Vital Shock - Infinite || +18/+16 || Original || Continúa || Horror, Thriller, Tensión, Amor, Ciencia Ficcion, Aventura || Capitulo 2 || 20/04/13

por AD Infinite Jue Abr 18, 2013 11:24 pm

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Vital Shock - Infinite

Primera Introducción a Vital Shock - Infinite

Desde que el mundo contuvo vida, una de las incógnitas era sin duda el predecir las mutaciones. Como mandatos invisibles de un Dios, sea cual fuere si es que existe, las mutaciones seleccionaban quien debía de sobrevivir y quien debía de desaparecer, así fue como los organismos unicelulares, simples, sosos y carentes de inteligencia comenzaron a ser sustituidos por una especie superior, los pluricelulares.

Toda nuestra vida se condiciona a una simple, minúscula e inapreciable mutación, puede que los humanos hayamos eliminado la barrera que supone el ambiente, y su factor de presión de selección, nuestra tecnología permite que una persona ciega, que debería de morir en la naturaleza, se reproduzca, que viva cincuenta, ochenta o noventa años más. ¿Pero la presión de selección llega a eliminarse en algún momento? No. Las mutaciones son mucho más fuertes que los seres humanos, se esconden en el interior más recóndito del ADN, juegan quitando algo de aquí, poniendo otro allí y pueden llegar por ejemplo, a extinguir especies más rápido que la humanidad.

La egolatría del ser humano siempre dice que somos inteligentes, ¿lo somos? El ser humano siempre piensa que puede con todo, ¿podemos? ¿Y si el enemigo más peligroso para lo que nos da la vida, el mundo, somos nosotros mismos? Un animal no destruye el mundo, el hombre, sin embargo es capaz de envenenar el sustento de sus hijos, o el de los hijos de sus hijos. En pos de la tecnología, en pos del avance, en pos del futuro olvidamos que siempre tenemos el pie sobre la tierra y es la tierra la que, de vez en cuando, juega con nosotros para recordarnos en qué posición estamos.

El mundo no tiene vida, el mundo está vivo. Eso explica porque cuando más altos pensamos estar el mundo es capaz de dominarnos con un simple gesto, los volcanes paralizan el mundo aéreo, hacen que la población huya despavorida, sin embargo los hombres poseen bombas atómicas, se empeñan en destruirse entre ellos, en ver quien posé la máxima autoridad cuando en realidad todos son condicionantes de que el mundo siga moviéndose como lo lleva haciendo todo el tiempo. De vez en cuando siempre hay una mutación que pone en jaque a una población, o un factor de selección natural que provoca la escisión o muerte de una especie, con los homínidos pasó hace millones de años, el ambiente se secó y los que decidieron caminar comenzaron una odisea peligrosa pero recibieron lo que ellos denominaron como consciencia, como inteligencia, como voluntad, como tecnología. Desde aquel entonces los hombres han pensado que la tecnología prevalecía sobre la naturaleza, que un ciego podía llegar a ver si la tecnología estaba a su alcance, y en cierto modo era así. Pero nada para las mutaciones.

La mutación es un ser extraño, es un fantasma que vaga por el mundo, depende de que pilar afecte, si es uno secundario, quizás no sientas nunca esa ventaja o desventaja, si es uno principal, incluso es probable que tengas una capacidad muscular innata superior o simplemente que al no haber presión de selección cualquier mutación sea imperceptible para sobrevivir. Ya no necesitamos huir de un león que nos quiere devorar cual gacela herida, podemos matarlo con nuestra tecnología, ¿y si la perdiéramos?

El enemigo del hombre es el hombre, pero, ¿y si la naturaleza volviera tras esos millones de años que ha estado “dominada” bajo el yugo de la tecnológica y del hombre? ¿Y si volviera con un enemigo superior al propio hombre? Algo que no necesita comer, algo que no necesita dormir, algo que no siente, ni padece, que se mueve sin fin, algo que no es más que una versión superior que un hombre. ¿Está vivo, o está muerto? Como un virus se arrastra por el suelo y busca esparcir su especie a toda costa.

La tecnología pasó a un segundo plano, esta mutación quizás no empezara en el homo sapiens sapiens, sin embargo en él ha tenido tal efecto que la naturaleza ahora ríe sádicamente o puede que incluso ni siquiera sea una mutación, que todo fuera diseñado por la propia tecnología...Todo anuncia que es lo que el mundo no quiere, si hay algo peor que un mundo con humanos es un mundo con humanos en guerra, sin embargo, como en un bosque de pinos, el fuego y las cenizas siembran el fertilizante para la próxima generación, y el tiempo del homo sapiens sapiens, se ha agotado.

