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Always NaruSaku
Gracias Santo :)
Lalala ~~
La skin ha sido codificada y maquetada por Odxy para el foro NaruSaku. Las imágenes usadas no nos pertenecen, han sido realizadas por diversos artistas y las diseñadoras solo las han editado. Agradecimientos a todo el grupo de diseño por las nuevas imágenes utilizadas. También a LaufeysonSister y Pyrite Wolf de OSC porque sin sus tutoriales la mitad de las cosas que se han hecho en este foro no habrían sido posible.

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Mensaje por arminius Sáb Abr 11, 2015 6:34 pm

CAPITULO 24: UNA HERENCIA DE SANGRE


Kurama se pasó esos casi dos meses, enterrado en la gélida de Cania…


El Octavo Infierno era un mundo de hielo. El frío era tan intenso que no había manera de protegerse contra él. Congelaba carne, huesos y alma de una sola ventisca furiosa. Esta situación, en conjunto con lo profundo de su ubicación en el mapa de Baator. Hacían de Cania un sitio del que se sabía realmente muy poco en el resto de las capas. Más allá de los escasos relatos de glaciares que avanzan entre las montañas más rápido de lo que un diablo puede correr, y moviéndose de manera que hacían pensar en una intención o propósito perverso, tras sus brutales cargas asesinas.

Avanzó durante kilómetros, hacia todas direcciones y durante un tiempo que le permitió explorar bien la zona. Cania sin embargo, no le ofrecía grandes referencias al zorro. Hacia el lugar donde mirara, había hielo en mayores o menores cantidades. Glaciares como montañas, lagos congelados, bosques petrificados. La nieve no dejaba de caer y el viento hubiera congelado a Kurama casi al instante de ingresar a ese nuevo mundo. Por fortuna, el medallón que consiguió de los guardias en la escalera hacia Nessus, le protegía con una especie de hechizo que le permitía resistir los salvajes elementos del ambiente. De lo contrario, Kurama se figuraba que debería haber consumido su propio chakra para mantenerse cálido. Muriendo a las pocas semanas de haber ingreso a la violenta Cania.

La población del lugar, estaba apenas salpicada por unos grupos de Diablos gélidos. Estas criaturas, también conocidas como Gelugón, se asemejaban a un insecto alto y bípedo. Poseían garras en pies y manos. Además de una poderosa cola larga y gruesa, cubierta de púas.

Kurama estuvo tratando de evitar todo contacto con los nativos, y por ello estudiaba la geografía del lugar, buscando un refugio seguro de las inclemencias del clima. Lamentablemente, el concepto “refugio” era algo desconocido en ese lugar. Si acaso Nessus en su planicie oscura absorbía la energía del transeúnte. Cania definitivamente congelaba a cualquiera no preparado para sobrevivir con todo su corazón.

Si habitaba en las montañas, los constantes derrumbes podían enterrarlo para siempre. Si acaso elegía cobijarse en alguna cueva parcial creada entre glaciares, a las pocas horas podía estar en curso de colisión con otra gran estructura de hielo. Causado la segura muerte. El bosque petrificado, tampoco era una salida. Allí mismo, era donde se concentrada la mayoría de los diablos que había visto por la zona. Al menos los que estaban vivos. Porque cadáveres por todo el territorio era lo que más se veía, además de hielo y nieve.

Finalmente, sus meses de estudio, le dieron una idea general de la zona total. Existía una ciudad, en algún lugar de Cania. Kurama estaba seguro de ello, porque también había comenzado a notar como los diablos que rondaban el lugar, desaparecían cada tanto tiempo, cuando hubiesen cazado presas adecuadas para seguramente alimentarse. ¿Qué cazaban? Bueno, aunque pareciera increíble, el frio inviolable no podía congelar cierto rio que cruzaba el mapa de largo a largo. Un tipo de “agua” muy extraña. Más parecida a la grasa que lo común del líquido. Kurama no se había sentido inclinado a siquiera tocarla. Algo le decía que había un mal ahí dentro, que seguramente no podría controlar, por más chakra que aplicara en ello. Sin embargo, los diablos nativos usaban largas y poderosas lanzas para asesinar a los “peces” que rondaban en ese lugar.

Tiburones para ser concretos. Tiburones terribles.

El tamaño de esas criaturas que habitaban el rio no dictaba de un parecido a los de la tierra. Eran parecidos a orcas, y totalmente salvajes. Los diablos morían en grupos antes de poder capturar a uno solo de ellos. Usaban unas enormes balsas de cierto material flotante, para trasladarse por el rio y atraer a los tiburones. Por supuesto, por cada uno que lograban cazar, 4 o 5 diablos pasaban a ser alimento bajo las aguas del rio. A Kurama le había sorprendido de sobremanera estas maniobras. Los diablos parecían actuar como si quisieran suicidarse. Pero sus gestos, funciones y movimientos no dictaban de una criatura que deseara terminar su vida. ¿Para quién estaban cazando esas criaturas? ¿Las usaban como alimento? ¿En dónde tenían un refugio en ese desierto helado que era Cania?

El tiempo fue pasando, y aunque Kurama no necesitaba alimentarse tanto como sería un humano, poco a poco el sustento fue necesario. Pero, imposibilitado de conseguir recursos, fue debilitándose en la búsqueda de algún lugar que pudiera conducirlo a otro infierno. Uno donde pudiera comer algo. Estaba a punto de fallecimiento, cuando pudo vislumbrar una zona que al parecer no había reconocido anteriormente. Cierta montaña inmensa, al parecer no se trataba de una estructura de tierra congelada. Simplemente, era una colosal cueva echa de hielo, que se movía como todas las demás, pero no parecía conmoverse con los glaciares chocando contra ella.


Su entrada era enorme, tanto que hubiese podido ingresar al lugar aun con su antiguo cuerpo de zorro gigante. Y de allí, finalmente podía observar que surgían los diablos que salían a recorrer todo Cania para cacería y recolección. Allí dentro, debía haber un refugio. El zorro utilizó un jutsu de disfraz, imitando a los Gelugones y tomando su forma durante un periodo de tiempo. Luego, fue directo a la entrada del lugar, donde no había por fortuna una guardia vigilante. Ingresó a lo que el creería una población rustica. Para encontrarse de frente con la ciudadela llamada Mephistar, desde la que gobernaba el poderoso archiduque Mefistófeles.

Los muros no fueron difíciles de pasar. Pero encontrar un lugar solitario en el cual sentirse seguro y descansar del frio, si fue un desafío enorme. Al parecer, el interior de la ciudad estaba totalmente protegido contra el viento congelante. Los cientos de miles de pobladores no tenían medallones de protección como Kurama. Y tampoco todos eran diablos de hielo. Había calles exclusivamente comerciales. Negocios de ventas de armas y magia. Provisiones de todos los tipos y una floreciente población que rendía tributo al archiduque Mefisto. Dueño del castillo en el centro mismo del lugar. Señor del octavo infierno.

Kurama pudo saber a quién se enfrentaba rápidamente. Había estatuas de Mefisto en todos los lugares que iba recorriendo. Además, también pudo encontrar una posada donde descansar y comer. Ya pasados los días, había adoptado diferentes formas humanoides en sus disfraces. Trataba de pasar desapercibido, y para no tener problemas de más, pagaba con monedas de oro y piedras preciosas que había recolectado en los cadáveres perdidos entre los glaciares.

Usualmente, recordaba las palabras de Asmodeus sobre la presencia de sus hermanos. ¿Sería posible que estuvieran aquí? ¿Qué alguno hubiese caído tan bajo en Baator como para ser lanzado a estar ciudad? Kurama estuvo atento a cada cosa que sucedía a su alrededor. Recorrió la ciudad todo lo rápido y discreto que pudo. Su conocimiento del lenguaje infernal le abrió muchas puertas, y su fuerza terminó de dar apertura a las demás. Se escabullía con pericia entre los diablos, incluso fingiendo formar parte de la guardia de diablos regulares que oficiaban de “policía” a lo largo de la ciudad. Había barrios que era inaccesibles para el zorro, como la llamada “zona toxica”. Una parte de la ciudadela donde muchos años atrás, había explotado una forma de magia experimental que dejó una nube de vapor venenoso que asesinaba a quien la respirara. Increíblemente, dentro de ese barrio seguían habitando ciertos pobladores, tal vez inmunizados contra los efectos del vapor por el tiempo trascurrido.


Kurama siguió investigando y encontró otra pintoresca zona en la ciudad. Los “jardines nevados”, un especie de invernadero personal para el gobernante, donde esclavos cultivaban frutas y verduras exóticas. Para el consumo del Archidiablo, seguramente.

Además, una gran torre que se elevaba junto al castillo de Mefisto, era el hogar de la escuela del fuego infernal. Una sociedad de magos que entrenaban a las tropas del archiduque en un tipo de magia ancestral, que podía darle fantásticas habilidades. Básicamente, enseñaban a los guerreros del ejército personal del líder, a usar el odio para agregar daño de fuego o veneno en sus armas.

Kurama había tomado un par de días para recuperarse. Comer bien, dormir seguro en posadas donde decenas de diablos lo camuflaban, le permitieron retomar su ánimo y decidirse a actuar con respecto a la búsqueda de sus hermanos. Si acaso alguno de ellos estaba en la ciudadela, seguramente estarían atrapados en el castillo de Mefisto. Atados a un sello seguramente, tal y como Kurama supo estar. ¿Debía ingresar al lugar camuflado? ¿Debía causar un gran disturbio para obligar a los guardias a abandonar la vigilancia del castillo? Tal vez hasta podría lograr hacer salir al archiduque si tenía suerte.

-no es buena idea entrar al castillo….-le dijo un sujeto mientras lo pilló mirando demasiado la estructura a lo lejos- ese lugar está demasiado custodiado y dicen que tiene trampas en cada metro cuadrado del asentamiento.

Kurama se sorprendió, le había hablado en lengua de humanos ese sujeto. Le miró más directamente, para encontrarse con un rostro muy conocido.

-Es imposible…-susurró sorprendido- ¿Killer Bee?

-Casi….-le sonrió el hombretón moreno y con gafas oscuras- el mismo platillo, pero menos rap y más pulpo. Es bueno encontrarte mi hermano.

El mismo aspecto que la abeja asesina. Pero más tranquilo, menos escandaloso y sin lugar a dudas libre de las cadenas de los diablos. Hachibi y Kyuubi se habían encontrado en una calle cualquiera, de una ciudad bajo el hielo del octavo infierno. Kurama y Gyūki estaban juntos. Ahora todo parecía posible. Incluso el sueño de escapar, de los nueve infiernos de Baator.


****************************************


-Sa…Sakura….

Tsunade retrocedió un paso lentamente. Luego de un par de meses, la última persona que esperaba encontrar en la carpa general de los Kage, era ella. Su estudiante había marchado y desobedecido su orden. Había arriesgado la vida tontamente, en un entrenamiento por razones aún inexplicables. ¿Estaba viva? ¿Realmente estaba con vida? Tsunade no sabía si sentirse feliz, o enojada.

-¿Por qué has regresado? ¿Acaso no conoces las consecuencias de…?

-la guerra siempre trae consecuencias….-le dijo suavemente la pelirosa- Tsunade-sensei tiene experiencia de sobra en eso.

La Godaime observó a su alrededor, no había nadie en la carpa. Hace algunos minutos, todos empezaron a recibir recados para ir a determinados lugares del campamento. La mujer recordaba que le había parecido extraño. Al menos que todos se fueran al mismo tiempo. Y todavía le parecía más sorprendente, que en todo el campamento nadie hubiera visto, y por lo tanto detenido a Sakura. La Hokage observó, que los ojos de Sakura eran más brillantes, un fulgor verde que resaltaba. Además, la dulzura había desaparecido en sus facciones. ¿Qué estaba ocurriendo?

-Orochimaru tiene una visión bastante interesante de esta guerra. Tendré que explorar su concepto del conflicto general. –Dijo la joven, caminando tranquilamente por el lugar- y si se está preguntando por los guardias externos, simplemente están inconscientes. Solo vine al campamento por alguna información.

-Pero no es el motivo por el cual, te has mostrado ante mí.

-No, claro que no. Hubiese buscado pasar desapercibida. Ustedes tienen una guerra que ganar. -añadió la rosa tranquilamente- Pero he venido ante usted, porque requiero una muestra de su sangre.

-Mi…. ¿sangre?

-Sangre Senju…-dijo Sakura acercándose a su maestra y tomando una de sus manos entre las suyas- solo un poco Tsunade-sensei.

-¿Para que la quieres? –Consultó la líder confundida por la gentileza del gesto- ¿Y que tiene que ver Orochimaru en esto?

Sakura emitió un leve corte en la palma de Tsunade, solamente con la uña. Y luego, sin dejar de mirarla directo a los ojos, lamió suavemente la pequeña perdida. Luego de eso, lentamente cubrió con chakra la zona, curándola completamente.

-¿Por qué? –Susurró la líder confundida- ¿Por qué desobedeciste? ¡No sabes lo peligroso de tu accionar! ¡¿Acaso no recuerdas quien es Orochimaru?!

-Comprendo el riesgo…-admitió la joven Kunoichi- y entiendo que su ex-compañero, será útil en tanto obtenga lo que desea. Conocimiento. Por ahora, nos necesitamos mutuamente.

Luego de eso, la pelirosa retrocedió un paso y se giró lento para iniciar su retirada. Tsunade no se podía mover. Su mente le sugería que la detuviera. Que ella estaba yéndose para siempre. Su estudiante, la niña que había entrenado y prácticamente había criado elegía otro camino. Un sendero oscuro, conducida en la neblina por un sujeto que jamás la protegería. Que la abandonaría a la primera de cambio. ¿Qué podía hacer para detenerla? Al parecer, Sakura había dominado el arte ermitaño. ¿Qué clase de poder había adquirido? ¿Era como con Jirayja, cuyas virtudes físicas y espirituales se magnificaban?

-No puedo dejarte ir…-susurró la Godaime avanzando rápido y tratando de capturar a Sakura.

La pelirosa la sintió claramente venir, eludió el agarre agachándose y dando un giro lateral se puso de pie junto a su maestra. Tsunade intentó usar un codazo para golpear a su estudiante y ponerla a dormir, pero la mano derecha de Sakura detuvo el intento con facilidad. Como si no hubiera tenido el mínimo problema en manejar la fuerza sobrehumana de la Godaime.

-Predecible sensei…-le dijo con seriedad la rosa- pero no es su culpa. Este es el camino que tengo que recorrer.

Y de un golpe certero al cuello de la Hokage, logró ponerla a dormir.



Al salir de la carpa, Sakura se encontró con Orochimaru y Karin. Ambos traían sus posesiones personales. Mochila, provisiones, y demás propiedades útiles. Los guardias junto a la entrada de ese lugar, los ignoraban olímpicamente. Era extraño, sino fuera porque ambos sujetos junto a la entrada, estaban dormidos y parados estáticos por Genjutsu. Orochimaru se había encargado de ellos, así como de conseguir tres órdenes firmadas para una misión lejana. Así podrían salir del campamento sin problemas. La firma de Tsunade destacaba en ellas. ¿Cómo la consiguieron? Sakura la había visto firmar mil veces en sus años en la secretaria de la aldea. Ahora podía reproducirla a voluntad si quería. ¿La sumatoria de Karin al equipo? Su trabajo con las máscaras rituales Uzumaki había llegado al límite. Orochimaru tenía archivos guardados en varios refugios secretos, y si la pelirroja deseaba controlar el poder de su herencia, debía romper las reglas una vez más.

Algunas horas después, lograron despertar a Tsunade. El Kazekage la había encontrado inconsciente en una silla de la carpa general. Y comprobaron que había sufrido un ataque, en lugar de solo estar reposando. Fueron notificados los escuadrones de búsqueda. Orochimaru había desaparecido. Los archivos de la división científica estaban intactos, pero sujetos como Kankuro que había trabajo en ese sector, aseguraron que el Sannin guardaba celosamente una copia de todo dato recolectado en un libro personal. Simplemente había agotado todas las instancias de investigación, marchándose a vaya a saber qué nuevo destino. Las máscaras Uzumaki, y su única heredera a disposición conocida como Karin, también se habían esfumado. Si bien Tsunade intentó guardar la información sobre la presencia de Sakura, algunos elementos del campamento comenzaron a notificar haberla visto partir junto a los desaparecidos.

El Raikage enfureció. Esa niña, estudiante de Tsunade, seguía causando problemas. ¡Él sabía que la prisión no era suficiente! Debieron haberla ejecutado en cuanto pudieron. Ahora muchas tropas con escaso sentido del deber, reflexionarían ante el primer revés en la guerra sobre la conveniencia de seguir siendo fieles. ¡Era un gran problema la moral de la tropa! ¿Por qué Tsunade no podía verlo? Esa niña le había cegado. Era una debilidad para la Godaime.

Finalmente, armados los equipos y teniendo en cuenta las fuerzas que aun debían cuidar el campamento. Se comisionó a los rastreadores Inuzuka, y varios de los mejores Hyuuga de rastreo, para armar equipos de búsqueda. Sasuke Uchiha, fue sacado de su franco para retornar a la actividad. Y dijo, que el mismo se encargaría de encontrar y ejecutar a Orochimaru. Tenía una forma perfecta para rastrearlo. Sin embargo, había otros implicados en el escape.

-Debes traerla con vida Uchiha….-le advirtió Tsunade al moreno en una reunión privada antes de partir. Has lo que debas hacer con Orochimaru. Pero Sakura….debe regresar con vida. ¿Entendido?

El Shinobi asintió apenas. No pensaba matarla. Y tampoco creía que sería un gran problema echarle el guante. Incluso traería de regreso a Karin y sus máscaras ceremoniales. Pero en cambio Orochimaru, había cometido su última traición. Para Sasuke, en cuanto encontrara a esa serpiente. Era hombre muerto.


**********************************


La muerte purpura se extendía…

La princesa Shion y su guardia personal, caminaron por las calles del poblado totalmente devastado. Shion sufría, su corazón se sentía escogido por el dolor. Veía cadáveres, de hombres, mujeres, y niños. Nadie se había salvado. Cuerpos tirados en las calles. Cuerpos en las casas, cadáveres en camas e incluso en las sillas de quien supuestamente, había estado velando por los enfermos. Niños, jóvenes, adultos, ancianos. Esa peste no había perdonado a nadie. La peste purpura no era una enfermedad natural. Shion sentía en el hedor de los cuerpos tirados, una energía negativa tan fuerte que casi la derribaba. Los guardias que la acompañaban, sin siquiera recibir órdenes, se dedicaron a levantar cuerpos y subirlos a una carreta de madera, en busca de conducirlos al cementerio. Shion era escoltada por solo un guardia, cuya anterior profesión como soldado, ahora era el menor de sus poderes. Media docena de sus guardias, habían sido instruidos por Shion en los meses pasados, para convertirlos en sacerdotes.

-Shion-sama….-le llamó uno de los sacerdotes, que trabajaba cargando los cuerpos en la carreta- ¿Quién pudo realizar esta atrocidad?

La mujer caminó por el centro del poblado concentrada. Sus ojos brillaban en un color violáceo intenso. Había aprendido a enfocar sus poderes en diferentes aptitudes útiles. Su chakra, en lugar de moldearlo elementalmente, lo convertía en luz. Según las escrituras antiguas ocultas en la cueva bajo la antigua aldea del demonio, su madre también podía trasformar el chakra en luz. En “magia” por así decirlo. Magia divina.

-un ser de oscuridad pasó por este poblado…-dijo con voz perdida Shion, y su guardia la escuchaba con calma- su objetivo, era el cementerio.

-¿Por qué Shion-sama?

-Los cadáveres….-anunció la mujer como profetizando- él los busca. Manipula la muerte. Moldea la oscuridad, como nosotros podemos conducir la luz.

-¿Y que busca? –Consultó el guardia- ¿esta enfermedad es obra suya?

-Lo es….-añadió la princesa levemente- ha dejado mantas y otros objetos infectados. Al solo contacto, las manos inocentes trasladaron la enfermedad a sus vecinos. Poco a poco, sus cuerpos fueron sucumbiendo. Ahora solo hay silencio.

La sacerdotisa Shion, había movido a sus guardias por todo el poblado. Durante los meses pasados, entrenó en las técnicas más básicas para que pudieran defenderse de los no-muertos. Esqueletos, zombis, apariciones fantasmales. Incluso lucharon contra engendros vampíricos. Un tipo de monstruo mescla de zombi con los “amos de la noche”. Toda una zaga de monstruos.

Además, Shion había visto en algunos sueños, a tres sujetos envueltos en togas de oscuridad. Tres nigromantes. Magos de magia oscura. Tres criaturas con dominio y posibilidad de creación sobre todas las otras. Los enemigos del mundo humano. Los enemigos incluso de los diablos y demonios.

-Shion-sama…-le llamó uno de los sacerdotes algunas horas después- estamos listos.

Todo el grupo fue al cementerio local. Donde los hombres habían enterrado a todos los aldeanos que encontraron muertos en las casas y templos. Los sacerdotes no habían podido evitar llorar, ante las horribles facciones deformadas de niños y mujeres muertas. Sin poder tocar los cuerpos. La piel de los cadáveres habiendo adoptado una insana coloración purpura.

Shion y sus sacerdotes formaron un círculo alrededor del cementerio. En posición de manos para oración. Susurraron las plegarias aprendidas en las cavernas donde en tiempos antiguos, los ángeles dejaron su huella. Antiguos poderes de lugares recónditos del universo. Oraciones que fortalecían la salud. Conjuros que debilitaban al mal. Bendiciones que auguraban un futuro.

-Descansen hermanos y hermanas….-dijo la princesa mientras todos los sacerdotes comenzaban en brillar en sus cuerpos como antorchas de luz blancas- que la paz sea con ustedes, que el pesar de esta infección no despierte su dolor. Sus almas son libres, para volar a la luz.

Miles de luces brillantes en azul, surgieron de la tierra rodeada por los sacerdotes. Las almas de los pobladores que sufrieron y fueron maldecidas, ahora eran liberadas para descansar en paz. Shion y sus hombres habían recorrido durante meses los territorios salvajes en la búsqueda de exterminar a los nigromantes. Ella creía, que la guerra entre ninjas y demonios, acabaría por no tener un vencedor claro. Peor aún, las constantes bajas en ambos bandos, perpetrarían una catástrofe de no-muertos surgiendo como marea de la noche.

Luego de terminar el ritual de purificación. Los hombres juntaron leña, y crearon una fogata para preparar la cena. Ya instalados en el centro del poblado silencioso. Llevaban muchas semanas así. Viajando por los caminos a campo abierto. Atravesando rutas y senderos para descolgarse en los poblados más alejados. Rastreado a los magos oscuros. Limpiando las maldiciones que ellos dejaban. Siempre esa enfermedad. La “muerte purpura”. Un arma viral. Pero no la única.

-Shion-sama…-le señaló uno de sus guardias- estamos en territorio hostil.

-los muertos, no pueden acercarse a nosotros. –aseguró ella.

-Pero nosotros no somos suficientemente fuertes para protegerla de los demonios, Shion-hime.

-Si cesamos de perseguir a los nigromantes, -apuntó la mujer- la peste purpura llegará a las capitales más pobladas de los países elementales. Y entonces….no habría poder para detener al enemigo.

Los guardias sabían que ella tenía razón. Shion-sama era valiente. Estaba dispuesta a arriesgar su cuello para garantizar que esa magia de muerte no se extienda. Pero también estaban los demonios y diablos en el juego. Los cuales eran resistentes a las oraciones de luz. Y la fuerza de seis espadas, no podrían proteger a la princesa.

Revisaron el mapa. El enemigo no seguía un patrón de ataque estándar. Había atacado poblaciones fronterizas del país del fuego, de la tierra, y del rayo. Actualmente estaban ingresando al corazón de los bosques en el país del fuego. Donde la enfermedad purpura se estaba extendiendo. ¿Y qué pasaba con el país del hierro? Los Samurai no habían entrado en guerra contra demonios. ¿Por qué razón? ¿Habían sido atacados por los nigromantes? ¿Acaso los diablos y demonios habían exterminado ya, a los guerreros del Bushido?

Cenaron y tiempo después, mientras la joven princesa descansaba, los hombres se turnaron para hacer la guardia. La noche trascurrió sin percances. Llegado el alba con el sol brillando, levantaron el campamento y se disponían a continuar la ruta a la siguiente población en el mapa. Cuando Shion decidió contarle a los hombres el sueño que había tenido.
-he soñado con un paraíso. –Le dijo a sus guardias- el lugar no era de este mundo. He soñado que mi viaje se une con un guerrero. Un paladín. Un ninja con ojos poderosos. Aquel que puede cambiar su corazón. Entre luz y oscuridad.


*************************************


El asedio a la ciudad de bronce, había concluido hace 12 horas…

Las grandes bolas de fuego surcaban los cielos rojizos y estallaban en el territorio estéril, exterior a la ciudad. Naruto, Biara y los Biju, se disfrazaron como un escuadrón de diablos esclavistas para atravesar el primer muro y así poner pie dentro de la ciudadela de bronce. Todo el territorio de la ciudad, se extendía por casi 1000 kilómetros. Engorroso de conquistar, muy sencillo para ocultarse de miradas indiscretas. Poco a poco y con el paso del tiempo, se fueron escabullendo al interior de cada muro. Surcando un sinfín de puestos de guardias diabólicos, y a merced de posibles ataques de catapultas, balistas o magias explosivas. Y mientras tanto, iban averiguando todo lo que podían sobre la ciudadela en cuestión. Y su líder en particular.

El Señor del Primer infierno, era un general diablo de la sima de gran poder, veterano de cientos de batallas en la Guerra de Sangre. Se decía que había traicionado a la anterior Señora del Primero, Lady Zariel. Y con el apoyo de los Ocho Oscuros (los Shogunes de Baator) y el propio Asmodeus. Se dedicó a gobernar con mano de hierro a su territorio conquistado. También se decía que mantenía a Zariel aun viva. Apresada en la más profundo de las cárceles en la Ciudadela de Bronce, y que la usa para extraer su fuerza vital y aumentar aún más sus capacidades.

Así era Bel, señor de la guerra de Avernus. Un monstruo de dos metros de alto, cuyo cuerpo musculoso está cubierto de cicatrices. Una cabeza con rasgos de dragón, boca grande provista de dientes afilados como navajas. Su piel roja era similar a una armadura de placas. Y siempre portaba un cinturón con las cabezas de enemigos aniquilados colgando como trofeos. Su arma era un retorcido espadón llameante, “Perdición del Abismo”, con el que se enorgullecía de haber matado miles de demonios.

Bel es relativamente nuevo en el cargo de Archidiablo. Y no tenía ni la predisposición, ni los apoyos políticos que tenían el resto de archiduques. En cambio, era el más implicado en la Guerra de Sangre. Ante todo, era un experto estratega que siempre luchaba en términos favorables.
.
En las cortes interiores de la ciudadela, Bel trataba con los Ocho Oscuros sobre los planes para las batallas venideras. Cada uno de ellos también tiene una casa dentro de la fortaleza de Bel. Había mercados, forjas de armas, burdeles, bares, comedores y un coliseo donde los esclavos eran obligados a la lucha a muerte. Había mucho más para ver. 1000 kilómetros de ciudadela llevaría demasiado tiempo recorrer completamente.

Naruto sin embargo, habiendo adquirido conocimiento sobre los lugares claves del lugar. Supo que para encontrar la forma de bajar al segundo infierno, tenía primero que asegurarse un refugio en el primero. Era imperioso encontrar aliados. Diablos dispuestos a traicionar a los actuales líderes. O simplemente lograr comprar determinada zona habitable. Canjear algunas de las riquezas que habían recolectado de los despojos de batallas. En los portones exteriores de la ciudadela, unos 150.000 demonios habían fallecido intentando invadir. El resto se había retirado, en busca de refuerzos seguramente.

-Lady Zariel-Sama era la archiduquesa de este lugar. –Le dijo Biara- ella tenía nuestra fidelidad. Las Erinias éramos sus aliadas. Pero ese asqueroso pedazo de porquería llamado Bel, la traicionó.

-¿Cómo la asesinó? –interrogó Gobi que siempre quería averiguar posibles debilidades de los diablos más fuertes.

-Se dice que lady Zariel fue capturada, no está muerta. –Dijo la niña seria- En lo profundo de la mansión de Bel. Existen unas cárceles subterráneas. Allí deben tenerla.

-¿Para qué dejarla con vida? –preguntó Nibi intrigada.

-Lady Zariel es poderosa. –asintió Biara como reafirmando su idea- por algo deben tenerla ahí. Tal vez para torturarla. Pero muchos diablos suelen aumentar su poder personal, quitando lo que otros tienen. Apuesto que Bel quiere eso. Pero Zariel-sama lograra escaparse…..bueno….también se dice que las bolas de fuego que flotan por todo Avernus….es su odio trasformado en magia. Ella tiene un temperamento belicoso.

Naruto sonrió a sus compañeros. Una idea general se estaba formando en su interior. La forma de escurrirse entre tantos diablos. Era causar estragos y mezclarse entre el disturbio. Era cuestión de encontrar la mecha que encienda el barril de pólvora.

-Suena divertido. –Dijo caminando hacia la zona central de la ciudadela- ya quiero conocer a esa mujer. Una aliada de las erinias, puede ser de utilidad para nosotros.


**************************************

Habían estado saltando entre arboles durante varias horas. Al principio, Karin hubiese querido apresurar más el paso para poner una buena distancia del campamento aliado. Orochimaru estuvo parcialmente con ello, su actual cuerpo robado a un Zetzu blanco, no era rival para ciertos ninjas que pudiesen ser enviados a cazarlo. Pero Sakura se mostró inflexible. Debían mantener un ritmo alto, pero no frenético. La razón era puramente estratégica. Correr rápido, exige lo suficiente para requerir un descanso pronto. Manteniendo un ritmo tal vez más mesurado, les permitiría llegar a la frontera del país de fuego sin tener que acampar para recuperar el aire. La ansiedad no era buena consejera.

Al principio, Karin farfulló que nadie la había nombrado líder a la pelirosa. Orochimaru no dijo nada, simplemente asintió y la idea de Sakura pareció ganar terreno. La Kunoichi Haruno comenzó a guiarlos. Entre bosques y bosques, cruzando los caminos en lugar de seguirlos. Ella parecía tener un sentido aumentado de la orientación. Según Orochimaru, estaba usando algún tipo de habilidad sensorial para eludir ciertos territorios hostiles. En realidad, el asunto era mucho más simple. Sakura había memorizado absolutamente todos los mapas de la división estratégica. Conocía con perfección los puestos de avanzadilla Shinobi. Y los sectores donde escuadrones de demonios aun tenían dominio de la situación. Por lo tanto, el grupo que Sakura estaba guiando, pasaría exactamente por donde nadie estaba esperando. Amigo o enemigo, nadie los observaría pasar.


El plan fue un éxito hasta la frontera. La carrera controlada les permitió hacer de un tirón todo el trayecto antes que Karin y Orochimaru necesitaran un reposo. Sakura no parecía cansada cuando se detuvieron. Simplemente se dedicaba a recorrer la zona caminando tranquilamente. Como si buscara algún objeto especifico. El Sannin la miraba con curiosidad.

-¿Qué buscas Sakura-chan? Ku ku ku…-dijo con esa familiaridad falsa la serpiente.

-Nada en particular. –Apuntó la rosa- este territorio es abierto. Estoy preparando la batalla.

-¿Qué batalla?

La joven pelirosa miró a Orochimaru con seriedad. Esos ojos verdes parecían perforar a quien apuntaban.

-No pensaras que nos han dejado ir sin pelear ¿verdad?

Orochimaru sonrió. Era cierto que rastreadores estarían tras ellos. Y con la presencia de Sasuke Uchiha en el campamento de la alianza. Tal vez había sido un mal momento para escapar de la zona. Si ese sujeto les daba alcance, tal vez ni peleando los tres juntos podrían con él. Y eso contando, con que Karin estuviera dispuesta a levantar la mano contra su “Sasuke-kun”. En resumen, las posibilidades estaban en su contra.

-te equivocas…-le dijo Sakura mientras lo observaba cavilar esos pensamientos- seguro razonas que no podremos derrotar a Sasuke. Pero la lógica indica que tenemos buenas probabilidades. Es cuestión de motivaciones o intensiones.

-Si seguro…-dijo Karin irónica- tú derrotaras a Sasuke-kun. El ninja más poderoso del mundo.

-Naruto Uzumaki…es el ninja más poderoso del mundo. –Contradijo tranquilamente Sakura- y nadie está hablando de derrotar a Sasuke. Simplemente hablamos de lograr nuestro objetivo de escapar.

-nadie escapa del sharingan. –respondió Karin mecánica.

-no escaparé de esos ojos, simplemente de quien los usa. Ahora bien, -desdeñó como si fuera poca cosa el asunto- ¿Cuál es nuestro primer punto por visitar?

