Mi maldición [+18] (21/11/13) (Cap 59) [Final de la última temporada]

Cap 15: ¿Una visión?

Esto se está poniendo muy peliagudo.

He intentado apartar a Naruto de la puerta pero nada, no se mueve. Y encima la mesa está empotrada en la pared, no tengo nada en el medio para protegerme.

-Creo que no vas a escapar, Sakura.-dijo  volviendo a poner ese toque sensual en mi nombre.

¿¡OTRA VEZ!?

¡¡ES EVIDENTE QUE ME HE GOLPEADO LA CABEZA!!

¡¿UN TOQUE SENSUAL?!

¿¡POR QUÉ RAYOS HABRÉ PENSADO ESO!?

Respiré profundo para tranquilizarme, y no cometer un suicidio.

-Eso lo veremos.

-Que cabezota eres.

-Claro...-dije irónicamente.- ¿Y tú no, verdad?

-Por supuesto que no, ¿Por quién me tomas?

En ese momento Naruto se llevó las manos a la boca y yo sonreí maliciosamente.

-¡¡No se te ocurra decirlo!!

-Por un...-dije articulando bien cada palabra.

-¡¡Como lo digas no sales de aquí!!

-¿Me estas amenazando pervertido?

En su frente una vena comenzó a hincharse.

Por un momento me preocupé, me da la impresión de que la vena le está palpitando.

-Tú lo has querido.-me dijo cabizbajo y con esa sonrisa diabólica.

Cuando está así da miedo, bastante miedo.

Cogió muchos kunais y fue lanzándolos uno a uno. Tenía la impresión de que no se estaba empleando a fondo.

Esquivé los kunais con gráciles movimientos. Alguno que otro por poco me roza pero conseguí esquivarlos. Aparte de tener buenos reflejos, también tenía buena puntería.

No le conseguía ver ningún punto débil.

Y eso que no estaba luchando en serio que si no en tres segundos ya estaba acorralada.

Esto no puede ser, yo he estado entrenando con tal de salvar vidas de las garras de la maldición.

Tantos años dejándome la piel y no ha servido para nada.

Naruto es mucho mejor que yo.

Encima sigue con esa sonrisa de superioridad que tanto me irrita.

Si pudiera alejarle de la puerta, pero cada dos por tres mi vista acaba en esos ojos azules, que intentan ver en mi interior. Al menos es la impresión que tenía.

-¿Te rindes?-dijo riendo a más no poder.

Las ganas que tenía de ir a ahí y partirle la cara eran muy grandes.

Puede que a fuerza le gane yo, pero como me acerqué... Me atrapará.

Ese pensamiento me puso muy nerviosa.

No creo que él me hiciera nada... ¿O sí?

No, no creo...

Estoy delirando, llevo mucho tiempo aquí, y encima con Naruto que no para de molestarme.

-Nunca.

-Tenía razón, eres muy testadura.

-Y tu muy pervertido.-dije graciosa.

No sé qué pasó pero al de unos segundos ya estaba acorralada entre la pared y su cuerpo.

¡No me dio tiempo ni a reaccionar! ¡Menuda velocidad! ¡Eso no es normal!

Podría ser... Sí, a lo mejor esa vena le daba súper poderes.

Eso lo explicaría todo.

Fui a apartarlo, pero rápidamente me cogió de las muñecas y me inmovilizó apretándolas contra la pared.

En ese instante vi todo borroso y cerré los ojos, cuando los abrí estaba en medio de la oscuridad.

No estaba Naruto, ni estaba acorralada, ni nada...

Qué extraño.

Observé todo a mi alrededor, hasta que algo me mojó el pie.

Dirigí mi vista hacia el suelo y pude ver que estaba encima del agua.

Agua tan oscura como mi pasado.

Se mecía lentamente creando pequeñas olas, que golpeaban delicadamente contra mi pierna.

¿Dónde estoy?

Comencé a andar sin rumbo fijo hasta que oí un gruñido.

-¿¡Que ha sido eso!?

Parece ser que mi grito provocó su enfado, ya que las olas comenzaron a embravecer.

En el fondo se podía observar unos barrotes enormes, con un papel que tenía escrito algo. El trozo de papel parecía un sello.

Detrás de los barrotes un ojo enorme de color rojo sangre se dejó ver.

En mitad de la oscuridad solo se veía aquel ojo que me miraba amenazadoramente.

Por algún motivo la imagen de Naruto me vino a la cabeza.

Y aunque parezca mentira, me armé de valor.

¿Solo por Naruto?

No, no lo creo.

