Miedo a casarme (capitulo 26) (FINAL) [+17] (01/12/13)

Miedo a casarme
Capítulo 26: Final

Ino se había emocionado por la cena más que yo misma. Llamo a naruto y le dijo donde quería que me llevara. Naruto le dijo algo a ino y este dejo de insistir.

-no entiendo — murmuro ino malhumorada — maldito rubio oxigenado.

-lo que yo no entiendo es por qué tan de repente lo insultas

-no puedo decirte. En fin, iré a cenar con kiba a su casa — miro a kiba que comía un bowl de cereal aun en la esquina de la sala — ¿verdad kiba?

Kiba la miro con miedo y asintió mientras sus cachetes subían y bajaban. Se veían llenitos y regordetes, tenía el cereal alojado en estos y daba imagen a una ardilla pequeña.

Me reí y fui al baño a bañarme…bueno, han de entender que pase media hora depilándome y untando un millar de productos para el cabello y la piel. Espero no me cause algo feo en mi delicada piel.

Salí y no encontré  Ino por ningún lado. Ya se habían ido.
Suspire y fui a mi habitación a buscar un vestido adecuado. Ino me había dicho que me vería bien con aquel vestido rojo que he utilizado para todas esas absurdas citas en las que me piden matrimonio. Me negué pero ella insistió y ahí estaba, extendido en la cama. Bufe y me vestí con él en minutos, me puse aquellos tacones de aguja negros que ino me había regalado.
Terminando de acicalare, si así se puede decir, fui a la sala a esperar al rubio. No llegaba y se estaba haciendo tarde. El viento entro por la ventana aun rota levantando la cortina azul turquesa que tanto amábamos ino y yo. Me dio un escalofrió.

-voy por un suéter — le dije a nada.

Cuando entre a mi habitación escuche el crujir de vidrios en el suelo. Movieron un mueble haciendo que este rechinara contra el piso sin alfombra.

Apreté los dientes con fuerza y tome mi bolso lleno de cosas innecesarias.

Fui a la sala y la inspeccione rincón a rincón. Mire detrás del sofá, debajo de la mesa  para café, nada. Si me iba  a robar que fuera lo suficientemente hombre y darme la cara. Gruñí y golpee mi tacón contra el suelo muchas veces. Sentí el aliento de alguien en mi cuello y como tomaba mi cintura acercándome a él. Le di un codazo en el estómago y pise con fuerza su pie. Escuche como caía al suelo y se hacía bolita. Voltee y le di un buen golpe en la cara para darme cuenta de sus rubios mechones.
Naruto gemía de dolor y se revolcaba.

-¡lo siento! — me disculpe y me arrodille para verificar su estado. Con ese chichón nadie iba a salir con él en un buen tiempo, lo cual me beneficia.

-ay, quería sorprenderte — se levantó quedando a centímetros de mi cara —pero no funciono

-si funciono — sonreí — me lleve un buen susto.

Me miro a los ojos por unos segundos, por primera vez sus ojos azules tenían un brillo especial, tal vez el más especial. Sello sus labios con los míos en un beso. Un beso largo pero que no llegaba al morbo. Poso su mano en mi mejilla y la acaricio levemente. Corte el beso para tomar aire, esa mezcla de nitrógeno, Oxigeno, hidrogeno y otros gases. Soy maestra, se todo eso.

-bien — susurro — hay que irnos, la cena espera

Se levantó tendiéndome la mano. La tome y con delicadeza me jalo hacia él.



Nunca lo imagine, que la cena la prepararía naruto, es genial. Me había vendado los ojos para una supuesta sorpresa. Cuando llegamos me di cuenta de que el restaurante era su departamento y que el seria el chef.

Sentados en la mesa para dos que el mismo improviso comíamos espagueti a la boloñesa. Se me hizo raro que no hiciera un platillo Japonés, pero el espagueti estaba delicioso. Había pan de ajo humeante en una pequeña canasta y el vino blanco no falto en copas de cristal.