-dentro del país de la roca. –Dijo Orochimaru- a 22 kilómetros del pueblo de Kobaki. Existe un árbol antiguo. Petrificado. Hueco. Debajo de él, está lo que buscamos.

-Entonces adelante. –Les dijo Sakura- Sasuke primero tendrá que enfrentarme. Si permaneces aquí…-le apuntó a Orochimaru- ira primero a matarte. En mi caso será diferente.

Luego de eso, Sakura simplemente se sentó cruzando las piernas y se dispuso a meditar. Le hablaron sobre la situación, pero ella no volvió a dirigirles la palabra. A Karin le irritaba demasiado esa actitud de la pelirosa. ¿Quién rayos se creía que era? ¡Sasuke-kun la iba a destrozar!

-¡Me importa un cuerno lo que te ocurra! –Finalmente estalló mosqueada, ante el silencio de la pelirosa- ¡yo solo vengo para aprender más sobre las máscaras! ¡MUERETE! –y se fue corriendo para alejarse del bosque. Directo entre las colinas donde iniciaba el país de la roca.

Orochimaru no dijo nada más. Simplemente sonrió y se decidió a continuar su camino. Sin embargo, a poco de desaparecer de la zona, invocó un par de serpientes para ubicarlas clandestinamente. Quería saber lo que ocurriría cuando los rastreadores encontraran a Sakura. No había registro alguno del arte Sennin de las babosas. ¿Qué habilidades tendría? ¿Cómo las usaría para derrotar a un equipo de Shinobi? ¿Qué pasaría si Sasuke era quien la encontraba?

4 horas después, un equipo Shinobi llegó al límite del bosque. Los tres subalternos avanzaron por delante de Sasuke Uchiha, como dispuestos a capturar a la mujer renegada antes que ver a su líder de grupo actuar. Pero el moreno, les hizo un gesto en silencio que prohibió este impulso inicial.

-veo que te estas entregando Sakura…-dijo avanzando tranquilamente Sasuke, mientras sus hombres se dispersaban por los alrededores buscando rastros del resto de los renegados- volverás al campamento ahora…-finalizó serio y frio.

-si estás buscando al resto en base a esto…-dijo la pelirosa poniéndose de pie lentamente y enseñándole una hoja de papel con un sello- pierdes tu tiempo.

Un sello para rastrear. Sasuke se lo había puesto entre sus pertenencias a Orochimaru. Hace tiempo, cuando esperaba del Sannin una traición. Era una marca Uchiha. Solo con el sharingan se podía ver el rastro que ese sello dejaba. Lamentablemente para Sasuke, Orochimaru había estudiado todo sobre su clan. Sabía absolutamente todo. Incluida las técnicas de sellos que se activaban con el sharingan. Sakura simplemente se había quedado con el papel, para alejar al resto de la pista para encontrar a los demás.

-vendrás conmigo. –Añadió Sasuke de brazos cruzados- lo quieras o no.

Sakura no se movió. Estaban parados frente a frente a unos 20 metros. La mente de la pelirosa comenzó a detallar toda estructura de conocimiento antiguo sobre su ex–compañero. Entre la infancia y adolescencia, había un bache cubierto por la última guerra. Sakura había visto muchas veces combatir a Sasuke Uchiha. Su cerebro ordenaba los movimientos mecánicos sobre la forma de combate de su amigo. Por ejemplo, los músculos de sus antebrazos se tensaban un instante antes de usar un ataque. Entendiendo que buscaría inutilizarla rápidamente para ir por Orochimaru, lo lógico era un ataque con sunshin por detrás de la mujer. Sasuke era derecho, pero siempre lograba equilibrio en su movimiento veloz, tomando el mango de su Chokuto con esa mano. En resumen, un ataque por detrás, desde la derecha. Con la mano izquierda, al cuello de Sakura.

Como si se lo hubiese ordenado, un segundo después sucedió tal lo previsto.

-lo siento….-susurró Sasuke en el mismo instante que su golpe de karate dio en el cuello de la rosa.

-no te disculpes…-respondió la Kunoichi descargando un choque de chakra en la mano de rival- al menos no tan rápido.

Sasuke se sorprendió cuando su mano quedó sin fuerzas. Ella se giró lanzándole una patada fortísima que el moreno evitó saltando hacia atrás. Con el mismo impulso del golpe, Sakura usó su patada en el aire para bajarla violentamente y estrellar el suelo. Bajo los pies Sasuke que retrocedía, se levantaron trozos de roca ascendentes. Le darían justo en el torso. ¡Vaya control del Doton! El Uchiha desapareció en otro sunshin para volver al lugar donde estuvo al inicio, solo para encontrarse que la pelirosa, se había vuelto a mirarlo como si estuviera esperando exactamente que apareciera allí.

-¿Qué es esto? –Se dijo Sasuke sorprendido- ¿Cómo pudo anticipar mi ataque? ¿Qué pasa con mi mano?

Los dedos de su mano izquierda no le respondían. Tampoco la muñeca, que parecía estar muerta. Sasuke no sentía que su mano estuviera allí. Solo un ligero entumecimiento en la zona, y la imposibilidad de usar esa mano.

-los bisturí de chakra son armas muy comunes en los médicos. –Sonrió fríamente la rosa- su principal virtud es desconectar los nervios y anular articulaciones. En resumen, pueden anular parcial o totalmente, cualquier parte de un cuerpo que toquen. Tu mano no volverá a funcionar por varias horas. Ahora puedo crear el mismo efecto con todas partes de mi cuerpo, al simple contacto físico.

Sasuke estaba sorprendido. Los ojos de Sakura eran intensos. No lo miraba directamente, sino que le observaba los pies. Tal y como Maito Gai había combatido siempre a Kakashi. ¡Pero era imposible que ella supiera hacer eso! ¡Se necesitaban años de práctica! La tentación de mirar era muy fuerte. Al menos para la mayoría.

-te interpones en mi camino. –Dijo Sasuke con su mano derecha sobre el mango de Chokuto- Orochimaru debe morir.

-Por ahora lo necesito. –respondió Sakura poniéndose en posición de pelea- creo que he perdido demasiado tiempo contigo. Ya estoy lista. Ahora bien….déjame contarte una his….

Sakura estaba hablando y de pronto su voz se apagó. Comenzó a correr hacia Sasuke pero sus labios seguían emitiendo palabras sin sonidos. El Uchiha podía leer lo que decía gracias a sus ojos.

-“Naruto en principio me dijo que existían tres dioses mayores…-seguía hablando Sakura sin voz, mientras se acercaba a toda velocidad sobre el Uchiha- y él estaba…”

Sasuke comenzó a eludir ataques rápidos. Sakura era más rápida y fuerte que antes de su último entrenamiento. Pero además, la sincronía de sus movimientos era todo lo perfecta que podía articular un guerrero. Sasuke no podía usar la anticipación del sharingan, su mirada estaba enfocada en las palabras que surgían de los labios de la mujer. Al no poder escucharla, instintivamente sus ojos tenían que repartir responsabilidades entre captar los movimientos de su rival, y la irresistible atracción de continuar “leyendo” la historia que Sakura le estaba describiendo. ¡Que maldita! ¡Había descubierto una grieta en el sharingan! ¡Él se veía obligado a repartir su vista entre el combate y la lectura!

-¡Basta Sakura! –Dijo retrocediendo y refregando sus ojos por un instante, luego sacó su arma para lanzar un sablazo lateral- ¡deja de balbucear!

El corte en el vientre de la rosa fue profundo. Le había impactado enormemente. El gesto de la Kunoichi fue de pura sorpresa. ¡Ese fue un ataque para matarla! Sasuke lo había hecho por instinto prácticamente. Pero había dado en el blanco. Ella retrocedió un paso aturdida. Ambas manos se ubicaron en la zona de la herida pero no se curaba. Sasuke la miraba sorprendido. ¿Por qué no se curaba? ¿Por qué no evito ese ataque lento? El cuerpo de la chica se desplomo al suelo boca arriba. Ella jadeo como si estuviera muriéndose, y sus ojos quedaron inertes. Todo a los pies de Sasuke.

Sintió un “crack”, de clara rotura…

De pronto, Sakura Haruno estaba detrás de él. Frente a Sasuke, un cuerpo hecho de madera. Un clon de madera. Por esa razón no había notado la diferencia aun con el sharingan. La verdadera Kunoichi, estaba parada tras él. Había fractura el tobillo derecho de Sasuke con un certero golpe cuando surgía desde el suelo. Ahora no solo tenía inútil la mano izquierda, ¡también el tobillo derecho!

El espíritu de Sunsanoo surgió furioso del moreno. La furia de verse tan engañado le hizo perder el control. Sakura salto hacia atrás, alejándose prudente. Ya había cumplido el objetivo de inutilizar a Sasuke. No podría seguirla cuando escapara. Ahora no tenía posibilidad de alcanzar a Orochimaru. Ni a ella, ni a Karin.

Luego de esto, la pelirosa rodeó bien amplia la posición del moreno, que se acercó a un tronco de árbol para sostenerse en pie. El espíritu de Sunsanoo lo protegía de cualquier ataque. Pero los brazos del guerrero no pudieron atrapar a la ágil Kunoichi que parecía anticipar todos los movimientos. Sasuke estaba totalmente sorprendido. Prácticamente no había consumido nada de su chakra. Pero su tobillo derecho era una ruina. No podía asentar su pie, no podía correr. ¡Era increíble el daño que ese estorbo le había hecho! ¡¿Cómo pudo hacerle esto?!

-Seguramente te estarás cuestionando tus heridas. –Dijo Sakura ya ubicada en la zona donde había estado esperando a Sasuke antes- no se puede decir que te haya derrotado. Pero supongo que los años me han instruido bastante bien de lo que puedo esperar de ti. Por eso he combatido para evitar que me pudieras seguir. Simple y claro.

Sasuke sonrió apenas. Estaba tan sorprendido que ni siquiera le duraba el enojo. Sakura no había buscado derrotarlo. Lo que en realidad había querido hacer, era evitar que Sasuke pudiera seguirla en su escape. Ahora solo le quedaban por derrotar los otros tres ninjas del equipo. Que sinceramente, no parecían ser rivales para ella. Sasuke deshizo el Sunsanoo, no tenía caso seguir luchando. No podría capturarla con vida. Y nunca tuvo intención de matarla. Finalmente pregunto, tratando de ocultar su curiosidad:

-¿Cómo supiste lo que iba a hacer?

-he visto tu forma de moverte en otras batallas. –Le dijo ella- simplemente me concentre en las señales que envías con tu cuerpo. ¿Has experimentado un Deja vu? Es lo mismo, pero más rápido. Puedo ver lo que sucede, un rato antes de que ocurra. Si conozco las variables, puedo calcular con mucha exactitud lo que sucederá.

-y esa estupidez de… ¿hablar en silencio?

-Naruto lo hizo para derrotar a Kakashi-sensei. –Sonrió Sakura- me pareció que te distraería. No todos tienen la capacidad de hacer varias funciones al mismo tiempo.

Ella había combatido, y contado una historia en silencio al mismo tiempo. Como si tuviera dos cerebros en su cabeza. Era increíble, aun para los cánones de un Sasuke que ya había visto muchas cosas difíciles de concebir. Y lo peor de todo, con esa estrategia tan ridícula sumada a un clon especial. Podría haberlo asesinado. Sakura por algunos momentos, lo había superado al subestimarla.

-¿y el clon de madera? –quiso saber Sasuke cuando la vio comenzar a retroceder para irse.

-una herencia…de sangre…-le dijo la pelirosa suavemente- cuídate. Regresa al campamento y gana la guerra. –Haciendo sellos- MOKUTON, JUTSU CRECIMIENTO DEL BOSQUE MILENARIO.

Aunque pareciera imposible. La tierra comenzó a temblar y las plantas parecieron cobrar vida. Arboles surgieron del terreno cercano al bosque. Se elevaron rápidamente cubriendo la vista lejana de Sasuke. Toda una porción de bosque, en ese sector de la frontera. Seguramente muy limitado en cantidades considerando a su anterior usuario. Pero definitivamente, Sakura había conseguido manipular uno de los Kekengeikai más extraños y poderosos. Sasuke sonrió de lado. No sabía si preocuparse por Sakura, o empezar a compadecer a Orochimaru.

-cuídate estorbo…-pensó el moreno sentándose al pie del árbol para buscar entre sus pertenencias un kit médico- encuentra al idiota y tráelo a casa.

Y se quedó ahí. Esperando que el resto de su equipo regresara a buscarlo. Tenía mucho tiempo para pensar. Sasuke siempre había seguido su camino para ser mejor guerrero. Esta guerra, su motivación principal en ella era luchar. Encontrar rivales, que aumenten sus capacidades. Pero tal vez no era suficiente. No lo era, cuando el mundo parecía desmoronarse. No lo era, cuando sus amigos se dispersaban, cuando los ninjas morían y criaturas venidas del infierno causaban estragos por el mundo.

Sasuke entendía, que su búsqueda de ser el mejor guerrero, nunca llegaría a buen término en esas condiciones. Tenía que conseguir una motivación. Tenía que lograr una nueva visión para su camino ninja. O tal vez tarde o temprano, encontraría un demonio lo suficientemente listo para matarlo.


Fin del capítulo.
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Mensaje por el santo pegaso Dom Abr 12, 2015 3:05 am

Esperemos que kurama junto a "bee" logren salir bien de ese hostil ambiente, o terminaran como cubitos de bijuu. XD

Vemos que sakura, tiene algo en mente y pretende usar a orochimaru para concretarlo, ya que su "nuevo" poder es increible, no sera una bomba de chackra como naruto, ni tiene los ojos locos del uchiha, pero esa capacidad analítica, y ese poder mental es capas de rivalizar con ellos dos.
Esperemos que estas nuevas capacidades no la cieguen como a otros, que dejaron que sus propias mentes los alejaran de las personas.

Y me imagino que naruto con este dato, usara a la gobernante prisionera para su propio beneficio, esperemos que la jugada les salga bien y puedan hacerse de una nueva aliada.
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Mensaje por rasmux Dom Abr 12, 2015 10:23 am

esnerio este cap estuvo genial Amor
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Mensaje por agustina98 Lun Abr 13, 2015 1:44 pm

esta geniaaaaaaaaaaaaal, dios ya quiero la conti, ademas por dios, sakura se volvia mas fuerte q antes me encanta como esta toda seria y malita, bueno no tan malita, espero q lo sigaaaas
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Mensaje por Ryukaru Lun Abr 13, 2015 2:35 pm

increiblwe arminius ya quiero la conti sigue asi
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Mensaje por Eva2.0 Mar Abr 14, 2015 8:39 am

Seeeeeh Sakura malota *-* jejeje bien por ella. Sobrada que va contra Sasuke. Probablemente podría matarlo sin despeinarse y el muy arrogante aun la llama estorbo... va a necesitar que le parta el otro tobillo para aprender xD
solo que... tanta frialdad. ... Hmm.... demasiado cerebro y aparentemente poco corazón . No es buena via para volver a ganarse a Naruto. Ya veremos. También es lo que la puede llevar a tomar malas decisiones desde el punto de vista ético. Esto promete xD
Sasuke verdaderamente necesitará una motivación fuerte para sacar lo mejor de sí. Siempre tuvo la venganza. Ahora qué? No creo que tenga especial interés por ayudar a Naruto ni salvar a la alianza... supongo que como siempre, será un motivo Egocentrista.
Estoy deseando que nos presentes a la loca jefa del primer infierno ^^ otra mas para el harén xD
saludos!
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Mensaje por arminius Dom Mayo 17, 2015 2:23 am

lamento el retraso por el capitulo. lamentablemente estuve demasiado ocupado y ya no tengo internet a la mano para conectarme a diario. aun asi, continuare mis fic y no dejare esta historia tirada.

deben saber que ya tengo medio capitulo hecho y espero poder publicarlo en estos dias siguientes.

una nueva disculpa y espero que puedan seguir acompañando esta historia.
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Mensaje por Eva2.0 Jue Mayo 21, 2015 6:25 am

no te disculpes armin =)
como un amigo me dijo, el tiempo es tirano para todos Wink
mucho ánimo con el trabajo y el fic,
te estaremos esperando!
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Mensaje por arminius Vie Mayo 29, 2015 11:19 am

lamento muchisimo el retraso. hubiese preferido continuar mas seguido pero es lo hay. saludos y espero que les guste la conti...

gracias por sus comentarios, dan fuerzas para continuar.


CAPITULO 25: SILENCIO


La mansión principal de lord Bel, Archidiablo y señor del Avernus, era un complejo con ribetes señoriales y poco de solidez defensiva. Tenía el aspecto más hermoso, entre los edificios del centro. Una estructura de al menos 4 pisos en altura, y con tamaño para competirle a cualquier complejo de veraneo de un señor feudal en la tierra. Había patrullas regulares de guardias diabólicos en los jardines frontales y traseros. También contaba con soldados de vigilancia en cada balcón de cada piso de cada habitación en todo el lugar. El concepto “seguridad” estaba apuntado precisamente a tener un número obsceno de ojos vigilantes rodeando todo el perímetro propiedad de Bel.

La pequeña erinia Biara, no se sorprendió. Su madre le había hablado mucho de esa mansión, ya que las erinias del clan supieron habitarla estando al servicio de lady Zariel. Conocían cada recoveco del lugar, cada puerta secreta, cada sector desde los comedores hasta los cuarteles. Pasando por las habitaciones privadas del lord dominante actualmente, y continuando con su “salón de reuniones”. Sin embargo, tanto Naruto como los Biju tenían una excesiva falta de respeto por el enemigo. Era como si confiaran demasiado en la misión de rescate que tenían entre manos. Al menos Biara lo pensaba así.

-No estará pensando que entraremos ahí…. ¿verdad? –consultó Biara cuando Naruto se quedó mirando la mansión desde una plazoleta cercana, en el centro de la población.

-No pienso que todos iremos. –sonrió apenas el rubio, y se quedó mirando al Biju con ese aspecto tan frio e imperturbable propio de Gaara.

Tanto Nibi como Gobi comprendieron casi al instante. Biara se había pasado horas y horas hablando sobre la mansión propiedad de Bel. Básicamente tenía todo el lujo y aspecto de un lugar poco seguro. Pero la verdadera fortaleza, se hallaba en los cinco subsuelos que estaban por debajo de toda la estructura. Un sinfín de calabozos, cuarteles, armerías y salones secretos. Era como dos mansiones en una. La que todos podían ver desde el centro urbano, y la verdadera, aquella que se hallaba bajo toneladas de tierra compacta.

Irónicamente, esa era su debilidad…

-¿Qué dices Gaara? –Sonrió Naruto al Ichibi- ¿puedes llevarnos atraves de la tierra?

Una de las mejores virtudes que Ichibi había descubierto de sus poderes, era poder atravesar la tierra y la piedra de Avernus como si se tratara de arena. Para ser más técnicos, podía modificar la densidad del terreno al mero contacto. Logrando trasportarse sin dificultades por debajo de la tierra, o atraves de la roca sólida.

-Solo a uno…-anuncio seriamente- consume mucho chakra bajar demasiado.

Mientras Biara giraba su cabecita mirándolos con confusión alternativamente, tanto Nibi como Gobi comprendieron que sería misión de pocos ingresar a los subsuelos y averiguar lo que se pudiera. Si bien podría parecer una pérdida de tiempo esta misión, luego de investigar la estructura de la ciudadela de bronce, pudieron concluir que no hallarían la forma de bajar al segundo infierno, sin tener un guía adecuado. Además de ciertos niveles de “permisos”. Mientras los hombres se dedicaban a intercambiar opiniones sobre lo que harían a continuación, las mujeres tenían otros intereses:

-y esta….mujer….-dijo Nibi fingiéndose descuidada hacia Biara- “Zariel”…. ¿cómo es ella exactamente?

-ah…-dudo la niña confusa- en realidad no lo sé. Nunca la conocí en persona. Madre siempre me ha dicho que era una guerrera brutal. Que había asesinado tantos demonios con su arma, que podía formar una torre de cadáveres con ellos. ¿Por qué pregunta estas cosas Yugito-sama?

-Por nada…


¿Por qué preguntaba? Porque estaba preocupada. La última experiencia de Naruto con mujeres hermosas, había sido peligrosa. Las erinias casi lo habían destrozado. Y lo último que Nibi deseaba, era otra fémina en el camino de Naruto, que pudiera querer tomarlo. Para peor, si estaba encerrada y aun después de tanto tiempo no había muerto, ¿Quién sabe cuánto poder tendría? En cuyo caso, ¿era buena estrategia buscar liberarla? A Nibi cada vez le desagradaba mas esta idea loca de sus hermanos y de Naruto.

Y le gustó mucho menos, cuando Gaara sin advertencia previa apoyó una mano en el hombro de Naruto, y ambos se deslizaron hacia el interior de terreno desapareciendo como por arte de encantamiento. Ellos dos solos, iban a visitar a la tal Zariel. Cualquier cosa podía pasar a partir de ese momento. Sin embargo, Gobi había estado más atento a los recientes viajantes, así que se volvió a las dos mujeres y les dijo:

-vámonos….-serio y frio como siempre- nosotros también tenemos trabajo. Una revuelta no se organiza sola.



****************************


El asunto podía ponerse mucho peor…

Aun cuando la dureza de la actual guerra fuera suficiente, siempre se podía poner peor. Sasuke tenía una mano y una pierna inutilizadas. Lo estaban trasladando de regreso a los territorios dominados por la alianza. El equipo de ninjas que lo escoltaban, jamás lo habían visto en ese estado de “vulnerabilidad”. De las misiones donde lo observaron luchar anteriormente, habían concluido que pocas criaturas podían plantarle cara al Uchiha y salir bien libradas. ¿Pero herirlo de esa forma? No parecía posible.

Entonces…

¿Qué clase de Kunoichi podía hacerle este daño? ¿Habrá sido alguna especie de trampa de Orochimaru? Poco importaba en realidad. La actitud silenciosa y despreocupada del capitán en cierta forma tranquilizaba a sus acompañantes. Era cierto que estaban retornando sin recuperar ninguno de los renegados, pero estaban vivos. Con vida, a pesar de haber estado persiguiendo a un sujeto tan terrorífico como Orochimaru. Era mejor suerte, que la de decenas de cazadores especiales ANBU a lo largo de muchos años. No por nada, el Sannin de las serpientes estaba en los primeros lugares de todos los libros Bingo de cada país. O al menos lo había estado durante décadas.

De pronto, todo lo creían del mundo en específico comenzó a cambiar. Dos de los Shinobi cargaban a Sasuke para ayudarlo a saltar entre los árboles. Y el restante adelantaba al grupo para guiar en la ruta de retorno al campamento de la alianza. Pero un olor putrefacto comenzó a rondarles de manera poderosa. Era tan fuerte que parecían estar llegando a cementerio de tumbas abiertas. Fue realmente impactante para todos los del grupo. Y en cierta manera, no estuvieron lejos de esa realidad:

-Ca….capitán….-susurró el guía que se detuvo casi al salir del bosque- no avancen más…

Los dos que ayudaban a Sasuke a trasportarse, abrieron los ojos y la boca con terror. El espectáculo de una aldea destruida ya lo habían visto demasiadas veces, pero está en particular, tuvo un aspecto tan siniestro como jamás habían conocido.

-cadáveres…-balbuceó uno de los ninjas espantado- cadáveres que…caminan.

Ya habían presenciado resurrectos del Edo-tensei en la anterior guerra. Pero aun muertos, aquellos revividos conservaban mucho de lo humanos que supieron ser. Este caso era distinto. Los cadáveres estaban desgarbados y babeantes. Sus ojos exhibían una luz verde de ultratumba por las cuencas y se movían como un grupo de perros salvajes buscando entre los despojos de un pueblo su alimento. Vieron en directo como un aldeano, defendiéndose con una pala de 5 muertos vivientes, fue sometido en el suelo y comenzaron a devorarlo como si se tratara de un animal. Y ese sujeto gritó, lo más fuerte que su desesperación pudo conseguir, pero eso no detuvo al grupo que desgarraron su cuerpo y comenzaron a ingerir sus vísceras sin detenerse a rematarlo. Otros aldeanos corrían en los alrededores, perseguidos por más muertos vivientes y sobre los techos de las casas incendiadas, figuras fantasmales arrastraban cadenas brillantes y chillaban de una manera aterradora.

-¡tenemos que…!-quiso gritar uno de los ninjas, tal vez enloquecido por la escena.

-¡Silencio! –Le ordenó Sasuke serio- ellos son demasiados. Y no son demonios o diablos precisamente.

Era cierto, ante los ojos del grupo, minutos después de una muerte horrible, el sujeto del que varios habían comido, se fue poniendo de pie y ya no era él precisamente. Tenía el mismo fulgor verde en donde supieron estar sus ojos, y tenía hambre. Tal vez un apetito que jamás había conocido. Era uno de ellos ahora, lo habían devorado y era uno de ellos.


El equipo ninja no sabía qué hacer. De haber estado el capitán en buenas condiciones, probablemente hubieran atacado a esas criaturas en busca de respuestas. Pero Sasuke tenía escasa movilidad en estas circunstancias, y seguramente necesitarían salir corriendo de un momento a otro.

-en silencio….-le ordenó Sasuke con frialdad- tomaremos otra ruta. Regresemos por el bosque y rodearemos hacia el este.

-Hai…-respondieron al unísono los Shinobi, y reemprendieron la marcha alejándose de la destrucción.


Rato después, cuando se habían alejado lo suficiente de ese zona de guerra. El guía del equipo acortó distancia con su grupo y mirando a Sasuke con claro temor consultó:

-Capitán… ¿Qué ha sido todo eso?


Sasuke no solía responder preguntas tontas. Incluso se negaba a hablar aunque la interrogante fuera necesaria. Pero este asunto en particular, tenía todo el matiz de un problema al por mayor. Los hombres debían saber, al menos en parte lo que podía estar ocurriendo.

-esas criaturas no parecen demonios o diablos. –Anunció Sasuke- y al atacar ese pueblo, nos indica claramente que tampoco están peleando de nuestro bando.

-son muertos vivientes…

-¿Edo-tensei? Tenía entendido que no se podía invocar almas en…

-No…-admitió el Uchiha- no tienen chakra manipulando los cuerpos. Esas criaturas parecen una pandemia, en lugar de un jutsu.

El resto del equipo guardó silencio. Nadie se atrevió a repreguntar por la última frase. Razonablemente, las criaturas habían “trasmitido” su estado mientras devoraban la carne de su víctima. Tal vez el mero contacto físico trasformaba a un persona en un no-muerto. Posiblemente la mordida, u otra manera a investigar. ¿De dónde habían salido? ¿Quién las controlaba? ¿Atacaban solo a humanos? ¿Cómo se detenían esos cadáveres caminantes?

-como sea…-le dijo Sasuke a su equipo- debemos regresar al campamento e informar lo que vimos. Presiento que esta guerra acaba de abrir un tercer frente.

Era un buen plan proverbial. Regresar a la base y después con más tropas atacar a esas criaturas desde la seguridad del número. Por supuesto, aun desviando la ruta y ya caída la noche, cruzaron por el bosque con otro grupo de las mismas criaturas. Una batalla, para ser precisos. Un grupo de “sacerdotes” tal vez, vestidos con togas blancas y actuando como protectores de una bella mujer, intentaban repeler a una fuerza de al menos 80 monstruos. Extendían una especie de medallón y emitían un brillo blanco logrando mantener a raya el avance de los podridos.


Sasuke y su equipo, observaron cómo los muertos vivientes retrocedían. Al menos los de apariencia más débil. Ya que detrás de las primeras líneas de cadáveres caminantes, había algunos más, de aspecto más poderoso y horrible.

-¡Retrocedan hijos de Orcus! –Gritaba la mujer con aspecto debilitado- ¡serán purgados por la luz eterna de los cielos!

-Reeeeeeaaaddddiiiiiiiiinnnnn- gritaba visceralmente algunos de los muertos vivientes más grandes, y señalaban a los sacerdotes incitando a las tropas a continuar la cacería.

-¿Qué rayos estamos viendo? –preguntó uno de los ninjas junto a Sasuke, cuando aún no se decidían a mostrarse a la vista de los demás.

-Esa mujer…-dijo Sasuke- emite grandes cantidades de chakra. Pero pronto se quedara sin nada. Son demasiados para ella. Los que la protegen están peor.

Decidieron intervenir. Tenían que conseguir salvar la vida al menos a uno de esos sacerdotes. Básicamente, esos jutsu que intentaban contra los no-muertos, parecían bastante efectivos y serian de utilidad. El equipo guio a Sasuke Uchiha para dejarlo junto a la princesa en la retaguardia, luego, se dividieron por el campo y atacando por los flancos evitaron a los muertos la posibilidad de rodear a los humanos. Principalmente, apelaron a las técnicas de fuego para fulminar a sus rivales. Los zombis no eran rápidos, aunque insistentes. Incluso incendiados avanzaban en buscan de devorar a los enemigos.

Los minutos dieron paso a las horas. Incluso cuando Sasuke ayudado por uno de sus hombres utilizaba el poder de Sunsanoo para dañar a la distancia, los enemigos no parecían sufrir agotamiento o dudas. Estaban muertos, y aunque bastante “básicos” en sus formas de ataque, también poseían la ventaja de nunca necesitar un descanso. En un combate de desgaste, terminarían por vencer. Y desde los bosques, los antes habitantes de los poblados cercanos, se sumaban a la horda de podridos aumentando la tarea de los humanos en la contención.

Finalmente, atraparon a 4 de los hombres. 1 Shinobi y 3 sacerdotes que defendían el centro. Eso obligó al resto de los sobrevivientes a iniciar una retirada. Detrás de la gruesa columna de cadáveres caminantes, había al menos 4 que destacaban en aspecto y poder. Rostros cadavéricos como las tropas, pero vestidos con suntuosos trajes de lujo. De brazos cruzados como postura clásica, estas criaturas dirigían a sus “hermanos” más pequeños con la simple mirada. Las cuencas de sus calaveras enseñaban una luz verde y cruel, mientras que sus cuerpos exhibían dos armas visibles. En la cintura, una espada larga, y del otro lado, un enorme tomo de libro que flotaba entre cadenas provenientes de la armadura ceremonial que poseían. Sasuke y los ninjas no lo sabían, pero por primera vez estaban enfrentando a unos Liche.

¿Cómo fueron capturados y devorados los humanos si eran más rápidos que sus perseguidores? Esos Liches en retaguardia, habían estirado un brazo por breves momentos y de la nada, hicieron aparecer una especie de báculo de la nada misma, con el cual lanzaron un disparo de luz fantasmal directo al cuerpo de los recientes caídos. Luego de ese ataque a distancia, el ninja y los 3 sacerdotes cayeron de rodillas como si sus cuerpos pesaran una tonelada. Gritaron, pidieron ayuda, pero el resto de sus compañeros no se dieron cuenta hasta quedar demasiado atrás para asistirlos. Fueron rodeados, atacados, y devorados entre gritos de agonía.

-¡Retirada! –ordenó Sasuke, y aunque los sacerdotes no le obedecerían en circunstancias normales, el terror había ganado en sus corazones como para esperar a pie firme la decisión de la princesa- ¡todos deben salir de aquí!


Luego de ello, los ninjas se agruparon detrás del capitán, y los sacerdotes rodearon a Shion que por instinto que también se alineó con los Shinobi de la alianza. Entonces, Sasuke utilizó una buena parte del chakra que conservaba para desplegar un…

-¡AMATERATSU!

Unas lenguas de fuego oscuro surgieron frente a las tropas de muertos. Inconscientes, completamente ajenos a lo que podía sucederles, esas criaturas avanzaron contra la pared de flamas negras y al mero contacto fueron atrapados. Sin embargo, siguieron avanzando sin muestras claras de dolor o confusión. Lo cual no evitó que el fuego negro los continuara consumiendo hasta que sus piernas podridas no pudieron sostenerlos y cayeron al suelo entre chillidos de rabia y manotazos inútiles. Sasuke sentía mucho dolor, su chakra estaba bastante castigado y su cuerpo había sufrido el trajín del viaje. El tobillo herido le dolía horrores, y su mano apenas si comenzaba a recuperar algunas sensaciones. No podía combatir cuerpo a cuerpo, y tampoco trasladarse solo en buena velocidad. ¡En menudo problema estaba metido por culpa de Sakura!

La muchacha le miraba, Sasuke no recordaba haber visto a mujer tan hermosa como esa. Cabellos de oro, gestos delicados, y un poder espiritual increíblemente atrapante. Estar cerca de ella, ya producía un bienestar difícil de describir. ¿Sería su chakra? ¿Sería alguna de sus habilidades? La pierna de Sasuke dolía menos junto a esa mujer, y su mano comenzaba a recuperar la sensación del tacto.

-te he visto en mis sueños….-anunció la muchacha seriamente- el guerrero con los ojos poderosos.

-estupideces…-dijo Sasuke, que sin dudas nunca caería en esos trucos de predicadores- solo has tenido suerte que estuviéramos por aquí.

