[+18] Cómo Desaparecer Completamente. Capítulo 1 [02/05/2013]

¡Hola a todos! :3 Este fic lo tenía en la otra página, pero por motivos varios no había podido continuarlo Pero ahora que finalmente soy libre, lo postearé por aquí

Espero lo disfruten y pues gracias por pasarse :3

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- Shhh… Podrían descubrirnos- Soltó una risa juguetona y se cercioró de que no hubiese nadie alrededor para poder salir de ese diminuto armario en el que ya respiraba con dificultad debido, seguramente, a todo el calor que se había producido.

- Todos están en clases. – Expresó con coquetería mientras lentamente lo atraía hacia sí y comenzaba a dibujar círculos sobre su pecho. Lo miró a los ojos y comenzó a relamerse los labios.

No podía resistirse a ella, era como si esa mirada profunda y misteriosa, sumados con sus movimientos lentos y felinos lo mantuviesen hechizado.

– No Sakura, yo… - Intentó no sucumbir pero ella consiguió callarlo con un beso mientras colocaba una mano detrás de su cuello y con la otra le desabotonaba la camisa.

- Sakura… - musitó entre besos al sentir como su delicada mano iba recorriendo su pecho de manera lenta y descendente. – Sakura… - Repetía una y otra vez, más para sí mismo que para la susodicha, como queriendo convencerse de que era real lo que estaba sucediendo. Ella no dijo nada, sólo se dedicó a mirarlo a los ojos de manera insistente mientras se agachaba con esos movimientos sensuales que tanto la caracterizaban, apoyándose primero en una de sus rodillas y después en ambas. Él ya sabía lo que se avecinaba, y por lo visto, su miembro también.

La chica no hizo expresión alguna, después de haberle desabrochado el cinturón, comenzó a jugar con su cremallera, produciéndole al chico una impaciencia extrañamente excitante que se dio a notar en tan tremenda erección que era reprimida por sus pantalones. Y entonces deseó con todas sus fuerzas tirarla al piso y hacerla suya de nuevo. Un deseo que no se haría realidad en un tiempo puesto que la puerta del armario se abrió de repente, dejando ver a un hombre con traje de conserje un tanto confundido con la escena de dos chavales a punto de hacer asquerosidades junto a sus detergentes.

- Qué demon--¡Malditos mocosos, váyanse a hacer sus porquerías a otro lado!- gritó claramente enfadado, alzando una mano, incitándolos a que salieran de ese reducido espacio repleto de instrumentos de limpieza.

Él se abrochó los pantalones lo más rápido posible, intentando no mirar al hombre de grandes barbas debido a la vergüenza. Ella se incorporó de manera normal y salió un tanto apresurada.

Lo había vuelto a hacer, pensaba con desconcierto la chica de cabellos rosados. Esta vez interrumpida, pero la intención seguía siendo la misma. Y en realidad no era algo que le disgustase, después de todo, ella sabía que era una chica bonita y podría tener al hombre que quisiera, y aunque el sexo sin amor fuese una experiencia vacía, como experiencia vacía era de las mejores. Sin embargo no pudo evitar sentir un poco de vergüenza.

Una voz masculina gritando su nombre se escuchó a lo lejos, y este chico, al que había dejado totalmente prendido, se acercó rápidamente a ella.

- Hey Sakura, gracioso lo de hace un momento, ¿No? Jaja oye y… ¿Crees que podríamos vernos otra vez? Ya sabes, para terminar eso que dejamos inconcluso. – Dijo mirándola de una manera un tanto descarada.

Sakura lo miró unos segundos y respondió un seco “Ajá”, seguido de una sonrisa muy pequeña.

- Bien, entonces nos vemos luego. – Respondió con una sonrisa pícara, dándose la vuelta y continuando su camino.

Decidió ir al baño antes de regresar a sus clases para acomodar un poco su cabello rosa seguramente muy despeinado.

- Señorita, ¿Me podría mostrar su permiso? – Interrumpió una voz femenina, en un pobre intento de sonar autoritaria.

- No lo llevo.

- ¿Y entonces qué le hace pensar que puede estar fuera de clases?

- Mis ganas de orinar.

- Pues sus necesidades le han costado quedarse a limpiar los salones después de clases. –Dijo sin creer que ese fuera el verdadero motivo- ¿Cuál es su nombre?

