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EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
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Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
jajajajaja dios amo esta historia es de mis favoritas de sherrlyn y un tanto mas complejas que las demas ya que te cuenta una perspectiva diferente de lo demons ........ es bueno verla adactada a la vercion narusaku , que por cierto uff !! estuvo MUY BUENO jeje , aunque cuando lo lei por alguna razon me lo imagine asoi jejeje ...... me pasare por aqui mas amenudo ......... la verdad es que el proximo capi estara de lo mejor sera bueno volver a leerlo jejejeje .....
UZUMAKI SAKURA- Genin
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perdida entre las locuras de mi madre y las de mi hermana(cuando estan muy contentas) ...dios! realmente me pregunto como es que aun concerbo la cordura...
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Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Hola! , que lindos comentarios caray , me dieron las armas para venir a postear Conti .
Bienvenida seas Rukiaharuno! , siempre es bueno ver nuevos comterios por aqui c': , espero que te quedes en el Fic :3 .
UzumakiSakura ya somos 2 las que pensamos lo mismo me encanta eso . Si , si si , pasa mas seguido por aqui:3 , siempre has sido una de mis comentaristas fieles y es genial verte de nuevo . Intentare publicar mas seguido los capis por foristas como tu .
Dejando el drama , los dejo con la Conti .
"Hago un pequeño incapie , para recordar que esta historia es propia de Sherrilyn Kenyon y yo solo hago una adaptacion para compartirla c:"
Bueno ... em hoy no tengo nada que hacer , ni saldré porque estoy súper enferma :c . Así que posteo Conti mas derratito si hay cuando menos unos 2 comentarios , por mas cortitos que sean . Si no , para mañana primeramente traigo Conti . Gracias por leer , y aun mas gracias a los que comentan , dan muchísimos ánimos para seguir posteando . A los que aun no se unen ah esta comunidad , animense! .
Se cuidan mucho!:* , buen fin de semana .
Otra vez gracias a Rukia Haruno y Uzumaki Sakura , espero verlas pronto chicas .
Bienvenida seas Rukiaharuno! , siempre es bueno ver nuevos comterios por aqui c': , espero que te quedes en el Fic :3 .
UzumakiSakura ya somos 2 las que pensamos lo mismo me encanta eso . Si , si si , pasa mas seguido por aqui:3 , siempre has sido una de mis comentaristas fieles y es genial verte de nuevo . Intentare publicar mas seguido los capis por foristas como tu .
Dejando el drama , los dejo con la Conti .
"Hago un pequeño incapie , para recordar que esta historia es propia de Sherrilyn Kenyon y yo solo hago una adaptacion para compartirla c:"
- Spoiler:
Capitulo 11 (1/2)
—Bienvenido a kolasi –dijo Madara en voz baja, pronunciando la palabra Atlante para “infierno” mientras inspeccionaba a los líderes de su ejército de Daimons, que estaba siempre listo para atacar ante su orden.
Durante once mil años él, el hijo de la Destructora Atlante, los había liderado.
Escogidos por la propia Destructora y entrenados por Madara, estos Daimons eran asesinos de elite. Sus propios hermanos se referían a ellos como los Daimons Spathi. Un término que había sido menospreciado por los Apolitas y los Cazadores Oscuros, que no comprendían lo que era un verdadero Spathi.
En lugar de eso, aplicaban el término a cualquier Daimon con el que luchaban. Pero eso no estaba bien. Los verdaderos Spathi eran algo enteramente diferente.
No eran hijos de Apolo. Eran los enemigos de Apolo, así como eran enemigos de los Cazadores Oscuros y de los humanos. Los Spathis habían renunciado a cualquier herencia Griega o Apolita que tuviesen mucho tiempo atrás.
Eran los últimos Atlantes, y estaban orgullosos de serlo.
Sin que los Cazadores Oscuros ni los humanos lo supieran, había miles de ellos. Miles. Todos mucho más antiguos de lo que cualquier patético humano, Apolita, o Cazador Oscuro se atreviera a imaginar. Mientras los Daimons más débiles vivían escondiéndose en la tierra, los Spathis usaban láminas o aberturas astrales para viajar de este reino al humano.
Sus hogares existían en otra dimensión. En Kalosis, donde la misma Destructora residía bajo prisión, y donde la letal luz de Apolo jamás brillaba. Eran sus soldados.
Sus hijos e hijas.
Sólo una mínima parte de ellos podía evocar a las láminas por sí mismos; era un presente que la Destructora no legaba con frecuencia. Como hijo suyo, Madara podía ir y venir a su voluntad, pero él elegía mantenerse cerca de su madre.
Como lo había hecho en los últimos once mil años…
Todo ese tiempo, habían planeado bien esta noche. Luego de que su padre Apolo los maldijo y abandonó a Madara y a sus hijos que muriesen horriblemente, Madara había aceptado a su madre de buena gana.
Había sido Apollymi quien le había enseñado el camino. Ella les había enseñado a tomar las almas de los humanos dentro de sus cuerpos para que pudieran sobrevivir, a pesar de que su padre los había condenado a todos a morir a los veintisiete años.
