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Mensaje por Leonardo R Lun Sep 08, 2014 1:09 pm

vaya un buen capitulo, pense q lo de ino iba a tener un mayor desarrollo en tu historia, pero bueno fue interesante la participacion de Sakura en todo esto.

siempre me ha paresido interesante las historias donde muestran a un Naruto tan frio y calculador

espero q lo continues pronto
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FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16 - Página 4 Empty Re: FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16

Mensaje por arminius Miér Sep 17, 2014 2:40 am

bueno amigo, continuacion presentandose. entiendo luego de releer un poco estos ultimos capitulos que la historia puede parecer de poco ritmo o accion. lamentablemente tanto el lemon como la accion no pueden decir presente sin que me tome el trabajo de explicarles bien sobre el mundo nuevo de este fic. tendran que aguantar los detalles, sobre el infierno o las leyes o pactos que lo definen. pero les prometo que pronto las batallas y el sexo tomara su parte de la historia. simplemente recuerden, que este fic es largo y queda mucho por descubrir. saludos. y gracias por los comentarios.

CAPITULO 11: EL PACTO DE SANGRE

El camino hacia el campamento estaba completamente asegurado. Era un recorrido de varios kilómetros en línea recta que estaba resguardado en los flancos por tropas de ejércitos. En su interior, se trasportaban mercancías de todo tipo entre lo que se recuperaba del puesto militar, y lo que Konoha producía para ser derivado a las fuerzas en el exterior. La entrada de Suna y Kumo, hubiera superpoblado la aldea de la hoja en otros tiempos. Pero en la actualidad, sirvió para recuperar numéricamente todos los sectores específicos.

Los Kage dividían su señorío entre áreas especiales según sus habilidades particulares. Killer A, estaba al mando de las tropas de ataque. Dirigía las incursiones y comandaba a los capitanes de todas las aldeas que estuvieran asignados a la ofensiva. Entre ninjas importantes, Uchiha Sasuke, Kakashi Hatake, Darui y Karui de Kumo, varios manipuladores de viento provenientes de Suna y muchos más que hasta hacia poco tiempo; eran rebeldes de los 5 países.

En el campamento, el dominio era de Gaara. El Lord Kazekage era conocido por su mandato sereno y experiencia en defensa. Contaba con la división estratégica combinada de todas las villas. Liderada por Shikamaru Nara y asistida por Sabaku no Temari. Contaba con Shinobi de ataques físicos que reforzaban la solidez del campamento, y con todos los manipuladores del elemento Doton para fortificar la zona ante una posible ofensiva enemiga. También tenía influencias Gaara, sobre las forjas de armas que sin pausa creaban y creaban armas para el combate. Cada batalla costaba mucho, los cuerpos enemigos a veces eran tan duros, que las armas no lo resistían.

La administración de los alimentos y los servicios médicos eran potestad de Tsunade Senju, Godaime Hokage. Ella y sus planteles médicos hacían maravillas para reestablecer las heridas y trasformar las bajas en refuerzos para cada tropa en poco tiempo. Era también Tsunade quien tenía a su cargo ese pasillo entre el campamento y la aldea para abastecer las tropas y llevar o traer mensajes necesarios. La población civil estaba tras las murallas y los soldados a las órdenes de la Hokage estaban más dedicados a la protección de los muros que para la guerra en sí misma. Era una buena forma también, para usar aquellos hombres o mujeres que salieran del hospital pero todavía no recuperaran su nivel de combate por falta de descanso. Podían vigilar un muro, y tener algo más de tiempo para volver a ser puestos en combate.

El Raikage combatía al enemigo en ataques de tipo furtivos. Guardaba el grueso de sus tropas y evitaba los grandes combates en el centro de los países. Al mismo tiempo, siempre mantenía una vigilancia sobre las ubicaciones de los enemigos más numerosos. Tras muchas semanas de cuidadosa investigación, la división estratégica de Shikamaru sumando fuerzas a los capitanes del Raikage, determinaron que las fuerzas enemigas no estaban bajo el mando general de nadie. Parecían tropas al mando de capitanes que nada tenían que ver con los otros. Como jauría de lobos que pululaban por el mundo, sin preocuparse por la salud de las otras manadas. Había un par de ejércitos medianos, perdidos en los bosques. Existía otro, en un enorme campamento se asentaba en las costas que limitaban el continente con la isla del país del agua. Habían posesionado de tres pueblos costeros y desmantelando dos de ellos, formaron una especie de fortaleza en el tercero. Desde allí, los humanos esclavizados construían barcos en los rudimentarios astilleros.

-es una armada de trasporte…-indico Sai que había traído la información a la carpa principal del campamento aliado- hasta el momento, tienen alrededor de 40 navíos de buen tamaño. Pero el trabajo no se detiene.

-¿Cuántos soldados? –consultó Gaara, que también formaba parte de la reunión junto al Raikage.

-No podemos estar seguros, -añadió Sai- mi equipo no pudo acercarse más. Ellos tienen formas de detección extrañas. Ocultar nuestro chakra puede no ser suficiente. Pero si tuviera que aproximarme al número de enemigos por simple observación, diría que como 50.000.

“maldita sea” pensaron en general los participantes de la reunión. Adonde miraban, cada vez surgían más enemigos como si nacieran de los árboles. 50.000 en ese campamento costero, seguramente creando una armada con el objeto de invadir territorios de Kiri. Mas dos cuerpos de tropas individuales que rondaban los bosques entre país del fuego, la roca y el rayo. Ambos nómades, ambos con al menos 25.000 elementos.

-no tienen un patrón claro, -admitió Kakashi luego de mirar el mapa y pensarlo mucho- podemos presumir que están buscando algo, pero su forma de hacerlo por separado hace pensar que no están bajo la comandancia general de nadie.

-nuestra mejor informante, -indicó Shikamaru seriamente como siempre refiriéndose a Ino- nos había traído el dato que el demonio que dominaba Konoha, esperaba por refuerzos.

-refuerzos que nunca llegaron, -añadió el Raikage- esperamos en los muros, incluso se hizo un enorme esfuerzo para terminar de levantarlos y reforzarlos. Pero no hubo noticias de ese ejército nuevo.

-si no conocemos su forma de pensamiento, -anunció Shikamaru- prever sus movimientos es casi imposible.


Hubo un instante de silencio, todos pensaban como continuar de manera sólida. La reunión debía dejarles a todos en claro una línea de acción para el futuro. Algunos tendrían que salir del campamento pero todos debían adecuarse a una misma estrategia. Tsunade no estaba presente, pero Kakashi le informaría de todo, tal como actuaban los capitanes de otras villas cuando faltaban alguno de los otros líderes.

-maldición…-gruñó Killer A- si tan solo ese niño idiota no hubiera huido de la villa. Tendríamos la fuerza para atacar.

-Naruto hace lo que cree mejor, -le corrigió Shikamaru sin poder ocultar su molestia- Raikage-sama no sabe nada de él. Nunca dude de que todo lo que hace, lo está haciendo por nosotros.


La respuesta estuvo tan cargada de enojo contenido que todos se sorprendieron. No recordaban que ese muchacho del clan Nara perdiera la paciencia tan fácilmente nunca. Al parecer, el Raikage había tocado un punto sensible sin querer. En realidad Killer A también confiaba en Naruto, pero la frustración y el agotamiento hacían decir cosas sin pensar. Sasuke Uchiha sin embargo, mostrando la frialdad acostumbrada, apunto un dato que apoyaba la afirmación de compañero de aldea.

-hace dos días encontramos un claro en el bosque del norte. –Anunció para que todos supieran el detalle- todo un campo donde había demonios masacrados. Tal vez como 10.000. –Y luego de suspirar levemente, como si se lo explicara a un grupo de idiotas, añadió- supongo que no murieron de hambre.


Aunque sus modos no eran los mejores, ciertamente llamaba a la reflexión. Sasuke nunca lo diría abiertamente pero confiaba en Naruto. Tal vez era el ser, en todo el maldito universo en quien más confiaba. Naruto era demasiado frontal, demasiado trasparente como para elaborar algo tan complicado como una traición. Además, Naruto amaba a la aldea de la hoja como se ama a un hijo. Era por tanto imposible para alguien como Sasuke, imaginarse a su ex–compañero del otro lado del campo de batalla.


-aunque no comparto su optimismo, -añadió Darui que no tenía por qué confiar en un sujeto que apenas conocía y encima se había fugado con los Biju- creo que debemos armar el siguiente movimiento de acuerdo a nuestras fuerzas presentes. No podemos contar con los que no están. Puede que sean aliados, puede que sean rebeldes, pero es como mínimo irresponsable de nuestra parte, contar con la presencia de quienes eligieron estar ausentes.

Ciertamente tenía razón. La división estratégica tenía que armar un plan excluyendo a los factores indeterminados. Había como mínimo unos 90.000 enemigos en el mundo conocido y no había garantías de que fueran todos. Podría haber más, muchos más. Sin embargo, no se podía explorar más lejos, ni se podía dividir esfuerzos para preocuparse por lo invisible. Mientras Sai y sus equipos informaban los movimientos y estructuras visibles del rival, el resto debían resguardar al ejército Shinobi y solo usarlo en casos de extrema necesidad. ¿Mientras tanto? Guerra de guerrillas, ataques furtivos y daños por desgaste. Era al menos el primer plan al cual recurrir. Aunque todos tenían muy en claro, que tarde o temprano deberían pasar al riesgo total. Era solo cuestión de tiempo.


En otra zona del campamento, más precisamente en el hospital de campaña, Tsunade Senju estaba tras un escritorio revisando los informes que habían traído de la aldea sobre suministros, informes de interrogatorios y demás cuestiones de la rama civil. Además, una interesante foja de datos de la división de investigación científica que conducida por el talento malicioso de Orochimaru, aportaban su cuota para tomar ventajas en la guerra:


Informe de la división científica:

“Debilidades generales de los demonios según los experimentos de prueba/error”

Mientras que el enemigo presenta una amplia variedad de venenos corrosivos y otros varios entre sus armas. Al mismo tiempo son prácticamente inmunes al fuego y a todo tipo de sustancia ponzoñosa proveniente del reino animal en la tierra. Sin embargo, luego de inocular algunos derivados de setas venenosas en los prisioneros obtenidos; se ha establecido una notoria efectividad en los cuerpos expuestos para tal fin investigativo.”


Luego de ese breve interludio, Orochimaru pasó a describir al menos 10 tipos de venenos vegetales que claramente tenían mejor efectividad que lo aportado por serpientes o escorpiones. En resumen, las plantas venenosas eran el camino para debilitar a los demonios.

Tsunade reflexionó con cautela. ¿Cómo sería el infierno del cual venían? ¿Un páramo sin vida, un desierto sin plantas o arboles? Tenía sentido que los demonios jamás hubieran estado expuestos a hongos venenosos y otras sustancias. Era un buen dato, y cosa importante, podían recolectarse dichos elementos de los bosques para crear armas efectivas. Llevaría su tiempo, pero al final rendiría fruto. Luego de anotar algunos nombres de otras hiervas útiles para envenenar o paralizar, se dedicó a continuar la lectura de los 4 informes enviados por Orochimaru.

“según las autopsias y demás experimentos del caso, puedo afirmar con cierta certeza que son poderosamente alérgicos al metal plata. Además, puedo afirmar que su mayor fobia está relacionada directamente con el agua.”

Tsunade también observo que los informes de interrogatorios preparados por Ibiki Morino, arrojaban mejores resultados en el último mes. Según la especificación del caso, las torturas relacionadas con el ahogo por inmersión eran altamente redituables.

-los malditos le temen al agua, -susurró la Hokage pensándolo con detenimiento- tal vez tampoco haya demasiada en sus territorios. Tal vez ni siquiera necesiten hidratarse para empezar.


Eso no tenía mucho sentido. Todo ser vivo por resistente que fuera, necesitaba recursos para hidratarse. Contradecía los conocimientos de anatomía que la líder conservaba desde siempre. Aunque, pensándolo con más cuidado, las criaturas solían beber sangre de humanos e incluso demonios. Tal vez ahí, obtenían los líquidos necesarios.

Teorías, teorías y más teorías. Apenas estaban comprendiendo la dimensión del enemigo y la guerra ya estaba en su estado más crudo. Tsunade no podía dejar de notar, que Orochimaru estaba haciendo maravillas con un mínimo de personal y en escaso tiempo. Era increíble su intuición, su astucia, su intelecto. Tenía una practicidad y falta de escrúpulos tan extraordinaria, que podía desentrañar los misterios del nuevo mundo invasor con tan solo poco tiempo, un laboratorio y cadáveres. De pronto sonrió levemente, recordando algo bonito entre tantas cosas feas.

-Jirayja…-susurró en un suspiro- te hubiera encantado ver a tu mejor amigo regresar de nuestro lado.

Luego de auto reprendió al instante. Poniéndose seria, se dijo que no podía ser descuidada y confiar en Orochimaru. Habían sido compañeros, pero conocía su negro corazón y su fría mente. Era como una serpiente, siempre paciente y calculadora. Orochimaru siempre tenía un propósito para todo. Había algo que buscaba, algo que esperaba. Volvería abandonar la alianza en cuanto obtuviera su cometido. Por eso, incluso actuando trasparente en su laboratorio. Dejando que todos se metieran a observar lo que hacía. Era imposible que no estuviera preparándose para algo en específico. ¿Pero qué seria exactamente? no había forma de anticiparlo, así que solo restaba mantenerlo bajo vigilancia y esperar.

Bebió un poco de té, le habían acercado un vaso y la dejaron sola en la carpa particular para los documentos y archivos. Tsunade había girado órdenes para que Sakura Haruno se trasladara al campamento general. Necesita a su estudiante para reforzar los controles médicos y sumar liderazgo. Tenía pensado nombrarla capitana. Sakura no sería enviada al frente, pero si nadie de su nivel en ninjutsu medico se instalaba en la base militar, Tsunade no podría moverse del lugar bajo ninguna circunstancias. Estuvo varios días pensando este movimiento, lo lógico hubiera sido traer a Shizune. Pero en Konoha también hacía falta alguien con experiencia. Y sin dudas la morocha tenía la suficiente autoridad y voz de mando para conducir el hospital general.

Confiaba en ambas, la realidad era esa. Pero Tsunade sabia positivamente que la capacidad de combate de Sakura, era muy superior a Shizune. Había dominado las técnicas más letales de la Godaime, y era todavía joven. Su nivel podía aumentar mucho más. Al mismo tiempo, Tsunade tenía dudas sobre la situación mental de su más joven aprendiz. La partida de Naruto le había causado mucho daño. Sakura sabia ocultarlo de todos, pero no podía de quienes la conocían íntimamente.

-¿Dónde estás? –se preguntó levemente Tsunade, pensando en Naruto- ¿volveremos a verte?


Todos estaban nerviosos, desconfiados y en cierto punto rencorosos. No era fácil hacerles entender la forma de ser de Naruto Uzumaki. La rebeldía de su corazón, lo salvaje de su ánimo. Naruto en muchas formas le hacía acordar a Hashirama, su abuelo. No era una cuestión de poder, ya que eran diferentes desde la raíz. Pero la energía positiva los igualaba. La esperanza siempre los seguía y en cierta forma cuando no estaban presentes, la luz era menos brillante. Tsunade había amado mucho a su abuelo. Le había dejado enseñanzas valiosas y marcas imborrables. Al mismo tiempo, desde el preciso instante que vio el Rasengan creado por ese niño contra Kabuto Yakushi; pudo amar nuevamente a un ser más allá de parentesco o atracción. Eligio amar y confiar en los sueños de Uzumaki Naruto.

Por esa razón luchaba. No solo por la aldea de la hoja, por los pueblos humanos del mundo, o por la tierra. Tsunade luchaba para mantener viva la esperanza que cristalizaba en sujetos como Naruto Uzumaki. Su misión como Hokage, era pasarle esa responsabilidad a las nuevas generaciones. Sostenerla y mantenerla. Enseñarle a sus estudiantes, todo lo que sabía y lo que debió hacer en su momento. Todos sus errores como Kunoichi, como Hokage o mujer. Para que Shizune y Sakura, puedan tener un futuro luminoso, sin remordimientos o soledad.


******************************************************************



Naruto caminaba entre los árboles en plena oscuridad. No necesitaba ver, su instinto le guiaba de una manera perfecta. Acercaba sus pisadas hacia Konoha. Evitando por muchos kilómetros el grueso de las tropas Shinobi, que se ubicaban un poco alejas de la aldea para llevar las batallas lejos de los civiles. El camino hacia Konoha estaba despejado. No había demonios, ni diablos. Una serie de sellos explosivos ubicados en forma de cordones ocultos, enseñaban una de las tantas medidas de alerta que tenía la alianza para evitar ser rodeados. Naruto sin embargo podía parecer un tipo de fantasma si así lo quería. Flotando por el aire, saltado entre copas de árboles o en ciertos momentos deslizándose entre follaje de pasturas como si no tuviera peso suficiente para aplastarlas. Por donde fuera, no dejaba huella visible o marca destacable que alguien pudiera rastrear.

Finalmente, llegó al sendero por el cual se conducía uno hacia las puertas de la aldea. Comenzó a regresar, mientras veía como los carros con alimentos y otros pertrechos eran llevados en dirección contraria hacia la base militar. Algunos le miraron al pasar, pero con solo ver un rostro humano, decidieron que era suficiente conocimiento por un solo día. Los civiles en general, ya habían visto demasiados monstruos en lo que les restaba de vida. Si era humano, actualmente no podía ser peor que un demonio.

El camino estaba despejado, y bien pudo seguir solo toda la noche hasta llegar a la aldea. Si no se hubiera encontrado con las personas indicadas. Ellas lo cruzaron por el sendero casi pensándolo como una ilusión. Después de algunos meses, cuando tanto Sakura Haruno, como Ino Yamanaka se trasladaban con sus mochilas de viaje hacia la base militar; se encontraron a Naruto Uzumaki. En el lugar menos pensado. Justo de regreso. Aparentemente de regreso.


*********************************************************


La sala de interrogatorios había estado bastante ocupada al comienzo. La aparición del ermitaño Naruto Uzumaki generaba curiosidad y los ninjas eran por naturaleza muy receptivos a la información. Ibiki Morino no hubiera permitido que nadie hablara con un prisionero. Solo la división de interrogatorios podía hacerlo, por órdenes expresos de la Godaime. Pero Sakura Haruno había falsificado documentos de su maestra logrando tener plena autorización para moverse en esas salas. Necesitó hacerlo mucho en los últimos meses para salvar a Ino. Lo hizo ilegalmente es cierto, pero no estaba arrepentida porque su amiga había salvado la vida. No era el cómo, sino el resultado lo que impulsaba a la Kunoichi pelirosa últimamente.


Cuando se encontró con Naruto Uzumaki en ese sendero, quiso creer que el había regresado totalmente. Corrió hacia él, y le abrazo llena de alegría en su corazón. Pero luego de esos segundos iniciales de algarabía. Pudo notar que ni siquiera un ápice del rostro había cambiado de posición en Naruto. No le sonrió, ni se alegró, ni nada básicamente. Cada vez era menos aquel maravilloso muchacho que ella había conocido. Cada vez, se perdía en la naturaleza y volvía a tiempos antiguos donde un dios tomaba el control de su cuerpo mortal para gobernar el mundo.

Su mundo… creado por el mismo.

Hablaron neutralmente. Y Sakura pudo comprobar que aun había una parte de su Naruto en ese hombre. Porque la recordaba, porque recordaba a Ino. Pero en cuanto dijo que volvería a Konoha para obtener información de los prisioneros, Sakura supo que no había regresado para quedarse. No había forma de que permaneciera a su lado. Naruto ya no guiaba su camino por los designios del corazón. Tenía una misión, una que le había dado ese dios hace mucho. Y la seguía, aun dejando de lado todo lo que alguna vez le importó más que su vida.

Hablaron como si fueran dos diplomáticos. Ino entendía todo el dolor de su mejor amiga y trataba de ayudarla. Tenía cierto temor sin embargo, de que Naruto recordara lo que ambos hicieron hace meses en la casa Yamanaka. Que lo dijera como poca cosa, que lo descubriera por falta de importancia. Eso sería muy doloroso para Sakura. Y la rubia no quería causarle ese dolor.

Luego de que Naruto les indicara la ubicación exacta de las armas enterradas con la ayuda de sus clones. Solicitó algo a cambio. Y eso era poder tener información interna sobre los demonios interrogados. El asunto de las armas sorprendió a las Kunoichi. Tener un tipo de hierro que fuera tan efectivo contra las criaturas, era como una bendición del cielo. ¿Pero que quería obtener Naruto de los prisioneros?

Cuando Naruto ingreso al salón privado número 9, la niña diablo lo esperaba sentada cómodamente. Las rodillas juntas, la mirada picara. Ella nunca había parecido una prisionera en ese lugar. Tal vez porque se sentía más segura estando en manos de los humanos, que atrapada por los demonios. Siempre Biara había sido atrevida y sonriente. Pero cuando Naruto Uzumaki ingresó al cuarto con esa postura imponente, la diablesa escogió sus alas emplumadas y agachó la cabeza con humildad.

-Naruto…-dijo Sakura notando ese cambio en la prisionera, pero no entendiendo porque razón se había intimidado tanto- te presento a Biara. Es una Diablesa de raza Erinia. Pertenece a un lugar llamada “los 9 infiernos de Baator”.

-Per…pertenezco…al Avernus…-aclaró Biara sin elevar su rostro, pero detallando el lugar- los 9 infiernos es el mundo, Avernus es solo una parte de él.


Naruto no dijo nada. Simplemente se ubicó en la silla de su lado de la mesa. Sakura permanecía parada cerca de la puerta. No los dejaría solos. Temía que Naruto pudiera caer en una de las trampas de Biara. Pactar con ella por su alma. Para humanos eran solo palabras hacer una promesa. Pero hacerlo con un diablo, era algo irrenunciable. ¿Y si le hacía pactar que sería su esclavo? ¿Y si le hacía pactar que se quedaría con su alma?

Biara tenía todo el aspecto de una niña de 15 años. No diferente a Hanabi o Moegui en aspecto físico general. Sus alas, sus ojos profundamente rojos, y su mente agudamente perversa hacían la diferencia. Era peligrosa, muy peligrosa.

-me dicen que te agrada hablar…-dijo Naruto mirándola profundamente- que eres una jovencita razonable.

-¿Quién es usted? –Consultó aturdida- ¿Qué clase de demonio o diablo es?

-Naruto es humano…-añadió Sakura apenas pero Biara se apartó violentamente poniéndose de pie y alejándose de la mesa.

-¡no es cierto! –Grito la niña- ¡puedo olerlo! ¡Él tiene una criatura en su interior!


Sakura estaba desconcertada, al igual que todos los que espiaban la conversación desde el vidrio doble que lindaba con el otro cuarto. Pero Naruto no se movió para nada. Estudiaba a la diablesa profundamente, sin emitir gesto alguno. Luego, estiró su mano sobre uno de los documentos que Sakura había dejado sobre la mesa hace tiempo, y abriendo alguno se puso a revisar con calma.

-Hace tiempo….-indicó Naruto sin dejar de leer- fui el contenedor de un demonio. Y aunque Sakura me ha dicho que tú los odias, el que existía en mi interior, no es parte de tu mundo.

-¿Es diferente? –consultó Biara tímidamente.

-Si…es diferente. –dijo Naruto neutral- al punto que tanto diablos como demonios de tu mundo los consideran presa de cacería.

Los ojos de Biara se abrieron mucho, Sakura siempre notaba esos cambios. Como una niña curiosa sucedía cuando algo le interesaba demasiado. Era hasta cierto punto gracioso.

-guauu…-dijo acercándose y sentándose en su silla otra vez- ¿significa que tenías uno de los nueve mesías, nii-san?

“los 9 mesías” pensaron tanto Sakura como Ibiki fuera del cuarto. Un dato interesante sobre los Biju. Tal vez Naruto podía obtener más información si hacia las preguntas correctas. Había que esperar y dejarlos hablar.

-¿te interesan? –consultó Naruto dejando entrever una leve sonrisa.


Ella tragó duro de la excitación que sentía. Era como si hubiera descubierto el camino directo para llegar a la luna o algo parecido. Estaba demasiado entusiasmada.

-¿nii-san tiene el poder para capturar en su interior a un mesías? Guaauu…-definió maravillada- los humanos son raros. Azazel-sama se va a llevar una gran sorpresa cuando…

-dudo mucho que Azazel pueda llevarse cualquier sorpresa en su estado actual. –Interrumpió Naruto algo impaciente- porque está muerto. Yo acabé con él hace meses.

Biara pudo reaccionar de cualquier forma ciertamente. Pero su gesto demostraba una completa fascinación ante el humano que tenía en sus ojos. No había considerado ni por un minuto que Naruto tal vez le estuviera mintiendo. Era como si estuviera segura de esas palabras. Algo muy extraño, ya que nunca confiaba suficiente en nadie. No al menos hasta hacer un pacto diabólico.

-¿Por qué lo has asesinado Nii-sama? –pregunto Biara y todos notaban como su nivel de respeto se elevaba ante cada dialogo.

-Era necesario… –argumentó Naruto pasivo- porque esclavizaba a mi pueblo. Odio la esclavitud, así como aborrezco aquellos se ponen por sobre otros, solo por ser más fuertes.

-yo…-ella bajó la cabeza con tristeza- yo también era esclava. Me alejaron a de mi clan. Mataron a mis hermanas. Me encadenaron y me trajeron a este mundo. Estoy tan lejos de mí….mad…de mi líder.

-eso significa que no estas con los que vinieron a hacer la guerra a nuestro mundo, ¿cierto? –consulto Sakura.

Biara negó apenas, parecía que estaba haciendo esfuerzo por no llorar. Sacudió su cabecita rápidamente para despejar las nubes de sus ojos y se enfocó en el hombre frente a ella. Olía a un extraño tipo de demonio o diablo en su interior, pero el parecía completamente humano. Era extraño. Se sentía tranquila en su compañía. Después de todo. ¿Qué más podían hacerle después de estar tan lejos de su clan? Ya estaba condenada.

-¿quieres volver a tu mundo? –consultó Naruto luego de un extenso silencio.

-eso es imposible. –desdeñó ella algo a la defensiva- Nii-sama trata de engañarme.

-claro que no. –Indicó Naruto de brazos cruzados- si atravesaras la puerta por donde ingresaste a mi mundo…

-es imposible…-confirmó Biara y ya todos pensaban que en realidad no había una puerta- porque el portal que me trajo a este lugar, debe estar atestado de demonios. No podría volver, volverían a capturarme.

-ambos tenemos un problema, -apuntó Naruto serio- podemos llegar a un acuerdo…

-¿Cómo un pacto de sangre? –sonrió ella fingiendo timidez.

-¡ni se te ocurra Naruto! –Le interrumpió Sakura golpeando la mesa entre ellos- ¡no jures ningún pacto con una diablesa!

Biara observó sorprendida a la pelirosa, era muy inteligente esa humana. Nunca en todos estos meses la había logrando convencer de pactos de sangre. Siempre eran pequeños acuerdos. Comida extra por información. Liberar las alas, por un compromiso de no dañar a quienes la vigilaban. Trato sin torturas ni agresiones, por una muestra de la sangre de Biara. Sakura había comprendido por antecedentes de guerra, que tanto diablos como demonios podían extraer el alma de los humanos por intermedio de los pactos rotos. El humano no cumplía, y perdía su alma. Así de simple. Había que tener cuidado.

-¡Naruto no debes darle tu palabra a un…!

El rubio le miro de manera profunda. Girando su cabeza a un lado enfocó la vista en la Kunoichi, ordenándole de una forma implacable que guardara silencio. Ella sintió una gran desazón en su interior. Jamás, jamás Naruto le había dedicado tanta dureza en un gesto. Le dolió mucho.

-niña…-le dijo volviendo a mirarla fijamente- no tengo tiempo para juegos. Si quieres volver con tu clan. Si quieres atravesar la puerta que te trajo aquí. Yo puedo acompañarte y evitar que cualquier demonio se cruce en tu camino.

-hablas…de…

-tú me llevas hacia el lugar donde se esconde la puerta entre los mundos, -dijo Naruto- y yo a cambio me voy asegurar de que logres regresar con los tuyos. ¿Tenemos un trato?

Biara sonrió, esa alma poderosa se había comprometido a lo imposible. Si lo lograba, ella volvería a su casa. Si fallaba, absorbería un espíritu de alto nivel. Alguien que había contenido a un mesías, alguien que había podido acabar con Azazel. Con todo lo que eso significaba en dificultad. Sakura no sabía que pensar. Naruto había prometido algo cuando menos improbable. ¿Cómo la sacaría de Konoha? ¿Cómo viajarían hasta donde fuera, sin que alguien muriera en el proceso? A pesar de todas sus dudas, vio como la joven Erinia abrió una pequeña herida en su palma derecha con su propia y alargada uña, para darle la mano al ermitaño que aceptó un acuerdo diabólico. Naruto no tenía miedo a perder su alma, básicamente, porque ya no le pertenecía hace tiempo. A lo que realmente temía era a no completar el trabajo por el cual vivía. Cerrar el portal al infierno, acabar con el acceso del enemigo a las tierras humanas. Eso era todo, no existía nada más.


Mientras Naruto y Biara continuaban hablando sobre el lugar donde supuestamente estaba la puerta entre mundos. Sakura salió del cuarto para tratar de arreglar las cosas con Morino, y salvar del temporal que se avecinaba seguramente. Había falsificado órdenes de Tsunade para poder acceder al lugar. Pero liberar a un prisionero era algo muy distinto. No solo no tenía los documentos necesarios, sino que falsificarlos seria harto complicado basado básicamente en que Morino no aceptaría dejar pasar el envió de comprobación al campamento militar a atraves de mensajeros. Se descubriría todo, y tal vez Sakura pasaría de ser la mano derecha de un Kage, a ocupar una linda celda de 2x3 metros cortesía de su imprudencia.


-Haruno…-dijo Morino en cuanto se encontraron en el pasillo- si acaso piensan en alguna excusa por la cual permita que Uzumaki se lleve a esa prisionera. Diría que no pierdas el tiempo.

Sakura miró ambos lados del largo pasillo. La extensión de puertas cerradas o abiertas, y el número de no menos de 20 cazadores especiales ANBU, que esperaban un gesto de Ibiki para intervenir. Iba a tener problemas, muchos y graves problemas. Y era solo el inicio de asunto. Sin embargo, cuando Naruto salió del cuarto con la diablesa caminando a dos pasos por detrás, todo pareció incurrir en una sola solución.

-me retiro de la aldea…-anunció Naruto calmadamente y de brazos cruzados- y ellas vienen conmigo.

-deja las estupideces Uzumaki. –Elevó una voz algún ANBU- ¡sabes perfectamente que no podemos permitirlo!

Y Naruto Uzumaki sonrió. Lo hizo lento, con una mirada tan helada que la muerte misma se hubiera espantado. Fue entonces cuando Morino comprendió que no era Naruto. Fue cuando se dio cuenta que no importando el número de oponentes o las reglas invocadas, el haría exactamente lo que tuviera ganas. Tuvo miedo a esa sonrisa, le recordó al único otro sujeto que podía aterrorizarlo de una manera total. Le recordó hace mucho tiempo, cuando conoció a Orochimaru.



**************************************************************


15 minutos después Naruto, Sakura y la Erinia llamada Biara, caminaban por una calle lateral de Konoha. Habían salido de los salones de interrogatorios dejando un reguero de Shinobi inconscientes. Sakura solo había gritado ¡no los mates! A lo que la respuesta de Naruto fue golpear, pero con un “martillo suave” en los pasillos, los salones, incluso algunos ANBU habían atravesado los vidrios en las paredes falsas. Naruto se llevó puestos a casi 20 de los allí había. Derroto a todos, y según creyó Sakura sin matar a ninguno. Sin embargo, Biara le hizo una observación interesante:

-los demonios prisioneros no tuvieron tanta suerte.

Había enviado sus clones, cuarto por cuarto, celda por celda; despachando a todos los Diablos y demonios allí habitando. Los guardas inconscientes, pero sus prisioneros muertos. Con una precisión increíble, con un silencio aterrador. Naruto le había tomado menos de 15 minutos demostrar que tan alto había elevado su nivel en los últimos años. Los ANBU, sin espacios físicos para huir y tomar distancia, sufrieron toda la potencia de un Shinobi experto en combate de corto alcance. Y si no acabó con ellos, fue por mera voluntad propia. No tuvo que ver Sakura y su sugerencia, no tuvieron que ver nada ni nadie. Simplemente no quiso hacerlo. No lo vio como algo vital.

Los tres caminaban por la calle minutos después, y dieron con la zona comercial de frente. Por allí, saldrían directo a la puerta norte, donde retomarían los senderos de bosque para ir en busca del portal. Sakura le hizo una seña rápida a la Diablesa, que entendió al instante la situación. La niña juntó ambas muñecas enfrente suyo, para simular que estaba encadenada. También lo hizo con sus alas por detrás, para no dejar ver que podía extenderlas cuanto quisiera. Entonces, entre la población común solo pareció que dos ninjas estaban trasladando un prisionero. Como tantas otras veces habían visto, no ver lo demasiado evidente era una buena forma de ocultamiento. Biara sin embargo, siguiendo el juego de fingirse prisionera, no pudo evitar esa curiosidad de niña que le surgía siempre natural.

-uuuuhuuuu….-sonrió encantada- el martillo del caos…-anunció mirando la enorme arma enterrada en el centro de la calle- Si era cierto que asesinaste a Azazel-sama.

-¿Cómo sabes el nombre de ese martillo? –preguntó Sakura sorprendida.

-fue un rival muy duro. –Reconoció Naruto- era fuerte y pesado, pero se movía como si fuera una pluma. Jamás entendí como lo hacía.

-El martillo del caos es un arma valiosa nii-sama…-insistió la Erinia divertida, mientras los tres seguían caminando y yendo a la entrada norte- deberías llevártelo.

-Nadie puede moverlo de donde está enterrado. –Le indicó Sakura- durante meses los más fuertes lo han intentado. Su peso es imposible.

-ji ji ji ji….-rio traviesa- la humana cree que el martillo es pesado. –anunció haciendo cabrear a Sakura- Nii-sama podría llevarlo encima y ni siquiera notarlo.

Naruto se detuvo y girando levemente observó a Biara. Ella cabeceó hacia el gran martillo como invitándolo a tomarlo. Sakura no sabía que pensar, porque estaban pasando desapercibidos y si Naruto iba por ese martillo, lo lograra tomar o no, todos se darían cuenta de quienes eran y que estaban haciendo. Cuanto más tiempo perdieran, más posibilidades habría de que alguien fuera a los salones de interrogatorios y encontrara el desastre causado por la partida de Naruto.

-Si los más fuertes no pudieron moverlo… ¿Por qué razón yo lo haría? –consultó el rubio a la diablesa.

-Porqué Nii-sama no solo es fuerte…-confesó acercando su rostro hacia el rubio como si tratara de seducirlo- el martillo del caos solo obedece a quien considera digno amo, de su destino. ¿Quién más digno entre todos, que el asesino de su anterior dueño?


Sakura sintió la sangre arder cuando vio que Biara, a pesar de una niña se acercaba demasiado a Naruto. Tiró de una de las alas para alejarla, ganándose una sonrisa de la diablesa de manera traviesa. Naruto en tanto pensaba, mirando a lo lejos el gran mazo. Las chicas no sabían en que estaba pensando, pero sabían que seguramente en cualquier momento lo verían caminar hacia ese lugar y tratar de tomar el arma esperándolo. Naruto sin embargo, se paró firme mirando a lo lejos y estirando su brazo derecho con mano abierta para recepcionar el objeto declaró:


-ven a mi….

Pero nada pasó. La gente a lo lejos ni lo había notado. Solo Sakura y Biara que tragaron duro, esperando algo más que la nada. Naruto sin embargo seguía en esa posición expectante.

-ven a mí, martillo del caos…

Sakura comenzó a sentirse incomoda, Biara seguía con los ojos rojos grandes esperando. La pelirosa estaba por acercarse a tocarle el hombro a Naruto para decirle que lo dejara y se fueran, cuando…

-¡TE ORDENO QUE VENGAS A MI, MARTILLO DEL CAOS!


A lo lejos, el gran arma comenzó a vibrar en medio de la gente que se apartó asustada. Como si existiera una especie de temblor en la base del mazo, se sacudió violentamente y antes que nadie pudiera reaccionar salió volando con el mango como guía directamente hacia la posición lejana donde tres seres le esperaban. Los ninjas se pusieron alerta por los gritos de civiles, algunos vieron el instante donde el gran martillo abandonaba su posición yendo a su nuevo dueño. Naruto extendió más su brazo y el mango de la colosal arma se instaló en su palma obedeciendo servilmente. Una corriente de energía roja surgió de la cabeza del mazo y descendió por los grabados del mango largo, directamente a la mano de Naruto. Unos sellos que parecían esculpidos a fuego, se instalaron en la muñeca derecha del Uzumaki que simplemente sonrió. El acuerdo estaba hecho.

-te lo dije humana…-le susurró Biara a Sakura que ahora tenía los mismos ojos grandes de sorpresa- el Martillo del caos solo obedece a los más fuertes. Ahora encontró a un nuevo amo. Nii-sama será su dueño hasta la muerte.


Naruto encogió un poco su mano y luego de algunos segundos en dudas, giró el martillo para colocarlo en su espalda como su fuera una simple katana. El mazo que tenía un colosal tamaño, se fue reduciendo rápidamente sobre si mismo, hasta que su cabeza quedó del tamaño de una herramienta humana común, y el mango tan corto como para ocupar desde el hombro a la cintura de Naruto. Colocado allí, cubierto por la larga cabellera del ermitaño, prácticamente desapareció de la vista. Realizado esto, y antes que fueran alertados los ninjas de todo lo ocurrido. Naruto, Sakura y Biara salieron por la puerta norte sin que los guardias hicieran ni un gesto para cortarles el paso.

Caminando hacia sus destinos.


Mientras tanto, desde un techo lejano donde nadie tomaba en cuenta. Una figura se erigía viendo al extraño equipo partir de Konoha. Sin ánimo de interrumpir, más bien como un curioso observador. Lord Orochimaru había disfrutado mucho el pequeño “espectáculo”.

-eres interesante…-susurró apenas sonriendo torcido- ku ku ku….eres muy interesante. –añadió levemente, mientras regresaba a sus labores de laboratorio.


***********************************************************

En la imponente fortaleza de Nessus, en el fondo de agujero más oscuro del noveno sub-suelo. Allí el Rey Asmodeus, recibía a los líderes militares de los restantes infiernos. Todos habían venido por su específico llamado. Todos habían venido porque le temían. Ninguno se sentía a gusto con Asmodeus, y la mayoría de los restantes diablos nobles, pretendían asesinarlo para destronarlo. Era una lucha de poderes. Una lucha infinita que los ataba a todos.

El Rey se sentó en la punta de la larga mesa de oro y perlas engarzadas. Los restantes lideres a los lados según la costumbre. La última reunión de los nueve generales, habían sido hace 66 días. Como era una costumbre.

-Bienvenidos….-anunció Asmodeus a sus invitados- les he ordenado venir, por las importantes novedades que acontecen a Baator.

“novedades”. Cada señor de los infiernos tenía a sus diablillos espías. Cada diablo espiaba a otros diablos en busca de una debilidad. Solo una, para saltar y reclamar más tierras en su control. Era un combate todos contra todos. Y Asmodeus desde Nessus los observaba divertido. Desde cada capa de este mundo, venían también ellos. Los llamados “Ocho Oscuros”.


¿Quiénes eran? Los principales generales Baatezu (Clan al cual pertenecen los diablos de elite). Determinantes siempre, en la Guerra de Sangre. Estos poderosos diablos de la sima, sólo responden ante los señores de cada capa del infierno y en última instancia ante Asmodeus. Los Ocho Oscuros son conocidos como Baalzephon, Corin, Dagos, Furcas, Pearza, Zapan, Zaebos y Zimmimar. Dirigen a todos los diablos por debajo de ellos y se reúnen cada 66 días en Malsheem la ciudad del Rey, para planear el siguiente paso en la guerra y decidir los ascensos y castigos entre sus filas. Cuando no están dirigiendo a sus ejércitos, algo que ocurre raramente, suelen habitar en Nessus (el noveno infierno). También pueden tomar el aspecto de maléficos humanoides si la situación lo requiere.


