¿Y si nos vamos de crucero? [+16] capítulo 3/??. 9/07/2015

2) Un boleto para dos en El crucero de tus sueños. Eso fue lo que leyó Naruto al pasar en frente del cartel que promocionaba una rifa. La susodicha planteaba más premios, pero el foco del rubio fue el segundo premio. El costo Estaba en el rango posible para su economía, la cual en ese momento no era muy buena. Lo pensó por un momento y decidió comprar una. Después de todo, si ganaba viviría la experiencia de un crucero, y si no, ayudaba a su actual universidad. Era una situación de ganar-ganar.

Se acercó mientras metía una mano en su bolsillo y sacaba los billetes. Vio a la chica que atendía el puestico y le sonrió. – ¿Me puedes dar una?- preguntó mientras le tendía el dinero exacto con la mano.

La chica le devolvió la sonrisa y sacó un talonario. - ¿Algún número especial?- dijo mientras recibía el dinero.

Naruto lo pensó un momento y sonrió tontamente para sí mismo. La vendedora no dejó pasar desapercibida la risa soñadora del rubio. – El 2803 por favor-.

La chica lo miró tiernamente. No se esperaba que un chico como el que tenía en frente le causara tanta ternura, pues el chico en cuestión iba vestido muy desarregladamente, y pensó que quizás sería uno de esos chicos que van tristes y sin amor por la vida. –Sabes, a este crucero le dicen el crucero del amor- Naruto la miró extrañado. Ella le picó un ojo. –Suerte- le dijo pícaramente.

-Gracias- respondió el rubio aun un poco confundido. Se alejó del lugar mirando el ticket y se preguntó a sí mismo “En caso de que ganara ¿Aceptará ir conmigo en un crucero?”. Luego pensó aún más ilusionado “¿Y si nos vamos de crucero?”.

-----------------------------//----------------------------------------------------//-----------------------------------------

-Y sí, mi sueño de toda la vida es ir de crucero- dijo una pelirosa a su amiga de ojos blancos. Habían comenzado la conversación de cruceros por que habían pasado en frente del lugar de las rifas y vieron los premios. Sakura explicaba que desde niña, soñaba con visitar lugares paradisíacos de forma relajante. Y ¿Qué mejor que un crucero para llevar ese sueño a cabo?

-¿Aún si fuera con algún perdedor?- pregunto la de ojos blancos.

La rosa asintió. –Aun así- dijo firme. Hinata entrecerró sus ojos de forma peculiar y la ojiverde supo en ese momento que a su amiga se le había ocurrido algo. -¿Qué? ¿No me crees?-.

Ella hizo un gesto para restar importancia. –No mucho- le dijo. -Te propongo un trato… No mejor, una apuesta- la rosa asintió intrigada. Le encantaban las apuestas. –Compremos unos boletos y si yo gano o tú ganas, irás de crucero con…- dijo, pero pausó para mirar alrededor, en busca de alguien con pinta de perdedor. Observó a un pelirrubio alejarse y pensó “Bingo”. –Con el- dijo señalándolo.

-¿Con Naruto?- preguntó ella un poco intimidada. –Vamos, puedes encontrar a alguien más perdedor que él. Además, puede que malinterprete las cosas si le digo que quiero irme de crucero con él-. Hinata pensó un poco lo dicho.

-¿Lo conoces?-.

-Sí, estudió conmigo hace mucho y luego se fue del país- dijo mientras recordaba.

-Y ¿Por qué no se volvieron a hablar? Digo, yo no me enteré que se conocieran hasta hoy- dijo intrigada la peliazul.

-Hay no se Hinata… Ya sabes volvió y no era el mismo- dijo medio dolida. La ojiazul notó el cambio en su tono de voz.

-¿Hablaron luego de que él regresara?-.

-Sí… Pero como te dije, no es el mismo- pausó un poco mientras lo veía alejarse. –Además, no es el tipo de persona con la que frecuentamos… No hubiese encajado con nosotros-.

Hinata también lo observó un poco mejor y asintió. –En eso tienes razón-. Miró perspicazmente a su amiga, quien parecía perdida en sus recuerdos, y preguntó de forma pícara. -¿Algún romance antiguo del que no me haya enterado?-.

