La Boda de Mis Sueños [TP] [1/4] [Cap I: 07-07-14]

El día comenzaba con la salida del sol, uno de los días más especiales para una chica, el cielo estaba despejado y los veinte grados de temperatura eran por demás agradables, en fin, parecía que en esa mañana todo pintaba de maravilla -BEEP, BEEP, BEEP- Comenzó a sonar la alarma en la cabecera de esa hermosa cama. Una mano salió de entre las sabanas que a simple vista se apreciaba que eran de seda fina.

-Ya cállate… ya escuche –Menciono aun adormilada y apagando con trabajo el despertador.

-¡Sakura, levántate… hoy es el día! –Menciono otra chica entrando apresuradamente a aquel espacioso cuarto.

-¿Tú también Ino?... Solo cinco minutos más…

-Frentona… desde que comenzamos a compartir casa es lo mismo contigo –Se quejó- no puedo creer que quieras dormir el día que escogerás tu vestido de NOVIA –Haciendo énfasis en la última palabra.

Y de pronto, como si esas palabras hicieran efecto en la mente de aquella mujer de cabellos rosas, se levantó de golpe y paso a lado de su amiga provocando que el rubio cabello se moviera por el leve viento. Era cierto, hoy iba a escoger el vestido que usaría el día más feliz de su vida, junto con algunas de sus amigas más cercanas y damas de honor irían a escoger aquella blanca y hermosa prenda que siempre había soñado.

-¿Ya tienes el deposito? –Volvió a preguntar Ino desde el otro lado de la puerta del baño.

-sí, ayer fui a retirarlo… -Desde que los padres de ambas murieran por un atentado en su contra, tanto Ino como Sakura Vivian en una hermosa mansión en la ciudad de Konoha, ninguna de ellas trabajaba, el dinero que sus padres les habían heredado era más que suficiente como para tres vidas de lujo. Desde pequeñas se habían considerado muy unidas ya que sus padres, con cada junta de empresarios que tenían, las dejaban solas en la misma guardería provocando que se quisieran como hermanas y luego de la muerte de sus progenitores, las dos lo habían vendido todo y solo se dedicaron a vivir como reinas… literalmente.

-Muy bien, yo también tengo lo mío… mientras tú vas a comprar lo tuyo, yo organizaré una grandiosa despedida de soltera.

-Más te vale conseguir un buen stripper…

-Sí, si… musculoso y con traje de bombero, ya me lo habías dicho. –Apunto Ino con cara de fastidio, no era la primera vez que se lo recordaba.

-Tu si sabes –felicito desde la regadera.

Los minutos pasaron, Ino ya se había levantado desde temprano para ajustar los últimos detalles de lo que sería “La despedida del siglo". Amigas, madres de las amigas e incluso señoras distinguidas que apenas y conocían figuraban en la lista de invitadas para la fiesta y obviamente para la boda; solo quedaba conseguir el “entretenimiento principal” y por recomendación de Temari, la ojiazul pensó en ir al bar “La Academia”  para contratar los servicios de un tal “Kakashi el enmascarado”.  Así se despidió de su amiga para salir en su auto convertible color rojo mientras vestía una vestido azul muy corto y una gafas para sol del mismo color, nada extravagante, según ella.

Sakura termino de arreglarse, una blusa color rojo, una minifalda negra y unos hermosos y nada baratos tacones de igual rojo cubrían la blanca piel de aquella mujer; un leve maquillaje y unas arracadas pequeñas pero nada desapercibidas adornaban su rostro. Sin duda por esa belleza y cuerpo era considerada una de las chicas más sexys en la ciudad.

-ZUUUBM, ZUUUNM- Vibro su teléfono celular.

-Sí, ¿Karin? ¿Ya están aquí?... ok, enseguida bajo… si, te juro que yo tampoco puedo esperar –Respondió tomando su bolso y saliendo de la habitación animadamente.

Cerró la puerta. Bajo unas escaleras con barandal de caoba importada, atravesó el gran salón rumbo a la puerta de roble y al salir se encontró con una limousine rosa, dentro de ella cuatro mujeres la saludaban saliendo del quemacocos.

-¡Apresúrate amiga! –Grito una pelirroja agitando las manos.

-¡Vamos Sakura, no quiero perder nuestro tiempo de Shopping! -Acompaño en los gritos una rubia con cuatro pequeñas coletas en su peinado.

-Ya voy chicas, solo aguarden a que cierre bien –De sus llaves saco un pequeño control, presiono un botoncito verde y de inmediato las rejas que estaban en los balcones comenzaron a tronar para indicar el paso de la corriente, algunas jaulas en el traspatio se abrieron y de ellas cuatro feroces perros salieron a “pasear” por el jardín, un pequeño “clock” y las puertas estaban aseguradas. Medidas sencillas de seguridad por si a alguien se le ocurría entrar a robar sus vestidos y joyería.