Originalmente se llamaban los Nueve Oscuros (en honor a las nueve capas). El noveno miembro era Cantrum, el líder, el cual fue asesinado por un subalterno rebelde. Tras eso, los ocho restantes no vieron necesario buscar un nuevo líder y se reorganizaron como los Ocho Oscuros.


-Quiero el informe de todos los ejércitos bajo sus respectivos mandos –Ordenó Asmodeus sentándose frente a la punta de la mesa- ahora mismo…


Los generales se fueron poniendo de pie por etapas. Cada cual era una especie de Shogun en los respectivos infiernos. Tenían el control militar de cada capa, mientras que el poder económico y social era para los Archidiablos. Los 8 que respondían ante Asmodeus solamente. En cuanto a los ejércitos, los ocho oscuros no solo actuaban como fuerza militar para los Diablos nobles, sino como método de contrapeso para controlarlos.

-nuestras fuerzas defensivas en la capa Avernus, -dijo uno de los diablos de la Sima- están aguantando con excelente resultado. Los ejércitos regulares de demonios no avanzan sobre nuestros territorios. Han sido detenidos en los páramos áridos y lanzados al rio Estigio.

-existen muchos comerciantes de esclavos, que se han quejado de los constantes ataques de diablos exiliados. –Apuntó otro general- los caminos en el desierto son más peligrosos que nunca. La Ciudadela de Bronce, está teniendo problemas de aprovisionamiento.

Los “diablos exiliados”, no eran otros que los anteriores gobernantes de cada capa en el infierno. Derrocados por subalternos o caídos en desgracia frente al rey Asmodeus. A veces por tratar de derrocarlo, a veces por simple capricho del supremo soberano. Los diablos perdían sus poderes, sus tropas y sus castillos. Tenían como única opción ocultarse en los territorios extensos y áridos del primer infierno para escapar de los ejércitos regulares que buscaba exterminarlos. En pocas palabra, eran los “Shinobi renegados” del infierno. Pero Asmodeus sabía más. Sabía que esos exiliados habían fugado por la puerta hacia el mundo humano. Y era exactamente lo que deseaba el rey. Fugados por una puerta que el propio Soberano habia abierto.
-tal vez deberíamos enviar algunas tropas de elite para cazar a esos malditos exiliados. –Opinó alguno más- no podemos permitir que alguno de ellos consigan las suficientes tropas mercenarias para producir alguna revolución.

-ignoren a esas lacras….-interrumpió Asmodeus desdeñando con su mano- quiero que envíen mi nuevas órdenes a todas las ciudades y a cada Archidiablo que gobiernan en todos los infiernos. Todos deben entregar al ejercito general de Baator, el 25% de todas sus tropas. Iniciaremos una ofensiva que cruzará el rio Estigio y acabará con todos los asquerosos Demonios que habitan en el Abismo.

Los generales sonrieron satisfechos. Por fin lanzarían una invasión definitiva sobre el mundo de sus archirrivales los demonios del Abismo. “Las capas infinitas del abismo” era la dimensión donde habitaban los demonios. Baator contra el Abismo. Así había sido desde el comienzo de la historia. Los generales apenas recordaban la última vez que habían cruzado las tropas diabólicas al otro lado del gran rio Estigio. Generalmente eran los demonios los que invadían. Baator siempre era más controlado y luchaba a la defensiva. Muchos diablos habían conspirando contra Asmodeus por esta razón. Algunos de ellos se habían sentido enojados durante muchos años con la aparente falta de acción de su Rey. ¡Querían guerra contra los demonios! ¡Querían la muerte de todos los enemigos de Baator! Ahora por fin, la autorización tan firmemente esperada había llegado.

Por supuesto, mientras los idiotas preparaban su guerra mundial contra la otra raza. Asmodeus se retiraba del salón para dejarlos empezar las discusiones sobre estrategias, castigos y ascensos a subordinados y todo lo inútil. La verdadera intención del rey era mantener ocupados a los más poderosos diablos del Baator y que no descubrieran la puerta que conducía al mundo humano. No quería a ningún Archidiablo enterado de esa entrada, tampoco a los generales de los ocho oscuros. Solamente los rebeldes y los exiliados ocultos entre montañas o desiertos del primer infierno. Ellos lograrían invadir el mundo de su hermano neutral, pero no podrían utilizar las almas y los poderes allí encontrados con efectividad. Era como un truco de prestidigitación. Mover una mano, distraer a los hijos de ambos mundos infernales con la guerra. Mientras que la puerta abierta al mundo humano se mantendría oculta, trayéndole de vuelta los nueve mesías a casa. Los nueve que tenían la función de “llaves”.

Las llaves que mantendrían funcionando los sellos ubicados en cada infierno…

Los sellos que ocupados por el poder de cada mesías…

Dejarían abiertas permanentemente, los accesos a un nuevo mundo por conquistar.


-tengo tres de los nueve, -susurró el rey de los diablos caminando por su castillo interminable- y los demás mesías….vienen en camino. Todo está saliendo perfectamente.


Fin del capítulo.
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Mensaje por blackoiram Miér Sep 17, 2014 7:48 pm

Primero siiiiiiii lo de sakura y la pequeña diablesa me huele a celos no me extranaria que la diablita quisiera recompensar en mejor manera a su nii-san y lo del martillo ya me,hacia la idea de ke a la,fuerza nadie lo moveria mas bien con magia y lo de asmodeos preocupa muxo este no es un adversario ke se pueda vencer con el arte ninja aunke si me pregunto si los diablos estan alli a lo mejor tambien habra angeles o la misma sakurita es uno de ellos sin saberlo bueno te saludo sigue asi sempai escribes de miedo
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Mensaje por pillao13 Miér Sep 17, 2014 11:01 pm

Esta muy bien el capitulo =D A Naruto le esta empezando a gustar el poder un poquito haha
Respecto a Orochimaru seguro las mata callando... Ya nos dara una sorpresita.
Espero conti, y enhorabuena por el trabajo Smile
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Mensaje por Eva2.0 Miér Sep 24, 2014 10:38 pm

ey! que bien! dos capis ! =)
me alegro de que Sakura pudiera encontrar cura para Ino, aunque debo admitir que ver a la rubia como diablesa esclavizando a todos los hombres a su alrededor hubiera sido pervertidamente genial.... hmm... sería un shot interesante... ahí lo dejo XD
Y me chifla la pequeña Erinia *.* es taaaaan mona y taaaan sádica XD Es un personaje divertido. Además de dar mucho juego para que Sakura se ponga celosa cada dos por tres (que siempre nos gusta XD) , si finalmete Naruto consigue devolverla con su clan seguro que se ganará poderosísimos aliados. Solo a él se le ocurre tenderle una mano a un diablo... aunque ya que no tenga un alma que perder, a nadie más se le hubiera pasado por la cabeza hacer algo así.
Me gusta mucho Sakura. Se ha esforzado terriblemente hasta ahora, aunque sus logros no sean tan llamativos como una victoria en combate. Su fuerza radica en su mente y en su fuerza de voluntad, igual que en el personaje original. Tambíen me agrada que esté dispuesta a correr riesgos y saltarse las normas si la ocasión lo requiere. Consigues un personaje hermoso y muy completo.
Quiero más ! XD
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Mensaje por hikari uzumaki Vie Sep 26, 2014 5:31 pm

Al fin me pude poner al corriente Bebe

Va muy bien el ritmo de la historia, ya que como lo habías dicho sera largo el fic y si es necesario toda esta informacion, luego nos hacemos bolas o no entendemos el porque y para que esto o aquello.

Orochimaru sigue siendo de mis villanos favoritos nunca se sabe con el tipo, pero a la vez es admirable todo lo que logra descubrir con sus investigaciones, no en las mejores circunstancias y métodos, pero como ayuda, hasta ahora.

No me esperaba lo de Ino, es verdad que andaba rara, pero hasta ese punto verse afectada. Aunque Sakura rompió y vilo muchas reglas y estatutos de la aldea, ha valido la pena por salvar a su mejor amiga y ahora en ayudar a Naruto. Lo que me lleva a cuestionarme si ella se quedara a partir de ahora con él o se separaran? es evidente que a Konoha no puede regresar, ni al menos por el momento ir con Tsunade, no creo que tome a bien todo lo que hizo.

Se que aun falta información, pero aun sigo sin entender del todo lo de los 9 mesías, que papel juegan en realidad todos los bijuus, y porque ni lo recuerdan, ni nada de nada.

Haber que consecuencias se vienen con lo del pacto de sangre.

conti!
Wink
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Mensaje por arminius Lun Sep 29, 2014 11:12 am

nuevo capi, la historia va llegando a su nudo argumental. algunos detalles sobre los personajes alrededor de naruto seran importantes a futuro. por citar un caso, la participacion de ino y su problema ya resuelto.


CAPITULO 12: DIVIDIDA


“Naruto caminaba por los bosques vírgenes del mundo. Veía las nubes pasar rápidamente por el cielo. El viento le cobijaba, para acompañar su sendero. Oía el canto de las aves, notaba el paso de los animales por el bosque, que totalmente inocentes seguían sus instintos sin preocuparse por nada más. Fue entonces, cuando Naruto se dio cuenta que no podían verlo. Nadie lo veía, nadie lo escuchaba pasar. Era como un espíritu transitando por las tierras salvajes, y teniendo la oportunidad de mirar al mundo detrás del mundo. Cuando el ser humano no interviene en el equilibrio del ecosistema.

-“Mira el mundo que mi cuerpo ha creado. –Escuchó Naruto como un susurro en el oído- recórrelo en los sueños, disfruta esa paz. La serenidad de un estado natural, sin perturbaciones”.

Naruto usualmente tenía estos sueños. Cuando dormía, podía observar desde su subconsciente como aquel antiguo dios le enseñaba lo que conocía desde siempre. Naruto había aprendido mucho, no importando lo que ese dios quisiera hacer con su cuerpo, comprendía de un modo espiritual lo que motivaba al ser supremo.

De pronto, Naruto se detuvo a ver una semilla caer desde el cielo. El mismo aire trasmitía a otros terrenos aquellos vitales granos de existencia, dejando en el agua, la responsabilidad de hacerlos germinar. Naruto se quedó observando, como la semilla se hundía rápidamente en la tierra, y el agua de un arroyo cercano le daba vida. Un pequeño tallo, hojas apenas verdes que luchaban para sobrepasar el límite del suelo. De todo ese trabajo, la belleza de una rosa. Un capullo rosado, un pimpollo perfecto completado en cuadro por algunas espinas y hojas en el tallo.

El tiempo se había acelerado, Naruto presenciaba un proceso que podía tardar días o meses, todo en tan solo algunos segundos. La vida era tan increíble. Y sin embargo, el ser humano pocas veces sabía apreciar tan milagroso proceso.


-“Observa la flor….-le dijo el viento susurrante- no necesita a nadie. No necesita nada. ¿Qué podría darle en una aldea? ¿En que la beneficia el gobierno, de uno u otro rey? ¿La ves hermosa, por estar en un ramo hecho por manos humanas? Ha viajado acunada por la brisa, visitada por el sol, nutrida por la tierra, hidratada por el agua. Ella no necesita a nadie.”

Naruto escuchaba atentamente. Mucho de lo que ese ser divino decía, tenía fuerza de verdad. El mundo no existía por la gracia del ser humano. Más bien, existía a pesar de su presencia caótica. Además, el Uzumaki notó que algunas sombras entre los arboles tomaban formas extrañas. Siluetas humanas. Peleando en grupos, unas contras otras. Naruto no podía ver los cuerpos, solo las sombras que combatían alejándose de los árboles y ganando el centro del prado. Parecían guerreros oscuros. Tenían armas, y luchaban tenazmente. Por un momento, el rubio quiso intervenir para detenerlos.

-“Ni lo intentes. –le dijo esa voz del viento- ellos no te escuchan. Por qué el odio está en su sangre. Solo entienden el mundo a través de sus armas. ¿Qué puede importarles la hermosa flor inocente?”


A Naruto le aturdía y dolía mucho. La hermosa flor fue destruida por las sombras. La pisaron sin siquiera notar lo que hacían. Seguían combatiendo unos con otros, hasta perderse del otro lado del prado verde. ¿Para qué gritarles? ¿Lo escucharían? ¿Podría detenerlos y hacerles sentir culpables por la muerte de esa flor? A los humanos no les importaba nada. Si los animales o plantas morían, aun cuando se las necesitara para comer y otras varias situaciones, no eran prioridades para cualquier guerrero humano.

-“no sufras más….-le dijo la voz- entrégate a mí. Me encargare de recuperar el equilibrio”.



El hombre despertó de repente. Y las palabras de sus sueños cada vez tomaban más fuerzas en el dominio del corazón. ¿Por qué razón tanta lucha y muerte? ¿Por qué razón seguir y seguir matando? Estaba ahora sentado junto a un tronco caído, cercano a la fogata que compartía con Ino, Sakura y la diablesa que había liberado de su cautiverio en Konoha. La joven Kunoichi del clan Yamanaka estaba haciendo la vigilancia.

Tuvo que hacer un prudente esfuerzo para rememorar lo que había sucedido hace horas. Salieron de Konoha, se encontraron con Ino que cubría la salida por el medio de una vigilancia. Esa mujer era ingeniosa. Había burlado la guardia del portón de una manera casi poética. Colocó un Genjutsu sobre los vigías, donde aldeanos con carretas trasportaban mercancías determinadas. Cada grupo de vigilancia llevaba un registro de las trasferencias de pertrechos. Así que Ino, aprovechó ese tiempo libre, donde los guardias estaban atrapados en su ilusión, para rellenar las planillas correspondientes, con lo que les había colocado ante sus ojos para atestigüen. Tiempo después, ellos mismo revisarían los registros de algo que vieron salir, pero nunca sucedió.

-chica talentosa….-sonrió Naruto apenas, recordando a Ino explicarles todo, horas después.

La muchacha le pudo notar despierto. Y haciéndole una señal para que se alejara un poco de donde Sakura y la diablesa Biara dormían, le invitó a una charla necesaria para aclarar aquel asunto que tuvieron hace meses en Konoha. Ino había sudado bastante mientras viajaban con Naruto. No solo estaba en total desconfianza contra Biara por su raza, sino que temía un desliz de Naruto al comentar lo acontecido hace tiempo.

-no quiero que Sakura lo sepa –le dijo cuándo se alejaron un poco- por favor Naruto.

El rubio no entendía el porqué de tantos nervios. Solo había sido sexo, brutal sexo es verdad, que les había servido a ambos para descargar tensiones. ¿Qué tenía de malo? Ino tal vez ahora estaba en pareja con algún otro hombre. Y en todo caso, ¿Qué le interesaba a Sakura ese asunto?

-solo no digas nada. –Aclaró Ino apenas- ya demasiados problemas he tenido por ese jueguito tonto. Si quieres puedo decirte, todo lo que no sabes de las consecuencias de esa aventura. Siéntate y ponte cómodo. Mientras tanto me voy a entretener, civilizándote un poco.

Tal vez no quiso lograr lo que consiguió. Ino se sorprendió un poco cuando vio a Naruto moverse hasta una gran piedra y sentarse cómodamente para escucharla. Ella sonrió, un poquitín nerviosa por esa frialdad en el hombre, que lo hacía casi desconocido. Así no era Naruto. Y Sakura había hablado sobre ese tema con su mejor amiga hace tiempo. Ino sabía las versiones de ambos mundos, y estaba justo en el medio. Entre la amistad y los problemas. Caminando en una cuerda floja imaginaria. Siendo la que busca el equilibrio, y al mismo tiempo arriesga un salto al vacío para ayudar.

-¿Qué sabes sobre las súcubos? –le preguntó Ino, al hombre cómodamente sentado.

-solo lo que esa niña que no para de hablar, me estuvo diciendo desde que salimos de Konoha.

Ambos sonrieron apenas. Después de varias horas conviviendo con Biara, podían afirmar que tenía las mismas actitudes de una niña humana de 15 años. Su cuerpo era atractivo como el de una Kunoichi. Y de no ser por las alas emplumadas o los ojos puramente rojos como gemas, podía pasar por cualquier fémina. Sin embargo, tenían que tener cuidados con sus instintos. Tenía todo el talante de ser una asesina despiadada. Sus miradas, sus sonrisas, eran un canto a la futura traición. No se podían confiar para nada.

Ino sacó un kunai. Mientras comenzó a relatar todo lo que le había ocurrido los últimos meses, como si ambos hubieran acordado de palabra la situación, comenzó a cortar el largo cabello desproporcionalmente extenso del Uzumaki. Parada justo detrás del rubio, fue cortando con suma cautela todo el cabello sobrante y hablaba sobre su experiencia cercana a convertirse en demonio.

-Sakura salvó mi vida. –le dijo en medio de su relato, mientras seguía cortando el cabello de Naruto- aunque tuve que hacer mi propia parte, para mantenerme en los cabales.

-¿Qué sentías?

-Que me dividía... –añadió apenas la rubia- que una parte oscura de mí, ganaba terreno a cada segundo. Pero no me tomaba por la fuerza, al menos no directamente. Era como si tratara de convencerme, de torcer mi moral para mezclarse con mi voluntad.

-no tienes que cortarme el cabello –le indicó Naruto- no cubre mis oídos, aun puedo escucharte correctamente.

-lo sé….-sonrió ella apenas, pero seguía en lo suyo- pero me gustas más de cabello corto. No por ser un Sennin tienen que parecer vagabundo. Además, no te reconocerías si acaso alguna vez miraras tu reflejo. Y es importante que te reconozcas.

-¿Por qué razón?

-porque solo al recordar quien eres, puedes también reconocer cuando estás perdiendo el camino.


Algunos segundos de silencio y pensamientos personales. Naruto sentía que Ino conocía más de su mundo interno, de lo que el mismo podía explicar con palabras. Tal vez no era tan diferente ser poseído por demonio o dios. ¿Qué tan diferente puede ser, cuando el destino es dejar de ser lo que antes fuiste?

-¿Cómo has conseguido defenderte? –preguntó por fin Naruto, mientras Ino terminaba en silencio de dejarle corto el cabello.

-se me ocurrió usar esto…-le respondió la joven, girando para quedar frente al hombre y mostrándole una pequeña caja de madera- Amuletos. Y ahora te los doy a ti. Consérvalos cerca, y úsalos solo cuando ya no recuerdes quien eres.

-¿En que puede servirme una caja con…? –interrogó el rubio serio, abriendo levemente para mirar el contenido.

-La caja es común, y su contenido nada especial. –Le dijo ella retirándose a dormir- pero aun así, a mí me ayudó a sobrevivir. Tal vez contigo en un futuro, logre hacer lo mismo. Y por cierto….-finalizó usando su kunai para cortar un pequeño mechón de cabello propio- Esto también debes llevarlo. Te prometo que te ayudará.


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La carpa asignada para la división de inteligencia tenía una reunión interesante. Orochimaru estaba demostrando ser más útil de lo que podía preverse. Kankuro, Karin y el Hebi Sannin hicieron una interesante exposición sobre los nombres, características, habilidades y formas físicas de los diferentes diablos o demonios que podían enfrentar eventualmente los Shinobi. También habían usado los servicios de hábiles grabadores y dibujantes para tener un identikit de cada criatura avistada.

Mediante una combinación de cadáveres, informes, más lo recaudado de interrogatorios, se pudo tener una idea firme de las estructuras básicas del enemigo. Al mismo tiempo, habían informado secretamente a la Hokage sobre la aparición de Naruto en Konoha. El desastre que había causado en las salas de interrogatorios, arrojaba una pérdida total de prisioneros y muchos golpes para los ninjas que intentaron detenerlo. Pero sin muertos entre los humanos al menos.

En la reunión en cuestión, Tsunade representando a los Kage, Shikamaru y Temari de inteligencia, escuchaban con atención toda información que acercaban los que hasta hace poco se ocupaban de los laboratorios en Konoha:

-Uzumaki se llevó un rehén diablo, -dijo Orochimaru- y tu joven estudiante le acompañaba.

Tsunade no lo podía creer. ¿Sakura desobedeciendo sus órdenes? Debía haber llegado al campamento militar hace horas. ¿Dónde estaba esa niña? ¿Qué locura se había cruzado por su mente? Era cierto que Naruto apareciendo podía cambiar muchas cosas. Pero Tsunade no lo podía entender. Aunque, también era cierto que Orochimaru estaba siempre acostumbrado a decir las cosas de manera venenosa. Para hacer daño, para causar dudas en sus interlocutores. Tal vez Sakura tenía una buena razón para haber acompañado a Naruto. Pero Tsunade no podía permitir que las órdenes no fueran obedecidas. Para mantener la coerción del mando, estas faltas debían ser castigadas.

-las actitudes de Naruto son extrañas. –Indico Temari seria- conociendo la capacidad de pactar que tienen los enemigos, tal vez la rehén ha logrado engañarlo para que la libere.

-si Sakura Haruno también iba con ellos, -intervino Shikamaru- parece poco probable que una diablesa pueda engañarlos a los dos. El asunto es… ¿Qué está buscando Naruto? tenemos que descubrirlo cuanto antes.

Un mensajero ingresó a la carpa. Entregó un pergamino a Tsunade y haciendo una reverencia se alejó del lugar. La Hokage ante el silencio atento de todos, abrió la hoja para leer rápidamente. Luego de un gesto contrariado, anunció para los demás:

-Yamanaka Ino también está con ellos. –Dijo levemente- Este es un mensaje de ella. Están viajando para descubrir la ubicación de la puerta que invoca a los demonios a esta tierra. La niña diablo los guía, Naruto hizo un trato con ella para liberarla a su mundo, si le enseña en qué lugar se ocultan los enemigos. –luego se quedó leyendo con intensidad, como si no fuera todo.

-¿y que más dice Tsunade? –le inquirió Orochimaru.

-nos ha dejado una partida de armas raras. –continuo la líder- Naruto las ha recolectado de un ejército enemigo. Al parecer…..-sonrió apenas- ese tipo de hierro, le hace muchísimo daño al cuerpo de los demonios. Esto debemos comprobarlo. ¡Guardias! –dos ANBU entraron a la carpa- envíen este mapa para que un equipo de rastreo recupere el material.

-interesante….ku ku ku… -susurró la serpiente.

-debemos conseguir ese hierro con urgencia, -reafirmó Temari- será importante para nuestras futuras maniobras.

-es cierto, -apoyó Shikamaru- ya tenemos una estrategia de batalla definida. Y si logramos hacer más daño con esas armas, aseguraremos la efectividad de las misiones, sin comprometer tanto las vidas de nuestras tropas.

-de acuerdo señores, -dio una orden Tsunade- recuperar esas armas será nuestra prioridad máxima. Quiero un informe completo sobre este asunto en cuanto sea posible.


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Sasuke Uchiha se sentía en su centro.


En alguna parte del bosque del norte en país del fuego. Las tropas que el Uchiha dirigía, habían llegado en el preciso momento que Karui y Darui de Kumo se batían en retirada. En medio de amplios territorios de bosques, parecía extraño ya que los demonios siempre elegían las zonas montañosas o desiertas. El combate en la espesura no era de su total afecto. Los Shinobi de Konoha en cambio, era expertos en estos terrenos, y los de Kumo no lo hacían nada mal tampoco. En cada escaramuza, caían diez demonios por ninja muerto, y aun así parecía poco. Ellos obtenían refuerzos de quien sabe dónde, mientras que los números Shinobi decrecían lento, pero seguro.

Sasuke sin embargo no claudicaba en cada batalla, ordenó a sus hombres que apoyaran la retirada de las tropas de otros capitanes, mientras el intentaba abatir al comandante de los demonios. Era vital matar al más poderoso siempre. A partir de su caída, las tropas bajas se dispersaban o se confundían. Perdían muchísima capacidad de combate cuando no tenían un líder que las condujera. En eso, la alianza ninja tenía ventaja. Si bien dependían de líderes fuertes, la caída de ellos no paralizaba a los Shinobi. Existían otros capitanes, tenientes, sargentos y líderes de escuadrón que podían tomar la posta del combate.

El rival de esa ocasión era una bestia grotesca como pocas. Con un cuerpo ancho, alto y musculoso. Sus cuatro brazos estaban terminados en armas naturales. Dos manos provistas de garras, y dos en poderosas pinzas como las tenazas de un cangrejo. Su cabeza canina estaba coronada con cuernos y su hocico goteaba, cuajado de dientes afilados. Sus ojos tenían una mirada fría, oscura y penetrante. Característica, que daba indicios de su astucia e inteligencia.

El nombre que Orochimaru había obtenido por interrogatorios a otros demonios, no decía demasiado. Pero sin dudas saber cómo se llamaba cada tipo de demonio, ayudaba a la identificación en el fragor de la batalla entre las tropas Shinobi. Este ser en particular, era conocido como “Glabrezu”.

Sabia Sasuke de los informes entregados a capitanes, que este tipo de bestia era fuerte y violenta. No se comunicaba en lengua común, pero los demonios pequeños le obedecían al instante. Todos los Glabrezu pertenecían al clan de los Tanar´ri. Un tipo de raza “noble”, si se considera comparar las categorías de demonios, con las divisiones sociales en las comunidades de humanos.


Los Baatezu (compuestos por raza diablo) y los Tanar´ri (demonios), eran dos clanes nobles que se odiaban mutuamente. Nunca había dos líderes de clanes rivales en el mismo ejército. Con respecto a las tropas básicas, podían ser de cualquier raza. Pero los líderes eran de uno o del otro. Era increíble la cantidad de conflictos internos que los enemigos tenían, y sin embargo aún les quedaba agresividad para invadir el mundo humano. Brutalidad en su máxima expresión.

Volviendo al combate, Sasuke Uchiha hizo lo usual. Separó su posición de las tropas que lideraba para enfrentar uno a uno a los rivales. Sus habilidades con el sharingan eran excelentes, pero en contrapartida inútiles para trabajar en equipo. Para desplegar todo el poder de Sunsanoo, o Amateratsu. Debía tener espacio, y cero preocupaciones sobre la salud de sus subalternos.

La bestia líder, no se mostraba ante los ojos comunes. Sasuke lo observaba ocultándose entre las tropas básicas que venían en parvadas a embestir al Uchiha. Al sharingan nada escapaba. Bien podría el Glabrezu tratar de engañar a cualquier guerrero usando ilusiones de camuflaje, pero con Sasuke eso era inútil.

Un grupo de pájaros azules conocidos como Vroc, atacaron rodeando al moreno. Tal como una manada de lobos acecha a su presa, siempre tratando de superar por número a quien no derrotarían por poder. El Uchiha extrajo su Chokuto, y espero que lo atacaran. Los Vroc parecían buitres, de cuerpos escamosos y azulados tenían el tamaño de un humano. Usaban sus alas emplumadas para sobrevolar la posición de Sasuke y caía en picada tratando de matarlo. Pero el moreno giraba y se movía entre las criaturas cortando a sus enemigos sin apenas recibir daño.

-vamos maldito… -pensaba Sasuke mientras seguía combatiendo contra los casi 40 enemigos que le rodeaban- aparece de una vez. Tus mascotas no pueden conmigo.


Los Vroc se movían dando brincos, chillando terriblemente y lanzando zarpazos con sus garras o espolones, sedientos de muerte. Al Uchiha le aturdían esos chillidos, pero enseguida callaba gargantas con el filo de su espada y las oportunas intervenciones de kunai o shuriken imbuidos con Raiton. Sobre eso, luego de varios intentos infructuosos, tuvo que combinar sus kunai con solo chakra. Ya que los Vroc parecían inmunes a la electricidad.


El combate se extendió durante 30 minutos. El número de Vroc se fue reduciendo a la mitad cuando menos. Sasuke se mantenía firme en el centro del páramo, árboles arrancados y pasturas quemadas adornaban toda la zona. Mientras sus esbirros combatían al humano, el Glabrezu intentaba usar su habilidad para confundir a Sasuke. Sin embargo, sus influencias eran inútiles contra un Shinobi totalmente inmune a las ilusiones visuales. No podía la bestia ocultar su posición del moreno. Eso le irritaba, y que Sasuke asesinara a sus tropas actuando en soledad, le era todavía más desagradable.

-KATON…-haciendo sellos- JUTSU, GRAN BOLA DE FUEGO.

Sasuke primero tomó distancia del ataque de los Vroc, usando parte de los árboles en el bosque para escabullirse y oponer algún bloqueo al acoso de los “buitres demoniacos”. Cuando las criaturas sobrevolaron los troncos caídos y se agruparon para embestir en formación irregular. Se encontraron con el soplido furioso, y una llamarada que les dio de lleno intempestiva. Aparentemente, no todo habitante del infierno era inmune al fuego.

Los Vroc chillaban incendiándose. Propiciando una confusión digna de un espectáculo de fuegos artificiales al nivel del suelo. Sasuke no perdió el tiempo, aun no murieran los enemigos por ese ataque feroz, aprovecharía para rodear la posición de esas tropas, yendo por el líder de todos.

-ven aquí maldito….-susurró el Uchiha concentrado totalmente en buscar entre los bosques a su enemigo.

Luego sucedió algo extraño. Sasuke había logrando avanzar entre los bosques unos 50 metros. Cuando pasando por sobre las copas de tres arboles enormes, cayó con su espada atacando sobre la bestia que estaba aparentemente oculta ahí. El Glabrezu retrocedió saltando y cuando Sasuke creyó que lo tenía, de pronto se encontró enterrado su Chokuto en el aire. Justo donde debió estar el estómago de la víctima.

-¿Se escapó? –pensaba Sasuke, mirando a su alrededor- ¿Cómo?


Lo sintió respirar a su espalda, había ganado una posición ventajosa sin siquiera Sasuke saber el cómo. El monstruo rugió furioso, sus grandes ojos color violeta destellaron en el momento que las enormes tenazas se cerraron aprisionando el cuerpo de Sasuke. Sin medir la fuerza, enseguida presionó separando las partes aferradas, y el humano fue destrozado completamente por las poderosas pinzas. La sonrisa del Glabrezu fue de pura satisfacción maligna, pero solo perduró algunos segundos. Ya que solo había despedazado un tronco de madera, por la técnica del cambiazo.

-buen intento criatura…-dijo Sasuke apareciendo a pocos metros del rival- pero necesitaras más que tus pinzas para acabarme.


Y con esa declaración, que probablemente el Glabrezu no entendía por una cuestión de idioma, comenzó una batalla sangrienta como pocas. Sasuke usó todos sus mejores recursos. La criatura de piel marrón y cuatro miembros superiores, presento una furiosa batalla de Tayjutsu. El demonio atacaba preferentemente cuerpo a cuerpo. Furioso por haberse visto engañado anteriormente. Sasuke pronto comprobó que su enemigo tenía inmunidad a la electricidad y según recordaba de los informes. Los venenos tampoco eran efectivos.

Tenía un cuero duro el maldito. Sasuke le pudo herir aplicando mucho chakra en su espada, y apenas eran cortadas superficiales. Sin poder usar el Raiton, la penetración de sus armas se reducía demasiado. Sasuke tenía ventaja en la velocidad, el rival media como 2,20 mts de altura y su cuerpo era pesado, aunque muy duro. Gruñía babeando como un perro rabioso. Hablaba un extraño idioma que el Uchiha no entendía. Durante más de una hora, todo fue violencia y ataques feroces.

Las tenazas del Glabrezu intentaban cazar a Sasuke, mientras que las garras que surgían de su tórax, soltaban ataques de luz multicolor que por fortuna no eran lo suficientemente rápidos para alcanzarlo. El moreno sospechaba por la descarga de energía que veía, que era más peligroso recibir un golpe a media distancia de las pequeñas garras brillantes, que recibir un ataque de las tenazas gigantes. Era una especie de magia ofensiva, tal vez. Todo era prueba y error, justo cuando no se podía estar experimentando.

Finalmente consiguió herir al demonio con una maniobra arriesgada.


Había notado que si bien el demonio no era rápido, tenía cierta capacidad para trasportarse a distancia. Era algo así como el jutsu que vio usar al Yondaime Hokage en la guerra. Sin embargo, este tipo de magia tenía una debilidad. A diferencia de Minato Namikase, no existían sellos que pudieran designar el lugar de destino. El Glabrezu se trasportaba de retorno siempre a una posición inicial, escapando de las acometidas de Sasuke que ahora estaba lanzando jutsu de fuego para quemarlo. Era como si tuviera un epicentro solo, y su capacidad de escape se redujera a retornar al punto central del círculo territorial. Teniendo eso en cuenta, Sasuke arriesgó su vida llevando el combate cuerpo a cuerpo directamente hacia ese lugar. Si lograba atacarlo justo ahí, el monstruo se quedaría sin el recurso de trasportarse para salvar la herida mortal.

Había otros detalles que el Uchiha había anotado mentalmente. Su rival de esta ocasión, parecía tener un temperamento bastante irascible. Se enojaba fácil y rápido. Actuaba por furia, más que con inteligencia. Era por esta razón, que decidió provocarlo con sonrisas de burla y miradas de liviandad.

-¿Qué ocurre monstruo? –le dijo en voz alta, aunque sabía que tal vez no entendiera- ¿eso es todo lo que el infierno puede ofrecerme? Realmente estábamos más divertidos por aquí, cuando algún Uchiha loco intentaba dominar al mundo.

El Glabrezu puede que no entendiera las palabras, pero los gestos y el tono de voz eran de indudable provocación. Embistió furioso, destrozando árboles y rocas que Sasuke se cuidaba de colocar entre los combatientes en su “huida”. Mientras tanto, lo estaba llevando justo adonde quería, solo era cuestión de acertar un golpe ahí. Y su enemigo no podría huir.

La bestia furiosa abrió sus cuatro miembros para atrapar al Uchiha que se quedó de pronto parado esperándolo, y las fauces caninas también se extendieron esperando acertar una mordida asesina. Deseaba como nunca la sangre de ese humano. Le haría poderoso absorber su sangre, al matarlo. Y cuando por fin el Uchiha se quedó quieto, el Glabrezu lo atrapó de un brazo con las puntas de sus pinzas y del cuello con las garras del pecho. Todo al costo de recibir una puñalada en el centro de su boca abierta. Directo hasta la garganta.


Era un gran golpe, aunque no bastaría para matarlo. Sasuke sin embargo sonrió torcidamente, su cuerpo se volvió oscuro y las escamas de una serpiente negra se formaron en su piel derruida por la presa que le proponía su enemigo.

-grrrjj jjrrrr….-gorjeó con dificultad el monstruo tratando de retirar la katana que tenía clavada en su boca abierta.

-no es el filo de Chokuto lo que te debe preocupar…-anunció el verdadero Sasuke apareciendo algunos metros separado de su piel de serpiente- sino adonde conduce su filo…. AMATERASU.


El ojo de Sasuke se llenó de chakra y el filo de su arma se incendió en flamas negras que ganaron terreno en el interior de la bestia. Se quitó la espada con fuego y también liberó el reemplazo de Sasuke que cayó inerte al suelo. El Glabrezu chillaba furioso, cruzando sus brazos internos parecía tomarse el vientre y sufrir. Sasuke con toda atención, caminó hacia su cuerpo de reemplazo y tomó la espada con flamas negras que yacía tirada. Antes desde luego, obligó al Amateratsu del filo a extinguirse.


Algunos metros más allá, alguien tenía una indigestión mortífera con fuego negro. Chillaba como supieron hacerlo sus tropas Vroc, antes de morir. No podía hacer nada, el fuego le había prendido por dentro, también se extendía por fuera cuando se quitó el arma con una pinza. Su tiempo de guerra había finalizado, su tumba era de fuego negro.


Mientras el cuerpo del Glabrezu caía envuelto en llamas oscuras. Sasuke limpió el filo de su katana en la parte tierna de unos juncos en el suelo. Y echando una última mirada a su alrededor. Comprobó que estaba solo y había vencido. Era el momento de reagruparse con sus tropas.

Sasuke estaba en su centro. Enfrentando a los enemigos más poderosos del otro mundo. Era para lo que había nacido, por lo que había entrenado. Sasuke era un guerrero, y los demonios o diablos le amenazaban con guerra. Justo a él, que todo su ser estaba listo para el conflicto. Ganaran o perdieran los humanos en estas batallas por la supervivencia del mundo. Sasuke estaba en su esencia. Había encontrado su centro. Al menos por el momento.


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Shion sufría…

Desde que esas criaturas aparecieron, Shion sufría su falta de fortaleza. Cuando tenía 15 años, ganó una gran victoria frente al legendario demonio que había aterrorizado al mundo durante décadas. Mōryō había sido la causa de la muerte de Miroku, su madre. Y cuando los ninjas de Konoha encabezados por Naruto Uzumaki ayudaron a vencer a ese terrible enemigo, Shion dejó de tener pesadillas sobre su propio destino inevitable. Gracias a Naruto, la sacerdotisa comprendió que sus visiones personales no eran totalmente ineludibles. Pasando los años, con la serenidad de haber mantenido a salvo su aldea del supuesto peor demonio de la historia, Shion pudo por fin tener una vida más normal y tranquila.

Hasta los 17 años, Shion había conservado el poder de sus ojos obteniendo visiones del futuro. Y sufrió mucho. Porque cuanto más aumentaba su poder, mayor número de destinos podía abarcar con sus visiones. Veía morir a la gente, y durante esos tiempos aciagos intentó varios modos de evitarles sus particulares destinos. Mientras la gran guerra Shinobi se había desatado por culpa de Uchiha Madara, la sacerdotisa tuvo que presenciar cada muerte de los tantos millares, que dejaron sus vidas en la lucha por la paz del mundo.

Y lloró mucho, por su fatal destino….


¿Cómo podía vivir así? ¿Cómo podía tener siquiera algo parecido a una vida pacifica? Ver la muerte de todos. Una y otra vez. No poder hacer nada para evitarlo. Su corazón era simplemente el de una delicada joven. No tenía valor para resistir una vida de visiones sobre la muerte. Así fue, como a los 17 años, tomó una decisión que cambiaría su vida totalmente. A pesar de las leyes de su aldea, a pesar del amor que tenía por el recuerdo de su madre. Shion tomó la decisión de sellar el poder de sus ojos. No solo bloquearía completamente su capacidad para profetizar, sino también, había decidido no procrear una nueva sacerdotisa para las futuras generaciones.

Fueron decisiones duras. Solo apoyadas desde las sombras por sus sirvientes más leales. La sacerdotisa no podía proclamar que no tendría hijas o que había sellado su habilidad. Era una traición a las tradiciones de la aldea. Era una traición al mundo mismo. Shion, era la última de una casta de mujeres, con el poder genético de sellar el mal. El más puro y perverso mal. Los espíritus infernales que por siglos habían querido destruir el mundo. Sin embargo, el poder profético de Shion se había salido de control. Ella era la más poderosa sacerdotisa de toda la historia. Y sin entrenamiento adecuado, (por las ordenes específicas de su madre, que quiso una vida normal para su hija) se sintió agobiada, hasta en sus horas de sueño con visiones de muerte.

Durante años, Shion pudo vivir sin que sus habilidades fueran algo para extrañar. Tenía que supuestamente buscar un padre para su futura hija, pero con las excusas diplomáticas y la búsqueda de aquel hombre perfecto para ser elegido, pudo alejarla de aquella responsabilidad el suficiente tiempo. Sin embargo, una noche cualquiera, la aldea del demonio se vio desbordada por un salvaje ataque que lo cambió todo.


Nadie supo de donde salieron. Criaturas horribles, sanguinarias, salvajes y despiadadas. En una sola noche, a pesar de la dura resistencia que los soldados reales opusieron para frenar la invasión, toda la aldea del demonio fue pasto de las llamas. Los gritos de niños, el llanto de las doncellas. La muerte se expandía como un rio de sangre. Y eso solo fue el comienzo de todo. Sin embargo, mientras la aldea se quemaba, las casas se caían y un terremoto sacudía toda la zona como si antecediera el fin del mundo. A Shion la sacaron de su templo, y por pasadizos secretos intentaron quitarla de la zona de peligro. Bajo tierra, había túneles que conectaban el templo con 5 diferentes refugios bajo tierra. La princesa y tal vez un centenar de civiles se ocultaron del primer ataque. Una comitiva de doncellas y parte de su guardia personal, ocultaron a Shion esperando protegerla de alguna forma.


