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[Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
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NaruSaku v2.0 :: :: Actividades :: Concursos Pasados
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[Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Aquí viene el tercer duelo. Y antes de que lo penséis... no, no había límite de palabras. xD
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Ronda 1 - DUELO 3
Género principal: Romance | Mundo real, personajes originales (inventados).
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Para votar: basta con postear diciendo vuestro favorito, no hacen falta razones aunque seguro que los autores las aprecian.
Los participantes del torneo sí pueden votar, pero no en el duelo en el que participan.
Para cada duelo habrá 10 días para votar, así que se puede votar hasta el 20 de mayo.
Shot 1: 11 de marzo.
- Spoiler:
- 9 de Marzo
Era Lunes. Otra semana empezaba, con el timido sol que se asomaba por el este. Las calles de Madrid pasaban ante sus ojos, sin que ella les hiciera ningún caso, hasta que el tren se paró. La emoción embargo su cuerpo, haciendole poner una sonrisa nerviosa.
Su corazón empezó a palpitar otra vez cuando el subió al vagón. Le dedicó una sonrisa, la misma sonrisa de cada mañana, en el mismo vagón de cada mañana, del mismo tren de cada mañana.
Ella siempre se ponía cerca de la puerta, al lado de la ventana. Siempre para verle entrar, para que el la viera.
-Buenos dias. - le saluda Gabriel, todavía con su sonrisa intacta. De nuevo tiene ojeras, pero ella no hace mas que pensar en lo increiblemente guapo que esta con su camiseta gris y sus vaqueros azules. Su pelo corto pero alborotado, sus ojos castaños.....todo de el le parece perfecto. Gabriel se sienta enfrente a ella, solo con la mesa de por medio y deja su chaqueta marron desgastada a su lado.
-Buenos dias. - le contesta Nuria, con otra sonrisa. Lleva el uniforme del colegio, su jersey verde, sus medias y su falda escocesa, lista para enfrentarse a otro dia aburrido y tedioso solo animado por la presencia de Gabriel cada mañana.
Muchas veces se lo pregunta ella misma. ¿Porqué coge el tren tan temprano?¿Porqué no falta algún dia como le sugieren sus amigas?
Siempre llega a la misma conclusión. Por el. Por verlo cada mañana, por escuchar el sonido de sus palabras, por oler la fragancia que desprende.
-¿Tienes doble turno otra vez? - le pregunta Nuria, intentando ignorar el sonrojo que le provoca el joven.
Gabriel asiente, mientras suspira cansado. A pesar de tener diecisiete años, su misma edad, trabaja como si tuviera treinta. La situación ecónomica en su casa es penosa. Su padre murió hace dos años y Gabriel se tuvo que convertir en el cabeza de familia. Dejó los estudios, dejó su vida para que su madre y sus hermanos tuvieran algo que comer.
-Ya sé que debería dar gracias por que me dean dobles turnos, pero estoy reventado. - le dijo el, llevandose las manos a la cabeza. Gabriel cerró los ojos, preguntandose porqué demonios no se había quedado a dormir otra hora mas.
Entonces ve como ella le sonrié, comprensiva de su situación. Dios, como le gustaba esa sonrisa en aquel rostro pintado por los angeles. Como le gustaba su pelo anaranjado que le llegaba hasta los hombros. Como adoraba aquellos ojos azules como zafiros que le embobaban a mas no poder. Dios, como amaba a esa chica.
Nuria, armandose de valor, hace algo inesperado. Le coge de las manos y le mira directo a los ojos. Ambos se sonrojan, pero no se separan. Estan en el cielo.
-Puedes contar conmigo para lo que sea.
Gabriel sonrié. El cansancio ya es parte del olvido, la desesperación desaparece, la calma lo inunda todo. Mete la mano en el bolsillo y saca una foto. Se la entrega sin decir nada.
Nuria se queda de piedra mientras se ve a ella misma y a Gabriel, cuando se conocieron hace un año. En aquel mismo tren, en aquel mismo vagón, cuando se encontraron con un grupo de personas que venían de una boda y se sacaron fotos con todo el mundo.
-Hoy hace un año que nos conocimos y....pues....quería regalarte algo.
Gabriel aparta la mirada cuando Nuria intenta mirarle. Quizás si el...... "No" se dice a sí mismo. El es un don nadie, alguien que solo vive por y para su familia. No puede arruinar la vida de esa chica, no puede permitir que se distraiga de sus estudios, no puede permitir que su vida sea arruinada por el.
Ella, al ver que aparta la mirada, apenas respira, se hace mas pequeña y se pone a temblar. "Si fuera mas guapa.....o mas lista....si fuera especial.....si tuviera valor......" todos eran "si tuviera". Todos los dias igual, de estación a estación. Siempre lo mismo. Siempre sin atreverse.
-ESTACIÓN DE ATOCHA. - anunciá la megafonía. Gabriel suspira profundamente y se levanta. Se pone la chaqueta, rota por varios sitios y se despide con la mano, junto con una sonrisa triste en la cara.
"¿Porque no puedes escuchar los latidos acelerados de mi corazón?¿Porqué no puedes ver como mis ojos se iluminan con solo verte?¿Porqué no puedes ver cuanto te amo a mi modo, Gabriel?" piensa ella, mientras las lagrimas inundan sus mejillas. El 9 de Marzo sería como los otros dias de este año una vez mas.
10 de Marzo
Gabriel sonrié mientras espera al tren. Hoy podrá volver a verla de nuevo. Se pregunta de nuevo porque su hermana y su hermano no le dejan en paz con Nuria.
Se los había llevado a la cafeteria varias veces en verano, cuando su madre se ponía a trabajar y no tenía con quien dejarles. Su jefe era comprensivo y buena gente, sabía de la situación de Gabriel y era el quien le otorgaba turnos dobles con los que cobrara mas dinero.
Nuria los había conocido cuando ella estaba acabando el curso, dos meses despues de conocerse. Samuel se había dado cuenta del sonrojo que su hermano tenían en el rostro cuando veía a aquella chica. Su hermana Marta, con la inocencia propia de una niña de seis años, le había preguntado si era su novia, con lo que ambos se habían sonrojado profundamente.
Nuria les había dado unos caramelos y les había divertido con varias historias que ella sabía. Durante el tiempo que ella tuvo clases fue la misma rutina y David aprovechaba aquella escasa media hora en el tren para observarla, para imaginarse un futuro que jamás tendría lugar, para soñar con un sueño imposible.
Se subió al tren, y entró al vagón, esperando verla. La sonrisa en su cara se hizo mas pronunciada cuando abrió la puerta del vagón, mirando al asiento de Nuria.
Pero ella no estaba allí.
Se quedó parado por un momento, confundido. Miró hacía los demás lados, pero no vió a nadie mas que los trabajadores habituales que siempre iban con ellos.
Pero ella no estaba allí.
Decepcionado y triste se sentó en su sitio de siempre. Intentó mirar por la ventana, concentrarse en cualquier cosa. Aquel 10 de Marzo prometía ser un dia nefasto para el joven, un dia distinto y penoso. El vació de su corazón le dolía, la desesperación volvía a el, la tristeza volvía a carcomerle el alma con un único pensamiento.
Ella no estaba allí.
11 de Marzo
Ella entra corriendo al tren. No puede esperar a que se ponga en marcha de una vez. Maldijo el dia en que había tenido cita con el médico. Y, sin embargo, lo agradecerá eternamente.
Lo agradecerá porque notó como su corazón estaba vacio si no le veía. La tristeza invadía su ser dejandola apenas en una sombra de si misma. Al llegar a casa, la determinación la invadió. Ya no había tiempo para medias tintas. Amaba a Gabriel y quería estar con el.
Se sentó en su sitio, mientras su pie golpeaba el suelo con impaciencia. Varios de aquellas personas con las que siempre viajaba en el tren la miraban sorprendidos, pero agradablemente sonrientes, como diciendo con la mirada "Por fin".
En tren se detiene por completo. Segundos mas tarde, el entra por la puerta con cara apesadumbrada. Sus ojeras son increiblemente mas grandes que de costumbre, su cara es el reflejo de la pena.
Ella se pone en pie y el la ve. En ambos rostros surge una sonrisa, en uno empiezan a caer las lagrimas, en otro las ojeras desaparecen como por arte de magia. Entonces ocurre. Los labios de ella despiertan por fin y pronuncia su nombre, tartamudeando.
"Supongo que piensas: Que chica mas tonta" piensa ella, al verle clavado como estatua. Se quiere morir, pero el se acerca. El tiempo se para y se abalanzan el uno sobre el otro, abranzandose desesperados.
-Faltaste un dia y ya te echaba de menos. - le dijo el, con la cara en el hueco de su hombro, respirando profundamente su aroma mientras le acaricia la espalda.
Sin pensarlo, me separó un poco y al entrar en el tunel las luces se apagan. Se encuentran la cara gracias a sus manos y se besan, con pasión, con fervor, con amor. Aquel tunel de Atocha sería recordado para siempre como el que cambió sus vidas.
-Te quiero, Nuria. - dice Gabriel, acariciandole la cara.
-Te quiero, Gabriel. - responde ella, llorando de felicidad.
Sen envuelven en sus brazos de nuevo, sabiendo que aquello es un nuevo comienzo, una nueva esperanza, una nueva razón para vivir. Se regalan el último soplo de sus corazones, el último aliento de sus vidas antes de que el fuego del odio y la ira, antes de que aquella bomba acabe con cientos de personas y arrase con aquel tren. Un último pensamiento cruza por sus mentes mientras se abrazan, completos por fin.
Aquel 11 de Marzo había sido especial.
FIN.
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Shot 2: El latir de un nuevo amanecer. [+18]
>Continúa en el siguiente post.<
- Spoiler:
- "Frío como el hielo.
Cálida como el sol.
Combinación peligrosa.
Resultado explosivo."
Él... Frío como el hielo, herido hasta el alma, con cicatrices en el corazón.
Ella... Cálida como el sol, siempre mostrando lo mejor, sonriendo al amanecer.
Combinación peligrosa, el sol puede derretir el hielo al igual que su corazón congelado.
Resultado explosivo, corazón derretido, pasado revelado, destinos entrelazados y un amor latiendo con fuerza.
El sol brilla con fuerza, amanece en Tokio y los primeros rayos de sol golpean en la ventana de la persona cuyo corazón está sumido en la oscuridad. Congelado.
Se levantó perezosamente maldiciendo su existencia. Las gotas de la ducha recorrían su cuerpo bien trabajado, la ducha era su única vía de escape.
A veces se preguntaba si solo había nacido para sufrir...
Nada más secarse el pelo se puso su uniforme escolar que consistía en unos pantalones negros, la camisa blanca y la chaqueta del mismo color que los pantalones, esta iba abrochada por una hilera de botones en mitad de la chaqueta, por debajo la camisa que tenían que llevar era blanca. Los zapatos también eran negros.
Se pasó la mano por su desordenado cabello y lo dejó como estaba, sabía que aun peinándolo volvería a su estado inicial.
Con un ligero movimiento cogió su mochila y se la colgó en el hombro derecho, bajó las escaleras sin muchas ganas y buscó a sus padres con la mirada.
No investigó mucho por los alrededores, tampoco le importaba si estaban o no, solo era para avisar que se iba pero al no haber nadie, se fue en silencio.
A su vez, en una pequeña casa ubicada en el barrio de Arakawa, una joven se levantaba animada, con ganas de comerse el mundo y sonriente.
Una sonrisa que irradiaba luz en la noche más oscura que podía existir.
Casi no tenía tiempo, así que se dio una ducha rápida y se vistió con el uniforme. En su caso consistía en una camisa, chaqueta de mangas largas y una falda lisa, todo únicamente color negro. Los zapatos también eran así, sin embargo, los calcetines, que si los estirabas mucho te llegaban a la rodilla, eran de color blanco.
Se puso la mochila en la espalda y salió corriendo, el tiempo apremia.
El chico andaba despreocupadamente por las calles, ya había llegado tarde varias veces por culpa de su actitud, mas no parecía importarle.
La joven iba corriendo en la acera de al lado y ninguno se había dado cuenta de su presencia, en el momento en el que se cruzaron, desde aceras distintas, su destino despertó.
Lo que ocurrirá a partir de ahora solo ellos pueden enfrentarlo.
"El destino
cruel y despiadado.
No se detiene ante nada,
buscando algo que anhela."
El destino, fuerza divina que rige el camino de los seres vivos.
Cruel y despiadado, sin sentimiento alguno a veces lleva a las personas al dolor.
No se detiene ante nada, si así está escrito así se cumplirá, no se puede cambiar.
Buscando algo que anhela, durante mucho tiempo, vagando por el mundo, sin poder encontrarlo.
La joven consiguió llegar a tiempo, jadeando, se acercó a su asiento y respiro profundamente.
-Menos mal... Aun no ha llegado el profesor.
-Natsuki... Deberías dejar de correr, algún día te va a dar un infarto.
La chica levantó la vista y vio a su mejor amiga: Akane, era alta y con unas curvas perfectas. A causa de esto muchos chicos suspiraban por ella, su cabello era de color negro como el ébano y sus ojos eran de color miel.
Natsuki, nada más verla, le regaló su característica sonrisa que alegró el día de su amiga.
-¿Por qué siempre consigues que no pueda enfadarme contigo?-preguntó resignada.
-Porque me quieres mucho.
-Por supuesto que sí.-la abrazó.- Pero tienes que dejar de practicar para las olimpiadas ¿Vale?
-Eres demasiado exagerada.-sonrió.- Solo me he dormido varias veces.
-¿Varias?-alzó su delgada ceja.- Vienes corriendo siempre, no me extraña que no te canses en ningún deporte.
La puerta se abrió de golpe mostrando a un hombre de avanzada edad, su cabello, que anteriormente era de color marrón ya estaba sometido a las consecuencias de la vejez. Sus ojos azules, cansados, habían perdido esa vitalidad que destilaban antes. A primera vista podía parecer mala persona por su expresión neutra, pero no era así, más bien todo lo contario.
-Buenos días clase.-saludó acomodando sus cosas en la mesa.
-Buenos días profesor.-respondieron a la vez como ya era costumbre.
Tras verificar quien faltaba, comenzó a explicar el tema y algunos ejercicios que se le complicaban a toda la clase.
Pasada la media hora, el joven irrumpió en la clase, interrumpiéndola por completo, se dirigió a su lugar y se quedó callado.
-Ryû Inokuma.-le llamó la atención el profesor.- No puedes venir a la hora que quieras, tenemos un horario.
-¿Tenemos un horario?-respondió con sorna.- No tenía ni idea.
-A dirección, ahora.
-Como usted quiera profesor.
Tras hacerle una reverencia, que más que respeto mostraba burla, se fue al despacho del director.
El profesor suspiró estresado y siguió dando clases. No sabía qué hacer con ese chico.
Las clases pasaron con tranquilidad, excepto el acontecimiento habitual de todas las mañanas, no pasó nada más.
-Natsuki.
-Dime.
-¿Tienes pensado hacer algo hoy?
-No, no tengo ningún plan, ¿Por?
-¿Quieres venirte con nosotras?
-¿Nosotras?
-Con mis amigas.
-Lo siento, no voy a poder.
-Acabas de decir que no tienes ningún plan.
-Akane... No las conozco de nada.
-¡Yo te las presento!
-Pero...
-Natsuki, tienes que relacionarte más, soy tu única amiga.
-Lo sé, pero... No es fácil.
-Puede que no sepa cómo te sientes porque no lo he vivido, pero me gustaría ayudarte.
-Muchas gracias.
-Sin embargo para que pueda intentarlo, tu también deberías poner un poco de tu parte.
-Akane...
-Además, ¡Me gustaría que mi mejor amiga estuviera conmigo!
-Está bien... Que insistente eres.
-¡Lo sé! ¡Venga vamos!
Salieron a la calle, y el viento jugó con el pelo castaño de Natsuki, tuvo que cerrar sus ojos verdes con matices azules para que el sol no le diera de pleno.
-¡Estamos aquí!-gritó una chica para llamar su atención.
Las jóvenes se acercaron al grupito de chicas que estaban sentadas en un banco.
-Mira te presento a Urara Taniguchi.-señaló a una rubia de pelo ondulado y ojos azules, con aires de grandeza.
-Encantada.-dijo sin muchas ganas.
-Igualmente.-Natsuki, como siempre, le regaló su cálida sonrisa.
-Ella es Aki Tabuchi.-esta vez señaló a una chica bajita, poseía el cabello de color morado a la altura de los hombros. Sus ojos marrón chocolate eran llamativos.
-Encantada.-le tendió la mano.
-¡Me alegro de conocerte por fin Natsuki! ¡Akane nos ha hablado mucho de ti!-gritó uniendo su mano con la que le habían tendido.
-¿Si?
-¡Sí! ¡Nos ha contado que sois muy buenas amigas!
-Así es.
-¡Las mejores!-gritó Akane.
-Deja de gritar.
-Que amargada eres Urara.
-¿¡Amargada!?-lo susurró bastante enfadada.
-Y para terminar, ella es Yûhi Momotami.-la chica en cuestión, era alta de pelo liso y marrón chocolate, con unas mechas rubias. Poseía unos ojos gris-violeta muy bonitos e impactantes.
-Hola.-saludó tímidamente.
Natsuki le regaló una de sus sonrisas y la joven consiguió relajarse. Aquella sonrisa era como una medicina milagrosa, curaba cualquier mal.
-Bien, chicas, ¿Qué queréis hacer hoy?
-¿Tu amiguita también viene?-preguntó la rubia molesta.
-Sí, ¿Tienes algo que objetar Urara?
-No la conocemos de nada.
-Yo la conozco.
-Tú eres la única.
Natsuki comenzó a sentirse muy desanimada, no quería que su mejor amiga discutiera por su culpa.
-A mi no me importa que venga con nosotras.-añadió Aki.
-A mi tampoco.
-¡Hmp! ¡Haced lo que queráis! Mientras no se ponga en mi camino...-bufó bastante enfadada.
-Descuida.-contestó Natsuki.- No te molestaré.
-No le hagas ni caso. Está así porque Ryû ha vuelto a darle calabazas.-dijo Akane ganándose la mirada asesina de Urara.
-¡No me ha rechazado!
-Yo pensaba que sí...-esta vez habló Yûhi.- ¿No era eso lo que se comentaba por los pasillos?
-¡Es todo mentira!
-Bueno... Entonces defiende tu teoría.
-¿Eh? ¿Qué quieres decir Akane?
-Pronto saldrán Ryû y sus amigos, cuando lo hagan conquístale.
-Lo haré... Y te tragarás tus palabras.
-Ya lo veremos.
Esperaron sentadas en el banco, hablando de cosas triviales y conociéndose un poco. Urara era la única que no había articulado palabra.
-(Me las pagarás Akane... Lo prometo...)-pensó la rubia mirándola fijamente.
Por el pasillo caminaban un grupo de chicos compuesto por cuatro personas.
El que iba en cabeza era robusto, alto, moreno y de ojos azules. A su lado podía verse a otro chico más bajo que el anterior, también era más delgado, su cabello era de color rojo, casi como el fuego y sus ojos verdes que destilaban felicidad.
Detrás de ellos estaba Ryû y a su lado, tratando de darle conversación, un chico más o menos de su altura, fuerte, poseía unos orbes marrones y el cabello color naranja.
-¿Piensas ignorarme durante todo el camino?-preguntó el chico de cabello naranja.
-Sí, hoy estás especialmente insoportable.
-Recuérdame porque sigo siendo tu amigo.
-Porque soy yo quien te saca las castañas del fuego.
-¡Eres el mejor amigo!-gritó con los ojos iluminados.
-¿Solo me aprecias por eso?
-No hombre, por más cosas.
-¿Por cuales?
-Eh... Pues... Tu...-estuvo un rato pensando.- ¡Eres amable!
-¿Es eso lo mejor que se te ocurre? ¿En serio?
-Sí...
-Nunca cambiarás, Kazuo.
-Mira quien fue a hablar.
El joven de corazón congelado, hizo un intento de sonrisa, mas no lo logró.
-Vas mejorando, ¿Has estado practicando?-preguntó burlonamente el poseedor de los ojos verdes.
-Déjame en paz, Takeshi.-dijo dando por zanjada la conversación.
Las chicas seguían hablando tranquilamente, cuando pudieron observar que los chicos, a los que esperaban, salían del instituto.
Urara, al ver a Ryû se levantó decidida y se acercó a él.
-Mira quien viene.-dijo Kazuo señalando a la rubia.
-Que pesada es esta mujer... Creí que le había dejado bien claro lo que pensaba de ella.