En este mundo ya no hay esperanza, solamente cenizas, y en una tierra de cenizas solo brota la sangre y muerte.

Pero si hacemos caso de las teorías mas extravagantes este mundo no importa, existen infinitos mundos, pero claro, nosotros vivimos en este, ¿y si uno no lucha por su supervivencia, quien lo hará entonces? Esta es la historia que deseo contarte, y espero que la aceptes, o aunque te resistas, la escuches, prometo que te atrapará.

Código realizado por Cinderella

por **mey_uzumaki_12** Vie Abr 19, 2013 2:14 am

Hola me he leido prologo y creo que estara muy interesante.
Espero poder leer pronto el primer capitulo
Nos vemos Onion bye

por AD Infinite Vie Abr 19, 2013 3:45 am

Vital Shock - Infinite

Segunda Introducción a Vital Shock - Infinite

La religion es el futuro, no hay duda de que Dios guía al mundo y el mundo se empeña en negarle lo que por derecho es suyo, el reconocimiento de que nosotros solo somos su rebaño y el es nuestro pastor. Nuestro Padre y Creador. A todos se nos entrega un destino y solo unos pocos elegidos tienen la oportunidad de verlo, de aprenderlo y de seguir las palabras y el camino del todopoderoso Señor. La religion es indispensable para el mundo y el mundo es incapaz de reconocer que sin ella todo sería oscuridad.

La ciencia se interpone con la religión pero eso es solo porque los corruptos corazones humanos no saben distinguir lo que es el verdadero seno del señor. El cordero guía nuestro rebaño y en torno a el yacemos, la escoria de la sociedad, los negros no pueden entrar a nuestro paraíso y si ese estúpido de Abraham Lincoln trató de prohibir que la raza inferior permanezca donde debe de permanecer, entonces, para salvarguardar la orden de dios haremos lo que sea necesario para preservar la existencia de la raza blanca, la raza pura y elegida por el Señor. Ante mi apareció un ángel y afirmaba que el mundo rechazaría a Dios y que habría que construirle una nueva arca, pero ademas se me reveló una profecía;

"Y será la progenie del profeta quien se sentará entonces sobre el trono y en ese instante los que ya no están volverán y las montañas del hombre serán sumidas en fuego y muerte."

Dios creó el mundo y depositó la voluntad y fe en su creación y ahora, triste, observa como toda su creación se ha visto corrupta, como hay gente que duda de su existencia, como hay otros que desean la aniquilación de la propia Iglesia, y como sus hijos se matan entre ellos, por ello seguiremos la profecía, en espera de que el profeta consiga su hija y entonces, entonces cual arca de Noé un diluvio de fuego caerá sobre el hombre y entonces, entonces, si...entonces todo el mundo volverá a nacer, no existirá maldad, los negros permanecerán al servicio de la raza superior. Las guerras finalizaran. El equilibrio permanecerá y el reino de Dios se extenderá a todos y a cada uno de los propios rincones del mundo que por derecho y creacion, es suyo.

No podemos mas que estar de acuerdo con el héroe que aniquiló a ese ignorante Abraham Lincoln y le deseamos que descanse en paz, él comenzó una revolución y la religión la acabará, John Wilkes Booth, esperamos que tu alma descanse en paz, pues las nuestras se hallan en guerra desde que empezamos y no acabaremos hasta que tu acto reciba su deseo, volveremos a dejar todo como el señor lo puso, lo que está arriba permanecerá, lo que estaba abajó ahí estará, nadie cambiara el mundo, nadie quitara al Señor. Él nos guía y es nuestra fuerza y creencia, la única y verdadera.

"Sic Semper Tyrannis" [Asi siempre a los tiranos.]

Código realizado por Cinderella

Vital Shock - Infinite

Tercera Introducción a Vital Shock - Infinite

Como si me importara el mundo, todo da asco, todo es oscuridad y todo apesta a sangre y polvora. Las guerras son siempre la excusa, todos desean matarse tanto que acaban haciendolo y fingen que no es lo que desean.

