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Pushing the Limits - terminado (+16)
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Terminados
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Agg Esto Se Pone Cada Vez Mas Interesante >///
belivexangel1- Sannin
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Buen cap, me gusto mcuho, y me gusta como va llendo esta historia, ni muy rapido y ni muy lento ejjeje, sigue asi!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!
Obito_Madara- Sannin
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continuacion por favor
Que manipuladoras son esas locas. No puedo creer lo metiches que son; ósea Sakura no esta interesada e Sasuke y esas 3 metiendo selo por los ojos. Debería alejarse de esas supuestas amigas.
Estuvo muy bueno tu cap. sigue así
Naruto (capitulo 10)
- Spoiler:
- Sostenga esto. —La Sra. Tsunade empujó una humeante taza para llevar y volvió al ataque contra las puertas cerradas de la escuela. Apenas podíamos ver en la pálida luz de la mañana, por lo que era difícil para ella encontrar la llave correcta en el sobrecargado llavero. Consideré insultarla por su falta de organización, pero decidí no hacerlo. Se necesitaban unas pelotas importantes para estar a solas con un punk como yo.
La calidez del café me recordó el frío que hacía afuera. La piel de gallina picó en mis brazos al descubierto. Sólo tenía una camisa de manga larga y la usaba exclusivamente para ver a mis hermanos. Estar sin chaqueta apestaba.
Sus ojos se posaron sobre el tatuaje en mi bíceps y su sonrisa de siempre cayó unos centímetros. — ¿Dónde está tu chaqueta, No ah? Hace frío.
—Se la di a alguien.
Un suspiro de alivio escapó de su boca cuando la tercera llave con la que trató abrió la puerta. Me hizo un gesto con la mano para que entrara, pero en lugar de eso, sostuve la puerta y asentí con la cabeza para que ella fuera primero. Sería mi suerte si un guardia de seguridad me viera, disparase, y luego hiciera las preguntas.
Nuestros pasos resonaban por el vacío pasillo. Gracias a la nueva campaña verde de nuestra escuela, las luces se encendían mientras nos acercábamos. Eso me ponía al borde. Si ya en la parte superior el sistema controlaba todos mis movimientos, ahora el edificio lo hacía, también.
— ¿A quién le diste la chaqueta? —La Sra. Tsunade entró en la sala principal y abrió la puerta de su oficina al primer intento.
—A una chica. —Una chica que me ignoró durante todo el lunes y aún tenía que devolverme la dichosa chaqueta.
— ¿Tu novia o sólo una amiga?
—Ninguna de las dos.
La Sra. Tsunade me dio una mirada apenada, y entonces se ocupó de su bolso. — ¿Necesitas un abrigo?
Odiaba aquella mirada de lástima. Después de que mis padres murieran, toda persona que conocía me miró de esa manera. Ojos ligeramente redondeados. Los extremos de la boca curvados hacia arriba levemente mientras que los labios estaban abajo. Luchaban todo el tiempo por parecer normales, pero eso sólo resultaba demasiado incómodo.
—No. La tendré de regreso hoy.
—Bien. —Leyó mi expediente—. ¿Cómo van tus sesiones de tutoría con Sakura?
—Comenzaremos hoy. —Aunque Sakura no lo sabía todavía.
—Genial. —Abrió la boca para hacer otra pregunta estúpida, pero yo tenía la mía.
— ¿Qué sabe usted acerca de mis hermanos?
Tomó una pluma y golpeó contra el escritorio, al compás de la segunda manecilla del reloj. —Koharu y yo tuvimos una conversación acerca de tu visita este fin de semana. Lo que le pasó a Konohamaru fue un accidente.
¿Qué diablos? —Usted es una consejera escolar. ¿Qué hace hablando con mi trabajadora social? ¿Y sobre Konohamaru?
—Ya te lo dije. Soy una trabajadora social clínica, y soy el conejillo de indias para el programa piloto. Mi trabajo no es controlar una parte de ti, sino todas. Eso significa que tengo acceso a tus hermanos. Me comunicaré con sus padres adoptivos y a veces hablaré con Minato y Konohamaru, también. En cuanto a dónde encajo aquí, en Eastwick, el Sra. Sarutobi se ocupa de los problemas típicos de orientación y consejo, y yo manejo... —Sacudió la cabeza—. A los estudiantes más brillantes. La escuela llena sus mentes con conocimientos, pero tendemos a ignorar el lado emocional. Estoy aquí para ver qué pasa si se presta atención a ambos.
Bien por mí. Tener a Koharu tras mi culo ya era bastante malo. Ahora tenía a Sally Sunshine (es una asociación que se ocupa de los niños) en el negocio, también. Me restregué la cara y me moví en la silla.
La Sra. Tsunade continuó—: Koharu también me ha dicho que amenazas con pedir la custodia de tus hermanos después de graduarte. Si eso es cierto, Naruto, necesitas hacer unos cambios importantes en tu vida.
¿Estás dispuesto a hacerlos?
— ¿Cómo dice? — ¿Me acaba de desafiar a juntar toda la mierda para poder tener a mi familia de vuelta?
Bajó la pluma y se inclinó hacia delante. — ¿Estás dispuesto a hacer los cambios necesarios para hacerte cargo de tus hermanos después de la graduación?
Mierda, sí. Diablos que sí. —Sí, señora.
La Sra. Tsunade tomó su bolígrafo de nuevo y escribió en mi archivo.
—Entonces vas a tener que demostrármelo. Sé que no hay razón para confiar en mí, pero este proceso va a ser más fácil y rápido si puedes encontrar una manera de hacerlo. Ahora necesitas concentrarte en ti mismo y confiar en Koharu y en mí para velar por el bienestar de tus hermanos. La realidad de la situación es la siguiente. Si continúas acosando a Koharu sobre tus derechos de visita, y si sigues presionando a Minato para obtener información sobre sus padres adoptivos, en particular su apellido, entonces lo haces parecer como si no estuvieras dispuesto a jugar con las reglas. El régimen de visitas que tienes ahora es un privilegio, Naruto. Un privilegio que quiero verte mantener. ¿Estamos de acuerdo?
La silla se sacudió debajo de mí cuando apunté hacia ella. —Son mis hermanos.
La falta de información acerca de quién los tenía, el apellido de sus padres adoptivos, su dirección, su número de teléfono... El hecho de que no podía ver a Minato y Konohamaru cuando quisiera... Había perdido todos esos "privilegios" el día en que golpeé a mi primer padre adoptivo. Mi garganta se inflamó y los ojos me picaron. La comprensión de que estaba al borde de las lágrimas me molestó. Me quedé, sin saber qué hacer... Ni a quién culpar.
—No tienes derecho. Son mi responsabilidad.
La Sra. Tsunade me miró con cara seria. —Están a salvo. Es necesario que me creas en esto. Estás poniendo tus experiencias sobre tus hermanos.
Entiendo tu necesidad de protegerlos, pero ahora mismo no es necesario. Si quieres verlos de forma regular, entonces necesitas aprender a trabajar conmigo, y ya te he explicado cómo puedes hacer eso.
—Váyase al infierno. —Agarré mis libros y salí de su oficina.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Pobre naruu, solo quiere estar con sus hermanos, aunque tienen razon en que debe cambiar su forma de vida u.u, en fin, muy bueno el cap, siguelo pronto!!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!
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Obito_Madara- Sannin
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Sakura (Capitulo 11)
- Spoiler:
- Las placas de la Sra. Tsunade se habían trasladado por una fracción de una pulgada, dejando al descubierto unas marcas negras en la pared. Por una vez, me encontré deseando por la asistencia de Shizune. La imperfección habría impulsado su locura.
Al igual que la semana pasada, la cinta azul se encontraba en el escritorio de la Sra. Tsunade y como la semana pasada, la colocación de la cinta cambió, cada vez más cerca de mi asiento. Era como si la cinta contenía un campo de fuerza que me envolvía, una atracción que no podía explicar.
— ¿Cómo están las cosas con tu novio? —preguntó la Sra. Tsunade.
Otro martes por la tarde, otra sesión de terapia.
Saqué mis ojos de la cinta. Gracias a Dios Sasuke me había pedido una cita de grupo para la noche del sábado. Una mentira menos para decirle.
—Sasuke entendió mal. No tengo un novio, pero estoy saliendo con alguien. —Más o menos. Algo así. Si por una cita se considera salir.
Sus ojos se iluminaron. —Maravilloso. ¿Es el jugador de baloncesto que he visto por ahí contigo en la sala?
—Sí. —Genial, terapeuta al acecho. ¿Eso es incluso legal?
—Háblame de él.
Um… no. —No quiero hablar de Sasuke.
—Muy bien —dijo, totalmente imperturbable—. Hablemos acerca de Naruto. Me dijo que hoy es tu primera sesión de tutoría.
Parpadeé varias veces seguidas. Mierda. ¿Lo era? Tal vez debería haber discutido de Sasuke. Todavía tenía la chaqueta de Naruto en mi armario desde que había dejado a Ino y Hinata convencerme de que no podía simplemente entregársela a él en la escuela. Todavía estaban en la elaboración de un plan para devolvérsela. —Sí. Sí, lo es.
— ¿Quieres un consejo no solicitado?
Me encogí de hombros y bostecé al mismo tiempo, preparándome para que diga "no a drogas, sexo y el alcohol". Después de todo, en teoría, era la tutoría de Naruto Uzumaki. —Claro.
—Naruto es más que capaz de hacer el trabajo. Sólo necesita un pequeño empujón. No dejes que te engañe pensando lo contrario. Y tú, Sakura, eres la única persona en esta escuela que creo que puede desafiarlo académicamente.
Muuuy bien. Esa fue una charla totalmente extraña.
