Amor prohibido [NarukoxSakuno] [+13] (17/06/13)

Me encuentro acostado en un suave colchón, una mujer completamente desnuda se encuentra a mi lado, en la habitación lo único que se puede oír son nuestras agitadas respiraciones…Pero…supongo que les contaré todo desde el principio, para que puedan entender mejor cómo fue que llegue a acostarme con mi profesora…

Todo comenzó un miércoles por la mañana, me encontraba en la clase de ciencias naturales cuando noté que la señorita Naruko no me quitaba los ojos de encima, ella era mi profesora, tenía máximo veinticinco años, rubia, con orbes de color celeste casi azul y un cuerpo estupendo, digno de una mujer de su edad, amable; solía ser graciosa y en ocasiones un poco escandalosa, pero nada de eso le quitaba lo atractiva.

-Ey, Ino-le hablé a mi amigo en voz baja

Inoichi o Ino como lo solía llamar, era mi amigo desde que tengo memoria, tenía ojos celestes y era rubio, poseía flequillo, el cual se lo ponía de costado, como tenía el pelo largo, se lo ataba en una coleta baja

-¿Qué quieres frentón?

-Cállate, cerdo-que nos llamemos así era normal-¿Notas lo mismo que yo?

-¿A qué te refieres?

-Shhh…habla más bajo idiota

-Está bien ¿Qué pasa?, Dime-dijo cambiando el tono de voz

-La señorita Naruko no deja de observarme

-¿En serio?

-Sí, fíjate y te darás cuenta-él sólo asintió y la miró disimuladamente, de tanto en tanto

-Tienes razón-dijo al cabo de un rato

-¿Ves? Te lo dije

-No creo que debas tomarlo como algo importante, quizás solo te miró…

Decidí hacerle caso y lo dejé pasar. Sin embargo sus miradas no cesaron con el tiempo, cada día que pasaba notaba como me miraba con aquellos ojos que tanto me gustaban, sí, me había comenzado a gustar hace ya un tiempo; algo fuera de lugar para muchos. Le había platicado a Ino sobre eso y aunque se sorprendió al principio, pronto me apoyó diciéndome que no me preocupe, que eso era normal, ya que la señorita Naruko era bella y era de esperarse que varios de sus alumnos la consideraran como tal. Hace dos años atrás yo estaba perdidamente enamorado de Sasuko Uchiha, una joven de cabellos negros con reflejos azules, piel blanca y ojos negros, tan negros como la propia oscuridad y aunque era mi amiga-y lo sigue siendo-no me hacía caso si de sentimientos amorosos se trataba y luego de que me rechazara, decidí que era tiempo de olvidarla. Luego como si fuera obra del destino, apareció Naruko, presentándose como nuestra nueva profesora y…conquistándome con el paso de los días.

¿Pero qué podía hacer?

Yo sólo tenía dieciséis años y si no podía llamar la atención de ninguna chica de mi edad-a excepción de Mei lee-menos podría hacerlo con una mujer nueve años mayor que yo, me parecía algo disparatado

Pero un día sucedió algo que nunca esperé que pasara…

Fue un día martes, todo el curso esperaba ansioso la hora del almuerzo, el timbre sonó, avisando que la hora esperada había llegado, me levanté decidido a marcharme junto con Ino, cuando de pronto escuché que una voz conocida recitaba mi nombre

-Sakuno Haruno-dijo-Quédate, necesito hablar contigo

Mire a mi amigo y éste desde afuera del curso me guiñó el ojo, pasé mi mano por mis cabellos rosados y volví al aula, la observé y nuestras miradas se cruzaron por un momento, su expresión era seria, más no severa

-Cierra la puerta-obedecí y me quedé de pié frente a su escritorio-¿No te interesa saber el porqué de mi llamado?

La verdad sí me interesaba, pero prefería quedarme callado

-Al parecer no-comentó-Bien, dejémonos de rodeos, sé que sabes que te he estado observando-dijo de repente-¿Tienes idea de cuál pueda ser la razón?

-No-los nervios comenzaron a invadirme un poco

-¿Quieres saberlo?-dudé un poco, pero aún así pude formular un “sí”, sonrió-Me gustas

Fueron dos palabras, dos simples palabras que entraron por mis oídos y consiguieron desordenar mi cabeza por completo

-Verás-continuó-No está bien, estoy consciente de eso, pero soy de las que creen que uno no elige de quién enamorarse-dijo sin dejar de observarme

No sabía que se me había pasado por la mente en ese instante, pero sólo atiné a inclinarme sobre el escritorio, tomar su rostro entre mis manos y probar sus labios; hace mucho tiempo la había dejado de ver como mi profesora, para mí sólo era una mujer enamorada de una persona con la que nunca podría estar. Luego de unos segundos nos separamos, nos miramos un momento y la locura se apoderó de ambos.

