Hojas de mi historia.[+13] Capitulo 4 (15-04-15)

Capitulo 1
PRIMER ENCUENTRO, PARTE 1

Era de noche, tenia mucho frió pero aun así no me dignaba a regresar a casa, no, aun no, yo quería que ellos se preocupara y me buscaran tan desesperados como fuera posible pero bien sabia en el fondo que eso no pasaría no para alguien como yo en una familia como la mía.

Esa noche había peleado con mi madre, ella quería que me casara con Uchiha Sasuke pero yo no quería hacer eso, quizá en su momento mientras eramos niños ambos, el me gustaba pues lo veía como mi príncipe azul pero conforme crecí me di cuenta de que el no era para nada un príncipe azul, es mas el no era parecido a lo que un príncipe debe de ser.

Pero en todo caso me estoy saliendo del tema, de lo que yo quería hablar es de lo que paso en esa noche.

Durante la discusión con mi madre y padre no se que fue lo que me impulso pero de algún modo termine saliendo de casa con un short corto y una camisa delgada, sin suéter, lo cual me hizo sentir demasiado estúpida pues estábamos en época de otoño, casi entrando a el invierno, sin embargo el frió no lo note al principio por el enojo que tenia con mis padres.

Al momento en que me concientice del frió que había afuera de casa me di cuenta hasta donde había llegado corriendo; un viejo parque cercano a un hospital demasiado conocido para mi.

Se que aguante del frió cuanto pude, fueron quizá una o tal vez dos horas, siendo que cuando estaba a punto de convertirme en un tempano de hielo humano un hombre rubio paso cerca de donde estaba y me vio. Yo estaba llorando así que tarde un poco en notarlo y en cuanto lo hice trate de huir, no quería que nadie me viera llorar. Corrí tan rápido como pude, las clases de deportes me fueron útiles por fin, atravesé atajos que solo yo conocía o eso me parecía pero en un momento el hombre me alcanzo.

-¡No eres tan lenta como pensé!- me dijo alegre el hombre mientras aun jadeaba un poco por la carrera.

-Pero aún así me alcanzaste-

-Aun así fue de las mejores carreras que he tenido- contesto antes de soltarse a reír tan fuerte y contagiosamente que lo acompañe involuntariamente.

-Dígame señorita ¿Qué hace tan tarde en la calle y sin abrigo?

-Pues… discutí con mis padres y digamos que … no fui muy inteligente al salir sin un suéter o algo que me abrigara- apenas había dicho eso él se me quedo viendo serio- pero no se preocupe, solo fue un mal día hoy en casa, regresare en un rato…

-No sin antes ir a comer, supongo que ha pasado bastante tiempo desde que comió en su casa hasta ahora, además podrían castigarle y mandarla a dormir sin comer-  me sonrió al finalizar lo que decía pero luego el continuo- ¿algún restaurante que le guste?

-No en realidad… cualquier cosa que se pueda comer es suficiente.

-Entonces no podrá quejarse del lugar al que la llevare, es un restaurante poco conocido pero la comida es deliciosa-  dijo él y apenas iba a caminar rumbo hacia donde decía estaba el lugar me puso su abrigo sobre mis hombros y me puso alrededor del cuello su bufanda.- se resfriara si no se cubre del frió- se explicó.

Caminamos muy poco a decir verdad o al menos eso me pareció por la plática tan animada que tuve con él, en la plática solo hablamos de cosas triviales y con esta se perdió mi temor a que fuera un secuestrador o algo parecido, pensé que si lo fuera ya me habría robado o algo, en todo caso no importaba, no es como si a mi familia le fuera a importar.

En cuanto llegamos al lugar él dijo tener algo que hacer que se le había olvidado, me dio un poco de dinero para pagar lo que comiera y se fue, yo no quería aceptar el dinero pero antes de regresárselo salió corriendo y perdí la oportunidad.

Me fije en el lugar y este se llamaba Ichiraku Ramen, creo que el nombre del lugar me dio una ligera idea de lo que vendía, el lugar estaba al aire libre pero aun así no se sentía mucho que digamos el frió, tal vez fuera por el abrigo que me había dejado ese hombre tan amable, ¡Un hombre había sido amable conmigo!, no estaba interesado en mi dinero ni en ganarse el favor de mi familia, lo hizo por mí.

Mire la carta del lugar y elegí, pedí al señor que atendía un plato de Ramen, un té verde y unos dangos. No tardó mucho en traerme la comida siendo que apenas la tuve enfrente empecé a comer, mire el lugar más detenidamente.

A mi lado había un asiento vacío, debo de aclarar que esto era porque me senté en una barra, me fije en los clientes y por pura casualidad vi a un chico demasiado parecido al hombre que eme había llevado al restaurante, era igualmente rubio con ojos azules y con ropa muy elegante pero este tenía unas pequeñas marcas en sus mejillas.

CAPITULO 3
FIN DEL PRIMER ENCUENTRO

-Si… fue algo de improviso, pero creo que me perdiste de vista ¿Esta bien eso para ti?- pregunte.

-No en realidad…-me contesto esa voz de hombre.

-¿Te gustaría repetir esto?

