Desde el principio (Capítulo 5) (20/08/14) [+16] {C}

La paz y la tranquilidad reinaban en la acogedora aldea de Konoha, los pájaros cantaban, los niños saltaban y correteaban de un lado a otro con una enorme sonrisa en el rostro jugando a ser ninjas, el viento soplaba con delicadeza y el sol lo acompañaba con una suave temperatura, parecía un día perfecto.

En el centro de la aldea, se situaba una pequeña y rosada casa.

De su interior salía una pelirrosa conocida como Sakura Haruno, de tez blanca nívea , largo cabello rosa, brillante y ondulado hasta la cintura, grandes y expresivos ojos de color verde jade, vestida en una blusa muy simple de color rojo que mostraba una parte de su ombligo, combinada con una minifalda blanca y por debajo un short negro, unas botas negras hasta la rodilla y unos guantes del mismo color.

Sakura caminaba con la espalda erguida y a paso lento, después de todo todavía faltaba 2 horas para tener que acudir a su primer día en la academia ninja.

Sakura acaba de cumplir los 13 años, hace 3 años exactamente, Sakura deshecho aquella personalidad inmadura, insegura y superficial a la basura, y sin decírselo a nadie decidió centrarse en su entrenamiento personal,para su desgracia, ella sola no consiguió llegar demasiado lejos, mejoró notablemente su nivel, además de aprender nuevos jutsus, incluso llegó a descubrir que dispone de dos elementos, el “elemento agua” y el “elemento viento”, también descubrió que combinándolos podría llegar a conseguir crear el “elemento hielo”. Pero a pesar de controlar rematadamente bien su chakra y de sus esfuerzos, era incapaz de controlar los elementos. Aún así eso no la desanimaba, al contrario, estaba aún más decidida a aprender a controlar sus elementos y conquistar su nueva meta y no era una cualquiera, su mayor deseo era: convertirse en la Kunoichi más fuerte que jamás haya existido. Su meta estaba clara, la gran pregunta era ¿cómo?

—¡Ey, frentona!— la voz de su ex-mejor amiga llamó su atención.
—Hola, Ino—saludó ella con una sonrisa.
—¿A dónde vas tan temprano?—preguntó con curiosidad la rubia.
—Como no tenía nada que hacer en casa, he decidido ir a la academia—concretó la de pelo rosa.
—¿Tan temprano?—preguntó dudosa la rubia con una sonrisa maliciosa— A mí no me engañas frentona, estás intentando llegar temprano para sentarte al lado de MI Sasuke-kun, ¿verdad?—la acusó con burla y Sakura rió con autosuficiencia.
—Se nota que hace mucho que no hablamos Ino—le comunicó con una serenidad que extrañó a la rubia— Sasuke es algo del pasado, sólo eso—aclaró para rebasar a una sorprendida Ino.
—S-sa-sakura ¡espera!—corrió Ino hasta alcanzar a su rosada compañera.
—¿Qué te pica?—preguntó con sorna la rosada.
—Oye, ¡no te burles de mí!—le reclamó su compañera con un puchero muy infantil—Sakura perdona es que estoy sorprendida con tu...¿nueva actitud?—preguntó ella con duda.
—No es nueva sólo me di cuenta de que ya no soy ninguna niña, no tengo tiempo para andar detrás de amores infantiles, debo hacerme muy fuerte.
—¡Vaya! Bueno no entiendo porque te quieres hacer tan fuerte de repente—le dijo Ino contrariada.
—¿No lo sabías? ¡Las mujeres debemos ser fuertes para sobrevivir!—exclamó la pelirrosa con determinación y siguió su camino.

Ino calló, jamás había imaginado que Sakura maduraría, al menos, no tan rápido.

