La Hija de la Luz [TP] [NS] [Fantasía, Amistad, Amor, Prosa&Verso] [30/05] [C]; Capitulo 1: La niña y la luciernaga (Parte 1)

Prologo; Notas de Autor

Este fic es un proyecto inspirado en la obra de Ubisoft Montreal; Child of Light. Este es un proyecto un tanto dificil, puesto que no es sencillo hacer una obra solo en verso y que la obra en prosa pierde intensidad, se entremezclaran descripciones y situaciones en prosa (pues hacen mucho mas facil la identificacion de ciertos elementos) y los dialogos de los personajes en verso. Dado esto quizas tenga que alternar entre diferentes formas de narrar el verso (indicando el nombre de quien habla de antemano, al estilo teatral) o señalandolo con colores (incluso podría ser alguna mezcla de ambos) iré probando que estilo gusta mas y cuando la obra esté termianda se reactualizará todo.

No es un fic que tendrá treinta capitulos, no es al menos mi intencion. La historia será ligera, es decir el argumento no va a ser ni una revuelta ninja ni nada de ese estilo, es una especie de poema transmutado en belleza musical, no por ello la historia no tiene profundidad, habrán algunos temas que son lo suficientemente profundos para que "un cuento infantil" pase a ser algo mas. Y si, esta es una historia suvae pero no por ello deja de ser interesante.

Cuando haya un reproductor de musica situado sobre esta plantilla, aconsejo escucharlo aunque sea por la ambientacion que concuerda con la propia tematica del fic. Si el fic gusta ademas, subiré diversas cartas que hablen un poco mas de la historia o el mundo de Lemuria escritas ellas, logicamente, en verso.

Capitulo 1; La Niña y la Luciernaga (Parte 1)

Todo era silencio y movimiento, calma entre un risonante viento que aullaba entre las cañas de azucar que crecían del suelo y emergían conformando un denso capilar vegetal. El fondo adquiría tonos verdosos, entremezclandose el verde esmeralda con la oscuridad de las nubes que azotaban el cielo. No llovía, ni siquiera chispeaba, pero la luz sobre la bóveda celeste apenas la tierra bañaba. La Gran Lemuria no solía ser visitada desde hacía muchos, muchos años, habían pequeños santuarios por los caminos de tierra que atravesaban el bosque, uno tan frondoso a veces que era dificil entender como alguien pudo haber vivido allí.

El Santuario era una construccion especial, de unos seis metros de altura descansaba sobre su cima rectangular, abierta al aire libre una especie de ataud ancestral. Entre aquella caja de negra piedra no descansaba ningun alma cansada, ni reposaban en su interior misterios o secreto, simplemente era un arcón de dos metros de largo por medio de alto. Junto a él danzaban suavemente varias ramas verdosas que rompían la tierra que se había acumulado en la cima del santuario.

Todo parecía tranquilo, todo parecía inmutable, como si no fue a cambiar nunca. Mas, cuando todo seguía como siempre siempre había sido y siempre fue, los astros se alinearon para cambiarlo. Sobre aquella negra y ónice superficie emergió un destello de luz en forma de desgarro, como las pupilas de un gato, tan alto y tan intenso que las sombras que gobernaban en silencio aquel lugar sintieron la fuerza de la luz y huyeron durante unos breves, segundos. La luz se concentró en una esfera de tamaño mediano y cuando se apagó de sopetón dejó tras de si a una niña de nueve años, cuyo cabello rosado como el interior del pomelo descendía en una larga melena que descendía hasta tocar el final de su espada. Sus vestidos eran extraños, singulares y peculiares. Con un pequeño polvo brillante su figura comenzó a hacerse mas visible, y su vestido de color amarillo con unos delicados volantes al final del mismo, el cual llegaba a dejar al descubierto sus finas y de aspecto delicadas, piernas.

Sobre su rostro una corona encontraba descanso, bañada en el oro mas preciado, parecía haber encontrado una paz eterna que se quebró cuando, tras abrir sus jades orbes, observo el mundo en el que estaba sin saber como o porqué había llegado a donde estaba pues su mente no parecía tener recuerdos del lugar en el que reposaba, ni mucho menos tener un altar negro como la noche sobre su espalda, ¿donde estaba su cama de plumas blandas? Se reincorporó, medianamente agitada, con mezcla de sorpresa y desconcierto. Abrió su voz al mundo exterior y habló por primera vez.

Su cabello danzó a su son, como si el aire no lo hiciera caer, todo se había detenido, la brisa pareció encogerse como una inhalación profunda que arrebató el aire a Gran Lemuria. Tras unos instantes su pies desnudos pisaron el suelo pero no sintió dolor, sino un suave frío pero recordó el calor que tuvo hacía unos minutos para ella y le agradó.

Descendio aquellos peldaños que conectaban con el nivel intermedio, acelerada, con su pecho agitado y con el cerebro alborotado, ¿que era aquel lugar? ¿Donde estaba su hermosa casa y su amado padre? Trató de seguir bajando hasta el nivel del suelo, quizas se había desmayado, quizas se había perdido pero su casa encontraría, y a su familia. Observó entonces un gran mosaico, grabado en algo parecido a algun metal de color amarillo apagado, habían cuatro simbolos que no entendía en composicion, dos ramas vegetales a izquierda y derecha de aquel especie de lienzo metalico pentagonal y en la parte superior yacía el dibujo de una estrella, mientras que en el inferior se encontraba el relieve de una luna menguante.