La rosa salió de su trance y volteó a verla, sorprendida y ruborizada. –N-no, ¿Cómo crees? ¿Qué te hace pensar eso?- dijo apresurada.

-Bueno bueno, tranquila- dijo mientras reía. –La apuesta mejora, no retracto lo dicho. Si alguna de las dos gana el pasaje, irás de crucero con Naruto-. Miró desafiante a la nerviosa Sakura, y lanzó su ataque especial. – ¿O acaso eres cobarde?-.

La ojiverde cambio inmediatamente su expresión. –No soy ninguna cobarde- Hinata sonrió. –En caso de que acepte y suceda… que gano yo?-.

-Bueno, esa es la mejor parte… Si aceptas, vas de crucero, yo te creo, y además, haré algo que tú me pidas, pero si no cumples- dijo malévola mientras sacaba su celular. – yo te grabaré con esto mientras entras a un salón en ropa interior y gritas: ¡Soy libre!-.

-¿Qué? De ninguna manera- dijo a su amiga, quién solo se reía por imaginar la escena que describió.

-Siempre puedes tomar el camino de los cobardes- Sakura se picó de nuevo. –Piénsalo bien, la apuesta sólo se activa si alguna de las dos gana el ticket. ¿Qué posibilidades hay?-.

Sakura suspiró derrotada. –Está bien… Pero sólo si alguna de las dos gana-.

-------------------------------------//----------------------------------------------//------------------------------------------

Y llegó el día de las rifas. Naruto estaba expectante entre la multitud. Quería ganar, tenía esperanzas. Quería acercarse más a Sakura. Su primer encuentro cuando llegó de nuevo a la ciudad no fue muy agradable. Él estaba todavía muy turbulento y ella… bueno ella seguía siendo bella. Pero no podía evitar notar su incomodidad junto a él.

Quizás era porque antes estudiaban en un colegio elitesco. Las amistades todas estaban bien presentables, la ropa de diseñador y el enfoque en lo material. Pero aun en ese ámbito ella era humilde. Sin embargo, el tiempo que él pasó fuera del país lo obligó a cambiar de estilo de vida, y la humildad que Sakura tenía resultó que ya no era suficiente. Ella no había cambiado, pero el sí. Y mucho.

Quizás el no volvería a ser el mismo chico que alguna vez estuvo muy cerca de ella. Pero quería demostrarle que más allá de sus cambios exteriores, él podía seguir siendo el mismo chico que conoció. Quería tener una oportunidad de mostrarle algo más allá de lo material, y aunque trató en un principio, el reconocía que había actuado de forma incorrecta.

La duda estaba en primero ganar, y segundo que ella aceptara su propuesta. Escuchaba con atención a la muchacha de las ventas hablar y agradecer a todos los que participaron y bla bla bla, y luego comenzó el sorteo para el primer premio. Su corazón se aceleró. El primer premio era un carro. Lo ganó un señor ya medio anciano. Naruto sonrió cuando vio la felicidad del sujeto.

-El segundo premio va para…- oyó decir el mientras veía a la chica meter la mano para retira el papel que definiría al número ganador. Su corazón se paró. –Número 1542-. Naruto se desmoronó y caminó lentamente para alejarse del grupo. Al menos había ayudado a la universidad.

-------------------------------//---------------------------------------------//--------------------------------------------

-No sabes la lástima que me da el no haber ganado Sakurita- dijo la peliazul mientras caminaban.

-Y a mí el alivio- dijo divertida. No podía negar que le gustaran mucho las apuestas, y que si se daba la situación, sería incapaz de negarse. Pero por otra parte, se sintió aliviada de no tener si quiera que participar. Después de lo sucedido con el rubio el año anterior, no le quedaban ganas absolutas de pasar 7 días y 6 noches junto a él. En un mismo camarote. –yo sab…- dijo pero se interrumpió a si misma al ver la cara de alegría que mostraba Hinata mientras veía su cel.

-Y la apuesta vuelve a su lugar- dijo victoriosa mientras leía el mensaje que la peliazul había recibido de su primo Neji.