Ino se detuvó y la observó desde atrás, y recordó con nostalgia la primera vez que se encontró con la pelirrosa, aquella niña tan insegura y llorona que veía siempre en el parque, hasta que cierto día decidió saludarla y conocer que había detrás de tantas lágrimas, recordó como se hicieron amigas, luego buenas y al final simplemente las mejores, recordó cada sonrisa, cada mirada y cada día al lado se su compañera, y por último  también recordó esta vez con amargura como dejaron de serlo, para pasar a ser enemigas y rivales.

—Estás floreciendo antes de lo que pensé Sakura—pensó Ino dedicando una sonrisa sincera a la ojijade.
—¡Oye, Ino! ¿Tanto te pesa el culo? ¡Date prisa!—gritó Sakura deteniéndose a mirar a su colega y  sacándola de su trance.
—No te pases, ¡frente de marquesina!—contraatacó la de ojos azules rechinando los dientes.

Las dos caminaron en silencio hasta que Sakura interrumpió.

—Ino yo me voy por aquí—comunicó la pelirrosa y desviándose de la trayectoria.
—Pero la academia está por el otro lado—informó extrañada la otra.
—Lo sé, todavía falta más de 1 hora para que tengamos que estar allí así que iré a recorrer un poco el bosque.
—De acuerdo, frentona—asintió Ino, se despidió con la mano y se  alejó—¡Ten cuidado!—gritó la de ojos azules a lo lejos.

Sakura sólo asintió y tomó una nueva trayectoria hacia el bosque. Tras caminar aproximadamente unos 15 minutos escuchó unos fuertes estruendos procedentes del campo de entrenamientos, con sigilo y precaución se acercó al campo, no sin antes ocultar su chakra.

Se asomó y lo primero que pudo divisar fue una melena rubia.

Ahí estaba una vez más, ocultándose y dejando que su admiración crezca todavía más.

Sakura observaba a aquella mujer de fuerte carácter y enorme poder destructivo sin perder ni el más mínimo detalle de todos los movimientos de la “Princesa Tsunade”.

Tsunade fue secretamente la fuente de inspiración de Sakura, hace 3 años el tercer Hokague fue sustituido por esta mujer a causa de la vejez. Sakura no mostró demasiado interés en ella hasta que por casualidad la descubrió entrenando en el mismo campo de este momento. Le impresionó de sobremanera como ella podía partir rocas de tamaños gigantesco con sólo un dedo, desde entonces Sakura cambió de parecer, y decidió superar a la mismísima Hokague.

—Es el momento—susurró Sakura para sí aspirando aire en los pulmones y saliendo de su escondite por fin—Tsunade-sama—pronunció llamando la atención.
—Vaya... Por fin te dignas a salir—le contestó Tsunade con una sonrisa.
—¿Sabía qué estaba aquí? ¿Cómo es posible?—le preguntó Sakura sorprendida.
—Pareces tener un control muy preciso de tu chakra al poder ocultarlo tan bien pero no soy la Hokague por nada, Sakura—le aclaró.
—¿Cómo sabe mi nombre?
—Has estado mucho tiempo observándome en mis entrenamientos en estos años, ¿realmente crees que no me daría cuenta? Yo también te he observado entrenar... En todo caso, ¿a qué has venido?—quiso saber la Hokague.
—Tsunade-sama, ¡tómeme como su discípula por favor!—le pidió Sakura a la Sannin haciéndole una reverencia.

Tsunade se sorprendió con la propuesta hecha por la chica de pelo rosa y se tomó un buen tiempo reflexionando, mirando de arriba a abajo a Sakura, tanto que por un momento, le pareció ver en ella...

—De acuerdo pero te aseguro que no va a ser fácil y además...¡no tendré piedad!—la intimidó la Sannin.
—No importa lo que me tenga que hacer, le demostraré de lo que soy capaz ¡SHANARO!—gritó con el puño levantado y mucha energía la rosada.
—Te esperaré aquí mañana a las 5 de la mañana, ¡no te atrevas a llegar tarde!


