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Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
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Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Capitulo Uno
Sed de Venganza
Sed de Venganza
- Sed de Venganza:
Pelo rubio como el sol contra una almohada de lino, piel bronceada contra una sábana intensamente blanca, ojos azules mirando con descarado gesto de crueldad y triunfo los suyos... Sakura se estremeció con violencia, rechazando la imagen que había surgido en su mente.
El insistente sonido del teléfono la sacó con brusquedad del torbellino de sus pensamientos. Contestó a la llamada de mala gana, tras cerrar a sus espaldas las puertas del cuarto de estar para no molestar a su padre.
- ¿Sakura...?
Sakura se quedó petrificada, y su bello rostro, enmarcado por una sedosa melena rosa palideció intensamente. Aquella voz... aquella inolvidable voz, profunda, oscura y densa como la miel. Decía su nombre como nadie lo había dicho nunca. Hacía seis años que no la oía, pero la reconoció al instante, sin poder sustraerse al horror que le produjo. Notó que la garganta se le cerraba.
- Esperó no haberte sobresaltado – susurró Naruto Uzumaki, mintiendo entre dientes.
Sakura apretó los suyos. Deseó introducir la mano por el cable del teléfono y abofetearlo. Y el sentir aquello de nuevo, aquel arrebato de violento odio que sólo él lograba despertar en ella, le produjo un intenso pavor. Notó que la boca se le secaba.
-¿Qué quieres?
- Estoy de un humor muy generoso - dijo él con lentitud -Me siento predispuesto a ofrecerte un encuentro...
Los dedos de Sakura se cerraron con fuerza en torno al auricular.
- ¿Un encuentro? ¿Por qué?
- ¿Es posible que aún no hayas visto a tu padre? – murmuró él.
- Lo he visto - susurró Sakura sin molestarse en añadir que Kizashi Haruno seguía en la habitación contigua.
- La malversación de fondos es un delito grave.
- Tenía deudas de juego – protestó Sakura en voz baja -. Se asustó... ¡no pretendía robarle el dinero a la empresa! Sólo lo estaba tomando prestado...
- Hablando eufemístamente, claro - dijo Naruto en tono burlón.
-La empresa Amory era suya - le recordó Sakura con impotente amargura.
-Pero ya no lo es - replicó Naruto con suavidad -. Ahora es mía.
Sakura sintió una intensa, punzada de culpabilidad. Si no hubiera sido por ella, Naruto Uzumaki nunca habría entrado en sus vidas. Si no hubiera sido por ella, la empresa seguiría perteneciendo a su padre. Si no hubiera sido por ella, Kizashi Haruno no se habría visto enfrentado a una acusación por malversación de fondos.
-Papá tenía intención de devolver el dinero - dijo, sintiendo que el estómago se le encogía- ¡Si no hubiera sido por la auditoría, nunca lo habrías averiguado! - añadió, desesperada.
-¿Por qué crees que hago ocasionales auditorías por sorpresa en mis empresas? – preguntó Naruto -. Los empleados como tu padre se vuelven codiciosos y a veces son atrapados con las manos en la masa.
Sakura tembló, oyendo el ensordecedor latido de su corazón en sus oídos.
- ¡Mi padre no es codicioso! Sólo estaba desesperado...
- Estoy deseando verte esta noche. Me alojo en el Deangate Hall. Estoy seguro de que no necesito decirte cuál será mi suite. A las ocho - especificó Naruto -. Esperaré un minuto pasada la hora. Si no apareces, no habrá una segunda oportunidad, amore.
- ¡Será mejor que no pierdas el tiempo! - exclamó Sakura, enfurecida por el sadismo de Naruto -. ¡Prefiero verte en el infierno antes que volver a poner un pie en ese hotel!
- Debió ser todo un espectáculo verte salir de allí con un sólo zapato esa tarde - murmuró Naruto provocativamente -. La doncella encontró el otro bajo la cama. El zapato de Cenicienta...
- ¿Cómo te atreves? - murmuró Sakura entre dientes.
- Y, por lo que recuerdo, estuviste a punto de dejarte algo mucho más íntimo detrás - dijo Naruto reflexivamente.
Ruborizada hasta la raíz del pelo, Sakura colgó el teléfono antes de que Naruto pudiera recordarle más detalles sobre la inexcusable debilidad que mostró aquel día. Lo último que quería en aquellos momentos era pensar en lo que sucedió en el Deangate seis años atrás.
«¡No!», quiso gritar, «¡No!». Pero no lo hizo, por supuesto. Sakura no gritaba. Sakura odiaba perder el control. Había crecido sollozando silenciosamente tras puertas cerradas, tapándose los oídos para no oír los gritos de su madre a su pobre padre. Y juró que ella sería diferente y que controlaría su temperamento por todos los medios. Sería fuerte sin pasión. Y si permanecía alejada de la pasión, nada lograría dañarla. Lo peor de todo era tener que mirar atrás, ver cómo había roto sus propias reglas y cómo había sufrido a causa de ello. Tratando de huir de aquellos atemorizantes ecos del pasado, Sakura volvió junto a su padre.
Con el rostro grisáceo, por la tensión, Kizashi alzó la mirada y siguió hablando nada más verla, tan centrado en sus propios problemas que ni siquiera quiso saber quién había llamado.
- Tuve que entregar todas mis llaves... incluso las de mi coche. No me permitieron volver a entrar en mi despacho - dijo con evidente dolor -. Luego fui escoltado al exterior del edificio por dos vigilantes de seguridad... ¡Fue una pesadilla!
Esas debieron ser las instrucciones de Naruto. ¿Acaso no merecía su padre un poco más de consideración?, se preguntó Sakura. ¿No podía haberle permitido mantener al menos un poco de dignidad?
- Papá... – a punto de llorar, Sakura se acercó a su padre para consolarlo, pero él se apartó.
- Yo habría tratado de la misma manera a un ladrón - dijo secamente.
- ¡Pero tú no eres un ladrón!
Kizashi no respondió.
Sakura no pudo evitar sentirse responsable. Debió haberse dado cuenta de que su padre tenía problemas. Una semana después de que Naruto comprara la empresa Amory, la madre de Sakura abandonó a su marido y solicitó el divorcio. La fuerte cantidad de la venta fue una tentación irresistible para Mebuki Haruno. A pesar de que su matrimonio nunca fue bien, Kizashi Haruno se quedó desolado. Adoraba a su mujer. Siempre le fue leal y le perdonó todas sus aventuras. Habría hecho cualquier cosa por conservarla a su lado. La única persona que se sintió aliviada con la marcha de Mebuki fue su hija.Pero Sakura debió haberse dado cuenta del inmenso vacío que se abrió en la vida de su padre. Vio cómo se convertía en un adicto al trabajo, porque eso fue todo lo que le quedó. Y mientras la empresa florecía, obteniendo todos los beneficios que tan feliz habrían hecho a su madre, Sakura no pensó en la amargura que debía sentir su padre al pensar que la empresa ya no era suya y que todos aquellos beneficios llegaban demasiado tarde para salvar su matrimonio.
Pero apostar...
- Era un lugar al que ir, algo que hacer – explicó Kizashi mientras su hija lo miraba, estupefacta-. Entonces empecé a perder y pensé que no podía seguir perdiendo siempre...
El silencio se prolongó unos momentos y entonces Kizashi se levantó pesadamente del asiento y se encaminó con paso cansino hacia la puerta.
- ¿A dónde vas? - preguntó Sakura, con sus ojos verdes con rastro rojos por la angustia.
- A casa... Necesito estar a solas, Cerezo... Compréndelo por favor.
Desesperada, Sakura corrió tras él por el pasillo
- ¡Podemos enfrentarnos mejor a esto juntos, papá! Quédate, por favor - rogó.
- Lo siento. Ahora no, Cerezo – dijo Kizashi sintiéndose incapaz de mirar a su hija a la cara.
¿Enfrentarse a la vergüenza, a la publicidad, al juicio? ¿A la pérdida de su casa, de su trabajo, de su autoestima? Sakura no sabía si su padre sería capaz de soportar todo aquello. Iba a ser muy duro, sobre todo para un hombre de su edad. ¿Pero qué alternativa había? La única manera de sobrevivir era enfrentándose a los problemas. Si Sakura había aprendido algo en aquellos años, era esa verdad. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos no logró mantener la mente centrada en los problemas de su padre. El pasado volvía a perseguirla, el pasado que había enterrado hacía seis años...
Flash Back
El día que conoció a Naruto Uzumaki, estaba en Londres haciendo algunas compras para su ajuar en compañía de una amiga. Faltaban menos de dos meses para su boda con Sasuke. No llevaba el anillo de compromiso. Una de las piedras se había soltado y lo había llevado al joyero para que lo reparara.
Estaba hablando con Ino en un cruce de calles, esperando a que la luz del semáforo cambiara para poder cruzar. Alguien la empujó involuntariamente, haciéndole caer al asfalto, prácticamente bajo las ruedas de la limusina de Naruto, conducida por su chófer. Sakura no recordaba la caída, pues perdió el conocimiento. Lo que sí recordaba era su confusa recuperación de la conciencia antes de que llegara la ambulancia y la visión de unos extraordinarios ojos azules ante los suyos. De pequeña había tenido un libro de cuentos sobre un tigre con los ojos coma estanques de profundo oceano. Naturalmente, se quedó mirándolos, asombrada. Nunca había visto unos ojos de aquella profundida.
- No la muevan... no hables... - Naruto no paraba de dar instrucciones en todas direcciones.
- Estoy bien...
- No hables.
- Quiero levantarme... – Sakura trató de moverse.
Una mano, broceada y enorme se lo impidió.
- Quiero levantarme... - insistió ella, mirando con creciente vergüenza el grupo de curiosos que se estaba formando a su alrededor.
- No vas a levantarte. Podrías haberte dañado la columna vertebral.
-Mi columna está perfectamente - dijo Sakura, empezando a enfadarse -. Yo estoy perfectamente...
- Eso lo decidirá el médico - Naruto siguió mirándola con increíble intensidad.
Entonces alargó una mano y le acarició con un dedo la mandíbula -. Nunca me perdonaré haber hecho daño a algo tan increíblemente hermoso...
Ino resultó totalmente inútil en aquella circunstancia. Se puso histérica y alguien tuvo que calmarla. Sakura se encontró de pronto en una ambulancia privada, acompañada por Naruto en lugar de por su amiga.
-Ella nos seguirá en mi coche - aseguró Naruto, interponiéndose en el camino de los enfermeros a la vez que les decía lo que debían hacer.
Sakura no se encontraba con fuerzas para quitarse a Naruto de encima. La cabeza le dolía mucho y sentía náuseas. Cerró los ojos para escapar de él, diciéndose que aquel dominante desconocido sólo tratada de calmar su conciencia por un accidente del que en realidad no había sido responsable.
Sakura fue conducida a una clínica, en la que fue sometida a un minucioso examen antes de que la llevaran a una elegante habitación individual.
- Quiero irme a casa - protestó, dirigiéndose a la enfermera -. Esto no es necesario.
Naruto entró en aquel momento, desprendiendo ondas de vibrante energía física que parecieron cargar de electricidad la atmósfera de la habitación.
- ¿Dónde está Ino? - Susurró Sakura, asombrado al comprobar que el desconocido seguía por allí.
- He hecho que la lleven a casa. Estaba demasiado alterada como para servir de ayuda. Tengo entendido que tus padres están de viaje y no volverán hasta mañana. ¿Quieres que me ponga en contacto con ellos?
-Ni siquiera sé tu nombre – dijo Sakura entre dientes.
- Naruto Uzumaki- murmuró él con una brillante sonrisa -. ¿Cómo te sientes?
- Sólo quiero irme a casa... ¿Nunca escuchas lo que te dice la gente?
-No si no quiero oírlo - contestó Naruto.
-No era necesario todo esto - Sakura señaló a su alrededor, avergonzada -. Me he caído. Tu coche no me ha tocado. No pienso demandarte ni nada parecido. No tenías por qué...
-He querido hacerlo- la interrumpió él deslizando una descarada mirada por la esbelta figura de Sakura, que resaltaba bajo las sábanas -.No puedo apartar la mirada de ti - añadió, elevando la vista hacia su ruborizado rostro -.Supongo que te habrás dado cuenta de ello. Pero también supongo que estarás muy acostumbrada a que los hombres te presten toda su atención.
-No desde que me he comprometido - murmuró Sakura con rigidez, enfadada por la forma de mirarla de aquel hombre. Parecía que estuviera contemplando un escaparate.
Él entrecerró los ojos al oírla.
-¿Perteneces a otro hombre?
-¡No pertenezco a ningún hombre! - espetó Sakura.
- A mí sí me pertenecerás - murmuró él con convicción.
Sakura pensó seriamente que estaba loco. Nadie le había hablado nunca así. Un verano estuvo en Grecia y notó que el feminismo aún no parecía haber hecho demasiada mella en aquel país, pero la primitiva actitud de aquel hombre de aspecto tan sofisticado y aparentemente cultivado le dejó asombrada.
-Voy a casarme dentro de seis semanas - le informó escuetamente, observando de forma involuntaria sus varoniles rasgos y apartando con rapidez la mirada al darse cuenta de que lo estaba haciendo.
-Ya veremos... - dijo Naruto, y a continuación rió indulgentemente, como si se dirigiera a una cría que hubiera dicho algo inocentemente divertido.
Fin de Flash Back
Sakura volvió al presente y notó que estaba temblando. Su primer pensamiento fue para su padre. Dijera lo que dijera, no debía quedarse solo. Tomó su abrigo, salió del pequeño chalet que tenía alquilado y subió a su coche.
-Pero su padre está en el trabajo, señora Uchiha ¿Qué iba a estar haciendo en casa a esta hora del día? - Preguntó la asistenta de su padre, frunciendo el ceño.
Sakura tragó con esfuerzo, tratando de mantener una expresión despreocupada.
-Pensaba que hoy terminaba antes.
-A mí no me ha dicho nada, desde luego.
-Entonces lo veré más tarde - dijo Sakura, y volvió a su coche.¿Dónde estaría su padre? se preguntó, angustiada. ¡No debería haber permitido que se fuera en el estado en que se encontraba!. Pero su padre había insistido en que necesitaba estar a solas. Ella no era su guardián. ¿No debía respetar sus deseos? Pero aquellos pensamientos no bastaron para calmar su inquietud.
Reacia, volvió a su casa. Naruto... no podía apartar a Naruto de su mente. ¿Acudiría al hotel para arrastrarse ante él y rogarle, como una vez hizo su padre con su madre? El estómago le dio un vuelco al pensarlo. ¿Qué sentido tendría hacerlo? Conocía a Naruto Uzumaki. No habría forma de que perdonara a su padre. Naruto quería venganza. No podía tocar a Sakura, pero sabía lo unida que se sentía ésta a su padre. Ni la mente más oscuramente maquiavélica podría haber maquinado una venganza más dulce.
- Algún día vendrás a rogarme de rodillas que te acepte... y te destrozaré.
Según recordaba Sakura, su labio superior se humedeció de transpiración al oír aquello.
Naruto Uzumaki destruyó su vida. Destruyó todo lo que era querido por ella. Su amor por Sasuke, su felicidad, su tranquilidad... y, finalmente, su autoestima. Luchó contra él hasta el límite de su resistencia, y así llegó a conocer su propia fragilidad.
Estremeciéndose de desagrado, Sakura a apartó aquellos recuerdos de su mente, pero la humillación y la vergüenza mantuvieron la misma intensidad de siempre. Naruto era un total depredador. Implacable e intolerante con todo el que se mostrara más débil que él. Sakura nunca olvidaría la forma en que la miró el día de su boda, sin molestarse en ocultar en lo más mínimo su odio. Él, el gran hombre, increíblemente rico y atractivo... había sido rechazado. Hasta él último momento, Naruto esperó que ella cambiara de opinión y se arrojara a sus pies.
- Nunca te perdonaré.
Esas fueron sus palabras de despedida. A esas alturas, Sakura estaba temblando y Sasuke prácticamente tuvo que sostenerla para que se mantuviera en pie.En las fotos de la boda parecía un fantasma. Sasuke le aseguró que la había perdonado, pero, mientras se prolongaba la farsa de su matrimonio, ella nunca llegó a perdonarse a sí misma.
Se llevó una mano a las palpitantes sienes, haciendo un esfuerzo por recuperar la concentración. ¿Cómo era posible que no hubiera notado antes que su padre tenía problemas? Lo cierto era que se había visto demasiado ocupada con los suyos. Sasuke estuvo enfermo mucho tiempo antes de morir. Su negocio se fue a pique con la recesión, dejando tan sólo deudas. Su padre insistió para que volviera con él a casa, pero Sakura se negó. No quiso volver a ser la niña de papá que fue antes de casarse. En aquella época, ni siquiera tenía un trabajo. Durante su adolescencia sólo pensaba en casarse con Sasuke y en tener hijos. Apartó aquel recuerdo con impotente amargura.
Naruto la había invitado al Deangate para regodearse con la caída de su padre. Era tan sádico que quería verla sufrir en persona. ¿Por qué darle esa satisfacción si sabía que no serviría para liberar a su padre del castigo? ¡No estaba dispuesta a asistir a su cita en el Deangate Hotel!
Sakura salió del coche. Hacía frío y llovía, como aquel otro día de funesto recuerdo. Irguió ligeramente los hombros y alzó la cabeza mientras cruzaba el aparcamiento. Lo hacía por su padre. Era su deber. ¿Qué más daba que se sintiera físicamente enferma ante la perspectiva de ver a Naruto Uzumaki de nuevo? Si Naruto disfrutaba viéndola sufrir, tal vez lograra persuadirlo para que suavizara el castigo que sin duda tenía planeado para su padre. Naturalmente, habría que devolver el dinero. Y la única forma de hacerlo sería vendiendo la casa de su padre. Y ya que las casas no se vendían de un día para otro, Naruto tendría que estar dispuesto a concederle algo de tiempo. Todo lo que le pediría sería que no obligara a su padre a arrastrarse por los tribunales. ¿Acaso era eso mucho pedir?, se preguntó mientras se encaminaba hacia la recepción del Deangate Hotel. Sí, era mucho pedir de un hombre como Naruto.
-¿Puedo ayudarla? - preguntó una amable recepcionista, haciendo salir a Sakura de su ensimismamiento.
-Mi nombre es Sakura Uchiha. Tengo una cita con el señor Uzumaki a las ocho.
-Un momento... señora Uchiha - dijo la joven recepcionista, fijándose en el anillo de casada de Sakura.
Sakura se apartó unos pasos mientras la recepcionista llamaba por teléfono.
-Lo siento, señora Uchiha...
-¿Hay algún problema?
-El señor Uzumaki dice que no reconoce su nombre...
Sakura se ruborizó al comprender. Naruto quería ignorar su nombre de casada. Respiró profundamente para contener su furia.
-Trate con Haruno - dijo.
-¿Haruno? - repitió la recepcionista, perpleja.
-Sí, dígale que la señorita Haruno está aquí.
Unos segundos después, la recepcionista le dijo que podía subir. Sakura entró en el ascensor. Siempre había odiado aquel lugar. Allí era dónde su madre solía reunirse con sus amantes. Y allí era donde ella perdió su dignidad. Seis años atrás, había hecho aquel mismo trayecto para enfrentarse a Naruto Uzumaki. Y, a pesar del tiempo transcurrido, aún no podía explicarse cómo estuvo a punto de acabar en su cama. Los dos juntos... como animales, ella medio desnuda, él tocándole todo el cuerpo, ella correspondiendo... Obsceno, pensó, sintiendo una punzada de repugnancia. Y de no ser por la ruidosa entrada de la doncella en la habitación contigua, aquel desagradable incidente podría haber llegado aún más lejos de lo que llegó.
Fue la inconsciencia de la juventud lo que la condujo a aquella situación. No se dio cuenta de con quién se enfrentaba. Naruto Uzumaki era un tiburón, extremadamente listo, insidiosamente calculador y terriblemente peligroso. El miedo podría haberla protegido, pero Sakura no aprendió a temerlo hasta que fue demasiado tarde. Pero ahora sí estaba asustada. Lo suficiente como para satisfacer al sádico más despiadado. Estaba asustada por su padre, un hombre a la antigua, que había crecido en un mundo muy distinto al de Naruto Uzumaki.
Se detuvo frente a la puerta de la suite y cerró brevemente los ojos.«Arrástrate.», se dijo. «Eso es lo que quiere». Y si Naruto obtenía lo que quería, tal vez le resultaría menos atractivo destruir a su padre. Llamó a la puerta y ésta fue casi inmediatamente abierta por un joven.
- Adelante, señorita Haruno - dijo seriamente.
La suite no había cambiado. Los ojos de Sakura se posaron sobre el sofá color limón y no pudo evitar ruborizarse al recordar que todo empezó allí. Oyó que Naruto decía algo en griego. Hijo de padre italiano y madre griega, dominaba ambos idiomas con igual soltura. Sakura se puso rígida al verlo aparecer, a la vez que la puerta se cerraba tras ella. No pudo apartar los ojos de él. La repelía. Cada centímetro de su sensual cuerpo la repelía, y había cierta atracción mortal en aquel exceso de repulsión, se dijo Sakura. Se movía como un tigre al acecho, tenía el rostro de un ángel caído y el poderoso magnetismo de un hombre intensamente viril. Contempló los oscuros planos de sus impasibles rasgos, los claros ojos azules bajo las rubias cejas y los altos pómulos, que conferían a su rostro un toque de fiera energía. Deslizó la mirada por el puente de su nariz griega y la ancha perfección de su boca antes de apartar rápidamente la vista.
- Seguro que es un amante voraz - murmuró con voz ronca la madre de Sakura cuando lo conoció -. Tiene una carga sexual increíble. Se puede sentir a varios metros de distancia... cualquier mujer con sangre en las venas lo sentiría. ¿Qué te sucede?
Sakura se estremeció al sentir que la sangre se le helaba en las venas. Naruto era tan frío... De pronto el silencio se hizo insoportable.
- ¿Por qué me has hecho venir?
-Quítate el abrigo.
Sakura se humedeció el labio inferior con la lengua.
- No voy a quedarme...
-Entonces vete - murmuró Naruto con un despectivo gesto de la mano - Me haces perder el tiempo.
Sakura apretó los dientes. Se quitó el abrigo y lo dejó en un sillón.
-Te he preguntado por qué me has hecho venir.
-Quería mirarte- Naruto deslizó sus azules ojos por la esbelta figura de Sakura, deteniéndola brevemente en la sorprendente plenitud de sus senos para deslizarla a continuación con insultante frialdad hasta las femeninas curvas de sus caderas.
Sakura nunca se había sentido cómoda con su propio cuerpo. Sus voluptuosas curvas y su melena rosa atraían las miradas de los hombres como un imán. Ambas cosas atraían la clase equivocada de atracción masculina. Se parecía a su madre y odiaba saberlo. Si no hubiera poseído aquella figura y aquel pelo, no habría atraído la atención de Naruto Uzumaki seis años atrás.
Sus ojos brillaron como amatistas mientras soportaba el examen de Naruto con la cabeza tan alta como podía sostenerla.
-¿Te apetece beber algo? – preguntó él, arrastrando la voz.
-No, gracias.
Naruto se sirvió una copa de champán.
-No me gusta beber solo, pero tengo entendido que temes probar el alcohol cuando estás conmigo. Me sorprende que sigas siendo tan ingenua.
-¿Qué estás celebrando?- preguntó Sakura con toda la frialdad de que fue capaz, ignorando la pulla sobre el alcohol.
-Que eres viuda - replicó él con suave énfasis, recordándole a Sakura con brutalidad que no tenía inhibiciones y que no sentía ningún respeto por los patrones normales de comportamiento.
-Mi padre...
Naruto irguió por completo su metro ochenta y cinco y alzó una mano para interrumpirla.
-Me ha robado a mí y a sus empleados. Los dos lo sabemos. ¿Hace falta que hablemos sobre ello?
-¿Tienes que ser tan inflexible con él? -preguntó Sakura, avanzando unos pasos -. Cometió un error...
-Las cárceles están llenas de personas que han cometido graves errores - interrumpió Naruto - ¿Robar? Un delito tan sórdido, y a la vez tan personal...
-¿Pe... personal? - tartamudeó Sakura involuntariamente.
-Sólo pagué el excesivo precio de la empresa de ingeniería Amory por ti, como gesto, de buena fe hacia tu familia...
-¿Buena fe? – Sakura dejó escapar una amarga risa de incredulidad- Tú no sabes lo que es la buena fe. Fue chantaje. Trataste de presionarme jugando con la situación económica de mi familia...
-Estaba demostrando que sé cuidar de los míos- interrumpió de nuevo Naruto con precisión.
-¿Los tuyos? – repitió Sakura con asco -. ¡Nunca fui tuya!
Naruto alzó una de sus cejas.
-Fuiste mía en el instante en que nuestras miradas se encontraron por primera vez, pero no tuviste valor para enfrentarte a la realidad...
-¡Cómo te atreves¡
-¿Y cómo te atreves tú a entrar en la habitación en la que yacimos juntos y a negar lo que sucedió entre nosotros?- preguntó Naruto con hiriente desprecio.
Sakura deseó golpearlo. Deseó gritar desde el fondo de su humillación. Pero no se dejó arrastrar.
-Mi padre... - dijo, a propósito.
-Nunca he tenido un empleado más consentido- interrumpió Naruto-. Le concedí completa autonomía para dirigir una empresa que ya no era suya y a cambio esperaba lealtad, no que me robara.
-¡Puede vender su casa y devolverte cada penique!- dijo Sakura, furiosa -¿No te basta con eso?
-La casa de tu padre tiene dos hipotecas. ¿Por qué crees que robó?– replicó Naruto secamente- No quiero oír hablar más del tema.
-Está terriblemente avergonzado de lo que ha hecho- Sakura no sabía que la casa estaba hipotecada. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para ocultar su decepción.
-Este asunto me aburre - dijo Naruto, mirándola irónicamente -Sólo me interesa tu padre como medio para conseguir un fin. No podrás influir en mi opinión con ruegos sentimentales. No hay sentimientos en los negocios...
-¿Así que sólo me has hecho venir para regodearte? –preguntó Sakura, mirándolo con ojos brillantes -Me pones enferma, Naruto. Me mantendré junto a mi padre hagas lo que hagas...
-Te gustan los hombres débiles ¿no?– dijo Naruto con voz sedosa -Puede que llorando un poco y haciendo que sonara música de violines lograra que vinieras a mí...
-Nunca acudiría a ti por propia voluntad -dijo Sakura con creciente rabia -Odié desde el principio tu primitivo aspecto de macho y...
-No tengo nada de primitivo -la réplica fue muy tranquila, pero la temperatura subió al instante en la habitación -Tengo sangre griega.
Por un instante, Skura sintió la tentación de reír. Pero se contuvo al toparse con la feroz mirada que le dirigió Naruto, sintiendo al instante una llamada de alarma en su cabeza. Aquel temible y terrible genio...Volvió instintivamente la cabeza para medir la distancia que la separaba de la puerta.
-Y tú no eres mi igual. ¡Lo demostraste hace seis años! -añadió Naruto-. De hecho, dejaste muy claro tu grado de estupidez...
Sakura apretó los puños.
-¡Si me llamas estúpida una vez más, no respondo de lo que pueda hacer!
-¡Per Dio! -murmuró él con una brillantes sonrisa -.¿Si te presiono un poco más me arrancarás la camisa y me rogaras que te tome como lo hiciste la última vez?
-¿Cómo puedes hablarme así? -preguntó Sakura, incrédula.
-Fácilmente -Naruto abrió expresivamente las manos antes de añadir: -No siento ningún respeto por ti. ¿Qué esperabas?
La rabia de Sakura empezó a superar su capacidad de control. Temió perder ésta en cualquier instante.
-Te portaste como una cualquiera...
-¡Miserable canalla! - espetó Sakura, impulsada por una tremenda ola de agresividad.
-No fuiste leal conmigo, ni con Uchiha- dijo Naruto en tono cáustico -.Él te ofreció matrimonio. Yo te ofrecí algo menos seguro. Elegiste el anillo de bodas. Y perdiste...
- Me casé con el hombre al que amaba... ¡no perdí nada! –replicó Sakura ardientemente, sintiendo cómo palpitaba la adrenalina en sus venas.
Naruto echó atrás su atractiva cabeza y rió roncamente
-¿Me estás diciendo que no pensaste en mí en la oscuridad de la noche? ¿Qué no añoraste la pasión que sólo yo podía darte? Si reaccionaste con él como reaccionaste conmigo, debió salir corriendo horrorizado.
Sakura se lanzó contra Naruto como una leona. Dos poderosas manos la agarraron por las muñecas, conteniéndola. Una insolente sonrisa curvó la dura boca de Naruto.