Lamentablemente, los refugios no tenían provisiones inagotables y los refugiados se vieron obligados con el paso de las semanas, a salir en busca de ayuda. Sin saber claramente, que el centro de la invasión dimensional se había dado a pocos kilómetros de la aldea del demonio. En lo que antes fue un poblado abandonado, ahora era el centro del campamento de los enemigos del mundo. En pocos meses, ni siquiera cumplido el primer año del ataque sobre la aldea del demonio, los humanos capturados y torturados fueron revelando cada uno de los refugios donde decenas de familias intentaron evitar se atrapadas por el yugo del conquistador. Sin embargo, aun cuando los demonios descubrieron la identidad de esa humana que podía predecir el futuro, no pudieron hallar nunca el escondite bajo tierra donde Shion y los habitantes del antiguo templo se habían cobijado.

¿Por qué? ¿Porque los otros refugios fueron hallados, mientras que bajo el templo no podía encontrar la gruta hacia la sacerdotisa? En principio fue por puro desconocimiento. Los aldeanos atrapados no conocían el refugio principal donde eran protegidas históricamente las anteriores princesas del demonio. Pero pasados los meses y llegado los dos años de conflicto, en el subsuelo la guardia real descubrió un pasaje antiguo justo en el interior. Una bóveda inmensa y a muchos metros bajo la superficie, que tenía provisiones selladas, bibliotecas, y habitaciones. Para cuando los demonios encontraron el refugio bajo el templo, solo hallaron un subsuelo vacío. Ignorando completamente que debajo había mas camino hacia el verdadero trofeo.

-¡mi señora! –dijo uno de los exploradores luego de recorrer todo el lugar acompañado por una antorcha- ¡existen varios pasajes que salen lejos de la aldea!

Allí comenzó otra vida. Donde los refugiados pudieron mantenerse ocultos del enemigo, y salir por intermedio de los pasajes para conseguir todo lo que hiciera falta. Pero Shion no aceptó alejarse de esa bóveda subterránea. Le rogaron, le imploraron que les permitiera llevarla lejos para ponerla a salvo. Pero la joven se negó terminantemente a abandonar el lugar.

-mi señora…-le dijo uno de los ancianos en una reunión cumbre entre militares y consejeros reales- este lugar está bajo las influencias del enemigo. Todos tenemos miedo, pero no podemos quedarnos aquí. Peligra nuestra vida, y más importante la suya.


Pero Shion no accedió. Parándose frente a todos en ese salón de la bóveda subterránea les dijo:


-no me estoy negando a que ustedes se puedan ir de aquí. –Señaló solemne la dama- sino a irme personalmente.

-pero….mi señora…

-es mi última orden. –Añadió terminante antes de retirarse a su cuarto- quedan libres de sus juramentos de protegerme. Mi lugar está en esta oscuridad. La necesito, para que mis ojos puedan ver la luz nuevamente.


Tomó una decisión. Su madre había evitado que ella aprendiera el arte milenaria. Su madre había temido al poder en los ojos de su hija. Para que tuviera una “vida normal”. Que ironía. ¿Cuál vida normal se podía tener, cuando el mundo moría ahogado por demonios? Shion había cometido un error hace años. Había negado el poder que venía en su sangre. La responsabilidad de ser quien realmente era. Podía ver más allá de la vida o la muerte. Y sobre todo, lo más importante del momento, conservaba en su chakra la virtud de sellar el mal. Su madre Miroku había muerto cumpliendo su misión. ¿Cómo podía Shion vivir apartada de la suya? “una vida normal” era en definitiva una vida real, solo cuando se es quien se tiene que ser.

Los soldados no la dejaron sola. El resto de las personas fueron escoltadas hacia poblaciones distantes del país esperando tuvieran refugio en esos parajes. Pero 20 de los soldados de la realeza no la abandonaron. La princesa se encerró en la bóveda más profunda donde montañas de libros y pergaminos, le mostraban la historia que se le había negado desde niña. Decidió aceptar su destino. Rompió los sellos que había interpuesto y durante casi dos semanas estuvo profetizando sin detenerse. Escribió rollos enteros de pergaminos, todos con las palabras surgidas de los viajes inconscientes que sus ojos le brindaban. Sus ojos, forzados y al mismo tiempo alimentados por la oscuridad, le proporcionaron visiones maravillosas. Pudo ver más allá, mucho más allá de las profesas simples de muertes.


Y durante todo el tiempo que la guerra recrudecía por los países elementales, la última sacerdotisa de la aldea del demonio, estudió y practicó los antiguos sellos guardados por siglos, a la espera de su momento. El instante exacto que las profecías de sus ojos le brindaron desde siempre. Cuando lo volviera a ver a él. Aquel único que había sobrevivido a su profesa de muerte. Aquel que siempre volvía para salvar al mundo. Cuando más lo necesitaban. Cuando ya no había esperanzas. Siempre estaba para elevar su puño por sobre todos.

-Naruto…. –fue el susurro de la joven, en la oscuridad de esa bóveda en la tierra.


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Había sido un día muy extraño….

Y la noche no era común….


Sakura observaba con preocupación, la fogata que iluminaba ese sector del bosque. El campamento actual era una grotesca figura surrealista. Cercana al fuego, Biara dormía plácidamente a pocos metros de Naruto. Ino hacia guardia junto a Sakura en ese segundo turno. Y rodeando al grupo, todos los Biju que habían escapado de Konoha hacen meses. Un extraño equipo se había formado. Humanos, demonios, Biju y hasta los atisbos de un dios. Mucho que podía salir mal.

Biara dormía aferrándose a un pedazo de tronco alargado. Como si fuera un osito de peluche. Cubierta y protegida por su abrigo. En la noche anterior el Uzumaki le había cubierto el cuerpo de esa niña con el manto de piel que solía llevar. Ella sufría un poco el frio, sin dudas viniendo de un ambiente infernal, había una gran diferencia con las noches heladas del bosque.

Sakura se sentía molesta por eso. Porque Biara parecía demasiado a gusto abrazando el manto de pieles. Sonreía como si soñara que estaba en brazos de su “nii-san”. Y eso a Sakura le cabreaba demasiado. Ino también estaba despierta en la guardia. Aunque ambas mujeres supieran que la zona estaba totalmente segura por causa de los Biju en los alrededores.

¿Qué ocurrió durante todo ese pasado día de viaje?


La noche anterior, Ino había cortado el cabello largo de Naruto. Le había dejado su imagen como cuando tenía 16 años. Pero ni bien amaneció y continuaron su viaje hacia el portal, todas las féminas que lo seguían de cerca, atestiguaron como su cabello comenzaba a crecer lento y seguro, hasta volver a ser casi tan largo como en la noche anterior.


Al parecer, el mero contacto con el ambiente hacia a Naruto tomar fuerza de su entorno. Una energía que se manifestaba en cambios físicos. Según Sakura sabía por intermedio de su maestra Tsunade. El modo ermitaño que Naruto y también sus antecesores habían dominado en menor medida. Se basaba en absorber energía natural del ambiente y mezclarla con el chakra propio. Logrando así un tercero, de mayor poder. Se requería un control inhumano. Se necesitaba estar completamente inmóvil para hacerlo. ¿Cómo podía Naruto absorber esa energía estando en movimiento?

-increíble…-farfulló Biara, que caminaba junto a las Kunoichi siguiéndolo esa la mañana.

-¿Su cabello? si, -señaló Ino- es como si no se lo hubiese cortado anoche.

-No….-intervino Biara sonriendo apenas- increíble es, lo guapo que se ve nii-san cuando camina.

Sakura tenía muchas ganas de darle su merecido por pervertida. Ino sonreía completamente feliz, de haber encontrado algún detalle con el cual molestar a su mejor amiga. Y Biara que le dedicaba miraditas a Sakura, como si compitiera con ella por el cariño de Naruto. El rubio en tanto, no se daba cuenta de nada. Estaba siguiendo unas voces extrañas que surgían del bosque. ¿Qué decían? ¿Quiénes eran? Parecía un llamado de auxilio. Naruto tenía una sensación de perturbación extraña. El lugar más salvaje del bosque no parecía estar en paz. Poco a poco, todo parecía infectarse con la corrupción del enemigo.

-nii-san….-le dijo Biara parada junto a él y sorprendiéndolo- ¿Qué tipo madera me recomiendas por su dureza? Pero debe ser también flexible ¿eh?-añadió animada- de lo contrario no me sirve.

Naruto la miró hacia abajo, ella le llegaba a su hombro aproximadamente. Parecía divertida, como si paseara por el bosque en lugar de buscar el foco de la guerra. Desde que salieron de Konoha la había estado observando con cautela. Le sorprendía la liviandad de sus indicaciones. No parecía experimentar temor o siquiera impaciencia. Al principio Naruto creyó que lo estaba engañando, pero luego recordó el acuerdo. Y se preguntó por las consecuencias de que fuera Biara, quien no cumpliera con los preceptos del pacto de sangre.

-¿Qué me ocurriría? –Respondió abriendo grandes sus ojos rojos- etto….si no cumplo, pierdo mi vida. Al menos eso dice mi madre. ¡Quiero decir mi líder! ¡ESO DIJE, MI LIDER!

Y apuraba el paso adelantándose a Naruto nerviosa. Otro detalle extraño de esa niña. Tenía un temor irracional al hablar sobre su clan. ¿Acaso no era lógico que tuviera una madre? ¿Sería muy importante su madre para que otros supieran que estaba viva? Naruto no podía saber. Y a menos que ese clan de Biara hubiera atravesado el portal, tampoco era importante en definitiva. Rato después, insistió con lo de la madera. “fuerte y flexible” indico al pedir recomendaciones. Sakura que ya estaba bastante molesta por esa familiaridad que mostraba con Naruto, le mando a callarse. Ino solo se reía preguntándose para que quisiera esa dichosa madera. Y Naruto neutral, simplemente continuo caminando, ignorando las conversaciones.

-fuerte y flexible nii-san…-insistió la niña pegándose a él- me consigues uno de esos y me aseguro de darte un premio especial. Ju ju ju –finalizó sonriendo perversa.

-¡que cierres la boca Biara! –chilló furiosa Sakura, que a duras penas era contenida por Ino.

Las tres parecían haber olvidado el asunto en cuestión. La erinia usó sus alas para sobrevolar la zona y evitar recibir el golpe que se merecía. Reía desde el cielo y le había caras graciosas a la pelirosa que quería enterrarla hasta el cuello por atrevida. Ino no paraba de reír. Parecían haber olvidado la guerra, las preocupaciones. Naruto se dio cuenta, aun con la necesidad de completar su misión, que tal vez esos serían los últimos momentos donde podría compartir algunas horas con antiguas amigas. Por delante, tal vez la batalla definitiva por la libertad del mundo.

Luego de un intenso viaje, cerca de la noche Naruto decidió detenerse. Las Kunoichi se encargaron de la comida. Algunos peces y frutas fueron aportadas por la cacería precisa del Uzumaki, proveyeron a todos del sustento necesario. Sakura consultó a Naruto, sobre las razones para detenerse. Ya que pensaba que seguirían toda la noche hasta la frontera.

-ellos están cerca. –declaró Naruto y se dedicó a comer.

Los Biju aparecieron como una hora después. Vinieron al campamento y rodearon la posición casi en completo silencio. Naruto les explicó la situación, y comprendieron la razón de estar ahí de la niña diablo. Algunos agradecieron la idea de Naruto, que en definitiva les pondría de frente con el portal adonde se habían llevado a sus hermanos. Tuvieron una extensa conversación entre ellos. Espiritualmente, hablaron durante mucho tiempo. Los humanos no debían saber, en la Erinia no confiaban y finalmente Naruto no tendría influencia en esas decisiones. Los Biju sabían que posiblemente Kurama y los demás estarían del otro lado del portal. ¿Cómo rescatarlos? Simplemente yendo tras ellos. ¿Qué encontrarían allí? Nadie podía saberlo totalmente.

Las mujeres se fueron a dormir al comienzo. Naruto hizo la primera guardia y las criaturas con sus tamaños imponentes reposaban alrededor. El páramo en que estaban, era apenas visible en las inmensas arboledas. El Uzumaki escuchaba los sonidos de la noche, a pesar de todo vivido obtenía una satisfacción manifiesta al estar en lo natural. Tal vez por eso pudo dominar el arte ermitaño desde joven. Porque conocía la soledad y podía entenderla. Ser uno con el mundo era estar solo. Aunque todos te acompañaban en espíritu, básicamente siempre estaba solo.

Abandonó el campamento algunas horas. Caminando por los alrededores fue hacían donde el rio dulce, cruzaba a poco menos de 200 metros. Parte de los Biju no dormían, así que estarían vigilados los que estuvieran descansados. Biara fingía que dormía, Naruto lo sabía bien. Pero los Biju la vigilarían mejor que nadie, ya que no confiaban en ella por ser diablo. Al parecer, olvidaban por algunos instantes que ellos mismos no eran demasiado diferentes. Pero era un asunto para tratar en otro momento.

Naruto se dividió en clones, el original se quitó la ropa e ingresó al rio para bañarse. Entrar en contacto con el agua fría no era un resquemor, sentía profunda empatía con el movimiento del cauce. Los clones no solo vigilaban la zona aledaña, se dedicaron a buscar el dichoso trozo de madera fuerte y flexible, para dárselo a la niña y que dejara de insistir con eso. A Naruto no le preocupaba lo que Biara pudiera hacer. Si lo traicionaba estaría sola en el mundo, si cumplía con su palabra Naruto encontraría el origen de la guerra. Además, ella parecía ansiosa por volver con su familia. Podía entenderla, tal vez entre diablos, solamente se podía confiar en su propio clan. Todas eran conjeturas sin embargo.


Sakura despertó de pronto. Su tiempo de descanso había terminado y pudo notar que Naruto no estaba. Se dispuso a buscarlo, no porque temiera por su seguridad, sino porque Biara tampoco estaba en el lugar y eso le daba mala espina.

-es una niña Sakura,- se dijo para calmarla Ino que estaba junto a ella- actúa como una niña y por más perversa que fuera, no sabe qué hacer con un hombre.

-¿y yo que haría con un hombre? -se preguntó Sakura internamente preocupada.

No era que no supiera como actuar. Después de todo, tenía experiencia como médico y Kunoichi. Podía superar largamente los nervios de primeriza, compensando con sus conocimientos alternativos. Al menos eso suponía. Pero además, no era cualquier hombre. Se trataba de alguien especial. Se trataba de Naruto. Sakura era consiente que no podía celarlo de esa forma enferma, porque solamente eran amigos. Ella sabía con amargura, que tuvo su oportunidad hace años de amarlo. Tuvo su chance y la desperdició. Creyó que había tiempo. ¿Pero cómo tener tiempo, si jamás se hacía tiempo?

Ino y Sakura persiguieron a Biara con cautela. Inicialmente pensaron que podía estar escapando. Pero como Naruto tampoco estaba en el campamento, posiblemente lo estaba buscando a él. Anduvieron varios metros, entre malezas, árboles y oscuridad. Sin embargo, la zona del rio tenía una amplia zona de visión. Ino y Sakura se escondieron detrás de un matorral. Biara estaba oculta algunos metros más adelante. Todas, observando al rio donde un hombre completamente desnudo se bañaba pacíficamente.

-no puedes culparla…-balbuceo Ino apenas- ese hombre esta como quiere frentona.

Sakura no se podía mover, estaba viéndolo desde lejos, pero en cierta forma se sentía sola y disfrutando un espectáculo privado. Lo había visto muchas veces años atrás. Pero ahora, Naruto había crecido demasiado bien. En esos años, solo era la estudiante de medico atendiendo al mejor amigo. ¿Ahora? Sentía muchas ganas de tener el poder de desaparecer al resto de las espías y sumarse a ese baño en el rio.

-Biara….-dijo un Naruto vestido apareciendo metros adelante junto a la diablesa- aquí tienes el tronco de madera que tanto has pedido. Ahora vuelve al campamento y déjame solo.

Ino y Sakura se agacharon aterradas. Naruto había logrado ver a la diablesa y estaba a escasos metros de descubrirlas también a ellas. Se quedaron quietas, casi conteniendo la respiración. Se sentían muy avergonzadas y Biara no la estaba pasando mejor porque se disculpaba fervientemente. Rato después, cuando no se escucharon más ruidos que el de la explosión del clon. Fue Ino quien se asomó levemente a mirar.

-se fue Biara, y el clon también. –Aseguró la rubia- el original está vistiéndose junto al rio. Algo extraño está pasando.

Sakura se sobrepuso al miedo que le producía ser descubierta, todo para mirar lo que Ino indicaba como raro. Ambas atestiguaron a lo lejos, como Naruto ya con sus jeans puestos, tenía la espalda descubierta, y esta le brillaba intensamente.

-el tatuaje en su espalda brilla…-añadió Ino- eso no es bueno.

-¿Por qué?

-vámonos al campamento, mejor será que no nos descubra.


Se fueron y durante el camino de regreso, Ino Yamanaka expuso su teoría. Recordaba perfectamente el sello que Naruto solía usar en su vientre. Se suponía que era por Kyuubi. Y brillaba deformándose cuando la bestia buscaba liberarse. Bajo ese precepto, probablemente el árbol tatuado en su espalda, era ni más ni menos que otro ser sellado dentro del rubio. Siempre tratando de obtener su libertad.

-imagino que cuanto más absorbe energía del ambiente de manera inconsciente, -apunto al rubia- el verdadero dueño de ese poder, gana más control sobre el ánimo de Naruto.

-¿significa que no debería usar el arte Sennin? –consultó Sakura tratando de encontrar una solución.

-significa que no puede evitarlo. –Indicó Ino- es como respirar humo toxico en un cuarto cerrado. Puede que sepas lo nocivo que es para tus pulmones, pero tarde o temprano, tienes que respirar.


Ese fue un resumen de la noche extraña. Tiempo después Naruto vino a dormir y Biara hizo lo propio contenta con su trozo de tronco especial. Ino y Sakura tomaron el turno de vigilancia, y se pasaron las horas tratando de entender. Al mismo tiempo, entraron en una cruzada discusión. Ino le indicaba que ellas debían volver cuanto antes a reportarse con Tsunade-sama. Que de no hacerlo, ambas podían ser consideradas unas desertoras. Sakura no quería saber nada de dejar a Naruto solo, entre tantos demonios. Una parte era por sentimiento personal, y la otra porque consideraba que Naruto tenía razón al pensar que cerrando la puerta de acceso al mundo humano, era la única forma de ganar la guerra.

Fue una noche larga. Rara vez en un apocalipsis el tiempo pasa rápidamente. El dolor estira aún más los límites de lo real, y el sufrimiento detiene los relojes. Los demonios y diablos lo entendían mejor que ningún ser. Tal vez era por eso, que existía la sensación de que tarde o temprano conseguirían la victoria.


Sakura se sentía dividida. Su moral, su deber, su respeto por la figura de su maestra Tsunade. Todo contra los sentimientos mesclados por su amigo Naruto. Aquel que nunca pedía ayuda, pero la necesitaba. Aquel que pensaba en ganar la guerra, aun a costa de su vida. Aquel que nunca obtenía nada, aunque mereciera el mundo entero. Eso era el verdadero significado del apocalipsis para Sakura Haruno. Solo una palabra que lo contenía a todo.


Dividida…


Fin del capítulo.
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Mensaje por hikari uzumaki Miér Oct 08, 2014 1:52 pm

Esas chicas son unas pervertidas, pero fue divertido todo lo que ocasiona Naruto. Será que los amuletos que le dio Ino funcionen? Aún no me queda del todo claro como es que funcionan o bien que es lo que realizó exactamente.

Sasuke es un gran guerrero y esta guerra para él es como bálsamo a su guerrero corazón, pero hasta cuándo? Y que pasará cuando ya no sea así?

Esto era inevitable llegaría el momento en que Sakura se sintiera asi, la cuestión es que va decidir.

Conti!
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Mensaje por Eva2.0 Dom Oct 12, 2014 7:54 am

Hoy no escribiré un comentario largo. Solo diré que lo que más me gustó del capítulo fue el sueño y la rosa.
La única herencia que tengo de mi abuelo que falleció hace pocos meses, es un pequeño rosal. Estoy esperando que me dé su primera flor pronto. Me tocaste le fibra...
Saludos.
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Mensaje por Leonardo R Lun Oct 13, 2014 3:33 pm

Despues de haberme perdido unos cuantos capitulos me he podido colocar al dia de nuevo, sabes de todo esto que lei, todo tenia un razon de ser salvo la pelea de sasuke, no la logro asociar con la historia como tal, no le veo un aporte como tal desde mi punto de vista, claro esta que no este diciendo que haya estado mala, por el contrario brindo un poco de accion aunque la tome como un poco de relleno......

espero que continues pronto y que sigas con esa calidad que tanto le aportas a tus historias.

suerte y exitos
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Mensaje por arminius Jue Oct 16, 2014 3:10 am

muchas gracias por los comentarios. quisiera responder una cuestion que lei por ahi sobre el asunto sasuke. poco a poco va a ir adentrandose en esta historia ya que pienso usar las perspectivas de los tres integrantes del equipo 7 en particular. se daran cuenta de lo que hablo en algunos capitulos, ya que sera una manera de ir ayudando al lector a explorar determinados ambientes diferentes.

saludos y gracias por sus palabras.



CAPITULO 13: ROMPIENDO BARRERAS


El sol brillaba intenso cuando ella despertó. Se sentía debilitada, entre el cansancio del viaje, y toda la tensión que acumulaba no era extraño que hubiese quedado soberanamente dormida. Sakura se sentía confundida. ¿Dónde estaba? ¿El bosque? Ya era muy de día y ella no debía estar tan cansada.

-Al fin has despertado frentona –le dijo Ino sentada cerca del fuego- pensé que nos quedaríamos aquí hasta la tarde, contigo durmiendo así.

Sakura se sentó como un resorte, alerta, confundida. ¿Qué había pasado? Recordaba estar de vigilancia en la noche, y Naruto estaba…. ¿dónde estaba? Comenzó a mirar alrededor y los Biju tampoco estaban. Ni Naruto, ni las criaturas. Tampoco la niña diablo. No había nadie más que Ino. ¡¿Dónde estaban todos?! Se puso de pie, tratando de buscar sus cosas para emprender la marcha. ¿Se habían ido? ¿Cómo pudieron dejarla atrás?

-Se fueron temprano Sakura, -dijo Ino seria, y mirándola con un poco de pena- hace muchas horas.

-¿Por qué se fueron sin nosotras? –Se tomaba la cabeza Sakura, que le dolía mucho- oh no….-la miró fijamente- ¡dime que no hiciste nada para dormirme!

Los gestos de Ino lo decían todo. Sakura se sintió traicionada. ¡¿Por qué le había hecho esto?! Había recuperado la posibilidad de estar cerca de Naruto. Estaba lista para luchar. ¿Por qué la dejaba siempre atrás?

-se fueron de madrugada Sakura, -le anunció la rubia tomando sus pertenencias y cubriendo con tierra las brasas del fuego, preparándose para partir- pero nosotras tenemos otro camino.

-me voy tras ellos.

-por supuesto que no.

-¡no te estoy pidiendo permiso Ino-cerda! ¡Te dije que me voy con ellos!

Estaba girando a la zona del campamento buscando los rastros. Todo por ubicar hacia donde seguían cuando su compañera se interpuso en su caminata. Ino Yamanaka solía ser una chica muy desinhibida y alegre. Pocas veces se mantenía seria y conservadora. Pero esta situación era la ideal para ello. Colocó su mano en el hombro de Sakura. La miró profundamente a los ojos, para hablarle con el corazón:

-tenemos que volver al campamento ahora mismo. –Dijo calmadamente- tenemos órdenes, lo sabes y yo también lo sé. Podemos fingir que no arruinaremos nuestras vidas persiguiendo a Naruto. Pero te aseguro que no podemos hacer nada más por su bien. Estoy convencida que sabes, que ese sujeto ya no es Naruto Uzumaki.

-no es cierto…

-Sabes que sí –Indicó Ino apenada- y si acaso el viejo Naruto existiera aun. Estoy segura que le dolería mucho, que termines tu vida en una celda, por desertar de la alianza.


Tenía razón. Ino realmente sabia de lo que hablaba. Sakura estaba en el límite del desacato y sería muy difícil justificar que hubiera permitido las acciones de Naruto en Konoha. ¿Y qué pasaría si se supiera el asunto de los permisos falsos? Ibiki Morino podía informar que Sakura visitaba seguido las salas de interrogatorios. Destapando así, las ordenes que Tsunade nunca diera para investigar a los diablos.

-¿y si esa niña lo traiciona? –consultó Sakura angustiada.

-los Biju están con él –Le recordó la rubia- y nosotras tenemos otras tareas por realizar. Además, -sonrió un poco, como para aliviar la tensión- Naruto siempre ha sabido cuidarse solo. Estoy segura que lo volveremos a ver. Él nunca se rinde.


Ambas sabían que era mentira. Que las posibilidades de que Naruto jamás volviera eran tan grandes como el sol. ¿Acaso la guerra no era justo así? Nadie tenía garantías de supervivencia. Naruto por fuerte que fuera en la actualidad, tampoco las tenía. Ino sin embargo sentía que solo podía ayudar a Naruto, manteniendo a salvo a Sakura. Tratando de contenerla, tratando de ayudarla. El destino había querido que Naruto y Sakura no fueran felices juntos. Pudo ser, tal vez en otro tiempo, tal vez en otras circunstancias. Ahora, solo la guerra. Y hasta no finalizarla habría cadáveres, sangre y sacrificio. Sin espacio para los sentimientos.


********************************************************


Ya era casi de noche cuando arribaron a su destino…


Mientras Naruto, Gobi y Sachibi revisaban las zonas de frontera al país del demonio, el resto de los Biju tomaban un pequeño descanso. Biara no se preocupaba de nada. Le había indicado a Naruto que la base de los demonios estaba cerca. Su memoria se lo decía por las colinas que limitaban en la frontera con el bosque y el olor a sangre vieja que rondaba el ambiente. Naruto se enfocó, tratando de hallar el origen mencionado y sin embargo no hubo suerte.

-vamos a rastrear, -indicó Gobi apostando a su olfato- tal vez se pueden ocultar de alguna forma extraña.


De esto habían pasado dos horas. Hachibi y Yombi eran muy pacientes en la espera. Los demás en cambio, tenían problemas para disfrutar el pequeño recreo. Mientras tanto, Biara se dedicaba a tallar su tronco con diligencia. Le había pedido un cuchillo a Naruto, y recibió un kunai. A los Biju no les hubiese gustado que esa niña tuviera un filo cualquiera. Pero pensando mejor, ¿Qué podía hacer con solo un kunai? Ella no les prestaba atención. Simplemente tallaba afinando la madera y quitando la corteza rugosa.

-niña…. ¿Qué haces con eso? –preguntó Yombi intrigado.

-un arco….-respondió Biara sonriendo- soy tiradora de arco. No uso espadas o mazos como otras.

“un arco”. Estaba fabricando un arma con esa madera. Ahora se entendía porque había sido tan específica en pedir dureza y flexibilidad. ¿Pero que podía hacer con un arco solamente? Yombi sin embargo adivinaba, que una diablesa con alas, debía ser mortífera desde los cielos atacando a distancia. Aunque en particular esta niña, no parecía ni de lejos peligrosa.

-sé lo que piensan…-dijo Ichibi acurrucado por una capa de arena- pero Naruto tenía como 13 años, cuando detuvo mi liberación en el interior del actual Kazekage, luchando en las afueras de Konoha. Entre guerreros, la edad es engañosa.

Rato después, los rastreadores regresaron. Naruto y Sachibi no habían encontrado nada. Pero Gobi, aun fallando su olfato, pudo hallar el centro clandestino del enemigo. Les explicó, que la zona era totalmente invisible. Parecía un pueblo abandonado. Los demás partieron rumbo a la ubicación del lugar. Ocultaron sus presencias todo lo que pudieron. Y se acercaron sigilosamente por encima de una colina para mirar desde lo alto aquel pueblo deshabitado.

-nada…-dijo Hachibi cuando todos miraban desde lo alto- allí no hay.

Una bandada de pájaros volaban en formación por la zona. Todos prestaron atención a que, al llegar a cierta zona cercana al cielo de ese pueblo, se desviaban como si hubiera un obstáculo ahí. Eso es lo que Gobi había notado.

-muy listo hermano…-sonrió Yombi complacido- eres de temer cuando estas cazando.

-debe ser un tipo de barrera. –Añadió Sachibi apenas- ¿será solo para ocultar, o resistirá ataques?

Naruto no decía nada. Su silencio era evaluador. Miraba aquel poblado abandonado y no podía sentir absolutamente nada. ¿Era posible que algunos demonios tuvieran la capacidad de ocultarse tan bien?

-humm…-sonrió Biara mirando curiosa- puede ser un domo de fuerza. Pero que yo sepa esa magia no tiene el poder de ocultar lo que hay detrás de…

De pronto, un sonido estridente apareció de la nada. Todo el grupo oculto entre árboles y colinas observaron como del camino que salía de ese pueblo, aparecían como por arte de encantamiento tropas de diablos. Marchando en una columna de tres filas ordenadas. Tropas conducidas por algunas criaturas con sus cuerpos llenos de cadenas. Oficiando como sargentos, o tal vez tenientes.

-son los Kiton…-añadió Biara mirando aquellos sujetos- “diablos encadenados” pueden usar las cadenas de su cuerpo para atrapar a sus víctimas y tortúralas. Son crueles y astutos. Aunque siempre están al servicio de algún líder.


Las tropas seguían saliendo de la nada. Del camino hacia donde supuestamente no había población. Indudablemente ese pueblo estaba realmente oculto por algún conjuro. Y lo que veían, no era lo que en realidad pasaba.

-uno…dos….tres….humm….seis….siete colores…-contaba la niña apuntando con un dedo a la zona- son siete barreras en una. Creo que Ka-san le decía…. “muro prismático”.

Todos se miraron en silencio. Habían encontrado la zona de portal. Seguramente estaría muy bien protegida y la pelea seria brutal. Debían despejar la zona primeramente, para luego decidir cómo y cuantos viajarían hacia el otro lado de la dimensión. Tal vez hasta con algo de suerte, Kurama y los demás se hallaban tras ese muro, pero dentro de este mundo. Seria genial, ya que a ninguno de los Biju les causaba gracia la idea de ir al lugar del que probablemente provenían.


-¿Cuántos enemigos hay en ese campamento? –preguntó Naruto a la erinia.

-no puedo asegurar nada nii-san…-le sonrió ella- recuerda que hace mucho he pasado por aquí. Puede haber cientos, tal vez miles ahí dentro. Incluso el muro solo puede ser una de las defensas. Solo es una, y puede haber más.

-¿Cómo cuáles? –quiso saber Yombi pensativo.

-no soy muy buena en conocimiento de conjuros…-se disculpó Biara apenas- tendrán que averiguarlo ustedes.

Dicho esto, se fue debajo de unos árboles y oculta de la vista del pueblo se dispuso a seguir tallando su arco. Era indudable que no pensaba participar del combate y en realidad no había acordado hacerlo. Simplemente dijo que los llevaría a la puerta, y al parecer había cumplido. Era destacable que el asunto de pactar, era algo serio entre diablos.


-bien…-anunció Gobi afilando sus uñas en la roca- ha llegado la hora.

-estoy lista –zumbó Sachibi que podía atacar por aire.

-todos lo estamos….-añadió Rokubi ansioso.

-de acuerdo, -intervino Yombi- quiero que alguno de ustedes se haga cargo de ese ejército que se aleja de la zona por el camino. Cuando el ruido inicie puede que decidan volver y atraparnos entre dos fuegos.

-me haré cargo de ellos…-dijo Hachibi y se fue bajando la colina para rodear la posición.

-el resto de nosotros, debemos quebrar primero ese domo para poder ver a nuestros enemigos. ¿Sugerencias?


Naruto no dijo nada, les miró gravemente y estiró su brazo derecho creando un Rasengan grande. La esfera azul fue girando cada vez más rápido y ante los ojos muy abiertos de Biara que no podía creer lo que veía, dicha esfera se volvió roja y le surgieron aspas de elemento viento a su alrededor.

-Futon, Rasen shuriken….-susurró apretando los dientes Naruto y lanzando la enorme técnica contra la zona del pueblo a lo lejos.

Biara dejó de tallar el tronco y corrió hasta el mirador para ver como volaba aquella fuerza hacia el muro. El jutsu chocó contra una barrera invisible y fue cortando el aire hasta que finalmente vieron caer fragmentos de luz roja. Luego le siguió una barrera naranja, mas allá una amarilla y tras ella una verde. Finalmente el shuriken de chakra explotó terriblemente mientras toda la zona exterior se convertía en un cráter humeante, la parte interna del domo estaba a salvo. Aún quedaba una barrera de color violeta. La última de ellas, que había absorbido todo el daño pero ya no ocultaba su interior. Allí dentro, un campamento militar totalmente equipado. Muchos enemigos, muchos guardias a lo que parecía un centro de comercio.

-es el momento….-añadió a la devastación Naruto, y se lanzó corriendo colina abajo iniciando la batalla.


Los Biju le acompañaron. Algunos rodearon por los flancos y otros siguieron tras Naruto. La sangría comenzaba desde ese instante. En lo alto de la colina, Biara observaba todo con sus ojos rojos totalmente llenos de emoción. Algunas palabras se le escaparon junto a una sonrisa, solo algunas…

-Naruto-sensei…serás mío.



*********************************************************


Habían obtenido un sector acotado en una carpa del campamento. Los representantes de la división de investigación científica, trataban de adelantar trabajo aun estando incomodos en la zona de combate. Orochimaru hubiera sido quien llevara todos los informes de ser una situación normal. Pero nadie confiaba en él, y por lo tanto hacia todo lo posible por trasparentar los procesos de análisis que realizaban sus equipos. Kankuro de la arena, y Karin Uzumaki se habían encargado de presentar sus respectivos trabajos personales. Ante la velada desconfianza, Orochimaru no mostraba ni el mínimo atisbo de molestia. Siempre y cuando él tuviera acceso a toda la información que se manejaba, no le interesaba que confiaran o no en sus intenciones.

Kankuro había sumado a sus investigaciones sobre venenos vegetales, los conocimientos de setas, hongos y plantas que la Hokage aportó desde su antiguo saber. Los marionetistas y otros tantos tipos de ninjas que dependían de las armas antes que los jutsu, se habían visto en problemas para aportar sus fuerzas al combate contra los diablos o demonios. Pero ahora, sumando la efectividad del veneno a ese extraño tipo de hierro oscuro que había llegado al campamento hacia poco, se podía considerar nuevamente a las marionetas y otros artilugios mecánicos como armas para sumar al combate.

Kankuro aún había dejado a dos subordinados efectivizando las dosis de venenos en Konoha. Mientras tanto, ahora dibujaba planos por pedido de Temari que al parecer, había organizado una estrategia poderosa contra las masas de enemigos en campo abierto. El maldito de Shikamaru Nara por fin había encontrado la forma de vencer. A Kankuro no le sorprendía. Su hermana mayor estaba demasiado atraída al cerebrito de Konoha y debía ser un maldito genio si era mejor o igual a Temari. Como fuera, Kankuro dedicó una mirada a Karin y Orochimaru que dentro de la carpa se ocupaban de otros asuntos, y prosiguió con los planos para las herramientas que la alianza requería en batalla. Un trabajo minucioso y milimétrico. De la claridad de sus planos, saldría el mejor trabajo de los carpinteros y armeros del campamento.

Karin en tanto, sobre una mesa amplia de madera. Había extendido las máscaras Uzumaki que siempre traía consigo. Era tal vez la única herencia de su sangre, eran poderosas y mortales. No podía dejarlas en Konoha, ni en ningún lugar. Tenía un pequeño bolso donde todas las máscaras ingresaban en pequeñas divisiones para su cuidado perfecto. Tenía además la pelirroja, una libreta donde las había dibujado en detalle, y sumaba todos los datos que conseguía de su funcionamiento o requerimientos.

Era una labor de precisión. De prueba y error. Karin sabía que arriesgaba la vida con cada mascara que ponía en su rostro sin conocer los efectos. Tuvo una primera mala experiencia, y luego salvado su vida casi por obra de casualidad, tuvo que tener mucho mayor estudio antes de proceder. Compartía la información con lord Orochimaru. No por que quisiera, ni aun porque confiara en el Sannin, sino porque el mismo sujeto había prometido no interferir en nada del trabajo de Karin. Simplemente quería la información. Conocer, sin tocar. Orochimaru actuaba de manera muy extraña.

En cuanto al Sannin en esa tienda. Tenía un pequeño libro, donde regularmente anotaba todo dato sobre los diablos o demonios que pudiera recolectar. La información más interesante para el Sannin, era la referida a los símbolos que había copiado del martillo enterrado en Konoha, hasta que Uzumaki Naruto se lo apropió. Así como las máscaras de Karin tenían unas cadenas de sellos, ese mazo podía tener un lenguaje propio.

Llegado el momento, cuando ya no quedara dato relevante por colectar, Orochimaru usaría los conocimientos a su favor. Era su nueva visión, su nuevo objetivo. Ya no interesaba quien lideraba el mundo conocido o quien era Hokage. Que cada quien sobreviviera como pudiera. Solamente la sabiduría. El conocimiento oculto dentro de un nuevo mundo. Uno donde diablos, demonios, humanos y hasta ángeles convivían.

Si….ángeles.


Arcángeles, querubines, elandrines y tantas otras variedades del más puro bien. Porque si las leyendas sobre demonios no habían sido una fantasía, ¿Qué garantizaba que otra fabulas sobre los opuestos de un demonio, pudiera ser falsas? Estudio, paciencia y perfil bajo. Ya llegaría el tiempo, donde todo el fruto que la alianza Shinobi podía darle a Orochimaru, fuera insuficiente como para considerar quedarse.



******************************************************************


Los límites del campamento general estaban bien vigilados. Había guardias al mando de un capitán que llevaban cuenta perfectamente de cada escuadrón partiendo de misión y regresando. Contrario a lo que muchos pensaron al inicio, la táctica de guerrilla esbozada por la división de inteligencia estaba dando sus cuantiosos frutos. El enemigo no podía encontrar el campamento humano. Las bajas ninjas eran mínimas y los heridos eran recuperados por Tsunade-sama y sus médicos. Además, los daños aunque pequeños, se acumulaban entre las tropas demonio y poco a poco retrocedían.

El escuadrón al mando de Kakashi Hatake, había hecho 6 incursiones exitosas. Las tropas de Darui y Karui de Kumo, llevaban 8 incursiones, con apenas 3 bajas. Había otros desde luego, que contabilizaban entre 5 y 7 ataques exitosos. Pero sin dudas, cuando vieron regresar al escuadrón 7, aquel que tenia a Sasuke Uchiha como líder; sumaron su misión número 12. En total victoria.

La ventaja era su ferocidad sin dudas. Sasuke no combatía con sus hombres al frente. Ni siquiera alrededor. Dejaba a sus soldados para la retaguardia y el mismo se encargaba de la batalla en cuestión. Algunos entre sus hombres lo tacharon de suicida las primeras veces. Otros recordaron su estado cuando obtuvo esa victoria costosa antes de recuperar Konoha. Pero al cabo de un par de misiones, comprendieron que luchando en soledad tenía la virtud de desplegar todo su poder, sin la necesidad de sufrir consecuencias por ello. Aquella batalla donde fue gravemente herido, sucedió que había muchos ninjas en la línea de fuego. Había aprendido su lección, y ahora podía soltar toda la oscuridad oculta del sharingan, estando en soledad.


Desde la información obtenida de ese hierro especial, los escuadrones ninja tenían la tarea de recuperar las armas de los enemigos para hacerse con ese extraño metal. Otra vez la tropa de Uchiha tenía el mayor índice de éxito. Ya que básicamente se dedicaban a luchar en retirada alzando cuanto metal pudieran del despojo enemigo.


No había pasado tiempo y ya le respetaban como a los Kage. Era feroz en batalla. Era efectivo y mortal. Sasuke Uchiha no tenía carisma para caerle bien a la gente, pero no lo necesitaba. Su voz era escuchada con la máxima atención. Su seriedad, su serenidad, su ánimo siempre neutral ante la consecución del desastre, comenzaron a grajearle el respeto general.

Cuando regresaba al campamento a descansar y dejar las provisiones recogidas, Sasuke siempre tenía por costumbre realizar los mismos rituales. Dejaba al mando a un teniente proveniente de Suna que le seguía en liderazgo, para que se ocupara de emitir el informe a un Kage. Y se retiraba a darse un baño y dormir un poco. Todos estaban muy alterados por el tema del sueño. Temían que las súcubos u otras criaturas se colaran en su descanso como ya había pasado antes. Pero al Uchiha no le atormentaban esos dichosos dilemas.