-importadas — me dijo al notar que miraba minuciosamente las copas

-¿ha si? ¿De dónde? — pregunte con interés

-del supermercado que hay en el centro — me bromeo — hablo en serio, no tengo tanto dinero como para comprar copas importadas, ni mucho menos para pagar un restaurante — admitió — espero no te moleste

-no es molestia, de hecho se me hizo dulce que tu decidieras cocinar.

Me guiño el ojo y siguió devorando de su plato. Yo iba a bocado lento, si se puede decir así. Pero me estaba conteniendo, estaba tan delicioso, sin duda naruto es muy bueno cocinando.

-me gusta ver como comes — me dijo, mirándome fijamente y haciéndome sonrojar.

-¿he? — le pregunte extrañada.

Dio un sorbo a su vino y me miro con picardía — me imagino esos labios en muchas partes. Me gusta ver como comes para seguir imaginando, pero, sobre todo, me gusta ver que tan ordenada eres para comer — apunto a mi plato —Usas la cuchara y el tenedor para comer pasta. Mientras que yo solo uso el tenedor y enrollo la pasta, me la echo toda a la boca y termino en segundos.

Me reí y seguí comiendo tranquilamente. Su mirada me pesaba, me ponía nerviosa, estaba a punto de decirle “¡basta, deja de mirarme o juro que te besare!”.

Cuando por fin termine solté un suspiro de alivio, eso significaba que naruto ya no me miraría.

-¿no quieres más? — me pregunto bromeando.

-no

-¿Por qué?

Ahí va

-porque cuando me miras me pongo nerviosa.

Sonrió de medio lado y se levantó dejando los platos sucios en el fregadero. Se dobló las mangas de la camisa y comenzó a lavarlos.
Me levante para ayudarlo pero él me negó con una cara seria.

-hoy soy el chef, sakura — me dijo — por lo tanto, yo limpiare los platos y la mesa mientras tú vas a la sala y te sientas cómodamente

Lo mire un poco confundida. Podía ayudarle pero él no quería. Fruncí el ceño e hice caso a su petición. Intente acomodarme en el sillón de cuero pero era muy incómodo.

Naruto se sentó de repente junto a mí poniendo un plato pequeño con un pay de limón. Lo mire interrogante y el me hizo un gesto de que tuviera paciencia. Tomo la pequeña cuchara y tomando un poco de ese delicioso pay, me lo acerco hasta la boca y por ¿instinto? ¿Seguirle el juego? Abrí la boca y saboree el suculento sabor a limón y crema.

-tenía pensado hacer algo con fresas y chocolate — susurro — pero no tuve tanto tiempo, así que hice este pay, para nada romántico, de limón.

-¿romántico?

-sí, Pensé que con el chocolate te relajarías mas

-estoy relajada

-mientes — me regaño — estas nerviosa, lo veo en tus ojos.

Negué con la cabeza y me acerque más a él.

-deje de estar nerviosa hace cinco segundos — admití

Sonrió y acerco sus labios a los míos. Fue lento y paciente, dulce y para nada brusco, al principio. Luego fue intensificando el beso a modo de que me mordía el labio inferior provocándome. Pase mis manos por su cuello atrayéndolo más a mí. Su lengua lamio mis labios pidiendo permiso de entrar. Le di acceso a todo, desde que me di cuenta que estaba enamorada de él.

Su lengua y la mía chocaban como dos espadas en los siglos XX

Mordí su labio y lo jale un poco. Gruño con su varonil y gruesa voz llenándome de calor y mandando hondas eléctricas a mi pecho.

-a la mierda — susurro entre mis labios.

Corto el beso y se rio de mi cara de reproche. Me levanto agarrándome el trasero. Quise inmediatamente darle una cachetada, pero al ver su cara de vergüenza ante tal equivocación decidí perdonarlo.

Camino cargándome hasta su habitación. La cama estaba tendida con una colcha negra y naranja. Las cortinas no combinaban y había ropa tirada por doquier.
Me tumbo encima de la cama y comenzó a desabrocharse la camisa. La aventó al ropero entre abierto quedándose semi desnudo.