Sakura  se despidió con una reverencia de su futura maestra,  y corrió velozmente dirección a la academia, en menos de 10 minutos ya estaba para frente a la puerta del aula. Dio un largo suspiro antes de atravesar la puerta de su clase, encontrándose con todos los que serían sus nuevos compañeros.

Más que una clase parecía un circo, cada uno iba a lo suyo, lo que más le llamó la atención fue un grupo de chicas peleándose por cuál de ellas se sentaría al lado de Sasuke Uchiha.


Sasuke era el típico chico popular, por la que todas las chicas sufrían un orgasmo nada más verlo, de tez blanca, pelo color azabache hasta la barbilla y de profundos ojos del mismo color. Lleva la típica vestimenta del clan Uchiha, chaqueta azul de cuello alto junto con unos pantalones cortos blancos y unos calentadores de brazos de igual color.

Sasuke ni siquiera se molestaba en girar a verlas, seguía en su postura, con los codos apoyados en la mesa y los dedos entrecruzados, a su lado se encontraba Naruto Uzumaki, de tez ligeramente morena, con un alborotado y medio-largo pelo rubio, y unos grandes ojos azules color cielo, sin embargo los rasgos que más caracterizan a Naruto son las tres marcas en cada mejilla que tiene forma de bigote, usualmente lleva una chaqueta de color negro y un toque de naranja al igual que su pantalón.

—Yo me sentaré al lado de Sasuke-kun—decidió una.
—Ey, ni lo intentes, seré yo quién se siente al lado de Sasuke-kun—saltó otra.
—¡Quitaos del medio!—intervino Ino.

Sakura observaba la escena con una mueca, le fastidiaba pensar que así se veía cuando estaba encaprichada por el Uchiha.

—Será mejor que me busque un sitio para sentarme—susurró la de pelo rosa y se dirigió a la primera fila lo más alejada posible de todos, sorprendentemente bajo la atenta mirada de las chicas, Naruto e incluso Sasuke.
—Ey, Ino—Susurró una fangirl de Sasuke—¿No te parece que Sakura esta actuando raro? Ni si quiera ha mirado a Sasuke-kun.
—Hablaré con ella—Ino se preparó para dirigirse a hablar con Sakura pero alguien le tomó la delantera.
—Hola, Sakura-chan—la saludó un rubio con una sonrisa de medio lado.
—Hola—le contestó ella con indiferencia.
—Sakura-chan, ¿puedo sentarme a tu lado?—preguntó él de la misma manera que ella.
—Por mi no hay problema, es un sitio público—le contestó ella dedicándole por fin una mirada, cosa que tendría que haber hecho mucho antes.
—¡Madre mía! ¿Cuánto tiempo hace que no veo a Naruto?—pensó Sakura mirando a Naruto realmente sorprendida, Sakura estaba que no se lo podía creer, Naruto estaba ligeramente más alto que ella, su pelo rubio había crecido notablemente (igual que el de su padre), sus ojos parecían desprender un brillo especial, al parecer también había cambiado su forma de vestir, sustituyendo el azul de sus característico traje naranja por el negro, y no sólo eso...incluso parecía desprender cierta aura de misterio.
—¿No estás nerviosa? Hoy nos asignan los grupos—le preguntó el rubio interrumpiendo los pensamientos de esta e intentando entablar una conversación.
—La verdad es que un poco sí, al fin al cabo no podremos cambiarnos de grupo, además habrá que trabajar en equipo y desde luego no sería lo mismo con cualquiera—comentó la pelirrosa saliendo de su trance y Naruto sonrió levemente, al parecer era su día de suerte, la ojijade hablaba abiertamente con el sin tapujos y encima ni siquiera le dedicaba una mirada al “emo” como le decía él.
—Oye, Sakura-chan,¿te encuentras bien? Hoy no actúas de la misma manera que que siempre, en realidad ahora que lo pienso—se dijo llevando una mano en la barbilla—hace mucho que no te veo actuar de la misma forma que antes.
—No se a que te refieres Naruto—contestó ella sin entender.
—Pues que ya hace bastante tiempo que no te veo cerca del “emo” como antes, bueno en realidad hace tiempo que no te veo, te busqué por la aldea pero no te encontré, ¿has estado fuera?
—No, sólo estuve más centrada en mi entrenamiento y no tuve tiempo de andar por la aldea—le explicó la de pelo rosa a lo que Naruto rió suavemente.
—Vaya...hoy Naruto parece...¿diferente? Jamás había conversado con él de esta manera , un momento...¿desde cuándo el baka de Naruto me parece simpático...además de...guapo?—Sakura estaba teniendo una batalla consigo misma.
—Sakura-chan...oye Sakura-chan...¿me estás escuchando?
—¡Sí! Perdona es que...
—Todos siéntense y escuchen atentamente,  a continuación les informaremos a que grupo están asignados cada uno—intervino el profesor Iruka.

