.: La Virgen Jurada :. [+18] [FINAL] 26/01/15

Naruto no me pertenece. Es totalmente hecho por el gran Kishimoto Masashi (si fuera mío ya habría habido NaruSaku desde hace muuucho tiempo). Sólo uso sus personajes con fines creativos sin ánimo de lucro.

SUMMARY: Puedes verte como hombre; puedes oler como uno, puedes hablar como uno… pero nunca podrás enamorarte como uno.


Basada en la cultura de las vírgenes juradas de Albania

Dedicado a Rei-chan, en su cumpleaños. Abrazos Isa!

Capitulo 6:
In the Rain

La mejor de los médicos. Sakura de hábiles manos manejaba su chakra como si fuera plastilina caliente. Admirada por sus colegas, ella era muy joven para tener esa experticia. Siendo aún una estudiante se destacaba entre la multitud y prometía futuro esplendoroso de éxito sin descanso.

Un mérito ganado a pulso, con sudor de exigencia y horas pegada a libros. Sakura Haruno de 20 años veía como sus hebras rosas caían al piso cuando Kushina le cortaba el cabello. Escuchaba el “clic” de las tijeras, sintiendo el cepillo que separaba uno que otro mechón para hacer más fácil la tarea.

-¿Tienes todo?

-Sí, hice compras la vez pasada.

-Es una suerte que te pasen el estipendio mensual. No es mucho pero por lo menos, mientras comienzas a ganar más en tus misiones.

Sakura se quedó en silencio y vio su casa. No era la gran mansión, pero era bonita. Bastante simple, de colores más bien sosos; cremas y sepias. Ser Virgen Jurada traía beneficios como la paga por parte de la Academia Ninja para gastos básicos. Así que hambre jamás paso y vivienda siempre tuvo. Al morir su padre, el terreno y la construcción pasaban a sus manos al convertirse ella en varón. De ser mujer, habría sido echada como un perro de su propio hogar. Ser una Virgen era estatus. Era honor entre la villa. Una forma de vivir la vida tan valerosa que ellas, ahora ellos, eran vistos casi como santas. Deidades corporales que caminaban entre los comunes.

-Listo, ya estás.

Sakura afirmó con la cabeza parándose para irse a ver en un espejo sin marco que estaba en su baño. Volteó la cabeza y volvió a girarla para ver todo el corte. Inclinó un poco su cabeza hacia adelante para ver hasta donde llegaba su fleco, de tal modo que no le estorbara la vista. Quedó satisfecha con el resultado.

-Que hábil Kushina-san. Muchas gracias.

La roja se paró detrás de ella tomando los mechones cortos rosas de Sakura para ponerlos hacia atrás. Ella sacudió su cabeza- Estoy frentón. Mejor con el fleco.

Kushina rio y asintió con la cabeza.

Sakura se vio así misma en el espejo viendo que su cabello estaba muy largo. Ya uno que otro fleco rozaba sus hombros y no le gustó. La puerta sonó trayéndola a la realidad de un golpe.

Kushina Uzumaki tras la puerta se encontraba con dos bolsas pesadas y su cartera de cuero café que colgaba de su hombro izquierdo. La rosa hizo una acotación personal "comprarle un nuevo bolso a Kushina". Sin pensarlo dos veces tomó las bolsas para que ella no cargara.
-Mete una de ellas en la nevera. Es carne. La otra son cosas que te pueden hacer falta.

Sakura la miró inquieta viendo la bolsa de plástico. Dentro había jabones, shampoo, toallas desechables, ropa interior nueva, y ropa usada de Naruto. Ella siempre velaba por ella. Era tan dulce.

-Hace tiempo no nos vemos- comentó Sakura un poco cohibida almacenando los víveres. Kushina mordió su labio doblando las bolsas dándole la espalda.-Está bien lo que me tenga que decir… -comentó ella al ver que aquello que no quería contarle le estaba perturbando más de la cuenta. Kushina Uzumaki por naturaleza era muy ruidosa, caprichosa y aniñada. Parecía que su boca no le daba la talla a su mente pues sus silencios eran rara vez vistos… y oídos.

-Estoy muy feliz Sakura-chan-dijo al fin guardando la bolsa de papel doblada en la alacena de abajo.

-¿Ahh si? ¿Puedo saber la razón?-comentó también de espaldas. Era como si sus ojos no quisiesen encontrarse y su tono fingido de camaradería fuera la perfecta fachada para lo inminente.

-Naruto… se casa-dijo al final con un tono agudo para darle el sentido de felicidad no comprendida aun.

-¡Qué bien!-fue lo que respondió Sakura casi como un grito. Porque en verdad, exagerar fue lo único que la separó a ella del suicidio inmediato.

Kushina parecía muy nerviosa. Pero de la manera frenética y casi demencial. Mantenía una sonrisa nada real, mientras abría y cerraba cajones encontrando en esa acción algo que la distrajera de una culpa que la mataba.- El matrimonio va a hacer algo muy simple en realidad. En dos semanas… ¡qué emoción!

Sakura rio con ella también. Que malas actrices eran –Si, tiene toda la razón. Pero ese día estaré en misión. Ya sabe cómo son las cosas… Tsunade-shishou no se queda quieto y ya ve.

-Si si, por supuesto que lo sé. Somos muy buenos amigos.

-Claro, claro. Necesito un corte de cabello. Lo tengo largo- dijo Sakura tratando de desviar cualquier sentimiento que estuviera surgiendo.

-Sí, eso veo-mintió. Estaba de espaldas y desde que había llegado no la había mirado si quiera. ¿Qué acaso era tan repulsivo sus acciones al buscar el bienestar para sus dos personas importantes? Claro que no… entonces ¿por qué se sentía como una asquerosa persona?

En la mitad de la sala, como en los últimos años, Kushina se paraba atrás de Sakura, para cortarle el cabello. Pero esta vez, todo era enrarecido. Las tijeras se movían con tanto afán que Sakura temió que le cortara una oreja. Pero calló, y ella también. Y fue como si ese instante se dijeran todo. Entonces una, dos y tres gotas de agua cayeron a la corona de Sakura. Kushina lloraba amargamente haciendo su labor y la rosa calló. Que ella llorara por ambas. Francamente ella misma se le antojó pero algo la trabó. Y no pudo expresarlo. Estaba consciente que había un dolor tan enorme dentro de sí que se había pegado a su garganta y no parecía ni venir ni ir. Estaba ahí. Cómo alguien que sólo está para ver lo que acontece sin la necesidad de inmiscuirse. Agradeció cada sollozo que ella profirió porque no se sentía lo suficientemente valiente para enfrentar la realidad. Qué vergüenza… una realidad que ella sabía.

-Listo- musitó Kushina quitándole el mantel para sacudirlo.

Sakura se llevó las manos a la cabeza donde al pasarlas entre sus cabellos no tomó más de dos segundos.-Yo… le agradezco…tanto-dijo con mirada en el piso y cabeza gacha. Acá no se hablaba de un corte. No. Claro que no. Pero era la mejor manera para no caer más en la indecencia.

Sintió como ella la despelucó con una caricia juguetona-No me agradezcas. Cualquier cosa, estoy a pocas casas de distancia.

Incapaz de decir algo más, dio unos pasos suaves y se fue de la casa Haruno. Sakura miró hacia adelante inclinando un poco la cabeza, no sintiendo más que uno u otro cabello. Rodó sus ojos al piso- Hay que barrer.

La muñeca autómata se levantó con su cuerpo, más pesado por la culpa. Había que hacer aseo, y nadie lo haría por ella.


Tanto se había esmerado en ignorarla, que ahora siendo al revés, quería mandarlo todo a la mierda y besarle los pies hasta limpiárselos con la boca.

Sakura con porte firme entraba a su casillero, cuando él salía a entrenar. Se sentía tan torpe a su lado. Hace tanto que no se veían o hablaban que su presencia le revolcaba la coherencia y hacían de él una piltrafa. Unos deseos bestiales se apoderaban de él junto a una inocente torpeza que le confirmaban una y otra vez, que sí, era ella, no podía ser otra.

Por eso cuando pasó a su lado sólo inclinando la cabeza como saludo y él bajando su mano para contestarle, supo que ya no podría más. Con la mirada azul puesta al frente se giró para cambiarse de nuevo y salir a arreglar ese loco asunto de una vez por todas.


-¿Que QUÉ?

Naruto dio un buen trago de cerveza para botar la botella en el cuenco. El alcohol le sentaba tan bien en esos momentos en los cuales su madre parecía fuera de sí.

-No me voy a casar. Punto. Es que esto es absurdo.

-Oh por Dios…

Kushina pasó saliva y tomo una punta de su cabello. Naruto abrió los ojos sabiendo perfectamente las actitudes de su madre- ¿Qué hiciste?-preguntó el cachorro Uzumaki enfrentando a su madre quitándole el cabello de las manos. Que lo mirará a él y punto. Nada de andar de escapadas.

-No hice nada. Sólo le conté a Sakura lo del compromiso y eso es todo.