Su abdomen era todo lo que una chica desearía, sus pectorales eran bien marcados y me imagine los músculos de sus brazos haciendo fricción contra mi piel. ¡Fuera, pensamientos estúpidos!

-Te amo — susurro

-Yo también — le conteste

Se acercó a mí y me beso. Paso sus labios por mi cuello mordisqueándolo y sin querer saque un pequeño gemido, Naruto gruño de placer y recorrió mi cuello hasta la clavícula con sus labios. Me levanto un poco el cuerpo y bajo el cierre de mi vestido. Beso cada centímetro de mi brazo mientras acariciaba mi espalda a medida que bajaba el cierre.

Pronto me quede sin vestido, solo tenía los tacones y mi ropa interior. Pude ver a su amigo presentándose al llamado de su amo.

Beso una y otra vez mis labios recorriendo TODO hasta llegar a mis muslos. Siguió besando hasta llegar al tobillo. Desprendió cuidadosamente el tacón, luego hizo el mismo procedimiento con el otro.
Intento desabrocharme el sujetador y casi lo logra, tuve que ayudarlo. Me agradeció con una sonrisa pícara y beso entre mis amigas. Solté otro pequeño gemido y levante su cabeza con mis manos. Me miro a regañadientes y negó con la cabeza chasqueando su lengua con sus dientes.

-si haces eso lo deseare más.

Volvió a besarme en los labios y se volvió a separar. Se quitó el pantalón en un rápido movimiento quedándose en bóxer. Su amigo estaba feliz de que su amo lo haya llamado. Me sonroje a sobremanera al imaginar lo mucho que se estaba conteniendo.

Me vio mirarlo y se acercó más a mí. Me miro dulcemente y me beso mientras acariciaba mi mejilla con su dedo — no quiero hacerlo rápido — susurro ahora entre mi cuello — quiero disfrutarlo, quiero recordarlo para siempre.

Asentí y tome el resorte de sus bóxers entre mis dedos. Me tocaba hacerlo a mí, tomar la iniciativa y no ser un simple maniquí como con sasuke.
Lo jale para abajo y el sonrió satisfecho con mi cambio de ser sumisa a ser su completa dominante.
Junto sus labios con los míos tomando con una mano mi cintura acercándome más a naruto junior. Jadee cuando él puso sus dedos en el encaje de mis pantis. Las bajo lentamente, como yo lo hacía con su bóxer.
Quedamos completamente desnudos. Mas no hacíamos nada, no nos movíamos, no nos besábamos, nos contemplábamos.

-me gusta mirarte — murmuro mirándome a los ojos — podría conservarte así durante toda la vida.

-¿Cómo?

-si pudiera te mataría y te encerraría en un domo especial, donde tú solamente estés  ahí…soltando tanta belleza

-seria delito

-por eso no lo hago, a parte porque te amo tanto que no soportaría una vida sin ti.

Sonreí y lo bese. El beso más largo que habíamos tenido hasta ahora. Su ritmo cardiaco se aceleró y pronto ya sudaba, al igual que yo. No quería tener sexo con morbo, yo quería hacer el amor.

-lo entiendo — dijo respondiendo a mis pensamientos — no quiero tener sexo —me beso la frente — quiero hacerte mía de la manera más lenta y delicadamente posible.

Suspire y asentí dándole permiso de entrar. Lo hizo lentamente, de una manera delicada. Cuando por fin entro los dos jadeamos sonrojados. Se movió haciéndome soltar un gemido pequeño, como todos los anteriores.

Fue lento y delicado al principio, besando cada centímetro de mí. Me mordió la oreja y mientras el besaba mi cuerpo yo mordí su oreja de igual manera. Su intensificación no era mucha, pero se sentía tan genial.
Conforme pasaron los minutos dejo de besarme y me comía los labios, me mordía el cuello y subió el ritmo de su movimiento causando en mis vibraciones positivas. Mi cerebro me gritaba que contribuyera y así lo hizo. Con miedo toque sus nalgas y lo empuje más a mí. Entendió la indirecta y subió de intensidad.