El joven le puso la mano en el hombro para darle ánimos.
-Vas a tener que ser más directo ahora.
-Supongo que tienes razón.
-¡Siempre la tengo!
-Humildad es tu segundo apellido ¿Verdad Kazuo?
-Muy gracioso Takeshi.
El chico hizo un puchero muy gracioso provocando las risas de todos excepto la del joven del corazón helado.
-Hola chicos.
-¿Que tal Urara?-preguntó el moreno.
-No hablaba contigo.
-Urara, eres una amargada.-le defendió Kazuo.
La rubia mostró una mueca de desagrado y repulsión.
-Tu estúpida novia me ha dicho lo mismo.
-¿¡Que has dicho!?
Ryû se puso delante de Kazuo para evitar que hiciera una burrada.
-Si has venido a meterte con mi amigo ya puedes marcharte por dónde has venido.
-Venía a hablar contigo.
-Dime.
-Bueno...-la chica necesitaba una excusa.- Mis amigas se preguntaban si querías venir con nosotras.
-No.-sentenció tajantemente.- Ya puedes irte.
-Pero...
-¿Quién es esa chica?-interrumpió Takeshi señalando a Natsuki.
-¿Eh? ¿De quién hablas?-preguntó Kazuo.
-La joven que está sentada al lado de tu novia.
Todo el mundo la observó.
El viento jugaba con su pelo rizado, sedoso, de color castaño claro, casi rubio, que le llegaba hasta la cintura. Sus labios carnosos mostrando esa deslumbrante sonrisa y esos ojos verde mar que te envolvían regalándote tranquilidad.
-¿Quién es? Es la primera vez quela veo.-preguntó el moreno.
-Es una amiga de Akane.-explicó Urara molesta.- La hemos conocido hoy.
La joven de ojos color miel, llamó a su novio saludándolo con la mano.
-Mi novia me llama, ahora vengo chicos.
-¿Nos vas a estar restregando toda la vida que eres el único del grupo con novia?
-Por supuesto, tengo que divertirme todo lo que pueda.
El chico se marchó sonriente hacia su novia. Akane al ver que se acercaba tomó la mano de Natsuki.
-¡Ven! ¡Te presentaré a mi novio!
-¡Akane! ¡Espera...!
Para cuando quiso darse cuenta ya estaba estrechando la mano con el chico. Cuando se lo proponía, Akane podía ser muy insistente y al final lo mejor era aceptar o te torturaría con palabras hasta conseguirlo.
Akane saludó a su novio con un apasionante beso en los labios.
-Natsuki te presento a Kazuo Miyahara, mi novio.
-Encantada, soy Natsuki Kawamura.
-Por fin te conozco, Akane me ha hablado mucho de ti, creo que te quiere más que a mí.
-¡Kazuo!-gritó la chica fingiendo molestia.- Sabes que tu eres lo que más quiero.
-No sé yo...
Akane le dio un beso fugaz en los labios.
-Ummm... Aun tengo mis dudas...
La chica le besó profundamente y este le correspondió gustosamente.
-¿Ya se te han quitado las dudas?
-Sí, ahora sí.
-Además, ella fue la que me animo a pedirte que salieras conmigo.
El chico se quedó en shock por un buen rato, ellas lo miraban graciosamente al ver que no reaccionaba.
-¿Cariño?-la morena le pasó la mano por delante de la cara.- ¿Estás ahí?
-¿Fuiste tú?-preguntó aun en shock.- ¿Fuiste tú la que la animaste?
-Sí...
El chico la abrazó con fuerza.
-¡Gracias, gracias, gracias! ¡Muchas gracias por hacerlo!
Kazuo estaba muy agradecido, él siempre había amado a Akane pero nunca se había atrevido a pedirle nada por miedo a perderla, más un día la joven llegó pidiéndole una cita y él accedió encantado. Desde entonces salían más a menudo hasta que se besaron y confesaron sus sentimientos.
Kazuo siempre le había preguntado el motivo que tenía para que repentinamente le pidiese una cita y Akane siempre le respondía lo mismo: "Cuando llegue el momento te lo diré".
Ahora tenía entre sus brazos a la chica que le había conseguido la felicidad absoluta y no sabía cómo agradecérselo.
-Kazuo, suéltala que la vas a ahogar.
El chico reaccionó y la soltó pidiendo perdón constantemente.
-A mi no me das esos abrazos... Voy a ponerme celosa.-dijo Akane haciendo un puchero
-Por eso lo hago.-le cogió de la cintura y la acercó a él.- Me encanta verte celosa.
-Te quiero.-posó su mano en la mejilla de su novio.
-Yo más.-unieron sus labios nuevamente demostrando el amor que tenía cada uno.
Era encantador... Natsuki observaba la escena felizmente, su amiga siempre le había hablado de este chico, le contaba maravillas y se ponía muy feliz con cualquier cosa que le hiciera.
Una vez Kazuo la sonrió nada más verla y Akane fue corriendo a donde su mejor amiga para contárselo muy contenta.
Ella había sufrido demasiado y al fin era feliz, Akane se lo merecía, se merecía esa felicidad.
En ese momento Natsuki dirigió su mirada hacia delante y vio a un chico con el cabello desordenado y de color castaño oscuro. Ojos negros y profundos que no mostraban nada, una piel bronceada por el sol y una expresión neutra en la cara, como si no supiese el significado de los sentimientos.
Ryû se sintió observado y buscó con la vista a la persona que no paraba de mirarlo. No tardó ni un segundo encontrarla.
Natsuki y él entrelazaron la mirada y por un momento parecía que el tiempo se había congelado."Todo está predeterminado.
No se puede cambiar.
Sus caminos
estaban unidos."
Todo está predeterminado, nada puede alterarse, es una fuerza divina que rige los caminos de los seres vivos.
No se puede cambiar, no hay más remedio, así ha de pasar para que ambos puedan ser felices.
Sus caminos, desde su nacimiento eran iguales, sus pasos entrelazados, su meta... La misma.
Estaban unidos, estaban entrelazados, era inevitable que algún día pasase, así está escrito así se cumplirá.
Mantuvieron un rato la mirada y después, ambos cortaron la conexión.
-¿Te ocurre algo Natsuki?
-No, ¿Por qué lo preguntas Akane?-respondió sonriente.
-Pues... Nada déjalo, cosas mías.
-Ven, quiero presentarte a mis amigos.-dijo el chico.
-No hace falta yo...
-Venga vamos.-Akane le cogió de la mano.- Sabes que no vas a poder conmigo.
-Está bien...
La morena sonrió y el joven la guió hasta sus amigos.
-Chicos os presento a Natsuki la amiga de mi novia.
-¡Mejor!-corrigió Akane.
-La mejor amiga de mi novia.
-Hola.-los saludo con un gesto de mano.
-Encantado, soy Takeshi Tsuruya.
-Yo soy Tarô Kahaya, un placer.
-A mí ya me conoces.-dijo Kazuo.- Y ese chico de ahí, con cara de enfadado es Ryû. Creo que vais a la misma clase.
-Sí, vamos a la misma.
-Kazuo... ¿Puedes repetir lo que has dicho de mí?
-¡Yo no he dicho nada de ti!-se defendió asustado.
-Corre Kazuo...-dijo Takeshi.- Yo lo entretengo.
Urara fingió una tos para llamar la atención.
-Ha sido muy emotiva esta presentación pero estábamos intentado tener una conversación civilizada.
-"Urara" y" conversación civilizada" no pueden ir en la misma frase.-dijo Akane ganándose la mirada de odio de la rubia.
Riû, por su parte, no podía quitar la vista de aquella chica. ¿Que tenía para que se sintiera tan bien al verla?
-Riû.
-Dime Tarô.
-¿Estabas mirando a Natsuki?-preguntó pícaramente mientras alzaba ambas cejas.
-No... ¿Cómo se te ocurre decir semejante estupidez?
-Perdón si te he ofendido.
-Menos guasa.
-Bueno, chicos... ¿Qué teníais pensado hacer?-insistió Urara.
-De momento nada.-contesto Takeshi.
-Nosotras teníamos pensado ir al cine o dar una vuelta por el parque, ¿Os venís?
-Si va mi novia yo también.
Se besaron profundamente.
-Cortaros un poco que estamos aquí.-dijo Tarô sonrojando a la pareja.
-Sí, iros a un hotel.-siguió Takeshi.
Natsuki sonrió, veía a Akane tan contenta que no podía evitar sentirse feliz.
-¿Venís o no?-insistió Akane.
-A mí no me importaría.-dijo Tarô.
-A mi tampoco, mientras estos dos no se besen demasiado, es repugnante.-fingió una cara de asco.
-Que gracioso Takeshi.-Kazuo frunció el ceño.
-Sabes que estoy de broma.
-Siempre estás de broma.
-¿Te molesta?
-Sí.
-¡Por eso lo hago!
-Que amable.
-¿Tu qué piensas hacer Ryû?-preguntó Urara con la esperanza de que fuese.
-No sé.
-¿Y tu Natsuki?-le preguntó su mejor amiga.
-Yo debería irme ya, mis padres estarán preocupados.
-¡Venga! ¡Aunque sea cinco minutos!
-Akane...
-¡Por favor!
Natsuki se llevó la mano a la cabeza.
-Algún día no te va a funcionar ese truco.
-Mientras me funcione ahora...
-Está bien... Iré.
Akane la abrazó.
-Pero antes tengo que llamar a casa.
-Te acompaño.
-¿Para qué? Si voy a llamar por el móvil.
-Quiero hablar contigo.
-Vale, venga vamos.
Se alejaron un poco para conseguir privacidad.
-No sabía que tu novia tenía una amiga tan guapa.-dijo Tarô.
-El tigre asoma las garras.-Takeshi le golpeó suavemente con el codo en las costillas.- ¿Piensas ligártela?
-Puede...
-Ten cuidado.-advirtió Kazuo.- Si por algún motivo le haces daño Akane te matará.
El chico se estremeció.
-Ya sabes como es mi novia.
-Sí... Lo tendré en cuenta.
Akane esperaba pacientemente que su amiga acabase con la llamada.
-Sí mama, adiós, cuidaos mucho.
Cuando Natsuki terminó con la conversación no parecía estar muy alegre.
-¿Ha pasado algo?
-Están en el hospital.
-¿¡Qué ha pasado!?
-Papa ha vuelto a recaer.
-Lo siento mucho.
-¿Por qué te disculpas? No es tu culpa.
-Lo sé, pero no tengo otra forma de hacer que te sientas mejor.
-Me basta con que seas mi amiga.
Akane derramó una lágrima de alegría y la abrazo.
-¿Y qué tal está?
-Mejor, el médico le ha recomendado reposo y que cambie de aires.
-¿Se van a ir otra vez?
-Sí.
Cada vez que el padre de Natsuki enfermaba, se iban a una casa que tenían en mitad de un campo. Allí su padre se recuperaba por completo gracias al aire puro que tenían aquellos montes.
Sin embargo, últimamente Natsuki no había podido ir por culpa de los exámenes.
-¿Tú te quedarás aquí?
-Sí, no puedo faltar a clase.
-Si necesitas mi ayuda llámame. ¿Vale?
-Sí... Muchas gracias.
Se volvieron a abrazar.
-Por cierto, querías hablar conmigo, ¿No?
-Otro día te lo diré.
-¿Seguro?
-Sí, ¡Venga vamos!
Como casi siempre Akane guió a su amiga hasta los demás, cuando llegaron vieron a las otras chicas esperándolas con los varones.
-Sentimos la tardanza.-se disculpo Akane por las dos.
-No pasa nada.-respondió Yûhi.- ¿Ya habéis decidido?
-Sí, nosotras vamos.
-¡Qué bien!-gritó Aki feliz.
-Solo falta el cascarrabias.-dijo Kazuo.
-¿Cascarrabias?-le lanzó una mirada asesina a su amigo y este sonrió nerviosamente.- Supongo que no tengo elección.
-Ahora falta decir si vamos al parque o al cine.
Tras discutirlo un rato, decidieron ir al parque y luego al cine."No siempre es fácil
saber lo que sientes.
Aquello que comienza a despertar
es el corazón congelado."
No siempre es fácil, el camino, complicado y lleno de obstáculos, no facilita el transito a la felicidad.
Saber lo que sientes, en el momento predeterminado, es muy difícil, es uno de los obstáculos.
Aquello que comienza a despertar, quiere escapar de la oscuridad más absoluta que jamás ha visto.
Es el corazón congelado, un corazón helado, durmiendo desde hace tiempo comienza a latir con fuerza.
El aire fresco del parque era muy agradable.
Natsuki apreciaba mucho eso, ya que este tipo de aire curaba a su padre, o al menos le aliviaba el dolor.
Tenía una enfermedad, y le costaba respirar, cada vez que empeoraba era por culpa del aire contaminado de la ciudad, por eso se iban al campo, allí el aire era limpio y puro. Un agradecimiento para los pulmones enfermos de su padre.
-¿Estás bien Natsuki?
-Akane, te preocupas demasiado.
-Quiero que mi mejor amiga sea feliz.
-Soy feliz, no te preocupes.
La mitad se sentaron en un banco y los restantes en el de enfrente, ya que no cabían.
Natsuki se había sentado con Akane y a su lado estaban Ryû y la rubia amargada.
El joven castaño no había abierto la boca en todo el camino, por otra parte Natsuki tampoco había pronunciado muchas palabras, estaba preocupada por su padre.
Ella quiso ir a verlo pero su madre se negó, a su padre no le gustaba que ella lo viese así y la madre lo sabía. Así que para no hacerla daño al ver a su padre en ese estado, le recomendó quedarse con sus amigos.
-Akane, ¿No prefieres estar con tu novio?
-No, prefiero estar con mi amiga.
Las chicas se abrazaron. Urara las miraba con asco, no le gustaban esas muestras de amistad. Estaba celosa.
A ella no la soportaba nadie.
-Ryû...-la rubia decidió atacar.- ¿Te ocurre algo? Estas muy callado.
-Estoy igual que siempre.
-Pero...
-Ya te he dicho que no me pasa nada.
Ataque fallido.
-¡Chicos!-gritó Tarô desde el otro banco.- Vamos a comprar algo para comer, ¿Os venís?
-Yo estoy bien.-respondió Natsuki.
-Pues yo tengo hambre.-dijo Akane.- Ahora vengo.
Urara quería quedarse ahí pero sus tripas le jugaron una mala pasada e hicieron un ruido espantoso. Tuvo que levantarse para ir a comprar algo, no tenía sentido decir que no tenía hambre, lo acababa de demostrar.
-¿Tú no vas?-le preguntó Natsuki a Ryû.
-No tengo hambre.
No dijeron nada más, el silencio se podía cortar con un cuchillo.
-¿Siempre sonríes así?-preguntó de repente rompiendo el silencio.
-¿Perdona?
-¿Es que no te cansas de reír?
-No.
-No lo entiendo.
-La gente se siente mejor viendo una sonrisa que una lágrima.
Ryû se sorprendió por la respuesta. ¿Guardaba aquella chica sonriente un doloroso secreto?
-Buena respuesta.
-¿Y tú? ¿Nunca sonríes?
-No.
-No lo entiendo.
-Tengo mis motivos.
-¿A pesar de estar preocupando a tus amigos?
-¿Qué?-las palabras de la chica le estaban pillando por sorpresa, era la primera vez que le ocurría esto.
-He visto las caras de tus amigos, todos están preocupados por ti.
-¿Cómo lo sabes?
-Cuando paseaban y te miraban, podía ver dolor en sus ojos.
-Que perspicaz.
-Gracias.
Más silencio.
-Si tuvieras algo por lo que llorar, ¿Qué harías?
Esa pregunta estrujó el corazón de Natsuki. Recuerdos dolorosos golpeaban su mente.
-Llorar... Y después mostraría mi mejor sonrisa.
-Entonces, esa sonrisa es una máscara de tus verdaderos sentimientos.
Negó con la cabeza.
-Es verdad que si tuviera algo por lo que llorar, lloraría, pero una vez desahogada no tiene sentido que siga viviendo en el pasado. Solo me dañaría más, y a los que me rodean también.
Ryû se quedó sin palabras. No sabía que responder, no tenía que responder.
Por primera vez se sentía... No sabía cómo describirlo, era un sentimiento agradable y cálido. Intercambiar opiniones con aquella chica le había ayudado a verlo de otra manera.
¿Es verdad que se estaba haciendo daño? ¿Podría cambiar si se lo propusiera?
De repente sintió un peso ligero sobre su mano, al bajar la vista vio la mano de Natsuki encima de la suya.
-No tienes que cargar con el peso tu solo, tienes amigos que te pueden ayudar.
Abrió los ojos de golpe.
-Yo...
La joven se dio cuenta que seguía sobre su mano así que la apartó de golpe y un poco sonrojada.
-Lo siento.
-No te preocupes no ha sido nada.
No dijeron nada más hasta que los demás llegaron. Venían sonrientes, pero al verlos sus sonrisas se borraron. Cada cual miraba al lado contrario de su compañero. Natsuki tenía las mejillas un poco rojas y Ryû tenía la mirada perdida en un punto fijo.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Akane preocupada.
-Espero que tu amiguita no haya molestado a Ryû.
-No lo creo, y seguro que a ella le ha hecho más caso que a ti.
-¿¡Qué has dicho!?
El grito de la rubia llamo la atención de ambos.
-Ya están aquí.
-Deberíamos ir a donde ellos.
-Sí...
Se levantaron a la vez sin ni siquiera mirarse. Akane se acercó a su amiga con un paquete en la mano.
-Toma, para ti.
-No hacía falta que te molestaras.
-No es una molestia.
-¿Cuánto te ha costado?
-Invito yo.
-¿¡Qué!? ¡De eso nada! Dime cuanto ha sido.
-Ya te he dicho que invito yo.
-¡Qué me digas!
-¡¡No!!
Siempre tenían estas discusiones y al final acababan riendo, como ahora.
-Eres una cabezota.
-Lo seré pero he ganado.
-Ya veremos a la siguiente.
-¿No íbamos a ir al cine?-preguntó Takeshi.- Si es así será mejor que nos demos prisa.
Pusieron rumbo al cine, en mitad del camino Akane alejó un poco a Natsuki de los demás para hablar con ella.
-¿Qué ha pasado antes?
-¿Antes? ¿Cuándo?
-No te hagas la ingenua. ¿Qué ha pasado entre tú y Ryû?
-¡Nada! ¿Por qué piensas eso?
-Porque te veo muy despistada y él está diferente.
-No ha pasado nada, ni siquiera hemos hablado.
-No sé yo...
-¿Hablando de mí?
La voz de Ryû asustó a las chicas provocando un grito y un sobresalto por parte de las dos.
-¡Ryû!-gritó Akane intentado tranquilizar sus pulsaciones.- ¿¡No te han enseñado que no se asusta a la gente!?
-No, además es divertido.
-¿Divertido? ¿Tú diciendo eso?
-Sí, ¿Qué pasa?
-Es evidente que ha pasado algo entre vosotros dos.
-No ha pasado nada.-respondió Natsuki.
-Yo solo me meto contigo porque así molesto a tu novio.
-Mira que majo el chico.-dijo Akane mirándolo mal.
-¿Ha pasado algo?-gritó Kazuo, ya que se habían quedado muy atrás.
-No, amor. El cascarrabias de tu amigo nos ha entretenido.
-¿Cascarrabias?-susurró Ryû molesto.
-Deberíamos irnos.-sugirió Natsuki.- O los perderemos de vista.
-Sí, y te mantendré vigilado.-respondió Akane apuntando al chico con un dedo.
-Que miedo...-se burló el castaño.
-Vamos.-Natsuki tiró de su amiga.- Al final tu novio me va a culpar a mí porque no le prestas ningún tipo de atención.
-¡Bah! ¡Él sabe que le quiero mucho!
-Por si acaso, no quiero tener enemigos tan pronto.
-No vayas tan rápido que no puedo seguirte el paso.
-Eres demasiado lenta, tienes que hacer ejercicio.
-Sí, puedo ir corriendo todos los días para ir al instituto.
-¿Me lo vas a recordar siempre?
-¡Sí!
Ryû las vio alejarse, mirando a la chica que le había dejado preocupado.
¿Y si trataba de cambiar?
-No... Eso en una estupidez..."No saber lo que sientes
es como estar ciego.
Sentimientos extraños,
sensaciones agradables."
No saber lo que sientes, no estar seguro de lo que tu corazón siente, es una prueba más, un obstáculo.
Es como estar ciego, no saber a dónde ir o a quien acudir, al igual que su corazón congelado.
Sentimientos extraños, latidos desembocados, no hay nada peor que no saber qué ocurre con tu corazón.