No podían darle o prometerle nada. No podían engañarlo ni contarle una historia que no conociera. Hace años, bajo la influencia de Itachi, Orochimaru y tantos otros, Sasuke Uchiha había viajado como las velas se inflan por acción del viento. Influenciable, ridículo, inmaduro. Se sentía estúpido cuando en sus soledades recordaba el pasado. ¿Cómo pudo caer ante tantos cuentos? Pero ahora ya no. Ahora era un hombre al mando de un escuadrón en la guerra de su vida. La madre de todas las guerras. Cuando acabara, cuando los humanos vencieran definitivamente, se hablaría de este conflicto durante todo el resto de la existencia. Sería una historia inmortal.

Las muchachas le amaban…

Sasuke ingresaba a su carpa, donde solo tenía dos implementos necesarios. Una tina de mármol que había traído sellada de su mansión en Konoha, y un catre donde descansar su mente algunas horas. Dos cosas simples, y no necesitaba nada más. Durante algunos minutos, las tres muchachas que siempre estaban para asistir al capitán en lo que pidiera, hicieron lo acostumbrado. Le quitaron las armas y la ropa. Mientras que su espada y demás herramientas eran colocadas en una pequeña mesa lateral, su ropa era llevada por una de las jóvenes a ser lavada de sangre y suciedad. Las dos restantes, se ocupaban de buscar la comida y llevar las armas para reparar.

Sin dudas las jóvenes, hubieran querido bañarlo tal como se hace con los feudales. Pero Sasuke siempre les ordenaba dejarlo solo y el mismo se ocupaba de sus asuntos. La mayoría de los Shinobi tenía que usar el rio cercano para asearse de tanto en tanto. Los de más rango, tenía ciertos privilegios. En el caso de Sasuke, quería evitar estar desnudo en medio de mil ojos femeninos adorándolo como si fuera una especie de dios.

Su corazón estaba vacío…

No había espacio para amar en Sasuke Uchiha. Desde que era un niño, su primer desengaño fue también el último. Cuando toda su familia fue destruida, se quedó completamente solo. El cariño por sus padres, la admiración por su hermano mayor, todo eso se trasformó en la más pura soledad. Sasuke dentro de la tina, con el agua caliente por efecto de su control sobre el Katon, reflexionaba que siendo un Gennin había empezado a sentir aprecio por el equipo 7. Ni siquiera se daba cuenta de ello. Solo lo notaba cuando estaba a punto de perder alguno de ellos. Le ocurrió con Kakashi, cuando Zabuza lo había atrapado en una hidroprision y el combate se había definido. Le ocurrió con Naruto, cuando ese chico usuario del hielo lo bombardeo con agujas mortales. También le sucedió con Sakura, cuando Gaara de la arena fuera de control la amenazó de muerte.

En todos los casos la desesperación. En todos los casos la impotencia. Sentirse débil, sentirse inadecuado para salvarlos. Será por eso que empezó a odiar a Naruto. Le apreciaba y le odiaba por partes iguales. Le aborrecía porque Naruto reaccionaba. Porque en todos los casos actuó, como Sasuke se reprochaba a sí mismo no haber actuado. En todos los casos fue extraordinario. Obtuvo fuerzas de su orgullo, de su corazón y del vínculo que con tanto esfuerzo había construido.

Fueron años difíciles para Sasuke los que siguieron. Su escape de Konoha, donde la presencia de Naruto le enseñaba lo poco que estaba avanzando hacia su objetivo de vengar a su clan. Donde bajo la tutela de Orochimaru, aprendió que nadie era realmente importante. Que todos eran lastre y solo estando completamente ajeno a sentimientos, podría cumplir su destino de vengar al clan Uchiha. Acumular odio, porque era un arma letal para descargar contra el enemigo. ¿Y luego qué? ¿Qué sentir cuando Itachi cayó por su propia voluntad frente a él? ese era el verdadero problema de acumular odio. Era un hábito terrible. Siempre se buscaba el siguiente objetivo para seguir alimentado a la bestia interna.


Sasuke reclinó su cuerpo quedando con tan solo el rostro fuera del agua. Cerrando levemente sus ojos, desactivó el sharingan tratando de encontrar serenidad. Se sentía vacío. Solo sabía cómo actuar, cuando estaba en batalla. Era un guerrero total. Era extraño que estos demonios llegaran de algún infierno tan a tiempo. Sasuke no tenia oportunidad de sentir odio hacia nadie más. Su vida era combatir a las criaturas y los humanos eran irrelevantes.

Poco a poco, se fue curando a sí mismo. Comenzó a desarrollar otro espíritu para pelear. Tenía que pensar más fríamente cada movimiento, tenía que evitar que ese odio antiguo lo controlara. Esa fue la razón y no otra, de sus heridas hace meses cuando derrotó al demonio de fuego llamado Bálor. Aprendió la lección, protegió de su propio poder a sus subordinados y se enfocó en cada combate por el placer mismo del problema. Los resolvía, los balanceaba, los….disfrutaba.

Su corazón estaba vacío. Completamente…

No más pensamientos sobre su familia muerta. No más preguntas sobre las intenciones secretas de Itachi. No más venganza contra nadie. Solo la batalla, el próximo combate y la dificultad que suponía un nuevo tipo de diablo o demonio por derrotar. Resolver pequeños problemas. Como el de sus kunai o shuriken, no tan efectivos contra demonios como lo eran contra humanos. Como la baja capacidad de daño de su espada Chokuto, que antes con un solo golpe decidía los combates. Todas las pequeñas falencias en sus estrategias donde algunos enemigos eran inmunes al rayo, mientras que otros lo eran al fuego.

Sasuke ni siquiera abrió sus ojos cuando rato después, las escuchó ingresar a la carpa. Las tres muchachas que se encargaban de él, ubicaron comida sobre la mesa, ropa limpia en la única silla, y tal vez la toalla para cuando el capitán decidiera salir. La tercera joven, sin dudas habría pasado por la división de inteligencia para recoger las copias sobre dibujos y características de nuevos enemigos descubiertos. Sasuke les había ordenado una sola vez cada uno de estos detalles, luego de ello, las muchachas cumplían la rutina cada vez que el regresaba para descansar. Era como un ritual, ya no necesitaban palabras para conducirse.

Podía escuchar como suspiraban. Las tres muchachas sufrían los efectos que más molestaba a Sasuke Uchiha. Sin abrir los ojos, el moreno podía figurarse que estarían peleando entre ellas por un turno imaginario. Todas, o al menos la mayoría de las mujeres que había conocido, tenían este gran problema. Todas parecían amarlo, desearlo de una manera intensa e insana. Sasuke no entendía la razón. Usualmente hubiera esperado que un sujeto ahora popular como Naruto tuviera ese atractivo, pero a el a quienes casi todas seguían. ¿Por qué? ¿Por qué razón todas parecían babear por Sasuke Uchiha? No le importaba, la realidad del asunto era irrelevante para el moreno. No tenía espacio en su corazón para la ternura, no tenía lugar para amar a una mujer.

Suponía, que algún tiempo después de la guerra, tendría algunos hijos para renacer su clan. Pero nunca por amor. Nunca por la sensación de estar con aquella persona especial. Sasuke estaba seguro que no se enamoraría jamás, porque como todo sentimiento el amor era cuestión de fijación. Y Sasuke no se fijaba en ninguna mujer, no podía porque la guerra lo era todo para él.

Salió de la tina de agua abriendo levemente los ojos. Apenas lo vieron intentar salir, las muchachas abandonaron el lugar porque conocían el ánimo agrio del capitán, cuando se quedaban mirándolo como si fuera una especie de escultura. Ellas querían otra cosa, y él no se las daría a menos que estorbaran lo menos posible a sus acciones. Salieron de la tienda y el moreno se secó rápidamente, para luego vestirse ligero dispuesto para dormir un rato. Antes a comer, sentándose frente a la pequeña mesa donde siempre lo esperaba lo mejor de lo que había en las cocinas.

Sasuke no pedía nada. Simplemente estas cuestiones le llegaban por decantación. Todos entendían que aun no siendo un sujeto sociable o siquiera amable, era vital para la alianza. ¿No era lógico que los más importantes guerreros tuvieran la mejor comida, la mejor cama, y lo que necesitaran? Como fuera con los demás, para Sasuke Uchiha era una rutina muy parecida a su tiempo viviendo en las cavernas de Orochimaru. Entrenar, entrenar, entrenar. Luego comer cualquier cosa, proveerse de armas, ropa limpia, y un oscuro cuarto donde conciliar el sueño algunas horas. Punto final.

Mientras cenaba alguna cosa, observaba los informes sobre las criaturas infernales. Tomaba apuntes mentales sobre características. Inmunes a esto, fuertes en aquello. Magia de acá, habilidad de allá. Detalles útiles para el combate futuro. Luego, tomaba un lápiz y apuntaba en los dibujos del Vroc y el Glabrezu, las características que Sasuke había notado personalmente. Era de este modo que la alianza se proveía de información general. Por las impresiones individuales de sus capitanes y tenientes.

Terminado el asunto de alimentarse, extrajo una manzana del recipiente traído a su tienda, y la dejó apartada sobre la mesa. La comería luego de dormir, las muchachas al ver la fruta apartada lo sabrían. Y allí se quedaría ese postre cuando limpiaran el lugar. Luego de ello, parándose pesadamente se dispuso a recostarse para dormir. Como siempre, las muchachas lo espiaban desde afuera para esperar esto. Sasuke ya lo sabía y poco le importaba. Mientras él se disponía estirándose sobre el catre con cuidado, dos de las jóvenes dejaban limpia la mesa respetando la fruta apartada, mientras que la tercera muchacha se desnudaba completamente para recostarse con el capitán.

Siempre hacían lo mismo, y de tanto en tanto tenían su “recompensa” por ello. Sasuke era un hombre, no importando su incapacidad para sentir amor. Ellas generalmente muy hermosas, usaban las artes de seducción aprendidas para incitar la reacción masculina. Piel suave, manos tímidas al comienzo, pero ganando en audacia a cada segundo, hacían de esa mujer una perfecta compañía de cama. Finalmente, Sasuke tomaba posesión de mujer en cuestión. Durante un par de horas, saciaba sus instintos sexuales con el cuerpo de la joven, para luego ambos dormir abrazados durante el resto de la noche. Aun no entendía porque le amaban. Él nunca había hecho nada para merecer tal homenaje.

Simplemente no lo entendía…


*********************************************************


Las bombas de chakra que los Biju liberaron desde varios flancos, derribaron la última barrera que sostenía la defensa del campamento. Había de todo. Demonios y diablos de muchos tipos. Esclavos, cadáveres, pactantes y todo tipo de humanos sometidos. Tanto Naruto como los Biju atacaron sin piedad. Todo aquel que saliera al encuentro del combate encontraría su final. A lo lejos, en el centro del antiguo pueblo deshabitado, un ojo de luz. Debía ser el portal que estaban buscando. Debía ser la puerta que traía al enemigo hacia el mundo.

Los números no estaban a favor del atacante. Pero las bombas de chakra explotaban desde todo punto concebible. Y las bajas entre los Baatezu se multiplicaban. Naruto embistió por el centro. Mientras sus Rasen Shuriken surgían de sus manos para volar tras posiciones enemigas, causando un daño terrible. Sachibi desde los cielos, combatía contra los demonios voladores. Era rápida y mortal la Biju insecto, no necesitaba a sus hermanos para ganar aquel combate por aire.

A nivel tierra, Gobi, Yombi y demás atacantes causaban estragos entre sus disparos de chakra y ataques físicos a quienes osaran acercarse. Pronto, en algo así como dos horas, los ríos de sangre cubrían el terreno aledaño del pueblo. Grupos de tropas conducidas por líderes rebeldes, se agrupaban para huir hacia los bosques dejando librado a su suerte, la zona del campamento que era propiedad de Moloch. Durante todo ese sangriento combate, el diablo líder observó con un dejo de diversión los intentos de Naruto y los Biju por llegar al centro. Usando la punta de una lanza, fue marcando el suelo alrededor del portal. formando un círculo amplio y perfecto. Susurraba palabras, en su idioma nativo. Porque Moloch “el estafador”, no pensaba ni por un instante que esos advenedizos pudieran derrotarlo.

Muchos pequeños diablillos comerciantes, tomaban sus pertenencias y huían atravesando el portal hacia el infierno. La batalla estaba llegando hasta ellos, y no eran guerreros aptos como para defenderse. Muchos solo venían a comerciar, intercambiando armas, armaduras u objetos maravillosos por minerales valiosos. Acumular oro, diamantes, rubíes, zafiros y demás piedras preciosas. Todo era válido, incluso los cristales de almas.


Moloch era un diablo de tamaño mediano. Altura y peso como un humano común. Pero sus habilidades poco tenían de comunes. Era poderoso, mucho más poderoso que otras criaturas de mayor envergadura. Había sido hace mucho tiempo, uno de los grandes señores diablos. Había sido el gobernante de una capa en Baator. Y su caída nada había tenido que ver con su falta de poder. Simplemente fue traicionado, como muchos, como todos los que aunque fuera por instante bajaran su guardia en el infierno.

Mientras los Biju combatían alrededor del pueblo, Naruto aterrizó luego de un gran salto por sobre la línea de tropas enemigas, para enfrentar al rival definitivo. Su aspecto era intimidante. Había soltado esas esferas de luz explosivas que masacraban tropas de elite, como si fueran basura. Moloch sabía que se enfrentaba a un humano especial. No era un esclavo, no era alma fácil de obtener.


-estoy complacido, -anunció Moloch apretando en su mano derecha la poderosa lanza de su propiedad- has traído a los mesías faltantes. Tal vez si se los entrego como obsequio a Asmodeus, me devuelva el gobierno de mi capa.


Naruto no decía nada. Algo obvio puesto que no entendía una palabra del lenguaje infernal. Estaba demasiado concentrado en liquidar rápidamente el pleito para evitar que ese portal siquiera vomitando demonios o diablos al mundo. Había que cerrarlo cuanto antes. Al costo que fuera.

-ah…perdón….-sonrió el demonio desde el interior de su casco todo adornado ceremonialmente- no comprendes mi dialecto. Hablare desde ahora… en lenguaje común.

-estas corrompiendo con tu presencia mi mundo. –Dijo Naruto seriamente y su voz adquiría tonalidades graves- márchate. Del otro lado de la puerta. Es tu lugar.

No era tan sencillo. Para Moloch, volver a Baator era regresar a una dimensión donde era un fugitivo. Donde los grandes señores de cada capa tenían ejércitos completos buscándolo. Donde debía ocultarse, y contratar algunos mercenarios débiles para no ser destruido por tropas regulares.

-este ahora es mi territorio. –Dijo desafiante el diablo azul- estas atacando mis dominios. Pero soy generoso….muy compasivo.

Naruto observo a su alrededor. El reguero de cadáveres cubría toda la zona circundante al pueblo. Sangre por todo el lugar, una especie de vieja iglesia devenida en cubil de maldad. Estructuras de casas incendiándose, grietas en la tierra que prometían abrirse en cualquier instante para devorar a todos. “compasivo”. Naruto podía apreciar el límite exacto de la compasión en Moloch.

De su espalda, Naruto tomó el martillo que había recuperado de Konoha. Apenas lo hubo empuñado, mientras caminaba hacia su enemigo con lentitud calculadora, el arma fue haciéndose más larga y grande. La cabeza del martillo creció y creció hasta adoptar un tamaño imponente. El mango se estiro, erigiendo un tamaño similar al de cualquier lanza.

Algunos de los guardias acorazados de Moloch le salieron al paso, tratando de interceptar el rumbo de aquel humano impertinente. Tenían oscuras armaduras y armas afiladas. Todos dispuestos a morir, porque básicamente desertar de sus deberes era también morir. Embistieron, furiosos, sedientos de sangre. Dos, cuatro, tal vez unos ocho lo intentaron. Pero el tremendo tamaño del martillo no impedía a Naruto moverse a una velocidad anormal. No pesaba nada, absolutamente nada en sus manos.

-vaya vaya…-susurró Moloch sonriendo divertido, ante un Naruto que avanzaba destrozando a la guardia personal del diablo. –quien diría que ese maldito martillo obedecería a un humano.


Los guardias morían, cada impacto del martillo era determinante. Aplastaba cascos, escudos y armaduras como si fueran de papel. Naruto dibujaba parábolas asesinas por sobre su cabeza que determinaban la muerte a su alrededor. Cuando el número de enemigos aumento a veinte, ya nadie notaba que estaban enfrentando a un rival imparable. La sangre de diablos bañaba al martillo del caos y sin que siquiera Naruto comprendiera completamente la razón, el poder de su arma se alimentaba de esa destrucción carmesí.


Sachibi escupió un torrente de chakra sobre los últimos diablos voladores, logrando eliminar completamente al enemigo en el cielo. Observó seguidamente con su panorámica vista, el combate en el interior del pueblo. Apenas empezaba a pensar en intervenir, cuando pudo notar que sus hermanos en los límites de la aldea, no podían ingresar al lugar. Una barrera, un domo de color ámbar que impedía el traspaso de afuera hacia adentro. Rokubi había intentado ingresar, para encontrarse saliendo por el mismo sitio, tal como si fuera un espejo. Sachibi también presenció que Yombi lo había intentado desde otro ángulo, pero el resultado era el mismo. Salir hacia el exterior por el mismo lugar donde se intentaba ingresar.

-imposible…-pensaba la Biju insecto sobrevolando la zona- este campo repele cualquier invasión. No podemos ingresar al lugar. Naruto se encuentra solo.


**********************************************************************


-eres un cobarde…


Las palabras de Kurama surgieron más allá de su boca, parecían venir de su estómago prácticamente. De sus entrañas. Asmodeus había terminado las reuniones con sus subordinados, y se disponía a cenar mientras observaba a su esclavo atrapado en la base de piedra. Cada tantos días le visitaba. Buscando torturarlo mentalmente mientras se divertía viendo a las cadenas drenar la fuerza vital del zorro. Sin embargo, Kurama nunca respondía. En silencio se concentraba en evitar a su chakra fluir rápidamente por sus canales internos. Guardarlo, conservarlo, administrarlo. Tenía casi el 70% de su poder acumulado, apartado de lo que las cadenas le devoraban.

-eres un cobarde….-dijo Kurama y Asmodeus se sorprendió un poco- había pasado mucho tiempo desde que el zorro había respondido alguna provocación.

-¿perdón? –Se puso de pie el rey- ¿acaso el esclavo tiene algo que decir de su amo?

-ya me oíste…-dijo levantando la vista Kurama, sus ojos verdes afilados estaban cargados de desprecio- te has cansado de decir que eres un dios, pero envías a mercenarios a hacer lo que tú no puedes. Cobarde…

El rey no hizo gesto de enojo, esa sonrisita perversa no se apartaba de su rostro. Se acercó a Kurama, y con su mano helada de uñas negras afiladas, le dio una tremenda bofetada que hizo estremecer al zorro cayendo de costado sobre la plataforma. Casi le arranca la cabeza, con un golpe simple había demostrado que su aspecto delicado nada tenía que ver con su vigor.

-esclavo estúpido….-apuntó gravemente el rey- nada sería más fácil para mí, que atravesar ese portal creado por mi poder para tomar el mundo de uno de mis “hermanos”. Pero cuando los tres fuimos divididos, una gran parte de nuestro poder sirvió para crear las 6 dimensiones. Pero no fue todo…


Kurama sonrió por dentro. Se había dedicado en su cautiverio a extraer toda la información posible del rey. En su soberbia hablaba y hablaba, seguramente figurando que nunca podría esa información serle útil al nueve colas. Pero se equivocaba, tanto como erró en pensar que los 9 Biju eran simplemente piezas de un artefacto.


-Los tres dioses tomamos caminos diferentes. Mientras mi asqueroso hermano el bueno conservó intacto el poder de su espíritu, yo elegí conservar mi cuerpo original a resguardo. Espero solo la oportunidad de recuperar todo mi poder para volver a usarlo. Pero el dios neutral, no conservo ni cuerpo ni espíritu de manera intacta. Mientras su cuerpo se destrozó creando las dos dimensiones de su dominio, su espíritu ha levantado barreras legales que no puedo romper.

-legales…- susurró Kurama confundido.

-para ti nada significa esto esclavo…-sonrió Asmodeus caminando por la habitación tranquilamente- pero dioses, demonios o ángeles se alimentan de su poder, siempre y cuando obedezcan las leyes de sus alineamientos. Si un ángel comete un pecado, pierde su poder. Si un diablo incumple su palabra, es destruido por la misma energía que antes le alimentaba.

-estupideces….-añadió Kurama torpe.

-para ti……desde luego…-le guiñó un ojo el rey- eres un hibrido. Tienes los poderes de demonios y diablos. No obedeces a ninguna promesa. En mi caso, como padre de todos también sucede igual. Aunque….mi hermano sacrificó su espíritu para crear barreras entre nuestros mundos. Ninguno de los tres dioses mayores podemos atravesar los dominios de otro. Es por eso, que envió a mis mercenarios a realizar la tarea. Cuando tenga a los nueve mesías….mi victoria será inevitable.


El rey se retiró, tal vez aburrido de educar a un esclavo. Kurama reflexionó rápidamente que las verdaderas razones de invadir el mundo humano, era absorber más poderes del hermano desaparecido. ¿Pero qué función tenían los 9 Biju? Tal vez solo morir. Como los 9 habían logrado pasar al mundo humano, Asmodeus buscaba beber ese poder para conquistar la misma habilidad. Invadir otra dimensión, iniciar un apocalipsis, romper el equilibrio.

Y que el fuego del mal en Baator o el Abismo….los incinere a todos.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Mat, Jue Nov 13, 2014 1:24 am

Bueno por fin he terminado de leer tu fic Arminius, al menos hasta donde lo llevas... y realmente es bueno, ya no me paso mucho por el foro y creí que no escribías mas de haber sabido para buscarlo y empezar a leerlo desde hace mucho O.O
Naruto en un mundo tipo post-apocalíptico es algo que no se ve muy a menudo o mas bien que jamás lo había visto, el mundo de los diablos, las historias todo bastante bien, normalmente no me gustan mucho los fics de estilos de poderes sobrenaturales pero como siempre le das tu propio toque y no parecen para nada aburridos (lo que pienso del 90% de los fics de ese estilo)
Me gusto mucho lo que paso con Ino y Naruto, no se pero tienes un gran talento para el NaruIno aunque solo los pongas en el plan sexual, esos 2 siempre me han parecido muy compatibles aunque rara vez los has puesto en relaciones y solo en sexo siempre es una parte interesante de tu fic, pongas como pongas que Naruto se la acabo llevando a la cama XD
Lo de Sakura me dio risa que se acuesta a dormir y se la pasa así: O.O Oyendo como otras personas follan al otro lado de la cortinita, solo falto que dijeras:
-Quien esta hay???
-Nadie…
-SAI ERES TU!!!
-No… no es sai…
-TU TAN BIEN Sasuke-KUN!!!!!!! D:
No se me hizo bastante gracia, pobre Sakura con razón que dicen que va a explotar si ya hasta piensa como suplir su experiencia con los conocimientos.
Algo igual pasa con Sasuke, le guste o no es el juguete de esas 3 chicas que se lo rifan y si Karin se llega a enterar la que se va a armar
Orochimaru siendo un peligro quizás mas real que los demonios, el dios del equilibrio queriendo irónicamente, destruir el equilibrio que había de antes del Juubi al quitar a Humanos y Bijuu del camino, los humanos peleando su propia guerra y empezando a recuperarse, los demonios teniendo tan bien sus propias batallas y haciendo creer a los humanos que van contra ellos, tienes una historia bastante compleja pero que estas desarrollando muy bien.
Lei por atrás que por un tiempo no seguiste la historia al no recibir comentarios, no la dejes que igual pienso seguirla leyendo y comentando así que al menos un lector y lo tienes garantizado, buena historia y espero el siguiente capitulo.
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Mensaje por arminius Vie Nov 21, 2014 2:14 am

lentamente, nos vamos acercando a la parte que nadie espera. debo decir que esta historia es para que la trabajen varios escritores y yo lo sabia desde hace mucho. sin embargo, aun sabiendo que me iba a costar solo, decidi realizarla por que era algo novedoso. pronto, ingresaremos a una parte desconocida para el lector. espero que puedan disfrutarla.

P/D: me alegro mucho que te hayas tomado el tiempo para leerla Mat. sobre lo de Ino, es la mas sexi de las jovencitas asi que siempre queda bien un lemon con ella. (tenia un fic donde habia naruinosaku, con argumentos como es constumbre mia, pero se perdio en mi anterior pc)

saludos...


CAPITULO 14: EL PODER DE UN DIOS


Se observaron con cuidado. Caminaban de lado, formando una circunferencia y manteniendo la prudente distancia con el enemigo. Moloch estaba complacido, que su campamento ardiera en llamas, que sus tropas se dispersaran o murieran, todos motivos para la furia proverbial. Pero visto lo ocurrido, en pago de tales atrocidades estaba siendo beneficiado con la llegada de todos los mesías restantes. Aun mantenidos a raya fuera del poblado, pronto caerían derrotados por las artimañas de Moloch, que no dejaba a su felicidad limitarse por esto. Había premios adicionales por conseguir. El humano que lo enfrentaba era notoriamente diferente. No solo parecía muy poderoso. Sino que a esa alma fuerte por cosechar, se sumaba la segura obtención del martillo del caos. Una herramienta formidable.

-¿Quién eres humano? –Consulto el diablo sonriendo levemente entre los colmillos- te enfrentas a un noble, y es civilizado que conozca la identidad de mi próxima víctima.


Naruto no decía nada, observaba la lanza enorme del diablo y sin descuidar el movimiento de su enemigo, también vigilaba las tropas elite del líder que a pocos metros dentro del domo, esperaban su oportunidad de intervenir. Tal vez eran como 20, los pocos que quedaban para intervenir del lado de Moloch. ¿Por qué no atacaban? Tal vez esperaban alguna orden.

Sin esperar más, Naruto embistió rápidamente con su martillo en la mano derecha. Lanzó un par de ataques altos, que fueron evitados por el diablo azul agachándose. El martillo era tan liviano para Naruto, que podía controlarlo sin dificultades. Y cada vez que había impactado en un enemigo, había demostrado un daño extraordinario. Literalmente aplastaba al rival, no importando la defensa que se presentase. Además, Naruto se sentía liviano teniendo esa arma en sus manos. Era como si el martillo tuviera la capacidad de hacerlo más rápido, algo extraño estaba ocurriendo.


Moloch sin embargo no era golpeado. Una sola vez el martillo logro chocar de lado con la lanza del diablo, y el Sennin pudo sentir el crujido del arma rival a punto de romperse. Aunque, apenas cruzaron una vez las armas. Naruto era rápido, pero el diablo podía evitarlo fácilmente. El martillo no hacía más lento a Naruto, pero al parecer eso no alcanzaba. Moloch solo retrocedía y se movía eludiendo los ataques. El rubio dejaba cráteres profundos ante cada impacto de su arma. El combate le estaba siendo desfavorable. Naruto consumía sus primeros intentos de agresión, sin conseguir cristalizar el daño a su enemigo. Finalmente, se detuvo. Moloch había tomado buena distancia y ambos se estudiaban. El Sennin comenzó a sospechar que algo malo estaba ocurriendo.

-¿ya te agotaste humano? –Consulto divertido el diablo- pareces mucho, pero no eres nada.


El aire estaba viciado, Naruto sentía su cuerpo algo entumecido. ¿Sería que su control del cuerpo estaba terminándose? Bastante tiempo había durado. El dios debió eliminarlo hace mucho tiempo. Naruto pensaba en esos momentos, que a pesar de acumular mucho poder, dos entidades luchando por el dominio de un cuerpo lograban debilitarlo en lugar de hacerlo más fuerte. Y ese diablo no era cualquier enemigo. Había algo entraño en la zona de batalla. Moloch tenía mucho que ver con eso. El rubio observó el portal, parecía una pupila roja de felino gigante. Una puerta de luz, donde surgían cadenas brillantes que tenían atrapados fantasmas. Espíritus de humanos, tres espíritus suplicantes, en perpetua agonía.

-así es humano…- indicó Moloch divertido- las almas torturadas de los imbéciles que se dejaron seducir en sueños. Un sello de equilibrio, 9 mesías estaban en este mundo, 9 humanos debían generar un equilibrio en el otro.

“Mira a tu alrededor” se decía Naruto tratando de encontrar el asunto extraño que estaba desvirtuando el combate. Había un circulo pequeño marcado en el suelo alrededor del portal, luego otro más grande, que rodeaba una circunferencia donde Naruto y Moloch habían iniciado el combate. Y finalmente, aun cuando Naruto no lo veía, podía imaginar un tercer círculo en los alrededores del pueblo. El que impedía a los Biju ingresar al combate. Parecía demasiada casualidad que nada tuviera que ver con el diablo que estaba enfrentado en ese momento.

-así es humano….-añadió asintiendo Moloch- tienes buenos instintos al parecer. Los diablillos pequeños disponen de unas pocas habilidades propias. Los de más rango usan magias comunes. Y los diablos de mayor categoría, los nobles, los señores del infierno como yo, usamos todo nuestro poder mágico en técnicas específicas. “Ley del primer círculo….combate sin armas….”


La lanza enorme del diablo salió disparada de su mano derecha para quedar clavada a un costado. Al mismo tiempo, el martillo de Naruto pareció cobrar vida y obedecer a una fuerza misteriosa. Se soltó del control del rubio para ir a estrellarse contra una zona lejana del combate. Como si hubiera sido obligado a abandonar a su amo.

-¿Qué rayos? –Dijo Naruto sorprendido- ¿Cómo pudo…hacer eso?

-se llama el poder de los 3 círculos…-sonrió Moloch- estas en una zona, donde debemos obedecer la ley. –Su mano derecha se abrió como una garra y la extendió hacia Naruto- ¡mi ley!

Naruto apenas pudo notar que algo brillante surgía de esa mano rival, cuando un relámpago morado casi lo atravesó de lado a lado. El impacto dio en una casa lejana que se derrumbó en escombros. Al parecer el diablo tenía capacidades menos físicas que Azazel.

-sin armas…, -apuntó Moloch dispuesto a embestir y comenzar su ataque- presiento que será divertido y no tengo intensión de luchar contra el martillo del caos. Quiero disfrutar esto.

Comenzaron a atacarse furiosamente. El Tayjutsu de Naruto le daba ventaja, aunque Moloch no lo hacía nada mal. Los entraños guardias de elite no intervenían, todos continuaban observando a su líder combatir con la extraña postura de saberlo victorioso. El ambiente era malo, Naruto podía sentir que ese lugar dentro de los círculos constituía un lugar especial. La energía natural no fluía de la misma forma que en resto del mundo. Moloch tenía uñas afiladas, sus puñetazos se confundían con zarpazos violentos y además usaba su cola azul para atacar. Era un guerrero que gozaba la matanza, aunque rara vez se manchaba las garras en ella. Naruto le dio varios golpes, aunque no se sentía como si estuviera haciéndole daño real.

Finalmente, Naruto evitó un par de zarpazos para retroceder dos pasos y asentar una patada al pecho del enemigo. Moloch se sostuvo apenas, fue muy poderoso el golpe pero clavando sus talones se afirmó a varios metros dispuesto a continuar la batalla.

-¡¡se atrevió a golpear a nuestro amo!! –Gritó uno de los guardias del diablo, y el resto se enardecieron brutalmente- ¡al ataque!

Embistieron como perros rabiosos, sus armas fueron cayendo de las manos lo quisieran o no. La ley del círculo les obligaba. Naruto sin embargo estaba bastante confuso. No quería que esos monstruos se entrometieran demasiado tiempo. No quería que Moloch tuviera oportunidad de otro de sus…. “encantamientos”.

-JUTSU CLONES DE SOMBRAS.

5 clones surgieron delante de Naruto, y formando Rasengan se encargaron de “limpiar el camino”. Solo por un momento tuvo un pensamiento suelto, al ver como sus copias arrasaban a las pocas tropas de Moloch que quedaban, clones siempre fueron su especialidad, pero ahora crear un Rasengan sin apoyo era también cosa de una ligera intensión.

-interesante…-susurró Moloch al ver la masacre- parece que su “chakra”, le permite replicarse y crear armas explosivas.

Uno de los guardias, cuya mitad alta del cuerpo se arrastraba a los pies de Moloch, recibió un pisotón de su amo dando por terminada su agonía. Le satisfacía el espectáculo de muerte. Cadáveres y más cadáveres. ¡¿Cuánta sangre se podía obtener de ese humano?! ¡¿Cuantas almas sufrirían por la batalla junto al portal?!

-es estupendo…. ¡es genial! Ja ja ja ja –reía el diablo- ¡tú eres digno! “Ley del segundo circulo….está prohibido usar chakra”.

Naruto volvió a sentir algo entraño, el cuerpo más pesado, sus piernas no tan agiles. Los clones que estaban en el frente desaparecieron. También la sensación de tener toda la energía para ganar ese combate. El maldito diablo controlaba su destino. Parado en el medio de esos círculos, era la presa en lugar del cazador.


-nadie está por encima de la ley. –Sonrió Moloch aprestándose al ataque- ahora no tienes tu arma, ni tu chakra…


No acabo de decir eso, cuando ya estaba frente a Naruto aplicándole un tremendo puñetazo al vientre. La sorpresa fue mayúscula. “Tan rápido”, pensó el rubio que en escasos segundos mientras recibía varias combinaciones de golpes en el rostro, el torso y el estómago. La fuerza de Moloch parecía haber aumentado, también su velocidad que ahora no podía ser igualada por Naruto. El Uzumaki recibió tantos impactos en pocos segundos, que fue volando a dar contra unos escombros lejanos.

-ja ja ja ja ¿eso es todo lo que un humano común puede soportar? –le gritó el diablo divertido.

Naruto sentía todo su cuerpo destruido. Esos golpes habían sido brutales, aun cuando hasta hace poco apenas había sentido los ataques de su enemigo. ¿Tanta fuerza y velocidad? ¿Por qué se había vuelto tan fuerte Moloch? Entre los escombros intento ponerse de pie, su cuerpo estaba sangrando, varios impactos habían sido con las afiladas garras, y otros simplemente a puño cerrado. Se sentía mareado, como si ya no tuviera nada de….

-chakra…-susurró Naruto aturdido- no puedo usar chakra….

El diablo controlaba las leyes de los círculos. Anulada la capacidad de usar chakra, Naruto no solo perdía la opción de realizar sus jutsu. Sin clones, sin Rasengan o sus derivados, el rubio aun podía luchar en gran nivel. Pero sin poder usar chakra, el cuerpo de un ninja no era demasiado diferente a un civil. El chakra era usado a un nivel inconsciente para cada musculo del cuerpo. Nervios, articulaciones, incluso en sus sentidos. Ahora estaba anulado completamente. Por eso el diablo le superaba en fuerza y velocidad. En realidad, era el nivel de Naruto quien había descendido dramáticamente.

Comenzaba a sentir el sueño, como cuando se había trasformado en árbol y ya no se pudo mover durante mucho tiempo. Sin su chakra, Naruto perdía la capacidad de evitar al dios tomar el control. Estaba perdido, se fue quedando dormido y ya no supo nada más. El sueño eterno, del que jamás iba a despertar.


A lo lejos, Moloch se supo victorioso. Vio a su enemigo cerrar los ojos pesadamente, aun sin poder levantarse de entre los muros. Observó a su alrededor, no había sido tan difícil considerando el nivel elevado del humano al comienzo. Pero con su poder de los tres círculos, Moloch era un dios dentro de su rango. Fue hasta su lanza. Había quedado clavada a varios metros del combate y ahora también tenía el martillo del caos a su alcance. Con el humano muerto, lo único que quedaba era capturar esas armas, y permitir los mesías ingresar a los círculos. Sin poder usar esa energía chakra, se debilitarían lo suficiente para ser capturados y enviados a Baator atraves del portal. Luego, ganar el perdón de Asmodeus por la tarea cumplida y regresar a por su reino.

En el exterior del domo de luz, los Biju observaron anonadados el combate. Naruto había sido derrotado en rápidamente. El monstruo que lo venció parecía poder controlarlo todo a su alrededor. El gran estafador, Moloch. Un diablo de piel azulada y ojos rojos como llamas. Su risa perversa, su risa de victoria. ¿Naruto había muerto? Los Biju solo querían una cosa, solo una. Ingresar a esa zona para despedazar al sonriente diablo. Atravesar la puerta, donde sus hermanos esperaban cautivos. Con la caída de Naruto, ya nadie quedaba para ayudarlos. Lo tenían que hacer solos. Era el momento de la verdad.


-vengan a mi….esclavos….-susurró Moloch anulando la ley que impedía a los mesías ingresar al lugar. – todos caerán ante el poder de un dios.



***********************************************************


Tsunade había ocupado en soledad una de las carpas principales para analizar la situación global. La división estratégica estaba avanzando a pasos agigantados gracias al servicio de las investigaciones científicas conducidas por Orochimaru. Temari de la arena, y por supuesto Shikamaru Nara, habían realizado una estrategia de combate adecuada para tomar la ofensiva sobre los demonios que tenían una de sus bases en el puerto hacia país de agua. Sería una de las primeras batallas de grandes dimensiones. Los Shinobi saldrían a campo abierto a disputar a los demonios el liderazgo de uno de los territorios claves para la guerra.

El hospital de campaña estaba retrasado. Tsunade no podía concentrar su energía en él, teniendo además que oficiar como uno de los tercios de líderes Kage. Las líneas de provisiones eran seguras, Konoha no había sufrido otra ofensiva desde la reconquista, y comenzaban a liberarse los caminos comerciales para conectar con las grandes urbes de población, donde tras los muros la guerra aún era un cuento de lejano porvenir. El país del viento había sido devastado, sus pobladores y ninjas huyeron abandonando los territorios desérticos que parecían hechos a la medida del enemigo. Era destacable sin embargo, como el lord Kazekage había conservado la mayor parte de sus fuerzas militares ninja, las cuales dieron un cumplido refresco a Konoha y Kumo.

El país del rayo se había quedado sin ninjas. Conservaba sus poblaciones civiles más importantes que hasta donde se sabía no había sufrido ataques de demonios. Esta era una de las razones por la cual se pensaba entre los estratega de la alianza, que las criaturas querían acabar con los ninjas primeramente. Tal vez a los civiles, les esperaba un destino de esclavitud eterna.

En cuanto a Iwa y otras aldeas ninjas encalladas en territorios lejanos o escarpados, se tenía pocos datos sobre su actual situación. Pero se presumía que algunas podrían haberse aislado y defendido tal como Kiri parecía haberlo hecho. Muchas eran suposiciones. Y en cierto punto era peligroso basarse en ellas. Pero en un inicio, el plan de acabar con ese ejército costero del enemigo, contemplaba tomar posesión de los astilleros y contar con una armada de barcos lo suficientemente grande como para trasladar a los aliados sobre el elemento natural que debilitaba a los demonios. Era un buen inicio.

Llamaron desde el exterior de la carpa. Los ANBU vigilaban la entrada y Tsunade esperaba visitas dentro. Luego de darles permiso, ingresaron al lugar Ino Yamanaka y Sakura Haruno, ambas metidas en problemas desde hacía varios días. Cuando los guardias las dejaron solas, ambas Kunoichi recién llegadas, sintieron un escalofrió ante la mirada dura de su Hokage.

-me has decepcionado Sakura…-dijo con una voz profundamente cargada de dureza.


La pelirosa se mantuvo firme, le dolía mucho la situación. Respetaba a su maestra de una forma total. Pero a pesar de sentir un afecto sincero por la mujer que la instruyó como médico y Kunoichi, había cosas de su reserva personal emocional que no podía ceder.

-desobedecer una orden directa, desertar de tus funciones como médico, permitir el acceso de personas no autorizadas a zonas restringidas. Falsear informes de inventarios en el hospital. Uso ilegal de suministros. Ayudar a un civil a liberar una prisionera. Lesiones varias para toda la división de interrogatorios. Y puedo seguir durante horas… ¿algo para reportar?

No podía decir nada. Al menos nada que fuera de utilidad para disculparse. Sakura sabía que además había realizado experimentos ilegales y sustraído material médico necesario para salvar la vida de Ino. Si lo pensaba mejor, responderle a Tsunade-sama solo podía traerle problemas. Ino tal vez había aportado algunos datos. Después de todo Sakura entendía que la Hokage había estado esperándola.

