Una nueva vida [+18] Capitulo ¿1.5? (02/08/2018)

– Capítulo 1 –
Ciudad nueva, Vida nueva.

Era una noche de tormenta en Los Ángeles, truenos y fuertes vientos, acompañados de una lluvia intensa presagiaban un desastre en la semana venidera, un dolor de cabeza para el municipio de la ciudad, pues a pesar de la gran ciudad que era, su condición urbana no estaba preparada para soportar tormentas de tal escala. “Naruto”, un inmigrante japonés de 16 años, hijo de padre argentino y madre italiana, recién llegado a los Estados Unidos extrañaba su ciudad de origen, Tokio, sin embargo sabía que nunca más podría volver allí. La situación se había tornado difícil para su familia en Japón, sus padres, una pareja de arquitecto e ingeniera civil, se vieron envueltos indirectamente en un caso de corrupción en la tierra del sol naciente, obligándolo a partir.

Naruto, como le decían sus padres por su gran pasión hacia la sopa ramen, sintió realmente este cambio, dejar toda una vida atrás, para vivir algo fuera de su zona de confort, con gente desconocida, y un entorno totalmente distinto a la cultura japonesa, era un cambio muy fuerte.

No podía dormir tranquilamente, el dolor de recordar los buenos recuerdos, sus amigos, su vida en Japón, las fiestas y todas las aventuras que había vivido allá, sumado al lugar donde este vivía, al sur de California, en Los Ángeles, con su tío Kakashi, su mujer Anko y su prima Samui, de su misma edad, no auguraba un buen futuro, al menos de momento. Constantemente este se daba vueltas en su cama, esperando conciliar el sueño, sin embargo la tormenta ahuyentaba las posibilidades de conciliar con Morfeo. Luego de saltar de la cama gracias al último trueno, se sentó en su cama, agarro su camisa blanca y bóxeres, se los puso y se dirigió a la cocina.

Al llegar a la cocina se encontró con su tía, la cual impresionada por verlo en la cocina, casi derramó su té en el sofá, preocupada, le habló en su idioma natal con la esperanza de saber que le sucedía:

Anko (Japonés): ¿Te sientes bien, Francesco?

Naruto (Japonés): Dime Naruto, es mejor, más confianza. – Dijo un poco molesto – La lluvia no me deja dormir.

Anko: Muy bien, somos dos. – Le brindó una sonrisa, intentando hacer más amena la situación – ¿Te preparo un té?

Naruto: Preferiría una leche con chocolate…

Anko: ¿Viste que no eres tan japo, Naruto? – Se levantó del sofá, mientras Naruto se sentaba en el sillón frente a la TV – Si te gusta esto más que él te, es que no has sido muy ahí con las tradiciones de Japón.

Naruto: Ya… Es que no pasa por ahí…

Anko: ¿Ah, sí? – Dijo con una sonrisa maliciosa – Que yo sepa, siempre te quejaste de Tokio, que los japoneses somos muy estructurados, que no sabías que era lo que veía la gente de Japón, que les gustaba tanto, y que lo encontrabas horrible.

Naruto (Inglés): Ya te lo dije no pasa por ahí... – Agachando la cabeza – Son los recuerdos buenos, los amigos, las experiencias…

Anko (Inglés): *Risas* Naruto… No sabes nada de la vida… – Le decía mientras revolvía el tazón y se acercaba al rubio para entregárselo – Apuesto que tu vida será mejor por acá, es mas de tu onda, ya sé que no es Buenos Aires, ni Venecia, las ciudades de tus padres, pero Los Ángeles, te ofrece más alternativas que por allá. – Le entregó el tazón –
Naruto: ¿Y esto? – Miraba los Marshmellows que se encontraban en el tazón – ¿Por qué le pones estos Marshmellows?

Anko: Shh, esto le da un toque – Le sonrió de manera sincera – Te gustará, pruébalo.

Naruto: Emm, ok… – Le dio un pequeño sorbo – La verdad tienes razón, gracias. – Agradecido –

Anko: Es algo que las madres tenemos *Risas* – Le sonrió otra vez, posando un poco la cabeza – Hay cosas Naruto, que realmente cuando suceden no les encontramos sentido, hasta que pasan los años. Cuando nació Samui, tres meses después que tú, creí que mi vida se había terminado, imagínate, recién llegada de Japón, con una beca de intercambio, y en el primer mes de estudios quedarte embarazada de alguien que apenas conoces… – Dijo con una sonrisa cínica – Pero tu tío… Ay Kakashi, en cuanto se enteró que era el padre de Samui, congeló sus estudios y se puso a trabajar, todo con tal de hacer que todo estuviera bien para mí y nuestra hija.