“Hola Hina, ¿Cómo estás? Espero que bien. El asunto es el siguiente. Compre una rifa el mes pasado esperando ganarme el carro y resulta que me gané el crucero… Y me pregunté ¿Qué voy a hacer yo en un crucero? Entiendes lo que digo. Entonces quiero darte esas entradas a ti si estas interesada, te lo has ganado. Espero tu respuesta, saludos a todos en tu casa”.

Sakura tenía los ojos abiertos como platos. –Espera, era si ganábamos el boleto, lo cual no sucedió- dijo defendiéndose.

-Y qué crees que es ese mensaje. El me regala el boleto porque he sido tremenda prima con él, así que me lo gané, ahí lo dice- dijo señalando el celular. -La apuesta sigue, así que ¿Cuál es tu respuesta?-.

---------------------------------------//----------------------------------------//---------------------------------------------

-No lo vayas a malinterpretar esto- dijo Sakura a un sorprendido rubio, quién fue alcanzado por la rosa de sorpresa cuando éste salía de una clase. –Gané unos tickets a un crucero… ¿El de la rifa?- le preguntó ella para saber si él tenía alguna idea de lo que estaba hablando. El asintió a la vez que tragaba saliva. –Yo quería preguntarte… ¿Te gustaría ir conmigo?- dijo ella viendo para otro lado. Odiaba amar tanto las apuestas.

-¿Qué si nos vamos de crucero?- preguntó el rubio en vez de responder. Su mente en ese momento ya había explotado. La rosa asintió apresurada. –Yo, este, sí-.

Y en ese momento, el rubio revivió todos y cada uno de sus pensamientos en el día de la rifa. ¿Y si ganaba? ¿Y si no ganaba? ¿Y si aceptaba? ¿Cómo le preguntaría? Y en un caso totalmente positivo ¿Y si se iban de crucero? Ahora solo le quedaba esperar paciente al día de partida. Paciente y felizmente.  

El despertador sonó y él se levantó inmediatamente con un ánimo que muy pocas veces tenia. Respiró profundo y observó las maletas que había cerca de la puerta de su habitación. Sonrió para sus adentros con la felicidad a punto de explotarle el pecho. –Hoy es el día- se dijo a sí mismo.

No podía quejarse de nada de lo sucedido en el último mes. ¿Quién diría que Sakura sería la que lo invitaría a él? Era una oportunidad única, una que él mismo estaba planteándose. Pero que esa oportunidad llegara sin que el hiciera esfuerzo no se lo habría imaginado. Jamás.

Y la cosa se ponía aún mejor, pues la relación entre ellos dos había empezado a mejorar poco a poco. Después de todo, se irían de crucero por una semana y no era ideal que estuvieran peleados. Aunque personalmente hablando no estaban tan bien, ellos habían intercambiado números y en lo que había transcurrido de tiempo se comunicaban con mensajes de texto de manera intermedia. Ni muy constante pero no poco.

Agarró su celular y abrió la casilla de mensajes dedicada a ella. ¿Qué tal? ¿Lista para nuestra aventura?. Escribió emocionado mientras se levantaba y empezaba a asearse.

Estoy un poco nerviosa. ¿Tú no?. El rubio se preguntó la razón de su nerviosismo. ¿Querría ella que el avanzara o hiciera un movimiento romántico y esa era una indirecta? Sacudió la cabeza, hasta los momentos ella no había demostrado más que solo amistad por él. No había una señal definitiva. No como antes.

Solo un poco. Pero tranquila, yo no muerdo. Escribió para tantear el terreno y empezó a esperar la respuesta de ella ansioso.

No es por ti, tonto. ¿Y si me mareo? Nunca me he montado en un barco. El rubio sonrió torpemente.

Es un barco inmenso. Es más difícil marearse allí. Cualquier cosa, yo estaré cuidando de ti

Eso espero. Nos vemos en el aeropuerto. Escribió ella y Naruto respiró victorioso. Ni una señal de rechazo. Se terminó de arreglar y cuando pasó frente a un espejo se vio a sí mismo y se comentó de manera esperanzada –Empieza el juego-.

