Por segunda vez +16 (Cap 2) (18/2/15)

Despertó de golpe sacándose de encima las sabanas y súbitamente se puso de pie, salió corriendo hacia el cuarto de baño en el cual fue directamente a lavarse la cara con agua fría. Luego de hacerlo un par de veces observo su reflejo en el espejo de la habitación, miro el leve sonrojo que quedaba en sus mejillas y se maldijo interiormente por ello. “No otra vez, ¿¡Cuánto tiempo más tendré que soportar estos sueños!?” Se la había hecho costumbre ver su expresión de derrota últimamente.

No importa cuántas cosas hacía durante el día para no pensar, no importaba lo feliz que estuvo ayer cuando fue a visitar a Ino y entre las dos se pusieron a buscar a sus antiguos compañeros de instituto por internet, no importaba cuanto se rieron de cómo se veían ahora o al descubrir que Kiba tenía un trabajo de medio tiempo en una peluquería canina mientras cursaba sus estudios en la facultad de veterinaria. Sonrió al recordar la foto de un caniche con unas marquitas pintadas en el hocico simulando parecerse a las de Kiba… “¡Ah, estoy sonriendo!” Se dio cuenta al volver a ver su reflejo. Y se calmó. Porque sinceramente no importaba lo que hiciera, o que rezara antes de dormir especialmente para no volver a soñar con esa persona… ¡Mencionar su nombre está prohibido! Siquiera pensar en él la hacía sentir enferma, podía sentir como su corazón se hundía en su pecho nuevamente al recordar los momentos que paso junto a él. Porque dicen que el primer amor es el que no podrás olvidar jamás y eso la tenía terriblemente asustada, porque su primer amor la había hecho tremendamente feliz, pero miserablemente triste al final. Termino con el corazón roto, con promesas incumplidas, con un millón de recuerdos hermosos y un millón de recuerdos dolorosos y ambos dolían por igual así que lo dejamos en dos millones de recuerdos dolorosos.

El teléfono comenzó a sonar… “¿A las cuatro de la mañana?”

-¿Hola?-

-¡SAKURAA!- El grito de Ino hizo que soltara el teléfono de la impresión, mascullando insultos lo recogió del piso y se dispuso a escuchar lo que tenía para contarle su mejor amiga.

-¿¡Qué rayos esta mal contigo mujer!? No son horas para andar gritando así…- comenzó a regañarla pero fue interrumpida.

-Perdón perdón, lo sé lo sé, ¡Ahora escúchame! ¡Esto no me lo podía aguantar hasta verte mañana! Ni podía aguantar hasta que amaneciera podrás notar, lo cual habla de la importancia de la noticia…-

-¡Dime de una vez Ino!- Exclamo, desesperada por el tono de emoción de su amiga al hablar.

- Bueno bueno, cálmate. ¿Recuerdas quién te gustaba en la secundaria?- Pregunto con profundo entusiasmo.

-… ¿Sasuke?- Susurro luego de un pequeño silencio.

-¡No tu maldito ex novio Sakura! ¿Por qué rayos te hablaría de ese infeliz? ¿Es que estás loca o …?-

-Si no es él… entonces ¿Naruto?-

-Din din din ¡Tenemos una ganadora! ¿Lo recuerdas? Que te gustaba él incluso mucho antes que Sasuke, y que lo seguíamos a la salida de la escuela. ¡Estabas tan entusiasmada! El rubio sexy de ojos azules…-

-Si lo recuerdo Ino…- Dijo en un suspiro. – Cuando nos dimos cuenta de que salía con esa chica de la escuela femenina, una de los Hyuga creo… Ino, obviamente estaba entusiasmada, habré tenido dieciséis años -