La chica se encogió de hombros. – Sakura Haruno.

Shizune, siendo la asistente de la directora, consiguió irritarse con aquella respuesta tan despreocupada que le dio la chica de ojos verdes. – Bien, Sakura. Vuelva a sus clases, y no quiero volver a verla salir sin permiso o tendré que llamar a sus padres. Tenga. –Le entregó una hoja de papel la cual la pelirrosa no se molestó en leer.

Sakura se encogió de hombros y decidió obedecer y finalmente volver a su aula.

No le preocupó mucho esta advertencia, en primera porque era una tontería, y en segunda porque su padre era un hombre ocupado que no tendría tiempo para lidiar con esa clase de pseudo conductas inapropiadas.

Tocó la puerta del aula de Matemáticas, lo cual provocó que todas las miradas se posaran sobre ella.

Se comenzaron a escuchar algunos murmullos, seguramente a causa del aspecto desordenado que poseía la joven en ese momento, o quizás a que todos pudieron imaginarse por qué terminó luciendo así. Después de todo, casi toda la escuela creía que Sakura era una fácil. Y lo era, incluso ella llegaba a pensar eso de sí misma, pero ciertamente le daba igual.

Asuma-sensei, un hombre que aparentaba menor edad de la que en realidad tenía, miró con severidad a la chica pero terminó cediendo después de ver el papel que le había entregado Sakura en el cual se especificaba que ya contaba con un castigo.

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Al sonar la campana indicando el término de las clases, la chica de cabellos rosados se puso sus audífonos sin reproducir ninguna canción, siendo más bien una barrera indicando que no quería que nadie se acercara, no es que le desagradaran los demás, simplemente no le gustaba hablar. Su taciturnidad hacía que sus conversaciones con la gente no pasaran de lo superfluo y por lo tanto se volvieran incómodas. Tampoco es que las personas se dirigieran mucho a ella, aunque sorpresivamente nadie nunca llegó a ser grosero, bueno, menos esa chica, Ino, a quien normalmente se le veía criticando a la ojiverde de manera no muy discreta, aunque la pelirrosa ciertamente le restaba importancia.

Una vez que todos lo alumnos se hubiesen retirado, Sakura se dirigió al armario del conserje en el que hace unas cuantas horas se le había encontrado con un chico del cual, por cierto, ya había olvidado su nombre.

La puerta estaba entreabierta, dejando ver a un conserje que estaba escuchando algún programa de chistes en su pequeña radio portátil.

La chica llamó a la puerta y, al verla, el hombre barbudo hizo cara de pocos amigos. –Otra vez tú. ¿Qué quieres?-

La pelirrosa sacó de entre sus cosas la nota que le había dado Shizune y se la entregó. -Ok, toma lo que necesites.- respondió el hombre de manera neutral. La chica se acercó a tomar todos los instrumentos de limpieza necesarios y se dispuso a salir hasta que la voz del anciano la detuvo.–Y no quiero volverte a encontrar haciendo tus porquerías en mi armario o esta vez no te la paso y te llevo con la directora.

Tsunade-sama. Tenía que admitir que ella sí lograba darle algo de miedo.

La chica no dijo nada y salió en dirección a una de las aulas con todo lo necesario para limpiarla. Esta vez reprodujo una canción, Pyramid Song, que era, para ella, una de las más grandes obras de ese grupo inglés que tanto le gustaba. Los matices de la canción eran reconfortantemente melancólicos y sumados con esa voz desenfadada que entonaba una letra que para ella era algo nostálgica, la hacían pensar en el suicidio, no porque ella quisiera cometerlo, pero algunas veces se preguntaba qué se sentiría morir.

Comenzó a barrer el aula de manera calmada, no tenía mucha prisa en irse y sinceramente no quería llegar a casa.

La canción siguió reproduciéndose y entonces sintió algo muy extraño dentro de sí.

Morir.

Si ella muriera, ¿Marcaría alguna diferencia? No lo sabía, pero lo dudaba mucho. Es decir, a pesar de que hablaba con unas pocas personas y no se llevaba realmente mal con nadie, no podía decir que tenía siquiera un solo amigo. Y luego estaba su padre, quien nunca se encontraba en casa, quizás hasta veía a su hija como una carga en su vida. No tenía más familia, su padre era hijo único y sus abuelos ya habían fallecido, y no había vuelto a ver a la familia de su madre desde que ésta se había marchado.