Rodeé el escritorio para que quedáramos frente a frente, pegué mis labios a los suyos de nuevo, se levantó de su asiento y enredó sus dedos en mi cabello, respondiendo aquel beso desesperado, la tomé de la cintura y la senté en la mesa, como sólo era un poco más alta que yo y delgada no me costó nada, nos separamos cuando el oxigeno comenzó a escasear

-Nos pueden descubrir

-No lo pude resistir-contesté

-Yo tampoco-dijo bajándose del escritorio-Sé que eres inteligente como para saber que nadie debe enterarse de esto-asentí, luego de unos minutos me retiré de allí en silencio

Fui directamente al gimnasio porque teníamos clase de educación física, sabía que Ino ya estaría allí, ya que nos gustaba llegar un poco antes. Fui a los vestidores y comencé a cambiarme de ropa en silencio

-¿Pasó algo?-preguntó mi rubio amigo, asentí-Vaya, vaya ¿Y no vas a contarme?

-Aún no, lo sabrás a la salida…

Y así lo hice, mientras nos dirigíamos hacia nuestros hogares le conté lo sucedido, él se sorprendió

-Nunca me imaginé que eso pasaría-sonrió y dirigió la mirada hacia mi-¿Eso quiere decir que Sasuko es mía?

-Estoy hablando en serio-comenté fastidiado, a veces creía que no escuchaba ni media palabra de lo que le decía

-Yo también hablo muy en serio-sonrió

-Oye cerdo ¿Acaso me prestas atención? Te estoy diciendo que me dijo para vernos en su departamento y tú sólo hablas de Sasuko

-¿Y qué quieres que haga? ¿Verme con ella en tu lugar? Aunque…pensándolo bien no me importaría hacerlo

-En tus sueños

-En varios de hecho

-Pervertido

-Bueno ya en serio ¿Quieres hacerlo? ¿Estás seguro de que no te vas a arrepentir?

-Estoy seguro, quiero hacerlo-dije decidido

-¿Seguro? No vaya a ser que te retractes a último momento

-Sí, al principio no estaba seguro, pero ahora sí

-Bien ¿Ya tienes una coartada para tus padres?

-Pues la verdad…

-Tranquilo ¿Se verán el viernes verdad? No hay problema, planeaba irme de juerga ese día, así que puedes decirle que te vas conmigo, tú vete tranquilo que yo te cubro

-Gracias

La verdad era que a pesar de que a veces Ino adoptaba una actitud alocada, aquello no quitaba lo buen amigo que era, siempre estaba cuando más lo necesitaba y eso sólo era una muestra más de su amistad.

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Por fin había llegado aquel día tan esperado, eran las diez y media de la noche y mi rubio amigo había pasado por mi casa a recogerme, me dolió un poco mentirles a mis padres, porque yo sabía que tenían plena confianza en mí, pero no podía hacer nada al respecto, la decisión ya había sido tomada.

-Suerte-dijo Ino desde su auto

-Gracias-dije sonriendo

-Recuerda que pasaré por ti a las dos ¿Vale?

-Vale, gracias de nuevo-vi como arrancaba y se alejaba

Miré al edificio que tenía frente a mí, no era muy lujoso, pero tampoco estaba mal, el portero me miró y le pregunté si podía pasar, me miró un momento y asintió, subí las escaleras ya que el ascensor se encontraba fuera de servicio, ella me dijo que su departamento era el número 15 y que estaba en el segundo piso, fui hasta allí y golpeé la puerta; una voz femenina preguntó quién era, le respondí y observé como la puerta se abría lentamente, dejando ver a una mujer con un vestido negro pegado al cuerpo, tan sólo verla me daban ganas de arrancárselo, al parecer ella adivinó lo que estaba pensando porque al instante se sonrojó.

Luego de cenar y hablar un poco, no podíamos aguantar más las ganas de besarnos, se acercó lentamente hacía a mi deteniéndose a un centímetro de mis labios

-No sabes lo que te espera-susurró

No resistí la tentación así que di el primer paso, inclinando mi cabeza hacia adelante para poder probar aquellos tentadores labios, brindándonos un apasionado beso. Rápidamente nos levantamos del sillón encaminándonos a su habitación, chocando con los muebles que se interponían en nuestro camino, al llegar al lugar cerré la puerta, aprisionándola contra ésta, la volví a besar mientras ella me despojaba de mi remera, fue empujándome lentamente hasta llegar al frente de su cama, allí Naruko consiguió tumbarme; la observé al tiempo en que lentamente bajaba el cierre de su vestido, dejando a la vista su cuerpo, tan solo verla la temperatura de mi cuerpo subió.

No me iba a arrepentir de lo estaba a punto de suceder…
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Y así volvemos al principio de mi historia.

Aunque no quiera, consigo levantarme del cómodo colchón en el que le había hecho el amor a Naruko, comienzo a vestirme lentamente, bajo su atenta mirada, la miro como si fuera la última vez que lo haría

-¿Hora de despertar del sueño?-pregunta con una amable sonrisa

-Sí, gracias

-No hay nada que agradecer-sonreí y oí como mi celular sonaba, atendí, era Ino avisándome que me esperaba afuera-Debo irme

Me acerqué hacia ella para darle un casto beso. Me marché, sin saber que al volver al colegio me enteraría de que había renunciado…

Pero me quedo tranquilo pensando que al menos tuvimos una oportunidad de vivir nuestro amor prohibido…

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