-Yamanaka…puedes retirarte…-dijo la líder y Sakura pudo notar como Ino se estremecía levemente.

Rato después, estaban solas. Maestra y estudiante. Amigas, después de tantos años compartiendo la profesión. Para Sakura era como una segunda madre Tsunade-sensei. Realmente no entendía como se había atrevido a desobedecer tanto. La líder se levantó de su asiento tras un escritorio. Ibiki Morino le había dado un extenso informe sobre la ilegalidad de los actos de la Kunoichi Haruno Sakura. Si fuera otra persona, cualquier otra menos su estudiante, Tsunade no hubiera dudado en ejecutarla por desertar y poner en riesgo un factor clave de la guerra.

-tus actos insubordinados pueden ser catalogados como traición. –Añadió la Hokage ya parada de brazos cruzados a pocos metros de su firme alumna- quiero una explicación, y la quiero ahora.

-Era necesario, -anunció la pelirosa serena- Tsunade-sensei siempre ha confiado en mi criterio para salvar vidas. En este caso, es lo mismo. Estoy salvando vidas, aunque no están enfermos.


Un ANBU ingresó a la carpa, se quedó firme en la entrada como esperando autorización para hablar. Tsunade lo comprendió, y le realizó con un gesto leve con la mano para que soltara el rollo informativo:

-el hospital solicita su ayuda Godaime-sama. –Afirmó el sujeto- el capitán Sasuke Uchiha ha entregado su informe a atraves de su equipo. Ahora está en descaso.

-envié mi orden a Ino Yamanaka allí afuera, -indicó la líder- esta reasignada al hospital militar para asistencia. En algunos minutos también estaré allí. Sobre Uchiha….por ahora no es necesario. Será informado de todo cuando las tropas se pongan en marcha. Retírate…

El ANBU apenas había abandonado la carpa, cuando Tsunade recibió la llegada de otra visita. Esta vez ingreso sin pedir permiso. Manos en los bolsillos, siempre aparentando la tranquilidad extrema de un paseo en el campo. Hatake Kakashi tenía esos modos que irritaban a muchos.

-hola Sakura…-sonrió amistoso bajo su máscara, y ella apenas sonrió correspondiendo- me alegro que hayas llegado finalmente. Necesito que una de las mejores médicos revise a mis hombres antes de la batalla.

-Kakashi….-gruñó Tsunade molesta.

-Hokage-sama….-respondió amablemente el peliplata.


La Godaime había captado el mensaje enseguida. Kakashi era ese tipo de sujeto que decía cosas en medio de palabras inocentes. Como si te hiciera recordar cosas importantes al mismo tiempo que saludaba con esa pasividad que volvía locos a los más duros. En pocas palabras había dicho, que Sakura era efectivamente una de las mejores en el campo de la medicina, que confiaba en ella, y que bien podía recién… “estar llegando” de un retraso sin importancia antes de reportarse al campamento general. Kakashi como siempre lo simplificaba todo.


-temo que no puedo dejar pasar esto. –añadió Tsunade muy a su pesar.

De contar con el mando total de los Shinobi, probablemente la Hokage hubiera obrado tal y como Kakashi había sugerido. Confiaba en Sakura a pesar de todo, y consideraba que haber ayudado a Naruto no era digno de una ejecución o siquiera cárcel. Pero había otros dos Kage también el poder. Y ellos no habían perdonado faltas de sus subordinados para mantener la disciplina militar lo mas estricta posible. Se debe entender, que en épocas de oscura guerra, un cobarde debía ser corregido para no extender su temor. Mientras que un traidor, debía ser eliminado. Solo así se evitaban futuras traiciones.

-lamento esta situación. –Dijo la Hokage negando pesadamente- ¡guardias!…. –los ANBU ingresaron por detrás de Kakashi- lleven a esta Kunoichi a la prisión del campamento. Luego me ocuparé de ella. Kakashi, en 24 horas deben estar preparados todos los escuadrones para entrar en combate. Procura repartir descansos y alimentos para tener a todos en su máxima condición.

-necesitamos a todos Tsunade-sama… -añadió el peliplata.

-lo sé Kakashi…-señaló la líder- pero no puedo ocultar las insubordinaciones de los demás Kage. Eventualmente lograré liberarla. Hablaré con Gaara para lograr su apoyo. Pero por ahora, desconfió de Sakura en lo referente a su fidelidad a esta causa.

-ella fue mi estudiante. –Dijo el hombre seriamente- nunca abandonara a los amigos.

La Godaime sonrió, como para relajar tensión. No quería que se malinterpretara sus anteriores palabras.

-es exactamente lo que me preocupa de ella, justo ahora.


*******************************************************


Shion salió del refugio subterráneo un día especial. Ese día donde una batalla total determinaba el rumbo nuevo de la guerra. Shion lo sabía, no de una manera específica desde luego. Pero lo podía ver, en sus sueños. Se mesclaban confundiéndose con pesadillas. Podía estar durmiendo, podía estar despierta. Con el paso del tiempo comenzaba a controlar esas visiones en la oscuridad. Abrazada por las sombras, comenzaba a ver cosas fantásticas. Durante meses había estado ahí. En las cavernas perdidas. Hundida en bibliotecas y salas de sellos especiales. Aislada del mundo que la vio nacer.

Una terrible paradoja de su vida…

Para tener una vida normal, Shion obtuvo de su madre y años después por propia decisión, la oportunidad de ser solo una persona común. Una chica cualquiera, una joven que buscaría el amor. ¿Por qué no podía hacerlo? ¿Acaso no tenía derecho? Pero el infierno había tenido otros planes.

Ya no había luz ni oscuridad para Shion. Ante sus ojos, todo era una especie de fusión que le daba vida al futuro. A probables futuros, a versiones dentro de versiones. Y ella tenía que luchar, para poder diferenciar lo posible de lo improbable. Tenía que hacerse fuerte ante esas visiones, para no ser destruida por el poder que las condicionaban. Así fue como conoció al enemigo que la buscaba. El gran Moloch, a quienes no sin razón le llamaban el “estafador”. Shion pudo ver su aspecto físico, leer su negro corazón. Pudo anticipar la naturaleza extraordinaria de su magia. Moloch era fuerte y rápido, como todo diablo de elite. Pero su verdadera virtud no se encontraba en sí mismo. Tenía una magia, el conjuro de los tres círculos. En un territorio determinado, donde hubiese instalado las condiciones, le permitían cambiar las leyes de la física y espirituales a su voluntad. Torcía las reglas de un combate para el lado conveniente, dominaba los aspectos de la materia y además siempre contaría con la posibilidad de cambiar lo que no le favoreciera. Moloch había enviado tropas en busca de Shion, y ella lo sabía. Pero esas tropas tenían mayores problemas que rastrear a una desaparecida princesa humana, oculta en una caverna impenetrable para los de raza infernal.


Shion había estudiado, y ahora comprendía el lenguaje de los sellos que tenía su propia codificación especial. Un dialecto que no pertenecía al mundo humano, y tampoco a los demonios. Era la lengua madre de los ángeles. Le llamaban, el “celestial”. Shion estudió todo el material con una pasión inuncitada. Ya no quería ver sin comprender. Sus ojos mostraban un camino que tarde o temprano ella debía seguir, y para ello, debía ser completamente capaz de sacar el mayor partido del antiguo conocimiento enterrado bajo la extinta aldea del demonio.

Ese día, donde por fin decidió salir al bosque aledaño. La Sacerdotisa Shion se veía muy diferente. Los soldados que habían custodiado la caverna haciendo campamento en el exterior, la siguieron completamente fascinados por su belleza. Había algo diferente en la princesa. Parecía más madura, más seria, más brillante. Era como si su belleza reposada por meses de oscuridad tenebrosa, la hubieran dotado de aun más esplendor. La muchacha caminó con rumbo fijo por un sendero de bosque. Hacia donde se dirigía, los soldados sabían que estaba un templo abandonado a poca distancia de un pueblo evacuado.

No le dijeron nada. Ni siquiera se atrevieron a advertirle que tropas de demonios podían estar buscándola por las tierras cercanas a la aldea del demonio. Simplemente, la siguieron en caravana a distancia prudente. No querían distraerla, ella parecía tranquila y al mismo tiempo concentrada. Buscaba alguna cosa tal vez, o alguien en último caso. Shion se dirigió al patio trasero de ese templo, para acercarse a las tumbas. Estaba en un pequeño, pero señorial cementerio.

-Shion-hime…-le dijo uno de los soldados preocupados por la seguridad- este lugar esta vulnerable. Debemos regresar a las cavernas o marchar a otro país. Las criaturas que destruyeron nuestra aldea, aún pueden estar buscándola.

Era lo más probable, y Shion estaba muy al tanto de eso. Pero Moloch y sus tropas no eran el único mal que rondaba por estas tierras. Solo era un tipo de mal, había otros, que escaparon del averno para aterrorizar al mundo.

-Portador de la muerte…-susurró Shion ingresando al lugar y sintiendo vibraciones negativas- te escondes en la oscuridad de la guerra, y te alimentas de sus despojos.


Shion apenas lo veía. Ese demonio no era común. Cubierto siempre por un manto de eterna oscuridad, transitaban los senderos del mundo adquiriendo nuevos poderes. Nuevos adeptos para su causa. Y lo peor de todo era, que la princesa suponía que solo ella podía detectar ese terrible mal rondando a los ninjas. Rondando a todos los humanos vivos. Y los que no lo estaban, lamentablemente también.

-¡Shion-sama! –gritó uno de los soldados logrando sacar a la princesa de su concentración.

La tierra en una tumba comenzó a moverse, se estremecía como si estuvieran pariendo con dificultad. Shion se acercó a esa zona con lentitud, su kimono blanco y dorado parecía flotar ante sus movimientos armónicos. Los soldados retrocedieron al movimiento de la tumba. Aterrorizados por la posibilidad que se presentaba ante sus mentes. ¿Un muerto? ¿Un cadáver estaba tratando de salir de su ataúd bajo tierra? ¿Era posible? El mundo no tenía suficientes problemas con los demonios vivos, que ahora también la oscuridad le daba poder a los muertos.

-manténgase lejos por favor….-dijo Shion a sus soldados y se acercó a ese panel de tierra que ya dejaba ver unos brazos y una cabeza surgiendo con dificultad- yo lo detendré.

-pero…nosotros….usted….-balbuceaba bloqueado el sargento del grupo.


La princesa caminó hacia ese cadáver en movimiento. La criatura fue saliéndose de entre la tierra, con los huesos expuestos, la carne podrida y donde supo tener ojos en su cráneo, había una luz verde brillante delatando una voluntad de ultratumba. Era asqueroso, perverso, y estaba maldito. Shion lo sabía, había visto al maestro de esas criaturas formándolas. Había visto a ese demonio aprovechar los restos de una guerra para hacerse fuerte.

-yo te expulso del mundo mortal….-dijo tomando un gran medallón que colgaba de su cuello- ¡vuelve a tu descanso eterno!


El monstruo gruñó aturdido, se tomó la cabeza con ambas manos putrefactas y chillaba de un modo que los soldados sentían helar su sangre. Increíblemente, retrocedió ante el avance de Shion, y ante la sorprendida mirada de todos, la cuenca de sus ojos destacada por el fulgor verde, expulsó la luz que contenía, quedando el cadáver desarmado en la tierra y finalmente muerto. Definitivamente derrotado.

-Shion…..Shion-sama…-dijo uno de los hombres al verla ponerse pálida y trastabillar.

-estoy….es….-ella fue quien con delicadeza se tomó el rostro sintiendo débil- estoy bien.

Había sido un gran esfuerzo para la princesa. Era la primera vez que usaba esas nuevas habilidades. Había leído y aprendido mucho, pero con experiencia en batalla se haría recién fuerte. El conocimiento solo era una parte, necesitaba entrenarse. Algunas horas después, los soldados la escoltaron de nuevo hacia el refugio seguro. Ella parecía ausente y muy debilitada. Había sido un gran esfuerzo espiritual haber acabado con ese ser maligno. Los ojos de Shion sin embargo, no dejaban de ver hacia adelante. El brillo violáceo dominaba la oscuridad atravesando la incertidumbre del porvenir. Ella aún estaba aprendiendo a ver este don como una virtud, en lugar de una maldición.

-lo siento Naruto-kun…-dijo apenas, cuando los soldados la dejaron irse sola al interior de las cavernas- no puedo ir a ayudarte. No soy lo bastante fuerte. Lo siento tanto…

Lo estaba viendo, luchar por mucho más que su propia vida. Naruto Uzumaki lo estaba dando todo y perdía. Su vida y su alma se iban despedazando. Tenía una guerra interna, y un combate externo contra el diablo Moloch. ¡Tantas muertes habían sucedido desde la apertura de esa puerta al infierno! Y Shion sabía, que por el momento no tenía el poder para ayudar. Había otro peligro formándose en la oscuridad. Había otro enemigo que no necesitaba de tropas demoniacas para ser victorioso. Shion volvió a la oscuridad. Tenía que entrenar, tenía que prepararse lo mejor posible. La guerra por la libertad del mundo humano estaba en auge, la futura guerra por las almas de todos los humanos, todavía no había iniciado. Era su deber adquirido, estar lista para esa otra confrontación.


*************************************************************


Los Biju embistieron con furia contra Moloch.

La caída de Naruto solo había enervado sus ínfulas y planeaban acabar con el diablo hasta que no quedaran rastros de su cadáver. Todos atacaron ingresando a la zona de círculos y comenzando a sentir los efectos de la magia enemiga. No podía usar el chakra, y eso les debilitaba enormemente. Sin embargo, contrario a la creencia de que podían ser exterminados por la sola ley, los Biju solo se debilitaban, no desaparecían sus cuerpos ni eran menos efectivos los ataques físicos que intentaban. Yombi, Sachibi y Hachibi rodearon a su enemigo tratando de matarlo. Pero Moloch evitaba a sus rivales aprovechando la diferencia de tamaño que existían entre ellos. Era como si tres humanos trataran de capturar una rápida y hábil avispa.

El diablo no atacaba, simplemente se limitaba a reír y observar. Estaba esperando alguna cosa, nadie entendía que podía ser. Mientras los demás Biju esperaban su turno para tomar la ofensiva alrededor de los 3 hermanos atacando, Gobi en particular, estaba más interesado en otras cuestiones.

-huele horrible….-se dijo acercándose a Naruto que yacía recostado sobre los escombros de una antigua casa.

Todo el lugar apestaba. Olor fuerte a podredumbre y sangre vieja. Cadáveres, sangre de diablos y demonios. Gobi confiaba tanto en su olfato como en sus instintos, y ambos le decían que algo estaba a punto de suceder. Algo malo. Naruto no se movía, parecía muerto, aunque aún respiraba levemente. ¿Realmente había sido derrotado? Gobi pensaba que sus movimientos no habían sido armónicos desde el inicio. Parecía haber cargado un gran peso desde hacía tiempo. Tal vez simplemente ese misma carga terminó por vencerlo. Por qué Moloch, aun con sus trucos legales, no parecía ser tan fuerte. Pero el diablo azul era un estratega genial. Todo había sucedido exactamente como lo esperaba con respecto a los mesías. Todos ingresaron a la zona de los 3 círculos, ignorando que en ese lugar de batalla, su enemigo era la ley universal.


-¡¡el juego ha terminado!! –exclamó Moloch cuando observó que todos estaban dentro del límite del pueblo. Evitó a los Biju atacantes y parándose a lo lejos elevó sus palmas al cielo como invocando una fuerza descomunal- ley del circulo definitiva….-anunció cerrando sus ojos con concentración- todos los diablos o demonios….son absorbidos por el primer círculo.


Luego de eso, simplemente bajo sus brazos y sonrió triunfador. Yombi intentó embestir contra la posición pero su cuerpo ya no le respondía. Algunos de los Biju se afirmaron al terreno con garras y patas fuertes, observando con sorpresa como Sachibi y Rokubi volaban sin control contra el portal rojo en el centro del pueblo. Fueron tragados por la puerta de luz entre chillidos y pedidos de ayuda. Recién en ese momento notaron que había un pequeño círculo dibujado alrededor del portal dimensional, Moloch lo había creado justo antes del combate con Naruto.

-adiós esclavos….-se reía Moloch sin sufrir los efectos de la gravedad que impulsaba a los demás- me saludan al rey de Baator, cuando ocupen sus celdas. Ja ja ja ja.

Yombi estaba más alejado del centro que los demás e intentó resistir. Hachibi e Ichibi fueron absorbidos a continuación, mientras que Gobi usaba todo el poder de sus patas para no ser tragado por la puerta. El gran simio de cuatro colas, observaba a Moloch con sorpresa. Había estado mirando el combate que tuvo con Naruto y estaba seguro que cada ley impuesta por Moloch debía ser obedecida por ambos contendientes. ¿Por qué el diablo azul no era absorbido tal y como sucedía con los Biju?

-maldito seas….-gruñó el simio furioso- te destrozaré.

-suerte con eso criatura…-respondió divertido Moloch, que comenzó a caminar para buscar su lanza que había perdido en el fragor del anterior combate- deberás colocarte en la larga fila de enemigos que desean mi deceso. Nadie puede con la ley de Moloch, nadie….excepto el “estafador”. Je je je.

“desgraciado” pensaron Gobi y Yombi que ya eran los únicos que quedaban del otro lado. Las almas de humanos capturados por las cadenas de luz habían traspasado la puerta al lado humano. Solo quedaban dos almas por cruzar, y nadie sabía que podía ocurrir cuando los restantes mesías fueran obligados a viajar del otro lado. Yombi se sintió traicionado. El maldito diablo Moloch era muy poderoso. Al parecer, su mayor habilidad no consistía en el poder de los tres círculos. Su máxima virtud era, en ser un diablo que no estaba obligado a obedecer la ley. A diferencia de otras criaturas de su misma raza, Moloch podía prometer y no cumplir, sin ser destruido por eso.

-ahora, me dedicare a cosechar las almas de todas las tropas que han destruido en su ataque. –anuncio el diablo azul pasando junto a los Biju sin miedo- si están resistiéndose a la espera que la gravedad se estabilice, pierden su tiempo. Mientras la ley definitiva no sea revocada por mí, serán absorbidos al portal. Fue divertido engañarlos. Pero tengo un mundo nuevo que conquistar.

Moloch se fue caminando tranquilamente al límite de sus círculos. Era cierto que controlaba las leyes dentro de ellos. Pero dichos preceptos se sustentaban de su poder personal. No solo debía absorber las almas de tantas tropas y esclavos muertos para hacerse más fuerte, sino también para recargarse. Ya que cuantas más leyes mantuviera activas, mayor era el gasto.

Yombi fue el primero en caer, el trozo de suelo que lo sostenía fue desprendido y salió volando en un rugido hacia el portal. Gobi aun duró algunos minutos más. Tiempo suficiente para observar como luces de colores rojas y azules flotaban de los cadáveres en todos los alrededores, para ser atraídas hacia Moloch haciéndolo seguramente más fuerte. Además, Gobi tuvo un segundo de dudas, y volteo a ver a Naruto para observar si también su alma se perdía. Pero lo que pudo vislumbrar, fueron los ojos del humano abrirse lentamente. Estaba vivo, a pesar de todo estaba vivo. Moloch iba a pagar por lo que había hecho.

Eso fue lo último que pudo pensar Gobi, antes de ceder su resistencia y ser tragado por la fuerza irresistible del círculo interno. Naruto aún vivía. Los Biju de cualquier forma debían ir a por sus hermanos. Gobi internamente le dejó todo al humano en sus manos para derrotar a ese enemigo, y salió volando hacia un nuevo mundo. El origen mismo de los Biju según se suponía. Una nueva aventura, tal vez la última para todos.


-¡LA VICTORIA ES MIAAAA! –Gritó a todo pulmón Moloch- ¡nadie puede conmigo! ¡Soy invencible! ¡Soy un dios!


De pronto, Moloch trastabilló levemente. La tierra temblaba de manera sutil, pero aun así se podía notar. Miró a su alrededor, inicialmente hubiera pensado que algún objeto muy grande había aterrizado bruscamente. Pero no era eso, el temblor era estable, no se detenía. Fue entonces cuando vio al humano ponerse de pie. Con la cabeza baja, con su cuerpo elevándose casi por inercia. Se puso de pie, y lo miró como nunca. Una mirada totalmente blanca. Sus ojos eran orbes de luz pura. No tenía pupilas. Ese sujeto era diferente, ese sujeto no era humano.

-¿tu?...-preguntó con una voz profunda Naruto- ¿un dios? Parece que en tierras de mi hermano, el mal tiene su tipo de humor.

-sorprendente…-sonrió apenas Moloch apretando en su mano derecha la lanza de su propiedad- aún vivo, después de haberte arrebatado todo tu poder.

-¿eso crees? –Respondió el rubio con soltura- no hiciste más que liberarme. Anulado el chakra que se oponía a mi control. Ahora soy libre.

Moloch estaba confundido. ¿Ese humano estaba poseído por otro ser? ¿Era un diablo? ¿Tal vez un demonio? ¿Quién estaba manipulando el cuerpo de ese sujeto? Sea quien sea, aun así estaba dentro de los círculos especiales. Por lo tanto, no tenía oportunidad de derrotarlo.

-no importa quién controla a ese títere, -apuntó el diablo azul- será destruido junto con él.

-inténtalo….pequeño dios…-desafío la entidad dentro de Naruto.

Moloch estiró su garra izquierda y soltó un rayo relampagueante de color violeta. El impacto directo nunca sucedió. La descarga se desvió a pocos metros de golpear el cuerpo de Naruto y fue a dar contra los escombros de una antigua taberna. El humano ni se había movido de su posición. Su cuerpo estaba relajado, como si no le hubiera tomado trabajo alguno desviar ese ataque. El viento formaba un escudo invisible.

-no puedes usar chakra. –Definió Moloch confundido- no te has movido. ¿Cómo puedes…?

-tu poder sobre esta zona es insignificante. –señaló el dios irritando a Moloch- esta es mi tierra. Tú no tienes permiso de habitarla.

-¿permiso? ¡¿Quién rayos te crees?! ¡Hago lo que quiero, donde me place! ¡MUEREEEE!


Moloch estiró su lanza como si intentara atravesar a su enemigo a mucha distancia. Una fuerza espeluznante surgió de la punta afilada y en forma de trigrama de luz roja fue a dar directo contra el enemigo. El dios siguió sin moverse, aunque la tierra pareció abrir sus fauces y tragárselo completo. Desapareció de la vista de Moloch, y del rango del ataque que había intentado. Segundos después, como si un volcán pequeño estuviera naciendo en otra zona a pocos metros, surgió el sujeto que usaba la tierra como una manta. Despegándose de ella delicadamente. Otra vez estaba de pie frente al diablo azul, sin un rasguño.

-no está usando chakra. –Pensó Moloch- debe ser otro tipo de fuerza. Tengo que saber lo que usa para anularlo también.

Estaba en problema. La ley de absorción al primer círculo estaba activa recientemente. No podía cancelar tampoco la ley del uso de armas, o el martillo del caos volvería a su dueño. Y tampoco le convenía que su rival pudiera usar chakra nuevamente. Después de todo, Moloch no sabía usarlo. El diablo estaba confuso, debía estar muerto ese humano. Y aun así le desafiaba. Pero la situación se hizo peor aún, cuando el sujeto extendió sus brazos y las manos invocaron el poder de la naturaleza.

La brisa que cruzaba el campo de batalla se detuvo. A lejos, Biara observaba el combate con total sorpresa cuando las nubes en el cielo se oscurecieron. El clima se hizo pesado, una ola de humedad increíble se fue elevando por sobre el pueblo y todo parecía querer estallar de un momento a otro. Los vientos abandonaron la zona del poblado, para comenzar a reunirse en las afueras con violencia sin igual. Fue cuando Moloch volteo a ver a su enemigo, y observó como el dedo índice de la mano derecha marcaba círculos en el aire.

-es….imposible… -susurró el diablo completamente paralizado- imposible…

La ventisca se fue reuniendo y girando en un torbellino de aire. Troncos y piedras eran absorbidos por el fenómeno que cada vez crecía en mayo magnitud. Un tornado, un enorme e imparable tornado. Y el dios solo estaba allí, en medio del pueblo que era destrozado por furiosa ráfaga de viento huracanado. Comenzó a llover, una tormenta de relámpagos y agua sin igual. Moloch, así como todo lo que antes había formado parte de esa aldea, fueron arrasados completamente. Tragados, como si el tornado fuera una bestia hambrienta y dispuesta a devorar hasta el infinito.

A lo lejos, sobre la colina y a salvo de tales fenómenos. La diablesa Biara observaba todo con un gesto de total fascinación. Pensaba en su madre, pensaba en su clan y el enorme beneficio que sería llevar el poder de Naruto-sensei hacia ellas. Ignoraba el origen de tan fascinantes poderes. Pero ya había derrotado a dos Diablos de la Sima con ellos. Dos antiguos señores del Baator habían caído por la mano de ese humano. Algo especial tenia, y Biara ahora sin la interrupción de los Biju o de otras humanas, estaba dispuesta a averiguarlo.

En el centro de la tormenta, solo podía notarse la luz roja del portal en medio del caos. Solo el portal, y el dios que había creado esa catástrofe allí parado, justo en el centro del desastre. Mirando sin emoción, como todo lo que antes había conocido era despedazado. En el ojo del tornado, un dios flotaba pacifico de brazos cruzados. ¿Querían guerra? esa era su tipo de guerra. ¿Querían destrucción? Él les daría toda la destrucción que fuera capaz de soportar los invasores del mundo. ¿Querían imponer una ley? Solo existía una ley que debía ser obedecida en el mundo del dios neutral.

La fuerza de la naturaleza.


Fin del capitulo.
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Mensaje por Mat, Vie Nov 21, 2014 2:32 pm

La verdad no se por que dices que esa historia deben hacerla varios escritores, hasta ahora lo estas haciendo bastante bien y muchos escritores no son sinónimo de una buena historia, he visto muchas situaciones así y siempre se nota que capitulo escribió otra persona, ya que es un reto aun mayor combinar muchos estilos de escritura que hacer una historia larga.

Y estoy de acuerdo en el lemon lastima que perdiste ese fic XD

Ahora todo parece empeorar, los Bijuu están en el mundo de los demonios, Naruto desapareció, Sakura será encarcelada, etc… la verdad cada vez se ven peor las cosas aun con esa victoria de Naruto y estas poniéndolo de tal forma que no se sabe como podrían ganar y Naruto volver a ser el de antes

Buena historia y la dejaste en un punto interesante espero la continuación
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Mensaje por el santo pegaso Sáb Nov 22, 2014 3:07 am

Las cosas se pusieron muy movidas, ahora que el dios que estaban en el interior de naruto esta "libre" y ahora moloch no tiene escapatoria, ya que ha desatado algo que ni el es capas de afrontar, al final su trampas se volvieron hacia el, no contó que quitando el chackra a naruto este le permitirá al dios resurgir.

Veremos si al final naruto podrá dominar nuevamente a este ser, y seguir con su misión hasta el final.

Y me agrada biara, a pesar de todo sus intenciones van mas allá de lo que realmente dijo, esperemos ver que pasara con ella.

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Mensaje por Alex-Flyppy Jue Nov 27, 2014 12:44 pm

Un cap realmente Muy Bueno y Magnífico, los sucesos q han ocurrido y mas aun el q Sakura fuese "Descubierta" y llevada a "Prisión" por todo lo q ha hecho, a pesar de q todo eso fue para salvarle la vida a Ino y mas aun evitar q Naruto estuviese Solo con la "Diablesa".

Ahora la Batalla de Naruto vs Moloch fue bastante buena y este sujeto hizo Honor a su Titulo/Apodo como "El Estafador", sin duda este sujeto fue un rival temible y bastante audaz para Naruto y fue capaz de "Despertar" el Alma del Dios q habita en Naruto, tal nivel de poder y destrucción q causo, este tipo sin duda es Una Fuerza De La Naturaleza.

Habra q esperar hasta el rproximo Cap; Suerte y Ja-Ne.
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FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16 - Página 4 Empty Re: FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16

Mensaje por arminius Dom Dic 07, 2014 12:08 pm

como siempre agradesco los que se toman tiempo en comentar. les recuerdo que cualquier duda que puedan tener sobre los diablos, demonios y su mundo, agreguenla para que yo pueda detallar mejor.

saludos.



CAPITULO 15: JUEGO EN JAQUE


El dios flotaba en la brisa que poco a poco iba perdiendo potencia en el centro del desastre. El tornado luego de pasar por la aldea antigua, fue a dar contra la colina lejana, y comenzó a extinguirse. El dios seguía ahí, sin que el viento lo arrastrara como a todo lo material. Cuando por fin la ventisca pareció disiparse, el descendió lentamente, para quedar nuevamente parado sobre el suelo. Su cuerpo sufría leves modificaciones. El cabello antes dorado de Naruto, ahora había adquirido un tono grisáceo y se alargaba un poco más, espinado hasta las pantorrillas. La remera había sido arrancada por la violenta batalla, y ahora con el torso desnudo podía notarse claramente como el tatuaje del árbol sagrado a sus espaldas, estaba totalmente florecido. Los ramajes se extendían por espalda, así como en la parte de atrás en brazos y piernas. En una zona del jean estaba roto, (la rodilla izquierda) por lo que se podía notar el crecimiento general de las ramas tatuadas también allí. El árbol brillaba en rojo, como si estuviera en carne viva. Pero eso no parecía molestarle al dios de ninguna forma. No era una herida, era la muestra clara de su dominio sobre el contenedor.


-el mundo ha cambiado…-dijo en la lengua solemne de los dioses, una que solo tres entendían- un mundo en gran peligro.


Mientras que Biara a lo lejos comenzaba a sobrevolar la zona acercándose a quien creía que todavía era Naruto, el dios caminó algunos metros a un lado, solo para observar los despojos de su enemigo. El cuerpo de Moloch yacía tirado en el suelo, de la cintura para abajo aplastado por una tonelada de escombros y con un brazo arrancado de cuajo por la violencia sufrida en medio del tornado. El diablo estaba muriendo, su poder de los círculos había caído. Destruido desde adentro, algo que jamás se pudo prever. Con la boca abierta, sus largos colmillos y su mirada dura aun prometía desafío a quienes lo miraran. El dios no demostró emoción alguna, simplemente se colocó a pocos pasos para comprobar que su rival ya no lucharía más.


-tu….tu….-alcanzó a decir en la lengua de los diablos, el infernal. –mal…dito.


El dios entendía el dialecto, así como conocía el abisal de los demonios. El celestial de los ángeles, y otros tantos idiomas perdidos de los mundos creados por los despojos de la gran batalla de dioses antiguos. Un tipo de magia, llamada “don de lenguas” le permitía a ciertas razas conocer idiomas extraños. Pero para un dios, simplemente era natural. Vio a su enemigo sin fuerzas ni para hablar, así que decidió extenderle un poco de energía a través de la tierra, solo para que tuviera una conversación final. Tenía curiosidad de ese diablo, y su habilidad para ser un dios dentro de un limitado territorio de círculos.

-tú no eres humano…-al fin dijo Moloch, sintiéndose un poco recargado- sabía que algo en ti, era diferente.

-Responde criatura…-le acusó sin prisa el dios- ¿Cómo pudo el rey de Baator abrir un portal a la tierra?

-Asmodeus siempre planea…-sonrió agotado Moloch- es el genial manipulador del todo. Siempre un paso delante de los rebeldes, siempre pensando en conquistar todos los mundos.

-entonces no ha cambiado nada desde hace eones…-señaló elevando una ceja el dios- pero no fue esa mi pregunta criatura. Responde, y puedo dejar que mueras de una vez.

-soy un exiliado…-dijo Moloch sintiendo más energía de la tierra donde estaba caído- todos los que atravesamos la puerta lo éramos. Las grandes ciudades de Baator ni siquiera saben de esta puerta. Todo diablo o demonio que ha invadido esta tierra, es un desertor o mercenario.

-¿Qué piensas lograr hermano? –se preguntaba a sí mismo el dios en silencio, pero Moloch continuaba.

-Solo nos pidió una cosa Asmodeus, el gran diablo que todo lo puede ver. –prosiguió autista Moloch que sus ojos ya no veía, cubiertos de sangre- que capturemos a los 9 mesías. Ellos son el trofeo que mi señor quiere. El resto podíamos tenerlo todo. Este mundo entero.


El dios comprendió que sería inútil darle más energía natural. Moloch estaba desangrado y ya no tenía fuerzas para seguir atendiendo un cuestionario. Se fue quedando sin voz, hasta que por fin murió. Había dado algunas respuestas intrigantes sobre las intenciones del hermano maligno. Aparentemente, mantenía ignorantes a sus mejores tropas de la oportunidad de invasión a este mundo. Enviaba solo a renegados, o antiguos señores exiliados. Todo con el objetivo de capturar a los 9 Biju. “los 9 mesías”, ¿los mesías de qué? El dios comenzaba a comprender que esta guerra podría no ser el verdadero objetivo de su hermano del mal. Asmodeus, como le llamaban sus hijos infernales, siempre pensaba al futuro. Con años de planeamiento paciente.

-¡sensei! –Gritó Biara descendiendo del cielo con sus alas desplegadas- Eso...fue…. ¡Maravilloso! ¿Me lo enseña a hacer? ¡¿Me lo enseña?! ¡Usted sopló y el viento se volvió loco! Y entonces, y entonces….


El dios pensaba y esa voz chillona le interrumpía. Con una mano en el mentón, trataba de ponerse en los zapatos de su hermano habitando en Baator, y ver para que tanto pudieran servirle 9 híbridos creados hace bastante tiempo atrás. ¿Qué le aportaría capturarlos? ¿Acaso no era más importante conquistar el mundo humano y cosechar las millones de almas que allí habitaban? El dios trataba de hacer memoria, pero le era imposible porque esa vocecilla no paraba de canturrear.

-¡Naruto-sensei usted es fantástico! –Seguía Biara dando giros alrededor del hombre que trataba de darle la espalda continuamente- yo estaba en la colina haciendo mi arco nuevo cuando usted…


El dios extendió un brazo y dos dedos para señalar un pequeño charco de barro, la tierra lodosa respondió al instante para salir volando y estrellarse justo en la boca de la diablesa que no paraba de hablar. Quedó como si tuviera una máscara de chocolate, solo se le veían los ojos y la nariz. El dios seguía pensando con cuidado sobre qué hacer al siguiente movimiento. Biara se cruzó de brazos chillando para sus adentros pero sin poder seguir hablando.

-¡que cruel! –pensó la pequeña diablesa refunfuñando- ¡yo aquí tratando de que me preste atención, y me cubre con esta cosa! debo quitármela.


Mientras Biara luchaba sin éxito contra el barro adherido a su rostro con energía natural, el dios caminaba acercándose al portal de luz intermitente. Tenía curiosidad sobre su conformación. Le parecía muy extraño que Asmodeus hubiera consumido una brutal cantidad de su energía para penetrar en el mundo de uno de sus hermanos. Más aun, que fuera justo la tierra de él, y no la de su eterno enemigo el dios del bien. ¿No eran aficionados los diablos a luchar contra ángeles? ¿Por qué ahora incluían a los humanos en este conflicto? Era cierto que para las otras razas, los humanos podrían parecer más débiles. Después de todo, la raza humana no tenía vida casi eterna como la mayoría de diablos, demonios o ángeles. Lo que un humano vivía 70 u 80 años, las demás razas lo hacían por casi 1000. Sin embargo, la raza humana tenía virtudes que a los demás escapaban.

Los humanos podían usar todo tipo de energía. Mientras que las otras razas solo la suya propia.

Los humanos podían tener descendencia, siendo que la mayoría de demonios y diablos o ángeles no podían.

Los humanos contaban con el libre albedrio. El dios regente de este mundo no influía en sus sentimientos o moral, como si lo hacían el resto de los hermanos con sus respectivas razas.


Eran peligrosos. Los humanos eran más peligrosos de lo que las demás razas podían considerar. Ciertamente las ventajas de poder estaban a favor del infierno o cielo, pero eso fue hasta que el Juubi, la energía natural y la intervención de la princesa Kaguya lo cambiaron todo. Todo ese cuento para algunos intrascendente, dotaron a muchas generaciones de humanos con el uso del chakra. De ahí el arte ninja, de ahí los guerreros que estaban resistiendo a la conquista de los diablos y demonios.

Biara cayó al suelo y daba tumbos tratando de quitarse el barro con ambas manos, el dios hizo un gesto con sus dedos y la cascara de tierra húmeda se desprendió. Para que dejara de hacer ruido. Esa niña era molesta. Tal vez debía tratarla como a Moloch. Después de todo, no se podía esperar nada bueno de una diablesa en la tierra de los humanos.


-¡sensei eso fue cruuuueel! –Estalló parándose rápidamente con un mohín de protesta adorable- ¿Cómo se atreve a….? –De pronto se detuvo a verlo mejor- un momento… su cabello creció mas, también su tatuaje. Eso no es común y…

-no soy el humano que tu acompañabas. –Aclaró el dios, ya entendiendo que ella a pesar de su raza, no era una amenaza- creo que… puedes irte a tu hogar. –Señaló la puerta a pocos metros- vete, atraves del portal esta tu lugar.


Ella lo miró totalmente sorprendida. Las tonalidades de su voz también eran muy diferentes. Sin embargo, aunque exudaba seguridad y una fría energía que hacia vibrar la tierra circundante, Biara no se iba a conformar con solo una despedida rápida y sin anestesia.

-Naruto-sensei hizo un pacto conmigo….-dijo seriamente- prometió llevarme con mi familia. Y atravesando el portal, aún estoy lejos de ellas.

-posiblemente… –indicó el dios neutral- pero el pacto no lo hiciste conmigo. Y aunque así hubiera sido, no tengo el poder para traspasar la frontera de ese portal.

-¿Por qué? –consultó Biara observándolo con ojos grandes.

-Porque yo mismo establecí hace eones, que los tres grandes dioses no pueden traspasar los territorios de sus hermanos. Eso conserva el equilibrio de los mundos. Aunque guiara este cuerpo atraves de la puerta, solo el pasaría del otro lado. Además, el contenedor sin mi poder, morirá sin remedio.


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En la celda particular que le había tocado, Sakura Haruno yacía recostada de cara al muro. Los guardias la vieron caminar de lado a lado de la pequeña celda durante una hora, para luego resignarse a su posición y recostarse dándole la espalda a la puerta de su prisión. Aunque el espacio era pequeño, el silencio se tornaba muy grande. Sakura era vigilada implacablemente por dos Cazadores ANBU. Sabían perfectamente que su celda no podía detenerla. Si realmente tenía intenciones de escapar, esas barras de hierro no serían oposición.


La razón por la que estaba en prisión era una falta mínima. Sakura no había desertado de la alianza. Tampoco la había traicionado. Entendía los motivos de Tsunade-sensei para ponerla ahí sin embargo. Nadie en toda la alianza debía creer que los líderes toleraban las faltas, aunque fueran mínimas. Las órdenes debían ser incuestionables. El miedo no debía ganar entre los soldados.

Cada tanto pasaba un supervisor enviado por la mismísima Tsunade a recibir el reporte de los guardias. La Hokage temía que Sakura tomara la desesperada decisión de escapar para irse tras Naruto. Eso sí, sería imperdonable desde el punto de vista del ejército. Sería una deserción, y correspondería captura y sentencia de muerte. Pero pasaron las horas, y Sakura lo único que hizo luego de caminar como pensativa de lado a lado, fue recostarse en el suelo y dar la espalda a sus observadores. Bien pegada contra el muro de tierra. Sólido y construido por expertos. Aun así, ella podía destruirlo de un solo puñetazo.

Sakura Haruno había pasado las primeras horas pensando cada detalle de sus últimas decisiones. Tenía sentimientos muy difíciles de desentrañar. Desde que era niña, había admirado y amado a Sasuke Uchiha. Sentía una profunda atracción por sus habilidades, por su aspecto de príncipe y también por ese aire de tristeza que siempre le acompañó. La inclusión en el equipo 7 de Naruto Uzumaki, vino a producir un caos estrepitoso en la vida de Sakura. Ambos compañeros eran como el día y la noche. El rubio siempre alegre, divertido y juguetón. Un completo inútil cuando de arte ninja se trataba, y encima estúpido si hablamos de conocimientos. El último de la clase, unidos en equipo con el primero de la misma. Y ella en medio, sintiendo ganas de pertenecer al mundo de Sasuke, pero en cierta forma identificada con la pequeña isla de Naruto.