-¡Ya apresúrate, solo falta que escarbes un pozo con cocodrilos y tiburones! –Se mofo una castaña con dos moños en la cabeza.

-Ya estoy lista, ¡cielos!, son muy desesperadas… -Dijo abriendo la puerta del automóvil- … ¡vaya!, ya veo por qué tanta prisa, querían presumir sus vestidos ¿Verdad?

Sakura miraba con una traviesa sonrisa a sus amigas, las cuatro iban vestidas con unos entallados vestidos color rosa, en su cintura llevaban un moño ajustado por una cinta de un tono más opaco pero que combinaba a la perfección; Tenten, Temari, Karin y la tímida Hinata habían jurado usar sus vestidos de damas de honor para acompañar a la pelirrosa a comprar su traje de novia.

El camino hacia la zona de centros comerciales fue normal, iban contando chismes de los que habían o no hecho cada una de ellas, decían como era cada una de sus parejas en la cama, pensaban y hablaban sobre lo que comprarían, incluso Hinata comenzó a decir que su regalo de bodas sería contratar al grandioso Konohamaru Sarutobi, aquel niño con voz de prodigio que era famoso entre las niñas normales, las niñas ricas como ellas y los hombres con gustos especiales.

Al llegar al centro comercial de la zona lujosa, le dieron instrucciones claras al chofer de que pasara por ellas a las seis, hora que comenzaría la despedida de soltera, por lo tanto tenían cuatro horas para disfrutar de los placeres de comprar ropa, zapatillas y joyas caras. Aunque lo primordial fue el vestido. Sakura y sus amigas entraron a la prestigiosa tienda de “Lady Tsunade”, la mejor diseñadora de vestidos para novias en el país del fuego… Vestido por vestido, zapatillas por zapatillas, y adornos por adornos fueron pasando dos horas hasta que la mujer dio con uno en especial.

-Díganme chicas, ¿Qué opinan? ¿Le gustara este a Sasuke-kun? –Pregunto modelando un hermoso vestido blanco con medio escote y una corta cola, la adornaban unos guantes blancos hasta los codos así como las medias y zapatillas de cinco centímetros de alto.
-Pero claro que le gustará. Vengan, debemos tomarnos la foto del recuerdo amigas –Intervino Karin sacando el celular para tomarse un típico selfie. Bueno, lo cierto es que fueron varios, ya saben… por si acaso. Y ahí inicio todo.

-¡déjame verlas! –Apresuro Sakura arrebatándole el celular a la pelirroja. Moviendo el dedo sobre la pantalla hacia que las fotos comenzaran a avanzar, algunas no le gustaron y decía -¡Ash!, esta no, mejor la elimino- y pasaba a la siguiente. Llego a la primera foto que se habían tomado pero por cosas de la mala suerte se pasó a la siguiente.

-Oye, ¿cuando te tomaste esta foto con Sasuke-Kun?- se extrañó viendo una foto donde Sasuke y Karin estaba pegados mejilla con mejilla mientras sonreían; las demás estaban alrededor suyo y notaron que la pelirroja comenzó a sudar.

-¿Y esta otra? –Ahora era la misma pose pero más retirado. Las chicas dejaron escapar al unísono un “Tsss” en señal de que la estaba "regando" al ver las fotos.

Pasó a la siguiente foto, y ahora pudieron apreciar que Sasuke estaba mojado, en primer plano estaba una bañera con el pelinegro dentro de ella y con Karin fuera pero muy contenta y nada incomodos. Ahora el coro emitió un “Uhhh”.

La foto consecutiva fue peor, ahora la pelirroja estaba quitándose la ropa mientras Sasuke tomaba la foto…. Y las mujeres se hicieron presentes con un “Woooo”.

Lo siguiente que vio la señorita que atendía el local fue como una vez más la pelirrosa movía el dedo para que sus acompañantes emitieran un “¡Kyaaaa!” demasiado fuerte. Esa fue la gota que derramo el vaso, Sakura estaba furiosa, comenzó a dar la vuelta lentamente mientras bajaba el celular.

-¿Qué significa esto… zorra? –Hablo tratando de calmarse para evitar el chisme.

-Bueno… es solo que, tu… -nerviosa- ¡tú tienes la culpa! ¡Eres muy mojigata!

-¿Mo… mojigata? –Repitió la rosa- … ¡y tu… y tú eres una puta! –mientras empujaba a la chica.

-¡Y tú no lo puedes complacer! –respondió junto con el empujón. Las demás solo miraban mientras Hinata comía una bolsa de frituras para los nervios.