Naruto sólo pudo reír.- ¿Qué?

-¿Qué tiene de malo? Es tu mejor amigo, y merecía saber.

El rubio se llevó las manos a la cabeza tratando de actuar. Pero esas habilidades se le estaban escabullendo como humo entre las manos- ¿Por qué?- preguntó con risa nerviosa.
-¿Por que qué? Dímelo… ¿qué tiene eso de malo?

Kushina tocaba fondo emocional. Obvio que sabía por qué. Ella lo sabía desde siempre, sin embargo prefería echarle la culpa a su hijo que asumir parte de la suya. Naruto dejó la “no empezada” botella para salir huyendo por la ventana. La roja asumió su actitud al no demostrar reproche tras la huida de su hijo. Él sí tendría la valentía que ella en ese momento no pudo lograr.


Naruto entró al hospital como si fuese su casa sacándole a más de un médico una mirada desdeñosa. Buscó a Sakura por todo el edificio para hallarle finalmente en el vestier del sótano. Se encontraba recogiendo la bata en el casillero. Al verse por primera vez a solas en lo que parecía años, parecieron ajenos uno al otro. Sakura se apoyó en la pared mirándole con ojos soñadores y volátiles- Felicidades por tu boda.

Él solo afirmó con la cabeza riendo a tropezones como quien ríe por no tener otra cosa más inteligente que hacer.

-Está bien. Realmente me alegro Naruto. Tu mamá me lo comentó el otro día mientras me cortaba el cabello.

-Yo te lo iba a decir a penas…

-Llegaras de misiones, lo entiendo. Hemos estado tan ocupados, que en este momento incluso, parecemos completos extraños. Pero no por eso dejamos de ser amigos así que no le veas problema.

Un estudiante pasó y saludo con una reverencia a los superiores, a lo que Sakura y Naruto devolvieron el gesto al unísono. ¡Ohhh! la realidad era tan amarga.

-En fin, sólo quería desearte lo mejor, perdóname por no mostrar más entusiasmo al respecto. Es que no sé cómo hacerlo.

Naruto apretó sus puños con tanta fuerza que hipo por dentro.-Sakura-c… Sakura yo… perdóname.

Y es que francamente era un perdóname a todo terreno. Implicaba no habérselo dicho, no estar haciendo nada para remediarlo, no respetarla… eran muchas cosas.

Sakura rio para sí avanzando rápidamente para palmearle el hombro y correr hacia adelante. Porque ahora solo quedaba eso. Correr hacia adelante. Pero tan rápido como la idea pasó, Naruto la agarro de la mano halándola con fuerza hacia un corredor vacío donde la metió de bruces en un armario bastante oloroso con un trapeador de aspecto nauseabundo. Hace mucho que no pasaban un trapo por aquel espacio. Sin pensarlo demasiado y sin meditarlo tampoco, la abrazó tan fuerte que algo en ella crujió.

-De verdad me alegro por ti-dijo ella muy sincera.- Ambos sabemos que esto está mal y…
-¿Por qué eres tan mentirosa?

Sakura abrió los ojos tratando de articular bien lo que iba a decir.- Porque a veces mentir por bienestar a futuro parece ser la salida más lógica a las cosas. Es por ti y es por mi… eso creen.

-¿Y tú qué crees?- preguntó muy calmado reposando su cabeza en el hombro de Sakura.

-Yo creo muchas cosas pero ninguna de ellas que importe ahora.

-Lo que tú creas es lo que me importa a mí.

-Entonces creo que es lo correcto. Creo que debes querer mucho a Hinata Hyuuga y ser muy felices. Tal vez así me contagies alegría.

-Es lo que quieres. Porque si es lo que quieres yo lo hago. Dime, dime que hacer y lo haré.
Sakura gritó por dentro y se le desagarran los órganos. Quería sujetarlo tan fuerte que sus uñas se hundieran en su carne y rogarle con llanto que no la dejara que no la dejara…. Porque ella no sabía estar sola a pesar de que estuviera en soledad la mayor parte del tiempo. Ahí lo tenía, la posibilidad de la felicidad futura. En sus manos estaba la decisión del futuro. –Cásate con ella.-dijo suavemente.

Algo muy dentro de Naruto se sacudió por dentro y soltó a Sakura para verla en la oscuridad. En la penumbra del cuarto diminuto. Ella de verdad estaba sonriendo. Le estaba sonriendo de una manera muy honesta. De verdad lo había dicho en serio. Lo supo y lo acató. Afirmó con la cabeza tomando la mejilla izquierda de Sakura con su mano derecha para acariciarla y darle un beso muy suave en los labios produciendo ese sonido que sólo labio con labio otorga. Refregó después su frente contra la de ella como gato.

-Vale-dijo al fin.

Naruto abrió la puerta bastante descuidado sin fijarse a su alrededor. Los sentimientos a veces nos hacen perder la cordura y no fijarnos en lo que en verdad es importante. Por eso no sintió cuando dos ojos le miraron con satisfacción para luego desaparecer. El rubio con mirada abajo dejó la puerta abierta sin dar mucho de sí y encaminarse a su trabajo dejando a la chica en la soledad que ambos necesitaban. Sakura sonrió para decirse en efecto, "sí, es lo mejor". Pero entre más lo decía más sentido perdía. Por eso cuando cerró la puerta para encerrarse otra vez en el armario dejo que su tristeza la consumiera en la soledad, a la que ya debía de haber estado acostumbrada, pero que por causa de un amor sincero no pudo experimentar.

.

Bien. Era evidente que él era mucho hablar y poco actuar. Qué aquello qué el siempre pregonaba en cuanto combate se le atravesará era una vil hipocresía. Que eso del "camino del ninja" no era más que imagen. Ahora que era el momento importante para demostrarlo… se le formaba un nudo del tamaño de una casa en la mitad de la garganta. Su desesperación había tocado un fondo tan oscuro que ya ni pensar podía. Dejaría que las cosas pasaran como tuvieran que pasar… Naruto era cobarde y a las cuentas claras eran mejor establecerlas desde el principio.

Sentado frente al estanque en la casa de los Hyuuga las piedras que botaba hacían salpicar alrededor.-A este ritmo vas a sacar el agua de ahí.

El hombre se giró viendo a Hinata entrar con esa actitud tan calma, tan maternal. Bastante dócil.- ¿Pensativo? No es común en ti.

Naruto le levantó una ceja a lo cual ella se enrojeció negando con la cabeza- No, no estoy diciendo que no seas inteligente.-El joven se recargó en su mano para verla más socarronamente.-Lo que quiero decir es que no es de ti preocuparte tanto.

-Creo que debería ser de mí preocuparme tanto.

Hinata le miró sería para luego sonreír y ver para adelante. Con gentileza puso su mano sobre la espalda de él que se movía casi arrítmica.- Es hora de dejar esto.

El hombre que se sentía chico al lado de ella levantó su mirar de triste azul no sabiendo bien a qué se refería ella.

-He roto el compromiso está mañana acompañada de Neji-kun.- Naruto se espabiló respirando aún más rápido. Se tomó la cabeza entre las manos ante la incapacidad que tenía él de hacer las cosas.

- No te preocupes. Realmente es la primera vez que hago algo así tan de improviso y creó que me siento bastante bien.-él sólo asintió.

-Me siento mal por no haber sido yo el que actuase.- respondió Naruto mortificado pero con una rara felicidad y relajación en el timbre de la voz.

-¿Qué? ¿Por ser yo mujer?

Naruto giró los ojos como "aja". Hinata Hyuuga se paró de su lado y caminó a la alberca donde unos peces koi parecían danzar entre ellos.-Pues creo que eso me hace más feliz…más que el mismo hecho de haber contado la verdad… o bueno, mi verdad.- La chica de largos cabellos brunos metió su dedo pulgar al estanque y varios peces se acercaron a piquetearle la punta. Ella rio ante la caricia mandando un largo mechón de su cabello detrás de su oreja.

- ¿Cómo lo tomó tu papá?- preguntó Naruto bastante avergonzado de sí mismo con brazos en las piernas.

-Bastante bien en realidad.

-Mentirosa.

Hinata se paró de un brinco y se giró para reírse tímida-¿Soy tan obvia?

Naruto rio con ella cerrando los ojos y masajeándose la cien-¿Qué puedo hacer por ti?
Hinata llevó su índice mojado a la mejilla para emitir un "mmm" gutural- Apoyarme, seguir siendo mi amigo y decirle la verdad a esa persona que tu amas tanto.

-Eso lo puedo hacer.- respondió con ojos entrecerrados.

-Debe ser una chica muy afortunada.

-En lo absoluto-comentó riéndose de sí mismo mostrándose con las manos a lo que Hinata soltó una risita que escondió con sus manos.

-¿Interrumpo?

Hyuuga Neji aparecía por el gran corredor con una maleta al hombro y cabello suelto. Naruto le miró sentado desde abajo parándose de un brinco y extendiendo su mano derecha- Les deseo lo mejor.