Yo también le miré retadoramente y el ser que portaba ese ojo golpeó los barrotes con fuerza. Esto provocó que las olas cobraran más fuerza.

Tenía la impresión de que iba a romper los barrotes, hasta que sentí una punzada en la cabeza dando paso a un enorme dolor. Me sujeté la cabeza y cerré los ojos con fuerza. Cuando los abrí mi vista chocó con la de Naruto.

Miré a mi alrededor y vi que estaba en la habitación...

Respiré tranquila...

Bueno, no del todo.

¿Qué rayos acababa de pasar?

¿Que había sido eso?

¿Un sueño?

Puede ser... ¿Qué otra explicación puede haber?

Tiene que haber sido un sueño.

Esa teoría fue completamente descartada al mirarme la pierna... ¡Estaba mojada! Justo donde la ola me había golpeado, ¿¡Cómo es posible!?

A ver... Si ha pasado de verdad, ¿Cómo es que no estaba Naruto? ¿Qué pasa, que solo me he ido yo?

O podría haber sido... ¿Una visión?

Leí algo sobre eso en un libro...

Hablaba sobre personas que podían ver el pasado o el futuro, solo con tocar un objeto.

Pero eso no puede ser, si yo tuviera ese poder ya habría tenido visiones mucho antes... ¿No?

Me fijé en mis manos atrapadas, Naruto me agarraba de las muñecas.

¿Puede ser que al rozar su piel haya tenido una visión sobre él?

No, eso no tiene sentido...

¿Me estás diciendo que en el pasado Naruto fue un ojo?

¿O que se va a convertir en uno?

Está claro que llevo mucho tiempo aquí encerrada. Creo que cuando he intentado huir de aquí, se me han perdido varios tornillos.

Por no decir todos...

Pero entonces, ¿Por qué tengo la pierna mojada?

¿Y cómo es que Naruto no se ha dado cuenta?

De repente me vino a la cabeza el mismo dolor de antes.

Forcejeé por líbrame de aquellos brazos pero me fue imposible.

No tenía fuerzas.

Aquella visión me ha arrebatado las energías.

¿Y ahora qué hago?

No me puedo mostrar tan debilitada, o Naruto aprovechará la ocasión para poder investigarme.

Tampoco puedo mostrar el cansancio en los ojos o estoy perdida.

Pero creo que Naruto no es tonto y cuando vea que ni siquiera intento soltarme va a sospechar.

Espero que no, que sea tan tonto como para no darse cuenta.

-Te tengo, Sakura.-dije articulando bien mi nombre.

Lo bueno de todo esto, es que si yo estoy debilitada la maldición también lo estará.

Así funciona, por ejemplo, si yo muero ella muere conmigo, por eso intento matarme y creo que por eso ella siempre lo evita.

Si yo enfermo, ella también, si yo me debilito ella sufre las mismas consecuencias.

En pocas palabras: Si yo caigo, ella cae conmigo.

Bueno, hora de responderle.

Recuerda tengo que parecer muy dura.

-¿Quieres que te aplauda?-escupí de mala manera.

-Tan borde como siempre.-me dijo sonriente.- Pero, sí.

-Pero, sí... ¿Qué?

-Quiero que me aplaudas, si lo haces te suelto.-dijo aun más sonriente.

Esto tiene que ser una broma...

¡¡El sabe perfectamente que no puedo mover las manos!!

Lo miré con tanto odio que tuvo que retroceder un poco, pero luego volvió a acercarse.

-¿Así que no vas a aplaudirme? Qué pena... Hoy que estaba generoso.

-Muy gracioso...-dije de mala manera.

-¿Por qué lo dices?

Creo que quiere que diga que me tiene atrapada.

-Lo sabes perfectamente, no creo que seas tan idiota...

Naruto frunció un poco el ceño y me apretó más fuerte.

-¡Anda! ¡Es verdad! ¡Qué memoria la mía! No me acordaba que te tenía atrapada.-esto último lo dijo más fuerte para que lo escuchara bien claro. - ¿No te habré hecho daño, verdad?

-No tranquilo...-dije fingiendo tranquilidad.- Tú no harías daño ni a una mosca.

Naruto se enfadó el doble y me apretó aun más. Esta vez sí que me hizo daño, tanto que no pude ocultar la mueca de dolor que dibujé en mi cara.

Por un momento sentí como la presión de las muñecas se aliviaba un poco, pero aun así seguía completamente inmovilizada.

En mi estado normal, con mi fuerza me habría soltado al instante. Pero, por culpa de eso, me he debilitado por completo.

Lo bueno es que la maldición también está muy débil, así que no tengo por qué preocuparme.

Al menos, hasta que me recupere...