-Claro, será divertido, hacer que me veas correr de nuevo –conteste confiada y bromeando.

-Si qui…- corte a media conversación, ya estaba la camioneta negra que había visto enfrente de mí.

Un hombre bajo de la camioneta, ese hombre no era ni más ni menos que mi guardaespaldas a medio tiempo, Sai. Apenas me vio seria el me sonrió como para tratar de aminorar la carga que yo ponía al ambiente.

La relación que tenía con Sai no era ni muy buena ni mala, simplemente hablábamos para lo que era necesario y cundo no necesitaba hablar ninguno de los dos trataba de imponer conversación alguna. Él y yo nos conocíamos desde que teníamos como 5 años, su padre es el jefe de seguridad en la empresa de mi padre y es el actual guardaespaldas de él, éramos muy animados cuando jugábamos pero cuando Sai tenía 8 años él y yo dejamos de jugar para que mis padres pudieran reemplazar a mí, en ese entonces, mejor amigo por un chico que no conocía.

Él chico que “reemplazo” a mi mejor amigo en ese momento no fue nadie más que Sasuke Uchicha, mis padres por lo visto no tenían en ese momento la intención de dejarme hacer amiga de niñas y eso fue lo que causo bastantes problemas, los chicos tienen una forma muy distinta de divertirse a las niñas, ellas son más delicadas en cambio los niños… bueno digamos que sus formas de divertirse no son las más civilizadas del mundo.

Subí a la camioneta ayudada por Sai, nunca se le ha quitado el habito de ser caballeroso, en su momento era molesto pero creo que con el tiempo empecé a apreciar a esas acciones que el tenia conmigo.

El regreso a casa fue más largo de lo que esperaba, suponía que había caminado bastante para llegar al lugar en que la habían recogido.


En cuanto empecé a ver mi casa vi también a varias siluetas fuera de casa, las que más eran obvio que estarían ahí serán las de mi madre y padre junto a la de mi hermano y hermana, quizá también algunos sirvientes cercanos a la familia pero no creía que nadie más.

Baje del auto con ayuda de Sai, no tenía las fuerzas suficientes en mis piernas para permanecer firme ante lo que sabía que me iba a pasar, para mi suerte sé que él no es de las personas que se burlan de la debilidad de los demás.

Sai me soltó y de inmediato mi madre me soltó un golpe fuerte en mi mejilla, fue bastante fuerte el ruido que provoco haciendo que incluso los sirvientes sintieran un poco de lastima por mí, me grito e insulto por ser una “mala hija” pero realmente no le puse atención, estaba acostumbrada a ese discurso.

Mi padre en cuanto a golpes o regaños no es muy fanático pero aunque no haga ninguna de esas dos casas él te observa y prácticamente con eso tiene el para hacerte arrepentir hasta por lo que no has hecho. Él simplemente me miro con una desaprobación absoluta por lo que había hecho y me castigo las salidas a cualquier lugar e incluso me prohibió uno que otro pasatiempo mío.

Luego de toda esa escena me mandaron los dos con unanimidad a mi habitación, pero claro acompañada por Sai y mi sirvienta personal. Caminaba lentamente, no iba a huir a mi habitación después de lo ocurrido, camine con la frente en alto para retarlos y decirles de forma discreta que nada de eso me había afectado, incluso antes de irme a mi cuarto les sonreí como si nada.

Apenas desapareció del rango de vista de mi madre toque mi mejilla, me dolía bastante el lugar en donde me había pegado incluso podría decir que me quemaba, una lagrima se escapó y casi de inmediato Sai la quito por mí.

Llegue a mi habitación y Sai se quedó afuera de ella, solo me acompaño mi sirvienta.

La chica que trabajaba de mi sirvienta personal no era muy joven pero tampoco era muy grande, ella si acaso tendría unos 20 años y por una que otro problema término trabajando para mi familia y más específicamente para mí. Ella es una buena chica, no se mete en los asuntos personales que tengo, me ayuda en cualquier cosa que necesite pero lo que más aprecio de ella es su buen humor, el cómo hace que me anime en momentos horribles como el que estaba pasando justo en ese momento.

Ella tarareaba una canción, casi a la espera de un llanto que sabía yo estaba reprimiendo lo más que podía. Su canción era relajante siempre sabía qué hacer para ayudarme. No soporte mucho sabiendo que el dolor que me causaba lo que había pasado podía hacerlo menos si lloraba con ella.

Al principio solo salían lagrimas pero conforme ella me abrazo y empecé a sentir la calidez de ella, una calidez como mi madre jamás me había regalado, las lágrimas y unos que otros gritos reprimidos por mi mano salieron a flote.

Sé que Sai probablemente estaría escuchando pues él se queda fuera de mi habitación pero él no diría nada, él es discreto.

Llore hasta que no pude más, ella nunca dice nada, solo me apoya. Caí rendida después de llorar, mis ojos de seguro estaría hinchados en la mañana, me cambie de ropa y me dormí, mañana sería difícil seguir aparentando ser fuerte e indestructible frente a mis padres.

Eso fue todo lo referente al primer encuentro que tuve con ese rubio de ojos azules y la razón del inicio del infierno dentro de mi casa.