Algo reticente, su cejo fruncido enarcó sus pestañas para ver a Hinata, la cual sólo asintió con la cabeza. No necesitaba más. Apretó fuertemente la mano, del que había sido hasta hace unos días, su rival a muerte-Gracias.-le dijo.

La chica se acercó en tres brincos tomando el brazo de su primo entre los suyos.- Estamos en la casa de la segunda rama, por si quieres visitarnos.

Naruto iba a contestar de inmediato cuando vio que Neji rodaba los ojos no muy convencido- Claro, siempre y cuando Neji deje.

El aludido carraspeó encontrándose descubierto.-Esperas en la entrada ¿por favor?

Hinata asintió y se despidió de Naruto con una reverencia dejándolos solos en el estanque. El Hyuuga se sentó en la duela dejando sus pies al aire. Naruto hizo lo mismo.

-Gracias.-fue lo que dijo Naruto viendo al frente.

-Yo no hice esto por ti.

El rubio rio con ganas desesperadas-Lo sé, pero yo salí tan beneficiado que tengo que darlas.

-Dar un paso al frente en situaciones desesperadas no es algo tan honorable como me gustaría. Yo soy de la rama secundaria, jamás había pasado en mi mente tener un futuro con la princesa de los Hyuuga. Ella es la hija mayor del clan y esa posición demanda respeto. Y no sólo eso, ella necesita un hombre que este a la altura de las circunstancias.

-En ti puede hallar eso.

-En mí no hallará nada que ella no desee. A lo que voy es que, el honor es algo muy subjetivo Naruto. Hay reglas, hay normas y cosas pre establecidas y no por eso quiere decir que estén bien, o que se acomoden a todos. Es verdad que necesitamos de patrones para tener un equilibrio, pero creo yo- dijo apretando su puño contra la rodilla- que mientras se encuentre la felicidad y se impregne la bondad con nuestros actos… lo correcto y lo incorrecto serán dos líneas que se estarán cruzando permanentemente. No sé si lo que te diga, tenga mucho sentido para ti.

Naruto le miró y suspiró- Como no tienes idea. ¿Y ahora que van a hacer ustedes dos, tortolos?

-Empezar lo que ambos por decisión decidimos construir. Así que falta por hacerlo todo. Sé que Hiashi-sama aprobará mi unión con Hinata a futuro. Pero francamente no necesito de eso para seguir con mis metas.

El azabache se paró casi con dificultad, tomando la maleta de un impulso y echándosela a atrás. Echó una mirada rápida a las instalaciones de la casa principal. Una sonrisilla cubrió su rostro.-Nos vemos mañana en los cuarteles.

-Claro.

En la soledad, Naruto tomó impulsó y salió saltando de la casa que había visitado por tantos días y que había albergado a su nueva amiga. De brinco en brinco sonrió. Increíble que un maestro no necesariamente tenga que ser alguien viejo. Al contrario. Un maestro es alguien que cuya experiencia haya nacido de los actos en situaciones fijas. Por eso se recriminó al ver la valentía de Neji. Tan capaz y tan fiel a sí mismo. Sin importar luego, lo importante que era el camino y no la meta. Por fin con la claridad que le había sido negada desde hace algunos años, el hombre tomó impulso hacia adelante. Hacía el futuro, hacía Sakura.


Ella lloraba. El Hokage lloraba. Sakura se limitó a quedarse con la mano extendida en el picaporte de la puerta que daba a su oficina. Resuelta a aclarar varios puntos con Tsunade, ella no pretendería ser parte del juego. No más. Ella tomaría las riendas de su destino y para comenzar eso, debía quitárselas a aquellos que estaban jugando con las piezas. Una de ellas era su Shishou. Pero cuando iba a remeter oyó unos sollozos bastante arrastrados. Eran tan lastimeros que contagiaban la zozobra.

Sakura enarcó sus cejas con un deje de preocupación. Sin importar las consecuencias tocó la puerta y sin esperar a ser invitada pasó al recinto. Tsunade yacía mirando por la ventana dándole la espalda.

-Tsunade Shishou yo…

-Jiraiya murió.

Fue como si unas tijeras le hubieran cortado las cuerdas vocales. Sakura tan sólo emitía unos "ghh…" difícilmente entendibles.

-Acaba de llegar la notificación, en estos momentos Naruto está siendo informado sobre esto.

-Shishou…

-Sakura aprovecha las cosas que hay para ti. Te hablaré como una igual que tú. No dejes de luchar por aquello que para ti es importante. Las lecciones más difíciles de la vida sólo se aprenden de las formas más crueles y dolorosas. Porque sólo cuando perdemos lo que para nosotros es seguro, es cuando de verdad apreciamos la naturaleza de las cosas. Así sea necesario huir, nadie te verá como cobarde.

Sakura pasó saliva afirmando con la cabeza. No perturbándola más, la médica se giró y salió corriendo al ver el reflejo del vidrio al ninja más poderoso de la aldea enmarcar surcos de agua por sus mejillas sonrosadas.


Camino rápido. Tenía prisa. Como cuando un niño escucha el camión de los helados. Si, cada vez más cerca. Cada vez más próxima. Lo sentía. Sabía que Naruto estaba en los casilleros. Ya no más estupidez. Ahora en el momento de los hechos es cuando los actos tienen más validez.

Giró rápidamente volteando y lo vio… junto con la heredera de orbes perla añiles. El temor cortó sus alas impulsadas sin previo aviso y ella sólo pudo retroceder con temor y esconderse tras la pared.

Se estaban abrazando y ahora ella le consolaba. Lo escuchaba.

Naruto y Hinata se estaban confortando. Un profundo suspiro que emitían tan abiertamente como jamás pudo hacerlo con ella. Ahora a Hinata se los brindaba. Oh… apretó sus puños con mucho temor tratando de respirar como siempre.

Entonces llevó su mano al frente y la abrió con lentitud. Entrecerró los ojos y diviso los callos en sus palmas, también esas falanges algo más gruesas de lo común. La giró para ver el otro lado y ahí estaban esos nudillos amorfos y por primera vez se dio cuenta que no parecía una mujer.

Qué tristeza. No quería llorar escondida en un pasillo. Pero eso no era cosa de hombres. Y ella es uno ¿cierto? ¿Verdad que sí? Que alguien le dijera que así era. Entonces recostó su cabeza en la pared mientras sus piernas perdían fuerza y se deslizaba pesada y torpemente hasta quedar sentada en el suelo.

En esa loza fría. Como una muñequita de trapo mojada. Escuchándolos murmurar. Ella con esa voz encantadora. Qué hermosa era. Con su cuerpo de piel blanca y figurilla hecha para atraer miradas. Parecía una ninfa bailando en tierra llevando esos hermosos vestidos de ligera tela. De encajes en su interior… mientras ella vestía pantalones.

Entre los susurros de ella y las lágrimas de él, Sakura los escuchó en un llanto mudo mientras abrazaba sus piernas para darse el consuelo que nadie podía darle.

Empezaba hacer un frío permanente mientras la lluvia comenzaba a remeter sin piedad. Tal vez era el paso del otoño y en su mente sólo una frase canturreó como ruiseñor.

-Desearía volver a tener nuestras vidas de antes… me encantaría.

Continuará

Sandeces Random:

-Fic patrocinado por Parfait Desig". Taller, abierto las 24 horas…. Askldfjas ahahah omg locura momentánea.
- "In the Rain" o "En la lluvia" es la sexta canción del OST Tsuikohen (Rurouni Kenshin, a.k.a mi anime/manga favorito).

Reviews:
Dohnarukoto_17: Yo solo sé que después de este capítulo Sakura está aún más triste que en el anterior (hahaha… que tliste). Me cuentas que te pareció este capítulo.

Estefi-chan: ¡Hola Estefi! Hace mucho no “nos veíamos”. ¿Cómo estás? ¿Cómo va tu vida? Si, volví recargada dispuesta a terminar esta historia. Ho ho ho ho, a ver cómo nos va esta vez. Un abrazito!

Camaleona: Pues en Japón no está mal visto casarse entre primos. Yo siempre que vi Naruto me dio la impresión que Neji estaba in love de Hinata. Se veían lo más de lendos. Cuando murió en el manga yo quede como WTF?? Que muerte tan BOBA Oo…  Yo acá también maté a Jiraiya hahahaha (que cruel).  En este fic todo puede pasar… menos volver de la muerte. Eso es demasiado “dragonbolesco” para mi gusto.

Miyuki Uchiha
Escuchando: Total Eclypse of the heart – Glee Cast

Naruto no me pertenece. Es totalmente hecho por el gran Kishimoto Masashi (si fuera mío ya habría habido NaruSaku desde hace muuucho tiempo). Sólo uso sus personajes con fines creativos sin ánimo de lucro.

SUMMARY: Puedes verte como hombre; puedes oler como uno, puedes hablar como uno… pero nunca podrás enamorarte como uno.


