Naruto lo tuviera cautivo en su propia casa, ya encontraría la manera de salir de aquella ridícula situación. Pero no permitiría que él, la alejara de su lado.
-¿La Sacerdotisa desapareció?- él otro asintió.
-Fui al lugar donde se suponía que estaba ¡Pero nunca llegó!
-¿Dónde? ¿Qué camino tomaron?- Suigetsu negó con la cabeza.
Suigetsu se aparto, cuando vio cierto brillo rojizo en los ojos del amo, pocas veces lo había visto, pero siempre había sido ligado al deseo de venganza. El pelinegro tomó su espada y salió de su casa embravecido. Caminó por el patio, dos fuertes pisadas. Shikamaru que le impedía el paso.
-¿Por qué estas aquí?- gritó Sasuke.
-¿A dónde vas?
- Te pregunté ¿Por qué estas aquí?
-Estas en arresto domiciliario- dijo Shikamaru –Sasuke, solo vuelve a entrar.
-¿Has venido como amigo o bajo una orden?- le preguntó con los ónix enfurecidos –En estos días, escuchó muchos llantos de esta espada- dijo sacando el metal de la funda, mirándola fijamente –Quizás porque no ha sido empuñada por largo tiempo, anhela salir. Así que, por casualidad, si accidentalmente empuño esta espada…
-Sasuke.
-Si peleó contra ti, seguramente ella se sentirá feliz ¿Aceptarías?- Sasuke sonrió con sarcasmo –Por supuesto, tú sigues al Rey, no puedes pelear sin una orden.
-En ocasiones, es más peligroso pelear sin un motivo- Sasuke levanto la espada, hasta dejarla cerca del cuello de Shikamaru.
-¿Qué vas a hacer?- dijo acercando aún más el filoso metal -¿Esperarás hasta que te lo ordenen?
Shikamaru sonrió y miró al cielo despejado. Dio un salto hacia atrás, de inmediato sus dedos tomaron el mango. Sasuke dio un respingo de sonrisa, su amigo parecía querer pelear, pero aún no sacaba la espada de su funda. No pensó mucho más, se abalanzó contra el Nara con el filo del hierro. Este lo esquivó, rodando sobre si en el aire. Ambas espadas chocaron cuando este puso los pies sobre el suelo. La de Sasuke extendida, brillando bajo el sol, la de Shikamaru aún en su envoltura.
-Una espada empuñada por la furia, es peligrosa- le dijo Shikamaru mirándole a los ojos. Sasuke no se permitió responder, abalanzo con fuerza sobre el hombre frente al suyo. Este tuvo que retroceder. El Nara giró sobre si, pudo sentir la espada cerca de su rostro -Una espada con propósito es aún más peligrosa.
Un gritó sacado desde lo más profundo de su garganta. Sasuke se lanzó esta vez con intenciones asesinas. Shikamaru lo entendió. Sacó de la funda su espada y ambas chocaron. El chirrido se escuchó. Golpe tras golpe, las espadas parecían gritar afanosas.
El juego había terminado para Shikamaru. Los golpes del Uchiha se hacían cada vez más herrados y confusos. Giró sobre si, mientras la espada del Magistrado iba directo a su hombro. La abalanzo hacia arriba con fuerza. Un quejido. Sasuke se acaricio la muñeca, su espada había sido arrancada de sus dedos. Shikamaru había ganado. El sonido del metal tocando la tierra lo despertó de su trance, miró a su compañero con la espada frente a él. Amenazante.
-¿Quién es el blanco de sus agresiones?- pregunto Shikamaru, guardando el metal.
-Si lo supiera ¿Actuaría como un loco?
-Deberías controlar tus emociones- regaño.
-¿Cómo puedes no entender los sentimientos de un viejo amigo?- Sasuke le miró -¿Le vas a decir?
-¿Sobre qué?
-Por haberte obligado a usar tú espada, sin una orden. Cometí traición ¿No es así?
-Hoy en este lugar, no estuvo el guarda del Rey, ni el Magistrado. Sino, estuvieron viejos amigos quienes han compartido una amistad.
-¿Por qué no me dijiste?- gritó Hinata.
-Esa noche el Rey, dijo que iba a caminar y dejo su habitación. Ordenó salir a todos los sirvientes
-¿Y luego?- exigió.
-Se fue en dirección a la cárcel- Hinata carcajeó asombrada por el descaro del hombre –Probablemente solo quería comprobar que era la prisionera correcta. Así que por favor, no…- la mujer cayó, su rostro había sido golpeado por el peine que Hinata le había lanzado, acaricio su mejilla adolorida y miró al suelo, donde encontró otros objetos que habían sido tirados por el ataque de furia. Temió verla a los ojos, pero lo hizo. Estaban rojos y desorbitados por la ira.
-No debemos dejarla vivir- pensó la peliazul –Debí haberla asesinado- miró al espejo que había sido entregado esa mañana. Relajo de nuevo el rostro. Un gritó, que puso en alerta la dama de la corte. Hinata observaba asustada el cristal, de nuevo aquella imagen. Los pocos objetos que quedaron regados en la mesilla, chocaron contra el hasta quebrarlo. Lo tomo en sus manos y lo lanzo lejos, terminando de destruirse por el golpe.
Se abrazo a si misma, apretujándose con la pared tras ella. Sus manos temblaban, todo su cuerpo colapsaba ante el temor. Luego de eso lloró desconsoladamente, hasta sentir un líquido viscoso humedecer su mano. Luego la alcanzo el dolor, poseía un profundo corte.
Naruto se encontró de frente con los médicos y las enfermeras de la corte. Sus rostros demostraban que algo no estaba bien, miró a las mujeres apresuradas. Llevaban consigo telas, mejunjes, agujas.
-¿Qué paso?- preguntó extasiado Naruto.
-La Reina…
Abrieron las puertas, miró al viejo médico y a su dama. Aún con los ojos humedecidos abrazaba su cuerpo. La sangre se miraba regada en sus ropas y sus brazos.
-No te dije que no dejaras entrar a nadie- gritó. Observó a Naruto asomarse, notó que miraba su mano, desvío la mirada, apretó el puño aunque le doliera. El rubio notó el desorden en el resto de la habitación, los objetos lanzados, el cristal roto en pequeños pedazos, la mano que sangraba. Suspiro.
Tomo las toallas y se acercó a su lado. Se acuclilló, ella se escondió bajo los delgados brazos, que abrazaban las rodillas. Intentó tomarle la mano, pero ella forcejeo. Jalo con más fuerza, hasta que Hinata cedió. La limpio, enrollando la tela blanca sobre la herida.
-¿Crees que solo tú corazón esta herido?- susurró la mujer -¿No puede mi corazón también sufrir?- Hinata le miró a los ojos, pero él parecía no escucharle –Para mí eras, mi primer amor- Naruto se detuvo al instante, con la culpabilidad haciendo merma en su cuerpo. Luego ella continuo –Para alguien que sabe lo que se siente perder a un ser amado ¿Cómo puedes ser tan cruel?
Naruto la observó, con aquel pequeño rostro mojado por las lágrimas y el cuerpo temblando. Parecía tan triste y tan sola. Hizo un nudo en la tela. Sin que ella lo adivinará, él se acercó hasta darle un suave abrazó.
-Todo esto es tan doloroso -pensó Naruto, mientras oía el llanto cargado de dolor en su oído –Tú, yo también. Sasuke y esa niña. Todos –Abrazó a la joven con más fuerza, le daba consuelo, pero él también lo quería.
Su mente rememoró cada momento de aquel último año. Quiso llorar, pero no lo hizo. Se dio cuenta que se había convertido en una mujer fuerte, capaz de amar y entregar. Lo que le reparará la vida a partir de ahora, lo enfrentaría con la frente en alto. Poco a poco, se forjaría un destino que ella misma elegiría. Y cuando eso sucediera, podría al fin sonreír, desde lo más hondo de su espíritu.
Ahora tocaba luchar, con todas sus fuerzas. Dejó el polvoriento suelo que no había dejado de mirar en todo el camino, para darle frente a su destino. Los ojos miraron asombrados la fortaleza, la tierra dio paso a los adoquines. Sobre su cabeza se levantaba un asombroso arco, hecho de piedra.
-¿No es este el palacio?- dijo confundida al hombre a su izquierda.
Pero él no respondió. Sin embargo, observó a una mujer encorvada que caminaba hacia ella y puso sentir que la conocía de alguna otra parte, pero no sabía donde. Pudo fijarse que la miraba con los ojos vacíos, supuso que sería ciega. Pero se movía con tal agilidad que parecía un títere danzado por manos expertas. Una vez que la luna mostró sus facciones, pareció reconocerla.
Tiempo después terminó en el Palacio Hanami, el que solo había admirado desde afuera. Se encontró a si misma rememorando a Naruto, estaba tan cerca. Cuantas veces lo vio sufrir, clavado con la mirada fija en aquellas paredes. Luchando por un conflicto interior, en el cual siempre era el perdedor.
Quizás ahora lo entendía un poco más, ahora que también ella se había resignado al amor perdido. Algo parecido a una sonrisa se asomo en su rostro, era más un amor nunca correspondido. Sin darse cuenta, estaba dentro. Los pasillos se miraban oscuros. El final del camino daba paso aún habitación extensa, donde seguramente había residido la princesa, pensó Sakura.
Escuchó un “ahora” de la vieja. Él hombre la lanzó en el interior. Sus piernas aún débiles no se pudieron mantener en pie. Cayó sobre las suaves frazadas rosas. Miró a sus captores.
-Como ya sabes, esta es una zona prohibida- le dijo la anciana –Aunque grites, nadie te escuchará. ¡Buena suerte! Quizás mañana, nos encontremos de nuevo. No olvides consolar al espíritu.
Trato de levantarse con su mano extendida hacia ellos, pero sus piernas no respondieron. Cerraron las puertas de la habitación con cerrojos. El arrastrar de muebles y los golpes, le indicaron que habían obstruido la entrada. Fue fácil suponer que en la puerta principal del Palacio de Hanami harían lo mismo.
Logró levantarse. Tiro de las puertas, golpeo las ventanas, pero ninguna cedía. No valía la pena insistir y gastar energías, la poca que tenía. Esa noche pasaría en el lugar. Se sintió un poco más tranquila, dándose el lujo de admirar cada rincón, se dejó llevar hasta el centro de la habitación. Le llamó la atención los sellos en las paredes, sobre el futon la ropa que parecía ser un traje real. Entonces fue ahí cuando Sakura lo entendió, la utilizarán para calmar la irá del espíritu, el de la Princesa Heredera.
-El fantasma que tengo que consolar- pensó Sakura -¿Es el ser amado de Su Majestad?
Sakura despertó siendo un nudillo sobre si misma. Abrió los ojos y pudo divisar la habitación con claridad, los rayos del sol se habían colado por cada espacio permitido. Sintió un escalofrío. Volteó al sentirse acompañada. Fue allí cuando la miró, sus manos quisieron tocarla, tomar su hombro para que ella volteara y se miraran, pero sintió miedo. Ella era la Princesa Heredera. Llevaba el cabello recogido en una cola baja, estos eran de un rosa brillante, parecido a los suyos. A pesar de que tenía cierto recelo por el espíritu, se pregunto si sus ojos serían del mismo tono también.
-Ha venido- susurró -¿Por qué razón llora? ¿Llora por qué extraña al Rey? ¿Tiene algo que decirle al Rey?- preguntó, pero la Princesa no hablaba –Por favor, dígalo. La escucharé. Yo lloraré con usted, así que dígame el motivo.
La joven le miro expectante, talvez la Princesa se sentía intimidada por la presencia de un talismán humano. Debería insistir, talvez callar. Los dedos se movieron temblorosos, el cuerpo que parecía indiferente se conmovió. Despacio agacho la cabeza, la pequeña mano la dejo caer en el suelo. Volteo la cabeza a la izquierda, con ella el cuerpo. Al fin mostró sus rasgos, las pestañas juveniles se separaron, hasta mostrar dos inmensos ojos verdes. Luego una sonrisa. Sakura apartó los labios, asombrada. No podía creer, aquella que miraba era ella misma.
Despertó de un brincó, con las manos sudorosas y la frente húmeda, aún más confundida. Se fijo a su alrededor, encontrándose sola. La niña había partido, quizás era solo un sueño. No había señal del espíritu, tampoco de aquellos que la habían encerrado. Abalanzó las manos hacia una de las cortinas, sus ojos se entrecerraron al encontrarse con la luz del día. Se adormiló con la imagen del sol siendo consumido por la luna.
En el instante que el satélite había agotado la luz del astro, una presión en el pecho le obligó a despertar. Los dedos se dirigieron al cuello desesperado. La falta de aire, la tumbo en el suelo. Golpeo su pecho queriendo en ese acto liberarse y poder respirar. Se encontró a si misma, arrastrándose a la puerta. Como lo había hecho hace ocho años atrás, sin saberlo. Fue allí cuando lo recordó.
Su cuerpo golpeo la puerta, luego se recostó sobre su espalda. El estallido en el cerebro, le mostró de nuevo las imágenes que creía ajenas y sin embargo, eran propias. Calló en cuenta de que eran sus propios recuerdos, el pasado junto a sus padres, su hermano, la vieja Chiyo. El príncipe, el Rey. Naruto. El amargo de la medicina ofrecida por su padre antes de supuesta muerte. Sus lágrimas, los gritos de su madre. Lloró. Sakura la Sacerdotisa, la talismán humano era Sakura Haruno, la Princesa Heredera.
-Padre- dijo entre sollozos -¡Madre! ¡Mamá!- Negó con la cabeza, golpeo el pecho como si aliviara el dolor.
Vio a la niña que fue, que sonreía y jugaba. Recordó su primer encuentro con Naruto y pudo sentir la calidez que le había ofrecido el primer amor, aquel que nació en forma instantánea.
-De acuerdo con el medico que la visitó, no hubo una causa específica para su enfermedad. Ella parecía haber tenido dificultad para respirar y dolores en el pecho.
-¿Talvez era una enfermedad poco natural?- pregunto Naruto a Yamato.
-Dijeron que no hubo indicio de envenenamiento o asesinato.
-¿Hubo algo más fuera de lo normal?- Yamato titubeo.
-Parece ser que ella, incluso después de dejar de respirar su cuerpo se mantenía caliente.
-¡Una maldición!- gritó el rubio -¡Todo es posible con un conjuro oscuro!- miró a Kakashi -¡Tráeme a la Sacerdotisa Tsuname!
-Verifica si esta viva o no- le dijo al hombre –Yo no puedo verla- expresó Chiyo
-Ella abrió los ojos- comento el guarda.
-¿Has consolado al espíritu?
-Si- dijo Sakura –Esa niña no llorará de nuevo.
• NaruSaku-12: Era sólo el susto, espero no haberte sacado muchas canas. No creas, me dan escalofríos solo de pensar en la idea de Naruto e Hinata juntos. Te voy a complacer con una de tus dos peticiones.
• alice272: Gracias por escribir. Sabes, Hiashi pagará por su maldad y le dolerá mucho. Sasuke sufrirá aún más, el pobre.
• sleither45: ¡Bienvenido! Gracias por leer toda la historia ¿Está un poco larga no? Me alegró que te guste.
• cerezo en el viento: ¡Muerte a los Hyugas! Ambos, Hinata e Hiashi saldrán con los pies por delante. En lo posible tratare de no traumarte, no prometo nada.
• moi-06yoyo: Que bueno es leerte de nuevo, por un momento pensé que me habías abandonado. Si, Sasuke esta mal, ya dicen que el amor es ciego. El sufre de esa pequeña afección. Morirá amándola.
• Lauri-chan: Hola, gracias por escribir. Es malo porque quiere poder, aparte esta loco. Ya vienen los mejores tiempos para Sakura.
• Eva2.0: Querida Eva, gracias. Lo que tú hiciste se llama acá “Alzar los ánimos”. Sabes, por un momento pensé que lo de la tortura no había afectado a nadie y me dije si debería ser más cruel, así que cuando leí tú comentario me sentí mucho mejor. Pero, esas cosas no se me dan, tampoco las peleas. Así que me excuso sino soy la mejor en ello. Mantengámoslo también en secreto, Sasuke me gusta mucho en este fic, sin darme cuenta lo convertí en un chico con grandes capacidades para quedarse con la prota. Pero a pesar de ello, Sakura es de Naruto. Eso no se discute.
• mayarosita: ¡Otro hijo prodigo ha vuelto! Que bueno que apareciste de nuevo, por un momento pensé que ya no te gustaba lo que leías, que me habías abandonado y olvidado de tus recuerdos. Ya enserio, dejo el drama. Re-bienvenida. No solo te deje bizca de tanto leer, sino que también llorando. Al final, sonreirás.
Los dejo con el capítulo, espero que les guste.
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CAPÍTULO XXIV
Luna, amor, recuerdos
Luna, amor, recuerdos
El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo:
amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
Alejandro Dolina
amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
Alejandro Dolina
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Dolía, duele tanto. Más que las heridas del cuerpo, era el alma que se desangraba. Como la lluvia insistente que erosiona la tierra, hasta cambiar el paisaje. Destruirían y deformarían aquel pequeño cuerpo, pero no la esencia dentro de el. Esa misma que amaba. Amaría a ese hombre en silencio, con el fuego insistente que nacía en su corazón, negándose a morir por la constante tormenta. Aquel inmenso cariño que provocaba tanto daño. Se aferraría a el, aunque con ello destruirá su espíritu.
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Naruto miró contrariado a Hiashi. Aquel viejo canoso y malhumorado, al que vio acumular arrugas en el rostro, muertes sobre sus hombros. Observó sus dedos apretando el trono, aquel que era suyo. Sin embargo, tan lejano. Porque el poder recaía en otras manos. Impotencia, era el sentimiento que le embargaba, por su pecado ella había sufrido y acumularía aún más dolor. Recordó sus piernas marcadas, sus labios rotos, el sudor y el dolor en su rostro. Se odiaba.
Maldecía, a ese hombre. Su suegro, su enemigo. Se advirtió a si mismo amontonando aún más rencores, porque él la alejaría de su lado, la mandaría muy lejos. El corazón pareció querer estallar ante aquella idea, pero ella viviría. Eso sería suficiente consuelo o eso creía. No con él, pero viva. Estaba agradecido, porque no podría soportar el dolor de otra muerte, no de la muerte de quien amaba. Dio un respingó y maldición, cuando ese mismo hombre acusó a Sasuke de traición. Su amigo ahora viviría, encerrado entre las paredes de la mansión Uchiha, -“Arresto domiciliario”- le había dicho el viejo, con una expresión de satisfacción en el rostro.
El Uchiha no sabía, que su reclusión la había ordenado el Hyuga. Su corazón adolorido, confundía su mente. El que creyó su amigo cortaba sus piernas. Golpeó la mesa al frente, de a poco le estaba odiando. Sasuke también acumulaba, rencores. Por un amor no correspondido, por un camarada traidor.
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Se sentía débil, abandonada sobre la hojarasca usada para dar abrigo a los animales, la que se había humedecido por su propia sangre. Escuchó a lo lejos, el sonido de los pesados maderos arrastrarse ¿Sería que llegaban de nuevo a atormentarle? Sintió miedo, la necesidad inmensa de escapar. Pero talvez, era su maestra. Esa última idea le hizo abrir los ojos, pero los parpados estaban pesados. Inútil hubiera sido querer huir. Apenas pudo mostrar las joyas verdes, las que vieron los pies de alguien que no pudo reconocer. Porque esa noche había pocos faroles, solo se percataban sombras. Se sentó sobre sus piernas adoloridas, alegrándose del milagro de que no estuviesen roto los huesos.
Levantó la vista, entre la borrosa mirada le pudo reconocer. Quiso sonreír, pero no lo logro. El cuerpo se le miraba fuerte, saludable. Eso le alegró. Lo miró a los ojos, él le correspondió con dolor. Los orbes de ella se humedecieron, ocultando su rostro tras los cabellos rosas. Naruto deseo llevársela sobre los hombros y huir ¿Pero luego que?
-Su Majestad- dijo en un suspiro –Este lugar es indigno ¿Por qué ha venido?
-Estoy aquí para preguntarte algo- él intento buscar sus ojos, pero ella los ocultaba –También para decirte algo ¿Prefieres responder o puedes escucharme?- Sakura titubeó.
-Quiero escuchar.
-Claro- dijo con temor –Recuerdas que te había dicho, que hasta la confusión se haya ido. Hasta que sepa que tipo de sentimiento era el que sentía, no te podrías ir ¿Lo recuerdas?
-Sí, lo recuerdo.
-Ahora… Se la respuesta- ella hubiese deseado ver su rostro, pero él carraspeo la garganta, como queriendo ser más severo en sus palabras –Estabas en lo cierto, yo no estaba mirándote. Sino…- silenció, porque si no lo hacía la mentira se desvanecería y no podría protegerla. Puesto que necesita respirar, convencerse a si mismo que hacia lo mejor, porque todo aquello que diría no lo sentía –Que fue a través de ti que estaba viendo a esa niña- la miró, ocultando aún más el rostro tras los cabellos sueltos, la escuchó sollozar. La estaba haciendo sufrir, era acaso el peor ser humano en el mundo –Así que ahora, esta bien que te alejes de mi.
-Yo. Seguiré sus ordenes Majestad- lo susurro, mientras intentaba mostrar una sonrisa en los labios.
-Ahora, te preguntaré- ella asintió -¿Tienes algo que decirme por ser la última vez?- ella al fin levanto la mirada, mostrando los orbes verdes sumergidos en abundantes lágrimas. Si hubiese más luz, ella podría haber notado que los azules estaban igual.
-No tengo nada que decir- Naruto trago decepcionado, pero que esperaba escuchar, cuando la había lanzado de su lado.
-¡Está bien si me hechas la culpa!- dijo desesperado –Dilo, lo merezco.
-Yo, en verdad no tengo nada que decir.
Aunque la espero por un largo rato, viendo como nuevamente ocultaba sus lágrimas. Ella no hablo más, él tampoco supo que decir ¿Podría decir adiós? Era solo una palabra, pero tan difícil de pronunciar. Se marchó, cuando entendió que no podría conseguir nada más de ella o de él.
Los pies los arrastró por el camino de regreso a palacio. Como si las sombras se incrustaran en su cuerpo, haciéndolo más pesado. Las sonrisas de ella se desdibujaban tras las ramas de los árboles de esa noche fría. Era peor morir o vivir el tormento que agonizaba. No había derramado lágrima alguna desde que había salido de aquel edificio. Miró a Shikamaru a lo lejos, se dirigió a él –Su Alteza- expresó con preocupación. Solo tuvo que escucharle, para arrugar la frente y apretar los ojos. Un quejido de dolor brotó desde lo más profundo de su garganta. Sin contener la lluvia en sus ojos se abalanzó hacia el hombro del Nara, que apretujo con fuerza. Para no caer, para no hundirse en ese abismo sin fondo que lo había dejado la ausencia de aquella mujer, que había aprendido a amar.
-A esa niña que me animó. Yo…- calló, no por vergüenza de que Shikamaru lo viera llorar. No por sentirse débil, sino porque aquel dolor en su pecho lo hacia perder la respiración –Ni siquiera pude decirle una sola palabra cálida y reconfortante.
-Su Majestad, gracias a usted ella podrá vivir. La esta protegiendo- Naruto negó, no era consuelo, se sentía miserable.
-Le cause una gran herida- apretó con más fuerza el hombro de Shikamaru -¿Qué hice? ¿Cómo puedes decir que la protegí?
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Los delgados y suaves dedos acariciaron el rostro blanquecino. Mimo el contorno de su cara, acomodo los cabellos. Era una mujer hermosa, se lo decía el deseo explicito en los ojos de muchos de los hombres de palacio. Lo constataba el reflejo que miraba en el espejo. Sin embargo, se preguntaba ¿Por qué Naruto no la consideraba?
Hinata giró un poco la cabeza a ambos lados, admirando cada pequeño detalle. Pero luego llegó un escalofrío, el ambiente vibró con un susurró más parecido a lamento. Dejó el espejo, hecho un vistazo a su alrededor. Poco después, el cuerpo se tensó. El terror le inundó las entrañas, eran los lloriqueos que le perseguían, la maldita chiquilla de nuevo. Los ojos se les llenaron de lágrimas, respiro con dificultad. ¿Sería la única en escucharla?