"Ustedes son mis elegidos" –le había dicho—. "Peleen a mi lado y el mundo le pertenecerá una vez más a los dioses Atlantes."
Desde ese día, habían reclutado a su ejército cuidadosamente. Las tres docenas de generales que pasaban el rato junto a él en el salón del "banquete", estaban entre los mejores luchadores. Todos esperaban noticias de su espía acerca de cuándo reaparecería la heredera perdida.
Había estado fuera de su alcance todo el día. Pero ahora que el sol se había puesto, estaba cerca otra vez.
En cualquier momento sería libres de correr hacia la noche y arrancarle el corazón.
Era un precioso pensamiento que Madara abrigaba.
Las puertas del salón se abrieron, y de la oscuridad exterior apareció el último hijo sobreviviente de Madara, Sasuke. Vestido absolutamente de negro, al igual que su padre, Sasuke tenía el cabello azabache que llevaba revuelto y largo.
Su hijo era más apuesto que cualquier otro, pero por otra parte, todos los de su raza eran hermosos.
Los ojos oscuro e infinitos de Sasuke brillaron mientras caminaba con la gracia y el orgullo de un depredador letal. Cuando Madara había traído por primera vez a su hijo mayor, había sido extraño jugar a ser el padre de un hombre que físicamente tenía la misma edad que él, pero dejando eso de lado, eran padre e hijo.
Más que eso, eran aliados.
Y Madara podría matar a quienquiera que amenazara a su hijo.
—¿Alguna novedad? –le preguntó.
—Aún no. El Were-Hunter dijo que ha perdido su rastro, pero que la encontrará nuevamente.
Madara asintió. Había sido su espía Were-Hunter quien les había traído noticias la noche anterior sobre la pelea en la cual un grupo de Daimons había muerto en el bar.
Normalmente una pelea semejante no significaría nada para ellos, pero el Were-Hunter les había dicho que los Daimons habían llamado “la heredera” a su víctima.
Madara había recorrido la tierra buscándola. Cinco años atrás, en Bélgica, casi la habían matado, pero su guardaespaldas se había sacrificado y le había permitido escapar.
Desde entonces, no la habían visto. Ningún encuentro entre los soplones y su gente. La heredera había demostrado ser tan astuta como su madre.
Entonces habían jugado el juego.
Esta noche, el juego terminaría. Entre las patrullas que Madara tenía en St. Paul y los Were-Hunters que lo servían, estaba seguro que de que la encontraría esta noche.
Palmeó a su hijo en la espalda.
—Quiero al menos a veinte de nosotros preparados. No hay modo de que se nos escape.
—Invocaré a los Illuminati.
Madara inclinó su cabeza con aprobación. Los Illuminati constaban de él y su hijo, así como otros treinta que eran los guardaespaldas de la Destructora. Cada uno de ellos había tomado un juramento de sangre hacia su madre, para ocuparse de que ella fuera liberada de su infierno y pudiera gobernar la tierra nuevamente.
Cuando ese día llegara, ellos serían los príncipes del mundo. Responsables sólo ante ella.
Ese día finalmente había llegado.
Naruto no sabía por qué se conducía al Inferno esta noche, aparte de que sentía un impulso interno que no quería entrar en razón.
Sospechaba que se debía a su insensata necesidad de sentir más cerca a la mujer que rondaba sus sueños. Aún ahora podía ver la belleza de su sonrisa, sentir su cuerpo dándole la bienvenida al suyo.
O mejor aún, saborearla.
Los pensamientos acerca de ella lo atormentaban. Dejaban salir sentimientos y necesidades que había apartado siglos atrás, sin arrepentirse jamás.
¿Quién lo necesitaba? Y sin embargo no había nada que deseara más que verla de nuevo.
No tenía sentido.
Las posibilidades de que estuviera en el mismo sitio esta noche eran casi imposibles.
Aún así, fue. No pudo evitarlo. Era como si no tuviese control sobre sí mismo, sino que estaba siendo guiado por una fuerza invisible.
Luego de estacionar su auto, caminó por la tranquila calle como un fantasma silencioso en la helada noche. Los vientos de invierno azotaban a su alrededor, cortando la piel que quedaba expuesta.
Había sido una noche muy similar a esta la que lo había llevado a servir a Artemisa. También había estado en una búsqueda. Sólo que entonces la naturaleza de su búsqueda había sido diferente.
¿O no?
Eres un alma errante, buscando una paz que no existe. Estarás perdido hasta que encuentres la única verdad interna. Jamás podemos escondernos de lo que somos. La única esperanza es aceptarlo.
Hasta el día de hoy, no comprendía realmente qué era lo que la vieja adivina había intentado decirle la noche en que la había buscado, queriendo que le explicase cómo Hinata y Loki habían trocado sus almas.
Quizás no había una explicación real. Después de todo, el mundo en que vivía era extraño, y parecía volverse más raro a cada segundo.