-Lo siento...

-¿Eh? ¿Por qué te disculpas?

La verdad es que no me esperaba esto.

-Por hacerte daño.

No puedo dejar que me tenga compasión o se encariñará conmigo.

-No me has hecho daño.

-¡Ya claro!-respondió sarcástico.- Entonces, ¿Por qué has puesto esa cara de dolor?

Mierda... ¿Ahora qué respondo?

¡Ya sé!

Con un poco de suerte conseguiré que me odie y me deje en paz.

-Eso no lo he puesto porque me hayas hecho daño en las muñecas.

-¿Ah, no? Entonces, ¿Por qué?

-Porque me has hecho daño a la vista, tener tu cara horrible, tan cerca de la mía, me ha producido dolor.

La vena de Naruto volvió a inflarse.

Esto ya es preocupante.

-Oye, ¿Nunca has pensado mirarte esa vena?-dije acercándome a ella.- ¡Puaj! ¡Qué asco! ¡Si palpita!

Era verdad, de cerca se podía ver mejor, la vena palpitaba, creo que es un problema de nacimiento, vamos digo yo, básicamente por decir algo.

Este comentario provocó que la vena de Naruto se agrandara más.

Me parece que le estoy molestando a base de bien, pues voy a seguir, ya no tengo nada que perder.

-Ey... Que se te ha hecho más grande...

Naruto no decía nada, solo sonreía mientras escondía sus ojos bajo el flequillo.

Sí, había cogido esa postura que daba terror, y encima de cerca da más miedo.

-¿No tienes miedo de que algún día te explote?

Esto fue lo que consiguió reventar la paciencia de Naruto. Alzó la cabeza y clavó su vista en mí. Comenzó a apretarme mientras se acercaba más.

No sé qué motivo me hico estremecer...

El que Naruto siguiera acercándose a mí, teniendo en cuenta que yo no podía retroceder. O que siguiera apretando hasta romperme las muñecas.

Se acercó hasta mi oreja.

-Te vas a arrepentir de esto.

Me estremecí, pero conseguí ocultarlo, y respondí rápidamente.

-¿Te sentirás muy valiente, no?

Naruto frunció el ceño y me miró confuso.

-Me estas amenazando sabiendo que no puedo defenderme, espero que te sientas muy hombre.

La vena volvió a inflarse, pero con el tiempo de deshincho.

-Di lo que quieras, no me importa.

-¿En serio? A mí no me lo parece.-dije segura de mi misma.

Él apretó un poco el agarre y yo tuve que callarme para poder ahogar una mueca de dolor.

-¿Que decías?

-Nada...-dije bastante molesta.

Me da mucha rabia admitirlo, pero en estos momentos estoy bajo su control.

-Así me gusta.

-¿Me quieres soltar de una vez?

-Mmmm, no.

Esa respuesta me sacó de mis casillas.

-¿¡Como que no!? ¡¡Que me sueltes ahora mismo o te pateo el trasero!!

Naruto se sorprendió, pero al de unos segundos volvió en sí.

-¿Ah, sí? ¡Venga inténtalo!

No hice nada, no quería forcejear y que se diera cuenta de que no tenía fuerza.

-¿Que ocurre, Sakura? ¿No te atreves?

Me estaba sacando de quicio.

Forcejeé para soltarme y no lo conseguí... Mi peor error.

-¿Te pasa algo Sakura?-dijo un tanto preocupado.- Creía que tenías más fuerza.

-No me encuentro muy bien...

-Eso significa...-dijo con una maliciosa sonrisa en su rostro.

¡Oh, oh! Me espero lo peor.

-Que no vas a poder soltarte.-acabó la frase.

Tragué saliva. ¿¡En qué estaría pensando ahora!?

-Esto es mejor de lo que esperaba.

-¿Por qué lo dices?

No quería saber la respuesta, no sé ni para que pregunto.

-Hagamos un trato, ¿Quieres?

-¿Cual?

-Si tu respondes a mis preguntas, yo te dejo en libertad.

Sabía perfectamente que me iba a preguntar porque lloraba. Y si hace eso, ¿Que le respondo?

-No hay trato.-respondí fríamente.

-En ese caso... Espero que estés cómoda porque vamos a estar mucho tiempo aquí.

No estaba mintiendo, si no le contestaba no me soltaría.

¿Ahora qué hago?

¿Qué puedo hacer?

Cap 16: Guiada por el corazón

Los minutos pasaban lentos, muy lentos.

Tenía la impresión de que llevaba días aquí.

No sé qué hacer...

Si aceptar el trato de Naruto o ganar tiempo hasta que me recupere.

