Lazo de amor (29/07/2013)

Se dice que existe el destino, se dice que existe el amor. ¿Qué es verdad y qué es mentira? Cuesta saberlo.

El corazón, a veces es caprichoso pero siempre acierta. Hay sentimientos que cuestan digerir y otros que puedes saltarlos.

Siempre hay obstáculos por el camino, trampas y abismos pero cuanto más difícil sea más gratificante será la recompensa.

¿Existe el amor a primera vista? Posiblemente. ¿Existe el cielo y el infierno? Puede. Son muchas las incógnitas y pocas las respuestas.

Lo que realmente existe es el corazón, quién decide con quien quiere pasar el resto de su vida.

No se trata de belleza, de atractivo o de personalidad. Se trata del corazón, la vista engaña pero cuando el corazón ve a alguien y decide que quiere estar junto a él, no hay más vuelta de hoja.

¿Pueden dos corazones coincidir con un sentimiento? Probablemente. Sin embargo, a veces la cabeza nos confunde y acabamos tirándolo todo por la borda.

¿Existe el primer beso o el noviazgo? Claro que sí, pero no se trata de conseguirlo más rápido posible. El objetivo es vivir todo ello junto a la persona que amas.

Hay personas que no entiende esto, que para encajar en la sociedad, desperdician algo tan bonito como el primer beso con la primera persona que encuentran.

¿Los corazones cuando deciden quién es la persona elegida? Cuando se miran a los ojos y se sienten bien, cuando el corazón se desemboca sin razón aparente y cuando sientes que junto al elegido no te puede pasar nada.

El viento mecía suavemente su cabello sedoso, el aroma a cerezos invadía el lugar, sus ojos verdes como el jade miraban sin un punto fijo. La joven esperaba, a veces jugaba con su cabello de color rosa para matar el tiempo, otras veces miraba como jugaban los niños y sonreía.

El chico andaba desorientado, acababa de llegar y no se situaba, a veces observaba el tráfico en hora punta, otras veces simplemente trataba de situarse. Sus ojos azules como el cielo buscaban una salida, su cabello rubio se despeinaba con una de sus manos.

Ninguno de los dos cruzaron miradas a pesar de estar cerca, pero los corazones comenzaron a moverse.

¿Puede un sentimiento ser correspondido? Por supuesto, tal vez cueste asumirlo pero así es.

El miedo y la desesperación pueden ser malas compañías. Los nervios acechan en la esquina y solo con un corazón puro puede conseguir despojarte de todo ello.

Sus pasos se movía sin sentido alguno, buscaba algo pero el destino no parecía querer que lo encontrase.

Ella esperaba, su amiga se retrasaba mucho. La preocupación comenzó a invadir su cuerpo.

Un timbre atravesó su bolso para poder llegar a su oído.

-¿Sí?

-¿Sakura? Soy Ino.

-Ino, ¿Te ha ocurrido algo?

-Siento decirte que no voy a poder quedar contigo, mi padre me ha castigado.

-No pasa nada, si necesitas hablar ya sabes dónde estoy.

-Muchas gracias.

Un suspiro quiso darse a ver cuando colgó el teléfono. Ella necesitaba hablar, su amiga quería escucharla pero el destino había decidido otra jugada.

Dirigió sus pasos hacia el fondo del parque, quería perderse en sus pensamientos, quería poder volar para alejarse de todo.

Él no miraba por donde iba, le acababan de llamar.

-¿Hijo, dónde estás?

-Estoy tratando de encontrar el camino de vuelta.

-Naruto no seas terco, pregunta a alguien.

-Mamá, sino aprendo por mi cuenta no lo conseguiré nunca.

Dos cuerpos se chocaron, él no tuvo problemas para aguantar el equilibrio, ella no tuvo tanta suerte.

Un simple contacto sirvió para que los corazones decidieran, aquí comienza el lazo de amor.

¿Qué es un lazo de amor? Hay varias explicaciones y muchas creencias. Hay personas que creen que es una conexión, otras piensan que no existen.

