Les contare un pequeño secreto.

Les contare una pequeña historia, un secreto, secreto el cual deben prometer que no revelaran a nadie. Que no saldrá de la boca del que sea que lea lo siguiente.

Esta es una historia como dije secreta, prohibida, y sucedió no hace mucho. Y para que comprendan todo primero que nada debo explicarles un poco como comenzó todo desde el génesis de este relato.

Mi madre se llama Kushina y mi padre Minato, y mis abuelos se llaman Hiruzen y Biwako. Ellos en total tiene un numero de 6 hijos, sin embargo solo cuatro de ellos son de ese matrimonio y dos restantes son adoptados al ya no poder tener más hijos causa de una enfermedad.

Por parte del matrimonio entre mi abuelo Hiruzen y la abuela Biwako, sus hijos son Hashirama, Tobirama, Jiraiya y Tsunade mientras que los dos últimos Minato y Kakashi. En orden por edad serian: Hashirama de 47 años, Tobirama de 45 años, Jiraiya de 43 años, Tsunade de 41 años, Minato de 38 años y Kakashi de 29 años.

Hashirama está casado con Mito, Tobirama con Mei Terumi, Jiraiya es un mujeriego soltero, Tsunade está casada con Dan, Minato mi padre está casado con Kushina y Kakashi esta de novio con una chica llamada Rin.

Algunos de esos mencionados de esa amplia familia tienen hijos, por ejemplo Tsunade y su esposo Dan quienes tiene dos hijas. Shizune de 24 años y Sakura de 19 años. Porque explico esto, porque ella es alguien importante en quien deben concentrarse.

Era un día sábado cuando comenzó todo, pero básicamente ya era de domingo cuando todo sucedió. Todos celebraban un nuevo aniversario de bodas de mis abuelos, y para hacer en grande la reunión familiar, como en las pelis, se fueron a una cabaña cerca de la playa. Temprano por la noche se fueron a acostar mis abuelos así como otros niños los cuales cayeron sin energías, por lo que todos fueron cariñosamente apilados en una cama durmiendo todos como si fuera una pila de peluches.

La cabaña era simple, para especificarlo, no muy grande ya que tenía cuatro habitaciones. La primera tenía una cama grande para dos personas donde estaban apilados el grupo de niños la cual tenía un baño interior, la segunda era una cama más pequeña la cual tenía dos camarotes y en una de estas se encontraba durmiendo mi hermana menor Ino quien igualmente estaba sobre llevada por el cansancio pero utilizaba más espacio que los otros niños.

La noche había avanzado mucho, siendo las 06:40 am del domingo; la música sonaba fuerte y la gran mayoría de todos estábamos alegres para no decir borrachos, pues sinceramente no lo estábamos. Yo diría la línea intermedia entre la borrachera y estar muy alegres.

Todo comenzó como una buena cena  con pavo, carnes, papas bañadas en la salsa secreta familiar; avanzo con una conversación acompañado de un trozo de torta como postre, para luego ya todos descansados comenzar con lo que era el baile y los múltiples brindis.

Solté a mi madre pues estaba bailando con ella, para caminar hasta una silla y detenerme después de haber estado así casi una hora y media completa. Fue en ese momento donde todo en mi ser comenzó a hacer efecto por lo que decidí alejarme un poco del ruido de la fuerte música.

Entre para descansar un poco, tomando agua para hidratarme algo, para después regresar hacia la sala donde corte un trozo nuevo de torta del cual me serví, para luego ir hacia la habitación con la pila de los niños tendidos en la cama a asegurarme de que estuvieran bien.

Me senté en un hueco dejado en la cama por entre el montón de niños dejados en la cama, para comenzar a comer de la torta mientras me relajaba un poco. No paso mucho desde que me senté para que la puerta se abriese y entrase la mencionada de nombre Sakura.

Una descripción rápida, la mencionada tiene mi misma edad, 19 años. Tiene el cabello corto hasta las mejillas de color rosado, piel blanca con ojos verdes; vistiendo unos ajustados pantalones blancos con unos botines cortos de tacón negros, así como una blusa un tanto holgada rosada y una chaqueta negra.

La vi pasar y ella me devolvió la vista, pero solo sonreí al tener mi boca ocupada por pastel. Con confianza, ella entro al baño en la habitación. Yo supongo que el baño principal de la casa estaba ocupado por alguien.

Pasaron unos segundos desde que ella entro al baño, para yo sentir un grito. El típico grito cliché de las chicas que gritan al ver al monstruo de la peli. Entre apurado al baño pensando que ella pudo haberse caído por culpa del alcohol o resbalo con agua, pero al entrar no me encontré con la imagen que paso rápidamente en segundos en mi cabeza.

Al entrar me encontré con ella sentada en el inodoro, con sus pantalones y ropa interior bajadas a la altura de los tobillos.