Sensaciones agradables, tras años de oscuridad el corazón puede ver una débil luz, proveniente de una sonrisa.
-¿Dónde se ha metido este hombre?
-¿No venía con vosotras?-preguntó Yûhi.
-Pensé que estaba detrás.-respondió Akane.
-¿Y si le ha pasado algo?-Kazuo estaba muy preocupado.
-Yo lo buscaré.-se ofreció Natsuki.
-¿Tú? ¿Por qué?-preguntó Urara enfadada.
-Ha sido mi culpa que se quedase atrás.
-No ha sido tu culpa.-la defendió Aki.
-Si no hubiera tirado de Akane no se habría quedado atrás.
-Solo lo has hecho para no hacernos esperar.-dijo Takeshi.- Además Ryû tiene la manía de desaparecer sin avisar.
-Cuando le pille lo mato.-amenazó Kazuo.
-Yo te ayudo.-apoyó su novia.
-Dividámonos para que sea más fácil encontrarlo.-sugirió Tarô.
-¡Sí!-respondieron a la vez.
Buscaron por toda la ciudad preocupadísimos.
Natsuki se sentía fatal, por su culpa lo habían perdido de vista, al menos eso era lo que ella pensaba.
Ryû estaba sentado en el banco donde habían estado antes. Las palabras de la chica resonaban por su cabeza.
"Es verdad que si tuviera algo por lo que llorar, lloraría, pero una vez desahogada no tiene sentido que siga viviendo en el pasado. Solo me dañaría más, y los que me rodean también."
¿Puede ser verdad? ¿Podría cambiar?
Echó la cabeza para atrás y así recostarse mejor en el banco. Unos segundos más tarde recibió un golpe en la frente.
-¿¡Qué diablos...!?
Se levantó sobándose la parte golpeada y se dio la vuelta. Su amigo se frotaba el puño, Ryû tiene la cabeza demasiado dura.
-¡Kazuo! ¿¡Te has vuelto loco!?
-¿¡Cómo se te ocurre desaparecer sin avisar!? ¿¡Tienes idea de lo preocupados que estábamos!?
-No sé porque, siempre me voy sin avisar.
-Ahora estamos con las chicas, no están acostumbradas a que desaparezcas así sin más. Todas te están buscando.
-Diles que dejen de buscar, ya me has encontrado.
-Encima Natsuki se siente culpable.
Ryû sintió un dolor punzante en el pecho. Se llevo la mano a donde había sentido ese flechazo.
¿Qué había pasado? No podía explicarlo, no sabía la respuesta.
-¿Y por qué se siente culpable? Ella no me ha hecho nada.
-No sé luego se lo preguntas.-cogió su móvil.- Voy a llamarlos.
Intentó llamar a Tarô pero no tenía cobertura.
-Voy a otro sitio a ver si allí puedo llamar, no te muevas de aquí.
No le hizo ni caso, nada más perderle de vista se fue en busca de Natsuki. Ésta, por su parte, buscaba por los alrededores del parque.
-Ryû, ¿Dónde diablos te has metido?
Se dio la vuelta y lo vio delante de ella, estaba ahí parado mirándola. Sin poder evitarlo corrió hacia él y lo abrazó. Estaba tan preocupada pensando que le había pasado algo que nada más verle tuvo el impulso de abrazarle.
El chico se petrificó, sintió un calor que emanaba del centro del pecho y se extendía por todo el cuerpo, se estaba poniendo muy nervioso hasta que sintió su camiseta humedecerse.
La joven estaba llorando sobre su pecho. Había estado reteniendo las lágrimas todo este tiempo, a causa de la ansiedad producida anteriormente.
El simple pensamiento de que le había pasado algo malo, como un accidente, le había estrujado el corazón.
Ryû le devolvió el abrazó envolviéndola fuertemente con sus brazos. Con esta acción consiguió que el corazón de Natsuki comenzara a latir más rápido que antes.
-Tranquilízate, estoy bien, no me ha pasado nada.-dijo tratando de hacer que dejase de llorar.
Mas no lo consiguió, la chica acabó desahogándose sobre él.
Era la primera vez que se preocupaba por alguien que estaba llorando, así que no sabía qué hacer.
Natsuki consiguió tranquilizarse y levantó lentamente la cabeza, chocándose contra los orbes negros del chico.
-¿Estás mejor?
El resorte de la joven se encendió y se dio cuenta que se estaban abrazando. Se soltó de sus brazos sonrojada y se dio la vuelta para que no la viera.
-Lo siento.
Al chico ese gesto le pareció algo emotivo. Cuando se dio cuenta de su pensamiento se maldijo sí mismo.
-No pasa nada.
Ryû se acercó a ella, pero antes de que pudiera hacer nada ésta se dio la vuelta y le golpeó en el pecho.
-¿Qué haces?-preguntó el chico sorprendido.
No le había dolido, pero aun así tenía la mano apoyada en la parte golpeada como si le hubiese roto una costilla.
-¿¡Cómo se te ocurre irte así!? ¡Pensé que te había pasado algo malo!
El joven se quedó en shock. Ella estaba preocupada... ¿Hacia cuanto que alguien no se preocupaba así por él?
-¿Estabas preocupada por mí?-necesitaba comprobarlo.
-Sí...-Natsuki se aguantaba las ganas de llorar.
El miedo a perder a una persona seguía encerrado en el corazón de la joven.
-Perdóname.-se acercó lentamente a ella.- Si quieres llorar te ofrezco mi hombro.
La chica se sorprendió soberanamente. ¿No decían que Ryû no siente nada? ¿No decían que tiene el corazón tan oscuro que da miedo mirarlo a los ojos?
Esta persona que tiene delante es diferente. Completamente diferente.
-No hace falta, estoy bien.
El chico la rodeó con sus fuertes abrazos y la pegó a él.
-No me importa si lloras sobre mí.
-Ryû...
Intentó contener las lágrimas pero al final las soltó de golpe sobre su camiseta que humedeció previamente.
-¿Ya estás mejor?-preguntó al de unos minutos.
-Sí, muchas gracias.
Kazuo, que lo estaba buscando cerca del parque, los vio y se quedó de piedra.
¡Ryû dando un abrazo! Nunca había hecho eso, ni siquiera con sus padres. Desde pequeño había sido así de frío, mas con la edad empeoró y nunca lo han visto abrazando a alguien... Hasta hoy...
Estaba tan sorprendido que se le cayó el móvil de las manos, el ruido que provocó el impacto del móvil contra el suelo llamó la atención de los dos castaños.
Sus miradas se chocaron con la mirada sorprendida de Kazuo, después se observaron y se alejaron como alma que lleva al diablo.
Los tres se quedaron en completo silencio. Natsuki miraba hacia cualquier parte que no fuera Ryû, y el chico hacia lo mismo, mientras que Kazuo miraba al castaño completamente pasmado.
Ninguno de los tres sabía que sentir en ese momento. Kazuo estaba en medio de un shock, Ryû no sabía que sentir, esa calidez de antes... ¿Que había sido eso?
Y Natsuki estaba perdida... ¿Ryû había sido amable con ella?
¿Qué sentían esos dos?"Una lágrima,
Una sonrisa...
¿Que necesita
el corazón congelado?"
Una lágrima, símbolo de tristeza, a veces muestran que la fortaleza más poderosa puede ser derrumbada.
Una sonrisa, símbolo de alegría, a veces muestran que la tristeza más dolorosa puede ser escondida.
¿Qué necesita, qué pude pedir, qué desea, qué puede ayudarle a salir de la oscuridad, qué quiere...
El corazón congelado? El corazón sumido en el dolor busca desesperadamente una forma de escapar.
Llegaron a la entrada del cine en completo silencio, ninguno trato de entablar conversación.
La atmosfera estaba tensa, el silencio sepulcral era incomodo.
Sus amigos los esperaban ansiosos en la entrada del cine. Kazuo los había llamado diciendo que fueran allí, ya que habían encontrado a Ryû.
Al ver al castaño se le acercaron preocupados.
-¿Dónde estabas?-preguntó Takeshi alarmado.- ¿No te ha pasado nada, no?
-No os preocupéis, estoy bien.
Ryû buscó con la mirada a Natsuki, que se encontraba en el medio de círculo que habían creado las chicas, exceptuando a Urara.
La estaban atosigando con tantas preguntas, no acababan una cuando comenzaban a formular otra. Por mucho que ella les dijera que estaba bien no hacían ni caso.
Kazuo pilló a su amigo mirando a la castaña.
Una única pregunta pasó por su cabeza: "¿Que está pasando aquí?"
Tras tranquilizar a las chicas, entraron al cine y tuvieron una larga conversación sobre la película que iban a ver, únicamente quienes no participaron fueron Ryû, Kazuo y Natsuki, aunque esta última seguía con su cálida sonrisa dibujada en el rostro.
-¡Yo no quiero ver ninguna de miedo!-gritó Aki aterrorizada.
-¡Venga! ¡Son las mejores!-Tarô intentó convencerla mas no tuvo éxito.
-Yo prefiero ver una de acción.
-Apoyo la idea de Yûhi, a mí también me gustan ese tipo de películas.-dijo Takeshi.
-Yo quiero ver una de amor.
-Sin que sirva de precedente estoy de acuerdo con Urara.-dijo Akane.- ¿Tu cual quieres cariño?
Sin embargo, Kazuo no estaba escuchando, no se podía quitar de la cabeza la imagen que vio.
¿Ryû abrazando a alguien? Imposible... Imposible...
Nunca lo ha hecho, ¿Por qué ahora?
-¡¡Kazuo!!-el grito de Akane sobresaltó a todos, especialmente a su novio que había recibido el chillido en todo el oído.
-¿¡Qué pasa!?
-¡Kazuo Miyahara!-le señaló con el dedo.- ¡Dime que no me has estado ignorando!
-¿¡Eh!?-comenzaba a sudar petróleo.- Claro que no mi amor... ¿Cómo se te ocurre pensar eso?
-Es verdad, tonta de mí, si estaba clarísimo que me estabas escuchando...
-Por supuesto.
-¿Qué he dicho?
Kazuo se paralizó, comenzó a buscar con la mirada algo que le diese alguna pista de lo que estaban hablando. Pero con los nervios no encontraba nada y encima la mirada asesina de Akane no ayudaba mucho.
-¿Y bien?-insistió Akane.
Natsuki decidió intervenir antes de que el chico saliese malherido.
-Akane... Creo que no deberías ser tan dura con él... Solo estaba un poco despistado.
-¿Tú crees?
-Sí, estoy segura.
La joven le sonrió, y eso fue suficiente para tranquilizar a su mejor amiga.
Esa sonrisa curativa, era increíble.
-Está bien... Te creeré, pero solo porque eres tú.
-Me siento halagada.
Se abrazaron.
-Tras esta animada charla, seguimos en las mismas.-señaló Takeshi.
-¿Tú no piensas decir nada Ryû?-preguntó Takeshi.
-No me importa la película que elijáis, la veré sin objetar nada.
-Típico de ti.
-¿Y tú, Natsuki? ¿Qué quieres ver?-esta vez pregunto Tarô interesado en los gustos de la chica.
-Cualquiera menos la de miedo.
-¡Sí! ¡Ella está conmigo!-gritó Aki uniéndose al abrazo de las amigas.
-Chicas, estamos dando espectáculo.-informó Yûhi.
-Decidamos cuanto antes.-sentenció Ryû.
-¿Y cómo lo hacemos si no podemos ponernos de acuerdo?-preguntó Urara con la esperanza de que el castaño le respondiese.
-Hagamos una votación.-sugirió Natsuki.- Así acabaremos antes.
A todo el mundo le pareció buena idea y tras ponerla en marcha, salió ganadora la película de amor.
Compraron palomitas y bebidas, Kazuo se las arregló para poner a Ryû y Natsuki uno junto al otro completamente separados de los demás.
-¿Por qué están tan lejos?-preguntó Urara muy enfadada maldiciendo a la castaña.- Pensé que nos sentaríamos todos juntos.
-Les ha tocado esos asientos.-le explicó Kazuo tajantemente.
-Sigo sin entender porque nos ha tocado tan separados.-dijo Natsuki ganándose la atención de la persona cuyo corazón vive congelado.
-Yo tampoco... Sin embargo algo me dice que lo han hecho aposta.
-¿Qué te hace pensar eso?
-Nada... No me hagas caso... Imaginaciones mías...
-Está bien... ¿Me pasas las palomitas?
-Toma.
Al coger el recipiente rozó su mano y se quedaron en silencio. Ambos corazones comenzaron a latir a unísono, el latido era débil, pero provocaba que los dos se pusieran nerviosos.
La chica cogió rápidamente las palomitas y dirigió la vista a su regazo, mientras que él se acomodó mejor con un calor inexplicable en las mejillas.
Kazuo lo había visto todo.
-Akane...-le susurró al oído.- Tengo algo que contarte.
-Dime.
-Quiero que me prometas que no vas gritar.
-¿Qué ha pasado?
-Contén el grito, ¿Vale?
-Vale.
-Estoy preocupado por Ryû.
-¿Por qué?
-Se ha abrazado con tu amiga.
Akane se llevó las manos a la boca para ahogar un chillido de emoción.
-¿¡En serio!?
-Sí... Ni yo me lo creo...
-¿Por eso estabas así antes?
-Sí... Es la primera vez que veo a Ryû hacer eso.
-¿Estás pensando que podríamos hacer que cambiase de actitud?
-Me gustaría verlo sonreír y disfrutar, siempre ha sido así y yo nunca he podido ayudarle.
-Creo que tenerte como amigo es lo que más le ha apoyado.
-¿Tú crees?
-Sí, porque eres el mejor cariño.
Se besaron apasionadamente.
-¿Queréis dejar de besaros en público? Hay niños delante.
-Takeshi... Como vuelvas a cortarnos otro beso...-amenazó Kazuo.
-Vale, vale, ya me callo... Que poco sentido del humor...
Comenzó la película pero cierta pareja de novios, estaba más atenta, a los chicos que estaban separados a ellos, que a la película.
Era más larga de lo que se pensaban y Natsuki se estaba quedando dormida.
-Como sigas bostezando así te va a entrar una mosca.
-Muy gracioso.
-¿Tienes sueño?
-Mucho. Esta película es aburridísima.
-Opino lo mismo.
Los ojos le pesaban y amenazaban con cerrarse ahí mismo para no volverlos a abrir.
-¿Cuánto falta para que acabe?
-Creo que solo va por la mitad.
-¿¡La mitad!? No voy a aguantar tanto.
-¿No querrás dormirte delante de tu amiga no? Eso sería de mala educación.
-¿Tú estás hablando de educación? Te recuerdo que desapareciste sin avisar.
-Siempre hago lo mismo, eso no cuenta.
-Claro que sí, y no deberías hacerlo.
-Sí, sí, lo que tu digas.
Natsuki se dio cuenta que entablar una conversación con él no era nada fácil, así que decidió dejarlo. No tenía ningún sentido hablar con una persona que únicamente da respuestas evasivas.
La joven cerró los ojos por un minuto y se quedó dormida. Ryû la vio y no pudo evitar cogerla y hacer que se apoyara en su hombro. Pasó el brazo por su cintura para acomodarse mejor.
Cuando se dio cuenta de lo que había hecho se paralizó.
¿Por qué lo ha hecho? Ni el mismo lo sabía... Ha sido un impulso.
El corazón congelado comienza a despertar.
¿Qué le ha hecho falta al corazón helado para que volviese a latir? ¿Una lágrima o una sonrisa?
>> Recuerda seguir leyendo, el shot continúa en el siguiente post.
Última edición por Layla-chan el Mar Mayo 21, 2013 10:45 am, editado 2 veces
Layla- Consejo de escritores
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Posesiones :
Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Shot 2: (Continuación.).
>Continúa en el siguiente post.<
>Continúa en el siguiente post.<
- Spoiler:
- "No todo está perdido.
El dolor que un día sentiste
puede desaparecer por siempre
dando paso a la felicidad."
No todo está perdido, el destino siempre nos da una segunda oportunidad, por muy dolorosa que sea.
El dolor que un día sentiste, la tristeza que te invadió, la amargura que te atacó de joven...
Puede desaparecer por siempre, la luz que guía tus pasos, te llevará a un mañana de alegría.
Dando paso a la felicidad, que una vez creíste haber perdido.
-Despierta...
Natsuki abrió los ojos perezosamente y se chocó, con los profundos orbes de Ryû.
-Ya era hora...-suspiró.- Llevo un buen rato tratando de despertarte.
-¿Dónde estoy?-aun seguía un poco dormida.
-En el cine, te quedaste dormida.
Se levantó de golpe y por poco tira al chico que estaba frente a ella.
-¿¡CÓMO!? ¡¡No puede ser!! ¿¡Qué le digo yo ahora a Akane!?
-¿Qué te parece... "Me he dormido"?-respondió esto último imitando su voz.
-No le voy a decir eso... Ella estaba muy contenta de que estuviera aquí... No puedo decirle eso.
-Entonces, me gustaría ver como sales de esta, ella ya te ha visto.
Natsuki abrió los ojos de golpe y dio un espantoso grito por todo el cine. Ryû le tapó la boca para evitar que armara escándalo, a pesar de que la película había terminado, aun quedaba mucha gente en los asientos.
-¡Shhh! ¡No grites!
La chica se estaba poniendo nerviosa, la cercanía del chico, su mano en contacto con su piel, provocó que su corazón comenzase a latir mucho más deprisa de lo habitual.
La joven se preguntaba que le pasaba, pero al igual que el chico del corazón congelado, no sabía la respuesta.
Natsuki intentó soltarse pero la fuerza de ese chico era mayor.
-Te suelto si me prometes no volver a gritar.
Asintió.
Apartó la mano lentamente y estuvo un rato mirándola, para ver si iba a cumplir su palabra o tenía pensado volver a chillar como si estuviera poseída por Satanás.
-Tranquilo, siempre cumplo mi palabra.
-Mejor, la gente ya nos estaba mirando extraños.
-¿Seguro que no te miraban a ti y me estás echando a mi toda la culpa?
-¿Qué estas queriendo decir? ¿Que soy un rarito?
-Hombre, no...-se lo pensó un rato.- Bueno... A ver... Dicho así...
-Si estas tratando de arreglarlo, déjame decirte que lo haces fatal.
-Siento no poder estar a la altura de lo que esperabas.
-Venga, salgamos ya, todos están fuera.
-¿Ya?
-¿No pensarás quedarte a vivir aquí?
-Es que no me ha dado tiempo a pensar una excusa.
-Normal, si vas por ahí gritando como una loca.
Natsuki contó hasta diez mentalmente para tranquilizarse y no matarlo en mitad del cine.
No dijeron nada más, se dirigieron en silencio hacia la entrada, donde sus amigos les esperaban.
Mas el destino comenzó a mover sus cartas y Natsuki se tropezó en el último escalón. Como consecuencia, cayó al suelo, sin embargo, no sentía dolor alguno...
-No siento nada...
-Pues yo si...
Natsuki dirigió la vista al suelo y vio a Ryû tratando de levantarse, algo imposible ya que ella estaba encima de él.
-¡Lo... Lo siento mucho! ¿Estás bien?
-¿Esto ha sido una venganza por lo que te he dicho antes?
-¡¡Claro que no!! ¡¡Me he tropezado, idiota!!
-Encima me insultas.
-No, perdona, es que... ¡Me pones de los nervios!
-No lo has solucionado.
-Perdón, ¿Te duele mucho?
-No es nada, no te preocupes.
-Lo siento.
La joven iba a levantarse pero un sonido seco llamó la atención de ambos. Akane, Kazuo y Urara acababan de entrar, la rubia al verlos así, se le cayó el bolso que llevaba en la mano.
Akane y Kazuo estaban demasiado sorprendidos para reaccionar.
Ryû y Natsuki se observaron por un momento, tras unos segundos ella se levantó de golpe completamente roja, producto de la vergüenza.
El castaño se incorporó y se quedó sentado en el suelo, no se podía levantar, se había torcido el tobillo en la caída.
-¿¡Qué está pasando aquí!?-gritó Urara fuera de sus cabales.
Akane reaccionó a tiempo.
-¡No grites a mi amiga!
-Tu amiga estaba encima de mi chico.
-Para el carro Urara, yo no soy tu chico.-corrigió Ryû.
-No... No quería decir eso...
Natsuki se agachó para quedar cara a cara con él.
-¿Estás bien?
-Ya te he dicho que no es nada. No te...
El roce de la mano con su tobillo no le dejó ni acabar la frase. Un inexplicable nerviosismo invadió su cuerpo y su respiración se entrecortó.