—Está bien. —Cubrí mi boca mientras se abría de nuevo.
—Te ves cansada. ¿Cómo estás durmiendo?
Impresionante. Dormí unas dos horas enteras anoche. Mi pie empezó a mecerse.
—Sakura, ¿estás bien? Te ves pálida.
—Estoy bien. —Si seguía diciéndolo, entonces tal vez se haría realidad. Y tal vez, algún día, podría dormir una noche completa sin sueños horribles y extraños, sueños de miedo, lleno de constelaciones, oscuridad, cristales rotos y, a veces, sangre.
—Tu padre mencionó que no tomas tus somníferos prescritos aún si todavía tienes pesadillas.
Todas las noches. Lo suficientemente asustadizas que no quería dormirme. Bastante asustada que si perdía la batalla y me dormía, me despertaría gritando. Mi padre y Shizune mantenían las pastillas en un armario cerrado con llave en su cuarto de baño y sólo me las daban si se las pedía. Preferiría sacar mi ojo con una aguja de lejía-atado que pedirle algo a Shizune. —He dicho que estoy bien.
Con la palabra bien mis ojos se dispararon de nuevo a la cinta. ¿Qué fue lo que me atrajo hacia eso? Me sentía como una mariposa volando hacia un exterminador eléctrico de insectos.
—Pareces muy interesada en la cinta, Sakura —dijo la Sra. Tsunade —.
Eres más que bienvenida para tenerla si lo deseas.
—No, estoy bien —le contesté. Pero no estaba bien. Mis dedos se movieron en mi regazo. Por alguna loca razón, quería mantenerla. La Sra. Tsunade no dijo nada y el silencio me puso los pelos de punta.
Mi corazón sufría de tartamudez cuando finalmente me desplacé hacia adelante y tomé la cinta en mi mano.
Esta no era una de esas cintas azul cursi. Esto era el verdadero trato, grande y de seda. Froté el tejido entre el pulgar y el dedo índice. Primer Espectáculo: Pintura — Copa del gobernador de Kentucky.
Alguien en mi escuela ganó la Copa del Gobernador. ¿Cómo de genial era eso? Cada artista de secundaria soñaba con ganar la competencia.
Tal vez algunos estudiantes de primero o segundo año tenían talento notable del arte. Ignorando a mi papá, al momento en que la Sra. Tsunade me liberó, pensé verificar el espacio de arte y ver este talento para mí.
Para ganar el primer lugar en la Copa del Gobernador, tenía que ser un verdadero genio.
Mientras corría mis dedos sobre la cinta una vez más, los aplausos resonaban en mi cabeza. Una imagen fija de la estructura de mi brazo extendido aceptando la cinta surgió en mi mente.
Mis ojos se ajustaron en la Sra. Tsunade cuando mi corazón tronó en mi pecho. —Esto es mío.
Los truenos se movieron a mi cabeza y mi pecho se apretó cuando otra imagen se redujo. En mi mente estaba no sólo la aceptación de la cinta, sino un certificado. No vi el nombre impreso allí, pero vi la fecha. Era la fecha.
Sacudidas de electricidad dispararon directo a mi corazón y mis brazos. Horrorizada, tiré la cinta a través de la habitación y salté de la silla.
Mi rodilla se golpeó contra el escritorio, haciendo que dolores agudos de aguja rodaran detrás de mí rodilla. Me caí al suelo y me apresuré hacia atrás, alejándome de la cinta, hasta que mi espalda golpeó la puerta.
La Sra. Tsunade se empujó, lentamente lejos de su escritorio, cruzó la habitación para recuperar la cinta, y la sostuvo en la mano.
—Sí, es tuyo, Sakura. —Habló como si estuviéramos compartiendo una pizza en lugar de que yo esté teniendo un ataque de pánico.
—Esto... Esto... no puede ser. Yo... nunca gané la Copa del Gobernador. —La niebla llenó una parte de mi mente, seguido por un destello brillante de color rojo. Un momento de claridad me reveló joven rellenando un formulario—. Pero... entré en mi segundo año. Gané el condado, y luego los regionales, y pasé al Estado. Y entonces... entonces...
—Nada. El agujero negro se tragó el rojo y el gris. Sólo se mantuvo la oscuridad.
La Sra. Tsunade se alisó la falda negra mientras se sentaba frente a mí.
Tal vez nadie le dijo, pero sentarse en el suelo durante una sesión de terapia era anormal. Frenó su entusiasmo de Labrador y habló en un tono calmado y tranquilizador.
—Estás en un lugar seguro, Sakura, y es seguro para recordar. — Acarició la cinta—. Tuviste una mañana muy feliz ese día.
Incliné la cabeza hacia un lado y miré de reojo la cinta. — ¿Yo... gané?
Asintió con la cabeza. —Soy una gran fanática del arte. Prefiero las estatuas a las pinturas, pero aun así me encantan las pinturas. Prefiero ir a una galería que una película cualquier día de la semana.
Está mujer era una cotorra. No había duda de ello. Sin embargo, en medio de toda esta molesta y alegre plaga de felicitaciones, este premio me ayudaría a la hora de encontrar un empleo. La Universidad de Louisville era una verdadera escuela y también lo era la Universidad de Harvard, donde al parecer, había continuado sus estudios. Me centré en la respiración. —No recuerdo haber ganado.
La Sra. Tsunade colocó la cinta en el borde de su escritorio. —Eso es porque reprimes todo el día, no sólo por la noche.
Me quedé mirando el archivo en su escritorio. — ¿Quiere decirme lo que me pasó?
Sacudió la cabeza. —Me temo que eso sería hacer trampa. Si quieres recordar, entonces necesitas comenzar a aplicarte a ti misma durante estas sesiones. Eso significa que tienes que responder a mis preguntas con honestidad. No más mentiras. No más medias mentiras.
Incluso si tus padres están aquí. De hecho, sobre todo si tus padres están aquí.
Alcancé hasta donde las placas de identificación de Aire habrían descansado alrededor de mi cuello si los hubiera llevado. Mis ojos no se apartaban de mi archivo. — ¿Se molestó en leer esa cosa?
Un dedo metódicamente frotaba su mandíbula. —Por supuesto.
Me mordí el interior de mi boca. —Entonces, usted sabe. Traté de recordar una vez y sabe que no es posible. —No sin fracturarme la mente en dos. El verano después del incidente, un psicólogo trató de abrir la puerta de acero en mi cerebro y demonios salieron corriendo de la grieta.
Me perdí durante dos días y me desperté en el hospital. Mis pesadillas se extendieron en los terrores nocturnos.
— ¿Quiere la verdad? —pregunté—. Tiene razón. Quiero malditamente saber lo que pasó. Para demostrar que no soy… para saber… porque a veces me pregunto… si estoy loca como ella. —Podía oír a mi padre gritándome para callarme en el hueco oscuro de mi mente, pero la presa se había reventado en mis temores. —Porque soy como ella, ¿sabe? Esperamos lo mismo, las dos somos artistas, y la gente siempre dice que tengo su espíritu. Estoy orgullosa de ser como ella. Porque ella es mi mamá, pero no quiero... —Estar loca.
La Sra. Tsunade puso una mano sobre su corazón. —Sakura, no, no eres bipolar.
Pero ¿por qué tentar a la suerte? Lo intenté una vez. ¿No fue eso suficiente? La Sra. Tsunade no lo entendía. ¿Cómo podría?
—Si usted me dice, voy a saber. Creo que mi mente está agrietada debido a que el terapeuta trató de hacerme revivirlo. Tal vez los recuerdos son demasiado horribles. Tal vez si usted me dice, ya sabe, sólo los hechos, entonces el agujero negro en mi cerebro se llenará, las pesadillas se irán y no voy a perder mi mente en el proceso. —Miré fijamente a sus ojos amables—. Por favor.
Sus labios se volvieron hacia abajo. —Podría leer el relato de la policía, tu padre, tu madrastra, e incluso tu madre, pero no vas a alejarte de las pesadillas. Tú eres la única persona que puede hacer eso, pero eso significa que tienes que dejar de huir del problema y afrontarlo. Háblame de tu familia, de Sasori, la escuela, y sí, de tu madre.
Mi boca se abrió para hablar, pero luego la cerré de golpe, sólo para intentar volver a hablar.
—No quiero perder mi mente.
—No lo harás, Sakura. Vamos a tomarnos las cosas con calma. Tú ejecutas la carrera y yo ajustaré la velocidad. Te puedo ayudar, pero tendrás que confiar en mí y tendrás que trabajar duro.
Confiar. ¿Por qué no me pide que haga algo más fácil, como demostrar la existencia de Dios? Aunque incluso Dios me había dejado.
—Ya he perdido un pedazo de mi mente. No puedo confiarle a usted lo que queda.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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continuacion por favor siiiiiiiii
Sakura tiene razón no puede confiar en Tsunade, sus intenciones tal vez sean buenas pero no es la manera correctas. Tsunade no la escucha solo ordena en ella y le dice lo que es correcto y lo que no; eso no es ayudar a alguien a recuperarse es obligarlo a hacerlo.
Y pues el pobre de Naruto tampoco puede confiar en ella.
Me gustaron muchos estos cap. soorry por no comentar antes.
Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
no yo opino que tusunade se esta comportando bien con sakura, ella debe enfrentar el problema, claro tusunade debe regular la velocidad de la terapia, y si tanto miedo tiene de perder ese fragmento de su mente por ya se condeno si no acepta la ayuda, es parte se ra consumiendo, hasta que todo sea una pesadilla
ha y sakura, normal no existe en el mundo real..... solo lo ilusos cren que ay la palabra normal
muy buen cap
ha y sakura, normal no existe en el mundo real..... solo lo ilusos cren que ay la palabra normal
muy buen cap
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
102064
Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Pobre sakura, no puede confiar en nadie, a pesar de que ya aflojo un poco con lo que dijo!!