– ¿Qué pasa? – pregunte al instante al entrar al pequeño y simple baño. Intentando no concentrarme en ver hacia abajo, sin embargo el instintivo de estupidez en mi cabeza me supero y baje mis ojos.

Viendo directamente a su entrepierna, algo de lo cual me avergüenzo mas sin embargo no me arrepiento de nada.

– ¡Una araña! – exclamo ella en respuesta, apuntando hacia la pared de enfrente donde resaltaba el pequeño arácnido negro.

Me apoye en el lavamanos al tener mi equilibrio un poco afectado, para quitarme uno de mis zapatos con el cual aplaste a la araña en cuestión para después colocarme mi negra zapatilla.

Me volteo para verla, nuevamente forzando por no bajar mis ojos sin embargo fue una pelea la cual volví a perder, dándole una corta ojeada a la entrepierna de la chica, para levantar nuevamente mi vista y sonreír gentilmente. Relativamente incomodo, me gire para salir del baño… sin embargo una frase me detuvo.

– Espera… – escuche desde mi espalda, siendo ella. Había visto suficientes películas como para pasar muchas escenas o imágenes en mi cabeza, sin embargo intente no darle importancia a nada de esto.

Me gire, para verla directamente. Viendo a esta ponerse de pie, y de forma lenta, casi coqueta en mi opinión personal, subir su ropa interior y pantalones.

– Gracias – me dijo con baja voz, viéndome fijamente a los ojos. – Yo tengo aracnología… así que me congelo cuando veo una araña. Menos mal que estabas fuera – volvió a hablar.

– Si… fue muy oportuno – respondió, hablando un poco nervioso. – Es entendible… yo le tengo fobia a las ratas. Entiendo el miedo – dije, formando una sonrisa gentil en mi rostro.

Este fue un punto culmine en la situación, donde ella avanzo hacia mi lentamente, o quizás a paso normal pero para mí fue lento. En ese punto, mi pene golpeo mi frente de lo erecto que se puso. Se detuvo enfrente a mí y llevo sus labios hacia mí para besar mi mejilla, sin embargo en un acto para mi estúpido en ese momento, gire mi rostro, para así ambos topar nuestros labios en lo que fue eso, un simple topón de bocas.

– No… – replico ella, inmediatamente retrocediendo. Viéndome con sus hermosos y verdes ojos llenos de duda. – Esto no está bien – insistió. – Nosotros somos familia… a pesar de que tu padre y mi madre son adoptivos – continúo hablándome, viéndome fijamente a los ojos. – Además, yo tengo novio y él no pudo venir conmigo.

– Yo también tengo novia – mentí. A decir verdad, llevaba meses sin mantener relación alguna sentimental. – Pero tú eres mucho más linda – sonreí. Viéndola fijamente a los ojos, sabiendo que iba por un mal camino en ese punto, pero no pensaba claramente y el alcohol que consumí no me ayudo mucho.

En ese punto, en pequeños segundos, pasaron cientos de cosas en mi cabeza. Por ejemplo que lo había arruinado en grande, y era posible que por este acontecimiento, mi familia se dividiera en una discusión conmigo en el epicentro de todo lo sucedido, y aunque dijera como escusa que estaba borracho, aun así hubiese sido muy problemático.

Ella pasó por delante de mí, deteniéndose frente a la puerta del baño la cual cerró al estar más o menos abierta poniéndole seguro. Para voltearse y verme fijamente, formando una coqueta y juguetona sonrisa.

– Al diablo con todo… si pasa algo, estamos borrachos y ya – dijo, para avanzar hacia mí. Sujetándome del rostro con sus manos para ahora besarme directamente.

Baje instintivamente mis manos, sujetando con empoderamiento los glúteos de la mujer para apretarlos con mis manos al mismo tiempo que nos besábamos aceleradamente. Este era el punto donde no pensaba en nada más que bajarme los pantalones, lo cual no era bueno, pues fuera de ese baño estaba una habitación con un montón de niños durmiendo, y fuera de la habitación había una casa donde en el patio e incluso posiblemente dentro de ella había un gran número de gente que si bien estaba un poco bebida podían escuchar.

Estando ya ambos lo suficientemente erotizados, después de habernos besado y tocado lo suficiente del cuerpo del otro, avanzamos al siguiente paso. Ella se separo de mí retrocediendo levemente, viéndome con una erótica y seductora sonrisa en su rostro. Para girarse dándome la espalda apoyándose con sus manos del lavamanos, viéndome de reojo hacia atrás, inclinando su cola de forma sobresaliente.

– Joder… – fue lo único que atine a decir, controlándome lo más que pude, para posar mis manos en la cintura de ella.

Me ayudo un poco, desabotonando el botón de su blanco pantalón para mover sus caderas balanceándolas y así ayudándome a bajar este mientras yo desabotonaba mi pantalón; para luego mismo tiempo que yo baje su ropa interior igualmente blanca.
Frene por un segundo para darle una vuelta a la idea en mi cabeza, repasando los pros y los contras de lo que pasaría a continuación. Los contras eran más que los pros, sin embargo me importaba mierda en ese punto de la situación.

