Mi maldición [+18] (21/11/13) (Cap 59) [Final de la última temporada]

Cap 29: Compartiendo cama con... ¿¡Naruto!?

Los rayos de sol que golpeaban mi rostro, provocó que abriera mis ojos lentamente. No podía ver nada, tenía que acostumbrarme.

Intenté levantarme pero tampoco podía, ¿Tan débil estaba?

Maldita visión... Me ha dejado para el arrastre, y encima también me ha dejado intrigada.

Conseguí adaptar mis ojos a la luz, y cuando lo hice me sorprendí bastante.

¡Estaba en una habitación!

Era completamente azul, las ventanas eran grandes, al igual que la habitación, tenía un enorme armario al fondo, una puerta que daba al baño y lo sé porque estaba un poco abierta y podía ver un lavabo, y yo estaba en una cama de matrimonio.

¿Cómo he llegado hasta aquí?

¿Y dónde estoy?

A ver que recuerde... Me dormí sobre Naruto... Y no me acuerdo de más.

Oí una respiración golpear mi cuello y me temí lo peor.

¡Hay alguien más en la cama!

Miré por debajo de las sábanas, aun llevaba la chaqueta de Naruto, al menos eso me tranquilizaba un poco, después vi unos brazos rodeando mi cintura, ¡Por eso no podía levantarme!

Observé el brazo y parecía que estaba al desnudo o llevaba una camiseta de tirantes.

Giré mi rostro asustada, deseando no encontrarme con él.

¿Y sabéis lo que vi?

A un rubio con marcas en las mejillas durmiendo tranquilamente.

No pude evitarlo, y grité con todas mis fuerzas, él abrió los ojos de golpe asustado pero al verme se quedó paralizado.

Estuvimos unos segundos callados hasta que él reaccionó, se alejó de mí gritando por el susto que le había dado.

Este chico es de efectos retardados.

-¿¡Cómo diablos he llegado aquí!?-grité espantando a las aves que volaban cerca de la ventana.

-¿¡Eh!?-respondió sin saber que decir, ¡Ay Dios! ¿¡Que ha pasado!?

Sin poder evitarlo me tapé con la sábana los pechos, como si estuviese desnuda y creo por este gesto Naruto pudo deducir en que estaba pensando.

-¡No, no, no! ¡No es lo que piensas! ¡No ha pasado nada!

-¿¡Entonces que hago en esta cama!? ¿¡Y por qué estabas durmiendo conmigo!?

-¡Déjame explicarlo! ¡Te quedaste dormida y como no tenías donde dormir te traje a mi casa!

¡Encima estoy en casa de Naruto!

Con lo cual...

¡Estoy en su cama!

¿¡Por qué a mí!?

¡Te odio destino!

-¿¡Y qué hacías durmiendo conmigo!?

-Pues... Es que tu...

¡Está dudando!

¿¡Pero qué diablos ha pasado!?

Gracias a la expresión que tenía dibujada en la cara, Naruto consiguió saber lo que me pasaba por la cabeza.

-¡Espera! ¡No es lo que piensas!

-¿¡Entonces que ha pasado!?

Naruto se sonrojó violentamente y mi rostro palideció.

Para cuando me di cuenta ya le estaba lanzando una lluvia de proyectiles con lo primero que pillaba de su habitación, una zapatilla, la lámpara, el despertador...

-¡Sakura tranquilízate!

-¡Vete de aquí!

-¡Déjame explicarte, por favor que no...!-tuvo que callarse para esquivar la almohada.

Seguí lanzando cosas y me preguntaba de donde salían tantas, parecía que nunca se acababan.

-¡Sakura, deja la mesa de noche donde estaba!

-¡Lárgate de aquí!-grité tirándole la mesita de noche.

Naruto salió de la habitación y cerró la puerta a tiempo, la mesa se estampó contra ella y se hizo astillas.

Me senté en la cama y me llevé las manos a la cabeza.

¡¡No es posible!!

¡¡Yo no he podido hacer eso!!

En ese momento una idea iluminó mi mente.

¡La cama!

Ella puede darme las respuestas que busco.

La toqué deseando que una visión acudiera en mi ayuda y así fue.

Naruto me llevaba en brazos.

-Yo tenía razón, tienes el sueño muy pesado.-me dijo mirándome a la cara a pesar de estar dormida.

Consiguió pasar por la puerta y me dejó delicadamente en la cama.

-Ahora vengo y te tapo.

Se metió al baño y oí el agua golpear con fuerza, tiene que estar duchándose.

Al de unos minutos salió en calzoncillos, con el cabello mojado y con algunas gotas recorriendo su pecho.