Naruto entró al Inferno. Pintado de negro por dentro y por fuera, también tenía dibujadas unas llamas en el interior y en el exterior, que brillaban de un modo espeluznante bajo las luces apagadas y saltarinas del club.
El dueño del club, Hiroto Ayumi, se encontró con él en la puerta, donde él y otros dos “hombres” estaban cobrando la entrada y pidiendo identificaciones. En su forma humana, la pantera Katagari estaba irónicamente vestida como un “vampiro.” Pero por otra parte, Hiroto pensaba que ese tipo de cosas eran graciosas; de ahí el hombre del club.
Hiroto vestía pantalones de cuero negro, botas de motociclista que lucían llamas rojas y anaranjadas, y una camisola negra. La pantera había dejado su camisa desatada y el borde fruncido enroscado alrededor de su cuello, mientras que los lazos de seda caían por su pecho. Su larga chaqueta negra de cuero también tenía una apariencia siglo XIX, pero Naruto sabía que era una copia; una de las ventajas de haber estado vivo en esa época era que recordaba la moda de ese tiempo.
El extenso cabello negro de Hiroto caía libremente sobre sus hombros.
—Naruto –dijo, dejando ver un par de colmillos que Naruto sabía que no eran reales.
La pantera sólo tenía dientes así cuando estaba en su verdadera forma animal.
Naruto señaló con la cabeza lo que veía.
—¿Qué diablos son esos?
Hiroto sonrió ampliamente, mostrando los dientes.
—Las mujeres los aman. Te recomendaría que consiguieras un par, pero ya vienes bien equipado.
Naruto se rió.
—No lo haré.
—Por favor, no lo hagas.
Aún así, dejando de lado los dobles significados, siempre se sentía bien al ir al Inferno, incluso si los Were-Hunters no lo querían realmente allí. Era uno de los pocos sitios en que alguien recordaba su nombre.
El “hombre” parado junto a Hiroto se inclinó.
—¿Él es un C.O.?
Los ojos de Hiroto se entrecerraron. Agarró al hombre y lo empujó hacia el otro encargado de la entrada.
—Lleva al maldito espía Arcadio y encárgate de él.
La cara del hombre se volvió pálida.
—¿Qué? No soy Arcadio
—Mierda –refunfuñó Hiroto—. Conociste a Naruto dos semanas atrás y si realmente fueras Katagaria, lo recordarías. Sólo un maldito were-panther no puede.
Naruto arqueó una ceja al escuchar el insulto que ninguno de los Katagaria usaba con ligereza. La raíz del término "were" significaba humano. Colocar ese término antes de su nombre animal era un desagradable insulto a los Katagaria, quienes se enorgullecían del hecho de que eran animales que podían tomar la forma humana, y no al revés.
La única razón por la que toleraban ser llamados Were-Hunters era el hecho de que verdaderamente cazaban y mataban a los Arcadios, que eran humanos capaces de cobrar forma animal. Sin mencionar el hecho de que los machos de su especie frecuentemente cazaban mujeres humanas para sus propósitos sexuales. Aparentemente, el sexo era mucho más agradable para ellos como humanos que como animales, y los machos tenían apetitos voraces en ese departamento.
Desgraciadamente para Naruto, las mujeres Were-Hunters que podían recordarlo jamás buscaban compañeros fuera de su especie. A diferencia de los hombres, las mujeres tenían sexo con la esperanza de encontrar pareja. Los hombres simplemente buscaban placer.
—¿Qué vas a hacerle? –preguntó Naruto mientras el encargado de Hiroto sacaba fuera al Arcadio.
—¿Qué tiene que ver contigo, Cazador Oscuro? Yo no me meto en tus asuntos, tú no te metes en los míos.
Naruto debatió acerca de qué hacer, pero, si el otro hombre era realmente un espía Arcadio, posiblemente podría manejar la situación por sí solo y no le haría ninguna gracia la idea de que lo ayudaran, especialmente un Cazador Oscuro. Los Weres eran extremadamente independientes y odiaban que cualquier cosa o persona interfiriera con ellos.
Así que Naruto cambió de tema.
—¿Algún Daimon en el club? –le preguntó a Hiroto.
Hiroto negó con la cabeza.
—Pero Akako está dentro. Llegó hace una hora. Dijo que esta noche estaba aburrida. Hace demasiado frío en la calle para los Daimons.
Naruto asintió ante la mención de la Cazadora Oscura que también estaba asignada al área. Entonces no podría quedarse mucho rato, no al menos hasta que Akako estuviera lista para partir.
Adentrándose, se acercó a saludarla.
No había banda sobre el escenario esta noche. En su lugar, un DJ pasaba una música de ópera fuerte que recordaba vagamente que Koha había llamado Goth Metal.
El club estaba oscuro, y había luces estroboscópicas encendidas. Causaba estragos a su vista de Cazador Oscuro, y era un intento de parte de Dante de mantener al mínimo las interferencias de los Cazadores Oscuros mientras estuviesen en el club. Naruto sacó sus anteojos de sol y se los puso para aliviar un poco el dolor que le causaba.