He visto las masacres mas horribles que puedas imaginar y he visto como a las personas no les tiembla el pulso, ¿que si merecen salvacion? La redencion es demasiada cara, he cometido crimenes que no quiero recordar y ni la bebida ni los rezos me ayudan a sacar de mi mente esas voces, esas caras, esos disparos que acometen contra mi memoria como un taladro sobre una hoja de papel. ¿Creer en Dios? ¡¿Que ha hecho Dios por mi?! Dios no existe, y si existe entonces, entonces...Es un hijo de la gran puta. Solo quiero limpiar mi nombre, limpiar mi pasado, y no hay forma de hacerlo, algunos incluso han tratado de justificar lo que hice, ¿era eso una guerra? Podía serlo y solo quiero olvidar el olor de la polvora, que me persigue junto a la sangre, se ha adherido a mi ropa y mi piel y de mi no se separa. No puedo recordar que hice, y ya casi estoy olvidando quien soy, ¿que esperanzas me quedan para soportar este mundo? No existe Dios, no existe ninguno, no existe tampoco esperanza, el mundo es gris y lleno de odio y maldad.

Las buenas personas, inocentes, si no vives por ti mismo e intentas sobrevivir, mueres. Si haces lo que sea por sobrevivir, como hice yo, probablemente desees morir. No tengo nada que perder porque simplemente no me queda nada que perder o siquiera ofrecer. Creo que soy lo que llaman un mercenario, un criminal, una escoria, un belicista, o un simple desecho social, que les den por culo a todos y cada uno de ellos.

¿Quien es el peor aquí? ¿El que asiste a la guerra o el que la provoca? Yo solo cumplí ordenes y espero que tu jamas hagas lo mismo que yo, eres odiosamente insensato si amas la guerra, deberías de morir en este instante, pero yo solo quiero una cosa, que me dejen en paz, y si no lo haces, mas te vale no cruzarte en mi camino ni darme un arma, aunque considero que lo mas efectivo, quizás, y solo quizás, sería el pegarme un tiro y acabar con todo esto. La angustia, el dolor, la tristeza, la decepción, la soledad...todo está matándome, asi que al menos sé que moriré mas pronto que tarde, lo cual tampoco es un consuelo, mi esposa murió, ¿sería buena idea reunirme con ella? Aunque dudo que haya ido al infierno, si es que existe, aunque de hacerlo estoy seguro que yo tendría un buen sitio reservado...

Tráenos a la chica, y tu deuda quedará saldada, ese era el trato. Los detalles se me escapaban, pero los detalles no cambiarían absolutamente una mierda.

Código realizado por Cinderella

por AD Infinite Sáb Abr 20, 2013 3:04 am

Vital Shock - Infinite

Primer Capitulo de Vital Shock - Infinite

El lugar seguía tan lúgubre como lo había estado siempre, paredes ennegrecidas de las que ya dudaba que alguna vez hubiera tenido color, era algo que sabíamos tu y yo con una pasmosidad asombrosa. La música sonaba a una velocidad mínima, a un tono inapreciable, ¿porqué estaba encendida entonces? Era algo que me llegaba a cuestionar. Habían algunas personas, no demasiadas pues este lugar nunca rebosaba júbilo ni tampoco publico, este era un simple bar de los Estados Unidos de América, no hacía falta mas. La oscura atmósfera se fundía con precisión sobre mi, Tom, el barman simplemente me miraba con esa visión de, ¿ preocupación? en sus ojos que no dejaba de sorprenderme, ¿de que se apiadaba? No lo entendía ni tampoco lo entenderé, me importa poco. Como siempre mi vida solo tenía un poco de paz en este lugar, un lugar que daría de todo menos paz, probablemente en aquella esquina un toxicómano hubiera podido morir, o en aquellos baños una mujer podría haber sido violada, en realidad mientras yo permanezco aquí es el único lugar donde realmente puedo evadir el pasado, aunque sea ahogándolo en alcohol, pero es una buena forma de evadirlo. No te equivoques, es un lugar oscuro, como lo es un callejón, quizás de día sea el mas refinado lugar, pero para mi, apesta, como apesta todo el mundo.