--------------------------------//---------------------------------------//--------------------------------------------------

Sakura vio divertida como Naruto llegaba al aeropuerto. No pudo evitar reírse cuando una de sus maletas se abrió en medio del pasillo por donde transitaba una gran cantidad de gente. Para colmo, era la maleta de la ropa interior.

Esperó paciente mientras él acomodaba su maleta y se encaminaba de nuevo a encontrarse con ella, esta vez todo rojo. –Siempre llamando la atención del público- dijo ella divertida mientras el rubio se sentaba a su lado.

Él le siguió el juego. -Los chicos como yo difícilmente pasan desapercibidos- dijo galaneando. Sakura se rió aún más.

-Claro, tanto que no pueden mantener toda su ropa interior fuera de la vista de todos-.

-Solo les di lo que el público pedía- dijo el rubio con una sonrisa mientras se ponía los brazos atrás de su cabeza.

-Si lo que digas- dijo ella codeándolo. Se miraron un instante de manera cómplice por haber bromeado entre ellos y luego se quedaron en un silencio agradable, respirando y calmándose de las risas.

El rubio se paró de su asiento y ella lo miró interrogante. –Compraré una bebida, no me extrañes mucho- dijo mientras le picaba el ojo y ella le levantaba una ceja.

Se quedó mirándolo mientras se alejaba y un sentimiento de familiaridad se apoderó de ella. Un sentimiento que estaba aflorando desde que recibió el primer mensaje esa misma mañana. Circuló por su mente la duda de que quizás las cosas podrían volver a ser las mismas, pero sacudió rápido su cabeza. Aún era muy temprano para sacar conclusiones. Pero de algo si estaba segura, un crucero era su sueño, y estaba dispuesta a vivirlo con lo mejor de sus ánimos.

---------------------------------//--------------------------------------//-------------------------------------------

Pasajeros del vuelo 303 con destino a Miami por favor abordar por el andén número 7. Dejar sus maletas en la sección 6.

Esa fue la señal que hizo que ambos se miraran expectativos, para luego empezar a agarrar las maletas. La emoción podía palparse mientras ellos caminaban apresuradamente para montarse lo más rápido posible en el avión que los llevaría a la costa, donde luego zarparían en el enorme crucero. Destinos: Las islas caribeñas.

Naruto miraba ensimismado como Sakura iba delante de él, mientras de vez en cuando miraba hacia atrás para apurarlo. “Como si fuera una niña pequeña” pensó divertido. –Ey no corras tanto, si no puede q…- trató de decir el rubio, pero por tanto bamboleo, la maleta que ya le había fallado una vez le volvió a fallar. Ella lo miró y se lanzó una mano a la frente.

-¡Esa maleta no sirve!- dijo exasperada. ¡Quería llegar rápido!

Se agachó para ayudar al rubio a recoger la ropa, y aunque en un principio se olvidó de que estaba agarrando la ropa íntima del muchacho, ni el apuro pudo evitar que viera unos calzoncillos color naranja con estampados de sapitos. Lo levanto con su dedo índice y pulgar tal cual pinza y miró a Naruto con la ceja levantada.

El rubio se sonrojó y rió nerviosamente. -¿Qué? Son mis interiores de la suerte- dijo arrebatándoselos y guardándolos meticulosamente. Sakura solo se dedicó a mirarlo divertida mientras este forcejeaba para cerrar su maleta. Y ahí fue cuando encontró el problema.

-A ver- dijo y apartó al ojiazul de su maleta. Buscó algo en la de ella y luego cuando terminó la maleta finalmente estaba cerrada. Cuando el rubio logró divisar que había hecho, encontró en su maleta un candado que mantenía los cierres desgastados unidos. –Llevas mucho en esa maleta vieja Naruto-.

Él se rascó la cabeza y la miró agradecido. –Es de las pocas que tengo… Gracias por la ayuda- ella le sonrió y se paró rápidamente para seguir su camino. Él hizo lo mismo.