-¿Te duele?
-No.
Apretó delicadamente y el chico no pudo evitar dibujar una mueca de dolor en la cara.
-¿Por qué me has metido?
-Para que no te preocuparas.
-Si me lo ocultas voy a preocuparme más.
Ryû abrió los ojos de golpe y se quedó en completo silencio.
Urara apretaba los puños con fuerza, hasta el punto de hacerse sangre en la palma de las manos con sus propias uñas.
Kazuo y Akane estaban contentos, la bondad de Natsuki podría cambiar al castaño. En ese momento la morena tuvo una perversa idea.
-Se me ha ocurrido algo.-susurró.
-Dime que no hay ninguna montaña de cadáveres en tu plan.-respondió su novio graciosamente.
-Depende de lo que haga Ryû para proteger lo que quiere.
-¿De qué hablas?-el chico estaba completamente sorprendido.
-Ya lo verás, ¿Estás conmigo?
-Hasta que la muerte nos separe.
-Te has ganado un beso.
-¡Qué bien!
Se besaron tiernamente.
-¿Puedes levantarte?-preguntó Natsuki cariñosamente.
-Creo que sí...
Lo intentó mas no pudo, el destino es listo.
Natsuki le tendió la mano para ayudarle.
-Puedo levantarme yo solo.
-Ya los ha intentando y no has podido.
La joven se levantó y volvió a repetir la acción anterior.
-Eres insistente...
-Te has hecho daño por mi culpa.
-No...
-¿Cómo que no? ¿Quien se ha tropezado?
-No lo sé...
-Deja de hacerte el tonto y levántate, que tienen que mirarte el pie.
-¿Solo te preocupas por mí porque el daño lo has causado tu?
La chica se quedó de piedra, ¿A qué venía esa pregunta?
-No... Aunque no te lo hubiera hecho yo, me preocuparía igual.
El castaño guardó silencio.
-¿Sabes? Yo no te ayudaría si te viera tirada en la calle, así que no lo hagas tu.
El corazón de la muchacha se estrujó, tenían razón era frío y cruel, sin embargo ella no lo pensaba así, antes le había ofrecido su hombro para llorar.
-No te creo.
Tanto él como sus amigos se quedaron con la boca abierta.
-¿Qué has dicho?
-No te creo, dudo mucho que lo hagas.-hizo una pausa para coger aire.- Pero ahora, no estamos hablando de ti, sino de mí, que yo te ayude es decisión mía.
-Que conste que te avise, no esperes ningún tipo de ayuda por mi parte.
-No lo haré.-le sonrió.- Ahora, ¿Vas a levantarte?
El chico cogió su mano y ésta tuvo que hacer mucha fuerza para levantarlo.
-Como pesas... Deberías ponerte a dieta.
-¿Me estas llamando gordo?-su cara mostraba una gran molestia.
-No... Gordo no... ¿Ancho tal vez?
-Que manera más sutil de llamarme obeso.-clavó su vista en ella.- Creo que el problema es que eres demasiado débil.
-Lo que tu digas... ¿Puedes andar?
-Si no podía levantarme menos voy a poder andar.
-Vaya, ¿No vas a tratar de ocultarme el dolor?
-¿Para qué? Con lo testaruda que eres, sería una pérdida de tiempo.
-Vas aprendiendo.
-No te creas que me tienes controlado.
-Yo no he dicho eso.
-Pero lo pensabas.
-¿También sabes leer mentes?
-Muy graciosa.
Natsuki le obligó a pasar el brazo por su hombro y se agarró a su cintura para poder llevarlo mejor.
-¿Qué haces?-preguntó con un leve rubor en las mejillas que nadie pudo ver.
-Ayudarte.
-Suéltame, no te he pedido ayuda.
Natsuki ignoró su respuesta y comenzó a caminar. Ryû iba cojeando con lo cual ella tenía que ir más despacio.
-¿Voy muy rápido?
-No.
Los amigos seguían petrificados.
El castaño no se había enterado de su presencia, no había mirado ni a su mejor amigo. Estaba bastante ocupado observando a otra persona.
-¿Has visto eso?-le preguntó a su novia.
-Creo que ni se ha enterado de que estábamos aquí.
Urara los persiguió muy enfadada, la castaña se había ganado toda la atención de "su chico".
Los demás los esperaban en la calle.
-¿No están tardando mucho?-preguntó Yûhi preocupada.
-Sí... Deberíamos ir a buscarlos.-sugirió Takeshi.
La idea fue desechada al ver a Ryû salir del cine apoyado en Natsuki.
-Ten cuidado con las escaleras.
-Ya lo sé... Me estoy hartando de que me digas siempre lo que tengo que hacer.
-Y a mí me estas poniendo la cabeza como un bombo con tantas quejas.
-Si no me soportas no me ayudes.
-No voy a discutir ahora contigo.
-En resumen... Gano yo.
-Sí, enhorabuena campeón.
-No me des la razón como a los tontos.
Natsuki suspiró pesadamente, su paciencia tiene un límite y pronto lo va a pasar.
Consiguieron bajar las escaleras y se reunieron con sus amigos.
-¿¡Qué te ha pasado!?-preguntó Tarô preocupado.
Natsuki iba a contestar pero Ryû se le adelantó.
-Me he tropezado.
La castaña lo miró fijamente, ¿Por qué ha mentido?
-Que torpe eres.
-Muchas gracias Takeshi.-intercambió miradas con Natsuki.- ¿Y tú que miras?
-Gracias.-le brindó una cálida sonrisa.
Gracias a esa sonrisa, el castaño se sintió genial, estaba a gusto y tenía ganas de seguir adelante a pesar de que el odia la vida.
Aquella chica creaba reacciones nunca antes vistas en él.
¿Por qué?
-No sé porque me lo agradeces.
La joven comenzó a reírse por lo bajo para que no le oyese.
-¿Y ahora de qué te ríes?
-¿Tienes que estar atento de todo lo que hago?
-¡Hmp! ¡Como si me importase lo que hicieras!
-Ya, ya...
-Dime de qué te reías antes.
Natsuki le observó divertida.
-De ti.
Hubo un gran silencio y varias caras de miedo por parte de sus amigos.
-¿Ah sí? ¿De mí?-preguntó con extraña dulzura.
-Sí, ¿Eres bipolar?
-No, ¿Por?
-Tienes cambios de humor demasiado drásticos.
-Lo que tú digas...-puso fin a la conversación.
-A sus ordenes mi señoría.
-¿Siempre tienes que quedar tú por encima?
-Solo contigo.
-Eres insoportable.
-El sentimiento es mutuo.
-Nosotros nos encargamos de llevarlo antes de que os saquéis los ojos.-dijo Takeshi sonriente.
-Estoy apañado...-susurró Ryû.
-Cuidado que te dejamos tirado aquí.-amenazó Tarô.
-Como si me importarse.
-Cuidar de él, ¿Vale?
-Tranquila Natsuki, confía en nosotros.-contestó Takeshi.
-¿Quieres dejar de portarte como una madre?-intervino Ryû muy molesto.
-¿Y tu quieres dejar de comportarte como un niño malcriado?-respondió la castaña sonriente.
-No te aguanto, me pones de los nervios.
Quería quitarse esa sensación de alegría con mentiras, pero no le funcionaban.
-Igualmente.
-¿Habéis terminado?-preguntó Kazuo sonriente.
-¿Dónde estabais?
-Siento haberte preocupado Natsuki, me he quedado hablando y me he despistado.
-¿Hablando o besando?
Akane se sonrojó de golpe.
-¡Hablando!
-Vale, vale, solo era una broma.
-¿Estás bien?-Urara apareció delante de Ryû con fingida preocupación.
-Sí.
Entre sus amigos consiguieron sujetarlo bien para que no se cayera y se tuviera que ver obligado a apoyar en el pie lastimado.
-Cuidaremos de él.
-¿Tú estás bien?-preguntó Akane preocupada a su mejor amiga.
-Sí, no te preocupes.-como siempre le respondió sonriente.
-Bueno chicas ha sido un placer estar con vosotras.-dijo Tarô ganándose su atención.
-Igualmente.-respondió Aki.
-Espero que nos veamos más.-esta vez hablo Takeshi.
-Hasta mañana amor.
-¡Adiós Kazuo!
-Ryû, cuídate.-dijo Urara tratando de llamar su atención.
-Sí, lo haré.-respondió mirando a otro lado.
En ese momento dirigió su vista hacia Natsuki y la pilló tocándose el brazo con una mueca de dolor en la cara.
Al caer, se había golpeado en el brazo, sin embrago estaba tan preocupada por Ryû que no se había dado ni cuenta, cuando lo cogió para ayudarle, el golpe se le enfrío y el brazo le dolía horrores. Como no quería preocupar a nadie se guardó el dolor.
-¿Te acompaño a casa?
-No hace falta Akane, muchas gracias.
-Bueno... Pero ten cuidado...
-No te preocupes, que no tengo cinco años.
-Sí, y sigues durmiéndote a las mañanas.
-¿Vas a estar recordándome eso durante toda mi vida?
-¡Sí!
-Nunca cambiarás... Me voy.
-¡Ten cuidado!
Ryû la vio alejarse, el viento jugaba con su pelo y no le quitó la vista de encima hasta que se perdió en el horizonte.
¿Por qué se sentía tan bien?
¿Qué estaba pasando?
¿Podría ser feliz?"El sonido del hielo desquebrajándose
es una prueba
de que el corazón congelado
puede ser sanado."
El sonido del hielo desquebrajándose, el sonido de la libertad resuena en medio de la oscuridad.
Es una prueba, es una señal de que puede cambiar un pasado doloroso, es un argumento...
De que el corazón congelado, de que el corazón sumido en la eterna oscuridad...
Puede ser sanado, puede ser revivido para darle una nueva oportunidad que lleva años buscando.
Akane corría como loca por las calles, tenía que llegar la primera a clases.
Lo había estado planeando todo, necesitaba que todo saliese perfecto.
Ryû podría cambiar y Natsuki también podría aprender mucho de él. Ese chico había sufrido mucho, al igual que ella, eran iguales pero ambos vivían en mundos diferentes.
Natsuki había decidido caminar por la luz mientras que Ryû había elegido caminar por la oscuridad.
Aun así son iguales. La luz no puede existir sin la oscuridad y viceversa.
Las dos caras de la moneda.
El uno se complementa al otro. Si se dieran cuenta podrían ser felices.
Akane estaba segura de ello y lo iba a intentar, no... Lo iba a lograr.
Natsuki se merece a alguien que la haga feliz al igual que Ryû. Y cada uno es el indicado para el otro.
Una adorable coincidencia.
¿Coincidencia? Lo dudo mucho... Estaban predeterminados desde su nacimiento, gracias al destino.
La joven llegó con la lengua fuera a clase.
-Bien no ha llegado nadie, comienza el plan.
Natsuki como siempre, se había dormido y llegó corriendo a la clase. Cuando entró notó algo diferente.
-Akane...
-¡Hola! ¿Qué tal?
-Bien, ¿Por qué estas sentada ahí?
-Me han cambiado de sitio.
-Entonces no nos volveremos a sentar juntas...-respondió un poco triste.
-¡No te preocupes! ¡Es solo temporal!
-¿En serio? Pero eso no tiene sentido... Si te han cambiado...
Akane se dio cuenta de que la podrían pillar, Natsuki era muy inteligente así que decidió detenerla.
-No lo sé, pero ya verás pronto volveré a donde estaba.
-Está bien... ¿Quién se sienta conmigo ahora?
-A ti también te han cambiado.
-¿A mí? ¿Por qué?
-No sé... Ya conoces al profesor. Hace las cosas sin explicar.
-Sí, supongo que sí... ¿Entonces donde tengo que sentarme?
-No me lo ha dicho, pregúntale cuando lo veas.
-Vale...
Natsuki se quedó hablando con su amiga hasta que el profesor llegara. Sin embargo estaba tardando demasiado, Ryû había llegado hace poco, ¡Antes que el profesor!
Definitivamente le ha pasado algo al maestro. ¿O tal vez no? ¿Podría ser el plan de Akane?
-¿Crees que estará bien?
-Sí, te preocupas demasiado.
Natsuki observó al castaño y se dispuso a acercarse.
-¿A dónde vas?-preguntó Akane pícaramente.
-Ahora vengo.
La joven se acercó a él y su mejor amiga no le quitó la vista de encima en ningún momento.
-Hola.
-¿Qué hay?
-¿Qué tal está tu tobillo?
-¿Aun sigues preocupada por eso?
-Sí, ¿Qué tal estás?
-Bien...
-Me alegro.
-¿Y tú qué tal?
-Yo bien, ¿Por?
-Lo decía por tu brazo.
Natsuki se quedó paralizada.
-¿Mi brazo? No le pasa nada a mi brazo.
-Se nota que me estas mintiendo.
-Ya he comprobado que estas bien, hemos terminado con la conversación.
Se dio la vuelta y se dispuso a marcharse.
-¿Solucionas todos tus problemas dándoles la espalda?
-¿No es eso lo que tú haces?
El joven se quedó en silencio. Eso le había llegado hasta el fondo, pero tenía razón, él hacía lo mismo. Siendo sinceros, agradecía que al menos fuera honesta y no tan falsa como otras.
Muchas chicas se habían acercado a él con la fachada de niña buena solo para ganarse un beso o algo más.
-Tú no sabes nada de mí.
-Lo mismo te digo.
Natsuki volvió a donde estaba antes, con su amiga. Akane se mordió el labio inferior, las cosas se habían torcido un poco.
Unos minutos más tarde el profesor irrumpió en la clase completamente exhausto.
-Lo siento mucho clase, he tenido un pequeño problema.
Natsuki se acercó al profesor, para preguntarle donde estaba su nuevo asiento.
-Sí, señorita Kawamura, habla demasiado con su compañera y le hemos cambiado de sitio a ambas.
-Entonces, ¿Dónde me siento ahora?
-Al lado del señor Inokuma.
Toda la clase calló de golpe y al de un rato comenzaron a susurrar entre ellos.
Ryû se había quedado petrificado. ¿Ella se iba a sentar a su lado?
¿Por qué tenía esa cálida sensación por todo el cuerpo?
-¿Al lado de...?
-Sí, ahora vaya a su nuevo asiento.
Natsuki, que no podía discutir con el profesor, se fue a su sitio sin rechistar.
La castaña se sentó sin decir nada y a Ryû le divertía un poco todo esto, aunque por fuera no lo pareciera.
-Vaya... Mira quien ha venido a hacerme compañía.
-No tengo ganas de discutir.
-Mejor, así iré al grano. ¿Qué te pasa en el brazo?
-Nada.-respondió secamente.
No volvieron a cruzar palabras hasta que las clases se acabaron.
-Natsuki, te espero fuera, que tengo que hablar con mi novio.
-Está bien, ahora voy.
-¡Tómatelo con calma!
Akane salió sonriente de clase, parecía que las cosas no habían empeorado. Todo el mundo había salido ya y ellos eran los últimos.
En el momento en el que la joven guardaba los libros, el brazo lastimado le falló y se le cayó todo al suelo. El chico se sobresaltó al oír el ruido.
-¿Qué ha sido eso?
-Se me han caído los libros...
Natsuki se agachó para recogerlos pero al de unos segundos su mano fue atrapada por la de Ryû que estaba arrodillado para quedar a la par.
-¿Ryû?
-¿Me vas a decir que te pasa o tengo que averiguarlo yo?
-Ya te he dicho que no...
-Natsuki...-la interrumpió.- Esto no es un simple juego, te acaba de fallar el brazo, puedes tener algo grave.
-No es nada...
Se acercó más a ella, hasta el punto en el que sus respiraciones se podían entrelazar.
-Entonces mírame a los ojos y dime que me estoy equivocando.
La castaña no se atrevió a mirarle, estaba segura de que si lo hacía no sería capaz de mentirle, nunca se le había dado bien.
-No me pasa nada...
-He dicho que me mires.
Clavó sus ojos en los orbes negros del chico.
-No me pasa nada...-repitió nuevamente.
-No te creo.
-Ese es tu problema, no el mío.
-Si no te pasa nada, no te importaría enseñarme el brazo, ¿No?
-No puedo.
-¿Por qué?
-Pues... Porque si me quito la chaqueta voy a coger frío.
-Cierro las ventanas.
-Es que tengo la camiseta manchada y me da vergüenza mostrarla.
-Yo solo voy a fijarme en el brazo.
-¿¡Es qué tienes respuesta para todo!?
-Sí, ahora enséñame el brazo.
-¿Por qué quieres verlo?
La pregunta pilló desprevenido al chico.
-Porque... Tú... Me preocupas.
-¿En serio?-la chica no cabía en su asombro.
-¿Tan sorprendente te parece?
-No, es que tú me dijiste que no me ayudarías aunque me vieras tirada en la calle.
-He cambiado de opinión.
-Vaya por dios...-susurró.
-Te he oído.
-¡Si no he dicho nada!
Ryû, sin poder evitarlo, sintió el impulso de acortar las distancias, y así lo hizo.
Se acercó lentamente a ella y le pareció escuchar el sonido que el hielo produce al romperse. Natsuki por su parte estaba muy nerviosa, se había sonrojado de golpe al ver como se acercaba.
-¿Ryû?
El chico no respondía, seguía acercándose y ésta hizo lo mismo, ambos cerraron los ojos, el beso era inminente.
-¡Ryû!-gritó Urara desde el pasillo.- ¿Dónde estás?
Se alejaron de golpe, ella estaba muy sonrojada y él tenía un leve rubor en las mejillas.
¿Alguna vez se había sonrojado por algo o alguien? No...
Entonces, ¿Por qué con ella sí?
Una pequeña prueba de que lo que una vez fue congelado puede ser sanado.
"El miedo a perder
puede ser lo más doloroso.
Mas no puedes retroceder
si es lo que realmente deseas."
El miedo a perder, es mucho pero que cualquier tortura, recuerdos lejanos regresan para martirizar.
Puede ser lo más doloroso, lo más cruel y triste que jamás habrías imaginado.
Mas no puedes retroceder, no puedes dar marcha atrás, si quieres ser feliz, no te rindas.
Si es lo que realmente deseas, si es lo que tu corazón pide, adelante, lucha por ello hasta el final.
-¿Qué ha pasado Akane?
-Mi plan ha comenzado.
-Si no me has contado nada...
-Es un secreto.
-Entonces, ¿Cómo te ayudo?
-De momento no me hace falta tu ayuda.
-No, ¿Ni un poquito?-la abrazó por la cintura.
-Quizás puedes darme un beso.
-Quizás...
Estaba dispuesto a besarla pero Akane vislumbró algo que la dejó paralizada.
Ryû salía con Urara colgando del brazo, no le importaba mucho ya que su mente estaba en otro sitio. Si no hubiese aparecido la rubia se habrían besado... Y no entendía el porqué.
Encima Natsuki no había dicho nada desde que pasó aquello. Su sonrisa se había borrado y sus ojos no reflejaban nada.
Los recuerdos del pasado golpearon la mente de la castaña y provocaron que su sonrisa desapareciera. Aquella sonrisa curativa.
El destino es cruel y despiadado.
El joven se sentía un poco mal, pensaba que era su culpa que estuviera así, ahora entendía como se sentía ella ayer.
Ambos estaban comenzando a comprender los problemas del otro.
La luz y la oscuridad viven en sintonía, no se puede evitar.
Natsuki al ver a Akane hizo un esfuerzo sobrehumano para sonreír, al final lo consiguió.
Se acercaron a ellos.
-¿Por qué habéis tardado tanto?
-Fue mi culpa, se me cayeron los libros.
-Tiene un brazo lastimado.-soltó Ryû de golpe dejando petrificada a la castaña.
-¿¡Qué!? ¿¡Es eso verdad!?-preguntó Akane preocupada.
Natsuki lo fulminó con la mirada.
-No le hagas caso, cuando estábamos saliendo se ha golpeado la cabeza contra la puerta.
Ryû frunció el ceño.
-¡Qué torpe estas amigo! Primero el tobillo, ahora la cabeza...
-Que no me he golpeado la cabeza.
Akane cogió las manos de Natsuki.
-¿Estás bien? ¿Seguro?
La castaña no podía mentir a su mejor amiga.
-No, me duele el brazo.
-¿¡Y por qué no me lo has dicho antes!?
-No quería preocuparte, además ayer no me dolía.
-Claro, te dolerá porque lo has forzado.
-No es nada, no te preocupes.
-Vamos a la enfermería del instituto.
-Si acabamos de salir...
-No importa, estará abierta.
Una idea surcó la mente de Akane.