Algunas personas hablaban, entre vociferantes conversaciones sobre temas deportivos, por lo visto los Eagles de Massachusetts habían perdido contra no se quién, una gran y pésima pena. De ven en cuando se organizaban esos eventos deportivos, curiosamente siempre me miraban a mi antes para ver si tenía algo que decir, pero nunca decía nada. No era hombre de palabras y realmente había dejado mis palabras hace mucho tiempo atrás, ya no me quedaban siquiera cuerdas vocales, no para hablar. Aspiré el aire de la sala, el olor del tabaco siempre resaltaba en este lugar, claro que aquí solo había olor a dos cosas, al humo del tabaco y al alcohol, quizás dos de mis gustos primordiales, aunque fumar no se a una de mis mas sinceros gustos, prefiero el juego. Mi mirada perfiló las bebidas de colores apagados que había en los estantes tras la barra sobre la cual apoyaba mis codos, aquí hasta una mariposa brillante se hubiera transmutado en una apagada y deprimida oruga, quizás por eso me gustaba este sitio. Mi mano manejaba entre su dura piel una copa de vino quemado, con un par de hielos que tintineaban al chocar el uno con el otro y rebotar contra el cristal sucio de la copa, si te importa la limpieza ni trates de entrar aquí, hay comederos de rata mejores que este lugar.

-Ponme otra. -ordené a Tom tras beber la mitad del vaso que quedaba del golpe y sintiendo ese dulce sabor filtrarse por mi garganta y hundirse en lo mas profundo de mi estomago.

Tom alzó la vista de aquellas copas que estaba secando con aquel trapo grisáceo y me miró con esos ojos marrones, si mi rostro era malo el suyo podía ser con mucho peor que el mió, pero era de mi misma quinta, en realidad solo estaba aquí por él, había mejores lugares donde suicidarse lentamente que este lugar. -¿No crees que ya has tomado demasiado? -me preguntó en referencia a las muchas copas que ya arrastraba.

-No pedí un consejo. Pedí otra copa. -deposité la copa de cristal en la mesa haciéndola sonar con suavidad, pero imponiendo mi orden, lo que menos quería ahora era una lección sobre cuanto debía o podía beber. Mi mirada esmeralda se clavó en sus ojos y le miré con toda la seriedad de mi rostro, Tom era lo único que podía conocer como un "amigo" sin embargo me importaba realmente poco, como sabía que yo le importaba a el del mismo modo, quizás no, pero que le voy a hacer, no se le puede pedir a un árbol quemado que emita hojas verdes. Ni de coña.

-Booker... -eso si me molestó, mi mirada se hizo mas intensa, él suspiró y no me puso otra copa, lanzó arrastrando la botella de aquella bebida de color coñac hacia mi mano, donde a detuve y sonreí esta vez, él negó con la cabeza pero yo era de sus mejores clientes y quizás me comprendía o simplemente no podía dejar de servirme, sea cual fuere tenía mi amado licor entre mis manos y ahora iba a aprovecharlo.

Vertí con parsimonia aquel liquido resbaladizo sobre la copa y la llené del todo, dejándome absorber por aquel movimiento ondulado que hacía, como los hielos se elevaban y daban suaves vueltas antes de chocar el uno con el otro, era un movimiento que durante el ultimo tiempo, mas de 20 años quizá, no había dejado de ver, entre otras cosas claro, y esta era la mas suave de mis adicciones, ¿un alcohólico? Que se le iba a hacer, en este mundo tenía que haber de todo y yo era el ejemplo de ello, menuda mierda de mundo. Dejé la botella descansar en aquella madera pegajosa y di un fuerte y profundo suspiro, cerrando los ojos y mi mente se olvidó del mundo, de aquel seco y tóxico olor que envolvía el bar y fue sustituido por el sonido afilado de proyectiles cortando el aire, mi mirada se abrió de nuevo y contemple un nevado lugar sin embargo en vez de nieve llovía sangre solida, afilada como una lluvia de agujas diseñadas para perforar lo mas profundo de tu ser.

Cuando volví en mi mismo, noté que alguien posó una mano sobre la mía, fue algo suave, de piel frágil y delicada, se sintió como una caricia, demasiado familiar para mi, sin embargo cuando miré no había nada, salvo el hecho de que habían dos personas sentadas en torno a mi, vestían extrañamente igual. Tenían unas chaquetas de colores esmeralda demasiado brillantes para este lugar, sin embargo sus rostros parecían los de dos hermanos mellizos, uno era un hombre, de mi edad, no, unos años mas joven que yo, de la mujer no sabría decir nada, ambos tenían los ojos azules profundos, lo cual me intimidó un poco, ¿de donde diablos habían salido? Me miraron como quien observa a un conejillo de indias, me preguntaba que diablos querían pero tenía la sensacion, llamame paranoico, de que si buscaban algo, lo acababan de encontrar.