Estaba completamente sola. Nadie la necesitaba y ella no necesitaba a nadie. Y extrañamente eso la hacía sentir mejor.

Continuaba barriendo el aula, que por cierto era bastante grande. Se encontraba sumida en sus pensamientos, que de alguna manera llegaban a perturbarla un poco, hasta que el sonido de unos pasos acercándose la hizo desviar su mirada a la puerta.

Un chico rubio entró al salón, y, apenas dedicándole una rápida mirada a la ojiverde, se dirigió a uno de los tres grandes ventanales que daban al patio de la escuela.

Sakura lo miró un momento, nunca lo había visto en la escuela pero parecía tener su misma edad, quizás no asistía a ella, pues enseguida se dio cuenta de que no llevaba el uniforme, además, había que decir que el muchacho era lo bastante guapo como para no notarlo antes.

El rubio se quedó ahí, mirando al horizonte mientras la pelirrosa seguía barriendo, ésta sintió curiosidad que terminó en desesperación debido a que ya habían pasado diez minutos y el chico seguía sin moverse.

-Oye, ¿Qué haces aquí?- dijo ella intentando ocultar la curiosidad-desesperación que la había inundado.

Éste siguió sin moverse y no respondió, a lo que Sakura atribuyó a que no la había escuchado.

-¿Hola?- volvió a decir ella mientras agitaba los brazos ligeramente para así llamar su atención.

El chico volteó a verla con ligereza, pero al encontrarse con que esos ojos verdes lo estaban mirando, se paralizó. Giró la cabeza, asegurándose que no había nadie detrás de él.

-¿M-Me estás hablando a mí?- preguntó sin poder ocultar sorpresa.

-Eeeeh… sí.- respondió como si fuera un tanto obvio.

Al chico se le notó nervioso, tenía la boca un poco abierta y no dejaba de mirar a la pelirrosa con incredulidad -Yo… esto… Lo siento, ¿Qué decías?-

-Pregunté qué hacías aquí, es que no llevas el uniforme y nunca te había visto… y así…-

-Oh yo-- es que, yo-- bueno, esto… estaba abierta la escuela y decidí echarle un vistazo, sí.- respondió mientras se pasaba una mano por el cabello.

Sakura no pudo evitar mirarlo con un poco de desconfianza, estaba claro que mentía, además, ¿Quién querría pasarse por la escuela un viernes por la tarde? Mientras lo examinaba minuciosamente, pudo encontrarse con unos ojos azules realmente muy bonitos y unas marcas en las mejillas que le daban un aire gatuno. No, gatuno no, mejor dicho zorruno.

La pelirrosa le restó importancia, se encogió de hombros y continuó barriendo, aún le faltaba la mitad del aula y ya estaba un tanto hastiada.

El rubio le dijo algo, pero ésta no logró escucharlo, por lo tanto se quitó los audífonos. –Disculpa, no te escuché.-

Él sonrió. –Que si quieres te ayudo a limpiar.-

-Oh, gracias, pero sólo hay una escoba.

-No importa, yo trapeo una parte y tú sigues barriendo la otra.

Sakura esbozó una pequeña sonrisa y le agradeció. Enseguida volvió a ponerse sus audífonos.

Pasados unos minutos en los que ambos estaban sumidos en completo silencio, el rubio decidió romperlo. Ya no recordaba la última vez que había hablado con alguien y no perdería la oportunidad de hacerlo.

-Y… ¿Qué es lo que escuchas?

La pelirrosa se quitó los audífonos. –Perdona, ¿Qué?

-Que qué es lo que escuchas.- dijo divertido señalando a sus audífonos.

-Oh esto… Radiohead.- respondió soltando una risa casi inaudible.

-Son muy buenos.- La chica asintió.

El ojiazul la observó fijamente unos momentos, era una chica muy bonita, no entendía cómo alguien así lograba reflejar tanta melancolía. Su postura era caída y su mirada constantemente perdida. Y no sabía por qué, pero incluso así le llegó a parecer atractiva.

-No eres muy expresiva, ¿Cierto?

