Hechizo del Destino [+16] [NS] ACTUALIZADO!! (cap 6) (04/08/13)

Hechizo del destino

-¿Estás segura de querer hacer esto?

-Cuando quieres eres muy pesado.

-No te vas de excursión, vamos a hacer un viaje muy largo.

-Lo sé, déjame ir a casa a para prepararme.

-Te esperaré en las afueras de la ciudad.

-Ten cuidado.

Naruto descubrió que esa era la chica que había estado buscando desde hace años, agradeció lo gentil y dulce que era al querer ayudarlo tras haberla tratado así.

A veces odiaba su forma de ser, pero no tenía más remedio si quería sobrevivir.

Pocas veces, rectifico: ninguna de las ocasiones había encontrado alguien tan amable como Sakura que no intentase matarlo o robarle.

Naruto la acompañó hasta la ciudad indiscretamente y se escondió entre el follaje. Sakura no pudo evitar reír internamente al ver como andaba a cuatro patas.

Era como si fuese un bebe, ya que a veces lo parecía.

Cogió una bolsa y la llenó de mucha comida y agua. Guardó su libro de magia y el de Naruto. Él se lo había cedido dado que era la única en el mundo capaz de leerlo.

Le echó un vistazo por última vez, lo que vio hablaba sobre el amor eterno y la fuerza que éste tiene.

La joven nunca había experimentado el amor y esperaba que algún día pudiera. En ese momento pensó en Naruto, él dijo que le habían traicionado. ¿Pudo haber sido el amor de su vida?

Le apenó pensar que alguien tan cruel podría hacerle dejado tirado a su suerte. No sabía quién podía ser esa persona pero si algún día la veía no estaba muy segura de poder aguantar las ganas de matarla.

Guardó todo en su bolsa y tras darle un vistazo rápido a la casa cerró la puerta.

-Adiós, prometo que algún día volveré, y volveré con él. Sin la maldición.

Era una promesa con su corazón.

Iban a emprender un largo viaje, podría encontrarse con un montón de peligros, aldeas, gente en apuros e incluso amigos.

Aunque dudaba que Naruto quiera formar parte de alguien más.

La chica caminó despistada, no se dio cuenta cuando pasó por delante de Naruto y se adentró en el bosque.

El rubio suspiró, esta chica le traería demasiados problemas. Lo veía venir, tendría que estar salvándola todo el rato, porque se despistaría cada dos por tres.

Pero Naruto no contaba con que el poder del amor es mucho más fuerte de lo que cree.

Con una cola detuvo el paso de la chica y la atrajo a ella.

-¿Podrías ser un poquito más delicado?

-¿Y tú podrías centrarte más en lo que pasa a tu alrededor?

-Haberme avisado.

-Lo he hecho pero has pasado de mí olímpicamente.

-En ese caso no habrás gritado mucho.

Naruto suspiró rendido, tenía poca paciencia y estaba agotada hace siglos.

-Vámonos.

-¡Pero bájame!

Continuaron su camino siguiendo el hilo de Naruto, Sakura nunca había visto el suyo, tal vez porque no quería o no podía.

Ella creía en que encontraría el amor por su cuenta, no por seguir al hilo. Eso sería el camino fácil y ella no estaba dispuesta a eso.

Quería luchar por el amor de su vida. Si era verdad que estaban destinados a estar juntos entonces habrá merecido la pena toda la batalla.

Por el camino tuvieron cuidado de no cruzarse con nadie. Naruto dudaba de que alguien más (aparte de Sakura) quiera verle por la calle.

-Me da la impresión de que esa persona está bastante lejos.-dijo Sakura observando el hilo detalladamente.

-Habrá que caminar más entonces.

-¿Antes de transformarte eras así de astuto?-preguntó con ironía.

-¿Y tú siempre has sido tan pesada?

-A veces.

-Viene alguien.

El chico se escondió entre los árboles que adornaban el camino. Sakura siguió caminando y se encontró con una señora.

-Buenos días.-saludó cordialmente y siguió adelante.

-Bueno días, joven.

Cuando perdieron a la señora por el camino el rubio ocupó el lugar de antes, junto a ella.

-¿La conocías de algo?