-Debería de dejar de beber como lo hace, DeWitt.

-¿Quienes diablos sois? -pregunté confuso al saber que conocían mi apellido. Desé tener un arma en este instante, esto no me estaba dando buena espina, pero ni en mis pantalones vaqueros, ni en mi camisa azul oscura porque carecía de bolsillos, ni mucho menos en mi chaqueta aguamarina oscura, y mucho menos en esos cinturones que por costumbre llevaba, ahí debía de haber un arma siempre, pero como podras entender, no creo que ir armado solucione mucho.

-Solo somos un par de viajeros, ¿verdad, hermana? -preguntó el joven castaño mirando a su hermana, esta asintió con casi simultaneidad.

-En tal caso métanse en sus asuntos... -les ordené con seriedad y agrio humor, no estaba para soportar a gente en este instante antes de dar un gran sorbo a la copa y pasar la manga de mi camisa por los labios húmedos. -...o quizá se busquen otros asuntos no deseados, hice ademan de levantarme y cuando creí que me podría marchar ambos dos, sincronizados como dos relojes hicieron la fuerza suficiente para sentarme, ¿como diablos se habian levantado tan rápido?

-Booker Dewitt, creo que podemos ofrecerle un trabajo. -dijo la mujer mirando al que ella decía que era su hermano, ¿pero como sabían ellos mi nombre? No me sonaban para nada unas personas así de extrañas.

-No me interesa nada que puedan ofrecerme. -afirmé rotundamente levantándome habiéndoles apartado y mientras comenzaba a caminar hacia el exterior. Ellos no hicieron ademan de seguirme, sabía cuando alguien intentaba acercarse a mi por la espalda, mera supervivencia, sin embargo cuando estaba al borde de abrir la puerta ellos dijeron algo.

-Redimir sus pecados. ¿No decía que quería hacerlo? -ladeé mi rostro tras haberme detenido secamente y miré al joven, este se levantó y camino hacia mi. -¿No era eso lo que quería? ¿Por lo que tantos años lleva ahogándose en este local angustioso y oscuro, ademas de sucio?

Tom hizo ademan de decir algo pero le ordené entre gritos que se callará, ahora si que estaba confundido, ¿quienes diablos eran estos personajes? ¿de donde habian salido? ¿como conocían mi nombre? ¿y como sabían especialmente lo de redimir mis pecados? Esto no me gustaba, pero al mismo tiempo me interesaba, diablos, ahora si que necesitaba una copa, y eso que ya llevaba cuatro y no de las cortas, precisamente. Ambos se acercaron a mi y salieron al exterior, estaba lloviendo fuera y a ellos no pareció importarle, sin embargo tras un suspiro de molestia conmigo mismo salí fuera, con ellos. Hacía frío. Era el odioso tiempo de esta maldita Nueva York, cuando llovía, lo hacia con ganas lo que provocaba mi enfado mas absoluto, el agua resbalaba entre los rascacielos y caía con mas violencia que si fuera lanzada por un dictador, o por un asesino, a ellos no parecía importarles eso para nada.

-¿De que va esto? -pregunté directamente, yo y la paciencia íbamos bastante juntos.

-Esto, señor Dewitt, va de una chica. -me dijo la mujer antes de que hablara su hermano, parecían mas compenetrados que un francotirador y su rifle de precisión. -Una chica que usted deberá de traer.

-¿Una chica? -pregunté para mis adentros, parecía fácil, pero estas cosas, siempre eran fáciles...de primeras, luego se podían volver en una pesadilla, o en tu propia muerte. -¿A donde?

-Bien, ahí está la cuestión, usted la llevará a Londres una vez la recupere y se la dejará a dos amigos nuestros, ese es el trato.

-Osea, solo tengo que sacar a la chica y traerla. -ellos afirmaron al unisono con la cabeza. -Y llevarla a Londres.

-Y entonces usted tendrá lo que siempre ha querido, su redención, nosotros nos encargaremos de que su pasado se quede enterrado y no le atormente nunca jamas, siempre y cuando no olvide traer a la chica. La chica es importante, es lo unico importante.