Se miró en el espejo tratando que su reflejo calmara su ansiedad. Estúpida fue la idea, el rostro de una triste Sakura, surgió para luego desaparecer. En un instinto de temor, lanzó el cristal terminando en pequeños trozos. Sus manos le ocultaron el rostro, fueron esta vez sus propios sollozos que inundaron la habitación. Grito con miedo.
Hinata mirando hacia la ventana se fijo en el este, donde estaba el Pabellón de La Reina Madre. La vieja se abrazaba a si misma, dio un profundo respiro, disimulo lo que escuchaba cada noche desde hacia dos semanas atrás. Sin conocer que vivía el mismo tormento que su nieta política. La podía escuchar llorar, la niña que murió por sus órdenes. Calmó los miedos, se concentró en el quejido, los lamentos provenían inconfundiblemente del Pabellón Hanami.
-Un destino que ha sido cortado por humanos. Los cielos están tratando de volverlos a unir- Tsuname miró la luna creciente –Después de pasar el desastre, todo encontrara su balance. La furiosa tormenta vendrá pronto. Ni siquiera una persona, podrá escaparse.
Se levantó de su cama asustada, miró a su alrededor. Todo estaba en calma, su corazón era el único agitado. Se cobijó de nuevo, hasta que sus ojos fueran los únicos visibles. Ino estaba asustada. Había soñado con Sakura, la hermana menor de su esposo, con la que compartió sonrisas en los pasillos de Kitsune. La que había ayudado a asesinar. Pero no era culpable, se repetía. Su abuela le había engañado. Se recordó a si misma aterrada, la anciana orgullosa, el ritual finalizado. A su pequeña edad, tenía la muerte de una persona sobre sus hombros y aquello le asustaba, mucho. Era su peor secreto, su infame traición.
Despertó aquella mañana con dolor de cabeza, pero el aroma conocido le inundó los sentidos, Sai había regresado. Cruzó los pasillos a toda velocidad, hasta atravesar toda la casa. Abrió las puertas, él tenía el torso desnudo. No le importó, le abrazo como si hubiese estado mil años lejos de ella, apretando su cachete contra la espalda ancha. Sintió su calor, su estremecimiento. Él acaricio las manos que se aferraban a su cintura.
-Aunque volviste rápido ¿Porqué no fuiste inmediatamente a buscarme?
-Estaba sucio, quería sentirme presentable.
-Te extrañé, tanto- ella suspiró, él se conmovió –Te extrañé tanto.
Sai tomo con delicadeza las manos, alejándolas de su cuerpo. Se volteó hasta quedar frente ella, sus dulces ojos azules humedecidos le parecían tan adorables. Se acercó a su cuerpo regalándole calor. Fundiéndose ambos en un abrazo tierno, lleno de amor.
Ino le amaba, con cada célula de su cuerpo. Pero también se sentía tan culpable. No pensó más, cuando ambos se fundieron en un beso. Ahora era el futuro y no el pasado, lo que le interesaba. Debía de seguir –“Lo siento tanto, Sakura”- pensó.
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-Reina Madre, me siento complacida que me hayan mandado a llamar ¿En qué puedo ayudarle?
-Sacerdotisa Chiyo. Hay rumores en palacio que se ha escuchado el llanto de una niña.
-¿Un llanto?- la viejo asintió -¿No será porque se acerca un eclipse de sol?
-¿Qué tiene que ver con eso?
-Debido a que es un fenómeno de los dioses. La gente sin saberlo, suele sentirse nerviosa- la mujer rió preocupada -¿Ha escuchado usted también el llanto?
-¡Cómo puedes decir tal blasfemia!- la sacerdotisa se asustó -¿Parezco alguien de mente débil?
-Perdóneme Reina Madre.
-Bajo el pretexto de fantasmas, la gente en palacio habla solo de eso. Solo quiero calmarles.
-Entonces debería de buscar la ayuda de otras sacerdotisas.
-¡Eso jamás! Tú sola, deberás encargarte de eso.
-Así será. Realizaré un ritual, el cual consolara al espíritu. Pero dependiendo si el espíritu acepta o se niega a la consolación, el resultado podría ser distinto.
-¿Acaso no hay otra manera?
-Hay otro método prohibido, pero…- la vieja titubeo –Necesitamos de un recipiente.
-¿A que te refieres? Explícate.
-Eso es cuando un espíritu se coloca dentro de un cuerpo. Sólo una sacerdotisa puede hacer eso- la mujer asintió interesada –Encerramos a la persona en el interior de la habitación donde está atrapado el espíritu. Este se transfiere dentro del cuerpo.
-Con ello ¿Los llantos en el Palacio Hanami desparecerán?- la sacerdotisa asintió.
-Pero- la Reina Madre le miró extraña –La sacerdotisa que acepte el espíritu enojado, puede morir. No creo que haya alguna que desee hacer el ritual- la Reina Madre puso sus manos en la boca y carcajeo.
-Tengo en mente una jovencita.
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Tsuname había sacado varias monedas del bolsillo de su traje. Sin hablar las entregó a los guardas que protegían el edificio. Las lanzas que obstruían la entrada se apartaron, dejando a la mujer pasar.
-¿Cómo esta tú cuerpo?- dijo acuclillándose, mirando a Sakura.
-Siento preocuparlas a todas- Tsuname negó sin poder hablar -¿Esta llorando?
-Yo, al tratar de protegerte te puse en más peligro.
-Usted siempre me ha cuidado. Yo quien fui abandonada, usted me ha protegido como a una hija.
Tsuname le miró seriamente, se quito la capa que albergaba su cuerpo con lentitud. Hasta dejarla aún costado. Sakura no entendió, pero tampoco quiso hablar, solo le miro. La rubia se levantó, se hincó sobre sus rodillas con lentitud y respeto. Agachó la cabeza, lentamente.
-Sacerdotisa Tsuname.
-¡Señorita!- Sakura se sorprendió –A partir de ahora, deberá someterse a otra terrible experiencia.
-¿Por qué me esta hablando así Maestra?- le miró confundida -¿Señorita?
-Lo que usted debe mantener, lo que usted debe desechar. La única que tiene las respuestas es usted Señorita. Por lo tanto, a partir de ahora no deberá buscar las respuestas en otra parte. Sino, dentro de usted misma.
-¿De qué está hablando?
-Por todo lo que tiene que enfrentar, por favor tenga en cuenta una cosa. Señorita, eres más fuerte que cualquier otra persona. Su sabiduría, le guiará por el camino correcto. Su fuerza, le ayudará a luchar contra todo- Sakura sonrió –Así que, confíe en usted misma y siga adelante- Tsuname le miró llorar, con aquellos ojos que aún estaban confusos “-Aunque seguramente jamás me vas a perdonar”- pensó “-Pronto la verdad será revelada. Solo tenemos que esperar”.
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Naruto estaba sentado frente a su escritorio. Las palabras de Kakashi resonaban en su cabeza. Dentro de treinta minutos ella abandonaría Konoha. Contrario a lo que siempre pedía, esta vez el Hatake le permitía marcharse de Kitsune por algún tiempo. Le consentiría despedirse. Pero esa sería la última vez.
A Sakura la escoltaron con un viejo vestido rosa y púrpura. Con las piernas más sanas, después de una semana desde haber sufrido la tortura. En su pecho la palabra “alta traición” estaba tejida en sus ropas, de un rojo vivo. En el camino le miraron con asco y repulsión. Naruto la observó alejarse entre las gentes. No consentía las blasfemias de la multitud, pero los comprendían ¿Qué sabían ellos de su historia? Era él, el merecedor de los insultos, de los desprecios. Fue ahí donde se dio cuenta, que no merecería pedir su perdón. Había perdido el derecho de despedirse.
Estaba cansada, el camino hasta la entrada de Konoha había sido más largo de lo que recordaba. Ahora los gritos se percibían más fuertes, los insultos más dolorosos. Una piedrecilla llegó hasta sus pies, indicio de que una lluvia de piedras le lastimarían el cuerpo. Cerró los ojos por el miedo, apretando con más fuerza la bolsa de tela en sus manos. Las piedras comenzaron a rozar su cabeza, hasta que algunas le golpearon, hasta sangrar.
Luego de varios minutos, que no percibió si fueran cortos o largos, los golpes cesaron. Ya no estaría en Konoha.
-A partir de ahora seguirás a estas personas- dijo el guarda mirando a Sakura.
-¿No vamos a mi lugar de exilio?- él hombre no le respondió, extendió la mano entregando unas monedas y a Sakura -¿A dónde me lleva?- preguntó mirando al otro.
-Yo solo me limito a seguir órdenes.
Sasuke se levantó de su asiento y miró a Suigetsu con extrañes. Podría soportar el hecho que Naruto lo tuviera cautivo en su propia casa, ya encontraría la manera de salir de aquella ridícula situación. Pero no permitiría que él, la alejara de su lado.
-¿La Sacerdotisa desapareció?- él otro asintió.
-Fui al lugar donde se suponía que estaba ¡Pero nunca llegó!
-¿Dónde? ¿Qué camino tomaron?- Suigetsu negó con la cabeza.
Suigetsu se aparto, cuando vio cierto brillo rojizo en los ojos del amo, pocas veces lo había visto, pero siempre había sido ligado al deseo de venganza. El pelinegro tomó su espada y salió de su casa embravecido. Caminó por el patio, dos fuertes pisadas. Shikamaru que le impedía el paso.
-¿Por qué estas aquí?- gritó Sasuke.
-¿A dónde vas?
- Te pregunté ¿Por qué estas aquí?
-Estas en arresto domiciliario- dijo Shikamaru –Sasuke, solo vuelve a entrar.
-¿Has venido como amigo o bajo una orden?- le preguntó con los ónix enfurecidos –En estos días, escuchó muchos llantos de esta espada- dijo sacando el metal de la funda, mirándola fijamente –Quizás porque no ha sido empuñada por largo tiempo, anhela salir. Así que, por casualidad, si accidentalmente empuño esta espada…
-Sasuke.
-Si peleó contra ti, seguramente ella se sentirá feliz ¿Aceptarías?- Sasuke sonrió con sarcasmo –Por supuesto, tú sigues al Rey, no puedes pelear sin una orden.
-En ocasiones, es más peligroso pelear sin un motivo- Sasuke levanto la espada, hasta dejarla cerca del cuello de Shikamaru.
-¿Qué vas a hacer?- dijo acercando aún más el filoso metal -¿Esperarás hasta que te lo ordenen?
Shikamaru sonrió y miró al cielo despejado. Dio un salto hacia atrás, de inmediato sus dedos tomaron el mango. Sasuke dio un respingo de sonrisa, su amigo parecía querer pelear, pero aún no sacaba la espada de su funda. No pensó mucho más, se abalanzó contra el Nara con el filo del hierro. Este lo esquivó, rodando sobre si en el aire. Ambas espadas chocaron cuando este puso los pies sobre el suelo. La de Sasuke extendida, brillando bajo el sol, la de Shikamaru aún en su envoltura.
-Una espada empuñada por la furia, es peligrosa- le dijo Shikamaru mirándole a los ojos. Sasuke no se permitió responder, abalanzo con fuerza sobre el hombre frente al suyo. Este tuvo que retroceder. El Nara giró sobre si, pudo sentir la espada cerca de su rostro -Una espada con propósito es aún más peligrosa.
Un gritó sacado desde lo más profundo de su garganta. Sasuke se lanzó esta vez con intenciones asesinas. Shikamaru lo entendió. Sacó de la funda su espada y ambas chocaron. El chirrido se escuchó. Golpe tras golpe, las espadas parecían gritar afanosas.
El juego había terminado para Shikamaru. Los golpes del Uchiha se hacían cada vez más herrados y confusos. Giró sobre si, mientras la espada del Magistrado iba directo a su hombro. La abalanzo hacia arriba con fuerza. Un quejido. Sasuke se acaricio la muñeca, su espada había sido arrancada de sus dedos. Shikamaru había ganado. El sonido del metal tocando la tierra lo despertó de su trance, miró a su compañero con la espada frente a él. Amenazante.
-¿Quién es el blanco de sus agresiones?- pregunto Shikamaru, guardando el metal.
-Si lo supiera ¿Actuaría como un loco?
-Deberías controlar tus emociones- regaño.
-¿Cómo puedes no entender los sentimientos de un viejo amigo?- Sasuke le miró -¿Le vas a decir?
-¿Sobre qué?
-Por haberte obligado a usar tú espada, sin una orden. Cometí traición ¿No es así?
-Hoy en este lugar, no estuvo el guarda del Rey, ni el Magistrado. Sino, estuvieron viejos amigos quienes han compartido una amistad.
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-¿Por qué no me dijiste?- gritó Hinata.
-Esa noche el Rey, dijo que iba a caminar y dejo su habitación. Ordenó salir a todos los sirvientes
-¿Y luego?- exigió.
-Se fue en dirección a la cárcel- Hinata carcajeó asombrada por el descaro del hombre –Probablemente solo quería comprobar que era la prisionera correcta. Así que por favor, no…- la mujer cayó, su rostro había sido golpeado por el peine que Hinata le había lanzado, acaricio su mejilla adolorida y miró al suelo, donde encontró otros objetos que habían sido tirados por el ataque de furia. Temió verla a los ojos, pero lo hizo. Estaban rojos y desorbitados por la ira.
-No debemos dejarla vivir- pensó la peliazul –Debí haberla asesinado- miró al espejo que había sido entregado esa mañana. Relajo de nuevo el rostro. Un gritó, que puso en alerta la dama de la corte. Hinata observaba asustada el cristal, de nuevo aquella imagen. Los pocos objetos que quedaron regados en la mesilla, chocaron contra el hasta quebrarlo. Lo tomo en sus manos y lo lanzo lejos, terminando de destruirse por el golpe.
Se abrazo a si misma, apretujándose con la pared tras ella. Sus manos temblaban, todo su cuerpo colapsaba ante el temor. Luego de eso lloró desconsoladamente, hasta sentir un líquido viscoso humedecer su mano. Luego la alcanzo el dolor, poseía un profundo corte.
Naruto se encontró de frente con los médicos y las enfermeras de la corte. Sus rostros demostraban que algo no estaba bien, miró a las mujeres apresuradas. Llevaban consigo telas, mejunjes, agujas.
-¿Qué paso?- preguntó extasiado Naruto.
-La Reina…
Abrieron las puertas, miró al viejo médico y a su dama. Aún con los ojos humedecidos abrazaba su cuerpo. La sangre se miraba regada en sus ropas y sus brazos.
-No te dije que no dejaras entrar a nadie- gritó. Observó a Naruto asomarse, notó que miraba su mano, desvío la mirada, apretó el puño aunque le doliera. El rubio notó el desorden en el resto de la habitación, los objetos lanzados, el cristal roto en pequeños pedazos, la mano que sangraba. Suspiro.
Tomo las toallas y se acercó a su lado. Se acuclilló, ella se escondió bajo los delgados brazos, que abrazaban las rodillas. Intentó tomarle la mano, pero ella forcejeo. Jalo con más fuerza, hasta que Hinata cedió. La limpio, enrollando la tela blanca sobre la herida.
-¿Crees que solo tú corazón esta herido?- susurró la mujer -¿No puede mi corazón también sufrir?- Hinata le miró a los ojos, pero él parecía no escucharle –Para mí eras, mi primer amor- Naruto se detuvo al instante, con la culpabilidad haciendo merma en su cuerpo. Luego ella continuo –Para alguien que sabe lo que se siente perder a un ser amado ¿Cómo puedes ser tan cruel?
Naruto la observó, con aquel pequeño rostro mojado por las lágrimas y el cuerpo temblando. Parecía tan triste y tan sola. Hizo un nudo en la tela. Sin que ella lo adivinará, él se acercó hasta darle un suave abrazó.
-Todo esto es tan doloroso -pensó Naruto, mientras oía el llanto cargado de dolor en su oído –Tú, yo también. Sasuke y esa niña. Todos –Abrazó a la joven con más fuerza, le daba consuelo, pero él también lo quería.
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Su mente rememoró cada momento de aquel último año. Quiso llorar, pero no lo hizo. Se dio cuenta que se había convertido en una mujer fuerte, capaz de amar y entregar. Lo que le reparará la vida a partir de ahora, lo enfrentaría con la frente en alto. Poco a poco, se forjaría un destino que ella misma elegiría. Y cuando eso sucediera, podría al fin sonreír, desde lo más hondo de su espíritu.
Ahora tocaba luchar, con todas sus fuerzas. Dejó el polvoriento suelo que no había dejado de mirar en todo el camino, para darle frente a su destino. Los ojos miraron asombrados la fortaleza, la tierra dio paso a los adoquines. Sobre su cabeza se levantaba un asombroso arco, hecho de piedra.
-¿No es este el palacio?- dijo confundida al hombre a su izquierda.
Pero él no respondió. Sin embargo, observó a una mujer encorvada que caminaba hacia ella y puso sentir que la conocía de alguna otra parte, pero no sabía donde. Pudo fijarse que la miraba con los ojos vacíos, supuso que sería ciega. Pero se movía con tal agilidad que parecía un títere danzado por manos expertas. Una vez que la luna mostró sus facciones, pareció reconocerla.
Tiempo después terminó en el Palacio Hanami, el que solo había admirado desde afuera. Se encontró a si misma rememorando a Naruto, estaba tan cerca. Cuantas veces lo vio sufrir, clavado con la mirada fija en aquellas paredes. Luchando por un conflicto interior, en el cual siempre era el perdedor.
Quizás ahora lo entendía un poco más, ahora que también ella se había resignado al amor perdido. Algo parecido a una sonrisa se asomo en su rostro, era más un amor nunca correspondido. Sin darse cuenta, estaba dentro. Los pasillos se miraban oscuros. El final del camino daba paso aún habitación extensa, donde seguramente había residido la princesa, pensó Sakura.
Escuchó un “ahora” de la vieja. Él hombre la lanzó en el interior. Sus piernas aún débiles no se pudieron mantener en pie. Cayó sobre las suaves frazadas rosas. Miró a sus captores.
-Como ya sabes, esta es una zona prohibida- le dijo la anciana –Aunque grites, nadie te escuchará. ¡Buena suerte! Quizás mañana, nos encontremos de nuevo. No olvides consolar al espíritu.
Trato de levantarse con su mano extendida hacia ellos, pero sus piernas no respondieron. Cerraron las puertas de la habitación con cerrojos. El arrastrar de muebles y los golpes, le indicaron que habían obstruido la entrada. Fue fácil suponer que en la puerta principal del Palacio de Hanami harían lo mismo.
Logró levantarse. Tiro de las puertas, golpeo las ventanas, pero ninguna cedía. No valía la pena insistir y gastar energías, la poca que tenía. Esa noche pasaría en el lugar. Se sintió un poco más tranquila, dándose el lujo de admirar cada rincón, se dejó llevar hasta el centro de la habitación. Le llamó la atención los sellos en las paredes, sobre el futon la ropa que parecía ser un traje real. Entonces fue ahí cuando Sakura lo entendió, la utilizarán para calmar la irá del espíritu, el de la Princesa Heredera.
-El fantasma que tengo que consolar- pensó Sakura -¿Es el ser amado de Su Majestad?
Sakura despertó siendo un nudillo sobre si misma. Abrió los ojos y pudo divisar la habitación con claridad, los rayos del sol se habían colado por cada espacio permitido. Sintió un escalofrío. Volteó al sentirse acompañada. Fue allí cuando la miró, sus manos quisieron tocarla, tomar su hombro para que ella volteara y se miraran, pero sintió miedo. Ella era la Princesa Heredera. Llevaba el cabello recogido en una cola baja, estos eran de un rosa brillante, parecido a los suyos. A pesar de que tenía cierto recelo por el espíritu, se pregunto si sus ojos serían del mismo tono también.
-Ha venido- susurró -¿Por qué razón llora? ¿Llora por qué extraña al Rey? ¿Tiene algo que decirle al Rey?- preguntó, pero la Princesa no hablaba –Por favor, dígalo. La escucharé. Yo lloraré con usted, así que dígame el motivo.
La joven le miro expectante, talvez la Princesa se sentía intimidada por la presencia de un talismán humano. Debería insistir, talvez callar. Los dedos se movieron temblorosos, el cuerpo que parecía indiferente se conmovió. Despacio agacho la cabeza, la pequeña mano la dejo caer en el suelo. Volteo la cabeza a la izquierda, con ella el cuerpo. Al fin mostró sus rasgos, las pestañas juveniles se separaron, hasta mostrar dos inmensos ojos verdes. Luego una sonrisa. Sakura apartó los labios, asombrada. No podía creer, aquella que miraba era ella misma.
Despertó de un brincó, con las manos sudorosas y la frente húmeda, aún más confundida. Se fijo a su alrededor, encontrándose sola. La niña había partido, quizás era solo un sueño. No había señal del espíritu, tampoco de aquellos que la habían encerrado. Abalanzó las manos hacia una de las cortinas, sus ojos se entrecerraron al encontrarse con la luz del día. Se adormiló con la imagen del sol siendo consumido por la luna.
En el instante que el satélite había agotado la luz del astro, una presión en el pecho le obligó a despertar. Los dedos se dirigieron al cuello desesperado. La falta de aire, la tumbo en el suelo. Golpeo su pecho queriendo en ese acto liberarse y poder respirar. Se encontró a si misma, arrastrándose a la puerta. Como lo había hecho hace ocho años atrás, sin saberlo. Fue allí cuando lo recordó.
Su cuerpo golpeo la puerta, luego se recostó sobre su espalda. El estallido en el cerebro, le mostró de nuevo las imágenes que creía ajenas y sin embargo, eran propias. Calló en cuenta de que eran sus propios recuerdos, el pasado junto a sus padres, su hermano, la vieja Chiyo. El príncipe, el Rey. Naruto. El amargo de la medicina ofrecida por su padre antes de supuesta muerte. Sus lágrimas, los gritos de su madre. Lloró. Sakura la Sacerdotisa, la talismán humano era Sakura Haruno, la Princesa Heredera.
-Padre- dijo entre sollozos -¡Madre! ¡Mamá!- Negó con la cabeza, golpeo el pecho como si aliviara el dolor.
Vio a la niña que fue, que sonreía y jugaba. Recordó su primer encuentro con Naruto y pudo sentir la calidez que le había ofrecido el primer amor, aquel que nació en forma instantánea.
-¿Tú no me has visto antes? ¿En verdad no me conoces?
“Cortando los lazos y las relaciones de las vidas anteriores”
-¿Puedes reconocerme? ¿No estoy en esa vida pasada?
Sakura golpeo su pecho asustada, gritó con dolor.
“No importa, mientras pueda reconocerte es suficiente”
-Entonces ¿Le dirás a esa niña? Que a mi en verdad, realmente me gustaba.
Con el sonido de la puerta del limbo, el sol y la luna se han reunido. El destino que un humano rompió, el cielo los uné ahora. Después de una gran calamidad divina, todas las cosas volverán a sus lugares originales.
“Cortando los lazos y las relaciones de las vidas anteriores”
-¿Puedes reconocerme? ¿No estoy en esa vida pasada?
Sakura golpeo su pecho asustada, gritó con dolor.
“No importa, mientras pueda reconocerte es suficiente”
-Entonces ¿Le dirás a esa niña? Que a mi en verdad, realmente me gustaba.
Con el sonido de la puerta del limbo, el sol y la luna se han reunido. El destino que un humano rompió, el cielo los uné ahora. Después de una gran calamidad divina, todas las cosas volverán a sus lugares originales.
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-De acuerdo con el medico que la visitó, no hubo una causa específica para su enfermedad. Ella parecía haber tenido dificultad para respirar y dolores en el pecho.
-¿Talvez era una enfermedad poco natural?- pregunto Naruto a Yamato.
-Dijeron que no hubo indicio de envenenamiento o asesinato.
-¿Hubo algo más fuera de lo normal?- Yamato titubeo.
-Parece ser que ella, incluso después de dejar de respirar su cuerpo se mantenía caliente.
-¡Una maldición!- gritó el rubio -¡Todo es posible con un conjuro oscuro!- miró a Kakashi -¡Tráeme a la Sacerdotisa Tsuname!
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-Verifica si esta viva o no- le dijo al hombre –Yo no puedo verla- expresó Chiyo
-Ella abrió los ojos- comento el guarda.
-¿Has consolado al espíritu?
-Si- dijo Sakura –Esa niña no llorará de nuevo.