Sonrió al recordarlo gritar con impertinencia que sería Hokage algún día:

¡El más grande Hokage de todos! –vociferaba el rubio a los cuatro vientos jurando.


Naruto era un niño que parecía destinado al fracaso continuo. Opacado aún más por la perfección de Sasuke que todo lo hacía demasiado bien. Incluso Sakura, tenía que admitir que ciertas veces le desesperaba cuando ella misma no podía seguir el ritmo de los entrenamientos, ni aprender todo a la primera de cambio. Sasuke parecía de otro mundo, y eso aumentaba su brillo a ojos de una niña enamoradiza.


Sucedieron sin embargo, un par de cosas que alteraron ese ideario que Sakura la joven Gennin tenía, sobre ambos compañeros de equipo. Naruto no retrocedió jamás a su palabra. Ante cada riesgo de muerte, ante cada prueba, ante cada piedra que encontraba en el camino siempre la sonrisa del optimismo. Siempre la renovación de ese juramento eterno y la voluntad para sostenlo más allá de las mundanas palabras. Cuando detuvo el veneno cortando su mano. Cuando enfrentó a Zabuza para recuperar su bandana y liberar a Kakashi-sensei. Cuando derrotó a Haku, y logró que el “demonio de la niebla” se volviera a en contra de sus contratantes. Cuando nunca retrocedió en el primer examen de Chunnin. Cuando enfrentó sin temor a la enorme serpiente en el bosque de la muerte.

-Naruto…-susurró sin darse cuenta la prisionera recostada en la celda, y los guardias no lo notaron.

Luego, aun cuando nadie esperaba nada de él, venció a Kiba Inuzuka en los preliminares y dio la nota una vez más, derrotando inapelablemente a Neji Hyuuga en las finales. ¿Cómo podía hacerlo? ¿Cómo trasformaba lo imposible en lo probable? Ese era el verdadero Naruto Uzumaki. El del corazón enorme, el de la sonrisa eterna. Aquel que jamás enseñaba sus heridas, aquel que luchaba con valor, aun cuando el rival fuera tan terrible como Gaara de la arena, poseído por el demonio de una cola.

Sakura recordaba con dolor, como ella misma supuso esa victoria de Sasuke. Tuvo que ser el mismo Uchiha, quien le indicó la identidad del verdadero héroe. Así siempre lo trataban a Naruto, como el ser invisible cuando era un héroe. Sakura reflexionaba que nunca lo comprendió totalmente, no hasta descubrir varios años después que Naruto Uzumaki, era nada menos que el jinchuriki no Kyuubi.

Todo ese dolor, todo ese desprecio había soportado solo. Sin que ni por un instante lo dejara traducir. Naruto no quería revancha, no quería hacerle pagar a nadie esos años de su niñez llenos de tristeza y soledad. Simplemente sonreía, y te abrazaba para que nunca sintieras esa soledad del desvalido. Así era el hombre que fue su compañero. Y Sakura había tardado tanto en verlo.


Una pequeña explosión sucedió frente al rostro de la pelirosa, que abrió los ojos pero no se movió de su posición. La joven babosa Kori, una de las ínfimas invocaciones que compartían los contratantes alumnos de Tsunade-sama, estaba frente a la prisionera.

-una disculpa Sakura-san…-dijo tímidamente la babosita con ojitos curiosos- traigo un mensaje de Ino-san.

-habla bajo Kori, -le indicó la pelirosa- no quiero que los guardias te escuchen.

-dice Ino-san….-abrió la boca y la dejó fija, para que la voz de la propia Ino surgiera- “me estoy volviendo loca en el hospital de aquí. Todo es un caos, frentona de porquería… ¿Qué haces descansando en una celda y no me ayudas aquí?” una disculpa…eso dijo Ino-san…-finalizó la criaturilla asustada por el trato entre sus pactantes.


Sakura sonrió divertida. La cerda de Ino se estaba volviendo loca haciendo el trabajo organizativo que solo Shizune, y la propia Sakura conocían al dedillo. Sin dudas que todo debía estar en el caos, sin alguien con autoridad que ordene a los médicos. La desesperación entre enfermeras y gritos de heridos volvía un vendaval cualquier tienda de auxilio médico, cuando no había alguien que pegara cuatro gritos a su debido momento. La pelirosa tuvo que cubrirse la boca para no soltar una carcajada al imaginarse a Ino-cerda, tapada por pilas de documentos y rodeaba de 40 médicos con 80 enfermeras de aderezo, hablándole todos al mismo tiempo.

Sería una imagen digna de ver…


Finalmente, agradeciendo que estas circunstancias le permitieran pensar menos y ocuparse de algo. Se quedó con la pequeña Kori dando indicaciones y enviando instrucciones organizativas para que Ino no se volviera loca en la soledad del mando. Dejaron la comunicación abierta. Mientras Kori recibía los mensajes de Sakura, Kiri que era su hermana gemela, estaba en el hombro de la rubia Yamanaka trasmitiéndole todo. Sin dudas era épico, que aun dentro de una celda acusada por deserción, seguía teniendo ocupaciones en la alianza. El mundo se había vuelto loco al fin.



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El rey Asmodeus descansaba en su trono solemne. Estaba concentrado, usando sus poderes de videncia para enterarse de los acontecimientos más importantes en todo Baator. Los ejércitos reales dirigidos por sus generales, habían cruzado el rio Stigio y atacado más allá de los límites del plano. Atravesaron el portal siempre abierto entre el mundo de los diablos y el “abismo”, conocido terreno de los demonios. Llevando la guerra a territorios inhóspitos. Los resultados no se verían hasta dentro de algunos meses, pero la verdadera intensión de Asmodeus ya era todo un éxito. Estaba distrayendo a sus subordinados del otro portal. El pequeño que conducía a la tierra.


Hacía mucho tiempo que no visitaba a su prisionero favorito. Las reuniones con él, eran poco alentadoras últimamente. Al principio el zorro luchaba y respondía con virulencia. Pero de un momento a otro entró a un resignado y sospechoso silencio. Asmodeus sabía, que ese hibrido era lo suficientemente poderoso como para no caer tan fácil a la influencia de los grilletes.

Todo estaba saliendo tal y como se esperaba…

Los mesías habían atravesado el portal hacia Baator. Asmodeus lo sentía, como se siente la energía propia rondar por el lugar. Algún diablo había conseguido recolectar a las criaturas con éxito. Y aunque así no fuera. Todas las facciones del infierno los buscarían para ser capturados. Ahora solo faltaba llevarlos cada uno a su respectivo sub-suelo y aprisionarlos en los sellos correspondientes. Los señores de cada capa querrían saber la razón de todo ello, pero el rey no pensaba darle demasiada información a ninguno. Simplemente lo intentarían traicionar. Jamás cooperarían en darle el poder de escapar de los nueve infiernos. ¿Hacer más fuerte al rey que querían destronar? Eso no era el estilo de los diablos.

Para deleitarse como siempre. Asmodeus decidió visitar al Kyuubi en su prisión, para comentarle las malas noticias para él y sus “hermanos”. Pronto los nueve mesías, con las energías recolectadas y combinadas en otro mundo, serían las llaves que abrirían definitivamente la prisión del mal. Su hora estaba cerca.


-esclavo….-sonrió ingresando al salón- tengo horribles noticias para…

Pero Kyuubi no estaba en donde siempre. La plataforma de piedra estaba vacía, los grilletes destruidos y el prisionero se había fugado. El rey elevó una ceja con molestia, y tronó sus dedos logrando que dos pequeños diablillos negros y pequeños como ratas, se apersonaran en el lugar.

-tenemos un esclavo perdido en mi castillo. –Anunció molesto el rey- alerten a las tropas acuarteladas en Nessus. Lo quiero vivo. Y tengan en cuenta que dije “vivo”, no intacto.


Los diablillos usaron sus alas para salir volando rápidamente en busca de los guardias repartidos a largo de la kilométrica fortaleza inconquistable. Las órdenes de rey debían cumplirse. O la muerte sería una opción lógica para los sirvientes ineficaces.


A muchos kilómetros de ese lugar, en una zona alejada y vieja del mismo castillo. Kurama aun en la forma física de Naruto, intentaba encontrar la salida al inmenso castillo. Jamás había estado en una zona de tantos cuartos, salones, pasillos, cuarteles, armerías y cocinas. El lugar parecía interminable. Había conseguido algunas partes de armaduras para camuflarse entre los guardias. Sin embargo sería difícil escapar de un lugar que desconocía en extensión y solidez. Pero el truco de esconder chakra al estilo Shinobi había funcionado. Ahora aunque estando solo, Kurama conseguía mantenerse libre.

Mucha de la información aportada por el rey, era terrorífica de conocer aún para alguien como el zorro. Sus hermanos estaban en peligro, no sabía cuánto tiempo resistirían del otro lado del portal. Tampoco conocía la ubicación exacta de dicha puerta. Por lo tanto sería complicado escapar de ahí. Con todo en contra, aun así Kurama no pensaba en claudicar así tuviera que enfrentarse a todos los nueve infiernos.

-atrápenme si pueden….malditos….-gruñó el zorro ocultando su rostro en un casco de hierro, usualmente usado por la guardia real de Asmodeus- ahora… a encontrar la salida de este castillo.



**********************************************************


El dios neutral caminó lentamente por los alrededores del portal. Lo que antes fue un poblado humano abandonado, ahora era un agujero de desastre en medio del denso bosque. En los límites, muchos árboles fueron talados para alimentar las calderas del ejército demonio. Animales sacrificados, rituales paganos. Toda la corrupción de la que eran capaces los enemigos.

El dios observó al portal rojo. Nueve espíritus blancos como nubes flotaban enganchados por cadenas de luz a esa puerta. Tenían expresión de grito, de agonía. Seguramente torturados eternamente por haber sido los invocadores de la puerta que inició todo el apocalipsis. Idiota. Buscadores de ilusiones. El dios sabía que tenía que liberarlos, pero ese conjuro de prisión dimensional estaba adherido al portal con el infierno. ¿Cuáles eran las consecuencias de romper ese equilibrio?


-Naruto-sensei…-le seguía hablando la pequeña diablesa- ¿no va a cumplir su promesa? ¿Me dejara ir sola al otro lado? ¡Mi clan está muy lejos seguramente! Nunca poder llegar…

-Largo de aquí…-definió neutro- esta no es tu tierra. Todos los de tu raza serán exterminados. Cerraré ese portal justo ahora. Y después, me encargaré del resto de la invasión. No necesito de los humanos para proteger mi mundo.


La joven se sintió intimidada por la mirada fría del dios. Era tan diferente del otro sujeto. Se dijo, que si realmente tenía el poder para cerrar la entrada a Baator, sería mejor cruzar del otro lado. O jamás podría regresar con su madre. Así que, tomó entre sus manos el rustico arco a medio tallar, el kunai que Naruto le había dado, y se fue caminando hacia el ojo de luz rojiza. Evitando incurrir en la ira del dios. Entonces, Biara observó a lo lejos el martillo del caos parado de cabeza sobre el terreno. Ojala pudiera poseer esa poderosa herramienta, pero pertenecía al humano que había derrotado a su anterior dueño. Aun retirándose, tuvo que recordarle ese detalle:

-Naruto-sensei recuerde… que el martillo del caos…-le dijo con mirada triste- no es solo un arma.

El dios lo suponía. Cuando estaba atrapado dentro de Naruto había sentido una presencia caótica muy fuerte en esa arma. Aun cuando acompañaba al humano, no era algo sin conciencia. El martillo tenía una voluntad. Luego se encargaría de eliminarlo como a cualquier otro demonio del mundo.

Biara extendió sus alas, y dio un pequeño salto usándolas para planear levemente. Mientras el dios caminaba hacia el lugar, ella miró a su alrededor con cierta melancolía, y se dirigió hacia el interior del portal rojo, atravesándolo y desapareciendo. El dios fue caminando hasta estar frente a la puerta. A pocos metros de cruzar, extendió sus brazos al cielo y comenzó a invocar sus fuerzas naturales. El cielo respondió con fidelidad, las nubes negras se fueron cargando de estática y pronto los rayos clamarían con su tremendo poder. Pensaba en atacar el portal, tal vez sobrecargándolo lograría destruirlo. Las almas humanas atrapadas en las cadenas del conjuro se liberarían. Si no lograba su cometido con ese ataque, intentaría otro método. Tenía muchos para detener los hechizo generados por su hermano maligno.


-“te llamo desde la tierra, y tu furia cae cortando el cielo…. –susurraba en su lenguaje mítico el dios- destello de luz, exorcizado de sombras. Relámpago…..de voltaje”.


Algunos rayos comenzaron a descender del cielo, todos dieron dentro del portal que sintió el impacto estremeciéndose. Las cadenas que tenían atadas a los espíritus chirriaron furiosas. Aun así, estaba resistiendo. Pero los golpes no se detenían. Uno a uno los rayos cayeron, siempre en el mismo lugar. La puerta resistía, tambaleándose ante cada impacto. Y dentro del dios, aprovechando que estaba concentrado usando su poder sobre el clima, Naruto despertó levemente:

“el lugar era el mismo que en la tierra. Solo que Naruto veía a su propio cuerpo actuar por sí mismo. Él era un espíritu, al lado del sujeto que supo ser. Observaba al dios actuar, para sellar la puerta de luz y así terminar la invasión. ¿Qué tenía de malo? ¿Acaso no era la misión para la cual había vivido los últimos años?

-¿Qué pasara con los demonios que aún siguen de este lado? –preguntó Naruto.

-Serán eliminados…-respondió el dios mentalmente- no son parte del equilibrio natural. Su sola existencia corrompe todo. He dormido demasiado tiempo, esto nunca debió ocurrir.

-¿y los humanos? –aventuró Naruto, que no estaba muy convencido de ciertos sueños que había tenido.

-en su forma primitiva, no tienen mayor influencia que cualquier criatura del reino animal. –Añadió la deidad- los usuarios del chakra sin embargo, poseen desde su origen parte del poder diabólico del Juubi. Además de otras fuerzas…

-significa que…

-que toda impureza será eliminada.

-¡no puedes hacer eso! –Estalló Naruto molesto- ¡no todos los humanos son malos! ¡Ellos solo pelean para defender nuestro mundo!

-el concepto de bien o mal, es la razón primaria de mi conflicto con el circulo de los tres. –Dijo el dios, mientras las descargas de rayos continuaban sobre el portal- uno quería maldad y control, otro bondad y libertad. El resultado fue este….6 dimensión imperfectas. 3 dios mayores, desmembrados. Tu existencia como usuario del chakra es tan corrupta como la de los habitantes de Baator. Es inevitable la destrucción del mundo Shinobi”.



Y continúo atacando, sin dejar de recibir las quejas del impotente Naruto. El humano no entendía que el equilibrio debía mantenerse. No solo por la conservación de todas las especies en la tierra. Sino por la salvación de todas las almas descansando en el nirvana. Si Asmodeus lograba invadir otro mundo, el caos se elevaría para siempre como el rey del universo.

Pero Naruto no lo iba a permitir. Ni que los demonios destruyeran la tierra, ni que el dios acabara con los Shinobi. Tenía tantas personas queridas, tantos amigos. Sakura, Sasuke, Kakashi, la abuela Tsunade. ¿Cómo podía dejarlos morir en manos del dios? ¡Cómo podía permitirse renunciar!

Naruto era un tonto, lo sabía bien. Pero en batalla, todos sus sentidos aumentaban su capacidad para medir riesgos y contrapesar resultados. En esos desesperados momentos, era cuando su alma se encontraba completa. Cuando era el mejor Shinobi del mundo. El numero uno….en sorprender a la gente. Y una vez más, lo iba a demostrar:

-"aunque me cueste la vida….-susurró al oído del dios, que tuvo un mal presentimiento- nunca dejare de luchar. ¡ME OYES! ¡JAMAS DEJARE QUE TU, O LOS DEMONIOS ACABEN CON MIS AMIGOS!

-¿y qué crees poder hacer? –Indicó neutral el dios- sin el control de tu cuerpo, solo eres una molesta voz interior que poco a poco será eliminada.

-¡¿eso crees?! –Sonrió Naruto furioso y estirando su brazo derecho hizo todo el esfuerzo rogando que funcionara su loco plan- ¡VEN A MÍ…..MARTILLO DEL CAOS!"



En el centro del pueblo destruido. Aun cuando todo objeto contundente había volteado por causa del tornado, el mazo continuaba clavado allí. Inmóvil, anulado por el hechizo de Moloch. Aquel encantamiento, que ya no surtía efecto. Ante la sorpresa del dios, que estaba a pocos pasos del portal, a sus espaldas el martillo comenzó a vibrar. Obedeciendo al amo que había escogido.

-"¡VEN A MI MARTILLO DEL CAOS!" –repitió furioso Naruto y el arma se desprendió del suelo volando hacia el cuerpo ocupado por un intruso. Ya que su amo lo llamaba, y el sello en el brazo del rubio servía como comunicación.

-imposible….-susurró el dios al sentir la embestida a sus espaldas.

El martillo lo atacó. No era Naruto quien dominaba ese cuerpo. Le dio con la cabeza de metal justo en la espalda. Y todos se precipitaron al portal. Esa fue la última esperanza de Naruto. Había escuchado decir al dios que no podía cruzar al otro lado. Si solo el cuerpo y alma del rubio cruzaban, tal vez tendría oportunidad de retomar el control. Y si moría por la falta de poder, al menos había quitado al dios ese cuerpo que le permitía dominar el mundo por el mismo creado. Ahora volvería a la tierra, su poder esparcido seria otra vez derramado por la naturaleza. Y que los Shinobi se encarguen de la guerra. Ellos podían, Naruto tenía una fe ciega en Sasuke y los demás. Ellos lograrían salvar al mundo. Ese mundo…que ahora el rubio abandonaba tal vez para siempre.

Cuando el cuerpo de Naruto atravesó el portal empujado por el martillo en su espalda. Un espíritu de luz se desprendió justo antes de cruzar. Ese espíritu, era el dios neutral, que volvía a dormir en la tierra. Sorprendido, derrotado, aun cuando al humano en cuestión, le costaba su propia vida.

-Imposible… -fue el susurro que se escuchó en el viento solitario.



**********************************************************************


Las tropas Shinobi avanzaron hacia el puerto del agua. Según la organización al comando del Raikage, todos los escuadrones eran adheridos a cuerpos de tropas compuestos por mil soldados. El grueso de todas las fuerzas rebeldes fueron ubicadas en el centro del campo que lindaba con la ciudad-puerto de los demonios. Se hicieron visibles desde lejos, no fue una ofensiva sorpresa.


Estimativamente era una tontería no usar el factor sorpresa. Pero los datos recaudados por la división científica, y las pruebas otorgadas por el espionaje Shinobi, entregaban la idea que los demonios tenían maneras efectivas de detectar a los ninja. Así que mejor enfrentarlos cara a cara, a campo abierto y descubriendo las fuerzas. Shikamaru esperaba que el enemigo se emborrachara con la posibilidad de atacar masivamente y destruir el ejército humano de un golpe. Era sabido y comprobado por los demonios, que las armas humanas no eran efectivas en el cuerpo a cuerpo.

El campo de batalla era uniforme. Estaba el mar al este, el puerto junto a un rio que desbocaba en la zona y luego un campo llano de unos cuantos kilómetros de extensión. Bien ancho y largo, ideal para formaciones de batalla en ambos bandos. Después del campo abierto, unas colinas apenas elevadas y el comienzo de bosque. El lugar ideal para aumentar el alcance del ataque especial.


Mientras el Kazekage comandaba la retaguardia sobre la colina, el Raikage tenía la vanguardia en el centro del campo. Las mejores tropas, con los más fuertes capitanes estaban con el líder de la nube. Mientras que los hermanos Sabaku, un grupo del clan Nara y algunos Yamanaka para trasmitir las ordenes a distancia, ocupaban la zona alta del combate. Ubicaron los pertrechos y las carpas también en esa zona. Para que el enemigo no sospechara la trampa. A lo lejos desde el lado demonio. Los líderes enviaban a las tropas básicas a colocarse de frente a la batalla. Sobre el campo llano. Detrás de ellos había sargentos, y tenientes. Diablos encadenados, Súcubos, diablos astados, diablos barbados. Había cuatro Bálor, (demonios enormes como edificios con cuerpos cubiertos de fuego. espadas y látigos del mismo elemento) que oficiaban como “comandantes”. Shikamaru por los binoculares observaba con atención. Las tácticas enemigas tenían una estructura básica que no se modificaba en lo general. Tropas básicas al frente, para absorber los mejores ataques enemigos. Oficiales de mayor rango en una segunda línea prudente. Si las batallas se veían favorables atacaban, sino, dejaban a su suerte a las bestias bajo su mando. Y finalmente el diablo noble o demonio más poderoso. Nunca se mostraba en batalla, se ocultaba en la parte más alejada de la acción y recolectaba el poder de los que morían. Ellos se hacían fuertes con la destrucción. Incluso de sus propias tropas.

-Vamos….-susurraba Shikamaru mirando a lo lejos, mientras las tropas de ambos bandos se iban acercando en el campo central- muéstrate maldito desgraciado. Tengo que ver de qué raza eres…


Era vital conocer la forma del líder. Era útil saber la raza que según los datos, también permitirían conocer la forma de sus poderes. Era necesario acabar con el mayor de las criaturas. Eso destruía el mando y generaba el caos entre los demonios. Tal y como ocurrió en la victoria sobre Konoha. Mientras tanto el Nara esperaba sin éxito, las tropas básicas de los enemigos rugían embistiendo a campo traviesa para chocar con las líneas Shinobi. El Raikage, Hatake Kakashi, Darui y Temari lideraban sus cuerpos de tropas. Aguantando sus posiciones, viendo como los rivales corrían de frente a ellos con plena confianza de la victoria. Por el orgullo de Baator.

-Nara-san….-consultó el Kazekage fríamente, como recordándole algo.

-todavía no…

Los demonios ya estaban a 200 metros de las líneas humanas…

-Deberíamos desplegar…-advirtió Kankuro que estaba a cargo de la trampa.

-esperen…-advirtió el moreno.

Las criaturas se acercaron a menos de 100 metros…


En el centro de las fuerzas Shinobi, Kakashi y Darui a los lados, ordenaron rápidamente la retirada. Los Shinobi entre sorprendidos y amedrentados corrieron hacia su retaguardia. Mientras que los manipuladores de viento conducidos Temari de la arena en el centro, soltaron una furiosa ráfaga de Futon que elimino las primeras líneas del rival. Sin embargo, aun con la cantidad de muertos iniciales, las tropas demonio eran muy superiores. Estaban a menos de 50 metros y Shikamaru desató el infierno:

-¡ahora Kankuro! –gritó al Shinobi de la arena, que hizo una señal y todas las carpas instaladas en la colina salieron volando desplegadas, para dejar a la vista toda una división de artillería. Armas tipo balista, y catapultas. Todas cargadas con virotes y municiones, todas cargadas con el hierro especial que tanto daño causaban al enemigo:

-fuego….-susurró el Kazekage a su hermano mayor que repitió en un grito la misma orden.

-¡¡¡FUEGOOO!!!

-Jaque…-dijo Shikamaru sonriendo, y mirando por los binoculares.


La lluvia de virotes metálicos y pedradas enormes cortaron a la mitad todo el ataque de los demonios. Destrozados por el sorpresivo movimiento táctico. Los oficiales enemigos se vieron en medio de un ataque que estaba apuntado a ellos, antes que a sus tropas. Los diablillos y demonios astados (los que se parecen a gorilas) se vieron en medio de dos fuegos y trataron de retirarse por los lados. Justo donde Kakashi por la izquierda y Darui por la derecha avanzaban para cerrar la emboscada. La artillería aliada no dejó de disparar a la retaguardia enemiga. Las tropas comandadas por el Raikage daban cuenta de las tropas más débiles, mientras que los demonios más fuertes recibían el acero negro a larga distancia.

El lord Kazekage, usaba su arena para custodiar cualquier intento de los enemigos voladores por atacar la zona de los artilleros. Algunas bolas de fuego lazadas a larga distancia, fueron fáciles de despejar por la arena del pelirrojo. Shikamaru junto al líder, no perdía la vista del puerto. Allí debía estar el enemigo principal. El líder del ejército. Ese debía salir a la luz.

-están atrapados…-anunció Gaara mirando la batalla con calma, mientras sus látigos de arena destruían a los pocos enemigos que alcanzaban esa posición- Kakashi y Darui los rodearon perfecto, luego de fingir la retirada.

-una gran tenaza…-dijo calmado el Nara- los estudios sobre el enemigo indicaban que atacan confiada y frontalmente. Nos creen inferiores. También que a los líderes mayores, poco les importa las perdidas entre sus tropas. –Seguía vigilando a lo lejos y por fin encontró lo que buscaba- eso es…..ahí estas. Escapando para ponerte a cubierto.


La criatura tenía el tamaño de un humano fornido. Tal vez 1,90 y cuerpo de aspecto femenino. De la mitad de la cintura hacia abajo, su cuerpo era serpentino. Se arrastraba a gran velocidad, y tenía un tipo de armadura cubriendo la zona de su pecho. Seis brazos, y portaba muchos estuches de armas sobre la espalda. Shikamaru no recordaba ese tipo de monstruo entre los datos recaudados. Sin dudas lideraba desde el anonimato y solo se mostraba ahora por mera obligación. El joven Nara observó a su objetivo principal tomar una ruta bordeando la playa. Alejándose de la batalla, abandonando la situación general, tal vez sorprendida por el ataque de artillería que estaba causando una masacre. Como fuera, los movimientos específicos de la batalla trascurriendo, estaban volteándose a favor de alianza.

-Shikamaru…-le apuntó Gaara más atento al combate general- las tropas del centro están tomando el campo.

El Nara prestó por fin atención al centro. En el llano Kakashi, Darui y el Raikage avanzaban penetrando con sus tropas entre las líneas enemigas matando a diestra y siniestra. Temari desde la media distancia evitaba a los demonios voladores, y los virotes de metal oscuro atacaban sin pausa al desmoralizado enemigo. No podían huir retirándose. El mar estaba esperándolos y tomar los barcos en una situación de luchar en retirada era imposible. La artillería era tremendamente efectiva. Después de 4 horas, la victoria estuvo prácticamente consumada.

Mientras tanto, la criatura que comandaba el gran ejército que dominaba el puerto, había logrado escabullirse hacia la zona de bosques. Shikamaru no había ordenado seguirla a los soldados. Lo que en realidad esperaba estaba cumpliéndose a rajatabla. Una gran victoria, comprobar la efectividad de la división de artillería con el nuevo hierro como complemento, y finalmente tomar la ciudad con el puerto y los astilleros. Ahora la alianza tenía una armada de barcos flotando. Las posibilidades de trasladarse al país del agua para sumar fuerzas Shinobi a la causa de la guerra, estaba más viva que nunca.

La criatura que eligió escapar dejando atrás todo su ejército, hizo exactamente lo que se preveía. El plan no era acabar con todos, sino permitir al más astuto escapar en busca de refuerzos. Tras la pista, y con autorización de los tres Kage luego de presentada la estrategia por parte de Shikamaru, un equipo con 4 elementos de elite seguirían la pista del demonio en busca de encontrar otra base general del enemigo. Descubrir tal vez, de una vez por todas, el origen de todos los diablos y demonios invadiendo la tierra. Muchos kilómetros más allá. Sasuke, Sai, Kiba y Shino seguían la pista de la criatura serpentina.


-jaque….-volvió a susurrar Shikamaru con gesto aburrido, mientras en el campo los Shinobi obtenían la victoria- y muy pronto….mate. Queda todo en tus manos Uchiha.



Fin del capítulo.
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Mensaje por Eva2.0 Dom Dic 14, 2014 7:17 am

Queeeeee ??????  Me perdí tres capis ?!?!?!?  
O__________O  
gomen nasai !!  
Vaya,  ha estado desconectada del foro pero creía que no tanto...
bueno,  ya volví ^^  comentemos pues (:

Sakura es responsable hasta la médula.  No sólo acata la decisión de Tsunade sino que sigue con sus tareas organizativas,  aunque sea por lástima de Ino xD  hubiera muerto mucha gente en ese hospital si no llega a intervenir la pelirrosa xDD   espero que encuenten una excusa para liberarla pronto.
Fue una victoria fácil para la alianza,   veremos que nos traen Sasuke,  Sai y compañía.   Creo que los dos más paliduchos e insociables de Konoha hacen buena combinación a nivel personal.   Veremos en cuanto a la misión.  
Y Qué tal se las arreglará Naruto solo en el infierno???  Pensé que el dios neutral lo tendría anulado durante mucho tiempo pero como siempre el rubio demostró ser alguien de recursos en las situaciones más adversas.  Me alegro de que kurama pudiese escapar usando técnicas ninja.   Todo el que se arrima a Naruto acaba aprendiendo algo positivo (:
Muy buenos capis los tres.   Hiciste que mi tarde de mantita y sofá fuera mucho más entretenida.  
Conti!
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Mensaje por Mat, Dom Dic 14, 2014 7:27 am

Un buen capitulo como siempre, pero que dejo muchas interrogantes y tan bien que cambio absolutamente todo lo que habías planteado hasta ahora en el fic

Ahora que Naruto ya no tiene a ese dios, entonces es menos poderoso no? Perdió todos los poderes nuevos que tenia o solo algunos? Tan bien, podrá usar las fuerzas de la naturaleza en el mundo de los demonios? Y mas que nada, podrá sobrevivir? Y que paso con el dios del equilibrio? O.o muchísimas preguntas en torno a el ya que en unos segundos cambiaste todo el curso del fic, muy buen giro.

Pobre diablita me dio lastima XD

Me gusto la parte de Sakura, ella sabe que hizo mal y que esta presa por una buena razón, encuentro por un lado extremadamente estúpido que la metan a prisión si la necesitan para sobrevivir, se entiende su postura pero vamos!!

Una victoria muy fácil para la alianza, ahora que saben como usar el hierro de los demonios, ahora a ver que mas se le ocurre a Shikamaru luego de inventar las granadas de fragmentación XD Y por que dejo escapar a esa demonio.

Hasta ahora es el cap que mas me ha gustado de tu fic, por todo lo que has cambiado en un segundo de este, un gran giro y una sorpresa como pocas veces he visto en una historia, al menos dada de forma tan súbita y… lógica ya que he visto giros así en otras historias pero siempre implican alguna fumada o se ven forzados, este no, ahora a ver que sucede en el siguiente capitulo, síguele así.

Solo una pregunta por que creo que se me fue eso, Naruto se quedo con el martillo o este no lo siguió al infierno? Por que sale que golpeo a Naruto en la espalda y lo empujo pero no sale si entro con el aun empujándolo o después de embestirlo cayo al suelo habiendo ya llegado con su amo, solo eso XD

Nos vemos y espero tu siguiente capitulo
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Mensaje por arminius Mar Dic 16, 2014 10:47 am

agradecido de los comentarios. sobre las dudas generadas y el giro que ha tomado la historia. empezaran a notar que naruto tiene una mision nueva para su vida. en cuanto a sakura, no quedara al margen, se los aseguro.

les traigo un mapa, de mundo de Baator: la que asi, les sera mas facil saber sobre los territorios.

mapa:


CAPITULO 16: INTENSIONES PELIGROSAS


El campo antes verde, estaba cubierto de sangre, armas, y cadáveres hasta donde la playa daba inicio. La matanza que se extendió durante largas horas, arrojaba un balance aplastante en favor de la alianza. Había grupos de Shinobi, caminando entre los moribundos demonios y rematándolos, en cuanto daban muestra de no querer morir. Gritos en los bosques, gritos en el puerto, gritos y gruñidos. Mientras tanto, en una zona más limpia de los destrozos de la batalla, algunas carpas fueron colocadas provisoriamente para los servicios de primeros auxilios.

Era el turno de Tsunade Senju.

La fuerza del Raikage, y el liderazgo del Kazekage habían tenido su momento en batalla. Ahora era ella, la Godaime Hokage quien con sus equipos médicos tenía su combate personal contra la muerte. Existían muchos heridos, algunos sin casi esperanzas y otros menos graves. Todos recibían atenciones, basados en la urgencia. La organización era clave. Anticoagulantes, morfina, antídotos para los variados y mortales venenos que los enemigos utilizaban naturalmente. Tsunade había trasladado a lo mejor del campamento general, con el objetivo de ayudar todo lo posible. Luego, habiendo detenido la inminencia de las consecuencias en las heridas. Podría trasladar todos los pacientes disponibles a Konoha, o la base general para complementar mejor la recuperación de todos.

Casi 500 muertos entre los ninja, y el doble de heridos con diferentes niveles de gravedad. Siempre la gravedad de la situación, se hacía más o menos visible conforme los éxitos o fracaso que las batallas ganaban en la moral general. Y por el momento, había sido una gran victoria para la causa de la alianza. Una de esas batallas que se recordarían por siempre. El día de la lluvia de acero negro.

El Raikage y el Kazekage se encontraron en medio del campo de cadáveres. Hablaban sobre futuros movimientos, comentaban lo que habían visto, y sus impresiones personales sobre los pasos a seguir. Killer A se veía intimidante cubierto de sangre ajena, con ese físico imponente que destacaba a la distancia. Gaara de la arena, era su opuesto. Absolutamente impecable, denotaba un aspecto de jovencito nada parecido a un guerrero. Eran sus frías miradas, y el poder devastador de sus habilidades en lo que asemejaban.


Kakashi les observaba con cierta curiosidad. ¿Quién podría pensar que los líderes de tres aldeas ninjas extranjeras, pudieran trabajar tan bien en combinación? Hace años, hubiera sido impensable. Todos desconfiaban de todos. Se reunían en sitios neutrales como el país del hierro, rodeados de seguridad y guardaespaldas de elite, hablaban de acuerdos cuando pensaban en guerras.

-un enemigo común…-susurró Kakashi prestando atención leve a un demonio astado muerto a sus pies- brutal, despiadado. Uno que nos ha obligado a olvidar nuestras diferencias.


La anterior guerra contra los planes de Uchiha Madara solo formó una alianza por conveniencia. Obligados pero no cómodos. Unidos pero nada convencidos. Estrechando filas, pero sin real confianza. Y justo ahora, si un ninja de Konoha recibía una orden de un teniente de Suna, actuaría como si uno de Kumo fuera quien la diera. Lo mismo para todos. Solo los rangos distinguían a los hombres y mujeres. Ya nunca más los chalecos o las bandanas.

Kakashi consultó a Shikamaru por la ubicación de Sasuke. No era que no confiara en el Uchiha, simplemente le había parecido extraño que no estuviera en primera fila de batalla. Sasuke era de esos guerreros que siempre requería el centro de la escena. Era la esencia de su poder. Que tomara la posta de una misión de cacería, era cuando menos extraño.

-Sempai está en lo correcto…-admitió Shikamaru que también charlaba con Temari, mientras los demás trabajaban en sus diferentes ocupaciones- pero Uchiha era vital para cubrir todo punto de rastreo. Envié al mejor equipo disponible para perseguí al general de los demonios. Tenemos que conseguir la ubicación de su base principal.

-creí que esta era su base principal…

-me refiero al origen primario de la invasión. –Añadió el Nara neutro- el lugar de donde estas tropas no dejan de surgir.


Kakashi suspiró resignado. Todo su viejo equipo estaba desmembrado. Naruto perdido en no sabía cuál cruzada. Sasuke y Sai persiguiendo a un enemigo peligroso al territorio más hostil. Y Sakura en una celda. Por un ridículo acto de insubordinación. A veces el ninja copia, no sabía si había echado a perder a sus alumnos, o por el contrario tuvo la suerte indirecta de hacer un buen trabajo con ellos. Como fuera, no se atrevería a intentar la experiencia una vez más. Naruto, Sakura y Sasuke, habían sido su primer equipo de Gennin. Y si Kami le daba vida para después de la guerra contra el infierno, también sería el último.

-me siento cada día menos respetado…-suspiró recordando las figuras de los tres revoltosos Gennin cuando niños, y le provocó una leve sonrisa.



**********************************************************


El rastro por momentos era sencillo de seguir. El cuerpo serpentino del enemigo dejaba evidentes huellas. Pero había espacios de algunos cuantos metros, donde esas señales desaparecían. Entonces entraba en acción el olfato de Kiba Inuzuka. Un sujeto bastante escandaloso para la media del ninja, pero confiable como ninguno en las tareas de rastreo. Sasuke y Sai le seguían con máxima atención. Shino Aburame en cambio, cubría la retaguardia del equipo totalmente confiado en su compañero rastreador. El manipulador de insecto conocía como trabajaba Kiba, y podía ser un pervertido con las chicas, y un escandaloso en sociedad. Pero persiguiendo a una presa, era la mayor arma que un grupo de cacería podía esgrimir. Al lado del ninja de chaleco mugido, su fiel can Akamaru le oficiaba como asistente. Generalmente ambos olfateaban en equipo, se dedicaban una leve mirada de confirmación, y proseguían el camino lado a lado cual si ambos fueran una misma bestia. La fe ciega de ambos en el otro, era admirable. Aun para sujetos como Sai o Sasuke que no solían importarle estas cosas.


El equipo iba en silencio total. Solo guiados por Kiba y cubiertos por Shino. Pasaron casi 6 horas de continua persecución para que volvieran a detenerse unos minutos, justo en una zona donde los frondosos bosques dejaban un claro abierto, entre zona y zona de árboles. Era necesario tomar un respiro.

-snif snif….-olfateó Kiba sin avanzar al terreno descubierto- la serpiente mantiene su rumbo y velocidad. No parece notar que la seguimos.

-su huellas desaparecen cada tantos metros…-apuntó Sai diciendo en voz alta una interrogante de todos- ¿Por qué razón seria?

-tiene un cuerpo grande…-elevó la vista Kiba pensativo, como si su nariz pudiera darle una descripción grafica del enemigo- ¿Qué dices Shino?

-daño en algunas cortezas de árboles, -añadió neutro el Aburame- mi mejor conjetura es que usa cada cierto tiempo las estructuras para impulsarse. Saltando como nosotros.

-una vez…-indicó Sasuke que por fin hablaba- combatí a un monstruo que se podía trasportar por espacio-tiempo a cierta distancia. ¿Podríamos perder el rastro de esta criatura si lo hiciera? Porque de ser así, deberíamos acercarnos más. Aun a riesgo de ser descubiertos.


Kiba sonrió de pura soberbia. Muchas veces lo hacía, pero pocas tenían motivos para sentirse superior realmente. En este caso, lo era. Kiba Inuzuka era la peor opción del perseguidor, para cualquier enemigo en retirada.

-Aunque hiciera un truco de esos, -dijo sonriendo y enseñando los caninos- he captado su hedor durante horas. Podría encontrarlo en una tormenta de nieve.

A Sasuke ese comentario, lejos de darle confianza comenzó a preocuparle. Kiba parecía la versión inútil de Naruto, que supo tener cuando apenas eran unos Gennin. Pero observando a Shino, el compañero de Kiba y una versión “Sasuke” del otro equipo, el Uchiha pudo comprobar cuando en realidad confiaban uno en el otro. Sai en tanto, no hacía caso a nada. Sonreía de esa manera artificialmente molesta, y se dedicaba a su trabajo con extrema concentración. Bien sabia Sasuke, que la verdadera función de Sai era obtener la información sobre la base de las criaturas y sobrevivir para que los altos mandos lo supieran. Era el único del equipo con reales posibilidades de escapar ante una emboscada a toda regla.

-snif snif….-olfateó Kiba mientras seguían avanzando- se detuvo….y al mismo tiempo….puedo captar que continua su rumbo hacia el noroeste…..es extraño.

El equipo guardaba silencio, trataban de figurar lo que ocurría. ¿La criatura se había dividido en dos? ¿Tenía la facultad de usar clones? Como fuera, cercanos a chocar con el enemigo, Sasuke ordenó que él se encargaría de quien sea, permitiéndoles continuar. Sai como complemento a esa idea le lanzó un pergamino con sus famosas aves de tinta. Para que pudiera luego alcanzarlos y sumarse a la cacería. Era un equipo extraño, de pocas palabras y escasas pulgas. Fríos, poderosos y completamente dispuestos para la tarea encomendada.