La gente bailaba en la pista, olvidados de todo lo que los rodeaba.
—Saludos.
Se sobresaltó ante el sonido de la voz de Akako en su oído. La mujer tenía el poder de manejar el tiempo y la tele-transportación. Vivía para sorprender a la gente, andando a hurtadillas junto a ellos.
Él se dio vuelta para ver a la pelirroja extremadamente atractiva que estaba detrás de él. Alta, grácil y mortal, Akako había sido una reina griega en su vida como humana. Aún poseía ese majestuoso porte, y una mirada de semejante supremacía altanera que podía hacer sentir a cualquiera como si debiesen lavarse las manos antes de tocarla.
Había muerto intentando salvar a su país de la invasión de una tribu bárbara que era, sin dudas, los antepasados de su propia gente.
—Hola, Aku –le dijo, llamándola por un sobrenombre que sólo permitía que usaran unos pocos elegidos.
Ella le puso una mano sobre el hombro.
—¿Estás bien? Te ves cansado.
—Estoy bien.
—No lo sé. Quizás debería enviar a Kimiko para que reemplace a Koha algunos días y se ocupe de ti.
Naruto cubrió la mano de Akako con la suya, regocijado por su preocupación.
Kimiko era su Escudera.
—Eso es todo lo que necesito. Una Escudera que no puede recordar que se supone que debe servirme.
—Oh, sí —dijo Akako, frunciendo la nariz—. Olvidé esa inconveniencia.
—No te preocupes. No es por Koha. Es sólo que no he podido dormir bien.
—Lamento oír eso.
Naruto se percató de que varios Weres los miraban fijamente.
—Creo que los estamos poniendo nerviosos.
Ella rió mientras echaba un vistazo por el club.
—Tal vez. Pero mi dinero dice que ellos sienten lo que hago.
—¿Lo cual es?
—Algo va a suceder aquí esta noche. Por eso es que vine. ¿No lo sientes, también?
—No tengo ese poder.
—Agradécelo, entonces, porque es una porquería. —Akako se apartó unos pasos de él—. Pero como estás aquí, saldré a tomar un poco de aire fresco y te dejaré el club a ti. No quiero que mis poderes sean drenados.
—Hasta luego, entonces.
Ella asintió y desapareció en un destello. Naruto sólo esperaba que ningún humano la hubiera visto hacer eso.
Caminó a través del club sintiéndose extraño, indiferente. No sabía porqué estaba allí. Era tan estúpido.
Él también podría irse.
Dándose vuelta, se quedó petrificado…
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Sakura se había sentido tan rara estando en el Inferno esta noche. Su mente regresaba una y otra vez a la noche anterior. Hasta Ino sentía su incomodidad.
Había dos voces luchando en su cabeza. Una que le decía que se fuera inmediatamente, y otra diciéndole que se quedara.
Estaba comenzando a temer que estuviese esquizofrénica o algo así.
Ten-Ten y NeJI se acercaron a ellas.
—Hey, chicas, odio dejarlas plantadas, pero Neji y yo nos vamos a algún sitio tranquilo a conversar, ¿está bien?
Sakura les sonrió.
—Seguro. Diviértanse —En cuanto se fueron, miró a Ino—. No hay necesidad de que nos quedemos, ¿eh?
—¿Estás segura de que quieres irte?
—Sí, creo que sí.
Sakura se levantó de la silla y tomó su cartera. Mientras se ponía el abrigo no prestó atención a nada, hasta que chocó con alguien que estaba quieto como una pared.
—Oh, lo lamen… —sus palabras se detuvieron cuando miró unos diez centímetros hacia arriba y se encontró con el rostro que había rondado sus sueños.
Bueno ... em hoy no tengo nada que hacer , ni saldré porque estoy súper enferma :c . Así que posteo Conti mas derratito si hay cuando menos unos 2 comentarios , por mas cortitos que sean . Si no , para mañana primeramente traigo Conti . Gracias por leer , y aun mas gracias a los que comentan , dan muchísimos ánimos para seguir posteando . A los que aun no se unen ah esta comunidad , animense! .
Se cuidan mucho!:* , buen fin de semana .
Otra vez gracias a Rukia Haruno y Uzumaki Sakura , espero verlas pronto chicas .
Fanny△- Aprendiz
- Mensajes : 58
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Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
WOW conti esta muy interesante!!!!
sukiyaki- Novato
- Mensajes : 40
0
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Aaaa Denada de hecho te puedo asegurar que me veras aqui
hasta que termines la historia, porque ya me atrapaste.
y te prometo que tratare de comentar aunque sea poquito
Espero conti
hasta que termines la historia, porque ya me atrapaste.
y te prometo que tratare de comentar aunque sea poquito
Espero conti
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Buenas noches queridos foristas narusaku c: , aquí vengo trayendo la segunda parte del capitulo gracias a Sukiyaki nuev@ comentad@r:3 , y ah Rukiaharuno que viene regalandome un lindo comentario lleno de buenas promesas .