-No, es la primera vez que la veo.

-¿Entonces por qué la saludas?

-Porque quería.

-Eso no es una explicación.

-Hay que ser educado, ¿Sabías?

-Esa palabra no figura en mi diccionario.

-Seguro que ahí solo figura la palabra desagradable.-murmuró para ella misma.

-¿Qué has dicho?-clavó su mirada en ella.

-Yo nada, habrá sido el viento.

Naruto decidió ignorar el último comentario o la conversación se alargaría hasta carecer de sentido.

Analizándolo fríamente, Sakura era con la única persona que había tenido tanto contacto tras el incidente.

-¿Podemos detenernos un momento? Tengo hambre...

-Como prefieras.-respondí Naruto sin hacerla mucho caso.

-Desagradable.-susurró para ella misma.

El chico volvió a clavar su vista sobre ella mientras ésta se alejaba para desviarse del camino y así poder descansar en paz.

Naruto tenía que reconocer que la joven era muy valiente, nadie en su sano juicio le hablaría así a una bestia con apariencia monstruosa.

Así se describía él.

Cuando el rubio llegó a ella, ésta estaba comiendo una manzana extraída del bolso.

-¿Quieres?

-No tengo hambre.

Sakura reprimió una risa al ver como daba vueltas en el sitio para tumbarse a descansar. Tal y como lo haría un perro.

La joven no podía evitar sonreír, ver a una persona así era muy gracioso. Ya que no se está acostumbrado a ver eso por mucho complejo de perro que tenga.

-¿De qué te ríes?

La pelirosa se maldijo a si misma por no poder guardar la sonrisa.

-De nada, simples recuerdos.

-Ya... Aprende a mentir o te irá muy mal en la vida.

-Tú deberías tratar de ser más amable, te ayudaría.

-No veo en que puede beneficiarme eso.

Sakura decidió dar el tema por zanjado de momento, era una pérdida de tiempo hablar con una persona que respondía de forma evasiva.

Es evidente que él no quería hablar de eso por ello Sakura optó por dejarlo a un lado, de momento.

Más adelante volvería a insistir, ella era muy testaruda cuando se lo proponía.

-¿Has terminado de comer?

-No, no me metas prisa o tardaré más.

El rubio bufó y bajó la cabeza, enfadado. Sakura lo observó de reojo, él afirmaría ser una bestia pero ella lo veía como un niño en mitad de una pataleta.

La pelirosa sacó su libro de conjuros y se puso a leer algunos mientras comía.

-¿Qué haces?

-Leer.

-¿Piensas ponerte a practicar aquí?

-Por supuesto que no, podría herir a alguien.

-¿Entonces?

-Los estoy memorizando, no puedo detenerme a ojearlo cuando me dé la gana.

-Menuda bruja que no se sabe ni los conjuros.

-La bruja mediocre te atrapó en su momento con cadenas y el chico poderoso no consiguió salir.-respondió con sarcasmo, sobre todo en todo lo que se ceñía su adjetivo.

Naruto la fulminó con la mirada, la chica acababa de meter el dedo en la llaga. Posiblemente él lo hubiera hecho antes pero su ego dañado se negaba a aceptarlo.

Aun no se explicaba como una mocosa, con el pelo rosa, había conseguido defenderse de sus ataques y para colmo inmovilizarle de manera tan estúpida ya que luego no sabía ni cómo deshacer el conjuro.

Además, esas cadenas estaban impregnadas de su poder, era tanto que había anulado los suyos dejándolo completamente indefenso. Por mucho que lo niegue, ella tenía un gran poder.

Para su ego eso fue un golpe bajo, la observó de reojo, tratando de recordar los hechizos en vano. Cuando no lo conseguía se frustraba y fruncía el ceño como si se enfadara con el libro.

Ella era muy transparente, al menos para él.

-Demasiado predecible...-susurró en bajo.

-¿Has dicho algo?

-No, sigue intentado recordar hechizos, a ver si alguno sirve de algo.

Sakura sintió como si fuese un estorbo, y aunque su apariencia le transmitía respeto, cuando se enfadaba no pensaba las cosas.

Por suerte había vestido el conjuro antes de su grosería.