Creo que  la segunda opción es algo imposible ya que llevamos aquí varios minutos y sigo igual de débil.

No mejoro.

¿Qué puedo hacer?

Naruto no paraba de mirarme, y yo evitaba su mirada todo el rato. La tenía perdida en la nada, pensando en formas para huir de aquí, pero creo que la única forma va a ser encarándolo.

Suspiré, clavé mi vista en él y me preparé para hablar, creo que Naruto lo supuso y se me adelantó.

-¿Te lo has pensado mejor?

Iba a intentar razonar, pero su sonrisa burlona me sacó de quicio, otra vez.

-¡No! ¡Vete al diablo!-le grité con todas mis fuerzas en el oído.

Mis ojos se iluminaron cuando pensé que Naruto saltaría como la última vez, pero no hizo nada, prefirió quedarse ahí y oír mi grito antes que soltarme.

Naruto cerró los ojos con fuerza y después se apoyó en mi frente.

Cuando hizo eso mi corazón comenzó a latir más rápido.

Pero... ¿¡Por qué!?

No lo entiendo...

-Menudos pulmones tienes, Sakura. Por poco me revientas el tímpano.

-¿Por qué lo has hecho?-dije sin levantar la vista.

-¿El qué?

-Aguantar mi grito... ¿Por qué no te has apartado?

-¿Y soltarte? ¡De eso nada! Con lo que me ha costado pillarte, eso sería como tirar mis esfuerzos a la basura.

Pude ver como sonreía.

Una sonrisa sincera, no era ni arrogante ni de superioridad, era... Sincera.

Y me encanto la idea de que fuera dirigida a mí.

-Eres un idiota.-dije con una pequeña sonrisa en mi rostro.

-Solo un poco...

-¿Un poco? Yo diría mucho.

Me apretó un poco más.

-Deberías pensar bien lo que dices.-dijo gracioso.

-Sí, sí, ya lo he entendido.

-Sakura...-dijo más serio.

Aquí viene...

-¿Si?

-¿Por qué llorabas?

Lo sabía.

-No te importa.

-Claro que me importa.

-¿Y por qué? Si no me conoces de nada...

Al oír esa respuesta Naruto cerró los ojos.

Por primera vez le he pillado sin excusas.

El sabía perfectamente que yo tenía razón.

-Bueno yo...

No sé porque pero me acerqué más al rubio. El apartó la cabeza y yo me apoyé en su hombro. Pude notar que su cuerpo se tensaba, ¿Estaría nervioso? O a lo mejor se había sorprendido por lo que había hecho... Si es así no le culpo, yo también estoy sorprendida.

Pero no he podido evitarlo, ha sido por impulso, no me ha dado tiempo ni a pensarlo...

Si tengo que ser sincera, creo que fue mi corazón el que hizo todo esto...

No, eso es una locura...

Naruto se acercó más, para que pudiera acomodarme mejor.

-No tienes que decírmelo, si no quieres...-dije casi en un susurro.

No me respondió, supongo que estará asimilando lo que le he dicho. Su olor me envolvía, sentía como si me abrazara para no soltarme jamás.

Quería estar así toda mi vida.

Por un momento lo deseé con todas mis fuerzas.

Pero, al instante recordé el motivo por el que era imposible...

La maldición...

Puede que ahora esté muy debilitada, pero no siempre va a ser así...

Las lágrimas amenazaban con salir, mas no lo iba a permitir.

No ahora...

No iba a llorar sobre el hombro de Naruto.

Aunque era lo que más deseaba.

Porque sabía que él me consolaría.

Naruto movió el hombro un poco, dando a entender que quería que levantará la cabeza.

La quité de mala gana, estaba tan bien ahí...

¿¡PERO QUE RAYOS ESTOY DICIENDO!?

Cuando nuestras miradas se cruzaron pude ver a Naruto con los ojos vidriosos.

¿¡Es que iba a llorar!?

¿¡Por qué!?

Creo que no le he hecho nada malo.

¿O sí?

No, estoy segura de que no.

-Sakura, yo...

Su voz me sacó de mis pensamientos.

-Naruto, ¿Ocurre algo?

Fue a contestar, pero en ese momento la puerta estalló en mil pedazos. Naruto reaccionó rápido y se pegó a mí, para protegerme de las astillas.

¿¡Quien ha podido hacer esto!?

Estuvimos unos minutos así tan cerca.

Ha sido un detalle por su parte... Ha usado su cuerpo como escudo, sabiendo que podía salir herido.

Una vez terminada la lluvia de escombros, ya que no solo destruyeron la puerta, sino que también han destrozado parte de la pared, Naruto se separó un poco para mirarme a la cara.