-temo que no…-sonrió ella con tristeza mientras todo el grupo se alejaba de la zona donde los muertos se consumían por el Amateratsu- ustedes han tenido mala suerte.

No pudieron terminar de preguntarse ¿Qué quiso decir? Cuando frente a ellos se desprendía otra batalla con la que podían contar. Tropas de demonios, luchando desesperadamente contra cadáveres caminantes. Rodeados, muriendo poco a poco. Algunos soldados demonio cayendo incluso antes de ser vencidos por los zombis. Sus cuerpos infectados, con una extraña coloración púrpura. Y dirigiendo a las tropas de no-muertos, un sujeto cubierto por una toga negra. Disfrutaba el espectáculo, como si nada de este mundo le importara lo suficiente más que observar la matanza.

Sasuke y los demás, estaban en una zona de bosque entre dos batallas. Y solo les quedaba un camino por elegir. Todo directo, entre las arboledas y en silencio. Evitar ambas batallas pasando por el flanco. Guardar silencio, y rezar que sea suficiente la atención del enemigo en asesinar a otros.

-estamos atrapados…-dijo la princesa y la mirada de sus sacerdotes denotaban absoluta confianza en esas palabras- rodeados, por ejércitos de la muerte. temo que la alianza Shinobi no pueda ser advertida de esto.

-Eso veremos…-apuntó Sasuke arrogante- no seremos presa fácil. Ustedes…-les ordenó a los dos ninjas que aún le acompañaban. Tienen una nueva misión. Usen sus invocaciones o la forma que sea para regresar al campamento. Los Kage deben prepararse para esto.

-Pero…capitán…-dudo uno de ellos, mientras le miraba la pierna que sangraba atraves de la venda- usted no puede…

-Me quedo aquí… –señaló Sasuke- usaré todo mi poder sin restricciones. Atraeré el fuego mientras ustedes desaparecen. Es una orden…. Y no se atrevan a fallar.



*******************************************



Muy abajo. A metros y metros de la superficie…

En el centro del quinto subsuelo…

Una celda oscura de 10x10 metros. Y en esa prisión infernal, Lady Zariel estaba confinada con cadenas espinadas, hechas de sus propios huesos. Una habitación que tenía series de grilletes y cadenas cruzando de lado a lado la zona, dejando a la prisionera sentada sobre una piedra en el centro del lugar.

Zariel tenía el aspecto de un ángel caído (si bien no lo era exactamente), con dos grandes alas negras siendo su figura la de una mujer humanoide delgada y elegante. Su cuerpo estaba vestido con múltiples adornos de hierro punzantes por ambos lados, lo que la hacía sangrar constantemente. Sin embargo, esto no le hacía mucho daño, debido a su antinatural capacidad de regeneración lo que le daba su temible título de “Dama de Acero”. Debajo de una capucha negra, surgían de la frente de un rostro bello, dos cuernos curvados hacia atrás. Y sus orejas eran puntiagudas como las de un elfo, completando el cuadro de su aspecto unos ojos profundos, siendo dos orbes negros sin brillo.

Regularmente, a la prisión de cadenas y el confinamiento de la celda oscura, se le agregaban medidas de tortura invariables. Por ejemplo, se les aplicaba un tipo de veneno especial, proveniente de los señores del foso. Una sustancia suministrada todos los días, que la debilitaba enormemente, impidiéndole siquiera moverse. Además, dos diablos de la Sima (la máxima categoría de los diablos) Yeddikadir y Nalebranc, sirvientes de Bel. Se ocupaban de arrancarle trozos de su carne para alimentar a su señor. Logrando con el paso del tiempo y la rutina, hacerlo más fuerte con la energía mágica robada a Zariel.

Ni siquiera recordaba cuantos años había estado atrapada ahí. Su mente se debatía entre no mostrar debilidad ante sus carceleros, y evaluar con pasmosa exactitud todos los errores que la llevaron a perder el puesto como líder del primer infierno. Su furia aún era intensa. Aunque ella no la expulsara en ese estrecho lugar.

Algún día lograría escapar. Algún día encontraría a la guardia suficientemente confiada como para aflojar la vigilancia. Zariel había notado en los gestos y movimientos de sus carceleros, que mes a mes fueron perdiéndole miedo. Al principio de su confinamiento, ni siquiera se acercaban. Ahora ingresaban a la celda y dejaban la puerta abierta. Se acercaban demasiado, en números bajos y confiados. Ya no le apuntaban al cuello con armas filosas, mientras le quitaban pedazos de su cuerpo.

Zariel había sufrido muchísimo los primeros años. A su destitución del mando en los ejércitos de Avernus, se sumó una serie de medidas para destruirla poco a poco. Y nada tuvieron de piadosas estas maniobras. Ella, tenía en sus habilidades de combate una increíble capacidad de regeneración corporal. Podían cortarla, podían golpearla. Pero siempre su fino cuerpo se recuperaba. En aspecto, parecía una joven excesivamente delicada físicamente. Pero su poder personal, nada tenía que ver con lo “delicado”.

Entonces, el comienzo de las torturas fue abrirle el cuerpo a canal, y sacarle parte de sus huesos. Su cuerpo se regeneraba, manteniéndola con vida a pesar de la horrible práctica. Día con día, Zariel era sometida a la misma técnica. Para luego formar una serie de grilletes y cadenas que la mantendría atrapada hasta la muerte. Y no era intensión de los diablos, en especial el nuevo líder llamado Bel, que tuviera esa mujer una muerte rápida. Podían pasar siglos, antes de haberle consumido el cuerpo y los poderes. Sería una tortura milenaria.

-¿Cómo se encuentra su majestad el día de hoy? –Le dijo uno de los carceleros esa jornada especial- hace semanas que tenemos una amable charla. Ja ja ja.

Los guardias regulares reían. Ya no le tenían miedo. Esa mujer pudo ser muy poderosa hace años. Pero ahora estaba cubierta de cadenas y grilletes. Su asombrosa capacidad de regenerarse, no le servía más que para sobrevivir a que le arrancaran a diario, trozos de su cuerpo para alimentar a Bel.

Como siempre le quitaron partes de sus muslos, también de los brazos y el vientre. En donde cortaban, pronto la piel se volvía a recubrir como por arte de magia. El dolor sin embargo, estaba ahí. Pero Zariel ni siquiera emitía un gruñido. No les daría la satisfacción de que la vieran sufrir. El sujeto que se llevaba partes de su cuerpo se retiró del lugar. Los guardias cerraron la celda y la dejaron sola. Antes dejaban al menos uno de los diablos poderosos cuidando la puerta. Ahora, en la actualidad no veían necesario ese cuidado. Zariel no tenía fuerzas ni para moverse, menos aún, para romper las cadenas hechas con sus propios huesos.

Ese día, como tantos otros, ella quedaría sola y atrapada en ese lugar. Tratando de guardar toda la energía que pudiera reunir. Esperando, en la oscuridad.

-buenas…-le sonrió Naruto Uzumaki, surgiendo junto a Ichibi, del mismísimo muro de roca solida- me preguntaba si llegaríamos al lugar correcto. ¿Tú eres Zariel?

Ella los miró de una forma extraña, con una neutralidad que escondía un estallido. A Naruto le pareció en esa mirada, estar viendo una versión diabólica de la quinta Hokage. Solo con la mirada podía enviarte al infierno. A Ichibi le importaba poco y nada. Estaba ansioso por continuar la búsqueda de sus hermanos extraviados, pero entendía que esta situación era un paso necesario para conseguir el objetivo general.

-tomaré ese silencio como un “si”. –Prosiguió el rubio- pasábamos por el lugar, y se nos ocurrió visitarte. Las erinias me han dicho que no sueles hablar demasiado.

-¿Erinias? –Susurró la mujer firmemente, su voz no parecía debilitada, a pesar de su aspecto inmóvil- ¿eres un esclavo de las erinias?

-No precisamente. –Respondió el rubio- diría más bien….que soy un amigo.

-¿A…migo? –Dudo la mujer mostrando confusión- ¿esa palabra que significa?

-bueno….etto….-se rascaba la cabeza Naruto con una gotita en la cara- es como ser un aliado pero…

-lo contrario de “enemigo”. –definió Ichibi tan frio y parco como siempre- ¿Cuántos guardias hay aquí dentro?

-no podrás con ellos niño extraño…- le dijo Zariel viendo como “Gaara” caminaba hacia la puerta de celda, y lograba atravesarla convirtiéndose en arena levemente- son soldados disciplinados y entrenados para evitar que…

Gaara desapareció por el pasillo, y segundos después comenzaron a escucharse gemidos bajos y crujidos de huesos. Naruto sonrió algo divertido. No había cosa que cabreara más a Ichibi, que alguien le dijera que no podía vencer a otro.

-él se va a encargar…-definió Naruto apenas- y me toca sacarte de aquí. Después de todo, las erinias son mis amigas. ¿Quieres ver lo que significa esa palabra?



***********************************************


Lo último que Sasuke Uchiha pudo hacer, fue derrumbar la entrada de una caverna antes de caer agotado. Del grupo que había quedado junto a él y Shion en medio de las hordas de no-muertos, solo la princesa había logrado sobrevivir con el Uchiha. Sasuke y Shion, tuvieron que retroceder combatiendo hasta lindar con unas colinas. Se introdujeron en una cueva, con Sasuke apenas sosteniéndose con el apoyo de la sacerdotisa. Habían agotado prácticamente todo el chakra, y los sacerdotes restantes fueron cayendo en los sucesivos combates en el medio de la retirada.

Sasuke había intentado atraer sobre sí mismo toda la atención de los cadáveres. Logrando con ello, que el resto de su equipo Shinobi pudiera escapar hacia tierras dominadas por la alianza. No estaba seguro si lo habían conseguido, pero él tampoco podía hacer mucho más por esa causa. Ahora, carente de chakra y muy adolorido con su tobillo maltrecho, estaba atrapado en una cueva de entrada derrumbada, con una sacerdotisa de vaya uno a saber qué origen.

-este lugar es muy antiguo…-dijo la joven mirando los muros extrañamente tallados- creo que encontramos otro sitio sagrado.


Sasuke no le atendía, simplemente utilizaba sus últimas fuerzas físicas para amontonar algunas ramas secas a la mano. Y dejándose caer pesadamente al suelo, uso un poco de chakra Katon para encender una fogata. Era todo, oficialmente estaba fuera de combate. El puñetazo de Sunsanoo para derribar la entrada a la cueva, y el encendido del fuego, habían sido lo último que podía hacer. Muchos muertos, demasiados. Y estaban encerrados en un lugar del que probablemente no podrían salir con vida.

Afuera, las criaturas que les habían perseguido por kilómetros rondaban la zona. El derrumbe detuvo su avance, y aun se escuchaban los chillidos guturales de algunos muertos, buscando a las esquivas presas que se habían fugado. Sasuke, solo podía esperar que esos malditos no pudieran atravesar la roca en varias horas. Debía tomar un respiro, después de tanto esfuerzo al moverse herido, y tanto chakra consumido en batalla.

-lo siento…-dijo la joven acercándose al fuego y sentándose sobre sus piernas con delicadeza- mi nombre es Shion. Soy la sacerdotisa de la aldea del demonio.

-Uchiha Sasuke…-respondió el moreno- de Konoha.

Al decir eso se sintió extraño. Era una forma de identificar su origen ciertamente, aunque en su interior no se aferrara a esa descripción. ¿Aún era de Konoha? Después de tanta sangre y tantas guerras. Después de tantas muertes habidas y por venir. Uchiha Sasuke solo sabía que era parte de un clan unipersonal. Un clan de un solo integrante con vida. Y difícilmente aun de Konoha, aunque hubiese sido su lugar de nacimiento.

-¿Konoha? –consultó la joven acercándose al tendido Shinobi y comenzando a revisar sus heridas- una vez conocí a un grupo de ninjas provenientes de ahí.

Y comenzó a relatarle los eventos que la llevaron a encontrarse con Naruto. Aunque no había dado el nombre del rubio, o aun de Sakura, algunos de los detalles que fue exhibiendo le hicieron pensar a Sasuke que se trataba de ellos. El otro era un Hyuuga, aunque la joven no había dicho quién. Incluso alguno más, pero eso al Uchiha le importaba poco.

-tu chakra se convierte en luz….-le dijo cortándole los parlamentos de la historia a la mujer- ¿Por qué?

Ella sonrió, algo triste y sorprendida. Luego observó a los ojos del moreno, comprendía que los ojos de poder podían haberle mostrado más que a los otros. Mientras atendía el tobillo magullado, tratando de reforzar los vendajes y usar alguna técnica que aliviara la presión en esa zona, Shion comenzó a describir lo que la había tenido ocupada los últimos meses.

-mi aldea fue arrasada por los demonios. –Señaló la rubia- mis guardianes personales, lograron salvarme introduciéndome en pasadizos secretos bajo la tierra. En uno de ellos, encontré más que un refugio. Una cueva antigua, tan arcaica como el mundo mismo. Había pergaminos, grabados en las paredes y secretos ocultos. Secretos….que me llevaron a comprender el origen de estos ataques.

A Sasuke podría no haberle interesado para nada esta charla. Pero lo cierto era que las manos de Shion emitían un aura que estaba aliviándole la inflamación del tobillo herido. Y sumado a ese saludable avance, el final de la frase revelaba que esa mujer podía tener claves para vencer en la guerra. A veces, no hay nada más valioso que la información sobre los rivales. Sakura Haruno, le había dado una buena lección sobre ese punto.

-La historia que esa cueva contenía, las técnicas y sobre todo la información revelada, tiene comienzo hace demasiado tiempo atrás.

-¿Cuánto exactamente?

-antes de los mitos sobre el árbol sagrado. –Sonrió la joven triste- una guerra madre, de todas las que siguieron a la aparición del Juubi.

-los demonios son más antiguos que el monstruo entonces. –Añadió Sasuke fríamente- no me sorprende.

-aún hay más…-señalo Shion- según los grabados antiguos- demonios y ángeles luchaban en nuestra tierra desde tiempos antiguos. Usaban este mundo como su campo de batalla. Venían atraves de portales, que se abrían eventualmente entre los cielos, los infiernos y nuestra tierra.

-¿Cuántos mundos? ¿Cuántos cielos o infiernos?

-según los muros de esa cueva, -prosiguió la princesa seriamente- existen 6 orígenes. Dos mundos infernales. “los nueve infiernos de Baator” dominados por diablos. Con un alineamiento energético Legal-Maligno. “las capas infinitas del Abismo” lugar de origen de los demonios. Con un alineamiento Caótico-maligno.


A Sasuke todo le sonaba como cuento chino. Pero tenía que admitir que los últimos meses habían puesto a prueba su capacidad de creer, al ver los monstruos más raros de su vida. ¿Cómo no podía existir todo lo que esta chica describía? Después de todo, información era información. Al menos podría tener algo nuevo para combatir.

-nuestro mundo…caótico-neutral. –añadió la joven- y el Nirvana, a donde se supone que nuestras almas van después de morir. Legal-neutral. Además…

-¿además?

-existen dos mundos divinos. –Proseguía Shion- “Los campos benditos de Eliseo” de alineamiento Caótico-bueno. Y los “siete montes de Celestia” que son Legal-bueno. Esos son los seis mundos del cosmos. Son planos de existencia que coexisten. Aunque no en paz, me temo. Como hemos visto demonios y diablos. También existen ángeles.

Era demasiado. Para Sasuke que jamás había creído en algo más allá de su mirada, era demasiado. Estaba cansando, herido y enterrado en una cueva perdida en medio de la nada. Estaba rodeado de no-muertos, luego de haber combatido demonios y perseguido a un sujeto como Orochimaru, que parecía todo menos humano. Había sido herido por Sakura Haruno, y para colmo el imbécil de Naruto se había desaparecido a vaya a saber qué mundo. Era demasiado para Sasuke Uchiha. Demasiada información.

Y la cosa se ponía aun peor…

Unos chillidos se escucharon más fuertes en esa caverna. Shion dio un respingo y ambos miraron hacia la entrada clausurada. Las rocas se movían, vibrando como si alguien excavara del otro lado. Pronto ellos entraría al lugar. Pronto atravesarían las piedras y seria el fin. Shion podía detenerlos un poco más, pero su constitución física era aún delicada para un combate prolongado. Ella había hecho un gran esfuerzo entrenando para luchar. Pero más allá de manipular mejor su chakra, físicamente aún seguía siendo una joven civil prácticamente.

-no tengo chakra….-dijo Sasuke serio como siempre- y mi pierna ya no resistirá otro intento de retirada.


-Lo sé, Sasuke-san…-sonrió ella acercándose y el fuego que estaba cercano casi se había consumido. Pronto ambos esperarían su muerte en la completa oscuridad- lamento haberlo forzado a combatir esta guerra.

En realidad no había sido culpa de Shion, pero Sasuke entendía que era pérdida de tiempo aclarárselo. ¿Qué más daba? Ambos iban a morir y tal vez convertirse en esos cadáveres podridos caminantes. Solo cabía esperar que los ninjas de su equipo, hubiesen podido escapar del combate y avisar a la Hokage lo ocurrido. Era todo, Uchiha Sasuke se retiraba de la guerra.

-estuve buscando esta cueva durante semanas…-dijo susurrando Shion mientras se arrodillaba tras Sasuke y lo rodeaba con sus brazos por el miedo- pero ahora….es tarde…

Sasuke solo pudo pensar en su hermano Itachi. Le había fallado completamente. No pudo proteger Konoha, y tampoco restaurar su clan. Había sido un fracaso, a pesar de sus esfuerzos por reparar el daño causado. Ahora iba a morir, y nada podía evitarlo. Se sentía tan cansado, que estaba quedándose dormido en el estupor.

-Sasuke-san…. ¡Sasuke-san! –escuchaba el reclamo de la joven sacerdotisa. Demasiado bonita para estar metida en ese lio. –Sasuke-san despierte por favor….

Pero ya se iba, ya se estaba retirando. Sentía ganas de descansar, ganas de escuchar solo el silencio. Como en su mansión cuando era un niño. Como su cuarto en las cavernas de Orochimaru cuando joven. Como su carpa del campamento durante sus descansos de la guerra. Solo silencio. Y nada más.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Eva2.0 Mar Jun 02, 2015 8:35 am

Wow que buen capítulo!! Me sorprendió el final. Con lo invencible que parecía Sasuke y tuvo la mala suerte de toparse con los no muertos en su momento más vulnerable. A ver cómo los sacas de ahi. Muy interesante esa parte.
Naruto continúa haciendo amigas ^^ supongo que la corazonada fe Nibi será cierta... al rubio le van a absorber todo el chakra otra vez xDD
saludos!
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Mensaje por Mat, Jue Jun 04, 2015 6:02 pm

Un gran capitulo y ya sacaste a la nueva viola zorros de la serie, cuanto falta para que ese chance le llegue a sakura? XD

Pobre sasuke, invasion zombie... la vdd los zombies jamas se me han echo seres de temer en ninguna pelicula ni saga y aca no es la excepcion, a ver como sale el siguiente capitulo pero me parece poca cosa para que sasuke caiga

Espero el siguiente capitulo!
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Mensaje por masterblade Vie Jun 05, 2015 9:33 am

Muy bueno tu fic, como siempre un gran desarrollo en cada capitulo y en la trama de tus historias.
Me gusta esas series que "redimen" a Sasuke y no lo dejan como el "emo ciego por venganza" y a Sakura como la debil que siempre tiene que ser salvada.
Espero con ansias el siguiente capitulo.
saludos.
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Mensaje por arckangelblack Mar Jul 07, 2015 2:17 am

exelentes capitulos, recien pude ponerme al dia en toda tu historia, las cosas van por buen camino ojala continues pronto la historia, ya estoy con ganar de ver a anko en la historia, hasta ahora no le diste buena participacion
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Mensaje por Alex-Flyppy Jue Jul 09, 2015 9:27 am

Vaya, vaya....... Hubo muchas actualizaciones en vdd desps de mi ultima visita amigo (Aunqe habia estado bastante ocupado tanto en mis estudios en la U como en el trabajo), la historia ha avanzado espléndidamente y muy bn redactada.

Sasuke y Shion unieron sus caminos al enfrentarse a este nuevo enemigo que son los zombies que fueron creados por los misteriosos necromantes.

Ya quiero ver como Naruto rescata a Zariel de esa fortaleza demoníaca, mientras que Sasuke y Shion se salven de alguna forma de ser comidos por los zombis.

Espero pronto la Conti; Suerte y Ja-Ne.
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Mensaje por arminius Sáb Jul 25, 2015 7:40 pm

capitulo corto. pero si seguia retrasando la publicacion ya no lo hacia mas. lamento el retraso en actualizar.


CAPITULO 26: LA HISTORIA DETRÁS DE LA HISTORIA


La revolución duró aproximadamente tres días…

Cuando Lady Zariel salió de los subsuelos que oficiaban de prisión, los guardias que custodiaban cada sector de la mansión tuvieron dos reacciones tajantes. Hubo los que se replegaron sobre si mismos para reunir un número de soldados mayor. Y los otros, que decidieron soltar sus armas y huir de la mansión donde el Archidiablo Bel, intentaba mantener el dominio a toda costa.

Naruto se sorprendió bastante. Las tropas que lograban combatir las influencias de la arena del Ichibi, se encontraban con una Zariel caminando lentamente y mostrándose debilitada. Aun así, le tenían un terror visceral. Nadie se puso al alcance de su espada en cuanto y en tanto tuvieron por donde huir. Naruto caminaba junto a la diablesa. Acompañándola y notando que su aspecto físico de carácter frágil, no condescendía con una fuerza fuera de los cabales. En cierta forma, le hacía acordar a su ex-compañera Sakura Haruno. Aunque en constante mal genio en el caso de Zariel.

Tres guerreros de aspecto humanoide la atacaron. Ella contaba tan solo con una fina espada que había levantando del suelo en algún subsuelo mientras ascendían. Y no solo anulo a sus rivales con un manejo de la esgrima difícil de imaginar, sino que les cortó la cabeza en movimientos simples y despreocupados. Naruto no pudo más que sonreír. Esa mujer era mucho más de lo que aparentaba a simple imagen.

-insectos….-susurró la diablesa en lenguaje infernal- mal entrenados, sin disciplina. –dijo enojada y continuo avanzando.


Mientras Naruto, Zariel y el Ichibi surgían piso tras piso para llegar a la planta baja de la mansión. En las afueras Nibi y Gobi habían causado el caos. El asunto era llamar la atención de la guardia de la ciudad. Por lo que Gobi, se movió por un par de bares para contratar a clanes de diablos, con la misión específica de que atacaran a otros. Les pagó por adelantado, con monedas de oro obtenidas en la mansión de las erinias. Entonces, comenzaron pequeñas guerras en cada calle interna donde esos clanes se encontraban. Nibi hizo su parte también. Se llevó a Biara a una armería, donde sedujo a un diablo de la Sima poderoso que esperaba retirar sus armas encargadas al dueño del lugar. Luego la astuta gata, esbozando una excusa cualquiera se trasladó a un local distinto, donde realizó la misma acción con otro poderoso diablo. ¿Conclusión? Ambos machos se trabaron en batalla. Destruyeron varios locales y continuaron su disputa por la hembra en medio de una plaza central. Ambos eran líderes militares, por lo que sus tropas también se cruzaron en combate feroz, que se puso aun peor con la intervención de la guardia de la ciudad.

Caos afuera de la mansión, caos adentro en la zona de prisiones.

En los primeros embates, Naruto se contuvo todo lo posible para no asesinar a nadie. Intentaba solo escoltar a Zariel, dejando la ofensiva en Ichibi que parecía mantener la situación bajo control. Pero combate tras combate fue liberándose. La sed de sangre era intensa. ¿Sería el ambiente? ¿Sería su brazo? Poco a poco dejó de importarle. Para cuando llegaron a la planta baja de la mansión, Ichibi se había trasformado en el nuevo escolta de la diablesa, mientras Naruto avanzaba por los pasillos adelante, arrasando a cuanto rival lo enfrentaba.

Finalmente, en el salón principal del lugar, Naruto y quienes lo acompañaban se encontraron de frente con Bel. El diablo musculoso y tan alto como una estatua, tenía la piel curtida de batallas pasadas. Su espadón empuñado por la derecha, y amenazaba con un aura maligna. Zariel sonrió a su antiguo lugarteniente. A pesar de tener toda la ventaja de la localia, había fallado al intentar contener el escape.


-Parece que la mitad de la guardia ha huido…-añadió Zariel satisfecha, mientras Naruto a pocos pasos delante de ella miraba con fijación a sus enemigos- se han salvado de morir.

-Mis guardias están conteniendo unos disturbios en el exterior…-aclaró Bel serio- mis escoltas personales y yo, nos bastamos para mandarte a tu celda nuevamente mujer.

Los guardias de Bel eran unos diablos con aspecto humanoide, que portaban armaduras de metal azul. Todos tenían escudo y espada. Todos físicamente imponentes, se veían solidos como rocas. Con un número de 8 guerreros, rodeaban a su señor a la espera del combate contra la ex–líder. Zariel era orgullosa, mas también contaba con una inteligencia táctica sobresaliente. Sabía que su actual estado físico no le permitía acabar personalmente a sus enemigos. Así que decidió usar a sus “amigos” tanto como para debilitar rivales, y además observar mejor las habilidades de sus acompañantes.


-Humano….-susurró la diablesa sonriendo perversa a Naruto- no hay mayor respeto para mí, que a los guerreros poderosos. Destruye lo que está frente a ti….y tendrás una aliada en mí. Lo juro por mi sangre.


Naruto sintió un escalofrió enloquecedor. Todo su cuerpo desprendía una energía extraña que comenzaba a expandirse. Cubierto por ese manto de chakra negro, atacó con ferocidad a sus enemigos que resistieron hasta donde pudieron. El brazo diabólico era tan duro como el mismo acero. Podía dar impresionantes puñetazos que doblaban la resistencia de los escudos, y desplegando sus clones combinados con el poder del Rasengan, en pocos minutos toda la guardia especial del diablo Bel cayeron muertos y destrozados. Había sangre y cuerpos desmembrados por doquier. Y Naruto contrario a su verdadera personalidad, estaba disfrutándolo mucho.


Ichibi miraba el combate junto a Zariel. Ya había visto ese modo rabioso en Naruto Uzumaki. Justo al cruzar la puerta hacia Baator. Cuando el martillo del caos se unió a Naruto y se trasformó en ese misterioso brazo armado. Esa primera vez, Naruto no había reconocido amigos de enemigos. Su furia había descargado contra todos. Pero ahora mismo, usaba el modo Sennin que había activado a conciencia, para equilibrar en cierta forma la sed de sangre que lo corroía. Era impresionante.


Zariel mientras tanto, sonreía complacida por el sangriento espectáculo. Jamás había visto a un humano con tal poder personal. Era cierto que su olor era como un semi-demonio. Pero su aspecto general seguía siendo humano. Y no era una raza muy respetada en tierras de diablos. Sin embargo, había algo en ese macho que era diferente. Tenía una extraña “doble personalidad” que hacía a la diablesa recordar el pasado. Pero demasiado tiempo en prisión, hacen perder detalles sin importancia aparente. Todo se trasforma en un pensamiento unilateral. Escapar. Y dejar un reguero de cuerpos sangrientos de traidores en el proceso.


Naruto desapareció en un movimiento, antes que nadie pudiera suponer su origen ya estaba detrás de Bel, a punto de golpearlo con su brazo diabólico. El diablo giró su cintura levemente, eludiendo con maestría aquel ataque. Luego tomó el puño extendido de Naruto, por la parte de la muñeca y sacudiéndolo en el aire lo lanzó violetamente contra una pared lejana. Como si fuera una bolsa de basura, como si no tuviera peso.

-Cuidado novato….-le sonrió Bel a un Naruto que se ponía de pie entre los escombros del muro- la sed de sangre puede olerse. No tienes el nivel para enfrentar al gran Bel. Ni tú, ni nadie aquí presente.

Zariel sabía que eso no era cierto. Que su poder era mucho mayor en tiempos buenos. Pero ahora, débil por su confinamiento podía sucumbir ante Bel. No por nada el desgraciado había estado comiendo su carne, absorbiendo poco a poco parte de sus poderes. Sin embargo, las amenazas del monstruo no hicieron que Ichibi tomara partido de ninguna forma. El llamado “Gaara”, simplemente observaba con neutralidad y de brazos cruzados el asunto.

Naruto volvió al ataque, más rápido, casi desapareciendo de la vista para intentar patear en la cabeza a Bel. Pero el diablo se agachó levemente justo antes de ser golpeado, para luego contraatacar con un sablazo de su espadón que dio de lleno en la espalda de Naruto. El rubio cayó metros más allá, y el corte que debió matarlo, apenas si había desgarrado la ropa.

-Eres más duro de lo que pareces…-admitió Bel- es evidente que tu parte diabólica está fortaleciendo tu débil piel humana. Probablemente tenga que ver ese brazo en todo. Las armas con inteligencia son muy poderosas, para que un insecto como tú la esté esgrimiendo.

-Esto….-indicó Naruto poniéndose de pie lentamente- no hay terminado. ¡JUTSU CLONES DE SOMBRAS!

10 copias de Naruto aparecieron. Y fueron a tomar partida rodeando la posición central de Bel en el salón. El diablo no pareció emocionarse, creía que eran simples ilusiones visuales.

-tu capacidad para espejar tu imagen me sorprende…-indicó divertido- pero con ilusiones no derrotaras mi espada.


Los clones embistieron en fases. Bel usaba su olfato para ubicar al original, y descubrió que era el único que no atacaba. Quiso pasar entre los clones para llegar a ese Naruto, cuando le conectaron una serie de puñetazos y patadas que no vio venir. Luego, tres clones habían creado un Oodama Rasengan que estrellaron justo en la espalda de Bel, arrojándolo al suelo en medio de una polvareda que se levantó de la alfombra roja que adornaba el lugar.

-uuuyy….-susurró perversa Zariel admirando el espectáculo- alguien tendrá su orgullo herido por esto.


Se levantó el monstruo, y gruñendo furioso observó al Naruto original con rabia redoblada. En un instante desapareció de la vista de todos, y los clones empezaron a ser cortados sin que se pudiera apreciar cómo eran atacados. Naruto no podía verlo, pero un instante antes de recibir una puñalada asesina por detrás, se giró y usó su brazo como si fuera un escudo, protegiéndose el cuerpo. El espadón de Bel chocó contra el brazo armado y saltaron chispas como el cruce de dos metales.

-eres distinto al resto de las basuras humanas lo reconozco….-sonrió bel, mientras el resto de los clones de Naruto desaparecían por golpes recibidos- pero tus trucos no me producen daño.


Naruto estaba algo sorprendido, nadie había recibido un Oodama Rasengan sin siquiera conmoverse. ¿Realmente esa piel rugosa y rojiza era indestructible? Por el momento, había demostrado ser increíblemente resistente. Se miraron fieramente, caminando alrededor como estudiando su siguiente movimiento. Bel comenzaba a considerar a ese enemigo como alguien de cuidado. Si bien ese extraño ataque anterior no le había penetrado su armadura natural, el dolor en toda su espalda era evidente. Un impacto idéntico más en la columna, y tal vez ya no caminaría de nuevo. El daño interno era considerable. Y esas… “copias” serian un problema si el humano atacaba coordinadamente. ¿Qué clase de aliado había conseguido Zariel? ¿Por qué razón la liberaron? Además del humano combatiente, estaba en espera aquel extraño hibrido que manipulaba las arenas. Se suponía que debía ser capturado y encerrado en el sello ancestral de la mansión. Las órdenes que venían de Nessus y del mismísimo Asmodeus eran tajantes. Aun así, era más fácil decirlo que hacerlo. ¿Y si buscaba una alianza con aquello sujetos? Tal vez aun podía vencer a Zariel con diplomacia.

-humano….aún podemos llegar a un acuerdo ventajoso si…

Fue tarde para todo, Naruto estaba perdido en su propia sed de sangre y no habría charla. Su ojo derecho estaba en la completa oscuridad, el brazo diabólico se fortalecía tomando la energía de su contenedor. Haciéndolo al mismo tiempo más fuerte y rápido cada vez. Desaparecieron de la vista y comenzaron a chocar violentamente por todo el salón dejando destellos, cruzando espada contra brazo. Las columnas de piedra se deshacían ante la brutalidad de los impactos cercanos. Zariel solo sonreía, estaba atestiguando un evento pocas veces visto. Un Archidiablo poderoso, el señor del primer infierno. Y ahora arrinconado por una especie de semidiablo de origen desconocido. Y junto a ella, otro tipo de criatura poderosa. El tal “Gaara”, que tenía forma humanoide pero su poder dictaba mucho de ser común. Imponía su voluntad sobre las arenas o la tierra, y todo el ambiente se volvía contra sus enemigos.