Basada en la cultura de las vírgenes juradas de Albania

Capítulo 7:
Quiet Life

La ceremonia fúnebre de Jiraiya se llevó a cabo sin mucha pompa, todo más bien de un tono bastante sobrio. Naruto fue el último en dejarle un lirio blanco en la tumba. Sakura veía desde unas 14 filas más atrás la actitud de su mejor amigo. No habían intercambiado palabra desde el último encuentro y ahora veía como Kushina lo tomaba de la mano para retirarse. La rosa entonó una oración mental, juntó sus manos y salió con prisa al hospital.


Cuando Sakura terminó de revisar el papeleo, de atender una que otra consulta y de ver que Tsunade se negaba a salir de la oficina aun, tomó su mochila y caminó con lentitud hacía su casa. Algunos todavía iban a ataviados de negro, pero ella sólo mantenía una banda de ese color pegada con un pin en la manga derecha.

Muy ensimismada apuró el paso para no tener que ver a Naruto. La sola idea de verlo, ahora, se le hacía aterradora. Pensamientos que le volcaban el estómago y que produjeron que corriera rápidamente para llegar al retrete de su casa.

Entró de tropezones al baño dejando la mochila en el pasillo y casi tumbando la puerta. Metió su cabeza al retrete y sintió esa fuerza monstruosa en su esófago. Cerró los ojos y se calmó así misma. Bajó la cadena para que el agua corriera y vio cómo su poco desayuno se iba con el agua. Se sentía un poco indispuesta y su situación emocional no hacía sino hacerla más débil. Estaba muy agotada, no encontrando un oasis entre tanto desierto.

Tanteo hasta encontrar el papel higiénico, el cual haló para jalar un largo pedazo y limpiarse rápidamente la boca. De repente el olor perfumado le aturdió sus fosas nasales alejándolo rápidamente. Una mueca de fastidio le cruzó la cara como un marcador permanente.

Bajó la tapa de la taza y recostó su cara mirando al pasillo. Estaba exhausta, tanto que no podía llorar. Cerró los ojos y el sueño la abrazó a pesar del frío otoño que, con su manto, arropaba la Villa Oculta de la Hoja.


Naruto caminaba tan pesadamente, que cuando daba un paso hacia adelante veía con curiosidad sus zapatos para constatar que en efecto pisaba el suelo. El frío lo envolvió sacándole un estornudo sonoro. Varios voltearon a mirar. Anduvo y anduvo hasta toparse con el árbol nefasto que los vio a él, a Sakura y a Sasuke, en su primera prueba como gennin: control de chakra. Claramente su pequeña amiga había ganado por mucha ventaja. Sonrió tiernamente ante el recuerdo.

-Es hermosa la boba esa.- musitó para sí acariciando la corteza. Lugar donde habían marcas de kunai.

-¿Cuál boba?.

Naruto se alarmó viendo al cielo en busca de la voz.

-Más a la derecha, a la derecha.

El rubió rugió como león mostrando su frustacion.

-Casi… dobeeeee-canturréo la voz al final.

-¡Ja!- apuntó Naruto a una rama arriba entre las hojas ocres. Danzantes por el viento, muchas de ellas se caian como lluvia de color oro y café.-Teme!

Sasuke Uchiha yacía recostado sobre el tronco de un gran árbol encima de una rama gruesa. Estaba jugando con una seca que apretujó hasta destrozarla mientras los pedazos caían al suelo al compás del viento.

-No te ví en el funeral.

-Yo en cambio si- respondió viéndole desde arriba.

-Con ese poncho pareces vagabundo- dijo Naruto viéndole desde el suelo.

Sasuke se arrejuntó para acomodarse mejor viendo de mala gana al frente. El frío ya comenzaba a tornarse casi helado y era lo único que le prestaba el suficientemente abrigo para mantenerlo con calor. Al diablo el resto, él no le interesaba mucho las acotaciones de la moda de su amigo.

Naruto decidió recostarse en la base del mismo árbol y mirar hacía el horizonte que a su amigo pelinegro se le hacía tan interesante.

Suspiró cansado y sus ojos ardían un poco por las lágrimas derramadas en los últimos dos días. El paisaje su cubría de negro poco a poco y pensó en Sakura, en Jiraiya, en él, en su madre, en el futuro. En todo un manojo de cosas que le impedían dormir. Sus ojeras eran negras y desagradables. Dos bolsas que colgaban de sus ojos y no combinaban con nada.

-Me gustaría irme de Konoha.-dijo el rubio cerrando los ojos.

Sasuke no dijo nada como siempre, aunque le escuchaba. Miró hacia abajo y volvió de nuevo a fijar su vista, esta vez, en la estrella que ahora centelleaba sutilmente arriba en el firmamento.

-Vete-pronunció muy sincero.

-No es tan fácil.

-Nada en la vida es fácil. Si fuera fácil todos lo tendrían.

Naruto enarcó las cejas en una actitud muy seria para pararse y sacudirse.

-¿Tu lo tienes?- le preguntó exactamente sabiendo a lo que se refería.

-No-contestó secamente.

-¿Entonces?

-De tenerlo no estaría acá-sin más su compañero de equipo desapareció entre las copa de los árboles secos.

Naruto respiró lentamente. Esa cosa que le faltaba que él tenía estaba sola en casa. El hombre rio con tristeza y se dirigió a ese lugar tan rápido como le dieron las piernas.


-Yo había cambiado la cerradura.

-Pues yo abrí la cerradura.

Sakura se limpió la boca viendo a Naruto en la entrada del baño. Sin importarle mucho su aspecto se levantó pesadamente cuando el hombre la tomó del brazo y ella lo apartó en una actitud ruda.-No deberías estar acá.

-Yo sí creo.

-Largo de mi casa.

Sakura caminó a su cama donde se acomodó y arropó con 7 cobijas delgadas. Todas viejas, todas de cuadros. Ya acostada vio hacía la ventana con cortinas cerradas y se quedó callada, con mucha angustia apretó sus manos y luego las soltó. Suspiró largamente- Lo siento.

-Está bien.

-No, no está bien. ¿Cómo sigues… con lo de Jiraiya-sama?-preguntó temerosa viéndose muy ajena a Naruto por primera vez en toda su vida. Aún seguía sin mirarlo.

-Bien supongo.

-Claro, tienes el amor de alguien para que te conforte.

Sakura abrió los ojos aterrada al escucharse a sí misma diciendo esa frase. Jamás en su vida había mostrado signos tan reveladores de los celos, y ahora ella se comportaba como una niña sin importarle el qué dirán. ¿Qué diría Naruto? ¿Qué diría su padre? Pues ella misma pensaba lo peor de sí. Entre tanta telaraña de pensamientos que no fue en más de un minuto la callosa mano del hombre refregó su mejilla que tenía un residuo de saliva en ella.

Siempre se le hizo increíble el poco asco que él le profesaba hacía todas las cosas. Desde ir al baño hasta esto. Bien podría ser vómito y él como si nada. Gestos definitivos que consolidan la confianza.

-¿Tu no sales mucho cierto?-le preguntó viéndola sentado a su lado.

Sakura no le respondió y se limitó a morder sus labios viendo aun hacía la ventana.

-Es verdad que tengo el amor de alguien, y es verdad que ese vínculo con esa persona es la que me conforta en tiempos como estos.

Sakura volvió a cerrar sus puños con mucha fuerza agarrando la colcha de la cama. Ellos habían quedado en el mutuo acuerdo de un matrimonio por parte de él para la tranquilidad de ambos… pero eso no justificaba que se lo refregara en la cara de esa manera, casi que cruel.
Un abrazo. La melena de Naruto cubrió el rostro de ella mientras sentía que él mojaba su pecho por unas lágrimas. Era tan raro ver a uno de los hombres más fuertes de Konoha llorar y sollozar de esa manera. Naruto posó sus manos sobre la ramera de ella y apretó sus puños pellizcando sin querer, sus pequeños pechos.

-Yo sólo necesito el amor de la compañera que me confortó la última vez que perdí a alguien. La persona a la que fui cuando mi papá murió.

Sakura se soltó de la presión que ejercía su propio cuerpo por necesidad y volteó su rostro para verlo completo- Tú te tienes que casar…

Naruto rio aun con el rostro metido en el cuerpo de ella-Yo no me tengo que casar. Yo lo único que tengo que hacer es amarte… el resto lo puedo obviar.-musitó con hambre.

Como aquella brisa en mitad del sofocante calor, la chica con temblorosas manos tomó el rostro de aquel que evitaba que su respirar fuese complicado, y le besó la frente. Naruto cerró los ojos y se refregó contra ella como el gato que se sentía cada vez que se amodorraba entre sus brazos flacos y blancos como leche.

-Y cómo te dije, es que tú no sales. El matrimonio se canceló hace ya un par de días.
Sakura abrió los ojos y de un sonoro golpe lo mandó a volar al otro lado de la habitación. Viéndose burlada se paró rápidamente y se encerró en el baño donde se recargó sentada contra la puerta con rodillas flexionadas y se echó a llorar. El hombre un poco confundido se arrastró rápidamente y golpeó la puerta casi abrazándola. Él podía ser muy fuerte, incluso llevar la voluntad de fuego con él, pero con Sakura, básicamente era un pobre inepto.