Naruto: Si…

Anko: El me brindó seguridad, confianza, sabía que era lo mejor para nosotros tres, tenía muy claros sus objetivos, se esforzó para conseguir esto… Ahí fue cuando me enamoré de él, al ver que sería capaz de todo con tal de tenernos a mí y a mi hija seguras… Teníamos 19 cuando todo esto pasó…

Naruto: ¿Y tú que hiciste? – Preguntó curioso –

Anko: Yo… Intenté seguir en la universidad, pero no podíamos…

Naruto: ¿Por qué?

Anko: Nos faltaba dinero, yo me conseguí un trabajo como Kakashi, fue complicado, no sabía hablar muy bien el inglés en ese momento. – Miró un poco al techo – Me despidieron cuando me vieron el vientre…

Naruto: Que cr…

Anko: No hace falta que digas eso – Le miró a los ojos – Estoy feliz de mi vida hasta ahora, ha sido bonita, no porque hayamos tenido una vida difícil al principio con tu tío todo va a ser malo, tenemos una linda hija, un buen departamento de 2 pisos, a Kakashi le va bien en el taller, y yo le ayudo a gestionarlo. – Sonrió intentando alegrarlo un poco –

Naruto: Gracias, tía.

Anko: Así como quieres que te diga Naruto, dime Anko.

Naruto: Muy bien, Anko.

Anko: Y no hagas eso del anime.

Naruto: ¿Qué?

Anko: “Muy bien, Anko” – Haciendo comillas en el aire, con una cara graciosa – Ahora estás en otro lado, no necesitas esas formalidades de Japón, además, no me gusta. – Le volvió a sonreír de forma alegre –

Naruto: Ok…

Anko: Falta que me digas Anko-san… – Murmulló –

Naruto: ¿Eh?... – Levantó una ceja –

Anko: Nada… Emm, ¿Ya te tomaste eso?

Naruto: Ahh, si… Me falta la mitad…

Anko: Muy bien, que te parece si vemos una serie de Netflix.

Naruto: Genial.

Anko: Dame un momento que preparo más cosas para comer.

Naruto: Te ayudo.

Anko: Na, deja que me encargo yo.

Anko se paró en seguida del sofá y se puso a preparar todo para comer algo mientras su sobrino empezaba a acomodar los sofás, el ruido a las 2 de la mañana por supuesto despertó a Samui y Kakashi, que un poco sorprendidos se preguntaron qué era lo que estaban haciendo, Anko les sonrió a ambos y les dijo que se sentaran en el sofá, tranquilos y de paso preguntó si querían algo en especial para comer. Kakashi pidió unas Cocadas de dulce de leche, mientras Samui pidió unos Dangos, mas acostumbrada a comer comida japonesa que su padre. Mientras Anko preparaba todo para comer, Naruto estaba comprobando que todo el equipo de sonido funcionase bien. Estaban todos riendo bastante alegres, menos el rubio, pero como no quería preocuparlos, sonreía cínicamente, su tío al darse cuenta de esto le pregunto de forma directa que era lo que sucedía:

Kakashi: Así que Naruto… ¿Cómo estás? – Mirando fijamente al rubio –

Naruto: Bien, bastante bien.

Kakashi: ¿Ah, sí? Porque a mí me parece que de hecho te encuentras muy mal…

Anko: Amor… – Anko le intento cortar, preocupada por Naruto –

Kakashi: No has dormido, por lo menos durante 2 días, lo sé por tus ojeras, y por la forma en que te mueves, intentas tener mucho cuidado con todos los cables que tocas ahí atrás…

Samui: Papá…

Kakashi: Y… Cuando sonríes… – Naruto volteó y lo miró fijamente con un poco de ira – Lo haces para no preocuparnos… Pero a mí no me engañas, Naruto. Te conozco desde que eras así – Hizo un gesto con la mano, denotando una altura pequeña – ¿Cómo estás?