-¡Y tú eres una mal cogida! –Ahora el insulto vino acompañado de un tirón de cabellos. Las demás también habían comenzado a comer de las frituras.

-Pues tu ni siquiera a eso llegas –Respondió el tirón en el largo cabello de Sakura.

Ante eso ella no se pudo aguantar, de un brinco derribo a la pelirroja y empezó a darle manotazos en su cuerpo, cara y donde pudiera. Tenten le puso a la mano el ramo de flores artificiales que venía en conjunto con el vestido, Sakura lo tomo y le dio de golpes hasta en las uñas. Minutos después solo la vieron corriendo rumbo a la salida del local, desconsolada y con lo poco que tenia de cola el vestido tomándolo entre los brazos así como su bolso. No pidió la limousine, rento un automóvil convertible en un local y arranco sin rumbo fijo.

En la tienda de vestidos el personal de seguridad retuvo unos momentos a las chicas que habían intentado detener a su amiga pelirrosa, pagaron el vestido, se disculparon con los empleados y corrieron mientras dejaban a Karin lamentándose y maldiciendo a Sakura por haberle roto una uña.


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Las horas habían pasado, el cielo nocturno se veía igual de contaminado que siempre debido a los gases de las fábricas y autos, Sakura había parado en un establecimiento de veinticuatro horas y compro diversos productos alcohólicos: Cervezas, vinos, vodka… incluso compro algo llamado “Tonayan”…. No sabía que era, es más, ni siquiera sabía en donde estaba. Apenas y se mantenía en pie cuando se volvió a detener en un salón para eventos sociales. Una boda se estaba celebrando.

-¿Qué demonos pasha…? ¿Por qué…. Hip… por qué ellos she casharon y yo no…? –Medio intento hablar. Un pensamiento oscuro se apodero de su mente: si ella no era feliz, entonces nadie lo sería… con paso disparejo camino a la entrada del edificio que asemejaba un castillo, el empleado intento detenerla al pedirle su pase de entrada pero ella, muy a su estilo, le dio las llaves de su auto diciendo -“Ahí te lo encargo”- y la botella de whisky que traía en las manos se la dio al decir -“Cuídamela tantito”- El pobre hombre no supo cómo reaccionar y cuando se percató, Sakura ya no estaba.

Dentro del salón de fiestas, una hermosa mujer estaba de espaldas a otras tantas, y amagaba con lanzar su ramo de flores blancas, los hombres silbaban y aplaudían mientras veían a las damas empujarse por obtener un buen lugar para atrapar dicho ramo. Cuando por fin salió por los aires, todas solo vieron un punto rosa frente a ellas que había obtenido el arreglo floral, varias intentaron arrebatárselo de las manos pero la terca mujer se retorcía en los jaloneos gritando -¡Es mi… mio… sho lo atrapae!

Los novios e invitados no sabían que pasaba, esa mujer no era conocida de nadie; llamaron a seguridad y entre dos fornidos hombres sacaron a Sakura de ahí, no sin antes llevarse unos buenos bastonazos y nalgadas de la anciana que parecía ser la madre del recién casado.

-Le recomiendo que ya no se las tome tan frías señorita –Dijo un hombre al notar como era sacada por la parte trasera de la cocina.

-Sho puedo tomarlash… hip…. Como se me dé la… la gana –Sintió que se iba a caer y lo único que pudo hacer fue sentarse en la puerta trasera de una camioneta de carga. Saco otra botella de su bolso que momentos antes había sacado de la cocina con suma maestría y comenzó a beber nuevamente, se inclinó tanto para atrás que cayó en la parte vacía donde antes habían estado la mercancía de aquel vehículo, al caer se golpeó la cabeza y de inmediato se durmió, mas por las bebidas que por el golpe.

El hombre que momentos antes la había visto solo se fue acercando poco a poco con miedo a encontrarla muerta o algo parecido, pero no pudo ni llegar a la zona del estacionamiento de carga puesto que aquella camioneta color verde arranco.

-¡Chouji, Chouji… espera, te la estas llevando! –Grito aquel sujeto intentando llamar la atención del conductor, pero todo fue en vano. Aquel vehículo se perdió en el oscuro horizonte, llevándose a Sakura a quien sabe que destino.

-Que problemático… bueno, supongo que al llegar a Kiri se dará cuenta… -Dijo el chico con peinado de piña regresando a su lugar como guardia de aquella zona de carga.

Así es como da comienzo la verdadera historia de Sakura Haruno, un chica acostumbrada a la buena vida que tratara de llegar a tiempo a su boda con un hombre que la engaño… así comienza su travesía para lograr su sueño: tener una boda perfecta.