¿Qué es lo peor que podría pasar? [+13] Final 12/03/14

En la habitación de un  pequeño apartamento en la aldea de Konoha, se encontraba un joven shinobi de cabello rubio, ojos azules y no más de dieciocho años, preparándose para lo que se avecinaba esta noche.

-¿Naruto, estas seguro de esto?-Pregunto Kurama, el bijuu de nueve colas que se encontraba en su interior.

-No. No estoy seguro Kurama, pero tal vez sea mi última oportunidad.-Respondió el rubio con una seriedad impropia de él.

-Pero que no recuerdas la ulti…-El Zorro demonio quería protestar pero fue interrumpido.

-¡No hay ningún pero!, sabes que es algo que tengo que hacer.-Contesto tajante el joven ninja, para no dar lugar a más protestas.-Y ten por seguro esto, no dejare que pase de nuevo.

-Ha… Supongo que tienes razón-.Hablo el Kyubi cuando vio que ya no podía hacer nada.-Solo ten cuidado ¿está bien?, No me sirve de nada un jinchuriki muerto.-Advirtió para terminar.

-Claro que si y… gracias por entender.-Respondió el Naruto con una sonrisa y el rostro más relajado.-Además, estás hablando de Naruto Uzumaki. ¿Qué es lo peor que podría pasar?-Dijo el rubio arrogantemente.

Naruto Uzumaki. Ninja de la aldea de Konoha, jinchuriki del Kyubi y héroe de la cuarta guerra ninja. Aun siendo tan joven ya en muchas ocasiones había tenía que plantar cara al peligro y rivales de mayor poder, pocas veces había ido a la batalla con miedo, pero hoy era una de esas veces. Esta noche saldría quizás al más arriesgado de todos sus encuentros.

Lo que haría era peligroso, bastaba solo conque algo saliera medianamente mal, y estaba seguro que no saldría vivo para contarlo.

Naruto se prepara para llevar su papel a cabo sin errores ni contratiempos, todo debía ser calculado en detalle. Plan A, plan B, Planes de contingencia e incluso planes de emergencia, todo surgía en la cabeza del rubio, tal cual lo haría su amigo Shikamaru.

Ya no había marcha atrás, por fin se libraría de esa carga aunque le costara la vida, lo cual era muy probable. Había mucho que perder, pero si las cosas salían bien, también era mucho lo que podía ganar.

Miro por la ventana de su habitación un momento hacia la aldea, quizás fuera la última vez que podría verla, luego giro habitación y fijo la vista en la cama, donde se encontraba todo lo que necesitaría esta noche.

Una muda de ropa nueva, dos boletos para el cine, una pequeña caja delicadamente envuelta con un moño rojo y su fiel compañera Gama-chan, rellena y lista para la batalla. Con esto se aseguraría de que su cita con Sakura-chan fuera perfecta.

-Ya que no quisiste hacerme caso mocoso, solo me queda decirte que tengas cuidado con los puños de la pelirrosa.-Hablo el Zorro con una media sonrisa dibujada en su rostro.

-No te preocupes esta vez todo será perfecto y Sakura-chan no me golpeara.-Decía el ninja lleno de confianza.

Ambos recordaron el último intento de cita del rubio. Un piso mojado un chico cayendo, y una mano que término donde no debía, eso fue suficiente para que Naruto recibiera un vuelo gratis sobre Konoha, varios huesos rotos y dos semanas en el hospital en el pabellón de cuidados intensivos.

En un ataque de rabia la chica le había pegado con tanta fuerza, que le rompio varias costillas y algunos fragmentos le habían perforado los dos pulmones y el riñon derecho. Esos eran los recuerdos de esa “Hermosa” experiencia. No era de extrañar, que al Zorro no le agradara mucho la idea de ponerse en bandeja de plata de nuevo.

-Bueno en cualquier caso, a mí no me interesa lo que vallas hacer con esa chica, así que cortare la comunicación unas horas.-Hablo el Kyubi a su compañero.

-Está bien, después te contare los detalles de mi fantástica cita.-Decía Naruto con una sonrisa que le atravesaba el rostro.