-¿Estás bien?-pregunto bastante preocupado.

-Perfectamente, ¿Y tú?

-No te preocupes, estoy bien...

Me sonrojé levemente, y no sé por qué.

-¡No estoy preocupada por ti!-grité.

-¡Sí, sí! ¡Se notaba la preocupación en tus palabras!

-¡De eso nada!

Naruto me miró con una sonrisa en la cara, que decía "sabes que tengo razón".

Naruto... ¡Me pones de los nervios!

Al ver esa sonrisa aparté la vista.

-¡He ganado!

Me enfadó su comentario pero decidí no hacerle caso. En ese momento me preocupaba más saber quien había destrozado la entrada.

Cuando el humo se disipó, tanto Naruto como yo nos quedamos paralizados. Nuestros ojos dieron de pleno con la cara sorprendida de Tsunade.

Su cara era puro desconcierto.

Era más que evidente porque tenía esa expresión en su rostro, yo, si entró a una habitación y veo a una persona que tiene acorralada a otra, habría puesto la misma cara, o peor.

Miré a Naruto y pude ver como el miedo se dibujaba en su cara, gotas de sudor recorrían su frente y noté que tragaba saliva.

Los demás ninjas, los que estaban antes en la oficina hokage, que parecían estar buscándonos llegaron más tarde, y al vernos pusieron la misma cara que la de Tsunade.

Bueno, todos no...

Esa tal Hinata, al vernos abrió los ojos de par en par y desencajó la boca totalmente, por poco toca el suelo con ella, solo le faltaba babear.

En circunstancias normales me habría reído, pero entre lo débil que estaba y la presencia de la hokage en esta sala, no estaba muy a gusto.

Teniendo en cuenta que sigo inmovilizada por Naruto, pues peor...

La misma vena que se le hinchaba a Naruto cuando se enfadaba, se le dibujó a Tsunade en la frente.

Naruto y yo nos miramos y pude leer en sus ojos que me estaba pidiendo ayuda.

¿¡Y que quería que hiciera!?

¡Si ni siquiera puedo moverme!

-Narutoooo...-dijo Tsunade con una extraña dulzura.

Naruto volvió a tragar saliva.

-¿S... Sí?

-¡¿QUE DIABLOS ESTÁS HACIENDO!?

¿¡Donde ha dejado la dulzura de antes!?

En sus ojos se podía ver llamas y un aura negra comenzó a rodearla, estilo anime.

La forma que tiene Naruto de sonreír diabólicamente no es nada comparado con esto.

Tsunade daba mucho miedo.

Parecía la reencarnación del mal.

-Tsunade, no es lo que piensas yo...-dijo Naruto intentando no tartamudear.

-¿¡COMO QUE TSUNADE!? ¡¡DIME HOKAGE!! ¡¡TEN MÁS RESPETO!!

-¡Lo siento!

-¿¡QUE ESTABAIS HACIENDO!?

Esta vez Naruto se calló.

Lógico...

¿Qué iba a contestarle?

"Nada malo mujer, solo la había acorralado para pasar el tiempo."

Creo que si le contesta eso, Naruto es hombre muerto.

-Pues... Nosotros... Esto yo...

-¿¡Y BIEN!?

-Pues...

Me parece que en estos momentos Naruto está deseando que se lo trague la tierra.

-¡¡ESTOY ESPERANDO UNA RESPUESTA!!

-Pues es que, vi a Sakura entrando aquí y...

-¡¡ESO YA LO SÉ!! ¡¡SI NO FUERA ASÍ NO ESTARÍAS AQUÍ!! ¡¡QUIERO SABER PORQUE LA ESTAS COGIENDO!!

-¿¡Ehhh!? ¿¡Que por qué la sujeto!? Pues... Yo...

-¡¡DÍMELO YA!!

-Estoy muerto...-susurró.

-Naruto no tiene la culpa.-dije.

Tsunade estaba preparada para gritar, pero al oír eso se calló al instante y Naruto me miró muy sorprendido.

Es la primera vez que doy la cara por alguien...

¿Qué me está pasando?

Solo llevo aquí varias horas y ya he cambiado demasiado...

-Sakura...

La voz de Naruto interrumpió mis pensamientos.

Dirigí mi vista hacia Tsunade y vi que estaba esperando una explicación. Al menos se había calmado.

¿Y ahora que le digo?

Ni siquiera tenía una excusa pensada...

Me he metido en un lio tremendo...

¡Y todo por culpa de Naruto!

Naruto...

-Eres un idiota.-susurré con una sonrisa en mi rostro.