-Vistes como una solterona de cincuenta años, pero en el fondo de tu corazón eres una tigresa, ¿verdad, amore? Sólo con rascar un poco la superficie aparecen los dientes y las garras. Eso me gusta. Me excita.
-Maldito canalla... ¡cállate! - gritó Sakura.
-¡Y también te excita a ti! - Naruto la atrajo hacia sí cuando ella trató de darle una patada. Sujetó ambas manos de Sakura con una de las suyas y la miró a los ojos, sonriendo despectivamente -.Toda esa frustración sexual clamando por ser satisfecha... Podría poseerte ahora mismo... contra la pared, en el suelo, ¡y te encantaría!- aseguró con ofensiva seguridad -¿Es eso lo que quieres?
¡NUNCA! -exclamó Sakura, mirando a Naruto con toda la furia que pudo desde su ignominiosa e impotente posición -¡La mera idea de que vuelvas a tocarme hace que me sienta físicamente enferma!
-No te bastó con una lección, ¿verdad? -murmuró Naruto con voz ronca -.¿No recuerdas lo que sentiste cuando te hice el amor?
-¡Aquello no fue amor! ¡Fue simple lujuria!
-Y tú tienes un problema con eso que yo no tengo -dijo Naruto con voz aterciopelada. Y entonces, riendo sarcásticamente, soltó a Sakura y la apartó de sí.
Sakura permaneció donde estaba, temblando angustiada. Había perdido el control. El control físico y mental. Y eso la aterrorizaba. Seis años atrás, cuando tenía veinte, era bastante más ingenua e inconsciente de lo que se consideraba en la actualidad. Los últimos minutos eran como una mancha oscura en su mente. No quería examinarlos. Naruto, la había hecho enfadar tanto que se había puesto violenta, y saberlo le hacía sentirse avergonzada además de horrorizada. Tenía una sensación extraña en todo su cuerpo. El latido de su corazón estaba locamente acelerado. De pronto, sus senos parecían sorprendentemente sensibles. Era enloquecedoramente consciente de que el encaje del sujetador oprimía sus pezones y de que su piel estaba estirada y tensa. Horrorizada por lo que le estaba sucediendo a su cuerpo, miró al suelo, tratando de recuperar la compostura.
-Vamos a centramos en los negocios -dijo Naruto secamente -.Ya hemos perdido suficiente tiempo.
-¿En los negocios? - repitió Sakura, frunciendo el ceño.
-Te he hecho venir por una sola razón. Podrías serme útil. Necesito una mujer que, represente un papel. Una mujer en la que pueda confiar para representar ese papel y dispuesta a hacer exactamente lo que le diga. Y creo que esa mujer podrías ser tú.
-Creo que no te sigo -dijo Sakura, parpadeando.
-Si estás dispuesta a ponerte en mis manos sin hacer preguntas durante un periodo que no exceda los tres meses, tendré en cuenta la posibilidad de tratar a tu papi con compasión y comprensión - dijo Naruto con suavidad.
Compasión y comprensión. Esa clase de emociones eran ajenas a Naruto. Sakura sintió que las sienes le palpitaban. No lograba concentrarse. Lo miró con gesto de incomprensión. No sabía de qué estaba hablando.
-Ese papel -continuó Naruto, sirviendo champán en otra copa -implicará una intimidad considerable...
-¿Intimidad? - susurró Sakura temblorosamente.
Naruto la miró con inmensa satisfacción.
-Intimidad -repitió perezosamente, transformando la palabra en un inquietante mensaje sexual.
-¿Qué... qué me ofreces exactamente?
-Tendrías que aceptar antes de que te diera los detalles -contestó Naruto, mirándola con frialdad.
-Eso es ridículo
-No es habitual -dijo Naruto, encogiéndose de hombros -Pero no me fío de ti.¿Por que iba a hacerlo? No tienes demasiados escrúpulos morales. Y aunque los tuvieras, debes pensar en tu padre.
-¿Estás hablando de alguna clase de trabajo? - preguntó Sakura, poniéndose tensa.
La boca de Naruto se curvó irónicamente.
-Podrías llamarlo así.
-¿Y ese trabajo implicaría cometer algún delito?
-¿Por quién me has tomado amore?
-¿Sí o no?
-No.
Naruto se aclaró la garganta.
-Has mencionado la palabra intimidad... ¿te referías a una intimidad sexual? ¿O sólo era una broma?
Naruto tensó su mandíbula.
-Te aseguro que no habría ninguna broma. Y sí, me refería a una intimidad sexual. Tu papel no sería creíble sin ella.
¿Porque seguía escuchando todas aquellas tonterías?, se preguntó Sakura con desagrado. ¿Estaba sugiriéndole Naruto que se convirtiera en una especie de espía y se acostara con alguno de sus competidores para obtener información? La idea resultaba repugnante.
-Evidentemente, lo que necesitas es una prostituta profesional– dijo, echando atrás los hombros.
Naruto le lanzó una mirada de oscura condescendencia.
-¿Estás loca? Necesito una mujer que sepa comportarse como una dama...
-¿Y no conoces ninguna? -interrumpió Sakura-. La verdad es que no me sorprende. ¿Y en cuántas camas se supone que debería meterse esa dama?
-¿De qué diablos estás hablando?- preguntó Naruto, entrecerrando los ojos.
Sakura se ruborizó, sintiéndose repentinamente insegura.
-La única cama que tendrías que calentar sería la mía -añadió él, sin esperar su respuesta.
Sakura lo miró con gesto de incredulidad. Dejó la copa de champán en la mesa y alargó una temblorosa mano para recoger su abrigo.
-¡No tengo intención de vender mi cuerpo para librar a mi padre de la prisión! -dijo con amarga claridad -¿Y a qué viene tanto misterio, Naruto? ¿No podías haberme pedido directamente que fuera tu querida? Pues la respuesta es no... ¡No, no y no! ¡Preferiría hacer la calle!
Naruto la miró con gesto impávido.
-Entonces, vete. No tengo más que decirte.
-Aún no he terminado -dijo Sakura en tono venenoso -Hace seis años apareciste en mi vida como una sombra y trataste de destruirla. ¡No hay ningún ser humano vivo al que odie más que a ti! ¿Y por qué decidiste destrozar mi vida? Sólo por orgullo, egoísmo y lujuria. No te importó que estuviera comprometida con otro hombre o que amara a ese hombre. No te importó que pudieras herirlo tanto como a mí.
-Fuiste tú la que lo hirió, no yo.
Sakura se estremeció.
-Quisiste arruinar nuestra relación...
-Si lo hubieras amado de verdad, no habría tenido poder para hacerlo. Tú me diste ese poder..
-¡No es cierto! -exclamó Sakura, ruborizándose.
-Con cada mirada y cada aliento que tomaste junto a mí. Fue tu pasión la que me arrastró.
-¡No es cierto!-repitió Sakura, sintiendo que el pasado volvía inexorablemente con su pesada carga de culpabilidad.
Naruto la miró sin disimular su desprecio.
-Jugaste con fuego y te quemaste, amore.
Sakura sentía las rodillas cómo de gelatina. Naruto la estaba acusando de haberlo alentado seis años atrás cuando, en realidad, lo que hizo fue luchar con todas sus fuerzas contra su persecución. Pero, al final las fuerzas le fallaron.
-No debería haber venido -dijo, pálida -Nos odiamos, Naruto. No creo que seas consciente de cuánto daño hiciste, y aunque lo fueras, no creo que te importara...
-Me dejaste...
Asombrosamente, la intensa furia y la incredulidad de Naruto seguían allí, latentes, tan vivas como seis años atrás. Sakura no comprendía cómo podía conservar la fuerza de su emoción después de tanto tiempo. A fin de cuentas, Naruto Uzumaki no se enamoró de ella. Lo único que sintió por ella desde el principio fue deseo. La forma en que la miraba, en que la tocaba, en que le hablaba... El depredador y su víctima. Pasión y dolor. Eso fue lo que le ofreció. Y ella no lo dejó... huyó como si la persiguiera el diablo.
-Sigo pensando que no merezco la oferta que me has hecho –dijo Sakura, respirando temblorosamente -Sigues ahí sentado en tu torre de marfil rodeado de todo tu dinero, y tienes la sensibilidad de una piedra en lo que se refiere a los sentimientos.
-Eso no es cierto -replicó Naruto secamente.
-Pisas a la gente. La manipulas. Hace seis años le gustabas a mi padre. Él no podía ver a través de ti como yo. ¡Oh, sí, pensaba que eras un gran tipo! –dijo Sakura con evidente desagrado -Pero ahora no te importa lo más mínimo que sufra, ¿verdad? Lo único que ves es la oportunidad de humillarme. Pero no pienso darte esa arma, Naruto. Yo también tengo mi orgullo -añadió, volviéndose y encaminándose hacia la puerta.
Naruto estaba pálido bajo su ronceada piel, pero era evidente que no estaba dispuesto a ceder un centímetro. Y Sakura no esperaba que lo hiciera. Probablemente pensaba que defenderse de aquellas acusaciones sería rebajarse.
-¿Fuiste feliz con él? -preguntó Naruto, mirándola con sus ojos azules, tan intensos como el centro de un oceano.
Sakura se detuvo y se volvió lentamente. Era evidente que Naruto no había entendido nada de lo que le había dicho. Le estaba preguntando por Sasuke.
-Era un gran amigo -contestó finalmente, apartando la mirada.
-¿Y la amistad es tu sentimiento ideal para el matrimonio?
«No», pensó Sakura con tristeza, pero así fue como acabaron las cosas. Volvió a mirar a Naruto y algo se agitó en su interior. El ambiente estaba cada vez más cargado. Por un instante, experimentó un extraordinario tirón físico en su dirección, y lo resistió con todas sus fuerzas. Pero aquel instante la trastocó de arriba abajo.
-Yo habría sido tu amante, tu alma, tu vida –dijo Naruto entre dientes, y la rabia seguía allí, la rabia que Sakura había temido, surgiendo con un antagonismo que la hizo dar un paso atrás -Sal de aquí -añadió con aspereza -¡Sal de aquí antes de que pierda el control y decida demostrarte lo sensible que puedo ser!
Sakura no necesitó otra invitación. Salió de la suite a toda prisa. Una vez en el pasillo, cerró los ojos y respiro lenta y profundamente. Naruto le provocaba un torbellino de emociones. Siempre había sido así. Eran opuestos en todos los sentidos, pero por un momento... por un extraño e inquietante momento, Sakura había reconocido una inexplicable punzada de empatía. Había deseado rodearlo con sus brazos. No podía escapar a la sensación de que le había hecho daño. Y, sin embargo, ¿no era eso lo que siempre había deseado hacerle?. Cuando estaba con Naruto Uzumaki, no se reconocía a sí misma. Siempre había sido así. Con otras personas, era introvertida y tranquila; nunca salía a relucir su mal genio ni la violencia que él era capaz de provocarle. Hacía qué surgiera todo lo malo de su carácter. Le hacía sentirse como si pudiera transformarse en una mujer como su madre... ¿y no era eso lo que más la asustaba?
Entró en su coche sin recordar haber salido del hotel. La forma en que se sintió cuando Naruto la acarició seis años atrás aun la perseguía. Entonces supo que no sólo se parecía a su madre, sino que también podía comportarse como ella. Aquél fue el descubrimiento más devastador de todos; saber que existía aquella debilidad en su interior, aquella capacidad de olvidarlo todo... lealtad, amor... y de perder completamente el control en los brazos de un hombre. Sabía que de no haber sido por la entrada de la doncella en la habitación contigua, Naruto no sé habría detenido. El sexo era una fuerza terriblemente poderosa, si uno se sabía tan vulnerable como Sakura. Un momento de debilidad cerca de un hombre como Naruto bastaría para hacerle perder completamente el control. En realidad, tuvo suerte de escapar sana y salva. Pero jamás se le ocurrió pensar que seguiría igual de «sana y salva» durante seis años, tras cinco de matrimonio. Ningún hombre la había tocado durante ese tiempo. Era virgen, nada menos. Y estaba segura de que a Naruto le encantaría saberlo. Se estremeció al pensar en la posibilidad de que lo averiguara. Le parecería realmente jocoso.
Haciendo un esfuerzo, Sakura trató de atajar aquellos pensamientos y puso el coche en marcha. ¿Cómo era posible que a Naruto se le hubiera ocurrido hacerle aquella insultante propuesta? Nada menos que pasar tres meses en su cama como penitencia por haberse casado con otro hombre... Y la absurda forma en que se lo había planteado...
Mientras aparcaba el coche sintió que las sienes volvían a palpitarle dolorosamente y apretó el volante con fuerza. Era demasiado tarde para acudir a casa de su padre. Iría a verlo al día siguiente a primera hora y se aseguraría de que acudiera a consultar a un abogado. Era una crisis y ella sabía enfrentarse a las crisis. Durante años, su vida había pasado de una crisis a otra prácticamente sin interrupciones. Estaba a punto de llamar a su padre cuando sonó el timbre de la puerta. Miró por la mirilla y enseguida reconoció al hombre que se hallaba en el exterior.
-Hola, doctor Hatake -saludó tras abrir la puerta con el ceño fruncido. Kakashi Hatake era un viejo amigo de su padre. Su mujer y él tenían una casa de reposo privada.
-Te he llamado antes, pero no estabas - dijo él.
-¿Qué sucede? -preguntó Sakura, sintiendo una punzada de ansiedad al ver el gesto preocupado del doctor.
-Tu padre va a pasar un par de días con nosotros, hasta que se recupere...
-¿Pero por qué ... ? Supongo que ya sabes lo que ha pasado, ¿pero qué le sucede?
Kakashi suspiró.
-Kizashi lleva unos meses recibiendo tratamiento para la depresión.
Sakura se puso pálida.
-No me había dicho nada...
-La muerte de tu madre fue un golpe muy duro para él.
Sakura cerró los ojos y gimió. Cuatro meses atrás, recibieron la noticia de la muerte de su madre en un accidente de coche. Desde el día en que se fue hasta el día de su muerte, ni Sakura ni su padre volvieron a ver a Mebuki. Su madre no quiso volver a tener ningún contacto con ellos. Los borró de su vida e inició una nueva vida en el extranjero.
-Pero pareció aceptarlo muy bien -protestó, Sakura con voz temblorosa.
-¿No pensaste en ningún momento que se lo tomó demasiado bien? –murmuró Kakashi.-Creo que aún tenía la esperanza de que volviera. Pero cuando Mebuki murió, perdió toda esperanza. Entonces fue cuando la depresión se inició y él comenzó a jugar. Y ahora se ha metido en un buen lío...
-Sí -susurró Sakura con lágrimas en los ojos.
-No ha tenido fuerzas para hacer frente a esta situación, Sakura -dijo el doctor -Esta tarde se ha tomado, unas pastillas para dormir...
Sakura dejó escapar un grito ahogado.
-¿Qué ha hecho?
-Afortunadamente, no tenía demasiadas. Su asistente lo encontró tumbado en el cuarto de estar y pensó que había sufrido un ataque al corazón.
Sakura se dejó caer en un sillón cercano y agachó la cabeza mientras el doctor seguía hablando.
-Ella fue la que me llamó. Cuando vi las pastillas, me puse en contacto con el médico que trataba a Kizashi y decidimos que la casa de reposo sería una solución mejor que el hospital local.
Sakura quiso agradecer a Kakashi que hubiera mostrado aquella discreción, pero no logró encontrar su voz.
-Cuando despertó, Kizashi me juró que no había tratado de suicidarse. Dijo que estaba desesperado porque no lograba dejar de pensar en lo sucedido, y al ver que las primeras pastillas no le bastaban para quedarse dormido, tomó algunas más.
-¿Lo crees?
-Sabré que pensar dentro de unos días, cuando haya hablado más con él -contestó Kakashi -Ahora quiero que me digas cómo ponerme en contacto con el tal Uzumaki.
-¿Con Naruto? - preguntó Sakura, sorprendida.
-¿Crees que aceptará verme? Quiero explicarle que lo último que necesita Kizashi en estos momentos es una acusación formal.
Sakura apenas podía pensar con claridad, pero su mente no dejaba de repetirle una y otra vez que esa noche podía haber perdido a su padre. Si éste no había podido enfrentarse al primer impacto de lo sucedido, ¿cómo iba a soportar todo lo que quedaba por venir? Se aclaró la garganta y dijo:
-No va a haber ninguna acusación formal. He visto a Naruto esta tarde y se ha mostrado muy.. muy comprensivo...
-¡No sé mostró muy comprensivo cuando hizo que echaran a tu padre de su despacho!
-Le he explicado la tensión a la que ha estado sometido papá y me ha prometido que no lo llevará a juicio -repitió Sakura, retorciendo las manos mientras tomaba una decisión.
-¿Y el dinero? Supongo que Kizashi no tendrá forma de devolverlo...
-Naruto está dispuesto a perdonarle la deuda...
-Debe de ser un hombre muy decente -dijo el doctor, moviendo la cabeza -Supuse que querría escarmentar a tu padre para dar ejemplo a los demás empleados. Desde luego, me alegra saber que voy a poder transmitir la buena noticia a tu padre -añadió, levantándose para salir.
-Iré a visitarlo mañana -dijo Sakura.
El doctor Hatake hizo una mueca.
-¿Te sentirías muy dolida si te aconsejara que le concedieras un par de días para recuperarse?
-No -mintió Sakura.
-Piensa que te ha decepcionado y no creo que quiera que lo veas hasta encontrarse mejor.
-No hay problema -dijo Sakura rígidamente.
-Tiene que enfrentarse a problemas muy graves, Saku. Ha perdido su trabajo y su autoestima.
En cuanto el doctor se fue, Sakura marcó el número del Deangate Hotel y pidió que le pusieran con la suite de Naruto. Este contestó, con un gruñido de impaciencia.
-Soy yo -dijo Sakura con voz tensa -He cambiado de opinión.
Se hizo un silencio durante unos largos segundos. Se prolongó mientras Sakura temblaba en su extremo de la línea con una mezcla de temor y desesperación. Tal vez Naruto nunca había esperado que aceptara su propuesta... tal vez había estado jugando con ella.
-Enviaré el coche a buscarte -no hubo ninguna emoción en su respuesta.
Sakura no pudo creer lo que oía.
-¿Cuándo?
-Ahora.
-¿Ahora? - repitió ella, incrédula.
-Ahora. He esperado seis años para esto. No quiero esperar una hora más.
-No puedo ir a tu hotel a esta hora de la noche –susurró Sakura.
-¿Por qué no? -la profunda voz de Naruto se espesó audiblemente -No vas a volver a casa... Además, si no vienes, el trato queda cancelado.
-¡Eso es totalmente irrazonable!
-Pero es lo que quiero -afirmó Naruto.
-No siempre se puede obtener lo que uno quiere...
-¿En serio? -preguntó Naruto, riendo con suavidad, y a continuación colgó el teléfono.
Última edición por mariland el Sáb Nov 16, 2013 2:18 pm, editado 6 veces
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Un naruto manipulador, una sakura temerosa, indecisa... Lo mejor un uchiha muerto.
Que sera lo que realmente busca naruto con todo esto, que quiere demostrar con todo su accionar, me parece que hay algo mas en todo ese asunto y sakura tiene mucho que ver en eso.
Que sera lo que realmente busca naruto con todo esto, que quiere demostrar con todo su accionar, me parece que hay algo mas en todo ese asunto y sakura tiene mucho que ver en eso.
Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Ufff se puso bueno el asunto.
Naruto es un hombre duró y despiadado, pero bajo esa estampa de frialdad se esconde un hombre dolido por que la única mujer que ha querido lo abandonó para casarse con otro. Y él no olvida una deuda nunca.
Sakura es una leona, solo que teme ser como su madre, lo cual nunca sucederá, ella es apasionada y leal, al lado de Naruto demuestra su verdadero ser.
Me da mucha pena el papá de Sakura, no por su situación económica, de eso, él es el único culpable, no Naruto. Me da pena ver su patético comportamiento que tuvo con Mebuki, creo que ella es la causa de todos sus errores, no se como añoraba el regreso de alguien que solo quería su dinero y lo engaño a diestra y siniestra.
Leon- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Wow! Que interesante y excelente shot nos traes mariland.
Naruto es un cinico, manipulador y Sakura una reprimida en toda la extension de la palabra, de que habra muerto Sasuke? Y es enserio que nunca estuvo con el, como fue eso? Sasuke resulto gay o tendra que ver por lo que murio?
Lo mas importante que busca Naruto con todo esto? Y si en realidad es como se muestra o en el fondo hay un Naruto sensible o al menos mas humano.
Conti!
Naruto es un cinico, manipulador y Sakura una reprimida en toda la extension de la palabra, de que habra muerto Sasuke? Y es enserio que nunca estuvo con el, como fue eso? Sasuke resulto gay o tendra que ver por lo que murio?
Lo mas importante que busca Naruto con todo esto? Y si en realidad es como se muestra o en el fondo hay un Naruto sensible o al menos mas humano.
Conti!
hikari uzumaki- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Decepciones
Capítulo 2
Capítulo 2
- sed de venganza:
- Sakura tuvo al coche esperando una hora. Hizo el equipaje como si fuera a irse para el fin de semana. En el fondo de su mente, una voz no dejada de repetir: «no es posible que hayas aceptado». Tomó una foto de Sasuke de la mesilla de noche y la miró tensamente. Fue sacada el día que abrió su estudio fotográfico. Iba vestido de traje, cosa habitual en él. Era un hombre de pelo oscuro y delgado, de estatura media, con oscuros ojos negros.
Flash Back
- No me importa... esa clase de cosas no son verdaderamente importantes – dijo Sasuke con, calma, cuando Sakura le mostró su vergüenza y dolor tras aquella tarde en la que estuvo a punto de compartir la cama con Naruto Uzumaki -. Por supuesto que te perdono.
Sasuke y su familia se trasladaron a la casa de al lado cuando Sakura tenía diez años y él catorce. Sasuke era un chico serio, sin grandes ambiciones. Su única pasión era la fotografía. Era una excepción entre el resto de sus hermanos, todos apasionados por el rugby y los deportes. Y Sakura era una niña solitaria, dolorosamente consciente desde pequeña de que su madre no tenía tiempo para ella ni para su padre. Sasuke la oyó llorar en la caseta de las herramientas un día que Sakura volvió del colegio más temprano de lo que era habitual y vio a su madre semidesnuda con un desconocido. Sasuke saltó la valla y acudió a consolarla. Sakura estaba tan dolida y asombrada por lo que había visto que se lo contó. Él le pasó un brazo por los hombros y la escuchó, ofreciéndole el afecto y el consuelo que buscaba. Le dijo que no debía contarle a su padre ni a nadie lo que había visto. Él también fue muy ingenuo al asumir que la madre de Sakura no había hecho una costumbre de aquella clase de cosas.
Sakura no era mucho mayor cuando supo que siempre había otro hombre en la vida de su madre y que su padre simplemente trataba de simular que no sabía nada. Y también averiguó muy pronto que las aventuras de su madre eran pasto del cotilleo popular. Aquello le produjo un intenso sentimiento de humillación durante su adolescencia. Y a lo largo de ésta, Sasuke estuvo allí para consolarla. Fue su mejor amigo, su héroe adolescente. Para cuando Sakura cumplió los diecisiete años, ambas familias empezaron a verlos como inseparables. Pero mirando atrás, Sakura recordó que Sasuke nunca habló de amor, matrimonio o niños con ella; no hasta que su familia y otras personas empezaron a bromear insistentemente sobre cuándo pensaban casarse.
Sasuke se fue a trabajar a Londres un año. Volvía a casa tan sólo algún que otro fin de semana, y Sakura pensó que lo estaba perdiendo. También se preguntó si alguna vez había sido suyo para perderlo, si Sasuke estaría tratando de borrar la idea generalizada de que estaban destinados el uno al otro desde su infancia. Entonces, de pronto, la navidad que Sakura cumplió dieciocho años, Sasuke le pidió que fuera su novia. A pesar de que insistió en que no debían tener ninguna prisa para casarse, Sakura se sintió en el cielo. No había nada que no pudiera contarle a Sasuke, nada de lo que no pudieran hablar. Se complementaban en todos los aspectos, no como sus padres, que no se complementaban en ninguno.
Fin del Falsh Back
Había sido tan inocente... reflexionó ahora, metiendo la foto en la bolsa de viaje. Había estado tan ciega hasta el amargo final... ¿Cuándo se dio cuenta por fin de que cualquier varón medianamente normal habría estallado al enterarse de que su futura esposa había estado a punto de meterse en la cama de otro hombre una semana antes de su boda? Aquella traición debería haberle importado a Sasuke. Y no debería haberla perdonado con tanta facilidad... Irónicamente, Sakura se sintió mucho más disgustada por lo sucedido que él. Quiso cancelar la boda, pero Sasuke le rogó que no lo hiciera, diciéndole cuánto la necesitaba. Finalmente Sakura se dejó persuadir...
La limusina se fue acercando al hotel y con cada segundo que pasaba, la tensión fue creciendo en el interior de Sakura. Cuando entraron en el hotel, el chófer la condujo, directamente al ascensor. El hombre que estaba en aquellos momentos en recepción miró un momento a Sakura, pero no dijo nada. Ésta se ruborizó intensamente al imaginar lo que podría haber pensado. ¿Creería que iba a ofrecer un «servicio» a un cliente? ¿No era cierto que los hoteles ignoraban discretamente aquella clase de idas y venidas?
Un camarero abrió la puerta de la suite de Naruto. Éste estaba junto a la chimenea, hablando por teléfono en fluido italiano. Al verla, apartó el teléfono un momento y dijo:
-Estaba a punto de cenar sin ti, amore.
La mirada de Sakura cayó sobre una mesa exquisitamente preparada para dos. No había comido desde el desayuno, pero no tenía hambre. El camarero encendió los candelabros, bajó la intensidad de las luces y descorchó el vino. Naruto colgó el teléfono y cruzó la habitación en dos largas zancadas. Con manos seguras, deshizo el lazo del cinturón del abrigo de Sakura y lo deslizó de sus tensos hombros como si estuviera desvistiendo a una muñeca.
-Sirva el vino y váyase -le dijo al camarero, apoyando una mano en la espalda de Sakura y conduciéndola a la mesa para que se sentara.
Sakura tomó su vaso con mano temblorosa en cuanto estuvo servido.
-Sólo un vaso -dijo Naruto en tono irónico -No me gustaría que me acusaras por segunda vez de haberte emborrachado.
Sakura se ruborizo, sin atreverse a mirarlo a los ojos.
-Me temo que el recepcionista ha pensado que venía a... a ofrecerte mis servicios.
-No creo -dijo Naruto con voz sedosa. Una buscona de clase nunca vestiría tan mal.
Sakura apretó los dientes.
-No he venido aquí a ser insultada.
-Has venido aquí a aceptar lo que yo decida ofrecerte -replicó Naruto, deslizando una despectiva mirada por la blusa y la falda de Sakura -Al ver que te retrasabas he supuesto que te estabas vistiendo para la ocasión...
Sakura rió amargamente.
-¿Qué ocasión?
-He encargado toda tu comida favorita –así era. Sakura no se había dado cuenta. Naruto debía tener una increíble memoria -Lo recuerdo todo sobre ti -añadió, como si esperara que lo aplaudieran.
-Tenemos que hablar sobre mi padre -dijo Sakura precipitadamente.
-No me has mirado a los ojos ni una vez desde que has entrado en la habitación.
Involuntariamente, Sakura alzó los ojos, y se topó con los de Naruto, que brillaban de impaciencia. Era evidente que no le estaba dando las respuestas adecuadas.
-Esto no funcionará, si no lo puedes hacer mejor –añadió él secamente.
-No me amenaces -le advirtió Sakura tensa -Respondo aun peor cuando me amenazan. Y ahora, ¿podemos hablar sobre mi padre?
-Prefiero comer manteniendo una conversación más ligera.
Sakura lo mandó al infierno con la mirada. A continuación, hundió el cuchillo en el paté con repentino apetito. Tomó los dos platos siguientes hablando tan sólo cuando se vio obligada a hacerlo. Si alguno perdió el apetito fue Naruto, que, finalmente, apartó su plato soltando una imprecación y se levantó.
-Te comportas como una cría caprichosa.
-No es cierto Naruto -replicó Sakura, comenzando a comer el postre con mucha calma- Querías que viniera y he venido. Querías que comiera y lo estoy haciendo.
-No denunciaré a tu padre –Naruto habló en un tono totalmente carente de emoción.
-No podrá devolverte el dinero...
-Debe hacerlo -la mandíbula de Naruto se tensó –Debe devolver el dinero.
-¿Cómo? –preguntó Sakura amargamente -No tiene trabajo y no creo que pueda conseguir uno. Y aunque venda todo lo que tiene, aún te deberá dinero.