De pronto, Naruto y Bel se volvieron visibles. Estaban jadeando, uno frente al otro. Se miraban fijamente, mientras los estallidos del exterior de la mansión denotaban la derrota de la guardia personal del Archidiablo. No podían detener la revolución, fuera quien fuera el que causó el desastre, había logrado destrozar el precario orden. La última esperanza de Bel para mantener el gobierno de la ciudadela de bronce, estaba acabando. Y solo quedaba huir, al exilio, como tantos otros diablos que perdieron sus puestos en cada infierno. Como alguna vez tuvieron que huir Moloch o Azazel. Y tantos otros, que vagaban por los desiertos de Baator. Evidentemente no media el real peligro de la situación. Tal vez jamás considero que pudiese ser asesinado allí mismo.

-Ggrrrrrrr…..-gruñó Naruto bañado en sangre propia y ajena- ahh….aahhh AAAAAAAAAHHGGGGG


El rubio se tomó su cabeza, con el brazo izquierdo y el dolor era insoportable. La sed de sangre se acumulaba sin cesar, y cada segundo de esa batalla solo lo animaba a desatar más los instintos salvajes que moraban en su interior. ¿Qué era esa sensación? ¿Desesperación? ¿Odio? ¿Cólera infatigable? Naruto Uzumaki estaba furioso, como tal vez nunca había estado. Incluso cuando era un niño, y el Kyuubi lo había controlado, jamás había estado tan hundido en la furia como en ese momento. Era el poder mismo, bruto y puro. Como beber de una energía tan primitiva como el origen de los mundos.

Bel quiso retirarse, iba a usar su habilidad de trasportarse fuera de la mansión. Incluso preparaba su magia de oscuridad para dejar una sombra que confundiera al enemigo. Era mejor retirarse, retroceder en la posición y conservar la vida. Los diablos astutos como sin dudas lo era Bel, solo combatían en posición ventajosa. Estaba a punto de aprovechar esa apertura, esa “desconcentración” en el humano que gritaba, cuando la muerte lo encontró de frente. En un simple parpadeo, el brazo derecho de Naruto lo atravesó de lado a lado. La garra diabólica emitía una fuerte energía oscura, que vibraba cortando como el viento de acero. No lo había visto moverse, no sintió nada, hasta que su corazón fue arrancado del pecho como si jamás le hubiese pertenecido. Naruto entonces arrancó el corazón de su enemigo, y se quedó con ese órgano en su mano, mirando a Bel caer inerte al suelo. Todo había terminado. De una manera increíble.

-Es tu fin….alimaña….-susurró con una voz cavernosa Naruto, y sus ojos estaban completamente oscuros como un pozo- no existe armadura que no pueda romper. No existe escape de mí.

La imagen era fascinante, una criatura fuerte como toro, una torre de músculos como lo era Bel; había sido masacrado por un semidiablo que parecía un insecto en comparación física. Pero ese brazo, ese terrible brazo fuerte como el acero, había demostrado ser un arma formidable. Y sin embargo, la muerte de Bel no era algo que Zariel hubiese esperado aunque lo deseara. Nadie asesinaba a un líder Archidiablo. Era un mal negocio, rompía con el precario equilibrio político que daba estabilidad al Avernus. Y sin embargo, era el comienzo de una nueva era.

Había regresado el dominio de Zariel….la dama de hierro.


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En cosa de tres días. Había casi 3000 muertos a lo largo del centro urbano de la ciudadela del bronce. Soldados, guardias locales y comerciantes fueron atrapados en la línea de fuego. En el fragor de la batalla no importo demasiado. Pero finalizó, con Bel cayendo ante Naruto, y una Lady Zariel retomando el control de la mansión principal. Logrando que las innumerables formaciones militares que estaban acuarteladas en la ciudadela, se plegaran una vez más a su servicio. Como de costumbre, algunos capitanes alegaron que la creían muerta. Que habían obedecido a Bel por simple obligación. Otros tenientes admitieron que como Bel había sido el segundo al mando de Zariel antiguamente, era natural que fuera el nuevo líder con la falta de la archiduquesa. A Zariel no pareció importarle tanta hipocresía. Formaba parte de la idiosincrasia de los diablos tal descaro.


Tres días después. Todo volvía a la calma en el interior de la ciudadela de bronce. Las tropas de guardia volvieron a custodiar los muros. Mientras tanto los comerciantes y demás diablos dedicados a los servicios básicos, retornaban a construir los locales demolidos y levantar los comercios para reabrir nuevamente. Los clanes que se habían masacrado unos a otros, nuevamente estaban comiendo en los mismos comedores y compartiendo la bebida como si nunca se hubiesen agredido. Los dos diablos de la sima que habían pretendido a Nibi, yacían muertos por los combates que se los tragaron casi sin darse cuenta.


Mientras el convulsionado núcleo interno de la gran ciudadela se recuperaba de la “revolución”. En la mansión principal del centro, Lady Zariel ocupaba el trono principal en el salón central. Había una gran comitiva con todos los capitanes, varios diplomáticos que representaban a otros señores de otras capas de infierno, y también a un general de los famosos “ocho oscuros”. Los Shogunes de cada infierno, habían decidido no intervenir entre la disputa generada por Zariel contra Bel. Había ganado la más fuerte. Y volvería a gobernar a consecuencia de ello. El Poderoso y temido Bel, ahora era un cadáver más. Yacía muerto en el suelo de piedra, frente a la nueva líder de Avernus. La señora del primer infierno, la archiduquesa Zariel. La…. “Dama de hierro” mientras que su antiguo lugarteniente, estaría colgado de la plaza principal para ser expuesto a la muchedumbre.


Lo podría parecer un simple cambio de mando, empezaría a desatar cierto número de problemas que tardarían mucho tiempo en resolverse. Y existían otros, que importaban a los Biju más que a nadie. Pero por el momento habían obtenido los permisos y las provisiones necesarias para continuar su viaje. El segundo infierno se llamaba Dis. Un páramo desolado de escombros abandonados. Y justo en el centro, la mayor ciudad que puede ofrecer todo Baator. La magnífica ciudad de hierro.

Reiniciaron su viaje, Naruto y los tres Biju. Biara recibió una orden de Lady Zariel. Ella debía informar a la líder del clan “Sol Rojo” que retornara a la ciudadela de bronce. Las erinias habían sido fieles a Zariel, y por ello habían pagado un alto precio. La dama de hierro no confiaba en nadie, pero un clan de diablesas que había sufrido torturas, vejámenes y exilio por serle fiel, merecían cierta consideración. A la pequeña erinia no le agradó para nada despegarse de Naruto. Pero no podía evitar sentirse feliz. Su madre y todas sus hermanas volverían a la protección de la ciudad inexpugnable. Biara estaba dividida, entre su deber a su sangre y el deseo de absorber a Naruto. El humano era mucho más que una presa, había enseñado a Biara cosas que jamás había conocido. Quería seguir junto a él, quería conocer a los “hermanos” que tanto buscaba. Finalmente, obedeció a lady Zariel. Aunque jurándose a sí misma que encontraría la manera de perseguir a su sensei en cuanto pudiera.


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El escenario era devastador…


En la ladera de una montaña nevada, rodeando con los bancos de neblina auspiciados por el territorio e incentivados por los ninjas de Kiri, había sucedido una de las batallas más sangrientas de la historia en el país del agua. La estrategia fue diseñada por la alianza y complementada por informes enviados desde el interior de Kirigakure atraves de las palomas mensajeras.

Habían pasado varios días desde que los grupos de tropas comandados por Kakashi, realizaron un trabajo quirúrgico de exploración. Se establecieron algunas pautas principales del mapa. Se conocía las ubicaciones generales de un cuerpo de tropas enemigos. Unos 20.000 demonios de todas clases, encolumnados tras dos demonios Bálor. Criaturas gigantes de fuego con espadas y látigos del mismo elemento. Se decía que existía un general mayor, un demonio a la altura de Azazel o Moloch. Pero los informantes de Kakashi, aun exitosos en rastrear y establecer los accidentes de terreno y el número de enemigos generales, no pudieron averiguar absolutamente nada sobre ese líder misterioso.

Desde el interior de Kiri, la Mizukage había informado que existían dos ejércitos de demonios. Y que esos 20.000 soldados, solo eran uno de aquellos ejércitos enemigos. ¿Cuántas tropas adicionales tendrían? ¿Porque razón se habían dividido esos demonios? Metidos en un terreno boscoso y nevado. Imposibilitados de invadir Kiri. ¿Por qué razón no se unían contra los ninjas?

Sobre este punto, Shikamaru Nara aportó información conseguida de la misión que Sai, Sasuke, Kiba y Shino. Al parecer, los demonios y los diablos habían traspasado el límite entre juntos. Juntos sí, pero no revueltos. Para decirlo fácil. No tenían un plan de conquista general. Simplemente eran ejércitos mercenarios rondando la tierra y saqueando o matando a placer de su “capitán” particular.

-El asunto aquí es….-señaló en la reunión del consejo de guerra en las costas del país del agua- ¿Cómo no caer en una emboscada cuando iniciemos nuestro ataque?

Si bien diablos y demonios no trabajaban juntos, nada garantizaba que el otro ejército que no había sido ubicado, pudiera intervenir en la batalla. Hubo varias horas de discusión. La alianza liderada por los Kage de Suna, Kumo y Konoha diseñaron una táctica de combate para obligar al enemigo a mostrarse. De mucho riesgo, de muchas posibilidades de pérdidas. Pero con la virtud de evitar una guerra de guerrillas desgastante. Si todo salía bien, el país del agua seria completamente liberado de los enemigos. Y tanto Kiri como Iwa volverían a la alianza para el futuro.

Luego de discutir varias estrategias, el Raikage propuso un arriesgado plan. En él, tanto su persona, como el Kazekage que se ofreció en cuanto escuchó la propuesta, ponían en riesgo su vida para lograr que el enemigo saliera a territorio despejado. Se realizaron los movimientos pertinentes. Se logró coordinar al mismo tiempo, para que la mitad de las tropas de Kiri salieran en el momento indicado a prestar apoyo como refuerzos, y finalmente incentivaron al ejército enemigo para que presentara formación de batalla en un claro entre bosques y montañas.



Como era costumbre, los ninjas tomaron el centro del campo y atacaron con jutsu de largo alcance. Los demonios, embistieron con formaciones desordenadas y haciendo gala de su ferocidad. Los primeros caídos llegaron cuando los Bálor lanzaron tremendas bolas de fuego sobre la línea frontal Shinobi. También apareció una extraña lluvia acida, que golpeó por los flancos de la alianza causando quemaduras y retirando a varios del combate por múltiples lesiones.


La segunda hora de batalla los encontró en el centro. El Raikage y el Kazekage se lanzaron al medio del terreno despejado para combatir cuerpo a cuerpo. Antes, hubiese sido una pelea en desventaja, ahora las armas plateadas equilibraban la situación. Sin embargo, para la cuarta hora de combate ambos ejércitos habían arrojado al centro del campo la totalidad de sus tropas. El Raikage y el Kazekage tenían a la mayoría de sus tropas traídas desde el continente luchando mano a mano con los demonios. Tiempo exacto, para que desde tres flancos en los bosques surgieran las criaturas pertenecientes al segundo ejército que había invadido el país del agua hace tiempo.

Algunas teorías posteriores al combate, admitieron que tal vez esas tropas intentaron aprovechar el combate ajeno para saquear despojos de una lucha anterior. Después de todo, la muerte del otro ejército mercenario poco les importaba a ellos. Pero en ese instante en particular, aquel donde rodearon a las tropas Shinobi por tres sectores distintos, fue lo que paradójicamente llevo la batalla a una estrepitosa victoria de los humanos.

-¡Defensa! ¡DEFENSA! –comenzó a ordenar el Raikage a sus capitanes de pronto.

Todos los Shinobi que aun luchaban, formaron una circunferencia en centro del campo de batalla. La posición abierta pasó a ser totalmente cerrada. Los demonios se acercaron y rodearon perfectamente a los Shinobi. No podrían escapar, era una segura victoria para las criaturas del infierno. Entonces, lord Kazekage ubicado en el centro de las tropas humanas, elevó sus manos para generar un inmenso escudo de arena por sobre la posición de sus dirigidos. Las catapultas, ubicadas en el interior del bosque donde el resto de los Shinobi conducidos por Kakashi esperaban su oportunidad, comenzaron a bombardear toda la zona sin importar adonde. Las enormes municiones creadas por Sabaku no Kankuro, tenían una carga enorme de agujas de hierro negro y kunai bañados en plata. Los cuales no dejaron de llover en toda la zona de combate durante los 20 minutos siguientes. Para cuando las criaturas quisieron reaccionar, había demasiado campo abierto para recorrer en caso de buscar un escape. Irónicamente, el centro del lugar era lo más seguro del territorio. Y ese escudo de arena levantado por el Kazekage sobre sus cabezas que evitaban a las catapultas, estaba ocupado por los ninjas de alianza.

Como complemento de una feroz y sangrienta victoria, las tropas del interior de Kiri, aparecieron justo a tiempo para terminar de acabar a los diezmados ejércitos demonios. Aunque el líder, aquel que tenía el rango de Azazel o Moloch. Nunca hizo acto de presencia. Aun así, había sido una victoria total. Y la liberación del país del agua del control demoniaco.

Una victoria brillante y reluciente, como un baño de plata.


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Antes de escapar de Cania, Kyuubi se hizo con varias provisiones antes de continuar el viaje, mientras que Hachibi consideró que era vital recoger algunos utensilios mundanos que tal vez podrían servir al propósito de continuar el ascenso. Se fueron como llegaron, sin ser molestados y sin ser identificados por los diablos de hielo que estaban ocupados de cazar tiburones terribles y vigilar la “paz” dentro de la urbe en Mephistar. Al parecer, el Archidiablo que dominaba este infierno no estaba interesado en registrar sus dominios en la búsqueda de los Biju. Tal vez Asmodeus no había girado la orden para capturar a los renegados, tal vez el sujeto que reinaba en Cania, simplemente no le interesaba obedecer. Como fuera la situación, se agradecía el respiro.

Durante esos días de viaje que precedieron a la huida, y aun cuando tuvieron que escalar un túnel de piedras por dentro de las montañas nevadas, Kyuubi y Hachibi hablaron bastante. El zorro comentó con su hermano todo lo que había descubierto de los propios labios de Asmodeus. Mientras que el ocho colas, señalo que todos los Biju se habían reunido con las intenciones de encontrar al resto que se perdieron. Kyuubi no demostró emoción, al menos hasta escuchar que Naruto Uzumaki los estaba ayudando a buscar:

-ese niño es increíble….-sonrió el zorro, y Hachibi no podía evitar sentirse extraño viendo a su hermano con aspecto del humano en cuestión- solo le he causado problemas desde que nació. Lo convertí en huérfano, por mi causa todo el mundo lo trató como basura. ¿Y aun así me está buscando? No lo puedo entender.

Hachibi comprendió entonces, Kyuubi se sentía en deuda con su anterior contenedor. Sin dudas, Kurama jamás había formado un vínculo como con Uzumaki Naruto en el pasado. Tal vez jamás volvería a suceder.

-lamento decirte esto Kurama…-anunció el Biju con aspecto de Killer Bee- pero el Naruto que has conocido, tal vez ya no existe.

Luego le contó todo, tuvo que decirle lo que conocía de sus días previos a caer dentro del portal demoniaco. Le dijo que una antigua entidad estaba controlándolo, le dijo que ese supuesto “dios”, le obligada a absorber la energía del ambiente para controlarlo. Como la energía de los Sennin, pero en su estado más puro. Como un océano que nunca dejaba de alimentar al rio.

-no puede ser…-balbuceó Kurama escuchando sorprendido- ¿él está….muerto?

-la última vez que lo vi, combatía a un enemigo difícil. Pero…-sonrió como si no necesitara aclararlo.

-él nunca se rinde….-respondió el nueve colas mirando a su hermano fijamente, aunque con cierto alivio- no lo olvides hermano. El muy estúpido es capaz de cruzar todos estos obstáculos solo para buscarme. Nadie lo va a detener….y a nosotros tampoco.

Lo dijo con orgullo, lo dijo sin una pizca de duda. Hachibi tuvo un ligero sentimiento de celos al escucharlo. ¿Qué misteriosa unión existía entre ellos? ojala pudiera entenderlo, ojala hubiera reconocido idéntico sentimiento en su propio Jinchuriki. Así, entre confesiones y exploración de cavernas, encontraron el camino oculto en las montañas.

El Séptimo Infierno lucia como el cementerio de las civilizaciones, con sus extensas planicies de roca desnuda bajo la penumbra de un cielo negro y rojo, interrumpidas por las inmensas ruinas de ciudades abandonadas y monumentos que el tiempo ha acabado por desmoronar. Espectaculares avenidas tragadas por el polvo, magníficos palacios ahorcados por hiedras moribundas, fantásticas obras de construcción sin terminar de acabar. Abandonadas.



La ciudad de Maladomini en cambio, estaba ampliamente poblada. Era una seguidilla de obras magistrales que parecían haber sido desechadas y descartadas una tras otra, un museo moribundo donde nada parecía ser apreciado. Estas ruinas eran el resultado de la agónica insatisfacción del Señor del Séptimo Infierno, a quien la búsqueda por la perfección obsesionaba a tal punto que estaba condenado a la decepción por el resto de la eternidad. A su antojo, cientos de miles de esclavos son puestos a trabajar en minas y canteras hasta que son reducidos a polvo, extrayendo el material para erigir estructuras que pondrían en vergüenza las maravillas de cualquier mundo primario, solo para que, llegado el momento de inaugurarlas, el Señor del Séptimo Infierno entre en cólera y demande su destrucción y abandono. Por algo tan simple como una fuente que no es lo suficientemente harmoniosa, o un pórtico que no es lo suficientemente alto. Esto ha hecho de Maladomini un sitio de desperdicio y de trivialidad, donde el trabajo significa nada y la esclavizante labor jamás termina. Donde los propios sometidos aprenden a obsesionarse por una perfección que jamás podrán alcanzar, porque su propia naturaleza se encarga de impedírselos.

Actualmente, se encontraba en construcción Malagard, la más reciente de estas obras y la actual preocupación del Señor del Séptimo Infierno, se encuentra en plena tarea, aunque nadie se hace esperanzas de que este lugar vaya a cumplir con la absurda perfección exigida. En tanto que Grenpoli, conocida como La Ciudad de la Diplomacia, se levanta ocupando una de las antiguas urbes abandonadas por el Señor, donde se dice los Baatezu aprenden a afilar sus ideas y argumentos para convertirlos en las magníficamente retorcidas palabras por las que son reconocidos. Donde se aprenden la compleja trama de leyes infernales. Donde un diablo aprende a realizar tratos mañosos que se roban el alma.

El séptimo infierno era muy diferente al octavo efectivamente. Hachibi había guiado a su hermano el zorro, para encontrar el sendero interno de las montañas nevadas por el cual se podía subir al otro sub suelo. Salir de Cania, fue tan complicado en su travesía como haber ingresado. El frio glaciar y los constantes movimientos de los bloques de hielo navegantes, produjeron todo tipo de problemas para los Biju en su salida de la ciudad oculta de Mephistar. Todo por llegar a un lugar abierto y con abundante llanura. Cientos de miles de kilómetros.
Kyuubi y Hachibi caminaron durante días, cruzando ruinas y cazando los animales salvajes que vivían en las abandonadas urbes. Comerciando algunas pertenencias, intercambiando información u objetos valiosos como el oro. Se ocultaron en la muchedumbre, y buscaron cualquier rastro de chakra que pudiera existir.

-¿Cómo supones que podremos encontrar a nadie en una ciudad tan grande? –Consultó Hachibi a su hermano cuando pasaron un par de días en Maladomini- podrían estar el resto de nuestros hermanos aquí. O ninguno…

-no podemos rendirnos…-apuntó Kurama- si tú has caído hasta el octavo infierno directamente, algunos de los demás pueden estar en el séptimo.

Ambos quedaron en silencio, usaban largas capas y una capucha para cubrir sus rostros. Kurama desconfiaba de los guardias, y de cualquier diablo que pudiera delatarlos. ¿Cómo saber si no eran rastreados por esbirros de Asmodeus?

-estamos haciendo todo mal…-apunto Kurama mosqueado en un momento- buscamos sin pensar a quien.

-¿a qué te refieres?

-sabemos que he caído en el noveno infierno cuando traspase el portal. –Definió el zorro- y tú…despertaste en el medio del octavo infierno. Si todo está referido a nuestras colas…

-¿nuestras colas?

-admite que todo parece más que una coincidencia. –Señaló Kurama bebiendo una extraña brebaje con alcohol que le habían servido en ese bar donde estaban parando- incluso el estúpido rey de este lugar dijo que necesitaba a nosotros nueve, en cada uno de los infiernos. Atados a esas plataformas, extrayendo nuestro poder.

-¿y tú punto es…?

-que muy probablemente Chomei este aquí. En este infierno. Ya que ella tiene 7 colas.

-¿ “7 de la suerte” Chomei?...-sonrió Hachibi con la vista oculta en sus gafas negras tal como Bee- entonces deberíamos averiguar donde tienen un casino en esta ciudad.



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El interior de un árbol petrificado…


Una guarida como nunca se había visto. Descender por una escalera de piedra tipo caracol, caminar en la completa oscuridad. Orochimaru guiaba, Karin le seguía, y Sakura finalizaba. La oscuridad era reinante, pero extrañamente una claridad perseguía a los caminantes aun internándose más y más al lugar. Karin miraba de reojo a Sakura, cada tanto su vista no dejaba de desviarse hacia la pelirosa. Le había sorprendido que ella regresara de su enfrentamiento con el equipo de Sasuke sin siquiera un rasguño. No hizo comentario alguno, pero la observó con otro detenimiento a partir de ese momento. ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo pudo eludir al sharingan?


-impresionante desempeño Sakura-san…-dijo Orochimaru con esa sonrisa perversa característica- fue inspirador verte anular a Sasuke-kun. Tal vez encuentres el sendero, que yo siempre he buscado.


Karin estuvo atenta a las reacciones de Sakura. Las cuales contra todo pronóstico, fueron prácticamente nulas. La joven pelirosa no parecía especialmente interesada en nada. Miraba a su alrededor, en las paredes que apenas se podían vislumbrar. Tal vez algo le atraía de ese sitio antiguo. Aunque Karin no podía precisar que exactamente. Aun así, le molestaba a la Uzumaki que Sakura Haruno tuviera era mirada tan penetrante. Como si pudiera leer a todos más allá de lo posible, como si nada pudiese sorprenderla. Era irritante.

-un poco de historia Sakura-san…-dijo Orochimaru cuando por fin llegaron al suelo- esta caverna, contiene mucho más de lo que he guardado en ella.

-historia antigua…-señaló la rosa caminando en penumbras hacia una pared- tallada en las rocas.

-originalmente renuncie a Konoha por continuar mi investigación científica. El Sandaime Hokage no consentía mi visión del futuro. Mis experimentos necesarios. ¿Por qué desperdiciar mi talento en gente que no comprende el camino del Shinobi?

-una versión retorcida de la realidad…-respondió Sakura mientras Orochimaru encendía una serie de lámparas y daba luz a todo el lugar- que oculta un profundo resentimiento al no ser elegido como el siguiente Hokage.

-Tsunade nunca comprendió lo que tenía ni lo que veía. –contraatacó la serpiente, que dialécticamente no estaba dispuesto a ceder frente a una niña- no creas en las palabras de una mujer carente de visión. Tu sensei nunca ha sabido apreciar lo que tiene a tiempo, prueba de ello, estas aquí conmigo. ¿Acaso Jirayja no murió sin obtener nada? ¿Acaso su hermano y su novio sobrevivieron lo suficiente? Tsunade es una fracasada. Y se emborracha porque muy dentro lo sabe. Lo admite.

Sakura no pareció emocionada por ganar la disputa. Simplemente usaba la mejora lumínica para explorar los jeroglíficos en las paredes. Reconocía varios de los símbolos del lenguaje infernal. Lo cual parecía poco lógico considerando que la invasión había comenzado hacía pocos años, y esta caverna tenia siglos de antigüedad.

-tal como estarás calculando, -sonrió Orochimaru al verla tan interesada en los muros- formé esta base en una caverna que perteneció a ellos. En mis primero años como renegado, caminé por el mundo buscando diversas guaridas en las cuales cobijarme. Utilicé lugares inhóspitos, y en mi búsqueda de más refugios, me encontré con estos sitios ya formados.

-¿por los demonios?

-hasta hace poco tiempo, no lo supe. –sonrió la serpiente mientras Karin hacia un esfuerzo para seguirles el ritmo de la charla y entender- pero en los sucesivos encuentros con nuestros amigos infernales, pude vislumbrar símbolos que reconocía de mis cavernas-base. Pruebas irrefutables de que ellos, estuvieron recorriendo nuestra tierra muchos siglos antes de la actual guerra.

-la misma tipología de escritura…-añadió Sakura pasando su mano por la pared tallada- tal vez sellos de protección para la cueva. O simplemente….información.

Karin ya no entendía nada, y por alguna razón no pensaba que debería interiorizarse más. Así que decidió buscar la zona de las habitaciones para instalarse, mientras Orochimaru se ocupaba de dar apertura a la zona de laboratorio. Sakura estaría varias horas, bastante tiempo registrando los muros donde los códigos extraños le contaban lo que necesitaba averiguar.

Fue cuando Sakura Haruno descubrió una antigua historia. La historia detrás de la historia. Siglos antes del sabio de los seis caminos. Siglos antes de que el primer ninja viera la luz. La tierra, no solo era el territorio de animales y plantas. Era el constante campo de batalla de diablos, demonios, ángeles y Elandrines. Cuatro mundos, cuatro dimensiones usando la tierra como zona de conflicto. Lucharon durante décadas, tomando y retomando territorios vírgenes. Usando las zonas frías y las cercanías de los volcanes para plantar sus banderas. Se mataron y dejaron huellas imborrables de sus pasos. Lo que Orochimaru había encontrado en las cavernas, eran los refugios militares que los bandos tenían.

Sin siquiera notarlo, la pelirosa había pasado buena parte de las primeras tres horas estudiando los muros. Su memoria pronto clasifico y estructuro en detalle los cuantiosos datos. Podía estar escrito en lenguaje infernal, pero los documentos decodificados de Orochimaru ya le habían dado un alfabeto básico para trabajar. Sin darse cuenta, el Sannin apareció tiempo después por la zona, habiéndole extrañado que la pelirosa no se hubiese internado en el lugar.

-¿Puedes descifrar las runas antiguas? –consultó el hombre sacándola de concentración.

-la mayoría…-indicó Sakura- existen informes rudimentarios. Datos para sus propias tropas. Me sorprenden algunos como… “el rio no roba los recuerdos” “el cielo oscuro trae ventajas” “luz y oscuridad en siclos continuos” existen algunas runas que no comprendo completamente, aunque pueden referir a nombres propios. Como sea….claramente existe mucha información en tus refugios, si son parecidos a estos.

-algunos lo son… –sonrió Orochimaru que veía su plan rendir frutos- nueve para ser exactos. Están distribuidos en variados países. Pero existen otros, a los que no he podido acceder.

-¿Por qué?

-cuentan con cierta protección…-prosiguió el Shinobi- tal vez un tipo de magia. Pero si esas cavernas son tan antiguas como estas…

-puede que sea algo más que chakra. –definió la rosa- interesante.

-hora de cenar cerebritos…-anunció Karin con cara de pocos amigos- apuesto que olvidaran comer de la… “emoción” de no ser por mí.


Sakura y Orochimaru se miraron con gesto impasible. Pero fue como si por fin recordaran que también debían comer. La investigación se colocaba emocionante y hasta podían olvidarse de las necesidades más básicas. Aunque claro, la contra de ser acompañados por alguien digamos, “despreocupada” de lo científico, era tener que soportarla el resto del tiempo que no estaban haciendo experimentos.


Sakura comprobó que el refugio estaba bien provisto. Comió y bebió para recuperarse, y antes de pensar en siquiera acomodarse en un cuarto para dormir, tuvo la gracia de encontrar el cuarto secreto donde la biblioteca de Orochimaru estaba asentada. Cientos y cientos de pergaminos, libros y demás material de estudio. Su cuerpo se había alimentado, pero su mente clamaba por más. Mucho, mucho más.

Ese fue solamente el primer día, después del enfrentamiento con Sasuke Uchiha. En la siguiente semana, Sakura pasaría la mayor parte de sus 24 horas encerrada entre los libros. Lo que a los músculos serian un entrenamiento intensivo, a la pelirosa y su mente serian esos días inolvidables. Aumentar sus poderes. Alimentar a su modo Sennin. Ese era el primer objetivo de la Kunoichi. Ya no podía permitirse ser débil. Ya no podía permitirse no saberlo todo. Absolutamente todo.

Sin embargo, Sakura sospechaba que la información en los muros de las cuevas antiguas, podían guiarla hacia los portales para encontrar a Naruto. Solo tenía que averiguar cómo funcionaban.


Fin del capítulo.
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Mensaje por rasmux Lun Jul 27, 2015 9:40 am

exelente capitulo , cada vez se pone mejor la historia espero el prox capitulo (Y)
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Mensaje por Mat, Mar Ago 11, 2015 11:40 am

Yo preguntando cuando saldría el siguiente capítulo y no me entero de que sale hasta 15 días después O.O

POR QUE ESTO NO ME AVISO!!!! (Coge su pc para tirarla por la ventana, pero recuerda que es nueva y se le pasan las ganas)

Un buen capitulo como nos tienes acostumbrados, pero no creí que sería tan rápido lo de la diablesa, ya me esperaba otra persiguiendo a Naruto (Lo admito siempre es gracioso XD)

Ahora Sasuke brillo por su ausencia, pero prefiero ver lo de la guerra ninja mientras el se toma un descaso a ver si luego no lo vemos a el contra el jefe del ejercito que no vimos, algo muy probable.

La parte que de nuevo me parece mas interesante es la de Sakura, me gusta verla con orochimaru, casi como almas gemelas peor precisamente por ser parecidos no confían el uno en el otro y me alegra que este viendo la forma de buscar a Naruto, al menos así parece que sigue siendo la misma Sakura bien en el fondo.

Un buen capitulo espero el siguiente… y espero tan bien darme cuenta cuando lo saques.


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Mensaje por arminius Lun Sep 07, 2015 2:57 am

buenas, espero que se encuentren muy bien y aqui les traigo un nuevo capitulo. un comentario cortito sobre la velocidad de los argumentos. he estado releyendo y puede que no tenga un ritmo frenetico como anteriores fic que he realizado. la explicacion que le encuentro es esta: es una historia larga, la mas larga que he realizado y la ultima que hare sobre naruto y su universo. esto me lleva a traer los argumentos con paciencia y desarrollar a los personajes correctamente. nunca me han gustado las historias donde se obtienen poderes de la nada y los enemigos son facilmente derrotados por un naruto de 12 años que ya es dios. esta historia tiene varios personajes en desarrollo y las preguntas sobre sasuke, comenzaran a desvelarse en los siguientes episodios. como antes he dicho, sasuke, sakura y naruto seran los actores principales y por lo tanto en quienes me enfocaré profundamente. pero habra noticias de los otros personajes tambien. pienso que este fic, (el ultimo largo que voy a hacer) merece que descargue toda mi imaginacion para darle un final memorable a todos los personajes de este manga que tanto nos ha acompañado.

saludos y disfruten con paciencia. esta historia ira a paso mas lento, pero sera terminada en definitiva.



CAPITULO 27: DESNACER EL CHAKRA



Abrió sus ojos pesadamente. Su cuerpo parecía astral, como flotando en la suavidad de nubes esponjosas. El techo las paredes eran blancos como cualquier hospital, de cualquier ciudad, de cualquier mundo en el cosmos. ¿Qué tenían los hospitales con ese color en particular? Era aburrido y monótono. Aunque contaba con la ventaja de ser fácil de reconocer el edificio desde adentro. Sasuke apenas sentía su propio cuerpo, pero era un agradable cambio no sufrir el efecto de un oso panda, sentado exactamente sobre su tobillo herido. Ese dolor penetrante y molesto, por fortuna había desaparecido.

-¿Dónde estoy? –Se preguntó entre susurros Sasuke Uchiha- ¿Cómo he llegado aquí?


Era un salón largo, y amplio como nunca había visto. Todo exquisitamente armónico y ordenado. Camas contra la pared de atrás, un ancho corredor en medio donde figuras humanoides con alas angelicales oficiaban como “enfermeras” o “médicos”. También Sasuke podía mirar al frente sentándose en su lecho, donde ventanales amplios y altos exhibían un hermoso espectáculo con el tibio sol ingresando.

Si….aun a riesgo de parecer un loco…Sasuke Uchiha podía ver “ángeles” atender ese supuesto hospital. ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado a ese extraño sitio?