Empuje mi cuerpo hacia adelante, sintiendo su gemido acallado por ella misma quien se forzó para así no levantar la voz. Retrocediendo lentamente hacia atrás al mismo tiempo que ella movió sus caderas hacia adelante, para en una sincronía impresionante y enormemente placentera, mover nuestros cuerpos en unisonó dando una segunda y una tercera envestida contra ella.

Eleve mis manos para meter mi mano derecha por el interior de su blusa, deslizando lentamente mis manos por bajo el sujetador que cubría sus pechos los cuales apreté con fuerza, sacando un pequeño chirrido de la boca de ella.

– Dios… – susurro ella, apretando evidentemente todo su cuerpo.

Yo instintivamente acelere mis movimientos, mientras acariciaba como podía lo que tenia al alcance de su cuerpo. Apretando con firmeza la carne de ella, al mismo tiempo que no frenaba mi continuo movimiento de adelante hacia atrás sin freno.

– Joder Naruto… ya no aguanto más – hablo ella, elevando lentamente su tono de voz, mientras apretaba todo su cuerpo mientras yo continuaba moviéndome. – yo… ¡voy a venirme! – grito, sorprendiéndome un poco por ese repentino aumento de su tono.

Por mi cabeza pasaron muchas cosas, por ejemplo: miedo. ¿A qué? A que mi padre y mi tío -el padre de ella- nos descubrieran a nosotros en un baño teniendo relaciones. Si bien exactamente no compartimos sangre, esa no es excusa, mi padre y mi tío no son hermanos sanguíneos, pero en mi familia está el dicho: “padre es el que cría, no el que hace” y esa puta frase es el mantra de todos.

Aun así, en ese momento, esos pensamientos trágicos desaparecieron de alguna forma de mi cabeza. Todo fue borrado por un motivo, y es claro, el sexo. Si se les olvido, estoy en un pequeño baño de una habitación donde están durmiendo muchos niños, todos primos nuestros, así como afuera están mis padres y los de ella quienes son hermanos, no sanguíneos pero hermanos.

Pero repito, como dije, esos pensamientos desaparecieron con facilidad. Apreté con fuerza con mis manos sus glúteos, mientras ella se aferro con fuerza hacia la pared y el lavamanos del cual estaba apoyado.

– ¡Naruto…! – grito, en el mismo momento que soltó un fuerte gemido el cual fue acallado por mi mano que cubrió su boca. Así como en unisonó, gruñí fuerte, dando la ultima envestida.

– Dios… Sakura – susurre, respirando agitadamente y con algo de dificultad. Sintiendo como mi cuerpo se hiso un peso muerto, yendo hacia ella la cual se encontraba dándome la espalda, callada y respirando con la misma o quizá más dificultad que la mía. – Sakura yo… – fui interrumpido en ese momento, viéndola a ella, quien se volteo hacia atrás y me miro directamente. Sujetándome del rostro con sus manos, para abalanzarse hacia mí y besarme salvajemente.

– Esto está mal – susurro, al momento de separar sus labios de los míos. – pero definitivamente… debemos volver a hacerlo, y esta vez en una cama, no en un baño pequeño.

– Joder, no sabes como estoy de acuerdo con eso – respondió, formando una sonrisa en mi rostro viendo la misma sonrisa coqueta y traviesa del rostro de ella. – Debemos salir de aquí – dije, arruinando un poco el momento. Pero era lo correcto.

Salimos del baño, abriendo lentamente la puerta encontrándonos con la habitación vacía, bueno, con el montón de niños apilados durmiendo en la cama. Salimos hasta el patio, donde nos encontramos con el resto del grupo y pasamos relativamente desapercibidos.

– ¿Dónde estabas Sakura? – pregunto su madre, mi tía Tsunade, viendo a la pelirrosa sentarse en una silla. – ¿y tu Naruto?

– Yo…

– Yo estaba vomitando y Naruto sujeto mi cabello – dijo ella, interrumpiéndome. – iré a dormir.

– ¿Necesitas que te ayude para ir a tu habitación? – pregunto la mujer, viéndola a ella.

– No es necesario – respondió ella.

– Yo la ayudare… tía – dije yo, viéndola a los ojos, para ambos formar una pequeña sonrisa en el rostro y comenzar a caminar.



PD: es probable que saque una especie de continuacion, o una segunda parte, o una secuela de este shot... no se si lo coloque en este mismo tema o cree otro diferente, de todas formas, colocare una especie de enlase

PD2: Espero les guste, bye

Vaya si que fue loco e intenso pero bueno al final de cuentas no llevan la misma sangre, aunque quien sabe como lo tomarian los demas si se enterasen.

Como terminara esto?!
Espero la continuacion