-Claro como quieras… y no lo olvides, ve con todo tigre.-Agrego Kurama. Era obvio que su compañero no pensaba cambiar de opinión, así que lo único que podía hacer, era desearle buena suerte y rezar por que no muriera.

Naruto rio y puso su purgar arriba para afirmar,  el Zorro lo vio después se desconectó de la mente del chico.

No importa lo que pasara, esta noche le confesaría todos sus sentimientos a Sakura, esperando que con un poco de suerte, esta decidiera darle una oportunidad. Y eso era una promesa ¡de veras!    

Ahí estaba, parado frente a la puerta de la casa de Sakura, hecho un manojo de nervios, lo más probable es que abrieran sus padres y tuviera que hablar con ellos y le daba un poco de miedo. Hasta donde sabia les caía bien, pero podrían ser impresiones suyas.

Respiro con fuerza y sacudió la cabeza para reunir valor, luego miro su atuendo, unos pantalones azul oscuro, una camisa blanca con estampados y una chaqueta, similar a la que siempre usaba, solo que en esta, el llamativo color naranja era remplazado totalmente por el negro, no era muy elegante pero se sentía cómodo y eso era lo importante. Satisfecho toco la puerta y espero.  Ahora empezaba todo.
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Sentado en un sofá de sala en la casa de la familia Haruno Naruto, respondía cortésmente las preguntas de Mebuki-San y esquivaba los indirectasos de Kisashi-san mientras esperaba a la chica. Cinco minutos después apareció Sakura, saluda animadamente el rubio mientras bajaba las escaleras, pero el saludo no era correspondido, porque el chico estaba embobado con su belleza.

Sakura vestía unas zapatillas blancas de medio tacón, una falda blanca de boleros que apenas tocaba sus rodillas, con bordados de flores de suave tono amarillo del lado izquierdo, una blusa rosa de tirantes y una cintilla para el pelo de color blanquecino, que ocupaba el lugar que habitualmente tenía su banda ninja.

El joven shinobi está perdido, como pudo devolvió el saludo y le ofreció el brazo, mientras le preguntaba si estaba lista para partir, la chica afirmo con una sonrisa y tomo de gancho al chico.

Eso sorprendió mucho a Naruto estaba casi seguro que diría algo como: “¿Qué crees que haces baka?” o “Baja ese brazo Naruto”, pero lo había aceptado y con una hermosa sonrisa en sus labios, nada podía ser mejor, así como estaban parecía como una pareja de novios.

Los jóvenes se despidieron de los padres de Sakura y salieron. Todo estaba claro, película, cena un pequeño paseo, confesión y luego vivir felices por siempre, por lo menos así estaba en la mente del rubio.
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Dios la noche había sido estupenda, no fue precisamente como él lo había planeado, pero no podía quejarse por que fue mucho mejor.

Primero Naruto la llevo a ver una película romántica, elección de Ino, el chico pensó que esto sería lo más aburrido, solo había visto una película de esas en su vida y “visto” es mucho decir, por qué esa vez se quedó dormido diez minutos después de haber comenzado.

Pero no pudo estar más equivocado no fue capaz despegar la vista de la pantalla ni un minuto, además Sakura se había recostado un poco en su hombro, y así no se duerme nadie. Al terminar la película, tenía los ojos aguados y hacia un esfuerzo sobrehumano por no llorar, estaba seguro que Sakura se burlaría de él.

Pero por el contrario cuando la chica lo vio así, solo lo abrazo tratando de calmarlo mientras le decía que no conocía ese lado tan sensible de él.

Y como no estarlo. La película trataba de un chico que dejaba todo y hacía de todo por el amor de su vida y final era rechazado de la peor manera, pero sensibilidad no era la palabra que describía su estado, miedo sería una mucho más apropiada, Naruto estaba traumatizado. Maldita Ino como le hacía esto, ahora se encontraba mucho más nervioso.

Por otro lado Sakura lo estaba abrazando así que valió la pena, la primera vez que la chica lo abrazo fue después de una batalla a muerte con el líder de akasutki, así que por donde se viera esto era mucho mejor.