Mi opinión es diferente, un lazo de amor es cuando sin conocer a alguien sientes algo por él. Puede parecer precipitado pero es una pista, hay que tener en cuenta a los corazones.

-Perdona, ¿Te has hecho daño?

-No tranquilo, estoy bien.

Sus pieles entraron en contacto cuando él le tendió la mano para ayudarla. Los corazones querían hablar a su dueño, querían hacerles saber que era el adecuado para el otro, y así trataron de comunicarles latiendo con fuerza.

El cuerpo les acompañó desviando un sonrojo a las mejillas de cada uno, y una corriente eléctrica por la espina dorsal.

-¿Estás segura de que no te duele nada?

-Segura, te agradezco tu preocupación.

-Siento haberme chocado contigo, no miraba por donde iba.

-No, la culpa ha sido mía. Te pido perdón.

Un destello, el relámpago había hecho ruido, avisaba de que la tormenta pronto llegaría.

-Creo que va a llover, debería irme ya. Siento haberme chocado contigo.

-Lo mismo digo, por cierto mi nombre es Naruto.

-Que maleducada he sido al no presentarme, soy Sakura.

¿Hay nombres especiales? Sakura significa cerezo. Hay nombres que hacen gala a la persona.

Se dice que las flores de cerezo son bellas, pero... ¿Cuándo están cerradas también?

Solo alguien con sentimientos verdaderos puede ver esa belleza aun cuando no ha crecido.

La chica no se iba de su cabeza, había protagonizado el sueño de esta noche.

¿Podría volver a verla? ¿Podría volver a hablar con ella? Solo él puede decidirlo.

No había podido dormir, sus ojos aparecían en sus sueños. No estaba enfadado, todo lo contrario, vivía feliz por haberla conocido.

Pocas han sido las palabras que han intercambiado pero con eso le ha bastado.

Sus ojos azules se plasmaron en su corazón, lo había visto en un sueño y en el cielo cuando pensó en él.

La imaginación es una buena aliada, ayuda en muchos casos.

La joven se había acostado pensando en él y se había levantado de la misma manera. Un simple encuentro ha bastado para que no se olviden.

Se fortalece el lazo de amor.

¿Un lazo de amor puede fortalecerse a pesar de no estar cerca? A veces, si el corazón es muy fuerte lo consigue. Si los sentimientos son potentes e inquebrantables el lazo de amor acabará juntando lo que ha empezado.

¿Puede un lazo romperse? En casos especiales. ¿Es este un caso? Mentiría si dijese que lo es.

La noche y el día intercambiaban puestos, no se habían vuelto a ver pero cada cual pensaba en el otro.

No iban al mismo instituto ni vivían cerca mas no importa, el lazo de amor puede extender y contraerse a su placer.

Ella escribía su nombre en unos de los cuadernos, él soñaba despierto con volverla a ver.

¿Qué estaría haciendo? ¿Qué estaría pensado? Si él lo desea de todo corazón volverá a verla.

El viento venía frío, la lluvia traía malas noticias. El día no mejoraría.

Ella esperaba bajo un saliente, él se acercaba con un paraguas.

¿Casualidad? La palabra destino definiría mejor la situación.

El chico la divisó, se puso nervioso. Ella lo vio y sonrió de corazón. Ambos llevaban tiempo intentando verse, intentado comprender por qué no conseguían dejar de pensar en el otro.

-Hola Sakura.

-Hola Naruto, me alegro de verte.

-Igualmente.

Los nervios son malos escuderos, debes librarte de ellos si quieres llegar hasta su corazón.

-¿Vas para tu casa?

-Sí, ¿Quieres que te acompañe a la tuya? No parece que vaya a escampar.

-¿Mi casa queda muy lejos de la tuya?

-Un poco, no te preocupes por eso.

-En ese caso te lo agradezco.

La sonrisa de la joven despertó el corazón del chico, el sonrojó del rubio provocó el latido de la chica.

El paraguas era demasiado pequeño, Sakura tuvo que pegarse más a él para no mojarse y así dejarle a él una parte.