Espero conti.con ansias!!
Saludos!!
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Obito_Madara- Sannin
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Naruto (Capitulo 12)
- Spoiler:
Después de la escuela, vi a Sakura caminando en el pasillo. Entró a la oficina principal antes de que pudiera alcanzarla. El martes era mi única noche libre, y había hecho planes con Gaara para ir a lanzar algunas canastas. Enterré mi puño en el casillero a mi lado. Ahora tenía que esperar a que una loca engreída terminara con su sesión de terapia.
Caminé por los pasillos hasta detenerme al otro lado del casillero de Sakura. No había llevado su mochila o abrigo con ella, así que imaginé que debía venir a recogerlos antes de irse por hoy. Cuarenta largos minutos después, me encontraba cuestionando mi decisión. Sakura tenía problemas con los abrigos. Esperar por ella junto a su auto probablemente hubiese sido más inteligente.
Sus tacones golpeando el piso de linóleo me alertaron que se acercaba. Con cada paso, los pelos rosados de Sakura rebotaban en espiral. Y con su cabeza inclinada, apretaba fuertemente los libros contra su pecho.
Cada músculo de mi cuerpo se tensó cuando caminó a mi lado como si nada. Había tolerado que me ignorara en la escuela, pero que me ignorara por completo en medio de un pasillo vacío ya era demasiado.
Dándome la espalda, introdujo su combinación en el casillero. La puerta de metal saltó al abrirse.
—Eres la persona más jodidamente grosera que he conocido. —Me levanté del piso. Que se jodan ella, la Sra. Tsunade y esas tutorías. Ya encontraría yo solo la manera de mejorar—. Devuélveme mi jodida chaqueta.
Sakura se giró. Por un segundo, por su rostro se reveló un dolor puro, pero luego otra tormenta pobló sus ojos. Una tormenta que requería advertencias de huracanes y evacuaciones.
—Con razón necesitas tutoría. Tienes el peor vocabulario que he conocido en una persona. ¿Alguna vez te has molestado en aprender algo más que no sean palabras de seis letras?
—Tengo otra palabra de seis letras para ti. Jódete. Volviste con tu novio y ni siquiera tienes el valor de darme mis cosas en frente de otras personas.
—No sabes nada.
—Sé de locura cuando la veo. —En el mismo instante que las palabras abandonaron mi boca me arrepentí de decirlas. A veces, cuando ves la línea te parece una muy buena idea cruzarla, hasta que lo haces.
Por segunda vez desde que la conocí, Sakura se veía como si la hubiese abofeteado. Agua comenzó a acumularse en el borde de sus ojos, y sus mejillas enrojecieron mientras parpadeaba frenéticamente. Había logrado con éxito hacerme sentir como un idiota… de nuevo.
Introdujo la mano en su casillero y me lanzó la chaqueta.
— ¡Eres un completo imbécil! —Cerró de golpe el casillero y salió corriendo.
Demonios. Maldición. — ¡Sakura! —Corrí detrás de ella—.Sakura, espera.
Pero no lo hizo. Logré alcanzarla, tomé su brazo y la giré hacia mí.
Maldición, por su rostro caían lágrimas sin parar. ¿Ahora qué se suponía que debía hacer?
Sorbió su nariz. —No sabía que me estabas esperando. No te había visto. —Limpió las lágrimas con el dorso de su mano—. Debí haberte devuelto tu chaqueta ayer, pero… —Su delgado cuello se movió al tragar—. Pero quería ser normal, y por unos minutos, logré serlo. Como hace dos años… antes de… —No continuó la frase.
Si yo tuviera al menos una pequeña oportunidad de ser normal de nuevo, quemaría la jodida chaqueta. Estaba seguro que ella quería a su hermano de vuelta, tanto como yo quería a los míos. Tener un hogar de nuevo, y unos padres, y demonios. Normalidad.
Tomé un profundo respiro, tragándome mi orgullo. Un maricón, en las muy sabias palabras de Gaara. Mis músculos se relajaron y la ira desapareció. Sakura bajó la cara, y retiró su cabello hacia atrás. Nunca podré entender cómo esta chica lograba que tuviera conciencia.
—Lo lamento. No debí gritarte.
Mostró su pálido rostro y sorbió de nuevo su nariz. Un cabello rosado se quedó atascado en su mejilla empapada de lágrimas. Mi mano se alzó para liberarlo, pero dudé a sólo un latido de su piel. Juro por Dios que dejó de respirar, e incluso de parpadear, y por un segundo, yo también lo hice.
Con un movimiento premeditado, liberé su pelo.
Exhaló y se lamió los labios cuando bajé mi mano. —Gracias.
No tenía idea si me lo decía por la disculpa o por lo del pelo, y tampoco iba a preguntar. Mi corazón latía al mismo ritmo que una canción de metal pesado. Éste otoño leímos sobre las sirenas en la clase de inglés; una mierda de la mitología griega sobre mujeres tan hermosas, con voces tan encantadoras que los hombres hacían cualquier cosa por ellas.
Resultaba que toda esa mierda de la mitología era verdad, ya que cada vez que la veía, perdía la cabeza.
Normalidad. Ella quería algo normal, al igual que yo. — ¿Sabes qué es normal?
— ¿Qué? —Terminó de secar las lágrimas que aún le quedaban.
—Cálculo.
No había duda, Sakura Haruno igualaba a una sirena. Me regaló esa pequeña sonrisa que sólo había visto el sábado por la noche. El tipo de sonrisa que hacía que los hombres escribieran esas tontas canciones de las que Gaara y yo nos burlábamos. Me sentaría por horas en la oficina de la Srta. Tsunade y despertaría mi trasero temprano para asistir a la clase de cálculo con tal de ver esa sonrisa otra vez. Esto ya era demasiado.
—De acuerdo —dijo—, vamos a hacer lo normal.
Y lo hicimos. Durante una hora, nos sentamos contra los casilleros, y me puso al día con algunas clases. Tiende a usar mucho sus manos para describir las cosas, lo cual era jodidamente gracioso, ya que estábamos discutiendo matemáticas. Sus ojos verdes brillaban cuando le hacía preguntas y me daba esa sonrisa de sirena cada vez que adivinaba algo.
Esa sonrisa sólo hacía que me dieran ganas de aprender más.
Tomó un profundo respiro luego de terminar su explicación sobre las derivadas. Lo había entendido hace cinco minutos, pero amaba el dulce sonido de su voz. En parte angelical, y en parte musical.
—Sabes mucho de matemáticas —dije. ¿Sabes mucho de matemáticas? ¿Qué clase de declaración era esa? Justo al lado de frases como “Oye, tienes cabello y es rosa”. Muy inteligente.
—Mi hermano Sasori era el genio matemático de nuestra familia. La única razón de que pueda mantenerme al margen es porque me daba tutorías. Él nunca prestaba su libro de cálculo, sabiendo que yo necesitaría toda la ayuda que pudiera tener. —Tocándolo con la misma reverencia con que mi madre tomaba la Biblia, Sakura sacó un viejo y gastado libro de matemáticas de su bolso, y comenzó a pasar páginas. El libro contenía pequeñas notas en tinta negra o azul colocadas en los márgenes—. Supongo que eso me convierte en una tramposa, ¿no?
—No, significa que tenías un hermano al que le importabas. — ¿La mamá adoptiva de mis hermanos los estará ayudando con su tarea, o sería como la esposa de Danzo? Encerrándose en el baño, y pretendiendo que ninguno de sus hijos adoptivos existía, y que él no nos golpeaba.
Sakura acarició las palabras escritas en la página. —Lo extraño. Murió hace dos años en Afganistán. —Apretó el libro como si fuera un salvavidas—. Por una bomba caminera.
—Lo lamento. —Hoy le había dicho esa frase mucho más de lo que la había pronunciado en estos últimos dos años y medio—. Por lo de tu hermano.
—Gracias —dijo, sin vida.
—No mejora nunca —dije—, el dolor. Las heridas se van curando dentro de ti y no siempre te sientes como si un cuchillo se estuviese enterrando en tu piel. Pero cuando menos te lo esperas, el dolor regresa para recordarte que nunca serás la misma.
Por qué me encontraba diciéndole esto, no lo sabía. Quizá porque era la primera persona que conocía desde la muerte de mis padres que en verdad podía entenderlo. Miré fijamente hacia la titilante luz fluorescente que colgaba del techo. Encendida. Apagada. Encendida. Apagada.
Desearía poder encontrar el enchufe para apagar mi dolor.
Un cálido y cosquilloso toque me atrajo de vuelta a la tierra. Quizá me envió directo al paraíso. De cualquier manera, me arrastró fuera del infierno. Las uñas rosas de Sakura acariciaban el interior de mi mano. —¿A quién perdiste?
—A mis padres. —Ninguna simpatía patética cruzó su rostro, sólo un dolor que comprendía—. ¿Crees que la Srta. Tsunade juntó a propósito a las dos personas más deprimentes de la escuela? —Le brindé una sonrisa para no permitir que la honestidad de mis palabras avivaran los recuerdos de mi corazón.
Su mano se apartó. —Guau. Pensé que yo era la única persona en esta escuela que siempre se encontraba fingiendo cada movimiento.
Queriendo más de su toque, me moví de posición para que así mi brazo tocara su hombro. Los labios de Sakura nunca se movieron, pero aún así, mi sirena cantó. Su canción acarició mi piel, y su esencia de cerezo y azúcar quemó mi nariz.
El bolsillo trasero de sus vaqueros vibró, enviándome de nuevo al infierno… lo siento, a la secundaria. Necesitaba uno de los cigarrillos de Matsuri, y yo ni siquiera fumaba.