Lo último que podía recordar era estar tirado y medio muerto en el suelo de una cueva perdida de la guerra. Batirse en retirada, tratando que el resto de su equipo Shinobi pudiera escapar de la carnicería que proponían cientos de miles de cadáveres caminantes, persiguiéndolos incansablemente. Luchar, seguir luchando de una manera desesperada y hasta demente. Desplegando el sharingan eterno, soltando toda la furia renacida de Sunsanoo. O las llamas incontenibles de Amateratsu.

Luchar y luchar. Seguir luchando contra Shinobi, Zetzu, o locos con pretensiones de dios. Años después fueron demonios y diablos, para finalizar la jornada dándolo todo contra una turba de zombis sin cerebro ni piedad. En resumen….una vida dedicada a batirse contra la muerte.
Sasuke miró su brazo descuidadamente, tenía una pequeña venda donde antes la furiosa mordida de un podrido lo condenaba. Según había visto en anteriores rounds, solo una mordida enfermaba y trasformaba a simples aldeanos en esas criaturas de pesadillas. Era su fin entonces, era el comienzo de un cambio que jamás lo dejaría descansar en paz.

¿Curioso no? La vida como guerrero de Sasuke Uchiha fue siempre pelear. Contra todo, contra todos. Por las razones más valederas, o sentimientos personales. ¿Qué importaba? La cuestión era pelear. Y ahora mordida de una criatura mediante, pasaría a una liga diferente, a un bando especifico.


Una mujer se acercó a su cama. Era tan bella que dolía verla. Tenía un esplendor tan enorme, tan precioso. Sus alas enormes batían descuidadas haciéndola flotar, para depositarla delicada a los pies de la cama. Tenía una carpeta entre sus brazos, cruzados ellos frente al pecho. Sasuke solo podía imaginar que esa maniobra era la indicada para ocultar sus generosos atributos delanteros. Una forma de no exaltar demasiado a los pacientes. Ella emitió una sonrisa cálida y hermosa, comenzando a hablar en un lenguaje para Sasuke incomprensible. En realidad no importaba demasiado lo que dijera. Seguramente intentaba preguntar su nombre, o tal vez dar el propio.

-Oh…lo siento…-dijo de pronto recatada, y sonrojándose levemente- había olvidado que los humanos no conocen el idioma celestial. Solo quería darte la bienvenida al templo Miriana. El más humilde de toda la gran ciudad de Empyrea.

La gran ciudad celestial de Empyrea. También conocida como la ciudad de las almas templadas. Estaba situada en las orillas de un lago frio de montaña. En los alrededores, mesclado con llanuras de tierna pastura natural, se encontraban cientos de fuentes de agua curativa que entre otros milagros, podían recuperar miembros perdidos. Curar el habla, los trastornos mentales y las consunciones de energía producto entre otras causas de magia negra. Lo único que había que hacer, era encontrar la fuente adecuada al problema que aquejaba. Empyrea en resumen, es conocida por todos como un lugar legendario. Un sitio único, donde se puede alcanzar la salud perfecta.


-¿Cómo he llegado aquí? –Dijo Sasuke mas confundido que nunca por la explicación general que ese ángel le hacía de la geografía de la zona- recuerdo que estaba en una cueva y…

-Usted estuvo a punto de morir. –Aseguró la joven, cuyas alas se replegaron sobre su espalda cómodamente- La joven que lo acompañaba….ha salvado su vida.


La joven, la sacerdotisa. Sasuke comenzaba acomodar sus ideas y recordar. Se quedó encerrado en una caverna perdida con la princesa del país del demonio. Una bella señorita de ojos color lavanda. Dueña de un chakra extraño, que se mesclaba y mutaba en luz. Ella lo tenía abrazado cuando Sasuke perdió el conocimiento. Hasta ahí, tenía todo claro. ¿Pero cómo se explicaba que estuviera en un hospital hablando con un ángel? ¿Acaso había muerto? Eso no era probable. Primero, porque Sasuke dudaba que la última morada de su alma escapara al fuego. Y finalmente, porque la enfermera angelical había asegurado que Shion le salvo la vida. Estaba vivo. Demasiado vivo para estar muerto.

-¿Qué…..mundo es este?

-usted y su compañera arribaron a “los siete montes de celestia”. –dijo educadamente, y prosiguió con su ronda de cuidados, al resto de los pacientes.


Algunas horas después, Sasuke había puesto sus prendas que las encontró junto a la cama, y recorrido el salón del hospital para salir al exterior. Encontró un balcón amplio que le otorgaba vista magnifica de la ciudad. Parecía una aldea en medio del campo llano. No tenía la típica aglomeración de edificios estructurados y divididos por calles. Era más bien una conexión de enormes jardines con esculturas, caminos empedrados y pilares preciosamente trabajados que tarde o temprano, terminaban conduciendo a otros templos o edificios separados unos de otros por al menos 100 metros. Estructuras grandes, con varias plantas como las mansiones de los feudales. Pero de constitución práctica, más que lujosas. Sasuke comenzó a prestar especial atención a los ángeles sobrevolando la posición del hospital donde había despertado. Algunos llevaban recados de un lugar a otro. También existían algunos que guiaban un grupo de “luces”. Unas especies de bolas de luz brillantes que tenían movimientos independientes, tal como si tuvieran vida propia. Tal vez almas. Incluso había criaturas voladoras que llevaban alimentos o abrigo hacia tal o cual hospital. Y más a lo lejos de la vista, una montaña sobre la que toda la ciudad se recostaba. Se perdía en los cielos brillantes como el platino. Todo el lugar parecía sacado del paraíso. Un regalo para descansar la fatiga milenaria que un viajero podía traer.

-Perfecto….-dijo Sasuke y una sonrisa tibia dibujo en su rostro- como un sueño.

De pronto un reflejo, su mano izquierda intento descansar sobre el mango de su Chokuto, y en cambio se encontró con un vacío. Miró con sorpresa. Entendiendo que acababa de darse cuenta de la falta de sus armas. Habían dejado junto a su cama la ropa que traía, lavada e impecablemente limpia. Pero de las armas, ni noticias. Tanto tardó en darse cuenta que estaba desarmado, como en notar que los sellos bajos sus muñecas estaban intactos. Por lo tanto, si acaso le hiciera falta combatir, podía apelar a una buena provisión de Shuriken que estaban ocultos allí.


A su mente vino el recuerdo de Shion. ¿Dónde estaba esa chica? El ángel que le informó hace horas en donde estaba metido, también aseguró que esa joven sacerdotisa había salvado su vida. ¿Acaso se encontraba herida? ¿Cómo pudo trasladarlos a ese lugar fuera del mundo? Pronto y rápido se decidió a buscarla. Debía estar en la misma edificación que él. Tenía que encontrarla, para saber cómo estaba realmente.

Empezó a recorrer el lugar. Nadie le prohibía el paso, ni le cortaba el camino. Todos eran amables, educados y formales. No veía en las mujeres esa mirada de endiosamiento que tanto le fastidiaba. Simplemente calidez. Amabilidad. Tolerancia. Y Sasuke Uchiha el guerrero, por primera vez en muchísimo tiempo. Solo quería pasear. Sin correr, y sin nerviosismo. Con una verdadera paz interior.

Como jamás había conocido en la tierra.


**********************************************


Todo era odio y guerra….

Con solo adentrarse más y más en los diferentes subsuelos de Baator la sensación del odio se multiplicaba. Había tanta sangre derramada, campos enteros de pertrechos y batallas pasadas. Odio, peste, guerra y muerte. La sensación estaba flotando en el aire, como un tipo de veneno que no dejaba de ingresar aun por la respiración.

Si Naruto Uzumaki hubiese sido un humano común, seguramente estaría agotado por el calor sofocante y desesperado por el ambiente tétrico. Pero no sentiría que estaba bebiéndose todo el odio de ese mundo. En cada respiro de su infortunada existencia. Era difícil controlarlo, era como tener katanas en lugar de brazos, y tratar de darle una mano sin dañar a sus compañeros. Los Biju que lo acompañaban, notaban cambios paulatinos en el humano. Pero a pesar ver a Naruto volverse más serio, desconfiado y taciturno. Poco podían hacer más que vigilarlo implacablemente.


El truco del modo Sennin tenía un evidente doble filo. Por una parte, lo hacía totalmente adaptable al ambiente terrible de cada subsuelo en el infierno de Baator. También le daba fuerzas para combatir a diablos tan poderosos como Bel. Pero por otro lado, poco a poco lo estaban convirtiendo en un despiadado y terrible habitante de ese mundo. Era como una droga esa energía. Le producía evidente daño, pero no podía dejarla.

Al terminar la revolución en la ciudadela de bronce. La nueva líder de Avernus les otorgó permiso y facilidades para partir. En la última reunión que tuvieron, además de indicarles en un mapa el mejor camino para descender al segundo subsuelo, les entregó dos presentes. El primero, un cofre lleno de abundante riqueza. Dicho presente no era precisamente para ellos. Tenían que llevarlo consigo y entregarlo a la guardiana del camino hacia Dis. Nadie que fuera con las manos vacías, podía llegar al segundo infierno vivo. El otro regalo, fue un colgante que cada Biju incluido Naruto, se colocaron en sus cuellos.

-Has sido un niño muuuy malo….-sonrió levemente Zariel sentada como reina en su trono- asesinaste a un Archidiablo. Algo nada común.
-Creí que eso querías.

-Nunca me importó demasiado la traición de Bel. –Añadió la fémina sorprendiendo a sus interlocutores- si un líder no es capaz de abortar las revoluciones a su mando, debe ser castigado como yo lo fui. Por ineficiente. Ahora que he vuelto al poder, Bel demostró ser el ineficiente.

Una lógica retorcida, pero tanto a Naruto como a los Biju, no les importaba demasiado.

-Pero tu….mi…. “amigo”….-señaló con desconfianza clara al concepto que tardaba en entender- algún día volverás a mí. Porque has causado una sangrienta guerra para el futuro de esta ciudad. Algún día deberás regresar, y pelear en ella.


Se fueron, y mientras salían de la ciudad cada quien reflexionaba en las palabras de Zariel. Todos los guardias y soldados parecían estar entrenándose duramente. Esa mujer había ordenado a todos sus comandantes que reiniciara un programa de entrenamiento intensivo. Se preparaban para algo grande, de eso no cabía dudas.

Luego de dejar la ciudadela de bronce, recorrieron un camino desértico hasta arribar al pie de las montañas que estaban a espaldas de la ciudad diabólica. El mapa enseñaba la caverna exacta en donde debían ingresar para descender. El único comentario sobre el colosal tamaño de la entrada, lo aportó Gobi como cierta sorna:

-Algo me dice que una cosa muy grande ha pasado por aquí a menudo. –Apuntó tratando de no mostrarse preocupado- pero no tengo tanta suerte como para creer que no se encuentra “en casa”.


La dimensión de la caverna era enorme. Su altura y ancho, excedía con claridad los 200 metros. No podía medirse cuan profunda era. Porque apenas ingresados el cielo rojo de Avernus, ya no iluminaba lo suficiente para ver más allá de la propia mano alzada. La oscuridad no preocupaba a los viajeros sin embargo. Todos tenían sus métodos para “ver”, aun en una zona difícil. Nibi podía mirar con sus ojos felinos. La falta de luz no la privaba de nada. Ichibi simplemente cerraba sus ojos, y el mero contacto con la tierra al caminar le pintaba un mapa perfecto de la zona circundante. Gobi, confiaba en su nariz como nunca podría en sus ojos. Por lo tanto, nada le sorprendería aunque no pudiera ver nada. En cuanto a Naruto, si bien sus ojos no eran para ver en la oscuridad, el martillo del caos se extendió cambiando levemente la forma de sus ojos normales. Adoptando una pupila animal, alargada y perfecta para el lugar en cuestión.

Durante 4 horas avanzaron en la nada, hasta encontrarse caminando en territorio claramente hostil.

Ellos eran tan grandes como una montaña. Todos ellos estaban recostados a los costados del sendero hacia Dis, sin preocuparse demasiado por los invasores. Al menos 150 metros de altura, con un peso de varias toneladas. Un compendio de garras y colmillos como jamás habían presenciado. A Naruto le recordaba levemente el monstruo Juubi. Una criatura imponente en tamaño físico. Así eran, los dragones que allí habitaban. Y para colmo de males….eran 5 de ellos. De variadas formas y tonalidades.

-Son enormes…-resumió el pensamiento general Nibi- estamos en problemas.


Pero los dragones, los ignoraron olímpicamente. Ninguno parecía atender a esas pequeñas criaturillas caminando por el centro de la caverna. Totalmente vulnerables, pero carentes de importancia. Naruto prosiguió adelante, y los Biju le acompañaron agradeciendo a la deidad que fuera, el aparente desinterés de los dueños de la zona. Hasta que finalmente, ingresaron a un sector de la caverna excesivamente tentador.

Había colosales cantidades de oro y piedras preciosas en cada muro, techo y piso. Incluso las estalactitas de roca se ocultaban entre cofres de tesoros, armas enjoyadas y demás artículos de lujo. Había diamantes del tamaño de cabezas humanas, rubíes que podían confundirse con fragmentos de montaña, zafiros que por su tamaño podían oficiar de prisión a una criatura mediana. Y oro, tanto oro como jamás habían visto en sus vidas combinadas.


-Algo me dice que no debemos tocar nada…-susurró Ichibi seriamente.

-¿Alguna idea de porque? –sonrió Nibi increíblemente atraída por las joyas que lucían espectaculares.

-Cinco razones….-respondió el mapache mirando a un sector apartado de las riquezas, que estaba en total oscuridad.

Cinco pares de ojos dracónicos enormes. Moviéndose sin coordinación, pero atados a referencias cercanas. Cada orbe individual, ya era de por si más grande que Naruto y los suyos. La altura que tenían esas miradas, hacían prever que la criatura portadora apenas si cabía en tamaño dentro de la enorme caverna. De ahí, se podía explicar las deformaciones de la entrada en techos y paredes. Sea lo que fuera esa cosa, entraba y salía de su guarida con dificultad. Así de inmensa debía ser físicamente, y eso que solo estaban viendo sus ojos.

-Una hembra…-susurró Gobi oliendo levemente.

-Serán cinco….-intercedió Nibi- puedo notar cinco cabezas.

-Pero solo es una hembra….-volvió a insistir Gobi que podía olerla perfectamente.

Ichibi y Naruto también la identificaban así. Ambos con sus métodos, ambos totalmente convencidos que era un rival imposible. ¿Qué podían hacer contra una criatura que rivalizaba con las montañas en tamaño? Y como si fuera poco, si acaso necesitara algún apoyo, cinco dragones machos aguardaban cercanos a la entrada.

-¿Qué hacen un grupo de deliciosos bocadillos, caminando por los dominios de Tiamat, la “Reina Dragón”? ¿Acaso Bel les ha condenado a muerte?


Era una presencia tan pavorosa que todos se estremecieron. Todos a excepción de Naruto, que parecía impermeable a la sed de sangre que desplegaba la dragona. Adelantó un paso, la cabeza elevada y mirando a los ojos de la cabeza central, declaró:

-Nuestro camino es hacia Dis. –Anunció elevando la voz para que la criatura monumental escuchara bien- no queremos irrumpir por aquí, pero no existe otro camino. Solicitamos nos disculpe.

-Comida educada….-aseguró la criatura descuidadamente, pero Naruto le adivinaba una mueca de sonrisa en sus fauces llenas de dientes- los machos no suelen tener esos modos. Por esa razón, suele ser tan grato devorarlos.

-¡Traemos un presente! –Gritó Nibi aterrada y adelantándose al grupo entrego en el suelo el cofre con oro que Zariel les había dado- le solicitamos pasar. Reina Tiamat.

Ichibi había guardado ese cofre dentro de su cántaro de arena en la espalda, pero la sed de sangre de la dragona le había obligado a perder concentración y dejarlo caer. Nibi lo vio, y tuvo la idea de porque razón Zariel había insistido que se llevaran esa riqueza. Era una especie de ofrenda. Tal vez podía salvarlos.

-Oh….un presente de la ciudadela…-añadió sin emoción la criatura- me agrada el oro, y coleccionó la riqueza. Deja de temblar cariño…-le aseguró a Nibi- nunca suelo devorar a las hembras. Usualmente les permito el paso, siempre y cuando no sean esas Súcubos alborotadoras. Con los machos es diferente desde luego.

Era evidente que la dragona tenía algún tipo de consideración por las mujeres, aun las de otras razas. Eso podía servir de algo. Después de todo, Zariel había sido liberada por ellos. Era una jugada arriesgada, pero no veían que pudieran escapar de otro modo.


-Entonces… estará feliz de saber que Lady Zariel ahora ha vuelto a gobernar la ciudadela de bronce. –Dijo Naruto seriamente- ella misma nos ha obsequiado el oro y estos colgantes que tenemos.

-los veo….-dijo una cabeza diferente- son la marca de la dama de acero. Solo Zariel puede otorgarlos hermanas.

-la dama de acero…la dama de acero….la dama de acero….-sisearon el resto de las cabezas tétricamente.

-así que Zariel-chan esta libre…-aseguró la cabeza central- es una noticia agradable. Espero que Bel haya aprendido la lección, en su huida al exilio. Nadie se mete con una hembra poderosa, o su venganza será terrible.

-dudo mucho que ese trozo de porquería pueda aprender algo, estando muerto. –Apuntó Naruto- tuvimos un enfrentamiento, y me molesté mucho. Así que le he despachado.

-¿un humano prevaleció contra Bel? –Dijo otra cabeza- eso debió ser digno de verse. Interesante interesante.

-serás muy popular en el resto de Baator. –Sonrió nuevamente la cabeza líder- te cazaran los mejores guerreros, serás capturado y torturado por 100 años. El precio de tu cabeza también será cuantioso. Casi estoy tentada a devorarte y ahorrar tu sufrimiento. –Luego comenzó a moverse lentamente, y vieron como sin abandonar la oscuridad de su rincón, se recostó pesadamente haciendo estremecer por unos segundos el lugar- casi….

Dicho esto último, la criatura concilio el sueño sin molestarse más. Ellos continuaron viaje dejando el cofre de oro y tratando de no respirar demasiado fuerte en lo consiguiente. Luego de ese terrible encuentro, siguieron viaje en silencio. Los Biju aún estaban estremecidos por el solo recuerdo de Tiamat. Apenas si habían visto una parte de la dragona en penumbras. Ni siquiera la podían medir de cuerpo completo. Aun así, el terror que les había provocado no tenía parangón. Las manos de Nibi aun temblaban cuando se aferró del brazo de Naruto para dejarse guiar en la oscuridad de viaje. Gobi apartaba la vista de los demás, no quería mostrar cuanto le había afectado esa criatura. Y el Ichibi, aun con gestos impasibles, había agregado una capa extra de arena a su armadura natural. De brazos cruzados, caminaba en un estado de alerta nerviosa. Como si fuera a lanzar el más furioso ataque contra cualquier movimiento en las sombras que se produjera en la cueva. Solo Naruto sobrevivió a ese temor. En realidad, le había causado más sorpresa que miedo, la reina Tiamat. Se preguntaba, ¿Cómo era posible que tal criatura existiera? Y lo más importante. ¿Por qué razón los innumerables monstruos que presentaba todo Baator, no habían cruzado el portal a la tierra en cuanto tuvieron la oportunidad? ¿Qué podía esperarles más abajo en los subsuelos? Eran preguntas valederas, y en cierta forma parecía que la misión de rescatar a todos los Biju del cautiverio, se complicaba más y más.

Si acaso Naruto pensó con ligereza que haber asesinado a Bel le daba cierto nivel para sobrepasar a cualquier enemigo. Naruto acababa de comprender que aún estaba lejos. Muy lejano y errado de conocer el exacto límite de su posibles rivales. Al menos no estaba solo en ese viaje. Nibi, Gobi y el Ichibi estaban tan decididos a continuar como él. Tal vez lo que solo no pudiese, en equipo lo lograrían.



*******************************************************


Las pantallas de comunicación se encendieron. Tsunade Senju tenía información muy grave que reportar. Del otro lado, la Mizukage, el Raikage, el Tsuchikage y Kazekage esperaban con cierta incredulidad. En el país del agua, se realizaba una especie de celebración a la libertad. La isla volvía a pertenecer a los humanos de manera indisputable. Si bien nunca se encontró el cadáver del demonio líder, los ejércitos que el comandaba fueron exterminados completamente. En la actualidad, se refrescaban las tropas con armas y equipo nuevo. La alianza sumaba ninjas y aldeanos para el factor producción. Pero la peste de la guerra aun exhibía su aroma más podrido. Pero unidos todos los ninjas del mundo, había una buena oportunidad para sobrevivirle a la invasión de los demonios y diablos. Claro está, los Kage y sus generales en el país del agua, no tenía idea lo que Tsunade tenía para informarles sobre lo acontecido en el continente:

-No será fácil de explicar esto…-dijo la Godaime no sabiendo cómo empezar- el equipo capitaneado por Uchiha Sasuke ha regresado sin él, y con preocupante información.


-¿Fue capturada la traidora? ¿Fue exterminado Orochimaru? –consultó ansioso el Raikage.


-No, la misión de asesinato y captura fue un fracaso. Pero es el menor de nuestros problemas por el momento.

-¿Qué puede ser peor que haber dejado ir a Orochimaru? –indicó el Kazekage.

-No sabemos su origen, y tampoco quienes los comandan…-proseguía la rubia Senju- pero existe un ejército de muertos vivientes formándose en el corazón de los los 4 países. La confirmación estará por regresar en pocas horas, pero los restos del equipo Uchiha aseguran que pueblos enteros han sido…..devorados por estas criaturas de pesadilla.

Un pesado silencio. Las miradas de los líderes en cada pantalla enseñaban una tranquilizadora seriedad. Ninguno estaba dispuesto a tomarse en broma el informe. Habían visto demasiados eventos extraños los últimos años, como para empezar a discutir la veracidad de esta nueva locura. Sin embargo, nadie sabía exactamente que decirle a Tsunade, para comenzar a restructurar esta nueva guerra.

-Muertos….vivientes….-inició hablando el Tsuchikage, que su aspecto físico se veía pálido y desmejorado- criaturas apestosas. ¿Son aliados de los demonios?

-según la información preliminar…-dijo Tsunade con equilibrio- atacan y devoran a todo ser viviente. Incluyen en su menú a todos. Y aumentan su número geométricamente, mediante las propias víctimas.

-eso trasforma el territorio a conquistar en un combate de tres frentes…-apuntó con equilibrio el Kazekage- tal vez deberíamos reunir nuestras fuerzas en un solo punto.
-¿Sugiere lord Kazekage fortificarnos aquí en la isla del país del agua? –consultó la Mizukage.

-¡De ninguna manera! –Golpeó con firmeza la mesa el Raikage y estremeció su pantalla- ¡no volveremos a escondernos! ¡Ahora sabemos que con armas de plata o de hierro negro podemos matarlos! ¡Es el momento de atacar!


Todos le miraban en silencio, ya estaban bastante acostumbrados a sus estallidos. Después de todo lo pasado, ¿Quién podría culparlo? Su pueblo había sido expulsado de sus tierras. Su hermano estaba perdido y la información general aseguraba que había muerto. Tenía muchos muertos que lamentar entre sus filas, y exiliados de su patria los ninjas de Kumo clamaban por la venganza. ¿Cómo decirle que renunciara a ella? Solo atendiendo a la razón.

-atacar atacar……de acuerdo….-indicó Gaara que siempre se mantenía práctico y frio- ¿Pero adonde? ¿A quiénes? ¿Cómo evitar caer en una emboscada por el ejército al cual no atacaremos?

-Lord Kazekage tiene razón…-anunció Tsunade- existe demasiado territorio por cubrir. Si extendemos el rango de nuestras operaciones a países limítrofes al fuego, las líneas de abastecimiento que aporta Konoha se van a desgastar. No debemos olvidar, que el enemigo no requiere comer, dormir o medicamentos como nosotros. Y que ahora existen dos enemigos distintos, en lugar de uno solo.


El puño del Raikage sobre la mesa estaba cerrado, y cada vez apretaba más. Todos lo veían, lo sentían profundamente irritado. Estaba frustrado por no poder obtener el apoyo para tomar la ofensiva. ¡Eran unos cobardes! ¡Eran débiles! ¡Los ninjas de la nube no necesitaban un campamento para regresar! ¡Lucharían hasta la muerte! ¡Ganarían, o morirían en el proceso! Aunque, horas después, mediante comentarios con Darui y otros capitanes subalternos, se tranquilizaría y comprendería que sus colegas Kage tenían razón. Los ninjas podían sobrevivir a la intemperie. Pero… ¿y los civiles? De no ser por Tsunade y su capacidad organizativa, el pueblo de Kumo hubiera muerto de hambre o enfermedades hace años. No era el momento de locuras. Ya vengaría a su desaparecido hermano Killer Bee. Era cuestión de esperar.


-Otra información importante y negativa….-añadió Tsunade minutos después, mientras el resto de compañeros lideres diagramaban las pautas a seguir- Uchiha Sasuke….ha desaparecido.

No se atrevió a darlo por muerto. Porque ninjas como Sasuke o Naruto, e incluso Sakura Haruno con el arte Sennin de las babosas, no podían ser fáciles de exterminar. Tal vez en un futuro no tan lejano, esos jóvenes héroes de guerra volverían a casa. Volverían a hacer lo que mejor sabían hacer….

Salvar el mundo…


*************************************


El tiempo pasaba volando en ese lugar. Había estado durante días completos recorriendo las amplísimas colecciones de pergaminos, que adornaban a una de las mejores bibliotecas reunidas por Orochimaru. Sakura estaba en un estado de trance. Había leído sin detenerse ni preocuparse durante días completos. ¿Comer? ¿Dormir? en realidad nada parecía tan nutritivo o relajante como descubrir la información que contenía el siguiente pergamino en la lista de lectura. Sakura fue repasando pieza por pieza de antigua información, hasta hacerse una verdadera experta en encontrar lo que fuera. El tiempo trascurrido era de valor insignificante. A comparación con la valiosa experiencia que iba acumulando. Había olvidado el mundo exterior. Tal como sucedió mientras entrenaba para dominar el arte Sennin.

Orochimaru estaba complacido.

La paciencia era una de sus principales virtudes. En ningún momento de ese tiempo bajo la tierra, el Sannin amagó a interrumpir a su huésped. Veía a la Kunoichi estudiante de Tsunade tan concentrada en su estudio, que le parecía un desperdicio apresurar su maduración. Karin en tanto, era la única que solía salir a la superficie por información de la guerra o comida. Tanto Orochimaru como Sakura, solo abandonaban el laboratorio o la biblioteca tan siquiera para ir al baño o dormir algunas horas.

Ambos, se dirigían la palabra solo en cuestiones estrictamente esenciales. Por ejemplo, en los momentos donde el hombre necesitaba encontrar cierto libro entre sus cosas. Inmensas en cantidad. Solo entonces, la pelirosa dedicaba la mínima desviación para responderle:

-Lo que busca…..-dijo neutralmente- se encuentra en el estante cuarto, librero segundo de la galería izquierda. Entre los pergaminos de botánica, que pertenecen al país de la roca.


Orochimaru tomaba nota de estos momentos, la mente de Sakura absorbía de manera prodigiosa los datos. El rubro de su memoria era un detalle espeluznante. Podía retenerlo todo, con lujo de señal. Y los procesos cognitivos de su cerebro se aceleraban. ¿Cuál era su límite? ¿Cómo pudo replicar el Mokuton del primer Hokage? ¿Era acaso la habilidad del arte ermitaño? ¿Acaso las babosas podían manipular el elemento madera? Orochimaru tenía muchas interrogantes, y eso le complacía de sobremanera. No había nada más interesante para el domador de serpientes, que tener incógnitas por resolver.


Sakura en tanto, estaba en proceso de estudio y adaptación. Su paciente decodificación del lenguaje de Baator, le llevó a comprender ciertos detalles que debían ser tomados en cuenta. Un ser humano común, pocas posibilidades tenia de sobrevivir a los ambientes hostiles que proponían los nueve infiernos. En los muros de cada pared en la caverna, estaban una serie de grabados que aportaban información interesante sobre los antiguos constructores del lugar. En principio, Orochimaru había descubierto aun sin saberlo totalmente, nueve puertas que comunicaban cada subsuelo de Baator al mundo de los humanos. Hace eones, estos portales eran utilizados para reunir refuerzos y ser enviados a la batalla contra los ángeles. ¿Por qué nueve? ¿Por qué no uno solo, con capacidad de apertura permanente? Al parecer, incluso entre diablos la confianza era totalmente nula. Cada líder debía tener sus propias tropas, su propia puerta y su propia ambición. La información que recolectaba Sakura Haruno, indicaba con claridad que esta cueva en particular, era la puerta antigua hacia uno de todos los infiernos en particular.


-¿Qué puedes leer en el muro, Sakura-san? –consultó Orochimaru, cierta tarde que la encontró totalmente concentrada en los muros antiguos.

-Estos grabados dicen: “Por la gloria de nuestro archiduque. El fantástico señor del séptimo. El artista del engaño. El amo de la intriga. El señor de las….moscas.”

-¿Y a que conclusión puedes llegar?

-A menos que “mosca” sea una palabra utilizada para denominar otro asunto, la última frase no condice relación con el resto. –Añadió la rosa seriamente y su mano acarició la roca suave- estas cuevas son una especie de puerta dimensional. Antiguas y de alguna manera deshabilitadas.

-¿inservibles? ¿Fueron dañadas? ¿Cómo sabes que las criaturas del infierno no ingresaron por aquí?

-no hemos encontrado rastros de demonios o diablos en esta caverna. –Proseguía la joven- lo que indica que nuestros enemigos no invadieron el mundo desde estas viejas puertas. Tuvieron que encontrar otro método, lo que me lleva a razonar que no les sirve este lugar. O cualquiera de los otros.

-en realidad no lo sabemos…-intervino el Sannin- solo hemos permanecido en este refugio. Tengo muchos más. Otros 8 para ser exactos.

-los cuales no creo que tengan mayores visitas. –Dijo Sakura calmadamente- es una teoría solamente, pero debo concluir que ni siquiera los demonios o diablos conocer estos accesos a nuestro mundo. Fueron usados hace demasiado tiempo, la erosión en la roca circundante lo confirma. Además, según el mapa que has marcado con la ubicación de los demás refugios, deberían haber sido usados para atacar por sorpresa a la alianza Shinobi. Y los últimos rastros de enemigos se pierden con Naruto, y los Biju. En el informe de Sasuke y Sai se confirma.


-Significa que estos lugares, no nos sirve para nada.

-Significa que nadie ha sabido reactivarlos. –Indicó Sakura- el desgaste de la roca, no acompaña a los grabados, que se pueden apreciar claros como tallados hace un día. ¿Por qué los grabados se leen perfectamente, mientras que la cueva en general se observa derruida? Algo me dice que aún se pueden abrir estos portales. Solo es cuestión de descubrir cómo hacerlo.

-¿Entonces, que nos detiene? Ku ku ku….-reía el Sannin divertido- apuesto que descubrirás como abrir esta puerta. Si es que no lo sabes ahora mismo.

-¿Eso es de tu interés? –Consultó Sakura mirándolo fijamente- ¿Quieres un boleto a Baator? ¿Acaso no temes al fuego? si fuera tú, me quedaría en la tierra ocultándome. Después de todo, tu alma no es precisamente material para visitar el cielo.

-El fuego nunca me produce temor, siempre y cuando sea quien lo maneje. Ku ku ku -señaló la serpiente anotando datos nuevos en su libreta- durante toda mi vida me he preparado para cualquier eventualidad. Jamás rechazaría la posibilidad de estudiar otro mundo fascinante.


Sakura no emitió gesto alguno. Si bien tenía alguna noción de como reactivar el portal hacia el infierno, no estaba preparada personalmente para abandonar la seguridad de la caverna. Su ansiedad por encontrar a Naruto se iba disipando día con día. Era como si su propio cerebro le indicara una nueva perspectiva. Una visión de guerra más general. Por ejemplo, ¿de cuánto le serviría a Naruto que ella fuera al infierno, sin estar preparada para ayudarlo? ¿Volvería a protagonizar su papel de damisela en apuros? ¿Se quemaría como una hoja de papel en el fuego incandescente del ambiente diabólico?


No lo haría de ese modo. Definitivamente no cometería ese error nuevamente. Prefería tardar algún tiempo más en partir en búsqueda de su compañero, pero hacerlo desde una base sólida y fuerte. Esta vez, seria ella quien ayudaría a Naruto. Seria ella quien tendría el poder para salvarlo. No volvería a caer, no volvería a depender de nadie. Si había desobedecido a su maestra Tsunade, con todo lo que la amaba y respetaba, seria para crecer como mujer y Kunoichi. Seria en resumen, para algún día volver a honrarla.


Como dando por terminada la conversación sobre el portal, Sakura abandonó a Orochimaru y se dirigió a la zona de laboratorios. Allí los viejos experimentos del Hebi-Sannin traerían los beneficios que ella estuvo buscando desde el inicio mismo del viaje. Cuando decidió arriesgarse a ser compañía de un sujeto traidor y ladino como pocos. Eran los estudios antiguos de Orochimaru, los que darían a Sakura el poder de finalmente igualarse a Sasuke y Naruto. Por fin serian ninjas y compañeros en igualdad de condiciones.