Mientras el agua limpiaba mi ropa y le quitaba el olor que hubiera podido impregnarse, mientras mis oscuros cabellos se humedecían como en un baño y mientras mi piel se helaba con esa agua reflexioné sobre el trato, había hecho cosas peores, cosas mas difíciles, y parecía un rescate, o un secuestro, ¿que mas daba eso? Iba a tener la redención, ¿que tenía que perder? Ellos eran dos extraños, claro que quien me contrataba nunca era una persona normal, o estaba loca, o necesitada, o ambas cosas, pero estos dos...estos dos...eran extraños. Raros. Me agité el cabello y con mi rasgada voz pronuncié una frase que quería saber. -¿Por qué es tan importante?

-Sabía que preguntaría eso. -dijo la mujer.

-Siempre lo hace. -respondió el hombre, eso no lo entendí.

-¿Siempre lo hace? -le preguntó ella, a lo que el asintió antes de hablar.

-Ya entenderá el porque, aunque no querrá creerlo una vez lo descubra. En cualquier caso las reglas son simples, usted irá cogerá a la chica, y la traerá a Londres sana y a salvo, a cambio le dejaremos librarse de su pasado.

No me gustaba que me ocultaran sus motivos, aunque en cierta parte me dijeron mas que otras personas, suspiré pesadamente y bufé suavemente mientras casi me veía obligado a aceptar el trato, ya me habían cogido con aquello de redimir mi pasado. -Ustedes ganan, traeré a la chica. -aunque no supiera de donde diablos tenía que sacarla.

-¡Bien! ¡Trato aceptado, entonces! Sellemos nuestras manos a modo de contrato.-gritó explosivo de felicidad el hombre para ofrecerme su mano en señal de acuerdo, reflexioné sobre no hacerlo, pero sería estúpido, le dí la mano y entonces sentí como mi conocimiento se desvanecía como lo hacía un papel de tu mano cuando hacía un aire tormentoso, como si simplemente mi conocimiento hubiera sido producto de un sueño y sentí el suelo con una frialdad que pareció arrebatarme el calor de mi cuerpo aunque podía ser perfectamente obra de la fría agua.

Código realizado por Cinderella

por AD Infinite Sáb Abr 20, 2013 11:17 pm

Vital Shock - Infinite

Segundo Capitulo de Vital Shock - Infinite

Todo era sombras y oscuridad, ruido de fondo imperceptible, pero perfectamente audible, notaba algo duro soportando mi cuerpo, y como mi rostro se apoyaba igualmente en aquella superficie lisa pero fría como un tempano. Algo debía de pasar en el exterior de, donde quiera que estuviera, pues los gritos y las sirenas eran inconfundibles, traté de reincorporarme, incluso antes de poder abrir los ojos, sin embargo no conseguí mas que volver a caer contra el suelo, me sentía extrañamente mareado, no simplemente aturdido, no, todo en mi interior daba vueltas y sentía como si simplemente hubiera salido despedido por un avión y me hubiera pasado dos horas dando vueltas y ahora en el suelo fuera incapaz de mantenerme ergido. Apreté con fuerza mis manos decidiendome entonces a levantarme. Coloqué las palmas de las manos en el suelo y con fuerza conseguí erguir mi espalda, mi vision parpadeante y humeante buscó algo que reconociera como familiar, sin embargo todo parecía extrañamente cambiado, de hecho esto no me sonaba para nada, por las cuatro paredes, y la ausencia de ninguna barra o mesas deducía que esto no era el bar donde creo que estaba antes de, bueno, de caer inconsciente. Intenté pensar un poco, la cabeza me ardió como si alguien me colocara un hierro candente y lo clavara en lo mas profundo de mi cerebro.

Espere a que mi visión decidiera reaccionar correctamente y a que se acostumbrara a este extraño lugar, todo indicaba que era una casa, había una lampara de cristal en la mitad de la habitación, una chimenea de piedra, varias librerías, sofás de colores rojos o granates y una mesa, ¿donde diablos estaba? Me reincorporé total pero lentamente y busqué algo que me fuera familiar, pero definitivamente esto ni era el bar, ni era mi casa, ahora venía otra pregunta. -¿Que hago aquí? -esa era una pregunta magnifica, de las mejores que pudieras hacerte en esta situación, sin embargo mi primer instinto fue mirar al exterior, algo difícil pues descubrí que toda la casa estaba sellada, mas bien entablillada desde fuera, como si hubieran querido cerrar lo que fuera que hubiera aquí.