Después vino la cena, un lugar no muy grande pero elegante idea de Shizune,  era agradable y acogedor, en pocas palabras perfecto.

Eso fue más sencillo, Naruto solo se dedicó a observar como la chica comía, hablaba o reía, esto era una delicia, aún más que la misma comida, se sentía como nunca antes. Después del incidente de su última cita se habían alejado un poco, pero verla de nuevo así, tranquila y feliz con su compañia le confirmaba que todo había quedado atrás.

Ahora se encontraba caminando en uno de los parques de la aldea, para este momento ya había caído la noche en Konoha, Naruto se encontraba solo con su camisa, puesto que la chaqueta la llevaba ahora Sakura, hacia frio y él era un caballero.

Hablaban de nada y de todo, el ambiente fluctuaba de una animada conversación a un Prolongado silencio, no de los malos e incomodos, si no de esos que se dan cuando no hay nada más que decir, de esos que simplemente hay que disfrutar.

Aun así él estaba nervioso se acercaba cada vez más la hora de su confesión, podría hacerlo ahí mismo, estaban solos y el ambiente era perfecto pero no, él tenía otro planes, Esta vez no había consejos, ideas o recomendaciones de terceros,  lo haría en un lugar especial, especial para él, y si todo salía bien se volvería especial para los dos.

Caminaban en la noche uno al lado del otro, Naruto le había pedido que lo acompañara a un lugar, no lo dijo a donde o para que, solo dijo “acompáñame”, ella simplemente asintió y comenzó a seguirlo.

Tal vez la llevaría  otro sitio a divertirse un rato pensó, pero pronto notó que cada vez se alejaban más del centro de la aldea. La plática había cesado salvo por una que otra pregunta suelta, ahora en el silencio, la chica tenía tiempo para organizar sus ideas.

En verdad había disfrutado su cita con Naruto, estaba tan feliz y tan nerviosa al mismo tiempo él la hacía reír y sentirse bien con cualquier cosa, debía confesar que después de la última vez pensó que no volvería a salir con él.

Rayos, recordar eso era tan molesto, lo que paso fue tan ridículo que tan solo hacer memoria de ello le daba rabia y vergüenza.

Aquella vez el chico también la había invitado a salir, por esos días era el carnaval de la Hoja, así que él quería llevarla  a pasar una tarde divirtiéndose en los juegos.

Pero eso nunca pasaría, mientras hacían una pequeña fila para ingresar a una de las atracciones, el chico resbalo en los resto de una bebido derramada, en un acto reflejo para evitar caer Naruto se aferró a Sakura, lo que el joven ninja no previno es que sus manos acabarían responsando en los pechos de sus compañera, esa fue la cruel jugada del destino.

Sakura estaba roja como un tomate y al ver las miradas de todas la personas, su vergüenza al calzo su límite, y sin pensarlo mando volando de un puño a su compañero y se fue del sitio, después, esa misma tarde se enteró que Naruto estaba en el hospital con las costillas rotas y varios órganos perforados.

En ese momento se sintió de lo peor, todo en su ser sabía que el rubio no lo hiso adrede, pero en ese momento su impulso la controlo. Siempre era lo mismo él trataba de acercarse y ella le pagaba con un golpe.

Después de que el chico se recuperó, ella se apartó de él, no era capaz de mantenerle la mirada, vergüenza no era una palabra suficiente para describir lo que sentía, después de todo ¿qué chica dejaba moribundo en el hospital al chico que le gustaba?

Pero ahí estaba Naruto a su lado, no la culpaba de nada así era él, por eso cuando la invito a salir de nuevo, se prometió así misma hacer todo lo posible por que fuera la mejor cita de sus vidas.

Después de unos minutos de caminata llegaron a su destino, el monte de los hokages, más exactamente la cabeza del cuarto hokage, el chico se acercó a una roca del sitio y saco de detrás de esta una manta, la tendió en el suelo, y le ofreció a su compañera que se sentara.

Cuando los dos estaban sentados mirando las luces en la aldea contrastar con las estrellas en el firmamento el chico empezó a hablar.

