La Reina de nuestro Castillo.

Hola, muy buenas a todos. Despues de un tiempo largo de no haber publicado un one-shot, traigo uno especial por el dia de las madres el cual es bastante simple ya que lo escribi a la rapida en un tiempo libre que tenia entre clase y clase, el cual no es muy largo.

Espero que les guste y como dije, es bastante simple.

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– ¿Por qué tenemos que hacer esto? – pregunto una infantil voz siendo esta femenina, es decir, la dueña de aquella voz era una niña pequeña.

Esta niña pequeña tenía unos ocho años de edad, teniendo una piel blanca y suave, resaltando en su rostro unos brillantes ojos verdes así como una cabellera larga de color rubio dorado. Esta vestía un pantalón y una polera de pija de color naranjo claro, estando a pies descalzos en lo que era la cocina de la casa.

– Porque es lo que tenemos que hacer. – respondió una voz masculina, gruesa, claramente adulta.

Este hombre era alto y tenía un cuerpo notoriamente musculoso el cual se notaba mucho debido a que se encontraba usando una polera sin mangas de tirantes y mostraba un marcado cuerpo. Su piel estaba levemente tostada y sus ojos eran de un brillante azul, teniendo además un cabello un tanto largo con unos cuantos mechones desordenados y lisos del mismo rubio dorado que la niña. Este vestía unos pantalones negros junto a aquella polera blanca.

– ¿Pero por qué? – insistió en su intento de saciar su curiosidad.

– Bueno, es una forma de reconocer el amor que sientes por ella. Todos lo hacen este día, y tú al ser una chica, cuando crezcas también vivirás esto con tus hijos. – explico tranquilamente aquel hombre que se encontraba junto a aquella niña.

– Yo no tendré hijos. – replico inmediatamente aquella niña.

– ¿Por qué no? Cuando tu madre y yo seamos unos viejitos, nos gustaría recibir la visita de nuestros hijos y nuestros nietos. – hablo el hombre formando una pequeña sonrisa en su rostro.

– Todos me dicen que mamá es una ninja importante. ¿Es verdad? Porque ella nunca está en casa. – hablo aquella niña viendo a su padre, el cual freno de golpe.

– Ella nunca está en casa porque trabaja mucho. Es la líder de toda la división de ninjas medico en Konoha, y además ella es la doctora en jefe del hospital de Konoha y del país del fuego. También suele viajar para poder curar a personas con enfermedades difíciles y problemáticas. – explico el rubio hombre inclinándose, quedando a una altura mejor para la niña a la cual acaricio en la cabeza.

– Pero tú eres el Hokage de Konoha y siempre vas por mí a la academia y te quedas a jugar conmigo. – replico la niña, dejando completamente callado al rubio.

– Si… pero eso es porque me escapo de mi oficina.

– ¿Eso está mal?

– Bueno, pensando que soy el líder y cabecilla militar de una aldea entera y soy el Kage líder de la alianza Shinobi… si, está muy mal. – respondió el rubio asintiendo levemente. – Así que no se lo digas a tu madre.

– Ok. – respondió la niña sonriendo igual que su padre.

– Perfecto… esto ya está listo. – reacciono el rubio levantándose, volteándose para caminar hacia un lado de la cocina.

– ¿Cómo se conocieron mamá y tú? – pregunto la niña, viendo a su padre el cual le daba la espalda.

– Nos conocimos en la academia ninja cuando éramos unos meros novatos. – respondió el hombre formando una pequeña sonrisa para sí mismo.

– ¿Y se enamoraron al instante?

– Eh… bueno… sí y no.

– ¿Qué significa eso?

– Se podría decir que yo si me enamore al instante cuando la conocí, pero ella se fijo en alguien más. – explico el hombre frenando en seco lo que hacía.

– ¿Y qué hiciste para qué ella se interesara por ti?

– Pelear como un tonto hasta el punto de morir.

– ¡¿Morir?!

– En la anterior guerra estuve muerto un periodo de tiempo significativo… pero tu madre es la mejor medico, así que pudo revivirme. – explico el hombre correctamente ahora de una forma más detallada.

– ¿En la guerra donde tú y Sasuke ojisan fueron nombrados héroes?