Con audacia descendió por los peldaños y vio como un camino se desplegaba en dos direcciones, estaba sola, indefensa en un bosque en el que los arboles la decuplicaban en tamaño, las sombras parecían moverse por doquier y ella no sabía hacia donde ir.

Sin embargo, caminó hacia su derecha, siguiento un camino que de peligroso solo tenía el desconocimiento de saber a donde te llevaría, por el resto no había visto en unos largos minutos ni una sola criatura, ni amigable, ni enemiga. Simplemente parecía un bosque de aquellos cuentos que su padre le leía, donde una princesa de cuento se escondía de una malvada madrastra, bruja o asesina. Se detuvo frente a un cartél de color ocre donde escrita en plata había;

Hizo caso al cartel, todo esto era un sueño, debía de serlo, asi que no perdería nada si seguia las señales que el destino le ofrecía. El camino se hizo estrecho y fino mientras la oscura vegetación crecía en torno a ambos lados del sendero, los arboles se imponían a las nubes sobre las que el sol apenas conseguía profundizar en aquella oscuridad vegetal. Un gran tronco hueco descansaba tumbado en el camino mas la flora lo había recubierto y moverlo no era efectivo pero podía usarse como un pequeño tunel, donde cuanta menos luz se apreciaba unos brillos azules comenzaron a hacerse notar entre las gruesas hojas de las plantas mas fragiles cercanas al suelo.

Su voz resonó con suavidad, danzando entre la pared celulósea del tronco, con un pequeño salto salió de su interior y siguio su camino, aquel parecía un lugar entremezclado con lo siniestro y lo mágico y aunque parecía amenazante ella no sintió miedo alguno, estaba sola era cierto pero no tenía nada de que temer o al menos ella no había visto nada que le generara aquello. El camino se cortó al poco de salir por el tronco, y tuvo que ingeniarselas para conseguir escalar por las ramas de un arbol, quizas eran tres o cuatro veces mas gruesas que ella asi que soportaron a la perfeccion su peso.

Cuando saltaba de rama en rama, estas crujían con la suavidad de una silla antigua cuando se mecía, pero apenas temblaban, apenas se movían. Ascendió hasta que aquella especie de camino vegetal desembocaba en el perfil de una formacion rocosa sobre la cual seguía aquel camino. ¿Habría desaparecido el camino y la naturaleza creció para subsanar esa necesidad, o siempre había sido ese el recorrido?

Tras proseguir por el camino se acercaba mas a su destino. La vegetación se apartó, los arboles se hicieron mas escasos los unos a los otros, mas fragiles y sin hojas que cubrireran su superficie, el sol se estaba poniendo pero por la gris capa que tenía el cielo apenas podía notarse. Una niebla en el fondo surgía, avanzaba cual ejercito dormitante, lento y cansado pero seguro al mismo tiempo. Cuando los minutos pasaron y las criaturas del bosque, las nocturnas, despertaron pudo observar una vieja edificacion.

Retrocedío un par de pasos, trató de abrir la puerta haciendo girar su pomo pero la madera de color gris no pareció ceder, quizas en ese lugar nadie debía de haber. Algo comenzó a brillar, pues las ventanas de la casa senda luz hicieron rebotar. Su color rosado era atrayente como la luz a los mosquitos y ello fue lo que movió las verdes orbes de la joven. En la distancia a unos quizas cien largos pasos un arbol refulgía entre la suave neblina, de color rosado como su cabello que danzaba en torno a su cuerpo como si la inercia fuera propia de él, por instinto, quizas por necesidad o por sentirse segura hacia allí comenzó a caminar, pero su necesidad fue tan grande, que su paso aligeró, comenzó a correr hacia allí, ¡era un cerezo! Su arbol preferido. ¿Una señal? ¿Sería su forma de llegar a casa?

El cerezo se asentaba entre seis rocas que parecían protegerlo del contacto, bajo su luz volvió a hablar, quizas escuchara sus deseos.

Sus lagrimas de sus ojos salieron, por sus mejillas descendieron y varias de ellas murieron sobre su vestido amarillo, algunas cayeron sobre sus desnudas piernas y alguna afortunada lo hacía sobre el suelo de tierra. Fue entonces cuando las hojas del cerezo se movieron, empujados por una fuerza inusual dada la ausencia de ninguna rafaga de aire, entonces, otro resplandor blanco, el mismo con el que ella había llegado, se esfumó casi con la misma rapidez con la que apareció salvo que dejó una epecie de gran gota de agua, como el puño de la niña y de un color azul cian hermoso flotando por el aire, tenía ojos, y una pequeña boca. ¿Que era?

La luciernaga se acercó mas al rostro de la chica, mientras ella seguía negando la evidencia que parecia ser cierta, mas la luciernaga tenía mas cosas que decir.

Extrañada hizó un mohín con la nariz, ¿acaso esa minúscula criatura (que de minuscula tampoco tenía mucho) de ella se estaba burlando? Bufó exhaspearada ¡quería que alguien la ayudara, no que la enredara!



Leyenda para futuras conversaciones con los personajes, se mantendrá siempre el mismo color para que no se lien, el listado actual es:

1. Sakura (#cc0000)
   
2. ¿Luciernaga? (#3399ff)