La chica se rio. –Pues no sé, supongo que no.

-Eso es como interesante.

¿Interesante? Antes le habían dicho cosas referentes a su seriedad, y ninguna de ellas había sido muy positiva que digamos.

-¿Interesante?

-Sí, es decir, yo pienso que las personas taciturnas son las que más tienen que decir. Debido a que su falta de palabras se traduce en pensamientos, éstos suelen ser mucho más reflexivos que los de la mayoría de la gente. Y pues eso es interesante.- y dicho esto esbozó una sincera sonrisa.

Sakura no dijo nada, pero debía admitir que estaba un poco sorprendida, a pesar de que no sabía si realmente sus pensamientos fuesen como los había dicho el rubio, el hecho de escuchar las palabras cálidas de un completo desconocido la hicieron sentir bien.

Sakura terminó sonriendo también. -¿Cómo te llamas?

-¡Ah es verdad! No me había presentado. Yo soy Nar—sus palabras se vieron interrumpidas por la presencia de un tercero en el aula.

-Sakura, ¿Cómo vas con la limpieza?- era la asistente de la directora, de nuevo intentando sonar autoritaria, esta vez venía acompañada de un cerdito de nombre Tonton.

La mencionada, que se encontraba mirando al piso mientras lo aseaba, levantó la vista al momento de escuchar los desesperados chillidos del puerco y se encontró con una Shizune muy, MUY pálida. Tenía una expresión de susto y le temblaban las manos y el labio inferior. Ésta miraba en dirección al rubio, quien también se paralizó hasta que el trapeador que sostenía se despojó de sus manos.

Y fue ahí que Shizune soltó un grito ahogado y salió corriendo por donde llegó.
Sakura, muy confundida con la escena, volteó a ver al muchacho. Éste seguía con la boca abierta y se escuchó cómo pronunció un frustrado “Mierda.” Se rascó la cabeza y miró a la joven de ojos verdes, expectante a los movimientos del rubio.

-JAJAJA esto… creo que ya es hora de que me vaya, por lo que escuché tu nombre es Sakura. Bueno Sakura, fue un placer, espero nos volvamos a ver. –Dijo sin dar oportunidad a que la chica respondiera algo ya que salió apresurado en dirección contraria a la que se había ido Shizune.

Y ahí se quedó Sakura, realmente confundida por lo que justo había sucedido, y sin saber el nombre del muchacho de los ojos profunda, hermosa y extrañamente misteriosos.

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Quiero resaltar que NO escribiré lemon con otros personajes (Lo digo porque la primera vez que publiqué este capítulo tuvo controversia la actitud de Sakura y todos me preguntaban eso XD). Al principio Sakura sí resulta ser una, pues, puta XD Pero mi objetivo es demostrar cómo el personaje irá evolucionando gracias a la aparición de cierto rubio jajaja

Espero les haya gustado, mañana publicaré otro capítulo Sayonaraaaa~

hola volviste si espero ver la parte de donde nos quedamos antes y tu fic me encante

espero q lo continues pronto
me gusto el capitulo 1
saludos

Valla al parecer naruto es un fantasma jajajajaj xD, un fic prometedor!!

Espero conti con ansias!!

Saludos!!

Quiero seguir leyendo me dejo tan picada
y con muchas dudas tambien o.ó
¿Qué hizo Naruto?

naruto es un fantasma??? wtf!! xD

que paso que no subiste la conti??

espero la conti pronto. suerte y cuidate

no hay conti??

Primero que nada... ¡¡Volviste !!
Técnicamente yo también volví así que bienve para las dos
ME ENCANTA ESTE FIC, SABÍAS?! Sí, seguro que sí lo sabes porque te lo superrepetí en el otro foro, aunque solo llegaste al cap 4.

Aunque lo abandonaste, ya sea por motivo x, siempre tuve fe en que lo continuarías! Jeje, la paciencia, una gran virtud i guess.
Aunque dijiste que lo continuarías al día siguiente...... y no fue así
pero nada, tú a tu ritmo no te preocupes, yo me pasaré de vez en cuando y veré si ya te has animado a colgar el siguiente ( y si llegas ya al cap 4 mejor que mejor >)

Suertttttte

quiero contiii!

faaa cuanto tiempo paso ya?? quiero conti no me dejes asi T_T