Los dos entramos al paraíso juntos. No había nada más que nosotros dos. Beso mi cuello haciéndome jadear. Gemíamos nuestros nombres y lo cuanto que nos amábamos. Acariciaba su firme y sudorosa espalda. Estaba extasiada. Juraría que nunca quisiera que acabara este momento.
Lo bese provocándolo, mordiendo su labio y peleando con su lengua. Él se movía rápido dentro de mí. Jadeando, sudoroso y sexy. Enrede mis piernas en su cintura haciendo que el sonriera y acelerara.

Naruto Uzumaki se había vuelto en alguien importante en mi vida. Y ahora estaba en una situación que nunca llegue a tener con el…estábamos uniéndonos de la forma más linda y para nada morbosa de todas.

Naruto tenía razón, en lo que hicimos no hubo morbo, más que hacerlo y ya. No me toco los pechos y no los lamio como sasuke lo había hecho, cosa que me resulto asquerosa. No toco mi parte intima, lo cual sasuke hizo y lo maldije por hacerlo.

El chico al quien amo fue menos brusco, más dulce y se detenía a admirarme cada minuto.
Amaba a naruto, y me arrepiento de no guardarle ese momento solo a él.

Terminamos los dos juntos gritando nuestros nombres al unísono. Cayó a un lado de mí, respirando agitadamente. Las perlas de sudor resbalaban por su pecho y lo hacía brillar. Lo hacía ver más deseable.

Me cubrió con una sábana gris. Me voltee dándole la espalda y el recargo su mentón en mi hombro desnudo.

-juro…que siempre, siempre, siempre estaré junto a ti — me susurro — no me separare de ti ni para que vayas al baño.

Me reí y sentí el peso de mis parpados. Me quede dormida en minutos sintiendo la cálida y tranquilizante respiración de naruto en mi cuello.



Valla noche, que fuerte. Me desperté buscando algo con la mano, algo que realmente me importaba. Al no encontrar mi objetivo me desperté completamente y verifique que naruto faltaba. Olía muy rico afuera, seguramente estaba haciendo el desayuno. Quería ayudarlo así que me levante, me puse unos bóxer de naruto, dos pares para ser exactas. Busque en su armario una playera bastantemente viejita.

Encontré una verde, la pase por encima de mi cabeza y la jale un poco más.

Abrí la puerta de la habitación de naruto y escuche como él y hikari reían sin parar. Me asome por la esquina de la cornisa y en efecto, hikari ayudaba a su padre a acomodar los cubiertos. Me acerque a ellos y notaron mi presencia. Hikari me sonrió y naruto se sonrojo al verme con una de sus playeras, y su bóxer.

-¡sakura-chan! — grito la niña aventándose para alzarla.

-¡buenos días, princesa! — dijo naruto mientras cocinaba con un delantal blanco.

Solo tenía puesto bóxer,  y dios. Un chef como ese quien no quisiera.

-¿Por qué no me despertaste?, pude haberles ayudado

-es que estabas tan dormida que no quise despertarte, cuando llego hikari hizo lo mismo.

Les sonreí y me fui a sentar con ellos para desayunar.

De repente los dos se pusieron serios, extremadamente serios. Naruto metió la mano en su bolsa del delantal.

-Sakura, sabes que te amo profundamente — me dijo — quiero seguirte amando por siempre, quiero morir junto a ti, quiero conocer a nuestros nietos — miro a hikari y ella se sonrojo — que no sea tan pronto.

-ah

-sakura-sensei — dijo hikari. Se levantó y jalo a su padre rápidamente a su lado haciéndolo hincarse — queremos que se case con mi papá

Me sonroje y mire a un naruto rojo, rojo como tomate. Ambos extendían la cajita de terciopelo morado, de esas que me daban miedo.
Les sonreí a ambos. Había durado casi 19 años sin amar a alguien de verdad. Había olvidado por completo lo cual importante es amar. Quiero intentar amar y ser amada…y…bueno…tengo que darles una oportunidad a esos dos amores ¿verdad? ¿Por qué no casarme? ¡Tengo que intentarlo!.

                           FIN