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: • The Moon (+13)
Eso quiere decir que…¿¡Ya se sabe la verdad!?
¡¡YAHOOOOO!!Esto sera realmente interesante de ahora en adelante.
Realmente me da un poquitín de pena por Hinata,no es fácil no ser correspondido.
Pero,aún así,nadie la mandó a querer meterse entre Naru-kun y Saku-Chan.
Espero la Conti Ansiosísísísísísísísísísísísísísísísíma.
Saludos,besos y abrazos.
¡¡YAHOOOOO!!Esto sera realmente interesante de ahora en adelante.
Realmente me da un poquitín de pena por Hinata,no es fácil no ser correspondido.
Pero,aún así,nadie la mandó a querer meterse entre Naru-kun y Saku-Chan.
Espero la Conti Ansiosísísísísísísísísísísísísísísísíma.
Saludos,besos y abrazos.
NaruSaku-12- Sannin
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Uhm ~ Con Naru-kun en el inframundo visitando a Jiraiya y Mina&Kushi
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Re: • The Moon (+13)
esto es una victoria ? me refiero a que es el momento que estábamos esperando de que sakura viera quien es ? y ahora que pasara ?
me gusto como shikamaru como todo un maestro guerrero le dio una paliza a sasuke como si fuera un simple niño
me gusto como shikamaru como todo un maestro guerrero le dio una paliza a sasuke como si fuera un simple niño
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
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Re: • The Moon (+13)
¡SÍ! ¡Sakura recordó tooodo!
¡Que bueno! sólo espero ver el siguiente capítulo
De verdad, espero conti ansiosísima
¡Cuídate!
¡Que bueno! sólo espero ver el siguiente capítulo
De verdad, espero conti ansiosísima
¡Cuídate!
Lauri-chan- Clan Suzaku
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Argentina
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Re: • The Moon (+13)
Nooooo!!
Que clase de fan soy?
Se me olvido comentarte en el anterior cap... Menuda cabeza tengo...
Veras, es que lo lei desde el movil y como no me deja comentar, pues espere hasta poder usar el ordenador pero al final, no me dio tiempo y se me olvido...
Lo siento!
Bien, aqui va mi comentario respecto al anterior cap:
Maldito hiashi!!! (Se escribe asi no? ) Bueno, la persona que torturo a Sakura... Sera asqueroso!!! Voy a acabar con su miserable vida!!!
Aun asi Sakurita no dijo nada, esa es mi Sakura!!
Oye, puedo pedirte un favor? Podrias hacer que le torturen a hiashi por lo que hizo? Se lo merece!! Lo haras? Porfiiii!!
En cuanto a este cap:
Si por fin!!!!! Sakura lo recordo todo!!!
Llore un poco pensando que por fin puede ser feliz! Me gustaria ver la cara que ponen los que le lanzaron piedras cuando sepan que era la princesa heredera... Se le va caer el pelo!
Esta seria su cara: Que les corten la cabeza!
Bueno, creo que me he dejado llevar... Enserio que me gustaria ver la reaccion de hiashi cuando sepa que torturo a la pricesa heredera... Espero que se arrepienta de haber nacido!
Cada vez escribes mejor y me engancho mas! Sigue asi!
Bueno, pues tras dejarte este testamento me retiro!
Cuidate!
Que clase de fan soy?
Se me olvido comentarte en el anterior cap... Menuda cabeza tengo...
Veras, es que lo lei desde el movil y como no me deja comentar, pues espere hasta poder usar el ordenador pero al final, no me dio tiempo y se me olvido...
Lo siento!
Bien, aqui va mi comentario respecto al anterior cap:
Maldito hiashi!!! (Se escribe asi no? ) Bueno, la persona que torturo a Sakura... Sera asqueroso!!! Voy a acabar con su miserable vida!!!
Aun asi Sakurita no dijo nada, esa es mi Sakura!!
Oye, puedo pedirte un favor? Podrias hacer que le torturen a hiashi por lo que hizo? Se lo merece!! Lo haras? Porfiiii!!
En cuanto a este cap:
Si por fin!!!!! Sakura lo recordo todo!!!
Llore un poco pensando que por fin puede ser feliz! Me gustaria ver la cara que ponen los que le lanzaron piedras cuando sepan que era la princesa heredera... Se le va caer el pelo!
Esta seria su cara: Que les corten la cabeza!
Bueno, creo que me he dejado llevar... Enserio que me gustaria ver la reaccion de hiashi cuando sepa que torturo a la pricesa heredera... Espero que se arrepienta de haber nacido!
Cada vez escribes mejor y me engancho mas! Sigue asi!
Bueno, pues tras dejarte este testamento me retiro!
Cuidate!
mikel-chan- Moderador
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Fragmentos de recuerdos perdidos por mi subsconciente, parte de mi vida que quiero recuperar junto a ti
20400
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Re: • The Moon (+13)
que bien sakura recordo todo
pero va aver guerra como dentro y fuera de castilllo por la verdadera princesa heredera no?
sasuke se esta revelando hacia el rey
ESTO SE ESTA PONIEN MAS GENIA
SOY TU FAN
CONTIIIIIIII
pero va aver guerra como dentro y fuera de castilllo por la verdadera princesa heredera no?
sasuke se esta revelando hacia el rey
ESTO SE ESTA PONIEN MAS GENIA
SOY TU FAN
CONTIIIIIIII
cerezo en el viento- Aprendiz
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tratando de no caerme del arbol
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Re: • The Moon (+13)
Shallalalalalalal , te Amo! , me encanta la trama , la narración , la personalidad de los personajes y toda su consistencia en si , hacen de este Fic una chulada ! , y mi f a v o r i t o , sin duda es la historia que mas emociones me ah hecho experimentar , para mi sorpresa eh llorado! con algunos capítulos . Me importa un bledo si basa el Fic e otra historia , lo importante es tu habilidad para escribir y doblegar al lector , y tu eres increíble en esto .
Desde siempre eh seguido tu Fic , aun no logro comprender porque nunca antes comente , pero lo importante es que ya te sigo completamente.
Me dejo en shock lo que paso con Sakura y necesito saber que pasara .
Espero Conti , un abrazo sincero de tu ... como decirlo , comentadora? .
PD. Estaba checando los comentarios de mi Fic , y descubrí un review tuyo! , me emocione xD.
Desde siempre eh seguido tu Fic , aun no logro comprender porque nunca antes comente , pero lo importante es que ya te sigo completamente.
Me dejo en shock lo que paso con Sakura y necesito saber que pasara .
Espero Conti , un abrazo sincero de tu ... como decirlo , comentadora? .
PD. Estaba checando los comentarios de mi Fic , y descubrí un review tuyo! , me emocione xD.
Fanny△- Aprendiz
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Re: • The Moon (+13)
AAAAAAHHHHHHH!!!!!!!
esto esta muy bueno!!!!!
al fin sakura ha recuperado la memoria!!!
ke va a pasar ahora??!!
ke ara para volver a ver a naruto??
tantas, tantas cosas que se resolveran ahora!! quiero conti!!!
por favor, espero pronto sigas con el fic
y con respecto a lo ke me dijiste, ps deje el foro en general, estaba pasando por problemas personas muy desalentadores, no creas que nomas iba a dejar de leer una historia asi de buena nomas por nomas no, no, no.. pero ahora que regrese sigo con tu fic, y con el mio.. ahi lo llevo aunque nadie comenta pero bueno, tu sigue con el tuyo, esta buenisimo
esto esta muy bueno!!!!!
al fin sakura ha recuperado la memoria!!!
ke va a pasar ahora??!!
ke ara para volver a ver a naruto??
tantas, tantas cosas que se resolveran ahora!! quiero conti!!!
por favor, espero pronto sigas con el fic
y con respecto a lo ke me dijiste, ps deje el foro en general, estaba pasando por problemas personas muy desalentadores, no creas que nomas iba a dejar de leer una historia asi de buena nomas por nomas no, no, no.. pero ahora que regrese sigo con tu fic, y con el mio.. ahi lo llevo aunque nadie comenta pero bueno, tu sigue con el tuyo, esta buenisimo
mayasorita- Chunnin
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donde sea que haya anime, videojuegos, musica y comida ;D
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Re: • The Moon (+13)
Antes que nada debo agradecerte por el pedido que te he hecho recientemente es que enserio tengo problemas de conexión en mi casa y solo me puedo conectar atravez del molvil lo malo es que es lento y creo que es viejito no permite si quiera abrir el spolier, por eso muchas gracias no sabes lo feliz que me pone leer tu historia, aunque ya lo aclaraste que esta inspirado en ese dorama no le quita la emoción que siento cada vez que lo relatas.
Sobre el capitulo te puedo decir que me emocioné en el momento que Sakura recobró la memoria que grité con un siiii, para fijarme que no estaba sola, ya sabrás lo que pasa en ese tipo de ocasines jaja. Todavía no lo superó espere mucho ese momento ahora espero que Sakura sea más fuerte y empezar a dar a cada uno su merecido y lo principal reclamar a su rey. Ya vez lo que Hinata, la maldita reina madre, la muy mal intencionada hermanita Ino no descanzaba de los gritos de sus conciencias.
Creo que otra vez me alargue pero esta vez es justificado espero pronto actualices lo este leyendo a traves de cel asique trataré de dejarte un mensajito más adelante.
Nos leeremos Amiga
Sobre el capitulo te puedo decir que me emocioné en el momento que Sakura recobró la memoria que grité con un siiii, para fijarme que no estaba sola, ya sabrás lo que pasa en ese tipo de ocasines jaja. Todavía no lo superó espere mucho ese momento ahora espero que Sakura sea más fuerte y empezar a dar a cada uno su merecido y lo principal reclamar a su rey. Ya vez lo que Hinata, la maldita reina madre, la muy mal intencionada hermanita Ino no descanzaba de los gritos de sus conciencias.
Creo que otra vez me alargue pero esta vez es justificado espero pronto actualices lo este leyendo a traves de cel asique trataré de dejarte un mensajito más adelante.
Nos leeremos Amiga
eliannar- Moderador
- Mensajes : 631
Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
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Re: • The Moon (+13)
Hola a todos, mis muy queridos lectores.
Gracias por el apoyo, por leer, comprender y por disfrutar. La historia ya esta por terminar, después de este episodio quedará talvez cinco capítulos más y se habrá acabado. Advierto que esté en particular, no es muy narusaku. Espero que nadie me odie.
• NaruSaku-12: Exacto, hasta el más mínimo recuerdo volvió a la mente de Sakura. Ella luchará por recuperar lo que ha perdido. Te prometo que ya casi, veremos el tan ansiado narusaku.
• moi06-yoyo: Hola, gracias por comentar. Tus preguntas son claras, me gustan. Una victoria realmente no lo es, porque Sakura no puede simplemente sacar a Hinata de patadas de su posición, ya lo quisieran muchos, pero no es tan fácil. No te puedo decir que pasará, sino le quitaría la emoción a la historia. Perooo… será muy trágico, algunos morirán.
• Lauri-chan: Gracias por leer y escribir. Espero que este episodio te guste, es un poco de transición, no pasa la gran cosa. Ojala lo puedas disfrutar.
• narusaku_4ver: Me siento muy alagada al tener un fan. Te perdono, soy una mujer de corazón dulce, jajajaja. No enserio, es bonito saber que te gusta, más aún leerte. En cuanto a Hiashi, el viejo decrepito ese ya le tocara su turno y le va a doler. Me gusta que me escriban mucho, por eso no te preocupes.
• cerezo en el viento: Hola. En ambas cosas tienes razón, algo parecido va a ocurrir. Pero, más adelante, no en este episodio. Gracias inmensas por comentar.
• fanny-chan: Gracias querida comentadora, jajaja. Has hecho que me sonrojara con tú comentario. Es bonito ver que la historia causa sentimientos en la gente, ese es el objetivo. Más me sorprende que sea tú fan-fic favorito, con ello me esforzaré aún más. También, gracias por el apoyo. Estoy sonriendo como tonta, jajaja.
• mayarosita: Holaaaa!!!! Gracias por comentar y también por volver al foro. A veces pasa, no estamos exentos de encontrarnos con situaciones complicadas. Solo debemos tratar de mejorar y aprender de ellas, cuando hacemos eso, todo alrededor cobra otro color y hasta maduramos como persona. Pero dejando de lado mi aburrida hablada filosófica, psicológica o como quieras llamarla, hablemos del fic ¿Qué va a pasar? Creo que el primer objetivo de Sakura es volver junto a Naruto ¿Qué hará para volver junto a Naruto? Ella es inteligente, engañará al enemigo, se acercará sin que se den cuenta. Pero no digo más, eso pasará en otro episodio, no en esté.
• eliannar: ¡Has vuelto amiga! Se que puede ser complicado, me imagino la angustia de no tener Internet, yo también he sufrido semejante horror jajaja. Pero estoy conciente de que lees la historia, quizás no puedas comentar tan seguido pero se que andas por ahí. No volveré a poner un spoiler nunca jamás. Gracias, por emocionarte y disfrutarlo. Me pasa también que la gente me pregunta porque sonrío con el monitor, te entiendo es un poco ¡Vergonzoso! Has notado lo de Ino, por un momento me preguntaba porque nadie la señalaba. Tantos odios, por Hinata, Hiashi, la Reina Madre y sentía que la rubia pasaba desapercibida. Tampoco quiero que la detesten, es solo una victima de la vieja.
Bien, los dejo con la historia. Se me cuidan mucho. Besos.
-¡Sakura!- dijo Ten-ten sorprendida.
Un momento después Sakura se acercó lo suficiente para que esta pudiera advertir que su presencia allí era secreta. La joven miró hacia ambos lados, dejo su dedo índice caer en sus labios. Finalmente, tomo a la castaña de la mano arrastrándola consigo.
-¿Qué ha pasado Sakura? Estaba preocupada porque habías desaparecido.
-Me desmayé- dijo mintiendo –Me llevaron aún lugar hasta que me recuperara.
-Pero ¿Estas bien?- la pelirosa asintió.
-Sabes, cuando perdí el conocimiento. Recordé el pasado.
-¿Lo recordaste? Entonces, ya sabes que tú…- Ten-ten, se cubrió la boca con ambas manos, imprudentemente se había delatado.
-¿Qué debo saber Ten-Ten?- le dijo inquieta -Tú ya lo sabías ¿Verdad? Conocías mi pasado y nunca me dijiste nada- le miró a los ojos, ella bajo la mirada -¿Por qué me lo ocultaste?- le expresó, más en tono de desilusión que de reproche.
-Es que yo Sakura- tartamudeo –Digo, Señorita… ¡No sé, como llamarte!
-Sabes, eso es lo menos importante. Ahora ya lo se todo- le explicó, aún sin conocer si aquello sería lo mejor o peor para ella, para la gente que le rodeaba.
-En verdad lo siento. Por favor perdóname- Sakura abrazó a su amiga, una vez que los ojos se le humedecieron.
-No te preocupes- ofreciéndole una sonrisa –Mejor dime ¿Cómo sabes toda la verdad?
-Lo escuché sin querer de Tsuname. Con el fin de protegerte de la Reina Madre, nos obligo a callar- su amiga levanto las cejas y ella lo entendió –Sí, a Shizune y a mi.
-Entonces, la maestra lo sabe- Sakura miró el suelo confundida, Ten-ten asintió –Entonces, todo lo que me paso ¿Tú lo conoces?
-Según la visión de Tsuname, te dieron una medicina cuando estabas enferma, toda tú familia y en el reino creyeron que habías muerto. La misma mujer que te condeno, te salvo. Fuiste sacada de la tumba. Tiempo después, terminaste por casualidad en el Pabellón de Luna. Después huimos para que no te reconocieran.
-¿Por qué Tsuname no me dijo la verdad?
-La única opción era que vivieras sin identidad. Porque tú vida estaría en peligro.
-¿Mi padre sabía que yo estaba viva?
-Sí- le dijo –Para proteger a su familia y salvar a su hija, pensó que era la única opción.
-Entonces tenía una enfermedad mágica- dijo con las voz quebrada, estaba a punto de llorar –Por lo menos a mi familia, ella debió decirles que estaba viva.
-Si eso pasaba, podrías estar en peligro.
En esa ocasión era Ten-Ten quien abrazaba a la joven de cabellos rosas. La castaña, siendo más alta que Sakura, la reconforto sobre su pecho, acaricio su cabeza. Los sollozos cargados de agonía, dieron paso a unos más calmados. Hasta que solo escuchó el silencio.
Miró su falda color púrpura, para luego pasar esa misma mano por el rostro níveo. Observó con desdén a las mujeres de la corte, sus ojos rápidamente se dirigieron al Pabellón del Rey donde disponía a dirigirse. Pudo notar a Naruto a lo lejos, parecía cargar mil almas en pena. Suficiente dolor, ella la única que podría reconfortarle. El paso calmado, dio lugar a uno más rápido.
-¿A dónde va Su Majestad?- le dijo con una sonrisa. Él no había notado su presencia hasta escucharla.
-Yo sólo… quise salir a caminar- Naruto hizo amago de marcharse, pero Hinata le detuvo con su voz.
-¿Puedo… preparar y compartir un poco de té con usted?
-Ya he bebido un poco- le dijo sin mirarla, ella borro su sonrisa –Pero, podemos caminar juntos- ella asintió alegre, pero aún más impresionada.
Un paso, seguido del otro. Hinata estaba concentrada en aquel pulcro y decidido andar de su esposo. Se fijo en sus manos tomadas por la espalda, el cabello rubio que ondeaba con el viento. Cuando llegó al rostro, aquellos ojos solo demostraban pesar. Uno que ella conocía muy bien.
-Unos días atrás, hacia mucho frío- dijo Hinata, viendo la espalda de su esposo –Ahora, puedo sentir la primavera que viene con el viento ¿Lo puede sentir?
La Reina se dejo acercar hasta Naruto, que se había detenido frente al Pabellón de Hanami. Espero su respuesta, pero esta jamás llego. Más importante, se dio cuenta de la palidez del rubio, de la tensión en su rostro. Alzó la cabeza, guiada por los ojos azules, encontró lo que ellos anhelaban. Sakura.
-Su Majestad- le llamo, siendo ignorada –Su Majestad.
-¿Dijiste algo?- dijo volteando hacia ella -¿Por qué tienes ese semblante?
-Yo. Voy a esperar- él le miro confundido –Voy a esperar, hasta que finalmente me miré a mí. De ahora en adelante, ni siquiera le voy a pedir que olvide a esa niña- lo dijo con sinceridad –Así que si el Rey decide un día caminar a mi lado. Yo, siempre estaré esperándole.
Había buscado por toda la habitación. El preciado adorno para el cabello que le había obsequiado Naruto. El árbol de cerezo siendo abrazado por un zorro. Una vez fue encontrado, se sentó sobre sus piernas y con lágrimas en los ojos, lo acaricio. Se reprendió a si misma por haber olvidado el objeto, pero especialmente a él. Olvidar al niño que ella amo, volver a enamorarse de él sin recordarlo. El impulso de ver a Naruto, le encendió las entrañas. Pero por ahora, lo único que tendría era el regalo, sus recuerdos. Sakura abrazo el objeto.
-Tú eres la única en mi corazón, mi pequeña Sakura.
El viento sopló con fuerza. Aunque aún no llegaba la primavera, Naruto pudo sentir el aroma de los cerezos en flor. Cerro los ojos para inspirar mejor la esencia que le recordaba a Sakura. La calidez en su pecho se extendió a su alrededor. Abrió de nuevo los ojos, sabiendo que su corazón seguiría anhelante. Pero a diferencia de las veces anteriores, entendió que lo que estaba frente a él, era verdadero. Por lo menos, para él.
La brisa voló su falda, oculto su rostro temiendo que alguna basurilla cayera en sus orbes. Una vez menguo, miro al hombre que tenía frente a ella. Naruto se perdió en aquellos profundos ojos. Él sonrió, la sacerdotisa hizo lo mismo. Inconciente de que había visto la mujer que amaba en el presente, con las ropas de la niña que por siempre amaría, la quiso abrazar. Pero la muchacha de cabellos rosas vestida de Reina, se esfumó. Pasado y presente se habían fundido, ambas mujeres eran la misma. Sus ojos se nublaron por las lágrimas, por la ironía de la vida, por un sueño imposible.
Eran cerca de las doce del día, Sasuke se había percatado que a esa hora había siempre cambio de turno. Los guardas que le custodiaban se iban, para dar paso a los que estarían allí hasta la media noche. Pero, en esta ocasión. Los hombres se iban, pero solo llegaba Shikamaru. Recostó su hombro contra el umbral del portón que colindaba con la calle principal frente a su mansión.
-¿Soy libre ahora?- dijo Sasuke con arrogancia.
-El Rey fue capaz de persuadir al Consejo- dijo volteando hacia él. El Uchiha sonrió con sarcasmo.
-Oh, mi querido amigo. Estoy tan agradecido.
Sasuke giró sobre sus piernas, varias zancadas después estaba en la casa. Suigetsu entregaba la bolsa de viaje. Shimakaru le siguió de cerca, cuando este pretendía salir.
-¿A dónde vas?- Sasuke le ignoró, golpeando el hombro de Shikamaru contra el suyo –No debes ir.
-No sabes donde voy- reclamó el pelinegro.
-Se que irás a buscar a la sacerdotisa en el Centro de Asistencia Médica.
-¿No puedo hacerlo? ¿Ella le pertenece al Rey?- el Nara solo le observó –Si fuera Sakura renunciaría. Pero si es solo la sacerdotisa, no pretendan ninguno de los dos que me aleje de ella- Sasuke se acercó más, encarándolo –Naruto pudo haberla mantenido cerca, porque le recordaba a la Princesa, pero yo no. Yo, esta vez me quedaré con quien amo, Naruto no ganará. Es lo justo ¿Cierto?
-Eres el Magistrado- dijo Shikamaru tomándolo por el brazo, intentando que este no se fuera. Sasuke retiró el agarre.
-Ese maldito título. Pasaré por encima de él y haré con mi vida lo que quiera. A diferencia del Rey, yo podré hacer lo que me venga en gana ¡Dile eso a él!
Sasuke le ofreció una última mirada de desprecio a Shikamaru. Camino y subió a su caballo. Dos horas y treinta minutos después, estaba frente al Centro de Asistencia Médica. Gritándole al hombre encargado del lugar.
-Es imposible que usted no sepa nada de la sacerdotisa.
-¿Cree que tengo tiempo para buscar una mujer que desapareció?- le dijo tranquilamente mientras miraba hacia arriba –Si ella escapó, la secuestraron o asesinaron, no es mi problema. Solo soy el encargado del lugar, ni siquiera soy médico.
-Señor- dijo un hombre desperado que entraba en la estancia –Mi hija esta muriendo.
-¡Que mal!- respondió él otro –Espera a que llegue el médico.
-¿Sabe cuanto tiempo hace que no viene ningún médico?- le gritó desesperado -¡Consiga alguno!
-Si tienes tanto tiempo para exigir, busca uno por tú cuenta- vociferó el encargado.
-¿Cómo puedes decir eso cuando alguien esta muriendo?- increpó Sasuke -¡Qué porquería de funcionario de gobierno!
-Esto no es tú incumbencia- el hombre se levanto de su silla y jalo de las ropas de Sasuke –Mejor ya lárgate. De todas formas, en Kitsune tienen años de que no se preocupan por este maldito lugar.
Nuevamente, la joven de cabellos rosas fue victima de burlas e insultos, al ser escoltada hasta el Centro de Asistencia Médica. Le había costado dejar Kitsune, pero se sentía aún peor con aquellas miradas de repulsión dirigidas a ella. Había bajado la mirada, con la esperanza que estas no le afectaran tanto. Nueve escalones la separaron del tumulto de gente, que no dudarían en atacarla si estuviera sola.
La cabeza se levantó, para mirar un desolador paisaje. Sus ojos quisieron contar el tumulto, pero se dio por vencida cuando detalló haber más de veinte. Hombres, mujeres, en mayor cantidad niños. Lo único común en ellos, era su pobreza. Vestían mugrientas ropas y todos parecían estar enfermos. Sorbían con ganas la sopa hecha de agua y arroz. Vivian en condiciones deplorables.
Cuando entro en el edificio, las imágenes eran igual de desalentadora o quizás peor, allí la gente parecía que moriría en cualquier momento. Un cierto olor a putrefacción flotaba en el ambiente. Logro ver la carne expuesta, la sangre seca de los enfermos. La tos y los quejidos. Un gritó llamo su atención, el sonido de una niña que lloraba de dolor.