------------------------//----------------------------//------------------------

-¡Al fin!- dijo la pelirosa cuando ya estaban en la fila para el abordaje al barco. El vuelo no había sido extenso, pero ella estaba ansiosa por montarse en la semejante majestuosidad de crucero que estaba en frente. Quizás demasiado.

Había gente de toda clase en la fila, y predominaban las parejas y las familias. En ese momento Naruto recordó las palabras de la vendedora de los tickets fugazmente. “Le dicen el crucero del amor”. Se sonrojó y miró a Sakura con la intención de realizar algún movimiento, pero el estado de ensoñación de ella lo detuvo, la cual miraba distraída la embarcación.

También había muchos niños corriendo de allá para acá, y de vez en cuando tropezaban a las personas, cosa que ya la tenía un poco molesta. Pero la gota que derramó el vaso fue cuando estaban en el puente, a pocos pasos de internarse en el barco, cuando un niño corriendo la tropezó tan fuerte que golpeó una de las maletas que ella llevaba, haciendo que esta tropezara y callera del puente hacia el agua. Ella miró horrorizada la maleta caer. – ¡NO! ¡Mi maleta!- gritó ella mientras volteaba a ver con furia al niño que había causado tal desgracia, pero lo que vio fue a Naruto pasar por su lado sin camisa mientras se lanzaba al agua. La sorpresa la dejó perpleja.

Naruto luego de zambullirse, salió y rápidamente nadó hacia la maleta. Cuando logró alcanzar, volvió su mirada sonriente hacia su acompañante. -¡Listo, aquí esta!- gritó para calmarla, mientras recibía ayuda de los oficiales de la costa para subir de nuevo al muelle.

Subió apresurado con la maleta en su mano y alcanzó a Sakura quién aún no se lo creía.  
El rubio observó bien la maleta y se fijó que la misma era impermeable, además de que no se hundió cuando cayó al mar. -¡Pedazo de maleta la que cargas tu eh!- dijo sorprendido por la calidad de la misma.

El comentario del ojiazul hizo que ella sacudiera la cabeza, despertando de la sorpresa. – S-si yo, este… Ahí es donde está mi laptop y mi Tablet- dijo ella medio desconcertada. –Gracias- atinó a decir, y recibió como respuesta el dedo pulgar de Naruto señalando hacia el cielo en señal de victoria.

-No hay riesgo que por ti no valga la pena- le dijo de manera espontánea, sin siquiera saber que esa frase llegó como una flecha al corazón de ella. Él se puso su camisa, agarró sus maletas y una cuantas que le había estado cargando a Sakura y siguió su camino. Ella hizo lo mismo, pero sin dejar de pensar en lo dicho por el rubio, mientras lo veía caminar, con un gesto de ensoñación.  

----------------------------------//----------------------------------//--------------------------------

-¡Wow!- fue la única expresión del rubio cuando llegaron a la recepción del barco. Lujosa y de varios pisos hacia arriba, con tiendas y restaurantes distribuidos en los mismos. Parecía un centro comercial. Luego de varios minutos de observar, caminaron y llegaron al lugar donde le darían la llave y dirección de su habitación.

Luego de recibir la llave, un pensamiento que no habían analizado surcó sus mentes. “Dormiremos en la misma habitación”. Tanto el como ella se sonrojaron, y miraron para otros lados para desviar sus pensamientos hacia otros aspectos.

Caminaron según les habían instruido y luego de un buen rato llegaron a su recamara. La Habitación 213. Ella fue quién pasó la llave, pues Naruto estaba más cargado, y fue la primera en sorprenderse por lo hermosa que la misma era.

La habitación era grande y tenía una cama gigante en medio, adornada con pétalos de rosas y un juego de sábanas color púrpura. Al lado de la cama había un ventanal que daba vista al mar. Frente a la cama había un televisor enorme y pegado a un lado había un juego de mesa para dos. Había una puerta que ella intuyó sería el baño.

Entró ensimismada y de igual manera lo hizo el rubio. Dejaron sus cosas y se pusieron a observar todo con mayor detalle. -¡Qué gran habitación!- dijo ella emocionada mientras se agarraba la cara para tratar de contener su felicidad.