-"Masa de vapor acuoso suspendida en la atmósfera, aparece sobre su cabeza y desata tus lágrimas"

Tal y como indicaba el conjuro, una nube apareció sobre el rubio empapándolo de arriba a abajo.

Para cualquier persona eso sería un suicidio, así lo creía él, pero en esos momentos Sakura solo buscaba una venganza, que no le doliese, simplemente que le sirviera como lección.

-¿¡Te has vuelto loca!?

-Mira, al final sí que sirven los conjuros, he conseguido que te duches.

En ese momento la chica no analizaba mucho las frases, más adelante se arrepentiría. Por su parte, Naruto alababa el valor de la chica mas no dejaría que le hiciera lo que quisiese.

Debía poner límites y dejar en claro que mandaba él, además aun tenía sospechas sobre ella.

Antes también le habían atacado personas, que en apariencia eran completamente inofensivos.

-Acabas de cometer el peor error de tu vida.

El rubio le arrebató el libro y, mediante una cola, la alzó al aire.

-¿¡Qué haces!?

-¿Qué ocurriría si suelto ahora?

-¡No lo hagas!

-¿Y por qué no? Tú no has dudado en mojarme.

-Eso te pasa por abrir tu bocaza.-la joven pensó sus palabras, en el fondo aun estaba algo herida.- Quiero decir, que empezaste tú.

-¿Ah sí?-la levantó más.- En ese caso te soltaré.

-¡No, espera!

-¿Si?

-Yo tengo toda la culpa, tú eres inocente.

-Eso me gusta más.

Desagradable. La chica no encontraba otra palabra para definirlo.

-¿Me devuelves mi libro?

-Me lo quedaré yo por si acaso.

-Dámelo, ese libro es importante para mí.

-¿Por qué debería creerte?

-Porque sino cojo mis cosas y me vuelvo a casa.

-¿Dejarás tu libro conmigo?

-¿Dejarás que la única persona que ve el hilo del destino se marche?

El joven debía admitirlo, ella le acababa de acorralar. La necesitaba, ambos lo sabían.

-Como me vuelvas a hacer algo lo destruiré.

-Te recuerdo que fuiste tú el que me provocó.-respondió Sakura cogiendo el libro de mala manera.

Naruto la rodeó con la cola y la volvió a levantar.

-¿Qué decías?

-Gracias por devolverme el libro.

El rubio sonrió para sus adentros, le había dejado claro a la chica que con él no se jugaba. La posó delicadamente en el suelo, sin embargo, no soltó su agarre.

Si la pelirosa volvía a invocar algo, necesitaba energía y él podría detectarla (y tal vez detenerla) si tenía contacto directo con ella.

-¿Puedes soltarme?

-Aun no confío en ti, así que no me hables como si me conocieses de toda la vida.

-Mal empezamos.

Sakura invirtió muchos minutos en tratar de memorizar los hechizos pero algunos eran muy complicados.

Se llevó la mano en la cabeza tratando de ordenarlos y decidió dejarlo por hoy, eran demasiados.

Y aun no había memorizado ni la mitad.

Dejó el libro en el bolso y cogió el otro. Utilizó la cola de Naruto, que rodeaba su vientre, como si fuese una mesa apoyando el libro en él.

La chica comenzó a leerlo maravillada.

El rubio nada más sentir un contacto con la piel que ahora tenía levantó la cabeza.

-¿Qué haces?

-Leer, no me distraigas que me desconcentro.

-Ya... ¿Y te has creído que mi cola es un montacargas?

-No, se asemeja más a una mesa.

-Quita eso de ahí ahora mismo.

-¿Qué quieres que haga? Se me cansan los brazos y mi regazo ha sido ocupado por tu "montacargas", ¿Me quieres decir donde lo pongo?

Ya era la segunda vez que le había dejado sin respuesta mediante el uso de palabras.

-Haz lo que quieras.-volvió a acostarse y Sakura siguió con la lectura.

El libro hablaba sobre el poder del amor, fuerza más potente de todas. Ni la oscuridad podría hacerle frente. La pelirosa se emocionaba con cada palabra, y el hecho de que solo pudiera leerlo ella le daba más emoción al asunto.