¿El hecho de que ese paraguas fuera pequeño puede ser del destino? Sería lo más probable.

-Aquí es, gracias por acompañarme.

-No ha sido nada, lo he hecho encantado.

La joven no aguantó el impulso, se puso de puntillas y le dio un pequeño beso en la mejilla.

-Muchas gracias, espero volver a verte.

Sus cabellos rosas desaparecieron tras la puerta, sus dedos tocaron levemente sus labios. Él no despertaba de su shock, sus dedos tocaban la mejilla.

Ambos corazones latían a unísono.

Mucha gente dirá que un simple beso así no servirá de mucho, yo disiento su opinión.

El miedo a ser rechazada, el miedo a perder, el miedo a no ser amada nubla las razones. El hecho de que haya podido levantarse contra toda esa negatividad demuestra un corazón duro, poco poseen esa cualidad tan soberbia.

A medida que pasaba el tiempo, ellos se veían más. El lazo se fortalecía a cada segundo que pasaba, podía notarse el amor que sentían el uno por el otro pero ninguno se daba cuenta.

Sus encuentros eran más frecuentes.

Ella buscaba cualquier excusa para salir, él se escapaba de casa para verla.

Sin explicación, sin dirección, tarde o temprano, siempre se encontraban.

¿Puede ser el lazo? ¿Él consigue juntarlos? Siento decir que el lazo es una creación de ambos corazones en armonía.

Ella seguía sus latidos, él también. Así conseguían juntarse de nuevo.

Llegaba a un punto en el que ella no podía más, pero a pesar de intentarlo no podía. Las palabras se atropellaban en la boca y jamás salían.

Él trató de hacerla sentir bien, trató de darle su apoyo y amor pero, al igual que ella, no podía decir nada.

¿Puede ser el miedo? No, esa etapa quedó atrás. El problema ahora es saber si tus sentimientos corresponden a los del otro.

-Hola Naruto.

-Hola Sakura-chan. ¿Qué tal estas?

¿Un mote cariñoso? Así es.

-Muy bien, tenía ganas de verte.

Las palabras salieron solas de su boca, no tenía pensado decirlo mas no se arrepentía.

-¿Ah sí? Me halagas.

-¿Qué quieres que hagamos?

-Ven, tengo una sorpresa para ti.

-¿Qué es?

-Si te lo digo deja de ser sorpresa, vamos.

Ella sonrió, él se sonrojó. Ella reaccionó ante su sonrojo, él sonrió internamente.

-¿Dónde estamos?

-En el parque de atracciones.

-Naruto... Es muy caro, yo no puedo permitirme esto.

-Yo te invito.

-¿¡Qué!? Lo siento no puedo aceptarlo.

-Vamos Sakura-chan, por favor.

-Pero...

-Por favor.

-Está bien.

El rubio se sintió genial, ella algo decepcionada por no poder hacer nada.

En mitad de camino, él deslizó su mano, ella respondió a su agarre. Ambos corazones latieron fuerte, sus portadores se sonrieron.

Ella apoyó su cabeza en su hombro, él la acercó feliz.

¿Una tomada de manos es para tanto? Sí, a veces demuestra sentimientos, como el amor o la amistad.

Tal vez en un momento necesites sentir el calor de otra piel sobre la tuya, ahora ellos necesitaban sentir al otro.

El día caía, ella estaba disfrutando como nunca, él estaba muy contento por verla sonreír.

Daría lo que fuera para que esa sonrisa nunca se extinguiera, y él la protegería con sus propias manos.

Jamás la dejaría, aunque no le correspondiera él estaría para ella, para ayudarla y protegerla.

-¿Quieres montar en la noria?

-Naruto, ya has gastado mucho...

-Sakura-chan, ¿Vas a decir lo mismo cada vez que montemos en alguna atracción?

La joven asintió sonriente. El chico la atrajo hacia él con un brazo, ella respondió con un corazón desembocado.

-Solo quiero que montemos en una más Sakura-chan.

-Está bien, vamos.