El profesor Iruka fue nombrando uno a uno los integrantes de cada grupo con su número de equipo, hasta llegar el turno al..

—Equipo número 7, integrantes: Uzumaki Naruto; Uchiha Sasuke; Haruno Sakura.
—Menuda suerte, nos ha tocado en el mismo equipo Sakura-chan—dijo Naruto con una sonrisa disimulada.
—Si... que mala suerte tengo, de todos los equipos me ha tenido que tocar justo con Sasuke—se quejó la pelirrosa en bajo—Justo cuando quiero evitarlo—dijo Sakura en un suspiro.
—¿A quién?—preguntó con curiosidad el rubio.
—Oh.. No te preocupes no es nadie—mintió la pelirrosa con una sonrisa forzada.
—Oye Sakura-chan como estamos en el mismo equipo, ¿te apetece que vayamos a comer juntos cuando acabe todo esto?—preguntó el rubio con una sonrisa.
—No hay problema.

Iruka siguió con su lista.

—Equipo número 8, integrantes; Inuzuka Kiba; Hyuga Hinata; Aburame Shino
—No estoy en el mismo equipo que Naruto-kun—pensó Hinata con tristeza.
—¿Qué te parece nuestro nuevo equipo, Akamaru?—le preguntó el Moreno a su perro y este ladró con aprobación.

Shino no dijo nada e Iruka siguió.

—Equipo número 9, integrantes; Rock Lee; Hyuga Neji; TenTen.

Los tres ninjas nombrados se mantuvieron en silencio.


—Y por último...equipo número 10, integrantes: Nara Shikamaru; Akimichi Choji; Yamanaka Ino

—¡¿Qué?! ¡No me lo puedo creer! Yo quería estar con Sasuke-kun—se quejó la rubia gritando, a lo que Shikamaru y Choji suspiraron.
—Qué problemático..—respondió el Nara con aburrimiento.
—Yo mientras pueda comer...—comentó Choji comiendo una bolsa de patatas fritas.
—Eso es todo por hoy, podéis ir saliendo.

Sakura y Naruto salieron de la clase.

—Ven—le dijo Naruto pidiéndole que le siguiera.
—¿A dónde vamos?
—Sólo sígueme—le dije Naruto con una sonrisa.

Sakura lo siguió en silencio hasta que los dos se detuvieron frente a un majestuoso árbol Sakura.

—¿Por qué aquí?
—¿Acaso hay algo más hermoso que Sakura?—preguntó el rubio mientras miraba al árbol con nostalgia.
—Tienes razón, el árbol Sakura es realmente hermoso—contestó la ojijade mirando al árbol de la misma forma.
—No me refería al árbol—confesó el ojiazul mirando esta vez a Sakura.
—¿Entonces a que te referías?
—Vaya... Y yo que pensé que eras inteligente—se burló el rubio.
—No me llames tonta, baka—dijo ella dándole una palmada en el hombro fingiendo falso enfado.

Sakura no quiso admitir hasta que punto le encantó esa respuesta de Naruto, por supuesto que no, no le daría ese gusto.