-Entonces le daré otro trabajo.
Sakura lo miró, sorprendida por aquella inesperada y generosa oferta.
-¿Dónde?
-Aquí no, desde luego. Necesita empezar de nuevo para esta segunda oportunidad. Déjalo en mis manos –dijo Naruto, arrastrando la voz -Le encontraré algo.
-¿Y el dinero? -insistió Sakura.
-Lo devolverá. Si se siente tan avergonzado como dices, querrá devolverlo. No querrá seguir en deuda conmigo.
-Pero...
-Además -interrumpió Naruto -esa oferta de trabajo estará condicionada a que acepte seguir tratamiento para su adicción.
-¡No es ningún adicto! -exclamó Sakura, saliendo en defensa de su padre.
-Cualquier hombre capaz de jugarse más de lo que tiene es un adicto. Necesita seguir una terapia para poder enfrentarse a la tentación en el futuro. ¿Estás satisfecha ahora?- preguntó Naruto secamente, haciéndole sospechar a Sakura que le había concedido bastante más de lo que tenía planeado.
Sin embargo, ella esperaba más. Quería que la deuda quedara cancelada, como le había dicho al doctor Hatake. Fuera o no irrazonable, quería evitar toda causa de tensión para su padre.
-Me estás consiguiendo muy barata ¿no? -preguntó, arrepintiéndose de inmediato al ver la oscura mirada que le dirigió Naruto.
-¿Quieres que firmemos un contrato por los tres meses que vas a compartir mi cama? ¿Con una cláusula especificando lo que cobrarás y otra diciendo que podrás quedarte con toda la ropa y las joyas que te compre?. Por mí no hay problema –Naruto movió una mano, dejando claro que así era -He oído decir que esa clase de contratos suelen firmarse en Estados Unidos. Pero antes tendrás que decirme qué precio le pondrías a ese perfecto cuerpo tuyo.
-¡Sabes que no me refería a eso! -exclamó Sakura, furiosa.
-¿Ah no? -preguntó Naruto mirándola con gesto despectivo.
-En este momento -murmuró Sakura -todo lo que quiero saber es qué esperas que haga durante estos tres meses.
Tras unos momentos de tenso silencio, Naruto se aclaró la garganta y dijo:
-Quiero que simules ser mi prometida -dijo con evidente tensión.
Sakura no pudo ocultar su asombro.
-¿Porqué?
-Tengo mis motivos -replicó Naruto con una seriedad que dejó perpleja a Sakura.
-No veo por qué no puedes explicármelo...
-Sólo te diré esto -Naruto la observó con gesto distante antes de continuar -Hace años que no mantengo ningún contacto con mi padre y ahora se está muriendo. Deseo pasar una temporada con él, y, para facilitar ese deseo, necesito una prometida que me acompañe a su casa.
Sakura le devolvió la mirada, sintiendo una intensa curiosidad a pesar de sí misma. Supuso que Naruto pretendía reconciliarse con su padre, ¿pero para qué necesitaba presentarse ante él con una falsa prometida? Sobre todo en aquellas circunstancias...
Frunció el ceño.
-Una vez me dijiste que no tenías familia.
-En el verdadero sentido de la palabra «familia», era cierto. Mi madre murió cuando yo tenía catorce años. Me enviaron a un internado. Mi padre volvió a casarse y al cabo de una temporada decidió olvidar mi existencia. Él tenía su vida y yo la mía hasta que hace unos años, volvimos a encontrarnos por iniciativa suya... – los fuertes rasgos de Naruto se ensombrecieron visiblemente -Lo que sucedió entonces cercenó completamente todo lazo familiar -concluyó con aspereza.
-¿Qué sucedió? -preguntó Sakura, frustrada al ver que Naruto no parecía tener intención de continuar.
-Como todas las mujeres, eres incurablemente curiosa -dijo él, sonriendo con sarcasmo -El conocimiento es un arma poderosa en manos de una mujer calculadora. No cuento mis intimidades a nadie amore... nunca lo he hecho y nunca lo haré.
Sakura se sintió como si la hubiera pillado espiando.
-Sólo quiero una cosa de ti - continuó él -Una buena representación. Mi padre no es ningún estúpido. No se le engaña fácilmente.
-No quiero engañar a nadie.
-Por eso tendremos que ser amantes de verdad cuando vayamos. La intimidad, como la química sexual, es algo que puede sentirse -afirmó Naruto con ronca convicción -Lo único que simularemos será nuestro amor.. y, por supuesto, mi intención de casarme contigo.
Amante... Sakura se puso rígida ante el pensamiento de lo que estaba por llegar. Pero aún sentía curiosidad sobre el motivo por el que Naruto quería montar aquella farsa. Y entonces, el cinismo le sugirió cuál era. Su padre estaba muriendo, y probablemente era un hombre muy rico. ¿Habría impuesto alguna condición especial en su testamento para que su hijo heredara? ¿Le habría exigido que se casara? ¿Y sería el frío dinero lo que impulsaba a Naruto a montar aquella representación?
-Creo que es hora de que nos vayamos a la cama.
Sakura se quedó helada al oír a Naruto. Éste le tomó una mano, haciéndola levantarse lentamente del asiento.
-Estás temblando... ¿por qué? Has estado casada varios años. No careces de experiencia- los rasgos de se endurecieron claramente al decir aquello.
-¡Eso no cambia nada!.
-Por supuesto que sí -murmuró Naruto, deslizando un dedo por los botones de la blusa de Sakura y desabrochando el superior, accediendo así al ensombrecido valle entres sus senos -¿Fuiste una esposa fiel?
-Cla... claro que lo fui –contestó Sakura, sintiendo que le costaba respirar.
-¿De verdad? Me cuesta creerlo -murmuró Naruto mientras desabrochaba el siguiente botón.
-¿Por qué? –preguntó ella con voz más aguda de lo normal.
-No fuiste fiel a tu marido antes de la boda.. ¿por qué ibas a serlo después? Si hubieras sido mi prometida, te habría matado. Desde luego, no habría seguido adelante con el matrimonio.
Sakura sintió que los oídos le zumbaban mientras una mano acariciaba la protuberancia de sus senos. De pronto sintió la cabeza muy ligera y los senos llenos y pesados.
-¿Le contaste lo que sucedió entre nosotros? -preguntó Naruto.
-¡Sí!
-Así que le dijiste toda la verdad. Seguro que no -adivinó Naruto con cruel diversión -Dudo que le hicieras un relato detallado... o Sasuke nunca se habría recuperado.
-¡No quiero hablar de eso! -exclamó Sakura, temblorosa, apartándose de él al darse cuenta de que tenía la blusa prácticamente abierta -Nos hemos vuelto a ver hace menos de cinco horas, Naruto..
-¿Y qué más da? A mí no me importa, desde luego. Hace cuatro horas y media que habría llegado a este punto si no hubieras sido tan testaruda...
-¡Eso es repugnante!
-Pero cierto... ¿Aún no sabes cómo funciona la mente de los hombres?
Sakura estaba empezando a comprobarlo. Naruto la miraba sin ocultar su ardiente deseo. Y la carga sexual que una vez mencionó su madre relucía en el ambiente como si hubiera fuegos artificiales. Rodeó la mesa, tratando de sustraerse al poder de aquella mirada.
-Naruto...por favor...esta noche no... quiero decir -Sakura sacó la punta de su roja lengua para humedecerse el labio inferior -... en realidad no puedes desear realmente hacer..
-Lo deseo -Naruto se acercó a ella, dejándola perpleja al inclinarse y seguir con su propia lengua el rastro de la de Sakura. Ésta sintió al instante un intenso calor entre sus muslos, una sensación largamente enterrada, pero nunca olvidada. Se echó atrás violentamente, haciendo que una lámpara cayera al suelo.
Naruto ignoró el accidente y la tomo por el brazo para impedir que se agachara a recoger los trozos rotos.
-¡Quiero darme un baño! -exclamó ella, desesperada.
-Y supongo que también te gustaría que bajara a fumar, aunque ni siquiera fumo, mientras te preparas para mecerte en la cama como una ruborizada recién casada -dijo Naruto irónicamente.
-Sí.... qué buena idea -replicó Sakura con amargura -¡Y Puede que con un poco de suerte encuentres a una prostituta en el bar, porque es evidente que esa es la única clase de mujer que estás acostumbrado a tratar!
Un silencio electrizante cayó entre ambos. Naruto dejó caer la mano con que la sostenía. Era evidente que las palabras de Sakura lo habían molestado.
-¿Es así como piensas que te estoy tratando? -dijo entre dientes.
-¿A ti qué te parece?
-No era esa mi intención -murmuró Naruto.
La mirada que le dedicó Sakura dejó muy claro que no creía lo que acababa de oír.
-Bajaré añadió Naruto. Espero no encontrarte borracha cuando vuelva.
-¿Cómo dices?
-Cary Grant y Doris Day... That Touch of Mink - contestó Naruto irónicamente -¿No has visto esa película?
-Me temo que no - admitió Sakura secamente.
-Creo que no hará falta que te compre el vídeo. Tú lo estás haciendo muy bien sola.
Y se fue. Sakura no supo muy bien cómo lo había logrado. Reprimiendo un bostezo entró en el dormitorio. Sacó de su bolsa de viaje lo necesario y fue al baño sin mirar una sola vez la cama.Era evidente que Naruto se sentía atraído por ella, pero no lograba comprender por qué. A fin de cuentas, sus experiencias con otras mujeres tenían que haber sido más satisfactorias y completas que las que tuvo con ella. Pero estaba claro que deseaba tenerla en su cama cuanto antes.
Tras ponerse un largo camisón de algodón, salió del baño y se metió en la gran cama. Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando apoyó el rostro sobre la almohada. Todo aquello era una absurda farsa. Naruto asumía que ella no carecía de experiencia en la cama tras cinco años de matrimonio... Un doloroso gemido escapó de la garganta de Sakura. Seis años atrás creía sinceramente que su apetencia sexual era prácticamente nula. Sasuke siempre se había limitado a darle unos castos besos. Nunca le había pedido más. Y Sakura decidió que en ese terreno encajaban tan bien como en los demás. El sexo no jugó un papel importante en sus vidas antes de su matrimonio. Yella se sintió orgullosa de aquel hecho, convencida de que los lazos que la unían a Sasuke eran más sólidos que los que surgían entre las parejas en el calor de la pasión. Le asustó mucho descubrir que podía resultar tan atractiva a los ojos de un hombre como Naruto. No supo cómo interpretarlo. Fue una experiencia totalmente nueva conocer a un hombre que no podía quitarle los ojos de encima, que utilizaba cualquier excusa para tocarla y que lograba ruborizarla sólo con mirarla.
Sí... Naruto la deseó. Fue Sasuke el que nunca la deseó. En su noche de boda, se emborrachó, y siguió borracho durante toda la luna de miel en el Caribe, sin consumar el matrimonio. Sakura pasó por un infierno interpretando la falta de interés de Sasuke y sus borracheras como un castigo por su vergonzoso comportamiento con Naruto. El sentimiento de culpabilidad la mortificó noche tras noche. Pensó que estaba recibiendo exactamente lo que merecía y que le había hecho tanto daño a Sasuke que éste ni siquiera se sentía capaz de tocarla.
¿Con quién podía haber hablado de algo así? Sasuke se negó a hacerlo, enterrándose totalmente en sí mismo cada vez que Sakura lo intentaba. Su mejor amigo dejó de serlo y se transformó en un lejano desconocido. Tuvo que pasar mucho tiempo para que Sakura se diera cuenta de que Sasuke no la quería como un hombre quería a una mujer y que, si ella aceptaba, estaba dispuesto a vivir un matrimonio fingido y a volver a ser su mejor amigo.
Se quedó dormida preguntándose cuánto tiempo seguiría Naruto abajo y si ya se habría arrepentido de su acuerdo con ella. A pesar de todo, durmió profundamente, pues estaba exhausta. Y, cuando subió, Naruto sonrió apreciativamente al verla.
Sakura despertó de un largo y relajado sueño. Al abrir los ojos vio a Naruto a escasos centímetros de ella. La miraba burlonamente con sus oscuros ojos azules.
-Hasta ahora, ninguna mujer se había dormido esperándome. Podrías resultar muy perniciosa para mi ego.
Sakura se sentó con una sonrisa falsamente brillante y miró su reloj.
-¿Ya es tan tarde? - preguntó -¿Por qué no me has despertado?
Naruto le dedicó una sonrisa genuinamente divertida que transformó sus poderosos rasgos. Alargó una mano y la deslizó por el cabello de Sakura antes de que ella pudiera apartar la cabeza.
-No te preocupes por la hora -dijo con suavidad -Ayer superaste con creces a Doris Day. Te libraste de mí con total maestría. Salí de aquí sintiéndome una mezcla de adolescente patoso y un completo miserable -deslizó la mano a la mejilla de Sakura, mirando con intensidad sus ojos verdes -Y luego te metiste en la cama y te quedaste profundamente dormida. Cuando duermes con el pelo suelto sobre la almohada no pareces tener mas de dieciséis años. Y también parece que nunca te hubiera tocado un hombre... -su profunda voz se volvió más ronca al decir aquello -...como si fueras una princesa de cuento. El día que nos conocimos, eso fue lo que pensé al verte tumbada en el suelo con tu vestido de verano. Entonces abriste los ojos y vi que eran de esmeralda. ¡Dios santo! Nunca había deseado a una mujer como te deseé a ti en esos momentos.
La grave y espesa voz de Naruto tenía una hipnótica cualidad que hizo que Sakura se estremeciera. Sentía la calidez de su mano en su mejilla y bajó la vista para ocultar su turbación.
-Hasta entonces tampoco había tenido que luchar nunca por una mujer... pero me gustan los retos, y tú te convertiste en un auténtico reto con tus frías sonrisas, y tus heladas miradas -continuó Naruto. Yo sabía que esa no era la verdadera Sakura. Sólo era una representación...
-¡No¡ -protestó Sakura -Viste algo que no era real, una mujer que creaste con tu mente, que sólo existía en tu imaginación.
-Existió aquí, en mi cama. Nació a la vida entre mis brazos. Apasionada, valiente e irresistible. Y quiero volver a recuperarla.
Sakura trató de apartar la cabeza, pero Naruto se lo impidió.
-Eres muy testaruda -dijo, sujetándola por el pelo.
-¡Y tú eres un egoísta que sólo sabe pensar en sí mismo! No pienso darte lo que quieres. Representaré el papel de tu prometida, pero la representación termina en la puerta del dormitorio -replicó Sakura furiosa.
-Ni lo sueñes -dijo, Naruto sucintamente.
-¿Quieres tu ración de carne? -preguntó ella vehementemente -¡De acuerdo, tómala! - liberándose de la mano de Naruto en su pelo, volvió a tumbarse en la cama y añadió: -¿Y bien? ¿A qué estás esperando?
Se puso tensa al ver que la cabeza de Naruto descendía hacia ella, con los ojos brillantes de desafío. Si su idea de la diversión era hacer el amor con un cuerpo inanimado, que lo hiciera.
Naruto tomó su boca en una explosión de silencioso calor, bloqueando con su cabeza la luz, apoyando con firmeza las manos sobre los hombros de Sakura. El calor recorrió el cuerpo de ésta como una descarga eléctrica. Aferró a Naruto por los brazos frenéticamente, tratando de apartarlo, pero él no la soltó. Una rica y creciente oscuridad empezó a formarse tras los párpados cerrados de Sakura. Al darse cuenta de lo que era, luchó con todas sus fuerzas para alejar las sensaciones que Naruto estaba despertando en ella.
Pero su traicionero cuerpo fue en busca de aquellas sensaciones. Sus pezones se endurecieron, sus muslos temblaron y todo su cuerpo se estremeció de anticipación. La excitación fue creciendo en espiral mientras Naruto penetraba con su lengua en el húmedo interior de su boca. Sakura entrelazó los dedos en su pelo y le devolvió el beso, apasionada y salvajemente, retorciéndose debajo de él. Unas ásperas manos deslizaron el camisón hacia bajo por sus brazos, aprisionándola, y Sakura no pudo soportarlo, luchando por liberar sus manos de las mangas. Pero en cuanto lo logró, Naruto la sujetó por las muñecas, sujetándolas contra la cama por encima de su cabeza.
La punta de su lengua se deslizó sobre uno de los erectos pezones y un torturado gemido de placer escapó involuntariamente de la garganta de Sakura. Los labios de Naruto rodearon lentamente el pezón y ella echó atrás la cabeza, apretando los dientes.
-¡No! - gimió.
- Sí - dijo Naruto con voz densa, explorando la orgullosa protuberancia de oscura carne con su boca, lengua y dientes hasta que Sakura perdió todo el control y sólo deseó que continuara.
Entonces, él le soltó las manos y le quitó el camisón de un solo movimiento. Unos dedos largos y firmes acariciaron sus tiernos senos, jugando con la sensibilidad que Naruto había despertado en ellos, y un largo y creciente gemido de frustración escapó de la garganta de Sakura.
-Por favor... -jadeó, ajena a todo lo que no fueran las inmediatas exigencias de su palpitante cuerpo.
-¿Me estás rogando? -susurró Naruto en tono aterciopelado junto a su oído.
- Naruto... -dijo Sakura, temblando bajo sus manos.
-Dime -la carnosa boca de Naruto encontró un punto increíblemente sensible bajo la pequeña oreja de Sakura, provocándole un ardiente deseo que se manifestó casi con violencia entre sus muslos.
- No pares! -Sakura apenas reconoció aquella voz como suya.
Y, de pronto, Naruto la soltó. Apoyándose contra el respaldo de la cama, la observó con ojos calculadores. Totalmente desorientada Sakura le devolvió la mirada sin comprender nada, excepto la dolorosa excitación de su cuerpo.
-No te atrevas a volver a decirme que no me deseas -murmuró Naruto con suavidad, contemplándola con frío desapego -Puedo hacer que me desees. Eres una mujer muy sensual. Fuiste creada para la pasión...
Sakura comprendió demasiado tarde, y, con gesto mortificado, cubrió con la sábana su desnudez.
-No... -dijo, aturdida por la crueldad de Naruto.
-Sí. Hace seis años podía hacerte arder sólo con mirarte...
-¡Eso es mentira!
-Te ruborizabas, tus ojos parecían echar fuego y te retorcías en el asiento como una gata. Me deseabas... pero no querías admitirlo -dijo Naruto con fiereza.
Perpleja, Sakura enterró el rostro en la almohada. - Al principio, pensé que todo era cierto. Parecías tan inocente, tan inmaculada. Supe que eras virgen...
-¡Basta ya!
-Pero entonces llegó esa tarde en esta misma cama... Si no hubiera sido por el ruido que oímos en la habitación contigua, te habría poseído sin que hubieras opuesto la más mínima resistencia. ¡Después de eso, eras mía!
-¡No es cierto! -exclamó Sakura atormentada por el recuerdo.
-Ninguna mujer, con o sin experiencia, responde así a un hombre y se casa a la siguiente semana con otro, insistiendo en que lo ama locamente. Al menos, ninguna mujer decente...
-¡Cállate ya, Naruto! -gritó Sakura, dejando escapar a la vez un gemido.
Inicialmente quiso hablar con Sasuke para decirle que no podían casarse. Esperaba que, confesándolo todo, Sasuke se ofendiera y comprendiera que no podían seguir adelante. En lugar de ello le preguntó si amaba a Naruto. Y, con total convicción, ella le dijo que no. Las emociones que Naruto despertaba en ella nada tenían que ver con el amor. Lo único que veía era lujuria y egoísmo y eso la asustaba, pues había crecido viendo a su madre demostrando aquellas habilidades y lo último que quería era parecerse a ella. Lo que Naruto le hizo sentir la dejó petrificada. Y la oferta de amor incondicional de Sasuke pareció un santuario seguro. En aquellos momentos, se sintió desesperada y humildemente agradecida a su lealtad, sus ruegos y afirmaciones de que la necesitaba...
Unos firmes dedos se cerraron repentinamente en torno a su muñeca, haciéndola alzar la cabeza. Sin darle tiempo a reaccionar, Naruto quitó la alianza y la arrojó al suelo.
-No necesitas eso estando en mi cama. Además, Sasuke nunca significó demasiado para ti ¿verdad, amore?
-¿Por qué tienes que ser tan cruel?
-¡Porque no puedo olvidarte con tu virginal vestido blanco caminando por el pasillo de la iglesia para casarte con otro hombre! -replicó Naruto con rabia.
-¿Y por qué te molestó eso? ¡Nunca tuviste intención de casarte conmigo!
-Y eso te dolió, ¿verdad? -preguntó Naruto mordazmente.
-¡Te odiaba! ¿Cómo iba a molestarme? ¡Y, desde luego, no tenía intención de convertirme en tu muñequita de compañía!
Naruto le dijo que la «cuidaría». Que podría tener todo lo que deseara. Pero que, desafortunadamente, no le interesaba el matrimonio ni los compromisos serios, porque nunca duraban para siempre. Pero le prometió que lo pasaría muy bien mientras durara. Nunca la amó, ni se preocupó por ella... ni siquiera la respetó. Ella sólo era una estúpida chica de una pequeña ciudad que había estado a punto de caer en sus garras.
Naruto se levantó dando la conversación por terminada al dirigirse al baño. Sakura oyó como corría el agua de la ducha, sintiendo como poco a poco remitía el deseo de su insatisfecho cuerpo. Ahora sabía con certeza que seguía siendo tan vulnerable como había temido. Y, tuvo que reconocer con amargura que Naruto había demostrado su punto de vista. Lo deseaba, probablemente tanto como un adicto necesitaba la droga, sabiendo que era peligrosa y destructiva, pero sintiéndose capaz de hacer cualquier cosa por obtenerla. Y, si era posible, lo odiaba aún más por haberla obligado a asumir aquella verdad. Los tres meses siguientes iban a ser un infierno. Un ejercicio de constante humillación.
Media hora después, tras llamar al doctor Hatake y averiguar que su padre había pasado una buena noche, Sakura se reunió con Naruto para desayunar. Mientras caminaba hacia él por la habitación, vestida con unos pantalones holgados y una larga blusa verde, fue furiosamente consciente de la crítica mirada que le dirigió.
-Hoy vamos a Londres a comprarte un nuevo vestuario y un anillo -dijo Naruto en tono tajante -El jueves volaremos al Caribe.
-¿Al Caribe? -repitió Sakura, perdiendo parte de la frialdad que trataba de mostrar -¿Vive allí tu padre?
Naruto ignoró su pregunta.
-Eso te da tres días para que resuelvas los asuntos que tengas pendientes aquí.
-¿Y mi trabajo? -dijo Sakura de repente.
-¿Trabajas? -preguntó Naruto, alzando una ceja.
-Soy secretaria. Ahora estoy de vacaciones porque mi jefe también lo está. Pero no creo que esté dispuesto a concederme tres meses...
-Dile que has encontrado un empleo más interesante.
-No te importa nada que pierda mi trabajo, ¿verdad? -dijo Sakura, dolida.
Naruto la miró con gesto impasible.
-Cuando esto termine, podrás elegir un nuevo puesto en cualquiera de mis empresas.
La completa falta de emoción con que dijo aquello dejó helada a Sakura.
-No, gracias -replicó secamente. -Nunca estaré tan desesperada.
El teléfono sonó y Naruto se levantó rápidamente.
A pesar de sí misma, Sakura lo siguió con la vista. Llevaba un traje gris de corte italiano que le quedaba como un guante, haciendo resaltar sus anchos y musculosos hombros. «¿Pero que estoy haciendo?», se preguntó Sakura, cerrando brevemente los ojos y despreciándose a sí misma. «¿Qué estoy haciendo?» Era como si Naruto hubiera conjurado el lado oscuro de su carácter y éste estuviera tomando el control de su personalidad. Su mente se llenó de inquietantes recuerdos de lo sucedido hacía menos de una hora, haciendo que la piel le ardiera. Se sirvió café con mano temblorosa, mortificada por su falta de disciplina mental. Ya era hora de que empezara a controlarse, ¿pero cómo iba a lograrlo en aquellas circunstancias?
Un camarero cargado de paquetes acompañó a Sakura hasta el dormitorio. Tras dejarlos sobre la cama, se ofreció a ayudarla a abrirlos. Sakura se lo agradeció pero le dijo que podía irse. En cuanto salió, cerró con llave la puerta del dormitorio. Ir de compras con Naruto Uzumaki había resultado una actividad auténticamente embarazosa. Había hecho que la trajeran y la llevaran de un lado a otro, haciéndole probarse los vestidos que le gustaban a él y obligándola a desfilar con ellos como si fuera una concubina. El anillo de compromiso tenía un diamante de tal tamaño que le pesaba en la mano. También le compró unos pendientes a juego y un delicado reloj de oro que debió costarle una fortuna.
-¿Qué te parecería una cadena para el tobillo? - preguntó Sakura, pretendiendo mostrarse sarcástica.
Pero, al parecer, a Naruto la idea le pareció estimulante. Sus ojos brillaron mientras la miraba y su expresiva boca se curvó sensualmente.
-Creo que eso lo compraré por mi cuenta - murmuró con voz aterciopelada.
Era peligroso mostrarse sarcástica con Naruto.
Esta noche cenaremos fuera- dijo cuando la limusina, los dejó en su apartamento de Londres.
Una hora y media después, Sakura se miró con desprecio en el espejo. El ceñido vestido azul zafiro que llevaba puesto delataba cada una de sus respiraciones, por no hablar de sus curvas. Era un vestido hecho para hacerse notar y Sakura nunca había sentido aquella necesidad. «Pero estás interpretando un papel», se recordó. Y, tal vez, si lograba demostrarle a Naruto que podía interpretarlo bien, éste se sentiría menos impulsado a llevársela a la cama. Pero se desanimó de inmediato al recordar lo insistente que fue su persecución seis años atrás.
Flash Back
Al día siguiente del accidente se empeñó en llevarla personalmente de la clínica a casa. Ya había avisado a sus padres sin que ella lo supiera. Su padre recibió a Naruto como si éste la hubiera salvado de las garras de la muerte, y la habitual expresión de aburrimiento de su madre se evaporó en cuanto lo vio. Naruto se quedó a comer. Kizashi y él hablaron de negocios, y cuando Mebuki hizo una rápida referencia a la boda de su hija, Naruto sonrió.
-Sakura es muy joven para casarse -dijo.
-Demasiado... -asintió Mebuki, sin molestarse en ocultar la poca estima en que tenía a Sasuke Uchiha.
Más tarde, Mebuki fue a la habitación de su hija.
-Vaya, vaya, vaya -dijo burlonamente -Así que te has buscado un millonario.
-¡No me he buscado nada! –replicó Sakura con desagrado.
-A veces pienso que me entregaron el bebé equivocado en el hospital– dijo Mebuki Haruno, haciendo una mueca -¿Pero qué te pasa?
-Lo único que me pasa es que no me gusta.
-Qué lástima. Lo he invitado a unirse al resto de nuestros invitados el próximo fin de semana.
-¡Mamá!
-Naruto está forrado, cariño. Puede que decida invertir en la empresa si jugamos bien nuestras cartas. Así que sé amable con él, al menos por tu padre. Para mí es evidente que lo único que le interesa realmente a Naruto Uzumaki eres tú.
Llegaron flores para Sakura a diario durante la siguiente semana, y cada ramo iba acompañado de una tarjeta en la que simplemente aparecía la inicial N. Después, Naruto llamó para invitarla a cenar. Sakura se negó y Naruto rió. La siguiente tarde, Sakura se encontró sonriéndole glacialmente desde un lado de la mesa, con sus padres sentados a cada lado de ésta mientras Naruto les devolvía su hospitalidad en el Deangate.
Naruto había entrado en sus vidas con espectacular eficiencia y velocidad, ofreciendo a Kizashi contactos y consejos para su empresa y halagándolo con su interés. Mebuki riñó seriamente a Sakura cuando ésta intentó convencer a su padre de que Naruto Uzumaki era un contacto que no le convenía.
-¡Si la empresa va a la quiebra, será por tu culpa! -exclamó, furiosa -.Naruto podría ayudamos.. ¡pero no lo hará si lo ofendes!
Sakura se llevó una desagradable sorpresa al saber que la empresa familiar pasaba por serias dificultades. Y la idea de que Naruto tuviera el poder de hacer y deshacer en Amory la horrorizó.
-Sabe cuatro veces más de lo que yo sabía a su edad -dijo Kizashi cuando Sakura trató de advertirlo sobre Naruto -.Y ya me ha puesto en contacto con un par de personas muy útiles.
Naruto se volvió un visitante asiduo en la casa de Sakura. ¿Fue ella alguna vez lo suficientemente inocente como para creer que su único interés era invertir en Amory? Sí, lo fue.