Dejando el drama , aquí la Continuación .
Bueno , hasta aquí llega el capitulo , ya saben que estoy cayendo bajo y aplico la ley de "ustedes me dan , yo les doy" . Bueno de chiquita siempre me decían "Hay que aprender a dar para recibir" xD , así que lo manejare así . Si hay comentarios , por mas cortitos (pero de corazon) que hayan , mañana mismo tienen Conti , y por que no? , intentare postear 2 .
Si están leyendo esto por la noche , espero que descansen c: , les deseo lo mejor .
Gracias por ultima vez en este post a Sukiyaki y Rukiaharuno:3 .
Notas:
Artemisa : Tsunade (Solo nos referiremos a ella por este nombre en ocasiones especiales)
Destructura , Apollymi: Mei Terumi (Solo Tsunade se atreve a llamarla así )
Inatra , Abadonna : Ino (Así la llama la Destructora ; mas tarde entenderán porque)
Apolo : Nawaki (Solo Tsunade lo llama así)
Perdón que no ponga los nombres adaptados , pero me canse de razonarlo y al final llegue ah esta conclusión . No es que quiera hacer mal la adaptación , solo que me gustaría conservar la escénica de la historia ; y para mi esto es lo correcto (Ademas de que seria muy difícil , casi imposible cambiarlo xD ) .
Sin mas , ayosh!
Dejando el drama , aquí la Continuación .
- Spoiler:
- Capitulo 11 (2/2)
¡Era él!
Ella conocía cada centímetro de ese sólido y espléndido cuerpo masculino en el sentido bíblico.
—¿Naruto?
Naruto quedó estupefacto más allá de lo comprensible cuando escuchó su nombre en los labios de ella.
—¿Me conoces?
Un atractivo rubor coloreó su rostro y fue entonces que él lo supo…
No habían sido sueños.
Ella comenzó a alejarse de él.
—Sakura, espera.
Sakura se quedó helada al escuchar su nombre en los labios de él.
Él sabía su nombre…
“¡Corre!” Sonó como la voz de su madre en su cabeza, pero la orden fue ahogada por la parte de ella que no quería apartarse de él.
Él estiró la mano hacia ella.
Sakura no podía respirar mientras lo miraba fijamente, deseando su contacto. Su verdadero contacto.
Antes de poder detenerse, se estiró hacia él.
Justo cuando estaba a punto de tocarlo, un resplandor sobre el hombro de Naruto le llamó la atención.
Miró más allá de él y se encontró con que una extraña imagen parecida a un espejo aparecía en la pista de baile. Del medio de la misma salió un hombre que era la encarnación del mal.
Medía al menos dos metros diez, vestía de negro y con el corto cabello color azabache que enmarcaba el rostro de la perfección. Era tan apuesto como Naruto. Y al igual que Naruto, llevaba un par de anteojos de sol oscuros. El único color que llevaba era un brillante sol amarillo con un dragón negro en el centro, pintado en el frente de su chaqueta de motociclista.
A pesar de su cabello negro, era un Daimon. Lo sabía, con cada instinto Apolita que poseía. Y además, fue seguido a través de la apertura por más Daimons. Los cuales eran todos rubios y vestían de negro.
Exudaban una atracción y virilidades inhumanas. Más que nada, exudaban una precisión mortal.
No estaban aquí para alimentarse. Estaban aquí para matar.
Dio un paso atrás con un jadeo.
Naruto giró para ver qué había sobresaltado a Sakura. Sintió que se le aflojaba la mandíbula mientras veía a los Daimons salir de un bolt-hole en el centro del club.
Hiroto llegó corriendo del frente en forma humana, y se transformó en pantera mientras corría. Antes de que pudiera acercarse, de cabello oscuro lanzó un rayo divino directo hacia él.
El Katagaria cayó al suelo con un grito mientras el rayo eléctricamente cargado lo transformaba de pantera a humano nuevamente.
El bar se enloqueció.
—¡Escuden mentalmente a los humanos! –gritó el DJ por el intercomunicador, alertando a los Katagaria que estaban presentes de que los humanos necesitaban ser reunidos y sus recuerdos de la noche debían ser reorganizados y/o purgados, como hacían rutinariamente cada vez que algo “extraño” sucedía en su club.
Más que nada, los humanos necesitaban ser protegidos.
Los Daimons se abrieron en abanico, rodeando el club y atacando a cualquier Katagaria que se acercara a ellos.
Naruto se lanzó a través de la multitud para atacar.
Atrapó al Daimon que tenía un despeinado cabello color azabache . El Daimon saltó hacia atrás, apartándose de su alcance.
—Esta no es tu guerra, Cazador Oscuro.
Naruto extrajo dos de sus largas dagas de adentro de las botas.
—Me parece que sí lo es.
Atacó, pero para su asombro, el Daimon se movió como un rayo. Cada movimiento que Naruto hacía para atacar era contrarrestado y devuelto.