-No se ha movido del sitio...-susurró mirándome.

Se acercó a mí y me tapó, después se arrodillo para poder mirarme a la cara.

-¿Que estará soñando?

Casualidad, justo en ese momento tuve que sonreír, ¿¡Que estaba soñando!?

Naruto sonrió.

-Dulces sueños, Sakura.-dijo sonriente, para después besarme en la frente.

¿¡Cómo se ha atrevido a hacer eso!?

¡¡Lo voy a matar!!

Tranquila... Solo ha sido un beso de buenas noches...

Al menos, no se ha aprovechado de mí y eso demuestra lo amable que es.

Me di la vuelta y justo cuando él iba a salir una lágrima surco mi mejilla y en mi rostro se dibujó una mueca de dolor y sufrimiento.

¡Que estaba soñando?

No consigo recordarlo...

Naruto, que alcanzó a verlo, se acercó a mi bastante preocupado.

Empecé a agitar mi cabeza mientras gritaba algo que ni yo misma entendía.

¿¡Pero qué está pasando!?

Si me pongo así tiene que ser por culpa de mi pasado.

-¡Sakura!-dijo Naruto tratando de calmarme.- ¡Sakura, despierta!

No hacía caso, me llevé las manos a la cabeza gritando. Naruto desesperado, me abrazó intentado tranquilizarme, e, inexplicablemente, ¡Lo logró!

¿¡Cómo puede ser posible!?

-Tranquila ya paso.-dijo acariciando mi cabello mientras balanceaba su cuerpo tranquilamente.

Yo me refugié en su pecho y una sonrisa sincera, apareció en mi rostro.

Estuvimos varios minutos así hasta que él bostezó.

Por mi culpa ha estado despierto y seguramente se quedó dormido, por eso amanecimos así.

Y yo, en cambio, le he tirado una mesa a la cabeza...

Tengo que aprovechar que aun no me he recuperado del todo y pedirle perdón.

Naruto me tumbó delicadamente y me volvió a tapar, él se tumbó al lado mío y apoyó la cabeza en su mano para poder verme bien.

-¿Por qué te habrás puesto así? ¿Qué estarías soñando?

Otra lágrima se hizo presente en mi rostro, Naruto se sorprendió pero luego acercó su mano a mi mejilla para limpiarla.

-No llores más por favor...-susurró.

Y lo que acababa de presenciar me dejo helada... ¡Yo misma me había acercado a él para refugiarme en su pecho! Dormida claro, porque en mis cincos sentidos no lo habría hecho ni muerta.

Naruto bastante sorprendido y completamente rojo me abrazó y se tumbó mejor.

-Tranquila estoy contigo.

Y al de unos segundos nos quedamos dormidos.

Abrí los ojos para volver a la realidad y procesar toda la información que acababa de recopilar.

¡¡He dormido con Naruto!!

¡Y encima he sido yo la que se ha tirado a sus brazos!

Vale, vale, Tranquila Sakura, estabas dormida, por eso lo hiciste, cuando estas dormida no puedes utilizar la razón y te mueves sola...

Y lo peor de todo, ¿En qué estaría soñando para reaccionar así?

Ahora sí... Tengo que pedirle perdón a Naruto.

Pero antes... ¡tengo que ir al baño!

Me metí al baño a la velocidad del rayo, y tras acabar lo que tenía que hacer me miré en el espejo, estaba completamente despeinada, cualquier persona que me viera así pensaría que Naruto y yo...

Mis mejillas se tornaron en rojas y yo me maldije por dentro.

¿¡CÓMO SE ME OCURRE PENSAR ESO!?

¡Necesito un peine!

¿¡Dónde hay uno!?

Nada más encontrarlo me peiné lo mejor que pude, ahora solo parecía que había tenido una mala noche.

Y la verdad es que, aunque haya dormido bien, aun tenía un poco de ojeras.

Salí del baño y le ordené la habitación, la deje tal y como estaba, a excepción de la mesita de noche.

De repente oí el ruido de la puerta y de reojo pude ver que se abría un poco.

Conmigo aquí no va a querer entrar, así que me escondí en una esquina.

-Naruto asomó la cabeza asustado y como no me vio entró cautelosamente.

-¿Sakura? ¿Estás aquí?

-Aquí estoy.

Se dio la vuelta y retrocedió de golpe.

-¡Espera, espera! ¡Déjame explicártelo!

-¡Cálmate! ¡No te voy a hacer nada!

-¿Seguro?

Asentí.

Se sentó en la cama mucho más calmado y me contó toda la historia, y como me esperaba había sido sincero aunque omitió el pequeño detalle del beso en la frente. 

