Noche de amantes (+16)(18/06/14)unico capitulo.

La noche es para los amantes… Eso decía un amigo, en la universidad.

Yo no le creí, claro que no…

Hasta esa noche…

La luna brillando, tan profunda y serena. La música, de todo tipo, resonaba a mi espalda, dentro del gran salón de fiesta. Pero mis ojos azules, estaban en el cielo nocturno de aquel momento. Aun recuerdo a Sasuke, mi mejor amigo, a un lado de mí, con una copa de vino en la mano.

--¿Y si entramos?—Me preguntó--. Sería bueno bailar con alguien, no lo sé, allá está Karin y trajo a Shion…

Sonreí ante su propuesta, después de todo, las fiestas no son para amargarse en un balcón del gran salón, sino, para bailar entre otros aspectos. Y Shion, la mejor amiga de la novia de mi mejor amigo, no entraba en mis planes, pero tampoco estaba mal.

Un salón grande, de gala… Todos los hombres vestidos de esmoquin negro,  y las mujeres, de vestidos largos elegantes. Copas de vino de un lado a otro, música en el fondo y parejas con elegantes collares y modestas decoraciones. Aquella fiesta formal de la familia Uchiha no era mi estilo, pero todo sea por un amigo.

--Naruto, si no vas, te parearé el culo--. Me había dicho Sasuke la semana pasada.

Sonreí ante el recuerdo.

Una vez dentro del gran salón, donde las parejas bailaban y charlaban,  decidí tomar una copa de vino tinto. Karin, con un vestido negro de lentejuelas, tomó del cuello a Sasuke y lo jaló entre sus brazos para besarlo abiertamente.  

--¡Dios Sasuke, besas muy bien!—Dijo ella, tomando su mano y girándose hacía mí--. Hola Naruto.

--Hola Karin.

Ella soltó una risita y se volvió contra Sasuke. Shion, su mejor amiga, una chica linda un año menor que yo, jugaba con su copa y sus labios teñidos de rojo vivo, su vestido verde jade brillaba con un glamuroso escote desde su cuello hasta su ombligo. Un vestido elegante, pero sin gracia.

--¿Y tú que tal besas, Naruto?—Me dijo, acercándose a mi desde mi derecha.

Sonreí cortésmente.

--No es algo que yo sepa—Contesté mirándola--. Ni mucho menos que me importe.

--¿Hay alguna novia  la cual deba preguntarle?—Me preguntó ella, soltando una sonrisa fiera y femenina. Como un cazador a su presa en el amor.

Estuve por contestar algo que rompiera ese entorno coqueto de ella hacía mí. Shion es bella, inevitable no mencionarlo, es educada y muy popular en la universidad de derecho, pero simplemente no es lo mío. Y jamás lo será.  Entonces, al fondo del salón, en la entrada principal…

La vi.

No es algo que se pueda explicar, una sensación de una mirada… Solo una pequeña mirada que recorre tu cuerpo tan rápido y suave. No hay un por qué, o un cómo, solo está allí, latente y persistente latido.

No tenía ni idea de quién era, pero era hermosa…

Un vestido rojo, no muy brilloso. Largo cortado de lado para mostrar un lado de su pierna, sin escote, un vestido sencillo, elegante y sin tanta decoración. El cabello sujeto con uno que otro cabello rosa cayendo por sus hombros desnudos, su cuello de piel blanca decorado con un collar brilloso de plata, o tal vez diamante, o algo así. Sus ojos, grandes, brillosos y alusivos como sus labios rosas, de tono verde penetrante. Como dos rocas preciosas de fantasía.

Ella me miró inmediatamente, desde la entrada hasta el fondo, manteniendo su sonrisa suave femenina. Una mirada de solo unos segundos, era un sentimiento de mil emociones. Pero junto a ella, había un tipo. Pelirrojo alto y elegante. Lo reconocí al momento… Sasori, un futuro Doctor del instituto vecino a derecho con especialización a traumatología.

Y de alguna manera, descubrí que eso no me importaba.

En absoluto.

--¿Naruto? ¿Me escuchas?—Shion mandó sus manos a mis ojos, llamando mi atención. Al no conseguirlo, miró donde mis ojos veían. Miró a la chica a la que veía.

Supongo que no le agradó… Frunció el ceño.

--Se llama Sakura Haruno—Agregó rápidamente con veneno en cada palabra--. Es estudiante de Medicina, es una agresiva y matada… Seguro no te agradará.

Sasuke llegó en ese momento, con vino en la copa de su mano y en la otra la mano de Karin. Rápidamente me miró y giró la mirada a donde yo veía, una vez más.  Solo escuche su chiflido  de asombró y una carcajada salir de su boca. Supongo que sabía perfectamente lo que cruzaba por mi cabeza…

--Sakura Haruno—Dijo Sasuke--. Una chica inteligente, es la mejor amiga de Ino Yamanaka, la novia de Sai… ¿Recuerdas a Sai? Es el que nos ayuda en piscología.

Esa chica, de nombre Sakura, tomaba del hombro al pelirojo a su lado, con una copa en su mano y una tenue sonrisa delicada. Ella miraba disimuladamente hacía mí, lo notaba en cada giro de mirada. Como si de alguna manera, entre toda la multitud, nosotros nos hubiéramos encontrado.

¿Y si así era?

--¡Es una ñoña!—Dijo Shion con modestia.

--No es verdad—Argumentó Karin--. Es difícil de vencer en baloncesto, es lo único que sé.

--Iré por ella—Dije finalmente--. Ahora regreso.

--¡Tiene novio, Naruto!—Chilló Shion.