-¿Ocurre algo?-preguntó Natsuki al ver la cara de preocupación fingida que tenía su amiga.
-No puedo acompañarte, es que Kazuo tenía algo importante que decirme.
-No pasa nada, no hace falta que me acompañes.
-Ya... Pero me tengo que asegurar de que vayas, que te conozco.
La castaña suspiró, no podría escaparse de esta.
-¿La acompañas tu, Ryû?-preguntó Akane "inocentemente".
El chico abrió los ojos de golpe. No se esperaba semejante petición.
-¿Y porque tiene que ir él?-preguntó Urara molesta pegándose más a él.
Natsuki tampoco se lo podía creer... ¿Con Ryû?
No se veía capaz de mirarle a la cara después de lo que había pasado. Mejor dicho... De lo que pudo haber pasado.
Akane debe morir.
-Seguramente Ryû sea el único que pueda convencerla.
-Hay más gente para acompañarla.
-¡Yo no puedo! ¡Tengo mucho que estudiar!-respondió Aki rápidamente.
-¡Y yo me voy de compras, que mi nevera está vacía!-se excusó Yûhi.
Akane las había puesto al corriente y sabían sobre el pequeño plan de esta, así que decidieron ayudarla en todo.
-Que le acompañen los amigos de tu novio.
-¿Qué pasa Urara? ¿Tienes miedo de que te lo quite?
-¡Por favor! ¡Tu amiga no me llega a la suela de los zapatos!
-¿¡Qué has dicho rubia de bote polioperada!?
Urara se puso roja de golpe.
-¿¡Cómo te atreves a insultarme mosquita muerta!?
Estuvieron a punto de tirarse de los pelos, pero Kazuo, conociendo a su novia, las separó antes de que se sacaran los ojos.
La castaña se dirigió en sigilo a la enfermería, no quería molestar a nadie, ni que discutieran por ella. Por su culpa Akane está en problemas, Urara era demasiado vengativa.
Para su mala suerte el castaño la había visto huir, se deshizo de Urara y se fue al instituto en completo silencio.
-¿A dónde vas?-preguntó la rubia sin respuesta alguna.
-Te ha vuelto a dar calabazas...
-¡Cállate Akane!
Ryû se dirigió a la enfermería para buscar a Natsuki.
-No comprendo a esta chica.
Consiguió encontrarla justo cuando le vendaban el brazo.
-Tienes que tener cuidado ¿Vale? Y nada de forzar el brazo.-le aconsejó la enfermera.
-Pero tengo exámenes esta semana y soy diestra.
-Tranquila, te hago un justificante, si comienzas a exigirte tan pronto vas a empeorar.
-Menuda suerte la mía.
-¿Cómo te lo hiciste?
-Me caí por las escaleras.-respondió un poco avergonzada.
-Ya veo... Tienes que tener más cuidado.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.
-¿Las lesiones de tobillo son graves?
Ryû, que estaba escuchando desde el pasillo, se quedó petrificado.
¿Por qué le ha preguntado eso?
-Depende, a veces es un simple golpe y a la mañana siguiente solo tienes un moratón, pero de lo contrario, si lo tuerces de manera muy bruta puedes llegar a rompértelo. Hay que tener cuidado, el tobillo es muy frágil.
-Entiendo, muchas gracias.
-Voy a redactarte el justificante, espera aquí y no muevas mucho el brazo.
Asintió. La enfermera se fue contenta, la sonrisa de aquella chica la había asombrado, a pesar de que pareciese estar triste.
Ryû decidió entrar.
-Natsuki.
La reacción de la chica al oír su voz fue tensar el cuerpo y esto al chico le pareció muy gracioso.
-¿Qué haces aquí?-preguntó sin mirarle a la cara.
-Me apetecía pasar por aquí.
-¿Estabas preocupado por mí?
-No.
-Preocupado...-camufló la palabra con la tos, aun así lo había entendido perfectamente.
-Cierra la boca.
Repitió el mismo sonido y consiguió acabar con la paciencia del castaño.
-Ya he escuchado suficiente.
Se acercó a ella y la levantó por la cintura dejándola suspendida en el aire.
-¿¡Qué haces!?
-Pídeme perdón y te bajo.
-¡Bájame idiota!
-Como sigas insultándome, más tiempo vas a estar separada del suelo.
-Lo siento, ¿Me bajas?
-No sé... No ha sonado muy sincero.
-Bájame.
-Vale, que mal humor.
La bajó delicadamente y después tomó su brazo malo con sumo cuidado.
-Tenía razón, estabas herida.
-Herida... Es una palabra demasiado fuerte, lastimada tal vez.
-Al final me has mentido.
-Igual que tu ayer.
-¿Lo has hecho solo por eso?
-No.
-¿Entonces?
-No quería preocupar a nadie.
-Mintiendo a tu amiga la has preocupado más.
-Mira quien lo dice.
-No te escudes en mí, sabes perfectamente lo que siente Akane.
-Lo sé...-su semblante se entristeció.- Pero ella siempre se preocupa por mí... Quiero que sea feliz y no lo va a conseguir si siempre está pendiente de mí.
El chico entendió lo que quería decir y le pareció algo muy noble. Él siempre se callaba porque no necesitaba la caridad de nadie, pero ella se callaba para no molestar a nadie a pesar de dolerle horrores.
Ha llegado hasta el punto de perder fuerza en un brazo... Eso es amistad...
-Creo que lo mejor que puedes hacer ahora es cuidarte.
-Ya... No tengo más remedio, ahora ya lo sabe. Por tu culpa.
-Está bien... Me declaro culpable.
Natsuki sonrió, y Ryû se sintió genial al ver esa sonrisa, le pareció volver a escuchar el sonido que hace el hielo al romperse.
La enfermera llegó con el justificante y le dijo que se cuidara ese brazo. Ryû prometió cuidar de ella.
-¿Tu vas a cuidar de mí?-preguntó con sorna la castaña.
-No... Lo he dicho para que se tranquilice, parecía estar muy nerviosa.
-Ya, ya...
-Pásame tu mochila.
-¿Perdona?
-Que me des tu mochila.
-¿Por qué?
-¿No has oído a la enfermera? Tienes que cuidarte y no creo que levantar peso sea muy conveniente.
-Que atento te estás volviendo.
Ryû bufó y desvió la vista hacia otro lado.
-Que poco sentido del humor...
El castaño le arrebató la mochila sin dañar su brazo.
-¡Devuélveme eso!
-No quiero.
Natsuki suspiró, ese chico podía ser muy pelmazo cuando se lo proponía.
-¿Te duele mucho?
La pregunta pilló a la castaña con las defensas bajas.
-No, gracias por preocuparte.
-No... No me he preocupado.
-Sí, sí... Lo que tú digas.
Ryû decidió hacerlo, llevaba rato pensando en eso, paró en seco para poder decírselo mejor y Natsuki se adelantó un poco, ya que se detuvo sin previo aviso.
-¿Pasa algo?-volteó al darse cuenta de que su acompañante se había quedado atrás.
-Yo... Esto... Siento lo de antes...
-¿Antes?-fingió no saber de que hablaba.
-Sabes perfectamente de lo que hablo.
-No, no sé.
-Cuando has tirado los libros y te ayudé a recogerlos...-se llevó la mano a la nuca y observó a otro lado, con un sonrojo evidente en sus mejillas.
Esto desubicó a Natsuki, nunca lo había visto así y por cómo le describían los demás, esto no tenía sentido.
-No sigas.
-¿Ya te has acordado?
-Sí, te agradezco los detalles.
-Perdona, no quise hacerte ni obligarte a nada.
-No hace falta que te disculpes, sé que no me harías nada de eso.
-Es que después de que ocurriera eso... Tú parecías estar más triste.
Natsuki se quedó en silencio, se había dado cuenta.
Cuando quiere puede ser muy observador.
-No te preocupes, no fue por ti.-una lágrima estuvo a punto de surcar su rostro.
-Natsuki...
-Vámonos, tus amigos estarán preocupados por ti.
La castaña no le dio tiempo a responder, ya que se marchó para que se acabase el interrogatorio.
Los recuerdos volvían a ella, recuerdos dolorosos que yacían enterrados en su pasado.
O al menos, así lo creía ella.
Ryû la alcanzó fuera del instituto, andaba realmente rápido. Buscaron a sus amigos con la vista mas no los encontraron.
-¿Dónde se habrán metido?
-Espera que llamo a Kazuo.
Natsuki asintió y éste se alejó un poco para conseguir privacidad, aunque a las distancias que estaban podrían oírse hasta los pensamientos.
-¿Si?-preguntaron al otro lado de la línea.
-Kazuo, ¿Dónde os habéis metido?
-Nos hemos tenido que ir, un asunto urgente.
-¿Todos?
-Sí, todos, pensábamos que ya te habías ido a casa.
-Te equivocaste.
-¿Te has quedado con Natsuki?
-Adiós Kazuo.
Le colgó sin darle oportunidad para responder.
-¿Qué te han dicho?
-Que se han tenido que ir.
Hubo un minuto de silencio.
-¿Y qué piensas hacer ahora?
-Supongo que ir a casa. ¿Y tú?
-Igualmente.
Fin. Ninguno encontraba nada mejor para decirse.
-Esto... ¿Podrías devolverme la mochila?
-No.
-¿Cómo?
-Ya me has oído, te dije que la llevaría yo.
-Me tengo que ir.
-Te acompaño.
-Eres agotador...
-Lo sé, vamos.
-Mi casa está por allí.-respondió al ver que el chico se iba en dirección contraria.
-Ya lo sabía.
-No me digas, reencarnación de Einstein.
-Muy graciosa, venga, camina.
-Cuidado con ese tono, cascarrabias.
-Cuando te cures el brazo te lo haré pagar.
-¡Uy sí! ¡Qué miedo...! ¡Ryû se va a vengar!
-Tú sigue, sigue...
-¡Vale!
En casi todo el camino Natsuki no dejó de meterse con él, este no respondía nunca y su enfado aumentaba. Sin embargo se lo estaba pasando bien con ella, ya le llegaría el turno a él para meterse con ella.
-Es aquí, muchas gracias por acompañarme.
-No ha sido nada, no me lo agradezcas.
-¿Sabes?-la castaña sonrió.- Digan lo que digan, creo que eres una buena persona.
-¿Y qué es lo que dicen?
-Que eres frío como el hielo.
-Tienen razón.
-Si tú lo dices, yo no lo creo así.
El chico se quedó impresionado, la joven buscó las llaves en la mochila y abrió la puerta.
-¿Quieres pasar?
-¿A tus padres no les va a molestar?
-Ahora mismo no se encuentran en casa, casi nunca están.
-Lo siento.
-¿Ahora por qué te disculpas?
-No debería haber preguntado nada.
-¿Y tú como ibas a saberlo?
-Bueno, yo...
-¿Pasas o no?
-Claro.
Ryû entró en la casa, y Natsuki, tras cerrar la puerta encendió las luces.
-¿Dónde te dejo la mochila?
-En la sala me vale.-le señaló el lugar.- ¿Quieres algo para beber?
-No gracias.
-Siéntate si quieres.
-Sí, claro.
Era la primera vez que se encontraba tan nervioso. Se sentó en el sofá y la esperó pacientemente.
-¿No deberías llamar a casa para avisar de que estas aquí?-Natsuki entró a la sala.
-No hace falta, nunca aviso cuando falto.
-¿Y tus padres no se preocupan?
-Supongo que sí, en realidad me da igual.
La chica suspiró y se sentó junto a él.
-¿Te ha pasado algo con ellos?
-No... Y no te metas en mi vida.
-Perdona, solo quería ayudar.
Ryû se sintió un poco mal, la chica no quería sacarle información.
-Perdona, nunca me ha gustado que cotilleen sobre mí.
-Entiendo, no pasa nada.
-¿Y tus padres donde están?
-Bueno, ellos...
-Si no quieres responderme, no hace falta, solo lo he dicho por decir algo.
-No te preocupes, no me importa contestar, ellos se han ido a una casa que tienen en el campo.
-¿Solos?
-Sí, mi padre está enfermo, y con el aire de la montaña más la tranquilidad que esta le aporta, puede recuperarse un poco.
-¿Y no podéis operarle?
-Cuesta demasiado.
Ryû se quedó pensativo, aquella chica había sufrido más que él, eso es seguro, pero no encontraba la manera de averiguarlo.
-Sé que no quieres hablar del tema, sin embargo me gustaría saber porque te pusiste así cuando...-le costaba decirlo.- Ya sabes.
-Tarde o temprano me preguntarías eso.
-¿Y bien?
La chica suspiró.
-Hace cinco años, mi hermana pequeña murió de cáncer...
-Lo siento...
-No te disculpes, no fue tu culpa.-le sonrió.- Estaba muy mal, y mi novio parecía estar apoyándome.
-¿Parecía?
-Me había engañado durante meses con otra.
Ryû la abrazó.
-Perdóname, soy un idiota, debería haber cerrado la boca.
-No pasa nada...
Ese día la chica se desahogó, sobre el joven con el corazón congelado y este se sentía bien por poder apoyarle.
Es la primera vez que sentía eso y le gustaba.
¿El miedo a perder? ¿Un pasado doloroso? ¿Qué es lo que le frena?
Sin embargo, si ahora se detiene, todo sacrificio habrá sido en vano.
¿Qué está dispuesta a perder?"Esos dos han hablado,
han compartido sufrimientos.
El destino ha encontrado lo que busca:
un amor verdadero."
Esos dos han hablado, se han entendido, han conectado el uno con el otro.
Han compartido sufrimientos, han descubierto cosas ocultas en su interior.
El destino ha encontrado lo que busca, la búsqueda de su anhelado deseo ha llegado a su fin y ese deseo es...
Un amor verdadero, un amor puro, que arderá durante años sin apagarse.
Si alguien lo ve no se lo cree, Ryû se había levantado antes, para esperar a la castaña, y Natsuki había conseguido levantarse a tiempo.
¿Dónde están los originales?
Natsuki respiró hondo, por primera vez podría ir andando tranquilamente, tenía tiempo de sobra.
Cuando salió de casa, vio a Ryû apoyado contra una farola, estaba de brazos cruzados, con la mirada perdida en el cielo.
Al verlo su corazón se aceleró.
-¿Qué haces aquí?
-Me apetecía venir, ¿Te molesta que te acompañe?
-No, claro que no.-le regaló una sonrisa al chico y este como reacción se puso muy nervioso.
El latir de su corazón estaba presente, por primera vez en su vida. La hibernación ha acabado.
Se ha descongelado.
-¿Qué tal está tu brazo?
-Mucho mejor, agradezco tu preocupación.
Ryû extendió la mano y Natsuki suspiró.
-¿Quieres la mochila verdad?
-Sí... Que perspicaz.
La joven se la pasó algo enfadada.
-No te enfades, que lo hago por ti.
-Sí, pero me estás haciendo sentirme como una inútil
-Yo no te veo así.
-Vaya... Que considerado te has vuelto.
-Gracias.-respondió irónicamente.
Por el camino hablaron de cosas triviales y sin sentido.
-A quien se le ocurre hacer eso.
-¡Tuve que hacerlo!
-Estás como una cabra.
La chica se rió y éste por primera vez en mucho tiempo, sonrió.
La sonrisa de la joven era contagiosa.
Akane cuando los vio entrar, se acercó a ellos corriendo y posó la mano en la frente de su mejor amiga.
-No tienes fiebre y puedo tocarte, no eres un espejismo.
Ambos suspiraron.
-¿Tan sorprendente es que llegue pronto?
-¡Sí! Desde que te conozco vienes corriendo y llegas a punto de morir por falta de aire.
-Que exagerada.
-Y habéis venido juntos, ¿Ha pasado algo que no me hayas contado?
-¡No!-respondieron a la vez.
Akane sonrió maliciosamente y estos se fueron rápidamente a sus asientos.
Las clases pasaron rápido, no hubo nada reseñable.
-Al fin terminaron.
-Anímate perezosa, que mañana es sábado.
-Gracias, que caballero eres.
-Lo sé.
-Me agotas Ryû.
-Eso significa que comienzo a desgastarte.
-Hazme un favor y déjame tranquila, que hoy no he dormido bien.
-¿Por? ¿Has soñado conmigo?
-Sí, salías en una pesadilla, y morías lenta y dolorosamente.
-¿Y por qué muero?
-Porque molestas a una chica llamada Natsuki.
-No me digas... ¿Y cómo es esa chica?
-Se parece a mí.
-¿La conoces?
-Sí.
-Entonces, ¿Podrías mandarle un mensaje?
-Claro.
-Pregúntale si tiene planes para este fin de semana.
A la chica por poco le da un ataque al corazón, y a los que habían escuchado también.
-No, no tengo, ¿Por?
-¿Ya no hablas en tercera persona?
-¿Por qué lo has preguntado?
-Es una sorpresa, te lo cuento por el camino.
-¿Por el camino?
-Claro, te acompaño a casa.
-Ryû, hoy estas rarísimo.
-¿Sí? No me había fijado.
-¿Hace cuanto que no te miras en un espejo?
-Hace mucho.
-Entonces estarán intactos.
Ryû frunció el ceño y mostró una sonrisa traviesa.
-¿Tan feo me ves?
-Feo, feo... Horripilante te describe mejor.
La levantó a pulso y la cargó en el hombro.
-¡Oye! ¿¡Qué haces!?
-El horripilante se lleva a la histérica.
-¡Bájame! ¡No soy un saco de patatas!
-Las patatas no gritan tanto.
-Las patatas no hablan idiota.
-Alguien se va a quedar en mi hombro durante mucho tiempo.
Cogió la mochila de la chica y se fueron dejando a todos los presentes sorprendidos, incluyendo a Akane.
-No puede ser... ¡Esto va genial!-gritó la morena emocionada.
-Ryû... ¿Me puedes bajar? Se me está subiendo la sangre a la cabeza.
-Que quejica, ya te bajo...
Hasta que no posó sus pies en el suelo no se soltó de él.
-¿Piensas quedarte a vivir colgando de mi cuello?
-Perdón.-se soltó muy sonrojada.
-Que graciosa estás así.
-¿Así? ¿Cómo?
-Roja como un tomate.
Su sonrojo aumentó.
-¡Imbécil!
Iba a marcharse pero él la detuvo.
-Espera.
-¿Qué pasa?
-Quería enseñarte una cosa.
-¿Qué es?
-Una sorpresa, hazme un favor y cierra los ojos.
-Está bien... Como sea un trampa...
-¿No confías en mí?
-Sí.-entrelazaron las manos y ella cerró los ojos.- Guíame bien.
-Descuida, solo te chocarás varias veces.
Natsuki, como respuesta, iba a mandarle a freír espárragos e irse de allí, pero éste, adelantándose le tapó los ojos para que no los abriera.
-Era una broma, que pronto más malo tienes.
-Un poco, ¿Vamos o no?
El chico la guió por el camino. Habían pasado quince minutos y aun no habían llegado.
-¿Pero a donde me llevas? ¿Cuanto queda?
-Eres como una niña pequeña, ¿Ya te has cansado?
-Sí.
Ryû la cogió en brazos.
-¡¡Ryû!!
-Ya no tienes excusa, no abras los ojos.
-Era una broma, no estaba cansada.
-Ya no me vale, no haber dicho nada.
-Te odio.-dijo en bromas.
-Y yo a ti.-respondió con el mismo tono.
Natsuki apoyó la cabeza en su pecho y el corazón del castaño se aceleró.
-Ryû, ¿Estás bien?
-Sí, ¿Por qué lo preguntas?
Posó la mano en su pecho.
-Tu corazón late demasiado rápido, ¿Estás nervioso?
-No es nada, no te preocupes.
-¿Sabes? A veces me gustaría que me contases las cosas.
-Natsuki...
-Yo quiero ayudarte, no estás solo.
-Gracias...
-De nada.
Tras caminar un rato más llegaron a su destino.
-Hemos llegado.
-¿Ya puedo abrir los ojos? Al final me voy a dormir.
-Ni se te ocurra.
-Que ingenuo eres.
-¿Ah sí?-fingió dejarla caer.- Cuidado si bajas así te vas a hacer daño.
-¡No vuelvas a hacer eso!
El chico no la hizo ni caso y repitió la acción varias veces, ella para evitar el contacto contra el suelo se agarró a su cuello.
Se quedaron en un inquebrantable silencio al oír sus corazones latiendo a unísono.
-¿Puedo abrir los ojos?
-Sí, adelante.
Natsuki los abrió lentamente acostumbrándose a la luz. Uno segundos más tarde pudo contemplar un precioso cerezo en flor. Los pétalos caían delicadamente tiñendo el suelo de rosa, el aire estaba impregnado de pétalos y el aroma que estos desprendían.