Naruto la observó por un momento. Su rostro mostraba alegría y admiración. ¿Qué pondría en ese libro para que la dejase así?

Sus labios se curvaron hacia arriba al verla así, era como una niña pequeña mirando directamente a su caramelo favorito.

-¿Qué dice el libro?-preguntó intrigado, ya que ese libro le había acompañado siempre, aunque no quisiese.

-No creo que te interese.

-Sino no te habría preguntado.

-Habla del amor.

-Menuda tontería.

-Suponía que dirías eso.

Naruto sintió una punzada en el pecho al ver que le hacía más caso a un libro que a él. ¡Ni siquiera había despegado la vista del objeto para responderle!

La rabia se apoderó de él. ¿Qué era este sentimiento?

Para conseguir despistarla la zarandeó un poco con una de las colas y fingió no haber hecho nada.

-¿Por qué has hecho eso?-levantó la vista.

-¿El qué? No me he movido.

La chica sostuvo su mirada, Naruto no parecía querer rendirse.

-No es nada...-respondió volviendo al libro.

Nuevamente, le hacía más caso a eso que a él.

-Vámonos, ya ha pasado mucho tiempo.

-No te impacientes, esa persona está muy lejos todavía.

-Por eso mismo, cuando antes partamos antes la encontraremos.

-¿Y qué piensas decirle cuando la veas?

La pregunta pilló de improvisto al rubio.

-¿Qué?

-Al otro lado del hilo está la persona destinada a amarte, no pensarás aparecer y decirle que la quieres porque así lo ha dicho un hilo, ¿Verdad?

-¿No se supone que el final del hilo muestra al amor de tu vida?

-Sí.

-¿Entonces para qué pensarse lo que decir? Cuando llegué la magia hará el resto.

-No todo se puede solucionar con la magia, esta vez tendrás que poner algo de tu parte.

-No creo que haga falta.

-Dejemos esa discusión para más adelante, ahora no tengo ganas de hablar.

Nuevamente la ira, mezclado con el enfado, se apoderó de él al ver como lo ignoraba para seguir leyendo.

-Te he dicho que nos vamos ya.

-Espera un momento que no he acabado.

Levantó a la joven y le arrebató el libro dejándola suspendida en el aire.

-¡Devuélveme eso!

-Te lo daré en cuanto retomemos el camino.

-Eres un chantajista.

-Mira quien fue a hablar. La que amenazaba con abandonarme.

-Porque me quitaste el otro libro.

Sakura no entendía el reciente comportamiento de Naruto, le quitaba todo de las manos, como si quisiese llamar su atención.

Siguieron su camino en silencio, Sakura estaba algo enfadada porque le cortaron la lectura y él era así. Pocas veces habían hablado en el viaje.

La pelirosa palpó la bolsa, suspiró aliviada al sentir el peso de los dos libros dentro de ella.

-¿Ves el final?

-Ya te he dicho que está lejos.-respondió todo lo frío que pudo, por naturaleza ella era buena y no soportaba estar peleado con alguien.

Por eso ya le había perdonado, aunque él no se hubiese disculpado, pero siguió fingiendo estar ofuscada para que Naruto viera su error.

Debía aprender a entender los sentimientos de la gente, no era fácil, pero por algún lugar había que empezar, ¿No?

-No me hables así.

La chica aceleró el paso y levantó el mentón, como los niños pequeños cuando se enfadan. El rubio suspiró agotado, ¿Ahora que había hecho mal?

Entenderla era una auténtica misión imposible.

Él la había hablado como siempre, debería saber que es así. ¿Cuándo se enfadó?

El chico no tuvo problemas en alcanzarla, a cuatro patas era mucho más fácil andar y/o correr.

Sakura se puso nerviosa al sentir la mirada intensa de Naruto sobre ella así que trató de mantenerse serena frente a él.

Aunque estaba segura de que no podría aguantar mucho.

-¿Qué te pasa ahora?

-¿De qué hablas?

-Estas muy callada.

-No se puede decir que hayamos hablado mucho antes.

Así es, habían pasado casi todo el camino en silencio.

-Pero tratabas de sacar temas de conversación.

-Se me han agotado las ideas.

El rubio suspiró y le cortó el paso.

-¿Qué haces?