-Vamos inténtalo ¿Puedes respirar?- le pregunto a la niña que abrazaba su estómago. Él hombre miro al padre y la enfermera –Esto no es un simple vómito y diarrea, estoy seguro que es cólera. Traigan algo de agua salada y jengibre. Debemos hacer que vomite la comida en mal estado- él viejo salió corriendo -¿Sabe algo de acupuntura?- dijo mirando a la mujer, ella asintió -Entonces estimule en el punto Wi Jung- devolvió la mirada a la pequeña niña –Tranquila, el dolor pasara pronto.
Sasuke levanto la mirada y fue allí cuando la encontró, a la sacerdotisa. No hubiera querido dejar de mirarla, pero la niña en sus brazos debía vivir. Dejó la cara de asombro y confusión, para dirigirse al hombre que llegaba con el brebaje, la joven con las agujas. La enfermera asía a la joven de su parte derecha, su padre por la izquierda. Mientras Sasuke trataba que la joven tomara el mejunje. Volteo de nuevo, viendo a Sakura.
-¡Qué haces viendo!- dijo en voz alta, Sakura se asombro –Debemos hacer que lo beba. Presiona su nariz.
Poco después Sakura se lanzo a su ayuda. La niña tomo el líquido y termino vomitando sobre las ropas de Sasuke. Su padre tomo a la hija por los hombros, exhalo aliviado. La niña ahora podía respirar. La sacerdotisa se fijo en el Uchiha que parecía aliviado. Él volteo, ambos sonrieron.
-¿Desde cuando comenzó a practicar medicina?- consulto curiosa.
-No es como si supiera algo- dijo Sasuke –Mi maestro, me había enseñado muchas cosas. Alguna vez me dijo que el conocimiento podría salvar a muchas personas. Así que nos obligo a leer algunos libros de medicina.
-Ese profesor, debe de haber sido una buena persona.
-Él mejor de todos. Fue muy estricto, pero me enseño a ser libre- Sakura sonrió con las lágrimas amenazando salir de sus ojos. En verdad, su padre había sido un gran hombre.
-Ayudaste a muchas personas.
-Estoy feliz de volver a encontrarte- le dijo mientras salían del edificio, ambos miraron al cielo que ya se había oscurecido –Debió ser muy difícil, indescriptiblemente doloroso. Pero me alegra que estés viva- Sakura lo miró en silencio -¡No te preocupes! No te voy a venir a buscar otra vez, es solo que me preocupe de que hubieras desaparecido. Ya que veo que estas bien, incluso con esa cara larga- él le sonrío y ella hizo lo mismo –Mi tarea esta culminada. Así que espero que estés bien.
Sasuke se despidió con la mano, pero no había dado un paso, cuando un grupo de mujeres se abalanzaron hacia él. Todas eran enfermeras. Solicitaban que se quedara o volviera a ayudarles. Ya que había escasez de médicos y los existentes eran designados a otras áreas. Él pelinegro oprimió con su índice y pulgar el frunce, miro al cielo contrariado.
-¡Ah! A dónde sea que vaya, siempre soy popular- miró a Sakura que parecía haberle gustado la broma -¿Qué debería hacer?- Ella sonrío, porque de nuevo podía recordar al chico que había conocido de pequeña y esté no había cambiado, a pesar de los años.
Sakura se había escapado del Centro Médico, había sido relativamente fácil. Las enfermeras parecían sentir cierta repulsión por ella, estando totalmente desinteresadas en sus movimientos. Introducirse al Palacio de Kitsune e ir al Pabellón de Luna, había sido más difícil, más no imposible.
Se prometió a si misma que no entraría de aquella forma otra vez, casi le habían descubierto. No porque le importara morir, sino que se llevaría con ella a Ten-Ten y eso no lo permitiría. Pero en esta ocasión necesitaba su apoyo.
Sakura había extendido la mano, invitando a Ten-Ten a tomarla. Le había dicho que necesita que le acompañara. Después de salir ambas de Konoha, se habían adentrado en el Bosque del Este que había pertenecido a los Haruno desde tiempos inmemorables. En una pequeña cima, cubierta de árboles, yacía Kizashi Haruno. El corazón se le estrujó, cuando leyó el nombre de su padre sobre la roca frente a la tumba. Pero como la tradición lo dictaba, le saludo y reverenció. Dejo manzanas, ofreció el vino que más le gustaba y encendió incienso.
Se sentó frente a la tumba mientras contaba a su padre lo que fue de su vida, omitiendo solo lo más doloroso, como si él no fuera capaz de observarla desde el cielo. Le agradeció el poder esta viva. Pero cada palabra, era más difícil de expresar. No pudo evitar que saliera entrecortada y que la garganta le ardiera. Bajo la cabeza y lloro. Lloro por la perdida de un hombre al que admiraba y adoraba como nadie. Sollozo porque no pudo estar junto a él, compartir sus últimos momentos, como él lo había hecho. Se levanto una vez más viendo el tumulto de tierra enzacatada tratando de hablar. Sonrió entre las lágrimas, aclaro la garganta.
-¿Estas bien?- dijo Sai, capturando los brazos de Ino.
-Si- dijo con una sonrisa, sonrojándose un poco. Se miró el tobillo moviéndolo. No sintió nada, a pesar del fuerte tropezón.
-Te hubieras quedado en casa, el camino es muy pesado- ella negó con ambas manos.
-Quería venir, estoy emocionada de conocer a mi suegro.
-Gracias- le dijo con una sonrisa –A mi padre le encantara conocerte.
-Espero le agradece- él asintió.
-La agradarás, sueles deslumbrar a todos los que te conocen- ella sonrió, Sai en los últimos días se había convertido en un esposo sumamente cariñoso. Él extendió su mano y ella se vio tentada a tomarla, al final se negó.
-Yo estoy bien- miró más adelante donde se veía a Mebuki –Ve, ayuda a madre. Lo necesita más que yo, últimamente parece estar realmente triste y deprimida.
Cuando llegaron a la cima de la colina. Sai ayudó a ambas mujeres a subir el último peldaño. Primero a su madre, luego la joven Princesa. Mebuki, de inmediato se abalanzo sobre cúpula hecha de tierra y pasto. Acarició la hierba, como si abrazara el cuerpo de su esposo. Sai, sonrió con melancolía, fijándose alrededor.
-Parece que alguien visito a papá- dijo mirando a Ino –Aún huele a incienso- La rubia intento contestar, pero Mebuki llamó a Sai, él se dirigió donde ella -¿Si madre?
-Tú padre, no murió porque estuviera enfermo- abrió sus ojos en demasía, ante aquella fuerte declaración.
-¿Qué estas queriendo decir?- la mujer paso sus manos un poco más sobre el césped y se dejo caer sobre el suelo.
-Tú padre… se suicido- dijo entre lágrimas –Después de que Sakura muriera, sufrió cada día. Se culpaba a sí mismo, su vida pareció perder sentido- Mebuki volteo donde su hijo con los ojos enrojecidos –Sai, después de tú ceremonia con la Princesa, finalmente pensó que había hecho todo lo que podía hacer. Después de culparse, decidió quitarse la vida- las manzanas que llevaban Ino en la mano cayeron contra el suelo al escuchar la historia, aunque había decidido dejar el pasado en eso, en el ayer, le carcomía la culpabilidad –La tristeza le inundó el corazón, yo de haberlo sabido- Sai se dejó caer de cuclillas y abrazó a su madre. Mebuki después de unos minutos se soltó del agarre de su hijo. Se secó las lágrimas y abrazo la tumba –Querido ¿Has estado bien? No hace mucho vi una chica que se parecía mucho a nuestra Sakura. No puede ser ella ¿Verdad? Ella estaba siendo rechazada y apedreada. Nuestra niña no podría estar viviendo así ¿Cierto? ¡Por favor, dime que esto no es cierto!- suplico entre lágrimas –Dime que ella esta junto a ti. Feliz y viviendo en paz ¡Querido!
Sakura mordió sus labios y llevó las manos a su boca, para que no escucharan sus quejidos de dolor a la distancia. Se dejo caer al suelo, abrazo sus piernas. Oculto el rostro.
-Sakura- dijo suavemente.
-Fue mi culpa. Por mi… mi padre murió- Ten-ten tomo el hombro de la joven –En aquel entonces era muy joven, pensé que si yo moría podría salvar a todos. Yo debí, debí luchar por mi vida.
-Sakura- le llamó, pero la pelirosa no reaccionaba. Ten-Ten la tomo de los hombros y la zarandeo hasta que reaccionara –Sakura… No Sakura Haruno esta viva, me entiendes ¡Estas viva!- ella negó lentamente.
-Yo encontrare, la verdad tras mi supuesta muerte. Quizás todos, mi familia, Naruto, estén en peligro. Antes de la que la verdad sea revelada, Sakura Haruno debe seguir muerta.
Hinata se había dando cuenta esa mañana, un día después de la caminata con Naruto, que la sacerdotisa que ella creía era el talismán humano, no era la misma que el Rey veía cada noche. Aquella, que había encontrado y obligado a mostrar su rostro era una más del Pabellón de la Luna, la sacerdotisa que buscaba aún era un misterio. Ordeno que la chica que residía en el Centro de Asistencia Médica, fuera capturada y enviada a su presencia. Nadie debía saberlo, especialmente Naruto. Sin embargo, necesitaba ver aquel rostro.
Sakura había regresado a su nueva residencia horriblemente abatida. No era para menos, se sentía culpable de la muerte de su padre. Aunque Ten-Ten le había explicado que no tenía necesidad de llorar por un pasado que no se podía cambiar y que el destino había sido incluso más cruel con ella, eso alivio muy poco su dolor.
Las carcajadas de niños resonaron por el lugar y extrañamente le había aliviado un poco su pesar. A veces, las cosas más simples nos hacen tan felices. Se encontró con el hombre alto de cabellos negros, que se había apoderado del lugar desde la noche anterior. Jugaba como un niño, los infantes parecían gozar de su compañía. Sasuke, había tomado como excusa la falta de médicos. A pesar, de que apreciaba poder ayudar a los demás, su mayor objetivo era la chica de cabellos rosas.
-Chicos- dijo mirando a los pequeños -¡Creo que tenemos una nueva compañera de juegos!
La Haruno una vez fue divisada por ellos, entendió que era inevitable no unirse. Pero conforme pasaban las horas, la corriente de emociones negativas se convertía en dulces momentos. Se vio a si misma jugando como niña, disfrutando con todos. Sonriendo junto a Sasuke.
Naruto dio media vuelta sobre sus piernas, sin mirar a Shikamaru se dirigió a la salida. Oculto tras los edificios había observado a Sakura durante el suficiente tiempo para reconocer que ella estaba bien y bastante feliz. Muy feliz. No solo debía marcharse porque se acercaba la noche, sino porque en cualquier momento se lanzaría sobre Sakura y la secuestraría. Si tan solo pudiera irse lo suficientemente lejos con ella, donde no existiera Sasuke, Hinata o Hiashi. Pero era imposible, abandonar a su pueblo no era una opción.
-Su Majestad- dijo Shikamaru.
-No digas ni una sola palabra. Ni una sola.
La noche había llegado. Algunos niños se fueron a sus hogares, otros comían dentro de las habitaciones del Centro. Ambos jóvenes, se quedaron sobre el empedrado contando las estrellas que salían de cada poco, mientras más se oscurecía. Él, había decidido darle el espacio suficiente a la sacerdotisa, para que se acostumbrara a su presencia.
-Ahora te ves mejor que antes- dijo Sasuke, mirando el cabello que caía como cascadas en la espalda femenina. Ella volteó.
-¿Lo crees?
-En la mañana, estabas algo triste. Sabes, cuando quieras te puedo escuchar- Sakura sonrió.
-Entiendo ahora, porque fuiste tan atento conmigo hoy.
-Soy atento contigo aún si no estas triste. Pero si sonríes los problemas desaparecerán, a veces creo que esa es la única manera- Sasuke dejó los orbes verdes para fijarse en el cielo que ahora estaba totalmente estrellado.
-Gracias a usted, mi corazón se siente mejor- él busco de nuevo su rostro. Sonrió, alzando su ceja derecha.
-¿Y no fue gracias a que estaba con un hombre guapo?- Sasuke se señalo a si mismo –Soy impresionante- Ella carcajeo y él se sintió bien, de nuevo la había hecho sonreír. Si ella lo deseara le prometería que la vida entera la haría reír, la protegería y la amaría con todas las fuerzas que su anhelante corazón tenía –“Es un alivio que seas una sacerdotisa”- pensó –“Así puedo tenerte a mi lado, hacerte de nuevo sonreír”
Sintió el corazón por un momento acelerado, daba gracias que la oscuridad había ocultado el sonrojo. Era un hombre, no un adolescente. Se agachó hasta tomar una piedra del suelo, la que era un poco más grande que su palma. Jugó con ella entre sus dedos, recordándole su época de juventud. Recapituló el pasado junto a Sai y Shikamaru, en el gran jardín de la Familia Haruno, donde Kizashi les entrenaba.
Jamás olvidará la primera vez que le vio a Sakura, era pequeña y parecía tan frágil. Era tan hermosa como una muñeca de porcelana. Blanca al igual que la nieve, sus mejillas sonrojadas hacían juego con aquellos enormes ojos verdes, parecidos a las esmeraldas. Pensó por un instante que se trataría de un ser de los cielos, acuclillada robando flores de un jardín humano, tarareando una canción que solo se escucharía entre las nubes. Pero cuando vio su sonrisa, olvido todo. Fue allí cuando el inexperto corazón brincó emocionado.
Los primeros meses le invadió el miedo, cada vez que le miraba su pecho parecía querer explotar. Talvez estaría enfermo, pero solo se sentía así frente a la niña de cabellos rosas. La hermana de su amigo. Recordó haber hablado con su hermano que le llevaba algunos años más. Se acordó que sus ojos negros se abrieron en exceso y luego carcajeo –Niño tonto ¡Estas enamorado!- le había sentenciado. Fue ahí cuando comprendió lo que le había ocurrido, o eso creía. Itachi le comentó que la única cura para aquel “mal de amores” era confesar sus síntomas a la niña, con suerte ella los entendería y le curaría. Pero antes debía de ofrecerle un presente, uno que le agradará y le diera suerte.
-¡Toma!- dijo extiendo la piedrecilla. Ella alzo la mirada y él se sonrojo. Luego la tomo.
-¿Qué es esto?- pregunto con suave voz. Su corazón cerca de curarse, parecía que explotaría. La cura no estaba haciendo efecto, más bien tenía miedo de morir frente a la bella niña.
-Un regalo- dijo entre tartamudeos. Recordó a Itachi, debía decirle sus síntomas luego la palabra mágica o más bien la pregunta. Pero las palabras se trabaron en su garganta -Es una piedra de la suerte- dijo casi en un grito.
-¿Suerte?- él asintió.
-La recogí del río- dijo señalando a la distancia el lugar –Si te sientes triste, ella te ayudara. Es una piedra “resuelve problemas”- ella la miró detenidamente. Sasuke se asusto, quizás no le gustaría el presente y allí mismo él caería inconciente.
-Es muy bonita- enseño su grande sonrisa -¡Se la enseñare a papá y mamá!- Antes si quiera de el despedirse o decirle algo, la niña alzo su falda con su mano aún libre y corrió llevando la piedra. Cuando creía que perdería su imagen dentro de la casa, Sakura volteo –Gracias Sasuke- él sonrió emocionado, ella conocía su nombre.
Curveo la comisura de sus labios cuando despertó de aquel viejo recuerdo, que más parecía sueño. Ese fue su primer amor, ahora junto a él, nacía uno nuevo.
-Utiliza esto para sonreír mañana- dijo Sasuke. Sakura miró la piedra que jugaba en los dedos de su acompañante.
-Dámela- dijo extendiendo la mano.
-¿Por qué?
-Es demasiado bonita para que este tan sucia- él la miró extrañado –Será algo que aliviará mis preocupaciones, la utilizaré como una “piedra resuelve problemas”
-¿Enserio?- él suspiró –No es una mala idea- Llevó la piedra hasta su hombro, donde la restregó contra ropa. Ahora estaría limpia –Entonces esto, es un regalo para ti- extendió la roca hasta donde Sakura. Ella la tomo.
-Gracias por el regalo- sonrío haciendo amago de marcharse -Ten cuidado de camino a casa.
Sakura bajo su cabeza, despidiéndose. Sin esperar que él saliera corrió hasta el Centro Médico. Él la miró partir. Cuando volteo no lucho contra los ojos humedecidos o la lágrima que imprudente viajo sobre su mejilla.
-Sakura- susurró.
-Sasuke- al escuchar la voz, paso la mano por su rostro y volteó con los ojos ensombrecidos. Ambos se miraron por largo rato sin decir nada, al final el pelinegro se dirigió hasta las sombras donde Naruto le esperaba. El rubio golpeo el viejo árbol que tenía a su lado y miró más profundamente a los orbes del amigo. Sasuke terminó por romper el contacto -¿Por qué estas tan aturdido?
-¿Qué quieres decir?
-Veo que vienes a menudo al Centro Médico.
-¡Ah! En realidad decidí venir todos los días- dijo sonriendo, en cambio notó como Naruto tensaba su cuerpo –Voy a ver la mujer que esta mi corazón, esa que ha caído en la miseria y es rechazada por todo el mundo. O acaso ¿Pretendías que fuera ignorante de la situación?
-Sasuke.
-¡Te lo dije!- gritó, sin siquiera permitirle al rubio continuar –No me importa tener que renunciar a mi título, voy a desechar todo por esa niña.
-La orden que te di de no acercarte ¿Estas en contra de ella?
-¡Su Majestad! ¿Está usted dispuesto a abandonar su posición real?- espero su respuesta, pero Naruto no abrió la boca –Si dejo la sacerdotisa como me lo has ordenado ¿Te encargarás de protegerla?- miró como Naruto apretó los dedos bajo su puño –Nunca estarás dispuesto a renunciar a nada, ni tampoco permitirás que te lo quiten. Lo único que ha hecho Su Majestad, es infligir dolor, convirtiendo una inocente en culpable. La puedes proteger ¿En serio?
-¡Sasuke! Basta, por favor. Detente- dijo apretando sus ojos.
-¿Puedes renunciar a Sakura, la Princesa Heredera?- Naruto levanto los parpados, hasta buscar el rostro desfigurado de Sasuke por la furia.- Yo, puedo hacer eso. Pero, estoy seguro que tú no puedes.
-Es usted la que llaman “Talismán Humano”- dijo la mujer que Sakura reconoció como una dama de la corte.
-Si, así es.
-La Reina, desea verla.
Hinata mordía la uña de su dedo pulgar, mientras esperaba a la sacerdotisa. Cerca de estar furiosa y con deseos incontrolables de matar o torturarla. Se encontraba bastante asustada, angustiada por el rostro que estaba a punto de conocer o reconocer. La voz de la dama de corte, diciendo que la joven había llegado la sobresalto de tal manera, que debió llevar su mano al pecho tranquilizándose antes de dar la orden de ingreso.
Una vez fingió seguridad, se miro las uñas en un acto de despreocupación. No por coquetería, sino por miedo. El sonido de los pasos acercándose era más fuerte y retumbaban en su cabeza como martillazos. Por fin los pasos cesaron, constatando que la habitación ya no estaba vacía.
-Ofrezca sus respetos a la Reina- ordeno la mujer.
La Hyuga alzo la cabeza para mirarla. La joven estaba inclinada con una rodilla sobre el suelo, la otra pierna flexionada. Cuando Sakura alzo la cabeza, la Reina pareció haber visto un espectro. La presión en el pecho se hizo tan evidente que tuvo que llevarse la mano hasta el cuello. Las pestañas rosas se alzaban para mostrar dos ojos verdes, exactos a la niña que conoció de pequeña. Una vez ambas miradas se cruzaron, el escalofrío viajo a cada rincón de su cuerpo. Soltó un pequeño suspiro de sorpresa y pudo notar cierta riza burlona de parte de la sacerdotisa, que disimulo.
La Hyuga, tragó y negó con la cabeza. Mientras su frente se arrugaba más ante la sorpresa, minutos después el cuerpo le temblaba. Algo dentro de ella le pedía a gritos salir. Huir de allí.
-Tú… tú…- dijo tartamudeando -¿Qué estas haciendo aquí?
Gracias por el apoyo, por leer, comprender y por disfrutar. La historia ya esta por terminar, después de este episodio quedará talvez cinco capítulos más y se habrá acabado. Advierto que esté en particular, no es muy narusaku. Espero que nadie me odie.
• NaruSaku-12: Exacto, hasta el más mínimo recuerdo volvió a la mente de Sakura. Ella luchará por recuperar lo que ha perdido. Te prometo que ya casi, veremos el tan ansiado narusaku.
• moi06-yoyo: Hola, gracias por comentar. Tus preguntas son claras, me gustan. Una victoria realmente no lo es, porque Sakura no puede simplemente sacar a Hinata de patadas de su posición, ya lo quisieran muchos, pero no es tan fácil. No te puedo decir que pasará, sino le quitaría la emoción a la historia. Perooo… será muy trágico, algunos morirán.
• Lauri-chan: Gracias por leer y escribir. Espero que este episodio te guste, es un poco de transición, no pasa la gran cosa. Ojala lo puedas disfrutar.
• narusaku_4ver: Me siento muy alagada al tener un fan. Te perdono, soy una mujer de corazón dulce, jajajaja. No enserio, es bonito saber que te gusta, más aún leerte. En cuanto a Hiashi, el viejo decrepito ese ya le tocara su turno y le va a doler. Me gusta que me escriban mucho, por eso no te preocupes.
• cerezo en el viento: Hola. En ambas cosas tienes razón, algo parecido va a ocurrir. Pero, más adelante, no en este episodio. Gracias inmensas por comentar.
• fanny-chan: Gracias querida comentadora, jajaja. Has hecho que me sonrojara con tú comentario. Es bonito ver que la historia causa sentimientos en la gente, ese es el objetivo. Más me sorprende que sea tú fan-fic favorito, con ello me esforzaré aún más. También, gracias por el apoyo. Estoy sonriendo como tonta, jajaja.
• mayarosita: Holaaaa!!!! Gracias por comentar y también por volver al foro. A veces pasa, no estamos exentos de encontrarnos con situaciones complicadas. Solo debemos tratar de mejorar y aprender de ellas, cuando hacemos eso, todo alrededor cobra otro color y hasta maduramos como persona. Pero dejando de lado mi aburrida hablada filosófica, psicológica o como quieras llamarla, hablemos del fic ¿Qué va a pasar? Creo que el primer objetivo de Sakura es volver junto a Naruto ¿Qué hará para volver junto a Naruto? Ella es inteligente, engañará al enemigo, se acercará sin que se den cuenta. Pero no digo más, eso pasará en otro episodio, no en esté.
• eliannar: ¡Has vuelto amiga! Se que puede ser complicado, me imagino la angustia de no tener Internet, yo también he sufrido semejante horror jajaja. Pero estoy conciente de que lees la historia, quizás no puedas comentar tan seguido pero se que andas por ahí. No volveré a poner un spoiler nunca jamás. Gracias, por emocionarte y disfrutarlo. Me pasa también que la gente me pregunta porque sonrío con el monitor, te entiendo es un poco ¡Vergonzoso! Has notado lo de Ino, por un momento me preguntaba porque nadie la señalaba. Tantos odios, por Hinata, Hiashi, la Reina Madre y sentía que la rubia pasaba desapercibida. Tampoco quiero que la detesten, es solo una victima de la vieja.
Bien, los dejo con la historia. Se me cuidan mucho. Besos.
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CAPÍTULO XXV
Mírame
Mírame
Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos.
Cuida de mi corazón que lo he dejado contigo.
Stephenie Meyer
Cuida de mi corazón que lo he dejado contigo.
Stephenie Meyer
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-¡Sakura!- dijo Ten-ten sorprendida.
Un momento después Sakura se acercó lo suficiente para que esta pudiera advertir que su presencia allí era secreta. La joven miró hacia ambos lados, dejo su dedo índice caer en sus labios. Finalmente, tomo a la castaña de la mano arrastrándola consigo.
-¿Qué ha pasado Sakura? Estaba preocupada porque habías desaparecido.