La chica se quedó maravillada ante el escenario y Ryû sonrió feliz.
-¿Te gusta?
-Es precioso.-le observó.- Gracias.
-Al contrario, gracias a ti.
-¿Por?
-Por demostrarme que la vida vale más de lo que pensaba.
-Yo no he hecho nada.
-Sí lo has hecho... Apareciste en mi vida.
-Ryû...
-¡Poniéndola patas arriba! ¡Y no olvidemos que trataste de matarme tirándome por las escaleras!-gritó cambiando el tono dulce que había utilizado antes.
-¡¡Fue sin querer!!-Natsuki se bajó de sus brazos enfadada.
-No lo creo.
Ryû había descubierto su nuevo hobby, hacerla rabiar para luego darle un abrazo de reconciliación. A Natsuki por su parte también le hacía gracia meterse con él.
Se agachó y cogió un puñado de pétalos, después fingió estar llorando para que el castaño se acercase.
-¿Estás bien?-su plan funcionó.
Esperó hasta que se agachará y cuando estuvieron cara a cara le puso la mano con los pétalos delante y los sopló dándole en el rostro.
Los pétalos le golpearon en toda la cara, no le hicieron daño pero algunos se le colaron por dentro de la camiseta, provocando una gran molestia.
-¡¡Serás bruta!! ¡¡Por poco me los trago!!
-¿Tienes hambre?-sonrió.- ¿No prefieres comer algo más normal como la comida, en vez de flores?
-Estás muerta.
Natsuki salió corriendo y se escondió tras el árbol.
-¡Qué te he visto! ¡No puedes esconderte!
-¡Lo puedo utilizar para escapar de ti!
-Eso lo veremos.
Ryû se acercó al tronco y ésta escapó por el otro lado.
-No acabaremos nunca si sigues así.
La castaña se despistó y éste pudo apresarla agarrándola de la muñeca.
-Te tengo.
Natsuki sonrió nerviosa.
-Ryû, cuánto tiempo...-intentó cambiar de tema para ver si podía librarse.
-Mucho, ven aquí.
Tiró de ella y la abrazó por la cintura.
-No escaparás de mí... Lo vas a pagar caro.
-¿Qué vas a hacer?
La tumbó en el suelo y los pétalos se le dispersaron por todo el cabello.
-Mira como me has puesto...
-Igual que tu.
Se levantó la camisa para que cayeran los pétalos, lo malo es que al hacerlo enseño toda su perfecta musculatura provocando el sonrojo de la chica.
-Te está bien empleado por decirme eso.
-¿Y no es verdad?
-¡¡NO!! ¡¡Nunca te haría daño!!
-Me siento halagado. Sin embargo estoy cabreado contigo.
-¿Por?
-¿No te acuerdas? Acabas de fingir estar llorando para engañarme, eres una mentirosa.
-Lo siento...
-Que fácil se te engaña, no estoy enfadado tonta.
-Eres un idiota.-hizo un puchero muy gracioso.
-Veo que quieres que te martirice.
Natsuki se levantó de golpe pero su huida fue imposible, éste la cogió de la cintura y la acorraló contra el árbol.
-Ryû... Era broma... Yo...
-No te arrastres, no te voy a dejar en libertad.
-Vale, entonces te digo la verdad, te huele el aliento.
Dibujó una sonrisa de molestia.
-Te voy a...
-¿Vas a pegarme?
-No pego a personas más débiles que yo.
-Que caballero.
En ese momento, el corazón de ambos comenzó a latir con fuerza. ¿Qué les pasaba?
Inconscientemente, comenzaron a acercarse, Ryû quería evitarlo, ella no había tenido una experiencia buena en lo que se refiere al amor, pero el cuerpo se lo impedía.
Natsuki, no sabía qué hacer, era evidente que sentía algo por él, su corazón se lo decía cuando latía con fuerza, cuando se ponía nerviosa... ¿Pero qué era ese sentimiento?
¿Amistad? ¿Amor?
De lo que estaba segura es que no había sentido eso ni con su anterior novio.
Al final unieron sus labios, lentamente, tiernamente. Se alejaban unos segundos para repetir la acción, cerraron los ojos para sentir mejor los labios del otro. Natsuki entrelazó sus dedos en la nuca de Ryû y éste le abrazó por la cintura acortando las distancias.
Al acabar el beso se alejaron lentamente y se miraron a los ojos.
-Natsuki yo... Lo siento...
-No te culpes, también ha sido mi culpa.
-Perdona, me contaste que lo habías pasado mal y yo voy te beso, perdón.
-Ryû, siempre me pides perdón, te he dicho que no puedes cargar siempre tú con todo.
-Natsuki...
El chico la abrazó con fuerza, hacía tiempo que no le decían palabras tan sinceras.
La joven estaba confundida, ¿Que acababa de pasar?
¿Se había besado con él? ¿De verdad?
¿Qué significa esto ahora? ¿Se podía considerar una relación? ¿Un amor...?
-Ryû, perdóname pero debería irme.-no se sentía muy cómoda, sin embargo la otra parte de su ser le gritaba que se aferrase a él y no le soltase nunca.
-Sí, ¿Quieres que te acompañe?
-Me encantaría.
Ryû se sintió feliz, y Natsuki, se arrepintió, quería decir que no, pero la boca se movió sola.
A veces el corazón también habla.
-¿Vamos?
-Claro.
Ryû cogió la mochila de la castaña y se fueron a casa. En mitad del camino el chico entrelazó los dedos con los de la castaña y ella agradeció el gesto.
Quería estar junto a él, se sentía muy bien. Apretó su mano con fuerza y se apoyó en su brazo.
-¿Te molesto?
-Para nada.-le respondió sonrojado.
-Muchas gracias por este día, me lo he pasado genial.
-Me alegro, te he visto un poco deprimida y he querido animarte.
-Gracias, de nuevo. Por cierto... No me has contado lo del fin de semana.
-¿Fin de semana?
-¿No me preguntaste si tenía planes? ¿O solo lo has hecho para saber mi vida?
-¿Aun quieres ir conmigo?
-Sí...-la chica quería descubrir que sentía.- ¿Tú no quieres?
-¡Sí, claro!
-¿Entonces que tenías planeado hacer?
-Te dije que era sorpresa.
-No, me dijiste que me lo contabas por el camino.
-Tendrás que esperar hasta mañana.
-Dímelo o no voy.
-¿Me estás amenazando?
-Puede...
-Te recojo mañana a las once.
-¿¡De la mañana!?
-Sí... ¿A qué viene esa reacción?
-Los fines de semana me gusta levantarme tarde.
-Que vaga...
-Y tú que imbécil.
-Mañana a las once, ¿Vale?
-Te aviso de que voy a ir dormida.
-Mejor, así puedo besarte sin que te enteres.
Ambos se sonrojaron de golpe, Ryû se maldijo a sí mismo, se le escapó sin querer.
-Te espero mañana.
El castaño la acompañó hasta casa, por el camino hablaron de cualquier cosa menos del beso.
-Bueno, gracias por acompañarme.
-No ha sido nada.
-Toma.-le pasó la mochila.- Ten cuidado.
-No te preocupes por mi brazo, está bien.
-Hasta mañana.
Ryû se despidió con un beso. Natsuki entró sonriente y se tocó los labios con la yema de los dedos.
-Ryû... ¿Qué siento por ti?
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Shot 2: (Fin.).
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- Spoiler:
- "Corazones entrelazados,
besos interminables,
que demuestran más amor,
que simples palabras."
Corazones entrelazados, sentimientos unidos, el cerezo ha sido testigo de ello.
Besos interminables, deseos fugaces, las ganas de tener a esa persona al lado son inmensurables.
Que demuestran más amor, que demuestran más consideración que cualquier otra cosa, más...
Que simples palabras, que simples hechos, el amor se demuestra mediante acciones y sentimientos.
El ruido incesante del timbre consiguió despertar a Natsuki.
-¡Ya va! ¿Quién será a estas horas?
Bajó las escaleras medio dormida y abrió la puerta sin ver quién era.
-¿Puedo ayudarte en algo?
-Si te vistieras me ayudaría bastante.
La voz de Ryû consiguió terminar con el sueño de la chica, se observó rápidamente y se dio cuenta que estaba vestida únicamente con una camisa de tirantes que le quedaba corta y su ropa interior.
Le cerró la puerta en las narices y subió a la velocidad de la luz por las escaleras, se duchó como alma que lleva al diablo y se puso el albornoz.
Ryû, aun seguía en shock, cuando la había visto así vestida se había sonrojado de golpe y había necesitado unos segundos para reaccionar, por suerte la chica estaba medio dormida y no le había visto así.
El sonido de la puerta le sacó de sus pensamientos.
-Hola... Buenos días.
-Buenos días, ¿Siempre recibes así a las visitas?
-¡No! Es que estaba dormida y...
-Ya veo.
-Pasa.
-Gracias.
-Voy a vestirme, espera aquí.
-¿Quieres que te ayude?-preguntó pícaramente.
-¡¡Idiota!!
La chica subió corriendo las escaleras, para acabar cuanto antes, no quería hacerle esperar, ya bastante era que se hubiera quedado dormida...
Se puso un vestido palabra de honor, que una parte del vuelo era más larga que la otra, dejando más a la vista su pierna derecha. Era un azul celeste muy bonito, acompañado de unos zapatos de tacón del mismo color.
Como no le daba tiempo a hacerse un peinado se puso una diadema, azul, de la misma tonalidad que el vestido y se peinó rápidamente.
-Ya estoy.
-Bien, estaba impacientándome.-de repente frunció el ceño al verla tan escotada.- ¿No tienes algo más recatado?
-¿Celoso?
-Al primero que te miré le parto la cara.
-Cuidado... Ryû el poderoso.-bromeó.
-Venga vamos.
Le puso el brazo para que se entrelazara a él, y ella así lo hizo.
-Te noto más alta.
-Me he puesto tacones genio.
-Lo he dicho por decir algo.
-¿Nervioso?
-Para nada, ¿Preparada?
-Sí, ¿Qué vamos a hacer?
-Es una sorpresa. ¿No has desayunado, verdad?
-¿Y tú qué crees?
-Perfecto, vamos.
Por el camino se encontraron a muchas personas que conocían a Ryû y su fama de hombre de hielo. Todos ellos se quedaron petrificados.
-Akane no tardará en llamarme.-dijo Natsuki suspirando.
-¿Te va a hacer un interrogatorio no?
-Sí, y tú estarás apoyándome.
-¿Yo? ¿Por qué?
-¿No me vas a dejar sola frente al peligro verdad?
-No... Claro que no manipuladora...
-Está bien... Idiota...
Desayunaron en un restaurante y después dieron un paseo por el parque.
-¿Por qué no has desayunado?
-Me supuse que te habrías dormido.
-¡Vaya! ¿Eres vidente?
-Es que eres muy predecible.
-¿Eso es bueno o malo?
-Depende de cómo te lo tomes.
Se sentaron en un banco.
-Natsuki...
-Dime.
-Quiero contarte algo.
-¿Qué es?
-Bueno... Tú me contaste parte de tu pasado con total confianza. Y yo... También quiero contarte algo sobre mí...
-Ryû, no es necesario si no quieres...
-Si quiero hacerlo.-la miró directamente a los ojos.- Verás desde que mi madre murió, no quise acercarme a nadie, para colmo mi padre no paraba de buscar una "madre". Se pasaba el día con chicas y nunca me hacia ni caso.
-Déjalo, por favor...
-Mi padre se acabó casando con una mujer que se preocupaba más por mí que él.
Natsuki lo abrazó.
-Se acabó, deja de hablar por favor, hoy vamos a divertirnos.
-Gracias.-le correspondió el abrazo gustoso.
Pasaron las horas, entre risas y abrazos. Natsuki sabía que aquello que estaba sintiendo no era simple amistad, tenía que ser algo más, el corazón le latía tan fuerte que se le iba a salir del pecho.
Ryû tampoco estaba muy seguro de que lo que sentía era algo que fuera mejor ignorar, como hacia siempre. Estando con ella era feliz, podía ser el mismo, además hacía tiempo que no escuchaba a su corazón latir con semejante fuerza.
Ninguno de los dos quería alejarse del otro, eso lo tenían claro, pero decirlo es más difícil que pensarlo.
-¿Te lo estás pasando bien?
-Mejor que nunca.
-Me alegro, ¿No vas a agradecérmelo?
-¿Has hecho todo esto para que te de algo a cambio?
-No, pero si puedo conseguir algo.
-¿Qué quieres?
-Esto.
Ryû la cogió de la cintura y la besó en los labios tiernamente, la boca de la chica se entreabrió permitiendo a la lengua del castaño adentrarse en ella. Ambas lenguas luchaban en una guerra por ver quién ganaba, mientras que los labios no se despegaban ni un momento.
Sin embargo, el aire es vital para las personas, por eso tuvieron que separarse.
-Yo...
-Besas muy bien... Aunque me esperaba algo más...
-Como si tú lo hicieras mejor.
-Mira y aprende.
Natsuki se colgó de su cuello y le dio un beso que a cada minuto que pasaba aumentaba de intensidad, esta vez fue ella quien metió la lengua, transformando es beso inocente en algo más profundo.
Ryû, la abrazó por la cintura fuertemente, pegando su anatomía a la de la chica.
La joven siguió recorriendo su cavidad bucal, mientras hundía los dedos en su pelo. Ryû quiso resistirlo, pero no pudo, fue deslizando sus manos lentamente hasta las piernas de la chica.
La castaña, se separó de él y se soltó de su abrazo.
-¿Ocurre algo?
-¡Tenía razón! Sé besar mejor que tu, no hay más que verte, estas cachondo perdido.
Ryû frunció el ceño y la cogió de la cintura.
-¿Lo has hecho solo por eso?
-Sí.
-Eres una mala persona, no me puedes dejar aquí con el calentón.
-Sí que puedo, y lo haré.
-De eso nada, ya me encargaré de darte tu merecido.
-Que miedo...-en su rostro se dibujó una cara de terror fingido muy graciosa.
-Luego no me vengas con suplicas, ¿Quieres seguir paseando o prefieres volver a jugar conmigo?
-¿No puedo elegir ambas?
-Eres una...
-¿Bellísima persona?
-Llamémoslo así.
Después de pasear un rato, agarrados de la mano, fueron camino a un restaurante.
-¿A dónde vamos?
-Es una sorpresa.
-¿Es que no piensas contarme nada?
-No, sino no se llamaría sorpresa.
-Muy listo.
-Es que haces unas preguntas muy tontas.
-Y tú das unas respuestas muy idiotas.
-Ya hemos llegado.
Natsuki se quedó impresionada con el restaurante, era el más caro de la ciudad. Ella nunca se había acercado por ahí ni de casualidad.
-Ryû... Esto...
-Pasa anda, que te van a mirar mal por poner esa cara.
-No me culpes a mí de que tu fealdad atraiga la atención.
-Para ser tan feo bien que me besas.
La chica le sonrió y se sentaron en la mesa que el joven había reservado.
-Ryû, esto es maravilloso. Pero no deberías haber gastado tanto...
-No sigas-la interrumpió.- Fue decisión mía, tu no me has obligado a nada.
-Ya, pero...
-¿Vas a obligarme a callarte con un beso?
-Me callo, me callo.
Acabaron de comer y Ryû pagó la cuenta, nada más salir Natsuki recibió una llamada telefónica.
-¿Si?
-¡¡NATSUKI!! ¿¡DONDE ESTÁS!?
-¡Akane! ¿¡Ha pasado algo!?
-¡¡Sí!! ¡Ha pasado! ¿¡Estás saliendo con Ryû y no me has dicho nada!?
-¿¡Qué!? ¿¡Por qué piensas eso!?
-¿Pensabas que podrías guardármelo en secreto por mucho tiempo? ¡Ryû es famoso entre las chicas! He oído a un grupo de jóvenes hablar de que lo han visto caminando por el parque junto a una castaña... ¿Sabes quién es?
-No, no me suena.
-¿¡Dónde estáis!? ¡¡Quiero verlo con mis propios ojos!!
-Adiós Akane, me tengo que ir.
Colgó sin dejarle contestar y le cogió la mano a Ryû alejándole de allí.
-¡Más despacio! ¡Que me arrancas el brazo!
-Si no quieres que mi amiga psicópata nos encuentre, tendremos que darnos prisa.
Tras correr un rato Ryû la invitó a su casa, Natsuki se negó con la excusa de que ya había hecho demasiado por ella. Al final el chico consiguió convencerla.
-Ya falta poco para llegar.
-Eres un chantajista.
-Puede.-respondió sonriente.
La sonrisa del chico era lo más bonito que había visto.
-¿Por qué me miras tanto?
¿Y si se arriesgaba? Ella estaba segura de que lo que sentía no era simple amistad y quería hacérselo saber. ¿Qué podía salir mal?
"Final de la tragedia,
principio de una era.
El corazón congelado,
late de nuevo."
Final de la tragedia, el mundo de oscuridad y dolor llega a su fin, dando paso a un mundo de luz y felicidad.
Principio de una era, el corazón se descongeló, aquella sonrisa ya no tenía nada que ocultar.
El corazón congelado, el corazón sumido en la oscuridad aferrándose al último rayo de esperanza...
Late de nuevo, late con fuerza, por la chica con la cálida sonrisa, capaz de curar cualquier tipo de mal.
-Ryû, yo...
-¿Qué pasa?
-Tengo algo que decirte.
En ese momento la puerta de la casa del chico se abrió dejando ver a sus padres. Estos habían salido corriendo, y Natsuki no había tenido tiempo ni de verlos si quiera.
-¿Qué ha sido eso?
-Mis padres... Seguramente tengan algo que hacer.
El joven le ofreció pasar y algo para beber, ella le respondió con un movimiento de cabeza de derecha a izquierda.
Quería decirle lo que sentía e iba hacerlo. Pero... ¿Cómo?
Se sentó en el sofá junto a él.
-¿Y qué querías decirme?
-Se que te puede parecer una estupidez y seguramente muchas chicas te lo habrán dicho ya. Sin embargo... Quiero que sepas, lo que siento por ti.
El corazón del chico se aceleró y se sonrojó de golpe. ¿Se le iba a declarar?
-Quiero decirte que cuando estoy contigo mi corazón late desembocado y me pongo muy nerviosa. No puedo dejar de pensar en ti, mire donde mire siempre veo tus ojos y tu sonrisa. No puedo sacarte de mi cabeza y quiero decirte... Que yo...
La chica se llevó las manos al pecho, su corazón latía tan rápido que le dolía.
-Te amo.
Ryû se quedó petrificado, sabía lo que iba a decir, y muchas chicas se lo habían dicho ya... ¿Por qué era distinto con ella?
Él también se sentía así, y ahora lo había descubierto. El sentimiento era mutuo.
Natsuki estuvo todo el tiempo dándole vueltas a ese tema, de hecho es la razón por la que se había quedado dormida. Akane le dijo una vez que si quería estar segura de lo que hacía era mejor que escuchará a su corazón.
Su corazón decía que lo amaba y lo había comprobado con esos besos.
No quería vivir separada de él, si no podía verlo de nuevo moriría.
Es increíble pensar que hace unos días eran unos completos desconocidos y ahora estén así.
Sin embargo el destino no podía cambiarse. Corazones entrelazados, destinados a encontrarse.
-Natsuki...
-No hace falta que me contestes ahora, me disculpo si te he incomodado.
La chica se levantó preparada para irse, mas Ryû no se lo permitió sosteniéndola por la muñeca.
-Espera... No estoy incomodo. Más bien avergonzado.
-¿Avergonzado? ¿Por qué?
-Por no atreverme a decirte lo que siento, tú has tenido que dar el primer paso.
Era el turno de petrificación para la joven. Se había quedado en shock nada más oír eso.
-Yo... Se me hace muy difícil decirte esto. Pero tú me has devuelto las ganas de vivir, me has demostrado que hay razones para sonreír... Y no he podido decirte lo que siento.
Se levantó para poder mirar a la chica, y la tomó delicadamente por la barbilla.
-Tengo los sentimientos hechos un lío, pero sé que uno de ellos es el amor que siento por ti.
-Ryû... Te amo.
-Y yo a ti, Natsuki.
Se fundieron en un beso lleno de pasión, nada podría arruinar este momento, o eso creían ellos. Los padres de Ryû entraron chafándoles el momento romántico.
-¡¡Ryû!!-una voz varonil resonó por toda la casa.
Los chicos se separaron de golpe asustados.
-¡Papa!