--Pues tal vez, tenga uno nuevo… --Susurré desapareciendo entre la multitud.

La música sonaba tan suave… Tan calmada y elegante. Los murmullos entre las pláticas de las personas resonaban y las voces delgadas y finas dominaban el ambiente. Pero al fondo, en una esquina estaba ella. Sus brazos desnudos, decorados por unos guantes blancos de piedras plateadas.

El tipo que la acompañaba no estaba, solo ella, con una copa vacía de vino sobre su mano. Pasé por la barra de bebidas y tomé dos copas de un licor suave de frambuesa. Me apresuré y en menos de unos minutos, ya estaba s u lado… Donde se veía, más bella.

--Hola, me llamo Naruto… --Susurré, acercándole la copa a sus manos y sonriendo.

Ella me miró… Sus ojos verdes se posaron en mí, tan penetrantes. Y una sonrisa traviesa se acercó sus labios tenidos de rosa.

--¿Ese eres tu intentando coquetearme?—Dijo finalmente tomando la copa.

--¿Funciona?—Pregunté.

--No… es tonto.

Solté una carcajada y bebí un poco de la copa.

--¿Quieres bailar?

--No, vengo acompañada, pero gracias.

Ella se giró, dando algunos pasos entre la multitud, tan lejos de mi. Por un momento sentí que mi oportunidad de alguna manera se había ido. Entonces ella giró la cabeza, me miró a lo lejos y sonrió.

Maldita sea… Su sonrisa.

Corrí tan rápido, esquivando personas, hasta que llegué a su lado. En medio de la pista de baile. Y sin decirle nada, le tomé la mano y la jalé hacía mi cuerpo para tambalearme y bailar.

--¿Esta eres tú coqueteándome?—Le pregunté instintivamente.

--¿Funciona?

--Jodidamente si—Contesté.

Ella soltó una carcajada, aferrando sus manos a mis hombros, y su rostro a mi pecho.

Y de repente, la verdadera música comenzó.

Tango.

Tomé su pierna entre mis manos, su cuerpo se pegó al mío y juntos bailamos ese tono delicado. Su cintura golpeó la mía. Mi mano firme a su cuerpo y a su mano. Sus ojos frente los míos. Su aliento y aroma a cerezo en mi olfato.  Mis labios acariciaron su cuello, suave y delicado como una caricia elegante. Sus manos tomaron el mío, y sus dedos tocaron mi camisa. Incluso sus labios rasparon mi mejilla, su labias quedó impetrado como una fragancia en mi cuello.

--Debo irme, él me espera… --Susurró ella en mi oído, con una sonrisa--. Fue un gusto, Naruto.

--¿Él?—Pregunté en un tono de dolor--. ¿Y si lo mandas al diablo?

Ella rió.

--No puedo—Ella se alejó y ladeó la cabeza--. Me tengo que ir.

Pero la noche era joven.

Y la Luna brillaba mucho…

No podía irse.

No esta noche.

Sonreí, tomando su mano… Y sin decirle nada, ni pregunté, la jalé a mi lado hasta salir del gran salón de baile. Ella preguntó varias veces, soltó risitas y se jaló a la contraria con tontas excusas. Yo solo la tomé de la mano y  la llevé al balcón más alto. Donde había viento fresco y como. Donde el reflejo de la luna llegaba tan alto, que no hacía falta nada más que su luz. Allí me detuve, para mirarla una vez más y sonreír.

--¿Y ahora?—Dijo ella--. ¿Por qué en este lugar?

--¿Has escuchado que la noche es para los amantes? jamás había creído en ella… Un amigo me dijo, que hay noches que suelen ser tan especiales, porque, en un acto inexplicable encontrabas a alguien…

--Eso suena tonto.

--Lo sé, lo mismo dije.

Ella sonrió. Yo me acerqué, tomé su cintura entre mis manos, acaricié su mejilla. Cerré los ojos.

Y la besé… Una y otra vez.

Acariciando su mejilla, jugando con sus labios. Saboreando su cuerpo y su piel delicada. Hasta que la noche acabó, y por primera vez sentí el dolor de decir adiós. Yo por mi rumbo, a un lado de Sasuke y ella por el suyo, a un lado de ese tipo. Dejando todo como una noche de amantes…

Y solo amantes.

…

--¿Algo especial?—Me preguntó Sasuke dos días después. Saliendo de la universidad de derecho y caminando por la cafetería del centro.

--Algo único—Contesté bebiendo un poco de chocolate caliente.

--¿Cómo es que no sabes nada de ella y te tiene tan idiota?

--¿Por qué eres un idiota?—Le dije--. ¿Lo ves?, son preguntas inexplicables.

Tomé un sorbo de mi chocolate y fijé mi mirada en la entrada de la cafetería.

Y entonces, la volví a ver…

Un vestido floreado, el cabello suelto decorado por un listón rojo, y una fina capa de laboratorio blanca. Casi me atraganto con el chocolate, cuando ella me miró a lo lejos, y me sonrió.

--Solo encontré una cosa de ella—Escuché decir a Sasuke--. ¿Sabes del tipo con el que iba en la fiesta?, pues es Sasori… Su primo. ¡Hasta suerte de idiota tienes!

--Con que su primo… ¿Eh?

A lo lejos, entre la multitud. Ella me miró y yo la miré, como si nuestros ojos fueran hechos para verse entre tantas personas. Como aquella noche.

Y nada me dio tanta seguridad, como el ver sus labios sonreírme  y su mano, saludarme…

Porque…

La noche es para los amantes… Eso decía un amigo, en la universidad.

Yo no le creí, claro que no…

Hasta esa noche…

En que la conocí.