-Me desmayé- dijo mintiendo –Me llevaron aún lugar hasta que me recuperara.
-Pero ¿Estas bien?- la pelirosa asintió.
-Sabes, cuando perdí el conocimiento. Recordé el pasado.
-¿Lo recordaste? Entonces, ya sabes que tú…- Ten-ten, se cubrió la boca con ambas manos, imprudentemente se había delatado.
-¿Qué debo saber Ten-Ten?- le dijo inquieta -Tú ya lo sabías ¿Verdad? Conocías mi pasado y nunca me dijiste nada- le miró a los ojos, ella bajo la mirada -¿Por qué me lo ocultaste?- le expresó, más en tono de desilusión que de reproche.
-Es que yo Sakura- tartamudeo –Digo, Señorita… ¡No sé, como llamarte!
-Sabes, eso es lo menos importante. Ahora ya lo se todo- le explicó, aún sin conocer si aquello sería lo mejor o peor para ella, para la gente que le rodeaba.
-En verdad lo siento. Por favor perdóname- Sakura abrazó a su amiga, una vez que los ojos se le humedecieron.
-No te preocupes- ofreciéndole una sonrisa –Mejor dime ¿Cómo sabes toda la verdad?
-Lo escuché sin querer de Tsuname. Con el fin de protegerte de la Reina Madre, nos obligo a callar- su amiga levanto las cejas y ella lo entendió –Sí, a Shizune y a mi.
-Entonces, la maestra lo sabe- Sakura miró el suelo confundida, Ten-ten asintió –Entonces, todo lo que me paso ¿Tú lo conoces?
-Según la visión de Tsuname, te dieron una medicina cuando estabas enferma, toda tú familia y en el reino creyeron que habías muerto. La misma mujer que te condeno, te salvo. Fuiste sacada de la tumba. Tiempo después, terminaste por casualidad en el Pabellón de Luna. Después huimos para que no te reconocieran.
-¿Por qué Tsuname no me dijo la verdad?
-La única opción era que vivieras sin identidad. Porque tú vida estaría en peligro.
-¿Mi padre sabía que yo estaba viva?
-Sí- le dijo –Para proteger a su familia y salvar a su hija, pensó que era la única opción.
-Entonces tenía una enfermedad mágica- dijo con las voz quebrada, estaba a punto de llorar –Por lo menos a mi familia, ella debió decirles que estaba viva.
-Si eso pasaba, podrías estar en peligro.
En esa ocasión era Ten-Ten quien abrazaba a la joven de cabellos rosas. La castaña, siendo más alta que Sakura, la reconforto sobre su pecho, acaricio su cabeza. Los sollozos cargados de agonía, dieron paso a unos más calmados. Hasta que solo escuchó el silencio.
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Miró su falda color púrpura, para luego pasar esa misma mano por el rostro níveo. Observó con desdén a las mujeres de la corte, sus ojos rápidamente se dirigieron al Pabellón del Rey donde disponía a dirigirse. Pudo notar a Naruto a lo lejos, parecía cargar mil almas en pena. Suficiente dolor, ella la única que podría reconfortarle. El paso calmado, dio lugar a uno más rápido.
-¿A dónde va Su Majestad?- le dijo con una sonrisa. Él no había notado su presencia hasta escucharla.
-Yo sólo… quise salir a caminar- Naruto hizo amago de marcharse, pero Hinata le detuvo con su voz.
-¿Puedo… preparar y compartir un poco de té con usted?
-Ya he bebido un poco- le dijo sin mirarla, ella borro su sonrisa –Pero, podemos caminar juntos- ella asintió alegre, pero aún más impresionada.
Un paso, seguido del otro. Hinata estaba concentrada en aquel pulcro y decidido andar de su esposo. Se fijo en sus manos tomadas por la espalda, el cabello rubio que ondeaba con el viento. Cuando llegó al rostro, aquellos ojos solo demostraban pesar. Uno que ella conocía muy bien.
-Unos días atrás, hacia mucho frío- dijo Hinata, viendo la espalda de su esposo –Ahora, puedo sentir la primavera que viene con el viento ¿Lo puede sentir?
La Reina se dejo acercar hasta Naruto, que se había detenido frente al Pabellón de Hanami. Espero su respuesta, pero esta jamás llego. Más importante, se dio cuenta de la palidez del rubio, de la tensión en su rostro. Alzó la cabeza, guiada por los ojos azules, encontró lo que ellos anhelaban. Sakura.
-Su Majestad- le llamo, siendo ignorada –Su Majestad.
-¿Dijiste algo?- dijo volteando hacia ella -¿Por qué tienes ese semblante?
-Yo. Voy a esperar- él le miro confundido –Voy a esperar, hasta que finalmente me miré a mí. De ahora en adelante, ni siquiera le voy a pedir que olvide a esa niña- lo dijo con sinceridad –Así que si el Rey decide un día caminar a mi lado. Yo, siempre estaré esperándole.
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Había buscado por toda la habitación. El preciado adorno para el cabello que le había obsequiado Naruto. El árbol de cerezo siendo abrazado por un zorro. Una vez fue encontrado, se sentó sobre sus piernas y con lágrimas en los ojos, lo acaricio. Se reprendió a si misma por haber olvidado el objeto, pero especialmente a él. Olvidar al niño que ella amo, volver a enamorarse de él sin recordarlo. El impulso de ver a Naruto, le encendió las entrañas. Pero por ahora, lo único que tendría era el regalo, sus recuerdos. Sakura abrazo el objeto.
-Tú eres la única en mi corazón, mi pequeña Sakura.
El viento sopló con fuerza. Aunque aún no llegaba la primavera, Naruto pudo sentir el aroma de los cerezos en flor. Cerro los ojos para inspirar mejor la esencia que le recordaba a Sakura. La calidez en su pecho se extendió a su alrededor. Abrió de nuevo los ojos, sabiendo que su corazón seguiría anhelante. Pero a diferencia de las veces anteriores, entendió que lo que estaba frente a él, era verdadero. Por lo menos, para él.
La brisa voló su falda, oculto su rostro temiendo que alguna basurilla cayera en sus orbes. Una vez menguo, miro al hombre que tenía frente a ella. Naruto se perdió en aquellos profundos ojos. Él sonrió, la sacerdotisa hizo lo mismo. Inconciente de que había visto la mujer que amaba en el presente, con las ropas de la niña que por siempre amaría, la quiso abrazar. Pero la muchacha de cabellos rosas vestida de Reina, se esfumó. Pasado y presente se habían fundido, ambas mujeres eran la misma. Sus ojos se nublaron por las lágrimas, por la ironía de la vida, por un sueño imposible.
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Eran cerca de las doce del día, Sasuke se había percatado que a esa hora había siempre cambio de turno. Los guardas que le custodiaban se iban, para dar paso a los que estarían allí hasta la media noche. Pero, en esta ocasión. Los hombres se iban, pero solo llegaba Shikamaru. Recostó su hombro contra el umbral del portón que colindaba con la calle principal frente a su mansión.
-¿Soy libre ahora?- dijo Sasuke con arrogancia.
-El Rey fue capaz de persuadir al Consejo- dijo volteando hacia él. El Uchiha sonrió con sarcasmo.
-Oh, mi querido amigo. Estoy tan agradecido.
Sasuke giró sobre sus piernas, varias zancadas después estaba en la casa. Suigetsu entregaba la bolsa de viaje. Shimakaru le siguió de cerca, cuando este pretendía salir.
-¿A dónde vas?- Sasuke le ignoró, golpeando el hombro de Shikamaru contra el suyo –No debes ir.
-No sabes donde voy- reclamó el pelinegro.
-Se que irás a buscar a la sacerdotisa en el Centro de Asistencia Médica.
-¿No puedo hacerlo? ¿Ella le pertenece al Rey?- el Nara solo le observó –Si fuera Sakura renunciaría. Pero si es solo la sacerdotisa, no pretendan ninguno de los dos que me aleje de ella- Sasuke se acercó más, encarándolo –Naruto pudo haberla mantenido cerca, porque le recordaba a la Princesa, pero yo no. Yo, esta vez me quedaré con quien amo, Naruto no ganará. Es lo justo ¿Cierto?
-Eres el Magistrado- dijo Shikamaru tomándolo por el brazo, intentando que este no se fuera. Sasuke retiró el agarre.
-Ese maldito título. Pasaré por encima de él y haré con mi vida lo que quiera. A diferencia del Rey, yo podré hacer lo que me venga en gana ¡Dile eso a él!
Sasuke le ofreció una última mirada de desprecio a Shikamaru. Camino y subió a su caballo. Dos horas y treinta minutos después, estaba frente al Centro de Asistencia Médica. Gritándole al hombre encargado del lugar.
-Es imposible que usted no sepa nada de la sacerdotisa.
-¿Cree que tengo tiempo para buscar una mujer que desapareció?- le dijo tranquilamente mientras miraba hacia arriba –Si ella escapó, la secuestraron o asesinaron, no es mi problema. Solo soy el encargado del lugar, ni siquiera soy médico.
-Señor- dijo un hombre desperado que entraba en la estancia –Mi hija esta muriendo.
-¡Que mal!- respondió él otro –Espera a que llegue el médico.
-¿Sabe cuanto tiempo hace que no viene ningún médico?- le gritó desesperado -¡Consiga alguno!
-Si tienes tanto tiempo para exigir, busca uno por tú cuenta- vociferó el encargado.
-¿Cómo puedes decir eso cuando alguien esta muriendo?- increpó Sasuke -¡Qué porquería de funcionario de gobierno!
-Esto no es tú incumbencia- el hombre se levanto de su silla y jalo de las ropas de Sasuke –Mejor ya lárgate. De todas formas, en Kitsune tienen años de que no se preocupan por este maldito lugar.
Nuevamente, la joven de cabellos rosas fue victima de burlas e insultos, al ser escoltada hasta el Centro de Asistencia Médica. Le había costado dejar Kitsune, pero se sentía aún peor con aquellas miradas de repulsión dirigidas a ella. Había bajado la mirada, con la esperanza que estas no le afectaran tanto. Nueve escalones la separaron del tumulto de gente, que no dudarían en atacarla si estuviera sola.
La cabeza se levantó, para mirar un desolador paisaje. Sus ojos quisieron contar el tumulto, pero se dio por vencida cuando detalló haber más de veinte. Hombres, mujeres, en mayor cantidad niños. Lo único común en ellos, era su pobreza. Vestían mugrientas ropas y todos parecían estar enfermos. Sorbían con ganas la sopa hecha de agua y arroz. Vivian en condiciones deplorables.
Cuando entro en el edificio, las imágenes eran igual de desalentadora o quizás peor, allí la gente parecía que moriría en cualquier momento. Un cierto olor a putrefacción flotaba en el ambiente. Logro ver la carne expuesta, la sangre seca de los enfermos. La tos y los quejidos. Un gritó llamo su atención, el sonido de una niña que lloraba de dolor.
-Vamos inténtalo ¿Puedes respirar?- le pregunto a la niña que abrazaba su estómago. Él hombre miro al padre y la enfermera –Esto no es un simple vómito y diarrea, estoy seguro que es cólera. Traigan algo de agua salada y jengibre. Debemos hacer que vomite la comida en mal estado- él viejo salió corriendo -¿Sabe algo de acupuntura?- dijo mirando a la mujer, ella asintió -Entonces estimule en el punto Wi Jung- devolvió la mirada a la pequeña niña –Tranquila, el dolor pasara pronto.
Sasuke levanto la mirada y fue allí cuando la encontró, a la sacerdotisa. No hubiera querido dejar de mirarla, pero la niña en sus brazos debía vivir. Dejó la cara de asombro y confusión, para dirigirse al hombre que llegaba con el brebaje, la joven con las agujas. La enfermera asía a la joven de su parte derecha, su padre por la izquierda. Mientras Sasuke trataba que la joven tomara el mejunje. Volteo de nuevo, viendo a Sakura.
-¡Qué haces viendo!- dijo en voz alta, Sakura se asombro –Debemos hacer que lo beba. Presiona su nariz.
Poco después Sakura se lanzo a su ayuda. La niña tomo el líquido y termino vomitando sobre las ropas de Sasuke. Su padre tomo a la hija por los hombros, exhalo aliviado. La niña ahora podía respirar. La sacerdotisa se fijo en el Uchiha que parecía aliviado. Él volteo, ambos sonrieron.
-¿Desde cuando comenzó a practicar medicina?- consulto curiosa.
-No es como si supiera algo- dijo Sasuke –Mi maestro, me había enseñado muchas cosas. Alguna vez me dijo que el conocimiento podría salvar a muchas personas. Así que nos obligo a leer algunos libros de medicina.
-Ese profesor, debe de haber sido una buena persona.
-Él mejor de todos. Fue muy estricto, pero me enseño a ser libre- Sakura sonrió con las lágrimas amenazando salir de sus ojos. En verdad, su padre había sido un gran hombre.
-Ayudaste a muchas personas.
-Estoy feliz de volver a encontrarte- le dijo mientras salían del edificio, ambos miraron al cielo que ya se había oscurecido –Debió ser muy difícil, indescriptiblemente doloroso. Pero me alegra que estés viva- Sakura lo miró en silencio -¡No te preocupes! No te voy a venir a buscar otra vez, es solo que me preocupe de que hubieras desaparecido. Ya que veo que estas bien, incluso con esa cara larga- él le sonrío y ella hizo lo mismo –Mi tarea esta culminada. Así que espero que estés bien.
Sasuke se despidió con la mano, pero no había dado un paso, cuando un grupo de mujeres se abalanzaron hacia él. Todas eran enfermeras. Solicitaban que se quedara o volviera a ayudarles. Ya que había escasez de médicos y los existentes eran designados a otras áreas. Él pelinegro oprimió con su índice y pulgar el frunce, miro al cielo contrariado.
-¡Ah! A dónde sea que vaya, siempre soy popular- miró a Sakura que parecía haberle gustado la broma -¿Qué debería hacer?- Ella sonrío, porque de nuevo podía recordar al chico que había conocido de pequeña y esté no había cambiado, a pesar de los años.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Sakura se había escapado del Centro Médico, había sido relativamente fácil. Las enfermeras parecían sentir cierta repulsión por ella, estando totalmente desinteresadas en sus movimientos. Introducirse al Palacio de Kitsune e ir al Pabellón de Luna, había sido más difícil, más no imposible.
Se prometió a si misma que no entraría de aquella forma otra vez, casi le habían descubierto. No porque le importara morir, sino que se llevaría con ella a Ten-Ten y eso no lo permitiría. Pero en esta ocasión necesitaba su apoyo.
Sakura había extendido la mano, invitando a Ten-Ten a tomarla. Le había dicho que necesita que le acompañara. Después de salir ambas de Konoha, se habían adentrado en el Bosque del Este que había pertenecido a los Haruno desde tiempos inmemorables. En una pequeña cima, cubierta de árboles, yacía Kizashi Haruno. El corazón se le estrujó, cuando leyó el nombre de su padre sobre la roca frente a la tumba. Pero como la tradición lo dictaba, le saludo y reverenció. Dejo manzanas, ofreció el vino que más le gustaba y encendió incienso.
Se sentó frente a la tumba mientras contaba a su padre lo que fue de su vida, omitiendo solo lo más doloroso, como si él no fuera capaz de observarla desde el cielo. Le agradeció el poder esta viva. Pero cada palabra, era más difícil de expresar. No pudo evitar que saliera entrecortada y que la garganta le ardiera. Bajo la cabeza y lloro. Lloro por la perdida de un hombre al que admiraba y adoraba como nadie. Sollozo porque no pudo estar junto a él, compartir sus últimos momentos, como él lo había hecho. Se levanto una vez más viendo el tumulto de tierra enzacatada tratando de hablar. Sonrió entre las lágrimas, aclaro la garganta.
-¿Estas bien?- dijo Sai, capturando los brazos de Ino.
-Si- dijo con una sonrisa, sonrojándose un poco. Se miró el tobillo moviéndolo. No sintió nada, a pesar del fuerte tropezón.
-Te hubieras quedado en casa, el camino es muy pesado- ella negó con ambas manos.
-Quería venir, estoy emocionada de conocer a mi suegro.
-Gracias- le dijo con una sonrisa –A mi padre le encantara conocerte.
-Espero le agradece- él asintió.
-La agradarás, sueles deslumbrar a todos los que te conocen- ella sonrió, Sai en los últimos días se había convertido en un esposo sumamente cariñoso. Él extendió su mano y ella se vio tentada a tomarla, al final se negó.
-Yo estoy bien- miró más adelante donde se veía a Mebuki –Ve, ayuda a madre. Lo necesita más que yo, últimamente parece estar realmente triste y deprimida.
Cuando llegaron a la cima de la colina. Sai ayudó a ambas mujeres a subir el último peldaño. Primero a su madre, luego la joven Princesa. Mebuki, de inmediato se abalanzo sobre cúpula hecha de tierra y pasto. Acarició la hierba, como si abrazara el cuerpo de su esposo. Sai, sonrió con melancolía, fijándose alrededor.
-Parece que alguien visito a papá- dijo mirando a Ino –Aún huele a incienso- La rubia intento contestar, pero Mebuki llamó a Sai, él se dirigió donde ella -¿Si madre?
-Tú padre, no murió porque estuviera enfermo- abrió sus ojos en demasía, ante aquella fuerte declaración.
-¿Qué estas queriendo decir?- la mujer paso sus manos un poco más sobre el césped y se dejo caer sobre el suelo.
-Tú padre… se suicido- dijo entre lágrimas –Después de que Sakura muriera, sufrió cada día. Se culpaba a sí mismo, su vida pareció perder sentido- Mebuki volteo donde su hijo con los ojos enrojecidos –Sai, después de tú ceremonia con la Princesa, finalmente pensó que había hecho todo lo que podía hacer. Después de culparse, decidió quitarse la vida- las manzanas que llevaban Ino en la mano cayeron contra el suelo al escuchar la historia, aunque había decidido dejar el pasado en eso, en el ayer, le carcomía la culpabilidad –La tristeza le inundó el corazón, yo de haberlo sabido- Sai se dejó caer de cuclillas y abrazó a su madre. Mebuki después de unos minutos se soltó del agarre de su hijo. Se secó las lágrimas y abrazo la tumba –Querido ¿Has estado bien? No hace mucho vi una chica que se parecía mucho a nuestra Sakura. No puede ser ella ¿Verdad? Ella estaba siendo rechazada y apedreada. Nuestra niña no podría estar viviendo así ¿Cierto? ¡Por favor, dime que esto no es cierto!- suplico entre lágrimas –Dime que ella esta junto a ti. Feliz y viviendo en paz ¡Querido!
Sakura mordió sus labios y llevó las manos a su boca, para que no escucharan sus quejidos de dolor a la distancia. Se dejo caer al suelo, abrazo sus piernas. Oculto el rostro.
-Sakura- dijo suavemente.
-Fue mi culpa. Por mi… mi padre murió- Ten-ten tomo el hombro de la joven –En aquel entonces era muy joven, pensé que si yo moría podría salvar a todos. Yo debí, debí luchar por mi vida.
-Sakura- le llamó, pero la pelirosa no reaccionaba. Ten-Ten la tomo de los hombros y la zarandeo hasta que reaccionara –Sakura… No Sakura Haruno esta viva, me entiendes ¡Estas viva!- ella negó lentamente.
-Yo encontrare, la verdad tras mi supuesta muerte. Quizás todos, mi familia, Naruto, estén en peligro. Antes de la que la verdad sea revelada, Sakura Haruno debe seguir muerta.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Hinata se había dando cuenta esa mañana, un día después de la caminata con Naruto, que la sacerdotisa que ella creía era el talismán humano, no era la misma que el Rey veía cada noche. Aquella, que había encontrado y obligado a mostrar su rostro era una más del Pabellón de la Luna, la sacerdotisa que buscaba aún era un misterio. Ordeno que la chica que residía en el Centro de Asistencia Médica, fuera capturada y enviada a su presencia. Nadie debía saberlo, especialmente Naruto. Sin embargo, necesitaba ver aquel rostro.
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Sakura había regresado a su nueva residencia horriblemente abatida. No era para menos, se sentía culpable de la muerte de su padre. Aunque Ten-Ten le había explicado que no tenía necesidad de llorar por un pasado que no se podía cambiar y que el destino había sido incluso más cruel con ella, eso alivio muy poco su dolor.
Las carcajadas de niños resonaron por el lugar y extrañamente le había aliviado un poco su pesar. A veces, las cosas más simples nos hacen tan felices. Se encontró con el hombre alto de cabellos negros, que se había apoderado del lugar desde la noche anterior. Jugaba como un niño, los infantes parecían gozar de su compañía. Sasuke, había tomado como excusa la falta de médicos. A pesar, de que apreciaba poder ayudar a los demás, su mayor objetivo era la chica de cabellos rosas.
-Chicos- dijo mirando a los pequeños -¡Creo que tenemos una nueva compañera de juegos!
La Haruno una vez fue divisada por ellos, entendió que era inevitable no unirse. Pero conforme pasaban las horas, la corriente de emociones negativas se convertía en dulces momentos. Se vio a si misma jugando como niña, disfrutando con todos. Sonriendo junto a Sasuke.
Naruto dio media vuelta sobre sus piernas, sin mirar a Shikamaru se dirigió a la salida. Oculto tras los edificios había observado a Sakura durante el suficiente tiempo para reconocer que ella estaba bien y bastante feliz. Muy feliz. No solo debía marcharse porque se acercaba la noche, sino porque en cualquier momento se lanzaría sobre Sakura y la secuestraría. Si tan solo pudiera irse lo suficientemente lejos con ella, donde no existiera Sasuke, Hinata o Hiashi. Pero era imposible, abandonar a su pueblo no era una opción.
-Su Majestad- dijo Shikamaru.
-No digas ni una sola palabra. Ni una sola.
La noche había llegado. Algunos niños se fueron a sus hogares, otros comían dentro de las habitaciones del Centro. Ambos jóvenes, se quedaron sobre el empedrado contando las estrellas que salían de cada poco, mientras más se oscurecía. Él, había decidido darle el espacio suficiente a la sacerdotisa, para que se acostumbrara a su presencia.
-Ahora te ves mejor que antes- dijo Sasuke, mirando el cabello que caía como cascadas en la espalda femenina. Ella volteó.
-¿Lo crees?
-En la mañana, estabas algo triste. Sabes, cuando quieras te puedo escuchar- Sakura sonrió.
-Entiendo ahora, porque fuiste tan atento conmigo hoy.
-Soy atento contigo aún si no estas triste. Pero si sonríes los problemas desaparecerán, a veces creo que esa es la única manera- Sasuke dejó los orbes verdes para fijarse en el cielo que ahora estaba totalmente estrellado.
-Gracias a usted, mi corazón se siente mejor- él busco de nuevo su rostro. Sonrió, alzando su ceja derecha.
-¿Y no fue gracias a que estaba con un hombre guapo?- Sasuke se señalo a si mismo –Soy impresionante- Ella carcajeo y él se sintió bien, de nuevo la había hecho sonreír. Si ella lo deseara le prometería que la vida entera la haría reír, la protegería y la amaría con todas las fuerzas que su anhelante corazón tenía –“Es un alivio que seas una sacerdotisa”- pensó –“Así puedo tenerte a mi lado, hacerte de nuevo sonreír”
Sintió el corazón por un momento acelerado, daba gracias que la oscuridad había ocultado el sonrojo. Era un hombre, no un adolescente. Se agachó hasta tomar una piedra del suelo, la que era un poco más grande que su palma. Jugó con ella entre sus dedos, recordándole su época de juventud. Recapituló el pasado junto a Sai y Shikamaru, en el gran jardín de la Familia Haruno, donde Kizashi les entrenaba.
Jamás olvidará la primera vez que le vio a Sakura, era pequeña y parecía tan frágil. Era tan hermosa como una muñeca de porcelana. Blanca al igual que la nieve, sus mejillas sonrojadas hacían juego con aquellos enormes ojos verdes, parecidos a las esmeraldas. Pensó por un instante que se trataría de un ser de los cielos, acuclillada robando flores de un jardín humano, tarareando una canción que solo se escucharía entre las nubes. Pero cuando vio su sonrisa, olvido todo. Fue allí cuando el inexperto corazón brincó emocionado.