Creo que Naruto me oyó pero no le hice mucho caso.

-Bueno, pues... Había entrado aquí, porque pensé que era tu despacho... Ya que me había perdido, así que Naruto me vio y se ofreció a acompañarme...-al decir esto Ino sonrió, no sé porque.- Yo le dije que no hacía falta y él respondió que no le importaba... Al final acabamos discutiendo y Naruto quiso vengarse del susto que le di antes... Así que me acorraló aquí y me ha dicho que no me soltaba hasta que le pidiera perdón... Y bueno, entonces, la puerta explotó...

Al oír eso, Tsunade me regalo una sonrisa, y yo me sentí increíblemente bien.

Hoy me están pasando cosas muy extrañas.

-Impresionante.-dijo Tsunade.

-¿El qué?-preguntamos a la vez Naruto y yo.

Al hacer eso, nos miramos un momento y después cortamos la conexión rápidamente.

¿Por qué me he puesto tan nerviosa?

-La capacidad que tienes para improvisar.-explicó Tsunade.

Mierda... Nos ha pillado, con lo bien que me había quedado.

¿Ahora qué hacemos?

Algo más importante...

Naruto está asustado, paralizado por el terror... Pero, ¡Sigue sin soltarme!

¡Cuando me recuperé le voy a pegar tal patada, que lo voy a mandar a la luna!

-Bien... Ahora, ¿Me vais a contar la verdad?

-Esto...-dijo Naruto buscando una explicación.

Estamos perdidos.

Cap 17: ¿¡Por que a mí!?

Tsunade se impacientaba y ninguna de mis mentiras conseguían engañarla.

Esto va de mal en peor.

-¿Alguna excusa más?-preguntó muy molesta.

Negamos con la cabeza, no tenía sentido seguir alargando esto.

-Bien...

Tsunade iba a hablar pero un ambu que salió de la nada la detuvo.

-Hokage, tiene una reunión urgente.

-Está bien.

El ambu hizo una reverencia a Tsunade y desapareció en una nube de humo.

Naruto y yo respiramos aliviados.

Ese ambu había sido nuestra salvación.

-Vosotros dos.-dijo Tsunade firme.

Ambos nos estremecimos.

-Tenéis mucha suerte.-dijo sonriendo.- ¡Mañana os quiero a los dos en mi despacho! ¿¡Está claro!?

Asentimos.

-Mas os vale traer una excusa mejor preparada o me vais a tener que contarme la verdad.

No dijimos nada.

-Naruto, ¿No crees que Sakura no está muy cómoda?-dijo Sai con un tono gracioso.

En ese momento recordé que seguía bajo los brazos de Naruto.

Observé de reojo como se sonrojaba, me pidió perdón y me soltó lentamente.

Una vez libre me froté las muñecas. Por culpa de la visión mi fuerza había desaparecido y Naruto me había hecho bastante daño. Aun así no iba a decirlo.

-¿A qué hora tenemos que ir?-pregunté intentando desviar las miradas que tenía encima.

-A las diez.

-¿¡De la mañana!?-dijo Naruto como si le acabaran de clavar un Kunai.

-¿¡ALGÚN PROBLEMA NARUTO!?-dijo Tsunade con el aura horripilante de antes.

-¡No, no que va!-dijo agitando las manos nerviosamente.- ¡Por mi podemos ir a las nueve!

-¡Vale!-dijo Tsunade feliz.- ¡A las nueve en punto os quiero en mi despacho!

Naruto abrió la boca de par en par y yo lo fulminé con la mirada.

-Y como lleguéis tarde os voy a poner tal castigo que os vais a arrepentir de haber nacido.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Si Tsunade quería asustarme, lo había conseguido. Y a Naruto también, se le notaba en la cara.

-Esto... Tsunade... Yo soy nueva, ¿Y si me pierdo?

-Lo siento Sakura, pero vas a tener que arreglártelas tu sola.

O sea, que voy a tener que quedar con Naruto para no perderme.

Eso es lo que ha querido decir.

Prefiero aprenderme el camino.

-¡Ah, por cierto, Sakura!

-¿Si?

-Tus maletas están en mi despacho. Ve por ellas, te he dejado escrita la dirección de tu nueva casa en un papel.

-Gracias.

-Nos vemos mañana, ¡No se os ocurra llegar tarde!

-¡¡No, no!! ¡¡Tranquila hokage estaremos allí!!-dijo Naruto bastante nervioso y asustado.

-Por la cuenta que os trae.

Dicho esto se fue de la habitación ordenando que alguien arreglara el estropicio que acababa de crear.