-Eso es lo que ha pasado, en serio, ¡Tienes que creerme!

-Te creo.

Pareció sorprenderse.

-¿En serio?

-Sí.

-¿No me estarás mintiendo para luego golpearme?

Tuve que contar mentalmente hasta diez para no ahorcarlo ahí mismo.

-Por supuesto que no.-dije acercándome a él para sentarme en la cama.

No me quitaba la vista de encima y retrocedía asustado, yo me senté al lado suyo y me esperé hasta que se tranquilizara.

-¿Ya? ¿Aun sigues creyendo que voy a golpearte?-pregunté una vez que su rostro cambió a uno más tranquilo.

-No, ya no.

Bien, toca disculparse.

-Naruto, yo...-qué difícil es esto...- Tengo algo que decirte.

-¿De qué se trata?

-Pues, bueno, yo... Esto...-como siga así no me va a salir nunca.

-¿Ocurre algo malo?

-No, no es eso.

Me sonrió para tranquilizarme y agradecí ese gesto.

-Bueno, yo... Quería pedirte perdón.

Abrió los ojos a causa de la sorpresa.

-¿Qué?

-Sí, es que tú me has cuidado y yo te he tirado la mesa a la cabeza.-dije señalando el arma homicida.- Y para colmo la he roto.

-No te preocupes, en realidad quería cambiarla.-me respondió sonriente.- Debería darte las gracias yo, ya que me has ayudado.

Sabía que lo decía para que no me sintiera culpable, esa excusa es una chorrada.

-¿Seguro?

-Sí.-respondió sonriente.

En ese momento nos quedamos en silencio hasta que nuestras miradas se cruzaron, Naruto se sonrojó y yo me perdí en sus ojos.

Al darme cuenta de lo que hice, corte la conexión y salí corriendo de la habitación, no sin antes pelear con la sábana que se me había quedado enredada en el tobillo.

-¡Me voy!-grité a pleno pulmón.

-¡Sakura, espera!

No le hice caso, y como sabía que el mundo me odia y no me dejaría encontrar la salida ni aunque viviera en una caja de cartón, decidí saltar por la ventana.

Pero para mí mala suerte. justo cuando iba a saltar Kiba y Tenten venían para aquí y abrieron tanto la boca la verme que por poco tocan el suelo con el labio inferior.

Imaginaos ver salir a una persona semidesnuda, porque solo llevo la chaqueta de Naruto, saltando por la ventana.

No les presté atención y me fui saltando de casa en casa hábilmente, ni siquiera vi la casa de Naruto, no sabía cómo era y no quería saberlo, ahora mi única meta es alejarme todo lo que pueda de aquella casa.

Me detuve, para recuperar el aliento, y mágicamente me encontraba en la entrada de Konoha.

-¿Cómo he llegado hasta aquí?

La gente que pasaba se me quedaban mirando, sobre todo los hombres que clavaban la vista en mis piernas. Pude comprobar como una mujer le golpeaba en la cabeza al hombre mientras le gritaba unas barbaridades que no llegué a entender.

-¿¡QUEEEEEEEEE!?-la voz de Ino retumbó por toda la villa.- ¿¡CÓMO QUE SAKURA HA SALIDO SEMIDESNUDA DE LA CASA DE NARUTO!?

Al oír eso palidecí.

¡Me cago en Ino!

¿¡Pero cómo se le ocurre gritar eso!?

¡¡Cuando la encuentre voy a matarla!!

Cuando el gritó llegó a oídos de los que estaban alrededor mío, me miraron incrédulos.

¡Ahora sí que voy a matar a Ino!

¡La voy a torturar hasta que me pida clemencia!

Salí corriendo en busca de mi víctima.

¡Se va a enterar!

Pero, inexplicablemente, acabé en el edificio hokage.

-¡Tú!-me gritó una voz desde lejos.

Me di la vuelta y vi a Hinata muy enfadada acercándose a mí.

-¿Que quieres?-pregunté de mala gana.

-¡Aléjate de mi Naruto!

Me quedé un poco sorprendida, no me esperaba esa petición.

-¿Tu Naruto? No sabía que era de tu propiedad.

-Aun no, pero cuando nos casemos seré la señora Uzumaki.

¿Casarse?

Demasiados pájaros tiene esta en la cabeza.

-Veo que lo tienes todo planeado...

-Así es, y no va a venir ninguna mocosa a quitarme al amor de mi vida.

-Mira, vaca lechera...-al oír eso Hinata frunció el ceño rápidamente.- No sé quién te has creído pero esto solo te lo voy a decir una vez, acércate a mí y vas a necesitar un tubo para respirar.