-Yo puedo ayudar a tu padre... -dijo Naruto con voz sedosa una noche que se presentó cuando Sakura estaba sola en casa. -Quítate ese anillo de compromiso y podrás comprobar lo generoso que soy.
-No estoy en venta, Naruto y mi compromiso con Sasuke no es algo con lo que piense negociar -explicó ella, tratando de contener su rabia.
Naruto le pasó una mano por la cintura y la atrajo hacia sí.
-¿En serio? -preguntó mirándola enfurecido -Ya sabes cuánto te deseo...
-¡Porque no puedes tenerme! –replicó Sakura, luchando por liberarse de la inquietante proximidad del esbelto y fuerte cuerpo de Naruto -Ese es el único motivo por el que dices que me deseas, ¿verdad? ¡Tu ego no puede soportar que no me muestre interesada!.
-Pero sí estás interesada -dijo Naruto, casi divertido -¿De verdad crees que no sé cuándo me desea una mujer, hermosa?
-¡Quiero a Sasuke!
-Sasuke te trata como si fueras su hermanita...
-Eso no es cierto...
-Entonces dime cuando te besó así por última vez... -y antes de que Sakura pudiera impedirlo, Naruto presionó sus labios contra los de ella, haciéndola sentirse como si la hubiera golpeado un rayo.
Fin Flash Back
Sakura volvió al presente, y se encontró con los dedos tocándose temblorosamente los labios. Ahora veía con más claridad que entonces. Al igual que, irónicamente, Naruto vio con más claridad entonces. Él intuyó la falta de atracción sexual entre Sasuke y ella. Pero Naruto malinterpretó cínicamente aquel comportamiento. Creyó que ella estaba utilizando a Sasuke, como un arma contra él, utilizando su cercana boda para presionarlo y obligarlo a ofrecerle más. A cambio, Naruto utilizó la empresa Amory para equilibrar la ecuación.
Sakura descolgó el teléfono y llamó al doctor Hatake para preguntar por su padre. Sintió un gran alivio al saber que éste insistía en que no había tenido intención de hacerse daño y que, a pesar de todo, se sentía muy aliviado al saber que no iban a presentarse cargos contra él.
Sakura se reunió con Naruto en el recibidor. Suponiendo que éste querría que llevara el pelo suelto, a tono con los llamativos vestidos que le había comprado, Sakura había renunciado a su habitual moño. Él la miro de arriba abajo unos interminables momentos. Finalmente, asintió complacido y salieron del apartamento. Naruto la llevó a un restaurante de moda. Cuando entraron, varias cabezas se volvieron discretamente hacia ellos y se oyó un ligero murmullo. Mientras estudiaba el menú, Sakura se sorprendió vagamente al comprobar que tenía hambre.
-¿No crees que ya es hora de que me cuentes algo sobre tu padre? -preguntó.
-¿Por dónde quieres que empiece? -el seco tono de voz de Naruto no fue nada alentador.
-No podré hacer una buena interpretación sin tener la información necesaria. Dijiste que estaba muriendo...
-Tiene un problema de corazón. En la actualidad se halla en una silla de ruedas.
-¿Los médicos no pueden hacer nada por él?
-La última operación falló, y no está lo suficientemente fuerte como para soportar otra - dijo Naruto fríamente
Sakura tragó saliva.
-¿Sigue viva su esposa?
Inesperadamente, Naruto rió, pero el sonido de su risa fue curiosamente sarcástico.
-Muy viva. Hinata es bastante más joven que mi padre, su atractiva boca se endureció, añadiendo una inquietante seriedad a sus rasgos -Es su cuarta esposa.
-¿Su cuarta esposa?-repitió Sakura débilmente, sin poder evitarlo -¿Tienes hermanos y hermanas?
-Una hermanastra, mucho mayor que yo, nacida de su primer matrimonio. También tenía un hermanastro, pero murió ahogado en un accidente hace varios años -dijo Naruto, sin aparente emoción.
-Lo siento.
-No lo sientas. Era mucho mayor que yo y apenas lo conocí.
Sakura permaneció en silencio. Naruto estaba describiendo un árbol familiar imposiblemente fragmentado y totalmente ajeno a ella.
-Mi hermana Ino, vive con mi padre. Nunca se ha casado. Viven en una pequeña isleta en Turks, Caicos Islands.
-¿Naciste allí?
-Nací en Grecia. Tras la muerte de mi madre, me enviaron a estudiar en Italia.
-¿Por qué tan lejos?
-Mi madrastra no me gustaba más de lo que yo le gustaba a ella –dijo Naruto secamente.
Una alta y esbelta rubia de ojos azules se acercó a su mesa en aquel momento. Ignorando a Sakura, se dirigió a Naruto en italiano. Al parecer, la respuesta de éste no fue del agrado de la mujer. Sus mejillas se ruborizaron y abrió los ojos desmedidamente. Lanzó a Sakura una mirada cargada de desprecio, pero también eran evidentes en ella el dolor y los celos. Tras encogerse de hombros, volvió a su mesa.
-¿Y quién era ésa? -preguntó Sakura sin poder evitarlo.
-Nadie que deba preocuparte -dijo Naruto despectivamente.
Sakura pudo sentir los ojos de la rubia clavados en su perfil. Incómoda con la sensación, se concentró en su comida.
Sintió claustrofobia en la limusina.
-¿Quién era esa mujer? -se oyó preguntar de nuevo cuando regresaron al apartamento. Por algún motivo que no lograba explicarse no conseguía pensar en otra cosa.
-¿Celosa amore? -preguntó Naruto, dedicándole una burlona sonrisa.
Ella lo miro con gesto incrédulo.
-¿Celosa yo? ¿Estás loco?
Antes de que pudiera apartarse, Naruto la rodeó por los hombros con sus brazos y la miró al rostro con sus ojos de color azul.
-Eres tú la que está loca -murmuró roncamente -Nunca he deseado a una mujer como te deseo a ti.
Sakura se quedó momentáneamente sin respiración.
-¿Lucharías por mí como yo lo haría por ti? -preguntó Naruto en el mismo tono de intimidad -Debí secuestrarte hace seis años....
-¡Bas... basta, Naruto! -dijo Sakura, percibiendo la amenaza latente en su actitud.
Sorprendiéndola, Naruto deslizó las manos hasta su cintura y la alzó en brazos. En el mismo instante, cubrió los labios de Sakura con los suyos casi como si fuera a devorarla. Ella sintió la incontenible respuesta de su cuerpo y luchó contra ella con todas sus fuerzas.
Naruto entró con ella en el dormitorio y, la dejó en la cama, sobre la que caía la luz de la luna.
-No quiero esto, Naruto -protestó Sakura tensamente -No es suficiente para mí.
El se quitó la chaqueta y la corbata y fue asentarse junto a ella.
-¿Qué sería suficiente? -preguntó con aspereza, y antes de que Sakura pudiera apartarse, la sujetó por las manos, aprisionándola. -¿Qué tenía él que yo no tengo? ¿Qué podía darte que yo no te doy?
Aturdida por la evidente rabia que había provocado, Sakura lo miró a los ojos.
-No me refería a eso. No podrías comprender...
-¡Entonces trata de hacerme comprender! -replicó Naruto. -¿Era mejor amante que yo?
Desgarrada por un dolor que nunca había compartido con otro ser humano, Sakura giró la cabeza a un lado, tratando de evitar la incisiva y brillante mirada de Naruto.
-Naruto…
-Quiero saber -insistió él, tomándola por la barbilla y haciéndola volver el rostro. -¡Así que cuéntame de una vez qué tenía Sasuke de especial!
-No quiero hablar de él -dijo Sakura con lágrimas en os ojos.
-Pero yo quiero que hables. Te ofrecí todo lo que tenía y me rechazaste -replicó Naruto con rabia -Y sin embargo me deseabas...
-¡No!
-Sí -murmuró Naruto con una voz que casi fue un gruñido.
-¡Desear no es suficiente! -gritó repentinamente Sakura.
-Pero sin el deseo no hay nada -indicó Naruto con devastadora simplicidad.
Y la realidad de aquella afirmación, fue como un cuchillo clavado en las entrañas de Sakura.
-No llores...-Naruto deslizó una mano por la húmeda mejilla de Sakura y ella giró involuntariamente la cabeza hacia su cálido consuelo.
La conciencia de que no podía contener sus impulsos físicos estando tan cerca de él sólo sirvió para acrecentar su tormento. Era digna hija de su madre, le dijo una vocecita en su interior, haciéndola sentir una intensa vergüenza. Naruto le había pasado una mano bajo la espalda para alzarla y los dedos le rozaron involuntariamente su ancho pecho. De inmediato percibió el calor de su carne bajo su camisa de seda.
Naruto tembló, y por algún motivo, Sakura deseó volver a provocarle el mismo efecto. Naruto murmuró algo contra su pelo y ella dejó la mano donde estaba, escuchando cómo se aceleraba su respiración y el clamoroso latido de su corazón contra la palma de su mano. El ambiente era explosivo. Sakura extendió y contrajo los dedos sobre el pecho de Naruto y de pronto, éste gimió, provocándole una repentina descarga de excitación.
-¡Maldición! -murmuró Naruto espesamente, volviendo a apoyarla sobre la cama -. ¡Contigo tengo menos control que un adolescente!
Naruto estaba temblando en el círculo de sus brazos. ¿Cuándo lo había rodeado con ellos? No parecía importante. Lentamente, locamente, Sakura experimentó una extraordinaria sensación de poder. Un momento después, aquella sensación desapareció ante el ardiente asalto de la hambrienta boca de Naruto. El cuerpo de Sakura empezó a palpitar de vida, y todo pensamiento racional la abandonó durante un tiempo incontable. El aroma de Naruto era tan dolorosamente familiar que era un afrodisíaco. Su camisa estaba entreabierta y Sakura encontró la suave y bronceada piel de su hombro con su lengua. Naruto se estremeció contra ella, pecho contra senos, muslo contra muslo, en una incontrolable explosión de excitación. De pronto, se alzó sobre ella y le arrancó violentamente el vestido. Sakura oyó cómo se desgarraba. No le importó nada.
Con un ronco gemido de placer, Naruto se inclinó sobre sus senos desnudos, acariciándolos, tocándola por todo el cuerpo. Sakura cerró los ojos, arqueó su esbelta garganta y se perdió en un mundo de sensaciones más poderosas y primitivas que nada que hubiera experimentado nunca. Deslizó las manos por su espalda, deseando tocarlo en todas partes a la vez, ardiendo por explorar su cuerpo con tanta intimidad como él estaba explorando el suyo. Clavó sus uñas contra su camisa y Naruto gimió contra su boca, mordiéndola eróticamente en los labios como castigo. Con manos impacientes, Sakura tiró de la camisa de Naruto para acariciar la carne que tanto anhelaba. Cuando él encontró con su mano el húmedo y anhelante ardor que palpitaba entre sus piernas, Sakura dejó escapar un salvaje grito. La primitiva necesidad que la tenía controlada le hacía sentirse más cercana a la agonía que la éxtasis.
- Eres mía... - murmuró Naruto -. De ahora en adelante eres mía.
Sakura abrió los ojos y se topó con la oscura mirada de Naruto, impenetrable a la luz de la luna. Notó que la boca se le secaba a la vez que recuperaba la cordura y sus músculos se tensaban en repentino rechazo. Entonces, Naruto inició una lenta caricia entre sus piernas, volviendo a provocarle un loco deseo. De pronto, se oyó un molesto sonido al fondo. Sakura trató de ignorarlo, pero, al cabo de un momento, Naruto empezó a ponerse tenso. Alzó la cabeza bruscamente y maldijo entre dientes. Un segundo después, se levantó y fue a contestar al teléfono. Sakura tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba hablando rápidamente en italiano. De pronto, apartó a un lado el teléfono, pálido, y salió de la habitación.
Sakura aún estaba aturdida por la pasión, pero al ver que Naruto salía, se irguió en la cama. ¿Habría recibido malas noticias sobre su padre? Confundida, asumió su completa desnudez y salió de la cama para ponerse una bata. Quería estar con Naruto, ofrecerle consuelo. En el instante en que reconoció aquella necesidad en su interior, cayó sentada en el borde de la cama y se cubrió el rostro con manos temblorosas. ¿Qué le estaba pasando? ¿Qué sucedía dentro de su cabeza? Durante seis años, se había dicho que odiaba a aquel hombre; sin embargo, hacía un segundo había sentido el impulso de acudir a su lado para ofrecerle su incondicional apoyo. Temerosa, trató de racionalizar sus sentimientos.
Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo, se dijo débilmente. Aquella situación la había sometido a mucha tensión. Además, estaba avergonzada ante la evidencia de que no podía resistir la abierta sexualidad de Naruto. No era extraño que sintiera una gran confusión de emociones. Estaba descubriendo cosas que la mayoría de las mujeres ya sabían cuando salían de la adolescencia. El deseo no era el amor, pero, tal vez, su puritano interior quería que se comportara como si lo fuera. ¿Qué le estaba pasando?
No sabía cuánto tiempo llevaba allí sentada cuando alzó la mirada y vio a Naruto en el umbral de la puerta. Estaba quieto y silencioso como una estatua.
Sakura tragó con esfuerzo, asustada por su actitud. - ¿Qué sucede?
Naruto soltó el aliento en un audible siseo.
-¿Por qué no me has dicho que tu padre estaba en una casa de reposo? -preguntó.
-¿Cómo te has enterado? -preguntó Sakura, irguiéndose, desconcertada.
-Mi abogado, ha tratado de ponerse en contacto con él esta tarde. Ha llamado para avisarme y acabo de hablar con el doctor Hatake por teléfono.
Sakura se puso intensamente pálida.
-¿Por qué no me lo habías dicho? -rugió Naruto en tono acusador -¿Por qué no me habías dicho que se encontraba en un estado psíquicamente inestable?
Sakura se sintió aturdida por la furia de Naruto. -No pensé...
-¿Qué pensaste? ¿Qué me daría lo mismo? -el enfado de Naruto era tan intenso que apenas pudo vocalizar su pregunta -¿Es eso lo que piensas de mí? ¿Crees de verdad que me resultaría indiferente haber conducido a un hombre al suicidio?
Sakura tembló. Expresado de aquella manera, sonaba espantoso.
-Sólo pensé que no lo consideradas… relevante.
-Relevante -repitió Naruto con visible dificultad.
-Mi padre insiste en que no trató de hacerse daño –protestó Sakura débilmente. Naruto la estaba mirando como si nunca la hubiera visto hasta entonces. Y era evidente que no le gustaba lo que veía.
-Anoche no trataste de decirme en ningún momento que tu padre se hallaba en esa situación... ¡no mencionaste en ningún momento que existiera ese peligro!– exclamó Naruto, incrédulo.
-No creí que te importara.
Naruto se puso pálido y apretó los puños con fuerza.
-¿Cómo te atreves a decir que creíste que no me importaría? ¡Y pensar que estaba a punto de hacerte el amor! ¿Qué he hecho para que me tengas en tan bajo concepto?
Sakura agachó la cabeza, repentinamente confundida y avergonzada. Era evidente que Naruto estaba totalmente horrorizado por lo que había averiguado.
-Yo... yo...
-Si hubiera sabido cuál era el estado de tu padre, habría hecho todo lo posible para aliviar su tensión. Todo -recalcó mirando a Sakura con fría intensidad -¿De verdad creías que mi deseo por ti era más importante para mí que la vida de un hombre? ¿O incluso el más mínimo riesgo de que se quitara la vida?
-No... -dijo Sakura, temblorosa.
Naruto la miró con despreció.
-¿O sólo estabas buscando una buena excusa para volver a mí sin sacrificar tu precioso orgullo?
Sakura no respondió. ¿Cuándo había transformado en su mente a Naruto en la viva imagen de la corrupción? ¿Cuándo y con qué argumentos lo había desposeído de toda emoción humana decente? ¿Por qué se había engañado a sí misma de esa forma? Porque ahora se daba cuenta de que se había engañado. ¿Le había sido más fácil culpar a Naruto por todo antes que aceptar su propia culpabilidad? Y peor aún, ¿lo había hecho simplemente para evitar enfrentarse a lo que Naruto la hacía sentir?
-Tú mismo dijiste que no había sentimientos en los negocios -trató de defenderse, desesperada -Dijiste que no tenías interés en mi padre excepto como medio para alcanzar un fin, y que ese tema te aburría.
La agresividad de Naruto disminuyó palpablemente cuando Sakura le recordó aquellas duras palabras.
-No sabía nada de la depresión de tu padre. No había oído hablar del divorcio de tus padres ni de la muerte de tu madre -murmuró.
Sakura no podía pensar con calma. Se sentía enferma. Comprendió con claridad que la noche pasada debería haberle contado de inmediato a Naruto lo que le sucedía a su padre. Sin embargo, ni siquiera pensó en decírselo. Estaba tan centrada en verlo como un sádico que permaneció en silencio.
-Debería habértelo dicho -se oyó susurrar.
Naruto no la estaba escuchando.
-Mañana me reuniré con tu padre y procuraré tranquilizarlo. No quiero llevar esa carga en mi conciencia -dijo, mirando a Sakura con gesto condenatorio -También le diré que te he ofrecido trabajar como mi secretaria.
-Eso era lo que yo...
-Créeme -dijo Naruto, interrumpiéndola -si ayer hubiera sabido lo que se ahora, ¡ni siquiera se me habría ocurrido tocarte! Sólo pensar en ti tumbada en mi cama, apiadándote de ti misma y pensando que te estabas sacrificando por la vida de tu padre... -apretó los dientes y movió las manos en un gesto de rechazo -¡Me asquea la idea, pero también hace que me den ganas de abofetearte!
-¡Ni se te ocurra! -exclamó Sakura.
Naruto alargó una mano y la atrajo hacia sí sin previa advertencia. Sus ojos parecían despedir fuego mientras la miraba.
-No eres ninguna mártir, amore... ¡eres una cobarde! -dijo con desprecio -¡Me deseas tanto como yo te deseo a ti, pero no tienes el valor de admitirlo!
-¡Suéltame! -exigió Sakura.
Naruto la soltó tan bruscamente que Sakura cayó en la cama. Girando sobre sus talones, Naruto salió de la habitación. Sakura se levantó y cerró de un portazo tras él, apoyándose luego contra la puerta. Sus ojos se llenaron de lágrimas a la vez que un confuso torbellino de dolor y otras emociones recorrían su cuerpo. No lograba comprender por qué le dolía tanto que Naruto la mirara con aquel desprecio.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Excelente OS aunque Naruto esté un poco fuera de su personalidad original , pero aún así me gustó , es obvio que ambos se desean o me atrevería a decir que se aman , a ver que pasa parece que se complicó todo porque Sakura no le dijo sobre su papá...
Conti pronto !!!
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Estefi chan- Sannin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Que capitulo tan intenso! Que orgullosa Sakura al no reconocer que ella bien que quiere con el rubio, aunque cinico en muchos aspectos, al menos con Naruto se sabe a que atenerse, me sorprendio que tuviera lado sensible, porque como se habia visto pareciese que no, y ahora que sabe la verdad de Kizashi y todo lo que paso el pobre a reaccionado muy bien, me pregunto que acciones tomara ahora con Sakura. Y con Sasuke que onda? Era guey o que? Porque nunca estuvo con ella, porque se caso entonces?!!
La historia da un vuelco y rumbo diferente al parecer.
Conti!
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hikari uzumaki- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Excelente capitulo, Naruto esta muy equivocado en la percepción que tiene hacia Sakura, es más inocente e inexperta de lo que imagina. Solo que tiene miedo de todo lo que a la sexualidad se refiere, su madre causo un gran trauma en ella.
Y lo de Sasuke es un misterio, no tiene lógica su comportamiento, primero se casa con Sakura consciente de que casi se entrega a otro senas antes de la boda, ya casados no la toca, hasta se alejaba de ella.
Leon- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Nuevos puntos de Vista
Capítulo 3
Capítulo 3
- sed de venganza:
- Una gran oportunidad para mí -continuó Kizashi Haruno con satisfacción -.Un reto era precisamente lo que necesitaba ahora, y siempre me ha gustado Escocia.
Sakura sonrió a su padre. Naruto le había ofrecido la dirección de una empresa en Glasgow. Y su padre, un hombre aparentemente derrotado unos días atrás, se había sentido tan animado por la fe de Naruto en su habilidad que había cambiado por completo de estado de ánimo. Se le veía mucho más animado que antes.
-Naruto no podría haber sido más comprensivo -murmuró Kizashi, no por primera vez -Pero yo no podía permitir que me perdonara la deuda con la empresa.
Sakura lo miró sin ocultar su sorpresa. -¿Naruto te sugirió eso?
-Sí, pero yo no quise aceptar. Aún tengo algunas valiosas antigüedades en esta casa y pienso venderlas. Quiero empezar de cero. Hace años que debí hacerlo. Nunca debí quedarme en esta casa con todos los recuerdos de tu madre -dijo Kizashi, haciendo una mueca de pesar -Pero espero verme libre de la deuda con Naruto en dos años, ¡y puede que incluso un poco antes si me aprieto el cinturón!
Sakura seguía aturdida, tratando de asimilar el hecho de que Naruto hubiera tratado de perdonar la deuda de su padre.
-Incluso cuando por fin logré convencer a Naruto de que no traté de quitarme la vida, a pesar de haber tocado fondo en mi depresión -continuó Kizashi -él insistió en mostrarse extraordinariamente generoso conmigo. Y sólo se me ocurre una explicación para su actitud.
Kizashi permaneció un momentos en silencio antes de continuar y Sakura se puso tensa.
-Tiene que estar enamorado de ti -concluyó su padre.
Sakura rió forzadamente.
-Me ha ofrecido un trabajo, papá. ¡Eso es todo!.
Kizashi movió la cabeza con gesto de duda.
-No creo que esté pensando en llevarte al Caribe a visitar a su familia sólo por tus habilidades como secretaria.
Sakura no supo qué decir, pero su padre no parecía esperar una respuesta. Era un hombre lo suficientemente astuto como para captar que había algo raro en todo aquello. ¿ Naruto enamorado de ella? Ni siquiera lograba encontrar divertida aquella idea.
No tenía noticias de él desde la última noche, hacía tres días. Naruto ya se había ido a la mañana siguiente cuando ella se levantó. Su chófer tenía órdenes de llevarla a casa. Gaara, el abogado de Naruto, la había llamado el día anterior para decirle cuándo pasarían a recogerla para llevarla al aeropuerto al día siguiente. También le dijo que Naruto se reuniría con ellos sólo para la última parte del viaje, en Miami. Ahora, mientras su padre se iba, animado ante la perspectiva de los retos que lo aguardaban, Sakura se quedó a solas con su confusión. Asombrosamente, Naruto se había tomado muchas molestias para tratar de ayudar a su padre sin herir su orgullo. Se había mostrado mucho más generoso de lo que ella podía haber esperado. Era evidente que había subestimado a Naruto. Pero él tampoco se molestó en mostrarle unos rasgos de carácter muy honorables seis años atrás. Con ella, fue despiadado, arrogante y opresivo. Sintiéndose amenazada, Sakura se aferró con todas sus fuerzas a la ilusión de su amor por Sasuke.
Había amado a Sasuke media vida y se sintió demasiado inhibida por el promiscuo ejemplo de su madre como para cuestionar la falta de interés sexual de Sasuke por ella antes de su matrimonio. Se sintió agradecida por su contención, pues la interpretó como respeto. Por primera vez, reconocía abiertamente que Sasuke había traicionado cruelmente su confianza. Debería haberle dicho la verdad. No tenía derecho a utilizarla simplemente para acallar las sospechas de su familia, condenando su relación al desastre y la infelicidad. ¿Por qué había culpado a Naruto de la miseria de su matrimonio?, se preguntó. Lo cierto era que su matrimonio habría sido un desastre aunque ella nunca hubiera conocido a Naruto... pero al conocerlo, y al confesárselo todo a Sasuke, le dio a éste una excusa tras la que esconderse. Sasuke le dejó creer que su desliz con Naruto era la causa de que se mantuviera alejado de ella en la cama. Pasó mucho tiempo antes de que admitiera finalmente la verdad.
Y en el intervalo de torturada culpabilidad, Sakura odió a Naruto y siguió odiándolo con irracional fervor. Naruto se convirtió en el foco de su amargo desengaño con la vida. Pero el sentido común le decía que nunca habría podido sentirse tan atraída por un hombre al que realmente odiara. No, lo que verdaderamente odió fue la incontrolable química que experimentaba estando cerca de él, la poderosa atracción sexual que no sabía cómo manejar y que tanto le avergonzaba sentir. ¿Y en qué situación le dejaba todo aquello ahora? Apenas había dormido las últimas noches. No podía apartar a Naruto de su mente, y eso la aterrorizaba.
Sakura subió al lujoso avión en Miami, observando todo lo que la rodeaba con un ligero fruncimiento de cejas.
-Nada como el estilo para viajar.
Gaara rió.
-Al señor Namizake le gusta que sus invitados viajen cómodamente.
-¿Quién es el señor Namizake? -preguntó Sakura al joven abogado griego, con el que había congeniado muy bien durante el resto del viaje.
Gaara la miró con incredulidad. -¿Bromea?
-¿Por qué iba a bromear? -Sakura ocupó su asiento, preguntándose cuándo aparecería Naruto. Cada vez se sentía más nerviosa ante la perspectiva de verlo.
Gaara frunció el ceño y se inclinó hacia delante.
-Minato Namizake es el padre de Naruto, señorita Haruno -dijo seriamente -Pero por supuesto que lo sabía... sólo me estaba tomando la pierna...
- El pelo -corrigió Sakura, helada por la sorpresa.
Gaara rió.
-¿Quién no ha oído hablar de Minato Namizake?
-Desde luego, ¿quién no ha oído hablar de él? -murmuró Sakura con la boca seca. Minato Namizake era uno de los hombres más ricos del mundo, y en los últimos años había vivido como un recluso, estimulando la imaginación de los medios de comunicación, que lo comparaban con Howard Hughes.
Gaara la observó atentamente.
-No lo sabía, ¿verdad? -comprendió, sin ocultar su asombro -Pero la relación es muy conocida. Naruto sustituyó hace años el apellido de Namizake por el de su madre.
Sakura maldijo interiormente a Naruto por haberse negado a informarla sobre los hechos más básicos. Su papel de supuesta prometida suya habría quedado en entredicho si hubiera revelado su ignorancia en la compañía equivocada. Minato Namizake se estaba muriendo y los medios de comunicación aún no habían hincado el diente en tan suculenta noticia. Evidentemente, Naruto apuntaba mucho más alto de lo que había imaginado, pensó Sakura, asqueada. Aquella era la clase de herencia por la que muchos habrían estado dispuestos a matar.. por no hablar de mentir y engañar.
Sakura estaba aturdida. La furia de Naruto cuando averiguó que no lo había informado sobre la depresión de su padre, la sorprendente delicadeza que mostró hacia éste a partir de ese momento... ambas cosas habían mostrado una nueva cara de la volátil naturaleza de Naruto. Pero todas aquellas recientes suposiciones se desvanecían ante su nuevo descubrimiento. ¿Habría exigido Minato Uzumaki que su hijo se casara antes de nombrarlo su heredero? A Sakura no se le ocurría otro motivo por el que Naruto quisiera montar aquella farsa. ¿Pero qué probabilidades había de que lograra engañar a un hombre como Minato Namizake?, pensó, histérica. ¿En qué lío se había metido?
La azafata estaba hablando. Sakura alzó la cabeza cuando Naruto entró y se sentó frente a ella. Su impacto fue increíblemente físico. Estaba muy atractivo con un exquisito traje color azul oscuro que resaltaba el broceado tono de su piel. Sin duda, ninguna mujer habría dejado de volver la cabeza al verlo pasar en dirección a aquella zona del avión. Estar tan cerca de Naruto era como ser golpeado por un rayo.
-Me has echado de menos -murmuró él, estirando sus largos y esbeltos muslos en una actitud de indolente relajo mientras el avión comenzaba a despegar. Apoyó la cabeza en el respaldo y observó a Sakura con un brillo felino en los ojos -Puedo sentir el calor desde aquí.
Sakura se ruborizó. Su suave boca se tensó. Se sintió atrapada en su propia debilidad, tan fácil de leer como la de una adolescente enamorada. Naruto deslizó sus ojos con sensual intensidad sobre ella, deteniendo la mirada con descaro sobre los tensos pezones de Sakura, que eran claramente visibles contra la tela de su blusa.
-¡Es por el aire acondicionado! -espetó ella, rabiosa, alzando la barbilla.
Naruto aún reía cuando el avión ya estaba en el aire. Volvió la cabeza y le dijo algo a Gaara, que estaba sentado tras él. El joven abogado dejó su asiento a la vez que aparecía la azafata con una bandeja con bebidas. Su atención estaba tan centrada en Naruto, que estuvo a punto de tropezar con el pie de Sakura. Pero fue como si no existiera, porque Naruto estaba totalmente concentrado en Sakura. Se soltó el cinturón, se levantó y se sentó junto a ella. Quitándole la bebida de las manos, la alzó del asiento con suma facilidad y la sentó en su regazo.