Aprovechando que se fue golpeé a Naruto en la cabeza. No le hice mucho daño ya que no había recuperado todas mis fuerzas.

-¡Au!-gritó sobándose la parte golpeada.- ¿¡Por qué me has pegado!?

-¡Por idiota! ¿¡No te podías estar callado!? "¡Por mi podemos ir a las nueve!"-dije imitando su voz con un tono bastante ridículo que consiguió enfadarlo.- Ya puestos... ¿¡Por qué no has dicho a las cinco de la madrugada!?

-¡Oye! ¡Te recuerdo que la culpa también es tuya!

Eso me dejó boquiabierta... ¿Mi culpa?

-¿¡Que fue mi culpa!? ¿¡Te recuerdo lo que acaba de pasar!?

-Me acuerdo perfectamente... No me voy a olvidar de lo fácil que fue acorralarte.

¡Será mentiroso!

¡Si ha necesitado copias y armas ninja!

Es evidente que me quiere sacar de quicio, bien... A eso también se jugar yo.

-En cambio, yo, no voy a olvidar la cara que pusiste cuando te llamé pervertido.

Los demás, que parecían divertirse con nuestra discusión, se callaron y me miraron sorprendidos.

Hinata era la única que parecía bastante molesta.

-¿Qué pasa? ¿No has aprendido la lección?-dijo Naruto con aires de superioridad.

-No lo sé, ¿Y tú?

-Yo he aprendido que no eres tan fuerte como me esperaba.

Parece ser que le encanta molestarme, el sabe perfectamente que soy más fuerte de lo que aparento.

Pues si así lo quieres, así lo tendrás.

-Yo he aprendido que los gallinas pueden ser muy pervertidos.

Oí un grito de asombro, esto ya es exagerar, y de reojo pude ver como la vena de Naruto se hinchaba.

Estuve a punto de gritar: "¡Cuerpo a tierra!" Pero decidí no molestarlo más.

Demasiadas emociones en un día.

Gracias al cielo, o a quien sea, que me dio por mirar a Naruto y vi como estiraba su brazo directo a mi muñeca.

¡Me quería volver a atrapar!

Lo siento, pero una vez es más que suficiente.

Aparté mi mano y con un salto ágil me posicione en el agujero que Tsunade había creado.

-¡Más suerte a la próxima pervertido!

Me fui de ahí a paso ligero sin quedarme a ver la respuesta de Naruto.

No sé el motivo, pero sí se una cosa...

Naruto me ha hecho la persona más feliz del mundo.

Nadie se había preocupado tanto por mí, como para encerrarme en una habitación, nunca.

Y también es el primero que me ha consolado.

Además, me encanta molestarle.

No sé porque, pero me encanta meterme con él.

Me divierte ver sus caras, sus posibles reacciones... Aunque una de ellas sea aprisionarme contra la pared.

Bueno, al despacho hokage.

Me detuve para ver donde me encontraba.

Genial, estoy perdida.

¿¡Por qué tengo el sentido de la orientación tan malo!?

¡¡Me pierdo cada dos por tres!!

Comencé a correr, cuanto antes lo encuentre antes saldré de aquí.

Creo que pasé por el mismo pasillo dos veces.

Llegué a otro callejón sin salida.

-Otra vez no...

Y vuelta para atrás...

Sé que estoy buscando en el piso adecuado ya que no he bajado ni subido, a no ser que el despacho se haya movido de sitio, algo imposible así que estar, en esta planta, está.

Al final acabé en el sitio donde había empezado, y por mala suerte Naruto y los demás seguían ahí.

¿¡Por qué a mí!?

Creo que aparte de la maldición alguien me ha echado un mal de ojo para encontrarme siempre con Naruto.

El rubio nada mas verme, esbozó una sonrisa que no me gusto nada.

Por un momento estuve a punto de irme pero necesitaba una excusa de porque había vuelto aquí.

No les iba a decir que me había perdido

-¡Vaya, Sakura! ¿Has vuelto para verme?-dijo con una sonrisa sincera en su rostro.

Todos los que estaban en la sala se giraron para poder verme.

Necesito una excusa...

Cuando vi las armas que utilizamos en la pequeña batalla mi mente tuvo una idea.

¡Salvada!

-Mas quisieras...-dije entrando en la habitación.

-Entonces... ¿Qué haces aquí?

-¿Y a ti que más te da?

-No me digas que te has perdido.-dijo gracioso.

-¿Algún problema?-dije sarcásticamente.

-No, tranquila... Menudo genio...

Yo solo asentí y comencé a recoger mis armas.

Creo que le ha quedado claro para que he venido, o para que cree que he venido ya que las armas me daban igual, tenía muchas en la maleta.

