Luna de Plata One -Shot (TP) 08-02-'14

-----Luna de Plata-----


Hace días que me siento perdida… Como si, estuviera andando por un sendero totalmente diferente al que yo escogí. No me comprendo ni a mí misma, en este momento es ya de noche, y al luna se coloca sobre mi cabeza haciéndose la importante.
Hasta la luna parece burlarse.

Me muevo un poco hacia la derecha tratando de no despertar a mi hermana quien duerme conmigo, alzo ligeramente mi cabeza y puedo observar a través del gran cristal que es mi ventana, a la luna.

De nuevo se burla.

Parece decirme mil palabras con una sola mirada. La detesto, la odio la repugno y escupo sobre ella un millar de veces. Bajo la mirada y doy un gran tirón a las cobijas para así poder cubrirme como un capullo. Ya dentro de mi fortaleza de telas, comienzo a observar mis manos.

Mi piel no es suave ni tampoco nívea, es tersa y morena.

Hago que una de mis manos salga de entre las sabanas, esta, busca con el tacto mi mesita de noche, y al sentirla, busco mas apresurada ese tan preciado espejo de mano.
Enciendo mi lámpara, la cual emite una tenue luz. Salgo de mi pequeño capullo, y me veo al espejo, toco con mis manos mi rostro y una mueca se forma en el.

No soy la más bonita.

Con mi mano derecha toco mis ojos  veo como estos se comienzan a cristalizar.

Mis ojos no son de un color bonito ni diferente, son de un asqueroso color café, un penetrante color café.
Recorro con mi mano mi cabello y clavo mi mirada en el.

Nada, no es diferente… ¡Oh no! ¡Claro que lo es! ¡Sí! Mi cabello esta horriblemente seco y quebradizo, y de nuevo, el repugnante color café.

Miro por detrás de mí, el cristal de la ventana, giro hacia arriba el pequeño espejo y la veo… La maldita Luna riéndose, burlándose de mi desgracia, se mofa de mi dolor diciéndome cosas aun peores a las que ya me han dicho.
El día de ayer mi color favorito era el gris, ¿Por qué? Simple, “El” tenia los mas lindos ojos cafés, de un color plateado tan intenso y maldito, que hoy… Que hoy me repugnan y al mismo tiempo encantan.

¡Y ya no puedo! ¡Maldita sea! ¡Ya no puedo! ¡Le di “Casi todo”! ¡Casi! ¡Pero no le basto! ¡Quería más y no le di más!
Tomo rápidamente mi almohada y ahogo ese grito que tanto luchado por reprimir, mis lágrimas han salido y ya no hay vuelta atrás, si voy a llorar que sea hoy donde nadie pueda verme ni escucharme.

Le prepara pasteles y Brownies, le cantaba y ayudaba con sus tareas, le escribía poemas y mandaba cartas, le regalaba peluches y chocolates, me arreglaba solo para él y nadie más… Para nadie más…
Pero todo para que…
Para encontrarlo casi en pleno coito con otra chica de mi escuela, para que me ridiculizara diciéndome hasta de lo que me iba a morir, todo para que, para que me dijera lo que ya se…
¡Ah no! ¡Lo que no sabía era que detestaba que le escribiera! ¡Y que le cantara! ¡Y qué maldita sea… Lo haya querido!

Me llamo estúpida y niña, infantil e inmadura, común y sin dotes, plana y sin gracia…

Ahora que lo pienso, se que todo eso es cierto, ¿Pero no es ser diferente lo que nos hace únicos? No, para “El” yo soy como todas las demás, común y corriente.
Pero el, con sus ojos de plata sobresalía de entre todos. Con su cabello en tonalidades tan lindas y siempre arreglados, que con solo verlo se te cae la baba.

Y miro de nuevo, la luna sigue riéndose, burlándose por que con ella vienen esos recuerdos que deseo olvidar… Pero no estará ahí para siempre para recordármelo.
- ¡Jajajajaja! –Comienzo a reírme como una estúpida- ¡Jajajaja!

Las lágrimas se juntan en mis ojos y rio mientras lloro, algo reconfortante.

- ¡No fui la más bonita! ¡Ni la más grande en atributos o talentos! ¡Pero maldita sea! ¡Si todo fue mentira! ¡Qué bien sabes mentir! ¡Jajajaja!

Y me siento mejor, si todo fue mentira, pues hay que comenzar a vivir en la realidad, y poder dejar de maldecir… A esa Luna de Plata.