Los primeros meses le invadió el miedo, cada vez que le miraba su pecho parecía querer explotar. Talvez estaría enfermo, pero solo se sentía así frente a la niña de cabellos rosas. La hermana de su amigo. Recordó haber hablado con su hermano que le llevaba algunos años más. Se acordó que sus ojos negros se abrieron en exceso y luego carcajeo –Niño tonto ¡Estas enamorado!- le había sentenciado. Fue ahí cuando comprendió lo que le había ocurrido, o eso creía. Itachi le comentó que la única cura para aquel “mal de amores” era confesar sus síntomas a la niña, con suerte ella los entendería y le curaría. Pero antes debía de ofrecerle un presente, uno que le agradará y le diera suerte.
-¡Toma!- dijo extiendo la piedrecilla. Ella alzo la mirada y él se sonrojo. Luego la tomo.
-¿Qué es esto?- pregunto con suave voz. Su corazón cerca de curarse, parecía que explotaría. La cura no estaba haciendo efecto, más bien tenía miedo de morir frente a la bella niña.
-Un regalo- dijo entre tartamudeos. Recordó a Itachi, debía decirle sus síntomas luego la palabra mágica o más bien la pregunta. Pero las palabras se trabaron en su garganta -Es una piedra de la suerte- dijo casi en un grito.
-¿Suerte?- él asintió.
-La recogí del río- dijo señalando a la distancia el lugar –Si te sientes triste, ella te ayudara. Es una piedra “resuelve problemas”- ella la miró detenidamente. Sasuke se asusto, quizás no le gustaría el presente y allí mismo él caería inconciente.
-Es muy bonita- enseño su grande sonrisa -¡Se la enseñare a papá y mamá!- Antes si quiera de el despedirse o decirle algo, la niña alzo su falda con su mano aún libre y corrió llevando la piedra. Cuando creía que perdería su imagen dentro de la casa, Sakura volteo –Gracias Sasuke- él sonrió emocionado, ella conocía su nombre.
Curveo la comisura de sus labios cuando despertó de aquel viejo recuerdo, que más parecía sueño. Ese fue su primer amor, ahora junto a él, nacía uno nuevo.
-Utiliza esto para sonreír mañana- dijo Sasuke. Sakura miró la piedra que jugaba en los dedos de su acompañante.
-Dámela- dijo extendiendo la mano.
-¿Por qué?
-Es demasiado bonita para que este tan sucia- él la miró extrañado –Será algo que aliviará mis preocupaciones, la utilizaré como una “piedra resuelve problemas”
-¿Enserio?- él suspiró –No es una mala idea- Llevó la piedra hasta su hombro, donde la restregó contra ropa. Ahora estaría limpia –Entonces esto, es un regalo para ti- extendió la roca hasta donde Sakura. Ella la tomo.
-Gracias por el regalo- sonrío haciendo amago de marcharse -Ten cuidado de camino a casa.
Sakura bajo su cabeza, despidiéndose. Sin esperar que él saliera corrió hasta el Centro Médico. Él la miró partir. Cuando volteo no lucho contra los ojos humedecidos o la lágrima que imprudente viajo sobre su mejilla.
-Sakura- susurró.
-Sasuke- al escuchar la voz, paso la mano por su rostro y volteó con los ojos ensombrecidos. Ambos se miraron por largo rato sin decir nada, al final el pelinegro se dirigió hasta las sombras donde Naruto le esperaba. El rubio golpeo el viejo árbol que tenía a su lado y miró más profundamente a los orbes del amigo. Sasuke terminó por romper el contacto -¿Por qué estas tan aturdido?
-¿Qué quieres decir?
-Veo que vienes a menudo al Centro Médico.
-¡Ah! En realidad decidí venir todos los días- dijo sonriendo, en cambio notó como Naruto tensaba su cuerpo –Voy a ver la mujer que esta mi corazón, esa que ha caído en la miseria y es rechazada por todo el mundo. O acaso ¿Pretendías que fuera ignorante de la situación?
-Sasuke.
-¡Te lo dije!- gritó, sin siquiera permitirle al rubio continuar –No me importa tener que renunciar a mi título, voy a desechar todo por esa niña.
-La orden que te di de no acercarte ¿Estas en contra de ella?
-¡Su Majestad! ¿Está usted dispuesto a abandonar su posición real?- espero su respuesta, pero Naruto no abrió la boca –Si dejo la sacerdotisa como me lo has ordenado ¿Te encargarás de protegerla?- miró como Naruto apretó los dedos bajo su puño –Nunca estarás dispuesto a renunciar a nada, ni tampoco permitirás que te lo quiten. Lo único que ha hecho Su Majestad, es infligir dolor, convirtiendo una inocente en culpable. La puedes proteger ¿En serio?
-¡Sasuke! Basta, por favor. Detente- dijo apretando sus ojos.
-¿Puedes renunciar a Sakura, la Princesa Heredera?- Naruto levanto los parpados, hasta buscar el rostro desfigurado de Sasuke por la furia.- Yo, puedo hacer eso. Pero, estoy seguro que tú no puedes.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
-Es usted la que llaman “Talismán Humano”- dijo la mujer que Sakura reconoció como una dama de la corte.
-Si, así es.
-La Reina, desea verla.
Hinata mordía la uña de su dedo pulgar, mientras esperaba a la sacerdotisa. Cerca de estar furiosa y con deseos incontrolables de matar o torturarla. Se encontraba bastante asustada, angustiada por el rostro que estaba a punto de conocer o reconocer. La voz de la dama de corte, diciendo que la joven había llegado la sobresalto de tal manera, que debió llevar su mano al pecho tranquilizándose antes de dar la orden de ingreso.
Una vez fingió seguridad, se miro las uñas en un acto de despreocupación. No por coquetería, sino por miedo. El sonido de los pasos acercándose era más fuerte y retumbaban en su cabeza como martillazos. Por fin los pasos cesaron, constatando que la habitación ya no estaba vacía.
-Ofrezca sus respetos a la Reina- ordeno la mujer.
La Hyuga alzo la cabeza para mirarla. La joven estaba inclinada con una rodilla sobre el suelo, la otra pierna flexionada. Cuando Sakura alzo la cabeza, la Reina pareció haber visto un espectro. La presión en el pecho se hizo tan evidente que tuvo que llevarse la mano hasta el cuello. Las pestañas rosas se alzaban para mostrar dos ojos verdes, exactos a la niña que conoció de pequeña. Una vez ambas miradas se cruzaron, el escalofrío viajo a cada rincón de su cuerpo. Soltó un pequeño suspiro de sorpresa y pudo notar cierta riza burlona de parte de la sacerdotisa, que disimulo.
La Hyuga, tragó y negó con la cabeza. Mientras su frente se arrugaba más ante la sorpresa, minutos después el cuerpo le temblaba. Algo dentro de ella le pedía a gritos salir. Huir de allí.
-Tú… tú…- dijo tartamudeando -¿Qué estas haciendo aquí?
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: • The Moon (+13)
¡¡Waaaa!!¿Ahora qué pasará?
¡Sasuke,lárgate a otra parte y deja a Saku-Chan en paz!
¡Hinata,deja tu obseción con Naru-kun y lárgate a joder a otra parte!
¡Quiero que todos los estúpidos metiches se larguen y dejen a NaruSaku ser felices!
Al menos ya Saku-Chan recordó su pasado.Naru-kun,olvídate de todo y escápate con Saku-Chan. TT^TT
Espero la Conti Ansiosísísísísísísísísísísísísísísísísíma.
Saludos,besos y abrazos.
¡Sasuke,lárgate a otra parte y deja a Saku-Chan en paz!
¡Hinata,deja tu obseción con Naru-kun y lárgate a joder a otra parte!
¡Quiero que todos los estúpidos metiches se larguen y dejen a NaruSaku ser felices!
Al menos ya Saku-Chan recordó su pasado.Naru-kun,olvídate de todo y escápate con Saku-Chan. TT^TT
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NaruSaku-12- Sannin
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Uhm ~ Con Naru-kun en el inframundo visitando a Jiraiya y Mina&Kushi
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Re: • The Moon (+13)
muchas gracias por tus palabras, estas en todo lo cierto, bueno...
tu fic.. ohh ke genial!!
ke dificil para sakura enterarse como fue la muerte de su padre
pero por otro lado ese sasuke aveces me da ternura y otras veces me asusta
ke mejor se aleje de sakura-chan.. aunque sea dificil ella ama a naruto y el igual
solo espero ke hinata no se atreva a hacerle algo a ella o se las vera conmigo!!
espero conti anciosa por favor!! ya kiero ver ke ara sakura!! please!!
esperare anciossisima
PD: haber si te das una vueltecita por mi fic, ya viene lo bueno
tu fic.. ohh ke genial!!
ke dificil para sakura enterarse como fue la muerte de su padre
pero por otro lado ese sasuke aveces me da ternura y otras veces me asusta
ke mejor se aleje de sakura-chan.. aunque sea dificil ella ama a naruto y el igual
solo espero ke hinata no se atreva a hacerle algo a ella o se las vera conmigo!!
espero conti anciosa por favor!! ya kiero ver ke ara sakura!! please!!
esperare anciossisima
PD: haber si te das una vueltecita por mi fic, ya viene lo bueno
mayasorita- Chunnin
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donde sea que haya anime, videojuegos, musica y comida ;D
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Re: • The Moon (+13)
KYAA
SASEKE Y HINATA YA DEJEN DE JODER LO BONITO
SE AN ENCONTRARO LA VERDADERA PRINCESA HEREDERA Y LA MALDITA
POR KAMI-SAMA QUIERO CONTII
SASEKE Y HINATA YA DEJEN DE JODER LO BONITO
SE AN ENCONTRARO LA VERDADERA PRINCESA HEREDERA Y LA MALDITA
POR KAMI-SAMA QUIERO CONTII
cerezo en el viento- Aprendiz
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tratando de no caerme del arbol
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Re: • The Moon (+13)
Juuuju no es para menos , tu redacción es hermosa .
Bueno regresando a la historia , pobre Sakura la consciencia la carcome creyendo que su padre murió por culpa suya . Lo positivo que encuentro en todo esto , es sin embargo mas grande que lo negativo . Ya sabe todo , esta segura de lo que es y lo que quiere e ira por ello , claro con la inteligencia que tanto la distingue . Esperemos y tenga un plan audaz y logre estar junto a Natura , pronto!:3 .
Espero la continuación ansiosa , que este capitulo me ah encantado!
PD. A Hinata casi se le sale el corazón por la boca al verla:3 (¿Que pasara?).
Bueno regresando a la historia , pobre Sakura la consciencia la carcome creyendo que su padre murió por culpa suya . Lo positivo que encuentro en todo esto , es sin embargo mas grande que lo negativo . Ya sabe todo , esta segura de lo que es y lo que quiere e ira por ello , claro con la inteligencia que tanto la distingue . Esperemos y tenga un plan audaz y logre estar junto a Natura , pronto!:3 .
Espero la continuación ansiosa , que este capitulo me ah encantado!
PD. A Hinata casi se le sale el corazón por la boca al verla:3 (¿Que pasara?).
Fanny△- Aprendiz
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Re: • The Moon (+13)
jijijiji....la risilla burlona de Sakura al ver a Hinata quedarse blanca del susto la he disfrutado mucho... empieza la venganza....bien !!!
Y aún a riesgo de repetirme como el ajo:
ME ENCAAAAAAAAAANTA SASUKE !!!
qué linda la historia de cómo se enamoró de ella....Muy tierna...tan inocente...me sacaste una sonrisa.
Y por otra parte, su altruísmo al ayudar a vomitar a la niña enferma, su valentía al plantarle cara al rey por proteger a Sakura...si es que lo tiene todo el muchacho...
Si Sakura no lo quiere me lo pido yo !!!!! creo que me estoy enamorando....
jajajajaaaaaa
contiiiiiiiiiiiiii !!!
Y aún a riesgo de repetirme como el ajo:
ME ENCAAAAAAAAAANTA SASUKE !!!
qué linda la historia de cómo se enamoró de ella....Muy tierna...tan inocente...me sacaste una sonrisa.
Y por otra parte, su altruísmo al ayudar a vomitar a la niña enferma, su valentía al plantarle cara al rey por proteger a Sakura...si es que lo tiene todo el muchacho...
Si Sakura no lo quiere me lo pido yo !!!!! creo que me estoy enamorando....
jajajajaaaaaa
contiiiiiiiiiiiiii !!!
Eva2.0- Genin
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Re: • The Moon (+13)
Andaba muy ocupada y no me podia conectar hasta que me encontre con esta nueva versión dl foro me permite conectarme al 100%, y como creo que tienes influencias digo -¡no puedo leer sus historias si lo ponen en spolier! Jaja gracias por permitir que me desahogue.
Volviendo a la trama si que lo lamento mucho por Sasuke pobre chico guapo y muy noble pero el corazón de la joven el rubio se la robo por 2 veces, que se lo quede Eva con él, lo siento por ella me temo que tampoco eso será posible. Me enternecio el modo que él se enamoró de ella cuando era más joven. La tristeza de los Haruno por la muerte de Kizashi fué tremendo pobre Sakura, Sai, consolado por uno de los verdugos. Anque duela tiene un poco de culpa.
La cara de terror de Hinata no tiene precio jaja y Sakura haciendolo aldrede jaja eso lo hace más simpatico.
Disculpas si soy un poco despistada pero tengo una duda ¿ El derecho de reina todavia le corresponde? Lo digo porque antes de caer enferma tenia que realizarse un ritual o ceremonia.
Espero leerte pronto amiga que los capítulos se vuelven cada vez más viciosos
Volviendo a la trama si que lo lamento mucho por Sasuke pobre chico guapo y muy noble pero el corazón de la joven el rubio se la robo por 2 veces, que se lo quede Eva con él, lo siento por ella me temo que tampoco eso será posible. Me enternecio el modo que él se enamoró de ella cuando era más joven. La tristeza de los Haruno por la muerte de Kizashi fué tremendo pobre Sakura, Sai, consolado por uno de los verdugos. Anque duela tiene un poco de culpa.
La cara de terror de Hinata no tiene precio jaja y Sakura haciendolo aldrede jaja eso lo hace más simpatico.
Disculpas si soy un poco despistada pero tengo una duda ¿ El derecho de reina todavia le corresponde? Lo digo porque antes de caer enferma tenia que realizarse un ritual o ceremonia.
Espero leerte pronto amiga que los capítulos se vuelven cada vez más viciosos
eliannar- Moderador
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Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
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Re: • The Moon (+13)
Hola, muchas gracias por los comentarios. Espero disfruten el episodio 26, cuatro más y se acaba.
A veces siento como si mi vida fuera una pesadilla. Mil motivos que me obligan a doblegar la cabeza y desear huir, entonces es cuando me preguntas qué significado tiene la palabra “felicidad”. Algunos creerán que es la riqueza, el poder. Yo creía que era el amor, aquel sincero sentimiento que nace del corazón, se revuelca ansioso en el estómago y de nuevo sube hasta sonrojar tus mejillas. Pero el tiempo nos cambia, el tierno amor se convirtió en aversión ¿Cuándo fue que se relevó? Quizás el día en que sus ojos azules, me dijeron que no.
Hinata gimió con miedo. Con el desasosiego causado por la mujer frente a ella, una que había muerto, pero ahora respiraba. Le robaría sus sueños, también sus pesadillas. Segura que le dejaría con las manos vacías, palideció. Se convertiría en un recuerdo que se desteñiría en el tiempo. De nuevo, transmutada en aquel ser inferior que nadie miraba.
Las memorias de lo que fue y lo que podría ser, intensificaron los pobres sentimientos. Como la lluvia lavando la tierra, las inseguridades se asomaron. Consiente del temor, no logró contenerlo más y Sakura también lo notó. Sus labios delgados se movían a ritmo desenfrenado, las manos temblaban, los ojos deseaban derramar lágrimas.
La pelirosa era conciente y sin embargo, no haría nada para evitarlo. Lejos de la Sakura sumisa en un cuerpo de sacerdotisa, la Princesa Heredera renacía. La joven dama, hija de nobles se miraba tranquila, indiferente y hasta con cierta actitud irónica. No perdió la postura de la doncella digna que le enseño ser su madre o de la condición serena instruida por su padre.
-¿Qué estas haciendo aquí?- dijo por fin, la muchacha de blancos ojos.
-Usted me mando a llamar- sonrió -¿No es cierto?
El silencio les rondo por un largo período. Hinata mostraba muecas de sonrisas que se desfiguraban por el miedo. Dejo caer todo el peso de su cuerpo sobre sus rodillas; asombrada de su propia voluntad de lucha, se abalanzó hacia delante. La miró más profundamente, la mirada fue devuelta de igual manera. Los labios de la peliazul se separaron.
-¡Tú eres!- la señaló, como si se hubiera encontrado con un demonio de las leyendas. Las mejillas pálidas se tornaron rojas -No, esto no puede estar pasando- apretó los puños. Le miró de nuevo, trató de sonreír -Enserio, tú no puedes ser…- Sakura bajo la mirada, curvo los labios.
-Sa.ku.ra Ha.ru.no- deletreó la pelirosa. Hinata se mordió los bordes de su boca. La sacerdotisa sonrió con sarcasmo -¿Me parezco a esa niña?
-¿Qué estas queriendo decir?- dijo mientras caía una lágrima por su mejilla. Fuese o no la niña que conoció en el pasado, su simple presencia le torturaba. Sakura suspiró.
-Muchos me confunden con esa niña. Pero, soy simplemente una sacerdotisa.
-¡Cierto!- expresó rápidamente, casi en un grito -Ya que lo he confirmado. Puedes irte- Hinata volteo a su rostro. Fuera lo que fuera, no la quería un instante más en su habitación.
-Antes de irme ¿Puedo decirle algo?- Hinata volteo extrañada, pero evitando contacto visual -Yo, cuando estuve en el Pabellón de Hanami, me encontré con el espíritu de la Princesa Heredera- una vez pronunciadas esas palabras, el rostro de la Hyuga se tensó y la buscó para ver si mentía -El espíritu me dijo que le diera un mensaje “Abandone sus miedos, le deseo felicidad”
-¡Eso no pudo haber sucedido!- le dijo susurrando, para mostrar luego un rostro de suma frustración -¡Esa niña no tiene motivos para decirme eso!- gritó -Dama de la Corte, saque a esa mujer ¡Ahora!
Sakura pareció no sorprenderle la actitud de la Reina, desde joven aparentaba poseer un carácter altanero e indeleble, pero había conocido los miedos e inseguridades que la consumían. Culpable o no de su situación, su aspecto solo demostraba no estar ajena a los hechos ocurridos con la Princesa Heredera.
Volteó hacia la vieja que le apretaba con delicadeza su brazo derecho, ayudándola a levantarse. Agradeció el gesto, junto con ella se dirigió a la puerta. Un último vistazo hacia atrás, Hinata parecía irreconocible consumida en sus inseguridades, mordía con insistencia la uña de su pulgar. La dama de la corte volteó también, se notó preocupada, Sakura hizo un gesto para que la abandonara y se ocupara de la Reina. Camino por el pasillo envuelto en sombras, tiempo después un gritó que helo la sangre. La Hyuga parecía estar perdiendo el control. Aquella mirada blanquecina, eran los ojos de alguien aterrorizado. Faltaba conocer los motivos, los dejaría para más tarde.
Suspiró una vez salió del Pabellón, dejó los ojos fijos en el firmamento sosegando la ansiedad que le apretaba el pecho. Bajo hasta mirar sus manos que no habían dejado de temblar desde que salió de la habitación de la Reina, ahora estaban más calmas. Una suave brisa ondeaba en la plaza al frente del edificio, todo alrededor estaba tranquilo. Vio que los guardas de la corte entraban apresurados, seguro otra rabieta de la Reina. Sin importarle los motivos, aprovecho para marcharse.
Camino a paso lento, deseando no salir de las murallas. Ahora que lo recordaba todo, la nostalgia de un tiempo feliz le hizo sonreír. Pero, qué hubiese pasado ante la inexistencia de un destino arrebatado. Negó. Llorar por las cosas que nunca pudieron ser, no era su cualidad. De ahora en adelante, correría hasta poder tomar la mano de Naruto y caminar junto a él.
Las evocaciones parecieron materializarse, el imponente Pabellón de Hanami, lugar donde florecen las flores estaba frente a ella. Los dedos largos y delgados se fueron hasta la madera pintada de verde, perteneciente a dos altas puertas. Desprotegidas de los candados que la mantuvieron cerradas por ocho años, las abrió de par en par hasta mirar lo que ocultaban, más que muebles y adornos, eran los sueños implícitos de un tierno amor. Sus ojos de inmediato se humedecieron. Las puertas fueron de nuevo atrancadas en su posición anterior. Pero la joven se encontraba adentro. Paseo por cada rincón del Pabellón, dejaría de último la que fue su habitación.
Entró en el cuarto detallando cada objeto con más cuidado, diferente a la última vez que estuvo allí, no solo tenía plenitud de recuerdos, también se encontraba más calma. Giró sobre sus piernas observando lentamente, para terminar sobre el futon tendido en el suelo, sobre esté sus viejas ropas reales, las tomo en sus manos para luego abrazarlas. A pesar del olor a tiempo y humedad, sintió el tenue olor a cerezos.
La abandono dejándolas en el mismo lugar en que las había encontrado. Se dirigió hacia una habitación contigua, que daba a un gran ventanal que iniciaba en el techo y llegaba hasta el suelo. Conformado por dos puertas, una vez que estas se abrían daban paso aún pequeño balcón. Las recordaba a la perfección, Naruto le había pedido asomarse allí en el pasado. Quizás era el sentimiento de melancolía, talvez el deseo que él estuviera tras aquellas ventanas, sin pensar si quiera que pudieran descubrirla, empujó.
El jardín abajo no estaba solo. Ambos se sorprendieron. Notó el abatimiento, también la confusión en el hombre que miraba. Su reacción fue inesperada, tomo de nuevo las orquillas de metal cerrándolas tras de si con fuerza. Era la actitud de una niña cobarde, quien ha cometido una travesura, pero debería de enfrentarlo o huir de él. Aún no era el momento indicado de decirle quien era, aunque moría por zambullirse en sus brazos. Se recostó sobre la ventana, sus manos se fueron al pecho. Respiraba con rapidez, el nudo en la garganta le indicó que estaba a punto de llorar.
-¿Estas llorando por la familia que dejaste?- recordó -Si así es. Abre la ventana.
La nitidez de aquella voz, no le dejó duda alguna. Sakura volteó abriéndolas de nuevo, las lágrimas asomaron, el espacio vacío se torno borroso. Naruto se había marchado. Salió de Hanami con la fija convicción de encontrarle, pero no le halló en los jardines, ni tampoco en los alrededores. Tomo un gran respiro, cuando se encontró de nuevo frente a la puerta principal. Talvez, debería de marcharse, pero fue ante el pensamiento que él apareció.
Naruto se acercó lentamente, arrastrando los pies. Cada vez que su corazón parecía desfallecer, sus piernas no respondían como debían. Se miraron fijamente, hasta que él estuvo lo suficiente cerca, para que ella no supiera que hacer. Sakura agachó la cabeza.
-¿Por qué estas aquí? Deberías estar en las instalaciones médicas ¿Te han obligado a algo?- le dijo preocupado.
-Solo he venido a Palacio por un mandato- él asintió comprendiendo, aunque hubiese deseado que estuviera ahí por él -Mientras me iba, me perdí- ella negó lentamente -No, sin saberlo la luz de la luna me trajo hasta aquí. Lo siento, aún sabiendo que este lugar es tan importante para usted- ella agacho aún más su cabeza -Yo debo irme.
Ella debía de irse. La imagen de la sacerdotisa caminando hacia él, pasando por su lado sin siquiera mirarlo, hizo que le hirviera la sangre, lo admitía era un ser egoísta. Sí, porque no deseaba dejarla ir para encontrarse con otro, pero tampoco era capaz de mantenerla a su lado. Cuando lo único que pudo mirar era su cabello rosa hondeando en el viento, la tomó por la muñeca. Sintió un escalofrío cuando sintió aquel pedazo de piel suave y tibio. Aunque ambos se daban la espalda, los dos sospechaban de la agonía del otro.
-¿Cómo has estado?- dijo, con un deje de culpabilidad.
-Estoy mucho mejor.
-El estar ahí ¿Es difícil?- ella negó.
-No es difícil.