-Sakura-chan ¿qué pasa?

-O sea que sí el compromiso no se hubiera cancelado… NO HABRÍAS VENIDO ¿NO?

Naruto arqueó las cejas viéndose parcialmente descubierto, aunque no fuera del todo cierto-Sakura-chan pasaron muchas cosas, y no te voy a mentir que eso fue un gran detonante a que este acá. Pero Neji me hizo ver las cosas como debo vivirlas. Y sí, ese compromiso existió pero no con el significado que tú le das.

-¡Eres tan mentiroso!-le sollozó detrás de la puerta. Con un tono tan agudo que Naruto sólo lo recordaba cuando eran niños y Sakura era aún una mujer.

-No lo soy, te digo la verdad. Yo jamás quise a Hinata como te quiero a ti. Y es que yo a ti no te quiero, yo te amo. Hay una gran diferencia. Sakura-chan… ¡ABRE ESA PUERTA!-Gritó ahora él.

El silencio se hizo de repente. Naruto pasó saliva y volvió a escuchar a Sakura llorar- Ok ok… perdóname-le dijo afanado. Abrazaba la puerta con tal desesperación que la imagen era graciosa- No llores preciosa, perdóname. Tú tienes razón, pero deja de llorar-dijo casi sollozándole.

Sakura emitió uno que otro quejido fingido mientras se limpiaba las lágrimas de las mejillas y esbozaba una pequeña sonrisita siendo esta vez la causante del sufrimiento de Naruto, con toda la intención que pudo imprimirle. ¿Qué? Era su turno de hacerlo sufrir… aunque fuese un poquito.


-Así que eso te dijo Tsunade Ojii-san…

Sakura afirmó con la cabeza tomando su entrecejo para masajearlo mientras mantenía una taza de té caliente con la otra. Naruto estaba acomodado como dueño en su casa, sobre el sofá de la sala de Sakura.

-Pues sabe lo de nosotros así como mi mamá…

Sakura bajó el pocillo al fregadero donde vertió todo el contenido sin ningún remordimiento. Vio como el agua medio verde, medio café danzaba hacía la izquierda hasta hacer un remolino que desapareció en ese hoyo negro.-Yo ya no sé qué hacer. Me siento mal.
Naruto alzó la ceja y se recargó en la parte superior para verla. Se encontraba de espaldas a él.

-Yo no.

Sakura rio por debajo mientras tomaba la esponja para lavar el traste sucio.

-Es que tú eres muy cómodo.

-Bueno, pues es que la vida está para disfrutarla no para sufrirla. Nosotros la disfrutamos en secreto.-le comentó con cierto tonillo pervertido que hizo a Sakura sonrojar.

- No seas idiota hombre. -Naruto sonrió muy aliviado al sentir a su pequeña mujer bastante más calmada y de vuelta a como ella solía ser.

-¿Estas comiendo bien?-le preguntó tomando una galleta de la mesita de té del medio y recostándose boca arriba de nuevo.

-¿A qué viene la pregunta?

Naruto mordió el dulce hablando con la boca llena-Porque te veo algo más gorda.

Sakura cerró los ojos, enarcando las cejas. Se volteó con la manos húmedas y frías por el agua viéndole con malestar-Tú sí que eres todo un galán ¿no?

Sin pensarlo dos veces dio un pequeño brinco quedando a ahorcadas de él, le subió la camisa y le metió las manos en el abdomen sacándole al pobre un quejido muy sincero y un escalofrío que lo dejo tieso desde la uña del pie hasta el más erizado de sus cabellos monos.

-¿Estoy gorda de verdad?-Le preguntó ya viéndole seria y con las manos dentro de la camisa de él ya calientes y secas.

El hombre afirmó con la cabeza y le sonrió finalmente- Es broma tonta-dijo con ternura viéndola en todo su esplendor. Era tan bonita. Era una mujer muy tiernita. Y es que ella era así con él y eso proporcionaba un nuevo nivel de belleza. Ahí con su cabello suelto, corto… cayendo sobre sus ojos verdes. Le arrobaba el alma. De verdad que verla tanto tiempo le quitaba la respiración y eso le asustaba. Se relamió los labios antes de levantarse y besarla quedando ambos sentados, ella sobre el él rodeándolo con sus piernas.

Naruto tembló por dentro y se aferró a ella como perro apaleado. Sakura entrecerró sus ojos acariciando el cabello de él. Estaba llorando la pérdida de alguien y celebrando también la reconquista de lo más valioso que tenían, el amor muto.


-Los papeles se enviaron esta mañana y el sello del Shogun se perdió por alguna extraña razón. Qué se yo, son muy desordenados en la Oficina de Asuntos Exteriores. El caso es que tenemos que aplazar el envío de ninjas para el cambio de guardia. Pero igual eso continúa.
Sakura miraba a su shishou con una sonrisa enmarcada en su boca. Volvía a dirigir su vida con mucha dificultad, pero con la eficiencia que la distinguía. Eso la llenaba de mucho orgullo.

-¿De acuerdo?

Shizune afirmó y salió del cuarto, dejándolas solas.

-Hable con Kushina hace unos días-dijo volteándose para ver el horizonte tras los enormes ventanales que adornaban la oficina.

-¿Qué le dijo?

-Que debíamos ser tan viejas chismosas, incluyéndome a mí.

Sakura evitó la risa para seguir seria.

-Lloró mucho… pero es mejor que llore arrepentida que llorar por no haber hecho algo al respecto.

Sakura ladeó la cabeza esperando una explicación más coherente.-En este asunto en particular Sakura, es mejor no decir más de la cuenta. Sólo te digo que oramos por ti todos los días.

La chica tomó un mechón derecho para posarlo detrás de oreja.-Vete que nos pusimos sentimentales.

Con una reverencia se giró para salir del despacho del Hokage, cuando Orochimaru arribó con dos de sus discípulos uno a cada costado. En el derecho el capitán Mitarashi… y al izquierdo, el ahora chunnin, Yakushi Kabuto. Sakura realizó la venía correspondiente.

-Orochimaru-sama.

El antiguo compañero de Tsunade entró a la oficina viéndole de reojo.- Tsunade.

-Orochimaru, alumbras mi oficina con tu pálida apariencia. Y si hombre, la misión está en pie y tu pequeño pupilo está en el escuadrón.

Sakura los miraba de hito en hito sin decir nada.

El hombre con rostro alargado y con una ojeras que parecían hechas de plastilina morada se irguió colocando sus manos atrás balanceándose levemente para dar la vuelta y quedarse para ver a Sakura de lado.- Sakura-kun, tanto tiempo.

La mujer pestañeó un par de veces- Espero que el infortunado incidente de la vez pasada no haya creado redensillas entre mi alumno y tú.

-En lo absoluto Orochimaru-sama.

-Me alegra, porque queda bajo tu tutela en la próxima misión. Te lo encargo mucho. No quiero tener que volver a lidiar con asuntos como la vez pasada.-el hombre giró su cabeza casi 180 grados para ver a Tsunade. Sakura tragó saliva un poco asqueada pero disimulándolo a la perfección.-No es así… ¿Tsunade?- preguntó con lengua afuera y ojos bien abiertos.

El Hokage entrecerró los ojos mientras el equipo salía al mismo tiempo. Kabuto dirigió una mirada con una sonrisa muy extraña a Sakura, la cual no supo bien cómo interpretarla. Por un lado se veía muy sincera, pero ¿con qué clase de sinceridad?

-Ten cuidado Sakura.

La chica se giró al escuchar a Tsunade hablar- Cómo sabes, Kabuto necesita de más misiones de alto rango para subir el nivel y poder tener más posibilidad a acceder al rango de jounin.

-Eso lo entiendo.

-Entenderás también que Orochimaru fue el encargado de interceder por él para que lo colocará en la siguiente misión que hay.

La rosa no habló, sólo asintió.-Ten cuidado, es la primera misión con la que irás con Naruto en vario tiempo. No quiero tener problemas. Así lo sepas, te lo advierto. No quiero problemas Sakura. Puedo proteger pero hasta cierto punto.

-Y doy las gracias…

Sin más dio media vuelta y salió.


-Vaya ¡gracias! Pero no tenías porque… en serio.

Kushina dobló el último par de calzoncillos para meterlos dentro de la maleta de su hijo.

-Déjame, me gusta hacerla de madre de vez en cuando.

-Pues si mujer, pero yo ya tengo los añitos suficientes para hacerme cargo por mi cuenta. Además jamás lo habías hecho, a qué se debe toda esta…

-¿Amabilidad?- completó la roja para mirarle tranquilamente.

-Algo así…

Kushina Uzumaki se aplanó el vestido ancho contemplando sus manos ya con bastantes arrugas y una que otra mancha café. Su pelo cada día perdía su brillo de antes y el color habanero que la caracterizaba, ahora era un pálido carmesí, imitando el café.- Puede ser que yo quiera nietos Naruto… pero sí eso significa el sacrificio de los más preciado que tengo en la vida, prefiero dedicarme a tener perros.