Algunos kilómetros adelante, llegaron a otro claro en el bosque donde encontraron el origen del olor a serpiente. Kiba iba al frente con Akamaru dispuesto a soltar su primer furioso ataque apenas identificara al monstruo. Pero se detuvo, lo que veía ahí, no parecía peligroso.

-piel….piel de serpiente…. –dijo Shino acercándose a lo que parecía un cadáver de su enemigo, pero era una cascara vacía- la mitad baja de una gran serpiente.

-tal vez si conoce que le seguimos…-añadió Sai mirando los alrededores- y trata de usar esto para confundirnos.

-¿Cuál es su rumbo Kiba? –Consultó Sasuke de brazos cruzados- ¿ha cambiado su rumbo desde este punto?

-ligeramente….-susurró un poco desconfiado el rastreador- pero si estoy en lo correcto, su velocidad no ha variado en nada.

Akamaru, un poco apartado del grupo ladró a lo lejos, había encontrado el rastro a la entrada del bosque por donde la criatura había avanzado. En sus ladridos, le anunciaba a Kiba que tenía el nuevo rastro bien fresco. Había que continuar.

-Akamaru encontró el nuevo rastro…-sonrió Kiba hablando en voz alta- la cacería sigue, aunque tal vez sepa que lo estamos acosando.

-no lo creo…-analizó Shino con su neutralidad intacta- las serpientes mudan de piel cada tanto tiempo, naturalmente. –Sasuke asintió conociendo bien de que hablaba- sabemos que no ha cambiado bruscamente de dirección, ni le preocupa ocultar huellas a partir de este punto. Si viajara perseguido, iría mas rápido de lo que puede, desgastándose y variando su velocidad con el tiempo. En resumen….ni siquiera sabe que lo seguimos.

-O peor aún….-añadió Sai apenas-lo sabe, pero no le interesa que lo hagamos.

El equipo continuó su marcha, hundido en pensamientos. Esta zona de bosques pronto abandonaría su paisaje. Más adelante sería una mescla de lagos, colinas y caminos. Estaban próximos a cruzar fronteras y no sabían hacia donde podían terminar llegando. Definitivamente, esa misión era una porquería.


********************************************************************


En el campamento base de la alianza. Más precisamente en la zona de las celdas para castigo. Sakura Haruno estaba sentada cómodamente en el catre de su particular confinamiento. Pensativa, de brazos cruzados observaba a la nada con autismo. Su mente trabajaba, a máxima velocidad. Tenía esos momentos donde su memoria se abría a recuerdos de datos ínfimos que tenía recolectados desde siempre.



Sakura había intentado dormir un poco, después de todo, estuvo despierta durante muchísimo tiempo dando indicaciones a Ino a atraves de las babosas. Así fue como supo que todos los medico estaban asignados al frente de combate para después de la batalla por venir. Ino se despidió hasta dentro de algunas horas, y cortó las comunicaciones antes que Tsunade-sama supiera lo que habían estado haciendo. Desde entonces, no sabía nada del exterior.

Sakura Haruno, comenzaba a sentir un poco de culpa. Por su decisiones egoístas, por pensar en ella misma. Casi había metido en gran lio a Ino, que era su mejor amiga. Al mismo tiempo, su responsabilidad como Kunoichi médico y estudiante de Godaime Hokage, seria estar ayudando en todo lo necesario en esa batalla. ¿Pero dónde estaba por sus caprichos? En una celda. En una sucia, solitaria y aislada celda. ¿Por qué? ¿Por qué sus decisiones siempre parecían equivocadas?

-Buenas noches….Haruno Sakura-san….

La pelirosa recostada, se dio vuelta para observar al visitante. Le sorprendió de sobremanera que alguien pudiera cruzar a los ANBU que la vigilaban, en un horario que no era para visitas precisamente. Allí estaba, el último de los que esperaría ver. Allí estaba, Lord Orochimaru.

-vengo a darte algunas buenas noticias…-anunció el Sannin siempre con esa sonrisa perversa- seguramente te han tenido en ascuas con respecto a la batalla ya concluida.

-¿Qué hace usted aquí? –Consultó la pelirosa parándose y llegando al costado de la celda, para tomar los barrotes con ambas manos- ¿Qué quiere?

-solo conocimiento niña…-apuntó el sujeto- traigo y busco, conocimiento.

Sakura no confiaba en él. Era asqueroso, era maligno. Orochimaru era el único entre los criminales, al que jamás hubiera permitido ingresar a la alianza, si acaso ella fuera Kage. Sin embargo, técnicamente era un oficial superior ahora. Y estando ella confinada, tenía más rango y autoridad. Ironías del destino. Estaba frente al hombre que había causado la mayor parte del dolor cuando fue una niña. El hombre que puso en tentación a Sasuke Uchiha, el hombre que destruyó el equipo 7, hace años. Y no podía aunque estuviera libre, darle un puñetazo como deseaba.

-Un éxito Haruno-san….-anunció distendido el Sannin- la batalla planeada por Shikamaru-kun….fue un verdadero éxito. El ejército enemigo ha sido aniquilado. Contra una perdida humana real, de tal vez 600 muertos. Números redondos diría yo. Ku ku ku…

-600….-susurró Sakura preocupada- ¿estará alguno de mis amigos en esa cifra? –pensó sin que se viera su turbación. Ino….Tsunade-sama…espero que estén bien.

-tengo toneladas de información por decodificar. –dijo el Sannin como reduciendo el tema de la guerra a lo superficial- todo mi equipo científico trabaja arduamente. He pensado que una buena adquisición en lo organizativo, podría elevar nuestro rendimiento. Haruno-san…tu expediente de servicio es impresionante.

¿Qué estaba sucediendo? Sakura se mantenía en silencio sin comprender demasiado. Según recordaba. Orochimaru era esa clase de sujetos que no brindaba un elogio ante nadie. Era el tipo de Shinobi, que se creía autosuficiente y superior a todos. Y en sabiduría general, probablemente lo era. ¿Entonces que buscaba de ella? ¿Cómo pudo conseguir los expedientes de trabajo archivados en Konoha? Bueno…era un Sannin. Un sujeto que fue renegado de alta categoría durante décadas. Entrar y salir de lugar abovedados, debía ser su especialidad. No reportaba un reto haber husmeado en los archivos de la aldea. El asunto era… ¿Por qué le interesó el expediente de Sakura en particular? ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones?

-Seré directo….quiero que trabajes a mis órdenes….Haruno-san. –Sonrió la serpiente siseando- tu talento me será de gran utilidad. Ku ku ku.

Ella no decía nada, lo estaba evaluando todo y eso contrario a molestarle, era lo que más agradaba a Orochimaru. Físicamente hablando, incluso en el aspecto Psíquico, ella en el pasado había sido débil. El Sannin estuvo analizándolo durante días enteros, antes de dar este paso. Ella tal vez fallaría a sus expectativas, después de todo, los otros estudiantes que había tenido en el pasado, también habían fallado. Pero Sakura Haruno, reunía una serie de características específicas, que serían muy útiles para el proyecto del domador de serpientes. Tenía capacidad intelectual, conocía del trabajo en laboratorio, tenía audacia en la investigación, y para completar el cuadro era una Kunoichi médico entrenada por Tsunade. En los registros de la aldea, estaba valuada en la categoría más alta de este campo. Solo tres ninjas en toda la alianza tenían este nivel. Dos de ellas, alumnas de Godaime. Y solo la Hokage, por encima de esos tres, por su mayor experiencia.

-soy médico Orochimaru-sama….-indicó con respeto y prudencia- lo mío no es la ciencia.

-lamento disentir contigo Haruno-san…-sonrió filoso- tu trabajo en manipulación de sangre demoniaca, y la consiguiente cura a la afección de tu amiga, fue de incalculable valor. Y logrado debo agregar, con una estupenda intuición científica. Eres ideal para la misión de mi equipo.

Sakura pensaba y evaluaba. Lo último que una mujer racional haría, era confiar en Orochimaru a cualquier nivel. Lo último seria quedar bajo sus órdenes. Podía ser muy útil para la alianza con su investigación, de eso no había dudas. Pero tampoco se podía evitar suponer, que en cualquier momento traicionaría la causa para obtener poder. Era un sujeto trasparente a ese aspecto para Sakura. Pensaba la pelirosa, al igual que su maestra Tsunade, que había que vigilarlo de cerca al Hebi-Sannin.

-no estoy interesada….lo siento. –dijo con neutralidad, y dándole la espalda volvió a sentarse en su catre.

El hombre no deshizo su sonrisa. Era como si esperara una respuesta similar. No era que a Haruno no le interesara salir de esa celda. Lo que en realidad no quería era estar cerca de un sujeto en el que no confiaba. Tsunade seguramente despotricaba contra su ex-compañero en la privacidad. De ahí, partía la desconfianza según razonaba el hombre.

-no creo que Haruno-san quiera pasarse la guerra en una celda. –continuó el Sannin, mientras caminaba de lado a lado desde el exterior de la reja- o en el mejor de los casos, colocando vendas, cerrando heridas de soldados anónimos.

-¿y por qué no lo haría? –Pensaba la rosa- soy médico después de todo, para eso he estudiado.

-pienso al evaluar la magistral operación que puso a salvo a la señorita Yamanaka, -seguía el sujeto- que tienes mucho más por demostrar. En cierta forma, nos parecemos Haruno-san.

Era asqueroso, todo el ser de la chica se estremecía cuando Orochimaru soltaba su lengua como una serpiente. Era repugnante. Sus palabras además, hundían una cuña de duda en el corazón de la joven. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué tenían esta conversación? Se esperaría de un sujeto como Orochimaru, que ante el rechazo simplemente buscara otro ayudante para su equipo. Nada como si Sakura fuera alguien especial. ¿Entonces por qué tanta paciencia ante la negativa? ¿Qué era lo que realmente quería? Su conocimiento de la operación ilegal de Sakura para salvar a Ino, parecía una especie de amenaza a delatarla. Como si estuviera diciendo… “únete a mí, o Tsunade va a enterarse de todo lo ilegal que has hecho”

-también me ha interesado mucho, tu deserción de Konoha para seguir a Uzumaki Naruto. –añadió el Sannin enterándola que sabía cada detalle de sus problemas- una estudiante de Tsunade rompiendo las reglas…ku ku ku…la sola idea me hace estremecer.

-¿Qué quiere de mí? –Preguntó seriamente Sakura- sabe que no confió en usted. Y por lo que conozco de su pasado, jamás podría trabajar bajo su mando. Así que pierde el tiempo.

-tal vez si, tal vez no…-añadió divertido Orochimaru- crees conocerme, cuando en realidad has mirado mi vida con los ojos de Tsunade. Ku ku ku….es extraño que me agrade esta conversación. Porque es un proyecto que ha formado parte, de muchos de mis años en la oscuridad. Una interrogante, de la que aún no tengo respuesta.

-¿proyecto?

-cuando Hanzo la Salamandra nos derrotó en batalla, -prosiguió Orochimaru muy consiente que Sakura conocería la historia por intermedio de su maestra- fuimos conocidos desde entonces, como… “los tres Sannin”. Éramos muchas cosas para Konoha, símbolos de poder y respeto. Pero estructuralmente hablando, poco tuvimos de trinomio desde mucho antes de aquel nombramiento.

Empezó a hablar sobre Jirayja y Tsunade. De los tiempos donde todavía era ninja de Konoha. También evaluó de manera completa a su antiguo maestro, el Sandaime Hokage. Orochimaru describía con una exactitud pasmosa, las bases de las técnicas que cada integrante de ese equipo supo aportar a la ecuación. Finalmente, prosiguió con los aspectos morales, donde lo pervertido de Jirayja chocaba con la moral férrea de Tsunade. Y el, con su devoción por el poder y conocimiento. Todo contado como la historia de tres personas ajenas. Como si Orochimaru describiera a otros ninjas, con los que nunca tuvo un contacto real.

Sin preocuparse de los guardias, sin preocuparse nada más que de oír su propia voz, Lord Orochimaru se ubicó en una silla cercana a la celda. Justo donde las visitas podían sentarse a charlar con el cautivo. Sakura le escuchaba con total atención. Tenía que averiguar que estaba buscando en ella, para informárselo a Tsunade-sama en cuanto volviera de la batalla. Ese sujeto cada vez le daba peor espina a la pelirosa, y la charla no se detenía:

-tuve una idea interesante en esos tiempos, aunque nunca le di cabida por su falta de desarrollo. El tiempo no estaba de mi parte, y los conocimientos no paraban de abrir infinitos caminos ante mí. Así que primero….tuve que buscar la inmortalidad. Era la única forma, de tener el valioso tiempo para recorrer todos los senderos de la sabiduría.

-masacrando a muchos ninjas de Konoha, en el proceso….-intercedió mordazmente Sakura, algo hastiada de tantas vueltas.

-¿eso te han dicho? Ku ku ku…-dijo Orochimaru divertido- los cuentos de Danzou, siempre fueron mis favoritos. El viejo era un pésimo ninja, pero un gran estafador.

-¿insinúas que no eres culpable de secuestrar y matar ninjas de Konoha? –Sonrió Sakura fríamente- ahora puedo confiar mucho menos en ti.

-no dije que no fuera culpable de matarlos. –Intervino el Sannin- dije que la versión oficial, no está al completo. Aunque nunca me importó en realidad. Verdades o mentiras pueden fabricarse, es el conocimiento lo que se construye en nosotros, para jamás ser destruido.


Luego miró hacia la puerta, era como si hubiera escuchado un sonido que Sakura no. Se puso de pie, limpiando con sus manos el frente de su ropa, y sonriendo siempre perverso declaró:

-nuestro tiempo se ha terminado…-apuntó juntando las manos en posición tigre- piensa en mí oferta Haruno-san. Ku ku ku….tienes mucho más para dar….que simplemente ser una alumna obediente de Tsunade.


Dicho esto, desapareció. Había dejado un torrente incontenible de preguntas en el interior de Sakura. Llegó, con la misma misteriosa mirada que se había marchado. Buscando algo, contando una historia que nunca pareció importarle en lo personal. ¿Pero que podía buscar en Sakura Haruno? ¿Por qué ese interés en una Kunoichi medico cualquiera? Las palabras de Orochimaru retumbaban en la mente de la pelirosa, cuando se recostó a descansar y pensar:

“en cierta forma….nos parecemos Haruno-san”

Eso era perturbador. Un sujeto tan repugnante, pero conocedor de su expediente, le había declarado un cierto parecido. Sakura no tenía idea de lo que vendría a futuro, pero más que nunca deseo no haberse dejado convencer por Ino, para regresar a la base. Deseo haberse quedado con Naruto. Era con el único, que conocía exactamente lo que tenía que hacer. Lo que sabía, lo que quería. Ayudarlo, protegerlo.

Deseó jamás….haberse separado de su mejor amigo.

-Ojalá estés bien Naruto…-suspiró tan bajo, que nadie hubiera podido escucharla- cuídate…por favor.


******************************************************************


Atravesando el portal dimensional…

Sean bienvenidos al infierno…

El Primer Infierno y la puerta de entrada a Baator. La frontera con el resto de los mundos…

Avernus….

Una interminable extensión de tierras baldías donde nada crece, interrumpida por inmensos cañones angulosos e impenetrables montañas. Todo en Avernus estaba teñido por un denso y profundo rojo, como si estuviera henchido de sangre. En algunas partes esto cobra un carácter bastante literal, con espesos y fétidos ríos de sangre y entrañas fluyendo como serpientes para finalmente confluir en las negras y aceitosas aguas del Río Stigio. Bolas de fuego gigantes viajan cuan meteoros por el cielo, impactando en tremendas explosiones que destruyen todo a su paso; haciendo de Avernus un lugar donde nada dura demasiado tiempo en pie, y las ruinas de antiquísimas ciudades y fortalezas infernales quedando como los humeantes testigos de aquello.

Miserables deudos y esclavos de diferentes orígenes habitan en estos sitios, intentando permanecer fuera de la vista de las legiones infernales que marchan por el territorio, constantemente vigilando y preparándose para el siguiente enfrentamiento con las fuerzas demoníacas del Abismo.

Abrió sus ojos, sintiéndose bastante debilitado…

Avernus le hacía acordar al desierto de Suna, pensaba el Shukaku al observar a su alrededor extensiones de tierras sin nada. Solo la puerta de luz a sus espaldas, un enorme pilar de rocas erigida a pocos metros, y cadenas de luz selladas que atravesaban el portal, seguramente los que mantenían cautivos las almas de los humanos que tomaron el lugar de los Biju al cruzar.


Shukaku se miró a sí mismo. Su cuerpo había atravesado la puerta siendo un mapache de arena gigante, para transformarse mediante un proceso doloroso, en el cuerpo de un humano en tamaño y aspecto. No tenía forma de mirar su propio rostro, pero el resto de su físico le parecía conocido. Estaba desnudo, tenía todo lo que debía tener un hombre común.

-Gaara….-pensó el demonio de una cola sorprendido- he tomado el aspecto de Gaara de la arena. Mi último jinchuriki.

¿Por qué? ¿Por qué había desarrollado un cuerpo solido con su propio chakra? ¿Por qué razón ahora se sentía un poder interno, mucho mayor a su versión de la tierra? Shukaku no recordaba haber tenido nunca, la habilidad de cambiar su aspecto en el mundo de los humanos. Al menos durante el tiempo que no estuvo encerrado dentro de un Shinobi. ¿Qué estaba ocurriendo?

Hizo una pequeña prueba, estiró su mano para tratar de manipular su cuerpo tal como lo hacía en el pasado, y no hubo tal reacción. Se concentró en sentir el terreno que ahora pisaba, y pudo extraer arena para usar flotando en el aire. Se formó una pequeña mano del elemento, a pocos metros de Shukaku, denotando que no había perdido sus poderes. Simplemente ahora tenía un cuerpo sólido. Sus habilidades de manipulación, serian externas.

-al menos ya no pueden sellarme dentro de alguien…-pensó fríamente, y recordó que había sido absorbido junto a sus hermanos. Así que miró a su alrededor para verlos- ¿Dónde están todos?

No había nadie, ninguno de sus hermanos estaban cerca. ¿Dónde estaban? ¿Acaso fueron enviados a otros mundos? ¿Fueron capturados en ese tiempo que Shukaku formaba su cuerpo de forma sólida? No, era imposible. A pesar que había tomado algunas horas la trasformación, Shukaku sentía dolor al solidificarse, pero era consciente del entorno. Solo estuvo él, el pilar y el desierto rojo. Nada más. ¿Era cierto?

Recordaba haber sido absorbido por la trampa de Moloch junto a su hermano Gobi. Ambos fueron los últimos en caer de la batalla. Incluso se aferraron uno con el otro, buscando desesperadamente no ser trasportados a través de la luz roja. ¿Dónde estaba Gobi? ¿Había varios destinos para la misma puerta?

-Shukaku….-dijo con voz firme el Gobi, apareciendo detrás del gran pilar junto a la puerta.

Frente al Biju de la arena, apareció un humano. De sombrero redondo, altura y complexión respetable, rostro y cuerpo cubiertos, pero los inconfundibles ojos caninos de su hermano Kokuō. El Biju de 5 colas, también había generado un cuerpo de aspecto humanoide al parecer. Aunque al principio pareció no importarle demasiado, por alguna razón Shukaku agradeció no estar totalmente solo en ese extraño lugar.

-¿Qué sucedió aquí? –Preguntó el Ichibi- solo recuerdo haber caído en este desierto rojo, y que mi chakra se comprimía causándome agonía.

-me sucedió igual…-añadió el Gobi acercándose a pocos pasos de su hermano, y arrojándole una muda de ropa para que se vistiera- aparentemente estamos solos. Conseguí ropa de los comerciantes diablos que abandonaron la tierra ante nuestro ataque. En los alrededores hay cadáveres, armas y basura por doquier. Pero no he visto al resto de nosotros. Fuimos derrotados por esa extraña técnica del llamado Moloch. Me veo como…

-tu último jinchuriki…-indicó Ichibi vistiéndose con un pantalón de tela extraña, y se cubrió el torso con una capa de piel- se puede suponer, que a todos nos ha pasado lo mismo. Aunque no tengo idea de donde pueden haber caído los demás.

-este lugar no es seguro….-olfateó Gobi por debajo de la venda en su rostro, como si aún fuera un perro- siento incontables esencias de criaturas infernales. Este lugar está totalmente descubierto. El origen de los enemigos es aquí. No hay dudas. –miró a su alrededor, como si buscara algo y añadió- he revisado la zona aledaña, mientras estabas inconsciente. Solo llano y arena. En el cielo se notan unas enormes bolas de fuego que suelen caer en cualquier lado. Es peligroso estar quieto en un sitio.

De pronto, un brillo impactante del portal rojo, y la diablesa Biara había atravesado tranquilamente. Ella los observó con cierta sorpresa. Se suponía que serían bestias de gran tamaño. Sin embargo, enseguida reconoció que se trataba de dos mesías. Si hubieran sido otro tipo de demonios o diablos de gran poder, estarían rodeados de tropas y a punto de cruzar.

-¿Quiénes son? –consultó para identificarlos.

-niña….somos Gobi e Ichibi….-respondió el que tenía aspecto de Gaara.

La carita de total desconcierto fue evidente para ambos. Luego, cayeron en cuenta que no tenía por qué recordar nombres de las criaturas, y que en el viaje tampoco le habían dirigido demasiado la palabra como para tenerlos identificados.

-el perro y el mapache….-completó Gobi neutro.

-¡Ah! Claro claro….-sonrió ella divertida- el neurótico de los nombres, y el otro que nunca habla.

Gobi apretó sus puños con fiereza. “neurótico”. Su cuerpo tenía mucha irritación acumulada por haber sido engañado por el diablo Moloch y esta niña encima le daba motivos para enojarse. Lentamente un halo de vapor hirviendo surgía de su cuerpo con rabia. Ichibi los miraba como si fueran parte del paisaje. Un gesto tétrico, y al mismo tiempo carente de intenciones. Sin dudas estar bastante tiempo dentro de Gaara de la arena, le había afectado. Ahora era muy reservado.

-dinos que ha pasado del otro lado niña….-consultó Gobi tratando de conservar la calma- ¿Qué ocurrió con el humano que nos acompañaba?

Biara sonrió, y haciendo aparatosas gesticulaciones, comenzó a relatar todo lo que había visto del combate final en la tierra. Dando detalles que a los Biju les parecieron exagerados, pero a fin de cuentas, habían escuchado rumores del control de la tormenta que Naruto había conseguido para liberar Konoha del llamado “Azazel”. ¿Sería posible? ¿Era probable que pudiera usar el modo Sennin a ese nivel? Mesclar energía del ambiente con el propio chakra, era una habilidad impresionante. Pero a partir de conservar el espíritu de un dios adentro, Naruto parecía haber aprendido la manera de utilizar en bruto esa misma energía, sin la necesidad de combinarla al chakra propio. En pocas palabras, tenía posibilidades infinitas.


-¿entonces lo ha derrotado a Moloch? –volvió a preguntar Gobi, un poco mosqueado de las vueltas que le daba a la historia Biara.

-aja….-cabeceó con sus ojitos brillosos ella, y las alas se removían ansiosas detrás- fue…. ¡impresionante! –luego pareció recordar algo que la hizo hacer un berrinche- ¡y luego fue crueeeel! –se cruzó de brazos molesta, lo cual causaba gracia a los dos Biju. Parecía una niña humana quejándose por dulces. –no cumplió su promesa.

-entonces ya no era Naruto Uzumaki….-intervino por primera vez Ichibi, que dándole la espalda a la conversación, empezaba a mirar por donde irse- ese humano, jamás hubiera roto una promesa.


Gobi e Ichibi se dieron cuenta de lo que eso implicaba. Estaban solos. Completamente solos en un mundo desconocido. Donde el resto de sus hermanos estaban perdidos. Capturados o no, estaban dentro de ese infierno y seguramente coleccionando problemas. Cuando Naruto prometió ayudarlos, todos, incluso los que no lo conocían de antes, se sintieron apoyados. Pero ahora estaban sin el humano. Estaban en las puertas de los nueve infiernos de Baator. Y quien entraba a ese lugar, dejaba afuera toda esperanza.


*************************************************************


“Naruto estaba en la oscuridad…

Flotando a la deriva. Alrededor suyo, nada podía verse. Su cuerpo se sentía pesado, tan débil que ni siquiera sus dedos movían con facilidad. ¿Dónde estaba? ¿Qué había hecho? No recordaba bien. Lo último que podía rememorar, es que estaba furioso. Había luchado con todas sus fuerzas para contener la conciencia del dios neutral. Todo para ser derrotado al final. Sin embargo, cuando la técnica de Moloch concerniente a anular el chakra fue disipada, algo de su conciencia regresó parcialmente.

Todo para ver, como el dios usaba su cuerpo para tratar de cerrar el portal entre mundos. Durante años, había soportado la gran carga de una misión imposible. La energía que le rodeaba intentaba ingresar a su cuerpo. Lo quisiera a no, absorbía todos los días fuerza natural, no solo haciéndose más poderoso, sino propiciando la liberación del ente en su interior.

Naruto no tenía miedo a desaparecer. Cuando se dispuso a salvar al mundo, decidió que su vida no valía el equilibrio de la tierra. Sin embargo, cuanto más avanzaba y luchaba contra la irresistible quietud de las sensaciones en su cuerpo, lograba penetrar al menos levemente, en los planes de ese dios. Lograba conocer, recodar eventos del pasado. Así fue como supo, que la princesa Kaguya obtuvo del árbol sagrado no solo el poder de Juubi. Sino una combinación de las virtudes de ambos dioses de diferentes planos. Lo que finalmente, terminaría por conocerse como chakra.

El corrupto mal, terminó por poseer a la princesa, y Juubi tuvo su liberación definitiva.

¿Por qué sus hijos, los primeros usuarios naturales del chakra, no sucumbieron ante la misma influencia? Esa era una buena pregunta que Naruto nunca supo responder. Porque no solo detuvieron a su madre, sino que sellaron al mesías del infierno derrotándolo sin paliativos.

La oscuridad se hacía más intensa. Naruto apenas podía notar su propio cuerpo. Destrozado por la partida del dios. Por dentro estaba vacío, completamente vacío de poder. La partida del dios, era como supo ser la extracción de Kyuubi en la guerra. La inminente muerte de su jinchuriki. Naruto sentía su cuerpo pesado, y en su espalda una presión más allá del largo cabello. Recordó lo último que hizo, el desesperado intento de llamado al martillo del caos.

La Diablesa Biara le había advertido que tuviera cuidado. Ese martillo no era común. Tenía un ego, una voluntad. Eso tal vez, fue lo que en definitiva terminó agrediendo al dios. El martillo no lo reconocía como su amo, y por eso embistió el cuerpo de Naruto lanzándolo contra el portal. Ahora, tanto el Uzumaki como su arma, viajaban hacia otro mundo. Y lo extraño era, que la llegada a esa nueva localización, era el final del camino. Naruto iba a morir, en tierras de diablos y demonios, iba a morir definitivamente”.



*****************************************************************


Ichibi y Gobi estaban recorriendo los alrededores del portal. El desierto rojo parecía lejano e interminable. Aprovecharon para buscar entre los despojos de la zona, algunos objetos que fueran útiles para sus nuevos y más conservadores cuerpos humanoides. Sin embargo, al poco de distraerse en lo que rodeaba a la puerta de luz, vieron caer un cuerpo desde el brillo fluctuante del rojo dimensional. Biara estaba cercana al portal, vio caer a ese hombre y gritó asustada:

-¡NARUTO-NII! –chilló acercándose al caído, a lo que Ichibi y Gobi también se acercaron.

Naruto estaba tumbado boca abajo sobre el terreno. Se había movido desde que atravesó la puerta. El enorme martillo de su propiedad, estaba pegado a su espalda, justo donde había golpeado para obligarlo a cruzar. El cabello de Naruto, espinado y largo hasta las pantorrillas, comenzó a recuperar el color dorado. Y su tatuaje brillaban en un aspecto apagado, el árbol en su espalda retrocedía, como si estuviera secándose. Las ramas de brazos y piernas desaparecieron poco a poco.

-él no podía cruzar….-dijo la diablesa arrodillada junto al caído, cuando ambos Biju se acercaron a mirar- el ser que estaba en su interior, dijo que no podía seguirlo hasta aquí. Que moriría si cruzaba.

Gobi y su hermano Ichibi se miraron comprendiendo todo. Por alguna razón, el dios había abandonado el cuerpo de Naruto, y tal como si fuera un Biju mas, el humano contenedor iba a morir por la falta de chakra. Incluso si ellos quisieran salvarlo, ahora no eran criaturas de chakra, ahora eran un tipo de demonio sólido. Tenían cuerpos reales. No podían sellarse en su interior. Naruto estaba condenado.

-Se acercan….-susurró Shukaku a los demás- puedo sentirlos, en la arena….

A lo lejos, desde el brillo incandescente de un calor agobiante. Un cuerpo de tropas se acercaba. Parecían un espejismo, tal vez el calor sofocante de la zona estaba jugándoles una mala pasada. Pero aunque Gobi no pudiera confiar en sus ojos, jamás dudaría de la habilidad sensorial de Shukaku. Si tocaban el suelo a su alrededor, él podía sentirlos.

-¿Cuántos? –preguntó Kokuō.

-al menos 200 –anunció fríamente Shukaku, cruzado de brazos- sugiero que nos larguemos de aquí. No me siento recuperado. Crear estos cuerpos, nos ha costado todo nuestro chakra.

Gobi lo sabía, apenas sentía su poder. Tardarían en recuperarse y para sumar dificultad. No parecía haber un lugar específico al cual huir. Podrían tratar de regresar atraves del portal. ¿Pero sin el resto de los hermanos? Ichibi no lo aceptaría, y Gobi tampoco lo iba sugerir para empezar.

-esta….él está….-decía Biara tocando levemente con dos dedos la muñeca de Naruto- está vivo.

-no por mucho…-añadió Gobi- debemos irnos. Ha perdido el poder que lo mantenía vivo. Ahora no queda nadie para que ocupe ese lu…

La voz del Biju se detuvo. El enorme martillo que parecía aplastar la espalda de Naruto, comenzó a brillar tenuemente. Quedaban como 10 minutos antes que esas tropas llegaran al portal, pero todos olvidaron por ese instante lo referido a escapar de la posición. Presenciaron un hecho extraño. El martillo en la espalda de Naruto, comenzó a derretirse, tal como si estuviera asentado en una urna con lava volcánica. Se fue trasformando en una pasta pegajosa, de color negro, azul y morado. Se fue moviendo, todo derretido sobre la espalda del rubio, hasta derramarse sobre el brazo derecho del humano. Comenzando a tomar una nueva forma.

-¿Qué es esto…? –preguntó Biara parándose alerta y tomando distancia del cuerpo.

Sobre el brazo derecho de Naruto, lo que antes era un gran mazo de batalla, se fue moldeando con la forma de un poderoso brazo con piel roja escamosa. Ese tipo de piel, parecía una armadura de placas, finalizado en una garra imponente, donde supo estar la mano del rubio.

-algo no está nada bien…-apuntó Gobi y tanto el, como su hermano retrocedieron tomando distancia de Shinobi caído.

Una fría energía rodeó el cuerpo de Naruto. Ese nuevo brazo parecía canalizar un poder brutal, y alimentaba el despertar del moribundo. De pronto, las rodillas de hombre reaccionaron y con su brazo izquierdo apoyó firme junto al cuerpo para tratar de incorporarse. Los Biju y la diablesa cercanos, lo observaban desde su espalda. Notando como cambios físicos se sucedían poco a poco, mientras Naruto Uzumaki volvía a ponerse de pie.

-increíble…-balbuceó la niña entusiasmada, y los demás solo esperaban expectantes.

El cabello de Naruto largo hasta el suelo, comenzó a incendiarse. Entró en combustión espontánea. Se quemaba desde la punta, lento como si estuviera hecho de papel. Se sentía el crujir extraño, mientras poco a poco se iba consumiendo y ascendiendo hasta la cabeza. Los Biju observaban también, que el tatuaje en la espalda del humano, se reducía poco a poco. El árbol dibujado se iba recortando, secando, muriendo. Hasta quedar como una marca pequeña que abarcaba solo parte de su espalda, y nada más.

Lo vieron mover ese brazo demoniaco. La garra afilada respondía a los movimientos de prueba, sin ninguna resistencia. El cabello terminó de quemarse, y justo cuando parecía que prendería fuego a la zona del cuero cabelludo, Naruto sin siquiera voltear, usó ese nuevo brazo rojo, para desgarrar la cabellera y queda con el pelo corto. Tal y como cuando era más joven.

A lo lejos, podía verse a las tropas de diablos que venían hacia la zona del portal. Tal y como Shukaku había anticipado. Los dos Biju y la pequeña diablesa se prepararon para pelear. En cuanto los vieran ahí, arremeterían contra ellos buscando capturarlos. ¿Acaso no habían intentado eso durante todo el tiempo en la tierra? ahora que los tenían de cuerpo sólido, seria con cadenas en lugar de sellos, pero las intenciones estaban claras. Biara se quitó el rustico arco que tenía enredado en su espalda. Aun no lo terminaba, aun no estaba tallado perfectamente. Para colmo, no había tenido tiempo de fabricar las flechas. Tendría que usar sus alas para apartarse de la batalla, pero aun así, habría algunos diablos que también podían volar. Iban a capturarla, iban a esclavizarla nuevamente. Se sintió atrapada, aun rodeada de aquellos tres sujetos poderosos. ¿Cómo podía haber victoria allí? Dos de ellos estaban agotados, y el humano, apenas si revivía de estar casi muerto. ¿Qué podían hacer contra las tropas que venían hacia ellos?


-asqueroso….-dijo Naruto con una voz profunda y tétrica- este lugar….es asqueroso.

Biara estuvo a punto de decir algo, pero la mano de Gobi se estiró sobre su boca callándola. Naruto aún les estaba dando la espalda, y algo le decía al can, que era lo mejor que podía pasar. Que Naruto tuviera de frente a otros seres, antes que a ellos.

De pronto, Naruto desapareció en un remolino de viento.

-¿Qué rayos? –pensaron los Biju.

A lo lejos, una sombra caía en medio de los diablos y comenzaba un brutal ataque. Pudieron verlo actuar a lo lejos. Increíblemente rápido, despiadado y sanguinario. A pesar de todos los ataques, a pesar de la diferencia en los números. La velocidad de Naruto, y esa brutal garra derecha sembraban el terror y la destrucción. Cortaba a sus enemigos con las afiladas uñas de su poderoso nuevo brazo. Soltaba denso chakra oscuro, en forma de esferas giratorias. Una versión de rasen shuriken comprimida, pero no por eso ineficaz.

-es la sangre de Baator…-anunció Biara mirando como su “Onii-chan” humano se perdía en el descontrol de la batalla- el odio en el aire, el mal que se respira aquí. Los humanos no sobreviven a él. Pero….en Naruto-nii…-dudaba sorprendida.

-lo está…..alimentando….-finalizó Shukaku fríamente, mientras agradecía internamente, que esos miserables diablos hubiesen aparecido justo a tiempo, para ser presa de una descarga de ira ancestral.

Casi media hora después, entre cientos de cadáveres, cubierto de sangre y heridas por doquier. Naruto emergió de la zona. Caminando tranquilamente hacia el lugar del portal. Sus ojos siempre azules, ahora tenían una tonalidad de color dispar. Su cuerpo, bien fibroso y perfeccionado por el duro entrenamiento, estaba cubierto de sangre y tripas de enemigos.

Y los miraba fieramente….

Los miraba como si no los conociera…

Los estaba mirando….Con una clara intensión asesina.


Fin del capítulo.
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Mensaje por el santo pegaso Mar Dic 16, 2014 12:03 pm

Que querrá orochimaru de sakura, por que sin duda hay algo que ella tiene y este necesita sino no estaría hablando, esperemos ver que decisión tendrá sakura.

Y naruto no termina de pasar por algo malo que ya esta nuevamente "poseído", esperemos que logre recobrar la conciencia antes de atacar a los nuevos bijus y su forma humana, y claro a biara.

Al parecer kiba y compañía están siendo llevados a algún lugar por esta serpiente, por que es raro.
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Mensaje por Ryukaru Mar Dic 16, 2014 2:29 pm

gran fic continua
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Mensaje por Eva2.0 Lun Dic 29, 2014 11:43 am

vaya giro inesperado al final del capítulo.... parecía de transición y al final BAM! naruto poseido por el demonio!! como en el manga en sus buenos tiempos !!! ok no XD
pero es parecido a cuando perdía la consciencia y se dejaba arrastrar por el odio del kiuubi. A decir verdad, el personaje me parecía mucho más interesante en aquella época, cuando intentaba luchar por dominar su ira y no siempre le salía bien. sin duda era mucho más emocionante que ahora.
esa sensación es la que recordé al leer esa escena, y fue lo que más me gustó de todo, eso de no distinguir entre amigos y enemigos y hacerlo todo trizas. Sí, sí, sí. Muy bien XD
aunque espero que cuando Naruto recupere algo de energía pueda recobrar el control. Qué de cosas hace el martillico ese... es sorprendente.
en cuanto al resto del capi, me hizo gracia kakashi jurándose a sí mismo que no volvería a entrenar a ningún equipo XD a la vista de los resultados mejor estarse quietecito.
Y orochimaru me tiene intrigada. Ese no quiere solo sabiduría, quiere el poder que viene con la información. me está dando por imaginarme a una Sakura dark y eso combinado con naruto-demonio me gusta mucho mucho... sigue, sigue, que le has dado un giro magistral al fic.
Saludos! ^^
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Mensaje por arminius Mar Dic 30, 2014 10:13 am

XD eva....me alegro que te gustara este lado oscuro de naruto. sobre sakura....solo puedo decirte que has tenido buena intuicion.

nada mas...muchas gracias por comentarios.


CAPITULO 17: UNA NUEVA AMENAZA


Naruto avanzaba lentamente. La imagen que presentaba ante los tres seres que aun respiraban en ese páramo, era la de un sujeto totalmente impasible. Se había bañado en la sangre y entrañas de 200 enemigos, y aun sucio hasta la medula, sus ojos tenían la limpieza de un sentimiento absolutamente puro. El mas salvaje, bruto, exacto e irrenunciable….odio.

-no se atrevan….-susurró tétrico el Ichibi, que extrañamente no abandonaba su postura de brazos cruzados- a moverse ni un milímetro.

Los ojos de Naruto miraban a la nada. Era como si no estuviera especialmente interesado en su entorno. Solo quería matar. La sensación le recorría de una manera tan completa, que no podía pensar en nada más. Solo destruir, toda oposición debía vulnerada, todo movimiento debía ser sesgado. Toda vida arrancada de raíz. Aun así, apenas se mantenía de pie, el proceso su cuerpo había soportado era tremendo. Los Biju y la diablesa, seguían sin moverse aunque Naruto se acercaba lento. Y en la mirada furiosa, autista del dolor y agotamiento por haber sufrido la extracción definitiva del dios neutral, buscaba algo más para descargar su fuerza. Su irresistible fuerza nacida del odio.

-Pero el…-balbuceó Biara inmóvil.

-shhh…-susurró Ichibi callándola.


Ichibi apenas recuperaba algo de su poder. Y lo único que pudo hacer para evitar un enfrentamiento, fue crear una vibración de arena, para generar movimiento en la zona del pilar de roca, que tenía selladas las cadenas que ataban las almas humanas. La respuesta fue instantánea. Naruto desapareció frente a ellos, y lanzó un brutal puñetazo con su garra demoniaca apareciendo junto al pilar. Demoliendo de manera implacable, el monumento de roca sólida. Había sido tan fuerte el impacto, que una neblina de polvo se elevó cubriendo de la vista todo lo cercano.


Ichibi y Gobi aprovecharon la apertura para escapar. Tenían que ganarle distancia a ese humano enloquecido de poder, para al menos tener la oportunidad de recuperarse. Pero Biara, inexperta y poco consciente del peligro circundante, reaccionó un poco tarde. Los segundos de polvillo en el aire se terminaron, y ella por fin trató de volar para escaparle a su muerte.

Mientras tanto, la estructura que sostenía una gran cantidad de sellos, se derrumbaba totalmente devastada. Las cadenas de luz eran destruidas, dejando pequeñas estrellas brillantes en el aire. Cuando la conexión se cortó, el portal cercano hasta el momento totalmente estable, comenzó a moverse y estremecer. Los relámpagos que atacaron desde el lado humano, sumado a la inestabilidad generada por la caída de los 9 sellos que mantenían el equilibrio, terminaron por generar un chillido agudo y penetrante, finalizado todo en una explosión del portal cerrándose, que dejo un cráter en la zona de origen.