-Si quieres, yo puedo trasladarte a otro lugar. Si quieres puedo enviarte aún lugar donde nadie te conozca.
-¿Por qué haría eso por mi?- él silencio -No hay necesidad que lo haga- mordió sus labios -“Si lo haces, no seré capaz de estar de nuevo a tú lado”- pensó.
-Pero, no deberías pagar por un pecado que no has cometido.
-¿Cómo puede decir que no he pecado?- se dejo decir -“¿Cómo puedo expiar el pecado de no reconocerte la primera vez en que te vi”.
-Entonces- dijo desesperado -¿Es cierto sedujiste a Sasuke?- ella no respondió, las experiencias le habían enseñado que el silencio a veces ocultaban verdades, pero los celos y la rabia parecían inmunes a lo que entre ellos existía.
-Su Majestad, por favor prepárese y no se debilite por la lastima- Naruto escuchó aquellas punzantes palabras, sabía que aquello era una despedida. Soltó lentamente la mano que sostenía con fuerza.
-Vete entonces- expresó abatido. Ella cubrió su boca con ambas manos, para que no se escucharan sus lamentos -Será mejor para ambos que te vayas, tampoco deberíamos encontrarnos de nuevo.
Naruto pensó en voltear para verla una última vez, pero la imagen de ella dándole la espalda no era lo que deseaba guardar en su memoria. Maldiciendo en sus adentros, por aquella existencia de amarguras y tan pocas alegrías. El Rey, fue él primero en marcharse. Sin percatarse que dejaba tras de si, a la mujer que había amado toda su vida. Sakura volteó, quizás le había hecho daño, talvez terminaría pensando que entre ella y Sasuke existía algo que jamás podría nacer. Pero porque lo amaba, aún no era tiempo de decir la verdad. Lo miró marcharse, hasta que su cuerpo se ocultó por la distancia y la oscuridad. Lloró de nuevo con más intensidad.
Una hora y treinta minutos después, Sakura ingresó en el Centro Médico. Tsuname le esperaba. Limpió las lágrimas con su antebrazo, su dolor se convirtió en desconcierto, también en rabia. Ambas se miraron, la Suma Sacerdotisa se acercó, se inclinó hasta tocar su rodilla contra el suelo, luego se enderezó para volver a mirarle. Sakura cortó el contacto.
-¿Qué hace aquí?- dijo secamente.
-Como no fue a visitarme, vine a buscarle.
-No pensó, que si no la buscaba era porque tenía algún motivo. Ahora, no se si me sienta preparada para hablar con usted- Sakura se iba a marchar, pero la rubia la tomó del hombro. La Haruno apartó la mano.
-Señorita.
-Ahora no estoy lista para decir nada. Quizás otro día.
-Su Majestad ha solicitado verme- escupió la rubia -Antes de reunirme con el Rey, tenía que hablar primero con usted. Es por eso que vine.
Sakura asintió ante aquel ofrecimiento del que no se podía negar. El orgullo no le mantendría a Naruto y ella a salvo, los pasos que daría de ahora en adelante debían ser cuidadosos. Saber toda la verdad tras su muerte era primordial. Le indicó a Tsuname seguirla, se dirigieron hasta un viejo edificio que servía de almacén para las hierbas curativas. El lugar era el indicado, por la falta de personal en aquellas horas.
-Sakura, sino dije nada era para evitar que esas personas te destruyeran. Fue por eso que callé- Tsuname intento mirarle a los ojos -Se que le he fallado al Reino y a los Cielos, no importa el castigo que me den, estaré dispuesta a recibirlo.
-Debió haber dejado que me encontraran- dijo la joven -Si mi padre me hubiera encontrado de nuevo, si no pensara que estaba tirada en algún lugar del mundo. Sino hubiera estado tan atormentado con el temor que había arruinado la vida de su hija- Sakura la miró a los ojos -Sabe, él se suicido. Usted no me delato, pero mi padre murió porque usted ocultó la verdad- Tsuname bajo la cabeza, estaba impactada -Mi familia, Naruto. Todos han sufrido por ocho años ¿Cómo va a repararlo? ¿Por qué razón cayó por tanto tiempo?
-Por las verdades tras su muerte- dijo la rubia -Con el fin de lanzar una maldición asesina, la sacerdotisa Chiyo debía buscar una joven virgen para el ritual. Esa niña, para hacer su sueño realidad, participó voluntariamente en maldecirte y deseo por su muerte también.
-¿Es esa niña… la Reina?- Tsuname suspiró y negó -Entonces ¿Quién fue?- Sakura no creyó, la imagen de la persona que cruzó por su mente -De ninguna manera…
-Se trata de la Princesa Ino- Sakura abrió los ojos en demasía -Es traición participar en la muerte de algún miembro de la realeza. Si el pecado de Ino es descubierto, el Rey Naruto tendría que castigar con la muerte a su propia sangre. También el esposo de la Princesa se convertirá en un criminal.
-La Reina Madre- dijo angustiada -Esa mujer lo tenía previsto, si de algún modo Naruto averiguará la verdad, sabía que no podría hacer nada. La eligieron a ella como un sacrificio.
-Ustedes no tendrían más opción que ocultarlo.
-Yo, no se que hacer. Mi hermano…
-Tienes que elegir ¿Quieres que le diga la verdad e ir donde el Rey? o ¿Olvidará todo esto, dejando atrás a su familia?- Tsuname la tomo por la mano -Haré lo que me diga.
Sakura se levanto de la silla, obligando a la rubia al soltarla. Se agarró contra la mesa al perder la fuerza en sus piernas. Tsuname hizo amago de ayudarle, pero ella negó con la mano. Necesita estar sola, pensar bien las cosas.
Esa noche de nuevo, no había podido dormir. En el último mes y medio, los recuerdos la perseguían como sombras. El tiempo le había ayudado a superarlo, continuar su vida. Pero ahora, estos renacían para atormentarla. Las últimas reacciones de aquellos que eran su nueva familia, le habían hecho sentir culpable. Era quizás un monstruo.
En la esquina de su habitación, se acorrucaba con las cobijas hasta dejar apenas visible sus ojos. Se odiaba, detestaba a la mocosa inmadura que había provocado la muerte de Sakura, la niña dulce de ojos verdes que le había ofrecido su amistad. Pero acaso, sería juzgada el resto de su vida por un error. Ese traspié que se había convertido en injusticia. Lo había hecho por amor, porque ella era capaz de hacer cualquier cosa por tenerlo a él. Pero a pesar de todo eso, la muerte no la había contemplado. Por eso fue, que cuando la Reina Madre le prometió el cielo y la tierra, no podría negarse a la posibilidad casarse con Sai. Por desear lo que ahora posee, debió matar.
-Princesa- ella dio un brinquillo por el susto -¿Estas dormida?- Ino limpió las lágrimas, tosió para que su voz fuera más segura. Se levantó.
-Estoy despierta- Sai, abrió la puerta. Él se acercó a ella.
-¿Estabas llorado?
-No- dijo ocultándose -¿Qué estas haciendo aquí esta hora?
-Me dijeron que desde que regresamos de la tumba de mi padre, te has sentido mal. Estada muy preocupado- ella volvió a llorar, sin importarle que Sai la mirara -¿Por qué esta llorando? ¿Te hice sentir peor?- ella negó.
-No. Solo soñé que usted desapareció- su voz se quebró -Solo estoy feliz de verlo otra vez- Él se acercó a ella y la abrazo fuertemente, Ino podía sentir el corazón acelerado de Sai sobre su mejilla.
-Estoy en grandes problemas.
-¿Algo malo ha sucedido?- dijo asustada, ella pudo escuchar su risa.
-Te dije que eras muy bonita cuando sonreías. Ahora, inclusive te ves bonita cuando lloras. Es por eso que estoy en grandes problemas. Nunca podré separarme de tú lado.
-Por favor. Perdóname.
-Perdonar ¿Qué?- él se separo de ella para poder verla. Pero la rubia de nuevo se aferró a su torso.
-Todo.
-Velaré tus sueños, así que me prometerás estar más tranquila.
-¿Enserio, estarás a mi lado?
-¡Te lo prometo!
Quiso recordar la última vez que no se sintió frustrado, pero le fue imposible. Todo lo que deseaba conseguir se diluía entre los dedos, la ira y decepción se habían convertido en sus compañeros inseparables. Tantas eran las fuentes de su desasosiego, que había olvidado que esa mañana la Sacerdotisa Tsuname había prometido ir a visitarle.
Cuando entró en la oficina, la mujer le esperaba. Le había ofrecido una reverencia y el recapitulo en su mente las consultas. Aunque en realidad, solo era una. Cuando Naruto le preguntó si alguien podía morir por efectos de la magia, ella le miró con indeferencia y su rostro evito demostrar que sabía algo más de aquella historia turbia, donde la Princesa Heredera era la protagonista. Tsuname lo negó y en cierta manera, también era cierto. La magia negra usada para hacerles daño a los humanos, siempre traía consigo consecuencias. Si alguien mata con ella, esa persona también muere.
-Por favor no le digas nada a Naruto. Por mi culpa, no quiero que él sufra.
La mujer se marchó dejando tras de ella muchas más dudas. Se sentó sobre la silla para recapitular todo lo recabado hasta el momento. El Pabellón de Luna, era el único lugar capaz de utilizar magia y su relación con la Reina Madre era bien conocida. Si la vieja utilizara alguna sacerdotisa para maldecir a la Princesa Heredera, el trabajo de hechicería estaría oculto del resto de Palacio. El modo de actuar de su abuela, se debía al deseo que un familiar de su línea de sangre se convirtiera en Reina. Por ello, Sakura estorbaba en sus planes. Sin embargo, Tsuname aseguraba que nadie se ofrecería a entregar su vida por la muerte de un tercero. Eso significaba que si la persona que hizo el hechizo estaba viva, la hechizada de igual manera podría estarlo. Recordó el comentario de Yamato, asegurando que el cuerpo de Sakura aún estaba tibio a pesar de estar muerta.
-Sakura, podría estar viva- aquella idea le hizo bribar las entrañas.
Todo parecía cobrar sentido, uno macabro e injusto. Sin embargo, la idea de Sakura viva traía consigo un rostro conocido, la sacerdotisa. Pero si ella estaba viva, por qué no había regresado junto él. Un fuego abrazador le subió por la espalda hasta alojarse en la nuca, era acaso culpabilidad, talvez vergüenza. Desde que conoció a la joven, su corazón se había sentido intranquilo. Era más que el simple hecho que su rostro, ojos y cabellos fueran iguales, el tiempo le había demostrado que aquello que amaba más de la sacerdotisa era su alma, tan parecida a la de Sakura. Las cosquillas que provocaba en su estómago, el corazón acelerado con cada mirada y la sonrisa que rogaba mirar, la mismas sensaciones que provocaba su niña.
La muchacha también había asegurado perder la memoria, si ella fuera la Princesa tampoco lo sabría. Además, Yamato había comentado que la tumba de Sakura había tenido indicios de ser desenterrada. Se levantó de inmediato, aquella angustia incrustada en su pecho, intuía que había tenido la verdad tan cerca que simplemente la había ignorado.
Un conjuro, un cadáver tibio, un funeral apresurado sin amortajar el cadáver, una tumba desenterrada, un asesinato sin rastro, el Pabellón de la Luna, la Reina Madre. Ahora, solo necesitaba confirmar. Tsuname debía volver, debería de explicarle algunas cosas.
Pánico. Había sollozado desde la noche anterior, recostada entre un mueble y la pared, abrazando su cuerpo, mordiendo sus uñas. Desde la visita de la sacerdotisa al Pabellón de la Reina, Hinata se había desequilibrado mentalmente o por lo menos eso decían los médicos reales. Ignorando las suplicas de sus súbditos les obligo a abandonar la habitación. Ella no estaba loca, no era eso. Cerró las ventanas de su habitación, por ella podrían pasar los malos espíritus, especialmente el de aquella niña muerta.
La Reina, temía de cada persona que entraba a su morada. Gritaba con fuerza cada vez que alguno intentaba tocarle, consolarle. Se retorcía sobre sí y huía a otra esquina de la habitación entre espasmos y sudor. Todos los rostros se asemejaban al de la sacerdotisa, talvez vendrían a atacarla, le robarían aquello que posee. Ella seguramente se vengaría, pensaba repetidamente.
-¡Sakura!- gritaba -¡Sakura Haruno, esa niña esta viva!- Tomó su cabeza y negaba, su padre había matado a Sakura para convertirla a ella en Reina, parte de su muerte era su culpa también.
Hiashi Hyuga se había dado cuenta de la situación de su hija, pese al corazón duro y la mente retorcida que poseía. Admitió haberse sentido mal por ella, por lo menos por unos cuantos minutos. Al final de cuentas, compartían la misma sangre. Pero ahora, Hinata se estaba convirtiendo en un peligro y no se permitiría perder el poder que había tenido por tantos años.
Había pasado menos de media hora, pero aquellos minutos le parecieron a Naruto una eternidad. Se debatía entre una esperanza que le haría inmensamente feliz y la culpabilidad que sentiría después de eso. Era un hombre que había prometido proteger, pero fue incapaz de hacerlo. Estaba seguro que la Sacerdotisa de la Luna, era su pequeña niña.
Una vez Tsuname entró a la instancia, Naruto se abalanzó sobre ella. Sus ojos expectantes mostraban no solo angustia, sino las inmensas ganas que tenía de derramar lágrimas. Ojos rojos, el rostro afligido se convirtió en uno indignado, ese que buscaba explicaciones.
Su corazón era un mar tormentoso, una lluvia de sentimientos que simplemente no sabía como controlar, pero dos en ellos hacían mella con más fuerza. El amor, el miedo.
-Me complace verlo de nuevo Su Majestad- dijo Tsuname. Él no se dejaría en esta ocasión engañar por las palabras de la rubia. Por los cielos, esta vez no cometería tal error.
-A partir de ahora deberás de responder sin mentir- sentenció -Si tratas de evadir las respuestas o jugar con palabras, serás severamente castigada.
-Puedo consultar lo que desee- La sacerdotisa sentenció en la voz del Rey, que en esta ocasión sería muy difícil ocultar la verdad.
-¿Es realmente el talismán humano tú hija espiritual?
-Sí.
-Tengo entendido que una sacerdotisa debe olvidar su vida pasada.
-Ellas una vez que eligen ese camino, deben cortar sus lazos. Pero, también existen las sacerdotisas que han olvidado su pasado, las que han podido escaparse de la muerte.
-¿Cómo alguien enterrado vivo?- ella silenció -¿Qué le paso a esa sacerdotisa? ¿Recuperó su memoria o aún no sabe quien es?- Tsuname le miró, pero fue incapaz de hablar -Te haré una pregunta más ¿Es esa sacerdotisa?- suspiró -¿Cuál es su nombre?- aquella pregunta la había susurrado, el nudo en la garganta era doloroso, las palabras se atoraban en el cuello. Pero las lágrimas no pasaron tal aflicción, estas fluyeron por el rostro masculino. Su silencio, solo le provocaba desconcierto, miedo y ansias. También esperanza -¡Respóndeme!- gritó -¿Es esa joven sacerdotisa, mi niña que murió hace ocho años?
Tsuname asintió, su boca no pudo pronunciar ninguna palabra. Cerró los ojos, mientras Naruto se sucumbía en la más profunda confusión. Daba pasos hacia atrás, alejándose de la mujer y sus lagrimas salieron aún con más fuerza, mientras están bajaban a su barbilla y caían en su ropa.
Se alejo de la mujer perdido en sus pensamientos, incapaz siquiera de reprocharle, hasta que salió del Pabellón del Rey. Había caminado por todo Kitsune, por lo mismos lugares que ellos anduvieron de niños. Tanto Shikamaru como Kakashi le custodiaban, pero ambos eran incapaces de acercarse a él. Parecía un cuerpo que había perdido el alma. Naruto se reprochaba, le había dicho tantas cosas que no quería decir, la había hecho sufrir tanto, la había apartado de su lado.
Naruto ya no soporto más el peso de los pecados que cargaba bajo sus hombros, cayó de rodillas al suelo. Mientras gritada de dolor, apoyaba su mano en su corazón. Los parpados los apretó con fuerza, pero las lágrimas continuaban abandonándolos. Golpeaba el pecho, de aquel traidor que había lastimado lo más bello que tenía en la vida. Gritó en incontables ocasiones, aunque la garganta le doliera, aunque perdiera la voz.
-¡Sakura!
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CAPÍTULO XXVI
Déjà vu
Déjà vu
Lo quiero con la sangre, con el hueso, con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento, con este corazón caliente y preso,
y con el sueño fatalmente obseso de este amor que me copa el sentimiento.
Juana Ibarbourou
Tan violento, tan frágil, tan tierno, tan desesperado,
este amor hermoso como el día y malvado como el tiempo.
Jacques Prévert
con la frente que inclina el pensamiento, con este corazón caliente y preso,
y con el sueño fatalmente obseso de este amor que me copa el sentimiento.
Juana Ibarbourou
Tan violento, tan frágil, tan tierno, tan desesperado,
este amor hermoso como el día y malvado como el tiempo.
Jacques Prévert
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A veces siento como si mi vida fuera una pesadilla. Mil motivos que me obligan a doblegar la cabeza y desear huir, entonces es cuando me preguntas qué significado tiene la palabra “felicidad”. Algunos creerán que es la riqueza, el poder. Yo creía que era el amor, aquel sincero sentimiento que nace del corazón, se revuelca ansioso en el estómago y de nuevo sube hasta sonrojar tus mejillas. Pero el tiempo nos cambia, el tierno amor se convirtió en aversión ¿Cuándo fue que se relevó? Quizás el día en que sus ojos azules, me dijeron que no.
Hinata gimió con miedo. Con el desasosiego causado por la mujer frente a ella, una que había muerto, pero ahora respiraba. Le robaría sus sueños, también sus pesadillas. Segura que le dejaría con las manos vacías, palideció. Se convertiría en un recuerdo que se desteñiría en el tiempo. De nuevo, transmutada en aquel ser inferior que nadie miraba.
Las memorias de lo que fue y lo que podría ser, intensificaron los pobres sentimientos. Como la lluvia lavando la tierra, las inseguridades se asomaron. Consiente del temor, no logró contenerlo más y Sakura también lo notó. Sus labios delgados se movían a ritmo desenfrenado, las manos temblaban, los ojos deseaban derramar lágrimas.
La pelirosa era conciente y sin embargo, no haría nada para evitarlo. Lejos de la Sakura sumisa en un cuerpo de sacerdotisa, la Princesa Heredera renacía. La joven dama, hija de nobles se miraba tranquila, indiferente y hasta con cierta actitud irónica. No perdió la postura de la doncella digna que le enseño ser su madre o de la condición serena instruida por su padre.
-¿Qué estas haciendo aquí?- dijo por fin, la muchacha de blancos ojos.
-Usted me mando a llamar- sonrió -¿No es cierto?
El silencio les rondo por un largo período. Hinata mostraba muecas de sonrisas que se desfiguraban por el miedo. Dejo caer todo el peso de su cuerpo sobre sus rodillas; asombrada de su propia voluntad de lucha, se abalanzó hacia delante. La miró más profundamente, la mirada fue devuelta de igual manera. Los labios de la peliazul se separaron.
-¡Tú eres!- la señaló, como si se hubiera encontrado con un demonio de las leyendas. Las mejillas pálidas se tornaron rojas -No, esto no puede estar pasando- apretó los puños. Le miró de nuevo, trató de sonreír -Enserio, tú no puedes ser…- Sakura bajo la mirada, curvo los labios.
-Sa.ku.ra Ha.ru.no- deletreó la pelirosa. Hinata se mordió los bordes de su boca. La sacerdotisa sonrió con sarcasmo -¿Me parezco a esa niña?
-¿Qué estas queriendo decir?- dijo mientras caía una lágrima por su mejilla. Fuese o no la niña que conoció en el pasado, su simple presencia le torturaba. Sakura suspiró.
-Muchos me confunden con esa niña. Pero, soy simplemente una sacerdotisa.
-¡Cierto!- expresó rápidamente, casi en un grito -Ya que lo he confirmado. Puedes irte- Hinata volteo a su rostro. Fuera lo que fuera, no la quería un instante más en su habitación.
-Antes de irme ¿Puedo decirle algo?- Hinata volteo extrañada, pero evitando contacto visual -Yo, cuando estuve en el Pabellón de Hanami, me encontré con el espíritu de la Princesa Heredera- una vez pronunciadas esas palabras, el rostro de la Hyuga se tensó y la buscó para ver si mentía -El espíritu me dijo que le diera un mensaje “Abandone sus miedos, le deseo felicidad”
-¡Eso no pudo haber sucedido!- le dijo susurrando, para mostrar luego un rostro de suma frustración -¡Esa niña no tiene motivos para decirme eso!- gritó -Dama de la Corte, saque a esa mujer ¡Ahora!
Sakura pareció no sorprenderle la actitud de la Reina, desde joven aparentaba poseer un carácter altanero e indeleble, pero había conocido los miedos e inseguridades que la consumían. Culpable o no de su situación, su aspecto solo demostraba no estar ajena a los hechos ocurridos con la Princesa Heredera.
Volteó hacia la vieja que le apretaba con delicadeza su brazo derecho, ayudándola a levantarse. Agradeció el gesto, junto con ella se dirigió a la puerta. Un último vistazo hacia atrás, Hinata parecía irreconocible consumida en sus inseguridades, mordía con insistencia la uña de su pulgar. La dama de la corte volteó también, se notó preocupada, Sakura hizo un gesto para que la abandonara y se ocupara de la Reina. Camino por el pasillo envuelto en sombras, tiempo después un gritó que helo la sangre. La Hyuga parecía estar perdiendo el control. Aquella mirada blanquecina, eran los ojos de alguien aterrorizado. Faltaba conocer los motivos, los dejaría para más tarde.
Suspiró una vez salió del Pabellón, dejó los ojos fijos en el firmamento sosegando la ansiedad que le apretaba el pecho. Bajo hasta mirar sus manos que no habían dejado de temblar desde que salió de la habitación de la Reina, ahora estaban más calmas. Una suave brisa ondeaba en la plaza al frente del edificio, todo alrededor estaba tranquilo. Vio que los guardas de la corte entraban apresurados, seguro otra rabieta de la Reina. Sin importarle los motivos, aprovecho para marcharse.
Camino a paso lento, deseando no salir de las murallas. Ahora que lo recordaba todo, la nostalgia de un tiempo feliz le hizo sonreír. Pero, qué hubiese pasado ante la inexistencia de un destino arrebatado. Negó. Llorar por las cosas que nunca pudieron ser, no era su cualidad. De ahora en adelante, correría hasta poder tomar la mano de Naruto y caminar junto a él.
Las evocaciones parecieron materializarse, el imponente Pabellón de Hanami, lugar donde florecen las flores estaba frente a ella. Los dedos largos y delgados se fueron hasta la madera pintada de verde, perteneciente a dos altas puertas. Desprotegidas de los candados que la mantuvieron cerradas por ocho años, las abrió de par en par hasta mirar lo que ocultaban, más que muebles y adornos, eran los sueños implícitos de un tierno amor. Sus ojos de inmediato se humedecieron. Las puertas fueron de nuevo atrancadas en su posición anterior. Pero la joven se encontraba adentro. Paseo por cada rincón del Pabellón, dejaría de último la que fue su habitación.
Entró en el cuarto detallando cada objeto con más cuidado, diferente a la última vez que estuvo allí, no solo tenía plenitud de recuerdos, también se encontraba más calma. Giró sobre sus piernas observando lentamente, para terminar sobre el futon tendido en el suelo, sobre esté sus viejas ropas reales, las tomo en sus manos para luego abrazarlas. A pesar del olor a tiempo y humedad, sintió el tenue olor a cerezos.
La abandono dejándolas en el mismo lugar en que las había encontrado. Se dirigió hacia una habitación contigua, que daba a un gran ventanal que iniciaba en el techo y llegaba hasta el suelo. Conformado por dos puertas, una vez que estas se abrían daban paso aún pequeño balcón. Las recordaba a la perfección, Naruto le había pedido asomarse allí en el pasado. Quizás era el sentimiento de melancolía, talvez el deseo que él estuviera tras aquellas ventanas, sin pensar si quiera que pudieran descubrirla, empujó.