-¡El pasado en el pasado amiga! ¿A qué no adivinas quien se mudó nuevamente a la ciudad? ¿A que no adivinas quien volvió soltero, sin compromisos y más guapo que nunca? Si lo vieras Sakura, es más ¡Toma tu notebook y te conectas! Ya me he encargado de enviarte una sugerencia para que lo agregues como amigo. Oh, no sabes la emoción que tengo ¡Simplemente echa un vistazo a su foto! - Sakura aún se impresionaba de como su amiga hacía para soltar palabra tras palabra cuando algo le apasionaba, no tomaba aire para respirar nuevamente simplemente usaba toda su capacidad pulmonar para taladrarle la cabeza. Pero decidió hacerle caso, tomo la bendita notebook y se conectó. Bueno, no mentía al respecto de que estaba mucho más lindo, es decir, la última vez que lo vio tenia diecisiete quizás y habían pasado cuatro años desde eso… y que bien le sentaba el tiempo al rubio.

-Tu silencio me lo dice todo, ya se te habrá aflojado la ropa interior también – Bromeo seguido de una carcajada.

-Sabes que no Ino – Contesto en tono apesadumbrado. – Es verdad que está muy guapo, y que me gustaba por ese entonces… pero sabes que no puedo ver a nadie de esa forma todavía porque…-

-Te me ahorras el discursito que lo vengo escuchando hace dos meses Sakura. ¡Dos meses! Te lo aceptaba con los demás chicos que quise presentarte, bueno Gaara no fue tan terrible, pienso que si él hubiese sido más simpático habrías caído redondita porque aunque lo niegues vi como babeabas por él…-

-¡Ve al punto Ino!- exclamo algo avergonzada de recordarlo.

-A lo que voy Sakura es que ya es tiempo de que lo dejes ir, sé cuánto sufriste y te juro que cuando te empiece a gustar otro ya ni te vas a acordar de él, te vas a reír de haber sufrido tanto. ¡Te lo prometo! Pero debes poner voluntad para conocer a gente nueva también, por ahí no en plan de novios pero piénsalo como un nuevo amigo Sakura…-

Contemplo indecisa la foto del rubio e interiormente admitió que Ino tenía razón esta vez, no podría quedarse siempre viviendo atormentada por los recuerdos. Tenía que crear recuerdos nuevos, mucho más felices que los anteriores…

-Bueno Sakura, solo piénsalo ¿sí? Llámame como a las nueve que quizás me quede dormida. Recuerda que tenemos día de reencuentros eh.-

Rio al recordar sus planes para el día. Intentarían cruzarse “accidentalmente” con sus antiguos compañeros de instituto, iniciando con Kiba por supuesto. Los recuerdos de aquel chico fanfarrón que siempre se reía de ella en la escuela no encajaban con su nuevo trabajo y eso le causaba muchísima gracia.

-Te prometo que lo pienso Ino. Es muy seguro que te llame, no me perdería por nada nuestro paseo mañana.- Termino la llamada.

Lanzo un largo y profundo suspiro aún con la notebook sobre sus piernas y con la foto de cierto rubio en la pantalla. Cerró el aparato sin agregarlo a su red social. A pesar de las palabras de Ino se le hacía muy difícil imaginarse con otro, o besando a otro… ni si quiera podía pensar en dejar que otro tocara su piel, su cuerpo. Tomo una almohada y la abrazo fuertemente… no quería volver a recordarlo, no quería volver a soñar con él. Sollozo solo un poco, solo un poco a comparación de como lloraba hace un mes. Y decidió que estaba cansada, harta de estar así, de ponerse así.

Tomo la notebook nuevamente de su mesa de noche, la abrió, ingreso en la red y le envió la bendita solicitud de amistad. Rápidamente la volvió a apagar y a dejarla en su lugar, se tiro en su cama y se dispuso a dormir, no quería pensar más en nada, solo dormir. “Quizás sea algo bueno, y al final por ahí termino ganando un amigo…”

El despertador sonó cinco minutos antes de las nueve, la pelirosada despertó con una gran sonrisa en el rostro. No había vuelto a soñar con él, no recordaba lo que había soñado pero ese simple hecho la hacía feliz, podría comenzar el día de buen humor y nada la entusiasmaba más que eso.