Revisó un mensaje de texto en su iPhone. Probablemente del simio suertudo, hijo de perra que tenía por novio. Cualquier rastro de la sonrisa de sirena por la que trabajé tanto para colocar en su rostro se desvaneció.
— ¿Estás bien? —pregunté.
—Sí. Mi madrastra acosando cada uno de mis movimientos —dijo con una falsa ligereza.
Tomé un respiro de alivio. Mejor su madrastra que el simio. —Al menos tienes a alguien a quién le importas. —Dudaba que Karura o Yashamaru supieran si quiera que yo poseía un celular—. Lamento haberte hecho llorar antes. Prometo portarme mejor en el futuro.
— ¿Esto significa que ahora en verdad soy tu tutora?
—Sí, supongo que sí.
Sakura colocó las mangas sobre sus manos. —No me hiciste llorar. No ayudaste para nada, pero no me hiciste llorar.
Había expuesto sus manos mientras me daba clases, cuando me tocaba. Mierda. Me había olvidado de sus cicatrices. Maldición, ella misma se había olvidado de sus cicatrices, hasta ahora. Quería el momento de vuelta, quería verla sonreír de nuevo.
— ¿Entonces quién lo hizo? Ha pasado un tiempo desde que estuve en una pelea. Mi reputación se arruinará si soy bueno por mucho tiempo. Luchó contra ello, pero yo gané. La sonrisa regresó por un corto pero deslumbrante momento. —Te expulsarían si peleas con la Sra. Tsunade. Así que gracias, pero no.
Golpeé la parte trasera de mi cabeza contra el casillero.
—También me jodió el día de hoy. Debe ser cosa de la tercera cita. —Reí cuando Sakura me miró como si me hubiese tatuado la frente.
— ¿Qué significa eso de la tercera cita?
¿Acaso vivía en una caja? —Generalmente, luego de la tercera cita la gente tiene sexo. Hoy fue mi tercera sesión y la Sra. Tsunade me jodió completamente. Y por lo visto, también te hizo algo a ti.
La perfecta forma de sus cejas se arrugó al analizar lo que le decía.
Amaba cómo sus labios se movían dependiendo de su humor y cómo el sonrojo tocaba sus mejillas.
— ¿Sabes qué apesta? —preguntó.
— ¿La Sra. Tsunade?
—Sí, pero eso no es a lo que me refiero. Todo lo que necesito saber se encuentra en ese jodido archivo que tiene sobre mí. Es como la llave a la puerta mágica que conduce al mundo mágico. —Pateó su mochila al otro lado del pasillo—. Finalmente podría encontrar algo de paz verdadera si pudiera poner mis manos en ese estúpido, estúpido archivo.
Mientras hablaba, mi mente giraba como un tornado. La Sra. Tsunade estaba en contacto con los padres adoptivos de Konohamaru y Minato, lo que significaba que tenía su información: sus apellidos, sus números de teléfono, su dirección. Sakura tenía razón. Esos archivos eran como una mina de oro. Si ponía mis manos en mi archivo, podría cuidar de mis hermanos. Podría probar que se encuentran en un hogar abusivo y ganarme sus custodias. — Tú, Sakura, eres un genio.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
vaya ya operan en algo , solo espero que no se metan en problemas
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
No se si decir, buena idea o mala idea :/, en fin muy buen cap!!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!
Obito_Madara- Sannin
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Que bueno estuvo este cap. Por fin tuvieron un momento de paz Ves es a eso a lo que me refiero hablar sin ser juzgado y solo ser comprendido. Eso es algo que Tsunade no ase. Espero que a Naruto no se lo ocurra meterse en problemas.
Estaré súper pendiente de la conti.
Sakura (capitulo 13 parte 1)
- Spoiler:
- La primera etapa de Operación Leer Mi Expediente consistía en mi padre, Shizune y yo esperando a la Sra. Tsunade para llamarnos a nuestra reunión. Mi padre estaba en un rincón, hablando con dureza a alguien en el otro extremo de su BlackBerry mientras que Shizune y yo nos encontrábamos sentadas una al lado de la otra en la fila de sillas.
Shizune lanzó su mano sobre su estómago. —Oh. Oh, Sakura, el bebé dio una patada.
—Puedes entrar ahora —llamó la Sra. Tsunade.
Volé de mi asiento. —Gracias a Dios. —Durante meses, Shizune había aburrido a todos con la charla interminable sobre el bebé. Bueno, tal vez no a todo el mundo. Mi padre se colgaba de cada palabra que ella decía como si fuera Pablo predicando el Evangelio. Él nunca le había prestado tanta atención a mi madre. Si lo hubiera hecho, no sería el monstruo de la escuela.
Hace tres semanas, la Sra. Tsunade había comenzado el término vistiendo trajes de negocios y luego pantalones vaqueros y una camisa bonita los viernes casuales. Cada semana el viernes casual se movía un día. Hoy, martes era el nuevo viernes. Desde detrás de su escritorio, ella mostró su sonrisa eterna.
—Sr. y Sra. Haruno, qué maravilloso verlos, pero nuestra sesión de grupo es la semana que viene.
Con las cejas levantadas, mi padre envió una mirada inquisitiva a Shizune, que estaba sentada atónita con la boca abierta. —No. El calendario familiar decía con claridad...
Lo corté. —Les dije que vinieran esta semana.
La Sra. Tsunade hizo esa cosa rara en la que pasaba toda su boca a la derecha. —Sé que tuvimos una sesión difícil la semana pasada, pero ¿de verdad crees que es necesario traer guardaespaldas?
— ¿Sakura? —preguntó mi padre. — ¿Que sucedió la semana pasada?
Mi corazón se apretó y cayó. Su preocupación sonaba real. Daría cualquier cosa porque lo fuera. Me levanté y me acerqué a la ventana.
Los estudiantes se mezclaban en el estacionamiento antes de regresar a casa. Esta sesión tenía la posibilidad de apestar tanto como la de la semana pasada. —Algo bueno.
—Eso es fantástico. Esta familia necesita una buena noticia. —La voz alegre de Shizune ralló como papel de lija contra mi piel. —Leí en una revista que los bebés pueden sentir la negatividad.
Un coche se detuvo fuera de su lugar, revelando a Naruto sentado en el capó de su coche oxidado al lado de un tipo con un montón de aretes y tatuajes y la chica ciclista Matsuri. Sus dos amigos me miraron cuando me lanzo su sonrisa traviesa. Sus amigos me daban escalofríos. La sonrisa de Naruto me daba pálpitos.
No es que debería tener pálpitos por Naruto Uzumaki. Estaba saliendo con Sasuke, no con él —es decir, si llamas a una conversación por teléfono con él una noche, y una salida en grupo a la pizzería local, salir con alguien.
Suspiré y sacudí a Sasuke fuera de mi cabeza. Naruto y yo habíamos hecho un trato y tenía la intención de mantener mi parte. El plan era sencillo: tenía que hacer retroceder mi cita para que él pudiera mover su sesión de la mañana a la tarde, a mi puesto actual. Con nuestros horarios de citas cercanas entre sí, uno de nosotros distraería a la Sra. Tsunade, mientras que el otro se colaba para echar un vistazo a los archivos.
— ¿Sakura? —Mi padre pinchó, el toque de preocupación seguía presente—. ¿Qué es bueno?
Inhalando profundamente para calmar los nervios que apretaban mi estómago, me volví hacia él. Odiaba la confrontación y odiaba más la confrontación con mi padre. — ¿Por qué no me dijiste que gané la Copa del Gobernador?
— ¿Perdón? —No había preocupación en el tono de mi padre ahora.
Una punzada de dolor se unió a los nervios. ¿Por qué, por encima de todo lo demás, alejó el arte de mí?
—Quería ganar tan desesperadamente. Podrías por lo menos haberme dicho ese.
La Sra. Tsunade me miró con recelo y mantuvo las manos cruzadas sobre el regazo. Yo esperaba que saltara y se defendiera, pero se mantuvo molestamente calmada. Shizune puso su mano sobre la de mi padre. — ¿amor? — ¿Fue culpa lo que parpadeo en sus ojos Negros?
Asustando la mierda de mí, él se volvió de un inusual color gris.
— ¿Te acuerdas? —Sus ojos se agrandaron, haciéndole parecer perdido y terriblemente triste.
Pensé que él quería que yo recordara. Mi frente se arrugó en confusión. ¿No era el punto de todo este tratamiento?
Gris se volvió rojo cuando se enfrentó a la Sra. Tsunade. —Esto es inaceptable. Vimos dos psiquiatras y tenía tres evaluaciones psicológicas independientes. Cada uno de ellos tenía una opinión diferente de cómo proceder, pero después de su ruptura, cada uno nos dijo que dejáramos ese día en paz. Supe cuando solicitó dicha cinta para poner en esta habitación que deberíamos haberla excluido de su programa. ¿Cómo podría obligarla a recordar?
—No la obligué a nada, Sr. Haruno. Simplemente coloqué la cinta en el escritorio durante sus sesiones. Se llama de sensibilización. Su mente decidió que era seguro recordar, así que lo hizo.
Saltando de su silla, mi padre se pasó la mano por el pelo. —Dios mío, Sakura. ¿Por qué no me lo dijiste antes? Tienes que entender...
— ¡Sr. Haruno, deténgase! —La Sra. Tsunade intento mantener su nivel de voz, pero sentí la urgencia en su tono ligero—. Sólo se acordó de recibir la cinta. Eso es todo.
El pecho de mi padre subía y bajaba rápidamente. Recordaba a una de esas bolsas de papel en las que la gente respiraba durante un ataque de pánico. Entonces, como si quisiera demostrar que lo imposible era posible, me jaló hacia él y me abrazó. Uno de sus brazos se enrolló alrededor de mi espalda. Su otra mano sostenía mi cabeza contra él. Me quedé tiesa.