– Si. Aunque no menciones eso… sabes lo que pienso.

– “Los héroes en la guerra no son los que ganan batallas, si no que son los que mueren en ellas por su aldea” – hablo la niña repitiendo un discurso el cual había escuchado evidentemente más de una vez.

– La voluntad del fuego por la que yo peleo significa eso… proteger a los que no pueden protegerse, ayudar a los que necesitan ayuda, y hacer ambas cosas incluso con quienes pueden hacerlo.

– Lo sé…

La niña se interrumpió así misma al escuchar junto a su padre un abrupto ruido, el cual no era nada más que el agudo llanto de un bebé.

– ¡Ese es Kenshin!

– ¡Tenemos que callarlo! ¡No podemos dejar que la despierte! – reacciono el rubio hombre para prácticamente desaparecer en un parpadeo, volviendo a aparecer sosteniendo en sus manos a un bebé envuelto en unas mantas celestes. – Al parecer no despertó.

– Mamá dijo que no puedes correr a esa velocidad dentro de casa. – comento la niña viendo a su padre poner en la boca de aquel niño un biberón con leche.

– Era una emergencia. – contesto el hombre inflando una mejilla.

– La última vez dijiste que fue una emergencia, era porque necesitabas ir al baño y estabas en el jardín.

– ¿Quién eres tú? ¿Mi mamá?

– ¡Es verdad! ¿Qué le hacías tú cuando eras pequeño a obaa san?

– Nada… pensaba en ella, pero no la conocía. Cuando era pequeño no sabía el nombre de mis padres ni quiénes eran ellos. – respondió Naruto formando una pequeña sonrisa en su rostro. – Yo cuando era pequeño… no tenía familia. Luego conocí a mis padres, y bueno, desde ese entonces les llevo una flor a ellos.

– Vaya. – murmuro la rubia niña desviando su vista.

– Por un momento me asustaste. Estuviste a punto de despertar a tu mamá. – hablo el rubio viendo al bebé en sus brazos, siendo un chico de blanca piel el cual tenía los azules y un el cabello corto y desordenado de color rosa. – Está todo listo. – dijo, girándose a ver a la niña quien formo una pequeña sonrisa.

– ¡Vamos! – exclamo la chica formando una sonrisa en su rostro. Tomando así con sus manos una bandeja blanca.

Abrió lentamente sus verdes ojos al escuchar un pequeño ruido una y otra vez, hasta terminar despertando. Se levanto inclinándose hacia adelante por inercia, encontrándose con una gran sorpresa la cual nunca dejaba de sorprenderla.

Frente a ella había tres personas, siendo el hombre con el cual decidió compartir su vida junto a dos niños los cuales eran el motivo de vivir para ambos; sosteniendo en sus brazos a un pequeño niño el cual era su segundo hijo. Aun lado, de pie estaba su primera hija, la mayor de sus dos hijos, de pie sosteniendo en su mano una bandeja con un elaborado desayuno en esta.

– Naruto, Megumi, incluso Kenshin…

– ¡Feliz día de las madres! – dijeron los dos rubios, además de una especie de chillido raro soltado por él tranquilo bebé similar a una risa o una palabra.

– No tenían porque hacer esto… siempre lo haces todos los años. – hablo la mujer formando una pequeña sonrisa en su rostro de emoción y felicidad pura. Viendo al hombre avanzar con el niño en sus brazos así como la niña quien sostenía en sus brazos la bandeja con comida.

– Papá dice que teníamos que hacerlo por ser el día de la madre. – comento la chica dejando la bandeja en las piernas de su madre, sentada aun en la cama.

– Por supuesto. Tú eres la reina de nuestro castillo. – respondió el rubio formando igualmente una sonrisa en su rostro. Inclinándose y besando así los labios de la mujer. – Te amo.

– Y yo. Te amo a ti y también a ustedes dos. – contesto Sakura, llevando su atención hasta los dos chicos siendo uno un bebé.

Ese Naruto sigue haciendo de las suyas, pero ea un excelente esposo y padre, que tierno!

Awww! que hermosa pequeña historia! me encanto ^^

¡Que no bonito!   
Toda la historia y el pequeño pero hermoso detalle. sigue escribiendo así.
Por cierto, me encanta tu firma.