-Si quieres yo puedo acompañarte a el despacho hokage para que no te pierdas.

-Antes me como el brazo.

Acabé de recoger las armas y estaba preparada para irme cuando la odiosa voz de Naruto me lo impidió.

-Si te vuelves a perder ya sabes dónde estoy.

-Si piensas que voy a pedirte ayuda es que estas muy mal de la cabeza.

-Como quieras.-dijo levantando los hombros.- Ya volverás a pedirme ayuda.

Lo está haciendo para sacarme de quicio, ¿Será esta su venganza?

Pues no me voy a dejar vencer.

-¿Por qué estas tan seguro?

-Porque sí.

-Eso no es una respuesta

Me suena haber tenido está misma conversación con Naruto en algún otro sitio. Quiero decir la última parte.

El me sonrió y yo, extrañamente, le correspondí la sonrisa.

Al darme cuenta de lo que hice me fue de ahí rápidamente.

¿¡Por qué le he sonreído!?

Ha sido sin querer...

Ya es la segunda vez que me pasa esto...

Y encima con Naruto...

¿¡Que me está pasando!?

Decidí olvidar eso e intenté encontrar la oficina hokage.

¿Ya os imagináis lo que pasó, verdad?

¡Me he vuelto a perder!

En serio... ¿¡Tanto me odia el mundo!?

Menuda pregunta más tonta...

Es evidente que me odia.

A lo que iba, será mejor seguir buscando, algún día de estos daré con la oficina.

Comencé a correr, tenía que encontrarla cuanto antes.

Y por favor, no quiero volver a encontrarme con Naruto.

Hoy ya lo he visto demasiado...

¡Y encima mañana también voy a tener que aguantarlo!

¿¡Por qué tengo tan mala suerte!?

Un quejido me sacó de mis pensamientos.

Mas bien, parecía un gruñido.

Me acerque a ver qué pasaba y vi a un perro blanco como la nieve y muy grande, con una pierna herida.

Pobrecillo...

Me encantan los perros. Y lo mejor de todo, es que por alguna extraña razón, la maldición nunca ha matado a ningún animal.

Me acerqué lentamente, no quiero que piense que le voy a atacar.

Hice demasiado ruido y el perro pudo oírme, se levantó, intentando no apoyar la pata herida, y comenzó a gruñirme.

Ya me había visto así que no me importaba, me acerqué más y me arrodillé delante de él.

Me seguía gruñendo pero no le hice ni caso y comencé a curarle la herida, el perro al ver mi chacra se calmó.

Ya lo sabe, no voy a hacerle daño, solo quiero curarle.

Cuando acabé le vende la pata, es verdad que con el chacra curativo basta, pero por si acaso se le infecta es mejor vendarla. Además así consigo inmovilizársela un poco para que no la fuerce.

El perro me lo agradeció lamiéndome la cara.

Ya sé que es la forma de besar de un perro, pero me sigue dando bastante asco que me babeen.

Me levanté y él me imitó, pero en mitad de camino la pata le falló y volvió a caerse.

Parece que pesa mucho pero no me importa, lo cogí en brazos con cuidado de no lastimarle.

Menos mal que tengo fuerza suficiente que si no me quedo enterrada bajo esta enorme bola de pelos.

El perro parecía sorprendido de que pudiera levantarle, seguro que soy la única persona que puede.

Pesaba más de lo que parecía y encima era muy incomodo andar con él en brazos.

Además aun estaba bastante debilitada, pero podré aguantar.

Espero...

Caminaba mucho más lento, mas no me importaba, el perro parecía estar muy a gusto y no paraba de mover el rabo.

Eso es que está feliz.

Pero... ¿Donde está su dueño?

¿Y por qué estaba solo?

Y, lo peor de todo... ¡¿Por qué tengo la impresión de que volveré a ver a Naruto?!

Sacudí mi cabeza para borrar ese último pensamiento.

Será mejor buscar a su dueño.

Di varias vueltas y no encontraba a nadie.

¡Está decidido!

Mañana cuando venga, le voy a pedir un mapa a Tsunade.

Por suerte vi a un chico buscando algo como un loco.

Me supuse que sería el dueño, por la cara de preocupación que tenía.

El chico era moreno, de ojos negros, y en las mejillas tenía algo pintado.

Me acerqué un poco a él cuando vi a Naruto al fondo, hablando animadamente.

¿¡Por qué a mí!?

Mira mundo, te odio tanto como tu a mí, así que, ¡Olvídame y vete a freír espárragos! ¿Vale?

En serio... ¿¡POR QUE A MÍ!?