Naruto por su parte se dirigió al baño para verlo. -¡Tenemos jacuzzi!- dijo y Sakura salió corriendo para asomarse y verlo por sí misma. Abrazó a Naruto por detrás de la emoción, y cuando se dio cuenta de lo que había hecho, lo soltó rápidamente. El rubio por su parte se había quedado helado viendo hacia la nada, evitando tener contacto visual con ella.

Ella carraspeó un poco. –Esta genial la habitación- dijo para romper el hielo y luego salió para sentarse en la cama, seguida por el rubio. Miró por un momento al ojiazul sentado a su lado y decidió preguntar lo inevitable. –Solo… ¿Cómo dormiremos?- dijo avergonzada, esperando la respuesta de su compañero.

El rubio tragó grueso ante la pregunta. Si no tuviera un poco de autocontrol, hubiera gritado que juntos. Pero su lado caballeroso flotó sobre su lado lujurioso. –No te preocupes por eso- dijo animado. –Yo puede dormir en el piso-. “Después de todo, es algo a lo que ya me he acostumbrado” pensó.

Ella lo pensó un poco y se sintió mal por dejarlo dormir en el piso. ¿Sería adecuado que ella le dijera para dormir juntos? Él había propuesto la solución más lógica. La más confortable. Pero ella no quería dejarlo incómodo. Con una mueca le preguntó -¿Estás seguro?-. Así, le daba la oportunidad de que el diese la iniciativa y no ella, para no quedar desesperada o mandar alguna señal no deseada.

Naruto no captó la indirecta. -¡Segurísimo Sakura!- luego se paró y buscó algo dentro de sus maletas. Sacó un short y una camiseta algo vieja, junto con unas sandalias en la misma condición de antigüedad. –Pero eso es algo que podemos discutir después- dijo con una sonrisa. -¿Qué dices si le damos una probadita a esa piscina que salía en las fotos eh?- dijo mientras se dirigía al baño para cambiarse.

Ella lo siguió con la mirada, mientras sonreía ante la inocencia de él. Antes de que el llegara a su destino le dijo –Suena magnífico-.

El sonido de unas risas y la llave abriendo la puerta inundo la habitación. Eran Naruto y Sakura, quienes llegaban de la piscina.

-No me lo creo- decía casi ahogada la pelirosa mientras se agarraba el estómago.

Naruto, quien también reía, habló como pudo. –Es que… Es que no pensé que algo así pudiera suceder- dijo mientras recordaba lo sucedido, y se carcajeaba aún más.

De regreso de la piscina, los muchachos venían charlando alegremente, mientras comentaban lo hermoso que era el crucero y el atardecer que se podía observar. Decidieron recorrer un poco la embarcación y llegaron a un lugar de la misma que se titulaba “Ambiente Marino” (Solo mayores de 16 años). Vencidos por la curiosidad, entraron y descubrieron que en efecto, la sala estaba adornada tal cual el fondo marino, con muchos peces y criaturas del océano, así como estructuras tipo coral y rocas.

Estaban fascinados por lo bonito que todo se veía. Sin embargo, Sakura, al ver a Naruto tan ensimismado en la decoración, puso una cara traviesa mientras recordaba los viejos tiempos con su rubio amigo. Decidida a asustarlo, busco en la habitación algo que sabía haría a Naruto gritar como niña. Cuando lo encontró, salto de alegría.

El objeto era una escultura de cangrejo, de una tamaño considerablemente mayor al que se ven normalmente. Decidió agarrarlo, deseando que el objeto no estuviese pegado al piso, y sonrió aún más cuando logró levantarlo. Con el cangrejo agarrado con las dos manos, caminó sigilosa hasta acercase lo suficiente al rubio, y cuando logró su objetivo, lo llamó. –Mira esto Naruto-.

El rubio se volteó esperando ver a la rosa señalando algo, pero lo que encontró fue la figura más aterradora frente a él, mirándolo con esos ojos pequeños y negritos, y esas patas asquerosas que tanto lo asustaban. Salto hacia tras por la impresión, gritando con un tono más agudo de lo normal, y tropezando con una tortuga marina, cayendo sobre su trasero.