Naruto alzó las cejas un poco ofendido con el comentario- 'Kaa-san…

Kushina estrujó su falda y abrazó a su hijo con temor –A veces huir es la única opción.
El rubio corrugó su rostro como papel bastante choqueado por lo que le decía su madre- Yo no voy a huir a ningún lado.

-Sí los llegan a descubrir… les espera la muerte… por favor.

Naruto se quitó del abrazo de su madre y la miro con determinación- Lo sé, así que por eso no te preocupes… vamos con precaución.

Con un beso en la frente, el hijo soltó a su madre y tomó la mochila para irse.

-¿Te traigo un recuerdo?

-Tú eres lo único que necesito de vuelta-le respondió viéndolo partir.

-Ah pero que mal recuerdo quieres.

Kushina le lanzó una almohada al rostro- Largo más bien.

Sin más el rubio se despidió con un ademán y saltó por la ventana de techo en techo hacía la entrada de Konoha.

-Pero ¿para qué sirven las puertas si no las vas a usar?-comentó la mujer yéndose del departamento de su hijo.


Cuando Naruto cayó al costado de Sakura, la mujer con hábiles manos sin guantes comenzaron a manejar el chakra de curación como moldeando masilla. El rubio parecía no quejarse por temor a angustiarla, pero ese silencio sólo le hacía más daño del debido. La rosa colocó su oído en el pecho y percibió algo parecido a un soplo y buscó una herida en la parte de atrás de la espalda.

-Bingo- musitó emocionada al tener ya todo bajo control.- Kunai envenenado… que poco original.

-Déjate de alegrarte por mi "moribundez"- acotó el rubio boca abajo y con un ojo cerrado con dolor.

-Eso ni siquiera es una palabra. Respira- dijo Sakura.

-¿Para QUEEEEEEEEEEE… auch…

-No seas quejón yo te de dije que respirarás.
Con velocidad sólo de aquel que ha experimentado los combates, la jefa del escuadrón médico canalizó chakra azul en su dedo índice y anular y con eficiencia, pasó por la herida abierta, cerrándola al pasar sus dedos. Claro que eso en sí, aunque no se viese doloroso, era peor que una aguja caliente en toda la piel.

-Kabuto- llamó la mujer la atención del chunnin que llegaba ataviado con unas bolsas llenas de apósitos. Le botó un pergamino sellado casi sin dejarlo descargar-Ve al punto de encuentro y entrégaselo a Ebisu.

El chico de lentes rio dentro de sí-Por supuesto Haruno-sama. Todo lo que me digan, son órdenes.

Sin más, el misterioso plateado salió de la cueva donde Naruto y Sakura se habían refugiado tras un ataque a las filas principales de ANBUS. Tras socorrer a Kiba, Akamaru fue el que lo llevó en su lomo a la tienda principal médica y Sakura se había quedado como refuerzo único. Una explosión se suscitó haciendo que el rubio protegiese a dos miembros del escuadrón dando la espalda al campo de batalla. Grave error, fue un segundo que aprovechó el otro bando y sólo supo que tres segundos después Sakura lo cargaba en la espalda.

-Gracias Sakura-chan.

-Silencio, no me llames así en misión. Ya te lo he dicho.

-Te debe cansar estar con alguien tan idiota ¿cierto?

Sakura que andaba sacando vendajes nuevos de la maleta, se acercó meditabunda donde el herido quitándole lo que quedaba de camisa. Con su torso desnudo comenzó la curación.

-No eres un idiota. Eres terco que es otra cosa.

Naruto se le quedó mirando acostado y su corazón comenzó a latir muy rápido. Pudo jurar verlo latir a través de las vendas avergonzándose por el tono rojo que tomaban sus mejillas ahora.

-Deja de mirarme así-comentó una muy roja Sakura con mirada seria en su labor.

-No puedo… perdóname.

-¿Por qué?

Sin más, Naruto se paró y se la tragó con un beso mientras la acostaba en el suelo y la acariciaba las piernas. La chica entró en pánico tratando de zafarse.

-Deja, no acá no. Podrían volver en cualquier momento no.

-No me importa.

-Una mierda, sí te importa y a mí más. Aléjate.

-¿En serio?

Naruto se apoyó en sus brazos atrapándola entre él y el suelo. Que porquería. Eso se sentía.

-Tu cuerpo a mí me dice otra cosa.-le susurró al oído lamiéndole parte de la mejilla caliente.
La mujer suspiro inquieta y su visión se nubló por completo. La razón se desvanecía pero la culpa le marcó el pulso. No podía seguir callada.

Negrura. Sus manos actuaron por su cuenta detallando cada marca en la mejilla de él. Sonrió dando paso libre al pecado. Le tomo el rostro con una sonrisita muy convincente y ella se dejó llevar. Las hormonas la traicionaron y se la devoraron hasta los huesos. Ella sabía que no podría ser y menos en esa situación.

Pero ¿no les ha pasado? El momento es tan excitante que los cuerpos sólo se quieren tocar y tal vez la idea de ser descubiertos emociona más. Tal vez por eso sentía sus brazos y piernas hambrientas y nada gráciles. Las acostumbradas caricias, ahora eran reemplazadas por toqueteos bruscos y casi que voyeristas. Torpes en su hambre, se golpearon varias veces los dientes entre sí.

Sakura chillaba por dentro y una culpa la volvió a invadir- No-gimió ella.

Naruto no le hizo caso y le subió la remera con brutalidad lamiendo los vendajes que ocultaban sus pechos casi que planos.

-Por favor no.

-No puedo, deja- le contestaba él hambriento rompiendo la tela blanca. Sakura se mordió el labio y sus ojos vieron el techo y en ese momento sonrió. Le encantaba.

Naruto manoseó sus atributos con una rudeza pura y vibrante. Llevó su boca a uno de sus puntos rosas y lo aspiro como refresco en un día de verano. Deslizando la mano por su espalda donde la bajo hasta el borde sus pantalones donde metió dos dedos por debajo del resorte tocando la fina línea de su trasero.

Mientras Sakura se contorneaba, de placer y Naruto bajaba para besarle el vientre, la rosa abrió los ojos con pánico y sintió latir y sintió patear, aunque así no fuese. Entonces sin negarse a ella más, abandonó el silencio y tomó la cabeza de Naruto apretándola fuerte contra su panza. Mantenía una vida silenciosa. Pues eso fue lo que hizo. Guardar dentro de sus entrañas, ese pequeño secreto que era lo único que los haría, a ellos, saltar a la verdad.
Con manos temblorosas y unas lágrimas que se comían sus mejillas, hipo varias veces antes de hablar.

-¿Qué pasa?-le preguntó el rubio angustiado besando su piel y acariciando sus caderas desnudas.

-¿Sientes algo?-preguntó al hombre casi sin voz.

Naruto pensaba contestar con una obscenidad pero algo dentro de sí y por los escalofríos que emanaba su compañera, supo que no era el momento.-No… ¿Por qué?

-Porque yo si…

Sakura tomó su rostro con las manos y limpió las saladas lágrimas con los antebrazos para dejarlos ahí, cubriendo su rostro.

-Sakura-chan, ¿qué pasa?-preguntó angustiado el rubio haciéndola entre sus brazos como a una pequeña niña.

-Estoy embarazada…

Naruto abrió los ojos, junto con el relámpago que abrió el cielo, haciendo que la cueva se sacudiera y que la sombra de la muerte encarnada en la forma de un vengador de lentes redondos se relamiera los labios ante una macabra sonrisa que fue la guinda para el inicio del desquite.

Continuará

Sandeces Random:

-Este capítulo me lo dedico a mí pues hoy logré aprobación de mi tesis de posgrado. Así que … aja *lagrimitas*.

-Quiet Life o "Vida silenciosa" es la séptima canción del OST Tsuioku Hen(Rurouni Kenshin, a.k.a mi anime/manga favorito).

Reviews:

Ryukaru: Gracias por tu comentario como siempre. Un abrazo!

Estefi-chan: ¿No lloras siempre que ves Hachiko? Yo lloró dos horas seguidas y me abrazo a mi perro como si no hubiera un mañana. Hinata en estos momentos es desagradable para muchos. A mí me estresa es que no es la protagonista del manga y pareciera hahaha. Que le hagan su propia historia… ahh no espera, ya está The Last. Ups!

Lady Aerith: Ah no! Yo no me desanimo por la mala conclusión del manga. Antes me animó a volver al foro y a darle átomos por nuestra pareja. Amo demasiado el NaruSaku. Un abrazito :3

Dohnarukoto_17: Sakura definitivamente está muy pérdida. Ella vive su vida como si nadara en arequipe. No se hunde pero no avanza, solo está ahí. Hahahah me alegro que te haya respondido la pregunta. Un abrazo y espero no me mates por este capítulo.