-¿Qué diablos... ? -empezó a decir Sakura, pero Naruto la interrumpió, apoyando las manos en sus mejillas e introduciendo la lengua en su boca en una ardiente y erótica invasión que despertó al instante todos los sentidos de Sakura. Con un ronco gemido, Naruto repitió el asalto en una descarada imitación de una posesión mucho más íntima, provocando un incendio en cada una de sus terminaciones nerviosas.
-Hay una cama muy cómoda en la cabina -dijo, sin apartar las manos del rostro de Sakura mirándola con ardientes ojos azules.
Simultáneamente, los orificios nasales de Sakura se dilataron. Obsessión. Naruto desprendía un claro aroma a aquel perfume. El estómago de Sakura se encogió dolorosamente. Había estado en íntimo contacto con otra mujer. Sakura apartó la cabeza y se puso en pie.
-Imagino que estás bastante familiarizado con esa parte de los aviones.
Naruto alzó una ceja.
-¿Quieres la verdad o una mentira piadosa? Por supuesto que ha habido mujeres en mi vida, pero nunca más de una a la vez.
Furiosa, Sakura volvió la cabeza. Sólo era capaz de oler el perfume, y estaba haciendo que se le revolviera el estómago, recordándole lo estúpidamente que era capaz de llegar a comportarse en presencia de aquel hombre. La hacía volverse lasciva e imprudente. Una cosa era reconocer su atracción por él y otra muy distinta aceptar que aquella atracción podía humillarla. Aún sentía su cuerpo cargado de deseo... Pero estaba segura de que Naruto no sufría de los mismos rigores del celibato. Había estado con otra mujer ¿y por qué no? A fin de cuentas, era el hijo de uno de los mujeriegos más famosos del siglo veinte. Cuatro esposas e innumerables amantes. Y seis años atrás, Naruto había actuado como digno hijo de su padre ofreciéndole exclusivamente sexo y buena vida, y asegurándole que el matrimonio no entraba en la ecuación. Tal vez ya era hora de que se recordara con quién estaba tratando.
-¿Qué quieres de mí?
-Juntos somos dinamita sexual. ¿Por qué negarte el placer que puedo darte? -dijo Naruto en tono burlón.
-¿Esperas que vaya a esa cabina contigo?
-Me gusta ver cómo te atormentas -contestó Naruto sin apartar la mirada de ella -Eres una criatura fascinantemente compleja. Apasionada y reprimida. Salvaje e inhibida. Y reservada, intensamente reservada...
Sakura comprimió los labios.
-No sé qué quieres decir.
Naruto tomó su vaso y la observó como si fuera un espécimen raro bajo el microscopio.
-¿Qué te hizo cómo eres? ¿Qué pasa dentro de esa preciosa cabecita? La mayoría de mis mujeres ya me habían contado su vida en nuestra segunda cita. Pero tú no me cuentas nada, ni nunca lo hiciste. Ni sobre tu familia, ni sobre tu matrimonio...
-Yo no soy una de tus mujeres -respondió Sakura, pero fue una respuesta temblorosa. Naruto estaba hurgando en la intimidad que con tanto cuidado protegía.
-Si no fuera por tu padre, ni siquiera sabría cómo murió tu marido –continuó Naruto -Resulta muy extraño que no menciones jamás ese gran amor que duró parte de tu vida.
Sakura lo miró con sus grandes ojos cargados de dolor.
-No quiero hablar sobre ello...
-¿Y no es eso extraño? Sólo hace un año que tu marido murió, y tengo entendido que lo cuidaste varios meses antes -dijo Naruto con implacable insistencia -Leucemia... tiene que ser una experiencia terrible...
Sakura quiso apartarse de él. Quiso que se callara. Quiso cubrirse los oídos. Quería huir, pero no había ningún sitio en el que esconderse. Naruto había elegido muy bien el lugar para interrogarla.
-No es asunto tuyo -dijo, cruzándose de brazos.
-Pero yo lo he hecho asunto mío -replicó él con suavidad -Para cuando llegue el momento de separarnos, todas mis preguntas habrán sido contestadas. Lo sabré todo sobre ti.
Era una amenaza. Desafiando su propia inseguridad, Sakura alzó la barbilla.
-¿Y tú piensas ser igualmente comunicativo?
-Lo dudo. Tiendo a mantenerme en silencio respecto a mis intimidades.
-¿Incluso hasta el extremo de no decirme quién es tu padre?
-Así que por fin has caído -la expresiva boca de Naruto se curvó en una sarcástica sonrisa.
-Me lo ha dicho Gaara, ¡y me gustaría saber por qué no lo hiciste tú!
-No es algo que haya tenido que ir anunciando por ahí en los últimos años. Además, carece de importancia.
De pronto, Sakura comprendió, sintiendo una punzada de dolor al hacerlo.
-No confiabas en mí, ¿verdad? -condenó con voz temblorosa -¡Sabías que yo no lo sabía y no confiaste en mí lo suficiente como para contármelo!
Naruto se encogió de hombros, impertérrito.
-Se me pasó por la mente que podrías vender la información por cientos de miles de libras en el lugar adecuado. Su muerte provocará estragos momentáneos en los mercados internacionales. Algunos especuladores podrían hacer una fortuna sabiéndolo de antemano. Y sólo con haberte puesto en contacto con la prensa amarillista habrías conseguido suficiente dinero como para saldar la deuda que tu padre tiene conmigo.
Sakura lo miró con gesto incrédulo.
-¿Y piensas que yo habría hecho eso?
-Digamos que no vi motivo para correr riesgos innecesarios.
Ella movió la cabeza, anonadada.
-¿Qué clase de mujer crees que soy?
-Una mujer dura con una aparente envoltura de fragilidad -contestó Naruto en tono secamente burlón.
-¡Nunca habría hecho algo tan repugnante! -dijo Sakura vehementemente -¡Tengo mis principios!
Los ojos azules de Naruto brillaron cuando preguntó:
-¿Y en dónde los guardaste hace seis años, amore? -Sakura notó cómo se le contraía el estómago.
-Cometí una equivocación... una tremenda e inexcusable equivocación...
Naruto sonrió irónicamente y terminó su bebida de un trago.
-¿Quién fue la equivocación, yo o él?
Aunque Sakura estaba temblando, logró controlarse. -¿Tú qué crees? -replicó.
-Que, en cualquier caso, nunca te perdonaré.
Desconcertada por la respuesta de Naruto, Sakura se puso pálida al toparse con su fría mirada.
-Ahora mismo te estás diciendo que ni quieres ni necesitas mi perdón -murmuró Naruto con asombrosa precisión -Pero pronto averiguarás que sí. Ya me echas de menos cuando no estoy contigo, ¿verdad, amore? ¿Qué tal has dormido las últimas noches? ¿Esperabas que te llamara y te preguntabas por qué no lo hacía? ¿Y cómo te has sentido al verme hoy? ¿Sexualmente excitada? Ya estás a punto de enamorarte de mí. Reconozco todos los síntomas y en este punto es en el que suelo empezar a retirarme en una relación... pero no contigo.
Sakura estaba completamente paralizada de fascinación e hipnotizada por la oscura y rica voz de Naruto. Tuvo que hacer un auténtico esfuerzo para hablar.
-Estás loco -murmuró -Nunca podría amarte.
-No me conformaré con menos -dijo él con suavidad.
Sakura rió forzadamente.
-¡Perteneces a la época de las cavernas! ¿De verdad crees que tengo tan poco control sobre mis propias emociones?
Naruto le dedicó una mirada tan insolente, que Sakura deseó abofetearle.
-No pretendo ser grosero, pero lo cierto es que tienes muy poco control sobre tu propio cuerpo...
Furiosa, Sakura lanzó el contenido de su vaso contra el rostro de Naruto.
-Y mucho menos sobre tu genio -Naruto sacó un pañuelo del bolsillo de su chaqueta y se secó tranquilamente el rostro -De hecho, tienes unas reacciones bastante infantiles cuando pierdes la cabeza. Como una chiquilla golpeando ciegamente en una pataleta - murmuró reflexivamente -Parece que no te has permitido el lujo de dejar aflorar tu rabia a menudo... de manera que no puedes controlarla, ¿no?
-¿Se ha trasladado el juego ahora al terreno del psicoanálisis, Naruto? –preguntó Sakura con profundo sarcasmo.
-En primer lugar, esto no es un juego, y en segundo lugar, estoy más interesado en el tratamiento de choque que en el psicoanálisis. No tengo la paciencia suficiente. Cuando quiero algo, lo quiero para ayer - replicó Naruto con firme suavidad -. Y ahora creo que deberías ir a tumbarte un rato. Te despertaré antes de que aterricemos en Grand Turk.
-No quiero tumbarme - protestó Sakura, sintiendo que cada fibra de su cuerpo se revelaba ante la idea de una retirada -¿Es ahí donde vive tu padre?
-No. Vive en Paradiso Cay. -Sakura volvió a sentarse con decisión. Si hablaba, no se vería obligada a pensar en el lujurioso afán de venganza de Naruto.
-¿Hace cuánto tiempo que vive ahí?
-Cinco años. Compró Paradiso cuando su salud empezó a resentirse –contestó Naruto con una falta total de emoción.
-Estás lleno de compasión.
-Mi padre no es un hombre que inspire compasión -dijo él secamente -Y se sentiría furioso si se la dieran. Ha vivido la vida exactamente como ha querido. Nunca ha seguido los consejos médicos. Fuma, bebe, le gustan las comidas fuertes y su apetito sexual fue legendario en una época. Nunca ha visto la necesidad de mostrarse moderado y, que yo sepa, nunca ha considerado las necesidades de otro ser humano por encima de las suyas...
Sakura tragó con esfuerzo.
-Estás describiendo a un monstruo, Naruto.
Naruto rió espontáneamente.
-Puede que para ti lo sea, pues la contención en todos los aspectos es tu icono sagrado, ¿verdad? Todo claro y ordenado, nada impredecible...
Confundida, Sakura apartó la mirada de él. -Estabas hablando de tu padre.
-Es volátil y muy orgulloso, y lamenta con amargura su creciente falta de salud. Luchará por su vida hasta el último instante y, probablemente, morirá maldiciendo a todos los que le sobrevivan.
-¿Eso te incluye a ti?
-Espero que no -los fuertes rasgos de Naruto se ensombrecieron antes de que se encogiera de hombros -Pero es muy difícil saber por dónde puede salir Minato. Le encanta sorprender a la gente. Es un gatito un momento, y al siguiente un depredador.
-Entonces se parece mucho a ti -murmuró Sakura.
-Al menos en mi caso, lo que ves es lo que obtienes.
¿Pero qué veía ella?, se preguntó Sakura, apartando una vez más la mirada. Naruto había sido tan amable con su padre y tan cruel con ella... Había esperado hasta el vuelo, para decirle lo que le tenía preparado. Pero no podía obligarla a enamorarse de él. Apretó los dientes, rabiosa. ¿Cómo podía haber pensado que ella habría sido capaz de vender al mejor postor la revelación de la cercana muerte de su padre? Eso le había dolido, por supuesto. Recordó la convicción con que le oyó decir que el conocimiento era un arma peligrosa en manos de una mujer. Evidentemente, Naruto debía haberse sentido seriamente traicionado en alguna ocasión por alguna mujer, y ese recuerdo le hacía estar siempre en guardia, haciéndole mantener un punto de vista cínico y suspicaz respecto a todas las mujeres... ¿Pero por qué se estaba dejando envolver de aquella manera?, se preguntó Sakura. ¿Qué le importaba a ella todo aquello? Todo lo que había entre Naruto y ella era sexo. Una pasión incontrolable por su parte y lujuria por la de él. O, más bien, afán de venganza. El sexo era simplemente el medio del que pensaba valerse para atraparla.
-Apestas a perfume, Naruto. Creo que deberías darte una ducha - la sugerencia surgió inesperadamente de labios de Sakura, y fue difícil saber cuál de los dos se quedó más sorprendido.
-¿Scusi? - dijo Naruto en italiano, mirándola con frialdad.
Sakura arrugó la nariz con desagrado.
-Es pegajoso...
-¿De qué estás hablando?
-La dama ha dejado su huella, querido -dijo Sakura con exagerada dulzura -Su perfume. Hueles a varios metros de distancia.
Naruto la miró fijamente, con gesto burlón. Una lenta sonrisa curvó sus labios.
-Serías una magnífica detective... Te veo protegiéndote de la lluvia bajo un portal, buscando la prueba de un adulterio. Desafortunadamente para ti, Sakura, no soy un hombre casado...
-¡No tengo el más mínimo interés en saber lo que estabas haciendo ayer por la noche!
-No pudo ser anoche -dijo Naruto, arrastrando la voz -Esta mañana me he duchado.
Sakura volvió a levantarse, enfurecida por el tono burlón de Naruto.
-¿De verdad crees que me importa cuándo o con quién hayas estado?
-Con una de mis abogados en Nueva York -dijo Naruto indolentemente -Un metro setenta y cinco, rubia... mi obsesivo pecado. Estaba tan salvaje y caliente como yo. Nos vimos durante la hora del desayuno.
Sakura se quedó paralizada, sin poder creer que Naruto le estuviera confesando aquello.
-Y a la hora de comer. Ella es insaciable - continuó Naruto en tono elocuente -. Subimos a mi apartamento y lo hicimos en el suelo, en la cama, en el baño, en la mesa de la cocina... y luego llamó a una amiga y entonces fue cuando de verdad empezó la diversión. Ha sido una suerte que llegara a tiempo de tomar el avión.
Sakura se apartó. Se sentía como si la estuvieran descuartizando. Temió vomitar ante Naruto.
-¿No quieres oír todo lo que hicimos? -Naruto alzó una ceja, aparentemente sorprendido y luego suspiró -Me alegro, porque mi imaginación se estaba agotando. ¡Toma!
Una pequeña caja envuelta en papel de regalo cayó a los pies de Sakura, pero ésta apenas la vio antes de verse obligada a volverse y entrar corriendo al baño para vomitar de la forma más humillante lo que había comido hacía un rato. Oyó que Naruto soltaba una imprecación y deseó haber tenido tiempo de cerrar la puerta. Lo último que esperaba de él era ayuda. Pero Naruto se hizo cargo de ella, presionando un paño húmedo contra su frente y ofreciéndole un vaso de agua para que se aclarara la boca. Luego tomó en brazos su tembloroso cuerpo y la tumbó en una cama.
- ¡Era una broma! - dijo, sentándose junto a ella.
Sakura cerró los ojos, demasiado aturdida como para comprender, y, bruscamente, giró sobre sí misma, curvándose en posición fetal y manteniéndose tan alejada de él como pudo.
-¡No ha sucedido nada! ¿Crees que soy un pervertido o algo por el estilo? –dijo Naruto, frustrado -¡Lo he inventado todo! Te he dado lo que parecías esperar. Sí tengo una especie de amazona rubia en mi plantilla, pero es como una especie de tanque, está felizmente casada y tiene cuatro hijos. Nunca se me ocurrirá volver a comprarte un perfume.
Sakura arrugó la nariz para contener las lágrimas. Habría preferido que la quemaran viva antes que llorar ante Naruto.
-Si estuvieras colgado de un barranco por las manos, te pisaría los dedos – dijo temblorosamente.
Oyó el sonido de papel desgarrado. Una botella de Obsession cayó a su lado.
-El nombre llamó mi atención -dijo Naruto -y la tonta que estaba tras el mostrador me roció con el perfume sin previo aviso. Eso fue ayer y aún no he conseguido librarme de él.
Se produjo un largo silencio entre ellos. Sakura se mordió la mano que tenía contra la boca, pero no pudo controlar los temblores que aún la recorrían.
-Lo siento -Naruto parecía frustrado y furioso, consigo mismo -No quería disgustarse. Lo cierto es que hace meses que no me acuesto con ninguna mujer. ¿Es eso lo que querías oír?
Angustiada, Sakura pensó que lo que de verdad quería oír era que Naruto no se había acostado con otra mujer en seis años. Ya no tenía secretos para él. Ninguna simulación de orgullo ni ningún secreto sobreviviría tras lo que le había hecho pasar. No soportaba pensar en él con otra mujer... En su subconsciente, durante todos aquellos años Naruto habla sido suyo. Y hasta ahora no había sabido que aquella loca creencia existía en su interior. Pero no tenía ningún derecho a sentirse posesiva respecto a Naruto, ninguna excusa para sentirse desgarrada por los celos.
-¿Qué estás pensando? -preguntó Naruto.
-¡Bastardo! -exclamó ella, impotente.
-¿Te fue infiel Uchiha?
Uno y uno sumaban dos. Dos y dos sumaban cuatro. Naruto ya estaba sacando conclusiones. Sakura no se sintió con fuerzas para despistarlo.
-No -dijo con cautela.
Pero ella había crecido a la sombra de una constante infidelidad. Su madre nunca se mostró avergonzada de su promiscuidad. La libertad sexual era una droga destructiva a la que estaba enganchada, y cuanto mayor se hacía Sakura, más había aireado Mebuki sus creencias y sus amantes. Obligada a vivir en medio de la tormentosa y destructivo relación de sus padres, también se vio forzada a vivir en silencio al margen, sin tomar partido. Tal vez fue entonces cuando empezó a reprimir sus emociones.
-Querías saber por qué nunca hablo sobre mi familia -dijo en tono abatido -Ahora voy a hacerlo. Una vez echaron a mi madre del Deangate porque la dirección sospechó que acudía allí a ligar.
-¿A ligar? -repitió Naruto como si aquella palabra le fuera desconocida.
-Solía abordar algún hombre en el bar y subir a su habitación. No por dinero, sino por diversión. A veces los llevaba a casa... la primera vez, yo tenía diez años -confió Sakura temblorosamente -No sabía que mi madre estaba en casa. Yo estaba haciendo mis deberes en la cocina cuando la oí reír. Subí a su habitación y vi que se estaba desnudando ante un hombre...
Naruto soltó el aliento en un siseo.
-¿Qué hiciste?
-Salí corriendo y se lo conté a Sasuke. Él me dijo que no contara nada –una amarga risa escapó de la garganta de Sakura -Nunca lo dije. Se suponía que la princesita de papá no podía saber cosas como ésa. Pero todo el resto de la población sabía que mi madre era la fulana local. Los chicos del colegio solían reírse de ella y me pedían que hiciera toda clase de cosas... interesantes con ellos; después de todo, era la hija de una aficionada con muchas dotes. ¿Tienes puesta la grabadora, Naruto? Odiaría que te perdieras algo de esto...
-Basta -dijo Naruto ásperamente, rodeando a Sakura fuertemente con los brazos a pesar de su resistencia.
-Nunca acepté ninguna cita porque sabía lo que se esperaría de mí. Y nunca tuve una mejor amiga. La afición de mi madre era demasiado conocida, y nadie quería dejar a sus hijas venir a mi casa; ¿cómo iba a ser yo una buena chica teniendo unos antecedentes familiares de esa clase? Papá adoraba a mi madre... ¿puedes creerlo? -murmuró Sakura, asqueada -Simulaba que no pasaba nada y eso significaba que yo también debía simular… excepto con Sasuke. ¿Estoy mencionando su nombre lo suficiente para ti, Naruto?
-No quiero volver a oírlo -dijo él con aspereza, deslizando una mano por la rígida espalda de Sakura -¿Por qué no se divorció tu padre de ella?
-Porque la quería.
-Eso no es amor, es masoquismo...
-Mi madre no quiso divorciarse de papá hasta que tú compraste la empresa -susurró Sakura-Por fin hubo suficiente dinero para financiar su marcha. Se marchó una semana después, dejando a mi padre casi sin nada. Creo que papá pensó que sólo era un arrebato y que regresaría pronto. Pero nunca volvió... jamás quiso volver a saber nada de nosotros...
-¿Y eso te dolió?
-Sí -por primera vez, Sakura admitió ante sí misma que le dolió. Aunque su madre nunca le había mostrado afecto, la marcha de Mebuki y su posterior silencio recalcaron con demasiada evidencia su desinterés. Y eso le había dolido, pero Sakura había enterrado ese dolor.
-Duérmete -dijo Naruto con gran suavidad.
Agotada, sintiendo que su mente flotaba libremente tras sus pesados párpados, Sakura dejó que su cuerpo se relajara y se quedó dormida.
Sakura despertó sobresaltada. Recordaba vagamente la llegada en helicóptero a la isla. El desajuste de horario la tenía totalmente aturdida. Salió de la cama y miró su reloj. Eran las ocho de la tarde.
Una mujer delgada, con aspecto de ser el ama de llaves de la casa, fue su salvadora cuando llegó. Se ocupó de ella, echando a Naruto de la habitación y quedándose junto a la cama hasta que se durmió. ¿Pero qué la había poseído el día anterior? ¿Por qué le habló a Naruto sobre las miserias de su adolescencia? Le había contado cosas que ni siquiera le había contado a Sasuke. Y al hacerlo se sintió liberada de la pesada carga de aquellos desagradables recuerdos, casi como si los hubiera exorcizado, dejándolos definitivamente en el pasado, que era donde debían estar. En un momento de debilidad le había revelado sus recuerdos más íntimos... ¿y por qué no se sentía mal al respecto?
Contempló la enorme y opulenta habitación en que se encontraba, con sus sillones de brocado, floreros y exquisito mobiliario. El vestidor y el baño eran igualmente impresionantes. Su equipaje había sido deshecho y colgaba de los armarios. Parte de su tensión se desvaneció al comprobar que la ropa de Naruto no estaba allí. Al parecer, no iba a compartir la cama con él, cosa que la hizo sentirse aliviada.
Acababa de salir de la ducha y se estaba secando el pelo con una toalla cuando creyó oír a alguien en la habitación. Se puso el albornoz rápidamente y salió. Una mujer alta, con un ceñido vestido se hallaba junto a la ventana. Cuando se volvió, su largo y liza cabellera de color azabache voló en torno a sus estrechos y blancos hombros, y unos grandes ojos perla se fijaron en Sakura. Sin duda, era una de las mujeres más bellas que había visto en su vida.
-Soy Hinata -murmuró la mujer, mirando a Sakura con inquietante intensidad -. Bienvenida a Paradiso.
-Sakura Haruno -contestó Sakura, preguntándose si su bella anfitriona, Hinata Namizake, que debía de tener pocos años más que ella y también era inglesa, recibiría siempre a sus invitados entrando en sus habitaciones sin previo aviso.
Hinata caminó en torno a la habitación, tocando con sus pálidas manos esto ajustando aquello, antes de pasar junto a Sakura para entrar en el vestidor y contemplar su vestuario. Un momento después, volvió a la habitación.
-¿Te ha comprado Naruto toda esa ropa como parte de la farsa?
-¿Disculpa? No te sigo -Sakura mantuvo la compostura, aunque notó cómo crecía la tensión en su interior.
Hinata rió y la miró con gesto divertido.
-Sé que es una farsa. ¿Cuánto te va a pagar Naruto? ¡Si eres buena, te doblo el sueldo!
-No sé de qué estás hablando -dijo Sakura secamente.
-Incluso las paredes tienen oídos... ¿es eso lo que te ha dicho? -Hinata se encaminó hacia la puerta -Pero no hace falta que disimules ante mí. A fin de cuentas, sé que sólo conoces a Naruto desde hace una semana...
-Conozco a Naruto desde hace seis años.
Hinata se detuvo y se volvió.
- Eso es imposible.
La tensión de Sakura crecía por momentos.
-¿Por qué es imposible?
-Estabas casada y Naruto... -confundida por lo que había dicho Sakura, Hinata frunció el ceño y luego alzó una imperiosa ceja -Oh, así que esa es la historia. Muy inteligente. Minato la apreciará. La cena es a las nueve. No te retrases -dijo en el mismo tono que habría empleado para dirigirse a una empleada.
Sakura notó que las rodillas se le debilitaban cuando la puerta se cerró. ¿De qué se trataba todo aquello? ¿De dónde obtenía Hinata su información? ¿Cómo sabía que había estado casada? ¿Se lo habría dicho Naruto? Pero Naruto no podía haberle dicho a su padre que su compromiso era una farsa... Lo más probable era que Hinata simplemente estuviera tratando de sacarle información.
Frunciendo el ceño, Sakura eligió un vestido de seda dorado que consideraba muy elegante... hasta que había visto a Hinata y la mansión en la que vivía. «¿Cuánto te va a pagar? Si eres buena te doblo el sueldo». La sugerencia de que Hinata y Naruto estaban compinchados había sido muy clara. Sakura tragó con esfuerzo, notando que el estómago se le encogía. Naruto tenía algunas explicaciones que darle.
Una doncella la acompañó a lo largo de una interminable serie de pasillos hasta una palaciega escalera que conducía al salón en el que finalmente entró. Al ver que la mujer que la había atendido al llegar se acercaba a ella con un vestido negro adornado con un opulento broche de diamantes, Sakura supo que ya había cometido su primera equivocación. Al parecer, no se trataba del ama de llaves, sino de Ino, la hermana de Naruto.
-¿Cómo te sientes, Sakura? Iba a enviarte a la habitación una bandeja con comida más tarde -dijo, tomándola por el brazo y guiándola firmemente hacia el centro de la habitación -Tiene mucho mejor aspecto, ¿verdad, Naruto? Hinata, esta es Sakura...
Hinata alargó una lánguida mano hacia ella, como si todavía no se conocieran.
-Déjame ver tu anillo -dijo, entusiasmada, sosteniendo los dedos de Sakura con sorprendente fuerza -¡Es maravilloso! ¿Quién lo eligió, tú o Naruto?
-Los dos -dijo Sakura, apartando la mano, pero cuando iba a alejarse de Hinata, ésta enlazó su brazo con el de ella.
-¿Qué aspecto tenemos juntas, Naruto? -preguntó Hinata, riendo -¡Es tan pequeña, Naruto!
Naruto avanzó hacia ellas, devastadoramente elegante con su esmoquin. Sus ojos azules profundos como el oceano. Sakura percibió cierta tensión en él, pero su sonrisa ladeada fue una obra de arte de la frialdad.
-¿Cómo te sientes, amore?
Hinata soltó el brazo de Sakura. Ésta se apartó de ella, aliviada.
-Creo que nunca volveré a subir a un helicóptero.
Naruto le tomó la mano y se la besó.
- Estás preciosa -murmuró roncamente.
Acto primero, escena primera... el amante latino, pensó Sakura. Naruto la condujo a un sofá e hizo una seña para que le trajeran una bebida. Sakura se sentó, fijándose de reojo en el enfurecido rostro de Hinata. Ino se sentó junto a ella y empezó a hablar animadamente de ropa, bloqueando la visión de su cuñada. Naruto fue hasta una ventana y permaneció allí de pie, de espaldas a ella. Segundos después, Hinata se colocó junto a él. Un sonido llamó la atención de Sakura. Al volver la cabeza, vio en la entrada del salón a un hombre grande y fuerte sentado en una silla de ruedas. Minato Namizake tenía el pelo rubio y un rostro carnoso y lleno de arrugas. Trataba de respirar con esfuerzo a la vez que alejaba de sí furiosamente con un brazo al enfermero que lo acompañaba. Sus ojos recorrieron el salón y se centraron en Sakura con perceptible fuerza.
-Ven aquí -ordenó con brusquedad, como un anticuado potentado.
Sakura volvió la mirada hacia Naruto en busca de ayuda. Sonreía con genuina diversión. Finalmente, se levantó y caminó hacia el anciano con la cabeza alta y los hombros echados hacia atrás.
-¡Camina como una reina, Naruto! –Minato Namizake sometió a Sakura a un detenido examen de pies a cabeza -Pequeña. Senos a la medida. Temperamento -concluyó, leyendo con precisión en los brillantes ojos de Sakura.
-¿Le gustaría comprobar mi dentadura? -preguntó ella.
Minato la miró un momento, sorprendido, y luego rompió a reír.
-Espíritu y sentido del humor... me gusta. ¿Pero puedes darle hijos a Naruto? -preguntó abiertamente -Eso es lo más importante.
-No para mí -contestó rápidamente Naruto, pasando un brazo por la cintura de Sakura.
-Cinco años de matrimonio y ningún hijo -argumentó Minato con fiereza -Piénsatelo, Naruto... ¡Haz que le hagan algunas pruebas y me mantendré callado!
Sakura no podía creer que aquella conversación estuviera teniendo lugar. Naruto dijo rápidamente algo en griego y su padre hizo un gesto con las manos en señal de desprecio. Se anunció que la cena estaba lista. Mientras salían del salón tras Minato, Sakura le susurró a Naruto:
-¡Quiero hablar contigo!