-¿Hola? ¿Hay alguien por aquí? -pregunté no fuera a ser que ahora estuviera aqui con alguien y me pegaran un tiro. -A-acabo de...¿despertar? -como excusa no era la mejor, y de hecho no entendía que hacía yo aquí pero estaba claro que si podía excusarme bienvenidas fueran dichas excusas.

La casa era medianamente grande, mas que la mía, sin embargo podía verse como no había sido excesivamente limpia, había polvo por doquier, incluso las marcas de mis zapatos dejaban tras de sí su huella entre el grisaceo polvo. Al ver la suciedad no se me ocurrio otra cosa que agitarme la ropa para limpiarla, asi que pasé mi mano por el chaleco de piel, la camisa y los pantalones, eso era lo que menos me molestaba pero si había alguien supuse que la imagen sería importante, aunque tampoco daba buena imagen normalmente. Avancé por la cocina, en busca de que algo o alguien apareciera para avisarme, sin embargo lo encontré todo como si lo hubieran asaltado, curiosamente todo indicaba que mas que asaltarlo lo habían limpiado sin piedad y luego habían cerrado la casa, lo que hubiera que hubiese pasado aquí requirió todas las provisiones, no quedaba mas que una lata de melocotones en un no, precisamente, buen estado. No habían cajones sin abrir y la nevera, de un modelo que jamas había visto, ni tenía conocimiento de él, ni siquiera funcionaba su luz, y dentro no había mas que lo que rezumaba en toda la casa, polvo.

¿Porque asaltar al casa para sellarla después? Esa también era otra pregunta. Sin embargo nadie había quitado los cuadros, ni la cubertería de quizás plata por las marcas antiguas y que se encontraba en una cristalera, yo no era un ladrón, no necesitaba eso, como tampoco un motivo para ganarme un disparo si aquí había alguien. -¿Hay alguien aquí? -pregunté con un tono de voz mas elevado. -Voy a subir, por favor, no dispare. -cosas peores habían pasado y esto me estaba dejando muy fuera de juego. No hubo ninguna respuesta, para variar, por lo que comencé a subir aquella escalera de madera que crujía de una manera que no inspiraba excesiva seguridad, una vez llegué al segundo piso solo había un pasillo, y tres puertas, dos a la derecha y una a la izquierda, si realmente había alguien durmiendo no creas que era mi ilusión el despertarlo porque probablemente no reaccionara bien.

Elegí entrar a la puerta solitaria de la izquierda, no sabía si era de noche o de día pero si la luz funcionaba mejor que mejor, pulsé el interruptor pero no vi ningún rastro de luz que sobresaliera por la rendija de la puerta, por lo que supuse que no iba, una suposición correcta. Cogí el pomo de la puerta y abrí con cuidado, pero solo el haber hecho retroceder la puerta un par de centímetros liberó un olor a muerte, a putrefacción, era una olor intenso, punzante y desgarrador y se me hizo tan familiar, sin embargo las nauseas se frenaron en seco, este aroma era conocido por mi y esto simplemente me hizo cuestionarme que había tras esta puerta, sin embargo terminé de abrirla. Pese a la oscuridad, pese a ese olor a absoluta descomposición, habían cosas que no se escapaban a mi vista, mi rostro se tornó serio, neutral, y pude notar manchas negras, como sangre, secas cual pintura esparcidas por lo que era el baño, lo poco de blanco que hubiera tenido aquellos suelos de losa ahora se encontraba manchado, no tardé en encontrar aquel foco emisor de pestilencia, un cuerpo, quizás un niño, entre siete o diez años, esto era simplemente devastador, su pecho se encontraba abierto lentamente como si alguien hubiera rebuscado con sus manos en su interior estomacal, como si alguien buscara su alma entre sus órganos y lógicamente este había muerto, sin embargo el olor me anunciaba que como poco llevaba semanas asi. Tenía marcas de arañazos, de mordiscos, ¿que ostias estaba pasando aquí? Escuché un golpe seco, uno sordo, como si un libro se cae sobre una superficie acolchada, luego escuché una serie de golpes en una puerta.