Natsuki los analizó. El padre era alto, con el cabello castaño y los ojos marrones chocolate, Ryû se parecía bastante a él, mientras que la madre, era rubia de ojos verdes y un poco más baja que su marido.
La joven no les encontraba ningún parecido, hasta que recordó que era su madrastra.
-Ryû Inokuma, ¿Qué significa esto?
-¿A qué te refieres?
-¿¡Quién es ella!?
-Se llama Natsuki.
-¿Y qué estabas haciendo?
-Estábamos hablando.
-No ha sido lo que yo he visto.
-Cariño, déjalos, ya son mayores.
-Sora no puedes ser tan flexible con él.
-Pero Riki...
-Señorita.-el padre se dirigió a Natsuki sin hacer caso a su esposa.- Siento tener que despedirme sin conocerla, ¿Pero podría dejarnos a solas por favor? Necesito hablar seriamente con mi hijo.
-Por supuesto, faltaba más.
Natsuki le regaló sus características sonrisa que consiguió sorprender al padre.
Ryû la acompaño hasta la puerta y la joven se despidió de todos cortésmente en la entrada.
-Que mona era la chica, nunca la había visto por aquí, ¿Una nueva amiga?-preguntó la madre a su hijastro tratando de relajar el ambiente.
-Sí, es una compañera de clase.
-Ryû...
-¿Qué pasa papa?
-¿Qué te tengo dicho?
-Que me centre en los estudios antes que en mi vida social.
-Yo nunca te he dicho eso.
-Lo has insinuado.
-Ryû, durante generaciones enteras, nuestros ancestros han seguido la tradición familiar. Mi abuelo heredó la empresa y obligó a mi padre a estudiar empresariales, más tarde mi padre me obligó a mí, y pronto tú tendrás que heredar la empresa.
-¿Y qué pasa con lo que yo quiero? ¿No importa nada?
-Cuando acabes la carrera puedes hacer otras cosas, tendrás mucho tiempo libre.
-Tú apenas tienes tiempo para saludarme.
-Eso se debe a que últimamente he tenido muchas reuniones, sin embargo no significa que no te quiera.
-Tienes una manera muy extraña de mostrar tu cariño.
-Sabes perfectamente lo que pienso yo sobre las muestras de sentimentalismo.
-Sí, sí... ¿Algo más que decir?
-Ten cuidado con esa chica.
La sangre de Ryû comenzó a hervir.
-¿Estás hablando de Natsuki?
-Muchas chicas han intentado salir contigo solo por el dinero de nuestra familia.
-Ella no es así.
-¿Cómo lo sabes?
-¡Porqué me lo ha demostrado!
-¡Ryû no alces la voz!
-Puedes acabar con mi vida, obligarme a hacer cosas que no quiero o incluso torturarme, pero no te consiento que hables mal de ella, ¿Me has entendido?
El padre, al igual que la madre, se quedó anonadado. Él nunca había defendido a alguien con tanta efusividad, se notaba que le importaba mucho y que esa chica había cambiado la forma de ser del castaño.
El chico subió a su habitación enfadado y se encerró allí.
-Cariño, tu hijo... Está diferente.
-Me he dado cuenta.
-Quizás deberías darle una oportunidad. Recuerda lo poco que te gustaba lo que te hacia tu padre. No le hagas lo mismo a tu hijo.
-Tal vez... Pueda darles una oportunidad.
La mujer besó al hombre y se fueron a su cuarto.
El móvil de Natsuki sonó justo cuando se iba a acostar. Aun no era de noche pero la chica necesitaba poner en orden sus ideas o simplemente desconectar de todo, y la mejor forma que conocía para hacerlo era dormir.
-¿Si?-respondió de mala gana.
-¿Qué te he hecho para que me hables así?
La castaña abrió los ojos como platos.
-¿¡Ryû!? ¿Eres tú?
-Así es.
-¿Cómo has conseguido mi número de teléfono?
-Gracias a tu amiga, que por cierto me ha dicho que le debes una explicación.
-¿Y por qué no se la has dado tu?
-No tenía ninguna excusa.
-Vamos, que me has dejado todo el trabajo a mí, gallina.
-¿A que me presento en tu casa para darte tu merecido castigo?
-¡No hay huevos!
Palabra mágica que puede mover el mundo.
-La has cagado, ¡Espera que voy!
-No me moveré.
Ryû se levantó sonriente, iba a poder verla de nuevo.
Bajó las escaleras con la esperanza de que su padre se hubiese ido.
-Ryû...
Esperanza desvanecida.
-¿Si?
-Quiero hablar contigo.
-Ya ha quedado todo claro.
-No, todo no. Mañana vamos a comer todos juntos, en familia.
-¿Me has detenido solo para esto?
-Invita a tu amiga.
El chico se detuvo en seco. ¿Había oído bien?
-¿Cómo has dicho?
-¿Ahora si me haces caso?
-¿Quieres que invite a Natsuki?
-Sí, ¿Ibas a verla verdad?
-Así es.
-Ten cuidado, sois muy jóvenes para ser padres.
De esta manera tan extraña, Riki había aceptado intentar conocer a Natsuki y Ryû lo había entendido perfectamente.
Natsuki estaba comiendo en la cocina, no podía dormir y se levantó a picar algo, cuando el timbre sonó.
-No puede ser que haya venido... Pensé que bromeaba.
Al abrir la puerta se encontró al castaño con la respiración entrecortada.
-¡¡Ryû!! ¿¡Que te ha pasado!?
El chico la abrazó con fuerza.
-Natsuki...-casi no podía hablar, le faltaba el aire.
-Será mejor que te sientes.
La chica le acompañó hasta el salón y después le sirvió algo para beber. Esperó pacientemente hasta que pudo recuperarse.
-¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?
-He venido corriendo desde mi casa.
-¿¡Y por qué has hecho eso!?
-Tengo algo importante que decirte.
-¿Qué es?
-Mañana tenemos comida familiar.
-¿Tenemos?
-Sí, quiero que vengas conmigo.
-¿¡Yo!?
-Sí, ¿No quieres?
-Claro que sí, pero me ha dado la impresión de que no le he caído muy bien a tu padre.
-Él siempre ha sido así de amargado...
-¿Cómo tu, no?
-¿¡Qué has dicho!?
-¡Nada!
Ryû se acercó peligrosamente a ella y ésta retrocedió hasta chocarse con el reposabrazos. El chico la cogió de las piernas obligándola a tumbarla y después se puso encima de su regazo.
-¿Me has confundido con el sofá?
-Te voy a demostrar lo amargado que soy.
-Entonces no acabaremos nunca.
-¿Tú quieres pelea verdad?-frunció el ceño cómicamente.
-Un poco, pero sé que tu no me la vas a dar.
-¿Por?
-Porque me quieres.
-¿Ah sí? ¿Y eso como lo sabes?
-Me dijiste tú que fue un honor que apareciera en tu vida.
-¡Yo nunca dije eso!-sus mejillas se sonrojaron de golpe.
-Que mono estás así.
-¿Ahora también soy un simio?
-Un macaco con el culo rojo.
-Eso son los babuinos, inculta.
-¿Que bien conoces a los de tu especie eh?
-¿¡Lo has dicho mal adrede para dejarme mal!?
-Puede.
-Tendré que darte doble castigo.
-¿¡Doble!?
-¿Ya no te acuerdas cuando me dejaste a medias?
-Yo nunca he hecho eso.
-¿Soy un babuino mentiroso?
-Hombre... Tanto como mentiroso...
Ryû sonrió maliciosamente, tras fruncir el ceño, y la besó con fuerza en los labios. Esta correspondió el beso rápidamente explorando el interior de su boca con la lengua. Se besaban tiernamente y tardaban mucho en separarse.
Sin embargo, el aire era vital para las personas, así que se separaban unos minutos y volvían a besarse.
Natsuki deslizó las manos por debajo de la camisa del chico, y éste la sujeto con fuerza entre sus brazos. Acarició toda su anatomía y ella posó las manos en su fornido pecho.
El chico bajó la cabeza y comenzó a besarle en el cuello. Como respuesta, Natsuki soltó varios gemidos de placer que conseguían poner más caliente al chico.
Con una mano fue bajando por su estilizada pierna delineándola con el dedo mientras la chica le quitaba la camisa. Se volvieron a besar en los labios y Ryû la alzó entre sus brazos. Ella, para no caerse, entrelazó las piernas a su cintura y el chico la pegó contra la pared.
Natsuki lo abrazó por el cuello para atraerlo más a él, el beso subía de intensidad y había pasado de un beso inocente a un beso lleno de amor y pasión.
Ryû deslizó las manos a la cintura de la chica con el fin de quitarle aquella prenda tan molesta, sin embargo en ese momento tocaron el timbre de la puerta.
El chico estuvo a punto de gritar fuera de sus cabales, Natsuki, que le había visto venir, lo evitó con un beso.
-Tranquilízate y ponte la camisa, voy a abrir.
-Sea quien sea, va a morir.
-Cálmate, no es para tanto.
-¿Tú no querías hacerlo o qué?
-Claro que sí, pero verte tan enfadado es divertido.
-Ya me las pagaras.
-Sí, sí...
Natsuki atendió a los invitados que eran nada más y nada menos que sus mejores amigos. Ryû maldijo a Kazuo por aparecer justo ahora.
-¿Qué os trae por aquí tortolitos?
-¡No te hagas la tonta! ¿¡Está aquí Ryû!? ¿¡Por qué no me dijiste que estabais saliendo!? ¿¡Cuando es la boda!?
-Coge aire Akane, ¡Y no hay boda!
-De momento.-respondió Ryû dejándose ver.
La chica se sonrojó de golpe.
-¿Qué hacia Ryû aquí?-preguntó Akane pícaramente.
-¡Nada! ¡Había venido a decirme algo!
-¿El qué?
-Cariño, no seas cotilla, tu amiga se va a enfadar.
-¿Has dicho algo Kazuo?
La mirada asesina que le dedicó su novia consiguió hacerlo temblar.
-¡No... No he dicho nada, amor!
-¿Te tiene dominado eh?-dijo el castaño provocando la risa de todos los presentes.
Ryû se fijo en Natsuki cuando estaba sonriendo, aquella sonrisa... Mataría por tenerla si se la arrebatasen.
-Bueno Akane, ¿Me vas a decir a que se debe tu visita?
-Tengo que contarte varias cosas.
Se sentaron en el salón y Akane les contó que Urara, para vengarse de ella intentó arrebatarle a su novio pero no lo consiguió, también les contó que todo el mundo sabía que ya estaban saliendo.
-¿Y cómo se lo tomaron las chicas?-preguntó Natsuki deseando no obtener la respuesta que estaba pensando.
-Al principio enloquecieron pero después se lo pensaron mejor.
-¿Y ese cambio?
-Es un secreto.
-¿Qué has hecho Akane?
-¿Por qué crees que he hecho algo?
-¡Porque eres un peligro para la humanidad!
-¡¡OYE!!
Natsuki estalló en carcajadas y acto seguido se le unieron los demás. Estuvieron hablando de temas variados y a veces sin sentido, sin embargo, estos últimos eran los más graciosos.
-Bueno, nosotros nos vamos ya.
-Adiós, nos vemos el lunes.
-¡Hasta el lunes!
Natsuki los acompañó hasta la puerta y se despidió de su amiga con un abrazo.
-Pensé que no se iban a ir nunca.-dijo el chico suspirando.
-Son nuestros amigos, no seas malo.
-Mañana serán nuestros difuntos amigos.
-¿Y eso por qué?
El joven le rodeó la cintura con un brazo.
-Primero me dejas a medias, después nos interrumpen... Y yo me he quedado con las ganas.
-Espero que no pienses siempre en lo mismo.
-No, también pienso en otras partes de tu cuerpo...-se relamió el labio superior.
-¡Eres un cerdo!
-Que poco sentido del humor... Luego el amargado soy yo.
-Lo eres.
Ryû la beso con ternura.
-¿Rematamos lo que empezamos?
-No me apetece, me han cortado el rollo.
-¿No se te ocurrirá dejarme así otra vez?
-¿Así? ¿Cómo?
-Sabes perfectamente como estoy, ¿Seguimos?
-No... Me voy a dormir.
-Aun no es de noche.
-Yo tengo sueño.
-No te vas a escapar.
Ryû la abrazó por la cintura, y le dio un tierno beso en los labios, que al de un rato, fue bajando lentamente hacia el cuello.
A la chica le encantaba que la besasen en el cuello y cada vez que él lo hacía, soltaba un gemido que conseguía poner a cien al castaño.
El chico deslizó la mano por debajo de la camisa de Natsuki, esta le respondió aumentando la intensidad del beso.
Cuando mejor se ponía la cosa, un sonido proveniente del bolsillo del chico provocó que se separaran.
-¡¡Venga ya!!-grito el chico frustrado.
-Responde, puede ser importante.
Ryû atendió al móvil de mala gana.
-¿Si?
-Te noto enfadado, ¿He interrumpido algo?
-No te preocupes mama, no es nada, ¿Ha pasado algo?
-No, tu padre quería saber si ibas a tardar mucho, para ir preparando la cena.
-¿Y por qué no me ha llamado él?
-Está en una reunión... Sin embargo, ha sido él quien ha venido a decírmelo personalmente.
-¿Papa ha hecho eso?
-Así es, parece que está cambiando.
-¿Por qué?
-Quien sabe, pero estoy segura de que mañana lo descubriremos.
-Está bien, adiós mama, iré lo antes posible.
El castaño colgó y suspiró, antes de que pudiera buscar a la chica con la mirada, ésta le abrazó.
-¿A qué ha venido eso?
-Quería decirte algo.
-Dime.
-¿Quieres quedarte a dormir?
El castaño se enfadó de golpe, si fuesen dibujos animados tendría llamas en los ojos.
-¿Estas de guasa? ¡Dime que estas bromeando!
-No, ¿Por qué estas tan enfadado?
-¿Acabas de escuchar la conversación que he tenido con mi madre verdad?
-Sí.
-¿¡Entonces!? ¿¡Por qué me haces esa oferta sabiendo que me tengo que ir!?
-Por eso mismo.
Natsuki amplió su sonrisa y el chico frunció el ceño aun más.
-¿Te gusta hacerme sufrir?
-Me gusta ver la cara que pones cuando te enfadas o te pones celoso.
-Algún día me vengaré, y como acumules muchas te vas a arrepentir.
-¿Tú me harías daño?
-Claro que no. Mañana vengo a buscarte a las dos. ¿Te parece bien?
-Por mi perfecto, ¿Tengo que vestir de etiqueta?
-Como tú quieras.
-Entonces, ¿Me puedo poner un escote hasta los pies?
-¡¡NI SE TE OCURRA!!
Natsuki estalló en carcajadas, y éste la miró con calidez. Era tan agradable verla sonreír.
-Vete a casa con cuidado. ¿Vale?
-Claro que sí, dulces sueños.
Se despidieron con un beso y ella fue a acostarse, ambos pensaban en el otro constantemente.
Natsuki se durmió con una sonrisa en los labios."Los obstáculos del camino,
terminan aquí.
Tras sufrimiento y dolor,
la felicidad triunfa en sus corazones."
Los obstáculos del camino, las dificultades que ambos han tenido que sufrir, por culpa del destino...
Terminan aquí, los problemas mueren bajo la calidez de sus corazones.
Tras sufrimiento y dolor, tras pasar por malos momentos, tras cruzar la barrera de la desesperación...
La felicidad triunfa en sus corazones, el amor, más fuerte que cualquier don, consigue la felicidad absoluta.
Ryû estaba nervioso esperando en el salón de su amada.
Muchas preguntas le pasaban por la mente... ¿Cómo se tomaría lo que acababa de hacer? ¿Y lo qué iba a hacer?
-Ya estoy, gracias por esperarme.
Ryû la observó y se quedó petrificado en el sitio. La chica llevaba un vestido negro, éste parecía que llevaba purpurina ya que brillaba. Se sujetaba únicamente por dos tirantes tan finos que no podías verlo si no te acercabas mucho. El escote era en forma de "V" y un chal sobre su cuello, que caía delicadamente hasta sus brazos, enredándose en ellos. El vestido tenía poco vuelo y la abertura que llevaba en el costado le permitía ver su pierna estilizada, junto con un zapato que iba a juego del vestido.
-¿No piensas decir nada?
-¿Eh?-el chico seguía admirando a la joven.- Sí... No... ¿De qué estamos hablando?
-¿Te has golpeado en la cabeza antes de venir aquí?
-¿Quieres morir?
-¿Has visto lo rápido que has reaccionado?
-Venga, vamos.-la chica se agarró a su brazo.- No te metas conmigo delante de mi familia.
-Haré lo que pueda.-una pequeña risa brotó de sus labios.
-Miedo me das.
Natsuki cerró con llave y se fueron agarrados de la mano. Por todo el camino, la joven se ganó las miradas de todos los hombres que se cruzaban en su camino.
-Como te vuelvan a mirar, les voy a partir la cara a todos esos babosos.
-Me encanta verte celoso.
El chico también atraía mucho la atención de las féminas.
-Tú tampoco te quedas corto.
-Es que, el que nace guapo...
-Y humilde hasta las trancas.
-También, ¿Y tú qué? ¿No estás celosa?
-¿Yo? ¿Por qué debería estarlo?
-Porque todas las chicas me están mirando al igual que a ti los hombres, ¿Qué pasa? ¿Que no te importo?
La chica sonrió, con su típica sonrisa cálida.
-¿He dicho algo gracioso?
-Siempre consigues hacerme reír.
-¿En serio? Explícamelo, así nos podemos reír los dos.
-Claro que estoy celosa, te quiero solo para mí, pero sé que no me engañarías nunca con ninguna de esas.
El chico se quedó boquiabierto.
-¿Por qué estas tan segura?
-El hecho de que te pongas celoso me demuestras lo mucho que me quieres.
-¡No lo hago por eso!-la sangre se le subió de golpe a la cabeza.
-No... Claro que no...-respondió irónicamente.
-Te voy a...
-A ver qué me haces, puedo aparecer en mitad de tu casa y gritar que me has violado.
-¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉ!?
-¡Hala! ¡Ya nos mira todo el mundo!
-¡No serás capaz!
-¿Hacemos la prueba?
La rodeó con un brazo y la pegó a su cuerpo, ella apoyó la cabeza en su hombro y siguieron caminando en dirección a la casa de Ryû.
-Eres malvada, más de lo que creía.
-¿Tú crees?
-Sí, estoy muy seguro.
-¿Y si me da por cambiar de idea y decido volver a mi casa?
-¿Siempre vas a estar amenazándome así?
-Solo a veces.
-A pesar de que te metas tanto conmigo te quiero.
La chica se sorprendió y levantó la cabeza lentamente, cuando cruzaron las miradas, el chico se sonrojó de golpe y porrazo, rompió la conexión para que no le viera.
-Yo... Este... Lo he dicho sin pensar y...
-Yo también te quiero mucho.
Ryû se calló al instante, más sonrojado que antes.
-Gracias.
-No sé porque me lo agradeces, yo solo he dicho la verdad.
-¿Sabes? Si hace unos días me dijesen que iba a estar así contigo, me reiría.
-Probablemente yo también.
-Si no nos hubieran presentado, me habría arrepentido toda mi vida por no atrever a hablarme contigo.
-Ryû...
-Me alegro de que aparecieses en mi vida.
El joven le dedicó una sonrisa.
-Yo también me alegro de haberte conocido, nunca me relacionaba con nadie porque tenía miedo de perderlos o que me traicionasen.-el joven se entristeció un poco.- Sin embargo, estando contigo no me siento triste, puedo oír a mi corazón latir fuerte y estoy como si estuviera flotando en una nube.
-Natsuki...
-Y es la sensación más bonita que he sentido en mi vida, seguro que le habrías gustado a mi hermana, ella siempre me protegía de todo a pesar de que yo era la mayor.
-Estaría encantadora haciendo eso.
-La verdad es que era muy gracioso, se subía al sofá para gritarle a todo el que se metiera conmigo. Una vez mi padre estaba bromeando y me despeinó completamente, mi hermana, pilló un berrinche y no le habló a mi padre en semanas.
-¿En serio?
-Sí, tuve que explicarle lo que pasó y aun así seguía sin hablarle.
-¿Y tu padre no estaba preocupado?
-Mi padre siempre lo ha tomado todo con una sonrisa, le admiro puede sonreír en los peores momentos.
-Al igual que tú.
-¿Qué?
-Tú tienes muchos más problemas que yo, y lo único que hice fue protegerme bajo mi coraza de insensible para que no me dañasen, sin embargo, tu, has sonreído a pesar de todo porque no querías preocupar a nadie.
La joven lo observó y Ryû le regaló otra sonrisa.