La sonrisa del joven deslumbró a la chica, el sonrojo de Sakura puso en alerta al chico.

¿La razón puede ayudar? En ciertos casos. A veces el corazón está muy ocupado pensando en esa persona pero hay veces que descansa para que el cerebro pueda trabajar.

Un sonrojo puede explicar muchas cosas. Aunque si bien es verdad que cada uno las interpreta como quiere, en este caso es evidente.

Los enamorados se subieron a la noria. El cielo estrellado lo presenciaría. Él le diría sus sentimientos, debía hacerlo.

Había esperado cualquier indicio por parte de Sakura para poder dar el paso.

La pregunta sería: ¿No ha visto todos los intentos fallidos por parte de la chica? A veces el corazón trata de estar atento pero siempre va a estar rodeado de sentimientos negativos.

Pero hay veces, que la persona se impone, que decide sacarlo todo.

La noria había llegado al clímax, pronto comenzaría a bajar.

-Sakura-chan, debo decirte algo.

-¿Qué es?

Trago saliva, ella lo sabría.

Las dudas asaltan la cabeza. ¿Podría rechazarle? ¿Podría reírse? ¿Podría pedirle que no le volviera a hablar?

-Yo... Desde hace tiempo llevo tratando de decirte algo.

Ella le miró expectante, él se puso nervioso.

-Escúchame y no digas nada hasta el final por favor.

-Vale, adelante.

-Bueno... Desde que te conocí no he podido olvidarte, me gusta cuando estas junto a mí, mi corazón late como un loco y no quiero alejarme de ti. Adoro todo en ti, como mueves tu cabello cuando estas nerviosa, que tus ojos verdes se centren en mí... Sakura-chan... Yo te amo.

Hay muchos tipos de respuestas, pero cuando descubres que tus sentimientos son correspondidos no puede evitar llorar de felicidad.

Una lágrima recorrió su mejilla.

-¡Sakura-chan! ¿¡Por qué lloras!? ¿¡Te duele algo!?

-¿Es esto real? ¿No es un sueño?

-¿Eh? ¿Qué quieres decir Sakura-chan?

-Tanto tiempo esperando por este momento, el momento en que descubro que mis sentimientos son correspondidos.

Él no sabía que responder, ella se acercó.

Ambos cerraron los ojos, de momento dejarían que un beso lo solucionara todo, después hablarían los sentimientos.

Sus labios se unieron en un beso intenso, lleno de amor. El amor que llevaban desde que se vieron.

El lazo de amor comenzó a estrecharse.

¿Qué ocurre cuando el lazo de amor acaba de atarse? Pronto lo sabréis.

-Sakura-chan, ¿Lo dices en serio?

-Por supuesto, tanto tiempo queriendo decírtelo pero nunca podía.

-¿Qué querías decirme?

-Que te amo, eres mi razón de ser feliz, la persona que ocupa mis sueños y que me hace sentir bien. Al igual que tú, mi corazón late desembocado y me pongo nerviosa. Me asustaba que pudieras saber lo que sentía por ti y te alejases de mí.

-Jamás haría eso.

-Gracias Naruto. Te amo.

-Y yo a ti.

Sus labios sellaron el pacto de amor, el lazo acabó de estrecharse. Un lazo que jamás soltaría a sus creadores.

Una pareja destinada a amarse hasta el final de los días.

El cielo estrellado fue testigo de todo.

Se dice que existe el destino, se dice que existe el amor. ¿Qué es verdad y qué es mentira? En mi opinión, existen los dos, pero es difícil convivir con ellos.

El corazón había decidido, los sentimientos habían sido correspondidos, los miedos habían sido apartados y el lazo de amor había sido completado.

Era muchos los obstáculos, muchas las posibilidades de caerse pero gratificante la recompensa.

¿Existe el amor? Eso ni se discute. Esta historia demuestra que quien está destinado a amarse no puede evitarlo, cuando el corazón decide no hay más vuelta de hoja.

Y ahora te pregunto yo: ¿Crees en el amor?