Lo primero que hizo fue tomar su celular y llamar a la rubia para despertarla, intercambiaron algunas palabras. Lo bueno de Ino es que no hablaba mucho cuando tenía mucho sueño o cuando recién se despertaba… cuando bebía tampoco era de muchas palabras. Luego de una ducha rápida, se puso uno de los vestidos más lindos que tenía, pues estaban en pleno verano y además quería causar impresión en sus antiguos compañeros. No era ni muy corto ni muy revelador, era ligero y fresco, blanco con diseño de flores delicadas solo al final de este y el escote le favorecía, no al punto de quedar muy expuesta pero solo lo necesario para mostrar que las tenía, también le hacía linda forma en las caderas. Llevaba el cabello corto nuevamente, se lo había cortado luego de… la separación. No se puso maquillaje, solo un poco de brillo en los labios y tomo un sombrero para el sol. Estaba satisfecha consigo misma. Hace un mes tenía tres kilos menos y andaba anémica, era el comienzo del verano y no podía permitirse salir de su casa sin marearse por el calor. Odiaba estar así pero simplemente no le apetecía comer, ni beber, ni dormir, ni mirar películas, ni salir…
Ahuyento esos recuerdos y se dispuso a ponerse en marcha, vivía sola en un departamento del centro de la ciudad. Su padre pagaba el alquiler mientras ella mantuviera la beca en la facultad de medicina y es que si tuviera que pagar la cuota gastaría el triple, el orgullo que sentía porque su hija ingresara en la universidad más prestigiosa del país compensaba todo lo demás, le prohibió tener un trabajo de medio tiempo para que no descuide sus notas aunque a Sakura le gustaba ir a ayudar a Ino con la tienda de flores de su familia cuando tenían mucho trabajo, pero su padre no tenía por qué enterarse… además esa prohibición venía con la de tener novio. Pero si se rompe una regla, que hace otra, o quizás tres más ¿no?
Ino vivía a un par de cuadras de su departamento, también vivía en un bloque de departamentos solo que compartía el alquiler con dos chicas más, no las conocía muy bien ni las veía muy seguido siempre estaban ocupadas.

-Tu look de “Mira lo linda que me he puesto en estos años” ¡Me encanta!, pero ten cuidado por ahí terminas encantando a quien no quieres- la saludo Ino, guiñándole un ojo.

Sakura rodo los ojos. –Ni quiero imaginar que quisiste decir con eso, y buen día para ti también.

Decidieron tomar un taxi hasta la zona con más densidad poblacional del centro, ya saben, de esos lugares que tiene grandes plazas y centros comerciales por doquier, en donde caminar sin chocar contra alguien se hace imposible en hora pico. Sakura se sentía agradecida con Ino por organizar salidas como esta, sin sentido alguno y de las divertidas, además lo hacía para que ella estuviera mejor para distraerla y hacerla reír un poco.

-Eres realmente una buena amiga- Le dijo sonriendo cuando bajaron del taxi en la esquina del trabajo de su ex compañero Kiba.

-Ya lo sé, no me agradezcas nada.-

Compartieron una mirada de complicidad y comenzaron a caminar al local, habían quedado de acuerdo en actuar disimuladamente, solo irían allí a “averiguar precios” y verían si Kiba las reconocía sino Ino tenía un dialogo preparado.

Sakura recordaba que comenzaron a hablar con Kiba porque era miembro del club de futbol de la escuela, al igual que Naruto y eran muy buenos amigos por lo tanto lógicamente Ino comenzó a acercarse a él para saber más cosas sobre Naruto además de que al principio hasta le había parecido un “chico tierno y lindo, que me dan ganas de abrazar” a la rubia. Todo el desencanto se fue cuando comenzaron a hablar con él y notaron su muy narcisista personalidad, tenía un poder especial para encontrarle defectos a la pelirosada y burlarse mucho de ellos y la pelirosada tenía muchas ganas de matarlo por ese entonces. “La vida es una rueda Kiba, veremos quien se burla de quien ahora” pensó de forma maliciosa antes de ingresar al local de peluquería canina.