El jardín abajo no estaba solo. Ambos se sorprendieron. Notó el abatimiento, también la confusión en el hombre que miraba. Su reacción fue inesperada, tomo de nuevo las orquillas de metal cerrándolas tras de si con fuerza. Era la actitud de una niña cobarde, quien ha cometido una travesura, pero debería de enfrentarlo o huir de él. Aún no era el momento indicado de decirle quien era, aunque moría por zambullirse en sus brazos. Se recostó sobre la ventana, sus manos se fueron al pecho. Respiraba con rapidez, el nudo en la garganta le indicó que estaba a punto de llorar.
-¿Estas llorando por la familia que dejaste?- recordó -Si así es. Abre la ventana.
La nitidez de aquella voz, no le dejó duda alguna. Sakura volteó abriéndolas de nuevo, las lágrimas asomaron, el espacio vacío se torno borroso. Naruto se había marchado. Salió de Hanami con la fija convicción de encontrarle, pero no le halló en los jardines, ni tampoco en los alrededores. Tomo un gran respiro, cuando se encontró de nuevo frente a la puerta principal. Talvez, debería de marcharse, pero fue ante el pensamiento que él apareció.
Naruto se acercó lentamente, arrastrando los pies. Cada vez que su corazón parecía desfallecer, sus piernas no respondían como debían. Se miraron fijamente, hasta que él estuvo lo suficiente cerca, para que ella no supiera que hacer. Sakura agachó la cabeza.
-¿Por qué estas aquí? Deberías estar en las instalaciones médicas ¿Te han obligado a algo?- le dijo preocupado.
-Solo he venido a Palacio por un mandato- él asintió comprendiendo, aunque hubiese deseado que estuviera ahí por él -Mientras me iba, me perdí- ella negó lentamente -No, sin saberlo la luz de la luna me trajo hasta aquí. Lo siento, aún sabiendo que este lugar es tan importante para usted- ella agacho aún más su cabeza -Yo debo irme.
Ella debía de irse. La imagen de la sacerdotisa caminando hacia él, pasando por su lado sin siquiera mirarlo, hizo que le hirviera la sangre, lo admitía era un ser egoísta. Sí, porque no deseaba dejarla ir para encontrarse con otro, pero tampoco era capaz de mantenerla a su lado. Cuando lo único que pudo mirar era su cabello rosa hondeando en el viento, la tomó por la muñeca. Sintió un escalofrío cuando sintió aquel pedazo de piel suave y tibio. Aunque ambos se daban la espalda, los dos sospechaban de la agonía del otro.
-¿Cómo has estado?- dijo, con un deje de culpabilidad.
-Estoy mucho mejor.
-El estar ahí ¿Es difícil?- ella negó.
-No es difícil.
-Si quieres, yo puedo trasladarte a otro lugar. Si quieres puedo enviarte aún lugar donde nadie te conozca.
-¿Por qué haría eso por mi?- él silencio -No hay necesidad que lo haga- mordió sus labios -“Si lo haces, no seré capaz de estar de nuevo a tú lado”- pensó.
-Pero, no deberías pagar por un pecado que no has cometido.
-¿Cómo puede decir que no he pecado?- se dejo decir -“¿Cómo puedo expiar el pecado de no reconocerte la primera vez en que te vi”.
-Entonces- dijo desesperado -¿Es cierto sedujiste a Sasuke?- ella no respondió, las experiencias le habían enseñado que el silencio a veces ocultaban verdades, pero los celos y la rabia parecían inmunes a lo que entre ellos existía.
-Su Majestad, por favor prepárese y no se debilite por la lastima- Naruto escuchó aquellas punzantes palabras, sabía que aquello era una despedida. Soltó lentamente la mano que sostenía con fuerza.
-Vete entonces- expresó abatido. Ella cubrió su boca con ambas manos, para que no se escucharan sus lamentos -Será mejor para ambos que te vayas, tampoco deberíamos encontrarnos de nuevo.
Naruto pensó en voltear para verla una última vez, pero la imagen de ella dándole la espalda no era lo que deseaba guardar en su memoria. Maldiciendo en sus adentros, por aquella existencia de amarguras y tan pocas alegrías. El Rey, fue él primero en marcharse. Sin percatarse que dejaba tras de si, a la mujer que había amado toda su vida. Sakura volteó, quizás le había hecho daño, talvez terminaría pensando que entre ella y Sasuke existía algo que jamás podría nacer. Pero porque lo amaba, aún no era tiempo de decir la verdad. Lo miró marcharse, hasta que su cuerpo se ocultó por la distancia y la oscuridad. Lloró de nuevo con más intensidad.
Una hora y treinta minutos después, Sakura ingresó en el Centro Médico. Tsuname le esperaba. Limpió las lágrimas con su antebrazo, su dolor se convirtió en desconcierto, también en rabia. Ambas se miraron, la Suma Sacerdotisa se acercó, se inclinó hasta tocar su rodilla contra el suelo, luego se enderezó para volver a mirarle. Sakura cortó el contacto.
-¿Qué hace aquí?- dijo secamente.
-Como no fue a visitarme, vine a buscarle.
-No pensó, que si no la buscaba era porque tenía algún motivo. Ahora, no se si me sienta preparada para hablar con usted- Sakura se iba a marchar, pero la rubia la tomó del hombro. La Haruno apartó la mano.
-Señorita.
-Ahora no estoy lista para decir nada. Quizás otro día.
-Su Majestad ha solicitado verme- escupió la rubia -Antes de reunirme con el Rey, tenía que hablar primero con usted. Es por eso que vine.
Sakura asintió ante aquel ofrecimiento del que no se podía negar. El orgullo no le mantendría a Naruto y ella a salvo, los pasos que daría de ahora en adelante debían ser cuidadosos. Saber toda la verdad tras su muerte era primordial. Le indicó a Tsuname seguirla, se dirigieron hasta un viejo edificio que servía de almacén para las hierbas curativas. El lugar era el indicado, por la falta de personal en aquellas horas.
-Sakura, sino dije nada era para evitar que esas personas te destruyeran. Fue por eso que callé- Tsuname intento mirarle a los ojos -Se que le he fallado al Reino y a los Cielos, no importa el castigo que me den, estaré dispuesta a recibirlo.
-Debió haber dejado que me encontraran- dijo la joven -Si mi padre me hubiera encontrado de nuevo, si no pensara que estaba tirada en algún lugar del mundo. Sino hubiera estado tan atormentado con el temor que había arruinado la vida de su hija- Sakura la miró a los ojos -Sabe, él se suicido. Usted no me delato, pero mi padre murió porque usted ocultó la verdad- Tsuname bajo la cabeza, estaba impactada -Mi familia, Naruto. Todos han sufrido por ocho años ¿Cómo va a repararlo? ¿Por qué razón cayó por tanto tiempo?
-Por las verdades tras su muerte- dijo la rubia -Con el fin de lanzar una maldición asesina, la sacerdotisa Chiyo debía buscar una joven virgen para el ritual. Esa niña, para hacer su sueño realidad, participó voluntariamente en maldecirte y deseo por su muerte también.
-¿Es esa niña… la Reina?- Tsuname suspiró y negó -Entonces ¿Quién fue?- Sakura no creyó, la imagen de la persona que cruzó por su mente -De ninguna manera…
-Se trata de la Princesa Ino- Sakura abrió los ojos en demasía -Es traición participar en la muerte de algún miembro de la realeza. Si el pecado de Ino es descubierto, el Rey Naruto tendría que castigar con la muerte a su propia sangre. También el esposo de la Princesa se convertirá en un criminal.
-La Reina Madre- dijo angustiada -Esa mujer lo tenía previsto, si de algún modo Naruto averiguará la verdad, sabía que no podría hacer nada. La eligieron a ella como un sacrificio.
-Ustedes no tendrían más opción que ocultarlo.
-Yo, no se que hacer. Mi hermano…
-Tienes que elegir ¿Quieres que le diga la verdad e ir donde el Rey? o ¿Olvidará todo esto, dejando atrás a su familia?- Tsuname la tomo por la mano -Haré lo que me diga.
Sakura se levanto de la silla, obligando a la rubia al soltarla. Se agarró contra la mesa al perder la fuerza en sus piernas. Tsuname hizo amago de ayudarle, pero ella negó con la mano. Necesita estar sola, pensar bien las cosas.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Esa noche de nuevo, no había podido dormir. En el último mes y medio, los recuerdos la perseguían como sombras. El tiempo le había ayudado a superarlo, continuar su vida. Pero ahora, estos renacían para atormentarla. Las últimas reacciones de aquellos que eran su nueva familia, le habían hecho sentir culpable. Era quizás un monstruo.
En la esquina de su habitación, se acorrucaba con las cobijas hasta dejar apenas visible sus ojos. Se odiaba, detestaba a la mocosa inmadura que había provocado la muerte de Sakura, la niña dulce de ojos verdes que le había ofrecido su amistad. Pero acaso, sería juzgada el resto de su vida por un error. Ese traspié que se había convertido en injusticia. Lo había hecho por amor, porque ella era capaz de hacer cualquier cosa por tenerlo a él. Pero a pesar de todo eso, la muerte no la había contemplado. Por eso fue, que cuando la Reina Madre le prometió el cielo y la tierra, no podría negarse a la posibilidad casarse con Sai. Por desear lo que ahora posee, debió matar.
-Princesa- ella dio un brinquillo por el susto -¿Estas dormida?- Ino limpió las lágrimas, tosió para que su voz fuera más segura. Se levantó.
-Estoy despierta- Sai, abrió la puerta. Él se acercó a ella.
-¿Estabas llorado?
-No- dijo ocultándose -¿Qué estas haciendo aquí esta hora?
-Me dijeron que desde que regresamos de la tumba de mi padre, te has sentido mal. Estada muy preocupado- ella volvió a llorar, sin importarle que Sai la mirara -¿Por qué esta llorando? ¿Te hice sentir peor?- ella negó.
-No. Solo soñé que usted desapareció- su voz se quebró -Solo estoy feliz de verlo otra vez- Él se acercó a ella y la abrazo fuertemente, Ino podía sentir el corazón acelerado de Sai sobre su mejilla.
-Estoy en grandes problemas.
-¿Algo malo ha sucedido?- dijo asustada, ella pudo escuchar su risa.
-Te dije que eras muy bonita cuando sonreías. Ahora, inclusive te ves bonita cuando lloras. Es por eso que estoy en grandes problemas. Nunca podré separarme de tú lado.
-Por favor. Perdóname.
-Perdonar ¿Qué?- él se separo de ella para poder verla. Pero la rubia de nuevo se aferró a su torso.
-Todo.
-Velaré tus sueños, así que me prometerás estar más tranquila.
-¿Enserio, estarás a mi lado?
-¡Te lo prometo!
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Quiso recordar la última vez que no se sintió frustrado, pero le fue imposible. Todo lo que deseaba conseguir se diluía entre los dedos, la ira y decepción se habían convertido en sus compañeros inseparables. Tantas eran las fuentes de su desasosiego, que había olvidado que esa mañana la Sacerdotisa Tsuname había prometido ir a visitarle.
Cuando entró en la oficina, la mujer le esperaba. Le había ofrecido una reverencia y el recapitulo en su mente las consultas. Aunque en realidad, solo era una. Cuando Naruto le preguntó si alguien podía morir por efectos de la magia, ella le miró con indeferencia y su rostro evito demostrar que sabía algo más de aquella historia turbia, donde la Princesa Heredera era la protagonista. Tsuname lo negó y en cierta manera, también era cierto. La magia negra usada para hacerles daño a los humanos, siempre traía consigo consecuencias. Si alguien mata con ella, esa persona también muere.
-Por favor no le digas nada a Naruto. Por mi culpa, no quiero que él sufra.
La mujer se marchó dejando tras de ella muchas más dudas. Se sentó sobre la silla para recapitular todo lo recabado hasta el momento. El Pabellón de Luna, era el único lugar capaz de utilizar magia y su relación con la Reina Madre era bien conocida. Si la vieja utilizara alguna sacerdotisa para maldecir a la Princesa Heredera, el trabajo de hechicería estaría oculto del resto de Palacio. El modo de actuar de su abuela, se debía al deseo que un familiar de su línea de sangre se convirtiera en Reina. Por ello, Sakura estorbaba en sus planes. Sin embargo, Tsuname aseguraba que nadie se ofrecería a entregar su vida por la muerte de un tercero. Eso significaba que si la persona que hizo el hechizo estaba viva, la hechizada de igual manera podría estarlo. Recordó el comentario de Yamato, asegurando que el cuerpo de Sakura aún estaba tibio a pesar de estar muerta.
-Sakura, podría estar viva- aquella idea le hizo bribar las entrañas.
Todo parecía cobrar sentido, uno macabro e injusto. Sin embargo, la idea de Sakura viva traía consigo un rostro conocido, la sacerdotisa. Pero si ella estaba viva, por qué no había regresado junto él. Un fuego abrazador le subió por la espalda hasta alojarse en la nuca, era acaso culpabilidad, talvez vergüenza. Desde que conoció a la joven, su corazón se había sentido intranquilo. Era más que el simple hecho que su rostro, ojos y cabellos fueran iguales, el tiempo le había demostrado que aquello que amaba más de la sacerdotisa era su alma, tan parecida a la de Sakura. Las cosquillas que provocaba en su estómago, el corazón acelerado con cada mirada y la sonrisa que rogaba mirar, la mismas sensaciones que provocaba su niña.
La muchacha también había asegurado perder la memoria, si ella fuera la Princesa tampoco lo sabría. Además, Yamato había comentado que la tumba de Sakura había tenido indicios de ser desenterrada. Se levantó de inmediato, aquella angustia incrustada en su pecho, intuía que había tenido la verdad tan cerca que simplemente la había ignorado.
Un conjuro, un cadáver tibio, un funeral apresurado sin amortajar el cadáver, una tumba desenterrada, un asesinato sin rastro, el Pabellón de la Luna, la Reina Madre. Ahora, solo necesitaba confirmar. Tsuname debía volver, debería de explicarle algunas cosas.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Pánico. Había sollozado desde la noche anterior, recostada entre un mueble y la pared, abrazando su cuerpo, mordiendo sus uñas. Desde la visita de la sacerdotisa al Pabellón de la Reina, Hinata se había desequilibrado mentalmente o por lo menos eso decían los médicos reales. Ignorando las suplicas de sus súbditos les obligo a abandonar la habitación. Ella no estaba loca, no era eso. Cerró las ventanas de su habitación, por ella podrían pasar los malos espíritus, especialmente el de aquella niña muerta.
La Reina, temía de cada persona que entraba a su morada. Gritaba con fuerza cada vez que alguno intentaba tocarle, consolarle. Se retorcía sobre sí y huía a otra esquina de la habitación entre espasmos y sudor. Todos los rostros se asemejaban al de la sacerdotisa, talvez vendrían a atacarla, le robarían aquello que posee. Ella seguramente se vengaría, pensaba repetidamente.
-¡Sakura!- gritaba -¡Sakura Haruno, esa niña esta viva!- Tomó su cabeza y negaba, su padre había matado a Sakura para convertirla a ella en Reina, parte de su muerte era su culpa también.
Hiashi Hyuga se había dado cuenta de la situación de su hija, pese al corazón duro y la mente retorcida que poseía. Admitió haberse sentido mal por ella, por lo menos por unos cuantos minutos. Al final de cuentas, compartían la misma sangre. Pero ahora, Hinata se estaba convirtiendo en un peligro y no se permitiría perder el poder que había tenido por tantos años.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Había pasado menos de media hora, pero aquellos minutos le parecieron a Naruto una eternidad. Se debatía entre una esperanza que le haría inmensamente feliz y la culpabilidad que sentiría después de eso. Era un hombre que había prometido proteger, pero fue incapaz de hacerlo. Estaba seguro que la Sacerdotisa de la Luna, era su pequeña niña.
Una vez Tsuname entró a la instancia, Naruto se abalanzó sobre ella. Sus ojos expectantes mostraban no solo angustia, sino las inmensas ganas que tenía de derramar lágrimas. Ojos rojos, el rostro afligido se convirtió en uno indignado, ese que buscaba explicaciones.
Su corazón era un mar tormentoso, una lluvia de sentimientos que simplemente no sabía como controlar, pero dos en ellos hacían mella con más fuerza. El amor, el miedo.
-Me complace verlo de nuevo Su Majestad- dijo Tsuname. Él no se dejaría en esta ocasión engañar por las palabras de la rubia. Por los cielos, esta vez no cometería tal error.
-A partir de ahora deberás de responder sin mentir- sentenció -Si tratas de evadir las respuestas o jugar con palabras, serás severamente castigada.
-Puedo consultar lo que desee- La sacerdotisa sentenció en la voz del Rey, que en esta ocasión sería muy difícil ocultar la verdad.
-¿Es realmente el talismán humano tú hija espiritual?
-Sí.
-Tengo entendido que una sacerdotisa debe olvidar su vida pasada.
-Ellas una vez que eligen ese camino, deben cortar sus lazos. Pero, también existen las sacerdotisas que han olvidado su pasado, las que han podido escaparse de la muerte.
-¿Cómo alguien enterrado vivo?- ella silenció -¿Qué le paso a esa sacerdotisa? ¿Recuperó su memoria o aún no sabe quien es?- Tsuname le miró, pero fue incapaz de hablar -Te haré una pregunta más ¿Es esa sacerdotisa?- suspiró -¿Cuál es su nombre?- aquella pregunta la había susurrado, el nudo en la garganta era doloroso, las palabras se atoraban en el cuello. Pero las lágrimas no pasaron tal aflicción, estas fluyeron por el rostro masculino. Su silencio, solo le provocaba desconcierto, miedo y ansias. También esperanza -¡Respóndeme!- gritó -¿Es esa joven sacerdotisa, mi niña que murió hace ocho años?
Tsuname asintió, su boca no pudo pronunciar ninguna palabra. Cerró los ojos, mientras Naruto se sucumbía en la más profunda confusión. Daba pasos hacia atrás, alejándose de la mujer y sus lagrimas salieron aún con más fuerza, mientras están bajaban a su barbilla y caían en su ropa.
Se alejo de la mujer perdido en sus pensamientos, incapaz siquiera de reprocharle, hasta que salió del Pabellón del Rey. Había caminado por todo Kitsune, por lo mismos lugares que ellos anduvieron de niños. Tanto Shikamaru como Kakashi le custodiaban, pero ambos eran incapaces de acercarse a él. Parecía un cuerpo que había perdido el alma. Naruto se reprochaba, le había dicho tantas cosas que no quería decir, la había hecho sufrir tanto, la había apartado de su lado.
Naruto ya no soporto más el peso de los pecados que cargaba bajo sus hombros, cayó de rodillas al suelo. Mientras gritada de dolor, apoyaba su mano en su corazón. Los parpados los apretó con fuerza, pero las lágrimas continuaban abandonándolos. Golpeaba el pecho, de aquel traidor que había lastimado lo más bello que tenía en la vida. Gritó en incontables ocasiones, aunque la garganta le doliera, aunque perdiera la voz.
-¡Sakura!
Última edición por marifa el Miér Feb 27, 2013 11:54 am, editado 1 vez
marifa- Sannin
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Re: • The Moon (+13)
Waaaaa Marifa-Chan eres mala.¿Por qué lo dejas ahí?
Me gustó mucho.Hinata,te diré una cosa:
.
.
.
¡PÚ-DRE-TE!¡¡PÚDRETE!!
Sasuke que se large a joder a otra parte,así todos seremos felices.
Ahora Naru-kun sabe que la ‘Talismán’ es Saku-Chan.
¿Qué pasará ahora?¡Me comeré las uñas por la intriga!
Espero la Conti Ansiosísísísísísísísísísísísísísísíma.
Saludos,besos y abrazos.
Me gustó mucho.Hinata,te diré una cosa:
.
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¡PÚ-DRE-TE!¡¡PÚDRETE!!
Sasuke que se large a joder a otra parte,así todos seremos felices.
Ahora Naru-kun sabe que la ‘Talismán’ es Saku-Chan.
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Espero la Conti Ansiosísísísísísísísísísísísísísísíma.
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NaruSaku-12- Sannin
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Uhm ~ Con Naru-kun en el inframundo visitando a Jiraiya y Mina&Kushi
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Re: • The Moon (+13)
Ahora si me estas mantando por que eres tan perversa. Dejarlo justo ahi mi pobre Naruto sufriendo.
-uff...1..2..3 respiro casi caigo de la cama cuando lo leo, creo que este Naruto es más inteligente de lo que creí y porfin supo la verdad.
¡¡Siii al loquero Hinata se lo merece!!
Bueno dejando esta algarabia temporal me da un poco de tristeza que la historia este por terminar pero ya viene la mejor parte la justicia de Naruto para todas esa pesonas que se lo merecen ¡Que sufran! Jeje.
Cuidate amiga que estes bien prometeme no hacerme sufrir con la espera
-uff...1..2..3 respiro casi caigo de la cama cuando lo leo, creo que este Naruto es más inteligente de lo que creí y porfin supo la verdad.
¡¡Siii al loquero Hinata se lo merece!!
Bueno dejando esta algarabia temporal me da un poco de tristeza que la historia este por terminar pero ya viene la mejor parte la justicia de Naruto para todas esa pesonas que se lo merecen ¡Que sufran! Jeje.
Cuidate amiga que estes bien prometeme no hacerme sufrir con la espera
eliannar- Moderador
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Edad : 35
La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
17799
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Re: • The Moon (+13)
Ahora si me estas mantando por que eres tan perversa. Dejarlo justo ahi mi pobre Naruto sufriendo.
-uff...1..2..3 respiro casi caigo de la cama cuando lo leo, creo que este Naruto es más inteligente de lo que creí y porfin supo la verdad.
¡¡Siii al loquero Hinata se lo merece!!
Bueno dejando esta algarabia temporal me da un poco de tristeza que la historia este por terminar pero ya viene la mejor parte la justicia de Naruto para todas esa pesonas que se lo merecen ¡Que sufran! Jeje.
Cuidate amiga que estes bien prometeme no hacerme sufrir con la espera
-uff...1..2..3 respiro casi caigo de la cama cuando lo leo, creo que este Naruto es más inteligente de lo que creí y porfin supo la verdad.
¡¡Siii al loquero Hinata se lo merece!!
Bueno dejando esta algarabia temporal me da un poco de tristeza que la historia este por terminar pero ya viene la mejor parte la justicia de Naruto para todas esa pesonas que se lo merecen ¡Que sufran! Jeje.
Cuidate amiga que estes bien prometeme no hacerme sufrir con la espera
eliannar- Moderador
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La vida es muy corta para desperdiciarla con malas practicas pero como el sedentarismo es malo y el dinero escasea pues debo cumplir con obligaciones....de lo contrario estaría encerrada en mi cuarto leyendo cuanta imaginación tienes tú para entretenerme. Saludos desde Luque, Paraguay, al valiente que lee este perfil
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Re: • The Moon (+13)
ya saben la verdad
eso naruto ya sabe la verdad pero el dolor que naruto esta pasando saber que la tubo asu lado y la hiso sufrir esta devastado
eso quedo loca hinata jaja
la culpa esta matando de poco a poco a todos que tubieron que ver con la trajedia
LO DIGO Y LO REPITO
SOY TU FAN
contiiii
eso naruto ya sabe la verdad pero el dolor que naruto esta pasando saber que la tubo asu lado y la hiso sufrir esta devastado
eso quedo loca hinata jaja
la culpa esta matando de poco a poco a todos que tubieron que ver con la trajedia
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cerezo en el viento- Aprendiz
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tratando de no caerme del arbol
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Re: • The Moon (+13)
¡¡¡Waaaaaaa!!! Marifa-chan, ¿Por qué lo dejaste allí?
Por favor, continúa pronto o no podré más con la intrigaaa
Ahora Naruto ya lo sabe, pero le ha provocado dolor saber que la hizo sufrir varias veces...
El que torturó a Saku, va a querer morirse cuando se entere que a quién torturó fué a la princesa Heredera
Me pregunto una y mil veces qué pasará
¡Pon conti pronto Marifa!
¡Haces un excelente trabajo! Sigue
Por favor, continúa pronto o no podré más con la intrigaaa
Ahora Naruto ya lo sabe, pero le ha provocado dolor saber que la hizo sufrir varias veces...
El que torturó a Saku, va a querer morirse cuando se entere que a quién torturó fué a la princesa Heredera
Me pregunto una y mil veces qué pasará
¡Pon conti pronto Marifa!
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