Sin embargo, me sentía caliente. Segura. A salvo. Al igual que cuando era una niña y mi madre terminaba envuelta en un episodio y me asustaba. Los recuerdos de mi madre con los ojos abiertos, gritando incoherentemente, con el pelo salvaje, rosa cayendo desde una cola de caballo llenaron mi mente. Solía correr a mi padre y él me sostenía, igual que ahora. Me protegía y me mantenía a salvo. Escuché los latidos de su corazón y casi dejé de abrazarlo de nuevo. Unos tacones hicieron clic con el suelo cuando Shizune se removió.
Un dolor increíble picó en mi corazón y lo empujé. —La elegiste.
Mi padre tenía una mano hacia mí, con la boca abierta. — ¿Qué?
—Elegiste a Shizune. Ella fue como una comadreja en su camino a nuestro hogar y nuestra familia se arrancó a pedazos. La elegiste sobre nosotros.
—Sakura, no. No fue así. —La declaración de Shizune era patética y falsa— Yo te quería y luego me enamoré de tu padre. El matrimonio de tus padres había terminado mucho antes del divorcio.
Mi pie tocó el suelo. Mentirosa. Era una mentirosa. —Sí, gracias a ti.
—Nos vamos a casa. Esto es un asunto familiar. —Mi padre cogió su chaqueta y Sakura se puso de pie—. Sra. Tsunade, agradezco la buena voluntad del Estado para colocar a Sakura en su programa, pero creo que es mejor que mi familia busque asesoramiento privado en otro lugar.
Me entró el pánico. En el estacionamiento, Naruto estaba esperando su turno para poner nuestro plan en marcha. Hasta ahora, había fallado miserablemente. Mi padre necesitaba quedarse hasta que lograra mi objetivo. En teoría, tenía un aliado en esta habitación.
— ¿Sra. Tsunade?
Ella me dio un guiño. —Sr. y Sra. Haruno, con todo respeto este es exactamente el tipo de materia que debe ser discutido aquí.
Mi padre le tendió el abrigo a Shizune. —Soy capaz de decidir lo que es apropiado para mi familia. Mi divorcio con mi ex esposa y mi matrimonio con Shizune no tiene nada que ver con la pérdida de memoria de Sakura.
—Me permito disentir. Son cuestiones que Sakura necesita atender.
Oh, Dios. Iban a salir y nunca iba a saber lo que me pasó. Tenía que decir algo para mantenerlos en la habitación. —Me gusta. —Los tres adultos se congelaron—. Por eso te he traído aquí. —Me concentré en las palabras que había practicado cuando Naruto y yo habíamos acordado con el plan—. Quería decirte que me gusta el trabajo que la Sra. Tsunade encontró para mí y que he terminado de mentirle. No estoy bien y no soy feliz en casa. Me cae bien y quiero seguir viéndola.
Y por extraño que parezca, ni me inmuté.
Los labios de la Sra. Tsunade se volvieron hacia arriba, la reacción exacta que esperaba. Para que el plan de Naruto funcionara, tenía que pensar que confiaba en ella. Ahora, si pudiera construir una máquina del tiempo, volver hace veinte minutos, y dejar de decirle a mi padre cómo me sentía, mi plan estaría de nuevo en marcha. Decirle todo a Shizune se sentía bien, pero eso sólo decepcionaba a mi padre. Suspiré. En un esfuerzo para hacer esto por él, seré la primera estudiante universitaria intentando una puntuación perfecta en los ACT.
—Lo siento, papi. Estaba fuera de lugar. —Ugh. Prefiero comer cucarachas que decir esto—. Y a ti también, Shizune. Mis comentarios fueron groseros. —Pero ciertos.
Mi padre asintió con la cabeza y terminó ayudando a Shizune con su abrigo.
—No te culpo, Sakura. —Miró a la Sra. Tsunade, por lo que fue perfectamente claro a quien culpó por mi arrebato—. Si quieres seguir viendo a la Sra. Tsunade, te dejaré. Con carácter experimental solamente. Esto significa que estas próximas sesiones serán examinadas. Shizune se frotó la panza. —Me alegro que estés haciendo progresos, Sakura. Fue un día maravilloso cuando obtuviste esa cinta. Era la primera vez que sentí como si nosotros tres fuéramos una familia real.
— ¿Por qué no estaba mi mamá ahí? —Silencio. La mano de Shizune se congeló a mediados del masaje y mi padre se quedó inmóvil.
Continué—: Dijiste tres. Mamá nunca hubiera dejado que la sacaran de ese momento. Amaba mis pinturas. Me animó más que ustedes dos juntos. El agujero negro latió en mi cabeza y un vago recuerdo se exprimo.
—La invité a la ceremonia y ella aceptó.
La voz demasiado excitada de mi madre llenó mi cabeza. —No me lo perdería, mi pequeña diosa.
—Estás haciendo buenas preguntas, Sakura, y estoy encantada de que quieras seguir trabajando conmigo. Pero creo que hemos tenido bastante por hoy —dijo la Sra. Tsunade, trayéndome de vuelta al presente—. Podemos tomar esto en otra sesión.
.... continuara....
mariland- Clan Suzaku
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
mmm interesante se esta poniendo esto
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Me encanta tu fic
Esperare la conti con ansias
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Yui-san- Genin
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Buen cap, esperoo que fucione su plan!!
Espero conti con ansias!!
Saludos!!!
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Obito_Madara- Sannin
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Me encanta esa idea. aunque no se como lograran sacar los expedientes.
Me encanta que Sakura les este diciendo todo lo que se merecen ese par de desgraciados. SI que Sakura siga hablando.
capitulo 13 parte 2
- Spoiler:
- Hablando de otra sesión... Me desvié de la ruta de nuevo. Tenía que arreglar lo de Naruto. —Papi, hay una cosa más.
Se pellizcó el puente de la nariz, sin duda rezando por el día en que estaría en la universidad y fuera de su casa. Entonces podría concentrar toda su atención en su familia, la nueva familia de reemplazo. — ¿Sí?
—Si no hay problema con la Sra. Tsunade, quiero mover mis sesiones de consejería de nuevo a una hora. Estoy pensando en reunirme con el grupo de baile o al menos ayudarlas con sus rutinas.
Shizune sonrió y pensé en regresar lo que había dicho sólo para molestarla. Las arrugas de preocupación alrededor de los ojos de mi padre disminuyeron y su boca realmente insinuó una sonrisa. —Por supuesto.
¿Necesitas dinero para un nuevo traje o disfraz? —Sacó la billetera y sostuvo hacia mí dólares verdes con ceros.
Negué con la cabeza y sonrió un poco. Había hecho feliz a mi padre. Una parte de mí voló alto en el cielo. —No. No, gracias. Tengo un montón de cosas que practicar y no estoy segura de los trajes todavía. Ni siquiera puedo competir.
—Tómalo de todos modos, en caso de que lo necesites. —Rebotó su mano insistentemente. Tomé el dinero, sintiéndome un poco avergonzada y culpable. Nunca tuve la intención de reunirme con el equipo de baile, era una excusa para Naruto para reorganizar la hora de su cita en mi espacio. Ahora, tenía que aceptar la oferta de Karin. Si reincorporarme al grupo de baile hacia que mi padre me sonriera a mí y no a Shizune por unos minutos, lo haría.
—Sakura, ¿te importaría dejarme a solas con Shizune y la Sra. Tsunade?
Hay algunas cosas que me gustaría discutir.
Uh-no. Tenía la esperanza de que la Sra. Tsunade le dijera a mi padre que todo lo que tenía que decirle lo podía decir delante de mí, pero no tuve suerte. — ¿Por qué no me esperas en la oficina principal? Me gustaría planear nuestra próxima cita antes de salir.
Cerré la puerta detrás de mí. Con el personal fuera todo el día, la oficina principal estaba inquietantemente tranquila.
— ¿Funcionó?
Sobresaltada, tiré una taza de lapiceros en el mostrador. Naruto se apoyó en el marco de la puerta, riendo.
Me ocupé de recogerlos. —Creo que sí. Papá y Shizune están a bordo conmigo moviendo mi tiempo de vuelta, pero la Sra. Tsunade no se ha comprometido todavía. Aunque creo que acabo de unirme al grupo de baile. ¿Qué estás haciendo aquí?
—Hace frío fuera y calor aquí.
No teniendo nada más con que juguetear, me apoyé en el mostrador y traté de no mirar a Naruto. Pero quería. Él tenía su chaqueta y su camiseta negra que le sentaba perfectamente. Hoy, durante el almuerzo, Hinata había vuelto la nariz cuando vio su profundo tatuaje en su bíceps derecho. En silencio, estuve de acuerdo con el comentario de Ino: yum.
Mis entrañas se habían derretido cuando Naruto hizo su sonrisa maliciosa y me miró como si estuviera desnuda. Sasuke me daba mariposas.
Naruto engendraba pterodáctilos mutantes.
Una puerta del armario cerrado hizo clic en el consultorio de la Sra. Tsunade y me sacudió de nuevo a la realidad. — ¿Pero qué si la Sra. Tsunade tevé? No debemos ser vistos juntos.
Se rió entre dientes. —Eres mi tutora, ¿recuerdas? Ella espera vernos juntos. Además, no me presenté para mi sesión de esta mañana y me envió una nota informándome que viniera tan pronto como fuese posible.
—Extendió sus manos—. Así que aquí estoy.
— ¿Cuándo recibiste la nota?
—Primer período.
Aspiré el aire. — ¿Y hasta ahora apareces? —No podía imaginar faltar a una sesión, y mucho menos sin tener en cuenta la petición de un adulto.