-Si lo que quieres es pelear, lo haremos en privado -respondió Naruto entre dientes, lanzándole una oscura mirada -¡Bastante tengo ahora tras soportar la idea de Uchiha acostándose contigo durante cinco años!
Sakura se puso pálida, pero no respondió.
La mesa era circular. Para Sakura, fue un alivio que Ino se sentara a su lado. No se sentía con ánimos de volver a mirar a Naruto.
-Los hijos son muy importantes para los hombres griegos de la generación de mi padre -murmuró la hermana de Naruto, dando un suspiro -No tenía intención de herir tus sentimientos.
Tras media hora contemplando a Minato Namizake en acción era evidente que no le importaba nada lo que los demás pensaran sobre lo que dijera o hiciera. El mero hecho de que Sakura fuera mujer la colocaba en posición de inferioridad. Hinata era diferente en presencia de su marido. Sonreía y charlaba animadamente, mostrándose muy amistosa con Sakura. Comía poco, pero su copa de vino tenía que ser constantemente rellenada. Naruto y su padre hablaban en griego.
Sakura estaba dando un sorbo a su café cuando sucedió. Con un gutural sonido de furia, Minato alargó una mano, arrancó de la mano de su esposa la copa de vino y la arrojó contra la pared. Con total despreocupación, Hinata se cubrió la boca con la mano para ocultar un bostezó.
-Creo que me voy a retirar -dijo, mientras un sirviente recogía los restos de la copa.
Minato gruñó algo en griego y encendió un puro, sin mostrar la más mínima preocupación por el silencio que había provocado con su gesto. Luego hizo un impaciente gesto en dirección a su hija.
De inmediato, Ino murmuró animadamente:- ¿Te apetece tomar un poco de aire fresco, Sakura? Si quieres, podemos salir a la terraza.
Mientras salían del comedor, Sakura oyó que Minato tosía violentamente a causa del puro. Por mucho que lo intentó, no logró experimentar ninguna compasión por él.
-Mi padre no es un hombre sensible -dijo Ino con cuidadoso énfasis cuando las puertas se cerraron tras ellas -No dejes que te disguste. Ojalá hubieras visto lo contento que se puso cuando supo que Naruto estaba comprometido. Mi hermano tiene treinta años y empezábamos a temer que nunca se casara.
-¿Hace cuánto tiempo que Naruto no veía a su padre? No habla mucho sobre su familia - añadió Sakura rápidamente, temiendo haber metido la pata.
Pero el redondo rostro de Ino se limitó a adquirir una expresión resignada.
-Casi nueve años. Pero yo siempre me he mantenido en contacto con Naruto, por supuesto. Me siento muy unida a él desde que era un niño -dijo con evidente cariño. Yo tenía dos años cuando nació; era un bebé precioso - añadió, suspirando al recordar.
-¿Cómo era su madre? -preguntó Sakura, animándola a continuar.
-Era muy guapa. De lo contrario, Minato no se habría casado con ella -Ino rió con suavidad, pero enseguida se puso seria -Creo que, durante una temporada, papá quiso de verdad a Kushina, pero él quería más hijos y ella no pudo dárselos. Por eso se divorció de ella. Fue un amargo divorcio. Naruto quería vivir con su madre, pero mi padre no dejó que Kushina se lo llevara...
-¿Por qué no?
-Naruto era su hijo -dijo Ino y suspiró -Desafortunadamente, Naruto era muy protector con Kushina y culpó a su padre por hacerle daño. Entonces fue cuando empezaron los problemas entre ellos. Minato se puso furioso... su hijo pequeño atreviéndose a condenarlo. Entonces Minato volvió a casarse y Kushina murió. Naruto no había visto a su madre en muchos meses y eso le hizo amargarse aún más. Finalmente fue a un colegio interno. Cuando cumplió los dieciocho años tomó el apellido de su madre. Nunca he visto a Minato más enfadado que entonces. Para él, era el peor insulto. Está inmensamente orgulloso de su apellido.
Pero padre e hijo habían vuelto a encontrarse nueve años atrás y Sakura sentía gran curiosidad por saber qué había ocurrido para que volvieran a romper. Lo suficiente como para cercenar todo lazo familiar, según palabras de Naruto.
-Pero finalmente lo perdonó, ¿no? -dijo, sin poder evitarlo.
Los rasgos de Ino se tensaron visiblemente y su mirada se endureció.
-No creo -dijo, reflexivamente -Pero esta vez sí. Mi padre está deseando recuperar a su hijo. Es consciente del poco tiempo que le queda. Puede que no lo admita nunca, pero está realmente orgulloso del éxito logrado por Naruto sin su ayuda -de pronto, Ino rió y se inclinó hacia Sakura para susurrar: -Te diré un secreto. Minato tiene un álbum en el que pega todos los recortes de prensa relacionados con Naruto. Pero Naruto no lo creerá hasta que lo vea con sus propios ojos -su agradable rostro se suavizó al palmear el brazo de Sakura -Me alegra mucho que Naruto haya logrado volver a enamorarse. Temía que nunca se casara. Un hombre más débil podría haber visto destruido para siempre su fe en las mujeres después de aquella traición, pero...
Sakura estaba a punto de preguntar a qué traición se refería cuando un sirviente salió a la terraza para decirle algo a Ino.
-Discúlpame. Mi padre quiere verme.
-Creo que yo me iré a la cama -dijo Sakura, pero mientras Ino se alejaba trotando obedientemente, decidió quedarse fuera un rato más. Su mente estaba demasiado acelerada en esos momentos como para dormirse.
Alguna mujer a la que Naruto había amado lo había traicionado. Sakura sintió un inexplicable dolor al pensar en Naruto amando a una mujer tan intensamente. ¿Pero por qué? ¿Era un problema de ego? Seis años atrás, Naruto no la amaba, no le abrió su corazón, no trató de persuadirla con la pasión... Le ofreció el espacio vacío que había en su cama y el límite de tiempo de su aburrimiento. Un frío y arrogante ofrecimiento de «tómalo o déjalo». ¿Era ese el motivo por el que pudo dejarlo tan fácilmente?
Apoyada contra la barandilla de la terraza, Sakura recordó el día que acudió al Deangate Hotel. Estaba muy furiosa. Acababa de estar en el despacho de su padre y había encontrado a éste con la cabeza entre las manos.
Flash Back
-He vendido Amory -murmuró Kizashi, como si no pudiera creerlo él mismo -Se la he vendido a Naruto. Sin financiación, la empresa iba a hundirse. No tenía elección. Es mejor tener dinero en el banco que la bancarrota... y supongo que tu madre se alegrará.
Sakura llamó a la puerta de Naruto con toda la fuerza de su rabia. Abrió él mismo.
-Respira profundamente -sugirió Naruto al ver su congestionado rostro -Supongo que tu padre te lo ha dicho...
-¿Cómo te atreves a robarle Amory? -preguntó Sakura, rabiosa.
Naruto le sirvió una copa de coñac y se la entregó en silencio. Sakura la bebió de un golpe, indignada por la frialdad mostrada por Naruto.
-No se la he robado; se la he comprado. Por bastante más precio del que vale dado el actual estado de la empresa - dijo él con calma -Y no soy un hombre conocido por su generosidad. Si no fuera por ti, no la habría comprado. Tu padre no sabe lo afortunado que es contando con alguien tan valioso.
-¿Qué diablos tengo que ver yo con esto?
-Si te hubieras rendido la pasada semana -contestó Naruto con suavidad -yo le habría financiado lo necesario para sacar adelante la empresa y él seguiría siendo dueño de su negocio.
Sakura lo miró, asqueada. Naruto acababa de cargar sobre sus hombros con fría crueldad la responsabilidad de la pérdida de Amory. Y aún quedaban peores cosas por llegar.
-Esta semana, como supongo que habrás adivinado, la oferta ha concluido y en lugar de financiar la empresa la he comprado -continuó Naruto perezosamente -Y la próxima semana, ya no podré seguir considerando la posibilidad de que tu padre continúe en ella como director gerente...
-¡Eso es chantaje! -dijo Sakura, incrédula.
-Eso son negocios -replicó Naruto.
Entonces Sakura enloqueció y se lanzó contra él. Estaba tan furiosa, que no recordaba exactamente lo que hizo, pero Naruto terminó por perder también el control sobre su genio. Sakura acabó de espaldas en el sofá, con Naruto encima de ella... y entonces empezó todo, y la rabia se fue transformando en ardiente calor e incontrolable pasión. Una pasión que a ella le pareció después vergonzosa e incomprensible. Pero Naruto no la obligó a someterse a su boca ni a las caricias de sus manos. Ella participó plenamente. Odiándolo, deseándolo, necesitándole, odiándose a sí misma... Naruto había despertado en ella una mujer que no reconocía y que después no quiso recordar.
Cuando fueron interrumpidos, se sintió totalmente anonadada por lo sucedido. Pero el rostro de Naruto destellaba de triunfo. Deslizó una mano insolentemente íntima sobre un seno de Sakura, en un arrogante gesto de posesión sexual.
- Díselo a Uchiha esta noche -murmuró con voz ronca -Todo ha acabado. ¿Por qué has luchado tanto contra mí? Supe desde el principio que llegaríamos a esto.
Y Sakura siguió allí tumbada, escuchando, mientras por dentro sentía que moría por lo que había estado a punto de hacer y por lo que Naruto quería hacer de ella. Lo odió con ardiente ferocidad en aquel momento de amarga humillación. Pero ese no fue el motivo por el que huyó corriendo del Deangate. Ni mucho menos. Huyó debido al terror que le produjeron sus propias respuestas a Naruto, totalmente convencida de que era una mujer tan perdida por el sexo e inmoral como su madre. Naruto era la primera tentación con la que se topaba, y no había sabido hacerle frente.
Fin Flash Back
Sólo la madurez le había hecho comprenderse mejor a sí misma. Ella era una mujer sana y normal, pero durante seis años se había visto obligada a reprimir y negar todas sus necesidades físicas. La completa indiferencia de Sasuke hacia ella como mujer le había hecho mucho daño, destruyendo la fe que pudiera tener en su propia feminidad. Naruto le había enseñado que tenía necesidades sexuales como cualquier mujer, pero, aquel día en el hotel, cuando tenía veinte años, el enfrentamiento con aquellas mismas necesidades hizo que se sintiera amargamente avergonzada de ellas. Pero ahora no estaba obligada a ningún hombre, ¿y por qué iba a avergonzarse de los naturales impulsos físicos de aquel aspecto de su naturaleza?, se preguntó, repentinamente enfadada. A fin de cuentas, la atracción sexual era lo que hacía que el mundo siguiera dando vueltas.
Ya sabía que no era como su madre, dispuesta a meterse en la cama de cualquier hombre que le gustara, se dijo con firmeza. Si hubiera sido como Mebuki, ya lo habría averiguado de sobra a esas alturas. En realidad, sacando a Naruto de su vida podría haber seguido viviendo como una monja. Pero Naruto le había vuelto del revés con una ardiente mirada; sólo él tenía la habilidad de infiltrarse en su mente con pensamientos eróticos y hacer que se derritiera como miel entre sus brazos. Por primera vez en su vida, Sakura estaba tratando de aceptar la poderosa fuerza del deseo sexual, en lugar de huir aterrorizada y avergonzada de ella. Pero aceptarla no significaba que quisiera actuar guiándose por ella.
Se apartó lentamente de la barandilla y volvió a su habitación. Cuando abrió la puerta, vio que la luz estaba encendida. Naruto estaba sentado en su cama, sin la chaqueta ni la corbata. Estaba a punto de atacarle verbalmente cuando recordó que le había dicho que quería hablar con él.
-Supongo que este es el lugar más privado que podemos encontrar –dijo Sakura con frialdad -He tenido una visita muy interesante de tu madrastra antes de la cena. -Naruto se mostró impasible al oírla.-Sugirió que nuestro compromiso era una farsa y quiso saber cuánto me estabas pagando -continuó ella -Luego me ofreció doblarlo.
-Sólo estaba tanteando el terreno -dijo Naruto despreocupadamente.
-Parecía basar sus convicciones en la creencia de que acabábamos de conocernos la semana pasada...
-Me pregunto de dónde habrá sacado eso -murmuró Naruto, aunque no parecía especialmente interesado en el tema.
-Le dije que hacía seis años que te conocía y creo que asumió que le estaba sugiriendo que habíamos tenido una aventura durante mi matrimonio, aunque no sé si me creyó -Sakura sintió que los latidos de su corazón se aceleraban al ver que Naruto se levantaba y se acercaba a ella -Lo que me gustaría saber es por qué estaba tan convencida de que nosotros...
-Ignórala...
-Naruto, me gustaría mucho acostarme...
-Tu equipaje ya ha sido trasladado.
Sakura abrió los ojos de par en par.
-¿A dónde ha sido trasladado?
-A mis habitaciones, ¿a dónde si no? -respondió Naruto secamente, abriendo la puerta y mirándola con gesto expectante -¿De verdad crees que iba a resultar creíble que durmiéramos separados?
Pero cuando llegó al otro extremo de la villa Sakura comprendió que alguien se había mostrado muy interesado en mantenerlos separados, al menos de noche. ¿Ino?
La habitación de Naruto era una suite completa, con dos baños. Como un autómata, Sakura entró con su camisón y su bata en uno de ellos, se cambió, y diez minutos después se metió en la gran cama vacía, ocupando el extremo más alejado de uno de los lados. Dudaba que algún milagro de última hora la librara esa noche. Naruto salió del otro baño y dejó caer su albornoz en el suelo. Miró unos momentos a Sakura con masculina satisfacción y ella se encogió bajo las sábanas.
Naruto estaba de pie en la penumbra. Los largos y musculosos planos de su cuerpo dorado eran una gloriosa visión de exuberante virilidad, y sakura sintió cómo se agitaba el deseo en su interior, como un secreto e insidioso invasor. Se ruborizó intensamente y cerró los ojos, aturdida por aquella sensación y la repentina timidez que se apoderó de ella. Notó que la boca se le secaba cuando Naruto se acercó a la cama. Se sentía como de gelatina, asustada. ¿Cómo iba a salir de aquello? Si Naruto le hacía el amor, ¿descubriría que aún era virgen? Seguro que no, se dijo, prefiriendo pensar en lo que vendría después que en el acto en sí. Había leído que la primera experiencia sexual de una mujer podía resultar a menudo decepcionante.
Naruto la contempló en total silencio. Lentamente, alargó un dedo y lo deslizó por el voluptuoso labio inferior de Sakura.
-¿Por qué eres tan tímida? -susurró, maravillado.
-¿Tí... tímida? -Sakura rió forzadamente. Podría haberle dicho la verdad.
Hasta ese momento, cada vez que Naruto la había tocado había sido por sorpresa. No le había dado tiempo a pensar. Pero aquello era diferente
-¡No seas ridículo!
-También parece que tienes fiebre -inclinándose hacia ella, Naruto le pellizcó con suavidad una mejilla.
-No quiero hacer esto -protestó Sakura.
-No eres ninguna virgen... -murmuró Naruto con repentina insolencia, y sus ojos brillaron con dureza -Eso se lo diste a él. Le diste a él lo que debería haber sido mío...
Era tan primitivo y arrogante.... pensó Sakura ¿Cómo se atrevía a decir eso después de cómo la había tratado ese día? Pero nunca oiría de sus labios que él había sido su primer amante. Se llevaría ese secreto a la tumba con ella.
-¡Machista! -replicó entre dientes.
La expresión de Naruto se endureció visiblemente y Sakura se puso pálida, sabiendo por instinto que no debía haberlo provocado.
Un par de poderosas manos descendieron hacia ella, tomándola por las caderas. Naruto la alzó contra el duro calor de su masculinidad, poniéndola en contacto directo con toda la fuerza de su excitación.
-Si me haces daño... ¡gritaré hasta que se caiga la casa! -jadeó Sakura, trémula.
-¿Hacerte daño? ¿Qué clase de animal crees que soy? -preguntó Naruto, frunciendo el ceño con gesto de incredulidad.
Un animal muy masculino, pensó Sakura temerosamente.
-No tengo intención de hacerte daño -afirmó Naruto, bajando lentamente su cabeza.
Tomó con su boca los labios entreabiertos de Sakura con ardiente y hambrienta pasión. Entrelazó una mano en su rosado cabello, sujetándola como si temiera que fuera a escaparse. Pero en el instante en que sus bocas se tocaron, Sakura supo que debía rendirse a lo inevitable. Al cabo de unos segundos, su temor desapareció bajo la boca de Naruto, y pensar racionalmente empezó a resultarle imposible. Naruto inclinó la cabeza sobre sus senos y ella entrelazó sus dedos impotentemente entre su espeso pelo. Cuando Naruto tomó entre sus labios un tenso y rosado pezón, Sakura dejó escapar un gemido. Jugueteó con él hasta que cada célula nerviosa de Sakura palpitó de anticipación. Se sintió como consumida por el fuego. La boca de Naruto en su seno le producía un increíble placer, pero cuando empezó a emplear la lengua y los dientes, prácticamente enloqueció, poseída por un deseo tan intenso que no le dejó pensar en nada más. Se retorció debajo de Naruto, demasiado caliente como para estar quieta, perdiendo salvajemente el control.
-Tenemos toda la noche -murmuró Naruto con voz espesa, alzando la cabeza.
Sakura lo miró, ciega de pasión e, instintivamente, alargó los brazos hacia él para volver a atraerlo hacia sí, porque Naruto se había atrevido a pararse y ella no podía soportarlo. Naruto la abrazó con una ronca risa.
-Frena un poco -dijo con suavidad.
Sakura deslizó los dedos por los rizos rubios que cubrían su pecho, trazando la magnífica musculatura que había debajo de ellos. Oyó la respiración acelerada de Naruto y entonces éste le tomó la mano y la llevó hacia abajo, hasta su dura y palpitante erección, asombrándola y sobresaltándola.
-Acaríciame -susurró él.
La piel de su miembro era suave como el terciopelo y estaba caliente y muy tensa, y Sakura no pudo evitar sentirse alarmada por su tamaño. Alzó la mirada hacia Naruto, sintiendo una repentina timidez. Naruto le dedicó una sonrisa vibrantemente divertida y se movió contra ella.
-Alguna vez te enseñaré... pero qué sorprendente laguna en tu educación -culminó su comentario volviendo a tumbar a Sakura de espaldas con la fuerza de su boca.
La cordura se desvaneció de la cabeza de Sakura como arena entre sus dedos. Naruto la besó hasta dejarla sin aliento, haciéndole sentir que se derretía. Entonces Naruto alzó la cabeza de nuevo y se deslizó con dolorosa lentitud a lo largo del cuerpo extendido de Sakura, haciendo el amor con su boca a cada parte que podía alcanzar. Introdujo la punta de la lengua en su ombligo a la vez que le acariciaba con los dedos los tiernos pezones y ella gimió. No podía permanecer quieta, pero él la obligó a hacerlo con sus poderosas manos, obligándola a soportar cada enloquecedor segundo de su tenaz asalto. Y cuando le separó los muslos y acarició con sabios dedos el centro de su deseo, suave y deslizante como la miel, Sakura gritó su nombre, moviendo sus caderas con un ritmo que nadie tuvo que enseñarle.
Instintivamente, Sakura atrajo a Naruto hacia sí, desesperada por sentir su contacto. Él se colocó sobre ella y, separándole los muslos, la penetró en un solo movimiento, permaneciendo quieto a continuación, con cada músculo del cuerpo ferozmente tenso mientras gemía con la desnudez del placer. A Sakura le dolió tanto, que estuvo a punto de desmayarse.
Volvió la cabeza a un lado para ocultar su reacción, sintiéndose agradecida de que el dolor parecía desvanecerse con rapidez. Naruto dejó escapar una imprecación y se detuvo.
-Te estoy haciendo daño...
-¡No!
-Entonces, relájate.
Pasando las manos bajo las caderas de Sakura, Naruto se hundió aún más en su húmedo refugio. Esa vez no hubo dolor. De hecho, Sakura dejó escapar un sollozo de increíble placer. Y el placer regresó en poderosas oleadas, invadiéndole, recorriéndole toda con rejuvenecedora energía.
Naruto empezó a moverse con más fuerza y rapidez, de forma casi salvaje, lanzando a Sakura finalmente a un explosivo clímax de tal intensidad que tuvo que dejar escapar un prolongado grito de su garganta para expresarlo a la vez que se estremecía incontrolablemente. Murmurando su nombre, él empujó una última vez, temblando violentamente con la intensidad de su propia liberación. Unos segundos después, Naruto se tumbó de espaldas, abrazando a Sakura contra sí con tal fuerza que ésta apenas podía respirar. Se sentía completamente aturdida, y permaneció como una muñeca de trapo sobre él, con el rostro enterrado en el hueco de su hombro, aspirando con la nariz su sensual y caliente aroma. Estaba en el séptimo cielo. En el fondo de su mente se preguntaba cuándo volvería a hacérselo Naruto. El rostro le ardió. Era una desvergonzada, pero no podía evitarlo. Nada podría haberla preparado para aquella dosis de placer. Aún asombrada por su propia respuesta, empezó a sentir una increíble ternura hacia él.
Su boca se curvó en una silenciosa caricia contra la bronceada piel de Naruto. Y, de pronto, la verdad la golpeó como un rayo. «Estoy enamorada de él», reconoció Sakura, anonadada. Un estremecimiento de incredulidad recorrió su cuerpo. «Lo quiero tal y como es, con su genio, su arrogancia, su tenaz insistencia». Se sintió como si la tierra hubiera desaparecido repentinamente bajo sus pies. El silencio empezó a alcanzarla en su nuevo y tierno estado de vulnerabilidad.
-Extraordinario -murmuró Naruto con suavidad -Me ha dado la sensación de que eras virgen. Si no fuera por el anillo que solías llevar, estaría totalmente convencido de que he sido tu primer amante.
Tensa como la cuerda de un arco, Sakura dejó escapar una estrangulada risa.
-No seas ridículo...
-¿Estaba alucinando? Te he hecho daño...
-No. Sólo has sido un poco... rudo- murmuró ella precipitadamente. Naruto se colocó de lado y la miró. Sakura se puso pálida al toparse con toda la fuerza de sus azules ojos, pero seguía decidida a silenciar cualquier duda que tuviera -Ha pasado mucho tiempo desde...
-Rudo - repitió Naruto, mirándola con furia a la vez que la soltaba bruscamente -Necesito una ducha -dijo, saliendo de la cama.
Sakura se volvió y encontró un punto fresco en la almohada. No había sido un comentario especialmente generoso, comprendió con retraso, ruborizándose. No le resultaba fácil engañar, pero el orgullo y la lealtad a la memoria de Sasuke la habían hecho permanecer en silencio.
-¿Qué diablos es esto?
La incredulidad que había en la voz de Naruto hizo volverse a Sakura. Naruto extendía hacia ella una foto enmarcada. Estaba poseído por tal feroz incredulidad que no lograba sostenerla sin temblar. Era de Sasuke. Sakura se quedó boquiabierta. Estaba en el fondo de su bolsa de viaje. No tenía intención de haberla llevado, y lo cierto era que había olvidado por completo su existencia hasta ese momento.
-¿De dónde la has sacado? -preguntó.
-¡Estaba en el tocador! -espetó Naruto.
-¡Yo no la he puesto ahí!
-¡Pero la has traído contigo! -bramó Naruto, tirando la foto violentamente a un lado -A mi habitación...
-Yo no la he traído a tu habitación -dijo Sakura con voz temblorosa.
Naruto dio un paso adelante y la alzó de la cama, furioso. Asustada, ella trató de soltarse, sin conseguirlo. La dejó caer desde cierta altura sobre un sofá que tenía la elasticidad de una roca.
-Dormirás aquí... ¡no te quiero en mi cama!
Sakura estaba completamente desnuda y se sentía humillada. Naruto sacó una manta de un armario y la arrojó sobre ella. Cubriéndose torpemente, Sakura se levantó y caminó hacia la puerta.
-No pienso quedarme aquí para que me insultes... ¡maldito hombre de las cavernas!
-Si pones un pie en ese pasillo, la vigilancia electrónica te captará en una cámara. Los guardias de seguridad de mi padre se divertirán mucho viéndote. ¡Adelante!
Sakura dudó un momento y enseguida retiró la mano del pomo de la puerta como si la quemara. Sin mirar una sola vez en dirección a Naruto, volvió al sofá, temblando de furia.
-Suponía que harías eso -dijo él, arrastrando la voz -Y será mejor que te acostumbres a tomarte como un privilegio la posibilidad de dormir en mi cama...
-¡Miserable bastardo! -exclamó Sakura
-Y por cierto... ¡te encanta que sea rudo! -replicó Naruto.
-¡Cállate ya!
«No lo quiero», se dijo Sakaura ferozmente, acurrucándose en el sofá. «¡Lo odio! De pronto, pensó que Naruto estaba terriblemente celoso de Sasuke. ¿Cómo le había llevado tanto tiempo darse cuenta de algo tan evidente? Sonrió en la oscuridad, apretando los puños. No le importaba si no lograba pegar ojo. Estaba segura de que él tampoco podría hacerlo.
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Excelente capitulo !! hubo lemmon , soy feliz XD
Sabía que ambos se amaban era tan obvio , pero son tan necios que no lo quieren reconocer , pero creo que algunas cosas van a cambiar xDD
Espero conti pronto !!! No tardes !!!
Saludos
Sabía que ambos se amaban era tan obvio , pero son tan necios que no lo quieren reconocer , pero creo que algunas cosas van a cambiar xDD
Espero conti pronto !!! No tardes !!!
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Estefi chan- Sannin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
me encanto este capi,por la parte de lemon:_kuku: .Odio la actitud de Naruto a veces, que cruel al botar a Sakura al sofa
Mariland amo tus historias y tus one shots; que mal que te cancelaron. Yo veia adaptaciones muy buenas y tambien una buena escritora no dejas que esto te pare!
Te extraño mariland!!!
Mariland amo tus historias y tus one shots; que mal que te cancelaron. Yo veia adaptaciones muy buenas y tambien una buena escritora no dejas que esto te pare!
Te extraño mariland!!!
sukiyaki- Novato
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
¡¡Hola Mariland!! *-* te extrañe... Quería decirte que amo tus historia e_e son apasionadas y deseosas, no se, son geniales, y este Os no estuve esperando ¡¡Por días!! incluso creí que ya lo dejarías ahí Y sufrí... ¡¡Por favor nunca lo dejes!! y por favor continuarlo rápido a cambio de estos días que has tardado no se T.T... porfis. También tus otras historias, llevo leyendo casi toda T.T... y no soporto quedarme con la duda quiero leer mas.
En cuanto a tu historia, me gusta *-* es un amor masoquista, no se, es extraño or que se aman y no lo dicen al contrario, se pelean mas... Yo creo que la foto la puso Hinata e_e y espero que Naruto se de cuenta de que Sakura es virgen o bueno.. era... ¡¡Que se de cuenta que el fue el primero!! *-* eso seguro le levanta el animo y lo haga sentir culpable por la manera en que saco a Sakura de su cama ¬¬ Si muy bien, alguien lo traiciono alguien que él amo.. ¡Pero sakura no es así! o tal vez era ella.. como sea son cosas mías pero síguelo ya!! *-* También es ta hayyyyy!!! me da ganas de hacer que Sakura le diga que lo ama y se vaya, sí Naruto entenderá o que Naruto al fin confiese todo y deje de ser tan necio caray!!!!!!!!!!! Bueno espero el siguiente con ansias ¡¡No tardes!! si puedes subelo hoy :3 o mañana es que ya quiero saber mas :p adios, gran Lemon pero me gustaria que fuera mas con amor aww como sea, chaoooo
En cuanto a tu historia, me gusta *-* es un amor masoquista, no se, es extraño or que se aman y no lo dicen al contrario, se pelean mas... Yo creo que la foto la puso Hinata e_e y espero que Naruto se de cuenta de que Sakura es virgen o bueno.. era... ¡¡Que se de cuenta que el fue el primero!! *-* eso seguro le levanta el animo y lo haga sentir culpable por la manera en que saco a Sakura de su cama ¬¬ Si muy bien, alguien lo traiciono alguien que él amo.. ¡Pero sakura no es así! o tal vez era ella.. como sea son cosas mías pero síguelo ya!! *-* También es ta hayyyyy!!! me da ganas de hacer que Sakura le diga que lo ama y se vaya, sí Naruto entenderá o que Naruto al fin confiese todo y deje de ser tan necio caray!!!!!!!!!!! Bueno espero el siguiente con ansias ¡¡No tardes!! si puedes subelo hoy :3 o mañana es que ya quiero saber mas :p adios, gran Lemon pero me gustaria que fuera mas con amor aww como sea, chaoooo
Uno- Sannin
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¿Qué te importa?