Mierda. Jamás en su vida había visto que los Daimons se movieran así.
—¿Qué eres? –le preguntó Naruto.
El Daimon moreno rió.
—Somos Spathis, Cazador Oscuro. Somos lo único que es verdaderamente mortal en la oscuridad de la noche. Mientras que tú… —dio una repugnante mirada al cuerpo de Naruto—. Tú eres sólo un simulador.
El Daimon lo tomó del cuello y lo tiró al piso. Naruto se tumbó con fuerza. Perdió el aliento con un violento woof mientras los cuchillos volaban de sus manos.
El Daimon saltó encima suyo, aporreándolo como si fuese un bebé indefenso.
Naruto se lo quitó de encima, pero fue difícil. Había peleas por todo el lugar mientras los Were-Hunters libraban combate con los Daimons.
Preocupado por Sakura, miró y la encontró escondida con una mujer rubia en un rincón lejano.
Tenía que sacarla de ahí.
El Daimon con el que estaba luchando miró hacia donde Naruto había observado.
—Padre —gritó—La heredera —. Señaló directamente a Sakura.
Naruto tomó ventaja de su distracción y pateó al Daimon.
Como una unidad cohesiva, los Spathi abandonaron a sus oponentes y saltaron desde sus lugares al sitio donde Sakura y la mujer rubia estaban escondidas.
Literalmente cayeron del cielo y aterrizaron en formación.
Naruto corrió hacia ellas, pero antes de que pudiera alcanzar a las mujeres, la rubia que estaba acuclillada con Sakura se puso de pie.
El líder Daimon se quedó helado instantáneamente.
La rubia estiró los brazos como para mantener alejados a los Daimons de Sakura. De repente, un viento de origen desconocido azotó el club.
Los Daimons quedaron petrificados.
Otra brillante puerta se abrió en la pista de baile.
—Es la laminas –dijo con desprecio el Daimon que había estado peleando con Naruto.
Giró hacia la mujer rubia y la miró con rabia.
Con los rostros enfurecidos, los Spathi desarmaron la formación y caminaron uno por uno de regreso a través de la puerta.
Excepto el líder.
Con una mirada sin titubeos, observó furiosamente a la mujer rubia.
—Esto no ha terminado —gruñó.
Ella no se movió ni retrocedió. Era como si estuviese hecha de piedra. O en un coma.
El líder Daimon dio la vuelta, y caminó lentamente a través del portal. Desapareció en el instante en que lo atravesó.
—¿Ino? –preguntó Sakura mientras se ponía de pie.
La mujer rubia se tambaleó hacia atrás.
—Oh, dios, pensé que estaba muerta —susurró Ino, con el cuerpo temblando—. ¿Los viste? —Sakura asintió mientras Naruto se les unía—. ¿Qué eran? –preguntó Ino.
—Daimons Spathi —susurró Sakura. Miró incrédula a su acompañante—. ¿Qué les hiciste?
—Nada –dijo Ino, con una expresión inocente—. Simplemente me paré ahí. Tú me viste. ¿Por qué se fueron?
Naruto miró a Ino sospechosamente. No había razón para que se fueran. Habían estado ganando la pelea.
Por primera vez en su vida, en realidad había sentido una duda momentánea sobre su habilidad para derrotarlos.
Akako se acercó a ellos.
—¿Atrapaste a alguno? —Naruto negó con la cabeza, preguntándose cuándo había regresado Akako. Ni siquiera se había dado cuenta del desgaste de sus poderes, pero dado el modo en que los Spathis estaban pateando su trasero, no era nada raro. Akako se frotó el hombro como si estuviera lastimada por la pelea—. Yo tampoco.
El impacto de esa declaración no pasó desapercibido para ninguno de ellos.
Los dos giraron hacia Sakura.
—¿Venían por ti? –preguntó Naruto. Sakura se veía extremadamente incómoda—. Ocúpate de Hiroto y su equipo –le dijo a Akako—. Yo me ocupo de esto. —Akako se fue mientras Naruto regresaba a las mujeres—. ¿Cómo puedes recordarme? —Pero la respuesta era tan obvia que ya lo sabía—. Eres Apolita, ¿verdad?
Era seguro que no era una Were-Hunter. Tenían un aura inconfundible.
Sakura dejó caer la mirada al piso mientras susurraba:
—Mitad.
Él maldijo. Ya le parecía.
—¿Entonces tú eres la heredera Apolita que tienen que matar para terminar con su maldición?
—Sí.
—¿Es por eso que has estado jodiendo mis sueños? ¿Pensaste que iba a protegerte?
Ofendida, ella lo abarcó con una mirada furibunda.
—No he estado haciéndote nada, compañero. Eres tú quien ha estado viniendo a mí.
Oh, ésa era buena.
—Sí, claro. Bueno, no funcionó. Mi trabajo es matar a los de tu especie, no protegerte. Estás sola, princesa.
Él giró y se alejó con un paso impresionante.
Sakura estaba atormentada entre el deseo de golpearlo y llorar.