-Cuando te hable mírame a la cara.

Para la gran sorpresa de Naruto, la chica se cruzó de brazos y le dio la espalda. Sakura pensó que iba a colapsar por culpa de su mirada por eso trató de cortar la conexión y darse la vuelta le pareció la solución más rápida.

No contaba con que dos manos, apoyadas en los hombros la obligarían a volver a la postura anterior. La pelirosa no acostumbraba a ver a Naruto de pies.

-Te he dicho que me mires.

-No puedes obligar a todo el mundo.-desvió la mirada.

-Se me hace más fácil hablar si me miran, sino me siento ignorado.

-Te estaba escuchando.

-Ya, pero no soporto que me digan algo sin ni siquiera dignarse a intercambiar miradas conmigo, tal y como lo estás haciendo ahora.

-Si no te miro, tal vez sea porque no quiera, ¿No crees?

-Está bien... ¿Qué he hecho ahora?

-No entiendo de que hablas.

-Es evidente que te has enfadado, y dado que no hay nadie más, asumo que ha sido mi culpa. ¿Puedes decirme que he hecho mal? No consigo descubrirlo.

-Me has cortado la lectura.

-Teníamos que irnos.

-Pero no contaste con mi opinión, ¿Y si estaba cansada o necesitaba comer algo más? Ni siquiera me lo dijiste por favor, simplemente lo ordenaste como ley universal.

El joven comenzaba a ver su error, no pensaba que era para tanto pero tras analizarlo fríamente se dio cuenta de que a ella no le habría parecido agradable que no tuviera en cuenta su estado físico.

-No quería hacer eso, hace tiempo que no me relaciono con nadie y todo esto es muy difícil para mí.

-Está bien...-Sakura entendió que pedir una disculpa era demasiado.- Gracias por entenderlo.

-No ha sido nada.-ella le sonrió y esta vez el desvió la mirada.- ¿Tienes hambre o sigues cansada?

-No, ya estoy bien.

-En ese caso podemos seguir, ¿No?

-Sí.

Mantuvieron el silencio en su viaje con el fin de encontrar al amor de Naruto. Sin quererlo hoy había aprendido una lección: Hay que tener en cuenta las opiniones de los demás, no solo las tuyas.

También había descubierto que cuando Sakura se enfada parece aumentar su valor.

-Se está haciendo de noche, busquemos un sitio para dormir.

-No hay ninguna aldea por aquí.

-Piénsalo un momento, no creo que la gente me quiera recibir en sus posadas. Lo mejor será descansar en alguna cueva.

-Tienes razón, no habría caído en ello.

-Hay que pensar más a menudo.

-Y tú tienes que cerrar la boca más veces.

Antes de que pudiera contestarle volvió a acelerar el paso con la misma postura de enfado que llevaba antes. El chico sonrió levemente, era muy fácil sacarla de sus casillas.

La alcanzó sin ningún problema mientras buscaban una cueva o un bosque frondoso donde utilizar los árboles a modo de escudo.

-Creo que allí esa apertura en la roca podría ser bastante profunda para adentrarnos en ella.

-Iré a ver.-respondió Naruto.

Efectivamente, era la cueva más grande que podían encontrarse por los alrededores. Naruto sospechó al ver eso, no es que la cueva tuviera alguna presencia extraña, el problema venía en que nunca la había visto y para colmo era Sakura quien la había encontrado.

¿Podría ser que sus poderes la crearan?

Observó cómo se sentaba en el suelo y negó con la cabeza, era imposible que ella hubiera hecho algo así, apenas sabe realizar un conjuro de memoria.

-Voy a levantar una barrera para proteger la cueva por si acaso.

-Buena idea.

Esta vez Sakura tardó muy poco en hacer el conjuro, aunque había necesitado varios intentos.

-No se te dan bien ¿Eh?

-Que gracioso estás hoy.-hizo una mueca que parecía ser una medio sonrisa y se tumbó en el suelo.- Buenas noches.

El chico también se tumbó, unas llamas pequeñas alumbraban el lugar, para que no cogieran frío encendió una pequeña hoguera.

Él tenía pelaje para protegerse pero ella no. Y recordaba que la piel humana era más sensible a la temperaturas bajas.