Camaleona: Yo creo que la comparación con otros es inevitable en cada uno de nosotros y eso lo quise hacer patente en esta historia. Todos podemos dárnosla de muy valientes y decir: ay no, yo soy único. Pero realmente a la hora del té no podemos evitar hacerlo. Cosa que en serio, NO DEBERÍA SER. Me cuentas cómo te pareció el capítulo.

Hekyus: Ay pues muchas gracias por el comentario. Bienvenido caballero. Un abrazo.

Oni: Te extrañé. ¿Sí fue muy triste? Yo creo que puede ser aún más.

Isa: Lo que se viene ya será lo que no han leído los antiguos lectores. Mucha paciencia y comprensión. Ojalá les guste pese a todo lo que va a pasar. Hahahaha un abrazo Isa, te quiero mucho.

Comentarios son recibidos. Críticas SÍ y SÓLO Sí son constructivas

Miyuki Uchiha
Escuchando Free your mind/Stop in the name of love- GLEE CAST VERSION

La virgen jurada

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Naruto no me pertenece. Es totalmente hecho por el gran Kishimoto Masashi (si fuera mío ya habría habido NaruSaku desde hace muuucho tiempo). Sólo uso sus personajes con fines creativos sin ánimo de lucro.

SUMMARY: Puedes verte como hombre; puedes oler como uno, puedes hablar como uno… pero nunca podrás enamorarte como uno.


Basada en la cultura de las vírgenes juradas de Albania

Capitulo 9:
The wars of the last wolves

Con nerviosísimo colocaba uno que otro pote en la repisa. Viendo las marcas y conformación de las prescripciones que estaban impresas en las etiquetas.

-Haruno-sama, ese no corresponde al inventario.

Sakura volteó a ver el producto notando su falla obvia.-Es cierto… el cansancio muchacho, el cansancio.-Sonaba como una anciana. La rosa dejó la crema en una repisa en la parte inferior para masajear su frente con la mano.

-Tu casa huele bien… sin ese olor de porquería.

-Gracias hombre-contestó ella pasándole una cerveza fría de la nevera.

-Epa, que no la agarro-respondió balanceando el frasco sudoroso.

-Tu perro puede entrar si quiere.-dijo muy casual destapando una lata de soda oscura.

Kiba arrugó el ceño para levantar la ceja izquierda. Entre abrió la boca mostrando sus colmillos y chifló. Un sonido corto y de pajarillo que trina. Un segundo fue mucho el tiempo transcurrido antes de que el obediente can entrara enlodando consigo la sala. Sakura sonrió tranquila volviendo a sus quehaceres innecesarios. Entonces lo sintió… Akamaru la olía con esa curiosidad tan innata de la raza.

-Basta-le dijo golpeándole la nariz con un trapo.-Estas baboso.

Kiba palmeó su muslo derecho llamando a su compañero que tan solo ladró feliz con esa lengua de medio metro afuera.

-¡Hey!-llamó la atención el chico de marcas rojas.

Sakura volteó a mirar recibiendo el frasco vacío.-No vuelvas a comprar cerveza. No me gusta esa marca la verdad. Prefiero de lo que estas tomando tú.

Sin más, Kiba salió de su casa acompañado por la bestia. La chica sonrió tocándose la inscripción de su vientre. Todo estaba bien.

Y sin embargo el miedo la carcomía como bacteria a carne fresca. No lograba concentrarse, últimamente su trabajo era un desastre y su torpeza crecía de manera exponencial.

-Últimamente lo noto diferente

Sakura atendió la frase viendo a Kabuto frente a ella organizando el estante.

-Estoy igual que siempre.

El chico levantó los hombros no queriendo meterse más de la cuenta.


Mirando a la ventana recogió sus piernas donde apoyó su cabeza para mirar afuera. Entrecerró los ojos y sonrió. En verdad que había sido un sueño hermoso.

Se encontraban sentados uno al lado del otro, el viento como gentil susurro musitando un frio nervioso que la puso a temblar de adentro hacia afuera. Llevaba una falda corta de pliegues que se levantaba mostrando un poco de su ropa interior blanca. Pero no importaba, él no estaba viendo. Se encontraba a su lado tomándole el dedo meñique de su mano con la dura de él… sí, una sensación de protección y estrés se la comió como hambriento al pan recién hecho. Comenzó a respirar rápido y los botones de su blusa parecían explotar debido a tanto aire albergado en los pulmones.

Quería exhalar un suspiro tal, que todo se fuera con ella y hasta de peso rebajaría. Pero sentía que cualquier cosa que hiciese él la notaria. Porque cuando te gusta alguien es así, te sientes en escrutinio constante y todo te da miedo. Ella lo quería y lo deseaba más que nada en ese momento. Una necesidad surgida de las ansias y de la espera. De las palabras no dichas, de los sentimientos encontrados y del momento indicado. Él iba con un pantalón sastre en tono gris. Tan elegante, tan pulcro, sólo tan él. Tomó impulso con sus rodillas y de una sola parada se levantó dejándola sentada sola…

La sensación de soledad tan inmensa que la embargó y el viento ésta vez se hizo frio… agudo y vibrante. Gélido pero fino, tanto como una lagrima nunca vista por otro, pero sentida por la mejilla de aquel que la derrama. Entonces sin pensarlo mucho, pero habiéndolo meditado toda una vida se empinó en sus mocasines de color café y le dio un beso en los labios. Sintió como él abría los ojos con extrañeza para verse así mismo rodearla por la cintura con los brazos; eran duros, eran fuertes, eran más grandes que los de ella y eso le producía tanto placer. La sola idea de verse abrazada por paredes cálidas la elevó y el beso se tornó ansioso. Y el abrazo se tornó celoso de pasión y los deseos atravesaron como corriente eléctrica los tendones y los huesos parecieron crujir cuando la hacinó hacia su pecho tan fuerte que ella gimió contra sus labios. Le encantaba su poderío y su forma de tomarla la hacía sentir inexperta y eso… le encantaba.

Entonces sus pies cogieron el ritmo del deseo, parecieron danzar y una sonrisa se formó en su boca roja con un poco de malicia al saber que volvía a tener el control. Rodeo el cuello de él con sus brazos juntando sus propias manos al final. Ese candado lo vería difícil de romper.
La perversidad la poseyó y con mucha travesura abrió sus labios para tomar el inferior de él y morderlo con glotonería. Ávida sensación que profundizó cuando lo arrimó más a ella. Pareció gustarle porque abrió la boca y ella pudo tener acceso a su interior. Tan cálido tan húmedo y tan hambriento de ella. Con afán lo lamió por dentro como una gata, botando una que otra vez un suspiro para calentarlo más.

Respondió de manera dulce y ella se quedó quieta. La sensación de ser voluble como sólo una mujer podía ser, la abrumó y le partió el corazón al sentir como alguien la podía conducir a la tranquilidad entre tanto remolino.

Con besos lentos, se exploraron el uno al otro para separase después. "Dime que no te irás, por favor repítemelo… díselo a mis labios mientras el viento aun sopla…"pensó con temor.

-Gracias-susurró ella.

Sakura deslizó sus piernas para frotarlos con la sábana suave de color blanco y movió los dedos de sus pies en un ritmo no definido. Por primera vez se le antojó irse. No… no sólo antojar. Dejarlo atrás todo. Sí… quería ser ella y quería tener a su bebé. Con el sueño que acababa de tener cómo una premonición, la mujer se levantó de la cama dispuesta a tomar ese día como el último de su vida. Un ciclo para comenzar otro.


Respiró. Última vez que la vería. Se tocó el vientre imprimiendo chakra para no develar la vida dentro de ella. Sería la última vez que usara ese sello. Después el descanso.
-Pediste la tarde libre.

Sakura asintió con la cabeza cerrando la puerta tras de sí e ir al escritorio de Tsunade. Con cofia puesta y una túnica mucho más gruesa. Comenzaba a hacer frío con el invierno rasguñando el ambiente.

-Eso es muy raro en ti.

-Necesito descansar. Últimamente he estado agotado y no estoy haciendo bien mi trabajo.
-Eso no es misterio para nadie.

Sakura sonrió sin ganas alegrándose por el humor del Hokage.-Sólo quería pasar a saludarle y a darle las gracias…

-¿Por una tarde libre?-preguntó la anciana seria mirándole por encima de una hoja.

-Sí… por esa libertad.

Tsunade cerró sus ojos y dejó descansando la hoja sobre la mesa. Tronó sus dedos como matraca.-Adiós entonces.

Sin más se giró sobre su asiento. Sakura afirmó con la cabeza aunque no la viera y salió de la oficina. Ambas con un llanto oculto. Ambas sin expresar más de sí. Sólo apretaron sus puños con fuerza y los deseos de decirse más se deslizaron por sus gargantas al ritmo de un movimiento de esófago forzoso.


Cuando Kushina leyó la carta que Tsunade le había enviado por medio de Ton Ton, rio con tristeza para mojar la tinta con sus lágrimas haciendo imposible de leer ahora. Por eso cuando Naruto entró a verla, ella sabía de qué se trataba la visita. Pero no permitiría un distanciamiento permanente. Sin más no volteó a verlo y le gritó contenta.