En lugar de eso, fue detrás de él y lo hizo detener.
—Que conste que no te necesito a ti ni a nadie más para que me proteja, y lo último que haría sería pedirle al Satanás de mi gente que me ayudara. No eres más que un asesino y ni un poquito mejor que los Daimons a los que cazas. Al menos ellos aún tienen sus almas.
Con el rostro endurecido, Naruto liberó el brazo de su agarre y partió.
Sakura quería gritar por el modo en que habían salido las cosas. Y fue entonces cuando se dio cuenta de que una parte de ella en realidad había comenzado a gustar de él. Había sido tan tierno en sus sueños.
Amable.
Y ahí quedaba la idea de preguntarle sobre su gente. No era el mismo hombre con el que había soñado. En carne y hueso era horrible. ¡Horrible!
Miró alrededor del club donde las mesas habían sido volcadas, y los Katagaria estaban intentando ordenar el lío.
En qué pesadilla se había convertido todo esto.
—Vamos –dijo Ino—. Vayamos a casa antes de que esos Daimons regresen.
Sí, ella quería irse a casa. Quería olvidar que esta noche había ocurrido, y si Naruto venía a ella esta noche…
Bueno, si pensaba que los Spathis eran duros con él, no había visto nada.
Madara dejó a sus hombres en el salón y fue a ver a Apollymi. Era el único Spathi que tenía permitido estar en su presencia.
Su templo era el edificio más grande de todo Kalosis. El mármol negro resplandecía incluso con la débil luz de su infierno. Adentro, el templo estaba custodiado por un par de violentos ceredons (criaturas con cabeza de perro, cuerpo de dragón, y cola de escorpión). Los dos le gruñeron, pero se mantuvieron alejados. Habían aprendido mucho tiempo atrás que Madara era uno de los cuatro seres que la Destructora permitía que se le acercaran.
Encontró a su madre en su sala de estar con dos de sus demonios Souta flanqueando su sillón. Kenshi, su propio guardia personal, estaba a su derecha. Su piel era color azul marino, sus ojos de un vibrante amarillo. Cuernos negros sobresalían de su azul cabello y sus alas eran de un oscuro rojo sangre. Estaba parado, inmóvil, con una mano cerca al hombro de la Destructora.
El otro demonio era de una orden menor, pero por alguna razón, su madre prefería a Sajira. Ella tenía largo cabello verde que complementaba su piel amarilla. Sus ojos eran del mismo color que el cabello, y sus cuernos y alas eran de un extraño tono de anaranjado.
Los demonios lo observaban de cerca, pero no se movieron ni hablaron mientras su madre estaba sentada, como perdida en sus pensamientos.
Las ventanas estaban abiertas y daban hacia un jardín donde sólo crecían flores negras, en memoria de su hermano muerto. El otro hijo de la Destructora había perecido indescriptiblemente siglos atrás, y hasta este día ella lloraba su muerte.
Así como se regocijaba con la vida continuada de Madara.
Su largo cabello rojizo caía a su alrededor en perfecta armonia , lacio hasta las puntas. Aunque era más antigua que el tiempo, Apollymi tenía el rostro de una hermosa joven de veinticinco años. Su vestido de gasa negra se entremezclaba con el negro de su sillón, dificultando ver dónde terminaba uno y empezaba otro.
Estaba inmóvil mientras miraba hacia afuera, aferrando un almohadón de satén negro sobre su falda.
—Están intentando liberarme.
Él se detuvo ante sus palabras.
—¿Quién?
—Esos estúpidos griegos. Piensan que me pondré de su lado por gratitud –rió amargamente.
Madara sonrió irónicamente ante la sola idea. Su madre odiaba fervorosamente al panteón griego.
—¿Tendrán éxito?
—No. El Elekti los detendrá. Como siempre hace.
Ella giró la cabeza para mirarlo. Sus verdes ojos , se veian opacos . El hielo brillaba en sus pestañas, y su translúcida piel era iridiscente, otorgándole una apariencia frágil y delicada. Pero no había nada frágil acerca de la Destructora.
Ella era, tal como su nombre lo declaraba, destrucción. Había consignado a cada miembro de su familia al reino de muerte del cual jamás regresarían.
Su poder era absoluto y era sólo por la traición que había terminado aprisionada aquí en Kalosis, desde donde podía observar el mundo humano, pero no participar en él. Madara y sus compañeros Daimons podían usar las aberturas astrales para ir y venir de este reino, pero ella no.
No hasta que el sello de la Atlántida fuese destruido, y Madara no tenía idea de cómo hacerlo. Apollymi jamás se lo había revelado.
—¿Por qué no asesinaste a la heredera? –le preguntó.
—La Abadonna abrió el portal.
Nuevamente su madre estaba tan quieta que no parecía real. Luego de varios segundos, ella rió. El sonido era suave y gentil, sonando a través del aire como música.