Naruto la observó y levantó la cabeza al ver como movía el brazo, la bolsa estaba girada hacia su vientre.

-Más le vale que no sea lo que creo.

Cuando se acercó a ella, comprobó que sus pensamientos eran acertados. ¡Estaba leyendo!

Era peor que una niña, lo tenía comprobado.

Sakura se puso a leer el libro al ver que no tenía sueño, solo quería terminar la hoja que había dejado empezada por culpa de Naruto.

El rubio le arrebató el objeto y ésta se dio la vuelta furiosa.

-¿¡Qué haces!?-al ver la mirada de enfado que tenía Naruto bajo el tono de voz algo asustada.- ¿Qué haces despierto a estas horas? Pensé que te habías dormido.

-Lo mismo digo, ¿¡Qué haces leyendo!? ¡Hemos venido aquí para descansar! ¿¡De qué me sirves si vas medio dormida!?

-¡Solo quería acabar la hoja!

El rubio la observó de manera severa, haciéndola entender que tendría un problema sino le hacía caso.

-Yo...-trató de excusarse.

-¡Duerme de una vez!

La chica frunció el ceño y se tumbó de golpe, lo hizo de manera tan brusca que por poco se lastima el hombro, expresó la frustración que sentía mediante un gruñido.

El chico suspiró, ¿Había vuelto a fastidiarlo todo?

Se revolvió los cabellos agotados, con lo social que era antes de que le maldijeran, ahora le costaba horrores entender a alguien.

Aunque debía reconocer que Sakura no era como sus anteriores amigos, ella era más dulce y más gentil que todos ellos juntos.

-Sakura...

-¡Buenas noches!

Decidió dormirse y mañana lo solucionaría.

-Que duermas bien.

-Igualmente.-respondió enfadada.

El joven volvió a liberar otro suspiro, ¿Todas las relaciones eran tan difíciles?

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El sol anunciaba que era hora de despertar. La pelirosa se movió incomoda en el sitio y se incorporó con mucha pereza.

El campo de fuerza desviaba los rayos del sol para que no la cegasen nada más abrir los ojos.

Observó a su lado viendo a Naruto. Se arrepintió de haber sido tan borde con él pero aquella noche se sintió como un objeto que si tiene sueño es inservible.

¿¡De qué me sirves si vas medio dormida!?

Sus palabras aun sonaban con fiereza en su cabeza. ¿Cuándo encontremos a la persona la dejará tirada? ¿Se desprendería del elemento inservible?

Este pensamiento había sido la razón de su enfado y no pudo evitar responderle así.

Entendía que para Naruto no era fácil pero para ella tampoco lo era, siempre que trataba de comprenderle se estrellaba contra una pared enorme.

Suspiró y se levantó con mucho cuidado, buscó un hechizo para desvanecer el campo de fuerza y guardó el libro.

Estiró sus extremidades con los árboles mirándola atentamente, Sakura sonrió ante ese pensamiento.

-Veo que has despertado.

La joven se sobresaltó, ¿¡Cuándo había llegado!?

-Sí, así es.

-¿Te he asustado?

-Un poco.

-Toma.-le entregó el libro.- Ya has descansado, te lo devuelvo.

-Gracias.-cogió el libro.- ¿Qué tal has dormido?

-Bien...

El tono hostil de Sakura indicaban al rubio que aun no se había olvidado de la noche anterior. Ella recalcó su "furia" solo para que a él le fuese más fácil darse cuenta.

-En cuanto a lo de anoche, no quise ofenderte.

-Ya... ¿Algo más?

-Te pido disculpas.-llevaba toda la noche intentado decir eso y por fin le había salido.

Al decirlo desvió su mirada, no se veía capaz de observarla mientras decía eso, era demasiado para él en lo que iba de día. Y éste acababa de empezar.

-Agradezco tus disculpas, yo también siento haberte respondido así.

-Tranquila... ¿Seguimos?

-Claro.

Quiera o no, Naruto había avanzado muchos pasos en un solo día que cuando estuvo con su novia. Ella no era como Sakura y no conseguía sacarle su mejor parte.

El destino siempre acaba buscándote a la persona adecuada para ti.