En el rostro de Hinata pude ver el terror en persona, pero aun así lo consiguió ocultar bastante bien.

-No me das ningún miedo.

-Tu cara dice lo contrario.

Se enfadó aun más.

-Te lo voy a decir por tu bien, más te vale no verme nunca enfadada.

-Lo mismo te digo, no querrás ver el infierno en persona.

Estalló en carcajadas.

-¡Eres una arrogante!

-Y tu una vaca.

Aparcó su risa para fulminarme con la mirada.

-Si te vuelves a acercar a Naruto me encargaré de que te echen a patadas.

-Y si tu vuelves a amenazarme, vas a necesitar las manos para caminar.

Estaba ocultando muy bien su miedo, por su sonrisa no lo parecía pero en sus ojos se podía distinguir perfectamente.

-¿Es eso verdad?-preguntó de golpe.

-¿El qué?

-Que has salido de la casa de Naruto semidesnuda.

-Sí.

Su cara se puso roja, producto del enfado.

Una idea malvada surcó mi mente.

Voy a vengarme por lo que me ha dicho.

-¿¡Y qué hacías ahí!?

-¿Y tú qué crees?

-¿¡No te habrás atrevido a...!?

-¿A qué?

-¡Ha hacerlo con él!

Mi plan no podía ir mejor que nunca.

-¿Y si fuese así que pasaría?

-¡No puede ser! ¡Naruto me ama a mí!

-Si tu lo dices.

-¡Así es!

-Ayer no parecía que fuese así.

Hinata tragó saliva.

-¿Que paso?

-Bueno, no lo recuerdo muy bien, pero esta mañana me he despertado en... Su cama... Abrazados... Desnudos...-hice una pausa antes de cada palabra enfatizando más esta última.

-¿¡Que!?

-Como lo oyes.

-No puede ser... ¡Te lo estas inventado!

-Es tu decisión creer lo que te digo, no voy a obligarte a nada, yo te lo cuento tal y como paso.

-Pero... Naruto jamás te haría nada, el es demasiado caballero y no se aprovecharía de una persona que está dormida.

Ahí tiene razón.

-De una dormida no, pero de una que está bien despierta sí.

-¡Mientes!

-Aun puedo recordar el roce de su piel con la mía.-dije poniendo un toque sensual en todas las palabras.- Nuestras lenguas en una intensa batallas por saber quién podía ganar, sus labios acariciando mi cuello, sus manos recorriendo toda mi anatomía, nuestros gemidos entrelazándose...

No sé si fue la impresión, pero se estaba poniendo azul por momentos.

-¡¡No, no, no!!-gritó con fuerzas.- ¡Eso no puede ser! ¡Mientes!

-Los arañazos que tiene Naruto en la espalda no mienten.

-¿Que arañazos?

-Cuando el me beso apasionadamente hinqué mis uñas y hasta pude oír que gimió de placer.

Hinata oía el relato con la boca y los ojos abiertos de par en par.

-¡No, no puede ser!

-Ya te he dicho que es tu decisión creer lo que te estoy contando.

Este momento va a ser inolvidable... Pero para mi mala suerte apareció Naruto.

-¡Sakura! ¿Dónde estabas?

-Aquí, ¿No me ves?

-¿¡Cómo se te ocurre salir así!? ¡Me tenías preocupado!

¿Otra vez?

¿Por qué se preocupa tanto por mí?

Teniendo en cuenta que por poco lo mato con aquella mesita de noche.

-Perdona, es que me sentía incomoda.

Suspiró aliviado.

-Al menos me podrías haber dicho donde ibas , ¿No?

-Lo siento.

-¿Aun sigues pensado que pasó algo? ¿Por eso estabas incomoda?

-No, ya sé que entre nosotros no pasó nada, no fue por eso.

En los ojos de Hinata se podía ver la duda reflejada, pero de repente me lanzó una mirada asesina y me supongo que lo comprendió todo, había caído en mi trampa como una idiota.

-¿Entonces?

-Me sentía mal por haberte roto la...

-Ya te dije que no pasaba nada...-me interrumpió.- Que cabezota eres cuando te lo propones.

-Puede.

En ese momento mi vista se fijó en una rubia de ojos azules que venía corriendo hacia aquí.

¡Perfecto!

La víctima va a caer, espero que esté preparada para morir...

Vale... Creo que soy un poquito exagerada...

Se acercó a mí, ignorando a los demás y me analizó de arriba a abajo.

-¿Qué pasa?-pregunté molesta llamando su atención.

-¿Os habréis protegido no? No quiero ser tía tan pronto.

¡Decidido!

¡Ino tiene que morir!