—Muy bien, maldita Artemisa –dijo en voz alta—. Estás aprendiendo. Pero no va a salvarte a ti ni a ese despreciable hermano tuyo al que proteges Tsunade!. –Se levantó del sillón, depositó el almohadón, y caminó hacia Madara—. ¿Te lastimaron, m'gios?
Siempre sentía un arrebato de calidez cuando ella se refería a él como su hijo.
—No.
Kenshi se movió para susurrar en el oído de la Destructora.
—No –dijo en voz alta—. La Abadonna no será tocada. Tiene lealtades divididas y no tomaré ventaja de su bondadosa naturaleza, a diferencia de algunas diosas que puedo mencionar. Ella es inocente en esto, y no la castigaré por eso. —La Destructora tamborileó dos dedos contra su mentón—. La pregunta es, ¿qué está planeando esa arpía de Tsunade? –Cerró los ojos—. Inatra –susurró, llamando a la Abadonna. Luego de algunos segundos, Apollymi dejó escapar un sonido disgustado—. Se rehúsa a contestar… Bien –dijo en un tono que Madara sabía que podía trascender este reino y ser escuchada por Ino—. Protege a la heredera de Artemisa y de Apolo si debes hacerlo. Pero ahora no puedes detenerme. Nadie puede hacerlo. –Le dio la espalda a Madara—. Tendremos que separar a Inatra de la heredera.
—¿Cómo? Si la Abadonna continúa abriendo el portal, estamos indefensos. Sabes que debemos atravesarlo cada vez que se abre.
La Destructora rió nuevamente.
—La vida es un juego de ajedrez, Maderius, ¿aún no has aprendido eso? Cuando te mueves para proteger a los peones, dejas a la reina abierta al ataque.
—¿Y con eso quieres decir…?
—La Abadonna no puede estar en todos lados al mismo tiempo. Si no puedes acercarte a la heredera, entonces ataca otra cosa que a la Abadonna le importe.
Él sonrió.
—Estaba esperando que dijeras eso.
Bueno , hasta aquí llega el capitulo , ya saben que estoy cayendo bajo y aplico la ley de "ustedes me dan , yo les doy" . Bueno de chiquita siempre me decían "Hay que aprender a dar para recibir" xD , así que lo manejare así . Si hay comentarios , por mas cortitos (pero de corazon) que hayan , mañana mismo tienen Conti , y por que no? , intentare postear 2 .
Si están leyendo esto por la noche , espero que descansen c: , les deseo lo mejor .
Gracias por ultima vez en este post a Sukiyaki y Rukiaharuno:3 .
Notas:
Artemisa : Tsunade (Solo nos referiremos a ella por este nombre en ocasiones especiales)
Destructura , Apollymi: Mei Terumi (Solo Tsunade se atreve a llamarla así )
Inatra , Abadonna : Ino (Así la llama la Destructora ; mas tarde entenderán porque)
Apolo : Nawaki (Solo Tsunade lo llama así)
Perdón que no ponga los nombres adaptados , pero me canse de razonarlo y al final llegue ah esta conclusión . No es que quiera hacer mal la adaptación , solo que me gustaría conservar la escénica de la historia ; y para mi esto es lo correcto (Ademas de que seria muy difícil , casi imposible cambiarlo xD ) .
Sin mas , ayosh!
Fanny△- Aprendiz
- Mensajes : 58
Triangle △
100
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
WOW conti ya quiero saber lo q pasa m encanta tu fic
sukiyaki- Novato
- Mensajes : 40
0
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Hola ,hasta hoy vi tu cap y la verdad me quede asi
ahora que pasara con saku podra vivir mas tiempo,
naruto la ayudara ,yo se que si
Bueno espero conti
ahora que pasara con saku podra vivir mas tiempo,
naruto la ayudara ,yo se que si
Bueno espero conti
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Fanny-Chan Please sube conti pronto,me estoy mordiendo las uñas de desesperación
Porfa si con una tacita de chocolate
Porfa si con una tacita de chocolate
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Sorry por no comentar antes estuve ocupada MUY ocupada y esque me lei "Acheron" dios ese libro es toda una odisea te lo recomiendo si no lo has leido , pero voviemdo al asunto ...... Lo dicho me fasina esta historia es de mis favoritas ... No me puedo creer que pondras a mei como la destructora,en serio me sorprendio pero lo de inatra Ja! Eso fue realmente imgenioso... Me gusta , pon la conti pronto
UZUMAKI SAKURA- Genin
- Mensajes : 215
Edad : 30
perdida entre las locuras de mi madre y las de mi hermana(cuando estan muy contentas) ...dios! realmente me pregunto como es que aun concerbo la cordura...
0
Re: EL BESO DE LA NOCHE 11 (2/2) {NS} [C] [16/02/13]
Ya me leí los dos capítulos xD
Estuvieron muy buenos, además del lemon narusaku >//<
Pero lo que si me puso triste como ahora naru trato a saku
Espero la conti
Estuvieron muy buenos, además del lemon narusaku >//<
Pero lo que si me puso triste como ahora naru trato a saku
Espero la conti
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