-¿Sabes? siempre me gusto este sitio, aun antes de saber que era mi padre.-Dijo sin mirarla.

-Si es bastante hermoso, no pensé que hubiera un lugar donde se viera tan bien la
aldea.-Hablo ella mientras acortaba un poco el espacio entre los dos.

-Es verdad, por eso sentía que aquí podía hacer cualquier cosa-Dijo él manteniendo aun la mirada hacia l aldea.-Sakura-chan hay algo que quiero darte.-Hablo nuevamente, pero esta vez su mirada estaba clavada en ella.

La chica giro su rostro, mientras observaba como de su bolsillo sacaba una pequeña caja blanca envuelta con un Moño color rojo.

Él chico tomo sus manos y deposito la caja en ellas mientras le decía que la abriera. En ese momento su imaginación volaba, que sería caso era una anillo, le estaba proponiendo matrimonio, todo era muy repentino, tomo un momento para calmarse y olvidar las ideas raras, abrió nerviosa la pequeña caja y sonrió cuando vio su contenido.

-Es precioso Naruto.-Decía la joven, mientras observaba una pequeña cadena de plata, que tenía una letra “N” como dije.

-Es para que pienses en mí cuando lo veas, así como yo siempre pensare en ti cuando vea este.-Mientras hablaba, el rubio sacaba de debajo de su camisa una cadena igual, salvo porque de esta colgaba una “S”.

-Gracias, la llevare siempre.-Decía la joven de cabellos rosa mientras lo abrazaba.

Al separarse él la tomo sus manos de nuevo y mientras la miraba a los ojos se dispuso a sacar todo lo que tenía en su interior.

-Sakura-chan…-

-Dime.-

-Yo quería… no, yo quiero…

-¿Si Naruto?-

Maldita sea porque era tan difícil, porque no podía decirle. En esos momentos el rubio solo se maldecía así mismo por no poder hablar.

Mientras tanto  ella lo miraba expectante, tratando de animarlo para hablar, esperando sus palabras, pero eso solo lo ponía más nervioso

-¿¡Qué estas esperando!?-Lo interrumpió una voz en su interior.-La vas a espantar.-Decía nuevamente la voz.

-¿Kurama?, ¿qué haces, acaso me estas espiando?-Pregunto el chico que ahora estaba más confundido.

-Yo… yo, este… Luego te explico, pero tú dile algo o ¿es que no era eso lo que querías?-Cuestiono el Zorro

-Pues claro que sí, pero es muy difícil.-Trataba de defenderse el rubio

-¡Difícil mis pelotas! Háblale de una vez, no seas cobarde-Dijo el Kyubi para provocarlo

El rubio estaba hecho un poema, el Zorro gritándole en cabeza, afuera Sakura con la mirada clava en él, eso fue demasiado, Nunca fue muy bueno hablando así que se la juego toda, si no era capaz de demostrarle sus sentimientos con palabras lo haría con hechos.

-Sakura-chan, sabes que nunca he sido muy bueno para hablar, pero hay algo que quiero que sepas.

Fue acortando la distancia entre ellos mientras cerraba los ojos, y un momento después sus labios reposaban sobre los de ella, la sintió tensarse y por un momento temió lo peor, pero más grande fue su sorpresa cuando ella empezó a corresponder su beso.

Era lo mejor que pudo haber sentido en la vida, era un beso inexperto e inocente pero maravilloso en todos los sentidos, poco importaba si luego lo mataba a golpes, ahora podía morir feliz.

Al separarse se miraron a los ojos, y Naruto podía sentir que lo había logrado, ese beso trasmitió todo lo que quería decir y mucho más.

-Yo tampoco soy buena hablando Naruto, pero aquí está tu respuesta.-Tan pronto como termino de hablar, tomo el rostro del rubio con sus manos y lo atrajo hacia ella para besarlo de nuevo.

Al separarse no dijeron nada, Naruto entrelazo su mano con la de ella, y esta solo reposo su cabeza en el hombro del rubio, por ahora solo querían  disfrutar de  la maravillosa vista, no había prisa a partir de ahora tenían todo el tiempo del mundo para hablar, para reír, para disfrutar.