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Hola, nueva lectora –umm, bueno ni tan nueva…
Soy particularmente fanática de tus historias (todas) las seguía en anónimo. No tenia cuenta ni nada pero eso no evitaba que te leyera (aunque me picaban los dedos por comentar) y un determinado día leyendo ( Morir por complacer) que lo cierran y reviso y todas las que seguían estaban en el mismo estado. Como no tenía idea, que me da la rabieta del mes y me hago a una cuenta y pongo una sugerencia-queja xD…y le sumamos a eso que te han Baneado, demonios que me trepe por las paredes.
De verdad que es una lástima, tus historias son geniales y me han encantado TODAS…
Pero indudablemente he saltado en una pata cuando vi conti xD…me alegro que regresaras.
Ahora al capi
Vaya manera la bromear de Naruto kun (a mi me salen con eso y se quedan sin descendencia de por vida -_-) aunque pa’que son bobadas pero me descuaderne de risa xD
No me jodas, de verdad se puede fingir no ser virgen??? Siempre que leo algo así me lo pregunto xD…sinceramente y siendo realista me parece imposible, joder que eso duele y mucho, caray xD,,, rayos, siento que soy demasiado explicita xD pero que le puedo hacer, una de las grandes incógnitas surgidas desde que leo novelas es esa x3…como diablos se puede negar lo innegable U.U…estoy bastante viejita, pero demonios que me acuerdo de eso y ¡caramba!! Me sigo preguntando si Naru enserio le creyó la idiotez que dijo sakura O.O?..Vamos que él es listillo además Minato dijo algo importante. Qué hay de los hijos??. Se supone que si amaba tanto a su marido y estaba medio moribundo (o muriendo de lo que sea que tuviera) al menos sakura debió tratar de embarazarse para tener algo de ese ser que tanto amo…nose, nose que Naru empiece a sacar conclusiones xD…
Enserio que no me imagine que el capi terminaría así..(Chasquea la lengua con fastidio) saku debería de dejar de ser tan obstinada y sincerarse con Naru, diablos!! Que el animal verde crece a pasos agigantados y bloquea a naru xD. Obvio el pobre no puede estar más enfermo de celos y encima sakurita no es muy astuta LOL ¡rudo! Enserio no se le ocurrió algo más que decir. Lo siento pero me convulsiono de risa …
Nuevamente me alegro que continuaras con esta historia, mujer que me tenias de los nervios sin saber qué hacer!! si no sabía cómo terminaba este culebrón me daría el “pata tus”
Saludos
sakuita
Soy particularmente fanática de tus historias (todas) las seguía en anónimo. No tenia cuenta ni nada pero eso no evitaba que te leyera (aunque me picaban los dedos por comentar) y un determinado día leyendo ( Morir por complacer) que lo cierran y reviso y todas las que seguían estaban en el mismo estado. Como no tenía idea, que me da la rabieta del mes y me hago a una cuenta y pongo una sugerencia-queja xD…y le sumamos a eso que te han Baneado, demonios que me trepe por las paredes.
De verdad que es una lástima, tus historias son geniales y me han encantado TODAS…
Pero indudablemente he saltado en una pata cuando vi conti xD…me alegro que regresaras.
Ahora al capi
Vaya manera la bromear de Naruto kun (a mi me salen con eso y se quedan sin descendencia de por vida -_-) aunque pa’que son bobadas pero me descuaderne de risa xD
No me jodas, de verdad se puede fingir no ser virgen??? Siempre que leo algo así me lo pregunto xD…sinceramente y siendo realista me parece imposible, joder que eso duele y mucho, caray xD,,, rayos, siento que soy demasiado explicita xD pero que le puedo hacer, una de las grandes incógnitas surgidas desde que leo novelas es esa x3…como diablos se puede negar lo innegable U.U…estoy bastante viejita, pero demonios que me acuerdo de eso y ¡caramba!! Me sigo preguntando si Naru enserio le creyó la idiotez que dijo sakura O.O?..Vamos que él es listillo además Minato dijo algo importante. Qué hay de los hijos??. Se supone que si amaba tanto a su marido y estaba medio moribundo (o muriendo de lo que sea que tuviera) al menos sakura debió tratar de embarazarse para tener algo de ese ser que tanto amo…nose, nose que Naru empiece a sacar conclusiones xD…
Enserio que no me imagine que el capi terminaría así..(Chasquea la lengua con fastidio) saku debería de dejar de ser tan obstinada y sincerarse con Naru, diablos!! Que el animal verde crece a pasos agigantados y bloquea a naru xD. Obvio el pobre no puede estar más enfermo de celos y encima sakurita no es muy astuta LOL ¡rudo! Enserio no se le ocurrió algo más que decir. Lo siento pero me convulsiono de risa …
Nuevamente me alegro que continuaras con esta historia, mujer que me tenias de los nervios sin saber qué hacer!! si no sabía cómo terminaba este culebrón me daría el “pata tus”
Saludos
sakuita
sakuita- Novato
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Eso fue increíblemente intenso O.o
Con que Sakura no pudo controlarse, eh? XD
Se ve que los dos lo disfrutaron hasta el repentino cambio de humor gracias al comentario de Saku.... aunque creo que Naruto se sobrepasó tirándola así sobre el sofa y tratandola de esa manera... u,u
Argh! Ya quiero próximo capi XD
Con que Sakura no pudo controlarse, eh? XD
Se ve que los dos lo disfrutaron hasta el repentino cambio de humor gracias al comentario de Saku.... aunque creo que Naruto se sobrepasó tirándola así sobre el sofa y tratandola de esa manera... u,u
Argh! Ya quiero próximo capi XD
Sheik- Jounin
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En mi esquinilla, comiendo helado en Narnia ?)
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Arpia
Capítulo 4
Capítulo 4
La comida se sirvió en el exterior, bajo el esplendor de un círculo de frondosos árboles. Minato Namizake examinó a Sakura con gesto divertido al verla llegar. Ésta se ruborizó mientras se sentaba. Una de las doncellas la había despertado y no había tenido mucho tiempo para prepararse. Cuando volvió a alzar la mirada, vio que Naruto la contemplaba con indolente satisfacción. El rubor de Sakura se intensificó con los eróticos recuerdos de la noche pasada.
Naruto la había llevado de vuelta a la cama mientras dormía, pero no sabía si lo había hecho por consideración hacia ella o para que la farsa no se descubriera. Sakura se sintió asaltada por una nueva inquietud. Ahora que eran amantes se sentía mucho más consciente de la farsa en la que se había embarcado y se veía empujada a cuestionar los motivos de Naruto. ¿Pretendía simplemente satisfacer a su padre enfermo? ¿O había una razón mucho más interesada detrás de todo aquello?
Hinata llegó en aquel momento, con un vestido flojo y una pamela que le daba el aspecto de una actriz de una película de los años veinte. Pintoresca y asombrosamente bella, ocupó su asiento. Tanto Minato como Naruto habían contemplado cómo se acercaba hacia ellos por la explanada de hierba. Había que concederle que sabía cómo hacer una entrada, pensó Sakura irónicamente.
-Un brindis... -anunció Minato, alzando su copa de vino -Por Naruto y Sakura. La boda se celebrará el martes.
La mano de Sakura se puso a temblar y su copa se inclinó, dejando caer unas gotas de vino sobre el mantel. Volvió la mirada hacia Naruto y leyó en sus azules ojos una señal de advertencia; para que no dijera nada, para que no hiciera nada.
Hinata suspiró y apoyó una mano en el brazo de su marido.
-Creo que has sorprendido a tu hijo, Minato. ¿No crees que debería ser él quien tomara la decisión? Espero que no te importe que...
Irritado, Minato movió el brazo para librarse de la mano de su esposa.
-¿Desde cuándo pido tu opinión para algo? -preguntó con rudeza.
-Te lo agradezco -murmuró Naruto con suavidad tras unos momentos de tenso silencio -pero Sakura y yo no tenemos intención de casamos hasta el año que viene.
-¡El año que viene! -repitió Minatos en tono mordaz -¿Acaso pretendes privar a tu padre del derecho de ver a su hijo casado?
Naruto se puso tenso. Dijo algo en griego, pero Minato hizo un despótico gesto con la mano para hacerlo callar. -¡Ya basta! -replicó en inglés -Ya está arreglado. Las invitaciones están listas. ¡Menuda familia!, ¡Esperaba un poco más de gratitud después de esta sorpresa!
Sakura bajó la mirada mientras Minato deslizaba la suya retadoramente en torno a los comensales. ¿Cómo era posible que ni ella ni Naruto hubieran previsto que pudiera suceder algo así? Minato Namizake se estaba muriendo. No era de extrañar que quisiera adelantar la boda. Pero Naruto iba a tener que encontrar alguna forma de salir de aquel atolladero! Y sólo tenía tres días para conseguirlo...
-Volaremos a Miami para comprar el vestido -anunció Ino animadamente.
-Contrata a un modisto -dijo Minato secamente -Pero que venga él aquí.
-No creo que pueda organizar una boda con tanta precipitación –murmuró Hinata con frialdad.
- Tú no tienes nada que ver en esto -gruñó Minato -Ino se hará cargo de todo.
Sin duda, aquella fue la comida más tensa a la que Sakura había asistido en su vida. Cuando Minato se fue a echar la siesta, se levantó de la mesa aliviada y se encaminó hacia las escaleras.
-Sakura... -oyó que Naruto la llamaba cuando ya había bajado la mitad de los peldaños. Al volverse hacia él, vio que Hinata estaba en lo alto de las escaleras, observándolos. Parecía furiosa.
-¿Cómo piensas salir de este lío de la boda? -preguntó tensamente, volviendo a mirar a Naruto.
El echó atrás la cabeza y rió repentinamente. -¡No pienso hacerlo!
Sakura no podía creer lo que estaba oyendo.
-La única forma de evitarlo sería diciendo la verdad -explicó Naruto con suavidad -y eso es imposible.
-¡Podrías decirle a tu padre que no estás seguro de tus sentimientos hacia mí! -protestó Sakura.
Naruto siguió bajando las escaleras por delante de ella. -Esa sería la última excusa que podría darle.
-¿Pero por qué? -preguntó Sakura, frustrada - ¡Él se ha casado cuatro veces! ¿Cómo no va a comprender algo así?
Naruto no respondió, limitándose a seguir caminando hacia la playa. Sakura lo alcanzó sin aliento.
-¿Qué te parece si salimos a navegar? -sugirió él perezosamente, como si la conversación que mantenían hubiera concluido.
-¡Naruto! -exclamó Sakura, tratando de mantener su paso mientras se dirigían a un muelle de madera en el que se hallaba atracado un inmaculado yate blanco.
-Nos casamos y luego nos divorciamos -dijo Naruto, impaciente -¡Tampoco es para tanto!
-¡Claro que es para tanto!
Naruto se detuvo y se volvió a mirarla. Sus ojos destellaron peligrosamente.
-¿De verdad, amore? Te casaste con Uchiha sin amor. ¿Por qué no quieres hacerlo conmigo?
Sakura se puso pálida.
-Eso... eso no es cierto.
-Si lo hubieras querido de verdad, nunca me habrías permitido ponerte una mano encima -murmuró Naruto secamente.
-Estás tratando de cambiar de tema...
-No necesito hacerlo. Hicimos un trato. Tres meses de tu libertad -le recordó Naruto con dureza -Y después de haber visto a mi padre, dudo que sobreviva a ese periodo de tiempo.
Involuntariamente Sakura percibió el dolor que había en aquella estimación de Minato. Estaba presente en su áspera voz y en sus tensos rasgos, pero Sakura sintió el dolor a un nivel más profundo, pues lo que sentía por Naruto había acrecentado su sensibilidad hacia todo lo relacionado con él. De pronto, vio con claridad que Naruto quería realmente a su padre. Era posible que hubiera decidido montar aquella farsa sólo para satisfacer los deseos de Minato.
-Lo siento -murmuró -Supongo que desearías haber venido a verlo hace años...
-No. Nuestra relación sólo está funcionando en estas circunstancias –replicó Naruto -Minato y yo nunca nos hemos llevado bien. Creo que es algo habitual entre padre e hijo. Sólo la falta de tiempo ha llegado a unimos. Hace que yo me vuelva más tolerante y él más generoso...
Sakura tuvo que hacer un gran esfuerzo para no abrazarlo.
-Supongo que habías pensado en la posibilidad de que te exigiera casarte antes...
-Sí Naruto se encogió de hombros -Pero es una pequeñez si eso le satisface.
-Pero para mí no es una pequeñez, Naruto -murmuró Sakura mientras se acercaban al yate. Naruto no tenía derecho a exigirle aquello, sobre todo después de admitir que había previsto aquella situación sin molestarse en advertirla.
-No te retendré ni un día después de su muerte.
Aquella afirmación fue como una bofetada para Sakura. Amaba a Naruto, sin poder evitarlo, sin esperanza, pero eso no significaba que tuviera que convertirse en una especie de cordero de sacrificio para él. Algún día no lejano Minato moriría y todo habría acabado. La farsa terminaría para siempre. Pero ella no quería añadir un falso anillo de boda a su amargura. ¿Pero no le debía algo a Naruto por la delicadeza que había mostrado con su padre? Ella había hecho un trato con él. Un trato... ¡Dios santo!, reflexionó dolorosamente, ¿le había entregado su cuerpo la noche pasada simplemente como parte del trato? El estómago se le encogió al pensarlo.
Naruto la sujetó por la cintura, tomándola por sorpresa, y la alzó a la cubierta del yate. Dos hombres pertenecientes a la tripulación salieron de la cabina y hablaron un momento con él. Después, Naruto se volvió hacia Sakura y la rodeó con los brazos, atrayéndola hacia sí, poniéndola en inquietante contacto con su musculoso cuerpo.
-¿Te gusta navegar? -preguntó.
-No lo he hecho demasiado -sintiéndose manipulada, Sakura se puso rígida y trató de luchar contra la oleada de calor que amenazaba con consumirla -Pero no cambies de tema.
-No hay más que decir -murmuró Naruto -Además, en esta situación haría cualquier cosa por aplacar el temor de mi padre.
-¿Temor? -dijo Sakura, frunciendo el ceño.
Naruto se tensó perceptiblemente.
-El temor de que no me case.
-¿Pero por qué iba a producirle temor eso? -Sakura quería que Naruto le dijera lo que ya le había contado su hermana.
-Mi padre se casó por primera vez siendo un adolescente, y no logra asimilar que yo siga soltero.
Sakura se sintió decepcionada. Naruto le estaba mintiendo, o, al menos, ocultaba algo. No confiaba en ella. A pesar de la intimidad a la que habían llegado la noche pasada, seguía manteniéndola alejada. Pero ella no tenía la habilidad necesaria para dejarse llevar por la razón en lugar de los sentimientos.
-Tu padre no parece especialmente feliz en su actual matrimonio –dijo secamente.
-Hinata tiene cuarenta años menos que él. ¿Esperabas que fueran la pareja ideal? Minato está bastante satisfecho. Nunca ha buscado más que dos cosas del sexo femenino: habilidad para decorar el dormitorio y capacidad de reproducirse.
Sakura se quedó helada. Probablemente, Hinata sólo se había casado por dinero, pero no había duda de que pagaba por ello. Se preguntó si Naruto sólo buscaría en las mujeres lo mismo que su padre. De momento, a ella sólo la estaba utilizando. Debía enfrentarse a esa realidad. Y aún no sabía por qué estaba allí, ni sabía si el principal motivo de que Naruto hubiera montado aquella farsa estaba relacionado o no con la herencia. De pronto, se preguntó si sería ese el motivo por el que Hinata había tratado de influir sobre Minato para retrasar la boda. ¿Estaría compitiendo con Naruto por lo mismo? No sabía qué pensar, pero ahora reconocía que se sentía mucho más insegura después de haber hecho el amor con Naruto. Podía vivir con el engaño si sólo era cuestión de satisfacer a un hombre moribundo, pero le resultaría intolerable y cruelmente humillante aceptarlo en otros términos.
-Estás muy silenciosa -sin previo aviso, Naruto deslizó una mano por el costado de Sakura, hasta abarcar con ella uno de sus senos, haciéndola estremecerse.
-¡No! -protestó Sakura, sintiendo que los ojos se le llenaban de lágrimas. Se sentía tan vulnerable... Anhelaba las caricias de Naruto, pero se preguntaba qué significaban realmente para él.
Entonces Naruto alzó la mano y le acarició con dulzura la mejilla.
-Quiero olvidar Paradiso y a sus ocupantes durante una tarde -murmuró con voz ronca -Cuando te hago el amor, todo lo demás desaparece de mi cabeza; es el olvido más dulce que conozco.
Sakura sintió el acelerado latido de su corazón. Se volvió para observar a los dos navegantes que desplegaban las velas, consciente de cuánto quería creer a Naruto. El yate navegaba en torno a Paradiso. Ya que la isla era muy pequeña, apenas le llevó tiempo hacerlo.
Naruto la acompañó a la cómoda cabina del yate y le enseñó los bañadores que había disponibles para ella. Sakura eligió el bikini menos atrevido. Cuando salió a la cubierta, vio que los dos miembros de la tripulación se alejaban en la motora.
-¿Por qué se han ido?
-Para que podamos estar a solas -contestó Naruto, divertido por la pregunta de Sakura a la vez que deslizaba la mirada por sus redondeados senos y caderas.
Sakura se ruborizó intensamente.
Naruto se quitó la camisa y la dejó a un lado descuidadamente.
Tenía un torso verdaderamente magnífico, Sakura tuvo que sacar la lengua para humedecerse los labios al ver que empezaba a quitarse los vaqueros. Esperaba que bajo estos apareciera un bañador, pero sólo apareció la piel desnuda y dorada de Naruto.
-Nunca me pongo nada cuando nado.
-Ya veo -hipnotizada por la visión, Sakura lo observó como una colegiala mientras Naruto saltaba del yate al agua y empezaba a nadar.
Ella bajó al mar por las escaleras. El agua estaba deliciosamente templada. Tras nadar un rato, se puso a flotar boca arriba, dejando que los rayos del sol cayeran sobre su cuerpo como una rejuvenecedora droga.
Naruto pareció a su lado.
-No te veo muy activa.
-¡No se te ocurra hacerme una aguadilla ni nada parecido! -le advirtió Sakura, nerviosa.
Naruto la besó y ella olvidó por un momento mover las manos, pero él la sujeto antes de que se hundiera.
-Flota -sugirió con suavidad, divertido.
Media hora después, Sakura estaba en una tumbona, con un daiquiri en la mano y una profunda sensación de relajación en todo el cuerpo. Abrió los ojos tras las gafas al sentir que el glorioso calor del sol disminuía repentinamente debido a la sombrilla que estaba colocando Naruto.
-Aguafiestas -murmuró.
-Te vas a quemar... y si te quemas no podré tocarte -dijo él.
-Preferiria quemarme...
-Mentirosa -Naruto alargó hacia ella unas manos que no admitían discusión y ella tembló cuando sus acalorados cuerpos se tocaron. El se había deshecho de la toalla que llevaba a la cintura.
-¿No crees que deberías ponerte alguna ropa? -sugirió Sakura.
-Creo que necesitas unas clases de anatomía -dijo Naruto, riendo indolentemente, observando las coloradas mejillas de Sakura -¿Se desvestía él en la oscuridad?
-¡Esa pregunta es muy desagradable! -Sakura se enfureció repentinamente por la confianza que Naruto mostraba en su sexualidad. ¿Acaso pensaba que iba a convertirla en una especie de esclava a través del sexo? -Y volviendo al tema que no dejas de evitar, quiero que tengas muy claro que no estoy dispuesta a incluir una boda auténtica en esta farsa.
Naruto la miró y acercó su cuerpo lenta y eróticamente hacia ella, obligándola a hacerse consciente de su erección.
-Todos tenemos que hacer a veces cosas que no queremos.
-¿Significa eso que tú tampoco quieres? -preguntó Sakura, tratando de controlar el tembloroso anhelo que estaba despertando Naruto en ella con tan insultante facilidad.
-La última recompensa que querría ofrecerte sería un anillo de bodas...
Los ojos color esmeralda de Sakura se abrieron de par en par.
-¿Recompensa? ¿Consideras una recompensa pasar por una repugnante parodia de ceremonia?
Naruto sonrió irónicamente.
-Parodia o no, será un verdadero matrimonio y tú serás mi esposa... al menos por una temporada.
-¡Sapo engreído! -espetó Sakura-¿De verdad crees que eso sería una recompensa? ¡Sería un castigo! A diferencia de ti, aún siento cierto respeto por el sacramento del matrimonio. Para mí, no es sólo algo que pueda utilizar. ¡Tú serías capaz de utilizar cualquier cosa y a cualquiera para obtener lo que quieres!
Naruto se apartó bruscamente de ella, mirándola con desprecio.
-¿Eso crees? -preguntó secamente -Hace seis años pude contarle a tu padre la intimidad a la que habíamos llegado tú y yo, ¡y estoy seguro de que él habría hecho cualquier cosa para evitar que te casaras con Uchiha!
Sakura apartó su furiosa mirada de él. Nunca había pensado en aquella posibilidad.
-¡Yo mismo podría haber convencido a Uchiha de que no se casara contigo haciéndole ver la humillación que habría supuesto para él que se supiera lo sucedido! -continuó Naruto con amarga convicción -Pero no lo hice. Me mantuve en silencio. Me retiré... dejé que tomaras tú la decisión...
-¡Maldito seas! -exclamó Sakura -No me dejaste tomar ninguna decisión. ¡Me trataste como a una prostituta!
-Eso no es cierto.
-Sí lo es. ¡Y no te atrevas a olvidar la presión y el chantaje a que me sometiste previamente! -argumentó Sakura con igual convicción -Yo nunca lo he olvidado. No hiciste el más mínimo esfuerzo por comprender cómo me sentía. Había traicionado a Sasuke. Le había hecho algo imperdonable al hombre que creía amar. ¡Pero a ti no te importó nada cómo pudiera sentirme!
Naruto permaneció muy quieto, mirándola con ojos penetrantes.
-Has dicho... el hombre que creías amar. ¡De manera que finalmente lo admites! ¡Finalmente admites que no lo amabas!
Sakura se levantó y se apartó de él, maldiciendo su impulsivo lengua. Aferró con fuerza la barandilla del barco, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.
-Creía que lo amaba... después comprendí que no era así... al menos, no como debería haberlo amado.
-¡Después! -dijo Naruto despectivamente, añadiendo a continuación algo en griego que, por el tono, pareció una maldición.
Angustiada, Sakura cerró los ojos y respiró profundamente. Al ver que no decía nada, Naruto añadió: -¡Y no te traté como a una prostituta!
-¡Hace diez días me llamaste precisamente eso por lo que hice aquel día! Y así fue como me trataste -replicó Sakura con firmeza -Yo sólo tenía veinte años y ninguna experiencia con un hombre como tú. Fuiste tú el que se aprovechó, Naruto..
-Te deseaba -interrumpió él con aspereza.
-¿Y eso lo justifica todo? ¿A pesar del precio que tuve que pagar? La lealtad es algo muy importante para mí. Apenas pude vivir conmigo misma después... y todo por lo que para ti fue una mera diversión. ¿Mereció la pena, Naruto? -preguntó Sakura con voz temblorosa.
-No -murmuró él en tono repentinamente reservado -Mirando atrás, veo que no mereció la pena.
Sakura se volvió hacia él involuntariamente. Su afilado perfil podría haber estado cincelado en mármol. De pronto, quiso que le discutiera aquel punto, lo que era una locura. No debió tocarla aquel día, pero ninguno de los dos fue capaz de controlarse. Ahora lo veía con claridad. Él se vio tan dominado por la pasión como ella.
Naruto condujo el yate al muelle. Sakura no podía esperar a bajar. El introvertido estado de ánimo de Naruto le resultaba insoportable. Se sentía apartada, como si no existiera. Pasó largo rato preparándose para la cena, tomando un baño de una hora y dedicando a su pelo mucho más tiempo del habitual. Eligió un vestido negro que iba a tono con su estado de ánimo.
Minato no estaba en el comedor cuando bajó.
-Está descansando en la cama - explicó Ino -Hoy ha habido demasiada excitación.
Hinata, brillante como una mariposa, rió irónicamente.
-¿Excitación? ¿En esta roca olvidada de la mano de Dios? ¡Debes de estar bromeando!
-Es un momento difícil para todos nosotros -murmuró Ino.
-Minato se está muriendo, pero yo también podría estar muerta - se quejó Hinata con amargura -Odio este lugar.
-Nadie te obliga a quedarte -el redondeado rostro de Ino estaba rojo de rabia.
-Muchas gracias por el comentario -lanzando a Ino una mirada envenenada, Hinata se levantó de la mesa y salió del comedor.
-No debería haber dicho eso -susurró Ino, a punto de llorar.
Naruto dijo algo en griego y palmeó la mano de su hermana. Ella le apretó los dedos, agradecida.
-Voy a sentarme un momento con Minato -dijo Naruto antes de que sirvieran el postre.
Antes de salir del comedor, miró un momento a Sakura por encima del hombro.
Sakura salió a explorar después de la cena, vagando por habitaciones maravillosamente amuebladas pero carentes de vida. Acabó localizando la biblioteca, donde seleccionó un libro de Jane Austen que no leía hacía años. Pero la señorita Austen le falló por primera vez en muchos años. Sakura no lograba concentrarse. Dejó la novela a un lado y se levantó para salir a la terraza. Estaba paseando tranquilamente cuando al pasar junto a una de las numerosas habitaciones que daban a la terraza oyó la voz de Hinata con total claridad.
-No puedes amarla, Naruto... ¡no puedes amarla! -decía en tono histérico -¡Y él no puede obligarte a casarte con ella!
-¡Contrólate! -ordenó Naruto en voz baja -¿Tienes idea de lo que te haría si supiera que estás aquí conmigo?
-Me deseas a mí... ¡no a ella! -dijo Hinata -Te quiero... ¡sabes que te quiero! ¡Mira los riesgos que he corrido!
Naruto dijo algo que pudo ser un juramento.
Sakura se había quedado paralizada. Apenas podía respirar. Las cortinas se apartaron. Pudo verlos. Naruto estaba de espaldas a ella. Hinata se había arrojado en una silla para llorar histéricamente.
-¿Por qué no le dices que no quieres casarte con ella? -preguntó -Tú eres el único de nosotros capaz de enfrentarse a él. Te concederá lo que quieras.
-Dudo mucho que eso incluya a su esposa, repudiada o no -dijo Naruto secamente.
-¡No puedo esperar a que se muera! -gimió Hinata -¡Que Dios me perdone!
Un Involuntario gemido escapó de la garganta de Sakura y Naruto se volvió. Pero para entonces ella ya se alejaba, con la única idea de escapar. Bajó corriendo las escaleras que llevaban a los jardines, sollozando.
-¡Sakura!
Se encendieron unas luces, iluminando el exterior. Sakura siguió corriendo ciegamente, ajena a los arbustos con que se arañaba. Se dirigió a toda velocidad hacia las escaleras que llevaban a la Playa. Uno de los tacones de sus zapatos se quebró y se detuvo un momento para quitarse el otro y tirarlos. Naruto iba tras ella. Podía oírlo y aceleró la marcha como si tuviera al diablo tras sus talones.
En cuanto alcanzó la playa se ocultó tras los árboles, esforzándose desesperadamente por no respirar, con la mano apoyada contra la convulsa boca.
- ¡Sakura! - bramó Naruto y ella se quedó helada en su escondite.
Vio cómo se alejaba por la playa, con las manos en las caderas y una desesperada urgencia en sus agresivos movimientos. Si la encontraba, era posible que la arrojara al mar con una piedra atada al tobillo. El secreto que Sakura había averiguado podía suponer un gran peligro para él. Al ver que se dirigía hacia el muelle, ella salió corriendo en dirección contraria. Su vestido se desgarró en una rama que le arañó dolorosamente el abdomen. Siguió corriendo hasta que no pudo más. Los senos le pesaban por el esfuerzo de respirar y cayó sentada donde estaba, abrazándose a sí misma con temblorosos brazos.
Naruto y Hinata. La esposa de su padre. Era obsceno, intolerable... ¿Cómo podía haber estado tan ciega? Se cubrió el rostro con las manos y quiso llorar. Su presencia allí no era más que una pantalla de humo para aquella visita. No era de extrañar que Hinata hubiera tratado de retrasar la boda. Estaba enamorada de Naruto. Dios santo... Y Naruto le había hecho el amor a ella durante la noche pasada mientras la mujer a la que de verdad amaba dormía bajo el mismo techo. Hinata era la que la había alojado en la habitación que ocupó la primera noche. Estaba celosa. No había querido que el engaño llegara tan lejos. Pero Naruto era más listo y había jugado a dos bandas.