Las mesas de trabajo estaban reactivadas. Orochimaru había encendido los calderos y reanimado los burbujeantes recipientes, llenos de fórmulas extrañas. Sin embargo, como Sakura había consumido la totalidad de la información que contenía la gran biblioteca del Sannin en tan solo 5 días, ahora tenía prácticamente el mismo conocimiento del laboratorio y su contenido que Orochimaru. Podía detectar por olor, acides, color o forma de reacción, cada formula exhibida en las mesas de trabajo. Por lo tanto, fue directamente a lo que estaba necesitando.

-Aquí estas….-dijo suavemente abriendo un estante lleno de pequeños tubos de ensayo, llenos de variados líquidos coloridos- veamos si funciona tal y como presumo.


Orochimaru la había estado vigilando todo el tiempo. Siempre siguiéndola en silencio. La estudiaba como un objeto de extraordinario valor. Sakura Haruno, podía ser ese eslabón perdido en los estudios de la serpiente. Por eso, le sorprendió bastante que ella fuera directamente a su escaparate de muestras para estudios de los kekengenkai.


-¿Qué buscas exactamente Sakura-san? –Sonrió el sujeto a cierta distancia- lo que estás buscando no se encuentra aquí. Solo existen muestras de sangre o ADN.


-¿Y qué estoy buscando según tú? –apuntó la joven sacando del escaparate varios tubos elegidos por olor o color reconocido.

-Esas muestras individuales no sirven de mucho. –Añadió el Sannin- duplicar la herencia de las barreras de sangre, no es algo que se pueda hacer directamente. He pasado los últimos 20 años combinando en estado equilibrado los…

Sakura lo miró fríamente. Como si estuviera reclamándole silencio respetuoso. Como si indicara que Orochimaru no hacía más que estorbar. ¿Por qué? ¿Por qué razón esa soberbia tan irritante? ¿Qué pretendía saber ella en pocos días, que el Sannin no hubiese descubierto en toda la vida? Aunque tuviera la capacidad de memorizarlo toda la información de la biblioteca. Una cosa era saber, y otra utilizar el conocimiento efectivamente. Se requería de prueba y error. Se requería de muchos y muchos años de abnegada paciencia.

-El color ocre de esta fórmula, -apuntó la joven tomando un pequeño tubo que contenía la barrera de sangre que Orochimaru recolectó de Kimimaro- su olor picante y levemente dulce. Sin dudas pertenece al clan Kaguya. ¿Cierto?

Utilizó un pequeño gotero de cristal para tomar apenas un poco, y sin preocuparse por nada en particular, se lo depositó en la lengua como si saboreara una muestra de sake. Orochimaru contuvo la respiración. ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso ella…?

-Es un proceso extraño…-señaló con los ojos cerrados Sakura y dejando sobre la mesa de trabajo los elementos que hasta hace un segundo tenía en sus manos- es como…desnacer el chakra.


Se retiró a pasos lentos de la mesa, y con los ojos cerrados abrió sus brazos como si capturara algo específico. Si estuviera al aire libre, cualquiera la hubiese confundido con una chica disfrutando los rayos del sol. Pero allí, en ese laboratorio, solo había un científico atestiguando un fenómeno que había buscado producir en sí mismo, prácticamente toda la vida.


El brazo derecho de Sakura comenzó a estirarse. Primero levemente, y luego su piel parecía no poder contener el avance del resto de la estructura. La piel en la palma de su mano se abrió, pero nada de sangre producía dicho corte producido desde adentro. Fue algo totalmente natural, como si desde siempre hubiese sido una característica personal de Sakura. Segundos después, de esa apertura surgía un largo y afilado hueso que al finalizar su lenta salida, constituyó el tamaño y la forma de una fina espada.


-interesante….-añadió al pelirosa mientras Orochimaru no recordaba cómo se respiraba normalmente- creí que el proceso seria doloroso. Pero la manipulación del calcio, es un proceso tan simple como ingerir alimentos. Solo el deseo, y la disposición del chakra. Mis huesos no solo son más flexibles, sino que también ahora son más fuertes. –Definió mientras dejaba la espada de hueso sobre la mesa lateral- muy interesante.


Era increíble. Aun para un ninja como Orochimaru, que le había dado la vuelta al mundo en muchos aspectos. Era imposible lo que acababa de atestiguar. Esa niña, había utilizado su capacidad craneal incrementada, para manipular la naturaleza de su cuerpo y adoptar un tipo de sangre extraño, y sus virtudes específicas.


Mientras la veía irse del laboratorio, dejándolo totalmente absorto y emocionado, Orochimaru reflexionaba en las propias palabras de la Kunoichi. “es como desnacer”. Un proceso inverso al natural. Usar el chakra para volver al vientre de su madre. Para regresar al origen donde la mescla genética de sangre, le brinda carácter específico a cada ser viviente. Y era volver para modificar a placer esa estructura. Darle al cuerpo información genética nueva, y adoptarla como propia. En cuestión de algunos minutos, Sakura Haruno sumaba una segunda barrera de sangre a su cuerpo. Ahora no solo manejaba el Mokuton, sino también tenía la virtud de extinto clan Kaguya. El llamado “Shikotsumyaku” o “Pulso de huesos macabros”.

Mientras tanto, en el pasillo hacia su cuarto. Sakura sufría los efectos de esa trasformación. Su chakra era filtrado y consumido por el cuerpo. Ahora tenía que tomar un descanso. Era como teñir con un tono distinto la totalidad de su espíritu. Mesclar Senjutsu con la sangre de Kimimaro hizo el truco definitivamente. Pero cada nueva modificación a su cuerpo, tardaría algún tiempo en adaptarse completamente. El Mokuton que obtuvo gracias a la información genética en sangre de Tsunade-sensei, fue el inicio. Sakura pensaba ir a por Naruto, pero antes de eso, tenía obtener todo el poder necesario para sobrevivir al viaje. Y ante cada modificación a su estado de equilibrio, debía tomar vida de otro sitio para compensarlo. Era un precio potable, todo por encontrar el modo de recuperar a Naruto.


Para sobrevivir en definitiva….a los nueve infiernos de Baator.




Fin del capítulo.
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FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16 - Página 6 8UKttOV



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Mensaje por Mat, Jue Sep 10, 2015 4:38 pm

A ver a ver a ver...

A Naruto lo dejas con una tribu de locas ninfomanas que, literalmente, le quieren dar placer hasta el dia de su muerte...

A Sasuke lo dejas en medio de un monton de angelitas perfectas y tetonas cuidandolo como si fuera un bebe...

Y a Sakura le das... A OROCHIMARU!!! EL PERSONAJE MAS GAY DEL MANGA!!!!

Crei que el unico autor que la odiaba era Kishi ¬-¬....


Y ya hablando en serio, muy buen capitulo XD

Me gusto a donde fue a parar Sasuke, me dio risa verlo en el cielo...


Va bien como se estan desarrollando las historias y no lo encuentro pesado ni nada parecido, ya que estas avanzando las historias en muchos frentes, algo muy dificil y les das el tiempo correcto a cada uno, ninguno de los 4 se sintio pesado, tedioso o muy corto.

Buen capitulo espero el siguiente
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Mensaje por arminius Sáb Oct 24, 2015 3:13 pm

gracias por los comentarios chicos. estoy escaso de tiempo y para colmo no tengo internet propio.

P/D: convengamos que con orochi...sakura esta mas que segura. XD. saludos amigo.


CAPITULO 28: ORGULLO


El ejército se incrementaba en casi completo silencio…


La naturaleza se marchitaba en los alrededores de la antigua Iwa. Porque las hordas babeantes de no muertos, contaminaban el aire circundante con su hedor. Al frente, varios centenares de zombis. Lentos y podridos, armados con herramientas rudimentarias, palos o simplemente despojos de anteriores vencidos. Sus cuerpos no eran fuertes, pero carecían de miedo, dudas o dolor. Atacaban sin descanso, sin piedad y sin detenerse. Se alimentaban de los vivos, y su sola mordida infectaba a sus rivales circunstanciales. Propagando aún más, una herencia de enfermedades que antecedían a la muerte.

En segunda línea acuartelados o simplemente patrullando las zonas externas, los sargentos vampiros y las apariciones fantasmales. Los primeros eran guerreros experimentados afectados por vampirismo. Rápidos y feroces, casi invencibles en la noche. Aunque muy vulnerables en el día. Eran efectivos rastreadores y los segundos detrás de los zombis, en entrar a la batalla cuerpo a cuerpo. Usaban armas más sofisticadas. Espadas, cadenas, kamas y dagas. Mientras que los fantasmas, flotaban incorpóreos atravesando la materia sólida. Difíciles de eliminar, golpeaban a los enemigos vivos, absorbiéndoles la fuerza vital con el simple contacto. No eran estratégicos, pero si incansables en la batalla. Nunca dejaban de perseguir, nunca dejaban de sufrir la agonía de sus cuerpos encadenados por la magia negra de los nigromantes. Y deseaban hacerle pagar al enemigo esa agonía perpetua a que estaban condenados.

Y finalmente, la guardia personal de los nigromantes que se alineaba en el interior del poblado. Una tropa de al menos 10.000 esqueletos guerreros. La mayoría con arcos y flechas envenenadas. Pero también existía las tropas de ataque cuerpo a cuerpo, que portaban armaduras rudimentarias, mazos y escudos. Conducidos por 20 no-muertos especiales. Estas criaturas poderosas, se conocían en los infiernos como “Liches”.

¿Qué es un Liche?

Cuando los nigromantes encontraban un cuerpo poderoso. De un guerrero que fue muy hábil y fuerte. Usaban un tipo de magia negra especial. Más antigua, y más poderosa. Trasformaban ese ser en un tipo de no-muerto particular. Portador de habilidades extraordinarias, dominador de magia negra y hechizos debilitantes. Un Liche podía paralizar a sus enemigos con el poder proveniente de sus bastones especiales. Podía lanzar rayos, enfermedad o maldiciones. Y tenía la virtud de comandar a otras tropas de no-muertos, sin la necesidad de resguardarse en las órdenes constantes del nigromante que lo creó. Tener Liches, hacia a un nigromante más poderoso automáticamente. Eran vitales para no tener que mantener concentración de dominio, sobre tantas criaturas del mal.

El maestro nigromante Nergal, había estado acumulando poder desde la reconstrucción de la aldea anteriormente conocida como Iwagakure. Ahora mismo, era un territorio donde el cielo nunca quedaba despejado de nubes negras. Donde el día jamás podía romper con el brillo del sol los bancos de nieblas verdes que surcaban el paisaje. Donde cientos de trabajadores zombis, actuaban sin descanso para levantar muros de rocas y así establecer torres defensivas. La ambición principal de Nergal, era construir una fortaleza inexpugnable para los ejércitos de vivos. Proteger la torre de huesos. Que actuaba como antena captante de energías negativas en todo el territorio del país de la roca. Y poco a poco, extendía su influencia a la frontera de otros países.

Hace años, Nergal hubiese querido enviar sus tropas para tomar los dominios de Moloch, y así controlar el portal hacia Baator. Sin embargo, los humanos y demonios se habían chocado contra el poblado y de alguna manera destrozado la única puerta para obtener refuerzos. Así entonces, los nigromantes debían buscar otro método para abrir las puertas al dios muerto. El gran Orcus. Era la labor principal.

-Maestro….-dijo el nigromante Amon, que se acercó a su líder viniendo de los laboratorios- mi trabajo sufre retrasos. Necesito más cuerpos, ya casi no queda material en los depósitos para continuar mi tarea.

Nergal sonrió. El poder de su aprendiz aumentaba poco a poco. Al principio solo animaba cuerpos y formaba tropas de su propia mano. Pero cuanta más experiencia ganaba, más capacidad tenia para formar y controlar esqueletos “asistentes”. Con 10 de esas criaturas especiales, multiplicaba por ese número las mesas de trabajo para cadáveres. Aumentado la producción de tropas considerablemente.


-tranquilidad, discípulo mío – le advirtió el líder- poco a poco la gran torre de huesos me otorga más poder. Extiendo mi territorio de influencia. Pronto las enfermedades producidas por Vladimir, atraerán a nosotros miles de nuevos cadáveres. Tendrás material, es una promesa.

Amon era delgado y de aspecto enfermizo como sus compañeros. Cubierto por una capa negra como su maestro Nergal, se alineaba junto a el para observar los trabajos de las criaturas en los nuevos muros. Extraer la piedra de la montaña, moldearla, trasportarla y erigirla. Los esclavos muertos podían parecer lentos. Pero lo que no podían en velocidad, lo compensaban con la nula necesidad de descanso o alimento. La magia negra de la torre era suficiente para mantenerlos activos y en movimiento. Para obligarlos, para esclavizarlos.

-Que tarea nueva tiene para mí, maestro…-interrumpió el silencio Amon que no quería perder tiempo esperando más cadáveres.

-Por el momento, tienes el tiempo para preparar los rituales de duplicación. Necesitamos tener un seguro para cada uno de nosotros.

-¿Piensa tomar la ofensiva contra los países extranjeros?

-Será la mejor manera de conseguir más cadáveres. –Respondió neutralmente el líder- los dueños de este mundo son poderosos en batalla. Pero desconocen completamente el poder sacrílego irresistible, del gran dios Orcus. Y para cuando lo comprendan, pasaran a ser una parte de nuestras huestes siniestras. Ahora ve, y comienza a preparar el ritual. Yo llevare de cacería al ejército que has preparado para mí.

Dicho esto, Amon retornó a los laboratorios. Mientras que el líder de los nigromantes llamado Nergal, se dispuso a ordenar a sus capitanes Liches que comenzaran a vaciar de tropas la ciudadela. Era el momento de tomar nuevos territorios. Era el momento de recoger el despojos de la guerra entre diablos y humanos.

El momento de la muerte, para todos los vivos.



**********************************************


Los días eran tibios y agradables, mientras que las noches apacibles presentaban un cielo plateado y temperaturas acogedoras. Sasuke y Shion fueron acomodados en una vivienda construida con madera, en las afueras de la ciudad llamada Empyrea. El Uchiha estaba recuperado, sus dolencias habían desaparecido y físicamente volvía a estar en condiciones de combatir con normalidad. Pero la joven sacerdotisa, había sufrido muchísimo el viaje que ambos humanos hicieron al mundo conocido como “Los siete montes de Celestia”.

Un par de mujeres querubines muy jóvenes, vigilaban la salud de Shion dando un tipo de curación formada con magia. Según las aladas jovencitas, esa magia divina ayudaría al cuerpo de Shion para estabilizarla durante el arduo proceso de recuperar su normal caudal de sangre.

Su sangre….esa fue la clave de todo.

Sasuke mediante algunas charlas, supo que la bella sacerdotisa había abierto la puerta entre dimensiones, usando las inscripciones en los muros de las cuevas, y sangre sagrada venida de su propio cuerpo. Y además, había contribuido con más sangre para lograr que los médicos curaran la infección de Sasuke que lo hubiese convertido en no-muerto. Demasiado había resistido esa joven mujer. Era admirable.

-significa que….-añadió Sasuke no entendiendo demasiado la explicación- ¿cualquier tipo de sangre que viertan esos monstruos en la cueva, puede abrir una puerta hacia este lugar?

-no saben el conjuro de palabras necesario. –Acotó Shion desde su cama, mientras las enfermeras la atendían- aprendí el idioma celestial en mi aldea. Además, son criaturas sin mente propia. Solo obedecen al instinto.

-no todos, princesa…-indicó Sasuke seriamente- algunos fueron lo suficientemente inteligentes para ordenar a sus tropas que nos rodearan. Forzaron su marcha porque entendieron que mi pierna era una ruina, y perdía movilidad paso a paso. Eso no es algo, que una criatura sin mente podría realizar.

-aun así….-acotó una de las angelitas que rodeaban a la sacerdotisa- la sangre necesaria para el sacrificio, debe ser especial.

-¿sangre humana? –consultó el Uchiha interesado en el proceso.

-No precisamente. –Respondió sonriente la enfermera- existe leyes humano. Y no se pueden trasgredir fácilmente.

La mente de Sasuke estaba clara. No sentía culpa, remordimiento, o dudas. Respiraba el aire de Celestia, y sentía a cada segundo que ese lugar era para descansar. Pero al mismo tiempo, entendía que algo en el mismísimo ambiente no estaba bien. Era como un Genjutsu, uno que obligaba a la víctima al bienestar. ¿Qué tenía de malo específicamente? Nada en absoluto. Pero Sasuke como usuario de técnicas ilusorias, conocía que nunca existía técnica sin costo. Si algo o alguien le estaban intentando coaccionar de alguna forma, tenía que tener un motivo oculto.

-Shion…-le dijo tranquilo pero serio- debes recuperarte pronto. Tenemos que volver a la tierra.

Ella le miro extrañada. ¡Se sentía tan bien estar en Celestia! No había tenido ni una noche de pesadilla, como esas que le asaltaban mientras estuvo viajando con sus guardianes y enfrentando a los no-muertos. Aquí dormía plácidamente, se recuperaba rápido y tanto la comida como la amabilidad de los ángeles lograban conquistarla. Sentía por primera vez en la vida, que estaba en donde debía estar. Que esa era su gente, aunque ella no tuviese alas que lo probaran.

-Sasuke-san…-le indicó ella sonriendo- no entiendo su preocupación. Deberíamos aprovechar el tiempo aquí, para recuperar fuerzas. No podemos dejar de recordar, que sin los ángeles que nos asistieron en las curaciones, nosotros no estaríamos vivos.

Era cierto, el hombre lo sabía. Su tobillo maltrecho, la mordida de los monstruos podridos y finalmente el agotamiento de su chakra. Además, la sacerdotisa había donado demasiada sangre para salvarlo. Entre el viaje y las curaciones, apenas si contaron el cuento. Por un momento, el moreno recordó a Naruto. Le hubiera gustado que estuviera cerca. Ese idiota tenía un instinto natural para saber qué hacer en esas situaciones confusas. Incluso Sakura hubiera ayudado. Ella había crecido mucho con las guerras. Ya no era la chiquilla idiota de la niñez. Ahora tenía una mente estratégica digna de reconocer. Lo había demostrado de sobra al enfrentarlo e inutilizarlo en su huida con Orochimaru. ¿Dónde se encontrarían ahora? ¿Estarían bien?


Horas después, Sasuke se encontró recorriendo los campos de entrenamiento externos a la ciudad. Había dejado a Shion descansando, y comenzaba a estar aburrido de estar encerrado entre muros. Nadie le vigilaba. A pesar de ser extranjero y haber caído atraves de un portal extraño. Nadie le detenía en su afán de recorrer los lugares. Su katana Chokuto, y el resto de sus armas que le fueron arrebatadas en el hospital, estaban ahora en su poder. Solo tuvo que sugerir el paradero de sus propiedades, para que los ángeles le devolvieran sin dudar esos elementos. Eran extraños. No desconfiaban ni dudaban. Pero había grupos completos, que se preparaban como para una guerra.

Había distintas clases de criaturas celestiales. La mayoría tenían cuerpos humanoides y facciones hermosas. Eran agradables de mirar, siempre se portaban corteses y justos. Incluso las tropas de ángeles básicos tenían alas de blancas plumas, que les permitía remontar vuelo con gracia y facilidad. Pronto, Sasuke fue aprendiendo a diferenciarlos y nombrarlos por distintos tipos.

Había de todo, Deva astrales, Planotareos, Carnacortes, Clangacortes, y los de mayor categoría en poder, eran conocidos como ángeles solares. Dentro de cada sub-raza, los ángeles conformaban un tipo de sociedad parecida a la de los humanos. Había artesanos, comerciantes y trabajadores públicos en las ciudades. Soldados, sargentos de instrucción, tenientes y generales en los cuarteles externos. También existían templos en las poblaciones, donde médicos y sacerdotes curaban o profetizaban. Toda la dimensión de Celestia, era como una gran montaña con siete pisos. Escalando sin pausa hacia el cielo infinito. Una montaña de seres bellos y buenos. Legales y justos.

Sasuke y Shion, habían atravesado desde el mundo humano hacia la quinta capa en Celestia. Estaban en el estamento número 5 de la inmensa montaña. El Uchiha se entretuvo recorriendo los bosques, revisando el territorio, incluso tratando de diferenciar las diferentes cualidades de los estanques de agua sagrada. Algunos eran enormes como lagos en el bosque, pero otros eran tan pequeños que cabían en bebederos de piedra. Fue en uno de ellos, que Sasuke se quedó mirando en su interior. Era como tener una visión, dentro del agua. Y era tan clara la vista, que incluso se apreciaba en la base de toda la montaña general, un infinito mar plateado que se extendía hasta donde la mirada se alzaba. El sharingan de Sasuke aportaba una perspectiva más clara, no cualquier humano podía apreciar hacia abajo con tanto detalle.

-es el sagrado mar de plata, humano….-le dijo una criatura parándose junto a Sasuke que exploraba la zona de los pisos inferiores como atraves de una cámara acuática -ningún ejército ha flanqueado sus aguas desde tiempos antiguos.

Sasuke le miró de lado. Un ángel solar era poco común que estuviera en los campos de entrenamiento. Su poder era como el mejor de los guerreros, y su influencia era similar a los señores feudales de la tierra. Se decía, que un ángel solar muy poderoso era el líder de cada capa en los siete montes de Celestia. Eran también llamados arcángeles. Tenían una piel grisácea, similar al plateado. Enormes alas con plumas de color dorado. Median cuando menos 3 metros de altura. Y exudaban un aura que los cubría de todo daño.

-sería difícil que los demonios o diablos naden ahí….-apuntó el Uchiha sin dejarse atrapar por el aspecto despampanantemente bello del ángel cercano- son alérgicos a la plata. Seguro mueren al instante, incluso antes de poner un pie en tierra firme.

-es correcto, una buena observación-asintió el ángel sonriendo- mi nombre es Tanep, soy del clan alas azules. Eres bienvenido humano.

-Soy Sasuke Uchiha, y mi pregunta es… ¿Por qué se preparan para una guerra, cuando sus enemigos no pueden atravesar la primera línea de defensa en su mundo?

Era inútil disimularlo, campos enteros de tropas combatían en prácticas. Cientos de arqueros, lanzando desde las alturas a blancos levitantes, y sargentos instruyendo jóvenes querubines en el arte del combate. Había cierto aire de tensión, pero no tenía que ver con miedo. Simplemente era seriedad en sus tareas específicas.


-nuestros guerreros han redoblado sus esfuerzos, -anunció el ángel solar a Sasuke- desde tu llegada humano.

Se quedaron en silencio. El paisaje hacia abajo daba mucho vértigo. En realidad no miraba directamente y eso significaba que no había peligro. El ojo de agua sin embargo, le estaba enseñando en colores muy vivos la situación panorámica. Tal como si volara sobre ella.

-no somos un peligro para este mundo…-indicó Sasuke, luego de rato- de hecho, nadie sabe que existe este lugar.

-ustedes….ahora lo saben. ¿Qué evitara que otros humanos busquen invadirnos? Es por esa razón, que deberán habitar aquí. Ahora Celestia, es su hogar. Olvida tu mundo, ya está perdido en las hordas de muertos o demonios. Tu mundo no tiene salvación.

Sasuke le miró de lado seriamente, esas palabras tenían segunda intensión que no lograba ser ocultada por el tono amable. Era casi como una orden, similar a una imposición. Tanto Shion, como Sasuke mismo, no solo eran huéspedes sino prisioneros. Pero esos ángeles no sabían con quien se metían. Ya que por más cielo o ángeles que intentaran ponerle enfrente, a Sasuke Uchiha, nadie nunca le iban a impedir hacer lo que quisiera.

Ni ser apartado de una guerra, que todavía no había terminado en la tierra.



*******************************************


-“La sangre arrebatada al enemigo sagrado….-leyó calmadamente la mujer pelirosa- es llave de cada puerta hacia el infierno. El pecado es el camino, el destino es la perdición del alma” –luego de analizar en detalle otras zonas de la caverna, pudo concluir para sí misma- esto no es nada alentador….pero servirá.

La inscripción en los muros era clara. El lenguaje de los diablos era sencillo de comprender. Una vez dominada las trascripciones escritas más básicas, se podía dominar con facilidad el idioma. Esos días bajo la tierra, oculta en la caverna base de Orochimaru, le sirvieron para desarrollar sus nuevas habilidades y reforzar su capacidad de comprender el lenguaje extranjero. Sakura se había cuidado de no dar demasiada información importante a Orochimaru. Simplemente no confiaba en él, y además comprendía que el Sannin de las serpientes podía tratar de traicionarla rápidamente si entendía que había extraído exactamente lo que necesitaba saber de la situación. En este caso, Orochimaru pretendía una apertura para atravesar a tierras de los diablos. Pretendía ir a ese mundo conocido como Baator.

¿Riesgos para la raza humano? No le importaba. ¿Riesgos personales? Al parecer creía poder sobrellevarlos con su experiencia y capacidad para trasportarse a otros cuerpos, poseyéndolos. Aquí existía un punto clave, uno que Sakura se vio en la necesidad de analizar en profundidad en los primeros momentos de su forzada convivencia con el Sannin traidor. Por alguna razón, la serpiente no pretendía tomar el cuerpo de Sakura como propio.

¿Razones?

Dos puntos vitales. Primero, consideraba que la capacidad del arte Sennin solo dominada por la Kunoichi pelirosa, impediría que el pudiera hacer provecho de ese poder cuando dominara el cuerpo en cuestión. Después de todo, era la mente de Sakura quien sabía cómo hacerlo. Al dominar Orochimaru, esa virtud desaparecería. Y la segunda, aun cuando pudiera esperar que Sakura reformara su cuerpo con todos los kekengenkai que tuviera a la mano, la técnica de traspaso de alma requería una batalla mental entre el usuario y el poseído. Un combate craneal, que el Sannin posiblemente perdería. Ya no era el ser más inteligente del mundo. No con esa mujer usando el 50% de su cerebro, gracias al arte Sennin.

Eso los hacia aliados. Inconvenientes y desconfiados del otro. Pero definitivamente aliados.

Sakura dominaba el elemento Mokuton. Las técnicas para formar madera con chakra, desgastaban mucho el nivel de poder. Pero perfeccionadas desde el arte Sennin, Sakura podía absorber energía del ambiente y reutilizarla para las técnicas de gasto masivo. Con un poco de práctica, se dio cuenta que la energía ambiental adquirida de manera controlada, podía servirle para recargar su chakra propio, autocurar su cuerpo más rápido, o simplemente destinarla a un ninjutsu de alto poder. Pero existían muchas posibilidades mayores, al uso de una sola técnica.

Mientras Orochimaru se encerraba en los laboratorios preparándose para el futuro viaje al infierno, Karin salía cada tantos días a recorrer los alrededores y así informarse sobre la situación de la guerra mundial. Siempre decía que su intención era saber que tan cerca o lejos estaban los demonios de la posición de la caverna. Aunque lo que en realidad quería, era enterarse sobre lo que ocurrió con Sasuke Uchiha, luego de haber enfrentado a Sakura hace semanas atrás.

A Sakura no le importaba estas situaciones. Solo luchaba contra su propio cuerpo tratando de adaptar barreras de sangre que no le pertenecieron originalmente. La barrera de sangre que supo ser del clan Kaguya, ofrecía ciertas dificultades por sortear. El dominio de sus huesos, y del calcio en niveles aumentados que podía controlar, ofrecía un tipo de envenenamiento extraño. Su cuerpo requería más uso de calorías que lo acostumbrado. Era sutil, pero día con día reclamaba un poco más del cuerpo de Sakura. Luego de revisar en la biblioteca sobre la historia del clan Kaguya, Sakura pudo observar el aspecto desgarbado y lánguido de cada miembro, retratado en los libros de investigaciones de Orochimaru.

-un gran poder, conlleva un gran costo….-se dijo seriamente al leer los libros y razonar una solución.

Lo siguiente que tuvo que hacer, fue salir al exterior de la caverna y estudiar los distintos matices que ofrecían sus nuevos dones adquiridos artificialmente. Usó Mokuton, hasta agotar el chakra personal. Notando que la deficiencia de absorber vida en el usuario, que supo acortar la vida del primer Hokage, había sido corregida. Solo tenía que tomar energía ambiental, y así no se agotaría en su chakra, pero definitivamente no la mataría usar el elemento madera. Luego de eso, trabajó con el pulso de huesos. Y siguió notando que cada día se volvía más delgada y perdía el color natural de su piel. Entonces, ¿Cómo corregir esa deficiencia genética? Consumir un mayor volumen de alimentos con altas calorías, sería una solución parcial. Aunque si las técnicas de manipulación de huesos infundían una caída del peso más prolongada, finalmente podía derivar en una enfermedad anémica terminal.

La solución le llegó cierta mañana, a las puertas exteriores de la cueva.

Karin retornaba al refugio acosada por la persecución de una banda de demonios. Todas tropas de infantería. Desorganizados y carentes de un líder al mando. Tal vez dispersados de algún combate con ninjas, tal vez simplemente renegados de su ejército. Eran apenas siete demonios astados. Se movían como una manada de búfalos y tenían tanto la fuerza como el tamaño de estos. Feroces si, temibles también. Pero para nada imposibles de derrotar. Así, Sakura los enfrentó sin ninguna duda. Karin se colocó detrás de la zona de la pelirosa. Para observar que tipo de habilidades tenía esa mujer. Le había sorprendido mucho cuando regresó sin ningún rasguño luego de detener a Sasuke Uchiha. Ahora lo comprobaría. Ahora podía ver lo que esa Kunoichi sabía hacer:

-MOKUTON, -haciendo sellos- JUTSU RAICES DE CAPTURA.

Las bestias embestían a la distancia. Furiosos y babeantes. Sus cuerpos macizos, y fornidos no temían chocar contra el enemigo. Pero sus carreras hacia Sakura, fueron detenidas a los pocos metros. De la tierra surgieron raíces de gruesa constitución, que capturaron los miembros de las bestias y las forzaron a quedar inmovilizadas. Por más que luchaban y mordían las lianas salvajemente, los demonios no consiguieron gran éxito en escapar.

-¡malditos! –Gritó Karin eufórica detrás de Sakura- ¡no se esperaban esto, bestias! ¡AHORA SE VAN A MORIR!

Pero Sakura no atendió a la emoción. Observaba a sus enemigos luchar duramente por zafar de sus prisiones. Y razonaba sobre la posibilidad de usar la sangre de demonio para estudiar los efectos con el portal en el interior de la caverna. En pocos segundos, entendió que no era ese tipo de sangre la requerida para dar apertura a las puertas. Nada en esas horribles criaturas podía considerarse “sagrado”. Sin embargo, esos monstruos que debían ser eliminados a la brevedad, podían ofrecer otro tipo de servicio a la causa.

-¿Qué haces?- consultó apenas Karin cuando vio a la pelirosa caminar tranquilamente acercándose a los demonios capturados- ¡acaba con ellos! ¿Qué esperas?

Sakura recordaba en detalle, la primera vez que pudo dominar el modo Sennin. En el bosque de las babosas, Sakura supo dominar el Mokuton, al costo de tomar vida de un viejo árbol moribundo. Solo tomando vida, se podía cambiar la estructura genética. Limpiar las barreras de sangre. Quitarle sus deficiencias. Eliminar sus consecuencias negativas. Ahora mismo, el Mokuton estaba totalmente dominado. Su problema era la segunda barrera de sangre. La técnica de huesos muertos del extinto clan Kaguya. ¿Podía realizar la misma solución tomando más vida ajena?

-quietos y será rápido….-le advirtió a los enemigos atrapados Sakura, en lenguaje demoniaco.

Luego, Sakura apoyó sus manos desnudas en los cuerpos capturados de cada enemigo, y comenzó a drenar sus vidas como lo supo hacer con aquel árbol antiguo. Los demonios tenían que morir. ¿Por qué no realizarlo de modo que sirviera al propósito principal de la misión? Entonces, Sakura Haruno fue tomando una a una las vidas de los demonios capturados. Usando esa vida para modificar las deficiencias de su materia genética. Al fin pudo adaptar su cuerpo al esfuerzo. Al fin pudo encontrar las soluciones a los problemas de sumar poder. El poder tenía un costo, y sería la vida del enemigo quien tendría que pagar las consecuencias.


Una semana después, Orochimaru y las Kunoichi habían cambiado de cueva base. Algunos kilómetros dentro del país de los pájaros, existía otra caverna inmensa bajo una colina rodeada por llanura. Las inscripciones en los muros otra vez captaron la atención de Sakura. Había símbolos iguales, pero otros claramente distintos. Los métodos de la sangre eran los mismos, la frase que reclamaba arrebatar sangre sagrada. Pero la descripción sobre el líder diablo había cambiado. Estar puerta le perteneció a otra criatura.