Naruto: *Hmpf* Mal, mis padres no tienen por qué estar en Japón de la forma en la que están, presos por corrupción, si ellos no han hecho nada. Acá no tengo amigos, no tengo a nadie. – Dijo con bastante rabia – Mí vida es una mierda… ustedes serán mi familia, pero no es lo mismo… Me siento solo…

Kakashi: ¿Y no crees que mejor sería decir la verdad? Naruto, nosotros queremos lo mejor para ti…

Samui: Naruto… Debes pasar página… Lo de tus padres es injusto, pero seguro ellos saldrán de la cárcel en cuanto todo esto se aclare. – Intentó despreocuparlo un poco –

Naruto: Ya… – Cabizbajo –

Anko: Kakashi ves lo que logras…

Kakashi: Naruto, ayer hablé con mi hermano.

Naruto: Ajá…

Kakashi: Los jueces los han encontrado inocentes.

Naruto: ¿¡Qué!?

Kakashi: No te preocupes, estarán bien.

Naruto: Debo volver.

Anko/Samui: No.

Naruto: ¿Eh?

Kakashi: Quieren que te quedes con nosotros, ellos se quedarán allá, tienen que resolver unos asuntos, y luego volverán a Argentina. – Le explicaba tranquilo – Quieren que hagas la preparatoria y la universidad acá.

Naruto: ¿Pero por qué?...

Anko: Tus padres hicieron un trato con los jueces para que les dieran la libertad inmediata, tienen 6 meses para salir de Japón, no pueden volver.

Naruto: Pero…

Anko: Los revuelos políticos allá se pagan caro. – Le hablaba con cierto pesar – Sabes que los japos son especiales, Naruto, si participas en un revuelo político, por más que seas inocente, la gente no te mira igual.

Naruto: …

Anko: Alégrate un poco, sobri, vamos. – Le posó la mano en el hombro – Veremos algo, una serie, un documental y descargarás un poco de tensión. Estarás bien con nosotros…

Anko lo abrazó, era duro para él y ella compartía su dolor, Naruto le correspondió el gesto, mientras Kakashi y Samui miraban esa escena un poco tristes, sabían que eran un montón de cambios para el proveniente de la tierra del sol naciente. Las cosas que había vivido Naruto, y de la forma en las que las vivió habían sido muy duras. Anko le dio un beso en la mejilla, le sobó un poquito la espalda y le dijo que se sentara con Samui, que muy inteligente, había agarrado el borde del sofá y se había robado unos cojines junto con unas mantas para estar más cómoda. En el otro borde del sofá estaba su tío, que se paró junto antes de que pasara Naruto, para darle también un abrazo que le brindase algo de fuerza. El de ojos azules literalmente se echó sobre las piernas de Samui, que le puso un brazo alrededor del cuello.

Samui: El sábado voy a salir con mis amigas, ¿Quieres venir?

Naruto: Siempre me han gustado las norteamericanas, no son todas iguales como en Japón – Le dijo sonriendo de una forma pícara, mientras se sorbía un poco la nariz –

Samui: Muy bien, porque todas ellas buscan un extranjero, capaz si les dices que eres japo-argento les pegas un poco más.

Naruto: ¿Son lindas?

Samui: No mucho, pero son simpáticas.

Naruto: Seguro que la pasamos bien.
Kakashi: Me gusta esa actitud – Sonrió bastante alegre, mientras traía las últimas cosas de la barra de la cocina –

Anko: ¿Viste? Tus padres quieren que estés contento Naruto. – Le acercó otra leche con chocolate, también a Anko – Tomen.

Kakashi: Bueno, a mi gustaría ver esta serie… – Mientras se sentaba –
Samui: ¿Prison Break? – Dijo mirando hacia arriba – Pero papá…

Anko: Ay, Samui – Puso sus manos en las caderas – Siempre lo mismo, luego terminamos mirando tus series…

Samui: Pero mamá…

Siguieron discutiendo un rato, mientras tío y sobrino las miraban, no podían evitar reír, la situación era chistosa. Madre e hija siguieron argumentando durante un momento hasta que Anko le quitó el control a Kakashi y puso Big Hero 6, mientras este y Naruto reían ya a carcajadas. Samui hizo una rabieta y le propinó un golpe a Naruto por error, sin embargo como este ya estaba tosiendo de tanto reír, no sintió nada y siguió con su carcajada…