—Todo es parte del plan, Sakura. Calma.
Tocando el pie contra el suelo, consideré la puerta cerrada.
— ¿Crees que sabe que estamos tramando algo?
Naruto cruzó la habitación. La parte de atrás de mi cuello explotó en calor cuando su cuerpo rozó el mío. En un movimiento tan indiferente, que señalaba que era impermeable a temperaturas sólo conocidas en el desierto de Sahara, apoyó la cadera contra el mostrador. Frotó uno de mis cabellos entre sus dedos pulgar e índice.
—Eres paranoica. Me alegro de que no te drogaras conmigo. Serías una decepción mayor. —Dejó caer el cabello.
Crucé las manos sobre el pecho, tratando de ignorar el calor llenando mis mejillas, y dije secamente como pude—: Gracias. —Nada aumentaba tu nivel de confianza como ser insultada por un drogadicto.
Llevando el ritmo con el pie, mis dedos tamborilearon contra mi manga.
— ¿Qué has estado haciendo?
—Mi papá y Shizune están allí con la Sra. Tsunade hablando de mí. Naruto tomó el teléfono desde detrás del mostrador. — ¿Quieres oír lo que están diciendo? He visto a la Sra. Kurenai hacerlo muchas veces. El teléfono de la Sra. Tsunade se dañó y no hace el pitido más, así que la Sra. Kurenai tiene que presentarse rápidamente.
Abrí la boca para protestar, pero Naruto suavemente colocó dos dedos calientes contra mis labios. Arqueó una ceja y esbozó una sonrisa de pirata. —Shh.
Quitó los dedos, dejando mis labios fríos, y empujó botones del altavoz. La adrenalina bombeaba en mi sangre y mi cabeza se sentía liviana como una pluma. Nunca había hecho nada tan malo en mi vida. Para oír mejor, me incline más cerca.
Mi padre estaba hablando. —...No lo entiendo. Si Sakura quiere hablar de sus sentimientos con respecto al divorcio con usted, eso es una cosa. Voy a apoyar cualquier esfuerzo para ayudarla a reparar su relación con Shizune. Pero hay que dejar al resto en paz. Está obviamente de nuevo en marcha. Tiene las mejores calificaciones. Es activa en varios clubes y se va reunir con el grupo de baile.
—Kizashi tiene razón —dijo Shizune—. Socialmente, Sakura lo está haciendo muy bien. Sale con sus amigas, habla por teléfono y envía mensajes de texto. Ella y Sasuke son pareja de nuevo. Es como si por fin se colocara de nuevo en su vieja piel.
—A lo que Shizune y yo estamos tratando de llegar —añadió mi padre—, es que Sakura se está convirtiendo en Sakura de nuevo. Servicios de Protección Infantil tuvo razón a participar después de lo que pasó, pero ahora, está superado. Su madre ya no es un problema. Sakura tiene este nuevo trabajo y, lo admito, tenía razón. Trabajar para reparar el coche le ha dado una forma saludable de aceptar el duelo. La terapia se necesitaba cuando no podía hacer frente, pero Sakura ya no está simplemente haciéndole frente. Está viviendo.
— ¿Y la pérdida de memoria? —preguntó la Sra. Tsunade—. ¿Las pesadillas? ¿Su insomnio? ¿El hecho de que Sakura se niega a mostrar sus brazos a alguien?
Mi estómago se revolvió. Ansiaba la respuesta de mi padre, pero para mí mortificación absoluta, Naruto Uzumaki ya había oído demasiado.
Extendí la mano para desconectar la línea, pero Naruto negó con la cabeza y puso una mano firme sobre mi espalda.
Mareada de los nervios, me tambaleé hacia la derecha. Naruto dio un pequeño paso hacia mí, mientras me guiaba hacia él con una leve presión en mi espalda. No debía tocarlo, pero quería escuchar la respuesta y necesitaba de alguien en quien apoyarme. Sólo una vez- ese momento único- confiaría en él. Dejé que mis músculos se relajaran cuando pasó los dedos por los cabellos que colgaban cerca de mis omóplatos.
— ¿Quiere mi opinión sincera, Sra. Tsunade? —preguntó mi padre.
—Sí.
—Tiene razón. Ella no está al cien por cien, pero lo está haciendo mejor de lo que estaba hace un año. Deje el pasado en paz. Pruebe dejarla seguir adelante con su vida.
— ¿Sin tener que recordar? —presionó la Sra. Tsunade—. ¿Sin tener que lidiar con las emociones enterradas dentro de ella?
—Creo que sería mejor si Sakura nunca recordara. Tengo dificultades para comprender cómo su madre pudo hacerle daño. ¿Cómo puede un niño comprender la magnitud de la locura? —Mi padre hizo una pausa—. Las pesadillas son malas. Sakura todavía tiene problemas, pero me preocupa que la verdad sólo le haga daño, no ayude. La mente de Sakura se quebró cuando el primer psicólogo presionó para que recordara. ¿Qué pasa si su presión la rompe otra vez? ¿Está usted dispuesto a arriesgar la cordura de mi hija?
Sujeté mi mano sobre mi boca, para mantener que ambos, palabras y vómito salieran. Naruto terminó la llamada y colocó la parte posterior del teléfono al otro lado de la barra. La habitación se inclinó y el sudor se formó entre mis pechos. Incluso mi padre creía que si trataba de recordar, enloquecería... Otra vez.
— ¿Sakura? —La voz profunda, ronca tarareo dentro de mí, pero no podía mirarlo.
Presioné mis labios, negué con la cabeza y me retiré el pelo.
—No se lo diré a nadie. Te lo prometo.
Naruto rozó mi cabello detrás de mi hombro y metió un cabello rezagado detrás de mi oreja. Había pasado tanto tiempo desde que alguien me tocó como él. ¿Por qué tenía que ser Naruto Uzumaki, y por qué tenía que ser ahora?
—Mírame.
Miré sus ojos azules oscuros. Sus dedos se deslizaron por la palma de mi mano. La sensación de cosquillas como una brisa de primavera todavía me golpeaba como una ola a la tierra desde el océano. Su mirada se dirigió a mis brazos cubiertos. —No las hiciste, ¿verdad? ¿Te las hicieron?
Nunca nadie hizo esa pregunta. Miraban fijamente. Susurraban. Se echaban a reír. Pero nunca preguntaban. Mi mundo entero se derrumbó alrededor de mí mientras respondía—: Sí.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Hola.
Me gusta mucho esta adaptación. Los traumas por los que pasan los protagonistas son muy duros y lo que lleva a superarlos o recordarlos es aún más difícil. Cualquiera estaría desequilibrado socialmente, han tenido una vida muy cruel.
La historia de Sakura es tan confusa, los motivos por el cual no puede recordar me parece sospechoso. Naruto también con su drama y su deseo de recuperar su familia. Sin dudar, el dolor particular de cada uno los esta acercando e inclusive creo que son capaces de sanarse mutuamente. Por ahí, ya dio inicio a una atracción.
Me ha capturado el fic. Estaré atenta de la continuación. Nos leemos. Chao.
Me gusta mucho esta adaptación. Los traumas por los que pasan los protagonistas son muy duros y lo que lleva a superarlos o recordarlos es aún más difícil. Cualquiera estaría desequilibrado socialmente, han tenido una vida muy cruel.
La historia de Sakura es tan confusa, los motivos por el cual no puede recordar me parece sospechoso. Naruto también con su drama y su deseo de recuperar su familia. Sin dudar, el dolor particular de cada uno los esta acercando e inclusive creo que son capaces de sanarse mutuamente. Por ahí, ya dio inicio a una atracción.
Me ha capturado el fic. Estaré atenta de la continuación. Nos leemos. Chao.
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
Creo que naruto sera una gran ayuda para la recuperacion de sakura!!, me gusto mucho la conti!!!
Espeto conti con ansias!!
Saludos!!
Espeto conti con ansias!!
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Obito_Madara- Sannin
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continuacion por favor siiiiiiiii
Este cap. Estuvo de lujo me encanto fue de revelaciones.
Pero ahora Naruto sabe el secreto de Sakura que va a pasar ahora
Conti conti.
Naruto (capitulo 14)
- Spoiler:
- Me apoyé en mi casillero, echando un vistazo a los estudiantes que se dirigían a almorzar. Gaara y Matsuri se pusieron frente a mí cerca de las puertas laterales, esperando a que el pasillo se vaciara. Si Sakura se detenía en su casillero antes del almuerzo, tenía que caminar por esta desolada área para alcanzar la cafetería. Necesitaba saber si había retrasado su compromiso. Eso es lo que me decía a mí mismo.
Nuestro plan no funcionaría si ella fallaba.
Honestamente, ella me puso en el borde. Se había negado a hacer contacto visual conmigo durante cálculo y huyó del salón al minuto que sonó la campana. Después de su admisión ayer, salió de la oficina. Un momento, había relajado su cálido cuerpo junto al mío, tomando mi consuelo y fortaleza. Segundos después se había ido.
— ¿Estás aún escuchándome, hombre? —preguntó Gaara. Dos rubias pasaron junto a nosotros, amontonándose. Una se burló mientras miraba la manga de tatuajes en los brazos de Gaara. Él sonrió mientras apreciaba sus pechos.
—Sí. —No. Algo sobre autos y su no deseado trabajo en el taller de automóviles.
—No, no lo estás —dijo Matsuri—. Estás buscando a Sakura Haruno. — Movió sus cejas. Una parte de mí se arrepintió de preguntarle por los antecedentes de Sakura—. ¿Te la cogiste ya?