Sakura empezó a reír, y sin embargo, lo que más le causo risa no fue el susto de Naruto. A un lado de ellos, una pareja había observado todo el plan maquiavélico de la rosa de principio a fin. Cuando el plan fue ejecutado exitosamente, al hombre le causo tanta risa, que cuando se iba a empezar a carcajear, expulso demasiado aire, haciendo que una cantidad exuberante de mocos cayeran sobre su cita.

La chica, al sentir parte de su cara y ropa salpicadas, le pegó un empujón al hombre, haciendo que este también tropezara, y se clavara un coral en el trasero.

Naruto y Sakura, luego de haber presenciado aquel espectáculo, se miraron el uno al otro y se echaron a reír a más no poder, mientras la otra muchacha le reclamaba fúrica al pobre hombre que aún se sobaba las nalgas en el piso.

-Que buena “acogida” le echó el mar- dijo el rubio riéndose, mientras la rosa se cuajaba aún más de la risa.

Sakura se controló como pudo y también lanzó su chiste. –Te imaginas Naruto: “Doctor, ¿Cómo están mis resultados de la próstata?”- Luego, hizo como si respondiera el doctor. –“No sé, pregúntele al coral”-.

Naruto no aguanto y se agachó, adolorido por tanta carcajada. La rosa, quien también estaba agotada, se limpiaba las lágrimas de risa con su dorso, mientras se sentaba en la cama y se empezaba a calmar.

Naruto, luego de un rato la imitó. Cuando se sentó al lado de ella, ya estaban casi tranquilos.

-Extrañaba estos momentos- dijo la rosa, viendo tiernamente al rubio, con un sonrisa radiante en su cara.
El rubio la miro sorprendido, y luego sonrió. –Yo también-.

-------------------------------//-----------------------------------//-----------------------------------------

La noche había trascurrido tranquila. Al final, habían decido dormir como ya habían hablado, evitando así cualquier situación embarazosa. La primera en despertar fue la rosa. Se estiró en la espaciosa cama, debajo del edredón que tan exquisitamente la había acurrucado durante la noche. Se estrujó los ojos y se sentó a observar a ningún lado en particular mientras se desperezaba.

Miró a Naruto dormir plácidamente sobre el colchón de sábanas y cobijas que habían improvisado, e hizo una mueca al verlo allí. La cama era suficientemente espaciosa para los dos. Ensimismada viéndolo, empezó a recordar sus viejos tiempos en la escuela y la secundaria. Como reían y como eran inseparables, como él la cuidaba, y ella de él, como se llamaban todos los días, como ella se había enamorado de él. Su pecho empezó a llenarse más y más de aire, obligándola a suspirar en ese estado de ensoñación. Como lo extrañaba desde que se había ido, y ahora, allí estaba a pocos metros suyos, dormido como un niño.

Sintió el deseo de pararse y acariciarle el cabello, pero fue interrumpida cuando él se movió en su sitio, se rascó la cabeza, y se volteó, dándole la espalda. Ella aún seguía mirándolo. “Regresaste hace 2 años, y sin embargo, nunca volviste a mí” dijo ella desanimada, recordando su desastroso último encuentro.

“No estoy aquí para preguntas… Y menos si son preguntas estúpidas del por qué me visto asi” dijo ya molesto un rubio con la pinta de un desamparado, dejándola anonadada en su lugar. Ella le había hecho solo dos preguntas. La primera desató todo, y la segunda lo empeoró. ¿Y tu papá? y ¿Por qué estas vestido así?
“yo… solo quería” trató de disculparse la rosa, pero el rubio la interrumpió.
“Yo sabía que sería asi… Tú también eres materialista... Como todos aquí”. Dicho esto, se fue sin decir otra palabra, dejando a la ojiverde confundida y golpeada emocionalmente.

Sacudió su cabeza rápidamente. Ese recuerdo era tan increíble en el sentido de que podía incluso jurar que ese con quien hablo no era el rubio.

-¿Qué tanto piensas?- dijo el rubio desde su lugar, acostado de lado y apoyando la cara sobre su mano. La rosa salió del trance sorprendida.