-En mi opinión, poder ocultar el dolor que sientes por dentro es la mayor prueba de la fortaleza. Duele menos una herida del cuerpo que una del corazón, ¿Verdad?
-Sí, pero como he podido comprobar, siempre tienes una oportunidad de sanar esa herida.-se apoyó en su hombro y apretó el brazo con fuerza.- Sino jamás te habría conocido.
-Muchas gracias.
-Igualmente.
Estuvieron hablando un buen rato hasta llegar a casa, una vez allí Ryû fue a abrir la puerta pero su madrastra se le adelantó.
-¡¡Cariño!! ¡¡Ya has llegado!! ¡Comenzaba a preocuparme!
-Mama...-suspiró.- Siempre te preocupas aunque tarde cinco minutos.
-Es que en cinco minutos te pueden pasar muchas cosas.
Ryû repitió la acción anterior y Natsuki sonrió.
-¿Tú debes ser Natsuki no?
-Así es.-le regaló una reverencia a modo de respeto.- Mucho gusto.
-Al contrario el gusto es mío.-se apartó de la puerta para dejarla libre.- Pasar.
-Muchas gracias.
Ryû entró dándole la mano a la joven.
-Hola, soy el padre de Ryû, Riki.-se acercó a ellos lentamente.- Encantado de conocerte.
-Igualmente, muchas gracias por invitarme.
La chica le obsequió con una reverencia y una sonrisa.
-Ha sido un placer, venid, la comida está preparada.
Natsuki ayudó a Sora, a poner la cubertería y a servir la comida.
-No hacía falta que me ayudaras, cariño.
-No pasa nada, lo he hecho encantada.
-Pero, podrías haberte manchado el vestido tan hermoso que traes.
-A usted también se le podría haber caído las cosas y se podría haber hecho daño.-la joven sonrió.- Por suerte no ha pasado nada de eso.
-Buena respuesta.-susurró el padre sorprendido.
La madre la observó con ternura, aquella chica era un encanto. Ella iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para que no la alejasen de Ryû.
-Jovencita, quiero ser directo.-el padre se levantó.- Si planeas ir tras el dinero de mi familia, ya puedes marcharte.
-¡¡Papa!!-gritó Ryû sorprendido por lo que acababa de oír. ¿Cómo podía ser tan descarado?
Riki, le señaló la puerta esperando ver su respuesta, siempre que le había dicho eso a las demás chicas todas se habían puesto nerviosas.
Pero Natsuki no, ella no estaba nerviosa, estaba sonriendo.
-Con todos mis respetos señor, no me importa el dinero que posea usted o su hijo, yo estoy con él porque lo amo. Estando junto a su hijo, me siento segura y la persona más feliz del mundo. Estoy segura de que no podría vivir sin él, si usted, decide que es mejor que no me vuelva a ver más lo aceptaré sin discutirlo, sin embargo dudo mucho que pueda ser feliz sin él.
El padre se había quedado congelado. La chica decía la verdad, la completa verdad que albergaba en su corazón, era sincera y no le ha importado si parecía pertinente con tal de demostrar sus sentimientos. Una cualidad verdaderamente noble.
Ryû y su madrastra estaban igual que Riki, Natsuki le cogió la mano al castaño y éste la apretó con fuerza.
-Bien dicho jovencita.-el padre comenzó a aplaudirla.- Jamás me habían hablado tan sinceramente, ahora entiendo porque te ha escogido mi hijo. Bienvenida a la familia Natsuki.
Natsuki sonrió cálidamente y se levantó para abrazar a Riki, este sorprendido le devolvió el abrazo. La comida pasó rápido entre risas y anécdotas de cada uno.
-Tengo una sorpresa para ti.-dijo Ryû de golpe llamando la atención de todos.
-¿Una sorpresa? ¿Qué es?
-Ven, está en el salón.
El castaño la guió hasta el lugar indicado y al abrir la puerta, Natsuki observó a dos personas en su interior.
Una era muy mayor, o así lo parecía, ya que el hombre, que en realidad tenía cuarenta años, aparentaba el doble. Utilizaba una cachava y andaba encorvado, el pelo blanco signo del maltrato que le había sometido la vida, con muchas arrugas y los ojos cerrados, no podía abrirlos.
La otra era una mujer de aspecto un poco más joven, su cabello era castaño y le llegaba a los hombros, sus ojos eran azules profundos, llevaba puesto un vestido morado que le llegaba hasta las rodillas, de cuello alto y mangas largas.
-¿¡Papa!? ¿¡Mama!? ¿¡Qué hacéis aquí!?
-Hija mía...-la madre no podía contener las lágrimas.
La chica corrió a abrazarles. ¿Por qué estaban ahí?
-Cariño...-dijo el padre débilmente.- Es una alegría poder oír tu voz.
-Yo también estoy muy feliz.-la joven se separó de ellos para mirarlos.- ¿No estabais en el campo?
-Recibimos una llamada desde el hospital.
-¿¡El hospital!?
-Sí, nos han dado cita para operar a tu padre.
-¿¡QUÉÉÉÉ!?
-Así es, ¿No es maravilloso?
-Sí, pero no entiendo...
-Creo que puedo explicarlo.-la interrumpió Ryû.- Cuando me contaste que la operación costaba dinero, llamé a tus padres para que me contasen todo lo que sabía sobre su enfermedad, después investigué cuanto costaba y le pagué la operación.
Natsuki se quedó sin palabras. ¡Ryû había pagado una operación carísima!
-Ryû... Yo...
El chico la abrazó.
-Tranquila, no tienes que decirme nada.
Natsuki se desahogó en su camisa, bañándola en lágrimas. Unos minutos después consiguió tranquilizarse y el castaño le explicó todo. Akane le había dado el número de sus padres, y su padre había accedido a pagar la operación si la joven le quería de verdad, y para demostrarlo había hecho la escena del padre tirano, cuando la mandó a la calle.
Los padres de la joven se tuvieron que ir al hospital, para comenzar con la operación cuanto antes. La joven les había prometido irles a visitar cuando el padre saliese de la sala de operaciones, y la madre le respondió que no era necesario, podía quedarse con su novio.
Los padres de Ryû salieron para dejarlos solos, con la excusa de que tenían una reunión.
-Muchas gracias.
-No tienes porque darlas, ha sido un placer.
A la joven se le escaparon más lágrimas.
-¿Por qué lloras?-el chico le secó las lágrimas.
-Estoy contenta.
-¿Por?
-Por todo. Porque apareciste en mi vida, porque me diste una razón de ser y por brindarme tu amor. Muchas gracias.
-Natsuki...
En ese momento una idea atacó la mente de la chica.
-Ven, yo también quiero darte una sorpresa, quizás no sea nada en comparación con la tuya, pero quiero que lo veas.
-¿Qué es?
-Si te lo dijese no sería una sorpresa.
-Eso te lo he dicho yo.
-Sí, aprendo del mejor, ven.
Salieron de la casa a paso lento, agarrados de la mano. Natsuki pensó con detenimiento lo que iba a hacer, quería que fuese especial, y la vista era mejor en la oscuridad.
-Me gustaría enseñártelo de noche... Lo malo es que aún queda mucho tiempo.
-Podemos hacer tiempo...
-¿Otra vez pensando en lo mismo?
-No me refería a eso pero si quieres...-el chico hundió la nariz en el cabello de la chica.- Me encanta como hueles.
-Gracias. ¿Qué sugieres que hagamos hasta la noche?
-Pues... Ven.
-Que rápido te lo has pensando.
Ryû sonrió y la guió hasta el cerezo que le enseñó la última vez.
-¿Sabes que me encanta este lugar?
-¿Por qué?
-Porque aquí nos dimos nuestro primer beso.
La chica se sonrojó de golpe.
-¡¡Ryû!!
-Me encanta verte sonrojada, estás más adorable.
-¿Qué pasa? ¿Cuando estoy normal no soy adorable?
-No quería decir eso, siempre te las arreglas para que parezca el malo de la película.
-No me cuesta mucho trabajo, tu cara ayuda bastante.
-¿¡Qué has dicho!?
La chica huyó en dirección al cerezo y éste le persiguió. Pasaron las horas corriendo, riendo, besándose y hablando de su pasado.
A veces hablar es la mejor forma de desahogarte.
-Ryû, ya sé hace tarde.
-¿Tenemos que irnos ya?
-Sí, venga vamos.
-No quiero, aquí estoy muy bien.
Ryû estaba sentado en el suelo y Natsuki entre sus piernas. El joven abrazaba a la chica por la cintura y ésta apoyaba la cabeza en su pecho.
-¿No quieres que te lo enseñe?
-Dime que es.
-Entonces no tendría gracia.
-¿No podemos quedarnos un poquito más?
-Podemos, pero luego tendremos que ir corriendo.
-Está bien...-suspiró.- Con lo a gusto que estaba.
El chico la levantó en brazos y fingió tirarla, la chica se sujetó a su cuello y lo besó tiernamente.
-Te amo.
-Ya conoces mi respuesta.
-¿Cuál es? Quiero escucharla de tus labios.
-Te amo.
-Que bien suena.
Natsuki le indicó la dirección, ya que Ryû se negaba a bajarla en brazos.
-Nos están mirando todos.
-Que miren, me da igual.
-Ryû, bájame.
-No... Ya te lo he dicho, me gusta verte sonrojada.
La castaña se había puesto roja por culpa de todas las miradas que tenía encima, así que para evitarlas, se refugió en el pecho de Ryû, y con esta acción, el castaño se sonrojó.
-Tú también estas muy mono sonrojado.-le había visto.
-No... No sé de que hablas.
-Claro, claro...
Unos minutos más tarde llegaron a su destino, un enorme lago, donde podía verse el reflejo de la luna llena. Los árboles rodeaban el lago brindando más paz al lugar.
-¿Qué te parece?
-Es precioso, como tú.
-Muchas gracias.
Se acercaron al borde del lago, que en la noche se veía mucho más bonito. Las luciérnagas alumbraban el lugar que conseguían dar un toque mágico al sitio.
-Natsuki, me gustaría pedirte algo.
-¿Qué es?
-Sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo.
-Yo también.
-¿De verdad?
-Sí.
El chico se arrodilló y sacó una pequeña cajita del bolsillo.
-Entonces... ¿Quieres casarte conmigo?
El corazón de Natsuki dio un vuelco al oír la petición.
-Ryû...-se había quedado paralizada.
-¿Y bien? ¿Qué respondes?
-¡Sí quiero!
Ryû la abrazó emocionado, no sabía que le iba a responder, aunque el corazón le decía que la respuesta iba a ser afirmativa.
-Natsuki te amo.
-Yo más.
Se miraron tiernamente y se besaron sellando su amor bajo la luz de la luna, que los observaba con cariño.
Tras sortear un camino lleno de obstáculos, tras superar todas las pruebas y crueldades que el destino les había impuesto encontraron el amor puro, el amor verdadero.
El corazón congelado, volvió a latir de nuevo, ambos corazones laten a unísono y jamás volverán a separarse, nunca más...
Seguirán juntos por siempre."Frío como el hielo.
Cálida como el sol.
El corazón congelado,
pudo ser sanado."
FIN.
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Layla- Consejo de escritores
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Bueno el "Latir de un nuevo amanecer" fue mas bien un fic, estuvo demasiado largo y extenso, pero me ha gustado la historia y como quedo, asi que a pesar de lo largo que fue. Voto x este.
hikari uzumaki- Sennin
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en mis pensamientos
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Voy a votar por el shot numero dos. Quizas como pega diria que es excesivamente largo. Para la proxima vez cuando hagas un shot asegurate que sea corto xD Pero ha estado muy bien.
Namikaze_Minato- Baneado
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Voy a votar por ►► El Latir de un Nuevo Amanecer.
La historia ha sido muy bonita y el final muy tierno. Ha sido bastante larga, pero para mi es un plus+ por el esfuerzo. No solo por el tiempo que invertiste en escribir, que seguro fue un montón, sino también porque a pesar que fue larga, me capturo lo suficiente para leerla hasta el final.
En las próximas ocasiones, una historia más corta será mejor.
La historia ha sido muy bonita y el final muy tierno. Ha sido bastante larga, pero para mi es un plus+ por el esfuerzo. No solo por el tiempo que invertiste en escribir, que seguro fue un montón, sino también porque a pesar que fue larga, me capturo lo suficiente para leerla hasta el final.
En las próximas ocasiones, una historia más corta será mejor.
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Mi voto va para... El latir de un nuevo amanecer
Es largo, pero a mi me gustan las historias largas xD ademas es una historia preciosa. Otro motivo es que tiene el tipo de amor que a mi me gusta... Sincero y peleón xD
Es largo, pero a mi me gustan las historias largas xD ademas es una historia preciosa. Otro motivo es que tiene el tipo de amor que a mi me gusta... Sincero y peleón xD
Última edición por Willem_Dawnstar el Dom Mayo 12, 2013 10:02 am, editado 1 vez
Willem_Dawnstar- Genin
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Un lugar de la Mancha de cuyo nombre no me quiero acordar.
12125
Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Definitivamente voto por
Shot 2: El latir de un nuevo amanecer.
Es muy hermosa la historia de dos personajes que puede ser cualquiera, que pasan cosas malas pero al final se tienen el uno al otro
Me gustó mucho de verdad
Shot 2: El latir de un nuevo amanecer.
Es muy hermosa la historia de dos personajes que puede ser cualquiera, que pasan cosas malas pero al final se tienen el uno al otro
Me gustó mucho de verdad
Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
voto por El latir de un nuevo amanecer
aunque fue muy largo,la verdad la historia me atrapó, y vale la pena leerla
^^ mis felicitaciones a los dos autores por sus esfuerzos
aunque fue muy largo,la verdad la historia me atrapó, y vale la pena leerla
^^ mis felicitaciones a los dos autores por sus esfuerzos
Yui-san- Genin
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6225
Posesiones :
Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Ambos estuvieron buenos pero mi voto va para El latir de un nuevo amanecer
Apesar de lo largo, estuvo muy bueno y entretenido. Además lo largo que fue también demuestra el esfuerzo que le ha puesto el escritor.
Apesar de lo largo, estuvo muy bueno y entretenido. Además lo largo que fue también demuestra el esfuerzo que le ha puesto el escritor.
Yukio834- Chunnin
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
"El latir de un nuevo amanecer" es para quien va mi voto!!
Ya que a pesar de que pensé que nunca terminaría de leerlo, nunca pensé en dejarlo de leer, ya que el escritor ah tenido al virtud de hacer la historia llevadera y entretenida!! ademas de como fueron cambiando la relación entre Ryu y Natsuki con el pasar del tiempo.
Tampoco quiero dejar atrás el trabajo del shot 11 de marzo!! el cual también me pareció entretenido y con una muy linda historia ^^
Mis felicitaciones para ambos escritores!!!
Ya que a pesar de que pensé que nunca terminaría de leerlo, nunca pensé en dejarlo de leer, ya que el escritor ah tenido al virtud de hacer la historia llevadera y entretenida!! ademas de como fueron cambiando la relación entre Ryu y Natsuki con el pasar del tiempo.
Tampoco quiero dejar atrás el trabajo del shot 11 de marzo!! el cual también me pareció entretenido y con una muy linda historia ^^
Mis felicitaciones para ambos escritores!!!
Obito_Madara- Sannin
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
me enamoré del shot nº1!!!!! ese último suspiro, unidos por fin.....simplemente sin palabras.....
me gustó mucho tambien el shot numero 2, sobre todo la relación que se va formando entre Ryu y Natsuki y como luchan contra todo por su amor, pero sin duda mi voto va para el shot número 1!!!
me gustó mucho tambien el shot numero 2, sobre todo la relación que se va formando entre Ryu y Natsuki y como luchan contra todo por su amor, pero sin duda mi voto va para el shot número 1!!!
Arcangel-kun- Novato
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Doy mi voto para El latir de un nuevo amanecer
Fue una dura decisión, en verdad, ambas historias son más que hermosas, pero al final el Shot 2 fue el que más conmociones provocó en mí, sin mencionar la forma en la que lo escribió, asombroso, ¡me ha encantado!
Mis felicitaciones a ambos.
Fue una dura decisión, en verdad, ambas historias son más que hermosas, pero al final el Shot 2 fue el que más conmociones provocó en mí, sin mencionar la forma en la que lo escribió, asombroso, ¡me ha encantado!
Mis felicitaciones a ambos.
Risa-Chan- Genin
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¡En el karaoke con Otani!
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
las dos historias han estado preciosas, más mi voto va para "el latir de un nuevo amanecer" La historia me atrapó y me encantó. m
Me gustó cómo se llevó la relación de los personajes.
Me gustó cómo se llevó la relación de los personajes.
Lauri-chan- Clan Suzaku
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
voto por el shot nº1: "11 de Marzo". !!!!Me ha encantado como Gabriel deja a un lado su amor para que ella tenga una vida mejor!!!!!
Aria-chan- Novato
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En mi imaginación, en la boda de una chica pelirosa y un rubio....
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
estos los lei apenas los pusieron, pero solamente no habia dejado el voto XD
y bueno mi voto se lo lleva El latir de un nuevo amanecer
aunque fue un poquito largo... igual me gusto jeje
al 11 de marzo no le quito que me gusto, pero no mas que el shot n°2
y bueno mi voto se lo lleva El latir de un nuevo amanecer
aunque fue un poquito largo... igual me gusto jeje
al 11 de marzo no le quito que me gusto, pero no mas que el shot n°2
Invitado- Invitado
Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Bueno, soy una oveja díscola, y comento a última hora, pero aquí estoy. Realmente, no tenía intención en votar, porque desgraciadamente no he tenido tiempo de leerme los dos shots, porque el segundo me ha parecido excesivamente largo y no he tenido tiempo para ponerme en serio. Quiero destacar el trabajo de su autor, que debe haber sido mucho, pero no creo que fuera la finalidad del torneo. Si algún día lo sube a fan fic prometo leerlo con calma. No quería votar para no desequilibrar el resultado pues me parecía injusto votar solo habiendo leído uno.
Sin embargo, viendo el resultado, creo que sí que voy a votar por el shot número 1. Lo he leído y me parece sencillamente gneial. Es un tema difícil y que trae muchos recuerdos malos y buenos a los que somos de España y vivimos esto, pero creo que lo ha sabido utilizar correctamente. Me ha parecido realmente trágico y como mi voto no va a influir se lo doy a:
Enhorabuena a su autor, a mi me ha gustado mucho y solo por participar ya debe sentirse ganador. Creo que debe también hay que darle una aplauso al autor del shot el latir de un nuevo amanecer, por todo el trabajo que tiene.
Saludos!
Sin embargo, viendo el resultado, creo que sí que voy a votar por el shot número 1. Lo he leído y me parece sencillamente gneial. Es un tema difícil y que trae muchos recuerdos malos y buenos a los que somos de España y vivimos esto, pero creo que lo ha sabido utilizar correctamente. Me ha parecido realmente trágico y como mi voto no va a influir se lo doy a:
11 de marzo
Enhorabuena a su autor, a mi me ha gustado mucho y solo por participar ya debe sentirse ganador. Creo que debe también hay que darle una aplauso al autor del shot el latir de un nuevo amanecer, por todo el trabajo que tiene.
Saludos!
Septimo Hokage- Consejo de escritores
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
Terminado el tiempo de votaciones, es hora de anunciar que pasa a la siguiente ronda el autor de "El latir de un nuevo amanecer".
¡Así que enhorabuena, narusaku_4ever!
Los dos participantes ya podéis comentar lo que queráis y postear vuestros shots en cualquier parte.
¡Así que enhorabuena, narusaku_4ever!
Los dos participantes ya podéis comentar lo que queráis y postear vuestros shots en cualquier parte.
Layla- Consejo de escritores
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
¡Muchas gracias a todos los que me habéis votado! De verdad, al principio dudaba que pudiera pasar de ronda, ahora estoy muy feliz y todo gracias a vosotros.
Para la siguiente vez lo haré más corto, muchas gracias por las sugerencias.
¡Muchas gracias, nuevamente! xD
Para la siguiente vez lo haré más corto, muchas gracias por las sugerencias.
¡Muchas gracias, nuevamente! xD
mikel-chan- Moderador
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Edad : 29
Fragmentos de recuerdos perdidos por mi subsconciente, parte de mi vida que quiero recuperar junto a ti
20400
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Re: [Votaciones cerradas] III Torneo de Escritores. Duelo 3 - Ronda 1
felicito sinceramente al narusaku_4ever por su trabajo, que, aunque fuera mi rival, ha sido grandioso. Mucha suerte en adelante con el torneo!!!
Davidenko17- Jounin
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