—Pues deberías—dijo él de repente.
—¡¿Qué?!—exclamó Sakura, parecía que le había leído el pensamiento.
—No te asustes no te he leído el pensamiento.
—¿Entonces cómo...?
—De tanto mirarte, ya me conozco todos tus gestos y expresiones, así que puedo leerte con facilidad—le aclaró él.
—Me estoy empezando a asustar, ¿desde cuándo Naruto es tan...cool?—dijo para sí Sakura.
—Ey, vosotros dos—una voz fría llamó la atención de la pareja.
—¿Qué quieres, teme?—preguntó Naruto molesto por la interrupción.
—Hhmp sólo vengo a comunicaos que mañana a las 9 de la mañana conoceremos a nuestro sensei—informó el azabache.
—¿Dónde le esperaremos?—preguntó Sakura.
—En el aula de hoy.
—Naruto, tengo hambre, ¿empezamos a comer ya?—pidió la pelirrosa llevándo su mano a su tripa vacía mientras se daba la vuelta a coger su cesta de aperitivos.
—Sí, claro—contestó el rubio y sacó un pergamino.
—¿Para qué es eso?—preguntó Sasuke.
—Anda Sasuke, ¿sigues aquí?—decía Naruto con un pequeño tic en el ojo derecho—Venga vete ya teme o me estropearás la cita con Sakura-chan— susurró Naruto intentando disimular su incomodidad pero no lo hacia demasiado bien y Sasuke pareció notarlo.
—Sí, y la verdad me preguntaba, ¿puedo comer con vosotros?
—¿Qué? ¡No me jodas!—pensó Naruto pues al parecer no le agradó la idea— Oye Sasuke..ven conmigo un momento—Naruto cogió a Sasuke por el brazo con fuerza y lo llevo lejos de Sakura—¿Acaso no ves que es el momento ideal para que estemos sólo Sakura-chan y yo?—le reclamó el rubio y Sasuke puso una sonrisa realmente aterradora, maliciosa y traviesa.
—Somos un equipo, ¿no? Creo que es buen momento para estrechar lazos—dijo Sasuke en alto observando las reacciones de Naruto, la verdad era que le divertía bastante molestarlo.
—A mi me da igual—intervino Sakura indiferente—Por cierto Naruto...¿qué hay en el pergamino?
—Bueno...había preparado un picnic para nosotros dos—confesó Naruto riendo sonrojado y llevando una mano a su nuca.
—¿De verdad? ¡Qué gran idea!—concordó ella con energía.


Naruto utilizó el pergamino y de él salió un mantel blanco con pequeños corazones rojos, un par de cestas con comida variada, servilletas, palillos, incluso una caja de bombones con forma de corazón.

—¡Uy, qué pena! Come veis... sólo he traído para dos—dijo el rubio lanzándole una clara indirecta muy directa mirando a Sasuke—Me temo que no hay sitio para ti—escupió el ojiazul.
—Por mi no hay problema, he traído mi almuerzo—contestó el azabache con una sonrisa de medio lado mientras desafiaba a Naruto con la mirada.
—¡Joder, maldito Sasuke! El único día que puedo comer a solas con Sakura-chan y viene a estorbar—Maldecía Naruto en su interior.
—Naruto, ¿empezamos a comer ya? Me muero de hambre—pidió Sakura pues estaba comenzando a impacientarse.

Naruto miró a Sakura y de inmediato cogió todo lo necesario y lo expuso en frente de ella.

—Adelante, Sakura-chan—le invitó el rubio y ella enseguida abrió las cestas, y de una de ellas sacó un par de sándwiches, uno se lo quedó ella y el otro se lo ofreció a Naruto.


Sasuke miraba la escena incrédulo, esos dos parecían llevarse a las mil maravillas y lo que era peor, Sakura “la molestia”, como él la llamaba, no le hacía ni el más mínimo caso, en realidad esta vez él parecía el que molestaba.

—¿Qué esta pasando aquí?—se preguntó el azabache para sí.