-Yo pensaba… pensaba que- dijo dubitativa. Este rubio que estaba en la habitación con ella definitivamente era el que ella conocía, y eso no lo iba a arruinar. –Que buen día pasamos ayer- dijo sonriente. El rubio sonrió radiante en respuesta.

-Ya me dirás en que pensabas- dijo divertido. Ella se sonrojó al haber sido descubierta. –Eso es lo bueno de conocerte-. Sakura sostuvo el aliento y sintió su corazón palpitar muy fuerte. Se puso sentimental, y sin poder evitarlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Naruto se paró e inmediatamente se sentó a su lado y puso una mano en su antebrazo. -¿Qué sucede?- dijo buscando sus ojos.

-No sabes cuánto anhelé verte de nuevo Naruto… De ver esa sonrisa- dijo devolviéndole la mirada. –Pensé que jamás volvería a encontrarme contigo-.

Naruto procesó todo lo mejor que pudo. –Aquí estoy- dijo apretando su agarre.

-Me dolió mucho-. Ella no tuvo que decir más nada. Naruto sabía a qué se refería ella.

La expresión del rubio se tornó seria. –Te soy sincero… Yo tampoco pensé que volvería- luego la vio con ternura. –Pero todo ese tiempo estando cerca de ti y a la vez más lejos que nunca, supongo que… Que las ganas de ser feliz volvieron-.

-¿Por qué?-.

De nuevo, el rubio la entendió. –Perdóname, Venía de una etapa de mi vida muy turbulenta- dijo arrepentido de su trato hacia ella. Sakura lo miró expectante y el suspiró. –Escapé de mi hogar cuando me enteré la verdad sobre mis padres- apretó las mandíbulas y lo soltó. –Mi mama… Ella murió porque mi papa estaba drogado cuando chocaron- El rubio sintió su pecho arder, nunca había hablado de eso con nadie. –Ella iba manejando, pero él estaba discutiendo con ella, ella se distrajo y no vio la luz del semáforo cambiar-.

Sakura lo vio, dolida, desmoronarse en frente de ella. Agarró su mano y la atrajo a su mejilla. Cerró los ojos al contacto. No sabía que decir, y sinceramente, no quería decir nada.

-Sabes, si mi papa al menos hubiera querido reivindicarse… Pero no, solo se sumió en el alcohol más y más- dijo sollozando. Sakura lo miraba aun con su mejilla apoyada en su mano. –La razón de mudarnos fue porque no aguantaba el escarnio público-.

La rosa esta vez puso una mano en la mejilla de él, limpió sus lágrimas con el pulgar y luego se acercó para darle un abrazo. Naruto no aguantó más sus ganas de llorar y decidió desahogarse con un llanto puro en el hombro de la chica.

------------------------------//------------------------------------//---------------------------------

El aire les pegaba fuertemente en sus rostros, mientras contemplaban la isla paradisiaca a la que estaban a punto de llegar. Habían decidido ver tv mientras se hacia la hora de llegada, y cuando faltaban poco más de 10 minutos, salieron. Se respiraba un buen ambiente.

La rosa miró a su amigo rubio con una sonrisa mientras le agarraba la mano. Él le devolvió la mirada, sonriente igual. Se sentía feliz, sin peso, nuevo. –Así que esa es Aruba- dijo viendo esta vez la isla, ya cerca.

-¡Sí! Que emoción Naruto… Me moría por venir-. Sakura pegaba saltitos de alegría tal cual niña.

-¿Naruto?- dijo alguien detrás de ellos. Cuando el rubio volteó a ver quién lo llamaba, ella sonrió. -¡Eres tú!, wao que coincidencia- dijo mientras lo abrazaba emocionada.

Sakura inmediatamente le soltó la mano al rubio, y le lanzó una mirada de intriga. –Eh… Hola Shion- dijo desconcertado, mientras veía a la rosa y trataba de explicarle lo que sea que ella le estuviera preguntando, con gestos. –Realmente… que coincidencia- dijo con desgana. “Esto se va a poner feo” pensó el rubio mientras veía a Sakura molestarse de manera exponencial, sin encontrar como zafarse del asfixiante abrazo que recibía.