Esto no me gustaba para nada, hubo una especie de gemido, como si alguien intentara gritar pero la sangre o algún liquido le agolpara la garganta y no le dejara exprimir la voz en el aire, lo cual me hizo cuestionarme si no habría nadie que necesitara mi ayuda, aunque viendo lo visto tenía como poco una preocupación a niveles extraordinariamente altos. Corrí hasta la puerta y pregunté si se encontraba bien, quien quiera que fuera, pero solo respondieron con golpes, le pedí que se apartara de la puerta, quizás ella, él o quien quiera que fuera no podía abrir la puerta. -Apártese. -volví a pedir antes de separarme suavemente, tomé impulso y golpeé con la planta del pie derecho la puerta, no la tiré abajo simplemente forcé que algunas bisagras se salieran y la puerta se abrió. -¿Se encu...?

Bien, ¿recuerdas aquel cadáver de ese niño? Creo que eso era mejor que esto, era una mujer, tenía la cara desfigurada, como carcomida con el tiempo, su piel era gris como el polvo del suelo, su ropa estaba excesivamente manchada de sangre, no roja, sino negra, algo por su boca emanaba, no sabía si pus o si algo extraño pero era liquido, algo como el petróleo, su mirada estaba perdida pero al tirar al puerta abajo me miró y esa mirada era animal, como cuando sabes que van a matarte, algo igual, ¿que diablos estaba pasando en este jodido lugar? Retrocedí un par de pasos, ella hizo ademan de hablar pero solo volvió a emitir ese sonido gutural, como si saliera de sus adentros y corrió hacia a mi pese a que yo juraría que apenas debería de tener fuerzas para moverse, parecía desnutrida. Me aparté de su embestida sin embargo ella me siguió. -Oiga, deténgase. No quiero hacerle daño. -a estas alturas ya no sabía ni que decía, retrocedí esperando a que dijera algo pero su mirada me dijo que no reaccionaba bien y comencé a volver tras mis pasos sin embargo saltó hacia mi como lo hacía un león sobre una presa, sin embargo no calculé bien mi posición y caímos por las escaleras de las cuales tuve suerte de no desnucarme, sin embargo pese a que estaba sobre ella y era claramente mas fuerte, ella hacía todo lo posible por resistiese a mi agarre, y aunque mareado, no dejé que pudiera usar ni sus brazos ni sus piernas, apestaba, como lo hace un trozo de carne pasado de tiempo, muy pasado, de hecho me recordaba al olor de la muerte. Sin embargo ella seguía intentando morderme, como si fuera un animal y creo que ahí fue cuando supuse que ella le había hecho a ese niño, tenía una fuerza excesivamente extraña, me costaba evitar que se moviera pese a su huesuda complexion, en uno de nuestros forcejeo en lo que intentaba llevarme la mano a mis correas que llevaba por los brazo para sacar la pistola, que juraría que no debería de tener aunque estaba ahí, ella me mordió, hasta el punto de hacerme sangre en el antebrazo izquierdo, eso si me cabreó.

Dirigí mi brazo derecho a su rostro y lo golpeé, no pareció ni siquiera quejarse, lo cual me hizo preguntarme que diablos era, por lo general te quejabas cuando alguien como yo te golpeaba y eso que desencajé su mandíbula, sea lo que sea esta mujer humana no lo parecía. Rápidamente llevé mi mano a la funda de mi costado izquierdo, agarré la pistola y le disparé en el cráneo, no dude ni un instante y por suerte eso pareció matarla. Mi respiración estaba agitada y ademas sentía como aquel mordisco me había tocado demasiado los ánimos, ¿que estaba pasando en esta jodida casa? ¿como había llegado yo aquí? ¿que era...que era todo esto? Mi cabeza estaba al borde de implosiona y necesité aire, asi que rodeando mi puño con unas sabanas sucias golpeé con fuerza los cristales hasta llegar a las tablas de madera, que arranqué de una patada y sali al exterior. Esto no era para nada Nueva York.

Todo el ambiente estaba anaranjado, quizás porque era el atardecer, sin embargo había un olor persistente a humo, se podían escuchar gritos, personas corriendo y aquellos sonidos guturales que se expandían por doquier, mi mirada se pasó por el muro de ladrillo de la calle habían varios carteles propagandísticos, me llamó la atención uno "Concierto de Bobby Darin" no sabía quien era pero me llamó mas la atención ese "1942" eso me dejaba a mi con unos 70 años...¿que estaba pasando aquí? Todo empezó a moverse, como si se estirara y contrajera, mi visión era incapaz de permanecer despierta un par de segundos mas y comencé a sentirme mareado. -¡¿Que es todo esto!? -mi voz se fundió con esa ciudad y todo se hizo oscuridad.

Código realizado por Cinderella

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