Cuando los Biju y la diablesa regresaron a la zona tiempo después, encontraron a Naruto Uzumaki inconsciente. El brazo demoniaco seguía adherido a él, como si fuera parte misma de su cuerpo desde siempre.


-genial….-gruñó Gobi, mientras Ichibi creo una plataforma de arena y cargó en ella el cuerpo del humano dormido- las cosas no dejan de empeorar. ¿Qué otra porquería nos puede pasar en este maldito agujero?


En el cielo, grandes bolas de fuego surcaba el firmamento rojizo, y una de ellas, tan grande como una colina, venia directo a la zona donde se encontraban. Parecía que “correr por sus vidas” sería un recurso recurrente a partir de ese momento, en los nueve infiernos de Baator.


**************************************************************

En el noveno subsuelo…..Nessus.

Después de tantas horas buscando y rebuscando, Kurama encontró una habitación con ventana al exterior. La ventaja de estar en un castillo inmensamente más grande de lo habitual, era la posibilidad de ocultamiento que esto generaba. Aun así, una enorme cantidad de diablos de todos tamaños, habían registrado de arriba hacia abajo la zona. Tropas acuarteladas seguramente, esperando una orden para ir a la guerra. Esa…. “guerra de sangre” tantas veces cacareada por Asmodeus.

En sus soledades, Kurama trataba de recordar cada detalle de esas conversaciones. Oculto en interminables pasillos, puertas tras puertas de habitaciones antiguas. Algunas zonas de la gran Fortaleza de Nessus estaban en completo abandono. El polvo y sábanas blancas cubrían los muebles de dudoso origen. Kurama recordaba, que su carcelero hablaba sobre nueve infiernos. El símil de nueve “países” con la particularidad de estar uno sobre otro, conectados por escasas maneras. Así, las “fronteras” no era fáciles de cruzar, y subir, era la única manera de salir de Nessus efectivamente. El asunto era, ¿subir adonde? Hasta donde Kurama sabía, el infierno de arriba no tenía muchas posibilidades de ser más acogedor que el actual.

-Nessus….el noveno infierno….-pensaba el zorro frustrado- estoy hasta el fondo de este lio.

Abrió la ventana para mirar al exterior con cuidado. El castillo tenía dos muros internos. Puertas reforzadas, torres con artillería. El castillo completo abarcaba varios kilómetros cuadrados. Sin dudas cualquier tipo invasión contra esa estructura, sería un completo fracaso. Había innumerables cantidades de tropas recorriendo cada calle interna y más allá, solo un páramo de tierra negra donde no se veía nada. Al mirar hacia abajo, Kurama calculó que tenía como veinte pisos de caída libre a quien intentara descolgarse desde allí, para solo bajar dentro de la zona del primer muro interno. Mirándolo desde adentro, claro está.

-la sabana atada a la ventana se descarta….-sonrió levemente, mirándose al reflejo del ventanal y encontrándose el rostro de Naruto- ¿tu, qué harías cachorro?

Recordaba a Naruto. El número uno en sorprender a la gente. Cuando estuvo encerrado en su interior, muchas veces espiaba la vida del muchacho y se sorprendía de sus estrategias. Tenía una capacidad de utilizar sus escasos recursos como el zorro jamás había visto igual. Siempre ideaba el camino a una victoria, no importando rival o dificultad. Y la primera lección, era la convicción de que podía hacerlo. Naruto jamás había dudado de sí mismo. Siempre tenía fe en que podía. Era una herramienta poderosa esa confianza ciega.

-veamos…-susurró el zorro, tocando con su mano el muro bajo la ventana- piedra tallada, reforzada con hierro. Totalmente lisa, no hay forma de afirmarse en ella. –Luego sonrió apenas y recordó- como escalar un árbol caminando…

Se ubicó con cuidado, parándose en el marco de la ventana. Dio la espalda al paisaje, fijándose que nadie estuviera mirando hacia arriba de los guardias que lo buscaban por el suelo. Luego envió chakra controlado a sus pies. Por la brutal cantidad que tenía, hubiera sido imposible equilibrarlo para no destrozar la corteza de un tronco. Pero este muro está preparado precisamente para resistirlo todo. Lo cual ayudaba a no tener que controlarse en nada. Así, fue caminando de manera vertical por la pared de roca. Se llevó antes unas mudas de ropas y otros elementos que fue encontrando dentro de la zona olvidada del castillo. Provisiones de todo tipo, para lo que fuera necesario usar.

Con mucho sigilo, caminó hacia abajo durante 15 pisos, siempre deteniéndose en cuanto veía que abajo se acumulaban tropas que lo buscaban. La suerte estuvo de su lado, el enemigo no miraba hacia arriba. Los vigías de las torres no miraban al interior del complejo, tal vez acostumbrados a la vigilancia externa. Cuando Kyuubi estuvo a las alturas del piso 5, usó sus piernas para impulsarse y saltar hacia el techo de una armería frente al muro de la residencia Asmodeus. Entre techos y techos, se perdió en el gentío de diablos sirvientes y soldados registrándolo todo. Había eludido el primer gran obstáculo. Había otros por sortear si quería tener chance de escapar.



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Había pasado casi un día completo durmiendo.

Ichibi había trasportado su cuerpo en una cama de arena flotante, mientras recorrían el desierto rojo sin dirección potable. Biara sin embargo, no se sentía poco optimista como sus eventuales compañeros los mesías. Gobi era un completo amargado, nada le venía bien. Y el chico de la arena parecía una tumba, no se le podía sacar conversación con nada.

-Naruto-nii sigue durmiendo… y durmiendo y durmiendo….-decía la niña observándolo cada tanto esperando que despierte- los diablos no duermen tanto.

-él no es un diablo….-le aclaró Gobi mientras seguían caminando todos, y la cama de arena iba por detrás- es un humano que ha sufrido lo indecible. Debería haber muerto varias veces. Pero se resiste a ver el final. Jamás he conocido alguien que resistiera la extracción de un Biju. Él ya lo hizo…dos veces.

Era cierto, primero la partida de Kurama, reemplazado por el ente primario del mundo humano. Y luego, arrancado ese dios cuando atravesó la puerta hacia Baator, debió morir aunque el diabólico martillo del caos intentó poseerlo. Aun así, la debilidad física que conllevaba tantos contratiempos debieron matarlo. Pero seguía ahí, respirando y tratando de recuperarse. Su cuerpo reaccionaba favorablemente a pesar de agotamiento y las heridas. Gobi no entendía de donde surgía la energía que lo estaba curando. Lento pero seguro, volvería a despertar totalmente recuperado. Al menos físicamente.

Shukaku sin embargo, tenía una idea aproximada de lo que ocurría con el humano.

Cuando lo encontraron en Konoha, el mapache había sentido como Naruto Uzumaki podía absorber energía de la misma tierra. Cualquier elemento de la naturaleza, parecía comunicarse de manera directa con él. Le trasmitía energía, información, sensaciones y lo adaptaba al ambiente. Se suponía que el modo ermitaño no tenía tanto poder, y también se suponía que realmente era por el dios del mundo humano, que tales habilidades se habían incrementado acumulativamente.

Sin embargo, Shukaku pensaba en sí mismo, y en Gaara. Este nuevo cuerpo, no era más que la adaptación del mapache a las características de su antiguo contenedor. Shukaku nunca había realizado una cama de arena cuando fue libre. Pero había visto a Gaara hacerlo en algún momento, y ahora también podía conseguirlo sin problemas. En resumen, las técnicas de su jinchuriki eran posibles de realizar por el Biju. Llevado ese razonamiento a la situación de Naruto, si el dios le había provisto de una capacidad para utilizar el mundo como su “fuente de energía”. ¿Qué evitaba que Naruto hubiera aprendido para sí mismo este truco? Aunque claro, no sería tan efectivo ahora que el dios no estaba en su interior.

-¿Crees que se recuperará pronto? –Le consultó Gobi a su hermano que caminaba sin preocuparse por el Shinobi tendido detrás- tal vez deberíamos…..-no se sintió convencido a sugerir dejarlo.

-El estará bien. –Respondió neutro Shukaku- solo debe aprender a controlar la sed de sangre. Cuando despierte, nosotros habremos recuperado nuestro chakra. Tal vez tengamos que pelear para que recupere el sentido. Este lugar….-miró a su alrededor con desprecio- solo le trasmite sensaciones negativas.

Siguieron caminado hasta encontrar una serie de colinas espinadas. Por un costado de la formación, Biara les indicó que podían continuar. Había un sendero estrecho, donde antes nunca habrían cabido los Biju, pero ahora era perfecto. Tenían que encontrar refugio, tal vez alguna cueva, o lo mejor sería encontrar alguna zona boscosa. Donde fuera, menos al descubierto. No sabían si podían ser detectados aun estando con estos cuerpos nuevos. No sabían dónde habían terminado llegando sus hermanos. Prácticamente desconocían todo lo necesario sobre este mundo. Por alguna razón, la inclusión de esa niña diablo en el “equipo” al menos no los dejaban totalmente desamparados. Ironías….la molesta y desesperante Biara estaba al “mando” de la expedición.

-¡hacia allí! –Señaló efusivamente con el dedito y sus alas bailoteaba detrás- conozco una caverna grande. Mi clan la usa para esconderse cuando los esclavistas recorren estos caminos.

-¿tu clan? –Preguntó Gobi adusto- ¿insinúas que hay más criaturas voladoras como tú?

-soy una Erinia, -dijo sin disimular su orgullo Biara- una guerrera del clan sol rojo. Madre es la líder del clan. Éramos…..muchas…-bajó la vista apenada- hace tiempo. Ahora sobrevivimos ocultándonos en los desiertos de Avernus. Lejos de las poblaciones grandes.

Los Biju se miraron levemente. Las palabras de niña denotaban una gran desgracia. Sin dudas había pasado por momentos difíciles. Cuando la conocieron, no prestaron demasiada atención a su cuerpo. Pero tenía profundas cicatrices producto de la tortura. Su falta de animosidad contra los humano les hizo pensar, que en definitiva no habían sido los ninjas quienes les causaron ese daño. Había sido esclava de demonios. Les odiaba, y su clan sin dudas había sufrido de la misma manera.

-no todo humano es enemigo…-susurró Ichibi a su desconfiado hermano- recuerda quien nos ha enseñado eso.

Miraron a Naruto, era cierto. Él nunca fue su enemigo. Había logrado ganarse la confianza de Kyuubi y también de Hachibi y Yombi. Siguiendo el mismo razonamiento, con los cuidados pertinentes debía existir en ese maldito mundo, diablos que no fueran… “malos”. Al menos no lo suficientemente malos como para tener acuerdos civilizados.

Había mucho por descubrir, en este nuevo mundo.



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Kiba era implacable…


Después de varios días, en constante carrera por territorios vírgenes. Después de saltar bosques, cruzar ríos, y sufrir un aguacero que prometía la pérdida total de los rastros evidentes. El Shinobi nacido del vientre Inuzuka, hacia honor a su clan en la faceta del rastreo. El equipo apenas había descansado. La comida fue lo que llevaban, los ratos de quietud fueron como agua en el desierto.

Pero Kiba y su compañero Akamaru lograron perseguir fielmente a la criatura mitad serpiente que había huido de la batalla pasada. Sin embargo, hubo algunas facetas extrañas en la misión de investigación. El equipo guiado por el olfato canino, se encontró con un combate incomprensible cuando lograron darle alcance a la bestia perseguida.

Unos 14 demonios astados, perros del infierno y un demonio con forma humanoide que los conducía, atacaron a la mujer-serpiente en cuanto la cruzaron por un camino. Fue un combate sin equivalencias. A pesar de estar sola, esa criatura tenía seis brazos armados con espadas largas. Se movía ágilmente, usando su larga cola como una séptima forma de agresión. En la oscuridad de los bosques. Sasuke y el resto del equipo la observaron luchar por su vida. Los perros la rodearon, los “gorilas rojos” se lanzaron contra ella embistiéndola con furia. Y la mayoría fueron cortados con una precisión digna del mejor experto en Kinjutsu.

Los Shinobi se mantuvieron en silencio. Estudiando a esa criatura, conociendo sus técnicas de combate. En general, los diablos o demonios más poderosos, contaban con técnicas de medio y largo alcance. Este no parecía el caso en cuestión. Aun así, era mortífera con esos seis brazos armados.

-parecen ser enemigos entre ellos….-susurró Sai anotando en una pequeña libreta- las razas de diablos y demonios, no son lo mismo.

-solo combaten lado a lado, -añadió Sasuke de su propia experiencia- cuando existe un líder al que temen demasiado. Solo así se reúnen, por obligación. Pero aislados….se matan unos contra otros.

El combate seguía, la mujer casi había acabado con las tropas rivales, y fue a luchar contra el líder. Que también tenía una larga espada y usaba técnicas de fuego a medio alcance. Luchaban sin tregua, la mitad baja tipo serpiente, parecía tener conciencia propia. Era como un dos, contra uno.

-la mujer-serpiente va a ganar…-anunció Sasuke siguiendo todos los movimientos con el sharingan.

-es lo ideal…-sonrió Sai apenas- así no perdemos el rastro hacia la base enemiga.

Tal y como lo había previsto el sharingan, la criatura serpentina destrozó a su rival, y sin ningún tapujo a continuación; comenzó a devorar a su enemigo caído. Al parecer, podía alimentarse de cuerpos enemigos y así subsistir. Fue un espectáculo asqueroso. Como media hora después, la mujer diablo continuó su ruta. Y los Shinobi la siguieron en completo sigilo. Era una feroz combatiente, pero no tenía habilidades de captar que era vigilada. Algo para tener en cuenta.


Horas después, Shino advirtió al resto del grupo, que habían llegado al país del demonio. Era casi broma del destino, que la entrada al infierno viniera de un territorio nombrado así. El equipo deseaba en definitiva, que fuera el origen tan buscado. Habían viajado demasiado como para no conseguir completar esa misión. Habían arriesgado demasiado, alejándose del grueso de la alianza.


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Habían pasado algunas horas desde que Ino llego a visitarla.


Sakura Haruno estaba a punto de ser liberada. Luego del combate, la cantidad de heridos y la necesidad de personal idóneo, había deslizado la sugerencia de Tsunade a los demás Kage sobre su libertad, como un asunto medido y necesario. La falta había sido mínima, no hubo ningún intento de escape ni resistencia al arresto. Ino finalmente, había anunciado a Sakura que su pasividad en este asunto de esperar en la celda con paciencia, había torcido a su favor la situación.

-siempre caes de pie frentona…-le sonrió con gestito de burla la rubia, en la charla- Tsunade-sama te aprecia demasiado.

Eso mismo en lugar de causarle satisfacción a la pelirosa, le brindaba un sentimiento de culpabilidad. Desde que era una niña, Tsunade-sensei se había preocupado por ella. Le enseñó a pelear, le dio todos sus conocimientos ninja. Le enseñó a ser una orgullosa Kunoichi. A pelear por sus sentimientos, a luchar por sus creencias. Tsunade Senju le había dado todo. Y ella estaba ahí, por desobedecer. Estaba ahí por egoísmo, por pensar el mundo a su manera. ¿Cuál es la primera misión de un ninja medico? Salvar vidas. Confortar al caído, curar al lisiado, proteger al desvalido.

Sakura estuvo muchas horas pensando. Después de la partida de Ino, y antes que vinieran a liberarla para que se sumara a los trabajos del hospital militar. La muchacha pudo rememorar infinidad de momentos hermosos, bajos las instrucciones de Tsunade y Shizune. Ellas le habían trasmitido sus ideales, sus fortalezas, sus esfuerzos por hacer de la profesión del Shinobi médico, un campo de elite. ¿Cómo podía no honrarlas? ¿Cómo podía abandonarlas?

-¡No! –Se dijo reprimiendo la frustración- ¡no me entrenaron para estar metida en un agujero! ¡No me dieron sus conocimientos para olvidarlos! ¡Yo debo ser mejor!

En su estómago sin embargo, se revolvían sentimientos encontrados. Su profesión le apasionaba. Era una Kunoichi medico por elección y deseo. Pero ahora, en medio de otra guerra que amenazaba con acabar el mundo entero, Sakura sentía insuficiente su parte de ecuación.

-¿Qué diablos quiere de mí? –Pensó en Orochimaru, mientras los guardias la liberaban para que fuera a reportarse al cuartel de la Hokage- ¿Por qué ha venido a hablarme en primer lugar?

No lo entendía. Y eso la volvía loca. Sin embargo, aun no confiando para nada en el Hebi-Sannin, en algo si le daba la razón. Ella podía y quería hacer más que ser solo médico. Deseaba ser más fuerte, poder ir al frente de batalla y exponerse como lo hacían sus amigos. Ya no podía ver la guerra desde la seguridad de una carpa sanitaria.


Por eso, cuando Tsunade y ella quedaron solas en el salón del cuartel, supo lo que debía pedirle a su maestra. Le dijo, que necesitaba entrenar con las babosas, en el bosque sagrado. Que necesitaba usar el poder, del arte Sennin. La Hokage le miró con sorpresa. Hacia años, Sakura le había pedido exactamente lo mismo. Fue en la época donde Naruto desapareció sin explicaciones. Sin dudas Sakura se sentía culpable de su partida y quería hacerse más fuerte para buscarlo. O al menos para acallar el corazón con entrenamiento de elite. Sin embargo, Tsunade no le permitió ir al bosque sagrado. El arte Sennin de sapos y serpientes, habían tenido algunos invocadores humanos exitosos en su uso. Pero nunca había habido pactante alguno, capaz de dominar el arte ermitaña al estilo de las babosas.


-ya te dije que no es posible…-dijo la Godaime seriamente- no te otorgaré permiso para tu suicidio. Además, te necesito aquí.


Tajante como siempre. Tsunade había contado a Sakura, que hasta ella misma falló en ese entrenamiento. Y aun en sus 30 años, con toda la experiencia y el tiempo del mundo, casi murió al intentarlo. ¿Qué posibilidades tenia Sakura en sus 20? ¿Cómo superaría el descontrol que provocaba el entrenamiento, cuando su corazón no estaba tranquilo? La mente de esa chica era un caos. Y la vuelta de Naruto, con su posterior partida, actuaba con un papel explosivo en medio de mil barriles con pólvora.

-te necesito a mi lado…-le dijo Tsunade seriamente- obtuvimos una gran victoria. Pero nuestra guerra apenas está empezando. Tenemos media docena de informes contradictorios sobre criaturas surgiendo por aquí y allá. Tenemos…-comenzó a registrar entre los pergaminos de su escritorio, hasta que encontró lo que buscaba- espías en el país de la roca que hablan de…. “cadáveres caminantes”. Muchas poblaciones pequeñas, fueron completamente devastadas por una especie de enfermedad. Existen cuando menos, unos 25.000 tropas de demonios rondando los territorios que ahora la alianza controla. Y para concluir, debemos usar la flota de barcos creados en el puerto recién capturado….

-para viajar al país de agua….-añadió Sakura apenas, complementando a su maestra- en busca de tomar contacto con Kirigakure.

La Hokage le observó neutralmente. Por un momento le pareció extraño que Sakura estuviera al tanto de las estrategias generales, que se cocinaban secretamente entre los Kage y sus capitanes generales. Estuvo a punto de preguntar por el origen de ese conocimiento, cuando al pelirosa volvió a sorprenderle:

-Tsunade-sama…-señaló con una tonalidad de ligera decepción- yo siempre la he admirado. Me gusta ser lo que soy. Curar a la gente. Estudiar y ser mejor médico. – Suspiró apenas, y mirando a los ojos firme a su maestra se decidió a sincerarse- pero no puedo continuar así. No puedo seguir pensando, que las personas que quiero están arriesgando la vida lejos de mí. Que no puedo hacer nada por ellos, más que esperarlos y sentirme impotente.

-Lo entiendo…-respondió la Hokage- pero estos no son tiempos para entrenamientos especiales. El arte Sennin no es un juego para niños. Conlleva tiempo, responsabilidad y los riesgos de morir son altísimos. En mi caso…nunca pude dominar esa técnica. Sin embargo, obtuve de esa experiencia dolorosa, técnicas que pude desarrollar para mejorar personalmente. La restauración divina, la técnica de daño al impulso eléctrico del enemigo, y muchos detalles técnicos que mejoraron mis jutsu médicos demasiado.

-¿consiguió todo eso fallando? –Se preguntaba Sakura confundida- ¿Qué poder extraordinario seria dominar el arte Sennin?

Sakura recordaba el modo ermitaño de Naruto. Cuando derrotó a Pein, y en las sucesivas veces que lo pudo atestiguar en acción. Se hacía más rápido, más fuerte y un ninja sensor absolutamente increíble. ¿Qué diferencias habría entre un arte Sennin y otro? ¿Acaso no serían todos iguales?

-he enviado a Shizune hacia Konoha, -le recordó Tsunade a su estudiante- y lo hice, porque ha sido mi mano derecha durante muchísimos años. La conozco y confiaría mi vida a ella. Por eso la puse en la administración de nuestra aldea, para que proteja al pueblo. Contigo, tengo una relación de menos tiempo, pero más intensidad. Desde el comienzo, me sentí identificada hacia ti. Te sentí cerca, porque elegiste recorrer el mismo camino que yo hace tiempo.

-Tsunade-sama….tengo que hacerlo. –susurró apenas Sakura acercándose a maestra y colocando la mano derecha sobre el escritorio, justo donde Tsunade apoyaba la suya- no puedo pasar el resto de mis años, viendo a mis compañeros caminar delante mío. Cuando era una niña, fue Kakashi-sensei y Sasuke. Luego….Naruto se volvió inalcanzable. Y siempre soy…..la que debe esperar con desesperación que regresen conmigo. No he luchado en esta guerra por tierra, una aldea o un país. Lo hice por ellos, por todas las personas que quiero. Y por ellos….quiero ser más fuerte.


Tsunade lo comprendió al fin. Sus palabras no serían suficientes para detenerla. No era que Sakura fuera una renegada, tampoco que ya no la respetara. De haber sido el caso, directamente hubiera escapado de su celda y marchado para seguir ese camino. La Godaime, apreciaba a su alumna sinceramente. Y notando que era correspondido ese sentimiento, tenía que hacer todo lo posible para hacerla entrar en razón. Para que supiera lo que estaba intentando hacer.

-no puedo dejarte hacerlo Sakura…-le señaló con mirada de pena- no comprendes el riesgo. Pero lo podrás ver….aquí y ahora.

Colocó ambas manos en posición tigre. Concentrándose levemente, fracturo el sello que proveía de su aspecto juvenil a su cuerpo. Sakura se apartó levemente. La trasformación sucedió de forma lenta. La piel siempre de aspecto perfecto de Godaime, se fue achicharrando como una pasa de uva. Su color cambio también, una piel clara fue reemplazada por unas formas de colores marrones y apagados. Su aspecto no era el de una mujer joven, y tampoco para sorpresa de Sakura, el de una mujer con 50 años.

-¿Qué es esto…? –preguntó la pelirosa totalmente sorprendida.

-esta soy ahora….-le dijo con tristeza Tsunade- desde los 30 años….este es mi aspecto real. Mi piel fue desgastada, y trasmutada por el descontrol del modo ermitaño. Estuve a punto de convertirme en babosa. La fuerza más devastadora del mundo, el poder del cerebro. He tenido la más dura prueba de mi vida, y he fallado.


Sakura no podía creerlo. El cuerpo de Tsunade había sido desgastado y su piel era rugosa e indefinida. Las consecuencias del fallo habían sido catastróficas para la Godaime. Pero en retrospectiva, fue una época oscura de su vida cuando lo intentó. Había perdido a su hermano y al amor de su vida. Además exiliada por propia voluntad de la aldea que amaba, solo tenía a Shizune como única compañera. Hace tiempo, Sakura había escuchado de la propia Hokage, que Jirayja al usar el modo Sennin tomaba un aspecto en su rostro, similar al de un sapo. Aun así, pudo completar el entrenamiento. ¿Por qué Naruto no se veía afectado por ello? Porque era tal vez uno de los pocos, que pudo dominar el arte Sennin a la perfección. Con respecto a Sasuke, a pesar de estar bajo la tutela de Orochimaru durante años, no pareció haber sido entrenado en el modo Sennin de los ofidios. Aunque sí pudo apreciar parte de su poder, cuando enfrentó a Kabuto, en equipo con Itachi edo.


-si es el único camino que tengo para superar mi nivel…-anunció Sakura- tengo que intentarlo. Si Naruto pudo hacerlo….yo también debo tratar.

-el entrenamiento de Naruto requería dominar el espíritu….-le apuntó Tsunade volviendo a su jutsu de “juventud”, y luego se sentó en una silla tranquilamente- el arte de las babosas….requiere dominar la mente. Tu cerebro se expande, la energía natural logra una apertura a tu capacidad mental total. Y consiguiendo un aumento tan exponencial, se logra también, una mayor necesidad de estricto control de tu cuerpo.

Sakura escuchaba con atención. Que estuviera dando detalles del entrenamiento era una forma de ceder en Tsunade. Tal vez estaba convenciéndose que Sakura no pensaba detenerse. Que trataría de hacerlo, tuviera o no tuviera el permiso de su maestra. Estaba decidida y no iría hacia atrás. Tsunade ya conocía lo cabeza hueca que podían ser los jóvenes, conociendo a Naruto por ejemplo.

-has estudiado las funciones del cuerpo humano. Conoces que tipo de manipulación es necesaria, para cada célula de cada parte en un organismo. Sin embargo, nunca has tenido que tratar con varias “heridas” en simultáneo. Siempre te he enseñado que debes atender lo más grave, para luego de estabilizado el cuadro, inclinarte hacia los daños menores. Pero además, existen otras características del cuerpo humano que nunca un médico debe atender.

-¿Características?

-la sudoración por ejemplo. –Prosiguió Tsunade tratando de mostrarse calmada- el cuerpo reacciona ante un aumento desmedido de temperatura y expulsa sudor para remediarlo. ¿Nunca te has puesto a pensar, que respirar es una función que logras hacer sin pensar? –Añadió con equilibrio- el cuerpo humano normal pierde miles de cabellos y células por día, que son renovadas automáticamente por la estructura general, sin que nosotros nos reparemos de ello.

Sakura no entendía adonde su maestra quería llegar. Pero era mejor saberlo todo desde el inicio, si quería tener una oportunidad de lograrlo.

-la energía del arte Sennin, hace que tu mente se libere. Aumenta tu intelecto, la capacidad de manipular el chakra, tu creatividad y razonamiento. Pero en contrapartida….debes controlar la inmensa fuerza que te recorre completa. Tu mente se coloca en “manual”, y debes atender todas las funciones que antes sucedían sin tu supervisión. Al mismo tiempo, el incremento de tu capacidad cerebral te refresca la memoria. Lo recuerdas todo. Lo pasado, los detalles, cualquier cosa que creas haber olvidado, regresa a ti con una claridad que lo inunda todo. Los pequeños miedos, se vuelven intensos traumas. Los dolores del pasado, regresan a reclamar una parte de ti. A destruirte, sino te encuentras preparada para admitirlos y soportarlos. En resumen….todo lo que fuiste y lo que eres. Todo lo que ocultas tras disciplina y tiempo trascurrido. Regresa para devorarte sin piedad. Para que pierdas el control de tu mente…y en consecuencia…tu cuerpo mismo colapsa hasta morir.


La emoción que intentó ocultar en sus palabras, fue más fuerte para Sakura Haruno, que si Godaime hubiera llorado en su hombro rogándole que no lo intentara. ¿Los peores miedos se revelan? ¿Vuelven los fantasmas del pasado a devorarte? Sakura sabía que tenía muchos, algunos de los cuales le costaron su posible relación con Naruto. Había sido una niña con muchos miedos, expuestos a flor de piel. ¿Cómo podría enfrentar el pasado, cuando apenas podía conciliar el presente? Era la duda, la razón por la cual quiso acompañar a Naruto. ¿Era compañerismo? ¿Amistad? ¿Amor? ¿Era el deseo de caminar a su lado, y no mirarlo desde lejos salvar al mundo?

Se dio cuenta que tenía demasiadas preguntas. Interrogantes que según Tsunade-sama, se presentarían en la forma más precisa y horrible para destrozarla. ¿Podría con el entrenamiento? ¿Realmente podría ser más fuerte de lo que ya era? ¿Acaso no estaba tratando de forzar sus propios límites? Tal vez hasta aquí podía llegar. Tal vez no podía estar al nivel de Naruto o Sasuke. Siempre había sido el elemento débil del equipo 7. Siempre lo seria, aunque se esforzara al máximo. Ellos eran especiales, Sakura siempre había sentido ser solo una mujer común. No podía alcanzarlos.


-Sakura….-le dijo gravemente Tsunade colocándole una mano en el hombro- entiendo cómo te sientes. Cuando perdí a Nawaki y Dan, incluso cuando murió Jirayja….me sentí perdida. Deseaba haber estado con ellos. Incluso morir junto a ellos. Pero si eso hubiera sucedido, jamás habría conocido a la nueva generación. Nunca te hubiera entrenado, tampoco a Yamanaka Ino. Mis conocimientos, mis errores del pasado, mis dolores; no te servirían ahora para tomar una decisión correcta ahora. Eres joven niña…-prosiguió sonriéndole suavemente- tu tiempo ya llegará. Podrás logras todo lo que yo no pude. Veo el futuro dorado para tu generación. Y para ello….luchamos el día de hoy. Para ganar el derecho a volver a casa.

Sakura asintió con pesadumbre. Decidió retirarse, con el pergamino en mano que era la orden para hacerse cargo del hospital militar en el campamento. Le dio la espalda a su maestra, sin decirle por alguna extraña razón sobre las conversaciones con Orochimaru. Tsunade no comprendería la situación.

-Tsunade-sensei….-dijo finalmente antes de retirarse- ¿significa que también estaré condenada, a ver morir a Naruto? ¿A volver a casa, y saber que él nunca fue feliz? ¿Esto es lo que él merece, esto es lo que merezco?

Tsunade no le respondió, y Sakura se fue a su nueva función. No tenía la Godaime una respuesta complaciente a ello. Durante años, desde que Naruto decidió irse de Konoha, se había preguntado exactamente lo mismo. Ella, que era una vieja, seguía estando segura en el liderazgo de Konoha. Mientras Naruto, un niño sin familia, sin amor y sin nada. Volvía a exponer la vida para salvaguardarlos a todos. ¿Habría sido diferente, si su estudiante pelirosa hubiera aceptado los sentimientos del Uzumaki? El pasado le trajo el mismo recuerdo para con Jirayja. La última conversación que tuvieron. Cuando Tsunade pudo comprobar que su viejo amigo seguía amándola. A pesar de todo.

-lo siento Sakura…-se dijo Tsunade como si aún la tuviera enfrente- no puedo perderte también a ti. Lamento tu dolor, lamento tu impotencia, pero no puedo perderte. Ese idiota nunca me lo perdonaría…si algo llegara a pasarte.


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El patio principal de las mansiones Hyuuga, era el lugar ideal para la reunión que todos estaban esperando. Durante los meses que prosiguieron a la reconquista de Konoha, el clan del Byakugan estuvo entrenándose duramente para recuperar su nivel de influencia. Los primeros choques hace años, con las fuerzas demoniacas arrojaron un balance absolutamente negativo para esta familia.

Las técnicas de palma suave, se vieron censurada por la estructura de los cuerpos enemigos. Los diablos y demonios en general, no tenían redes de chakra visibles para ser cerradas. Los Hyuuga además, tampoco podían apostar al rastreo con su Doujutsu por esta causa. Otros aspectos negativos, eran la debilidad que presentaba el clan con respecto al estilo de combate cuerpo a cuerpo. La enorme mortandad causada por los venenos, la piel de los demonios que a veces estaba cubierta de fuego, y la baja efectividad de las armas humanas contra el enemigo, atentaron contra las posibilidades de cada miembro del clan Hyuuga, a formar parte de la guerra en primera fila.

Era por esta, y muchas razones más, que Hinata y Hanabi conjuntamente con los mejores Shinobi de la familia, se dedicaron a reforzar la defensa de Konoha, formando parte de la protección a civiles. En ese tiempo, los Hyuuga entrenaron en formas de batalla diferentes para volverse más efectivos contra el nuevo enemigo que tanto daño les había causado. Y para ello, en ese patio principal de las mansiones familiares, entrenaban en otras formas de ataque más efectivas a las técnicas secretas de palma suave.

Hinata se preparó para pelear. Alrededor del patio abierto, un centenar de ninjas del clan observaban con cautela. Soltaron a un demonio astado, que habiendo estado atado con grilletes y cuerdas ninjas, enseguida comprendió que debía luchar contra la humana en el centro del lugar. La criatura envistió furiosa. No era tan rápida ni tan fuerte como antes. Desde que la capturaron, esa bestia apenas había comido y aunque no parecía necesitar líquidos, evidentemente no estaba al 100%.

La embestida y el zarpazo brutal no dieron en el blanco. Hinata se escurrió por debajo del ataque y atacó en la espalda del enemigo. Utilizó la técnica clásica, tratando de bloquear de memoria los puntos donde los humanos eran vulnerables. Sin embargo, la criatura giró para reiterar su ataque, sin mostrar signos de invalidez alguna. Hinata siguió evitándolo con maestría, y atacó con Junken al pecho del demonio y otras técnicas de anulación a los canales. Finalmente, el demonio jadeando agotado le dio un respiro a la batalla para recuperar el aliento. La muchacha a distancia prudente, mantenía la atención en el enemigo, pero no atacaba.

Hanabi avanzó un paso y todos prestaron atención. La joven tomaba la palabra:

-como habrán visto, -dijo contando con que todos usaban el Byakugan observando el combate- nuestras técnicas habituales no tienen el mismo efecto que sobre los ninjas. Eso no deja en desventaja. Sin embargo….

Todos se mantenían en silencio. La criatura furiosa volvió al ataque, pero Hinata salto por sobre la posición del enemigo para dar un giro mortal y asestar una patada en la altura del cuello. Ella descendió de pie al otro lado, dejando al rival tirado en el suelo. Ese golpe no había sido fuerte. Sin embargo el monstruo no parecía poder levantarse.

-¿Cómo lo hizo Hinata-sama? –Consultó uno de los Jounnin sorprendido, que había notado chakra en el pie de la princesa- ¿Cómo ha logrado anularlo?

-historia….-sonrió Hanabi mirando a su hermana con orgullo- en un principio, el clan Hyuuga usaba la manipulación del chakra, mesclada con un elemento para derrotar al enemigo. En este caso, Hinata-nee ha usado chakra Doton. Insertar chakra en un cuerpo que no manipula ese tipo de energía, nos permite anularlo. Lo hace mas pesado, y lo deja inmóvil.

Los Shinobi y las Kunoichi al fin comprendieron. En lugar de usar chakra puro, dirigido a los canales de chakra enemigo. Era mesclar con algún elemento afín, la forma de insertarlo en el cuerpo del demonio y así derrotarlo. Chakra estilo tierra, paraliza la zona aumentando el peso del musculo atacado. Con el fuego, quemarían por dentro, aunque por el tipo de enemigo no era recomendable. Pero agua…serviría para ahogarlos. Y viento o rayo, podría cortar zonas precisas. La forma de usarlo, era insertarlo con la técnica de palma suave.

-¡esta es nuestro arma para regresar a la guerra! –Gritó Hanabi viendo la emoción de sus familiares en los alrededores- ¡el enemigo no usa chakra! ¡No sabe manipularlo! ¡Es el momento de recuperar nuestro honor!


Todos los Hyuuga habían pasado meses apartados. Pero con paciencia, con inteligencia y estudio. Ahora regresarían a los primeros planos del combate. Hinata observó la alegría a su alrededor, y supo que tanto esfuerzo había valido la pena. Estudiar al rival, conocer sus fuerzas y sobre todo sus debilidades. Ahora podían tomar la guerra en sus manos. Ahora ya no dependían de otros.


-es el momento….de que surjan otros héroes….-se dijo Hinata recordando la historia del hombre ahogado- no volveremos a caminar detrás de ti. Naruto-kun….gracias.


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En algún lugar del país de la roca…

Tres figuras encapuchadas caminaban por un sendero…

La promesa de una nueva amenaza inminente…

El ambiente desolado le satisfacía. Caminando por los poblados abandonados, por las ciudades devastadas e incluso en la naturaleza sin vida, le indicaban al gran nigromante Nergal que su trabajo evolucionaba paso a paso. Su origen era demoniaco. Había sido aprendiz del gran señor Orcus, el llamado “dios muerto”. Y las habilidades especiales de Nergal, estaba apuntadas a la manipulación de cadáveres.

Su magia en resumen, era animar a los muertos y esclavizarlos bajo su control.

A su lado, viajaban dos aprendices de nigromantes. Ambos, también ocultos por capas negras y tratando de lograr los objetivos propuestos por su maestro. Para esta nueva tierra inexplorada por los demonios.

-maestro…-le susurró con una voz fría y de ultratumba, su estudiante de nombre Vladimir- la muerte es poderosa en esta zona.

Vladimir tenía habilidades de sensor. Podía identificar las zonas donde los cadáveres se acumulaban. Este estudiante era la causa, de haber encontrado la mayoría de los cementerios o fosas comunes, dispersadas por los territorios de la guerra entre humanos y demonios.

-necesitamos un laboratorio maestro…-anunció el segundo discípulo tétricamente, cuyo nombre era Amon- no puedo crear soldados fuertes, si nos trasladamos tan rápidamente de un lado a otro.

Amon casi nunca hablaba. Sus virtudes, estaban aplicadas a crear Zombis de cadáveres desenterrados. Los formaba, los fortalecía, los unía y los animaba para que se movieran ante las órdenes de la magia negra. Para el maestro Nergal, ambos discípulos eran útiles para los fines generales de su misión. Crear el ejército de no-muertos más poderoso de todas las dimensiones. Fue una verdadera fortuna, que pudiera encontrar y traspasar el portal a través de Baator, en busca de un mundo más vulnerable a la magia oscura. Qué diablos y demonios hagan la guerra contra los humanos. Cuanto más muertos, mejor se lograría extender la palabra del gran Archidemonio Orcus.

Llegaron al pasaje en las montañas, donde los escombros de la antigua aldea de la roca enseñaban desolación y ruinas. Nergal había estado recorriendo muchos países contiguos, pactando con los muertos enterrados en cada cementerio de los distintos territorios. Llegaría el tiempo, donde un llamado de Nergal, sería suficiente para levantar legiones de cadáveres al servicio de una causa. La victoria completa de los señores de la oscuridad.

-Maestro….-susurró Vladimir apenas, tal vez tratando de indicarle lo conveniente del lugar.

-este será nuestro laboratorio…-anunció el líder, sin voltear a mirarlos- preparen todo para levantar nuestro altar. Desde aquí, extenderemos la palabra del dios muerto. Desde este terreno inhóspito, comienza nuestra conquista del mundo.

Los estudiantes no dudaron. Seria duras horas de desenterrar cadáveres, encantar huesos y tomar los despojos de humanos o demonios para construir tropas. Esqueletos arqueros, Zombi de batalla, fantasmas encantados, segadores de almas. Había mucho por construir, mucho por remendar. Los tres nigromantes preparaban su guerra. La que vendría a destruir a todos. Demonios, diablos o humanos. No importando quien obtenga la victoria, la muerte finalmente vencería.


Fin del capítulo.
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FUERZAS DE LA NATURALEZA [+18] Capitulo 31 26/03/16 - Página 4 8UKttOV



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Mensaje por Eva2.0 Jue Ene 01, 2015 3:25 am

Jooooo. .... que negro se está poniendo todo!!
Así que era por eso que se levantaban los muertos. Está claro que cada facción del infierno va a lo suyo....
Que bien que acerté con sakura :3 a ver si la oscureces pronto xDD está claro que va a durar en el hospital lo que dura un suspiro.
y veremos qué hace naruto cuando despierte, si la lía de nuevo o lo pueden amordazar o qué...
La mujer serpiente era diablesa? Pensé que era demonio. Por qué la atacarian? Quiero decir, que ganaban con eso? O es que no quieren que llegue a la base??
Me da que sino y kiba no salen ilesos de esa exploración tan lejana. No los mates mucho xD
Y hasta aquí mi último comentario del año.
Felices fiestas!
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