-¿Qué dice exactamente? –consultó Orochimaru cuya calmada paciencia podía hacerlo aguardar toda una vida en busca del objetivo.

-dice….-anunció Sakura con una mano en su barbilla pensativa- “maldito sea entre los malditos. En los pantanos de Minauros, es eterno el hundimiento. Que la avaricia de su mente no se fije en poseer tu vida. Vizconde Mammon. El aliento fétido de una muerte, entre riquezas malditas”

-supongo que este diablo era el dueño de este portal. –Apuntó Orochimaru anotando en su libreta con cierta emoción- si 9 infiernos tienen su propio portal….-indicó seriamente- ¿Quién domina los otros siete portales? La teoría de los ángeles cobra más fuerza.

-esto fue un “barco de guerra”…-anunció Sakura, yéndose del lugar en busca del laboratorio- y la tierra solo ha sido un campo de batalla neutral.

Era simple, y al mismo tiempo incomprobable. Las cavernas que describía conocer Orochimaru eran como barcos abandonados. Nadie sabía si se podían reutilizar, pero sin dudas comprobaban que alguna vez fueron usados para llegar a la tierra. Había leyendas sobre Rikudou Sennin, relatos antiguos entre los libros del Sannin que contaban que fue el salvador de la humanidad. Que derrotó al Juubi. ¿Pero de donde surgió el árbol que dio su origen? ¿Por qué razón Rikudou creo el Ninjutsu? ¿Por qué enseñarles a los humanos a usar el chakra? Si el sabio de los seis caminos supo ser tan poderoso y anciano, también pudo haber razonado que los humanos se matarían unos a otros con el uso del chakra. ¿Qué peligro mortal previno, para tomar el riesgo de dejarles esas armas aun conociendo las consecuencias? ¿Sería que pudo prever el retorno de la guerra entre demonios y ángeles?

Mientras pasaban los días entre entrenamientos y estudios pacientes. Karin Uzumaki estaba preocupada por otros asuntos más “terrenales”. Su capacidad de captar el chakra en los alrededores se estaba apagando. Y ella estaba segura que su habilidad no se resentía para nada. Era el chakra de las personas. Eso estaba desapareciendo. ¿Entonces qué ocurría? Tuvo que investigar. Su curiosidad pudo más que la advertencia de aquellos demonios que la persiguieron hace días. Cruzó por varios poblados en la búsqueda de una respuesta, hasta arribar a la frontera con el país de la tierra. Ellos habían venido de ese territorio hacía poco. Pero por otro camino.

-¿Qué rayos? –se dijo a si misma sorprendida.

Veía un gran ejército realizar movimientos de combate. Sobre un poblado que se incendiaba y moría por la invasión. Las criaturas no eran demonios. Tampoco parecían provenir del infierno. Era como si todos los cementerios del mundo hubiesen vomitado a los cadáveres que poseían. Muertos. Muertos-vivos. Cuerpos caminantes que armados rústicamente atacaban a los aldeanos y lo asesinaban. Karin Uzumaki se ocultó lo mejor posible sintiendo terror. No podía captar a esos monstruos para nada. Eran como si no estuviera ahí realmente. Pero los gritos de muerte eran reales. Y esas criaturas eran la causa. Luego, observo el accionar de otras criaturas que solo podía reconocer en característica con vampiros. Rápidos y feroces. Armados con armaduras y armas. Pero apelando a sus mordidas para tomar la sangre inocente. Se extendían por los flancos del poblado causado el caos entre los que intentaban huir.

-cielo santo…-balbuceó Karin- todo el mundo está muriendo. Todos vamos a morir.

Era demasiado. Era injusto y tonto. Karin se decía a si misma que además de demonios o diablos, ¡ahora también había no-muertos! Era como si todo el mal se hubiese decidido a acabar con la tierra y los humanos en ella. No paraban, no se detenían por nada. Iban avanzando como si el final fuera inevitable. Obviamente, regreso furtivamente a la caverna donde lord Orochimaru y Sakura Haruno convivían. Relatando esta nueva información, ambos se quedaron sorprendidos de esos “no-muertos”.

-probablemente venga del mismo lugar que los demonios, -dijo Orochimaru- solo que usan edo-tensei.

-esas criaturas no son como el edo-tensei….-chillo Karin molesta que no la tomaran en cuenta apropiadamente- son monstruos.

Sakura no decía nada. Un breve repaso de la gama de recuerdos que tenía sobre Karin Uzumaki, le hizo reflexionar profundamente. Sus gestos y su desesperación eran latentes. Aunque antes la había notado exagerada en otros aspectos. Nunca perdía realmente la cabeza hasta lograr encontrar alguna situación que le diera mucho miedo. ¿En resumen? Ante la improbabilidad de haber caído en una trampa ilusoria, estaba diciendo la verdad.

Orochimaru tal como era esperado, minimizo la situación. A él no le importaba este mundo y sus habitantes. ¿Por qué debía importarle la alianza Shinobi? Al mismo tiempo, Sakura observaba que su “compañero”, estaba más interesado en que ella no desviara su estudio de las cuevas para abrir un portal cuanto antes. ¿Qué pasaría si Sakura decidía regresar a la guerra? se perdería del único ser en la tierra aparte de los diablos, que podría proveerle una línea directa con el infierno. Orochimaru intentaba mostrarse conciliador con Karin, aduciendo que la alianza Shinobi triunfaría. Pero en realidad no le importaba. Solo que Sakura continuara investigando.

¿Qué hacer? Se preguntaba la pelirosa. Con sus nuevas habilidades incorporadas recientemente, más las que sumaría de continuar absorbiendo barreras de sangre perdidas y conocidas, pronto ella sería tan poderosa como para definir una guerra. Pero esa no era su misión. Tenía un trabajo aún más duro por realizar. La alianza triunfaría sin ella. Porque en realidad nunca la necesitó para conseguir anteriores éxitos. La alianza tenía a los Kage. La alianza tenía a Sasuke Uchiha.


Algunas horas después, Sakura Haruno estaba en la ducha. Era una parte de la cueva que había sido reformada por Orochimaru para que ampliara a la ya existente de los demonios. Allí tenia cocina, baños, habitaciones, laboratorios y biblioteca. Se notaba que había pasado muchos años reconstruyendo estos lugares, en búsqueda de mantenerse oculto del hostigamiento de los cazadores especiales ANBU que lo buscaron en todas las épocas. El baño tenía una ducha grande, donde varias personas podían asearse al mismo tiempo.

Como Orochimaru había elegido encerrarse en el laboratorio. Sakura tenía la tranquilidad de algunas horas para relajar su cuerpo en un baño especial. Luego de desnudarse y adoptar frente al espejo la imagen de la mujer en que se había convertido, decidió tomarse tiempo para jabonarse y disfrutar la privacidad. Fue casi media hora después, cuando bajo la ducha recibió compañía.

Karin ingresó a los baños con la misma intención del aseo. Así, ambas compartieron la zona sin quererlo ni esperarlo. Sakura se mantuvo en silencio bajo el agua. Mientras que Karin no dejaba de hablar hasta por los codos, producto de los nervios. La pelirroja Uzumaki era quien veía con más claridad los cambios operados en Sakura Haruno. El chakra de la Kunoichi de Konoha, se trasformaba poco a poco. Adoptando matices increíbles. De pronto, en algunas situaciones desaparecía. Solo para regresar más fuerte y más vital que nunca. Pero lo realmente peligroso de Sakura, era que poco a poco parecía estar adoptando el pensamiento general de Orochimaru. El mundo comenzaba a importarle un comino. Solo sumar poder y aprender sobre los demonios. Y Karin, era la única de ese trio según su propia visión, que no quería tener que saber nada con un viaje al infierno. ¿Acaso Sakura consideraba la locura de viajar, tal como lord Orochimaru?

-el mundo será destruido sino hacemos algo…-le dijo cuando ambas se duchaban una junto a la otra- tú tienes el poder para cambiar eso. ¿Te quedaras oculta aquí, sin hacer nada?

Sakura ni la miró. Solamente se mantenía cerrado sus ojos jade y dejando que la regadera le proveyera de agua. Karin podía recordar a esa misma mujer, algunos meses antes cuando bañándose se cubría con la toalla de la mirada de otras, y siempre tenía esa sonrisita de timidez. Ahora parecía invulnerable, y ciertas partes de su cuerpo se habían “incrementado” levemente. ¿Será natural? ¿O ella había usado esa monstruosa habilidad de adaptación para hacerse un poco más voluptuosa? Era leve, pero quien la viera dos veces desnuda lo notaria.

-tramposa…-gruñó Karin apenas, y eso finalmente le hizo sonreír levemente a Sakura. Aunque enseguida recuperó la compostura. –solo espero que Sasuke-kun este bien.

-No te preocupes por Sasuke. –Le apuntó la rosa confiada- si tan solo lo conoces un poco, deberás saber que cuanto más grande es el enemigo, mayor es su emoción y capacidad de derrotarlo. Sasuke odia perder. Odia perder tanto o más, de lo que le gustaría ganar. Y eso hace una gran diferencia.

-¿Qué quieres decir?

-demonios o diablos. Muertos o vivos. Ángeles o humanos. –Enumeró Sakura descuidadamente- pronto todos deben aprender la lección con igual dolor. Nadie debe subestimar….el orgullo de Sasuke Uchiha.




*******************************************************


El ambiente estaba pesado….


Sasuke comenzó a combatir con el ángel solar. En un supuesto entrenamiento, que era indicado para medir la fuerza de ambos mutuamente. Las tropas que estaban de prácticas en los campos aledaños, detuvieron sus batallas para sobrevolar la zona de conflicto y observar esa particular pelea. Sasuke se sentía en la plena forma, así que le sorprendió muchísimo que al comienzo mismo de su batalla contra el ángel, empezara a escasearle el oxígeno y su cuerpo se sintiera muy pesado. Utilizó su katana Chokuto, y algunos shuriken que pretendieron sorprender al rival. El ángel solar sin embargo, era un guerrero formidable. Sus alas eran fuertes y podía remontar vuelo con la facilidad de un ave. Su cuerpo era macizo, y su técnica con esa espada de plata no tenía comparación. Sin embargo, el sharingan del Uchiha lo podía anticipar todo.

Pronto, fue evidente que la velocidad del ángel se incrementaba, mientras que Sasuke tenía problemas para mantener un ritmo decente de batalla. Era algo en el aire, hasta el momento anterior al combate siempre pacifico. Pero ni bien comenzó a tratar de hacer daño a la criatura celestial, se volvió pesado e inestable.

-es un truco….-pensó Sasuke molesto al comprobar las primeras cortadas en su cuerpo- él debe estar controlando el ambiente de alguna forma- mi cuerpo se debilita.

-El odio te hace débil humano…-le anunció el ángel seriamente y atacaba sobrevolando la zona, para caer en picada y acometer con la espada- no puedes respirar, ni combatir, ni siquiera pensar cuando permites al odio dominar.

-patrañas….-pensó el moreno jadeando y defendiéndose como podía- el odio hace fuerte al sharingan. El odio ha hecho de mí, un guerrero imbatible.

-Cuanto más dejas que el odio te domine, -apuntó el ángel llamado Tanep- consumes tu fuerza, tu vida….y hasta tu alma.

La criatura descendió y comenzó a combatir cuerpo a cuerpo contra Sasuke. El Uchiha ya no se podía mover rápidamente y su katana era lo único que estaba evitando una derrota aplastante. Los choques de espadas hacían saltar chispas, el ángel no tenía intenciones asesinas, simplemente era un entrenamiento. Un conocimiento de los alcances de poder en el otro. Una prueba, que Sasuke Uchiha estaba fallando.

-el odio no exige razones….-añadió Tanep produciéndole un corte en el pecho a Sasuke que pudo ser peor, si el Uchiha no previera los ataques con sus ojos- el odio te hace olvidar quien eres. Y lo que realmente puedes hacer.

Sasuke dio un salto rápido hacia atrás apartándose y haciendo sellos con una mano declaró:

-KATON, JUTSU BOLA DE FUEGO.

El soplido generó una llamarada furiosa que sorprendió a todos los espectadores. ¿Qué hacían los humanos con tales poderes? ¿Magia de fuego como los demonios? ¿Acaso habían comenzado adorando al dios de los infiernos? Tanep no se conmovió, simplemente pronuncio palabras como un rezo, e hizo una marca semicircular en el suelo frente a su posición con la espalda plateada. Una especie de barrera celeste surgió de ese corte en la tierra, deteniendo completamente el efecto del fuego llegando de frente a él. Como un escudo espiritual. Así, cuando la bola de fuego se disipó, el ángel se conservaba intacto.

-el fuego de tu odio no te servirá en Celestia. ¿Es todo lo que tienes?

Había intentado con el Chidori, y también con variadas técnicas elementales. Pero el ángel era un guerrero experimentado. No caería fácilmente. Entonces, los ojos de Sasuke cambiaron, activó el Magenkyo sharingan y su cuerpo comenzó a dolerle terriblemente. Era como si el poder de sus ojos le hiciera daño personalmente. Sin embargo, eso no le detuvo. Estaba furioso porque veía que su rival estaba jugando con él. El ángel no combatía con todas sus fuerzas, solo parecía un maestro dando palizas a su estudiante malcriado. Sasuke era un guerrero orgulloso. ¡Nunca iba a permitir que se burlaran de él así!

-desaparece….-gruñó molesto el Uchiha- AMATERATSU….

De pronto, el brazo armado del ángel comenzó a incendiarse espontáneamente. La criatura observo con más sorpresa que dolor, al fuego negro devorar su cuerpo. Se sintió paralizado por un momento, pero mientras realizaba un rezo para detener el efecto del fuego negro, Sasuke caía de rodillas gritando con un inmenso dolor en su cabeza. Se tomaba el cráneo como si tratara de evitar que explotara por la sensación. Sus ojos le ardían tanto, que parecían estar quemándose por el mismo Amateratsu que había arrojado hacia el ángel.

-impresionante….-declaro Tanep con tranquilidad, y con unos paces mágicos de la mano no afectada por las llamas negras, comenzó a crear agua brillante de la nada – pero bastante imprudente.

El ángel hizo aparecer agua de un celeste brillante de la nada frente a él, y la colocó sobre el fuego negro logrando controlarlo y extinguirlo. Mientras tanto, Sasuke yacía de rodillas algunos metros más allá, totalmente afectado por su propia técnica. Estaba agotado y jadeante. Estaba muy herido y débil. Pero utilizó toda su disciplina y orgullo, para aun ponerse de pie fieramente. Ayudado por su katana clavada en el terreno. Jamás se rendiría.

-no ha terminado….-declaró furioso- si crees que evitaras que regrese a la tierra….

-¿quieres aun regresar a tu mundo en ruinas? –Interrogó Tanep fríamente- ¿para destruirlo, o para salvarlo?

-¡cállate! –Bufo molesto el Uchiha- ¡tú no sabes nada de mí! ¡No creas que dudaré un segundo en destruir todo este maldito lugar hasta los cimientos! ¡APARTATE, AHORA!

Tanep le miraba neutralmente. Era indudable que su odio estaba fuera de control. También era penoso, que el mismo no se diera cuenta que ese odio lo limitaba. Si acaso hubiese entrado a este combate sin activar su instinto asesino, habría notado casi enseguida que el ambiente de Celestia no le afectaría para nada. Pero desatada su energía negativa, toda la dimensión se volvía en su contra. Era como lugar con un peso imposible de cargar. Aun así, había sido un rival digno. ¿Hasta dónde llegaría su verdadero poder? ¿Podría el mismo trasformar su oscuridad en luz?

-el combate ha terminado….-dijo Tanep guardando su espada en la vaina de su cintura- no puedes tenerte en pie. Deja a los querubines atenderte en el hospital. No puedes volver a la tierra. No habrá más guerra para ti. Resígnate.

-je….-sonrió de lado el Uchiha- será mejor que te prepares. Cuando termine contigo….desearas que me marche más que ninguna otra cosa…..SUNSANOO….

Un aura de chakra espiritual se desprendió de Sasuke. Todos los espectadores observaron un alma gigante formándose sobre el humano. El dolor era insoportable. Todo el espíritu guerrero era una gran masa de odio solidificándose. Creció algunos metros, y se hizo difusa. Sasuke tuvo que gritar espantosamente porque el dolor de crearlo era inconmensurable.


-¡¿QUE RAYOS HACES?! –Le grito Tanep visiblemente preocupado- ¡¿ACASO NO ENTIENDES QUE TU ODIO PUEDE MATARTE?! ¡DESACTIVA TU PODER! ¡HAZLO O MORIRAS!

Varios ángeles sacaron armas de contención. Todos comenzaron a preocuparse por la salud del humano. Su poder lo estaba aplastando. Y el sujeto no hacía más que desafiar sus propios límites. Varios incluidos los sacerdotes y médicos, se arrojaron a la posición de Sasuke para detenerlo. Pero el Uchiha apretó los dientes y soltó todo su chakra para formar completo a Sunsanoo. El guerrero espiritual antes difuso, se erigió imponente por sobre todos. La armadura lo rodeo y su escudo y espada también se conformaron completamente. Estaba completo, aun en un ambiente totalmente hostil a su poder. Era magnifico de ver, parecía un titán en tierras de ángeles. Tenía el tamaño de un dragón adulto. Jamás habían visto a una criatura desplegar un poder así.

-imposible….-susurró Tanep sorprendido- lo ha….conseguido….

-je je…..je….-sonreía de lado Sasuke en medio del vientre del espíritu- nunca me subestimes.

Dicho esto, Sasuke perdió el conocimiento y se desmayó. Sunsanoo fue desapareciendo poco a poco, volviendo al origen donde el humano lo había intentado convocar. Sasuke quedo boca abajo en el suelo y los médicos se acercaron para asistirlo. Había sido digno de presenciar. No solo se trabó en batalla con poderoso ángel solar, sino que usaba el odio como fuente de poder en la mismísima dimensión de Celestia. Ni siquiera los diablos más poderosos podían lograr eso. Por esa razón ningún ejército infernal había invadido territorios de ángeles en muchos eones. Pero ese humano pudo hacerlo. Soportando todo el peso de su propio odio. Luchando hasta lo imposible. Tanep no lo podía concebir.

-es imposible….-dijo mientras veía como los médicos se lo llevaban- ¿este es el poder de los humanos?

Sin siquiera esperarlo, por una pelea de rutina, en los mismísimos montes de Celestia había comenzado una revolución. Y toda revuelta empieza por generarla un rebelde. Un trabajo perfecto, para aquel que ahora era conocido en dos mundos distintos como…

Sasuke Uchiha.


Fin del capítulo.
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Mensaje por maykel24 Mar Oct 27, 2015 9:19 am

El capitulo estuvo excelente, como ya nos tienes acostumbrados pero debo decir que le perdí el hilo a la historia (por el tiempo en que estuviste ocupado y no podías seguirla) y he tenido que leérmela de nuevo aunque sirvió de algo pues ya ves la historia con la mente más abierta y sumergirte completamente en este mundo de fantasía que son las letras y sus combinaciones.

Sakura ha demostrado una gran evolución y gran es un adjetivo muy pequeño.

Dominar el senjutsu a tal nivel de modificar su genética y añadir barreras de sangre a su cuerpo, algo realmente magnifico ya para mi dejo de ser una humana y esta entrando o tal vez y ya se convirtió en una diosa, aunque claramente tiene que acostumbrarse y pulir todos sus poderes ya que al parecer le falta mucho por descubrir.

Y por supuesto entrar a los 7 infiernos en busca de Naruto.

Gracias por el capitulo y por esta historia : D

¡Hasta la próxima!
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Mensaje por Mat, Sáb Nov 21, 2015 12:49 pm

Sasuke va al cielo... 1 dia despues ellos ven que un loco llenandose de odio, rencor y deseos de destruir todo los va a hacer mierda por cosas que ellos no hicieron ni tienen la culpa, pero igual trataran de salvarlo y tendra a una chica tras el queriendo ayudar

Esto parece el manga O.O


Buen capitulo XD
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Mensaje por arminius Sáb Nov 28, 2015 4:27 pm

para mat......sasuke fue al cielo...y le dieron una paliza. naruto fue al infierno....y le dieron orgias hasta casi matarlo.....

soy yo amigo mat.....no me compares con el cannon por el amor de Kami-sama. XD



CAPITULO 29: SIETE DE LA SUERTE


El Segundo Infierno llamado Dis, también era conocido como “La Ciudad de Hierro”. Una urbe de gigantescos palacios, torres monumentales y extensas avenidas que parecían no acabar jamás. Todo en Dis estaba hecho de hierro, y todo este hierro estaba siempre incandescente. La piel expuesta se quemaba y descascaraba en cuestión de minutos, mientras que las botas comunes se derretían tras una corta caminata.

Lo único que parecía no estar hecho de hierro en Dis eran los esclavos. Siempre obligados por sus pérfidos torturadores a arrastrarse casi desnudos por la ciudad, atrapados en profundos calabozos donde lo único que los acompañaba en la oscuridad, eran los gritos de dolor. O tal vez forzados a trabajar en increíblemente inútiles obras monumentales, construyendo una torre de hierro solo para que al terminar el titánico trabajo, llegara otro equipo de lamentables esclavos con la misión colosal de demolerla.

Cuando Naruto y los Biju que lo acompañaban atravesaron los dominios de Tiamat, se encontraron con un murallón de hierro y el estrecho pasillo que permitía rodear la estructura sin ingresar en la ciudad. Lo más obvio hubiese sido evitar la población de ese infierno. Pero desde la altura de las torres de vigilancia era fácil observar el movimiento de quienes quisieran evitar la zona.

-Debemos ingresar…-dijo Nibi- los guardias pueden verlo todo desde las alturas. Además, la entrada al tercer infierno está dentro del primer anillo defensivo de la ciudad.

-¿Cómo sabes eso? –Consultó Naruto sorprendido- ¿Acaso conoces este lugar desde antes?

-Estoy segura que jamás estuve aquí –definió la Biju con el aspecto hermoso de Yugito Nii- pero al mismo tiempo….

-Puedes saber todo de este lugar –añadió Ichibi mirando tan tétricamente como lo hacía Gaara –me ocurría igual, cuando estábamos transitando el primer infierno.


Dejaron el asunto de ese tamaño. Todos tenían el mal presentimiento de la relación directa entre los Biju y Baator. No querían admitirlo, pero la teoría que los hacia pertenecer originalmente a esa horrible dimensión, cobraba más y más fuerza.

La ciudad de Dis parecía interminable. La primera entrada era casi tan grande como las montañas más altas. El murallón de puro hierro intimidaba. Y las cantidades enormes de tropas que yacían en las almenas, daban un aspecto de invulnerabilidad. Sin embargo, no hubo guardias que intervinieran en la entrada principal. El primer anillo de la ciudad era una planicie de varios kilómetros donde abundaban las minas de azufre, gemas y por supuesto el hierro. Era la única parte de la ciudad cuyo suelo, podía ser excavado. También, era una de las pocas zonas en todo Baator, de la cual se podía extraer el famoso “hierro negro”.

Miles, tal vez cientos de miles esclavos eran azuzados por los latigazos de diablos perversos para trasportar los minerales hacia el territorio interior de Dis, donde un segundo murallón podía avizorarse a la lejanía. Sin dudas, la parte más “noble” de la población diabólica.

-¿Qué sabes de todo esto Nibi?-le preguntó Gobi convencido de que su hermana podía darle mejor información que el explorador más avezado.

-Las almas esclavizadas por los diablos están condenadas a trabajar por toda la eternidad en estas minas. Sin embargo, -prosiguió la gata serenamente- los menos afortunados son constructores en interior de Dis. Todo es de hierro, suelo, muros, casas, torres. Todo hierve, y señor de este mundo observa su ciudad desde la torre más alta.


Claramente podía notarse cual era. La torre de hierro principal destacaba por kilómetros de las otras. ¿Qué clase de posición defensiva tenía el diablo líder en un lugar como ese? Seguramente tenía millares de tropas acuarteladas ahí. ¿Por qué tan amurallado? La ciudad parecía impenetrable.

-¿Algunos de nuestros hermanos están prisioneros ahí? –consultó Gobi, siempre practico.
-No….-definió Nibi tranquilamente- ese lugar….era mi destino. Cuando me capturaron, escuche de los diablos que me trasportaban, venia hacia este lugar. Hacia Dis.


La ciudad tenía fama de ser la más grande de todo Baator. Y tanto Naruto como los Biju creían que ese rumor estaba bien en lo cierto. Incluso desde la alta montaña donde habían atravesado, nunca pudieron apreciar totalmente la extensión de la ciudad. Era un sitio de interminable. Tal vez cubría la totalidad del territorio del segundo infierno. ¿Quién podría recorrerla? ¿Quién se atrevería a atacarla?

-Oigan ustedes….-les interrumpió un diablo de aspecto humanoide y piel azul- ¿Por qué no están trabajando en la cantera? –hizo chasquear el látigo en su mano y pronto una comitiva de al menos 15 diablos rodearon al grupo de Naruto. –no tengo idea de donde vienen. Pero aquí se trabaja para Dis, o se muere. ¡De rodillas y bajen sus armas! ¡Están arrestados!


Gobi y el Ichibi miraron a su alrededor. El número de 15 pronto se aumentaría, si acaso un escándalo se desataba. Había como 200.000 esclavos. Con su correspondiente diez mil o quince mil de guardias armados para vigilarlos. Tropas de Dis vigilaban los murallones, y otros batallones recorrían toda la planicie guardando el orden. Sin lugar a dudas una revuelta de esclavos era una mala idea para criaturas débiles y adheridas a grilletes por toda la eternidad. Pero no era el caso de Naruto, o los Biju que viajaban a su lado.


-¿Sabes….? –dijo Naruto sorprendiendo a sus compañeros, avanzando hacia aquel diablo con una sonrisa maligna- he notado que tú y tus esbirros esclavistas no están… “trabajando” –la garra rojiza en el brazo derecho de Naruto recorrió un trozo de hierro que sobresalía del suelo, como si afilara sus uñas en el- supongo que debemos obedecer a las costumbres del lugar.


Algunos diablos avanzaron sobre el rubio, pero caminando con tranquilidad entre ellos los fue asesinando de manera fría y efectiva. La garra actuaba como una katana, y la postura impermeable de Naruto hacia mella en el ánimo de los Biju. ¿Cómo podían comparar aquel violento semi-diablo con el verdadero Naruto Uzumaki? ¿Hasta dónde tendría control de sus actos? ¿Podría distinguir amigos de enemigos? Se mantuvo tranquilo no obstante, moviéndose rápido y usando su fuerza para matar. Hasta que la sangre de los enemigos le mancho su rostro. En ese momento, relamió con su lengua como si probara ambrosia. Su actitud cambio drásticamente. Su sonrisa se hizo maligna y todo el poder de furia se desato nuevamente.


Y allí mismo empezó una revuelta. Naruto no parecía el mismo sujeto que tanto conocían los Biju. Apenas invitado a pelear, desencadenó una matanza de proporciones bíblicas. Los guardias de los alrededores se abalanzaron sobre el grupo de Biju, que comenzó a responder con dureza. Gobi, que tenía el aspecto de su antiguo jinchuriki llamado Han, utilizaba soplos de su vapor corrosivo para derretir enemigos. Ichibi solo se cruzó de brazos y comenzó a manipular la tierra a su alrededor. Había guardado un cántaro de arena que recogió en Avernus. Esa arena le servía para autodefensa, mientras que la tierra circundante se convirtió en muerte para quienes se lanzaban sobre el o sus hermanos. Nibi fue la que tardó más en reaccionar. En realidad no le parecía buena idea comenzar una masacre sin sentido. Pero viendo a Naruto actuar, viendo su sangriento paso en los alrededores del grupo, sintió la irrefrenable necesidad de acompañarlo. De igualarlo. De ser como él.

Naruto asesinaba…

Sus golpes eran demoledores, su velocidad escalofriante. Lentamente, había entrado de lleno en un frenesí de batalla que no hacía más que aumentar. Su seriedad mutó en risa escalofriante, y los cadáveres no dejaban de acumularse.

-¡tenemos que salir de aquí! –Les gritó Gobi a sus hermanos, que mantenían un círculo cerrado defensivo- ¡las tropas no tardaran en venir a reforzar a los esclavistas!

-¡VENGAN A MI! –Chillaba Naruto en lenguaje infernal- ¡VENGAN POR MI SANGREEE!


Se había separado de sus compañeros, los había dejado atrás, y nada ni nadie lograban detenerlo. Pronto los batallones de diablos salieron del núcleo interno de la ciudad y se alinearon contra la zona de las minas en franca revuelta. Al menos 40.000 soldados ataviados como armaduras y armas hechas de hierro oscuro se prepararon para controlar la situación. Bloques compactos de tropas. El portón interno de la ciudad estaba a varios kilómetros, pero pronto las tropas llegarían a la zona de las minas. Sin embargo, aunque la batalla pudiera parecer totalmente despareja, los Biju no estaban fuera de sus cabales como para no igualar la situación.

-Libres…-susurró Ichibi tranquilamente.

-¿Qué dices? –preguntó Nibi defendiéndose con Tayjutsu cerca de él.

-Son libres….-insistió el mapache- todos son libres.

De pronto, los esclavos cercanos que hasta el momento solo eran observadores temerosos de las peleas, sintieron que sus grilletes y collares en los cuerpos se derruirán hasta desaparecer. La arena de Ichibi había internado bajo el terreno destruyendo cadenas y dejando sueltos a los esclavos. Sin embargo, la matanza entre soldados armados y esclavos tratando de ayudar a otros prisioneros más lejanos no sucedió. Nibi tenía otro plan, para distraer el paso del grupo por el medio del caos.

-Que los muertos regresen por su revancha. –Anunció la gata emitiendo una colosal cantidad de chakra color azul- levántense mis guerreros fallecidos, y expandan sus alientos de muerte. NO HAY DESCANSO PARA LOS MALVADOS.

Era un campo donde durante siglos hubo cadáveres. Los esclavos que morían trabajando, morían todo el tiempo. Incluso decenas de esclavistas habían visto el final de sus días en esa zona. ¡E incluso tropas! En guerras antiguas entre diablos de diferentes capas. En batallas donde intentaron tomar la gran ciudad de hierro y fallaron. ¿Cuántos millares de cuerpos yacían enterrados en las afueras de Dis?

El poder de Nibi, se manifestó en su máximo esplendor. Cientos, miles de cuerpos surgieron de la tierra circundante. Los Biju se acercaron a la posición de Naruto, que acababa de despachar al último de los 40 diablos que se animaron a plantarle cara. La sangre ajena recorría el cuerpo de rubio y su brazo armado, parecía más rugoso y vital. El ojo derecho, había cambiado de color, en lugar del azul humano, ahora dominaba un negro profundo como tinieblas. Su sonrisa de pura maldad, atemorizaba al más valiente. Había bebido sangre de enemigos, y aun tenia sed.

-Naruto…-le dijo Gobi aun conservando la distancia por prudencia- debemos irnos.

El rubio no le atendió, se estaba inclinando para tomar del cuello a un diablo que aun rogaba por su vida, y se lo quebró como una rama frágil. Matar nunca había sido una opción para el humano que fue. Pero ahora, lo disfrutaba mucho. Era natural, parte de sí mismo.

Los cadáveres reanimados en tanto, usaban lo que tenían a mano. Armas enterradas, herramientas de trabajo, piedras o trozos de hierro. Fueron caminando o arrastrándose lentamente hasta posicionarse frente al ejército que venía desde el interior de Dis. Y sin temor o duda alguna, se lanzaron sobre esas tropas y una batalla cruenta comenzó. Desde luego los soldados totalmente equipados no tenían problemas para despachar a sus enemigos provisoriamente revividos, pero les llevaría tiempo. Les distraería en definitiva.

-Naruto debemos irnos….-le apuntó Gaara al rubio.

-Esta no es nuestra pelea Naruto, -le recordó Gobi tomándolo firme del brazo humano y haciendo que el rubio al fin le pusiera atención- ¡contrólate! ¡No te dejes arrastrar por la sed de sangre!

Naruto les miraba con cierto autismo. Era como si por primera vez los estuviera viendo en la vida. Tardó algunos segundos en reconocerlos, y su chakra volvió a tomar cause regular. Aunque antes, sucedió un extraño fenómeno para los tres Biju que lo atestiguaban. Naruto tomó aire profundamente, y todos sintieron como sus chakra eran absorbidos por un instante. Incluso el ambiente mismo se estremeció ligeramente. La tierra circundante vibró, como el comienzo de un sismo. El aire se hizo mucho más liviano, como si faltara oxígeno.
Y luego nada más, todo había regresado a la “normalidad” del ambiente. Incluso Naruto, que con mirada preocupada de color celeste, les indicaba que había regresado.


-¿Qué ha pasado? –Consultó el Uzumaki- ¿Qué hice?

