Vidas ocultas-(+13)(Drama)[Suspenso]

Vidas ocultas. (Capitulo 1)

Muy pocos saben lo qué realmente pasó ese día, ni yo misma estoy en el cien por ciento de acuerdo, ¿Acaso era posible? la prisión de mis tormentos, la pesadilla que parecía no tener fin, recuerdos vagos..... Corría ¿o caminaba? Es posible qué no me entiendan, por supuesto quiero quitarme de la mente la culpabilidad, no, no lo entenderían, nunca nadie lo entiende.
De nuevo, como el doctor me explico, soy Sakura Haruno tengo 17 años, vivo en Kohona, mi madre vive mi padre no, tengo una hermana pequeña, soy culpable de muchas cosas, excepto de vivir, tengo 4 años de relación, es decir, tenía, trato de no pensar en ello, mi familia me dejó a mi suerte, no tengo a nadie. Perfecto ya puedo memorizar todo.

-¡Hola!-una voz me llama desde lo lejos, desde el otro lado del vidrio-¿Estás lista?- Es mi amiga Ino.
-¿Lista? ¿Para qué?-comentó intentando no sonar preocupada.
-¡Para irte!-Suena bastante sorprendida- ¿A caso no te dijeron?- ¿Decirme?, a por supuesto hoy era mi ultimo día en este asqueroso lugar.
-O claro, lo había olvidado- Una sonrisa se forma en su rostro-.
-Tengo el papeleo listo, ¡Ya vayámonos! ¡No soporto este lugar!-Comenta sin dejar de mirarme a los ojos
-¡Vaya! ¡Como sí alguien soportara un lugar para locos!- digo clavando la mirada en su cicatriz que  aun no ha mejorado, se da cuenta de esto y aparta la mirada-

Unas horas después, ya me encontraba en la casa de mi amiga, lejos de esos gritos de pacientes recién llegados, ¡Las locuras del hospital de rehabilitación! ¡Lo extrañare!, observando mejor, la casa de Ino es pequeña y angosta, supongo qué no tengo por qué criticar, en la casa hay dos habitaciones, me ha preparado una, me recuesto en la cama, dejando posar mis cabellos rosas sobre la almohada, mi cuerpo entero se siente protegido, hacia meses qué no dormía bien, estoy tan cómoda que soy incapaz de tomar un baño, así qué me dejo llevar,. Han pasado unas horas pero me siento muy bien, me levantó y me acerco a un gran espejo, me miró, no me gusta hacerlo, es odioso, no puedo apartar la mirada, pienso qué soy un fenómeno, es decir, nadie tiene el pelo rosa ¡Nadie! o los ojos jade tan reluciente, mi rostro, yo soy un misterio biológico, llego hacia la cocina me encuentro con Ino, qué me mira sonriente, aveces me gustaría ser como ella, pero no es posible.

-Creí qué estabas muerta- Comenta, mientras le sigue una carcajada-.
-Bueno, la verdad, no estaría mal- trató de sonreír, es imposible.
-¡Está perfecto señorita! ¡Ya tengo empleo para ti!- dice agitando una servilleta de aquí para allá.
-¿En serio? ¿No es demasiado pronto?- ella frunce el ceño.  
-¡Tonterías! Mi buen amigo, hará de ti un gran favor, y sí no quieres regresar ahí, tiene qué ser lo qué yo diga- Una mirada de superioridad entorna su rostro.-Empiezas mañana.- se retira de la sala.

Hoy, no tengo mucho qué presumir, comienzo a trabajar es solo unos minutos, estoy afuera del local, el dueño aun no ha abierto, mientras lograba digerir las cosas qué me habían pasado, no me había percatado de qué tenía que superar las cosas, de seguir adelante, no hay nada en mi contra, no hay nada. Llega el dueño del local, creí que podría ser un viejo amargado, pero lo encuentro es totalmente opuesto, aquel lugar de tienda de regalos, tiene como dueño a un joven muy apuesto, posiblemente de mi edad, cabello rubio, ojos azules, mirada perdida. me observa detenidamente de pies a cabeza.

-¿Tú eres la nueva?- Me interroga de manera qué no apartaba la vista de mis ojos-.
-Sí soy yo,- Extiendo mi mano para saludar correctamente, él corresponde- Me llamo...
-Sí, sí Sakura, ya me lo dijo Ino, soy Naruto Uzumaki, ponte el uniforme y a trabajar.- Abre la tienda y me invita a pasar.

No cuestione nada durante todo el día, le debía un gran favor a Ino, conseguirme trabajo ¡Eso lo hacen pocos!, ella me había dejado quedar, en su casa, vivir con ella, es agradable, la única forma de pagarle es aceptar y cumplir sus peticiones, en realidad, no es mucho, justo después de cerrar el dueño me ofrece llevarme, yo acepto, no me gusta estar sola. Durante todo el trayecto en su automóvil, me estuvo hablando de las reglas, también me contó qué era dueño de ese lugar solo por qué su padre y madre, dejaron como su único patrimonio, era una blasfemia deshacerse de él. Me pareció agradable, era un buen chico. Cuando llego a la casa de Ino, me encierro en el cuarto ella aún no había vuelto, escondo mi cabeza bajo mi almohada y dejo qué las lagrimas broten, aquél muchacho me recordaba tanto a él, su personalidad, todo, no hago ruido pero siento ese incomodo nudo en la garganta, qué me hace querer, logró estar así por mucho tiempo, mirado detenidamente la habitación está tapizada con papel blanco, sé para qué es, ¡Ella es tan buena!, tomo el plumón y escribo..........