—No. —La mirada que le doy haría que los jugadores de futbol se cagaran en sus pantalones. Sakura simplemente se encogió de hombros y rodó los ojos. Encendió el cigarrillo que tenía en la mano, esperando ansiosamente que los profesores entraran en el comedor para así poder olarse por la puerta lateral abierta.
— ¿Cuál es tu obsesión con ella de todos modos? Cada vez que esa chica está alrededor, la miras como si fueras el Coyote y ella el Correcaminos. Ninguno de los dos la jode o sigue adelante. Tú y el expopular pajarito nunca serán material judicial bienvenido.
Podríamos haberlo sido. Si la vida fuera diferente, si mis padres nunca hubieran muerto, si yo nunca hubiera sido jodido por el sistema, si… apago los “sí hubiera”.
—Ella es mi tutor, y está ayudándome con algunas cosas. Déjala–en– paz.
—No digas que no has pensado en ello, hombre. Ella es… ¿Cómo lo dice Matsuri? Oh, tiene un cuerpo balanceante —dijo Gaara.
Matsuri deslizó su mano izquierda debajo del codo de Gaara y prendió el encendedor. Gaara saltó fuera del camino, golpeando las llamas que consumían su camisa. —Estás loca.
—Maldito honrado —replicó ella.
El pasillo finalmente quedó vacío de estudiantes y profesores. Abrió la puerta lateral, asomó la cabeza y encendió el cigarrillo. Tomó una larga calada y sopló el humo por la puerta.
—Tal vez has estado solo mucho tiempo. ¿Qué pasó con esa chica Shion?
—No estamos pensando en Shion de nuevo. ¿Recuerdas cuan pegajosa se volvió? —dijo Gaara.
Ella sacudió las cenizas. —Sí, lo olvidé. Shion está fuera de la lista.
¿Qué hay de Yakumo? Básicamente salía corriendo por la puerta en cuanto Gaara y yo bajábamos las escaleras.
—Yo follé con Yakumo, no Naruto. Él tenía a Sasame.
Nuestro paseo por los recuerdos apestaba como un vertedero de basura.
—No estoy solo y no necesito una chica. Déjalo, Matsuri.
—No me importa si te enganchas con Sakura. Ve por ella. De hecho, voy a pasar la noche en casa de mi mamá y dejaré a Gaara tener el dormitorio si tú necesitas una noche entera de privacidad. Pero aquí está la verdad, Naruto. Sakura puede estar en las salidas desde que se convirtió en una cortadora y todo, pero aún es una chica popular. Te sacará de apuros y tratará con una mierda al final. —Tomó otra calada—. Sólo hay algunas veces que gente como nosotros puede tener nuestros corazones arrancados. Es un destripador.
Los músculos en la parte de atrás de mi cuello se anudaron.
—Por última vez, no voy a follar con ella ni cualquier otra persona. Pero llámala una cortadora de nuevo y prenderé fuego a cada paquete de cigarrillos que compres.
Matsuri se echó a reír. —Jesús, Naruto. Lo tienes mal. No digas que no te lo advertí.
—Si ustedes dos terminaron, me gustaría conseguir algo de almuerzo.
Lo único que quedaba en la nevera esta mañana era una rebanada de mortadela y mostaza —dijo Gaara
Matsuri encendió su cigarrillo fuera de la puerta y la cerró.
—Mostaza. Me comí la mortadela para el desayuno.
* * *
Ella nunca llegó a almorzar. Su mesa entera llena de muñecas de porcelana lo hicieron, pero no Sakura. No me preocupé, al principio. Esperé pacientemente que apareciera en física y luego en Tecnología de Negocios. No apareció en ninguna clase. Los amigos favoritos de Sakura salieron de su camino para despreciarme, sin embargo. Cada una de sus engreídas pequeñas narices de porcelana en el aire mientras miraban en mi dirección. Simplemente sonreí, agravando la mierda saliendo de ellos.
— ¿Qué pasa, hombre? —dijo Shikamaru Nara, uniéndose a mí en la parte posterior de la clase de español.
—Que pasa —respondí—. ¿Cómo pueden permitir que tomes español cuando eso es lo que hablas la mitad del maldito tiempo?
— ¿Por qué ellos permiten a un montón de güeros tomar inglés? Ustedes los gringos tienen que ser estúpidos si no tienen bajo dieciocho años.
Antes de que pudiera entregar mierda a Rico, Echo entró en la habitación. Ella tenía esa mirada de conejito-encerrado-en-una-jaula-deuna-tienda-de-mascotas, pero al menos hizo contacto visual esta vez.
Hasta que su engreída amiga campante redireccionó a Sakura a un asiento en el frente.
— ¿Por qué Ino está mirándote, hombre? —preguntó Shikamaru—.
Aunque no me importaría un pedazo caliente de culo como ese reconociendo mi existencia. —Shikamaru frunció sus labios, enviando un beso simulado en dirección a Ino e eché a reír cuando ella acomodó su cabello dorado sobre su hombro y miró la pizarra borrada en seco.
La Sra. Isashi, un anuncio de condones en la vida real, se contorneó a través de la puerta. Estaba embarazada de trillizos.
—Hola. Hoy vamos a trabajar en nuestro español conversacional.
La emoción recorrió la sala. Español conversacional significaba escoger un compañero y hacer nada por el resto del periodo. Shikamaru y yo chocamos puños. Necesitaba un poco de sueño.
—Sí, sí. No estén tan emocionados. Ya he escogido sus parejas.
Espero escuchar español fluido en esta sala. —Se recontó en su silla y rechinó cuando su culo golpeó el asiento—. Ino Yamanaka…tú estarás con Shikamaru Nara.
Ino se quejó—: No —Mientras Shikamaru levantó su puño dos veces a su corazón y luego levantó un dedo al cielo. —Gracias a Dios.
Ino se acercó al escritorio. —Por favor, Sra. Isashi. Haré cualquier cosa. Déjeme a mí y Sakura de compañeras.
La Sra. Isashi hizo una mueca y frotó una mano sobre su estómago.
—Srta. Yamanaka, ¿me veo comprensiva a su situación? Vaya a buscar un asiento junto a Shikamaru. Naruto Uzumaki, tú estás emparejado con Sakura Uzumaki.
Ino agarró su cabello mientras su voz se redujo. —No.
La Sra. Isashi continuó con su lista de parejas asignadas mientras Ino se arrodilló junto a ella, pidiendo por un cambio de corazón.
Shikamaru se rió entre dientes. —Me voy a despegar a mi pareja del piso.
—Mientras caminaba hacia Ino le gritó—: Cásate conmigo, diosa.
Sakura recogió sus libros e hizo el largo viaje por el pasillo hacia mí. El universo tenía un extraño sentido del humor. El semestre pasado, Sakura y yo apenas hicimos contacto visual. Ahora, éramos lanzados juntos a cada paso. No es que me importara. Se sentó en el asiento de Shikamaru y se quedó mirando el escritorio de madera falsa.
— ¿Primer viaje a la parte de atrás? —pregunté. Todo el mundo se emparejó, la mayoría moviendo sus escritorios juntos para que así otros no pudieran escuchar su jodido español. Cuando ella no dijo nada a cambio, continué—: Estoy impresionado. La seguidora de las reglas saltó algunas clases hoy.
—No, no salté. La Sra. Tsunade me excusó por lo que pude prepararme para el ACT este fin de semana. —Inhaló profundamente, provocando que su pecho se expandiera, líneas de preocupación en su frente—. Naruto, respecto a ayer…
Sakura me permitió echar un vistazo a su mundo ayer. Lo menos que podía hacer era dejarla entrar al mío. Incluso si la idea me ponía nervioso como el infierno. —Mi primer padre adoptivo me pegaba.
Sus grandes ojos encontraron mi mirada. —Lo siento.
Golpeé mi lápiz contra el escritorio y continué hablando en español.
—Estamos a mano ahora. Tienes suciedad de mí y yo sé algo de ti. No necesitas evitarme más.
Mordió su labio, traduciendo en su cabeza, antes de responder—: Hablas bien el español. —Sakura me envió una suave y tímida sonrisa que me dijo que estábamos más allá de bien.
—Mi madre era una profesora de español. —Nunca le había contado a nadie eso antes. Imágenes de mi madre riendo y hablándome en español llenaron mi cabeza.
—Mi madre era una artista. Muy brillante. —El pie de Sakura empezó a saltar debajo del escritorio.
Nos sentamos en silencio. Murmullos de accidentado español e inglés zumbaba en la sala. Pronto el lápiz que ella tenía en su mano tamborileó al mismo tiempo que su pie. Entendí su ritmo. Ese sentimiento de todo revolviéndose dentro al punto en que si no encontrabas una liberación ibas a explotar. Yo anhelaba concederle paz.
Puse mi mano sobre la suya. Mi propio corazón descansó cuando froté mi pulgar sobre su suave piel. Ella dejó caer su pluma y agarró su manga en la palma, su constante mecanismo de defensa. No. Si agarraba cualquier cosa, sería a mí. Mi pulgar se abrió camino entre sus dedos y su manga y liberó su muerto agarre en el material. Envolví mis dedos alrededor de su frágil mano. Tocar a Sakura se sentía como en casa. Su dedo anular se deslizó contra el mío, causando electricidad moviéndose a través de mi torrente sanguíneo. Ella lo movió de nuevo.
Sólo que esta vez el movimiento fue lento, deliberado y el toque más seductor en el mundo entero. Todo dentro de mi dolía al tocarla más. Matsuri había estado equivocada y bien a la vez. Sakura no podía herir a nadie, especialmente cuando parecía tan frágil por sí misma. Pero la necesidad que sentía de ser el único que evitara que el mundo la destrozara solamente confirmaba la teoría de Matsuri. Estaba enamorado de ella y estaba jodido.