-Bueno… -argumentó Ichibi siempre tranquilo y de brazos cruzados- es gracioso de hecho…-aseguraba sin emitir ni un gesto- veras….todo comenzó cuando…

-¡LUEGO LUEGO LUEGO…..AHORA VAMONOS DE AQUÍ! –les gritó Gobi y parándose frente al grupo, ocultó el escape lanzando una densa capa de niebla de su soplido feroz.


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Algún tiempo atrás….

Entre las ruinas de una de las tantas ciudades abandonadas del séptimo infierno. La Biju de siete colas despertó. Su cuerpo ya no era enorme. Tampoco sus alas cristalinas. El cuerpo de contextura pequeña y piel morena, Chomei lo reconocía como propio. Aunque no entendiera lo que sucedía. La ciudad abandonada estaba llena de estructuras y pertrechos desperdiciados. Caminando con dificultad, desnuda y vulnerable. Buscando entre la basura algo de utilidad. Le tomó un par de días aprovisionarse. Algunas armas antiguas y oxidadas. Comida podrida. Ropa vieja que cubriera su cuerpo con aspecto “humano”. Se pudo mirar en un antiguo espejo abandonado. Solo para comprobar que tenía el aspecto de Fu. La Kunoichi que fue alguna vez su jinchuriki.

Chomei salió de entre las ruinas, y se sintió sola como hacía mucho tiempo no sucedía.

Mentalmente, intentó comunicarse con sus hermanos. En la tierra, siempre había podido sentirlos y hablar con ellos. Ahora solo existía el silencio. Le tomó tiempo adaptarse a la rudeza del infierno. Pero finalmente aprovechó sus conocimientos del lugar para sacar beneficio. En la Ciudad principal del séptimo infierno llamada Malagard, el dominio de Archidiablo Baalzebul era inatacable. Pero el comercio, los tráficos de esclavos, sangre y almas; eran una ley no escrita en todo el lugar. Las ostentosas edificaciones. Los miles de trabajadores, escultores y orfebres, que forjaban la magnificencia de la nueva ciudad con apego casi suicida. Estaban obsesionados con la perfección de todo. Llegaban al punto de destruir una edificación completa, por el simple hecho que una columna o un pórtico no eran lo suficientemente “esplendoroso”.

En ese mundo extraño despertó Chomei. Esa extraña llanura que parecía infinita, desde donde se podía conectar decenas de ciudades abandonadas. Y solo un par de ellas habitadas. Las demás constituían la decadencia y el desperdicio total.

Pero en la actualidad….

Ese bar donde Chomei se encontraba, estaba atestado completamente. En la zona más baja del barrio de Ulr, existía una especie de taberna con casino clandestino en su interior. El bar era una fachada, porque las reales ganancias del lugar se hallaban principalmente en su zona de apuestas. Había de todo, cartas, dados, ruleta y otros juegos donde se apostaba sangre, almas o esclavitud eterna. Por supuesto el oro y las piedras preciosas eran botines apreciados también. Servían para comprar mucho de lo que la más grande ciudad de todo Maladomini ofrecía.

Ella llegó de la nada. Nunca vieron a una criatura igual.

El aspecto de la Kunoichi Fu, una hembra humanoide pequeña y de aspecto tísico, no aportaba en los diablos del lugar un sentido de alerta. ¿Qué podía esperarse de ella? Absolutamente nada. Solo era una apostadora, que llegó de la nada y casi siempre se llevaba cuantiosas ganancias en las noches de apuestas clandestinas. Cientos de diablos, mercenarios, soldados, esclavistas, y hasta guardias de la ciudad fuera de su turno, se gastaban sus posesiones hasta quedar vacíos. Había hembras que sin dinero, apostaban su cuerpo. La lujuria fue el arma que muchas usaban para seguir con vida, en un ambiente donde las violaciones y el masoquismo eran pan de todos los días.

Sin embargo, aquella hembra viciosa y amante del número 7 como jamás se había conocido, no era precisamente una “florecilla indefensa”. Si bien aguantaba insultos de rivales circunstanciales con una sonrisa socarrona, no consentía ser subestimada. Por ejemplo, tendía a ponerse muy violenta y asesina cuando algún diablo no quería pagar su apuesta, luego de haber perdido ante ella. O peor aún, hubo algunos que intentaron robarle sus ganancias a la salida del casino. Los cuales, fueron encontrados muertos algunos días después, en un callejón.

En resumen, Chomei estaba en su salsa. Y cada vez acumulaba más dinero o artículos valiosos. Por ello, y por milésima oportunidad en el juego de dados (su favorito), tomó en su diestra los dos cubitos hechos de huesos y los lanzó confiadamente sobre la larga mesa:

-ven a mí, siete de la suerte….-susurró la joven de cabellos verdes con una sonrisa confiada.

Los dados botaron, chocaron entre sí, para finalmente enseñar dos figuras esperadas. Un tres en compañía del cuatro.

-¡maldita seas mujer! –gritó furioso el líder un grupo de mercenario que acababa de perder todo su dinero. -¡te maldigo mil veces!


El resto de los apostadores tampoco estaban nada felices, pero sus impulsos de matar a esa perra suertuda tenían que ser detenidas como fuera. El casino estaba bien custodiado por guardias pagados. Sujetos contratados por los dueños del lugar, con la misión de evitar cualquier desastre.

-Gracias gracias….-sonrió inclinándose con burlesco gesto de disculpa- solo dime “7 de la suerte Chomei”. Y entrega todo tu dinero antes de marcharte cariño.

Un cuantioso montículo de monedas doradas, cristales de almas y de sangre se acumuló rápidamente. Era cosa de todas las semanas ver a esa niña “limpiar” a los mejores apostadores como si fueran críos inocentes. Jugaba cartas con suma habilidad, tenía intuición con la ruleta y en los juegos de dados era infalible. Muchos protestaban con los dueños del casino, y jamás obtenían el beneficio de verla ser expulsada por tramposa. No era que supieran como lo hacía, sino que simplemente Fu había “arreglado” con los dueños de los antros que recorría, para dar parte de sus ganancias a los propietarios de cada bar o taberna. ¿Expulsarla? Los dueños estaban más que complacidos con su presencia.

Chomei sin embargo, no estaba metida en las rondas de apuestas por solo dinero. Su motivo oculto, era captar información. En esos lugares bajos y clandestinos, se movían los sujetos más habladores y mejor informados de todo Maladomini. Allí la Biju de siete colas aprendió cosas sobre el líder de todo ese infierno. Un Archidiablo llamado Baalzebul. Una especie de Babosa diabólica gigante que tenía afición por los castillos majestuosos, la perfección en todo sentido y las conspiraciones monumentales que trataban de alcanzar a sus “colegas” de otros infiernos superiores o inferiores, y así derrotarlos para apropiarse de más poder o territorios nuevos.

Chomei aprendió sobre los diablos líderes de otras capas, y sus diferentes disputas que llevaban siglos. Por ejemplo supo que Baalzebul, Archidiablo líder del séptimo infierno. Tenía una alianza con Belial (señor del cuarto infierno) y era acérrimo enemigo de Mefistófeles, (quien reina en el octavo). Chomei recibía esta información con astuta atención. Sabía que entre diablos, la desconfianza y el resentimiento podían ser útiles para ponerse ella misma a salvo. Solo debía saber cuándo utilizar esos sentimientos negativos a su favor.


Supo además que mientras la ciudad de Malagard, era antro de comercio, venta de esclavos y canteras donde se extraía el mármol y la piedra que propiciaban el engrandecimiento constante de esa metrópolis. La ciudad conocida como Grenpoli, tenía la potestad de acumular la mayor cantidad de bibliotecas diabólicas y demoniacas de toda la dimensión. Millones y millones de leyes escritas, dictaban las acciones de los diablos. Aunque tenían una clara naturaleza maligna, las criaturas solían prometer por su sangre. Este hecho que para un humano no comprometía más que el honor, en el caso de los habitantes comunes de Baator, les iba directamente la vida. Además, dentro de los límites de Grenpoli había leyes especiales que hacían de ese lugar un sitio muy peligroso. Si algún ser, rompía cualquier reglamento establecido por la ciudad, la magia acumulada en las edificaciones de Grenpoli, exterminaba al incauto.

Había millones y millones de leyes. Algunas absurdas, otras entrecruzadas y con ligeras diferencias. Toda la urbe de Grenpoli era una ciudad donde la paz era artificial. Pero cual trampa mortal, esperaba a los incautos que traspasaran sus puertas abiertas, y así convertirlos en esclavos o cenizas.

Chomei había aprendido mucho de todo Maladomini. Pero el juego seguía siendo productivo y en cierta forma un vicio irrenunciable. Tomó el par de dados por vigésima vez, y los lanzó despreocupada de una suerte que jamás se apartaba de ella.

-Siete….-dijeron los que miraban desesperanzados como su dinero cambiaba de manos con esa chica- otra vez siete. Es un monstruo.

Lo había lanzado veinte veces seguidas. Siempre siete. Para toda circunstancias siete. El número de la suerte para esa semi-diablo de aspecto débil. Pero para nada su fuerza correspondía a su imagen. Cuando tuvo que luchar, demostró un tipo de energía que los enemigos no pudieron contener. Una especie de “magia” venenosa según los diablos que la observaron, aunque claramente no supiera que se trataba de chakra. Chomei podía desplegar un par de alas tipo insecto, y volar grácilmente fuera del alcance de rivales. No, definitivamente no era una presa fácil. Aun así, acumular enemigos era lo más común para un ser exitoso en Baator. Todos querían poseer lo que otro tenia. Era cuestión de tiempo antes que se animaran a intentar tomarlo.

-Esta noche no….-gruño furioso un sujeto que trabajaba en la guardia de la ciudad y lo había perdido todo- esta noche no te llevaras mi dinero maldita furcia.

Se acercó a ella por detrás, aprovechando que tomaba los dados para hacer un nuevo lanzamiento. Los demonios que servían como seguridad del bar estaban distraídos por la gran cantidad de gente en tan poco espacio. Toda la zona estaba llena. Era época de paga, y la mayoría de los bares estaban atestados. Empuñaba un pequeño puñal corto oculto en su manga, y pensaba golpear profundo por la espalda. Para luego confundirse en el tumulto.

Estaba parado detrás de ella, nadie se había dado cuenta. Apretó fuerte su empuñadura y…

Alguien que nunca vio venir, lo tomó del cuello y lo lanzó como un trapo sucio contra las mesas de ruleta. Un escándalo surgió, comenzaron a volar botellas de licor y a robar fichas en todos lados. La seguridad del lugar empezó a romper cráneos para retomar el control. Mientras Chomei se giraba tomando todo su dinero en una cola de chakra, introduciéndolo en el espacio en donde sus alas se escogían detrás de la espalda. Como si tuviera una pequeña mochila allí. Se dio la vuelta y pudo observar a dos conocidos. Los aspectos humanoides de Killer Bee y Naruto Uzumaki. Pero con solo verlos a los ojos. O ciertos aspectos de su piel donde resaltaba el color del chakra. Pudo notar que claramente no eran ellos.

-las malas costumbres no se pierden Chomei…-le dijo Kurama seriamente, mientras el sujeto que había lanzado contra las mesas lejanas era atrapado por los diablos de seguridad- aun sigues tentando la suerte.

-Onii-sama…-sonrió la joven divertida y lo abrazó efusivamente- me alegro verte bien. Creíamos que estabas perdido.

Era un gesto extraño de Chomei según sus hermanos. Ella nunca era tan emocional. Pero la sensación de soledad era terrible para ella. En la tierra, siempre podía sentir a sus hermanos y comunicarse con ellos. Pero estando en los infiernos, todo era silencio. Ahora tenerlos cerca, era la única forma de estar en contacto. Apostar, también era un método para no estar concentrada en extrañar a los suyos.

-También me alegro hermana…-le dijo el zorro en un susurro satisfecho- pero no debemos permanecer mucho tiempo en un lugar fijo. Venimos a sacarte de aquí.

La gresca en el bar se intensificó, y tanto Hachibi como Kyuubi comenzaron a dar guantazos para hacerse camino al salir. Algunos intentaron detenerlos, sobre todo consientes de las posesiones que la chica tenía consigo. Pero Kurama estaba cabreado y varios sufrieron las consecuencias mientras salía del lugar. Siempre el zorro parecía despreocupado de todo, pero en cuanto a la seguridad de sus 8 hermanos Biju, se sentía especialmente responsable. Por ser el mayor tal vez.

Chomei lo entendía perfectamente. Si bien ella había podido mantener oculta su presencia de los “altos mandos” del séptimo infierno, al estar tres de los Biju juntos era otro asunto. Aun así, no dudaba que estar al lado de sus hermanos mayores, le permitiría salir indemne de su camino fuera de Baator. Estando con ellos, podría reencontrarse con el resto de la familia y elegir que destino acontecer. ¿Quedarse en Baator? ¿Volver a la tierra de los humanos? Era un asunto para resolver en un futuro. Pero lo harían juntos. De eso no cabía la menor duda.

-Tenemos que salir de este lugar –dijo Hachibi en cuanto salieron a una calle bien transitada que los ocultaba en la muchedumbre- tenemos que “subir”, para salir de estos infiernos.

-conozco al dedillo esta ciudad…-indicó Chomei- he acumulado mucho capital en pocas semanas. No pasaremos penurias.

-¿Dinero? –Consultó Kurama apenas- ¿y porque debería preocuparnos eso?

-Porque no todo puede arreglarse con los puños Onii-sama…-le señaló la muchacha sonriéndole con burla- recuerde que aquí en Baator, somos fugitivos buscados por los líderes.

Lo sabía. Kurama lo sabía mejor que nadie. Había conocido a Asmodeus y si algo tenía claro, era que no quería volver a verlo nunca más. Para ello, tenían que ser más inteligentes, discretos y mejores en ocultarse. El dinero de Chomei podía ser una gran solución. La ciudad de Malagard tenía decenas de locales propicios para armarse y vestirse ocasionalmente. Pronto, deberían continuar su viaje. La suerte que tanto hacia conocida a Chomei por esos lares, podía acabarse en cualquier momento.


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-Oto-sama….-susurró la niña más pequeña de aquel grupo de infantes- ¿Qué estás haciendo?


Kabuto se dio la vuelta sorprendido, pero enseguida observó a los niños con una sonrisa. Le sorprendía un poco que su aspecto serpentino no asqueroso no afectara al grupo de criaturitas inocentes. Todos huérfanos, todos desvalidos y rescatados por el grupo de personas que de una u otra forma se habían aliado a Kabuto Yakushi para eludir la muerte en manos de los demonios.

En esa ocasión, como en tantas otras, un grupo de demonios había pasado por la zona aledaña al orfanato. Y en cada situación del pasado, siempre Kabuto se había encargado de eliminar a los indeseables visitantes. Su pasado como Shinobi era motivo de alegría para los adultos que administraban el orfanato. Él nunca se abría ante ellos, aunque los niños solían sacarle sonrisas y devolverle un poco de la humanidad que había perdido. Recordaba a Nono Yakushi, su madre. Recordaba los sacrificios que tuvo que hacer a lo largo de la vida.

Los años desde la gran guerra habían pasado. Kabuto ya no era aquel sujeto ambicioso que quiso adueñarse de los sueños de Orochimaru. Había perdido el camino, había perdido la esencia de sí mismo. Cometió el pecado más grande que un hombre puede realizar. Se traiciono a sí mismo, a su esencia. Por fortuna, los niños y su inocencia le devolvieron parte de la vida.

-Oto-sama….-intentó nuevamente la niña más pequeña con coletas y abrazando un osito- ¿eso son…?

-no te preocupes Akimi-chan…- le sonrió ampliamente- ellos nunca te molestaran. Vuelve con tus hermanitos a la casa. Estaré aquí un poco más. Vuelve tranquila, antes de que caiga la tarde regresaré.

Había sido una desgracia que el grupo de niños jugaran justo en esa parte del bosque. Pero al menos, la fortuna había actuado a favor de Kabuto para que ellos llegaran ya cuando el combate había concluido. Si bien tres de los doce aun no estaban muertos, pronto lo estarían, de una forma u otra.

Dos de los diablos que aun respiraban eran del tipo barbados. Verdes y horribles. Inteligentes y feroces. Pero para nada rivales para las técnicas de ninjutsu que Kabuto había aprendido. Los bisturí de chakra, eran letales contra criaturas del infierno. Al no usar chakra, tampoco podían anular los ataques con este tipo de energía. El tercer diablo, tenía el aspecto de pájaro horrible. Era un Vroc.

Kabuto lo intentó una vez más. Sus experimentos con los prisioneros era la única parte del pasado violento que no podía dejar atrás. Ya no utilizaba humanos en ello, pero no había cesado de intentar invocar ninjas antiguos con el Edo tensei. Por alguna razón, la técnica no terminaba de funcionar como en el pasado.

Ubicó en el sello a la criatura con aspecto de pájaro malévolo. A continuación, usando una muestra de sangre que guardaba de ninjas antiguos, inicio su técnica prohibida. Los cientos de papeles envolvieron a la criatura, formando un cuerpo humano del ninja muerto Sarutobi Hiusho. Experto maestro del fuego, muerto en la segunda guerra ninja. Pero cuando el cuerpo se hubo completado, y estaba dispuesto a sellarlo colocando el kunai en su cráneo, el Edo tensei se convulsionó como recibiendo una descarga eléctrica. Y enseguida se deshizo hasta dejar el cadáver del Vroc, derruido en el suelo frente a Kabuto.

-maldición…-gruñó molesto el ofídico sujeto- por más intentos que hago, esta técnica no funciona más.

Algo extraño ocurría. No era común que desde el arribo de los demonios el Edo tensei hubiera pasado a ser un jutsu inefectivo. Kabuto entendía que algo estaba fallando en ese aspecto, y era una lástima que ocurriera de ese modo. Ya que los ninjas revividos por esa técnica, podrían ser letales contra enemigos que obviamente no tenían idea de artes de sellado. ¿Por qué no funcionaba? ¿Había otros tipos de demonios con poderes sobre la muerte?

Kabuto sentía curiosidad sobre aquello. Incluso se planteó dejar sus tareas en el orfanato para viajar hacia Konoha que según se sabía, había sido recuperada por los Shinobi. Informarse sobre ese asunto, podía darle la pauta para arreglar lo que fuera que estuviera fallando con el Edo tensei. Dándole el arma final, para dar un giro a favor de los humanos en la guerra.

Pero los niños eran el problema. El asunto que le impedía regresar a ese camino de oscuridad.

Cuando termino la anterior guerra, y Kabuto tuvo que replegarse a la oscuridad de las montañas para no ser capturado, paso mucho tiempo antes de que tuviera algún ánimo para salir de su escondite particular. Creía, que los tiempos de los renegados llegarían a su fin, con las grandes aldeas ninjas colaborando en alianza permanente.

Sin embargo, algunas invocaciones de serpientes que le envió su antiguo maestro Orochimaru, informaron de la nueva situación del mundo años después. Cuando los demonios arribaron a la tierra, en busca de conquista y muerte. Kabuto hizo lo que todos, retornar a sus aldeas de origen para conseguir los indultos prometidos y así al menos sacarse la amenaza de ser perseguidos por todo el mundo. Sin embargo, para cuando logró retornar al país del fuego de manera segura, Konoha ya no le pertenecía a los humanos.

Fueron tiempos de incertidumbre para Kabuto. Donde no sabía dónde estar parado con respecto a la nueva guerra. Aunque claramente, su principal problema estuvo indicado a lo motivacional. No tenía una meta, no contaba con un camino a seguir. ¿Para qué eran los poderes que aún conservaba entre sus manos? ¿Era para seguir siendo un espía? ¿Para convertirse en guerrero? ¿Para traicionar el resto de su humanidad y unirse a las criaturas del infierno?

Entre esos cuestionamientos estaba Kabuto, cuando tal vez la suerte o la memoria del cuerpo lo condujeron a la zona donde estuvo siempre el orfanato que fue su hogar cuando niño. Donde una buena mujer llamada Nono Yakushi le dio amor y protección. Donde tuvo amigos. Donde tal vez sería ayudante para su madre, si Orochimaru y Danzou no se hubieran atravesado en su vida.

-Oka-san…-susurró Kabuto al retornar de sus experimentos con los diablos ahora muertos del bosque- te hubiera encantado ver nuestra casa así.

El orfanato aún seguía de pie y remodelado. Muchos niños incorporados por las desgracias de la nueva guerra, pero aun así tenía la suficiente capacidad para contenerlos a todos. Algunas mujeres y dos hombres adultos que habían crecido en el orfanato, ayudaban a mantener a los niños. Kabuto aportaba la protección a la zona. Se había quedado durante algunos días en principio, para luego instalarse definitivamente en el lugar. Algunos de aquellos adultos lo habían conocido en el pasado. Solo por esa razón obviaban su aspecto diferente y le otorgaban confianza. Los niños, tal vez inocentes y sin prejuicios en demasía, aprendieron a querer a Kabuto. Lo adoraban porque se sentía seguros junto a él. ¿Qué era feo? ¿Qué su rostro y su piel eran diferentes a los demás? ¿Realmente importaba? Kabuto Oto-sama era poderoso. Y ese poder los mantenía seguros. Los niños no debían temer a los monstruos. Sobrevivían gracias a Kabuto.

Aun pasado el tiempo. Kabuto no abandonaba ese lugar por miedo a lo que ocurriría con los niños. No podían trasladar a tantos infantes hacia Konoha. Tampoco podían ir a la capital del país del fuego. Ambos trayectos por el bosque eran peligrosos. Kabuto tenía cierto resquemor de no poder defenderlos en caso de un ataque a gran escala. En cambio, en la zona oculta donde se hallaba el orfanato llamado, “la doncella caminante”, era un sitio que rara vez era descubierto por grandes aglomeraciones de tropas. Ni humanos, ni demonios transitaban regularmente por allí. Estaban tal vez más seguros, que en ningún otro lugar.


-Oto-sama…-le dijo la niña llamada Akimi, esa noche mientras todos cenaban en el gran comedor- ¿nos contaras un cuento para dormir esta noche? Prometiste que lo harías Oto-sama.

Kabuto sonrió, había estado demasiado pensativo en el asunto del Edo tensei y los niños lo notaron. Ellos le aportaban felicidad. Ellos le devolvían lo que creía que se había perdido para siempre. Su humanidad. Por supuesto que lo haría. Había leído demasiados libros y entre la información inútil, estaría algo para crear esa historia que a los niños fascinaría. Tenían poco esos pobres huérfanos, y al mismo tiempo se conformaban con nada. Eran buenos niños.


Sin embargo, aunque hubiera pasado una buena jornada, siempre le sucedía lo mismo en la madrugada. A pesar de un soleado día, una tarde sin heridas y una cena en familia. Kabuto Yakushi despertaba en su propia cama, sudando y desesperado. Una voz en el viento le estaba llamando. ¿Quién era? ¿De dónde venía? Esa voz parecía un susurro en el cementerio. Era fría y sin sentimientos. Era tétrica y carente de vida. Parecía venir de ultratumba. Pero era terriblemente atractiva.

Una sola frase. Un solo sentimiento.

“ven a mi….discípulo mío”.


Y sería otra noche sin dormir para Kabuto. Los niños le necesitaban con desesperación. Tenía miedo a perderlos. A perder lo poco de aquel hombre que alguna vez fue. Los niños eran todo su mundo. Y los protegería cueste lo que cueste. Su madre Nono, lo hubiera hecho así.



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El rey los había convocado, y lo quisieran o no, tenían que asistir.

Asmodeus realizo una reunión general en las profundidades de Nessus. En su castillo aun en remodelación desde el escape furtivo del zorro demonio. Los intentos de sus soldados enviados por recapturar a la criatura de nueve colas, habían sido inútiles. El líder de los diablos sin embargo, no se sentía particularmente preocupado por la situación.

En un salón enorme, donde una larga mesa de piedra tallada rodeada de sillas especiales esperaba paciente, el líder de los 9 infiernos de Baator. Cada diablo de cada subsuelo en el infierno como gobernante, aun así estaban bajo el control del gran Asmodeus.


Era hasta gracioso verlos llegar. Cada criatura de las más malignas en toda esa dimensión, tenían que venir a lamer sus botas aun cuando hace eones habían intentado derrocarlo. Algunos antiguos Archidiablos cayeron en desgracia, otros recuperaron su título pidiendo clemencia como ratas apestosas. Cada diablo tenía aliados políticos, y se odiaban a muerte con otros diablos. En cierta manera, lograban un equilibrio del mal unos con otros. Los intentos de homicidio y ejércitos atacándose en las fronteras entre infiernos, estaban entre las costumbres más arraigadas del lugar. Aunque en ese salón en particular, cualquier intento de agresión física seria castigada con la muerte. Era una zona donde ningún diablo, podía atender al llamado de su propia naturaleza. Verlos resistirse, constituía un verdadero placer para Asmodeus.

El lugar tenía muchas puertas señoriales en los lados. Todas conectadas a portales de los cuales cada Archidiablo podía atravesar. Así ninguno tenía que pasar por el territorio de otro. Así nadie dejaría de asistir por reservas, de que fuera una especie de trampa mortal.

Poco a poco ellos llegaron…


Del octavo infierno llamado Cania, Mefistófeles.

Del séptimo infierno conocido como Maladomini, el archiduque Baalzebul.

Del sexto infierno nombrado Malbolge, llegó Glasya, la hija de Asmodeus que hacia menos de medio siglo había tomado el gobierno de ese subsuelo.

Del quinto infierno Stygia, solo un diablo menor controlado mentalmente por el príncipe Levistus. Dada su imposibilidad de asistir a la reunión físicamente. Castigado por la rebelión del pasado. Levistus estaba encerrado en un bloque de hielo en la profundidad de su propio infierno para siempre. Sus poderes mentales le permitían seguir controlando Stygia, pero claramente no podía escapar de su prisión.

Del cuarto infierno Phlegethos, el gran Belial enviaba a su hija. La archidiablesa llamada Fierna. Belial debió ser ejecutado por Asmodeus por traición. Pero en cambio el ajuste de cuentas permitió conservar la vida. Siempre y cuando no estuviera al frente de su infierno. Aunque nadie dudaba que Belial siguiera dando las ordenes, aunque su hija Fierna tuviera el título de líder.

Del tercer infierno Minauros, el despreciable Vizconde Mammon. Conservo su puesto como líder del tercer infierno humillándose y cambiando de bando cuando las conspiraciones contra Asmodeus parecieron fallar. Actualmente la mayoría de sus colegas le despreciaban por cobarde.

Del segundo infierno conocido por Dis, provenía el desconfiado y paranoico archiduque Dispater. Nunca salía de su torre de hierro. Solo una orden directa de Asmodeus le obligaba a tanto. El sujeto parecía tener todas las formas de fobias y paranoias conocidas. No confiaba en nada, incluso sus sirvientes más antiguos y fieles, apenas si le conocían el rostro. Nunca se dejaba ver, nunca salía a la intemperie. Desde su torre de hierro lo controlaba todo.

Todos se miraron con el odio y desprecio habitual. No se veían cara a cara hace mucho, pero eso no significaba extrañarse precisamente. Aun así, el horario de la reunión se retrasaba por la falta de Bel, que debía representar al primer infierno. Los desconfiados diablos no tomarían asiento hasta que todos no estuvieran presentes. Y el asqueroso bel parecía estar retrasado.

-ya aparecerá….-dijo Asmodeus sonriendo divertido- o tal vez no.

Nadie estaba enterado salvo él, sobre los acontecimientos en Avernus. El rey de todo Baator podía observarlo todo a través de sus poderes divinos. O al menos, casi todo. Ya que desde que el portal hacia la tierra se había cerrado hace meses, ahora tenía algunos problemas con la energía fluctuante en todos los infiernos. Aunque pareciera sorprendente, los mesías tenían la habilidad de corromper la vigilancia del rey sobre todo. Algo que solo Asmodeus conocía por fortuna.

-¿Qué rayos hacemos aquí? –Consultó molesto Mefistófeles que odiaba profundamente tener que obedecer a Asmodeus- tengo asuntos que atender en Cania.

-como ser sodomizado por tus lacayos por ejemplo…-añadió Glasya perversa.

Mefistófeles miró con rabia a la diablesa hija del rey. Le hubiera retorcido el pescuezo si ese comentario hubiera sido en cualquier otro lugar de Baator. Pero junto al rey, había que controlarse. Aunque eso no significaba que el mando pudiera cambiar de manos en algún momento. El Archidiablo líder de Cania, se relamía con esa posibilidad de derrocamiento.

-ya es suficiente tener que soportar el asqueroso hedor de Baalzebul y su cuerpo baboso- admitió Dispater molesto- pero también sentarse junto a Mammon es como para morirse.

Baalzebul era una enorme babosa horripilante, mientras que Mammon una serpiente. Ambos condenados a esas formas horrendas por Asmodeus, por sus participaciones en anteriores revueltas. Aun así no habían perdido su puesto como líderes en los infiernos. Otros no habían tenido tanta fortuna.

Cada vez que se reunían, no paraban de lanzarse insultos y amenazas de muerte. Era por esa razón que Asmodeus solo los convocaba ante una real cuestión urgente. Y ponerlos al corriente sobre la posibilidad de invadir un mundo nuevo si capturaban a los mesías, era muy necesario. Antes no había anunciado nada, para evitar que cada diablo quisiera sacar partido personal de asunto. Pero ahora mismo, Asmodeus no quería retrasar más la posibilidad de recuperar sus verdaderos poderes y tomar los del mundo humano. Era clave ese movimiento, si pretendía alguna vez salir del infierno y aplastar a su hermano Celestial.

De pronto, el portal del primer infierno comenzó a vibrar que varios resoplaron con gusto que por fin Bel se dignara aparecer. Esas reuniones ya eran demasiado molestas, como para además tener que alargarlas por retrasos. Pero no vieron surgir de la puerta aquel diablo de cuerpo rojo y macizo. En cambio, la fina figura de una fémina acompañada por dos Erinias como escoltas fueron lo que presenciaron todos.

-Za….Zariel….-balbucearon algunos tragando duro, porque la habían traicionado en el pasado.

-he vuelto….-dijo la mujer sin mirar al resto de sus colegas como si no importaran- en un honor volver a verlo….Asmodeus-sama.

El rey sonrió, había sabido mucho de lo acontecido en Avernus. Extrañamente no pudo ver el combate final contra Bel. Algo extraño estaba sucediendo, y los mesías podían tener que ver. En todo caso, Zariel sabía que no tenía el poder para desafiar a todos sus enemigos. Seria diplomática, y cumpliría como buena guerrera con su trabajo en Avernus. Seguramente se contendría.

-y solo tengo algo que decirles a todos los que me traicionaron…-señaló duramente antes de sentarse en su puesto elegantemente- sus días están contados.


Todos tomaron su asiento, y varios tardaron un buen rato en dejar de mirarla. Por algún motivo, parecía mucho más fuerte después de su cautiverio. No venia en son de diplomacia. Solo era cuestión de tiempo, antes que una nueva guerra entre subsuelos diera sangriento comienzo.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Mat, Dom Dic 06, 2015 7:06 pm

Jajajajajaja no comparaba lo que pones, si no la historia vista por encima (Naruto haciendo todo bien y sacrificandose y acaba en el infierno sasuke siendo un hdp y se merece el cielo por ser un hdp)

Perdon por compararte con Kishi solamente era una similitud que me dio risa aunque es solo superficial XD

Buena historia espero el siguiente capitulo
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Mensaje por Alex-Flyppy Jue Dic 24, 2015 6:40 am

Primero que nada me "Disculpo Nuevamente" habia estado lleno de estudio en la Facultad, y luego de eso bastante ocupado con mi trabajo que no tuve tiempo de pasarme a leer esta Gran Historia.

Ahora al fin conocemos más detalles del infierno de Baator y sus respectivos lideres, y el futuro reencuentro de los Bijuu's (Choumei, Gyuki, Kurama). Parece que Naruto ha cambiado poco a poco mientras mas pelea en Bator, y su actitud desquiciada que posee va aumentando, tal vez sea por el Martillo del Caos que ahora esta en su poder y sea la causante de este cambio tan drástico en el rubio Uzumaki.

Al fin apareció Kabuto, y hemos visto el cambio que esta ha tenido después de finalizar la 4 Gran Guerra y ahora se dedica a cuidar a niños huérfanos y que no tienen la forma de poder vivir por si mismos, sera que los nigromantes lo buscan a el o sera algo mas.

Espero ansioso el siguiente Capítulo amigo; Suerte y Ja-Ne.

PD: Con respecto al capitulo anterior, e donde Sasuke peleo contra Tanep, y en la que mostró que a pesar de no poder pelear a toda su capacidad, el odio que posee el Uchiha no es algo ha menospreciar solo por estar en un plano "Celestial o Divino" donde su odio no puede ser usado a quedado en claro que algo va a suceder debido a esa rebelión que tal parece va a suceder, sera que Sasuke formara parte de este conflicto y no ira a la Tierra a ayudar a las Naciones Elementales, u obtendrá mas poder al estar hay.... Solo el tiempo lo dirá.
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