-Está haciendo un poco de frío y Tsunade me invitó a tomar unos tragos.

-¿Tragos?-preguntó Naruto acercándose serio para tocar su hombro.

Ella se giró con ojos bien cerrados para que no viera sus lágrimas. Le abrazó muy fuerte propinándole un coscorrón después.-Que sí hombre, tu madre no está tan vieja para no tomar. Además hoy particularmente los necesito. Ya sabes… por el frío.

-… ‘Kaa-chan… tu…

-Tu nada-Kushina siguió de largo para no verle la cara a su retoño y tomó el primer abrigo que vio en su recibidor. No combinaba con su horrible vestido azul, pero eso no le importaba.-Nos estamos viendo hijo.

-Pero…

-¡NOS ESTAMOS VIENDO!-gritó desde la puerta.

Naruto tragó saliva viendo sus puños. Decidió mentir con ella con amargura que le provocaba muecas agrias en el rostro- yo siempre le haré caso a mi madre. No quiero que papá venga a halarme los pies por no cumplir mi palabra.

-Idiota Minato…-sin más la mujer de largos cabellos salió de su propia casa dejando a su hijo con un permiso implícito de partida.


-El sello estaba funcionando muy bien ¿no?

Naruto empacó sus guantes de entrenamiento dentro de un bolsillo de afuera de una de sus maletas negras.-Creo.

-¿Cómo está eso de 'creo'?-preguntó Sakura viéndole a su lado mientras ella empacaba lo suyo. Miraba su apartamento desarreglado y sintió nostalgia. Armaría mugre en otro lado.

-No nos vamos a quedar acá Sakura-chan, sí con esa frase me insinúas que puede funcionar más tiempo el dichoso sello.

De mil demonios se encontraba. Su malgenio cubría la habitación. Sin duda irse le afectaba terriblemente. No había dicho eso con esa intención, pero así pareció entenderlo él.

Se sentía tan sola. El sentimiento de soledad sólo será superado cuando seamos verdaderamente libres y nuestro amor propio no dependa de otros. Aquello de complementarse con otro es una mentira, pues si uno no es completo por sí solo… no se puede esperar que otro lo haga por uno. Así fue como la compañía de Naruto era a veces muy triste y solitaria para ella. Por eso ella sonreía siempre y le respondía con "no te preocupes". Definitivamente ella era el problema principal.

Tocó su vientre y sonrió con esa mueca que sólo aquella que es madre puede fundar. Ahora podía reír igual que Kushina cuando ella veía a Naruto corretear por el patio. Si, ahora podía. Ahí estaba desarrollándose dentro de sí algo mucho más fuerte que ella. Entonces la realidad la acarició y las lágrimas cayeron por sus ojos de nuevo y una sonrisa de tristeza bosquejo su rostro… Y cerró su vista y vio negro y las lágrimas se fueron a sus labios donde los delineo con ese sabor salado de agua blanca. Porque aquel ha tomado el llanto con las manos sabrá que no es transparente, que es como una nube en forma líquida… cuando el gas toma forma por la angustia y muta en un estado de inmensa desazón.

-No somos muy afortunados bebé.-Y abrió los ojos y eran tan rojos por el esfuerzo y por el cansancio…- Creo que es hora de irnos-musitó acongojada sorbiendo con su nariz y limpiándosela con el dorso de la mano. -No te importará no nacer acá, seremos solo los tres… juntos… seremos nuestra propia aldea y se llamará… "Villa Esperanza"… ¿ves? Por eso me volví ninja, nunca fui buena para estas cosas. Ya no parece tan loco cuando hablo así… estoy hablando medio sola pero ya no es por mi locura de siempre.

Sakura rio y limpió su rostro.

-¿Qué haces en el piso?

-No sé, se me hizo cómodo- le respondió viéndole desde abajo sobre sus rodillas a manera de disculpas por su comentario anterior. -Puedes dejar de llorar cinco minutos mujer. En serio, estas peor que un esponja llena de agua.

Sakura abrió los ojos muy grandotes y unas lagrimillas se asomaron- Era broma. – contestó rápidamente él tomándole por los hombros. A todo gesto, la chica le propició una sonora cachetada que lo mandó al otro lado del cuarto.

-Y aun así puedo llorar lo que quiera- dijo al final levantándose con pesadez del suelo.
Maletas listas, actitud dispuesta, los guerreros del combate de la vida se remangaban los ideales para abandonarlo todo y crear un paisaje propio.


-No puedo creer que estemos acá -dijo por debajo siguiéndola rápidamente.

-¡Era una emergencia!

-¡¿Más que lo nuestro?!

Sakura subió los escalones de a dos en dos para agilizar el trayecto con un nervioso rubio que trataba de cogerle la mano para llevársela lejos. La rosa había recibido una llamada del halcón personal de Tsunade dando la orden de reagrupamiento médico en el hospital. Al parecer un equipo de búsqueda y rescate había sido sorprendido y las consecuencias habían sido brutales. Se necesitaba de ayuda inmediata.

Cuestión que a Naruto no le terminó de cuadrar porque el hospital no se movía de la manera en que lo hacía cuando una emergencia se suscitaba en sus pasillos. Algo no estaba bien. Se quedó quieto revisando la escritura en el papel. Era igual a la de Tsunade, pero no del todo. Pegó sus dedos anular e índice pasándolos por los caracteres…Rastro de chakra ajeno al Hokage.

Alzó la cabeza buscando a Sakura y con angustia sólo vio médicos de batas blancas y enfermos de lento caminar.

Su respiración aumentó volteando por todos lados alzando la vista hacía la escalera que estaba a sus pies. Ahí estaba ella mirándole tranquila como si ya hubiese resuelto el problema. "No…" fue lo último que pensó cuando su mujer colapsó hacía el vacío.


Naruto le retrasaba y el tiempo era un aspecto tan vital, que sus vidas dependían de él. Así que cuando se quedó viendo el pergamino que había llegado a su casa hace unos minutos apenas, la rosa aceleró sus pasos por la escalera hasta llegar al despacho de urgencias. No había nada. Salvo los mismos casos de siempre. Los mismas heridas, las mismas urgencias, el mismo correr.

-Sakura ¿qué haces? Pensé que tenías el día libre.

La rosa volteó a mirar encontrándose a Shizune con cabellos negros pegados a la frente por el sudor. Vestía su camisola blanca sobre el chaleco verde. Algo manchada de sangre y fluidos. Todo normal.

-Un mensaje del Hokage… algo sobre una emboscada y yo… vine a…

-Ahh ¿eso? Hombre que sólo fueron tres heridos. Era el total del grupo que atacaron. Tal vez Tsunade-sama se equivocó o algo. Anda, lárgate que me estorbas.

Sakura sonrió por dentro respirando más normal. Ya todo estaba bien. Seguro estaba borracha cuando le mandó el mensaje. Eso lo imaginaba nítido y hasta suspiró aliviada. Era tan cuadriculada con su deber que lo anteponía a ella siempre. Aspecto que le molestaba profundamente pero siempre había sido así... y tal vez moriría con él.

Salió caminando despacio con actitud fresca llevando la mano a su vientre e imaginando el futuro. Ahora todo sería diferente, todo sería como debió haber sido sí su padre no hubiese muerto dejándola sola. Con una responsabilidad que no había deseado jamás. Y que aun maldecía en sus lapsos de aceptación de la verdad.

Quedó al borde de la escalera viéndole a él parado al final de ella. En verdad que le arrobaba el corazón. Guapo al cien. Con sus cabellos rubios claros, mirada azul y quijada fuerte.
Se irían… lejos de la villa. Sí. Ahora estaba segura. Su deseo por el cambió se había prendido por fin. Por eso fue que cuando sintió que alguien la había empujado por las escaleras no lo creyó. Su mundo se fue haciendo cada vez más lento cuando la caída se hacía de hecho más rápida.

El golpe en su columna le sacó el aire sintiendo ese escalón de la escalera partiéndola en dos…. Tal vez el destino no quería que se marchara con la felicidad.

Y la realidad la levantó. Tal y como esa ilusión de un mundo alterno que la envolvió con una paz que jamás su vida le daría. Dio infinitas gracias al sueño tan tranquilo y hermoso que la abrazó por una noche.

En medio de personas gritando y de escaleras blancas, su cuerpo yacía lánguido como queso derretido cubriéndolas. Sakura Haruno cerró los ojos respirando consiente por última vez antes de ver a Naruto llorar sobre ella y sentir el latido de un bebe en su vientre.

Continuará

Sandeces random

-The wars of the last wolves o "Las guerras de los últimos lobos" es la novena canción del OST Tsuioku Hen(Rurouni Kenshin, a.k.a mi anime/manga favorito).

Gracias a Kaoru, Estefi, Dohnarukoto y Aduzumaki por sus hermosos comentarios. Son una belleza chicas.

Comentarios son recibidos. Críticas SÍ y SÓLO Sí son constructivas

Miyuki Uchiha
Himitsu Kichi-Takada Kozue. EUREKA 7 ending 1.