El sistema de megafonía en el salón sonó. Sakura apartó su mano de la mía, terminando el momento quizás más erótico de mi vida. Me moví en mi asiento, tratando de encontrar mi maldita mente.
— ¿Sra. Isashi? —Llamó la Sra. Kurenai a través del altavoz—. Necesito a Naruto Uzumaki para reportarse en la oficina de la Sra. Tsunade.
—La escuchó, Sr. Uzumaki. Vaya.
No tenía duda que el reductor de cabezas estaba enfadada conmigo. No había esperado el tiempo suficiente ayer para averiguar por qué había sido convocado. Cuando Sakura dejó la oficina, la había seguido.
En parte para asegurarme que llegó bien a su auto y en parte porque estaba sacudido por lo que había escuchado. Tratar con la Sra. Tsunade me obligó a estar al ciento por ciento y después de aprender acerca de Sakura, no había estado ni cerca de cincuenta.
Me levanté para salir, medio aliviado, medio decepcionado. Había conectado con la chica, pero no en el camino que pretendía. Sakura colocó sus dedos cubiertos por su manga sobre mi muñeca, su cuello y mejillas encendidas de color rojo.
—Moví la hora de la cita. Me reúno con ella a las tres cuarenta y cinco los martes por la tarde en lugar de a las dos y media.
Buscando un breve recordatorio del momento que nos habíamos perdido, pasé mi pulgar a través de su mano tapada.
—Sabía que no me defraudarías.
* * *
Cuando entré a la oficina principal, la Sra. Tsunade salió de ella con su abrigo y bolso en mano. —Gran momento. Me alegra ver que trae su abrigo, lo va a necesitar.
— ¿Qué?
Ella cerró la puerta de su oficina. —Tomaremos un paseo de campo. Vamos.
La Sra. Tsunade pasó junto a mí. Mi mente quedó en blanco mientras la veía caminar por el pasillo. Por primera vez, echaba de menos las neuronas que había freído.
—Vamos, Naruto.
Me puse a su derecha mientras caminaba hacia el estacionamiento de profesores. — ¿A dónde vamos?
—No te presentaste para tu cita ayer por la mañana, ni se te ocurrió cuando lo pedí. —Extendió un mando a distancia y presionó un botón.
Luces se encendieron en el Mercedes. Vaya—. Irresponsable. Entra.
Abrí la puerta y fui recibido por el olor del cuero. Mis tripas se retorcieron. Había pasado por esto antes. —Tengo cuatro meses para la graduación, no pueden trasladarme de nuevo. —El error de apegarme a Matsuri y Gaara volvió a la vida. Ira y dolor pincharon mi pecho con agujas. Y Sakura…
La Sra. Tsunade cerró su puerta y se inclinó sobre la consola central.
—A menos que tu actual casa de acogida se haya convertido en una situación peligrosa, no vas a ser trasladado. Entra o te perderás la diversión.
¿Diversión? Me deslicé en el asiento. El motor ronroneó a la vida. Ella pisó el acelerador y el auto se sacudió hacia adelante. Tomó un derechazo y los neumáticos chirriaron cuando salió a la calle principal. Me agarré al apoyabrazos. — ¿Quién carajo le dio su licencia?
—Cuida tu lenguaje, Naruto, y el estado de Kentucky. ¿Por qué perdiste tu cita?
Amaba conducir rápido. Gaara y yo habíamos corrido todo el verano pasado. Lo que no me gustaba era el trabajo de tuerca de mediana edad que no podía dirigir directamente. — ¿Quiere detenerse y dejarme conducir?
La Sra. Tsunade se echó a reír e impidió a un camión con remolque unirse a la autopista. —Eres un alboroto. Concéntrate, Naruto. La cita.
Oh, sí. Sakura había pasado por el infierno para mover su cita.
Podía, al menos, cambiar la mía antes de llegar a ser la parte de una bola de fuego cuando golpeemos ese petrolero. —Trabajo más tarde y cierro el lugar. Es difícil levantarse en las mañanas. Me preguntaba si podíamos mover nuestra sesión justo después de la escuela.
Ella cortó por tres carriles y tomó la siguiente salida. —Es tu día de suerte. Sucede que tengo una abertura a las dos y media el martes. Pero espero que llegues a tu primer periodo de clases a tiempo. No aceptaré esa escusa para nada más.
—Luz amarilla. ¡Luz amarilla! —Y ella corrió a través de rojo—. Jesucristo, no puede conducir.
—Me temo que vamos a llegar tarde. —Entró a un estacionamiento repleto y encontró el primer lugar disponible—. Tenemos que reservar.
Saltó fuera de su auto y corrió hacia el centro de convenciones de la ciudad. No es posible imaginar una cosa que la Sra. Tsunade pudiera ofrecerme que valiera la pena para correr, la seguí perezosamente. Leí rápidamente dentro de los edificios unos pocos segundos detrás de ella y la vi entrar a un auditorio.
Agarré la puerta antes de que se cerrara y pestañeé cuando la multitud aplaudió alrededor de mí. Fila tras fila de sillas frente a un gran escenario de madera. La habitación estaba atestada de gente. La Sra. Tsunade me hizo una seña hacia el lado y los dos nos recargamos contra la pared. Ella susurró—: Bueno, estamos justo a tiempo.
Un hombre corpulento en camisa y corbata apoyó los brazos en el podio. —Tengo el privilegio de presentar al ganador del primer lugar de Jóvenes Autores en la división de segundo grado, Minato Uzumaki.
Mi corazón golpeó mi caja torácica mientras buscaba frenéticamente a mi hermano. Allí estaba él, caminando rápido por el pasillo central desde la parte posterior de la habitación hacia el escenario.
Di un paso para seguirlo, pero la Sra. Tsunade puso su mano en mi brazo y sacudió su cabeza. —Este es su momento.
Quité mis ojos de él para buscar donde había estado sentado.
Konan y Nagato sentados al lado de su asiento vacío. Sentado en el regazo de Konan, Konohamaru descansaba la cabeza en su hombro y miró alrededor. Todo dentro de mí se retorció de dolor y alivio. Mis hermanos.
Estaba en la misma habitación que mis hermanos. Mis ojos se encontraron con los de Konohamaru y una sonrisa tiró de sus labios. Contuve el aliento con el fin de dar marcha atrás a millones de emociones que me consumían. Konohamaru me recordaba. —Gracias —respiré, no seguro de a quien estaba agradeciéndole o por qué, la Sra. Tsunade trayéndome aquí, a Konohamaru por recordarme, o a Dios por ambos.
La Sra. Tsunade observó mi reacción, pero no me importó. Saludé a Konohamaru con la mano y, para continuar el milagro, él me saludo de vuelta. Nagato captó el movimiento, miró detrás de él y me vio. Su rostro palideció y negó con la cabeza a Konohamaru en reprimenda mientras señalaba al escenario. Konohamaru se dio vuelta.
—Él te recuerda —dijo la Sra. Tsunade.
—Si ese idiota se saliera con la suya, me habría olvidado. —Quería arrancar a Konohamaru de sus garras malvadas.
La Sra. Tsunade suspiró. —El lenguaje, Naruto.
Minato sonrió de oreja a oreja cuando estrechó la mano del hombre en el escenario. El hombre entonces le entregó un trofeo.
—Cuéntale a la audiencia acerca de tu libro.
Mi hermano pequeño con confianza caminó hacia un micrófono a su altura y sonrió a la multitud. —Escribí sobre la persona que más amo, mi hermano mayor, Naruto. Nosotros no vivimos juntos así que escribí lo que imagino que hace cuando no estamos juntos.
—¿Y qué es eso? —Empujó el hombre grueso.
—Él es un superhéroe que salva a las personas en peligro, porque me salvó a mí y a mi hermano de morir en un incendio un par de años atrás. Naruto es mejor que Batman. —La multitud se echó a reír.
—Te amo, también, hermano pequeño. —No pude evitarlo. Verlo allí de pie, aun adorándome como lo hacía cuando tenía cinco… esto era demasiado.
La sonrisa de Minato alcanzó un nuevo nivel de emoción. — ¡Naruto! —
Apuntó directamente hacia mí—. Ese es Naruto. ¡Ese es mi hermano, Naruto!
—Ignorando a sus padres adoptivos, Minato salió volando del escenario y corrió por el pasillo central.
Nagato bajó la cabeza y Konan se frotó los ojos. Minato corrió hacia mis brazos y la multitud estalló en aplausos.
—Te he extrañado, Naruto. —La voz de Minato se quebró, trayendo lágrimas a mis ojos. No podía llorar. No en frente de Minato y no en frente de la Sra. Tsunade. Necesitaba ser un hombre y permanecer fuerte.
—Te he extrañado, también, hermano. Estoy tan orgulloso de ti. — Continué abrazando a Minato mientras buscaba a Konohamaru. Él se aferró a Konan y la vista humedecida que debería haber sido un momento de alegría. Minato era mío y lo más rápido que pudiera llevaría a Konohamaru lejos y lo ayudaría a recordar a su familia real, mejor
mariland- Clan Suzaku
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Re: Pushing the Limits - terminado (+16)
El final estuvo tan emotivo, no cabe duda que Naruto ama a sus hermanos... Bueno, también debemos incluir a Sakura, se ha dado cuenta que esta enamorado de ella. Me pregunto si la pelirosa estará en la misma condición, qué pensara del Uzumaki, qué significó aquel contacto con él.
Lejos están de alcanzar lo que desean, pero supongo que el transcurso de la historia todo mejorará para ambos. En verdad quiero un final feliz.
Estaré pendiente de la continuación. Chao.
Lejos están de alcanzar lo que desean, pero supongo que el transcurso de la historia todo mejorará para ambos. En verdad quiero un final feliz.
Estaré pendiente de la continuación. Chao.
marifa- Sannin
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