Una ramita se quebró. Esa fue la única advertencia. Sakura abrió sus inflamados ojos. Naruto estaba frente a ella.
-¡Vete! -gritó.
Él la ignoró. Inesperadamente, se agachó junto a ella y tomó con suavidad uno de sus pies descalzos.
-Te has cortado... ¡estás sangrando!
Sakura era ligeramente consciente de ello, pero era su corazón, su orgullo y su capacidad para confiar en otras personas lo que estaba realmente resentido. Apoyó la cabeza en sus rodillas dobladas, tensa.
Naruto maldijo entre dientes.
-¡Ven aquí! -dijo, tomándola por un antebrazo.
-¡No! -exclamó Sakura, retirándose bruscamente para evitar el contacto.
-Tengo la sensación de haber sido condenado a muerte sin juicio previo.
-¡Lo que has hecho es una vileza! Hinata y tú... esperando como buitres a que él muera - Sakura se estremeció -¡Me siento sucia! ¡Sucia y estúpida!
Lo amaba. Esa era la dimensión de su estupidez. Se merecía todo lo que le había pasado. Merecía que la utilizaran y abusaran de ella. Su orgullo y autodisciplina deberían haberla protegido.
Naruto soltó el aliento en un siseo y se irguió.
-¡Sácame de esta isla! -sollozó Sakura.
-Perra vida... -murmuró Naruto -La mujer a la que no quiero está obsesionada conmigo y la mujer que deseo se pasa el tiempo corriendo en dirección equivocada. ¡Dios mío! ¿Qué clase de miserable crees que soy? -preguntó con repentina y feroz hostilidad.
-Supongo que si no fuera por el dinero os habríais liado hace tiempo, ¿no? –dijo Sakura, asqueada.
-¿Quieres hacer el favor de escucharme? -preguntó Naruto con aspereza.
Estaba a punto de contarle la verdad y ella no quería oírla. No quería oírle explicar cómo su amor por Hinata le había hecho olvidar su lealtad a la familia y cualquier sentimiento decente.
-¡No quiero oírte! ¡No quiero saber nada!
-¡No hay nada entre Hinata y yo! -exclamó Naruto, frustrado -Nunca lo ha habido y nunca lo habrá.
Aquello llamó la atención de Sakura. Alzó el rostro y miró a Naruto. La luz de la luna iluminaba los duros rasgos de su atractivo rostro.
-No es eso lo que me ha parecido.
-Conocí a Hinata por primera vez hace seis meses en una fiesta en Roma. Ella sabía que Minato se estaba muriendo. Me persigue desde entonces...
-¿Te persigue? -repitió Sakura.
-Las dos primeras veces que nos encontramos la invité a comer, simplemente porque era la mujer de mi padre -dijo Naruto en tono sarcástico -Pero Hinata interpretó equivocadamente mis invitaciones. Una noche se presentó en mi apartamento en Londres y me pidió que le dejara pasar la noche allí, contándome una estúpida historia sobre el miedo que tenía a dormir sola en los hoteles desde que una amiga suya fue violada. Caí en la trampa... pero la única cama en la que Hinata quería meterse era la mía.
Sakura tragó con esfuerzo. - ¿Y?
-Me dijo que estaba enamorada de mí e hice que la llevaran a un hotel en medio de la noche. Pero Hinata es muy insistente, porque ningún hombre la ha rechazado nunca- murmuró Naruto, haciendo una expresiva mueca -Ella es una de las razones por las que te he traído aquí. Quería mantenerla alejada...
-Así que me necesitabas como... como parachoques.
-Habría sido un poco difícil para ella meterse en mi cama si ya estaba ocupada -dijo Naruto irónicamente.
Sakura trató de recordar lo que Naruto había dicho en la conversación con Hinata y se dio cuenta de que no había dicho nada que no encajara con lo que acababa de contarle. Le dolía la cabeza debido al esfuerzo de concentración. Casi tenía miedo de ceder a la intensidad de su alivio.
-Es tan hermosa -murmuró Sakura.
Naruto no dijo nada.
-Una tormenta en un vaso de agua -añadió ella, incómoda -. Lo siento. Había deducido...
-¿Lo peor? ¿No es eso lo que haces siempre? -preguntó Naruto, alargando una mano hacia ella para ayudarla a levantarse.
Sakura lo miró a los ojos, necesitando que estos le confirmaran que Naruto no deseaba a Hinata, pero no pudo leer nada en ellos. Naruto no mostraba con facilidad sus emociones.
Mientras regresaban, Sakura empezó a notar el dolor en sus pies y el escozor de los arañazos en sus brazos y vientre. Cuando llegaron a los pies de la escalera que llevaba de la playa a la casa, Naruto se inclinó sin decir palabra y se echó a Sakura en un hombro.
-¡No puedes subirme hasta arriba! -protestó ella.
Pero lo hizo, aunque para cuando alcanzaron el último escalón todos sus músculos estaban tensos y el sudor le cubría la frente. Dejó a Sakura en el ascensor que utilizaba su padre para bajar a los jardines y cerró la puerta. Después se apoyó contra ésta y la miró con repentina intensidad.
La oscura vibración de su magnetismo era muy potente. La mirada de Sakura topó con los azules ojos de Naruto y su corazón empezó a latir aceleradamente. Una lenta y sensual sonrisa curvó la atractiva boca de Naruto. Alargó una mano y abrió el panel de control del ascensor. Apretó un botón y éste se detuvo. Luego apretó otro para que las puertas no pudieran abrirse.
Apoyada en la pared opuesta, Sakura empezó a sentir una temblorosa pesadez en sus miembros inferiores mientras Naruto se acercaba a ella. Él apoyó las manos a ambos lados de su cabeza, echándole ésta atrás con la fuerza de su boca, besándola con la fiera marca de la posesión. Aquello despertó un hambre primitiva en Sakura, haciendo que un intenso calor recorriera sus venas.
-Alguien podría... -jadeó cuando Naruto se apartó de sus enrojecidos labios.
-Si no te tengo ahora mismo -dijo él con voz ronca -me moriré.
Bajó con las manos los tirantes del vestido sin mangas que llevaba Sakura y ella miró hacia abajo, aturdida al ver sus propios senos desnudos, sintiendo una mezcla de timidez y excitación ante la impaciencia de Naruto. Con un gemido, Naruto la alzó y lamió uno de sus erectos pezones mientras Sakura se aferraba a sus hombros a la vez que un involuntario gemido de placer surgía de su garganta. Y cuando Naruto empezó a mordisquearla, echó la cabeza atrás, sintiendo que estaba a punto de enloquecer de placer. Entonces él introdujo una mano bajo su vestido, deslizándola hacia arriba por un muslo.
-Me vuelves loco - gruñó, arrodillándose y bajando lentamente las braguitas de encaje de Sakura hasta quitárselas -Siempre me has vuelto loco.
Entonces enterró la boca ardientemente en el triángulo de rizos que había desvelado y Sakura empezó a deslizarse hacia abajo por la pared hasta que él aferró sus muslos, haciéndola entreabrirlos.
- No... -gimió ella.
Pero Naruto no la escuchó, y un segundo después Sakura dejó de pensar, lanzada a un vórtice de extraordinaria excitación por lo que le estaba haciendo. Dijo su nombre con voz jadeante, rindiéndose por completo al placer mientras apoyaba las manos en la rubia cabeza de Naruto. Cuando éste volvió a colocarse a su altura, la besó de forma casi salvaje a la vez que la alzaba, haciéndole rodearlo con las piernas por las caderas para penetrarla de un impulsivo empujón.
Quedándose quieto, se estremeció contra ella, tratando de mantener el control.
-Nunca me he sentido así... ¡nunca! -murmuró con voz ronca.
«Te quiero ... » Instintivamente, Sakura mantuvo aquellas palabras en su interior mientras Naruto le apoyaba la espalda contra la pared del ascensor y empezaba a moverse, deprisa y despacio, con suavidad y aspereza, hasta que ella se vio poseída por un ritmo primario que la llevó a cotas de insoportable excitación. Cuando llegó al momento culminante, hundió los dientes en el hombro de Naruto y alcanzaron juntos el clímax.
Con la respiración entrecortada, Naruto la bajó lentamente al suelo de nuevo sin dejar de mirarla. La besó en la frente y empezó a recolocarle el vestido con torpeza,
-Será mejor que salgamos de aquí -indicó la luz roja que destellaba en el panel de mandos -Los guardias de seguridad estarán de camino.
-¿Qué? -gimió Sakura, horrorizada.
Las puertas se abrieron. Naruto la tomó por la mano mientras Sakura seguía pensando incrédula en lo que acababa de permitir que le hiciera. ¡No podía creer que fuera ella la mujer que acababa de estar en el ascensor! Naruto corrió tirando de ella hasta que llegaron a la habitación. En cuanto entraron, cerró la puerta a sus espaldas y se apoyó contra ésta. Entrecerró los ojos y, de pronto, rompió a reír. Tras un momento de sorpresa, Sakura se unió a él al ver el humor implícito en la huida casi adolescente que acababan de hacer de la autoridad.
-¡Hemos corrido como dos críos! -dijo Naruto, tratando de contener la risa -Nunca había hecho algo así en mi vida.
Mirándolo reír, Sakura supo que nunca lo había querido más que en esos momentos.
Bruscamente, Naruto murmuró una imprecación. -He olvidado las heridas de tus pies.
-Yo tampoco me he acordado de ellas -dijo Sakura tímidamente.
Naruto la llevó al baño, donde sacó un botiquín. Le hizo, sentarse en el borde de la bañera y remojó sus pies. Luego, los secó con una toalla. Sakura contempló con creciente asombro la increíble ternura con que hizo todo aquello. Qué mezcla tan asombrosa de opuestos era aquel hombre, pensó dolorosamente. El antiséptico que le aplicó a continuación hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas debido al escozor.
-No debes nadar durante un par de días.
-De acuerdo.
Naruto la tomó en brazos y la llevó a la cama. Luego descolgó el teléfono.
-¿Tienes hambre? -preguntó.
Sakura descubrió que sí la tenía. Naruto encargó unos sandwiches.
Cuando estaba tumbándose, se fijó por primera vez en el desgarro del vestido de Sakura. Antes de que ésta pudiera objetar nada, se lo quitó y descubrió el arañazo que tenía en el vientre.
-Por favor… no me des ahí el antiséptico -rogó ella con total cobardía.
Naruto sonrió y presionó los labios tiernamente contra el vientre de Sakura. Luego alzó la cabeza y la miró con repentina seriedad.
-Anoche, cuando vi la foto de tu marido, me puse enfermizamente celoso.
Sakura se sintió conmovida por su sinceridad.
-Lo sabía -añadió Sakura, asintiendo -Me sorprende que no me arrojaras la foto a la cara. Estabas de tan mal humor que temí acabar en el pasillo.
-Lo elegiste en lugar de a mí -dijo Naruto, ignorando el intento de Sakura de aligerar la conversación -Por eso me sentí celoso. Si yo no te hubiera conocido entonces, él sólo sería una parte de tu pasado.
-Yo no elegí...
-Sí, elegiste -afirmó Naruto con decisión.
Una llamada a la puerta anunció la llegada de la comida. Sakura agradeció la interrupción. Naruto recogió la bandeja y la dejó a los pies de la cama.
-Me niego a aceptar que soy el segundo -continuó -Porque eso es lo que quieres que haga, y no puedo.
De nuevo tensa, Sakura se irguió y tomó su bata.
-Veo que no dices nada -dijo Naruto.
-Puede que no quiera discutir contigo.
-Siempre evitas hablarme de tu matrimonio. Me cierras la puerta a cinco años de tu vida.
-No pienso hablar mal de Sasuke sólo para satisfacerte.
-No espero que hables mal de él. No soy un niño incapaz de enfrentarse a la realidad. Pero encuentro extraña tu constante negativa a hablar de Uchiha –dijo Naruto, tomando relajadamente un sandwich de la bandeja - Ahora, mi vida es un libro abierto para ti.
Sakura apretó los dientes.
-Sólo porque he caído casualmente entre las tapas.
-No quería que mi pasado se interpusiera entre nosotros -afirmó Naruto -Me obligas a ser franco. De acuerdo. Tu padre me contó que tu matrimonio no fue feliz.
Sakura se quedó helada por la sorpresa.
-Y no se refería a la enfermedad de tu esposo -continuó Naruto -Lo dejó muy claro.
-No tenía derecho a sugerir que...
-¿Que no fuiste maravillosamente feliz con tu «mejor amigo»? –interrumpió Naruto en tono despectivo.
Sakura salió de la cama, molesta por su insistencia.
-No quiero hablar de Sasuke contigo.
-¿Por qué no? Está muerto. Ya no puede sufrir -dijo Naruto, mirándola con gesto expectante.
-Dices que hice una elección. ¿Por qué no analizas tu comportamiento durante esas seis semanas? -preguntó Sakura -¡Puede que te sorprenda lo que encuentres!
-Me comporté como un miserable -admitió Naruto un segundo antes de que Sakura entrara en el baño -Pero tú no me animaste a otra cosa. Hiciste que me enfadara y me retaste. Conseguiste que nuestra relación se convirtiera en una pelea y yo sólo conozco una manera de pelear, ¡y es ganando!.
Sakura se preparó un baño. Necesitaba una excusa para huir del interrogatorio de Naruto. No dejaba de bajar la guardia cuando estaba con él y debía evitarlo. No quería ser desleal al recuerdo de Sasuke, y Naruto no pararía de reír si averiguara que su matrimonio nunca llegó a consumarse.
Cuando volvió a la habitación, la encontró vacía, y en lugar de sentirse aliviada, se sintió abandonada. Furiosa por su creciente dependencia emocional de Naruto, apretó los labios. No podía permitirse aquellos sentimientos, pues faltaba poco para que dejara de verlo para siempre. Lo amaba, y, pasara lo que pasara, iba a sufrir.
Alguien llamó a la puerta y fue a abrir. Era una doncella con una bandeja de sandwiches y café, encargados por Naruto para ella. Él también le había pedido que le dijera que estaba con su padre.
-Lamento que la hayan molestado a estas horas -eran las dos de la mañana y Sakura se sentía culpable.
-Tengo el turno de noche, señorita -dijo la joven doncella, sonriendo -Es mi trabajo
El turno de noche, pensó Sakura, moviendo lentamente la cabeza. Era como vivir en un hotel de Primera.
Luego se preguntó si Minato habría empeorado y frunció el ceño.
Naruto regresó diez minutos después.
-¿Cómo está tu padre? -preguntó Sakura.
-Es un consumado insomne -dijo Naruto suspirando -Han surgido algunos problemas con un barco en Atenas. Me ha pedido que vaya allí para hacerme cargo del asunto. Saldré mañana a las siete y espero estar de vuelta la noche antes de la boda.
Sakura trató de ocultar la decepción que sintió al oírlo.
-Me echarás de menos -afirmó Naruto con convicción. Se metió en la cama y estrechó a Sakura entre sus brazos con fuerza. De pronto, se puso tenso -Por cierto -dijo, alzando la cabeza -¿estás tomando la píldora?
Ahora fue Sakura la que se puso tensa.
-No.
Naruto soltó el aliento en un siseo.
-Esta vez no me he molestado en tomar medidas... Lo siento.
Sakura se ruborizó, hizo algunos cálculos y decidió que el riesgo de que se hubiera quedado embarazada era muy escaso.
-No hay muchas posibilidades...
-Como en la ruleta rusa -gruñó Naruto -Nunca he sido tan descuidado.
-No creo que tengas por qué preocuparse.
-Ya veremos -dijo Naruto -Puede que, después de todo, no nos venga mal casarnos ahora - añadió, encogiéndose de hombros.
-No será un matrimonio real -dijo Sakura.
-¿Qué es real y qué es irreal? -murmuró Naruto -Ya no estoy seguro de saberlo.
-Creía que lo tenías todo bajo control.
-A veces pierdo la cabeza.
-¿En los ascensores, por ejemplo? -dijo Sakura sin pensarlo, ruborizándose de inmediato.
-Sólo contigo -murmuró Naruto, divertido, deslizando una mano hasta el trasero de Sakura y atrayéndola hacia sí para hacerla entrar en contacto con su excitado cuerpo. Ella abrió los ojos de par en par al notar la evidencia de su disposición para volver a hacer el amor.
Naruto la miró sin ocultar su deseo.
-Eres tan maravillosamente apasionada haciendo el amor. Me pareces irresistible.
Sexualmente, no intelectualmente, pensó Sakura, recordando que sólo unos días atrás habría querido golpearlo por mirarla con aquel aire de arrogante posesión. Pero ahora estaba demasiado ocupada perdiéndose en aquellos ojos azules y anhelando el calor de aquellos expertos labios en los suyos.
-Estás preciosa -dijo Ino, contemplando a Sakura con gesto satisfecho -Mi hermano te adorará.
Sakura no podía imaginar a Naruto adorándola; sus instintos eran más elementales. Pero Ino era una incurable romántica. Sin embargo, ella no podía dejarse llevar por fantasías similares, y en ningún momento había pensado que para la boda tendría que ponerse un auténtico traje de novia. Y, sin embargo, allí estaba, con el traje de boda más increíble que había visto en su vida, totalmente blanco, con un exquisito cuello estilo Elizabeth, cubierto de arriba abajo de un magnífico bordado. Su error fue protestar sobre la necesidad de llevar aquel vestido estando Minato delante. No esperaba que éste fuera a interesarse en lo que llevara puesto para la boda.
-Todas mis esposas se casaron de blanco -interrumpió el anciano en voz alta -Es parte del show.
-Pero yo soy viuda...
-¿Una viuda alegre? –Minato rió estrepitosamente su propia broma -No nos fijamos en esas cosas. Te casarás de blanco.
Recordando su intensa humillación por lo sucedido, Sakura empezó a quitarse el vestido. Ino lo recogió cuidadosamente con ayuda de una doncella. Cuando la hermana de Naruto se fue para vestirse para la comida, Sakura pensó que le faltaban menos de veinticuatro horas para estar casada. Casada con el hombre al que amaba, pero sin ser correspondida; casada como parte de un trato para satisfacer a un anciano moribundo. Era una locura... ¿por qué había permitido que Naruto la convenciera para seguir adelante?
Estaba terminando de maquillarse cuando, sin previo aviso, Hinata entró en la habitación enfundada en un ceñido y brillante vestido gris. Hacía cuarenta y ocho horas que Sakura no la veía, desde que escuchó involuntariamente su conversación con Naruto. Al día siguiente, durante el desayuno, Ino le informó que Hinata había volado a Miami a hacer unas compras.
-¿Necesitas algo? -preguntó secamente, molesta por la forma de entrar de Hinata.
Hinata rió con aspereza.
-De pronto te sientes muy segura de ti misma, no?
Sakura se volvió a mirarla, negándose a dejarse amedrentar. Se levantó de la silla y fue tranquilamente a ponerse los zapatos.
-La otra noche nos viste juntos -murmuró Hinata, sin ocultar un ligero tono despectivo -¿No te molestó lo más mínimo?
Con mano ligeramente temblorosa, Sakura alzó un cepillo con mango de plata que pertenecía a Naruto y lo pasó lentamente por su rosada melena.
-No vi nada que pudiera preocuparme -mintió.
-Tú también estás enamorada de él, ¿no? Pobre Sakura. Imagino lo que te habrá dicho. También imagino cuánto habrás querido creerlo...
Sakura suspiró.
-Si no te importa, quisiera terminar de prepararme.
-Si no te importa... ¡eres tan educada!, -dijo Hinata en tono burlón, mirándola con cierta curiosidad -No te habrá dicho la verdad. Y la verdad es que ninguna de las dos le importamos nada en este momento. Lo único que le importa a Naruto ahora es mantener a su padre contento.
-¿Y por qué no iba a hacerlo? -preguntó Sakura a la defensiva -No le queda mucho tiempo para estar con él.
-Y su herencia está condicionada por su matrimonio... ¿lo sabías? -dijo Hinata con gran suavidad -Ahora mismo, Naruto tiene que seguirte el juego y tenerte contenta. Necesita una novia y parece que ha encontrado una los suficientemente tonta como para cerrar los ojos a la realidad.
El suelo pareció moverse bajo los pies de Sakura. Se puso pálida.
-No te creo -dijo, temblorosa.
-Eres tan ingenua... y no sabes cómo actúan los hombres en esta familia –el exquisito rostro de Hinata se retorció en un despectivo gesto -Yo comprendo a Naruto. Tú no lo comprendes en absoluto. Naruto me desea y pretende tenerme... pero no dará un paso en falso mientras su padre siga vivo. Lo único que se interpone entre Naruto y yo es su padre... y su dinero, por supuesto.
Cuando la puerta se cerró tras la marcha de Hinata, Sakura sintió que una poderosa sensación de angustia atenazaba su estómago. Naruto le había mentido. No se casaba con ella simplemente para satisfacer a su padre. Lo hacía por motivos totalmente mercenarios. ¡Y sin embargo la había engañado brillantemente, haciéndole creer todo lo que le había dicho! En un desesperado arrebato de pasión, sacó sus maletas del armario del vestidor y empezó a meter en ellas su ropa. Se negaba a ser utilizada de aquella manera... ¡se negaba en rotundo!
-¿Qué diablos estás haciendo?
De rodillas junto a sus maletas, Sakura alzó la vista. La oscura y gran silueta de Naruto llenaba el umbral de la puerta. Sus ojos se clavaron en ella mientras la miraba con gesto incrédulo.
-¡No pienso seguir adelante con esta boda! -exclamó Sakura.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Gracias a todos los que me han escrito y extrañado, siento mucho lo que paso, pero bueno que se puede hacer, se que hay varias personas que no han tenido la oportunidad de finalizar las historias que inicie asi que como creo que soy responsable de ello, la historias las tengo asi que si les gustaría terminarlas solo escribamen donde pueda enviarla y ojala la disfruten.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
no entendi bien pero lo que dices es que las historias que iniciaste ya la tienes terminadas y que uno te dice donde enviarlas y las mandas?
eso es lo que entendi, espero no haber entendido mal
eso es lo que entendi, espero no haber entendido mal
Okami_Uzumaki- Aprendiz
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Lo que sucede es que varias historia me las cerraron, por falta a las normal lo cual no pienso discutir, si a alguien le interesa terminar la historia y no ha podido se la puedo enviar
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Mari Mari *-* gracias por.el cap. esta muy lindo y lo dejaste en la mejor.parte, ya quiero.leer el sexy.final *--* subelo pronto pues si te extrañe mucho y.tus.historias aunque te las cancelaron U.U la de.por.siempre o morir por complacer.... me.parecieron hermosas pero tuve que aguantarme y si me envias las historias.por MP *-* terminada jaja no ya n.n espero ansiosa el ultimo capitulo *---* suerte y no tardes U.U nos dejastes mucho tiempo y.con muchas historias.... chaoo!!!
Uno- Sannin
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¿Qué te importa?
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
mari mandame los fic La Ventana de Mi Habitacion, Por Siempre y Subasta de amor plsss
a mi correo: lobito070797@hotmail.com o por MP como prefieras
que son los que mas me tienen pegado
podrias avisarme que los mandaste si no es mucha molestia
a mi correo: lobito070797@hotmail.com o por MP como prefieras
que son los que mas me tienen pegado
podrias avisarme que los mandaste si no es mucha molestia
Okami_Uzumaki- Aprendiz
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
YA te los envié al correo, espero y los disfrutes:_**:Okami_Uzumaki escribió:mari mandame los fic La Ventana de Mi Habitacion, Por Siempre y Subasta de amor plsss
a mi correo: lobito070797@hotmail.com o por MP como prefieras
que son los que mas me tienen pegado
podrias avisarme que los mandaste si no es mucha molestia
mariland- Clan Suzaku
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Ya te extraÑaba mariland! Y esperaba la conti de este shot. Intensos estos dos capitulos y solo falta uno para el final, ya hubo lemon, intrigas, encuentros, desencuentros, vaya de todo un poco. Creo que Naruto siempre termina quedando mal y Sakura termina pre-juzgandolo antes de tiempo. Ella ya aceptado sus sentimientos, pero falta que el tambien lo haga, porque es evidente, por mas que quiera ocultarlo o mantenerse distante emocionalmente.
Que emocion!
Conti!
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hikari uzumaki- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Naruto parece ser dos personas totalmente diferentes, por un lado un hombre cálido y generoso, por otro lado es frío y calculador. A pesar de que ama a Sakura, esta muy dolido, porque la única mujer a la que ha amado y se caso con otro, eso debe doler, en el corazón y el orgullo. aunque cuando se entere de la verdad acerca del matrimonio de Sakura, todo cambiará.
Con respecto a ella, perdidamente enamorada de Naruto, pero llena de miedos acerca de lo que siente él por ella y atada a la memoria de sasuke. Y para colmo de males, la loca de Hinata se la pasa intrigando y lo peor, le creyó.
Me gustaría que me enviaras La Ventana de mi habitación y Subasta de Amor, si la tienes adaptadas, ya leí la del bombero pero es mejor el mundo mágico de NaruSaku y la otra solo la baje, jeje.
Leon- Sennin
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Eres un pastel de chocolate …
Diablos, la cosa se complico mas –si es que es posible-
Vuelve y juega. Sakurita juzgándolo a muerte sin escuchar su defensa xD…como que se le da muy bien juzgar. Pero carajo, que la situación no da para más y la maldita de hinata es lo suficientemente sisañosa y lista para meter el dedo en la llaga U.U…
Lo de hinata y Naru me lo esperaba jajjaj hasta te lo iba a comentar pero me dije no, no, no hay que crear expectativa x3 y ¡¡zas!!se hace realidad xD y la cosa es que en mi fic pasa algo parecido (no lo he publicado, pero la cosa es similar lol)
Con respecto a las historias que tenias, Creo que la mayoría que te cerraron menos (morir por complacer) que ya me la he leído…como dije te seguía en todas como anónimo así que si no es mucha molestia me las mandas por correo: laenana-247@hotmail.com o por PM…
Muchas gracias por tomarte la molestia de respetar al lector y tomar cartas en el asunto ….me refiero a no dejarme y cómo diablos termina esto xD…
Saludos
sakuita
Diablos, la cosa se complico mas –si es que es posible-
Vuelve y juega. Sakurita juzgándolo a muerte sin escuchar su defensa xD…como que se le da muy bien juzgar. Pero carajo, que la situación no da para más y la maldita de hinata es lo suficientemente sisañosa y lista para meter el dedo en la llaga U.U…
Lo de hinata y Naru me lo esperaba jajjaj hasta te lo iba a comentar pero me dije no, no, no hay que crear expectativa x3 y ¡¡zas!!se hace realidad xD y la cosa es que en mi fic pasa algo parecido (no lo he publicado, pero la cosa es similar lol)
Con respecto a las historias que tenias, Creo que la mayoría que te cerraron menos (morir por complacer) que ya me la he leído…como dije te seguía en todas como anónimo así que si no es mucha molestia me las mandas por correo: laenana-247@hotmail.com o por PM…
Muchas gracias por tomarte la molestia de respetar al lector y tomar cartas en el asunto ….me refiero a no dejarme y cómo diablos termina esto xD…
Saludos
sakuita
sakuita- Novato
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Re: Sed de Venganza (+18) 5/5 15/11/13 Terminado
Sakurita me alegra mucho saber que están interesada en las historias que estaba publicando, soy fiel lectora por lo que siempre me a molestado que me dejen a la espera cuando alguna me tiene muy interesado por lo que no podía hacerles lo mismo cuando han seguido tan fiel a las historias,sakuita escribió:Eres un pastel de chocolate …
Diablos, la cosa se complico mas –si es que es posible-
Vuelve y juega. Sakurita juzgándolo a muerte sin escuchar su defensa xD…como que se le da muy bien juzgar. Pero carajo, que la situación no da para más y la maldita de hinata es lo suficientemente sisañosa y lista para meter el dedo en la llaga U.U…
Lo de hinata y Naru me lo esperaba jajjaj hasta te lo iba a comentar pero me dije no, no, no hay que crear expectativa x3 y ¡¡zas!!se hace realidad xD y la cosa es que en mi fic pasa algo parecido (no lo he publicado, pero la cosa es similar lol)
Con respecto a las historias que tenias, Creo que la mayoría que te cerraron menos (morir por complacer) que ya me la he leído…como dije te seguía en todas como anónimo así que si no es mucha molestia me las mandas por correo: laenana-247@hotmail.com o por PM…
Muchas gracias por tomarte la molestia de respetar al lector y tomar cartas en el asunto ….me refiero a no dejarme y cómo diablos termina esto xD…
Saludos
sakuita
Los fanfic ya están en tu correo, espero y los disfrutes
Gracias por el apoyo
mariland- Clan Suzaku
- Mensajes : 336
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En mi pequeño mundo feliz
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