-Bienvenidas, ¿En que las puedo ayudar? – Saluda enérgicamente el susodicho, luego observo al par de chicos, primero a la peli rosada y luego a la rubia y su expresión cambio de una amable a una de confusión. –eh… ¿Sakura? ¿Ino? ¡Cuánto tiempo sin verlas! ¿Qué hacen por aquí? ¿Necesitan algo?- El recibimiento fue mucho más alegre del que esperaron, dejando a la rubia sin palabras, aunque se había quedado sin palabras a penas entro y vio al morocho.

-Sakura… si digo o hago algo imprudente recuérdame que tengo novio o simplemente golpéame – le susurro a su amiga, para luego poner una gran sonrisa y acercarse aún más a Kiba. -¡Kiba! ¡Que inesperado encontrarte aquí! –Mintió. – Pero si no has cambiado nada, es más hasta te has puesto más guapo- hablo mientras recargaba uno de sus brazos en el mostrador de la tienda asumiendo una postura seductora. “Creo que a esto se refería…” Sakura se acercó a ella y le dio de forma disimulada un codazo haciendo que vuelva a su postura normal.

-Hola Kiba, ha pasado tiempo sí. ¿Sigues siendo un engreído insoportable? ¿O has logrado madurar estos años?- La expresión de la oji verde era de simpatía, pero sus palabras no lo reflejaban.

-Supongo que todos crecimos en este tiempo Sakurita, excepto tu –la miro de arriba abajo, deteniendo la mirada en su escote - ¿Sigues usando copa A? Tranquila… algún día las tuyas maduraran tanto como tú, aunque a tu edad ya no tendría esperanza. – Ataco, tan insensible como lo recordaba e igual de hiriente, justo en su punto débil.

-¡Que no uso copa A! Desde el instituto que sigues con lo mismo… ya quisieras comprobarlo tú mismo.- Se defendió. Y su plan había fracasado, y es que a Sakura le costaba mostrarse simpática con gente que sabía que no le caía bien. No lograba ser “falsa”, cuando sentía algo se notaba, a pesar de que intentara mucho que no se note.

Kiba se acercó más a ella y con una media sonrisa en su rostro y una expresión divertida le dio una tarjeta del local. – Cuando te parezca mejor me llamas, en la tarjeta esta mi número del celular y me enseñas bien ese par –señalo con la mirada a su busto – digo, solo para salir de la duda de que talle usas. –guiño un ojo -  Y claro, si quieres salir a comer o alguna cosa también estoy dispuesto, te has puesto muy linda Haruno...-

A Sakura se le subió toda la sangre a sus mejillas, no esperaba una respuesta así, y es que Kiba jamás había intentado coquetear con ella antes. Además tuvo una pequeña crisis interna, había pasado tiempo desde que un chico coqueteaba con ella y el sentimiento era extraño de sentir otra vez y es que su ex novio no era muy romántico y eran pocas las veces que le decía cosas de ese tipo. Extrañamente se sentía bien, claro quitando la parte de que la invitación venia de Kiba y que no era precisamente muy romántica.

-Muy impresionante darle tu número a una chica en una tarjeta de una peluquería canina, y yo que me preguntaba si seguías soltero… gracias por sacarme de la duda.- Intervino la ojiazul, salvando a Sakura que había quedado sin palabras.

-Espera Ino… ehm Kiba acepto. Salgamos uno de estos días- Propuso no con mucha seguridad en la voz.

La sorpresa de apodero de la cara de los presentes aunque una sorpresa del tipo feliz en la de Kiba, en cambio a Ino se le había abierto la boca de la impresión. “¡Ese no era el plan Sakura!”